La Economía en la que vivimos, Uruguay bajo la lupa...

12
L a Economía en la que vivimos. Economía Uruguaya Proyecto Historia 2016. Lucas Daniel Borges Llovet.

Transcript of La Economía en la que vivimos, Uruguay bajo la lupa...

Page 1: La Economía en la que vivimos, Uruguay bajo la lupa...

La Economía en la que vivimos.

Economía

Uruguaya

Proyecto Historia 2016. Lucas Daniel Borges Llovet.

Page 2: La Economía en la que vivimos, Uruguay bajo la lupa...

Este es un estudio de la economía uruguaya desde principio de

siglo y abarcando todos los años hasta llegar al año actual en el

cual vivimos. Se abarcaran temas como la gran crisis del 2002

consecuencias sociales de la misma, economía Actual, la

llamada Fuga de cerebros, y además mostraremos cual ha sido

el mejor año y también el más desfavorable en lo que va del

siglo…

Objetivo del proyecto: analizar y entender la economía nacional,

para que de ese modo poder entregar a la clase y a la sociedad

un estudio en el cual puedan ver reflejado el verdadero estado

Económico del país del cual somos parte.

.

Fuentes: http://www.republica.com.uy/la-crisis-de-uruguay-1999-2002/172176/

http://www.elpais.com.uy/economia/noticias/apocaliptico-informe-sobre-la-economia-

uruguaya.html

http://www.elpais.com.uy/informacion/advierten-fuga-cerebros-falta-capacitacion.html

http://www.bancomundial.org/es/country/uruguay/overview

http://www.lr21.com.uy/editorial/44901-crece-la-fuga-de-

cerebros

http://www.elobservador.com.uy/economia-crecio-2015-la-

mitad-lo-que-pronostico-el-gobierno-n890069

http://www.smartservices.uy/innovaportal/v/545/7/innova.front/confiabilidad.html

Page 3: La Economía en la que vivimos, Uruguay bajo la lupa...

Fuga de Cerberos.

El investigador y profesor grado 5 de la Facultad de Medicina, Eduardo Osinaga, advierte que el sistema "estimula la fuga de cerebros" de los científicos "más calificados" de Uruguay, porque no hay empleos para

quienes hacen postdoctorados. "El primer problema

que se presenta es qué hacer después de la tesis. El

estudiante se formó, se capacitó y después, en los

países que tienen un buen desarrollo científico y

social, está la figura del postdoctorado. En Uruguay,

salvo unas pocas excepciones, esto no existe.

Entonces los estudiantes se van, se siguen capacitando y después se les hace cuesta arriba volver", dijo

Osinaga a El País.

Se ha difundido un estudio realizado en la Universidad de la República referido a la evolución demográfica reciente del país, con el discernimiento de algunas categorías profesionales cuyo análisis merece la atención. Según la

profesora Adela Peregrino, de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, entre 1990 y 1999 salieron del país 12.196 profesionales y técnicos que se instalaron en países del continente americano. El dato forma parte de una nota publicada el lunes en la Sección Cosas de la vida del diario El Observador. En la cifra indicada no se incluyen los profesionales y técnicos que en ese mismo período se instalaron en Europa ya que los registros censales del viejo

continente no hay especificaciones acerca de la capacitación profesional de los inmigrantes. Según la doctora Pellegrino, directora del Programa de Población de la Facultad de Ciencias Sociales, en los Estados Unidos, en 1990,

había 80 uruguayos con el título de doctorado (PHD) cuando en Uruguay habría entre 300 o 400. La académica señala que existe de parte de los Estados Unidos una política de captación orientada a instalar en su país el mayor y más calificado número de “cerebros”. En 1995 de los “420 mil estudiantes que realizaban cursos de postgrado, 100

eran extranjeros y constituyeron el 39% de los que obtuvieron diplomas en ciencias naturales, el 50% en matemáticas y en ciencias de la computación y el 58% en las ingenierías”. Otro dato de interés: más del 8% de los 18.211

uruguayos censados en los Estados Unidos en la última década tiene título de postgrado. Nuestro país pierde población altamente calificada no sólo frente a la gran potencia del Norte. También frente a Chile: un 78.29% de los

uruguayos en ese país tiene más de 10 años de estudio, frente al 26.7% de los residentes en Uruguay.

