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LA LABRANZA DE LOS SUELOS EN EL TROPICO:¿ NECESIDAD O COSTUMBRE ?. José Horacio Rivera Posada RESUMEN Se tratan temas relacionados con la bioestructura del suelo, su formación y degradación física, química y biologica. Se discuten aspectos técnicos y científicos relacionados con el uso de la maquinaria agrícola convencional y su detrimento contra las propiedades físicas de los suelos como son la bioestructura, incremento de la densidad aparente y el consecuente descenso en la porosidad del suelo, la cual afecta las condiciones de humedad al reducir la permeabilidad y hacer más difícil el drenaje del suelo, entre otras. Se presentan algunos resultados de investigación sobre la erosión de los suelos causada por el mal uso de la maquinaria agrícola, las ventajas de la labranza de conservación y resultados de trabajos de laboratorio utilizando simulador de lluvias, para determinar el efecto del tamaño de los agregados del suelo en la erosión y el factor erodabilidad de los mismos. Así mismo, se tratan alternativas que contrarresten el uso desmedido de la maquinaria agrícola convencional, como son la labranza de conservación y la labranza cero. 1. INTRODUCCIÓN Los suelos son sistemas muy complejos, que se desarrollan a través de la meteorización de minerales, que son colonizados por organismos vivos, los cuales modifican dicho sustrato, haciéndolo apropiado para otros organismos. Esto induce una sucesión ecológica que alcanza un equilibrio dinámico entre el clima, suelo y comunidades biológicas. El suelo como organismo complejo y dinámico, es prácticamente vivo y está sujeto a cambios permanentes. La remoción y redistribución de partículas de suelo es un fenómeno natural que ha existido siempre. Su manejo, no es tan difícil si se conocen sus principios básicos. Ing. Agrónomo, Ph.D, MSc y Especialista en Conservación de Suelos y Control de Erosión Calle 68 Nº 28-30 T5 Apto. 1202, Teléfono (0968) 871712, Manizales, Caldas Colombia. E-mail: [email protected] Celular: 315 5415772. CORPORACIÓN COLOMBIANA DE INVESTIGACIÓN AGROPECUARIA (CORPOICA). ECORREGION ANDINA. CURSO NACIONAL “HACIA UN NUEVO ENFOQUE DE PRODUCCIÓN Y MANEJO DE LOS RECURSOS FORRAJEROS TROPICALES EN LA EMPRESA GANADERA”. TROPICO MEDIO Y BAJO (Octubre 2 y 3 de 2003)..

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LA LABRANZA DE LOS SUELOS EN EL TROPICO:¿ NECESIDAD O COSTUMBRE ?.

José Horacio Rivera Posada∗∗∗∗

RESUMEN Se tratan temas relacionados con la bioestructura del suelo, su formación y degradación física, química y biologica. Se discuten aspectos técnicos y científicos relacionados con el uso de la maquinaria agrícola convencional y su detrimento contra las propiedades físicas de los suelos como son la bioestructura, incremento de la densidad aparente y el consecuente descenso en la porosidad del suelo, la cual afecta las condiciones de humedad al reducir la permeabilidad y hacer más difícil el drenaje del suelo, entre otras. Se presentan algunos resultados de investigación sobre la erosión de los suelos causada por el mal uso de la maquinaria agrícola, las ventajas de la labranza de conservación y resultados de trabajos de laboratorio utilizando simulador de lluvias, para determinar el efecto del tamaño de los agregados del suelo en la erosión y el factor erodabilidad de los mismos. Así mismo, se tratan alternativas que contrarresten el uso desmedido de la maquinaria agrícola convencional, como son la labranza de conservación y la labranza cero.

1. INTRODUCCIÓN

Los suelos son sistemas muy complejos, que se desarrollan a través de la meteorización de minerales, que son colonizados por organismos vivos, los cuales modifican dicho sustrato, haciéndolo apropiado para otros organismos. Esto induce una sucesión ecológica que alcanza un equilibrio dinámico entre el clima, suelo y comunidades biológicas. El suelo como organismo complejo y dinámico, es prácticamente vivo y está sujeto a cambios permanentes. La remoción y redistribución de partículas de suelo es un fenómeno natural que ha existido siempre. Su manejo, no es tan difícil si se conocen sus principios básicos.

∗ Ing. Agrónomo, Ph.D, MSc y Especialista en Conservación de Suelos y Control de Erosión Calle 68 Nº 28-30 T5 Apto. 1202, Teléfono (0968) 871712, Manizales, Caldas Colombia. E-mail: [email protected] Celular: 315 5415772. CORPORACIÓN COLOMBIANA DE INVESTIGACIÓN AGROPECUARIA (CORPOICA). ECORREGION ANDINA. CURSO NACIONAL “HACIA UN NUEVO ENFOQUE DE PRODUCCIÓN Y MANEJO DE LOS RECURSOS FORRAJEROS TROPICALES EN LA EMPRESA GANADERA”. TROPICO MEDIO Y BAJO (Octubre 2 y 3 de 2003)..

El hecho de modificar un solo factor del complejo ecológico, inmediatamente, modifica los demás factores, constituyendo un nuevo equilibrio, en el que se incluye el factor modificado. Cuando se tiene conocimiento de estos fenómenos, se pueden manejar todos los factores a voluntad. Si se interviene irracionalmente, así mismo se producen las modificaciones, pero no siempre como se espera. Por tanto las técnicas agrícolas, se deben adaptar dependiendo de las condiciones del suelo y el clima donde se ha de hacer la explotación agrícola. En el caso de Colombia, son muchos los errores que se cometen en el sector agropecuario, por el abuso en el uso indiscriminado de la maquinaria agrícola e insumos. En el caso de la maquinaria agrícola, al arar y rastrillar el suelo, se le pulveriza totalmente, acabando de esta forma la estructura natural favorable del suelo, y en ocasiones, la arada que se efectúa es tan profunda, que se entierra la capa orgánica, dejando en superficie un segundo horizonte pobre en fertilidad y condiciones físicas. A veces, no se tiene en cuenta la condición de humedad del suelo, realizando prácticas agrícolas de nivelación, laboreo y trafico de maquinaria pesada en condiciones de humedad alta del mismo, conduciéndolo a la compactación. En ocasiones se ara y rastrilla inoficiosamente suelos de condiciones físicas excelentes, caso de los de cenizas volcánicas como los del Quindío (Typic melanudands), donde se destruye totalmente su estructura natural, dejándolos expuestos a la erosión, favorecida por las lluvias intensas de la zona y pendientes fuertes del terreno. De esta forma, se reduce su potencial productivo. En el caso del riego, en ocasiones, se usa el sistema no adecuado, y a veces las láminas de riego, son tan fuertes que superan la capacidad de infiltración del suelo, causando compactación y erosión por escorrentía. En otros casos, no se evalúa la calidad del agua de riego ocasionando problemas de mal drenaje del suelo, salinización y sodificación En las zonas de ladera, se abusa de las desyerbas drásticas, con azadón y herbicidas, usando estos últimos en forma generalizada y reiterada, desnudando totalmente el suelo, lo que ocasiona pérdida permanente del horizonte orgánico y con él, la actividad microorgánica del suelo y su potencial productivo. 2. LA ESTRUCTURA DEL SUELO Y LA IMPORTANCIA DE SU PROTECCIÓN Según Letey (1991), la estructura del suelo se refiere al tamaño, forma y arreglo de las partículas sólidas y espacios vacíos altamente variables y asociados con un grupo complejo de interacciones entre factores mineralógicos, químicos y biológicos. Los términos estructura y agregación del suelo, son usados como sinónimos, pero los agregados, son la unidad básica de la estructura del suelo (Lynch y Bragg, 1985). Se considera estructura especialmente a la manera como las arcillas se expanden al humedecerse y se contraen cuando se secan. Se llama estructura a las formas de rajaduras y requebrajamientos así producidos, como estructura en bloques, columnar, laminar, granular, etc. (Donahue et al, 1972 citados por Primavesi, 1984). 2.1. Los agregados del suelo. Un agregado se define como la agrupación natural de partículas del suelo, entre las cuales las fuerzas que poseen, son más fuertes que las existentes entre agregados adyacentes

