La lección de canto, Katherine Mansfield

2
Comentario - “La lección de canto”, de Katherine Mansfield Me gustó mucho cómo se puede contar una historia tan extensa en un relato tan breve. Aquí algunas impresiones sobre la personalidad de Meadows, que me parece clave para entender mejor la historia. La señorita Meadows tiene una personalidad dramática, pese a que demuestra estoicismo o flema. También es una mujer que rige su vida (sus planes, la decoración de su casa, sus estados de ánimo, su conducta, etc.) por el amor de un hombre y no necesariamente porque esté enamorada. Esto, sobre todo, porque ya alcanzó los treinta años de edad y debe establecer su vida con una relación formal que la llevará directo al altar. El día que se relata está marcado por la carta de Basil, quien le afirma que no está hecho para el matrimonio. Este rechazo le produce dolor y revela su personalidad: esconde su tristeza de las otras personas (la profesora de ciencias, su ayudante Mary, sus alumnas, la directora, etc.) y revela un dramatismo. Así, su dolor es canalizado hacia sus alumnas de canto, a quienes las somete, previo desaire a su ayudante, a entonar una canción tristísima. Meadows, de este modo, busca descargar su tristeza y frustración, mientras que las alumnas se preguntarían “qué pasa con ella hoy”. Sin embargo, esto no le importa y durante la lección Meadows recuerda pasajes importantes de su relación con Basil: el cortejo, los celos, los planes. Lo hace para acentuar su dolor, rumiarlo, para expulsarlo en las directrices y correcciones que hace de la interpretación de sus alumnas. Les exige una interpretación tan dramática que las hace finalmente llorar. Así, quienes demuestran su dolor son sus alumnas, un apéndice perverso de sus emociones. El sentido de su vida se inicia y finaliza con Basil, y llega a pensar en fugar para evitar la humillación de haber sido abandonada. Su negativa a casarse la hace sentirse insegura y con una gran rabia, pero tras leer el telegrama la realidad cambia por completo. En el despacho de la directora se produce una escena tragicómica: piensa que Basil se ha suicidado. ¿Por qué habría de hacerlo? Piensa que el dolor que le produce amarla y no poder casarse habrá desencadenado un trágico desenlace, acorde con sus

Transcript of La lección de canto, Katherine Mansfield

Page 1: La lección de canto, Katherine Mansfield

Comentario - “La lección de canto”, de Katherine Mansfield

Me gustó mucho cómo se puede contar una historia tan extensa en un relato tan breve. Aquí algunas impresiones sobre la personalidad de Meadows, que me parece clave para entender mejor la historia.

La señorita Meadows tiene una personalidad dramática, pese a que demuestra estoicismo o flema. También es una mujer que rige su vida (sus planes, la decoración de su casa, sus estados de ánimo, su conducta, etc.) por el amor de un hombre y no necesariamente porque esté enamorada. Esto, sobre todo, porque ya alcanzó los treinta años de edad y debe establecer su vida con una relación formal que la llevará directo al altar.

El día que se relata está marcado por la carta de Basil, quien le afirma que no está hecho para el matrimonio. Este rechazo le produce dolor y revela su personalidad: esconde su tristeza de las otras personas (la profesora de ciencias, su ayudante Mary, sus alumnas, la directora, etc.) y revela un dramatismo. Así, su dolor es canalizado hacia sus alumnas de canto, a quienes las somete, previo desaire a su ayudante, a entonar una canción tristísima. Meadows, de este modo, busca descargar su tristeza y frustración, mientras que las alumnas se preguntarían “qué pasa con ella hoy”. Sin embargo, esto no le importa y durante la lección Meadows recuerda pasajes importantes de su relación con Basil: el cortejo, los celos, los planes. Lo hace para acentuar su dolor, rumiarlo, para expulsarlo en las directrices y correcciones que hace de la interpretación de sus alumnas. Les exige una interpretación tan dramática que las hace finalmente llorar. Así, quienes demuestran su dolor son sus alumnas, un apéndice perverso de sus emociones.

El sentido de su vida se inicia y finaliza con Basil, y llega a pensar en fugar para evitar la humillación de haber sido abandonada. Su negativa a casarse la hace sentirse insegura y con una gran rabia, pero tras leer el telegrama la realidad cambia por completo. En el despacho de la directora se produce una escena tragicómica: piensa que Basil se ha suicidado. ¿Por qué habría de hacerlo? Piensa que el dolor que le produce amarla y no poder casarse habrá desencadenado un trágico desenlace, acorde con sus expectativas amatorias. Pero es todo lo contrario, en muy pocas palabras le dice que olvide lo dicho en la carta. Tras esto, solo puede esbozar una sonrisa de disculpa frente a la directora por haber provocado una situación aparentemente grave. Otra vez Meadows esconde sus sentimientos: si al principio oculta su tristeza, ahora oculta su alegría, sobre todo si se trata de un trance tan difícil como ese, que le ha hecho aflorar recuerdos y sentimientos amargos y buscar soluciones radicales (una posible fuga). Contar esa alegría supondría contar lo amargo y eso es algo que no hace una mujer estoica como ella.

Al regresar apuradamente a su clase, apenas puede esconder su alegría al coger el crisantemo para esconder su sonrisa y les pide cantar con todo el sentimiento una canción alegre, como su estado de ánimo, mientras el desconcierto reina entre sus alumnas. Así, para recrear lo dicho por Raquel Ortiz, si Meadows tiene como símbolo de poder la batuta en su clase de canto y con ella puede hacer llorar o reír a sus sufridas alumnas, quien tiene la batuta de su vida es Basil a través de sus cartas y telegramas.