Page 4: La Economía en la que vivimos, Uruguay bajo la lupa...

La crisis de un país, en el marco del desarrollo del sistema capitalista, es el resultado de una combinación de factores externos e internos derivados del proceso de acumulación global y de la política nacional. Por ende, la crisis 1999 –

2002 será analizada en su génesis, en su desarrollo y en la distribución de sus costos.

– el problema fundamental de la economía uruguaya reside en el modelo LACE (liberal, aperturista, concentrador y excluyente) de crecimiento económico iniciado en 1974 y profundizado entre 1990 y 1998.

– la recesión, provocada por este modelo, amplificó los problemas productivos, laborales y sociales (que ya eran trascendentes desde los 70 y profundizados en los 90) y generó una restricción fiscal y una delicada situación

financiera que conllevó a la crisis de credibilidad. Por lo tanto la política económica productiva y distributiva es la causa de la crisis global y la delicada situación financiera y fiscal tan sólo la consecuencia, la punta del iceberg. – la resolución de la crisis se hizo sobre la base de una fuerte reducción de salarios, destrucción de empleo y

concentración empresarial, lo que implicó optar por salir de la crisis por la vía de la socialización de sus pérdidas a las mayorías trabajadoras.

Este modelo, que se inició con la llegada de Vegh Villegas al Ministerio de Economía en 1974 durante la dictadura, se profundiza en la misma línea desreguladora y liberal a partir de 1990 y tuvo como sus pilares fundamentales: – la reforma del sector externo sustentada en la apertura comercial y financiera con fuertes componentes

desregulatorios; – la reforma laboral sustentada en la desregulación del mercado de trabajo;

– el mantenimiento de niveles bajos de inversión y estímulo al crecimiento a través de fuerte liberalización y expansión del crédito.

– un inicio de dura concentración del ingreso con un ajuste fiscal de mayores impuestos al consumo y la reimplantación del impuesto a los sueldos, es decir, un ajuste fiscal nuevamente a trabajadoras y trabajadores y

mayor concentración de la riqueza (recordemos que en 1995 el segundo gobierno de Sanguinetti realiza el mismo ajuste fiscal).

– una apertura comercial irrestricta; – la desregulación en materia laboral, retirándose el Estado de la negociación colectiva, dejando de fijar incrementos

salariales y reduciendo drásticamente el salario mínimo nacional; – una política antiinflacionaria basada en la evolución del tipo de cambio por debajo de los precios internos, lo que generó un profundo atraso cambiario respecto a los costos internos. Ello, complementado con la apertura externa,

generó una destrucción de la producción nacional y un boom importador.

Al llegar a 1999, luego de 8 años de crecimiento económico, el país asistía a una fuerte exclusión, a pesar de su crecimiento, es decir, crecimiento y exclusión.

:

– exclusión del sistema mismo, con segmentos de población que quedan fuera del proceso de producción, distribución y consumo en el seno de la sociedad capitalista;

Page 5: La Economía en la que vivimos, Uruguay bajo la lupa...

– exclusión del mercado de trabajo, con alta inestabilidad laboral y precariedad; – exclusión del acceso a los medios de producción de la pequeña producción, con un proceso de centralización de

capitales que los deja fuera y genera alternativa de supervivencia en el autoempleo precario.

