La enseñanza y la investigación sobre África y Afroamérica de la Universidad Nacional de La...

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La enseñanza y la investigación sobre África y Afroamérica de la Universidad Nacional de La Plata-Argentina Titulo Maffia, Marta - Autor/a; Autor(es) Los estudios afroamericanos y africanos en América Latina: herencia, presencia y visiones del otro En: Buenos Aires Lugar CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales Centro de Estudios Avanzados, Programa de Estudios Africanos Editorial/Editor 2008 Fecha Colección UNLP, Universidad Nacional de La Plata; Afroamericanos; Estudios africanos; Enseñanza superior; Investigación; Comunidades negras; Cultura; Historia; Postgrado; América Latina; África; Temas Capítulo de Libro Tipo de documento "http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/clacso/coediciones/20100823040107/21maf.pdf" URL Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.0 Genérica http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/deed.es Licencia Segui buscando en la Red de Bibliotecas Virtuales de CLACSO http://biblioteca.clacso.edu.ar Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) Conselho Latino-americano de Ciências Sociais (CLACSO) Latin American Council of Social Sciences (CLACSO) www.clacso.edu.ar

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La enseñanza y la investigación sobre África y Afroamérica de la UniversidadNacional de La Plata-Argentina - Maffia, Marta

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  • La enseanza y la investigacin sobre frica y Afroamrica de la UniversidadNacional de La Plata-Argentina

    Titulo

    Maffia, Marta - Autor/a; Autor(es)Los estudios afroamericanos y africanos en Amrica Latina: herencia, presencia yvisiones del otro

    En:

    Buenos Aires LugarCLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias SocialesCentro de Estudios Avanzados, Programa de Estudios Africanos

    Editorial/Editor

    2008 FechaColeccin

    UNLP, Universidad Nacional de La Plata; Afroamericanos; Estudios africanos;Enseanza superior; Investigacin; Comunidades negras; Cultura; Historia;Postgrado; Amrica Latina; frica;

    Temas

    Captulo de Libro Tipo de documento"http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/clacso/coediciones/20100823040107/21maf.pdf" URLReconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.0 Genricahttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/deed.es

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    MARTA M. MAFFIA*

    LA ENSEANZA Y LA INVESTIGACINSOBRE FRICA Y AFROAMRICA EN

    LA UNIVERSIDAD NACIONAL DELA PLATA-ARGENTINA**

    INTRODUCCIN

    Tomando como punto de partida la pregunta que el comit organizadorde este encuentro propuso, qu temas se han estudiado, con relacin a frica yAfroamrica, y hasta dnde se ha avanzado en los distintos centros acadmicos denuestra regin, pensamos en indagar la cuestin en la Universidad Nacional deLa Plata (Argentina). En este sentido, se busca aportar al panorama ofrecido porotros trabajos Anglarill1 (1983), Gallardo (1985), Capelli de Steffens (1987),Vela (1995, 2001), Picotti (1998), Liboreiro (1999), Clementi (2001), Frigerio(2000), Pineau (2001, 2006), Windus (2003), Onaha (2006), Ottenheimer

    * Docente e investigadora de la Universidad Nacional de La Plata, investigadora de CONICET.** Agradecimientos: a la licenciada Anita Ottenheimer por su colaboracin inestimable, a la doc-

    tora Susana Garca por la atenta lectura del manuscrito y por sus sugerencias, al personal de laSecretara de Ciencia y Tcnica de la UNLP, a Karina y bibliotecarias de la Hemeroteca de laFacultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin, a la directora y personal de la Bibliotecade la Facultad de Ciencias Naturales y Museo y a todos los profesores, docentes auxiliares einvestigadores con los que tuvimos oportunidad de conversar o comunicarnos por distintasvas, nuestras gracias por el apoyo prestado en esta primera etapa de la investigacin.

    1 Aunque no hemos podido acceder al documento de trabajo presentado por Anglarill al CONI-CET, Vela (2001) refiere que ella realiz un relevamiento en seis universidades, cuatro de ellaspblicas: Buenos Aires, Rosario, Crdoba y Lujn; y dos privadas, El Salvador y Morn. Respectoa la enseanza encontr que la currcula de la carrera de Historia inclua estudios sobre fricacontempornea conjuntamente con Asia, situacin similar como veremos ms adelante a laplanteada en la Universidad de La Plata.

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    (2006), Pacheco (en prensa) que nos informan tanto sobre el estado y los enfo-ques de las investigaciones en las temticas africanas y afroargentinas como sobresus espacios de enseanza en el pas. Para ello hemos consultado no slo biblio-grafa general, tesis y trabajos cientficos sobre el tema, sino tambin el Estatutode la Universidad, publicaciones, planes y programas de estudio de diversas fa-cultades, y hemos realizado entrevistas personales y por diversos medios tecnol-gicos/informticos a docentes de las ctedras involucradas e investigadores, aquienes desde ya agradecemos su buena disposicin.

    Tal como expresaba Nilda Anglarill para 1983 quien se aproxime al an-lisis de los estudios africanos en la Argentina seguramente tendr la impresin dela existencia de esfuerzos y materiales dispersos por una parte, y por otra, la deque no siempre han seguido el mismo curso de los otros pases de Amrica,exponiendo como algunas de las principales razones, la existencia de una comu-nidad numricamente reducida respecto a otros pases de Amrica as como laausencia de relaciones tempranas con el frica Subsahariana. Ambas, no por ob-vias y simples, menos verdaderas (Vela, 2001: 52). A ellas podramos agregarcomo plantea Pineau (2001: 64) la falta de continuidad institucional que nopermiti que estos estudios pudieran consolidarse. En Argentina, si bien losestudios acerca de la presencia africana se han acrecentado y han adquirido ma-yor notoriedad en las ltimas dcadas han sido siempre menores en comparacincon otros de Amrica Latina y el Caribe, bajo el supuesto de que tal presencia nohaba sido importante (Picotti, 1998: 31).

    Aunque la situacin en el presente ha variado significativamente, renovn-dose en forma positiva, por lo menos a partir de la dcada del noventa creci-miento reconocido por la mayor parte de los autores mencionados2 todava nosencontramos frente a un panorama heterogneo, ms abundante de lo pensado,aunque an disperso, como bien expresa Pacheco en su Bibliografa afro rio-platense (1999-2003), y poco conocido, sobre todo en los medios acadmicosextranjeros, invisible fuera (y en algunos casos hasta dentro) de la Argentina y elUruguay3.

    Respecto a la enseanza de la temtica, encontramos que la mayor parte delos autores han puesto el nfasis principalmente en las universidades de Buenos

    2 En los ltimos diez aos segn Vela, el panorama de los estudios e investigaciones sobre temasafroargentinos y africanos realizados en nuestro pas parece haberse renovado positivamente. Re-novaciones tericas, metodolgicas y temticas (Vela, 2001).3 Al respecto Robert Pacheco (en prensa) de la Florida International University (USA), nos alertade la existencia de un prejuicio notable en contra de la erudicin procedente de Latinoamrica,especialmente si esa erudicin est en castellano, por lo que no encontramos esa produccin enlas bases de datos; esos manantiales modernos aunque abundantes no incluyen todo lo publica-do en el mundo, especialmente lo editado en castellano en Latinoamrica.

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    Aires, Crdoba, Rosario, entre otras y es muy escasa la mencin a la UniversidadNacional de La Plata, con excepcin de los recientes trabajos de Onaha-di Massiy Ana Ottenheimer, presentados en el ltimo Congreso Nacional de ALADAALa investigacin de Asia y frica aplicada a la enseanza formal en junio de2006 en Buenos Aires4.

    La falta o ausencia de un panorama general respecto a la misma nos llev aemprender esta bsqueda5 que no pretende ser exhaustiva sino una contribucinal mapa6 que proponen construir los organizadores de este encuentro. En el futu-ro otros colegas podrn continuar la exploracin y el anlisis cualitativo de loproducido en esta Universidad, tarea que sin lugar a dudas deber emprenderseinterdisciplinariamente, en virtud de las carencias que cada uno de nosotros po-see, por la propia insercin en el campo7, para el abordaje y profundizacin decuestiones especficas pertenecientes a otras disciplinas.

    En primer trmino nos referiremos en lneas generales al perfil de la Uni-versidad Nacional de La Plata, destacando sus caractersticas particulares en laconstelacin de centros universitarios en la Argentina; en segundo lugar, a larbita de la enseanza, presentando un panorama en relacin con las carreras degrado y posgrado, que han incluido frica (especficamente nos referiremos africa Subsahariana) y Afroamrica en sus planes de estudios. Y finalmente, nosabocaremos a caracterizar la investigacin en el rea y algunas de las principalesactividades vinculadas a la misma.

