LA EXPERIENCIA DEL PROGRAMA HEREDEROS...

LA EXPERIENCIA DEL PROGRAMA HEREDEROS AGROSOLIDARIOS

COMPLEMENTO INTERGENERACIONAL CON ENFOQUE AGROSOLIDARIO

Noviembre, 2015 Tibasosa, Boyacá- Colombia

Programa Regional Juventud Rural Emprendedora

Sistematización participativa desde los(as) herederos(as), facilitadores(as), impulsores y acompañantes del proceso

La experiencia del Programa Herederos Agrosolidarios.Complemento intergeneracional con enfoque Agrosolidario

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ÍNDICE

I. Presentación 3

II. Índice de siglas 5

III. El contexto de la experiencia 6

IV. Impulsores de la Heredería: cómo se gesta nuestra experiencia 8

V. Gestación del Programa Herederos Agrosolidarios: nuestros principales hitos 10

VI. La herencia y el enfoque Agrosolidario 12

VII. El rol de los herederos: escuchando la voz de los jóvenes 16

VIII.Buenas prácticas y claves de éxito de la experiencia 18

IX. Desafíos y proyecciones: complemento intergeneracional y agricultura familiar 20

X. Enfoque de complementariedad intergeneracional: las lecciones aprendidas 22

XI. Recomendaciones 24

XII. Contactos 26


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I. PRESENTACIÓN

El presente documento es resultado de la sistematización participativa del Programa Hereder@s Agrosolidari@s (PHA) implementado por la Confederación Agrosolidaria de Colombia (en adelante AGROSOLIDARIA), que tuvo lugar en Tibasosa, Boyacá, entre los días 23 y 25 de noviembre de 2015. En el proceso participaron activamente jóvenes herederos, facilitadores y representantes de diferentes instancias directivas dentro de la Confederación, provenientes de distintos puntos del territorio Colombiano. Asimismo, los talleres contaron con la participación activa de la coordinadora nacional del Programa y co-fundadora de la Asociación SEMILLAS, organización madre de este proceso, Sonia Pérez, así como de Mario Bonilla, también Co-fundador de Semillas y director ejecutivo de AGROSOLIDARIA Colombia.

El Programa Herederos Agrosolidarios surge en base a la necesidad de facilitar la integración de los niños, niñas y jóvenes en las dinámicas socioeconómicas de las familias asociadas, en virtud de asegurar la sostenibilidad organizacional y social de la confederación Agrosolidaria, bajo un enfoque de complemento intergeneracional. Si bien desde el origen, tanto en los procesos conducidos por SEMILLAS como por AGROSOLIDARIA, se ha contemplado y manifestado la importancia de fomentar la participación de los hijos/as de los asociados/as (niños, adolescentes y jóvenes, hombres y mujeres), esta participación no se ha incorporado como una práctica consiente de la organización. Debido a ello, el Programa Herederos Agrosolidarios se hace cargo de esta preocupación organizacional, velando por el crecimiento de los procesos locales, regionales y nacionales, además de asegurar la continuidad de las iniciativas, enfoques y valores agrosolidarios, al tiempo que se validan, refuerzan y materializan.

Si bien el Programa lleva solo dos años de implementación, surge como resultado de un proceso de desarrollo organizacional que cuenta con más de 25 años de trayectoria y que busca, como parte de su madures y consolidación, integrar estrategias orientadas a asegurar la sostenibilidad de sus iniciativas, enfoques y orgánica interna, a partir de la incorporación de la familia como unidad integral, es decir, asegurando la participación de todos sus componentes y facilitando la complementariedad de sus roles de manera armónica y solidaria.

Como proceso nacional y local de organización y empoderamiento, la sistematización participativa de su experiencia pretende profundizar en las claves de éxito, desafíos, dilemas y lecciones aprendidas, desde la mirada de sus actores protagonistas, que permita contribuir en su proceso de desarrollo presente y futuro, generando además un documento que facilite su difusión y aprovechamiento entre otros actores del desarrollo rural vinculados a las y los jóvenes rurales.


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Esta sistematización fue realizada en el marco del Programa Regional Juventud Rural Emprendedora, ejecutado por la Corporación PROCASUR con el financiamiento del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), que tiene como objetivo contribuir a la reducción de la pobreza entre los y las jóvenes rurales mediante la mejora de capacidades tanto de la operaciones financiadas por el FIDA, como de otras instituciones que invierten en desarrollo rural, para aumentar la capacidad de las y los jóvenes en el desarrollo de sus iniciativas, estrategias y proyectos de vida.

En este escenario, conocer la experiencia de conformación y desarrollo del “Programa Herederos Agrosolidarios”, se articula con los objetivos del Programa, aportando en la generación de aprendizajes sobre las estrategias para la complementariedad intergeneracional y la participación en los circuito económico agroalimentario, identificando enfoques, conceptos y metodologías que fomenten y faciliten la integración de los y las jóvenes rurales en las unidades socioeconómicas familiares como en las estructuras organizativas.


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II. ÍNDICE DE SIGLAS Y organizaciones

AeA: Ayuda en Acción

AGROSOLIDARIA: Confederación de Prosumidores Agro ecológicos Agrosolidaria Colombia

AIAF: Año Internacional de la Agricultura Familiar

CCF: Christian Children’s Fund

ECOFONDO: organización de organizaciones ambientalistas, de carácter no gubernamental.

FPAA: Fondo para la acción Ambiental

ICCO COOPERACIÓN: Agencia de Cooperación Holandesa fundada en 1964.

PHA: Programa Herederos Agrosolidarios

PNUD: Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo

RESNATUR: Asociación Red Colombiana de Reservas Naturales de la Sociedad Civil

SEMILLAS: Asociación para el Desarrollo Sostenible-SEMILLAS

TRIAS: Organización No-Gubernamental Belga, cuya misión es la de apoyar a personas y organizaciones emprendedoras

WWF: Fondo Mundial para la Naturaleza


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III. EL CONTEXTO DE LA EXPERIENCIA

La experiencia del Programa Herederos Agrosolidarios tiene su origen en el año 2014 en el departamento de Boyacá, principalmente en el municipio de Tibasosa. Sin embargo, dado que la aspiración es abarcar en un futuro la totalidad de los territorios donde tiene presencia la confederación AGROSOLIDARIA, para la primera etapa de su implementación se consideró operar en los Municipios donde existen Seccionales de Agrosolidaria de los Departamentos de Bolívar, Boyacá, Caquetá, Córdoba, Nariño, Putumayo y Sucre. En total se abarcaron 46 seccionales con participación de cerca de 2000 familias asociadas1.

