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La Repoblación de Vélez el Rubio 1571-1595

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La

Repoblación

de

Vélez el Rubio

1571-1595

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CUBIERTA

Detalle del plano del Reino de Murcia, lindando con el de Castilla y Granada, dibujado por Pedro Texeira en 1634 para la obra El atlas del Rey Planeta. La descripción de España y de las costas y sus puertos de sus reinos. Hacia la mitad de la parte izquierda podemos ver dibujado a Vélez el Rubio, como tierra de frontera, en la “raya” de tres reinos y a la orilla de un supuesto río que, equivocadamente, se hace desembocar junto al pueblo de Almanzora, error que persistió en toda la cartografía entre los siglos XV al XVIII, bien haciéndolo desaguar al mar por Águilas o por Almazarrón. El motivo de su colocación en la cubierta es porque se representa la zona murciana que, aproximadamente, viene a coincidir con los lugares de origen de la mayor parte de los nuevos pobladores de 1574.

CONTRACUBIERTA

Relieve localizado en la sillería del coro de la catedral de Toledo, donde, junto con otras escogidas villas y ciudades del Reino de Granada, se representa la supuesta toma de la fortaleza del Castellón en 1488 por las tropas cristiano-castellanas, tiempo del que arranca el estudio del presente libro.

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La Repoblación

de Vélez el Rubio

1571-1595

María Dolores Segura del Pino

REvIsTA vElEzANAAyuntamiento de Vélez Rubio

INsTITUTO DE EsTUDIOs AlMERIENsEsDiputación Provincial de Almería

2004

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FICHA TÉCNICA

Edita

REvISTA vElEzANA. Ayuntamiento de vélez Rubio

INSTITUTO DE ESTUIDOS AlMERIENSES. Diputación Provincial de Almería

Texto y derechos de autorMaría Dolores Segura del Pino

Coordinación de la ediciónJosé D. lentisco Puche

MaquetaciónAmando Fuertes Panizo (Almería)

FechaAbril, 2004

Tirada500 ejemplaresDepósito legalAl - 93 - 2004

International Standard Book Number

84- 922237-7-4Impresión

Entorno Gráfico. Maracena (Granada)

MARÍA DOlORES SEGURA DEl PINO, nacida en Almería, es licenciada en Filosofía y letras, sec-ción Geografía-Historia por la Universidad de Granada (1972-73); doctora en Historia (sección Medieval), tras la lectura de la tesis sobre “Agua, tierra y sociedad en el río de Almería de la época islámica a la cristiana (siglos Xv-XvI)”, leída en Granada el 31 de octubre de 1997, que mereció la calificación de “apto cum laude” y por la que, posteriormente, se le concedió el III Premio de Investigación “Padre Tapia” de Historia (1997/1998) otorgado por el Instituto de Estudios Almerienses, siendo editada en 2000.

Impartió eventualmente la enseñanza en centros públicos y privados (1973-1977); des-de 1995 es miembro del Instituto de Estudios Almerienses, habiendo integrado la Junta de Departamento de Historia (1998-2004); actualmente trabaja en la catalogación del archivo y

biblioteca privado de D. Antonio Moreno Martín (Almería).

Cuenta con un amplio número de publicaciones, tanto de libros, como de artículos y colaboraciones en diversos encuentros y reuniones científicas (1996-2000); asitiendo y/o presentando comunicaciones en congresos, simposios, seminarios y jornadas celebradas entre 1989 y 2004.

Ha realizado numerosas transcripciones y rescate de documentación histórica de los siglos Xv y XvI que se encontraba en mal estado de conservación, principalmente de los fondos del Archivo Histórico Provincial y del de la Catedral de Almería. A su trabajo técnico y dedicación se debe la catalogación e inventario del Archivo del Sindicato de Riegos de Almería y Siete Pueblos de su Río (hoy cerrado al público) y los expedientes para la declaración como Bien de Interés Cultural de 729 impresos y manuscritos y del álbum con el ex-libris de Mª Cristina, Reina de España, por encargo de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía de Almería (2001).

A lo largo de la labor histórica e investigadora ha frecuentado, utilizado y consultado los fondos documentales

y bibliográficos de una apreciable cantidad de centros de documentación, tanto en archivos y bibliotecas de Almería (Histórico Provincial, Diputación Provincial, Municipal, Catedral, Sindicato de Riegos de Almería, municipales y parro-quiales de la provincia, bibliotecas universitarias y privadas), como fuera de ella (Real Chancillería de Granada, Alhambra de Granada, Notarial de Granada, General de Simancas, etc).

En la actualidad se halla confeccionando, junto con otros/as compañeros/as, un ambicioso proyecto de selección, transcripción y edición de una exhaustiva nómina de viajeros que dejaron su testimonio escrito a su paso por Almería (capital y provincia) entre los siglos Xv al XX.

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JUSTIFICACIÓN Y LÍMITES DE LA OBRA. ..............................................................................................7

PRIMERA PARTE: ESTUDIO PRELIMINAR.

I EL SOLAR VELEZANO. I.1. EL MEDIO FÍSICO. ...................................................................................................................11 I.2. EL MARCO TERRITORIAL. ...................................................................................................12

II. DE LA CONQUISTA CRISTIANA A LA SUBLEVACIÓN DE LOS MORISCOS (1488-1568). II.1. LA INCORPORACIÓN A LA CORONA DE CASTILLA Y LA FORMACIÓN DEL SEÑORÍO .......................................................................................................14 II.2. EL POBLAMIENTO .................................................................................................................17 II.2.1. LA FORTALEZA DE VELAD AL AHMAR. EL CASTELLÓN O VÉLEZ EL RUBIO “EL VIEJO”. ..............................................................................17 II.2.2. RESTOS TOPONÍMICOS DEL ANTIGUO POBLAMIENTO. ...................................19 II.2.3. VÉLEZ EL RUBIO “EL NUEVO”. ...............................................................................20 II.3. EL HÁBITAT MORISCO. ........................................................................................................22 II.4. LA POBLACIÓN. EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA. ...........................................................24 II.5. ORGANIZACIÓN CONCEJIL. ..............................................................................................26 II.6. CONFLICTOS CON LA IGLESIA. ........................................................................................27

III. EL REPARTO DE PROPIEDADES Y ASENTAMIENTO DE NUEVOS VECINOS ....... (1571-1574). III.1. EL REPARTIMIENTO. ..........................................................................................................30 III.2. LA DISTRIBUCIÓN DE LA TIERRA. SUERTES Y VENTAJAS. ....................................31 III.3. CAMBIOS EN LA ESTRUCTURA Y PARCELACIÓN DE LA PROPIEDAD. ..............34 III.4. LOS NUEVOS POBLADORES. ............................................................................................35 III.5. EL PAISAJE RURAL. .............................................................................................................37 III.5.1. LA ORGANIZACIÓN DEL ESPACIO. .......................................................................37 III.5.2. DISTRIBUCIÓN DE TIERRAS Y CULTIVOS. ..........................................................40 III.6. EXPLOTACIÓN Y DISTRIBUCIÓN DE LAS AGUAS DE RIEGO .................................44 III.6.1. LAS AGUAS DEL MAIMÓN. .....................................................................................46 III.6.2. AGUAS SUPERFICIALES: BOQUERAS. ..................................................................48 III.6.3. GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN. ..........................................................................48 III.6.4. LA VENTA DEL AGUA. EL ALPORCHÓN. ..............................................................49

IV. EVOLUCIÓN DEL PROCESO REPOBLADOR 1574-1595. IV.1. EL CAMBIO DE RENTA DE ESPECIES A DINERO Y LAS MODIFICACIONES DE LA NORMATIVA. ...............................................................51 IV.2. DIFERENCIAS CON LA CASA SEÑORIAL. ......................................................................53 IV.2. ESTADO GENERAL DE LA POBLACIÓN. ........................................................................54

