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CONSEJO ECONÓMICO Y SOCIAL ESPAÑA [9 LA INDUSTRIA: PRIORIDAD DE POLÍTICA ECONÓMICA En el contexto del debate sobre el cambio de modelo productivo español, tras la intensa crisis económica y financiera registrada, fortalecer el sector industrial re‑ sulta prioritario puesto que es clave como motor de un crecimiento económico sos‑ tenible basado en un mejor aprovechamiento de la economía del conocimiento. Además de su elevado peso específico tanto en términos de PIB como de empleo, la industria genera importantes efectos de arrastre sobre el resto de los sectores productivos, demanda servicios empresariales y permite la creación de numerosos empleos indirectos. Reorientar la política económica para dar más peso a una política industrial activa es un reto en el actual proceso de incipiente recuperación. Tras analizar la evolución del sector y de sus prin‑ cipales ramas de actividad durante el periodo de crisis y valorar su impacto sobre la producción in‑ dustrial y el empleo, este artículo realiza un análi‑ sis DAFO de la industria española, como punto de partida para evaluar la idoneidad de las medidas presentadas para lograr el fortalecimiento de la industria en España. Asumiendo el objetivo comunitario de conse‑ guir que la industria alcance el 20 por 100 de la producción europea en 2020 el Gobierno español presentó en julio de 2014 la Agenda para el forta- lecimiento de la Industria en España que recoge una serie de medidas que persiguen aumentar el peso de la industria en el PIB español y mejorar la competitividad industrial. Evolución comparada de la industria española durante el periodo de crisis Desde el inicio de la crisis, la industria española ha experimentado un importante retroceso tanto en términos de VAB, como de empleo. En 2014, la in‑ dustria solamente representaba el 16,1 por 100 de la producción total española, algo por debajo del 17,0 por 100 que representaba en el VAB de la Unión Europea (UE‑28) y lejos del 23,4 por 100 en Alema‑ nia. En cuanto al empleo, la industria daba trabajo al 12,4 por 100 de los ocupados en España, mientras que en la UE‑28 empleaba al 15,6 por 100 del total de trabajadores y en Alemania al 18,8 por 100. No obstante, cabe recordar que antes de la actual crisis el peso de la industria en el VAB español ya era inferior a la media comunitaria y además su trayectoria durante la anterior etapa de expansión económica había sido marcada‑ mente descendente como resultado de la mayor presencia de los sectores de la construcción y de los servicios inmobiliarios dentro del VAB. La industria española perdió 2,4 puntos de peso so‑ bre el VAB entre el año 2000 y 2007 (gráfico 1). Esta tendencia fue compartida por la industria de otros países de la UE como Italia, Francia y el Reino Unido, mientras que aumentó su participa‑ ción en la actividad productiva total de Alemania, Eslovaquia, República Checa y Polonia; aunque no lo suficiente como para evitar que la industria en el conjunto de la UE perdiera peso en la pro‑ ducción europea total en la etapa de crecimiento. La crisis iniciada en 2008 ha agudizado la tendencia desindustrializadora de la producción

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CONSEJO ECONÓMICO Y SOCIAL ESPAÑA [9

LA INDUSTRIA: PRIORIDAD DE POLÍTICA ECONÓMICA

En el contexto del debate sobre el cambio de modelo productivo español, tras la intensa crisis económica y financiera registrada, fortalecer el sector industrial re‑sulta prioritario puesto que es clave como motor de un crecimiento económico sos‑tenible basado en un mejor aprovechamiento de la economía del conocimiento. Además de su elevado peso específico tanto en términos de PIB como de empleo, la industria genera importantes efectos de arrastre sobre el resto de los sectores productivos, demanda servicios empresariales y permite la creación de numerosos empleos indirectos.

Reorientar la política económica para dar más peso a una política industrial activa es un reto en el actual proceso de incipiente recuperación. Tras analizar la evolución del sector y de sus prin‑cipales ramas de actividad durante el periodo de crisis y valorar su impacto sobre la producción in‑dustrial y el empleo, este artículo realiza un análi‑sis DAFO de la industria española, como punto de partida para evaluar la idoneidad de las medidas presentadas para lograr el fortalecimiento de la industria en España.

Asumiendo el objetivo comunitario de conse‑guir que la industria alcance el 20 por 100 de la producción europea en 2020 el Gobierno español presentó en julio de 2014 la Agenda para el forta-lecimiento de la Industria en España que recoge una serie de medidas que persiguen aumentar el peso de la industria en el PIB español y mejorar la competitividad industrial.

