Revelación

Lo Objetivo (lo que se desea conocer)

Lo Subjetivo (a quién se da a conocer)

El sujeto de la Revelación

Revelación natural y revelación sobrenatural

Revelación y Alianza

Revelación y Antiguo Testamento

Revelación y Nuevo Testamento

LA INSPIRACIÓN

“Recuerda que desde niño conoces

las sagradas Letras; ellas pueden

proporcionarte la sabiduría que

lleva a la salvación mediante la fe

en Cristo Jesús. Toda Escritura es

inspirada por Dios y útil para

enseñar, para argüir, para corregir y

para educar en la justicia…” (2 Tm 3,

15-16)

Inspiración

Introducción

Un poco de Historia

El Autor Inspirado

Lectura y recepción del Texto

Introducción

En el tema de la Revelación hablamos de cómo Dios se ha comunicado con el hombre y la mujer para mostrarle su rostro. Y éste mismo hombre responde a esa “voz de Dios”; esto según su cultura, formación, pertenencia social, etc.

Captamos la palabra de Dios que se revela, en la historia, en los sucesos y circunstancias del hombre y la mujer.

Ahora nos introducimos a un

tema muy importante en la

introducción a la sagrada

escritura: La Inspiración.

Sólo hablar de este tema nos hace pensar en discusiones pasadas sobre si el texto bíblico puede o no tener errores. Tema llamado la inerrancia.

Pues se afirmaba que si Dios es el autor sagrado, no puede por tanto, haber error en el.

Unido a éste tema aparece el del canon. Se ha dicho que los libros canónicos son libros inspirados y, por lo tanto, son palabra revelada.

La inspiración del texto se ha unido estrechamente al proceso de canonización si bien ningún texto ausente del canon será considerado inspirado.

A esos temas también se une el de la verdad en o de la Sagrada Escritura. La Sagrada Escritura no nos puede engañar, pero ¿qué debemos entender por verdad en la Biblia? ¿Datos históricos y/o geográficos?

I UN POCO DE HISTORIA

Israel siempre estableció una relación particular entre Palabra de Dios y Espíritu de Dios.

Siempre hubo conciencia de poseer la Palabra de Dios hecha libro sin poder decir por qué.

La conexión entre el Espíritu de Dios y la Palabra de Dios aparece ya en el AT.

En Is 34, 16 se afirma que en el libro de YHWH actúa su boca y su espíritu.

En Ne 9, 3 la ley es atribuida al Espíritu de Dios.

En Za 7, 12 se lee como no se quiso escuchar a la Ley y a las Palabras del Señor dirigidas por su Espíritu por los profetas.

Vemos desde ya la íntima unión entre Palabra y Espíritu.

Pero, ningún libro del Antiguo Testamento habla explícitamente acerca de la inspiración.

En la tradición judía, Moisés es considerado el autor de la Toráh.

Éxodo 17, 14. 34, 27.

El libro de la Ley es llamado “Libro de la Ley de Dios”.

Esa revelación en el Sinaí aparece en formulas antiguas y muestra la triple dimensión de revelación, proclamación y confesión que hace que se vuelva en una verdadera palabra de fe.

En fin, en el origen de la Escritura está la acción reveladora de Dios, que recibe luego una respuesta de fe de parte del Pueblo… Y luego, la palabra de fe que acogió y proclamó la revelación primera fue desarrollándose en nuevas y más claras palabras.

Aquí, los Profetas juegan un papel fundamental, pues en ellos aparece con mayor fuerza y claridad la acción del Espíritu.

Por ejemplo, Isaías recibe el mandato de escribir Cf. Is. 8, 1; 30, 8. Jeremías 36, 2.

Las palabras pronunciadas por los profetas son recibidas como inspiradas por la presencia del Espíritu que es una fuerza por la cual actúa a Dios complementaria a la Palabra.

Israel no sabe decir bajo qué principio esta palabra es palabra de Dios, simplemente la celebra y recibe como tal. Esta palabra llegará un momento en el que será puesta por escrito: La Palabra de Dios se hace Libro.

Las tradiciones más recientes del Antiguo Testamento, por ejemplo lo contenido en los libros de los Macabeos (I Mac 12, 9; II Mac 8, 23).

Por su parte, el Nuevo Testamento habla de la inspiración en el Nuevo Testamento de dos maneras. En primer lugar, Jesucristo y los Apóstoles le atribuyeron al Antiguo

Testamento una autoridad innegable utilizando la expresión “escrito está”.

De manera explícita, en segundo lugar, el texto de 2 Tim 3, 16 enseña que toda escritura es inspirada (théopneustos). Sin lugar a dudas se refiere al texto del Antiguo Testamento (Porque los escritos cristianos aún no estaban recopilados).

El Nuevo Testamento hereda el vínculo entre Palabra y Espíritu de Dios y lo aplica expresamente a los escritos de la Antigua Alianza.

Así tenemos Hch 1, 16 en donde se dice que es necesario que se cumpla cuanto había predicho el Espíritu Santo en la Escritura por boca de David.

También Hch 4, 25 que Dios habló por medio del Espíritu por boca de David.

Pero, ¿significa todo lo anterior que el

profeta o autor inspirado recibe una

comunicación especial de manera que

actúa como poseído por una fuerza que lo

guía en todo el proceso copiando lo dictado

o repitiendo de memoria?

De ninguna manera, lo divino y lo humano se articulan como un todo inseparable pero sin confundirse.

