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:: portada :: Opinión :: 06-09-2011 La crisis epocal del capitalismo en el siglo XXI y sus disyuntivas Luis Arizmendi Cátedra Marx/Rebelión 1.- La crisis actual del mito del progreso La crisis global contemporánea que apenas estamos viendo nacer, como constatan las profundas desestabilizaciones económicas recientes de Europa y EU derribando la ilusión de que conformaba un fenómeno puramente pasajero, constituye, sin duda, la crisis más compleja, de mayores alcances e inéditos riesgos, de la historia del capitalismo. Ha llegado cimbrando y haciendo pedazos la imagen promovida por el discurso del poder "neoliberal" en la vuelta de siglo, ante todo con el crecimiento de EU y el acelerado posicionamiento de China en la economía del orbe, de que presuntamente había sucedido ya el ingreso irreversible a una nueva belle époque . Reeditando la euforia que acompañó las fases de auge de la acumulación capitalista en el pasado -euforia que estuvo ahí en el primer auge que generó la edificación de la economía moderna en Occidente en los siglos XVIII y la primera mitad del siglo XIX, que volvió a suscitarse con el segundo auge que se dio en el tránsito del siglo XIX al siglo XX y que nuevamente existió en el marco del crecimiento de postguerra que integró lo que los franceses califican como los trente glorieuses -, el crecimiento de fin de siglo XX y primeros años del siglo XXI fue precipitadamente exacerbado como el símbolo no solo de un progreso económico y político garantizado para todas las naciones, sino como el símbolo de un nuevo capitalismo que, al "globalizarse" con el "neoliberalismo", llegaba para vencer y dejar atrás la repetición cíclica de las crisis. Una mirada panorámica a la historia del discurso convencional sobre la economía moderna puede rápidamente reconocer que en él, metamorfoseándose para transitar de una forma a otra, el desarrollo del poder planetario, con sus efectos depredatorios del mundo social y natural, ha sido y sigue siendo sistemáticamente objeto de una inversión con la que se le recubre bajo la ilusión de un progreso económico y social presuntamente indetenible. Sin embargo, de modo incluso más radical a los impactos contra el mito del progreso que trajeron consigo el surgimiento de las grandes crisis en la historia anterior, la nueva crisis mundial ha explotado haciendo estallar la ilusión de que el capitalismo del siglo XXI había surgido de un cambio epocal con el que las crisis quedaban reducidas a un supuesto fenómeno del pasado. La crisis en la realidad histórica, chocando contra él, ha vuelto inocultable la crisis del mito del progreso. Primero, frente a la economía convencional marginalista y neoclásica que, a lo largo de casi medio siglo, había enarbolado al libre juego de las fuerzas del mercado como presunto fundamento imbatible de un crecimiento económico irreversible, llegó la crisis del 29 entrando en escena para pulverizar su perspectiva. Después, ante la ilusión de una economía de bienestar generalizable fomentada por el keynesianismo, no con el principio laissez faire laissez passer sino, al revés, con el Estado social como su soporte, entró en vigor la crisis que empezó en los setenta del siglo pasado poniendo en cuestión su horizonte. Ahora, frente a la obstinada insistencia en los mercados como infalibles mecanismos autoregulados, la crisis que ha explotado hacia el cierre de la primera década de este siglo lo ha hecho haciendo venirse abajo la ilusión "neoliberal" de que ese sería el fundamento no solo del equilibrio económico sino, como se hizo con el planteamiento de las reglas page 1 / 25

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06-09-2011

La crisis epocal del capitalismo en el siglo XXI y sus disyuntivasLuis ArizmendiCátedra Marx/Rebelión

1.- La crisis actual del mito del progreso

La crisis global contemporánea que apenas estamos viendo nacer, como constatan las profundasdesestabilizaciones económicas recientes de Europa y EU derribando la ilusión de que conformabaun fenómeno puramente pasajero, constituye, sin duda, la crisis más compleja, de mayoresalcances e inéditos riesgos, de la historia del capitalismo. Ha llegado cimbrando y haciendopedazos la imagen promovida por el discurso del poder "neoliberal" en la vuelta de siglo, ante todocon el crecimiento de EU y el acelerado posicionamiento de China en la economía del orbe, de quepresuntamente había sucedido ya el ingreso irreversible a una nueva belle époque .

Reeditando la euforia que acompañó las fases de auge de la acumulación capitalista en el pasado-euforia que estuvo ahí en el primer auge que generó la edificación de la economía moderna enOccidente en los siglos XVIII y la primera mitad del siglo XIX, que volvió a suscitarse con el segundoauge que se dio en el tránsito del siglo XIX al siglo XX y que nuevamente existió en el marco delcrecimiento de postguerra que integró lo que los franceses califican como los trente glorieuses -, elcrecimiento de fin de siglo XX y primeros años del siglo XXI fue precipitadamente exacerbado comoel símbolo no solo de un progreso económico y político garantizado para todas las naciones, sinocomo el símbolo de un nuevo capitalismo que, al "globalizarse" con el "neoliberalismo", llegabapara vencer y dejar atrás la repetición cíclica de las crisis.

Una mirada panorámica a la historia del discurso convencional sobre la economía moderna puederápidamente reconocer que en él, metamorfoseándose para transitar de una forma a otra, eldesarrollo del poder planetario, con sus efectos depredatorios del mundo social y natural, ha sido ysigue siendo sistemáticamente objeto de una inversión con la que se le recubre bajo la ilusión deun progreso económico y social presuntamente indetenible. Sin embargo, de modo incluso másradical a los impactos contra el mito del progreso que trajeron consigo el surgimiento de lasgrandes crisis en la historia anterior, la nueva crisis mundial ha explotado haciendo estallar lailusión de que el capitalismo del siglo XXI había surgido de un cambio epocal con el que las crisisquedaban reducidas a un supuesto fenómeno del pasado. La crisis en la realidad histórica,chocando contra él, ha vuelto inocultable la crisis del mito del progreso.

Primero, frente a la economía convencional marginalista y neoclásica que, a lo largo de casi mediosiglo, había enarbolado al libre juego de las fuerzas del mercado como presunto fundamentoimbatible de un crecimiento económico irreversible, llegó la crisis del 29 entrando en escena parapulverizar su perspectiva. Después, ante la ilusión de una economía de bienestar generalizablefomentada por el keynesianismo, no con el principio laissez faire laissez passer sino, al revés, conel Estado social como su soporte, entró en vigor la crisis que empezó en los setenta del siglopasado poniendo en cuestión su horizonte. Ahora, frente a la obstinada insistencia en los mercadoscomo infalibles mecanismos autoregulados, la crisis que ha explotado hacia el cierre de la primeradécada de este siglo lo ha hecho haciendo venirse abajo la ilusión "neoliberal" de que ese sería elfundamento no solo del equilibrio económico sino, como se hizo con el planteamiento de las reglas

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de Hotelling, incluso del equilibrio ecológico, que supuestamente producirían los movimientos de latasa de interés para propiciar un uso óptimo de la naturaleza y sus recursos. 1 Que alguien comoPaul Krugman advierta que, adelantándose a la marcha de la crisis mundial, Japón perdió unadécada aplicando una tras otra las medidas económicas recomendadas para encarar suestancamiento sin lograr nada, constituye una ventana a la incapacidad explicativa de la economíaconvencional. En la historia de la modernidad, cada gran crisis ha puesto en jaque el discursoeconómico preponderante hasta antes de su estallido y la metamorfosis de éste le ha permitidoabrirle camino al mito de que el cambio de política económica podría garantizar el progreso. Pero lacrisis actual, justo por su especificidad doblemente global, es decir, debido a que impacta a laglobalidad del mundo y, a la par, porque penetra la globalidad de dimensiones de la vida socialmoderna, está colocando al mito del progreso en su crisis más radical. La ilusión que tanto fomentael ethos realista, que la modernidad realmente existente constituye la única forma de modernidadposible y que lo es para beneficio de todos, está revelando que ha conducido al pensamientoeconómico a un cul de sac .

A contrapelo de estas diversas modalidades del mito del progreso, una intervención como la deHorkheimer resulta muy aleccionadora porque puso a descubierto que la necesidad de una teoríacrítica proviene de que la modernidad esta colocada en una profunda situación crítica .Actualizando ese planteamiento podría expresarse con las siguientes palabras: la crisis más radicalde la historia, la situación crítica en la realidad mundial del capitalismo, es el fundamento que tornaimprescindible en esta era a la teoría crítica . 2 La crítica es imperiosa para descifrar una crisis quesiendo económica, desborda a ésta, precisamente, porque están en juego múltiples crisis de la vidacivilizada haciendo de ella una crisis global, esto es, la crisis de una época.

Frente y contra ella, luego de la caducidad decimonónica que tanto pretendieron adjudicarle lacultura política postmodernista y el pensamiento único, la crisis mundial contemporánea ha llegadosacando a relucir la teoría crítica de Marx y su vigencia en el siglo XXI.

La mayor radicalidad de su vigencia puede percibirse cuando se observa que, desde el mirador entorno al valor de uso que funda la perspectiva de Marx, la esencia de las crisis propias de lamodernidad capitalista consiste en que, desbordando el mero impacto desestabilizador sobre laforma valor y la acumulación del capital que la repetición de las crisis con la caída de la tasa deganancia cíclicamente propicia, en ellas, de modo cada vez más peligroso y desestabilizador, seentrecruzan y combinan para mutilar la vida de la humanidad planetaria: progreso y devastación .El dilema consiste en que, sin dejar de ser efectivos los adelantos de la técnica moderna, otrastrayectorias enteramente posibles de desarrollo tecnológico son cerradas, bloqueadas y vencidaspara imponer las trayectorias concretas que regidas por el apuntalamiento del poder delcapitalismo mundializado no se detienen al generar catástrofes. Cuando se mira a fondo losalcances de las crisis en la modernidad capitalista puede percibirse que, sujetando y revirtiendo laspotencialidades más positivas contenidas en el desarrollo de la técnica moderna, queperfectamente podrían abrir la edificación del mejoramiento del mundo humano de la vida, elcapitalismo subordina o subsume realmente la modernización tecnológica dirigiéndola portrayectorias dirigidas a apuntalar el poder planetario, sin detenerse en la devastación que acarreacontra el proceso de reproducción de la sociedad mundial y la naturaleza. Esta ambivalencia, esdecir, esta combinación invariablemente autocontradictoria de progreso y devastación, integra lalegalidad que rige la marcha de la mundialización.