    La Universidad Nacional de La Plata fue creada en el ao 1905, tomandocomo base la propuesta de Joaqun V. Gonzlez de construir una UniversidadNacional con un perfil cientfico, que conjugara una docencia universitaria siste-mtica con la investigacin bsica, intentando marcar con este perfil una diferen-cia con respecto a las otras universidades con las que ya contaba Argentina, las de

    4 El primero, segn dicen sus autores se trata de un informe sobre el trabajo que actualmente seest realizando en la ctedra Historia de Asia y frica (Facultad de Humanidades y Ciencias de laEducacin) y el Departamento de Asia y el Pacfico del Instituto de Relaciones internacionales(IRI); el segundo, se refiere exclusivamente a la Facultad de Ciencias Naturales y Museo (UNLP).5 Debo aclarar que en esta bsqueda ha participado activamente la licenciada Cristina Ottenhei-mer, miembro de nuestro equipo de investigacin quien realiza actualmente su tesis doctoral sobrelos cientficos en la Universidad Nacional de La Plata.6 Ya la UNESCO en 1966 en el Coloquio sobre las relaciones culturales entre frica y Amrica,entre las recomendaciones de acciones a corto plazo que propone, se encontraba la de realizar uninventario de los institutos culturales especializados en los problemas afro-latinoamericanos y delas fuentes de documentacin disponibles, a fin de poder ser utilizados tanto en labores inmediatascomo posteriores. Citado por (Picotti, 1998: 31).7 La autora es antroploga.

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    Crdoba y Buenos Aires8, orientadas fundamentalmente a la formacin profesio-nal9. La propuesta se presentaba en el contexto de un clima de polmica conrespecto a las misiones asignadas a las instituciones argentinas de educacin supe-rior. Esta polmica estaba protagonizada por los miembros de las elites gobernan-tes de la poca, que discutan sobre los sentidos de la universidad, y dentro de estadiscusin, sobre la organizacin, la pertinencia social, los mecanismos de admi-sin y varios otros tpicos relativos al funcionamiento de la educacin superior(Garca, 2004).

    Por otra parte, esta propuesta de crear una nueva universidad nacional searticulaba en el marco de una tradicin que le otorgaba a la educacin superioruna funcin primaria en la formacin de las elites dirigentes del pas, acorde a laconstruccin de un Estado-Nacin moderno, segn lo pretendan los integrantesde la generacin del ochenta.

    Ya en el modelo sarmientino y alberdiano se propona como funcin parala educacin minimizar o directamente eliminar las diferencias existentes entreinmigrantes y criollos y fundar una conciencia nacional argentina, en la que sinlugar a dudas no entraban ni indios ni negros, y en este marco, la escuela y launiversidad se convertiran en los instrumentos de homogeneizacin sociocultu-ral ms importantes10. Pero mientras que la educacin bsica estaba orientada aformar a toda la poblacin en una ideologa nacional, la educacin superior,sinnimo hasta avanzado el siglo XX de educacin universitaria, se fundaba enun modelo restringido de acceso, y sus alumnos se consideraban destinados aintegrar el semillero del cual se nutriran los cuadros polticos y cientficos queregiran los destinos del pas as como la segunda lnea constituida por la burocra-cia estatal.

    Con respecto a esta funcin tradicional, la nueva universidad no se aparta-ra de la misma. Sin embargo, en ese marco, se la concibi como un intento derenovacin de las orientaciones en los estudios y por ende, de la misin de lainstitucin universitaria: apuntaba a formar un nuevo tipo de intelectual, quesobre la base del saber cientfico, pudiera gestionar el desarrollo econmico delpas y la resolucin de los problemas sociales (Garca, 2004: 66).

    8 La Universidad Nacional de Crdoba fue fundada por los jesuitas en 1613 y nacionalizada en1854 y la de Buenos Aires tambin provincial, fue fundada por Rivadavia en 1821 y nacionalizadaen 1881.9 Para ms detalles sobre el tema cfr. (Garca, 2004).10 Para ampliacin de este tema cfr. Puiggrs (1991); Juliano (1993); Devoto (2003); Romero(2004), entre otros.

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    LA ENSEANZA DE FRICA / AFROAMRICA EN LA UNLP

    GRADO

    Retomando lo expresado en pginas anteriores, son numerosos los estu-dios que provienen de diversas disciplinas como la Historia, la Antropologa, lasCiencias de la Educacin, la Filosofa, desde donde prestigiosos autores han tra-tado el tema de la historia fundacional del pas a partir de la llegada de loseuropeos, y que analizan cmo se ha forjado la idea de una nacin blanca, en lacual no entrara la barbarie de los pueblos originarios ni la de los criollos, ni lade los negros, minimizando el aporte de todos ellos como una cultura marginali-zada, invisibilizndolos durante mucho tiempo o visibilizndolos parcial y ne-gativamente, en especial a la poblacin de origen africano. Pero tambin los in-migrantes europeos y de otras regiones que entraron masivamente en el pas des-de fines del siglo XIX y las primeras dcadas del siglo XX, deban ser argentini-zados y ese rol lo deba cumplir el Estado Nacional, a travs de sus institucionescomo la escuela, el servicio militar obligatorio, los smbolos patrios (Devoto,2003).

    Para muchos de nuestros intelectuales la verdadera transformacin patri-tica se dara a partir de la revisin de los contenidos curriculares, esto es: el au-mento de las horas ctedra destinadas a la Historia y la Geografa argentinas, elIdioma Castellano, y la Instruccin Cvica. En este sentido, Romero (2004: 20)sostiene que tanto la Historia como la Geografa y el Civismo colaboraron en laconformacin de un sentido comn en relacin a la idea de Nacin ya que en laspropias disciplinas cientficas estaban arraigados los criterios ideolgicos.

    A partir de las corrientes tericas del positivismo y el historicismo vigentesen el mundo acadmico europeo del siglo XIX que respondan perfectamente a lanecesidad de construccin y reforzamiento de los estados nacionales, se constitu-y un marco de referencia en el cual la Historia y la Geografa (para ese entoncesconsiderada auxiliar de la historia), lo mismo que la naciente Antropologa, de-ban cumplir una funcin especfica: la de un saber clasificatorio y descriptivo,tanto sea de paisajes, razas, pueblos y gneros de vida en un orden lineal y progre-sivo de lo primitivo (inferior) a lo civilizado (superior), y especialmente comodelimitadores de un espacio nacional, soporte y escenario de los hechos histri-cos (Vela, 1995).

    Sobre estos cimientos tericos se organizaron algunas de nuestras carre-ras universitarias, entre ellas los profesorados de historia y geografa de la Facul-tad de Humanidades y Ciencias de la Educacin de la UNLP, que nacieron liga-dos a la enseanza secundaria; es por ello que el ttulo otorgado era el de profesorno el de licenciado, que fue muy posterior11.

    11 Para ms detalles cfr. la tesis de Garca, S. (2004).

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    La primera aparicin de frica como objeto de enseanza, es decir, espe-cficamente unidades temticas dentro de un programa referidas al continenteafricano, la encontramos en la carrera del Profesorado en Geografa, a partir dela aprobacin del Plan de Estudios en el ao 1953, en la materia denominadaGeografa del Hemisferio Occidental II (frica, Australia y Oceana), ubicadaen el cuarto ao de estudios y de carcter obligatorio. Debemos recordar que lafinalidad formativa de esta asignatura como tambin de la historia, estaba muyvinculada a la larga tradicin escolar fundada en una perspectiva universalista,de una cultura general pero desde una perspectiva netamente eurocntrica(Dupuy, 2003: 2) determinando para el caso especfico de la geografa, que loseducandos deban conocer todas las reas geogrficas del planeta.

    Al plan del cincuenta y tres, siguen los de 1960, 1970, 1978 y 1982, todosdel Profesorado, y el efmero Plan de la Licenciatura de 1969. Ellos agruparon segn palabras del gegrafo H. Dupuy a los continentes lejanos en las asigna-turas denominadas Geografa del Hemisferio Oriental, con dos niveles: I, Europay Asia (o Eurasia, en los ltimos programas) y II, frica y Oceana. Se diferencia-ban as de las Geografas del Hemisferio Occidental (I y II) correspondientes alcontinente americano.

    En relacin al carcter o sesgo formativo de esta asignatura, especialmentehasta la reforma de 1985, se ha afirmado que: En las materias tales como Geo-grafa del Hemisferio Occidental I y II se estudiaba una geografa descriptiva,muy asociada a la parte fsica y estadstica, con una visin de la poblacin y de losrecursos y pases sin un anlisis crtico (Finocchio, 2001: 75).

    En 1985, con los cambios enmarcados en la post dictadura, se continatanto con la obligatoriedad como con la ubicacin en el mapa curricular, aunquela asignatura pasa a denominarse Geografa de Asia, frica y Oceana12, en laque aparece otro criterio de divisin. Respecto a frica (Asia y Oceana) se imple-mentan nuevos enfoques donde el nfasis est puesto en los aspectos social yeconmico, el planteo de centro y periferia, con un mayor aporte histrico, y laperspectiva general e integradora, aunque atendiendo a las diferencias regionales.