ÍNDICE GENERAl

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V. LAS FUENTES DE INFORMACIÓN. V.1. DOCUMENTACIÓN. ................................................................................................................58 V.1.1. LA INFORMACIÓN DE LOS ERUDITOS LOCALES: J. RUBIO DE LA SERNA Y F. PALANQUES. .........................................................................................................58 V.1.2. EL LIBRO DE POBLACIÓN DE VÉLEZ RUBIO. ......................................................59 V.1.3. LAS VISITAS DE POBLACIÓN: 1578 Y 1593. ...........................................................61 V.2. BIBLIOGRAFÍA. .......................................................................................................................62

SEGUNDA PARTE: DOCUMENTOS RELATIVOS AL REPARTIMIENTO Y REPOBLACIÓN DE

VÉLEZ EL RUBIO ENTRE 1571 Y 1595

ACLARACIÓN PREVIA. ...........................................................................................................................67

I. RECUENTO (APEO) Y CONFISCACIÓN DE BIENES MORISCOS. I.1. JUSTIFICACIÓN DE SITUACIÓN, TIERRAS Y PROPIEDADES. ...................................70 I.2. APEO Y DESLINDE DE TÉRMINOS, PAGOS, HEREDADES, AGUAS, MONTES, ETC. ...........................................................................................................................71 I.3. INFORMACIÓN DE LOS CRISTIANOS NUEVOS Y TOMA DE POSESIÓN DE LOS PAGOS EN NOMBRE DEL REY. ..............................................................................72 I.4. TOMA DE POSESIÓN DE CASAS, TIENDAS Y HORNOS DE MORISCOS. ..................75 I.5. DILIGENCIAS AL LICENCIADO IBÁÑEZ DE ZAFRA. ....................................................77 I.6. CONDICIONES DE POBLACIÓN. .........................................................................................79 I.7. DILIGENCIAS AL LICENCIADO BONIFAZ. .......................................................................80 I.8. NOTIFICACIÓN AL SEÑOR MARQUÉS. .............................................................................81

II. EL REPARTIMIENTO DE PROPIEDADES II.1. LIBRO DE LAS HACIENDAS DE POBLACIÓN DESTA VILLA DE VÉLEZ EL RUBIO....................................................................................................................82

III. COMPROMISOS DE LOS POBLADORES III.1. ESCRITURA DE CENSO REAL Y PERPETUO OTORGADA POR LOS NUEVOS POBLADORES DE LA VILLA EN FAVOR DE FELIPE II. ............................................184 III.2. REAL PROVISIÓN SOBRE SUERTES DE POBLACIÓN. .............................................187 III.3. ESCRITURA DE ACEPTACIÓN DE LOS POBLADORES. ...........................................192

IV. LAS VISITAS DE POBLACIÓN IV.1. VISITA DE POBLACIÓN DE 1576. .....................................................................................194 IV.2. VISITA DE POBLACIÓN DE 1593. .....................................................................................196 IV.3. ACUERDO DEL CONCEJO SOBRE VISITA DE POBLACIÓN. ...................................210 IV.4. POSEEDORES DE LAS SUERTES EN 1593. ....................................................................212

TERCERA PARTE: ÍNDICES I.1. ONOMÁSTICO ........................................................................................................................216 I.2. TOPONÍMICO .........................................................................................................................226

LAR = Libro de Apeo y Repartimiento de Vélez Rubio.LHP = Libro de las Haciendas de Población de Vélez Rubio (1574), también conocido como Libro de Repartimiento.ACA = Archivo de la Corona de Aragón.

AGS = Archivo General de Simancas.RGS = Registro General del Sello.ADMS = Archivo Ducal de Medinasidonia.AHP = Archivo Histórico Provincial.

ABREVIATURAS

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JUSTIFICACIÓN Y lÍMITES DE lA OBRA

histórico trascendental, tan importante y decisivo para el desarrollo posterior del territorio granadino que en su análisis e investigación han corrido ríos de tinta, casi desde su ejecución. la enorme cantidad de bibliografía generada a lo largo del tiempo sobre este tema ha sido tal, que también ha originado un número considerable de estados de la cuestión y puestas al día en las últimas líneas de investigación, procedente principalmente del departamento de Historia Moderna de la Universidad de Granada, a las que nos remitimos1 . Muchos de estos trabajos se han ceñido al conocimiento de los libros de apeo y repartimiento de los distintos lugares, estudios que, aunque limitados en el tiempo y en el espacio, globalmente, son indispensables para abordar en una perspectiva más amplia todo el proceso de la repoblación y sus consecuencias a largo plazo, línea a la que se dirigen las últimas investigaciones2 .

Sin un ánimo tan ambicioso, inicialmente esta obra se proyectó con el deseo de transcribir y divulgar el libro de las Haciendas de Población desta villa de vélez el Rubio (lHP), más conocido como “libro de Reparti-miento”. la razón principal es que, en estos momentos, sólo se dispone de un manuscrito original que se guarda en el Archivo Histórico Provincial de Almería y en un estado de conservación bastante regular, por lo que su rescate y publicación bien merece la pena. Posteriormente, transcrito este denso e importante documento, nos planteamos indagar en otras fuentes documentales y bibliográficas para aportar una visión general del proceso repoblador en vélez Rubio.

En efecto, el original libro de Apeo y Repartimiento (lAR), que contenía una información completa del deslinde del término, pagos, heredades, aguas, montes, iglesia y fábricas, así como la toma de posesión de las tierras y bienes inmuebles de los moriscos; las diligencias realizadas por el licenciado Ibáñez de zafra, el licen-ciado Murga y, finalmente, las de Bonifaz; el propio Repartimiento de las suertes de Población (único original que conservamos en AHP citado en el párrafo anterior); las escrituras relativas a los censos reales de los nuevos pobladores; los traspasos de las haciendas, etc3 , según Juan Rubio de la Serna4 , se guardaba en el Consejo de la Real Población de Granada, aunque también se conservaba una copia en el Ayuntamiento de vélez Rubio. Estos manuscritos, hoy, se encuentran perdidos o, al menos, se desconoce su paradero. No obstante, se ha conservado gran parte de su contenido gracias a diversos testimonios. la testificación más antigua es una breve Certificación librada en Almería a 30 de marzo de 1798 por don luis Cristóbal Ponce, a la vista de una copia del lAR realizada en 1.027 hojas, remitido por la justicia de vélez Rubio y librada por don Pedro Osorio Cardona y Marín, comendador perpetuo de S. M. de la Real Hacienda de Población del Reino de Granada, en 6 de mayo de 1772, a solicitud del consejo, justicia y regimiento de esta villa. Este documento se encuentra actualmente en el Archivo Histórico Nacional5 .

I

JUSTIFICACIÓN Y lÍMITES DE lA OBRA

la repoblación del Reino de Granada después de la expulsión de los moriscos fue, sin duda, un hecho

1 BARRIOS AGUIlERA, M. y BIRRIEl SAlCEDO, M. (1986); BARRIOS AGUIlERA, M. (1991 y 1993); BARRIOS AGUIlERA, M. y ANDÚJAR CASTIllO, F. (1995, pp. 9-28). Para el caso de Almería resultan básicas las obras de TAPIA GARRIDO (1990) y CABRIllA CIÉzAR (1977).

2 MUÑOz BUENDÍA, A. (1992, pp. 253-297); la ciudad de Almería y su tierra en la época de Felipe II. Moriscos y repoblación. (Tesis doctoral inédita); GARCÍA lATORRE, J. (1992, pp. 57-88); SORIA MESA, E. (1992, pp. 133-156).

3 Sobre los contenidos del lAR véase apartado v.2.2. “El libro de Población de vélez Rubio”. 4 RUBIO DE lA SERNA, J. (1900, p. Iv). 5 Se trata de un documento compuesto por 11 hojas (21 páginas), donde se comprende una síntesis del lAR de 1.027 hojas. Aporta un cuadro

estadístico con la cantidad de tierra (riego, secano, viña) y arbolado (olivos y moreras) repartidos a cada poblador. En ese momento el lAR se hallaba “entre los papeles de la Comisión Regia en que está entendiendo el referido señor Superintendente General de Fábricas”.

