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La etapa neopúnica
en Hispania y el Mediterráneo
centro occidental: identidades compartidas
ISBN 978-84-472-1471-6
El fenómeno de la romanización de Hispania y de buena parte del Mediterráneo centro-occidental ha sido interpretado hasta hace no demasiado tiempo con una excesiva rigidez y sin apenas matices, sobre todo si tenemos en cuenta el dilatado marco cronológico en el que se integra este proceso, entre los años fi nales del siglo III a.C. y la época fl avia. No obs-tante, la atención prestada en los últimos años a aspectos tan modestos como interesantes de la vida cotidiana, de las costumbres religiosas, de los ritos funerarios, del mantenimiento de las lenguas vernáculas, especialmente la fenicia, que ponen de manifi esto los grafi tos tardopúnicos sobre cerámicas itálicas, contrasta con las manifestaciones, muchas veces más aparentes que reales, de las aristocracias locales, cuyo interés por adoptar ciertas formas y modos de vida romanos es, en los primeros momentos de la presencia romana, fruto de un claro oportunismo político.
Diferentes sustratos y adstratos se funden y confunden en los territorios hispanos y de buena parte del Occidente mediterráneo donde la antigua presencia fenicio-púnica había dejado una profunda huella, cuyo reconocimiento e interpretación está plagado de matices y, en muchos casos también, de posturas encontradas que no hacen otra cosa que enriquecer el debate científi co.
BARTOLOMÉ MORA SERRANO GONZALO CRUZ ANDREOTTI
(coordinadores)
Listado de autores
Manuel Bendala Galán
Manuel Álvarez Martí-Aguilar
Eduardo Ferrer Albelda
Martín Almagro-Gorbea
José Ángel Zamora López
José Luis López Castro
Juan A. Belmonte Marín
Mercedes Oria Segura
Estíbaliz Ortiz de Urbina Álava
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Antonio M. Sáez Romero
José Juan Díaz Rodríguez
Fernando Prados Martínez
Ángel Muñoz Vicente
Iván García Jiménez
Pierre Moret
Víctor Martínez Hahnmüller
Alejandro Pérez-Malumbres Landa
Ana Arancibia Román
Cristina Chacón Mohedano
Bartolomé Mora Serrano
Ana Margarida Arruda
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Josephine Crawley Quinn
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Centro de EstudiosFenicios y Púnicos
La etapa neopúnica en Hispania y el Mediterráneo centro occidental:
identidades compartidas
Bartolomé Mora Serrano Gonzalo Cruz Andreotti
(coordinadores)
SEVILLA 2012
Serie: Historia y GeografíaNúm.: 246
Motivo de cubierta: Pebetero de Malaka
Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o me-cánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier almacena-miento de información y sistema de recuperación, sin permiso escrito del Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla.
© SECRETARIADO DE PUBLICACIONES DE LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA 2012 Porvenir, 27 - 41013 Sevilla. Tlfs.: 954 487 447; 954 487 451; Fax: 954 487 443 Correo electrónico: [email protected] Web: http://www.publius.us.es
© BARTOLOMé MORA SERRANO y GONzALO CRUz ANDREOTTI (coordinadores) 2012
© Por los textos, sus autores 2012
Impreso en papel ecológico Impreso en España-Printed in Spain
ISBN: 978-84-472-1471-6 Depósito Legal: SE 4685-2012 Impresión: Ulzama Digital
Comité editorial:Antonio Caballos Rufino (Director del Secretariado de Publicaciones)
Carmen Barroso CastroJaime Domínguez AbascalJosé Luis Escacena CarrascoEnrique Figueroa ClementeMª Pilar Malet MaennerInés Mª Martín LacaveAntonio Merchán ÁlvarezCarmen de Mora ValcárcelMª del Carmen Osuna FernándezJuan José Sendra Salas
Esta edición ha contado con la colaboración financiera del Proyecto de Investigación “La construcción y evolución de las entidades étnicas en Andalucía en la Antigüedad (siglos VII a.C-II d.C.)” (HUM-03482), in-tegrándose dentro de sus objetivos y difusión, de la Acción Complementaria del anterior Ministerio de Ciencia e Innovación (HAR2011-12353-E), y del Centro de Estudios Fenicios y Púnicos (CEFYP).
