La gran crisis económica actual - Revistas UNAM

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ESTUDIOS POLITICOS EL ESTADO DE BIENESTAR EN CRISIS So/ Arguedas La gran crisis económica actual fe trata, en primer lugar, de la crisis del capitalismo norteamericano. Crisis que, como veremos más ade lante, se deberá tanto a conocidas contradicciones in ternas del capitalismo, como al nuevo y todavía no bien comprendido conflicto entre los Estados-nación y las más poderosas corporaciones trasnacionales. De aquí que el deterioro de la hegemonía mundial de Esta dos Unidos pueda considerarse también dentro del cuadro más general de las agresiones contra los Esta dos nacionales y del fortalecimiento de empresas y conglomerados trasnacionales, todo mediante un pro ceso que prodriamos llamar, tentativamente, de cre ciente "desmetropolización" de las gigantescas corpo raciones trasnacionales. Como es lógico —dialécticamente hablando— esta .lueva tendencia del capitalismo actual tiene su contra dicción en un nacionalismo creciente, manifestado de diversas maneras, y más visible en unos paises que en otros. La ola de nacionalizaciones en los sectores eco nómicos —de Francia, en el mundo desarrollado; de México, en el subdesarrollado— forma parte del mis mo proceso. El conflicto entre ambas tendencias contradictorias adquiere hoy aspectos espectaculares. Es, la de ahora, una crisis en la que se juegan la paz so cial interna y el poderío político militar e.xtcrno de Es tados Unidos. Como es sabido, cuanto ocurre en aquel pais locomotora repercute en lodo el sistema-tren del mundo llamado occidental. Por contigüidad y conta- íio. pero también por relativa interdependencia, reper cute en el resto del mundo no capitalista. De este modo a crisis de la economía norteamericana creció hasta -•onverlirse en crisis económica mundial. \bstrayéndonos de la anécdota y del folklore protago- lizados por el presidente actor, la reaganomles' apare- te justamente cuando Estados Unidos necesita con ur- tencia elevar la productividad del trabajo (es decir, in- ensificar la revolución tecnológica propia de nuestra tpoca) presionado por e! deterioro de la economía y )or la pérdida de competilividad, no sólo frente a la Tomunidad europea, sino, sobre todo, frente ai reto le la economía japonesa en ascenso vertiginoso. :t deterioro de la economía estadounidense, y los re- nedios que se le aplican, se expíkarian dentro del pen- amienlo marxista clásico —en última in.slancia— a .-ReaRjoomlCTc» un cnnrffplo debido i;l ingemo none.tmencano, íuncicntcmcnie lio. y en cierto modo irónico, para denifo^nr el icllo poniculai que Raiiiild Reagiii ho rvprcio a to pa^llica eennóm^ y a Lst reladooti aieriote ós la Unlon Americana. partir de la tasa decreciente de ganancia y de su corre lativa necesidad de elevar la productividad del trabajo apoyándose en innovaciones tecnológicas. Hay que re calcar, sin embargo, que en ningún análisis marxista se explicarla una crisis, y menos una de las dimensiones y complejidad de ésta, con base en un solo elemento teórico. Sobre esta gran crisis de la economía capitalista mun dial, AndréGunder Frankseñala:"el ¡ntentocapitalísta de mantener o de revivir la tasa de ganancia producien do a costos inferiores en el Tercer Mundo y también en los paises socialistas, con el apoyo polilico nacional (...) a medidas represivas en los mismos''.^ Ya conocemosel mecanismo usual utilizado porlos capi talistas para salir de las crisis periódicas dentro de las economías nacionales: elevar la productividad del traba jo mediante innovaciones tecnológicas, como recurso fundamental para revalorizar el capital y desvalorizar la fuerza de trabajo. Ahora falta trasladar este fenómeno a la escala internacional e interpretar el derrumbe actual de los precios de las materias primas (el "salario" de las naciones pobres); las altas tasas del interés del crédito (que arruina a aquellos paises cuyas plantas productivas y tecnoíogias van quedando rezagadas, y cuyas respec tivas deudas extemas van volviéndose insoportables); la carrera innovadora en lo tecnológico de las má.ximas po tencias capitalistas (especialmente en ios campos de microcomputación, de comunicaciones y de fuentes energéticas alternas, lodos fuera de las posibilidades de ta mayor partcde ios paises); la marginación en la queca- en aquellas naciones a las que se les niegan créditos inter nacionales por "insolventes" (originándose asi la for mación de un "cuarto" mundo, el cual toma el papel cumplido por los trabajadores despedidos o desemplea dos, es decir, el ejército de reserva de la fuerza de tra bajo en el capitalismo tradicional), y la sobrexpiota- ción de los paises "no despedidos" en el sistema impe rante en la división internacional del trabajo. Lo que quiero hacer resaltar es la cada vez más recono cible necesidad de los dueños de los recursos de capital de explotar más y mejora los paises sometidos ("a.sala- riados"), para tratar de superar lagran crisis económica mundial. Y como dueños de los recursos de capital hay que señalar hoy tanto a los empresarios individuales y a los monopolios tradicionales dentro de las naciones ca- pitaiistascomo a los miembros propietarios en las "tec- noestructuras" de las gigantescas empresas trasna cionales. La crisis actual pareciera ser no sólo causa y efecto de la incrementada explotación de estos paises sometidos, si no también, simultáneamente, conslituirel instrumento 2rA. Cinndef Krank: ecunbnlcq. imtnodbn de cTpvnacJóa y (tprv«Hri) palítks. portcncia el il Omjtesoóe l:«:ünomisitu del Teicef Mundo, ixlebrfldo en i.t Habana, del 26 al SOde abril de 1981.