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JUSTIFICACIÓN Y lÍMITES DE lA OBRA

6 PAlANQUES AYÉN, F. (1909, 1987 y 1911). 7 AGS, Cámara de Castilla, legajo 2.215. 8 FRANCO SIlvA, A. (1980, I, pp. 199-208), (1982, pp. 200-201), (1993, pp. 5-12); ANDÚJAR CASTIllO, F. (1998 a, pp. 139-172 y 1998 b, pp. 21-26). 9 SIMONET, F. J. (1982, p. 111). 10 Destacan los testimonios prehistóricos de la Cueva de Ambrosio, Cueva del Gabar, Cerro de la Tejera, Cerro Gordo, Cueva de los letreros; el

poblado neolítico de las Canteras; de época ibérica y romana: las Juntas, Santonge, cortijo del Caramel..., también atravesaba esta comarca la famosa vía Augusta. En este sentido conviene consultar MARTÍNEz GARCÍA, J. (1983); MARTÍNEz lÓPEz, C. (1999); GUIRAO GEA, M. (1955 y 1994).

11 MOTOS GUIRAO, E. (1988, pp. 358-359; 1995, pp. 13-22). 12 TORRES DElGADO, C. (1987, pp. 95-115).

AGRADECIMIENTOS Y RECONOCIMIENTOSAl Archivo Histórico Provincial, celoso depositario del documento principal, por las facilidades para su consulta y transcripción

durante el verano de 1999.A Emilio García Campra, nuestro colega de Almería, que nos facilitó la información sobre la existencia de la Certificación de 1798

en el AHN.A María Antonia Navarro lópez, por el duro trabajo de transcribir documentos hace más de dos décadas.A Araceli lópez Berrio, por las gestiones, la administración y el voluminoso picado de textos.A Miguel Ángel Simón Navarrete, por el picado de textos.A Soledad Reche Artero, por los dibujos ambientados en la época morisca.A Elías Palmero villegas, por su disposición y el préstamo de obras de grabados con que ilustrar la obra.A Antonio Sánchez Guirao, por la realización de fotos.A Diego Gea Pérez, por el préstamo de imágenes.Al Instituto de Estudios Almerienses, por su rápida, efectiva y sincera colaboración económica.A Revista velezana, por confiarme el trabajo.

Más cercano en el tiempo, de 1900 y 1909 datan las obras de dos historiadores locales, Juan Rubio de la Serna y Fernando Palanques Ayén6 , quienes consultaron el libro de Apeo y Repartimiento que en esos años se hallaba completo en el Archivo Municipal de vélez Rubio, de donde desapareció alrededor de 1940. Estas obras son de gran valor documental, puesto que no sólo han dejado testimonio de la relación de los documentos que integraban el libro de Población, sino que también aportan las transcripciones de muchos de ellos, unas veces de forma totalmente literal y otras a manera de resumen más o menos extenso, aunque sin sujetarse al orden del lAR. En ambos casos son fuentes valiosísimas para poder reconstruir lo más fielmente posible el texto del libro de la Población o Becerro de vélez Rubio, como también ha sido citado por diversos estudiosos del tema.

Asimismo, también se ha consultado una copia del documento original de las visitas de Población de 1578 y 1593 que se halla en el Archivo General de Simancas7 , lo que nos ha permitido completar el proceso y conocer las vicisitudes del mismo hasta finales del s. XvI.

Pues bien, a iniciativa de Revista velezana y utilizando todo este tipo de fuentes primarias (libro de las haciendas y visitas de población) y secundarias (certificación de 1798, transcripción de los eruditos locales) nos propusimos realizar una reconstrucción, ciertamente incompleta, pero muy ajustada a los textos originales rescatados en su mayor parte, con el fin de ofrecer una panorámica global y extensiva, ordenada cronológica y espacialmente, de todas las operaciones verificadas en el crucial y transcendental proceso histórico de la repoblación de vélez el Rubio, auténtica partida de nacimiento de nuestro actual municipio de vélez Rubio. Esta magna y compleja tarea de confiscación y medición de bienes de moriscos, iglesia y cristianos viejos, así como el posterior reparto de tierras y asentamiento de nuevos vecinos venidos de allende el Reino de Granada, además de su enorme dificultad por las abultadas cifras manejadas tanto de propiedades como de familias, fue iniciada oficialmente a partir de la expulsión de moriscos en 1570-71 y, concretamente, en vélez Rubio se retrasa algo el proceso por la oposición señorial y no se da posesión a los nuevos vecinos hasta marzo del 74; sin embargo, como resultado de las laboriosas operaciones, disponemos hoy de una ingente información que nos alumbra en el conocimiento de la etapa morisca (1500-1568), así como del estado de la villa en el último tercio del s. XvI.

Finalmente, para nuestro estudio previo a la presentación del corpus documental, nos han sido de gran utilidad tanto las obras generales sobre el Reino de Granada en el s. XvI, como los estudios locales, engrosados de forma apreciable en los últimos años merced a la labor editora de Revista velezana, como otros trabajos más específicos basados en las aportaciones procedentes de la documentación señorial correspondiente al marquesado de los vélez que se guarda en el Archivo Ducal de Medina Sidonia, expedientes que han sido estudiados últimamente por Alfonso Franco Silva y Francisco Andújar Castillo8 . De todos los cuales se da amplia y cumplida referencia en el apartado v dedicado a “las Fuentes de Información”.

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I El SOlAR vElEzANO

IIDE lA CONQUISTA CRISTIANA A lA SUBlEvACIÓN DE lOS MORISCOS (1488-1568)

IIIEl REPARTO DE PROPIEDADES Y ASENTAMIENTO

DE NUEvOS vECINOS (1571-1574)

IvEvOlUCIÓN DEl PROCESO REPOBlADOR (1574-1595)

vlAS FUENTES DE INFORMACIÓN

PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRElIMINAR

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PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRElIMINAR

El Sureste de España hacia mediados del s. XVI, tal como apareció representado en el mapa denominado Nova Descriptio Hispaniae, impreso y publicado por G. Cook en 1553. Hacia el centro del mapa se ubica Vélez el ruvio, entre Baza (Reino de Granada) y Lorca (Reino de Murcia). Resulta curioso observar cómo nuestro pueblo se sitúa a la orilla de un hipotético río que, teniendo su origen en las cuencas de Baza y Huéscar, desemboca en el Mediterráneo a la altura de Almazarrón (Mazarrón). Este error persistiría en sucesivos mapas durante gran parte de los siglos XVI-XVIII.

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I. El SOlAR vElEzANO

que desde las últimas estribaciones montañosas de las Cordilleras Béticas y Subbéticas va descendiendo en altitud y abriéndose en abanico hasta alcanzar la costa mediterránea.

El término de vélez Rubio está ubicado en la zona más meridional de este territorio, separado del resto del partido por las alineaciones Subbéticas que componen las Sierras de María y del Gigante, en las que destacan las elevaciones de María (2.045 m), Cabezo (1.948 m.), Maimón (1.754 m.) y la Muela de Montalviche (1.554 m.). Estas cadenas montañosas constituyen una barrera natural que convierten la zona en un espacio de abrigo orográfico protegido de las depresiones y circulación atmosférica más activas en esta región.

Paralelo al llamado “cabalgamiento de la Sierra de María y mole del Maimón”, la Sierra de las Estancias cierra la comarca por el Sur, conformando un territorio prácti-camente rodeado por alineaciones montañosas. Estas

dos cadenas están separadas entre sí por la Depresión Intrabética o Corredor de Chirivel-vélez Rubio, surco que ha sido excavado a lo largo del tiempo por las avenidas de la rambla de Chirivel, cuyos aportes aluviales y los sucesivos sedimentos de los numerosos barrancos que en ella desembocan, fueron formando un amplio valle triangular que, al igual que todo el conjunto, desciende y abre hacia el Este.

