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    La cuestin de la autora del

    Dilogo de los oradoresde Tcito

    LATIN VIII JAUME NAVARRO GARCA

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    INTRODUCCIN

    En este breve y conciso trabajo vamos a hablar sobre la problemtica de laautora delDilogo de los oradores,que la tradicin ha asignado al autor que hemostraducido en clase durante todo el cuatrimestre, Tcito, y cuya autora resulta paramuchos ms que sospechosa. Son muchos los que han estado a favor o en contra en estacuestin y nosotros, tanto por nuestro escaso estudio sobre esta materia como por el

    breve tiempo que hemos podido dedicar a este tema, no podremos determinar sipertenece a Tcito o a otro autor, pero queremos intentar sacar algunas conclusionesmediante el estudio y la comparacin de distintos textos y centrndonos, sobretodo, enesta obra.

    As pues, a modo de introduccin, podramos hablar de la divisin deopiniones que ha causado siempre esta obra ya que, en todos los manuscritos quehemos conservado, est atribuida a Tcito pero muchos piensan y no sin criterio- que,por razones lingsticas a la hora de compararla con sus otras dos obras menores, nopertenece realmente a l.

    En el plano del contenido, vemos que es significativa la relacin que se estableceentre la estabilidad de la sociedad y la calidad de la elocuencia, estando directamenteproporcionada la mala oratoria con periodos de paz y la excelente elocuencia con losperiodos de inestabilidad social y poltica.

    Pero centrndonos directamente en el dialogo, queremos hacer un breveresumen comentando algunos aspectos que nos han parecido destacables dentro de laobra y que perfectamente podran aplicarse al mundo de hoy.

    Antes de entrar en materia, queremos tambin hacer una breve introduccin alos interlocutores que en el dialogo mismo intervienen, haciendo una mencin que nopodemos pasar por alto, que es la presencia de una laguna de texto de especialimportancia ya que se cree que en esta misma se ha perdido la intervencin de uno delos interlocutores. As, los personajes que aparecen en la obra son Curiacio Materno,

    Marco Apro, Julio Secundo, Vipsiano Mesala, un grupo de oradores que se renen apropsito delCatnde Materno y debaten sobre las causas de la decadencia de laoratoria, pero no es este el nico tema que vamos a ver en este dialogo, ya que tambinse abordarn temas de importancia literaria tales como las relaciones entre la poesa yla oratoria y una comparacin entre los oradores antiguos y los oradores modernos.

    As, entrando directamente en materia, es una obra que esta dedicada a JustoFabio, que es el destinatario de la obra ya que hay una referencia directa a l, quepregunta cul es la causa misma de la decadencia de la oratoria en su propia pocateniendo en cuenta la cantidad y la calidad de la elocuencia en los siglos anteriores, a lo

    que el autor responde que no sabra cual sera la causa real pero que puede hacer

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    memoria, ya que hombres ms dignos para esta cuestin mantuvieron unaconversacin sobre este mismo tema cuando l era mucho ms joven.

    Son Marco Apro y Julio Secundo quienes van a visitar a Curiacio Materno a su

    propia casa tras haber estrenado elCatn,para advertirle sobre las habladuras de lasgentes y los peligros que puede tener seguir escribiendo tragedias como esas, a lo queresponde que l no va a dejar de escribir obras literarias. Apro, sorprendido, lepregunta si de verdad va a dejar de un lado la actividad del foro y los discursos

    judiciales por escribir tragedias, a lo que le responde que no le sorprende esto pero queno le har ningn caso, ya que considera micho ms digno y lustroso escribir tragediasantes que escribir acusaciones o defensas para las causas judiciales.

    RELACIN ELOCUENCIA-FAMA

    Comienza aqu la primera larga intervencin de Apro, en la que hace una tmidacomparacin entre la oratoria y la poesa y aade los beneficios que la primera otorgadentro de la ciudad de Roma y no solo en Roma, sino en todo el imperio cuando tuhabilidad como orador es ms que destacable-. As, Apro acusa a Materno de haberdejado de lado la oratoria para dedicarse a la composicin de versos, siendo la oratoria,segn l, una tarea incomparable a otra ya que gracias a esta se puede adquirir en laciudad fama, aunque no solo por esto ya que dice de la elocuencia que es una labor quetiene eficacia utilitaria, da prestigio y adems pues dar auxilio y proteccin a unomismo como a terceros ya que es un arma de ataque y de defensa.

