La Dimensión Educadora de La Familia, Perspectiva Histórica

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FAMILIA Y EDUCACIÓN FAMILIAR EN LA GRECIA ANTIGUA JAVIER VERGARA (UNED 1. PERFIL SOCIOCULTURAL DE LA FAMILIA GRIEGA 1.1. Carácter dinámico Fijar un paradigma definido y acabado de cómo se entendió la educación familiar en la antigua cultura griega no resulta tarea fácil en la medida en que la concepción de la familia y su dimensión educadora se presentan como categorías dinámicas con interpretaciones y manifestaciones muy diversas. La Grecia de Homero y Hesíodo, impregnada de mitología y leyenda, trató sin demasiada reflexión antropológica una vida familiar que se sustanciaba sobremanera en las hazañas del mito y del héroe. La Grecia espartana abordó el tema desde 1

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Fijar un paradigma definido y acabado de cmo se ha entendido la educacin familiar en la antigua cultura griega no resulta tarea fcil en la medida que la concepcin de la familia y su dimensin educativa se presenta como una categora dinmica con inte

Familia y educacin familiar en la Grecia antiguaJavier Vergara (UNED1.Perfil sociocultural de la familia griega1.1.Carcter dinmico Fijar un paradigma definido y acabado de cmo se entendi la educacin familiar en la antigua cultura griega no resulta tarea fcil en la medida en que la concepcin de la familia y su dimensin educadora se presentan como categoras dinmicas con interpretaciones y manifestaciones muy diversas. La Grecia de Homero y Hesodo, impregnada de mitologa y leyenda, trat sin demasiada reflexin antropolgica una vida familiar que se sustanciaba sobremanera en las hazaas del mito y del hroe. La Grecia espartana abord el tema desde concepciones marcadamente estatistas que desligaron la vida familiar de cualquier referencia individual y personal. Slo la madurez intelectual de los maestros de la Atenas clsica: Jenofonte, Platn, Aristteles, etc., alentada por el deseo firme de fijar y explicar la ontologa de las realidades socioculturales, se atrevi a abordar una sistemtica de la familia desde el orden de la naturaleza. Un intento ms o menos logrado que alcanz su cnit a finales del siglo primero de nuestra era con el helenismo personalista de Plutarco. Corolario que, a modo de resumen, marc de forma relevante no slo la antigedad griega sino el devenir de buena parte de la cultura pedaggica y familiar de Occidente [Rovira Reich, 2012].1.2.Dimensin socionatural de la familiaEsta evolucin tuvo su punto de partida institucional en el okos o oika. Categora que para los griegos no se refera tanto al edificio material de la casa como a la relacin comunitaria o vida domstica en s [oikogneia], que consideraba a la persona en su dimensin privada o particular [bios idiotiks], frente a la vida pblica o social [bios politiks], ms igualitaria e impersonal [Mirn, 2005]. El okos era el primer entorno natural donde la persona tomaba conciencia de su realidad psquica y social [Jaeger, 2000, p. 435]. Una realidad que emanaba inexorablemente del impulso y de la necesidad primaria de perpetuacin y sociabilidad que todo hombre lleva consigo [koinona]. Platn dir al respecto que el objetivo primario y natural de toda persona es la generacin y educacin de los hijos [Leyes, 783 d-e]. Y Aristteles recalcar: La mejor manera de ver las cosas () es verlas en su desarrollo natural y desde su principio. En primer lugar, pues, la necesidad ha hecho aparearse a quienes no pueden existir el uno sin el otro, como son el varn y la mujer en orden a la generacin y esto no por eleccin deliberada, ya que en el hombre, no menos que en los dems animales y en las plantas, hay un deseo natural de dejar tras de s otro ser a su semejanza [Poltica, 1252a]. Tesis que no se reduca a un mero impulso biolgico. El hombre y la mujer cohabitan, no slo por causa de la procreacin, sino tambin para los dems fines de la vida; en efecto, desde un principio estn divididas sus funciones, y son diferentes las del hombre y las de la mujer, de modo que se complementan el uno al otro [tica a Nicmaco, VIII, 12, 1162a 16-24]. Para, ms adelante, concluir: la familia es la comunidad establecida por la naturaleza para la convivencia de todos los das [Poltica, 1252 b]. Ideas que refrendar Platn afirmando con vehemencia que la desvirtuacin de la familia o falta de cohesin entre ellas supona el comienzo de la disolucin de la Repblica y, por ende, de la sociedad [Repblica, 461 d]. 