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Desde esta perspectiva, a la hora de indagar la especificidad de la crisis mundial contemporáneapuede reconocerse que definiéndola con una peculiar complejidad crisis de tres órdenes disímilespero unificados se sobreponen o yuxtaponen, uno sobre otro interactuando recíprocamente entresí, para conformar la crisis de mayores alcances y riesgos de la historia social moderna . Son: 1) lascrisis o los colapsos suscitados por décadas de existencia de la configuración inadecuadamentedenominada "neoliberal" del capitalismo; 2) la 4ª gran crisis de la historia del capitalismo moderno ,que explotó casi a la par que los colapsos producidos por el "neoliberalismo"; y 3) la crisisambiental mundializada , una crisis que se yuxtapone con las demás pero las rebasa puesto quecon ella, precisamente, apunta a ponerse en jaque el futuro mismo de la civilización.

2.- Las crisis o los colapsos suscitados por el capitalismo cínico

La primera dimensión de la crisis epocal en el siglo XXI no pone de relieve los límites históricos delcapitalismo, sino los colapsos generados por una de sus formas . Los de esa configuración a la cualen las últimas décadas equivocada y, más bien, demagógicamente se le ha denominado"neoliberal". Si nos negamos a hacerle concesiones al discurso del poder al ponerle nombre a lavuelta de siglo debería afirmarse que la configuración que asumió la mundialización capitalista enlas últimas décadas lejos de ser liberal, más bien, ha sido cínica.

Para poder aproximarse a ella descifrando su peculiaridad es imprescindible contrastarla con lasotras configuraciones que el capitalismo ha adquirido en la marcha de su historia: la configuraciónliberal y la configuración fascista. Ya que, aunque rebasa la medida de violencia histórica quecaracteriza a la primera de éstas y alimenta una violencia de orden mayor, la configuración cínicadel capitalismo no es idéntica a su forma fascista, pero, sin embargo, le abre camino. Entreaquellas, constituye una forma intermedia pero compleja.

Stricto sensu, liberal es aquella forma con la que, ante la violencia económica anónima propia delfuncionamiento del progreso tecnológico-capitalista -que opera como punta de lanza de unaofensiva, en la cual el acrecentamiento insaciable del cúmulo del plusvalor y las ganancias, cercenay mutila grandes sectores de la sociedad condenándolos al dolor y la muerte a través deldesempleo y la miseria-, el capitalismo responde imprimiéndole al Estado una configuración que loactiva como contrapeso complementario de esa violencia. En este sentido, de ninguna manera porfilantropía sino con el objetivo estratégico de contención de las "clases peligrosas", el Estado liberalsiempre se caracterizó por impulsar la elevación del estándar de vida de su población y, a la par,implementar procesos electorales como plataforma de la sucesión gubernamental y una u otraforma de afirmación de la soberanía nacional (con diversas medidas y figuras de racismo). Sufunción jamás ha sido desmontar la violencia económica anónima del progresotecnológico-capitalista, sino dotar al capitalismo de una forma que le permita hacer esa violenciaefectiva y administrable.

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Al escudriñar esta forma hacia atrás puede verse la funcionalidad de sus modos de contención enla geohistoria del capitalismo. Como ha formulado Wallerstein, entre 1848 y 1914/17 el capitalismoimplementó su configuración liberal para contener a las "clases peligrosas" en el Norte, mientrasque entre 1914/17 y 1971 utilizó esta configuración para contener a estas clases en el Sur. Lo quenos lleva a que ha cruzado el fin de siglo y la entrada al siglo XXI desactivando a la que hafuncionado históricamente como su principal fuerza de neutralización y estabilización social: elEstado liberal. 3

Fascista , en cambio, esencialmente es la forma que la modernidad capitalista adquiere cuando ala violencia económica anónima de su funcionamiento suma complejizándola una violencia políticade orden destructivo. 4 Cuando para garantizar abrir el acceso al bienestar y el confort a ciertosEstados o elites, acepta y asume como inevitable tener que condenar al perecimiento y ladestrucción a otras naciones o grandes conglomerados sociales. Esta constituye una forma a la queno le interesa hacer manejable la violencia histórica de la modernidad capitalista, sino radicalizarla.Fue la que desplegó la Italia de Mussolini inspirada en los "camisas rojas" de Garibaldi y que realizóla Alemania hitleriana con su proyecto del planet Management . Y que ahora, lejos de quedar comouna forma del pasado supuestamente contingente o ajena frente a la marcha de la modernidadcapitalista, diversas fuerzas políticas buscan reactivar mediante una metamorfosis que dota alnazismo de una forma histórica inédita. 5 Capitalismo y nazismo no son dos formas inconexas entresí, éste constituye la forma que radicaliza in extremis su destructividad.

Por contraste con las anteriores pero vinculada a ellas como una configuración más agresiva quela forma liberal y a la vez como antesala de la forma fascista, cínica es aquella configuración que elcapitalismo se adjudica a sí mismo cuando, haciendo ofensivamente a un lado al Estado comocontrapeso, hace operar sin restricciones al laissez faire laissez passer para volver al mercado laentidad que define los heridos y los muertos. Sin reducir de ningún modo el Estado a un Estadomínimo, ni cancelar la intervención estatal en la economía, el capitalismo cínico introduce unagresivo reordenamiento para conformar propiamente un Estado autoritario , esto es, un Estadoque, bajo el eufemismo del libre juego del mercado, garantiza y hace valer por la fuerza el trasladodel centro de mando hacia los capitales privados. 6 Constituye una forma a la que no le interesahacer la violencia histórica del capitalismo manejable, pero que tampoco le adicionasistemáticamente violencia política destructiva, aunque con frecuencia no tiene ningún reparo endesplegarla, de suerte que, fácilmente hace del cinismo histórico antecedente o caldo de cultivo delfascismo.

Como puede verse, en rigor, la configuración que la mundialización capitalista mantuvo en lavuelta de siglo no fue neo sino, más bien, anti-liberal . El capitalismo mal llamado "neoliberal"nunca impulsó el ascenso del nivel de vida social de las naciones, en lugar de eso reprimió elsalario tanto directo -que se percibe como un ingreso monetario con el cual se compran los mediossociales de consumo- como indirecto -que, con base en la venta de la fuerza de trabajo, se percibecomo un servicio que el Estado esta obligado a proporcionar y que se encuentra conquistado comoun derecho constitucionalmente establecido-. Tampoco defendió la soberanía nacional, más bien,ha renegado de ella tanto en los Estados de las periferias -que cedieron su soberanía a los capitalestransnacionales-, como en los Estados metropolitanos -que transfirieron su soberanía a los capitalesprivados-. A la vez que la tan difundida "transición a la democracia", si bien llegó sustituyendo conprocesos electorales las dictaduras militares en el ex Tercer Mundo y los regímenes de partidoúnico en el ex Segundo Mundo, se convirtió en un simulacro histórico, puesto que jamás se haposicionado a demos (el pueblo) como una auténtico kratos (o sea, como una autoridad políticaefectiva). 7

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En la medida en que el cinismo constituyó una configuración que desmontó múltiples restriccionesanteriormente existentes, por un lado, abriendo amplios procesos de privatización y arrebato deriqueza económica pública en beneficio de los capitales mejor posicionados en la estructura depoder del Estado, a la vez que, por otro, se instalaron agresivos procesos de subordinación de lasnaciones al mercado planetario, esta forma de funcionamiento propició desregulaciones de talalcance que, además de impactar de modo sumamente nocivo en el proceso de reproducción socialde las naciones, terminó acarreando una creciente inestabilidad económico-política en la relaciónentre capitales y sus procesos de acumulación. Este es el fundamento de que el capitalismo cínicohaya generado múltiples crisis.

Siendo sumamente relevante para la relación capital-capital la grave desestabilización en la queinvariablemente tenía que desembocar la desregulación de los mercados financieros, ya que desatóingentes transferencias recomponiendo a la clase dominante -mediante los derivados como "armasde destrucción masiva", operaciones especulativas sumamente riesgosas y fraudes enormes-,distintas de la crisis financiera aunque se entrecruzan con ella, son dos las crisis con las que elcapitalismo cínico ha golpeado de forma directa el proceso de reproducción social llevándolo a unasituación límite cada vez más inestable. En la relación capital-trabajadores, los resultados másdolorosos de décadas de capitalismo cínico son: la crisis mundial alimentaria y la crisis fundada porla mundialización de la pobreza.

2.1.- La crisis alimentaria mundial como colapso suscitado por el capitalismo cínico

Para empezar hay que decir que la crisis alimentaria mundial del siglo XXI es sumamente peculiar:su singularidad histórica consiste en que esquizofrénicamente se genera hambre justo en una eraen la que existe la capacidad tecnológica y económica para alimentar a la totalidad de la sociedadplanetaria . 8

Para entender la forma de dominación en curso es decisivo mirar panorámicamente la historia dela mundialización para especificar la fase actual de la reproducción alimentaria. Desde un ánguloasí puede verse que son tres las configuraciones que ha adquirido la economía mundial alimentariaen el curso del último siglo.

A fines de los treinta , Europa Occidental era la única región importadora de cereales; lasexportaciones de cereales de Latinoamérica superaban prácticamente al doble las de Norteaméricay Europa Oriental (incluyendo a la URSS). EU no era el único exportador, ni siquiera el másimportante. En ese periodo, la plataforma de la economía mundial alimentaria la constituyó lacapacidad de múltiples naciones para autoalimentarse. La configuración de la reproducciónalimentaria de la sociedad mundial giraba en torno a la soberanía alimentaria.

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Pero con la mundialización "neoliberal", desde los setenta del siglo pasado y cada vez más en lasdécadas ulteriores, se recrudeció un mecanismo de poder que venía avanzando gradualmente en lapostguerra, de modo que, el mercado mundial alimentario cambio drásticamente su configuración.El reordenamiento de la economía mundial con el libre comercio usó el desfinanciamientoestratégico con el que fue impactado el campo por el Estado cínico en prácticamente todos lospaíses subdesarrollados, a la vez que, complementariamente, se lanzaban enormes subsidios comofinanciamiento estratégico a la producción cerealera en EU. Derrotadas en el marco de lacompetencia asimétrica, el grueso de naciones que previamente ejercieron soberanía alimentaria,sencillamente, la perdieron. Latinoamérica, Europa Oriental, Asia y África pasaron a ser crecientesimportadores de cereales. Y EU se levantó como el centro hegemónico del mercado mundialcerealero. Apuntalando su posición como hegemón al hacer de su poder económico en el mercadoalimentario una de sus fuerzas estratégicas, puesto que cuando se controla la reproducciónalimentaria de una nación se subordina uno de los núcleos estratégicos más sensibles de sureproducción vital. Así, con el cinismo histórico la configuración de la economía mundial alimentariaexperimentó un giro y pasó a regirse por la subordinación y la dependencia alimentaria del gruesode naciones: hoy 70% de los países subdesarrollados son importadores netos de alimentos.

