La posada del silencio, nº 41, curso vi

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VÍDEO DE HOY: Padre Kenet: "Mi testimonio es resumen de lo que Dios es capaz de hacer" Mensaje del Papa en la Jornada Mundial de la Paz: No más esclavos, sino hermanos Martes, 30 diciembre, 2014 La esclavitud, "el flagelo cada vez más generalizado de la explotación del hombre por parte del hombre", centra el mensaje que el papa Francisco va a dirigir al mundo el Día de Año Nuevo, que coincide con la 48 Jornada Mundial de la Paz. El Pontífice aboga por abolir "este fenómeno abominable, que pisotea los derechos fundamentales de los demás y aniquila su libertad y dignidad". En su mensaje Francisco señala que hoy, a pesar de que el derecho de toda persona a no ser sometida a esclavitud ni a servidumbre está reconocido en el derecho internacional como norma inderogable, "todavía hay millones de personas –niños, hombres y mujeres de todas las edades– privados de su libertad y obligados a vivir en condiciones similares a la esclavitud". Y entre las causas que ayudan a explicar las formas contemporáneas de la esclavitud, el Pontífice se refiere primero a "una concepción de la persona humana que admite el que pueda ser tratada como un objeto". Y se refiere, después, a "la pobreza, al subdesarrollo y a la exclusión, especialmente cuando se combinan con la falta de acceso a la educación o con una realidad caracterizada por las escasas, por no decir inexistentes oportunidades de trabajo". Y cita también a "la corrupción de quienes están

Transcript of La posada del silencio, nº 41, curso vi

VÍDEO DE HOY:

Padre Kenet: "Mi testimonio es resumen

de lo que Dios es capaz de hacer"

Mensaje del Papa en la Jornada Mundial

de la Paz: No más esclavos, sino

hermanos

Martes, 30 diciembre, 2014

La esclavitud, "el flagelo cada vez más generalizado de la explotación del hombre por parte del hombre",

centra el mensaje que el papa Francisco va a dirigir al mundo el Día de Año Nuevo, que coincide con la

48 Jornada Mundial de la Paz. El Pontífice aboga por abolir "este fenómeno abominable, que pisotea los

derechos fundamentales de los demás y aniquila su libertad y dignidad".

En su mensaje Francisco señala que hoy, a pesar de que el derecho de toda persona a no ser sometida a

esclavitud ni a servidumbre está reconocido en el derecho internacional como norma inderogable,

"todavía hay millones de personas –niños, hombres y mujeres de todas las edades– privados de su

libertad y obligados a vivir en condiciones similares a la esclavitud".

Y entre las causas que ayudan a explicar las formas contemporáneas de la esclavitud, el Pontífice se

refiere primero a "una concepción de la persona humana que admite el que pueda ser tratada como un

objeto". Y se refiere, después, a "la pobreza, al subdesarrollo y a la exclusión, especialmente cuando se

combinan con la falta de acceso a la educación o con una realidad caracterizada por las escasas, por no

decir inexistentes oportunidades de trabajo". Y cita también a "la corrupción de quienes están

dispuestos a hacer cualquier cosa para enriquecerse. En efecto, la esclavitud y la trata de personas

humanas requieren una complicidad que con mucha frecuencia pasa a través de la corrupción de los

intermediarios, de algunos miembros de las fuerzas del orden o de otros agentes estatales, o de

diferentes instituciones, civiles y militares". Y no olvida los conflictos armados, la violencia, el crimen y el

terrorismo.

El Papa pide un compromiso común para acabar la esclavitud: "Debemos reconocer que estamos frente

a un fenómeno mundial que sobrepasa las competencias de una sola comunidad o nación. Para

derrotarlo, se necesita una movilización de una dimensión comparable a la del mismo fenómeno. Por

esta razón, hago un llamamiento urgente a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, y a todos

los que, de lejos o de cerca, incluso en los más altos niveles de las instituciones, son testigos del flagelo

de la esclavitud contemporánea, para que no sean cómplices de este mal, para que no aparten los ojos

del sufrimiento de sus hermanos y hermanas en humanidad, privados de libertad y dignidad".

Niños usados como soldados o "bombas

suicidas" en Afganistán y Pakistán

06/01/2015

Los más pequeños han sido utilizados e instruidos en cómo hacer explotar artefactos explosivos

improvisados o efectuar labores de vigilancia e información sobre la ubicación de las fuerzas de

seguridad y funcionarios del estado. Esto es cada vez más común en la región.

Adolescentes han sido hallados arrastrando a militantes heridos del Talibán,

recogiendo armas abandonadas o incluso combatiendo.

Las autoridades afganas aseguran haber arrestado a unos 250 menores de edad

en los últimos 10 años debido a estas actividades. Un cambio en estas tendencias

regionales es el creciente número de niños atacantes suicidas.

Los menores están siendo reclutados simplemente porque son niños.

La capacidad de las fuerzas de

seguridad afganas se ha incrementado y cada

vez es más difícil para los atacantes suicidas

adultos llegar hasta sus blancos.

Se considera que los niños son más

fáciles de "reclutar": pueden ser fácilmente

influenciados para que lleven a cabo un ataque

y las fuerzas de seguridad rara vez sospechan

de ellos.

Madrazas como campo de reclutamiento

Al igual que cientos de miles de otros niños, el tío de Naqibullah -que cuidaba

de él desde la muerte de su padre- lo inscribió en una escuela religiosa.

Los militares afganos han aprendido a desconfiar de los niños en ciertas zonas.

Las familias pobres de Pakistán y Afganistán envían a sus hijos a las madrazas

para obtener educación y alojamiento gratuitos.

Pero estos colegios son el principal campo de reclutamiento para los talibanes.

Entrevistas con niños detenidos revelan que son recogidos de las calles y también en

vecindarios pobres.

En muchos casos, los padres y representantes dicen no ser conscientes de la

situación.

Niñas reclutadas

Hay casos muy raros de niñas

reclutadas.

Spozhmai, de 10 años, recibió mucha

atención internacional cuando fue apresada en

enero de 2014 en el sur de la provincia de

Helmand.

La pequeña Spozhmai fue detenida en

un puesto de control.

Tras su arresto, dijo que su hermano intentó obligarla a que detonara los

explosivos que cargaba.

En 2011, una niña de ocho años resultó muerta en la provincia central de

Uruzgan con unos explosivos que cargaba en un bolso de tela, que fueron detonados a

control remoto cuando llegaba a un puesto de la policía.

Pakistán, campo de entrenamiento

Funcionarios afganos señalan que más del 90% de los potenciales atacantes

suicidas son "entrenados y engañados" en Pakistán. Agregan que allí "son forzados y se

les lava el cerebro".

Sin embargo también hay evidencia de que se los entrena en partes de

Afganistán controladas por el Talibán.

El año pasado un padre afgano en la norteña ciudad de Kunduz entregó su hijo

adolescente a la policía.

"Lo hice porque temía que pudiera radicalizarse cuando desapareciera por unos

meses", señaló. Su familia había regresado de Pakistán un año antes.

Algunos han llevado a cabo ataques suicidas en Pakistán. Un niño de 12 años

con uniforme colegial hizo detonar los explosivos que cargaba matando cerca de 30

personas en la localidad de Mardan en febrero de 2011.

Promesa de mejor futuro

Naquibullah dice que quienes le dieron adiestramiento le dijeron que iría al

cielo, que todos sus problemas desaparecerían.

Funcionarios señalan que los predicadores prometen a los niños un camino

alejado del aburrimiento y del trabajo duro relacionados con la pobreza.

"Les ofrecen visiones de un paraíso, donde fluyen ríos de leche y miel, a cambio

de dejar sus vidas y convertirse en atacantes suicidas", señaló un funcionario.

Los niños son fácilmente influenciados para que lleven a cabo ataques.

Aunque las confesiones que se obtienen de los jóvenes a veces no son

confiables, se trata de relatos escalofriantes de cómo fueron adiestrados para intentar

misiones suicidas.

Se les asegura que las niñas y mujeres afganas son violadas por las "fuerzas

extranjeras invasoras" y que el Corán es quemado por los estadounidenses.

A los niños se les dice que es su deber religioso resistir las fuerzas infieles de la

coalición, y que ellos y sus padres irán al paraíso.

Y se les dice que los afganos que intentarán matar "merecen morir" porque "no

son verdaderos musulmanes" o son "colaboradores de los estadounidenses".

En todo caso, los niños rara vez se enteran de quienes son sus objetivos y por

qué merecen la muerte.

En algunos casos simplemente se les miente. Algunos reciben amuletos que

contienen versos del Corán que supuestamente los ayudarán a sobrevivir.

Otros reciben llaves que cuelgan de sus cuellos y se les dice que abrirán para

ellos las puertas del paraíso.

El Talibán lo desmiente

Hay, por supuesto, leyes internacionales contra el uso de niños en conflictos.

De acuerdo al Artículo 1 de la Convención de 1989 de los Derechos del Niño,

todo el que tiene menos de 18 años es un niño. La ley afgana también prohíbe el

reclutamiento de menores en las fuerzas armadas o la policía.

En Pakistán, muchos de los jóvenes son coaccionados para que lleven cabo

misiones suicidas.

Los portavoces del Talibán suelen negar que usan niños, especialmente niñas.

Los tres Códigos de Conducta y Regulaciones promulgados después de la caída

del régimen del Talibán a finales de 2001 prohíben que jóvenes sin barba puedan unirse

a sus filas.

Sin embargo un funcionario del Talibán reconoció que los comandantes locales

podían cometer irregularidades. Para muchos la edad exacta no es importante. Se

considera que cualquiera que ya haya pasado la pubertad y que sea mentalmente apto

está listo para combatir.

Niños en rehabilitación

Según funcionarios de seguridad afganos, más de 30 niños acusados de tener

vínculos con la insurgencia aún están en centros de detención.

La rehabilitación se complica debido a la escasez de recursos. Si bien algunos

niños logran pasar el proceso de recuperación, unos pocos, según un informante, incluso

lamentan no haber podido llevar a cabo la misión suicida.

Naqibullah describe lo que le sucedió a él: "Me mantuvieron en otra madraza

durante unos meses. Entonces otros hombres vinieron y me llevaron a Kandahar".

"Un día me llevaron en un auto, me dieron un chaleco pesado y apuntaron hacia

unos soldados".

Los niños han sufrido de manera desproporcionada en la guerra afgana.

Pero la policía lo detuvo antes de que detonara los explosivos y los hombres que lo acompañaron desaparecieron en la distancia en un auto. Autor: Dawood Azami

Kivu del Norte y su eterno padecimiento

de grupos armados

02/01/2015

La agencia de refugiados de Naciones Unidos (ACNUR) ha informado de que desde hace semanas se

están produciendo matanzas de civiles en Kivu del Norte, en el este de la República Democrática de

Congo (RDC).

Según ACNUR, los ataques comenzaron en octubre y se concentran en los

alrededores de Beni, aunque la violencia se está expandiendo hacia el norte de la región.

"Cerca de 256 personas, entre ellas niños, han muerto de manera horripilante",

dijo Karin de Grujil, portavoz de la citada agencia.

En relación con la autoría de los ataques, De Grujil dijo que la responsabilidad

no es aún del todo clara. "Es difícil decir en este momento. Creemos que hay varios

grupos y restos de otros grupos, que son milicias que circulan por la zona y se

aprovechan de los civiles. No tenemos información de que se trate de un grupo en

particular, pero hay un problema general de falta de ley", dijo.

No obstante, un encuentro de tres día organizado por la Coordinación de la

Sociedad Civil Local, –que cuenta con cargos políticos, comerciantes, líderes religiosos

cristianos y musulmanes, representantes de la sociedad civil, de Beni y de Butembo,

entre otros–, ha concluido con un documento en el que se afirma que las masacres son

obra de "lo que queda" del grupo de origen ugandés ADF-Nalu. Según publica Fides, la

milicia está presente en la provincia desde hace dos décadas, y se ha visto reforzada por

"hijos perdidos de las comunidades locales". El documento afirma que el grupo "ha

podido incorporar a su causa, que es criminal e incluso con prácticas yihadistas, a

algunos políticos, agentes de finanzas mafiosos y autoridades tradicionales (como jefes

de aldeas) con la complicidad de los países vecinos".

La violencia de estos últimos meses ha provocado el desplazamiento de cerca de 88.000 personas. "Están intentando llegar a las grandes ciudades del norte de Kivu. (...). La gente está viviendo en cuclillas en las iglesias, en edificios escolares. Sin embargo, la zona ya es bastante pobre en recurso de por sí. Muchos de los proyectos de ayuda han tenido que ser suspendidos por culpa de la inseguridad", dice De Grujil. Fuente: Mundo Negro

"Siempre preguntarnos, ¿dónde está la

estrella?", Papa en la Epifanía del Señor

2015-01-06 Radio Vaticana

(RV).- (Actualizado) En su homilía de la Santa Misa del día de la Epifanía del Señor, el Papa habló

y analizó profundamente la figura de los Magos de Oriente y su camino en busca del Mesías. Francisco

habla de la procesión que siguieron y asegura que ese camino de encuentro se repite en todas las

épocas, también en la actualidad, reconociendo el mensaje que nos hace encontrar a Dios, “Los Magos

representan a los hombres y a las mujeres en busca de Dios en las religiones y filosofías del mundo

entero, una búsqueda que no acaba nunca”, dijo.

El Santo Padre explica como los Magos encontraron muchas dificultades, y tuvieron también

tentaciones, como la de ir al palacio del rey pensando que el Niño Dios nacería allí, o como la de

rechazar la pequeñez. Pero esto les sirvió para “reconocer que los criterios de Dios son muy distintos a

los de los hombres”: “Dios nos habla en la humildad de su amor”.

“Los Magos han entrado en el misterio. Han pasado de los cálculos humanos al misterio, y éste es el

camino de su conversión”, y en este contexto nos pregunta Francisco por nuestra conversión, y nos

exhorta a pedir al Señor para que nos conceda vivir el mismo camino de conversión que vivieron los

Magos, y para que tengamos siempre la inquietud de preguntarnos ¿dónde está la estrella?

(MZ-RV)

Palabras del Papa

Ese Niño, nacido de la Virgen María en Belén, vino no sólo para el pueblo de Israel, representado en los

pastores de Belén, sino también para toda la humanidad, representada hoy por los Magos de Oriente. Y

precisamente hoy, la Iglesia nos invita a meditar y a rezar sobre los Magos y su camino en busca del

Mesías.

Estos Magos que vienen de Oriente son los primeros de esa gran procesión de la que habla el profeta

Isaías en la primera lectura (cf. 60,1-6). Una procesión que desde entonces no se ha interrumpido jamás,

y que en todas las épocas reconoce el mensaje de la estrella y encuentra el Niño que nos muestra la

ternura de Dios. Siempre hay nuevas personas que son iluminadas por la luz de su estrella, que

encuentran el camino y llegan hasta él.

Según la tradición, los Magos eran hombres sabios, estudiosos de los astros, escrutadores del cielo, en

un contexto cultural y de creencias que atribuía a las estrellas un significado y un influjo sobre las

vicisitudes humanas. Los Magos representan a los hombres y a las mujeres en busca de Dios en las

religiones y filosofías del mundo entero, una búsqueda que no acaba nunca. Hombres y mujeres en

búsqueda.

Los Magos nos indican el camino que debemos recorrer en nuestra vida. Ellos buscaban la Luz

verdadera: «Lumen requirunt lumine», dice el himno litúrgico de la Epifanía, refiriéndose precisamente

a la experiencia de los Magos; “Lumen requirunt lumine”. Siguiendo una luz ellos buscan la luz. Iban en

busca de Dios. Cuando vieron el signo de la estrella, lo interpretaron y se pusieron en camino, hicieron

un largo viaje.

El Espíritu Santo es el que los llamó e impulsó a ponerse en camino, y en este camino tendrá lugar

también su encuentro personal con el Dios verdadero.

En su camino, los Magos encuentran muchas dificultades. Cuando llegan a Jerusalén van al palacio

del rey, porque consideran algo natural que el nuevo rey nazca en el palacio real. Allí pierden de vista la

estrella. ¡Cuantas veces se pierde la vista de la estrella! y se encuentran una tentación, puesta ahí por el

diablo, es el engaño de Herodes. El rey Herodes muestra interés por el niño, pero no para adorarlo, sino

para eliminarlo. Herodes es un hombre de poder, que sólo consigue ver en el otro a un rival. Y en el

fondo, también considera a Dios como un rival, más aún, como el rival más peligroso. En el palacio los

Magos atraviesan un momento de oscuridad, de desolación, que consiguen superar gracias a la moción

del Espíritu Santo, que les habla mediante las profecías de la Sagrada Escritura. Éstas indican que el

Mesías nacerá en Belén, la ciudad de David.

En este momento, retoman el camino y vuelven a ver la estrella. El evangelista apunta que

experimentaron una «inmensa alegría» (Mt 2,10), una verdadera consolación. Llegados a Belén,

encontraron «al niño con María, su madre» (Mt 2,11). Después de lo ocurrido en Jerusalén, ésta será

para ellos la segunda gran tentación: rechazar esta pequeñez. Y sin embargo: «cayendo de rodillas lo

adoraron», ofreciéndole sus dones preciosos y simbólicos. La gracia del Espíritu Santo es la que siempre

los ayuda. Esta gracia que, mediante la estrella, los había llamado y guiado por el camino, ahora los

introduce en el misterio. Aquella estrella que ha acompañado el camino les hace entrar en el misterio.

Guiados por el Espíritu, reconocen que los criterios de Dios son muy distintos a los de los hombres, que

Dios no se manifiesta en la potencia de este mundo, sino que nos habla en la humildad de su amor. ¿El

amor de Dios es grande? ¡Sí! Pero el amor de Dios es humilde, ¡muy humilde! De ese modo, los Magos

son modelos de conversión a la verdadera fe porque han dado más crédito a la bondad de Dios que al

aparente esplendor del poder.

Y ahora nos preguntamos: ¿Cuál es el misterio en el que Dios se esconde? ¿Dónde puedo encontrarlo?

Vemos a nuestro alrededor guerras, explotación de los niños, torturas, tráfico de armas, trata de

personas… Jesús está en todas estas realidades, en todos estos hermanos y hermanas más pequeños

que sufren tales situaciones (cf. Mt 25, 40.45). El pesebre nos presenta un camino distinto al que anhela

la mentalidad mundana. Es el camino del anonadamiento de Dios, aquella humildad de amor de Dios se

baja, se aniquila, de su gloria escondida en el pesebre de Belén, en la cruz del Calvario, en el hermano y

en la hermana que sufren.

Los Magos han entrado en el misterio. Han pasado de los cálculos humanos al misterio, y éste es el

camino de su conversión. ¿Y la nuestra? Pidamos al Señor que nos conceda vivir el mismo camino de

conversión que vivieron los Magos. Que nos defienda y nos libre de las tentaciones que oscurecen la

estrella. Que tengamos siempre la inquietud de preguntarnos, ¿dónde está la estrella?, cuando, en

medio de los engaños mundanos, la hayamos perdido de vista. Que aprendamos a conocer siempre de

nuevo el misterio de Dios, que no nos escandalicemos de la “señal”, de la indicación, aquella señal dicha

por los Ángeles: «un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre» (Lc 2,12), y que tengamos la

humildad de pedir a la Madre, a nuestra Madre, que nos lo muestre. Que encontremos el valor de

liberarnos de nuestras ilusiones, de nuestras presunciones, de nuestras “luces”, y que busquemos este

valor en la humildad de la fe y así encontremos la Luz, Lumen, como han hecho los santos Magos. Que

podamos entrar en el misterio. Que así sea.

"Caminar atentos, incansables y

valerosos", el Papa a la hora del Ángelus

2015-01-06 Radio Vaticana

(RV).- (Actualizado con audio) En un clima de alegría y felicidad, el Santo Padre rezó la oración del

Ángelus este martes en el que celebramos la Epifanía del Señor. Antes de la oración mariana

recordó a los presentes la figura de los Magos de Oriente y lo que representan en la historia de la Iglesia,

ya que ellos vinieron desde muy lejos “para adorar al recién nacido Rey de los Judíos y Salvador, y para

ofrecerle dones simbólicos”, y esto representa la universalidad de la Iglesia, “Él no reserva su amor a

algunos privilegiados, sino que lo ofrece a todos”, explicó Francisco.

Con esta idea nos recuerda que nosotros, como los Reyes Magos, también debemos buscar a Dios

distinguiendo la estrella. “La estrella que es capaz de guiar a todo hombre a Jesús es la Palabra de Dios:

ella es la luz que orienta nuestro camino, nutre nuestra fe y la regenera”. Así nos invita a leer y

meditarla cada día, para que sea como una llama, y nos ayude a aclarar nuestros pasos”.

Francisco dedicó un saludo especial a los hermanos y a las hermanas del Oriente cristiano, católicos y

ortodoxos, muchos de los cuales celebran este miércoles la Navidad del Señor. Además quiso subrayar

también que este 6 de enero se celebra la Jornada Mundial de la Infancia Misionera. “Es la fiesta de los

niños que viven con alegría el don de la fe y rezan para que la luz de Jesús llegue a todos los niños del

mundo”. Así alentó a los educadores a cultivar en ellos “el espíritu misionero” para que sean

anunciadores del amor de Dios.

El Santo Padre invitó a los presentes a repetir varias veces que la vida es "caminar atentos, incansables y

valerosos". Saludó detenidamente a los peregrinos llegados a la Plaza de San Pedro desde diferentes

partes del mundo, un total aproximadamente de 50.000 personas.

(MZ-RV)

Texto completo de la alocución del Papa antes de rezar el Ángelus

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! ¡Buena Fiesta!

En la noche de Navidad hemos meditado sobre la visita a la gruta de Belén de algunos pastores

pertenecientes al pueblo de Israel; hoy en la solemnidad de la Epifanía, hagamos memoria de la llegada

de los Reyes Magos, que vinieron de Oriente para adorar al recién nacido Rey de los Judíos y Salvador

universal, y para ofrecerle dones simbólicos. Con su gesto de adoración, los Reyes Magos dan testimonio

que Jesús ha venido a la tierra para salvar no a un solo pueblo, sino a todas las personas. Por lo tanto, en

la fiesta de hoy nuestra mirada se amplía al horizonte del mundo entero para celebrar la

“manifestación” del Señor a todos los pueblos, es decir, la manifestación del amor y de la salvación

universal de Dios. Él no reserva su amor a algunos privilegiados, sino que lo ofrece a todos. Así como es

Creador y Padre de todos, del mismo modo quiere ser el Salvador de todos. Por esto, estamos llamados

a nutrir siempre gran confianza y esperanza por toda persona y por su salvación: también ellos, que nos

parecen alejados del Señor son seguidos – o mejor “perseguidos” – por su amor apasionado, su amor

fiel y también humilde. ¡Porque el amor de Dios es humilde, tan humilde!

El relato evangélico de los Reyes Magos, describe su viaje desde Oriente como un viaje del alma, como

un camino hacia el encuentro con Cristo. Ellos están atentos a los signos que indican la presencia; son

incansables en el enfrentar las dificultades de la búsqueda; son valientes en el deducir las consecuencias

de vida que derivan del encuentro con el Señor. Es decir, la vida es esto: la vida cristiana es caminar

siendo atentos, incansables y valerosos. ¡Así camina un cristiano! Caminar atento, incansable y

valeroso. La experiencia de los Reyes Magos evoca el camino de todo hombre hacia Cristo. Como los

Reyes Magos, también para nosotros buscar a Dios quiere decir caminar – y como decía: atento,

incansable y valeroso - fijando el cielo y distinguiendo en el signo visible de la estrella, el Dios invisible

que habla a nuestro corazón. La estrella que es capaz de guiar todo hombre a Jesús es la Palabra de

Dios. Está en la Biblia, en los Evangelios. La Palabra de Dios es la luz que orienta nuestro camino, nutre

nuestra fe y la regenera. Es la Palabra de Dios que renueva continuamente nuestros corazones, nuestras

comunidades. Por lo tanto, no olvidemos leerla y meditarla cada día, para que se transforme para cada

uno en una llama que llevamos dentro de nosotros para iluminar nuestros pasos, y también aquellos de

quién camina junto a nosotros, que quizás le cuesta encontrar el camino hacia Cristo. Siempre con la

Palabra de Dios. La Palabra de Dios a mano: un pequeño Evangelio en el bolsillo, en la cartera, siempre,

para leerlo. No se olviden de esto: ¡siempre conmigo la Palabra de Dios!

En este día de la Epifanía, nuestro pensamiento se dirige también a los hermanos y a las hermanas del

Oriente cristiano, católicos y ortodoxos, muchos de los cuales celebran mañana la Navidad del Señor. A

ellos les llegue nuestra afectuosa felicitación.

Me gusta luego recordar que hoy se celebra la Jornada Mundial de la Infancia Misionera. Es la fiesta de

los niños que viven con alegría el don de la fe y rezan para que la luz de Jesús llegue a todos los niños

del mundo. Aliento a los educadores a cultivar en los pequeños el espíritu misionero. Que no sean niños

y jóvenes cerrados, sino abiertos; que vean un gran horizonte, que su corazón siga adelante, hacia el

horizonte, para que nazcan entre ellos testigos de la ternura de Dios y anunciadores del Evangelio.

Nos dirijamos ahora a la Virgen María e invoquemos su protección sobre la Iglesia Universal, para que

difunda en el mundo entero el Evangelio de Cristo, Lumen gentium, luz de todos los pueblos. Y que Ella

nos haga estar siempre más en camino, nos haga caminar y en el camino, ser atentos, incansables y

valerosos.

Saludos del Papa al finalizar la oración mariana

Queridos hermanos y hermanas,

Los saludo a todos ustedes, romanos y peregrinos, renovando el deseo de paz y de todo bien en el

Señor.

Saludo a los fieles venidos de Aachen (Alemania), de Kilbeggan (Irlanda), y a los estudiantes de

Northfield - Minnesota (Estados Unidos); los confirmandos de Romano de Lombardía y sus padres; los

fieles de Biassono, Verona, Arzignano, Acerra y de algunas Diócesis de Puglia; y los jóvenes de la Obra de

Don Orione.

Un saludo especial a cuantos dan vida al desfile histórico-folclorístico que este año está dedicado al

territorio de los Municipios de Segni, Artena, Carpineto Romano, Gorga y Montelanico.

Y acuérdense bien: la vida es un caminar, caminar siempre, buscando a Dios. Caminar atentos,

incansables y valerosos. Y falta una cosa, falta una cosa: atentos, incansables y valerosos y... ¿qué falta?

¡Caminar con la luz! ¿ Y quién es la luz? El Evangelio, la Palabra de Dios. Siempre con el Evangelio en el

bolsillo, en la cartera, para leerlo, siempre con nosotros. Caminar atentos, incansables, valerosos y con

la luz de la Palabra de Dios.

A todos les deseo una buena Fiesta. No se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo! ¡Hasta pronto!

