La Mujer Samaritana

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LA MUJER SAMARITANA Texto: Juan 4:2-30 1.-INTRODCCIÓN : Esta mujer de mala reputación fue quien llevo el evangelio a una ciudad completa a pesar de sus defectos. Y muchos problemas que tenía, no fue impedimento para que Dios la usara. El relato de esta mujer Samaritana. Nos da a entender varias lecciones que debemos aprender. Asimismo de la reacción de esta mujer. Veamos: 2.- SAMARIA Y EL CULTO: En el tiempo de Jesucristo, la tierra de Israel estaba dividida en tres partes: 1) Judea en el sur. 2)Samaria en el centro. 3) Galilea en el norte. Los SAMARITANOS eran el producto de una mezcla que había ocurrido SIETE siglos antes de Jesucristo. Cuando los Asirios se llevaron a las 10 Tribus del norte de Israel cautivas, dejaron unos cuantos, y les enviaron gente de diferentes tierras para poblar y trabajar la tierra. Esa gente se mezcló y produjo a los SAMARITANOS. Pero la idolatría del Reino del Norte era tan grande. razón que Dios los envió al cautiverio. Luego del Cautiverio, mezclaron el culto con los dioses paganos que trajeron los que llegaron a poblar. El VIAJE DE JUDEA A GALILEA : Por está razón los judíos hacían el viaje casi siempre atravesando el Jordán y yendo por la región de trans-Jordania, o la provincia de PEREA. El viaje era DOBLE de esa forma, los judíos lo hacían porque no querían pasar por la tierra de los Samaritanos. 3.- LA MUJER SAMARITANA TENÍA PROBLEMAS DE RELACIONARSE CON LA GENTE: Con la reputación inmoral que tenía, era rechazada por más de uno… No tenía el respeto, la consideración, y el apoyo de las personas que la rodeaban. Pero este encuentro con Jesús le cambio. Era hora sexta del mediodía. Era hora de calor. Las mujeres iban a buscar agua al pozo, temprano en la mañana, o tarde en el día, cuando había más fresco. El hecho de que iba a esa hora, puede ser que la Samaritana no quería estar con las otras mujeres. Que le decían algo por su condición moral. Tal vez hablaban de ella. O tal vez le echaban miradas de rechazo. NOS ENSEÑA: Que la persona menos pensada esta abierta a recibir, la Palabra de Dios, porque reconoce que tiene necesidad, por los problemas que lleva, y que uno necesita algo más de lo que tiene hasta ese momento. 4.- LA MUJER SAMARITANA TENÍA PROBLEMAS ECONÓMICOS: El hecho de que ella estuviera cargando el agua y no tuviera sirviente que lo hiciera por ella indicaba que era pobre, que necesitaba trabajar. NOS ENSEÑA : el trabajo que tenemos que hacer no puede ser impedimento para servirle a Dios, las necesidades económicas no pueden ser obstáculo, sino al contrario, oportunidades para ver el poder de Dios. 5.- LA MUJER SAMARITANA TENÍA PROBLEMAS RELIGIOSOS : Dijo la mujer “…Nuestro padre Abraham…“ De esta manera hablaba, acerca de la herencia del Pozo de Jacob. Ese pozo lo cavó Jacob, y se lo dio a su hijo José como herencia cuando estaban en Egipto.Fue en esa parcela de tierra donde leemos en el libro de Génesis, que el cuerpo de JOSÉ fue traído deEGIPTO, y fue enterrado en esa parcela. Los SAMARITANOS estaban muy orgullosos de ese pozo, que lo consideraban herencia directa de Jacob. Es decir tenía conocimiento, pero era una religiosa que entendía algunos principios pero no tenia una relación con la Ley, sino religión. NOS ENSEÑA : La manera en que tú vivas a tu manera y tengas algún conocimiento acerca de la Palabra de Dios. Y no vivas por principios de relación, con la Palabra, y no tengas valores, de conducta. Entonces estas viviendo en forma religiosa. 6.- EL ENCUENTRO CON JESÚS: JESÚS le pide agua a la mujer Samaritana : La mujer se asombra que Él, siendo un hombre, y siendo judío, le pida de beber. La mujer se da cuenta que este hombre no tiene ningún prejuicio en su vida. ¡se da cuenta que este hombre es diferente! Asimismo, este hombre no la mira con malicia. Jesús le comienza a decir que ella debería pedirle a Él agua, y Él le daría AGUA VIVA. El lenguaje era bien entendido . El agua viva era conocida como un manantial . Agua que corre. Por esa razón ella le pregunta de donde, si no tiene con que sacar agua. Las preguntas de nuestro Señor Jesús, le muestran a esta mujer, que JESÚS, no era un

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LA MUJER SAMARITANATexto: Juan 4:2-30

 1.-INTRODCCIÓN :

Esta mujer de mala reputación fue quien llevo el evangelio a una ciudad completa a pesar de sus defectos. Y muchos problemas que tenía, no fue impedimento para que Dios la usara. El relato de esta mujer Samaritana. Nos da a entender  varias lecciones que debemos aprender. Asimismo de la reacción de esta mujer. Veamos:

 2.- SAMARIA Y EL CULTO: 

En el tiempo de Jesucristo, la tierra de Israel estaba dividida en tres partes: 1) Judea en el sur. 2)Samaria en el centro. 3) Galilea en el norte. Los SAMARITANOS eran el producto de una mezcla que había ocurrido SIETE siglos antes de Jesucristo. Cuando los Asirios se llevaron a las 10 Tribus del norte de Israel cautivas, dejaron unos cuantos, y les enviaron gente de diferentes tierras para poblar y trabajar la tierra. Esa gente se mezcló y produjo a los SAMARITANOS. 

Pero la idolatría del Reino del Norte era tan grande. razón que Dios los envió al cautiverio.  Luego del Cautiverio, mezclaron el culto con los dioses paganos que trajeron los que llegaron a poblar. 

El VIAJE DE JUDEA A GALILEA: Por está razón los judíos hacían el viaje casi siempre atravesando el Jordán y yendo por la región de trans-Jordania, o la provincia de PEREA. El viaje era DOBLE de esa forma, los judíos lo hacían porque no querían pasar por la tierra de los Samaritanos. 3.- LA MUJER SAMARITANA TENÍA PROBLEMAS DE RELACIONARSE CON LA GENTE: 

Con la reputación inmoral que tenía, era rechazada por más de uno… No tenía el respeto, la consideración, y el apoyo de las personas que la rodeaban. Pero este encuentro con Jesús le cambio. Era hora sexta del mediodía. Era hora de calor. Las mujeres iban a buscar agua al pozo, temprano en la mañana, o tarde en el día, cuando había más fresco.