    Alude tambin al placer que reporta la elocuencia: tener siempre la casaconcurrida de personalidades importantes, levantar un murmullo cuando paseas por laciudad o el silencio que se produce cuando vas a hablar. Adems, tambin hacereferencia a la cualidad de la improvisacin, temeraria, atractiva y audaz a la vez.Alude, ahora, a las magistraturas tambin, ya que dice que fue ms feliz el da que ganun juicio en comparacin con el da en el que adquiri su primera magistratura.Tambin ejemplifica para demostrar la universalidad de esta elocuencia, que puede seraccesible a todos y todos, sea cual sea su origen, pueden acceder a los puestos mshonorables de la ciudad, haciendo referencia a Eprio Marcelo y Crisipio Vibio

    COMPARACIN POESIA-ORATORIA

    Introduce ahora la poesa que, segn l, ni proporciona dignidad ni bienesmateriales. Adems, tiene un placer efmero y no es tan agradecida como la oratoria.Dice que tras el esfuerzo de escribir un libro, adems de no salirle gratis el hecho depresentarlo ante un auditorio, que suelen ser conocidos a los que ruega asistir, susfrutos no son duraderos ni se obtiene clientela o amistad ni gratitud. Tambin critica el

    hecho de que los poetas tienen que apartarse de la ciudad si quieren conseguir algo devalor, aludiendo tambin que ni la buena reputacin ni la fama acompaa de igual

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    forma a los poetas que a los oradores ya que a los poetas de poca monta no se lesconoce ni siquiera en la ciudad, cosa que s pasa con los oradores de fama msreducida.

    Como autodefensa, dice que l considera digna cualquier forma de literatura, yacepta su funcin, pero lo que critica es que el propio Materno, que es un grandsimoorador, prefiere desviar sus escritos hacia la poesa y no hacia el foro. Eso es lo que msle molesta, y le anima a volver al foro en vez de perder el tiempo en el teatro o en lassalas de lecturas. Adems tambin le advierte que con ese tipo de lecturas se est

    buscando enemigos ms poderosos que l y que no carece de peligro solo por escribirliteratura ya que esta puede ofender de la misma manera que ofenden algunosdiscursos

    Responde ahora Materno a lo que ha odo de Apro punto por punto y le dice

    que le ha suavizado la situacin al defender la postura que defiende, alegando quedebera reservarse la actividad potica a aquellos que no estn capacitados paradefender los litigios del foro, pero l considera que la fama que ha adquirido ha sidomayor gracias a sus versos que a sus discursos y que adems no echa de menos el trajndel foro y de las clientelas. Hace referencia tambin a los ambientes en los que secompone y le dice que esos paisajes que ha mencionado para la composicin de versosson los que ms alejados estn de las corruptelas yla elocuencia lucrativa y sanguinaria, ydice tambin que son los lugares ms puros y sin maldad para tal fin, introduciendode una forma muy sutilaquel afortunado sigloen el que no eran necesarios los oradores,cuando los vates y en fin ultimo los poetas eran los ms reputados dentro de la

    sociedad y que nadie tena un puesto ms elevado que ellos, alegando tambin que estose ve en la posteridad, poniendo como ejemplo a Homero, cuya fama no es menor quela de Demstenes o Eurpides y Sfocles comparndolos con Lisias e Hiprides,poniendo tambin ejemplos latinos, mencionando a dos de los mejores autores de laliteratura latina, Virgilio y Cicern.

    CALIDAD DE VIDA

    Hace referencia tambin los tipos de vida de cada autor, alegando que es muchoms afortunada, prspera y tranquila la de los poetas en comparacin con la de losoradores. Tambin ejemplifica con dos autores coetneos, Secundo Pomponio y AfroDomicio, dndole la vuelta a la situacin que ha planteado antes con Crispo y Marcelo,cuya suerte no es tan afortunada como quiere venderla ya que todo su poder en ltimainstancia est subyugado a las decisiones de un tercero, lo que comporta una claracrtica a la sociedad que viven en ese momento.

