La Cincia de La Crux en Word

download La Cincia de La Crux en Word

of 164

Transcript of La Cincia de La Crux en Word

  • 8/6/2019 La Cincia de La Crux en Word

    1/164

    COLECCIN "AMIGOS DE ORAR" EDITH STEIN LA CIENCIA DE LA CRUZEstudio sobre San Juan de la Cruz

    SEGUNDA EDICINIndice

    EDITORIAL MONTE CARMELO BURGOS EDICIONES "ELCARMEN"VITORIA

    Burgos 199

    PROLOGO

    1

  • 8/6/2019 La Cincia de La Crux en Word

    2/164

    Nuestro intento en las presentes pginas es tratar de comprender a San Juande la Cruz en la unidad de su ser tal como se manifiesta en su vida y en susescritos y esto desde un punto de vista que permita captarla plenamente.No pretendemos ofrecer una biografa del Santo ni dar tampoco unaexposicin completa de sus enseanzas; pero, tanto los hechos de su vidacomo el contenido de sus escritos, los aprovecharemos para conseguirpenetrar ms profundamente el sentido de esta unidad.Aduciremos profusin de testimonios a los cules trataremos de dar unainterpretacin que sirva para confirmar lo que la autora, a travs de

    esfuerzos que han durado toda su vida, cree haber comprendido acerca delas leyes del ser y de la vida espiritual.Ha de aplicarse esto de manera particular a las disertaciones sobre elespritu, la fe y la contemplacin que seinsertan en distintos lugares y, sobre todo, en el apartado que lleva el ttulo:El alma en el reino del espritu y de los espritus. Lo que all se afirmadel yo, de la libertad y de la persona no est tomado de los escritosdel Santo, aunque no faltan en sus obras algunos puntos que pudieranservir de apoyo para ello. Una exposicin detallada de estos problemas noentraba dentro de sus clculos ni estaba tampoco deacuerdo con su manera de pensar. Por otra parte, no podemos olvidar quela elaboracin de una filosofa de la persona, tal como aparece en esoslugares, slo se ha conseguido en los filsofos de los ltimos tiempos.

    En la presentacin de testimonios nos hemos guiado por loslibros de nuestro Padre Bruno de Jess Mara Saint Jean de laCroix, Pars 1929 y Vie d'amour de Saint Jean de la Croix.Pars, 1936, asi como del de Juan Baruzi Saint Jean de laCroix et le Problme de l'Experience Mystique, Pars 1931. Laobra de Baruzi es rica en sugerencias y, sin embargo, no lahemos transcrito con mucha frecuencia porque no resulta fcil

    apoyarse en sus explicaciones sin haberlas pasado antes porel tamiz de una severa crtica, cosa que no entraba dentro denuestros planes al escribir el libro. Para quien conozca aBaruzi no resultar difcil descubrir las huellas de su influjo yaun los elementos que puedan servir de fundamento a unacrtica de sus afirmaciones. Sin embargo, tiene Baruzi unmrito que no se le puede discutir, el del celo incansable conque ha examinado y valorado las fuentes. Ms discutible

    resulta su posicin respecto a las dos redacciones manuscritasa travs de las cules han llegado hasta nosotros El CnticoEspiritual y la Llama de Amor Viva, la ltima de las cules(posiblemente en el caso de la Llama y con toda verosimilituden el Cntico) segn l debera considerarse apcrifa, ascomo su afirmacin, contra el sentir unnime de la tradicin, deque slo poseemos una versin apcrifa y truncada de laSubida y de la Noche Oscura1.

    1 Vase en la obra citada el prlogo del libro I: Los textos,

    P.3 sg. as como la introduccin a cada una de estas obras enla edicin espaola de los escritos del Santo: Obras de SanJuan de la Cruz, Doctor de la Iglesia, editadas y anotadas porel Padre Silverio de Santa Teresa, C.D., Burgos 1929,2 Acerca de la autenticidad de la doble redaccin del CnticoEspiritual y de la Llama de amor viva, a que alude la Autora,remitimos a los recientes estudios de E. Pacho, especialmente a su obraReto a la crtica. Debate histrico sobre el Cntico Espiritual de S. Juan de la Cruz.

    Burgos, Edit. Monte Carmelo,1988 (N.de. E.).

    2 INTRODUCCIN

    Sentido, origen y fundamento de la ciencia de la cruz

    En el mes de septiembre u octubre de 1568 el joven carmelitaJuan de Yepes, conocido hasta entonces con el nombre deJuan de Santo Mata con el que haba profesado en elCarmelo, haca su entrada en la pobre alquera de Duruelo,que haba de servir de fundamento y piedra angular a laReforma Teresiana que entonces comenzaba. El 28 denoviembre, juntamente con otros dos compaeros, secomprometi a la observancia de la Regla primitiva y tomcomo ttulo de nobleza el sobrenombre de la Cruz. Era todo unsmbolo de lo que andaba buscando al abandonar el ConventoCarmelitano de Medina, desligndose con ello de laObservancia mitigada, cosa que ya anteriormente habaprocurado hacer viviendo conforme a la Regla primitiva, para lo

    2

  • 8/6/2019 La Cincia de La Crux en Word

    3/164

    cual haba obtenido particular licencia. As se manifestaba lacaracterstica especial de la Reforma: la vida de los carmelitasdescalzos deba basarse en el seguimiento de Cristo alCalvario y en la participacin en su Cruz.Como se acaba de notar, Juan de la Cruz no era paraentonces ningn novato en la ciencia de la Cruz. Elsobrenombre que adopt en la Orden demuestra que Dios seuna a su alma para simbolizar un particular misterio. Juantrata de indicar con su cambio de nombre que la Cruz ser en

    adelante el distintivo de su vida. Cuando hablamos aqu deCiencia de la Cruz no tomamos el nombre de ciencia en susentido corriente: no se trata de pura teora, es decir, de unasuma de sentencias verdaderas o reputadas como tales, ni deun edificio ideal construido con pensamientos coherentes. Setrata de una verdad bien conocida la teologa de la Cruz perouna verdad real y operante: como semilla que depositada en elcentro del alma crece imprimiendo en ella un sellocaracterstico y determinando de tal manera sus actos yomisiones, que por ellos se manifiesta y hace cognoscible. Eneste sentido es como puede hablarse de ciencia de los santosy a l nos referimos cuando hablamos de ciencia de la Cruz.

    De esta forma y fuerza vivientes brota en lo ms profundo delhombre un concepto de la vida y una visin de Dios y delmundo que permiten un particular modo de pensar que sepresta a ser formulado en una teora. Una tal cristalizacin latenemos en la doctrina de nuestro Santo Padre. Y es lo quenos proponemos buscar en su vida y en sus escritos. Masantes de preguntarnos de qu manera podemos concebir unaciencia en el sentido arriba indicado.

    Existen sntomas, detectables naturalmente, que demuestranque la naturaleza humana, tal como es en su realidad, seencuentra en estado de corrupcin. Uno de estos sntomas esla incapacidad de apreciar las circunstancias de los actos ensu verdadero valor y de reaccionar ante ellos rectamente.Incapacidad que puede provenir de cierto embotamiento, yacongnito, o ya tambin adquirido en el curso de la vida, o,finalmente, de una insensibilidad ante ciertos estmulos como

    resultado de rutinaria repeticin. Lo continuamente odo, loconocido de mucho tiempo atrs nos deja fros. Adase atodo que con la mayor frecuencia nos afectan en excesonuestras propias conveniencias, mientras seguimosimpermeables a las de nuestros prjimos. Sentimos estainsensibilidad nuestra como algo que no est de acuerdo conlo que debiera ser la realidad y nos hace sufrir. Pero de nadanos sirve pensar que obedece a una ley psicolgica. Por otraparte nos sentimos felices al comprobar por experiencia que

    somos capaces de profundas y autnticas alegras, y hasta unverdadero e ntimo dolor lo consideramos como una gracia encomparacin con la fra rigidez de la insensibilidad. Estoresulta particularmente penoso en el campo religioso. Muchoscreyentes se sienten atormentados, porque los hechos de laSalvacin o nunca les han impresionado, o ya no lesimpresionan tanto como debieran, y ya no conservan para susvidas la fuerza formativa de otros tiempos. La lectura de la vidade los santos les hace volver a la realidad y ver que donde lafe es en verdad viva, all la doctrina de la fe y las grandesobras de Dios constituyen el ncleo de la vida; todo lo demsqueda postergado y nicamente conserva su valor en cuantoest informado por aquellos. Es el realismo de los santos, quebrota del sentimiento ntimo y fundamental del alma que sesabe renacida del Espritu Santo. Cuanto en esa alma entra,ella lo acoge en forma adecuada y su correspondienteprofundidad, y encuentra con ello una fuerza viva, impulsora ydispuesta a dejarse moldear, y no impedida por obstculo nientorpecimiento alguno, que se deja moldear, dirigir fcil ygozosamente por lo que ha recibido. Cuando un alma santaacepta as las verdades de la fe, stas se le convierten en la

    Ciencia de los Santos. Y cuando su ntima forma estconstituida por el misterio de la Cruz, entonces esa cienciaviene a ser la Ciencia de la Cruz.Este realismo santo tiene cierto parentesco con el realismo delnio que recibe sus impresiones y reacciona ante ellas confuerza aun no debilitada y con una viveza e ingenuidad libre deinhibiciones. Claro est que tal reaccin no siempre estarnaturalmente en conformidad con la razn. Le falta la madurez

    3

  • 8/6/2019 La Cincia de La Crux en Word

    4/164

    de la inteligencia. Y tan pronto como la inteligencia entra enaccin se le presentan fuentes de error y de engao tantointeriores como exteriores que la dirigen por caminosequivocados. El pertinente influjo del medio ambiente puedeactuar preventivamente. El alma del nio es blanda y dctil. Loque en ella penetre puede estar informndola toda la vida.Cuando los hechos de la Salvacin penetran en el alma tiernadel nio debidamente, puede que se hayan colocado las basespara una vida santa. A veces nos encontramos tambin con

    una temprana y extraordinaria eleccin de la Divina Gracia,coincidiendo en este caso el realismo infantil con el realismosanto. As se cuenta de santa Brgida que a la edad de diezaos oy por primera vez hablar de la Pasin y Muerte deJess. A la noche siguiente se le apareci el Salvador en laCruz y desde entonces ya no le fue posible meditar la Pasindel Seor sin derramar lgrimas.En el caso de San Juan de la Cruz hay que tener en cuenta untercer aspecto: posea una naturaleza de artista. Entre losdistintos oficios y artes manuales en los que se entren denio se cuentan los de escultor y pintor. De poca posterior seconservan todava dibujos salidos de sus manos. (Esuniversalmente conocido su dibujo de la Subida al MonteCarmelo). Siendo prior de Granada traz los planos de unconvento de contemplativos. Pero a la vez que artistadibujante, es poeta. Senta la necesidad de expresar encanciones lo que experimentaba su alma. Sus escritosmsticos no son otra cosa que explicaciones posteriores de susinmediatas expresiones poticas. Por ello en su caso hemosde atender al realismo propio del artista. El artista por la fuerzainquebrantable de su sensibilidad se emparenta al nio y al

    santo.Ms al revs de lo que sucede en el realismo santo aquestamos ante una impresionabilidad que contempla el mundoa la luz de una determinada categora de valores, con fcildetrimento de los dems, y tiene su propio y peculiarprocedimiento. Es propio del artista representar en imgeneslo que interiormente le impresiona y pugna por manifestarse alexterior. Cuando hablamos de imgenes no pretendemos

    limitarnos al arte grfico y representativo: se incluye en estaexpresin cualquier reaccin artstica, sin excluir la potica nila musical. Es, al mismo tiempo, imagen que representa algo, ycreacin: algo creado y encerrado dentro de s mismoformando su pequeo mundo. Toda obra genuina de arte esadems smbolo, hyalo pretendido o no el artista, tanto siste es naturalista como si es simbolista. Smbolo: es decir,que de la plenitud infinita del sentido con la que tropiezanecesariamente todo humano conocimiento, capta algo y lo

    hace manifiesto y lo expresa; y, por cierto, de tal manera queesa misma plenitud de sentido, inagotable para elconocimiento humano, encontrar en el smbolo unamisteriosa resonancia. As entendido todo arte autntico esuna revelacin y la creacin artstica un servicio santo. A pesarde todo, sigue siendo verdad que en toda creacin artstica seoculta un peligro y esto no solamente cuando el artista no tieneidea de la santidad de su misin. Es el peligro de que secontente con la representacin externa de la imagen, como sino existieran para l otras exigencias.

