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Cuatrocientos años de la Expulsión de los Moriscos La Pieza del Mes del Archivo Histórico Nacional Marzo 2009 Archivo Histórico Nacional C/Serrano, 115 28006 MADRID Tfno.: 917 688 500 Fax: 915 631 199 http://www.mcu.es AHN. INQUISICIÓN, 552, Exp. 9

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Cuatrocientos años de

la Expulsión de los Moriscos

La Pieza del Mes del Archivo Histórico Nacional

Marzo 2009

Archivo Histórico Nacional C/Serrano, 115 28006 MADRID Tfno.: 917 688 500 Fax: 915 631 199 http://www.mcu.es

AHN. INQUISICIÓN, 552, Exp. 9

AHN. CÓDICES, L. 1487 Fragmento de un códice Sin fecha Pergamino, 260 x 370 mms. Lengua y escritura rabe

Por ello buscaron el amparo de los poderosos, que les protegieron a cambio de elevados impuestos y consiguieron desviar las pesquisas inqui-sitoriales mediante acuerdos económicos muy gravosos. Pero un clima de desconfianza iba progresando y distanciaba aún más a ambas comunida-des. El duque de Lerma convenció a Felipe III para echarlos del país. En-tre 1609 y 1610 salieron unos 117.000 por los puertos valencianos. En 1610 tocó a los que vivían en Castilla, Murcia y Aragón. En los años veni-deros continuaron las medidas de expulsión a los que se habían ocultado o regresado ilícitamente. No es fácil saber a ciencia cierta el número de emi-grados, pero se baraja una cifra que ronda los 275.000 individuos. El pro-ceso de expulsión fue sumamente penoso pues tuvieron que malvender sus propiedades y la dureza de la travesía incrementó su mortandad.

Una característica propia de los moriscos españoles era la comuni-cación mediante la “algarabía” y los textos “aljamiados”. Como musulma-nes que eran, hablaban en árabe entre ellos y en castellano-aragonés o catalán-valenciano con más o menos fluidez al entrar en contacto con un cristiano. A la hora de poner por escrito sus textos, lo hacían en castellano pero en escritura arábiga. Son los manuscritos aljamiados que tanto inte-rés pusieron las autoridades cristianas por requisarlos. Los procesos de fe inquisitoriales seguidos contra moriscos a veces incluyen cuadernos en escritura árabe como el expuesto en esta ocasión. El Archivo Histórico Nacional conserva documentación fundamen-tal para el estudio de los moriscos. La Sección de Inquisición tiene cientos de causas de fe contra moriscos, amén de la correspondencia seguida entre los tribunales, el Consejo de la Suprema y el Inquisidor General para ver las medidas a adoptar, o documentación tan interesante como censos de moriscos en Castilla. La Sección de Órdenes Militares guarda documenta-ción de varias encomiendas donde la presencia morisca era mayoritaria, como el valle de Ricote. La Sección de Diversos también contiene docu-

El 22 de septiembre de 1609 se publicaba la orden por la cual Felipe III expulsaba a los moriscos de sus dominios valencianos. Extendió la medida al año siguiente a Castilla, Aragón y Cataluña. Con estas medi-das ponía fin a un ciclo histórico que comenzó en 711 con la victoria mu-sulmana en Guadalete. Fueron casi ochocientos años de presencia islámica en la Península Ibérica que ha configurado de modo tan peculiar el devenir de nuestro país frente al resto de naciones europeas.

Conforme los reinos cristianos iban reconquistando el territorio, permitían a las comunidades musulmanas vencidas seguir en el territorio, manteniendo su religión a cambio del pago de fuertes impuestos. Son los “mudéjares”, musulmanes viviendo en suelo cristiano constituyendo sus propias comunidades (aljamas). Se mantuvo esta situación hasta 1492, cuando los Reyes Católicos acabaron con el reino nazarí de Granada, últi-mo reducto musulmán independiente.

A partir de 1492 los reyes fomentaron la conversión a la fe cristia-na mediante la persuasión y medidas tolerantes de fray Hernando de Tala-vera y el conde de Tendilla. Pero Cisneros, no viendo un avance sustancial en las conversiones, impuso una línea dura. Esto provocó la revuelta de los mudéjares granadinos, aprovechada por los Reyes Católicos para ponerles en la disyuntiva de elegir entre el bautismo forzoso o el exilio (1502). En Valencia fueron las Germanías las que bautizaron por la fuerza en 1521-1522 a numerosos mudéjares. Esto significaba que desde esta fecha en teo-ría no existían musulmanes en suelo hispano, pues o se habían convertido o se habían desterrado.

La realidad era que estos mudéjares ahora pasaban a ser “cristianos nuevos de moros”. Es decir, todos sabían que su conversión obtenida por métodos coactivos no era sincera. Pero oficialmente dejaban de ser musulmanes y debían integrarse en la comunidad cristiana. Ahora ya sí que podían ser perseguidos por la Inquisición.

Ignacio Panizo Santos. Archivo Histórico Nacional.

BIBLIOGRAFÍA: Antonio DOMÍNGUEZ ORTIZ, Bernard VINCENT, Historia de los mo-riscos. Vida y tragedia de una minoría, Madrid : Revista de Occidente, 1978.- Míkel de EPALZA, Los moriscos antes y después de la expulsión, Madrid : Mapfre, 1992.