    En la actualidad, la asignatura se estructura en torno fundamentalmente alanlisis de problemticas de geografa poltica, abordando temticas como el co-lonialismo, las consecuencias socioeconmicas del subdesarrollo y la globaliza-cin, los problemas demogrficos, sociales, culturales de los tres continentes, elconcepto de nacin, la soberana territorial y poltica, los bloques territoriales y

    12 Una diferencia interesante a destacar es que en los estudios universitarios de Geografa, unainnovacin interesante fue la que produjo la Universidad de Buenos Aires: en los nuevos planes nose incluy ninguna asignatura especfica para frica y Asia, aunque s una Geografa del subdesa-rrollo, ejemplificada casi exclusivamente con el caso de Amrica Latina (Vela, 1995: 34).

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    las asociaciones supranacionales, entre otros temas. Los ltimos aportes se rela-cionan con los estudios culturales, siempre presentes pero ahora intensificadospor los planteos ms recientes en ese campo (Dupuy, 2003).

    En la carrera de Historia de la misma Facultad habr que esperar a la refor-ma de 1985 para incorporar contenidos sobre frica Subsahariana en el plan deestudio, en el cual slo estaba presente Egipto, inserto en una problemtica socio-cultural ajena al resto del continente13.

    En la dcada del noventa durante la jefatura del Departamento del doctorJos Panettieri se crea una materia de grado, de carcter optativo, que aborda losprocesos socio-histricos no slo de frica sino tambin de Asia desde el sigloXVI hasta la actualidad.

    La primera profesora fue la doctora Mara Elena Vela. Posteriormente sehizo cargo la magister Marisa Pineau quien ya colaboraba desde aos anterioresen su dictado y en la actualidad la doctora Cecilia Onaha.

    En el programa de 1993 Vela plantea referirse exclusivamente al fricaSubsahariana en virtud de la amplitud del escenario geogrfico, la complejidadde una realidad histrica de gran diversidad y el escaso tiempo disponible yseala como objetivos: conocer el proceso histrico de la interrelacin entre lassociedades locales y las sociedades colonizadoras, la descolonizacin y el surgi-miento de los nuevos pases del frica Subsahariana as como la crisis actual. Alao siguiente el programa fue modificado, centrndose en sociedades y estadosdel frica Subsahariana actual dedicndole especial atencin a la Repblica deSudfrica por haber iniciado recientemente el camino hacia la constitucin deuna sociedad multirracial y democrtica. En el ao 1995 la doctora realiza mo-dificaciones, incorporando nuevos temas ya que incluye como caso especficodel continente asitico: la India, proponiendo como objetivos: conocer el proce-so histrico de las formas sociales en la etapa precolonial y las condiciones de laexpansin europea, el proceso de estructuracin, resistencia y reestructuracin delas sociedades locales en su relacin a las potencias colonizadoras y el procesohistrico de descolonizacin de frica Subsahariana y la India.

    A partir del ao 1996 queda a cargo la magister Marisa Pineau y el objeti-vo nuevamente se centra en introducir al alumno en el conocimiento y estudio de

    13 Similar situacin es analizada por Vela en su artculo Qu saban y pensaban sobre frica y Asiaalgunos egresados en 1992? (1995: 34): Dada la autonoma que en cuestiones acadmicas po-sean las universidades estatales de nuestro pas, adems de las ctedras dedicadas a la Historiaantigua Oriental de relativamente larga tradicin en los estudios de Historia en algunas de ellasse fueron creando asignaturas destinadas a incluir el conocimiento sobre los procesos histricos defrica y Asia en pocas ms actuales. Con diferentes designaciones, por lo menos una Historia deAsia y frica contemporneas (casi siempre optativa) figuraba en los planes de estudio de lasuniversidades de Rosario, Buenos Aires, Lujn, Crdoba y La Plata. [...] En general estas innova-ciones se introdujeron al reinstaurase el gobierno democrtico en la dcada del 80.

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    las sociedades y culturas africanas a lo largo del tiempo. En el ao 1998, divide elprograma en dos partes, una dedicada a la historia de frica en el siglo XX y laotra al estudio de caso de Sudfrica.

    En el ao 2001 la materia comenz a ser dictada por la doctora CeciliaOnaha. Ella presenta un nuevo programa con dos objetivos, uno referido a fri-ca, similar al planteado por Pineau pero en el que se incluye Asia y un segundoreferido especficamente a la historia de Japn. De los diecisiete temas slo cincoaluden a frica, a la inversa de lo ocurrido en planes anteriores, lo que sin lugar adudas tiene que ver con la especializacin del profesor que est a cargo. Onaha sepropone revertir esta situacin a travs de la incorporacin de una nueva moda-lidad de trabajo cooperativo, organizando por ejemplo cursos con profesoresinvitados de especializacin en historia de frica, de perfeccionamiento docente,formas de acceso a bibliografa con la que no se cuenta en esta unidad acadmica(ni en otras de la Universidad), entre otras propuestas14.

    Respecto a los temas de Afroamrica, es en esta misma facultad en la carre-ra de Historia, donde encontramos la materia llamada en la actualidad Histo-ria Americana I-Perodo colonial, a cargo de la profesora Silvia Mallo. La mismase viene dictando con continuidad desde fines de los ochenta por los profesoresCarlos Mayo como titular y Silvia Mallo como adjunta.

    Los principales objetivos del programa 2005 son: trasmitir una visinglobalizadora de los problemas americanos marcando las diferencias regionales yla originalidad de determinados procesos; analizar y caracterizar los elementosdel sistema colonial en el caso americano como parte del amplio proceso de ex-pansin; delinear la especificidad del tejido social hispanoamericano y sus formasde interaccin. En ese contexto se abordan temticas vinculadas a la poblacinafroamericana como: la trata negrera, esclavos rurales y urbanos, esclavos en lasplantaciones, teniendo en cuenta diversos ejes como la familia, el trabajo, la reli-giosidad, la salud, la ocupacin del espacio, el comercio, entre otros, desde unaperspectiva que busca captar la dinmica de los procesos. La riqueza de los conte-nidos es apoyada por una amplsima y actualizada bibliografa.

    Es evidente que Anglarill no relev la situacin en la UNLP cuando sea-la: As como cuando nos referimos a los estudios etnolgicos sealamos la inexis-tencia de una tradicin universitaria de esos temas, ya que en la carrera de An-tropologa de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo, los contenidos sobrefrica estn presentes desde la reforma curricular de 1958. En ese plan de estu-

    14 En un reciente informe expuesto en el Congreso Nacional de ALADAA-Argentina en junio de2006, Onaha seala la duplicacin de la matrcula desde el 2001 al 2005 (de 46 a 109 alumnos)teniendo en cuenta que es una materia optativa de la carrera, datos que muestran de algn modoel creciente inters entre los estudiantes por la temtica.

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    dios aparece frica junto a Asia y Oceana en una asignatura denominada Etno-grafa del Viejo Mundo, la que sin perder continuidad pas a ser despus devarias reformas, Etnografa II15. Durante muchos aos estuvo como profesor eldoctor Omar Gancedo y en la actualidad est a cargo la licenciada Mara RosaMartnez.

    En relacin al enfoque de las asignaturas etnogrficas, ha primado al igualque en el caso de la geografa un claro sesgo hacia los aspectos descriptivos, ya nodel ambiente fsico sino de los grupos culturalmente diferenciados propios delfrica.

    A diferencia de las carreras de Humanidades la carrera de Antropologaestuvo siempre orientada hacia la investigacin y no a la enseanza, por ello elprimer ttulo emitido fue el de Doctor y posteriormente el de Licenciado.

    En este caso, la enseanza sobre frica adquiere una relevancia vinculadaal conocimiento, por parte de los alumnos, de la diversidad cultural, diversidadque es fundamento constituyente y a la vez campo de accin de las disciplinasantropolgicas. Otro rasgo importante de esta Casa de altos estudios es la decidi-da inclusin del trabajo de campo en el dictado de las disciplinas impartidas en laFacultad, con la obligatoriedad para poder egresar y por ende, como un aspectofundamental en lo que atae a la formacin. El trabajo de campo aparece en elimaginario de la comunidad acadmica como un componente insustituible deltrabajo de investigacin y se considera que el entrenamiento en los mtodos ytcnicas propias del abordaje de los objetos disciplinares no estara completo si elalumno no posee su prctica en el campo. Este campo se configura como elafuera, por oposicin al trabajo de laboratorio, y en l se espera encontrar lasprimeras respuestas a los interrogantes que fundan las disciplinas (Ottenheimer yotros, 2004; Ottenheimer, 2006). Simultneamente se percibe al campo comoun espacio generador en s mismo de interrogantes, y el lugar por excelenciadonde el objeto disciplinar se presenta.

