La participación política.pdf

download La participación política.pdf

of 162

Transcript of La participación política.pdf

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    1/162

    1

    MAESTRA EN GNERO, SOCIEDAD Y POLTICA

    La participacin polticade las mujeres

    en los gobiernos locales latinoamericanos:barreras y desafos para una efectiva democracia de gnero

    Autora: Flavia Mabel Tello SnchezTutora: Silvia Vega Ugalde

    Ao 2009

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    2/162

    2

    A Martina, por que vivas

    un mundo ms equilibrado

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    3/162

    3

    AGRADECIMIENTOS

    - A la Diputacin de Barcelona a travs del Centro EurolatinoamericanoMujeres y Ciudad, por apoyar la presente investigacin.

    - A las autoridades y personal de la Unin Iberoamericana de Municipalistas,por respaldar el proyecto de investigacin y brindar su incondicional apoyoen todo el proceso.

    - A los cientos de antiguos alumnos/as y miembros de la UninIberoamericana de Municipalistas que han cooperado en la realizacin de

    las encuestas.

    - A las autoridades locales que han participado respondiendo a las encuestasy accediendo a las entrevistas requeridas.

    - A la Sra. Silvia Vega Ugalde, por guiar y acompaar los lineamientos de lainvestigacin.

    - A Fernando, mi esposo, por apoyarme y acompaarme a la par, lo que meha permitido desarrollar el presente trabajo, y a m misma.

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    4/162

    4

    ndice

    INTRODUCCIN ........................................................................................................................ 6

    I. MARCO CONTEXTUAL ......................................................................................................... 10

    I.1. La gobernabilidad democrtica y la dicotoma entre inclusin y representacin ............ 10

    I.2. La conquista femenina de derechos: ciudadana y participacin poltica ........................ 13

    I.3. La equidad de gnero en el marco poltico latinoamericano: de la invisibilidad a la

    paridad .................................................................................................................................... 17

    II. LA PARTICIPACIN DE LAS MUJERES EN EL MBITO LOCAL LATINOAMERICANO ............ 20

    II.1. Caractersticas de la participacin femenina en el escenario local ................................. 20

    II.2. La incursin poltica de las mujeres en el mbito local .................................................... 24

    II.3. Empoderamiento femenino desde el mbito local: claves y condicionantes .................. 35

    III. LOS PATRONES SOCIALES, CULTURALES Y ECONMICOS COMO BARRERAS PARA LA

    PARTICIPACIN POLTICA DE LAS MUJERES ........................................................................... 41

    III.1. Perfil de las lideresas y candidatas a ejercer cargos electos en el gobierno local: mitos,

    prejuicios y realidad ................................................................................................................ 43

    III.2. La arena poltica, est pensada en clave de gnero? .................................................... 54

    III.3. La importancia de la formacin en el ejercicio de la gestin pblica ............................. 57

    III.4. Status social y nivel econmico como determinantes del reconocimiento poltico ....... 64

    III.5. Condicin tnica, pobreza y participacin poltica femenina: el techo de cristal por

    tres......................................................................................................................................... 66

    III.6. Conciliacin familiar Vs. carrera poltica: el trabajo invisible de las mujeres y la

    postergacin de la vocacin .................................................................................................... 75

    III.7. Estereotipos femeninos y transferencia cultural al espacio pblico .............................. 81

    III.8. Acoso y violencia poltica en razn de gnero ................................................................ 85

    IV. COYUNTURA LEGAL E INSTITUCIONAL EN TORNO A LA EQUIDAD REPRESENTATIVA ...... 91

    IV.1. Los pactos internacionales y el compromiso de Estado ................................................. 91

    IV.2. Sistemas de cuotas en Amrica Latina y su impacto en las listas electorales municipales

    ................................................................................................................................................. 99

    IV.2.1. Impacto real y efectividad de las cuotas .................................................................... 111

    IV.3. El dominio masculino en los partidos polticos ............................................................. 114

    IV.4. Indicadores de voluntad poltica e indicadores de resultados para el contexto local. 124

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    5/162

    5

    V. LAS ASOCIACIONES DE MUJERES MUNCIPES COMO REDES DE APOYO PARA FORTALECER

    EL COPROTAGONISMO EN LA GOBERNABILIDAD LOCAL ..................................................... 128

    VI. LA PARTICIPACIN DE LAS MUJERES EN EL MBITO LOCAL ESPAOL. UNA

    INTRODUCCIN AL ANLISIS COMPARATIVO CON EL ESCENARIO LATINOAMERICANO. ... 134

    VII. DEMOCRACIA DE GNERO Y RESPONSABILIDADES COMPARTIDAS EN EL CONTEXTO

    LOCAL ................................................................................................................................... 138

    VIII. PARIDAD REPRESENTATIVA EN AMRICA LATINA: RETO O UTOPA? ......................... 141

    IX. BIBLIOGRAFA ................................................................................................................. 148

    X. ANEXOS ............................................................................................................................ 154

    X.1. Encuesta dirigida a autoridades locales latinoamericanas ............................................ 154

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    6/162

    6

    INTRODUCCIN

    La instauracin de la democracia tras avasallantes dictaduras ha

    permitido en Amrica Latina el fortalecimiento de la ciudadana puesta demanifiesto, principalmente, a travs de la participacin social y poltica de laspersonas en el compromiso colectivo por el bienestar comn y la luchaconstante por proteger los derechos reconocidos en las cartas magnas.

    No obstante, el aprendizaje de vivir en democracia no acaba deconsolidarse positivamente ya que son numerosos los sectores de la sociedadtodava excluidos, ya sea por razones de discriminacin, por la falta derecursos para acceder a los estratos comunitarios participativos o,simplemente, por ignorar que se cuenta con tales derechos. En estedenominador coinciden pobres, comunidades tnicas, discapacitados,homosexuales y mujeres, entre otros.

    En el caso especfico de las mujeres, los procesos de redemocratizacinhan permitido cristalizar la importancia del rol femenino ms all de lareproduccin y se ha logrado que poco a poco las instancias pblicas abranpaso a su incorporacin y participacin como ciudadanas de hecho. Sinembargo, la ciudadana plena es un reto presente para las mujeres que, apesar de los logros conseguidos, no se consolida con garantas que larespalden e igualdad de oportunidades que las ubiquen como coprotagonistasen el escenario poltico contribuyendo de este modo al fortalecimiento de la

    sociedad civil y, como seala Judith Astelarra, a la ampliacin de lademocracia (2002:9).

    Son numerosas, y demasiado arraigadas, las barreras que obstaculizanel empoderamiento de las mujeres y su participacin en los espacios de poder.No se trata slo de querer estar sino de poder estar presentes en la toma dedecisiones que afectan la vida cotidiana de hombres y mujeres.

    Diversos estudios han abordado la significativa incorporacin de lasmujeres a la vida pblica, su participacin social y ciudadana, el incremento derepresentatividad femenina en cargos de eleccin popular a nivel nacional y

    ministeriales; la mayora de ellos sin considerar un enfoque holstico de lascondiciones que propician u obstruyen una efectiva democracia genrica.

    Los escenarios municipales, que actualmente han sido fortalecidos porlos procesos de descentralizacin como motores del desarrollo, no hanfavorecido el perfeccionamiento democrtico que, paradjicamente, pudiera serms propicio en el mbito municipal. A menor escala territorial, msinvisibilidades se reproducen y las mujeres generalmente sufren la mayorrelegacin, quedando desplazadas a la esfera privada, en tanto la poltica sigueconcibindose desde la perspectiva androcentrista.

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    7/162

    7

    En este sentido, la hiptesis que motiv la presente investigacin es laque plantea que, a pesar de los esfuerzos polticos y legales por promover elempoderamiento femenino, existen an ciertos patrones socio-culturales que

    ejercen una fuerza de relegacin de las mujeres de la esfera poltica local.Junto a ello, la condicin econmica y el status social de las mujeres influyendeterminantemente en la accesibilidad a ejercer cargos electos.

    Dos objetivos han dirigido la investigacin. El primero de ellos,sistematizar y ordenar la informacin existente acerca de las mujeres queactualmente ejercen el poder local en los diferentes pases de la Regin a nivelmunicipal reconociendo los parmetros institucionales comunes quedeterminan tales ndices de participacin poltica. Los indicadores reales sobrela participacin femenina en los gobiernos municipales de Amrica Latina hanconstituido, para la presente investigacin, una premisa esencial para

    reflexionar sobre las disparidades representativas entre mujeres y hombres entorno al poder local y los retos pendientes para alcanzar la meta de la paridadrepresentativa.

    Para ello se ha recurrido a la recopilacin de informacin estadstica,proporcionada principalmente por las asociaciones municipales de cada pas einstituciones nacionales vinculadas a la igualdad de gnero. Se ha advertido,en principio, la dificultad para conseguir en ciertos pases datos desagregadospor gnero acerca de los cargos electos a nivel municipal, tales comoArgentina, Brasil, Guatemala, Mxico, Panam, Paraguay, Uruguay y

    Venezuela, donde en algunos de estos casos se tuvo que recurrir al conteomanual de escaos segn nombres de autoridades electas. Lamentablemente,en el caso de Argentina no se consigui ninguna informacin oficial niextraoficial para los escaos ocupados por mujeres en los concejosdeliberantes municipales, a pesar de la recurrente bsqueda y solicitud dedatos.

    Lo antes comentado da indicios de la invisibilidad de cientos de mujeresen cada rincn latinoamericano que, si bien an son pocas respecto a larepresentatividad masculina, tambin es cierto que cada vez son ms las quehan recibido el mandato y la confianza del resto de la ciudadana al ser

    elegidas como representantes de sus municipios.

    No es menor su trabajo al de autoridades regionales o nacionales. Por elcontrario, en el nivel municipal las luchas son profusas, tanto por el trabajo quedeben desempear como gestoras del desarrollo local y los grandes retos queello implica, como por las trabas que deben sortear para consolidar susliderazgos y demostrar sus valas en mbitos predominantementemasculinizados.

    Resulta preciso, entonces, que los municipios, como espacios ms

    cercanos a la ciudadana, hagan suyo el desafo de evitar las asimetras degnero en las polticas pblicas que defina, partiendo por fomentar relaciones

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    8/162

    8

    equitativas en el seno del poder que ostenta. Para ello, inexorablementedebern identificarse cules son las principales condicionantes sociales,culturales, polticas y econmicas que relegan el papel de las mujeres de la

    esfera poltica municipal latinoamericana. Este viene a constituir el segundoobjetivo de la presente investigacin, entendiendo que, una vez que seanreconocidas tales barreras, ser posible actuar para erradicarlas y as lograruna efectiva democracia genrica.

    La metodologa de investigacin utilizada para identificar las dificultadesque enfrentan las mujeres para su inclusin en la esfera poltica se haorientado a obtener informacin directamente proporcionada por alcaldesas yconcejalas de Amrica Latina, de manera de poder contrastar las necesidadessentidas por la poblacin objeto del estudio con la literatura existente queasimismo se ha recopilado y analizado a lo largo del documento.

