LA ERA POSBRADY Balance de la etapa 90/92 escenarios de resolución de la Convertib ilidad Síntesis...
-
Upload
vuongquynh -
Category
Documents
-
view
213 -
download
1
Transcript of LA ERA POSBRADY Balance de la etapa 90/92 escenarios de resolución de la Convertib ilidad Síntesis...
INFORME DE COYUNTURA
LA ERA POSBRADY
Balance de la etapa 90/92
Febrero 1993
ASOCIACION TRABAJADORES DEL ESTADO
Instituto de Estudios sobre Estado y Participación
2
Instituto de Estudios sobre Estado y Participación (IDEP)
Director Claudio Lozano
Área Estudios Políticos
Artemio López
Área Económica Eduardo Basualdo
Roberto Feletti Claudio Lozano
Área Distribución del Ingreso y Políticas Sociales
Marcela Jáuregui Daniel Rosso
Área Legislación Laboral
Beatríz Fontana Margarita Jarque
Guillermo Gianibelli
Área Administrativa y Centro de Documentación Paolina Bustos Fernández
Alejandra Maddonni Cora Rojo
3
INDICE
I. PANORAMA GENERAL. La Era PosBrady • LA CUESTION ECONOMICA • LA CUESTION POLITICA
II. EL DESASOSIEGO ELECTORAL. Las Nuevas Estrategias
• LAS ELECCIONES A GOBERNADOR EN CORRIENTES • LAS ELECCIONES EN CAPITAL
III. LA ENCRUCIJADA ECONOMICA. Una Visión Estructural
• CARACTERIZACION DE LA ETAPA Lapso 90/92 Nuevo marco de acuerdo del bloque dominante ¿El fin de la Convertibilidad o su profundización? Posibles escenarios de resolución de la Convertibilidad Síntesis y perspectivas
• LA DEUDA PUBLICA
Composición y reestructuración de la deuda Flujo de fondos Síntesis y perspectivas
• EL AJUSTE FISCAL
Metas comprometidas con el FMI Evolución de la Tesorería Resultado del Sector Público no Financiero Situación tributaria Sistema de Seguridad Social Ajuste en las Provincias Síntesis y perspectivas
• LAS PRIVATIZACIONES
Privatización del sector energético El restante reparto del Estado Producido del remate del Estado (90-92) y principales beneficiarios
• MONEDA Y CREDITO
Características de la política monetaria "Corrida" y bimonetización Tendencias de la situación monetaria y financiera Síntesis y perspectivas
• ECONOMIA REAL
Producción industrial y pro ducción agropecuaria Comercio exterior: intercambio general y Mercosur
IV. PANORAMA LABORAL. Crónica de una Muerte Anunciada
• POLITICA SALARIAL. CONVERTIBILIDAD, PRODUCTIVIDAD, NEGOCIACION COLECTIVA
• EMERGENCIA OCUPACIONAL Y AVANCES DE LA PRECARIZACION • PROYECTOS DE REFORMA DE LA LEGISLACION LABORAL:
COMENTARIOS Y REFLEXIONES • FLEXIBILIZACION LABORAL A TRAVES DE LA JURISPRUDENCIA
4
I. PANORAMA GENERAL
LA ERA POSBRADY
Una ligera lectura del panorama que exhibe nuestro país en sus aspectos económicos, sociales y políticos podría
ser la siguiente. Por un lado, la estabilización económica (pese a la contundencia de los últimos índices de precios) no
llega a ocultar los límites de la presente administración financiera y fiscal.
Esta Argentina, parte de una economía mundial en transformación, sigue sin definir su política industrial ni sus
estrategias comerciales. No exhibe aún qué criterios seguirá el Gobierno para dar respuesta a los sectores poblacionales
afectados por el ajuste. Los rumbos a seguir en ma teria productiva también brillan por su ausencia, sin que se registren
tampoco atisbos de políticas públicas en materia crediticia. En realidad, esta supuesta "no política" revela con claridad la
profunda mutación del significado de "lo público" que plantea el presente modelo.
Así, las cuestiones comerciales, productivas y tecnológicas, o los problemas vinculados a la integración regional,
han dejado de formar parte de la agenda pública. Se han transformado en puntos de la agenda de grupos empresarios y
en el subproducto de los acuerdos inter o intrafirma.
Cada vez más, la posibilidad de precisar los rumbos de la coyuntura exige de un conocimiento cabal de las
estrategias de los grandes conglomerados. En este sentido, las privatizaciones (el desguace público) han constituido el
broche final de este proceso.
Sobre este marco, el panorama institucional, acicateado por los afanes reeleccionistas del oficialismo, y la
confusión galopante que refleja la primera fuerza de oposición, ha cercenado las fórmulas ele mentales del Estado de
Derecho y demostrado niveles de flexibilidad jurídica por cierto alarmantes. El carnaval correntino y el conflicto del
Concejo Deliberante de la Capital Federal son tan sólo algunos de los elementos que en esta dirección pueden señalarse.
Más allá de la enumeración de hechos, el presente Informe pretende a lo largo de sus capítulos dar cuenta de la
complejidad que encierra la etapa que hoy vive nuestro país.
En el número anterior, se ha señalado que el ingreso al Brady debía interpretarse como un punto de inflexión
serio, tanto en el terreno económico como político. Dijimos que él suponía la consolidación de la primacía acreedora al
interior de los sectores dominantes y que instalaba, como parámetro inamovible del futuro económico, el nivel de las
transferencias al exterior. Dijimos también que en el terreno político, la gestión estatal menemista, caracterizada por un
5
superlativo predominio del Ejecutivo, comenzaba a presentar puntos de conflicto con el propio "establishment
económico local e internacional". Los conflictos planteados entre el gobierno de Menem (y su decidida apuesta a la
reelección), y los sectores dominantes (grupos empresarios y bancos acreedores) adoptaron, en la negativa de estos
últimos a convalidar la reelección presidencial y en la demanda de mayor "seguridad jurídica", formas concretas de
expresión.
Estas complejas consecuencias abiertas por el Brady, tanto en el terreno económico como en el político, tienden a
procesarse durante el presente año electoral 1993.
LA CUESTION ECONOMICA
En lo económico, la cristalización del acuerdo con los acreedores externos y el cercano final de las
privatizaciones decretan el agotamiento del dispositivo de política económica abierto por la Convertibilidad.
La desaceleración del ritmo de actividad económica, la crisis comercial externa evidenciada en un déficit superior
a los u$s 2.500 millones, el derrumbe del mercado bursátil y el agotamiento de un patrón impositivo, cuya evolución
favorable estuvo asociada a la reactivación vivida, son muestras elocuentes de que el final del dispositivo está planteado.
Más tarde o más temprano, la salida natural que propone la Convertibilidad se llama recesión. Esta aparece como
el mecanismo idóneo para reequilibrar las cuentas comerciales externas al presente tipo de cambio y, a la vez, para
inducir la ruptura definitiva del mercado de trabajo, promover una mayor centralización del capital ante la quiebra de
unidades productivas y garantizar el contexto adecuado para la flexibilización absoluta de la mano de obra (este punto se
detalla en el tercer capítulo). En directa articulación con esta situación recesiva, la perspectiva de caída en los niveles de
actividad altera los términos de la presente ecuación fiscal. Mayor poda en los gastos y un esquema tributario más
progresivo sintetizan los rumbos futuros del ajuste sobre el Sector Público.
Un panorama signado por mayores contingentes de mano de obra desempleada, y la regresividad que evidencia a
futuro el modelo en curso para los trabajadores, definen un contexto que, indudablemente, presenta puntos de fricción
con los objetivos electorales y las ansias de reelección que caracterizan al oficialismo. En este sentido, en las páginas
que siguen se evalúan diferentes escenarios posibles. Es claro que la posición que hoy tiene el Banco Central, en materia
de divisas, le otorga a la autoridad económica una razonable capacidad para conducir la coyuntura y graduar el impacto
del proceso recesivo con vistas al comicio de 1993. En una prudente utilización de las reservas, observamos la capacidad
oficial para posponer el fenómeno recesivo al que invariablemente conduce la política económica actual. No obstante,
las contundentes declaraciones del ministro Cavallo a la prensa internacional ("No se le puede pedir a la economía que
gane las próximas elecciones"), la reciente corrida cambiaria, y la absoluta inflexibilidad que han demostrado los
agentes que priman en los diferentes mercados, demuestran que si bien existe la capacidad que señalamos, ésta sólo
podrá utilizarse en dosis que reflejen "máxima prudencia": dosis que en ningún caso supongan un "abandono" del rumbo
adoptado.
6
Con independencia de si el proceso recesivo se profundizará en el primero o segundo semestre del año, lo cierto
es que la recesión aparece al final del camino. La etapa de estabilización signada por el desguace estatal, y que ocupó el
lapso 90-92, ha tocado a su fin. Las privatizaciones, como prenda de paz o acuerdo interno del bloque dominante, no dan
para más. En las perspectivas que aquí se plantean, el nuevo espacio de alianza entre los poderosos parece fundarse (más
allá de detalles instrumentales) en las siguientes premisas: mantener el nivel de transferencias a los acreedores externos;
descenso de los salarios y de los costos laborales en dólares; profundización del ajuste sobre el gasto en provincias y
municipios; sesgo progresivo creciente en la recaudación tributaria nacional.
Resulta importante destacar, como se señala en las páginas que siguen, que el esfuerzo del ajuste ya vivido por la
sociedad argentina no revela consecuencias similares a las que se han dado en otros países de América Latina. Nos
referimos básicamente a los dos paradigmas exitosos que suele esgrimir el neoliberalismo: Chile y México. A diferencia
de lo ocurrido en esas experiencias, culminado prácticamente el desguace público, la Argentina revela aún marcadas
incertidumbres.
• El alineamiento internacional con los EE.UU. resulta improductivo en términos comerciales por tratarse de
economías competitivas. Más aun, este alineamiento ni siquiera ha logrado remover los obstáculos que
sistemáticamente coloca el país del Norte (venta de productos agropecuarios subsidiados) a la experiencia regional
del Mercosur. Esta última, por otra parte, al carecer de políticas públicas precisas ha terminado subsumida en las
estrategias de proyección regional de los grandes conglomerados empresarios.
• El modelo exportador aparece inconcluso, ya que en el lapso de sólo dos años se ha operado una importante
reprimarización de las exportaciones que coloca interrogantes respecto del perfil definitivo de bienes comerciales
externamente y, en consecuencia, pone límites a la elevación de los niveles de inversión productiva.
• La vulnerabilidad externa adquiere niveles extremos en el desbalance comercial que presenta el país, poniendo en
tela de juicio la continuidad de la estrategia oficial de apertura económica a la producción importada en el marco del
presente tipo de cambio. Desbalance que, por otra parte, plantea una perspectiva de potencial crisis externa y ubica a
la recesión como salida Indispensable del modelo en curso.
• Nuestro país, a diferencia de México y Chile, no presenta tampoco a futuro un mecanismo de regulación pública
que le garantice al Estado las divisas necesarias para afrontar los compromisos externos con los acreedores.
En síntesis, pese a la magnitud del ajuste vivido, la Argentina exhibe problemas tales en materia de regulación
pública, perfil productivo e inserción internacional que conspiran para que el período que culmina en 1992 pueda
pensarse como partero de una nueva perspectiva de crecimiento, inversión y estabilidad para el futuro nacional.
Lejos de ello, la Argentina aparece como un modelo de ajuste inacabado. Más aun, la profundidad que ha
alcanzado el desguace del Sector Público argentino coloca bajo un cono de sombra la perspectiva de integración
7
geoeconómica y territorial del país. El remate de empresas, la ruptura de la cadena de bancos públicos nacionales y la
desaparición de los entes reguladores de las producciones regionales plantean serios inconvenientes para el futuro.
Además de los contenidos indudables de concentración económica que han inducido estos procesos, es bueno
recalcar que el Sector Público argentino definió durante más de cuarenta años la unidad geoeconómica y territorial de
nuestro país. El desmonte del Estado, propuesto y realizado por el modelo en curso, aún no logra señalar cuál será el
nuevo eje vertebrador del futuro argentino.
LA CUESTION POLITICA
En nuestro Informe anterior señalamos que el predominio político del Poder Ejecutivo, típico de la gestión estatal
menemista, constituye un rasgo temporal propio de la presencia de inestabilidades y disputas en el mapa de los sectores
dominantes y no necesariamente un carácter permanente. Señalamos también que el ingreso al Brady, la culminación del
desguace público y la probable institucionalización de un predominio acreedor estable abrían condiciones de posibilidad
para la emergencia de un nuevo formato de Estado. Las tendencias que hasta ese momento se esbozaban, tanto desde los
factores de poder internacional como local, convalidaban esa posibilidad.
A nivel mundial, los rumbos señalados se han visto consolidados a partir del triunfo de Clinton en los EE.UU. A
nivel local, el carácter específico que pueda adoptar la mencionada modificación del aparato de Estado dependerá, en
una medida importante, de la batalla electoral que se plantea en 1993. No parece ocioso, por lo tanto, examinar las
estrategias que, por el momento, esbozan las dos primeras fuerzas políticas: el Gobierno y la UCR.
Las Estrategias del Gobierno y la UCR
A nivel oficial, la política se orienta a mantener el presente formato estatal. Por detrás del objetivo de la
reelección aparece la cristalización del tipo de Estado que el peronismo ha impuesto hasta el momento. Es decir, un
esquema centrado en el predominio del Poder Ejecutivo.
En un intento de alcanzar éxito en sus objetivos, han aparecido sobre comienzos del año dos estrategias básicas
del oficialismo. Por un lado, el lanzamiento del Plan Social y la definición gubernamental de nombrar al año en curso
como el año de lucha contra la corrupción y la pobreza. Por otro, el Gobierno intenta modificar la negativa actitud del
establishment frente al afán reeleccionista, apelando a presentarse como único garante del modelo de ajuste en curso.
Respecto del Plan Social, la cosmética electoral implícita en el recambio de gabinete (puesta en forma por un
proceso de menemización del mismo), sienta las bases del tipo de estrategia que el Gobierno busca inducir (más allá de
la suerte que tenga) con destino hacia los sectores más postergados e incluso hacia el campo de las capas medias de la
sociedad. Los recambios en Interior, Trabajo y Educación intentan ponerle un límite a la fuga de votos que, en los
8
mencionados sectores, podría sufrir el oficialismo. Una imagen de mayor transparencia, y el intento de aumentar la
efectividad en el gasto con destino a objetivos sociales, son las armas puestas en juego.
En un marco económico como el ya descripto, donde la reactivación tiende a cesar y la recesión se dibuja en el
horizonte, estas iniciativas presentan límites inexorables. Más aún, la dificultad para impulsar objetivos como los
planteados no sólo choca con las restricciones propias del modelo económico, sino también con los límites políticos de
la presente gestión.
El combate a la corrupción, y la mayor eficacia en la asignación del gasto social, exige impulsar estrategias de
gestión comunitaria de los recursos. Sin embargo, las disputas partidarias, y la dificultad para expresar en ámbitos
comunitarios otros aspectos de las políticas en curso, termina posponiendo los mejores objetivos en la materia. En este
estricto sentido, la corrupción aparece como un mecanismo inherente a un modelo de exclusión. Este tiende a sustituir el
consenso democrático en la tarea de garantizar políticas públicas de dificil presentación en sociedad.
Una nota destacada en este marco es el tipo de relación que el Gobierno pretende establecer con las estructuras
sindicales. Intenta definir un esquema de absoluta subordinación de las mismas a sus objetivos. De hecho, el espacio de
acuerdo que tiende a gestarse con la CGT oficial se vertebra a partir de haber impulsado, en el marco del Plan Social, el
proceso de desregulación de las Obras Sociales. En términos específicamente electorales, todo el apoyo que estas
estructuras puedan brindar al objetivo de la reelección debe fundarse (desde la perspectiva gubernamental), en la
absoluta subordinación de las organizaciones gremiales a las políticas del Ejecutivo. El Gobierno reedita, en este
sentido, una vieja estrategia: confrontar con el modelo sindical tradicional tiene, por lo general, el éxito garantido. Por
otra parte, lo planteado respecto a las Obras Sociales, y lo referido a la negociación por establecimiento, constituyen
también elementos que ayudan a fisurar a la CGT oficialista y que pretenden abrir espacio para garantizar la sanción
parlamentaria de la reforma previsional (hasta ahora impedida por la ausencia de los diputados de origen sindical).
Respecto de la estrategia frente al establishment, el discurso puesto en juego pretende mostrar al oficialismo
como el único garante del modelo de ajuste en curso. En realidad, se intenta afirmar la idea de que el predominio del
Ejecutivo sigue siendo el único dispositivo institucional eficaz para demoler las resistencias que aún generará la
propuesta económica. Los conflictos que desata el ajuste en provincias y municipios, las perspectivas de recesión y la
necesidad de legalizar reformas fuertemente regresivas en el mercado de trabajo, así como las fricciones que desatará en
el campo empresarial la fijación de precios y tarifas en los mercados privatizados, constituyen los argumentos del
oficialismo para intentar captar el apoyo de los sectores dominantes. En esta dirección, deben interpretarse los
acercamientos a los conglomerados empresarios triunfantes en las privatizaciones ("Club de los Privatizadores") como
línea alternativa de negociación frente a los canales tradicionales de relación con el empresariado.
Las vías que el oficialismo pretende transitar en el desarrollo de ambas estrategias reconocen, por lo menos, tres
aspectos:
9
• En primer término, la apuesta a la estabilidad de precios, con independencia del nivel de actividad económica en
que ésta se alcance, especula con la afirmación definitiva de un piso más bajo de expectativas y demandas en el
conjunto de la población. Este aspecto, ligado indisolublemente a las secuelas sociales de la hoguera
hiperinflacionaria, tiende a transformarse en una fuente inagotable de legitimidad en tanto no se constituya una
oposición sólida al presente modelo.
• En segundo lugar, el oficialismo pretende explotar al extremo el grado de fragmentación cultural, social y política
que presenta la Argentina. Este punto, que en detalle se refleja en el análisis político de este Informe, es parte de la
estrategia electoral oficial.
• Los resultados contrastantes que para el peronismo evidencian las dos elecciones realizadas en el año 92 (Capital y
Corrientes) señalan que el oficialismo intentará, compitiendo con partidos provinciales que constituyen verdaderas
rémoras feudales, compensar con triunfos en algunas regiones de mayor composición rural, el deterioro electoral
que tiende a presentársele en zonas de alta urbanización.
• En tercer término, el Gobierno intenta "embretar" con distintas estrategias a la principal fuerza de oposición, a los
efectos de demostrar que los caracteres de corrupción, venalidad e inseguridad jurídica no son patrimonio exclusivo
del elenco gobernante. El carnaval correntino (compartido por la UCR, que colocó a miembros importantes de la
comparsa) y la ofensiva sobre el Concejo Deliberante, que lejos de terminar en el derruido sistema “grossista”
orienta sus auditorías hacia 1984, son ejemplos elocuentes de la estrategia oficial.
El radicalismo, por su parte, no parece recuperarse de la fractura que le ha impuesto su pasada gestión de
gobierno y su dramático final. Sus divisiones internas y su confusión discursiva no sólo lo hacen aparecer de manera
difusa ante el conjunto de la sociedad, sino que lo transforman en sumamente permeable ante las maniobras del
oficialismo. La aparente transacción mercantil que viró el voto de un elector radical correntino y la asunción de la
tercera intervención en la provincia por parte de un ex-ministro de Alfonsín constituyen datos elocuentes de lo que se
señala. Por cierto, no es menor el aporte que la UCR efectúa a la imagen que el Gobierno intenta proyectar de ella.
Sus oscilantes comportamientos en la crisis correntina (primero apoyó al PJ, luego intentó acordar con el Pacto),
la violación al histórico precepto de respaldar al candidato más votado en nombre de alcanzar una gobernación con una
ínfima proporción de votos, las estrategias seguidas con los partidos provinciales y el reciente llamado a un frente
antimenemista constituyen sus aportes últimos en la materia.
La respuesta a la estrategia menemista de confrontar con los partidos provinciales ha inducido una reacción
especular en el radicalismo. El objetivo de alcanzar acuerdos con dichas fuerzas políticas, seguido tanto en el Chaco
como en Salta y en Corrientes, transforma a la UCR en socia electoral de partidos con prácticas eminentemente reñidas
con el Estado de Derecho. Es decir, socia de modelos partidarios que niegan en los hechos el discurso democrático del
radicalismo y vacían de sentido sus críticas al oficialismo. El lanzamiento de un frente antimenemista, asociado al
10
objetivo de reclutar a los partidos provinciales y en directa relación con un conflicto como el de Corrientes (el cual los
tiene como parte sospechada), no parece haber sido una feliz idea.
Todos estos elementos tienden a destruir la imagen de "seguridad jurídica" y compromiso con el Estado de
Derecho de la principal fuerza de oposición. Por otra parte, es obvio que alianzas del carácter de aquellas con el Partido
de Acción Chaqueña, con Ulloa en Salta o Romero Feris en Corrientes, impactarán sobre el radicalismo neutralizando la
influencia de sus sectores más progresistas. Dicha circunstancia tiende a inhibir, en perspectiva, la posibilidad de que
esta fuerza política exprese en los próximos comicios un modelo de oposición serio y definido frente al presente
proyecto. Más allá de su contundente presencia en Córdoba y Capital Federal, lo cierto es que la primera minoría no
evidencia aún signos concretos de recuperación ni en Provincia de Buenos Aires ni en Santa Fe.
Relación Sindicalismo-Gobierno
La relación sindicalismo-gobierno sigue abonando el terreno para la agonía definitiva del modelo sindical
tradicional. Si éste fundó su poder en la tríada sindicato único por rama de actividad –negociación colectiva– control
sobre los fondos de las Obras Sociales, es obvio que el tipo de reestructuración que se impone en la Argentina y que
consolida el presente Gobierno va demoliendo, progresivamente, estos aspectos.
La reciente disposición respecto de la desregulación de las Obras Sociales y de la negociación por
establecimiento certifican lo afirmado. El primero de los aspectos tiende a promover la fractura al interior de la
estructura sindical, ya que obliga a "competir" a las Obras Sociales entre sí. El resultado esperable es una progresiva
"concentración del sistema" donde primen aquellas Obras Sociales vinculadas a asalariados de altos ingresos o de mayor
escala de afiliación. Por otra parte, como las que sobrevivan deberán absorber trabajadores de otras actividades, cuyo
aporte pueda quedar desfasado frente al precio de las prestaciones, el eventual déficit será cubierto por el Estado.
En síntesis, el objetivo oficial tiende a fragmentar la estructura sindical, concentrar el sistema y subordinar el
funcionamiento de aquélla a la política oficial. El efecto de la concentración será el de legaliza r una transformación que
se viene operando hace ya varios años. La figura del dirigente sindical continuará siendo sustituida por la del gerente
empresarial de una unidad económica destinada a la prestación de servicios. El final de este camino es la desaparición
del sindicato como organización apta para canalizar demandas sectoriales. De hecho, en el último congreso de la
Federación de Luz y Fuerza se aprobó la transformación de la misma en un "holding" empresario encargado de gerenciar
diferentes actividades. Avanzamos entonces desde el sindicato como ámbito de representación de intereses de grupo o
sector hacia el 'holding" empresarial dedicado a la prestación de servicios para la satisfacción de demandas individuales.
Sin duda, más allá de que éste sea el rumbo de las modificaciones, lo cierto es que las transformaciones se
encuentran hoy con dirigentes que hace tiempo vienen cultivando una definida vocación empresarial. De hecho, las
distintas negociaciones que involucraron en los últimos meses al Gobierno y la cúpula cegetista demostraron que la
discusión acerca del tamaño de los mercados sobre los que intentaban ejercer control era, para la dirigencia sindical,
11
importante. El levantamiento de paros a cambio del control de los fondos de las Obras Sociales, o su efectiva
convocatoria en función de alcanzar participación en el mercado privado de fondos de pensión (apoyo a la reforma
previsional) revelan la ya señalada vocación empresaria de los principales dirigentes de la CGT.
