La Rebelión de Las Masas

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1 La Rebelión de las Masas de José Ortega y Gasset V.- Un Dato Estadístico El diagnóstico del Ensayo según el autor es: “Nuestra vida, como repertorio de posibilidades, es magnífica, exuberante, superior a todas las históricamente conocidas. Más por lo mismo que su formato es mayor, ha desbordado todos los cauces, principios, normas e ideales legados por la tradición. Es más vida que todas las vidas, y por lo mismo más problemática.” Y el autor para terminar su diagnóstico indica que: “La vida, que es, ante todo, lo que podemos ser, vida posible, es también, y por lo mismo, decidir entre las posibilidades lo que en efecto vamos a ser.” Para el autor se compone la vida de Circunstancia y decisión. Y nos manifiesta que la el primer elemento se relaciona con las posibilidades, las cuales, son impuestas o dadas por la vida. Por otro lado, la decisión hace referencia al elegir alguna de las posibilidades que se nos entregan. El autor opina que: “Nuestro mundo es la dimensión de fatalidad que integra nuestra vida.” Sin embargo, esta se refiere al hecho de que se imponen diversos caminos y uno de ellos se nos fuerza a elegir. Para Ortega y Gasset concluye: “Es, pues, falso decir que en la vida «deciden las circunstancias». Al contrario: las circunstancias son el dilema, siempre nuevo, ante el cual tenemos que decidirnos. Pero el que decide es nuestro carácter” “Todo esto vale también para la vida colectiva. También en ella hay, primero, un horizonte de posibilidades, y luego, una resolución que elige y decide el modo efectivo de la existencia colectiva.” Según el autor Pero nos indica que en nuestra sociedad domina el Hombre-Masa, sin embargo, en la época de la democracia donde se podía votar sucedía lo siguiente: “En el sufragio universal no deciden las masas, sino que su papel consistió en adherirse a la decisión de una u otra minoría. Éstas presentaban sus «programas» -excelente vocablo-. Los programas eran, en efecto, programas de vida colectiva. En ellos se invitaba a la masa a aceptar un proyecto de decisión”. En los países donde las masas han triunfado se elige un representante de ellos, en el que reside el poder público. Pero, según Ortega y Gasset no viven con un proyecto de vida, por lo que se justifica que evadan el conflicto sin resolverlo. Por lo tanto, el poder de las masas es omnipotente y efímero El hombre-masa es el hombre cuya vida carece de proyectos y va a la deriva. Por eso no construye nada, aunque sus posibilidades, sus poderes, sean enormes. Pero gracias a este dato se puede indicar de donde se originan las masas: “(…) desde que en el siglo VI comienza la historia europea, hasta el año 1800 -por lo tanto, en toda la longitud de doce siglos-, Europa no consigue llegar a otra cifra de población que la de 180 millones de habitantes. Pues bien: de 1800 a 1914 -por lo tanto, en poco más de un siglo- la población europea asciende de 180 a ¡460 millones!… Bastaría, repito, este dato para comprender el triunfo de las masas y cuando en él se refleja y se anuncia. Por otra parte, debe ser añadido como el sumando más concreto al crecimiento de la vida que antes hice constar.” 1 América está hecha con el reboso de Europa. Debido al dato que se nos entrega anteriormente que es propio del continente europeo y no americano. Se caracteriza al Hombre-Masa como uno de tipo más simple y sano, pero para Ortega y Gasset primitivo por tener las dos cualidades mencionadas anteriormente. También nos dice que se ha podido únicamente enseñar a las masas las técnicas de la vida moderna, pero no se ha logrado educarlas. Menciona que se han intentado hacer diversos ensayos para obtener una fórmula que beneficie al hombre, entre ellas, se encontró la experiencia de que al someter la simiente humana al tratamiento de estos dos principios, democracia liberal y técnica, en un solo siglo se triplica la especie europea. 1 Dato de Werner Sombart

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La Rebelión de las Masas de José Ortega y Gasset

V.- Un Dato Estadístico El diagnóstico del Ensayo según el autor es: “Nuestra vida, como repertorio de

posibilidades, es magnífica, exuberante, superior a todas las históricamente conocidas. Más por lo mismo que su formato es mayor, ha desbordado todos los cauces, principios, normas e ideales legados por la tradición. Es más vida que todas las vidas, y por lo mismo más problemática.”