En estos años esa configuración ha llegado a un límite inintencional pero inevitable. Lasubordinación del proceso de reproducción alimentario de la sociedad mundial a los centros delmercado alimentario ha requerido la instalación de una parálisis radical pero artificial paramúltiples naciones, que ahora desemboca en el tránsito de la vulnerabilidad -esto es la delicadadependencia de la importación de alimentos- a la crisis alimentaria -es decir al férreo bloqueo delacceso a los alimentos y, por tanto, al hambre-. No es que múltiples naciones no cuenten con lacapacidad productiva para autoalimentarse, más bien, es que sus capacidades económicas soncínicamente refrenadas para garantizar la apropiación de ganancias extraordinarias en beneficio delas corporaciones transnacionales.

Las consecuencias son devastadoras para aquellos grupos y naciones pobres que dedican unelevado porcentaje de sus ingresos a la adquisición de alimentos. En EU, los pobres gastan 16% desu ingreso en alimentos, pero en Indonesia usan el 50%, en Vietnam gastan un 65% y en Nigeriaincluso el 73%. En síntesis, la mitad de la población mundial, la que vive con 2 dls al día (3 milmillones de pobres extremos), está colocada en una crisis alimentaria radical. Por eso, el mismopresidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, declaró: "Para países donde los alimentosrepresentan la mitad o tres cuartas partes del consumo, no hay margen para la supervivencia".9

La crisis alimentaria va a durar mucho más allá de 2015, justo porque lo que está contradictoria einciertamente intentando abrirse camino es un nueva transición hacia otra configuración de lareproducción alimentaria de la sociedad mundial. Una transición que redefina las posiciones en elmercado mundial alimentario. Diversos Estados han empezado a implementar políticas de controlde su mercado con la perspectiva de garantizar su seguridad alimentaria. China, Rusia, Argentina,India, Ucrania, Kazajstán, Vietnam, Egipto y Camboya están reduciendo o cancelando susexportaciones de granos. Los desenlaces, alcances y ritmos de esta nueva transición están pordefinirse pero lo innegable es que la crisis alimentaria global contemporánea ha hecho estallarlímites con el que el cinismo no sólo golpea la reproducción de la sociedad planetaria, sinodesestabiliza al capitalismo poniendo en jaque la reproducción de la fuerza de trabajo en múltipleszonas y naciones.

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2.2.- La mundialización de la pobreza como colapso suscitado por el capitalismo cínico

Junto a la crisis mundial alimentaria, la mundialización de la pobreza revela el profundo impactogenerado por el cinismo histórico.

No por casualidad el "desafío de los slums" -es decir, la creciente multiplicación de áreas urbanashiperdegradadas sobre el orbe- es el nombre que la ONU, explorando la situación límite hacia laque condujo el cinismo como forma histórica, decidió darle a lo que, sin duda, es el más relevanteinforme elaborado por un organismo internacional que reconoce por primera vez la mundializaciónde la pobreza como peculiaridad de nuestra era.10 Rompiendo con el Consenso de Washington,poco años antes del colapso o el agotamiento del cinismo histórico, e interesada en empujar haciauna transición que reconfigure neokeynesianamente la mundialización en el siglo XXI, la ONU leatribuye al "neoliberalismo" una responsabilidad directa en la constitución de una auténticaregresión histórica hacia el degradado ambiente del siglo XIX propiciada por la mundialización de lapobreza.

Las áreas urbanas hiperdegradadas y la pobreza urbana no son sólo la manifestación de laexplosión poblacional y el cambio demográfico... Las políticas neoliberales han reestablecido unrégimen internacional similar al que existía en el siglo XIX... La dirección dominante de lasintervenciones tanto a nivel nacional como internacional desde 1975, en realidad, ha incrementadola pobreza urbana y las áreas urbanas hiperdegradadas, ha intensificado la exclusión y ladesigualdad... Los pobres urbanos están atrapados en un mundo informal e `ilegal´, que con susáreas urbanas hiperdegradadas no se refleja en los mapas. 11

Hablar de mundialización de la pobreza como una tragedia cuya expresión paradigmática es antetodo urbana pone de manifiesto que, clausurando y venciendo otras trayectorias queperfectamente podría haber adquirido, la cuarta revolución tecnológica fue conducida por estatrayectoria que impuso el cinismo como forma del capitalismo mundializado. La informatización delproceso de trabajo tanto productivo como improductivo, junto con el internet y la red satelitalglobal, sin liberar el movimiento de la fuerza de trabajo sobre la economía mundial, dotó al capitalde su mayor movilidad histórica permitiéndole agudizar radicalmente la competencia y laconfrontación de los distintos destacamentos nacionales de la clase trabajadora en el mercadolaboral mundializado. La fácil migración del capital de un país a otro, en la búsqueda constante de

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los salarios más bajos, las mejores reservas de recursos naturales y los paraísos fiscales, constituyóuna de las punta de lanzas del cinismo histórico justo porque la amenaza silenciosa pero efectivaque lanzó fue cercenen sus salarios y mutilen su fondo de consumo o intégrense al ejércitointernacional de reserva. La configuración cínica de la cuarta revolución tecnológica, bloqueando elpotencial positivo que significa la era del mayor desarrollo tecnológico alcanzado por la historia dela humanidad, hizo de este progreso la plataforma de una drástica reducción de la tasa salarialinternacional y la formación del ejército de reserva más grande de la historia moderna. 12

Inspeccionando los alcances de esta configuración histórica para buscar contrarrestar ladesestabilización política que trae consigo, The Challenge of Slums reconoce que en estas áreashiperdegradadas ya habita un tercio de la población urbana mundial.13 A principios de este nuevosiglo y milenio, el número total de habitantes en slums en el mundo alcanzó los 924 millones depersonas. Lo que significa alrededor del 32% de la población urbana del planeta. Si se avanzaconcentrando la mirada en las regiones en vías de desarrollo la proporción se acrecienta hastacorresponder al 43%, si se va más lejos y se concentra la mirada en los países menos desarrolladosse descubre que los habitantes de slums equivalen al 78.2% de la población urbana.14 Esto significaque actualmente cuatro quintas partes de la población urbana de los países más pobres vive enáreas urbanas hiperdegradadas. Y la tendencia para las próximas décadas es auténticamente atroz:The Challenge of Slums calcula que, para 2030 o 2040, los habitantes de slums en el orbeaproximadamente serán dos mil millones.15

Las áreas urbanas hiperdegradadas no están sólo en el Sur, existen asimismo en el Norte. Aunque,por supuesto, se han multiplicado mayormente en aquel, principalmente en Asia, su crecientepresencia en éste revela el impacto del camino por el que el capitalismo de la vuelta de siglocondujo la mundialización de la técnica moderna. Términos como umjondolo en África o bidonvilles en Francia, tanake en Líbano o trushchobi en Rusia, chawls en India o ghetto en EU, baladi enEgipto o cortiço en Brasil, entre otros, le dan cuerpo y concreción histórica a una mundializacióncapitalista efectivamente cínica que ya ha integrado alrededor de 250 mil o más áreas urbanashiperdegradadas.

Los slums son la concreción histórica de esta forma epocal. El lugar, que para muchos se convierteen un punto de no retorno, donde es colocada, como un excedente permanente de población opluspoblación estructural, un segmento nada menor de la fuerza laboral -ante todo juvenil- que escondenado como un peso urbano que no podrá ser absorbido ni por la economía ni por la sociedaden el presente o en el porvenir. En efecto, los slums proyectan una época porque incluso concrecimiento económico el capitalismo de la vuelta de siglo produjo el mayor ejército internacionalde reserva de su historia, pero lo más delicado consiste en que esta tendencia avanza hacia suagudización ahora que ha estallado la nueva gran crisis de la mundialización capitalista.

Ahora bien, poniéndose a flote el carácter esquizoide de la pobreza del siglo XXI, no es la carenciade desarrollo tecnológico sino justo la trayectoria que el cinismo histórico le imprime a la actualrevolución tecnológica la que opera como fundamento de la mundialización de la pobreza, no sóloal generar pobreza urbana sino también pobreza rural. La biotecnología moderna subsumida a laacumulación capitalista contribuye a través de una doble vía. Por un lado, porque después de siglosde un acorralamiento con el que el capitalismo periférico condujo las etnias indígenas aimplementar una estrategia mixta de sobrevivencia combinando la producción comunitaria debienes para autoconsumo con una relación siempre inestable entablada con el mercado con base

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en la venta de la fuerza laboral, la conversión de los territorios que habitan etnias indígenas, debidoa la riqueza que contiene su biodiversidad, en zonas estratégicas para los canales de acumulaciónabiertos por las corporaciones transnacionales dedicadas a la ingeniería genética, ha desatado unapresión que apunta a llevar a una situación límite definitivamente insostenible la pobreza quehistóricamente han padecido múltiples conjuntos étnicos con tal de arrebatarles esas zonas y susrecursos. Por otro lado, si ya con el Estado cínico el capitalismo se había embarcado en un ataquemasivo a la producción campesina del ex Tercer mundo para trasladar hacia los capitalesmetropolitanos el control del mercado mundial alimentario, con la biotecnología moderna estáapuntando a llevar mucho más lejos ese proceso colocando la producción campesina de la periferiaen un estado de dependencia artificial pero radical. A partir de la invención de las semillastransgénicas ha buscado dotarse de medios estratégicos de subsunción real de la produccióncampesina al capital transnacional. Las semillas "suicidas" -que sólo duran un solo ciclo productivogenerando dependencia de los aprovisionamientos respecto de la corporación multinacional que lasfabrica-, las semillas condicionadas agroquímicamente -que no crecen a menos que se cultivenutilizando fertilizantes producidos por la misma corporación que las comercializa- y, por si fuerapoco, además las semillas ecocidas -que depredan la variedades tradicionales-, pretendenconsolidar la instalación de lo que constituye una nueva dependencia tecnoalimentariacentro-periferia que abre amplios canales de acumulación, a la vez que levantan un gran oleaje deempobrecimiento por la devastación que acarrean sobre la producción rural periférica.

De este modo, entre la conformación del ejército internacional de reserva más grande de lahistoria moderna, la pauperización de la producción campesina y la expropiación capitalista derecursos naturales estratégicos a etnias indígenas, el capitalismo cínico ha vuelto la pobreza unpadecimiento mundializado .

