La Ilusoria Búsqueda de las Respuestas

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René Ghenzi La Ilusoria Búsqueda de las Respuestas Ediciones Digitales Alan5_RG Sistemas

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Primera parte del tríptico formado por los libros "La Ilusoria Búsqueda de las Respuestas", "El Antidecalogo de Federico Di Serna" y "Detalles de un Sueño Compartido"

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    La Ilusoria Bsquedade las

    Respuestas

    Ediciones Digitales Alan5_RG Sistemas

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    Ediciones Digitales Alan5_RG SistemasDiseo Ren GhenziPrlogo y texto de contratapa Manlio

    www.geocities.com/[email protected]

    Junio de 2003Impreso en Argentina

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    PRLOGO

    Leer es un acto complejo por el cual un sujeto se enfrenta a un objeto (la obra) queya ha cobrado autonoma de las hipotticas intenciones de su autor. He aqu uno delos motivos por los que se debe renunciar de antemano a toda pretensin deobjetividad (en el sentido de comprender lo que realmente quiso decir el autor) en elabordaje de un texto. Ciertamente, esto no equivale a decir que cada individuopuede leer y comprender lo que quiera al iniciar su lectura. No. Esto sera forzar ytraicionar la obra. Se trata de aceptar la invitacin que el encuentro con el texto noshace- a una fiesta de sentidos, a una polisemia, que quiz nos paralice a fuerza delibrarnos de la tirana de una verdad a priori, nica, y hacernos patente unaoscura soledad y, por lo mismo, nuestra exclusiva responsabilidad; pero que,admitida la entrada, nos colocamos frente a una encrucijada donde todos loscaminos nos llevan al lugar indicado. A estos abismos y puentes inseparables de la lectura en general, se suma laidiosincrasia de la obra. Tanto ms cuando se decide incluir en el texto lo arribasealado a modo de supuesto. Esto es lo que acontece en La Ilusoria Bsqueda delas Respuestas. Ren Ghenzi, su autor, nos advierte sobre el asunto: ... las pginasde este libro, de lectura no poco difcil (debo reconocerlo) aun para m; enlaberntica y redundante temtica, el cuento parece, y lo hace o al menos pretendehacerlo, engaar a todo aquel que se pierde entre sus prrafos.... O si se prefiere, ladificultad no es accidente sino parte sustancial del relato, es una puerta inventadapor el autor para que quien lo lea se involucre en la historia como personaje yconstructor de la misma. Dificultad que no slo se evidencia en un estilo alucinado,donde abundan los smbolos, los cambios abruptos de escenarios, la utilizacinindistinta como el mismo autor lo reconoce- de primera y tercera persona, y delpasado y presente como desafiando la sentencia del Oscuro al disponer del tiempocomo un nio que juega con los dados; sino, adems, en la intencin de hundir allector en el barro de las apariencias para poder hallar, desde ah, un fundamentoque permita dar el ltimo salto hacia la realidad. Y es aqu desde donde sedesentraa el nombre de la obra. Por qu ilusoria bsqueda de las respuestas?Ciertamente, no es ilusoria la bsqueda por falta de respuestas; as como no lo espor la ausencia de sentido en s mismo- de la bsqueda. En ambos casos, RenGhenzi nos da su rplica: ... aquello que no percibimos no nos importa, perolamentablemente y por desgracia no sabemos que quizs all se encuentran lasrespuestas. Y ms adelante agrega: ... la bsqueda de un sentido conlleva en s laexistencia de ste.... Entonces, por qu ilusoria bsqueda de las respuestas? Satisfaceresta inquietud, requiere que nos detengamos a analizar brevemente tres conceptos:sueo, verdad y destino. Sueo. El sueo, que se asimila a la realidad aunque no se identifique con ella, seimpone ante los ojos del protagonista -y del lector- con la fuerza de quien, noaceptando una vaporosa y efmera existencia, reclama su sitio de honor entre lasllaves que abren las puertas a ese misterio que es la vida. (...la realidad no es sloun sueo, es algo ms.... Y al final de la obra: Nuestra vida; todo lo que existe, loque fue y lo que ser, es un sueo dentro de un sueo...).

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    Verdad. La obra asume una concepcin de verdad que, alejndose delpensamiento cientfico moderno, se entronca por su forma de hallarse a ciertasvertientes de la filosofa medieval. La verdad no es aqu nicamente el resultado deun esfuerzo personal o colectivo, sino esencialmente la revelacin hecha por unavoluntad ajena. (... en la oscuridad al acercarme al punto de luz que flota en elcentro y que absorbe toda la luminiscencia, este absorbe tambin mi ser, quetambin es luz, y as me muestra la verdad.... Y ms adelante: Sepan todos que nosabemos nada, nada en comparacin con lo que hoy s, con lo que me fuerevelado...). Destino. As como la verdad, tambin la vida es acogida por los brazosomnipresentes de lo Otro, de una decisin anterior que no necesariamente debeser asociada con la Divinidad. En cada uno de los pasos del protagonista, se oyen losobstinados azotes de la fusta del destino, en un fatalismo singular donde la libertaddel hombre, extraamente, no le es contradictoria sino constitutiva. (... que talentonces si en lugar de buscar dejo para siempre mis botas en su lugar y slo melimito a ser el ser inmvil de mi sueo.... Y luego agrega: ... encrucijada de la vidaen la que debo decidir el futuro, mi futuro, puedes quiz decirme que la carta estjugada, que el destino escrito en algn libro dice lo que debo y lo que voy a hacer,mas no puedes negarme que slo el alma es libre si se logra liberarla...). Emprender la lectura de este relato, exige el valor de trastocar ciertas rutinas yaasentadas, animarse a ver directamente los ojos de la realidad personal, confrontarlo obvio (y que como tal, se recibe sin examen), con una apertura intelectual yespiritual que nos disponga a transitar el viejo y, sin embargo siempre renovado,camino de la vida, pero orientado por manos diferentes (Sueo, Verdad y Destino).Aceptada la invitacin, y aferrados al nuevo gua, quiz podamos aleccionarnossobre lo ilusorio de la bsqueda de las respuestas.

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    a las musas que supieron mostrarme las palabras quesiempre vuelan en torno a mi alma acercndose y ocultndose

    en el mismo acto de volar.

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    PREFACIO

    Durante el invierno ms cruel, las musas tocaron con su tibia brisa mi alma, desdeaquel momento vivo imaginando una ilusin, transito las calles de mi barrio viendolo que antes no saba siquiera mirar, escucho la voz lejana de mi espritu hablar delantiguo ritual, veo signos en el humo de los cigarrillos que se consumen solos, unotras otro, en mi viejo cenicero de madera, y desde aquel invierno ya no siento fro,ya no habita en mi mente el recuerdo de aquella sensacin, salud por las musas...salud una vez ms.

    Hubieran podido ser fcilmente estas, las palabras que den comienzo a laIntroduccin al Sentimiento, pero no ha de querer el destino que tanto se parezcami vida a un cuento, no ha de querer el cuento parecerse tanto a mi vida, no puedoyo querer que mi vida transitando el camino del destino muera.

    Si cierta inclinacin hacia la tristeza parece salir de mis palabras, no voy a mentir, noes eso lo que busco ni lo que busqu jams en mi vida, es tan simple como trgico;un poco de sangre puede teir de rojo el ro, todo depende de la cantidad de laprimera y del tamao del segundo.

    Pero con estas palabras slo quiero traer al lector un anticipo de lo que le depara elresto de las pginas de este libro, de lectura no poco difcil (debo reconocerlo) aunpara m; en laberntica y redundante temtica, el cuento parece, y lo hace o al menospretende hacerlo, engaar a todo aquel que se pierde entre sus prrafos...

    Primera y tercera persona aparecen indistintamente a lo largo del relato como astambin se mezclan el pasado con el presente, y me pregunto para explicar; Acasono es as la vida, no se nos presenta el recuerdo mientras sentimos el presentegolpendonos el rostro con su fro y veloz viento, no suelen a veces parecer nuestrosactos realizados por un tercero y estar nosotros viendo todo desde muy lejos?, si noes as, les ruego me perdonen, tengan al menos la bondad de imaginar una realidadsimilar a la que expongo, para poder dejarse atrapar entonces por este relato queintenta copiar la magia del cuento.

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    y esta absurda e inevitable prdida nos lleva, desde que tomamos conciencia,al borde de nuestro abismo, que tambin es ignorancia, y all iniciamos la

    ilusoria bsqueda de las respuestas, la contestacin a nuestros recurrentesporqu

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    Captulo I

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    INTRODUCCIN AL SENTIMIENTO

    En mi alma recuerdos de cosas perdidas, de cosas jams encontradas, de todas lascosas... giran en torno a m remembranzas de esta estrella, de sta que como aquellabrillaba y brilla ms que mil soles, brillo de luz que te busca sin descanso pero ya sinesperanzas, que trasciende oscuridades y tinieblas en busca de milagros, y losmilagros ya no se presentan todos los das, ni siquiera de vez en cuando, peropuedo estar seguro que cuando se presenten estar preparado, al menos esta vez...al menos por una vez... quizs...Perdido, lejos de toda comprensin, en este lugar abstracto, abismo profundo deprofunda soledad, oscuridad en torno a mi conciencia, a mi oscura conciencia, tristealma que alza su corto vuelo para no llegar a ningn destino, para no empezarquiz algn camino... y creo todava te espero, y creo todava te sueo, y sientotodava te quiero, como siempre, como aquel primer da en el que todo cambio param, el que me redescubr encontrndome en un absurdo camino bajo la triste lluviade junio, regresando a mi pasado en iluso futuro perdido antes de haberloencontrado siquiera.Recuerdo las cartas que supe escribirte, que darte no supe, de dos de ellas laspalabras llegan claras, como claro vidrio de vaca botella; en sus mensajes la ilusinde un sentimiento que termina o que comienza se vislumbra, tras cada palabra, encada una de sus letras, al volver hoy a leerlas, siento mi corazn desgarrndose ycayendo al mismo infierno de aquel viejo y perdurable sentimiento, sin embargo y apesar de ello, aqu estoy leyendo;

    "Intentando un Universo" (Carta I)Intentando cada da construir un universo dentro de la pequea caja de cristal estoy, pero laluz es pobre de este lado del mundo, donde mi alma trata, con tu recuerdo, sobrevivir,sustituir en la penumbra, en crepuscular ambientacin, la rosa seca en el vaso vaco, sobre lasuperficie imperfecta de un piso desgastado por el paso de los espritus, por el grito de mi voz,la noche cierra mis ojos y me siento tristemente observado por los mensajeros, tardamenteme recuerdan y pena sienten por m, el tiempo no es justo y no tiene porque serlo; cuando miser aprende a percibir aquello que me rodea, no siento el sabor alegre de lo novedoso, de lodescubierto por primera vez en su totalidad, de lo virgen, puro, esencialmente nuevo, massiento un amargo desengao al comprender la magnitud de las diferencias entre lo que hoy esy lo que cre era antao; desengao es descubrir el verdadero rostro de las cosas, que seesconde tras las mscaras de lo parcial, en particular puede ser pensado como variacin de larealidad, en general es la transformacin de todo el universo, todo a partir de un instante,de aquel instante en que sent el deber, la necesidad y el placer de darte el mundo, desde queintento cada da construir un universo dentro de la pequea caja de cristal...Ves acaso lo intil de mi obra?, y entonces sabes tu cul es la razn de tamao sacrificio?debera decirte, mas no puedo, que esta vez quizs ya no me interese de esta vida, de las quepasaron, ni de las que vendrn, absolutamente nada, nada si no logro darte la felicidad queno tuve, que no tengo y que jams tendr, que fui perdido antes de ser encontrado, porsiempre girando en la estrella, transitando significados entre sombras y ms, la felicidad quequizs ya no tenga, que quizs ya no quiera, existe siempre del otro lado... ves ahora loabsurdo de mi bsqueda?, entonces porqu no llega de tus labios el regalo de la palabra

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    aquella que te di? debera decirte, mas no puedo, las casualidades no existen son quizs partedel gran juego, del gran sueo son el guin, actuamos ms de una vez en este teatro, y lasmscaras suelen caerse al cerrar el teln, cuando solos nos sentamos un segundo areflexionar, y vemos que slo somos lo que podemos ser, y te pregunto es eso lo quequeremos?, puede acaso ser la vida tan injusta?, quin sino tu, tiene la respuesta?...quin?...

