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    Ctedra de Sociologa

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    Universidad de la RepblicaIng. Rafael GuargaRector

    Facultad de ArquitecturaArq. Salvador SchelottoDecano

    Consejo Facultad de Arquitectura

    Orden Docente

    Arquitectos:Ricardo VidartGustavo SchepsEnrique NeiroEduardo FolcoCsar Fernndez

    Orden EgresadosArquitectos:J. Luis OliverElena SvirkyPerla Estable

    Orden EstudiantilBachilleres:

    Danielo de LenAndrea BlancoIgnacio Errandonea

    ucpc / unidad decomunicacin y produccin culturalPublicaciones Farq.

    Enero, 2003R

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    LA CIUDAD DE LA GLOBALIZACINAntologa

    Este material tiene el objetivo de ser unapublicacin didctica interna de la Facultad comoinsumo pedaggico para docentes y estudiantes.

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    INDICE

    I) Presentacin ................................................................................................................... 7Alvaro J. Portillo

    II) El espacio de los flujos.................................................................................................... 9

    Manuel CastellsIII) La ciudad global .............................................................................................................. 41

    Saskia Sassen

    IV) Las formas de la ciudad a la hora de la globalizacin..................................................... 51Graciela Schneider Madanes

    V) Aspectos de la ciudad global en la ciudad local .............................................................. 65Csar Crosa

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    PRESENTACIN

    La denominada globalizacin se ha transformadoya casi en un lugar comn como explicacin enreferencia de todos o casi todos los fenmenos

    de la vida social. En puridad, ella no es ms (nimenos) que la fase contempornea del capitalis-mo. Es decir, la expresin del desenvolvimientopresente de las relaciones de produccin capita-lista luego de los muy importantes cambios ope-rados en lo fundamental a partir de la dcada delos aos setenta.

    Esta nueva manifestacin del capitalismo, ofrececomo lo haba hecho en sus anteriores expresio-nes, una cierta forma de desplegarse en el territo-rio. Aceleracin de la integracin econmica y

    cultural planetario, debilitamiento de los espaciosnacionales, surgimiento de bloques regionales, yfuerte transformacin de los escenarios urbanos.

    De esto ltimo es que a travs de sta antologase quiere tematizar la urbanizacin de la huma-nidad sigue su curso y de manera cada vez msacelerada. Lo hace en ciudades ya constituidasen su mayora bajo circunstancias histricas di-ferentes, que en la actualidad se ven progresiva-mente sometidas a los nuevos imperativos mar-cados por los cambios en curso. Con lo cual, se

    observa por un lado el impacto del crecimientosostenido de ciudades y grandes espacios me-galopolitanos, acompaado por otro lado conimportantes modificaciones en la lgica y el fun-cionamiento de los espacios urbanos a su inte-rior. Se trata pues, de intentar comprender estastransformaciones.

    El conjunto de trabajos seleccionados reneaportaciones muy dismiles en su valor acad-mico, en sus enfoques y obviamente en suscontenidos. No obstante entendemos que en

    el conjunto pueden ser de utilidad para el obje-tivo de conocimiento que anteriormente se men-cionaba.

    En primer trmino los trabajos de Saskia Sasseny Manuel Castells, son ya referentes ineludiblesen el tema. Se trata de las y ms slidas aporta-ciones en la deteccin del fenmeno de la globa-lizacin en sus impactos en el territorio y expre-

    san aos de muy fundamentada investigacinacadmica. Las partes aqu seleccionadas sonapenas atisbos de lo que ambos investigadoreshan trabajado en el tema, pero que en un primeresfuerzo de divulgacin tienen plena validez.

    La reflexin sobre las formas de la ciudad preten-de correlacionar los cambios estructurales con laevolucin ocurrida a nivel de la formas urbanas.Es un serio y riguroso repaso de lo ocurrido, conuna ptica claramente latinoamericana que per-mite visualizar con ms proximidad el acontecer.

    Los trabajos sobre Montevideo son avances de lainvestigacin central que lleva adelante la Cte-dra de Sociologa de la Facultad de Arquitecturaacerca de la historia social y cultural de Montevi-deo del siglo XX. Se trata de primarias verificacio-nes que han habilitado a la formulacin de unaserie de hiptesis que entre otras cosas se bus-ca someterlas a la crtica de la comunidad acad-mica.

    Finalmente, a travs de esta antologa tambin

    se busca contribuir a superar el escepticismo quecon frecuencia conlleva la constatacin del fen-meno de la globalizacin. Pareciera que algo tanavasallador y poderoso es imposible de oponr-sele en ningn plano, y por lo tanto menos an enla lgica de la estructuracin del territorio y en loscambios especficamente urbanos. Contrariamen-te, pensamos que es posible concebir alternativas.Para ello se impone conocer con rigor y precisin lanaturaleza de los procesos en curso, y correcta-mente visualizar objetivos diferentes.

    El campo de la actividad proyectual es uno de losms importantes para la reflexin de esa ciudaddistinta que habra que oponer o complementar a

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    la ciudad global. Tal vez de lo que se trate es deconcebir la ciudad democrtica en el nuevo con-

    texto de la globalizacin. Es tambin con estaintencionalidad que se ofrece este material, asu-miendo que la Facultad de Arquitectura puede ydebe opinar y proponer en esta materia. Retor-nando sus ms valiosas tradiciones, nuestra casade estudios se ofrece como uno de los escena-

    rios ms apropiados para una reflexin serena yfermental, pero con arraigo en la investigacin

    y el estudio, para identificar y formular propues-tas y recomendaciones acerca de la ciudad.

    Montevideo, octubre de 1998Alvaro J. Portillo

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    EL ESPACIO DE LOS FLUJOSManuel CastellsTomado de La era de la informacintomo I Alianza Editorial (Espaa 1998)

    INTRODUCCIN

    Espacio y tiempo son las dimensiones materia-les fundamentales de la vida humana. Los fsi-cos han mostrado la complejidad de estas nocio-nes, ms all de la falacia que supone su simpli-cidad intuitiva. Los escolares saben que el espa-cio y el tiempo se relacionan. Y una teora muyextendida, la ltima moda en fsica, adelanta lahiptesis de un hiperespacio que articula diezdimensiones, incluido el tiempo1. Por supuesto,en mi anlisis no hay lugar para tal discusin,puesto que slo le concierne el significado socialde espacio y tiempo. Pero la referencia a esacomplejidad va ms all de la pedantera retri-ca: nos invita a considerar las formas socialesdel tiempo y el espacio, que no son reducibles alas que han sido nuestras percepciones hasta lafecha, basadas en estructuras sociotcnicas queha invalidado la experiencia histrica.

    Puesto que espacio y tiempo estn entrelazadosen la naturaleza y la sociedad, tambin lo esta-rn en mi anlisis, aunque, en aras de la clari-dad, me centrar primero en el espacio, en estecaptulo, y luego en el tiempo, en el siguiente. Elorden de la secuencia no es aleatorio: a diferen-cia de la mayora de las teoras sociales clsi-cas, que asumen el dominio del tiempo sobre elespacio, propongo la hiptesis de que el espacioorganiza al tiempo en la sociedad red. Confo enque esta afirmacin tendr ms sentido al finaldel recorrido intelectual que propongo al lectoren estos dos captulos.

    Tanto el espacio como el tiempo han sido trans-formados bajo el efecto combinado del paradig-ma de la tecnologa de la informacin y de las

    formas y procesos sociales inducidos por el pro-ceso actual de cambio histrico, como se ha pre-sentado en este libro. Sin embargo, el perfil realde esa transformacin se aleja mucho de las ex-trapolaciones de sentido comn del determinis-

    mo tecnolgico. Por ejemplo, parece obvio quelas telecomunicaciones avanzadas haran ubicuoel emplazamiento de las oficinas, con lo que sepermitira que las sedes centrales de las gran-des compaas abandonaran los distritos comer-ciales cntricos, caros, congestionados y des-agradables, para situarse en lugares bonitos detodo el mundo. No obstante, el anlisis empricode Mitchell Moss sobre el impacto de las teleco-municaciones en el mundo empresarial de Man-hattan en la dcada de 1980, descubri que es-tos nuevos y avanzados medios de telecomuni-cacin se encontraban entre los factores respon-sables de que hubiera aminorado la reubicacinde las empresas fuera de Nueva York, por razo-nes que expondr ms adelante. O, por utilizarotro ejemplo sobre un mbito social diferente, sesupona que la comunicacin electrnica conbase en el hogar alentara un descenso de lasformas urbanas densas y una disminucin de lainteraccin social en base territorial. No obstan-te, el primer sistema de difusin masiva de co-municacin a travs del ordenador, el Minitel fran-

    cs, descrito en el captulo anterior, se originen la dcada de 1980 en un entorno urbano in-tenso, cuya vitalidad e interaccin interpersonalapenas se debilit por el nuevo medio. En efec-to, los estudiantes franceses utilizaron Minitelpara organizar manifestaciones callejeras con-tra el gobierno. A comienzos de los aos noven-ta, el telecommuting, esto es, el trabajo desdecasa por lnea telefnica, slo era practicado poruna pequea fraccin de la mano de obra en losEstados Unidos (entre un 1% y un 2% en un da

    determinado), Europa o Japn, si exceptuamosla vieja costumbre de los profesionales de seguirtrabajando en casa o de organizar su actividad

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    en un espacio y tiempo flexible cuando tienenoportunidad de hacerlo2. Aunque el trabajo en

    casa a tiempo parcial parece estar surgiendocomo un modo de actividad profesional en el fu-turo, se desarrolla debido al ascenso de la em-presa red y al proceso de trabajo flexible, comose ha analizado en captulos anteriores, y nocomo un resultado directo de la tecnologa dis-ponible. Las consecuencias tericas y prcticasde estas precisiones son cruciales. En las pgi-nas siguientes me ocupar de la complejidad quepresenta la interaccin de la tecnologa, la socie-dad y el espacio.

    Para avanzar en esa direccin, examinar losdatos empricos sobre la transformacin de lospatrones de localizacin de las principales acti-vidades econmicas en el nuevo sistema tecno-lgico, tanto para los servicios avanzados comopara la fabricacin. Despus tratar de analizarlos escasos datos sobre la interaccin entre elascenso del hogar electrnico y la evolucin dela ciudad, y explicar con mayor detalle la evolu-cin reciente de las formas urbanas en varioscontextos. Luego sintetizar las tendencias ob-servadas bajo una nueva lgica espacial quedenomino el espacio de los flujos. Opondr a estalgica la organizacin espacial arraigada en lahistoria de nuestra experiencia comn: el espa-cio de los lugares. Y me referir al reflejo de estaoposicin dialctica entre el espacio de los flujosy el espacio de los lugares en los debates actua-les de la arquitectura y el diseo urbano. El obje-tivo de este itinerario intelectual es dibujar el per-fil de un nuevo proceso espacial, el espacio delos flujos, que se est convirtiendo en la mani-festacin espacial dominante del poder y la fun-

    cin en nuestras sociedades. A pesar de todosmis esfuerzos para mostrar la nueva lgica es-pacial empricamente, me temo que es inevita-ble, hacia el final del captulo, enfrentar al lectorcon algunos fundamentos bsicos de una teorasocial del espacio, como un modo de entender latransformacin de la base material de nuestraexperiencia. No obstante, espero mejorar mi ca-pacidad de comunicar una teorizacin abstractade las nuevas formas y procesos espacialesmediante un breve recorrido de los datos dispo-

    nibles sobre las recientes pautas espaciales delas funciones econmicas y las prcticas socia-les dominantes3.