Así, lo que Nigel Harris calificó como la posibilidad de la muerte o el " fin del tercer mundo "porque países -como Corea- se incorporarían al primer mundo, 16 ha resultado más bien en el nacimiento del cuarto mundo. Un "mundo", a diferencia de los tres "mundos" que caracterizaron alsiglo anterior, que no posee fronteras circunscritas e incluye por igual zonas tanto de las periferiascomo de los centros del capitalismo contemporáneo. Donde, por contraste con la segregacióntradicional -determinada en función de la identidad étnica, racial o religiosa-, la exclusión -que, entanto producto de la actual revolución tecnológica, no constituye un fenómeno ajeno sino integradoa la fase actual de la mundialización capitalista- impacta a barrios, ciudades, Estados y hastaregiones enteras. Puede reconocerse en las favelas brasileñas y el sur del Bronx, en Burkina Faso yLa Courneuve, en Kamagasaki y Chiapas, en Sachsen-Anhalt y las chabolas de Bangalore, en losbarrios marginales mexicanos o el sur de Irak. 17

3.- La cuarta gran crisis de la historia económica de la modernidad

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La especificidad histórica del conformación multidimensional de la crisis mundial contemporáneaposee una peculiar complejidad. Su especificación no se alcanza con poner énfasis en estamultidimensionalidad que se ha vuelto inocultable. Exige descifrar la especificidad de cada una desus dimensiones y el entrecruzamiento de ellas que configura a ésta como una crisis de carácterúnico. En este sentido, cabe decir que mientras la crisis financiera global, la mundialización de lapobreza y la crisis alimentaria mundial son resultados de una forma del capitalismo, es decir, delcinismo histórico, la crisis económica global constituye una gran crisis dentro de los ciclos de laacumulación del capital mundial. Son crisis que inevitablemente se yuxtaponen y entreveran perode distintos órdenes.

Cuando se lanza una mirada a la explosión de las grandes crisis en la historia del capitalismopuede verse que tres y, con la que actualmente esta en curso, más bien cuatro, son las crisis conlas que pueden periodizarse sus ciclos y su desarrollo global.

Examinando la desestabilización económica en curso desde las lecciones arrojadas tanto por laLarga Depresión que estalló tras el Pánico de 1873 como por la Gran Depresión que siguió a lacrisis financiera de 1929-31, porque ambas constataron que la inexistencia de un decliveininterrumpido no canceló la gran crisis justo debido a que los periodos intermitentes decrecimiento nunca lograron absorber los daños causados por la explosión que inicialmente habíasurgido, el Premio Nobel Paul Krugman, define la crisis mundial de nuestro tiempo no como unarecesión sino como la Tercera Depresión . Su perspectiva neokeynesiana, que le permite rebasar elconveniente desconocimiento "neoliberal" de ésta como una depresión, revela su límite en que,cercenando la periodización histórica de las grandes crisis, introduce otro desconocimiento: el de lacrisis que pese a décadas de keynesianismo finalmente sobrevino en los setenta del siglo anterior.Si el fundamento de las grandes crisis no se reduce unívocamente a la política económica de losEstados modernos y, sin dejar de contar ella, se escudriña en la legalidad esquizoide de lamodernidad del capitalismo y sus ciclos económicos de sobreproducción y sobrefinanciamiento, allanzar una mirada panorámica puede verse que la actual no constituye la 3ª sino la 4ª gran crisisde la historia del mundo moderno.

Después de la 1ª revolución tecnológica (1735-1873), que el capitalismo desplegó para instalar laplataforma de su modernidad en Occidente, el progreso tecnológico se volvió un obstáculo yexplotó la 1ª gran crisis, entre 1873 y 1891. La respuesta para contrarrestarla fue una 2ª revolucióntecnológica (1882-1930) que desembocó provocando nuevamente el estallido de una gran crisis,pero ante ella, dada la medida problemática de progreso tecnológico que se había extendido sobreEuropa, EU y Japón, el capitalismo requirió responder con medidas superiores a las de una guerracomercial, esto es, con una guerra militar. Así, mostrando lo lejos que puede llevar su combinaciónde progreso y devastación, el capitalismo del sigo XX articuló la crisis del 29 con la Segunda GuerraMundial como su respuesta. Para salir de esa crisis, a partir de aprovechar la vasta destrucciónrealizada, impulsó la 3ª revolución tecnológica (1930-1970) que hizo de la reconstrucciónplataforma de un nuevo tiempo de auge con los "treinta gloriosos". Cuyo desenlace fue otra vezuna crisis, la crisis de los setenta y ochenta del siglo pasado. A la cual se contestó con una 4ªrevolución tecnológica que, integrando el más reciente episodio de esta tragedia económica, hadesembocado en la gran crisis de la economía mundial contemporánea.

Las grandes crisis constituyen las coordenadas históricas que delimitan la expansión de lamodernidad industrial capitalista sobre el mundo. En términos de sus alcances geohistóricos, cabe

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resaltar que mientras la 1ª gran crisis fue continental porque sólo involucró al capitalismo europeoy la 2ª gran crisis fue intercontinental porque además de Europa impactó a Japón y EU, la 3ª grancrisis se bosquejó como una crisis mundial pero, por la presencia de África como apartheid tecnológico, no llegó a serlo. Diferenciándose de la crisis de 1970/90, sin ser de ningún modo sunuevo episodio, la que ha empezado en el segundo quinquenio del siglo XXI constituye la 4ª grancrisis cíclica y la primera crisis específicamente mundializada del capitalismo .

La mejor prueba de que la crisis actual de ningún modo constituye la continuación de la 3ª grancrisis que sucedió el siglo pasado la ofrece el hecho de que como respuesta a aquella se activó elmecanismo esencial para contrarrestar las crisis del capitalismo: una nueva revolución tecnológicaque con la informatización del proceso de trabajo planetario, tanto productivo como improductivo,modificó sustancialmente los corredores tecnológicos de la acumulación capitalista a partir dedescohesionarlos horizontalmente en las economías periféricas para cohesionarlos verticalmentecon la economía global comandada por los capitalismos de la metrópoli. Con la industria automotrizcomo punta de lanza del proyecto de la "producción global", la informatización del proceso detrabajo, basada en la microcomputación, internet y la red satelital, encabezó una reorganizaciónentera de la economía mundial que interconectó múltiples ramas en tiempo real, complementandoel diseño virtual de una mercancía en una latitud mientras incluso en la latitud exactamentecontraria se realizaba su fabricación material u objetiva. La crisis contemporánea no puede sercontinuación de la 3ª gran crisis, precisamente, porque es el resultado de la revolución tecnológicaque sirvió justo como mecanismo central de contratendencia ante la gran crisis anterior.

La 4ª gran crisis comenzó como una crisis de sobrefinanciamiento pero, casi de inmediato, revelóque el sobrefinanciamiento estaba postergando, aunque a la vez preparando, el estallido de unacrisis de sobreproducción . La restructuración de la economía mundial, generada con base en lainformatización del proceso de trabajo, ha comenzado a proyectar sus límites cuando su capacidadtecnológica para acrecentar la producción de la riqueza se estrella con una amplia masificación delejército mundial de desempleados y una tendencia internacional decreciente de los salarios, quebloquean la realización de esa riqueza que se produce en escala cada vez mayor. No se trata sólode una crisis de subconsumo , por asfixia de los canales de realización y los mercados. Se trata deque, en la dimensión del valor, el capital se torna excesivo respecto de sí mismo como expresión deque, en la dimensión del valor de uso, el nivel de desarrollo tecnológico alcanzado, luego dehaberle servido para acrecentar la tasa internacional de ganancia, se vuelve excesivo para elcapitalismo: ahí reside el núcleo de una crisis de sobreproducción. Una crisis que pone aldescubierto que cada revolución tecnológica se termina convirtiendo en una contrariedadantifuncional para el capitalismo porque genera más capital del que es capaz de absorber entérminos productivos. La crisis inmobiliaria, agudizada con hipotecas de tipo subprime - cuyavoracidad apuesta por la obtención de un tipo de interés superior a la media a partir de concederpréstamos con un nivel de riesgo de impago superior a la media-, pronto volvió inocultable suirreductibilidad al campo financiero. Develó una crisis clásica de sobreproducción: la producción demayor vivienda de la que los mercados pueden absorber. Paralelamente, la crisis financiera seconectó con la crisis de sobreproducción en la industria pionera en la informatización del procesoproductivo globalizado, la industria automotriz. La crisis en la industria manufacturera, la industriaminera, los servicios de seguros, en fin, en un gran abanico de departamentos, dieron forma a unamplio e innegable efecto dominó que ha puesto de manifiesto una crisis de sobreproducciónmundializada. Crisis que, por cierto, ya había proyectado su primer atisbo con la crisis en laindustria electrónica informática de 2001-2002. Ahora con los paquetes de rescate, elsobrefinanciamiento, en la medida en que posibilita la continuidad del ciclo económiconeutralizando los impactos por asfixia de los mercados y, más aún, en la medida en que permiteque el crecimiento de la composición orgánica del capital siga su marcha, contradictoriamente,suspende la expresión de la sobreproducción capitalista, pero sin poder contrarrestarla. Estamos

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lejos de una recesión que ya quedó atrás. La crisis de sobreproducción mundial del siglo XXI, conepicentro en las potencias capitalistas, apenas está comenzando .

La articulación, postergable pero ineludible, de cada revolución tecnológica con una gran crisistorna inocultable el sentido invariablemente esquizoide que el capitalismo le imprime no sólo a losciclos de su sistema económico, sino a la historia misma de la modernidad. La historia de losúltimos tres siglos está regida por la tragedia de esta forma ambivalente de modernización que setorna cada vez más radical. En la modernidad del capitalismo, cada revolución tecnológicadesemboca en una gran crisis y de cada gran crisis se sale con una nueva revolución tecnológica.Sin embargo, la entrada de cada nuevo oleaje modernizador está siempre precedida por una u otraforma de un profundo proceso devastador que le abre camino. Una vez que las crisis explotan, ladestrucción que realizan se convierte en la premisa imprescindible para una ulterior redinamizaciónde proceso de acumulación del capital. De este modo, la tendencia de esta tragedia, lejos deremitirse a la repetición interminable de las crisis como fenómeno puramente cíclico, marcha haciauna creciente exacerbación del entrecruzamiento esquizoide de progreso y devastación. El siglo XXIconstituye un tiempo en el que convive el mayor avance de la técnica planetaria al lado de losmayores peligros, tanto potenciales como efectivos, de su canalización hacia la devastación.

La 4ª gran crisis ha llegado poniendo inconfundiblemente a descubierto que la modernidadespecíficamente capitalista ya es global. Y que su mundialización, lejos de llevar el mayor progresotecnológico de la historia de las civilizaciones al mejoramiento generalizado del mundo humano dela vida, ha llevado la potencialidad de la catástrofe hasta un nivel anteriormente inédito.