    Para ello, se han realizado 235 encuestas a alcaldesas y concejalas deArgentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador,Guatemala, Honduras, Mxico, Nicaragua, Panam, Paraguay, Per, RepblicaDominicana, Venezuela y Uruguay. En las encuestas han participado 28alcaldesas y 132 concejalas representantes de 138 municipios diferentes.

    Por otro lado, se han realizado encuestas tomando como poblacin aaquellas personas vinculadas poltica o laboralmente a los gobiernosmunicipales de Amrica Latina. La muestra ha sido seleccionada al azar y no

    es representativa de la poblacin antes dicha.

    Se han realizado un total de 125 encuestas, a personas de ambossexos, y provenientes de 15 pases diferentes de Amrica Latina, a saber:Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador,Guatemala, Mxico, Panam, Per, Repblica Dominicana, Uruguay yVenezuela. Entre estos pases, 80 son los municipios representados por los/asencuestados/as, los cuales van desde ciudades pequeas (3.000 habitantes:Anicasate, Argentina), ciudades medianas (50.000 habitantes: La Unin, ElSalvador), ciudades grandes (255.000 habitantes: Tumaes, Per) y ciudadescapitales (2.000.000 habitantes: Quito, Ecuador).

    Todas las encuestas han sido efectuadas con el apoyo de la UninIberoamericana de Municipalistas, recurriendo a alcaldesas y concejalasparticipantes de las actividades formativas convocadas por esta Organizacin ydems asistentes que hicieron de enlace con tales autoridades y otros queparticiparon contestando a la segunda encuesta mencionada.

    Por otro lado, con el fin de obtener informacin con carcter subjetivo, sehan realizado tambin entrevistas a alcaldesas y concejalas, las que hanrespondido a un dilogo abierto dirigido por un eje de preguntas direccionales

    que han definido el tema de conversacin. En los casos en que se haconsiderado que el testimonio puede provocar perjuicio hacia terceras

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    9/162

    9

    personas, y a pesar de que se ha procurado constatar la veracidad de lainformacin suministrada por las entrevistadas, se ha optado por utilizarnombres falsos a fin de resguardar la identidad de stas y la de las personas

    implicadas en dichos testimonios.

    La bibliografa compilada ha permitido la comprensin y reflexin acercade la situacin que testimonian las informantes, pero stas a su vez hancontribuido al enriquecimiento terico del empoderamiento femenino en elmbito poltico local.

    Por ltimo, cabe destacar que el proyecto de investigacin que dio lugaral presente documento fue premiado con el 2 Accsit del Premio Mujeres yCiudad, convocado por el Centro Eurolatinoamericano de Formacin PolticaMujeres y Ciudady la Diputacin Provincial de Barcelona, lo que signific unimportante apoyo para el desarrollo de este trabajo.

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    10/162

    10

    I. MARCO CONTEXTUAL

    I.1. La gobernabilidad democrtica y la dicotoma entre inclusin yrepresentacin

    Desde la instauracin de la democracia, los pases de Amrica Latinaenfrentan frgiles institucionalidades que a su vez han fomentado laagudizacin de la pobreza, la desigualdad y la exclusin social. A ello sesuman las constantes crisis econmicas que a nivel global y nacional hanperjudicado severamente los procesos de desarrollo y ante las cuales losgobiernos y sus instituciones no han sido incapaces de enfrentar consoluciones sostenibles, lo cual ha hundido an ms los niveles de crecimiento y

    que, por lo contrario, en muchos casos ha reflejado un retroceso.

    En este contexto, la Regin atraviesa un dficit de gobernabilidad que,entendida segn Camou (2001:36), se refiere a un desequilibrio entre el nivelde las demandas societales y la capacidad del sistema poltico(estado/gobierno) para responderlas de manera legtima y eficaz. Y si laspolticas pblicas son impulsadas en la bsqueda del desarrollo humano, y steincluye a los derechos civiles y polticos, la gobernabilidad ser legitimadasiempre que se d en un marco democrtico, pues a partir de ah podrnreconocerse las necesidades ciudadanas a satisfacer. Para ello ser preciso lainclusin y participacin de todos los sectores y actores de la sociedad. As

    pues, el binomio entre gobernabilidad y democracia es lo que hoy se reconocecomo gobernabilidad democrtica.

    No obstante, a pesar de los notables avances de la Regin en materiade libertades pblicas, derechos humanos y participacin poltica, lagobernabilidad democrtica se debilita con cada deslustre moral de la clasepoltica, los sistemas de seguridad (polica) y justicia. En este contexto, lalegitimidad respaldada en cada eleccin, se pierde en cuanto losrepresentantes no son capaces de gobernar y satisfacer las necesidades de lapoblacin. De otro lado, la precariedad de la ciudadana ha fracturadoasimismo la gobernabilidad democrtica. Este desbarajuste se evidenciaprincipalmente en el contexto local, en donde la fragilidad institucional de losmunicipios deja evidenciar autoridades y/o equipos de gobierno poco

    El desafo de la democracia no

    radica slo en promover la participacin de las mujeres, sino tambinen reconocerlas e incorporarlas en

    las instituciones donde se toman las decisiones (CEPAL, 2007:10)

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    11/162

    11

    competentes que, sumados a las deficiencias econmicas, estancan susagendas en las cuestiones ms emergentes descuidando aquellas conrepercusin futura, y presente, dada la constante postergacin.

    Las recurrentes contrariedades de la gobernabilidad latinoamericana haprovocado asimismo el desencanto por las cuestiones polticas y unadecreciente participacin por parte de aquellas personas mejor calificadas, ocon principios altruistas, que optan por comprometer su labor desde el tercersector, a travs de organizaciones no gubernamentales.

    El deterioro de la gobernabilidad democrtica ha provocado, en estesentido, una desconfianza generalizada en los sistemas tradicionales, lo que asu vez ha repercutido en la necesidad de cambios en las estructuras de poder.La fuerza electoral sorprende ltimamente con premios y castigos hacia sus

    representantes. Premio, cuando reeligen una frmula o plan de gobierno.Castigo, cuando a costa de movilizaciones, huelgas y cortes de ruta entreotras actuales manifestaciones- consiguen destituir a sus representantes. Unanueva expresin de la decepcin hacia los sistemas tradicionales se da en laapuesta por nuevos dirigentes, ms cercanos a la identidad colectiva, como esel caso de la eleccin de representantes indgenas, o bien dirigentes queofrecen frescura a la poltica, como los jvenes, o, como amerita el objeto delpresente estudio, la opcin por elegir a mujeres, como disyuntiva en larecurrida bsqueda de la honestidad, virtud mayormente reconocida en lasfminas que, en todo caso, no debe ser entendido como una regla, puesto quela evidencia emprica ha revelado que los sntomas de corrupcin no entiendende gnero, raza ni clase social.

    Se afirma que el nuevo desafo de la gobernabilidad es el deperfeccionar las instituciones democrticas, entendiendo con ello que unaadecuada gobernabilidad se basa en una serie de acuerdos bsicos entre laselites dirigentes, grupos sociales estratgicos y una mayora ciudadana,destinados a resolver los problemas del gobierno en un marco de acuerdosbsicos(Camou, 2001:261).

    Al respecto, el Banco Mundial seala la importancia del fortalecimiento

    de la gobernabilidad democrtica en la nueva Estrategia de Modernizacin delEstado aprobada en 2003. Y asimismo, Osvaldo Hurtado (2005) destaca elpapel que juegan los partidos polticos en el marco de la gobernabilidaddemocrtica, pues son los principales embudos a travs de los cuales sedeciden agendas, calidad representantiva, control cuando son oposicin, y laparticipacin de los sectores de la sociedad. Asimismo, alerta: Si la poltica,como tal, no se recupera moral y profesionalmente, no ser posible que losmejores ciudadanos se interesen en ella y se inscriban en los partidos, lo cuales un paso necesario para que pueda mejorar su calidad, pues las institucionesgeneralmente son el reflejo de lo que son sus integrantes (Hurtado, 2005:15).

    Desde el enfoque de gnero, la gobernabilidad democrticalatinoamericana no ha demostrado an capacidad para responder a las

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    12/162

    12

    necesidades de hombres y mujeres en un marco de equidad. El histricocontrato social que ha diferenciado los espacios de accin para hombres ymujeres, ha marginado a stas ltimas de la esfera pblica. Su larga ausencia,

    y el dominio masculino del espacio pblico han determinado que las agendaspolticas sean consensuadas entre los propios hombres y construidas bajo supropia perspectiva de la realidad.

    A su vez, el Estado presenta importantes carencias en la atencinpblica de las necesidades especficas femeninas, como as tambin en lalucha por erradicar las desigualdades que las segregan. Menos an, escasoapoyo se brinda para compensar las inequidades que obstaculiza eldesempeo de las mujeres en los espacios pblicos.

    Con este escenario, difcilmente podrn las mujeres lograr el

    agenciamiento ptimo de sus necesidades y demandas. Resulta ineludible,entonces, su incorporacin en las esferas de poder y toma de decisiones, a finde que se generen agendas de gnero pertinentes y con ello contribuir,asimismo, a la profundizacin de la democracia con un nuevo carcter delegitimidad y representatividad pluralista y paritaria entre hombres y mujeres.

    Pero a pesar de que la realidad latinoamericana evidencia una marcadainequidad a favor del patriarcado poltico, es cierto tambin que las mujerescuentan actualmente con instrumentos favorables para su empoderamiento,reflejados en una discreta pero constante feminizacin de la poltica.

    La lectura hacia el ltimo decenio da muestras de ello: las mujeres hanaumentado su participacin poltica en un 5% en el poder ejecutivo (del 9% al14%), han pasado de tener una representacin del 5% a conseguir el 13% delas bancas del senado, y del 8% al 15% en la cmara baja o en parlamentosunicamerales.

    La mayor participacin y representacin poltica de las mujeres hapermitido a su vez la profundizacin de la democracia en la Regin,permitiendo el florecimiento de nuevas y nuevos protagonistas ms sensibles ala pluralidad de gnero, favoreciendo la inclusin de la perspectiva de gnero

    en las agendas polticas y permitiendo al fin alcanzar mejores ndices en labsqueda de la equidad.

    Ello se refleja especialmente en los aciertos de la gobernabilidaddemocrtica respecto a una mayor interaccin entre representantes yciudadanos/as, siendo la incorporacin de las mujeres a los espacios de poderlo que ha favorecido su desarrollo y fortalecimiento cvico.

    Los mismos gobiernos impulsan -aunque discretamente- la integracinfemenina a las estructuras polticas y las sociedades actualmente confan enque las mujeres pueden aportar el giro que las recurrentes crisis demandan

    para la consolidacin de la gobernabilidad democrtica en la Regin.