Y el autor para terminar su diagnóstico indica que: “La vida, que es, ante todo, lo que podemos ser, vida posible, es también, y por lo mismo, decidir entre las posibilidades lo que en efecto vamos a ser.”

Para el autor se compone la vida de Circunstancia y decisión. Y nos manifiesta que la el primer elemento se relaciona con las posibilidades, las cuales, son impuestas o dadas por la vida. Por otro lado, la decisión hace referencia al elegir alguna de las posibilidades que se nos entregan.

El autor opina que: “Nuestro mundo es la dimensión de fatalidad que integra nuestra vida.” Sin embargo, esta se refiere al hecho de que se imponen diversos caminos y uno de ellos se nos fuerza a elegir.

Para Ortega y Gasset concluye: “Es, pues, falso decir que en la vida «deciden las circunstancias». Al contrario: las circunstancias son el dilema, siempre nuevo, ante el cual tenemos que decidirnos. Pero el que decide es nuestro carácter”

“Todo esto vale también para la vida colectiva. También en ella hay, primero, un horizonte de posibilidades, y luego, una resolución que elige y decide el modo efectivo de la existencia colectiva.” Según el autor

Pero nos indica que en nuestra sociedad domina el Hombre-Masa, sin embargo, en la época de la democracia donde se podía votar sucedía lo siguiente: “En el sufragio universal no deciden las masas, sino que su papel consistió en adherirse a la decisión de una u otra minoría. Éstas presentaban sus «programas» -excelente vocablo-. Los programas eran, en efecto, programas de vida colectiva. En ellos se invitaba a la masa a aceptar un proyecto de decisión”.

En los países donde las masas han triunfado se elige un representante de ellos, en el que reside el poder público. Pero, según Ortega y Gasset no viven con un proyecto de vida, por lo que se justifica que evadan el conflicto sin resolverlo. Por lo tanto, el poder de las masas es omnipotente y efímero

El hombre-masa es el hombre cuya vida carece de proyectos y va a la deriva. Por eso no construye nada, aunque sus posibilidades, sus poderes, sean enormes.

Pero gracias a este dato se puede indicar de donde se originan las masas: “(…) desde que en el siglo VI comienza la historia europea, hasta el año 1800 -por lo tanto, en toda la longitud de doce siglos-, Europa no consigue llegar a otra cifra de población que la de 180 millones de habitantes. Pues bien: de 1800 a 1914 -por lo tanto, en poco más de un siglo- la población europea asciende de 180 a ¡460 millones!… Bastaría, repito, este dato para comprender el triunfo de las masas y cuando en él se refleja y se anuncia. Por otra parte, debe ser añadido como el sumando más concreto al crecimiento de la vida que antes hice constar.”1

América está hecha con el reboso de Europa. Debido al dato que se nos entrega anteriormente que es propio del continente europeo y no americano.

Se caracteriza al Hombre-Masa como uno de tipo más simple y sano, pero para Ortega y Gasset primitivo por tener las dos cualidades mencionadas anteriormente. También nos dice que se ha podido únicamente enseñar a las masas las técnicas de la vida moderna, pero no se ha logrado educarlas.

Menciona que se han intentado hacer diversos ensayos para obtener una fórmula que beneficie al hombre, entre ellas, se encontró la experiencia de que al someter la simiente humana al tratamiento de estos dos principios, democracia liberal y técnica, en un solo siglo se triplica la especie europea.

Este hecho anterior lleva a mencionar al escritor de este ensayo las siguientes consecuencias: “primera, que la democracia liberal fundada en la creación técnica es el tipo superior de vida pública hasta ahora conocido; segunda, que ese tipo de vida no será el mejor imaginable, pero el que imaginemos mejor tendrá que conservar lo esencial de aquellos principios; tercera, que es suicida todo retorno a formas de vida inferiores a la del siglo XIX.”

Al final el autor hace mencion de que debio padecer ciertos vicios el hombre del siglo XIX, por lo tanto, si este “Hombre-Masa” sigue preponderante, la vida se contraerá.

VI.- Comienza la Disección del Hombre-Masa El hombre que se pone hoy en día frente a la existencia europea fue producido y

preparado en el siglo XIX. Esto fue anunciado por diversas personas como Hegel que indico « ¡Las masas avanzan!». Pues la historia es previsible.