Centro de EstudiosFenicios y Púnicos
índice
PRESENTACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
ELEMENTOS CULTURALES NEOPÚNICOS EN LA HISPANIA ANTIGUA: HISTORIA E HISTORIOGRAFÍA DE UN ENCUENTRO . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
NEOPUNIC CULTURAL ELEMENTS IN ANCIENT HISPANIA: HISTORY AND HISTORIOGRAPHY OF AN ENCOUNTERManuel Bendala Galán
TURDETANIA FENICIA: PASADO Y PRESTIGIO EN EL OCCIDENTE ROMANO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
PHOENICIAN TURDETANIA: PAST AND PRESTIGE IN THE ROMAN WESTManuel Álvarez Martí-Aguilar
UN FENICIO APÓCRIFO DE ÉPOCA ROMANA: POMPONIO MELA . . . . . . . 59AN APROCRYPHAL PHOENICIAN OF ROMAN TIMES: POMPONIUS MELA
Eduardo Ferrer Albelda
EL ‘CÍRCULO DE GADIR’ Y EL FINAL DE LA LITERATURA HISPANO-FENICIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
THE ‘CIRCLE OF GADIR’ AND THE END OF THE HISPANO- PHOENICIAN LITERATUREMartín Almagro-Gorbea
LA ESCRITURA EN EL PERIODO PÚNICO TARDÍO: LA EPIGRAFÍA NEOPÚNICA COMO PRODUCTO HISTÓRICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
WRITING IN THE LATE-PUNIC PERIOD: THE NEOPUNIC EPIGRAPHY AS HISTORICAL PRODUCTJosé Ángel Zamora López
PERVIVENCIAS DE LA ANTROPONIMIA FENICIA EN ÉPOCA ROMANA EN LA PENÍNSULA IBÉRICA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141
PERVIVENCES OF PHOENICIAN ANTHROPONYMY IN ROMAN TIMES IN THE IBERIAN PENINSULAJosé L . López Castro y Juan A . Belmonte Marín
ELEMENTOS FENICIO-PÚNICOS EN LA RELIGIÓN ROMANA DE HISPANIA: UNA CUESTIÓN A DEBATE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165
PHOENICIAN-PUNIC ELEMENTS IN THE ROMAN RELIGION OF HISPANIA: A MATTER OF DEBATEMercedes Oria Segura
LA EVOLUCIÓN POLÍTICA DE LAS CIUDADES DE TRADICIÓN FENICIO-PÚNICA BAJO LA DOMINACIÓN ROMANA (II A .C .-I D .C .) . . 191
POLITICAL DEVELOPMENT IN THE CITIES OF PHOENICIAN-PUNIC TRADITION UNDER ROMAN RULE (II B .C .-I A .D .)Estíbaliz Ortiz de Urbina Álava
PERDURACIONES Y CAMBIOS EN LAS PRODUCCIONES CERÁMICAS TARDOPÚNICAS EN EL EXTREMO OCCIDENTE MEDITERRÁNEO . . . 223
PERSISTENCE AND CHANGE IN THE LATE PUNIC POTTERY PRODUCTIONS OF THE MEDITERRANEAN FAR WESTJoan Ramon Torres
ENTRE TIERRA Y MAR, ENTRE LO PÚNICO Y LO ROMANO . ADAPTACIONES ECONÓMICAS Y TERRITORIALES EN UN MEDIO CAMBIANTE: ALGUNAS NOTAS SOBRE PALEOGEOGRAFÍA Y SISTEMAS DE EXPLOTACIÓN DEL HINTERLAND INSULAR DE GADIR/GADes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 259
BETWEEN LAND AND SEA, BETWEEN PUNIC AND ROMAN .ECONOMIC AND TERRITORIAL ADAPTATIONS IN A CHANGING ENVIRONMENT: REMARkS ON PALEOGEOGRAPHY AND EXPLOITATION PATTERNS IN THE INSULAR HINTERLAND OF GADIR/GADESAntonio M . Sáez Romero y José Juan Díaz Rodríguez
BAJAR AL MAR Y . . . ¿HACERSE ROMANO? DE LA SILLA DEL PAPA A BAelo ClAuDIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 301
COME DOWN TO THE SEA AND . . . BECOME A ROMAN? FROM THE sIllA Del PAPA TO BAelo ClAuDIAFernando Prados Martínez, Ángel Muñoz Vicente, Iván García Jiménez y Pierre Moret
DE LA BARIA FENICIA A LA BARIA ROMANA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 331FROM THE PHOENICIAN BARIA TO THE ROMAN BARIA
José Luis López Castro y Víctor Martínez Hahnmüller
CONTEXTOS COMERCIALES DE LA TRANSICIÓN DE LA MAlAKA FENICIA A LA ROMANA EN LOS SOLARES DE CALLE GRANADA, 57-61 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 361
COMMERCIAL CONTEXTS OF THE TRANSITION FROM PUNIC TO ROMAN MAlAKA IN GRANADA STREET , 57-61Alejandro Pérez-Malumbres Landa
NUEVOS DATOS SOBRE LA PRODUCCIÓN ANFÓRICA TARDOPÚNICA EN MAlACA: EL SECTOR ALFARERO DE LA MARGEN DERECHA DEL RÍO GUADALMEDINA (AVDA . JUAN XXIII) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 391
NEW DATA ABOUT THE LATE PUNIC POTTERY PRODUCTIONS IN MAlACA: THE SECTOR OF THE RIGHT BANk OF THE RIVER GUADALMEDINA (AVENIDA JUAN XXIII)Ana Arancibia Román, Cristina Chacón Mohedano y Bartolomé Mora Serrano
O ALGARVE NA ROTA ATLÂNTICA DO COMÉRCIO ROMANO . . . . . . . . . . . 413THE ALGARVE AND THE ROMAN ATLANTIC ROUTE