    LOS SERVICIOS AVANZADOS, LOS FLUJOSDE INFORMACIN Y LA CIUDAD GLOBAL

    La economa informacional/global se organiza entorno a centros de mando y control, capaces decoordinar, innovar y gestionar las actividadesentrecruzadas de las redes empresariales 4. Losservicios avanzados, incluidos finanzas, seguros,inmobiliaria, consultara, servicios legales, publi-cidad, diseo, mercadotecnia, relaciones pbli-cas, seguridad, reunin de informacin y gestinde los sistemas de informacin, pero tambin elI+D y la innovacin cientfica, se encuentran enel centro de todos los procesos econmicos, ya

    sea en la fabricacin, agricultura, energa o ser-vicios de diferentes clases5. Todos pueden redu-cirse a generacin de conocimiento y flujos deinformacin6.

    As pues, los sistemas de telecomunicacionesavanzados podran hacer posible su emplaza-miento disperso por todo el globo. No obstante,ms de una dcada de estudios sobre el temaha establecido un modelo espacial diferente, ca-racterizado por su dispersin y concentracin si-multneas7. Por una parte, los servicios avanza-

    dos han aumentado de forma considerable suporcentaje de empleo y PNB en la mayora delos pases, y presentan el crecimiento ms ele-vado en empleo y las mayores tasas de inver-sin en las principales reas metropolitanas delmundo8. Son omnipresentes y se ubican en todala geografa del planeta, excepto en los aguje-ros negros de la marginalidad. Por otra parte,ha habido una concentracin espacial de los ni-veles superiores de esas actividades en unoscuantos centros nodales de unos cuantos pa-ses9. Esta concentracin sigue una jerarqua en-

    tre niveles de centros urbanos, que concentra lasfunciones de nivel superior, tanto en lo referentea poder como en informacin, en algunas de lasprincipales reas metropolitanas10. El clsico es-tudio de Saskia Sassen sobre la ciudad globalha expuesto el dominio conjunto de Nueva York,Tokio y Londres en las finanzas internacionalesy en la mayora de los servicios de consultara yempresariales de mbito internacional11. Juntos,estos tres centros cubren el espectro de las zo-nas horarias a efectos de la actividad financiera

    y funcionan en buena medida como una unidaden el mismo sistema de transacciones intermi-nables. Pero hay otros centros importantes, e in-

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    cluso ms que ellos en algunos segmentos espe-cficos del comercio, como, por ejemplo, Chicago

    y Singapur en contratos de futuros (de hecho, sepracticaron por primera vez en Chicago en 1972).Hong Kong, Osaka, Francfort, Zurich, Pars, Losngeles, San Francisco, Amsterdam y Miln sontambin importantes centros, tanto en serviciosfinancieros como empresariales de mbito inter-nacional12. Y diversos centros regionales seestn uniendo a la red rpidamente, a medida quese desarrollan mercados emergentes por todoel mundo: Madrid, Sao Paulo, Buenos Aires, Mxi-co, Taipei, Mosc y Budapest, entre otros.

    A medida que la economa global se expande eincorpora nuevos mercados, tambin organiza laproduccin de los servicios avanzados requeri-dos para gestionar las nuevas unidades que seunen al sistema y las condiciones de sus conexio-nes, siempre cambiantes13. Un caso concreto queilustra este proceso es Madrid, hasta 1986 unlugar relativamente atrasado de la economa glo-bal. Ese ao Espaa se uni a la ComunidadEuropea, abrindose por completo a la inversinde capital extranjero en los mercados burstiles,en las operaciones bancarias y en la adquisicin

    de patrimonio empresarial, as como en propie-dades inmobiliarias. Como muestra nuestro es-tudio14, en el periodo 1986-1990, la inversin di-recta extranjera en Madrid y en su bolsa alimen-t un periodo de rpido crecimiento econmicoregional, junto con un auge de las propiedadesinmobiliarias y una rpida expansin del empleoen servicios empresariales. Las adquisiciones devalores por parte de inversores extranjeros entre1982 y 1988 saltaron de 4.494 millones de pese-tas a 623.445 millones. La inversin directa ex-

    tranjera ascendi de 8.000 millones de pesetasen 1985 a casi 400.000 millones en 1988. Enconsecuencia, la construccin de oficinas en elcentro y los inmuebles residenciales de alto nivelpasaron a finales de los aos ochenta por el mis-mo tipo de frenes experimentado en Nueva Yorky Londres. La ciudad fue profundamente trans-formada por la saturacin del valioso espacio delcentro y por un proceso de suburbanizacin pe-rifrico que, hasta entonces, haba sido un fen-meno limitado.

    En la misma lnea de argumentacin, el estudiode Cappelin sobre, las redes de servicios de lasciudades europeas expone la creciente interde-

    pendencia y complementariedad de las ciudadesde tamao medio de la Unin Europea15. Llega a

    la conclusin de que:La importancia relativa de la relacin ciudad-re-gin parece disminuir con respecto a la impor-tancia de las relaciones que interconectan variasciudades de diferentes regiones y pases Lasnuevas actividades se concentran en polos es-pecficos y ello implica el incremento de dispari-dades entre los polos urbanos y sus respectivosentornos16.

    As pues, el fenmeno de la ciudad global nopuede reducirse a unos cuantos ncleos urba-

    nos del nivel superior de la jerarqua. Es un pro-ceso que implica a los servicios avanzados, loscentros de produccin y los mercados de una redglobal, con diferente intensidad y a una escaladistinta segn la importancia relativa de las acti-vidades ubicadas en cada zona frente a la redglobal. Dentro de cada pas, la arquitectura deredes se reproduce en los centros regionales ylocales, de tal modo que el conjunto del sistemaqueda interconectado a escala global. Los terri-torios que rodean estos nodos desempean una

    funcin cada vez ms subordinada: a veces lle-gan a perder toda su importancia o incluso sevuelven disfuncionales. Por ejemplo, las coloniaspopulares de la ciudad de Mxico (en su origenasentamientos ilegales) que representan en tor-no a los dos tercios de la poblacin de la mega-lpolis, sin desempear ningn papel distintivoen el funcionamiento de la ciudad como centrocomercial internacional17. Adems, la globaliza-cin estimula la regionalizacin. En sus estudiossobre las regiones europeas en la dcada de1990, Philip Cooke ha indicado, basndose en

    los datos disponibles, que la creciente interna-cionalizacin de las actividades econmicas portoda Europa ha hecho a las regiones ms de-pendientes del contexto internacional. En conse-cuencia, bajo el impulso de sus gobiernos y eli-tes empresariales, se han estructurado para com-petir en la economa global y han establecidoredes de cooperacin entre las instituciones re-gionales y las empresas basadas en la regin.Por lo tanto, las regiones y localidades no des-aparecen, sino que quedan integradas en redes

    internacionales que conectan sus sectores msdinmicos18.

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    Michelson y Wheeler han sustentado su plantea-miento sobre la arquitectura evolutiva de los flu-

    jos de informacin en la economa global, en elanlisis de los datos sobre el trfico de uno delos principales servicios de mensajera comer-cial, Federal Express Corporation19. Estudiaronel movimiento, durante los aos noventa, de las

    cartas, paquetes y cajas entre las reas metro-politanas estadounidenses, as como entre los

    principales centros remitentes estadounidensesy sus destinos internacionales. Los resultados desu anlisis, ilustrados en las figuras 1 y 2, mues-tran dos tendencias bsicas: a) el dominio de al-gunos nodos, sobre todo Nueva York, seguidopor Los ngeles, que aumenta con el tiempo;b) la existencia de circuitos prioritarios nacio-nales e internacionales de conexin. Conclu-yen que:

    Todos los indicadores sealan un fortalecimien-to de la estructura jerrquica de las funciones

    de mando y control y el intercambio de infor-macin resultante [...]. La concentracin de lainformacin en determinados lugares es el re-sultado del alto grado de incertidumbre, impul-sado a su vez por el cambio tecnolgico, y ladesmasificacin, la desregulacin y la globali-zacin del mercado [...]. Sin embargo, cuan-do se extienda la tendencia actual, persistirla importancia de la flexibilidad, como el me-canismo bsico para salir adelante, y de laaglomeracin de las economas, como la fuer-za de ubicacin preeminente. Por lo tanto, la

    ciudad no perder su importancia como centrode gravedad para las transacciones econmi-

    FIGURA 1. Crecimiento mayor absoluto de los flujos deinformacin, 1982 y 1990

    Fuente:Datos de Federal Express, 1990; elaborado porMichelson y Whecler, 1994.

    FIGURA 2. Exportaciones de informacin de los Estados Unidos a las principales regiones y centros del mundo.

    Fuente: Datos de Federal Express, 1990; elaborado por Michelson y Whecler, 1994.

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    cas. Pero con la regulacin de los mercadosinternacionales [...] con una menor incertidum-

    bre sobre las reglas del juego econmico y losjugadores que participan, la concentracin dela industria de la informacin disminuir y cier-tos aspectos de la produccin y distribucinse difundirn a los niveles inferiores de una je-rarqua urbana internacionalizada20.

    En efecto, dentro de la red, la jerarqua no est deningn modo asegurada, ni es estable: est so-metida a una feroz competencia entre las ciu-dades, as como a la aventura de inversiones dealto riesgo tanto en finanzas como en mercado

    inmobiliario. As, P. W. Daniels, en uno de losestudios ms exhaustivos sobre el tema, explicael fracaso parcial de los principales proyectos dereurbanizacin de Canary Wharf en la zona por-tuaria de Londres debido a la estrategia dema-siado ambiciosa de su promotora, la conocida fir-ma canadiense Olympia & York, incapaz de ab-sorber el exceso de oficinas de comienzos delos aos noventa, a raz de la disminucin delempleo en servicios financieros, tanto en Lon-dres como en Nueva York. Concluye que:

    Por lo tanto, la expansin de los servicios almercado internacional ha introducido un gra-do mayor de flexibilidad y, en definitiva, decompetencia en el sistema urbano global delque exista en el pasado. Como ha probadola experiencia con Canary Wharf, tambin hizoque el resultado del desarrollo a gran escalay la reurbanizacin dentro de las ciudades sehiciera dependiente de factores internaciona-les externos, sobre los cuales slo se puedetener un control limitado21.

