La Fecha Improbable Hobsbawm

6
 1968, Magnum en el mundo. Eric Hobsbawm La fecha improbable. En líneas generales, la historia da muchas satisfacciones a uienes gustan de contemplarla de acuerdo con períodos bien delimitados, pero a !eces parece compadecerse de ellos. 1968 es una fecha de igual importancia en la historia de los tres mundos ue los obser!adores acostumbran a distinguir en la "poca de la guerra fría# el $primer mundo% del capitalismo occidental, $segundo mundo% de los estados comunistas & el $tercer mundo% de 'sia, (frica e Hispanoam"rica. Esta fecha parece haber sido concebida para ser!ir de punto de referencia a los historiadores. )inguno de auellos ue !i!ieron en el 1968 lo podr* ol!idar. +ara todos contiene acontecimientos tan perturbadores como había sido para los estadounidenses pero s-lo para ellos el asesinato del presidente /. 0. enned&. Esos acontecimientos est*n presentes en nuestra memoria, no simplemente a la manera de titulares periodísticos o de im*genes tele!isi!as, sino como una parte de la te2tura misma de nuestras !idas indi!iduales. Mientras escribo, !eo de nue!o el torrente humano ue a3u&e a las calles de +arís cuando, a principios de ma&o, tienen lugar las manifestaciones de los estudiantes & ue arrastra con "l la silueta respetable & encorbatada de un amugo 'lbert 4oboul, historiador de la 5e!oluci-n, en profundo desacuerdo con la contracultura & la i ui erda heterodo2a, per o moralmente obligado a seguir $cuando el pueblo se echa a la calle%. ' mi mismo me !eo recorriendo un !ale desnudo del +aís de gales una ma7ana de agosto, at-nito e incr"dulo tras el anuncio en la radio de la in!asi-n de hecoslo!auia por la ni-n 4o!i"tica. 'l simple enunciado de $1968%, nosotros, de nue!o en ese a7o singular. +ero auellos para uienes 1968 en un recuerdo !i!o se encuentran ho & en la edad madura o en la !e :e . Haber es tado presente en 1968 signi;ca tener al menos treinta a7os ho&. Mu& pocas personas de menos de cuarenta & cinco a7os pueden considerar realmente es te gr an a7o como parte de sus !idas sub: eti!as de hombre & mu:eres. 'sí pues, para las generaciones posteriores al 68 sin duda es <til empear a recordar lo ue ocurri- !erdaderamente en el curso de esos doce meses e2traordinarios. asi todo se produ:o sin pre!io a!iso. Las economías de los países occidentales de sarrollados se encontraban en la cima de lo ue algunos obser!adores franceses iban a llamar los $treinta gloriosos%# el

description

kj'l

Transcript of La Fecha Improbable Hobsbawm

1968, Magnum en el mundo.

Eric Hobsbawm

La fecha improbable.

En lneas generales, la historia da muchas satisfacciones a quienes gustan de contemplarla de acuerdo con perodos bien delimitados, pero a veces parece compadecerse de ellos. 1968 es una fecha de igual importancia en la historia de los tres mundos que los observadores acostumbran a distinguir en la poca de la guerra fra: el primer mundo del capitalismo occidental, segundo mundo de los estados comunistas y el tercer mundo de Asia, frica e Hispanoamrica. Esta fecha parece haber sido concebida para servir de punto de referencia a los historiadores.

Ninguno de aquellos que vivieron en el 1968 lo podr olvidar. Para todos contiene acontecimientos tan perturbadores como haba sido para los estadounidenses (pero slo para ellos) el asesinato del presidente J. F. Kennedy. Esos acontecimientos estn presentes en nuestra memoria, no simplemente a la manera de titulares periodsticos o de imgenes televisivas, sino como una parte de la textura misma de nuestras vidas individuales. Mientras escribo, veo de nuevo el torrente humano que afluye a las calles de Pars cuando, a principios de mayo, tienen lugar las manifestaciones de los estudiantes y que arrastra con l la silueta respetable y encorbatada de un amugo Albert Soboul, historiador de la Revolucin, en profundo desacuerdo con la contracultura y la izquierda heterodoxa, pero moralmente obligado a seguir cuando el pueblo se echa a la calle. A mi mismo me veo recorriendo un vale desnudo del Pas de gales una maana de agosto, atnito e incrdulo tras el anuncio en la radio de la invasin de Checoslovaquia por la Unin Sovitica. Al simple enunciado de 1968, nosotros, de nuevo en ese ao singular.