(Traducción del italiano: María Cecilia Mutual - RV)

Dos nuevos cardenales españoles

2015-01-06 Radio Vaticana

(RV).- La Conferencia Episcopal Española expresa en un comunicado su alegría y gratitud al Papa

Francisco por el nombramiento de su presidente, Mons. Ricardo Blázquez Pérez, arzobispo de Valladolid,

como nuevo cardenal de la Iglesia. Como se sabe el Papa el domingo al concluir el rezo del ángelus

anunció un próximo Consistorio Público, que tendrá lugar en Roma el día 14 de febrero y en el que

serán creados veinte nuevos cardenales, entre ellos dos españoles, Mons. Ricardo Blázquez y el agustino

recoleto Mons. José Luis Lacunza, obispo de David, Panamá. En la nota los obispos españoles añaden

que esta elección además del reconocimiento pontificio a la generosa y abnegada trayectoria episcopal

de Mons. Ricardo Blázquez al servicio de la Iglesia y a su vocación y trabajo teológico, es también una

señal que refuerza, aún más, la especial vinculación y comunión de la Iglesia en España con el Papa. A los

dos nuevos cardenales le aseguran su cercanía y les felicitan. El nuevo Cardenal, Mons. Ricardo

Blázquez, presidente de la conferencia episcopal española desde marzo de 2014, nació en Ávila en 1942

y fue ordenado sacerdote en 1967. Ha sido Obispo Auxiliar de Santiago y obispo de Palencia, Bilbao y

actualmente de Valladolid. Mons. Lacunza nació en 1944 en Pamplona. Fue ordenado sacerdote en 1969

y obispo en 1986 y ha sido en dos ocasiones presidente de la conferencia episcopal de Panamá.

Actualmente 10 cardenales españoles forman parte del colegio cardenalicio. A ellos se unirán el 14 de

febrero Mons. Blázquez y Mons. Lacunza.

(Pilar Pérez del Yerro para Radio Vaticano)

El Papa elige al presidente de la CEE,

Mons. Ricardo Blázquez, nuevo cardenal

La Conferencia Episcopal Española expresa su alegría y gratitud al Papa Francisco por el nombramiento

de su presidente, Mons. Ricardo Blázquez Pérez, arzobispo de Valladolid, como nuevo cardenal de la

Iglesia en el próximo Consistorio Público, que tendrá lugar en Roma el día 14 de febrero y en el que serán

creados veinte nuevos cardenales.

Esta elección, además del reconocimiento pontificio a la generosa y abnegada trayectoria episcopal de

Mons. Ricardo Blázquez al servicio de la Iglesia y a su vocación y trabajo teológico, es también una señal

que refuerza, aún más, la especial vinculación y comunión de la Iglesia en España con el Romano

Pontífice, Sucesor del Apóstol S. Pedro.

Nuestra alegría es aún mayor por la elección también como nuevo cardenal del agustino recoleto español,

de origen navarro, Mons. José Luis Lacunza Maestrojuán, obispo de David (Panamá).

A ambos les aseguramos nuestra cercanía y oración y les felicitamos junto con sus diócesis.

El Papa Francisco anunció ayer que el Consistorio para la creación de nuevos Cardenales tendrá lugar el

14 de febrero Mons. Blázquez es Arzobispo de Valladolid.

También ha sido elegido cardenal el agustino recoleto español Mons. José Luis Lacunza, obispo de David

(Panamá) El Papa Francisco ha anunció ayer, al concluir el rezo del Ángelus, la celebración, el próximo

14 de febrero, de su segundo Consistorio Ordinario Público para la creación de 15 nuevos cardenales y la

incorporación al Colegio Cardenalicio de otros 5 cardenales de más de 80 años. Entre ellos será creado

Cardenal el Arzobispo de Valladolid y Presidente de la Conferencia Episcopal Española, Mons. D.

Ricardo Blázquez Pérez.

Mons. Blázquez, Arzobispo de Valladolid desde marzo de 2010

Mons. D. Ricardo Blázquez nació en Villanueva del Campillo, Ávila, el 13 de abril de 1942. Fue

ordenado sacerdote el 18 de febrero de 1967. Cursó estudios de Bachillerato en el Seminario Menor de

Ávila desde 1955 a 1960 y los estudios eclesiásticos en el Seminario Mayor de Ávila entre 1960 y 1967.

Es Doctor en Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma (1967-1972).

Tras cursar sus estudios en Roma regresó a su diócesis de origen, Ávila, donde fue, entre 1972 y 1976,

Secretario del Instituto Teológico Abulense. En el año 1974 comenzó la docencia en la Universidad

Pontificia de Salamanca, donde fue, hasta 1988, Profesor de la Facultad de Teología y Decano de esa

misma Facultad entre 1978 y 1981. Ha sido Gran Canciller de la Universidad del episcopado español del

2000 al 2005.

El Papa Juan Pablo II le nombró en 1988 Obispo auxiliar del entonces Arzobispo de Santiago de

Compostela, Mons. Rouco Varela. En 1992 fue promovido a Obispo de Palencia y el 8 de septiembre de

1995 fue nombrado Obispo de Bilbao. En la actualidad, y desde el 13 de marzo de 2010, es Arzobispo de

Valladolid.

Mons. Blázquez fue elegido Presidente de la CEE el 12 de marzo de 2014, cargo que ya había

desempeñado durante el trienio 2005-2008. Ha sido Vicepresidente de la CEE durante dos trienios

consecutivos, 2008-2011 y 2011-2014. También ha sido miembro de las Comisiones Episcopales para la

Doctrina de la Fe (1988-1993) y de Liturgia (1990-1993). Ha sido Presidente de las Comisiones

Episcopales para la Doctrina de la Fe (1993-2002) y de Relaciones Interconfesionales (2002-2005).

10 cardenales españoles en el Colegio Cardenalicio

Actualmente forman parte del Colegio Cardenalicio 10 cardenales españoles. De estos, son miembros de

la CEE los Cardenales Antonio Mª Rouco Varela, Arzobispo emérito de Madrid; Francisco Álvarez

Martínez, Arzobispo emérito de Toledo; Carlos Amigo Vallejo, Arzobispo emérito de Sevilla; Antonio

Cañizares Llovera, Arzobispo de Valencia; Lluís Martínez Sistach, Arzobispo de Barcelona; José Manuel

Estepa Llaurens, Arzobispo emérito Castrense; y Fernando Sebastián Aguilar, Arzobispo emérito de

Pamplona y Obispo emérito de Tudela.

Además de los españoles en la curia romana, Eduardo Martínez Somalo, Prefecto emérito de la

Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica y Camarlengo

emérito del Colegio Cardenalicio; Julián Herranz Casado, Presidente emérito del Consejo Pontificio para

los Textos Legislativos y Presidente de la Comisión Disciplinar de la Curia Romana; y Santos Abril y

Castelló, Arcipreste de la Basílica de Santa María la Mayor.

Son electores, es decir menores de 80 años, los cardenales Santos Abril y Castelló (21-9-1935); Rouco

Varela (20-8-1936); Martínez Sistach (29-4-1937) y Cañizares Llovera (15-10-1945). A ellos se unirá

después de ser creado el nuevo cardenal Ricardo Blázquez.

Entre los elegidos hoy para ser creados cardenales también se encuentra el agustino recoleto español, de

origen navarro, Mons. José Luis Lacunza Maestrojuán, obispo de la diócesis de David (Panamá), quien

formará también parte del grupo de cardenales electores. Nacido el 24 de febrero de 1944 en Pamplona,

hizo el noviciado en la Orden de los Agustinos Recoletos en España (1963–1964). Profesó los votos

simples en la misma orden el 14 de septiembre de 1964 y los votos solemnes el 16 de septiembre de 1967

en Pamplona. Fue ordenado sacerdote el 13 de julio de 1969 en Pamplona y ordenado obispo el 18 de

enero de 1986. Fue Presidente de la Conferencia Episcopal del Panamá de 2000 a 2004 y de 2007 a

20013.

Los cardenales de Etiopía y Cabo Verde

y el África de los migrantes

(©Ansa)

(©Ansa) Migrantes africanos en el Mediterráneo

Souraphiel denunció en el Sínodo de 2009 el tráfico de seres humanos;

Gomes Furtado será el primer purpurado en un país en el que la

diáspora es mayor que la población local Giorgio Bernardelli

roma

«Espero que este Sínodo estudie las causas profundas del tráfico de seres humanos, de los desplazados

internos, de los trabajadores domésticos explotados, de los prófugos y de los migrantes, sobre todo de

los que huyen en las barcas. Y que afirme posiciones concretas y propuestas que demuestren al mundo

que también las vidas africanas son sacras y no ‘baratas’, como a veces parece que las presenten

muchos de los medios de comunicación».Era octubre de 2009 cuando el arzobispo de Addis Abeba

pronunció estas fuertes palabras en el Vaticano, en donde se estaban llevando a cabo los trabajos de la

Segunda Asamblea del Sínodo africano. Cinco años después, el arzobispo Berhaneyesus Demerew

Souraphiel, que guía a la comunidad católica de Etiopía, es uno de los dos africanos que Francisco

decidió crear cardenales en el próximo Consistorio del 14 de febrero.Es evidente la consonancia entre la

mirada del arzobispo Souraphiel y la denuncia de la «cultura del descarte» que, desde la visita a

Lampedusa hasta el mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 2015 (dedicado justamente al tema

del tráfico de seres humanos), es una de las plagas más graves de nuestro tiempo según Papa Francisco.

De 66 años, el religioso que pertenece a la Congregación fundada por San Vincenzo de’Paoli, es el

arzobispo de Addis Abeba desde 1999, cuando Souraphiel sustituyó en la guía de esta Iglesia de rito

oriental a otro cardenal, Paulos Tzadua. La comunidad católica etíope es una comunidad pequeña, que

representa apenas el 1% de la población de un país en el que el cristianismo (que es mayoría) tiene el

rostro de la Iglesia ortodoxa etíope. Se trata de un país muy pobre y con un gobierno acusado de

constantes violaciones de los derechos humanos contra las minorías étnicas; además, se encuentra

sumergido en una región en la que las personas huyen de los regímenes y de los conflictos en Eritrea,

Sudán y Somalia.Diferente, pero igualmente marcada por la migración, es la historia de Cabo Verde,

archipiélago del África Occidental en donde el catolicismo que llegó con los portugueses es la confesión

de mayor difusión. Con la decisión de Papa Francisco de elevar a la púrpura a mons. Arlindo Gomes

Furtado, Santiago de Cabo verde (sede episcopal desde 1533) contará con el primer cardenal de su

historia. Un cardenal para los casi 500 mil habitantes de estas islas, pero también para los más de 700

mil caboverdianos que viven en el extranjero. Desde 1800, efectivamente, desde esta ex-colonia

portuguesa las personas parten hacia Estados Unidos o Europa para buscar fortuna (y el dinero que

envían a sus familiares en las islas representa un porcentaje muy importante de la riqueza nacional). Es

un signo de los tiempos. Y es importante el hecho de que en la biografía del futuro cardenal Gomes

Furtado (de 65 años, biblista y obispo de Santiago, después de haber guiado la diócesis de Mindelo)

aparezcan un periodo como capellán en los Países Bajos y una visita pastoral a la gran comunidad de

migrantes que viven en Suiza.

Misterio y ministerios de la mujer, de Louis Bouyer

Misterio y ministerios de la mujer

Louis Bouyer

Epílogo de Hans Urs von Baltasar

Fundación Maior

12 euros

«Toda nuestra cultura, demasiado machista y demasiado técnica, olvida fácilmente su fundamento

femenino». Estas palabras de Hans Urs von Balthasar (en María hoy), quien tradujo, prologó y publicó

en alemán el pequeño ensayo de Louis Bouyer que ahora presentamos en español, se pueden reconocer

también como punto de partida de las reflexiones del gran teólogo francés.

No se trata de negar dignidad a la mujer, sino de recibir y –especialmente en el caso de Bouyer–

defender en la Iglesia el lugar que Dios mismo ha dado a la mujer. Que ese lugar excluye el ministerio

sacerdotal no es algo que se pueda interpretar como una rémora cultural que desaparecerá pronto

también de la Iglesia, sino meramente como la otra cara de la sorpresa de Adán, nunca superada,

sorpresa también de Jesucristo, Nuevo Adán: esta sí es carne de mi carne, hueso de mis huesos..

Louis Bouyer ha sido uno de los más grandes teólogos del siglo XX. Sacerdote del Oratorio de Francia,

entró en la Iglesia Católica en 1939 cuando, siendo pastor luterano, el estudio de los Padres de la Iglesia,

especialmente de San Atanasio, le condujo al catolicismo. En dos ocasiones nombrado por el Papa

miembro de la Comisión Teológica Internacional, fue consultor de liturgia en el Concilio Vaticano II así

como miembro de la Congregación para el Culto y del Secretariado para la Unidad de los Cristianos. El

centro de su teología fue la Sagrada Escritura, con un marcado interés auténticamente pastoral.

El arte de la vida

14,00 €

El P. Rupnik trata en esta obra de evangelización y educación, exponiendo la orientación fundamental

de su trabajo artístico. Es una profunda propuesta de educación cristiana, nutrida principalmente del

Oriente cristiano y de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio.

Acierta a situarse en el hoy y trazar caminos para superar las graves dificultades que padecemos en la

Iglesia para dar a Dios la última palabra sobre nuestra vida, para dejarnos vivificar por su gracia.

Teología, seguimiento de Cristo, arte litúrgico, se unen en una síntesis sencilla que señala el camino de

la fe.

El arte de la vida es la propuesta clara y completa de una visión de la educación cristiana, ciertamente

consciente de la fortaleza y la sencillez de la fe que se requiere para entrar en esta materia.

El P. Marko Rupnik ha querido con este libro mostrar su más personal orientación de espíritu en su obra

artística, bien conocida en España. El autor nos hace volver a un principio pedagógico que, por

elemental que sea, hemos perdido de vista: la vida es más grande de lo que alcanzamos a pensar, por lo

que la tarea educativa es siempre palabra introductoria a otra Palabra, la única decisiva porque sólo ella

alcanza a dar la libertad a quien la escucha y sin la cual no es posible educar.

Mis diez libros

preferidos en 2014

Ron Rolheiser (Trad. Benjamín Elcano). -

Martes, 6 de enero de 2015

Las presiones del trabajo y el ministerio, por

desgracia, limitan el tiempo que tengo

disponible para leer tanto cuanto me gustaría. Así, adicto como soy a los libros y sabiendo que sin la

visión y estímulo que consigo de ellos me estancaría espiritualmente para siempre, casi todos los días

saco escrupulosamente algo de tiempo para leer. También, dado mi ministerio y personalidad, me gusta

leer diversos géneros de libros: novelas, biografías, ensayos de crítica y, no los menos, libros sobre

escritura, teología y espiritualidad.

Aquí está mi predisposición hacia la lectura: en mi primer año de estudiante en la universidad, me

introduje en buenas novelas. Entonces me di cuenta de qué empobrecido había estado en mi vida sin

buena literatura. Desde entonces, hace más de 40 años, nunca he estado sin una novela abierta a mi

alcance en alguna parte. Los buenos novelistas tienen con frecuencia atisbos que los escritores de

espiritualidad y psicología sólo pueden envidiar, disparando la imaginación y la inteligencia emocional

de un modo que frecuentemente no pueden los libros académicos. También, teniendo siempre abierta

al alcance en algún sitio, habrá una buena biografía o un libro de ensayos. Estos sirven para ampliar mis

horizontes, mientras encogen perennemente mi imaginación y mi corazón. Finalmente, hay libros de

teología y espiritualidad que, dado mi temperamento y mi vocación, leo con pasión, pero que también

me sirven como una fuente de progreso profesional.

Así, dados estos gustos personales, ¿cuáles son los mejores libros que leí en 2014?

Entre las novelas, recomiendo particularmente estas cuatro:

- Anthony Doerr, Toda la luz que no podemos ver.

Este no es precisamente uno de los mejores libros que leí este año pasado; es para mí, exceptuando los

grandes clásicos de la literatura inglesa, una de las mejores novelas que he leído en mi vida. Es

simplemente un gran libro; no como el Diario de Ana Frank, pero sí una historia que mueve el corazón

de forma parecida.

- Marilynne Robinson, Lila.

Robinson recoge algunos de sus personajes de Gilead, inserta a una perdida y joven mujer llamada Lila

y, a través de su voz, nos da una íntima poesía de soledad y fe. Además de su emotiva profundidad y

perfecta prosa, Robinson ofrece también una apología de la compasión y misericordia de Dios que hoy

puede hacer la fe más creíble a muchos de sus escépticos.

- Sue Monk Kidd, El invento de la alas.

Esta es una intensa novela histórica sobre el mal de la esclavitud y el sexismo. Reflejando la historia

cristiana de la redención, buenos triunfos a la larga, pero no sin que antes alguno tenga que derramar

sangre en el martirio. Sue Monk Kidd siempre merece ser leída, pero este libro sobresale, aun para una

novelista de su calibre.

- Jhumpa Lahire, La hodonada.

Como muchas de las novelas de Lahire, esta historia también juega con las particulares pruebas de los

que emigran de India a América, pero el destello de luz que brilla en las relaciones humanas ayuda a

poner al desnudo algunas luchas muy generales.

Entre los ensayos biográficos, dos libros sobresalieron, en mi opinión, este pasado año:

- Trevor Herriot, El camino sabe cómo. Una peregrinación campestre a través de la naturaleza, el

deseo y el alma.

La corriente del libro sigue su título. Herriot hace una peregrinación a pie a través de parte de las

praderas de Saskatchewan, una tierra por la que ha vagado el búfalo durante siglos, y deja a la

naturaleza y al deseo hablar a su alma. El resultado es una notable crónica, un libro profundamente

moral sobre la naturaleza, la naturaleza humana, la sexualidad, la fe y el deseo.

- Nancy Rappaport, En su estela. Una psiquiatra de niños explora el misterio del suicidio de su madre.

En este libro, Nancy Rappaport hace lo que todos nosotros haríamos si perdiéramos por suicidio a una

persona amada, a saber, trabajar por la historia de esa persona y encontrar los hilos para lavar y

rescatar su memoria.

Entre los libros de teología y espiritualidad, recomiendo:

- James Martin, Peregrinación.

Este es el mejor James Martin, ofreciendo una teología buena, equilibrada y sana, presentada de

manera atractiva. Erudición accesible a todos.

- Barbara Brown Taylor, Aprendiendo a caminar en la oscuridad.

Hizo, merecidamente, la cubierta de la revista TIME para este libro. Taylor ofrece una visión dentro de

“la noche oscura del alma” para los que no pueden, no podrán, leer literatura teológica más técnica.

- Gerhard Lohfink, Jesús de Nazaret. Qué quiso. Quién fue.

Este es más un libro erudito, aunque todavía bastante accesible a los no profesionales. Combina la

erudición sólida, la visión creativa, el buen equilibrio y la comprometida fe cristiana.

- Christian Salenson, Christian de Cherge. Teología de la esperanza.

Christian de Cherge era el abad de la comunidad de monjes trapenses que fueron martirizados en

Argelia en 1996. Este libro recoge sus escritos claves, particularmente los que atañen al tema de la

relación del Cristianismo con otras religiones, especialmente con el Islam. La fe -se dice- se construye

sobre la sangre de los mártires. El futuro diálogo interreligioso se puede construir a la vez sobre la

sangre y los escritos de este mártir. Un libro excepcional, aunque apenas sorprendente, dada la

excepcional fe y el carácter de Christian de Cherge

Que muchos libros den con vosotros en 2015.

Vida y lenguaje: el Wittgenstein

(más) desconocido Carlos Javier González Serrano

3 enero, 2015

“Todo el resultado de todo el trabajo es dejar a un lado el mundo”

Cuando alguien se acerca a la figura de Ludwig Wittgenstein suele pensar, con suerte, en sus

Investigaciones lógicas o en el Tractatus, lecturas de corte técnico y eminentemente filosóficas (por

mucho que se presenten a diversas lecturas desde la literatura, la física o la biología). Sin embargo, existe

una faceta casi oculta de este pensador vienés que le acerca a la reflexión estética sobre el bien, la belleza,

el sentido de la vida, el amor o el arte, que ha quedado muy a la sombra de aquellas dos obras.

El silencio al que nos aboca Wittgenstein en la última de las proposiciones del Tractatus provocó no poca

desazón en la filosofía emprendida durante todo el siglo XX. ¿Qué puede decirse de cuanto conocemos —

si es que acaso conocemos aquello que creemos conocer? Como sugiere muy atinadamente Allan Janik en

“Wittgenstein, la ética y el silencio de las musas”, primero de los artículos recogidos en Wittgenstein. Arte

y filosofía (Plaza y Valdés Editores), tal silencio

… es, curiosamente, una cuestión de perspectiva, un modo de ver, en el sentido de comprehender, el

mundo correctamente. Así es como ganamos acceso a las cosas en su aspecto moral. El acto de

mantenerse en silencio (que es lo que schweigen significa en alemán) nos permite comprehender los

aspectos morales (y estéticos) del mundo que se ven oscurecidos cuando discutimos sobre ellos o

intentamos de algún modo afirmarnos en el mundo. En resumen, el silencio nos muestra algo que estamos

tentados a decir, pero que realmente no podemos.

Como ya indicara Unamuno, el acto mediante el que las palabras son proferidas, pronunciadas, dirigidas a

un oyente o incluso a uno mismo, induce a una cierta pérdida de dignidad de las propias palabras, por

cuanto son traicionadas y utilizadas para decir algo que, quizá, sea imposible expresar. Una vez que han

salido de la boca, las palabras hacen esclavo a quien las emite y ellas son conducidas a un foso en el que

permanecen enterradas bajo una capa de indecoroso moho conceptual. Aquello que resulta imposible

expresar con palabras (el indómito resto que siempre deja tras de sí el lenguaje) cobra, igualmente en

Wittgenstein, una importancia central en su pensamiento. En uno de los aforismos redactados en 1931

leemos:

Lo inefable (aquello que me parece misterioso y que no me atrevo a expresar) proporciona quizá el

trasfondo sobre el cual adquiere significado lo que pudiera expresar.

Es por eso que se hace imprescindible trabajar continuamente en la comprensión de un mismo, al igual

que sucede al edificar una estructura mediante el arte de la arquitectura (que depende tanto de la forma y

la técnica en que los edificios son erigidos como en la manera en que, una vez construidos, son

observados). No existen, igualmente, posiciones dominantes desde el punto de vista del lenguaje (y por

tanto tampoco existencialmente, puesto que la vida es lenguaje y aquélla necesita de éste): “Nada de lo

que uno hace puede defenderse absolutamente, sino sólo en relación con algo distinto ya establecido. Es

decir —prosigue Wittgenstein en otro de sus aforismos—, no puede darse ninguna razón de por qué debe

obrarse así (o debió obrarse así), como no sea que por ello se hizo surgir esta situación, que de nuevo

deberá tomarse como meta”.

“Se podría poner precio a los pensamientos. Algunos cuestan mucho, otros poco. Y ¿con qué se pagan los

pensamientos? Creo que con ánimo”

La vida prescinde en su desenvolvimiento de fórmulas fijas, y cada existencia es única en su manera de

llevarse a cabo, de decirse. Cada historia es singular, individual, personal. La existencia es un problema

porque se dice de muchas formas, y no hay, de este modo, ningún camino que conduzca al ser, a lo que

siempre es de una única y determinada manera. En parte, debido a la idiosincrasia de nuestra voluntad;

como leemos en un breve escrito fechado entre 1939 y 1940,

La enorme vanidad de los deseos se muestra en que yo, por ejemplo, tengo el deseo de llenar tan pronto

como sea posible un bello cuaderno. No obtengo nada con ello; no lo deseo porque muestre mi

productividad; es sólo el ansia de librarme muy pronto de algo que ya se ha hecho habitual; aun cuando

tan pronto como me haya librado de él empiece uno nuevo y todo se repita otra vez.

“El hombre puede ver todo lo malo de él como un deslumbramiento”

La única vía para enfrentarse al mundo en toda su complejidad consiste en acoger el combate al que nos

invita sincera y abiertamente, sin excusas ni remilgos epistemológicos, teniendo en cuenta que en muchas

ocasiones “los aspectos de las cosas más importantes para nosotros están ocultos por su simplicidad y

familiaridad (se puede no reparar en algo -porque siempre se tiene ante los ojos”. En una crítica velada al

eterno retorno de Nietzsche, Wittgenstein asegura que “la visión apocalíptica del mundo es, en verdad,

que las cosas no se repiten”. El único antídoto contra la falta de sentido reside en la admiración, en el

desgarrarse de la mirada ante las cosas (que en su no repetición acaban por pasar desapercibidas). Como

explica Ilse Somavilla en el mencionado volumen Wittgenstein. Arte y filosofía:

El asombro de Wittgenstein ante la existencia del mundo está al mismo nivel que su actitud de silencio

hacia la esfera de lo inefable: en otras palabras, el asombro fundado éticamente lleva a un silencio

fundado éticamente. Como señaló [Wittgenstein] a los miembros del Círculo de Viena: “Extrañeza ante el

hecho del mundo. Cualquier intento de expresarla lleva al sinsentido”.

Wittgenstein. Arte y filosofía muestra la cara más desconocida del filósofo austríaco e investiga aspectos

del todo inéditos de la obra de este genial pensador. A través de un recorrido por la música, la pintura, la

escultura o la arquitectura, además de abordar temas como el sueño, el sentido de la vida, el lenguaje, el

deseo o el amor, el lector encontrará en este libro una auténtica guía para adentrarse en un nuevo

Wittgenstein que a todos, sin excepción, sorprenderá. Y es que, como ya escribiera el filósofo en 1948,

“los problemas vitales son insolubles en la superficie, sólo se pueden solucionar en la profundidad. En las

dimensiones de la superficie son insolubles”. Un libro, así, para transitar la profundidad más fresca y

original del fantástico pensador vienés. Imprescindible.

No es posible guiar a los hombres hacia lo bueno; sólo puede guiárseles a algún lugar. Lo bueno está más

allá del espacio fáctico.

05

Ébola y comunidad global

El Mundo | Rafael Domingo Oslé

Además del llanto por la muerte de más de cuatro mil personas y de las inestimables muestras de

solidaridad ejemplar por parte del personal sanitario de tantos países, el virulento brote de ébola ha

servido para concienciarnos, una vez más, de que la comunidad humana es totalmente

interdependiente, quizá más de lo que nos imaginábamos. Cuanto sucede en Guinea, Sierra Leona,

Liberia y Nigeria afecta a EEUU, España o Alemania. Los errores y los aciertos, los problemas y las

soluciones, los virus y las epidemias, las ideas y las noticias no nacen, crecen y mueren ya en un mismo

sitio, sino que se desarrollan y esparcen de acuerdo con modelos universales, muchas veces

impredecibles.

Por más que el ser humano se empeñe en aislar o cercar espacios, en construir muros o barreras, la

fuerza de la naturaleza y la de los propios acontecimientos acaban superando cuanto se pone por

delante. Nada más artificial que una frontera. Ynada más limitativo que el territorio. El universo, y la

tierra y los hombres con él, está diseñado para funcionar interdependientemente, con una enorme

unidad.

Fue Arthur Koestler que acuñó por primera vez el término holón para referirse a algo que es al mismo

tiempo un todo y una parte. En realidad, el principio general del holismo había sido ya visto y definido

magistralmente por Aristóteles muchos siglos antes, con palabras bien conocidas: «El todo es mayor que

la suma de sus partes». Pero el holismo añade algo más. Cada holón emergente incluye al anterior y los

trasciende. Así, la célula incorpora y trasciende sus componentes moleculares. Las moléculas incorporan

y trascienden los átomos, que, a su vez, incluyen y trascienden partículas. Yasí sucesivamente.