Evolución comparada de la industria española durante el periodo de crisis Desde el inicio de la crisis, la industria española ha experimentado un importante retroceso tanto en términos de VAB, como de empleo. En 2014, la in‑dustria solamente representaba el 16,1 por 100 de

la producción total española, algo por debajo del 17,0 por 100 que representaba en el VAB de la Unión Europea (UE‑28) y lejos del 23,4 por 100 en Alema‑nia. En cuanto al empleo, la industria daba trabajo al 12,4 por 100 de los ocupados en España, mientras que en la UE‑28 empleaba al 15,6 por 100 del total de trabajadores y en Alemania al 18,8 por 100.

No obstante, cabe recordar que antes de la actual crisis el peso de la industria en el VAB español ya era inferior a la media comunitaria y además su trayectoria durante la anterior etapa de expansión económica había sido marcada‑mente descendente como resultado de la mayor presencia de los sectores de la construcción y de los servicios inmobiliarios dentro del VAB. La industria española perdió 2,4 puntos de peso so‑bre el VAB entre el año 2000 y 2007 (gráfico  1). Esta tendencia fue compartida por la industria de otros países de la UE como Italia, Francia y el Reino Unido, mientras que aumentó su participa‑ción en la actividad productiva total de Alemania, Eslovaquia, República Checa y Polonia; aunque no lo suficiente como para evitar que la industria en el conjunto de la UE perdiera peso en la pro‑ducción europea total en la etapa de crecimiento.

La crisis iniciada en 2008 ha agudizado la tendencia desindustrializadora de la producción

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europea, principalmente en los países donde ya venían produciéndose. En todos los países se sintieron inmediatamente los efectos de la crisis sobre la industria, en concreto sobre aquellas ac‑tividades más relacionadas con la construcción, de manera que durante los primeros trimestres de 2009, el peso de la industria en el VAB tocó fondo en casi todos los países europeos; llegando en el caso de España a representar el 15,1 por 100 en el cuarto trimestre de 2009.

En definitiva, la cada vez menor participación de la industria española en el VAB es una tenden‑cia compartida con alguno de nuestros socios, como Italia o Francia, pero, a su vez, ha amplia‑do la divergencia con otras economías europeas, principalmente con la alemana y con algunos países del Este de Europa como Polonia, que muestran una mayor especialización industrial de su producción.

La pérdida de peso de la producción industrial española se ha saldado con importantes caídas

en la ocupación industrial. Desde el inicio de la crisis se han perdido más de ochocientos mil puestos de trabajo1, cerca de un cuarto del to‑tal de los empleos perdidos por el conjunto de la actividad económica en ese periodo, siendo el país comunitario que más empleos industriales pierde (gráfico 2). Le siguen en importancia la in‑dustria italiana y la francesa con la desaparición de más de seiscientos mil y casi cuatrocientos mil puestos de trabajo, respectivamente.

Muchos de los puestos de trabajo que han desaparecido en España lo han hecho en activi‑dades relacionadas con el sector de la construc‑ción, como el sector de la madera, de los mine‑rales no metálicos, material eléctrico, productos metálicos y muebles. No obstante, esta pérdida de empleo industrial también se viene produ‑ciendo desde antes de la crisis, aunque se ha agu‑dizado sustancialmente desde 2008.

De hecho, cabe recordar que otras economías europeas realizaron importantes ajustes en el empleo industrial durante el periodo de expan‑sión. Concretamente, entre el año 2000 y finales de 2007, en el Reino Unido desaparecieron más de un millón de ocupados, en Alemania lo hicie‑ron más de medio millón y en Francia casi cua‑trocientos mil. España por su parte redujo en cien mil el número de ocupados durante esos años de crecimiento.

De acuerdo con las estadísticas de Eurostat sobre la producción industrial, en concreto sobre la evolución de las principales ramas de activi‑dad de la industria manufacturera, se confirma que junto al sector de informática, electrónica y óptica las ramas que más producción perdieron en España durante el periodo 2008‑2013 estaban relacionadas con la construcción (cuadro 1).

En otros socios comunitarios el retroceso de las ramas de actividad durante la crisis no ha es‑tado tan vinculado al sector de la construcción.

1 De acuerdo con la contabilidad nacional trimestral, Eurostat cifra una pérdida de 827.200 puestos de trabajo en la industria española desde el primer trimestre de 2008 hasta el tercer trimestre de 2013.