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    13/162

    13

    No obstante, la incorporacin de las mujeres al seno poltico no hagarantizado respuestas a los intereses femeninos. De todos modos, no sepuede eludir que una mujer electa debe representar los intereses de todos/as

    los/as ciudadanos/as, lo cual lleva a pensar asimismo que las agendas polticas-sean lideradas por un hombre o por una mujer-, priorizan otros problemas alos que la poblacin demanda urgente soluciones, tal es luchar contra lapobreza, fomentar el empleo, la atencin de la salud, la seguridad ciudadana,etc.

    En consecuencia, la incidencia femenina ha sido insuficiente perotrascendental en los comportamientos androcentristas que dominan la arenapoltica. Algunos bloques de mujeres parlamentarias han conseguido ubicarproyectos claves a favor de la equidad en la Regin. La aplicacin de leyes decuotas -que ya han sido sancionadas en la mayora de los pases

    latinoamericanos, la legislacin sobre violencia de gnero, leyes para laigualdad de oportunidades y el reconocimiento constitucional de la igualdad degnero, constituyen los logros ms importantes conseguidos por la luchafeminista.

    As lo demuestra un estudio realizado en Chile, en donde la mayor partede las mujeres que se dedican a la poltica aseguran tener una alta autoestimay consideran que su participacin es sumamente positiva en la construccin delas agendas y la actividad legislativa a favor de la equidad de gnero (CEPAL,2007).

    Podra entenderse en este sentido que la capacidad de agenciamientopor parte de las mujeres electas depende en gran medida del nivel derepresentacin sustantiva. Y en este anlisis cobra relevancia el binomioinclusin- representacin propuesto por Magdalena Len y Jimena Holgun(2005:50). Por un lado, la inclusin est determinada por el nmero de mujeresque ejercen el derecho a elegir a sus representantes y a su vez por el nmerode mujeres candidatas y electas. Por otro lado, la representacin est valoradapor la capacidad de conformar una masa crtica conducente al mejoramientocolectivo de las representadas. As pues, no es suficiente acceder a loscargos, es imprescindible que una vez en ellos se pueda tener un liderazgo

    democratizador(Soto y Bareiro, 2003).

    I.2. La conquista femenina de derechos: ciudadana y participacinpoltica

    La esfera pblica ha sido un ambiente histricamente prohibido a lasmujeres, las cuales han estado relegadas al entorno familiar y hogareo, comomuestra de femineidad. Por eso mismo, aquellas que tenan una vida pblicasolitaria, sin la compaa de la familia y sin fines educativos o solidarios, eranconsideradas de mala reputacin e incluso prostitutas. La ciudadana en

    aquel entonces era un derecho exclusivo de los hombres.

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    14/162

    14

    As pues, el poder poltico ha sido reservado a los hombres, quienesdesde su posicin patriarcal han entendido el desarrollo de las ciudades y laspersonas desde un enfoque androcentrista. Hasta hace poco tiempo, en

    materia de salud, por ejemplo, la asistencia sanitaria hacia las mujeres estabarestringida a los problemas relacionados con la reproduccin y, hasta hacepoco tiempo, nunca antes fueron considerados aquellos problemasrelacionados a la sexualidad femenina. La educacin complementaria, an enmuchos rincones del planeta, sigue siendo sexualizada orientando la formacindiferenciada para hombres y mujeres, en donde a stas ltimas se ofrececapacitacin exclusiva en materias como cocina, costura, peluquera yeducacin infantil; mientras que para los hombres la capacitacin estorientada a la labores tpicamente masculinas: carpintera, albailera, etc.Incluso los programas de vivienda fueron concebidos en su origen para losmatrimonios con hijos y no ha sido hasta entrada la dcada del 90 en que se

    comenzaron a priorizar las familias monoparentales, que en su mayoracorresponda a madres solteras y/o viudas.

    As pues, las mujeres han debido someter sus vidas a una persistentecultura machista, resignando sus sentimientos e inquietudes sociales, ausentesde toda toma de decisiones pblicas.

    De todos modos, algunas mujeres sobresalieron y demostraron almundo que s eran capaces de estudiar, trabajar y liderar. Mdicas, cientficas,abogadas y docentes transgredieron normas, pero lograron introducirse en

    esferas tradicionalmente masculinas que supieron ganar a costa de grandesesfuerzos y constantes luchas en sus entornos.

    Ya a principios del siglo XX, diversos grupos feministas comenzaron amovilizarse para luchar en defensa de sus derechos como ciudadanas y areclamar un espacio en las agendas pblicas por el que se atendieran susproblemticas.

    Ms adelante, el hito en la conquista femenina del espacio pblico se dacon el sufragio, como el primer ejercicio real de la ciudadana entre las mujeres.Este es el primer momento en que la historia cvica de las mujeres se hace

    efectiva en el ejercicio del ms elemental derecho como ciudadanas. En el ao1929, Ecuador se convierte en el primer pas latinoamericano en reconocer alas mujeres el derecho al voto, siguindole el resto de pases a los que sesuma por ltimo Paraguay en 1961.

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    15/162

    15

    CUADRO I.1. AO DE INSTAURACION DEL SUFRAGIO FEMENINO EN PAISES DE AMERICA LATINA

    Pas Ao ObservacionesEcuador 1929 Recin en 1949 se reconoce el voto en plenoChile 1931 En 1931 se aprob el derecho al voto para las elecciones municipales, y

    recin en 1949 para las elecciones presidenciales y parlamentarias.Uruguay 1931 Es el primer pas en aprobar el derecho femenino sin ningn tipo de

    restricciones.Brasil 1932 Hasta 1946 el voto femenino tuvo restricciones. Slo podan votar mujeres

    solteras y viudas con renta propia, y casadas con autorizacin del marido.Cuba 1934 Fue en 1936 cuando ejercieron por primera vez el derecho al voto.El Salvador 1939 La Asamblea Legislativa reconoci mediante Ley el voto femenino, con

    restricciones: slo podan votar las mujeres casadas y las solterasprofesionales. Recin en 1961 se reconoci el derecho a ser electas.Panam 1941 Las mujeres deban demostrar que saban leer y escribir. La Constitucin

    de 1946 reconoce plenamente este derecho.RepblicaDominicana

    1942 Las mujeres ensayaron el ejercicio de votar en dos o portunidadesanteriores a su aprobacin.

    Guatemala 1945 Recin en 1965 se reconoce el derecho al voto a mujeres analfabetasMxico 1947 En 1922 el Estado de Yucatn aprueba el sufragio femenino

    convirtindose en pionero y referente para el pas. En 1945 se aprueba enMxico el derecho a votar y ser elegidas en las elecciones municipales.

    Argentina 1947 En 1927, la Provincia de San Juan sanciona el voto femenino, y alsiguiente ao votan el 97% de las inscritas en los padrones y resultanelectas dos mujeres como intendenta y diputada. No obstante, ese mismoao el gobernador es depuesto y la ley derogada. La promulgacin a nivelnacional fue promovida por Eva Duarte de Pern, que encabez la luchapor el derecho al sufragio femenino.

    Costa Rica 1949 Desde 1923 la Liga Feminista jug un papel fundamental en la campaasufraguista.

    Bolivia 1952 En ese ao se reconoci el voto universal, otorgndose el derecho al votoa mujeres y analfabetos, haciendo elegible a cualquier ciudadano mayorde edad. Se pas de tener 130.000 electores en 1951 a 960.000 en 1956.

    Colombia 1954 Las mujeres votaron por primera vez en el Plebiscito de 1957.Honduras 1954 Entr en vigencia en 1955, en condiciones diferentes: para las mujeres el

    voto es optativo, y para los hombres obligatorio.Per 1955 La Constitucin Nacional de 1933 reconoci el voto municipal a las

    mujeres, pero recin en 1955 se aprueba el voto femenino en plenitud.Nicaragua 1955 En la Constitucin Nacional de 1939 se mencion el voto femenino, pero

    no se estableci. En la reforma de 1955 se reconoci que eran ciudadanostanto hombres como mujeres, y se estableci la obligacin de votar.

    Paraguay 1961 Recin en 1991 las mujeres pudieron ejercer su derecho a votar y resultarelectas con las primeras elecciones municipales.

    Fuente: Elaboracin propia en base a datos extrados de la Unin Interparlamentaria, CEPAL y diversas pginasweb.

    As pues, no es hasta el logro del voto que las mujeres adquierenderechos polticos significando el inicio de una nueva etapa en la que el

    patriarcado cede espacios para reconocer la igualdad de oportunidades entrehombres y mujeres.

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    16/162

    16

    Los aos sesenta y setenta marcaron el inicio de una etapa histricapara Latinoamrica en la que las mujeres incursionaban en la vida social y

    poltica con paso decidido para afirmar su identidad y demandar ms presenciafemenina en todos los aspectos pblicos que hasta ese momento lasdiscriminaban y opriman. Otro dato significativo a distinguir entre los logrosconseguidos por las mujeres es el continuo y sostenido crecimiento educativoalcanzado, as como su insercin al mercado de trabajo; aspectos quefavorecen tambin la participacin ciudadana.

    Una radiografa del perfil socio-demogrfico de las mujeres para los aossesenta-setenta realizados por diversos estudios, refleja en promedio una altatasa de fecundidad, una bajsima tasa de escolarizacin y participacin laboralrespecto a la de los hombres, acrecentado todo esto por una atenuante culturamachista y la existencia todava de legislacin discriminatoria. El actual mileniopresenta hoy mujeres igual o superiormente escolarizadas respecto a loshombres, una mediana tasa de fecundidad (3 hijos o menos), un incrementoconsiderable de insercin laboral registrado oficialmente en los ndices de laPEA, y un avance sostenido de programas y polticas de proteccin de losderechos humanos y promocin de la equidad de gnero.

    Es as como la lucha feminista se mantiene activa y cada vez con mspresencia para lograr avanzar en el ejercicio efectivo de los derechos polticoslos que, parafraseando a Jos Thompson (2005:2-4), van ms all del derecho

    a elegir a los representantes involucrando, adems, el derecho a ser elegido, atener igualdad de oportunidades en el acceso a cargos de poder pblico, aparticipar en la toma de decisiones y a controlar el ejercicio de las funcionespblicas, aspectos que la Convencin Americana sobre Derechos Humanos(CADH) reconoce en su artculo 23.

    En este sentido, resulta sustancial evocar el concepto de ciudadanaque, tal como describe Line Bareiro (1997:2), es un derecho que concede lapotestad de intervenir en el poder poltico de una sociedad determinadasosteniendo, asimismo, que la ciudadana es plena slo cuando se tienenderechos polticos. Es decir, no basta con una ciudadana formal apoyada slo

    en el derecho a elegir a nuestros representantes o la adquisicin de otrosderechos civiles, sino en el ejercicio de una ciudadana sustantiva, a travs dela cual se logre la incidencia en la adopcin de decisiones de carcter poltico yla participacin en el desarrollo de las comunidades.

    De otro lado, no podra concebirse el desarrollo democrtico de lasciudades sin el ejercicio de una ciudadana plena por parte de las mujeres, quees inalienable para la profundizacin de la democracia y la cohesin social.

