La jornada mundial de los pobres vista desde la espiritualidad de San Juan Eudes
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La Jornada Mundial de los Pobres vista desde la espiritualidad de san Juan Eudes
Unidad de Espiritualidad Eudista CJM
Introducción
Al concluir el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, el Papa Francisco publicó la Carta
Apostólica Misericordia et Misera, dos palabras que tomó del lenguaje de san Agustín para
descubrir "cuanta piedad y justicia divina" hay en el pasaje evangélico que narra el encuentro
entre Jesús y la adúltera. Dice san Agustín: "Quedaron solo ellos dos: la miserable y la
misericordia" (In Io. Ev. tract. 33, 5).
En el documento, el Papa hace referencia a la intensidad del tiempo de gracia que constituyó el
Jubileo y la misericordia que se nos ha dado en abundancia y frente a la cual "no podemos
permanecer indiferentes, porque ella nos cambia la vida" (No. 4). Esto hace necesario que
celebremos la misericordia. El papa trasciende las miradas superficiales sobre la misericordia y nos
invita, siguiendo al evangelio, a ser misericordiosos como el Padre es misericordioso, hecho que se
concreta en el crecimiento de "una cultura de la misericordia, basada en el redescubrimiento del
encuentro con los demás: una cultura en la que ninguno mire al otro con indiferencia ni aparte la
mirada cuando vea el sufrimiento de los hermanos" (No. 20).
Como fruto de este tiempo de la misericordia y a la luz del "Jubileo de las personas socialmente
excluidas", el papa intuyó que, como otro signo concreto del tiempo vivido, era necesario celebrar
en toda la Iglesia, "en el XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario, la Jornada Mundial de los Pobres".
Esta Jornada, continúa el papa, "será la preparación más adecuada para vivir la solemnidad de
Jesucristo, Rey del Universo, el cual se ha identificado con los pequeños y los pobres, y nos juzgará
a partir de las obras de misericordia (cf. Mt 25, 31-46). Será una Jornada que ayudará a las
comunidades y a cada bautizado a reflexionar cómo la pobreza está en el corazón del Evangelio y
sobre el hecho que, mientras Lázaro esté echado a la puerta de nuestra casa (cf. Lc 16, 19-21) no
podrá haber justicia y paz social. Esta Jornada constituirá también una genuina forma de nueva
evangelización (cf. Mt 11, 15), con la que se renueve el rostro de la Iglesia en su acción perenne de
conversión pastoral, para ser testimonio de la misericordia" (No. 21).
I Jornada Mundial de los Pobres: signo concreto del amor de Cristo
El primer mensaje del papa Francisco, con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres, instituida
en el 2016, fue publicado el 13 de junio de 2017. El título ya nos invita a lo que san Juan Eudes
llama "pasar de la voluntad al efecto": No amemos de palabra sino con obras. El Obispo de Roma
está convencido que, en definitiva, lo que mueve a servir a Jesús en los pobres, es el amor: "El
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amor no admite excusas: el que quiere amar como Jesús amó, ha de hacer suyo su ejemplo" (No.
1), porque es justamente el amor el que permite que la comunidad se encargue de los pobres:
"uno de los primeros signos con los que la comunidad cristiana se presentó en la escena del
mundo" fue "el servicio a los más pobres".
A lo largo de la historia, han sido miles de cristianos quienes han promovido el servicio
preferencial por los pobres, leyendo en ellos la vida del Cristo pobre que sufre y es marginado.
Pensemos en los primeros cristianos y en santos como Francisco de Asís, Juan Eudes y otros
muchos, entre los que sobresale en tiempos recientes el Siervo de Dios Rafael García Herreros y su
obra El Minuto de Dios. No alcanzarán las páginas para poner el nombre de todos, pero había algo
que los movía para ir más allá de un solo voluntariado o de gestos improvisados de buena
voluntad para tranquilizar las conciencias: se introducían en "un verdadero encuentro con los
pobres" para "dar lugar a un compartir que se convierte en un estilo de vida" (No. 3).
También el papa ha recordado en el mensaje los dos objetivos de la Jornada Mundial de los
Pobres:
Estimular a los creyentes para que reaccionen ante la cultura del descarte y del derroche,
haciendo suya la cultura del encuentro (No. 6).
Invitar a todos, independientemente de su confesión religiosa, para que se dispongan a
compartir con los pobres a través de cualquier acción de solidaridad, como signo concreto
de fraternidad" (No. 6).
Y finalmente, el acontecimiento de la realeza de Jesucristo que se celebra al domingo siguiente de
la Jornada Mundial de los Pobres le da mayor autenticidad al encuentro: "De hecho, la realeza de
Cristo emerge con todo su significado más genuino en Gólgota, cuando el Inocente en la cruz,
pobre, desnudo y privado de todo, encarna y revela la plenitud del amor de Dios" (No. 7). Con esta
convicción el Papa Francisco hace un llamado a los cristianos y a todas las personas de buena
voluntad a no ver en los pobres un problema sino un recurso al que se acude para acoger y vivir la
esencia misma del Evangelio.