    As pues, a comienzos de los aos noventa, mien-tras que ciudades como Bangkok, Taipei, Shang-hai, Mxico o Bogot experimentaron un creci-miento urbano explosivo encabezado por el sec-tor empresarial, Madrid, junto con Nueva York,Londres y Pars, entraron en una recesin queprovoc una pronunciada cada de los preciosde las propiedades inmobiliarias y detuvo la nue-va construccin. Esta montaa rusa urbana, endiferentes periodos a lo largo de diversas zonasdel mundo, ilustra tanto la dependencia como lavulnerabilidad de cualquier localidad, incluidas las

    principales ciudades, ante los flujos globales cam-biantes.

    Pero por qu deben seguir dependiendo estosservicios avanzados de su aglomeracin en unos

    cuantos grandes nodos metropolitanos? De nue-vo, Saskia Sassen, coronando aos de trabajode campo propio y de otros investigadores endiferentes contextos, ofrece respuestas convin-centes. Sostiene que:

    La combinacin de dispersin espacial e in-tegracin global ha creado un nuevo papel es-tratgico para las principales ciudades. Msall de su larga historia como centros para elcomercio internacional y la banca, estas ciu-dades funcionan ahora de cuatro formas nue-

    vas: primero, como puestos de mando alta-mente concentrados en la organizacin de laeconoma mundial; segundo, como emplaza-mientos clave para las finanzas y las firmasde servicios especializados [...]; tercero, comocentros de produccin, incluida la de innova-cin en los sectores punta; y cuarto, comomercados para los productos y las innovacio-nes producidos22.

    Estas ciudades o, mejor, sus centros de nego-cios, son complejos de produccin de valor ba-

    sados en la informacin, donde las sedes de lasgrandes compaas y las firmas financieras avan-zadas pueden encontrar tanto proveedores cor-no la mano de obra altamente cualificada queprecisan. En efecto, constituyen redes de pro-duccin y gestin, cuya flexibilidad no necesitaincorporar trabajadores y proveedores, sino te-ner capacidad de acceso a ellos cuando conven-ga y en el momento y cantidades requeridos encada caso particular. Se sirve mejor a la flexibili-dad y adaptabilidad mediante esta combinacinentre aglomeracin de redes nucleares y su in-

    terconexin global con sus redes secundariasdispersas va las telecomunicaciones y el trans-porte areo. Otros factores parecen contribuirtambin a fortalecer la concentracin de las acti-vidades de alto nivel en unos cuantos nodos: unavez que se han constituido, la elevada inversinen bienes races valiosos que efectan las gran-des empresas explica su renuencia a desplazar-se, porque ello devaluara sus activos fijos; asi-mismo, en la era de las escuchas furtivas exten-didas, los contactos cara a cara para tomar deci-

    siones crticas siguen siendo necesarios, ya que,como Saskia Sassen indica que un directivo lecont durante una entrevista, a veces los tratos

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    de negocios son, por necesidad, marginalmenteilegales23. Y, por ltimo, los principales centros

    metropolitanos an ofrecen las mayores oportu-nidades para el realce personal, la posicin so-cial y la autosatisfaccin individual de los profe-sionales de los niveles superiores que tanto lonecesitan, desde los buenos colegios para sushijos hasta la pertenencia simblica a la cumbredel consumo conspicuo, incluido el arte y el en-tretenimiento24.

    No obstante, los servicios avanzados, y an mslos servicios en general, se dispersan y descen-tralizan a la periferia de las reas metropolitanas,

    a zonas metropolitanas menores, a regiones me-nos desarrolladas y a algunos pases menos de-sarrollados25. Han surgido nuevos centros regio-nales de actividades de procesamiento de servi-cios en los Estados Unidos (por ejemplo, Atlanta,Georgia, o Omaha, Nebraska), en Europa (porejemplo, Barcelona, Niza, Stuttgart, Bristol) o enAsia (por ejemplo, Bombay, Bangkok, Shanghai).Las periferias de las principales reas metropoli-tanas bullen con el nuevo desarrollo de oficinas,ya sea en Walnut Creek, San Francisco, o enReading, cerca de Londres. Y, en algunos casos,

    los nuevos centros de servicios avanzados hansurgido en los lmites de la ciudad histrica, sien-do el ejemplo ms notable y logrado La Dfensede Pars. Sin embargo, en casi todos los casos,la descentralizacin del trabajo de oficina afectaa las oficinas traseras, es decir, al procesamien-to masivo de las transacciones que ejecutan es-trategias decididas y diseadas en los centrosempresariales de altas finanzas y servicios avan-zados26. Son stas precisamente las actividadesque emplean al grueso de los trabajadores semi-

    cualificados, en su mayora mujeres que viven enlos suburbios, en gran parte reemplazables o re-ciclables a medida que la tecnologa evoluciona yla montaa rusa econmica sube y baja.

    Lo que resulta significativo de este sistema espa-cial de actividades de servicios avanzados no essu concentracin o descentralizacin, puesto queambos procesos ocurren a la vez por todos lospases y continentes. Tampoco la jerarqua de sugeografa, ya que en realidad es tributario de lageometra variable de los flujos de dinero e infor-

    macin. Despus de todo, quin poda predecira comienzos de los aos ochenta que Taipei,Madrid o Buenos Aires surgiran como importan-

    tes centros financieros y comerciales internacio-nales? Creo que la megalpolis Hong Kong-Shen-

    zhen-Guangzhou-Zhuhai-Macao ser una de lasprincipales capitales financieras y comerciales acomienzos del siglo XXI, con lo que provocar unimportante realineamiento en la geografa globalde los servicios avanzados27. Pero para el anli-sis espacial que propongo aqu, resulta secunda-rio si no acierto en mi prediccin. Porque, aunquela ubicacin real de los centros de alto nivel encada periodo es crucial para la distribucin de lariqueza y el poder en el mundo, desde la pers-pectiva de la lgica espacial del nuevo sistema,lo que importa es la versatilidad de sus redes. La

    ciudad global no es un lugar, sino un proceso. Unproceso mediante el cual los centros de produc-cin y consumo de servicios avanzados y sussociedades locales auxiliares se conectan en unared global en virtud de los flujos de informacin,mientras que a la vez restan importancia a lasconexiones con sus entornos territoriales.

    EL NUEVO ESPACIO INDUSTRIAL

    El advenimiento de la fabricacin de alta tecnolo-ga, a saber, la basada en la microelectrnica yen la fabricacin asistida por ordenador, marc laaparicin de una nueva lgica de localizacin in-dustrial. Las empresas electrnicas, productorasde las mquinas de nueva tecnologa de la infor-macin, tambin fueron las primeras en practicarla estrategia de localizacin que permita y reque-ra el nuevo proceso de produccin basado en lainformacin. Durante los aos ochenta, diversosestudios empricos, realizados por profesores yestudiantes graduados del Institute of Urban and

    Regional Development (Instituto de DesarrolloUrbano y Regional) de la Universidad de Califor-nia en Berkeley, proporcionaron un slido anli-sis del perfil del nuevo espacio industrial28. Secaracteriza por la capacidad tecnolgica y orga-nizativa de separar el proceso de produccin endiferentes emplazamientos mientras integra suunidad mediante conexiones de telecomunicacio-nes, y por la precisin basada en la microelectr-nica y la flexibilidad de la fabricacin de sus com-ponentes. Adems, se hace aconsejable la espe-

    cificidad geogrfica de cada fase del proceso deproduccin por la singularidad de la mano de obrarequerida en cada estadio y por los diferentes ras-

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    gos sociales y medioambientales que suponen lascondiciones de vida de segmentos tan distintos

    de esta mano de obra. Por ello, la fabricacin dealta tecnologa presenta una composicin ocupa-cional muy diferente de la fabricacin tradicional:se organiza en una estructura bipolar en torno ados grupos predominantes de tamao ms omenos similar: de un lado, una mano de obra al-tamente cualificada, basada en la ciencia y la tec-nologa; del otro, una masa de obreros no cualifi-cados que participan en el montaje rutinario y lasoperaciones secundarias. Aunque la automatiza-cin ha permitido cada vez ms a las compaaseliminar los niveles ms bajos de trabajadores, elaumento asombroso del volumen de produccinsigue haciendo que se emplee -y as seguir du-rante algn tiempo- un nmero considerable detrabajadores no cualificados y semicualificados,cuya localizacin en las mismas zonas que loscientficos e ingenieros no es viable desde el puntode vista econmico, ni apropiado desde la pers-pectiva dominante en el actual contexto social.En medio, los obreros cualificados tambin repre-sentan un grupo particular que cabe separar delos niveles elevados de la produccin de alta tec-

    nologa. Debido al peso ligero del producto final ylos vnculos de comunicacin desarrollados porlas compaas por todo el globo, las firmas elec-trnicas, sobre todo las estadounidenses, desa-rrollaron desde los orgenes de la industria (ya ens: emplazamiento de la planta de Fairchild enHong Kong en 1962) un modelo de localizacincaracterizado por la divisin espacial internacio-nal del trabajo29 . En trminos generales, tantopara la microelectrnica como para los ordena-dores, se buscaron cuatro tipos diferentes de lo-

    calizacin para cada una de las cuatro operacio-nes particulares del proceso de produccin:

    a) I+D, innovacin y fabricacin de prototipos seconcentraron en centros industriales muy in-novadores de las reas centrales, en generalcon una buena calidad de vida antes de queel proceso de desarrollo degradara un tantoel entorno;

    b) la fabricacin cualificada en plantas filiales, engeneral en zonas recin industrializadas en el

    pas de origen, que en el caso de los EstadosUnidos suele significar ciudades de tamao me-dio de los estados occidentales;

    c) el montaje semicualificado a gran escala y lasoperaciones de prueba, que desde los mismos

    comienzos se localizaron en una proporcinconsiderable en el extranjero, sobre todo en elsureste asitico, con Singapur y Malasia a lacabeza del movimiento de atraer fbricas degrandes compaas electrnicas estadouni-denses;

    d) la adaptacin del producto al cliente, el mante-nimiento posventa y el respaldo tecnolgico, quese organizaron en centros regionales de todoel globo, en general en la zona donde se en-contraran los principales mercados electrnicos,

    originalmente en los Estados Unidos y EuropaOccidental, si bien en los aos noventa los mer-cados asiticos ascendieron a una posicinigual.