    De acuerdo a las anteriores afirmaciones, las mujeres latinoamericanas,

    una vez conquistado el derecho al voto, debieron seguir luchando yreivindicando su presencia en los espacios de decisin. Su prolongada

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    17/162

    17

    exclusin de los mbitos de poder poltico han propiciado que a lo largo de lahistoria las polticas ignoraran los intereses y necesidades de stas. Y es eneste sentido, que se entiende que una mayor participacin femenina en la toma

    de decisiones repercutir en la introduccin de polticas sensibles al gnero.

    En este contexto, los movimientos feministas jugaron un papel crucial enla conformacin de plataformas y acuerdos internacionales y nacionales endefensa de los derechos de las mujeres como personas y como ciudadanas. Lagran conquista del movimiento feminista en los ltimos dos decenios ha sido laincorporacin de un lenguaje de gnero en las legislaciones tendentes a cubrirlos vacos relacionados a los derechos de las mujeres y la aplicacin de lossistemas de cuotas, los cuales, con ms o menos aciertos, han propiciado unpaulatino incremento de representantes femeninas en los espacios de poderpoltico.

    El Pre-Informe elaborado por Line Bareiro y Natacha Molina para el Forode ONGs de Amrica Latina y el Caribe celebrado en Mar de Plata en 1994,enuncia varios de los avances alcanzados en las distintas regioneslatinoamericanas respecto a la ciudadana femenina. El balance actual puedeconsiderarse positivo si se tiene en cuenta la larga ausencia de las mujeres enla vida pblica pasada, pero es preciso crear estrategias que perfeccionen losprocesos democrticos constituyendo espacios colectivos que, desde lasdiferencias, se superen las condiciones de discriminacin y desigualdadconvirtiendo a las mujeres en autnticos sujetos de desarrollo.

    As pues, resulta insoslayable propiciar una efectiva equidad de gnerorespecto al poder poltico en todas las facetas que ste contempla,reconociendo la igualdad de oportunidades desde la conformacin de las listaselectorales, en la toma de decisiones, ejercicio y control del poder poltico.

    I.3. La equidad de gnero en el marco poltico latinoamericano: de lainvisibilidad a la paridad

    El derecho al voto y la gradual conquista femenina en otros mbitos,tales como el educativo y el laboral, no han sido suficientes para que lasmujeres se posicionen polticamente en el marco del poder y la toma dedecisiones.

    En Costa Rica, por ejemplo, el derecho a voto se instituye en el ao1949. En 1953 votan por primera vez a nivel nacional, y a la vez consiguen el7% de los escaos parlamentarios de la Asamblea Legislativa. Treinta y sieteaos despus de aqul hito, el porcentaje de participacin en el Congresosegua siendo el mismo, y no es hasta la aplicacin de la Ley de Cuotas (1996)que consiguen duplicar dicho guarismo. En el presente perodo de gobierno

    (2006-2010) las mujeres representan el 38,60% de la Asamblea LegislativaCostarricense.

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    18/162

    18

    CUADRO I.2. PARTICIPACIN FEMENINA EN LA ASAMBLEA LEGISLATIVADE COSTA RICA 1953-2006

    Fuente: rea de Ciudadana Activa, Liderazgo y Gestin Local, INAMU. 2007. San Jos, Costa Rica.

    Costa Rica actualmente es el pas latinoamericano con mayor presenciafemenina en su Parlamento, y el tercero en el mundo. No obstante, no se halogrado alcanzar la cuota mnima impuesta en las candidaturas, establecida enun 40%. Pero muy lejos de esto est el resto de pases de la Regin, conexiguas representaciones parlamentarias femeninas.

    Como Jefas de Estado, las mujeres apenas han alcanzado a serreferentes en algunos pases, y podra decirse que Violeta Barrios de Chamorro(Nicaragua, 1990-1997) se convirti en el puntapi inicial de la conquistafemenina de la confianza electoral para la Regin en el ms alto poder estatal.Actualmente, Michelle Bachelet (Chile, 2006-presente) y Cristina Fernndez deKirchner (Argentina, 2007-presente) constituyen la ms clara victoria con carade mujer en el plano poltico a niveles nacionales.

    CUADRO I.3. AMRICA LATINA: CRONOLOGA DE LA PRIMERA VEZ QUE UNA MUJER ENCABEZ ELPODER EJECUTIVO Y LEGISLATIVO, 1961-2007

    Pas Nombre Presidentas Perodo

    Argentina Mara Estela Martnez de Pern 1974-1976Bolivia Lidia Gueiler Tejada 1979-1980Nicaragua Violeta Barrios de Chamorro 1990-1997Ecuador Rosala Arteaga Serrano 1997

    Panam Mireya Moscoso Rodrguez 1999-2004

    Chile Michelle Bachelet 2006-presente

    Argentina Cristina Fernndez de Kirchner 2007-presente

    Perodo Total Diputados/as Absoluto Total DiputadasAbsoluto

    Porcentaje Mujeres

    1953-1958 45 3 6,701958-1962 57 2 4,401962-1966 57 1 1,801966-1970 57 3 5,301970-1974 57 4 7,001974-1978 57 4 7,001978-1982 57 5 8,80

    1982-1986 57 4 7,001986-1990 57 7 12,301990-1994 57 7 12,301994-1998 57 9 15,801998-2002 57 11 19,302002-2006 57 20 35,082006-2010 57 22 38,60

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    19/162

    19

    Fuente: CEPAL, 2007. Actualizacin propia

    Actualmente, la presencia poltica de las mujeres latinoamericanas haalcanzado los ms altos indicadores. Senadoras, diputadas, ministras,alcaldesas, concejalas, representan el mejor resultado de la lucha feministahasta hoy. Hay que admitir que esta mayor participacin ha sido el resultado,principalmente, del establecimiento de cuotas para los procesos electorales.

    No obstante, si bien los sistemas de cuotas, han ampliado lasoportunidades de acceso a cargos de poder -cuyos parmetros establecidosdefienden una discriminacin positiva- no se ha logrado an fomentar laparidad representativa en las instituciones democrticas.

    De la cuota, la lucha por la igualdad llega hasta el actual reclamo por laparidad cuyo debate se origina en Francia en el ao 1992 con la publicacin dellibro Au pouvoir citoyennes. Libert, galit, parit1 de Franoise Gaspard,Claude Servan-Schreiber y Anne Le Gall. La obra se constituy como corolarioa un amplio debate sobre la atribucin de escaos de gobierno.

    Ese mismo ao se celebraba en Atenas la primera reunin europeaMujeres al poder cuya declaracin final afirmaba:

    Proclamamos la necesidad de conseguir unreparto equilibrado de lospoderes pblicos y polticos entre mujeres y hombres. Un sistemademocrtico debe asegurar una participacin igual de sus ciudadanos yciudadanas en la vida pblica y poltica. Pedimos la igualdad departicipacin de las mujeres y de los hombres en la toma de decisinpblica y poltica. Destacamos la necesidad de proceder amodificaciones de la estructura de los procesos de decisin con el fin deasegurar dicha igualdad en la prctica.

    Del mismo modo, los propsitos emanados de la IV Conferencia Mundialde la Mujer celebrada en Beijing en 1995, plantearon como meta la democraciaparitaria en el trmino de un decenio lo que, a la vista de una actual fotografa,resulta an muy lejana de poder alcanzarla en numerosos pases del mundo.

    El debate sobre la paridad representativa cobra relevancia en losprocesos de construccin de ciudadana. Sin embargo, la inclusin de lasmujeres si bien ha ido en aumento en diversos mbitos, tales como el laboral,el social y el acadmico, no han logrado an un equitativo reparto del poderque las haga coprotagonistas. Rosa Cobo (2002:31) describe este concepto:La nocin de democracia paritaria nace de la contradiccin entre el aumentode mujeres en muchos de los mbitos de la vida social y su ausencia de los

    1Citado por Louis Favoreu (1997) en Principio de igualdad y representacin poltica de las mujeres.

    Revista Espaola de Derecho Constitucional N 50. Madrid, Espaa.

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    20/162

    20

    espacios donde se votan las leyes y se toman las decisiones que afectan alconjunto de la sociedad y muy particularmente a las vidas de las mujeres.

    Europa avanza en este sentido a pasos agigantados; especialmente enlo que respecta a las instancias que sustentan las garantas a las normasjurdicas que protegen la igualdad, aunque an advierte desigualdades en elseno del poder. Por su parte, los gobiernos de Amrica Latina detentanenormes brechas de desigualdad representativa.

    La paridad en los gobiernos de la Regin aparece como una utopatodava lejana. Los sistemas de cuotas adolecen de garantas que asegurenprocesos electorales transparentes y distribuyan la representacin y el poderde forma equitativa entre los gneros.

    II. LA PARTICIPACIN DE LAS MUJERES EN EL MBITO LOCALLATINOAMERICANO

    II.1. Caractersticas de la participacin femenina en el escenario local

    Como ya se ha sealado en el captulo anterior, la histrica relegacinde las mujeres de la esfera pblica ha sido consecuencia de la asignacin deun rol meramente hogareo y familiar ante el que la mayora ha debido acatar y

    resignarse, marcada por una opresin culturalmente patriarcal que hadominado tanto el mbito privado como el pblico.

    En este sentido, diversos estudios sociolgicos diagnosticaron unasuerte de apata femenina hacia los asuntos pblicos dadas sus caractersticasemocionales y su intrnseco compromiso familiar. Entendido de este modo, lasdiferencias entre hombres y mujeres podran ser las causales de la escasapresencia femenina en el poder poltico. Sin embargo, es la propia visinandrocentrista de la poltica la que ha relegado a las mujeres al no tener encuenta sus necesidades e intereses. La participacin social de las mujeres sedebe abordar, entonces, tanto desde la perspectiva de su ausencia social, delmbito pblico, como de su presencia social en el mbito privado (Astelarra,2002:12).

    Ausentes ellas del espacio pblico y por ende de los pactos sociales, susegregacin al mbito privado ha respondido principalmente a la carencia deatracciones en el plano social y poltico, lo cual actualmente tiende a cambiar.Las mujeres ganan espacios tanto en el medio laboral como acadmico, porejemplo, y ello ha provocado que sus intereses traspasen la esfera de loprivado y asuman una perspectiva colectiva de las necesidades.

    Lo anterior se pone de manifiesto cuando las mujeres, a pesar de notener una equiparada participacin oficial dentro del marco poltico formal, lo

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    21/162

    21

    hacen en la vida comunitaria, trabajando por el desarrollo y luchando por losderechos de los ms desfavorecidos, fortaleciendo, de este modo, su conquistaciudadana.