La teoría holística tiene perfecta aplicación a la ciencia del derecho global. Cada modelo de comunidad

integra el anterior y los trasciende, así como la comunidad global integra las comunidades políticas

menores y las trasciende. La comunidad global es mayor que la suma de todas las naciones. Por eso, la

comunidad global no se puede gobernar sólo por acuerdos entre la mayoría de los Estados nación.

Requiere algo más. Lo mismo sucede con el Estado nacional u otras comunidades políticas menores,

locales o regionales: éstas no se pueden gobernar exclusivamente por acuerdos entre familias, o por

meros acuerdos entre pueblos o regiones. El Estado nacional exige una estructura política concreta, un

ordenamiento jurídico pleno, como sociedad perfecta que es. Se denominan perfectas aquellas

comunidades que, informadas por el principio de autonomía, tratan de satisfacer el mayor número

posible de necesidades humanas. Se llaman, en cambio, sociedades imperfectas aquéllas que se

conforman con satisfacer tan sólo algunas necesidades concretas.

El Estado nacional, además de perfecto, es una sociedad instrumental, no necesaria por sí misma pues

su fin no es natural y puede ser cubierto por otras sociedades intermedias. De la misma manera que

Francia, España o EEUU comenzaron a existir en un momento histórico concreto, pueden dejar de

hacerlo. El Estado nacional no es una exigencia humana. La rica variedad de comunidades existentes

entre la familia y la comunidad global es mutable, pues está sometida totalmente a cambios políticos. En

ella impera la ciencia de lo posible, es decir, de la política, no de lo necesario. Por eso son

instrumentales.

Todo lo contrario sucede con la familia y la comunidad global. Ambas son necesarias para el buen

funcionamiento de la humanidad y, a la vez, imperfectas por cuanto no son autosuficientes:ninguna de

ellas desea satisfacer todas las necesidades del ser humano sino tan sólo un aparte de ellas. La familia

nos abre las puertas de la vida y del amor. Nos educa y nos convierte en seres autónomos, capaces de

construir nuestra propia historia. Su territorio, el hogar, el dulce hogar, es el lugar al que se vuelve. La

comunidad global, por su parte, nos satisface exclusivamente aquellas necesidades que afectan a la

humanidad en su conjunto y que sólo pueden ser cubiertas globalmente. Su territorio, el planeta Tierra,

es un lugar que no se puede abandonar por el momento.

Tanto la familia como la comunidad global necesitan de un territorio, la casa y el planeta, pero ninguna

de ellas es eminentemente territorial, como sí, en cambio, lo es el Estado. En estas dos sociedades

necesarias e imperfectas como son la familia y la humanidad, la política está presente, como en toda

comunidad de vida, pero en su grado muy inferior al de las sociedades instrumentales. Al ser necesarias,

el principio de solidaridad prevalece sobre lo político. Esto explica que los modelos de Gobierno de estas

comunidades necesarias sean muy diferentes tanto entre sí como con respecto a las sociedades

intermedias, sean regionales, nacionales o supranacionales.

El gran cambio que se ha producido con la globalización es que la comunidad internacional de naciones,

que fue por siglos instrumental, se ha convertido en una comunidad humana global, de carácter

necesario, y por tanto, imperfecto. Los hechos se han impuesto, sin previo consenso. Su nacimiento ha

sido casi espontáneo, a consecuencia de su creciente interdependencia. Por eso, la comunidad global,

como comunidad necesaria que es, debe guiarse por unas normas y principios del todo diferentes a los

que rigen las comunidades políticas intermedias, perfectas e instrumentales.

Para los representantes de la filosofía analítica, muchas de las cuestiones de las que la filosofía clásica se

ha ocupado durante siglos se deben a un uso erróneo del lenguaje, a errores categóricos entre otros.

Eso mismo podemos decir sobre cuanto está pasando con la evolución del derecho global. Existe un

error categórico. Queremos aplicar a la comunidad global el mismo esquema que aplicamos a las

relaciones entre Estados, o las mismas normas que aplicamos a los propios Estados. Y estamos hablando

de algo distinto. De la misma manera que no se puede gobernar una familia con un ordenamiento

jurídico estatal, tampoco se puede gobernar la sociedad global como si fuese un Estado. Sería el

principio del fin de la vida política. El gran problema de nuestra comunidad global es que las grandes

potencias, sobre todo China y EEUU, no quieren, por el momento, desoberanizarse y reconocer que la

comunidad global es de naturaleza distinta a la de los Estados.

La modernidad nos permitió superar la estructura familiar que se proyectaba en las monarquías y

reinados por una estructura instrumental más consolidada como fue el Estado nación. La humanidad

aprendió entonces que una comunidad política perfecta como es el Estado no podía regirse con las leyes

propias de las dinastías familiares, por muy reales que fueran: que un Jefe de Estado es alguien distinto

de un padre, y que una pena impuesta por el ordenamiento jurídico no es exactamente lo mismo que un

castigo familiar. La posmodernidad globalizada nos ha mostrado recientemente que la comunidad global

no puede ser gobernada con las leyes de los Estados y nos ha dado las herramientas para transformar la

comunidad internacional de naciones en una auténtica comunidad humana global, fundada en los

principios de solidaridad y subsidiariedad.

La construcción de esta nueva comunidad global exige, en primer lugar, determinar qué materias y en

qué medida afectan a la humanidad, es decir, qué materias gozan de lo que podríamos llamar reserva de

globalidad. En segundo lugar, requiere una reforma profunda de Naciones Unidas, para adaptarla al

nuevo paradigma global. En tercer lugar, la creación de nuevas instituciones globales autónomas con

respecto a los Estados destinadas a la protección de los bienes públicos globales. Es hora de ponerse a

trabajar.

Rafael Domingo Oslé es catedrático de la Universidad de Navarra y profesor visitante de Emory

University.

El famoso individualismo español

El País | José Álvarez Junco

Al narrar el episodio de Viriato, Modesto Lafuente, en su tan leída Historia general de España, le

presenta como iniciador de una milenaria saga española de caudillos o generales salidos del pueblo,

protagonistas de proezas que asombran al mundo pero que acaban en derrotas. Los seguidores de

Viriato, incapaces de “agruparse en derredor de la bandera de tan intrépido jefe”, se dividieron en

facciones que convirtieron aquella gesta en un sacrificio inútil. El “individualismo” español hizo que

tanta heroicidad no lograra evitar la “esclavización” de la Península por los romanos. El individualismo,

concluía Lafuente, era el mayor defecto de los españoles: a él se debió también que el país se dividiera

en reinos durante la Edad Media, como se dividió en juntas frente a Napoleón, lo que prolongó

dolorosamente aquellas guerras.

Ángel Ganivet, medio siglo más tarde, diría que España se diferenciaba de Europa, y hasta era su polo

opuesto, por su ética estoica, su religiosidad intolerante, su creatividad poética, su incompatibilidad con

“objetivos materialistas” y su “individualismo enérgico y sentimental”.

EDUARDO ESTRADA

Al individualismo se refirió igualmente Rafael Altamira, en su Psicología del pueblo español. Y Ortega y

Gasset, en su España invertebrada, vio el país entregado “al imperio de las masas” nada menos que

desde los visigodos. Esa “rebelión sentimental de las masas”, ese “odio a los mejores”, era para él “la

raíz verdadera del gran fracaso hispánico”; de ahí partían los males desintegradores o desvertebradores

de España: la insolidaridad, el “particularismo”, el individualismo congénito.

Los exiliados en 1939 añadieron al individualismo otro negativo componente del “carácter nacional”: el

cainismo, el odio entre hermanos, que imposibilitaba la construcción de una convivencia civil europea,

moderna. Solo disentían en la causa de aquel defecto: las guerras sertorianas, los visigodos, la carencia

de feudalismo, la herencia árabe, el aislamiento cultural decretado por Felipe II, la represión

inquisitorial, el carácter austero e insolidario derivado de la sequedad del paisaje castellano… Pero del

arraigado individualismo hispánico no dudaba nadie.

La más célebre de las polémicas posteriores a la guerra se libró a miles de kilómetros de la Península,

entre Américo Castro y Claudio Sánchez Albornoz. El primero elaboró toda una teoría sobre la “morada

vital” española basada en el “absolutismo personal” o “integralismo de la persona”, derivado de la

pugna entre —y la represión sobre— las “castas” y la subsiguiente sumisión total de la sociedad a un

entramado de poder constituido por el Estado y la Iglesia que oprimía al creador intelectual. Pero en

lugar de concluir que eso había ahogado todo individualismo, para Castro eso había conducido a un

individualismo de tipo amargado y nihilista. Albornoz, por su parte, pese a declararse positivista y

enemigo del Volksgeist romántico, también defendía la existencia de una “forma de ser” española,

derivada del medio físico y la herencia y vigente durante milenios, cuyos rasgos constantes eran la

rudeza, la violencia, la sobriedad y un “exagerado individualismo”, consecuencia de la sequedad de la

tierra (mesetaria, desde luego; como tantos otros, identificaba España con Castilla).

En fin, tanto la izquierda como la derecha se han dejado cautivar por esta creencia en un “carácter

español” dominado por un disolvente individualismo. Pero ninguno de aquellos análisis fue una

descripción aséptica de la realidad ni se apoyó en datos mínimamente verificables. Fueron, en definitiva,

llamamientos a la unión, a la represión de toda discrepancia, y residuos del estereotipo romántico de los

guerrilleros y las Cármenes. Porque lo que de verdad ha caracterizado a la cultura política española

moderna ha sido precisamente la debilidad del individualismo: el estatismo, el corporativismo, el

clientelismo, la fuerza de la familia y del grupo sobre el individuo.

En ninguna revolución española del XIX y XX dominó el individualismo. La primera Constitución, la

“liberal” de Cádiz, carece de una declaración de libertades y no reconoce, por ejemplo, el derecho a no

ser católico. La nación sustituyó en ella, es cierto, al rey como sujeto de la soberanía. Pero la nación se

atribuyó poderes absolutos, en la senda del revolucionarismo francés que le había precedido pocos años

antes. Fue colectivismo autoritario, no individualismo libertario al estilo angloamericano.

En el otro gran estallido revolucionario del XIX, el Sexenio 1868-1874, brilló fugazmente alguien como Pi

y Margall, que hablaba de la soberanía individual, pero todo se vio anegado, durante el caótico verano

de 1873, por una revolución protagonizada por entes colectivos, como los cantones.

Llegó más tarde el anarquismo, que pareció confirmar el cliché del individualismo hispano. Pero el

anarquismo que dominó aquí fue kropotkiniano, de inspiración populista cristiana; su sujeto mesiánico

era una colectividad, el pueblo trabajador, puro y sufriente, y proponía como ideal de sociedad

igualitaria la de las hormigas o las abejas, regidas por la cooperación y el sacrificio por la colectividad.

Hormigueros y colmenas, vaya modelos de libertad individual.

Lo mejor de la tradición político-intelectual moderna estuvo representado por la Institución Libre de

Enseñanza, que sin duda dedicó sus esfuerzos a formar individuos autónomos, pero cuya base filosófica

era el organicismo y el armonismo de Karl Krause, importado por Julián Sanz del Río a mediados del XIX.

Preguntado por qué le había seducido precisamente Krause, filósofo de escaso renombre, el propio Sanz

del Río respondió que por la similitud que encontró entre sus principios fundamentales y los del

escolasticismo tomista aprendido en su juventud.

En fin, al revés que en las películas de Hollywood, el héroe del radicalismo español del XIX y XX nunca es

el individuo rebelde, sino una colectividad: el pueblo, la clase, la nación. Raras veces se ve con respeto

que el individuo persiga, por su cuenta, fines particulares.

La derecha tradicionalista o antiliberal, por su parte, sintetiza religión, orden social y patriotismo en la

fórmula “la verdadera España”, en la que no hay espacio para las libertades individuales. En los últimos

tiempos se diría que esto ha cambiado, porque parte de la derecha se declara “liberal”. Pero solo lo

aplican a la economía, a la privatización de empresas o servicios públicos o al desguace del Estado de

bienestar. Hay, sin duda, liberales entre ellos, pero como partido su liberalismo se esfuma ante su

intensa política clientelar. Aznar cambió presidentes de empresas privadas, obligó a fusiones, hizo que

se crearan empresas para perjudicar a adversarios políticos, desarrolló regulaciones que favorecían a sus

partidarios; su intervención en Caja Madrid, sustituyendo a Terceiro por Blesa, merece especial

recuerdo. En cuanto a defender e incrementar las libertades políticas, sencillamente no es lo suyo; al

revés, “liberales” como Aznar o Aguirre se distinguen por un autoritarismo chulesco que no respeta las

opiniones del adversario ni aun reconoce su derecho a opinar.

Lo comunitario es, en resumen, la referencia dominante en los programas políticos, el sujeto en cuyo

nombre se reivindican derechos. De ahí que sea tan fácil la conversión de excarlistas o exmarxistas en

nacionalistas (españoles, catalanes, vascos); transfieren su lealtad de una comunidad a otra. O que los

obispos, que durante dos siglos condenaron la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano,

se sumen tan alegremente a la defensa de “derechos colectivos”. De ahí también el carácter hasta cierto

punto engañoso de la Transición a la democracia. Como en 1812, una sociedad que se acostó un día

autoritaria se levantó al siguiente demócrata y moderna. Pero no liberal. No es el respeto al discrepante

lo que se enseña en la escuela. Y quien gana las elecciones se cree con derecho a ejercer un poder con

muy escasas restricciones.

El público, acostumbrado a este tipo de retórica desde hace siglos, lo acepta. Pero pagaremos sus

inconvenientes. Porque la sociedad ha cambiado. Es moderna, está secularizada, es individualista de

hecho; en la vida diaria, los españoles persiguen su bienestar material. El discurso político, sin embargo,

no lo refleja. En la retórica al uso siguen dominando las llamadas a la “solidaridad” y las condenas del

“individualismo”.

Eso dificulta los arreglos. Porque es más fácil partir del individuo y negociar cuotas de bienestar que

dirimir exigencias absolutas de comunidades metafísicas, como Euskadi, Cataluña o las “dos Españas”.

José Álvarez Junco es historiador. Su último libro es Las historias de España (Pons / Crítica).

La activista, la ensimismada, la escritora

Especial Teresa de Jesús

OLVIDO GARCÍA VALDÉS | 02/01/2015 | El Cultural

Santa

Teresa de Jesús de Gregorio Fernández en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid

La vida de Teresa de Jesús está llena de momentos en los que se desenvuelve con soltura y enorme

poder de penetración. Así, cuando en 1577 -una época bien dura para ella-, regresa al convento de San

José en Ávila, visita en su celda a una de las monjas, una joven freila de origen campesino que en ese

momento está enferma, como descoyuntada y sin poder moverse. Mirándola a los ojos, Teresa le dice:

“Hija, véngase a mi celda, aunque al presente está enferma y sin fuerzas, para acudir a lo que fuere

necesario”. Y desde ese momento, Ana de San Bartolomé, que llegará a ser una figura relevante de la

reforma carmelita extendiéndola por Francia y Flandes, cambia su papel de enferma por el de

enfermera, aprende a escribir, y acompañará hasta el final a Teresa de Jesús como secretaria y

confidente, ayudándola y atendiéndola en todo.

Esa capacidad práctica y visionaria está en el origen de su proyecto renovador. La que en 1515 había

nacido en Ávila de familia judeoconversa es una reformadora religiosa que busca recuperar la raíz

ascética del Carmelo primitivo, bien lejos de la vida mundana habitual en los conventos de su época; es

uno de nuestros místicos mayores -la vía del recogimiento y la oración interior fue la suya-, y es, claro, la

escritora extraordinaria que es. Este año 2015 será de intensa celebración teresiana. Ojalá sirva para

leerla y conocerla mejor. Por cierto, ¿cómo la llamamos? ¿Teresa Sánchez?, ¿Santa Teresa?, ¿Teresa de

Cepeda y Ahumada? Cada uno de estos nombres tiene un personaje detrás, una historia detrás, no es

fortuito su uso; yo prefiero el que ella -que lo supo todo de los nombres, de sus lazos con la honra y el

lugar que se ocupa en el mundo- eligió para sí. Cuando en 2001 publiqué Teresa de Jesús, me

preguntaba cómo leer a una mística cristiana del siglo XVI, y cómo leerla, además, desde una posición

agnóstica como la mía. La suya es una vida bien documentada pero cuya transmisión ha cargado con el

peso tremendo de lo hagiográfico y lo ideológico (si no son lo mismo). ¿Quién fue -me planteaba

entonces- esa mujer, enferma casi siempre y monja, en cuyos textos oímos hablar un castellano solo

comparable al del Quijote, con el que nos cuenta experiencias tan subidas como las de Juan de la Cruz,

y que al mismo tiempo funda conventos, dirige una reforma religiosa y se enfrenta con castas

influyentes y eclesiásticos poderosos? Y que lo hace todo ya en la madurez, entre sus cuarenta y cinco y

sus sesenta y siete años, edad a la que muere.

Teresa de Jesús fue una activista y, a la vez, una mística, alguien para quien lo que de verdad cuenta es

el amor que siente en su relación con eso abismal, que ella denomina Dios pero que percibe en la

figura de Cristo. Quizá esos dos componentes de su ser, tan infrecuentes juntos, su activismo y su

vocación contemplativa, la arrastran a una escritura que brota de la necesidad interior -explicarse,

conocerse a sí misma-, pero también, de la necesidad de contrastar sus vivencias espirituales con los

letrados, los que “saben” y tienen poder para declararlas aceptables o heréticas. Sus textos,

apasionantes, son casi todos autobiográficos -con las cautelas, naturalmente, a que su posición de mujer

y no letrada la obligan.

Esta escritora, reformadora, mística, tuvo siempre el ojo de la Inquisición puesto en ella. Las pesquisas

se producen en dos fases: la primera, centrada en el proceso y examen del Libro de la vida, se desarrolla

desde 1574 a 1585. Cuando la autora muere en 1582 no ha habido aún veredicto exculpatorio ni

definitivamente inculpatorio, y el manuscrito permanece en los archivos del Tribunal hasta 1586. La

segunda fase se extiende desde 1589, año en que hay nuevas delaciones respecto a sus libros ya

impresos, hasta 1607, veinticinco después de su muerte.

Teresa de Jesús o Juan de la Cruz quedaron al lado de acá de la línea que preservaba la ortodoxia, y

luego la institución eclesiástica se apropió de ellos concediéndoles honores y santidad (muy

rápidamente en el caso de ella, tan carismática -es beatificada en 1614 y canonizada en 1622-; muy

despacio, en el de él -beatificado en 1675 y canonizado en 1726-). Con sus mismos escritos podrían

haber quedado del lado de allá. Ella no tuvo nada claro, mientras vivió, a qué grupo se la sumaría

finalmente y ese temor la acompañó siempre.

A veces se me ocurre imaginar cómo podría haber sido Teresa de Jesús en nuestra época. Y pienso en

esa otra escritora radical, Simone Weil (pensadora, profesora, sindicalista, anarquista, voluntaria en la

guerra civil española, obrera en las fábricas de Renault y en el campo), que fue activista y mística como

ella, también de origen judío y absolutamente inmersa en el pensamiento cristiano (así como en el

oriental y en el griego). Sus posiciones de fondo, sin embargo, no se asemejan. Para Weil aquel a quien

hay que amar (que es también Dios) está ausente; afirmación que no suscribiría la mística española

(aunque tal vez sí Juan de la Cruz, Miguel de Molinos...).

Teresa de Jesús fue una mujer de su tiempo y actuó con los condicionantes de una mujer de su tiempo

(semejantes aún, muchos, a los que las mujeres sufren hoy). Se hace monja no porque desee serlo, sino

porque no le queda más remedio -“y aunque no acababa mi voluntad de inclinarse a ser monja, vi era el

mejor y más seguro estado; y así poco a poco me determiné a forzarme para tomarle”-, así describe su

situación, y evocamos otras figuras socialmente díscolas en la ficción o la vida real: la pastora Marcela,

Sor Juana Inés de la Cruz, Emily Dickinson...

Ella ansiaba una forma de existencia, como explica a sus religiosas, a la que no sé si todos querríamos

adherirnos: “Porque vida es vivir de manera que no se tema la muerte ni todos los sucesos de la vida y

estar con esta ordinaria alegría que ahora todas traéis y esta prosperidad, que no puede ser mayor por

no temer la pobreza, antes desearla”. Leyéndola aprendemos mucho de la historia de las mujeres y de

la historia de este país -de la pasada y de la reciente-, aprendemos de la vida del espíritu y, mucho, del

cuerpo; hay que volver a leerla, sí.

...Y tan alta vida espero...

Especial Santa Teresa

ELENA DEL RIVERO | 02/01/2015 | El Cultural

Obras de

Elena del Rivero en el Museo de la Inquisición

La pieza utiliza las ventanas enrejadas ubicadas en los patios y jardín del Museo de la Inquisición de la

ciudad de Cartagena para recrear las rejas de los conventos de las ciudades del sur de España, y también

las rejas de las viviendas detrás de las cuales las mujeres del siglo XVI podían conversar con los

transeúntes y ser cortejadas por sus amantes sin incurrir en delito. A través de las rejas del museo se

pueden observar una profusión de agujas, alfileres y perlas.

El acto de bordar y tejer contrasta, aun pudiendo herir (la bella durmiente en el imaginario de los

cuentos de hadas), con las prácticas inquisitoriales que se muestran en este museo. Las perlas podría

pensarse que hacen referencia a los gustos cortesanos o a la simbología que las asemeja a la condición

femenina, o a las propiedades mágicas de la perla de los tiempos medievales.

Pero esta instalación está dedicada a Teresa de Ávila, porque desde el convento, único lugar de

reflexión y estudio para las mujeres de épocas pasadas, y aún sufriendo los ataques inquisitoriales,

traspasó sus rejas y se instaló en el mundo. Mujer contemporánea por excelencia.

Perlas, agujas e hilos se esconden en Y tan alta vida espero... (after Teresa de Ávila), uno de los proyectos

de la artista Elena del Rivero.

En este sentido, las perlas son un homenaje a esta mujer y las he utilizado en el estricto sentido que

describe María Zambrano en Notas de un método: “Más allá donde el horizonte se deslíe, se vislumbra

la perla naciente, sin envoltura alguna, sola. No está dentro ni fuera de nada: no está, y por ello no

puede ser visible mostrándose tan a las claras. Pura claridad de un cuerpo sin espesor ni condensación”.

El éxtasis de Santa Teresa

LUIS MARÍA ANSON, DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA | 02/01/2015 |El Cultural

Lo siento, lo siento mucho, pero no me puedo sumar a la hagiografía papanatas de Teresa de Jesús en su

creación lírica. La poesía de la Santa no es desdeñable pero no pasa de discreta. La idea de su poema

de mayor calado lírico y conceptual -“vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero, que muero porque no

muero”- se la sustrajo a Juan Escrivá, que cien años antes había escrito: “Ven, muerte, tan escondida

que no te sienta conmigo, porque el gozo de contigo no me torne a dar la vida”.

La prosa de Teresa de Jesús es, tal vez, después de la de Cervantes, la más destacada del Siglo de Oro.

Asombra su sencillez, la claridad sintáctica, la contenida adjetivación, la música interior. Se recrea la

Santa en las formas rústicas no en las literarias. No se envanece nunca. Su estilo ermitaño, como

escribió Menéndez Pidal, se refugia en la humildad y la llaneza. Un prodigio. Camino de perfección es la

expresión de la belleza por medio de la palabra, el temblor del pensamiento profundo. El libro de la

vida, estremece. Las moradas, sobre todo la séptima, elevan el castillo interior que la Santa edifica en el

alma. Los Conceptos del amor de Dios se alzan en una tremenda meditación galopante sobre las

fronteras de la teología.

Tuvo Teresa de Jesús once hermanos. Era, al decir de Francisco Ribera, “de muy buena estatura, y en su

mocedad hermosa”. Estuvo dos años paralítica y “sus padecimientos físicos fueron horribles”. Como

Don Quijote, se enfrascó en la lectura de los libros de caballería. Hizo frente a su padre que no la quería

monja. San Francisco de Borja encauzó su vocación. Se le apareció Jesucristo resucitado. Reformó el

Carmelo. Fundó 17 conventos. La orden de los Carmelitas Descalzos se extiende hoy por más de un

centenar de países, con 12.000 monjas y 5.000 frailes que mantienen 1.400 conventos. En defensa de la

igualdad de género, hizo frente al insoportable machismo de su época. “Basta ser mujer para caérseme

las alas”, escribió. Pero lo superó todo. La admiró Cervantes. También Lope de Vega. Se rindieron a su

sabiduría Góngora y Quevedo. Fue nombrada Doctora de la Iglesia por el Papa intelectual Pablo VI.

Mujer de tan grueso calibre, se evadió siempre del envanecimiento. No presumía de nada. Cosechó

agria oposición entre algunos de los suyos. La priora del convento de Valladolid la increpó y la echó de

allí con viento fresco. Fue también despreciada por la priora del convento de Medina del Campo. La

princesa de Éboli la denunció ante la Inquisición. Sufrió las vejaciones en silencio, sin una queja.

Admiró a San Juan de la Cruz, 27 años más joven que ella. Los siglos han situado al autor de Noche

oscura en el primer lugar de la historia de la poesía en lengua española. Teresa de Jesús se habría

sentido especialmente complacida si hubiera podido contemplar cómo en pleno siglo XX dos poetas

comunistas colocaban a Juan de la Cruz en la cabeza de la poesía española. Tuve ocasión de escuchar

de labios de Rafael Alberti su admiración por el autor del Cántico espiritual. También le oí a Pablo

Neruda expresar lo mismo. Y no me extraña que, conversando con el poeta de Llama de amor viva,

Teresa de Jesús entrara en éxtasis. Gian Lorenzo Bernini condensó el arrobamiento teresiano en una

bellísima escultura.

Poco después de su muerte despedazaron su cuerpo incorrupto, repartido ahora en numerosos lugares:

Roma, Lisboa, Alba de Tormes, París, Sanlúcar de Barrameda... Se equivocará, en fin, el Papa Francisco

si no viaja en 2015 a España para rendir homenaje a Santa Teresa de Jesús en su V Centenario. No será

fácil encontrar ni en el mundo religioso ni en el ámbito literario a una mujer de la dimensión de Teresa

de Cepeda y Ahumada, la escritora de la lengua en pedazos, al decir de Juan Mayorga, la mujer

“enherbolada de amor”, que escribió como si levitara: “Cuando el dulce Cazador me tiró y dejó herida

en los brazos del amor mi alma quedó rendida; y cobrando nueva vida de tal manera he trocado, que mi

Amado es para mí y yo soy para mi Amado”.

Ay, el Cronos del Corrillo

SalamancaRTV al Día

Casi todos los días atravieso la Plaza del Corrillo y miro de reojo a Cronos, o Saturno, devorando a su

hijo en el capitel de la tercera columna... Hoy, uno de enero cuando escribo, apenas pasado el año viejo,

¡tan largo y tan corto!, reúno en breve y escéptico ramo viejos ecos del tiempo que pasa. Ay, el tiempo

tan fugaz… diría cualquiera o al menos cualquier poeta o filósofo.