San Juan Eudes hace un llamado a continuar y a completar el amor de Jesús
a los pobres, pues en ellos se ve al Hijo de Dios
Las iniciativas del Papa Francisco son fruto de un profundo y decidido amor por los pobres que lo
llevan a ver la realidad, juzgarla a la luz del Evangelio y actuar en ella. De por sí, este mismo
horizonte de misericordia lo tiene claro san Juan Eudes en sus obras y en su actuar: "pídele a
nuestro Señor que llene tu corazón de gran caridad y ternura para con los pobres, los forasteros,
las viudas y los huérfanos. Mira a estos como personas que te han sido recomendadas por él más
grande de tus amigos, Jesús" (O.C. I, 264), solía invocar.
Sin embargo, el presbítero francés va más allá de ver a los pobres como aquellos que imitan a
Jesús o que son sus discípulos preferidos: hay que ver a Jesús que está en ellos o para precisarlo
mejor: amar a los pobres con el Corazón de Cristo. Por eso debemos continuar y completar el
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amor del Hijo de Dios a los pobres: "Ama con ternura a todos los pobres contemplando en ellos a
nuestro Señor Jesucristo y recordando que ha dicho: «lo que hagas a mis pequeños, a mí me lo has
hecho» (Mt 25, 40) (O.C. II, 325). Este ejercicio de divina contemplación le permite a los discípulos
de la Escuela de Santidad instituida por san Juan Eudes, considerar que si tuvieran todas las
riquezas del mundo, no tendrían otro fin que la ayuda de los pobres en los cuales se sirve y se ama
al mismo Jesucristo.
Los pobres son los invitados a la mesa
San Juan Eudes y el Papa Francisco están convencidos que es necesario hacer sentar en la mesa a
los pobres, como un signo concreto del amor que se les debe tener. Dice el fundador de la
Congregación de Jesús y María: "Hazlos sentar a la mesa para comer, según el encargo que el Hijo
de Dios nos hace en el Evangelio (Lc 14, 13), visitar las cárceles, consolarlos en las enfermedades y
angustias, servirles y defenderlos en todo lo posible" (O.C. II, 325). Por su parte, el Papa Francisco
asegura: "De acuerdo con la enseñanza de la Escritura (cf. Gn 18, 3-5; Hb 13, 2), sentémoslos a
nuestra mesa como invitados de honor; podrán ser maestros que nos ayuden a vivir la fe de
manera más coherente" (No. 7). Los dos coinciden en que es mandato del Señor tener estos gestos
de cercanía con los pobres y compartir con ellos a través de cualquier ejercicio solidario, como
signo concreto de fraternidad.
El padre Herambourg, en su comentario a san Juan Eudes y su opción preferencial por los pobres,
asegura: "los consideraba como el sacramento del Salvador, en quien él se oculta más o menos
bajo las especies eucarísticas" (O.C. III, 370). De estas profundas consideraciones puede concluirse
que el amor a los pobres es el amor a Jesucristo en esta persona concreta. No lejos de esta
afirmación parece estar el Papa Francisco cuando asegura de forma categórica: "Si realmente
queremos encontrar a Cristo, es necesario que toquemos su cuerpo en el cuerpo llagado de los
pobres, como confirmación de la comunión sacramental recibida en la Eucaristía", pues el cuerpo
partido en la sagrada liturgia se deja encontrar por la caridad compartida en los rostros y en las
personas de los hermanos y hermanas más débiles.
Jornada Mundial de los Pobres: oportunidad para ver formado a Jesús en
ellos
No basta con hablar de los pobres: es necesario hacer algo por ellos. San Juan Eudes, al proponer
los tres aspectos requeridos para la misericordia exhorta a los cristianos a dar un paso más allá de
la sola voluntad de querer hacer algo: 1) Llevar en el corazón las miserias de los miserables [los
pobres], 2) Tener la voluntad de socorrerlos en sus miserias y 3) Pasar de la voluntad al efecto.
Justamente estos criterios son los que guían el mensaje que el Papa Francisco ha propuesto para la
Jornada: "No amemos de palabra sino con obras", que son la confirmación de estos y otros
encuentros que la Iglesia en salida debe liderar.
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Servir a los pobres: la esencia del Minuto de Dios
Finalmente, queremos recordar la obra del eudista padre Rafael García Herreros, al cumplir 25
años de su pascua: un compromiso concreto, guiado por la espiritualidad de san Juan Eudes, que
le hizo ponerse en salida y encontrarse con aquellas realidades de opresión y de miseria que había
en Colombia: cómo no pensar hoy en aquellos gestos concretos como casas para los pobres,
educación al alcance de los más pobres y, en general, la construcción de una sociedad más justa y
más fraterna donde los pobres fueran los agentes principales de transformación.
Por eso hoy es necesario decir con el padre Camilo Bernal, Eudista del Minuto de Dios: "Nunca
olvidemos que el Minuto de Dios existe para servir a los pobres", como vivencia práctica del
Evangelio y como plenitud de la vida cristiana.
El próximo 19 de noviembre, en esta Jornada, se ha convocado en la Plaza de Banderas del barrio
Minuto de Dios, en Bogotá a un "Desayuno para los pobres" y se invita a toda la comunidad a
servirlos, descubriendo en ellos a Cristo. Esto se realizará a las 8:30 am y posteriormente se
celebrará conjuntamente la Santa Misa.
Que el Cristo Pobre viva y reine en el corazón de todas las personas, especialmente de aquellas
abandonadas y excluidas por la cultura del descarte para que podamos decir: nosotros y nuestras
familias serviremos a los pobres con todo el corazón.