El hecho de que iba a esa hora, puede ser que la Samaritana no quería estar con las otras mujeres. Que le decían algo por su condición moral. Tal vez hablaban de ella. O tal vez le echaban miradas de rechazo.

 

NOS ENSEÑA: Que la persona menos pensada esta abierta a recibir, la Palabra de Dios, porque   reconoce que tiene necesidad, por los problemas que lleva, y que uno necesita algo más de lo que tiene hasta ese momento. 

4.- LA MUJER SAMARITANA TENÍA PROBLEMAS ECONÓMICOS: El hecho de que ella estuviera cargando el agua y no tuviera sirviente que lo hiciera por ella  indicaba que era pobre, que necesitaba trabajar.

 NOS ENSEÑA: el trabajo que tenemos que hacer no puede ser impedimento para servirle a Dios, las necesidades económicas no pueden ser obstáculo, sino al contrario, oportunidades para ver el poder de Dios.5.- LA MUJER SAMARITANA TENÍA PROBLEMAS RELIGIOSOS: 

 Dijo la mujer “…Nuestro padre Abraham…“ De esta manera hablaba, acerca de la herencia del Pozo de Jacob. Ese pozo lo cavó Jacob, y se lo dio a su hijo José como herencia cuando estaban en Egipto.Fue en esa parcela de tierra donde leemos en el libro de Génesis, que el cuerpo de JOSÉ fue traído deEGIPTO, y fue enterrado en esa parcela.  Los SAMARITANOS estaban muy orgullosos de ese pozo, que lo consideraban herencia directa de Jacob. Es decir tenía conocimiento, pero era una religiosa que entendía algunos principios pero no tenia una relación con la Ley, sino religión. NOS ENSEÑA: La manera en que  tú vivas a tu manera y tengas algún conocimiento acerca de la Palabra de Dios. Y no vivas por principios de relación, con la Palabra, y no tengas valores, de conducta. Entonces estas viviendo en forma religiosa. 

6.- EL ENCUENTRO CON JESÚS: 

JESÚS le pide agua a la mujer Samaritana: La mujer se asombra que Él, siendo un hombre, y siendo judío, le pida de beber. La mujer se da cuenta que este hombre no tiene ningún prejuicio en su vida. ¡se da cuenta que este hombre es diferente! Asimismo, este hombre no la mira con malicia. Jesús le comienza a decir que ella debería pedirle a Él agua, y Él le daría AGUA VIVA. El lenguaje era bien entendido. El agua viva era conocida como un manantial .  Agua que corre. Por esa razón ella le pregunta de donde, si no tiene con que sacar agua. Las preguntas de nuestro Señor Jesús, le muestran a esta mujer, que JESÚS, no era un hombre cualquiera. Este hombre conoce la vida de ella, sin haberla visto antes en su vida. JESUCRISTO le dice a la mujer que traiga a su marido. 7.- LA MUJER SAMARITANA TENÍA PROBLEMAS DE COMPLEJOS: 

Creyó que no era digna de hablar con Jesús que era judío y ella samaritana, ella tenía un mal concepto de si misma, su auto estima baja se reflejaba en la manera en que hablaba de ella misma. NOS ENSEÑA: No importa lo que tú u otros opinan de ti lo contrario. Lo que realmente importa es lo que Dios dice de ti, llénate de las promesas de su Palabra.  “…Jesús le dijo ve llama a tu marido…” Uno puede imaginarse el semblante de la mujer. Le ha tocado un punto bien difícil. Cinco maridos había tenido. Sin embargo La Ley decía sobre el divorcio.  Solamente el hombre podía darle carta de divorcio a la esposa. 

El hecho que la hubieran DESPEDIDO CINCO VECES, dice que ella era problemática, o inmoral, o tal vez como es muy común, seguramente que salía de un hombre abusivo, y se casaba con otro. Pero en ese momento, estaba viviendo con un hombre sin casarse.

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 8.- LA DIVINIDAD Y HUMANIDAD DE JESÚS: (S. Juan 4:11-15) 

Es decir que Jesucristo es cien por ciento Dios, y cien por ciento hombre. No era una coincidencia que nuestro Señor llegara a ese lugar y se encontrara con esa mujer Samaritana. Nuestro Señor conoce todas las cosas, y conocía muy bien la vida de esta mujer, así como conoce todas nuestras vidas. Por eso debemos notar que el apóstol Juan se encarga de recalcar ambas naturalezas de nuestro Señor Jesucristo. Notemos el relato y la distinción de las naturalezas de nuestro SEÑOR JESÚS:LA HUMANIDAD DE JESUCRISTO: Se puede notar porque: JESÚS se cansó, tuvo hambre, tuvo sed.

PODEMOS NOTAR SU DIVINIDAD PORQUE: Sabía con precisión la vida de esta mujer. Solamente Dios puede saber eso. Le ofrece vida eterna a la mujer. Cuando la mujer le habla del Mesías, Jesús le dice que Él es el Mesías. (Versos 25-26) -Sé que viene el Mesías, al que llaman el Cristo-respondió la mujer-Cuando él venga nos explicará todas las cosas. 26-Ése soy yo, el que habla contigo-le dijo Jesús.» 9.- LA MUJER SAMARITANA TENÍA PROBLEMAS EMOCIONALES: 

Su problema principal era en su corazón ,  ella buscaba saciar la sed que tenia en el lugar equivocado,   había tenido 5 maridos y el que ahora tenia no era de ella, lo que ella buscaba en los hombres era saciar su sed;   no podía hacerlo sino solamente en la fuente de vida eterna que solo Jesús puede ofrecer. 

Uno puede imaginarse a esta mujer que, seguramente que veía en la mirada de nuestro Salvador, penetrante, como que podía ver su misma alma.

 NOS ENSEÑA: Así es con todos nosotros, porque no importa en la condición que estemos, Dios puede ver hasta lo más secreto de nuestro interior. Él conoce todos nuestros pensamientos y nuestras intenciones. 

10.- MUCHOS SAMARITANOS CREEN EN JESÚS :  

La mujer deja el cántaro del agua, y se va corriendo al pueblo, a contarle a los demás su experiencia. Es así como el Evangelio ha crecido desde el principio: de boca a boca. Una mujer agradecida por haber encontrado el CRISTO al Hijo de Dios, y ahora quiere compartir con los demás para que ellos también reciban, y tengan un encuentro con el CRISTO. 

