La Naturaleza Caida

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TNTRODUCCION

La civllización occidental que universalizó el capitalis-mo puede caracterizarse como científico-tecnológica,racional, objetiva y cuantitativa. El capitalismo como régi-men económico es guiado por la permanente necesidad deacumulación de capital, siendo su principal mecanismo elmercado y el lucrocentrismo su lubricante. Esta civlliza-ción ha desarrollado una visión de la Naturaleza de la cualse derivan comportamientos y prácticas coherentes conella. Para esta civilización la Naturaleza es una fuente ince-sante de materias primas que permiten la elaboración debienes y servicios, cuyo intercambio facilita la acumu-lación de riquezas y capitales. La idea central de esta civi-lización, formulada principalmente por el frlósofo inglésdel siglo XVII Francis Bacon y por el filósofo y matemáti-co francés René Descartes, es que la Naturaleza debe serdominada y puesta al servicio del hombre (1).-El-hombre,

.J*-qj -sl inteligencia y origen divino, se considera superior ala Naturaleza, tan supeÍior que no tiene nada que ver conella. Para esta concepción, el hombre no es un ser nafural,La naturaleza es una cosa informe, sin sensibilidad ointeligencia, que debe ser sometida por el hombre para sumayor gloria y bienestar. Todo rastro de panteísmo, todahuella de la visión sagrada que tantas culturas construyeronsobre la Naturaleza, es borrada. Evidentemente, en dichaconcepción está ausente la responsabilidad humana frentea la suerte de la Naturaleza.

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Una tal concepción no surge de la noche a lasino que resulta de tradiciones intelectuales y de cohistóricos específicos que se van sedimentando hastacaruar una posición hegemónica dentro de una cización. Así, a pesar de que la mayoría de los elementoslntegran esta cosmovisión dominadora son muy antisu efecto práctico no se deja sentir, con sus democonsecuencias sobre el medio ambiente, sino hasta los siglos XIX y XX, cuando se universaliza el capitalismoel globo terráqueo y, junto con este modo de producción,las herramientas intelectuales que lo acompañan, justiñ.cándolo y reproduciéndolo en el ¿imbito simbólico. preso, el objetivo central de este trabajo será el de rastrear losorígenes de la visión dominadora sobre la Naturaleza qrcha tipificado a la civilización científica y capitalista occi-dental. Para ello, es necesario remontarse a las raíces judíasy griegas de la religión cristiana. Las tradiciones clásicasgriega, hebrea y el propio cristianismo están impregandas

. por una fuerte convicción: los seres humanos fueroni puestos (por Yahvé o por los dioses) en una posición dc

dominio sobre las restantes criaturas. E! bq¡qbry dorni-nado-q y .l-1.n aturaleza (con todas sus criaturas) subordinadahe aquí los polos opuóstoldé-esiá"rele¿nin dórñiñadoia-. Elser humano era visto comó, óldeiiiadoi de lá-ñáturaIéiilsu posición de privilegio se explicaba en razón de zu- capacidad de transformar su entomo natural y de crear sü

- '.mundo. su propio mundo. Todas las acciones humanas que

ü- modificaran el ambiente eran consideradas positivamente.Al fin de cuentas, en esa transformación se ponía de mani-fiesto la capacidad creadora humana y era una prueba adi-cional de su poderío y dominio (2). En la Biblia es claro elmandato dominador inculcado a los hombres. Inclusocuando el mundo es destruido por el gran Diluvio a causade los innumerables pecados de los hombres -poco dados

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hombres -poco dados a la piedad, la justicia y la her-

mandad- la Nueva Aliarr;a que Yahvé establece con Noé(en representación de los humanos sobrevivientes) implicala extensión del dominio humano sobre las criaturas delcielo, la tierra y el mar. El dominio humano sobre la tierray las criaturas aparece, asimismo, en otros pasajes bíblicos(salmos 8 y 115, por ejemplo) (3). La teología cristiana,tanto de los Padres de la Iglesia como de los autores me-dievales, aceptan esta superioridad humana sobre la Natu-ralezay las criaturas, cuya explotación en provecho propio

se vuelve poco menos que en un imperativo.

"La naturaleza no se ve como algo, sagrado, y por lotanto está abierto a ta explotación por parte de los sereshumanos sin ningún escrupulo moral; de hecho, los sereshumanos tienen derecho a usarla de la forma que mejor lesparezga. A Dios se le retrata normalmente por encima del

¡mriñdo y alejado de é1, y lo más importante es la relación

,.*\ \aet inOiuiduo con Dios y no con el mundo natural. Cier-

{ t i / tamente, según esta forma de pensar, a los seres humanos' .-y ! no se les ve como parte del mundo natural,puesto que son

{ unicos y Dios los ha puesto en un pedestal por encima del

\C3, de las cosos vivientes" (4).

El caso es que los seres humanos van a disfrutar de unstatus absolutamente diferente respecto a las demás cria-turas, pues es el único que tiene un alma (creación divina)y el único al que se le concedió la gracia de la salvación yde la vida después de la muerte terrenal. Para Tomás deAquino el dominio humano sobre las restantes criaturas noera sino la consecuencia del Plan Divino (las criaturas di-vinas debían reinar sobre las irracionales). La Reforma, alinsistir sobre la prioridad o preeminencia de los textosbíblicos, no hizo sino profundizar este antropocentrismo

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radical. "La posición única atribuida persistentemente a losseres humanos en la teología judía y, derivada de ella, en lacristiana, produce una visión sumamente antropocéntricadel mundo que habría de tener un profundo y perdurableimpacto sobre el pensamiento euopeo posterior. aún cuan-do nofuese específicamente religioso" (5). La naturalezaera mejor según fuese transformada por Ia interven-ción humana. En el Plan Divino, los hombres tenían lamisión de continuar la obra de Dios, de darle los toquesfinales (pensamiento que también se encuentra en losalquimistas, como se verá más adelante). Para darse unaidea de lo hondo que caló este modo de pensar en la tradi-ción cultural de Occidente baste señalar, y como un ejem-plo entre muchos posibles, que el economista norteameri-cano H. C. Carey escribió a mediados del siglo XX que"la\Tierra es una gran máquina, entregada al hombre para tque la modele a voluntad' (6). -)

Por lo tanto, se analizarén dos ideas básicas: en primerlugar, la consideración de la Tiena como un lugar malditopor la Divinidad, donde los hombres llevarán una vida desufrimientos, aflicciones y amarguras. Solamente así po-drán redimirse del pecado original cometido por Adan yEva, la primera pareja humana, que desobedeció los man-datos del Creador. Dentro de la visión bíblica. la tierra eslugar de penitencia. Y de tránsito, pues la vida terrenal noes la vida verdadera, sino el medio por el cual se accede ala vida inmortal, esa vida que está después de la muerte ya la cual tienen derecho los hombres rectos y justos que hansabido acatar los mandatos del Supremo Creador.

En segundo lugar, se discutirá una idea proveniente dela filosofia griega, y más específicamente del pensamientoplatónico: la dicotomía establecida entre el Alma y elCuerpo, que también puede traducirse en el antagonismo

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espíritu-materia. Al igual que en la filosofia platónica, elcuerpo sení considerado por el cristianismo como la cárceldel Alma, siendo ésta lo único valioso del ser humano,mientras el cuerpo es bajo y ruin, culpable de los deseos eimpulsos que extravían el Alma y que ponen en peligro susalvación etema. Satanás reina en el mundo material y porello éste es considerado como fuente de pecado y perdi-ción. La Naturaleza, entonces. es demonizada al ser recin-to del Mal.

Esta idea, entonces, fue un desanollo de la teologíacristiana, con implicaciones que obviamente no existían enla filosofia platónica original. Es paradójica la forma enque este injerto griego en el pensamiento cristiano ayuda adesvirtuar otra posible interpretación que podía hacerse dela tradición bíblica. Efectivamente, si tanto la Naturalezacomo el ser humano fueron creados por la Divinidad --€s-te último a imagen y semejanza de Dios-, lo más lógicoes suponerlos sagrados. Esta idea sí la han sostenido variosmovimientos, considerados herejes en su momento por laortodoxia dominante, dentro de la tradición cristiana, lacual en modo alguno es homogénea o monolítica.

En un momento posterior se examinarán otras corrien-tes que ayudan a explicar la concepción dominadora deOccidente hacia la Naturaleza y su consecuente agresivi-dad. Dos aspectos serán centrales en el análisis: primera-mente las nociones experimentales, objetivas y cuantitati-vas propias de la Ciencia, que nace con inigualable esplen-dor durante la Revolución del siglo XVII. De aquí surge laconcepción mecanicista de la Naturaleza,la cual, como severá, es esencial para poder formular una metodología quehaga factible el estudio cuantitativo y experimental delgran problema al que se enfrentan las grandes figuras de laRevolución Científica: el movimiento. En segundo lugar,

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la idea de Francis Bacon de que la finalidad de la Ciencia escomprender las leyes que rigen la Naturaleza con el objeti-vo de dominarla y ponerla al servicio del hombre . "Una vezconocida la naturaleza ---escribió Bacon- se la puededominar dirigir y usar al servicio de la vida humana" (7).Descartes fue aún miás lejos, pues la Naturaleza estaba des-tinada aset "nuestra esclavd'. En la visión de Descafes loshombres debían convertirse "en señores y poseedores de laNaturalezd' (8). En tercer lugar, la idea de Progreso, clavedentro de la llustración Francesa del siglo XVIII, así comoel componente economicista derivado de ella y que seráfundamental en la ideología que sostiene y ampara al capi-talismo: la noción de crecimiento.