1.3.Identidad biolgicaA esta primera idea socionatural, los griegos ligaron otra no menos importante: el principio de identidad biolgica. En la Grecia clsica se era alguien en la medida que se perteneca a un origen [gene] [Perez-Jean, 2006], a una sangre [gnos], a una estirpe [genealoga]. Pensar en una educacin o realizacin ajena a la estirpe estaba fuera de lugar. El origen o consanguinidad era el smbolo de la vida, te anclaba en la existencia, te daba identidad de donacin genuina y te proporcionaba un determinado estatus [Xanthakou, 2006]. Homero dir al respecto: cada uno da la ley a sus hijos y a sus esposas [Odisea, IX, 114], Hesodo recalcar: lo primero de todo es la casa, la mujer y el buey labrador [Trabajos y los das, 405), por eso sin clan, sin ley, sin hogar nada se es [Homero, Iliada, IX, 63]. Lo importante era ser por nacimiento de alguien. [Iliada, XX, 106]. Un principio que estaba incluso por encima del matrimonio mismo. ste, aunque simbolizaba socialmente el inicio de la familia, estaba por debajo del alto sentido de la procedencia biolgica, que no se perda ni cuando la mujer era entregada como esposa. Revelador resulta el mensaje de Herdoto cuando comenta cmo una mujer decide abandonar a su esposo y a sus hijos para salvar de la muerte a su nico hermano. Cuando el rey le pregunt el sentido de tal proceder, respondi: mi padre y mi madre ya no viven, es imposible tener otro hermano, en cambio puedo tener otros maridos e hijos [Los nueve libros de la historia, III 119, 6].1.4.Preeminencia masculinaEn paralelo con la hegemona del linaje apareci una tercera caracterstica: la preeminencia del varn [anr/kyrios]. Para la cultura griega, el padre era el causante de la estirpe, dando lugar a una concepcin patrilineal de la familia. La esposa era slo el medio, el instrumento. La mitologa divina de la partognesis o nacimiento a partir de un dios que no necesita del otro sexo para procrear afianz esta idea. El ejemplo de Caos el primero de los dioses fue muy aleccionador pues al dar a luz por emanacin de su propia sangre a sus hijos Gea, Eros, Noche y Erebo abri el principio de la vida; en cambio, la diosa Noche, autoprocreando a Tanatos, dios de la muerte, y a Momo, dios de la burla, posibilit consecuencias nefastas para la vida humana que hicieron pensar que de la partognesis de las diosas slo se derivaba debilidad y catstrofe [Fernndez Garca, 2009, pp. 221-115]. Un mito que la biologa se encarg de afianzar y perpetuar otorgando a la mujer una posicin secundaria en relacin con el varn. Para la fisiologa tradicional, y para la griega en particular, el semen o semilla de la identidad biolgica se produca exclusivamente en el hombre, la mujer era un recipiente en el que el varn depositaba su germen como prstamo. No es la madre del que es llamado hijo dice Esquilo la engendradora, pues slo es nodriza del germen que es sembrado en ella: engendra aquel que fecunda, y ella, como una extraa para un extrao guarda el brote, si un dios no lo malogra para ellos [Tragedias, II, Eumnides, 658 ss.].1.5.Hijos legtimos A este planteamiento biolgico sigui la perpetuacin de la descendencia mediante hijos legtimos. Una exigencia de la que ningn griego segn Platn deba desentenderse [Repblica, V, 460b]. Se trataba incluso dice Aristteles de algo ms profundo y solidario: prestar un servicio pblico a la ciudad [Poltica, 1335b]. En cualquier caso, estbamos ante una necesidad sujeta a orden. Su punto de partida estaba en el matrimonio [gamos] y no fuera de l. Una categora que se asentaba en la relacin de un hombre y una mujer que se unan esencialmente para mantener, perpetuar y dar sentido a una estirpe o linaje. Algo dir Platn querido por los dioses [Leyes, 721 c, 783 d-e], sancionado por el acto institucional del matrimonio y reconocido por la ley. Triloga que sancionaba el fin primario de la familia: dotar de hijos legtimos a la oika y por extensin a la polis. Una finalidad que proclam toda la tradicin cultural griega, desde Jenofonte [Econmico, 7, 10-13] hasta Plutarco [Moralia, 144b] y que ratific la frmula matrimonial de Clstenes (508-7), donde expresamente se deca: te entrego a esta mujer como esposa para la cosecha de hijos legtimos [ddomi], y el pretendiente responda: la acepto [go] [Menandro, Samia, 895-898]. Desentenderse de ello no era propio del matrimonio ni de la mujer casada [Jenofonte, Ciropedia, 1, 4]; incluso, no poner todo el inters en la descendencia legtima se consideraba una afrenta a la estirpe y a la sociedad misma. El propio Platn propuso crear una comisin de mujeres, instalada en el templo de Ilicia diosa de la natalidad para inspeccionar el inters por la procreacin de hijos durante los diez primeros aos de matrimonio; si sta no exista, el matrimonio deba disolverse [Leyes, 784 b], aunque Aristteles negaba esta posibilidad [Poltica, XIV, 1334a].1.6.Posicin inferior de la mujerEn todo este proceso qu consecuencias se derivaron de una biologa de sesgo marcadamente andrgino? Si repasamos los textos de la Grecia clsica la conclusin es un misoginismo craso. Eurpides (480-406), en su teatro, proclamaba con irona: Oh Zeus! Por qu, pues, sacaste a la luz del sol a las mujeres, una calamidad ambigua para los hombres? Pues si a la raza mortal queras dar origen, no era necesario hacerla nacer de las mujeres. Bastaba con que los hombres depositaran en tus templos bien oro, bien hierro o una