    Lo que afirmamos de una manera general aparece con mayorclaridad tratndose de la imagen de la Cruz. Apenas hayartista cristiano que no se haya sentido impulsado arepresentar a Cristo cargado con la cruz o clavado en ella.Pero el Crucificado pide al artista algo ms de su imagen queuna representacin. Exige de l, como de cualquier otrohombre, la imitacin: que se convierta l mismo en imagen deCristo cargado con la cruz y crucificado y que conforme a ellase deje modelar. La mera representacin externa puede serobstculo para su configuracin personal, pero no debe ser en

    absoluto as; incluso puede servir a ella, ya que la mismaimagen interior, proyectada al exterior, no hace sino que quedems vivamente plasmada y ms asimilable interiormente. Porello, cuando ningn obstculo se cruza en su camino, seconvierte en forma interior que impulsa a la accin, es decir, acaminar en su seguimiento. S, la misma imagen exterior, lacreada por uno mismo, puede servir como acicate para laformacin de la propia persona. Tenemos motivos para afirmar

    4

  • 8/6/2019 La Cincia de La Crux en Word

    5/164

    que as sucedi en el caso de san Juan de la Cruz: el realismodel nio, del artista y del santo se han unido en l parapreparar un terreno adecuado para el mensaje de la Cruz,para permitirle progresar en la ciencia de la Cruz. Ya hemosdicho que su naturaleza artstica se manifest desde suinfancia. Tampoco faltan testimonios que nos hablan de sutemprana vocacin a la Santidad. Contaba ms tarde sumadre a las carmelitas descalzas de Medina que su hijodurante su infancia se comport como un ngel. Esta piadosa

    madre le inculc un amor tiernsimo a la Madre de Dios ysabemos de buena fuente que Mara, por su intervencinpersonal, libr por dos veces al nio de ahogarse. Todo lodems que de su infancia y su juventud conocemos demuestraigualmente que desde sus primeros aos era el nio de lagracia.1:Tempranos encuentros con la cruz

    Nos preguntamos ahora cmo fue sembrada en esta tierrafecunda la semilla del mensaje de la Cruz. No poseemosningn testimonio que nos diga cundo contempl Juan porprimera vez la imagen del Crucificado. Es verosmil que sumadre, profundamente creyente, lo llevase consigo, siendoan muy pequeo, a la iglesia parroquial de su Fontiverosnatal. All pudo contemplar al Salvador en la Cruz, desfiguradoel rostro por el dolor, con cabellos naturales que descendiendopor sus mejillas llegaban hasta sus espaldas, cubiertas deheridas 1. Y cuando la joven viuda, que tanta necesidad y tantosufrimiento haba tenido, conducira tambin ante la Madre delcielo, le conducira tambin ante la Madre Dolorosa al pie de lacruz. Podemos conjeturar, con todo respeto ante los misterios

    de la gracia, que fue Mara la que adoctrin a su protegido, yaen edad temprana, en la ciencia de la Cruz. Quin msinstruida y penetrada en la dignidad de la Cruz que la VirgenSapientsima?.

    Juan encontr tambin, en todo caso, la imagen del Crucifijoen los obradores en que trabajaba. Es posible que ya entoncesse entretuviera en tallar cruces, trabajo que tan gustosamente

    har ms tarde. Si para todas estas afirmaciones nos hemosde conformar con conjeturas, tenemos un buen apoyo para lahiptesis de un encuentro con la Cruz, en el 1 Vid. P. Bruno. S. Jean de laCroix, Pars, 1929, p. 4 s.hecho seguro de que muy pronto se manifest enl el amor a la penitencia y mortificacin. Cuando contaba todava 9 aosdespreciaba su cama y dorma sobre una yaciga desarmientos. Algunos aos ms tarde no se conceda ms queunas pocas horas de reposo sobre este duro lecho y empleabaen el estudio una buena parte de la noche. Siendo estudiante

    peda limosna para otros compaeros ms pobres que l y,ms tarde, para los pobres del hospital. Despus de variosintentos sin xito en otras profesiones, se consagr a la duratarea de enfermero y persever en ella con plena dedicacin;segn el testimonio de su hermano Francisco se trataba delhospital de los bubas 2. Se ha aventurado tambin lahiptesis de que los enfermos cuidados en este hospital eransifilticos 3. Sea esto verdad o no, lo seguro es que el nioaprendi a conocer entre sus enfermos no slo lasenfermedades del cuerpo, sino tambin a compadecerse delas del alma y las morales, y fiel cumplimiento de su deberexigi del puro, profundo y tierno corazn del nio con muchafrecuencia vencimientos dolorosos. Quin le dio fuerza paraello? Sin duda alguna el amor al Crucificado a quien queraseguir por duro, escarpado y estrecho camino. El deseo deconocerlo ms de cerca y conformarse ms perfectamente consu imagen, determin a san Juan de la Cruz a frecuentar elestudio en el colegio de los Jesuitas como preparacin para suvocacin sacerdotal. Para mejor escuchar el mensaje de laCruz rechaz la oferta lucrativa de capelln en el Hospital enque serva, prefiriendo la pobreza de la Orden 4. Este mismo

    deseo hizo que no encontrara reposo en la Observanciamitigada de los Carmelitas en aquel tiempo y se refugiara en laReforma.

    2 BRUNO, Ibid.p. 10 y 377. 3 BARUZI, St. Jean de la Croix, p. 77 s. 4Ibid.91.9 2

    El mensaje de la Sagrada Escritura5

  • 8/6/2019 La Cincia de La Crux en Word

    6/164

    Es posible que ya siendo estudiante en los Jesutas, san Juande la Cruz fuera iniciado en el manejo de la Sagrada Escritura.En ms temprana edad, tuvo, sin duda, ocasin, de escucharlas palabras de Cristo, y entre ellas, el mensaje de la Cruz, enlos sermones e instrucciones y en la Liturgia. Por lo dems, elestudio cotidiano de las Sagradas Escrituras es cosa corrienteentre los Carmelitas. Cuando, joven carmelita, fue enviado aestudiar a Salamanca, el examen del texto sagrado, bajo la

    direccin de competentes exgetas, constitua la parteesencial de su trabajo, y tenemos noticia de que, aos mstarde, viva sumergido por completo en la meditacin de laEscritura. Era la Biblia uno de los pocos libros que tenasiempre en su celda. Las palabras de la Escritura soninseparables de sus escritos, se haban convertido en laexpresin natural de su experiencia y brotan espontneamentede su pluma. Su secretario y confidente de los ltimos aos, elpadre Juan Evangelista, testifica que san Juan de la Cruzapenas necesitaba consultar la Escritura porque se la sabacasi de memoria1. De todo ello podemos concluir que elmensaje de la Cruz, contenido en las Sagradas Letras, tuvoque ir penetrando cada vez ms ntimamente en su corazn alo largo de toda su vida. Nos resulta imposible examinarexhaustivamente esta primersima fuente de su ciencia de laCruz, porque no podemos olvidar que toda la SagradaEscritura, tanto el Antiguo como el

    1 P. Bruno, Ibid., 269.

    Nuevo Testamento, eran para l el pan de cada da. Las citasde la Sagrada Escritura son tan numerosas en sus obras, queno interesa citarlas todas. Por lo dems, no sera razonablelimitarnos a ellas y pretender que otras expresiones, que no seencuentran citadas por l, no han tenido tambin un influjo vitalen su alma. Por ello, hemos de limitarnos a mostrar, con otraserie de casos, su penetracin en el mensaje de la Cruz.

    El mismo Salvador, en distintas ocasiones y con diversosentido, ha hablado de la Cruz: cuando predijo su Pasin yMuerte2 tena ante sus ojos en sentido literal el madero deignominia en que haba de acabar su vida. Pero cuando dice ...el que no toma su cruz y sigue en pos de m, no es digno dem3 o el que quiera venir en pos de m, niguese a s mismo,y tome su cruz y sgame 4, la Cruz es el smbolo de todo lodifcil y pesado, y que resulta tan opuesto a la naturaleza, que,cuando uno toma esta carga sobre s, tiene la sensacin de

    caminar hacia la muerte. Y sta es la carga que ha de llevardiariamente el discpulo de Cristo 5. El anuncio de la muertepona ante sus discpulos la imagen del Crucificado y estomismo hace todava hoy en cuantos leen o escuchan elEvangelio. Hay en esto una intimacin callada a responder demanera conveniente. La invitacin a seguir a Cristo por el VaCrucis de la vida nos da la respuesta oportuna y, al mismotiempo, nos hace comprender el sentido de la muerte en laCruz, ya que a estas palabras sigue inmediatamente laadvertencia: Quien quisiere salvar su vida la perder; peroquien perdiere su vida por amor de m, la salvar 6. Cristoofreci su

    2 Mt 20, 19;26,2. 3 Mt 10,38. 4 mt 16,24;cfr. Me 8,34;Lc 9,23;14,27. 5 Lc 9,23. 6 Lc 9, 24; Mt 10,39; Lc 17,33;Jn 12,25.

    vida para abrir a los hombres las puertas de la vida eterna.Mas para ganar esta vida eterna hay que renunciar a laterrena. Hay que morir con Cristo y con l resucitar: morir conla muerte del sufrimiento que dura toda la vida, con lanegacin diaria de s mismo y, si se tercia, con la muertesangrienta del martirio por el Evangelio.

    Las narraciones evanglicas de la Pasin pintan por extenso ycircunstanciadamente esta imagen de Cristo paciente ycrucificado, aludida en las palabras del Seor. El puro y tiernocorazn de nio y la fantasa de artista que posea Juan deYepes, tenan que quedar imborrablemente impresionadas porestas imgenes. Adems, hemos de tener en cuenta que elnio asistira e incluso hara de aclito en los oficios de

    6

  • 8/6/2019 La Cincia de La Crux en Word

    7/164

    Semana Santa. Todos los aos, el domingo de Ramos ydurante los das de Semana Santa, la Iglesia, a travs de laliturgia, pone ante los fieles los ltimos das de la vida deCristo, su muerte y sepultura con dramtica viveza y con tanconmovedoras palabras y melodas, que convidanirresistiblemente a participar en ellas. Si hasta los hombresfros y los mismos incrdulos que viven envueltos en la vidamundanal no pueden permanecer indiferentes a ellas, culsera el efecto que produciran sobre el santo joven del cual

    sabemos que en los aos ltimos de su vida apenas podahablar de cosas espirituales sin quedar extasiado y le bastabaor una cancin para entrar en arrobamiento?