    "La diosa y los espritus" (Carta II)Diosa de la noche, del da, de lo bueno, lo malo, lo real, lo imaginario, lo sencillo, locomplicado, la mentira y la verdad de cada palabra escrita, leda o dicha por nosotros y pornadie, preguntar; ves los espritus volar?;... dime espritu de la noche, las estrellas has robado, quin te a dado lo negro, lo fro, localmado.... y tu, espritu del da, cmo te atreves con tu alegra, despertar en el horizonte, con coloresde algaraba en cada amanecer, y en tu irona de dnde valor has sacado, para resurgirdespus de tanto ayer olvidado.... y tu, espritu de lo bueno, tu bondad quiz me ha alcanzado, lo recuerdo pues mi pasado,tiene quiz algn buen acto, pero ya no vienes, ya no habitas a mi lado.... y tu, espritu de lo malo, en tus ojos puedo ver la llama y el rayo, la destruccin de unfuturo que an no se ha siquiera imaginado, vete de mi vida, aleja ya de m tu capa negra delo innombrablemente malvado.... y tu, espritu de lo real, eres slo tu un ser imaginario, pues de tu existencia pocas pruebasme han llegado, pues cada vez que te veo, nada veo, slo en el vaco el llanto.... y tu, espritu de lo imaginario, tu que traes a mi mente el recuerdo a diario, si pudierapersistir a tu lado, ms tiempo del que me es dado, olvidara lo corruptible, olvidara loolvidado, llegara el recuerdo de tu voz, y en ella todo lo que para m resulta extraordinario.... y tu, espritu de lo sencillo, tu que respuestas simples tienes para toda pregunta, conmonoslabos respondes siempre, pero no hay lugar en mi alma para lo pequeo un bolsillo, simi alma pierde lo que no necesitas en la prdida se halla la energa necesaria para mibsqueda? s, no, quizs; sencillas respuestas; intiles son y sern, si tiempo no consigohacerte amigo.... y tu, espritu de lo complicado, que profundizas mis palabras con tus enredos, de sutilezasadornados, djame hoy ser un tanto ms claro, para explicar un sentimiento, no se necesitandemasiados pasos, la palabra define ms de una idea, engloba el sentido de lo que le es dado,una palabra, un te amo, djame hoy espritu, djame cuando est a su lado.... y tu, espritu de la mentira, tu que siempre te encuentras sublevado, que armas por sobrelas personas tu inefable red insostenible, castillos de arena en el desierto por el vientoatacados, eres evidente y sin embargo aceptada, pues la mentira suele ser casi siempre lamejor arma, descubre los velos con los que cubres el alma, de aquella que no entiendo, deaquella que quizs con la verdad, nunca ni jams habla.... y tu, espritu de la verdad, cuantas veces por ti fui preso, de la ms dura pena y con el msterrible castigo, verme solo y olvidado, sin el placer de una palabra, una mirada o un aliento,as abrumado, pero otras has hablado, y por ti triunfante he ganado, pero tu balanza esobjetiva, y al pesar en ella lo perdido, lo ganado, slo la verdad es resultado, slo tristezas hantriunfado.... y tu, espritu de las palabras, que me ayudas a acercarme a mi bien ms amado, tu slopodras darme, la alegra de un mensaje, vuela entonces alto, paloma mensajera de misversos, que la noche est prxima, y el da se retira con el sol otra vez, lo blanco se teir denegro, lo bueno de malo, lo real quiz parezca y sea imaginario, tu sencillo vuelo complicado,

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    vuela alto, vuela lejos paloma que quizs, las mentiras de mis versos se transformen con tuvuelo, en verdad irrefutable, en futuro que an no veo.... y todos ustedes, espritus que me rodean, sepan que ms all de ustedes, rodendolos,cubrindolos, y aun recrendolos cuando es necesario, se encuentra distante pero no lejana,la diosa, su diosa, mi diosa, y ella, tan slo ella... tiene la respuesta.

    Cuando te alejaste, finalmente, para siempre, se desprendi de m una parte quizfundamental, que ser de m sin la creatividad que todo lo puede, sin la ilusin, sinnada, nada de nada, todo vaco... esta prdida, irrecuperable como todas lasprdidas que sufr en mi vida, fue, es y ser uno de los momentos estelares que mellevaron hasta el punto en donde estoy; puente abstracto entre realidad e ilusin,entre la fantasmagora e ilusa verdad, causalidad de los cambios realizados entiempo y espacio, sin lugar definido, sin principio y sin final... sin sentido.Siento que no podra ser peor, ni siquiera en el peor de los casos, nunca tan debajodel nivel del mar supe estar, nunca tanto como hoy, y ya no puedo ver la luz de tufaro, mis pulmones se siguen llenando con el agua de esta lluvia que me sumergecada vez ms, alzo nuevamente mis brazos al cielo para pedir a alguien su ayuda,pero ya no ests a mi lado para salvarme pues los vientos te han alejado, dndeestarn tus pensamientos hoy, qu ojos tendrn la dicha de verte, qu manos elplacer de tocarte?.Sonidos que en mi mente vagan sin rumbo, msica de los dioses que aturde missentidos, el recuerdo de tu voz en cada uno de mis pensamientos y mi alma queperdida entre equivocaciones no sabe descubrir cual de los caminos da salida a estelaberinto, encrucijada de existencia, ser y estar se hace difcil, ms de lo que quisiera,mucho ms cuando lejos ests, cuando s que mucho tiempo pasar hasta quepueda volver a verte, hasta que podamos al final del viaje (como en el final de todoslos viajes) encontrarnos.

    Y con el tiempo, as como en las mudanzas, aquellos viejos recuerdos se tornan tanslo en nuevas molestias, las cosas que tanto aoraba antao hoy se transforman enpesadas esperanzas que arrastro en mi fuga, en mi huida hacia el nuevo cielo, en mibsqueda de otros sentidos, aquellos que mi vida necesita para seguir en pie, paraseguir tratando de encontrarte, diferente pero igual, lejana pero no tan distantecomo para no saber que existes, que ests por sobre todas las cosas, y en todas almismo tiempo y con el tiempo eres tiempo, con tu cuerpo espacio, e infinita luz,que s, iluminar mis pasos en sta... mi bsqueda.

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    ANTESALA

    A aquella pregunta que no recordaba si haba salido de sus labios o slo habaquedado en su mente, slo silencio fue la respuesta, slo una despedida en el ter, yfue como si todo el universo desapareciera de pronto para dejarlo en aquellaantesalaLa proyeccin de su conciencia, que otros llaman realidad, lo situaba en la antesalade la habitacin que tanto haba buscado, que tanto haba perseguido sin saberrealmente el motivo de su tenaz persecucin, aquella que en su interior encerraba elmisterio mismo de la existencia, que era todo y nada a la vez sin siquieracontradecirse, sin la necesidad de estar de acuerdo con el tiempo ni con el espacio.Sus sentidos le decan, de la antesala, que era oscura, que haca fro, que afuerallova, que la humedad ya haba dejado marcas en las paredes, pisos y techos, que lefaltaba el aire, y finalmente, la ms triste verdad, lo que la ilusin y la esperanza nohaban previsto... el nico acceso, puerta de enlace entre sala y antesala, ltimoobstculo ante su vista, la imponente puerta, de roca maciza, estaba cerrada

    La antesala que podra haber sido un crculo perfecto, era convertida en simplesemicrculo por una recta pared lateral a la izquierda de la puerta principal yparalela al camino, lnea imaginaria, que una esta ltima con la puerta de acceso ala habitacin final, a pesar de la dbil luz que sobre aquella pared proferan tresaberturas ubicadas en el extremo curvo y opuesto de la antesala, y que sloalumbraban precariamente la zona central de la misma, se podan vislumbrar unaserie de smbolos que se podran llamar escritura, que llenaban la pared desde elpiso hasta el techo y de los cuales se destacaban una serie central que rodeaba unpentaedro en cuyo centro se situaba otro smbolo; y de estos smbolos, de la formallega a mi mente el recuerdo ahora, recuerdo entonces la luz sobre el bajorrelieve, laroca trabajada por hbiles manos para dar al fin ante mis ojos desde la paredantiguas formas, recuerdo tambin el temor tras la esperanza, el significado de cadauno de los smbolos, escritura apcrifa, maldita, sin sentido, principio y quiz finalde mi bsqueda.Sent entonces una inesperada brisa llenar la habitacin, desde mi alma el rumor delos recuerdos trajo parte de la revelacin, acerc la llave a mi mente, record que enel inhspito territorio de mi inconsciencia, hace ya mucho, mucho tiempo, desdeque tuve vida, crecieron; el juego de hacerte jugar, la ilusin de poder enamorarte, laesperanza de poder cambiar el destino, la verdad sobre lo parcial de la verdad, y lacreencia de que la realidad es slo un sueo... de todo esto el tiempo se ocup dereafirmar y de refutar mis juegos, ilusiones, esperanzas, verdades y creencias,aquellos cinco smbolos ubicados en cada punta de la estrella central eran de algunamanera parte de m, parte de mi vida, pero estaban desordenados con respecto a mirecuerdo y present, que solamente colocados en la posicin correcta brindaran aaquel que lo pudiera lograr, el acceso al conocimiento del absoluto... y estos son lossmbolos que se encontraban en aquella pared rodeando la estrella de cinco puntas,empezando por el superior y en el sentido de las agujas del reloj; la Ilusin; representada por un crculo perfecto conformado por siete anillos, esun arco iris sin principio ni fin; smbolo de la eterna bsqueda de un tesoro que no

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    se encuentra en ninguna parte, formado por simple luz; ilusin de forma y tamaocomo toda proyeccin del alma o el recuerdo. los Juegos; representados por un tablero compuesto por dos lneas paralelascruzadas perpendicularmente por otras dos lneas paralelas equidistantes, smbolode jugar sabiendo hacerlo; cuanto mejor saben jugar los participantes, resulta queninguno de ellos gana ni pierde, resultando como la mejor forma de jugar algo tansimple como no jugarlo. la Esperanza; representada por un disco (con una flecha en su interior apuntandohacia arriba), que cual sol se encuentra saliendo de una lnea que representa elhorizonte, e ilumina con sus rayos al mundo, as despus de cada noche nace laesperanza con la fuerza del amanecer, y nos da la fuerza necesaria para mover elmotor de las ilusiones as cada da nace la esperanza de cambiar el destino. el Credo; que tambin puede ser fe o religin, representado por el lado oscuro deuna pirmide, que es tambin un tringulo equiltero, un tringulo que despus delcrculo es la segunda figura perfecta, exacta, pero siempre oculta al sol est la carade esta pirmide, y as es la fe, tan ciega a la verdad, tan lejos del calor, slosacrificio, necesitamos creer para seguir, para seguir creyendo. la Verdad; representada por la faz de una luna en cuarto menguante, significantede lo parcial de la verdad, parte de la mitad de un todo que nunca vemos, quenunca nos es dado contemplar aun en el ms propicio de los momentos, sabemosque la verdad tiene un lado oscuro, pero el saber esa existencia no significa conocerla verdad.En cuanto al smbolo central, el que se ubicaba en el centro del pentaedro,representaba la Vida, en el sentido de existencia que significa ser (aun sin estar),significaba vida, simplemente vida y este smbolo, representado por una especiede cruz con un aro estilizado en lugar del bastn superior que caracteriza las cruces,igual a esas que podemos ver en los jeroglficos egipcios, igual y diferente elsignificado, tan slo vida, el sentido de esta vida, del pentaedro el centro, y llavefinal para el acceso a la habitacin a la que tanto deseaba entrar, este smbolo era, yes; la llave.