    Por ltimo, otro rasgo de esta unidad acadmica es la fuerte asociacin quese da entre lo que los profesores producen en el campo de la investigacin y lo queluego ensean, ya que la legitimidad de los docentes se funda en gran parte en loque acrediten en la rbita de la investigacin (Ottenheimer et al., 2004).

    15 Debemos sealar que en el plan de estudios de la carrera de Antropologa de la dcada delsesenta, de la mencionada facultad tambin aparece la materia Etnologa. Ella se reservaba eltratamiento de cuestiones tericas, entre otros temas se estudiaba la nocin de cultura, en susdiversos enfoques, estructura, funcin; las teoras y las escuelas. A partir del ao 1985 esta materiase dej de dictar y se incorporaron Teora Antropolgica y Orientaciones en la Teora.Mientras que la etnografa se entenda como una disciplina descriptiva, visualizndose al etngrafocomo recolector de datos de campo.

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    Como ya mencionamos en el plan del 58 la materia denominada Etnogra-fa del Viejo Mundo (frica, Asia y Oceana) mantiene en su organizacin ladistincin primaria basada, por un lado, en lo geogrfico y por otro en rasgossocioculturales, en virtud de que se percibe cada continente como una unidadpero a la vez dotada de singularidades socioculturales y sociohistricas (Otten-heimer, 2006).

    Se observa que en los programas de estudios vigentes entre 1958 y princi-pios de la dcada del setenta el nfasis sigui puesto en la descripcin detallada delos grupos culturales, los cuales se presentan como un conjunto de entidadescerradas que poseen caractersticas diferenciales entre unos y otros. As las unida-des estn referidas a grupos hotentotes, bosquimanos, massai, etopes, yorubas,pigmeos, etc. y los aspectos tratados son ubicacin geogrfica, economa, vivien-da, religin, lengua. Sin embargo, aunque es de destacar ya la inclusin incipien-te de temticas referidas a los procesos de cambio ocurridos en el continenteafricano a partir de los procesos de descolonizacin, los grupos se siguieron tra-tando casi como una clasificacin botnica o zoolgica, sin mostrar justamentela dinmica de las transformaciones sufridas a lo largo del tiempo.

    Ottenheimer (2006) seala que en el enfoque escogido se nos hace eviden-te la adopcin de un marco de referencia basado en la tradicin antropolgicaestadounidense16 que conceba a los grupos humanos como portadores de cultu-ra, conceptualizando cada cultura como una entidad con fronteras ntidas, to-mando como base (entre otras) la clasificacin en reas culturales como la pro-puesta por M. Herskovits.

    Y prosigue: asimismo, esa alteridad poda estudiarse en frica incontami-nada, es decir que se pensaba a los grupos tnicos africanos como ms o menospuros con respecto a la aculturacin proveniente de la expansin europea. fricaadquiere un valor superlativo en la medida que representa un espacio donde loshombres pueden ser observados/ estudiados en una suerte de estado primige-nio. Tal cual se desprende de la siguiente cita de Ruth Benedict, destacada repre-sentante de la escuela norteamericana:

    Teniendo en cuenta la vasta red del contacto histrico que las grandes civilizacio-nes han extendido sobre reas inmensas, las culturas primitivas son ahora la fuen-te nica a la que podemos dirigirnos. Son un laboratorio en el que hemos deestudiar la diversidad de las instituciones humanas. Con su aislamiento relativo,

    16 La impronta de la Escuela de Antropologa Cultural Norteamericana arraiga en la FCNyM,entre otras razones, a partir de la influencia ejercida por la figura del doctor Alberto Rex Gonzlez,patriarca de la arqueologa argentina, quin realiz estudios de posgrado en los EEUU y se incor-por a la planta de docentes-investigadores de la FCNyM en la dcada de 1950.

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    muchas regiones primitivas han tenido siglos para elaborar las cuestiones cultura-les que le son propias (Benedict, 1967: 31).

    En 1985, como ya habamos dicho, los contenidos sobre frica pasan a serparte de la materia Etnografa II, que ahora incluye no solo a frica y Asia, sinotambin a Amrica del Norte. Los contenidos mnimos establecidos en el Plan deEstudios nos indican que:

    El objetivo de esta materia es lograr conocimientos respecto de los grupos tnicosde distintas regiones del Mundo [...], que no pertenecen a la cultura occidental yque presentan o no distintos grados de aculturacin con respecto a la misma [...]Se enfatizar sobre los sistemas de relaciones polticas que condicionan el grado decohesin de las etnias, analizando la formacin de los estados, puntualizando estetema con el ejemplo africano (Plan de Estudios de la Licenciatura en Antropolo-ga, 1985).

    Aunque vemos que se va avanzando en la incorporacin de los procesoshistricos de colonizacin y descolonizacin y su relacin con las sociedades lo-cales, el eurocentrismo sealado por Vela, nuevamente se hace presente al tomarcomo referencia la cultura occidental sin un profundo anlisis crtico de la cues-tin, para medir el grado de aculturacin de estos pueblos.

    El programa vigente para la asignatura (ao 2000) se presenta como unconjunto de once unidades temticas entre las cuales destacamos slo tres desti-nadas al estudio de grupos africanos. Los grupos considerados son los bosquima-nos, hotentotes y masai y se distingue un mdulo que encara la conceptualiza-cin de los procesos socio histricos recientes ocurridos en el continente africanocon los que se relacionan los grupos mencionados.

    Cabe sealar que en el programa actual an se mantiene como contenido,la enseanza de las clasificaciones como herramienta de trabajo para el antrop-logo.

    Pasando a otra de las etnografas de la currcula, la denominada Etnogra-fa I17 Argentina y Sudamericana, anteriormente Americana, donde se notan cla-ramente ausentes contenidos vinculados a las poblaciones afroamericanas, o afroar-gentinas, privilegindose los grupos aborgenes de Amrica del Sur y Argentinacomo objeto de estudio18. Como bien seala Frigerio:

    17 Tambin aqu los profesores fueron el doctor Gancedo y la licenciada Martnez.18 Como seala Mallo, Silvia (2000: 8) para Hispanoamrica si bien el indgena Fue ignoradoinicialmente en el proceso de conformacin de los estados nacionales en la segunda mitad del sigloXIX que proclamaban la igualdad despus de la libertad. [...] Comenz a tallar con mayor fuerzacuando en la segunda dcada del siglo XX el voto daba otra dimensin a su presencia aparente-

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    [] comn que en los pases latinoamericanos se ignore o se desenfatice la exis-tencia contempornea de poblaciones afro-americanas dentro del territorio y sista se reconoce, se niegue su posesin de una cultura propia [...] El caso arquet-pico para el rea que aqu nos ocupa es el de Argentina donde [...] no slo se dioinjustificadamente por desaparecida a la comunidad negra y a su cultura, sino quetambin se ha minimizado su contribucin a la cultura nacional (Frigerio, 2000:30-31).

    Esta exclusin, que tambin podramos llamar invisibilizacin acadmi-ca, apelando al mismo concepto que usaron otros colegas (por ejemplo, Libo-reiro, 1999; Windus, 2003) de invisibilizacin historiogrfica19, marca an lapresencia, a pesar del camino transcurrido, de reprentaciones y prcticas en estecaso educativas, que no incluyen a estas poblaciones como actores o sujetos hace-dores de nuestra historia20.

    POSTGRADO

    Cul es el resultado de la indagatoria en materia de posgrado? Particular-mente los doctorados existieron en las carreras mencionadas desde el comienzode las mismas, aunque no con la diversidad y la importancia que lograron a partirfundamentalmente de la dcada de 1990.

    Es en el mbito de la carrera del Doctorado en Ciencias Naturales, consti-tuido en el ao 1906, donde aparece frica como objeto de enseanza. Peroveremos cmo y en qu contexto. El Doctorado aludido reconoca hacia el inte-rior diferentes especialidades, entre las cuales se encontraba la Antropologa21. Enese momento se incluyen referencias al continente africano en los programas de lactedra de Antropologa a cargo del Profesor Rodolfo Lehmann-Nitsche. fricaaparece esencialmente como un escenario en el cual se despliega la variabilidadbiolgica de la humanidad y se lo incorpora junto a otros escenarios mundialespara lograr en el alumno la adquisicin de conocimientos comparados. Los con-tenidos se organizaban en base a la presentacin de diferentes rasgos raciolgicos

    mente pasiva y surgan el indigenismo y el indianismo. Aparece entonces entre arquelogos,historiadores y antroplogos americanos la preocupacin por estudiar la poblacin indgena en elperodo pre y post-hispnico, tendencia acentuada con posterioridad a la Segunda Guerra Mun-dial en la que emerge el indio y el mestizo como sujeto histrico insoslayable en Amrica.19 Windus (2003: 9) habla de invisibilidad en la historia oficial ms que en la historiografa.20 Actualmente est en pleno debate la Reforma Curricular de todas las carreras de la Facultad,entre ellas la de Antropologa.21 En ese momento, se hablaba de Ciencias Antropolgicas, contndose entre ellas la Etnologa, laLingstica, el Folclore, la Arqueologa y otras ramas vinculadas a los aspectos biolgicos del Hom-bre como especie, Raciologa, Somatologa, etc.