La Biblia dice que: «Muchos de los samaritanos que vivían en aquel pueblo creyeron en él por el testimonio que daba la mujer: «Me dijo todo lo que he hecho.» No hay nadie que conozca la vida de uno como JESUCRISTO, quien conoce nuestro pasado, nuestro presente, y nuestro futuro.Algo más pasó con esa gente: «Ya no creemos sólo por lo que tú dijiste-le decían a la mujer-; ahora lo hemos oído nosotros mismos, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo.»a.- Esa gente del pueblo se habían encontrado con el Salvador cara a cara. Habían experimentado como la mujer, que JESUCRISTO era y es el SALVADOR del mundo. b.- Eso es lo que acontece cuando una persona agradecida con Dios, comparte lo que ha recibido, para que otros también puedan recibir el mismo don de la VIDA ETERNA. 

c. Esta historia de la mujer Samaritana que, su nombre es mencionado por dos mil años ha testificado que TODOS somos importantes delante de Dios, y TODOS, tenemos el deber de compartir las nuevas de nuestro SEÑOR JESÚS con otros, como esa mujer lo hizo. 

d. ¿Haz compartido el Evangelio con otros? No hay que hacerlo en lugares extraños, como podemos ver, esta mujer lo compartió con la gente que ella conocía.CONCLUSIÓN:La mujer samaritana gano una cuidad entera porque pudo cambiar. Fueron las 5 cualidades que la ayudaron a pasar a la historia como una mujer de gran valor.

 

1.- TUVO DISPOSICIÓN PARA CREER: Ella creyó lo que Jesús le dijo a pesar de todo lo que había vivido. Pudo renovar su mente “cambiar” lo que ella pensaba de sí misma y de lo que podía hacer con su futuro; se atrevió a beber de la fuente que la saciaría para siempre…” 

2.- DISPOSICIÓN PARA ENFOCARSE EN SU PROPÓSITO: Aunque los discípulos vinieron ella siguió enfocada, no le importó que en su cultura no debiera estar conversando con un Maestro, ella no iba a dejar pasar esta oportunidad de tener este encuentro, que su corazón le decía “esto es lo que necesito.” 

3.- DISPOSICIÓN PARA DEJAR SU CÁNTARO: Al tirar el cántaro ella estaba haciendo la declaración de que nada de lo que había en el pasado importaba, ese día llego a buscar agua, y en vez de eso se fue con vida eterna; ya el agua, el cántaro, y todo lo que hasta ese día ella conocía, no importaba, todo sería diferente de ese día en adelante y para siempre. 

4.- DISPOSICIÓN PARA CONFRONTAR SU CIUDAD: Su reputación era la peor en su ciudad, y ahora llega a “predicar” fue un reto grande, a ella no le importó, ni se detuvo a pensar de lo que la gente podía decir o creer; pensaría “total de todos modos siempre han hablado de mi”. “Voy a contarles lo que me ha pasado y con el tiempo mis frutos serán los que testifiquen que lo que les estoy diciendo es real.” NOS ENSEÑA: A veces es más fácil predicarle a un extraño que no nos conoce que a las personas que saben realmente quienes somos, aún a Jesús le pasó, como dice en Mateo 13:57“no hay profeta con honra en su propia tierra” pero a cada uno de nosotros nos llega el tiempo y la oportunidad de compartir nuestro encuentro con Jesús, y nuestro testimonio tiene poder para convencer a otros de que si Dios pudo hacerlo con nosotros, lo puede hacer con ellos. 

5.- DISPOSICIÓN A TRAER LA CIUDAD ENTERA A JESUS: No solo ella creyó, y tuvo fe para cambiar sino que ella se iba a dejar usar, lo que ella había encontrado era demasiado maravilloso para no compartirlo, ella tuvo que contarles a todos, y de esta manera ella se ganó su ciudad. Sin ser evangelista.DIOS TE BENDIGA 

Tema: El agua de vida eterna

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Texto: Juan 4:6-14

Introducción: Esta es una bella historia que nos muestra que Jesús puede hacer de cualquier pecador una persona salva, toda vez estemos dispuestos a hacer lo que Él nos pide.

Ilustración: Imagínese usted que va caminando bajo un intenso sol y la hora de medio día y está cansado y tiene sed, le pediría usted agua a un extraño, a un desconocido. Estoy seguro que si, pero usted y yo solo lo haríamos para calmar nuestra sed, en cambio en este caso el que va a dar mucho más es el sediento, pues dará el regalo más grande de la tierra, que es, la salvación, la vida eterna.

Oración de transición: ¿Por qué Jesús se sentó y le pidió agua a la mujer samaritana?

I. ¿Por qué Jesús pide agua a una mujer pecadora? Vs. 6-8

a)    ¿Qué andaba haciendo Jesús en esta parte de Samaria?

V. 5. Vino, pues, a—hasta; porque el quedaba a cierta distancia de la ciudad.Sichar—el “Shequem” del Antiguo Testamento, como 57 kilómetros de Jerusalén, más tarde llamada “Neápolis” y ahora “Nablús”.

b)    ¿Por qué se detiene en este pozo?

V. 6 Jesús cansado … así se sentó—“como se imaginaría que se sentara un hombre cansado. En efecto, éste es tal vez la más humana de todas las escenas de la historia terrenal de nuestro Señor. Parece que estamos a su lado, escuchando todo lo que aquí está relatado. Tampoco podría alguna pintura de la escena, por perfecta que fuera, hacer más que rebajar la concepción que este exquisito relato transmite al lector devoto e inteligente.

c)    ¿Cuál era su propósito de pedir agua?

Porque el calor de mediodía había secado sus labios. Aunque el propósito de Jesús va mas allá del hecho de que le den agua para calmar su sed por la hora del medio día. El tiene un propósito de enseñarle una lección a la mujer samaritana como a nosotros en nuestro tiempo sobre el agua de vida eterna.

d)    ¿Por qué estaba solo Jesús?

Porque los discípulos había ido a otra ciudad a comprar comida. V.8

e) Además Jesús no le importa que la persona sea pecadora, pues el propósito de Él es redimir al pecador.

II. ¿Por qué Jesús sabiendo que judíos y samaritanos no se trataban entre si le pide agua a la samaritana? V. 9

a)    ¿Por qué la samaritana le discute a Jesús?