Asumiendo el objetivo comunitario de conseguir que la industria alcance el 20 por 100 de la producción europea en 2020 el Gobierno español presentó en julio de 2014 la Agenda para el fortalecimiento de la Industria en España que recoge una serie de medidas que persiguen aumentar el peso de la industria en el PIB español y mejorar la competitividad industrial.

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CONSEJO ECONÓMICO Y SOCIAL ESPAÑA [11

GRáfICO 1 PESO DEL VAB INDUSTRIAL ESPAÑA Y UE‑28, 2000‑2014(En puntos porcentuales)

Nota: 2014 (provisional).Fuente: elaborado a partir de Eurostat.

UE-28 vs. España

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201420132012201120102009200820072006200520042003200220012000

1,01,31,41,41,51,21,31,71,61,21,10,91,01,11,1

1 UE-28 1 EspañaN Diferencia UE28-España

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30Italia vs. España

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2009

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2001

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2 UE-281 Italia

1 EspañaN Diferencia Italia-España

Polonia vs. España

2014

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2012

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2009

2008

2007

2006

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2004

2003

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2 UE-281 Polonia

1 EspañaN Diferencia Polonia-España

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1113151719

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2013

2012

2011

2010

2009

2008

2007

2006

2005

2004

2003

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2001

2000

2 UE-281 Francia

1 EspañaN Diferencia Francia-España

0

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2010

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2008

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

2 UE-281 Alemania

1 EspañaN Diferencia Alemania-España

Francia vs. España Alemania vs. España

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Se observa que tres ramas de actividad aparecen recurrentemente entre las que más producción perdieron entre 2008 y 2013: la confección, la edi‑ción y la metalurgia.

En España, solamente dos ramas de la indus‑tria manufacturera aumentaron la producción en esos cinco años de crisis, la coquería y el refino y la alimentación. Estas dos ramas también apa‑recen entre las más dinámicas de las manufactu‑ras de otros Estados miembros.

Aun con la incertidumbre de que la tendencia se mantenga, se podría apuntar que el ejercicio 2014 ha constituido un punto de inflexión en la evolución de la producción industrial. Tras tres años de caídas consecutivas, la producción in‑dustrial registró una leve recuperación en 2014. El

Índice de Producción Industrial (IPI) aumentó un 1,4 por 100 de media anual gracias al crecimiento de la producción de bienes intermedios y de bie‑nes de consumo no duraderos; estos dos tipos de producción industrial explican dos terceras par‑tes del comportamiento del índice general.

La mayor parte de las ramas de actividad au‑mentaron su producción en 2014 (gráfico  3). La rama de alimentación, con una tasa de crecimien‑to medio anual del 3,9 por 100, y los vehículos de motor, con un aumento del 8,1 por 100, explicaron conjuntamente dos terceras partes del crecimien‑to del IPI de las manufacturas. Además, destacan los significativos avances del IPI, todos por encima del 4 por 100, de los sectores de informática, elec‑trónica y óptica; otras industrias manufactureras;

GRáfICO 2 EVOLUCIÓN DEL EMPLEO EN LA INDUSTRIA EN ESPAÑA Y LA UE, 2000‑2013(En miles)

-827,2-119,1

-2000-200-400-600-800-1.000-1.200

Suecia

República Checa

Reino Unido

Portugal

Polonia

Países Bajos

Malta

Luxemburgo

Lituania

Letonia

Italia

Irlanda

Hungría

Grecia

Francia

Finlandia

Estonia

España

Eslovenia

Eslovaquia

Dinamarca

Chipre

Bulgaria

Bélgica

Austria

Alemania

N 2008-2013 N 2000-2007

Fuente: elaborado a partir de Eurostat.

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CUADRO 1 MANUFACTURAS POR RAMAS DE ACTIVIDAD, 2008‑2013(Variación en puntos porcentuales y peso sobre el VAB)

LAS 5 RAMAS MÁS DINÁMICAS 2008-2013

EspañaCoquerías y refino (11,3)Alimentación (5,2)Productos farmacéuticos (-2,6)Química (-3,0)Papel (-4,5)

AlemaniaOtro material transporte (14,7)Otra manufacturas (14,6)Alimentación (11,0)Madera (9,3)Caucho y plásticos (9,2)

FranciaCuero y calzado (60,3)Coquerías y refino (20,2)Otro material transporte (10,5)Otras manufacturas (7,5)Bebidas (4,7)