    Y en lo que se refiere a l, considera que ahora est mejor que nunca, alejado depreocupaciones y angustias y de la obligacin de hacer algo que no le gusta, que iba

    contra su voluntad, haciendo referencia, seguramente, a un groso nmero de oradores

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    que no estaran de acuerdo con todo aquello pero que seguan viviendo de la oratoriaporque era su nico medio para la subsistencia.

    Entra ahora en la conversacin Vipsiano Mesala y se incorpora tambin a la

    pequea discusin, admirando que ellos mismos estn debatiendo sobre un tema tanimportante y la vez difcil, practicando su talento diciendo que adems de ejercitar elintelecto es un respetable pasatiempo tanto para los que hablan como para los quetienen la oportunidad de or.

    Apro, por su parte, no est dispuesto a permitir que la poca presente seacondenada por esa conspiracin de sus contertulios, mostrando un desacuerdo total eneste tema y tambin en la catalogacin de antiguos alegando que solo distan 300aos desde esa poca a la de Demstenes y que en comparacin con la antigedad delmundo es un mero suspiro

    CATALOGACIN DE ORADORES Y NECESIDAD DE

    CAMBIO

    Comienza ahora una catalogacin de un gran nmero de oradores latinos de losque se dicen que son desagradables, toscos y sin pulir pero diciendo que lacatalogacin de bueno o malo tampoco viene determinada a lo largo de la historia sinoque con el cambio de tiempo tambin cambian las formas y los gneros de la oratoria,

    comparando distintos autores, alegando tambin que lo que es distinto no esnecesariamente peor y que es un error tremendo que cometemos los humanos enalabar lo antiguo en contraposicin con lo actual. As, sigue su plan enfrentndose aaquellos que son arcaizantes y que dicen que es Casio el culpable de apartarse de laoratoria tradicional, pero l dice que es una adaptacin lo que hizo y que vio que laforma del discurso haba que cambiarla e igualarla a la situacin histrica ya que elauditorio haba cambiado por lo que haba que elegir nuevos y escogidos caminos parala elocuencia porque haban cambiado incluso los jueces, que actaban mas por lafuerza de su cargo que por las leyes.

    CAMBIO EN LA EDUCACIN

    Sigue en esta lnea del cambio, aludiendo que desde el juez hasta el publicohaban cambiado, que no dejaban terminar al orador cuando el discurso no tiene la

    belleza a la que se haban acostumbrado y que esto es un problema de la sociedad,alegando tambin que los jvenes que se estn formando en la oratoria estn siendoeducados de manera distinta a la que se educaba en la antigedad, y que se mira msque el discurso este dotado de la belleza de los poetas que de la rudeza y la verdad delos oradores antiguos.

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    Sigue haciendo referencia a distintos oradores, demostrando lo peor y lo mejorde cada uno de ellos hasta que llega a Cicern, del que dice que tuvo la mismadiscusin que estn teniendo ellos en ese momento. Le reconoce el hecho de pulir eldiscurso y darle un vocabulario mucho ms cuidado y seleccionado que sus

    predecesores y tener mayor tcnica a la hora de la composicin. Tambin le reconoce 2etapas diferenciadas en su obra, aquellas que son mslentas en los exordios, premioso enlas narraciones, prolijo en las digresionesy aquellas que son ms fluidas y elaboradas, lasposteriores, en las que mediante la prctica haba conseguido un estilo casi perfectopara la oratoria. A propsito de Cicern, reconoce que el orador no solo ha de tener laverdad y la austeridad en sus discursos, sino que tambin tiene que saber dotarlos deelegancia y de las palabras adecuadas para cada momento.

    Dice ahora Materno que no est yendo por donde quieren ir, que es averiguarlas causas de la decadencia de la oratoria, a lo que contesta Mesala que Cicern

    aventaj a todos los anteriores y posteriores, que no ha habido nadie como l pero querealmente todos muestran semejanzas en las intenciones aunque cada uno tiene unosrasgos ms o menos identificables con talentos diferentes. Se hace referencia tambin alhecho de las crticas que se dan entre unos y otros oradores, alegando que no esexclusivo de la elocuencia ya que otros autores de otros gneros literarios tambin lohacen, as que se limita al plano humano, se dice que es una cualidad que los humanosposeemos.