cantidad de bronce y compraran, cada uno en funcin del valor de su ofrenda, simiente de hijos [Hiplito, 616-668]. Platn, en la Repblica, aunque suaviz esa misoginia reconociendo que las dotes naturales estn similarmente distribuidas entre el hombre y la mujer, acab sucumbiendo al ambiente de su poca al afirmar que la mujer en todo era ms dbil que el hombre [Repblica, 455d]. Tesis que recalcar tambin Jenofonte afirmando: que la naturaleza femenina no resulta en nada inferior a la del varn, excepto en su carencia de juicio y fuerza fsica [Banquete, 2, 8]. Matiz que servir a Aristteles para excluir a la mujer de la excelencia moral y pblica por su falta de fuerza. A ella slo le cabe la esperanza de ser enseada por el hombre [Pol. 1252b6, 1255m, 1259b]. De modo que si alguno de vosotros tiene mujer dice Jenofonte que le ensee sin vacilar lo que en su trato quiere que ella sepa [Banquete, 2, 8].Estas diferencias, que esculpieron la identidad cultural griega durante siglos, remitieron con el helenismo del siglo I despus de Cristo, cuando Plutarco (46-120) pas a un segundo plano lo mtico, abstracto y terico de la tradicin en favor de una finalidad ms practica y moral de la existencia. Mucho tuvo que ver en ello la revisin que hizo del concepto mismo de virtud. Si para los clsicos sta se poda medir y objetivar en la fuerza del varn, para el sabio de Queronea se trataba de una praxis u obrar interior. Ya no estbamos ante una accin externa comparativa, ante un producto o poiesis que se pudiera medir u objetivar. Estbamos ante una relacin interior con el bien. Ante una categora que la mujer poda actualizar igual que el hombre por la fuerza singular de su voluntad. El siguiente texto es un fiel exponente de este nuevo sentir: sin duda, una mujer casada segn la legislacin es la tentacin ms invencible, si teniendo asignadas todas las responsabilidades (la dote, el linaje, las pcimas amorosas y el propio cinturn) lleva a cabo su afecto guiada por la moral y la virtud [Plutarco, Moralia, 141c].1.7.El matrimonioEl principio de este desidertum comenzaba con el matrimonio. La mujer acceda a l con dieciocho aos aunque variaba segn la polis y el hombre con treinta y siete o un poco menos [Aristteles, Poltica, lib. 14, c. IV]. En su gestacin, la mujer poco o nada tena que decir. El matrimonio fue fundamentalmente un pacto de hombres, una funcin donde la fmina obedeca y asenta, en la mayora de los casos, sin la experiencia previa del amor [Jaeger, 2000, p. 136]. Aunque hubo excepciones notables que la literatura se encarg de proclamar: Penlope es el paradigma del amor matrimonial correspondido, Electra y Casandra son modelos de amor familiar, Elena de Troya se cas con Hctor por amor. [Esteban Santos, 2008].El matrimonio era ms un acto de socializacin, una transaccin o concierto entre el kuros o representante familiar, normalmente el padre, hermano mayor o abuelo, y un pretendiente [gamprs], motivado por intereses de lo ms variado: polticos, militares, econmicos, sociales, endogmicos, vitales, etc. a los que la mujer no poda oponerse bajo el estigma de falta o desobediencia grave [Homero, Odisea, XV, 20]. Ella era fundamentalmente moneda de intercambio para bien de su padre o de su linaje [Gonzlez Almenara, 2003, pp. 52 y ss.]. Las legislaciones de Soln 594-93, Clstenes 508-7 y Pericles 451-50 regularon todos estos pactos o transacciones que solan incluir el compromiso previo de matrimonio [eggn], la cuanta de la dote femenina [hdna], el compromiso grave de descendencia y la atencin a los orgenes de los contrayentes. El divorcio [apopemfis] era habitual, ya que el matrimonio no constitua la familia, era slo su comienzo. Lo que realmente constitua la casa [oika] era la descendencia legtima. Una vez lograda a satisfaccin del padre, el matrimonio poda romperse si el hombre lo estimaba oportuno. [Bickerman, 1975)]. En la Grecia antigua no hubo un rito matrimonial nico. Era normal que los actos matrimoniales durasen tres das. El primer da [prala], la novia realizaba sacrificios a los dioses con ritos como entregar sus juguetes y cortarse el cabello para simbolizar la marcha de la juventud, entregar el cinturn como smbolo de entrega al marido, y baarse en agua de su casa como smbolo de purificacin; el pretendiente se cortaba tambin el cabello y haca diferentes sacrificios a los dioses demandando su proteccin. El segundo da [gmoi] comenzaba con el banquete en la casa del padre y terminaba con la procesin de la novia a la casa de su futuro marido. El tercer da [epalia] consista en la entrega de los regalos o dotes. [Garland, 1990].1.8.El okos lugar propio de la mujerUna vez casada cul era la funcin propia de la mujer? Revelador resulta el testimonio de Homero en la Odisea, cuando Telmaco le dice a su madre Penlope: mas vuelve ya a tu habitacin, ocpate en las labores que te son propias, el telar y la rueca, ordena a las esclavas que se apliquen al trabajo; y de hablar