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La guerra hispano-norteamericana de 1898 y Musica Antonio MENA CALVO*

A lo largo de la Historia los conflictos blicoshan generado su propia msica, pero al mismo tiempo, han utilizado la de pocasanteriores, de anloganaturaleza, ylade carctertradicional canciones, danzas, tonadas, etc. adaptada a cada situacin. Como es lgico, las campaas de Ultramar quesesuceden hasta 1895 y 1898 no iban a ser una excepcin; en estos aos nacen una serie de obras musicales relacionadas con las guerras que tienen lugar enCuba, Puerto Rico y Filipinas; y, por otro lado, como hemos dicho, se reviven y actualizan las de otras campaas y otras pocas.Por diversos motivos es muy difcil, por no decir imposible, conocer en toda su dimensin el repertorio musical que se interpretaba en aquellos aos en nuestras provincias de Ultramar, como asimismo la estructura detallada delas plantillas e instrumental de todas las formaciones bandsticas militares que all haba. Por ello, los datos que aportamos en este trabajo son simplementeuna aproximacin a la realidad de la poca que estudiamos, de la que siguen existiendo importantes lagunas que slo la infatigable y paciente labor de losinvestigadores podr quizssalvar. El repertorio de las obras musicales del 98 podramos clasificarlo en losgrupos siguientes: a) Composiciones militares.b) Msicaescenca.

* Presidenie de la Seccin de Msica de la Asociacin de Amigos de los Museos Militares y Acadnico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Histricas de Toledo.

Antonio Mena Calvo La guerra bispanonortecanericana de /898 y su nnsirae) Obras de carctersinfnico.d) Piezas de saln.e) Msica tradicionaly popular.

COMPOSICIONES MILITARESDel perodo histrico que nos ocupa si bien podemos hallar bastantes libros, artculos periodsticos e incluso poemas como los que figuran en el Cancionero del 98, de Garca Barrn, es difcil encontrar piezas musicales de corte marcial, solamente un pequeo ntnero de himnos y marchas milita-res, y alguna pgina de msicadescriptiva. Entre los primeros destacamos el l-Iinno a Weyler, escrito en 1897 y dedicado por su autor, Melchor Bordoy,al que fuera Capitn General de Cuba, que en su momento supo despertar el fervor patritico y la esperanza de muchos espaoles.Tambin merece destacarse la obra Espaa victoriosa en Cuba, subtitulada Himno patritico y brillante pasodoble para canto a dos voces y corogeneral, compuesto por Font Llagostrera para celebrar la victoria militar obtenida por el General Martnez Campos en 1878.Siguiendo un orden cronolgico, la primera marcha militar con que nos encontramos es la titulada A la paz de Cuba, escrita por el gran compositor Ramn Roig, Msico Mayor de la Armada, con motivo de la Paz de Zanjnque puso fin en 1878 a la campaa insurrecional dc esta tierra espaola, iniciada diez aos antes.A Ricardo Fernndezdc Latorre, buen amigo y compaero en las tareas musicales, le debemos el rescate, entre otras obras, de la titulada Al Ejrcito Espaol>~, de Antonio Piedrahta, director de la Banda Fuerista de Vitoria,cuyo estreno se efectu en noviembre de 1895. Otra composicin que asimismo fue salvada por el citado musiclogo del olvido y posiblemente de su destruccin, es la marcha militar Viva el Ejrcito!, unade las msfamosas; suautor, Manuel Villar, la dedic en 1896 al Batalln Expedicionario dcl Regimiento de Infantera Garellano nm. 43 con motivo de su patria a Cuba.El recuerdo del General Polavieja ocupa tambinun lugar en el pentagrama, sobre el que Gaspar Espinosa de los Monteros escribi en 1 897 una mar-cha militar en honor del clebre militar asu regreso de Filipinas. En el captu lo de los pasodobles nos llama la atencin el titulado Peleando en Cuba y pensando en Alcoy, de Camilo Prez Laporta,cuya dedicatoria, destinada alos alcoyanos que se encuentran en la Gran Antilla defendiendo el honor nacional, estescrita en valenciano y su hermoso texto ha sido reproducido porFernndez de Latorre en un magnfico trabajo publicado en la Revista de Defensa.