    Estudiando la Sagrada Escritura, adems de los datos de losEvangelios, se encontr con las profecas del AntiguoTestamento y, ante todo, con la descripcin que del siervo deDios hace Isaas y que el joven Carmelita poda haberconocido por las lecciones del breviario en la Semana Santa.Aqu no slo poda encontrar retratada con despiadadorealismo la Pasin, sino que se ofreca el gran fondo histrico,sagrado y profano, sobre el cual se desarrollaba el drama delGlgota; Dios el

    Creador, todopoderoso y Seor del mundo que derriba lospueblos como vasija de barro y es al mismo tiempo Padre querodea a su pueblo de los ms tiernos cuidados que, a travsde los siglos, corteja a Israel su esposa y, una y otra vez, esdespreciado y olvidado, como canta san Juan de la Cruz en su

    Cancin del Pastorcito7. Los Profetas y los Evangelios seaclaran mutuamente cuando pintan el retrato del Mesas que,obediente a su Padre, viene para rescatar a su esposa y que,para liberarla, toma su yugo sobre sus espaldas y no retrocedeante la muerte por darle la vida. En sus Romances resuena uneco de todo esto8. En los Profetas las relaciones de amor deIsrael se extienden a toda la humanidad y as se da unacorrespondencia entre el anuncio del reino de Dios por los

    Profetas y por los Evangelios.

    Hay todava otra cosa que deba aparecer clara para Juan enlos libros profetices: la relacin que el mismo Profeta tena conDios: la vocacin y segregacin de un hombre sobre el que elOmnipotente haba puesto su mano. Una relacin queconvertir a este hombre en amigo y confidente de Dios,conocedor y mensajero de los divinos decretos, y exige, porotra parte, de l una entrega incansable ay una limitada

    disposicin por arrancarle de la comunidad de los hombresque piensan al modo natural y le convierte en signo decontradiccin. Para todo esto no solamente se sirveinmediatamente de la Sagrada Escritura sino tambin de suinterpretacin en la tradicin de la Orden. En el Carmelo anbajo la regla mitigada

    7 Edicin crtica, Toledo 1914, vol.lll.p. 173 s. Ed.E.PACHO,28-29. Lacancin del Pastorcito es la queja del amor del Salvador despreciado.No puede afirmarse que Juan de la Cruz piense en el pueblo de Israelcomo esposa del Pastorcito. Es por lo menos tan claro y natural quese refiera al alma.

    8 Ibid., 174 s. Ed. E. PACHO, 31 ss.

    se conservaba vivo el recuerdo del Profeta Elas Gua yPadre de los carmelitas9. La Institutio primorum monachorum10 lo presenta a los jvenes Carmelitas como modelo de vidacontemplativa. El Profeta a quien Dios ordena que se retire al

    Desierto y se oculte en el torrente Karith, enfrente del Jordn,y que beba del agua del torrente y se alimente de la comidaque Dios le enviar11 , es el modelo de todos aquellos que,retirndose a la soledad, se despojan del pecado y de todoslos gustos sensibles (as interpreta la frase enfrente delJordn) y se ocultan en el amor de Dios (Karith esinterpretado como caritas ): el torrente de la divina gracia ledar deleitosa bebida y la doctrina de los Padres ofrecer a su

    7

  • 8/6/2019 La Cincia de La Crux en Word

    8/164

    alma slido alimento: el pan del arrepentimiento y de lapenitencia y la carne de la verdadera humildad. No habrencontrado aqu san Juan de la Cruz la clave para explicar loque Dios obra en su propia alma? Se realizan los planessalvadores de Dios sobre la humanidad y, por su medio, sobresu pueblo escogido. Mas dentro de l tiene que tratar con cadauna de las almas. Cada una debe ser rodeada por l desolcito cario y de cuidado paternal. Encontrar en la SagradaEscritura, concretamente en el Cantar de los Cantares, un

    ejemplo de cmo el sentirse amada se convierte para el almaen un aguijn que ya no le permite quedar tranquila. El Cnticoespiritual es el eco de todo esto. Ms tarde demostraremos

    9 Sanctus Propheta Dei Elias, Ord. Carmelitarum Dux etPater, reza la inscripcin del Santo sobre su estatua en laBaslica vaticana.

    10 Si creemos a nuestros cronistas, el original fue escrito engriego; pero solamente nos ha sido transmitido en la versinlatina del Patriarca de Antioqua Aimerico (editada enSalamanca en 1599). En "la Voix de Notre Dame du MontCarmel (1932-33) apareci una traduccin francesa.

    11 3 Reyes, 17, 2-3.

    hasta qu punto es el motivo de la Cruz el que continuamentese repite en l.

    Si el poeta encuentra en las imgenes tan plsticas delAntiguo Testamento rica inspiracin, puede hallarlas el telogo

    en otras fuentes fecundas. El alma, hecha una con Cristo,viviendo de su vida pero slo por su abandono en elCrucificado, slo cuando ha recorrido con l todo el camino delCalvario; en ninguna parte aparece esto tan clara eimpresionantemente expresado como en el mensaje de sanPablo que constituye bien desarrollada una Ciencia de la Cruz,una Teologa de la cruz, vivida en el alma.Cristo me envi... a evangelizar y no con artificiosas palabras

    para que no se desvirte la Cruz de Cristo. Porque la doctrinade la Cruz de Cristo es necedad para los que se pierden, peroes poder de Dios para los que se salvan; ...los judos pidenseales, los griegos buscan sabidura, mientras que nosotrospredicamos a Cristo Crucificado, escndalo para los judos,locura para los gentiles, mas poder y sabidura de Dios paralos llamados, ya sean judos, ya griegos. Porque la locura deDios es ms sabia que la sabidura de los hombres, y laflaqueza de Dios ms poderosa que la fuerza de los

    hombres12 .La doctrina de la Cruz constituye el Evangelium Pauli, elmensaje que tiene que anunciar a judos y gentiles. Es unmensaje sencillo, sin adornos, sin pretensin alguna depersuadir con argumentos racionales. Saca toda su fuerza deltestimonio mismo que anuncia y ste es la Cruz de Cristo, esdecir, la muerte de Cristo en la Cruz y el mismo Crucificado.Cristo es fuerza de Dios y sabidura divina, no slo en cuantoenviado de Dios, Hijo de Dios y Dios El mismo, sino en cuantocrucificado. Y es que la muerte de Cruz es el medio desalvacin escogido por la infinita sabidura, Y para demostrarque 12 1Cor 1,17-18 y 22-24.I.la fuerza y la sabidura humana son incapaces de conseguir laRedencin ha sido dada la fuerza salvadora a aquello, quesegn medidas humanas, parece dbil y loco: el que no quiereser nada por s mismo, sino que deja que la fuerza de Diosobre sola en l, el que se ha despojado de s mismo y se hahecho obediente hasta la muerte y muerte de Cruz13 .

    La fuerza salvadora, es decir, el poder de resucitar a la vida aquienes estaban muertos a la vida divina por causa del

    pecado. Esta fuerza salvadora de la Cruz ha pasado a lapalabra de la Cruz y, a travs de esta palabra, se comunica acuantos la reciben y se abren a ella sin pretender milagros nifundamentos de humana sabidura: en ellos se convierte enesa fuerza vivificadora y formadora que llaman Ciencia de laCruz. El mismo san Pablo ha cumplido esto a la perfeccin;mas yo, por la misma ley, he muerto a la Ley, para vivir paraDios; estoy crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, es Cristo

    8

  • 8/6/2019 La Cincia de La Crux en Word

    9/164

    quien vive en m. Y aunque al presente vivo en carne, vivo enla fe del Hijo de Dios, que me am y se entreg por m.

    Por aquellos das en que en torno suyo se hizo noche y, sinembargo, luca la luz en su interior, conoci el celador de laLey, que la Ley era el pedagogo en el camino que conduce aCristo. La Ley poda preparar para recibir la vida pero no podadar vida alguna. Cristo ha tomado sobre s el yugo de la Leypor cuanto la cumpli perfectamente y muri para la Ley y por

    la Ley. Con ello ha librado de la Ley a quienes de l quierenrecibir la vida, ms slo podrn recibirla cuando abandonen lasuya propia. Porque cuantos han sido bautizados en Cristohan sido bautizados en su muerte 15. Se han sumergido en suvida para ser miembros de su cuerpo y, como 13 Fil 2, 7-8.14 Gal 2, 19-20.15 Rom 6,3 s. tales, padecer y morir con l, pero tambinresucitar con l a la vida eterna y divina.Esta vida llegar a nosotros plenamente en el da de su gloria.Sin embargo, ya ahora en la carne tomamos parte en Elcuando creemos: creemos que Cristo ha muerto por nosotrospara darnos la vida. Esta fe es la que nos permite ser una cosacon El con la unidad que tienen los miembros con la cabeza yabre para nosotros el torrente de su vida. Tal es la fe en lCrucificado, la fe viva que va unida a un abandono amoroso yconstituye para nosotros la entrada a la vida y el principio de lafutura glorificacin: de aqu que sea la Cruz nuestro nico ttulode gloria: Cuanto a m, no quiera Dios que me glore sino enla Cruz de Nuestro Seor Jesucristo, por quien el mundo estcrucificado para m y yo para el mundo16 . El que se hadecidido por Cristo, est muerto para el mundo y el mundopara l. Lleva en su cuerpo los estigmas del Seor 17; es dbil

    y despreciado ante los hombres pero recto y, por ello mismo,fuerte, pues la fuerza de Dios es su fortaleza en la debilidad 18 .

    Con este conocimiento, no slo toma el discpulo de Cristosobre si la Cruz que le ha sido impuesta, sino que l mismo secrucifica. Los que son de Cristo Jess han crucificado sucarne con sus pasiones y concupiscencias19. Han tenido quelibrar una guerra implacable contra su naturaleza para que

    muriera en ellos la vida de pecado y diera lugar a la vida delespritu. Esto ltimo es lo que importa. La Cruz no es un fin ens misma. Ella se eleva y empuja hacia lo alto. Por esta razn,no es solamente smbolo, sino arma poderosa de Cristo, elcayado16 Gal 6,14. 17 Gal 6,17. 18 2Cor 12,9. 19 Gal 5,24.

    del pastor, con que el divino David sale a combatir con elGoliat infernal y con el cual llama con autoridad a la puerta del

    cielo y se le abre. Desde entonces fluyen torrentes de luzdivina que envuelven a cuantos siguen al Crucificado.

    3 El Sacrificio de la misa

    El morir con Cristo y resucitar con l se hace factible paratodos los fieles, y particularmente para los sacerdotes, en elSanto Sacrificio de la misa. El Sacrificio de la misa, segn ladoctrina catlica, no es otra cosa sino la renovacin delsacrificio de la Cruz. Para quien lo ofrece con fe viva o tomaparte en l vuelve a repetirse lo que en el Glgota aconteci.Juan siendo nio ayudaba a misa y este mismo oficio ejercit,sin duda, en la Orden antes del sacerdocio. Sabemos por lahistoria de su vida que la mera contemplacin del crucifijo eracapaz de dejarle literalmente exttico. Cmo hubo de atraerleesta ofrenda perfecta! -primero como monaguillo y, ms tarde,cuando era l mismo el que la ofreca-.

    Tenemos noticias de su primera misa. La celebr en elConvento de Santa Ana de Medina del Campo, en septiembrede 1567, acaso en la octava de la Natividad, y en presencia de

    su madre, de su hermano mayor Francisco y de su familia. Unsanto terror le retraa de la dignidad del sacerdocio y slo laobediencia a las indicaciones de sus superiores consiguivencer sus escrpulos. Entonces, al comenzar la Santa Misa,se hizo ms vivo en l el sentimiento de su indignidad, seencendi en ardiente deseo de ser completamente puro parapoder tocar con limpias manos al Santo de los Santos y brotde su corazn la peticin de que el Seor velara por l para

    9

  • 8/6/2019 La Cincia de La Crux en Word

    10/164

    que nunca le ofendiera mortalmente. Quiso sentir dolor detodas las faltas en las que poda caer sin la asistencia divina,pero sin cometer la culpa. En la consagracin escuch laspalabras yo te concedo cuanto me pides y, desde entonces, fueconfirmado en gracia y conserv el corazn puro como el deun nio de dos aos1. Sentirse libre de culpa y, a pesar de ello,experimentar dolor no constituye esto una verdaderacompenetracin con el Cordero sin mancha que tom sobre slos pecados del mundo? No es esto Getseman y el Glgota?