    Sigue haciendo referencia a distintos autores y sigue comparndolos con losactuales, de los que dice que no es de oradores ese estilo y sigue empeado en

    enumerar uno por uno los oradores que ha habido para dejar de manifiesto cundo ydnde la oratoria ha sufrido una decadencia abismal en comparacin con los autoresposteriores, a lo que sus interlocutores le responden que desista en su empeo y secentre en lo que quieren saber, las causas de la decadencia

    EL CAMBIO DE LA SOCIEDAD Y DE LA EDUCACIN

    Es ahora cuando ya por fin, Mesala entra en razn y comienza alegando que

    esta decadencia se ha dado por el poco mpetu de los jvenes, la irresponsabilidad delos padres, la ignorancia de los maestros y el olvido de losmores maiorumpor una parteimportante de la sociedad.

    Comienza argumentando el poco mpetu de los jvenes aunado a lairresponsabilidad de los padres ya que dice que la educacin ha cambiado mucho.Mientras que antao la educacin era implantada por la madre durante los primerosaos de vida del muchacho, esta no le permita nada al muchacho que pudiera serimpdico o grosero. Esta educacin era as de rgida para que los hijos llegasen a serpersonajes de primera fila, bien educados y pudieran lanzarse al estudio de las artes

    nobles con una base suficientemente grande de educacin. Pero en cambio ahora elnio se entrega a varios esclavos entre los que lo impdico y lo inmoral est

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    constantemente representado y los padres no se preocupan por que sus hijos sigan uncamino educativo recto sino que encima les ren las gracias, tambin los niosaprenden rpidamente los vicios menos educativos de la ciudad de Roma, tales comoel teatro y los caballos, sin preocuparse siquiera de otras actividades ms formativas.

    Esta crtica es extrapolable a cualquier etapa y a cualquier poca de la historia ya que,por lo menos en lo que a m me concierne, considero que la educacin que he recibidoha sido mucho ms dura que la que veo ahora mismo con los nios, mucho msflexible y mucho ms permisiva. Evidentemente, la educacin que yo he recibidoparecer flexible a personas ms mayores que yo, lo que resulta algo irnico.

    Alega por otra parte, que se busca a los que llaman retricos y con eso creenque es suficiente, pero con esa educacin, bajo su punto de vista, no basta. Aludetambin ahora a Cicern, cuya educacin fue exquisita tanto en derecho, como enfilosofa, como todos los conocimientos que pudiera abarcar en Grecia y Asia, as que

    Cicern nos lo presenta como alguien bien formado en todas las artes liberales, hechoque contribuy a que pudiera ser un grandsimo orador adems de un personaje de unsaber enciclopdico, hecho que contribuy a que fuera el orador ms importante de laliteratura latina ya que dice tambin que todo lo que sepa el orador lo podr usar tantopara la elaboracin sus discursos como para ganarse el beneplcito del juez o de losoyentes. Le da muchos recursos al orador estar formado en otras artes a la hora decomponer y poder llevar a su auditorio hacia donde el mismo quiera que llegue.

    Esto dice que ya no interesa en la poca actual, que este aspecto de la educacinest descuidado por los educadores de esa poca ya que se resume a unos conceptos

    breves. Dice que esta es la causa principal de la decadencia de la oratoria y que adems,hay mas causas graves que han hecho de la oratoria un arte corrupto y decadente

    Hace referencia tambin al proceso mismo de la educacin, que se limita a unainstruccin terico-prctica al mismo tiempo, cuando no debera ser as, sino quedebera ser una instruccin terica para despus aplicarlo a la prctica. Ejemplificaahora con la formacin de los antiguos oradores, quienes siendo jvenes eran llevadosa algn orador destacable desde muy jvenes, introducindose as en los crculos msimportantes de la ciudad, y les acompaaban a todas sus situaciones, juicios y disputasen las que los jvenes adquiran una prctica y experiencia desde bien temprano,

    adems de ser reconocidos una vez que decidan andar el camino en solitario.Conocan a todos los abogados de su poca y ya se haban quedado totalmenteimpregnados por la oratoria. As, dice, tendran preceptor y auditorio ya que segn dice,la fama en la oratoria se adquiere por los bancos contrarios y no por los propios.Defiende este tipo de educacin por la prctica que ve desarrollar por parte de supreceptor y por la teora que aprende sin estar necesariamente en la escuela.