Pueden empezar a reconocerse los alcances potenciales de esta catástrofe cuando se observa que la explosión paralela de la crisis del capitalismo cínico y la 4ª gran crisis capitalista por embonarsedesatan un profundo proceso de retroalimentación de los efectos destructivos que les soninmanentes a cada una por separado. La 4ª gran crisis, por contraste con la crisis de los setentaque vino después de los "treinta gloriosos", no ha estallado teniendo como antecedente una fase decrecimiento económico con ascenso de los niveles sociales de vida. Al revés, después de que elcrecimiento económico de las últimas dos décadas se caracterizó por ser históricamente peculiar,precisamente, porque el cinismo histórico lo convirtió en el primer periodo de crecimientoeconómico sin mejoría social del estándar de vida social, ahora la 4ª gran crisis, con supronosticable baja del crecimiento o incluso con el franco decrecimiento económico, va a desplegarsus golpes sobre un escenario cercenado por la mundialización de la pobreza y la crisis alimentariamundial. El aumento de los oleajes de desempleo mundial, la agudización de la caída salarialinternacional, la drástica disminución de las remesas y el retorno de migrantes a sus países deorigen, está integrando un delicado círculo de retroalimentación de la 4ª gran crisis con loscolapsos generados por el capitalismo cínico.

Con la mitad de la población planetaria hundida en la pobreza y un fuerte porcentaje de lapoblación juvenil expulsada del mercado formal, no es casual que en la vuelta de siglo se hayaefectuado una transición epocal retrógrada o decadente que hizo de la mundialización de laeconomía criminal una nueva forma histórica del capitalismo. El mercado negro de drogas, armas,migrantes, órganos, automóviles, mujeres, pornografía y niños, de ningún modo conforma unaanomalía en la acumulación de capital contemporánea. La economía criminal, ante todo lanarcoeconomía global, constituye uno de los principales canales de acumulación en lamundialización capitalista que, convertido en dimensión estructural de la economía, funciona

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imprescindiblemente vinculado con la economía legal, no para utilizarla solo como recubrimiento ocamuflaje, sino para canalizar también hacia ella enormes inversiones de capital que no puedenoperar por su gran magnitud exclusivamente en la esfera de la economía ilegal. Con el estallido dela 4ª gran crisis capitalista y la difusión de sus impactos, es enteramente predecible que lamundialización de la economía criminal se va a consolidar como una época.

Siendo radicalmente nocivos, estos efectos no son suficientes para describir la destructividad queel capitalismo despliega con sus crisis. Ya que, para revertir la caída de la tasa internacional deganancia, el capitalismo necesita contrarrestar la modernización tecnológica que lo lleva asobreproducir capital. Contrarrestar la modernización tecnológica exige ineludiblemente, entonces,destruir y devastar.

En este tiempo, suponer que el riesgo de guerras, incluso nucleares, esta rebasado es una ilusión.Aunque es poco probable que la crisis contemporánea desemboque a corto plazo en unaconfrontación bélica entre potencias -de modo similar a como la crisis del 29 condujo a la SegundaGuerra Mundial-, sin embargo, guerras asimétricas Norte-Sur o Sur-Sur en la periferia del sistemamundial perfectamente pueden ser desplegadas. De ningún modo hay que menoscabar el hecho deque nos encontramos ubicados en el periodo de mayor arsenal atómico en la historia mundial.18

Además de la reclasificación que tanto EU como Francia ya realizaron permitiendo su utilización enguerras convencionales,19 las armas nucleares podrían ser empleadas incluso en una confrontaciónSur-Sur, destruyendo capital al mismo tiempo que se juega la disputa por el control de recursosnaturales estratégicos.

Comprender la radicalidad de la encrucijada epocal en la que nos encontramos insertos, exigepercibir que, del lado de la modernidad capitalista, dos tendencias de sentido formalmentecontrario se encuentran jaloneando y chocando entre sí por definir la configuración de lamundialización para las próximas décadas de este siglo. Una tendencia parte de que se ha llegadomuy lejos en la ofensiva lanzada contra el proceso de reproducción de la sociedad planetaria por elcinismo histórico y, no por filantropía sino buscando conformar una administración de la luchamundializada de clases que dote de cierta estabilidad económico-política al capitalismo paraatravesar esta crisis global, empuja por imprimir una forma neokeynesiana o, más aún, una formaque despliegue un nuevo tipo de auténtico liberalismo al capitalismo del siglo XXI. Otra tendenciaparte, igual que la anterior, del reconocimiento de que la situación en que ha desembocado elcinismo histórico es de una inestabilidad radical, asume que el "libre juego de las fuerzas delmercado" propicia un desorden que se está saliendo de las manos, pero, negándose a ceder antelas ventajas ganadas por el cinismo histórico en la vuelta de siglo, presiona por radicalizar laofensiva para avanzar gradual pero crecientemente hacia un reordenamiento neo-autoritario o,más aún, neonazi de la mundialización capitalista este siglo.

Está claro que para la tendencia que cabe denominar neokeynesiana -que representaefectivamente el nuevo tipo de liberalismo del siglo XXI- la mejor opción para enfrentar lanecesidad actual de destructividad capitalista reside en dotar a los Estados modernos de una formaque les permita intentar disminuir y contener los riesgos de explosiones políticas, económicas ymilitares para estabilizar la lucha de clases en un tiempo de convulsión y transición. Está claro que,oponiéndosele, la tendencia neofascista -que reedita pero desde su metamorfosis el nazismo delsiglo pasado, sin desplegar antisemitismo ni formular la multiplicación de campos deconcentración- asume que la violencia económica y política del capitalismo requiere ser

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imprescindiblemente radicalizada para asegurar el traslado de los costos de la crisiscontemporánea hacia abajo a los dominados modernos, a la vez que busca garantizar con el uso dela fuerza el dominio de los recursos de la economía planetaria a favor de ciertos Estados y suscapitales.

Contrarrestar la euforia que mira como destino la historia al abrigo de la ilusión de que latendencia que presiona por una transición neokeynesiana ya alcanzó un triunfo definitivo oirreversible, es decisivo. A todas luces, la tendencia que empuja por un reordenamientoneoautoritario y hasta neofascista del capitalismo cuenta con diversas fuerzas políticas a nivelinternacional, ejerce una influencia de peso que define la configuración de la lucha de clases enmúltiples Estados, a un grado tal que en varios detenta el control del gobierno. Hasta podría decirseque la mayor oportunidad para su expresión está por venir. Justo cuando se arribe a los límites delprograma económico con el que varios Estados han girado, sin planearlo ni elegirlo de antemano,pasando del "neoliberalismo" a una especie de neokeynesianismo fáctico pero bastardo. Esto es, aun nuevo tipo de Estado interventor que propulsa redinamizar la demanda financiando con recursospúblicos la neutralización de la crisis aunque de modo nítidamente unilateral y abusivo, enbeneficio unívoco de grandes bancos y corporaciones, sin apoyar la capacidad social de consumo.

El neokeynesianismo del siglo XXI enfrenta retos históricos que el keynesianismo del siglo pasadonunca encaró, ante todo, la mundialización de la pobreza, la crisis alimentaria mundial, la crisisambiental mundializada y la transición a un patrón energético postfosilista. Configurado como neokeynesianismo bastardo, no podrá más que, finalmente, ser un pesudokeynesianismo absorbidoy vencido por el capitalismo cínico. En este sentido, está por definirse no sólo la forma quefinalmente esta otra tendencia le imprimirá a la necesidad economicista actual de destrucción deprogreso tecnológico y pluspoblación, sino incluso si podrá salir avante.

J aloneando entre sí, estas dos tendencias se encuentran actualmente en combate. Q ue latendencia neokeynesiana no haya arribado a un triunfo consistente y efectivo no es sinónimo deque la tendencia neofascista esté destinada a vencer; viceversa, que la tendencia neonazi no estéderrotada no es sinónimo de que su destino ineluctable sea el triunfo. Mientras la necesidad dedestructividad y, asimismo, la necesidad de dominar recursos naturales estratégicos y garantizar lasubordinación de naciones al capital mundial dota de posibilidades de desarrollo al neofascismo; lanecesidad de estabilidad política como recurso de contención de las "clases peligrosas" y,asimismo, la necesidad de contrarrestar la crisis ambiental mundializada para brindar continuidadhistórica a la mundialización capitalista, confieren posibilidades efectivas de éxito alneokeynesianismo. De ningún modo se podría decir que el rumbo del siglo XXI éste ya decidido. Elcolapso del cinismo histórico como forma de mundialización llegó yuxtaponiéndose con la explosiónde la 4ª gran crisis de la mundialización capitalista. Y esta yuxtaposición ha agudizado una colisióncuyo desenlace definirá la forma de la mundialización capitalista en el siglo XXI.

4.- La crisis ambiental mundializada y sus principales desafíos

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Siendo ya, como hemos visto, sumamente compleja la amalgama de los colapsos suscitados por elcapitalismo cínico con el estallido de la 4ª gran crisis, esa yuxtaposición no da cuentasuficientemente de la especificidad histórica de la crisis mundial contemporánea. Esta sólo sedescifra por completo cuando se observa que, desbordando los alcances tanto de una crisisexclusivamente referida a una configuración del capitalismo como los de una crisis puramentecíclica, con esas crisis se sobrepone y entrevera la crisis ambiental mundializada, revelando límitespotenciales pero de ningún modo definitivos del capitalismo como sistema histórico.

Los niveles de CO2 emitidos en estos primeros años del siglo XXI rebasaron todos los pronósticosdel Panel Intergubernamental de la ONU sobre el Cambio Climático, que en sus Informes ya hadejado claro que es innegable que el sobrecalentamiento planetario tiene como su fundamento elpatrón energético fosilista.

La tendencia de la crisis ambiental mundializada revela sus mayores riesgos cuando se consideranlos factores de retroalimentación. Cuando se comprende la circularidad del complejo impacto con elcual la grave desestabilización producida por la emisión de combustibles fósiles sobre los procesosdel equilibrio térmico y atmosférico mediante los que opera la Tierra, desata un efecto deretroacción que lleva aún más lejos el sobrecalentamiento planetario. De los 16 factores deretroalimentación producidos por desestabilizar el funcionamiento del planeta azul como sistemagaia, dos son los más delicados: 1) la vulnerabilidad de las reservas de metano contenidas en elpermafrost y 2) la desestabilización térmica del albedo en el Ártico.