¿Cómo tú, siendo Judío—no del todo negándose, sino maravillada de que un judío le pidiera algo, ya que por la ropa y el dialecto inmediatamente la samaritana se daría cuenta de que se trataba de un judío. Para ella era inconcebible que un judío le hablara siquiera y mucho menos que le pidiera agua a ella, que era samaritana. Porque los Judíos no se tratan—Es esta antipatía nacional lo que da motivo a la parábola del Buen Samaritano ( Lucas 10:30).

b)    ¿Cuál era el propósito de Jesús con la mujer’

El propósito de Jesús es dar una lección a toda humanidad, no solo a la mujer samaritana, sino a nosotros también, cuando él no pide algo, no es porque él lo necesite, es porque él simplemente nos quiere dar el regalo más grande, que es, la salvación.

c)    ¿Podía ella entender el propósito de Jesús?

No, no podría. Al igual que nosotros muchas andamos perdidos sin saber que Dios nos está pidiendo algo porque Él tiene un regalo más grande que darnos, que es la vida eterna y una vida en abundancia.

d)    ¿Qué lección nos quiere enseñar la Biblia en este pasaje?

Que cuando el Señor nos pide algo es porque el nos quiere dar el regalo más grande en la vida como veremos más adelante.

 III. La respuesta de Jesús V. 10

a)    ¿Que es el don de Dios?

V. 10. Si conocieses el don... —quiere decir: “En mí sólo ves a uno que te pide; pero si tú supieses quién es este suplicante, y el Don que Dios está dando a los hombres, tú habrías cambiado lugares con él, alegremente pidiéndole a él el agua viva; y no habrías pedido en vano”

b)    ¿Sabia la mujer quien le estaba pidiendo agua?

No, nunca se lo hubiera podido imaginar, como nos pasa a nosotros muchas veces en la vida cuando tenemos un encuentro con Él.

c)    ¿Quién le tendría que pedir a quien?

Nosotros somos los que le tendríamos que pedir a Él.

d)    ¿Por qué?

Muy sencillo porque Él es el dueño de todo, El es el Todopoderoso, su majestad es tanta que todo lo existe Él lo ha creado, y solo Él tiene en sus manos el poder de darnos todo, hasta la vida eterna.

e)    ¿Qué es lo que está ofreciendo nuestro Señor?

Agua viva.

f)     ¿Qué es el agua viva?

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El agua de vida eterna. La salvación.

 IV. ¿Por qué la mujer no había entendido? Vs. 11,12

12. ¿Eres tú mayor, etc. —percibiendo ya en este extraño una pretensión a alguna grandeza misteriosa. Nuestro padre Jacob—porque cuando les iba bien a los judíos, los samaritanos reconocían parentezco con los judíos, pero cuando les caían desgracias, desconocían toda conexión con ellos.

a)    Nosotros siempre le ponemos excusas a Jesús

b)    ¿Por qué?

Porque no sabemos que le pertenecemos, porque él es el dueño de todo.

c)    ¿Por qué la mujer no entiende lo del agua de vida eterna? ¿lo entendemos nosotros ahora?

Porque en ese tiempo todavía no se había revelado toda la Palabra, no se había escrito todavía el Nuevo Testamento. No se había revelado todavía que Jesús era el Mesías, el Cristo. No se había dado los acontecimientos que nosotros ya conocemos, la crucifixión, la resurrección y la ascensión de Jesús. En nuestro tiempo todavía andamos vagando en nuestros corazones, como ovejas sin pastor, no porque no esté revelado, sino por la dureza de nuestros corazones.

La mujer está discutiendo la historia porque no ha entendido.

V. El agua de vida eterna Vs. 13, 14

Vs. 13, 14. Volverá a tener sed … para siempre no tendrá sed, …—Cuando dice volverán a tener sed, el contraste aquí es fundamental y que comprende todo. “Esta agua” claramente quiere decir esta agua natural y todas las satisfaccionesde naturaleza igualmente terrenas y perecederas, y que alcanzando solamente las partes superficiales de nuestro ser, pronto se disipan, y necesitan ser suplidas de nuevo tanto como si nunca las hubiéramos experimentado antes mientras que las necesidades más profundas no son alcanzadas por ellas de ninguna manera;

a)    Cualquiera que bebiere de esta agua ¿que significa?

Beber del agua natural

a)    Volver a tener sed ¿Qué significa?

Que no lo saciará por siempre, sino temporalmente.

b)    Mas del agua que yo le daré ¿Qué significa’

Pero el “agua” que Cristo da, la vida espiritual, mana de las mismas profundidades de nuestro ser, haciendo del alma no un aljibe, que contenga el agua vertida en él desde fuera, sino una fuente (la palabra habría sido mejor traducida así, para distinguirla de “pozo”, v. 11), que salta, brota, burbujea y fluye desde dentro de nosotros, siempre fresca, siempre viva. La presencia del Espíritu Santo dentro del creyente, como el Espíritu de Cristo, es el secreto de esta vida con sus energías constantes y satisfacciones, como se dice expresamente (cap. 7:37-39). “Para siempre no tendrá sed”, entonces, quiere decir sencillamente que tales almas tienen las provisiones en sí. para vida eterna—llevando los pensamientos arriba desde la frescura y vitalidad eternas de estas aguas hasta el gran océano en el cual tienen su gran confluencia. “¡Que llegue yo allá!”

c)    ¿De qué agua está hablando?

Del agua para vida eterna.

d)    No tendrá sed jamás, ¿Qué significa?

El Espíritu Santo dentro del creyente.

e)    Que salte para vida eterna, ¿Qué significa?

La vida eterna, la salvación.

Conclusión: Solo Jesús tiene el agua de vida eterna, solo Jesús es la solución a la sed del hombre. El agua que Él nos da es para vida eterna, cuando nosotros bebemos de esa agua (significa que bebemos de Él) tendremos la vida eterna.

Sermón Kerigmático,   José Alberto Vega,

http://sepapbcn.org/archivos/C7P63-70.pdf

“Dame de Beber”

Jn 4, 5-42

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds

 

1.      JESÚS, FATIGADO DEL CAMINO, SE SENTÓ, SIN MÁS JUNTO AL POZO

Jesús retornando a Galilea, al atravesar por Samaría, llega a una ciudad llamada Sicar, próxima a las tierras que dio Jacob a José, su hijo, donde estaba el pozo de Jacob. José, antes de morir, pidió que, cuando Dios liberase a su pueblo de Egipto, llevasen con ellos sus restos (Gen 50:24-26), lo cual cumplieron los suyos, y sus restos “fueron enterrados en Siquem” (Jos 24:32). Una tradición que llega a Eusebio de Cesárea (Escritor y prelado cristiano griego. fue elegido obispo de Cesárea en el año 313) muestra allí la tumba de José. El evangelista señala con igual precisión que en estas tierras estaba el “pozo de Jacob.” La Escritura recuerda varios pozos excavados por este patriarca (Gen 26:18.32). Una fuente o un pozo en Oriente es un tesoro.