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ESTUDIOS POLITICOS

EL ESTADO DE BIENESTAR EN CRISIS

So/ Arguedas

La gran crisis económica actual

fe trata, en primer lugar, de la crisis del capitalismonorteamericano. Crisis que, como veremos más adelante, se deberá tanto a conocidas contradicciones internas del capitalismo, como al nuevo y todavía nobien comprendido conflicto entre los Estados-nación ylas más poderosas corporaciones trasnacionales. Deaquí que el deterioro de la hegemonía mundial de Estados Unidos pueda considerarse también dentro delcuadro más general de las agresiones contra los Estados nacionales y del fortalecimiento de empresas yconglomerados trasnacionales, todo mediante un proceso que prodriamos llamar, tentativamente, de creciente "desmetropolización" de las gigantescas corpo

raciones trasnacionales.

Como es lógico —dialécticamente hablando— esta.lueva tendencia del capitalismo actual tiene su contradicción en un nacionalismo creciente, manifestado dediversas maneras, y más visible en unos paises que enotros. La ola de nacionalizaciones en los sectores eco

nómicos —de Francia, en el mundo desarrollado; deMéxico, en el subdesarrollado— forma parte del mismo proceso. El conflicto entre ambas tendenciascontradictorias adquiere hoy aspectos espectaculares.Es, la de ahora, una crisis en la que se juegan la paz social interna y el poderío político militar e.xtcrno de Estados Unidos. Como es sabido, cuanto ocurre en aquelpais locomotora repercute en lodo el sistema-tren delmundo llamado occidental. Por contigüidad y conta-íio. pero también por relativa interdependencia, repercute en el resto del mundo no capitalista. De este modoa crisis de la economía norteamericana creció hasta

-•onverlirse en crisis económica mundial.

\bstrayéndonos de la anécdota y del folklore protago-lizados por el presidente actor, la reaganomles' apare-te justamente cuando Estados Unidos necesita con ur-tencia elevar la productividad del trabajo (es decir, in-ensificar la revolución tecnológica propia de nuestratpoca) presionado por e! deterioro de la economía y)or la pérdida de competilividad, no sólo frente a laTomunidad europea, sino, sobre todo, frente ai retole la economía japonesa en ascenso vertiginoso.

:t deterioro de la economía estadounidense, y los re-nedios que se le aplican, se expíkarian dentro del pen-amienlo marxista clásico —en última in.slancia— a

.-ReaRjoomlCTc» un cnnrffplo debido i;l ingemo none.tmencano, íuncicntcmcnielio. y en cierto modo irónico, para denifo^nr el icllo poniculai que Raiiiild Reagiii horvprcio a to pa^llica eennóm^ y a Lst reladooti aieriote ós la Unlon Americana.

partir de la tasa decreciente de ganancia y de su correlativa necesidad de elevar la productividad del trabajoapoyándose en innovaciones tecnológicas. Hay que recalcar, sin embargo, que en ningún análisis marxista seexplicarla una crisis, y menos una de las dimensiones ycomplejidad de ésta, con base en un solo elementoteórico.

Sobre esta gran crisis de la economía capitalista mundial, AndréGunder Frankseñala:"el ¡ntentocapitalístade mantener o de revivir la tasa de ganancia produciendo a costos inferiores en el Tercer Mundo y también enlos paises socialistas, con el apoyo polilico nacional(...) a medidas represivas en los mismos''.^

Ya conocemosel mecanismo usual utilizado porlos capitalistas para salir de las crisis periódicas dentro de laseconomías nacionales: elevar la productividad del trabajo mediante innovaciones tecnológicas, como recursofundamental para revalorizar el capital y desvalorizar lafuerza de trabajo. Ahora falta trasladar este fenómeno ala escala internacional e interpretar el derrumbe actualde los precios de las materias primas (el "salario" de lasnaciones pobres); las altas tasas del interés del crédito(que arruina a aquellos paises cuyas plantas productivasy tecnoíogias van quedando rezagadas, y cuyas respectivas deudas extemas van volviéndose insoportables); lacarrera innovadora en lo tecnológico de las má.ximas potencias capitalistas (especialmente en ios campos demicrocomputación, de comunicaciones y de fuentesenergéticas alternas, lodos fuera de las posibilidades deta mayor partcde ios paises); la marginación en la queca-en aquellas naciones a las que se les niegan créditos internacionales por "insolventes" (originándose asi la formación de un "cuarto" mundo, el cual toma el papelcumplido por los trabajadores despedidos o desempleados, es decir, el ejército de reserva de la fuerza de trabajo en el capitalismo tradicional), y la sobrexpiota-ción de los paises "no despedidos" en el sistema imperante en la división internacional del trabajo.

