La Confederación de Trabajadores de América Latina. Una Historia Por (Re)Significar (1938-1963),...

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Patricio Herrei' González . 1 Nacionalidad chilena. Maestro en Historia por El Colegio de Michoacán. Actualmente es tesista del programa de doctorado en Historia en el Centro de Estudios Históricos de la misma institu- ción. Sus áreas de interés son: relaciones laborales y movimiento obrero latinoamericano; historia transnacional y organizaciones internacionales, particularmente la OIT, y su impacto en la institu- cionalidad laboral de América Latina. Ha sido profesor-investigador en la Pontificia Universidad Católica de Chile y en la Universidad de Valparaíso, Chile. Entre sus últimas publicaciones se cuentan: Fabián Herrera y Patricio Herrera (coords.), América Latina y la orr. Redes, cooperación téc- nica e institucionalidad social (1919-1950), IIH-UMSNH, México, 2012; "La Confederación de Trabajadores de América Latina en la historiografía obrera (1938-1963)", Cuadernos de Histeria, Universidad de Chile, núm. 36, 2012, y " Vicente Lombardo Toledano: nexo entre los obreros latinoamericanos y la OIT", Trabajadores, Universidad Obrera de México, núm. 91, 2012. Resumen La Confederación de Trabajadores de Améri- ca Latina (crAL) fue la organización sindical más numerosa y de mayores vínculos continentales e internacionales de que se tenga registro. Sin embargo, la investigación histórica aún ignora sus profundos significados para la historia so- ciopolítica latinoamericana del siglo xx. Este artículo discute los estereotipos, prejuicios y omisiones planteados por la historiografia obrera sobre el desempeño gremial y sociopolítico de la crAL, llegando a la conclusión de que existe la necesidad de considerar nuevos derroteros para interpretar su trayectoria histórica. Palabras clave: cuaL, historiografía, obreros, sindicalismo, comunismo, guerra fría. Fecha de recepción: Fecha de aceptación: agosto de 2011 febrero de 2012

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Análisis

Transcript of La Confederación de Trabajadores de América Latina. Una Historia Por (Re)Significar (1938-1963),...

  • Patricio Herrei' Gonzlez . 1 Nacionalidad chilena. Maestro en Historia por El Colegio de Michoacn. Actualmente es tesista del programa de doctorado en Historia en el Centro de Estudios Histricos de la misma institu-cin. Sus reas de inters son: relaciones laborales y movimiento obrero latinoamericano; historia transnacional y organizaciones internacionales, particularmente la OIT, y su impacto en la institu-cionalidad laboral de Amrica Latina. Ha sido profesor-investigador en la Pontificia Universidad Catlica de Chile y en la Universidad de Valparaso, Chile. Entre sus ltimas publicaciones se cuentan: Fabin Herrera y Patricio Herrera (coords.), Amrica Latina y la orr. Redes, cooperacin tc-nica e institucionalidad social (1919-1950), IIH-UMSNH, Mxico, 2012; "La Confederacin de Trabajadores de Amrica Latina en la historiografa obrera (1938-1963)", Cuadernos de Histeria, Universidad de Chile, nm. 36, 2012, y "Vicente Lombardo Toledano: nexo entre los obreros latinoamericanos y la OIT", Trabajadores, Universidad Obrera de Mxico, nm. 91, 2012.

    Resumen

    La Confederacin de Trabajadores de Amri-ca Latina (crAL) fue la organizacin sindical ms numerosa y de mayores vnculos continentales e internacionales de que se tenga registro. Sin embargo, la investigacin histrica an ignora sus profundos significados para la historia so-ciopoltica latinoamericana del siglo xx. Este

    artculo discute los estereotipos, prejuicios y omisiones planteados por la historiografia obrera sobre el desempeo gremial y sociopoltico de la crAL, llegando a la conclusin de que existe la necesidad de considerar nuevos derroteros para interpretar su trayectoria histrica.

    Palabras clave: cuaL, historiografa, obreros, sindicalismo, comunismo, guerra fra.

    Fecha de recepcin: Fecha de aceptacin: agosto de 2011 febrero de 2012

  • The Confederation of Latin American Workers. A History to Resignify (1938-1963)

    Patricio Herrera Gonzlez

    Chilean nationality. M. A. in History from El Colegio de Michoacn. He is currently completing his dissertation in the Doctoral Program in History at the Center for Historical Studies at the same institution. Hs areas of interest include Labor relations and Latin American workers' movement; transnational history and international organizations, particularly the ico and their impact on the labor institutions of Latin America. He has been a research professor at the Pontificia Universidad Catlica de Chile and the University of Valparaso, Chile. His most recent publications include Fabin Herrera and Patricio Herrera (coord.), Amrica Latina y la OIT. Redes, cooperacin tcnica e institucionalidad social (1919-1 950), IIH-UMSNH, Mxico, 2012; "La Confederacin de Trabajadores de Amrica Latina en la historiografa obrera (1938-1963)", Cuadernos de Historia, Universidad de Chile, no. 36, 2012, and "Vicente Lombardo Toledano: nexo entre los obreros latinoameri-canos y la OIT", Trabajadores, Universidad Obrera de Mxico, no. 91, 2012.

    Abstract

    The Confederation of Latin American Workers (cr) was the most numerous trade union orga-nization with the greatest number of continen-tal and international links ever recorded. How-ever, historical research is as yet unaware of its profound significance for Latin American sociopolitical history of the 20th century. This

    article discusses the stereotypes, prejudices and oversights put forward by workers' historiogra-phy on the trade union and socio-political per-formance of CTAL. It concludes that there is a need to consider new aspects to interpret its historical trajectory.

    Key words: CTAL, historiography, workers, trade unionism, communism, cold war.

    Final submission: Acceptance:

    August 2011 February 2012

  • La Confederacin de Trabajadores de Amrica Latina. Una historia por (re)significar

    (1938-1963)*

    Patricio Herrera Gonzlez

    DERROTEROS PRELIMINARES

    L os estudios histricos del movi-miento obrero latinoamericano han descuidado, por lo general, la in- fluencia que la situacin internacional ha ejercido sobre la clase obrera. Sin desco-nocer que las condiciones internas de cada nacin latinoamericana son determinan-tes para explicar en lo esencial el sistema de dominacin, creemos que es indispen-sable salir de los estrechos mrgenes nacio-nales para comprender la historia de la clase obrera en su conjunto. La Confede-racin de Trabajadores de Amrica Latina (CTAL), a pesar de sus limitaciones, fue la organizacin obrera que logr unificar a los trabajadores, manuales e intelectuales, en un gran movimiento continental, aso-cindose con las confederaciones obreras

    Este artculo es el resultado preliminar de la investigacin en curso de la tesis de doctorado en Historia, la cual desarrolla la participacin poltica, social y sindical de la Confederacin de Trabajadores de Amrica Latina en el continente (1938-1963). Es financiada por la beca de doctorado otorgada por el Co vACYT. Agradezco los comentarios y sugerencias en una versin preliminar de este trabajo a los histo-riadores: doctora Vernica Oikin Solano, doctor Martn Lpez valos, doctor Sergio Grez Toso y doc-tor Juan Carlos Yez Andrade.

    nacionales para superar las exclusiones sociales y el despojo de la soberana pol-tica, atesoradas por las burguesas naciona-les en alianza con los capitales forneos.

    La CTAL se fund en septiembre de 1938 en el contexto del congreso obrero latinoamericano realizado en la ciudad de Mxico, represent a 6 000 000 de traba-jadores; hacia 1946 colabor activamente en la formacin de al menos una decena de confederaciones obreras de la regin, en cuyos congresos constituyentes estuvo su presidente Vicente Lombardo Toledano e integrantes del comit central; elabor in-formes tcnicos sobre la situacin laboral de los trabajadores del continente y redac-t numerosos estudios sobre la situacin econmica de la regin como consecuen-cia de la segunda guerra mundial; tam-bin present un proyecto fundamentado sobre la industrializacin del continente con la intencin de conseguir la autono-ma econmica y sacudirse definitiva-mente del colonialismo y el imperialismo; se preocup por la situacin poltica de cada pas, pero su atencin estuvo cen-trada en lo sucedido en Argentina, Bolivia, Brasil y Centroamrica; no vacil en estre-char la mano a los enemigos de la demo-cracia en el continente o a los dilapidado-res de las riquezas nacionales, pues el fortalecimiento de la unidad obrera y su

    Secuencia [195] nm. 86, mayo-agosto 2013

  • bienestar fueron la prioridad de sus con-signas; comprometi alianzas con la Orga-nizacin Internacional del Trabajo (OIT), con los trabajadores de Estados Unidos y Europa y, finalmente, concluy su "misin histrica" en diciembre de 1963 como resultado de la guerra fra, puesto que el Departamento de Estado del gobierno de Harry S. Truman, desde 1946, se dispuso a congelar sus relaciones continentales e internacionales infiltrando a miembros de la American Federation of Labor (AFL) en las confederaciones obreras nacionales, pues su influencia era una amenaza para el reordenamiento de las fuerzas del capita-lismo mundial.