    Nunca disminuy el sentimiento de Juan ante la grandeza delsacrificio de la misa. Sabemos que un da encontrndose enBaeza se retir extasiado del altar sin haber terminado laSanta Misa. Uno de los que asistan a ella exclam que debanvenir los ngeles para terminar aquella misa porque el SantoPadre no se acordaba de que no la haba terminado. En Cara-vaca se le vio en cierta ocasin durante la misa cubierto delresplandor que sala de la Sagrada Hostia. El mismo contque, a veces, durante varios das tuvo que prescindir decelebrar la Santa Misa, porque su naturaleza era demasiadodbil para soportar el torrente de consolaciones divinas2. Conparticular deleite celebraba la Misa de la Santsima Trinidad.Existe una ntima conexin entre este altsimo misterio y elSanto Sacrificio que ha sido instituido conforme al decreto delas Tres Divinas Personas, sirve para su gloria y abre la puertaa la participacin del torrente eterno de vida trinitaria. Nopodemos ni siquiera sospechar la plenitud de divinailuminacin que le fue comunicada al Santo en el Altar duranteel transcurso de su vida sacerdotal. En todo caso hubo de seren gran parte durante la celebracin de la Santa Misa cuandose desarroll su ciencia de la Cruz y tuvo lugar su misteriosa y

    progresiva transformacin en el Crucificado.1 Vid. P. BRUNO. St. Jean de la Croix, p. 54 .s y la Vida, del P. GERARDO DE SAN JUAN DE LA CRUZ enE. Cr. 1.36 s.1168s. 2 P. BRUNO, Ibid., p. 225.

    20 4 Visiones de la Cruz

    El mensaje de la Cruz se deja or en el corazn de todo aquel

    que vive dentro del ambiente cultural del cristianismo a travsde las palabras, las imgenes y las fiestas de la Liturgia, peroencuentra una particular resonancia en el corazn delsacerdote, aunque habr muy pocos tan capaces y tandispuestos a aceptarlo y responder a El como san Juan de laCruz. Adems, y, prescindiendo de las gracias extraordinariasde la Santa Misa, el mensaje de la Cruz ha llegado a l deotras maneras extraordinarias. El Crucificado se le haaparecido en repetidas ocasiones, de dos de las cules

    tenemos noticias concretas. En su doctrina considera el Santolas visiones, locuciones y revelaciones como elementosaccidentales de la vida mstica. Ha advertido, ante todo y congran insistencia, del peligro de engao o, por lo menos, de serdetenido en el camino de la unin que puede seguirse de darvalor a tales cosas. Adems se mostr siempre muy retradopara comunicar nada que se refiriera a su vida, tanto en loexterior como en lo interior. Si ha hablado de estas visiones,ha sido porque tenan para l un significado particular. Aambas sigui en su vida una tempestad de persecuciones y desufrimientos y es evidente que estas visiones le sirvieron comode avisos.La primera aparicin tuvo lugar en vila, en el Monasterio de laEncarnacin, a donde le haba llamado santa Teresa comoconfesor de las monjas. Hallndose cierto da sumergido

    en la contemplacin de la Pasin, se le mostr el Crucificado,visible a los ojos del cuerpo, cuerpo cubierto de llagas ybaado en sangre. Tan clara fue la aparicin, que pudodibujarla a pluma en cuanto volvi en s. La hojita amarillenta,sobre la que la dibuj, se conserva an en nuestros das en el

    Monasterio de la Encarnacin1. El dibujo da una impresin demodernidad. La Cruz y el cuerpo estn representados enfuerte escorzo, como vistos de lado: el cuerpo en movimientoforzado, muy separado de la Cruz, colgado de las manos (lasmanos, traspasadas por fuertes clavos, muy prominentes, sonparticularmente impresionantes), la cabeza est inclinadahacia delante de manera que no permite ver los rasgos de lacara y deja descubierta la parte superior de la espalda

    10

  • 8/6/2019 La Cincia de La Crux en Word

    11/164

    desnuda marcada de cardenales. El Santo envi la hojita a lahermana Mara de Jess a quien confi su secreto. Lo cual escosa comprensible por cuanto el mismo Seor comunic alalma de esta religiosa algo de los ms ntimos secretos delSanto: la gracia que recibi en su primera Misa. Ignoramos sile habl el Seor al inclinarse tan profundamente en la Cruz.Pero lo que podemos afirmar es que tuvo lugar un intercambiode corazn a corazn. Sucedi esto poco antes de que sedesencadenara la persecucin de los calzados contra la

    Reforma, cuya principal vctima haba de ser l precisamente.

    La segunda aparicin tuvo lugar en Segovia hacia el fin de suvida. Haba llamado all a su hermano Francisco que es el quenos ha transmitido el hecho. Yo fui a verle y despus dehaber estado all dos o tres das, le ped licencia para venirme.Djome que me detuviese algunos das ms, que no sabacundo nos volveramos a ver. Fue esta la ltima vez que le vi.

    1 El P. BRUNO nos da una buena reproduccin del dibujo del Santoen su obra tantas veces citada, p. 136. All mismo puede verse ladocumentacin referente al caso.

    Una tarde despus de la cena me tom de la mano y me lleval jardn y cuando nos encontramos solos me fijo: quierocontaros una cosa que me sucedi con Nuestro Seor.Tenamos un crucifijo en el convento2 y estando yo un dadelante de l, parecime estara ms decentemente en laIglesia, y con deseo de que no slo los religiosos lereverenciasen, sino tambin los de fuera, hice como me habaparecido. Despus de tenerle en la iglesia puesto lo ms

    decentemente que yo pude, estando un da en oracin delantede l, me dijo: fray Juan, pdeme lo que quisieres, que yo telo conceder por este servicio que me has hecho. Y yo ledije: Seor, lo que quiero que me deis trabajos que padecerpor vos, y que yo sea menospreciado y tenido en poco3.

    Cuando Juan expres este deseo, las circunstancias de suvida eran tales, que fcilmente poda cumplirse sin intervenir

    2 El P. BRUNO (Ve d'amour de Saint Jean de la Croix, Pars, 1936,

    p. 238) afirma que se trataba de un cuadro, pintado sobre cuero, querepresentaba al Seor con la cruz a cuestas. El P. Bruno lo reproduceen su Saint Jean, p. 336. Pero, para referirse a un cuadro asi,hubiera empleado el Santo la palabra crucifijo?3 Toms Prez de Molina fue quien tom literalmente el testimonio deFrancisco, que no saba escribir. Hemos trascrito literalmente la

    noticia para no despojarla de su original sencillez y porque de ella sededuce la intimidad que exista entre los dos hermanos. Durante todasu vida estuvieron muy unidos. Al principio de la Reforma llam Juana Duruelo a su madre y a Francisco con su mujer para que tuvierancuidado de la casa. La madre cocinaba, la cuada lavaba y elhermano arreglaba las celdas. Extraa esto a primera vista en unsanto que tal desprendimiento exige de las criaturas. Mas no haycontradiccin en ello. Este modo de proceder no era un obstculopara su vida contemplativa, porque estaba ya desde nioacostumbrado a sobrenaturalizar las relaciones de familia, que nosignificaban para l lazo ni impedimento alguno y cuanto msprximos en la sangre, ms prximos eran tambin en el espritu. Deesta manera se explican tambin estn confidencias mutuas.

    ms que las causas naturales. Era superior provincial delreformado Carmelo el padre Nicols Doria, exaltado celador dela observancia, que quera modelar la Reforma de Teresaconforme a sus propias ideas. Juan defendi con decisin laherencia de la Santa Madre y a las vctimas del fanatismo: elpadre Gracin y las carmelitas. El 30 de mayo de 1591 seabri en Madrid el Captulo General de los Descalzas de

    Segovia. La priora Mara de la Encarnacin exclamvivamente impresionada: Padre, quin sabe si no volvervuestra reverencia como provincial de esta Provincia y elSanto respondi: Si supiese, hija cuan diferentemente piensoyo lo que en el Captulo pasar!. Hgola saber que estando enoracin encomendando a Dios los sucesos de l, me parecique me tomaban y arrojaban a un rincn. Y as sucedi dehecho. No se le dio ningn cargo y fue enviado a la soledad de

    11

  • 8/6/2019 La Cincia de La Crux en Word

    12/164

    la Peuela. All le llegaron noticias de las vejaciones de queeran objeto las Descalzas. Se las tomaba declaracin parareunir materiales contra el Santo. Se buscaban motivos paraarrojarlo de la Orden. Poco despus, a causa de susenfermedad, se vio obligado a abandonar la Peuela dondecareca de asistencia mdica. As lleg a la ltima estacin desu Va Crucis: Ubeda. Cubierto de llagas purulentas, encontraqu en el padre prior. Francisco Crisstomo, un enconadoenemigo que hizo ms que lo suficiente para colmar su deseo

    de ser despreciado. Haba llegado a la cumbre del Glgota.

    5 El mensaje de la Cruz

    Tenemos todava un tercer testimonio que prueba que sanJuan de la Cruz recibi de la imagen del Crucificado un influjopoco corriente1. Y es fcil que le haya ocurrido con mucha msfrecuencia de lo que sabemos. Todos estos influjos losconsideramos como mensajes que le animan y preparan allevar la Cruz Mas tambin todo cuanto comprendemossimblicamente bajo el nombre de Cruz, todas las cargas ysufrimientos de la vida, pueden considerarse como mensajesde la Cruz, ya que es precisamente por su medio como mejorse puede aprender esta ciencia. El Santo tuvo ocasin, desdesus primeros aos, de conocer el dolor y la necesidad. Latemprana muerte del padre, la lucha que hubo de emprendersu madre para ganar el pan para sus hijos, sus propiosesfuerzos, siempre fracasados, para colaborar alsostenimiento de la familia -todo esto debi de hacer unaprofunda impresin en sus tiernos aos-; mas nada sabemos

    de ello. Tampoco sabemos mucho del efecto que tuvieron ensu alma las crisis de los primeros aos de su vida religiosa.

    De tiempos posteriores se conservan noticias que nosdescubren mejor su vida interior. Una tarde en Avila, despusde haber odo las confesiones, volva del monasterio a la horadel ngelus por la senda que conduca a la casita en quehabitaba con su compaero, el Padre Germn.

    Repentinamente se precipit sobre l un hombre que lo molia palos y lo derrumbo 1 Vid. BRUNO, S. Jean, 329al suelo. (Era la rabiade un amante a quien haba arrebatado su presa). Cuando contaba Juan estaaventura sola aadir que nunca haba experimentado tanto consuelo,porque haba sido tratado como el mismo Salvador y haba podido probarla dulzura de la Cruz.