Esta orografía determina que, en conjunto, sea una comarca muy quebrada, hallándose práctica-mente la totalidad de la superficie por encima de los 750 metros.

la climatología de la comarca de los vélez, como en todo el Sureste, está determinada por la escasez de las lluvias y la marcada irregularidad de las precipi-taciones, características de los climas mediterráneos, aunque algo modificadas por la situación de alta montaña. la oscilación térmica varía entre los 15º y

El SOlAR vElEzANO

I.1. El MEDIO FÍSICO.

la región de los vélez está situada en la parte más septentrional de la provincia de Almería, integrada en el conjunto territorial y socioeconómico que forma la comarca natural de lorca, configurando una amplia región

Detalle del término municipal actual de Vélez Rubio y el pasillo de Chirivel, entre las sierras de María (al Norte) y las Estancias (al Sur). Sección reducida del Mapa de la Provincia de Almería, E 1: 200.000. IGN, 1992.

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PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRElIMINAR

los 20º. En invierno se pueden apreciar -6º de media e intensas nevadas en la Sierra. la precipitación media anual no excede de los 400 mm.

En conclusión, es una zona donde la aridez es la norma, situación agravada por las temperaturas re-lativamente altas del verano, las escasas precipitacio-nes anuales medias, la torrencialidad de las mismas y la fuerte irregularidad estacional de las lluvias. Esto eleva el porcentaje de la escorrentía sobre la infiltra-ción, contribuyendo con ello a la intensificación del proceso de erosión.

Desde el punto de vista hidrológico pertenece

a la cuenca del Segura, constituyendo la cuenca alta del Guadalentín. la red de drenaje superficial está formada exclusivamente por cursos de caudal dis-continuo que permanecen secos durante la mayor parte del año. El más importante es la rambla de Chirivel, donde confluyen numerosos afluentes o ramblas, en general, muy encajados, con perfil de alta pendiente y caudales estacionales.

I.2. El MARCO TERRITORIAl

“En los últimos confines de esta provincia por la parte N. E., y confinando con la comarca de lorca, a la

cual perteneció en algún tiempo, estaba la plaza fuerte de Ballix, hoy vélez Rubio”. Esta descripción de Simonet, siguiendo el texto de Ibn al-Jatib, continúa resaltando la peligrosidad de esta tierra fronteriza que antaño sólo era “una frontera lejana para la seguridad del rebelde” 9 .

Toda la comarca era un lugar de antiguo y conti-nuado poblamiento, como muestran los numerosos restos arqueológicos hallados en la zona10 . Sus espe-ciales características geográficas le confirieron desde sus orígenes un carácter estratégico determinante al ser el pasillo de vélez el Rubio una vía de comunica-ción natural entre las tierras altas de Baza y Guadix y la costa mediterránea.

El poblamiento musulmán se atestigua por pri-mera vez en una referencia de Ibn Hayyan del año 896, cuando al narrar la “Expedición de Tudmir” cita el puesto de Bils o Balis como la primera defensa de la provincia de Tudmir. En el siglo XI, el historiador al-‘Udri confirma la existencia de un hisn Balis y un iqlim de Balis o distrito agrícola perteneciente a la Kura de Tudmir. Un siglo después, al-Idrisi11 confirma este poblamiento, aunque realmente ninguno da la identificación exacta del lugar donde se hallaba esta fortaleza.

Una de las principales vías de comunicación que atravesaba la comarca desde las altas tierras de Guadix y Baza hasta la zona costera era la que trans-curría por el paso natural que constituía la rambla de Chirivel, y la fortaleza principal en esta zona era la del

cerro del Castellón de vélez Rubio.

los sucesivos pobladores de esta tierra fueron reforzando a lo largo del tiempo su inaccesible medio físico natural con un extraordinario sistema defensivo que jalonaba la línea de la frontera. Esta

13 TORRES FONTES, E. (1963, p. 37; 1998 y 2000). 14 ARIÉ, Rachel (1992, pp. 17-100). 15 TAPIA GARRIDO, J. A. (1959, p. 143). 16 lADERO QUESADA, M. A. (1987, pp. 83-84 y 160-163). 17 GAlÁN SÁNCHEz, A. (1991, p. 267-268); lADERO QUESADA, M. A.

(1993, p. 391-392), incorpora la “Merced a Mahomad Abduladin del alguacilazgo mayor de los dos vélez, Sierra de los Filabres, Río de Almanzora y hoya de Baza”, documento del R.G.S., julio 1488, fol. 217; GRIMA CERvANTES, J. A. (1987, pp. 75-85).

18 PÉREz BOYERO, E. (1997, p. 35-36; 1995, pp. 44-48); SORIA MESA,

Detalle de una de las torres de mampostería de la antigua forta-leza de Velad al-Ahamar (Velez el Rojo), popularmente conocida como El Castellón (1988).

E. (1997). 19 FRANCO SIlvA, A. (1978-1979, pp. 79-95; 1980, pp. 85-111; 1993,

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I. El SOlAR vElEzANO

red protectora la encabezaban las principales plazas fuertes y fortalezas defensivas, que estaban construi-das en distintas posiciones estratégicas, desde donde controlaban los caminos obligados de comunicación y guardaban a las pequeñas comunidades agrícolas que se agrupaban en sus inmediaciones, asentadas en distintas alquerías que se habían ido formando allí donde brotaban fuentes de agua. Hacia el Este y el Sur se levantaban los castillos de Xiquena, vera, y Mojácar; hacia el interior, los de velad al-Abyadh (vélez el Blanco), velad al-Ahmar (vélez el Rubio) y Huércal-Overa; en el valle del Almanzora destacaban Cantoria, Oria, Purchena y Serón. la comunicación entre unas fortalezas y otras se aseguraba con una sucesión de torres vigías: del Charche, Fuente Alegre, el Piar, Taibena, Gabar, Alancín, Cerro Gordo, que de modo progresivo iban transmitiendo las noticias por todo el territorio12 .

Desde la instauración del Reino Nazarí de Gra-nada en el siglo XIII, el territorio de los vélez pasará a ser el límite de la frontera oriental del emirato y, esta franja de territorio o tierra de nadie, se verá inmersa en todas las luchas fronterizas y escaramuzas mili-tares que, aprovechando la debilidad del contrario en los momentos de guerras civiles o discordias internas, se van a llevar a cabo tanto desde la tierra de Murcia como desde la de Granada. De tal modo,

esta línea fronteriza irá oscilando en todo el periodo nazarí según avancen o retrocedan las fuerzas de uno y otro bando.

la frontera del emirato granadino se había ido reduciendo desde 1433, cuando pierden Benzalema, Xiquena y Tirieza. En 1437, el Adelantado Alonso Yáñez Fajardo, gobernador militar del campo murciano, se apoderó de vélez Rubio. En 1439, la frontera se extendía por el Este y el Noreste a lo largo de Alicún, Benzalema, Benamaurel, Cúllar, Castilléjar, Galera, Orce, Huéscar, los dos vélez y Xiquena.

Por su parte, los granadinos van a aprovechar las guerras partidistas que dividían a la nobleza castellana a la muerte del Adelantado de Murcia en 1444 para recuperar en 1447 todas las fortalezas de la frontera oriental, menos Xiquena y Tirieza13 .

pp. 5-12; 1981; 1982, pp. 197-206; 1983, I, pp. 199-208; 1994, pp. 32-39; 1995).