– exclusión de las políticas sociales, es decir, del acceso a la educación, la salud y la vivienda; – fragmentación social, desplazando los sectores más pobres a las periferias de las ciudades y reduciendo su acceso a

los ámbitos de socialización tradicionales. En 1999 ya estaban en situación de pobreza casi la mitad de niñas y niños entre cero y cinco años. Lo que es más, al observar la evolución por edades durante la década de la pobreza, puede verse que es en el tramo de la infancia en donde la pobreza no solo no disminuye sino que se incrementa en términos porcentuales respecto a 1991. Incide en

este resultado la reducción del gasto social destinado a infancia y adolescencia. Ha sido anotado con suficiente claridad y documentación el creciente proceso de segregación residencial de la

población urbana del país, contribuyendo con ello a la desigualdad con aumento de asentamientos y la expulsión de buena parte de los sectores más pobres a las periferias urbanas. Como ha sido mostrado en muchas investigaciones académicas, los 90 segregaron la estructura residencial y transformaron los barrios y los centros educativos, entre otros, de ámbitos de convivencia de desiguales a ámbitos de iguales, reduciendo drásticamente la convivencia y la

vida social y colectiva, promoviendo las salidas individuales, el consumismo y la competitividad por el éxito individual. La exclusión del mercado de trabajo fue un factor decisivo del crecimiento desigual. En la década de crecimiento

tuvimos 150 mil personas desempleadas y más de 200 mil en situación de precariedad. Al mismo tiempo, se dio un importante aumento de la desigualdad en las remuneraciones fruto de la caída del salario mínimo nacional y la

inexistencia de negociación colectiva. Lo mismo puede observarse en las tasas de desempleo. Los sectores con alta educación (secundaria completa y más) logran mantener tasas que rondan el 8% hasta 1999. En cambio, los sectores de baja educación (ciclo básico y menos) y medios (secundaria incompleta), llegan a 1996 a tasas de casi el 14 y 12%.

En suma: se trata de un modelo desigual por donde se lo mire.

La crisis 1999 – 2002 tiene al menos cinco dimensiones que se interrelacionan: productiva, laboral, distributiva – social, fiscal y financiera.

La crisis distributiva – social, implica un deterioro de las condiciones de vida de la gente. Una vez agotada la fase

“fácil” del crédito al consumo, se reducen las ventas en el mercado interno, lo que implica crisis de ventas en las empresas que trabajan para ese mercado, lleva a la reducción de empleos, reduce los ingresos fiscales por IVA y los

aportes a la seguridad social aumentando los gastos por seguro de desempleo. Primer efecto: la crisis distributiva empuja a la crisis productiva y con ello a la crisis fiscal. Al mismo tiempo, el peso

del endeudamiento acelera la crisis bancaria por el problema del pago de los créditos.

La crisis productiva está en la base de la crisis laboral, ya que gesta desempleo y precariedad estructurales y

gradualmente un desempleo coyuntural derivado del cierre de empresas. Segundo efecto: la crisis laboral está en la base de la crisis fiscal por la baja de aportes a la seguridad social (por

recesión y por desregulación laboral) y el aumento del gasto en seguros de desempleo.

A medida que la crisis avanzaba se reducen los ingresos del fisco y las empresas y los hogares empiezan a tener

dificultades para el pago de su endeudamiento. Tercer efecto: la crisis de la producción acelera la caída de los ingresos fiscales y con ello hace explosivo el déficit

fiscal y repercute sobre la estabilidad bancaria dadas las dificultades que se generan en los pagos y en las deudas.

) Todo este proceso de crecimiento además se sustentó en un acceso “fácil” al endeudamiento externo, lo que

incrementó notablemente la deuda externa pública que se transformó en un problema central del Uruguay pos 2002. Cuarto efecto: Las crisis productiva y fiscal aumentaron notablemente el endeudamiento (que ya era estructural por el modelo de crecimiento) y generaron desconfianza en su pago, dado el lento crecimiento económico del país y ello

abonó en la crisis bancaria.

El gobierno uruguayo tuvo fuertes desaciertos de diagnóstico que amplificó la inevitable crisis provocada por el modelo LACE. Veamos estos errores:

Page 6: La Economía en la que vivimos, Uruguay bajo la lupa...

– el primero se refirió a la devaluación brasileña de enero de 1999, a la que se consideró que sólo tendría impacto en variables nominales y que la inflación interna rápidamente anularía los efectos reales de la devaluación.