    Una aproximacin a las fuentes de pri-mera mano, como memoranda, resolucio-nes y comunicaciones entre los pases; estudios sociales, laborales, econmicos y polticos; los viajes de Lombardo Toledano y los dirigentes por el continente; la vincu-lacin con la OIT y la Federacin Sindical Mundial (FsM), nos conducen a identifi-car el impacto que tuvo la c'rAL en el con-tinente, realidad histrica que carece de una investigacin especfica y que conti-na desvinculada de la historia sociopol-tica del siglo xx, tanto continental como internacional.

    Resulta extrao que la historiografa poltica y social, a 70 aos de distancia de la fundacin de la cTAL, no haya proble-matizado su influencia en el proletariado del continente, omitiendo sus diagnsti-cos, anlisis y propuestas en aspectos labo-rales, econmicos y polticos.

    Una lectura atenta sobre las historias obreras consultadas, nacionales y regiona-les, nos proporciona al menos tres respues-tas para comprender la superficialidad y el acriticismo en los estudios existentes sobre la CTAL y sus significados, pero tambin

    nos proporciona algunas perspectivas de investigacin que se debieran acometer.

    En primer lugar, la historiografia del movimiento obrero latinoamericano se ha presentado como una realidad que slo se comprende en relacin con la evolucin poltica de cada Estado-nacin, por tanto ha sido complejo, despus de un siglo de debates y ensayos metodolgicos, superar esas concepciones. Sabemos que existi un inters cientfico por considerar los re-corridos autnomos de los obreros o los proyectos alternativos a la clase dirigente, pero ese aparente xito no super los estre-chos mrgenes de la historia parroquial. Dicho de otro modo, las historias obreras son una prolongacin de las historias nacionales, las cuales se investigaron pro-fusamente en las dcadas de los sesenta y setenta bajo las influencias de la revolucin cubana, las teoras de la dependencia y las experiencias de descolonizacin.

    Existen limitadas referencias a los vnculos continentales e internacionales en-tre los dirigentes obreros; se insiste, impru-dentemente, en desarrollar estereotipos prensa, formas de resistencia, mecanis-mos de organizacin, masacres de la influencia exterior en las estrategias de los obreros; no hay referencias a los organis-mos internacionales Unin Panamerica-na, OIT, OEA y su influencia, de manera tcnica y poltica, en debilitar o fortale-cer los idearios del movimiento obrero y a los propios dirigentes polticos de la re-gin; poco sabemos de los funcionarios en su mayora acadmicos que oficia-ron de tcnicos en las secretaras del tra-bajo, de fomento o economa, pues en ellos se confi una mejor lectura de los proce-sos derivados de las relaciones industriales en su amplio sentido. Durante el primer tercio del siglo xx fueron estos quienes

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  • hicieron circular sus estudios sociales, expusieron sus puntos de vista en confe-rencias obreras y patronales, produjeron intercambios de informacin o presta-ron sus asesoras a gobiernos. En sntesis, todos estos aspectos fueron desestimados por la historiografa del movimiento obre-ro, y hoy parece sustancial dar cuenta de ellos si queremos avanzar en la renovacin del conocimiento sobre los obreros y sus organizaciones sindicales. En el presente existen diversos estudios que puntualizan la necesidad de investigar el trabajo y la clase obrera desde perspectivas transna-cionales, lo cual debe considerar los vncu-los existentes entre la consolidacin de un pensamiento social nacional, la formacin de una institucionalidad social interna-cional y la cooperacin tcnica.'

    En segundo trmino, los historiado-res, tanto del pasado como del presente, que investigamos la historia obrera hemos establecido una rigidez en los discursos y prcticas de sus organizaciones laborales, a tal punto que existe, en varios investiga-dores, una acentuada prefiguracin sobre los desempeos de las agrupaciones obre-ras frente a contextos polticos o econ-micos. Es muy comn encontrarse en las historias obreras que el Estado siempre fue una amenaza para sus intereses; tam-bin, que la violencia fue ejercida en forma desmedida por las fuerzas regresivas del capital, o que la legislacin laboral fue un instrumento de dominacin de la clase

    Al respecto hay estudios que estn avanzando en esa direccin, entre los cuales podemos mencio-nar: Van der Linden, Historia, 2006; Lucassen, Global, 2006; Bertrams y Kott, "Actions", 2008; Kott, "Communaut", 2008 y "Organisations", 2011; Van Daele, Histories, 2010 y Lespinet-Moret y Viet, Or-ganisation, 2011.

    dirigente. Estamos convencidos de que hubo situaciones que se ajustaron a esta realidad, pero convengamos que exis-ti consenso, negociacin y defensa, en un lenguaje comn, para censurar los abu-sos laborales; sancionar los incumplimien-tos de la legislacin, y avanzar en crear condiciones de mayor bienestar social y econmico.

    Si consideramos que desde 1929 las estructuras econmicas se reajustaron por la Gran Depresin, y que las fuerzas obre-ras tuvieron que adaptarse poltica, social y laboralmente al nuevo escenario interna-cional, es inaudito que se reproduzcan, en forma inalterable, sus estrategias de resis-tencia para sobrellevar las consecuencias de la crisis. Muchos investigadores interpre-tan los repertorios de contencin de la cla-se trabajadora como estticos, presentando a los obreros como sujetos resistentes al cambio e inadaptados polticamente.

    Desde 1930 el escenario laboral en la regin comenz a sufrir modificaciones que provoc ajustar las formas de organi-zacin en la clase obrera. Los nuevos meca-nismos de control laboral; el incremento de la sociedad salarial; las agencias, pbli-cas y privadas, ocupadas de asesorar tcni-camente a los gobiernos, empresarios y trabajadores con el objetivo de optimizar los recursos humanos y econmicos; los Estados, junto a obreros y patrones, deba-tiendo sobre las coberturas de los acciden-tes del trabajo o la seguridad social; todos procesos que fueron minimizados u omi-tidos en la historiografa y que no favore-ci una adecuada interpretacin poltica y social de la realidad histrica de los obre-ros. En concreto, la CTAL no se estudi contemplando estos aspectos, y ello men-gu su presencia en las investigaciones, pues se visualiz como otro intento de

    LA CONFEDERACIN DE TRABAJADORES DE AMRICA LATINA 197

  • lograr la unidad sindical regional. Pero nada se dijo de su insercin en estos deba-tes, sus logros y fracasos. Incluso, los estu-dios existentes sobre la CTAi, al desatender este nuevo escenario laboral, interpreta-ron sesgadamente los acuerdos o alianzas que involucraron a la organizacin sindi-cal con los Estados nacionales o con los organismos internacionales, pues, a priori, se rechaz la concepcin de una organi-zacin obrera que pacta o coparticipa junto al "poder opresor", porque en los investigadores prevaleci el estereotipo del movimiento obrero intransigente y revolucionario como una constante.

    Por ltimo, el tercer aspecto que in-fluy para ignorar el papel de la cri tiene su origen en la ausencia de investigaciones contundentes sobre la segunda mitad del siglo xx. En la mayora de nuestros pases la historiografa tiene una investigacin profunda y matizada hasta la dcada de 1920. Luego, existen muchos estudios especficos, pero circunscritos a marcos temporales, espaciales y temticos que no permiten vincular variables y reconstruir las condiciones estructurales de los pro-cesos histricos.

    Problematizar Amrica Latina desde una concepcin continental y circunscrita al mbito sociopoltico es un desafo que im-plica superar las clasificaciones estereoti-padas de las experiencias histricas de sus actores, matizando las construcciones teri-cas que anticipan las prcticas de los indi-viduos o agrupaciones de acuerdo con la divisin social, poltica o econmica, y que suponen una determinacin de las estructu-ras de comportamientos, valores y smbolos.

    Lo sugerente es, entonces, dar inicio a esta renovacin para imaginar la historia de ese presente-pasado, inconmensurable, con los objetos, formas, cdigos para des-

    plazar la concepcin mutilada de lo pol-tico y el mbito social. Combatir la frag-mentacin del conocimiento es alentar tambin a no desplazar la objetividad, el hecho de que el conocimiento sea una construccin social tambin significa que es socialmente posible tener un conoci-miento ms vlido.

    Ms all de las constituciones socio-polticas o socioeconmicas embrionarias' de los sujetos, el desafo que se le presenta al historiador, de la historia presente, es hacer visible la pluralidad de apropiaciones,'

    LA CTAL EN LA HISTORIOGRAFA OBRERA

    La trayectoria de la CTAL fue interpretada desde muy temprano por funcionarios internacionales, acadmicos e investiga-dores. Fue difcil sustraerse a los cambios drsticos que resultaron de la crisis de 1929, el surgimiento del fascismo y del nazismo y la confrontacin entre las po-tencias durante la segunda guerra mun-dial. Procesos todos que modificaron sus-tancialmente los contrapesos polticos en el orbe durante la segunda mitad del siglo xx. Fue en estos contextos que la CTAL tuvo entre sus propsitos, entre 1938 y 1963, conquistar la unidad del prole-tariado en el continente y luchar por la emancipacin econmica y poltica de las naciones latinoamericanas.

    Moiss Poblete fue el primero que, en su obra El movimiento obrero latinoamericano, subray la importancia de los estudios sociales y econmicos elaborados por la

    2 Un importante giro a la historia social en esta perspectiva se puede encontrar en la siguiente obra de Thompson, Customs, 1991.

    Chartier, Mundo, 1992.