(Martín et al, 1955 citados por Lynch y Bragg, 1985; MacRae y Mehuys, 1985). Pereira (1956), citado por Ahn (1979), define la buena estructura como aquella que mantiene la estabilidad de agregados por encima de cambios abruptos de humedad y lluvias intensas, y según Ahn (1979), es aquella que resiste los efectos del cultivo. Se denomina agregado a todo agrupamiento de partículas del suelo entre 0,5 y 5,0 mm de tamaño, independiente de su densidad, porosidad, presencia de materia orgánica y microvida, tanto, como su estabilidad a la acción de las lluvias (Primavesi, 1984). Las partículas de arcilla existen principalmente en esferas por encima de 5 μm de diámetro, separadas entre sí por poros continuos, los cuales son importantes para mantener su identidad. Entre las esferas existen poros más pequeños residuales (Greenland, 1979). Los grupos de esferas se refieren convenientemente a microagregados, con tamaños del orden de 5 a 1,0 μm (Greenland, 1979). En suelos de condiciones estructurales favorables para el crecimiento de los cultivos estos microagregados están así mismos agrupados dentro de agregados entre 1 a 5 mm de diámetro. Muchos poros dentro de los agregados son de almacenamiento y entre agregados son poros de transmisión (Greenland, 1979). En suelos de textura pesada, los microagregados y agregados tienden a estar separados solamente por poros relativamente pequeños, por tanto, forman terrones. La forma de los gránulos difiere de los grumos. Los grumos generalmente tienen un tamaño entre 0,5 y 2,0 mm de diámetro, siempre poseen los bordes redondeados y están traspasados por gran cantidad de microporos. En tierra húmeda, donde pueden pegarse y formar terrones mayores, al quebrarlos siempre presentan una apariencia de ruptura muy irregular, llena de protuberancias redondeadas. Son el producto de agrupamiento biológico y nunca del desterronamiento mecánico (Batey, 1973; Gorbing, 1944 y Primavesi y Primavesi, 1962 citados por Primavesi, 1984). La estabilidad de agregados expresa la resistencia de estos a romperse, cuando están sujetos a un proceso potencialmente destructivo (Hillel, 1982), ya que la reacción del suelo a las fuerzas que actúan sobre él, depende no solo del suelo en sí, sino también del grado, la naturaleza de las fuerzas y la manera como ellas son aplicadas. Por tanto, la estabilidad de agregados no es medible en términos absolutos (Hillel, 1982). En parte, este es un concepto relativo y aún subjetivo, sin que reste su importancia (Hillel, 1982). 2.1.1 Formacion de los agregados del suelo. 2.1.1.1 Agentes que influyen en la formación de agregados del suelo Los agentes agregantes del suelo pueden ser físicos, químicos y biológicos. 2.1.1.1.1 Agentes agregantes físicos. Gavande (1986), afirma que físicamente el aire desempeña un papel decisivo en la formación de la estructura del suelo, al crear tensión superficial y debido a la expansión que sufre una masa de suelo al humedecerse. Gavande (1986), manifiesta que los efectos de la temperatura sobre la formación de la estructura del suelo son indirectos, ya que:

- Induce el movimiento del vapor de agua, se crea una diferencia en las presiones de vapor.

- Afecta la velocidad de las reacciones y la descomposición de la materia orgánica. - Afecta la actividad de las plantas y los microorganismos. - Influye en la formación del tipo y cantidad de arcilla, potencial electrocinética, cantidad

de sales solubles y de materia orgánica. Cuando se ejerce presión sobre una masa de suelo húmedo, las partículas de arcilla se orientan y permanecen juntas por atracción molecular y por fuerzas provocadas por la película de agua (Gavande, 1986). Las presiones se pueden ejercer de diversas maneras (Gavande, 1986): - Humedecimiento y secado. Que causa hinchamiento y contracciones. - Congelamiento. - Implementos agrícolas. - Peso del suelo. - Agua. 2.11.1.2. Agentes agregantes químicos. - Agentes floculantes. Según Gavande (1986), la formación de agregados está estrechamente relacionada con la floculación y comportamiento de la doble capa eléctrica. Es así, como los suelos que poseen una doble capa eléctrica favorable, tienden a formar agregados y producir una estructura también favorable. La formación de agregados de suelos estables, requiere que el material coloidal sea floculado primero y luego estabilizado o cementado (Gavande, 1986). Las arenas y limos tienen una área de superficie especifica, relativamente pequeña y en consistencia exhiben comparativamente con las arcillas poca actividad fisicoquímica (Hillel, 1982). Estas fracciones pueden ser llamadas el esqueleto del suelo, mientras que las arcillas, por analogía similar, pueden ser consideradas como la carne del suelo. Todas ellas, constituyen la matriz sólida del suelo (Hillel, 1982). Generalmente, el Ca++, Mg++ y K+ tienen efecto peptizante. Las masas de arcilla floculadas solo alcanzan el tamaño de las partículas de limo. El Ca++ y en menor grado el Mg++, inducen la floculación de la arcilla. Para que haya una fácil y rápida agregación del suelo por efecto del Ca++, es necesaria la presencia de materia orgánica (Gavande, 1986). 2.11.1.3. - Agentes agregantes biológicos -- Acción de las plantas y sus residuos vegetales Las plantas ayudan a agregar las partículas de suelo en muchas formas. Se puede considerar como la más importante, la excreción de compuestos orgánicos gelatinosos por las raíces, que servirán como ligamentos entre las sustancias inorgánicas.