Según la última información censal registrada el año 2005, Colombia tiene una población de alrededor de 46,6 millones de habitantes, de los cuales el 21,6% vive en zonas rurales. No obstante, según el Informe de Desarrollo Humano realizado por el PNUD el año 2011, el 32% de los colombianos son pobladores rurales, y en las tres cuartas partes de los municipios, cuya área ocupa la mayoría del territorio nacional, predominan relaciones propias de sociedades rurales.

La ruralidad, por tanto, continúa siendo el eje central del sustrato cultural, social y económico de Colombia. Sin embargo, la historia, su accidentada geografía, la excesiva concentración de la tierra, la constante expansión de la frontera agraria, la persistente deforestación y utilización productiva de territorios ambientalmente críticos, sumados al conflicto armado y sus nuevas formas de violencia, configuran un mundo rural extremadamente complejo y de profundas desigualdades en todos los ámbitos de la integración social.

Este contexto ha generado importantes críticas al modelo de desarrollo rural. Según el citado informe del PNUD, constituye un

modelo altamente inequitativo y excluyente, que propicia innumerables conflictos. No reconoce las diferencias entre los actores sociales, y conduce a un uso inadecuado y consecuente destrucción de los recursos naturales. Acentúa la vulnerabilidad de los municipios rurales, y no permite que se genere la convergencia entre lo rural y lo urbano. Además, identifica una precaria y deteriorada institucionalidad pública que facilita la actuación de las fuerzas del mercado en una sociedad llena de desequilibrios e inequidades. (Informe de Desarrollo Humano. PNUD, 2011) 1 El número de familias involucradas en el Programa todavía no está determinado con exactitud, sin embargo se calcula, con un margen de error del 20%, que la cobertura ha alcanzado a un total de 2002 familias.


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Por otra parte, la percepción de estas desigualdades en el ámbito de las familias rurales y su injerencia en la generación de estrategias de vida, encuentra matices relevantes según la combinación de ciertas variables como el género, la edad y la posición al interior del hogar.

Colombia puede considerarse un país joven, ya que casi dos tercios de su población tiene menos de 29 años de edad. Tomando el rango comprendido entre los 15 y 29 años, los jóvenes ascienden a 13,1 millones habitantes, lo que corresponde al 26,4% de la población total del país. De estos jóvenes, 2,6 millones, un 19,1%, viven en el sector rural, donde el 53,7% son hombres y el 46,3% mujeres (CENSO, 2005).

En comparación a sus pares urbanos, los jóvenes rurales presentan altas brechas de integración social materializadas en: menos años de educación formal, menores oportunidades de inserción laboral y mayor población en condición de pobreza. El déficit de alternativas de trabajo en el campo, la falta de oportunidades educativas adecuadas, las deficiencias de infraestructura, de capital, de tierra y de activos en general, la ausencia de mecanismos de transferencia de propiedad, el escaso acceso a capital financiero para sus emprendimientos, limitada conectividad y utilización de tecnologías de la comunicación e información (TIC’s), formas de participación y asociación débiles o informales, generan un escenario que propicia la migración de la población juvenil a sectores urbanos. Se estima que 1/3 de la población entre los 15 y 25 años, en su mayoría mujeres, migran del campo a zonas urbanas.

Por tanto, la inclusión y participación de la juventud rural en estrategias de desarrollo es relevante para que los y las jóvenes lleven a cabo su potencial para promover el desarrollo de sus territorios, lo que se suma al hecho de que existe cada vez un mayor reconocimiento de las ventajas que poseen las actuales generaciones jóvenes por sobre sus padres, principalmente vinculadas a mayor educación formal, la cual no sólo entrega conocimientos específicos, sino también otras características que son directamente aplicables a la actividad productiva.

En este sentido, la conformación de estrategias para la inclusión socioeconómica e intergeneracional de la juventud en el marco de las asociaciones, permite generar canales de participación de los y las jóvenes para incidir en el desarrollo de los sistemas de vida familiares e iniciativas agrícolas de desarrollo rural, que sean atingentes con sus estrategias de vida.


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IV. IMPULSORES DE LA HEREDERÍA: cómo se gesta nuestra experiencia

El Programa Herederos Agrosolidarios surge como una iniciativa de la confederación Agrosolidaria de Colombia orientada a fortalecer su estructura organizacional a través de la inclusión del enfoque de complementariedad intergeneracional. Sin embargo, esta experiencia hace parte de un proceso de desarrollo y crecimiento organizativo mayor, que registra ya 25 años de trayectoria.

La complejidad del conflicto social presente en el mundo rural colombiano hacia fines de la década de los 80’, caracterizado por la fuerte desarticulación del tejido campesino, provocó el surgimiento de diversas iniciativas que desde la sociedad civil se propusieron contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de las familias rurales, desde diferentes enfoques de intervención. En este contexto se evidencia el germen del proceso organizacional que da paso a la conformación de la Asociación para el Desarrollo Sostenible “SEMILLAS” quienes, en alianza con otras organizaciones, establecieron espacios de diálogo y reflexión en torno a una problemática que hasta entonces había alcanzado escasa visibilización en el ámbito de la toma de decisiones y discusión pública, la profunda degradación ambiental y la necesidad de enfrentarla a partir de un enfoque agroecológico.