Lo que quiero hacer resaltar es la cada vez más reconocible necesidad de los dueños de los recursos de capitalde explotar más y mejora los paises sometidos ("a.sala-riados"), para tratar de superar lagran crisis económicamundial. Y como dueños de los recursos de capital hayque señalar hoy tanto a los empresarios individuales y alos monopolios tradicionales dentro de las naciones ca-pitaiistascomo a los miembros propietarios en las "tec-noestructuras" de las gigantescas empresas trasnacionales.

La crisis actual pareciera ser no sólo causa y efecto de laincrementada explotación de estos paises sometidos, sino también, simultáneamente, conslituirel instrumento

2rA. Cinndef Krank: ecunbnlcq. imtnodbn de I» cTpvnacJóa y (tprv«Hri) palítks.portcncia el il Omjtesoóe l:«:ünomisitu del Teicef Mundo, ixlebrfldo en i.tHabana, del 26 al SOde abril de 1981.

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más eficaz para una mayor concentración acelerada delcapital internacional, con lo cual se profundiza el proceso de trasnacionalización del capitalismo, característicapropia de su fase presente. Por lo tanto hay que saberdiscernir, en el conjunto de los propietarios o dueños delcapital, a quiénes favorece la crisis y a quiénes verdaderamente los ahoga. Y no olvidar la primada que ha alcanzado hoy el capital financiero sobre el capital productivo.

El enfoque marxísta

Dice el economista brasileño Theotonio Dos Santos re

firiéndose a los orígenes de esta crisis en los países iii-dustrializados: "De manera (...) abstracta podríamosafirmar que la crisis resultó de un aumento en la composición orgánica del capital (...) y de una disminuciónsignificativa de la tasa de c.xplotación de la fuerza detrabajo, como resultado del poder de negociación delos trabajadores en condiciones más o menos prolongadas de pleno empleo, generadas por el propio auge.La consecuencia de la conjugación de estas dos tendencias fue la rebaja de la tasa de ganancia".'

En otra parte de su ponencia dice el autor: "La crisistambién refleja la saturación de los propios mecanismosgenerados por el pleno empleo de los factores productivos. obtenidos durante el periodo de crecimiento sostenido: el poder de reivindicación de los asalariados llegó alauge, como su organización y combatividad junto al augeeconómico, neutralizando en consecuencia ias ventajasqueelcapitalobtuvodurantc(...)losañosdecrisiscntrclaprimeray la segunda guerras mundiales (...) (neutralizando) también las ganancias de la productividad del trabajoobtenidas con la incorporación denuevas tecnologías después de la segunda guerra mundial".

La necesidad de modernizar los equipos y de racionalizar la producción hicieron cambiar el flujo de las inversiones en los países desarrollados, las cuales no se dirigieron ya a la ampliación de la capacidad instalada. Estoúltimo, más la pérdida de compciiiividad de ramas industriales obsoletas a causa de la modernización, generaron y siguen generando desempleo y, por tanto,conflictos sociales. Fue entonces cuando en los paísesindustrializados se adoptaron medidas restrictivas parala importación de mercancías provenientes de los paísessubdesarrollados para proteger las ramas no competiti

vas de su propia industria.^

3- Thcoionio Dm Sanlot Ia crhb <co06mfn IsirrAMiouI, ponmcift r^Bcniada en ibid.

4. "SolAOtfDte cuudo [tn lot paitet mduáinaliudosi dcjcti de proic^er o scciores QuehAfl dejado de scf compeÜiíviK ftodrln \a cnantjfflcsuras y lai ̂ efnhnanufactUTUS de lo(paUei en desaítolla o<upar su lugáf en Im meradm internadonaJes en beneficio de lo»eonjumidom del neme y de los produciors dd sur". Jnao Baplísta de Oliveín FIfudredo,Proidenie de 8rull. en m dUcuiso onie la Aunibtca de las Nadones Unidas el 27 de wp<liembre de I9t2.

En los países subdesarrollados la compra de tecnologíapara modernizar las instalaciones hizo aumentar losgastos para la creación de nuevos puestos de trabajo,por lo que necesitaron nuevas inversiones- Como sehabía acentuado el deterioro en los términos del inter

cambio "en parte por la relativa reducción de la demanda de materias primas en el mercado mundial, crece ladependencia de estos países pobres no productores d"petróleo respecto de los recursos exteriores".'

