LA EDUCACIÓN AMBIENTAL Y LA ESCUELA

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LA EDUCACIÓN AMBIENTAL Y LA ESCUELA Nancy Oilda Benitez Ojeda Directora General de Currículum, Evaluación y Orientación Ministerio de Educación y Cultura Hablar de Educación Ambiental remite a un tema sensible para cualquier política de desarrollo social y, en ese marco, la educación formal no escapa de los requerimientos de la sociedad actual en cuanto a su tratamiento. El currículum escolar paraguayo contempla contenidos de la Educación Ambiental desde la Educación Inicial hasta la Educación Superior, específicamente en la formación de profesores, pasando por la Educación Escolar Básica y la Educación Media. En todos estos niveles se plantea el desarrollo de este tema desde dos perspectivas: como contenidos de disciplinas específicas y como transversal. El reconocimiento de la transversalidad de la Educación Ambiental es, sin lugar a dudas, un tópico para el debate pues, por un lado, hay quienes perciben la transversalidad como una excelente oportunidad para el desarrollo constante y permanente de los temas que socialmente se consideran relevantes para insistir y, por el otro lado, se escuchan voces en contra de esta manera de tratar los contenidos pues alegan que la transversalidad es un justo espacio para “no hacer nada”. Quienes alientan esta última postura indican que muchas veces la declaración hecha en los documentos curriculares (diseños o programas de estudio) no necesariamente es desarrollada tal cual en las aulas. No obstante, no puede dejar de reconocerse que la dimensión transversal del currículum plantea reflexiones que no son nuevas en el campo de la pedagogía, de la didáctica o incluso de la filosofía (como es el tema de la Educación Ambiental); pero su principal aporte consiste en hacer explícitas una serie de aspiraciones de cambio en las prácticas sociales y en el perfil del futuro o del actual ciudadano, aglutinándolas y proporcionando un espacio dentro de los actuales diseños curriculares que facilita su desarrollo, tanto en sus dimensiones teórica como práctica. Cualquier debate acerca de la pertinencia del tratamiento de la Educación Ambiental como contenidos verticales o como contenidos transversales, hace referencia también, implícita o explícitamente, a las finalidades educativas y a las formas de transmisión del saber. En este sentido, para comprender el espíritu de la Educación Ambiental como eje transversal en el sistema educativo paraguayo es necesario retomar, por un lado, los planteamientos acerca de la educación en valores y, por otro, el pensamiento sobre la globalidad del conocimiento, junto a la relación de éste con las conductas de las personas.

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Nancy Oilda Benitez Ojeda Ministerio de Educación y Cultura Directora General de Currículum, Evaluación y Orientación

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LA EDUCACIÓN AMBIENTAL Y LA ESCUELA

Nancy Oilda Benitez Ojeda

Directora General de Currículum, Evaluación y Orientación

Ministerio de Educación y Cultura

Hablar de Educación Ambiental remite a un tema sensible para cualquier política de desarrollo

social y, en ese marco, la educación formal no escapa de los requerimientos de la sociedad actual

en cuanto a su tratamiento. El currículum escolar paraguayo contempla contenidos de la Educación

Ambiental desde la Educación Inicial hasta la Educación Superior, específicamente en la formación

de profesores, pasando por la Educación Escolar Básica y la Educación Media. En todos estos niveles

se plantea el desarrollo de este tema desde dos perspectivas: como contenidos de disciplinas

específicas y como transversal.

El reconocimiento de la transversalidad de la Educación Ambiental es, sin lugar a dudas, un tópico

para el debate pues, por un lado, hay quienes perciben la transversalidad como una excelente

oportunidad para el desarrollo constante y permanente de los temas que socialmente se

consideran relevantes para insistir y, por el otro lado, se escuchan voces en contra de esta manera

de tratar los contenidos pues alegan que la transversalidad es un justo espacio para “no hacer

nada”. Quienes alientan esta última postura indican que muchas veces la declaración hecha en los

documentos curriculares (diseños o programas de estudio) no necesariamente es desarrollada tal

cual en las aulas.

No obstante, no puede dejar de reconocerse que la dimensión transversal del currículum plantea

reflexiones que no son nuevas en el campo de la pedagogía, de la didáctica o incluso de la filosofía

(como es el tema de la Educación Ambiental); pero su principal aporte consiste en hacer explícitas

una serie de aspiraciones de cambio en las prácticas sociales y en el perfil del futuro o del actual

ciudadano, aglutinándolas y proporcionando un espacio dentro de los actuales diseños curriculares

que facilita su desarrollo, tanto en sus dimensiones teórica como práctica.

Cualquier debate acerca de la pertinencia del tratamiento de la Educación Ambiental como

contenidos verticales o como contenidos transversales, hace referencia también, implícita o

explícitamente, a las finalidades educativas y a las formas de transmisión del saber. En este sentido,

para comprender el espíritu de la Educación Ambiental como eje transversal en el sistema

educativo paraguayo es necesario retomar, por un lado, los planteamientos acerca de la educación

en valores y, por otro, el pensamiento sobre la globalidad del conocimiento, junto a la relación de

éste con las conductas de las personas.