nos ocuparemos los hombres y principalmente yo, cuyo es el mando de esta casa [Odisea, I, 356-359]. Efectivamente Homero est relatando el perfil habitual y cotidiano de la vida domstica griega. Una cultura que tena claro que el interior de la casa era una responsabilidad propia de mujeres [Mirn, 2007]; en cambio, el exterior, que comprenda la generacin de bienes, la produccin rural, la guerra y los asuntos pblicos, era el lugar natural de los hombres. Dominios que para Jenofonte no eran culturales o sociolgicos, obedecan a razones divinas y naturales. Creo dice que la divinidad prepar a la mujer para las ocupaciones del interior del okos y al hombre para los de fuera [Econmico, 7, 22-23]. La razn estaba clara: su cuerpo estaba menos capacitado para las labores externas. Por eso Dios las hizo apocadas y miedosas, pues para vigilar es bueno ser apocado, e infundi mayor cantidad de miedo en la mujer que en el hombre [Econmico, 7, 25]. 1.9. El gobierno delegado de la mujerEstas razones fueron suficientes para pensar que la preeminencia del varn [oiko-despotis] en el gobierno de la casa era incuestionable y ste, por delegacin, permita a la mujer realizar sus funciones. Por eso dominar al marido, ponerse por encima de l, era poco menos que una afrenta al orden mismo de la naturaleza y una deshonra social. El propio Plutarco el menos misgino de los griegos dir: las mujeres que se someten a sus esposos son alabadas y las que quieren dominarlos llegan a una deshonra mayor que las que son dominadas [Moralia, 142d]. Aristteles, que tena el prurito de la explicacin ontolgica, sostena que la divisin vertical de funciones estaba en consonancia con el orden de la naturaleza. Para el Estagirita, la naturaleza no ha dotado a la mujer de capacidad de mando sino de obediencia, su signo es la sumisin al hombre [Poltica, 1252b]. Ahora bien, es de todo punto importante que el hombre sepa mandar y sobre todo que comprenda que el gobierno sobre la mujer es manifiestamente aristocrtico, puesto que el marido manda conforme a su dignidad en aquello que debe mandar; todo lo que cuadra a la mujer se lo cede a ella. Para despus aadir un matiz clave: Cuando el marido se enseorea en todo, su gobierno se convierte en oligarqua [tica a Nicmaco, 1160b 23ss]. Por eso era un acto de sabia prudencia delegar en la mujer el gobierno interno de la vida familiar [Mirn, 2000]. 1.10.Derecho de la mujer a coparticipar en el gobierno domsticoUna delegacin que, en cualquier caso, no era slo marital, haba razones naturales que la justificaban: la condicin misma de madre. Aristteles vio con claridad este tema y argument con brillantez que los hijos eran parte sustancial de la madre; por eso tambin a ella, bajo la potestad del marido, le corresponda por naturaleza estar en el okos y educarlos [tica, 8, 12]. Padre y madre comparten as un bien comn, una unidad coparticipada llamada familia. Los hijos eran el principal lazo unitivo entre los cnyuges [Gonzlez Almenara, 2005], y as se explica por qu stos se separan ms fcilmente cuando no tienen vstagos; porque los hijos son un bien mutuo de los dos esposos, y todo lo que es comn es prenda de unin [Etica, 8, 12]. Con esta idea, el Estagirita estaba reivindicando no slo la pertinencia del papel complementario de la mujer en la educacin de los hijos, sino un papel de protagonismo activo que la converta, por delegacin patriarcal y derecho propio, en seora y madre de la casa [oiko-despoina]. Por eso, dice el Pseudo-Aristteles, que no es bueno ni conviene que el marido gobierne el okos, sta es tarea de la mujer [Econmico, 3, 7]. Una autoridad ratificada por Jenofonte cuando con conviccin recalca: Orden a mi esposa ser guardiana de los bienes del okos y poner en orden los utensilios de la casa cada vez que le pareciere oportuno, del mismo modo que un comandante de guarnicin pone en orden a sus centinelas para examinar si todo est bien, como la Boul examina a sus caballos y jinetes. Tambin le orden que, como una reina, hiciera elogios y honrara con su autoridad a quien fuera digno de elogio pero que censurara y castigara a todo el que lo necesitara [Econmico, 9, 15].1.11.La coparticipacin y confianza base de la vida domsticaEsta coparticipacin confirmaba el okos como el lugar de encuentro natural entre el hombre y la mujer [Mirn, 2004]. Un encuentro con responsabilidades diferentes: la mujer se encargaba del interior, el hombre del exterior [Mirn, 2001]. Funciones complementarias y dependientes una de otra, de forma que un fallo importante en alguna conduce al colapso del okos, mientras que su compenetracin armoniosa produce un incremento de ste [Jenofonte, Econmico, 7, 38-40]. En todo ello, al hombre le corresponda adquirir las riquezas; a la mujer, conservarlas y acrecentarlas, adems de producir hijos [Mirn, 2000, 107-109]. Por eso Jenofonte, exponindolas como responsabilidades diferentes, concede igual importancia a las funciones de hombres y mujeres. De ah que diga que la administracin de la casa y su gobierno no es nica, sino doble [Econmico, 3, 15; 7, 38-40]. Si al dueo de la casa le incumbe la representacin de sta en el mbito pblico y la adquisicin de riquezas preferentemente mediante la agricultura, a su esposa concierne la direccin de los asuntos internos, sobre los que tiene una responsabilidad propia y soberana [Mirn, 2000, 109 ss.]