La convulsión y/o la compulsión del mundo árabe
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La convulsio n y/o la compulsio n del mundo a rabe 1ª Parte-DEL CALIFATO AL COLONIALISMO
La compleja situación geopolítica actual del mundo árabe es fruto de una larga muy larga
siesta, que fue a causa de un sinfín de circunstancias sociopolíticas que empezó y para poner
un límite histórico y no perderse entre tantas fechas, sería a raíz del resurgimiento del
nacionalismo árabe, allá a finales del siglo XVIII, por el descontento de una población árabe
bajo el dominio del Imperio Otomano, un califato de un proceso natural en el Estado califal
que imperaba desde la muerte del profeta Mohamed (SWS) y no como lo enseñan en las
universidades occidentalitas “que fue una ocupación otomana del mundo árabe” lejos de ser
verdad es que ese imperio al que en su último siglo no se le puede dar ningún crédito de ser
califato, sino que fue imperialista al perder su esencia de la Nación Musulmana, que sobre ella
descansaban las distintas dinastías que gobernaban los califatos.
En tanto que este califato dejaba de ser lo que debería ser (para todos los ciudadanos) empezó
su declive y el convertirse en un régimen déspota contra las distintas etnias, siendo la turca la
dominante y en el mundo árabe, la árabe la dominada, acaeciendo todo su racismo en eliminar
la cultura árabe y su idioma (un pilar fundamental para la fe musulmana) el panorama no era
halagüeño para una población que veía que su cultura era atacada, marginada y eliminada en
las estancias del Estado califal, lo que empujó a intelectuales árabes a plantearse el
nacionalismo árabe, frente a ese ataque racial y anticultural.
El árabe nunca planteó su nacionalismo como identidad racial, porque nunca lo fue y sigue sin
serlo (no existe una raza árabe, existen varios pueblos semitas) por la sencilla razón que
cuando la civilización del pueblo árabe surge entre las cenizas de los imperios persa y romano,
fue el Islam el que le llevó a ello y no su arabismo, pero como el Islam nació entre ese pueblo y
el sagrado Corán está escrito en lengua árabe (fue dictado al profeta en ese idioma por el
arcángel Gabriel) entonces el arabismo fue lanzado al estrellato, pero no con luz propia sino a
través del Islam, un hecho magnífico porque durante diez siglos el mundo habló ese idioma y
asumía su cultura árabe-islámica, sin que fueran cuestionados ni cultural, ni étnicamente
ningún grupo o pueblo en esa gran nación islámica. Entonces vemos que el arabismo siempre
existió por idioma y cultura, si tú hablas árabe, los árabes te consideran árabe, eso fue una de
las grandezas del pueblo árabe, para acoger en su seno a un gran mosaico de etnias que hoy
en día formamos el mundo árabe.
Volviendo al resurgimiento del nacionalismo árabe, por necesidad imperativa ante el peligro
de su desaparición como pueblo y cultura, ese movimiento empieza a calarse entre los
intelectuales y la gente de conocimiento, lo que dio paso al Levantamiento Árabe “Alnahda Al-
Arabieh) un levantamiento que en sus comienzos se limitaba a ser de pensamiento más que de
un levantamiento popular, por muchas razones entre ellas que el arabismo no se entiende sin
el Islam y por lo tanto sin el califato y eso le hizo tardar mucho hasta encajar entre el pueblo.
Llegado el momento surgen caudillos tribales que empiezan a manejar la posibilidad del
levantamiento popular y militar que nos llevó a una falacia de levantamiento, falacia porque
sus fines se alejaban totalmente del pensamiento nacionalista árabe, estos se centraban en los
clanes, tribus y personajes de alta cuna.
A raíz de la caída del imperio Otomano al que en sus últimos tiempos se le conocía por el
HOMBRE ENFERMO, el colonialismo occidental se instaló en el mundo árabe, aunque ya estaba
desde décadas en el Magreb, pero esta vez llega al corazón del mundo árabe y no deja ni un
solo palmo sin tener presencia en ello. Ingleses, franceses, italianos, españoles, alemanes…
etc. pusieron sus pies con botas militares en una tierra que su pueblo aspiraba a la
independencia y a un Estado común como era natural, les une la historia, la sangre, la cultura,
el idioma y en gran medida su fe. Frustrada esa aspiración de mala gana y con mucho engaño y
falta de preparación, el pueblo acepta el status-quo impuesto por la ocupación; a veces
declarada, otras veces camuflada con regímenes de reyes, emires y jefes de clanes y en otras
ocasiones como el caso de Palestina bajo el paragua de las Naciones Unidas. Esto se conoce
entonces con el nombre de El Tratado Sykes-Picot concluido el 16 de Mayo de 1916 que fue un
acuerdo secreto entre Gran Bretaña y Francia para dividirse los territorios del Medio Oriente si
fueron victoriosos en la guerra contra los Imperios Centrales. Si nos fijamos en el mapa de los
Estados actuales árabes vemos que las fronteras son trazadas con tiralíneas, totalmente
artificiales.