Ana Margarida Arruda
NORD AFRICA E PENISOLA IBERICA: LE MONETAZIONI AUTONOME DAL III SEC . A .C . AL I SEC . D .C . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 425
NORTH AFRICA AND THE IBERIAN PENINSULA: THE AUTONOMOUS COINAGE FROM THE THIRD CENTURY A .D . TO THE FIRST CENTURY A .D .L .-I .Manfredi
FENICIOS ILUSORIOS EN EL MEDITERRÁNEO CENTRAL . . . . . . . . . . . . . . . . . 449PHANTOM PHOENICIANS IN THE CENTRAL MEDITERRANEAN
Josephine Crawley Quinn
o ALGARVE NA RoTA ATLÂNTICA do CoMéRCIo RoMANo
Ana Margarida Arruda*
RESUMo: As importações de produtos alimentares envasados em ânforas que, com origem na área de Cádis e sobretudo no vale do Guadalquivir, chegaram ao Algarve durante os últimos anos da República e na dinastia Julio-Claudia são abundantes. Mas este abastecimento não representa uma novidade, nem no tipo de produtos, nem, em boa medida, no que diz respeito aos centros exportadores. De facto, a relação entre o território algarvio e a região do sul da actual Andaluzia foi sempre privilegiada, pelo menos desde a Idade do Ferro, tudo indicando que o Al-garve constituiu bem mais do que apenas um ponto, ainda que de referência, na chamada rota atlântica usada para o abastecimento dos exércitos estabelecidos na fachada ocidental da Península Ibérica, durante a República, e na Britânia, no reinado de Cláudio.
PALABRAS CLAVE: Rota Atlântica, Ânforas,Algarve coast, Baía de Cádis.
THE ALGARVE ANd THE RoMAN ATLANTIC RoUTE
ABSTRACT: The south Hispanic amphoras (gaditanian and from the Guadalquivir valley) presents in the Algar-ve sites are very numerous during the last years of the Republic and the Julio-Claudia dynasty. But this supply is not new, neither in the type of the products neither in the exporting centers. In fact, the relationship between the Algarve coast territory and the south of Andaluzia had been always privileged, at least since the Iron Age. It seems that the Algarve was much more than just a point, even an important one, in the so called Atlantic route used to supply the roman army set out in the western facade of the Iberian Peninsula, during the Republic, and in Britain, in the reign of Claudius.
KEY WoRdS: Atlantic route, Amphoras, Algarve, Cádiz bay.
1. INTRodUÇÃo
A navegação no Atlântico europeu, em geral, e peninsular, em particular, é antiga, estando pro-vada desde, pelo menos, o Neolítico, ainda que em modalidades náuticas que desconhecemos na sua quase na totalidade e cuja dimensão também nos está vedada. Para a Idade do Bronze ela é incontes-tável, estando documentada quer na iconografia quer em naufrágios, bem como ainda na distribui-ção geográfica de um bom número de espólios. A internacionalização do Bronze Final do actual ter-ritório português, que evidencia contactos estreitos com áreas do Mediterrâneo Oriental e Central, assim como com a Bretanha francesa e talvez mesmo com as ilhas britânicas, é inquestionável1 e foi em grande parte, e quase seguramente, conseguida pela via marítima.
* [email protected]. UNIARQ-Centro de Arqueologia da Universidade de Lisboa. Faculdade de Letras. Universidade de Lisboa. Alameda da Universidade. P-1600-214 Lisboa.
1 ARRUDA, A.M. (2008); VILAçA, R. (2008).
414 Ana Margarida Arruda
importantes para justificar percursos, apesar de tudo, longos e que apresentavam, ainda assim, consideráveis dificuldades5.
Este movimento ao longo da costa portu-guesa, que se consubstanciou em importações de produtos manufacturados e alimentares en-vasados em ânforas6, e que evidencia um intenso contacto entre o Mediterrâneo e o Atlântico, foi sequencial no Algarve, e permaneceu intocável no sul do território actualmente português, a partir do final do século VIII a.n.e. E, a partir do século VI, Gádir ganha um protagonismo con-siderável nesses contactos, tornando-se a área exportadora por excelência, para o território al-garvio, parecendo que o Algarve se constituiu, entre a 2ª metade do século V e os alvores da ro-manização, uma extensão da Turdetânia7.