    La prisin en Toledo le ofreci tambin abundantsimasocasiones para ello. El Santo haba comenzado la Reforma en

    Duruelo y fue trasladado a Mancera al crecer la Comunidad;trabaj despus en el noviciado de Pastrana y, finalmente,dirigi el colegio de la Orden de Alcal, en 1572 le llam laSanta Madre a vila para que la ayudara en su difcil misin.Haba recibido la orden de volver como priora al Monasterio dela Encarnacin del que haba salido. Deba, bajo laobservancia de la regla mitigada, suprimir los abusos que allse haban introducido y llevar a la numerosa Comunidad a unaverdadera vida espiritual. Para ello le pareci imprescindiblecontar con buenos confesores. Ninguno pudo encontrar ms apropsito que Juan, cuya experiencia en la vida interiorconoca muy bien. Desde 1572 a 1577 trabaj aqu con granprovecho de las almas. Mientras l tan calladamentetrabajaba, la Reforma haba realizado grandes progresos. LaSanta Madre viajaba de un monasterio a otro. Tambin habansurgido nuevos conventos de frailes. Grandes personalidadeshaban ingresado en la orden y tomado las riendas de sugobierno. Entre ellos los ms importantes eran el padreGernimo Gracin y Ambrosio Mariano. Los calzados, no sinculpa, se sintieron perjudicados y organizaron una poderosacontraofensiva. No vamos a investigar aqu por qu dirigieron

    principalmente sus tiros, y con particular dureza, contra elPadre Juan, cuya actividad era puramente espiritual. En lanoche del 3 al 4 de diciembre de 1577 penetraron algunoscalzados con sus cmplices en la casa que habitaban los dospadres confesores y se los llevaron presos. Desde entoncesdesapareci todo rastrodel padre Juan. La Santa Madre se enter de que elpadre Maldonado se lo haba llevado.

    12

  • 8/6/2019 La Cincia de La Crux en Word

    13/164

    Slo nueve meses ms tarde, a raz de su liberacin, se supodnde haba estado. Con los ojos vendados fue conducido, atravs de barrios solitarios, al Convento de Nuestra Seora enToledo, el ms famoso de los conventos que la Observanciamitigada posea en Castilla. Se le tom declaracin y, como senegaba a abandonar la Reforma, fue tratado como rebelde. Lesirvi de prisin una habitacin estrecha, diez pies de larga porseis de ancha, en la que apenas caba cuan chico es, comoescribi ms tarde Teresa2. Esta habitacin no tena ventana

    ni otro respiradero sino una saetera abierta en la pared. Elprisionero para rezar su breviario tena que subirse a una sillay esperar hasta que el sol diera de frente3. La puerta estabaasegurada con un candado. Cuando en marzo de 1578 se tuvonoticia de la fuga del padre Germn, se cerr incluso la puertade la sala que estaba delante de la celdilla. Al principio todaslas tardes y posteriormente tres veces a la semana, -a lo ltimoslo los viernes-, era llevado el preso al refectorio, donde,sentado en tierra, tomaba slo pan y agua como comida. En elmismo refectorio reciba la disciplina. Se arrodillaba, desnudode cintura arriba y con la cabeza inclinada, y todos losreligiosos pasaban delante de l y le golpeaban con ladisciplina. Como todo lo llevaba con paciencia le llamabanmoscamuerta, mtalas callando. Para apartarle de la Reformale ofrecieron como cebo un priorato, pero se mostr tan inmvilcomo una roca. Entonces abri sus labios que habanpermanecido sellados y asegur que no volvera atrs aunquele costase la vida. Los jvenes novicios, testigos

    2 Carta de agosto de 1570 al P. Jernimo Gracin.

    3 JERNIMO DE SAN JOS, Historia del V.P. Juan de la Cruz, Madrid, 1641, lib. III, cap. 7.

    de las injurias y de los malos tratos, lloraban de compasin y,admirados de su paciencia, decan: es un Santo4. Su tnicaquedaba empapada con la sangre de los azotes. Mas no podacambirsela y hubo de llevarla durante los nueve meses quedur su prisin. Puede imaginarse lo que hubo de padecer asen los calurosos meses de verano. La comida que le servan lecausaba tales trastornos, que pens que le queran matar.

    Tena que hacer un acto de amor con cada bocado pareresistir a esta tentacin.

    Sabemos cuan ntimamente compenetrado estaba con losdems compaeros de la Reforma a la que se habaentregado con toda su alma: la Santa Madre y los dems queseguan identificados con l para esta grandiosa empresa yque, como l, haban consagrado su vida entera -en gran partebajo su direccin-al ideal del Carmelo primitivo. Ms tarde,

    cuando sus obligaciones le retuvieron durante largo tiempo enAndaluca, manifest a personas de su confianza su nostalgiade Castilla. Que despus que me trag aquella ballena y mevomit en este extrao puerto, nunca ms merec verla, ni alos santos de por all5. Ahora se encontraba tan separado detodos ellos, que no pudo darles noticia alguna durante todosestos meses. A veces me preocupa el pensamiento de quepodrn pensar que me he vuelto atrs en lo comenzado y losiento por el dolor de la Santa Madre6.

    Todava hubo de soportar privaciones ms duras. El 14 deagosto de 1578, el padre Maldonado, prior, entr en su celda

    4 Vase la documentacin en el P. BRUNO, St. Sean, 407 s.

    5 Carta a la Madre Catalina de Jess desde Baeza, del 6 de julio de1581 (edicin crtica, III, 79-Ed. E.PACHO, 1369). La Santa Madre sedirigi al P. Gracin para pedir que el Santo volviese a Castilla (cartadesde Falencia, de 23 24 de marzo de 1581).

    6 As se lo confi ms tarde a Ana de San Alberto (P. BRUNO, 374).

    con otros dos frailes. El prisionero estaba tan dbil, queapenas se poda mover. No le vio y pens que se trataba desu carcelero. El prior le golpe con el pie y le pregunt por quno se haba levantado en su presencia. Como l le pidieseperdn y le asegurara que no se haba dado cuenta de quinera, le pregunt el padre Maldonado: pues en qupensabais ahora?, respondi el Santo: pensaba en que

    13

  • 8/6/2019 La Cincia de La Crux en Word

    14/164

    maana es da de Nuestra Seora y gustara mucho decirMisa7. Cunto debi sufrir no pudiendo decir Misa ni unasola vez en los nueve largos meses de prisin! El da delCorpus, da en que acostumbraba a pasar largas horas deoracin arrodillado delante del Santsimo, hubo de quedarsesin decir Misa y sin comulgar.

    Sentirse indefenso, entregado a la maldad de encarnizadosenemigos, sufriendo en cuerpo y alma, separado de todo

    humano consuelo y hasta de la fuente de energa de la vidasacramental de la Iglesia, poda darse una ms dura escuelade la Cruz? Y, sin embargo, no fueron stos los ms hondossufrimientos. Nada de esto poda separarle de la fuentetrinitaria de cuya existencia estaba plenamente cierto por la fe.Su espritu no se encontraba encerrado en la prisin, podalevantarse hasta esa fuente que siempre mana y corre ybucear en sus insondables profundidades, en ese torrente quellena todo lo creado y aun el propio corazn. Ningn poderhumano poda separarle de Dios. Pero Dios mismo podaescaprsele. Y el prisionero experiment la ms oscura de lasnoches aqu en la prisin.A dnde te escondiste, Amado, y me dejaste con gemido?7 Le fue rehusado sin contemplaciones; pero la SantsimaVirgen vino en su ayuda inmediatamente.

    Este grito de dolor del alma reson en la crcel de Toledo. Notenemos ningn testimonio que nos diga cundo experimentJuan por primera vez la dulzura de la proximidad divina. Perotodo parece indicar que su vida de oracin mstica comenzmuy tempranamente en l. Para quedar ms libre para el

    servicio de Dios se haba separado de sus seres queridos; poresta misma razn haba abandonado la carrera de los estudiosy dej tambin el Convento de Medina. Su ocupacin en vilano fue otra que hacer libres a las almas para que pudieranservir a Dios y esto mismo puede aplicarse a toda su actividaddentro de la Orden. Por este ideal de la Reforma soport laspenalidades de la prisin. Sufri alegremente lasenfermedades y vejaciones por amor de su Seor. Y ahora

    pareca que se haba apagado su dulce luz en su corazn.Dios le dejaba solo. Este fue el sufrimiento ms profundo conel que ningn dolor terreno puede compararse. Y, sinembargo, era la prueba de un amor de predileccin. Parecaconducirle a la muerte, pero le llevaba a la vida.Ningn humano corazn ha penetrado jams en una tanoscura noche como el Verbo Encarnado en Getseman y elGlgota. Ningn espritu humano podr, por mucho queinvestigue, penetrar en el secreto del abandono divino de

    Cristo moribundo. Pero Jess puede dar a gustar a las almasescogidas algo de esta extrema amargura. Son sus ms fielesamigos a quienes exige la suprema prueba de amor. En elcaso de que no se asusten de ello y se vuelvan atrs, sino que8 Cfr., la poesa Que bien s yo la fonte (E. Cr., III, 172.-Ed. E. PACHO, 29-30). El P. Gerardo (Ibid., 142) opina queesta poesa, a excepcin de una estrofa que fue aadida mstarde, fue compuesta en la crcel.9 Vid. la Introduccin al Cntico Espiritual (E. Cr.ll, 137 ss.), las canciones del Cntico (Ibid., 161 ss. y vol. III158 ss.); y en la presente obra, parte II, prrafo 3,2.

    voluntariamente se dejen introducir en la oscura noche, l

    mismo se convierte en su gua.Oh noche que guiaste,oh noche amable ms que la alborada!Oh noche amable que juntasteamado con amada,amada en el amado transformada!.Esta es la gran experiencia de Toledo: abandono de Dios y enmedio de este abandono unin con el Crucificado. As debenacaso explicarse los testimonios referentes al tiempo de suprisin que parecen contradictorios; cuando nos dicen que

    nunca o muy raras veces encontr consolacin; que sufri enel cuerpo y en el alma; y que, por otra parte, con una sola delas gracias que recibi en la prisin podan darse por bienpagados muchos aos de crcel. Ms adelantedemostraremos cmo el alma, con la experiencia de su nada yde su impotencia en la noche oscura, llega al verdaderoconocimiento de s misma y a la iluminacin acerca de la

    14

  • 8/6/2019 La Cincia de La Crux en Word

    15/164

    inmensa grandeza y santidad de Dios, y cmo, de esta manerapurificada y adornada de virtudes, se prepara para la unincon Dios. Son ciertamente gracias preciosas que nunca sepagan demasiado caras y por ellas podemos comprender queJuan, despus de la huida de la crcel, hablase a lasCarmelitas de Toledo de sus verdugos como de sus grandesbienhechores. Cuando l asegura en esta ocasin que jamsha experimentado tanta luz y consuelo sobrenaturales comoen la prisin, podemos suponer que aqu alcanz, en el ms

    alto grado, la gracia de la Cruz y

    10 Canciones de la Noche Oscura, cancin 5 ( E. Cr. III,157 ss. -Ed. E. PACHO. 21-22).11 Vid. P. BRUNO , St. lean. 179.

    sufrimiento. Tambin las estrofas de la Noche Oscura y delCntico espiritual que nacieron en la prisin, dan testimonio deuna unin beatificante. Cruz y noche son caminos para llegar ala luz celestial: ste es el mensaje gozoso de la Cruz.

    6 Contenido del mensaje de la Cruz

    Hemos considerado los caminos por los cules lleg a sanJuan el mensaje de la Cruz. En las pginas siguientespretendemos demostrar hasta qu punto este mensaje hainfluido en la vida y en la doctrina del Santo. Para ello esnecesario, a grandes rasgos, poner delante de los ojos elcontenido de este mensaje. Lo exponemos aqu tal como lohemos encontrado en el mismo maestro de la ciencia de la Cruz.