La presión ejercida por la raíz, el CO2 producido en la respiración y los minerales excretados, son importantes. Las raicillas pequeñas mantienen unidas las partículas (Gavande, 1986). Según Primavesi (1984), la mejor estructura grumosa se encuentra en suelos pastoriles y entre ellos, especialmente en las praderas dedicadas a la producción de heno, debido a la acción favorable de las raíces de los pastos. Los suelos bajo el uso de prados perennes, activan la acumulación de humus y una mejor estabilización de agregados (Hillel, 1982). Reid y Goss (1980) citado por Lynch y Bragg (1985), demostraron que el crecimiento de raíces de reygrass mejoraron la estabilidad de agregados de un suelo franco limoso, pero sorpresivamente, el crecimiento de maíz Zea mays, disminuyó la estabilidad de agregados. Las ligninas, debido a su difícil descomposición y por ser más lenta, dependiendo de hongos y actinomicetos, es la que da origen al humus (Primavesi, 1984). Bajo los sistemas de agricultura moderna, la inestabilidad de agregados del suelo, puede ser el mayor factor limitante, para la producción de cultivos arables (Lynch y Bragg, 1985). La estabilidad de agregados, cambia en respuesta a la secuencia de los cultivos y niveles de materia orgánica en el suelo, decreciendo de suelos vírgenes a cultivo e incrementando bajo pasturas por largo tiempo (Lynch y Bragg, 1985). Al descomponerse el humus, se pierde la estructura del suelo, al descomponersen los restos vegetales se forma la estructura durante la primera fase de descomposición. En este caso, lo que posee fuerza agregante, no es el humus, si no el producto intermedio de la descomposición bacteriana, como los ácidos poliurónidos capaces de flocularlo (Molina, 1968 citado por Primavesi, 1984). La estabilidad de los grumos depende de la acción biológica (bacterias celulolíticas, hongos, actinomicetos y algas) (Primavesi, 1984). La deshidratación del suelo por las raíces causan grietas al contraerse el suelo, lo que origina rompimientos y formación posterior de agregados. El follaje de las plantas y sus residuos cubren el suelo y lo protegen de los cambios bruscos de temperatura y humedad y del impacto de las gotas de lluvia (Gavande, 1986). Los residuos vegetales, tanto del follaje como de la raíz, proporcionan la base alimenticia de los microorganismos del suelo, que son uno de los factores agregantes principales (Primavesi, 1984). Molina (1969) afirma que la pérdida de la capacidad productiva de los suelos tropicales, se produce solo en 2 a 3 años con cultivos anuales. Es así como la Asociación de Tabacaleros de Misiones (Argentina) consideró al suelo como un capital que se ha de amortizar en solo tres años. Por lo general, la materia orgánica adicionada al suelo, desaparece luego de 3 a 4 meses. En suelos pastoriles bien manejados, los grumos aumentan con el transcurso del tiempo (Clark et al, 1967; Clement, 1964 citados por Primavesi, 1984). Esto se debe a que las raíces de los pastos producen permanentemente raíces nuevas, que luego de poco tiempo se mueren y excretan ácidos poliurónidos, que en condiciones semiaerobias, son

descompuestos por actinomicetos (Primavesi, 1984). Estos ácidos, son los estabilizadores de grumos más eficientes (Volk y Hengel, 1970 citado por Primavesi, 1984). Los principales agentes de estabilización de agregados son los materiales orgánicos. Estos incluyen los productos de composición de plantas, animales y restos microbiales, los mismos microorganismos y los productos de síntesis microbiales (Lynch y Bragg, 1985). -- Acción de los microorganismos del suelo Hay dos vías en las cuales los microorganimos pueden estar involucrados en la estabilidad de agregados (Lynch y Bragg, 1985): - Algunos organismos pueden ser capaces de ligar partículas mecánicamente. - Otros organismos pueden producir agentes ligantes efectivos por síntesis o a través de

la descomposición de materiales orgánicos. Estos productos pueden permanecer en contacto estrecho con las células o llegar a ser parte de la fusión materia orgánica suelo y sujeto a descomposición.

La materia orgánica sin descomponer, no ayuda a la formación de agregados estables del suelo (Gavande, 1986). Para que sea efectiva su acción, se requiere la intervención de los microorganismos del suelo (Gavande, 1986). La materia orgánica debe ser incorporada solo superficialmente, como máximo 8 cm de profundidad y permanecer gran parte del tiempo fuera de la tierra, ya que los microorganismos que la descomponen, son aerobios. Una descomposición anaerobia, no beneficia los grumos ni su estabilidad (Sauberan et al, 1968; Primavesi y Primavesi, 1973 citados por Primavesi, 1984). El cubrimiento de la superficie del suelo puede proteger los grumos por un tiempo, pero es imprescindible la reposición de la materia orgánica (Baver, 1968; Davidson et al, 1967; Molina, 1968 citados por Primavesi, 1984). Para la estabilización de los grumos, no sirve el abono verde, sino solo el material celulósico como paja, hojas muertas, puntas de caña de azúcar, bagazo, cáscara de café, etc. (Larson y Allmaras, 1971; Mascarenhas et al, 1967; Sauberan et al, 1968; Volk y Hengel, 1980 citados por Primavesi, 1984). Por lo general, los agregados primarios y en parte los arcillo-húmicos, son pegados a unidades mayores por la cola bacteriana. Esta cola, por tratarse de un azúcar ácido, sirve de alimento a hongos y actinomicetos, que con sus hifas envuelven los grumos y los entrelazan, confiriendoles así la estabilidad al agua (Sekera y Brunner, 1953 citados por Primavesi, 1984). En parte, también participan algas en la estabilización de los grumos (Primavesi, 1984). En un grumo, se puede observar la red de hilos de los hongos, bajo microscopio, al dejar caer agua sobre el grumo. Este con el tiempo queda más suelto y se puede observar claramente la red de hilos que alcanzan las partículas minerales y orgánicas (Primavesi, 1984).

Las adiciones de materia orgánica al suelo no tiene efecto, a menos que los microorganismos estén presentes (Martín y Waksman, 1940; McCalla, 1945 citados por Lynch y Bragg, 1985). Gavande (1986), manifiesta que durante los períodos de intensa actividad microbiana, las células y los microorganismos, por si mismos, pueden mantener unidas en forma mecánica las partículas del suelo. Según el mismo autor (Gavande, 1986), en forma indirecta los microorganismos ayudan a la agregación del suelo, a través de los compuestos producidos durante la descomposición de materia orgánica. La acción microbiana puede ser muy pasajera, ya que tanto las sustancias aglutinantes como los micelios envolventes, pueden ser atacados a su vez por acción microbiana subsecuente. Por tanto, si se desea conservar un alto nivel de agregación, se requiere de adiciones periódicas de residuos orgánicos (Gavande, 1986). La bioestructura del suelo se refiere a la forma grumosa y estable al agua, en la capa comprendida entre 0 y 20 cm de profundidad. En la capa más baja puede existir una buena agregación, pero como no es estable al agua, se deshace al entrar en contacto con el agua lluvia (Primavesi, 1984). El papel de los hongos puede ser considerado como formador y estabilizador de agregados. Por ramificación a través del suelo, las hifas de los hongos pueden ligar partículas de suelo y forzar su contacto con otros agentes ligantes (Lynch y Bragg, 1985). La materia orgánica provee al suelo (Primavesi, 1984): - Sustancias agregantes del suelo, haciéndolo grumoso, con bioestructura estable a la

acción de las lluvias. - Acidos orgánicos y alcoholes; que durante su descomposición sirven de fuente de

carbono a los microorganismos de vida libre; fijadores de nitrógeno, posibilitando, así, su fijación (Dhar, 1967 citado por Primavesi, 1984).

- Posibilidad de vida de los microorganismos, especialmente los fijadores de nitrógeno, que producen sustancias de crecimiento, como triptófano y ácido indol-acético, que tienen un efecto positivo sobre el desarrollo vegetal.

- Alimento a los organismos activos en la descomposición, produciendo antibióticos que protegen a las plantas de pestes, contribuyendo a la salud vegetal.