Entre Mandato británico, ocupación inglesa, francesa, italiana, española… andaba el juego
político en la zona, dejando cada cual parte de su cultura política de intereses nacionalistas de
una Europa que nunca fue bien avenida entre sus naciones, creando un mosaico de regímenes
políticos en la zona, en muchas ocasiones a su semejanza y parecer y en otros casos creando
una dependencia que el Estado artificial en cuestión, no podrá desprender de ella porque el
gobernante se amparaba en ella para poder seguir gobernando o mejor dicho seguir
mandando, una deformación sacada de la cultural de los gobernantes árabes para ser caudillo
y mandar en la vida del pueblo al que le consideran súbditos, en vez de gobernar con sabiduría
de caudillos ancestrales.
Alcanzado el plan de la división territorial del mundo árabe, empieza la política de la división
sociopolítica del pueblo árabe, creando mitos alrededor de unos “caudillos” entre la heroicidad
y la alta cuna, se establece una aura casi divina a la cabeza de estos personajes, lo que les
facilita el acceso al poder y manosear la historia a su antojo, creando patrias y nacionalismos
para sus Estados artificiales, esto sigue hasta hoy.
Mientras tanto, el plan colonialista cada vez adquiere más poder y penetración, creando
necesidades de su presencia y su colaboración en la prosperidad de estas infra patrias, hechas
a medida de una división creada de ante mano para que nunca jamás el pueblo árabe vuelva a
soñar en su nacionalismo unitario como patria común de su proyecto arabista, o lo que se
llamó más tarde el panarabismo. A todo esto la migración de sionistas a Palestina (bajo
mandato británico) cumplía con el principal proyecto de “dividirás y vencerás” creando un
cuerpo extraño que dividia territorialmente el mundo árabe. A tener en cuenta que a lo largo
de la historia de los intentos colonialistas en el mundo árabe, siempre hubo un escollo muy
fuerte para los invasores que era (y sigue siendo) la conexión y cohesión territorial entre El-
Magreb y El-Mashreq, es decir, la parte del Norte de África y la parte asiática del mundo árabe,
lo que se conoce por el frente de A-Sham y Masr.
De allí surge plantar el Estado sionista en Palestina, porque Palestina es el territorio que
conecta estas dos partes del mundo árabe y además es un territorio estratégico desde el punto
de vista militar, económico y social para una nación árabe unida en un Estado que era y sigue
siendo la aspiración de millones de árabes. Por lo tanto la creación del Estado sionista nunca
fue una reivindicación ni étnica, ni religiosa, ni de justicia histórica como abandera el sionismo
y el colonialismo, sino un suma y sigue de aquellas campañas que la Europa racista nunca
olvidó, llamándolas “Las cruzadas” (los árabes hasta entrado el siglo XVIII no empezaron a
utilizar este término, que consideraban ofensivo para sus hermanos cristianos) donde fueron
derrotadas sus aspiraciones y descubiertas sus intenciones colonialistas.
Al contrario de lo que se piensa que el colonialismo en el mundo árabe parte del siglo XIX, en
realidad empezó mucho antes, casi con el fin de la Edad Media. Las distintas disputas
territoriales y políticas llevaron a esta zona a un sin fin de invasiones colonialistas, empezando
por la invasión española al norte de África, pasando por la de Napoleón en Egipto y Palestina y
posteriormente la colonización política y económica de casi todo el norte de África, por parte
de Francia y otros como España, terminando con la de los Aliados en 1918 y culminando con la
ocupación sionista de Palestina. Este rosario de invasiones colonialistas trajo a la zona unos
conflictos religiosos de los que la población árabe era casi ajena y a los intereses que
perseguían los invasores. La decadencia sociopolítica de la región sobre todo en el Magreb,
hizo que los gobernantes cayeran en trampas de carácter económico, que les hizo estar a
merced de las potencias europeas, sobre todo de Francia.