Y el aspecto que ofrece este tipo de hombre es de omnímoda facilidad material. Cada día agregaba un nuevo lujo al repertorio de su estándar vital, pues puede resolver su problema económico de forma más segura.

El obrero de hoy en día amplia y asegura su vida, pero para lograrlo debe luchar. Y a lo ya mencionado anteriormente se le agrega el confort y el orden público.

También se presenta este Hombre-Masa exenta de impedimentos.

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Pero para el hombre medio también se da sin obstáculos, lo que permite aprender que” No hay nadie civilmente privilegiado. El hombre medio aprende que todos los hombres son legalmente iguales.”

El que se encuentre este nuevo Hombre-Masa se pueden mencionar tres principios que permitieron el nuevo mundo: la democracia liberal, la experimentación científica y el industrialismo. Los dos últimos pueden resumirse en uno: la técnica. Todos los principios que se mencionaron se implementaron en el siglo XIX, pero son de las centurias anteriores.

El siglo XIX fue totalmente revolucionario, lo que según el autor significa que “(…) la implantación de un nuevo orden que tergiversa el tradicional.” También fue porque indujo a que el hombre medio estuviera en condiciones de vida totalmente opuestas a las que existían. Por esto se dice que el hombre de hoy se aparta de todos los anteriores.

Al respecto del plano psicológico de hombre se caracteriza como: “(…) la libre expansión de sus deseos vitales -por lo tanto, de su persona y la radical ingratitud hacia cuanto ha hecho posible la facilidad de su existencia. Uno y otro rasgo componen la conocida psicología del niño mimado”

Para el autor de este capítulo nos dice: “Mi tesis es, pues, esta: la perfección misma con que el siglo XIX ha dado una organización a ciertos órdenes de la vida, es origen de que las masas beneficiarias no la consideren como organización, sino como naturaleza. Así se explica y define el absurdo estado de ánimo que esas masas revelan: no les preocupa más que su bienestar, y, al mismo tiempo, son insolidarias de las causas de ese bienestar. Como no ven en las ventajas de la civilización un invento y construcción prodigiosos, que sólo con grandes esfuerzos y cautelas se pueden sostener, creen que su papel se reduce a exigirlas perentoriamente, cual si fuesen derechos nativos.”

VII.- Vida Noble y Vida Vulgar, o Esfuerzo e Inercia “El mundo nuevo aparece como un ámbito de posibilidades prácticamente ilimitadas,

seguro, donde no se depende de nadie. En torno a esta impresión primaria y permanente se va a formar cada alma contemporánea.” Según Ortega y Gasset

Para el nuevo hombre, según el ensayista: “Mas el hombre que analizamos se habitúa a no apelar de sí mismo a ninguna instancia fuera de él. Está satisfecho tal y como es.”

También nos da a entender que “Nunca el hombre-masa hubiera apelado a nada fuera de él si la circunstancia no le hubiese forzado violentamente a ello. Como ahora la circunstancia no le obliga, el eterno hombre-masa, consecuente con su índole, deja de apelar y se siente soberano de su vida. En cambio, el hombre selecto o excelente está constituido por una íntima necesidad de apelar de sí mismo a una norma más allá de él, superior a él, a cuyo servicio libremente se pone.”

Otro punto que es conveniente decir para el escritor es: “Recuérdese que al comienzo distinguíamos al hombre excelente del hombre vulgar diciendo que aquél es el que se exige mucho a sí mismo, y éste, el que no se exige nada, sino que se contenta con lo que es, y está encantado consigo. Contra lo que suele creerse, es la criatura de selección, y no la masa, quien vive en esencial servidumbre”. Y por lo tanto al sostener esto, distingue dos tipos de derechos: el personal (privado) que se sostiene y el impersonal (común) que no se sostiene.

Para poder delinear al Hombre-Masa, se deben contraponer las dos formas que se mezclan: la masa normal y el auténtico noble o esforzado.

Se concluye que la masa de esta época se le han dado todas las potencias para satisfacer sus apetitos y que se cree bastante consigo misma. Lo que se evidenciara que no se dejaran dirigir en Europa, y luego en el resto del mundo

“La actividad política, que es de toda la vida pública la más eficiente y la más visible, es, en cambio, la postrera, resultante de otras más íntimas e impalpables. Así, la indocilidad política no sería grave si no proviniese de una más honda y decisiva indocilidad intelectual y moral.”