En la época patrística, la inspiración es un hecho adquirido.

De hecho, contra los grupos heterodoxos de la primera época cristiana se afirma que Dios es el autor de la Sagrada Escritura.

Detrás de estas afirmaciones está la idea que dice que los autores sagrados no son más que vehículos a través de los cuales circula información, son como un instrumento musical en las manos de Dios.

Aquí, como vemos, se subraya ante todo la idea de la autoría de Dios, el hombre no juega un papel importante o relevante.

NATURALEZA DE LA INSPIRACIÓN

Dividiremos esta sección en tres momentos:

1. Texto como texto inspirado.2. Autor (hagiografo) del mismo.3. Proceso de lectura y

recepción.

Este tema se une estrechamente al de la revelación. Dios toma la iniciativa y se comunica con el ser humano para hablarle o desvelarle su mismo ser.

En la Sagrada Escritura Dios mismo nos muestra su rostro, a todos los hombres y mujeres.

Dios utiliza el lenguaje humano, las palabras que los seres humanos empleamos.

Es un proceso vertical que va de Dios al ser humano.

Decíamos también, que luego viene la respuesta que se da a esa Revelación. Respuesta que se da en el tiempo y en el espacio.

Alguno se preguntará: Si Dios siempre es el mismo que se revela, ¿por qué tantos rostros de Dios a lo largo de la historia?

La fe, que es respuesta a la revelación, debe ser reconocida como una respuesta local, parcial.

Dios mueve por medio del Espíritu Santo a ciertos hombres y mujeres a poner por escrito lo que quiere decirle a la humanidad.

La inspiración es esta acción del Espíritu de Dios que se convierte en impulso.

Este segundo momento (el de la fe), no cierra el proceso de inspiración. Viene enseguida la última etapa que es la recepción.

Efectivamente, la palabra que inicialmente circuló de manera oral va a ser puesta por escrito.

Esta palabra escrita va a ser recibida o no. Los lectores de las comunidades utilizarán de manera espontánea algunas obras, otras simplemente serán dejadas de lado.

Este proceso de lectura y recepción de los textos forma parte importante de lo que hemos llamado inspiración.

Sin embargo, ese proceso de lectura no ha finalizado, continúa.

Nosotros actualizamos, constantemente con nuestra lectura, ese proceso de recepción.

La jerarquía finalmente dará el visto bueno o ratificará lo que las comunidades ya tenían como una práctica.

REVELACIÓN

FE

RECEPCIÓNACTUALIZA

CIÓN

CANONIZACIÓN

¿QUIÉN ES EL AUTOR DE LA SAGRADA ESCRITURA?

1. El Texto Inspirado

La Sagrada Escritura es inspirada por ser obra de Dios mismo.

El hombre no es más que un instrumento o vehículo a través del cual pasa el contenido de esa revelación.

Por eso el tema de la inerrancia, pues la Sagrada Escritura no tiene error en cuanto Dios es su verdadero autor.

El hombre no hace más que dejarse mover físicamente por un impulso divino.

Aprovechando, hablemos sobre los “errores en la Biblia”.

En primer lugar, hemos de evitar todo anacronismo (juzgar con criterios actuales una época pasada).

Pues no podemos pedir a los escritores de entonces que escriban con los criterios científicos de hoy.

Por eso se afirma que no tiene errores.

La Biblia no es un libro de historia, ni de biología ni de geografía.

La fe atraviesa cada una de las páginas de este libro.

Una espiritualidad o espiritualidades están entre renglones; es una manera muy particular de ver el mundo y de leer la historia en relación con Dios.

El pueblo hebreo piensa que Dios es quien hace todo, el que dirige la historia y en ella la vida de todos los seres humanos.

Se maneja una teología en la que la retribución es un elemento fundamental.

Dios premia a los justos y castiga a los malvados.

Entonces, ¿cuál es la Verdad que transmite la Biblia.

Pues que, “Dios quiere que todos los hombres se salven” (I Tim 2, 4).

La verdad salvífica atraviesa todos los relatos bíblicos. Lo demás parece accesorio.

Además, resulta importante, obviamente, prestar atención a los géneros literarios.

No se debe leer de la misma manera una lamentación que una imprecación o un himno y una súplica.

De manera que, si nos referimos a que si la Biblia tiene errores en cuanto al mensaje, pues no tiene error.

Ahora bien, si estamos pensando en repeticiones, incoherencias, finales dobles, entre otros, entonces sí hay error en la Biblia.

Por otro lado, si lo que interesa es la obra y no el autor, estamos pensando en la Biblia como palabra de Dios; y no como palabra de hombres o mujeres, como obra literaria.

¿Es la Biblia una obra literaria?

Un autor importante, L.A.

Schökel, afirma que en la obra

adquiere consistencia objetiva

la intuición del autor, los

materiales del mundo y de la

vivencia seleccionados.

Es decir, que es a partir de la experiencia y vivencia del hagiógrafo que nace el texto bíblico.

Algunos creen que hablar de la Biblia como obra literaria es restarle importancia a la revelación, porque es prestar más atención al lado humano que a lo divino.

Sin embargo, no es así, ya que el texto bíblico nace en medio de hombres y mujeres y así es como Dios se hace presente.

Si el ser humano no existe, Dios tampoco. Si el ser humano no escribe, Dios no se da a conocer, no se revela.

VERDAD DE

DIOS

VERDAD HUMANA

DIOS QUE QUIERE

NUESTRA SALVACIÓ

N