La monarquía reino dividido

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INSTITUTO DE CAPACITACIÓN TEOLOGICA “EL SALVADOR” LA BARRACA MARACAY EDO ARAGUA Periodo De La Monarquía Reino Dividido Lecciones Prácticas Y Espirituales GRUPO D ANA NORATO MONICA OLMEDO HENDERMAN LOSADA JOSE MARCHENA PROFESOR: HECTOR LENIN SOTO FECHA: 29 DE OCTUBRE DE 2012.

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INSTITUTO DE CAPACITACIÓN TEOLOGICA “EL SALVADOR”

LA BARRACA MARACAY EDO ARAGUA

Periodo De La Monarquía Reino Dividido Lecciones Prácticas Y Espirituales

GRUPO D

ANA NORATO MONICA OLMEDO HENDERMAN LOSADA JOSE MARCHENA PROFESOR: HECTOR LENIN SOTO

FECHA: 29 DE OCTUBRE DE 2012.

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LECCIONES PRÁCTICAS Y ESPIRITUALES PERIODO DE LA MONARQUIA REINO DIVIDIDO Enseñanzas relacionadas con los principios prácticos éticos y morales. La monarquía: el reino dividido (931 al 587 a.C.) Introducción El imperio creado por David comenzó a fragmentarse durante el reinado de Salomón. Aun cuando cometió adulterio y homicidio, una vez que el Profeta Natam lo confrontó, se produjo un arrepentimiento en el Rey que agradó a los ojos de Jehová, y lo perdonó. El Rey Salomón se dejo llevar por las religiones de sus mujeres y comenzó a practicar la idolatría y el Señor se le apareció en dos ocasiones, mas no rectifico, producto de lo cual le fue enviado juicio a su descendencia. Las tribus del norte sentían que el Rey les daba un trato injusto, sin equidad, lo cual había producido resentimiento en ellos. En las zonas más extremas del reino (1 R 11.14 40), se sintió la inconformidad con las políticas reales, resurgiendo las antiguas rivalidades entre el norte y el sur. Luego de la muerte de Salomón el reino se dividió: Jeroboam llegó a ser el rey de Israel y Roboam, de Judá, con su capital en Jerusalén (1 R 12). El antiguo reino unido se separó, y los reinos del norte (Israel) y del sur (Judá) subsistieron durante varios siglos como estados independientes y soberanos. La ruptura fue inevitable en el 931 A.C. El profeta Isaías (Is 7.17) interpretó ese acontecimiento como una manifestación del juicio de Dios. Desarrollo Los dos reinos que surgieron tras la muerte de Salomón, son comúnmente conocidos y diferenciados por los apelativos de "Norte" y "Sur". Este último designa el estado más pequeño gobernado por la dinastía de David desde su capital en Jerusalén hasta el 586 a. C. Consistía en las tribus de Judá y Benjamín, quienes apoyaron a Roboam con un ejército cuando el resto de las tribus se levantaron en rebelión contra las opresivas medidas de Salomón y su hijo (I Reyes 12:21). El Reino del Norte designa las tribus disidentes, que hicieron a Jeroboam su rey. Este reino duró hasta 722 a. C, con su capital sucesivamente en Siquem, Tirsa y Samaría. El reino de Judá subsistió durante más de tres siglos (hasta el 587 a.C). Jerusalén continuó como su capital, y siempre hubo un heredero de la dinastía de David que se mantuvo como monarca. El reino del norte no gozó de tanta estabilidad. La capital cambió de sede en varias ocasiones: Siquem, Penuel (1 R 12.25), Tirsa (1 R 14.17; 15.21, 33), para finalmente quedar ubicada de forma permanente en Samaria (1 R 16.24). Los intentos por formar dinastías fueron infructuosos, y por lo general finalizaban de forma violenta (1 R 15.25 27; 16.8 9,29). Los profetas, implacables críticos de la monarquía, contribuyeron, sin duda, a la desestabilización de las dinastías. Otro apelativo para el Reino del Norte es "Efraín". Aunque este nombre es originalmente dado a uno de los hijos de José (Gen. 41:52), designa específicamente a la tribu que condujo la secesión. Estando situada al norte de