VIII.- Por Qué Las Masas Intervienen En Todo, Y Por Qué Sólo Intervienen Violentamente “Yo sostengo que en esa obliteración (cerrarse) de las almas medias consiste la rebeldía

de las masas, en que a su vez consiste el gigantesco problema planteado hoy a la humanidad.”

“La persona se encuentra con un repertorio de ideas dentro de sí. Decide contentarse con ellas y considerarse intelectualmente completa. Al no echar de menos nada fuera de sí, se instala definitivamente en aquel repertorio. He ahí el mecanismo de la obliteración.” Modo de pensar de la «masa rebelde»

El Hombre-Masa se siente perfecto, pues al ser selectivo debiera ser vanidoso, lo que según el autor lo explica en el hecho de que provenga de la vanidad. Lo que le da un carácter ficticio, imaginario y problemático para la persona. Por eso nos dice que necesita de los demás para confirmar la idea que quiere de si mismo.

“En cambio, al hombre mediocre de nuestros días, al nuevo Adán, no se le ocurre dudar de su propia plenitud. Su confianza en sí es, como de Adán, paradisíaca. El hermetismo nato de su alma le impide lo que sería condición previa para descubrir su insuficiencia: compararse con otros seres. Compararse sería salir un rato de sí mismo y trasladarse al prójimo. Pero el alma mediocre es incapaz de transmigraciones -deporte supremo.”

Indica que este Hombre-Masa es inteligente, pero dice que no le sirve de mucho, ya que, se podría cerrar más en sí mismo

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En la época pasado el vulgo no tenía ideas sobre las cosas, es decir, opiniones al respecto de las cosas sobre como deben o debieran ser. Antes sólo se adhería o no positiva o negativamente a las ideas, pero no las juzgaba. Esto pasaba en toda la vida pública.

“Hoy, en cambio, el hombre medio tiene las «ideas» más taxativas sobre cuanto acontece y debe acontecer en el universo. Por eso ha perdido el uso de la audición. ¿Para qué oír, si ya tiene dentro cuanto falta? Ya no es sazón de escuchar, sino, al contrario, de juzgar, de sentenciar, de decidir. No hay cuestión de vida pública donde no intervenga, ciego y sordo como es, imponiendo sus «opiniones»”.

“Quien quiera tener ideas necesita antes disponerse a querer la verdad y aceptar las reglas de juego que ella imponga. No vale hablar de ideas u opiniones donde no se admite una instancia que las regula, una serie de normas a que en la discusión cabe apelar. Estas normas son los principios de la cultura.”

“Cuando faltan todas esas cosas, no hay cultura; hay, en el sentido más estricto de la palabra, barbarie.” Esto va ocurriendo en Europa tras el progreso de la rebelión de las masas. Y también define el autor: “La barbarie es ausencia de normas y de posible apelación.”

“El más y el menos de cultura se mide por la mayor o menor precisión de las normas. Donde hay poca, regulan éstas la vida sólo grosso modo; donde hay mucha, penetran hasta el detalle en el ejercicio de todas las actividades.”

“Bajo las especies de sindicalismo y fascismo aparece por primera vez en Europa un tipo de hombre que no quiere dar razones ni quiere tener razón, sino que, sencillamente, se muestra resuelto a imponer sus opiniones. He aquí lo nuevo: el derecho a no tener razón, la razón de la sinrazón. Yo veo en ello la manifestación más palpable del nuevo modo de ser las masas, por haberse resuelto a dirigir la sociedad sin capacidad para ello. En su conducta política se revela la estructura del alma nueva de la manera más cruda y contundente; pero la clave está en el hermetismo intelectual.”

“El hermetismo del alma, que, como hemos visto antes, empuja a la masa para que intervenga en toda la vida pública, la lleva también, inexorablemente, a un procedimiento único de intervención: la acción directa” Pues el ensayista nos dice que si aceptara la discusión se sentiría pérdido.

“«acción directa» consiste en invertir el orden y proclamar la violencia como prima ratio, en rigor, como única razón. Es ella la norma que propone la anulación de toda norma, que suprime todo intermedio entre nuestro propósito y su imposición.”

IX.- Primitivismo y Técnica

X.- Primitivismo e Historia

XI.- La Época del «Señorito Satisfecho»