Ya a fines del siglo XX, se calculaba que de mantenerse la tasa de producción/consumo decombustibles fósiles con el ritmo de ese momento, hacia el año 2030 podría abrirse un escenarioinédito en la evolución del mundo porque la duplicación de los niveles atmosféricos de bióxido decarbono comenzaría a desencadenar la liberación, potencialmente irreversible, de las reservas demetano. Al comienzo desde las turbas de la tundra y después con la descomposición de losenormes depósitos contenidos en el permafrost siberiano. Las primeras fisuras se empezaron aabrir hacia el cierre del siglo pasado, pero la liberación, que ya se encuentra en curso, ha llegado yaa ser, en varios puntos del permafrost, hasta 60% mayor a la originalmente pronosticada.Actualmente se están liberando 4 millones de toneladas de metano desde los lagos y humedales deSiberia. Es, en efecto, una enormidad. Alcanza a verse su significado para la evolución de nuestroplaneta, como plantea el British Antartic Survey, cuando se observa que desbordando los niveles delos últimos 800,000 años, en los que el metano nunca había superado 750 partes por billón (ppb),ahora alcanza la magnitud de 1,780 ppb. en la atmósfera. La tendencia de la desestabilizacióntérmica mundial agudizada por este factor de retroalimentación es sumamente grave, ya que, elmetano genera un efecto de sobrecalentamiento 30 veces superior al CO2. Su peor escenario deriesgo consiste en que la liberación del metano apunta directamente hacia un desbocamientotermal para la segunda mitad del siglo XXI y principios del siglo XXII.

Impedir la activación de este factor de retroalimentación exigía reducir en un 60% el consumomundial de combustibles fósiles en la última década del siglo XX. No hacerlo, debería llevar a unadisminución de una magnitud mucho mayor en estas primeras décadas del nuevo siglo. Pero nosólo estas medidas han estado lejos de su aplicación, incluso el consumo mundial de petróleo hacrecido.

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A lo cual hay que agregar la desestabilización del albedo en el Ártico. El albedo constituye unproceso decisivo para el equilibrio térmico total del planeta, que se logra mediante el reflejo de unagran cantidad de la energía solar recibida por la Tierra volviéndola a emitir hacia el cosmosexterior. Sucede sobre la totalidad del planeta, pero la vasta extensión de hielo en el Árticoreflejaba, aproximadamente, 80% de la radiación solar que captaba. El acelerado derretimiento desus hielos, además de lanzar grandes cantidades de agua que desequilibran los ciclos oceánicos delmundo (entre ellos vertederos marítimos de carbono atmosférico) y estimular tanto lamultiplicación como la intensificación de los tifones, huracanes y ciclones, viene produciendo unadesestabilización térmica de la totalidad del orbe debido a que cada vez es mucho menor laradiación solar reflejada desde el Ártico.

De hecho, el impresionante cálculo de que la tendencia de este derretimiento conducía a tener,hacia el 2050, un Ártico enteramente libre de hielo en verano, ha recibido ajustes y ya sepronostica que esto podría suceder en el 2030 o incluso antes. El verano de 2008 pasó a la historiacomo el año en que, por primera vez, los pasos del noroeste del Ártico, a lo largo de las costasamericanas, y del noreste, a lo largo de Rusia, estuvieron sin hielo en el mismo momento durantealgunas semanas. Parece que la frontera sin retorno en la trayectoria hacia veranos deshielados yase cruzó . La desestabilización térmica del albedo ha convertido al Ártico en la región que padece latasa de calentamiento más elevada a nivel mundial . Este fenómeno que se preveía factible hastadentro de algunas décadas, ya está aquí. Las lecturas de temperatura en octubre de 2008 fueronsignificativamente más altas de lo normal. En toda la región ártica oscilaron entre 3 y 5 gradoscentígrados arriba del promedio, pero en ciertas zonas fueron delicadamente mucho mayores. En elmar de Beaufort, al norte de Alaska, las temperaturas del aire cercanas a la superficie fueron 7grados superiores a lo normal. El impacto que con la acumulación de calor en esta zona se difundea través del fenómeno conocido como amplificación ártica es de consecuencias globales ehistóricas y apunta a ser irreversible. No hay evasiva: 2030 es una fecha límite para la ecologíamundial.

La yuxtaposición de la crisis ambiental mundializada con la 4ª gran crisis capitalista y el colapsodel cinismo histórico genera una encrucijada epocal sumamente compleja. Además de estar enjuego la definición de quién va a cargar con los costos del reequilibrio ambiental -los ricos o lospobres, el Norte o el Sur-, la crisis ambiental mundializada podría efectivamente convertirse en unlímite histórico insuperable para el capitalismo, aunque esa posibilidad no es sinónimo de destino.

Esta peculiar ambivalencia proviene de la asimetría radical que existe entre los tiempos de unatransición postfosilista ecológicamente regulada y los tiempos de una transición capitalistamenteregida.

Hasta ahora la mundialización capitalista ha operado con base en un patrón tecnoenergéticofosilista, pero capitalismo y fosilismo no guardan entre sí la relación de una simbiosis. En la medidaen que la modernidad capitalista gira en torno a la generación de riqueza abstracta, es decir devalor y plusvalor, no está atada a ningún valor de uso o fuente energética concreta específica.Cuenta con la potencialidad que le permitiría implementar su propia metamorfosis histórica paraadaptarse y transitar hacia un patrón postfosilista. Después de tantas victorias impuestas por sudominio sobre la naturaleza, encara la "venganza de la Tierra" de la cual habla Lovelock.20 Así , redefine su depredación de la naturaleza o enfrenta una tendencia que podría conducir laacumulación capitalista a una desestabilización insostenible y definitiva.

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Frente a esta encrucijada, el capitalismo de ningún modo necesita volverse totalmente verde oecologista. En verdad, debido a la legalidad ineludible de su voracidad economicista, esa sí seríauna transición epocal imposible. Lo que necesita, de hecho, es reconfigurar su depredación de laTierra contrarrestando específicamente el sobrecalentamiento planetario que lo desestabiliza.Perfectamente, podría continuar con otras formas depredatorias que viene desplegando con labiotecnología moderna y el nacimiento de la nanotecnología.

El problema no reside simplemente en si el capitalismo tiene el potencial para metamorfosearsepostfosilistamente. Su reto consiste en si la rapport de forces de los capitalismos de los centros ylas periferias, y ahí la correlación entre los distintos sectores de la clase dominante a nivel mundial,consiguen neutralizar sus contradicciones económicas, a partir de reordenar el modo en queactualmente opera la disputa por el control del mercado mundial en la que nadie cede ventajas,llegando a un pacto histórico que les permita asumir a tiempo la transición postfosilista.

Hasta ahora, dentro del choque por definir la configuración de la mundialización capitalista, elneokeynesianismo en el campo ambientalista ha tenido su máxima posición en el Informe Stern,21

mientras la tendencia neoautoritaria la ha tenido en lo que el experto en seguridad internacional,Michael Klare, denomina energofascismo -esto es, en el aferramiento al patrón tecnoenergéticofosilista que lleva a disputar militarmente el control de los yacimientos de petróleo y gas-.22

Sin embargo, de no disminuir en serio la emisión de combustibles fósiles antes del 2030, eldesbocamiento termal puede tornarse enteramente inmanejable. Múltiples desastres "naturales" yason incontenibles e inevitables. Si la asimetría entre los tiempos de una transición ecológicamenteregulada y los de una transición capitalistamente regida no se contrarresta, el capitalismo puedefracasar en su intento por vencer la "venganza de la Tierra".

5.- Soberanía y desmercantificación como principios de una estrategia transcapitalista ante la crisisepocal del capitalismo

Aunque las crisis de cada uno de estos órdenes tienen distintos puntos de partida en el tiempo

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-porque la identificación de la mundialización de la pobreza puede fecharse en 1990 23 y lasexplosiones de la crisis alimentaria mundial y la 4ª gran crisis en 2007-2008, mientras el origen dela crisis ambiental mundializada se corre hasta los setenta del siglo anterior- 24 , no puededescifrarse la especificidad de la crisis global actual formulando sin más que comenzó hace variasdécadas, ya que, lo que se introduciría así sería su desespecificación histórica. Sin dejar de seresencial, no es una u otra de sus dimensiones por separado lo que la caracteriza. Justo es launificación de todas estas crisis la que constituye una era peculiar en la historia de lamundialización capitalista. Sin embargo, una vez que se especifica su totalidad puede precisarse elsurgimiento de cada una de sus crisis de carácter mundial pero a la vez particular. Desde allí,laxamente, podría decirse que ciertas crisis particulares de la crisis actual emergen en las últimastres décadas del siglo XX y la van gestando, pero, en rigor, es hasta el segundo quinquenio del sigloXXI que la totalidad de su multidimensionalidad es la que hace a la crisis global fundar una época.Y si la crisis global se torna época es porque, además de comprender en este sentido variasdécadas hacia atrás, ya puede asegurarse que va a incluir varias décadas hacia adelante. Lasevaluaciones estratégicas de varios organismo internacionales consideran que la crisis alimentariamundial impactará hasta 2020, siempre y cuando para esa fecha se reconstituya la soberaníaalimentaria en múltiples naciones, de otro modo llegará más lejos. La mundialización de la pobrezacon certeza va a ir más allá. E incluso si el capitalismo sale de su 4ª gran crisis, no podrá inauguraruna nueva belle époque. En el caso de que lograra salir avante de su 4ª gran crisis,invariablemente, tendrá que vérselas, si no con la totalidad de la crisis ambiental mundializada, sícon el sobrecalentamiento planetario. El escenario dependerá de la re-estructuración de la técnicaplanetaria y de la configuración de la mundialización capitalista que la rapport de forces definapara el siglo XXI.

Sin embargo, a la hora de explorar críticamente la encrucijada de nuestro tiempo en toda sucomplejidad es decisivo resaltar que de ningún modo exclusivamente se encuentra en curso ladisyuntiva epocal en la que, ante el colapso del cinismo histórico, se juega la pugna de unatendencia neokeynesiana o, mejor aún, de un nuevo liberalismo genuino, contra otra tendencianeoautoritaria y, más bien, neofascista. Sobre esa encrucijada, en la que lidian reconfiguracionesdel capitalismo para definir la mundialización desarrollando su poder, desde otras potencialidadeshistóricas, se encuentra instalada una disyuntiva divergente. Frente y contra la tendencia que llevahacia una reconfiguración bajo una forma u otra de la mundialización capitalista, empuja otratendencia en la que pugnan por abrirse camino tanto la necesidad como la viabilidad de unproyecto de modernidad anti y transcapitalista. Un proyecto que rechaza radicalmente elentrecruce interminable de progreso y devastación. Y que necesita articular, de modo plural ydemocrático, las negaciones al capitalismo que están surgiendo desde diversos puntos teniendoclara su dirección para generar condiciones de futuro y trascender.