Modificadores de la crisis

Aunque los especialistas citados describen el origen y laaparición de esta crisis en particular, sus ortodoxasexplicaciones podrían referirse a cualquiera de las crisisperiódicas sufridas por el capitalismo en los últimostiempos.

Lo característico de esta crisis no reside tanto en la ma

yor profundidad o en la ya larga duración, como en ciertas circunstancias que rodearon su aparición y marcansu desarrollo. Por una pane se habla intensificado la acción modificadora sobre la respuesta global del sistematanto del llamado Estado de bienestar como del cons

tante flujo de innovaciones tecnológicas en la industriacivil, derivado de la producción permanente de armas.Por otra parte —y aquí es donde hay que buscar, fundamentalmente, la singularidad déla crisis actual—la consolidación de las corporaciones trasnacionales ennuestro momento está haciendo algo más que modificatla evolución previsible del capitalismo: se está cpnfor-mando tal mutación en su transcurso, que la crisis actual, más quecrisi.sen el sentido de agudización máximtde conflictos, debeconsiderarsecomoproceso de transición hacia una nueva etapa histórica.

Quisiera resaltar dos ideas fundamentales sobreesté tema en particular: la primera es la apreciación de la crisi:económica de hoy como una crisis que se inicia por lo:mismos factores determinantes de ias crisis periódica:anteriores del capitalismo; pero que no puede desarroliarse "normalmente", es decir, de acuerdo con la tcori:y con las experiencias pasadas, por la presencia de algi:nos elementos intrusos que lo impiden, al modificar sustancialmenie la conducta previsible del sistema en ctranscurso de las crisis. Son ellos; a) el Estado de bienestar (o socialdemocracia); b) la masiva y permanente producción de armamento, y c) la consolidación de laempresas trasnacionales.

La segunda idea básica es la existencia simultánea de dotipos de crisis, intrincadamente entrelazadas a vecehasta la identificación plena y la imposibilidad de distlnguirlas; pero en ias cuales en algunas ocasiones se dife

S^Q.K, Shirükev; Iji criab csUuciizrtI j Im ptbcs ta dnarrolle. ponencia pfaeniaüiien iCongreso de EeaROmÍ»rai del Tercer Mundo, celebrado eo La Habana del 26 al Mdeabrde I9«l.

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ENSAYOS E:

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S.L. Gonzilu

rencian algunos de sus elementos hasta el punto deconflicto entre ellos. Un ejemplo de esto último seria lacontradicción entre las funciones tradicionales del Esta

do burgués democrático y las necesidades de las empresas trasnacionales."*

El primer tipo de crisis es el conocido hasta aqui; se relaciona con los sujetos de los incisos (a) y (b) y pertenece,sin duda alguna, al desarrollo presente del capitalismo.El segundo tipo de crisis, profundamente estructural, alque llamé un poco más atrás de "transición", configuraya el futuro inmediato de la evolución capitalista; se relaciona, obviamente, con el sujeto del inciso (c) y representa las corrientes de avanzada o de punta del capitalismo actual.

El conocimiento de la acción modificadora de aquelloshechos citados sobre la conducta de la economía capitalista tradicional, mejor dicho, el conocimiento de lostropiezos y de sus causas que sufre la explicación mar-xista clásica en relación a aquellos hechos citados, permitirá comprender mejor los acontecimientos socio-políticos y politico-económicos relevantes de nuestromomento. Tal seria por ejemplo, el poder apreciar lacongruencia —y desentrañar su lógica, aunque tambiénsus contradicciones— de una política económica como6.-De aquí la improcedencia de icguir denominando bajo el míimo rubro de "burguesía" lomismo A Ias clases sociales poieedorosde los medios de producción dentrodel capitalismo (ra«

Uiclonol que a los miembros de las modernas tecnoairucturas de los empresas trasnadonalcs.Se debe lomar en cuenta que estas úliimat necesitan romper toda clase de fronteras propias yajeruLS paru poder realiraise como modalidad cualitaiivnmcnte distinta en la que .se cst& convirtiendo el capitalismo actuol. Por lo tanto, al abatir fronteras jurídicas, aduanales, geogri-Hcas, históricas, culturales y hasta morales y psicológicas —atialtccnsc, )>or ejemplo, las abru

madoras campaAas publícilurias Je ventas— al abatir, repito, fronteras de todo tipo creadaspara defender el mundo tradicionolmcnte "burguós". las empresas y conglomerados trosna*cionales se cslim convirtiendo en stu sepultureros. Reclamo, pues, el derecha a cuestionar laIndebida utili^ión del i¿rmmo "burguesía", para englobar todos los sectores sociales domi-nonles en nuestra (poca de aceíerada transformación del capitalismo hada su plena fose tras-nadonol. sio tomar en cuenta los «crias difcmicias entre ellos t|ue acabo de señalar

la del Presidente norteamericano Ronald Reagan, que seenfila, precisamente, hacia el desmantelamiento despiadado del Estado de bienestar; que se basa en lasobreproducción de armas con su inevitable marco deguerra fría, y que favorece —o entorpece, según elcaso— el tránsito hacia la nueva etapa del desarrollo capitalista, acelerado por las corporaciones trasnaciona-ies.