Finalmente la racionalidad instrumental medios/fi-nes, desarrollada a principios del siglo XX por el sociólo-go alemiin Max Weber, plasma de modo paradigmático loscontenidos objetivistas, racionalistas, eficientistas y posi-tivistas que han dominado la Modemidad. Todos los ingre-dientes mencionados ayudan a conformar la visión y pra-xis occidental respecto a la Naturaleza.

NOTAS

l. Capra,1999.2. Ponting, 1992.3. Ponting, 1992.4. Ponting, 1992, p. 201 . Cursivas son nuestras.5. Ponting, 1992, p.222. Cursivas son nuestras.6. Citado en Ponting, 1992,p.205.7. Citado en Ponting, 1992,p.206.8. Citado en Ponting, 1992,p.206...

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"Para la civilización que se dice scr occidental y'cristiana. la naturaleza era una bestia t'eroz que había

que domar y castigar para que funciona como unamáquina, puesta a nuestro servicio desde siempre y

para siempre. La naturaleza- que era eterna.nos debía esclavitud"

Eduardo Galeano

El antropocentrismo, entendido col'no una exacerbadaafirmación del hombre que se hace "dominador" de la

naturaleza. ha servido de pretcxto para destruir elentomo natural. Esto se debe a una falsa disyuntiva

entre hombre y naturaleza o entre cultura y naturaleza.En la versión occidental del cristianismo desde San

Agustín, y especialmente en la teología del siglo XVI.tanto la Iglesia Católica como las Refbrmadas

acentuaron el menosprecio de la naturaleza. Esta scconvirtió en sinónimo de oecado.

Ingenrur Íleclstr1nt

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CAPÍTULO ILA TRADICIÓN BÍBLICA

En la cultura occidental ha predominado a partir delsiglo XVII una visión "jryj$qlg!9" de laNaturaleza.Paraesta concepción la Naturaleza es un sg,Ungq4lrjqo, sin qig-guna sgll_s-lb_Ll4ad ni inteliSencia, a la cual se puede explo-tar paria el beneficio de la sociedad humana. En esta con-cepción, el hombre se coloca fuera del ¡ímbito natural. Elloes así por cuanto es un ser privilegiado, pues posee el donde la racionalidad, la capacidad de comprender la realidadnatural y, sobre todo, tiene el poder de cambiar, de transfor-mar esta realidad. El conocimiento significa ahora poder."To-dp ssbet es podgr -escribe el filósofo inglés FrancisBacon-, y poder es dominio de la Naturqleza, de las fuer-zas de la Naturoleza, de las aguas, de los ríos, de las tem-pestades. Debemos dominar a la Naturaleza, uncirla anuestros deseos" (l).

Pero, ¿cuiil es el origen de esta visión de la Naturaleza?La crítica modema coincide en que esos orígenes hay querastrearlos en la propia esencia de la tradición cristiana: LaBiblia (2). El castigo de Adan y Eva por haber desobede-cido a Dios al comer de los frutos del Arbol Prohibido, taly como lo relata el Génesis, y su expulsión del Paraíso conrumbo a la tierra, lugar que les será duro y penoso. Diosdice aAdant"Como le hiciste csso a tu mujer y comiste del

fruto del árbol del que te dije que no comieras, ahora latierra va a estar bajo maldición por tu culpa; con duro fra-

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bajo la harás producir tu alimento durante toda tuvida. Latierra te dará espinos y cardos, y tendrás que comer plan-tas silvestres. Tb ganaras el pan con el sudor de tu frente,hasta que vuelvas q la misma tierra de la cual fuiste forma-do, pues tierca eres y en tierca te convertirás" (3). La tierraserá lugar de expiación para los hombres debido al pecadocometido por el primer hombre y la primera mujer. La tie-rra es maldecida por el Creador y procurará penurias, pade-cimientos, angustias y dolores sin cuento a los seres huma-nos. La tierra es lo contr4¡io del Paraíso: escenario pare-latrastrumanciá á.TIió*Ui", ¿on¿é este vivirá lleno de tena-res, amarguras y sufrimientos. ¿Qué otra cosa esperar en unlugar maldito por la Divinidad? Esta concepción de la tienacomo lugar de expiación y castigo atravesará toda la histo-ria del cristianismo. LaJie_¡1qqq gl*ryLo dg{e_!9r hompresfueron exiliados qgl_pJ_cA{o*"qng4al. Pero cabe la posi-bilidad de regresar al Paraíso original... después de la vidaterrenal y si se cumplió con los preceptos divinos. Antes deello hay que sufrir, por que la tierra al estar maldita, brindadesolación, tristeza y amargura. Por estar la tierra maldita,se hace imposible una relación mística con la naluraleza,pues sería ir en contra de los dictados de Dios.

"La naturaleza ---escribe Rafael Angel Hena, filósofocostaricense-, en esta tradición bíblica, es objeto de a-propiación, extracción y explotación máxima y no algovivo y sujeto de obligaciones. No es la casa propia,compañera amada, sino cosa úü) o sinflemente gene-radora de fuerza física. De ello se ha encargo, cadavezmás y con mayor rendimiento, el aparato científico-tec-nológico". (4)

Sobre este último aspecto mencionado por Hena (elpapel de la Ciencia y la Tecnología en el estudio y la ex-

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plotación racional y eficiente de la naturaleza) se volverámás adelante.

No sólo en el Génesis aparece este violento rechazocontra la Naturaleza (Cosmos). Los profetas de Israel tam-bién ayudarán con sus concepciones teológicas y su apa-sionado rechazo de las religiones cananeas a intensificareste desprecio o desacralización del Cosmos. Este rechazode los profetas tiene causas históricas y religosas muy con-cretas, agudamente estudiadas por Mircea Eliade (5), cu-yos análisis seguimos. En efecto, los pueblos vecinos a loshebreos practicaban la religión característica de los agricul-.tores para quienes, en palabras de Eliade, "lo divino seencorne, o se manifiesta, en los objetos y en los ritos cós-micos" (6), cosa que los profetas consideraban como idola-

¡ tría. En estas_creenSig¡ pl!g!qF4F_ lA na!¡raleza era una epi

,/ ftfúa _d,e*_le djvinidad y su regeneración permanente sim-\ bolizaba el ocultam¡enio f iea/aiiéfí¡¿ del_diqq (paal e¡ 9l,Jlaso de la iel-igión qananea). Lqs dioses rigen los cjclos dela vegglació¡. Algunos de los rituales más importantes delculto cananeo se realizaban en bosques, debajo de los árbo-les o en la cima de los montes. Los profetas querían man-tener la unidad religiosa (ideas, sentimientos, ritos y culto)del pueblo hebreo y para ello consideraban necesarioregresar a la vieja religiosidad de los tiempos de Moisés,cuando Yahvé entregó las leyes que debían regir el com-portamiento "del pueblo escogido" y éste le guardaba te-mor, fidelidad y amor. Esta etapa de la historia hebrea sedesarrolló en el desierto, paisaje de la revelación de Yahvéy, por tanto, el lugar verdaderamente sagrado para los he-breos. Los profetas eran partidarios acérrimos de la "pu-

reze" de su religión. Por'este motivo, la adopeión- quehacían los hebreos de algunas de las ideas religiosas y delas formas cultuales cananeas era un pecado incalificablecontra Yahvé, merecedor del castigo más severo. La vio-

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lenta diatriba de los profetas contra la religión cananea seextiende a sus lugares de culto, lo cual significará la ana-tematización y desacralización de la naturaleza.

"Nunca sufrió la religiosidad cósmica ataques tan vio-lentos. Los profetas lograron finalmente vaciar la natu-raleza de toda presencia divina. Sectores enteros delmundo natural -los lugares altos, las piedras, las fuen-tes, los árboles, algunas cosechas, algunas flores-recibirán el calificativo de impuros, ya que fueron man-chados por el culto de las divinidades cananeas de lafecundidad. La rggión pura y sgnla por excelencia será

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únicamente el desierto, ya que allí se mantuvo,-lsrael en il l

' 1 , ' gry fl{elidad perfecta"a"su-Diqs. La dimensión sagradá t1

dé la uegetación y, en general, las epifanías exuberantes \de la naturateza serán redescubiertas muy tarde. en el )judaísmo medieval" (7). J

Sin embargo, si bien es cierto esta concepción es cen-tral en el cristianismo, en una religión tan vasta y comple-ja no es la única existente, ni, por supuesto, la única enejercer influencia a lo largo de su milenaria historia. Todatradición -filosófica, teológica o científica- se construyede múltiples maneras, en ocasiones contradictorias. Así, ala par de esta concepción que concibe a la tierra como lugarde expiación y a la vida terrenal como un simple tránsitoque luego permitirá las maravillas de la vida etema, tam-bién ha existido otra tradición dentro del cristianismo quese le opone: aquélla para la cual la tierra y todos los ele-mentos y criaturas que la componen son creación divina;por lo tanto, expresión plástica de la voluntad de Dios ymanifestación suya. Son, entonces, sagrados. Conocer lascosas que Dios ha creado es una manera de aceicarse alSupremo Hacedor. De aquí deriva el misticismo que tantosexcelsos frutos literarios ha producido (San Francisco deAsís, Maestro Eckhart, Luis de León, entre otros).