En una perspectiva diferente de la desarrollada por el modelo sindical oficial, un conjunto de sindicatos
nacionales, gremios locales y comisiones internas nuclearon a más de 3.000 delegados en noviembre. Esta experiencia
aparece como un intento de transformar la marcada atomización que sobre los trabajadores y la estructura sindical
impone el modelo en curso, en un nuevo esquema organizativo que permita canalizar las demandas del sector. El
reconocimiento de que la organización sindical es una de las formas organizativas que hoy pueden encontrar los
trabajadores pero no la única, un fuerte compromiso con la democratización reflejado en haber definido el voto directo
como mecanismo de consagración de sus conducciones nacionales y locales y la autonomía frente a las opciones
partidaria s y el Estado constituyen definiciones clave para el futuro desarrollo de esta experiencia.
En la capacidad de que ésta demuestre transformarse en canal de representación político-social eficaz para el
desarrollo político de los conflictos que desata el ajuste, se juega la suerte futura de esta nueva organización. Darle una
nueva forma discursiva y organizativa a la presencia pública de los trabajadores argentinos puede aportar a la gestación
de novedades en el sistema institucional.
Quienes esto escriben consideran fundamentales experiencias de este carácter, básicamente para poder resolver
los dilemas que plantea una etapa de singular complejidad. Los contrastantes resultados electorales de Capital Federal y
Corrientes, y las debilidades que exhibe aún la primera fuerza de oposición, no permiten abrir predicciones optimistas
fundadas exclusivamente en las condiciones de exclusión e injusticia del presente modelo. Garantizar su derrota exige de
una tarea política monumental. La tarea planteada es también un desafío: construir lo nuevo en un mundo donde no
abundan los "paradigmas para la transformación". Es la tarea de construir nuevas identidades políticas para el conjunto
de los sectores populares, único modo de resolver los límites políticos, sociales e institucionales que hoy se presentan.
El menemismo se ha transformado en una síntesis político-social que captura votos en ambos extremos de la
pirámide social: los mejor situados y los más postergados. La capacidad que el presente proyecto aún revela de captar el
apoyo en franjas populares se debe, al menos en parte, a la orfandad política que éstos perciben frente al resto de las
opciones institucionales. Tanto el radicalismo como la centroizquierda logran reclutar votos en el campo de los sectores
medios y exhiben fuertes limitaciones para articular su práctica política con las demandas más urgentes de los sectores
más postergados. No es otra la razón que explica las dificultades que el radicalismo encuentra en múltiples zonas del
país. Por otra parte, este hecho (en tanto no se altere) transforma a estos dos espacios opositores en mutuamente
competitivos, sin llegar a afectar seriamente la base electoral del menemismo. Por razones que hemos expuesto en otros
trabajos de nuestro Instituto, la fuerza política que ha logrado mejor implantación en las zonas populares, antes
dominadas por el PJ, fue el MODIN. Este señalamiento no intenta transformar dicha opción en paradigma. Sólo pretende
indicar cuál es el dilema que tenemos que resolver.
12
II. EL DESASOSIEGO ELECTORAL
LAS NUEVAS ESTRATEGIAS
"Dios mío. Dios mío ¿a quién asisto?
¿cuántos soy? ¿quién es yo? ¿qué es este intervalo
que hay entre mí y mí?"
Fernando Pessoa
El modelo de gestión del ajuste desarrollado por el actual gobierno peronista habrá de ser sometido en 1993 a su
más dura prueba de legitimidad política. Paso previo para afirmar sus tendencias reformistas más vigorosas, una derrota
nacional en 1993 quitaría virtualmente todo sostén político efectivo a la estrategia política central del Gobierno: la
reelección presidencial en 1995.
Si bien es improbable desarrollar pronósticos electorales ciertos con fechas de comicios aún tan distantes, es de
esperar que el nuevo mapa electoral argentino de 1993 quede diseñado en medio de tendencias contrastantes, de alta
complejidad en su evaluación política, y cuyos límites ya han sido anticipados en 1992 a través de las dos prácticas
electorales más importantes del pasado año: las elecciones a senador porteño y a gobernador correntino.
En efecto, con resultados contradictorios, la derrota global del peronismo porteño, y la muy satisfactoria
performance electoral del Justicialismo correntino, enfrentan el análisis con una nueva realidad política cuyos primeros
síntomas electorales son contundentes: la fragme ntación creciente de la práctica política y el desmoronamiento
acelerado de los hegemonismos partidarios nacionales.
La política se ha regionalizado a extremos insospechados capaces de arrojar, simultáneamente, comportamientos
comunitarios muy diversos, que muestran como nunca a nuestro país atravesado por múltiples culturas políticas que no
encuentran ya su síntesis nacional. Síntoma de los tiempos por venir, también en lo referido a sus prácticas políticas, las
continuidades nacionales están siendo quebradas en la Argentina posajuste.
Frente a esta realidad de prácticas políticas tan heterogéneas pueden, sin embargo, establecerse tendencias
estructurales que difícilmente se alteren en 1993. La actual gestión peronista aparece muy resistida en grandes núcleos
urbanos donde predominan culturas políticas demandantes de una relación Estado-Sociedad compleja, mediada por
diversas tramas institucionales descentradas del aparato político de Estado.
13
En sentido opuesto, el peronismo de fines de siglo encuentra su mayor consenso en zonas de baja composición
urbana, atravesadas por culturas políticas que legitiman una relación Estado-Sociedad caracterizada por el predominio
del Poder Ejecutivo por sobre el resto de la trama institucional que fue, por otra parte, el comportamiento típico de la
mayoría de los partidos provinciales con los cuales hoy el PJ compite con éxito en su mismo terreno, y compartiendo en
lo esencial su fuerte tendencia al encapsulamiento estatal de la política, angostando su perfil de participación y creación
comunitaria.1
Hechas estas referencias, observamos lo ocurrido en las dos elecciones paradigmáticas de 1992, que como se
anticipa señalan la extensión y modalidad del nuevo mapa electoral a desarrollarse en 1993.
LAS ELECCIONES A GOBERNADOR EN CORRIENTES
Como es sabido, la paradoja electoral de Corrientes puede resumirse en que el Pacto Autonomista Liberal (PAL)
obtuvo 15.000 votos más que el Justicialismo y, sin embargo, este último un elector más (12) que el partido de la familia
Feris.
La alquimia se completa cuando el árbitro de la contienda resulta ser el candidato radical (Noel Breard), que
obtuvo un nivel de votos bien por debajo del 20%. En rigor, lo más notable de la elección correntina fue la persistencia
electoral del menemismo, que aun a posteriori de los traumáticos tres años de ajustes, se ubicó apenas 2 puntos por
debajo de la elección a Presidente del '89 (donde Menem superó el 42% de los sufragios).
De la mano de una intervención que, originalmente fraudulenta, (alentada igualmente por peronistas y radicales),
en los últimos seis meses desarrolló una política tan discrecional como agresiva en la consecución de consenso electoral,
el candidato oficial Alberto Di Filippo logró la mejor performance peronista en la provincia luego de 1989. Más allá de
las resoluciones institucionales futuras que se desarrollen en la provincia, la conclusión política central resulta ser que la
estrategia electoral del peronismo reconoce en los centros urbanos su mayor riesgo y ha resuelto desarrollar con
agresividad notable su consenso electoral en territorio provincial, compitiendo incluso con los partidos locales.
Frente a esta situación, y dada la morosidad manifiesta en la recomposición nacional de la segunda minoría, la
estrategia política global de la UCR parece diseñada a incorporar ineludiblemente las alianzas con los partidos
provinciales, de cara a desarrollarse como alternativa nacional electoralmente eficaz en 1995. Subordinar, entonces, a la
derrota electoral eventual del peronismo en 1995 la política de alianzas provinciales supone, en principio, deponer las
críticas a veces descarnadas con que las dirigencias radicales nacionales solían obsequiar a los partidos provinciales,
(denunciados como rémoras feudales, corporaciones prepolíticas y responsables del atraso institucional indisimulable de
sus respectivas provincias).
1 En este sentido es particularmente acertada la afirmación de Horacio Verbitsky: "Entre el menemismo y el Pacto hay una afinidad profunda que subyace por debajo de las diferencias coyunturales. Cuando el Justicialismo gobernó en la provincia, con los Díaz de Vivar o los Romero, lo hizo en el mismo estilo paternalista y de clientelismo que ahora su propaganda presenta como rasgo exclusivo del Pacto la coalición menemista-liberal realiza los deseos imaginarios de Romero Feris". (Página 12, 27/12/92, pág. 8.)
14
Desde luego, estas nuevas alianzas habrán de intervenir también en la dinámica interna del partido de Yrigoyen
(y Alvear) neutralizando aun más el desarrollo de sus tendencias más progresistas. Por caso, la
parálisis política que habrá de envolver a los sectores radicales más progresistas, al observar que el frente antimenemista
que acaba de lanzar la dirigencia radical ante el desarrollo de la experiencia correntina, está direccionado a captar futuras
alianzas electorales con los partidos provinciales. Estrategia módica si las hay, la UCR está siendo atrapada en medio de
una ecuación política paradojal: creció en distritos como Capital, con el aporte de votos del Centro hacia la izquierda
del espectro político, y resuelve su estrategia nacional con alianzas que transitan claramente el espacio de
centroderecha. Todo un hallazgo de ingeniería electoral, cuya sumatoria bien puede ser cero: perdiendo los votos
urbanos de centroizquierda y consolidando el predominio de los partidos provinciales, que a la hora de decidir políticas
globales harán "pito catalán" a las sudorosas huestes de "El Peludo".
LAS ELECCIONES EN CAPITAL
En las elecciones a senador porteño las cosas marcharon en sentido opuesto a lo acontecido en Corrientes.
En el distrito porteño, el PJ obtuvo apenas el 13% de los sufragios (240.000 votos), perdiendo así el 53% de sus
votantes históricos de la etapa premenemista que, en 1989, ascendían a 640.000. Veamos detenidamente lo acontecido
en el distrito con cada una de las principales fuerzas políticas.2
Evolución del Voto en Blanco y Ausentismo
Como puede observarse en los Cuadros Nº 1 y 2, el voto en blanco, y muy acentuadamente el ausentismo,
evolucionan positivamente en el distrito.
CUADRO Nº 1. Evolución del voto en blanco 1983/1992
Año 1973 1983 1985 1987 1989 1991 1992
% voto en blanco 1,53% 2,05% 0,42% 0,90% 1,38% 2,81% 2,41%
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Dirección Nacional Electoral.
En el caso del voto en blanco, recién en 1992 revierte su tendencia creciente de los últimos nueve años, y muy
probablemente la inversión de su progresión deba atribuirse a la aparición en la escena electoral porteña del MODIN,
receptor de una franja tradicional del voto en blanco porteño con bemoles nacionalistas. Sin embargo, la nota más
espectacular en el comportamiento electoral resulta el crecimiento del ausentismo distrital.
15
CUADRO Nº 2. Evolución del ausentismo 1983/1992
Año 1973 1983 1985 1987 1989 1991 1992
% de votantes 85,18% 85,78% 84,55% 84,34% 85,73% 79,22% 75.23%
Nº de votos aus. 300.000 327.740 365.800 375.526 346.060 507.312 609.342
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Dirección Nacional Electoral.
En efecto, si la media de ausentismo distrital desde 1973 hasta 1989 representaba el 15% del electorado, tras la
asunción presidencial del Dr. Menem, el índice crece de manera insólita para el típico comportamiento electoral del
distrito, trepando al 20,78% en 1991 y a 24,77% en 1992. Un comportamiento tan singular del electorado obedece a una
multiplicidad de causas. Es cierto que las rutinas democráticas producen normalmente un aumento en los niveles de
ausentismo estructural, sin que de ello pueda rápidamente concluirse una merma en la representatividad del sistema
político institucional.
Sin embargo, el inusual crecimiento del ausentismo distrital, a punto casi de duplicar su índice en menos de tres
años, quiebra toda posibilidad a las interpretaciones estructurales y señala un profundo deterioro en la relación entre el
sistema político institucional porteño y la comunidad.3 Observe el lector la magnitud del fenómeno que estamos
analizando. Si medimos el ausentismo medio del distrito entre 1973 y 1989, éste representa, como se señaló, el 15% de
los votantes hábiles.
Si consideramos ya no la cifra total de electores ausentes sino sólo el incremento que los índices de ausentismo
de 1991/92 registran sobre la media 73/89, obtendremos valores por encima de la media del 5% para 1991 y del 10%
para 1992. Traduciendo estos porcentajes abstractos a cifras de votos concretos: para un padrón de electores que, como
el porteño, asciende actualmente a 2.460.883, el ausentismo registrado por encima de la media representa 123.044 votos
en 1991 y 246.088 en 1992.
Más concretamente aún, la evolución por encima de la media distrital del índice de ausentismo representaba en
1991 el quinto acumulado electoral y, en 1992. asciende al tercer acumulado electoral porteño, ubicándose en el centro
de las novedades políticas de la etapa, síntoma inequívoco del acelerado agotamiento del dispositivo político-
institucional del distrito.
2 Para más datos acerca de las elecciones en Capital Federal, véase Cuadernillo IDEP/ATE: "Las Elecciones a Senador Porteño", noviembre 1992. 3 En efecto, el retiro en la participación electoral ciudadana es un hecho común a las democracias occidentales. Sin embargo, una alteración sustantiva –en más o en menos– del índice de ausentismo electoral en períodos cortos –en el lapso de una convocatoria electoral a otra en el caso porteño– señala la aparición de una o varias causas no estructurales que alteran la relación: sistema político institucional/comunidad.
16
Agotamiento que no supone necesariamente un colapso de la arquitectura bipartidista típica de la Capital. En
efecto, a la par del crecimiento sostenido del índice de ausentismo, el bipartidismo no sólo no se quiebra a partir de 1991
sino que logra revertir su tendencia al deterioro.
Obsérvese la evolución del sistema bipartidista porteño desde 1983 a 1992. En el Cuadro Nº 3, se muestra el
porcentaje del total de votos emitidos, atrapados por el dispositivo UCR/PJ.
CUADRO Nº 3. Porcentaje de atrapamiento de votos PJ/UCR 1983-1992
Año 1983 1985 1987 1989 1991 1992
% PJ/UCR 71,11 67,47 62,14 58,88 66,72 79,37
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Dirección Nacional Electoral.
La tendencia 1983/89 muestra un deterioro marcado en los rendimientos electorales del dispositivo bipartidista.
Esta tendencia declinante se rompe en 1991. Sin embargo, para poder quebrar el deterioro de la arquitectura bipartidista
porteña, el sistema político institucional integró (de hecho a partir de 1991 y por derecho desde 1992) en una única
alternativa electoral a la segunda y tercera fuerza política distrital, PJ y UceDé. Este mecanismo ad hoc de ingeniería
institucional fue el gran responsable de la inversión de la tendencia decreciente y de la eficacia en la captura de votos
por parte del sistema bipartidista porteño.
Una lectura rápida de los último s comportamientos electorales podría reforzar la idea, tan común en buena parte
de la clase política que nos acontece, de cierta perpetuidad en el modo de funcionamiento político electoral del distrito.
Sin embargo, si a esta lectura aparente le agregamos las determinaciones que surgen del fuerte incremento del índice de
ausentismo, y la integración del segundo y tercer acumulado electoral del distrito en una alianza político social volátil, el
comportamiento electoral futuro podrá probablemente alterar su tradicional perfil bifronte.
Las tendencias parecen reforzar la idea de un próximo distrito electoralmente despolarizado, con un significativo
deterioro en la magnitud de los acumulados partidarios sobre una base estructural de ausentismo creciente, cuya
evolución sobre la media histórica va camino a constituirlo en el segundo acumulado electoral porteño. Una tendencia
muy acentuada a la que sólo podrá alterar estructuralmente la reconstrucción del vínculo entre sistema político
institucional y comunidad, hoy muy empobrecido.
17
Desarrollo de la Alianza del Nuevo País
Como podemos observar en el Cuadro Nº 4, la magnitud del descenso en el acumulado liberal-peronista 1991 vs.
1992 muestra, como tendencia, una peor adhesión a la alianza del voto de origen peronista respecto al de origen liberal.4
CUADRO Nº 4. Variación del acumulado de la Alianza PJ/UCeDé 91 vs. 92
Sección Porcentual de descenso en el acumulado '92
Del Socorro (20) -5,36%
Flores (5) -5,52%
Lugano (22) -6,39%
Media distrital -5,28%
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Dirección Nacional Electoral.
• Para elaborar el valor del acumulado electoral de 1991, se sumaron los votos del PJ y la UCeDé respectivamente. El porcentaje de baja surge de la comparación de esta suma de sufragios (PJ-UCD 1991) con los votos obtenidos en 1992 por la Alianza del Nuevo País. • La dispersión respecto de la media distrital de baja, que asciende al 5,28% de los sufragios, es para zonas de fuerte tradición liberal de +1,5% respecto de la media. En tanto, para secciones de fuerte tradición peronista histórica, el deterioro electoral de la alianza PJ - UCeDé en 1992 respecto al ''91, es mucho más acentuado, superando en un 21% a la media distrital. Por ejemplo, se observa que la baja en la Sección 20 (del Socorro) asciende a 5,36% en tanto que en la Sección 22 (Lugano) asciende a un 6,39% del electorado total de 1991.
Tal como se desprende del Cuadro Nº 4. es más que aceptable establecer que, para la media distrital, la fuga de
votos peronistas frente a la Alianza del Nuevo País supera al menos en un 10% a la fuga del voto de origen liberal. En
otras palabras, del 5,28% de los votos del distrito perdidos en 1992 respecto de 1991 por la alianza liberal-peronista, un
2,90% de los votos distritales fugaron del PJ, en tanto de la UceDé migró un 2,38% del electorado.
Sin embargo, a los fines del análisis no consideraremos esta diferencia de mayor fuga justicialista. Supondremos.
entonces. que el deterioro electoral se debe atribuir en partes iguales a las fugas del PJ y la UceDé (para el caso de la
media distrital 2,64% de fuga para cada fuerza política de la alianza). En cifras, observe el lector que el 5,28% de los
votos distritales, perdidos por la alianza en 1992 respecto al '91, representan 100.000 sufragios, de los cuales migraron
del peronismo 50.000 e igual cantidad de la UceDé. Drenaje importante de la alianza liberal-peronista que en número de
votos es equivalente al 96% del acumulado del MODIN y al 73% de los votos obtenidos por el Frente del Sur.
En lo que respecta al PJ en particular, si sumamos al drenaje de 1992 (distribuidos casi en 30.000 votos al
MODIN y 20.000 a la UCR) las fugas ya registradas en 1991 que representaron 70.000 sufragios transferidos a la UCR y
85.000 acumulados por el peronismo disidente en sus variantes FREDEJUSO, Alianza Frente Popular y variantes
4 Obsérvese que el deterioro en la performance electoral de la Alianza del Nuevo País, respecto del acumulado PJ/ UCeDé de 1991, desciende muy por debajo de la media distrital en secciones de mejor posicionamiento socioeconómico. Así resulta que, para la media distrital, el descenso electoral de la
18
menores –hoy acumulados por el Frente del Sur y la UCR5–, la fuga de votos registrada por el PJ porteño en el período
91-92 asciende a la significativa cifra de más de 205.000 sufragios, sin tener en cuenta los votos peronistas históricos de
la etapa premenemista que, a partir del '91, fueron a engrosar las cifras del ausentismo distrital.
Si recordamos que, como lo muestra el Cuadro Nº 5, el PJ acumuló como promedio entre 1983/89 –período
anterior a la alianza con la UceDé– 25,62% de los votos distritales –esto es aproximadamente 520.000 sufragios–, sin
mayor esfuerzo puede inferirse que el PJ capitalino ha perdido, en el período 1991/92 y a mano de otras fuerzas
políticas, el 39% de los votos distritales propios, tal como lo señala el Cuadro Nº 6. Insistimos: este porcentaje de fuga
de voto propio fue calculado sin considerar los 85.000 votos peronistas históricos que optan hoy por el ausentismo que,
al incluírselos en el cálculo de fugas, hacen trepar el deterioro electoral del PJ porteño en 1992 –para la media distrital–
al 53% de sus votos efectivos de la etapa premenemista.
CUADRO Nº 5. Promedio de votos distritales acumulados por el PJ 1983/89
Año 1983 1985 1987 1989 Promedio
% votos 22,95 24,97 23,61 30,92 25,62
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Dirección Nacional Electoral.
CUADRO Nº 6. Votos fugados desde el PJ período 1991 / 1992
Hacia la UCR 90.000 votos
Hacia el MODIN 30.000 votos
Hacia el Frente del Sur 74.000 votos
Hacia el Ausentismo 85.000 votos
Fuente: Elaboración propia.
Con respecto a la UceDé porteña, su alianza con el PJ ha limitado significativamente su crecimiento como
partido. En el Cuadro Nº 7 puede observarse la acumulación del electorado liberal porteño desde 1983 hasta 1992.
CUADRO Nº 7. Acumulado liberal porteño período 1983/92
Alianza PJ/UCeDé de 1992, respecto del '91, es de 5,28% de los votos; para la Sección 15 baja al 4,3%, para la Sección 14 es de 4,88%; en la Sección 16 se registra una merma del 4,99%; en la Sección 17 del 5,07, etcétera. 5 Para más datos sobre fuga de votos del PJ en 1991, véase Cuadernillo IDEP/ATE: 'El Nuevo Mapa Electoral. Las Elecciones en Capital Federal", 1991.
19
Año 1983 1985 1987 1989 1991 1992 (en alianza)
% votos 8,4 10,27 17,93 21,67 8,30 30,90
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Dirección Nacional Electoral.
Tal como lo muestra el Cuadro Nº 7, la tendencia del acumulado liberal porteño fue creciente hasta 1989, pero
tras la asunción del gobierno peronista, y la singular alianza político social que comienza a desarrollar desde el aparato
estatal, las elecciones de 1991 muestran al acumulado liberal en su punto de mínima histórico tras la recuperación
democrática (8,30% del electorado), habiendo transferido en ese año al acumulado del PJ capitalino el 12% de los votos
totales del distrito.6
En el curso de las elecciones de 1992, los resultados tampoco fueron satisfactorios –teniendo en cuenta el
mecanismo de transferencia de votos ya registrados en 1991 entre el PJ y la UceDé– y es posible calcular muy
aproximadamente la composición del 30 ,90% del acumulado por la Alianza Nuevo País en 1992.
Anticipamos la conclusión: según nuestro análisis y siempre en referencia a la media distrital, el PJ aportó a la
alianza un 13,20% del electorado, y la UceDé un 17,70%. Para analizar cómo se arriba a los porcentajes señalados de
votos propios del PJ y la UceDé respectivamente en 1992, deténgase el lector en el Cuadro Nº 8. En él se muestran el
acumulado PJ-UceDé en 199 1: el acumulado de la Alianza del Nuevo País y la merma electoral '91 vs. '92. Al mismo
tiempo se señalan los votos propios del PJ en sus niveles de Máxima, Mínima y Media, cuya modalidad de cálculo se
explica a continuación del cuadro. Veámoslo detenidamente.
CUADRO Nº 8. Alianza del Nuevo País: Composición del voto distrital global
Fuente: Elaboración propia.
* Para determinar los votos propios aportados a la Alianza 1992 por el PJ, se desagregó a los niveles obtenidos por el PJ en 1991, el porcentaje de transferencia que en aquella oportunidad realizara la UCeDé, que representó el 43,6%, del total de los votos acumulados por el Justicialismo en 1991. En otras palabras, según nuestro análisis, del 27,88% de los votos que acumulara el PJ en 1991, sólo fueron votos propios un 15,88% de los sufragios, en tanto la UCeDé le transfiere en 1991 un 12% del electorado porteño.