ItaliaBebidas (16,0) Alimentación (7,3) Coquerías y refino (7,0) Caucho y plásticos (0,6)Cuero y calzado (0,5)

PoloniaPapel (42,4)Coquerías y refino (35,5) Caucho y plásticos (26,0)Material eléctrico (19,6)Alimentación (17,5)

LAS 5 RAMAS MAYOR RETROCESO 2008-2013

Españalnformát., electr. y óptica (-56,6) Otros minerales no met. (-54,1) Muebles (-52,3)Madera (-47,8)Material eléctrico (-39,9)

AlemaniaConfección (-24,8)Coquería y refino (-15,6)Metalurgia (-15,3)lnformát., electr. y óptica (-14,6) Edición (-10,0)

FranciaConfección (-43,0)Metalurgia(-30,9)Edición (-30,3)Textil (-24,8)Vehículos de motor (-23,6)

ItaliaTabaco (-72,3)Otros minerales no met. (-31.0)Edición (-24,7)Muebles (-22,6)Metalurgia (-21,5)

PoloniaConfección (-34,2)Tabaco (-29,9)Maquinaria y equipo (-22,8)Metalurgia (-19,6)Otros minerales no met. (-16,4)

LAS 5 RAMAS CON MAYOR PESO EN LA INDUSTRIA EN 2013

EspañaAlimentación (15,8)Vehículos de motor (9,4) Coquerías y refino (8,6)Química (6,7)Productos metálicos (5,3)

AlemaniaVel1ículos de motor (12,9) Maquinaria y equipo (9,0) Alimentación (6,5)Química (5,3)Productos metálicos (4,9)

FranciaAlimentación (13,7)Coquerías y refino (8,7)Química (7,6)Vehículos de motor (6,2) Productos metálicos (5,6)

ItaliaMaquinaria y equipo (9,3)Alimentación (8,9)Productos metálicos (6,7)Metalurgia (4,9)Coquerías y refino (4,5)

PoloniaAlimentación (13,9)Vehículos de motor (8,5)Coquerías y refino (8,3)Productos metálicos (5,7)Cauchos y plásticos (5.2)

Fuente: elaborado a partir de Eurostat.

GRáfICO 3 ÍNDICE DE PRODUCCIÓN INDUSTRIAL POR RAMAS DE ACTIVIDAD 2014(Tasa de variación media interanual, datos originales)

Fuente: elaborado a partir de INE.

-10

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Info

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el sector químico; el de cauchos y plásticos; el de madera y el metalúrgico. El sector textil consolida el crecimiento iniciado en el ejercicio anterior su‑perando el fuerte ajuste que han sufrido sus nive‑les de producción desde antes del inicio de la crisis.

No obstante, algunas ramas continúan en retroceso. Por su impacto en el índice general, es decir teniendo en cuenta la tasa de variación y su peso en el IPI general, destacaron las caídas de las ramas de la confección, las maquinarias y equipo, los productos farmacéuticos y los pro‑ductos metálicos.

Los favorables resultados coyunturales regis‑trados por el IPI en 2014, apoyarían la estrategia de que la industria española asuma un papel protagonista en el proceso de recuperación de la economía española, constituyéndose en el motor del cambio necesario del modelo productivo en España.

DAFO de la industria española: Debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidadesUna estrategia a favor de la industria española debe partir de la realización de un diagnóstico que permita identificar los factores esenciales para consolidar las fortalezas de la industria. Ese

diagnóstico permitiría evaluar si la estrategia ne‑cesaria, o la ya puesta en marcha, aprovecha las oportunidades detectadas y prepara a la indus‑tria para afrontar las amenazas externas, toman‑do como punto de partida sus debilidades y for‑talezas. Sin ánimo de exhaustividad, se presenta a continuación un análisis DAFO para la industria española que permitirá identificar esos cuatro vectores críticos (cuadro 2).

El análisis DAFO se basa en dos pilares bá‑sicos: el análisis interno y el análisis externo. El análisis interno permite identificar las debilida‑des y las fortalezas propias del sector, las cuales se ponen de relieve al realizar consideraciones comparadas con la evolución del resto de secto‑res o la situación de la industria española frente a sus competidores.

Las debilidades de la industria española deri‑van de un modelo industrial sesgado hacia las ra‑mas de tecnología media‑baja, lo que constituye una debilidad, puesto que este tipo de productos muestran un menor dinamismo en el comercio internacional, frente a otros como los de alta tecnología.