    As pues, podra afirmarse que la incursin femenina en la esfera pblicaest originariamente determinada por las necesidades de lucha por laproteccin y desarrollo colectivo de grupos deprimidos social yeconmicamente. Esto ha dado lugar a una fuerte movilizacin comunitariarepresentada mayormente por mujeres generando una activa ciudadana socialque ha contribuido a fortalecer las relaciones civiles entre las mujeres y elEstado, y en las cuales las primeras han ejercido un gran poder de influenciaen las polticas pblicas, presin, pactos y adquiriendo, asimismo, prestigiosocial y habilidades de direccin y liderazgo. Igualmente, tal participacin hagenerado la incorporacin de los problemas del mbito privado en las agendas

    pblicas, lo que ha repercutido en una gradual conciencia de gnero.

    Los aos setenta y ochenta dieron lugar, asimismo, a diversosmovimientos sociales en defensa de los derechos humanos que estabansiendo vulnerados por dictaduras y regmenes dspotas. La incansableprotesta de cientos de mujeres en reclamo de justicia y libertad, como es elcaso de las Madres de Plaza de Mayo en Argentina, constata el poder quehasta el da de hoy han llegado a mantener en el orden poltico. Esta es laprimera y ms activa forma participativa que las mujeres han ganado en elplano social.

    En Centroamrica, las guerras civiles supusieron dcadas de difcilposicin para las mujeres: muchas se sumaron a la lucha armada mientras seocupaban tambin de sus hijos y la manutencin de sus familias. En ElSalvador, un tercio de las fuerzas revolucionarias estuvieron representadas porlas mujeres, alcanzando en Guatemala al 18%. Su fuerte compromiso civil en elconflicto blico ha perdurado tambin en la postguerra trabajando en lareconstruccin del desarrollo y la reinsercin social de todos los gruposexcluidos, ejerciendo un papel preponderante en los Acuerdos de Paz, lamayora firmados en la dcada de los 90. En Nicaragua, la revolucinsandinista abri espacios a las mujeres a partir de la dcada del 80, y algunos

    mandos de direccin estratgicos estuvieron a cargo de mujeres, siendoVioleta Barrios de Chamorro la principal referencia como presidenta de lanacin.

    Derivado de perodos blicos o no, otro fenmeno tiene lugar en losespacios pblicos: las mujeres trasladan su rol domstico y materno a accionescomunitarias que persiguen el bienestar y desarrollo de los ms desfavorecidosa travs de servicios autogestionados que buscan brindar atenciones tanto decarcter alimentario, como de proteccin, sanidad, etc. Son innumerables lasevidencias empricas a todo nivel donde las mujeres han propiciadoasociaciones para atender solidariamente necesidades bsicas insatisfechas, atravs de comedores pblicos, atencin primaria de la salud, educacinpopular, etc.

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    22/162

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    23/162

    23

    Lo anterior queda demostrado con los datos obtenidos por la encuestarealizada para la presente investigacin: el 76,2% de las alcaldesas y

    concejalas entrevistadas manifest haber participado en organizaciones nogubernamentales o con fines apolticos con anterioridad a sus carreraspolticas. Tal como puede observarse en el Grfico II.1, las que ms hanparticipado, son las mujeres pertenecientes a municipios entre 15.000 y 50.000habitantes (un 28%), seguidas de aquellas pertenecientes a municipios entre100.000 y 500.000 habitantes. Podra inferirse entonces que las mujeres sonms propensas a participar socialmente en ciudades medianas, pues lasmenos participativas residen en los municipios pequeos (menos de 5.000habitantes) y muy grandes (ms de 1.000.000 habitantes).

    GRAFICO II.1. PARTICIPACIN SOCIAL DE AUTORIDADES MUNICIPALES FEMENINAS EN AMRICALATINA, SEGN TAMAO DE MUNICIPIO (medido en nmero de habitantes).

    Elaboracin propia en base a encuestas realizadas a 235 autoridades municipales de Amrica Latina

    De este modo, tras la experiencia adquirida por las mujeres que

    promueven y lideran proyectos comunitarios, su prestigio pblico ganadistincin en el plano social. Si no son ellas mismas las que reconocen susdeseos por el servicio pblico y se visualizan como potenciales candidatas alpoder, son los partidos polticos los que encuentran en estas mujeres laoportunidad de sumar a sus equipos personas que ya han ganadosimpatizantes gracias a la labor social que stas realizan.

    Lo anterior queda respaldado por el 50,6% de las alcaldesas yconcejalas encuestadas, que declararon que su trayectoria en la participacinsocial ha determinado su incursin en la vida poltica, mientras que un 22,1%manifiesta que su participacin social ha incidido de alguna manera.

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    24/162

    24

    En este sentido, el municipio se constituye en el mbito ms idneo parala participacin social y poltica de las mujeres, puesto que permite reconocerms cercanamente la reputacin de las personas, tanto hombres como

    mujeres, que trabajanen muchos casos silenciosamente- por el desarrollo desus comunidades y estn comprometidas con el bienestar de susconciudadanos y la proteccin de los derechos humanos.

    Sin embargo, y a pesar de la cercana que ofrece el espacio local paraque la representacin gobierne sensible a las necesidades ciudadanas queslo en ese estrecho contacto se puede tener, paradjicamente no se hapromovido -y ni tan siquiera facilitado-, el acceso de las mujeres al podermunicipal. El predominio masculino en los gobiernos locales de Amrica Latinahace mella en las oportunidades de las mujeres que aspiran al poder pues nose estn dando muestras claras de apoyo a su promocin como potenciales

    candidatas.

    II.2. La incursin poltica de las mujeres en el mbito local

    Son diversas las razones que pueden motivar a una mujer a participarsocialmente y a involucrarse en la construccin de sus ciudades desde lapoltica. Antes se ha comentado acerca de su participacin en diversos mbitosaunque, a aquellas que finalmente se deciden por hacerlo en la polticamunicipal lo hacen movidas por el deseo de contribuir al cambio y al desarrollo

    comunitario, por un fuerte compromiso social y pblico, porque asimismodesean y ven en la poltica una oportunidad de autorealizacin personal,porque cuentan con el apoyo de organizaciones sociales y tambin con elapoyo de sus familias, entre otras razones, segn lo indicaran a travs de lasencuestas realizadas entre alcaldesas y concejalas latinoamericanas. En elgrfico II.2 as se observa:

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    25/162

    25

    GRFICO II.2. PRINCIPALES RAZONES QUE MOTIVAN LA INCURSIN POLTICA EN ALCALDESAS YCONCEJALAS LATINOAMERICANAS

    Elaboracin propia en base a encuestas realizadas a 235 autoridades municipales de Amrica Latina

    A nivel local, en el decenio 1996-2006 la representacin femenina en loscuerpos legislativos municipales aument del 11% al 26%, lo que en trminosabsolutos significa la duplicacin del nmero de concejalas en Amrica Latina.No obstante, la situacin de las alcaldesas no refiri el mismo incremento, quetan slo pas del 5% al 6% en diez aos. En todo caso, Costa Rica es dable dereconocer respecto al incremento en el nmero de alcaldesas, que pas de un6,2% a un 28,4% en diez aos; Repblica Dominicana de un 1,7% a un 11,9%;y Cuba de un 5,3% a un 14,8%. De otro lado, Panam experiment undescenso del 13,4% a un 9,3%; Honduras del 9,5% al 6,7%; Venezuela del8,6% al 7,7% y Mxico del 3,8% al 3,5% (CEPAL, 2007). Uruguay representa elausentismo total de las mujeres en el cargo ejecutivo municipal, donde hastaahora siguen siendo los hombres quienes ejercen las intendenciasdepartamentales.

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    26/162

    26

    0

    5

    10

    15

    20

    25

    30

    1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006

    Porcentajes

    ALCALDESAS

    CONCEJALAS

    GRAFICO II.3. AMRICA LATINA Y EL CARIBE (25 PASES): EVOLUCIN REGIONAL DE LA PRESENCIA DEMUJERES EN EL PODER LOCAL

    Elaboracin: Comisin Econmica para Amrica Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de las respuestas al Cuestionariosobre trabajo no remunerado y participacin poltica, enviado a los pases el 15 de septiembre de 2006.Fuente: Montao, Sonia y otras (2007): El aporte de las mujeres a la igualdad en Amrica Latina y el Caribe

    En el nuevo milenio, la realidad arroja cifras exiguas sobre gobiernosmunicipales que en Amrica Latina son liderados por mujeres. De los datosobtenidos, el promedio de mujeres alcaldesas en toda la Regin ronda el6,99%, mientras que los escaos conseguidos por mujeres en los cuerposlegislativos municipales alcanza el 20,6%, cifra sta ltima sensiblementeinferior a la sugerida por las leyes de cuotas aplicada en la mayora de lospases latinoamericanos.

    En los 15.828 municipios latinoamericanos, 1.005 mujeres gobiernan lasrespectivas alcaldas. En Bolivia, Brasil, Ecuador, Guatemala, Mxico,Paraguay y Per, las mujeres electas alcaldesas no alcanzan el promedioregional del 6,9%. En Argentina, Colombia, El Salvador, Honduras, Nicaragua,Panam y Venezuela lo superan, pero no llegan ni siquiera al 10% derepresentatividad. Superan ese promedio Chile, Costa Rica, RepblicaDominicana y Cuba, en cuyo ltimo caso se alcanza la mxima representacinfemenina a nivel de alcalda: el 19%. Uruguay es el nico pas en donde noexisten mujeres que ocupen este cargo.

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    27/162

    27

    GRFICO II.4. SITUACIN DE ALCALDAS REPRESENTADAS POR MUJERES EN PASES DE AMRICALATINA, SEGN PROMEDIO REGIONAL

    __________________________________________________________________________________

    Por debajo del promedio regional (6.9%)

    Sobre el promedio regional y menos del 10%

    Ms del 10% y hasta el mximo regional (13,53%)

    _______________________________________________________Fuente: Elaboracin propia

    El siguiente cuadro muestra en trminos absolutos y porcentuales dichasituacin:

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    28/162

    28

    CUADRO II.1. MUJERES EN EJECUTIVOS Y LEGISLATIVOS MUNICIPALES EN AMRICA LATINA, EN LAPRIMERA DCADA DEL SEGUNDO MILENIO

    PAISES AO INICIOLTIMO

    PERIODO

    NALCALDESAS

    % ALCALDAS CONCEJALAS* % ESCAOS

    Argentina 2007 195 8,57% No disponible

    Bolivia 2004 13 4,14% 337 (titulares) 19%

    Brasil 2004 323 5,8% 6641 12,8%

    Chile 2008 43 12,5% 493 23%Colombia 2007 99 9,02% 1737 14,49%

    Costa Rica 2006 9 11% 238 47,8%

    Cuba 2007 32 19% 4159 27,3%

    Ecuador 2004 13 6% 285 31%El Salvador 2006 22 8,4% 31 11,8%

    Guatemala 2007 6 1,8% 194 2,7%

    Honduras 2006 22 7,6% 366 19,52%

    MxicoA 2008 96 3,94% 4442 27,6%

    Nicaragua 2004 15 9,8% 266 17,17%

    Panam 2004 7 9,33% 57 9,17%

    Paraguay 2006 13 6% 514 21%

    PerB 2007 50 2,76% 2810 27,71%RepblicaDominicana

    2006 18 13,53% 257 26,7%

    Venezuela 2004 29 8,7% 298 22,3%Uruguay 2005 0 0% 104 17,5%AA efectos de homogeneizar la informacin, para el caso de Mxico no se han incluido sndicas, a fin de considerar en este temslo los cuerpos legislativos.BEn el caso de Per se han considerado cargos provinciales y distritales.