Esta transferencia explica la singular caída que registró la UCeDé en aquella oportunidad, que de un acumulado de 21,67% en 1989 pasó al 8,30% en 1991. Teniendo en cuenta lo dicho, para obtener el porcentaje de máxima en los niveles de votos propios del PJ porteño, se consideró que el 100% de la merma electoral de la Alianza PJ-UCeDé de
6 Para más datos sobre fuga de votos de la UCeDé en 1991, véase Cuadernillo IDEP: op. cit./ 1991.
PJ + UCedé 1991 36,18% de los votos
Alianza Nuevo País 1992 30,90% de los votos
Merma electoral '92 vs. '91 5,28% de los votos
Votos propios PJ 1992* Máx. 15,88% - Mín. 10,60% - Media 13,20%
Votos propios UCeDé 1992** Máx. 20,30% - Mín. 15,02% - Media 17,70%
20
1992, respecto de 1991, era atribuible a la fuga del voto de la UCeDé. Por el contrario, para construir el porcentaje de mínima en los niveles de votos propios aportados a la Alianza del Nuevo País por el PJ, se supuso que el 100% de la merma electoral del '92 respecto del '91 era fuga del voto del PJ. La media de votos propios distritales surge, como es obvio, del promedio de máxima y mínima en los niveles de votos propios del PJ, y es considerada como cifra de votos propios aceptables para el desarrollo del presente estudio.
** Para determinar los votos propios aportados a la Alianza de 1992 por la UCeDé, se agregó a los niveles obtenidos en 1991 el porcentaje de transferencia que, en aquella oportunidad, realizara la UCeDé hacia el PJ, que representó el 43,6% del total de los votos acumulados por el Justicialismo en 1991. Se siguió el mecanismo antes descripto para establecer los valores de votos propios máximo, mínimo y medio, esta vez para la UCeDé. (Para más datos, véase Cuadernillo IDEP, "El Nuevo Mapa Electoral, Las Elecciones en Capital Federal, IDEP/ATE 1991.)
Tras el análisis del comportamiento distrital de la Alianza del Nuevo País, puede concluirse que el liberalismo
porteño ha retrotraido su acumulado a los niveles de 1987, pagando un alto precio electoral por su alianza con el PJ: la
pérdida de un 5% del electorado porteño conquistado en 1989. Cien mil ex votos liberales, que no responden ya a la
orgánica partidaria y cuya recaptura parece ser una tarea compleja, sino imposible, en los actuales marcos político
institucionales de la alianza del centro porteño.
Sin embargo, del matrimonio liberal-peronista capitalino fueron los Justicialistas quienes resultaron los grandes
perdedores, habiendo cedido en 1992 el 53% de sus votos distritales efectivos de la etapa premenemista (promedio
1983/89) que como ya señaláramos ascendían a 520.000 sufragios.
Al mismo tiempo la UceDé perdió en 1992 el 22,7% de su acumulado de máxima registrado en 1989 pero, a
diferencia del Justicialismo, logró ubicarse en un 16,60% por sobre su promedio electoral del período 83/89. Cabe
consignar que las cifras precedentes corresponden al comportamiento electoral promedio del distrito.
Si observamos lo acontecido con la Alianza del Nuevo País en zonas del norte, centro y periferia distrital surgen
también datos elocuentes.
Como lo señala el Cuadro Nº 9, si se analiza lo ocurrido en una zona de fuerte tradición l iberal –como claramente
lo es la Sección 20 ("Del Socorro")– vemos que, para acumular el 43,84% de los sufragios, la Alianza Nuevo País
recibió el aporte del 31,25% del electorado a través de la UceDé, en tanto el PJ aportó el 12,59%. Recuerde el lector que
antes de la alianza, la UceDé había obtenido, en esa misma sección en 1989, el 43,66% de los sufragios, en tanto el PJ
un 19,81%. Las caídas son importantes para ambos acumulados respecto de la etapa premenemista, en el norte
capitalino.
A fin de ajustar aun más los cálculos téngase en cuenta que, debido al altísimo ausentismo distrital y zonal, para
el caso de la Sección 20, un acumulado del 12,59% de los sufragios (como el obtenido por el PJ en 1992), sólo
representa 5.793 votos. Esta cifra supone una merma del 50% en el número de votos, históricamente acumulados por el
PJ premenemista en la Sección 20, que en 1989 sumaban 11.593 y representaban el 19,8% de los votos emitidos. Mídase
la magnitud del ausentismo porteño de la etapa posmenemista observando que, en la misma sección electoral pero en
1992, un acumulado del 19,8% de los votos efectivos representa tan sólo 9.500 sufragios.
21
CUADRO Nº 9. Alianza del Nuevo País: Composición del voto en la Sección 20 (Del Socorro)
Fuente: Elaboración propia.
* Para establecer los votos propios del PJ se desagregaron los transferidos en 1991 por la UCeDé en la Sección.
Para obtener los valores máximo, mínimo y medio de votos propios, tanto para el PJ cuanto para la UceDé, se utilizó el
procedimiento antes descripto.
** Para establecer los votos propios de la UCeDé se agregaron los transferidos en 1991 al PJ en la Sección. (Para
más datos sobre los porcentajes de transferencia de votos en 1991, Sección 20, véase Cuadernillo IDEP: "El Nuevo
Mapa Electoral. Las Elecciones en Capital Federal", IDEP/ATE, 199l.)
En el centro distrital, cuya zona representativa en este estudio es la Sección 5 ("Flores"), los bajos rendimientos
electorales de la alianza resultan drásticos. Así observamos que, según lo indica el Cuadro Nº 10, para acumular el
26,85% del electorado la Alianza del Nuevo País recoge el aporte del 17,25% de los votos a través de la UceDé y el
9,60% provenientes del PJ. Si se recuerda que en la etapa previa a la asunción del doctor Menem la UceDé logró
acumular en 1989 un 21,24% del electorado y el PJ un 27%, el descenso en los acumulados es significativo en el caso de
la UceDé y espectacular en lo que respecta al PJ. En número de votos efectivos, el PJ acumulaba en 1989 más de 31.000.
Su actual caudal en la sección de 10.300 marca una caída en el número de votos propios del 67% respecto de los
niveles de 1989, y un 64% de los votos peronistas del promedio 1983-89 (etapa pre-Menem). La caída de la UceDé es de
6.230 votos respecto a su acumulado de 1989, un deterioro del 24,8% en su caudal de votos de la etapa electoral anterior
al gobierno peronista.
En la Sección 22 ("Lugano") los acontecimientos marchan en igual sentido.
CUADRO Nº 10. Alianza del Nuevo País: Composición del voto en la Sección 5 (Flores)
Fuente: Elaboración propia.
PJ+ UCeDé 1991 49,20%
Alianza Nuevo País 1992 43,84%
Merma electoral '92 vs. '91 5.36%
Votos propios PJ* Máx. 15,29% - Min. 9,89% - Media 12,59%
Votos propios UceDé Máx. 33,95% - Mín. 28,55% - Media 31,25%
PJ + UCeDé 1991 32,37%
Alianza Nuevo País 1992 26,85%
Merma electoral '92 vs. '91 5,52%
Votos propios PJ* Máx. 12.36% - Mín. 6,84% - Media 9.60%
Votos propios UceDé Máx. 20,01% - Mín. 14,49% - Media 17,2%
22
* Para establecer los votos propios del PJ se desagregaron los transferidos en 1991 por la UCeDé en la Sección.
El mecanismo para asignar valores de máxima, mínima y media a los votos propios, tanto del PJ como la UCeDé, en la
Sección, es el antes descripto.
** Para establecer los votos propios de la UCeDé se agregaron los transferidos en 1991 al PJ en la Sección. (Para
más datos véase IDEP/ATE, op. cit.)
Como lo muestra el Cuadro Nº 11, para acumular un 38,9% de los votos, la Alianza del Nuevo País recibió un
29,9% de su acumulado por parte del PJ y un 9% desde la UceDé. Si comparamos con los niveles de 1989, observamos
que la Unión de Centro acumulaba un 12,79% del electorado, en tanto el PJ premenemista, un 52%. Así las cosas, la
UceDé cayó en 3.890 sufragios respecto a sus niveles de 1989, un 32% de merma en su acumulado histórico en la
sección.
CUADRO Nº 11. Alianza del Nuevo País: Composición del voto en la Sección 22 (Lugano)
Fuente: Elaboración propia.
* Para establecer los votos propios del PJ se desagregaron los transferidos en 1991 por la UCeDé en la Sección.
Como ya aclaramos, para obtener los valores máximo, mínimo y medio de votos propios, tanto del PJ como de la
UCeDé, se utilizó el procedimiento antes descripto. ** Para establecer niveles de votos propios de la UCeDé, se
agregaron los votos transferidos en 1991 al PJ en la Sección. (Para más datos sobre transferencia de votos en la Sección,
véase IDEP/ATE, op. cit.)
El deterioro peronista en Lugano es muy significativo cuanti/cualitativamente: en 1992 sólo logra acumular
26.200 votos, un 47% por debajo de sus niveles de 1989 que sumaban 49.422 sufragios, en una zona de gran tradición
peronista que en la etapa premenemista aportaba al PJ porteño el 8% del total de sus votos distritales y hoy,
paradojalmente representa el 11% del total de votos justicialistas aun con una caída tan pronunciada de los votos
peronistas en la sección.
PJ + UCeDé 1991 45,29%
Alianza Nuevo País 1992 38,9%
Merma electoral '91 vs. '92 6.39%
Votos propios PJ* Máx. 33,14% - Mín. 26,75% - Media 29,94%
Votos propios UCeDé** Máx. 12,15% - Mín. 5,76% - Media 8,96%
23
Desarrollo de la UCR Porteña
Como lo señalan los Cuadros Nº 12 y 13, la performance electoral de la UCR porteña fue tan contundente que
impide mayores comentarios. Sólo cabe acotar que para obtener el total acumulado en 1992 (48,47%), a los votos
obtenidos en 1991 (38,84%) la UCR logró incorporar en 1992 un 3% del electorado que en 1991 había votado en favor
de la Unidad Socialista; un 2% que había acumulado el PJ y, finalmente, sumó un 4,5% del electorado que en 1991
había optado por otras alternativas menores tales como el FREDEJUSO, vecinales, independientes de izquierda e
incluso votantes de la UceDé (el 1% del total de electores porteños acumulados en 1992 por la UCR provienen de la
UceDé).
CUADRO Nº 12. Acumulado distrital UCR 1991/1992
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Dirección Nacional Electora l.
CUADRO Nº 13. Composición de la diferencia de votos '92 vs. '91 para la UCR
Fuente: Elaboración propia.
El dato más significativo, es, sin duda, el importante número de ex sufragios peronistas que ya desde 1991
migran hacia el acumulado radical porteño. Un 3% se transfirió en 1991. y un 2% del electorado fugó en 1992 del PJ a la
UCR. Aproximadamente 90.000 votos que ubican a la UCR como primer receptor distrital del voto de ex peronistas o
peronistas disidentes.
Al mismo tiempo, la implantación electoral del radicalismo en las barriadas más populosas de la Ciudad de
Buenos Aires es un hecho no sujeto a discusión.
Obsérvese por caso el análisis de los votos justicialistas, registrados durante las elecciones de 1992 en Villa
Lugano. Comparándolos con el acumulado radical en la sección, se concluye que la UCR supera en Lugano el caudal de
Acumulado '91 38,84% de los votos
Acumulado '92 48,47% de los votos
Incremento '92/'91 9,63% de los votos
Aportes a la UCR Ex. U. Socialista '91 3% de los votos
en 1992 Ex PJ/UCeDé 3% de los votos
Otros '91 3,5% de los votos
24
votos del PJ en un 8% del electorado (poco más de 7.000 votos). En efecto, como lo señalan los cuadros de referencia, el
PJ aportó en Lugano un 30% del electorado a la Alianza del Nuevo País, en tanto la UCR acumuló un 37,7% de los
votos.
Aun más, la diferencia de votos entre la Alianza PJ/UceDé (considerada sin discriminar la composición de su
voto) respecto a la UCR es en la Sección 22 de apenas un 1,20% del electorado a favor del conglomerado liberal
peronista. Diferencia exigua que se amplía 4 veces en el norte distrital y se revierte absolutamente en el centro
capitalino, donde las diferencias en favor de la UCR respecto de la Alianza del Nuevo País guardan una relación de 2
sufragios a 1.
CUADRO Nº 14. Acumulados zonales UCR 1991/1992
Año Secc. 5
(%)
Secc. 20
(%)
Secc. 22
(%)
1991 42,56 28,77 31,03
1992 52,86 38,98 37,70
Incremento 1992/ 1991 10,30 10,23 6,67
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Dirección Nacional Electoral.
Desarrollo del Frente del Sur
CUADRO Nº 15. Composición de la diferencia de voto zonal a la UCR *92 vs. *91
Aportes a la UCR '92 %
Secc. 5
%
Secc. 20
%
Secc. 22
U. Socialista 91 3,50 1,00 2,00
PJ/UCeDé 3,00 3,00 2,00
Otros 3,80 6,00 1,00
Fuente: Elaboración propia.
El espectro de centroizquierda perdió globalmente posiciones en 1992 respecto de 1991. tal como lo muestra el
Cuadro Nº 16.
25
CUADRO Nº 16. Acumulado espectro centroizquierda 1991/1992
Año 1991 1992
Unidad Socialista 6,13% 3,02%
FREDEJUSO 3,60%
Al. Fte. Popular 1,53%
Verde 1,46%
MAS 1,31% 0,51%
PC 1,15%
PO 0,45%
PTP 0,20%
Frente del Sur 7,24%
Acumulado 15,83% 10,77%
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Dirección Nacional Electoral.
En efecto, incluyendo las izquierdas tradicionales, el acumulado de centroizquierda descendió del 15,8% del
electorado obtenido en 1991 al 10,77% acumulado en 1992. La gran fuga de votos desde el mosaico de centroizquierda
se dirigió hacia la UCR, y sus orígenes fueron, el 3% del electorado transferido por la Unidad Socialista y otro
porcentaje del 1,5% de los sufragios que en 1991 acumularan el FREDEJUSO, el Partido Verde Ecologista e
independientes menores.
Por su parte, el MAS, sacudido por una fuerte crisis político ideológica, electoralmente se diluyó, perdiendo al
menos 10.000 de sus votos de 1991. El PO, víctima de las nuevas normas que regulan las actividades partidarias, agregó
a la encrucijada política, la quita de personería jurídica impuesta desde el Ministerio del Interior.
En medio de esta dispersión político electoral, la novedad del conglomerado de centroizquierda la constituyó el
Frente del Sur. Tras la candidatura de Fernando E. Solanas pudieron aglutinarse, tal como lo indica el Cuadro Nº 17, un
4% del electorado, aportado por ex votantes del FREDEJUSO y de la Alianza Frente Popular (Luis Brunatti), enrolados
en el peronismo disidente. Se sumaron también el 1% de los votos acumulados por el PC en 1991 y el 1,50% del
electorado provenientes del ecologismo y alternativas de izquierda independientes menores, respetando esta
composición a lo largo de todo el distrito.
26
CUADRO Nº 17. Composición del voto distrital y zonal al Frente del Sur
Partidos y/o Alianzas
1991
(%)
Distrito
(%)
Secc. 20
(%)
Secc. 22
(%)
Secc. 5
FREDEJUSO 2,50 1,30 2,00 3,00
Al. Fte. Pop. 1,50 0,70 2,00 1,40
PC 1,00 0,50 1,50 1,00
Verde, otros
Izq. Indep. 2,14 1,20 2,18 2,00
Total 7,24 3,78 7,68 7,40
Fuente: Elaboración propia.
En otras palabras, sobre un total global de 133.953 votos acumulados por el Frente del Sur, 74.000 votos son ex
peronistas, en tanto que 60.000 provienen del arco de izquierda tradicional, independiente y del ecologismo.
En este sentido, los estudios que se conocieron momentos antes de las elecciones acerca de la composición del
voto del Frente del Sur, resultaron equivocados.7 Tras analizar la performance electoral del Frente a lo largo del distrito,
no cabe duda alguna de que se convirtió en la tercera fuerza electoral del distrito con hegemonía del voto peronista
disidente.
Más allá de su composición electoral interna, la experiencia frentista mostró límites.
Los datos señalan que no se lograron acumular los votos que en 1991 recogieron los partidos actualmente
integrantes del Frente del Sur, síntoma inequívoco de las dificultades de esta fuerza para proyectarse ya no en el espacio
comunitario más global, sino en los propios marcos del estrecho espectro del centroizquierda porteño.
Dificultades que en referencia a su captación del ex electorado peronista (un objetivo central del Frente) se
expresan en la merma de 13.000 votos con respecto a los alcanzados en 1991 por el peronismo disidente. A diferencia de
la UCR, que expande su capacidad de captación del ex voto peronista de 70.000 en 1991 a 90.000 en 1992, las
experiencias electorales filoperonistas de implantación en el espectro de centroizquierda distrital se encapsulan,
cediendo en 1992 el terreno electoral conquistado en 1991.
7 'Nos referimos al trabajo publicado en el matutino Página12, el 27/6/92, donde según una encuesta sobre 400 casos realizada por Hugo Haime y Asoc., se afirmaba que la intención de votos para el Frente del Sur estaba dominada por ciudadanos de izquierda y muy escasos peronistas. Las proporciones eran 21 a 1 en favor de lo que denominaban "voto socialista o de izquierda", por sobre los votantes peronistas. Una encuesta errónea, que cualquier estudio posterior refuta absolutamente. En realidad, un 55% del voto al Frente proviene del peronismo disidente, un 13% tiene origen en la izquierda tradicional, en tanto el restante 22% proviene de la izquierda no tradicional, independientes y ecologistas. Estos porcentajes de origen de los votos frentistas surgen transparentes al comparar el acumulado '92 del Frente con los respectivos acumulados electorales de 1991, de los partidos que lo integran.
27
Desarrollo del MODIN Porteño
En líneas generales, y a pesar de lo que pareciera indicar un bautismo electoral con un acumulado del 5,48% de
los votos, el MODIN no logró implantarse con eficacia social y política en el distrito, no tanto por el número de
sufragios obtenidos cuanto por el tipo de implantación político-social que logró.
En efecto, a diferencia de lo ocurrido en Provincia de Buenos Aires –donde para acumular el 9,24% de los votos
el MODIN se desarrolló electoralmente en secciones socialmente postergadas, con alta potencialidad política y de fuerte
tradición peronista (Moreno, Alte. Brown, La Matanza), que representaron el 80% de su acumulado provincial–, en
Capital el ex voto peronista representó para la media distrital, tal como lo indica el Cuadro Nº 18, sólo un 30% de su
acumulado.
CUADRO Nº 18. Composición del voto distrital y zonal del MODIN
Partidos y/o
Alianzas 1991
(%)
Distrito
(%)
Secc. 20
(%)
Secc. 22
(%)
Secc. 5
PJ/ UCeDé 2,00 1,30 4,00 1,00
Votos en Blanco 1,00 0,75 1,00 1,00
Otros (Gen. Interm.
Fza. Repub., Un. Pop.
P.N. Const. Vecinal) 2,48 2,70 3,42 2,80
Total 5,48 4,75 8,42 4,80
Fuente: Elaboración propia.
En las zonas más populosas del distrito, esta tendencia no varió y los ex votos peronistas acumulados por el
MODIN en la periferia distrital no alcanzan el 40% de su electorado. En rigor, el voto distrital a esta fuerza, que en las
zonas de mejor y peor posicionamiento socioeconómico resultó tercera, debe a los tradicionales votantes de los retazos
de la derecha nacionalista porteña el 60% de su caudal electoral.
Este singular conglomerado electoral atávico, social y políticamente inactivo, no ofrece perspectiva alguna al
desarrollo del MODIN en el distrito.
De esta forma, el tipo dominante del electorado que el MODIN logró convocar en Capital es el síntoma de una
modalidad de discurso conspirativo, modelado por la lógica militar. Los efectos manifiestos de esta concepción resultan
aquello que Pietro Ingrao denominó "reducción de la política a guerra", ideología que sella en lo inmediato la futura
evolución política de una fuerza, para la cual un potencial político electoral aceptable estaba disponible en el distrito.
28
Desarrollo de la Unidad Socialista
El mosaico socialista porteño sufrió una fuga (direccionada casi absolutamente hacia la UCR) de 62.506
sufragios, de los 118.495 que acumulara en 1991, año cuando logró su mayor desarrollo electoral alcanzando, como se
recordará, el 6,13% de los votos emitidos.
Ciertamente, la renuncia a su candidatura por parte de Alfredo Bravo, así como la tardía pero fuerte polarización
que sacudió al distrito, conmovió a todo el espectro de centroizquierda en general (que, como se señaló, vio descender su
acumulado global de 1991 en más de 90.000 votos) y, como resulta obvio, golpeó muy particularmente la evolución
electoral del conglomerado socialista. En efecto, la Alianza descendió en su acumulado a sólo el 48% de los sufragios
alcanzados en 1991 y al 64% del número de votos sumados en 1989, que ascendían a 88.572.
En síntesis, con su más reciente caudal electoral del 3,02% de los votos emitidos (55.989 sufragios), la Unidad
Socialista parece cerrar un cielo de evolución política que, en su momento de máxima, supo constituirla en la mayor
referencia electoral del voto progresista porteño. Referencia cuya reconstrucción, de cara a los nuevos comportamientos
y espacios electorales abiertos por la ciudadanía de centroizquierda en 1992, resultará muy complicada respetando el
actual sistema de alianzas del mosaico socialista, que se reveló política, ideológica y, por lo visto en el '92,
electoralmente estrecho, a la hora de convocar al menguante pero muy variado espectro progresista distrital.
A continuación, el lector podrá observar, a modo de conclusión gráfica de lo acontecido en el distrito porteño en
las elecciones de Junio de 1992, el gráfico tradicional de barras, donde se muestran los acumulados totales de las
principales fuerzas políticas porteñas, y el deterioro electoral del PJ para cada sección electoral porteña de acuerdo a
nuestro estudio de las elecciones a senador: así, mediante círculos oscuros podrá registrar cómo se distribuye
geográficamente el deterioro electoral justicialista que, tal como se observa en el gráfico, se acentúa fuertemente en el
norte y centro distrital, para amortiguarse, aunque sin perder su contundencia, en la periferia porteña.
GRAFICO Nº 1
Fuente: Elaboración propia
897.313
240.503332.502
133.953 101.402 56.089
0100000200000300000400000500000600000700000800000900000
Can
tidad
de
voto
s
UCR PJ UCD F. del Sur MODIN Un. Soc.
Total Distrito
29
GRAFICO Nº 2. Deterioro electoral PJ (1989 vs. 1992)
30
III. LA ENCRUCIJADA ECONOMICA
UNA VISIÓN ESTRUCTURAL
CARACTERIZACION DE LA ETAPA
Lapso 90/92: Período más Agudo del Ajuste
El año 1992 marca el fin de un ciclo iniciado en 1990, signado por el desarrollo de un profundo ajuste estructural,
cuya conclusión define el ingreso al Plan Brady –reestructuración de largo plazo de la deuda–, el agotamiento de las
privatizaciones –"prenda de paz" del período– y la desregulación y apertura de la economía.
El cierre del tramo más grueso del ajuste, –lapso 90/92–, abre un período de marcada incertidumbre sobre el
funcionamiento del modelo resultante, a diferencia de lo ocurrido en otras economías ajustadas como el caso chileno.
Estos interrogantes se pueden sintetizar en tres aspectos:
• Ausencia de un poder regulatorio del Estado que garantice el cumplimiento de las obligaciones externas, en el
marco del Plan Brady. En suma, no hay mecanismos seguros de apropiación de rentas en moneda dura por parte del
Estado, para transferir a la banca acreedora.