– el segundo se refirió al tipo y duración de la crisis que se inició en 1999. Si bien Argentina y Uruguay dejaron de crecer en ese año y no volvieron a hacerlo en los tres siguientes, de manera reiterada, año tras año, se insistía en el

carácter coyuntural de la crisis y se esperaba que la reactivación argentina arrastrara también, al alza, a la producción uruguaya.

– el tercero se refirió a la convertibilidad argentina: todavía a fines de 2001 el equipo económico uruguayo estaba convencido de que Argentina mantendría la convertibilidad.

– En cuarto lugar hubo también graves errores para pensar la reactivación. La manera de pensar la salida a la crisis por parte del gobierno fue el ajuste fiscal (como en 1990 Lacalle, en 1995 Sanguinetti y como hicieron siempre

blancos y colorados y basada en el fundamentalismo fondomonetarista) para que las cuentas cerraran con más impuestos y menos gasto público. El resultado fue que, realizado el ajuste, la producción se fue deprimiendo aun más en el periodo siguiente, lo que condujo al equipo económico a una curiosa reflexión: el ajuste anterior no había sido

todo lo profundo que las circunstancias requerían y había que insistir con un nuevo ajuste. – En quinto lugar y cuando la crisis se expresaba en su final que fue la crisis bancaria, se mostraron notorios

problemas de mala regulación, de falta de controles respecto al sistema financiero apoyando los propios bancos que luego fueron la base de la crisis bancaria.

Como no podía ser de otra manera la crisis recayó sobre la clase trabajadora:

La caída del nivel de riqueza del país fue de 16,63 acumulado en los 4 años.

Los sectores más afectados fueron la industria manufacturera, la construcción y el comercio. Esta situación es

particularmente grave en el caso de la industria, ya que en los años previos a la crisis era un sector que no había crecido y había perdido en la década del crecimiento de los 90, mil puestos de trabajo.

Reducción de la inversión, el consumo privado y las exportaciones. En el caso de la inversión su reducción es a la

mitad de lo invertido en 1998, quedando por debajo del 10% del PBI. Y en el caso del consumo interno son 2 mil millones de dólares menos que movió el mercado interno en esos 4 años.

Mercado de trabajo: el resultado más palpable de esta crisis económica ha sido el impacto sobre el mercado de

trabajo profundizando la desigualdad y recayendo sobre los hombros de los trabajadoras, trabajadores y sus familias el peso de la crisis. La tasa de desempleo se eleva de 10 a 17% en 2002: es decir la cantidad de personas

desempleadas aumentó en un orden de 100.000 personas.

Salarios: el salario real cayó casi un 25%, lo que significa una caída más acelerada que el ingreso nacional, que

como vimos cayó un 16,63%, es decir más concentración del ingreso.

El endeudamiento del país: la deuda creció de manera muy importante en un orden del 50% en 4 años y pasó a

representar del 40,8 al 113, 56% del PBI. Además, uno de cada 4 pesos que recaudó el Estado fue para pagar intereses de la deuda pública.

Síntesis de nuestra tesis La exclusión económica y social no son producto de la crisis económica. Son parte sustantiva del

funcionamiento económico y social de un Uruguay que crecía. 25 años del modelo LACE construyeron un crecimiento económico que inevitablemente llevaba a una crisis

profunda destruyendo las bases económicas tradicionales del país, con niveles de concentración de la riqueza inéditos en el país, trasladando a la clase trabajadora el costo de la crisis y destruyendo por la propia convicción del modelo liberal, las bases históricas con las que Uruguay construyó su pacto de

convivencia: el barrio, los centros educativos que congregaban desiguales, las formas de socialización de las familias y sobre todo el trabajo y la fábrica como ejes estructuradores de la integración social.

Reflexión final La llegada del Frente Amplio al gobierno pudo dar fin a esta trágica etapa de la vida del país.

En primer lugar, porque dio respuesta inmediata a los emergentes de la crisis: recuperó el crecimiento económico, recuperó el empleo y subió los salarios, renegoció el endeudamiento público y atacó la pobreza

de casi 40% con el Plan Nacional de Emergencia Social (Panes).