Así, a través de asambleas, encuentros, elaboración de material comunicacional (como la Revista siembra) y difusión a través de Radio Semillas, se promovió la sensibilización de la población rural en torno a la necesidad de generar desarrollo socioambientalmente sostenible. Bajo este marco, SEMILLAS surge como una organización orientada a contribuir al diseño, implementación y validación de programas de desarrollo humano y conservación de ecosistemas vitales, con los diferentes grupos poblacionales y en los contextos familiar, vecinal, escolar y social comunitario. (SEMILLAS y Ayuda en Acción, 2012)

Desde entonces, y bajo un enfoque de intervención que contempla la interconexión de múltiples dimensiones (política, ética, espacial, ecológica, económica, estética, temporal y sacral) SEMILLAS ha diseñado e implementado proyectos estratégicos y programas planteados desde una perspectiva de derechos con acento poblacional en la niñez y la adolescencia, etapas clave para el relevo generacional y la sostenibilidad de la vida con dignidad.

Considerando que una de sus preocupaciones fundamentales es la sostenibilidad de las relaciones humanas con los ecosistemas, desde el año 1994 han formado parte del movimiento nacional “Herederos del planeta” organizado por RESNATUR, cuyo principal objetivo es propiciar la formación de personas para que desde la infancia incorporen el respeto a todas las formas de vida como una herramienta cotidiana de convivencia, así como parte de una perspectiva ética donde lo ambiental y lo social son variables para un desarrollo con equidad. Pretende, a través de la interrelación entre


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la capacitación, la comunicación, la investigación y la recreación, proporcionar un ambiente de motivación para la conservación del medio que los rodea2.

Desde entonces, tanto SEMILLAS como el resto de organizaciones aliadas que participan del movimiento “Herederos del planeta”, alcanzan reconocimiento como actores relevantes en materia de apoyo y formación de niños y adolescentes en temáticas asociadas al cuidado del ambiente y la conservación. Es así como, en el año 1997, SEMILLAS adquiere una reserva natural propia de la organización en el municipio de Tibasosa, para trabajar en su conservación. Además, durante esta primera década de funcionamiento, SEMILLAS logra generar alianzas con organizaciones y movimientos ambientalistas en diferentes territorios, alcanzando presencia en los departamentos de Nariño, Boyacá, Tolima, Orinoquia, Valle del Cauca, Quindío y Risaralda.

Por otra parte, en virtud del reconocimiento de las precarias relaciones económicas establecidas en las comunidades rurales, tendientes a perpetuar las desigualdades, el desempleo y la desintegración social, durante el mismo año SEMILLAS inicia el diseño y validación de un Programa de Socio Economía Solidaria llamado “Venga esa Mano; Paisano/a”, integrado por tres principales estrategias: fomento de formas asociativas co-gestionadas; desarrollo de un Plan continuo de educación en socio economía solidaria, capacitación técnica y acceso a la información; y construcción, adecuación y dotación de infraestructura para la producción, la transformación y la distribución agroalimentaria.

En un inicio, el Programa se orientó a la conformación de grupos asociativos de microcrédito, que procuraban la gestión local de fondos rotatorios a partir de recursos provenientes de fuentes productivas, socioculturales y donaciones. Sin embargo, el paso del tiempo impulsa la ampliación de estos grupos hacia otras necesidades de los productores, provocando la creación de grupos asociativos por Producto dentro de la cadena agroalimentaria, por proceso y por servicio de distribución. A través de este proceso se forman los Grupos Asociativos de Consumo Solidario, que se articulan, mediante seccionales municipales, en la Federación de Prosumidores 3Agro ecológicos AGROSOLIDARIA.

Debido a la importante expansión y desarrollo que alcanzó esta iniciativa en diferentes territorios de Colombia, en el año 2000 se vio la necesidad de constituir una orgánica diferenciada, con personería jurídica propia. Así, nace la Federación AGROSOLIDARIA, que años después se convertiría en Confederación, con presencia a nivel nacional. Sin embargo, la acción de AGROSOLIDARIA se desarrolla en alianza con los procesos conducidos por SEMILLAS y otras organizaciones aliadas (RESNATUR, FPAA, ECOFONDO, CCF y Ayuda en Acción), quienes logran incluso realizar incidencia a nivel de política pública en materia ambiental, recibir reconocimientos y premios en diferentes áreas y aunar esfuerzos e ideas a partir de encuentros, festivales y visitas, tanto dentro como fuera del país.2 Información extraída de su sitio Web: http://www.resnatur.org.co/herederos-del-planeta/3 El reconocimiento como PROSUMIDORES se basa en que, desde la dimensión económica, todos los asociados tienen la doble condición de productores y consumidores.


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V. GESTACIÓN DEL PROGRAMA Herederos Agrosolidarios: nuestros principales hitos

Luego de una década de existencia de AGROSOLIDARIA, el año 2010 se constituye la Confederación Agrosolidaria de Colombia, que contempla la articulación nacional de todas las federaciones regionales. Desde entonces, el modelo organizativo se construye desde las familias, como núcleo primario central, las cuales se organizan en Grupos asociativos según su ámbito de especialidad al interior de la cadena productiva. Estos grupos se articulan en seccionales municipales o locales (hay municipios con más de una seccional) que, a nivel departamental (o municipal en ciertos casos), conforman una federación regional.

Según sus propios protagonistas, desde el momento en que se constituye la confederación se hace más consciente la necesidad de reforzar la actoría de los niños y jóvenes. Si bien el enfoque agrosolidario ha contemplado desde sus inicios el desarrollo familiar a partir de la niñez y la juventud, se identifica la necesidad de traducir esta intención en una práctica organizacional concreta.

En este sentido, la experiencia del Programa Herederos Agrosolidarios surge atendiendo a la necesidad de diseñar una estrategia orientada a incorporar paulatinamente a niños, niñas y jóvenes a las actividades socioeconómicas de sus padres y madres, permitiendo un vínculo solidario intergeneracional y asegurando la pervivencia de la agricultura desde un enfoque de unidad familiar.

En virtud de ello, el Programa ha buscado promover y garantizar el enfoque de complementariedad intergeneracional de manera transversal en el proceso de integración, partiendo desde a las Unidades Socioeconómicas Familiares como base social y garantizando la sostenibilidad organizacional y social del proceso en general.

Al respecto, un concepto central es el de “Heredería” en cuanto considera que cada niña, que cada niño al nacer e inclusive desde la prenatalidad, asume su condición de Heredero o Heredera, no sólo del patrimonio económico de sus padres y madres o familia, sino del patrimonio natural y cultural de sus comunidades.