Es una vieja herida que el ser humano lleva (La herida del tiempo, título socorrido y recurrente) y que

en todas las épocas y culturas le ha obligado a pensar y a tomar medidas cautelares. Tempus fugit sicut

nubes (Job 7, 9), se quejaba Job, el impaciente, viendo cómo los días se desvanecen como las nubes. O

la advertencia de Virgilio, fugit inreparabile tempus, hablando de siembras y cosechas (Geórgicas 111,

284). Y casi al mismo tiempo su amigo Horacio comprueba con algún desasosiego que Eheu fugaces,

Postume, Postume, labuntur anni, donde el nombre repetido duplica el sentimiento de que los años

resbalan y se nos van… Es una comprobación llena de sentimiento que atraviesa toda la historia de la

humanidad. Y en ella seguimos todos mientras yo paso junto al relieve del dios Tiempo que nos

devora… ¡Ay Póstumo, Póstumo, cuán fugaces se deslizan los años!

Y recuerdo a F. Villon, P. de Ronsard, J. Manrique, L. de Góngora y a tantos otros con sus versos de

mirada profunda sobre la vida, tan plena y tan efímera. Con resultados contradictorios, porque brota una

invitación apasionada a vivir el día en toda su potencia y, a la vez, a no descuidar cierto desengaño

escéptico como medicina necesaria ante tanta brevedad de la vida y de las cosas. Y entre estas dos

laderas hemos cabalgado siglos y siglos con la vida al hombro y sus amenazas sobre nuestra espalda.

Los viejos goliardos invitaban a vivir el gozo de cada día para compensar tanta rebaja y lo que luego, ya

en el s. XVIII, acabó siendo casi himno de cualquier universidad lo canta una y otra vez, sobre todo en

sus estrofas más antiguas: ¡Gaudeamus igitur, iuvenes dum sumus¡ Post iucundam iuventutem, post

molestam senectutem nos habebit humus. No necesita traducción.

Quizás lo mejor del texto es herencia de los viejos Carmina de Bura sancti Benedicti (s. XII), los

conocidos Cármina Burana a los que puso música Carl Off hace ochenta años; bueno, a una pequeña

parte y con una música, muy bella, que nunca me pareció adecuada al sentido de los versos, aunque

hablando de interpretación y de gustos… Dice el preludio en un latín tan elemental en la forma como

profundo en su sentido: O Fortuna, variable como la luna, siempre creciente o menguante. ¡Que vida

tan detestable!, ahora oprime, después alivia en juego caprichoso; a la pobreza y al poder los derritió

como al hielo. Y efectivamente así seguimos y si así cambia la suerte de la vida habrá que estrujarla con

prisa o, en contraria dirección, elegir una sabia indiferencia o un inteligente aprovechamiento. O

mezclar sabiamente las tres opciones.

Y de todo hubo siempre y de todo hay todavía hoy. A la vista está. Cada uno elige. Y en esto pienso de

vez en cuando al pasar junto a Cronos devorando a su hijo. Con el valor añadido de que en estos días es

mi cumpleaños y además se nos va el año viejo. ¡Cómo se nos pasa el tiempo!

El vínculo esponsal como vocación y

misión

Editado por

Juan Masiá Clavel

(Cuestionario del Sínodo. Pregunta 3: ¿Qué se puede hacer para sostener y reforzar a las familias

creyentes fieles al vínculo? Pregunta 10: ¿Qué hacer para mostrar la grandeza y belleza del don de la

indisolubilidad, a fin de suscitar el deseo de vivirla y de construirla cada vez más? Pregunta 32; ¿Cuáles

deben ser los criterios para un correcto discernimiento pastoral de cada situación a la luz de la

enseñanza de la Iglesia, según la cuál los elementos constitutivos del matrimonio son unidad,

indisolubilidad y apertura a la procreacion? Nota: Tratamos hoy solamente el tema del “vínculo como

vocación”. En otros posts, más adelante, trataremos sobre la apertura a la vida).

La pregunta 10 trata la indisolubilidad del matrimonio como don y vocación, valor y belleza, meta y

construcción; pero la pregunta 32 la ve como elemento constitutivo del matrimonio. Se reflejan así dos

talantes diferentes en la comisión redactora de la Relatio (véase, en Religión Digital: “Cuatro talantes en

el Sínodo”).

Antropológica y evangélicamente, la indisolubilidad es meta y horizonte del proyecto y promesa de los

esposos. Canónica y magisterialmente, unidad e indisolubilidad denotan características de la unión con

formalidad legal, civil y eclesiástica. Si el antiguo Derecho Canónico (1917) acentuaba la unión esponsal

como contrato, el Nuevo Derecho Canónico (1983) acentúa la “alianza, consorcio de toda la vida”, según

el Concilio Vaticano II: “comunidad de vida y amor” (Gaudium et spes, n. 48: “communitas vitae et

amoris”.CIC, n. 1055: “totius vitae consortium”).

El año pasado compartí el estudio del Sínodo con un grupo de los cursos de formación para el laicado,

en el centro Shinsei: Verdad y Vida, de la diócesis de Tokyo. Eran personas con experiencia de vida

matrimonial, preocupadas por la formación y transmisión de la fe, comprometidas con la renovación de

la Iglesia. Respondieron al Cuestionario-Lineamenta para el Sínodo de 2014 (Véase, en Religión Digital:

“Recuperar lo humano, revisar lo histórico, redescubrir lo evangélico“). Actualmente se reune ese

mismo grupo para estudiar el nuevo Cuestionario-Lineamenta para 2015.

Recogiendo las primeras impresiones de dicho grupo de trabajo sobre el cuestionario actual contrastado

con el anterior, resumían así: “En el anterior predominaba la preocupación por hacer comprender qué

es de ley natural y cómo hacer aceptable el magisterio eclesiástico. Pero el segundo cuestionario insiste

en dos puntos; 1) preguntar por la experiencia e iniciativas de los matrimonios, y 2) escuchar el mensaje

evangélico. Por ejemplo, el cuestionario actual ve la indisolubilidad, como un don, valor y tarea a

construir, en vez de como mera nota jurídica”.

Esta observación me dio qué pensar sobre el “vínculo”, según las preguntas 3 y 10, arriba citadas, Para

responderlas adecuadamente necesitamos escuchar dos voces:

1) La voz de las parejas que viven con sentido su compromiso con el valor del vínculo esponsal,

reconociendo su satisfacción y sus dificultades.

2) La voz de la reflexión antropológica sobre la indisolubilidad como meta de llegada, en vez de punto de

partida, y sobre la unión esponsal como proceso humano personal, no meramente biológico.

Los trámites que certifican el consentimiento se firman en un momento. Pero la unión de dos personas

en comunión de vida y amor no es momento, sino proceso. Se tarda toda una vida en realizarlo, no

siempre se logra, a veces se retrasa, se interrumpe o se vulnera. Requiere, en unos casos, reconciliación;

en otros, rehacer el camino de la vida; en todos, sanación. La boda es un momento, pero el matrimonio

es un proceso.

La indisolubilidad matrimonial (no jurídica, sino antropológica y evangélica) no es un carácter sellado a

fuego como la divisa de un toro de lidia, sino una meta, fin y horizonte del proceso para hacerse una

persona en dos personas. “Serán los dos un solo ser” (Gen 2, 24; Mt 19, 4). Es decir, lo serán... si realizan

esa unión a lo largo de la vida, pero no lo son ya automática y mágicamente en este instante de decir “sí,

quiero”. (Véase en Religión Digital: “Yugo, vínculo o...comunión?”).

Hacer que, mediante la realización de la unión, la promesa se convierta en realidad indisoluble es una

vocación y una misión.

Nótese que la Iglesia habla actualmente de vocación y misión para comprender la unión matrimonial:

vocación de amarse y ayudarse a crecer; misión de unirse y hacer de dos uno; vocación y misión de crear

vida, familia y convivencia social.

En otro tiempo la Iglesia hablaba de vocación para referirse a la opción por la vida religiosa o

consagrada. Hoy no se ven ambas opciones como contrapuestas. Ambas son vocación y misión, que

tarda una vida en realizarse y, a veces, no se logra o se frustra.

Por cierto, la Iglesia admnite admite razonable y responsablemente, el cese del compromiso de los

votos religiosos (“salir de la congregación religiosa con la debida dispensa”) o de la opción por el

celibato en el sacerdocio ministerial (“salir del estado clerical con dispensa del celibato”). No es

obstáculo para ello la teoría teológica sobre lo que ha llamado el “carácter sacramental”, que el

sacramento “imprime carácter”. Del mismo modo podría admitirse también razonable y

responsablemente el divorcio y reconocerse una nueva unión, tanto civil como canónica y

sacramental.

Este es el paso que debería recomendar el Sínodo en sus propuestas al Papa. Este es el problema

principal que hay detrás del debate desenfocado sobre dar o no dar la comunión a católicos divorciados

y vueltos a casar civilmente.

Por eso parece insuficiente la propuesta de limitarse a facilitar las declaraciones de nulidad, sino de

reconocer que, aunque la promesa fue auténtica, válida y lícita, se ha producido una ruptura irreversible

en su realización “hasta que la muerte los separe” (la muerte física o la muerte de la construcción del

vínculo, la muerte del proceso de consumación de la unión).

También parece insuficiente la propuesta del cardenal Kasper de un camino penitencial con condiciones

para admitir a los sacramentos a esas personas, pero sin cambiar la concepción de la indisolubilidad, ni

admitir la evolución fiel y creadora de las doctrinas.

(Nota: me refiero a evolución cultural y desarrollo interpretativo-creativo de las doctrinas, como en el

Concilio Vaticano II, Dei Verbum, n. 8; no se confunda con evolucionismo en el sentido meramente

biológico del término.·"Esta tradición, que deriva de los apóstoles, progresa en la Iglesia con la

asistencia del Espíritu Santo...".).

Prójimo

SalamancaRTV al Día

Después de escribir sobre temas digamos serios, hoy debo recibir al nuevo año con una

sonrisa, más o menos torcida, pero sonrisa a fin de cuentas. Por cristiano y por ciudadano del

mundo me toca, y así lo quiero, ver la botella medio llena, ser tolerante y juzgar a mis prójimos

con benevolencia.

Prójimo es, en general, aquél que la vida pone a mi alcance, le conozca o no. Pues, señor, iba

yo por la plaza del Corrillo el día primero del año viendo la cara de esperanza y de aparente

felicidad de unos ciento cuarenta prójimos en esa estrecha plaza cuando mis ojos recayeron en

unos ‘prójimos’ ausentes.

Antes de referirme a esos prójimos –que menudos ‘prójimos’ estarán hechos-, debo confesar

que yo también me siento a veces prójimo de los objetos que me rodean, sobre todo cuando

son bellos, como la Plaza Mayor o la portada románica de la iglesia de San Martín. Junto a

estos objetos bellos hay otros simplemente dignos pero útiles, como un pasamanos que había

para ayudar a los mayores a subir las escaleras que conducen a esa magnífica portada. Y digo

que había, porque unos prójimos, en ese momento ausentes, lo habían desencajado de sus

anclajes a la piedra berroqueña de los escalones y allí yacía, el pobre, hierro contra piedra, en

el suelo. Sacando fuerzas de flaqueza –algunos sabrán por qué lo digo- acabé de desencajarlo

del suelo con ánimo de guardarlo a buen recaudo en la iglesia no sea que apareciera por allí un

chatarrero de fortuna y se lo llevase para sacar unos cuantos euros con los que rellenar el

depósito de la furgoneta o tomarse unas cañas.

Mi mente juvenil anticipó la operación: ahora lo agarro por el medio y me lo llevo adentro;

pero mis brazos jubilados empezaron a protestar por el excesivo peso y no me quedó más

remedio que arrastrarlo a duras penas haciendo descansos cada cinco o seis metros. Ciento

cuarenta prójimos –con un margen de error de más menos 3,4%- contemplaron la escena,

pero nadie se atrevió a echar una mano. Muchos debieron pensar ‘¿qué hace este?’ pero sólo

un policía nacional uniformado formuló la pregunta, para hacerse cargo instantáneamente de

la situación y añadir inmediatamente: ‘Ah ¿es Vd. el párroco?’ y le di una explicación somera

mientras descansaba por enésima vez de la pesadez de la carga camino de la puerta. Pregunta

providencial porque dio tiempo a que nos alcanzara un matrimonio amigo también de

jubilados; entre los tres hicimos la fuerza de uno y conseguimos colocar el férreo pasamanos a

buen recaudo. No era día para cabrearse con el prójimo y menos teniendo que celebrar misa

media hora después.

La espiritualidad del hombre normal: la

sabiduría

Isidoro García Gómez, 06-Enero-2015

1. El conocimiento es teoría. La sabiduría es práctica.

2. Nuestra escala de valores.

3. Tenemos que encontrar nuestro camino.

4. Necesidad de adoptar un marco mítico coherente con nuestras características psicológicas.

5. Tenemos que elegir un buen destino para nuestro camino.

*

1. El conocimiento es teoría. La sabiduría es práctica.

Se quejaba T.S. Eliot: “¿Dónde está el conocimiento que hemos perdido en información?. ¿Dónde la

sabiduría que hemos perdido en conocimiento?.

Platón, 2.300 años antes ya ponía el dedo en la llaga en su “Protágoras”: “Explícame qué opinas del

sabio. (…) porque cuando alguno posee el conocimiento, lo que predomina en él no es éste, sino unas

veces la pasión, otras el placer, a veces el dolor, algunas el amor, muchas el miedo (…). El saber es un

esclavo arrollado por todo lo demás”.

Y es que una cosa es tener información, que la guardamos allá en el rincón cerebral con todo el

batiburrillo de cosas de las que nos hemos enterado, otra cosa es tener conocimiento, que lo guardamos

un poco más cerca, con las ideas abstractas que hemos elaborado de la información recibida.

Y otra muy distinta es la “sabiduría”, que guardamos al ladito de nuestros dos yoes, el operativo

consciente y el ocurrente subconsciente, en terminología de Marina, y que está compuesto de esas

ideas que por una u otra razón hemos decidido (la mayor parte de las veces inconscientemente), que se

transformen en “convicciones” que nos sirvan de pauta y guía de actuación.

Estas convicciones entre las que se encuentran nuestras reglas morales tienen un estatus similar al de

los postulados en matemáticas. Son ideas indemostrables que se asumen per se, sobre las que luego se

construye un universo lógico.

Por poner un ejemplo. La información sería el libro o el periódico en bruto. El conocimiento, esas frases

del libro que hemos subrayado, o esos trozos de periódico interesantes para nosotros que hemos

recortado. Y la sabiduría sería esas pocas ideas-fuerza, o frases cortas, que hemos escrito o recortado y

las hemos puesto en nuestra pared o nuestro tablón para que estén permanentemente a nuestra vista.

La labor de elaborar conocimiento de la información, es una labor intelectual consciente, de análisis y

síntesis. Pero la labor de elaborar convicciones y sabiduría del conocimiento, es una labor en la que el

subconsciente tiene mucha intervención.

Toda terapia psicológica del tipo que sea, tiene como objetivo, conseguir incorporar a esa zona ejecutiva

de la mente, de donde fluye nuestro comportamiento, principios rectores interesantes para nosotros y

nuestra felicidad.

Porque como reconocía el pensador Wittgenstein “de la lógica no se sigue lógicamente una ética. No

hay premisas lógicas de la felicidad”. Una cosa es el conocimiento consciente que tenemos y otra el

conjunto de nuestro saber operativo, el que esculpe nuestro sistema de comportamiento y en el que

nuestro subconsciente tiene voz y voto.

Todos tenemos nuestro tarrito de sabiduría. Pero como en todas las cosas, la hay de oro y la hay de

chapalata. Como decía Cernuda: “Ahora la estupidez sucede al crimen”. Y es que desde que Caín ha sido

absuelto por la moderna psiquiatría, diagnosticándole de pobre loco, la humanidad ha descubierto su

verdadero pecado: la estupidez.

Pero también con la estupidez pasa lo mismo que con el colesterol, que la hay de dos clases: la “buena”

y la “mala”. La “buena” sería la estupidez natural, la que proviene de nuestras limitaciones congénitas

naturales, de nuestra erraticidad mental, que hoy piensa una cosa y mañana quizás otra.

Esa estupidez que hasta puede llevarnos a hacer cosas sublimes como el hacernos creer libres, cuando

en realidad como decía Bob Dylan, “hasta los pájaros están encadenados al cielo”. Esa estupidez es

innata y por tal inevitable, salvo salto evolutivo genético, natural o artificial, y por ello debemos llevarla

con dignidad y resignación.

Pero la estupidez peor es la “mala”, la evitable, y consiste en equivocarnos por pereza o error de

discernimiento, y equivocarnos dando importancia a cosas que no la tienen y viceversa. En colocar unas

ideas en una caja o en otra. Y se da cuando preferimos un billete de 55 euros, a uno de 20. Y eso nos

sucede mucho en el mundo de las ideas.

2. Nuestra escala de valores

La gran mayoría de la población, sufrimos de una serie de disfunciones como complejos, traumas y

demás, pero además una de las mayores fuentes de problemas y sufrimiento es la inadecuación de

nuestra superestructura cultural, que está en la caja fuerte de nuestra sabiduría, donde archivamos ese

saber no-científico que no busca demostración pero que es tan próximo e intuitivo que para nosotros es

verdadero y que se manifiesta en esa clase de axiomas que llamamos creencias, algo que siempre

mantenemos en el silencio de lo no verificable por la ciencia.

Lo malo es que en ese conjunto de creencias hay un porcentaje mayor o menor de “falsas creencias”.

Nos enseña Francisco Traver que “la idea de falsa creencia fue acuñada por el Albert Ellis”, y se basa en

la teoría de que todos los seres humanos reciben a lo largo de su ontogenia (evolución de vida),

información parcializada e indemostrable.

Esto provoca reacciones emocionales inapropiadas o exageradas, que pueden mermar nuestro objetivo

de sobrevivir primero y ser feliz en nuestra vida cotidiana. Las más de las veces se construyen por

mimetismo social, simplemente damos por buenas las definiciones que nos llegan de los medios, la

política, la televisión, la ciencia, la religión, la economía o de cualquier otra autoridad social. Podemos

llegar a creer cualquier mentira siempre y cuando sea una mentira compartida por muchos”.

Basados en ese esquema de creencias, adoptamos una serie o conjunto de ideas de cosas o situaciones

que creemos deseables o indeseables para cada uno: lo que se suele llamar nuestro esquema de

valores.

Así el hombre sigue esclavo de sus estructuras arcaicas, y como no lo vea no podrá empezar a vivir con

ese nuevo YO, que es el auténtico.

Está de moda entre algunos la tan cacareada crisis de valores, que en realidad es la crisis de “sus”

valores e intereses.

Porque hay que andar con cuidadito cuando oigamos proclamas de moralina, con crisis de valores y

demás. Cuando oigamos hablar indignados de “crisis de valores”, échense la mano a la cartera. Por eso

Emerson contaba la lección que aprendió de un viejo mayordomo: “Cuanto más y más alto oíamos en

la mesa hablar de honorabilidad y respeto, más prisa nos dábamos en contar los cubiertos, y siempre

faltaba alguno”.

Pero constantemente debemos hacer un esfuerzo de limpieza de nuestra caja fuerte de valores y revisar

y tirar lo que se haya convertido en un trasto so pena de sufrir síndrome de Diógenes y almacenar toda

la quincalla vieja o nueva. Porque la morralla que almacenamos suele estar constituída o por cosas

antiguas que ya no tienen ningún interés o por toda esa serie de cosas nuevas que hemos comprado a lo

tonto o nos han regalado y que no sabemos donde ponerlas porque no sirven para nada. Pues con las

ideas pasa lo mismo.

Advierte Emilio Lledó que en la actualidad, lo más abundante es “olvidar los viejos conceptos de

educación, justicia, fraternidad, racionalidad, igualdad, etc., y sustituirlo por un escurridizo discurso de

un lenguaje pastoso e insustancial, lo que sería el primer paso para un creciente proceso de

estupidización colectiva, donde solo actuase la dureza, monotonía y crueldad, de un lenguaje construído

sobre el modelo de los medios de comunicación de masas”.

Hay que revisar si nuestro arsenal de ideas-fuerza o valores es un conjunto de creencias e ideales de

vida y del mundo, chato y miserable como denuncia Lledó, o por contra es irreal y excesivo, lo que nos

generará un exceso de expectativas en la vida, que también se traduce en una gran frustración personal.

En este proceso no se trata en general de eliminar de raíz alguno de nuestros “valores”, sino más bien

de variar su importancia relativa en nosotros. Los valores últimos como igualdad, libertad, justicia,

compasión, belleza, placer, honestidad, responsabilidad, lealtad, etc. no coexisten en nosotros de forma

armónica, produciéndose así múltiples contradicciones dentro de nuestra persona.

Nos recuerda Savater como Isaiah Berlin decía que “los valores mejores suelen ser irreconciliables entre

sí”, o como decía Weber, “los grandes dioses son incompatibles”.

Constantemente tenemos que elegir y sacrificar unos valores y sacrificar otros, y esa es una tragedia

permanente en la naturaleza humana. Como igualmente señala Isaiah Berlin, no es posible encontrar un

principio rector universal que los ordene. Por eso hay gente muy honesta de izquierdas, y gente

igualmente honesta de derechas.

Se pueden determinar unos valores humanos verdaderos, universales y permanentes, pero no su orden

jerárquico de preferencia. No se puede encontrar un principio ordenador universal que permita escoger

de forma racional entre ellos. Y esto no solo vale para cada persona, sino también para una misma

persona a lo largo de la vida.

Debemos hacer un esfuerzo para eliminar valores inútiles e innecesarios, pero no para sustituirlos

definitivamente por otros mejores. Constantemente debemos estar recolocándonos. Es como conducir

un coche. Si nos desviamos hacia la derecha, moveremos el volante hacia la izquierda, pero solo lo

necesario y no definitivamente. De nuevo y de acuerdo con la carretera, volveremos a mover el volante

hacia donde sea necesario.

Un padre no debe ser blando, ni duro con su hijo. Deberá ser blando, cuando convenga ser blando, y

duro, cuando convenga ser duro. Esto que suena a tautología, es el ABC de la sabiduría. Es la actitud

que Confucio enseñaba cuando decía: “Las cuatro cosas de las que el Maestro está exento son: carece

de ideas preconcebidas, de reglas necesarias a cumplir de antemano, de posición fija, y de yo

predeterminado”.

Aquí nos topamos con uno de los grandes equívocos que se han transmitido de la sabiduría oriental a la

occidental: el de la destrucción del ego, que nosotros muchas veces interpretamos como la anulación

del yo consciente, (que al fin y al cabo es lo único que tenemos, aunque sea una ficción psicológica), y

cuando además todos los psicólogos coinciden en aconsejar la mejora de nuestra autoestima.

Lo que quieren decir los chinos muy acertadamente, es que debemos destruir el pensamiento

anquilosado, cristalizado, inmóvil, para así tener las manos libres para decidir lo conveniente en cada

caso. Como cuando conducimos. Esto es cansado y no podemos conducir ni conducirnos medio

dormidos, y por eso el hombre sabio debe ser primero un hombre “despierto”.

El fundamentalismo, o sea el tener un pensamiento petrificado, sin posibilidad de cambio es una

infantilización. Como enseña Joan Garriga, “la ciega vehemencia, los fundamentalismos, las ideologías

petrificadas, se sostienen en arcaicas e infantiles cuerdas emocionales que nos mantienen pequeños.

Son asuntos de niños grandes que trazan fronteras en su corazón entre lo que es digno de ser amado (lo

propio) y lo que tiene que ser rechazado (lo ajeno)”.

Esta flexibilidad mental o no significa irracionalismo o relativismo. Significa un relativismo “relativo”. O

sea no todo es igual y todo es relativo. Una vez que hemos establecido el grupo de valores humanos

deseables, dentro de ellos, cada uno debe encontrar su “mix” personal, y negociarlo en cada caso y

según las circunstancias con sus tendencias personales casi siempre inconscientes.

Todo este esfuerzo de reequilibrio psicológico que debemos emprender, debería desembocar en un

proceso de ir acercándose a un estado de felicidad cotidiana, que podríamos denominar ataraxia griega,

o serenidad personal.

Eso incluye el famoso y tan cacareado encontrar el sentido de la vida, del que habrá que hablar más.

Ese estado ideal de equilibrio psicológico y de pleno sentido de la vida es lo que también llamamos

sabiduría que es el supremo logro a que podemos aspirar como hombres.

Ese estado es ideal y nunca se llega a él plenamente, a excepción de cuatro “iluminados” en la historia, y

que además no han tenido una plena comprobación de su autenticidad. Se suele tender a hablar de ese

estado beatífico como algo accesible cuando a lo más que podemos aspirar es a acercarnos lo más

posible a él.

Ricardo Vidal discípulo de Antonio Blay, decía en una entrevista: “Los atributos de alguien realizado es

una vivencia interior de autenticidad (una libertad interior), que no tenga las limitaciones psicológicas

constantes que tenemos en nuestra vida cotidiana. También supone que el exterior no nos afecte a nivel

psicológico. Si hay algo que nos aleja de la paz interior, es porque no tenemos una plena experiencia de

vivencia profunda”.

Es lo mismo que cuando Chuang Tzu, o Lao Tse hablan de las cualidades del hombre del Tao. Nos parece

como que lo están viendo, pero en realidad lo están imaginando. Es algo similar al estado de “santidad”

del catolicismo, que es un ideal, por lo que no nos tenemos que escandalizar porque seres posiblemente

muy perfeccionados, den muestras a veces de reacciones “demasiado humanas”.

Por ejemplo Herman Hesse veía la eterna contradicción que atenaza a todo gran líder religioso. Y así de

Rudolph Steiner dice: “Toda su personalidad, (viajes, conferencias, propaganda abrumadora,

fundaciones financieras, culto a su persona, etc.) contradecía total y fundamentalmente a lo que todas

las religiones del mundo consideran como el tipo del santo y del hombre perfecto. Steiner es lo

contrario de un santo, un ambicioso genial.

3. Tenemos que encontrar nuestro camino

El abanico terapéutico nos facilita el cambio, pero la dirección en que se dirige ese cambio la tenemos

que decidir nosotros. En la antigua Grecia, el ciudadano que quería aprender cómo enfocar su vida,

acudía a las Academias de Sócrates o de Platón, al Jardín de Epicuro, o a la casa de otro maestro filósofo.

En la actualidad esa formación hay que buscarla en la cultura en general y especialmente en la

sapiencial. Y más concretamente en los libros y en algunos círculos que nos propongan modelos de vida

facilitadores de esa felicidad. Donde la mayoría no podemos acudir es a las instituciones tradicionales,

(Iglesias, Universidades, etc.), que salvo excepciones están totalmente obsoletas y ancladas en el

pasado.

El filósofo francés Paul Ricoeur señalaba la gran crisis de las instituciones integradoras: Es aterradora la

debilidad de todas las instituciones integradoras, tales como la familia, la escuela, la Iglesia, los

sindicatos, (los partidos políticos, añado yo), es decir de todo aquello que constituye la

institucionalización de la sociedad civil. Y así dichas instituciones pierden cada vez más su importancia

en tanto que creadoras de cultura”.

Esta circunstancia tiene como muy positivo el que ya no nos pueden adoctrinar tan fácilmente con

modelos de vida que defendían los espúreos intereses de los que han ostentado toda la vida el poder y

la riqueza. Pero a cambio cada uno tiene que hacer el esfuerzo de conseguirse los modelos de vida más

convenientes para conseguir el objetivo deseado: la felicidad.