Page 7: La Economía en la que vivimos, Uruguay bajo la lupa...

En segundo lugar, desde el inicio y en particular desde 2007, comenzaron las profundas transformaciones estructurales (reforma de salud, reforma tributaria, de la seguridad social) en el camino del nuevo Modelo

de Desarrollo Nacional.

La economía uruguaya creció 1% durante 2015, lo que implica una fuerte desaceleración respecto al incremento de 3,2% el año anterior. La magnitud del descenso sorprendió a más de un analista y dejó en

falsa escuadra la última estimación de 2% que habían manejado las autoridades del equipo económico. Con este escenario, los privados ajustan sus previsiones para este año a la baja y alertan por los desequilibrios

que deberá resolver el gobierno para no comprometer las perspectivas a futuro.

Una "seria putrefacción" se está gestando bajo la superficie de la economía uruguaya y cuando se revierta el fuerte ingreso de capitales se producirán "estragos", con una fuerte suba del dólar y un aumento de las

presiones inflacionarias, según el banco de inversiones estadounidense BCP Securities.

El jefe de mercados emergentes de BCP Securities, Walter Molano, realizó esta semana un apocalíptico análisis para clientes que tituló "Uruguay: un cambio de estaciones". "Desafortunadamente, una seria

putrefacción se está extendiendo por debajo de la superficie, que promete ofrecer una sorpresa desagradable", sostiene.

Molano afirma que el ingreso de capitales, que está haciendo aumentar los niveles de reservas "muestra una tendencia preocupante", ya que si bien en parte se explica por Inversión Extranjera Directa (IED), los

proyectos de las plantas de celulosa están culminando. De hecho, señala que sin considerar las inversiones en ese sector, la IED cayó 11% en 2012.

"La mayor parte del capital" que continuó llegando al país en 2012 "fueron por portafolios de inversiones que trataban de capturar las elevadas tasas de interés" ofrecidas por el gobierno, asegura Molano. Esto se debió en parte porque las agencias de calificación crediticia "colmaron al país de elogios" tras devolverle el

grado inversor. Como resultado, Uruguay se volvió "uno de los destinos de inversión preferidos por los grandes administradores de activos", señala el analista.

Page 8: La Economía en la que vivimos, Uruguay bajo la lupa...

"Sin embargo, se producirán estragos cuando estos flujos se reviertan, conduciendo así a una desvalorización de la moneda, una caída en picada de las reservas internacionales y un aumento de las

presiones inflacionarias", añade Molano, que también critica los mecanismos de indexación en la suba de salarios.

A su juicio, "el deterioro de las condiciones internas coincide con la erosión de los factores externos", en referencia a la desaceleración de Brasil y los controles de capital en Argentina. "Uruguay es un país que se desempeña bien cuando sus vecinos prosperan, pero también sufre de manera desproporcionada cuando

las cosas van mal en el barrio. Es hora de cerrar las escotillas, porque los vientos de cambio están empezando a soplar", remata el análisis.

Uruguay se destaca en América Latina por ser una sociedad igualitaria y por su alto ingreso per cápita, bajo nivel de desigualdad y pobreza y por la ausencia casi total de indigencia. En términos relativos, su clase

media es la más grande de América, y representa el 60% de su población. Uruguay se ubica entre los primeros lugares de la región en relación con diversas medidas de bienestar, como el Índice de Desarrollo

Humano, el Índice de Oportunidad Humana y el Índice de Libertad Económica. La estabilidad de las instituciones y los niveles bajos de corrupción se reflejan en el alto grado de confianza que tienen los ciudadanos en el Gobierno. Según el Índice de Oportunidad Humana del Banco Mundial, Uruguay ha

logrado alcanzar un alto nivel de igualdad de oportunidades en términos de acceso a servicios básicos tales como educación, agua potable, electricidad y saneamiento.