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Benjamín y Judá, "Efraín" representaba la oposición a Judá y con frecuencia incluía la totalidad del Reino del Norte (ver Isaías y Oseas). Entre los monarcas del reino del norte pueden mencionarse algunos que se destacaron por razones políticas o religiosas (véase la “Tabla cronológica” para una lista completa de los reyes de Israel y Judá). Jeroboam I (931 910 a.C.) independizó a Israel de Judá en la esfera cúltica, instaurando en Betel y Dan santuarios nacionales para la adoración de ídolos (1 R 12.25 33). Omri (885 874 a.C.) y su hijo Ahab (874 853 a.C.) fomentaron el sincretismo religioso en el pueblo, para integrar la población cananea en el reino. Desde 1 R 13:1 se presenta una lección espiritual relacionada con los favores de Dios. Un varón de Dios por palabra de Jehová vino de Judá a Bet-el para aleccionar la idolatría de Jeroboam. En 1 R 13:2 clamó contra el altar por palabra de Jehová y (1 R 13:3-9) he aquí que el altar se quebrará, y la ceniza que sobre él está se derramará. El rey Jeroboam extendió su mano desde el altar y dijo: ¡Prendedle!, mas la mano que había extendido contra él, se le secó, y el altar se rompió, y se derramó la ceniza del altar. Entonces el rey, dijo al varón de Dios: Te pido que ruegues ante la presencia de Jehová tú Dios, y ores por mí, para que mi mano me sea restaurada. Y el varón de Dios oró a Jehová, y la mano del rey se le restauró, y quedó como era antes. He aquí la lección espiritual, ya que por agradecimiento el rey dijo al varón de Dios: Ven conmigo a casa, y comerás, y yo te daré un presente. Pero el varón de Dios dijo al rey: Aunque me dieras la mitad de tu casa, no iría contigo, ni comería pan ni bebería agua en este lugar. Porque así me está ordenado por palabra de Jehová, diciendo: No comas pan, ni bebas agua, ni regreses por el camino que fueres. Es una reflexión importantísima para quienes andan al servicio de Dios, los favores de Dios no se pagan ni se cobran. De 1 R 13:12-22 se produce la siguiente lección espiritual: Dios no envía ángeles a proclamar instrucciones diferentes a las que ya ha dado. El Varón de Dios al ser alcanzado por un vejo profeta del lugar se dejo engañar. Y yendo tras el varón de Dios, le halló sentado debajo de una encina, y le dijo: ¿Eres tú el varón de Dios que vino de Judá? El dijo: Yo soy. Entonces le dijo: Ven conmigo a casa, y come pan. Mas él respondió: No podré volver contigo, ni iré contigo, ni tampoco comeré pan ni beberé agua contigo en este lugar. Porque por palabra de Dios me ha sido dicho: No comas pan ni bebas agua allí, ni regreses por el camino por donde fueres. Entonces el otro le dijo, mintiéndole: Yo también soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado por palabra de Jehová, diciendo: Tráele contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua. Entonces volvió con él, y comió pan en su casa, y bebió agua. Esta enseñanza también le permite al cristiano discernir que los ángeles no operan por su cuenta, que cualquiera que venga con mensajes de supuestos ángeles, debe primero revisarse con detalles para saber si viene de Dios, por lo cual debe esperarse alguna otra confirmación. Estando ellos en la mesa, vino palabra de Jehová al profeta que le había hecho volver y por conducto de él mismo le reveló cual sería su castigo, diciendo: Así dijo Jehová: Por cuanto has sido rebelde al mandato de Jehová, y no guardaste el mandamiento que Jehová tu Dios te había prescrito, sino que volviste, y comiste pan y bebiste agua en el