En términos negativos, podría decirse que la mundialización de la pobreza ha puesto al descubiertoque el capitalismo está llevando la historia de nuestro tiempo hacia la reedición pero ahora a nivelplanetario del ambiente que vivió Europa Occidental en 1848. Junto con la mundialización de lapobreza, la crisis mundial alimentaria, la 4ª gran crisis y la crisis ambiental mundializada secombinan para poner en el escenario, con la existencia de grandes masas de sujetos asfixiados ensus condiciones materiales de reproducción vital, la necesidad de un profundo cambio histórico.

A la vez, en términos positivos, debe señalarse que el desarrollo alcanzado de la técnica modernapara dotarla del estatus de técnica planetaria significa que, teniéndola como plataforma, en nuestrotiempo existe la capacidad material para volver realidad medidas de respuesta históricamenteinéditas ante la crisis. La potencialidad de la técnica planetaria para andar trayectorias

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transcapitalistas no es sólo para el porvenir. Aquí y ahora pueden ganarse otras trayectorias parasu desarrollo, que virtualmente están allí, pero concretarlas exige empezar por reconocer que susposibilidades están abiertas, para pasar a luchar por alcanzar formas de anticrisis que hagan valeranti y transcapitalistamente principios de seguridad de la reproducción nacional e internacional.

En el abanico de potencialidades transcapitalistas de organización socioeconómica en este siglo, elproyecto del ingreso ciudadano universal (ICU) formulado por André Gorz,25 originalmente paraEuropa pero que viene difundiéndose creativamente por Latinoamérica, propone el fomento deestrategias inéditas de reproducción social que concreten el principio de la desmercantificación. Un principio que se rige por el objetivo de inventar y desarrollar formas inéditas que instauren ygaranticen la reproducción vital de la sociedad desestructurando la mediación del mercado. Suobjetivo histórico es contrarrestar el poder del capital y marchar hacia la desestructuración de lamercantificación de la fuerza laboral.

El derecho a la seguridad social que garantice un ingreso desmercantificado para los niños pobrescomo lo ha formulado Peter Townsend,26o, mejor aún, el ingreso alimentario ciudadano universal(IACU), como lo ha denominado Julio Boltvinik, pueden constituir formas germinales dedesmercantificación. Mientras el ingreso desmercantificado para combate de la pobreza infantiltiene por sentido asegurar un nivel mínimo de reproducción para los niños que la padecen, lo quepara muchos significaría salvarlos de la muerte; conquistar el ingreso alimentario ciudadanouniversal permitiría garantizar políticas de seguridad nacional para contrarrestar la crisisalimentaria contemporánea, lo que exige arrebatar recursos al capital y al Estado para asegurarconstitucionalmente que nadie, independientemente de que consiga o no vender su fuerza detrabajo, padecerá hambre.

Frente a la complejidad específica de la crisis contemporánea, medidas de este orden son urgentesy decisivas. Aunque la tendencia neokeynesiana, siempre limitando la desmercantificación a susformas germinales, podría asentirlas explorando su aplicación como medidas de contrapesoestabilizador ante la violencia económica anónima de la crisis actual, la tendencia transcapitalistapuede insertar las formas germinales de desmercantificación dentro de una estrategia que lasredimensione imprimiéndoles alcances mucho mayores. Para empezar, su redondeo pugnando porel ingreso ciudadano universal o renta básica (basic income) permitiría avanzar hacia la fundaciónde formas de reproducción que ofrezcan una sólida medida de seguridad a la reproducciónnacional, desestabilizando las formas del valor y la mercantificación de la fuerza de trabajo. Paralos dominados modernos, el ICU instalaría un cierto grado de independencia económica ante elcapitalismo, garantizando su sobrevivencia al margen del reconocimiento de su capacidad laboralcomo capitalistamente necesaria. Incluso, impactaría en las relaciones de poder interpersonalesque se ejercen entre los géneros o intergeneracionalmente en las familias. Cimbrando lasrelaciones de poder tanto entre clases como interpersonales, edificaría una plataforma inédita paradesarrollar la soberanía social.

El hecho de que en esta era la técnica moderna tenga el estatuto de técnica planetaria proyectapotencialidades nuevas. Arrebatarle la apropiación de porcentajes importantes del productonacional al capital, de ningún modo llevaría a la conformación de un "Estado paternalista" o al "findel trabajo". Al revés, requiere de una movilización con la que la sociedad, asumiendo la creaciónde su propia historia, modifique la rapport de forces conduciendo por otras trayectorias laspotencialidades de la técnica moderna para inventar una estrategia transcapitalista de defensa

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inédita ante la crisis. Desde las formas germinales de desmercantificación, se puede apuntar agenerar y edificar la comprensión y lucha histórica por formas desmercantificadoras de lareproducción social más avanzadas. Con base en las cuales, contrarrestando la apropiacióncapitalista de la riqueza social, se busque instaurar nuevas modalidades de organizaciónsocio-económica que garanticen regresarle a la nación lo que ella misma produce, pero a partir dedesestructurar al mercado capitalista como mediación ineludible.

Semejante conquista exige invariablemente una lucha por la defensa de la soberanía nacional quese articule con la construcción de una soberanía transcapitalista internacionalista.27 De otro modo,no puede disponerse soberanamente de la riqueza nacional.

Contrarrestar la subordinación global que detenta el capital transnacional sobre una nación, lleva aavanzar hacia la autodeterminación social de la plataforma material de la reproducción nacional.Los núcleos de cada uno de los tres sectores de la estructura económica requieren serreorganizados con base en principios de afirmación de la soberanía nacional y democrática. Esdecir, exige empujar por alcanzar, en el sector I, la soberanía tecnológica y la soberanía sobre losrecursos naturales estratégicos; en el sector II, ante todo, la soberanía alimentaria; y, en el sectorIII, la soberanía financiera, la soberanía educativa y la soberanía en el proceso de comunicaciónsocial. La subordinación global de la nación al capital mundial se revierte a partir de garantizar laautodeterminación nacional de los núcleos de los sectores económicos. Dotándose de lascondiciones para afirmar su soberanía económica, una nación puede alcanzar crecientemente laafirmación de su soberanía política.

Lo que le da su más profundo sentido a empujar por la edificación de formas históricas desoberanía nacional es que se inserten en la estrategia de invención y edificación de nuevas formastranscapitalistas de desarrollo de la soberanía.

Las dos dimensiones centrales de la crisis ambiental mundializada, las nuevas epidemias del sigloXXI y el sobrecalentamiento planetario, exigen de una reestructuración ecologista tanto de latécnica moderna como del patrón de producción/consumo internacional que no puede remitirse alos tiempos ni alienarse a las formas de una transición regida capitalistamente. Los movimientostranscapitalistas necesitan impulsar la construcción de una reconfiguración tecnoeconómica quereequilibre la unidad metabólica sociedad-naturaleza.

La crisis ambiental mundializada radicaliza la necesidad una modernidad alternativa. No obstante, el derrumbe capitalista no puede tener un fundamento objetivista. La dialéctica de la interacciónentre necesidades de otra historia y capacidades para edificarla está en curso. Pero impulsarlaexige rebasar todo determinismo histórico.

Ni el neofascismo o, incluso, el neokeynesianismo como formas de la mundialización capitalista,pero tampoco el derrumbe del capitalismo y la transición postcapitalista son destino ineluctable.Más bien, la historia del siglo XXI constituye un complejo proceso abierto en el que su desenlaceestá por definirse, en función del impacto de la acción o la inacción de la sociedad planetaria en la

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doble encrucijada yuxtapuesta de nuestra era. La encrucijada en la que combaten entre sí latendencia neofascista y la tendencia neokeynesiana se entrecruza con la encrucijada en la que seenfrentan la tendencia por reconfigurar la mundialización capitalista y la tendencia transcapitalistahacia una modernidad alternativa.

Estos tiempos de crisis son ineludiblemente tiempos de peligro, pero también constituyen tiemposde apertura de oportunidades inéditas. La historia nos convoca a inventar el ejercicio de formasinéditas de soberanía.

Notas:

1 Elmar Altvater ha demostrado que, lejos de traer consigo el equilibrio económico y hastaecológico, los vaivenes de la tasa de interés en la economía mundial han activado un complejo"mecanismo de retroacción" [positive feedback mechanism] que, a través del "efectoantiecológico de la deuda", interconecta la crisis económica con la crisis ambiental. Ya que,buscando contrarrestar su crisis económica los países de las periferias de la economía mundialadquirieron y acrecentaron una deuda externa que los ha conducido a depredar cada vez más susrecursos naturales para producir los recursos económicos que les permita cubrir el servicio de ladeuda, lo que los ha hecho ingresar a un círculo en el que la crisis ecológica activada comopresunto mecanismo de contratendencia ante la crisis económica, no puede terminar más queagudizando ésta, justo porque al depredar sus recursos naturales para transferir sus ventajas alcapital exterior estos países arruinan la plataforma natural de sus sistemas económicos. Articulando, así, dos crisis que lejos de resolverse se entrecruzan, a la vez que recíprocamente secomplejizan. Con base en esta fundamentación Altvater pulveriza la ilusión de las reglas deHotelling que conciben la tasa de interés como fuerza generadora de equilibrio ambiental. Véasemi traducción de "Hacia una crítica ecológica de la economía política" (primera parte), MundoSiglo XXI no. 1, CIECAS, IPN, verano 2005, pp. 9-12.

2Teoría crítica, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 2003, 245-251.

3 Immanuel Wallerstein, "El colapso del liberalismo" en Después del liberalismo, Siglo XXI,México, 1996.

4Bolívar Echeverría, "Violencia y modernidad", ensayo contenido en Valor de uso y utopía, SigloXXI, México, 1998, p. 117.

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5 Carl Amery, Auschwitz, ¿comienza el siglo XXI? Hitler como precursor, FCE, México, 2002.

6 Bolívar Echeverría, op. cit., pp. 100-105.

7 Deterring democracy -una expresión que cabe traducir como "democracia disuasiva" más que como "democracia refrenada"- es el término con el que alguien como Noam Chomsky describeeste proceso histórico para dar cuenta de cómo la implementación de procesos electorales se trastoca para rotar el gobierno entre diferentes grupos de la clase política funcionales al poderempresarial, de modo que, a la nación se le concede el derecho electoral a cambio de disuadirla de intervenir en toda toma decisión efectiva respecto del rumbo económico-político del Estado. Deterring democracy , Hill & Wang, USA, 1992.