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Se reconoce que la agricultura familiar campesina, indígena y afrodescendiente, tiene un sustrato milenario que es necesario reconocer, valorizar y conservar. Para ello, es fundamental que los niños y niñas se involucren en el proceso de producción familiar y adquieran los conocimientos ancestrales que se han transmitido de generación en generación, además de reforzar su empoderamiento como actores relevantes para promover un modelo de desarrollo ambientalmente sostenible. “No pueden haber comunidades agrosolidarias sin familias agrosolidarias. La semilla de la solidaridad está en la familia, no se puede saltar a la solidaridad desde vecinos cuando en la familia no hay solidaridades. Buena parte de la crisis de solidaridad que tienen las comunidades es porque se rompieron las solidaridades en las familias.” Mario Bonilla

En sus inicios, el Programa contempló la integración de jóvenes en dos áreas prioritarias: economía solidaria y producción agroecológica. Al respecto, se promovió su participación en los encuentros de economía solidaria y finanzas rurales, así como en los procesos de microfinanzas comunitarias al interior de las federaciones y seccionales. Por otra parte, se facilitó su vinculación a las líneas productivas de interés en cada territorio, a partir de las visitancias.

Posteriormente, como una manera de impulsar la formación de los herederos en los principios agrosolidarios, potenciar el desarrollo de sus habilidades y promover la formación de vínculos de solidaridad a partir del trabajo en grupo, emerge la figura de los facilitadores. Estos, en su mayoría jóvenes de familias asociadas a la confederación, se unieron a la tarea de diseñar un plan educativo y una guía metodológica para poner en práctica a través del Programa en los grupos de Hereder@s. Herramientas que, además de constituir un apoyo para la planificación y acción de los facilitadores en cada territorio, permiten la transmisión de conocimientos y formación de multiplicadores. Estos materiales pedagógicos aún se encuentran en proceso de construcción y validación con los

y las hereder@s, y han sido materia de discusión en los ya dos encuentros nacionales de Hereder@s Agrosolidari@s que se realizaron en el año 2014 y 2015.

Estos encuentros nacionales han permitido el intercambio de experiencias y reconocimiento entre los y las hereder@s de diferentes territorios del país, fomentando la valoración e integración en la diversidad cultural, territorial, etc. De esta forma, constituyen una oportunidad para salir de la familiaridad del entorno comunitario y conocer qué están haciendo otros grupos de hereder@s en otras regiones, compartir ideas y facilitar la comprensión sobre la dimensión y características del patrimonio organizacional que están invitados a heredar y conservar.

Es preciso mencionar que la puesta en práctica de este Programa fue posible gracias al apoyo de dos aliados principales, ICCO COOPERATION y TRIAS, que han confiado en la relevancia de esta iniciativa, cofinanciando su implementación.


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VI. LA HERENCIA Y EL ENFOQUE Agrosolidario

Parte importante del patrimonio que heredan las nuevas generaciones consiste en un conjunto de ideas y enfoques que, en el caso de AGROSOLIDARIA, constituyen el eje central de su cultura organizacional. Además, se construyen como bases para afrontar ciertas características del modelo hegemónico que se transmiten de manera naturalizada a través de las principales instituciones de socialización: la escuela, la familia, la iglesia, y los medios de comunicación.

Por ello, el Programa Herederos Agrosolidarios se plantea desde tres enfoques marcos, asociados al modelo organizativo general de AGROSOLIDARIA:

1. Enfoque de Desarrollo Sostenible, que da relevancia a la sensibilidad ecológica y socioambiental, promoviendo el diálogo y complemento intergeneracional a partir del respeto a la experiencia y sabiduría de las generaciones anteriores, fuente de conocimientos ancestrales y sabiduría popular.

2. Enfoque de Economía Solidaria, que busca desarrollar procesos económicos a partir de valores y principios que no anteponen el lucro o el capital a las personas, mediante el cual se fortalecen los procesos organizativos, estimulando la dinámica económica y la generación de ingresos, promoviendo y fortaleciendo el liderazgo comunitario hacia una cultura económica solidaria que brinde mayores niveles de sostenibilidad social y ambiental.

3. Enfoque de Seguridad y Soberanía Alimentaria, que se cubre cuando todas las personas tienen, en todo momento, acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos, a fin de llevar una vida activa y sana.

En forma complementaria a estos enfoques macro, el Programa Herederos Agrosolidarios se conceptualiza en base a enfoques específicos, entre los que se encuentran:

a) Complementariedad Intergeneracional. Este enfoque en el contexto de la unidad socioeconómica familiar fortalece el tejido interrelacional entre las diferentes generaciones, promoviendo relaciones de poder equitativas, respetuosas, afinando el desempeño de roles dependiendo de las posibilidades de cada quien en sus acentos o habilidades. Desde esta mirada, las nuevas generaciones no sustituyen a las antiguas, no hay un relevo generacional categórico donde lo nuevo emplaza a lo viejo, sino que se complementan unas a otras.


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b) Desarrollo Humano. Se considera como el proceso mediante el cual se amplía y mejoran las oportunidades de las personas, fortaleciendo sus derechos y capacidades.

c) Enfoque de Derechos. A partir de este enfoque se considera el desarrollo como un derecho fundamental, que además plantea el reto de aclarar los conceptos de Sujeto y Estado, asumiendo el pleno ejercicio de derechos como un medio fundamental para lograr el buen vivir.

d) Pensamiento holístico. Implica una forma de vida, visualizando la totalidad en las personas, en las situaciones o procesos como una forma de contrarrestar la mirada fragmentada o reduccionista de la realidad, ampliando el horizonte.

e) Participación y desarrollo comunitario. Mediante el cual se pretende promover el concepto de participación como poder, visualizando como insumos fundamentales la perspectiva de Desarrollo Infantil y Equidad de género.

f) Enfoque territorial-regional. Se vincula al desarrollo endógeno para la sostenibilidad social y la generación de raíces que posibiliten apalancar y sostener la construcción del territorio como espacio natural, económico y social que trasciende los límites político administrativos.

g) Enfoque de Identidad Cultural. Busca el reconocimiento, protección y promoción de la Identidad y del Patrimonio cultural, a partir de los diversos bienes tangibles e intangibles con que se cuenta y mediante los que se pretende fortalecer el tejido social a través de la reconstrucción de la memoria histórica colectiva y la cohesión e identidad grupal, afianzando los principios democráticos.

h) Gobernabilidad democrática. Implica el ejercicio de una ciudadanía integral, que conlleva a la construcción de instancias de Liderazgo y Dirección Participativa, con compromiso ético y político, con responsabilidad social, pluralista, democrática, concertadora, entre otros.

i) Enfoque de Gestión de Riesgos. Permite detectar a los grupos más vulnerables frente a los diferentes tipos de riesgos: naturales, ambientales, sociales, económicos y culturales. También, contempla la resiliencia como la capacidad de recuperarse oportuna y adecuadamente después de un cambio o presión brusca.