Hubo dentro del catolicismo un ejemplo, que muchos debían tener en cuenta. Fué el de John Wu, un

fino intelectual chino, del siglo XX, al que muchos han parangonado con Chesterton. Wu se convirtió del

metodismo protestante al catolicismo. Su proceso de conversión intelectual fue ejemplar.

Él desde su libertad e “individualismo” protestante, comprendió, gracias al “minimalismo filotaoísta” de

Teresita de Lisieux, que el catolicismo de ésta, era la religión que le gustaba y la que iba con su

pensamiento.

Pero Wu era un individualista y es incómodo pensar, que si a Wu, desde la niñez le hubieran comido el

coco los teólogos católicos, es muy posible que si en su madurez hubiera descubierto un enfoque

cristiano no ortodoxamente católico, no hubiera tenido la libertad de cambiar de religión, como hizo

Wu, simplemente un hombre libre.

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Una de los aspectos más curiosos de la llamada psicología y espiritualidad Nueva Era, es la ausencia

clamorosa de todo llamamiento ético. Esta llamativa carencia, es una de las razones por las que a veces

muy justificadamente se acusa a la espiritualidad de escapista y lo que es peor de solipsista: otra manera

más de contemplar y meditar pausadamente sobre la pelusilla de nuestro ombligo.

Y es que muchas veces se pasa directamente y de un salto espectacular, de la introspección personal y

del afán de mejora y equilibrio personal, a los cielos de la espiritualidad, sin echar ni una mínima mirada

al resto del mundo que nos rodea. Y sin embargo el criterio de la sabiduría, es la felicidad, ananda,

charis, beatitudo o bienaventuranza.

Sólo el budismo, se salva de este “curioso” olvido, con sus constantes apelaciones a la compasión a los

demás, como camino a nuestra felicidad personal. El taoísmo, como las éticas occidentales, da por

supuesto que un hombre del Tao, será un buen ciudadano, y hace hincapié más bien, en que no nos

pasemos de buenos, pues puede ser contraproducente.

Es verdad que el cristianismo, tiene a la “caridad” como una virtud, pero el acartonamiento que le han

producido mil quinientos años de complicidad con los poderes factuales, y el hecho de la relativización

de la importancia de la pobreza y la injusticia, que produce la creencia de que esta vida es solo una triste

noche en una triste posada, devalúan bastante su mensaje caritativo. Independientemente de que haya

entre sus filas gentes muy solidarias y comprometidas que han comprendido que ese es el único punto

que justifica y da cierto sentido a su fé.

El hecho es que en todo el mundo del crecimiento personal y de la expansión de la conciencia, no es

fácil encontrar ninguna apelación a la necesidad de un afianzamiento de nuestra ética personal

ciudadana. Hasta el punto que es mucho más fácil oír justas y razonables proclamas en defensa de

árboles o animalitos, que del indigente que duerme tirado en unos cartones en la calle.

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Cuando se llega a ese estado ideal de conocimiento de nuestro interior y del mundo que nos rodea, se

está lleno de esa sabiduría que es el culmen de la “vida interior” del hombre normal. Es su

espiritualidad buscada, que no necesita para nada de ningún tipo de experiencias trascendentes fuera

del cuerpo, ni sensaciones oceánicas, ni menos aún contactos con divinidades ni seres angélicos.

4. Necesidad de adoptar un marco mítico coherente con nuestras características psicológicas.

Nuestra cosmovisión propia o mito personal, es una hipótesis o conjetura global, sobre el papel que

nosotros y la humanidad en general tenemos en el entorno del cosmos que nos rodea. Este mito resitúa

el centro de nuestro mapa mental general a un nuevo lugar, y a partir de ahí todo se ve con otra

perspectiva.

Se adopta con un fuerte nivel de convicción y coherencia interna, asumiendo el que (por el momento)

no se ha encontrado otro modelo en el que encajen mejor todas las piezas de nuestro puzzle cultural-

religioso.

Se podrá argüir que el hecho de plantear una hipótesis sobre nuestra posible historia cósmica, que en sí

no es más que el mito o la gnosis personal del autor, no tiene ningún interés práctico más allá de la

inútil curiosidad de imaginar detalles de escasa importancia práctica. Nada más lejos de la realidad.

Thomas Merton nos advertía de que “nos engañamos creyendo que somos extremadamente científicos

y razonables, que no tenemos mitos. Pero ése es precisamente uno de nuestros grandes mitos.

Pensamos que somos gente objetiva y lógica, pero vivimos inmersos en una enorme cantidad de

mitología”.

Toda persona creyente asume el mito originario de esa religión, que le han transmitido con su formación

religiosa. Incluso los más estrictamente ateos, también asumen su propio mito, que es su creencia en

una cosmogénesis sin intervención divina o semidivina de ninguna especie.

Y tener un “centro de gravedad permanente”, que decía Franco Battiato, nos vacuna ante las

tentaciones de escapismo delirante que tanto nuestra fantasía, como las fantasías de los demás, nos van

a presentar.

Te da una sensación de saber dónde están las cosas. Como le pasaba al Guerra, que toreando en Bilbao,

le preguntó un periodista: “Maestro ¿cómo se siente por aquí, con lo lejos que está Sevilla?. Y el

maestro le respondió: “Sevilla está donde tiene que estar. Lo que está lejos es esto”.

Decía Angelus Silesius, que “quien ha escogido el centro por morada, ve de una ojeada lo que está en la

periferia“. El que está situado en el centro de la rueda que gira, contempla fácil y rápidamente todos y

cada uno de los puntos de la circunferencia de la rueda, que van pasando delante de sus ojos. El que

está situado en un punto de la rueda, va dando tumbos y solo ve, y con mucha dificultad el punto donde

está.

Hace más de sesenta años Mircea Eliade escribía en su Diario: “A medida que el hombre de las

sociedades modernas se vuelve a encontrar a sí mismo, en el símbolo arcaico antropocósmico,

encuentra una nueva dimensión existencial”.

Nos sitúa, ya tranquilos, como atentos discípulos a los pies de los grandes maestros del pasado. Y como

sigue enseñando el mismo Mircea Eliade: “Buda, Zaratustra, los profetas judíos, son nuestros

contemporáneos, en el sentido de que los problemas planteados por ellos, son todavía los nuestros.

Cuando se estudian estas religiones, no se hace erudición, sino que se afrontan los problemas de la

filosofía de hoy”.

Es lo mismo que nos dice el maestro Dokusho Villalba cuando nos enseña que “la trascendencia en el

zen consiste en pasar de un estado de conciencia egocéntrico a un estado de conciencia cosmocéntrico;

o de una conciencia individual a una consciencia cósmica, podríamos decir, o global.

Y con Rollo May, uno de los grandes psicoterapeutas de nuestra época, podemos afirmar que la

conexión con los auténticos mitos es un “proceso esencial para la adquisición de la salud mental” y que

“el nacimiento y el desarrollo de la psicoterapia en nuestra era contemporánea han tenido su origen en

la desintegración de nuestros mitos”.

Como señala Patrick Harpur, “el mundo que vemos siempre corresponde al mito en el que estamos”,

porque sólo es posible asumir el mundo a través de una perspectiva imaginativa o mito. Pero no vale

cualquier cosmovisión, pues ésta debe tener un grado mínimo de acierto en nuestra descripción de la

realidad.

Señala Francis Crick que “para construir un “nuevo sistema del mundo”, necesitamos inspiración e

imaginación, pero si éste está cimentado en unos cimientos defectuosos, terminará más tarde o

temprano por no satisfacernos. Por soñadores que seamos, la realidad llama sin para a nuestra puerta. E

incluso aceptando que la realidad es básicamente un constructo de nuestro cerebro, debe concordar

con el mundo real o terminaremos cansándonos de ella”.

Pero esa labor es muy difícil. Para comprender la realidad es requisito imprescindible esquematizarla en

cierto nivel, pues si no lo hacemos, la complejidad de la realidad nos bloquea.

Si un conjunto grande de árboles, lo describimos como un árbol con hojas verdes, otro árbol sin hojas,

otro árbol pequeñito, etc., seguro que acabamos bloqueados. Si lo denominamos “un bosque”,

comprendemos esa realidad, aunque inevitablemente perdemos riqueza descriptiva, y según vamos

haciendo esquematizaciones sucesivas aumenta el peligro de que acabemos distorsionando el modelo.

Por ello tenemos el problema de que muchas veces mantenemos un esquema global que no nos

convence de verdad. Creemos que creemos, pero en realidad queremos creer. Nuestra mente

consciente nos empuja a aceptar unos esquemas culturales heredados, con la intención de asegurarnos

la pertenencia a un grupo social, pero nuestra mente inconsciente se niega, porque no le convence.

Y no hay que olvidar que las ideas generales, especialmente las morales, impresas en nosotros desde

niños, suelen enraizarse muy profundamente en nuestro cerebro y resultan muy difícil de cambiar. Por

ello decía Francis Bacon que “no es la mentira que cruza por la mente la que causa daño, sino la que

echa raíces allí”.

Porque la mente humana tiene horror al vacío, lo que se traduce en que preferimos tener una

explicación a un fenómeno por muy absurda que esta pueda ser, a no tener ninguna.

Señala Francis Crick, que esto proviene del hecho de que nuestros cerebros se desarrollaron en nuestra

época de cazadores-recolectores, y hubo una fuerte presión selectiva para lograr una necesaria fuerte

cohesión interna cooperativa entre los miembros de nuestro grupo. Y un conjunto de creencias

generales refuerza los vínculos entre los miembros de la tribu. Y así no es necesario que esas creencias

compartidas sean en su totalidad correctas, basta con que todos las crean. Y de ahí procede nuestra

ilimitada capacidad para autoengañarnos.

Y esta situación se detecta muy fácilmente con la prueba del algodón, que no engaña: si nos cuesta Dios

y ayuda en la práctica, realizar lo que nos indica nuestro esquema de creencias, y nos exige un ímprobo

esfuerzo de voluntad y una y otra vez estamos confesándonos de los mismos pecados, es señal evidente

de que no nos creemos en realidad lo que creemos creer.

Es como subir por una soga. Si tenemos que subirla a puro biceps es que no lo estamos haciendo bien y

no sabemos subirla y hay algo que falla.

Tener un sentido de la vida, que “de verdad” nos lo creamos es como estar enamorado. Cuando alguien

dice: no se si estoy o no estoy enamorado de fulanito/a: es que no lo estás. Cuando estás enamorado lo

sabes de sobra.

Y cuando dispones de una cosmovisión –mito– “sentido de la vida”, que auténticamente te convence,

vuelas, y no te cuesta ser coherente con tus ideas. Exagerando un poco, diría que hasta darías la vida

por tus ideas sin más importancia.

Lo que pasa es que hasta que no asumimos otro modelo propio y coherente con nuestros conocimientos

y personalidad, no seremos capaces de arrancar de nosotros esos modelos incoherentes (para

nosotros), que nuestra cultura nos han inculcado.

Pero exige un esfuerzo. Porque según Wolfgang Köhler, pionero de la psicología de la Gestalt “la

transición a un espacio mental más amplio, es a costa de un proceso sumamente doloroso, incluso

terrorífico, que consiste en socavar las propias creencias y teorías. Y es doloroso porque nuestra vida

mental se apoya, consciente o inconscientemente, sobre teorías que a veces se encuentran sitiadas por

la fuerza de la ideología o de la ilusión. Se produce una competencia intelectual y personal que nos

obliga a enfrentarnos tanto a las anomalías, como a ideologías profundamente arraigadas”.

Porque como ya predijo Thomas S. Khun, el cambio de paradigma no se realiza sin traumas, sin dolor. Es

similar a una intervención quirúrgica, que es sanadora a medio plazo pero que a corto plazo siempre

viene acompañada de dolor.

Reflexionaba el psiquiatra junguiano, James Hillman, sobre los efectos perversos que la terapia de los

individuos tiene en su responsabilidad política. Viene a decir que mediante la terapia aprendemos a

llevar calma y equilibrio a nuestras vidas personales, pero eso se traduce en un anestesiamiento general

ante las disfuncionalidades del mundo que nos rodea.

Se repite por ahí, que la única manera de hacer un mundo mejor, es mejorándonos uno a uno las

personas integrantes del mismo. Pero ese es un reduccionismo individualista, que ha venido a suceder

en la historia al reduccionismo fascisto-marxista contrario: que ordenando una sociedad de individuos

infantilizados, mediante un estado fuerte, llegaríamos a la sociedad ideal.

La pura realidad es que necesitamos las dos cosas al tiempo. Necesitamos individuos maduros y felices

que además se preocupen y trabajen por ordenar su sociedad. Porque aunque creamos que con la

terapia y el autoperfeccionamiento personal resolvemos nuestros problemas, y en parte es así, el

consentir el deterioro del mundo que nos rodea, repercute inevitablemente en nuestro ansiado y

buscado equilibrio personal.

Y es que aquí entramos en el superconocido problema de la bicicleta. Todos cuando estamos

aprendiendo a montar aprendemos dos cosas para no caernos: una que hay que dar pedales, y la otra es

que hay que poner la mirada en un punto delante al que dirigirnos.

Si solo nos ejercitamos en dar bien pedales, eliminando los bloqueos, las pasiones negativas, etc. Solo

cumplimos la mitad de la fórmula. Es fundamental tener una cosmovisión (mezcla de conocimiento y de

mitología), delante de nuestros ojos, para así tener claro, que de nada sirve que uno intente salvar su

culo, si a tu alrededor cunde el desorden, la injusticia, el abuso de los poderosos y el caos.

La ciencia actual va avanzando, pero no puede dar respuestas actualmente a todas nuestros

interrogantes. Y mientras no tengamos el círculo cerrado, estaremos paralizados, y no sabremos con

mucha claridad cómo hacer un mundo mejor, más que con eslóganes miopes de corto alcance y

frasecillas de medio pelo, buenistas, ecologista y con moralina, mucha moralina, para que al final, los

listos de siempre, que ellos sí que tienen muy claro que lo que quieren es llenarse el bolsillo, nos roban

la cartera, mientras nos agradecen farisaicamente el voto que les damos en las urnas.

Y para resolver esta situación es preciso que tengamos muy claro el tema, que siempre está en el

candelero de disponer de una cosmovisión, un plano general donde quede claro nuestra situación en la

vida, lo que podemos esperar de ella, y lo que no, y lo que podemos hacer para en dos palabras dar un

sentido a nuestra vida.

Y es que el hombre moderno ha pasado en muy pocas generaciones de “ser hijo de Dios y heredero del

cielo”, a ser un mono recauchutado y un poco mejorado, que como el que dice acabamos de bajar de los

árboles, y vamos por ahí coléricos y agresivos dándonos gritos los unos a los otros, a donde nuestras

hormonas nos dirigen.

El gran problema del hombre moderno es que tiene que hacer el gran esfuerzo de lograr la coherencia

interna entre una insoslayable concepción moderna del mundo y “algo más”

Jung decía en 1909: “Entre los pacientes de nuestros días denominados neuróticos, existen no pocos

que en épocas más antiguas no se hubieran vuelto neuróticos, es decir, en desacuerdo consigo mismos.

Si hubieran vivido en un tiempo y en un ambiente en que el hombre estaba vinculado, a través del mito,

con el mundo del misterio, y por éste, con la naturaleza viva y no meramente contemplada desde fuera,

se hubieran ahorrado la desavenencia consigo mismos.

Se trata de hombres que no soportan la pérdida del mito, y no hallan el camino a un mundo meramente

externo, es decir, a la concepción de las ciencias o de la naturaleza, ni puede satisfacerles el fantástico

juego de palabras intelectuales que nada tienen que ver con la sabiduría”.

Y la imposibilidad o renuncia a asumir un mito o gnosis personal, tiene efectos devastadores en nuestra

psique. Porque nos conduce al escepticismo. Y del escepticismo, al privarnos de una perspectiva, y al no

encontrar algo que creer que nos convenza, se pasa muy fácilmente al nihilismo, al creer que no existe

ninguna explicación que convenza realmente.

Señalaba Antonio Machado: “Cuando el hombre deja de creer en lo absoluto, ya no cree en nada.

Porque toda creencia es creencia en lo absoluto. A todo lo demás se le llama pensar”.

Lo malo del nihilismo es que va paralizando poco a poco como el curare de las flechas de los indios o

como el veneno de las serpientes. Cada vez que sentimos que un tema no vale la pena, que todo es una

bobada, una ficción que hacemos para no volvernos locos en este desierto, vamos quitándonos uno a

uno los escudos que nos protegen, hasta quedar inermes ante una realidad que es como un tren que se

nos echa encima a toda pastilla.

La política, ¡una estafa!…; la religión, ¡una ficción!…; la vida sentimental, ¡una trampa infantiloide y

mortal de necesidad!…; la cultura, ¡una forma de matar el rato y no tirarse al metro!; el fútbol, ¡…! Y así

no nos queda otra cosa que esperar a que llegue nuestro turno.

Y por eso a pesar de que en “El gran Lewosky”, lo dicen en plan de chiste, ser nihilista es una cosa que

cansa mucho y corroe como el vitriolo nuestro interés natural por el conocimiento, y nos instala en un

depresivo desinterés vital que nos disminuye e incapacita para afrontar la vida con los bríos necesarios

para ello, y lo que es peor, tiene el efecto perverso de que nos empuja, como compensación interna a

ese vacío existencial a meternos en una serie de actividades muy negativas para nuestra felicidad y

equilibrio personal. (¿Porque en cuántos líos nos metemos por no saber estarnos tranquilitos en nuestra

casa?.)

Por eso el mito antropo-cósmico como decía Eliade es el gran antídoto antinihilismo. Dice el maestro:

“(Mediante él), encuentra, en consecuencia, un nuevo modo de ser auténtico y mayor, que le protege

contra el nihilismo historicista, sin expulsarlo de la “Historia”. Podría incluso ser que la Historia revelase

así su verdadero sentido: como una epifanía de una condición humana “gloriosa””.

Y como ya decía Edith Stein “He aprendido a amar la vida desde que sé para qué vivo”. Y por todo ello

desde aquí reivindico el interés de que cada uno interiorice su propio mito personal, que sea para él

coherente y razonable.

5. Tenemos que elegir un buen destino para nuestro camino

Es muy llamativo que en el mundo de la “mejora personal”, haya tanta oferta de terapias para arreglar

nuestro coche y tan pocas para ofrecernos destinos interesantes. En el viaje no solo hay que tener el

coche a punto, sino sobre todo hay que saber dónde tenemos que ir.

Muchas veces todos los esfuerzos de automejora personal, son un remedo del entrenamiento del atleta:

forjarse un cuerpo o una personalidad psicológica sana, fuerte y equilibrada, para ir… a no sabemos

dónde. Nos quedamos tan agotados después del esfuerzo del entrenamiento, que no nos quedan ganas

de reflexionar, hacia donde queremos ir.

Esta parte de nuestros problemas es lo que podríamos definir como nuestro problema cultural. Hoy en

día ya no nos interrogamos con el de dónde venimos y a donde vamos más allá de la vida. Sino que nos

preguntamos: ¿a dónde vamos en esta vida?.

Y a esa pregunta solo se le puede dar una respuesta desde uno de los sistemas ético-filosóficos que más

se adapte a nuestra personalidad. No hay que olvidar que como dicen los chinos, el método correcto en

el hombre inadecuado, actúa incorrectamente. Por ello una sola ley para el buey y el león, es

corrupción, como decía Blake.

Hay muchos sistemas éticos-filosóficos, y cada uno debe escoger el que más le llene, pero para mí, el

que mejor se adapta a nuestra realidad personal y mental, es el taoísmo, así como su versión occidental,

el estoicismo y epicureísmo, pues se adaptan a nuestra auténtica realidad humana siempre a caballo y

en lucha perpetua entre una libertad parcial de la voluntad consciente, y un determinismo fatal radicado

en nuestro “carácter” subconsciente.

Así cuando están diciendo que el hombre debe hacer aquello que le fluya de dentro, (el “wu wei”), lo

que está diciendo es que no podemos dejarnos influir por algunos ideales que la sociedad nos ha ido

grabando desde pequeñitos, en los que deberíamos hacer esto o lo otro, y ser esto y lo otro, para

conseguir ser unos triunfadores y unos hombres de provecho.

El taoísmo nos advierte de que algunos de esos “valores” aprendidos nos van a generar unos conflictos

internos muy grandes que nos van a causar paralización y dolor, y que deberíamos reconstruirnos unos

principios rectores en nuestra conciencia, que en vez de paralizarnos, fomenten nuestra creatividad y

sobre todo nuestra felicidad real… y de rebote e indirectamente nuestro triunfo en la vida.

Uno de los efectos de la iluminación es la comprensión perfecta de los mecanismos de nuestro

comportamiento, que conduce al primer resultado: el perdonarse a sí mismo de nuestras duras críticas

interiores. El segundo efecto es el de perdonar a los demás y el logro de cierto nivel de paz interior.

Por eso las meditaciones zen o de otro tipo, o el yoga, o cualquier otra ascesis serán exitosas no si nos

proporcionan unas experiencias más o menos oceánicas o unitivas, en sí, sino si nos sirven para tener

más serenidad, más sosiego, mejor criterio para negociar nuestras relaciones, más agudeza y mejor

comprensión para dirigir nuestra vida y aumentar nuestra felicidad.

Lo otro no es más que escapismo inútil, es agacharse para recoger una moneda de cinco céntimos y con

ello perder la cartera con todo dentro. O sea el negocio de Roberto con las cabras, que cuantas más

vendía más perdía.

Uno de los efectos indeseados de nuestra permanente búsqueda, es el tan de moda el sincretismo. El

sincretismo es una herramienta facilona de reestructuración de nuestro pensamiento rector consciente.

Consiste en ir haciendo un acopio de distintas ideas de los diferentes sistemas culturales, en función de

nuestro criterio. Pero este método que todos utilizamos muchas veces, contiene un grave error.

Si nosotros tenemos diez coches y de cada uno de ellos escogemos los componentes que aisladamente

son superiores y con ellos montamos un coche nuevo, posiblemente ese coche aunque esté hecho de

grandes componentes sufra de problemas estructurales y de coordinación de dichos componentes.

Por ello es necesario hacer un esfuerzo de sistematización y de coherencia personal. Y ese es el gran

papel que tiene la cultura en el futuro. Una cultura, que deje de mirarse al ombligo y empiece a pensar

en cómo ayudarnos a la gente que tanto lo necesitamos.

Carl Jung, hace sesenta años señalaba que vivíamos en ese momento, (y hoy la situación se ha

agudizado), una situación similar a la de la antigua Roma, y así “cunde una desorientación tal que cada

cual, ansía una verdad simple o unas ideas generales, que no hablen solo a la cabeza sino también al

corazón (el subconsciente), que den claridad al espíritu que las contempla y paz al inquieto empuje de

los sentimientos. Y por eso al igual que Roma, importamos todas las supersticiones exóticas con la

esperanza de descubrir en ellas el remedio correcto para nuestra enfermedad”.

Y no es que Jung estuviera en contra de la sabiduría oriental, con sus Upanishads, su Tao y su Buda, todo

lo contrario. Él fue uno de sus mayores valedores en el mundo cultural occidental. Pero es que lo que

para la mente preparada es valiosísima medicina del alma, para la que no lo está, (que somos la

mayoría), es puro veneno de confusión y alienación.

Esa ansiedad da lugar a la proliferación de múltiples propuestas donde inevitablemente conviven

honrados buscadores del camino, con falsarios y mercachifles que lo único que buscan es fama y dinero.

Aprender a distinguir las voces de los ecos es nuestra primera misión en el proceso de mejora personal.

¿Fin de una era, una nueva civilización o

fin del mundo?

Leonardo Boff

Hay voces de personalidades muy respetadas que advierten que estamos ya dentro de una Tercera

Guerra Mundial. La más autorizada es la del Papa Francisco. El 13 de septiembre de este año, al visitar

un cementerio de soldados italianos muertos en Radipuglia cerca de Eslovenia, dijo: “La Tercera Guerra

Mundial puede haber comenzado, combatida por partes, con crímenes, masacres y destrucciones”. El

ex-canciller alemán Helmut Schmidt, de 93 años, advertía el 12 de diciembre de este año sobre una

posible Tercera Guerra Mundial (Boletim Carta Maior del 22/12/2014). Y otras voces autorizadas se

hacen oír aquí y allí.

A mí me convence más el análisis, diría profético pues se está realizando como lo previó, de Jacques

Attali en su conocido libro Breve historia del futuro (Paidós 1999). Fue asesor de François Mitterand y

actualmente preside la Comisión de los «frenos al crecimiento». Trabaja con un equipo multidisciplinar

altamente cualificado. Él prevé tres escenarios: (1) el superimperio compuesto por Estados Unidos y sus

aliados. Su fuerza reside en poder destruir toda la humanidad. Pero está en decadencia debido a la crisis

sistémica del orden capitalista. Se rige por la ideología del Pentágono del «full spectrum dominance»

(dominación de espectro completo) en todos los campos, militar, ideológico, político, económico y

cultural. Pero ha sido superado económicamente por China y tiene dificultades para someter a todos a

la lógica imperial. (2) El superconflicto: con la decadencia lenta del imperio se da una balcanización del

mundo, como constatan actualmente los conflictos regionales en el norte de África, en Oriente Medio,

en África y en Ucrania. Esos conflictos pueden conocer un crescendo con la utilización de armas de

destrucción masiva (veáse Síria, Iraq), después de pequeñas armas nucleares (existen hoy miles con el

formato de un maletín de ejecutivo) que destruyen poco pero dejan regiones enteras inhabitables

durante muchos años debido a la alta radioactividad. Con el uso generalizado de armas nucleares,

químicas y biológicas se puede llegar a un punto en el que la humanidad se da cuenta de que puede

autodestruirse. Y entonces surge (3) el escenario final: la superdemocracia. Para no destruirse a sí

misma y a gran parte de la biosfera, la humanidad elabora un contrato social mundial, con instancias

plurales de gobernabilidad planetaria. Con los bienes y servicios naturales escasos debemos garantizar la

supervivencia de la especie humana y de toda la comunidad de vida que también está creada y

mantenida por la Tierra-Gaia.

Si esa fase no llegara a surgir, podría ocurrir el fin de la especie humana y de gran parte de la biosfera.

Por culpa de nuestro paradigma civilizatorio racionalista. Lo expresó bien el economista y humanista

Luiz Gonzaga Belluzzo, recientemente: «El sueño occidental de construir el hábitat humano solamente a

base de la razón, repudiando la tradición y rechazando toda trascendencia, ha llegado a un callejón sin

salida. La razón occidental no consigue realizar concomitantemente los valores de los derechos

humanos universales, las ambiciones del progreso de la técnica y las promesas de bienestar para todos y

para cada uno» (Carta Capital 21/12/2014). En su irracionalidad, este tipo de razón, construye los

medios de darse fin a sí misma.

El proceso de evolución deberá posiblemente esperar algunos miles o millones de años hasta que surja

un ser suficientemente complejo, capaz de soportar el espíritu que, primero, está en el universo y

solamente después en nosotros.