    Las compaas europeas, acostumbradas a em-plazamientos al abrigo de sus territorios naciona-les protegidos, se vieron empujadas a descentra-lizar sus sistemas de produccin en una cadenaglobal similar a medida que el mercado se abri ycomenzaron a sentir el aguijn de la competen-cia de las operaciones efectuadas desde Asia y

    de la ventaja tecnolgica estadounidense y japo-nesa30. Las compaas japonesas trataron de re-sistirse durante largo tiempo a abandonar la for-taleza de Japn, tanto por razones de naciona-lismo (a peticin de su gobierno) como por suestrecha dependencia de las redes de justo atiempo de sus proveedores. Sin embargo, lacongestin insoportable y los elevadsimos pre-cios de operacin en la zona de Tokio-Yokohamaobligaron primero a la descentralizacin regional(ayudada por el programa de tecnpolis del MITI)a zonas menos desarrolladas de Japn, en parti-

    cular a Kyushu31; y luego, desde finales de losaos ochenta, las compaas japonesas pasarona imitar los patrones de localizacin iniciados porsus competidores estadounidenses dos dcadasantes: implantacin en el sureste asitico de loscomplejos de produccin en serie, buscando lareduccin de los costes laborales y limitacionesmedioambientales menos estrictas, y disemina-cin de las fbricas por los principales mercadosestadounidenses, europeos y asiticos, como unaprevisin para superar el proteccionismo futuro32.

    De este modo, el fin de la diferencia japonesaconfirm el acierto del modelo de localizacin que,junto con diversos colegas, propusimos para com-

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    prender la nueva lgica espacial de laindustria dealta tecnologa. La figura 3 muestra de forma es-quemtica la lgica espacial de este modelo, ela-borado en virtud de los datos empricos reunidospor numerosos investigadores en contextos dife-rentes33.

    Un elemento clave en este modelo de localiza-cin es la importancia decisiva de los complejosde produccin de innovacin tecnolgica paratodo el sistema. Es lo que Peter Hall y yo, as

    como el pionero en este campo de investigacin,Philippe Aydalot, denominamos medio de inno-vacin34.

    Por l entiendo un conjunto especfico de relacio-nes de produccin y gestin, basado en una or-ganizacin social que en general comparte unacultura industrial y unas metas instrumentalesencaminadas a generar nuevo conocimiento,nuevos procesos y nuevos productos. Aunque elconcepto de medio no incluye necesariamenteuna dimensin espacial, sostengo que, en el casode las industrias de la tecnologa de la informa-cin, al menos en este siglo, la proximidad espa-

    cial es una condicin material necesaria para laexistencia de dichos medios, debido a la natura-leza de la interaccin en el proceso de innova-

    FIGURA 3. Sistema de relaciones entre las caractersticas de la fabricacin de la tecnologa de la informacin y el patrnespacial de la industria.

    Fuente:Elaborado por Castells, 1989a.

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    cin. Lo que define la especificidad de un mediode innovacin es su capacidad para generar si-

    nergia, esto es, el valor aadido que no resultadel efecto acumulativo de los elementos presen-tes en l, sino de su interaccin. Los medios deinnovacin son fuentes fundamentales para lainnovacin y la generacin de valor aadido enel proceso de produccin industrial en la era dela informacin. Peter Hall y yo estudiamos du-rante varios aos la formacin, estructura y di-nmicas de los principales medios de innovacinde todo el mundo, tanto reales como supuestos,Los resultados de nuestro trabajo aadieron al-gunos elementos para la comprensin del mo-

    delo de localizacin de la industria de la tecnolo-ga de la informacin35.

    En primer lugar, los medios de innovacin indus-trial orientados a la alta tecnologa, que denomi-namos tecnpolis, presentan diversas formasurbanas. Y, lo que es ms notable, es evidenteque en la mayora de los pases, con las excep-ciones importantes de los Estados Unidos y has-ta cierto punto de Alemania, las principales reasmetropolitanas contienen las tecnpolis ms des-

    tacadas: Tokio, Pars-sur, Londres-Corredor M4,Miln, Sel-lnchon, Mosc-Zelenogrado y, a unadistancia considerable, Niza-Sofa-Antpols, Tai-pei-Hsinchu, Singapur, Shanghai, So Paulo,Barcelona, etc. La excepcin parcial de Alema-nia (despus de todo, Munich es una zona me-tropolitana importante) tiene relacin directa conla historia poltica: la destruccin de Berln, el des-tacado centro tecnolgico industrial europeo, yla reubicacin de Siemens en Munich en los lti-mos meses del Tercer Reich, esperando la pro-teccin de las fuerzas de ocupacin estadouni-

    denses y con el apoyo posterior del gobierno dela Unin Social Cristiana (CSU) bvaro. As pues,en contra de la imaginera excesiva de las tecn-polis advenedizas, existe sin duda una continui-dad en la historia espacial de la tecnologa y laindustrializacin en la era de la informacin: losprincipales centros metropolitanos de todo elmundo continan acumulando factores inducto-res de innovacin y generando sinergia, tanto enla industria como en los servicios avanzados.

    Sin embargo, algunos de los centros de innova-cin ms importantes de la tecnologa de la in-formacin s son nuevos, sobre todo en el lder

    tecnolgico mundial, los Estados Unidos. SiliconValley, la carretera 128 de Boston (rejuvenecien-

    do un estructura antigua y tradicional de fabrica-cin), la tecnpolis de California del Sur, el Trin-gulo de Investigacin de Carolina del Norte, Seatt-le y Austin, entre otros, se vincularon en generalcon la ltima ola de la industrializacin basadaen la tecnologa de la informacin. Su desarrollofue el resultado de la coincidencia de variedadesespecficas de los factores habituales de produc-cin: capital, trabajo y materias primas reunidospor algn tipo de empresario institucional y cons-tituidos en una forma particular de organizacinsocial. Su materia prima la formaba el nuevo co-

    nocimiento, relacionado con campos de aplica-cin con importancia estratgica, producido porcentros de innovacin, como los equipos de in-vestigacin de las escuelas de ingeniera de laUniversidad de Stanford, CalTech o el MIT y lasredes construidas a su alrededor. Su fuerza detrabajo, distinta del factor conocimiento, requirila concentracin de un gran nmero de cientfi-cos e ingenieros muy cualificados de diversasuniversidades locales, incluidas las ya mencio-nadas, pero tambin otras como Berkeley, la es-

    tatal de San Jos o Santa Clara, en el caso deSilicon Valley. Su capital tambin fue especifico,dispuesto a afrontar el alto riesgo de invertir enalta tecnologa pionera: ya fuera debido al impe-rativo militar sobre el resultado (gasto relaciona-do con la defensa); o tambin a las grandesapuestas de capital de riesgo por las recompen-sas potencialmente extraordinarias que suponanesas inversiones. Al principio del proceso, la ar-ticulacin de estos factores de produccin soliser obra, en general, de un actor institucional, talcomo el lanzamiento del Parque Industrial de

    Stanford por parte de la Universidad de Stanford,que provoc el surgimiento de Silicon Valley; olos mandos de la aviacin militar que, relaciona-dos con el mundo empresarial de Los ngeles,obtuvieron, para California del Sur los contratosde defensa que haran de la nueva metrpolisoccidental el complejo de defensa de alta tecno-loga mayor del mundo. Por ltimo, las redes so-ciales, de diferentes clases, contribuyeron confuerza a la consolidacin del medio de innova-cin y a su dinamismo, asegurando la comunica-

    cin de ideas, la circulacin del trabajo y la ferti-lizacin cruzada de la innovacin tecnolgica yel carcter emprendedor del empresariado.

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    Lo que muestra nuestra investigacin sobre losnuevos medios de innovacin, sea en los Esta-

    dos Unidos o en otros lugares, es que aunqueexiste una continuidad espacial en el dominiometropolitano, tambin puede invertirse si se danlas condiciones adecuadas. Y que las condicio-nes adecuadas tienen que ver con la capacidadde concentrar espacialmente los ingredientesprecisos para inducir sinergia. Si se es el caso,como parecen mostrar nuestros datos, tenemosun nuevo espacio industrial marcado por una dis-continuidad fundamental: los medios de innova-cin, nuevos y antiguos, se constituyen en virtudde su estructura y dinmica internas, atrayendo

    despus firmas, capital y mano de obra al mediode innovacin que conforman. Una vez estable-cidos, los medios de innovacin compiten y co-laboran entre regiones diferentes, creando unared de interaccin que los rene en una estruc-tura industrial comn que sobrepasa su disconti-nuidad geogrfica. La investigacin realizada porCamagni y los equipos organizados en torno a lared del GREMI36, muestra la interdependenciacreciente de estos medios de innovacin por todoel globo, mientras que al mismo tiempo resalta lo

    decisiva que resulta para su suerte la capacidadde cada uno de incrementar su sinergia. Por lti-mo, los medios de innovacin mandan sobre lasredes globales de produccin y distribucin queextienden su alcance sobre todo el planeta. Porello, algunos investigadores sostienen que elnuevo sistema industrial no es global ni local, sinouna nueva articulacin de dinmicas globales ylocales37.

    Sin embargo, para obtener una visin clara delnuevo espacio industrial constituido en la era de

    la informacin, debemos aadir cierta precisinporque, en el anlisis, con demasiada frecuen-cia se hace hincapi en la divisinespacial deltrabajo entre las diferentes funciones ubicadasen territorios distintos. Esto es importante, perono esencial, en la nueva lgica espacial. Las je-rarquas territoriales pueden desdibujarse e in-cluso invertirse, a medida que la industria se ex-pande por el mundo y la competencia aventaja ogolpea a regiones enteras, incluidos los mismosmedios de innovacin. Asimismo, se constituyen

    medios de innovacin secundarios, a veces comosistemas descentralizados desgajados de cen-tros primarios, pero suelen encontrar sus nichos

    en la competencia con sus matrices originales,ejemplos de lo cual son Seattle frente a Silicon

    Valley y Boston en software, o Austin (Tejas) fren-te a Nueva York o Minneapolis en ordenadores.Adems, en los aos noventa, el desarrollo de laindustria electrnica en Asia, sobre todo bajo elimpulso de la competencia entre los EstadosUnidos y Japn, ha complicado extraordinaria-mente la geografa de la industria en su estadiomaduro, como demuestran los anlisis de Co-hen y Borrus, y Dieter Ernst38. Por otra parte, hahabido una mejora considerable del potencial tec-nolgico de las filiales de las multinacionales es-tadounidenses, sobre todo en Singapur, Malasia

    y Taiwan, que se ha transferido a sus empresasauxiliares locales. Adems, las firmas electrni-cas japonesas, como ya se ha mencionado, handescentralizado de forma masiva su produccinen Asa, tanto para exportar globalmente comopara abastecer a sus plantas matrices del pas.En ambos casos, se ha construido en Asia unabase de suministros considerable, con lo que seha quedado obsoleta la antigua divisin del tra-bajo en la que las empresas filiales del sur y estede Asia ocupaban el nivel inferior de la jerarqua.