    Cuan angosta es la puerta y estrecho el camino que gua a lavida, y pocos son los que le hallan" (Mt 7,14). En la cual

    autoridad debemos mucho notar aquella exageracin yencarecimiento que contiene en s aquella partcula quam.Porque es como si dijera: de verdad es mucho angosta...;porque esta senda del alto monte de perfeccin, como quieraque ella vaya hacia arriba y sea angosta, tales viadoresrequiere que ni lleven carga que les haga peso cuanto a loinferior ni cosa que les haga embarazo cuanto a lo superior;

    que pues es trato en que slo Dios se busca y se granjea, sloDios es el que se ha de buscar y granjear... De dondeinstruyndonos e inducindonos Dios en este camino, dijo porsan Marcos, aquella tan admirable doctrina, no s si diga tantomenos ejercitada de los espirituales cuanto les es msnecesaria... Si alguno quiere ser mi discpulo niguese a smismo, tome su cruz y sgame. Porque el que quisiere salvarsu alma, perderla ha; pero el que por m la perdiere, ganarlaha. Oh! quin pudiera aqu dar a entender y ejercitar y gustar

    qu cosa sea este consejo que nos da aqu el Seor...;aniquilacin de toda suavidad en Dios, en sequedad, ensinsabor, en trabajo, lo cual es la pura cruz espiritual ydesnudez de espritu pobre de Cristo... Porque buscarse a sen Dios es buscar los regalos y recreaciones de Dios; masbuscar a Dios en s es no slo querer carecer de eso y deesotro por Dios, sino inclinarse a escoger por Cristo todo loms desabrido ahora de Dios, ahora del mundo; y esto esamor de Dios.Este abandono conforme a la voluntad de Dios debe ser unmorir y aniquilarse a todo lo que la voluntad aprecia en lotemporal, natural y espiritual. Quien de esta manera lleva lacruz experimentar que es ella un yugo suave y una cargaligera (Mt 2,30).Porque, si el hombre se determina a sujetarse a llevar estacruz, que es un determinarse de veras a querer hallar y llevartrabajo en todas las cosas por Dios, en todas ellas hallargrande alivio y suavidad para andar este camino as, desnudode todo sin querer nada. Y cuanto viniere a quedar resueltoen nada, que ser la suma humildad, quedar hecha la uninespiritual entre el alma y Dios, que es el mayor y ms alto

    estado a que en esta vida se puede llegar. No consiste, pues,en recreaciones y gustos y sentimientos espirituales, sino enuna muerte de Cruz sensitiva y espiritual, esto es, interior yexterior1.Esto no puede suceder de otra manera, sino conforme aladmirable plan de salvacin por el cual el alma debe sersalvada y unida a Dios por los mismos medios por los que lanaturaleza qued corrompida y destruida. Como,

    15

  • 8/6/2019 La Cincia de La Crux en Word

    16/164

    concretamente en el paraso, por haber gustado el frutoprohibido, la naturaleza fue corrompida y entregada a lacorrupcin, de la misma

    1 Subida, lib. II, cap. 6 (E.Cr.,1, 120 ss. -Edi. E. PACH0.267).

    manera bajo el rbol de la Cruz ser por El salvada y restituidaa su prstino esplendor2. El que quiere tomar parte en su vidadebe como El caminar a la muerte de cruz, crucificar como El

    la propia naturaleza con una vida de mortificacin y denegacin de s mismo y ofrecerse a la crucifixin en la Pasiny en la muerte como Dios quiere. Cuanto ms perfecta seaesta crucifixin activa o pasiva, tanto ms ntima ser la unincon el Crucificado y tanto ms rica la participacin en su vida.Con esto hemos tocado los puntos principales de la Ciencia dela Cruz. Volveremos a encontrarnos con ellos cuando oigamoslas enseanzas del Santo y sigamos las huellas de su vida. Sever entonces que ellas son las ms profundas fuerzasmotoras que han formado su vida y su obra.2 Cntico Espiritual, declaracin de la cancin 23 (E. Cr., II, 282. -Ed. E.

    PACHO, 1056 22).

    II DOCTRINA DE LA CRUZINTRODUCCIN

    San Juan de la Cruz como escritor

    Quien trate de comprender las enseanzas de san Juan de laCruz partiendo de sus races anmicas, debe tener en cuentala particularidad, es ms, el carcter nico de sus escritos, suorigen y su destino.

    Desde que la Iglesia le ha elevado a la categora de Doctor,quienquiera que trate de encontrar solucin a los problemas dela Mstica dentro del catolicismo, debe dirigirse a l. Y aun paralos que militan fuera de la Iglesia catlica, reconocidamente,es uno de los espritus rectores y de los ms seguros guas,ante el cual no puede pasar de largo quien quiera penetrarseriamente en el Reino de la vida interior. Y. sin embargo, san

    Juan de la Cruz no nos ofrece una exposicin sistemtica de laMstica. Su intencin al escribir no era teortica, por ms quefuera suficientemente terico como para saber exponer lasconexiones puramente objetivas de su doctrina saliendo delplan prefijado. Lo que l pretenda era llevar de la mano(como de s deca el Areopagita)1, completar con sus escritossu labor de Director de almas. No se ha conservado todo loque l escribi; lo escrito antes de su prisin fue destruido porl o por otros. Tambin la segunda

    1 De divinis nominibus. Cap. II 2 (Migne, P. Gr., III, 640).

    persecucin (dentro de la Reforma) nos ha arrebatado mucho;por ejemplo, los valiosos apuntes que hicieron las Carmelitastomados de sus enseanzas orales. Tampoco de sus cartas seconserva ms que un pequeo nmero y de los grandestratados que nos quedan -Subida del Monte Carmelo, NocheOscura, Cntico Espiritual, Llama de Amor Viva-la Subida y laNoche han llegado a nosotros incompletas. A pesar de estaslagunas y de algunas cuestiones insolubles que plantean, loque hemos recibido como inestimable legado de nuestroPadre, contiene ideas tan claras y fundamentales, que bienpodemos esperar encontrar en ellos la respuesta a nuestroproblema2.El origen de estos escritos hay que buscarlo en su prisin deToledo. La fuente de que manan es su intima experiencia; lafelicidad y el tormento de un corazn probado y herido porDios se expresan primero en una confesin lrica; las 30primeras estrofas del Cntico Espiritual nacieron en la crcel yacaso tambin las de la Noche Oscura que sirven defundamento al tratado de este nombre y al de la Subida3. Juan

    las sac consigo de la crcel (no sabemos si slo conservadasen la memoria o escritas en un cuaderno, ya que son disparesa este respecto los testimonios) y las dio a conocer a algunasalmas de su confianza. Tenemos que agradecer a la splicade algunos hijos e hijas espirituales los tratados aclaratoriosrespectivos.En ellos su experiencia, expresada antes de manera potica,se traduce al lenguaje de un pensador que conoce la teologa

    16

  • 8/6/2019 La Cincia de La Crux en Word

    17/164

    y la filosofa, con un empleo sobrio de las expresiones2 No entramos aqu en la cuestin de si el Santo las termin o sifueron posteriormente mutiladas.3 Tambin otras poesas tienen su origen en la prisin, pero nosdetenemos principalmente en las que sirven de base para sustratados escolsticas y el uso ms copioso de las imgenes expresivas.Extiende notablemente los fundamentos de su experiencia: loque conoce por la propia viene aclarado por lo que llega asaber por su penetracin en la vida interior de otras personas,

    como maestro en la direccin de las almas. Esto le libra departicularismos y falsas generalizaciones. Cuenta siempre conla gran diversidad de los posibles caminos y con que ladireccin de la gracia se acomoda siempre suave y fcilmentea las circunstancias particulares. La Sagrada Escritura seconvierte para l en la fuente incesante de enseanzas acercade la vida interior. Halla siempre en ella la comprobacinsegura de lo que por la experiencia interior le es ya conocido.Por otra parte, su propia experiencia le abre los ojos para elconocimiento mstico de los Sagrados Libros. El atrevido estilode los Salmos, tan cuajados de imgenes, las parbolas delSeor, las narraciones histricas del Antiguo Testamento, todole resulta transparente y le permite dirigir una mirada cada vezms rica y profunda a lo nico que pretende alcanzar: elcamino del alma hacia Dios y la accin de Dios en el alma.

    Dios ha creado las almas para S. Dios quiere unirlas a S ycomunicarles la inconmensurable plenitud y la incomprensiblefelicidad de su propia vida divina, y esto, ya aqu en la tierra.Esta es la meta hacia la que las orienta y a la que debentender con todas sus fuerzas, pero la mayor parte se quedan

    en el camino y muy pocas logran pasar de los primerosprincipios, siendo en nmero insignificante las que llegan hastala meta. De ello son responsables los peligros del camino peligrospor parte del mundo, del enemigo malo y de la propianaturaleza y tambin la ignorancia y la falta de directoresapropiados-. No comprenden las almas, lo que les sucede ymuy pocas veces encuentran alguno que pueda abrirles losojos para comprenderlo. El Santo tiene compasin de quienes

    as yerran y lo siente por la obra de Dios que con ello semalogra.

    Quiere y puede ayudar, porque conoce todos los caminos ypasos del reino misterioso de la vida interior. No le es posibledecir todo cuanto sabe sobre el tema; tiene que ponerse unfreno continuo para no sobrepasar lo que el tema exige.

    El Santo no ha escrito sus obras para todos. No es que

    pretenda excluir a nadie expresamente, mas sabe que slopuede ser comprendido por un limitado crculo de personascon una cierta experiencia de vida interior. Y piensa en primerlugar en los Carmelitas y las Carmelitas cuya vocacin propiaes la contemplacin. Mas sabe tambin que la gracia de Diosno se circunscribe a un hbito religioso ni a una Ordendeterminada. Precisamente, debemos su comentario a laLlama de Amor Viva a una de sus penitentes o hijasespirituales que viva en el mundo. Escribe para las almascontemplativas y las toma por la mano, en un determinadopunto del camino, en el que la mayor parte de las almas, faltasde consejo, quedan paradas, incapaces de seguir adelante. Enel camino por el que hasta entonces ha andado el alma chocacon obstculos insalvables. El nuevo camino que se abre anteella sigue adelante a travs de impenetrable oscuridad -quintiene el valor de aventurarse por l?-. La encrucijada de que setrata es la que separa la meditacin de la contemplacin.Hasta el presente el alma ha ejercitado sus fuerzas en lashoras de meditacin, acaso por el mtodo ignaciano -sentidos,imaginacin, memoria, entendimiento, voluntad-. Nada de ellole sirve ahora, resultan intiles todos sus esfuerzos. Los

    ejercicios espirituales, fuente un tiempo de interna alegra, sele convierten en insufrible tormento, aridez y esterilidad. Mstampoco siente ninguna inclinacin a interesarse de las cosasdel mundo. Lo que el alma querra es permanecer tranquila enla quietud de sus potencias, sin agitacin ninguna. Pero esto leparece ociosidad y prdida de tiempo. Algo parecido aconteceen el alma cuando quiere meterla en la noche oscura.

    17

  • 8/6/2019 La Cincia de La Crux en Word

    18/164

    Segn el comn lenguaje cristiano a un estado as bien puedellamrsele Cruz. Ya anteriormente hemos advertido que Cruz yNoche tienen algo de comn. Ms de poco nos sirve lacomprobacin de un cierto parentesco. Querramos encontrarmuchos lugares de los escritos del Santo Padre en que sehable con tal determinacin del significado de la cruz quepudiramos justificar plenamente con ellos nuestra pretensinde explicar su vida y su doctrina por la ciencia de la cruz. Peroestos lugares son relativamente pocos. El smbolo que domina

    tanto en sus poesas como en sus tratados no es el de la Cruzsino el de la Noche, que constituye el centro de la Subida; y enel Cntico y en la Llama (que propiamente tratan del estadoque tiene el alma una vez atravesada la noche) continaresonando todava4. Por ello es necesario hablar ante todo dela relacin entre la Cruz y la Noche, si se quiere aclarar elsentido de la Cruz en la doctrina del Santo.