    De las formas, de la cantidad, de los significados, quizs no vuelva a hablar, quizssi, cmo podra saberlo an, si an no lo he hecho?, cmo?... si bien habacaminado mucho hasta llegar a la bveda no me encontraba cansado, quizs laesperanza o la intriga, quizs el miedo que no tena, aquel temor abstracto y sinforma definida que habitaba en mi alma en ese momento, quizs todo converta laescena en algo ms real que la realidad, en algo ms cierto que la verdad misma, ytodo era de alguna forma reafirmado por mis recuerdos, por lo poco que saba, porlo insignificante de mi conocimiento, todo era exacto y especial, la bveda, lasparedes con sus relieves, y en ellos los smbolos, y en ellos el significado, y en ellosel recuerdo quiz desordenado, y rodeado estaba por dbil luz, por espeso aire quellenaba mis pulmones con cada respiracin, y sobre la cpula llova, y sobre el pisoestaba yo, frente a una pregunta, la que siempre me haba hecho, porqu?.Tiempo que traes a mi mente el recuerdo de todo lo que fui, de todo lo que nace ymuere en m cada da, cada instante, cada vez que la escucho lejana, que la sientoextraamente perdida, lejos de la influencia de mi mirada, lejos de m, tiempo querecuerdas tiempo perdido, vida que ya no me eres suficiente excusa para ser feliz,recuerdo que fuiste tu la primera, mi vida al nacer, que siguieron los juegos que no

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    supe jugar, la ilusin de poder enamorarla, la esperanza de cambiar este destinoajeno a mis planes, la creencia de que vivimos en un sueo esperando despertar, yfinalmente la verdad de lo parcial de mis verdades y de las verdades de todos losque me rodean, de todas las verdades, y ese es el orden en que los smbolos sepresentaron en mi vida, y as los orden en mi pensamiento, y as recuerdo intentllevar orden a aquel caos...

    Al tocar el primer smbolo, el de la vida, el crculo de piedra en donde estabatallado, empez a girar, sent que haba descubierto la solucin y toqu entonces elsmbolo de los juegos, luego el de la ilusin, despus el de la esperanza, despus elde la verdad y finalmente el de las creencias, cada smbolo gir despus de sertocado, el piso tembl, cre que lo haba logrado, un resplandor ilumin la antesala yluego o un gran trueno gritar, y su grito se hizo oscuridad, volvi despus laclaridad, y al volver a mirar sobre la pared todo se haba detenido, mir hacia lapuerta de roca y ella permaneca cerrada, inmutable, todo segua en su lugar, enalgo me haba equivocado, como siempre, quizs y especialmente como siempre.Repas mentalmente mis pasos, mi propia vida, haba tocado cada smbolo en elmismo orden en que se haban concebido en aquella parcela de mi inconsciencia, enaquel rincn del alma en que se gestan los sentimientos, el amor, el odio, todo, todolo que termina siendo realidad a travs de nuestros actos, voluntarios oinvoluntarios, y en ese orden los haba tocado, pero ese, ese no era el orden correcto,nada, nada no haba pasado, la accin en la inaccin del girar de cada smbolo medio un atisbo de respuesta, la nevada cima de la gran montaa era puesta ante misojos con la deslumbrante brillantez del conocimiento, en su eterno giro, la rueda dela vida no debe ni tiene que girar siempre en el mismo sentido, suerte de cinta demoebius, empezamos de un lado y llegamos al otro sin saber porque, la rotacindemuestra lo cclico de nuestras vidas, como el agua que se congela en la montaa, ycon el calor se transforma en ro, y el ro con el tiempo se hace mar, y el mar seevapora, y sube el agua a la nube, y regresa finalmente a la montaa, yo, querallegar a la respuesta, alguien deba decir alguna vez basta, detener el ciclo, desviarlo,invertirlo, no es la vida un conjunto de nacimientos, es cada una de las cosas queperdemos, supe en ese momento, cual deba ser el orden; un orden signado por lasprdidas, por la muerte de cada uno de los smbolos, y finalmente, el fin de la vidamisma.La combinacin fue revelada en mi mente con la nitidez de un cielo estrellado enuna noche despejada, muy despejada y sin ms luces que las del cielo, nitidez depensamiento que me permiti descubrir de los smbolos el orden correcto, y quizsde la vida un sentido o al menos parte de l, as recuerdo intent llevar el nuevoorden a aquel caos no resuelto;... irnicamente la primer desaparicin fue la del juego de hacerte jugar, al darmecuenta que ya no existan juegos que me sirvieran para ganar, toqu el smbolo conla palma de mi mano y en un giro que comprenda tanto a la ilusin como a la vida,el smbolo de los juegos se situ en el extremo superior del pentaedro, la ilusin fueal centro y la vida al extremo superior derecho del mismo.... luego fue el turno de la esperanza de cambiar el destino, que perd casiinmediatamente al creer que nada poda yo cambiar de esta intil vida, el smbolode la esperanza toqu con mis manos y en un giro que arrastr tanto a la ilusin

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    como a la vida, el smbolo de la esperanza se situ en el extremo superior derecho,la vida fue al centro y la ilusin al extremo inferior derecho.... despus fue la creencia de que la realidad es slo un sueo la que desapareci demi mente al despertar y descubrir que todo y nada era igual, la realidad no es sloun sueo, es algo ms, el smbolo toqu y ste se desliz junto a la ilusin y a lavida, quedando el smbolo de las creencias en el extremo inferior derecho, la ilusinen el centro y la vida en el extremo inferior izquierdo.... con el tiempo la verdad de lo parcial de la verdad se destruy a si misma y todoqued sumergido en la nada, en el vaco de lo irreal, de lo abstracto, toqu elsmbolo de la verdad y en un giro que arrastr a la ilusin y a la vida, quedaron elsmbolo de la verdad en el extremo inferior izquierdo, la ilusin en el extremosuperior izquierdo y la vida en el centro del pentaedro.... el ciclo de mi vida estaba casi terminado, me negaba a reconocer que tambinhaba muerto en m la ilusin de poder enamorarte, pero sin embargo toqu elquinto smbolo, el de la ilusin, y todos los smbolos que rodeaban el pentaedrocomenzaron a girar, sobre si mismos, y alrededor de la estrella central.... el calor de las llamas de una inmensa hoguera que arda en el centro delsemicrculo esfera de la bveda quemaba mis espaldas, mientras de mi cuerpo y atravs de mi pecho el corazn me era arrancado por las manos de un mensajerosalido desde aquellos smbolos giratorios, mis manos se apoyaban sobre el sextosmbolo, sobre el smbolo central, la vida me era arrancada en aquel instante, y enaquel instante sin embargo mi vida tena sentido, quizs por primera vez, sent queel piso se derrumbaba bajo mis pies y camin un par de pasos de espaldas hacia lahoguera central, hacia las llamas, el calor no sent cuando a mi alrededor la mismabveda giraba, se situ frente a m la puerta de la sala, de la habitacin final, lapuerta de roca maciza abierta de par en par me esperaba, mis pasos no tocaban elsuelo y cre que mi cuerpo volaba, y as, finalmente, yo, mi cuerpo, mi espritu y mialma... la puerta traspasaba.

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    EN PRINCIPIO I(El encuentro de un Amor)

    Su bsqueda haba empezado en una tarde de aquellas, en las que ya sea por algunatristeza o por alguna alegra, nos cuestionamos sobre el sentido que tienen algunas(todas o ninguna) cosas... y creo, si el recuerdo imperfecto como todo en la vida nome confunde, que haba conocido a una mujer, o mejor dicho, una mujer lo habaconocido a l, ella se enamor perdidamente, pero l no la quera, sin embargo conel tiempo y dado que saba que en ella dorma el espritu de algo especial, adivinabauna suerte de misterio, algo que en realidad nunca pudo encontrar, quiz en parteporque ella no quera, con el tiempo aprendi a quererla (yo dira se acostumbr atenerla), pero un da sin ms explicaciones que una nota sin firmar lo habaabandonado, se sinti extraamente triste, no saba bien porqu, no entenda elorigen oscuro de aquel dolor, pero luego descubri el significado de su pesarhaba conocido el amor.Sus vidas se cruzaron sin aparentes motivos que pudieran dar indicios sobre esacoincidencia; primero fue un viaje en tren, y para l, ella era una mujer ms de lasque viajaban cada da, quizs solamente qued fijada en su mente aquella imagenpor la indescifrable forma de mirarlo en ese escrutar rostros que hacemos siempre(sin darnos cuenta en realidad) al entrar a algn sitio en el que halla personas, eljoven rostro de esa mujer que no baj la vista ni un instante durante los escasossegundos que se encontraron en una mirada, una mirada que brillaba con luzpropia, como si dijera todo sin decir nada, ella sin que l lo supiera, lo haba elegido,lo haba apartado del resto del universo para ser suyo, lo estudi durante todo eltiempo que le permiti el viaje y hasta se tom el atrevimiento de bajar en la mismaestacin que l, y seguirlo unas calles, estudi sus horarios y as viaj por un tiemposlo por el placer de la espera (ya que no tena donde ir o porque no le importabaotra cosa), por el placer de esperar que la viera, que le hablara, que se sentara junto aella y como suceden las cosas ms esperadas, soadas y anheladas, un da sesent junto a la mujer que crea recordar de algn otro lugar (quiz de un sueo), ljunto a ella; la joven lea con aparente concentracin un libro bastante grande quecreca aun ms en aquellas pequeas manos, pens en preguntarle si era posible quese conocieran, si ella lo conoca, y al fin se decidi y as hablaron de tantas cosas quenecesitaron muchos ms viajes de los que el tren poda darles.Mientras la fascinacin creca en ella, la intriga creca en l, mientras ella agotaba suamor con una voracidad que corra contra el tiempo, l lo perda tratando dedescubrir el misterio que encerraba esa mirada indescifrable, misterio que callabanlos labios y mismo misterio que no encontr cuando durmieron juntos en aquelhotel as como se nos escapa cada instante de nuestra existencia, el tiempo paspara ellos ms rpido que para el resto del mundo, y se encontraron un da viviendojuntos en una pensin modesta, hablando de proyectos mientras tomaban mate, ymientras la pasin desapareca en ella, l senta que nada exista fuera de subsqueda y que aquel misterio era una fantasmagoria, un iluso espejismo al quejams llegara y en la periferia de aquellas conversaciones retricas, sin sentidos,sin destinos, se encontraban las respuestas que ms tarde el mismo destino acercara