    Asimismo, basndose en la revisin de los datosdisponibles hasta 1994, incluidos sus propiosestudios, Richard Gordon sostiene de forma con-vincente, el surgimiento de una nueva divisinespacial del trabajo, antes caracterizada por sugeometra variable y sus conexiones de un ladoa otro entre firmas ubicadas en complejos terri-toriales diferentes, incluidos los principales me-dios de innovacin. Su anlisis detallado de laevolucin de Silicon Valley en los aos noventamuestra la importancia, para las firmas regiona-

    les de alta tecnologa, de las relaciones extrarre-gionales en la mayor parte de las interaccionesms sofisticadas en tecnologa, que son las quegeneran mayores transacciones. Sostiene que eneste nuevo contexto global, la aglomeracin enun emplazamiento, lejos de constituir una alter-nativa a la dispersin espacial, se convierte en labase principal para la participacin en una redglobal de economas regionales [...]. En realidad,regiones y redes constituyen polos interdepen-dientes dentro del nuevo mosaico espacial de

    innovacin global. En este contexto, la globaliza-cin no supone el impacto nivelador de los pro-cesos universales sino, por el contrario, la snte-

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    sis calculada de la diversidad cultural en la formade lgicas y capacidades de innovacin regiona-

    les diferenciadas39

    .El nuevo espacio industrial no representa la des-aparicin de las antiguas reas metropolitanasestablecidas y el amanecer de nuevas regionesde alta tecnologa. Tampoco puede comprender-se bajo la oposicin simplista entre la automati-zacin del centro y la manufacturacin de costereducido de la periferia. Se organiza en una je-rarqua de innovacin y fabricacin articulado enredes globales. Pero la direccin y arquitecturade estas redes estn sometidas a los movimien-

    tos incesantes y cambiantes de colaboracin ycompetencia entre firmas y entre localidades, aveces acumulativas en la historia o a veces invir-tiendo el patrn establecido a travs del carcteremprendedor deliberado de las instituciones. Loque queda como la lgica caracterstica de lanueva localizacin industrial es su discontinuidadgeogrfica, compuesta paradjicamente por com-plejos de produccin territoriales. El nuevo es-pacio industrial se organiza en torno a flujos deinformacin que renen y separan al mismo tiem-po -dependiendo de los ciclos o firmas- sus com-

    ponentes territoriales. Y del mismo modo que lalgica de la fabricacin de la tecnologa de la in-formacin se difunde de los productores de tec-nologa de la informacin a los usuarios de susproductos en todo el mbito industrial, la nuevalgica espacial se expande, creando una multi-plicidad de redes industriales globales, cuyasintersecciones y exclusiones transforman lamisma nocin de localizacin industrial, del em-plazamiento de las fbricas a los flujos de fa-bricacin.

    LA VIDA COTIDIANA EN EL HOGARELECTRNICO: EL FIN DE LASCIUDADES?

    El desarrollo de la comunicacin electrnica y lossistemas de comunicacin permiten la disocia-cin creciente de la proximidad espacial y la rea-lizacin de las funciones de la vida cotidiana-,trabajo, compras, entretenimiento, salud, educa-cin, servicios pblicos, gobierno y dems. En

    consecuencia, los futurlogos suelen predecir ladesaparicin de la ciudad, o al menos de las ciu-dades como las hemos conocido hasta ahora,

    una vez que han quedado desprovistas de su ne-cesidad funcional. Por supuesto, los procesos

    de transformacin espacial son mucho ms com-plicados, como muestra la historia. Por lo tanto,merece la pena considerar los escasos datosempricos que existen sobre el tema40.

    La asuncin ms habitual acerca del impacto dela tecnologa de la informacin sobre las ciuda-des es el aumento espectacular del trabajo a dis-tancia, y la ltima esperanza de los planificado-res del transporte urbano antes de rendirse a lainevitable paralizacin total del trfico. No obs-tante, en 1988, un destacado investigador euro-

    peo sobre el tema pudo escribir, sin sombra debroma, que hay ms gente investigando el tele-trabajo que teletrabajadores reales41. De hecho,como ha sealado Qvortup, todo el debate estsesgado por la falta de precisin al definir el tele-trabajo, lo que lleva a una considerable incerti-dumbre cuando se mide el fenmeno42. Tras re-visar los datos disponibles, distingue entre trescategoras: a) sustituyentes, aquellos que sus-tituyen con trabajo realizado en casa el realizadoen un escenario laboral tradicional. Son los te-letrabajadores en sentido estricto-, b) autnomosque trabajan en lnea desde sus hogares; e) su-plementadores, que se llevan trabajo suplemen-tario a casa desde su oficina convencional. Ade-ms, en algunos casos, este trabajo suplemen-tario ocupa la mayor parte del tiempo laboral;por ejemplo, segn Kraut43, en el caso de los pro-fesores universitarios. Segn los recuentos msfiables, la primera categora, los teletrabajado-res stricto senso empleados de forma regularpara trabajar en lnea desde el hogar, es en ge-neral muy pequea y no se espera que crezca

    de modo considerable en el futuro previsible44.En los Estados Unidos, las estimaciones mselevadas calcularon en 1991 unos 5,5 millonesde teletrabajadores en sus casas, pero de estetotal slo el 16% teletrabajaban 35 horas o mspor semana, el 25% lo haca menos de una horadiaria, y dos das a la semana era la pauta mscomn. Por lo tanto, el porcentaje de trabajado-res que un da determinado est teletrabajandovara, dependiendo de los clculos, entre un 1 yun 2% de la mano de obra total, en las principa-

    les reas metropolitanas de California, que sonlas que muestran los porcentajes ms elevados45.Por otra parte, lo que parece estar surgiendo es

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    el teletrabajo desde telecentros, esto es, instala-ciones informticas en red, esparcidas por las

    afueras de las reas metropolitanas para aque-llos que trabajan en lnea con sus empresas46. Siestas tendencias se confirman, los hogares nose convertiran en lugares de trabajo, pero la ac-tividad laboral podra extenderse considerable-mente por toda el rea metropolitana, aumentan-do la descentralizacin urbana. El incremento deltrabajo en el hogar tambin puede dar como re-sultado una forma de trabajo electrnico a domi-cilio, realizado por trabajadores temporales aquienes se les paga por piezas de procesamien-to de la informacin segn un acuerdo de sub-

    contratacin individualizado47 . Resulta bastanteinteresante que una encuesta nacional realizadaen 1991 en los Estados Unidos expusiera quemenos de la mitad de los teletrabajadores desdesus hogares utilizaban ordenadores: el resto tra-bajaba con un telfono, papel y lpiz48. Ejemplosde tales actividades son los trabajadores socia-les y los investigadores de fraudes a la seguri-dad social del Condado de Los ngeles49. Lo quesin duda es significativo, y va en aumento, es eldesarrollo del trabajo autnomo y de los suple-

    mentadores, ya sea a tiempo parcial o comple-to, como parte de la tendencia ms amplia haciala desagregacin del trabajo y la formacin deredes de empresas virtuales, como se indic enlos captulos precedentes. Ello no implica el finde la oficina, sino la diversificacin de los luga-res de trabajo para una gran parte de la pobla-cin y sobre todo para su segmento profesionalms dinmico. El equipo teleinformtico cada vezms mvil resaltar esta tendencia hacia la ofici-na sobre la marcha en el sentido ms literal50.

    Cmo afectan estas tendencias a las ciudades?Los datos parecen indicar que los problemas detransporte empeorarn en lugar de mejorar, por-que la creciente actividad y condensacin deltiempo permitidos por la nueva organizacin enred se traduce en una mayor concentracin demercados en ciertas zonas y en un aumento dela movilidad fsica de la mano de obra que antesestaba confinada en sus lugares de trabajo du-rante el horario laboral51. El tiempo de transporterelacionado con el trabajo se mantiene a un nivel

    constante en las reas metropolitanas estado-unidenses, debido no a la mejora de la tecnolo-ga, sino a un patrn de localizacin ms des-

    centralizado de trabajos y residencias que permi-te flujos de trfico ms fciles de unos barrios

    perifricos a otros. En las ciudades, sobre todoeuropeas, donde sigue dominando el desplaza-miento diario un patrn radioconcntrico (comoPars, Madrid o Miln), el tiempo que se le dedi-ca est aumentando mucho, en especial para lostercos adictos del automvil52. En cuanto a lasnuevas y desiguales metrpolis de Asia, su ac-ceso a la era informacional es paralelo a su des-cubrimiento de los embotellamientos de trficoms pasmosos de la historia, de Bangkok aShanghai.

    La telecompra tambin es lenta en cumplir lo pro-metido. Aunque va en aumento en la mayora delos pases, est sustituyendo sobre todo a lostradicionales pedidos por catlogo postal, msque a la presencia real en centros y calles co-merciales. En lo que respecta al resto de las ac-tividades en lnea de la vida cotidiana, comple-mentan ms que reemplazan determinadas reascomerciales53. Se puede contar una historia si-milar de la mayora de los servicios al consumi-dor en lnea. Por ejemplo, la telebanca54 se estextendiendo de prisa, sobre todo bajo el impulso

    de los bancos interesados en eliminar sucursa-les y reemplazarlas con servicios al consumidoren lnea y cajeros automticos. Sin embargo, lassucursales bancarias consolidadas continancomo centros de servicios para vender produc-tos financieros a sus clientes por medio de unarelacin personalizado. Hasta en los servicios enlnea, los rasgos culturales de las diferentes lo-calidades pueden ser factores importantes paradecidir la ubicacin de las transacciones que seorientan a la informacin. As, First Direct, la su-

    cursal bancaria telefnica de Midland Bank, deGran Bretaa, se situ en Leeds por que el estu-dio realizado indic que el acento llano de WestYorkshire, con sus sonidos voclicos sencillos,su diccin clara y su ausencia aparente de acen-to de clase social, era el que mejor se entenda yel ms aceptable para el conjunto del Reino Uni-do, un elemento vital para todo negocio que sebase en el telfono55. Por lo tanto, es el sistemade vendedores de las sucursales, los cajerosautomticos, el servicio telefnico al cliente y lastransacciones en lnea el que constituye la nue-va industria bancaria,

    Los servicios sanitarios ofrecen un caso an ms

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    interesante de la dialctica emergente entre con-centracin y centralizacin en los servicios con-

    cebidos en funcin de las necesidades de la gen-te. Por una parte, los sistemas expertos, las co-municaciones en lnea y la transmisin en vdeode alta resolucin permiten la interconexin a dis-tancia de la asistencia mdica. Por ejemplo, enuna prctica que ya existe, aunque todava noes usual, en 1995, los cirujanos de alto nivel su-pervisan por videoconferencia una operacin rea-lizada al otro extremo del pas o del mundo, guian-do literalmente la mano menos experta de otrocirujano dentro de un cuerpo humano. Los reco-nocimientos mdicos regulares tambin se reali-

    zan por ordenador y telfono, basndose en lainformacin actualizada e informatizada del pa-ciente. Los centros de salud de los barrios estnrespaldados por sistemas de informacin quemejoran la calidad y eficacia de su atencin pri-maria. Pero, por otra parte, en la mayora de lospases, surgen importantes complejos mdicosen ubicaciones especficas, por lo general en lasgrandes reas metropolitanas. Por lo regular or-ganizados en torno a un gran hospital, conecta-dos a menudo con escuelas mdicas y de enfer-

    mera, incluyen en su proximidad fsica clnicasprivadas dirigidas por los mdicos ms promi-nentes del hospital, centros radiolgicos, labora-torios de anlisis, farmacias especializadas y, fre-cuentemente, tiendas de regalos y funerarias,para abastecer toda la gama de posibilidades.En efecto, estos complejos mdicos son una im-portante fuerza econmica y cultural en las zo-nas y ciudades donde se ubican, y tienden a ex-tenderse por su entorno con el tiempo. Cuandose ven obligados a reubicarse, todo el complejolo hace56.