    Elaboracin propia en base a datos suministrados por las siguientes fuentes:- Asociacin de Concejalas de Bolivia (ACOBOL)- Asociacin de la Mujer en el Gobierno Municipal (ASMUGOM), Guatemala- Asociacin de Municipalidades de Honduras (AMHON)- Asociacin de Municipios de Nicaragua (AMUNIC)- Asociacin Nacional de Regidoras, Sndicas y Alcaldesas Salvadoreas (ANDRYSAS)

    - Campaa Ms Mujer-Ms Poltica, Colombia- Centro de Documentacin y Estudios (CDE), Paraguay- Centro Regional de Desarrollo Humano y Justicia de Gnero (Humanas), Chile- Corporacin de Municipalidades de la Repblica de El Salvador (COMURES)- Informe Sombra sobre Venezuela- Instituto Nacional de la Mujer, Costa Rica- Peridico Granma de fecha 24 de noviembre del 2007, Cuba- Red Nacional de Mujeres Muncipes (RENAMM), Mxico- Secretara de Asuntos Municipales del Ministerio del Interior de la Repblica Argentina- Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM), Chile- Sitio de la Asamblea Nacional del Poder Popular de la Repblica de Cuba:www.parlamentocubano.cu- Sitio de los Ediles de Uruguaywww.ediles.org- Unin de Mujeres Municipalistas de Panam (UMUMPA)

    http://www.parlamentocubano.cu/http://www.parlamentocubano.cu/http://www.parlamentocubano.cu/http://www.ediles.org/http://www.ediles.org/http://www.ediles.org/http://www.ediles.org/http://www.parlamentocubano.cu/
  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    29/162

    29

    CUADRO II.2. EVOLUCIN DE AUTORIDADES FEMENINAS ELECTAS EN LOS DOS LTIMOS PERODOS DE GOBIERNO MUNICIPALPAISES A O INICIO

    PENULTIMOPERIODO

    NALCALDESAS

    NCONCEJALAS

    A O INICIOULTIMO

    PERIODO

    NALCALDESAS

    NCONCEJALAS

    EVOLUCI NALCALDESAS

    (%)

    EVOLUCI NCONCEJALAS

    (%)Argentina 2003 190 No disponible 2007 195 2,6

    Bolivia 1999 25 248 2004 13 337 -48 26,4

    Brasil 2000 315 5232 2004 323 6641 2,5 21,2

    Chile 2004 42 453 2008 43 493 2,3 8,1

    Colombia 2002 76 1625 2007 99 1737 23,2 6,4

    Costa Rica 2002 7 232 2006 9 238 22,2 2,5

    Cuba 2005 25 4022 2007 32 4159 21,9 3,3

    Ecuador 2000 6 266 2004 13 285 53,8 6,6El Salvador 2003 17 29 2006 22 31 22,7 6,5

    Guatemala 2003 9 163 2007 6 194 -33,3 16

    Honduras 2002 25 306 2006 22 366 -12 1,6

    Mxico* 2005 87 4515 2008 96 4442 9,4 -1,6

    Nicaragua 2000 15 No disponible 2004 15 266 Igual valor

    Panam 1999 10 0 2004 7 0 -30 No aplicable

    Paraguay 2002 12 433 2006 13 514 7,7 15,8

    Per 2003 53 2685 2007 50 2810 -5,6 4,4RepblicaDominicana

    2002 9 236 2006 18 257 50 8,2

    Uruguay 2000 0 101 2005 0 104 No aplicable 2,9

    Venezuela 2000 23 450 2004 29 298 20,7% -33,7

    Elaboracin propia en base a fuentes referidas en cuadro anterior

    *Los Estados Mexicanos se rigen por diferentes perodos de gobierno, en cuyo caso, las ltimas elecciones municipales celebradas han tenido lugar entre 2006, 2007 y 2008.

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    30/162

    30

    Grfico II.5. Evolucin de alcaldesas y concejalas electas para el ltimo perodo de gobierno

    Elaboracin propia

    Antes del anlisis del censo expuesto, resulta necesario referir acerca dela dificultad para conseguir la informacin estadstica de las mujeres queejercen el poder local como alcaldesas y concejalas. Los datos de algunospases fueron facilitados por asociaciones municipales y de mujeres, en otroscasos fueron proporcionados y recogidos de estudios previos a nivel pas, y enotros fueron cedidos por organizaciones no gubernamentales. Llama laatencin que en ningn caso los organismos oficiales de asuntos municipales,

    como as tampoco los tribunales superiores electorales (salvo el caso de Brasily Panam) contaran con la informacin de las autoridades localesdesagregadas por gnero, lo que da cuenta de un escaso compromiso polticopara con la representacin femenina a nivel local.

    En cuanto a los datos obtenidos, el Cuadro II.2 contiene un cruce dedatos extrados de diversas fuentes que, a su vez, permiten comparar elregistro temporal de la presencia femenina en los gobiernos locales.Igualmente, el Grfico II.5. expone esquemticamente la evolucin, oinvolucin, de las mujeres electas en los gobiernos locales de la Regin para el

    ltimo perodo. En este sentido, se puede observar cmo pases comoArgentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Paraguayy Repblica Dominicana han marcado un importante salto cuantitativo respectoa la presencia de las mujeres en sus entidades municipales, tanto en lospoderes ejecutivos (alcaldesas) como legislativos (concejalas). Mientras que, apesar de que s han registrado un incremento de representatividad femenina enlos concejos municipales, pases centroamericanos tales como Guatemala yHonduras, junto a Bolivia y Per, del Cono Sur, han advertido una notabledisminucin en el nmero de alcaldesas electas en el ltimo perodo. Por elcontrario, Venezuela presenta un incremento en las alcaldas gobernadas pormujeres, pero un acentuado descenso en el nmero de concejalas (un 33,7%

    menos), lo que podra asociarse a la derogacin de la Ley de Cuotas que pocoantes de las elecciones del ao 2000 provoc su desaplicacin. Panam, si

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    31/162

    31

    bien no registra mujeres concejalas en sus dos ltimos perodos, suorganizacin territorial y poltica contempla corregimientos como subdivisin delos municipios, para cuyo caso se eligen a su vez representantes. En ese nivel,

    57 mujeres han sido electas como representantes entre los 588 corregimientosdel pas, representando el 9,17%. En todo caso, resulta imperioso resaltar elcaso guatemalteco, en el que las mujeres representan las ms bajas cotas derepresentatividad a nivel municipal si se compara con el resto de paseslatinoamericanos.

    Podra afirmarse, en consecuencia, que en la mayora de los pases endonde se han aplicado sistemas de cuotas, el impacto de stos puede serrelacionado a la obligatoriedad aplicable a las listas electorales plurinominaleslo que, en todo caso, evidencia que los cargos unipersonales siguen quedandosujetos a la voluntad de la dirigencia de los partidos polticos y la del propio

    electorado, siendo las mujeres las que menos oportunidades presentan de -tansiquiera- encabezar una lista de candidaturas.

    De entre los datos recogidos y no expuestos en los anteriores cuadros,es necesario sacar a la luz informacin relevante sobre la participacin real delas mujeres en los gobiernos locales. En El Salvador, existen 26 municipiosdonde no hay ni una sola mujer en el gobierno local, que corresponden al 10%del total de los municipios del pas. En Bolivia, las concejalas sealadas en elcuadro anterior se refieren slo a las titulares, puesto que las suplentes podranconsiderarse simblicas, al no tener ejercicio real del poder. En este ltimo

    caso, resulta interesante resaltar que las concejalas suplentes representan casiel 80% del total de concejalas (titulares ms suplentes), demostrando as laprctica poltica de relegacin de las mujeres a los ltimos lugares de las listasde candidaturas o ubicacin en puestos no elegibles o sin poder efectivo .Asimismo, 94 municipios bolivianos no cuentan con concejalas, es decir, un28% del total. Similar situacin se da en Nicaragua, donde 11 de los 153municipios no tienen ni una sola mujer en sus concejos legislativos.

    En cuanto a la disminucin en el nmero de alcaldesas bolivianas, laGerente General de la Asociacin de Concejalas de Bolivia (ACOBOL) seala:Se presenta un retroceso para el mismo periodo de anlisis pues pasar de 25

    a 13 significaron algunos casos de avasallamientos de derechos, es decir, queno se respetaron a las primeras en lista por ser partidos de gobierno y/opartidos machistas (est el caso de Chimor, en el Chapare) que ganando conmayora absoluta es destituida la autoridad por razones que no quedaronclaras, luego se observa que las pocas alcaldesas que hay pertenecen en sumayora al oriente y pocas a occidente lo cual responde a temas de machismoen las estructuras aymaras y quechuas de occidente2.

    Caso aparte es el de Uruguay, donde no existe sistema de cuotas, y por

    2Entrevista realizada a Mara Eugenia Rojas Valverde, Gerente General de la Asociacin de Concejalas

    de Bolivia (ACOBOL), el 27 de febrero de 2009.

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    32/162

    32

    lo tanto un 17,5% de los cargos legislativos municipales est representado pormujeres; un porcentaje similar al de los pases que del mismo modo no aplicancuotas en las listas electorales. Pero sin dudas lo cuestionable del caso

    uruguayo es la nula representatividad femenina en los 19 cargos ejecutivostitulares a nivel municipal. La ausencia de mujeres liderando los ejecutivosdepartamentales no slo es reflejo de la misma escasez representativafemenina en los cuerpos legislativos, sino que evidencia adems lasubvaloracin por parte de los partidos polticos hacia las mujeres,comportamiento institucional que se analizar ms profundamente en elcaptulo IV del presente documento. Tal vez la ansiada aprobacin de la Ley deDescentralizacin Poltica y Participacin Ciudadana cuyo proyecto se haaprobado en diciembre de 2008, y que habilita la creacin de unas 120alcaldas en todo el pas, abrira la posibilidad de que ms mujeres tenganoportunidades ciertas de ganar, pues el hecho de legitimar sus candidaturas

    directamente con la ciudadana puede dar mayor juego a las minoras, no sloen cuanto a gnero, sino tambin en cuanto a partidos polticos. Mientras queactualmente el cargo ejecutivo local recibe el ttulo de intendencia municipal, yde edil para el cargo legislativo, el nuevo tercer nivel territorial, ms local,estara gobernado por alcaldes/as y concejales/as.