- Sustancias intermediarias producidas en su descomposición, que pueden ser absorbidas por las plantas, aumentando el crecimiento (Flaig, 1967; Kristewa, 1968; Kononova, 1961; Rotoni, 1964 citados por Primavesi, 1984). 3. DEGRADACION DE LOS SUELOS. La degradación se define como una reducción en las cualidades del suelo relacionadas con la productividad de los cultivos (Pla, 1988). La degradación de la productividad del suelo se puede originar por varios agentes y procesos (Pla, 1988). Según Amézquita (1992), la degradación se refiere a la pérdida del potencial productivo de un suelo, por deterioro de sus propiedades físicas, químicas o biológicas, como consecuencia del uso de prácticas agrícolas inapropiadas a través del tiempo.

Los procesos de degradación del suelo son aquellos que reducen tanto en forma cuantitativa como cualitativa, su capacidad actual de producir bienes o servicios (Pla, 1988). Por lo general, son debidos a la ruptura provocada por la intervención humana, del equilibrio natural entre la agresividad climática y la resistencia potencial de los suelos (Pla, 1988). Lal (1994), reporta que el área degradada en el trópico, por diferentes procesos es estimada en 915 millones de hectáreas por efecto de la erosión por el agua, 474 millones de ha. de erosión por el viento, 50 millones de ha. por degradación física y 213 millones de ha. por degradación química. Se calcula que a nivel mundial, a través de su historia y con la intervención del hombre, se han perdido por degradación unos 2.000 millones de hectáreas de tierra, superando los 1.500 millones de hectáreas que actualmente se consideran apropiadas para uso agrícola sin fuertes limitaciones. En el presente, se pierden 5 a 7 millones de hectáreas en todo el mundo, por degradación temporal o permanente, lo que equivale aproximadamente a las nuevas que se incorporan anualmente a la producción agrícola para satisfacer las necesidades alimenticias creciente de la población mundial (Pla, 1988). En los Estados Unidos de América, la sola erosión por el agua, remueve unos dos billones de toneladas de suelo superficial, por encima de un billón de toneladas que se forma cada año (Brown, 1981 citado por Lynch y Bragg, 1985). En las zonas tropicales, con climas más agresivos y en general con suelos de menor resistencia a la degradación, la velocidad del grado de degradación supera regiones con otros climas, cuando los suelos son sometidos a prácticas de manejo similares (Pla, 1988). 3.1. Fenómenos asociados a la degradacion de los suelos A través de las actividades relacionadas con la agricultura (quema de vegetación, ruturación de la tierra), así como el pastoreo de ganado, explotación forestal, desarrollos urbanos e industriales, operaciones mineras, construcción de vías de comunicación entre otras, el hombre ha alterado el equilibrio ecológico en los suelos conduciendo a veces a situaciones desastrosas (Pla, 1988). En los últimos 50 años, las actividades humanas se han hecho más intensas, debido a los avances tecnológicos de los dos últimos siglos, y al crecimiento acelerado de la población y de sus necesidades. Además, la agricultura moderna altamente tecnificada y basada en un uso continuo de las tierras, sin rotaciones y utilización intensiva de maquinaria, fertilizantes y pesticidas, ha provocado alteraciones aceleradas en el equilibrio físico, químico y biológico de los suelos (Pla, 1988). En Colombia, en el Departamento del Valle del Cauca, se reporta un aumento paulatino del área degradada por sales y problemas relacionados. Aproximadamente de 10.000 a 12.000 hectáreas, están afectadas por una alta saturación de Mg2+ intercambiable (Sarria y García, 1991). 3.2. Causas de degradacion acelerada del suelo por el hombre en el tropico.

Entre las principales causas de degradación acelerada por el hombre en los trópicos, se destacan (Pla, 1988): - La no distinción entre sistemas de cultivos que puedan ser o no adecuados para

diferentes climas y suelos con diferentes niveles de fertilidad y capacidad productiva. - Falta de consideración de la influencia de las diferencias de topografía predominante,

sobre la utilización de la tierra con diferentes grados de extensión, intensidad y mecanización.

- No tener en cuenta las condiciones socioeconómicas diferentes (densidad de población, tradiciones culturales, nivel educacional, recursos financieros, sistemas de tenencia de la tierra), que puedan determinar y limitar el uso del suelo para producción de cultivos.

- La inconsistencia y falta de control sobre planes y objetivos para el uso de la tierra. - Fallas en la identificación y valoración relativa de los diferentes componentes de los

sistemas de manejo que contribuyen al éxito o fracaso en la manutención de la capacidad productiva del suelo en los climas tropicales.

3.3. Problemas mas comunes de degradacion en el tropico Ante la creciente demanda de alimentos, Colombia ha optado por incorporar nuevas tierras como fórmula para aumentar la producción. Las regiones tropicales húmedas, han sufrido el impacto de una explotación agropecuaria con las prácticas heredadas de tala y quema (Olmos y Montenegro, 1987 ). En su esfuerzo por sostener la demanda mundial de alimentos, muchos agricultores han adoptado políticas que están conduciendo a tasas excesivas de erosión del suelo (Brown, 1981 citado por Lynch y Bragg, 1985). En Venezuela, al igual que en el resto de países tropicales, los problemas más comunes de degradación, son los debidos a procesos de erosión hídrica, sellado, compactación, salinización y sodificación (Pla, 1987) citado por Pla (1988). Según el mismo autor, también se presentan procesos de degradación física y química acompañados de procesos de degradación biológica. La mayoría de los problemas de degradación, no dependen solo de las características intrínsecas del suelo, sino del clima muy agresivo en la mayoría de las áreas y de la adopción de sistemas y prácticas de producción agrícola tomadas directamente de otras partes del mundo, con diferentes condiciones climáticas y socioeconómicas (Pla, 1988). En Colombia aún no se tienen datos suficientes sobre las pérdidas y degradación del suelo, o son puntuales; pues no hay un estudio sistemático cuantitativo del problema. Este consiste no solo en la pérdida física del suelo. Hay otras formas que resultan igualmente catastróficas: degradación química, acumulación de sales, daños físicos y biológicos (Olmos y Montenegro, 1987). 3.4. Factores que favorecen la degradacion fisica de los suelos Suelos con contenido de materia orgánica bajos, limo alto, sin arcillas expandibles, expuestos a lluvias altas, intensas y concentradas y radiación solar fuerte, con cultivos que se cree requieren numerosas operaciones de campo para preparación de la tierra, control de plagas, enfermedades y arvenses y para la cosecha usando maquinaria pesada en condiciones de humedad del suelo inapropiadas, son factores que favorecen la degradación física, la cual al afectar negativamente el desarrollo radical y el suministro de agua a los