En nuestro estudio de ahora veremos que no fue únicamente el Estado de bienestar o Estado benefactor el cul

pable de que el viejo capitalismo perdiera el paso, comopretenden los conocidos campeones del neoliberalismode hoy.

La producción de armas

La permanente producción de cada vez más complejasarmas y, por ende, la permanente innovación tecnológica que de ahí se deriva, conturba fuertemente la economía, a lo que se añade la consolidación de las empresastrasnacionales con sus radicales transformaciones en la

producción y en el intercambio: son igualmente culpables del fracaso de los métodos habituales para salir delas crisis. Además, están convirtiendo rápidamente elque hasta hace poco era sólo portentoso futuro científico, en el presente técnico y tecnológico de cada día quevivimos hoy. Me refiero especialmente a los velocesavances en microelectrónica, en ingeniería genética y encomunicaciones, con lo cual se puede calibrar el formidable reto que estas revolucionarias innovaciones tecnológicas están planteando en los terrenos de la industriaconvencional, y lo que este hecho signi fica en la gran crisis económica que pesa hoy sobre todo el mundo.'

La fabricación de armas es el recurso más socorrido para absorber los excedentes en una economía en expansión y evitar desequilibrios incómodos, así como paraacrecentar el control del Estado sobre dicha economía

(lo cual contradice la letra y el espíritu del pregonadoneoliberalismo). Cabe comentar aqui que en la políticaeconómica prevaleciente en Estados Unidos —reagano-mics— no dismuyen los gastos en servicios y seguridadsociales porque hayan aumentado escandalosamentelos gastos en armamento, sino que, por lo contrario, estos últimos se han visto obligados a crecer para poderdisminuir los gastos en servicios y seguridad sociales.Esto último se explica por la lógica de la lucha contra elEstado de bienestar, lucha que constituye la columnavertebral de la actual Administración republicana conservadora en el país vecino.

"Gracias al hecho de la ampliación permanente de losgastos en armamento —dice Ernest Mandel— el EstadoTrinfonunadamentc para el procoo inccuinte de humanización del animal hombre, «iguen

siendo los prcparBiivos dr guerra la principal fuente rmandera y psicológica para el aceleradoavance denlifíco y tecnológico.

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(. . .) controla una pane importante de la renta nacional".»

AI comentar el articulo de otro autor« sigue diciendo elmismo Mande): "Existen numerosas ramas industrialesde las más importantes, entre las que están las de puntadel proceso tecnológico, que trabajan esencialmentecon pedidos del Estado y que se verían condenadas a unamuerte rápida si tales pedidos desaparecieran. Tal es elcaso de la aeronáutica, de la electrónica, de la construcción naval, de las telecomunicaciones e incluso de lasobras públicas, sin olvidar la industria nuclear". SegúnMandel, en Estados Unidos "la economía de regionesenteras se basa en estas ramas. Puede decirse que California [el Estado de Ronald Reagan] (. . .) el Estado de la Unión con mayor expansión, vive en gran partedel presupuesto militar de Estados Unidos".'"

Las corporaciones trasnacionalcs

En cuanto a las gigantescas corporaciones trasnacionalcs, losllamados "precios de transferencia" que rigen enel interior de ellas representan la negación misma de lasleyes del mercado. Aunque las empresas trasnacionalcsconstituyen un fenómeno cualitativamente nuevo propio de nuestra época, tuvieron como base para su evolución los viejos monopolios que arrancan desde el siglopasado. Y las trasnacionalcs de hoy proyectan, en escalagigantesca y con características actualizadas, las conductas monopolistas tradicionales para impedir la reducción de precios cuando hay sobreproducción; pararepartirse los mercados mundiales y de paso burlar eficazmente legislaciones defensoras de derechos nacionales; para esquivar, en una palabra, el "libre Juego de lasfuerzas del mercado". Un juego que—por otra parte—es imposible ya compaginar con la evolución del capitalismo esencialmente financiero e internacional de hoy. ycon el nivel politico-ideológicoalcanzado perla lucha declases en escala internacional. Todo lo cual se inscribedentro de la lógica del capitalismo en escala mundial.

Las corrientes de punta en el capitalismo avanzado —esdecir, las corporaciones trasnacionalcs— libran hoydoble batalla; contra las corrientes capitalistas tecnológicamente atrasadas y organizativamente tradicionaleso "nacionalistas", por una parle, y. por la otra, contrae)bloque socialista y su creciente influencia, lo que ha reducido considerablemente el ámbito internacional parala expansión tógicae histórica del sistema de produccióncapitalista. Aunque sea incidenialmente se debe señalaraqui que esto último explica, en última instancia, el

IrEinaiMtndd: iildtcMB ■ b (cOMaii nmiiti. 1974.