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CAPÍTULO IILA DIcoroMÍAAr,MA-cuERpo EN LA

FILosoFÍA pr,^ltóNICA

La filosofia platónica (y neoplatónica) ejercerá una graninfluencia sobre la doctrina que los cristianos se verán obli-gados a elaborar con el objetivo de esparcir su mensaje porel mundo conocido. Si los cristianos querían penetrar en lasmentes y los corazones de los hombres y mujeres de la épo-ca greconomana, estaban obligados a utilizar las categoríasdel pensamiento griego, la tradición filosófica predomi-nante en el ámbito mediterráneo de entonces. Las ideas pl4-tónicas oqqpaq uq lugar central dentrodefa-ñlosofiagrie-ga. Justo en la época 9lgjgfgelqdl!¡nde_ef cristianismp_,el plato,n_ispo-j-unto a otras corrientes filosóficas cq_qlQ-elestoicisrno, que

-tambien ejE"*ñ.-"Jabit_i,qflus ;_.¡

ciertos aspectos de la ética.cflSIiaga, alcanzauna posiciónseñera en el mundo grecorromano. El pensamiento teológi-co cristiano, elaborado en los primeros siglos posteriores ala muerte de Jesucristo, tomará categorías del platonismo,como más tarde, durante la Edad Media Europea, beberáen las aguas del caudal aristotélico.

La antinomiaAlma-Espíritu será una de esas ideas pla-tónicas que tendrá especial fortuna en la doctrina cristiana.LasideasdeP-latón,s_sbreel,+lmas€+alk*€{Lvadosde-susdiálogo¡, entre los cuales cabría destacar el Fedón, elBanquete (donde estii expuesta, además, la teoría platónicasobre el Amor) y el Fedro (1). Para Platón, la sustancia

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esplqitual del ser humano es el Alma. Elalma es e-spiritualporque es creación divina. Por lo tanto, el Alma constituyelo divino en el ser humano. Es mediante el Alma que los

humanos pueden intuir lo divino y las formas primigeniasde las cosas (las Ideas). Este proceso de conocimiento esllamado por Platón alnllgltll3as" (recuerdo o memoria). Elconocimiento es ilqato, razón por la cual el hombre conoce

c"a"do t.*"tda. Ati como recordando se recuperan los

conocimientos, éstos desaparecen con el olvido.

I El--cgprpg, pg-{,sg parte, es para Platón la car.cel-del-Al-ima. Esta idea será retomada en todos sus extremos por losj pensadores cristianos. Nace así -la .cqntr"aB-q.s:ciÓn*Alma-] Cuerpo, donde la primera es depositaria de todos los valo-

i re.-s espirituale-$ y. djvinos del hp,r-r],bre, *lg-tll3l!l_:::poI representa la-nelqrial.El alma simboliza to i¿éáI, tó"e]éva-I do; el cuerpo, lo bajo, lo terrestre, lo vil. El Alma sólo será

; libre cuando abandone su"prisión":el cuerpo. El cuerpo es

I así sometido a un proceso de desvalorización. Y con é1,". todo el mundo de la materia.

Esta idea constituye, evidentemente, un injerto griego

en la religión cristiana, pues no existe en el judaísmo, la otrafuente espiritual que nutre al cristianismo. Efectivamente,para el pensamiento judío tal concepción del cuerpo es

extraña; aún más: herética. En el judaísmo sería inimagi-nable un cuerpo caído, un cuerpo condenado. Todo lo con-trario, en la tradición bíblica el ¡:uerpo es el templo del Es-píritu S anto ; como tal, sa gradoÓ- jo g.,¡elala.p! -Q--éne sis, hizo

al hombre a su imagen y semejanza. En este sentido, el

cuerpo es una proyección de la Mente Divina. Esta idea so'

bre el origen divino del cuerpo humano prohíbe, imposi-

bilita, cualquier concepción que tienda a rebajar su natu-

raleza. Hacerlo constituiría una afrenta a la sabiduría divina

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4 i.v/ Pero en la doctrina cristiana, a semejanza del pensa-

miento platónico, se va ain más lejos, pues el cuerpo es ho-

.mologado a lo material/Pua Platón el cuerpo es un estor-.. lbo que impide aspirar á una vida más alta y plena, apartan-

,jdo al alma de la sabiduría. El alma puede contemplar las- '1

cosas en sí mismas una vez que se haya desembarazado deesa pesada caiga que es el cuerpo. En la filosofia platóni-ca, el cue{po no solamente es un obstaculo. sino que es

' algo peor: un mal. En el Fedón, por boca de Sócrates habla'Platón de esta manera:

"Porque mientras tengamos el cuerpo y' esté nuestraalma mezclada con semejante mal, jamiís alcanzaremosde manera suficiente lo que deseamos... Nos llena deamores, de deseos, de temores, de imágenes de todasclases, de un montón de naderías que, como se dice, porculpa suya no nos es posible tener nunca un pensamien-to sensato. Guerras, revoluciones y luchas nadie las cau-sa, sino el cuerpo y sus deseos, pues es por la adquisi-ción de riquezas por lo que se originan todas las guerras,y a adquirir riquezas nos vemos obligados por el cuer-po, porque somos esclavos de sus cuidados; y de ahí,que por todas estas causas no tengamos tiempo paradedicarlo a la filosofía (...)Entonces, según parece, ten-dremos aquello que deseamos y de lo que nos decla-ramos enamorados, la sabiduría; tan sólo entonces, unavez muertos, según indica el razonamiento. ), no envida. En efecto, si no es posible conocer nada de unamanera pura juntamente con el cuerpo. una de dos. o esde todo punto imposible adquirir el saber, o sólo es posi-ble cuando hayamos muerto, pues es entoncetcuando elalma queda sola en sí misma, separada del cuerpo, y noantes. Y mientras estemos con vida, más cerca estare-mos del conocer, según parece, si en todo lo posible notenemos ningún trato ni comercio con el cuerpo, salvoen lo que sea de toda necesidad, ni nos contaminamosde su naturaleza, manteniéndonos puros de su contacto,

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hasta que la divinidad nos libre de é1. De esta manera,purificados y, desembarazados de la insensatez del cuer-po, estaremos, como es natural, entre gentes semejantes

. a nosotros y conoceremos por nosotros mismos todo loque es puro; y esto tal ves sea lo verdadero. Pues al queno es puro es de temer que le esté vedado el alcanzar lopuro" (2).

Continuando esta línea de razonamiento, el cuerpoJi€-

neimp_ulgqs,tr.eccsid¿desy.deseosqus__sga!-sonsidcradgqpor la asética.crisliana .como -p-e*c"amino.so$. Esto s impul-sos y deseos tieneq el poder de apartar.al cristianq "dqhgglocamino, er-npujandolo*g!p_qgad-o- y_ la pgrdición. El cuerpoes manantial inagotable de tentaciones que pueden extra-^'tl- viar al cristiano, alejandolo de la Vida Etema. El cuerpo esdemonizado al ser convertido en instrumento de Satanáspara empujar a los hombres hacia el Mal. En toda la Ma-teria, de la cual el cuerpo es una manifestación, habita elDemonio y desde esta atalaya lanza sus ataques contra loshombres de bien. La-Sexuali-"49!, parte fundamental delcuerpo y de la existencia humaná, es también satanizada.El sexo se transformará en una especie de espíritu maléfi-co contra el cual dirigen monjes y frailes toda clase deexorcismos

" Latarca del cristiano será atnansar su cuerpo como si

se tratara de una fiera salvaje y peligrosa. Por eso no debesorprender que los monjes medievales. en la obscura so-ledad de sus celdas, se azotaran con látigos, se automuti-larén, infligiéndose todo tipo de torturas. Era su peculiarmanera de domar a la fiera, cuyos deseos había que com-batir con la máxima energía posible, pues podía alejarlosde la senda divina. El:yftp: *qg¡1qgl T-94i-o-.d,9 p,lgeerJfel!g!,Q$, s!p-o_ fggnte de penitenc!4, tortura, aflicción y

dolor. La vida no ñ¡ati¿ctra páia el disfrute y el goce --cs-

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Colofón inevitable de las ideas anteriormente expues-tas: laNaturaleza,el cuerpo, al ser asimilados a lo material,donde anidan las fuerzas demoníacas, se consideran obs-tiículos que el Alma necesita vencer si desea aspirar a laRedención. La materia es un peligro potencial para la Sal-vación, aspiración máxima del espintu humano denfio dela religión cristiana. El Cuerpo y la Naturaleza aparecencomo fuerzas aliadas a Satán y, por ello mismo, como ene-migos del alma humana y su más alto empeño: alcanzatalgún día la felicidad incomparable de la Vida Eterna.

Estas concepciones religioso-metafisicas van a condi-cionar, dentro del Occidente cristiano, visiones, actitudes yprácticas respecto a la Naturaleza.

| "El cristianismo ----escribe Hedstrom- ha sido clara-

1 mente influenciado por el dualismo de la concepción

i helénica, la cual separaba lo material como elemento

f negativo y muerto y lo espiritual, como algo positivo y

I bueno para el hombre. Hubo entonces una separaciónI bueno para el hombre. Hubo entonces una separaclonj entre cuerpo y alma. Y aquí está la cuestión central: una

I vez introducida esta separación entre lo material y lo

I espiritual, se cortó la relación primigenia entre el hom-bre y la naturaleza que lo rodea. El hombre quedó librepara explotar la tierra a su libre antdo" (3).

iI\En el "inconsciente colectivo" (Karl Jung) occidental

subyace la idea de una naturaleza amenazante, que al abri-gar fuerzas perniciosas, malignas, desafi a constantementeal ser humano. Se trata de una "naturaleza caída", al igualque el hombre, pero que, al contrario de éste, no es sus-ceptible de redención. La Naturalezaserá siempre la encar-nación de la Materia. El hombre deberá dominarla parapoder sobrevivir, pues una de sus partes componentes, elcue{po, es también material y tiene necesidades que de-

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mandan satisfacción. Pero la existencia humana gira entorno a su componente más valioso: el Alma. Su atenciónes prioritari a. Lavida es un perenne enfrentamiento con lasfuerzas del mal. Su santuario: la Naturaleza, el Cuerpo. Enfin: la Materia.