    LA ENSEANZA Y LA INVESTIGACIN SOBRE FRICA Y AFROAMRICA EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL ...

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    de la especie humana (piel, pelo, etc.) incluidos en clasificaciones taxonmicasfundadas en la morfologa macro y microscpica de los elementos22. A los finesde facilitar el aprendizaje, Lehmann-Nitsche organiz un gabinete de ensean-za entre cuyos materiales didcticos se contaba una coleccin de calcos de yesosadquirida al Museo Real de Berln, calcos tomadas sobre los rostros y cuerpos demiembros de diferentes grupos de africanos, australianos, aborgenes americanosy asiticos (Garca, 2004).

    Las tesis doctorales realizadas tomaban como referente emprico gruposindgenas americanos, o crneos o esqueletos de algunas de las colecciones delMuseo pertenecientes en su mayor parte a indgenas que habitaron en el pas. Nose registran tesis sobre grupos africanos ni afroamericanos, sin lugar a dudas por-que los consideraban desaparecidos.

    Recin encontramos tesis doctorales sobre afroamericanos en la carrera deHistoria de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin. Una defen-dida en 1983 por Miguel A. Rosal sobre Negros y pardos en Buenos Aires,1750-1820 dirigida por el doctor Fernando Barba. Una segunda, en el ao 2001por Florencia Guzmn Familia, matrimonio y mestizaje en el valle de Catamar-ca. 1760-1810. El caso de los indios, mestizos y castas bajo direccin del doctorCarlos Mayo. Ambos en la actualidad son investigadores del CONICET, desem-pean sus tareas en la Universidad Nacional de Buenos Aires. Y la ms reciente,defendida en el ao 2005 por el arquitecto Osvaldo Otero sobre La viviendaportea en el virreinato. Materiales, tecnologas, uso y funcin y expresin sim-blica, dirigida por la profesora Silvia Mallo.

    En breve sntesis me referir a las mencionadas tesis. Respecto a la primera,M. A. Rosal (1983: 1) en la Introduccin nos dice: El presente trabajo sobre elnegro porteo toma aspectos parcialmente estudiados o directamente no tratadospor investigadores que han dedicado su labor al examen de la problemtica rio-platense. El objetivo es: Aportar elementos de juicio que nos permitan enfocarel proceso esclavista rioplatense hacia el fin del perodo colonial y principios de lapoca independiente. Algunos de esos aspectos son: el jurdico, el sociodemo-grfico, el religioso y el econmico, entre otros. Por ejemplo: negros y pardos enla ciudad de Buenos Aires, su caracterizacin sociodemogrfica; los precios inter-nos de los esclavos en la ciudad; el derecho al peculio por parte de los esclavos,estudiado a partir de los testamentos; los africanos en las artesanas porteas, lascreencias religiosas, en particular las cofradas y las causales que produjeron ladesaparicin de las manifestaciones de la religin africana tradicional en el Plata.

    Es interesante destacar que Rosal (1983: 5) si bien considera la existenciade lo que llama una marginacin cromtica del negro en el Ro de La Plata y

    22 Lehmann-Nitsche (1921).

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    que la combinacin del color de la piel ms pobreza fue una combinacin quesofoc las aspiraciones sociales del grupo [...] Sin embargo, hubo algunos inte-grantes de la raza negra que decidieron luchar aunque calladamente por laintegracin, la cual no fue totalmente lograda ya que despus de todo el color dela piel es imborrable. Sobre aquellos que lo lograron y dejaron huellas o testimo-nios, nos habla su investigacin.

    El inters de Florencia Guzmn (2001: 5) se focaliza en analizar el com-portamiento familiar y matrimonial de las castas y naturales en el perodo com-prendido entre la segunda mitad del siglo XVIII y las primeras dcadas del XIX,en el valle de Catamarca, de la provincia del mismo nombre en el Noroeste deArgentina, en base al estudio cualitativo de fuentes judiciales, civiles y eclesisti-cas en distintos repositorios. Cabe sealar que para 1778 el 70% de la poblacinde esta provincia era de ascendencia africana e india.

    Parte de la hiptesis que en el campo de las relaciones personales y doms-ticas es un punto de mira privilegiado para comprender las formas ms complejasdel comportamiento social. Divide la tesis en dos partes: en la primera analiza eldesenvolvimiento de los tres principales grupos tnicos (espaoles, indios y afri-canos y los derivados de stos) en el ambiente natural del valle de Catamarca. Enla segunda profundiza acerca de la dinmica de interaccin entre los grupos,incorporando categoras de anlisis como el mercado del trabajo, el matrimonioy la legitimidad/ilegitimidad. Estudia el encuentro entre el modelo patriarcalhegemnico y el complejo y variable sistema de hbitos sociales que incluy con-sensualidad, ilegitimidad y exogamia en el conjunto de los sectores subalternos.

    Particularmente respecto a la poblacin afromestiza, seala una disminu-cin considerable para la primera dcada del siglo XIX debido en gran parte alproceso de mestizaje, a una alta mortalidad infantil y a la participacin de estosgrupos en las guerras de la Independencia. Respecto al mestizaje destaca que Losafromestizos tienen una exogamia ms relevante en cuanto a las uniones matri-moniales (Guzmn, 2001: 204) en relacin con los otros grupos considerados.

    Una de sus principales conclusiones es que la proximidad cultural y socialque se observa entre estos grupos, sugiere una mayor integracin al mundo espa-ol por parte de las castas, as como una mayor diferencia del lado de los indios.(Guzmn, 2001: 204).

    Una tercera tesis doctoral es la perteneciente al arquitecto Osvaldo Oterocuyo principal objetivo segn nos expresa el mismo autor23, y la lnea de inves-tigacin que transit, tom como eje medular de estudio la vivienda, centran-do la visin en un objeto significante de la cultura material, para comprender el

    23 Comunicacin personal ya que la tesis en el momento de realizacin del presente trabajo noestaba an en la Hemeroteca de la Facultad para su consulta.

    LA ENSEANZA Y LA INVESTIGACIN SOBRE FRICA Y AFROAMRICA EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL ...

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    funcionamiento de la sociedad virreinal. Y aunque no toma a los afroporteosen particular, ellos estn contemplados en los distintos captulos, tanto desde elpunto de vista de la fuerza del trabajo como del carcter de propietarios.

    Un nuevo impulso a la formacin de posgrado en esta Facultad ha sidodado gracias a la iniciativa de la doctora Onaha quien ha organizado durante elpresente ao el dictado por parte de la doctora Mnica Cejas (Colegio de Mxi-co) de un seminario titulado frica. Representaciones e imaginarios, el quetuvo por objetivo, como ella misma expresa en el programa: analizar el procesocomplejo de construccin de la otredad y de la propia identidad en sus diversasmanifestaciones visuales y significados. Tradiciones inventadas que se apropiande contenidos imaginarios y los reinscriben en el proceso de construccin deculturas nacionales, representaciones del otro en un proceso de negociacin don-de la imagen acta como mediadora entre Estado e individuo-comunidad, entrelo global y lo local, etc., sern analizados teniendo en cuenta sus implicacionessocioculturales y polticas.

    Tambin en el mbito del posgrado, debemos mencionar el trabajo querealiza el Departamento frica coordinado por la doctora Gladys Lechini, delInstituto de Relaciones Internacionales (IRI), perteneciente a la Facultad de Cien-cias Jurdicas y Sociales, cuyos miembros son: magister Mara Jos Becerra; ma-gister Diego Buffa, magister Magdalena Carrancio, magister Juan Jos Vagni,licenciada Julieta Corts, licenciada Luz Marina Mateo; licenciada Carla Moras-so y licenciada Gisela Pereyra Doval. El IRI24 fue creado en el ao 1989 e inicisus actividades en el ao 1990 bajo la direccin del abogado Norberto Consani.En su seno se dictan la maestra y el doctorado en Relaciones Internacionales, enel cual se incluyen clases sobre frica y las relaciones con Argentina. Tambin seorganizan seminarios, jornadas y congresos adems de editar varias publicacio-nes, entre ellas la revista Relaciones Internacionales (semestral) y el Anuario. Detodas estas actividades participan los miembros del Departamento frica.

