La rana~...- No sabes lo que dices. Y deja ya de quejarte, ¿est,1 bien? El bebé rana no probó ni...
Transcript of La rana~...- No sabes lo que dices. Y deja ya de quejarte, ¿est,1 bien? El bebé rana no probó ni...
La rana~ . ~ y la serpiente
Un bebé rana ih,~ s:iltando por el cam~o, feliz de haber <lejado
de ser rcnacua¡o, cu,mdo se cncontro con un ser muy raro
arrnstdndo-;c por el piso. Al principio se asustó mucho, pues jamás
en su cort,1 vida terrestre habfa visto un gusano tan largo y tan gordo.
Adem;1s, el ruido que hacía al meter y sacar la lengua de su boca era
como para ponerle la pid de gallina a cualquier rana. Se trataba en
\ er<laJ <le un bicho raro, pero tenía, eso sí, los colores más hermosos
que el hebé rana había visto jamás. Este vistoso colorido alegró
inmensamente al bebé rana y le hizo abandonar de un momento a
otro sus temores. Fue así como se acercó y le habló.
- ¡Hola!- dijo el bebé rana, con el tono de voz más natural y
selvático que encontró-. ¿Quién eres tú? ¿Qué haces arrastrándote
por el piso? -Soy un bebé serpiente-. Contestó el ser, con una voz llena
de silbidos, como si el aire se le escapara sin control por entre
los dientes-. Las serpientes caminamos así.
¿Quieres que te enseñe?
¡St. ~í! exd.1111ú el behe r,ma, 11np11ls.índose h,1tia ,11ril,,1 r1m sur.
do~ brguísim,1s p;1ta, tr:1ser:1s, en senal de alegt í.1
El hclif serpiente k dio entonces un.1s c:uan,.1.., d:ises del ..,u I el"
.11 te de :lrrastr;trsl' por d piso, t:n l'I que n111g1111;1 rnna se h.11>1,1 ,l\ enturado h,1sta en tome..,, Lttt.:go de un par de ho1 ,ls dl' intentos
fallidos, en lo'> que l'l hehe r.111;1 u:wo tierra ¡lOr 111on1one.., \' terminr, ~ .
con la cabeza chn ada en el sucio} sus l:irg.lS pat;1s agitandose ,·n el aire, pudo por fin :nantar algunos rnetn,s, :1u11q11<.' de forma l,ast.lllk
cómica.
-Ahora yo quiero enseñarte :1 s:1lt,1r. ~'Je gu-.t.1rí:1? le pregunto
el bebé nmJ a su nuevo amig-o.
-¡Fncant,Hlo~- repuso el bebé serpiente, haciendo remolinos en
el sucio Je la emocion.
Y el bebé rana le cnscfió entonces al bebé serpiente el difícil arte
de caminar saltando, en el que ninguna serpiente se hahfo aventurado
hasta entonce<;. Para el bebé serpiente fue tan difícil aprender a saltar
como para el hebé rana aprender a arrastrase por el piso. Fueron
precisas más de dos horas para que el bebé serpiente pudiera despegar
del suelo por completo su larguísimo cuerpo. AJ fin lo logró, pero
se veía tan gracioso cuando se elevaba, y chapoteaba tan
fuertemente entre el barro después de cada salto, que los dos
amigos no podían menos que reírse a carcajadas.
Así pasaron toda la mañana, divirtiéndose como enanos y burlándose amistosamente el uno del otro. Y hubieran seguido
todo el día si sus respectivos estómagos no hubieran empezado
a crujir, recordándoles que era hora de comer.
J 1
D~ la s11biduria popular
~Lo cortes"º quit,1 /o , ,llimte .. _
"Entre gustos
110 hay di)xustos ''.
-¡~os ,cmos m,iñ.ma a la misma hor:1!- dijeron al dcspcdir~c.
-¡ J lola m:uná. mir,1 lo que aprendí ,1 hacer!- gril<> el bebé r.111,1 :ti entrar a su casa. Y de inmediato se puso ,1 arrnstrarsc por el piso,
oqrulloso de lo que hahía aprendido.
-¿Quién te cnsc11ú .i hacer eso?- gritó la 111,1111.í rana furio"ia,
tan furiosa que el hché r.ma qucdf> paralizado del susto.
-Un hché serpiente de colores que conocí cst,1 m:iñana- contestó
atemorizado d bebé rana.
-¿~o sahcs que la familia serpiente y la familia rana somos
cnemigas?-sib11.ii6 tronando mamá rana.-'Ie prohibo terminantemente
que te vuelvas a ver con ese bebé serpiente.
-¿Por qué? -Porque las serpientes no nos gustan, y punto. Son ,·encnosas y
malvadas. Además nos tienen odio. -Pero si el bebé serpiente no me odia. Él es mi amigo. -Replicó
el bebé rana, con lágrimas en los ojos. - No sabes lo que dices. Y deja ya de quejarte, ¿est,1 bien?
El bebé rana no probó ni una sola de las deliciosas moscas que
su mamá le tenía para el almuerzo. Se le había quitado el hambre
y no entendía por qué. (Lo que pasaba era que estaba triste
y no lo sabía).
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Cu.mdo el hebé serpiente llegc'> ~, ~u c:.1sa, lt m urri<'> .1lgo <.;imilar.
-¿<)uién te ensl'ÚÓ a s.1lt.1r dt e,.1 m:mer.t t,m ndícub?- le
preg1mtú -.u m,m1~1, p:1dndo...,<.: en la cob de la r.1hi.1 .
-l n bebe rana gr,l<.'iosísimo que conocí est:1 111:111:m.L
-¡ Las r.ma'> y las serpientes no pueden ,mcbr 1unt:1s! ¡<)ue
\crgüen1 .. a! ¡L.1 próxima \et qut: te encuL'nllc., con ese hehé r:111:1,
m·,1ulo y cometelo!
-(P01 qué? - pregunto el hchc ser¡m:nte, ,HerrJdo.
-Porqm' bs -.erp1cntc., siempre h.m matado) se h.111 comido a
\.1s ranas .. \s1 \u sido y ucne que -.e~uir sien<lo c.,icmpn:.
"'¡ falta hace decir n)mo se -.111t10 el hebc -;crpicnte de sólo
imaginar-;c mat:mdo a su amigo y luego comiéndoselo como si nada .
. \\ Lha ,iguiente, ;1 b hora de la cita, el bebé rana) el bebé
!'>erpicntc no -;e saludaron. Se nuntu\'ieron alejados el uno del otro,
mirándose con desconfianza) recelo, aunque con una profunda
triste,a en d corazon. Y así ha seguido siendo desde cntonccc.;.
- Cuento trndmon,1/ afi·tcano -
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