cultivos de secano (maíz, sorgo, ajonjolí, algodón, girasol, arroz), reducen significativamente los rendimientos (Pla, 1979 citado por Pla, 1988). El uso de maquinaria pesada con trabajo frecuente en el suelo, especialmente si está húmedo, puede dañar su estructura por incremento de su densidad aparente (Lynch y Bragg, 1985). 3.5. Erodabilidad y su relación con los agregados del suelo. La erodabilidad del suelo (susceptibilidad del suelo a la erosión) es considerada como una propiedad inherente, que depende de numerosos parámetros hidrológicos, texturales y estructurales (El-Swaify, 1981). Conseguir entender como cada uno de estos parámetros afectan la erodabilidad es valioso, ya que con ello se logran predicciones de la susceptibilidad de un suelo a la erosión, con menos esfuerzo, costos y tiempo, que los requeridos por medios experimentales bajo lluvia natural o bajo lluvias simuladas. Es por esta razón que muchos investigadores aproximan estos problemas a pruebas para establecer índices de erodabilidad, para usos directo en la cuantificación productiva y de pérdida de suelos por erosión (Yamamoto y Anderson, 1973 citados por El-Swaify, 1981). Sin embargo, algunos autores, han publicado ecuaciones para la predicción de factores de erodabilidad del suelo, mediante la selección de parámetros básicos del suelo o por combinación de ellos (Barnet y Rogers, 1966; Wischmeier y Mannering, 1969 citados por El-Swaify, 1981). Generalmente se ha encontrado que un gran número de tales parámetros son necesarios para alcanzar una estimación razonable de la erodabilidad del suelo (El-Swaify, 1981). En algunos casos fue posible obtener aproximaciones de la erodabilidad mediante el uso de un limitado número de parámetros (Wischmeier et al, 1971 citados por El-Swaify, 1981). Tales ecuaciones predictivas, no han sido desarrolladas para los suelos tropicales, ni los métodos predictivos disponibles, han sido ensayados en tales suelos (El-Swaify, 1981). El-Swaify, 1981 afirma, que la susceptibilidad de los suelos tropicales a la erosión por el agua dependen todavía de propiedades o interrelaciones de propiedades indeterminadas. El establecimiento de tales propiedades o interrelaciones pueden ser necesarias para predicciones exitosas de estas susceptibilidades por métodos simplificados (El-Swaify, 1981). - Correlación lineal simple entre el tamaño de agregados (mm) y factores de

erodabilidad Ki(kg.s/m4) y K (t.ha.h./Mj.mm.ha). Rivera 1999, determinó para dos Factores de erodabilidad Ki de la WEPP (Water Erosion Prediction Projet) y K de la USLE (Ecuacuón Universal de Pérdidas de Suelos por Erosión), su relación con el tamaño de agregados de varias unidades de suelos de la Zona Cafetera Colombiana. Las regresiones más altas están presentes en la Unidad de suelo Chinchiná, Melanudands, con coeficientes de determinación R2 = 0,85 y R2 = 0,84 respectivamente, seguido por la Unidad de suelo Fresno, Melanudands con coeficientes de determinación R2 = 0,72 y R2 = 0,70 para Ki y K respectivamente (Figuras 1 y 2). Estos valores indican, que cuando el tamaño de agregados del suelo decrece, los factores de erodabilidad Ki y K se incrementan y así mismo la susceptibilidad de los suelos a la erosión. Situación que se debe a los cambios ocasionados en el grado de

agregación y estabilidad de agregados, al disturbar los agregados mayores, lo cual conlleva a la destrucción de raicillas de las plantas y del mucilago exudado por ellas, que ejercen una influencia fuerte en la agregación natural de las partículas de los suelos (Primavesi, 1984; Young et al, 1985). Por tanto, no es conveniente el uso del azadón, maquinaria agrícola ni instrumentos que conduzcan a la destrucción de los agregados naturales mediante pulverización de estos suelos La correlación más baja, se presentó en la Unidad de suelo Guamal, Typic eutropepts, con coeficientes de determinación R2 = 0,59 y R2 = 0,58 para Ki y K respectivamente. La erodabilidad en este suelo es alta para todos los tamaños de agregados y ligeramente más alta cuando los agregados del suelo son < 0,5 mm de diámetro promedio.

y = -7.0201x + 15.105R2 = 0.85

y = -13.995x + 26.291R2 = 0.63

y = -4.044x + 9.3422R2 = 0.72

y = -23.135x + 54.416R2 = 0.59

y = -7.9752x + 16.461R2 = 0.69

-10

0

10

20

30

40

50

60

0 0,5 1 1,5 2 2,5

Tamaño agregados suelo (mm)

Ki (

Kg

s/m

4)

Linear (CH) Linear (MN) Linear (FR) Linear (GU) Linear (PA)

Figura 1. Regresión lineal entre Tamaño de agregados del suelo (mm) y el Factor de Erodabilidad Ki (kg s/m4) de cinco suelos de la zona cafetera colombiana.

y = -0.0247x + 0.0532R2 = 0.84

y = -0.0494x + 0.0926R2 = 0.63

y = -0.0145x + 0.0331R2 = 0.70

y = -0.0214x + 0.0502R2 = 0.58

y = -0.0128x + 0.024R2 = 0.63

-0,01

0

0,01

0,02

0,03

0,04

0,05

0,06

0 0,5 1 1,5 2 2,5

TAMAÑO DE AGREGADOS DE SUELO (mm).

K(t.

ha.h

./Mj.m

m.h

a)

Linear (CH) Linear (FR) Linear (PA) Linear (GU) Linear (MN)

Figura 2. Regresión lineal entre Tamaño de agregados del suelo (mm) y el Factor de

Erodabilidad K (t.ha.h./MJ.mm.ha) de cinco suelos de la zona cafetera colombiana

De acuerdo con Molina (1969), el principal factor de agotamiento de los suelos, es la pérdida de estabilidad en agua de sus agregados. Este factor, está directamente ligado a la

resistencia del suelo a la erosión y penetración del agua en el mismo, factores considerados decisivos para mantener un suelo productivo. La degradación de la estructura del suelo afecta directamente la capacidad de infiltración, capacidad de retención de humedad y erodabilidad del suelo (Méndez y Navas, 1982). Se ha encontrado como la infiltración de un suelo pobremente estructurado, con agregados estructurales menores de 0,5 mm de diámetro, se puede reducir a la mitad, en relación con un suelo bien estructurado (agregados entre 2 y 4 mm). Suelos con agregados estructurales de tamaño cercano a los limos, tienden a retener alta cantidad de humedad (Mannering y Bertrand, 1968; Malagon, 1974 citados por Méndez y Navas (1982). La agregación estable, puede ser dañada por la intensificación del arado en el establecimiento de cultivos (Lynch y Bragg, 1985). El reemplazo del sistema de cultivos tradicionales por monocultivos, puede resultar en la reducción de la estabilidad de los agregados del suelo, atribuida principalmente a la remoción de gramíneas de los cultivos secuenciales (Lynch y Bragg, 1985). Por tanto, de acuerdo con Molina (1969) a nivel de laboratorio y en pocos días, se le puede restituir a suelos agotados (rojos tropicales), la misma resistencia al impacto de las gotas de agua que poseen los suelos vírgenes, a través de la producción de coloides poliurónidos, formados a partir de la descomposición aerobia de la celulosa en condiciones mesotérmicas. 4. SISTEMAS DE LABRANZA. Según Steiner 1998 citado por PROYECTO DE CONSERVACIÓN DE SUELO Y AGUA I PROYECTO CHECUA – CAR = KFW - GTZ - PROYECTO DE CONSERVACIÓN DE SUELO Y AGUA EN LA ZONA ANDINA DE COLOMBIA, 2000, existen las siguientes definiciones de labranza: 4.1. Labranza convencional: que consiste en aflojar y remover el suelo con azadón o arado. 4.2. Labranza mínima: Aflojar el suelo superficialmente con grada hasta 5 cm., o abrir hileras de siembra con cincel o arado de chuzo. 4.3. Siembra directa o labranza cero: Ningún movimiento del suelo, la siembra se efectúa sobre una cobertura vegetal (mulch) con sembradoras especiales. 4.4. Labranza conservacionista: Término general para cualquier tipo de labranza

reducida, terrazas a nivel, labranza mínima y siembra directa. 4.1. Labranza Convencional. Es un sistema de preparación de suelos, donde se incluye una combinación de operaciones de labranza, primarias y secundarias, conocidas como patrón de mecanización regional, cuya finalidad es favorecer la formación de una cama de semillas para el crecimiento de un cultivo dado (García, 1984). Sistema donde los residuos de cosechas anteriores son incorporados en el proceso de preparación a capas inferiores, en donde su descomposición los transforma en materia orgánica.