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    irremediablemente, el final de una historia que ya se encontraba escrita, una suerteya echada.Sus vidas se separaron sin aparentes motivos que pudieran dar indicios sobre esacoincidencia; sucedi (al menos para l), una tarde en la que al volver a la pensinencontr una casa desierta, una nota mezcla de disculpa y despedida y la ausenciapresente de ese ser que solamente ahora, en aquel momento, se converta en smbolode lo perdido, de la felicidad perdida, del amor eterno que no supo descubrir nimostrar a tiempo y de la ms absurda prdida y l saba que podra haberloevitado, l saba desde ese da, todas las tardes antes de volver a la pensin, antesde regresar al hogar, dulce hogar, emprenda pequeos viajes de reconocimiento(as los llamaba l) por aquellos lugares que no conoca o que no terminaba deconocer, de alguna forma oculta y misteriosa la buscaba, mientras armabamentalmente el plano de una ciudad desconocida, de una de las variadas ciudades alas que perteneca (pero esta pertenencia era abstracta ya que se senta parte de cadalugar que visitaba en sus viajes), se esforzaba en mantener vivo su recuerdo, y alviajar en tren miraba siempre sin ver a toda la gente, y en su alma creca la pena, latristeza y el dolor de saber que en una misma vida no se repiten dos situacionesiguales.Buscar siempre fue para l un placer inexplicable, mezcla de expectativa, ansia eilusin, y quizs por culpa de su inconsciencia no pudo jams encontrar lo quenecesitaba (y digo lo que necesitaba y no lo que buscaba), y cuando buscaba algoque no necesitaba (o que no saba que poda necesitar), a veces lo encontraba... ydespus cuando se daba cuenta del valor que tenan aquellas cosas ya era tardeporque las haba perdido, no hace falta que les diga que es lo que extraaba cuandoles digo que extraaba lo que no tena y lo que nunca tuvo porque senta que ya lohaba perdido... justamente sta es su situacin en este caso, sta es la necesidadde llenar el vaco de su alma, al reducir todo un universo de posibilidades a slouna persona, se haba convertido en un gran problema y al saber que justamente esapersona lo haba abandonado en la ms triste de las realidades de all que subsqueda fuera tan importante para l, pero ms que nada, lo importante, lorealmente fuerte, fue el impulso que lo elev ms all de la atmsfera, que loexpuls de este universo y que lo hace hoy vagar por el vaco del espacio por lavida.Sola por costumbre viajar en tren y, si el trayecto a recorrer era corto, caminar, perono era tarde y no quera volver an a su hogar, dej el tren para ms tarde y al optaresa tarde por la segunda opcin (caminar) no se haba dado cuenta que como entodas las decisiones o encrucijadas de la vida haba elegido, sin saberlo, un destino,un final, y que como las casualidades no existan para l, esa eleccin ya estabaescrita en algn sitio, extrao y escondido, en la ms profunda oscuridad, ensmbolos abstractos de significado oculto, en el libro de las sombras que slo esrevelado de a poco, como granos de arena en un reloj, en cada instante imposible demedir llamado presente y en el cual vivimos; para l, este instante lo colocaba en latarde, en una calle, en un lugar que podra ser cualquier otro, pero que eraprecisamente ese para l.Sus pasos lo llevaban entre perdidas calles y callejones, lo acercaban a la msvariada clase de personajes, estos llenaban las veredas, las puertas, las ventanas,hasta las mismas calles, iban y venan, unos nios alrededor de un poste dealumbrado, revolvan basura en busca de quien sabe que cosas o quiz algo que

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    comer mientras que lentamente cruzaba la calle en cuatro patas un hombreaparentemente loco o desvalido, como arlequines de un rey inexistente trespersonajes salidos de una mala historieta se entretenan arrojndose basura, entreellos y l la corta distancia que separa los cuerdos de los locos, de l, de m ypintorescas mujerzuelas ofrecan sus favores a cambio de unas pocas monedas oalgo que comer, y mientras caminaba presenta que algo poda sucederle, imaginabaque quiz desde alguna ventana ella lo vera, pero tambin senta que a pesar deverlo ella no sentira ms que un leve recuerdo y lo dejara pasar como a cualquierotro que pudiera pasar por la calle y que ella pueda ver desde su ventana, y cadapaso que transcurra en el mismo tiempo en que ella quizs estara en brazos de otrose haca ms difcil, ms pesado, ms lento, ms triste, no quera compartir el tiempoque desperdiciaba en pensamientos ilusos, no quera pensar y no lo hizo.Haca tiempo que el dinero en sus bolsillos haba perdido valor, nada tan efmerocomo la felicidad aparente que ste poda procurarle, lo saba, lo senta, y adems noperda tiempo para demostrarlo; el recuerdo me trae a la mente aquel da en quesentados en la mesa de un bar, tomando un poco, entre palabras y cigarrillos,cuando un mendigo se acerc a nuestra mesa ofreciendo a cambio de una limosnaunas gastadas imgenes de santos religiosos con breves oraciones en el reverso, l,con un aire ausente y casi despreocupado por el resto del mundo, vaci su billeteraen las manos del mendigo, que dej una estampa y parti hacia otra mesa, recuerdoel da, ya que fue aquella la primera vez que me dej pagar la cuenta despus dedecir: hay gente como yo, que no sabe lo que tiene, pero tambin existen otros,como ese mendigo; que nada tiene y lo sabe, y que nada necesita ya que no conocems que la miseria; mi dinero no lo hace ni ms rico ni ms pobre, ni ms ni menosfeliz, slo mantiene el mecanismo en movimiento hoy es l quien mendiga y yo elsupuesto benefactor, pero as como el mundo gira, quizs maana, quiz en otravida, pueda estar en su lugar la prxima vez pago yo.Un seor respetablemente vestido que se encontraba recostado completamenteborracho en la puerta de un bar le grit ciertas palabras ininteligibles, se acerc paraescuchar y mejor entender lo que le deca, ste le pidi que le invitara un trago,juntos entraron y se sentaron en aquel bar, el borracho le cont extraas historiassobre los sueos, sobre la vida, le pidi que lo ayudara a despertar, que le quitaraaquel gran peso que de una u otra forma lo llevara a la muerte, cerr los ojos, grit,volvi a gritar y apoy su cara entre sus brazos cruzados sobre la mesa, mientrasquizs lloraba o rea. En el mismo acto de dejarle paga la botella se levant y se fuenuevamente a perderse en el abismo de la calle, en los recuerdos que a veces letraan paz, la paz que tanto anhelaba.

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    EN PRINCIPIO II(Aquello que no es exactamente Amor)

    Era la tarde, era tarde, pero no tanto no como para sentirse tan mal como sesenta, ni para pensar siquiera en terminar con su vida, y que era en realidad lavida qu era?Una extraa existencia, una rara y bella mujer, frente a una puerta abierta (msabierta quiz que todas las otras, frente a un conventillo gris ennegrecido por eltiempo y la oscuridad de la tarde, y en las ventanas, persianas dbilmenteiluminadas por la luz de alguna vela) lo llamaba sin palabras, slo con el gesto, conla forma, con un llamado misterioso tal vez inexistente para el resto del mundo,decidi entonces responder el llamado y acercarse a su destino (o alejarse de l), conun cdigo en el que las palabras sobran tom la mano de la mujer y se dejacompaar por un largo pasillo hasta el principio de la escalera, se dej llevarescaln tras escaln hasta un nuevo pasillo y a travs de ste a la puerta de unahabitacin, sta slo tena como mobiliario una silla, una cama con sbanas azules yuna mesita de luz, un cuadro en una de las paredes y un espejo redondo en la otra,ambas de color verde claro oscurecido por la humedad y el encierro de una piezacon una ventana siempre cerrada, de madera el piso, de madera el techo, todoiluminado por la luz de una vela, mientras vea su cara en el espejo ella se quitaba laropa con hbiles manos que luego lo ayudaran, todo pareca como siempre, comotodo en aquellos juegos, sueos o pesadillas recurrentes que volvan cada noche,como si alguien escribiera siempre los mismos principios, se dej entonces llevar porel juego de jugar; sus manos buscaron la tibieza de aquella piel femenina, musa detantas ilusiones adolescentes, recorri lentamente la ondulante geografa de aquelcuerpo, y mientras ella lo desvesta sin apuro, cuando ella empez a besarlo, sintiextraamente en su cuerpo la sensacin de que aquella mujer le daba ms de lo quepor su trabajo deba darle, quizs por el presentimiento de un temblor queadivinaba en aquellas manos que lo desvestan, quizs por el calor de aquella bocaque lo alejaba de este mundo, que lo llevaba a las puertas del placer, al principio delos principios; desnudos ambos cuerpos atravesaron el espacio que los separaba dela cama y entraron en ella como en un inmenso mar, mientras su respiracin seaceleraba, se preparaba para recibir los placeres que le prometa aquella ninfa,misteriosamente la habitacin qued iluminada tan slo por el resplandor de la luzque a travs de la ventana entraba desde la calle, ella haba apagado la vela y ya leofreca bajo las sbanas todo el calor de su cuerpo, bajo la sutil calma de un marquieto, se trasladaba su tormenta (mi tormenta), abismo incierto de desazn ycrueldad, se alejaba sin que nadie lo advirtiera a otros mundos de universos lejanos,con cada movimiento de los cuerpos hacia el placer, de su alma se desprendanmiles de puntos luminosos, de pequeas estrellas o de fragmentos de la llamaeterna, aquella llama que ilumina tras los ojos de cada ser.Conocedora de las artes del amor se entreg sin guardarse para si nada, se dejllevar por el placer de un sexo que practicaba siempre sin placer, y se dio a estevisitante sin condiciones, sin trabas y quiz sin sentido lo bes inmersa ya en unprofundo abismo de confusin y sensaciones placenteras, la tormenta que creca enla profundidad del mar rivalizaba con aquella otra que tras la ventana propiciaban