Los mencionados enfoques del Programa Herederos Agrosolidarios tienen como pilar transversal la educación a través de un proceso de formación humana y capacitación técnica que busca fortalecer los valores ciudadanos y culturales.

Bajo este espíritu, a partir de la implementación del programa y debido a las características de la estructura organizativa de AGROSOLIDARIA, se identifican tres ámbitos de integración de los y las herede@s a los enfoques y acciones de la organización.


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Sistemas agroecológicos familiares

Como núcleo central, la familia es el primer espacio formativo y la fuente principal de transmisión de los valores y enfoques agrosolidarios. Por tanto, a partir de su participación en la producción familiar, los y las hereder@s van aprendiendo de manera práctica las características de la agricultura orgánica, incorporando la importancia del buen manejo y cuidado de los recursos, el respeto por los ecosistemas y la posibilidad de generar alimentos de una manera socioambientalmente sostenible.

De este modo, se genera conciencia sobre la importancia de consumir alimentos inocuos y saludables, y proporcionar a otras familias la posibilidad de mejorar su cultura alimentaria. A partir de ese reconocimiento, se evidencia la necesidad de contar con relaciones económicas solidarias y justas.

Para reforzar estos procesos, el Programa recomienda incluir a los hijos e hijas en las visitas técnicas, durante la implementación de las prácticas agroecológicas, en las decisiones respecto a la producción familiar e, incluso, llevarlos a los encuentros y reuniones de los grupos asociativos, seccionales y federaciones.


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Grupos de hereder@s

A partir de la acción del Programa y gracias a la identificación y formación de jóvenes facilitadores, se han logrado constituir grupos de Hereder@s en diferentes territorios. Los grupos son espacios formativos donde los facilitadores ponen en práctica el plan educativo y guía de metodológica diseñada para estos fines. Así, a partir de actividades lúdicas, participativas y juegos, l@s Hereder@s van interiorizando principios agroecológicos y conceptos que resultan difíciles de explicar o enseñar a través de métodos convencionales.

En relación a las temáticas, estás varían según los intereses de los participantes, sin embargo, se contempla reforzar ciertas áreas relevantes como las finanzas rurales, la producción agroecológica, la economía solidaria y la conservación ambiental. En este sentido, algunos grupos han incorporado estrategias de ahorro, realizan limpieza de terrenos y causes de agua, reciclan materiales para elaborar diferentes productos, promueven el intercambio y conocimiento de semillas nativas, participan en los laboratorios ecológicos, entre otras acciones.

Según l@s Hereder@s, los grupos facilitan la generación de confianza, de amistades, se aprende a trabajar en grupo, se conoce mejor el territorio y se mejoran las relaciones y sentido de pertenencia a la comunidad y a la Confederación.

Intercambio de experiencias

Una de las estrategias que se han implementado a través del Programa, son las visitas a fincas de familias asociadas que están realizando actividades innovadoras, ya sea por la incursión en nuevos productos como por la aplicación de buenas prácticas agroecológicas. Estos espacios permiten ampliar el ámbito de conocimiento productivo de l@s Hereder@s, al tiempo que los convierte en fuentes de innovación al lograr movilizar estos aprendizajes hacia sus familias y comunidades.

Otra de las iniciativas de intercambio de experiencias implementadas durante el Programa son los encuentros Regionales y Nacionales. Estos espacios reúnen a grupos de Hereder@s de múltiples territorios con el objeto de promover el aprendizaje colectivo, el intercambio de buenas prácticas, la formación de multiplicadores, al tiempo que se refuerza la generación de vínculos de solidaridad supra-territoriales y la reflexión en torno a los enfoques y el compromiso con la herencia.


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VII. EL ROL DE LOS HEREDEROS: escuchando la voz de los jóvenes

Desde la mirada de sus protagonistas, los y las hereder@s cumplen un papel relevante en las diferentes áreas organizativas y temáticas de la organización, principalmente orientado a recuperar, valorar y reproducir el saber ancestral que manejan las generaciones anteriores, y complementarlo con los nuevos conocimientos y habilidades que han desarrollado a través del mayor acceso a diferentes niveles de educación formal y la interacción con las nuevas tecnologías de información y comunicación.

En este sentido, identifican ciertas ventajas, habilidades y talentos que han desarrollado a partir de su participación en los grupos de Herede@s,

que los posiciona como actores relevantes para incidir en el desarrollo organizativo, bajo el enfoque del complemento intergeneracional.

Entre ellas, las más relevantes se relacionan con el manejo de nuevas tecnologías principalmente orientadas a la gestión de información y administración, en materia de finanzas rurales por ejemplo, a la incorporación de nuevos modelos productivos, diversificación de fincas y asesoría técnica en manejo de cultivos orgánicos, por otra parte.

Sin embargo, existen ciertos elementos que tienden a obstaculizar que la integración de estas potencialidades se realice de manera efectiva. Entre ellas, l@s Hereder@s mencionan que existe cierto desinterés por parte de los y las jóvenes por las actividades vinculadas a sus territorios, muchas veces por su cercanía a estilos de vida más urbanos y la necesidad de desplazarse hacia las ciudades para continuar estudios formales o en búsqueda de alternativas laborales que no encuentran en sus territorios rurales.

Por ello, manifiestan la necesidad de contar con acciones específicas hacia los Hereder@s y con lugares, herramientas y materiales suficientes para apoyar el trabajo de los facilitadores. Además, proponen aumentar las capacitaciones prácticas, que generan mayor motivación e interés por parte de los jóvenes, como complemento a las metodologías lúdicas e innovadoras.