• Indefinición acerca del rumbo productivo de la economía; el modelo exportador aparece inconcluso, sobre todo en
el perfil de los bienes comerciables externamente, pasando de una importante participación relativa de las
manufacturas en las ventas externas a una creciente primarización de las mismas. Esta indefinición incide
resueltamente en los flujos positivos de capital, no pudiendo elevarse de manera sensible los montos de inversión,
excepto en aquellos rubros de alta tasa de retorno (activos públicos privatizados y bienes de valor retrasado en
términos de dólar).
• Fuerte vulnerabilidad del sector externo que cuestiona el proceso de apertura económica, sobre el que se sustenta el
esquema de equilibrio macroeconómico articulado con el pago de la deuda externa. La comentada insuficiencia de
flujos de capital, que compensen el déficit de la balanza comercial, coloca a la economía argentina ante una
potencial crisis externa, cuya corrección altera drásticamente el programa de estabilización de corto plazo. Este
último aspecto se ve agravado por las dificultades de la inserción internacional de la Argentina, la cual, a diferencia
de la vigente a fines del Siglo XIX con Gran Bretaña, es escasamente viable en el alineamiento con los Estados
Unidos –economías históricamente competitivas antes que complementarias– y desintegradora del espacio
geoeconómico en la experiencia regional del Mercosur.
31
Los tres aspectos reseñados (ausencia de poder regulador estatal, indefinición del rumbo productivo y
vulnerabilidad del sector externo) configuran un contexto altamente inestable en el que se desarrollará el intento del
poder económico –banca acreedora y grupos empresarios– de establecer una nueva base de acuerdo para sus intereses y,
en definitiva, un modelo de crecimiento y funcionamiento estable de la economía argentina, elemento este último
altamente improbable.
Nuevo Marco de Acuerdo del Bloque Dominante a Partir del Brady
El ingreso de la Argentina al Plan Brady definió un reacomodamiento de los espacios de acuerdo en el seno del
bloque de consorcios empresariales y bancos acreedores,8 signado esencialmente, por el hecho de que las transferencias
a los acreedores se incorporan como un dato de la realidad en magnitud y tiempo y desplazan al plano interno los
debates en torno de la concreción del ajuste fiscal y la reconversión productiva.
La incorporación del pago regular de la deuda externa al contexto delineado por el ingreso al Brady –debe
recordarse que dichos pagos se interrumpieron en el lapso abril 88/abril 90–, inserta en la coyuntura un conjunto de
elementos que necesariamente aparecerán, en distintos grados de relevancia, en cualquiera de los escenarios de
resolución del Plan de Convertibilidad: el descenso de los salarlos en dólares y una progresividad tributaria creciente.
En este sentido, el escenario de salida de la Convertibilidad posBrady tiende a estructurar un nuevo escalón de la
relación banca acreedora-grupos económicos –dominante en la Argentina–, cuyas características definitivas dependerán
de los avatares político-institucionales ligados a la proximidad del comicio de 1993, de la nueva conformación de poder
económico que surja del proceso privatizador en curso y, obviamente, de la magnitud del costo de esta reconducción del
ajuste que pueda trasladarse hacia los sectores populares, aspecto insoslayable en toda evaluación a realizar.
¿ El Fin de la Convertibilidad o su Profundización?
La Convertibilidad, que emergió como la reconducción del ajuste acreedor orientado a superar la crisis del
esquema "Erman", afronta en el presente restricciones intrínsecas que la in sertan en un contexto similar al de principios
de 1991.
El plan Cavallo, que garantizó la estabilidad política –éxito en los comicios nacionales de 1991– en tanto se
transitaba el ingreso al Plan Brady, aparece hoy inaugurando una etapa, cuyas exigencias –en esencia los compromisos
asumidos con el ingreso al Brady–, tienden a alterar el actual diseño de política económica. La Convertibilidad
desvinculó el pago de la deuda externa de la afirmación de un modelo exportador en la Argentina, colocando las
transferencias a la banca acreedora en la prioridad exclusiva del Plan. En este sentido, se avanzó en un esquema que
combina el ajuste fiscal –para generar excedentes para el pago– con la reactivación de la actividad económica.
8 Para una mejor comprensión de este tópico, véase Informe de Coyuntura del IDEP, Mayo 1992. "Caracterización Estructural de la Etapa".
32
La estabilidad derivada del tipo de cambio fijo, la apertura importadora y el equilibrio fiscal con transferencias al
exterior crearon condiciones para la reactivación del consumo, al producir un desplazamiento de capitales desde los
activos financieros a los físicos. El tipo de cambio "anclado" por el volumen de reservas en el BCRA, la menor demanda
de crédito del Estado producto del ajuste y el "techo" a los precios que implica una política arancelaria aperturista
favorecieron el fin de la valorización financiera como destino de los exc edentes y abrieron una instancia productiva que
dinamizó la reactivación. Sin embargo, este diseño tiende a agotarse.
El agotamiento de la Convertibilidad como ajuste pagador puede verificarse en dos planos, el productivo y el
fiscal. En el primero deben evaluarse dos factores, el detenimiento de la dinámica de la reactivación interna y el déficit
de la balanza comercial que puede inducir a una crisis externa. En el plano fiscal, el fin de los activos públicos para
privatizar y el estancamiento de la recaudación tributaria, derivada de la conclusión de la reactivación, a su vez pueden
convertirse en determinantes de una crisis fiscal.
La Convertibilidad, en consecuencia, ha ingresado en una fase de continuidad inercial, sustentada por la
ejecución de las privatizaciones y otras aristas inherentes al ajuste como la reestructuración provincial, acumulando en
este tránsito las tensiones antes reseñadas que obligan a una redefinición, máxime cuando la resolución del "acuerdo-
Brady" con los bancos acreedores presenta una clara tendencia –en la opción financiera adoptada por éstos – a
incrementar los pagos externos y el monto de las garantías a constituir.
Posibles Escenarios de Resolución de la Convertibilidad
Previamente a ponderar las alternativas de salida de la coyuntura, debe analizarse una característica presente en
todos los planes de ajuste posteriores a la crisis del endeudamiento externo. En efecto, desde 1985 hasta la actualidad,
los sucesivos planes de estabilidad apelaron a mecanismos ("prendas de paz") que permitieron transitar el ajuste
compatibilizando los intereses de los sectores dominantes –pago de la deuda externa y transferencia a los consorcios
empresariales– y, subsidiariamente, afrontar la coyuntura electoral.
En el lapso referido, el agotamiento de esas 'prendas de paz" determinó una crisis de la etapa en curso y su
reconducción partiendo del contexto socioeconómico ya delineado. De este modo, el Plan Austral recurrió, para su
equilibrio, a un creciente endeudamiento financiero interno –el "festival de bonos" o el "déficit cuasi-fiscal"– hasta que
su magnitud y plazos lo tornaron impagable y, por ende, incapaz de financiar pagos externos y subsidios a los grupos
económicos. A su vez, el ajuste poshiperinflacionario se sustenta, para esos fines, en el proceso privatizador (nueva
prenda de paz) iniciado en 1990. Vale la pena destacar que tanto el Plan Austral como la Convertibilidad fueron
acompañados en sus comienzos por sendas victorias electorales.
La proximidad del fin del remate de los activos públicos exige al gabinete económico estructurar una
reconducción del ajuste. La discusión más relevante que surge remite a dilucidar si el futuro escenario contempla la
utilización de manera sostenida de las reservas del BCRA –que superan los U$S 12.000– para cumplir los compromisos
33
externos. Conforme lo señalado, los escenarios planteados, más allá de las diferentes mixturas posibles, pueden
sintetizarse en dos.
Un primer escenario –hasta ahora el vigente–, que descarta el uso de las reservas del BCRA como herramienta
activa y plantea la continuidad del peso convertible a este tipo de cambio, lo que se traduce en la profundización del Plan
de Convertibilidad. Este escenario está vinculado a una nítida preeminencia política de la banca acreedora en la
conducción del proceso, dado que el mismo se asemejaría bastante al desarrollado por la dupla Erman González-
González Fraga e interrumpido por restricciones políticas. Este esquema exigirá de un fuerte proceso recesivo, que
determine la elevación del superávit de la balanza comercial y que seguramente desencadenará una aguda crisis
bancaria.
La recesión, inducida a través del aumento de la tasa de interés, provocará un incremento en los costos de
captación de depósitos que no todas las entidades financieras podrán trasladar a sus carteras de préstamos. Esto
dependerá de la solvencia de sus deudores y del margen de intermediación con el que operen. Indudablemente
perjudicará a los bancos minoristas.
En el plano fiscal, la referida situación obligará a generar el superávit del Sector Público, en base a criterios
distintos del dispositivo fiscal actual. Pronunciada caída del gasto y un perfil tributario que tienda a incidir
sensiblemente sobre los patrimonios definiría el tipo de políticas compatibles con la caída del nivel de actividad.
Por último, la optimización de la tasa de ganancia empresaria –particularmente la exportadora – exige de dos
elementos que se encuentran insertos en el ajuste en curso: la concentración de los mercados y la ruptura del sistema de
relaciones laborales. El primero se verifica en el proceso de desmantelamiento estatal, en el cual los grandes consorcios
empresariales anexan renta y se apropian tanto de mercados cautivos como de insumos industriales, que les otorgan una
enorme capacidad de fijación de los precios de la economía. El remate del sector público, como también el valor de
bienes con precios retrasados en dólares –acciones e inmuebles–, tienden a absorber toda la inversión disponible, no
visualizándose hasta el presente desarrollos de especialización productiva, economías de escala o fuertes innovaciones
tecnológicas, que evidencien mejoras en la rentabilidad empresaria por esa vía.
Por lo tanto, en la medida en que los flujos de inversión tienen el destino antes citado, el crecimiento de las
ganancias empresarias se alcanza por incorporación de áreas rentables de las que se desprende el Estado, compra-ventas
especulativas, y el requisito de hacer descender estructuralmente, la participación del salario en el producto. Esto último
no debe analizarse como un problema de costo-beneficio por firma, sino como la existencia permanente de un sobrante
de mano de obra compatible con un costo laboral bajo y fluctuante, conforme a las variaciones de demanda propias de
una economía exportadora. La flexibilización laboral, la abrogación de convenios colectivos, la dispersión salarial y el
desmonte de la seguridad social son claves para hacer descender el costo laboral en forma permanente, garantizando
además –producto de la desorganización y fragmentación que genera un esquema de estas características– el control y
34
subordinación de los sectores populares. Un escenario como el descripto, no parece ser compatible con la proximidad de
un evento electoral.
El otro contexto posible es el que contempla la utilización de reservas internacionales –la nueva "prenda de paz"
a partir del agotamiento de las privatizaciones– para el pago de la deuda externa, modificando la paridad cambiaria
como resultado de esa decisión.
La devaluación tendría efectos cualitativos similares al proceso recesivo, mejora del saldo de la balanza
comercial y descenso de salarios valuados en dólares. En este marco, el equilibrio fiscal –incluyendo los pagos
externos– podría obtenerse con un menor recorte del gasto y acentuando la presión impositiva sobre las rentas de
exportación acrecentadas por la devaluación.
Pareciera que una salida de la Convertibilidad que asuma las características reseñadas, se compadece más con los
objetivos políticos y electorales trazados por el Poder Ejecutivo, dada la capacidad de graduar el impacto del ajuste que
otorga el uso de reservas internacionales, liberadas del cepo del "peso convertible".
Las proyecciones de diversas instituciones indican que el desbalance externo y fiscal del año '93 rondará los U$S
8.000 millones, los ingresos por privatizaciones (acciones y activos de YPF, Caja Nacional de Ahorro y Seguro, bienes
menores) se estiman en U$S 3.000 millones, por lo tanto, el desbalance de la Convertibilidad será de U$S 5.000
millones. Este deberá ser financiado con ingreso de capitales del exterior o el planteado como posible uso de las reservas
del BCRA. A diciembre del '92 dichas reservas oscilaban en U$S 12.100 millones, integrándose U$S 1.300 millones con
títulos y otros activos externos ilíquidos: uno de los mecanismos de utilizar las reservas para cubrir el desbalance sin
alterar la paridad de conversión es aumentar la proporción de títulos públicos en el total de las reservas. De hecho, la
reciente reforma de la Carta Orgánica del BCRA ha extendido el límite autorizado de dicha proporción del 10 al 33%,
decisión que parece compatible con la necesidad de financiamiento que prevé el Gobierno para 1993.
Síntesis y Perspectivas
La entrada de la Argentina al Brady determinó el agotamiento de la Convertibilidad, desde su concepción como
plan de ajuste destinado a viabilizar el ingreso a dicho programa internacional.
En tanto el Brady es una propuesta de regularización de pagos en beneficio de los acreedores externos, las
transferencias a la banca en ese marco se incorporan como un dato de la realidad, provocando reacomodamientos del
bloque dominante a partir de este nuevo elemento. Los rasgos del ajuste desarrollado en la actualidad permiten un
cambio de etapa paulatino –a diferencia de lo ocurrido con la hiperinflación–, pero que se tomará ineludible con el final
de las privatizaciones.
35
Los escenarios posibles de resolución del cambio de etapa se centran en el mantenimiento o alteración de la
paridad cambiaria, utilizando, en este últ imo caso, las reservas acumuladas en el BCRA para afrontar los compromisos
asumidos en el Brady.
El sostenimiento del actual tipo de cambio exigiría una profundización del ajuste de tal magnitud, que
demandaría una fuerte exhibición de poder político de la banca acreedora en la conducción económica. A su vez, esta
estrategia limitaría seriamente los fines electorales y reeleccionistas del Poder Ejecutivo. Por el contrario, apelar a la
fórmula transaccional, que supone el uso de reservas para el pago, contemplaría la proximidad del comicio de 1993 y los
intereses de los consorcios empresariales, pero generaría severos interrogantes a futuro acerca de las posibilidades de
reconducir un ajuste pagador, una vez agotados dichos recursos, preocupación esencial de la banca acreedora. Las
privatizaciones están conformando un bloque de poder económico integrado por los principales consorcios beneficiarios,
que cuestiona la capacidad del Estado de imponer un ajuste que les exija contribuir en parte al pago de los comp romisos
externos. Para los sectores populares, el resultado será una nueva depredación del producido de un esfuerzo.
Es evidente que, –excepto por el sostenimiento a rajatabla de la paridad de conversión–, los escenarios descriptos
admiten variadas mezclas y grados, signados por la nueva conformación de poder económico que surja del proceso
privatizador, los avatares político-institucionales, el volumen de reservas que se afecte, etcétera.
Las afirmaciones oficiales hasta el presente parecen privilegiar el primero de los escenarios. Las fuertes
restricciones, que una profundización del ajuste determinan para afrontar con éxito la coyuntura electoral, podrían
encontrar cierta permeabilidad en utilizar pautadamente las reservas para atenuar los efectos del ajuste y
simultáneamente mantener inalterado el tipo de cambio. El uso limitado de títulos públicos en la composición de la
reserva hasta el máximo autorizado (33%) permitiría posponer los efectos más duros de la recesión hasta el final del '93.
Más allá de estas disquisiciones, y de las incertidumbres propias de cualquier predicción, emergen con claridad
tres elementos que resultan comunes a ambos escenarios. Un nivel dado por pagos al exterior, creciente progresividad
tributaria y descenso de salarios en dólares parecen constituirse en ejes a futuro del ajuste argentino, con independencia
de la salida coyuntural que se adopte.
Dado que el presente facilita la aplicación de cambios graduales, el ministro Cavallo ha decidido acelerar la
presencia del último de los ejes mencionados –la caída salarial en dólares – y retrasar todo lo posible la aplicación del
segundo, la progresividad tributaria. Como puede observarse, al ministro no parece atribularlo la perspectiva electoral
del Presidente.
En suma, y como de costumbre en tanto se configura la nueva etapa, se hace recaer el costo del tránsito sobre los
sectores populares todo lo que la coyuntura lo permita. En este caso, la situación es extrema, pues combina
flexibilización laboral con agudización de la regresividad tributaria como forma de salvaguardar la rentabilidad
empresaria manteniendo el actual tipo de cambio. La Argentina exhibe una posición desventajosa, aun respecto de otras
36
economías ajustadas. Al cabo de la feroz reforma estructural, a la que fue sometida en estos últimos dos años sigue
careciendo de un proceso de inversión y crecimiento sólido y no revela una inserción internacional viable y definida.
LA DEUDA PUBLICA
Composición y Reestructuración de la Deuda: Firma del Acuerdo Brady
Después de arduas negociaciones iniciadas en abril, finalmente la Argentina firmó el 6 de diciembre el acuerdo
con los bancos comerciales para reestructurar su deuda en el marco del Plan Brady. El acuerdo alcanzado, en sus
aspectos intrínsecos, abre numerosos interrogantes sobre los siguientes temas: la magnitud real de la quita. el volumen
de transferencias al exterior, el costo real de entrada al Plan Brady.
Estos interrogantes dificultan una evaluación precisa del impacto del compromiso con los bancos sobre la
economía argentina. En principio, con referencia a la reducción de deuda producto del convenio, sorprende la distancia
que media entre el optimista anuncio del Gobierno acerca de una quita de U$S 7.000 millones, y la moderada estimación
del presidente del "Steering Committee" –comité de bancos que agrupa a los principales acreedores–, William Rhodes,
sobre una quita oscilante entre los U$S 500 millones y los U$S 2.000 millones. Los motivos de esta diferencia deben
rastrearse en la mezcla de opciones adoptada por los bancos para reestructurar la deuda. En este sentido, el "menú" de
opciones brindado a los bancos para refinanciar los U$S 24.360 millones de capital –véase Cuadro Nº 19– incluía:
• Bonos de Descuento (Descount Bond), emitidos con una quita del 33%, tasa flotante Líbor, más 0,81% a 30 años,
con pago único de capital de vencimiento.
• Bonos a la Par (Par Bond), emitidos al 100% de valor nominal, sin quita, a una tasa fija (año 1: 4%; año 2: 4,25%;
año 3: 5%; año 4: 5,25%; año 5: 5,5%; año 6: 5,75%; año 7 al 30: 6% fija) a 30 años, con pago único de capital al
vencimiento.
• Bonos de Privatizaciones durante 1992, emisión de U$S 3.000 millones para ser aplicados al canje de deuda por
activos públicos.
La tendencia de los bancos para refinanciar el capital, deducido el Bono de Privatizaciones aplicado en las
empresas de energía eléctrica y gas (U$S 24.360 millones - U$S 2.620 millones), fue mayoritaria en la opción por los
Bonos a la Par, es decir, sin quita de capital y con tasa de interés fija. La tendencia inicial fue del 80% por el Bono a la
Par y sólo el 20% por el Bono de Descuento, preferencia explicable por dos factores.
En primer lugar, el mecanismo del Plan Brady establece, para cualquier opción, que el país ingresante debe
garantizar íntegramente el capital adeudado, mediante la compra de bonos del Tesoro de los EE.UU., –bonos "cero
cupón"–, lo que elimina el riesgo de cobro al vencimiento y por ende le resta relevancia a la realización de una quita en
función de una potencial incobrabilidad. Esto desplaza la decisión al volumen de intereses que se perciba según la
37
opción elegida. En este sentido, la tasa de interés fija, contenida en el Bono a la Par, se ubica en la actualidad por encima
de la Líbor (4% respecto del 3,5% anual), y la perspectiva –al menos desde los acreedores – es que esta relación se
mantendrá a mediano plazo. En suma, eliminado el riesgo de cobro del capital, los bancos optan por percibir en lo
inmediato más intereses.
CUADRO Nº 19. Composición de la deuda del Sector Público no Financiero*
Cifras en millones de U$S
al 30/6/92
Bancos Comerciales - Capital 24.360
Intereses 8.310
Organismos multilaterales de crédito FMI, Banco Mundial, BID y BIR 7.540
Club de París 8.830
Bonex - excluido cartera BCRA y ANsES 3.650
Eurobonos 830
Bocon - en $ y en U$S 5.160
Otros títulos - en $ y en U$S 3.980
Deuda sin consolidar 11.270
Total Deuda Sector Público no financiero 73.930
Fuente: Ministerio de Economía. *Véase Informe de Coyuntura del IDEP Mayo 1992, "Negociación Externa: El Brady y el Crédito de Facilidades Extendidas".
Los negociadores argentinos desarrollaron intensas gestiones para modificar esta tendencia, hecho que demoró la
firma del acuerdo –desde abril a diciembre–, por la incidencia de la misma en la magnitud de los pagos al exterior y en
la constitución de las garantías. El resultado de esta gestión fue la decisión de los bancos miembros del "Steering
Committee", de optar por convertir un 35% de sus acreencias en Bonos de Descuento y el 65% restante en Bonos a la
Par, tal como se materializó en la firma del 6 de diciembre.
Ahora bien, el "Steering Committee" está constituido por los trece principales bancos acreedores de la Argentina:
de EE.UU., Citicorp, Chase, Morgan Chemical y of America; de Japón, Sanwa y Tokio; del Reino Unido, Midland y
Lloyds; de Francia, Credit Lyonais; de Suiza, Unión de Bancos Suizos; de Alemania, Dresdner y de Canadá Royal Bank
of Canada. Estas instituciones reúnen el 34% de la deuda total, U$S 7.390 millones, repartiéndose el resto en más de 300
entidades bancarias que no estuvieron presentes en el pomposo acto de firma del Palacio de Correos.
Esta situación es la que debe haber impulsado al jefe del "Steering Committee", W. Rhodes, a acotar la reducción
entre U$S 500 y U$S 2.000 millones. Sin embargo, William Stanley del Citicorp se apresuró a manifestar que el
38
"Steering Committee" tiene consenso en el resto de las entidades, y por ende el 90% adoptará las proporciones de los
principales acreedores.
En síntesis, hasta ahora sólo han cerrado trato trece bancos que reúnen el 34% de la deuda; sin embargo,
aceptando la veracidad de los conceptos vertidos por Stanley, es decir que prácticamente la totalidad de los bancos
acreedores optará por canjear sus acreencias un 65% por el Bono a la Par y el 35% por el Bono de Descuento, la
estructura definitiva de la deuda con los bancos comerciales sería:
CUADRO Nº 20. Deuda reestructurada por el "Brady"
Cifras en millones de U$S
Capital Total de capital- deducidas las privatizaciones antes del acuerdo 21.740 Bonos a la Par 14.130 Bonos de Descuento 4.950 Reducción de deuda 2.660 Total de capital reestructurado por el acuerdo 19.080 Intereses atrasados Bonos a 12 años con 3 de gracia, pagaderos semestralmente y a tasa flotante -Libor + 0,81% 7.610 Pago en efectivo 400 Entrega en pago de bonos "cero cupón" del Tesoro de los EE.UU. 300 8.310
Dando por válida la reestructuración reseñada en el Cuadro Nº 20, se arribaría a una reducción de deuda de U$S
2.660 millones, equivalente al 12,2% del capital adeudado y sólo el 3,6% del total de la deuda pública del sector privado
no financiero –U$S 73.930 millones. Las especulaciones del Gobierno, en torno a una quita de U$S 7.000 millones, se
sustentan en el ahorro de transferencias generado por una eventual suba de la tasa de interés de mercado por encima de
la tasa fija inserta en los Bonos a la Par –expectativa inversa a la de los bancos. En base a una quita estimada de U$S
2.600 millones, se determina para 1993 una transferencia en concepto de intereses. (Véase Cuadro Nº 21.)
39
CUADRO Nº 2 1. Intereses de 1993
Cifras en mill. U$S Cifras en mill. U$S
4% s/Bonos a la Par -U$S 14.130 mill 560
4,31% s /Bonos de Descuento -U$S 4.950 mill 210
4,31% s/Bonos Int. Atrasados -U$S 7.6 10 mill.