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    relmpagos y silbidos del viento en la copa de los rboles, ya los movimientos desus cuerpos iniciaban olas sobre la superficie y estas iban y venan como suscreadores, ya dos cuerpos eran uno, animal monstruoso de cuatro brazos que seabrasaba y araaba a si mismo, que se morda con sus dos bocas, que gritaba ygiraba bajo la superficie que ya era tormenta, ave de la tempestad que vuelves cadavez, que traes vientos cada vez ms fuertes, que te elevas sobre las olas y miras sinver el fruto de tu simiente perversa, diablica, satnica que slo sabe del placerfugas, te veo con mis cuatro ojos, presiento ya tus garras sobre mi cuerpo, meretuerzo entonces en las profundidades del dolor que tambin es placer.Bebe la sangre de sus bocas el monstruo y arrulla en sus brazos una pausa en lalucha mientras la tormenta propicia un nuevo ataque, las olas rompen en el piso, sucuerpo desnudo flota en la superficie pero quiere volar, as como las aves, y debeentonces unirse al ave de la tempestad en su vuelo la insaciable ninfa recorri consus labios toda la extensin del cuerpo invitado a un nuevo placer y su excitacin laexcitaba (si tan slo pudiera hacer eterno ese instante, si pudiera congelar el tiempo,l sera por siempre feliz), dispuesto a dar batalla su cuerpo se dej llevarnuevamente al abismo, renaci el monstruo con nuevas alas y renovadas fuerzasque ahora lo elevaban, as sus cuatro brazos, sus dos cabezas, sus manos quetocaban su cuerpo, sus ojos que se miraban, todo aquel remolino de sensacionessubi ms all del cielo real para penetrar en la esfera abstracta donde el placer sesublima con lo infinito.Sinti que aquel rito conocido tomaba nuevos matices y que otros colores signabaneste encuentro, nuevamente en su cuerpo la sensacin de que aquella mujer le dabams de lo que ofreca da a da y su presentimiento se transform en una ilusoriaverdad, aquellas manos que lo tocaban, aquella boca que lo besaba, realmente laninfa tena un poder ms all de lo imaginable y teja en torno a l una red deilusin tan perfecta que cualquiera que cayera en ella pensara, como l, que existaalgo ms detrs de esa entrega, sin saberlo se converta en una mosca a merced de laaraa, cazador casado de una ilusin ajena se resign a disfrutar del plato final de lacena, volvi a acariciar aquel cuerpo de diosa, sinti la respiracin en su cuello, yella bajando por su pecho hasta su vientre y ms abajo, hasta el placer, dio trmino asu misin en perfecta tarea.Se visti sin apuro, sin parsimonia, encendi un cigarrillo y vio como se oscureca elcielo, ms por la tormenta que por la inminente noche, sacando unos billetes delbolsillo del pantaln, habl por primera vez mientras tiraba el dinero sobre la mesade luz, dijo;- s que es demasiado y te dara ms si pudiera, pero es tarde y no quisiera volver apie, no es que tema a la noche, pero parece que va a llover, en fin, gracias porhacerme olvidar del mundo aunque no sea ms que por un momento -La mujer lo sigui con la mirada, mientras l se acercaba a la puerta, su mente yaestaba en la calle cuando pens en voz alta;- esto se parece a un sueo, en cualquier momento voy a despertar -Ella que estaba vistindose, al orlo, sinti el peso de una confesin que no podaaplazar ni retrasar hasta otro momento quiz inexistente, le pidi que no se vaya yle dijo;- vas a pensar que estoy loca pero me resulta extraa la coincidencia de habertesoado, caminando por esa calle, mi calle, y haberte llamado hoy as como lo hice enel sueo -

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    La mir a los ojos y sinti que algo secreto los una, algo ms que la simplesensacin del sueo hecho realidad y compartido, se sinti ms que afortunado,quiz triste, pens que aquella mujer quizs no tena con quien hablar, y que sillova ya no tendra clientes, y que quiz no quera pasar la noche solo, y ella solatampoco deseaba estar, y sigui pensando otras tantas posibilidades, y contest casiinstantneamente;- nada de eso, todo lo contrario, los sueos estn hechos de infinitos instantesbarajados como en un juego de naipes y existen en ellos momentos del pasado y delfuturo, a veces nos tocan cartas del pasado y nada nos revela una flor de copas delpasado, pero otras veces las cartas son de momentos futuros y muy pocas de esasveces nos toca una escalera de instantes futuros, ese fue tu sueo, y mientras msjvenes somos ms posibilidades existe de ver el futuro en los sueos, vos, cuntosaos tenes? -- hace tiempo que perd la cuenta de mis aos, cada da parece repetirse da a da, ysiempre, siempre es igual, mismas caras, mismos servicios, mismo dinero, cada da...hasta hoy... -- pero... qu tiene hoy de especial?, a m por ejemplo me parece un atardecercualquiera, un tanto tormentoso, pero en fin, nunca presto demasiada atencin a losdetalles y mis tardes son entonces iguales a todas las tardes, cul es el motivo paraque sta sea especial? -- es que de alguna forma rompiste el hechizo -- sin embargo, para que exista un hechizo se necesita cumplir con al menos trescondiciones; un hechicero, un motivo y una vctima hechizable, quizs hoy tedemostr que no podemos ser hechizados (ni embrujados) por nadie, ya que todo esilusorio, todo lo que podemos percibir, todo es nada y donde no existe que hechizarno existe hechizo, somos piezas en un gran juego y nada es casualidad, quizs seahoy tu da, puede que est escrito en algn sitio, pero nada tengo que ver yo ni loshechiceros con eso nada -La noche no mezquinaba oscuridades y se empobreca la iluminacin del cuarto concada minuto transcurrido, se acerc a la ventana, sigui fumando mientras esperabala previsible refutacin de aquella extraa mujer o quiz un silencio por dondeescaparse- es casual que recuerde por ejemplo el momento en que mi madrastra me vendieraal viejo dueo de este conventillo y que a los doce aos halla dejado de cumplirlos? -- slo son coincidencias, pero el tiempo es el culpable; hay dos clases fundamentalesde coincidencias que agrupan en ellas todas las dems, las que se preformulan poruna conjuncin de sucesos, de pensamientos, de opiniones; por ejemplo las cosasms comunes de nuestras vidas, todas las cosas, y las que suceden sin ningn tipode motivo real o aparente, estas ltimas son las llamadas casualidades y soninexistentes, todo es formulado en algn plano de nuestra conciencia o en algunaconciencia que habita ms all de todo lo que podramos percibir por nuestrossentidos, es slo cuestin de tiempo para que todo aquello que soamos suceda ypara que lo que nos sucede se convierta en el sueo de otra persona y luego esapersona nos encuentre y luego nos pierda, resulta que a veces estas ltimas cosas nopasan, y, o bien no nos pierden, o bien nunca nos encuentran y de alguna forma(imperceptible, casi abstracta) nos pierden -- el tiempo fue siempre una de mis prisiones, aun cuando el viejo muriera y slo medejara deudas y mi nico bien, mi oficio, lo que me ense a hacer, eso que hoy

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    paga el alquiler de esta humilde pieza y hubiera seguido presa de la rutina si no tehubiera soado, sin palabras entraste y te dejaste llevar ignorando que yo ya sabaque no te cobrara porque en el sueo tampoco te cobr y porque a partir de hoy yano har este trabajo, hoy soy libre, y gracias a vos -Al decir esto coloc el dinero en las manos de l, que no saba que decir, ni hacer,pero que sinti que una fuerza invisible le peda que se alejara, que se fuera de eselugar por donde entr, que lo llamaban desde un punto lejano, desde quiz otromundo, record su amor, su perdido amor, su dolido amor, su amarga tristezatom el dinero que ahora cobraba nuevo valor, ms del que nunca haba tenido, elvalor de haber dado un sentido a una vida o al menos de haberle dado unaesperanza, una ilusinLos techos y las copas de los rboles de la plaza cercana se iluminabanespordicamente con los relmpagos que en la noche traa la tormenta, sus pasos lollevaron nuevamente por la ahora desierta calle hacia el encuentro de un lugarpropicio para resguardarse y pensar, se encontr a si mismo sentado en un banco deplaza guarecido de la inminente lluvia por un gran rbol que lo cubra sin impedirlever, justo en frente de su vista, el campanario de la iglesia y por sobre l las nubescorrer en una lucha feroz por llegar quiz a ningn lado, un viento fro lo hacaencerrarse ms y ms en su abrigo y delataba su llanto el sabor salado en sus labios,un nuevo relmpago y la ciudad qued a oscuras, sin alumbrado publico las cosastomaban otro color, un color de realidad superior, en penumbras todo sin embargoera ms claro, y su pensamiento se elev a un plano que nunca haba alcanzado,reflexion sobre su suerte, sobre el destino, sobre el recuerdo de palabras dichaspara ser escuchadas y recordadas, sobre el olvido que tan mal parece seleccionar susvctimas y sobre el tiempo perdido, pasado, olvidado, sobre aquel tiempo mejorPens que una buena analoga de nuestra vida es una partida de ajedrez, y si lopensamos un poco ms, cada jugada nos da tantas posibilidades como las que nosquita, pero slo podemos hacer una jugada por vez, y en suma, la partida no sonnuestras jugadas, sino las tantas ms que no realizamos, y que posiblemente nuncapodremos realizar (como en la vida), entonces al pensarlo, nos damos cuenta detodas aquellas cosas que perdimos aun antes de tener siquiera la posibilidad detenerlas, y estas absurdas e inevitables prdidas nos llevan, desde que tenemosconciencia, al borde de un abismo, de nuestro abismo, que tambin es ignorancia, yall iniciamos la ilusoria bsqueda de las respuestas, la contestacin a nuestrosrecurrentes porqu as sentado en aquella plaza ante la inminente lluvia, y enfrente de su vista el campanario de la iglesia, y sobre l las nubes, y con ellas unviento feroz llevaba y traa nostalgias olvidadas y lo haca encerrarse ms y ms ensu alma que tambin era abrigo, y confes con llanto el triste sabor de sus recuerdos.

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    Captulo II

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    VIGILIA

    Todo empez creo, ya que no tengo la certeza de poder afirmar el momento exactode mi vida en que empec a sentirlo, cuando despus de despertar a una maanatan parecida a las dems como cualquier otra maana pero a la vez teida de algoextrao (de algo inexplicable) present estar todava soando o al menos no haberdespertado realmente. Los das siguieron su normal curso y esa sensacin deensoacin se mantena (se mantuvo); mis sueos tenan un aspecto tan real que meresultaban inexplicables y mi vida despus de despertar todo lo contrario, tratincluso de despertar, en aquellos instantes en que presenta estar en los territoriosdel sueo, sin lograr nada todo sigui igual y al tiempo mi vida fue un continuodespertar dentro de sueos que se parecen a estar despierto.Noche y da me encuentro en busca de aquellos lugares oscuros en donde misoscuridades interiores entran en sincrona con lo que me rodea y puedo lograrentonces articular nuevos pensamientos, nuevas estrategias para lograr olvidarte oquiz slo recordarte como lo que fuiste; casi nada... slo un sueo, y es casiparadjico como ciertas revelaciones pueden traer el olvido, como ciertasincertidumbres pueden traer la tranquilidad y como una porcin nfima del espaciodefinido es a la vez infinita, as cada vez que te recuerdo te sueo y cada vez que tesueo te recuerdo, cada vez que te alejas te siento cerca y mientras ms lejos estsms cercanas son las palabras que escucho murmuras en mis odos, bien, muy bienpor m, y por ti, y por todos los que quieran sentirse libres, ms all de todoentendimiento, ms all de toda complejidad la abstracta realidad me lleva y metrae como las mareas lo hacen con la arena, quiz un da pueda verte en algunaplaya, quiz algn da pueda tenerte como quisiera, comoHay ilusiones que nos atrapan para nunca dejarnos en paz, para nunca soltarnos, elsentido de la realidad es una de ellas, slo a travs de una desconexin o de unaabstraccin podemos librarnos por cortos lapsos de tiempo... esta ilusa realidad,quiz la primer mentira que nos es revelada en la vida, termina finalmente connuestra existencia, el crculo se cierra, se completa, y la vuelta final no es diferentede la primera, slo que lo olvidamos presos de la ilusin, sin otros ojos para ver loque quiz realmente importa vemos tristemente los das pasar mientras el tiempotranscurre en un otoo que deposita colchones de hojarasca por donde solamosandar, por donde hoy, solitario y pensativo, abstrado en algn recuerdo, regreso yvuelvo a transitar slo que es diferente, slo que hoy siento no haber despertado,presiento estar en un sueo, presiento que el desierto que me rodea no puede serreal, que aquella bveda lejana es solamente un espejismo creado por el brillo delsol sobre alguna montaa de arena y presiento finalmente que al cerrar los ojos ydespus volver a abrirlos ya no estar aqu, ya no estars para escucharme, ya notendr que tapar mis ojos para que el sol no me deslumbre y al despegarlentamente los prpados pude ver la geografa de tu cuerpo desnudo, el brillo de tusojos, la tibieza de tu piel que ya est junto a m, y la sensualidad de tus movimientosque tanto se parecen a las olas del mar en esta playa desierta, nico testigo el faro,nica presencia la nuestra, y el amanecer nos ilumina con variedad de tonalidadesrojizas y azuladas, violceas y amarillentas, plateado es el brillo de la espuma que elagua salada produce en cada ir y venir mientras nosotros ya no somos ms que