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Del mismo modo, piensan que una buena estrategia para complementar sus conocimientos, reforzar sus capacidades productivas y aportar a la seguridad alimentaria de sus familias, es a través de la generación de proyectos productivos propios, gestionados y administrados por hereder@s.

Otra de las iniciativas que los propios jóvenes recomiendan para mejorar la integración del enfoque de complementariedad intergeneracional, es incentivar el retorno de Hereder@s de familias agroecológicas que han migrado hacia las ciudades en busca de continuar sus estudios, para que puedan aplicar sus nuevos conocimientos al interior de los grupos asociativos, las seccionales, federaciones, y otras instancias organizativas de AGROSOLIDARIA.

Sin embargo, un paso previo a este proceso es avanzar en el reconocimiento y difusión del enfoque de complementariedad intergeneracional y el rol de los Herede@s. Debido a la corta trayectoria de esta iniciativa, todavía es necesario generar estrategias de sensibilización interna y externa, de manera de avanzar en la visibilización de las potencialidades de los liderazgos juveniles y abrir espacios para facilitar su participación, tanto a nivel productivo, como en los diferentes espacios de toma de decisión.

Al respecto, l@s Hereder@s proponen dos estrategias complementarias. Por una parte, utilizar las tecnologías de información y comunicación, como las redes sociales, medios de comunicación tradicionales como la radio y otros espacios de difusión de información, para ampliar la visibilización del Programa y circular resultados, historias de éxito y noticias sobre las actividades realizadas. Por otro lado, recomiendan establecer una escuela de formación de liderazgos a partir de metodologías lúdicas y dinámicas, orientada a desarrollar capacidades e incentivar el empoderamiento de l@s hereder@s para ampliar sus posibilidades de participar en espacios de incidencia en política pública, tanto a nivel local, regional y nacional, además de contribuir a romper con la timidez de expresarse en público, obstáculo que muchas veces desincentiva la participación de los más pequeños.


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VIII. BUENAS PRÁCTICAS Y CLAVES de éxito de la experiencia

A partir de la reflexión colectiva de l@s Herederos, facilitador@s y demás participantes del taller de sistematización, se identificaron ciertos elementos que han resultado fundamentales para el desarrollo del Programa y que se consideran como los principales aciertos o buenas prácticas implementadas.

Debido a la vocación pedagógica de esta iniciativa, gran parte de sus claves de éxito están vinculadas al desarrollo del plan educativo y la utilización de metodologías lúdicas y participativas, que han demostrado ser muy pertinentes a la etapa del ciclo de vida en que se encuentran los Hereder@s. Así, a través de juegos, dinámicas, teatro y actividades didácticas, los y las jóvenes van construyendo, validando e interiorizando los valores, enfoques y principios agrosolidarios, al tiempo que desarrollan habilidades cognitivas, motoras, emocionales y sociales.

En esta misma línea, otras de las metodologías que han resultado ser efectivas es la de aprender haciendo y el intercambio de experiencias. Mediante la participación en la producción familiar, en las visitas técnicas, los laboratorios agroecológicos y las visitas a las fincas de otras familias, los y las hereder@s van incorporando conocimiento práctico y asimilando conceptos complejos como agroecología, finanzas rurales, enfoque medioambiental, manejo de recursos, etc. Los intercambios entre familias o vivencias, por ejemplo, permiten movilizar conocimiento sobre nuevas formas de hacer, nuevos cultivos, otros procesos, fomentando el arraigo comunitario y el sentido de pertenencia. Al reconocer el conocimiento del otro (vecino), qué hace y cómo lo hace, se tiene mayor conciencia sobre los recursos que se tiene, la riqueza del territorio y la necesidad de respetar y cuidar de él. Del mismo modo, la realización de encuentros regionales y nacionales se considera una buena estrategia para propiciar espacios de reflexión y reconocimiento de nuevos territorios, costumbres y culturas.

Otra de las buenas prácticas identificadas es el trabajo en grupos de herederos. El trabajar en grupo refuerza la confianza, genera capacidades para el trabajo colectivo, fomenta la solidaridad, el respecto, la integración en la diversidad y la democracia. Por esta razón, son los espacios de implementación de todo el plan educativo que, si bien todavía se encuentra en construcción y validación, constituye la integración de todas las metodologías y herramientas antes especificadas.


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Por otra parte, se reconocen buenas prácticas en el ámbito de las comunicaciones, identificando las radios comunitarias como espacios relevantes para una efectiva difusión de información y aprendizajes, así como un escenario conducente para el desarrollo de capacidades comunicativas de los y las jóvenes. Del mismo modo, mencionan que los testimonios constituyen una herramienta interesante de visibilización del trabajo de los Hereder@s y de reconocimiento entre los y las jóvenes, los cuales pueden ser reproducidos por radio o a través de boletines físicos y/o virtuales.

Finalmente, se reconoce que es necesario que los niños se integren desde pequeños a las actividades de la confederación, de modo que se invita a los padres a llevar a sus hijos e hijas a estos espacios. Para ello, una de las estrategias que ha funcionado es realizar actividades específicas con los niños y niñas mientras sus padres participan en estas reuniones, de manera de facilitar la participación de las madres, por un lado, y de fomentar la integración de todos los integrantes de los grupos familiares al enfoque agrosolidario.


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IX. DESAFÍOS Y PROYECCIONES: complemento intergeneracional y agricultura familiar

En relación a los desafíos, l@s Hereder@s y facilitadores identifican ciertos ámbitos en los que es necesario avanzar para mejorar el impacto de las iniciativas y la visibilización de los resultados. Entre ellos, mencionan la necesidad de ampliar la red de facilitadores a nivel regional y nacional, de manera de expandir el número de grupos de Hereder@s, de territorios y familias asociadas al Programa. Sin embargo, para que esto sea posible es necesario culminar el proceso de consolidación y validación participativa del plan educativo y la guía metodológica, instrumentos fundamentales para el proceso de formación de facilitadores.