Además muestra una mayor dependencia de las importaciones que la industria de nuestros principales socios comunitarios y una mayor de‑pendencia energética que afecta negativamente a su competitividad, por la variabilidad de los precios del petróleo y porque los precios de la electricidad en España son más elevados que en el resto de la UE.

Se apunta como debilidad, finalmente, la po‑larización de la producción industrial en España entre pequeñas empresas y grandes, y una me‑nor presencia de las empresas medianas (entre 50 y 250 trabajadores) en esta actividad frente a los países de mayor especialización industrial, como Alemania. Además las pymes españolas concentran un mayor volumen de empleo, ocu‑pando a casi tres cuartas partes del empleo in‑dustrial, mientras que en países como Alemania no alcanzan la mitad, estando ocupado el resto en las grandes empresas industriales.

Se podría apuntar que el ejercicio 2014 ha constituido un punto de inflexión en la evolución de la producción industrial. Tras tres años de caídas consecutivas, la producción industrial registró una leve recuperación en 2014.

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En cuanto a las fortalezas, el sector industrial español asume el 53,0 por 100 del gasto en in‑versión privada en I+D (en 2012), muy por encima de su peso en el VAB. Asimismo, la industria es, del conjunto de la actividad productiva, la que presenta mayores niveles de productividad y, en los últimos años de crisis, ha contribuido a me‑jorar los resultados de la cuenta exterior de la economía española. La industria es responsable de nueve de cada diez bienes exportados por Es‑paña, con un importante efecto arrastre sobre el resto de los sectores y, por tanto, juega un papel clave como dinamizador del tejido productivo.

De hecho, a pesar del declive generalizado descrito, existen empresas y ramas de actividad concretas que están consiguiendo mantener su producción gracias a las exportaciones, aumen‑tando el volumen de las mismas en los últimos años. Esto confirmaría la competitividad de las empresas españolas más abiertas al exterior que, por lo general, resultan más innovadoras y encuentran menos dificultades para mantener sus niveles empleo; estas actividades podrían constituir un referente para el resto del tejido empresarial.

Además, el empleo que genera la industria suele ser más estable y por tanto más propicio

a desarrollar estrategias de formación continua que son esenciales para aumentar la competi‑tividad del tejido empresarial, en este caso, del industrial.

El análisis externo permite identificar tanto las amenazas que afectan al sector y que no son controlables por este, como las oportunidades que se pueden presentar.

La creciente competencia de los productos in‑dustriales procedentes de los países emergentes, con China a la cabeza, es quizás uno de los desa‑fíos más importantes que tiene tanto la indus‑tria española como la industria europea, máxime si se tiene en cuenta la especialización de la in‑dustria española en bienes de tecnología media‑baja. Cabe recordar que muchos de estos países han llevado a cabo políticas industriales específi‑cas que explicarían parte de su éxito competitivo en los mercados globales y de su mayor resisten‑cia en el periodo de crisis.

Asimismo, las dificultades que hasta aho‑ra han existido para acceder a la financiación ajena de su actividad y la necesidad de desapa‑lancamiento empresarial, habrían limitado el crecimiento del sector y la puesta en marcha de nuevos proyectos de inversión. Asimismo, la debi‑lidad de las finanzas públicas y los compromisos,

CUADRO 2 ANÁLISIS DAFO DE LA INDUSTRIA ESPAÑOLA

DEBILILIDADES

– Especíalización tecnología media/baja– Alta Intensidad energética– Elevada dependencia importaciones– Estructura polarizada del tejido empresarial

FORTALEZAS

– Mayor productividad– Mayor inversión l+D+i– Mayor sesgo exportador– Mayor estabilidad empleo/formación continua– Buena posición de algunas empresas industriales a nivel

internacional

AMENAZAS

– Fuerte competencia de productos industriales de países en crecimiento, sobre todo de China

– Limitado presupuesto público– Sistema financiero débil– Regulación dispersa e inestable– Vulnerabiliad medio ambiental

OPORTUNIDADES

– Posible cambio de ciclo– Abaratamiento del precio del petróleo– Apuesta por la industria en Políticas UE. Plan Juncker– lntegracion en cadenas de valor globales– Dotación de infraestructuras

Fuente: elaboración propia.

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en cuanto a los objetivos de déficit, añaden otra dificultad para lograr el objetivo de fortalecer la industria.

La existencia de numerosas regulaciones re‑lacionadas con la actividad industrial generan, en ocasiones, inseguridad jurídica; esta limita‑ción tiene especial importancia para la industria puesto que su actividad exige incurrir en ma‑yores costes hundidos que otras, es decir, llevar a cabo inversiones irrecuperables. Asimismo, la industria española debe hacer frente al reto de que su actividad cumpla elevados estándares medioambientales.