En julio de 2013, el Banco Mundial clasificó a Uruguay como un país de renta alta. Para 2015, el ingreso nacional bruto per cápita ascendía a US$15.720, según el método Atlas. Dos características fundamentales -un sólido pacto social y la apertura económica- sustentan el camino hacia la reducción de la pobreza y la promoción de la prosperidad compartida que Uruguay ha transitado con éxito durante la última década.

Con un crecimiento promedio anual del 4,8 % entre 2006 y 2015, el buen desempeño económico de Uruguay, ha permitido una mayor resiliencia de la economía a choques externos.

La pobreza moderada pasó del 32,5% en 2006 al 9,7% en 2015, mientras que la indigencia o pobreza extrema ha prácticamente desaparecido: reduciéndose del 2,5% al 0,3% para el mismo periodo. En

términos de equidad, los ingresos del 40% más pobre de la población uruguaya han aumentado mucho más rápido que el crecimiento promedio de los ingresos de toda la población. Las políticas sociales inclusivas se han enfocado en ampliar la cobertura de los programas, por ejemplo, alrededor del 87% de la población de

más de 65 años está cubierta por el sistema de pensiones: este es uno de los coeficientes más altos en América Latina y el Caribe, junto con Argentina y Brasil.

El buen desempeño macroeconómico también se reflejó en el mercado de trabajo que registró niveles de desempleo históricamente bajos en 2014 (6,6%) aunque, ante la marcada desaceleración en el crecimiento,

el mismo ha aumentado a 8,6% a julio de 2016. En cuanto a los mercados de exportación, estos se han diversificado con el fin de reducir la dependencia de sus principales socios comerciales y actualmente el 77%

de las exportaciones se dirigen a 15 destinos distintos.

Uruguay sigue manteniendo un marco macroeconómico adecuado aunque en un entorno externo mucho más complicado.

: El Grupo del Banco Mundial ha trabajado junto a los distintos gobiernos uruguayos en

áreas como infraestructura, transporte, agricultura, recursos naturales, educación, saneamiento y salud. Traducido a resultados eso significa, por ejemplo, 12.300 nuevas conexiones de agua en 12

ciudades, tres plantas de tratamiento de aguas en Minas, Treinta y Tres y Durazno, con lo cual se abastece a 60.000 personas; 5.300 productores uruguayos con mejores capacidades productivas,

entre otros.

Page 9: La Economía en la que vivimos, Uruguay bajo la lupa...

Desde 2010 se han aprobado más de US$ 1.000 millones en préstamos para financiar inversiones en infraestructura, agricultura, medio ambiente y fortalecimiento institucional, y para aumentar la

capacidad del Gobierno para proteger a los sectores más vulnerables de la población de impactos económicos externos a través de financiamiento contingente.

Además, el Banco Mundial ha brindado apoyo analítico y técnico para consolidar reformas destinadas a aumentar la eficiencia del gasto público, expandir la cobertura y perfeccionar la selectividad de los

programas sociales, y aumentar la inclusión financiera del país.

El resultado exitoso de estos proyectos refleja el trabajo del Banco Mundial en diferentes sectores:

Seguro climático: Varios países del mundo se han acercado al Banco Mundial en busca de una solución similar a la que se puso en práctica con el Gobierno uruguayo. En diciembre de 2013, el

Banco Mundial firmó un contrato con la empresa de energía (UTE) que proporciona cobertura durante los siguientes 18 meses frente a los riesgos combinados de la sequía y los altos precios del petróleo. La transacción fue diseñada para ayudar a la empresa a compensar pérdidas financieras que pueden

ocurrir cuando la falta de lluvia reduce el volumen de agua en los embalses que alimentan las centrales eléctricas y hay que recurrir a la generación térmica, que tiene un costo más elevado y

requiere la importación de combustibles alternativos.