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  • CTAL, que buscaron conocer con estads-ticas oficiales y de elaboracin propia, ade-ms de testimonios de hombres y mujeres de la clase obrera, la situacin social, eco-nmica y laboral de los trabajadores del continente. Para el autor estos estudios reflejan la conviccin que tuvo la CTAL sobre la democracia y la justicia como pilares de la organizacin social y poltica. Por esta razn, seal Poblete, la CTAL tuvo una encomiable actuacin al opo-nerse al fascismo, pues fue una amenaza real para las aspiraciones de una sociedad mundial soberana.

    El autor expuso el inters de la CTAL en las materias educativas, campesinas e indgenas, considerando que para los aos treinta y cuarenta fueron aspectos descui-dados por las polticas de intervencin social, pblica y privada en la regin. Adems, elogi la comprensin que tuvo la organizacin sindical con respecto a la situacin continental, lo que otorg con-fianza en sus diagnsticos, mtodos y fines como movimiento sindical continental, y colabor en su unidad y fortaleci su capa-cidad de negociacin con las instancias estatales y los organismos internaciona-les. En palabras de Poblete, la CTAL:

    ha logrado producir la unidad en el movi-miento obrero latinoamericano, defender con altura de miras, con un exacta compresin [sic] de los problemas econmicos, sociales, polticos y culturales del continente ameri-cano, los intereses de la clase trabajadora. La

    TAL ha logrado conquistar no slo presti-gio, sino que ha contribudo [sic] eficazmente a la defensa de la estructura democrtica de nuestros pases, contra las fuerzas regresivas del nazifascismo, ahora derrotado. 4

    Poblete, Movimiento, 1946, p. 276.

    Robert Alexander, investigador esta-dunidense, public varias obras entre los aos 1947 y 2009 que aludieron al papel que protagoniz la CTAL en la sindicaliza-cin de los obreros del continente. En su vasta investigacin reconoci el mrito que tuvo Lombardo Toledano para con-gregar a la clase obrera, pero le rest re-levancia en el impacto que tuvo en las conquistas laborales y sociales para los trabajadores, pues consider que su pre-sidente encamin a la organizacin sin-dical a pactar con el comunismo interna-cional para defender los intereses de la poltica sovitica. Para Alexander, la direc-cin de los partidos comunistas durante la segunda guerra mundial se increment, trazando el itinerario de la cruzada antifas-cista y encauzando los marcos de accin en los que se desenvolvi la CTAL. Al respecto puntualiz:

    Communist influence in the CTAL also increased greatly during the war because they made gant strides jo fue separare Latin American labour movements. The Com-munjsts were rapidly gaining force in the Argentine labour movement before the mil-itary dictatorship was established in 1943. They were by 1943 or 1944 the majority

    Robert J. Alexander (1918-2010), fue consul-tor de la AFL y la aze-cio para los asuntos del movi-miento obrero organizado en Amrica Latina y el Caribe, ello le permiti realizar numerosos viajes a los pases del continente desde mediados de los aos cuarenta, entrevistndose con lderes sindicales, secre-tarios de Estado e intelectuales. En 1961,a solicitud del presidente John F. Kennedy, integr la comisin de trabajo sobre Amrica Latina, que recomend la creacin de la Alianza para el Progreso. Entre las numerosas obras de Alexander podemos mencionar: Laboar, 1947; Communism, 1957; Organized, 1965, e International, 2009.

    LA CONFEDERACIN DE TRABAJADORES DE AMRICA LATINA 199

  • group in the Chilean labour movement; they and their sympathisers were of great impor-tance in the Mexican labour movement; they dominated the Cuban crc more or less com-pietely; rheydominated the Colombian crc with facility though actually a small minor-ity in that organisation; they dominated the Peruvian crr' so long as the dictatorship was in power in that country and they worked with it. As a result of all this, the Commu-nists gained representation from these var-ious national organisations on the council of the Confederacin de Trabajadores de Arnerica Latina. 6

    La obra de Alexander perme gran parte de los trabajos de los investigadores del movimiento obrero latinoamericano. Tanto los detractores como los adheren-tes a los resultados de su trabajo no han analizado el contenido de sus afirmacio-nes, existiendo respuestas superficiales hasta el da de hoy para debatir sus argu-mentos. Paradjicamente, la CTAL y sus vnculos con el comunismo internacional han contribuido para que ambas posturas sigan desestimando a la organizacin sin-dical en sus estudios.

    En retrospectiva, el efecto producido por la obra de Alexander en el campo de la investigacin histrica ha sido el total descuido de los avances y retrocesos del movimiento obrero latinoamericano entre 1938 y 1963. Por tanto, se necesita a la brevedad una comprensin ms prxima de la situacin de los trabajadores en una realidad continental e internacional.

    La publicacin The Rise of the Latin American Labor Morement, de Moiss Poblete y Ben G. Burnett, present a la cTAL como un movimiento de trabajadores fuerte y

    6 Alexander, Labour, 1947, p. 20.

    diverso en su composicin laboral e ideo-lgica.

    Los autores acentan su anlisis en los anhelos democrticos e industrializado-res que la cri proyect para el continente entre 1943 y 1946, fuente de un bienes-tar social y proteccin estatal hacia los trabajadores.

    Por tratarse de una investigacin de principios de la dcada de los sesenta, los autores tuvieron mayores antecedentes para evaluar lo acontecido con la CTAL en los aos cuarenta y cincuenta. Poblete y Burnett sealaron que esta exhibi una inclinacin hacia el ideario comunista, estableciendo que el comit central, as como su presidente, Vicente Lombardo Toledano, tuvieron compromisos con la poltica sovitica. A raz de esta relacin con el comunismo estalinista, los autores determinan que desde los aos cincuenta se inici la decadencia de la CTAL como organizacin sindical, pues, segn ellos, abandon sus estrategias polticas en pro de los trabajadores para apoyar los pla-nes de Stalin y el comunismo internacio-nal, al respecto puntualizaron:

    CTAL declined rapidly in the fohiowing years in spite of efforts ro find issues which would attract the Latin Americans [ ... ] butthat Lombardo Toledano and the Communists who gained possession of the executive committee had perverted these ends ro suir Stahin's plans for totahitarian expansion [.1 This view was repeatedly substantiated. An out-and-out Communist central near the end of World War II, CTAL heid on for a few years more; bur by the 1950's it had no effectiye trade-union basis in the Americas .

    Poblete y Burnett, Rise, 1960, pp. 138-139.

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  • Para los autores el ocaso de la crsj. fue asociado a su marcado apego al comu-nismo mundial, pero tambin al surgi-miento de nuevos liderazgos en la regin. Especficamente se refieren a Juan Domin-go Pern en Sudamrica, quien inaugur una nueva central obrera internacional denominada Asociacin de Trabajadores Latinoamericanos Sindicalistas (ATLAS).

    Hay que puntualizar que en ningn momento Poblete y Burnett registran las referencias o testimonios para relacionar a la crAi. con el comunismo sovitico. S existe una acotada referencia a Robert A1exander, ojos y odos de la AFL en el con-tinente, quien fue sealado como un activo detractor de Lombardo Toledano y la GrAL. Alexander y la i'jt fueron los prin-cipales instigadores en la campaa anti-comunista desarrollada en Mxico durante 1948. Financiados por el gobierno de Es-tados Unidos, dedicaron sus mayores esfuerzos a dividir a las confederacio-nes obreras de la regin.

    Vctor Alba, en su Historia del movi-miento obrero en Amrica Latina, puntualiz con respecto a la CTAL que la organizacin obrera colabor activamente en la conso-lidacin del sindicalismo continental y le reconoci el xito de haber generado en la clase patronal y los gobernantes de la regin la idea de que los trabajadores tenan que formar sindicatos y encauzar sus luchas por una va legal y de organi-zacin. Este aspecto lo expres con la siguiente sentencia: "acostumbr al patro-nato y a los gobiernos latinoamericano a aceptar, como rasgo normal de la socie-dad, el funcionamiento de los sindicatos ". 8

    El autor omiti en su trabajo las con-tribuciones de la CTAL, evidentes para

    8 Alba, Historia, 1964, p. 467.

    1964. En ningn apartado de su obra esta-bleci las lneas de trabajo econmico, social y poltico de la cTAI; nada seal sobre sus estudios de salario en la regin, condiciones de vida de los obreros y la situacin sociopoltica en Bolivia, compa-raciones de las condiciones laborales entre trabajadores de toda Amrica; no mencio-n las propuestas y alianzas para consolidar el movimiento obrero de la regin; acen-tu arbitrariamente el apoyo explcito de la CTAL a algunos gobiernos autocrticos del continente, cuando en realidad se tra-t de garantizar un nuevo marco laboral o sencillamente ampliar los derechos de la clase obrera; no se refiri a la infiltracin que sufri la CTAL9 y fue superficial para sealar la declinacin de la organizacin sindical: "A esta bancarrota de la GrAu. han contribuido no poco las dos centrales de-mocrticas creadas en Amrica Latina despus de la segunda guerra mundial." 1 Por supuesto Alba no explic que esas dos centrales democrticas, la Confederacin Interamericana del Trabajo (cIT) y la Or-ganizacin Regional Interamericana del Trabajo (01UT), fueron reclutadas y finan-ciadas por la AFL y el Departamento de Estado del gobierno de Truman, episodio conocido ya en los aos en que est escri-biendo su investigacin, lo que da cuenta de que su militancia poltica anticomu-nista se yuxtapuso al investigador social.