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lugar donde Jehová te había dicho que no comieses pan ni bebieses agua, no entrará tu cuerpo en el sepulcro de tus padres. La tolerancia y el apoyo al baalismo (1 R 16.30 33) provocaron la resistencia y crítica de los profetas (1 R 13.4). Jehú (841 814 a.C.), quien fundó la dinastía de mayor duración en Israel, llegó al poder ayudado por los adoradores de Yavé. Inicialmente se opuso a las prácticas sincretistas del reino (2 R 9); sin embargo, fue rechazado después por el Profeta Oseas debido a sus actitudes crueles (2 R 9.14 37). Jeroboam II (783 743 a.C.) reinó en un período de prosperidad (2 R 14.23 29). La decadencia final del reino de Israel surgió en el reinado de Oseas (732 724 a.C.), cuando los asirios invadieron y conquistaron Samaria en el 721 a.C. (2 R 17). Desde el capítulo 17 de 1 Reyes empieza el ministerio del profeta Elías Tisbita, quien se enfrenta a la idolatría de Israel de manera firme. Reta a todos los falsos profetas y le demuestra al pueblo que no tienen ningún poder, para luego incluso degollarlos. Esta lección espiritual nos lleva a reflexionar sobre los falsos profetas de la actualidad, de los cuales son pocos quienes desde los pulpitos se atreven a rechazarlos de manera frontal. Se dice que más de un ochenta por ciento, ni siquiera adoradores de falsos ídolos, sino que dentro de la misma iglesia se predican evangelios diferentes, torciendo brutalmente la doctrina de Jesucristo, y es ahora cuando se está viendo un pronunciamiento al respecto. Los llamados apóstoles de la prosperidad atraen la atención de muchos hermanos, lo que también incluyen un retorno a la religiosidad basada en fetiches, rituales, encuentros y pactos para despojar a los hermanos de su dinero y propiedades, y en ocasiones dejándolos confundidos y fuera del evangelio de Jesús. Después del capítulo 19 de 1 de Reyes entra en acción Eliseo, quien fue embestido del doble del poder de Elías. Son interesantes las lecciones espirituales de este periodo de transición entre Elías y Eliseo, por cuanto se produce el levantamiento de Elías en un carro de fuego en el capítulo 2 de 2 Reyes. Los lugares que transito Elías con Eliseo antes de ser levantado por el Señor, llevan una secuencia y un mensaje espiritual que concuerda con el paso de Josué en el periodo de la conquista. Vienen hacia Gilgal los dos, lugar donde el Señor ordena la circuncisión de los que llegaron desde Egipto a la tierra prometida, para eliminar su naturaleza carnal para una especie de renovación del pacto con Abraham. Después se dirigen a Bet-el donde se instauró la casa de Dios, ya que allí se estableció el Tabernáculo para la adoración a Jehová. Luego se dirigen a Jericó, que representa la conquista de lo prometido por Jehová. Luego llegaron al Jordán, lo que señala el hecho de sumergirse en el poder sobrenatural en la presencia de Dios. Una vez hecha la petición de la doble porción del espíritu de Elías para Eliseo, el profeta Elías es levantado en un carro de fuego. Desde aquí se muestra el ministerio de Eliseo, quien prácticamente fue una tipología de Cristo, por cuanto hizo milagros y señales muy similares a las que desarrollo el Señor Jesús en su ministerio. Al punto que hasta su osamenta se levanto en ocasión de la apertura de su tumba.