Las oportunidades que se presentan para la industria española son de dos tipos: coyuntura‑les y estructurales. Entre las primeras destacan el posible cambio de ciclo iniciado en 2014 –que tiene como protagonista el empuje de la deman‑da de consumo– o el abaratamiento del precio del petróleo, que ofrece a la industria española un balón de oxígeno que le permitirá afianzar su competitividad. Entre los estructurales, desta‑ca la adecuada dotación de infraestructura con la que cuenta España, acumulada durante los

años de crecimiento, y la posibilidad que ofrecen las cadenas de valor globales para el desarrollo industrial.

Por último, entre las oportunidades se apun‑ta la apuesta de la Comisión Europea a favor del fortalecimiento de la industria comunitaria y la puesta en marcha de un plan de inversiones, el “Plan Juncker”, que deberá servir de catalizador para la actividad económica europea y, en parti‑cular, para la actividad industrial.

Giro en la Unión Europea a favor de una política industrial más activaEl primer paso en este sentido se dio en 2010 con la presentación por parte de la Comisión de la Comunicación: Una política industrial integrada para la era de la globalización: poner la compe-titividad y la sostenibilidad en el punto de mira2, que apoya este nuevo enfoque en tres aspectos principales: conjugar una base horizontal de la política industrial con una aplicación sectorial más concreta; tomar en consideración toda la cadena de valor y de suministro, desde el acceso a la energía y las materias primas a los servicios postventa y el reciclaje de materiales, aspectos que inciden directamente en la competitividad y que deben abordarse desde una perspectiva global; por último, asegurar a escala nacional las condiciones marco necesarias para esa industria competitiva y sostenible.

En octubre de 2012 aprobó la Comunicación, Una industria europea más fuerte para el creci-miento y la recuperación económica [COM (2012) 582 final] y en 2014 la Comunicación Por un re-nacimiento industrial europeo [COM (2014) 14 final]. En esta última, la Comisión Europea ins‑ta a los Estados miembros a que reconozcan la importancia crucial de la industria para generar empleo y crecimiento y a que integren las cues‑tiones de competitividad relacionada con la in‑dustria en todos los ámbitos políticos.

2 COM (2010) 614 final.

Los favorables resultados coyunturales registrados por el IPI en 2014, apoyarían la estrategia de que la industria española asuma un papel protagonista en el proceso de recuperación de la economía española, constituyéndose en el motor del cambio necesario del modelo productivo en España.

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La Comisión Europea insiste en la necesidad de continuar avanzando en las medidas horizon‑tales que favorezcan la competitividad de la in‑dustria europea en un entorno global. Al respec‑to apunta la idoneidad de seguir avanzando en el fortalecimiento del mercado interior único, como ventaja competitiva de la industria europea, y en aquellos aspectos que pueden favorecer la capa‑cidad competitiva de las economías de los Esta‑dos miembros. En concreto, se trata contar con redes transeuropeas que permitan hacer un uso más eficiente de la energía, de las tecnologías de la comunicación y la información o de los trans‑portes; así como de propiciar un mercado inte‑rior de tecnología que asegure la protección de la propiedad intelectual a la vez que se fomenta la cooperación internacional en los procesos de innovación. Asimismo, recuerda la necesidad de contar con un marco regulatorio adecuado, ins‑tando a que se lleve a cabo una “menor y mejor regulación”.

La Comisión subraya que una parte importan‑te del sesgo competitivo de la industria radica en la incorporación de las nuevas tecnologías y en la inversión en innovación. Se apunta la necesidad de mejorar las competencias de la mano de obra y la conveniencia de realizar un uso eficiente de los recursos y de facilitar el acceso a los insumos de producción a precios asequibles, incluida la financiación. Además, dedica un apartado espe‑cífico a las pymes industriales y a los retos a los que deben hacer frente.

Finalmente se subraya la necesidad de la me‑jorar la competitividad de la industria europea en los mercados internacionales asegurando una explotación eficiente de posibles clusters indus‑triales intracomunitarios así como la integración de la producción industrial europea en la parte de mayor valor añadido de las cadenas de valor globales.

Agenda española para fortalecer el sector industrialEn línea con las recomendaciones de la Comisión, en julio de 2014 el Gobierno español aprobó la Agenda para el Fortalecimiento del Sector Indus-trial cuyo objetivo general es fortalecer el sector y hacer a la industria española más competitiva (recuadro 1).