La práctica de remover el suelo antes de sembrar es tan universal que el arado ha sido, desde hace siglos, símbolo de la agricultura, pero en los últimos 25 años, cada vez más agricultores lo están abandonado (FAO, 2000). La incorporación de los residuos deja la superficie del suelo expuesta a la acción del agua de escorrentía, que acelera los procesos de erosión. Así mismo con la capa superficial removida, la erosión desplaza fertilizantes, plaguicidas y otros materiales ocasionando pérdidas económicas y degradación de la calidad de las corrientes de agua (García, 1984). El arado moderno, o de vertedera, es una de las causas principales de degradación de los suelos, problema grave que afronta la agricultura hoy en día. El suelo donde los agricultores siembran sus cultivos, expuesto a la acción del arado mecánico, literalmente se deslava o se lo lleva el viento (FAO, 2000). La preparación del terreno, cuando se plantea con criterio de conservación de suelos, involucra operaciones de labranza que buscan reducir las pérdidas de suelo y agua respecto a la labranza convencional (García, 1984) Según García (1984), en las zonas de ladera, la preparación del terreno se viene haciendo tradicionalmente con la yunta de bueyes y el arado de chuzo y en algunos casos es complementado con azadón. En algunas regiones las labores de desterronado y emparejamiento de la superficie son realizados mediante pases sucesivos de la rastra en púas y el marco nivelador. En otras regiones se emplea el arado reversible como implemento de roturación primaria, a fin de cortar y voltear el suelo. Posteriormente, se fraccionan los bloques grandes de suelo que han quedado durante algún tiempo secandosen al sol, proceso conocido como “curado” (García, 1984). Los patrones de mecanización en las diferentes regiones se basan en en el elevado número de operaciones, los cuales en algunos casos pueden llegar a ocho aradas y ocho rastrilladas García 1984). En Asia Meridional el costo de las diferentes formas de degradación de las tierras, como la pérdida de estructura de los suelos que conduce a la erosión, la compactación y la formación de una corteza en la superficie, se calcula en $10 000 millones de dólares EE.UU. anuales (FAO,2000). Como consecuencia del uso continuado de los implementos de labranza y el exagerado número de pases, se ha ido aumentando paulatinamente el deterioro del suelo productivo, hasta llegar a condiciones irreversibles (García, 1984). Paradójicamente, a la vez que los suelos agrícolas se van agotando, el volumen de la producción debe seguir aumentando. La FAO calcula que los agricultores tendrán que producir 40 por ciento más de granos en el año 2020 para alimentar a la población mundial (FAO, 2000). 4.2. Siembra sin arado

Uno de los remedios más eficaces contra la degradación de las tierras es la "labranza de conservación", una técnica revolucionaria de cultivo en la que no se aran los campos. "Este concepto procede directamente del reconocimiento de que la labranza mecánica está contribuyendo a la degradación de los suelos en proporción masiva, sobre todo en los países tropicales y subtropicales" (Theodor Friedrich citado por. FAO, 2000). A principios de los años 70, los agricultores de América del Norte y del Sur comenzaron a someter a prueba la labranza de conservación, y aun la agricultura sin labranza. Con la técnica de conservación, los agricultores dejan los restos de los cultivos en la tierra después de la cosecha, en vez de ararlos o quemarlos. Siembran nuevos cultivos con aperos especialmente diseñados, que introducen las semillas por un hueco abierto en el suelo, por debajo de la capa protectora de materia orgánica formada de residuos en descomposición. A 25 años de los primeros experimentos con estas técnicas, este nuevo método de cultivo hoy se denomina agricultura de conservación porque mantiene los elementos nutritivos en el suelo, conserva el agua al favorecer la absorción e infiltración, además de proteger la biodiversidad mediante el respeto del equilibrio natural del campo. Con esta técnica, en vez de la labranza tradicional se produce otra "biológica", realizada por la fauna del suelo: gusanos e insectos. Para mantener poblaciones sanas de estas especies es necesario que la aplicación de sustancias agroquímicas se realice con particular cuidado y en cantidades mínimas (FAO,2000). 5. DEGRADACIÓN DE LOS SUELOS POR EROSIÓN CON DIFERENTES CULTIVOS Y SISTEMAS DE MANEJO. En Colombia y muchos otros países, se ha venido investigando los procesos relacionados con la erosión de los suelos con diferentes cultivos, sistemas de manejo y pendientes de diferente grado, con el fin de entenderlos y poder llegar a recomendaciones simples eficientes y de costos bajos que permitan contrarrestarla sin afectar la producción de los cultivos. En la selva por ejemlo, la protección de la superficie del suelo es superior, como se muestra en la Tabla 1 (Primavesi, 1984). Las pérdidas de suelo por erosión son mayores a medida que el sistema de cultivo es más intensivo, caso del algodón, donde las pérdidas de suelo por erosión son de 26,6 t/ha, muy altas si se comparan con la selva (0,004 t/ha) y con pastos (0,4 t/ha) TABLA 1. EFECTOS DEL TIPO DE COBERTURA VEGETAL SOBRE LAS PERDIDAS DE SUELO POR EROSION (Secret. Agricultura de S.P, 1978 citada por Primavesi, 1984).

Tipo de cobertura Pérdida Suelo t/ha Pérdidas de agua en % de lluvia

Selva 0,004 0,7

Pastura 0,4 0,7

Cafetal 0,9 1,1

Algodonal 26,6 7,2

En la Tabla 2 se presenta, el efecto negativo que ejerce el uso del azadón al desnudar y remover totalmente el suelo y dejarlo expuesto al impacto directo de las lluvias y aguas de escorrentía. TABLA 2. Suelo perdido por erosión en terrenos desyerbados con azadón y con machete, suelos Dystropepts. Cenicafé (1949 - 1950) (Suárez de Castro, 1951). Tratamientos Suelo perdido

t/ha. Año

1949 1950 Promedio

Terreno desyerbado con azadón cada tres meses.

327,66 531,49 429,57

Terreno desyerbado con machete (cortando arvenses 3 a 5 cm de altura del nivel suelo) cada tres meses.

1.31 1.60 1.45

Cafetal joven desyerbado con azadón cada cuatro meses.