Pero puede también irrumpir una nueva era que conjugue la razón sensible (del amor y del cuidado) con

la razón instrumental-analítica (la tecnociencia). Emergerá, finalmente, lo que Teilhard de Chardin

llamaba ya en 1933 en China la noosfera: las mentes y los corazones unidos en la solidaridad, en el amor

y en el cuidado con la Casa Común, la Tierra. Attali escribió: «quiero creer, en fin, que el horror del

futuro predicho arriba contribuirá a hacerlo imposible. Entonces se diseñará la promesa de una Tierra

hospitalaria para todos los viajantes de la vida (op. cit. p. 219).

Y al final nos deja a nosotros los brasileros este desafío: «Si hay un país que se parece a lo que podría

convertirse el mundo, en lo bueno y en lo malo, ese país es Brasil» (p. 231).

Valorar la vida

SalamancaRTV al Día

Un año más se termina y otro va a comenzar. Y , de alguna manera, repetimos dentro de nosotros

: Año nuevo, vida nueva. Y ojala fuera así, que nos animáramos a vivir a tope, a descubrir todas las

riquezas que hay dentro y fuera de nosotros, a valorar la vida.

Cuenta David Fischmanl que un padre, queriendo mostrar a su hijo la pobreza, lo llevó a la casa de una

familia campesina. Al regresar le preguntó al niño: “¿Qué te pareció la pobreza?”. El niño respondió:

“¿De qué pobreza hablas? Ellos tienen cuatro perros y yo tengo uno. Nuestra piscina llega sólo hasta la

mitad del jardín; en cambio, ellos tienen un riachuelo que nunca termina. Nosotros tenemos lámparas

importadas, ellos tienen estrellas. Nuestro patio llega hasta la pared del vecino, el de ellos termina en el

horizonte. Ellos tienen tiempo para sentarse a conversar juntos; en cambio, tú y mamá tienen que

trabajar todo el tiempo y nunca los veo”. El hijo finalmente añadió: “Gracias, papá, por mostrarme tanta

riqueza”.

La verdadera riqueza la encontramos cuando somos felices y sabemos disfrutar con lo que somos y

tenemos. Muchas veces se pretende conseguir la felicidad a base de una carrera de ascensos, de un

excesivo trabajo para acumular dinero, de obtener títulos para ser respetado. No se vive el presente por

enfocar todas las energías hacia un futuro de ensueños que nunca llega.

El ser humano ha nacido para vivir eternamente, pero se constata, por desgracia, que a muchos la vida

se les va como en un suspiro. La vida y la muerte son eternas compañeras; aprendemos a vivir y a morir

un poco desde el día que nacemos.

La persona puede vegetar o vivir. Decimos que vegetamos cuando solamente nos preocupamos de

comer, trabajar, dormir... El ser humano es algo más: tiene entendimiento, puede pensar y, sobre todo,

puede hacer el bien, amar.

Nunca aprendemos a saber vivir y saber morir. Pablo VI en una reflexión sobre la muerte decía: “¡Cómo

me gustaría, al terminar mi vida, estar en la luz… Todo es don; detrás de la vida, detrás de la naturaleza,

del universo, está la Sabiduría; y además… está el amor!”.

A cualquier edad se puede aprender a vivir con otra mirada, con otros valores. Para ello, antes de nada,

es necesario ser conscientes de la realidad que se vive.

Es urgente que los padres enseñen a los hijos que la vida es algo más que el aire que respiramos, que la

sangre que late en nuestro cuerpo. El niño necesita encontrar la vida plena, la verdadera, abrir su mente

y su corazón al Dios de la vida para convivir en armonía con la naturaleza, las cosas y las personas. Por

desgracia no son muchos los maestros que enseñan a vivir bien.

Las personas, por otra parte, acumulan recuerdos, sentimientos, estados de ánimo, temores, rencores,

formas de convivencia agresivas que entorpecen la comunión y la participación comunitaria.

Hemos de aprender a vivir. Lo cotidiano es el escenario obligado. Para ello es importante saber manejar

las emociones agradables o desagradables, disminuyendo éstas y aumentando las otras. El resultado

será la paz, la alegría, la serenidad, la jovialidad.

“El Reino de Dios está dentro de ustedes” (Lc 17,21), es el tesoro escondido, la fuente de la felicidad y

está al alcance de cada uno.

CINCO AUGURIOS PARA LA VIDA CONSAGRADA EN SU AÑO 2015

José Cristo Rey García Paredes

Sábado, 3 de enero de 2015

Al comenzar este año 2015 hay una cuestión insoslayable: ¿cuáles pueden, deben ser nuestros deseos y

augurios de feliz Año para la vida consagrada -¡en su año!? Estos augurios los ha expresado muy bien el

Papa Francisco en su Carta Apostólica -dirigida a todas las personas consagradas- con motivo del

comienzo del Año de la Vida Consagrada y que se titula “Testigos de la Alegría”. Quisiera hacer un libre

comentario a sus cinco deseos, expresados en la segunda parte de la carta y que él denomina

“Expectativas”. Estos deseos se condensan en cinco palabras: alegría, despertar, comunión, mundo-

periferia, creatividad-innovación.

Como trasfondo, preguntémonos:

¿preferimos una vida consagrada desconectada de este mundo, o, más bien, enviada a este mundo y deseosa de encarnarse en él, como Jesús?

En la transmisión de nuestra fe y en el testimonio ¿queremos utilizar el lenguaje del mundo cultural e intelectual de la gente de hoy o pretendemos que los demás se adecuen a nuestro lenguaje, aprendan sus claves, entren en nuestro mundo conceptual?

¿Optamos por ir contracorriente, por la denuncia y no dejar pasar una –temerosos ante cualquier invención o innovación- o nos sentimos llamados a ser comprensivos, a potenciar los impulsos renovadores de la sociedad y ofrecerles ese sentido que el Espíritu nos sigue revelando?

Cuando nos aferramos demasiado a la tradición nos volvemos irrelevantes, incapaces de transformar la

cultura; creamos separaciones, nos volvemos incapaces de discernir dónde actúa el Espíritu de Dios;

mostramos a un Dios-Iglesia y no a un Dios de la Vida, incluida la Iglesia[1]. Ese modelo de Iglesia –y de

vida consagrada dentro de ella- no atrae a las nuevas generaciones, que quieren igualdad, compasión,

autenticidad, que desean ver alternativas a las políticas vigentes hasta hoy, que se sienten apasionados

por las innovaciones tecnológicas, por los descubrimientos de las ciencias, por las aventuras de la

libertad.

El Papa Francisco se pregunta: ¿qué espero en particular de este año de gracia de la vida consagrada? Y

responde con cinco propuestas, que yo reduciría a cuatro:

Que se haga realidad el dicho: “Allí donde están los religiosos, allí hay alegría”

Que “despertéis al mundo”

Que os mostréis como “expertos en comunión”

Que vayáis a todo el mundo, en especial a las periferias existenciales y os preguntéis qué es lo que Dios y la humanidad os piden hoy.

.

1. “Donde están los religiosos allí hay alegría” (n.1) Hace unos meses acompañé a un instituto religioso durante la etapa del discernimiento para elegir el

Gobierno General. Se trata de un momento muy delicado. Una persona –muy considerada en ese

instituto en el ámbito de la espiritualidad y la formación- me dijo: “hay en nuestro instituto… mucha

gente triste”. Más que impresionarme por el hecho, me pregunté: ¿sólo ocurre en este Instituto o es un

fenómeno generalizado en la vida consagrada?

En Harvard, el curso con más popularidad y éxito, más que los de economía –impartidos por los grandes

especialistas- es el curso sobre la felicidad; se titula “Mayor felicidad” y es impartido por Tal Ben Shahar.

Este curso atrae a 1400 alumnos por semestre y el 20% de los graduados de Harvard toman este curso

electivo. El profesor compara la vida con una empresa que tiene ganancias y costos. La empresa va bien

si hay más ganancias que costos. Nuestras ganancias son nuestras emociones y pensamientos positivos;

nuestras costos son nuestras emociones y pensamientos negativos. Cuando éstos prevalecen en el

balance final, vamos entrando en bancarrota, en números rojos. “Sólo sonreir, cambia el estado de

ánimo”. “Ser feliz, es al final, la construcción de un gran fondo de ahorro de experiencias significativas.

¡Pobre de aquel que guarda lo que posee en donde se corre el riesgo de perderlo todo”[2].

La verdad es que los niveles de satisfacción en la vida consagrada no son muy altos. Se ven entre

nosotros “rostros tristes, personas descontentas, insatisfechas”… Se pueden aducir muchas razones:

dificultades, noches del espíritu, desencantos, enfermedades, pérdida de energía; o el exceso o el

defecto en el modo de gobierno, en la vida comunitaria, en la propia vida personal afectiva y espiritual…

El Papa Francisco nos indica que:

Somos llamados a experimentar y mostrar que la fuente de nuestra alegría, es Dios -capaz de colmar nuestro corazón-; no necesitamos buscarla en otra parte.

La fraternidad auténtica, vivida en nuestras comunidades alimenta nuestra alegría y nos realiza como persona; también nuestra entrega total al servicio de la Iglesia (familias, jóvenes, ancianos, pobres) da sentido y plenitud a nuestra vida

No destruye nuestra alegría interior el padecer, el sufrimiento: con ello nos es dado participar en los padecimientos de Jesús, que por amor a nosotros, no rehusó la cruz.

Nuestra alegría hace atractiva a las nuevas generaciones la vida consagrada: no bastan las bellas campañas vocacionales, ni la eficiencia y potencia de nuestros medios de evangelización. Les habla una vida “que transparenta la alegría y la belleza de vivir el Evangelio y de seguir a Cristo”.

2. “Despertad el mundo” (n. 2) La pérdida de fuerza profética se detecta la desconexión con Dios y con los seres humanos. Es la

tentación de la huida: como Elías, como Jonás. Y, así, desconectados, caemos en un profundo sopor. Ese

sopor tiene mucho que ver con ese pecado capital que habíamos olvidado en la Iglesia de Occidente, la

acedia. Para los Padres del Desierto era el peor de los pecados capitales: también lo llamaban el

demonio meridiano. Es el demonio de la desesperanza, no solo en las instituciones, no solo en la

comunidad, no solo en el propio ministerio, sino –en última y primera instancia- en Dios. Es “desconfiar

de Dios, de su Providencia”.

El profeta es, sin embargo, aquella persona que está despierta y que trata de hacer salir de su sopor a

quienes duermen. «El testimonio profético [...] se manifiesta en la denuncia de todo aquello que

contradice la voluntad de Dios y en el escudriñar nuevos caminos de actuación del Evangelio para la

construcción del Reino de Dios» (VC, 84). Esa fue la misión del profeta Elías con relación a su pueblo:

pasión por la fidelidad a la Alianza, audaz defensa de los derechos de los pobres, transmisión de su

espíritu profético a las nuevas generaciones. Aunque estuvo tentado, Elías nunca se dejó llevar por la

desesperación: después de un largo tiempo de sequía, se le concedió ver –mientras oraba encorvado

con el rostro en las rodillas- una “nubecilla, como una palma de la mano” que subía desde el mar (1 Re

18,42.44).

Nosotros luchamos contra los ojos cargados de sueño (Lc 9,32) para discernir los movimientos de la

nube y reconocer los signos de la Presencia. «Guiados por el Espíritu, nunca rígidos, nunca cerrados,

siempre abiertos a la voz de Dios que habla, que abre, que conduce, que nos invita a ir hacia el

horizonte»[3]. El Papa Francisco nos pide que seamos como “centinelas que vigilan en la noche y saben

cuando llega la aurora (Is 21,11-12) y que estemos, sobre todo, “de parte de los pobres e indefensos,

porque Dios está de su parte”.

Decía Ernst Bloch que hay dos tipos de sueños: los sueños nocturnos –que remiten al pasado- y los

sueños diurnos –que remiten al futuro-. Esos sueños no deben sólo ser nuestra utopías, sino los motores

que nos lleven a crear “otros lugares”, en los que se viva “la lógica evangélica del don, de la fraternidad,

de la acogida de la diversidad, del amor recíproco”. Nuestros lugares, espacios, instituciones deben

convertirse en levadura de una sociedad inspirada en el evangelio, ciudades sobre el monte que

proclaman la verdad y el poder de las palabras de Jesús.

Si recuperamos nuestra dimensión profética sabemos que “no hemos de tener miedo”: “Estoy contigo

para protegerte”, dijo Dios a Jeremías (Jer 1,8). La profecía nos vuelve innovadores[4]. “La innovación es

un proceso a través del cual un sueño se convierte en realidad” (Ebraim Hemmatuia). El miedo hace

fracasar la innovación, la profecía innovadora. No somos –ni en la Iglesia, ni en la vida consagrada- muy

propensos a hablar de “innovación” o “invención”. Nos sentimos, más bien, depositarios de una gran y

rica tradición que celebramos con asiduidad y diligencia. A veces se escucha decir: “¡dejémonos de

innovaciones!”, “siempre se ha hecho así”. Nos hemos de preguntar si no es el miedo el que entre

nosotros impiden la innovación: cuando prolifera el miedo nuestras sociedades buscan zonas de

seguridad a costa de una super-vigilancia exagerada. La Iglesia del miedo –la vida consagrada del miedo-

, no quiere correr riesgos y, en el fondo, piensa más en salvarse ella misma, que en salvar a los demás.

No le interesa la innovación, sino sólo la tradición. Pero “el miedo es mal consejero”. Y tiene razón la

sabiduría popular, porque el miedo nos des-vitaliza, nos impide ser personas capaces de afrontar las

tinieblas, de vencer nuestro temor a la oscuridad, a afrontar riesgos, a cambiar. Son muchos quienes

siguen al pie de la letra los consejos del miedo. Lo cual lleva a una paralización de la actividad creadora,

a un agarrarse a maromas de seguridad y a tratar de salvarse de un mundo que por todas partes trae

amenazas y peligros. Escribe Luc Ferry que “como continuemos escuchando a quienes nos infunden

miedo en el cuerpo acabaremos enfermos, metidos en un cajón de algodón, envueltos en un gigantesco

preservativo”[5].

3. “Expertos en comunión” (n. 3) Las experiencias que vamos acumulando en nuestras comunidades, en nuestras relaciones mutuas, en

nuestra forma de abordar los conflictos, nos indica que no es fácil “ser experto en comunión”. No

tenemos demasiado aguante en el conflicto, en el diálogo con quien discrepa. La ira se apodera

fácilmente de nosotros y nos impide continuar pacientemente. Dentro de la misma Iglesia vemos que

nunca como ahora se ha hablado de la “eclesiología de la comunión” y sin embargo, constatamos el

déficit de diálogo que ha existido entre nosotros. Como en la sociedad, también nosotros llegamos

fácilmente a los divorcios y a los abortos de proyectos que no encuentran un primer apoyo. Sin

embargo, ahí está el sueño de la “Novo Millenio Ineunte” de san Juan Pablo II “hacer de la Iglesia la casa

y la escuela de la comunión”.

El Papa Francisco quiere que ese sueño se haga realidad –a lo largo de este año- en nuestras Órdenes o

Congregaciones, en nuestras Provincias, en nuestras comunidades: “que el ideal de la fraternidad

perseguido por nuestros Fundadores crezca en todos los niveles, como en círculos concéntricos”. Y

también entre los institutos, en relación a las Iglesias particulares y a la iglesia mundial.

El camino de la caridad: “no me canso de repetir que la crítica, el chisme, la envidia, los celos, los antagonismos, son actitudes que no tienen derecho a vivir en nuestras casas. El camino de la caridad que se abre ante nosotros es casi infinito: acogida y la atención recíproca, comunión de bienes materiales y espirituales, corrección fraterna, el respeto hacia los más débiles, relaciones interculturales y acogida mutua… «La mística de vivir juntos» hace de nuestra vida «una santa peregrinación».

Comunión entre los miembros de los distintos Institutos:, camino de esperanza: “Salir con más valor de los confines del propio Instituto para desarrollar juntos, en el ámbito local y global, proyectos comunes de formación, evangelización, intervenciones sociales. Nadie construye el futuro aislándose, ni sólo con sus propias fuerzas, sino reconociéndose en la verdad de una comunión que siempre se abre al encuentro, al diálogo, a la escucha, a la ayuda mutua, y nos preserva de la enfermedad de la autoreferencialidad.”

La sincera sinergia entre todas las vocaciones: “comenzando por los presbíteros y los laicos, así como a «fomentar la espiritualidad de la comunión, ante todo en su interior y, además, en la comunidad eclesial misma y más allá aún de sus confines».

4. Hacia todo el mundo y sus periferias (n. 4) La vida consagrada se está planteando –ahora muy seriamente- la misión. Nuestra Congregación se lo

planteó en el anterior Capítulo General cuando se propuso “plantearnos la misión desde la clave del

amor como “misio Dei”, “misio inter gentes” y “misión compartida”[6]. Han tenido lugar después

diversos encuentros que han profundizado en el tema de la misión. El próximo capítulo general lo

abordará de una manera específica. La “Evangelii Gaudium” nos ha exhortado a emprender una seria

“conversión pastoral y misionera”. Por eso, ¡estamos en esa línea!

El Papa Francisco nos ha llamado en la exhortación “Evangelii Gaudium” a ser una Iglesia en salida y nos

ha marcado un lugar preferencial: ¡las periferias geográficas y culturales! Nos pide, además, que nos

dejemos convertir por el Espíritu Santo para ser más pastorales y misioneros en esta época, que nos

integremos dentro de un gran movimiento misionero, y que esta conversión innove nuestras

estructuras, instituciones y personas. y que tenga efectos visibles en nuestra economía, en la gestión de

nuestros bienes, en la venta y dedicación de los inmuebles que nos vemos obligados a abandonar. Nos

ha pedido que salgamos de nuestras zonas de seguridad y confort para anunciar el Evangelio a los

pobres, a los que no son de nuestra confesión cristiana, o de nuestra religión, pero son hijos e hijas de

Dios y para sembrar en las culturas la luz y la sal del Evangelio.

Si queremos ser una Iglesia más encarnada y mesiánica, más hospitalaria y acogedora, más abierta y

dialogante, ¿cómo rechazar las invenciones que sean necesarias y la innovación que éstas producirán?

¿Nos hemos preguntado si en nuestra Provincia, en nuestra comunidad funciona la misión, es decir, si

somos válidos “cómplices de la misión del Espíritu Santo”[7]?

El Papa Francisco nos recuerda –en su carta- que la última palabra de Jesús fue: “Id a todo el mundo”

(II,4) y también que hemos de ser dóciles a los impulsos del Espíritu Santo para atender a las

necesidades del mundo” (II,5). La humanidad entera no espera. En esta humanidad hay:

gente sin esperanza,

familias en dificultad,

niños abandonados,

jóvenes sin futuro,

enfermos y ancianos abandonados,

ricos con el corazón vacío, hombres y mujeres en búsqueda de sentido,

gente con sed de lo divino (II,4).

Todos ellos nos esperan: para ellos podemos ser “Mebasser”, es decir, profetas de la alegría,

Evangelizadores. Para ello se nos piden gestos concretos de:

acogida a los refugiados,

sostener a los cristianos perseguidos,

cercanía a los pobres,

creatividad en la catequesis y en el anuncio del Evangelio, en la iniciación a la vida de oración,

acompañar a quienes buscan una vida espiritual más intensa o tienen necesidad de un apoyo moral o material.

Y se espera que:

se aligeren las estructuras,

se reutilicen las grandes casas en favor de obras más acordes a las necesidades actuales de evangelización y de caridad,

se adapten las obras a las nuevas necesidades.

Con respuestas creativas e innovadoras (n.5) Se nos está invitando no solo a una re-novación, sino a una auténtica in-novación: ésta rompe moldes,

allana los caminos, ofrece nuevas posibilidades. Hay innovadores en el campo de la medicina, la

educación, la política y la sociedad, en la ingeniería, en los medios de comunicación… También en el

ámbito religioso, especialmente allí donde se permite experimentar, abrir nuevos caminos, buscar

nuevos horizontes. Los innovadores corren, mientras la mayoría se contenta con sólo pasear. Los

innovadores nos introducen en el ámbito de lo desconocido; por eso, sus innovaciones han cambiado

nuestra forma de ver, de sentir, de vivir. Pensemos únicamente en Johannes Guttenberg:, el fundador

de la imprenta. Su innovación trajo libros a las masas, hizo posible la reforma en el ámbito de la religión,

de la política y de la sociedad.[8]

De la capacidad de innovación –nosotros creemos que en colaboración con el Espíritu creador y lleno de

fantasía- depende nuestro futuro y el de las próximas generaciones. Nos encontramos en la “sociedad

de la innovación”. Estamos en una sociedad en la cual “si no innovas, te mueres”[9].

Innovar no consiste en hacer crecer lo que ya existe y en repetirlo hasta la saciedad. No se innova por el

mero hecho de producir más y favorecer un mayor consumo. Innovación es la invención de lo nuevo.

Hoy, una nueva idea, un nuevo servicio, un nuevo producto, pueden generar una cascada impresionante

de cambios colaterales, que movilizan a la sociedad como un tsunami. Clayton Christensen (1997) le

puso un nombre a este fenómeno: “disruptive innovation” (“innovación rupturista”)[10]. Luc Ferry lo

denomina “innovación destructiva” (“innovation destructice”)[11]. ¿Y porqué rupturista o destructiva?

Porque hay ideas y productos que introducen tal novedad, que vuelven obsoletas e inútiles las ideas y

productos anteriores. Lo que innova, produce como efecto colateral la destrucción progresiva de

aquello a lo que sobrepasan. La innovación deja fuera de juego a quienes la rechazan.

La innovación afecta no solo al sector tecnológico, también al sector ético y religioso. Se han abierto

nuevos debates públicos en los cuales hemos de intervenir como evangelizadores. Vemos cómo el

sistema de valores tradicional se ha ido desmoronando. Han ido desapareciendo progresivamente todos

los fundamentos de la cultura “clásica”:

Se han cuestionado la figuración en pintura, la tonalidad en música, las reglas tradicionales en la novela, el teatro, la danza y el cine.

Con el descubrimiento del ADN el cambio en la genética ha sido espectacular.

La sociedad ha redescubierto el valor de la sexualidad desde baremos distintos a los tradicionales: por una parte, “tolerancia cero” ante la pederastia, el abuso sexual, la violencia doméstica, la trata de personas… y por otra, una mayor liberalidad en el ejercicio libre de la sexualidad.

Los partidos políticos sienten la necesidad de re-fundarse para ganar adeptos y votantes y conseguir más presencia social. Para ello se recurre a mil estratagemas. Y las más eficaces –al parecer- son aquellas que mejor conectan con las “pasiones de la gente”: la indignación, la ira, la envidia, el sexo. Para ello no hay escrúpulo en sacar a publicidad las miserias de los otros. El escándalo vende. La indignación moviliza. La envidia crea enemistades. El sexo encandila. Las instituciones sobre las que se basaba la sociedad hasta este momento comienzan a cambiar[12].

No hay innovación sin invención. Se pierde el tiempo añorando la innovación si no se aportan datos

concretos de invención.

La innovación no es algo que hacemos, sino algo que ya hemos estado haciendo.

La innovación no surge de repente: es una meta, a la que se llega a través de invenciones. Las

invenciones son los componentes de la innovación. La historia de la humanidad nos sorprende

constantemente con la aparición de innovadores, inventores. Gracias a ellos cómo hemos ido

avanzando. La resignación, la pereza, la falta de creatividad, la costumbre, nos llevarían a vivir

miserablemente en un mundo lleno de recursos y posibilidades.

Esta es nuestra hora, nuestro momento. Debemos salir a la cancha y jugar este partido. El Espíritu nos

ha puesto en la lista de los convocados y él nos pide dejar el banquillo y disfrutar de este admirable

juego para ganarlo. Pero se espera de nosotros que seamos “creativos”, y no “fotocopiadoras del

pasado”.

El Papa nos dice: “La fantasía del Espíritu ha creado formas de vida y obras tan diferentes, que no

podemos fácilmente catalogarlas o encajarlas en esquemas prefabricados. No me es posible, pues,

referirme a cada una de las formas carismáticas en particular”.

Tal vez no todos tengamos la capacidad de innovación, pero sí que podemos ser como Juan el Bautista:

personas que hagan fácil el camino, o lo preparen para la llegada del “novum”.

El tema de la Plenaria de la CIVCSVA -que tuvo lugar desde el 25 al 29 de noviembre de 2014- fue “Vino

nuevo en odres nuevos”. Allí se constató que el “vino nuevo” nos está siendo dado; pero que tenemos el

peligro o la tentación de escanciarlo en “odres viejos” y, por lo tanto, de estropearlo. En un contexto

parecido dijo con motivo de la nueva evangelización el Cardenal Kasper: “nos piden pan y nosotros les

damos piedras”.

El Papa Francisco nos anima a salir a esos nuevos escenarios de misión, incluso como terapia para

nosotros mismos:

“No os repleguéis en vosotros mismos, no dejéis que las pequeñas peleas de casa os asfixien, no quedéis

prisioneros de vuestros problemas. Estos se resolverán si vais fuera a ayudar a otros a resolver sus

problemas y anunciar la Buena Nueva. Encontraréis la vida dando la vida, la esperanza dando esperanza,

el amor amando”.

El Magisterio actual de la Iglesia (en especial de Benedicto XVI y Francisco) nos invita a “renovar nuestra

comprensión y vivencia de la caridad, tan central en la definición del misionero: “Es un hombre que arde

en caridad” (Deus Caritas est -2005-, Sacramentum Caritatis -2007-, Caritas in Veritate -2009; Evangelii

Gaudium –capítulo IV: Dimensión social de la Evangelización).

La caridad misionera nos lleva a la innovación a través de las nuevas tecnologías, tierras inexploradas

para narrar el Evangelio, a plantar tiendas ligeras en las encrucijadas de senderos inexplorados. La vida

consagrada ¿será capaz de ser interlocutora de la búsqueda de Dios que aletea en el corazón humano?

* * *

Estos son los augurios para el Año de la Vida Consagrada no son utópicos. Son -¡eso sí!- una llamada a la

conciencia de todos y cada uno de los que pertenecemos a esta forma de vida para que se haga realidad

en nosotros el “año nuevo – vida nueva”. Hay que recobrar el ánimo, la ilusión. Hemos de decirnos

muchas veces: ¡PODEMOS! Pero con la mágica convicción de que “todo lo PODEMOS en Aquel que es

nuestra fuerza (Jesús) (Filp. 4,13) y en el Espíritu que diseña nuestro futuro.

PRESENTACION EN PDF (Haz click)

[1] Cf. Michael Frost – Alan Hirsh, The shaping of things to come: Innovation and Mission for the 21th

Century Church, Hendrickson Publications, Peabody, 2003, p. 158.

[2] “La psicología positiva es una rama de la psicología que busca comprender, a través de la

investigación científica, los procesos que subyacen a las cualidades y emociones positivas del ser

humano. El objeto de este interés es aportar nuevos conocimientos acerca de la psique humana no sólo

para ayudar a resolver los problemas de salud mental que adolecen los individuos, sino también para

alcanzar mejor calidad de vida y bienestar, todo ello sin apartarse nunca de la más rigurosa metodología

científica propia de toda ciencia de la salud.

[3] CIVCSVA, Escrutad, Parte II: La profecía de la vigilancia.