Jesús, fatigado del camino, se sentó, sin más junto al pozo. Una larga caminata bajo el sol palestino debe ser agotadora. Se dice que en esos lugares, se suele caminar con el alba para defenderse del excesivo calor.  A Juan le gusta acusar este aspecto humano de Cristo, creo que a nosotros también. Nuevamente san Juan, por la precisión que hace, parece acusarse como un testigo presencial, era la hora del medio día.

Fue sobre esta hora del mediodía cuando llega al pozo “una mujer de Samaría, ella viene “a sacar agua.” San Juan justificará poco después que Cristo no tenía con qué sacar agua y los discípulos habían ido a la ciudad mas próxima “a comprar alimentos.

2.      JESÚS LE DICE: DAME DE BEBER.

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Estaba, pues, a obsequio de aquella mujer el calmar de su sed. El evangelista quiere destacar, en la misma narración literaria, un simbolismo maravilloso que palpita en toda la escena, una mujer samaritana aparece en este momento como la que puede calmar a Cristo la sed del cuerpo, ignorando que también El le calmará a ella su sed del alma, cuando ella le calme a él su sed de Salvador.

Así es como a la llegada de esta mujer de Samaría, que venía a sacar agua de un pozo, Cristo, Jesús, verdaderamente sediento de sed física, le pide a aquella mujer que le saque agua para beber, pues El no tenía con qué. Es algo que a nadie se niega, no obstante, por el tono de extrañeza que va a usar con él la Samaritana, indica la sorpresa de dirigirse un judío diciendo, ¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, mujer samaritana?, esto lo explica mas adelante Juan al relatar “porque lo judíos no se tratan con los samaritanos”. En ese sentido tiene un gran valor la actitud de esta mujer samaritana, lo mismo que toda la escena de bondad y enseñanza salvadora que Cristo tiene con ella.

3.      EL “AGUA VIVA” DE LA “FUENTE

Pero Jesús, que no venía tanto a pedir como a dar, va al objetivo de su misión salvadora, diciéndole: “Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: ‘Dame de beber’ tú misma se lo hubieras pedido, y El te habría dado agua viva”. El “don de Dios” aquí es el don expresado por el “agua viva,” El “agua viva,” como imagen, es el agua de la fuente, a diferencia de las aguas estancadas o quietas de cisternas o pantanos (Jer 2:13). Es agua con nacimiento, con energía: con “vida.” Ante esta manifestación de Cristo, los papeles se cambian, y el que pide, pide también ser pedido; y el que suplica agua, ofrece a su vez “agua viva.”

Ella le dijo: Señor, no tienes con qué sacar el agua y el pozo es profundo. La mujer aquella, demasiado humana, recibe un primer golpe de sorpresa, no niega el encontrarse ante algo que, porque ella no lo alcance, no sea verdad. Acaso piensa en algún tipo de agua mágica, misteriosa, o en un procedimiento, milagroso o mágico, con que poder sacar de aquel pozo “profundo” el “agua viva” de la “fuente,” que mana en su fondo. Por eso le dice, extrañada, que, siendo el pozo profundo y no teniendo él con que sacarla, “¿De dónde sacas esa agua viva?” Pero, no obstante esto, algo queda en ella que le deja presentir cosa insólita. “¿Eres acaso más grande que nuestro padre Jacob, que nos ha dado este pozo donde él bebió, lo mismo que sus hijos y sus animales?” Esta contraposición con Jacob dice bien de aquel algo de misterioso presentimiento que ve en aquel excepcional judío que esta junto a ella.

Pero Cristo no le responde directamente a su objeción, en su enseñanza hará ver que El es superior al poder de los patriarcas. Porque: “El que beba de esta agua tendrá nuevamente sed, pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más volverá a tener sed. El agua que Yo le daré se convertirá en el manantial que brotará hasta la Vida eterna”.

4.      “VE, LLAMA A TU MARIDO Y VUELVE AQUÍ”

La Samaritana, al llegar a este punto, debe de tomar todo aquello como una cosa fantástica. Ni lo comprende, ni le interesa interrogar más sobre ello, ni sabría seguir por aquel camino y lo entiende en su sentido material, y, con un tono irónico, le pide que le dé de esa agua prodigiosa para que no tenga sed ni tenga necesidad de volver a sacarla de este pozo que les dio Jacob diciéndole: “Señor, le dijo la mujer, dame de esa agua para que no tenga más sed y no necesite venir hasta aquí a sacarla”. Aquella mujer estaba derramando aquella “agua viva” que le estaba ofreciendo el que tenía sed de salvarla. Pero un golpe certero a su conciencia la haría comprender mejor quién era el que le hablaba y qué es lo que quería decirle.

Entonce le dice Jesús: “Ve, llama a tu marido y vuelve aquí” La mujer respondió: “No tengo marido”. No le costó nada a aquella mujer disimular su situación marital, diciéndole que no tenía marido. Pero el Señor leía en lo más profundo del alma. Y la pregunta no iba sin intención estratégica. No es que la hubiese mandado ir por su marido, que ella que lo trajese a su presencia; ni trataba Cristo de afrentar a la que venía a salvar. Era evocarle aquel “marido” al juicio de su conciencia, pues ante él iba a escuchar muy en breve la condena de su vida quizás irregular. Su respuesta: “No tengo marido,” era tan verdadera como podía ser hábil, y era ambigua. Porque podría ser que no lo tuviese por celibato, por viudez o por repudio.

Jesús, le puso delante, como testimonio de su lectura del corazón, la vida irregular que llevaba. Porque había tenido cinco maridos, y el que ahora estaba con ella no era su marido legítimo. ¿Lo habían sido los otros? La contraposición que parecería establecerse entre este “marido” y los otros, como se verá, no es de gran fuerza. Aunque podrían algunos haberse muertos y otros haberla repudiada, resulta poco verosímil, conforme al ambiente, el que una mujer se hubiese desposado, sucesiva y legítimamente, con cinco maridos.