    Por su parte, Costa Rica es el pas latinoamericano con mayorparticipacin poltica femenina a nivel legislativo en el mbito municipal. Entrelas regiduras propietarias (titulares), el 47,8% est representado por mujeres,mientras que un 53,3% han logrado ser electas como regidoras suplentes.Podra afirmarse que la paridad en el contexto local costarricense es casi unhecho, sino fuera por la exigua representacin femenina en los cargosuninominales. En el actual perodo de gobierno, de las 81 alcaldas existentes,slo ejercen como alcaldesas 9 mujeres, lo que representa un 11% del total.Asimismo, desde el ao 2003 existe en Costa Rica la figura del ViceAlcalde(sa), cargo para el que en las ltimas elecciones se ha registrado unamayor participacin femenina. En cualquier caso, se puede afirmar que es elnico pas en donde se ha logrado superar la cuota mnima para las listasplurinominales del mbito municipal.

    Cuba, siendo uno de los pases en donde no existe sistema de cuotas,

    destaca por ser el que mayor representatividad ejecutiva femenina alcanza entoda la Regin, posicionndose con el 19% de presidentas en las asambleasmunicipales.

    De otro lado, el indicador estadstico conocido como ndice de xitoelectoral3 proporciona informacin clave sobre la efectividad de lascandidaturas femeninas lo que, ms all de facilitar baremos comparativos,esconde reflexiones interesantes sobre las dificultades que deben sortear lasmujeres que apuestan por el poder poltico. En Colombia, por ejemplo, el xitoelectoral femenino en las pasadas elecciones municipales de 2007 rond el

    3El ndice de xito electoral es igual al total de mujeres electas por cien, dividido, por el total de mujeres inscritas.

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    33/162

    33

    17,7% para las alcaldas, mientras que en el ao 2003 sta fue del 24,9%. Estoda cuenta tambin de que aunque actualmente hay ms mujeres ejerciendo elpoder local, al presentarse ms candidaturas femeninas en las pasadas

    elecciones, las mujeres ganaron menos. En el caso de las concejalas, el xitoelectoral para las candidatas fue del 14,75%. En Guatemala, el xito electoralen las elecciones municipales de 2007 fue del 6,6% para las candidatasmujeres. En Per, el xito electoral de las mujeres candidatas a las alcaldasdistritales fue del 7,3% para el ao 2006. En este ltimo caso, es dabledestacar la importante apuesta a las candidatas peruanas para las regidurasmunicipales a nivel distrital, que representaron el 42,5% de las candidaturas, locual da por satisfecha la cuota mnima del 30% establecida por la Ley. En elcaso de Ecuador, el ndice de xito electoral se situ en un 9,6% para lasmujeres que se postulaban como concejalas y similar registro para el caso delas alcaldas. En Chile, las candidatas a alcaldesas se posicionaron con un

    23,24% de xito electoral, mientras que en el caso de las concejalas, laelegibilidad femenina se posicion en un 22,23%. Las candidaturas femeninasa los concejos municipales de Bolivia obtuvieron un 7% de xito electoral. En elcaso de Brasil, las candidatas a prefeitas (alcaldesas) consiguieron un ndicedel 27,96% de xito electoral, en tanto un 8,64% de las candidatas consiguiescaos como vereadoras (concejalas).

    Al respecto, la representacin legislativa de mujeres a nivel municipal enlos pases latinoamericanos es ms alta que la que se da en el marco nacional.En el primer caso, en promedio, las mujeres representan el 21% de lasconcejalas municipales, mientras que un 19,3% ejercen actualmente comoparlamentarias nacionales. En el siguiente grfico puede distinguirse lasituacin comparativa (nacin-municipio) de cada pas.

    GRAFICO II.6. COMPARATIVO DE REPRESENTACIN FEMENINA EN CONCEJALAS Y PARLAMENTOSNACIONALES (CMARAS BAJAS O UNICAMERALES)

    Elaboracin propia en base a Cuadro N II.2 de la presente investigacin para concejalas, y Unin Interparlamentaria (2007)para las parlamentarias.

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    34/162

    34

    Tal como se observa en el grfico anterior, Bolivia, Brasil, Chile,

    Colombia, Costa Rica, Ecuador, Mxico, Paraguay, Repblica Dominicana yUruguay, registran un porcentaje mayor de representatividad femenina en loscuerpos legislativos municipales que la que se da en el contexto nacional. Sonlos pases centroamericanos tales como El Salvador, Guatemala, Honduras,Nicaragua y Panam, y Per, del sur de la Regin, los que tienen menosproporcin de concejalas mujeres que parlamentarias nacionales. Coincideentre estos ltimos pases altos ndices de pobreza: Honduras (74.6%),Nicaragua (69.3%), Guatemala (58.4%), Per ( 51,6%) y El Salvador (43%),siendo los tres primeros los ms altos de Amrica. Los datos referidosmuestran cmo la pobreza, ms palpable en el mbito local, afecta elempoderamiento de las mujeres y su acceso a los espacios de decisin

    poltica.

    De todas maneras, la representatividad femenina no llega, en ningncaso, a alcanzar la paridad, pero sin lugar a dudas es el escenario municipal elms propicio para que las mujeres puedan acceder al poder local, no porqueno tengan dificultades, sino porque la competencia puede llegar a ser enmuchos casos, favorable a las mujeres, pues el prestigio poltico suele devenirdel prestigio social, y en este sentido las lideresas se caracterizan por unconstante trabajo comunitario y compromiso social con un fuerte respaldo delas bases sociales.

    Un informe de la CEPAL (2003:15)afirma al respecto:

    La gobernabilidad democrtica, exige la constitucin de nuevos yamplios pactos entre actores sociales diversos, tradicionales oemergentes. El mbito local puede ser un nivel apropiado parafavorecer la participacin efectiva de las mujeres en estas alianzas.Esta participacin se ver facilitada si se orientan esfuerzosinstitucionales y recursos para que las mujeres organizadasconozcan los instrumentos de los que disponen y puedan adquirir omovilizar habilidades especificas de gestin de sus derechos en estenivel

    La apuesta generalizada por lograr la inclusin poltica de las mujeresdesde los gobiernos locales y los organismos internacionales sienta basesindiscutibles para promover el empoderamiento femenino y la igualdad deoportunidades en el acceso al poder.

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    35/162

    35

    II.3. Empoderamiento femenino desde el mbito local: claves ycondicionantes

    Junto con los procesos democratizadores y las reformas de Estado seviene impulsando la descentralizacin, por la que se fortalecen las instanciasestatales ms cercanas a los ciudadanos abriendo nuevas posibilidades decontrol y oportunidades para la participacin social y contribuyendo as alperfeccionamiento de la democracia. As, la descentralizacin es, enconsecuencia, una de las garantas de la democratizacin de la sociedad, porla cual el Estado se acerca an ms a la comunidad. En este sentido, Bareiro yMolina han sealado la pertinencia de la descentralizacin y ladesconcentracin del poder como vas favorables a la relacin Estado-sociedad, por la que se incluyen a los marginados social y polticamente (1994:10).

    As pues, el mbito local ha pasado a convertirse en el escenario idneopara fomentar el perfeccionamiento de la democracia a travs de mecanismosparticipativos puesto que, dada la cercana entre los gobernantes y losciudadanos, se facilita el encuentro de los actores sociales existiendo mejoresposibilidades para la identificacin y solucin de problemas que soncompartidos, ms homogneos y menos complejos que los que se dan en elmbito nacional.

    Bernardo Kliksberg (1994:82-83), por su parte, seala que el municipio

    se constituye en la principal organizacin gubernamental capaz de captar lasproblemticas e idear mtodos apropiados para responder a lasespecificidades de cada segmento social a ser atendido. Esto se da gracias ala cercana del municipio con la realidad de las personas y su comunidad.

    Por otra parte, la labor a nivel municipal posibilita un permanente feed -back con los asistidos. Hace posible recibir directamente sus demandas yrectificar y ajustar cursos de accin en funcin de ellas. En este sentido esdable destacar la Public Service Orientation4, innovadora concepcinrespecto a la tarea municipal, que plantea bsicamente que el xito de lamisma no debe medirse en relacin con los estndares tcnicos de los

    funcionarios, sino en contraste con el grado efectivo en que se satisfacennecesidades sentidas de la poblacin, y que los funcionarios deben sersensibles a las mismas y tratar de aprender continuamente de las seales queles llegan de la ciudadana. A lo anterior se suma la capacidad del municipiode actuar como un espacio que facilite la participacin. "La promocin de lamisma, el respaldo a sus formas primarias, su ejercicio real, el ajuste enfuncin de la experiencia, todo ello puede hacerse mejor desde el contactocara a cara con las formas asociativas creadas por la poblacin, que ladimensin a escala humana del municipio permite(Kliksberg, 1994:82-83).

    4Frase del idioma ingls que significa Orientacin del Servicio Pblico.

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    36/162

    36

    El nfasis en la municipalizacin de servicios y la autonoma local hansido los principales canales por los que han transitado los procesosdescentralizadores de la Regin. Ello supone que la integracin y la

    construccin de redes sociales tienen mayores oportunidades de expresin enel mbito municipal, pues, en ese marco acotado y controlable, resulta msfcil palpar los resultados derivados de la integracin de distintos sectores(salud, educacin, trabajo, seguridad, etc.). Esto es as por la dimensin fsica,social y familiar que slo se da en la ciudad.

    Sin embargo, el espacio local no ha ratificado esta presuncin, puestoque siguen existiendo an grupos sociales excluidos no slo de las agendaspblicas, sino adems de los espacios de participacin. As lo demuestra loacontecido en Bolivia como consecuencia de la aprobacin de la Ley deParticipacin Popular, la cual pretenda fortalecer las instituciones municipales

    mejorando, asimismo, la accesibilidad de los grupos marginales al poder. DichaLey entra para ello la transferencia de recursos a los municipios, lo queprovoc una feroz lucha por el poder atribuido en alcaldas y concejos; rganospolticos que los hombres consiguieron dominar dadas sus ardides polticas ydestrezas para cooptar a otros lderes, en este caso, mujeres (Baldz y Braez,2005). As, en 1995 el porcentaje de mujeres concejalas cae de un 26,7%(1993) a un 8,3%. Hizo falta la Ley de Cuotas para que el nivel representativofemenino en los municipios bolivianos volviera a alcanzar estndaresaceptables. No obstante, es importante reconocer que dicha Ley s favoreciuna mayor inclusin de la poblacin indgena, desde la ampliacin de lademocratizacin de la toma de decisiones a nivel municipal, hasta elincremento de la representatividad indgena que ha logrado posicionarsepolticamente a nivel nacional.

    Es en este sentido que cobra fuerza la idea del empoderamientofemenino, a travs del cual se entiende se refuerzan las capacidades de lasmujeres, tanto educativas, como econmicas, sociales, laborales y polticas, ypara lo que es preciso no slo un cambio personal sino toda una conciencia yaccin colectiva proclive a propiciar tal empoderamiento.

    La Declaracin de Pekn (1995) propuls el empoderamiento femenino

    como estrategia clave del desarrollo. En su epgrafe 13 se versa:

    El empoderamiento de las mujeres y su plena participacin encondiciones de igualdad en todas las esferas de la sociedad, incluyendo laparticipacin en los procesos de toma de decisiones y el acceso al poder, sonfundamentales para el logro de la igualdad, el desarrollo y la paz.