20 TAPIA GARRIDO, J. A. (1959, pp. 172).

21 Según Enrique SORIA MESA (1997, p. 296, n. 212), basándose en un documento del AGS, Registro General del Sello, es el 29 de noviembre de 1493 cuando se ordena a don Juan de Benavides,

Entre los siglos XIII a finales del XVI los Vélez son citados como tierra de frontera entre el Reino Nazarí de Granada y el cristiano de Murcia. Del lado musulmán, los castillos de Velad al-Abyad y Velad al-Ahmar y las torres de Pozo Belmonte, Coto, Montalvi-che, Piar, Pimentón y Charche; de lado cristiano, las fortalezas de Xiquena y Tirieza

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PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRElIMINAR

II.1. lA INCORPORACIÓN A lA CORONA DE CASTIllA Y lA FORMACIÓN DEl SEÑORÍOla lucha fronteriza se mantiene hasta finales del siglo Xv, cuando los Reyes Católicos no dudan en sacar

II

DE lA CONQUISTA CRISTIANA A lA SUBlEvACIÓN DE lOS MORISCOS (1488-1568)

ventaja de la división interna en que estaba sumi-do el gobierno nazarí, para terminar de una vez el proceso de reconquista castellano. Siguiendo esta política, apoyan al pretendiente Boabdil en contra de su tío el zagal, ofreciéndole, a cambio de un ju-ramento de vasallaje, el gobierno de una región que iba desde Guadix y Baza hasta los vélez y Mojácar, a condición de que se adueñase de ellas en un plazo de ocho meses.

En junio de 1488 se reanuda la definitiva ofen-siva militar castellana en la frontera oriental. la conquista de vera, el 10 de junio por el marqués de Cádiz, forzó la rendición de las villas de las Cuevas, Mojácar, el valle del Almanzora, la Sierra de los Fila-bres, los dos vélez, Níjar y Tabernas, que se entregan por capitulación14 .

Según Tapia, los alcaides de vélez el Blanco y vélez el Rubio, Ali y Mohamed Abduladin, fueron a vera el 17 de junio a dar la obediencia a sus altezas y entregar las fortalezas. Esta rendición, como la de otros lugares, quedó grabada en un relieve tallado en madera que se halla en uno de los respaldos de la sillería del coro bajo de la catedral de Toledo, realizada por el maestro Rodrigo Alemán15 .

Tras la entrega pacífica de los vélez, todo su territorio es incorporado a la Corona de Castilla con el firme compromiso por parte de los Reyes de con-servarla siempre como villa realenga.

las capitulaciones otorgadas en 1488-1489 son de las más benignas que se dan en los territorios

ocupados del Reino de Granada. los vencidos sólo se obligan a entregar todos los lugares fortificados. Tomados éstos, los Reyes nombran alcalde de las fortalezas de vera y los dos vélez a Juan Ponte, que estará bajo las órdenes de Garcilaso de la vega, al que se asigna una tenencia anual de 400.000 maravedíes y 20 peones como guarnición16 . En todos los demás aspectos apenas hay cambios, manteniéndose la población en una situación muy parecida a la que había antes de la conquista.

los dirigentes musulmanes de los vélez fueron confirmados por los Reyes en los privilegios que ya gozaban como personas notables en época nazarí, en agradecimiento a los servicios prestados en la rendición de la zona. Mahomad Abduladín fue nom-brado alguacil mayor de los dos vélez, Hoya de Baza y Sierra de Filabres; por su parte, Ali Abduladín, será alcaide mayor o cadí de los vélez; además, reciben dos señoríos jurisdiccionales, Castillejar y Cortes de Baza, y otras mercedes en dinero y regalos, entre las que destacan 28.000 maravedíes y 300 cadahes de pan cada año y una gran cantidad de paños lujosos para ellos y sus mujeres17 .

la población musulmana se incorpora a la Co-rona de Castilla bajo la nueva situación jurídica de vasallos “mudéjares” y, en orden a las capitulaciones acordadas, seguirán conservando su religión y sus costumbres, así como sus bienes y sus viviendas.

Alcaide de Oria, que entregue la fortaleza de la villa a don Juan Chacón. FRANCO SIlvA, A. (1979, p. 197) adelanta esta donación al 23 de junio de 1492.

22 Don Juan Chacón las compró el 11 de mayo de 1495 al duque de Nájera, quien las había obtenido por donación real en 1492, SORIA MESA, E (1997, p. 296, n. 213).

23 FRANCO SIlvA, A. (1994, p. 17-18). 24 MOTOS GUIRAO, E. (1988, p. 375). 25 CRESSIER. P. (1992). 26 El significado de estos términos era entre los musulmanes más

amplio que el que hoy tienen, ya que por barrios y arrabales se

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II. DE lA CONQUISTA CRISTIANA A lA SUBlEvACIÓN DE lOS MORISCOS

1488-1568

También se mantiene el régimen fiscal nazarí y, como antes de la conquista, sus habitantes continuarán estando exentos de algunos impuestos debido a la peligrosa ubicación de tierra fronteriza. Sus lugares conservarán, asimismo, su organización concejil, continuando en sus cargos el cadí, el alguacil y los alfaquíes. De tal modo, la capitulación evitó a sus ha-bitantes la destrucción de sus ciudades y haciendas, la alteración de sus usos y costumbres y, en general, les permitió gozar de una situación privilegiada con respecto a otros lugares conquistados por la fuerza.

la estabilidad que estas capitulaciones repor-taron a los vélez y la favorable colaboración de los Abduladín impulsaron a muchos musulmanes de otros lugares del reino de Granada a buscar refugio en esta tierra, mientras se terminaba definitivamente la conquista del territorio nazarí.

Concluida la guerra de Granada en 1492, los Re-yes comienzan a otorgar mercedes territoriales a los nobles y a otras personalidades que les habían ayu-dado en la conquista del territorio, constituyéndose los primeros señoríos del Reino de Granada.

En diciembre de 1493, la Reina encarga a su se-cretario, Hernando de zafra, que negocie con los Ab-duladín la forma de traspasar esta comarca sin causar un grave quebranto en las capitulaciones acordadas. El 25 de septiembre de 1495 los vélez son entregados en señorío a don luis de Beaumont, conde de lerín y

condestable de Navarra. En realidad es una permuta temporal, por la que éste entrega sus dominios en el reino pirenaico, zona de gran valor para la defensa de la Corona en el norte de la Península, y a cambio los Reyes le ceden la jurisdicción de Huéscar, Castillejar, vélez el Blanco, vélez el Rubio, Cuevas de Almanzora, zújar y Freila. El 25 de julio de 1501 don luis de Beau-mont devuelve al patrimonio real las fortalezas de los vélez y Cuevas18 . la ruptura del compromiso de las capitulaciones con los dirigentes velezanos obligó a los Reyes a compensar a Mahomad y Ali Abduladín con algunas alquerías en la taha de Andarax.

Es en este tiempo, en 1499, bajo el gobierno de don luis de Beaumont, cuando se produce la sublevación de los mudéjares del Albaicín y de las Alpujarras, cuyas consecuencias son la ruptura de las capitulaciones realizadas en los años anteriores en todo el Reino de Granada y la imposición del bautismo a todos los mudéjares que quisieran per-manecer en el país. Esta drástica decisión conlleva un cambio radical en la situación jurídica de la población musulmana, puesto que, una vez bautizados, son considerados cristianos nuevos de moros o moriscos. Asimismo, se acuerdan nuevas capitulaciones, firma-das en febrero de 1501, en las que se regula la nueva situación de los recién convertidos. Como resultado

Representación convencional de la toma del castillo de Velez el Rubio por las tropas cristiano-castellanas, según lo imaginó el tallista del coro de la Catedral de Toledo.

entendían también las cortijadas, aldeas y pequeños lugares po-blados, a veces muy alejados de la ciudad de la que dependían. Su existencia aún se mantenía en los años del repartimiento, quedando constancia de Alhara la Grande o la Mayor, Haratalaf,

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PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRElIMINAR

de esta disolución, la Corona se libera también del compromiso de mantener a los vélez como tierra realenga, pudiendo entregarla libremente en señorío a partir de estos momentos.

la posesión del puerto de Cartagena era una vieja aspiración de la Corona castellana debido a su importancia estratégica en el Mediterráneo. Por este motivo, la Reina no duda en aprovechar la ocasión que se le presenta a causa de la muerte repentina del titular de los Fajardo, para realizar esta permuta. la concesión del señorío la realizan el 29 de febrero de 150219 , aunque es el 24 de julio de 1503 cuando los Reyes ceden a don Pedro Fajardo, hijo y heredero de don Juan Chacón, Adelantado Mayor del Reino de Murcia, las villas de vélez el Blanco, vélez el Rubio, Cuevas y Portilla, además de 300.000 maravedíes de juro.