5.      “SEÑOR, VEO QUE ERES PROFETA

Pero al discernir toda esta serie minuciosa de maridos, legítimos o ilegítimos, lleva a la Samaritana a ver en Cristo, lo que él buscaba, un hombre de Dios: “Señor, veo que eres profeta”. No dice “el Profeta esperado” (Jn 1:21.25; 6:14), y que para el pueblo venía a ser sinónimo del Mesías, pero sí un “profeta de Dios,” puesto que sondea su corazón. Más, al llegar a este punto, la samaritana aprovecha aquella oportunidad, o para plantearle una cuestión religiosa que afectaba a samaritanos y judíos: “Nuestros padres adoraron en esta montaña, y ustedes dicen que es en Jerusalén donde se debe adorar”.

Cristo a nada de esto había de responder porque era El precisamente el profeta en el que se cumplían las profecías. Y, puesto que la Samaritana recurre a El como a profeta, la invita a “creer” en su palabra. Llega la “hora,” y es ésta — la hora mesiánica que El inaugura —, en la que no se adorará a Dios, al Padre, solo con la exclusividad de Jerusalén o de este monte diciéndole: “Créeme, mujer llega la hora en que ni en esta montaña ni en Jerusalén ustedes adorarán al Padre”

Y dice el señor: “Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos.” Jesús en un pequeño paréntesis previo advierte que la dogmática judía es la verdadera, y no la samaritana. Estos “adoran lo que no conocen.” Los samaritanos, al no aceptar como fuente de revelación nada más que el Pentateuco y rechazar el resto de los libros santos, mutilaban e interrumpían la revelación. Los samaritanos negaban incluso una creencia tan fundamental como es la resurrección de los muertos. En cambio, los judíos “adoramos lo que conocemos, porque la salud viene de los judíos.” A ellos fueron hechas las promesas proféticas; ellos tenían la revelación en el canon de las Escrituras; tenían el legítimo templo y el culto, y de ellos saldría el Mesías (Rom 9:4-5; cf. 3:1ss).

6.      DIOS ES ESPÍRITU, Y LOS QUE LO ADORAN DEBEN HACERLO EN ESPÍRITU Y EN VERDAD”.

Le añade Jesús a la Samaritana” Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad”. Es la hora en que hay que adorar al Padre “en espíritu y en verdad.” Esto hace ver que el sentido de las palabras de Cristo es más profundo. Y la razón es que “Dios es espíritu.” “Dios es luz” (1 Jn 1:5) o “Dios es amor” (Jn 4:8), en cuanto expresa que ilumina al hombre en la verdad, o en cuanto su acción nace del amor e impulsa el amor al hombre. En esta línea, “Dios es espíritu” en cuanto infunde en el hombre el Espíritu (Rom 8:26). Por eso, por “ser espíritu,” en el sentido como lo dice aquí San Juan, es por lo que hay que “adorarlo en espíritu y en verdad.”

¿Cuál es el sentido de esta frase?, es el espíritu que hace nacer a la vida divina (Jn  3:5). Así, éste será movido y hecho “en Espíritu,” al ser movido por el Espíritu Santo. Y “en verdad,” porque es el único que responde a la plena revelación que Dios hace de sí mismo — el Padre — en Cristo (1 Jn 4:6; 3 Jn3). Así sería: los verdaderos adoradores son los que rinden culto al Padre creyendo la revelación de Cristo y movidos por el Espíritu Santo. “Esos son los adoradores que quiere el Padre”.

Es la especial providencia de Dios en los días mesiánicos. No es este adorar a Dios “en espíritu y en verdad” un simple querer o un simple deseo humano. Estas iniciativas vienen siempre de Dios. Pues “nadie puede venir a mí si el Padre no lo trae” (Jn 6:44; 15:16; 1 Jn 4:10).

7.      “SOY YO, EL QUE HABLA CONTIGO”.

Lo qué no sospechaba la Samaritana es que hubiese venido ya el Mesías, ni que estuviese ya enseñando “todas las cosas” que ellos esperaban saber, entonces ella le dice a Jesús: “Yo sé que el Mesías, llamado Cristo, debe venir. Cuando Él venga, nos anunciará todo”. Jesús le respondió: “Soy Yo, el que habla contigo”. Solemne y abiertamente Cristo se proclama el Mesías ante aquella mujer samaritana.

Algo que llama la atención, en los Evangelios sinópticos, cuando le aclaman Mesías, les manda callar, e incluso lo preceptúa (Mc 8:30 par.), y El mismo lo evita (Jn 6:15), y, en cambio, aquí El mismo se proclama el Mesías. ¿Por qué hizo el Señor esto con ella? Nuevamente nos queda la profunda convicción, Jesús traspasa con su mirada a los hombres, el ve en nuestros corazones, El se da cuenta que la mujer esta

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preparada para oír eso de El, y se lo revela con más claridad que al mismo Nicodemo o a los miembros del Sanedrín. Le está revelando a la samaritana claramente su mesianidad y veladamente su divinidad.

Dios habla y la samaritana  acepta con fe la palabra de Jesús. Cuándo El nos habla, ¿Cómo la recibimos nosotros?

8. “VENGAN A VER A UN HOMBRE QUE ME HA DICHO TODO LO QUE HICE. ¿NO SERÁ EL MESÍAS?”

Sus discípulos y quedaron sorprendidos al verlo hablar con una mujer. Al llegar a este punto de la conversación, regresaron los discípulos de comprar provisiones de la ciudad, probablemente Sicar. Al encontrarse con que Cristo “hablaba con una mujer,” quedaron sorprendidos, ya que en las costumbres judías rabínicas era un tema muy repetido la prohibición de hablar en público un hombre con una mujer.

A esta extrañeza profunda, nacida de costumbres y exageraciones rabínicas, se sobrepuso en los discípulos la majestad de Cristo. Nadie se atrevió a preguntarle sobre: “Qué quieres de ella?” o “,Por qué hablas con ella?”, suponiendo que necesitara alguna cosa.

La Samaritana, con el alma fuertemente conmocionada, “dejó su cántaro” y fue, corriendo sin duda a su ciudad y dijo a la gente: “Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que hice. ¿No será el Mesías?”. La conmoción que debió llevar la Samaritana fue tal, que, a pesar de su vida irregular, logró convencer a los suyos  y vinieron a ver a Cristo.

9. “YO TENGO PARA COMER UN ALIMENTO QUE USTEDES NO CONOCEN”.

En el intervalo de la partida de la Samaritana y la llegada de los samaritanos de Sicar, el evangelista presenta una conversación de Cristo con sus discípulos. Estos, que estaban guardando un profundo respeto ante Cristo, intervienen para rogarle reiteradamente que comiese.