    Hay evidencias que identifican a la Ai'L como la principal conspiradora para producir quiebres al inte-rior de las confederaciones obreras de los distintos pases de la regin. Es sabido que R. Alexander, S. Romualdi y B. Ibez fueron activos colaboradores de la AFL y parte de su financiamiento para viajar y participar en las reuniones de los obreros del conti-nente provino del gobierno de Harry Truman y su consejero Rockefeller.

    10 Alba, Historia, 1964, p. 470.

    LA CONFEDERACIN DE TRABAJADORES DE AMRICA LATINA 201

  • Los sindicatos en Amrica Latina, estu-dio de Boris Goldenberg, afirma que la sindicalizacin promovida por la cTAL fue exitosa en la medida en que logr agrupar a un frente unitario de trabajadores en procura de un objetivo modesto, pero con-gruente con la realidad continental, tal como fue acceder a mejores condiciones laborales y sociales. El rasgo que el autor subray fue la identificacin de la CTAL con el comunismo y la promocin de la "doctrina" sovitica por sus dirigentes y en particular por Vicente Lombardo, a tal punto que Goldenberg lleg a determi-nar que Lombardo Toledano fue el mximo representante del "comunismo mundial en el movimiento sindical latino-americano". 11

    Goldenberg entreg una acotada pers-pectiva sobre la CTAL, donde prioriz la tensin que provoc la presencia del comunismo en el interior de la organiza-cin. Pero no produjo ningn avance con respecto a sus predecesores, por tanto su investigacin resulta una demostracin del peso en las orientaciones de autores como Alba, Alexander y, en menor me-dida, Poblete. Sntoma de un acriticismo que se registrar en otros autores y sus obras.

    En 1980 Harvey A. Levenstein publi-c en espaol su obra Las organizaciones obreras de Estados Unidos y Mxico. Historia de sus relaciones. Es un interesante estudio que busc establecer las conexiones entre las organizaciones obreras de ambos pases.

    Su pormenorizado estudio identific las bases polticas y laborales que llevaron a los principales movimientos de trabaja-dores, separados por el ro Bravo, a estable-cer alianzas cada vez ms estrechas y peli-

    ' Goldenberg, Sindicatos, 1964, p. 176.

    grosas para el orden establecido por las polticas de los gobiernos de ambos pases. Con respecto a la crA.L, reconoci la signi-ficacin de la organizacin sindical pues la consider numrica y polticamente la ms importante que tuvo Amrica Latina:

    [La] CTAL era una organizacin mucho ms fuerte e influyente que lo que haba sido la Federacin Panamericana del Trabajo [ ... ] Al participar en su convencin fundadora, la co estaba otorgando su bendicin a una organizacin que clamaba por profundos cambios sociales en Latinoamrica.' 2

    El autor reconoci que esta organiza-cin sindical consigui alterar a las fuerzas conservadoras de Estados Unidos, repre-sentadas en el empresariado industrial y particularmente en la AFL, que se dispuso a quebrar la unidad del proletariado con-tinental patrocinada por la CTA.L, tal como lo puntualiza el autor:

    A principios de 1944, el comit central de la crt atac a la Ml por tratar de sabotearla, alegando que la AFL maniobraba para rom-per la unidad de la CTAI al tratar de estable-cer contactos directos con sus organizacio-nes miembros, haciendo a un lado a la CTAL y su presidente [ ... ] En 1946, Serafino Ro-mualdi fue designado representante de tiempo completo de la AFL en Latinoamrica [y] se le otorgaba la formidable tarea de des-truir a la cru. y de construir una nueva con-federacin de trabajadores de Latinoamrica dirigida por la AFL. 1

    Mara Lourdes Quintanilla realiz la investigacin, hasta la hora presente, ms

    12 Levenstein, Organizaciones, 1980, p. 209. Ibid., p. 247.

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  • interesante y acabada sobre la CTAL. Su primer esbozo lo present el ao 1980, en las Memorias del encuentro sobre historia del movimiento obrero, aqu sentenci que:

    El papel jugado por la CTAL en la unificacin de los trabajadores fue de singular impor-tancia, pues logr impulsar sus organizacio-nes no slo en el seno de cada pas y a nivel internacional sino tambin en el intercon-tinental. La Confederacin tuvo sus xitos y sus fracasos. Sin embargo, es indispensable hacer un anlisis de este intento organiza-tivo que todava no ha sido estudiado. 11

    Luego, en el ao 1982, public su libro Lombardismo y sindicatos en Amrica Latina. Esta obra se transform en la base infor-mativa de muchos investigadores que pos-teriormente problematizaron el papel de la CTAL en el movimiento obrero.

    Quintanilla estableci que la CTAI se desvincul de los problemas laborales de la regin, lo que mengu la credibilidad entre sus miembros y como consecuencia debilit su potencial influencia para opo-nerse al imperialismo capitalista. Paradji-camente, subraya que Lombardo Toledano, mximo referente del proletariado con-tinental, termin por fortalecer lo que pretendi debilitar: las relaciones del capi-talismo estadunidense con los gobiernos populistas y autocrticos de Latinoamrica. Por tanto, segn la autora, la va nacio-nalista revolucionaria se ajust como alter-nativa continental, pero con tintes capi-talistas y anticomunistas.

    Basndose en algunos pocos folletos de la CTAL, actas de sus congresos y reso-luciones de las comisiones de trabajo, la autora reconstruy una historia de la orga-

    II Quintanilla, "Confederacin", 1980, p. 169.

    nizacin sindical que nos dice muy poco sobre sus problemas laborales, sociales y polticos, mismos que la CTAL diagns-tico, problematiz y se propuso remediar; adems, seal superficialmente la pers-pectiva particular de los pases de la regin con respecto a la CTAL y sus estrategias polticas; menos an se refiri a los contac-tos entre dirigentes de la regin. Todo lo anterior fue trascendente para las investi-gaciones posteriores sobre la CTAL, pues los estudios histricos van a prefigurar sus objetos de investigacin en los mrgenes determinados por Quintanilla, lo que con-dicion el desempeo de la CTAI. inevita-blemente, visualizada como una organi-zacin sindical que se priv de una vida propia, pues tuvo que subordinarse a los designios de la Internacional Comunista.

    En 1984 Pablo Gonzlez Casanova coordin la Historia del movimiento obrero en Amrica Latina. En cuatro volmenes se elabor una sntesis de los grandes pro-cesos sociopolticos que involucraron a los obreros y a los campesinos en relacin con los partidos polticos, el Estado y la ciudadana.

    La historia presentada en la obra es una suma de las particularidades de cada uno de los pases de la regin, no hay cone-xin entre los procesos y se hace una sn-tesis por cada pas, sin detenerse a vincu-lar propsitos, relaciones internacionales o afiliaciones regionales por parte de los obreros.

    La cii. tuvo un mnimo desarrollo en el contexto de la obra y fue relacionada con la poltica de internacionalizacin que sufri el movimiento obrero, como res-puesta a la segunda guerra mundial y el avance del fascismo en el continente.

    En el captulo sobre Mxico se exhibe un absoluto desconocimiento sobre la

    LA CONFEDERACIN DE TRABAJADORES DE AMRICA LATINA 203

  • temtica, estableciendo que la CTAL fue un proyecto secundario para la poltica obrera latinoamericana. A pesar de lo importante que fue para el pas, pues gran parte de las actividades de la organizacin sindical se coordinaron desde Mxico y Lombardo Toledano fue uno de los diri-gentes ms renombrados del pas y de la regin, se seal superficialmente que la

    CTAL organiza varios congresos durante los siguientes aos y mantiene su sede en la ciu-dad de Mxico hasta que, posteriormente, la decadencia de la corriente encabezada por Lombardo en la crs le resta fuerza a la cen-tral latinoamericana.' 5

    Si consideramos que el autor se pro-puso actualizar el conocimiento sobre la trayectoria del movimiento obrero, resulta reprochable acadmicamente su ignoran-cia, pues la misma CTM, desde su naci-miento y al menos hasta 1948, tuvo una particular misin para impulsar la unidad de los obreros del continente, ya sea por pragmatismo o por conviccin.

    En el caso cubano, Aleida Plasencia tuvo un centenar de pginas para estable-cer su punto de vista. A pesar de aquello, al igual que en el caso mexicano, la autora enuncia tenuemente los vnculos de la CTAI. con la realidad obrera de la isla. Sabe-mos, por las diversas fuentes que existen sobre la temtica, que durante el congreso constituyente de la cri. las agrupaciones obreras cubanas se comprometieron a uni-ficar las fuerzas del proletariado cubano, tal como lo registra la autora:

    El Congreso de constitucin de la Confede- racin de Trabajadores de Amrica Latina

    ' Trejo, 'Historia", 1984, t. i,p. 43.

    (cTsi), celebrado en Mxico en septiembre de 1938, contribuy a la fundacin de la CTC. Este congreso continental se propona lograr la unificacin del movimiento sindi-cal latinoamericano en una sola central y promover la unidad del movimiento obrero en cada pas y en el plano internacional.' 6

    A pesar de este reconocimiento no existe ninguna otra referencia sobre la C'TAJ. en su texto. Nuevamente existe una omi-sin de informacin importante, pues el movimiento obrero cubano fue un eje arti-culador para las relaciones del proletariado continental. Sus dirigentes tuvieron una activa presencia en el comit central de la CTAI. y contribuyeron entusiastamente a fortalecer las relaciones obreras continen-tales e internacionales.