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La destrucción del reino de Israel a manos de los asirios se efectuó de forma paulatina y cruel: En primer lugar, se exigió tributo a Menahem (2 R 15.19 20); luego se redujeron las fronteras del estado y se instaló a un rey sometido a Asiria (2 R 15.29 31); finalmente, se integró todo el reino al sistema de provincias asirias, se abolió toda independencia política, se deportaron ciudadanos y se instaló una clase gobernante extranjera (2 R 17). Con la destrucción del reino del norte, Judá asumió el nombre de Israel. Era tanta la crueldad, la perversión y actitudes inmorales y pecaminosas, que Dios decidió mandarlos en cautiverio primero en forma parcial y luego se aplicó a todas las tribus. Solamente quedaron algunos rezagados que se mantenían huyendo en las zonas de Palestina y conservaban las tradiciones y protegían las escrituras. El imperio asirio continuó ejerciendo su poder en Palestina hasta que fueron vencidos por los medos y los caldeos (babilonios). El faraón Necao de Egipto trató infructuosamente de impedir la decadencia asiria. En la batalla de Meguido murió el rey Josías (2 Cr 35.20 27; Jer 22.10 12), famoso por introducir una serie importante de reformas en el pueblo (2 R 23.4 20). Su sucesor Joacaz, fue posteriormente desterrado a Egipto. Nabucodonosor, al mando de los ejércitos babilónicos, finalmente triunfó sobre el ejército egipcio en la batalla de Carquemis (605 a.C.), y conquistó a Jerusalén (597 a.C.). En el 587 a.C. los ejércitos babilónicos sitiaron y tomaron a Jerusalén, y comenzó el período conocido como el exilio en Babilonia. Esa derrota de los judíos ante Nabucodonosor significó: la pérdida de la independencia política; el colapso de la dinastía davídica (2 S 7); la destrucción del templo y de la ciudad ( Sal 46; 48); y la expulsión de la Tierra prometida. Exilio de Israel en Babilonia (587 538 a.C.). Al conquistar a Judá, los babilonios no impusieron gobernantes extranjeros, como ocurrió con el triunfo asirio sobre Israel, el reino del norte. Judá, al parecer se anexó a la provincia babilónica de Samaria. El país estaba en ruinas, pues a la devastación causada por el ejército invasor se unió el saqueo de los países de Edom (Abd 11) y Amón (Ez 25.1 4). Aunque la mayoría de la población permaneció en Palestina, un núcleo considerable del pueblo fue llevado al destierro. Los babilonios permitieron a los exiliados tener familia, construir casas, cultivar huertos (Jer 29.5 7) y consultar a sus propios líderes y ancianos (Ez 20.1 44). Además, les permitieron vivir juntos en Tel Abib, a orillas del río Quebar (Ez 3.15; cf. Sal 137.1). Paulatinamente, los judíos de la diáspora se acostumbraron a la nueva situación política y social; y las prácticas religiosas se convirtieron en el mayor vínculo de unidad en el pueblo. El período exílico (587 538 a.C.), que se caracterizó por el dolor y el desarraigo, produjo una intensa actividad religiosa y literaria. Durante esos años se pusieron por escrito y reunieron muchas tradiciones religiosas del pueblo. Los sacerdotes, quienes ejercieron un liderazgo importante en la comunidad judía luego de la destrucción del templo, contribuyeron considerablemente a formar las bases necesarias para el desarrollo posterior del judaísmo.

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Ciro, el rey de Anshán, se convirtió en una esperanza de liberación para los judíos deportados en Babilonia (Is 44.21 28; 45.1 7). [Bright, pp. 423-432.] Luego de su ascensión al trono persa (559 530 a.C.) pueden identificarse tres sucesos importantes en su carrera militar y política: la fundación del reino medo persa, con su capital en Ecbatana (553 a.C.); el sometimiento de Asia Menor, son su victoria sobre el rey de Lidia (546 a.C.); y su entrada triunfal a Babilonia (539 a.C.). Su llegada al poder en Babilonia puso de manifiesto la política oficial persa de tolerancia religiosa, al promulgar, en el 538 a.C., el edicto que puso fin al exilio.