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    instrumentos en una sinfona perfectamente dirigida por el destino o por lafatalidad de una ilusin la ma.Y de los motivos y del porqu no volver a hablar jams, o quiz nunca, o quizalguna vez, pero creo que; primero y principal, ante todo buenos das, ante todomucha calma, por si acaso no puedo resistir debo decir que todo lo que siento essimplemente lo que mi alma necesita sentir, lo que no puedo ocultar, mas si son mispalabras una equivocacin no puedo impedirlo, sin apuntes, sin letras para juntar yhacer palabras y con ellas frases que te puedan acercar ms, y ms, tanto hasta loque quisiera, tanto como para tenerte como quiero tenerte, como te sueo cada da,como no puedo dejar de pensarte a cada momento... y de ms est decir que tenecesito ms de lo que puedo explicar, que este sentimiento que naci as,casualmente y sin ms intervencin que la del destino o de la casualidad se torno ennecesidad; insensata, absurda y eterna necesidad... y mi vida pareciera ir porcaminos distintos que los que marca mi corazn, quisiera al menos en esta vidapoder dar vuelta la partida y ganar una vez, felicidad ven a mi alma, coraznsintete lleno de pasin como nunca antes lo has hecho... placer de sentir lo quequiero sentir, creatividad de poder crear un mundo diferente con las cenizas de todolo que me rodeaba, de todo lo que perd y de todo lo que nunca me es dado tener.Me siento ciertamente desconcertado, y este desconcierto no es producto del alcoholque corre hoy por mis venas, no es siquiera producto de la irrealidad que me tocavivir, no es locura ni desilusin; creo sin embargo que perderte me ha dejado a unlado del camino sin saber donde ir, nos dirigamos por diferentes caminos pero dealguna manera juntos, paralelismos de este laberinto de espejos, pero te alejaste y yano tengo referencias, la habitacin est a oscuras y la tormenta con sus relmpagostan slo alumbra paredes vacas, no encuentro puertas por donde escapar, es sta lanaturaleza de mi desconcierto, tal es su magnitud que se transporta a todos losplanos de mi existir, al existir mismo, y tan slo mi alma lucha por seguir en pie, porgritar contra las oscuridades en busca de luz, por encontrar esa puerta por la quesaliste aquel da...Pasaron semanas, quizs meses, y aquella sensacin de ensueo en las realidadesy esta indefinida vigilia de un despertar se torn no slo insoportable sino casi uncastigo, injuria de una simiente perversa que slo intentaba enloquecerlo, que sloquera apartarlo de su bsqueda, y entonces en cierta oportunidad su agudo ingenioplane una estrategia para desenmascarar no slo a los sueos sino tambin a larealidad, pens enviarse a si mismo una carta en aquel momento que ms separeciera a un ensueo, en el momento ms absurdo sacara de uno de sus bolsillosla carta y la pondra en el buzn ms cercano y luego, luego esperara contando asu vez cuantas veces se despertara y cuantas se perdiera en el profundo silencio queprecede al sueo, aquel en el cual pensamos en voz baja para no despertarnos, parano molestar a la vigilia del sueo escribi entonces aquella carta (sin ms palabrasque las necesarias para esta tarea; un saludo y una despedida) a la luz de una velaminutos antes de dejarse caer en las profundidades de un sueo que su cuerpocansado propiciaba desde haca unas horasY al abrir los ojos me sorprend a m mismo en el intermedio de una obra de teatro,tercera fila, lugar privilegiado, el programa en mis manos anunciaba larepresentacin del Fausto de Goethe, me alegr por tan perfecta eleccin pero laalegra dur poco y se perda ms y ms a medida que el intermedio se extendams de lo habitual, las personas alrededor parecan estatuas de cera que se derretan

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    con slo mirarlas y al abrirse al fin el pesado teln, al descubrirse la escena, me vi am mismo despertando despus creo que despert y sin perder tiempo enmenesteres intiles de higiene y elegancia corr al buzn ms cercano (el de laesquina de la pensin) y coloqu la carta en l, respir profundamente mientrasapoyaba mi espalda en el buzn y sonre unos segundos al sentirme triunfador eneste abstracto juego, quedaba esperar, quedaban contar vigilias y ensueos, el rojosol sala sobre la calle desde el horizonte Norte, como nunca, como siempre en missueos, todo pareca estar bien, slo esperar, y volv a sonrer.

    Viajar en tren se haba vuelto una rutina aburrida y casi insoportable durante aqueltiempo en el que compartamos los das y las noches, mas ahora, cada viaje espremonicin de nuevos y de viejos recuerdos, es constante bsqueda, es abstractopuente entre mis sueos y mis realidades; sentado estoy, mirando por la ventanillaun paisaje extrao pasar y pasar, y recuerdo que esta maana cuando el despertadoramenaz mi descanso con su espantoso ruido, slo atin a mandarlo al piso de ungolpe y enterrarme luego hasta la cabeza entre las frazadas que la tibia cama meofreca cual cuerpo de mujer ardiente, no recuerdo haberme levantado, ni vestido, nicaminado por las conocidas calles de siempre, entonces, estos extraos paisajes quedejo atrs, este desierto en el que se interna el tren para cruzar espejismos,manantiales, tormentas de arena, y finalmente esta selva hmeda y sobrepoblada deplantas, insectos y animales en donde el vagn penetra no son ms que otro sueo,trato entonces de encontrar alguna persona que pudiera quizs entenderme yayudarme entre rostros de aparente calma, pero la gente no sabe, ni quiere saber,que la realidad que percibimos por medio de nuestros sentidos no es la nica ni laverdadera realidad, que existe y existi siempre otra dimensin en la cual todo loconocido es nada y nada es todo lo que se necesita para ser feliz, traspasamos laselva y nuevamente ante mis ojos el paisaje extrao del principio, baja la velocidadde desplazamiento el tren y algunas personas salen de sus asientos para ganar unespacio en el pasillo y as poder bajar, cercana est la estacin, cercano el destino dealgunas almas, no creo que sea el final del viaje para la ma y dejo atrs con el tren atoda esa gente que de alguna forma me dej solo en ste, mi viaje.Interrumpiendo mi concentracin una oscuridad exterior me priva de la vista delpaisaje, siento entonces una profunda soledad que abarca mi espritu, mi alma,entonces llegan recuerdos, llega su rostro, su voz, aquellos momentos que solamoscompartir, que extrao sin poder entender porque extrao, y del tiempo que ya nopasa se desprende mi tristeza, mi dolor, llanto de Dionisio muerto en los brazos delnoble Baco, brindo por lo que tuvimos, por lo que no y por lo que pudimos tener,por esta suerte de recuerdo que regresa con cada copa, con cada beso, y mis besosson tan fros, teidos de invierno intentan mantener erguido un castillo de naipes, labaraja slo sirve para jugar, las cartas marcadas estn, mi alma sabe que el dolor y elplacer son esencia de una misma cosa, tan slo un alma en pena, el alma de unblusero, escucho mi msica como quien escucha algo lejano, ininteligible, abstracto,escucho quiz tambin tu voz y entonces intento hablarte, entonces te digo; desde loprofundo de mi abismo escucho tu silencio, siento el vaco de tu ausencia y ms mehundo en la tristeza... porqu?, quisiera yo saberlo!, cunto tiempo ests en mimente?, quizs ms de lo que te imaginas, quizs ms del que puedo soportar,quizs ms horas de las que entran en un da, cada da, todos los das y quizs poreso las ausencias son las ms notorias.

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    Presiento lo que siento como siente el mar la gravedad de la luna, marea desentimientos que en mi alma sube y baja con cada alejamiento, con cadaacercamiento tuyo, imagino entonces el basto mar con todo el misterio de sussetenta por ciento de espacio en la superficie del planeta, de nuestro planeta, aquelque nos tiene por habitantes a cada instante, aquel que nos alberga y nos mantienevivos para que alguna vez nos podamos juntar.Extraarte no es lo peor que me puede pasar y que me est pasando, adems sientola prdida de una posibilidad que siempre y que nunca tuve, pero la esperanza, miesperanza, motor de ilusin y de ensueos la fuerza, que se alimenta cada da con elespejismo del recuerdo, pero la esperanza, no volver a perder, y as finalmentepuedo seguir mi bsquedaSeres de luz que iluminan mis sueos dieron nombre a cada cosa, trajeron a mi almala paz del saber, dieron por terminado el ciclo del dolor, quitaron de mi espritualgunas incgnitas sobre el tiempo y el espacio, y finalmente me regalaron un espejoen donde nada es reflejado, en donde todo es absorbido y asimilado, donde todotermina y vuelve a comenzar, seres de luz me dijeron de la historia su secreto, deltiempo el tiempo, del amor el sentimiento, de la historia de amor del tiempo con laluz que todo es bsqueda y espera, que algunos buscan mientras otros esperan serencontrados, que si ambos se buscan puede pasar que jams se encuentren, que siambos se esperan nunca se podrn juntar, y que es por eso que la luz viaja tanrpido e ilumina todo, y que es por eso que el tiempo pareciera detenerse en esteinstante, para esperarla, para soarla, para ser, existir y seguir al fin con su destino.Sale el tren del tnel fatdico que me alej de la luz y me acerc al recuerdo, llega ala estacin destino de mi alma, lugar que siento mo, busco el pasillo, la puerta, elandn... detrs de m el tren se aleja y desde la vereda al levantar la vista para cruzarla calle, el resplandor de mil soles me hace cerrar los ojos, escucho dos golpes, comosi alguien llamara a la puerta, pero no puede ser abro mis ojos frente al escenariode una habitacin ordenada en su desorden, veo un reloj en el piso y vuelvo aescuchar el llamado, an medio adormecido y todava confundido me levanto, mesorprende el estar vestido, me acerco a la puerta;- quin es? pregunt...- cartero - dijo una voz entre amable y cansadaAbr la puerta tom las cartas, firm una planilla, y con un simple adis volv acerrarla, corr las cortinas para que entrara un poco ms de luz, el amanecerprometa un da especial, me sent en la cama y busqu inconscientemente mi carta,la encontr, abr y le para mis adentros como recitando una poesa:

    A Quien Corresponda:Ante todo quiero entregarte el ms cordial de los saludos, el saludo que slo se puede

    dar uno mismo, como cuando al frente de un espejo nos regalamos una sonrisa, decomplicidad, de asentimiento, de comprensin

    Es necesario para m, que al llegar esta carta no me encuentre despierto, que al leerestas intiles lneas la tranquilidad como ellas, unidas en un slo significado se conviertanen paz dentro de mi alma y que finalmente sepa si estoy despierto o an sigo soando.