[4] Quizá deberíamos pasar de palabras tan utilizadas últimamente, palabras con re- (re-novación, re-

fundación, re-estructuración, re-organización, re-animación, re-forma, re-visión, re-vitalización), a las

palabras con in- (in-novación, in-spiración, in-tuición, in-teligencia, in-terioridad, in-clusión…). Éstas nos

hablan de un presente marcado por el futuro, y no tanto por el pasado de oro.

[5] Luc Ferry, L’innovation destructrice, editions Plon, Paris 2014, pp. 12-13

[6] HAC, n. 58.

[7] Cf. José Cristo Rey García Paredes, Cómplices del Espíritu. El nuevo paradigma de la Misión,

Publicaciones Claretianas, Madrid 2014.

[8] Kim Chandler McDonald, Innovation. How innovators think

[9] Cf. Walter Isaacson, The innovators, Simon & Schuster, London 2014.

[10] Cf. Clayton Christensen, The innovator’s dilema, Harvard Bussines School, Boston, 1997.

[11] Cf. Luc Ferry, L’innovation destructrice, Editions Plon, Paris, 2014.

[12] Cf. M. R. Miller, The Millenium Matrix: reclaiming the past, reframing the future of the Church,

Jossey-Bass, San Francisco, 2004, pp. 15-16.

6.1.15. Fiesta pendiente: Los "reyes"

magos

Editado por

Xabier Pikaza Ibarrondo

El 6 de Enero celebra la Iglesia Católica la solemnidad de la Epifanía, es decir, de la Manifestación

de Jesús, Hijo de Dios, ante los pueblos de la tierra, representados por los Magos de Oriente. La Navidad

era en principio una fiesta privada, un acontecimiento de familia. La Epifanía es, en cambio, una fiesta

social: La Presentación de Jesús ante el conjunto de la humanidad, la venida mesiánica de los pueblos,

en busca del Salvador.

Ésta es una fiesta pendiente, que se apoya en un "midrash" o relato simbólico, construido por el

Evangelio de Mateo, partiendo de las profecías de Isaías y Miqueas. No dice lo que ha sido (lo que un

día pasó externamente en Belén de Judá), sino lo que ha de ser, lo que hemos de hacer, según la

profecía, abriendo un camino de esperanza universal, a partir del nacimiento de Jesús, con el signo de la

Estrella de Oriente, para iluminar el mundo entero.

Es fiesta de Jesús, que espera en brazos de su madre, con José, la llegada de los magos . Pero es, sobre

todo, la fiesta de esos "magos" que, en medio de un mundo sangriento de batallas y luchas por el oro y

el dominio brutal de la tierra, siguen buscando la luz de Dios en la vida de un Niño que nace.

No es fiesta de "reyes" especiales, con poder para imponerse, sino de magos que ofrecen una

sabiduría más alta, en libertad y en gratuidad. La intención del Rey Herodes bien clara se ve, quiere

matar al niño. Los magos, en cambio (¡no reyes!), son hombres o mujeres de experiencia y compromiso

de amor al servicio de la vida; así quieren coronar a Jesús como Rey de Dios, Rey Niño, para que todos

los hombres y mujeres de la tierra seamos reyes como dirá Jesús al proclamar su mensaje:

-- Que todos seamos reyes-hermanos-amigos del Reino de Dios. Una "fiesta de reyes particulares" sería

totalmente contraría al sentido de este día.

-- No es que lo seamos todos para que ninguno lo sea de verdad, sino que todos seamos Magos y

Reyes, herederos y "propietarios" del Reino de Dios, en libertad y amor, bailando y gozando en torno al

Niño Rey Dios, que son hoy todos los niños del mundo.

Por eso, esta fiesta es nuestra fiesta, y sigue pendiente, pues depende de nosotros, mujeres y hombres,

llamados a ser magos, oponiéndonos así el poder de Herodes (que es el dominio del mundo a través del

dinero, en sumisión a las legiones inmperiales), para que los niños puedan nacer a la vida, aunque para

ello tengan que estar dispuestos a huir, a oponerse creadoramente a los poderes que dominan esta

tierra.

Es una fiesta pendiente... Se han apoderado de ella los mercaderes de mercados de "casta" que no

creen en nada, y los reyes y gobiernos que se inclinan ante su ley, no a la vida de los hombres... Por eso,

buscando a Jesús, estamos llamados a superar esta fiesta de mercado y reino elitista que el mismo Jesús

mayor quiso limpiar cuando entró en el mercado de mercaderes del templo.

Es una fiesta que podemos y debemos rescatar, al servicio de la Vida de Dios que se revela en la vida de

los hombres, empezando por los niños. No es una fiesta "astronómica", aunque algunos se han

empeñado en entenderla así, buscando la "supernova" o conexión de planetas astrales. Es una fiesta

humana, radicalmente humana, de todos los hombres y mujeres de la tierra, llamados a ser Reyes con

Jesús.

(Imagen 1: Epilfanía mirada desde Japón, el oriente del oriente

Imagen 2: tres "magos" de Africa, tres mujeres, que simbolizan el camino de Jesús

Imagen 3: Un icono tradicional de la Epifanía en las iglesias de Occidente)

Una fiesta pendiente

-- 1. Está pendiente aún, porque habla de magos de Oriente, de la tierra del sol (Mesopotamia, Persia,

la India, hasta China), que ha sido siempre para los judíos el foco y origen de la sabiduría y de la vida...

En conjunto, ellos siguen en camino, no han llegado todavía hasta Belén. En tiempo de Jesús dominaba

sobre el mundo conocido un emperador de Occidente (Roma), pero como buen judío Mateo sigue

esperando la llegada de lo sabios de Oriente. Nosotros nosotros les seguimos esperando, nos hallamos

ante un profecía y fiesta pendiente.

-- 2. Es una fiesta pendiente, pues los que vienen no son reyes sino "magos", en el sentido original de

astrónomos, expertos en la fiesta interior de la vida, en el equilibrio cósmico. La "imaginación

posterior" les ha hecho reyes, y los ha puesto más en un transfondo político de Roma (o de Bizancio), en

línea de poder externo. Pero ellos no tienen ningún poder externo, no son conquistadores, sino expertos

en humanidad hombres que vinculan la estrella del cielo con el niño que nace. Son la sabiduría de la

vida. Esperamos que vengan. Sin duda, ellos son signos de una fiesta pendiente.

-- 3. Es una fiesta pendiente porque no la han asumido todavía oficialmente las mujeres. Hemos

imaginado que los magos son "varones" ¿por qué no pensar que son mujeres, tres, cuatro, otras

muchas? Mujeres que vienen del origen de la vida de Dios,que enseñan al Niño a vivir, que traen su

dones "infinitos": La palabra, el agua, la esperanza... Estas son las mujeres que expresan la magia buena

de la vida, el arte de dar a luz y educar, el origen de toda cultura, ha sido siempre tarea de mujeres. Sin

duda son ellas las que han hecho posible el nacimiento y despliegue mesiánico de Jesús, aunque hayan

sido después muy marginadas en la Iglesia. Ésta es sin duda una fiesta pendiente, así tendremos que

poner a Jesús en manos de mujeres.

-- 4. Es fiesta pendiente, porque es fiesta de los dones de la vida, de la vida hecha regalo de amor, de

experiencia y riqueza compartida.Los dones de los magos "no son dinero", no son objeto de cambio

universal, para comprar y vender todo (hasta cuerpos y almas humanas), sino regalo y gozo de amor.

El oro de estos magos/magas no es capital de mercado (real ni virtual), sino capital"humano", belleza,

gozo y tarea de la vida que debemos compartir con Jesús, desde Jesús, todos los humanos.

-- 5. No es fiesta de reyes que se imponen, sino de "magos" que ofrecen un nuevo conocimiento de la

vida. Es la fiesta de la Epifanía de Dios, es decir, de manifestación, no de "imposición". No se trata de

obligar, ni de exigir, ni de dominar a nadie, sino todo lo contrario: de mostrar lo que somos, de manera

humilde y fuerte: ¡El gozo de la vida, el nacimiento de Dios que tenemos en nuestra casa...

6. Es la fiesta de la "revelaciòn de Dios", su manifiestación suprema, en la vida de Jesús, un hombre

que nace para "alumbrar" a otros hombres. Le digo a Dios. No me traigas nada, ven tú; y Dios ha venido

y se ha manifestado. Esta ha sido durante siglos la fiesta principal de la Navidad, mejor dicho, la Navidad

en sí, como expresiòn de la Luz de Dios que alumbra a los hombres. Es una fiesta de ilusión creadora,

pues los "reyes" no son reyes, sino buscadores de Dios, hombres atentos a la voz de la estrellas...

Tampoco son "magos" en sentido vulgar, sino visitanes que vienen de lejos queriendo encontrar (y

compartir) la verdad... Ellos nos preguntan. Podemos y debemos responderles.

7. Es la fiesta de la "estrella" ¿qué hacemos con la estrella. Hace aún dos días, una cadena de Televisión

de ámbito internacional ha querido descubrir y fijar la estrella de los magos... Ese ha sido un tema que

ha inquietado a muchísismos cientíricos, como verá quien siga leyendo. Pero el midrash del evangelio

que comentaré a continuación sabe que la estrella "está en el corazón de cada hombre y mujer", en el

conjunto de la humanidad. Es la estrella que abre al conocimiento completo de la venida de Dios entre

los hombres.

((Excurso: Bibliografía sobre la "estrella astronómica" de los magos.

Cómoda visión de conjunto en M. Crudele, Star of Betlehem, //www.disf.org/en/Voci/35.asp. Cf. U.

Holzmeister, La stella dei Magi, Civiltà Cattolica 93 (1942) 9-22;

J. Kepler, De anno natali Christi (1614), en: Gesammelte Werke V, München 1953, 5-125;

W. E. Filmer, The Chronology of the Reign of Herod the Great, JTS 17 (1966) 283-298;

R. W. Sinnott, Thoughts on the Star of Bethlehem, Sky and Telescope 36 (1968) 384-386;

R. Rosenberg, The star of the Messiah reconsidered, Biblica 53 (1972) 105-109;

D. Hughes, The Star of Bethlehem, Nature 264 (1976) 513-517;

D. C., J. Parkinson, F. Stephenson, An Astronomomical Re-appraisal of the Star of Bethlehem. A Nova in 5

B.C., Quarterly Journal of the Royal Astronomical Society 18 (1977) 443-449;

D. C., R. Stephenson, The Historical Supernovae, Pergamon Press, Oxford 1977;

K. Ferrari d'Occhieppo, The Star of Bethlehem, Q. J. of the Royal Astronomical Society 19 (1978) 517-

520;

C. Cullen, Can we Find the Star of Bethlehem in Far Eastern records?, Q. J. of the Royal Astronomical

Society 20 (1979) 153-159;

D. Hughes, The Star of Bethlehem. An Astronomer's Confirmation Walker and Co., New York 1979;

J. Mosley, Common errors in “Star of Bethlehem” planetarium shows, The Planetarian 10 (1981).

On line: www.ips-planetarium.org/ planetarian/articles/common_errors_xmas;

G. Firpo, La data della morte di Erode il Grande. Osservazioni su alcune recenti ipotesi, Studi Senesi 32

(1983) 87-104;

G. Firpo, Il problema cronologico della nascita di Gesù, Paideia, Brescia 1983;

J. P. Pratt, Yet another Eclipse for Herod, The Planetarian 19 (1990) 8-14;

K. Paffenroth, The Star of Bethlehem Casts Light on its Modern Interpreters, Q. J. of the Royal

Astronomical Society 34 (1993) 449-460;

F. Quéré, I magi alla luce della stella, Il mondo della Bibbia 7 (1996);

M. Molnar, The Star of Bethlehem: The Legacy of the Magi, Rutgers Univ. Press, London 1999;

G. Teres, The Bible and Astronomy. The Magi and the Star in the Gospel, Springer, Budapest 2000.

1. Texto de Mateo. Los magos somos nosotros

Esta es la fiesta del Dios que atrae en amor a los hombres, la fiesta de la Epifanía o manifestaciòn

de su misterio desde Jerusalén, en el principio del evangelio. Cuando parece que todo está

definitivamente cerrado vienen unos Magos para abrir las puertes de la vida. Cuando parece que el cielo

está negro, brilla una luz para aquellos que quieren seguir caminando

Jesús nació en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes. Entonces, unos Magos de Oriente se

presentaron en Jerusalén preguntando: - ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos

visto salir su estrella y venimos a adorarlo. La enterarse el rey Herodes, se sobresaltó y todo Jerusalén

con él; convocó a los sumos pontífices y a los letrados del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el

Mesías. Ellos le contestaron: - En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el Profeta: "Y tú, Belén, tierra de

Judá, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judá; pues de ti saldrá un jefe que será

pastor de mi pueblo Israel."

Entonces Herodes llamó en secreto a los Magos, para que les precisara el tiempo en que había

aparecido la estrella, y los mandó a Belén diciéndoles: - Id y averiguad cuidadosamente qué hay del

niño, y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo. Ellos, después de oír al rey, se

pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a

pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría, entraron en la

casa, vieron al niño con María, su madre, y, cayendo de rodillas, lo adoraron; después, abriendo sus

cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Y habiendo recibido en sueños un oráculo para que

no volvieran a Herodes se marcharon a su tierra por otro camino (Mt 2, 1-12).

Como hemos visto el otro día (28 de diciembre) la cara de esta fiesta tiene una cruz horrible: Herodes

mata a los niños de Belén, asesina a los inocentes para seguir reinando. Pero queda uno, Jesús, que

podrá reinar, para que nunca más mueran los niños inocentes. Y que, sobre todo, la certeza iluminada

de que los magos somos nosotros, encargados de ofrecer a los niños un mundo donde sea posible la

vida, la ilusión de la vida.

2 Debemos hacernos Reyes Magos

Nosotros, los mayores, tenemos que hacer de magos, para decir a los niños que hay estrellas que guían

a la Navidad, en la ruta de la vida, que sigue abierta.

1. Nosotros, los mayores, somos los magos que debemos enseñar a los niños que la vida es un don,

que el oro del mundo es un regalo, para todos los hombres y mujeres del mundo: que la economía de la

tierra está al servicio de la vida y la ilusión de todos, desde China, la India y Persia (tierras de los magos)

hasta el extremo del occidente. Que no nos mataremos por oro ni petrolio, sino que lo compariremos,

para bien de todos los niños

2. Nosotros, los mayores, tenemos que decir a los niños que la vida es gozo y gloria, es incienso de

admiración y de ternura, de intimidad orante y de cercanía. Tenemos que decirles que no buscaremos

la gloria del poder, la victoria de la imposición, el incienso de la mentira, sino que buscaremos y

compartiremos el incienso del amor que puede celebrarse en intimidad de familia. Les diremos que

habrá siempre un perfume a su lado (a nuestro lado), al lado de todos los hombres y mujeres, que

podrán comer y gozarse y soñar...

3. Nosotros los mayores tendremos que enseñar a los niños que la vida está hecha también de mirra.

La mirra es perfume de amor (de enamorados),pero también es bálsamo de muerte (se emplea para

honrar a los cadáveres). La mirra es como una flor preciosa que nos puede acompñar en la vida, en el

crecimiento de cada día, en la comunión de cada noviazgo, en la tristeza y esperanza de cada

despedida... Que cada muerte sea tiempo de amor, esperanza de amor (y no fruto de violencia).

2. Reflexión cristiana. El Jesús de los Magos: Rey de los judíos, Dios universal

Los magos vienen a Jerusalén porque han visto en oriente la estrella del Rey de los judíos... Ese tema nos

sitúa en el centro de una extensa tradición astro-lógica (-nómica) que vincula al ser humano (y

especialmente al salvador) con un (=el) Astro del cielo: es como luz en el firmamento y futuro de la

historia. Por eso, allí donde ha nacido el Rey de los judíos ha debido encenderse una luz, se expande una

esperanza de salvación sobre la tierra. Esa luz atrae a los "magos", que vienen hacia Jerusalén, iniciando

la marcha de los pueblos hacia el futuro de su plena humanidad. Por eso, como venimos suponiendo,

este pasaje debe interpretarse en la línea que lleva al mesianismo universal de Mt 28, 16-20.

Los magos preguntan por el Mesías en Jerusalén, pero no lo encuentran allí (en la ciudad del templo,

donde habita un rey de este mundo), sino en Belén, capital donde se centran y cumplen las promesas.

De esa forma, este segundo capítulo de Mt, con su procesión de pueblos buscando al mesías, puede

entenderse ya como anuncio de la culminación pascual del evangelio: una prolepsis de lo que será la

misión final cristiana, interpretada aquí en forma centrípeta (desde el modelo de la gran peregrinación

de pueblos hacia el centro de la tierra, que es Jerusalén).

– La cristología de los magos brota de la tradición israelita: los pueblos paganos de Oriente vienen

hacia Jerusalén, para adorar al Rey de los judíos, que ha nacido ya, pues ha surgido su Estrella. Ellos, los

magos, son signo de un camino de búsqueda y fe universal, que desborda el nivel israelita, tanto por su

origen como por su meta. Por su origen: la fuerza que les lleva hacia Jesús no es la ley de Israel, sino la

luz o estrella de su propia religión (de su paganismo). Por su meta: tras adorar a Jesús no quedan allí,

para formar parte del pueblo judío, sino que vuelven a sus tierras, como indicando que el camino y luz

del Rey israelita ha de interpretarse desde sus propias tradiciones religiosas y culturales.

– La cristología del envío final (Mc 28, 16-20) empalma con los magos, pero invierte y completa su

sentido: no son ellos (magos gentiles) los que deben buscar en Jerusalén al Rey israelita, para encontrar

al Niño de Belén y marchar por otro camino hacia su tierra; son los mismos cristianos quienes deben

expandir la experiencia mesiánica ia todos los pueblos de la tierra, como enviados del Cristo pascual,

desde la montaña de su resurrección (en Galilea, no en Jerusalén). Los cristianos ya no esperan la venida

de los pueblos, como parece haber hecho la iglesia primera de Jerusalén y la tradición de las

comunidades judeo-cristianas, cuya dotrina ha recogido (y superado) Mt en su evangelio, sino que

deben ir a las naciones (y no sólo a las de oriente), llevando la buena nueva del discipulado, de la

comunicación fraterna, poniéndose así en manos de la cultura y vida de los pueblos.

3. Una fiesta misionera

De esa forma se distinguen y completan los dos tipos de cristología y misión que han definido el

comienzo de la iglesia: una centrípeta (los gentiles vienen a adorar al Dios israelita, revelado en su

mesías) y otra centrifuga (los enviados del Cristo pascual salen a ofrecer en todas las direcciones su

visión del discipulado). La primera tradición (Mt 2) es más judía y puede entenderse como principio del

evangelio. La segunda (Mt 28, 16-20) es más pascual, expresando mejor la novedad cristiana. Entre

ambas se extiende el evangelio, que ahora interpretamos como relato de transformación cristológica y

misionera. Ambos modelos resultan paradójicos:

– Los magos (gentiles) buscan en Jerusalén al Rey de los judíos, como suponiendo que deben aceptar

sus leyes nacionales (la forma de vida israelita). Vienen pero no encuentran al Rey en Sión, sino en

Belén; no lo descubren honrado y victorioso, sino escondido y perseguido; por eso tienen que volver a

su país, no pueden quedarse en Judea, ni cultivar de una forma nacional el mesianismo. Ese retorno de

los magos es un signo del carácter todavía incompleto de la vida y obra de Jesús.

– Los discípulos de Jesús llevarán su mensaje y vida (su discipulado), pero no desde Jerusalén sino

desde la montaña de la pascua de Galilea (Mt 28). No van para retornar a Jerusalén (donde estaría el

centro de la iglesia establecida), sino para ofrecer su fermento de vida (su discipulado) en todos los

pueblos de la tierra. Son portadores del mensaje-vida de Jesús, pero no una forma nacional judía (o

cristiana) de existencia, de manera que deben aceptar el esquema de vida (cultura, religión fundante) de

los pueblos hacia donde se dirigen.

El evangelio de Mateo (=Mt) elabora así una cristología del camino misionero. Por eso irá mostrando, a

partir del relato de los magos, que buscan al Rey de los judíos, la expansión del mensaje y vida de Jesús

a todas las naciones para ofrecerles el discipulado. Este Jesús pascual no quiere adoctrinar a los

humanos, ni imponer sobre la tierra unos esquemas culturales o sacrales. De manera sorprendente, sus

testigos van sin libros (no llevan unas normas escritas de conducta, aunque se inspiran en la experiencia

israelita). Van sin una lengua sagrada, sin tablas de leyes y preceptos. Simplemente llevan la experiencia

de la pascua, que les capacita para entender la vida de Jesús, revelación de Dos y fuente de amor para

todos los humanos.

4 . Cristología centrípeta: Rey de los judíos (Mt 2, 2)

Conforme a la esperanza israelita, la Ciudad-Santuario de Sión y la Tierra de Israel son el centro del

universo, hacia el que un día vendrán los pueblos y reyes de la tierra, para reconocer la soberanía de

Yahvé (cf. Is 42, 1-6; 51, 4-5; 56, 1ss etc.). Esta visión expresa la certeza esperanzada y muy gozosa de

que Dios se manifiesta de un modo salvador en Israel, expandiendo desde allí su soberanía. Pero ella

incluye también elementos de triunfo partidista, como si Dios quisiera ofrecer un premio especial a los

judíos en cuanto tales, de manera que los otros pueblos resultan secundarios o subordinados.

El templo de Jerusalén es foco y centro de la manifestación de Dios, en línea de mesianismo real: Dios

mismo ha ofrecido su triunfo al rey mesías, haciéndole portador de su soberanía sobre el mundo. Pues

bien, los magos de oriente han venido según esta esperanza de los buenos israelitas y muchos

judeocristianos de Jerusalén y la diáspora: unos y otros sabían que los pueblos de la tierra han de venir

trayendo sus dones, para culminar su camino en Sión.

Por eso, más que la apertura misionera de la iglesia a los pueblos de la tierra, los judeocristianos

destacaron la venida de los pueblos a la iglesia: enriquecidos por Jesús, sus discípulos debían

mantenerse fieles a la herencia nacional, esperando en la casa israelita (junto al templo) la venida de los

pueblos. Pues bien, Mt 2 empieza aceptando esa esperanza, para transformarla de manera muy

significativa:

1. Jesús, Mesías de Dios, no está encerrado en el templo y ley de Jerusalén, sino abierto en Belén para

todos los que vengan. No es Rey que impone su derecho en Sión, sino Niño necesitado, en brazos de su

madre. No es Sacerdote que expande la sacralidad divina desde el tabernáculo del templo, sino niño

amenazado, que debe exilarse en Egipto, asumiendo así la historia del autentico Israel, Hijo de Dios (cf.

2, 15).

2. Los representantes religiosos y sociales de Israel no han venido a Belén para adorar al Rey de los

judíos. Ellos conocen de algún modo el misterio (saben que el mesías debe nacer en Belén), pero no

quieren buscarle, ni le ofrecen el tesoro de su vida (cf. 2, 11), pues están fijados en sus sacralidades

nacionales y sociales. Esta es la paradoja de un mesías de Israel que los israelitas no aceptan. La subida

mesiánica de los pueblos hacia Jerusalén queda truncada, pues Jerusalén no les reciba.

3. Herodes rey no acepta el mesianismo de Jesús y decide matarle. De manera consecuente, la venida

de los magos se inscribe en un contexto de persecución: el rey de turno persigue al verdadero Rey de los

judíos, obligándole a exilarse, mientras los buscadores mesiánicos de oriente vuelven a sus tierras por

otro camino. De esa forma, el Israel histórico de Herodes queda en manos de su propia violencia

destructora (relato de los inocentes). Eso significa que la búsqueda de los pueblos que quieren adorar en

Jerusalén al Rey Mesías ha fracasado, pues el Mesías no se encuentra allí.

4. A pesar de todo, el camino de los magos forma parte del mesianismo de Jesús: los gentiles le han

buscado ya y le siguen buscando, para ofrecerle el homenaje de sus dones, el oro de la realeza, el

incienso de la sacralidad, la mirra del perfume gozoso. Entendido así, este relato puede interpretarse

como expresión de la paradoja evangélica, en la línea de Mt 11, 20-24 (lamento de Jesús por las cudades

galileas que no se han convertido al evangelio). Esta es una cristología fracasada: el conjunto de los

judíos no ha querido aceptar a su rey mesiánico, les gentiles han tenido que marcharse... Pero al fondo

de ese fracaso, leyendo Mt 2 a la luz de Mt 28, 16-20, emerge una cristología abierta y triunfadora,

paralela a Rom 9- 11: el rechazo de la misión judía ha dejado las puertas abiertas para la apertura

universal del evangelio.

ASAMBLEA DIOCESANA

¿Qué es? ¿Qué Pretende? ¿A quién va

dirigida?

Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo.

La Iglesia ‘en salida’ es una Iglesia con las puertas abiertas.

Si la Iglesia entera sume este dinamismo misionero, debe llegar a todos, sin excepciones (Evangelii

Gaudium del Papa Francisco)

1. ¿Qué es la Asamblea Diocesana?

- Un tiempo en la vida de la Iglesia en Salamanca orientado a renovar nuestro seguimiento a Jesús,

nuestra misión apostólica y nuestras estructuras.

- Un tiempo para estudiar, entre todos, nuevas y mejores formas de ayudar y servir a los hombres y

mujeres de Salamanca, y para aprender todos juntos a dar razón de nuestra fe, de nuestra esperanza y de

nuestra alegría.

- Un tiempo para pensar cómo dar nuevas respuestas a los nuevos desafíos de la vida actual, tratando de

aportar soluciones más humanas y evangélicas.

2. ¿Qué pretende la Asamblea Diocesana?

El objetivo de la Asamblea Diocesana es la renovación de la Iglesia en Salamanca:

- Renovación espiritual: ganar en cercanía y amistad personal con Jesús a través de la oración y los

sacramentos.

- Renovación pastoral: buscar juntos nuevas formas para la comunicación de la Fe, basadas en el

compromiso personal, la amabilidad y la caridad.

- Renovación de personas, comunidades y estructuras: buscar una estructura eclesial más misionera, más

hacia fuera y más cercana a los problemas reales de la sociedad actual.

3. ¿Cúando se va a desarrollar la Asamblea?

El tiempo de Asamblea Diocesana discurre desde septiembre de 2014 hasta junio de 2016.

Tendrá tres etapas:

1. Preparación: octubre 2014-enero 2015.

Tiempo de explicar, animar, incluir a todos, llamar…Terminará con una gran celebración diocesana.

2. Reflexión: febrero 2015-marzo 2016.

Tiempo de estudiar y análizar la realidad de nuestra diócesis y nuestra sociedad; tiempo de creación de

grupos de trabajo, tiempo de propuestas, de encuentros. Ante nuevos retos, nuevas respuestas: ¿Cómo

renovar espiritual, pastoral y estructuralmente nuestra Diócesis?. Será un tiempo de buscar juntos y

elaborar entre todos las propuestas para los tres apartados de renovación ya señalados.

3. Asamblea final: abril-junio 2016.

Tiempo de elaborar las conclusiones y propuestas finales para la renovación espiritual, pastoral y

estructural, para que sean entregadas al Sr. Obispo y éste las promulgue si lo cree oportuno y se apliquen

en nuestra Diócesis en los próximos años.

4.- ¿Quién puede participar en la Asamblea Diocesana?