    4 No menos importancia tiene el smbolo del desposorio, perono es ste el lugar indicado para su estudio. Lo examinaremosdetenidamente al tratar del Cntico Espiritual.

    1 Cruz y noche (noche del sentido)

    1. DIFERENCIA EN EL CARCTER DEL SMBOLO:EL SIMBOLISMO Y SU EXPRESIN CSMICA

    Ante todo hemos de preguntarnos si la Cruz y la noche sonsmbolos en el mismo sentido. La palabra smbolo sueleemplearse en diversos sentidos. A veces, se la toma en

    sentido amplio, pretendiendo significar por su medio todoelemento sensible a travs del cual se designa algo espiritual,

    o ms bien todo aquello que, conocido por experiencia natural,sirve para designar algo que est al margen de estaexperiencia. En este sentido lato, tanto la noche como la Cruzpueden llamarse smbolos. Mas, en cuanto atendemos a ladiferencia entre signo e imagen, se hace patente la distancia

    que entre ellos existe.La imagen -en el sentido de representacin-muestra lorepresentado por medio de una ntima semejanza: el que lacontempla inmediatamente pensar en el modelo que ella levuelve a representar o que por su medio puede conocer. Entreel signo y lo significado, por el contrario, no se precisacorrespondencia alguna. Su relacin ha sido establecidaarbitrariamente y quien quiera entender el signo debe serinstruido acerca de lo que con l se pretende significar. La Cruz no es

    ciertamente una imagen en el sentido propio. (Cuando se lallama imagen no se quiere con ello significar otra cosa sinoque es smbolo en el sentido amplio a que ms arriba hemosaludido: algo visible que extiende su significado a otra cosainvisible). Entre Cruz y sufrimiento no existe ningunasemejanza inmediata apreciable, pero tampoco media entreellos una relacin de signo puramente arbitraria. La Cruz harecibido su significado de la Historia. No es ningn objetonatural sino un instrumento preparado y usado por el hombrecon una determinada finalidad. Como instrumento hadesempeado en la historia un papel de alcanceincomparable. Todos cuantos viven dentro del ambientecultural cristiano lo conocen muy bien. De aqu que la Cruz, atravs de su figura visible, nos lleva a la plenitud del sentidoque en ella se encierra. Es tambin un signo, una seal, perouna seal cuyo significado no le ha sido aplicadoartificialmente, sino que dimana del fundamento de su eficaciay de su misma historia. Su figura visible significa algo dentrode la relacin sensible en que se emplea. A ella aludimoscuando decimos que la Cruz es un smbolo,

    La noche, en cambio, es algo natural: lo contrario de la luz quea nosotros y a todas las cosas envuelve. No es propiamenteun objeto en el sentido literal de la palabra. No est delante denosotros y ni siquiera se sostiene por s mismo. No es tampocouna imagen, entendida como figura visible. Es invisible einforme. Y, sin embargo, la percibimos verdaderamente y estms prxima a nosotros que todas las formas y figuras, estms propiamente unida con nuestro ser. Como la luz penetra

    18

  • 8/6/2019 La Cincia de La Crux en Word

    19/164

    con sus propiedades visibles todas las cosas, de la mismamanera se las traga la noche y amenaza con tragarnos anosotros tambin. Lo que en ella se hunde es algo ms quenada: contina existiendo, pero indeterminado, invisible e informe como lanoche misma o como una sombra, unfantasma y, por ello, como algo amenazador. En ella no sloest amenazado exteriormente nuestro ser por peligros ocultosen la noche, sino tambin interiormente afectados por la nochemisma. Nos priva del uso de los sentidos, impide nuestros

    movimientos, reduce nuestras fuerzas y nos arroja a la soledadconvirtindonos a nosotros mismos en sombras y fantasmas.Es como un preludio de la muerte y todo esto no tienesolamente un significado vital sino tambin anmico yespiritual. La noche csmica produce en nosotros un efectosemejante al de la que en sentido figurado llamamos noche. Oal revs: lo que en nosotros produce efectos semejantes a losde la noche csmica puede ser designado con el nombre denoche en sentido figurado. Antes de intentar comprender enqu puede consistir esta noche hemos de dejar claro que lanoche csmica tiene un doble aspecto. Frente a la noche

    oscura y espantosa est el embrujo de las Noches de luna quela penetra con un suave y delicado resplandor. No se traga lascosas, sino que las deja brillar con aspecto nocturno. Todo loduro, lo spero y penetrante es moderado y suavizado yaparecen rasgos esenciales de las cosas que no se ven a laluz del da. Se escuchan tambin voces que el ruido del daamortigua y hace enmudecer. Mas no solamente la nocheiluminada tiene sus encantos sino que podemos igualmenteencontrarlos en la noche oscura. Da fin a la prisa y al ajetreodel da y nos trae el descanso y la paz. Estos mismos efectos

    causa la noche, entendida en sentido anmico-espiritual. Haytambin una suave claridad nocturna del espritu en la cual elalma, libre de la esclavitud de los negocios cotidianos, sesiente a un tiempo distrada y reconcentrada en una profundaarmona de su ser y de su vida entre el mundo y el trasmundo.Y hay en la paz de la noche un profundo y agradecidodescanso.

    Hay que pensar en todo esto si queremos comprender el simbolismo de lanoche en san Juan de la Cruz. Por lostestigos de su vida y por sus propias poesas, sabemos queera extraordinariamente sensible a la noche csmica con todossus matices. Pasaba noches enteras en la ventana, perdida lamirada en el amplio panorama o en el vaco. Y encuentra paradescribir la noche expresiones que no han sido igualadas porningn poeta. El alma compara a su amado con:

    La noche sosegadaen par de los levantes de la aurora,la msica callada,la soledad sonora,la cena que recrea y enamora1.Cuando Juan, el pensador, habla de la noche en sus tratados,detrs de sus palabras se encuentra lo que esta expresinsignifica para el hombre y el poeta. Hemos tratado de reflejarloa grandes rasgos en cuanto expresin simblica, sin pretenderpor ello agotar su contenido. Ahora vamos a intentar captar loque tal simbolismo trata de expresar. El Santo ha hablado de

    ello expresamente y a su exposicin tenemos que recurrir.Ante todo vamos a dar una rpida ojeada para comprendercon propiedad las relaciones de este simbolismo. La nochemstica no debe entenderse csmicamente. No tiene su origenfuera del alma sino que brota de sus mismas entraas y afectaslo al alma de donde nace. Pero los efectos que opera en elinterior, son semejantes a los de la noche csmica: implica unhundimiento del mundo exterior, aunque el exterior seencuentre en la plena luz del da. Establece el alma en lasoledad, la aridez y el vaco, liga la actividad de su fuerzas y la

    1 Cntico Espiritual, cancin 15 (E. Cr.,III 160 s. -Ed. E. PACHO, 48).

    angustia con los terrores amenazadores que en ella seocultan. Sin embargo, tambin hay una luz en la noche, quedescubre un nuevo mundo en lo ms hondo del alma, y, encierto modo, ilumina desde dentro el mundo exterior que senos devuelve completamente transformado.

    19

  • 8/6/2019 La Cincia de La Crux en Word

    20/164

    Ahora tratamos de aclarar la relacin de la noche csmica conla mstica, en cuanto sea posible sobre la base de estasprimeras consideraciones. No se trata evidentemente de unarelacin de signos, no hay nada intencionalmente determinadodesde fuera ni se trata tampoco de una dependencia causalque se haya desarrollado histricamente como en el smbolo.Existe entre ellas una ntima analoga que permite que, enambos casos, se empleen los mismos nombres. Cuando sehabla de la imagen de la Noche, se quiere significar con ello

    que este nombre conviene en primer trmino a la nochecsmica y de ella se traslada a la mstica, para de esta formadar a conocer, por medio de algo que nos es conocido, con loque estamos familiarizados, algo desconocido y difcil decomprender, pero que le es semejante. No se puede hablar,sin embargo, de una correspondencia de imgenes, ya queninguna de las dos noches ha sido modelada a imagen de laotra. Antes bien hay que pensar en la relacin de unaexpresin simblica, como la que existe generalmente entre losensible y lo espiritual: de la misma manera que la fisonoma ylos gestos son expresin de la personalidad y de la vida

    anmica y, al igual de como muchas veces lo espiritual, y anel mismo Dios, se revelan en la naturaleza. Se trata de unacomunidad de origen y una objetiva analoga que hace a losensible apropiado para revelar lo espiritual. De lacorrespondencia de imgenes no queda ms que lasemejanza, que , por cierto no puede captar el parecido, porambas partes, sino slo a travs de ciertos rasgos comunes.Es tambin diferente de la correspondencia de imgenes, noslo por faltarle la posibilidad de representacin sino tambin porque se dala circunstancia de que no se trata de imgenes, de figuras bien perfiladas.

    Estas pueden ser objeto de expresin por medio de los gestos. Uncambio determinado del rostro, que el pintor puede dibujar conel lpiz o con el pincel, corresponde a un acontecimientoanmico. La noche, por el contrario, tanto la csmica como lamstica, es algo informe e inaprensible que, en la plenitud desu sentido, slo sugiere sin agotar nunca su contenido. En ellose incluye una cosmovisin completa y una perfectaconcepcin del ser. Un algo inaprensible es comn a ambas

    que, sin embargo, resulta tan claro como para que por mediode la una podamos descubrir a la otra para la que sirve decamino, no por una eleccin intencionada y por unacomparacin pensada de antemano, sino slo a travs de laexperiencia simblica, que tropieza con la dependenciaprimitiva, y por ello, se encuentra una expresin grfica que lees necesaria para manifestar lo que no puede expresarse enabstracto.Estamos ahora en disposicin de comprender la diferencia que

    existe entre el carcter simblico de la Cruz y la Noche. LaCruz es smbolo de todo lo que causal o histricamentedepende de la de Cristo. Noche es la necesaria expresincsmica de la mstica cosmovisin de san Juan de la Cruz. Lanota predominante del simbolismo de la Noche es una pruebade que en los escritos del Santo Doctor no es el telogo sino elpoeta y el mstico el que habla, por ms que tambin eltelogo controla concienzudamente los pensamientos y laspalabras.

    2. LA CANCIN DE LA NOCHE OSCURA

    Vamos ahora a investigar la noche mstica para percibir en ellael eco del mensaje de la Cruz; para ello escogeremos comoms indicado punto de partida la cancin de la Noche Oscuraque sirve de base a los dos grandes tratados que versan sobrela Noche Mstica.

    NOCHE OSCURA

    1. En una noche oscura,con ansias en amores inflamada,oh dichosa ventura!sal sin ser notada,estando ya mi casa sosegada.2. A oscuras y segurapor la secreta escala disfrazada,oh dichosa ventura!

    20

  • 8/6/2019 La Cincia de La Crux en Word

    21/164

    a oscuras y en celada,estando ya mi casa sosegada.3. En la noche dichosaen secreto, que nadie me vea,ni yo miraba cosasin otra luz, ni gua,sino la que en el corazn arda.4. Que sta me guiabams cierto que la luz de medioda,

    a donde me esperabaquien yo bien me saba,en parte donde nadie pareca.5. Oh noche, que guiaste,oh noche amable ms que el alborada,oh noche, que juntasteAmado con amada,amada en el Amado transformada!6. En mi pecho florido,que entero para l slo se guardaba,all qued dormido,

    y yo le regalaba,y el ventalle de cedros aire daba.7. El aire de la almenacuando ya sus cabellos esparca,con su mano serenaen mi cuello hera,y todos mis sentidos suspenda.8. Qudeme y olvdeme,el rostro reclin sobre el Amado,ces todo y djeme,

    dejando mi cuidadoentre las azucenas olvidado.