    Te recuerdo, te extrao, ms aun de lo que puedas imaginar en tu viajera mente, allen donde te encuentres, te pienso, algo puedes recordar, de m, de vos, de ambos, me gustaraque ests a mi lado como solas estar, que juntos bebamos de la misma botella,emborracharnos de alegra en cada brindis, en cada sueo que nos toque soar despertar

  • Ren Ghenzi

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    siempre despertar juntos, juntos en el desierto de nuestras almas, universo platnico deescasas analogas, de simple arena existencial que toma diferentes formas con cada soplar delviento y de esta tormenta, me gustara entonces que puedas ver a lo lejos, como yo lo estoyhaciendo ahora, la bveda marcando con su sombra el camino y la distancia a la respuesta, aesa respuesta que ambos estamos buscando quiz por caminos diferentes, separados, alejados,y te recuerdo, te extrao, ms aun de lo que puedas imaginar en tu viajera mente.

    Pero es slo una sensacin ms de las que siento cuando me encuentro rodeado denada, slo una espesa niebla, rodeado del fro invernal y de sombras de espritus inexistentesque me dicen, que me cuentan, que me ayudan a llegar a donde quizs no quiero ir, donde noquiero estar, estar sintiendo lo que siento, quizs slo sea un sueo.

    Para despedirme, quisiera decirte lo que creo saber, este atisbo de conciencia queadivino en el horizonte, pero debes ir al lugar de donde saliste, a la construccin iniciticaque sabrs reconocer y que te atraer como la luna atrae las mareas, as podrs al finentender.sin otro particular me despido no sin antes desearte la mejor de las suertes en tu bsqueda.Pta.: Recuerda que la carta se envi en un ensueo, busca entonces alguna respuesta.

    Despus de leer la carta vinieron a mi mente pensamientos que tomaron la forma detres preguntas; primero tena que descubrir si esta realidad transcurra o no dentrode un sueo, segundo tena que saber realmente cuantas veces despert y volv adormir en el tiempo que separaba el envo y la recepcin de la carta, y la tercera yfinal pregunta estaba referida directamente al contenido de la esquela, yo saba quelo que haba escrito no era precisamente eso pero de alguna forma no estaba seguro,las palabras eran mas mas no recordaba haberlas escrito, y las respuestasencontradas no revelaron a mi espritu ms que nuevas perplejidades, entoncespens, como hoy pienso, que muchas ms veces de las que quisiramos lassoluciones aparentemente ms simples arrastran tras de si los problemas mscomplicados y abstractos, ms labernticos, aquellos que por su complejidad nosconfunden hasta la locura, nos llevan un paso adelante al borde del precipicio, ypens entonces (como hoy sigo sosteniendo), que es una mentira decir que noexisten respuestas singulares a preguntas generales ni respuestas generales apreguntas singulares, as las cosas dejan de tener su color simplista con el que lasintentan catalogar y encajonar los matemticos de la vida, as el caos inicial, elmovimiento natural de las cosas cual motor del destino nos lleva con el tiempo a lamuerte.Entonces resign al olvido las preguntas, las respuestas, el tiempo y ms, acept larealidad de este castillo de naipes y finalmente acept el viento soplando sobre lamesa y amenazando todo lo que intent durante mucho tiempo construir omantener, y entonces resign al olvido mi ser y tu recuerdo

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    ENSUEOS

    Sensacin de perder el poder y no tener el control de las situaciones, triste situacinde estar en el lugar equivocado mientras el sol del medioda caeperpendicularmente al piso sin dejar que exista al menos un vestigio de sombra endonde esconderse, a donde huir. Desde este insoportable calor una breve brisa llevadel suelo el polvo hasta mis ojos, as mi llanto no significa ms que un acto reflejoproducido por la simple coincidencia de las situaciones que hoy me rodean, a lolejos puedo ver el espejismo, contorno irregular de forma incierta que se asemejatanto a la realidad como todo sueo, como toda verdad o toda mentira.Cada uno ayuda como puede, y en algunas ocasiones la ayuda que damos o que nosdan puede venir de la mano de acciones que en otras circunstancias o vistas desdeotro punto pueden parecer malas, venidas de la simiente ms perversa, fabulacionescreadas para perjudicar que sin embargo pueden ayudarnos a dar el paso final, aterminar una carta o a dar fin a una situacin sin salida; por eso digo que cada unoayuda como puede, y no nos es dado elegir los mtodos ni las formas, la creacin senos presenta vasta ante nuestra vista y nos deslumbra a veces con el fulgor de milsoles, ms cosas de las que podemos entender nos rodean y nuevos misteriosaparecen cada da, nuevas preguntas, nuevos tormentos; la duda... desde ella laangustia, el dolor, siempre queremos saber ms y as nos hundimos cada vez conms obstinacin en los laberintos del saberLas realidades me sustraen a aquel bar mtico de mis sueos, en el que hace tiempoconoc lo mejor y lo peor de m, y resulta que creo estar nuevamente en aquelsueo... tan extrao fue volver a soarte, tan perfecto fue el sueo, que se funde conla realidad, tan lleno de detalles que llen mi alma con tal alegra que me resultaimposible poder explicarlo; tus gestos, tu voz, tus palabras, tu cuerpo, tu piel...perfecto recuerdo de lo que fuiste (al menos para mis sentidos), de lo que eres enalgn lugar, de lo que quisiera tener y no me animo a reclamar; creo que quiz portu situacin o quiz por la ma no s si no debo o si no puedo... pero al fin cuandotodo termina, termina tambin mi sueo y creo que despert o al menos que cambide sueo, y la ilusin es aparente, insensata, diablicamente esperanzada... llegamosa la terminal, mucho y nada habamos hablado, y vos corriste lejos casi sindespedirte (ser que quizs por siempre estaremos juntos), corriste porque ya erahora y debas partir; te perd de vista y esper ver en alguna ventanilla tu rostro, unsaludo, pero el tiempo me deca que ya era tarde para m y casi podra decir que elcielo era gris y que algn viento me llevaba a otros caminos, a aquel viejo bar, areencontrarme conmigo mismo, a despertar, al menos por esta vez, creo...Al despertar, al abrir los ojos con lentitud, aterrado pude ver que los traficantes demarfil me perseguan, velozmente, inagotables, intemporales, y yo, intentandoescapar en cuatro patas, mis recuerdos, mi cuerpo corriendo pesadamente por unapradera (que siento mi hogar), en el continente africano; llevar a cuestas el peso deesta realidad se hace ms y ms difcil, elefante corriendo sin sentido, su destino yaescrito, el disparo dio en el punto exacto, en el blanco, y ya en el suelo lasesperanzas, ya los traficantes se llevan el marfil, ya el sol cae sobre los rboles, ya enel horizonte se gesta la batalla final, noche y da luchan por nuestros territorios, elalma sale del cuerpo inerte y transita ahora sobre la tierra, me llegan tus palabras

  • Ren Ghenzi

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    como siempre, son ilusin, la llama que alimenta mi recuerdo, que da fuerza a mibsqueda, entonces te hablo, me hablas, hablamos y en el juego de palabrasentramos.Mis palabras intentaban llevar y traer la comprensin y la contencin que otrorasolan transportar a su alma, le dije entonces que nadie dijo que esta vida sera fcil,ni siquiera un poco, y que por sobre el brillo, sobre el resplandor, se puedenesconder tanto el fro como el calor, le dije que el sufrimiento es parte de la vida yque quizs tambin su sabor, como las manchas en la luna, como las olas en el mar,como las espinas en las rosas, que saber encontrar felicidad en la calma es aun msdifcil que encontrarla en medio de la tormenta.ngeles plateados cruzaban el cielo, la bveda nocturna tomaba un nuevoresplandor mientras bajo mis pies el rojo del dolor, fuego y sangre, y un ejercito dejinetes del diablo arrasaban mi abismo con tinieblas y paradojas.Si en cada viaje te busco, si en cada bsqueda nada encuentro, si todo es nada sinvos quizs ya no me importe nada, quizs porque al descartar posibilidades meacerco ms a mi destino, y as mantengo vivo el recuerdo, tu recuerdo, y as laesperanza que lleva mi ilusin me sirve de abstracto escudo que me protege de laignorancia, de la debilidad, del llanto que hoy corre como embravecido ro, cuestaabajo y ganando fuerzas en cada tramo, por mi rostro, por el que se encuentradebajo de mis mscaras, aquellas que uso para confundir, para despistar, paraproteger, para evitar un exceso de lstima que no necesito, que no quiero, mientrastanto existen preguntas que no supe contestar, que no me atrevo a preguntar.En el horizonte, donde los ngeles luchan contra los jinetes del diablo, all, seencuentra el lmite de todo lo que existe, ms lejos la oscuridad del vaco, el vaco dela nada el final.Arrastrando ausencias vamos por esta vida, sendero de tantas piedras como flores, ymuchas veces las segundas tapan a las primeras (en todos los sentidos), primero esla inocencia, luego la ilusin, la esperanza, el amor, el respeto, y son siempre ms losque no estn, la distancia, el tiempo y la muerte nos dejan hurfanos de todo menosde nosotros mismos, all debemos entonces colocar los cimientos de esta realidadbalad, si todo gira en torno al alma, todo eterno ser, desde hoy, desde ayer, desdesiempre y mis palabras intentan entonces llevar y traer comprensin y contencin,aquellas otras palabras que quizs ya no encuentre, quiz porque no ests aqu.