Antonio Mena Calvo La guerra hispano-norreaniericana de 1898 y su mus/caLa voladura del acorazado estadounidense Maine, el 15 de febrero de 1898, y la posterior declaracin de guerra de EE.UU. a Espaa, a la que sinfundamento consideraba responsable de dicho accidente, provoc el asombro y la indignacin de los espaoles, que manifestaron su repulsa a la nacinamericana de mil formas, una de ellas la msica,escribindoseobras como el pasodoble militar Guerra al yankee o Viva Espaa con honra!, com-puesto por Rafael Rodrguez, Msico Mayor del Regimiento de Infantera de Vizcaya nm. 51. En 1898, ya casi al final de la contienda, se estrenan dospasodobles que cierran el repertorio militar: La Escuadrilla, de Lozano y Fuentes, y Las trincheras, de Agustn Gosset.MSICA ESCNICAAunque en los himnos y cantos militares se refleja el espritu de los espaoles del 98, es en la msica escnica y ms concretamenteen la zarzueladonde se manifiesta quizscon mayor fidelidad su estado de nimo.Una vez ms,los autores de la expaolsima zarzuela se inspiran en los hechos trgi-cos y heroicos, o simplemente en la cotidianidad de t1uestros soldados en San Juan, Cavite y Manila, para componer obras como: A Cuba y Viva Espaa!, de Cabas, Damas y Corts(1895); Cuba, de Reig y Lpez (1896), de-dicada a los militares de la guarnicin de Madrid; Bandern de enganche o mujeres paras Cuba, de Barretta y Osuna (1896); Espaa enCuba, de Pey-dr y Caballero (1896); Gigantes y cabezudos, de Manuel FernndezCabahero (1898), etc... Aunque compuestas en fechas anteriores y sobre temas aje-nos al drama de 1898, cobran en este ao especial relieve Los voluntarios, de Gimnez (1893) y Cdiz, deChueca y Valverde (1886).De todas las zarzuelas citadas, nicamente han traspasado la barrera del tiempo Gigantes y cabezudos, cuyo Coro de los repatriados sigue emo-cionando a los pblicos; y el pasodoble y marcha militares de Los Voluntaosy Cdiz,respectivamente, permanentes en el repertorio de las msicasmilitares. Tanto uno como otra se interpretaron hasta la saciedad en las alegres y alavez dramticasjornadas de despedida de las unidades que desfila-ban hacia las estaciones ferroviarias, muelles y puertos, rumbo a la Gran Antila, Filipinas y Puerto Rico. Entre todas las piezas musicales que seinterpretaron en 1898, es sin lugar a dudas la marcha de Cdiz la quepolariz el entusiasmo de las multitudes que aclamaban a nuestros soldados, hastatal punto que en cierto sentido lleg a considerrsela comoun segundo Himno Nacional, lo que no fue bice para que, tras el desastre militar, pasara al rin-cn del olvido e incluso llegara a prohibirse su interpretacin a las musicas militares.