La dicotomía Alma-Cuerpo, Espíritu-Materia cruza Iahistoria de la cultura cristiano-occidental. Esta dicotomíaes una herida siempre abierta que impide al Occidente re-conciliarse consigo mismo. Occidente necesita rehabilitara la Naturaleza y al. Cuerpo. Las concepciones según lascuales lo material (el Cuerpo y la Naturaleza) son bajos ydémoníacos, opuestos a lo espiritual, a su vez encarnado enel Alma, ha envenenado la vida espiritual de Occidente,pues es dificil construir una relación simbiótica con la Na-turaleza satanizando al Cuerpo y ala materia. Más aún: sise les concibe como enemigos de la máxima realizaciónhumana: el acceso a la Redención. Este componente de laherencia cultural de Occidente necesita de una urgente rec-tificación. En sus peores extrenps, el desprecio de la vidaterrena (y del mundo material[ la concepción de la vidacomo tránsito hacia una vida más plena y etema, llegó aconsiderar toda afirmación vital como la máxima traición,al implicar un desdén por la vida ultramontanao es decir, lavida verdadera, anhelo supremo de todos los cristianosauténticos. Si la materia estaba demonizada, si el mundomaterial era el reino del Demonio, si la vida humana no erasino /a expiación de un pecado y una culpa originales,entonces en perfecta lógica todo intento de revalorizacióny de afirmar la vida se transformaba en una ofensa contraDios, en una herejía digna de ser perseguida implacable-mente y castigada con el mayor rigor. Las persecuciones sedirigirán contra todos cuantos osen manifestar inclinacio-nes por disfrutar los goces que la vida ofrece. La brujeríafue perseguida en parte porque el uso de sustancias alu-

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cinógenas, amen de otros cdmportamientos y actitudes que

le eran atribuidos por los inquisidores, implicaba un inten-

to de afirmar esta vida, al tiempo que mostraba un malsano

escepticismo sobre el más alláy sus inciertos goces (4).Ia

Modemidad, que nace en el Renacimiento, representmáuna decidida afirmación vital (5), un enérgico rechazo con-

tra las cadenas que intentan inmovilizar la voluntad de viü

y la búsqueda frenética de todas las experiencias

enriquezcan la peripecia vital humana. "Las drogas de

brujas --escribe Antonio Escohotado- delatan lo prohi

do por excelencia, que es un deseo de abrazar el más

opuesto al fervor por el más allá. Sin embargo,

volver a sentirse en la Tierua como en su casa, y no

en un destierro, es lo que representa el Renacimiento,

ritu animador de la edad moderna. Ilustrado ei'

mente por Fausto, el nuevo hombre prefiere vender su

al diablo que adorar a un Dios reñido con la vida" (6).

Las raíces judías del cristianismo pueden ser deutilidad; en efecto, si tanto el hombre como la

son creaciones divinas, eso significa que el hombre tiene

responsabilidad: ayudar a mantener la creación y la

tinuación de la vida. De este modo, el hombre se

tituye en un colaborador del Hacedor Supremo,

liándolo en la renovacién de lo que Él creé: la Vida,

Naturaleza. Este puede ser un camino para que el

como dice Ingemar Hedstróm, se reintegre a la Creaci

reconciliándose consigo mismo y con la Naturaleza (7).

30

Page 20: La Naturaleza Caida

CAPÍTULO IIIEL MECANICISMO DE LA REVOLUCIÓN

CIENTÍFICA DEL SIGLO XVil

"La veneración de la que estiin imbuidos los hombrespor lo que llaman naturaleza ha sido un desalentador

impedimento para el imperio del hombre sobre lascriaturas de Dios que son inferiores"

Robert Boyle

"La revolución científica de Europa transformóla Naturaleza de terra mater en una máquina y

una fuente de materias primas; con dichatransformación quedaron eliminadas todas las

limitaciones éticas y cognoscitivas que impedíanviolentarla"

Vandana Shíva

Nuestra ciencia y nuestra tecnología estan basadasen un concepto del siglo XVII según el cual la

comprensión de la naturaleza implica ladominación de la misma por el hombre"

Fritjof Capra

Muchas de las grandes figuras de la Revolución Cien-tífica del siglo XVII otorgaron un significado muy especiala su trabajo investigativo: al conocer los secretos del Cos-mos se conocían al mismo tiempo los designios y misteriosde Dios, puesto que fue El Quien creó todas las maravillas(1). El trabajo científico era considerado por hombres co-

5 J

Page 21: La Naturaleza Caida

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¡ mo Kepler, Galileo y Newton un modo de acerca:

I tu OiuitriOad (2). En el fondo, la Ciencia permiiiáder una relación mística con el Creador. De aquí seel fervor que ponían en su trabajo estas grandes mentes.se trataba, como piensan algunos, de una entrega apasida ala búsqueda del conocimiento. No; era una búsqefectivamente apasionada y ardiente, pero nodel conocimiento sino, sobre todo, para poder descifrararcanos de la Creación como vía de unión mística conDivinidad. Si se desconocen las motivaciones íntimaslos investigadores ligadas a factores religiosos, estéticossicológicos dificilmente se comprenderá en toda sutud la historia de los principales descubrimientos cicos (3). En todo caso, ahora interesa destacar lación mecanicista que surge también durante la RevolucidCientífica del siglo XVII, puesto que ella suministraráparte muy importante del cuerpo ideológico de lavisión conquistadora (o dominadora) que ha hecho posiuna relación tan destructiva con la Naturaleza (4\.

¿Cómo surge esta concepción mecanicista? Lapuesta a esta pregunta es complicada, pero tiene que vergran medida con un problema metodológico --que avez es también filosófico-i- al cual deben dar respuestainvestigadores de la Revolución Científica. Dip-homa es el del Movimiento (5). La Ciencia de este

.,.,periodo -y su disciplina más desarrollada, la Físiquiere estudiar todas las dimensiones del movimiento,de el más sencillo (lacaída de los cuerpos) al más vastorotación de los infinitos astros del firmamento). Peroello es preciso antes establecer una concepción sobremundo y los fenómenos, sean éstos terrestres o celestes.

La Ciencia pretende encontrar Leyes que expliquenrazones del movimiento. Pero para poder alcanzar

34

Page 22: La Naturaleza Caida

Leyes se requiere de regularidades en los fenómenos na-turales. En efecto, si el Cosmos es regido por el azar es deltodo imposible llegar a la formulación de Leyes. Por lotanto, se h aqq Ludispensabl,e-unacqueapaóAp g1a_ la cual la- ' . - -Naturaleza ejecuta siemplg !9s mlsmo111o*vjmientos conuna regularidad precisa: De este modo, es posible descubrirdichas regularidades, cuantificarlas y luego plasmarlas enformulas matemáticas. Las Leyes deben expresar mate-máticamente las regularidades existentes en todas las es-calas y rincones del Universo.

El método científico que nace con Galileo es experi-mental, cuantitativo y matemático (6). Las matemáticasson las encargadas de mensurar, medir, pesar, cuantificar.No sorprende, por tanto,g!_gno,rme desarrollo de las mate-máticas en este periodo. Sin ellas hubiesen sido imposibleslos avances científicos (7). Para Galileo, el Universo esta-ba escrito en lenguaje matemático. Dios,,Supremo Crea-dor, era también el Matemático Supremo/ Como se escri-bió anteriormente, para Galileo el conocimiento de los fe-nómenos del Cosmos era una manera de conocer los mis-terios de la Divinidad, de acercarse a su Absoluta Sabi-duría. De aquí deriva la dimensión mística y religiosa queél otorgaba a su trabajo científico. Esta dimensión, empero,no es la que va a predominar posteriormente en la investi-gación científica, por más importancia que haya tenidopara figuras como Galileo, Kepler o Newton.

El Cosmos va a ser considerado como una especie deReloj gigantesco que se mueve con precisión y regularidad.De aquí el nombre d"A4q.-igggo dado a esta concepción(8). La nattxaleza ya no es una materia viva e inteligente,sino una cosa qtJe se mueve siempre igual, siempre delmismo modo. Se mueve y comporta como lo hacen losseres irracionales. Para el hombre. ya no será un honor'

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35

Page 23: La Naturaleza Caida

estar en el seno de un Ser estupido. El hombre, dentroMecanicismo, se concebirá mucho más listo queNaturaleza. Su inteligencia lo transforma en un ser prigiado, muy distinto a todas las demás criaturas (9).

influjo del Mecanicismo, el hombre se ve a sí mismofuera de la Naturaleza. É1" ser racional, sensible e igente -inteligencia con la cual puede descubrir losnos de la Creación y adivinar los propósitospor la Mente Divina- poco o nada tiene que ver conmundo y las criaturas que le rodean. Entre más se alejehombre de la Naturaleza más elevará su espíritu' La

ximidad con la Naturaleza será sinónima de atraso y,

casos extremos, de animalidad y hasta de(esta es la concepción que predomina en ciertas corri

de la escolástica española respecto a los pueblosgenes americanos,o'pueblos nqturales" a quienes debeminarse y gobernarse, semejante a como el espírituna y gobiema la materia o como el alma, en la concepciplatónica origínal, jinetea -y domina- al cuerpo) (10).

Se trata en este caso de una adaptación de laalma-cuerpo del platonismo, siendo ahora los términosla ecuación los de egpigb.sat€ria, en la cual el primerosólo domina y es superior al segundo, sino que tambiénla máxima realización humana como un alejamiento de

materia (naturaleza). Descartes será el pensador que le dé

esta concepción su más acabada expresión. Según(11), cuyo análisis seguimos, Descartes fundaba su viside la naturaleza (cosmovisión) en la división que

ció entre dos ámbitos independientes y separados: por

lado, el del pensamiento (o res cogitans) y, por otroel de la materia ( o res extensa).