. De este modo, la seora administra los bienes de la casa, controla los ingresos y gastos, cuida los productos almacenados en ella, distribuye y dirige los trabajos domsticos de las esclavas y esclavos, a los que est encargada de educar y cuidar [Econmico, 7, 35-37, 41], y, en suma, se ocupa del gobierno de lo de dentro, de un modo comparable a como la reina abeja dirige la colmena [Econmico, 7, 33-34]. No le incumben las tareas de fuera, del mismo modo que es antinatural que el esposo pretenda dirigir lo de dentro [Econmico, 7, 30-31]. Es ms, en estos asuntos domsticos, el marido, ante una esposa competente, ha de someterse a la autoridad de sta [Econmico, 7, 42]. Competencia que no se supona o se daba de suyo, deba ganarse y demostrarse, slo as la mujer poda compartir totalmente con el marido, sus bienes, sus alegras e ilusiones [Jenofonte, Cyropedia, VII, 2 28]. Aunque ello requiriese tiempo, paciencia y confianza. Qu clase de relacin de convivencia es agradable dir Jenofonte si no hay confianza entre los esposos? Qu trato es agradable si no hay confianza entre el hombre y la mujer? [Hiern, IV, 1].Con el helenismo del siglo I despus de Cristo y la superacin endogmica de la polis, fruto del contacto con otras filosofas, culturas y formas de estado, la relacin hombre mujer se vio muy enriquecida por la variable interpersonal del humanismo plutarquiano. Los textos no dejan dudas sobre la dulcificacin del misoginismo de antao: Si por naturaleza alguna esposa es ruda, violenta y sin atractivo, es necesario que el marido la trate con buenos sentimientos" [Moralia, 142 b]; Siempre y en cualquier lugar es preciso evitar el insulto a la esposa por parte del hombre [Moralia, 143 e]; Es preciso que el marido domine a su esposa, no como un dueo sobre su propiedad, sino como el alma sobre el cuerpo, compartiendo los sentimientos y unindose por la benevolencia. Pues, como hay que cuidar del cuerpo sin ser esclavos de los placeres y deseos, as hay que mandar sobre la esposa, alegrndola y agradndola [Moralia, 142 d-e].1.12La religiosidad familiarEn la articulacin de todo este proceso no puede perderse de vista otra variable capital que presidi la identidad de la familia griega: su naturalidad religiosa. Para los griegos, la religiosidad domestica era algo natural [physei], daba sentido a la familia hasta el punto que sta no se entiende sin relacin a un Dios protector que desde el ms all ayuda a la conservacin del okos. Una proteccin que los griegos encomendaron, por un lado, a Hera, diosa del matrimonio y la familia; por otro, a los descendientes fallecidos considerados en cierto modo dioses sagrados. Para los griegos, tras la muerte, haba una segunda existencia en un mundo prximo al nuestro, bajo tierra. Un alma sin tumba era un alma sin morada, errante y sin sosiego. Enterrar al muerto era un deber sagrado de la familia, se trataba de asegurar la felicidad del difunto en el ms all y de demandar su proteccin. [Finley, 2000, p. 270 y ss.]. El antepasado vena a ser un dios protector que irradiaba su poder protector desde el fuego que en un altar de la casa deba permanecer siempre encendido. El altar del fuego era el hogar, desde el que el dios bienhechor conservaba la vida del okos. Cada familia tena los suyos.2.Perfil educador de la familia griega2.1.La familia como agente natural de educacin Todas estas caractersticas, que nos presentan a la familia como la primera de las categoras socionaturales de la condicin humana, quedaran incompletas si no se hiciese referencia a su aspecto ms definitorio: su dimensin pedaggica. Cmo entendieron los griegos la educacin familiar? Como un proceso de formacin, emanado del concepto mismo de naturaleza humana, y orientado a actualizar la excelencia de lo humano mediante la prctica de la virtud. La idea no era balad. Para un griego, si exista la familia era sencillamente porque exista el hombre. Con ello se significaba que no estbamos ante un mero producto cultural o sociolgico, aunque la familia se insertara en una cultura y en un contexto social. Estbamos ante una idea natural, de orden esencialmente relacional. Un proceso de apertura, que deba durar toda la vida [Platn, Repblica, 497e-498c], informado por el Estado [Aristteles, Poltica, VII, 1335a], y orientado a lograr que el potencial privado y singular del yo personal y domstico [bios idiotiks] se abriese, se manifestase y tendiese, por la virtualidad de la paideia, a participar progresivamente en un bien comn o comunidad poltica ms amplia: clan, fatria, tribu y