    Paradjicamente, los colegios y universidadesson las instituciones menos afectadas por la l-gica virtual que incorpora la tecnologa de la in-formacin, pese al previsible uso casi universalde ordenadores en las aulas de los pases avan-zados. Pero es difcil que se desvanezcan en elespacio virtual. En el caso de los colegios ele-mentales y secundarios, porque son tanto guar-deras o almacenes de nios como institucionesde aprendizaje. En el caso de las universidades,

    porque la calidad de la educacin an se asocia,y as seguir durante largo tiempo, con la inten-sidad de la interaccin cara a cara. As pues, las

    experiencias a gran escala de las universidadesa distancia, dejando de lado su calidad (mala en

    Espaa, buena en Gran Bretaa), parece mostrarque son formas de educacin de segunda opcinque podran desempear un papel significativo enel futuro, mejorando el sistema de educacin deadultos, pero que difcilmente reemplazarn a lasinstituciones educativas superiores actuales.

    Por otra parte, la comunicacin a travs del orde-nador se est difundiendo por todo el mundo, aun-que con una geografa extremadamente irregular,como se mencion en el captulo 5. Por lo tanto,algunos segmentos de las sociedades de todo el

    globo, concentrados de forma invariable en losestratos profesionales ms elevados, interactanentre s, reforzando la selectividad social del es-pacio de los flujos57.

    No tiene sentido agotar la lista de ilustracionesempricas sobre los impactos reales de la tecno-loga de la informacin sobre la dimensin espa-cial de la vida cotidiana. Lo que surge de las dife-rentes observaciones es un cuadro similar dedispersin y concentracin espaciales simult-neas va las tecnologas de la informacin. Cada

    vez ms, la gente trabaja y gestiona serviciosdesde su casa, como muestra el estudio de 1993de la European Foundation for the Improvementof Living Conditions58. As pues, el refugiarseen el hogar es una tendencia importante de lanueva sociedad. No obstante, no significa el finde la ciudad. Porque los lugares de trabajo, loscolegios, los complejos mdicos, las oficinas deservicios al consumidor, las zonas de recreo, lascalles comerciales, los centros comerciales, losestadios deportivos y los parques an existen y

    existirn, y la gente ir de unos lugares a otroscon una movilidad creciente debido precisamen-te a la flexibilidad recin adquirida por los dispo-sitivos laborales y las redes sociales: a medidaque el tiempo se hace ms flexible, los lugaresse vuelven ms singulares, ya que la gente cir-cula entre ellos con un patrn cada vez ms mvil.

    Sin embargo, la interaccin de la nueva tecnolo-ga de la informacin y los procesos actuales decambio social tiene un impacto sustancial sobrelas ciudades y el espacio. Por una parte, la dis-

    posicin de la forma urbana se transforma con-siderablemente. Pero esta transformacin no si-gue un modelo nico y universal: muestra una

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    considerable variacin que depende de las carac-tersticas de los contextos histricos, territoriales

    e institucionales. Por otra parte, la importanciade la interactividad entre los lugares rompe lospatrones espaciales de conducta en una red flui-da de intercambios que subrayan el surgimientode una nueva clase de espacio, el espacio de losflujos. Para tomar en cuenta ambos procesos a lavez, debo precisar el anlisis y elevarlo a un nivelms terico.

    LA TRANSFORMACIN DE LA FORMAURBANA: LA CIUDAD INFORMACIONAL

    La era informacional est marcando el comienzode una nueva forma urbana, la ciudad informa-cional. No obstante, al igual que la ciudad indus-trial no fue una rplica mundial de Manchester,la ciudad informacional emergente no copiar aSilicon Valley, y mucho menos a Los ngeles.Por otra parte, al igual que en la era industrial,pese a la extraordinaria diversidad de contextosculturales y fsicos, hay algunos rasgos funda-mentales comunes en el desarrollo transculturalde la ciudad informacional. Sostengo que, debi-

    do a la naturaleza de la nueva sociedad, basadaen el conocimiento, organizada en torno a redesy compuesta en parte por flujos, la ciudad infor-macional no es una forma, sino un proceso, ca-racterizado por el dominio estructural del espa-cio de los flujos. Antes de desarrollar esta idea,creo que es necesario introducir la diversidad delas formas urbanas que surgen en el nuevo pe-riodo histrico para refutar una visin tecnolgi-ca primitiva que contempla el mundo a travs delas lentes simplificadas de las autovas intermi-

    nables y las redes de fibra ptica.

    La ltima frontera suburbana de los EstadosUnidos

    La imagen de una extensin suburbana/extraur-bana homognea e infinita como la ciudad delfuturo se ve defraudada incluso por su modelorenuente, Los ngeles, cuya complejidad con-tradictoria es revelada por Mike Davis en su es-plndido libro City of Quartz59. No obstante, s

    que evoca una tendencia poderosa en las olea-das constantes de desarrollo suburbano en lasmetrpolis estadounidenses, en el oeste y sur

    tanto como en el norte y este, hacia el fin delmilenio. Joel Garreau ha captado las similitudes

    de este modelo espacial a lo largo de los Esta-dos Unidos en su relato periodstico del auge dela ciudad bordecomo el ncleo del nuevo proce-so de urbanizacin. La define empricamentemediante la combinacin de cinco criterios:

    Una ciudad borde es cualquier lugar que: a) Tie-ne 465.000 metros cuadrados o ms de espaciode oficinas en alquiler, el lugar de trabajo de laEra de la Informacin [...]. b) Tiene 56.000 me-tros cuadrados o ms de espacio para tiendasen alquiler [...]. c) Tiene ms puestos de trabajo

    que unidades residenciales. d) La poblacin lapercibe como un lugar e) No tena nada que vercon una ciudad hace slo treinta aos.

    Informa del crecimiento de estos lugares alrede-dor de Boston, Nueva York, Detroit, Atlanta,Phoenix, Tejas, California del Sur, el rea de labaha de San Francisco y Washington D.C. Sona la vez zonas de trabajo y centros de servicios,en torno a los cuales un kilmetro tras otro deunidades residenciales unifamiliares cada vezms densas organizan una vida cotidiana cen-

    trada en el hogar. Seala que estas constelacio-nes exurbanas estn unidas no porlocomotorasy metros, sino por autovas, rutas areas y ante-nas parablicas de 9 metros de ancho en los te-jados. Su monumento caracterstico no es el h-roe montado a caballo, sino la barrera de rbo-les siempre verdes que buscan el sol en los atrioscentrales de las sedes de las grandes empre-sas, los centros de preparacin fsica y las pla-zas comerciales. Estas nuevas reas urbanas noestn marcadas por los ticos del antiguo rico

    urbanita o las casas de vecinos del antiguo urba-nita pobre. En lugar de ello, su estructura carac-terstica es la clebre vivienda unifamiliar inde-pendiente, el hogar suburbano con su cspedalrededor que hizo de los Estados Unidos la civi-lizacin mejor alojada que el mundo haya vistojams60".

    Naturalmente, donde Garreau ve el incesante es-pritu de frontera de la cultura estadouniden-se, creando siempre nuevas formas de vida yespacio, James Howard Kunstler ve el dominio

    deplorable de la geografa de ninguna parte61

    ,con lo cual se profundiza el debate de dcadasentre los partidarios y detractores de la pronun-

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    ciada diferencia espacial que representa EstadosUnidos con respecto a su ascendencia europea.

    No obstante, para los objetivos de mi anlisis,slo me ocupar de dos aspectos importantes deeste debate.

    En primer lugar, el desarrollo de estas constela-ciones exurbanas con una interrelacin vagadestaca la interdependencia funcional de diferen-tes unidades y procesos en un sistema urbanodeterminado sobre distancias muy grandes, mi-nimizando el papel de la contigidad territorial ymaximizando las redes de comunicacin en to-das sus dimensiones. Los flujos de intercambio

    constituyen el ncleo de la ciudad borde estado-unidense62.

    En segundo lugar, esta forma espacial es, enefecto, muy especfica de la experiencia estado-unidense, porque, como reconoce Garreau, seinserta en un modelo tpico de su historia, siem-pre impulsando la bsqueda interminable de unatierra prometida en nuevos asentamientos. Aun-que el extraordinario dinamismo que representafue el que levant una de las naciones ms vita-les de la historia, lo hizo al precio de crear, con el

    tiempo, inmensos problemas sociales y medio-ambientales. Cada oleada de escapismo socialy fsico (por ejemplo, el abandono del interior delas ciudades, dejando a los pobres y a las mino-ras tnicas atrapados en sus ruinas) profundizla crisis de las ciudades63 y dificult ms la ges-tin de una infraestructura con demasiadas obli-gaciones financieras y de una sociedad con de-masiadas tensiones. A menos que el desarrollode las crceles en alquiler privadas en el oes-te de Tejas se considere un proceso aceptable

    para complementar la desinversin social y fsi-ca en el interior de las ciudades, la fuga haciadelante de la cultura y el espacio estadouniden-ses parece haber alcanzado los lmites de sunegacin a afrontar las realidades desagradables.Por lo tanto, el perfil de la ciudad informacionalestadounidense no est representado por el fen-meno de la ciudad borde, sino por la relacinque existe entre el rpido desarrollo exurbano, ladecadencia de las ciudades centrales y la obsoles-cencia del entorno suburbano construido64.

    Las ciudades europeas han entrado en la era dela informacin por una lnea de reestructuracinespacial diferente, vinculada con su herencia his-

    trica, aunque encuentran nuevos problemas, nosiempre distintos a los que surgen en el contexto

    estadounidense.

    El encanto evanescente de las ciudadeseuropeas

    Diversas tendencias constituyen juntas la nuevadinmica urbana de las principales reas metro-politanas europeas en los aos noventa65.