Pago excepcional para regularizar atrasos
330
400
1.500
La cifra de transferencias para 1993 –U$S 1.500 millones–, implica un aumento del 89% respecto de lo girado en
1992 –U$S 790 millones– y si se deduce el pago excepcional de atrasos, el incremento en los pagos regulares a la banca
es del 39%. Se advierte, en consecuencia, cómo el Plan Brady cumple su papel de instrumento regularizador de pagos
externos, antes que el declamado fin de solucionar la problemática de los países endeudados mediante quitas que
aliviarán el peso de las transferencias. Por el contrario, los giros al exterior aumentan y se convierten en un dato
inamovible de las economías de los países deudores por un largo tiempo. En la Argentina se observa el creciente nivel
de pagos al compás de la profundización del ajuste estructural, (véase Cuadro Nº 22).
CUADRO Nº 22. Pagos a la banca acreedora
El otro factor sobre el cual incide la indefinición de la quita real del monto adeudado es en el costo de entrada al
Brady, centrado en la constitución de las garantías sobre el capital refinanciado.
Los Bonos de Descuento y los Bonos a la Par deben ser garantizados mediante la entrega a los tenedores de los
bonos "cero cupón" del Tesoro de EE.UU. Estos bonos no reditúan interés periódico –por ello la denominación "cero
cupón"– y su valor presente iguala, al cabo de treinta años, al valor futuro del capital a pagar al vencimiento final de los
Bonos del Brady. Partiendo de un capital reestructurado de U$S 19.080 millones, resultante de la quita estimada en este
trabajo –U$S 2.660 millones– las garantías a constituir son:
CUADRO Nº 23. Costo de entrada al Brady, garantías a constituir y pagos a realizar
Abril '88/marzo '90 pagos interrumpidos
Abril '90/febrero '91 U$S 40 mill. mensuales
Marzo '91/ mayo '92 U$S 60 mill. mensuales
Junio '92/ febrero '93 U$S 70 mill. mensuales
Marzo '93 en adelante U$S 92 mill. mensuales
40
Concepto Cifras en mill. U$S
Bonos a la Par y de Descuento 2.180
Intereses primer año s/bonos emitidos 770
Pagos intereses atrasados 700
• En efectivo 400
• En bonos "cero cupón" 300
3.650
Los fondos necesarios para reunir esta "masa crítica", que viabilice el ingreso al Plan Brady, serán suministrados
por los organismos internacionales de crédito en las proporciones detalladas en el Cuadro Nº 24.
CUADRO Nº 24. Financiamiento del costo de entrada al "Brady"
Cifras en mill. de U$S
FMI- Tramo del crédito de Facilidades Extendidas 1.040
BID 650
Banco Mundial 750
Eximbank-Japón 450
2.890
La diferencia entre la "masa crítica" y lo aportado por los organismos financieros internacionales, U$S 760
millones, constituye una suma que la Tesorería deberá esforzarse por reunir a partir de marzo de 1993. La "brecha" de
financiamiento tiende a coincidir con el monto de intereses atrasados que la Argentina debe cancelar, y constituye una
forma de compulsa de la capacidad de pago del deudor.
Habiendo reseñado, aun des de una perspectiva de incertidumbre en base a la información disponible, los aspectos
centrales del ingreso al "Plan Brady" –reestructuración del capital, pago de intereses y garantías a constituir–, cabe
formular las siguientes reflexiones.
• No produce ninguna reducción del stock de deuda –arista más publicitada del acuerdo–, sino por el contrario,
aumenta la deuda global. En efecto, si bien disminuye en U$S 2.660 millones el capital adeudado a los bancos, la
Argentina debe, para acceder al acuerdo, tomar préstamos de los organismos financieros internacionales por U$S
41
2.890 millones, a fin de constituir las garantías exigidas. En definitiva, se sustituye –aumentándolo– un
financiamiento por otro.
• La reestructuración del capital, sustentada en el pago único al vencimiento del acuerdo –30 años de plazo– y con
garantía de bonos del Tesoro de los EE.UU., se articula directamente con los intereses de los acreedores externos, en
virtud de que:
– Los bancos resuelven su problema de deterioro patrimonial, producto de asistir a deudores morosos con riesgo
de incobrabilidad. El Brady les permite una significativa revaluación de sus carteras activas con los países
endeudados, a partir de canjear títulos que cotizan a un 30% del valor nominal por bonos garantizados por el
Tesoro de los EE.UU. Este efecto, que elimina el riesgo de cobro del capital reestructurado en el Brady, es el
que influye en la tendencia renuente de los bancos a optar por el Bono de Descuento –65% del valor nominal–,
pues tanto mayor será el beneficio patrimonial de la revaluación –del 30% al 100%, en vez del 30% al 65%
cuanto mayor sea la opción de canje por el Bono a la Par– 100% del valor nominal.
– Se regulariza y se aumenta el pago de intereses, en el caso argentino, se refinancian los U$S 8.300 millones de
servicios atrasados –cancelándose U$S 700 millones al ingresar al acuerdo– y se incrementan las transferencias
anuales de U$S 790 a U$S 1.100 millones (39%). De este modo, los bancos se aseguran la colocación del
capital –sin riesgo– a largo plazo y la percepción periódica de intereses, bajo pena en caso de mora, de hacer
caer los términos de acuerdo.
En suma, el Plan Brady mejora el cuadro patrimonial de los bancos –derivado del riesgo de cobro del capital– y
regulariza los pagos a largo plazo, es decir, resuelve el problema económico y financiero de los acreedores externos,
pero además desplaza al plano interno, exclusivamente, los interrogantes acerca de los modos de obtención de los
recursos para el pago. Las transferencias a la banca acreedora se convierten –a partir del Brady– en un dato insoslayable
de la economía argentina, más propiamente de las cuentas fiscales, a largo plazo, coronándose el proceso de "ajuste
acreedor" iniciado en 1990.
La rigidez que implica el Brady para el desenvolvimiento de la política económica argentina, no parece ser
simétrica en el caso de Brasil. El Cuadro Nº 25 comparativo revela algunas diferencias importantes.
42
CUADRO Nº 25. El Brady en la Argentina y Brasil
Cifras en mill. de U$S
Argentina Brasil
Deuda refinanciable 32.670 62.400
Capital 24.360 50.400
Atrasos 8.310 12.000
Bonos a la Par
Tasa Mín. 4% 4%
Tasa Máx. 6% 6%
Bonos de Descuento Libor + 0,81% Libor + 0,81%
Plazo 30 años 30 años
Pago contado por atrasos 700 nada
Fondos frescos no U$S 1 por cada U$S 5,5 reconvertidos
Masa crítica 3.650 3.200
En principio, el "costo de entrada" para Brasil es sensiblemente inferior que para la Argentina, la "masa crítica"
para el primero representa el 5,12% del capital refinanciado, en tanto que para el segundo asciende al 11, 17% de la
deuda reestructurada. Pero además, Brasil recibirá U$S 1 por cada U$S 5,5 que se reconvierta en el marco del Brady,
como líneas de crédito de los mismos bancos acreedores, sin exigirle el pago excepcional por los atrasos.
Sin embargo, el análisis no debe centrarse en las ventajas inherentes al acuerdo logradas por el Brasil, sino que su
ingreso al Brady no estuvo precedido por el férreo ajuste fiscal ejecutado por la Argentina en el bienio 90/92, previo al
convenio. Por el contrario, el país limítrofe en el primer semestre de 1992 presentó una inflación del 23% mensual y un
déficit de Tesorería cercano al 8% del PBI, incumpliendo la totalidad de las metas comprometidas con el FMI.
La mejor posición de Brasil, tanto en los beneficios intrínsecos del acuerdo como en la menor exigencia del
ajuste, se apoya en dos factores: la enorme capacidad de pago que le permite su comercio exterior –el superávit
comercial de 1991 fue de U$S 17.800 millonesy la facultad del Estado de comprar divisas con emisión monetaria,
administrando el tipo de cambio sin restricciones.
Es indudable que el esquema brasileño, asentado en superávit comercial/déficit fiscal, atenúa el impacto del
ajuste, pues no obliga a acelerar el proceso privatizador y le otorga cierta autonomía a la política monetaria y fiscal. En
43
definitiva, el tránsito previo para ingresar al Brady, y su desarrollo posterior, no implican para Brasil un condicionante
tan rígido como para la Argentina.
En nuestro país , el diseño superávit comercial/déficit fiscal se agotó con la hiperinflación del '89, siendo
reemplazado por el dispositivo superávit fiscal/apertura económica/tipo de cambio fijo, cuyo sostén exigió profundizar
el ajuste fiscal en un corto lapso. No obstante, el peso fiscal que implican las transferencias del Brady y la perspectiva de
déficit comercial, producto de la apertura y el retraso cambiario, cuestionan al mismo.
Esta política de equilibrio macroeconómico se aproxima más al caso mexicano. México, que también ingresó al
Brady precedido de un fuerte ajuste fiscal y en condiciones similares a las de la Argentina, desarrolla una política de
apertura económica compensando el déficit comercial con un significativo flujo de capitales y reteniendo el Estado el
control de porciones de la renta exportadora.
En síntesis, la Argentina aparece como versión incompleta de las políticas de estabilización de los otros dos
grandes deudores latinoamericanos, cuyo único horizonte a mediano plazo es la recurrente profundización del ajuste.
Flujo de Fondos de la Deuda
El Cuadro Nº 26 tiene por objeto reflejar la real carga que los servicios de la deuda pública significan para la
Tesorería. El superávit con privatizaciones –$ 3.344 millones– sólo alcanzó para afrontar el 32% de los vencimientos,
debiendo recurrirse al crédito interno por $4.296 millones, para equilibrar el flujo de fondos y asistencia externa por $
1.043 millones.
Definido un perfil de vencimientos en la reestructuración de la deuda con los bancos comerciales, en el marco del
Brady, los títulos públicos de circulación local acumulan el grueso de las amortizaciones en el corto plazo, obligando a
sucesivas refinanciaciones –nuevas emisiones –, que acrecientan su volumen.
44
CUADRO Nº 26. Evolución de la deuda pública durante 1992
Cifras en millones de
$ noviembre '92
Vencimientos Intereses y Avales en moneda local 1.694 Amortizaciones en moneda local 3.873 Intereses y Avales en moneda extranjera 2.287 Amortizaciones en moneda extranjera 2.710 Resultado Operativo de la Tesorería con Privatizaciones 3.344 Total a Financiar 7.220 Financiamiento Moneda Local Cuenta 3855 B.N.A - 519 Fondo Unificado 1.043 Crédito Interno 4.296 Otras 120 Moneda extranjera Crédito Externo 2.196 Uso cta. M. Extranjera 67 Otras 15
Síntesis y Perspectivas
La deuda pública configura un problema que estará presente durante mucho tiempo en cualquier horizonte de
política económica que se trace. Tres factores inciden en el aumento de su peso sobre las cuentas públicas:
• La reestructuración de la deuda con la banca comercial constituye en los hechos un plan de regularización de pagos
que acrecienta las transferencias.
• La asistencia de los organismos internacionales (FMI, Banco Mundial, BID, etc.) se vincula a planes de
reconversión, que financian el ajuste pero no generan actividades que eleven la capacidad de pago del país, con el
agravante de que aumentan su endeudamiento.
• La trasnacionalización de la economía y la dolarización emergente impiden financiar un déficit fiscal con emisión
monetaria, abultándose, en consecuencia, los títulos públicos de circulación local emitidos para saldar deudas
operativas del Estado, contraídas por falta de excedentes de "caja". Estas deudas –a excepción de las contraídas con
los jubilados– se originaron en una década de subsidios a los grupos empresarios más concentrados. La realidad es
que el Sector Público debe recurrir a la emisión de un título o al financiamiento del Banco Nación, ante cualquier
necesidad de fondos líquidos.
45
En suma, después del feroz ajuste del lapso 90/92, que prácticamente acabó con los activos del Estado, los
pasivos públicos siguen constituyendo uno de los determinantes de la economía nacional.
EL AJUSTE FISCAL
Metas Comprometidas con el FMI
En líneas generales, se puede afirmar que, durante 1992, el Gobierno tiende a sortear sin sobresaltos las
exigencias del FMI, en términos de magnitudes de excedente fiscal a alcanzar. (véase Cuadro Nº 27 a).
CUADRO Nº 27 a). Cumplimiento de metas con el FMI
Cifras en mill. de U$S 1992
Superávit primario Privatizaciones Superávit total
I TRIM. Alcanzado 867 983 1.850 FMI 853 601 1.454 Dif. 14 382 396 II TRIM. Alcanzado 822 157 979 FMI 540 475 1.015 Dif. 282 - 318 - 36 III TRIM. Alcanzado 1.205 115 1.320 FMI 689 329 1.018 Dif. 516 - 214 302 IV TRIM. Prov. Alcanzado FMI Dif.
479 925 - 446
611 473 138
1.090 1.398 - 308
El excedente primario alcanzado en el año –U$S 3.373 millones– supera holgadamente la meta pautada con el
FMI para 1992 –U$S 3.007 millones. No obstante, la misión del FMI que monitoreó el primer semestre, advirtió el
retraso en inversión pública y en los pagos internos, así como también la recurrencia al crédito doméstico. A su vez, lo
recaudado por privatizaciones en el año se iguala con lo previsto –U$S 1.866 millones.
Todo parece indicar que el Gobierno está alcanzando un éxito pírrico, pues si bien ha cumplido con las metas del
FMI, no ha obtenido una sensible reducción de la deuda en el marco del Brady –al contrario ésta ha aumentado–, ha
rematado el grueso de los activos públicos para apenas cumplir lo pautado, ha deteriorado la infraestructura estatal por
46
ausencia de inversión y, además, ha incrementado el endeudamiento interno mediante la emisión de bonos y préstamos
del Banco Nación. El Cuadro Nº 27 b) revela la fragilidad fiscal de excedente presentado al FMI.
CUADRO Nº 27 b). Financiamiento del resultado positivo del Sector Público no Financiero
Cifras en mill. de U$S
Resultado Positivo del Sect. Pub. 5.239 No Financ.
Origen de los fondos Total %
5.239 100
Superávit genuino 1.676 32
Privatizaciones 2.639 50 Financiamiento BNA 924 18
Fuente: Elaboración propia en base a cifras de la Secretaría de Hacienda.
Como se puede apreciar en el cuadro anterior, del excedente presentado al FMI, sólo el 32% es superávit
genuino; el resto del mismo se sostiene con privatizaciones y financiamiento del BNA. Esto explica que los pagos
realizados durante 1992 –$ 3.344 millones– sean sensiblemente inferiores al resultado positivo del Sector Público no
Financiero –U$S 5.239 millones –, dado que los fondos reales disponibles son el superávit genuino y la afectación
específica de las privatizaciones– remanente de lo destinado al ANsES.
Las perspectivas para 1993 son aún más sombrías, dado que el FMI requirió el aumento de U$S 1.000 millones
de superávit fiscal respecto del originalmente comprometido en el Crédito de Facilidades Extendidas –de un superávit
anual sin privatizaciones de U$S 3.400 millones a U$S 4.400 millones. Esta exigencia nace de la demora en
implementar la reforma previsional, pues los técnicos del FMI evalúan que, en tanto el Estado no pierda los aportes de
los trabajadores como consecuencia de la reforma, los recursos disponibles en 1993 –año en que se esperaba entrara en
vigencia la reforma– son superiores, por ende le exigen el "blanqueo" de los mismos a través de mayor superávit, el cual
deberá aplicarse a cancelar deuda interna o fortalecer las reservas.
A su vez, los auditores del FMI han observado el cambio de tendencia del último trimestre y evalúan también la
proximidad de un año electoral, por lo tanto se han apresurado a neutralizar cualquier desvío, elevando las metas a
cumplir. En síntesis, para 1993 la proyección indica un esfuerzo tanto o mayor que el de 1992, y con resultados
igualmente infructuosos en términos de inversión, crecimiento y menor peso del ajuste fiscal. Esfu erzo que, a no
dudarlo, recaerá masivamente sobre los sectores populares.
47
Evolución de la Tesorería
En el Cuadro Nº 28 se pueden advertir dos tendencias en el desarrollo del ajuste. La primera, de consolidación
creciente del superávit que se desenvuelve entre el I y III trimestre: y la segunda, de estancamiento y declinación en el
final del año. Este movimiento se refleja con claridad en el Resultado Operativo (Ing. Corrientes - Gastos Operativos),
que de $ 340 millones positivo en promedio de los tres primeros trimestres pasa a $ 195 millones negativo en el lapso
oct./dic. La tendencia apuntada se agudiza en el mes de diciembre en el que, de no mediar un ingreso por privatizaciones
–Gas del Estado e YPF– de $ 505 millones, el resultado sería negativo en $ 42 millones. A su vez el resultado operativo
(Ing. Corrientes menos Gastos Operativos) de diciembre presenta un déficit de $ 240 millones, que prácticamente iguala
al producido en el IV trimestre.
48
CUADRO Nº 28. Evolución de la Tesorería General de la Nación. 1992
en millones de pesos Esquema de Financiamiento I Trim. II Trim. III Trim. IV Trim.
Total Ingresos 4,102 3,218 3,329 4,061
1. Ingresos Corrientes 2.950 2,996 3.017 2,960 1. 1. Tributarios 2.791 2,892 2,830 2.511
– Coparticipados 2.304 2,398 2,206 1,917 • Ganancias 180 176 201 183
• Capitales/Activos 63 46 29 26 • IVA 1.021 1,262 1,261 1,126
• Internos 247 237 195 189 – Cigarrillos 166 159 129 121 – Resto 81 79 66 68 • Débitos 209 72 9 0 • Combustibles 342 315 273 258 • Presentac. Exp. 50 99 74 • Otros 192 222 138 62 – No Coparticipados 487 494 624 593 • Importación 267 317 385 325 • Exportación 3 13 25 2 • Otros 217 165 213 267 1.2. No Tributarios 159 104 188 450 2. Ingresos de Capital 898 134 109 528 3. Contrib. de empresas 5% 89 0 0 0 4. Extrapresupuestarios 166 88 105 271 5. Aporte Tes. s/ Conv. Fcias. 0 0 99 302
Total Gastos Operativos 2.692 2.632 2,619 3,155
1. Personal 957 901 907 684 2. Bienes 269 336 279 308
3. Transferencias 1.257 1,272 1,300 1,848 Empresas 257 180 191 262
Provincias 192 183 198 402 Act. no lucrativas 59 19 21 8
Sist. Seg. Social 0 0 0 400 Pasividades 286 275 325 291
Org. Descentralizados 381 499 453 354 Cuentas Especiales 79 115 109 132
Otras transferencias 3 1 4 1 4. Otros egresos 209 123 132 115 5. Gastos de Capital 0 0 0 0
5
Resultados operativos
(ing. ctes. gtos. operativos) 259 364 398 (195)
Resultado Operat. s/Privat.
400
331
545
400
1
Resultado Operat. c/ Privat.
1.298
465
653
928
Fuente: Secretaría de Hacienda
49
Las causas de este desenvolvimiento deben buscarse en la caída de los ingresos tributarios coparticipados y en el
aumento de las transferencias, esencialmente a empresas, provincias y seguridad social.
Para completar el cuadro de caja del sector público, debe evaluarse el resultado de los Organismos
Descentralizados, las Cuentas Especiales, Empresas y el Sistema de Seguridad Social.
Resultado del Sector Público no Financiero
A continuación, el Cuadro Nº 29 detalla el resultado global del Sector Público no Financiero.
CUADRO Nº 29. Resultado global del Sector Público no Financiero
Cifras en millones de U$S
I Trim. II Trim. III Trim. IV Trim. *
Administración Nacional Tesorería General 1.417 473 674 942
Cuentas especiales y
Organismos Descentralizados
276 268 265 209
Empresas 130 113 26 -19
Sistema de Seg. Social
27
125
355
-42
1.850
979
1.320
1.090
* Provisorio.
El resultado total del Sector Público no Financiero es de U$S 5.239 millones, compuesto conforme lo descripto
en el Cuadro Nº 27 b), correspondiendo: U$S 1.676 millones a superávit genuino, U$S 2.639 millones a privatizaciones
y U$S 924 millones al financiamiento proporcionado por el Banco de la Nación Argentina. La composición del
resultado de este Sector revela la fragilidad fiscal del excedente alcanzado, más de una tercera parte de las
privatizaciones sostienen el superávit del sistema de seguridad social, en tanto que la asistencia crediticia del BNA
revierte el déficit de las empresas.
50
De hecho, la Tesorería General y el Banco Nación funcionan como una única caja, que enjuaga el movimiento
operativo del Sector Público, adaptando los flujos de fondos a las exigencias de pago de la deuda pública interna y
externa. La primera, utilizando el producido de las privatizaciones y, más recientemente, la retención de tributos
coparticipados que, al igual que los fondos de la venta de activos públicos, no gira en tiempo y forma a la
Administración Nacional de la Seguridad Social, en tanto que el Banco Nación utiliza su enorme capacidad de captación
del ahorro interno para cubrir los desequilibrios de corto plazo. En el Cuadro Nº 30 se detallan los préstamos del primer
banco comercial del país a las empresas públicas.
CUADRO Nº 30. Financiamiento del Banco Nación a empresas públicas
Cifras en millones de U$S
Ministerio de Defensa 519
ELMA 160
Secretaría de Energía 167
YCF 11
FFCC 61
Otros 6
Total 924
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la SIGEP y publicados en Página12, 2/8/92, por Horacio Verbitsky.
Situación Tributaria
El comportamiento de la recaudación tributaria se asemeja al seguido por el resultado de la Tesorería. un
movimiento ascendente en los tres primeros trimestres para estancarse e inclusive decrecer, en el último trimestre. Este
movimiento es acentuado en la recaudación de la DGI, e inverso en la de la Aduana –producto de la reciente elevación
de la tasa estadística.
La tendencia pareciera ser compatible con la desaceleración del nivel de actividad que se verifica hacia el final del año,
y en el cual descansa el grueso de la recaudación tributaria a través del Impuesto al Valor Agregado (50,9% del total).
Concretamente, en el mes de diciembre la recaudación de impuestos coparticipados experimentó una caída del 7% y del
4,4% en el IVA, respecto de lo recaudado en el mes de noviembre conforme al cuadro que sigue.
51
CUADRO Nº 31 a). Evolución de los recursos tributarios durante 1992
En mill. de pesos de Noviembre '92
l Trim. II Trim.. III Trim. IV Trim. l. Coparticipados 4.241.6 4,701.5 4.790.6 4,783.0 Coparticip. Neta(1)' 1.241.5 3.934.2 – Ganancias 425.5 439.0 532.8 529.6 – Capitales 0.0 0.0 0.0 0.0 – Activos copartic. 160.6 111.0 55.9 71.9 – I.V.A. 2.374.7 3.104.6 3,280.8 3.331.6 – Internos 580.9 560.8 533.0 562.4 – Débitos 491.5 193.8 23.7 0.0 – Serv. financieros 35.9 0.0 0.0 0.0 – Combustibles y gas 0.0 0.0 0.0 0.0 – Present. espontánea 131.2 200.7 292.4 228.7 – Otros coparticipados 41.3 91.6 72.0 58.8 Il. No coparticipados 536.8 613.3. 644.0 662.5 – Sellos 87.9 108.2 112.2 111.1 – Der. importación 347.1 370.0 399.3 332.2 – Der. exportación 5.4 23.2 26.2 1.7 – Tasa estadística 93.0 111.8 106.2 217.5 – Comp. Exter. s/Discr. 3.3 0.0 0.0 0.0 Intereses ext. YPP 0.0 0.0 0.0 0.0 Saldo combustibles 0.0 0.0 0.0 0.0 Total Sec. Adm. central 4.778.4 5.314.7 5.434.5 5.445.5 III Asig. específica 1.286.2 1.305.9 1,553.7 1.535.4 – Int. pzo. fijo 0.0 0.0 0.0 0.0 – Int. p/seg. social 0.0 0.0 0.0 0.0 – Fdo. desc. fisc. prov. 0.0 0.0 0.0 0.0 – Fondos infraestructura 0.0 0.0 0.0 0.0 – Combustibles 670.7 647.8 653.0 628. 4 – IVA P.Seg. Sos. 292.4 383.7 405.5 411.7 – Activos (educación) 154.1 107.9 87.5 70.1 – Divisas (educación) 0.0 0.0 0.0 0.0 – Bienes personales 9.8 0.0 0.0 11.0 – Varios p/Tesoro 126.6 0.0 0.0 0.0 – Varios p./ Pcias. 12.1 0.0 0.0 0.0 – Ganancias p/ctas. espec. 20.6 0.0 0.0 0.0 – Ganancias (Pcias.) 0.0 67.6 133.2 132.4 – Ganancias (SSS) 0.0 32.3 166.5 165.6 – Otros 0.0 66.6 108.1 116.2 Total 6.064.6 6.620.6 6.988.3 6.980.9 Otros recursos 0.0 0.0 0.0 0.0 Ahorro forzoso 0.0 0.0 0.0 0.0 Contribución solidaria 0.0 0.0 0.0 0.0 5 % aporte emp. pub. 0.0 0.0 0.0 0.0 Total imp. combust. 0.0 0.0 0.0 0.0 Imp. energía eléctrica 0.0 0.0 0.0 0.0 IVA 0.0 0.0 0.0 0.0 Total D.G.I. 5,620.0 6.017.3 6.456.5 6.429.5 Total Aduana 450.0 485.5 531.7 551.4 Ap. y Contr. Seg. Soc. 2,340.6 1.422.0 2,424.7 2,031.5 Recursos totales 8.870.6 8.317.1 9.917.9 9.443.6
(1)Nota del 15% p/ Seg. Soc. y suma fija para Pcias. *Provisorio. Fuente: D.G. L y Dirección General de Aduana.