A costa ocidental, contudo, parece ter-se desvinculado da Andalusia, em geral, e da área do Estreito, em particular. De facto, os espólios que habitualmente estão presentes nos sítios que integram o âmbito gaditano, ou o mundo tur-detano, como as ânforas Mañá Pascual A4, e de tipo Tiñosa, os vasos decorados com linhas con-cêntricas e ziguezagueantes, os pratos de peixe pintados com linhas concêntricas, a cerâmica de tipo Kouass, frequentíssimos nos sítios da cos-ta Sul, estão praticamente ausentes do conteú-do dos inventários portugueses dos estuários do Sado, Tejo e Mondego. A própria cerâmica ática dos séculos V e IV a.n.e., sempre tão abundante nos sítios da Andaluzia Ocidental e no próprio Algarve, é rara em contextos de habitat no lito-ral ocidental.
Por outro lado, parece importante lembrar neste âmbito que é nos finais do século VI a.n.e. que Abul é abandonado8, e que a ocupação de
Mas a frequência das costas atlânticas penin-sulares por populações mediterrâneas tornou-se sistemática, intensa e regular desde o início da Idade do Ferro, quando os colonos fenícios ins-talados na área do Estreito de Gibraltar viajaram para Oeste, contornaram o cabo de S. Vicente e alcançaram o litoral ocidental português.
Deste movimento marítimo existem abun-dantes testemunhos arqueológicos, quer na costa sul quer na ocidental, que comprovam não apenas as viagens, como também a própria instalação em povoados indígenase mesmo a fundação de coló-nias, como é o caso de Abul e de Santa Olaia2.
Aos dados arqueológicos podem acrescen-tar-se as referências das fontes clássicas, concre-tamente de Estrabão3 e do Périplo de Himilcão, bem como de outros dados de que Avieno e Plí-nio se serviram, como é o caso das viagens de Ti-meu e de Píteas.
Se poderia parecer que estas viagens seriam particularmente difíceis por condições maríti-mas e meteorológicas particularmente adver-sas (nortada, ondas altas, neblinas), a verdade é que estudos de carbono 13, levados a efeito há poucos anos, demonstraram que os fenómenos de upwelling, responsáveis pela instabilidade marítima e meteorológica, só terão tido início em torno da mudança da Era4. Assim, viajar no Atlântico não obrigaria a quaisquer especificida-des náuticas, e as técnicas que eram praticadas no Mediterrâneo serviram, aparentemente tam-bém, para cruzar o mar aberto. Tal facto pode ajudar a compreender a intensidade dos contac-tos estabelecidos entre o Mediterrâneo e a costa ocidental peninsular durante a 1ª metade do I milénio a.n.e, ainda que os recursos disponíveis fossem, por si só, incentivos suficientemente
2 ARRUDA, A.M. (1999-2000) y (2005).3 III 5, 11.4 SOARES, A. M. (2004).5 ID. (1999-2000); ARRUDA, A. M. e VILAçA, R. (2006).6 ARRUDA, A. M. (1999-2000).7 Ibid .; ARRUDA, A. M. (2005); SOUSA, E. e ARRUDA, A. M. (2010).8 MAYET, F. e SILVA, C. T. (1993), (1997) y (2000).
O Algarve na rota atlântica... 415
dica que a Península Ibérica sofreu em meados do milénio uma evidente regionalização, assis-tindo-se então a uma pluralidade e diversidade de situações que contrasta com a uniformização e unicidade anteriores. é o momento da criação dos mundos Ibéricos e Turdetanos e do que se desenvolveu no litoral ocidental português.
Como já houve oportunidade de referir anteriormente, no Algarve, porém, não parece existir qualquer tipo de ruptura ao longo da Ida-de do Ferro e a continuidade é também evidente na passagem desta última para a época romana.
2. dA IdAdE do FERRo À éPoCA RoMANA No ALGARVE
Escavações arqueológicas levadas a efeito em alguns sítios localizados na orla costeira al-garvia, como Castro Marim, Faro, Cerro da Ro-cha Branca (Silves) e Monte Molião (Lagos), permitiram reconhecer uma clara continuidade entre a Idade do Ferro e a época romana ao nível das importações mediterrâneas. A ligação à Tur-detânia, na segunda metade do 1º milénio a.n.e., é assinalável e está materializada em numerosas importações provenientes da área gaditana, en-tre as quais se contam a cerâmica de tipo Kuass dos séculos IV e III de Castro Marim16, Faro17, Tavira18, Rocha Branca19, Monte Molião20 e as ânforas fabricadas na baía e na «campiña», con-cretamente os tipos Mañá Pascual A4, nas suas variantes mais evolucionadas, B/C e D de Pelli-cer e Tiñosa, presentes em Castro Marim21, Fa-
Santa Olaia parece terminar em torno aos finais do século V a.n.e.9.