    El centro de negocios es, como en los EstadosUnidos, el motor econmico de la ciudad, inter-conectado con la economa global. Est com-

    puesto por una infraestructura de telecomunica-ciones, comunicaciones, servicios avanzados yespacio de oficinas, y se basa en centros gene-radores de tecnologa e instituciones educativas.Prospera por el procesamiento de la informaciny las funciones de control. Suele complementar-se con instalaciones de turismo y viajes. Es unnodo de la red intermetropolitana66. Por lo tanto,no existe por s mismo, sino por su conexin conotras localidades equivalentes, organizadas enuna red que forma la unidad real de gestin, in-

    novacin y trabajo67.

    La nueva elite gestora-tecncrata-poltica creaespacios exclusivos, tan segregados y aparta-dos del conjunto de la ciudad como los barriosburgueses de la sociedad industrial, pero, comola clase profesional es mayor, a una escala mu-cho ms grande. En la mayora de las ciudadeseuropeas (Pars, Roma, Madrid, Amsterdam), adiferencia de los Estados Unidos -si exceptua-mos Nueva York, la menos estadounidense detodas sus ciudades-, las zonas residenciales ver-

    daderamente exclusivas tienden a apropiarse dela cultura e historia urbanas, situndose en zo-nas rehabilitadas o bien conservadas del centrode la ciudad. Al hacerlo, destacan el hecho deque, cuando se establece y se marca claramen-te la dominacin (a diferencia de los EstadosUnidos nuevos ricos), la elite no necesita irse alexilio de las afueras para escapar de las masas.Sin embargo, esta tendencia es limitada en elcaso del Reino Unido, donde la nostalgia por lavida de la nobleza en el campo se traduce en la

    residencia de capas profesionales en suburbiosselectos de las reas metropolitanas, urbanizan-

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    do a veces agradables pueblecitos histricos cer-canos a una ciudad importante.

    El mundo suburbano de las ciudades europeases un espacio socialmente diversificado, esto es,segmentado en periferias diferentes en torno ala ciudad central. Estn los suburbios tradiciona-les de la clase obrera, con frecuencia organiza-dos en torno a grandes polgonos pblicos deviviendas, que despus se obtienen en propie-dad. Estn las urbanizaciones, francesas, brit-nicas o suecas, habitadas por una poblacin msjoven de las clases medias, cuya edad les difi-culta penetrar en el mercado de viviendas de la

    ciudad central. Y tambin estn los guetos peri-fricos de viviendas pblicas ms antiguas, ejem-plificados por La Courneuve de Pars, donde lasnuevas poblaciones inmigrantes y las familiasobreras pobres experimentan su exclusin delderecho a la ciudad. Los suburbios tambinson el emplazamiento de la produccin industrial,tanto para la fabricacin tradicional como paralas nuevas industrias de alta tecnologa que sesitan en las periferias de las reas metropolita-nas ms nuevas y deseables desde la perspecti-va medioambiental, cerca de los centros de co-municacin pero apartadas de los antiguos dis-tritos industriales.

    Las ciudades centrales siguen moldeadas por suhistoria. As pues, los barrios obreros tradiciona-les, habitados cada vez ms por los trabajado-res de servicios, constituyen un espacio carac-terstico, un espacio que, debido a ser el msvulnerable, se convierte en el campo de batallaentre los esfuerzos reurbanizadores del comer-cio y la clase meda alta, y los intentos de inva-sin de las contraculturas (Amsterdam, Copen-hague, Berln), que tratan de reapropiarse el va-lor de uso de la ciudad. Por lo tanto, suelen con-vertirse en espacios defensivos para los trabaja-dores, quienes lo nico que tienen por lo que lu-char es su hogar, siendo al mismo tiempo ba-rrios populares llenos de sentido y probablesbastiones de xenofobia y localismo.

    La nueva clase media profesional de Europa estdividida entre la atraccin de la comodidad tran-quila de los suburbios aburridos y la excitacin

    de una vida urbana agitada y con frecuencia de-masiado cara. En las familias con doble puestolaboral, el equilibrio entre los diferentes modelos

    espaciales del trabajo de cada uno en la parejasuele determinar la ubicacin de su residencia.

    La ciudad central, tambin en Europa, es el focode los guetos de los inmigrantes. Sin embargo, adiferencia de las estadounidenses, la mayora deesas zonas no presentan tantas carencias eco-nmicas porque los residentes inmigrantes sue-len ser obreros con fuertes lazos familiares, porlo que cuentan con una estructura de apoyo fuerteque hace de los guetos europeos comunidadesorientadas hacia la familia, con pocas probabili-dades de caer bajo el dominio de la delincuenciacallejera. En este aspecto, Inglaterra vuelve a

    resultar diferente, ya que algunos barrios de Lon-dres ocupados por minoras tnicas (por ejem-plo, Tower Hamlets o Hackney) se aproximanms a la experiencia estadounidense que a LaGoutte dOr de Pars. Paradjicamente, es en elncleo de los distritos de negocios y de entrete-nimiento de las ciudades europeas, ya sea enFrankfurt o en Barcelona, donde la marginalidadurbana se hace visible. Su ocupacin dominantede las calles con mayor movimiento y los puntosnodales del transporte pblico es una estrategiade supervivencia destinada a hacerse visible pararecibir la atencin pblica o dedicarse a nego-cios privados, ya se trate de la asistencia social,una transaccin con drogas, un trato de prostitu-cin o la atencin acostumbrada de la polica.

    Los principales centros metropolitanos europeospresentan cierta variacin en torno a la estructu-ra urbana que he esbozado, dependiendo de supapel diferencial en la red de ciudades europeas.Cuanto ms baja sea su posicin en la nuevared informacional, mayor ser la dificultad queencuentren en su transicin de la era industrial yms tradicional su estructura urbana, siendo losbarrios antiguos bien establecidos y los distritosde negocios los que desempeen el papel deter-minante en la dinmica de la ciudad. Por otraparte, cuanto ms elevada sea su posicin en laestructura competitiva de la nueva economaeuropea, mayor ser el papel de sus serviciosavanzados en el distrito comercial y ms intensala reestructuracin del espacio urbano.

    El factor crtico de los nuevos procesos urbanos,

    tanto en Europa como en otros lugares, es elhecho de que el espacio urbano cada vez se di-ferencia ms en trminos sociales, a la vez que

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    se interrelaciona funcionalmente ms all de lacontigidad fsica. De ah se sigue la separacin

    entre el significado simblico, la localizacin delas funciones y la apropiacin social del espacioen el rea metropolitana. sta es la tendenciaque subyace en la transformacin ms importantede las formas urbanas de todo el mundo, con unafuerza particular en las zonas de industrializa-cin reciente: el ascenso de las megaciudades.

    La urbanizacin del tercer milenio: lasmegaciudades

    La nueva economa global y la sociedad infor-macional emergente presentan una nueva formaespacial, que se desarrolla en una variedad decontextos sociales y geogrficos: las megaciu-dades68. Ciertamente, son aglomeraciones muygrandes de seres humanos, todas ellas (13 en laclasificacin de Naciones Unidas) con ms de10 millones de habitantes en 1992 (vase el cua-dro 1 y la figura 4), y cuatro con proyecciones desuperar con creces los 20 millones en 2010. Peroel tamao no es la cualidad que las define. Sonlos nodos de la economa global y concentran

    las funciones superiores de direccin, producciny gestin en todo el planeta; el control de losmedios de comunicacin; el poder de la polticareal; y la capacidad simblica de crear y difundirmensajes. Tienen nombres, la mayora extraospara la matriz cultural europea/norteamericana

    an dominante: Tokio, So Paulo, Nueva York,Ciudad de Mxico, Shanghai, Bombay, Los n-

    geles, Buenos Aires, Sel, Pekn, Ro de Janei-ro, Calcuta, Osaka. Adems, Mosc, Yakarta, ElCairo, Nueva Delhi, Londres, Pars, Lagos, Dac-ca, Karachi, Tianjin, y posiblemente otras ciuda-des, son de hecho miembros del club69. No to-das ellas (por ejemplo, Dacca o Lagos) son cen-tros dominantes de la economa global, pero co-nectan a este sistema global enormes segmen-tos de poblacin humana. Tambin funcionancomo imanes para sus entornos, esto es, todo elpas o regin donde estn situadas. Las mega-

    CUADRO 1 Las mayores aglomeraciones metropolitanasdel mundo, 1992,

    Clasificacin Aglomeracin Pas Poblacin(millones)

    1 ..................... Tokio Japn 25.772

    2 ..................... So Paulo Brasi l 19.235

    3 ..................... Nueva York EE.UU. 16.158

    4 ..................... Mxico Mxico 15.276

    5 ..................... Shanghai China 14.053

    6 ..................... Bombay India 13.322

    7 ..................... Los ngeles EE.UU. 11.853

    8 ..................... Buenos Aires Argentina 11.753

    9 ..................... Sel R. de Corea 11.589

    10 ..................... Pekn China 11.433

    11 ..................... Ro de Janeiro Brasil 11.257

    12 ..................... Calcuta India 11.106

    13 ..................... Osaka Japn 10.535

    Fuente:Naciones Unidas, 1992.

    FIGURA 4. Las mayores aglomeraciones metropolitanasdel mundo (> 1 0 millones de habitantes en 1992).

    Fuente:Naciones Unidas, 1992.

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    ciudades no pueden ser consideradas slo encuanto a su tamao, sino en funcin de su poder

    gravitacional hacia las principales regiones delmundo. Por lo tanto, Hong Kong no es slo seismillones de personas y Guangzhou, seis millo-nes y medio: lo que est surgiendo es una me-gaciudad de 40 a 50 millones de personas, queconecta Hong Kong, Shenzhen, Guangzhou,Zhuhai, Macao y pequeos pueblos del delta delro de las Perlas, como desarrollar ms adelan-te. Las megaciudades articulan la economa glo-bal, conectan las redes informacionales y con-centran el poder mundial. Pero tambin son lasdepositarias de todos los segmentos de la po-

    blacin que luchan por sobrevivir, as como delos grupos que quieren hacer visible su abando-no, para no morir olvidados en zonas sorteadaspor las redes de comunicacin. Las rnegaciuda-des concentran lo mejor y lo peor, desde los in-novadores y los poderes existentes hasta gentesin importancia estructural, dispuesta a vendersu irrelevancia o a hacer que los dems pa-guen por ella. No obstante, lo ms significativode las megaciudades es que se conectan en elexterior con redes globales y segmentos de sus

    propios pases, mientras que estn desconecta-das en su interior delas poblaciones locales queson funcionalmente innecesarias o perjudicialessocialmente desde el punto de vista dominante.Sostengo que esto es as en Nueva York, perotambin en Mxico o Yakarta. Es este rasgo dis-tintivo de estar conectada globalmentey des-conectada localmente, tanto fsica como so-cialmente, el que hace de las megaciudadesuna nueva forma urbana. Una forma que secaracteriza por los vnculos funcionales que es-tablece a lo largo de un vasto territorio, si biencon una buena medida de discontinuidad en lospatrones del uso del suelo. Las jerarquas fun-cionales y sociales de las megaciudades estndifuminadas y mezcladas desde la perspectivaespacial, se organizan en campamentos atrinche-rados y estn salpicadas de forma desigual porbolsas inesperadas de usos indeseables. Lasmegaciudades son constelaciones discontinuasde fragmentos espaciales, piezas funcionales ysegmentos sociales70.