"Esta división cartesiana permitió a los científicos tratar

a la materia como algo muerto y totalmente separado de

36

Page 24: La Naturaleza Caida

ellos mismos, considerando al mundo material comouna multitud de objetos diferentes, ensamblados entre sípara formar una máquina enorme" (12).

En efecto, el gniverlo- rnq]erta! e¡ considerado por Des-cartes y otros grandés filósofos y péñsádores de la Re-volución Científica como p¡ra máqui4a, cuyqs compor-tamientos son regulares, precisos y uniformes. Y mensu-rábles por la cienciá, qütpódiá "*p."r* los resultadosobtenidos en formulas matemáticas. Una naturaleza con-siderada en términos semejantes es despojadadetodaespi-ritualidad, de toda sacralidad.

' "Según Descartes el universo materialera una máquinay sólo una máquina. En la materia no había ni vida, nimetas, ni espiritualidad. La naturaleza funcionaba deacuerdo con unas leyes mecánicas, y todas las cosas delmundo material podían explicarse en términos de la dis-posición y del movimiento de sus partes (...) La basefilosófica de esta secularización de la naturaleza se hallaen la distinción entre espíritu y materia realizada porDescartes. A consecuencia de esta idea. el mundo co-menzó a ser considerado un sistema mecánico que po-día describirse objetivamente, sin tomar en cuenta alobservador humano, y esta descripción objetiva de lanaturaleza se tomó el ideal de todas las ciencias". (13) J

Estas ideas fueron retomadas posteriormente por IsaacNewton, para quien Dios había creado, al principio de lostiernpos, la materia y todas las fuerzas existentes en elUniverso, entre las cuales destacaban las leyes del mo-vimiento. Dios puso en movimiento al Universo que desdeentonces viene guiándose por las mismas leyes, leyesinmutables al ser creación divina. Los fenómenos del uni-verso tienen causas y el deber del científico es buscarlas.De este modo, los fenómenos naturales serán explicados

a aJ I

Page 25: La Naturaleza Caida

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dentro de un vasto coniunto de causas-efectos. De aquí

origina el determinismo que cafacteriza a buena parte

ciencia desde sus albores en el siglo XVII. Y ya que el

verso era una máquina que utilizaba siempre los mi

caminos y cauces, resultaba posible predecir sus

mientos (sus "jugadas"). A tales causas, tales efectos.

"Esta visión mecanicista de la naturaleza, estápor con-

siguiente estrechamente relacionada con un riguroso de-

terminismo. La gigantesca maquinaria cósmica era con-

siderada como totalmente causal y determinada' Todo lo

que sucedía tenía una causa definida y originaba a su

;lil vez unos efectos definidos. El futuro de cualquier parte

,, i del sistema podía -en principio- ser predicho con ab-

soluta certeza, siempre que su situación en un momen-

to dado se conociera con todo detalle" (14)

En consecuencia, la espiritualizaciín humana es

porcional a su alejamiento-.deláÑátura-létd-Si e[ serno desea perfeCcionarse espiritualmente, y esta es su

alta meta en la vida, debe separarse radicalmente de la

firaleza. Se concibe la perfección espiritual como

nica a la materia y, por lo tanto, se anatematizat ., l l vínculo que quiera establecerse entre ambos universos.

Naturaleza (la materia) seiá considerada como uno detantos obstaculos, probablemente el más serio, que elpíritu humano deberá superar en su larga aventura hacia

perfección. Ciertamente, no puede darse a lanat:taleza

papel menos digno y glorioso.

El mundo es considerado como un simple Objeto y

tratado como tal, porque la Naturaleza está al servicio

hombre, rey y señor de la Creación por gracia divi

¿Cómo poder establecer una relación armoniosa,

y respetuosa con el Cosmos manejando semejante visi

38

Page 26: La Naturaleza Caida

Desde Bacon, otro de los padres fundadores de la cienciamodema, la finalidad de la ciencia ha sido, ciertamente, elconocimiento, pero un conocimiento empleado con el pro-pósito de dominar y controlar la naturaleza (15).

Vandana Shiva (16) hace una interesante comparaciónentre las cosmovisiones orgánicas tradicionales y la que

surge del Mecanicismo de la Ciencia del siglo XVII. Todacosmovisión produce metáforas donde se plasma tanto lacosmovisión correspondiente como sumodo de operar rcs-pecto a la naturaleza (intenelaciones sociedad y naturale-za).Enlas metáforas orgánicas de las cosmovisiones tradi-cionales el Orden y el Poder estaban basados en los con-ceptos de interconexióny reciprocidad. El hombre no pue-de concebirse fuera de su entomo natural, con el que esta-blece relaciones caractenzadas por el respeto, la armonía yla responsabilidad. Hay una integración del hombre con lanatt¡raleza (a quien se considera como un todo armónico,vital y sensible) y esta integración crea el marco filosóficopara relaciones existenciales nutricias y recíprocas. La me-táfora mecanicista, por el contrario, concibe alanaturalezacomo wramdquina, creando una cosmovisión y una praxisfirndadas en los conceptos de seporabilidad y manipula-bilidad. El hombre está fuera de la naturaleza porque essuperior a ella. Esta superioridad es la que fundamenta suesfudio objetivo, pues la nattxaleza no es concebida ya co-mo un todo viviente y sensible (hilozoísmo), sino, precisa-mente, como un objeto a estudiar y explotar. Al perderse devista la noción de totalidad de las metáforas tradicionales,la nafrxaleza puede ser descompuesta en tantas partes co-mo sea posible con el propósito de establecer leyes y teo-rías, abstracciones que establecen relaciones causa-efectoentre los distintos segmentos que componen el mundo na-tural. Una vez separadas, las distintas partes pueden sermanipuladas y aplicadas a finalidades prácticas. Estos con-

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Page 27: La Naturaleza Caida

Desde Bacon, otro de los padres fundadores de la cienciamodema, la finalidad de la ciencia ha sido, ciertamente, elconocimiento, pero un conocimiento empleado con el pro-pósito de dominar y controlar la naturaleza (15).

Vandana Shiva (16) hace una interesante comparaciónentre las cosmovisiones orgánicas tradicionales y la que

surge del Mecanicismo de la Ciencia del siglo XVII. Todacosmovisión produce metáforas donde se plasma tanto lacosmovisión correspondiente como sumodo de operar rcs-pecto a la naturaleza (intenelaciones sociedad y naturale-za).Enlas metáforas orgánicas de las cosmovisiones tradi-cionales el Orden y el Poder estaban basados en los con-ceptos de interconexióny reciprocidad. El hombre no pue-de concebirse fuera de su entomo natural, con el que esta-blece relaciones caractenzadas por el respeto, la armonía yla responsabilidad. Hay una integración del hombre con lanatt¡raleza (a quien se considera como un todo armónico,vital y sensible) y esta integración crea el marco filosóficopara relaciones existenciales nutricias y recíprocas. La me-táfora mecanicista, por el contrario, concibe alanaturalezacomo wramdquina, creando una cosmovisión y una praxisfirndadas en los conceptos de seporabilidad y manipula-bilidad. El hombre está fuera de la naturaleza porque essuperior a ella. Esta superioridad es la que fundamenta suesfudio objetivo, pues la nattxaleza no es concebida ya co-mo un todo viviente y sensible (hilozoísmo), sino, precisa-mente, como un objeto a estudiar y explotar. Al perderse devista la noción de totalidad de las metáforas tradicionales,la nafrxaleza puede ser descompuesta en tantas partes co-mo sea posible con el propósito de establecer leyes y teo-rías, abstracciones que establecen relaciones causa-efectoentre los distintos segmentos que componen el mundo na-tural. Una vez separadas, las distintas partes pueden sermanipuladas y aplicadas a finalidades prácticas. Estos con-

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ceptos de s epar abilidad y manipulabil idad estinpara mencionar solo un ejemplo actual, en la bigía, disciplina dedicada a separar e incorporar (genes de un organismo a otro con el objetivo de iunas cualidades determinadas; por sí mismos, talesnismos no podrían desarrollar estas cualidades por sernas a su naturaleza.

i'Es así como la ciencia reduccionista se encuentra en la

raízde la creciente crisis ecológic4 porque entraña unatransformación de la naturaleza tal que sus procesos y

regularidad orgránicos y sus capacidades regeneradoras

quedan destruidos" (17).

Sí, laNaturalezayano es una divinidad llena decia, misterio y sacralidad ante la cual los hombrestemor, reverencia y amor (18), sino una fuentemente inagotable de materias primas que deben servechadas para el progreso de la sociedad humana yel lucro. Carolyn Merchant piensa que lade la naturalezade una madre viva, protectora y nutriciauna materia "inerte, muerto y manipulable" sela perfección a las exigencias de explotación del naccapitalismo (19).

"La eliminación de los postulados animista y orgánicosreferentes al cosmos constituyó la muerte de la natu-raleza, y el efecto de mayor alcance de la revolucióncientífica. Como lanatttralezaera vista como un sistemade partículas muertas e inertes movidas por fuerzasexternas, envez de internas, el propio esquema mecáni-co podía legitimar la manipulación de la naturaleza.

Además, como esquema conceptual, el orden mecánicose había asociado con un esquema de valores basadosen el poder, totalmente compatible con la dirección que

tomaba el capitalismo comercial" (20).