Pero aquellos para quienes 1968 en un recuerdo vivo se encuentran hoy en la edad madura o en la vejez. Haber estado presente en 1968 significa tener al menos treinta aos hoy. Muy pocas personas de menos de cuarenta y cinco aos pueden considerar realmente este gran ao como parte de sus vidas subjetivas de hombre y mujeres. As pues, para las generaciones posteriores al 68 sin duda es til empezar a recordar lo que ocurri verdaderamente en el curso de esos doce meses extraordinarios.

Casi todo se produjo sin previo aviso. Las economas de los pases occidentales desarrollados se encontraban en la cima de lo que algunos observadores franceses iban a llamar los treinta gloriosos: el ms fuerte perodo de prosperidad y crecimiento de la historia del mundo industrializado. Lo ltimo que podan imaginar los polticos, e incluso el establishment intelectual, eran los tumultos en ciudades como Pars y la conversin, aparentemente sbita, de una multitud de chicas y chicos de la clases medias a la causa revolucionaria. No menos sorprendentes, tanto en el interior como en el exterior del mundo comunista, fueron los acontecimientos de Checoslovaquia: un partido comunista en el gobierno abrazaba oficialmente un pluralismo tolerante. Y si es cierto que ya entonces se poda predecir que los Estados Unidos, a pesar de su poder planetario, no se mantendra eternamente en Vietnam, quin poda prever en diciembre de 1967 la ofensiva del Tet y sus repercusiones espectaculares, casi inmediatas en la poltica exterior estadounidense?

Ese carcter sbito e inesperado es lo que hizo que los acontecimientos de 1968 fueran impactantes y dramticos. Y fue un ao sumamente rico es acontecimientos. Empez con la ofensiva suicida de los vietnamitas el da del Tet, que, como hoy sabemos, quebr la voluntad de las fuerzas armadas estadounidenses y determin definitivamente su derrota. Esto comport casi inmediatamente a decisin de L. B. Johnson de no presentarse a las elecciones, en gran parte bajo la presin de las manifestaciones de los estudiantes contra la guerra. Dicha decisin est en el origen de la eleccin, el mismo ao, de Richard Nixon como presidente. En la mismas semanas, Alexander Dubcek tom las riendas del partido comunista checoslovaco. La dimisin del presidente Novotny fue seguida por las reformas de la Primavera de Praga y la tentativa de instaurar un comunismo con rostro humano, que iba a ser aplastada en el 20 y el 21 de agosto con la invasin de la pequea republica. El triunfo de los reformadores de Praga provoc en Polonia manifestaciones estudiantiles que fueron severamente reprimidas, y que el clan ultranacionalista, predominante en el gobierno, imput a los judos. La mayor parte de los varios miles de judos todava residentes en el pas fueron expulsados.

La primavera fue tambin un momento de crisis para Francia. Los acontecimientos de mayo no slo constituyeron la mayor movilizacin de estudiantes que este pas ha conocido, sino que adems se propagaron mediante una huelga general que podra ser igualmente las ms grande de su historia. Se ha discutido mucho, en nuestro tiempo, para saber si este extraordinario levantamiento habra podido desembocar en la primera revolucin occidental, en tiempos de paz, desde la guerra civil espaola. Probablemente no. Pero, aunque el general De Gaulle sobrevivi a la crisis, su marcha el ao siguiente fue con toda seguridad consecuencia directa, aunque retardada, de mayo de 1968, como lo fue la restauracin de la unin de la izquierda en torno a un programa comn a principios de la dcada siguiente. Los acontecimientos de mayo fueron seguidos casi inmediatamente, en Yugoslavia, por manifestaciones de estudiantes a favor de las reformas, que el presidente Tito consigui calmar el 9 de junio. La casi simultaneidad de los movimientos estudiantiles a uno y otro lado de los que entonces se llamaba el teln de acero es uno de los aspectos ms significativos y ms imprevistos de 1968.

El movimiento estudiantil no se limit a Europa. Cuando, en otoo, la chispa cruz el Atlntico y prendi en Mxico, el episodio ms dramtico fue la matanza de estudiantes y no slo de estudiantes en el curso de una gran concentracin pblica en la ciudad de Mxico, poco antes de los Juegos Olmpicos, punto culminante de una importante agitacin estudiantil y popular en el pas. Aunque sta choc inmediatamente con una represin brutal, la poltica del gobierno mexicano registr un giro a la izquierda bajo el presidente (que haba sido responsable de la represin como ministro de Interior).