9.-P)em Navllle. ca lui vUcato cavo tltsla y fecha so ofícce Masdel, pubUcado oi laNosicBc Reírse Meible.

le.-E. Msndelioc.dl.

recrudecimiento de la guerra fría y justifica la obsesiónde los abanderados del capitalismo por el "expansionismo soviético' '. En escala más reducida puede aplicarse alaconductadeEstados Unidos en lazonacentroamerica-

na y caribeña en relación con la "intromisión cubana".Además, dentro del mismo orden de ideas se encuentraaquello a lo que más temen las vanguardias del capitalismo: la independencia económica de los países sometido^del Tercer Mundo. Se debe comprender que el sistemacapitalistade producción lucha por su propia existencia,ya quedeicner su evolución significaría desaparecer délahistoria.

Hay que saber reconocer el conflicto entre rivales capitalistas trasnacionales —lo que en el capitalismo tradicional se llamaría "pugnas interburguesas"— entretas grandes empresas trasnacionales norteamericanas,por una parte, y europeas y japonesas, por la otra; perotambién entre poderosas empresas trasnacionalcs, poruna parte, y agredidos Estados nacionales, por la otra.

El debilitamiento de los Estados nacionales, mejordicho, la transformación de sus funciones tradicionales, junto con el fortalecimiento de empresas y conglomerados gigantescos trasnacionalcs, todo mediante eseproceso al que llamamos, tentativamente, de creciente"desmetropolización" de aquellos últimos, constituyen pasos lógicos en la evolución histórica del capitalismo en expansión, es decir, hacia el despliegue de todas sus potencialidades. Hasta dónde pueda llegar sinperder sus características capitalistas fundamentales,es decir, sin convertirse ya sea en fascismo, ya en socialismo, es cuestión que nos atañe a nosotros, los contemporáneos sacudidos por esta magna crisis que estápareciendo definidora en más de un sentido.

Cuando se habla de debilitamiento de los Estados nacionales, o de transformación de sus funciones tradi

cionales a causa del creciente predominiodc las empresastrasnacionalcs, hay que recordar ese fenómeno contrario al que ya nos referimos y al que, dialécticamente,aquél se enfrenta: un nacionalismo en surgimiento o encontinuo fortalecimiento y que se manifiesta en diversasformas, entre ellas las nacionalizaciones en el sector económico.

En memorable discurso ante la Asamblea de las Na

ciones Unidas, el lo. de octubre de 1982, el Presidente deMéxico, José López Portillo explicó: "La injerencia detas corporaciones trasnacionales, la concentración creciente de los medios financieros, la supeditación de lossistemas bancarios a las grandes metrópolis, las expatriaciones masivas de capital y la imitación de modelos de desarrollo ajenos, ponen en riesgo la existenciamisma de tos Estados nacionales". También habla

dicho: "LospaisesendesarroUonoqueremosLsic I ser avasallados. No podemos paralizar nuestras economías, ni

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hundir a nuestros pueblos en una mayor miseria parapagar una deuda cuyo servicio se triplicó sin nuestraparticipación ni responsabilidad y cuyas condicionesnos son impuestas'! Porlotanto. añadió el Presidente deMéxico:"después de grandes esfuerzos correctivos enmateria económica, mi gobierno decidió atacar el malpor su raiz y extirparlo de una buena vez". De este modose estableció el control de divisas y se nacionalizó la banca privada en México.

El libre juego de las fuerzas del mercado

Milton Fricdman, profeta del neoliberalismo económico como panacea para todos los males presentes del capitalismo, acusa a las grandes corporaciones trasna-cionales de contribuir al poco éxito de la medicina que elanuncia, y reconoce que ellas impiden el funcionamiento de las leyes del mercado.

La santa ira de Milton Friedman contra las corporaciones trasnacionales nos hace creer en su buena fe y nospermite pensaren él como un verdadero fanático ideológico. Simplemente como documento humano, seria interesante conocer el impacto en su conciencia de la práctica de sus teorías económicas, ya que han sumido alpueblo chileno —por poner un ejemplo y porque en él sehan implantado aquellas teorías con máximaortodoxia— en una prolongada agonia, mientras las gigantescas empresas trasnacionales que él fustiga .se hanhinchado de ganancias fáciles.

Sin embargo, no podemos suponer la misma y tambiénsupuesta ingenuidad en todos los responsables de ta actual cruzada en favor del "libre juego de las fuerzas delmercado". David Stockman, tenido como el genio delgabinete económico del presidente Reagan, escandalizóa Washington al hacer pública su poca fe en el éxito deuna política que él mismo contribuyera a formular. Elescándalo suscitado obligó a Stockman a un mea culpa;pero siguió al frente de su oficina, lo que puso en entredicho la sinceridad del presidente Reagan respecto a supropia política económica. Cabe entonces dudar, notanto acerca de la confianza de Reagan en la eficacia desu política económica para aliviar los males que aquejana las mayorías en su pais, sino en los verdaderos finesque ésta persigue, los cuales pueden ser distintos de losque Reagan declara públicamente.