52
CUADRO NO 31 b). Recaudación del mes de diciembre
Total (en millones de pesos)
Variación respecto de las
metas de diciembre (en %)
Coparticipados (total bruto) 1.485,6 - 7,0
IVA total 1.203,3 - 4,4
Ganancias 244,9 - 17,4
Activos 37,9 - 23,0
Internos 188,4 - 0,3
No coparticipados 212,9 - 2,8
Sellos 40,8 9,3
Derechos import. 90,5 - 3,2
Tasa de estadística 80,9 - 7,6
La realidad parece demostrar que la actual estructura tributaria es inviable técnicamente ante un proceso recesivo.
La inequidad tributaria también tiene sus restricciones en un plan de estabilización de sesgo pagador como el vigente y
constituye uno de los "nudos gordianos" a resolver en los escenarios de ajuste fiscal que exige el Brady. La regresividad
del sistema tributario se puede apreciar en el Cuadro Nº 32.
Durante el año, el Gobierno fue trocando su estrategia inicial de gravar la renta presunta y efectivamente
percibida, contenida en proyectos de reforma tributaria como el Impuesto al Excedente Primario de las Empresas (IEPE)
y el Impuesto a las Ganancias Distribuidas, Dispuestas y Consumidas (IGDDC), por una extensión cada vez mayor del
Impuesto al Valor Agregado (IVA). El dispositivo fiscal estructurado por el Minis terio de Economía se sustenta en:
• La simplificación del sistema tributario articulado en torno al IVA y, subsidiariamente, al Impuesto a las
Ganancias, Activos y Bienes Personales, tendiendo a la eliminación de los gravámenes de emergencia
(Impuesto a los Débitos Bancarios, Sellos en 1993, Servicios Financieros, Combustibles, etcétera).
• La generalización del IVA, conforme al diseño precedente, responde no sólo a exigencias de mayor
recaudación, sino también de transparentar la facturación de los nuevos sectores alcanzados que potencie la
percepción de los tributos a la renta y patrimonio. Es decir que opera la lógica de "cuanto más consumos se
graven, más rentas se exteriorizan".
53
• La firme decisión de reducir los niveles de evasión, encadenada con el objetivo de transparentar rentas,
disponiendo facilidades fiscales para la repatriación y exteriorización de capitales, normas de facturación
uniformes, supresión de exenciones, aumento de los operativos de control, etcétera.
En consecuencia, el planteo descansa en el supuesto de que la elevación de la recaudación del IVA, obraría como
palanca –por el "blanqueo" de transacciones que implica– en la percepción global de impuestos. En los hechos, lo que
ocurrió fue una fuerte acentuación de la regresividad propia del sistema.
CUADRO Nº 32. Equidad tributaria. Incidencia de la presión tributaria: Lapso enero-diciembre 1992
Concepto En millones de pesos de noviembre '92
Importe de recaudación % s/r. trib
Renta
2,660.45
10.0
Ganancias 2,624.59 Servi cios financieros 35.85 Patrimonio
839.70
3.2
Activos 818.94 Bienes personales 20.75 Consumo y transacciones
19,550.30
73.3
IVA 13,585.02 Internos 2,236.95 Sellos 419.44 Débitos bancarios 709.04 Combustibles 2,599.85 Comercio exterior
2,037.05
7.6
Derechos de importación 1,448.68 Derechos de exportación 56.58 T. Estadística 528.49 Otros 3.31 Otros
1,566.83
5.9
Regularización tri butaria 853.02 Varios de asign. especial 713.81 Total recaud. tributaria
26,654.33
100.0
* Provisorio. Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Secretaría de Hacienda.
Como era previsible, se produjo un impactante crecimiento de la recaudación del IVA (véase Cuadro Nº 32), que
trepó durante 1992 un 73% por encima de 1991, orillando un promedio mensual superior a los $ 1.000 millones. Sin
embargo este "boom" recaudador incidió sobre los pequeños contribuyentes. Pues en tanto a marzo la DGI registraba
54
1.200.000 nuevos, inscriptos como resultado de las normas de facturación, en ese mismo mes un 43% de los grandes
contribuyentes –772 empresas sobre un total de 1.811– presentaron la declaración jurada del IVA con saldo a su favor.
Esta proporción si bien descendió en los meses subsiguientes, ronda el 30%.
Sorprende una cifra tan elevada de crédito fiscal, difícilmente explicable por las razones técnicas que
habitualmente originan más compras que ventas, como son la necesidad estacional de aumentar "stocks",
reequipamiento e inversión en bienes de uso o un marcado sesgo exportador de las ventas industriales. Aspectos que no
justifican una proporción tan elevada como recurrente.
Algo similar ocurrió con las proyecciones de recaudación del Impuesto a las Ganancias y a los Bienes Personales.
En el primero, la elevación de la alícuota –del 20% al 30% para las sociedades – y los límites en la determinación y
cómputo del quebranto impositivo, permitían presupuestar una recaudación un 50% superior a la percibida, no obstante
el Impuesto a las Ganancias creció en 1991 un 52% respecto de 1992. Más grave aún fue el fracaso de las proyecciones
de cobro del Impuesto a los Bienes Personales –gravamen a los grandes patrimonios personales–, que ingresó al Fisco $
20,8 millones en relación a un estimado de $ 500 millones para el corriente año.
La realidad demuestra, entonces, que los éxitos de recaudación y control de la evasión recaen sobre el consumo
de la población y los pequeños contribuyentes. Esta realidad contrasta con las afirmaciones del secretario de Ingresos
Públicos, Carlos Tacchi, quien identificó como sectores de mayor evasión fiscal: la comercialización de frutas, verduras
y pollos, la pequeña construcción civil y las confecciones textiles particulares.
Los anuncios del ministro Cavallo para 1993 definen una profundización de la regresividad, pues se prevé la
eliminación del Impuesto a los Activos y la modificación del sistema impositivo provincial –véase Apartado "Ajuste en
las Provincias"– centrándolo en un futuro Impuesto a las Ventas Minoristas. Sin embargo, el estancamiento de la
recaudación verificado en el último trimestre, el posible cuadro recesivo que presente la economía en 1993 y las
elevadas metas fiscales comprometidas con el FMI abren severos interrogantes acerca de la viabilidad de la actual
estructura tributaria, de incidencia primordial sobre el consumo, en función de las restricciones precedentes.
Sistema de Seguridad Social
En el Cuadro Nº 33 aparecen los flujos de fondos del Sistema de Seguridad Social. Precisamente, la tendencia en
el sistema es la dominante en el sector público, superávit operativo creciente en los tres primeros trimestres y déficit en
el último. Sin embargo, lo reflejado numéricamente no se ajusta a la real disponibilidad de recursos del ANsES, dado
que la Tesorería General de la Nación no remesa la totalidad de montos que surgen de retener el 15% de la recaudación
de los Impuestos Coparticipados con destino a seguridad social, aspecto acordado con las Provincias en agosto. Sólo ha
transferido en diciembre la suma de $ 335 millones para afrontar los aguinaldos de jubilados y pensionados.
55
CUADRO Nº 33. Administración Nacional de la Seguridad Social
Concepto En millones de pesos constantes noviembre/92
I Trim. II Trim. III Trim. IV Trim.
I. Ingresos 3,150 3,032 3,668 3,936
– Aportes y contribuc. 2.368 2,147 2,552 2,305 • Sector Privado 2,136 1,931 2,341 2,061
• Autónomos 115 111 97 131 • Sector Público 116 105 114 113
– Impuestos Ley 23549 272 376 540 996 • Combustibles 8 0 0 0
• Gas 0 0 0 0 • Divisas 0 0 0 0 • Teléfonos 0 0 0 0
• IVA 257 336 341 404 • Riqueza 8 6 27 27 • Ganancias 0 34 171 166 • 15% de coparticipación 0 0 0 400
– Para otros Regímenes 471 455 526 479 • I.N.S.S.J. Y P. 348 348 399 336 • FONAVI 0 0 0 0
• A.N.S.S.A.L. 53 56 67 63 • Cajas Asignac. Famil. 71 51 60 si
– Otros Ingresos** 39 53 50 156
II. Egresos
3,258
2,841
3.259
3,980 – Prestaciones brutas 2.582 2,196 2,566 3.231
• O.P.P. 2,318 1.968 2,305 2,941 • Pens. no contrib. 75 77 94 91 • Jueces 20 20 21 21 • Pros. Pagos y Senten. 169 132 146 178 – Subs. p/ Sepelios 21 16 35 28
– Gastos Administrativos 163 135 95 78 – Ret. por Cta. de Terc. 487 472 528 479
* I.N.S.S.J. Y P. 362 365 401 336 * FONAVI 0 0 0 0
* A. N. S. S.A. L. 54 57 67 63 * Cajas Asignac. Famil. 70 50 60 si – Varios 5 21 36 165
III. Resultado Operativo (MI) (108) 191 409 (44)
IV. Privatizaciones 422 40 319 83 V. Resultado con privatizac. 314 231 728 40
Fuente: Información suministrada por el A.N.Se.S.
56
La deuda que por este concepto mantiene el Tesoro con el ANsES es de $ 632 millones. La negativa a transferir
los fondos se funda en la intención del Gobierno de evitar que un resultado positivo elevado del sistema genere
presiones para aumentar las pasividades. Al hecho de haber girado los recursos correctos, el superávit del último
trimestre sería de $ 441 millones que, distribuido en una población de 3.500.000 jubilados, permitiría elevar las
remuneraciones en $ 126.
Los inminentes anuncios sobre reparación social de los pasivos en condiciones de miseria extrema se sustentan en
el uso gradual de estos recursos, ocultados en la Tesorería. La reticencia a reflejar un superávit importante también se
encuentra influida por la demorada reforma previsional prevista inicialmente para 1993, por la que es probable que el
Estado pierda aportes de los trabajadores con los que sostiene la actual población pasiva.
El Gobierno, en definitiva, está utilizando el reciente pacto fiscal con las Provincias como una herramienta
ambivalente en la ejecución del ajuste: por un lado, le retiene fondos al interior del país y, por el otro, –en vez de darle el
destino pactado – viabiliza la reforma privatizadora del sistema previsional.
Ajuste en las Provincias9
El uso de los recursos financieros y tributarios disponibles en el lapso '83/89, para preservar actividades inviables
y sin retorno productivo –pero fuertemente articuladas con el poder económico de cada jurisdicción–, el recurrir al
empleo público, como paliativo de la situación social, y concentrar el accionar político de las gobernaciones en
demandar al Gobierno Nacional recursos crecientes, sin cuestionar su origen ni el efecto que la obtención de dichos
recursos genera en la economía del país, colocó a la mayoría de las Provincias en estado de indefensión frente al ajuste
lanzado desde el poder central. La realidad evidencia que, desde 1990, el Gobierno Nacional desarrolla una política,
escalonada en el tiempo, por el impacto político y social que significa, destinada a reproducir en las cuentas provinciales
el ajuste fiscal que viene ejecutando.
Al compás de las exigencias de los compromisos externos, la Nación ha avanzado en distintas etapas podando
recursos y traspasando gastos, como forma de inducir la racionalización de los presupuestos provinciales. Dichas fases
se pueden sintetizar en tres, desarrolladas a partir de 1990, hasta el reciente pacto fiscal celebrado en agosto del '92.
Primera Fase: Recorte Financiero y Holgura Fiscal
En 1990 se inició un proceso de sinceramiento del deterioro patrimonial y financiero que padecía la banca
oficial de Provincia, impulsado desde el BCRA con una dura política crediticia que contemplaba el recorte de
redescuentos y la exigencia inmediata de regularizar los saldos en "rojo" mantenidos con el Ente Rector, producto de su
9 Para profundizar este tema, véase documento de trabajo del IDEP: "Las Crisis Provinciales. Evaluación del Reciente Acuerdo Nación – Provincias", R. Feletti y C. Lozano.
57
giro operativo, esencialmente de la compensación de valores. La crisis de liquidez que esta política produjo en la banca
provincial derivó en la liquidación del Banco de La Rioja y el comienzo de esquemas de racionalización –cierre de
sucursales, reducción de personal, disminución nominal de salarios y beneficios sociales y saneamiento de carteras– y
privatización de numerosas entidades del interior.
Simultáneamente, y para evitar un "shock" incompatible con la proximidad de un comicio, en 1991 se
incrementaron –encadenados con el aumento de la recaudación de tributos coparticipados– los recursos fiscales
transferidos a las Provincias (de $ 6.148 millones en 1990 a $ 9.262 millones en 1991).
Segunda Fase: Comienza el Torniquete Presupuestario con el Traspaso de Servicios
Durante 1992, la discusión acerca del ajuste provincial se desplazaría del plano financiero –acotada la asistencia
del BCRA a la banca oficial de Provincia– al presupuestario, iniciándose con la decisión de la Nación de transferir el
gasto en salud, asistencia social, educación y cultura –por U$S 935 millones en el '92. Luego se agregaría la
responsabilidad de los servicios públicos, remanentes del vertiginoso desguace del Estado, siendo el caso más grave por
su incidencia social el transporte ferroviario de pasajeros, virtualmente condenado a desaparecer incomunicando por esa
vía, vastas zonas del país.
Tercera Fase: Nuevo Pacto Orientado a Acotar los Recursos Coparticipados
El acta acuerdo Nación-Provincias definió el siguiente reparto de fondos, vigente a partir del 1/9/92.
• El 15% de –los recursos coparticipables se destinará al pago de las obligaciones previsionales y otros gastos
operativos inherentes. Dicho importe oscilaría en el lapso septiembre/diciembre, de acuerdo a la recaudación
proyectada, en $ 235 millones mensuales. La porción de recursos coparticipados efectivamente a las Provincias –en
función de la citada proyección– es de $ 118 millones.
• La suma fija de $ 43,8 millones mensuales para ser aplicada a compensar fiscalmente a las Provincias con menor
coeficiente de coparticipación, incluyendo en ese sentido a Santa Cruz, Tierra del Fuego y Chubut con $ 3 millones
cada una. Río Negro, La Pampa, Neuquén y Salta con $ 2,5 millones cada una. Catamarca, Formosa, Jujuy, La
Rioja, San Juan, Sgo. del Estero, Tucumán, Misiones, Mendoza y San Luis con $ 2,2 millones cada una. El resto del
importe se destina a afrontar el costo de los servicios ferroviarios, correspondiendo a Entre Ríos $ 1,8 millones y a
Córdoba y Santa Fe $ 0,5 millones.
• Se garantiza a las Provincias un ingreso mensual neto de $ 725 millones, hasta el 31/ 12/93. El Tesoro Nacional
adelantará ese valor a las Provincias, con independencia del monto real recaudado, compensando bimestralmente
con los excedentes de recaudación que se produjeran los desfases a su favor.
58
• Las partes (Nación y Provincias) deberán limitar el aumento de los gastos corrientes financiados con la
coparticipación a un 10% durante 1993 respecto a 1992. Incluyendo los servicios transferidos a las Provincias. Las
proyecciones presupuestarias se harán por un monto de coparticipación bruta anual de $ 10.890 millones, los
excedentes de esa suma sólo podrán aplicarse a gastos de capital o cancelación de deudas preexistentes.
• Se les transfiere a las Provincias los recursos del Fondo Nacional de la Vivienda (FONAVI). Consejo Federal de
Agua Potable y Saneamiento (COFAPyS), Fondo de Desarrollo Eléctrico del Interior (FEDEI) y Fondo Vial
Federal, que recaudan alrededor de U$S 850 millones anuales.
La conclusión esencial, que surge de la evaluación del movimiento de fondos del acuerdo. es la
institucionalización del recorte de recursos coparticipados que la Nación viene realizando desde principios de 1992 en
detrimento de las Provincias. De este modo, el poder central, paulatinamente ha orientado en su beneficio –vía traspaso
de gastos y reasignación de impuestos – el incremento experimentado por la recaudación de impuestos coparticipados
durante 1992. En efecto, durante el primer semestre dicho aumento fue del 28%, en tanto los recursos coparticipados
transferidos a las Provincias consistieron en un 21%.
El acuerdo suscripto refleja la continuidad del proceso de ajuste desencadenado sobre el interior del país –al
margen de que la coyuntura determine algún piso de recursos para las Provincias, porque obliga a éstas a compartir el
desequilibrio del sistema previsional, ratificando el esquema de transferir gastos a los presupuestos provinciales; apunta
a restringir el uso de recursos coparticipados por las Provincias, al limitar el crecimiento de erogaciones corrientes –10%
durante 1993 sobre 1992– con independencia del volumen de la recaudación tributaria coparticipable, por último, por la
vía de reducir el gasto provincial, sienta las bases para modificar el régimen de coparticipación a partir de 1994.
En el Cuadro Nº 34 la evaluación del primer mes de funcionamiento del acuerdo revela que la Tesorería General
de la Nación debió desembolsar más de $ 107 millones para cumplir con el piso de transferencias garantizado –$ 725
millones.
59
CUADRO Nº 34. Coparticipación federal de impuestos
Garantía Gob. Nac.
(piso) (1)
Ejecutado
al 30.9
Garantía Ejec. 29.9
Sec. Hac. (3=1-2)
Rec. Neta a Pcias. 725.000 617.432 107.568
Buenos Aires 159.483 135.820 23.662
Catamarca 20.003 17.035 2.968 Córdoba 64.485 54.918 9.567 Corrientes 26.997 22.992 4.005
Chaco 36.229 30.854 5.375 Chubut 11.486 9.781 1.704
Entre Ríos 35.461 30.199 5.262 Formosa 26.438 22.515 3.922 Jujuy 20.633 17.571 3.061
La Pampa 13.639 11.615 2.024 La Rioja 15.037 12.806 2.231
Mendoza 30.284 25.791 4.493 Misiones 23.990 20.430 3.560 Neuquén 12.605 10.734 1.870
Río Negro 18.325 15.606 2.719 Salta 27.836 23.706 4.130 San Juan 24.549 20.907 3.642 San Luis 16.576 14.117 2.459 Santa Cruz 11.486 9.781 1.704
Santa Fe 64.905 55.275 9.630 Sgo. del Estero 30.005 25.553 4.452 Tucumán 34.551 29.425 5.126
TOTAL 725.000 617.432 107.568
Fuente: DNCFP.
La Nación, en el mes de setiembre, debió aportar $ 107 millones para cumplir con la garantía; en tanto la
perspectiva hacia 1993 es el estancamiento y la caída de la recaudación, la Tesorería General deberá continuar girando
fondos a las Provincias, razón que induce a pensar que se requerirá una renegociación del acuerdo que concluya con el
piso garantizado. La otra arista del acuerdo, que pone de relieve la intención de la Tesorería de restringir los fondos con
destino al interior, es la reticencia a girar la recaudación del FONAVI, ya que según la cláusula quinta del acta acuerdo
60
la remisión debe ser con carácter automático "... y dentro de las limitaciones autorizadas por la Ley de Presupuesto
respectiva y las acordadas con los organismos internacionales..."
La interpretación del Ministerio de Economía es que dicha cláusula no sólo comprende a los créditos para
construcción de vivienda, suministrados por el BID o el Banco Mundial, (de los cuales la recaudación del FONAVI obra
como garantía de pago), sino que la misma es abarcativa de todos los compromisos externos. Por lo tanto, la Tesorería –
al igual que los recursos coparticipados retenidos para el sistema previsional– absorbe los fondos con destino específico,
a fin de abultar el superávit para el pago de la deuda pública. La cifra del FONAVI se aproxima a $ 900 millones anuales
(la distribución automática que hubiera correspondido para septiembre se detalla en el Cuadro Nº 35 ).
En definitiva, en el flujo de fondos, la Tesorería General ha resultado beneficiada, pues retuvo el 15% de la
coparticipación bruta –no girándola al ANsES–, la recaudación del FONAVI y sólo remitió a las Provincias $ 107
millones por la ejecución del piso garantizado.
CUADRO Nº 35. Distribución de Fondos FONAVI. Setiembre 1992
En millones de pesos
Provincias Distribución Automática
Buenos Aires 10.3 Catamarca 1.5 Córdoba 4
Corrientes 3.5 Chaco 3.2
Chubut 2.2 Entre Ríos 27.9
Formosa 2.8 Jujuy 2.1 La Pampa 1.4
La Rioja 1.4 Mendoza 2.8
Misiones 3.3 Neuquén 3
Río Negro 3.2 Salta 2.8
San Juan 2.5 San Luis 2.5 Santa Cruz 2.2
Santa Fe 4 Sgo. del Estero 3 Tucumán 3 Capital Federal 0.9
Tierra del Fuego 1.8 TOTAL 71.6
Fuente: Secretaría de Vivienda
61
Cuarta Fase: Limitación del Poder Tributario Provincial y Racionalización de la Banca Oficial
Los límites al régimen de copartipación federal, impuestos por el acta acuerdo de agosto, intentan ser
complementados por una profunda reforma de los sistemas impositivos locales, c entrada esencialmente en la resignación
del poder tributario provincial, en función de la política fiscal nacional.
Las medidas económicas del mes de octubre, destinadas a mejorar el tipo de cambio para la exportación, –véase
Apartado "Comercio Exterior"– mediante el uso de subsidios fiscales, revelaron la decisión del Gobierno de desgravar a
las exportaciones agropecuarias e industriales y acentuar la presión tributaria sobre el consumo interno. Política
orientada a apuntalar un modelo exportador resquebrajado por el retraso cambiario, transfiriendo indirectamente
recursos del mercado interno al externo. Esta política pretende ser trasladada a las Provincias en base a la siguiente
propuesta de reforma tributaria, que entraría en vigor durante 1993.
COMPROMISOS DE LOS GOBIERNOS PROVINCIALES
• Eliminar ingresos brutos sobre la producción primaria (rural y minera), actividad financiera, fondos comunes de
inversión, administradoras de fondos de pensión y compraventa de divisas.
• Cobrar tasa de 0,5% de ingresos brutos en la industria, en la producción de electricidad, agua y gas, comercio
mayorista y construcciones.
• Cobrar entre el 5,5 y el 7,5% en reemplazo del impuesto a los ingresos brutos, a la venta minorista.
• Podrá cobrarse más del 7,5% en agencias de turismo o publicidad, venta de billetes de lotería, juegos de azar,
tabaco, hoteles por hora, casas de cita, boites, cabarets, café concerts, salones, pistas y confiterías bailables.