finalmente plis [Ault, 2000]. Categora ltima que simboliz de manera cabal y plena el deseo de vivir como ciudadano [zon politikn,] que todo griego llevaba consigo. [Jaeger, 2000, p. 84 y ss].2.2.Referentes literarios de la educacin familiar griegaSistematizar esta empresa no result tarea fcil. El acervo de la tradicin cultural fue un referente de reproduccin informal determinante. Pero a partir de los siglos V y IV, cuando el prurito ontolgico de la paideia clsica empez a racionalizar los procesos de socializacin e inculturacin, la educacin familiar se vio enriquecida con una sistemtica ms formal y uniforme. Cuatro referentes contribuyeron a ello: en primer lugar, las reflexiones educativas de Platn en el Poltico, la Repblica y las Leyes; no menos significativas fueron las teoras de Aristteles en diferentes puntos de su Retrica, de la tica y especialmente en la Poltica; en tercer lugar cabe destacar las aportaciones de Jenofonte en el Econmico y en Hiern, y ya, en el siglo I de la era cristiana, a modo de sntesis, destaca la importancia capital de los 20 puntos sobre la Educacin de los hijos de Plutarco.2.3.Educacin familiar: educacin particular/educacin comunitaria En este marco literario, una idea comn apareca como frontispicio de toda accin: el papel inspirador del Estado. Aristteles ya se quejaba de que en su tiempo cada familia daba la educacin que quera a sus hijos, prctica que pretendi sustituir por una educacin ms comunitaria. [Poltica, VIII, 1, 1337a]. Tesis que no significaba uniformidad o eliminacin de lo liberal, sino enfatizar lo comn en el marco de la diversidad. Platn ya plante esta posibilidad cuando afirmaba que hay una crianza individual [monotroph] y una crianza colectiva [koinotroph], que por ser comn es superior y de responsabilidad estatal o pblica [Poltico 261 d-e]. Una conclusin que los griegos a excepcin de los sofistas justificaron por asociar lo colectivo y privado al orden de la naturaleza [physis]. Es de aqu de donde emana la ley [nomos]. Un imperativo captado por el logos e impuesto por los dioses para la excelencia del individuo y de la ciudad. El nomos es la razn comn, no emana del deseo individual y colectivo, refleja lo propio del ser, es la plasmacin poltica del bien. Un proceso que corresponde inspirar y coordinar al Estado, nada fcil de lograr, aunque la razn es comn deca Herclito, la mayora vive como si tuviera una inteligencia particular [Fragmento, 646]. El reto es no ignorar el bien comn superior, pero tampoco excluir o anular lo particular o privado, pues: tambin es ley obedecer a la voluntad de uno [Fragmento, 753]. Apostilla que recalcar Aristteles afirmando con fuerza que la singularidad que toda educacin conlleva exige y demanda precisamente el concierto de lo particular o privado para hacer efectivo el bien comn superior [tica a Nicmaco, 1180a-b].2.4.Medidas eugensicas: linaje y procreacinEl punto de partida de esta accin comenzaba con la familia, en tanto que categora bsica del orden socionatural, y ms concretamente con el linaje y procreacin. Cuando los cimientos del linaje no se han establecido correctamente deca Eurpides, es fuerza que los descendientes sean desgraciados [Heracles, 1261]. Para evitarlo, Jenofonte aconsejaba el matrimonio con personas poderosas, ya que ocasiona cierta distincin, despus con iguales, nunca con personas de condicin social inferior, pues se consideraba deshonroso e intil [Hiern, I, 27]. A continuacin venan las recomendaciones sobre la procreacin. Platn recomendaba el inicio matrimonial a los 25/35 aos para los varones y a los 16/20 para las mujeres. La gestacin femenina deba extenderse hasta los 40 y en los varones hasta los 50 [Repblica, 460e-461a]. Es importante sealar que la maternidad sola comenzar ms temprano, normalmente a partir de los 14/15 aos, pero la juventud y falta de desarrollo de las mujeres sola retrasar la posibilidad real de llevar a trmino los fetos. Ante tal contingencia, Jenofonte apostillaba: no slo es necesario que estn sanos los cuerpos que van a engendrar hijos, sino que deben estar maduros [Memorabilia, IV 4, 23]. Para facilitar ese fin, Aristteles propona no tener una constitucin ni demasiado atltica ni demasiado maltratada, sino la propia de hombres libres [Poltica, XVI, 1335a-b]. A las embarazadas les aconsejaba tener equilibrio emocional, una dieta equilibrada y dar largos paseos; a los hombres, no fecundar nunca despus de los 55, hacerlo a ser posible en invierno, con el favor de los aires del norte, y ser fieles en el matrimonio [Poltica, XVI, 1336a]. De igual modo, Platn recomendaba no estar ebrios o agitados en el momento de la fecundacin; y en el parto, estar pendientes de las mujeres para no generar hijos dbiles o deformes [Leyes, VI, 783e]. Lacra infecta para la pols que obligaba inexorablemente al aborto [Poltica, XVI, 1335b].2.5.Educacin familiar en la primera infanciaTras el parto, comenzaba el primer septenario de la