    LA INVESTIGACIN EN TEMAS AFRICANOS / AFROAMERICANOS EN LA UNLP

    En este punto nos concentraremos en caracterizar la situacin pasada ypresente en cuanto a la investigacin en relacin con el estudio de la presenciaafricana en Amrica Latina25. A pesar de la declamada necesidad de articular in-vestigacin y enseanza, creemos que poco se cumplieron las aspiraciones del

    24 Tiene como fines: la enseanza de grado y de posgrado, la investigacin y la extensin.25 Debo aclarar que la mayor parte de la produccin de los investigadores mencionados es publica-da en revistas cientficas y libros fuera del mbito de la UNLP.

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    fundador de la Universidad, por lo menos en lo que a esta temtica se refiere. Elrelevamiento que hemos realizado evidencia la existencia de muy pocos gruposconsolidados que hayan estado o estn trabajando estas problemticas, aunque spodramos destacar numerosas investigaciones individuales realizadas por acad-micos de amplia trayectoria.

    Coincidiendo con la caracterizacin y agrupamiento de los estudios afri-canos en Argentina realizado por Anglarill (1983) en tres grandes orientaciones yan considerando las limitaciones que ella misma seala respecto a la superposi-cin de algunas de ellas, podramos agrupar la produccin cientfica de la UNLPsobre la temtica en: a) los anlisis histricos acerca de la esclavitud y la influenciadel negro en el Ro de La Plata; b) aquellos estudios que se dedican al anlisiscultural y etnolgico/etnogrfico referido al negro, dentro de los que se incluyenlos grupos africanos llegados con posterioridad a la poca de la trata y c) lostrabajos sobre temas polticos y polticos internacionales, ms recientes destina-dos al conocimiento de las dinmicas sociales y polticas de los nuevos pasesafricanos y sus vinculaciones con Amrica Latina.

    Segn la historiadora Astrid Windus (2003: 10) de la Universidad de Ham-burgo fue a partir de los aos sesenta, cuando surgieron con gran fuerza losmovimientos anti-racistas, que incitaron numerosas investigaciones en el campoafro-americanista, y que tambin tuvieron eco en la historiografa argentina.

    Son los historiadores quienes en la UNLP han producido el mayor nme-ro de trabajos26, esto coincide con lo manifestado por Anglarill respecto a losestudios afroamericanos en general. Aunque como nos refiriera personalmentela historiadora e investigadora del CONICET Silvia Mallo, respecto a sus traba-jos, estos se insertan ms que en el mbito especfico de los estudios africanistaso afroamericanos, en el campo de la historia colonial, desde donde aborda aspec-tos demogrficos, econmicos, polticos, sociales, religiosos y jurdicos de laspoblaciones en ese perodo. Sus trabajos son producto de prolongadas y seriasinvestigaciones en archivos y fuentes documentales originales, algunos de los cualesfueron publicados en la revista Estudios e Investigaciones de la Facultad de Huma-nidades y Ciencias de la Educacin.

    Asimismo el doctor Carlos Mayo, director del Centro de Estudios deHistoria Americana Colonial (CEHAC) tambin ha producido dentro de esamisma rbita trabajos referidos a la situacin social del esclavo en el mundo ruraly en referencia a la vida cotidiana de sectores subalternos.

    26 No es el objetivo del presente trabajo ni nuestra formacin acadmica lo permite, realizar unestudio historiogrfico de la temtica; para ello remitimos (entre otros) al excelente trabajo deAstrid Windus El afroporteo en la historiografa argentina algunas consideraciones crticas yde corte ms general, el de Mallo, Silvia 2000 Historiografia hispanoamericana: Ttulos para unbalance: sealando tendencias temticas1989-2000.

    LA ENSEANZA Y LA INVESTIGACIN SOBRE FRICA Y AFROAMRICA EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL ...

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    Mallo por su parte ha publicado en colaboracin con otros historiadoresde relevancia como Marta Goldberg y Liliana Crespi, de la Universidad Nacionalde Lujn; Miguel ngel Rosal del Instituto Ravignani y CEHAC, Carlos Mayo yOsvaldo Otero del CEHAC. La mayor parte de los trabajos revelan la variedad delas formas de vida y de subsistencia de la poblacin negra y mulata, esclava ylibres, en la ciudad y en el campo, su dinamismo y su capacidad de adaptarsecreativamente al medio y a la economa local, desafiando aquellas interpretacio-nes de una poblacin pasiva, prcticamente sin capitales (reconocidos).

    En la actualidad Mallo forma parte del grupo responsable junto a HernnThomas y Marta Goldberg del proyecto de Investigacin PICT financiado por laAgencia Nacional de Promocin Cientfica y Tecnolgica denominado: De laproduccin de esclavos a la produccin de bienes. La construccin sociotcnicade sistemas de produccin basados en mano de obra esclavizada (frica-Amricaentre los siglos XVI-XIX), aunque este proyecto no tiene como sede la UNLPsino la Universidad Nacional de Quilmes. Otro proyecto, financiado por elCONICET, es el que codirige junto a Beatriz Moreyra, titulado: Procesos am-plios, experiencias y construccin de identidades. Crdoba/Buenos Aires, siglosXVIII-XX que se desarrolla en las Universidades de La Plata y de Crdoba. Enambos proyectos participa el doctor Osvaldo Otero, mencionado anteriormente.

    Entre los docentes de la UNLP, tambin se encuentra el profesor RicardoRodrguez Molas27, historiador e investigador del CONICET, quien se incorpo-ra en 1986 a la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin dictandocursos sobre temticas diversas como la situacin de minoras y sectores subalter-nos en la Argentina en los siglos XVIII y XIX. Rodrguez Molas investiga desdedcadas anteriores, aunque desde otros espacios institucionales, la esclavitud,el racismo, y los aportes africanos a nuestra cultura, entre otros temas. Sin embar-go, sus trabajos aparecen tempranamente en el que fue el principal rgano dedifusin cientfica de nuestra Universidad, llamada justamente Revista Universi-dad, la que se public por el trmino de treinta aos, desde 1957 hasta 1997. Suprimer nmero, contiene un trabajo de Rodrguez Molas titulado El primerlibro de entradas de esclavos negros en Buenos Aires, y en el N 6 (1958) apareceEl hombre de color en la msica rioplatense28.

    27 Fallecido en el mes de octubre de 2006.28 En la revisin realizada de los 32 nmeros de la Revista de la Universidad, hemos encontradoadems de los trabajos aludidos de Rodrguez Molas, slo dos que refieren de una forma suma-mente simple a los temas de referencia, uno de la autora de San Martn, Hernn 1961 (posible-mente arquelogo o antroplogo): Viaje a travs de las culturas africanas y el otro de Marinkev,Nicols 1984 Libertad y esclavitud en Amrica.En la Revista Humanidades, publicada por la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educa-cin, de sus 36 tomos (algunos con varios nmeros) de 1922 hasta 1961, slo aparece una Breve

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    Por otra parte, en la actualidad, el profesor Hctor Dupuy junto a ungrupo de colaboradores del departamento de Geografa de la misma Facultad,abordan temas de geografa poltica de frica y actualmente de geografa cultu-ral29 estudiando, por ejemplo, las representaciones culturales de los paisajes, te-rritorios y fronteras, a partir del anlisis de las narrativas orales.

    Mientras que ni desde la ctedra de Etnografa, ni de ninguna otra de lacarrera de Antropologa de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo, se hadesarrollado investigacin sobre temas de frica y Afroamrica.

    Esta ausencia puede ser explicada en funcin de la concurrencia de unaserie de factores, entre otros, y como ya anticipamos en pginas anteriores, lafuerte tradicin, en esta institucin, del trabajo de campo asociado a una concep-cin positivista de la construccin de conocimiento. Esta concepcin implica elrecorte de lo estudiable a aquello que puede ser directamente observado en elcampo, en el terreno. En este sentido, la imposibilidad prctica (bsicamenteeconmica) de llegarse al continente africano acta como obstculo para la inves-tigacin en temticas asociadas a dicho espacio geogrfico. Pero entonces nospreguntamos por qu tampoco se estudia la poblacin afroamericana, o afroar-gentina. Se hace evidente que la imposibilidad ya no deviene de un obstculo dendole prctica, sino de la construccin ideolgica de la que ya hablamos, por laque se niega la existencia de africanos y descendientes de ellos en Argentina y porlo tanto se excluye la negritud como elemento constituyente del campo de fen-menos sociales de nuestro pas (por lo menos hasta hace muy poco tiempo). Todoello est presente a la hora de reconocer espacios institucionales que contemplenestas temticas as como de destinar recursos financieros para tal desenvolvimien-to. Sirva como ejemplo la negativa a sostener la Seccin de Estudios Africanos30

    en el Departamento Cientfico de Etnografa del Museo de La Plata, como yacomentaremos ms adelante.