40

Page 29: La Naturaleza Caida

En esta cosmovisión, como fuera indicado, confluyenelementos cristianos y del helenismo, pero transformadosestos últimos por el yunque de la religión cristiana. Por elloparecen acertadas estas palabras del escritor italiano CesarePavese, quien en su célebre diario escribe:

"Antes de Cristo y del Logos griego, la vida era un con-trato e intercambio mágico con la Naturaleza, del quesalían fuerzas, determinaciones, destinos; a ella se vol-vía, y en ella se regenerabh.Después de Cristo y después del Logos, la Naturaleza esseparada del manantial místico delafuerza y de la Vida(que viene ahora del Espíritu). El campo está prepara-do para la Ciencia Moderna que constata y codifica lamaterialidad, la indiferencia de la Naturaleza". (21)

Obviamente, semejante cambio en la visión de la Na-turaleza va a traer una práctica consecuente con los princi-pios que la sustentan. La Naturaleza puede ser arrasada sinque ello importe demasiado. Simplemente se trata del pre-

cio a pagar por el progreso y el supuesto bienestar humano.

"Esta ideología de dominación sobre la naturaleza es elsoporte de un modo de producción, cuya sed de lucro ydesarrollo iracional están provocando no sólo la pau-perización de la mayor parte de Ia población del plane-ta, sino que ha llevado a la depredación y contamina-ción de la naturaleza, campo de sus operaciones, po-niendo en peligro la vida de todos los sectores de lapoblación humana y, esta vez, para variar, no sólo lavida de los pobres". (22)

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Page 30: La Naturaleza Caida

EXCURSO: La conquista euroPea Y sus

para los pueblos y culturas americanas

Pero la violencia y el afan de dominio -voluntad

poder, diría el fitósofo alemán Federico fl*t",*

tig]

más tarde- no sólo se ejercerá contra la Naturaleza'

también contra pueblos y culturas con los cuales se enc

tran los europeos en su gran expansión iniciada a medi

del siglo XV, y que tendrá un hito con la llegada de Cr

tóbal -Colón

a tierras americanas en 1492' Los europeos

innig"tt a la natural eza de las tierras conquistadas el mi

trato cruel y brutal dado a sus pobladores' a quienes et

vizart,explátan o reducen a servidumbre (23)'Ambos' h

bres y naturaleza, se transforman en simples objetos

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p..-lt.r, el crecimiento de la riqueza y el poder'

A 1

"Y que el desprecio por la naturaleza es también un des-

pr."io por el ser httmano, se deja ver fácilmente en el

t"cho qu" lus dos instituciones que más caracterizarcn

al periodo colonial, las reparticiones de indios (ante to-

do en la forma de encomiendas) y las mercedes de tie-

rras (especialmente en la forma de latifundios)' se hu-

üi"*n impuesto paralelamente, sirviéndose la una de la

otra.Enlamental idaddelacolonizaciónoriginar ia,na.turalezay seres humanos eran objetos destinados a la

simple rePartición"' (24)

Los cristianos se erigen a sí mismos en Tribunal I

perior que juzga sobre el carácter religioso y cultural de

pueblos que van apareciendo ante sus atónitos ojos' C'

,ro ,on cristianos ni tienen noción alguna de los princi

del cristianismo, sus religiones son obra del Maligno y'

ende, merecedoras de abominación' Su misma condir

humana será puesta en entredicho' Para el teólogo e

Ginés de Sepúlveda, los indios americanos tienen

Page 31: La Naturaleza Caida

vagamente humana, pero no son hombres verdaderos (25).Pueden, entonces, ser sojuzgados y esclavizados por loscristianos que tienen "justo derecho" sobre sus personas,propiedades y recursos naturales. De aquí surge el concep-to de "gueta santq" que los europeos esgrimirán comoexcusa ideológica legitimadora contra todos los países ypueblos a quienes desean sojuzgar.

Esta excusa, ahora secularizada, todavía es empleadapor las potencias occidentales para sus guerras de agresión.El último ejemplo fue Irak en 1991. Esta violencia ejerci-da de manera continuada y sistemática contra países másdébiles y cuya finalidad principal es frustrar el desarrolloindependiente de éstos (26), escondida bajo una nutridapropaganda de principios pretendidamente nobles y huma-nitarios, ha sido denominadao'sacrificial" por algunos au-tores (27). Se trata, ciertamente, de un sistema económicoque sacrifica tanto a los recursos naturales como a impor-tantes sectores de población en naciones a las que se les haasignado un papel subordinado con respecto a los centroshegemónicos. Aquéllos no son los verdaderos dueños delos recursos naturales que albergan. Quienes realmente tie-nen derecho a usufructuarlos son las metrópolis industriali-zadas (28). Esta relación destructiva de las grandes poten-cias occidentales con los recursos naturales de los paísessubdesarrollados ha durado largos quinientos años y nohay señales de cambio o rectificación. Muy al contrario, laspolíticas de globalización y apertura comercial están in-fluyendo en una intensificación en el uso destructivo de losrecursos naturales pertenecientes a las naciones pobres,con graves consecuencias humanas y ambientales.

v , Así, pues, la expansión europea dio inicio al proceso de"degradación

ambiental y desequilibrio ecológico en Amé-rica Latina, Asia y Africa (pauperización de suelos, des-

43

Page 32: La Naturaleza Caida

trucción masiva de los bosques y liquidación de la flora

la fauna), proceso que sigue al generalizado establecü

to en las tierras conquistadas de la monoproducción

cola, ganadera o minera (29)' Los bosques son arras

p*tré, sustituidos por monocultivos como la caña de

tar, el tabaco o por la actividad ganadera extenstva'

tas tierras se abandonaban, terminando convertidas en

finalidad primordial era abastecer las poblaciones que

gían alrededor de las grandes explotacion"l*iltlut:.'

fiahente en Méjico y la región andina (Peru' Bolivia

Ecuador). Luego de ser utilizadas hasta el agotamiento' e

les (30). Todas estas regiones y algunas otras más que

perimentaron un auge pasajero --como el nordeste br¡

ieno- son hoy erl día las más pobres, atrasadas y aml

talmente deterioradas de Améric aLatitta,incapaces de

tener a largo plazo cualquier tipo de actividad producti

Para el filósofo chileno Femando Mires (31) la

parte de las creencias y prácticas que se dan en Am'

Latina sobre la tafixalezasurgen durante la Colonia i

ca, aunque se extienden hasta el presente como elem(

centrales de las teorías -ideologías mas bien- del

cimiento. Estas prácticas y creencias armonizan per

mente con la relación dominadora que respecto a la

raleza caracterizaa la cultura que se denomina a sí mi

"bárbaro",o'atrasado" o "rudimentorio" ' En consecue

deberá ser"civilizado". Es decir, "cristianizado" y"

dentalizado". Si se niega, le espera el castigo' el

metimiento o la destrucción. El cristianismo ayudó a

la justificación religiosa de este imperialismo cu

Page 33: La Naturaleza Caida

brind¿índole a los europeos el escudo de "buena concien-cia" que necesitaban para encubrir los saqueos y las matan-zas. Sin embargo, lo que este escudo ideológico impedíaverera"que destruir a las religiones idolátricas y, por cierto,a sus portadores, los indios, significaba destruir códigos deinformacione s y dato s articulados e spiritualmente, me dian-te los cuales los aborígenes habían establecido sus relacio-nes con la naturaleza y con la sociedod' (32).

2) La creencia en la infinitud de los recursos natu-rales y energéticos de las tierras americanas. Con el des-cubrimiento del"Nuevo Mundo" swgió el mito de la enor-me riqueza americana, donde los frutos y los metales esta-ban a flor de tierra o al alcance de la mano. Esas dotacionesnahrales, y, por lo tanto, las riquezas que de ellas se podíanobtener, eran in{initas. El mito de El Dorado puede expre-sar bien esas creencias sobre el carácter portentoso de lanaturalezaamericana. Una concepción de este tipo es anta-gónica a las filosofias y praxis de los amerindios así comoa una explotación racional y equilibrada de la Naturaleza.Al mismo tiempo, tal concepción ampara, justifica y alien-ta prácticas de saqueo respecto a los recursos naturales, quehan sido, precisamente, la tónica en la historia americana,Estas creencias y prácticas se mantienen todavía hoy, cuan-do se sabe que los recursos naturales son finitos, situaciónpuesta de manifiesto, para mencionar sólo un caso, en lacreciente extinción de especies animales y vegetales.

3) ta creencia de que las "cos¿s de este mundo"tienen un valor que trasciende al de su uso inmediato oprevisto. Eso quiere decir que la natrxaleza estará en fun-ción de las ambiciones e intereses humanos. En otras pala-bras: laNaturaleza siempre será consideradaun medio paralas aspiraciones humanas de enriquecimiento y poder. Deeste modo, se desconoce la utilidad prácfica de los recursos

45

Page 34: La Naturaleza Caida

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naturales: servir para la reproducción de los individuos y

las sociedades humanas, tal y como eran las visiones i

lectuales y las praxis cotidianas de las culturas ameri

aborígenes. "Esa creencia ha hecho posible que en

de valores hipostasiados fuera desvalorizada la ut

real que ofrecía la naturaleza a sus consumidores y

ductores más inmediatos" (33). Esta visión de la

subordinada que fi.nciona como medio para las

nes humanas de grandeza, riqueza o poder todavía

sobre el "inconsciente colectivo" de los países lati

ricanos. Un objetivo de cualquier filosofia crítica

debe ser el de desnudar y desmontar los presupuestos

humanos, antinaturales y anticomunitarios de esta

Es un requisito previo con miras a establecer una

racional, justa y simbiótica con el medio ambiente.