Assim, todos os dados parecem conjugar-se no sentido de poder defender-se que o litoral ocidental se afasta, a partir dos finais do século VI a.n.e. e até à chegada dos exércitos romanos, da koiné orientalizante que toca todo o sul pe-ninsular10. Esse afastamento ganha ainda maior dimensão quando se verifica que os sítios colo-niais fundados de raiz, como Abul e Santa Olaia, são abandonados11. Sendo certo que os contactos com essa Koiné não cessam por completo, tudo indica porém que esmorecem consideravelmen-te e deixam de justificar a instalação permanente de fenícios naqueles territórios12. Ao contrário do que se verifica no Algarve, o litoral ociden-tal desvinculou-se, a partir do século V a.n.e., da área gaditana. Muito possivelmente, a actividade comercial com os estuários do Sado, Tejo e Mon-dego deixou de justificar os investimentos que as viagens marítimas para norte do Promontorium sacrum implicavam, obrigando ao encerramen-to dos centros reguladores dessa actividade, não sendo impossível chamar à colação, neste con-texto, a chamada crise do século VI a.n.e.13.
O estudo recente de conjuntos numerosos de materiais provenientes da área de Lisboa, concretamente da Rua dos Correeiros, datados entre os séculos V e IV a.n.e., tornou ainda mais nítida esta realidade14. Na foz do Tejo, é quase total ausência de produtos gaditanos, quer de ânforas quer de cerâmica de mesa na segunda metade do 1º milénio a.n.e.15. Assim, tudo in-
9 PEREIRA, I. (1997); ARRUDA, A. M. (1999-2000).10 ARRUDA, A. M. (1999-2000) e (2005).11 Ibid.12 Ibid .13 Ibid .14 SOUSA, E. (2011).15 Ibid .16 ARRUDA, A. M. (1997) e (2005); SOUSA, E. (2009).17 Ibid .18 MAIA, M. (2007).19 GOMES, M. V. (1993).20 ARRUDA, A. M. et al. (2008); ARRUDA, A. M. et al., no prelo.21 ARRUDA, A. M. (1999-2000), (2000), (2001), (2003) e (2005); ARRUDA, A. M. et al. (2006).
416 Ana Margarida Arruda
micas e elementos ferruginosos28. As tonalida-des das pastas variam entre o beje alranjado e o amarelado. Estas especificidades físicas permiti-ram atribuir a estas cerâmicas uma proveniência na área de Cádis29.
Os dados obtidos através da análise dos es-pólios de Castro Marim, Faro e Monte Molião evidenciam uma quantidade verdadeiramente surpreendente de importações da área de Cá-dis entre o último quartel do séc. IV e o séc. III a.n.e., quer ao nível dos produtos alimentares, envasados em ânforas, quer no que diz respei-to às cerâmicas de mesa ou de uso comum, si-tuação que já foi interpretada «…no quadro de umas relações comerciais de tipo instituicional, em que Gadir assumiria a capitalidade da hipo-tética Liga púnico-gaditana, ou através de uma
ro22, Cerro da Rocha Branca23, Monte Molião24 e talvez em Tavira25. Os pratos de peixe pintados em bandas concêntricas e os vasos pintados com espirais e linhas ziguezagueantes de Castro Ma-rim26 testemunham também a ligação ao que se convencionou chamar de mundo turdetano e/ou gaditano.
Mais impressionante ainda são as quantida-des de cerâmica comum que apresentam caracte-rísticas que fazem supor uma origem gaditana27. O estudo que foi concretizado para Castro Ma-rim, Monte Molião e Faro evidenciou que 75% da cerâmica de uso comum presente no primei-ro dos sítios, 78% no segundo e 70 % no último possuem pastas que se assemelham entre si, sen-do porosas, bem depuradas, tendo sido possível a identificação de calcites, plagioclase, quartzos,
Fig. 1. Os sítios algarvios citados no texto
22 ARRUDA, A. M., SOUSA, E. e BARGãO, P. (2005); SOUSA, E. (2009).23 GOMES, M. V. (1993).24 ARRUDA, A. M. et al. (2008); ARRUDA, A. M. et al., no prelo.25 MAIA, M. (2007).26 ARRUDA, A. M. (1997), (2000), (2001) e (2005).27 SOUSA, E. e ARRUDA, A. M. (2010).28 Ibid .: 966, 967.29 Ibid.
O Algarve na rota atlântica... 417
mantendo-se a relação privilegiada com a região de Cádis.
Em Monte Molião, recuperaram-se, da fase mais antiga do período romano-republicano, ânforas de tipo Maña C2 (7.4.3.2., de Ramon Torres), CC.NN (série 9 de Ramon Torres) e
colonização gaditana dos territórios a Ocidente do Guadiana30 .