• El impuesto inmobiliario deberá tener una tasa máxima del 1.20% para inmuebles rurales, 1.35% para subrurales y
1,5% para urbanos, calculado sobre el 80% del valor de mercado o valor de la tierra libre de mejoras.
• Derogar el impuesto de sellos, impuestos provinciales a combustibles, gas y luz; que las tasas de seguridad e higiene
no superen el 0,5% de los ingresos brutos y que las tasas viales no superen el 0,6% del 80% del valor de mercado o
valor de la tierra libre de mejoras.
• Eliminar en un período de tres años, si se logra controlar la evasión, la tasa del 0,5% de ingresos brutos en industria,
electricidad, agua, gas, comercio mayorista y construcción.
62
COMPROMISOS DEL GOBIERNO CENTRAL
• Reformular los tributos de la Municipalidad de Buenos Aires y el impuesto nacional de sellos (que se cobra en
Capital Federal) de acuerdo a las mismas pautas.
• Propiciar una ley para disminuir el valor computable del impuesto a los activos, reducir el impuesto a los
combustibles líquidos y al gas natural en las Provincias que se adhieran a este régimen, y limitar aportes
patronales y sociales del 34 al 17% de la masa salarial sin mengua de la recaudación.
• Formar un fondo compensador provisto con el 25% de la recaudación de ingresos brutos para las Provincias
que mermen su recaudación.
De concretarse esta reforma, culminaría una nueva fase del ajuste sobre el interior, signada esta vez por el recorte
de recursos propios. Es decir que, de las restricciones financieras, el traspaso de erogaciones y la poda de recursos, se
avanzaría ahora al cercenar el propio poder tributario provincial materia lizado en la eliminación del impuesto a los
ingresos brutos sobre la producción primaria, industrial y la actividad financiera, reemplazándolo por un gravamen a las
transacciones minoristas locales.
La recaudación del impuesto a los ingresos brutos en todo el país se estimó para 1992 en el orden de los $ 3.000
millones, representando el 56% del total de los recursos tributarios provinciales –estimados para el '92 en $ 5.350
millones. Difícilmente su reemplazo por un impuesto a la venta minorista –en una alícuota superior al 5% – podría
allegar esa masa de fondos a las arcas provinciales, tanto por la estrechez de la base imponible –la actividad interna es
exigua en numerosas jurisdicciones–, como por las dificultades de control de la evasión –se amplía enormemente el
número de sujetos incididos. Sin embargo, es necesario trascender el mero análisis fiscal, para evaluar correctamente las
implicancias de una reforma de estas características. Ella articula el sistema tributario nacional con el provincial,
dotándolo de una regresividad de escaso paralelismo mundial, pues desgrava los patrimonios, las actividades productivas
y financieras, los insumos industriales y las transacciones comerciales y de bienes registrables, para acentuar la presión
impositiva sobre el consumo interno –ésta alcanzaría a superar el 23% sobre cada venta, computando el IVA y el
impuesto a la venta minorista. De materializarse esta reforma, los fondos del interior para afrontar los gastos sociales y
servicios públicos que le han transferido, serán –además de la cuota fija que gire la Tesorería – los que generen actividad
interna y no los derivados de la explotación de sus recursos jurisdiccionales.
En definitiva se perfecciona un esquema de transferencia de gastos con tope al reparto de los impuestos
nacionales y expropiación del poder tributario provincial.
El interior, entonces, queda abandonado a su suerte, desvinculado cada vez más de una realidad nacional cuyo
único "norte" parece ser generar divisas exportando lo que sea y recursos fis cales para com-prarlas y cumplir los
compromisos externos. Por la ingeniería tributaria planteada en la reforma descripta, el poder central se reserva la
63
posibilidad de aplicar impuestos progresivos a las ganancias y los patrimonios, que le permita captar renta exportadora.
Es en el ámbito de las cuentas fiscales nacionales donde se dirimirá el conflicto entre los grupos exportadores y la banca
acreedora por el pago de la deuda externa.
La otra medida, que también incide directamente en la política económica provincial, en este caso la financiera,
es el tope, vigente desde el 15/10/92, a la tasa activa de la banca oficial nacional, provincial y municipal del 2% para las
operaciones en pesos y del 1,3% para las realizadas en moneda extranjera.
En un context o de desregulación como el actual, pautar la tasa de interés activa debe interpretarse como un
mecanismo para inducir la racionalización de la banca oficial, particularmente la provincial más afectada por el tope.
Al mes de junio de 1992, la tasa activa de los bancos provinciales para operaciones en pesos oscilaba en 2,77%
mensual, frente a una tasa pasiva del 0,83%, lo que determina un margen de intermediación del 1,94%. Encuadrar sus
operaciones dentro del tope del 2% significa reducir dicho margen en un 40% –de 1,94 a 1, l7%–, con el consiguiente
impacto en los gastos de estructura de cada institución. La opción de reducir la tasa pasiva es inviable por los riesgos de
liquidez debida a la pérdida de depósitos que ello supone; además numerosos bancos de provincia se financian con
redescuentos del BCRA cuyo costo es del 1.66% mensual.
La exigencia de acelerar el desmantelamiento de la banca de provincia es señal de continuidad del proceso de
ajuste en el interior, (el Cuadro Nº 36 exhibe el grado de avance de dicho proceso.)
Si a esto se le agrega el desguace del Sector Público nacional, la realidad del interior del país, además del
deterioro social, es de creciente ruptura de los lazos de unidad geoeconómica de la Argentina: la crisis de Aerolíneas
Argentinas que incomunica a las regiones menos pobladas, y la posibilidad concreta de cortes de luz en varias
jurisdicciones son testimonios elocuentes de lo afirmado.
CUADRO Nº 36. El Ajuste en la banca provincial
Santa Cruz: está en la Legislatura la ley de privatización del 49% de las acciones. Chubut, Tucumán, Salta, San Luis, Buenos Aires, Jujuy, Sgo. del Estero y Catamarca: 100% provincial, sin miras de abrir su capital. Rio Negro: en proceso de privatización. La provincia se quedará con el 34%, los empleados con el 9% y se venderá el 57% restante. Tierra del Fuego: 100% provincial, pero existen planes de privatización. Neuquén: capital oficial, pero la dirección está en manos de empresarios (acuerdo de management). Mendoza y Santa Fe: sociedades anónimas. Los gobiernos aún poseen 100% de las acciones. San Juan: capital mixto (50% gobierno, 50% privado). Al presidente lo designa la provincia. Córdoba: continuará siendo del gobierno. Se incorporaron gerentes de la banca privada. Existe un proyecto de fusión con el Banco Social de Córdoba, aunque en esta entidad hay reticencia a la unión. Chaco y La Rioja: cerrados. Formosa: participación privada del 10%. Corrientes: privatizado. Un grupo liderado por el Banco del Iberá tiene 60% de las acciones. Misiones: una consultora realiza estudio de factibilidad para su privatización. Entre Ríos: mixto. El gobierno mantendrá el control. La Pampa: capitales mixtos (55% del gobierno y 45% en manos privadas).
64
La decisión del Ministerio de Economía de forzar la reconversión de los estados provinciales, lo obliga a
intervenir directamente la política económica de los mismos –expropiación de poder tributario y límites de política
crediticia–, embate que hasta ahora ha encontrado escasa resistencia de los gobernadores, a pesar de que por este camino
se convierten, con mayor nitidez en 1993, en ejecutores de un duro ajuste que, sin contraprestación alguna, les erosiona
el caudal político acumulado.
Síntesis y Perspectivas
El cuadro fiscal revela las siguientes tendencias:
• Cumplimiento de la meta anual de superávit pactado con el FMI para 1992 y sensible acrecentamiento de las
exigencias para 1993 –de U$S 3.007 millones de superávit sin privatizaciones en el '92 a U$S 4.400 millones en el
'93.
• Reversión en el último trimestre del resultado operativo positivo que presentó la Tesorería en los tres primeros
trimestres –de un promedio de $ 340 millones positivo a $ 195 millones negativo.
• El excedente fiscal alcanzado en el Sector Público no Financiero, de U$S 5.239 millones, se compone de U$S 1.676
millones de superávit genuino, U$S 2.639 millones de privatizaciones y U$S 924 millones de financiamiento del
BNA. Esta composición revela la fragilidad de las cuentas fiscales, dado que las privatizaciones son indispensables
para el equilibrio del sistema de seguridad social, y la asistencia crediticia al BNA cierra el presupuesto de las
empresas. De hecho los pagos de deuda pública durante 1992 ascendieron a U$S 3.344 millones, inferiores en U$S
1.895 millo nes –porción de privatizaciones afectadas al ANsES y financiamiento del BNA a empresas– respecto del
resultado global del Sector Público no Financiero –U$S 5.239 millones.
Los mayores requisitos del FMI para 1993, el déficit operativo de la Tesorería en el final del '92 y la fragilidad
del resultado positivo del Sector Público no Financiero plantean un escenario fiscal complejo para el próximo año,
dentro de la modalidad de ejecución del ajuste vigente.
Los límites a una caída sustancial del gasto –de hecho en el presupuesto '93 aumenta–, y los topes que parece
haber alcanzado la recaudación impositiva en este esquema tributario, abren interrogantes acerca de las posibilidades de
elevar el superávit en este marco.
La médula de resolución de este problema intrínseco al ajuste fiscal se centra en el costado de los recursos,
máxime ante el agotamiento de las privatizaciones. La modificación de la pauta de presión tributaria, en el sentido de
mayor progresividad, constituye prácticamente un requisito técnico permanentemente eludido desde el '90 y cada vez
más condicionante del cierre del equilibrio fiscal. El Gobierno, a su vez, da pasos en sentido contrario –acentúa la
65
regresividad impositiva–, amparado en los fondos que todavía pueden aportar algunas privatizaciones. Sin embargo,
demorar el cobro de impuestos a quienes detentan el poder económico y simultáneamente entregarles el control de
insumos y sectores básicos para el funcionamiento del país, tiende a colocar al Gobierno en una posición de extrema
debilidad –además de la obvia inequidad provocada– aun para ejecutar un ajuste destinado a pagar la deuda.
LAS PRIVATIZACIONES
Las privatizaciones cierran un dilatado ciclo de vaciamiento del Estado, iniciado a fines de los '70 con el
endeudamiento externo. El traspaso a un reducido núcleo de grupos empresarios y operadores extranjeros de empresas
públicas que en 1989, antes del proceso privatizador, aportaban el 8,9% del PBI y el 29,3% de la Inversión Bruta Interna
Fija, tiene implicancias tanto desde el impacto en el espacio geoeconómico del país, que el abandono de la
administración estatal significa, como desde la perspectiva de consolidación de un nuevo bloque dominante y la
incidencia de su estrategia empresarial en el funcionamiento del país.
Los apartados que continúan intentan aproximar algunos elementos que permitan evaluar ambos impactos,
profundizando el análisis en la privatización del sector energético –electricidad, petróleo y gas –; también se sintetiza en
cuadros ilustrativos el desguace de otros sectores –ferrocarriles, siderurgia, petroquímica, etc.– y los consorcios
beneficiarios. En sucesivos informes se completará el análisis pormenorizado de estos últimos sectores.
Privatización del Sector Energético
Electricidad
La privatización de la energía eléctrica durante 1992 comprendió la extinción de Servicios Eléctricos del Gran
Buenos Aires (SEGBA), que abastecía a 4,5 millones de usuarios y que en 1991 facturó un importe superior a U$S
1.040 millones, y el desmembramiento de Agua y Energía Eléctrica con jurisdicción nacional.
La empresa SEGBA fue dividida entre las centrales térmicas de generación –transferidas individualmente– y las
áreas de distribución –fragmentadas en tres zonas –. (véase Cuadro Nº 37 b).
En el Cuadro Nº 37 a) se observa una posición dominante de los compradores extranjeros que controlan el 89%
de la potencia generada por las centrales transferidas y casi el 60% de la distribución de energía de Capital y Gran
Buenos Aires. La generación se encuentra prácticamente en manos de grupos chilenos, que a su vez poseen el 49% de
Edesur –que abastece a alrededor de 2 millones de usuarios. El resto de la distribución se reparte entre consorcios
españoles, 30% de Edenor –con un mercado cautivo de 1,8 millones de clientes–, franceses, también con el 30% de
Edenor y, en menor medida, estadounidenses que participan en el 10% de Edesur y el 49% de Edelap –con 700 mil
consumidores.
66
Entre los grupos de origen local se destaca Pérez Companc con el 25% de la Central Costanera –que genera 1.260
mw sobre los 2.538 mw transferidos– y el 40,5% de Edesur, Astra con el 40% de Edenor y Techint con el 51% de
Edelap.
El reparto de SEGBA permite apreciar que convergen diferentes estrategias empresariales sobre el sector de
energía eléctrica. Su explotación combina el abastecimiento de un mercado interno de alto consumo con las demandas
de fuerza motriz barata de las firmas industriales exportadoras. Esto se refleja con claridad en el perfil de la estructura
tarifaria diseñada a partir del 1/9/92, fecha de comienzo de la administración privada.
CUADRO Nº 37 a). El reparto del Estado. Privatización de la energía eléctrica al 31/12/92
Energía eléctrica Sector Grupo Ex Emp. Pub. Adqui- rente Nueva Emp.
SEGBA Generación Centrales
SEGBA Distribución
Agua y Energía Generación
Pto. Nuevo
Costa-nera
Dock Sud
P. de Men-doza
Ede-nor
Edesur Edelap Alto Valle
Güe-mes
So-rrento
Locales
Pérez Companc 25.00% 40.50 Techint 51.00% Astra 40.00% Soldati 25.00% Acindar 75.00% Massuh 25.00% Polledo 100% Neuquén limitada 40.00% Malvicino 18.00% Iate 18.00% Eleprint 4.00% Argon
50.%
Extranjeros Estados Unidos Psi Energy Inc. 5.00% 10.00% Dominion Energy Inc. 60.00% Costanera Power 49.00% Houston Lighting Power 75.00% Power Co.
España Endesa 10.00% Emp. Nac. Hidroel. del Ribagoranza
20.00%
Francia Electricité de France 20.00% Soc. d’Ananegernent Urbain et Rural
10.00%
Chile Distrib. Chilectra Metropolitana 5.00% 20.00% Enersis 15.00% 19.50% Chilectra V Región 17.50% Chilgener 82.50% Endesa Chile 50.00% 10.00%
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Subsecretaria de Privatizaciones y otras publicaciones.
67
CUADRO Nº 37 b). Extinción de SEGBA
Activo % Vendido Monto de Venta millones de U$S
Efectivo Títulos
Centrales de Generación
Puerto (1.009 mw) 60 92.20
Costanera (1.260 mw) 60 90.10
Dock Sud (211 mw) 90 25.00
Pedro Mendoza (58 mw)
90 8.50
Areas de Distribución
EDENOR- desde el norte de la Capital
y la Matanza hacia el N. 51 30.00 397.90
Usuarios: 1.800.000
EDESUR- desde el s ur de la Capital.,
L. de Zamora y Echeverría
hacia el S. usuarios: 2.000.000 51 30.00 481.00
EDELAP- La Plata y Gran La Plata,
usuarios: 700.000 51 5.00 134.00
280.80 1.012.90
El Cuadro Nº 37 c) revela la intención de las empresas privadas de promover el consumo de energía eléctrica –a
diferencia del ahorro impulsado históricamente por SEGBA–, a través de un costo por kw decreciente a mayor consumo
y un cargo fijo de elevada incidencia proporcional en la franja más numerosa de consumidores (de 301 a 550 kw/h). En
el consumo de fuerza motriz industrial, las pequeñas y medianas empresas solventan indirectamente a los grandes
consumidores, reemplazando el rol del sector público en el subsidio tarifario. Las tarifas de la ex-SEGBA permiten
identificar la convergencia de los intereses de los operadores extranjeros, de explotar la capacidad de consumo de un
mercado cautivo, y de los grupos de origen local, de garantizarse –ante la retirada del Estado– fuentes de abastecimiento
energético barato, utilizando además la política tarifaria como herramienta de control del mercado industrial.
68
CUADRO Nº 37 c). Cuadro tarifario ex-SEGBA
Consumos residenciales kw/h Cargo fijo $ $/kw. h
1-300 2,54 0,061
301-550 13,04 0.056
551-1.600 6,35 0,108
1.601-4.000 47,14 0,083
+ de 4.000 127,91 0,063
Consumos industriales kw/h
P. y M.E. 6,69 0,067
Grandes Consumidores
Baja Tensión 7,09 0,048
Media Tensión 4,02 0,046
Alta Tensión 2,07 0,043
Las empresas adquirentes, lejos de mejorar la eficiencia mediante la inversión, apuntan a elevar rentabilidad vía
precios administrados –tarifas– en un mercado oligopólico, directamente sobre los usuarios e indirectamente subsidiando
el gran consumo industrial. En tanto que la racionalización de costos hasta ahora pasa exclusivamente por la reducción
de personal.
Un caso mucho más complejo lo presenta Agua y Energía Eléctrica, por ser la única empresa de energía eléctrica
con jurisdicción nacional y cumplir diversas funciones en siete regiones del país que trascienden la generación y
distribución en una gran concentración urbana como el caso de SEGBA. Su desmembramiento, tal como se plantea en el
Cuadro Nº 37 d), puede tener implicancias más severas en el abastecimiento energético del país.
La privatización de las centrales térmicas producidas hasta el presente responde esencialmente a orientaciones
regionales y sectoriales, advirtiéndose también la presencia relevante de operadores extranjeros –véase Cuadro Nº 37 a).
69
CUADRO Nº 37 d). El desmembramiento de Agua y Energía
Organización Actual
Cambios Generación Distribución y
Riego Transferencia Actividades
Regulatorias
Despacho Nacional de
Cargas (DNC) Ingeniería
Medidas
Privatización.
Transferencia a Provincias.
División de lí- neas de 500 kw. 220 kw. y 132 kw.
Eliminación y reemplazo por el Regulador de Electricidad (ERE).
Disolución y creación de la Cammesa (Compañía Ad- Ministradora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A.)
Eliminación y creación de S.A. específicas con parte del perso- nal de la empresa
Consecuencias
En la primera etapa se venden centrales térmi-cas: Alto Valle, Güemes, Sorren-to, San Nicolás y Luján de Cuyo. La segunda etapa comprenderá la venta de centra-les hidroeléctri-cas.
Se transfieren sistemas de riego a: Río Negro, La Rioja, Sgo. del Estero. La distri-bución pasa a manos de las Provincias:Tucu-mán,Formosa. La Rioja, Sgo. del Estero.
Se agrupan siste-mas de trans-misión de 500 km, (AyEE e Hidronor y se privatizarán antes de fin de año. Con las lí-neas de media y baja tensiónse crea-rán'distribuidoras troncales re- gioonales" para su posterior transferencia al sector privado.
La ley 24.065 creó el ERE, que se hará cargo de las tareas de control que venia haciendo AyEE.
La tarea del DNC (especie de "clearing" energético entre generadores y distribuidores) pasó a la órbita de la Cammesa. Esta organización está integrada en partes iguales por Estado nacional, generadores, distribuidores, transportistas y grandes usuarios, con facultad para fijar el precio de la energía mayo- rista.
Para ocupar a parte del personal que se queda sin trabajo con la eliminación de AyEE,la empresa y la Secretaría de Energía promo-vieron las S.A. específicas Tra-nelsa, Ingeniería de transmisión para Yacyretá. Evarsa: evalua-ción de recursos. Emasa:monitoreo del impacto am-biental. Proyectos hidráulicos. Seguridad de O-bras.
Fuente: Subsecretaría de Energía.
CUADRO Nº 37 e). Centrales de Agua y Energía Eléctrica vendidas
Central % vendido Efectivo Títulos
millones de U$S
Ato Valle -Neuquén- 95 mw 90 22.10
Güemes- Salta- 305 mw 60 10.00 76.20
Sorrento- Sta. Fe.- 226 mw 90 5.00 3.80
37.10 80.00
70
La desintegración del sistema energético se completaría con la venta de las redes de transmisión, agrupándose la
red 500 kw con una "unidad de negocio" y las redes de 330 kw, 220 y 132 kw como "distribuidoras troncales
regionales". La privatización del transporte, sobre todo las redes de alta tensión, implicará una fuerte suba tarifaria, dado
que en el presente AyEE e Hidronor reciben una distribución casi simbólica por el servicio de transporte. Este
incremento tarifario supone un costo adicional que recaerá en los usuarios –con el sesgo analizado en la estructura de
tarifas de la ex-SEGBA– y que probablemente no pueda ser absorbido en las regiones menos desarrolladas. Igual suerte
pueden correr los servicios de riego y distribución transferidos a las Provincias, repitiéndose lo ocurrido con el
transporte ferroviario de pasajeros: el deterioro y hasta la probable suspensión del servicio.
La privatización de las redes de transmisión terminará de consolidar la corporación monopólica, encargada de
administrar la electricidad en la Argentina: la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A. –
CAMMESA– integrada, además del Estado, por generadores, distribuidores, transportistas y grandes usuarios, que tiene
el poder de fijar cada tres meses el precio de la energía mayorista.
Petróleo
La entrega del petróleo argentino comprende sucesivas fases escalonadas, en la siguiente secuencia: venta de la
totalidad de las reservas de las áreas marginales: cesión de la porción mayoritaria de las áreas centrales; desregulación
del mercado petrolero; concesión de la exploración de nuevas reservas; venta de los activos de YPF y privatización de
parte de su capital. En el Cuadro Nº 38 a) se detallan los beneficiarios de la transferencia de las reservas y del comienzo
de la venta de bienes de YPF.
La secuencia del remate del petróleo argentino se entronca con los pasos seguidos para desmantelar YPF. Por ser
ésta una empresa integrada que cumple todas fases del ciclo petrolero: Producción, Refinación, Comercialización y
Servicios, se comenzó por reducir la propiedad de sus reservas y su participación en el volumen producido.
La desregulación del sector petrolero eliminó las restricciones para exportar crudo –"libre disponibilidad del
crudo"– liberó los precios y suprimió la facultad estatal de comprar toda la producción privada. Estas medidas iniciales
abrieron el camino para reducir la participación de YPF como empresa productora, transfiriendo áreas de extracción. La
privatización de las refinerías, los ductos y la flota serán pasos posteriores en la entrega del petróleo nacional.
71
CUADRO Nº 38 a). El reparto del Estado-Petróleo
YPF A. Sec.
Petróleo YPF- áreas Centrales*
YPF-Activosy
Refi-nerías
Sector Grupo Ex Emp. Pub. Adquirente Nva. Emp. 86**
Areas El Hue-
mul El Tor -
dillo Vizca -cheras
Puesto Her-
nández
Santa Cruz I
Santa Cruz II
T. del Fuego
Palmar Largo N.O.
Agua- ragüe N.O.
Campo Durán
Locales
Pérez Companc 11 áreas 18.00% 35.00% 42.00% 28.00% Techint 10 áreas 42.75% n.d.
Astra 6 áreas 50.00% 28.00% 10.50% Macri 3 arcas n.d. n.d.
Soldati 3 áreas 32.50% 17.90% 5.00% Roggio 8 áreas
Bridas 2 áreas 36.66%
Extranjeros
Estados Unidos Coastal Arg. 10.00%
Oxy 25.00% Energy Develop-
ment Corp. 11.25%
Santa Fe Energy 18.00% Quintana Petrolera 20.00%
Norcen Inc. Ltd. n.d. Dong Won Co. n.d.
Ampolex n.d.
España
Repsol 2 áreas 50.00% Algas n.d.
Francia
Total Austral 70.00%
Canadá Chauvco Resources 23.34%
Suiza Marc Rich 17.50% Total de participación
45 áreas
70.00%
90.00%
100.00%
60.00%
70.00%
70.00%
70.00%
*Los porcentajes remanentes de part icipación en las áreas de explotación centrales los retiene todavía YPF. ** Las restantes áreas secundarias fueron adjudicadas a diversas petroleras de origen local y extranjero. Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Subsecretaría de Privatizaciones y otras publicaciones.