4)La creencia de que el centro de la vida

ca y cultural sólo puede residir en las ciudades. En

stro continente se asocia a lo urbano con la civilizaci

hasta con lo humano, mientras el campo, lo rural, es

culado a lo "primitivo", al "Qtraso" o a lo "salvaie".

valoración negativa tiene dos consecuenciasrelacionadas: en primer lugar, el campo debe ser "ci

do" o"modernizado" segitn, claro está, los criteriosjados en las ciudades; en segundo lugar, en aras de la

vilización" , la "modernización" o el "desarrollo" , no

tirán consideraciones humanas o ecológicas al momento

implementar aquellos métodos o prácticas que le

tirán al campo abandonar primero y superar después" pr im i t iv i s m o" atÁv ico .

El conflicto campo-ciudad es uno de los

problemas de las sociedades latinoamericanas. El

desconfianza y una siempre latente hostilidad

la relación entre los habitantes del campo y la ciudad.

46

Page 35: La Naturaleza Caida

"Tales conflictos ----concluye Mires- tienen su origenen la creencia de que las ciudades, de por sí, tienen unstalils superior al campo, lo que no es más que una ex-presión para señalar que todo lo que tiene que ver con lanaturaleza, es necesariamente inferior. La reconcilia-ción de las personas con la naturaleza pasa por la re-conciliación de las ciudades con el campo (y viceversa),lo que implica la introducción de reformas tan exfaor-dina¡iamente profundas en las respectivas economíasnacionales, que ni siquiera el más revolucionario de losdesarrollistas puede imaginar" (34).

Las repúblicas iberoamericanas, una vez alcanzada susrespectivas independencias políticas, se abocaron al impul-so de variadas actividades económic¿N que continuaron ladepredación ambiental iniciada durante la Colonia. Losnuevos productos de exportación que se van sucediendo enel tiempo y en el espacio(cafe, henequén, caña de azúca4banano, algodón, cobre, estaño, petróleo y otros mas) pro-pician una enorme colonización agrícola traducida en defo-restación, uso intensivo de los suelos, etc., colonizaciónque también se ve acompañada de procesos erosivos, se-dimentación en los ríos, contaminación de las aguas, etc. Ala destrucción y la degradación ambientales habría queañadir los factores sociales como la concentración de latierra y de las riquezas. Lapobreza social y el deterioro dela Naturaleza constituyen un único proceso simultáneo,dos caras de la misma medalla. Esta situación se agravaríacuando en la década de 1930 se inicia la industrializaciónen los países más grandes del subcontinente (Brasil, Mé-jico, Argentina, Chile, Colombia), industrialización cuyoasiento serán, claro está, los centros urbanos más impor-tantes (Buenos Aires, Sao Paulo, Méjico D.F., Santiago,Bogotá). Resumiendo esta situación escribe Luis Vitale:

Page 36: La Naturaleza Caida

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"El subsistema urbano agravó significativamente el

deterioro ambiental. La expoliación de los ecosistemas

estuvo en función de las ciudades y puertos o por donde

salía y se procesaba la economía agrominera exportado-

ra. El deterioro se acentuó a partir de la década de 1930,

con el inicio del proceso de exportación que transformó

a nuestras sociedades de agrarias en urbanas". (35)

Poco después de los amerindios serán los africanos

los asiáticos quienes sentirán la brutalidad de la ambici

expansionista europea, a la que nada es capaz de saciar, y

para la cual los hombres, la flora y la fauna -no se

cen diferencias entre ellos, pues forman parte de un

informe que aguarda por su explotación- de las ti

conquistadas son simples medios para llenar la necesi

de poder, lujo y riqueza. De este modo, se inicia el saqt

de los recursos naturales y humanos de lo que posteri

mente será llamado el Tercer Mundo, en favor de los

es europeos, especialmente de Gran Bretaña, Francia,

landa, España y Portugal. Se produce un drenaje gi

tesco de recursos hacia Europa -hacia fines del siglo

entran en escena los Estados Unidos, que compartiránsus pares europeos la explotación de los países

rollados-, que harán posible en el siglo XVIII la

lución Industrial. Sin esta enorme "acumulación origi

de capital" derivada de la explotación de América, A

y Asia --que continúa hasta el día de hoy-, el ace

crecimiento y expansión de las naciones desarrol

serían inconcebibles (36).

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48

Page 37: La Naturaleza Caida

rytNOTAS

L Easlea, 1981.2. Rodríguez Barrientos, 1994. "Durante el siglo XVI, el interésporlamagia naturalis representará un nuevo esfuerzo por llegara una aproximación entre la religión y la naturaleza. El estudiode la naturaleza constituía de hecho una búsqueda que intentabaconocer mejor a Dios" (Eliade,1999, tomo III, p.323). ParaRobert Fludd, célebre químico y alquimista inglés, el cono-cimiento del cuerpo humano -es decir, el microcosmos- develay revela la estructura del Universo y conduce hacia el Creador.De esta manera, en tanto mejor se exploraba y se profundizabaen el conocimiento del Universo más se avanzaba al mismotiempo en el conocimiento de si mismo (ver Eliade, 1999, tomoIII, p. 328). En el Universo están impresas "las huellas divinas".Por eso, conocer las leyes, ritmos y estructuras del Universo ydel cuerpo humano -macrocosmos y microcosmos respectiva-mente, según esta concepción renacentista profundamente in-fluida por las ideas herméticas, vueltas a redescubrir en esteperiodo crucial y fecundo de la historia y de la cultura europeas-es conocer al Creador, comunicarse con ÉL acceder a Su Sa-biduría Suprema. La ciencia como una accesis y una gnosis mís-tica.La ciencia, en efecto, se ejercita como una actividad místi-ca. Lo que místicos como San Juan de la Cruz o Santa TeresaÁvila intentan mediante trances lo harán los científicos a travésde sus investigaciones. La ciencia es una vía que lleva al des-cubrimiento de los designios divinos, puestos de manifiesto enlas leyes que rigen el macrocosmos y el microcosmos y susrespectivas correspondencias (o analogías). Evidentemente estesustrato místico de la herencia hermética se perdió en favor delos elementos cuantitativos, matemáticos y experimentales usa-dos por los grandes pioneros de la ciencia moderna, comoGalileo y Newton, a medida que la ciencia evolucionaba.Precisamente Newton fue un ferviente alquimista y seguidor delas ideas herméticas (ver Eliade, 1999, tomo III, especialmenteel análisis contenido en las páginas 323-330)"3. Easlea, l98l; Kuhn, 1985.

49

Page 38: La Naturaleza Caida

4. Butterfirel d,|98};Prigogine y Stengers' 1983'

5. Prigogine Y Stengers, 1983'

6. Rodríguez Barrientos, 1994'

7. Bemal, 1976; Butterfield, 1982'

8. Capra,-1998; 2000; Prigogine y Stengers' 1983'

é1. éiptá, tg9á, zooo; Iúoia castellanos' 1998; Riera' I

Horkheimer Y Adomo, 2001'

tO. Vtir"r, rógO y 1990. Horkheimer y Adorno' 2001'

11. Capr4 1998,2000.12. Capra,2000, P. 30.13. Capra, 1998, pp' 63 y 70' La misma idea se encuentra

Capra,2000, P.79.14. Capra,2000, P' 78.is. ólpta 1998;2000; Horkheimer Y fdomo','99.1:,11ióoo. b"óta relaciona la actitud agresiva y dominadora

Bacon hacia la naturaleza con el papel de juez que desemp

durante varios años en la Inglaterra de su époc4 que' como

;;; t al igual que buena parte.de Europa' * t-1i:l::1'."^l

unu grun "*u d" brujas, las cuales eran frecuentemente t(

radai f,l mismo Capra parece vislumbrar en esta actitud

relación entre el Mecanicismo de la ciencia modema con

patriarcalismo. En otras palabras, los valores de la ciencia n

derna se hayan impregnados de la visión {el mundo

-d¡-sociedad pairiarcal. Estas son las palabras de Capra a

á" nu"on, "La naturalezaha de ser perseguida en sus

deos, escribió Bacon, obligada al sewicio y esclavizada' Se

debe meter en cinturay la-meta del científico es torturarla h4

que revele sus secretás' Estas violentas imágenes de la I

ialetacomo si fuera una mujer a quien hubiera que torturar

que revelase sus secretos con la ayuda de dispositivos mec¡

"or, no, recuerda a las torturas de mujeres 1T:?Í".l?tlt*l::Uttj.tiu que se celebraban en aquel siglo XVII' juicios con

qu" nu.on estaba muy familiarizado, pu.": flt.l,Ti t^":1"],

i"V i*"t I. Se trata dó una relación crucial y temible entre (

ciá mecanicista y los valores patriarcales' que tuvo un trem'

impacto en el áesanollo posterior de la ciencia y de la

' t ' i , '' l l

r l

nología" (CaPra, 2000,P' 427)'