    Abstrado en aquella lucha pica que ocurra a lo lejos, su alma es trasladada sin quepudiera evitarlo a otro mundo, a otras tierras, y sinti que el suelo ya no tena lafirmeza de un piso homogneo, avanz unos pasos en busca de estabilidad y a pesarde estarlo viviendo, de sentirlo, no poda creerlo, en parte ya se haba acostumbradoa todo tipo de extraezas y abstracciones, pero esto era algo nuevo, cada pasollevaba el lmite de la realidad un paso ms adelante; frente a l se extendaciertamente un desierto cubierto de mdanos y dunas y un sol abrasador alumbrabala cpula de aquella bveda que se ergua unos cuantos cientos de metros delantede l, mas a sus espaldas existan y convivan el fro y la oscuridad de una noche deinvierno ms cruda que otras anteriores, quizs porque el recuerdo va perdiendofuerza y nitidez con el tiempo y por eso nos parecen ms fras las noches invernalesactuales que las pretritas, pero en definitiva al girar su cabeza para ver atrs seencontraba con un fro que helaba la piel de su rostro y vea las estrellas yconstelaciones tpicas del invierno, y vea formndose en el cielo nocturno nubes de

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    tormenta que prometan un proverbial aguacero, pero no se detena y otro paso loacercaba a la bveda, y volva a mirar al frente y tena entonces que cubrirse enparte el rostro para poder ver a travs del encegecedor brillo del sol que le daba delleno en la cara su mente haba olvidado el principio de su dolor, senta un vacoen el alma y la sensacin de no haber dormido, de no haber descansado en mucho,mucho tiempo, sinti ganas de hacer eterno ese momento en que sonri feliz alrecordar aquella noche, aquel rito inicitico en que conoci el amor, pero tambinsinti un profundo dolor al recordar como ese conocimiento le trajo la desdicha, latristeza y la tragedia al dejarlo desnudo frente a un mundo de nuevas sensaciones,todo fue desde ese momento sublime, abstracto e indefinido, record su amor en lafigura de su amada, record en la figura de su amada los significados del amor y enaquel momento idlico en que su ser se alej de toda angustia, de todo dolor, sonriy trat de perdurar ese instante, y dio otro paso, y el instante pas despert enuna calle desconocida, sinti el paso del tiempo como nunca antes lo haba sentido,la lluvia lo baaba sin que pudiera ni quisiera hacer nada, pens;...tiempo que llevas y traes como las olas, espuma de salitre, caparazones vacos,setenta por ciento de la superficie terrestre, sesenta y cinco por ciento de nuestrocuerpo, la esencia pura, el agua es desde el principio y hasta el fin de los tiemposeso, esencia pura, quiz sea por eso que me agrada y alegra ms de lo que puedoentender la lluvia, y que a sta me entrego como quien se deja atraer por los cantosde las sirenas, como quien se entrega al placer ilusorio de los sentidos, quiz sea poreso que hoy camino bajo un torrente lluvioso que nubla mi vista, que todo hacebrillar como si fuera nuevo, que a travs de la tierra hmeda y su aroma tan especialtrae a mi mente el recuerdo de un pasado aorado al que quisiera volver cada da,cada hora, cada instante de mi vida, y resulta que supe ser feliz precisamentecuando no saba nada del mundo ni de los hombres, cuando mi ignorancia mepermita estar en paz tanto con ngeles como con demonios, recuerdo entoncescomo sola disfrazarme de ellos para acceder a los cielos primero y a los infiernosdespus, puedo sentir en mis manos los trofeos obtenidos, la espada de fuego en ladiestra y el tridente en la siniestra, armas que de nada sirven al que no las sabeusar.

    Empero, sin embargo, el tiempo es y ser por siempre mi peor enemigo, ya que nos sobrevivir sin l, ya que no s controlarlo, ya que me lleva inexorablemente a undestino incierto que quiz ya no pueda cambiar sin tu ayuda... acaso perdido estoyen un laberinto de cifras, y sobre mi cielo se yergue la escultural figura de misvisiones y su movimiento pendular adormece mis intenciones y le resta fuerza almotor que empuja cada una de mis acciones?... as, prefiero siempre a veces quedardormido, a veces siempre inmvil, escrutando el universo tan slo con la miradaque ser hombre me permite, y siento que es demasiado poco lo que mis ilusossentidos me dejan lograr, quiero por y para siempre tener algo mejor, algo ms fcil,rpido, cercano... que tal entonces si en lugar de buscar dejo para siempre mis botasen su lugar y slo me limito a ser el ser inmvil de mi sueo, accin en la inaccin,inaccin de mi accin que puede no slo construir, destruir y reconstruir, si no queadems puede ver cada cosa en cada instante de tiempo a la vez, en un mismoplano, en este plano de la eternidad en que me encuentro observndote, esperandouna respuesta, tan slo otras palabras que me acerquen ms a ti sin siquiera salir dedonde estoy, donde me encuentro ubicado.

  • Ren Ghenzi

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    Y as es que ahora me gusta que las cosas se acerquen a m, sin que yo tenga por esoque realizar ningn esfuerzo, y realizo inmvil ms de mis pedidos sin siquieraemitir un sonido, y todo me es dado como se debe dar, y todo me llega como si eldestino fuera simple hoja que escribo con slo pensarlo, pensando escribo;

    Si pudieras esperarmeas como la noche espera el da

    Si supieras esperarme vidacomo mi alma espera en el tiempo la alegra

    Sent que por el brillo de una estrellahe negado el sol que se ofreca

    que con su sola presencia calor saba darmeque quiz menos daba de lo que prometa

    As entonces tu descendencia sera mapor el tiempo que sea necesario

    si tan slo pudieras esperarmeas entonces mi vida seras vida

    y el destino se escribe, se borra, se vuelve a escribir y se vuelve a borrar, con cadaduda que atraviesa mi alma como la flecha hiere el ave, ave de la tempestad que yaquiz no vuelva a azotar mis cielos de tormenta con su vuelo, por suerte o pordesgracia me siento solo, solitario espritu que lucha en su propia guerra sin sentido,sin principio, sin fin, y digo lo que siento como si al decirlo pudiera evadirme deesta realidad que tanto hiere mis sentidos, para as al fin volver al sitio donde soylibre en mi vuelo.

    Se sinti nuevamente como en un sueo y al perro que nos alegra cada momentode nuestras vidas, que importante es recordarlo, nunca olvidarlo all viajando en elter de la gran pantalla sin ms preocupacin que la nada que lo rodea, supoentonces que ste, nuestro perro, vive a travs de nosotros, de quienes cada da ledamos esperanza y alejamos de su tierno y suave rostro el fantasma de la tristeza,para que juntos recorramos los senderos que el destino nos depara para recorrer...las tardes, la tele, cuantos recuerdos de aquel pulpo, monstruo de cuatro brazos,llegan hoy a su mente, tantos episodios sola ver tirado en aquel viejo sof de trescuerpos, catorce pulgadas en blanco y negro de historias, en l su vida, el acuario, laciudad, y... y entonces cerr los ojos para intentar descubrir una salida, para quizdespertar a otra realidad, intent as escapar y a ciegas dio un nuevo paso hacia sudestino y al abrir sus ojos un nuevo sol coronaba el cielo, cada objeto en aqueldesierto proyectaba dos sombras, equidistantes, idnticas, iguales tanto en tamaocomo en tonalidad slo que entre una y otra proyeccin existan cuarenta y cincogrados de diferencia, y a su ser los seres de luz llamaron, y su ilusin se sublim enxtasis al vislumbrar a lo lejos la cpula, su destino.Existe un territorio por el que todos transitaron alguna vez, un lugar entre realidady ensueo, un desierto de indecible soledad en donde, mientras cruzamos, nuestrosrecuerdos; imgenes, aromas, sonidos, sabores y sensaciones, toman vida paradespertar en otra realidad que resulta ser tan exacta y tan veraz como nosotros

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    queramos que lo sea; y en l se vio con ella, como espectador ausente de una escenaque senta propia y que era representada por l mismo, desde su vuelo circularprepar sus sentidos para disfrutar del acto que deba ver y representar a la vez ledijo que si no poda tenerla nada deseaba de este mundo, de esta vida, ya que nadalo haca feliz sin ella;... ya que el tiempo sin ella era cruel arma que destrua da a da ilusiones yesperanzas.... ya que el espacio sin ella se tornaba infinito, abismo profundo de tristeza ysoledad en el cual sumergido recordaba (o intentaba hacerlo), cada instantecompartido en otrora lugar y tiempo.... ya que la luz sin ella no slo lo cegaba sino que adems quemaba su cuerpo paraque el viento de las cenizas se ocupara.... ya que la oscuridad sin ella era el temible espacio en donde todo desapareca,donde todo era absorbido por infinitos puntos de luz tan pequeos como exactos ensu tarea de dejarlo solo y triste sin la presencia de lo que ms quera tener porsiempre.... ya que el silencio sin ella estaba vaco de significados, no existan misterios nisentidos que buscar en aquel silencio solitario y abstracto.... ya que el ruido de las palabras sin ella no tena para l inteleccin alguna, era sloensordecedor sonido, era el ruido de la maquina infernal, aquella que atormenta lossentidos.... ya que los colores sin ella se tornaban negros o blancos, sin cromatismo, sinbrillo... slo negro o blanco sin poder encontrar a su lado el color de tus ojos o de tuslabiosAs busca tus colores, palabras, silencios, oscuridad, luz, tiempo y espacio en elabsurdo desierto, en aquel lmite intangible, incomprensible, en aquel lugarabstracto donde se subliman realidades y sueos, para formar tu figura, volver asoarte, volver a tenerte y sentirte respirar en la atmsfera de su ensueo, all teespera y te busca, te busca y te espera en el solo acto de recordarte.A su paso las cosas eran cubiertas por la oscuridad y senta la tormenta a susespaldas, ganando fuerzas, creciendo, transformando el cielo en inmensa nube quecubre las estrellas, que propicia algn olvido, algn recuerdo, alguna tristeza; latristeza de haber olvidado aquello que quisiramos recordar por siempre de susojos surgi una lgrima, de su pecho un grito que se hizo voz, corri velozmentehacia el sitio donde crey ver la bveda mientras los soles caan en sus horizonteslejanamente cercanos, y su carrera slo ayudaba a la tormenta que lo asediaba, cadavez ms cerca de sus pasos estaba, pegada a su sombra converta la tarde en noche,la calma en tempestad, el desierto en mar, y siempre que l avanzaba la tormenta losegua, y lo sigui hasta la puerta misma de aquel recinto, que sola se abri con slouna mirada, como si lo estuviera esperando o como si le estuviera dando un refugioque no poda rechazar.Un profundo pensamiento gritaba en su alma; reina de la luna no ocultes tu temoren tu lado oscuro, no pierdas en tu rbita el recuerdo de mi presencia, empero, si lodeseas, podras negarte, como lo haces con cada luna nueva, as te escondes y nopuedo hallarte, pero recuerda reina, que mi alma vuela, y puede hallarte y lohar, cuando el tiempo marque la hora, cuando caiga el sol de ste, mi da inefable,en aquel momento, esperar tu salida; nuestro encuentro, y te har una pregunta, ya

  • Ren Ghenzi

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    que si no puedo tenerte, nada deseo de este mundo y quisiera no decirlo pero de serese el caso slo deseara estar muerto.Franque as (pensando) el lmite primero, se desliz como una brisa desde y haciael mismo lugar, el centro de aquel domo casi perfecto, sinti ms cerca que nunca latempestad acechndolo a su alrededor, pero l estaba dentro de una gota de agua,de una esfera abstracta en la que nada pareca transcurrir con tiempo ordinario,iluso ilusionista que no supo donde mirar para poder ver lo consciente de suinconsciencia y as la bveda supo atraparlo y atraerlo, como l supo llegar yentrar en ella.

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    EL VALOR DEL ECO

    La habitacin detrs de aquella puerta est constituida por la ms cerrada de lasoscuridades, por el manto negro que cubre todas las cosas desconocidas, entonces,trato incluso de iluminarla con mi linterna (o encendedor), pero la luz emitidadesaparece ante mi vista sin iluminar en lo