Antonio Mena Calvo La guerra hispano-nor/eamericana de 1898 y su mus/caMSICA SINFNICAEn este campo son las obras de carcterprogramticoy descriptivo las que lgicamente atraen la atencin del compositor, ahora bien, como suele sucederdichas obras se escriben a posteriori de los hechos en los que se inspiran, a veces con una perspectiva temporal excesivamente lejana. La primera pginamsica programticasobre la guerra hispano-norteamericana de 1898 es, posiblemente, la fantasa militar La batalla de la colina de San Juan, escita1909 por Albert C. Sweet. En ella el compositor describe con maestra el ambiente que precede alabatalla, la carga de caballera de Teddy Rooseveltfrente de sus Rough Riders contra los espaoles y, por ltimo,con las notas del Star Spangled Banner, el triunfo de las armas norteamericanas.En Espaa habrque esperar una centuria, para que los autores de msica programticafijen su atencin en los episodios blicosdel 98; en este aspectoes JosMara Bujn el que, en marzo de este ao, abre camino con el Mosaico del 98, que da a conocer al pblicoen el Concierto organizado por la Comisin Espaola de Historia Militar, dentro del marco de los actos conmemorativos de las campaas de Ultramar. La obra de Bujn vienea ser una seleccinpopurr de las melodas msevocadoras de 1898 entre las que destacan: Bonnquen, pasodoble de rancio sabor puertorriqueo, la cancin Yo te dir,delfilm Los ltimosde Filipinas y otras estampas de Espaay Cuba. Dos meses despus,Francisco Grau 2 estrena su poema sinfnico-coralEstampa del 98, en el Concierto del Da de las Fuerzas Armadas, al que desafortunadamente no pudimos asistir pues en la misma fecha presentbamosuna ponencia sobre, La msica militar espaola en elsiglo XVIII, en un congreso internacional que se celebraba en Zaragoza. Por ltimo, el 27 de octuNr, en el Concierto de Msica Militar y Popular, organizado por la Asociacin de Amigos de los Museos Militares, en homenaje a los soldadosmarineros de 1898, se estrena la cantata Eloy Gonzalo, compuesta por Abel Moreno3, sobre un poema dedicado al hroe de Cascorro escrito por Ricardo Fernndezde Latorre.La cantata Eloy Gonzalo es realmente una obra importante que esperamos volver a escuchar ms de unavez. El pblico que asisti a su estrenoqued entusiasmado, como lo prueban los numerosos y rotundos aplausos que los miembros de la Banda de Msicadel Cuartel General del Ejrcitoy del2 reniente Coronel Director de la Unidad de Msica de( Mando Areo de~ Centro y Primera Regin Area.Teniente Coronel Director de la Unidad de Msica de a Guardia Real. Teniente Coronel Director de la Banda de Msica del Regimiento de Infantera Inmemorial del Rey nm. 1 deI Cuartel General del Ejrcito.MILi 1ARiA. Revisto le Co/otra Militar

MSICA SINFNICAEn este campo son las obras de carcterprogramticoy descriptivo las que lgicamente atraen la atencin del compositor, ahora bien, como suele sucederdichas obras se escriben a posteriori de los hechos en los que se inspiran, a veces con una perspectiva temporal excesivamente lejana. La primera pginade msica programticasobre la guerra hispano-norteamericana de 1898 es, posi-blemente, la fantasa militar La batalla de la colina de San Juan, escita en 1909 por Albert C. Sweet. En ella el compositor describe con maestra el ambiente que precede alabatalla, la carga de caballera de Teddy Roosevelt alfrente de sus Rough Riders contra los espaoles y, por ltimo,con las notas del Star Spangled Banner, el triunfo de las armas norteamericanas.En Espaa habrque esperar una centuria, para que los autores de msica programticafijen su atencin en los episodios blicosdel 98; en este aspectoes JosMara Bujn el que, en marzo de este ao, abre camino con el Mosaico del 98, que da a conocer al pblicoen el Concierto organizado por la Comi-sin Espaola de Historia Militar, dentro del marco de los actos conmemorativos de las campaas de Ultramar. La obra de Bujn vienea ser una seleccin apopurr de las melodas msevocadoras de 1898 entre las que destacan: Bonnquen, pasodoble de rancio sabor puertorriqueo, la cancin Yo te dir,delfilm Los ltimosde Filipinas y otras estampas de Espaay Cuba. Dos meses despus,Francisco Grau 2 estrena su poema sinfnico-coralEstampa del 98, en el Concierto del Da de las Fuerzas Armadas, al que desafortunadamente no pudimos asistir pues en la misma fecha presentbamosuna ponencia sobre, La msica militar espaola en elsiglo XVIII, en un congreso internacional que se celebraba en Zaragoza. Por ltimo, el 27 de octu-Nr, en el Concierto de Msica Militar y Popular, organizado por la Asociacin de Amigos de los Museos Militares, en homenaje a los soldados ymarineros de 1898, se estrena la cantata Eloy Gonzalo, compuesta por Abel Moreno3, sobre un poema dedicado al hroe de Cascorro escrito por Ricardo Fernndezde Latorre.La cantata Eloy Gonzalo es realmente una obra importante que esperamos volver a escuchar ms de unavez. El pblico que asisti a su estrenoqued entusiasmado, como lo prueban los numerosos y rotundos aplausos que los miembros de la Banda de Msicadel Cuartel General del Ejrcitoy delreniente Coronel Director de la Unidad de Msica de( Mando Areo de~ Centro y Primera