    Con relacin a la segunda orientacin de los estudios propuesta por An-glarill, nos referiremos a nuestro propio trabajo, realizado en el mbito del De-partamento Cientfico de Etnografa del Museo de Ciencias Naturales, con losrecursos aportados desde 1979 por el Consejo Nacional de Investigaciones y Tc-nicas. Iniciamos oficialmente las investigaciones mediante una beca de la men-cionada institucin, titulada: Estudio etnogrfico de la poblacin de inmigrantescaboverdeanos en la provincia de Buenos Aires.

    indicacin acerca del trabajo de los negros en el artculo de Vias Mey, Carmelo 1924 sobre Elderecho obrero de la colonizacin espaola.29 Cfr. Dupuy, H. (2003b) Geografa poltica de la cultura: generalizacin global y particularis-mos regionales. El investigador mencionado nos aclar que los proyectos en los que participa,frica no es el tema central.30 Seccin creada en el ao 1989 por el jefe del Departamento, doctor Hctor Lahitte.

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    La perspectiva etnogrfica ms clsica con la que abordamos el primertramo de la investigacin nos llev a realizar primero un censo, con el objetivoinmediato de conocer el volumen, la localizacin y las caractersticas de la pobla-cin caboverdeana residente en los partidos de la provincia de Buenos Aires. Pos-teriormente, analizamos los motivos de la migracin hacia la Argentina, las redes,el parentesco y la familia, los lugares de radicacin, las ocupaciones y las asocia-ciones, entre otros aspectos. En 1981 viajamos a las islas de Cabo Verde, con elpropsito de efectuar una prospeccin que incluy el relevamiento etnogrfico,con apoyatura fotogrfica de las principales islas desde las cuales los caboverdea-nos migraron hacia la Argentina, realizando entrevistas a sus pobladores y a per-sonajes clave de la cultura. Dada la importancia que para esa poca comenzaba atener el video como recurso de registro, memoria e investigacin antropolgica,realizamos en 1982 una experiencia junto a J. J. Cascardi, antroplogo visual delDepartamento de Etnografa, con el material obtenido en Cabo Verde: el primervideo con fotografas en edicin llamado: Cabo Verde, la tierra y el hombre, alque siguieron otros filmados en Argentina: Da de reunin de caboverdeanos entierra distante, y Saudade de Terra Longe. En estos dos ltimos mostramos cmoen los acontecimientos festivos, particularmente expresados a travs de la msi-ca, el baile y la comida, se recuperan, refuerzan y se resignifican algunos valorestradicionales caboverdeanos en el contexto migratorio.

    Tambin realizamos el anlisis de contenido (siguiendo a Greims y Bre-mond) de algunos de sus cuentos populares como la Historia de to Pedro y toLobo. El resultado fue un libro editado en castellano en 1983 y reeditado poste-riormente en portugus por el Instituto Caboverdiano do Livro e do Disco. Elcontenido de las cartas de una vieja inmigrante tambin fue objeto de anlisis afin de caracterizar el acontecimiento de la partida hacia la sociedad receptora. Lascartas nos revelaron numerosos aspectos de la vida de los emigrantes caboverdea-nos de difcil acceso por otras vas.

    Una vez estudiadas las causas (abordadas desde diversas fuentes y tcnicas)que motivaron la salida de los caboverdeanos, se instal la cuestin de averiguarcmo se desenvolvi el proceso de insercin en la sociedad receptora, comparan-do con Portugal y Estados Unidos. De all surgi una serie de semejanzas y dife-rencias que permitieron una mejor comprensin de los procesos gestados en Ar-gentina. Dismiles condiciones sociales, polticas, econmicas y culturales tantodel grupo de caboverdeanos como de la sociedad de acogida, produjeron un en-tramado a partir del cual los recin llegados fueron generando diversas estrategiasidentitarias, las que se analizaron en distintos trabajos que exploraron la relacinentre el lugar de origen, la poca de la migracin y la raza, etnicidad, nacionali-dad, clase, gnero. En 1992 fuimos invitados por el gobierno del archipilagopara dar a conocer nuestra investigacin.

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    Comenzamos a plantear la cuestin de la invisibilidad de la minora ca-boverdeana en un trabajo presentado en el XIII Congreso Internacional de An-tropologa en Mxico, para posteriormente pensarla como una estrategia, ya seade invisibilizacin o visibilizacin, que variaba segn distintos escenarios nacio-nales e internacionales.

    En 1996 participamos en Cabo Verde de la Semana del Emigrante dondecaboverdeanos y descendientes radicados en distintas partes del mundo trasmi-tieron su experiencia como emigrantes-inmigrantes, lo que me permiti compa-rar las estrategias y modos de insercin de los caboverdeanos en espacios diversos,no slo geogrficos. En ese mismo ao y en 1998 dictamos clases en el Centro deEstudos das Migraoes e das Relaoes Interculturais (CEMRI) de la UniversidadAberta de Portugal. Todas estas fueron oportunidades sin precedentes, ya que nospermitieron el encuentro con otros investigadores europeos y africanos que tra-bajaban en la misma temtica, pudimos intercambiar los resultados de las inves-tigaciones, publicaciones y surgi la posibilidad de trabajo conjunto como el quese efectiviz posteriormente con el CEMRI sobre asociativismo caboverdeano ycon el Laboratorio de Antropologa Visual, de la sede Porto de la misma Univer-sidad.

    El trabajo con las Asociaciones de Ensenada y La Plata, a travs del anli-sis de la documentacin y entrevistas a viejos informantes, nos permiti acercar-nos con mucha mayor profundidad a un tema que, cuando comenzamos nuestrasinvestigaciones, a slo cuatro aos de la Independencia de Cabo Verde ocurridaen 1975 y en plena dictadura de nuestro pas, no logrbamos acceder. Pudimoshablar en un clima de libertad acerca de las divisiones internas, las luchas dentrode la comunidad, vinculadas a las cambiantes situaciones polticas tanto de Ar-gentina como de Cabo Verde, pre y posindependencia, los posicionamientos po-lticos y las identificaciones de los caboverdeanos de ayer y de hoy.

    Ms tarde el trabajo con las nuevas generaciones de descendientes nos lle-v a vincular el tema con el fenmeno ms global de la dispora caboverdeana yafricana. Retomamos un tema abordado en los primeros aos: el contacto de losinmigrantes con su tierra natal, a travs de cartas, encomiendas, remesas en dine-ro y pasamos a analizar las actuales comunicaciones donde el telfono, los casset-tes, videos e Internet entretejen redes entre individuos e instituciones, no slocon la tierra de origen sino con caboverdeanos y descendientes radicados en dis-tintas partes del mundos. Estas comunicaciones son vistas desde una perspectivadiferente, adscribindonos a la propuesta de K. Butler (2001), son vitales paraproporcionar conciencia diasprica. En mayo de 2005 participamos en la Confe-rencia Internacional sobre la dispora y la migracin caboverdeana organizado porel Centro de Antropologa Social del Instituto Superior de Ciencias del Trabajo yde la Empresa (ISCTE) de Lisboa, en la que aproximadamente cuarenta especia-

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    listas de catorce diferentes pases nos reunimos para discutir y comparar los resul-tados de nuestros trabajos y sentar las bases de una publicacin conjunta.

    En noviembre del mismo ao organizamos junto a Alejandro Frigerio y aLuis Ferreira de la Universidad de Brasilia, el Grupo de Trabajo Reconstruyendoidentidades y culturas negras en el Mercosur en la Sexta Reunin de Antropolo-ga del Mercosur en Montevideo Uruguay. All presentamos con la antroplogaplatense Virginia Ceirano un trabajo titulado: Estrategias polticas y de recono-cimiento desplegadas por la comunidad caboverdeana de Argentina, en el quepartiendo de la tipologa de estrategias identitarias de Chebel (1998) y en especialdel concepto de estrategias de las identidades complejas, en la que ubica la estra-tegia de la identidad poltica, analizamos el campo de las disputas identitariasque se despliega en la comunidad caboverdeana y cmo juega en la lucha por elreconocimiento el capital militante (Matonti y Poupeau, 2004).

    En la actualidad estamos trabajando sobre la mujer caboverdeana, particu-larmente centrndonos en aquellas que se destacan por su exposicin pblica endistintos mbitos: ya sea desde la participacin en redes transnacionales de movi-mientos de afrodescendientes en la regin, como en el espacio universitario, losmedios grficos y radio-televisivos, en eventos nacionales que se relacionan consu comunidad.

    Dentro de la tercera orientacin de los estudios africanos y afroamericanospropuesta por Anglarill, son los miembros del ya mencionado departamento fricadel IRI, algunos de los cuales a la vez son docentes investigadores de otrasUniversidades Nacionales como las de Rosario y Crdoba, los que trabajan temasde poltica internacional. Gladys Lechini, Juan Jos Vagni, Mara Jos Becerra,Diego Buffa, Magdalena Carrancio, Carla Morasso se ocupan tanto de abordarlas relaciones de Argentina y del MERCOSUR con frica, como de algunas pro-blemticas especficas de regiones y pases del continente Africano, como Sud-frica, Egipto, Marruecos, Angola, Etiopa. Sus trabajos pueden encontrarse tantoen el Boletn como en el Anuario del IRI.