    Pero en cambio ahora a los muchachos se les lleva a las escuelas de retricos,lugares que se consideran poco respetables en los que son los nios los que hablan y losque contestan, los que juzgan y los que son juzgados con temas que poco sirven para el

    derecho real, para las causas que se debaten realmente en el senado. Este problema meparece que tambin es extrapolable a cualquier poca de la historia ya que muchos

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    estudiantes consideramos que gran parte de la formacin acadmica que recibimoshasta entrar en la universidad es una educacin arbitraria que se ha establecido comouna formacin bsica y elemental y de la que muy poco nos sirve, en su gran mayora,una vez hemos abandonado la vida acadmica. Creo que debera revisarse la educacin

    que hoy por hoy se imparte en las aulas de los institutos sobretodo, cuyos resultadosson muy insatisfactorios tanto para el personal docente como para el alumnado.Deberan adaptarse las materias y ensear cosas que realmente sirvieran para la vidareal.

    STATUS SOCIAL Y ELOCUENCIA

    Es en este punto del dialogo en el que se nos presenta la laguna que

    consideramos bastante importante ya que se habra perdido toda la intervencin deuno de los interlocutores, pero retoma el dialogo con una contribucin de la clasepoltica a esta decadencia oratoria, ya que en una situacin poltica de turbulencia y sinpaz se conseguan mayores logros en la elocuencia. Sigue diciendo que con laelocuencia, cuanto mejor hablaba mejores cargos podra obtener desempear ya queestaban convencidos que la elocuencia siempre estaba unida al poder, la fama y lasinfluencias en la ciudad de roma. En el senado haba que expresar las opiniones confundamentos ya que se vea la elocuencia como un valor, un honor. Tambin alude a ladiferencia de los casos, ya que no era lo mismo hablar sobre temas de menorimportancia a hablar temas de importancia considerable, cosa que est directamenterelacionada con la calidad de la elocuencia, aludiendo que a mayor importancia, mayorser la fuerza de la elocuencia, pero defendiendo la postura de que es mucho mejor lapaz que la guerra pero que solo en la guerra se dan los mejores guerreros, haciendo unsimil con la oratoria, siendo en tiempo de turbulencia poltica cuando los mejoresoradores son formados y salen a la luz.

    INSTITUCIONES POLTICAS Y ELOCUENCIA

    Pasa ahora a hacer una pequea comparacin de los tribunales, antiguos ymodernos, diciendo de los antiguos ser menos adecuados pero con muchas mayoresatribuciones a la hora de defender o atacar mediante la elocuencia, hecho que refren elprncipe quien, bajo su punto de visto, ha domesticado la elocuencia.Pero los oradoresnecesitan un tiempo y un espacio que debe ser respetado para que la elocuencia no sevea afectada.

    Termina diciendo que la elocuencia no es algo relajado y tranquilo, al contrario,ya que podas ser acusado incluso por toda la ciudad cuando se enlaza en una sociedad

    realmente libre, alegando que en aquellos pueblos en los que no existe una libertad,

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    sino que el poder en ltima instancia recae en un solo personaje, no hay una elocuenciamnima o simplemente no existe porque no es necesaria.

    Alude finalmente a la ciudad de Roma, de la que dice que aun no ha alcanzado

    su estructura ideal ya que la oratoria de ese momento sigue existiendo con un fin, el dedefender o atacar las faltas, pero que si en esa ciudad nadie cometiera faltas, la oratoriaseria totalmente innecesaria.

    CONCLUSIONES

    Tras una lectura muy atenta y un estudio a fondo de cada uno de los temas quese tratan en este dialogo, nos damos cuenta de que no estamos ante una obracualquiera ya que en ella se tratan una gran variedad de temas que estn todos ms omenos relacionados con el fin ltimo de averiguar cules son las causas de la

    decadencia de la oratoria una vez que se ha establecido el Imperio romano.