Coro San Agustn recibieron, no slo al trmino de la obra sino incluso al final de alguno de sus movimientos. La composicin que comentamos estes-tructurada en tres movimientos: 1) Madrid cuna de un hroe; 2) la gesta de Cascorro y 3) un monumento en el Rastro.Siguiendo la tradicin de los poemas sinfnico-vocales de corte romntico Eloy Gonzalo es una hermosa cantata que emociona, deleita y nos hace vi-brar. El carcterdescriptivo est plenamente logrado, especialmente enese amanecer madrileo y en la batalla, fielmente reflejada por el metal y la per-cusin que traduce a la perfeccin el tableteo de la ametralladora, el sonido de fusilera y el estampido del can. Esta sonora estampa blicatiene su contra-punto en las alegres notas de la seguidilla, el ronco sonido de las sirenas, el coro triunfal que anuncia la eterna memoria del hroey en la airosa marcha de los soldados que salen para Ultramar cantando:Mi batalln va a partir marchando tras su bandera.La manigua nos espera para vencer o morir.Vibra en mi pecho el clamar con que la Patria me llama. Si la muerte me reclamasabrmorir con honor.Te dejo con emocinEspaa, mi Madre amada.Peto te llevo guardada dentro de mi corazn.PIEZAS DE SALNEn las postrimeras del siglo xix, la burguesa mantiene la vieja tradicin aristocrticade hacer msicaen sus casas y palacios; pero en esta poca,sal-vo excepciones, no son pequeos conjuntos de cmara quienes la interpretan, sino los miembros de las familias acomodadas y sus amigos que se renenen tomo al piano, que suele tocar la duea de la casa o sus hijas. Tambin enes-tas reuniones se taen otros instrumentos como el arpa, el violn, la flauta y la guitarra. En cuanto a la msicavocal, se cantan heder de Schubert, Beethoveny Brahms, arias de pera y, en nuestras latitudes, romanzas de zarzuela, canciones de Albniz, Granados, Morera, etc.Dada la importancia del estamento militar en la sociedad europeade los siglos xviii y xx, su msica entra en los salones de la nobleza y ya en este ltimo siglo en los de la burguesa. Para las reuniones de la alta sociedad, en la que muchos de sus componentes tienen familiares, novios y amigos luchandoen las distintas guerras que continuamente se suceden, los compositores escriben obras de msica marcial para el clave, piano, arpa, guitarra y para cuartetos y quintetos de cuerda. Boccherini escribe la Sonata en Sol Mayor G-5 con su Allegro militare, el quintettino La ritirata de Madrid G-324 y el Quinteto para piano y cuerdas en Do Mayor 0. 57 que en su III variacin recoge tambin el temade la Retreta militar dentro de la Msica nocturna de Madrid nombre genrico porel que se conoce el citado quinteto. Schubert compone entre losaos 1818 y 1826 once marchas militares, en su mayor parte para pianocuatro manos, tres marchas heroicas y una gran marcha fnebre para el mismo instrumento. Beethoven nos ofrece Tres marchas para piano a cuatro manos, variaciones sobre los himnos ingleses God save the King y Rule Britannia y Marcha de granaderos para reloj musical. En Espaa Fernando Sor (1778-1839) compone entre otras piezas castrenses y patriticas el Divertimento militar 0. 49 para guitarra para la que asimismo escribe Gaspar Sanz (1640-17 10) Toques de la Caballera de Npoles,Clarines y trompetas y Clarn de los mosqueteros del Rey de Francia. En los aos de las guerras insurreccionales se escuchan en los salones dela burguesa espaola y criolla de Cuba y Puerto Rico, piezas de exaltacin patritica como los valses que figuran en la coleccin titulada Cuba espaola, de M. Blzquez, Cuba porlos espaoles, de Gonzlezy cuatro danzas escritas por JulinAndino con la denominacin comn de Puerto Rico; todas estas obras son para piano como tambin lo son las de Manuel Gregorio Tavarez, msico puertorriqueo nacido en San Juan en 1843.La obra de este gran compositor merece ser destacada, Tavarez vivi en la ciudad de Ponce, centro de gran actividad cultural y poltica de Puerto Ricomediados del siglo xx. En esta ciudad trabaj como profesor de piano realizando una importante labor de divulgacin y composicin musical. Tavarezfunde la tradicin espaola con las formas criollas de su tiempo y crea una msica culta demarcado carcternacional. Entre sus obras de saln sobresalela marcha triunfal Redencin, en la que desarrolla una serie de variaciones sobre el Himno Nacional de Espaa, que entronca congran acierto con el resto de la partitura de profunda inspiracin puertorriquea.