Otras enseñanzas basadas en los principios bíblicos (Bases Bíblicas RVR1960)

1 R 11:6 E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como David su padre. Las promesas de Jehová (Dios) pueden tener carácter condicional o incondicional, reflejadas a través de sus pactos. El pacto Davídico es incondicional en cuanto a que de su linaje nacería el Mesías, mas las bendiciones de Jehová son condicionales. Sin embargo es notable que en el reino dividido en Judá siempre gobernó la dinastía Davídica. Dt 28:1 Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. 2 Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios. Un pacto condicional es uno en el cual la acción de Dios es en respuesta a alguna acción de parte de aquellos a quienes va dirigido el pacto. Un pacto condicional garantiza que Dios hará su parte con absoluta certeza cuando se satisfacen los requisitos humanos, pero si el hombre fracasa, Dios no está obligado a cumplir su pacto. Más producto de la desobediencia del Rey Salomón, Jehová toma la decisión de dividir el reino. 1 R 11:11 Y dijo Jehová a Salomón: Por cuanto ha habido esto en ti, y no has guardado mi pacto y mis estatutos que yo te mandé, romperé de ti el reino, y lo entregaré a tu siervo. 12 Sin embargo, no lo haré en tus días, por amor a David tu padre; lo romperé de la mano de tu hijo.13 Pero no romperé todo el reino, sino que daré una tribu a tu hijo, por amor a David mi siervo, y por amor a Jerusalén, la cual yo he elegido. El Pacto Palestino (Dt. 30:1-10) era un pacto incondicional en conexión con la posesión final de la tierra por parte de Israel. Este pacto se ilustra como un pacto básicamente incondicional y seguro en su cumplimiento; sin embargo, tiene elementos condicionales para cualquier generación en particular. La promesa dada a Abraham en Génesis 12: 7, Y reafirmada luego a través del Antiguo Testamento, sería que la simiente de Abraham poseería la tierra. No obstante, a causa de la desobediencia y el fracaso, Jacob y sus descendientes vivieron en Egipto cientos de años antes del Éxodo. Así, manteniendo el propósito de Dios, ellos volvieron y poseyeron, por lo menos, una porción de la

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tierra. Más tarde, a causa de la desobediencia y la negligencia a la ley de Dios, ellos fueron sometidos a los cautiverios asirio y babilónico. Ya en Mateo 23 se señala el cumplimiento del Pacto Palestino cuando Jesucristo venga en gloria. Otra vez en la gracia de Dios, les fue permitido volver después de setenta años del cautiverio babilónico y retomar la tierra hasta que Jerusalén fue destruida en el 70 D.C.. Sin embargo, a pesar de todos los fracasos, a Israel se le promete que volverá a la tierra, vivirá allí en seguridad y con bendición y nunca será dispersada nuevamente (Ez. 39: 25-29; Am. 9:14-15). El retorno presente de Israel a la tierra es, por lo tanto, altamente significativo porque cumple la primera etapa del regreso de Israel, necesario para establecer el escenario para el fin de los tiempos. La vuelta de Israel será completada hasta el último hombre después de que Jesucristo vuelva y establezca su reino (Ez. 39:25-29, Mateo 23:37). Mientras que cualquier generación pudiera haber sido sacada fuera de la tierra por su desobediencia, el propósito final de Dios de traer a su pueblo dentro de su Tierra Prometida es incondicional y cierto en su cumplimiento. El pacto palestino, de acuerdo a ello, incluye la dispersión de Israel por la incredulidad y la desobediencia (Gn. 15:13; Dt. 28:63-68), tiempos de arrepentimiento y restauración (Dt. 30:2), la recolección de Israel (Dt. 30:3; Jer. 23:8; 30:3; 31:8; Ez. 39:25-29; Am. 9:9-15; Hch. 15:14-17), la restauración de Israel a su tierra (Is. 11:11-12; Jer. 23:3-8; Ez. 31:21-25; Am. 9:9-15), su conversión espiritual y restauración nacional (Os. 2:14-16; Ro. 11:26-27), su seguridad y prosperidad finales como nación (Am. 9:11-15) y el juicio divino para sus opresores (Is. 14:1-2; Jl. 3:1-8; Mt.25:31-46).