    Otro pas que se vincul activamente a la CTAL fue Colombia. La realizacin del segundo congreso ordinario en Cali, en diciembre de 1944, lo situ como un pas estratgico para la organizacin sindical continental y sudamericana. Enrique Va-lencia no profundiz sobre el protagonis-mo que tuvo la c'rv. en el fortalecimiento del movimiento obrero colombiano, aun-que reconoci que la Confederacin de Trabajadores de Colombia (cTc) fue dura-mente perseguida durante los inicios de la guerra fra, al respecto puntualiz:

    El marco poltico de la guerra fra, plena-mente vigente al iniciarse los cincuenta, igualmente ayud a debilitar al movimiento obrero colombiano y a su ms importante rgano gremial. Las relaciones con los comu-nistas se convirtieron entonces en el princi-pal motivo de combate contra la crc. l asu-mi adems, la forma de una lucha contra la

    16 Plasencia, "Historia", 1984, t. i,p. 136.

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  • Confederacin de Trabajadores de Amrica Latina (CTAL), acaudillada por Lombardo Toledano. Al ordenar el Directorio Liberal Nacional a los lderes obreros liberales la desafihiacin de la c'rc de la Confederacin latinoamericana.`

    Ante tal reconocimiento, hecho por el autor, nos queda claro que se hace necesa-rio un estudio profundo de las alianzas entre la CTAL y las confederaciones obreras nacionales, pues no podemos seguir con-siderando que los anlisis se agoten con las perspectivas nacionales.

    Recapitulando hasta aqu, Historia del movimiento obrero en Amrica Latina, la obra coordinada por Pablo Gonzlez Casanova, present un enfoque inamovible de la clase trabajadora de la regin, como si cada or-ganizacin sindical dependiera de s mis-ma para explicar sus avances y retrocesos frente a los embates del capitalismo mun-dial. Sin embargo, por momentos breves se registran acontecimientos que dan cuenta de las proximidades entre las agru-paciones obreras en un espacio continen-tal donde circulan ideas, proyectos, diri-gentes y estrategias de contencin sobre el capitalismo nacional e internacional.

    En el caso particular de Venezuela, los obreros necesitaron del apoyo de la c'rAt para conquistar su anhelada unidad, que desde 1936 se posterg a causa de la per-secucin de la clase obrera realizada por el general Eleazar Lpez Contreras. Luego de superar las dificultades polticas y con-seguir el apoyo de gran parte de los obre-ros del pas:

    En 1944 se rene en Caracas una conven- cin sindical integrada por representantes

    ' Valencia, "Movimiento", 1984, t. iii, p. 67

    de todos los trabajadores organizados. Cuan-titativa y cualitativamente es una reunin de mayor significacin que el congreso de diciembre de 1936. Asiste como invitado especial Vicente Lombardo Toledano, pre-sidente de la Confederacin de Trabajadores de Amrica Latina (cr,&L).'

    Al igual que en Venezuela, los trabaja-dores de Ecuador carecan de una gran organizacin sindical que representara la defensa de sus intereses gremiales. El viaje que como presidente de la CTAL realiz Lombardo Toledano en el ltimo trimestre del ao 1942 por varios pases de la regin, con el objeto de conocer de primera mano las condiciones sociales, econmicas y pol-ticas de cada uno de ellos, lo llev a reu-nirse con varios dirigentes de sindicatos ecuatorianos una vez que arrib al pas: 19

    En la reunin de octubre de 1942, con la presencia de Vicente Lombardo Toledano, presidente de la ciu, y de Guillermo Ro-drguez, vicepresidente de la misma, se resol-vi la convocatoria de un congreso de funda-cin de la Confederacin de Trabajadores del Ecuador (c'r) 2

    La dictadura de Arroyo del Ro no per-miti la pronta institucionalizacin de la confederacin obrera, y hubo que esperar hasta el 9 de julio de 1944 para ver nacer a la CTE, que desde un primer momento convoc a las fuerzas democrticas del pas para derrocar al dictador. No se puede des-conocer que la influencia de la CTAL fue

    Quintero, "Historia", 1984, t. lo, p. 175. ' Al respecto vase Lombardo, Prolegmenos,

    1942. 20 Muoz y Vicua, "Historia", 1984, t. Iii, pp.

    22 5-226.

    LA CONFEDERACIN DE TRABAJADORES DE AMRICA LATINA 205

  • esencial para sostener la iniciativa de la unidad sindical ecuatoriana, y regional, pero sigue sin ser afrontada con una inves-tigacin rigurosa.

    Los miles de kilmetros que separa-ban a los obreros en el continente, las semanas o meses que transcurran en cada uno de los viajes para estrechar los lazos entre los dirigentes, los problemas sindi-cales locales y los ataques de los gobier-nos nacionales, no fueron un obstculo para garantizar la unidad de la CTAL. Al contrario, su influencia entre los obreros de la regin se fue multiplicando, tal como lo acenta Denis Sulmont:

    Apristas y comunistas, tras el "Pacto sindi-cal de Santiago", realizado en 1943 y propi-ciado por la Confederacin de Trabajadores de Amrica Latina, coordinaron esfuerzos para constituir un frente sindical nacional que se concret cli de mayo de 1944 con la creacin de la Confederacin de Trabajadores del Per (ccc). El gobierno de Prado, presio-nado por los Estados Unidos y la CTAL, toler la nueva central.`

    La referencia anterior reafirma que la TAL convoc a las fuerzas obreras y pol-

    ticas ms heterogneas para favorecer un frente unido y amplio de la clase tra-bajadora del continente, pero queda pen-diente emprender una investigacin que determine los alcances temporales e ideo-lgicos de dichos pactos, lo que no resuelve Sulmont.

    Chile, a pesar de su localizacin, fue una de las confederaciones obreras ms entusiastas que colabor en la concrecin de la unidad sindical de la regin. Estuvo presente en cada una de las convocatorias

    21 Sulmont, "Historia", 1984, t. ni, p. 286.

    de la CTAI., y varios de los dirigentes 22 de la Confederacin de Trabajadores de Chile (cTcH) formaron parte del comit central de la organizacin sindical continental. Incluso un primer quiebre de la c'rii fue resultado de la infiltracin que la An hizo en la CTCH en 1946, cuando su dirigente Bernardo Ibez se comprometi a for-mar una nueva confederacin continen-tal, la CIT, en 1948.

    Frente a este evidente protagonismo de la fuerza obrera chilena, resulta insuficiente por decir lo menos sealar que el

    compromiso frente-populista de la cTch tuvo tambin su vertiente internacional. En 1938, concurri a la fundacin de la Con-federacin de Trabajadores de Amrica La-tina (cTAL), liderada por Vicente Lombardo Toledano. 23

    Creemos que Witker no slo omiti el impacto de la CTAL en el movimiento obrero de Chile sino que adems contri-buy a seguir analizando la historia con-tinental desde un acontecer parroquiano. Adems, aument con sus indefiniciones a propagar la idea de que el sindicalismo obrero chileno avanz en sus conquistas

    22 Bernardo Ibez, Salvador Ocampo, Bernardo Araya, Juan Vargas Puebla y Juan Briones fueron acti-vos dirigentes chilenos que se comprometieron por la causa de la unidad del proletariado latinoameri-cano. Varios de ellos formaron parte del comit cen-tral de la cri. e incluso recibieron asilo poltico en Mxico, ayudados por Vicente Lombardo Toledano, luego de la promulgacin de la Ley n 0 8.987, de Defensa Permanente de la Democracia, conocida tam-bin como la "Ley maldita", promovida por el presi-dente de Chile Gabriel Gonzlez Videla (1946-1952), la cual entre sus resoluciones proscriba a los comu-nistas del sistema poltico.

    23 Witker, "Movimiento", 1984, t. iv, p. 110.

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  • laborales, exclusivamente, en funcin de la evolucin de la clase poltica.

    Julio Godio, en su tercer volumen de la Historia riel movimiento obrero latinoameri-cano, publicado en el ao 1985, dedic un nmero de pginas considerable a la CrAl.. Su hiptesis central fue que la crt subor-din al movimiento obrero latinoameri-cano a intereses externos, particularmente a la Internacional Comunista y a la defensa monoltica del rgimen de Jos Stalin.

    Creemos que lo sostenido por Godio no coadyuv a comprender las polticas promovidas por la crii en la regin, pues desconoci su colaboracin en varias lneas de accin, tales como la instauracin de confederaciones obreras (Cuba, Puerto Rico, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panam, Costa Rica, Venezuela, Ecuador, Per, Bolivia); el establecimiento de leyes sociales y laborales y la implementacin de cdigos laborales en varios pases de la regin y la formacin de una clase obrera unificada a escala continental como nunca antes en su historia.

    Ricardo Melgar desarroll un aparta-do sobre la CTAL en su libro El movimiento obrero latinoamericano. Historia de una clase subalterna. Consider en su investigacin que la Confederacin naci en un contexto histrico de alta complejidad, como fue el ascenso del fascismo y la segunda gue-rra mundial, que condicionaron los prin-cipios y planes de accin de la CTAL al menos durante una dcada.