educacin familiar. Periodo que Esquilo defini como una pedagoga de nutricin fsica [troph], cuidado biolgico y formacin moral [Los siete contra Tebas, 18]. Se trataba de una etapa inexcusable, quilla y base dir Platn de lo que vendr despus [Leyes, 803 a-b], pues los nios se dejan moldear y admiten cualquier impresin que se quiera dejar grabada en ellos [Repblica, 377 a-b]. Se trata de una etapa enteramente heternoma, dividida en fases segn la edad; de reaccin sensible y mecnica a los estmulos, sin posibilidad de reflexin, guiada y orientada por la madre, el ama y la nodriza, con la vigilancia e inspeccin del padre [Plutarco, Educacin de los hijos, 13 c-d] y orientada a forjar el carcter o ethos, en tanto que base y soporte de toda paidea posterior.a) Primera faseEn los tres primeros aos de vida, tres preocupaciones pedaggicas concitaban el inters educativo: correcta alimentacin, psicomotricidad adecuada y equilibrio emocional [Vicente Villena, 2001]. El alimento bsico debe ser leche materna, que compete especialmente a la madre porque alimentar con ms afecto y con mayor cuidado, amando a los hijos desde lo ntimo. En caso de necesidad estn el ama y la nodriza [Gonzlez Almenara, G. 2007], pero stas tienen un afecto interesado y falso, porque aman por la paga [Plutarco, Educacin de los hijos, 5 c]. La nodriza ms que amamantar es sobre todo una ayudante [trophs], no debe elegirse al azar, ser moralmente intachable y griega por carcter [Plutarco, Educacin de los hijos, 5 e]. Sobre la psicomotricidad, se entiende que debera basarse en movimientos adecuados y cambios de ambiente. Platn apela a que las amas lleven los nios [paidarion/nepios] al campo, a los servicios religiosos o a casas de parientes, tomndolos en brazos hasta que sepan sostenerse. [Leyes, 789 E]. De igual modo, invita a que los nios no anden antes de los tres aos, por miedo a que resulten patizambos u ocurran accidentes irreparables. [Leyes, 790 a-b]. Aristteles es menos riguroso, partidario de que todos los movimientos que los nios puedan hacer a esta edad es conveniente hacerlos, critica la ancestral costumbre de algunas culturas de mantener rgidos e inmviles los cuerpos, e invita a los masajes y gimnasia infantil [Poltica, XVII, 1336a].Tras el cuidado fsico vena la educacin emocional, pensada sobre todo para el dominio del cuerpo. En ello es importante el constante movimiento. En rigor dice Platn los nios deberan moverse rtmicamente da y noche, como si estuviesen en un barco [Leyes, 790 C-E]. Para acallar al nio, cuando est inquieto o molesto, aconseja no incitar al silencio, sino cantar, pues el ritmo adecuado y suave lo libera de la tensin, del miedo interior y lo apacigua [Leyes, 790 Ds]. Igualmente es importante evitar el descontento y el mal humor, pues le generan tensin y contribuyen a imbuir inseguridad, inquietud y sensacin de miedo [Leyes. 791 C]. Aristteles, menos contemplativo que Platn, aconsejar sumergir en un ro helado a los recin nacidos y vestirlos con poca ropa []. Pues a todo lo que se les pueda acostumbrar en el momento de comenzar su vida, es mejor acostumbrarlos [Poltica, XVII, 1336a]. b) Segunda faseDe los tres a los cinco aos, segn Aristteles [Poltica, XVII, 1336a], y de los tres a los seis/siete, segn Platn, debe pasarse a una alimentacin slida, evitar el vino [] e insistir en la importancia psicofisiolgica, afectiva, punitiva, ldica y moral como base de la formacin. La importancia del justo medio se muestra como criterio pedaggico. Sobre los castigos, Platn insiste que no deben suscitar la clera del nio ni dejar impunes sus excesos [Leyes, 793 D 7-E]. Tampoco se trata de potenciar sensaciones agradables y evitar las negativas. Las primeras le hacen hipersensible y excesivamente caprichoso; las segundas, le matan la libertad y lo hacen con falsedad humilde y enemigo de los hombres [Leyes, 791 D.]. Debe potenciarse la importancia del juego, que el nio debe inventar [Leyes, 794 A-B]. No deben ser juegos impropios de gente noble, ni fatigosos ni lnguidos [] en su mayora sern imitaciones de lo que luego van a hacer en serio [Poltica, XVII, 1336a]. Respecto a las rabietas y llantos no deben prohibirse, son convenientes para el desarrollo, ya que vienen a ser un ejercicio para sus cuerpos [Poltica, XVII, 1336a]. La coeducacin es recomendada por Platn hasta los seis aos, separando los nios a partir de los siete [Leyes, 794 C]. De igual modo el infante debe ser ambidiestro, la habilidad de una sola mano resulta perjudicial y limitante [Leyes, 794 D 5-795 D]. Todas estas recomendaciones se completaban con el cuidado moral de historias constructivas y edificantes, evitando el lenguaje obsceno, las representaciones o relatos inconvenientes, as como la visin fuera de los templos de estatuas o pinturas inmorales [Poltica, XVII, 1336b]. Plutarco hace esas recomendaciones especialmente a nodrizas y esclavos. Las primeras jams elegirn lecturas al azar para no corromper