Las 86 áreas secundarias concedidas se definieron en virtud a que su producción diaria no superaba los 200 m3.
Sin embargo, esta explotación menguada, originada en la política de desinversión que aquejaba a YPF desde la dictadura
militar, justificó el traspaso del 8,8% de las reservas comprobadas del país, después que YPF asumiera el costo más
gravoso y de mayor riesgo de recupero que es la exploración. Los compradores ingresan de inmediato en zonas
exploradas y en producción, privilegiando en muchos casos la proximidad de un campo petrolero propio que optimiza
los gastos de estructura.
72
El segundo tramo del reparto de las reservas de petróleo es la venta de las áreas centrales de explotación, (véase
Cuadro Nº 38 b ).
CUADRO Nº 38 b). Venta de úreas de explotación de YPF
Areas Centrales % Vendido Importe Efectivo mill. U$S
El Huemul 70 187,40
Vizcacheras 100 174
El Tordillo 90 187
Puesto Hernández 60 310
Santa Cruz I 70 55
Santa Cruz II 70 141,50
Tierra del Fuego 70 143,50
Palmar Largo 70 36
Aguaragüe 55 143.70
Areas secundarias 86 áreas 464,50
1.842,60
Fuente: Subsecretaría de Privatizaciones.
CUADRO Nº 38 c). Producción petrolera y su destino
M3 anuales Participación
de YPF en la Prod. Porcentaje exportado total
1990 28.084.708 97 17.7
1991 28.505.353 65 19.8
1992 31.560.000* 42 21.3* * Estimado. Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Secretaria de Energía y Cámara de Empresas Petroleras.
Los resultados inmediatos de este proceso incluyen un sustancial aumento de la producción –con significativa
caída de la participación de YPF– y brusco salto de las exportaciones de combustible.
La política petrolera en curso determina un sensible incremento de la producción –12,4% en 1992 respecto de
1990– con destino a la exportación, en poder de las petroleras privadas, (véase Cuadro Nº 38 d).
73
CUADRO Nº 38 d). Principales productores petroleros a junio 1992
% de producción Junio'92
YPF 41.9
Pérez Companc 16.6
Total Austral- Francia 7.5
Anioco-EEUU - 7.3
Bridas 5.7
Astra 5.1
Occidental- EEUU- 4.3
Tecpetrol- Techint- 3.0
PIuspetrol - Macri- 1.7
Cadipsa- vinc. a Techint- 1.6 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Cámara de Empresas Petroleras.
La apropiación del mercado por estos grupos empresarios plantea diversos interrogantes acerca del futuro
petrolero del país. En principio, por U$S 1.842 millones Ingresados a la Tesorería –no reinvertidos YPF–, con destino a
atender compromisos externos, se han entregado reservas comprobadas que comienzan a ser extraídas intensamente y en
porciones relevantes con destino al mercado externo. El primer interrogante que surge, por tratarse de un recurso no
renovable, es en torno a la disponibilidad de reservas.
Las reservas petroleras del país se establecieron en 1991 en 256 millones de m3, muy distantes de las existentes
en los países calificados como "petroleros", conforme se aprecia en el Cuadro Nº 38 e ).
De proseguir este ritmo de explotación –31,6 millones de m3 al año– las reservas se agotarían en 8 años, tiempo
muy escaso para un país que sorpresivamente se ha convertido en exportador de hidrocarburos. El remate de reservas,
sin ninguna política industrial asociada –sólo cerrar la "caja" de la Tesorería– pretende ser paliado con el programa de
exploración denominado "Plan Argentina" que, teóricamente, las incrementará. Sin embargo, sobre las primeras 41 áreas
licitadas, sólo 10 recibieron ofertas, mayoritariamente por consorcios extranjeros, a pesar de las diversas ventajas
otorgadas para explotar el petróleo que se encuentre.
El pensamiento de los grupos económicos locales frente a la cuestión petrolera quedó reflejado con claridad en
las declaraciones de Carlos Cortizas –gerente comercial de Petrolera Pérez Companc–, al referirse a la problemática de
las reservas y la exploración.10 Cortizas reclama sin ponerse colorado, subsidios para la exploración, libre disponibilidad
10 " .... las dificultades para hallar reservas podrían superarse a través de incentivar las condiciones de inversión, por ejemplo, disminuir regalías o impuestos sobre el petróleo descubierto. Si aún así no se logran incrementar las reservas, el país debería importar, pero esto no es dramático. El
74
del petróleo encontrado y despreocupación sobre el agotamiento de las reservas del país. La premisa es maximizar la
renta aquí y ahora.
CUADRO Nº 38 e). Reservas de petróleo al 31/12/91
en millones de m3
País m3
Argentina 256
Brasil 452
México 8.274
Venezuela 9.397
EE.UU 4.166
Rusia 9.072
Kuwait 15.045
Irán 14.778
Iraq 15.916
Arabia Saudita 40.985
Total Mundial 159.021
Fuente: IAP.
Este criterio es el que define el sesgo exportador de los nuevos propietarios del petróleo, pues los refinadores
locales pagan U$S 17,5 por barril frente al precio del exterior de U$S 18,8. La situación descripta introduce la
problemática de las refinerías, mercado repartido esencialmente entre YPF, Shell y Esso. En este punto es donde se
agudizan las exigencias de desguace de YPF, ingresando en la segunda etapa comprendida por la venta de los activos de
la empresa estatal, en concreto YPF, surgiendo la incógnita acerca de si los productores avanzarán en la integración
vertical de sus empresas.
La primera refinería vendida, la de Campo Durán, contó entre sus compradores a Pérez Companc, Astra y Macri
abonando en efectivo U$S 64,1 millones. La desregulación petrolera también implica la libertad para importar crudo lo
que les permitiría a largo plazo eludir las restricciones de agotamiento de las reservas.
hidrocarburo es un "commodity" que podría ser importado sin que esto dificulte el crecimiento, como hacen Japón, los EE.UU. y Europa. Guardar
75
CUADRO Nº 38 f). Plan Argentina. Ofertas de inversión para explorar
Area Consorcio Compromiso en U$S
Malargüe Sur Tritón Argentina 9.6
Mendoza Occidental 9.5
Sierra Morada BHP-Union Pacific 3.0
China Muerta Victrix-Bridge-Crusader 6.3
Río Senger Unión Pacific 0.9
Río Grande Sur Chauvco 1.5
Santa Rosa Chauvco 2.9
Buen Pasto Pluspetrol-YPF-Sipetrol- Norcen-Triton 0.8
Río Desaguadero Marathon 2.0
Río Turbio Pérez Companc-Astra 2.7
Total
39.2
Fuente: Secretaría de Energía.
El ciclo se completaría con la retirada de YPF de la comercialización interna, entregando a operadores privados la
distribución del combustible en las 2.800 estaciones de servicio que actualmente abastece, con la participación
porcentual que se detalla en el Cuadro Nº 38 g).
CUADRO Nº 38 g). Mercado de combustibles. Participación porcentual en las ventas Junio'92
Naftas Gas oil Fuel oil GNC YPF 53 58 64 31 Shell 22 16 11 8 Esso 17 16 13 9 C.G.C. (Soldati) 3 3 7 – Isaura 3 4 – 4 Astra – – – 11 Agip – – – 28 Otras 2 3 5 9 Total 100 100 100 100
Fuente: Instituto Argentino de la Energía General Mosconi.
reservas para el futuro tiene el peligro de que pueden perder valor por la aparición de sustitutos".
76
Por último, el Congreso de la Nación distribuyó las acciones de YPF entre el Estado Nacional con el 51%, las
Provincias con el 39% y el Régimen de Propiedad Participada el 10%, debiendo en tres los dos primeros tenedores –
Nación y Provincias– colocar en el mercado de capitales no menos de la mitad de sus acciones, no pudiendo el Estado
Nacional desprenderse de menos del 20% de su participación sin autorización legislativa.
La recaudación esperada por la venta del 31% del paquete accionario y los activos remanentes –refinerías, ductos,
flota, etc.– se estima en U$S 2.700 millones.
De este modo se concluye el desguace de una empresa que, además de haber descubierto la totalidad de las
reservas de petróleo del país –hoy extraídas con fines rentísticos de corto plazo–, durante 1991 facturó U$S 4. 100
millones, exportó U$S 600 millones y generó utilidades operativas por U$S 300 millones.
Gas
El traspaso de los activos de Gas del Estado al sector privado supone la privatización de la segunda fuente
energética del país. Esta empresa, que en 1991 facturó U$S 1.820 millones, atendiendo a un mercado de 4,3 millones de
usuarios, es poseedora de un sistema integrado que abarca el transporte desde las zonas productoras hasta los usuarios.
La privatización implicó la división de las zonas de distribución en 8 y el transporte en 2, sin embargo, el negocio
comprenderá a tres actores: los productores de gas, los transportistas y los distribuidores.
Con respecto al primer tramo, del mismo modo que lo ocurrido con el petróleo, la desregulación ha comenzado a
arrebatarle la producción gasífera a YPF, posicionando diversos consorcios privados en áreas centrales de gas. El otro
tramo, clave en el nuevo esquema, es el "peaje" que cobrarán los nuevos dueños de los gasoductos, repartiéndose las
tarifas con los distribuidores de los usuarios. Algunos consorcios adjudicatarios han desarrollado una estrategia de
integración, como el caso de los grupos Techint y Soldati, que posicionándose en la cuenca gasífera del Noroeste (área
de producción Aguaragüe), completan el círculo con su participación en el gasoducto del Norte y la distribución en
Buenos Aires Norte (en este caso sólo el grupo Soldati).
Este reparto del negocio del gas tiene decisiva influencia en la estructura tarifaria. En principio, las tarifas, por el
pliego de condiciones de la venta, se encuentran atadas a la evolución del tipo de cambio (la "dolarización" tarifaria de
las empresas privatizadas es una constante para garantizar la rentabilidad de los compradores). En segundo lugar, la
división de una empresa integrada, como la ex Gas del Estado, determina un abultamiento de las tarifas por aumento de
los costos de intermediación (rentabilidad de los transportistas y de los distribuidores). En último término, al igual que
en el caso eléctrico, la privatización supone alterar el precio del gas, de modo de subsidiar el gran consumo industrial.
77
CUADRO Nº 39 a). El reparto del Estado- Gas
Gas
Gas del Estado - Distribución Gas del Estado-Transporte
Sector Grupo Ex Emp. Pub. Adquirente Nva. Emp.
Metrop. Pam-peana Litoral Bs. As.
Norte Sur N. Oeste Centro Cuyo Zona
Norte Zona Sur
Locales
Pérez Companc 25.00% 50.00% Techint 18% Astra 20.00% Macri 75.00% 75.00% Soldati 28.00% 18% Bunge y Born n.d. n.d. Alpargatas 20.00% Zorraquín 20.00% Bemberg 20.00% Cartellone 40.00% Invertrad 14.00% Manra 21.00%
Extranjeros Estados unidos 25%
Enron Pipeline 25% 25% Citicorp 39% Novacorp Internac.
Wartings
España Gas Natural 51.00% Iberdrola 20.00%
Italia Canuzzi Gasometri
n.d. n.d.
Italgas 25.00% 25.00%
Chile Gasco 40.00%
Gran Bretaña British Gas PLC 41.00%
Bélgica Tractebel 40.00%
En este sentido, las proyecciones de los consorcios adjudicatarios contemplan elevar la facturación de gas hacia
1994 en un 38% respecto de 1991, casi a U$S 3.000 millones. Sin embargo los metros cúbicos vendidos continuarán en
el nivel de 1991. En suma, la mayor facturación dependerá exclusivamente de la elevación de tarifas, y no de la mayor
oferta del servicio.
78
Las tarifas de gas en vigencia con la privatización implicaron convalidar y profundizar la tendencia seguida por el
gobierno de Menem, de presión sobre los usuarios domésticos e industriales de menor consumo, tal como se observa en
el Cuadro Nº 39 b ).
CUADRO Nº 39 b). Tarifas de gas natural
El monto percibido por el Estado, a cambio del negocio empresarial oligopólico, se puede observar en el Cuadro
Nº 39 c).
Ajustes reales (*) Entre junio de 1989 y marzo 1992 Consumidores domésticos (zona 1) Promedio en % Entre 0 y 60 metros cúbicos +605 60 a 250 metros cúbicos +405 250 a 600 metros cúbicos +137 Más de 600 metros cúbicos +130 Cargo fijo +202 Consumidores industriales (zona 1) Entre 0 y 200 metros cúbicos +98 Más de 200 metros cúbicos +73 Cargo fijo -46 (*) Ajustados según el promedio entre precios al consumidor y mayoristas a marzo de 1992. Fuente: Gustavo Calleja en base a publicaciones del INDEC, resoluciones de la Secretaría de Energía y el Ministerio de Economía Consumidor doméstico, Zona 1: incluye la provincia de Buenos Aires (menos Patagones, Vilarino, Bahía Blanca y Rosales), la Capital Federal, Entre Ríos, Santa Fe. Corrientes y Misiones. Consumidor industrial, Zona 1: comprende Capital Federal, y el Gran Buenos Aires. Aumentos en % para consumos Residenciales Grandes promedio tras la privatización industrias Capital Federal +5 -25 Gran Buenos Aires +4 -26 Litoral -4 -30 Cuyo +2 -25 Neuquén +152 +1 Tierra del Fuego(x) +294 -6 Santa Cruz (x) +182 +20 Chubut (x) +212 +8 (*) El incremento tarifario de estas tres provincias será compensado con un subsidio explícito del Teso- ro Nacional. Valor del M3- Peq. y Med. Ind. $ 0,109 Valor del M3- Gdes. Industrias $ 0,073 Fuente: Metro-Gas.
79
Es evidente que la privatización del gas, del mismo modo que lo ocurrido con la electricidad, define dos características centrales del proceso de remate del Estado, que poco o nada tiene que ver con lo declamado en ocasión de sancionarse en 1989, la Ley de Reforma del Estado.
CUADRO Nº 39 c). Monto percibido por la venta de Gas del Estado y mercado cautivo entregado
Usuarios Empresa Adjudicatario Monto en millones de dólares
Resid. en miles
Indust. en miles Efectivo Títulos de deuda* Pasivos
delegados Pasivos
transferidos
Transportadora de Enton Pipeline Company- 100 256.189 205 395 Gas del Sur S.A. Argentina S.A. (25%): (70%) Cía. Naviera Pérez Companc S. A. (25%): Citicorp Equily Investments S.A. (25%): Argentina Privale Development Trust Co. Ltd. (25%) Transportadora Novacorp International 28 182.222 38 70 de Gas del Norte S.A. (25%): Transcogas (70%) Inversora S.A. (36%): Warting S.A. (39%)
1.609 98 Distribuidora de British Gas (41%); Cía 44 256.021 62 110 Gas Metropolitana Naviera Pérez Companc S.A. (70%) (25%). Astra (20%) Invertrad (14%).
830 41 Distribuidora de Gas Natural (51%): Discogas 28 127.555 33 70 Gas Buenos Aires (28%); Manta (21%) Norte S.A. (70%)
548 40 Distribuidora de Camuzzi Gazometri SpA 18 217.407 Gas Pampeana S.A. (100%) Grupo CG (70%) Argentino S.A.
248 12 Distribuidora de Tractebel S.A. (40%): 14 89.606 13 25 Gas Litoral S.A. Iberdrola S.A. (20%); (90%) Garovagllo y Zorraquín S.A. (20%); Diecisiete de Abril S.A. (20%)
207 9 Distribuidora de Sideco Americana S.A. 18 120.0 7 30 Gas Centro S.A. (75%): Societá Italiana per (90%) 11 Gas SpA (25%)
182 9 Distribuidora de Sideco Americana S.A. 26 96.0 – – Gas Cuyana S.A. (75%); Societá Italiana (60%) per fl Gas SpA (25%)
173 9
Distribuidora de
J. Cartellone Construcciones
10
62.030
12
Gas Noroeste S.A. Civiles S.A. (40%); Banco (90%) Francés del Rio de la Plata S.A (20%); Cía de Consumidores de Gas de Santiago S.A. (10%)
208 32 Distribuidora de Camuzzi Gazometri 14 134.035 10 5 Gas del Sur S.A. Spa (100%) Grupo CG (90%) Argentino S.A.
4005 250 Total 300 1.541.065 380 730
* Equivalente en efectivo – Fuente: Subsecretaría de Privatizaciones.
80
• La rentabilidad empresaria se alcanza por elevación de tarifas y no por mejora en el servicio.
• En el caso de insumos industriales clavel, como la electricidad y el gas, el perfil tarifario apunta a subsidiar el gran
consumo a expensas de los consumidores chicos y medianos, con el consabido efecto concentrador en la economía,
máxime si se tiene presente que los consorcios adjudicatarios presentan, en su mayoría, un dispositivo empresarial
integrado –producción y distribución de insumos energéticos, vinculado a complejos industriales– que les facilita
suprimir a la competencia.
El Restante Reparto del Estado
Los Cuadros que continúan pretenden aproximar un reflejo de la división que sufrieron otros sectores de la
economía antes estatales.
CUADRO Nº 40 a). Teléfonos
Teléfonos
ENTEL
Sector Grupo Adquirente Ex Emp. Pub. Nva. Emp. Telecom Telefónica
Locales
Pérez Companc 25.00% 15.30% Techint 8.30% Soldati 5.20% Extranjeros Estados Unidos J.P. Morgan 10.00% Republic New York 1.30% Manufacturers Hanover Trust 3.30% Bank of New York 3.20% Southel Equity Corp. 4.00% Citicorp 20.00% España Telefónica 10.00% Banco Central de España 7.00% Banco Hispanoamericano 5.00% Italia Stet 32.50% Francia Cable et Radio 32.50% Diversos inversores extranjeros 17.40%
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Subsecretaría de Privatizaciones y otras publicaciones.
81
CUADRO Nº 40 b). Petroquímica
Petroquímica Sector
Grupo
Ex Emp. Pub.
Adquirente
Nva. Emp.
Polisur
Ipako
Petropol
Indupa
Induclor
Indupa
M. Vinílicos
Viniclor
Petroq. Rio III
Egerton
Indupa 100.00% 100.00% 100.00%
Zorraquin 100.00%
Bunge y Born 100.00% Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Subsecretaría de Privatizaciones y otras publicaciones.
CUADRO Nº 40 c). Siderurgia
Siderurgia Sector
Grupo
Ex Emp. Pub.
Adquirente
Nva. Emp.
Altos Hornos Zapla
Aceros Zapla
Somisa
Aceros Paraná
Locales
Techint 100.00%
Prensa 28.33%
Penfin 5.00%
Extranjeros
Estados Unidos
Citicorp 33.33%
Francia
Aubert Duval 14.00%
De Metallurgie Avancee 19.34%
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Subsecretaria de Privatizaciones y otras publicaciones.
82
CUADRO Nº 40 d). Ferrocarriles
Ferrocarriles
Ferrocarriles Argentinos
Sector Grupo Ex Emp. Pub. Adquirente Nva. Emp.
Ferroexpreso Pampeano
Nvo. Central Argentino Ferrosur Delta-Borges Mesopo-
támico
Locales Pérez Companc 8.00%
Techint 58.00% Soldati 20.00% 100.00% Pescarmona 71.25%
Fortabat 65.00% Alpargatas 17.50% 5.00%
Acindar 10.00% Eaca n.d. Aceitera Gral. Deheza 61.50% Asoc. Cooperativas Argentinas 21.00% 5.00% Decavial 5.00% Petroquímica Cdro.Rivadavia 10.00%
Olmatic 12.50% Petersen, Thiele y Cruz 6.25%
Alesia 10.00% Extranjeros
Estados Unidos Iowa Interstate Railroad n.d. Chase Manhattan n.d.
Montana Rail Link operadores Anacostia Pacific operadores
RaiIroad Development Corp. operadores Consolidated Rail Corp. operadores
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Subsecretaria de Privatizaciones y otras publicaciones.
83
Producido del Remate del Estado 90- 92 y Principales Beneficiarios
Los Cuadros que continúan [Nº 41 a), 41 b), 41 c) y 41 d)] detallan las privatizaciones concluidas entre 1990 y 1992 y los fondos generados por las mismas así como los principales beneficiarios (Cuadro Nº 42).
CUADRO Nº 41 a). Privatizaciones. Unidades de negocio y empresas transferidas al sector privado
1990 1991 1992 Total
Empresas/ Unidades de negocio vendidas 6 2 25 33 Servicios/ Empresas dados en concesión 3 7 9 19 Petróleo: Concesiones 37 22 27 86 Contratos de asociación 5 4 9 Venta de acciones de empresa privatizada 1 1 2 Ingresos (en millones de dólares) En efectivo 790,5 1.892,5 2.658.9 5.341.9 En títulos de deuda 6.740,2* 12,0* 41.8* 6.794.0 2.633.8** 2.633.8**
* Valor nominal ** Equivalente en efectivo. Fuente: Subsecretaría de Privatizaciones.
CUADRO Nº 41 b). Privatizaciones concluidas en 1990 Año 1990 Monto en millones de U$S
Mes Secto r/Empresa Tipo de Transferencia Efectivo Títulos de deuda
Enero Canales de televisión – LS 84 Canal 11 Concesión 15 años 8,2 – LS 85 Canal 13 Concesión 15 años 5.7 Septiembre Caminos Concesión de 10.000 km de rutas nacionales 100 por año Octubre Petroquímicas: – Polisur Venta (30%) 14,1 41 – Petropol Venta (30%) 4,5 12,1* – Induclor Venta (30%) 17,8 50,6* – Monómeros vinílicos Venta (30%) 9,3 26,5* Subsecretaría de Concesión de 28 áreas 241,1 Combustibles marginales CPI 1/9 0 Noviembre
Entel
Venta del 60%
214
5.000 *
Aerolíneas Argentinas Venta del 85%. 260 1.610 * Posteriormente el porcentaje se redujo El Estado posee el 43%
Incluye OPTAR y el
55% del capital social de
Buenos Aires Catering. S.A.
Subsecretaría de Concesión de 9 áreas
15,8
Combustibles marginales CPI 2/90 Empresas vendidas: 6 Servicios/Empresas dados en concesión: 3 Petróleo: concesiones: 37 Total de ingresos: –En efectivo: 790,5 millones de dólares –En títulos de deuda: 6.740.2 millones de dólares*
*Valor nominal Fuente: Subsecretaría de Privatizaciones.
84
CUADRO Nº 41 c). Privatizaciones concluidas en 1991
Año 1991 Monto en millones de U$S
Mes Sector/Empresa Tipo de Transferencia Efectivo Títulos de deuda
Febrero Estaciones de radio Concesión de 6 radios
Mayo Hotel Llao-Llao Venta 3,7 12*
Junio UPF S.A. Contratos de asociación en 4 áreas
centrales (Puesto
Hernández, Vizcacheras, El Huemul,
Tordillo) 50%
560,1
Agosto Subsecretaria de
Combustibles
Concesión de 22 áreas
marginales CPI 1/91
140,5
Octubre YPF S.A. Ampliación de la
participación privada en las cuatro áreas centrales
precedentes (Dcto. 1727/91)
243,4
Noviembre Ferrocarriles Concesión del Ramal Rosario -Bahía
Blanca (5.287 km)
Diciembre Entel Venta de acciones de
Telefónica Argentina (30%)
830
YPF S.A. Contrato de Asociación área central
Santa Cruz I (Cuenta Austral)
55
Tandanor (Talleres Navales)
Venta 59.8
Empresas vendidas: 2 Servicios/Empresas dados en concesión: 7 Petróleo: concesiones: 22, contratos de asociación 5 Venta de acciones de empresa privatizada: Total de ingresos: –En efectivo: 1892.5 millones de dólares –En títulos de deuda: 12,0 millones de dólares
* Valor nominal.
Fuente: Subsecretaría de Privatizaciones