La forma de entender la actividad pedagógica en relación con la Educación Ambiental admite dos

grandes enfoques, con aspiraciones y planteamientos muy diferentes, que se pueden encuadrar

esquemáticamente bajo los términos “enseñar” y “educar”. Mientras que la enseñanza suele

implicar simplemente mostrar o exponer conocimientos, principalmente de tipo conceptual o

procedimental, la educación abarca una actividad más compleja, que contempla el desarrollo de

todas las capacidades de la persona, incluidos los valores y las actitudes, y persigue preparar a la

persona para la vida en sociedad.

La Educación Ambiental en las escuelas paraguayas no puede ni debe transcurrir al margen de la

ética que es, sin duda, el momento último y más importante, no de ésta o aquella cultura, sino de la

cultura humana universal. Educar en ambiente significa, pues, formar el carácter para que se

cumpla un proceso de socialización imprescindible, formar para promover un mundo más crítico

con los defectos del presente y comprometido con el proceso moral y de las estructuras y actitudes

sociales.

La nueva escuela pública paraguaya propone “educar” a sus estudiantes y no solamente “enseñar”.

En el ámbito de la Educación Ambiental se proponen algunas capacidades que los estudiantes

deben ir desarrollando durante el trascurso de su formación. A continuación el detalle de las

mismas:

1. En la Educación Inicial: Los niños y las niñas de este nivel se inician con una aproximación al

conocimiento y cuidado del entorno. Se enfatiza el conocimiento y la aplicación del agua y

del suelo dentro de su entorno natural.

2. En la Educación Escolar Básica:

En el 1º ciclo: en el área Medio Natural y Salud: se aborda en forma gradual y progresiva, el conocimiento de los recursos naturales, su conservación y preservación. Así como la concienciación en cuanto a la importancia del cuidado del entorno. Se enfatiza el conocimiento acerca del agua y del suelo dentro de su entorno natural.

En el 2º ciclo: a través del área Ciencias Naturales se profundiza en el conocimiento y la toma de conciencia del cuidado de los recursos naturales, así como su conservación y preservación. Se estudia en forma específica el agua, aire y suelo. Se enfatiza la toma de conciencia en cuanto a los problemas ambientales y sus alternativas de solución asumiendo conductas proactivas en el mejoramiento de su ambiente.

En el 3º ciclo: en el área de Ciencias de la Naturaleza y la Salud, se abordan temas como su diversidad biológica, desarrollo sostenible y sustentable, especies en peligro de extinción, áreas silvestres protegidas, parques nacionales, reservas biológicas, deforestación y recursos naturales en general. Se pretende en este ciclo que los jóvenes asuman posturas críticas y tomen conciencia en cuanto a su rol protagónico para la defensa de la ecología de nuestro país, a través de acciones como ser: proyectos, campañas, foros, congresos, otros.

3. En la Educación Media: La Educación Ambiental se aborda como capacidad a ser trabajada

en todas las instituciones de nuestro país. Esta capacidad consiste en el planteo y la

solución de problemas acontecidos en el ambiente acerca de la contaminación y su

impacto ambiental así como las características de la biosfera.

En el Plan Específico del énfasis Ciencias Básicas y Tecnología, a través de la disciplina de

Educación Ambiental y Salud, se busca la profundización de saberes y se trabaja con

especial énfasis la puesta en práctica de acciones que operacionalicen esos saberes, a

través de la planificación, ejecución y evaluación de proyectos, programas y campañas

sobre cómo evitar nuevos daños a la naturaleza así como recuperar, reparar y mitigar los

problemas ambientales.

Es importante mencionar que se han producido materiales de apoyo para la implementación de la

Educación Ambiental en los diferentes niveles educativos:

Fascículo Componente Fundamental de la Educación Escolar Básica. El Currículum de la Educación Media y los transversales

Además el Ministerio de Educación y Cultura ha realizado trabajos conjuntos, tomando como eje la

Educación Ambiental; mencionamos en este sentido a la Fundación KONRAD ADENAUER, con el

cual se produjo el material “Salvemos al Planeta” y con la Itaipú Binacional se publicó el material de

Adecuación Curricular para la Educación Escolar Básica, con el apoyo de la Cooperación Técnica

Alemana (GTZ), en el marco del Proyecto: Manejo Sostenible de los Recursos Naturales en el Chaco

Sudamericano, se elaboró el “Atlas Ambiental del Paraguay”.

En todo este planteamiento el factor clave constituye el educador o la educadora. Este contribuye a

formar el carácter de sus estudiantes, les transmite una manera de ser, tanto con su propio

comportamiento, como con las reglas de convivencia que, explícita o tácitamente, funcionan en la

escuela. Por tanto, en este momento, la cuestión no es si la escuela debe o no plantear la

Educación Ambiental a sus estudiantes sino, principalmente, consiste en ver si asume dicha tarea

de forma explícita y con la responsabilidad que le corresponde.