Cuatro años después le fue otorgado a don Pedro Fajardo y Chacón el título de Marqués de los vélez por Real Cédula, expedida en Santa María del Campo a 12 de septiembre de 150720 .

En los años siguientes don Pedro Fajardo amplía su territorio hacia el Sur del obispado de Almería, adquiriendo en 1515 una serie de villas. Así, com-pra a doña Inés Manrique, segunda esposa de don Juan Chacón, Oria21 , Albox, Arboleas, Albanchez y Benitagla22 , por 1.500.000 mara-vedíes en dinero y un juro perpetuo anual de 260.000 maravedíes; y el

5 de octubre de 1515 compra al Duque del Infan-tado las villas de Cantoria y Partaloa por 2.500.000 maravedíes23 . Estas posesiones se unen a las que ya disfrutaba la familia en tierra murciana, las cuales eran herencia de los Adelantados mayores de Murcia. Después de estas adquisiciones, el Marquesado de los vélez va a poseer el estado señorial más grande y poblado del Reino de Granada.

II.2. El POBlAMIENTO.

II.2.1. lA FORTAlEzA DE vElAD Al-AHMAR. El CASTEllÓN O vÉlEz-RUBIO “El vIEJO”.

la fortaleza de velad al-Ahmar (vélez el Rubio)

REINO DE MURCIA1. Molina de Segura.2. Mula.3. Albudete.4. Campos del Río.5. librilla.6. Alhama.

REINO DE GRANADAMarquesado de los vélez.

1. vélez Blanco-María. Capital del estado.

2. vélez Rubio-Chirivel.

3. Oria.

4. Albox.

5. Partaloa.

6. zurgena.

7. Arboleas.

8. Cantoria.

9. Albanchez.

10. Benitagla.

11. Cuevas del Marqués- Portilla.

Posesiones de los Fajardo en los reinos de Granada y Murcia entre los siglos XVI al XVIII.

Harataçoque, Haradbeder o Alhara Abeder. 27 lAR de vélez Rubio, fs. 10-25v, citado por PAlANQUES AYÉN (1909,

pp. 230-232) y RUBIO DE lA SERNA (1900, pp. 71-72). 28 lAR, fs. 10-22, citado por PAlANQUES AYÉN (1909, p. 229).

29 HERNÁNDEz BENITO, P. (1991, pp. 55-69). 30 A esta conclusión llega GARCÍA lATORRE, J. (1992, pp. 181-189). 31 PÉREz BOYERO, E. (1997), según documentación del ADMS, leg.

1298, s.f. 32 lADERO QUESADA, M. A. (1993, pp. 234-279). 33 RUBIO DE lA SERNA, J. (1900, p. 72). 34 TAPIA GARRIDO, J. A. (1959, p. 148). 35 Aunque no hay constancia de que los terremotos de 1518 y 1522

causaran grandes daños en la comarca de los vélez, por la fe-cha en que se produce, induce a pensar que pudo ocurrir algo semejante al abandono de Alhama de Almería, cuando a conse-

Copia en piedra del escudo de D. Pedro Fajardo Chacón, Iº Marqués de los Vélez, en la torre del homenaje del castillo de Vélez Blanco.

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II. DE lA CONQUISTA CRISTIANA A lA SUBlEvACIÓN DE lOS MORISCOS

1488-1568

era uno de los principales puntos defensivos de la frontera interior del Reino Nazarí. Este castillo fortificado se construyó sobre un impresionante cerro que alcanzaba los 1.025 metros de altura, al que más tarde llamaron del Castellón, desde donde sus vigilantes tenían una situación idónea para cubrir las necesidades defensivas

y ofensivas propias de las fortalezas fronterizas. Su ubicación sobre el acceso de comunicación de la rambla de Chirivel le dio también el nombre de Ballis al-Sikka (el camino, la avenida, la vía)24 . Realmente era un auténtico bastión defensivo al estar rodeado, a manera de foso, por el recodo que forman la ram-bla de Chirivel al bordearla por su vertiente Norte y el cauce de la rambla del Xinte por el Sur y el Este, donde ambas confluyen.

la plaza fuerte de vélez el Rubio era de reducidas dimensiones, su perímetro amurallado tenía unos 500 metros y constaba de dos recintos. Desde una puerta situada al Este y protegida por un torreón, se accedía a un primer espacio donde se concentraba la población; desde aquí, por otra puerta igualmente defendida por una torre fortificada, se alcanzaba el segundo recinto compuesto por el propio castillo o fortaleza, situada en la zona más alta del cerro. Todo el conjunto se abastecía de agua por medio de dos aljibes: un pequeño depósito rectangular situado intramuros, junto a la torre del primer recinto; y otro aljibe más grande que se hallaba fuera del recinto de la fortaleza en la parte occidental del cerro, construido con tres cuerpos abovedados.

Este singular emplazamiento defensivo respon-día a un tipo de poblamiento medieval propio de agrupaciones tribales que poblaban zonas monta-ñosas. En Andalucía oriental eran muy abundantes, especialmente en las Alpujarras y en el Alto Almanzo-ra, regiones que fueron profundamente islamizadas en los siglos XI y XII25 . la mayoría de estas fortalezas eran cabeceras de distrito y desde su posición estra-tégica dominaban un valle o un territorio geográfica-mente homogéneo en el que controlaban los cursos de agua principales: ríos de Chirivel, Mula y Xinte; la captación de las aguas para el riego y las tierras de cultivo (la huerta); y las principales vías naturales de comunicación. Eran, a su vez, centros militares y hábitat permanente de una población más o menos importante, que se incrementaba notablemente en los momentos de peligro al refugiarse dentro de sus murallas la población de las alquerías, arrabales (ar-rabad) y barrios (hara o alhara) circundantes26 .

El poblamiento del cerro del Castellón, según informan los peritos el 20 de marzo de 1572, se mantuvo hasta la entrega pacífica de los vélez a los castellanos en 1488, en que progresivamente se fue despoblando hasta quedar totalmente deshabitado hacia 1520, según ellos: “por falta de aguas”27 . El mo-

Vista parcial de la ciudadela o recinto superior en la fortaleza del Castellón. La con-quista de la zona, las dificultades de acceso a la zona cultivada y la es-casez del abaste-cimiento de agua influyeron de for-ma decisiva para su abandono en los primeros años del s. XVI.

cuencia del terremoto de 1522 se secaron las fuentes de agua, obligando a la población a dispersarse por los pueblos y lugares

de los alrededores. De alguna manera, en vélez Rubio el sistema de aljibes propio de estos poblados pudo verse afectado por el

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PRIMERA PARTE

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risco Antón lázaro, que en estos momentos cuenta más de sesenta años, y otros seises nombrados para informar en el repartimiento refieren que: “allí cono-cieron las casas habitadas por vecinos que después se bajaron, y esto no pasa de cinquenta años, y a las torres y murallas aun enhiestas en dicha sierra se las llama vélez-Rubio el viejo”28 .

Tras la conquista del Reino de Granada por los castellanos, tuvo lugar una gran evolución en el sis-tema tradicional de los asentamientos de los musul-manes a causa de las necesidades políticas, religiosas y económicas de los nuevos pobladores29 . En los lugares de señorío, especialmente, se llevaron a cabo cambios importantes en las antiguas estructuras de poblamiento, pues algunos nobles siguieron una política de concentración del hábitat para facilitar el control de la población y de la producción30 .