    Para ilustrar mi anlisis, me referir a una mega-ciudad que se est creando y an no aparece enel mapa, pero que, en mi opinin, ser uno de

    los centros industriales, empresariales y cultura-les ms importantes del siglo XXI, sin ceder a la

    futurologa: el sistema regional metropolitano deHong Kong-Shenzhen-Cantn-delta del ro de lasPerlas-Macao-Zhuhai 71. Miremos al futuro me-gaurbano desde esta perspectiva (vase la figu-ra 5).

    En 1995, este sistema espacial, an sin nombre,se extenda por 50.000 km2, conuna poblacintotal de entre 40 y 50 millones, segn dnde sedefinan las fronteras. Sus unidades, esparcidasen un paisaje predominantemente rural, presen-taban una conexin funcional diaria y se comuni-

    caban mediante un sistema de transportes mul-timodal que inclua ferrocarril, autovas, carrete-ras comarcales, aerodeslizadores, lanchas yaviones. Nuevas autopistas estaban en construc-cin y se estaba electrificando por completo elferrocarril y duplicando sus vas. Un sistema detelecomunicaciones de fibra ptica estaba en pro-ceso de conectar toda la regin internamente ycon el mundo, va estaciones terrestres y telefo-

    FIGURA 5. Representacin diagramtica de los principa-

    les nodos y conexiones en la regin metropolitana deldelta del ro de las Perlas.

    Fuente:Elaborado por Woo, 1994,

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    na celular. Haba cinco aeropuertos en construc-cin en Hong Kong, Macao, Shenzhen, Zhuhai y

    Guangzhou, con una capacidad prevista de trfi-co de pasajeros de 150 millones anuales. Tam-bin se estaban construyendo nuevos puertos decontenedores en North Lantau (Hong Kong),Yiantian (Shenzhen), Gaolan (Zhuhai), Huangpo(Guangzhou) y Macao, sumando en total la ma-yor capacidad portuaria del mundo en un empla-zamiento determinado. En la raz de este asom-broso desarrollo metropolitano se encuentran tresfenmenos interconectados:

    1. La transformacin econmica de China y su

    conexin con la economa global, con Hong Kongcomo uno de los puntos nodales de esa conexin.As, en 1981-1991, el PIB de la provincia deGuandong creci un 12,8% anual en trminosreales. Los inversores con base en Hong Kongsuponan a finales de 1993 40.000 millones dedlares invertidos en China y representaban dostercios de la inversin directa extranjera total. Almismo tiempo, China tambin era el mayor in-versor extranjero en Hong Kong, con unos 25.000millones anuales (comparados con los 12.700millones de dlares de Japn). La gestin deestos flujos de capital dependa de las transac-ciones comerciales efectuadas en las diversasunidades de este sistema metropolitano y entres. As, Guanghzou era el punto de conexin realentre los negocios de Hong Kong y los gobier-nos y empresas no slo de la provincia de Guan-dong, sino del interior de China.

    2. La reestructuracin de la base econmica deHong Kong en los aos noventa llev a una re-duccin espectacular de su base manufacturera

    tradicional, reemplazada por el empleo en servi-cios avanzados. De este modo, los trabajadoresde las fbricas descendieron de 837.000 en 1988a 484.000 en 1993, mientras que los empleadosen los sectores comerciales y empresariales au-mentaron en el mismo periodo de 947.000 a 1,3millones. Hong Kong desarroll sus funcionescomo un centro de negocios global.

    3. Sin embargo, su capacidad para exportar ma-nufacturas no desapareci: slo modific su or-ganizacin industrial y su ubicacin espacial. En

    unos diez aos, entre mediados de los aosochenta y mediados de los noventa, los indus-triales de Hong Kong provocaron uno de los pro-

    cesos de industrializacin de mayor escala en lahistoria humana en los pueblecitos del delta del

    ro de las Perlas. A finales de 1994, los inverso-res de Hong Kong, utilizando con frecuencia co-nexiones familiares y locales, ya haban estable-cido en el delta del ro de las Perlas 10.000 em-presas y 20.000 fbricas de procesamiento, enlas que trabajaban unos 6 millones de obreros,segn diversos clculos. Gran parte de esta po-blacin, alojada en dormitorios de la compaaen lugares semirrurales, provena de las provin-cias circundantes de Guandong. Este sistemaindustrial gigantesco se gestionaba a diario porejecutivos con sede en Hong Kong que viajaban

    regularmente a Guangzhou, mientras que lamarcha de la produccin la supervisaban capa-taces locales en toda el rea rural. Los materia-les, la tecnologa y los ejecutivos se enviaban deHong Kong y Shenzhen, y los artculos manu-facturados se solan exportar desde Hong Kong(sobrepasando en realidad el valor de las expor-taciones realizadas all),aunque la construccinde nuevos puertos de contenedores en Yiantiany Gaolan pretendan diversificar los puntos deexportacin.

    Este proceso acelerado deindustrializacin orien-tada a la exportacin y conexiones comercialesentre China y la economa global condujo a unaexplosin urbana sin precedentes. La Zona Eco-nmica Especial de Shenzhen, en la frontera deHong Kong, creci de cero a 1,5 millones de ha-bitantes entre 1982 y 1995. Los gobiernos loca-les de toda la zona, con abundantes fondos pro-cedentes de los inversores chinos de ultramar,se embarcaron en la construccin de importan-tes proyectos de infraestructura, el ms asom-

    broso de los cuales, an en el estadio de planifica-cin cuando se escribi este libro, fue la decisindel gobierno local de Zhuhai de construir un puentede 60 km sobre el Mar de China Meridional paraconectar por carretera Zhuhai y Hong Kong.

    La Metrpolis de China Meridional, an en pro-ceso de creacin, pero una realidad segura, esuna nueva forma espacial. No es la megalpolistradicional identificada por Gottman en los aossesenta en la costa noreste de los Estados Uni-dos. A diferencia de este caso clsico, la regin

    metropolitana de Hong Kong-Guandong no estcompuesta por la conurbacin de sucesivas uni-dades urbanas/suburbanas, cada una de ellas

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    con una autonoma funcional relativa. Se est con-virtiendo rpidamente en una unidad interdepen-

    diente econmica, funcional y socialmente, msan despus de que Hong Kong pas a ser parteformal de China en 1997, mientras que Macao seunir a la bandera en 1999. Pero existe una dis-continuidad espacial considerable en la zona, conasentamientos rurales, terrenos agrcolas y reassubdesarrolladas que separan los centros urba-nos, y fbricas industriales diseminadas por todala regin. La columna vertebral real de esta nuevaunidad espacial son sus conexiones internas y lams indispensable con la economa global me-diante los mltiples vnculos de comunicacin. Los

    flujos definen las formas y los procesos espacia-les. Dentro de cada ciudad, dentro de cada zona,tienen lugar procesos de segregacin y segmen-tacin, en un patrn de variacin interminable. Peroesa diversidad segmentada depende de una uni-dad funcional, marcada por infraestructuras gigan-tescas con un uso intensivo de la tecnologa, yque parecen conocer como nico lmite la canti-dad de agua dulce que la regin puede an recu-perar de la zona del ro Tung Chiang. La Metrpo-lis de China Meridional, slo vagamente percibido

    en la mayor parte del mundo en este momento,es probable que se convierta en el rostro urbanoms representativo del siglo XXI.

    Las tendencias actuales apuntan en la direccinde otra megaciudad asitica a una escala anmayor cuando, a comienzos del siglo XXI, el co-rredor Tokio-Yokohama-Nagoya (ya una unidadfuncional) se conecte con Osaka-Kobe-Kyotopara crear la mayor aglomeracin metropolitanade la historia humana, no slo en cuanto a po-blacin, sino en cuanto a potencia econmica y

    tecnolgica.

    As pues, pese a todos sus problemas sociales,urbanos y medioambientales, las megaciudadesseguirn creciendo, tanto en tamao como enatractivo para la ubicacin de las funciones dealto nivel y en la eleccin de la gente. El sueoecolgico de comunas pequeas casi rurales sever empujado a la marginalidad contraculturalpor la marca histrica del desarrollo de las me-gaciudades. Porque las megaciudades son:

    a) centros de dinamismo econmico, tecnolgi-co y social en sus pases y a escala global.Son los motores reales del desarrollo. El desti-

    no econmico de sus pases, ya sea en losEstados Unidos o en China, depende de los

    resultados de las megaciudades, a pesar dela ideologa de pueblo pequeo que an esdominante en ambos pases,

    b) son centros de innovacin cultural y poltica;

    c) son los puntos de conexin con las redes glo-bales de todo tipo. Internet no puede saltarsea las megaciudades: depende de las teleco-municaciones y los telecomunicadores ubi-cados en esos centros.

    Sin duda, algunos factores aminorarn su ritmo

    de crecimiento, dependiendo de la precisin yefectividad de las polticas diseadas para limi-tarlo. La planificacin familiar est funcionando,pese al Vaticano, as que cabe esperar que con-tine el declive actual de la tasa de nacimientos.Las polticas de desarrollo regional quizs pue-dan diversificar la concentracin de puestos detrabajo y poblacin a otras zonas. Y preveo epi-demias a gran escala y la desintegracin del con-trol social, que harn a las megaciudades me-nos atractivas. Sin embargo, en general, aumen-tarn en tamao y dominio, porque siguen nu-trindose de poblacin, riqueza, poder e innova-dores de su extenso entorno. Adems, son lospuntos nodales que conectan con las redes glo-bales. As que, en un sentido fundamental, en laevolucin y gestin de esas reas se est jugan-do el futuro de la humanidad, y del pas de cadamegaciudad. Son los puntos nodales y los cen-tros de poder de la nueva forma/proceso espa-cial de la era de la informacin: el espacio de losflujos.

    Una vez establecido el paisaje de los nuevos fe-nmenos territoriales, hemos de pasar a com-prender esa nueva realidad espacial, lo que re-quiere una digresin obligada por los senderosinciertos de la teora del espacio.

    LA TEORA SOCIAL DEL ESPACIO Y LATEORA DEL ESPACIO DE LOS FLUJOS

    El espacio es la expresin de la sociedad. Pues-to que nuestras sociedades estn sufriendo una

    transformacin estructural, es una hiptesis ra-zonable sugerir que estn surgiendo nuevas for-mas y procesos espaciales. El propsito del an-

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    lisis que se presenta es identificar la nueva lgicaque subyace en esas formas y procesos.

    La tarea no es fcil, porque el reconocimientoaparentemente simple de una relacin significa-tiva entre sociedad y espacio oculta una comple-jidad fundamental. Y