Buena parte de las medidas incluidas se apoyan en las orientaciones y recomendaciones surgidas del trabajo desarrollado a lo largo de los años por los observatorios sectoriales, que han permitido aunar un conjunto de propuestas específicas para los distintos sectores industria‑les, tras identificar los problemas más habitua‑les en cada uno de ellos y buscar las soluciones apropiadas. De forma generalizada, el énfasis en las actuaciones propuestas por estos obser‑vatorios pasaba por la necesidad de un mayor estímulo a la incorporación de la I+D+i, la nece‑sidad de formación y cualificación, y el refuerzo de la colaboración y cooperación entre empre‑sas, organizaciones sindicales y empresariales y

La creciente competencia de los productos industriales procedentes de los países emergentes, con China a la cabeza, es quizás uno de los desafíos más importantes que tiene tanto la industria española como la industria europea, máxime si se tiene en cuenta la especialización de la industria española en bienes de tecnología media‑baja.

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RECUADRO 1 AgENDA PARA EL FORTALECIMIENTO DEL SECTOR INDUSTRIAL EN ESPAÑA, OBJETIVOS Y PRINCIPALES MEDIDAS

Objetivos Líneas de actuación

1. Estimular la demanda de bienes industriales con efecto multiplicador en la economía.

a) Programas de estímulo a productos con efecto multiplicador:– Estímulos a sectores con efecto tractor. (automóvil, bienes de equipo).– Apoyo financiero a sectores industriales estratégicos para la competitividad, y ayudas a la reindustrialización.– Apoyo a los sectores de alta tecnología.

b) Fomento del consumo de productos fabricados en España (made in Spain).

2. Mejorar la competitividad de los factores productivos clave.

a) Medidas de reducción de los costes de transporte y logísticos.b) Optimización de costes laborales: cambios en sistemas de clasificación profesional y fomento de la movilidad.c) Evitar estrangulamientos relacionados con las Tecnologías de la Información y la Comunicación. Aplicación de

las TIC a medidas de eficiencia energética.

3. Asegurar un suministro energético estable, competitivo y sostenible dentro de la UE.

Impulsar el mercado interior energético de la UE y completar la reforma española del sector eléctrico, atendiendo a las necesidades de la industria. Apoyar otras fuentes de energía, incluido gas natural no convencional. Fomentar proyectos de eficiencia energética.

4. Reforzar la estabilidad y uniformidad del marco regulatorio español.

a) Desarrollar lo previsto en la Ley de Unidad de Mercado y Reforzar el papel de la Conferencia Sectorial de Industria y de la pyme. Exigir evaluaciones de impacto sobre la actividad industrial de normas relacionadas.

b) Garantizar la simplificación y estabilidad regulatoria para la industria, coordinar normas de seguridad industrial e impulsar la armonización técnica a nivel europeo.

5. Incrementar la eficiencia y la orientación al mercado y a los retos de la sociedad de la I+D+i.

a) Incrementar la eficiencia de la inversión en I+D+i: reforzar su financiación en la industria; priorizar ayudas a inversión en bienes de equipo; promover proyectos intrasectoriales para introducir productos innovadores; optimizar el uso de los fondos comunitarios; e introducir incentivos a la I+D+i y de mejora de gestión.

b) Orientar la I+D+i al mercado y a otros retos sociales: promover la colaboración público-privada; mejorar la gestión de la propiedad intelectual; apoyar la creación de empresas de base tecnológica y la agrupación de pymes innovadoras.

6. Apoyar el crecimiento y la profesionalización de las pymes españolas.

a) Favorecer el aumento del tamaño de las pymes: revisar el marco normativo para evitar efectos escalón por aumento de tamaño; apoyar a las pymes en los retos de aumentar la dimensión y de atraer profesionales de talento.

b) Otras medidas con incidencia en el crecimiento y en la profesionalización: – Promover la colaboración entre grandes y pequeñas empresas (participación conjunta grandes contratos o

contratos en el exterior).– Favorecer su acceso a la contratación pública y reducir la morosidad de las AAPP.– Estudiar mecanismos de compensación deudas con las AAPP, garantizar supervivencia de pymes viables y

establecer programas de segunda oportunidad.

7. Adaptar el modelo educativo a las necesidades de las empresas.

Reforzar la formación profesional; promover formación dual; aumentar la colaboración de las empresas privadas en la formación (profesional y universitaria); o promover la contratación de investigadores en el ámbito industrial dentro de las empresas de interés.