Otro de los desafíos es avanzar en el proceso de integración de los Hereder@s a los diferentes niveles organizativos de AGROSOIDARIA. Para ello, se identifica la necesidad de incluir estrategias que permitan escalar el conocimiento y experiencias familiares hacia los grupos asociativos, seccionales, federaciones, etc. Al mismo tiempo, los jóvenes que han logrado alcanzar cargos directivos o de responsabilidad manifiestan la relevancia de que los propios Hereder@s generen incidencia a nivel sus organizaciones para acceder a espacios de toma de decisiones y participar en la dirección de los procesos colectivos. Para ello, enfatizan que es necesario adquirir conocimientos técnicos y desarrollar capacidades laborales que les permitan desempeñar funciones administrativas y de gestión, para aportar en estos espacios.

Del mismo modo, piensan que un desafío futuro es lograr incidir en políticas públicas, tanto a nivel local como regional y nacional, y piensan que una buena estrategia para facilitar este proceso es avanzar en la articulación con otras redes de jóvenes a nivel regional y nacional. Esto, además de ser un espacio relevante para la difusión de su experiencia y de los enfoques agrosolidarios, permite el intercambio de aprendizajes, buenas prácticas y la generación de nuevas redes solidarias.


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Sin embargo, creen que para avanzar en estos ámbitos es necesario fortalecer los espacios de encuentro y reflexión interna, tanto a nivel regional como nacional, de manera de facilitar el auto-reconocimiento de los Hereder@s entre sí, facilitar el aprendizaje colectivo, analizar y compartir las buenas prácticas implementadas, definir desafíos comunes, identificar debilidades y diseñar acciones para resolverlas.

Bajo este marco, proyectan en el año 2016 percibir la incidencia práctica de los niños, niñas y jóvenes en la dinámica organizacional, administrativa y programática de los procesos agrosolidarios, así como avanzar en la participación en espacios de incidencia local, departamental y/o nacional, relevantes en materia de desarrollo agroalimentario.


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X. ENFOQUE DE COMPLEMENTARIEDADintergeneracional: las lecciones aprendidas

Quizás la lección más importante que se extrae de la experiencia del Programa Herederos Agrosolidarios es la importancia de concebir a la familia como unidad primaria del tejido social en las zonas rurales, de modo que su participación activa en las acciones facilita la sostenibilidad de los enfoques y brinda capacidad de reproducirlos y transmitirlos generacionalmente. En este sentido, el Programa se presenta como estrategia exitosa de inclusión total de la familia en la sostenibilidad agroecológica, la seguridad alimentaria y economía solidaria.

La principal herencia de los niños, niñas y jóvenes son las prácticas familiares las que, vinculadas al enfoque de agricultura familiar, aseguran la sostenibilidad agroecológica. Según el comité AIAF de Colombia “la Agricultura Familiar corresponde a un sistema socioeconómico y cultural de producción-consumo que es gestionada y dirigida por los miembros de una familia, tanto de mujeres como de hombres, que se caracteriza por utilizar principalmente mano de obra familiar; tiene una marcada dependencia por los bienes y servicios que le provee el entorno natural (ecológico) y su propio agrosistema; trabaja a una escala de producción pequeña y altamente diversificada; desarrolla tecnologías propias y adaptadas a su condición ecológica,

social, cultural; propicia la justicia social y equidad; y, está inmersa en la dinámica de desarrollo de su comunidad y región.” (Comité AIAF Colombia, 2015)

Por otra parte, a partir de la vocación formativa de la Confederación, se reconoce que vincular a las familias con la investigación aplicada en materia de sostenibilidad ambiental, facilita la generación de conciencia agroecológica y permite el desarrollo de capacidades. Este mismo principio ha guiado la elaboración del plan educativo implementado en el Programa Herederos Agrosolidarios, logrando muy buenos resultados en virtud de aportar al desarrollo humano de los niños, niñas y jóvenes.

Otra de las lecciones derivadas de esta experiencia es la pertinencia de la lúdica como herramienta de aprendizaje, especialmente para el trabajo con niñ@s y jóvenes, así como las metodologías vinculadas al aprender haciendo. A partir de su aplicación, los facilitadores han comprobado que este enfoque pedagógico permite incentivar la creatividad, mantiene el interés incluso de los más pequeños, al tiempo que facilita el desarrollo de habilidades motoras, cognitivas, emocionales y sociales.

En esta línea, se identifican actividades y metodologías que han resultado interesantes para trabajar ciertos temas o desarrollar ciertas habilidades específicas.


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• El trueque de semillas ha promovido el interés de los Hereder@s por conocer acerca de ellas, esforzándose por encontrar nuevas especies para intercambiar con sus compañeros de grupo. Esto ha reforzado en ellos la importancia del cuidado y protección de las semillas nativas, potenciando el reconocimiento de los recursos disponibles en su territorio y preocupándose por su conservación.

• El reciclaje y la reutilización de recursos han demostrado ser acciones inductoras en el tema ecológico, además de ser muy atractivas para los grupos de niños y adolescentes.

• El ahorro es el producto financiero más fácil de asimilar por parte de los jóvenes y es considerada la punto de partida para le generación de una cultura financiera. En este sentido, la incorporación de herederos en materia de finanzas rurales permite forjar un horizonte de sostenibilidad económica.

• El liderazgo participativo facilita la apropiación de enfoques y propicia el empoderamiento de los y las hereder@s.

• Los intercambios y vivencias facilitan la integración y fomentan el diálogo intergeneracional.

• La articulación de los diferentes enfoques facilita su apropiación y genera coherencia y complementariedad de discursos.

• Los procesos de sistematización y reflexión con participación de diversos actores facilitan el diálogo intergeneracional y la generación de aprendizajes colectivos

• La radio comunitaria y las redes de comunicación, visibilizan a los y las Hereder@s en sus territorios, permitiendo darse a conocer, integrar nuevos niños, niñas o jóvenes y la posibilidad de encontrar nuevos aliados y respaldo al Programa.

Sin embargo, todas estas acciones son posibles gracias a la existencia de los y las facilitador@s, quienes se identifican como los actores principales en el proceso de transmisión de enfoques, herramientas, conocimientos y desarrollo de habilidades de los y las hereder@s.