    Sin embargo, Irene Lpez Mndez (2000:60) reflexiona sobre los retosque implica el empoderamiento y concluye no se puede empoderar a laspersonas, por lo que resulta forzosamente necesario crear condicionesfavorables para que las mujeres sean sujeto de su propio desarrollo. Fortalecersu autoestima, su autonoma tanto econmica como emocional, suscapacidades sociales a travs de la formacin, forman parte del conjunto de

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    37/162

    37

    estrategias que pueden aplicarse desde los gobiernos, las ONGs y lacooperacin internacional para posibilitar democracias incluyentes.

    En este caso, empoderar a las mujeres para su plena participacinciudadana y poltica, empieza por ejercer su derecho al voto, el cual reflejeelecciones imbuidas de informacin y formacin, que asimismo les posibilitecandidatearse como eventuales representantes del gobierno. Para ello serpreciso concienciar sobre la equidad de gnero tanto a las estructuras de poderde los partidos polticos, como a la misma sociedad, reconociendo en estasmujeres sus capacidades como lideresas y gestoras del desarrollo. Esto podrtener lugar una vez sean impulsadas agendas de gnero en las polticaspblicas, lo que ineludiblemente depender tambin del nivel de compromisoque asuman quienes por el momento ostentan el poder. A su vez, se requerirnpresupuestos sensibles al gnero, a travs de los cuales el gasto pblico

    deber considerar asignaciones que aboguen por la igualdad de oportunidadesentre hombres y mujeres, atendiendo apropiadamente las necesidadesespecficas de stas ltimas.

    En cualquier caso, son diversas las variables que inciden a favor de lainclusin poltica de las mujeres en las instancias de gobierno local, perotambin existen dificultades a superar que van ms all del marco polticomunicipal. En el siglo XXI sobreviven impedimentos sociales y culturales parala igualdad de oportunidades que son necesarios vencer.

    En el mbito poltico, Anglica Bernal (2004)5

    distingue tres tipos deobstculos que dificultan la participacin de las mujeres:

    Obstcu los de partid a, que consisten en la carencia de lasmujeres de una serie de destrezas, conocimientos yoportunidades para entrar en el juego poltico en igualdad decondiciones con los hombres y que son resultado de lasocializacin diferencial de hombres y mujeres.Obstcu los de entrad a,que son los impuestos por la cultura entrminos de los estereotipos sobre las esferas de accin y lospapeles que deben cumplir las mujeres y que las aleja del mundo

    de lo pblico.Obs tcu los de p erman encia, que encuentran las mujeres unavez han logrado entrar en la poltica y que son las caractersticasy dinmicas mismas del quehacer poltico con las que estasmujeres muchas veces no se sienten identificadas y seconstituyen en la razn principal por lo que la mayora decideretirarse a la esfera privada o al trabajo comunitario.

    El Cuadro III.3 resea los diversos obstculos que las mujeres tienenpara participar en el escenario poltico, desde sus barreras personales hasta

    aquellas barreras estructurales que las mismas deben sortear.5Citado por Julie Figueroa Cubillos (2007).

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    38/162

    38

    Barreras que en su conjunto conforman el denominado techo de cristal,con el que topan las mujeres cuando aparentemente estn consiguiendo la

    igualdad. Es decir, cuando el poder est -al parecer- al alcance de cualquiermujer, se manifiestan estas barreras que de manera muy sutil (o no) le impidenacceder al mismo. Asimismo, estas barreras son casi invisibles, por lo que espreciso tener conciencia de gnero para que ese cristal pueda ser palpable.

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    39/162

    39

    CUADRO II.3. OBSTCULOS PARA EL EMPODERAMIENTO POLTICO FEMENINO

    OBSTCULOS DE PARTIDA OBSTCULOS DE ENTRADA OBSTCULOS DE PERMANENCIA

    Barreras legales Inexistencia de legislacin para conciliar la vidaprivada y poltica, agravada en casos dematernidad

    Los sistemas de cuotas constituyen, en lamayora de los casos, un techo mximo, en lugarde un piso mnimo de participacin femenina.

    Ausencia o ineficaz control en el cumplimiento dela cuota establecida. Falta de sanciones para lospartidos polticos que la infringen.

    Inexistencia de legislacin en contra del acoso yla violencia poltica en razn de gnero.

    Incumplimiento de compromisos adquiridos enacuerdos internacionales o nacionales en torno ala igualdad de oportunidades en el acceso alpoder y la toma de decisiones.

    Leyes electorales que desfavorecen laparticipacin poltica de las mujeres.

    Insuficiente apoyo institucional (y financiero)para propiciar programas de formacin quepotencien el liderazgo femenino.

    Barreras socioculturales Segregacin y discriminacin de las mujeres enel mbito pblico.

    Persistencia de modelos patriarcales deliderazgo en la arena poltica.

    lites polticas dominadas por los hombres.Relaciones machistas de poder. Pactosmasculinos.

    Escasa apertura a la inclusin femenina en losespacios de toma de decisiones.

    Socializacin estereotipada. Falta de apoyo social y familiar para que lasmujeres trabajen en poltica.

    Traspolacin de los roles de gnero a la funcinpblica.

    Resistencias sociales e individuales a revertir el

    modelo patriarcal.

    Misoginia hacia y entre las propias mujeres. Resistencias masculinas a ceder espacios de

    poder.

    Prevalencia del modelo femenino de belleza ysumisin.

    Ambiente poltico rivalizante con prcticas pocoasumidas por las mujeres.

    Descrdito profesional hacia las mujeres

    Infravaloracin y descalificacin de las mujeres. La mujer debe demostrar mayores capacidadesque el hombre.

    Sobreexigencia hacia las mujeres

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    40/162

    40

    Barreras econmicas Precariedad laboral de las mujeres ydiscriminacin salarial, lo que acenta lafeminizacin de la pobreza y su marginacin.

    Escasez de recursos econmicos para elfinanciamiento de las campaas electorales.

    Mayores costos para las mujeres interesadas ensu proyeccin poltica.

    Inexistencia o insuficiencia de servicios de apoyoa la labor domstica (guarderas infantiles,residencias, asistencia al hogar, etc.) quedescarguen a la mujer de talesresponsabilidades.

    Inexistencia de programas y presupuestos queapoyen empoderamiento poltico de las mujeres,de manera que puedan competir en lascampaas electorales en igualdad decondiciones.

    Inexistencia de apoyo y presupuestos quefortalezcan la representacin poltica de lasmujeres, transformndola en una representacinsustantiva y no de meros nmeros.

    Barreras personales Inseguridad, baja autoestima y

    desconfianza.

    Espritu poco competitivo. Sentimientos de inferioridad y culpabilidad.

    Escasa formacin poltica. Desconocimiento e inexperiencia en materia dehabilidades polticas.

    La manipulacin sobre mujeres que tienen perono ejercen el poder.

    Sobrecarga de responsabilidades familiares ydomsticas.

    Desigualdad de oportunidades. Dificultades para la conciliacin familiar yprofesional.

    Escasez de tiempo libre para el ocio, laeducacin y la participacin social o poltica.

    Horarios de reunin partidaria no compatiblescon la vida domstica de las mujeres.

    dem anterior.

    Dificultades para la oratoria y escaso poder deconvencimiento, dada la educacin desubordinacin recibida.

    Preferencia poltica (partidos y electorado) porpersonas elocuentes.

    Desatencin poltica a la opinin y voz de lasmujeres.

    Falta de informacin sobre derechos civiles y

    polticos. Escasa nocin de c iudadana.

    Segmentacin y discriminacin en los canales de

    informacin (lenguaje, espacios, costumbres,etc.)

    Fuente: Elaboracin propia

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    41/162

    41

    III. LOS PATRONES SOCIALES, CULTURALES Y ECONMICOS COMO

    BARRERAS PARA LA PARTICIPACIN POLTICA DE LAS MUJERES

    El espacio pblico ha estado siempre dominado por los hombresmientras las mujeres se han dedicado al cuidado de sus familias y hogares,siendo el mbito pblico prohibitivo para aquellas mujeres que quisieron cuidarsu reputacin como honorables damas. Al da de hoy, si bien las mujeres hansabido ganar un lugar de incuestionable protagonismo en la vida social ypblica, tambin es cierto que la cultura patriarcal, an presente, adopta formassutiles de coartar a las mujeres que intentan participar en el mbito poltico.As, las cuestionan, descalifican y censuran por descuidar o abandonar susresponsabilidades como madres y esposas. Por otro lado, las relegan a

    participar a la sombra de los lderes varones, aplicando resistenciasencubiertas que determinan lo que corresponde hacer culturalmente- comohombres y mujeres. En este sentido, la participacin femenina se ve duramentecondicionada por un discurso que reconoce la igualdad, pero que en la prcticalas contina subordinando a los roles tradicionalmente femeninos, an cuandoparticipan en organizaciones sociales y mbitos polticos.

    Y es importante analizar por otro lado las peculiaridades de esaresignacin de la que hacen acopio millares de mujeres que ven restringidassus oportunidades de participar polticamente. La sumisin es una de lascaractersticas ms presentes entre las mujeres pobres: si por un lado elanalfabetismo es la principal barrera, por otro, su condicin de dependenciaeconmica (tanto conyugal, familiar o estatal) las hace vulnerables, con bajaautoestima, introvertidas, sometidas al mbito privado y con escasasoportunidades de socializacin. Sus escasos recursos determinan tambin sumovilidad, pero sobre todo su tiempo: las mujeres mejor posicionadaseconmicamente pueden contar con el apoyo de servicio domstico paraatender las cargas familiares y del hogar, mientras que las ms pobres debenocuparse por s solas de tales obligaciones que, en la mayora de los casos, noson compartidas con sus parejas.

    Julina Santiago, indgena, madre de tres hijos y concejala de la comarcaNgbe-Bugls de Panam comenta: Ahora yo como mujer me doy cuenta queyo me he dado ese espacio. Una cosa es que la mujer se atreva, porque denada sirve que las mujeres sean impulsadas y no tengan el valor y no sepan aqu estn aspirando. Por eso para m el tema de gnero es un tema muybueno y le agradezco a todas las personas que nos estn capacitando ymotivando para seguir dndoles autoestima a las mujeres, porque hay mujeresmuy preparadas pero ellas no se atreven a participar por varias razones: elesposo, los hijos, el trabajo, etc6.

    6Testimonio extrado del Boletn IDELCA, 12-08, II Edicin.

  • 8/13/2019 La participacin poltica.pdf

    42/162

    42

    El Banco Mundial, a travs del Informe Generar desarrollo, revela larentabilidad que repercute el invertir en la igualdad entre hombres y mujeres.

    Seala que los pases que protegen los derechos humanos, y promueven elacceso a la escolarizacin, los recursos financieros, al empleo y la propiedad,entre o