    El autor enfatiz en su anlisis la alian-za entre trabajadores y Estado, estrategia que subordin los intereses de la clase tra-bajadora a los beneficios econmicos que los gobiernos y la burguesa nacional obtu-vieron del capitalismo internacional. El objetivo primordial de la colaboracin busc encauzar las luchas obreras y pro-

    curar la conciliacin antes que la ruptura, en palabras de Melgar:

    En Amrica Latina, a partir de 1941 la cru. se haba convertido en el principal vehculo de conciliacin entre el capital y el trabajo bajo las banderas de la lucha antifascista [ ... ] Las fronteras entre revolucionarios y refor-mistas que haban desgastado a la izquierda latinoamericana durante el Interregno entre las dos guerras, haban sido borradas de un plumazo. 24

    El principal aporte de la investigacin de Melgar fue su anlisis con respecto a la declinacin de la cTAL, donde combin factores internos y externos, otorgando un peso especfico al desempeo que le corres-pondi al gobierno de Estados Unidos en la infiltracin de organizaciones obreras adheridas a la CTAL, particularmente por medio de la Aa. Desde 1946, afirm Mel-gar, se plante la necesidad de deslegiti-mar a Lombardo como su lder natural y dividir a los miembros de la organizacin sindical con el firme propsito de fundar nuevas confederaciones obreras, financia-das y apoyadas logsticamente por la AFL en representacin de la Casa Blanca. Al respecto, el autor identific que en los pri-meros meses de 1946 el presidente de la CTCH, Bernardo Ibez, se haba contac-tado con

    Serafino Romualdi y otros lderes de la FAT [AFL] interesados en cooptar sindicalistas lati-noamericanos que avalaran su proyecto de construir una central alternativa. El rol que le cupo a la CTCH en la desestabilizacin de la GTAL fue el de jugar el papel de polo de concentracin de las fuerzas no comunistas

    211 Melgar, Movimiento, 1988, p. 334.

    LA CONFEDERACIN DE TRABAJADORES DE AMRICA LATINA 207

  • de orientacin reformista (socialistas y popu- listas) en los campos polticos y sindical. 25

    Estas indicaciones, sobre el facciona-lismo que provoc la AFL junto a la inter-vencin poltica del gobierno de Truman en el movimiento obrero continental, son un avance sustancial que nos presenta Ri-cardo Melgar, pero al igual que otros auto-res qued en deuda con respecto a la mate-rializacin del proyecto integral de la GrAl.

    Jon Kofas, en su libro The Strugglefor Legitimacy: Latin American Labor and the United States, 26 desarroll una investiga-cin que tuvo como objetivo identificar las principales motivaciones, acciones y consecuencias de la intervencin del go-bierno estadunidense en el movimiento obrero latinoamericano, particularmente en el contexto del periodo de la segunda guerra mundial y los primeros aos de la guerra fra. El autor dedica dos captulos a la crAl, donde elabora una sinopsis muy apretada de los antecedentes, congresos y resoluciones de la organizacin sindical, reproduciendo ms que innovando en esta materia, para luego profundizar en la cam-paa anti-cTAL que se fragu desde el poder ejecutivo de Estados Unidos utilizando a la AH. y a varios infiltrados para desar-ticular al movimiento obrero continental.

    La contribucin de Jon Kofas es tras-cendente para comprender el papel del gobierno estadunidense en el quiebre de la CTAL, pues gran parte de la documenta-cin utilizada proviene del Departamento de Estado, el Consejo de Seguridad Na-cional y la CIA. Cada documento exhibe la infiltracin y la campaa hostil que padeci la GFAI. desde 1945 y que se incre-

    25 ibid P. 343. 26 Kofas, Struggle, 1992.

    ment luego de 1948. La perspectiva de Kofas viene a sumar nuevos antecedentes externos a la declinacin de la CTAL, que junto a los proporcionados por Godio y Melgar permitir en el futuro investigar con mayores detalles los alcances de la poltica anticomunista, implementada en-tre el New Deal y la Alianza para el Progreso, en el movimiento obrero lati-noamericano. Su investigacin reafirma la relevancia poltica y sindical que tuvo la crAl en el continente, dada la vehemencia con la que actuaron los poderes poltico, empresarial y sindical estadunidenses en contra de la autonoma y la unidad de los obreros latinoamericanos.

    La Historia de Amrica Latina, editada por Leslie Bethell, resalt en el volumen 12 algunas referencias sobre la CTAL. El apartado que correspondi a la autora de Alan Angell present una escueta referen-cia a la organizacin sindical, puntuali-zando su carcter procomunista y el lide-razgo del "marxista" Lombardo Toledano. Angell reconoce que luego de 1948 los gobiernos de la regin se volvieron anti-comunistas, persiguiendo duramente a los sindicatos filocomunistas vinculados a la CTAIL, al respecto comenta:

    Se emprendi una ofensiva contra la proco-munista Confederacin de Trabajadores de Amrica Latina (CTAL), fundada por Lom-bardo Toledano en 1938. En 1948 los lde-res anticomunistas se haban adueado del poder en muchos sindicatos y lograron que estos se dieran de baja de la CTAI, aunque no sin que antes hubiera enconadas disputas. 27

    En otro apartado de ese volumen, Jan Roxborough destaca tambin el marcado

    27 AngeIl, "Izquierda", 1997, p. 97.

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  • carcter comunista de la CTAL, aunque le reconoce una importancia fundamental en la articulacin de un frente sindical amplio y poderoso, lo que se confirm cuando el Departamento de Estado del gobierno de Estados Unidos promovi un quiebre den-tro de las confederaciones obreras afilia-das a ella, a tal punto que el autor identi-fic a la An como la principal instigadora para dividir a la CTAL, todo ello financiado y aprobado por el gobierno de Truman: "El Departamento de Estado norteameri-cano vea con preocupacin la fuerza de la cr. y su proyecto [ ... ] que se conside-raba un sindicalismo excesivamente 'pol-tico' en Amrica Latina." 28

    Ambos autores realizan un tratamiento superficial y descuidado sobre la temtica, aminorando, con su ignorancia, los aportes de la cTi a la clase obrera del continente. No utilizan ninguna fuente ni referencia bibliogrfica para avalar sus afirmaciones. Es censurable que una investigacin, sig-nada por connotados historiadores, que tiene como objetivo presentar un punto de vista actualizado y fundamentado sobre Amrica Latina, termine por reproducir un escenario histrico consabido.

    Recientemente la investigadora Da-niela Spenser public un artculo sobre la participacin de Vicente Lombardo Tole-dano en los debates internacionales sobre las cuestiones obreras. Aunque su objeto de estudio es Lombardo, su trabajo destaca el papel que le cupo a la CTAL en la repre-sentacin del proletariado latinoamericano.

    Spenser establece que la cTrAt. descuid sus principios sindicales y dispuso todas sus energas en conformar una fuerte opo-sicin a las potencias del eje y el fascismo. De este modo practic la "buena vecin-

    28 Roxborough,"Clase", I997,p. 150

    dad" con los gobiernos autoritarios de la regin y defendi, cuanto pudo, las pol-ticas de Roosevelt. Para la autora eso explica que "Lombardo Toledano concibi la crii como un instrumento poltico ms que sindical" 29

    La autora no descuid la relacin de la poltica sovitica con la crAi., que para ella implic renunciar a ocuparse exhaustiva-mente de los asuntos laborales y gremia-les. Spenser fija su atencin en la inexis-tencia de un proyecto democratizador y sindical de la CTAL, que al igual que otras organizaciones obreras regionales, como la CIT o la ORIT, fueron incapaces de ins-taurar un nuevo modelo de relaciones laborales e impulsar una ciudadana in-clusiva, partcipe de un proyecto comu-nitario, que en el largo plazo consiguiera disipar el imperialismo capitalista en la regin. El punto de vista de Spenser se manifiesta con precisin, cuando estable-ce que:

    En ocasiones, la CTAL y la ORIT se encontra-ban del mismo lado de la barricada defen-diendo los derechos humanos, sindicales y la libertad contra los dictadores militares. Finalmente, hasta los funcionarios de la ORIT caan en la cuenta que el anticomunismo y la democracia eran antinomias, mientras que los sindicalistas aprendan que luchar contra la Unin Sovitica y el comunismo, no nece-sariamente promova la democracia. 3

    En el futuro las investigaciones debie-ran avanzar en esta direccin, ya empren-dida por Spenser, para estimular una re-novacin de la historia del movimiento obrero latinoamericano.

    29 Spenser, "Vicente", 2009, p. 7. 30 lbid.,p. 19.

    LA CONFEDERACIN DE TRABAJADORES DE AMRICA LATINA 209

  • Finalmente, no quisiramos dejar de sealar que existen algunas investigacio-nes que han reseado brevemente algn aspecto de la CTAL, 31 general o especfico, pero que no dan cuenta de vinculaciones o reflexiones ms acabadas. En muchos casos se trat slo de referencias y repro-ducciones de ideas ya dichas por algunos de los investigadores antes mencionados.

    AMPLIANDO MIRADAS

    Los orgenes de la CTAL siguen siendo un problema no resuelto. Para autores como Poblete, Alexander, Quintanilla, Godio, Melgar, su inicio como organizacin sin-dical estuvo directamente vinculado con un escenario internacional de confronta-ciones ideolgicas fascismo, nazismo y comunismo y crisis de los sistemas libe-rales. Adems, el escenario poltico del cardenismo, segn los autores, propici un discurso marcadamente antiimperialista, dados sus proyectos de nacionalizacin de recursos naturales y una distribucin equi-tativa de los bienes y servicios hacia los trabajadores y consumidores, privilegiando el mejoramiento material y educacional de la clase obrera y campesina.