Nos sítios algarvios, a entrada no século II a.n.e. não implicou o fim de uma ligação estabe-lecida cerca de cinco séculos antes. Nos últimos decénios, as importações continuaram a chegar,
Fig. 2. O conjunto cerâmico dos níveis pré-romanos de Castro Marim, de acordo com a origem. Segundo, Sousa e Arruda, 2010
Fig. 3. O conjunto cerâmico dos níveis pré-romanos de Faro, de acordo com a origem. Segundo, Sousa e Arruda, 2010
30 Ibid .: 972.
418 Ana Margarida Arruda
de paredes finas (forma II de Mayet) e alguma cerâmica comum32.
Em Castro Marim, este mesmo momento foi identificado nos trabalhos de acompanha-mento das obras de requalificação do Forte de S. Sebastião33, estando materializado em fragmen-tos de cerâmica Campaniense A, que neste caso é exclusiva, (formas 5/7, 27, 31 e 55 de Lam-boglia), de cerâmica de tipo Kuass (formas II e IX-A, de Niveau), de cerâmica de paredes finas (forma 1/2 e 2, de Mayet), kalathos, e ânforas gaditanas (Castro Marim 1, Maña Pascual A4, Mañá C2, 9.1.1.1.) e itálicas (Dressel 1)34.
Em Faro, existem espólios provenientes das escavações no Museu Lapidar Infante D. Hen-rique que indicam que também aí existiram ní-veis do século II a.n.e.35, ainda que, neste caso, os dados estratigráficos não tenham permitido estabelecer uma sequência cronológica clara. De qualquer forma, deve notar-se a presença de ânforas itálicas (Greco-itálicas, Dressel 1, e
Mañá Pascual A4, concretamente da série 12 de Ramon Torres (12.1.1.1 e 12.1.1.2.) e cerâmica de tipo Kuass, representada pelos pratos de peixe da forma II de Niveau de Villerdary y Marinas e pelas taças da forma IXa da mesma tipologia, todos produtos com origem na área de Cádis31.
é ainda durante o século II a.n.e. que se ini-cia a importação de produtos itálicos, importa-ção essa que, muito provavelmente, terá acon-tecido também através do mesmo porto. Com efeito, se é verdade que o vinho, a cerâmica de mesa, como a campaniense, e as paredes finas, e mesmo alguma cerâmica comum têm uma ori-gem italiana, esses produtos chegaram acompa-nhados por outros de inegável origem hispânica, como é o caso dos preparados de peixe envasa-dos em ânforas, da cerâmica de tipo Kuass, am-bos gaditanos e até dos Kalathos ibéricos. Mas recolheram-se igualmente produtos itálicos, concretamente, ânforas greco-itálicas e Dressel 1, cerâmica campaniense A, B e calena, cerâmica
Fig. 4. O conjunto cerâmico dos níveis pré-romanos de Monte Molião, de acordo com a origem. Segundo, Sousa e Arruda, 2010
31 SOUSA, E. e SERRA, M. (2005); ARRUDA, A. M. et al . (2008); SOUSA, E. (2010).32 SOUSA, E. e SERRA, M. (2005); ARRUDA, A. M. et al . (2008).33 ARRUDA, A. M. e PEREIRA, I. (2008).34 Ibid.35 VIEGAS, C. (2008) e (2011).
O Algarve na rota atlântica... 419
de Mayet. Tais espólios permitiram avançar com uma cronologia de circa 80/50 a.n.e.37.
Uma fase tardo-republicana está igualmen-te presente no sítio do Barlavento38, bem como, aliás, em Castro Marim39 e em Faro40. Tal fase está documentada por espólios característicos das últimas décadas do milénio anterior à vira-gem da Era, como é o caso das ânforas e da ce-râmica de mesa. Mas as ânforas vinárias italia-nas, concretamente as que podem incluir-se nos tipos Dressel 1 são já residuais, bem como ali-ás as oleárias da região de Brindisi, e mesmo as produzidas no Norte de África (algumas Mañá C2 e tripolitanas Antigas). O que domina são por um lado produtos oriundos da Ulterior, que em castro Marim representam 96,4%, e, por ou-tro, os preparados piscícolas. De facto, embora os contentores oleários estejam presentes, sob a forma das características ovóides tardo republi-canas, e os vinários, concretamente as Haltern 70, as ânforas de preparados de peixe parecem
Lamboglia 2) e gaditanas (Mañá C2, CC.NN., Mañá Pacual A4 e Castro Marim 1), bem como a abundância de cerâmica campaniense A, das formas Lamboglia 27, 28, 31, 33, 36, 5536.
A ocupação romano-republicana do Algarve do século I a.n.e. está também consubstanciada nos mesmos sítios, através de importações ain-da itálicas, mas, na segunda metade do mesmo século, maioritariamente, originárias da futura província da Bética, pelo menos ao nível dos produtos alimentares envasados em ânforas.