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CRONOLOGÍA DE LOS REYES DE ISRAEL Y JUDA

Reino de Israel o del Norte

Rey Reinos traslapados

Comienzo de reinado solo

Finalización Inicio y fin oficial

Años que reinó

Jeroboam I

931n 910t/909n 931n - 910n

22 (21)

Nadab

910t/909n 909t/908n 910n - 909n

2 (1)

Baasa

909t/908n 886t/885n 909n - 886n

24 (23)

Ela

886t/885n 885t/884n 886n - 885n

2 (1)

Zimri

885t/884n 885t/884n 885n 7 días

Tibni

885t/884n 880n/880t 885n - 880n

(no establecido)

Omri 885t/884n 880n/880t 874t/873n 885n - 874n

12 (11)

Acab

874t/873n 853n/853t 874n - 853n

22 (21)

Ocozías

853n/853t 852n/852t 853n - 852n

2 (1)

Joram

852n/852t 841n/841t 852n - 841n

12 (11)

Jehu

841n/841t 814t/813n 841n - 814n

28 (27)

Joacaz

814t/831n 798n/798t 814n - 798n

17 (16)

Joás

798n/798t 782t/781n 798n - 782n

16

Jeroboam II

793n 782t/781n 753, Elul (Sep)

793n - 753n

41 (40)

Zacarías

753, Elul 752, Adar (Mar)

753n - 753n

6 meses

Salum

752, Adar 752, Nisan (Abr)

753n - 752n

1 mes

Manahem

752, Nisan 742t/741n 752n - 742n

10

Pekaía

742t/741n 740t/739n 742n - 740n

2

Peka 752, Nisan 740t/739n 732t/731n 752n - 732n

20

Oseas

732t/731n 723n/723t 732n - 723n

9

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Reino de Judá o del Sur

Rey Comienzo de coreino

Comienzo de reinado solo

Finalización Inicio y fin oficial

Años que reinó

Saul

1051t? 1009t? 1051t-1009t?

42?

David

1009t? 969t? 1009t-969t?

40

Salomón 971t 969t? 932t 971t-932t 40(39)

Roboam

932t 914n/914t 932t-915t 17

Abiam

914n/914t 912t/911n 915t-912t 3

Asa

912t/911n 871t/870n 912t-871t 41

Josafat 873t 871t/870n 848n/848t 873t-849t 25(24)

Joram 854t 848n/848t 841n/841t 849t-842t 8(7)

Ocozías

841n/841t 841n/841t 842t-842t 1(0)

Atalía

841n/841t 835n/835t 842t-836t 7(6)

Joas

835n/835t 796n/796t 836t-797t 40(39)

Amasías

796n/796t 767n/767t 797t-768t 29

Uzias/Azarías 791t 767n/767t 740t 791t-740t 52(51)

Jotam 750n/750t 740t (735n/735t) 732t 751t-736t 16(15)

Acaz 735n/735t 732t 716t/715n 732t-716t 16

Ezequías 729t/728n 716t/715n 687t 716t-687t 29

Manasés 697t 687t 643t 697t-643t 55(54)

Amón

643t 641t 643t-641t 2

Josías

641t 609 Tammuz (Jul) 641t-610t 31

Joacaz

609 Tammuz 609 Tishri (Oct) 610t-609t 3 meses

Joacim

609 Tishri 598 21 Heshvan (cerca 9 Dic 598)

609t-598t 11

Joaquín

598 21 Heshvan

597 2 Adar, (Mar 17)

598t 3 meses 10 d.

Sedequías

597 2 Adar 587 9 Tammuz (Jul 27)

598t-588t 11(10)

Explicación de la notación "Nisan/Tishri"

- 931n El año que comienza en el primero de Nisan (un mes de primavera) del 931 aC. Los años de reinado fueron contados desde Nisan 1 en Asiria, Babilonia e Israel.

- 931t El año que comienza en el primero de Tishri de 931 aC. Tishri es un mes de otoño, 6 meses después de Nisan. Los años de reinado fueron contados desde el 1 de Tishri en Judea. Los años sabáticos comenzaban en 1 de Tishri. Los años de Jubileo comenzaban el 10 de Tishri.

- 931n/931t El periodo de seis meses que comienza en Nisan 1 de 931 aC. - 931t/930n El periodo de seís meses que comienza en Tishri 1 de 931 aC.