    Creemos que sumado a estos aspectos hay que ampliar las perspectivas. Nos

    ' Lora, Historia, 1967; Rubio, Internacionales, 1971, y Dependencia, 1977; Rama, Historia, 1976; Chassen, Lombardo, 1977; Las clases, 1980; Koval, Movimiento, 1985; Trujillo, Historia, 1992; Bethell y Roxborough, Latin America, 1992; Muoz y Lpez Portillo, Movimiento, 1995; Alvarez, Vicente, 1995; Urquijo, Movimiento, 2000; Pozo, Historia, 2002; Malamud et al., Historia, 2003; Magalln y Mora, Historia, 2006, y Concheiro, Modonesi y Crespo, Comunismo, 2007.

    32 Lombardo y Villaseor, Viaje, 1936.

    parece que el viaje de Vicente Lombardo Toledano a la Unin Sovitica, 32 en 1935, fue trascendente para su idea de formar una plataforma obrera internacional. Eso explica, en parte, su inters en paralelo en fundar la Universidad Obrera de Mxico y la CTM, coincidentemente al regreso de ese viaje. Lombardo pens que con estas dos orgnicas iniciara una nueva etapa para la unidad de la clase obrera mexi-cana, debilitada a causa de la corrupcin de los dirigentes de la Confederacin Re-gional Obrera Mexicana (CR0M). A ello se sum la necesidad del presidente Lzaro Crdenas de establecer una alianza con la clase obrera mexicana con el propsito de constituir una amplia base social popular en defensa de las polticas de nacionali-zacin y convocar a un frente amplio de oposicin a las posibles represalias del gobierno y empresariado estadunidenses.

    Dados los hechos que acontecieron en Europa, se necesit de una conciencia pro-letaria capaz de contener las amenazas que existieron sobre sus precarias conquistas econmicas, sociales y laborales.

    Al instalar esos nuevos dispositivos en la clase obrera mexicana fue necesario ampliar y asegurar sus ejrcitos proletarios; para ello Lombardo Toledano, en 1936, proyect una fuerte organizacin obrera internacional, facilitada en parte por las reformas polticas y sociales del presidente Lzaro Crdenas, quien encontr en la apuesta internacional del sindicalismo bm-

    Vicente Lombardo Toledano, "Mensaje al pro-letariado de la Amrica Latina", El Universal, 1 de enero de 1936, ciudad de Mxico. Lombardo celebra la primera Conferencia Regional del Trabajo, orga-nizada por la OIT, en Santiago de Chile. En su men-saje promueve enfticamente la idea de formar una gran confederacin obrera para el continente.

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  • bardista un aliado inmejorable en contra de las amenazas del boicot estadunidense.

    Por su parte, la necesidad de los traba-jadores organizados del continente que buscaban enfrentar las crisis de salarios, precios y cesanta que provoc la segunda guerra mundial, creyeron que una pla-taforma obrera continental fortalecera sus convicciones y presionara con mayor envergadura por sus demandas a los go-biernos de la regin. Eso explica que la propuesta de Lombardo Toledano de con-vocar a un congreso obrero latinoameri-cano, invitacin extendida a todas las orga-nizaciones obreras en el transcurso del ao 1937, haya tenido una rpida acogida entre los dirigentes obreros, inaugurando este congreso en los primeros das del mes de septiembre de 1938 y sentando las bases para constituir la CTAL.

    Un tpico interesante en la etapa fun-dacional de la CTAL result ser la fuerte raz identitaria que le imprimi Lombardo Toledano a la organizacin. Esta reconoci en sus escritos que el continente posea una herencia cultural mestiza a la cual no poda renunciar, pues su pasado colonia-lista se proyectaba en un presente de voca-cin antiimperialista. En este sentido, se retomaron las ideas de Hidalgo, Bolvar, Sucre, San Martn, Bilbao, Mart, Marite-gui, Rod, entre otros. Existi la necesi-dad de cumplir con el mandato de estos pensadores, se propuso que Amrica Lati-na fuera una realidad integrada, reconoci-da por ser un crisol de culturas, pero en base a una autonoma poltica y econ-mica, desamarrando por fin sus ataduras coloniales de ndole cultural e ideolgica. 34

    CTAL, Defensa, 1942; Lombardo, Prolegmenos, 1942; Queremos, 1943; Educacin, 1943; cTAL, Que?, 1944; Lombardo, Posicin, 1944; CUAL, Segunda, 1944;

    La segunda guerra mundial plante un escenario complejo para el continente en materia de balanza comercial, expor-taciones, importaciones y estabilidad pol-tica gubernativa. Numerosos gobiernos latinoamericanos fueron ineficientes al momento de enfrentar la inflacin, el desa-bastecimiento, la cesanta y la desacelera-cin de la economa. Consecuencia de este panorama, para muchos pases, fue un ejercicio del poder pragmtico, lo que fa-voreci el desarrollo de populismos, reg -menes autoritarios, laboratorios de socia-lismo, frentes populares y caudillismos militares.

    La crM. supo leer cada una de esas rea-lidades y procur, la mayora de las veces, mantener relaciones formales con cada una de estas formas de gobierno, eso explica, a nuestro entender, las entrevistas, alocu-ciones, bienvenidas, mtines y banque-tes que ofreci la dirigencia de la CTAL a gobernantes tan controvertidos como lo fueron Somoza, Batista, Pearanda, Mor -igo, entre otros.

    Este acercamiento, cara a cara, de la dirigencia de la CTAL con los gobernantes de cada uno de los pases del continente, posibilit que las confederaciones obreras nacionales emprendieran sus acciones en favor de la clase trabajadora que represen-taban, que se fundaran confederaciones obreras (Cuba, Puerto Rico, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panam, Costa Ri-ca, Venezuela, Ecuador, Per, Bolivia), 35 pero tambin contribuy a dotar de un

    Lombardo, Cu/es, 1944; CTAL, Presente, 1945, y Lom-bardo, CTAL, 1945.

    Alba, Historia, 1954, e Historia, 1964; Lora, Historia, 1967; Trujillo, Historia, 1992; Muoz y L-pez Portillo, Movimiento, 1995; Urquijo, Movimiento, 2000, y Magalln y Mora, Historia, 2006.

    LA CONFEDERACIN DE TRABAJADORES DE AMRICA LATINA 211

  • carcter continental sus resoluciones, de tal forma que eso nos permite plantear como hiptesis que los obreros de Amri-ca Latina, durante el periodo en que se prolong la guerra, accedieron a una legis-lacin laboral moderna, que consagr muchos de sus derechos econmicos y sociales que con el correr de los aos se frieron perfeccionando.

    Instituciones como el seguro social, solucin a problemas de previsin social como jubilacin, enfermedad laboral, invalidez o el creciente inters por inte-grar a los campesinos e indgenas en la proteccin social, demuestran, al menos en teora, que hubo importantes progre-sos en las realidades laborales. Si bien hubo iniciativas gubernativas en estos tpicos, consideramos que este fue un esfuerzo con-junto de las confederaciones de trabaja-dores nacionales, que tuvieron un impor-tante respaldo en la dirigencia de la CrAL. A travs de los estudios econmicos, socia-les, polticos y materiales de la realidad continental, emprendidos por resolucin de los congresos generales de la CTAL, se proporcionaron argumentos para susten-tar una legislacin que protegiera y am-pliara los derechos del proletariado obrero y campesino, dados los difciles momen-tos por los que atravesaba el mundo en Occidente.

    Una lnea de investigacin inexplo-rada es el vnculo creciente que hubo entre la OIT y la problemtica laboral de Am-rica Latina, con nfasis entre 1936 y 1949.

    Es claro que la OIT enfrent un dilema al desarrollarse en Europa el fascismo, el nazismo y el comunismo, pues sus resolu-ciones y convenios fueron cuestionados como parte de una poltica liberal fraca-sada: por tanto su proyecto de universa-lizar sus principios de legislacin laboral

    y social recibi un duro revs cuando se inici la conflagracin entre las potencias europeas, pues su campo de accin se vio drsticamente disminuido y eventual-mente sin interlocutores.

    No fue casual entonces que la OIT redi-rigiera sus miradas ya lo haba hecho su primer director, Albert Thomas, en-tre 1924 y 1925, con el viaje por varios pases del continente hacia Amrica, neutral territorial y polticamente por un prolongado tiempo, en comparacin con las potencias europeas enfrentadas en un conflicto devastador. En este sentido, la participacin de la CTAL en cada una de las conferencias americanas del trabajo, organizadas por la OIT, fue una oportu-nidad para ambos de legitimar sus or-ganizaciones.