24,75 4,58 14,67

Cafetal joven, con cobertura de añil rastrero desyerbado con machete (cortando arvenses 3 a 5 cm de altura del nivel del suelo), cada cuatro meses

0,89 0,34 0,61

Los datos de la Tabla 2 muestran como los mayores promedios anuales de pérdidas de suelo por erosión (429,57 y 14,67 t/ha.año), se presentan donde se usa como herramienta de desyerba el azadón. Estas pérdidas se consideran de muy altas (14,67 t/ha.año) a muy severas (429,57 t/ha.año), si se tiene en cuenta que la formación de un centímetro de espesor de suelo en condiciones naturales sin intervención del hombre, puede tardar entre 120 y 400 años (Resende, 1982). En el caso de la Tabla 2, con el uso del azadón se pierden en promedio 0,15 a 4,3 cm/ha/año de espesor del suelo (presumiendo una densidad aparente del suelo de 1g/cm3), pérdida irrecuperable y que convierte estos recursos en no renovables e insostenibles para las generaciones presentes y futuras. En la Tabla 3, se observa, como las pérdidas menores de suelo por erosión se presenta en los cultivos densos como es el caso de los pastos (0,29 t ha-1. año-1) y en aquellos sistemas de cultivo donde se dejan coberturas vegetales densas dentro del mismo (0,48 t ha-1. año-1). No obstante, las mayores pérdidas de agua por escorrentía se dan donde la cobertura vegetal es más densa como son los pastos (242 mm ha-1. año-1). Esto indica la necesidad de establecer en Zonas de Ladera Sistemas Agroforestales con manejo de coberturas densas, con el fin de controlar la erosión y regular las aguas de escorrentía. De ahí que se deban evitar los sistemas de monocultivos. Esta misma situación se observa en la Tabla 4, al evaluar un cultivo arbustivo como el café y uno de cobertura densa como los pastos en la protección de los suelos contra la erosión y las pérdidas de agua por escorrentía. Se encontró la mayor pérdida de suelo en el cafetal, y la mayor pérdida de agua en el potrero. Esto indica la necesidad de los cultivos Silvopastoriles, si se quiere regular las aguas de escorrentía y proteger a la vez contra la erosión, especialmente en zonas de ladera.

En la Tabla 5 se presenta las pérdidas de suelo por erosión y de nutrimentos por escorrentía. TABLA 3.Pérdidas de suelo y agua por escorrentía, para diferentes cultivos con varios sistemas de manejo, suelos derivados de cenizas volcánicas (melanudands) precipitación promedio anual 2.618 mm (Suárez de Castro, Rodríguez (1962)

ESCORRENTIA TRATAMIENTOS SUELO PERDIDO (kg ha-1)

RELACION (%) mm año-

1 LLUVIA

(%) Café al sol, desyerbas con azadón. Renovación total

4.882 100,0 90 3,6

Café con sombrío 2.170 44,4 143 5,6 Maíz y yuca, desyerba con azadón. Barreras vegetativas

1.940 39,8 80 3,0

Café al sol, coberturas vegetativas. Renovación total

509 10,4 175 7,0

Café al sol. coberturas vegetativas Renovación parcial

483 9,9 125 4,9

Pastos. 285 5,8 242 9,0 TABLA 4. Lluvias, erosión y escorrentía de un cafetal y un potrero en suelos derivados de cenizas volcánicas (hapludands) (Suárez de Castro y Rodríguez, 1962). AÑO LLUVIAS

(mm) EROSION t ha-1 año-1 ESCORRENTIA

(mm año-1) CAFETAL POTRERO CAFETAL* POTRERO* CAFETAL POTRERO 1951 2.604,6 2.907,6 17,5 0,55 247 546 1952 2.447,3 2.576,1 3,4 0,54 240 400 * El cafetal está desyerbado con azadón y el potrero desmatonado con azadón TABLA 5 Pérdidas promedio anual de suelo y de elementos nutritivos por escorrentía. Suelos unidad Chinchiná, cultivo café borbón al sol, pendiente 60 %. Precipitación promedio anual (2.618,7 mm. (Cenicafé 1956 – 1965. Tratamientos Suelo

pérdido (Kg/ha)

Nitrógeno Total (Kg/ha)

Fósforo (Kg/ha)

Potasio (Kg/ha)

Calcio (Kg/ha)

Magnesio (Kg/ha)

Suelo desnudo (desyerba con azadón).

4.349 15,73 0,35 10,89 7,45 2,32

Barreras vivas (a 3 m), suelo desnudo (desyerba con azadón).

1.664 13,68 0,33 11,64 8,74 2,60

Añil brasilero cobertura (no compite).

683 8,14 0,22 5,59 6,83 1,74

Añil rastrero cobertura (no compite).

348 4,04 0,19 3,67 3,31 0,88

Pasto micay cobertura no compite.

326 4,28 0,26 5,44 3,70 0,12

Se puede observar en la Tabla 5 que las pérdidas menores de nutrimentos ocurren donde se presentan coberturas vivas densas y son mayores en suelo desnudo. Estos trabajos indican claramente que la remoción mínima del suelo y su protección permanente con coberturas vivas o muertas, es la práctica más conveniente para la sostenibilidad de los recursos suelo y agua, que es lo que se conoce como labranza de conservación o cero labranza. 6. VENTAJAS DE LA LABRANZA DE CONSERVACIÓN. A menudo se describe la labranza de conservación, también llamada agricultura de conservación como una técnica que beneficia a todos, en distintos aspectos (FAO,2000). 6.1. Al agricultor:

• Se reducen el trabajo, el tiempo y la energía agrícola. • Hay menos desgaste de tractores, en consecuencia menos gastos en reparaciones. • La producción es más estable, particularmente en los años secos, al mejorar la

infiltración del agua. • Mejora el tránsito en los campos. • Las cosechas aumentan gradualmente al reducirse cada vez más el consumo de

insumos. • Se elevan las ganancias.

6.2. En los aspectos ambiental y de la comunidad, los beneficios son: • Se hace más constante la corriente de los ríos y se restablecen los pozos secos,

gracias a una mejor absorción de la lluvia, • El agua es más limpia debido a que hay menos erosión. • Hay menos inundaciones. • Las situaciones meteorológicas extremas producen repercusiones menores

(huracanes, sequías, etc.). • Se refuerza la seguridad alimentaria.

7. LA AGRICULTURA DE CONSERVACIÓN PRODUCE BENEFICIOS MUNDIALES CONSIDERABLES, ENTRE ELLOS (FAO, 2000):

• Retención de carbono en la materia orgánica acumulada en los suelos a partir de los residuos agrícolas y la cubierta previa; las posibilidades mundiales de la agricultura de conservación en materia de fijación de carbono podrían equivaler al incremento producido por el hombre de bióxido de carbono en la atmósfera.

• Menor lixiviación de nutrientes y sustancias químicas del suelo en los mantos freáticos.

• Menos contaminación del agua. • Ausencia práctica de erosión del suelo (la erosión es inferior al aumento de los

suelos). • Reabasto de los acuíferos gracias a la mejor infiltración. • Menor utilización de combustibles en la agricultura.