Este intervenir ellos para que coma supone en El una fuerte emoción, como lo confirmará el resto del relato. Cuando pidió agua para beber, es que tenía sed verdadera, pues se sentó “fatigado.” Pero ahora, cuando el cansancio debe ser reparado por la comida, ante la invitación instante de los discípulos, les dice que no necesita aquel ofrecimiento que le hacen, pues: “Yo tengo para comer un alimento que ustedes no conocen”. El evangelista consigna la reacción ingenua de los discípulos, en la misma línea psicológica de los sinópticos, que lo creyeron, y se preguntaban entre sí si alguien le había traído de comer. Al murmullo de esta inquietud de los discípulos, Cristo les dice en qué consiste esa comida: “Mi comida es hacer la voluntad de Aquél que me envió y llevar a cabo su obra.”

El alma humana de Cristo tenía todas las rectas emociones humanas. Una emoción profunda fácilmente amortigua la necesidad del alimento corporal. Esto es lo que, probablemente, sucede aquí a Cristo. Su misión es salvar almas. El contacto misionero dé Cristo con esta alma produjo tal emoción en la suya, que ésta repercutiendo en su organismo, amortigua la necesidad de restaurar su “fatiga” por el alimento corporal. En otras ocasiones narra el Evangelio cómo la atención a cumplir su misión no le dejaba ni tiempo para atender a su comida (Mc 3:20). La misión de Cristo, y en cuya ocupación se sumerge su alma, “es hacer la voluntad de Aquél que me envió y llevar acabo su obra.” Es la “voluntad” salvífica de los hombres (Jn 3:17; 6:39ss) y la “obra” que el Padre confió al Hijo (Jn 17:4). Este final va a llevar a Cristo a exponer una doctrina maravillosa sobre la unidad de la obra apostólica y sobre la función de los apóstoles misioneros. Es la doctrina del Cuerpo místico en el apostolado.

10.    LEVANTEN LOS OJOS Y MIREN LOS CAMPOS

En Señor les manda alzar los ojos y que “vean” los campos ya “blancos,” maduros para la siega. (En Palestina, por efecto de la sequía y del excesivo calor, las cosechas tienen un color blanco –plateado lo que en otros lugares es dorado). Es parte de la pedagogía de Cristo, como se ve en esta misma conversación con la Samaritana: gusta elevarse en su enseñanza de los fenómenos de la naturaleza a enseñanzas religiosas.

“Uno siembra y otro cosecha” le dice el Señor. Entre la siembra y la siega han de pasar algunos meses. Antes de esto, la mies no madura; y antes hace falta sembrarla. Sembrador y segador son necesarios para obtenerla. Jesús les dice: “Yo los envié a cosechar adonde ustedes no han trabajado; otros han trabajado, y ustedes recogen el fruto de sus esfuerzos”, para que no se olviden que otros los sembraron y cultivaron antes. ¿Quién preparó este trabajo del que han de aprovecharse los apóstoles? Eran Moisés, la Ley, los Profetas, toda la vida religiosa del A.T. los que habían preparado el campo “sembrado” — lo que ellos ahora iban a recoger, “segar” —. Recoger, que era también “sembrar” la buena nueva, pero ya preparado el campo para ella por toda la anterior preparación paleo testamentaria.

Por eso, esta obra de apostolado no se ha de valorar por la sola cosecha actual, puesto que ésta no rendiría si antes no hubiese tenido la preparación de la “siembra.” Y así, el “que siega recibe su salario y recoge el fruto para la vida eterna.” Por todo ello, el que “siega” que se alegre. Pero que sepa que “de igual manera,” “también” se va a alegrar el “sembrador” por su “salario” y por la parte que le corresponde en este “fruto” que ahora ingresa en el reino. El apóstol de Cristo no puede olvidarse de esto; será para él una actitud de modestia, y también de esperanza, cuando a él le toque la vez de ser sembrador. No hay más que un campo a fructificar, y no hay más que un esfuerzo único conjunto. El apóstol es miembro de un Cuerpo místico de apóstoles.

11.    SABEMOS QUE ÉL ES VERDADERAMENTE EL SALVADOR DEL MUNDO

La Samaritana, regenerada, convertida, es tan sincera que no repara en aducir la penetración de su vida descubierta como prueba de la grandeza del Mesías que encontró. “¿No será el Mesías?”. Esta interrogación que hace no es falta de fe. La mejor prueba de que la Samaritana estaba convencida es que ella supo persuadir. Pues sólo por la palabra de ella salieron de la ciudad y se acercaron a Jesús.

Relata san Juan que “Muchos samaritanos de esa ciudad habían creído en Él por la palabra de la mujer, que atestiguaba: “Me ha dicho todo lo que hice”. Por eso, cuando los samaritanos se acercaron a Jesús, le rogaban que se quedara con ellos, y Él permaneció allí dos días. Muchos más creyeron en Él, a causa de su palabra. Y decían a la mujer: “Ya no creemos por lo que tú has dicho; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que Él es verdaderamente el Salvador del mundo”,

Estos samaritanos reconocen a Cristo como el verdadero “Salvador del mundo.” Este título de “Salvador” estaba muy divulgado entre los paganos. No deja de extrañar la universalidad de este título aquí en boca de los samaritanos. La Samaritana sólo lo anuncia como el “Mesías.”

Después de pasar “dos días” de apostolado fructífero entre los samaritanos de Sicar, Jesús continuó su camino para Galilea.

Reflexiones para la mañana

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Jesús y la samaritanaJesús y la mujer samaritana

El texto bíblico: (Jn 4,1ss)

"Cuando Jesús se enteró de que los fariseos habían oído que Jesús hacía y bautizaba más discípulos que Juan (aunque Jesús mismo no bautizaba, sino sus discípulos), dejó Judea y se fue otra vez a Galilea. Para ello era necesario pasar por Samaria; así que llegó a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca del campo que Jacob había dado a su hijo José.

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Estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, estaba sentado junto al pozo. Era como la hora sexta. Vino una mujer de Samaria para sacar agua, y Jesús le dijo: —Dame de beber. (Los discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer).

Entonces la mujer samaritana le dijo: —¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, siendo yo una mujer samaritana? —porque los judíos no se tratan con los samaritanos—.

Respondió Jesús y le dijo: —Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber,” tú le hubieras pedido a él, y él te habría dado agua viva.

La mujer le dijo: —Señor, no tienes con qué sacar, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob quien nos dio este pozo y quien bebió de él, y también sus hijos y su ganado?

Respondió Jesús y le dijo: —Todo el que bebe de esta agua volverá a tener sed. Pero cualquiera que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

La mujer le dijo: —Señor, dame esta agua, para que no tenga sed, ni venga más acá a sacarla.