Esta dirección se siguió en el Marquesado de los vélez. Don Pedro Fajardo trasladó la población de aquellas villas que se hallaban en lugares enriscados

y sin posibilidades de crecimiento a lugares más despejados. Así lo hizo con Albanchez, pues el propio Marqués dice que: “yo le bajé porque estava donde no podían caber más de los dichos ocho vecinos”; el lugar de Cuevas se cambió de ubicación después del terremoto de 1518 al quedar arruinada la villa31 .

la fortaleza del Castellón de vélez el Rubio era también un lugar de difícil acceso y angosto, don-de apenas cabían unos cien vecinos y, como ellos dicen, con un precario abastecimiento de aguas almacenada en los aljibes. Además, este lugar se iría deteriorando poco a poco, pues, a partir de 1492, los enormes gastos de mantenimiento y guarnición de las fortalezas del Reino de Granada obligaron a la Corona a reducir los castillos a los estrictamente necesarios, y éstos eran los de la línea costera, por lo que se fueron destruyendo o se abandonaron los del interior del territorio. ladero Quesada no incluye la fortaleza de vélez el Rubio en la “relación de noticias sobre las fortalezas del reino de Granada que se hace entre 1492 y 1501”, y en ella sólo se menciona la plaza fuerte de vélez el Blanco que sería la encargada de la vigilancia de toda la zona32 .

Estas razones también forzarían el traslado de

Plano de El Cas-tellón (Pilar Sánchez Sedano, 1988) y detalle de uno de sus aljibes en 1997.

terremoto que destruyó vera en 1518 o el que asoló Almería en 1522 o por ambas sacudidas, haciendo imposible la subsistencia en el lugar. Sí hay constancia de otros terremotos ocurridos en 1724 y 1751 que dañaron seriamente la primitiva iglesia de San Pedro. véase PAlANQUES AYÉN (1909, pp. 257-260).

36 lHP, f. 129. 37 TORRES BAlBÁS, l. (sin año, pp. 219-228). 38 En la necrópolis de Xarea se encontró una lápida de Mutarrif b.

Muhayir del año 941. Citado en PAlANQUES AYÉN, F. (1909, pp. 86-87).

39 RUBIO DE lA SERNA, J. (1900, p. 88). 40 Este término se ha conservado en muchos lugares almerienses

donde ocurrieron hechos similares, siendo uno de los más

conocidos el cerro de la Matanza de Inox (Níjar). 41 TORRES BAlBÁS, l. (sin año, pp. 229-234); GAMAl ‘ABD Al-KARIM

(1972, p. 42). 42 lHP, fs. 18, 45v, 49, 135v, 139v, 140. A lo largo de todo el texto el

significado de “paredes” es el de cerca protectora. 43 RUBIO DE lA SERNA (1900, p. 73).

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II. DE lA CONQUISTA CRISTIANA A lA SUBlEvACIÓN DE lOS MORISCOS

1488-1568

los vecinos del Castellón, bajándose, como ocurrió en otros lugares, a una alquería o arrabal cercano, situado en una suave colina que se hallaba enfrente, y que, asimismo, tomó el nombre de vélez el Rubio el Nuevo. Este lugar era el más apto para realizar las perspectivas de crecimiento que planeaba el Mar-qués de los vélez en sus villas, pues estaba en una situación más abierta donde se podían construir nuevas viviendas y edificios públicos, y, además, lo rodeaban abundantes manantiales de agua para el abastecimiento, ofreciendo mejores accesos a los caminos y a la vega.

Realmente, en ningún lugar del libro de Apeo y Repartimiento de vélez el Rubio se confirma que se eligiera un nuevo emplazamiento o que se creara de nueva planta una villa nueva, es el historiador Rubio de la Serna quien llega a la conclusión de que “trasla-daron sus viviendas al fondo del valle” y “eligióse para el emplazamiento de la nueva población la colina que ocupa desde entonces”33 . Por su parte, Tapia Garrido dice que el actual emplazamiento nació por de-terminación de los Reyes Católicos34 . No obstante, algunos vecinos moriscos continuaron viviendo en el antiguo poblado del Castellón, abandonándose definitivamente hacia 152035 .

II.2.2. RESTOS TOPONÍMICOS DEl ANTI-GUO POBlAMIENTO.

la toponimia árabe que aún se conserva en los años del repartimiento refleja la existencia de un arraigado poblamiento musulmán en el entorno de la antigua fortaleza.

A los mismos pies del cerro del Castellón, hacia el Nordeste, desde la unión de las ramblas de Chiri-vel y Xinte hasta el camino de lorca y el actual vélez Rubio, se extendía un espacio de tierra llana que, según dicen, era “el lugar viejo de la güerta”36 . Allí se concentraban los pagos de Xarea, el Nichar, Aldaya o del Daya y Alfaharín. También lindaban con el Caste-llón y con unas “paredes viejas” o murallas, restos de la antigua fortificación, los pagos de Andar Xiquena, Azmin y Raçif (Arrecife), situados “en la rambla que

baja del lugar viejo”.

El término Xarea, procedente del árabe al-musallà o saria, fue el más utilizado en Occidente para designar el “oratorio al aire libre” o lugar donde se congregaba el pueblo para realizar la oración en común en deter-minadas festividades37 . la Xarea se hallaba delante de alguna de las puertas principales de las ciudades islámicas, y en ella o en la muralla inmediata se abría un nicho (Nichar) o pequeño mihrab que centraba la atención de los fieles. El nombre de Xarea también solía aplicarse a la puerta de la muralla por la que se accedía a la ciudad desde este espacio y al cemente-rio situado en sus inmediaciones38 , siempre junto al camino principal. Así, existía una Puerta de la Xarea en valencia; otra Puerta de la Xarea en la Alhambra, además de la Xarea del Albaicín en Granada; en Játiva

44 PAlANQUES AYÉN, F. (1909, p. 351 y 265-272); lENTISCO PUCHE, J. D. (1989, p. 45). Estas limosnas y masa de bienes para ayu-da a los pobres serían procedentes de los antiguos habices musulmanes.

45 PAlANQUES AYÉN, F. (1909, pp. 165-173). 46 RUBIO DE lA SERNA (1900, p. 74). Aunque los pilares fueron cons-

truidos en el siglo XvIII, este mismo tipo de pilar con fuente para el abastecimiento de las personas y pililla para beber los animales o para lavar los vecinos es bastante común en las ciu-dades hispano-musulmanas. Esta misma estructura tenía el pilar de la plaza de la Cárcel de Almería, situado cerca de la mezquita mayor, del que se surtía la población de la Almedina.

47 lHP, fs. 78v, 128v. 48 lHP, fs. 80, 83v. 49 EPAlzA, Míkel (1992, p. 93); CARO BAROJA, J (1976, p.118 y ss). 50 lAR, fs. 33-36, citado por PAlANQUES AYÉN, F. (1909, p. 229). 51 El pie de Castilla es aproximadamente de 28 centímetros, según el

diccionario de María Moliner. 52 ver PÉREz BOYERO, E. (1997, pp. 107-157).

Estela funeraria de Mótarif en caracteres cúficos, encontrada hacia 1889 en las Eras de Jarea (V. Rubio) y datada en junio de 941.

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PRIMERA PARTE

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y en el libro del Repartimiento de Tabernas también se menciona otro pago de la Xarea. En conjunto, era un paraje amplio, situado extramuros, que constituía un centro de reunión a la vez religioso y de esparci-miento.

Años más tarde, cuando la rebelión y guerra de los moriscos, fue en el cabezo de la Matanza, mojón entre el pago de Alhariza, el de Aldaya y las eras de Xarea, el lugar donde “mataron a Hameza, Alducalim, Farzarin”39 y, por ser el sitio donde se ajusticiaba a los delincuentes, pasó a tomar el nombre de Campo del Suplicio40 , que es la denominación que se ha conservado hasta hoy, significado muy diferente al de “oratorio” primitivo.