No caso de Monte Molião, e no que diz res-peito às ânforas, deve destacar-se que as greco-itá-licas desaparecem dos inventários, que as Dressel 1 se constituem como o único contentor vinário, que as Mañá C2 são agora exclusivamente gadita-nas e que as CC.NN inexistem. Por outro lado, relativamente à cerâmica fina, refira-se que a cam-paniense é agora predominantemente B e Cale-na e os típicos copos de paredes finas, da forma II da fase mais antiga, dão lugar às formas III e VIII
Fig. 5. As ânforas romano-republicanas de Castro Marim, de acordo com as áreas de produção e conteúdos. Segundo Viegas, 2011
36 Ibid.37 ARRUDA, A. M. e PEREIRA, I. (2008).38 ARRUDA, A. M. et al. (2008).39 ARRUDA, A. M. et al. (2006); VIEGAS, C. (2011).40 VIEGAS, C. (2008) e (2011).
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Estas últimas, quer as de morfologia julio/cláudia quer flávia e antonina, são muito abun-dantes em Monte Molião, sítio onde também impressiona o número de Haltern 70, em níveis que puderam associar-se aos finais do milénio an-terior, mas também e sobretudo, nos que foram datados de época augustana e mesmo Flávia42.
As Haltern 70 são também numerosas no Castelo de Castro Marim, sobretudo em estra-tos de cronologia Júlio/Cláudia (49%), bem como em Faro (34%), onde se registam também em época flávia, ainda que em menor número43. Ainda em Faro, as Dressel 20 (19,5%) integram-se em modelos que abarcam um longo período de tempo, concretamente entre as fases iniciais da produção e o século II44.
Os preparados de peixe gaditanos foram trazi-dos em ânforas dos tipos 7/11 e 14 de Dressel e IIA e IIB de Beltran, que surgem em grandes quantida-des em Monte Molião e em Faro, sítio onde repre-sentam 21,2%, 5,1% e 16,1%4, respectivamente45.
representar a mais significativa expressão das importações, quer através de modelos anfóricos de tradição punicizante (Mañá Pascual A4 D de Pellicer, Castro Marim 1, Mañá C2, 9.1.1.1), quer através de formas romanizadas (Classe 67, Dressel 12; 7/11)41.
Mas ao nível das cerâmicas chamadas finas, as importações itálicas são em grande número. A cerâmica campaniense é, esmagadoramente, de produção calena (formas 1, 2, 5, 5-7), e a ce-râmica de paredes finas está representada, sobre-tudo, pelas formas III e VIII.
Nos sítios do litoral algarvio, e durante o Alto Império, as importações anfóricas são qua-se exclusivamente béticas, à excepção de raros fragmentos originários da Lusitânia. São tam-bém, e uma vez mais, maioritariamente de pre-parados de peixe, mas o vinho está presente, en-vasado em ânforas de tipo Dressel 28 e Hatern 70, e o azeite chegou dentro de Haltern 71, pri-meiro, e Dressel 20, depois.
Fig. 6. As ânforas romano-republicanas de Faro, de acordo com as áreas de produção e conteúdos. Segundo Viegas, 2011
41 ARRUDA, A. M. et al. (2006); VIEGAS, C. (2011).42 ARRUDA, A. M. et al . (2006).43 VIEGAS, C. (2011).44 Ibid .45 Ibid.
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tern 70 (10,6%), com morfologias que apontam para a época de Claúdio e o reinado dos Flávios, Dressel 20 (5,7%) quer de Augusto/Tibério quer Flávias e Antoninas, Dressel 28 (0,4%) e ainda Dressel 7/11 (4,5%), Dressel 14 (3,7%) e Beltran IIA e B (21%)46.
Quanto a Balsa, que não teve ocupação repu-blicana, e no que se refere ao Alto Império, as ân-foras italianas são raras, e resumem-se a escassos exemplares do tipo Dressel 2/4 (0,8%) (Fabião, 1994, Viegas, 2011). Da Bética chegaram tam-bém Dressel 2/4 (2%), Dressel 28 (0,4%), Hal-
Fig. 7. As ânforas do Alto império de Faro, de acordo com as áreas de produção e conteúdos. Segundo Viegas, 2011
Fig. 8. As ânforas do Alto império em Faro, de acordo com as áreas de produção. Segundo Viegas, 2011
46 Ibid.
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ter sido usado em ambas situações. Os abasteci-mentos aos sítios algarvios foram assim, muito provavelmente, completamente independentes das fases da conquista das províncias ociden-tais, e teriam tido certamente lugar, mesmo que essa conquista não tivesse em parte coincidido com eles.
Por outro lado, os muitos milhares de frag-mentos de cerâmicas itálicas e gaditanas recu-perados em Monte Molião (Lagos), em Castro Marim e em Faro evidenciam a sua total integra-ção no mundo provincial romano a partir dos últimos dois séculos do 1º milénio a.n.e., como antes, entre o século V e o século II, pertence-riam à Turdetânia.