Todos, porque el desafío de la renovación es competencia de todos:

1. Todos: La Iglesia que vive, anuncia, celebra y sirve la caridad en sus comunidades e instituciones

eclesiales, en la ciudad y en el mundo rural..., sus laicos, sacerdotes y religiosos; sus movimientos,

cofradías, comunidades…

2.- Todos: las personas bautizadas que quizás se sienten más alejadas, que incluso no tienen una

pertenencia cordial a la iglesia y ya no experimentan el consuelo de la fe. Incluso también a aquellos que

no conocen a Jesucristo pero buscan a Dios, movidos por la nostalgia de su rostro,…

3. Todos: los miembros de una sociedad que peregrina en una ciudad culta, en un mundo rural sencillo y

trabajador…una sociedad salmantina articulada en unos moldes culturales, sociales, políticos y

económicos concretos, que pasa por una encrucijada importante y tiene heridas de pobreza, exclusión en

algunos de sus miembros, pero siempre con la esperanza sembrada en el corazón de sus hombres y

mujeres que llevan caminando siglos.

5.- ¿Cómo puedo participar en la Asamblea Diocesana?

En cada fase de la Asamblea nos irán indicando la forma de dar cauce a la participación de cada uno,

porque el papel de todos es muy importante.

Ahora, en la primera fase de preparación:

• Puedes leer la información sobre la Asamblea que está a tu disposición en las iglesias y despachos

parroquiales.

• Puedes participar en la presentación más detallada que se hará de la Asamblea en tu parroquia,

movimiento, cofradía, comunidad,… el día y lugar que se indique

• Puedes seguir la información de la Asamblea en (citar la web, facebook, twitter,…) y en la revista

Comunidad

• Puedes comentar con tus amigos y conocidos lo que vayas conociendo e informándote acerca de la

Asamblea

• Puedes tener muy presente este tiempo de Asamblea en tu oración

• Puedes hacer todo lo que se te ocurra que pueda ayudar a este importante tiempo de Asamblea que ahora

se inicia

Todos estamos invitados porque el desafío de la renovación nos convoca……

Únete, es el momento,

es tu momento

Elecciones: Un nuevo Consejo Diocesano

de Pastoral

Cuando se descubre la Iglesia como misterio de comunión, hay que buscar caminos para acogerla,

compartirla y ofrecerla. En la Iglesia local, la Diócesis, en la parroquia donde la Iglesia local toma cuerpo

de modo tan significativo, hay un altar y, sobre él, el pan y la copa, el cuerpo inmolado que se incorpora

al cuerpo eclesial. La Iglesia es cuerpo de la eucaristía. Toda ella está llena de dones y carismas. Por tanto

toda ella, aunque de manera distinta, es responsable de la misión.

Los dones que suscita el Espíritu Santo son muchos, pero en torno a cada altar, podemos descubrir los tres

grandes carismas: el sacerdocio, el laicado y la vida consagrada. Si todos estos hermanos son

responsables de la misión, bajo la dirección y cuidado de los pastores, se explica que en cada diócesis y

también en cada parroquia haya un “Consejo Pastoral”.

Además del “Consejo Presbiteral” (PO 7) y del “Consejo de Laicos” (AA 26), el concilio hace la

sugerencia de que los tres grandes carismas se entretejan en torno a la mesa de la Iglesia local. “En cada

diócesis un Consejo de Pastoral, presidido por el Obispo diocesano, formado por los sacerdotes,

religiosos y laicos especialmente elegidos. La misión de este consejo será estudiar y pensar lo que se

refiere a las actividades pastorales y proponer, en relación con ellas, conclusiones prácticas” (CD 27).

Son ya muchos años de camino del Consejo Pastoral en nuestra Diócesis, con frutos innegables; en estos

últimos cuatro años ha trabajado con dedicación y generosidad todos sus miembros. Suyo es el

documento del Segundo Borrador del Plan diocesano de Pastoral y la aceptación de la próxima Asamblea

Pastoral, a propuesta del Obispo. Toca la renovación del mismo, mediante las elecciones convocadas.

Muchas gracias a todos los que han participado del mismo y bienvenidos los nuevos miembros elegidos.

Comienzan, pues, las elecciones para el nuevo Consejo (2014-2018). Lo constituirán laicos, de

movimientos, acción católica, de consejos parroquiales y arciprestales, profesores de religión, padres y

madres de alumnos, familias, el camino neocatecumenal, universitarios, cofrades…; y religiosos e

institutos seculares y de otras formas de vida consagrada; y sacerdotes.

Atentos todos a las convocatorias que los distintos sectores realizarán. El plazo para estas elecciones será

hasta el 30 de noviembre 2014.

Nuevo calendario de misas para las

parroquias de la capital

Ajustado a los cambios organizativos que se han llevado a cabo en los arciprestazgos y parroquias

Misa en la Catedral de Salamanca

La Diócesis de Salamanca ha elaborado el nuevo calendario de misas 2014/15 en las parroquias de la

ciudad que será el que regirá a partir de ahora. Un calendario que ha sido necesario ajustar a los

cambios organizativos que se han llevado a cabo recientemente en los arciprestazgos y las parroquias.

En el archivo adjunto pueden encontrar el nuevo calendario de misas y horarios para este nuevo curso.

HORARIO DE MISAS 2014-2015.docx [125,29 Kb]

AGENDA DIOCESANA

ADORACIÓN EUCARÍSTICA PERPETUA: : En la capilla de Adoración Eucarística Perpetua, abierta desde el pasado 27 de abril en la iglesia del Monasterio del Corpus Christi (Ronda del Corpus), es posible acercarse al sacramento de la Penitencia cada día de 6:30 a 8:00 horas; los lunes de 22:00 a 00:00, los miércoles de 10:30 a 12:00 y los viernes de 20:00 a 22:00 h.

CONFESIONES EN LA PARROQUIA DE EL CARMEN: (Pza. de los Bandos). Martes, Miércoles y Viernes por las mañanas 11:00 h. a 13:00 h. y por las tardes de 18:30 h. a 19:30 h.

GRUPO JOVEN DE RENOVACIÓN CARISMÁTICA: se reúne en oración todos miércoles, a las 19:30 horas en la capilla de la Universidad Pontificia.

10 de Enero. Encuentro de Navidad de

CONFER Salamanca

CONFER?Salamanca inaugura el nuevo año 2015 celebrando un encuentro de Navidad. La cita tendrá

lugar el sábado 10 de enero, a las 17.00 horas en la Capilla Mayor de la Casa de la Iglesia, donde está

previsto que se celebre una Oración de Vísperas.

Por otro lado, el día 24 de enero, se va a celebrar en Valladolid un encuentro de Vida Religiosa

organizado por CONFER?regional, bajo el lema: ‘Comunidades religiosas en clave de cultura

vocacional’. El encuentro será dirigido por el jesuita P. Ignacio Dinnbier.

San Esteban.

15 y 16 de Enero. Regresa el ciclo ‘Escuelas de Espiritualidad Cristiana’

Los días 15 y 16 de enero se retomarán las actividades del ciclo de conferencias y cine-forum ‘Escuelas

de espiritualidad cristiana’, organizadas por la Comisión diocesana para el quinto Centenario del

Nacimiento de Teresa de Jesús. En esta ocasión contarán con la presencia del P. Desiderio García

Martínez, quien acercará a los asistentes La Espiritualidad del Carmelo, en la conferencia que va a

impartir el jueves 15 de enero, a las 20.00 h. en la Casa de la Iglesia.

Al día siguiente, a la misma hora, se proyectarán los capítulos 3 y 4 de la miniserie de televisión ‘Teresa

de Jesús’ dirigida en 1984 por Josefina Molina y protagonizada por Concha Velasco y Francisco Rabal,

entre otros. Tras la proyección se establecerá un diálogo sobre la película.

El objetivo de este ciclo es el acercamiento a la dimensión existencial e interiorizante de Teresa, aquella

que la confronta con el Misterio a lo largo de su trayectoria vital, enmarcada toda ella en la tradición de la

espiritualidad cristiana secular.

14 de Enero. Próximas actividades de la Escuela de Animación Misionera

La Delegación diocesana de Misiones acogerá el 14 de enero una nueva sesión formativa de la Escuela de

Animación Misionera, en esta ocasión el tema que les convoca es ‘El Anuncio del Evangelio a todos:

Infancia Misionera’.

Y el día 21 de enero compartirán un encuentro de oración en torno a la cita del Evangelio de Mateo:

‘Dejad que los niños se acerquen a mí’. Los actos se van a celebrar a las 18.00 h. en su sede en la calle

Zamora, 50 1º C.

Próximas vigilias de la Adoración Nocturna Femenina (ANFE)

Día 13, martes:

Honorarias. De 18 a 21 h.

Día 23, viernes:

Turnos Santa Teresa-Corpus Christi. 23 h. Parroquia de San Marcos

Día 30, viernes:

Turno “Hermanas Pobres de Sta. Clara”. Monasterio de la Purísima Concepción (Franciscas)

C/Ponferrada 35-45. 22:30 h.

SECCION DE LA DIOCESIS: ALBA DE TORMES.

Día 30, viernes. Turno Santa Teresa. Parroquia de San Pedro. 22 h.

Actividades de la Coordinadora Diocesana de Cofradías y Hermandades para el mes de

enero

ORACIÓN COFRADE

Jueves 15 de enero, 22:00 h

Capilla de la Adoración Nocturna (C/ Crespo Rascón, 45)

Con ésta se alcanza la vigilia nº 50.

LUNES COFRADE

Lunes 19 de enero, 20:30 h

Salones de la Parroquia de la Purísima (Plaza de las Agustinas)

La Cofradía de la Vera Cruz acoge este mes el Lunes Cofrade que lleva por título “Ante el 400º

aniversario de los actos centrales de la Semana Santa salmantina”. Se encargará de presentar el tema el

historiador Fco. Javier Blázquez Vicente y se contará con representación de la Cofradía de la Vera Cruz.

Posteriormente habrá un diálogo entre los participantes.

EL SÁBADO 17 DE ENERO

Eugenia Manzanera ofrecerá una

conferencia espectáculo en 'La Querida'

SalamancaRTV al Día

La actriz asegura que será un encuentro divertido en el que expondrá su "poética de la vida"

Eugenio Manzanera, actriz

Eugenia Manzanera ofrecerá una conferencia espectáculo el sábado 17 de enero, a las 11.00 horas, en

el centro cultural La Querida, ubicado en la finca de Rodasviejas, en Aldehuela de la Bóveda, y

gestionado por Raúl Vacas e Isabel Castaño que se refieren a su invitada como una "actriz con esencia

de “commedia”, una cuentista de gesto y de palabra, una bufona, una clown sin nariz".

Por su parte, la propia Manzanera avanza que “con esta conferencia espectáculo taller me gustaría

COMUNI-ARTE, mis dudas, mis ideas, mis pasiones, mis preguntas, mis respuestas, mi poética de la

vida…, y algunos descubrimientos, algunos hallazgos que me han brindado las historias que se colaron

en mis “contadas”. Y poder jugar con ellas en grupo y “extracotidianizarnos” de una manera divertida."

La entrada cuesta 35 euros e incluye la comida, que será un cocido. Más información en el teléfono 616

013 549 o en el correo electrónico [email protected]

XXXIX ENCUENTRO LITERARIO. Reynaldo Lugo Mendoza 14 Ene 2015

20:00 h

Sala de la Palabra Teatro Liceo

Entrada libre hasta completar aforo

Nuestro próximo encuentro literario será con Reynaldo

Lugo el próximo día 14 de enero a la 20:00 horas. Como

novedad y para todo el año 2015 nuestros encuentros se

realizarán en la Sala de la Palabra del Teatro Liceo gracias

a la colaboración de la Fundación Salamanca Ciudad de

Cultura y Saberes. Serán siempre los segundos miércoles

de cada mes.

Natural de Cuba. Reside en España desde 2004. Licenciado en periodismo. Periodista

y redactor jefe de publicaciones periódicas. Guionista y director de series

documentales para la televisión. Editor de libros.

Autor de la novela Palmeras de sangre. Mondadori 2000. Traducida al italiano en dos

ediciones (Mondadori Milán 2001 y 2002). Una de ellas por el sello Mondadori Oscar

Bestsellers.

Autor de la novela El príncipe que leía el Tarot y soñaba con mujeres. De la Luna

Libros. 2011.

Autor de la novela La oreja del loco. Segundo lugar del I Concurso Wilkie Collins de

Novela Negra. 2011.

Autor de la novela Matrioshka. Finalista del I Premio Hispania de novela histórica.

2012.

Finalista del concurso internacional de la Semana Negra de Gijón 2006 con el

relato Espérame en el cielo, corazón. 2006.

Premio del concurso internacional de la Semana Negra de Gijón con el relato

Arráncame la vida con el último beso de amor. 2011.

Nuestro próximo encuentro literario será con Reynaldo

Lugo el próximo día 14 de enero a la 20:00 horas. Como

novedad y para todo el año 2015 nuestros encuentros se

realizarán en la Sala de la Palabra del Teatro Liceo gracias

a la colaboración de la Fundación Salamanca Ciudad de

Cultura y Saberes. Serán siempre los segundos miércoles

de cada mes.

Natural de Cuba. Reside en España desde 2004. Licenciado en periodismo. Periodista y

redactor jefe de publicaciones periódicas. Guionista y director de series documentales para la

televisión. Editor de libros.

Autor de la novela Palmeras de sangre. Mondadori 2000. Traducida al italiano en dos ediciones

(Mondadori Milán 2001 y 2002). Una de ellas por el sello Mondadori Oscar Bestsellers.

Autor de la novela El príncipe que leía el Tarot y soñaba con mujeres. De la Luna Libros. 2011.

Autor de la novela La oreja del loco. Segundo lugar del I Concurso Wilkie Collins de Novela

Negra. 2011.

Autor de la novela Matrioshka. Finalista del I Premio Hispania de novela histórica. 2012.

Finalista del concurso internacional de la Semana Negra de Gijón 2006 con el relato Espérame

en el cielo, corazón. 2006.

Premio del concurso internacional de la Semana Negra de Gijón con el relato Arráncame la

vida con el último beso de amor. 2011.

Contenido original: http://acpentadrama.blogspot.com.es/

© Asociación Cultural PentaDrama

AUDITORIO HOSPEDERÍA FONSECA

VIERNES 23 de ENERO 2015 20:30h·

Entradas: 10 €

ACCADEMIA DEL PIACERE

FAHMI ALQHAI, viola da gamba y director

Juan Sancho, tenor

??Cantar de Amor

ACCADEMIA DEL PIACERE

Cantar de Amor

??Juan Hidalgo y contempora´neos en la corte de Felipe IV

SALAMANCA

AUDITORIO HOSPEDERI´A FONSECA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA

VIERNES 23/01/15 20:30h

FAHMI ALQHAI,

viola da gamba y director Juan Sancho, tenor

Aunque menos recordada que otras efeme´rides musicales, en 2014 se conmemoran tambie´n

los cuatrocientos an~os

del nacimiento de Juan Hidalgo, uno de los nombres esenciales del Barroco hispano. Arpista de la

Capilla Real, colaborador de Caldero´n en las primeras zarzuelas y o´peras espan~olas y autor de un

importante corpus de canciones de ca´mara (los tonos humanos), Hidalgo representa bien

un tiempo de cruciales transformaciones culturales y poli´ticas que Fahmi Alqhai y su reconocida

Accademia del Piacere recreara´n en una reconstruccio´n que sera´ tan fiel con la e´poca como creativa

en su modernidad.

??Juan Hidalgo y contempora´neos en la corte de Felipe IV

SEGUNDA EDICIÓN DEL CERTAMEN

Más de 370 poetas de todo el mundo, tras

el Premio Internacional Pilar Fernández

Labrador

SalamancaRTV al Día

Notable interés por el galardón que se fallará en Salamanca a finales de enero. Un jurado de prestigio ha

propiciado la alta calidad de los poemarios presentados. Pérez Alencart, columnista de SALAMANCArtv

AL DÍA, Carlos Aganzo, Clara Janés, José María Muñoz Quirós, Carmen Ruiz Barrionuevo o Jesús

Fonseca son algunos de ellos

El pasado el pasado 31 de diciembre concluyó el plazo de presentación de originales para optar al II

Premio Internacional de Poesía ‘Pilar Fernández Labrador’, que convoca la Asociación Mujeres en

Igualdad de Salamanca, con el invalorable apoyo de la Diputación Provincial de Salamanca y de la

Sociedad de Estudios Literarios y Humanísticos de Salamanca (SELIH). El recuento de trabajos arroja un

número de 371 poemarios llegados de España y de todos los países de América, incluyéndose Brasil,

Estados Unidos y Canadá. También se han recibido propuestas llegadas de Alemania, Francia, Italia,

Portugal, Inglaterra, Suecia y Túnez.

CALIDAD DE LOS POEMARIOS PRESENTADOS

De un primer balance, la organización destaca la elevada calidad de la mayor parte de los poemarios

presentados. Una calidad que consolida el premio en su segunda convocatoria, algo inusual en estos

certámenes, que requieren de una andadura mucho más prolongada para despertar el interés de tantos y

tan buenos concursantes, quienes han tenido que firmar con su nombre, pues las bases no admitían plicas

o

seudónimos. El prestigio del jurado y la evidente relevancia de Salamanca en el ámbito cultural

iberoamericano hizo el resto, precisan las entidades convocantes, añadiendo que el comité de lectura

seleccionará veinte trabajos finalistas para la valoración definitiva del Jurado, que será a finales de enero

y en la Sala de la Palabra de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura.

LA DAMA DE LA CULTURA

También destacan que este premio que lleva el nombre de la ‘Dama de la Cultura salmantina’, pretende

convertirse en una referencia internacional no por la dotación económica, que no la tiene, sino porque

busca premiar a autores cuya obra realmente merezca un reconocimiento de prestigio, al margen de otras

consideraciones al margen de la calidad poética. Así lo manifiestan en el preámbulo de las bases del

concurso: “Pilar Fernández Labrador es, ha sido y será, referencia cultural de una Salamanca siempre

abierta al mundo de las artes y las letras. Idea suya fue crear los Encuentros de Poetas Iberoamericanos

que este año han celebrado su XVII Edición, bajo el patrocinio de la Fundación Salamanca Ciudad de

Cultura y Saberes. También a ella le corresponde el mérito de haber creado los Premios Ciudad de

Salamanca de Poesía y Novela, que cuentan con 17 y 19 años de historia”.

ALICIENTES DEL PREMIO

El premio consistirá en la publicación del poemario por Ediciones de la Diputación de Salamanca, con un

prólogo firmado por un miembro del Jurado. El ganador recibirá 40 ejemplares de la edición. También le

será entregado el cuadro “El querido Quijote de Cervantes II”, realizado especialmente por el destacado

pintor Miguel Elías, profesor de la Universidad de Salamanca. Por otro lado, se encargará la traducción al

portugués del poemario ganador y se lo divulgará en revistas digitales de Brasil y Portugal. Un poema del

libro también se traducirá a diez idiomas del mundo (alemán, inglés, árabe, hindú, chino, francés, ruso,

italiano, japonés, croata, rumano e indonesio) y se publicarán en la propia edición del libro. Finalmente, el

poeta vencedor será invitado a participar en el XVIII encuentro de Poetas Iberoamericanos (Salamanca,

octubre de 2015). La invitación incluye los gastos de estancia y la inclusión de poemas suyos en la

Antología del citado encuentro.

UN JURADO DE PRESTIGIO

Recordemos que el jurado está presidido por Clara Janés (Premio Nacional de las Letras “Teresa de

Ávila”) y compuesto por Carmen Ruiz Barrionuevo (Catedrática de Literatura Hispanoamericana de la

Universidad de Salamanca); Jesús Fonseca (Poeta y delegado de La Razón en Castilla y León); Alfredo

Pérez Alencart (Poeta, profesor de la Universidad de Salamanca y presidente de la SELIH); Carlos

Aganzo (Poeta y director de El Norte de Castilla); José Mª. Muñoz Quirós (Poeta, profesor de Lengua y

Literatura y presidente de la Academia de Juglares de Fontiveros); Inmaculada Guadalupe Salas

(Presidenta de la Asociación convocante) y Manuel Tostado González (Delegado del Área de Cultura de

la Diputación Provincial de Salamanca). Victoria Pérez Castrillo actúa como secretaria.

INAUGURACIÓN DÍA 10

Adora Calvo acoge 'Diálogos con Antonio

Gamoneda', de Carlos Piñel

SalamancaRTV al Día

29 poemas y 29 pinturas es el resultado de un diálogo que persigue la lectura reposada en una hermosa

convivencia con la obra artística

'Diálogos con Antonio Gamoneda', de Carlos Piñel

La Galería Adora Calvo acogerá el próximo sábado 10 de enero, a partir de las 12 horas, la inauguración

de Diálogos con Antonio Gamoneda, de Carlos Piñel. Durante los años 2013 y 2014, la obra poética de

Antonia Gamoneda ha sido el centro de atención en torno al cual Carlos Piñel ha venido desarrollando

su obra pictórica. Más en concreto su último libro publicado, Canción Errónea, en el que aparece un

poema escrito por Gamoneda como reflexión sobre la obra del pintor que titula Ví palomas.

Gamoneda en alguna ocasión se ha referido a esta situación como diálogo entre la obra de Piñel y la

suya; y realmente ese puede ser el contexto en el que el trabajo artístico se desarrolla decididamente

durante la presente etapa. En palabras de Piñel, Todo ese universo poético de Gamoneda en el que

intento sumergirme a través de mi obra, o más bien, como forma expresiva a través del lenguaje plático

que ensayo, se corresponde con su poética: la advertencia de la vida como un accidente que ocurre

entre una y otra inexistencia.

Toda la obra plástica está en forma digital, pinturas realizadas en el ordenador con tableta de dibujo.

Una vez impresas, el trabajo continúa, cuando es necesario, en forma de elementos realizados con

técnicas diversas: tinta china, lápiz y sobre todo pintura acrílica. El resultado lo conforman más de un

centenar de obras, de las que una treintena, según criterio del autor, responden con más claridad a la

propuesta desarrollada inicialmente.

Un gran volumen sintetiza y acoge el trabajo citado: 29 poemas y 29 pinturas; Antonio Gamoneda y

Carlos Piñel en un diálogo que persigue la lectura reposada en una hermosa convivencia con la obra

artística que surge del verso. Un libro cuyas páginas han sido realizadas una a una, artesanalmente,

como en los siglos medievales pero con la tecnología actual y cuya edición, aún no decidida, no superará

los 50 ejemplares.

(PALABRAS PARA UNA IMAGEN).- Fuente del Castaño, en el Camino de las

Raíces, entre La Alberca y Mogarraz

Cosmos comunicante

Los árboles dormidos del invierno, los cielos con sus aires tan purísimos y el agua de la fuente que se

ofrece a raudales están configurando aquí la vida, a través de sus universales más poderosos: tierra, agua,

aire... ¿y el fuego? Es lo que arde en nosotros, cuando bebemos, cuando respiramos, cuando existimos en

definitiva. Y esa llama invisible es la que prolonga la vida por siempre.

Texto: José Luis Puerto / Fotografía: Rosa Gómez

Agenda Cultural

EXPOSICIONES

"Miguel González Díez "Mikha-Ez" Espacio Joven / Entrada libre / l-v 9-14 h. y l-j 17-20 h. El artista asturiano, ganador de un accésit en los

premios de Jóvenes Pintores de la Fundación GACETA, exhibe sus esculturas bajo el nombre "La

persistencia de la geometría".

"Atmósfera impresa" Centro de Estudios Brasileños / Entrada libre / L-V 9-14 h.

La exposición, con obras de Julia Salgueiro, presenta los grabados de la artista brasileña "buscando

privilegiar la mirada del espectador y su experiencia estética y guiando su contacto con el espacio y con

las obras expuestas.

"Musitabilidad" Colegio de Farmacéuticos / l-V 8:00-15:00 y 17:00-20:00 h.

Proyecto de colaboración de la Galería Adora Calvo con el Colegio Oficial de Farmacéuticos a través de

la obra "Musitabilidad", del artista David Escanilla. La muestra refleja el análisis teórico desde la práctica

de la pintura sobre la problemática de los diferentes soportes y medios pictóricos.

Eduardo Rodríguez Galería Adolfo Bagajo/L-S 10:00 A 13:45 Y 17:00-20:30 HORAS

Exposición de obras elaboradas con el método collage del artista salmantino Eduardo Rodríguez.

Laida Lertxundi DA2 / m-v 12:00-14:00 y 17:00-20:00 h. s-D-F 12:00-15:00 y 17:00-21:00 h.

La artista muestra a través de cuatro películas un viaje sensorial respetando el formado celuloide de esta

artista afincada en Los Ángeles. La selección de obras presentadas alude a esos horizontes y espacios que

parecen no tener fin. Hasta el 11 de enero de 2015.

Montesol en Salamanca Galería Annia / L-S de 10.30 a 14:00 y de 16.30 a 21:00 horas

Francisco Javier Ballester Guillén expone piezas sobre tauromaquia. Hasta enero.

Vídeos domésticos de artistas DA2 / m-v 12:00-14:00 y 17:00-20:00 h. s-D-F 12:00-15:00 y 17:00-21:00 h.

Exposición de vídeos de diferentes artistas que responden a la sensación vital de sus protagonistas.

Participan Marisa González, Cecilia Barriga, Kaoru Katayama, Menchina Ayuso o Rosa Hernández.

Hasta el 11 de enero de 2015.

Universos paralelos Fonseca / M-s 12:00-14:00 Y 18:00-21:00 h./d-f 10:00-14:00

La muestra reúne la obra de seis fotógrafos españoles y otros seis fotógrafos puertorriqueños en un claro

intento por estrechar lazos culturales entre las universidades de Salamanca y Puerto Rico. Abierta hasta el

25 de enero de 2015.

Enrique Marty DA2 / m-v 12:00-14:00 y 17:00-20:00 h. s-D-F 12:00-15:00 y 17:00-21:00 h.

Exposición retrospectiva de la desafiante obra creativa del artista salmantino Enrique Marty. Hasta el 2 de

febrero de 2015.

"Vespa vs Lambretta" Museo de Automoción / M-d 10:00-14:00 Y 17:00-20:00 h. / lunes carrado

La exposición reúne 39 piezas de los diferentes modelos de Vespa y Lambretta desde 1950 hasta la

actualidad en un interesante recorrido por la historia del scooter en España. Hasta el 1 de febrero de 2015.

Los artistas de Worpswede Museo de Salamanca / m-s 10:00-14:00 y 16:00-20:00 h. D 10:00-14:00 h.

Exposición de dibujos y grabados del grupo de artistas de Worpswede, entre los que destaca la pintora

Paula Modersohn-Becker. Abierta hasta el 2 de febrero.

"Dibujo contemporáneo en la Colección DKV" DA2 / M-V 12:00-14:00 Y 17:00-20:00 h. / s-d-f 12:00-15:00 y 17:00-21:00

La muestra aborda diferentes definiciones y funciones que el dibujo ha asumido a lo largo de su historia.

Hasta el día 8 de febrero.

"El destierro de Unamuno" Sala Cielo de Salamanca. Patio de Escuelas Menores / m-s 12:00-14:00 y 18:00-21:00 H.

Exposición inspirada en el destierro de Unamuno entre los años 1924-1930. Hasta el 28 de febrero.