    Por su parte, Luz Marina Mateo, alumna de la Maestra y tambin miem-bro del Departamento, presenta en el Congreso Nacional de la Asociacin Lati-noamericana de Estudios de Asia y frica, realizado en la UNLP, el 8 y 9 denoviembre de 2004 una ponencia sobre Afrodescendientes y discriminacin:una perspectiva de gnero; en el II Congreso de Relaciones Internacionales delIRI-UNLP, el 11 de noviembre de 2004, el tema Los Estados del frica Subsa-hariana tras la Guerra Fra: de los regmenes de partido nico a la democraciapromovida. Represent al Departamento en las Primeras Jornadas Internaciona-les: El Status de las Comunidades Afrolatinas de las Amricas y el Caribe, rea-lizadas en Buenos Aires en agosto de 2005 y en el Primer Encuentro Internacio-

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    nal de Comunicadores Sociales de la Dispora Caboverdeana, realizado en Min-delo, Repblica de Cabo Verde, en diciembre de 2004. Asimismo Mateo coordi-n un Programa especial sobre frica y la cumbre de Gleneagles, en el marco delprograma radial Tiempo Internacional del IRI-UNLP, Radio Universidad Na-cional de La Plata. Queremos destacar que tanto la licenciada Luz Marina Mateocomo Dora Ramos31 estudiante de la Carrera en Comunicacin Social de la UNLP,son posiblemente las dos nicas afrodescendientes, en este caso de caboverdea-nos, que en nuestra Universidad realizan estudios e investigaciones vinculadas africa y/o a la comunidad de sus ancestros.

    OTRAS ACTIVIDADES VINCULADAS A LA INVESTIGACIN

    Como ya vinimos hacindolo a lo largo de todo el trabajo, nos referiremosslo a algunas de las principales actividades en las que hayan participado miem-bros de nuestra Universidad. Para ello en primer trmino se nos hace necesariorecordar la Sociedad de Estudios Africanos (posteriormente llamada Asociacin),la que funcion desde 1982 hasta aproximadamente el ao 198632. En ella nosagrupbamos investigadores y estudiosos interesados en la temtica, algunos decuyos miembros fueron: Eduardo Sadous, Nilda Anglarill, Gladys Lechini, Pere-yra Lahitte, Mara del Carmen Llaver, Abel Agero, Marta Maffia, entre otros.Sus principales actividades fueron la organizacin en 1982 de las Primeras Jor-nadas Argentinas de Estudios Africanos, en la Facultad de Historia y Letras de laUniversidad del Salvador; en 1984 las Segundas Jornadas Argentinas de Estu-dios Africanos en Rosario y en 1986 el Primer Congreso Nacional de la Asocia-cin Latinoamericana de Estudios Afroasiticos (ALADAA) y las Terceras Jor-nadas de la Asociacin Argentina de Estudios Africanos (ADEA).

    Debemos sealar como novedoso que en el ao 1989 el jefe de la DivisinEtnografa del Museo de La Plata, doctor Hctor Lahitte, crea la Seccin de Estu-dios Africanos, a cargo nuestro en forma ad-honorem. Lamentablemente en 1994,como parte de las tareas de reestructuracin de las Secciones que haba emprendi-do el Consejo de Jefes de Departamentos, dieron de baja la mencionada Seccinpor considerarla un rea del conocimiento sin demasiadas posibilidades de desa-rrollo en el mbito local y fue reemplazada por la Seccin Estudios Migratorios,

    31 Dora Ramos est realizando su tesis de licenciatura junto a dos colegas, Jessica Pegenaute yMara Fernanda Weber. Segn sus propias palabras se proponen indagar desde una perspectivacomunicacional los procesos de construccin de la identidad caboverdeana, en la poblacin de eseorigen y sus descendientes radicados en la ciudad de Ensenada (Provincia de Buenos Aires).32 Varios de sus principales miembros debieron radicarse fuera del pas por razones laborales,diplomticas, de investigacin, lo que impidi la continuidad de la Sociedad.

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    de una ya consolidada tradicin acadmica en el pas, dentro de la cual quedaronencuadradas nuestras investigaciones sobre los caboverdeanos.

    Queremos recalcar en particular la visita al Museo de la UNLP y la diser-tacin del embajador de la Repblica de Nigeria en Argentina, doctor Okon EdetUya sobre el tema Perspectivas sobre la experiencia en esclavitud de los africanosen Amrica, en el ao 1991. Este embajador, de formacin universitaria en His-toria, dio un fuerte apoyo al conocimiento y difusin de los estudios y manifesta-ciones culturales africanas en Argentina.

    Para ese mismo ao desde la Facultad de Humanidades y la de CienciasNaturales y Museo organizamos y presidimos el III Congreso Nacional de laAsociacin Latinoamericana de Estudios Afroasiticos, durante la coordinacinnacional de Nilda Anglarill. Las ponencias (un total de veinte) versaron sobre elnegro en Amrica, las manifestaciones musicales de los afrouruguayos, las religio-nes afro-brasileras en la Repblica Argentina, la literatura africana y sus influen-cias en Amrica Latina, las migraciones de africanos en Argentina, el analfabetis-mo y la educacin en frica, entre otros temas.

    En el ao 2000 participamos en el X Congreso Internacional de ALADAAen Ro de Janeiro donde organizamos y coordinamos una mesa junto a MartaGoldberg. Tambin Silvia Mallo de la UNLP se contaba entre sus participantes.

    Despus de algn tiempo de inactividad de ALADAA Nacional en el ao2003 fue elegida la doctora Onaha como Coordinadora Nacional. En ese mismoao varios investigadores de la UNLP participamos del XI Congreso Internacio-nal de ALADAA en Mxico. En el 2004 nuevamente organizamos desde la UNLPel Congreso Nacional de ALADAA, con una activa participacin de jvenes estu-diantes del IRI bajo la direccin de la doctora Onaha. Cont con un total deveintiuna ponencias, sobre temas diversos como la historia, la poltica, la econo-ma, la literatura, el arte, las migraciones, la educacin, los espacios privados ypblicos, la msica, la religin, la identidad, en frica y Afroamrica.

    Dos mesas especiales merecen destacarse, por un lado, la de Mujeres afri-canas/afrodescendientes y discriminacin, coordinada por la caboverdeana Mi-riam Gmes. En ella se promovi un intenso e interesante debate con el pblicosobre las experiencias de discriminacin sufridas por mujeres afrodescendientesen el pas y los caminos de lucha para terminar con ello. Por otro, la coordinadapor el doctor Alejandro Frigerio Recreando el arte de origen africano en BuenosAires: performance, identidad y cultura, que reuni a cuatro artistas de forma-cin acadmica (dos bailarinas, un plstico y un msico) que se inspiran en latradicin afroamericana para sus tareas de docencia e investigacin y para susperformances artsticas, con una antroploga como comentarista. Ambas mesasintrodujeron aire fresco en los tradicionales congresos, abriendo nuevas venta-nas para la reflexin.

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    Finalmente en el 2006 se realiz el ltimo Congreso de ALADAA Nacio-nal denominado La investigacin sobre Asia y frica aplicada a la enseanzaformal organizado con el apoyo del Instituto Gino Germani de la Facultad deFilosofa y letras de la UBA, bajo la presidencia de la nueva Coordinadora Nacio-nal magister Pineau, en l tambin participamos tanto en la coordinacin demesas como en las exposiciones profesores e investigadores de la UNLP.

    Para octubre de este ao el CONICET aprob la financiacin de las Jor-nadas Afroargentinos hoy: invisibilizacin, identidad y movilizacin social, queorganizamos entre la Facultad de Ciencias Naturales y Museo y la Seccin fricadel IRI. Los expositores sern de diversas procedencias disciplinares: Historia,Antropologa, Filosofa, Ciencias Polticas, Ciencias de la Comunicacin, Litera-tura, Msica, Arte y algunos de ellos como Luz Marina Mateo, Miriam Gmes,Carmen Platero, Graciela Silvia y Selma Sim son miembros de la comunidad deafrodescendientes de Argentina. Todas ellas participarn de la Mesa Redonda deMujeres Afrodescendientes en dilogo. La emisin de dos videos sobre afroar-gentinos completar el programa de las Jornadas.

    PALABRAS FINALES

    Hasta aqu hemos intentado exponer brevemente el estado de la enseanzay la investigacin en el mbito de la Universidad Nacional de La Plata en referen-cia a los estudios sobre frica y Afroamrica. Con certeza no hemos exploradotodos los caminos posibles y tal vez hemos transitado sin ver todas las huellasdejadas, pero como Gregory Bateson metafricamente expresaba cuando reflexio-naba acerca del progreso de la ciencia, sobre estos cimientos, que podrn ser ellosmismos analizados crticamente y corregidos, otros investigadores podrn cons-truir nuevos muros.

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