al nio; los segundos, cuando hagan vida en comn, procurarn hablar griego y ser ejemplares en su comportamiento [Educacin de los hijos, 5 f, 6a]2.6.Educacin familiar fuera de la infanciaAcabado el primer septenario de la vida, la educacin familiar daba un giro considerable. Se trataba de aadir a la primera educacin nutritiva, psicobiolgica y motriz la dimensin intelectiva: Troph kai paideia, deca Platn [Leyes, 788a]. Un proceso, propio de hombre libres, con perfil, estructura y contenidos variados [Aristteles, Poltica, 1337b], y que los padres deban considerar como obligacin familiar grave. El nico punto capital, primero, medio y ltimo deca Plutarco, es una buena educacin y una instruccin apropiada []. La gloria s es cosa magnfica, pero desaparece; la belleza es disputada, pero dura poco; la fuerza del cuerpo es algo envidiable, pero es presa fcil de la enfermedad y la vejez []. Mas la instruccin es lo nico que en nosotros es inmortal y divino [Educacin de los hijos, 8 c,d,e] Este proceso, que se iniciaba a los 7 aos y se extenda a lo largo de la vida entera, se orientaba a formar el espritu del hijo varn, la mujer salvo en Esparta y en las utopas platnicas sola permanecer con la madre hasta el momento de su matrimonio. Se trataba de una paideia que, aunque vari en tiempo, estructura, contenidos y autores, bien podra responder al siguiente esquema. En primer lugar destacaramos una etapa elemental, impartida en la escuela [didaskaleion], que abarcara entre los 7 a 14/18 aos, y en la que se proporcionara al nio [pais] una formacin gimnstica, que inclua un pentatln de lucha, salto, carrera, disco y jabalina; y otra formacin potico-musical, integrada por el aprendizaje de la lectura, escritura, clculo, msica, danza y memorizacin de textos. Los responsables de esta formacin eran el maestro de gimnasia [paidotribes], el grammatists o maestro de primeras letras y el kitarisths o maestro de msica [Aristteles, Poltica, 1337b]. A continuacin vena un nivel intermedio, de formacin general y enciclopedista [enkyklios paideia], impartido en el efebeion y en edificios pblicos amplios. Su receptor era el adolescente o efebo 16/21 aos, que reciba una formacin de carcter gimnstico: pentatln y pancratin: lucha con armas y equitacin; una formacin filolgica: gramtica, retrica y dialctica; y una formacin cientfica: aritmtica, geometra, astronoma y msica. [Platn, Leyes, II y VIII]. Al maestro de esta etapa se le conoca como grammatiks. Cerraba el ciclo una paideia de carcter superior, permanente y profesional. En ella caba distinguir estudios menores, que incluan cultura general y enseanzas profesionales: agrimensura, arquitectura, medicina, etc. y estudios mayores, integrados por retrica y filosofa, e impartidos por el rethor y el sophs. [Platn, Repblica, II y III; Protgoras 325-326].En todo este proceso, qu papel desempeaba la familia?, sencillamente de nimo, apoyo y complemento de la formacin. Plutarco seala que los padres han de procurar que los hijos completen el plan de las artes liberales, culminando en la filosofa, pues es sta la disciplina que explica el sentido humano de la existencia [Educacin de los hijos, 10 c,d,e]. Aristteles haba reservado esta formacin slo para hombres libres [Poltica, 1337b]. Plutarco va ms lejos y la hace extensiva a pobres y plebeyos segn posibilidades [Educacin de los hijos, 11e]. El papel de los padres no es slo de confianza en los maestros. Han de vigilar cmo stos dan clases, si son irreprochables o mediocres y si cumplen con su funcin. Los padres mismos examinarn a sus hijos para ver sus progresos y les incitarn a ejercer la memoria [Educacin de los hijos, 13 c-d]. Pero sobre todo el padre tiene una misin moral. Ha de procurar que no haya aduladores alrededor del hijo, que ste no haga discursos hasta pasada la virilidad y que esto se haga con consejos y razonamientos pero no con castigos y ultrajes [Educacin de los hijos, 9, 12]. El padre tampoco se proyectar en el hijo exigiendo la excelencia con trabajos excesivos, pues se desfallece y se odia el estudio. La moderacin, el orden y el descanso sern su camino [Educacin de los hijos, 13b]. Con los hijos adolescentes pondr una exigencia y cuidado ms riguroso si cabe, pues los delitos de los jvenes muchas veces son enormes y terribles. Esto se har con prudencia, ruegos, amenazas y ejemplos de personas que no supieron vivir la virtud [Educacin de los hijos, 16b-c]. Plutarco concluye sus consejos incitando a los jvenes al matrimonio como la cadena ms segura de la juventud, aconsejando una mujer no ms rica o noble, sino igual a uno para no ser esclavo de ella ni de su dote [Educacin de los hijos, 19a].Bibliografa Ault, B.A. (2000). Living in the Classical Polis: The Greek house as microcosm. Classical World, 93: 483-496. Bickerman, E.J. (1975). La conception du mariage Athnes. BIDR, 78, 1-28. Esteban Santos, A. (2008). 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