Explicar a presença numerosa de ânforas com origem no Guadalquivir (Haltern 70, Dressel 20) e na Baía de Cádis (Mañá C2, Castro Marim 1, Mañá Pascual A4, Dressel 7/11, Dressel 12) nos sítios do litoral algarvio pelo abastecimento aos contingentes militares estacionados nas Astúrias e na Cantábria, na época republicana, e pela con-quista da Britânia, no início do período imperial, como têm vindo a ser defendido47 parece incon-sistente à luz dos dados existentes para o Algarve recente compilados48.
De facto, esta proposta parece-me comple-tamente desajustada para o Algarve. Se a tese pa-rece válida para a fachada ocidental portuguesa, para a qual foi aliás construída49, ela não expli-cará, muito pelo contrário, a situação das terras do sul, como também não justifica a de sítios da costa atlântica de Marrocos, como é por exem-plo o caso de Lixus50. Julgo que pode defender-se que o número de ânforas Haltern 70 e Dressel 20, em Castro Marim, Faro ou Monte Molião, para dar os exemplos que têm vindo a suportar as referidas teses, não seria diferente se acaso a conquista do Noroeste, primeiro, e a da Britâ-nia, depois não tivessem tido lugar.
3. dISCUSSÃo
Os dados que os espólios sidéricos e de época romana, quer republicanos quer imperiais, pro-venientes de sítios algarvios, proporcionaram, sobretudo dos que permitiram análises estratigrá-ficas coerentes, possibilitam defender a existência de uma clara continuidade entre a Idade do Ferro e a época romana. O abastecimento de produtos alimentares e manufacturados ao Algarve não re-presenta, assim, qualquer novidade, nem no tipo de produtos, nem, em boa medida, no que diz respeito aos centros exportadores, situação que, como acima referi, contrasta de forma flagrante com a que se observa na fachada ocidental por-tuguesa, onde as importações mediterrâneas e mesmo gaditanas têm uma muito ténue presença durante os séculos V, IV e III a.n.e.. E, assim, a chegada maciça de ânforas e de cerâmicas de mesa com origem na Península itálica e na Hispânica Ulterior a esta última região traduz uma clara ruptura com a realidade anterior. Pelo contrário a relação entre o território algarvio e a região gadi-tana foi sempre privilegiada.
Essa longa relação de intercâmbio, nunca quebrada a partir do século V a.n.e., permite também que nos questionemos sobre o facto de o Algarve ter constituído apenas um ponto, ain-da que de referência, na chamada rota atlântica usada para o abastecimento dos exércitos esta-belecidos na fachada ocidental da Península Ibé-rica, durante a República, e na Britânia e Ger-mânia, a partir do reinado de Cláudio.
Tudo indica, pelo contrário, que os produ-tos romanos tardo-republicanos, primeiro, e alto imperiais, depois, chegaram a Castro Ma-rim, a Faro e a Monte Molião através de um processo que nada teve que ver com os abasteci-mentos aos exércitos que actuavam no ocidente e no norte, independentemente de o Atlântico
47 MORAIS, R. e CARRERAS MONFORT, C. (2004): 96-97; MORAIS, R. (2007); VIEGAS, C. (2011): 209.48 Ibid .49 FABIãO, C. (1993-1994); MORAIS, R. (2004) e (2007); MORAIS, R. e CARRERAS MONFORT, C. (2004).50 ARANEGUI, C. (2005) e (2010).
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La etapa neopúnica
en Hispania y el Mediterráneo
centro occidental: identidades compartidas
ISBN 978-84-472-1471-6
El fenómeno de la romanización de Hispania y de buena parte del Mediterráneo centro-occidental ha sido interpretado hasta hace no demasiado tiempo con una excesiva rigidez y sin apenas matices, sobre todo si tenemos en cuenta el dilatado marco cronológico en el que se integra este proceso, entre los años fi nales del siglo III a.C. y la época fl avia. No obs-tante, la atención prestada en los últimos años a aspectos tan modestos como interesantes de la vida cotidiana, de las costumbres religiosas, de los ritos funerarios, del mantenimiento de las lenguas vernáculas, especialmente la fenicia, que ponen de manifi esto los grafi tos tardopúnicos sobre cerámicas itálicas, contrasta con las manifestaciones, muchas veces más aparentes que reales, de las aristocracias locales, cuyo interés por adoptar ciertas formas y modos de vida romanos es, en los primeros momentos de la presencia romana, fruto de un claro oportunismo político.
Diferentes sustratos y adstratos se funden y confunden en los territorios hispanos y de buena parte del Occidente mediterráneo donde la antigua presencia fenicio-púnica había dejado una profunda huella, cuyo reconocimiento e interpretación está plagado de matices y, en muchos casos también, de posturas encontradas que no hacen otra cosa que enriquecer el debate científi co.
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