    Vemos as que tiene una estructura muy compleja y desequilibrada y queadems la laguna textual que nos encontramos entre el final del captulo 35 y elprincipio del 36 no colabora a establecer una lnea principal en el dialogo.

    Vemos que en el dilogo se deja entrever una breve historia de la oratoria ytambin una breve historia de la educacin, tratado en dos puntos diferentes de lanarracin y por personajes distintos. Se enlaza la decadencia de la educacin con ladecadencia de la oratoria, algo que est directamente relacionado porque una es

    consecuencia de la otra, pero tambin se alude en constantes ocasiones a la decadenciade la riqueza cultural y la riqueza social del pueblo en general, algo que tambin estrelacionado directamente con la perdida de las libertades que supuso el rgimenimperial.

    Tambin se nos viene a la cabeza una pregunta: Por qu Materno no quiereseguir escribiendo oratoria? Puede parecer obvio ya que quiz lo nico que quera erauna tranquilidad de vida, pero Apro aparece claramente en contradiccin ya que latranquilidad econmica le vendra dada de la oratoria, as como la tranquilidad socialal no ofender a las clases ms influyentes del Imperio, y que la prueba ms clara para

    esto es elCatnque ha escrito y que tanto ha escaldado a determinados sectores de lapoblacin. Materno tambin deja entrever, aunque no lo dice de forma clara, que lohace para evitar tambin las envidias que puede levantar en la poblacin la fama y lagloria de la oratoria.

    As, nos parece razonable aceptar que es Materno la figura en la que se encarnanuestro supuesto autor, Tcito, que abandon la oratoria para dedicarse ntegramente ala composicin de la historiografa ya que sin libertad no se puede discernir le bien yel mal pero la historia nos ensea los comportamientos correctos dando losexempla,algo que no se puede hacer mediante la poesa, algo que nos da la idea de que Tcito,

    as como Herdoto hiciera y tambin Tucdides, le habla a la posteridad para queaprenda qu, cmo, cundo y por qu haba pasado todo lo que ha pasado.

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    Cambiando de tercio, tambin nos parece considerable la parte del dialogo quese dedica a la decadencia de la educacin, que supondra una crtica total a la sociedadcontempornea, tanto a los educadores como a las madres. No se produca esatransmisin de valores de padres a hijos sino que los valores que aprenden los hijos son

    aquellos que tuvieran los esclavos, que serian necesariamente peores bajo los ojos delos interlocutores de nuestro dilogo.

    As aunamos en una misma amalgama la decadencia de la educacin y de laoratoria, aadiendo adems el hecho del cambio del proceso del juicio, cuyatransformacin haba venido a propsito del establecimiento del imperio. Es ahoracuando los jueces ya no quieren los grandes discursos altaneros que se habanproducido en pocas anteriores sino que lo nico que importan sern las pruebas quepuedan aportarse al proceso mismo.

    Vemos que es un dialogo que se enmarcara en un ambiente muy conservadorde la poca, en la que la critica a lo contemporneo es algo bastante evidente perotambin a aquellos aspectos pasados de lo que se habla. Se dan los puntos de vista y lasopiniones de cada uno, qu sera lo que cambiara cada uno y cul sera su modeloperfecto.

    Por otra parte, la cuestin de la autora es un tema que se nos queda grandepara poder determinar una u otra cosa, pero bajo mi punto de vista, habiendo visto loque hemos traducido de Tcito, la temtica de este dialogo y la lectura complementariadel profesor Ballester, adems de lo que pudimos hablar en clase, creo que no pertenece

    a Tcito este dilogo. El profesor Ballester en su artculo tampoco nos da una respuestaclara sobre qu es lo que piensa l, pero as como Tcito hace susAnnales, nos da laspistas que quiere darnos para hacernos pensar lo que l quiere que pensemos.Considero, desde mi ignorancia sobre el tema, que podra ser de cualquier otro autorms o menos contemporneo, pero por el uso de la lengua y el uso de los trminos quepresenta el dilogo, perfectamente podra ser de Quintiliano.