    3. NOCHE OSCURA DEL SENTIDOa) Introduccin al sentido de la Noche

    La imagen potica se mantiene perfectamente sin que seintercale ninguna expresin doctrinal. Para entenderla

    tenemos la clave en los dos tratados explicativos Subida yNoche Oscura.

    El alma que canta esta cancin ya ha atravesado la Noche yllegado al trmino pasando a la unin con el amado divino. Deaqu que sea un canto de alabanza a la noche que ha servidode camino para su radiante felicidad. El grito de jbilo:

    Oh dichosa ventura! le sirve de estribillo. Pero no ha olvidado

    la oscuridad y la angustia pasadas. Y puede todava conmirada retrospectiva trasladarse a la noche.

    La casa que ha dejado la esposa es la parte sensible delalma2. Est sosegada, porque todos sus apetitos han sidoacallados. El alma pudo salir de ellos porque Dios la ha libradopreviamente. Con sus propias fuerzas no lo hubieraconseguido. Aqu con una breve aclaracin se nos da aconocer la diferencia ms caracterstica que existe entre lanoche activa y la pasiva, de la cual tratar ms tardeexpresamente, as como la relacin que media entre las dos.

    El alma debe trabajar, poniendo en tensin todas sus fuerzas,para librarse de las ataduras de la naturaleza sensible, peroantes Dios debe venir en su ayuda con su accin divina, quees la que dirige y perfecciona la del alma.

    El desprendimiento o purgacin es designando como la nochepor la que el alma debe atravesar. Es de tres maneras segnque se la considere relacionada con el punto de partida, elcamino y la meta a alcanzar. El punto de partida es el

    2 Subida, lib. I, cap. 1 (E. Cr., 1, 36. -Ed. E. Pacho, 186).gusto de las cosas de este mundo de que el alma debedesprenderse. Este desprendimiento deja el alma en tinieblasy como sin nada. Por esta razn se la denomina noche. Elmundo que captamos por los sentidos es, desde el punto devista natural, el suelo que nos sostiene, la casa en la cual nossentimos como en nuestro propio centro, que nos alimenta y

    21

  • 8/6/2019 La Cincia de La Crux en Word

    22/164

    nos provee de lo necesario y es la fuente de nuestras alegrasy de nuestros gozos. Si se nos quita o nos vemos precisados aabandonarla es verdaderamente algo as como si el suelofaltara bajo nuestros pies y como si se hubiera hecho noche entorno nuestro y nosotros mismos nos hundiramos ydesapareciramos.Pero no es esto lo que sucede, sino que de hecho quedamosasentados sobre un camino ms seguro, aunque tenebroso yenvuelto en la noche: el camino de la Fe. Es un camino que

    conduce a la meta de la divina unin. Pero es un caminonocturno, ya que, comparado con la evidencia delconocimiento racional, es el de la fe un conocimiento oscuro:nos da a conocer algo pero no podemos verlo. Por esta raznpodemos afirmar que tambin el trmino que alcanzamos porel camino de la fe es Noche: Dios queda oculto para nosotrosmientras vivimos en la tierra aunque lleguemos a la dichosaunin. El ojo de nuestro espritu no est proporcionado a laintensidad de su luz y mira como si se encontrara en lastinieblas de la noche. Pero as como la noche csmica no esigualmente oscura a lo largo de toda ella, tambin la noche

    mstica tiene sus fases y grados respectivos. La purgacin delmundo de los sentidos es como la irrupcin de la noche en quetodava queda algo de la claridad del da. Por el contrario la fese asemeja a la media noche en la que no slo hadesaparecido la actividad de los sentidos sino tambin elconocimiento natural de la razn. Mas cuando el almaencuentra a Dios, irrumpe en su noche una como alba delnuevo da de la eternidad.

    Ya con estas breves consideraciones podemos estableceralguna relacin entre la noche y la Cruz, que aparecer msclara cuando tratemos en particular de cada una de las fasesde la noche.

    b) Entrada activa en la noche como seguimiento de la CruzEl Santo llama Noche Oscura del Sentido al punto de partida ofase primera de la noche3. Esta, en el sentido en que aqu setrata, consiste en la privacin del gusto en el apetito de todas

    las cosas. No puede ciertamente tratarse de que no hay queconocer ya con los sentidos, porque son ellos las ventanas porlas que penetra la luz del conocimiento en la tenebrosa crceldel alma que sigue ligada al cuerpo: No podemos prescindir deellas mientras vivimos. Pero, debemos aprender a ver y a orde manera muy diversa a como vemos y omos. El enfoquefundamental ante el mundo de los sentidos debe ser muy otro.Este enfoque no es una postura puramente intelectual para elhombre medio en su estado normal -ya que se encuentra en el

    mundo ms bien como ser que apetece y como hombre deaccin-. Est con l relacionado de mil maneras, por cuanto leofrece algo que puede calmar sus deseos, le impulsa a laaccin y constituye la materia de la misma. Generalmente sedeja guiar de sus impulsos y apetitos, en la comida y en elvestido, en el trabajo y en el descanso, en el juego y ladiversin y en el trato con los dems. Se siente feliz y contentocuando no est embarazado por ningn obstculo especial.Teniendo en cuenta que una veda sin obstculo3 Se trata de ella en el lib. I de la Subida y en la primera partede la Noche Oscura, que est consagrada a la Noche Oscura

    del sentidolos no es posible en este mundo, idea con la que se hafamiliarizado desde su juventud hasta tal punto que se haconvertido para l en una segunda naturaleza, sabe por laeducacin y experiencia que ha tenido que es condenable eldar rienda suelta a los apetitos de la naturaleza y as se dejaguiar por la recta razn y trata de limitarlos y reglamentarlos.En el mismo sentido influye el respeto hacia los dems; elderecho y moral naturales, como exigencia indeclinable, seimponen en la vida comunitaria. No se atenta con todo ello alderecho natural de los instintos; solamente se le pone enarmona con los otros derechos. Por el contrario, al instaurarsela Noche Oscura comienza algo completamente nuevo.

    Toda esa cmoda familiaridad con el mundo, ese sentirsesaciado con los placeres que ofrece el apetito de estosplaceres, aceptado naturalmente por el alma -todo esto quepara el hombre que vive siguiendo a la naturaleza es clarocomo la luz del da-son tinieblas a los ojos de Dios 4 e

    22

  • 8/6/2019 La Cincia de La Crux en Word

    23/164

    incompatibles con la luz divina. Deben ser arrancadas contodas sus races si se ha de dejar sitio en el alma para Dios.Responder a esta exigencia significa presentar batalla en todala lnea a la propia naturaleza, tomar sobre s su Cruz yentregarse a la crucifixin. El Santo Padre cita en esta ocasinlas palabras del Seor: el que no renuncia todas las cosasque con la voluntad posee, no puede ser mi discpulo (Luc.14,13). Que el seoro que el apetito ejerce sobre el alma seaverdaderamente tinieblas lo prueba detalladamente: los

    apetitos cansan y atormentan al alma, la oscurecen y manchany debilitan y le arrebatan el espritu de Dios, del cual se aleja alabandonarse al espritu animal. Entablar la lucha, o sea tomarsobre s la cruz, es

    4 Estas tinieblas que se fundan en el pecado se diferencian dela oscuridad que tiene su origen en Dios y que conduceprecisamente a la eliminacin de dichas tinieblas.penetrar activamente enla Noche Oscura. El Santo da para ello unos avisos, breves y precisos, delos que l mismo afirma que el que de veras quisiere ejercitarse en ellosno le harn falta otros ningunos, antes en estos los alcanzar todos. Son

    los siguientes:Lo primero traiga un ordinario apetito de imitar a Cristo entodas sus cosas, conformndose con su vida, la cual debeconsiderar para saberla imitar y haberse en todas las cosascomo se hubiera l. ,Lo segundo para poder bien hacer esto, cualquiera gusto quese le ofreciere a los sentidos como no sea puramente parahonra y gloria de Dios, renncielo y qudese vaco de l poramor de Jesucristo, el cual en esta vida no tuvo otro gusto ni lequiso, que hacer la voluntad de su Padre, lo cual llamaba El sucomida y manjar. Pongo ejemplo. Si se le ofreciere gusto deor cosas que no importan para el servicio y honra de Dios ni loquiera gustar ni lo quiera or... y en todos los sentidos, ni msni menos en cuanto lo pudiere excusar buenamente; porque, sino pudiere, basta que no quiera gustar de ello, aunque estascosas pasen por l.Y de esta manera ha de procurar dejar luego mortificados yvacos de aquel gusto a los sentidos, como a oscuras. Y con

    este cuidado en breve aprovechar mucho.Y para mortificar y apaciguar las cuatro pasiones naturales,que son, gozo, esperanza, temor y dolor, de cuya concordia ypacificacin salen estos y los dems bienes, es total remediolo que se sigue, y de gran merecimiento y causa de grandesvirtudes:Procure siempre inclinarse:-no a lo ms fcil, sino a lo ms dificultoso;-no a lo ms sabroso, sino a lo ms desabrido;

    -no a lo ms gustoso, sino antes a lo que da menos gusto;-no a lo que es descanso, sino a lo trabajoso;-no a lo que es consuelo, sino antes al desconsuelo;-no a lo ms, sino a lo menos;-no a lo ms alto y precioso, sino a lo ms bajo y despreciado;-no a lo que es querer algo, sino a no querer nada;-no andar buscando lo mejor de las cosas temporales, sino lopeor, y desear entrar en toda desnudez y vaco por Cristo detodo cuanto hay en el mundo.Y estas obras conviene las abrace de corazn y procureallanar la voluntad en ellas...

    Lo que est dicho, bien ejercitado, bien basta para entrar en laNoche Sensitiva...5.No son necesarias nuevas aclaraciones para probar que elcaminar por la Noche Oscura del sentido es lo mismo quetomar voluntariamente la Cruz y llevarla con perseverancia;pero con slo llevar la Cruz no se muere y para atravesar laNoche por completo tiene el hombre que morir al pecado.Puede entregarse para ser crucificado, mas no crucificarse lmismo. Por ello lo que la Noche activa ha comenzado ha decompletarlo la Noche pasiva, esto es, el mismo Dios, porque,por ms que el alma se ayude, no puede ella activamentepurificarse de manera que est dispuesta en la menor partepara la divina unin de perfeccin de amor, si Dios no toma lamano y la purga en aquel fuego oscuro para ella 6.

    c) La noche pasiva como crucifixinYa hemos advertido anteriormente que la entrada del alma enla Noche Oscura slo es posible porque la gracia divina

    23

  • 8/6/2019 La Cincia de La Crux en Word

    24/164

    preveniente le ha empujado y apoyado a lo largo del camino.Pero esta gracia preveniente y auxiliar no tiene todava enlos principiantes el carcter de Noche Oscura. Estos sontratados por Dios ms bien como los nios pequeitos por unamadre cariosa, que los lleva en sus brazos y los alimenta condulce leche. En todos los ejercicios espirituales -oracin,meditacin, mortificacin-les comunica abundantementealegra y consuelo. Para ellos esta alegra se convierte enmotivo para entregarse a los ejercicios espirituales. No se dan

    cuenta de la imperfeccin que esto supone, ni advierten lasmuchas faltas que cometen en la prctica de las virtudes.El Santo demuestra, con vivos ejemplos, que en losprincipiantes se encuentran los siete pecados capitales,trasladados al terreno espiritual: soberbia espiritual, conalguna satisfaccin de las propias gracias y virtudes ydesprecio de los dems, prefiriendo ensear a ser enseados;avaricia espiritual, que no se harta de libros, cruces, rosarios,etc.7. Para librarnos de estas faltas tenemos que ser