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XI. RECOMENDACIONES

Finalmente, durante el taller de sistematización los y las participantes reflexionaron en torno a las sugerencias que harían a otras organizaciones o actores que quisieran implementar procesos para fomentar el enfoque de complemento intergeneracional. Ante esto, la mayor parte de los acuerdos se orientaron a identificar las características del trabajo con niños, niñas y adolescentes, y el trato que deben tener los facilitadores para lograr avances relevantes. Así, las principales recomendaciones son las siguientes:

• Inculcar en los niños, niñas y adolescentes el interés y amor por el proceso organizativo a partir del conocimiento de su trayectoria, sus hitos, sus aciertos y desaciertos. Es necesario que ellos conozcan las características del proceso del cual han sido parte sus padres y vecinos, de manera de que compartan y enriquezcan la memoria organizacional.

• Siempre escuchar a los niños. Es importante que ellos se sientan incluidos, y que tengan la oportunidad de expresar lo que les gusta y lo que no. Se trata de construir con ellos, que sientan que ese es su espacio. Para ello, es muy importante conocer sus puntos de vista, escucharlos.

• Fomentar la confianza y la solidaridad en los grupos. Es importante que los niños aprendan a convivir desde pequeños bajo relaciones solidarias, respetuosas y tolerantes.

• Nunca perder la orientación hacia la familia. El rol de los padres es fundamental para incentivar a sus hijos e hijas, por lo que deben estar involucrados durante todo el proceso, al igual que los hermanos, abuelos y todas las personas que conforman el núcleo familiar.

• Utilizar metodologías atingentes al ciclo de vida en que se encuentran los participantes. Para el caso de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, las metodologías lúdicas, participativas, el aprender haciendo y el intercambio de experiencias han demostrado ser herramientas adecuadas para el desarrollo de capacidades y generación de aprendizajes integrales. El apoyo audiovisual también ha sido de gran utilidad para mantener la atención de este segmento etario.

• Reforzar habilidades comunicacionales. Es muy importante los mismos Hereder@s participen en la elaboración y difusión de materiales comunicacionales, para facilitar la apropiación de estos espacios y lograr una mayor visibilización de sus aportes. Para ello, es necesario contar con herramientas de comunicación y promover la adquisición de conocimientos técnicos sobre el montaje de las mismas.

• Fomentar el diálogo intergeneracional. Para poder avanzar en el complemento intergeneracional es necesario que existan espacios de encuentro entre los diferentes grupos generacionales, de manera de facilitar el reconocimiento de las virtudes y debilidades de cada uno y lograr superarlas a través de su agregación. Los intercambios de experiencias, como las vivencias, han resultado relevantes para estimular el diálogo intergeneracional, así como para fomentar la inclusión de nuevos jóvenes al proceso.


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• Quienes hacen parte del proceso, asumirlo con responsabilidad. Debido a la importancia que ha tenido el rol de los facilitadores para el éxito de la iniciativa, se hace un llamado a ser consientes sobre las responsabilidades e injerencia que se tiene en la formación de personas. Ell@s han asumido un compromiso pedagógico, no sólo con los grupos de herederos, sino también con su rol de multiplicadores, lo que les otorga gran responsabilidad y les exige especial respeto por su cargo.

• Incentivar la autogestión por parte de los grupos de herederos y herederas. Finalmente, con el fin de evitar asistencialismo y promover la formación de personas autónomas y proactivas, es importante estimular la autogestión en los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, tanto en la elección de los temas y acciones a realizar, como en la gestión de los materiales necesarios para realizarlas.


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XII. CONTACTOS

N° Nombre Descripción Contacto Foto

1 Karen PinedaJoven heredera de 13 años de edad, residente en Soracá, Boyacá

3144920058

2 Carolina QuembaJoven heredera de 15 años de edad, residente en Siachique, Boyacá

3223627051

3 Yanit Adriana Lizarazo Velan

Joven heredera de 12 años de edad, residente en Socotá, Boyacá

3219240334

4 Camilo Alejandro Montoya Duran

Joven heredero de 12 años de edad, residente en Socotá, Boyacá

3208337208


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5 Silvia Giovana Gomez Rosera

Facilitadora de 33 años residente en Consacá, encargada de los grupos de herederos de 5 seccionales del departamento de Nariño.

3104239688

6 Jair Steven Naranjo

Facilitador de 22 años residente en Tibasosa, encargado de la Escuela Agroecológica de Boyacá

3132230726

7 Marerlis Torres Santanol

Facilitadora de 26 años residente en María la Baja, Departamento de Bolivar, encargada de los grupos de herederos de 5 seccionales ubicadas en la región caribe.

3217401225 [email protected]

8 Andres Romero

Co-director de la Federación Agrosolidaria Nariño, con 37 de edad y residente en Putumayo, Nariño.


9 Sonia Pérez

Coordinadora Nacional del Programa Herederos agrosolidarios, 52 años de edad y residente en Tibasosa, Boyacá.



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10 Leonardo Sandino Arias Lagos

Joven heredero de 25 años de edad, residente en Boavita, Boyacá


11 Ramiro Pinzon

Joven heredero de 22 años de edad y Representante legal de grupo asociativo, residente en Chivata, Boyacá


12 Estefania Moloino

Co-directora de Seccional Unión Peneya y Facilitadora del PHA en 4 seccionales del Departamento de Caquetá, 22 años y residente en Unión Peneya


13 Mario Bonilla

Co-director de la Confederación de Prosumidores Agroecológicos de Colombia, 53 años y residente en Tibasosa, Boyacá.


América Latina y el Caribe

Heriberto Covarrubias 21 Of. 705 Ñuñoa, casilla 599.

Santiago, Chile.Tel: +56 2 23416367

http://americalatina.procasur.org

África

Shelter Afrique Building, 2nd Floor, Mamlaka Road, off Nyerere Road. P.O.

Box 25965 - 00100 Nairobi, Kenia.Tel: +254 20 2716036

http://africa.procasur.org

Asia y Pacífico

209/34 Moo 10, Chiang Mai-Hangdong Road, T. Padad, A.Muang, Chiang Mai

50000 Tailandia.Tel: +66 53272362

http://asia.procasur.org

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