La política colonialista se basa en anular a la población autóctona como elemento social a
tratar: su religión, su cultura, sus costumbres, su entidad, su idioma, su estructura social…etc.
Con eso se pretendía que dicha población se hiciera a semejanza de la población del invasor
colonialista. El ejemplo claro de tal demencia, fue Argelia con un colonialismo francés que duró
130 años, donde se la consideraba una provincia más de la Gran Francia. Las atrocidades
cometidas fueron: desde todo lo que anula la entidad árabe-islámica de la población, hasta las
matanzas masivas y destrucción de pueblos enteros (Yo soy descendiente de la población de
estos pueblos que fueron masacrados y obligados a abandonar sus casas y refugiarse en otras
regiones del mundo árabe, siendo mis abuelos niños llevados por los mayores y las mujeres; se
instalaron en la región del Sham).
Para acercaros a la idea, pensad en cómo estaba la India bajo el dominio inglés, pues algo muy
parecido. La referencia política de la época colonialista la podemos centrar en el surgimiento
de la entidad árabe como nacionalismo, en respuesta a la invasión extranjera, sin olvidar la
estructura geopolítica que dominó la zona durante muchos siglos: el califato, por lo que los
pensadores árabes de dicho surgimiento del nacionalismo árabe, no se olvidaron de su cultura
árabe-islámica, en muchos casos fueron cristianos árabes los impulsores de dicho movimiento,
junto a pensadores musulmanes que conocían bien la estructura sociológica de la región.
Desde entonces el mundo árabe busca salir de dicha situación anómala, en referencia a su
entidad geopolítica para llegar a la reunificación (panarabismo) impulsada por muchos y
deseada por todos.
2ª Parte- CARNAVAL DE POLÍTICAS Y POLÍTICOS
Septiembre 2013 Abdo Tounsi
La convulsio n y/o la compulsio n del mundo a rabe 2ª Parte-CARNAVAL DE POLI TICAS Y POLI TICOS
La situación geopolítica del mundo árabe actual, es la consecuencia
de unas manos y mentes muy enemigas del bienestar de la
población de este mundo, que su mosaico: étnico, lingüístico,
económico, religioso… etc. se encuentra bajo mazazos continuos,
infringidos desde fuera y desde dentro, que le hacen cada día más
añicos. En la antigüedad y en su larga historia lo hubo también, por
lo tanto no es nada nuevo, lo único que esta fase dura demasiado,
en un mundo que cada día se fortalece con alianzas y uniones de
intereses comunes. Lo que se llamaron “los reinos de taifas” en Al-
Ándalus que llevaron a la caída del reino andalusí, se repite desde
hace casi un siglo en la mismísima casa árabe, es como si el califato
fuera reduciéndose de fuera a dentro. Perdiendo las provincias de
fuera del área árabe, epicentro del califato y dejando penetrar la
ola rompedora en él, produciendo en la misma múltiples pedazos.
Ya hemos visto cómo se produjo ese resquebrajamiento del califato y más tarde en el mundo
árabe que no fue solo obra del colonialismo, sino también de muchas más manos desde
dentro. Algunas por egoísmos tribales, otras por intereses familiares, otras por ingenuidades…
pero el resultado es el desastre de un hogar, que se dividió en varias casas, pero ninguna pudo
dar a sus habitantes el hogar perdido que a pesar de los pesares, sigue siendo el refugio
cultural y social de las distintas poblaciones de ese mundo árabe quebrado. Un ejemplo de lo
que digo, es que cuando salió la primera manifestación en Tunicia pidiendo la caída del
régimen en lo que se llama “primavera árabe”, ese eslogan recorrió desde Marrakech hasta
Omán, es porque este mundo llamado árabe, lo puedes cruzar desde Omán hasta Marrakech
sin que te encuentres con un solo obstáculo natural; de esa forma se forjó una unidad cultural
y social desde hace siglos y es la misma que hizo que ese grito, recorriese los países árabes
artificialmente constituidos en Estados, reclamando libertad y justicia. Todos vemos que cada
vez que tenemos una agresión sionista a Palestina, el sentimiento de hermandad sociocultural
solidaria, recorre también esa geografía.