La cuestión no es preguntarse si funciona o no el liberalismo económico implantado ya en diversos países, o envias de implantarse en aquellos otros que caen bajo elcontrol del Fondo Monetario Internacional, del BancoMundial o del GATT, instituciones Lderes de la transformación que está sufriendo el orden económico mundial en un mayor provecho de los países industrializados.

El liberalismo económico funciona, y muy bien porcierto, pero para otros fines distintos de los declaradosy, además, unilaleralmente. Habría que preguntarse;¿en favor de quién funciona el neoliberalismo económico? Porque el éxito de alguien bien puede significar elfracaso de otros.

La ola neoliberal fue ganando cspectacularidad desdelos Chicago boys pinochetisias hasta culminar con lareuganomlcs en Norteamérica, y empezar a menguarcon el precario triunfo de Helmut Kohl —demócratacristiano— sobre Helmut Schmidt —socialdemócrata

en Alemania Federal. La marca neoliberal, que pareciera ya en reflujo, dará paso de nuevo —es bastanteprobable— a la marea reformista que, de hecho, yaempezó a crecer con el triunfo de Fran?ois Mitterranden Francia y de Andreas Fapandrcu en Grecia; con elregreso de Olof Palme en Suecia y con el arribo al poder de Felipe Gónzalez en España. Entre nosotros fueimpresionante el fortalecimiento de la función rectoradel Estado con la reciente nacionalización de la banca

privada y con el control de divisas, en detrimento deproyectos neoliberales que parecían estar abriéndosepaso en la clase poliiica dirigente en nuestro pais.

"El Eslado de bienestar es el enemigo"

Una visión global de los acontecimientos mundiales recientes, más el conocimiento de algunos análisis económicos de especialistas confiables, nos convencerá deque la necesidad de revitali/ar la tasa de ganancia impulsa la frenética búsqueda —no importa lo brutalesque puedan resultar los medios utilizados— del restablecimiento del "libre juego de las fuerzas del mercado", cuya efectividad —de acuerdo con los ideólogosdel neoliberalismo actual— fue seriamente lesionada

por la acción modificadora del Eslado de bienestar. Yno .se debe olvidar que el "libre juego de las fuerzas delmercado" constituye el dogma por excelencia del capitalismo tradicional o competitivo.

Es oportuno recordar al economista norteamericanoPaúl A. Samuelson: "Mi tesis —dice— esquelastagfla-tlun [intlación con recesión] es una característica intrin-secadc la economía mixta(. . .)ydescubrosus raices enel interior de la naturaleza básica del 'Estado de bienes-(ar'modcrnof. . ,)Enresumen:airibuyodichofenóme-no de la economía mixta al hecho de que ahora tenemosuna sociedad humana en donde al desempleo y al recesono se les permite tener repercusiones en la baja de preciosy salarios, característicos del cruel y despiadado capitalismo de los libros de historia" {subrayados míos).'i

I Ir Pau) A. SdcnucSon, premio Nobel tSe Economig, en b coníerrfícis maf Utral que bajo el

jltub) 1.a economía muadlal a ñDak^ del siglo dtetb durante el VI Coa|rno Mundial de Eco*immlHai. eo Méxieo. D.F , en uosro de 19S0

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28 ENSAYOS ESTUDIOS POLITICOS

Para jusUncar principios teóricos que, desde el puntode vista de los capitalistas, explican génesis y superación de las crisis, los partidarios del neoliberalismoeconómico consideran necesario destruir el Estado de

bienestar o social democracia, ya que éste, además demodificar la naturaleza misma del capitalismo —segúnellos— constituye serio obstáculo para el predominiode las empresas trasnacionales. Se puede afirmar queestamos presenciando la culminación del paulatino divorcio entre el liberalismo económico y el liberalismopolítico.

La destrucción del Estado de bienestar es punto focalde la reaganomics, cuyo propósito de devolver a la iniciativa privada el predominio y el control de laeconomía traspasa las fronteras nacionales, para convertirse en el principal producto de exportación ideológica norteamericana en este momento. Y para destruirel Estado de bienestar —en otras palabras, para acabar elreformlsmo capitalista— es preciso destruir la fuerzaque lo sostiene: la de los trabajadores organizados.