Jesús le dijo: —Vé, llama a tu marido y ven aquí.

Respondió la mujer y le dijo: —No tengo marido. Le dijo Jesús: —Bien has dicho: “No tengo marido”; porque cinco maridos has tenido, y el que tienes ahora no es tu marido. Esto has dicho con verdad.

Le dijo la mujer: —Señor, veo que tú eres profeta.

Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén está el lugar donde se debe adorar.

Jesús le dijo: —Créeme, mujer, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos, porque la salvación procede de los judíos.

Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre busca a tales que le adoren. 

Dios es espíritu; y es necesario que los que le adoran, le adoren en espíritu y en verdad.

Le dijo la mujer: —Sé que viene el Mesías—que es llamado el Cristo—. Cuando él venga, nos declarará todas las cosas.

Jesús le dijo: —Yo soy, el que habla contigo.

En este momento llegaron sus discípulos y se asombraban de que hablara con una mujer; no obstante, ninguno dijo: “¿Qué buscas?” o “¿Qué hablas con ella?”

Entonces la mujer dejó su cántaro, se fue a la ciudad y dijo a los hombres:

—¡Venid! Ved un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿Será posible que éste sea el Cristo?

Entonces salieron de la ciudad y fueron hacia él...

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Muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él a causa de la palabra de la mujer que daba testimonio diciendo: “Me dijo todo lo que he hecho.” 

Entonces, cuando los samaritanos vinieron a él, rogándole que se quedase con ellos, se quedó allí dos días.

Y muchos más creyeron a causa de su palabra.

Ellos decían a la mujer: —Ya no creemos a causa de la palabra tuya, porque nosotros mismos hemos oído y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo.

Comentario al texto bíblico:

En Samaria, habitaban judíos que se habían mezclado con tradiciones no judías, e incluso formado familias con no-judíos, esto creaba un rechazo a los amantes de cumplir la ley con ellos. No obstante, Jesús toma este camino y no se silencia, le predica a una mujer, quien muy probablemente luego le hablaría a muchos, de su encuentro con Jesús. Tan extraño resultó este encuentro que hasta la misma mujer, un poco adelante en el relato, le pregunta a Jesús: "¿como es que siendo Él judío le pide de beber a una mujer samaritana? (pues ni se hablaban)" y también se sorprenden sus discípulos. Indudablemente Jesús sabia exactamente lo que hacia, es interesante detenerse a pensar en estos detalles, porque de esta forma cobra mas significado el texto. Jesús no se dejaba llevar por el "que pensaran", ahora el detalle a considerar es que Él es Dios y conocía mas que cualquier hombre las consecuencias. Él tenia un ministerio y lo cumpliría a la perfección, el evangelio se extendería.

El relato es muy interesante, Jesús como humano (Maria es solo la madre de su parte humana), tubo necesidades tales como descansar luego de un viaje, con calor, y tomar agua. Los evangelistas, siempre muestran a Jesús en su parte divina (Hijo de Dios) y humana (hijo de Maria). Llega a un pozo de agua, donde encontraría a la mujer samaritana. Jesús quien caminaría por las aguas, y multiplica los alimentos y anteriormente llenó tinajas con vino, no tendría ningún inconveniente en saciar su sed estando al lado de un pozo con agua, es algo lógico. Pero le pide de beber a una mujer samaritana que poseía un cántaro, siendo Él, rabí. Esto aunque hoy en día resulte anormal (pedir agua a alguien que la puede obtener fácilmente), parece ser que en aquella época un rabí hubiera preferido morir de sed antes de tomar agua de mano de un samaritano, de hecho lo expresa la samaritana. No obstante, Jesús no se deja llevar por prejuicios, obviamente, ni por lo que podrían murmurar de Él, y contrario a la lógica popular le dice a la mujer samaritana "dame de beber".

Para acrecentar, esta escena Jesús estaba solo con la mujer, sus discípulos habían ido a comprar de comer. Nuevamente acá noto la providencia de Jesús. La mujer nunca se hubiera acercado, ni hubiera recibido el evangelio, si estuvieran en el pozo también sus discípulos. Asimismo, podría ser desfavorable por posibilidad a surgir rumores, pero nuevamente, está el tema de que Jesús predicaba "el reino de los cielos" no solo según como lo harían los hombres, Él es también Dios.

La mujer samaritana, obviamente se sorprende del compartimiento de Jesús, totalmente extraño para ella y habla desde su perspectiva.

Ante la pregunta lógica de la mujer samaritana, desde su punto de vista (incorrecto); Jesús responde asimismo de forma lógica desde su otro punto  de vista (verdadero), entonces tenemos que el dialogo resultó ser:

(La mujer samaritana dijo v.4:9:) «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana?» (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.)(4:10) Jesús le respondió: «Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva.»

La samaritana ("religión" samaritana) poseía un cántaro para sacar agua, Dios hecho hombre: Jesús (Emanuel), posee el don de Dios. Desde mi punto de vista, interpreto: la salvación, el agua espiritual que sacia la sed espiritual, siendo ésta agua Jesús mismo, su obra. La mujer queda confusa, y continua respondiendo desde su perspectiva sin conocer a Jesús, es decir sin cumplir con: "Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a él".

El dialogo expresado entre 11 y 14, inclusive; considero conveniente no separarlos para comentarlos. Supongamos que estamos en idéntica situación, sin conocer a Jesús, bajo condiciones sociales semejantes, en las cuales uno debe, cuidar su imagen y a su vez puede llegar a poseer, incluso, una religión distinta a la que profesa Jesús. Pero Jesús se presenta, y si uno no conociéndolo se encuentra con tal escena, es muy probable que se de el mismo dialogo, ante tales circunstancias. Uno habla del agua terrenal que sacia la sed y Jesús de darte una vida eterna y ser Él el que sacie la sed espiritual. Solo Él puede saciar esta sed porque es Dios, es lo que afirma y personalmente lo creo. Jesús respondió entonces en lo que ahora llamamos versículo 14: "el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna."

El lector en vez de "Agua" podría decir "sanidad" "dinero" "oro" "comida" o una larga lista aunque lo mas adecuado es la "Saciedad del alma", la salvación. Dios suple necesidades, pero está la mas importante que solo Dios puede dar: solo Jesús salva. Este relato que ha perdurado hace mas de dos mil años ¿a cuantas vidas ha influenciado ya? ¿y a ti, estimado lector? ¿Jesús es el que sacia la sed espiritual para ti? Él afirma que es el único. Algunas necesidades como el obtener agua física es factible los humanos la realicemos, pero la salvación solo la puede dar Dios.