Volviendo a la realidad histórica de la cual me avalo para calificar la situación política árabe
desde la caída del imperio otomano, de CARNAVAL DE POLÍTICAS Y POLÍTICOS, nos
encontramos con una amalgama de colores de distintas tendencias políticas y un sinfín de
intereses entrecruzados, que hicieron y hacen imposible que ese mundo se levantara para
ponerse de pie como lo hicieron muchas naciones del mundo. El ejemplo de países con la
misma tradición cultural islámica en el sur asiático, es una clara demostración de que solo con
un trabajo serio y un sistema de alternancia política podría levantarse un país. Ese carnaval
tiene muchas funciones y nunca se acaba, cada personaje de la política árabe sea: rey, emir,
presidente reinante (república monárquica) hasta el más pequeño gerifalte de ellos, lleva una
máscara, aunque hubo quién se la quitó durante una época (Naser) pero no pudo estar sin ella,
cuando desde el beneplácito de millones de árabes, siguiendo el rastreo de su capa para
liberar Palestina y reunificar el mundo árabe, tuvo que lidiar con regímenes árabes mucho más
fuertes económicamente y los necesitó para la causa árabe común (Palestina) de la cual todos
se rasgan las vestiduras, cada vez que se les exige una respuesta a las continuas violaciones
sionistas, alegando mil y una excusas.
Desde muy joven he presenciado el baile en este carnaval y el cambio de parejas es constante
y mareante, sin ritmo alguno, ni siquiera tiene gracia. Son tan bordes y tan malos bailarines los
políticos árabes, que los trajes de política nacional e internacional les quedan muy grandes o
tan pequeños que se rompen, enseñando las vergüenzas al primer movimiento.
Para ser más concisos, haré un simple repaso a esas políticas que con solo nombrar la mal
llamada Liga Árabe, nos damos cuenta de la intencionalidad de hacer lo contrario de sus
estatutos, que proponen acciones conjuntas para la reunificación. Ejemplo de ello el mercado
árabe común, que ni funciona ni funcionará nunca, porque no están homogeneizadas las
políticas económicas de estos Estados, que firman los acuerdos como calmantes para las iras
de sus pueblos y sin ir más allá de una declaración. Eso mismo lo podemos aplicar sin
equivocarnos en ninguno, a todos los intentos de reunificación dentro de ese cadáver llamado
Liga Árabe.
El cambio de parejas en el baile de ese carnaval político árabe, hizo mucho daño; la nación no
se levanta y pierde presencia entre las naciones del mundo. Los intereses solo se centran en
cómo estar con uno hasta ver la oportunidad de bailar con otro, sin importar las
consecuencias. Las visitas y recibimientos en los aeropuertos de tal o cual gerifalte a otro no
menos atractivo para el momento, reflejaba y refleja el desconcierto de esa política basada en
un proyecto de sálvese quien pueda, dentro de un esquema de usar y tirar. Oír a uno de ellos
exponer sus ideas para la nación, o al menos para su población, es oír la misma y la mala
música con un disco rayado.
No nos hacen falta ejemplos para demostrar esa nefasta política, contraria a la que llevaría al
mundo árabe a estar entre las avanzadas naciones, teniendo riquísimos recursos y no me
refiero solo al petróleo que sus beneficios quedan como el mismo alquitrán en la superficie,
matando la naturaleza del potencial humano, es la población a la que me puedo referir como
el gran caudal de inagotable recurso. Tenemos la población más joven del mundo y muchos
están muy preparados, de los cuales encontramos cientos de miles de ellos por el mundo,
trabajando en levantar otras naciones, mientras la suya anda a la pata coja por la falta de una
política de libertades y alternancia en el poder, anclada en un pasado que solo beneficia a esos
regímenes que hacen alarde de su buen trabajo, falseando las realidades para la población, a
través de cientos de canales de engaño colectivo. Pero la mentira tiene las patas cortas y no
puede correr en el mundo de hoy en día, donde a la persona más alejada de la civilización le
llega la información al instante, un hecho muy preocupante para estos dictadores que están
viendo como sus poblaciones o al menos una parte importante de ella, ya no se dejan engañar
y les hacen la vida imposible, pero claro “antes yo que el país” gritaría el que lleva el bastón de
mando, desde sus galerías de palacios marmolados y los suyos gritarían “antes quemamos el
país que dejar caer al régimen” (ya se ha visto y se ha escuchado).
El carnaval continua y el baile también, pero
atentos, la sala ya no es segura.
Octubre 2013 Abdo Tounsi