MUSICA TRADICIONAL Y POPULARAunque pueda parecer extrao, la guerra no suele romper totalmente el ritmo de la vida diaria en sus distintos aspectos, incluido el musical; asi ve mos que en la contienda hispano-norteamericana de 1898. entre combate y combate se escuchan no solamente marchas y toques militares, sino tambinmsica folklrica y las ltimas melodas de los autores de moda. Puerto Rico es un ejemplo vivo de lo que decimos; durante el tiempo que dura la guerrano se interrumpen las retretas o conciertos que interpretan las bandas de musica en las plazas de pueblos y ciudades. En la de Ponce, donde todos los jueves y domingos toca la msicadel Batalln Patria, se ejecutan piezas de msicaregional espaola,oberturas europeas y transcripciones opersticas de Verdi. En relacin con estos repertorios, el cronista de la prensa local manifiesta:En la retreta que dio anoche la banda del Batalln Patria fue pedido por el pblico el blicoy precioso pasodoble titulado Viva Espaa! y atrs elinva-sor , de Emilio Llano, msico mayor del expresado Batalln. En esta retreta se estren la danza cubana Gibarita.Por regla general en todos los conciertos se incluan danzas folklricas y populares, es decir, modernas, que eran requeridas por el auditorio como consta en un artculo periodstico que dice: Varias simpticasdamas de estasociedad nos ruegan manifestemos al seor Director de la Banda Militar, nuestro amigo don Emilio Llano, que entre las bonitas piezas que ejecutan enlas retretas. incluya siempre alguna danza, bien de Campos u otro autor delpas; pues ya hace tiempo que dicha banda no toca ningn comps con ares criollos. La misiva femenina surte efecto y Llano pone en el repertorio de laprimera retreta las danzas Alma sublime y Felices das, de Morel Campos.Mientras tanto, en San Juan, la msicadel Batalln de Voluntarios, que segn los peridicos El Liberal y La Correspondencia, siempre interpreta-ba msica portorriquea toca Ojos lindos, ~