Proyecto de producción responsable. Desde 2005, apuntó a estimular a pequeños y medianos productores uruguayos a que adoptaran sistemas de producción económica y ambientalmente sostenibles, mejoras tecnológicas en el manejo de los suelos, el agua y la diversidad biológica,

contribuyendo a la sostenibilidad del desarrollo agropecuario del país a largo plazo. Lo hizo canalizando recursos financieros y asistencia técnica a productores individuales o agrupados,

interesados en desarrollar proyectos prediales. El proyecto financió 5.300 subproyectos prediales en todo el país, 86% de los cuales pertenecían a pequeños productores. Unas 28.000 personas fueron beneficiadas directamente, y 600 técnicos capacitados en temas de desarrollo sostenible y manejo

integrado de los recursos naturales. Además, el proyecto logró la coordinación de más de 160 instituciones.

Préstamo programático para políticas de desarrollo y de implementación de reformas. Apoyó el programa del gobierno y otorgó una línea de financiamiento adicional para enfrentar el impacto de la

crisis económica internacional, reforzando especialmente los sistemas de protección social. Representó la primera vez en que el Banco Mundial emitió un bono en moneda local en orden al

desembolso consecutivo de un préstamo concreto. Fue también innovador en el sentido de que el Banco fue el primer emisor extranjero de un bono público en pesos uruguayos, lo que redujo el costo de financiar y aumentar la diversificación de la deuda pública y las carteras de fondos de pensiones.

El Proyecto de emergencia para la erradicación de la fiebre aftosacolaboró para que Uruguay alcanzara el estatus de país libre de aftosa luego del brote de la enfermedad en el año 2001, recuperó

el acceso a mercados y, con ello, contribuyó a la continuada rentabilidad de los productores. Unos 50,000 productores se beneficiaron con el proyecto. Además, como forma de evitar situaciones similares, el Banco Mundial apoyó el desarrollo del Sistema Nacional de Información Ganadera

(SNIG), el cual ha permitido que Uruguay sea el único país de las Américas con 100% de la trazabilidad individual del ganado, y uno de pocos en el mundo. Actualmente, el Ministerio de

Agricultura en Uruguay, con el apoyo del Banco Mundial, ha tomado un paso más allá en el desarrollo de tecnologías para el sector agropecuario, y ha desarrollado el Sistema Nacional de Información

Agropecuaria (SNIA), una plataforma web que consolida datos tales como predicciones de clima así como avisos tempranos, entre otros. Aunque el SNIA aún no está disponible al público en general, las bases de datos producidas ya están ayudando a los agricultores y ganaderos a mitigar los impactos

de los fenómenos meteorológicos en su producción.

Page 11: La Economía en la que vivimos, Uruguay bajo la lupa...

US$ 21 719 dólares

(PPA, 2015) (Fuente: FMI)

PIB por

sectores

agricultura 8,2 %, industria 21,6 %,servicios 70,2 % (2012)

Inflación (IPC) 9.4 % (2015)

IDH 0.793 (Alto) (2015)

Población bajo

la línea de

pobreza

11.5 % (2013)

Coef. de Gini 0.379 (2012)

Fuerza Laboral 1 691 000 (2012)

Desempleo 8.6 % (junio-julio 2016)

Industrias

principales

procesamiento de alimentos, máquinas eléctricas, equipamientos de

transporte, derivados de petróleo, textiles, productos químicos, bebidas

Comercio

Exportaciones 9907 millones (2012)

Productos

exportados

carne, soja, celulosa, arroz, trigo, madera, productos de granja, lana

Destino de

exportaciones

Brasil 18,5 %, República Popular de China 17,9 %, Argentina 6,8 %,Alemania 4,9 %

(2012)

Importaciones 12 220 millones (2012)

Productos

importados

derivados del petróleo, petróleo crudo, vehículos de pasajeros y de carga,

piezas de vehículos, teléfonos celulares

Origen de

importaciones

República Popular de China 16,1 %,Argentina 15,8 %, Brasil 14,6 %,Estados

Unidos 8,9 %, Paraguay7,2 % (2012)

Conclusión: el peor año fue sin dudas el 2002 ( por el motivo principal de la crisis

económica y financiera )

Page 12: La Economía en la que vivimos, Uruguay bajo la lupa...

Y se puede decir que el mejor año fue 2010. A continuación dejare graficas que

lo explican detalladamente.