En Hispanoamrica tuvo lugar otra repercusin. La muerte del Che Guevara, en 1967, haba marcado el fin de la tentativa cubana, muy criticada, de extender la revolucin castrista exportando la guerrilla al continente, y al hacerlo haba trasformado la imagen del Che en un icono poltico universal. No obstante, ahora las guerrillas parecan suplantadas por golpes de estado de signo progresista y antiimperialista. (Los golpes de estado conservadores eran relativamente habituales en Hispanoamrica y en otros sitios: en Brasil, y poco antes del perodo que nos ocupa, en 1967, en Grecia). El del general Omar Torrijos en Panam haba conducido a una confrontacin a la vez enconada y larga con los Estados Unidos. El de la junta del general Velasco en el Per, ms importante, haba comportado la reforma agraria ms considerable acometida por un rgimen no revolucionario en el hemisferio occidental.

Por ltimo, de nuevo en Europa, el otoo 1968 marca tambin el inicio de los combates en Irlanda del Norte, con los incidentes de Londonderry entre la polica y los manifestantes a favor de los derechos civiles. En el mismo momento, en Alemania Federal, la tentativa de asesinar al lder estudiantil Rudy Dutschke desencadenaba un perodo de agitacin estudiantil en masa, mientras que en Italia, la combinacin de manifestaciones y tumultos estudiantiles con la huelga general de 24 horas de los obreros anunciaba ya el gran movimiento que iba alcanzar su apogeo en el otoo caliente de 1969.

A estos acontecimientos dramticos hay que sumar los que, aun siendo de consecuencias menos graves, ocupaban las primeras pginas de los peridicos, como el asesinato de Martin Luther King o el de Robert Kennedy en los Estados Unidos, el levantamiento tan imprevisto como los otros de Watts, barrio negro de la prospera ciudad de los Los Angeles, e incluso los actos simblicos de radicalizacin afroamericanos, como el saludo, puo en alto, de los atletas negros en los Juegos Olmpicos en Mxico. Pero no hay que olvidar cuatro procesos que sucedieron durante todo el ao y le imprimieron su sello.

El primero es la Gran Revolucin cultural de Mao en China, que entonces alcanzaba su apogeo. Es un episodio que los chinos preferiran olvidar, pero que en Occidente, donde China era poco conocida, inspir un breve perodo de entusiasmo por el maosmo, sobre todo entre los intelectuales jvenes, atrados por las llamadas del Gran Timonel a la revolucin sin fin. El segundo proceso es la continuacin del conflicto de Oriente Medio. Despus de la victoria delos israeles en la guerra de los Seis Dis en 1967, la accin armada de los comandos palestinos tom un giro cada vez ms dramtico, exactamente igual que el contraterrorismo israel. El tercer proceso es la trgica guerra civil de Nigeria, desencadenada por el intento secesionista de una de sus regiones 1967. Se prolong durante todo el ao 1968, hasta la derrota de la Biafra secesionista, debida, con carcter terminante, al aislamiento diplomtico de que sta fue objeto. Por ltimo acontecimiento tan sonoro como visible est el sesmo contracultural, la gran revolucin cultural del mundo occidental : 1967-69 fueron los aos de los grandes festivales de rock de Monterrey a Woodstock y Altamont y 1968 fie su epicentro.

Los historiadores que vivieron 1968 evocaron entonces, como no poda ser por menos, otro ao descrito en trminos potico-estacionales como la primavera de los pueblos: 1848, el ao de las revoluciones europeas. Como ste, termin en decepcin. A la postre, los dramticos acontecimientos de la escena pblica desembocaron en contadsimos avances concretos. Tal vez es en parte por eso por lo que 1968 se ha prestado al reportaje fotogrfico. La fotografa registra el momento vivo, la manera como la gente vive la historia, pero no las consecuencias histricas, aunque Magnum supo captar mejor que cualquier agencia fotogrfica el tono histrico y el clima de la poca. En los mejores casos, y tal vez de la manera ms espectacular, esas fotos concentran en una sola imagen la complejidad y las contradicciones de una situacin; as ocurre, por ejemplo, en la foto de Don McCullin en la que una mujer de Biafra lleva sobre la cabeza una carga de cartuchos de artillera como si fuera un cntaro o un racimo de pltanos. O el pequeo burgus de Henr Cartie-Bresson, que contempla los graffiti de las paredes de mayo. Sin embargo, son imgenes que slo pueden evocar un contexto e ignoran las consecuencias. Si el fotgrafo de Magnum hubiera estado presente en Waterloo, habra captado la batalla desde el punto de vista del Fabrice de La cartuja de Parma antes que desde el de Napolen, Wellington o Talleyrand. En cualquier caso, ese precursor de nuestros reporteros casi con toda seguridad habra considerado decisiones menos interesantes, visualmente, que la accin sobre el terreno, salvo para hacer un retrato ecuestre. Pero, exactamente quin tomaba las grandes decisiones en 1968? Los movimientos ms caractersticos de este ao hacan de la espontaneidad un ideal y eran alrgicos a las directrices, a las estructuras y a las estrategias. Su ideologa natural debera haber sido el anarquismo, y no los simulacros de Marx, Lenin, Mao y el Che que sus miembros ms politizados preferan. El arma natural de la rebelin de 1968 no era ni el fusil, ni la resolucin poltica, sino los grafffiti, el cartel improvisado y el micro.