Un valioso apoyo a esta afirmación encuentro en el yacitado Paúl A. Samuelson, quien dice:' 'Leyendo entrelineas a Schumpeter, creo observar que la misma solución planteada por ellos (Wilfrido Pareto y George Sorel] estaba tácitamente en su mente (...) A lo que meestoy refiriendo es, desde luego, a la solución fascista.Si la eficiencia del mercado es politicamente inestable,entonces los simpatizantes del fascismo concluyen: 'libérense de la democracia e impongan a la sociedad elrégimen de mercado'. No importa que los sindicalistasdeban ser castrados y los molestos intelectuales enviados a la cárcel o al exilio. . . Por decir algo, si Chiley los Chicago boys no hubieran existido, hubiéramostenido que inventarlos como paradigmas".>2

Una clase obrera con buenas defensas sindícales (comolas queellaconstniyeen un Estadodebienestar)es demasiada resistencia para los dueños del capital, quienes necesitan cumplir con el procedimiento restablecedor oincrementadas de la tasa media de ganancia. Procedimiento ya conocido por nosotros y que verificamósdiaríamentecon las noticias procedentes del norte: ramasenteras de la industria tradicional que se tornan obsoletas ante la pujanza de nuevas tecnologías, o la apariciónde ramas industriales que hasta hace poco creíamos propias de la ciencia ficción; dramáticos despidos en masade trabajadores, especialmente entre la mano de obra nocalificada (los braceros mexicanos en Estados Unidos,por ejemplo); inflación que no obstante sus temporalesbajas sigue cumpliendo la función concentradora del capital; empresas pequeñas y medianas en quiebra agobiadaspor el altocostodel crédito financ¡ero(. . .)todoeso que a corto, mediano y largo plazo se resuelve en

12.- Paúl Svnurisoo. op. ctt.

incremento de la plusvalía arrancada a los salarios de lostrabajadores no despedidos.

Forzando los términos ya acuñados en una semánticamuy precisa, cuando hablo aquí de plusvalía quierodar a entender tanto la plusvalía propiamente dichaque se obtiene de los salarios de los trabajadoresdentro de la economía nacional, como esa otra"plusvalía" que obtienen los países industrializados delos "salarios" —es decir, los precios de las materiasprimas— de las naciones lercermundistas sojuzgadaseconómicamente.

EI fascismo económico

Con el propósito declarado de salir de las crisis, enbuena parte de ios centros rectores de la economía capitalista se adoptan hoy medidas de corte neoliberal,ya sean monetaristas, ya ofertistas, o, como en Estados Unidos,, una mezcla o combinación de ellas.

No es aventurado afirmar que el neoliberalismo económico suministra base para el fascismo contemporáneo(¿neofascismo?); también podria decirse que constituye, precisamente, el fascismo económico. En cualquiercaso debemos dudar en llamarlo "fascismo". Es

difícil, y se presta a confusiones constantes, acuñarnuevos términos para cada una de las transformaciones que sufren las categorías políticas, económicaso sociológicas en su .evolución histórica; aceptemos,pues, una imprescindible generalización semántica enlos vocablos, paralela a la dialéctica de los fenómenossociales. Con esto se evitarían, entre otras cosas, bizantinas discusiones como las oídas acerca de si el régimende Pinochet es o no "fascista", porque no reúne todaslas condiciones que caracterizaron los regímenes musso-liniano y hitlerista. Deberíamos aceptar, en términosgenerales, que el fascismo aparece, con diferentes ropajes, cuando, al romperse durante una crisis económica el mayor o menor equilibrio entre las fuerzas delcapital y las fuerzas del trabajo, el Estado lanza recursos de toda índole (incluidos diversos grados de represión) contra las fuerzas del trabajo, en apoyo de lasfuerzas del capital. Habría que aceptar, pues, que elfascismo es un fenómeno cíclico. De este modo, hoydía no sólo Augusto Pinochet, sino Margaret Thatchery Ronald Reagan, entre otros, encabezarían tambiénregímenes fascistas.

Si a los generales del Cono Sur les falta "base social",el general argentino Oaltierí mostró, en el transcursodel conflicto con los ingleses a causa de las Islas Malvinas, cuán fácil es conseguir "base social" al apelar alas estructuras psicológicas profundas que determinanel nacionalismo en los individuos.

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ENSAYOS ESTUDIOS POLITICOS 29

El modelo "keynesíano"

Una correcta caracterización de la naturaleza intrínseca del capitalismo no es estática y debe basarse en la resultante de su transformación histórica, es decir, de loque va siendo. Por eso cuando se oye decir que está encrisis o en quiebra el "modelo keynesiano" dan ganas depreguntar si quien lo está diciendo está conscientede que el llamado modelo keynesiano no es otra cosasino el capitalismo mismo. En otras palabras, lo queha llegado o ser. Los modelos ofrecidos por el neolibe-

ralismo económico (a través de monetaristas u ofertis-tas) no son sino intentos involucionistas que trataninfructuosamente (ya que sus relativos éxitos han sidocircunstanciales y ambiguos) de borrar los cambioshistóricos del capitalismo. Cambios que se hicieronmás visibles a partir de la gran depresión de los años 29y siguientes. Si se sigue el desarrollo de estos conceptosse llega entonces a comprender por qué la crisis actualdel capitalismo es, propiamente, la crisis de laeconomía mixta, del Estado de bienestar, de la social-democracia, del reformismo.

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EL UNIVERSAL