16. Shiva 1995.

50

Page 39: La Naturaleza Caida

17. Shiva, 1995, p.57. Escribe Descartes: "Es posible llegar a

conocimientos muy útiles para la vida y que, en lugar de la

filosofia especulativa que se enseña en las escuelas, pueda en-

contrarse una practica a través de la cual, al mismo tiempo de

conocer la fuerza y las acciones del fuego, del agu4 del aire delos astros, del cielo y del resto de los cuerpos que nos rodean, de

manera parecida a cómo conocemos los oficios de nuestros arte-

sanos, podamos emplearlos para todo lo que sea necesario, y

convertirnos así en amos y señores de la Naturaleza" (citado en

Riera, 1997,p.229).18. Eliade, 1984, 19q1,1Ú,992,1994.19. Citada en Shiva, i995, pp. 48-49. I 7 l,lAY- 200220. Shiva, 1995, p. 49.F,|filósofo costarricense Eduardo SaxeFemández hace unos análisis sobre el tema capitalismo/mecani-cismo/dominación y explotación sobre Ia naturaleza que vale la

pena reproducir in extenso "Con el ananque de la llamada mo-

demidad y del capitalismo mercantilist4 se ha alcanzado ya el

conocimiento del planeta en su forma y dimensiones de conjun-to, así como el desanollo del conocimiento científico, y de unaactitud racional-científica (aderezadao no con un traje teológico-romo Newton o Hegel). Una actitud desacralizante, laicizante,atea, positiva, científica. El dominio del conocimiento científico,tanto teórico como aplicado, indudablemente ha dado a Occi-dente y al capitalismo un margen de ventaja sobre otras civili-zaciones y pueblos. Ya en la temprana teoría política, econó-mica, capitalista, por consiguiente, lo que hoy se llama cambiotecnológico y el control del conocimiento eran fundamentalespara disponer de (poseer la capacidad para implantar) definicio-nes de la situación. El cosmos/mundo, la universalidad, para elcapitalista cristiano es una máquina, un mecanismo como el deun reloj o como el de los cuerpos celestes -en la mecánica new-toniana. La naturaleza del planeta entero, y todo otro (ente opersona) que no sea cristiano, europeo, comerciante, burgués(tanto como el noble -y en cierto sentido hasta el plebeyo-),

estan o existen para uso y beneficio de quienes posean esas ca-racterísticas occidentales. Resulta claro que esta modernidad

occidental es impuesta mundialmente no sólo por la superiori-

7

"- f ,"r :1 : -. i .

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il

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dad técnica y luego tecnológica europeas (y de USA)' sino

uiJn pot ru árguniru"ión' por su brutal fanatismo expansio

cristiano y ,u"irtu, y por la idea de una naturaleza suf

dante y a disposición' una naturaleza concebida como

i.r¡"ó 1s6s-productora Qtangenéseos)-que el macho (v:

;;i";;" debe conquist¿r, dominar' emplear fti

bT:::t,:

pio exclusivo. (Existe una correlación entre la depreclacr

icológica y la depredación machista contra las mujeres

infanás 0), siendo este un sentido de por qué se interre

lo sociai-y lo ecológico en el peligro ontológico ect

(Saxe Femández, 1999, pp' 175-l76"fodos los

pertenecen al texto original)')1. C"rur" Pavese, 1992, p' 346' El oficio de Vivir (

31411949.22. Hedstróm, 1990, P. 82'

23. Hena, 1994; Olivier' 1 988'24. Mires, 1990, PP. 94-95'25. \ea,1978, 1980.26. ChomskY, 1984' 1993'27. Hinkelammert' 1993.28. ChomskY, 1984, 1993, 1996'

29. Yan der Laat, 1988; Olivier, 1 988'

30. Olivieq 1988.31. Mires, 1990.32. Mires, 1990' p.92. Énfasis son del autor'

33. Mires, 1990,P.94'34. Mires, 1990,P'97.

i l l

' r , 1 r ,35. Vitale, 1988, p. 180.36. Amin, 1999; bhomsky, 1993; Dierckxsens ' 1997 ' "El

trol de las fuentes de energia y materiales y la explotación de

manodeobraco lon ia ldesempeñaron,yaúndesempeñan, t

fafet "tttategico en el crecimiento económico de los países

sarrotlados. En efecto' el comercio internacional ha permitir

los países industrializados abaratar considerablemente no s

,u ,nuno de obra mediante la importación de a|imentos y pi

,o, burator, sino también los subsidios energéticos y los m

riales consumidos en el mantenimiento y en la expansión

ó"plr¡. Su control ha resultado absolutamente vital para

52

Page 41: La Naturaleza Caida

reproducción ampliada, para engrasar el mecanismo de Ia acu-mufación capitalista. Elobjetivo no ha sido únicamente abarafarla energía y las materias primas para que la producción capita-lista pudiera hacerse a escala ampliada, sino de controlar tam-bién los recursos de significación estratégicapara la misma. Lanoción de 'Intercambio Desigual' debería incluir también estatransferencia desigual de energía y materiales, de capacidad desustentación en definitiva, pasando a denominarse IntercambioEcológico Desigual. Los efectos han sido catastróficos desde elpunto de vista económico y ambiental, no suficientemente valo-rados por los estudios convencionales sobre subdesarrollo: laapropiación imperialista de las fuentes de materias primas yenergía y la presión hacia su constante abaratamiento ha provo-cado la destrucción de la base de los recursos naturales de lospaíses pobres y, como consecuencia de ella, la degradación delpotencial productivo de sus ecosistemas y de sus fuerzas socia-les de producción (..,) Desde una perspectiva ecológica, quetiene en cuenta que el desarrollo se ha basado en fuentes de ener-gía y materiales no renovables y por tanto de existencias limi-tadas, la explotación imperialista ha producido una pérdida netade recursos que nunco pudieron ser invertidos en el desarrollode los países pobres. El subdesanollo es el proceso históricoresultante tanto de la asignación desigual de la riqueza en fun-ción del reparto también desigual de la tecnología, como de latransferencia a los países industrializados de la riquezageneradapor la sobreexplotación de los recursos y de lafuerza de trabajode los países pobres" (Garrido y González de Molina, 1997, p.139. Paréntesis es nuestro. Las cursivas pertenecen al original).Julio César Uribe ha desarrollado una interesante tipología con-ceptual que intenta aprehender teóricamente el despojo de terri-torios, recursos y culturas sufrido *y el proceso continúa en laactualidad- por los pueblos amerindios y otros grupos étnicos(como las comunidades negras colombianas del Chocó, que élanaliza en un estupendo ensayo). Por ahora solo deseo llamar laatención sobre tres de los conceptos empleados por Uribe: deste-rritorialización, etnoc idio y bioc idio. P or des teritorializaciónUribe entiende la "pérdidaforzada que de sus territorios sufrenlos grupos étnicos, por no reconocimiento jurídico de su po-

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sesión ancestral, por invasión extema con fines econón

por desplazamiento forzado de la población' o por la

gación áe estos f,actores, dentro de proyectos hegemónicm

iaíces históricas fuertemente asociada a planes de expolia

territorio suministra los recursos naturales que hacen postü

existencia de una sociedad y una cultura con configuraci

económica y mercantil ización de la naturaleza" (Uribe

mosillo, tl9t, p' 216)'Elterritorio es el ámbito geográfico

de los pueblos y comunidades despliegan el conjunto de

actividades ".onórnitut, políticas y culturales' Obviament

específicas. Sin el control de esos recursos naturales (y de

ectsistemas que los contiene) sería impensable la autonomí¡

cial, política y cultural de estos pueblos' El teritorio es ar¡

de intercambios materiales y simbólicos que dependen de

base material, la cual en caso de desaparecer significaría la

trucción del entramado social levantado sobre ella' De este

do, el territorio es mucho más que un ámbito geográfico: se

. , r l t ,

' r r ¡ , | | i

l , , i l : ,

de un espacio físico histórica y socialmente construido' Un

rritorio así posee profundas dimensiones existenciales para

comunidadés que lo habitan (quizás sería mejor decir:

viven).Por etnocidio Uribe entiende "la desaparición pro

forzada, por condiciones y factores externos, casl slemprc'

contenidás de violencia fisica y simbólica, del sistema cull

en el que se fundamenta la condición de existencia de un

como etnia; de tal modo que el grupo afectado' aunque

continuar existiendo fisicamente (así su población dismi

deja definitivamente de existir como grupo étnico" (Uribe

másillo, 1998, p' Zl7).ParcUribe se está ante un biocidio o

cidio cuando "se asume el proceso de desequilibrio de lógicr

funcionamiento de una zona de vida, de un ecosistema o

componentes del medio natural de un territorio dado' por

cas económicas contrarias a dicha lógica e insostenibles

continuidad de la reproducción natural de formas de vida en

cho territorio; que conduce, finalmente, a la desestructur¿

irreversible de dicha zona de vida, dicho ecosistema o di

componentes del medio natural' Incluye extinción de

ciones, comunidades y especies bióticas, destrucción de

abióticos y, por consiguiente, reducción y pérdida de biodi

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Page 43: La Naturaleza Caida

dad" (Uribe Hermosillo, 1998, p. 217). Desde la Conquista yhasta el presente los pueblos aborígenes americanos han sidosometidos a procesos simultáneos de desterritorialización yetnocidio y al ecocidio de sus territorios, proceso que se ha ex-tendido a los continentes que fueron ocupados por las potenciasimperiales europeas. En el caso de América Latina. los gobier-nos nacionales han continuado en los territorios indígenas lamisma lógica etnocida y ecocida perpetrada por los conquista-dores. La exploración y explotación minera y petrolera; la cons-trucción de oleoductos, carreteras o represas; la búsqueda deflora y fauna de potenciales aplicaciones industriales; la explo-tación maderera, han sido, entre otras, las actividades que estánpropiciando Ia nueva arremetida contra los territorios y pueblosindígenas, amenazando los ecosistemas de los territorios dondehabitan, los modos de vida que hacen posible la sostenibilidadde tales ecosistemas y las culturas de estos pueblos. Los méto-dos utilizados para esta embestida son fundamentalmente vio-lentos, tanto estatales como privados (los paramilitares colom-bianos en la región del Chocó, por ejemplo). Los pueblos étni-cos (aborígenes o negros) al defender sus teritorios y su auto-nomía política saben que defienden mucho más que eso: se tratade la defensa de su sociedad y cultura, tan vinculadas a los eco-sistemas de sus territorios, a su presente y futuro, a su posibilüdad de ser. Esto es Jo que está en juego. Ni más ni menos.