    Para la OIT signific poder encauzar su misin universalista; en este sentido la situacin laboral de Amrica Latina le pro-porcion un impulso a sus principios, pues aqu descubri problemas que no haba percibido en Europa, tales como la exclu-sin del campesinado de la proteccin laboral, el estado de pobreza en impor-tantes masas indgenas y la imprevi-sin en la que vivan cientos de miles de hombres y mujeres a lo largo y ancho del continente. 36

    La CTAL, al fortalecer el movimiento sindical regional, fue capaz de traducir las demandas obreras en un solo lenguaje, pues paulatinamente construy confian-zas y asegur lealtades en amplios secto-res laborales. Su disposicin a negociar garantiz el cumplimiento de los dere-chos y deberes de cada una de las partes en conflicto, pues su propsito fue evitar la cesanta, la disminucin del salario y

    36 OIT, Actas II, 1940, y Actas iii, 1946.

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  • el abuso patronal. De ah que la cTAL exi-gi a los Estados mayor direccin en la planificacin de la economa nacional, que por cierto pasaba por reajustar las relacio-nes con el capitalismo-imperialismo. Eso explica la determinacin de la CTAL para solicitar el compromiso de los Estados Lombardo Toledano dispona de la expe-riencia cardenista para nacionalizar las riquezas naturales o expropiar las indus-trias o servicios en manos de capitales fo-rneos, con el objetivo de garantizar un proyecto industrializador y una igualdad en el acceso a los servicios. 37

    La on, como agencia internacional, fue fundamental para garantizar cohesin y evitar conflictos sociales globales; en ese contexto la presencia del organismo inter-nacional en el continente viene a tender puentes entre la clase obrera y los gobier-nos, pues es visible que hacia mediados de los aos treinta los pases de la regin estaban acumulando muchas tensiones y las acciones represivas o revolucionarias parecan no tener cabida. La presencia de la OIT permiti abrir nuevos cauces, pero fue necesaria la voluntad de un movi-miento de trabajadores dispuesto a nego-ciar, la apertura de agencias obreras o gubernamentales para emprender estu-dios tcnicos sobre diversas materias la-borales, econmicas y sociales, tales como el nivel de los salarios, la integracin ind-gena, la situacin laboral y social del cam-pesinado, la seguridad social, la insercin de la medicina del trabajo, la educa-cin tcnica o la participacin poltica de los trabajadores. En concreto, se trat de instaurar una agenda laboral y social que estaba plenamente vigente en el

    Lombardo, Queremos, 1943; Posicin, 1944, y CTAL, 1945.

    debate sindical, patronal y estatal, pues haba problemas estructurales an sin solucin efectiva. Para responder a las demandas de la sociedad salarial se requi-ri de una articulacin entre el Estado, la OIT y las organizaciones obreras.

    La presencia de la OIT en el continente legitim las pugnas sindicales de la CTAL, fue la oportunidad de medir fuerzas con los gobiernos del continente, demostrar que su organizacin era fuerte numrica y polticamente. De suma importancia fue la presentacin a los funcionarios de la OIT de propuestas concretas, resultados de sus estudios econmicos y sociales, de cmo proteger los derechos de los trabajadores que representaban.

    Creemos que ambas organizaciones salieron fortalecidas de ese dilogo, a tal punto que el propio Lombardo Toledano fue el primer latinoamericano, en su cali-dad de dirigente obrero, en integrar el consejo de administracin de la OIT.

    Todos y cada uno de estos problemas deben resolverse en el campo de la inves-tigacin, pues contribuirn a superar los estigmas y prejuicios que existen sobre los problemas del proletariado latinoame-ricano, ya que la tesis central de la his-toriografa sigue apuntando a que la ad-hesin al comunismo acapar toda la atencin de la CTAL.

    La historiografa latinoamericana y la anglosajona presentaron la guerra fra en el continente americano como un conflicto que involucr a los altos funcionarios de gobierno y a algunos altos jerarcas de partidos polticos pro soviticos. La revi-sin de memoranda, opiniones de prensa, entrevistas y los problemas con las con-federaciones obreras nacionales, nos ha permitido constatar que los obreros, es-pecficamente de la CTAL y de las con-

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  • federaciones nacionales, participaron ac-tivamente en contra de las polticas de la guerra fra. La CTAL fue una organizacin muy influyente, especficamente entre 1941 y 1953, en las confederaciones obre-ras, y pudo establecer ciertas polticas que fueron aceptadas por algunos gobiernos del continente. Adems, luego de 1945, su discurso y su accin fueron antiimpe-rialistas, clasistas y pro soviticos, lo que transform a la crs. en una amenaza para la poltica anticomunista de los gobier-nos de Estados Unidos.

    Seguramente ser otra manera de estu-diar la guerra fra en el continente, pues la infiltracin de las organizaciones obreras por dirigentes de la American Federation of Labor38 (AFL), la intervencin del go-bierno de Estados Unidos en la poltica interna de los gobiernos de Latinoamrica para que estos limitaran los derechos democrticos, el plan Clayton, la doctrina de seguridad nacional reflejada en la implementacin del Plan de Ayuda Mi-litar (PAM), fueron todas polticas que afec-taron al proletariado y sus organizaciones, lo que provoc conflictos internos entre los dirigentes del comit central de la CTAL, por su compromiso con la poltica sovitica; disidencia y ruptura de las con-federaciones obreras nacionales; persecu-cin de los gobiernos a los obreros, y el menguado liderazgo de Vicente Lombardo luego de 1952, en parte porque su imagen fue fustigada por la ia como parte de una campaa planificada que tuvo como obje-tivo deslegitimarlo entre los obreros del continente, pero tambin por su decisin de participar en la poltica contingente de Mxico, postulndose a la presidencia de

    -' Levenstein, Organizaciones, 1980, y lvarez, Vicente, 1995.

    la nacin, descuidando sus funciones como mximo dirigente de la CTAL.

    Otra lnea de investigacin es la repre-sentacin histrica de Latinoamrica que la c'rsi elabor a partir de los viajes, estu-dios sociales, estudios econmicos y es-tudios polticos. 39 Sobre estos estudios y viajes existi una omisin por parte de la historiografa del movimiento obrero, nacional y continental, lo que mengu considerablemente el conocimiento de las actividades y ocupaciones de la CTAL.

    Ser interesante poder reconocer el continente a la luz de los viajes que hizo Lombardo Toledano en numerosas ocasio-nes, dejando registros de cada una de esas visitas.Tambin muchos de los informes de cada delegacin obrera ofrecen innu-merables descripciones y reflexiones sobre su acontecer, lo que da una visin de con-junto sobre un periodo de transformacin en gran parte de Amrica Latina, que nos parece importante interpretar.

    CONSIDERACIONES FINALES

    En el presente es necesario un estudio pro-fundo, analtico y crtico sobre la CTAT. en sus 25 aos de trayectoria institucional que proporcione nuevos argumentos que permitan superar los numerosos vacos y (pre) juicios, muchos de ellos sin sustento. El desarrollo de un trabajo historiogrfico con peso especfico debe considerar los mbitos nacionales, continentales e inter-nacionales. No podemos obviar el hecho de que la CTAL fue una organizacin de

    CTAL, Primer, 1940; Salarios, 1941, y Principales, 1942; Lombardo, Bolivia, 1943, y Cules, 19444 ; cr Balance, 1945; Peligro, 1946; Amistad, 1946; Libro, 1946, y Gua, 1948, y Pierret, Amica, 1953.

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  • repercusin continental, por tanto recons-truir su historia implica analizar el alcance de su trabajo sindical, poltico y tcnico, lo que supone observar a distintas esca-las los efectos de ese programa para de esta manera ver las continuidades y las ruptu-ras de la organizacin en el espacio pblico continental e internacional.

    Realizar una reconstruccin histrica de la CTAL debe considerar trabajar en sus principios, liderazgos, misiones sindica-les y polticas, sus vnculos continentales e internacionales, sus logros y fracasos, los ataques recibidos por el gobierno de Estados Unidos y su declinacin. Avan-zar en cada uno de estos contextos per -mitir superar las limitaciones que an existen en los estudios histricos sobre la CTAL

    En segundo lugar, ser importante actualizar las interpretaciones sobre el movimiento obrero continental. Entre 1938 y 1963 existe una serie de trans-formaciones polticas, econmicas y so-cioculturales, por tanto ser de suma importancia evaluar el impacto de esas modificaciones en las estructuras organi-zativas de los obreros de la regin. La CTAL supo leer los nuevos signos de los tiem-pos y proporcion a los trabajadores uti-llajes para afrontar los desafos de una for -macin social en ciernes, como fue el capitalismo global. Analizar los mecanis-mos de control de la mano de obra en un periodo de codificacin laboral; evaluar la relacin salarial en correspondencia con la capacidad de compra del obrero, o la ampliacin de la seguridad social en pro-porcin a la estabilidad del empleo, son todos tpicos que deben ser incorporados en un estudio que pretenda visualizar las continuidades y rupturas en las prcticas e identidades de la clase obrera.

    Por ltimo, hay que avanzar sobre los efectos de la guerra fra en los obreros sin-dicalizados, y tambin opositores a la crAi. Como se ha reseado, la guerra fra invo-lucr a los obreros y sus organizaciones laborales. Sin duda, la ms asediada fue la CTAL, pues al momento de iniciar el conflicto entre capitalismo y comunis-mo, la organizacin sindical agrupaba a 6 000 000 de trabajadores, que pertene-can a 18 pases del continente, con excep-cin de Brasil y Argentina.

    Adems, ser necesario evaluar la influencia del comunismo internacional en la CTAL, tan estereotipada y asentada en las investigaciones puntualizadas y que desafortunadamente ha coadyuvado a dis-torsionar la historia de la organizacin sin-dical y la propia experiencia comunista en la regin durante este periodo. 40

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