8 No es históricamente nuevo que existiendo la capacidad económica para vencer el hambre, sele reinstale de modo artificial. La tragedia de este dolor implementado como arma de controlpolítico se padeció en África, en Asia y también en América Latina, en especial, en las últimas dosdécadas del siglo pasado. Lo nuevo consiste en que el cinismo histórico como forma del poderplanetario le permitió al capitalismo dotarse de mecanismos de agresivo arrebato de riqueza a lasnaciones a través del encarecimiento artificial de los alimentos impuesto por la monopolización node su existencia presente sino futura mediante las commodities. Este es el detonante -no el boomde los agrocombustibles, ni el ascenso de la demanda china e hindú o el oleaje de sequías- de lacrisis alimentaria mundial del siglo XXI. Sobre el hambre al fin del siglo XX, véase Acción contra elHambre, Geopolítica del hambre. Cuando el hambre es un arma, Icaria, Barcelona, 1999.

9Explorando el entrecruzamiento e interrelación de la crisis financiera con la crisis alimentariadentro de la crisis mundial contemporánea y el alza de los precios internacionales de los alimentosen 2010-2011 como la 2ª etapa de un proceso cuya 1ª etapa se desplegó con el alza en 2008,Blanca Rubio elaboró el ensayo "La nueva fase de la crisis alimentaria mundial", Mundo Siglo XXI no. 24, CIECAS-IPN, México, 2011.

10 UN-Habitat, The Challenge of Slums, Global Report on Human Settlements 2003, Earthscan Publication Ltd, UK/USA. Texto que tiene un documento complementario, Slums of the World: The face of urban poverty in the new millennium?, New York, 2003.

11 The Challenge of Slums, pp. 40-41.

12He conceptualizado la articulación de la derrota del doble monopolio defensivo ejercido por elex Tercer y el Ex Segundo Mundos, sobre su fuerza de trabajo nacional y sus reservas de recursosnaturales estratégicos, con la configuración cínica de la cuarta revolución tecnológica y del Estado,caracterizándola como el triple fundamento de la mundialización de la pobreza desde "Elflorecimiento humano como mirador iconoclasta ante la mundialización de la pobreza", Desacatos no. 23, CIESAS/Occidente, México, enero-abril 2007, pp. 106-114.

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13 The Challenge of Slums, p. XXIX.

14 Op. cit, p. VI.

15 Op. cit, p. XXV.

16The End of the Third World , Harmondsworth, Middx, UK, Penguin, 1987.

17 Manuel Castells, La era de la información, Vol. III, Siglo XXI, México, 1999, cap. 2. Aunquesugerente porque asume el reconocimiento de que, una vez sucedido el derrumbe de la Unión Soviética, el desdoblamiento del mundo en tres mundos ya no responde a nuestra época, la nocióndel "fin del tercer mundo" -que Castells retoma de Harris- introduce la ilusión de que su derrumbedesactiva las relaciones de poder centro-periferia y, por tanto, que asistimos a un proceso históricode "nivelación de oportunidades económicas". Por eso, problematizando su conceptualización parademostrar que, lejos de su desactivamiento, más bien, sucede el apuntalamiento histórico de lasrelaciones de poder centro-periferia, Giovanni Arrighi y Beverly Silver prefieren hablar de la"extraña muerte del tercer mundo". Véase mi traducción de su ensayo "Trabajadores del Norte ydel Sur", revista eseconomía no. 5, ESE/IPN, México, 2005.

18 EU, Rusia, Francia, Reino Unido y China están reconocidos como Estados "nuclearmentearmados" por el Tratado de No Proliferación Nuclear -que es un tratado diseñado no para garantizar la paz mundial, sino el monopolio de las armas atómicas en beneficio unilateral deciertas potencias-. Pero también han realizado pruebas con este tipo de armas India, Pakistán yCorea del Norte. Lo que no agota la lista de quienes cuentan con capacidad nuclear, puesto queCanadá, España, Japón, Lituania, Noruega y Países Bajos, con la forma de tecnología productiva,tienen una capacidad nuclear desde la que pueden desarrollar tecnología militar atómica. Hay quesumar a Brasil, Sudáfrica, Australia, Egipto, Libia, Polonia, Rumania, Corea del Sur, Suecia, Suiza, Taiwán y Argentina porque son Estados que han contado con armas nucleares o con programaspara desarrollarlas, es decir, que tienen a su alcance por lo menos el camino para generarlas.Alemania, que esta clasificada oficialmente como Estado no nuclear, es un caso especial, porqueproduce ojivas nucleares para Francia y también le vende a Israel, que es el Estado más armadonuclearmente en Medio Oriente y que recibe aprovisionamiento de EU. Como puede verse, en sufondo, delicada e inestable, la situación geopolítica del siglo XXI revela que ningún país está almargen de los peligros que acarrea la proliferación de armas nucleares sobre el orbe.

19A partir de la invención de las mininukes -un nuevo tipo de armas atómicas clasificadas comotácticas debido a que al explotar impactan en un radio inmediato de acción equivalente a un tercio de la lanzada en Hiroshima-, sucedió una reclasificación de la tecnología militar atómica que,haciendo a un lado su status de armas de última instancia, autorizó su uso en guerras convencionales, presuntamente, porque con ellas se puede dirigir su efecto hacia blancosselectivos sin dañar ciudades enteras y poblaciones inocentes. Lo que es completamente falso, ya

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que, las mininukes tienen una capacidad mayor de devastación a las bombas lanzadas deHiroshima. Michel Chossudovsky ha analizado la Nueva Doctrina Nuclear de EU y las posiciones deAlemania, Francia e Israel frente al insistente proyecto del Pentágono de estrenar las mininukesen una guerra contra Irán. Véase mi traducción de su ensayo "Los peligros de la guerra nuclear enMedio Oriente" en Mundo Siglo XXI no. 8, CIECAS, IPN, México, 2007, pp. 5-16.

20 La venganza de la Tierra, Planeta, México, 2007.

21Cuestionando lo lejos que han llegado los efectos destructivos desatados por el neoliberalismoal compararlos con las perturbaciones provocadas por las dos guerras mundiales y la gran depresión del siglo pasado, Nicholas Stern -el economista al cual el gobierno británico encargórealizar un estudio pormenorizado de la crisis ambiental y su impacto en la economía mundial- explícitamente planteó que "el cambio climático es el mayor y más generalizado fracaso delmercado jamás visto en el mundo". Proyectándose como uno de los pioneros de lo que cabedenominar neokeynesianismo ambientalista, y dejando atrás la evasiva adjudicación del cambioclimático a presuntos procesos naturales al dar cuenta de su inocultable fuente causal en lasactividades industriales, Stern calculó que mientras los daños del cambio climático generaránpérdidas que van a oscilar entre el 5 y hasta el 20% del PIB mundial anual, aplicar una estrategiade estabilización de los gases invernadero sólo exigiría un gasto constante en medidasambientalistas del 1% de ese PIB. Por asumir como objetivo reducir en un 25% la emisión actualglobal de CO2 para mediados del siglo XXI, su propuesta fue más allá del Protocolo de Kyoto. ElInforme Stern, Paidós, España, 2007.

22 Michael Klare analizó los peligros y las consecuencias de la dependencia de EU del petróleo,mostrando que, compensar el agotamiento de sus propios pozos, lo llevaría a buscar asegurar su aprovisionamiento desde zonas crónicamente inestables y diáfanamente antiamericanas -como elgolfo Pérsico y el mar Caspio-, por lo que el aferramiento al patrón fosilista acarrearía crecientesimplicaciones militares. Petróleo y sangre, Tendencias Editores, Barcelona, 2006. Por mi parte, en polémica con André Gorz, construí mi versión del concepto tecnofascismo mostrando el modo enque el aferramiento al patrón fosilista agudizando la crisis ambiental mundializada conduce a un amplio abanico de confrontaciones internacionales y guerras civiles por la disputa de los recursosnaturales vitales y estratégicos en "La crisis ambiental mundializada y sus disyuntivas", Mundo Siglo XXI no. 3, México, CIECAS/IPN, Invierno 2005-2006.

23 El Informe sobre desarrollo mundial 1990 del Banco Mundial constituye una excelentecoordenada de periodización del surgimiento de la mundialización de la pobreza porque se tratade la primera vez que un organismo internacional asume la pobreza mundial como un problemaestratégico del capitalismo. La línea cínica de pobreza del Banco Mundial, 1 dlr. diario, queequivale a la adquisición de alimentos crudos, lo que quiere decir que si no se cuenta concapacidad ni para adquirir éstos lo que sigue es la muerte, revela que, sin reducirse a escamotearla auténtica magnitud de la pobreza mundial, con ella lo que se indaga es la ubicación de aquellospuntos geográficos de la economía mundial donde existen grupos sociales colocados en una radical situación límite, en la cual el peligro de muerte genera potenciales focos de estallidopolítico. En este sentido, si el capitalismo cínico implementa sistemáticamente programas de combate a la pobreza es porque, sin tener como objetivo superarla, más bien, funcionan comoprogramas de combate contra los pobres, esto es, como programas de contenciónpolítico-estratégica.

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24 El Informe del Club de Roma, Los límites del crecimiento, aunque con una plataforma giratoriaque adjudica al crecimiento y no a la modernidad capitalista el fundamento histórico de la crisis ambiental mundializada, constituye una excelente coordenada para periodizar el origen de lamisma justo porque se trata de la primera vez que un organismo privado de científicos, políticos y empresarios, a partir de demostrar su existencia, intenta calcular la tendencia a la devastaciónecológica global desde el siglo XX hacia mediados del siglo XXI.

25Miserias del presente, riqueza de lo posible, Paidós, Barcelona, 2003.

26 "La abolición de la pobreza infantil y el derecho a la seguridad social: ¿un modelo posiblepara la ONU de beneficio a los niños?" fue la última publicación de Peter Townsend vivo. Quiendirectamente agradeció la traducción que realizamos en Mundo sigo XXI no.15, CIECAS, IPN,México, 2008-2009, pp. 5-22. Sirva esta mención como homenaje póstumo a este destacadoinvestigador de la Universidad de Bristol y la London School of Economics, de tan prolífica contribución para el debate mundial sobre pobreza.

27 En la historia del marxismo clásico es Rosa Luxemburgo quien mejor ha descifrado ladialéctica de la relación que puede llegar a integrarse entre la lucha por la autodeterminaciónnacional y la lucha por la autodeterminación internacional, demostrando que, lejos de serantinómica su relación, perfectamente podría insertarse dentro de una estrategia anticapitalista.Sobre esta dialéctica véase el prólogo de Bolívar Echeverría a las Rosa Luxemburgo ObrasEscogidas , T. II, Era, México, 1981, pp. 17-23.

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