No obstante, sera un error considerar 1968 como un ao revolucin o revoluciones fallidas, o, para retomar la frmula de un historiador a propsito de 1848, como un curva en la que Europa err la maniobra. Bajo la iluminacin ms favorable, era un signo de que los cimientos de la edad de oro de la economa occidental estaban hundindose, exactamente igual que lo de as economas centralizadas de tipo sovitico, cuyas debilidades se hacan cada vez ms evidentes. Sin embargo, como demostrar el aplastamiento de la Primavera de Praga por los carros de combate soviticos, para el Este an no haba llegado el momento de la desintegracin del imperio, aunque despus de 1968 era evidente que slo la pronta intervencin de Mosc haba salvado el status quo.

En los pases occidentales desarrollados, la edad de oro del crecimiento econmico y del Estado-providencia keynesiano lleg a su fin antes del derrumbe del comunismo 1973 marca la gran inflexin sin que nadie lo hubiera previsto. Ninguna de las grandes corrientes polticas y los partidos socialistas europeos menos que los otros contaba seriamente con un cambio de rgimen econmico; es ms, nada permita vislumbrar su posibilidad. En Occidente, la revuelta estudiantil, aunque pareca hablar un lenguaje poltico, era un fenmeno ajeno a la economa y la poltica. Exceptuada su contribucin a la lucha contra la guerra de Vietnam, su impacto en la poltica, o en la luchas obreras, no era intencionado. Su alcance cultural fue mucho ms grande que su impacto poltico, a diferencia de los que ocurra en el mismo momento en los pases comunistas y en otras dictaduras.

Lo que hace de 1968 una fecha esencial en la historia del siglo XX es la explosin cultural despus de veinte aos de transformaciones econmicas y sociales sin precedentes. Este ao vio estallar la revolucin en la educacin que, en los tres mundos, transformaba la poblacin estudiantil, formada entonces por lites salidas de las clases medias, en ejrcitos inmensos. En Francia su nmero se haba triplicado en el curso de los aos sesenta hasta llegar a 650,000. 1968 presenci la mundializacin explosiva de las comunicaciones, con la difusin en unas semanas de los mismos iconos, de las mismas barreras, de campus en campus, a travs de continentes y ocanos. Puso de manifiesto de manera rotunda una prosperidad sin precedentes que se traduca en el poder adquisitivo de una capa social emergente, la juventud, cultural y econmicamente autnoma. La industria del disco poda contar ya, en el 75% de su cifra en negocios, con el rock, seguido masivamente por los jvenes de 14 a 24 aos. 1968 hizo estallar la falla (en las tradiciones, el comportamiento, los temores, las esperanzas y las expectativas) entre las generaciones anterior y posterior a 1950. Y tal vez por encima de todo, el ao 1968 aceler la dispersin, el alcance de los cambios en los comportamientos pblicos y privados, en las relaciones entre las generaciones y los sexos, que haban empezado en los aos sesenta. sta fue la dcada en la que, dentro de la industria francesa del prt porter femenino, por primera vez se produjeron ms pantalones que faldas, la dcada en la que las vocaciones sacerdotales cayeron verticalmente, la dcada de la contracultura militante.

stos no eran fenmenos polticos en el sentido tradicional del trmino, aunque, como todos los grandes cambios socioeconmicos y culturales, hayan tenido repercusiones polticas y se hayan expresado, entre otros lenguajes, en el tradicional de la poltica, que continua hoy. Pero su en la retrica de 1968 no haba una diferencia clara entre el amor, tomar LSD o hacer la revolucin, la conversin de John Lennon a una especie de radicalismo poltico que llevar al FBI a abrir un voluminoso expediente sobre l, no constituye el episodio ms interesante del rock en general y de la historia de los Beatles en particular. Lo que 1968 puso de manifiesto de manera espectacular en Occidente, menos dramticamente en la Europa comunista y menos an en el tercer mundo, es la extraordinaria aceleracin de las transformaciones sociales en el curso de las dcadas posteriores a 1945, perodo que los historiadores terminarn por definir como el ms revolucionario de la historia mundial.

1998, ditions Hazan, Paris1998, Lunwerg Editores, Barcelona, Magnum Photos

traduccin Ramn Ibero.