8. Aumentar el peso de la financiación no convencional en las empresas industriales.

– Apoyar financieramente a las empresas industriales en sus proyectos de inversión, en especial a las pymes.– Impulsar el uso de las líneas ICO específicas y de los fondos del BEI, a disposición de las entidades de crédito.

Potenciar el sistema de garantías recíprocas y reafianzamiento.– Promover el desarrollo de fuentes alternativas de financiación distintas de la bancaria: como los mercados

de valores alternativos (MARF en renta fija, MAB en renta variable); el capital riesgo; las redes de inversores privados; el crowdfunding o financiación participativa.

9. Apoyar la internacionalización de las empresas industriales y diversificación de mercados.

– Puesta en marcha de un Plan de internacionalización a países de alto potencial fuera de la UE.– Facilitar financiación operaciones internacionales (riesgos de créditos y seguros) y apoyar obtención de avales

para proyectos internacionales.– Apoyar empresas industriales que en su internacionalización ejerzan efecto tractor sobre otras a través de la

cadena de valor. Conseguir referencias nacionales para los productos facilitando salida al exterior. Reforzar posicionamiento de España como sede de empresas multinacionales. Impulsar la migración cualificada.

10. Orientar la capacidad de influencia de España a la defensa de sus intereses industriales.

Mejorar la vigilancia y el control de importaciones y defensa de los productos industriales: asegurar trato simétrico, asegurar cumplimiento normas UE, fortalecer en los ámbitos supranacionales las reglas que eviten dumping.

Fuente: elaborado a partir de Ministerio de Industria, Energía y Turismo, julio de 2014.

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CONSEJO ECONÓMICO Y SOCIAL ESPAÑA [19

administraciones públicas, con el fin de favorecer la competitividad del tejido productivo español3.

En general, el conjunto de objetivos y medi‑das incluidas en la Agenda es muy amplio y su recorrido está orientado al medio plazo, aunque se han priorizado algunas actuaciones conside‑radas urgentes.

Se prevé evaluar el impacto de la Agenda anualmente mediante un Informe de seguimien‑to, que reforzarían el carácter estratégico de la Agenda y permitiría identificar la adecuación de las medidas a las necesidades de la industria, su alcance y sus resultados.

3 Informe CES 1/2015, La competitividad de la empresa española en el mercado interno: estructura productiva, importaciones y ciclo económico.

De hecho, resulta conveniente establecer un sistema de evaluación de los posibles impactos de las medidas y de diálogo social que asegure la participación activa de los interlocutores econó‑micos y sociales, todo ello con el objetivo de con‑cretar y reorientar las líneas actuación de política industrial más eficaces para apoyar el cambio de modelo productivo en España.

ConclusiónLa importancia de la industria como sector estra‑tégico en España, junto a las experiencias acu‑muladas durante la crisis, ha exigido reconsiderar el papel de la política industrial como potencia‑dor de un crecimiento económico sostenible de medio o largo plazo. La industria resulta clave a la hora de propiciar un crecimiento basado en la economía del conocimiento, en la creación de empleo estable y de calidad y en la competitivi‑dad exterior.

Resulta, por tanto, necesario revertir el pro‑ceso de desindustrialización que se viene produ‑ciendo en la economía española desde mucho antes de la crisis y que se ha agravado con esta. La estrategia a seguir debe tratar de reducir las debilidades de la industria española y apoyar sus fortalezas para poder aprovechar las oportunida‑des que se le presentan en el corto y medio plazo y superar las amenazas.

La Agenda para el Fortalecimiento del Sec-tor Industrial junto a los favorables resultados coyunturales registrados en 2014 constituyen un marco de partida que permita la expansión sólida del sector industrial, propicie la creación de empleo, la inversión en nuevas tecnologías y avance hacia modelos más sostenibles y eficien‑tes; consiguiendo con ello que la industria espa‑ñola asuma un papel protagonista en el proceso de recuperación de la economía, y se constituya en el motor del necesario cambio del modelo productivo en España.

Las oportunidades que se presentan para la industria española son de dos tipos: coyunturales y estructurales. Entre las primeras destacan el posible cambio de ciclo iniciado en 2014 o el abaratamiento del precio del petróleo. Entre los estructurales, destaca la adecuada dotación de infraestructura con la que cuenta España y la posibilidad que ofrecen las cadenas de valor globales para el desarrollo industrial.

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