8. LA AGRICULTURA DE CONSERVACIÓN EN EL MUNDO. Desde el inicio del milenio la agricultura de conservación se practica en unos 45 millones de hectáreas, sobre todo en América del Norte y del Sur. En particular en América del Sur, tanto los pequeños propietarios como los grandes agricultores están adoptando aceleradamente esta tecnología. En algunos estados del Brasil es una política oficial. En Centroamérica, Costa Rica tiene una Dirección de Agricultura de Conservación en su Ministerio de Agricultura (FAO,2000). Las cifras disponibles demuestran que la agricultura sin labranza se utiliza en el 52 por ciento de las tierras agrícolas del Paraguay, en el 32 por ciento de las de Argentina y en el 21 por ciento de las de Brasil. Si bien en términos absolutos la superficie más extensa que no aplica la labranza está en los Estados Unidos, ya que corresponde apenas a poco más del 16 por ciento de la superficie cultivada de ese país (FAO, 2000). Según FAO (2000), los agricultores latinoamericanos que practican la conservación están muy organizados en asociaciones regionales, nacionales y locales y reciben apoyo de instituciones de América del Norte y del Sur, apoyo fundamental para permitirles adoptar una nueva tecnología que supone un cambio radical del planteamiento de su trabajo de toda la vida. Fuera del continente Americano, la agricultura de conservación se ha adoptado más lentamente. Pero "tiene muchas posibilidades de adopción en África". Actualmente algunas granjas grandes de Sudáfrica y Zimbabwe están utilizando la agricultura de conservación y en Sudáfrica se han formado grupos de agricultores que no labran sus tierras, como los de América del Sur. En Camerún, Ghana, Kenya, Malawi, Namibia, Tanzania, Uganda, Zambia y Zimbabwe, entre otros países, están en marcha iniciativas para promover la agricultura de conservación entre los pequeños campesinos (FAO, 2000). 9.. ALGUNOS TRABAJOS SOBRE LABRANZA DE CONSERVACIÓN. Se han desarrollado muchos trabajos que demuestran la bondad de la labranza de conservación: Howeler (1984), condujo un trabajo con el cultivo de la yuca, donde evaluó el rendimiento del cultivo y las pérdidas de suelo por erosión, con varias prácticas (Tabla 6). Se observa claramente que las mayores pérdidas de suelo por erosión (35,9 t/ha) y la menor producción de yuca (6,9 t/ha), se logró donde se hace preparación convencional con bueyes. Las menores pérdidas de suelo por erosión (9,8 t/ha) y la mayor producción de yuca, se logra donde la siembra se hace en forma directa con barretón, es decir donde se hace labranza cero. En la Tabla 7, se presenta las pérdidas de suelo por erosión con varios cultivos limpios y en diferentes pendientes del terreno. Las mayores pérdidas de suelo (208 t/ha/año), estan en los cultivos en rotación (Sorgo, Maní, Batata, Soya y Maíz) con cultivo limpio. Esto indica la necesidad de acompañar estos cultivos en las calles con coberturas vivas o muertas (mulch).

TABLA 6. Rendimiento de yuca y cantidad total de suelo erosionado con varias prácticas de conservación de suelos en Agua Blanca (Cauca, Colombia) (Howeler, 1984).

Tratamiento Rendimiento yuca (t/ha)*

Suelo seco erosionado (t/ha)**

Preparación con bueyes, aplicación de cal sin abono, siembra a 80 x 80 cm.

6,9 35,9

Preparación con bueyes, aplicación de cal con abono, siembra a 80 x 80 cm.

13,6 22,9

Preparación con azadón de franjas de 1 m con doble surco; dejando 1 m sin preparar

15,6 14,1

Sin preparación Preparación con bueyes, aplicación de cal sin abono, siembra a 80 x 80 cm.; siembra con barretón a 80 x 80 cm.; aplicación de cal y abono

17,6 9,8

* Promedio de tres variedades : CMC 92, Batata y Regional Amarilla ** Durante 14 meses entre siembra y cosecha de yuca. Así mismo, en la Tabla 8, las mayores pérdidas de suelo por erosión se tienen en el tratamiento con suelo desnudo (54,5 t/ha) y labranza convencional (30,8 t/ha) TABLA 7. Pérdida de suelo por erosión con varios cultivos en Taiwán. Precipitación anual 2.500 mm. (Sheng, 1982).

Cultivos Pendiente (%) Pérdidas de suelo (t/ha/año)

Piña, cultivo en sentido de la pendiente 20 62

Banano, cultivo limpio 28 92

Yuca con cultivo limpio 52 128

Batata en Caballones 22 172

Cultivos en Rotación (Sorgo, Maní, Batata, Soya y Maíz) con cultivo limpio

32 208

Lo anterior indica que la mayor protección de los suelos contra la erosión es evitar remover el suelo al máximo durante el cultivo y mantener una cobertura viva o de mulch permanente, tal como se puede ver en la Tabla 9, donde el tratamiento con mayor porcentaje de mulch (6 t/ha), da la máxima protección al suelo contra la erosión, independientemente del grado de la pendiente del terreno.

Según Molina (1969), posiblemente el principal problema de la agricultura tropical y subtropical es el rápido deterioro de sus suelos. Hipótesis históricas bien fundadas, vinculan la erosión con la desaparición de civilizaciones como la de los Mayas.

Molina (1969) afirma además, que la pérdida de la capacidad productiva de los suelos tropicales, se produce solo en 2 a 3 años con cultivos anuales. Es así como la Asociación

de Tabacaleros de Misiones (Argentina) consideró al suelo como un capital que se ha de amortizar en solo tres años.

TABLA 8. Pérdidas totales de suelo (t/ha), en 32 meses bajo diferentes cultivos y sistemas de manejo de suelos en Macagual, Caquetá (Navas J., 1982). Cultivos y sistemas de manejo

Pendiente (%)

Pérdidas de suelo por erosión (t/ha)

Suelo desnudo 24 54,5 Maíz, laboreo convencional 22 30,8 Maíz poco laboreo más coberturas

22 8,5

Maíz sin laboreo 22 8,2 Pueraria phaseoloides 28 2,8 Brachiaria ruziziensis 38 1,3 Axonopus micay 26 2,3 Bosque 32 1,6

TABLA 8. Efecto de la aplicación de mulch sobre pérdidas de suelo por erosión en terrenos con diferentes pendientes (Lal, 1977).

Pérdida de suelo por erosión (t/ha)

Pendiente (%)

Aplicación de mulch (t/ha)

1 5 10 15

0 0,43 8,68 11,98 12,20

2 0,25 0,01 0,03 0,08

4 0.00 0,02 0,01 0,01

6 0,00 0,00 0,00 0,00

10. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES.

- Uno de los factores que más ha contribuido a no prevenir la degradación de los suelos, ha sido la falta de conocimientos adecuados acerca de las propiedades de los suelos y sus posibles reacciones a la interacción clima-manejo. - La producción, puede ser afectada por factores socioeconómicos, de tal forma, que los

conocimientos del comportamiento estructural de los suelos, dentro de los diferentes regímenes del uso de la tierra, debe ser tal como para dar flexibilidad de manejo, sin un riesgo excesivo.

- La composición química del suelo, afecta directamente la erodabilidad, a través de sus efectos sobre las propiedades físicas e indirectamente en razón a su influencia sobre el crecimiento de las plantas.

- La química de suelos no ha sido suficientemente estudiada para conocer su influencia sobre la erodabilidad y conservación de los suelos. Por tanto, se considera una área importante de estudio. - Los procesos que conducen a la degradación del suelo, derivados de la interacción del mismo con el clima y las prácticas agrícolas, son de naturaleza física, química y biológica, con fuertes influencias recíprocas.

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