Un poco más hacia el Oeste, entre el pago del Retamar y la orilla del río, estaba el pago de Alfa-harín, nombre procedente del árabe al-Fajjarin (los alfareros), también llamado el Tejar, oficios que por necesitar agua abundante y un fácil desagüe solían instalarse extramuros.

El lugar nuevo también conserva una toponimia ligada a un núcleo urbano musulmán. Delante de la Puerta de Granada se cita en el repartimiento el pago de la Almuçara o del Moçara. Este término ára-be designa el sitio dedicado a juegos de caballería, entrenamientos militares o, simplemente, a solaz de los vecinos, y se situaba, como la Xarea, extramuros, delante de una de las puertas. los linderos de este pago en 1571 eran el mesón del Marqués, el camino de Granada y el monte, por él pasaba la acequia mayor y en esos años estaba plantado sobre todo de viñas, cultivo que tuvo una gran expansión después de la conquista castellana. Una almuçara solían tener casi todas las ciudades hispano-musulmanas, entre ellas se conocen las de lorca, Madrid, zaragoza, Segovia41 .

II.2.3. vÉlEz El RUBIO “El NUEvO”.

En las faldas de una ondulada colina que resal-taba entre el verdor de la vega se fue acomodando la población de vélez el Rubio “El Nuevo”, quedando

vigilante, como un silencioso testigo de su antiguo pasado, el empinado monte del Castellón, del que sólo le separaban el cauce y las riberas de la rambla de Chirivel.

El hacinamiento del poblado del Castellón y lo inaccesible del terreno empujaron a los primeros cristianos que vinieron a esta villa tras la conquista a instalarse más cómodamente en la parte alta y occidental de este lugar. Progresivamente se fueron bajando también los moriscos, acomodándose por la falda meridional, hasta quedar totalmente aban-donado el lugar viejo.

El libro de las Haciendas (o de Repartimiento) define los límites del perímetro poblado en la época morisca por la Puerta de lorca, la Puerta del Fatín, los carriles y las eras. Todo este espacio estaba separado de los pagos adyacentes -el pago de Alcaçar, frente al Mesón del Marqués, por el Norte, y el pago del Fetche, situado junto a la fuente del Jordil, por el Sur42 - por las “paredes” del lugar, término con el que asimismo se designan las murallas o cerca protectora del lugar viejo y que justificaría la presencia de las dos puertas. Según Rubio de la Serna, la cerca fue levantada a principios del siglo XIX por real pres-cripción, al igual que “tres grandes y airosas puertas de un solo arco de piedra de cantería, y dos portillos secundarios”43 .

El núcleo principal de la villa era la plaza Mayor. En su explanada destacaban el Castillico y la iglesia

53 vINCENT, B. (1891, pp. 183-184). 54 PÉREz BOYERO, E. (1997, pp. 109-162); lADERO QUESADA, M. A.

(1972-1973, pp. 481-490) y TORRES FONTES, J. (1981, pp. 17-28).

55 TAPIA GARRIDO, J. A. (1983, pp. 23-30). Este artículo se basa en un documento recogido del Archivo de la Catedral de Murcia.

56 FRANCO SIlvA, A. (1993, p. 10). la fuente utilizada es ADMS, leg. 2.089 y 33.

57 lAR de vélez Rubio, fs. 36, citado por PAlANQUES AYÉN (1909, p.

TOPÓNIMOS DE ORIGEN ÁRABE EN El ACTUAl MAPA DE vÉlEz RUBIO

AlBACÍA. Pago de riego.AlFAHARIN. Pago de riego.AlFARA. Pago de riego.AlPORCHÓN. lugar de venta de

aguas.BADIl. Río y pago de riego.BUzNEGRA. lugar geográfico y

pago.CANETE. lugar geográfico y pago

de secano.CANTAROYA. lugar y pago de

riego y secano.CHARCHE. lugar geográfico, torre

y monte.CHIRIvElICO. Pago de riego a

orillas de la rambla.CÚTAR. Pago de riego.ESPADÍN. lugar geográfico y

pago de secano.FATÍN. Barrio de la localidad y

plaza central del mismo.GINTE. lugar geográfico.JAlÍ. Pago de riego.JAREA. lugar, era y pago de

secano y riego.JORDIl. Pago de riego, cañada y

fuente.MACIl. lugar geográfico.MAHÓN. Manantial.MAIMÓN. Monte.MONTROI. Pago y lugar.MORAl. Fuente y pago.MUlA. Pago y río.OMAR. Fuente y pago de riego.RACIF. Pago de riego.RETAMAR. Pago de riego a orillas

del río.TABlAS. lugar, pago de secano y

camino.TADENAS. Pago de riego.TOMÓN. Pago de riego.vÉlEz RUBIO. localidad.vIÓTAR. lugar de secano.

229). 58 TAPIA GARRIDO, J. A. (1959, p. 148).

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II. DE lA CONQUISTA CRISTIANA A lA SUBlEvACIÓN DE lOS MORISCOS

1488-1568

de San Pedro que, según Tapia, se levantó sobre la antigua mezquita, a la que se adosó un cementerio a principios del siglo XvI. Según la descripción de Antonio José Navarro, la iglesia era de una sola nave muy estrecha, sin enlucir y oscura44 . Muy cerca se hallaba el primer pósito que tuvo la villa, fundado en 1568 a partir de una donación de cereales que lega en su testamento el morisco Alonso García Adulca-rin y el llamado fondo del “Pan de los Pobres” que administraba Juan Alazaraque. la plaza Mayor era, a su vez, el centro religioso y político donde, todavía en época cristiana, se reunían los vecinos en concejo abierto para resolver todos los asuntos que afectaban a la comunidad.

En su entorno inmediato se disponían las tiendas, las alhóndigas, los hornos y los talleres, es decir, lo que se conocía como el zoco, lugar donde se desarrollaba la actividad comercial. Aún hoy se

conserva en vélez Rubio una pequeña calle y plaza de la Alhóndiga.

En la parte más baja del núcleo urbano se hallaba el barrio morisco, acantonado junto a la cerca en un rectángulo comprendido entre la Puerta de lorca y la del Fatín, lindando por la parte alta con el Hospital de Pobres o Peregrinos, fundado en 1534 por el li-cenciado Jerónimo Heredia45 , y la casa y caballerizas del Marqués. las casas de los cristianos nuevos se hallaban en los alrededores de la iglesia, frente a la cual vivían también los hermanos Çeliman Faura, aunque sólo cuatro casas de moriscos lindaban con las de los cristianos viejos: las de Juan Alfanji, García el Mayoral, García Joraique y la de Diego Alixarin, que se da como vivienda al cura que viniese después de la repoblación.

Fuera del barrio morisco sólo se cita la casa de

59 GAlÁN SÁNCHEz, A. (1991, pp. 137-143). 60 PAlANQUES AYÉN, F. (1909, p. 230). 61 FRANCO SIlvA, A. (1993, p. 10). 62 SORIA MESA, E. (1997, pp. 165-177); PÉREz PRENDES, J. M. (1978,

pp. 373-459); PÉREz BOYERO, E. (1997, pp. 281-282). Don Pedro

Fajardo percibe la renta de la alcabala en las villas de vélez Blanco, vélez Rubio, Cuevas y Portilla por privilegio real de 4 de febrero de 1503.

63 FRANCO SIlvA, A. (1993, p. 10). 64 TAPIA GARRIDO, J. A. (1983, pp. 23-30, 2ª ed. 1999). Este artículo

1. Cárcel de la Iglesia.2. Hospital de la Iglesia.3. Tercia de la Iglesia.4. Cementerio.5. Concejo y cárcel.6. Hospital de pobres.7. Pósito.8. Postigo de San Nicolás.9. Plazuela de los Mozos o de los Moros.10. Tercia vieja del Marqués.11. Casa del licenciado Heredia.

PlANO URBANO DE vÉlEz RUBIO HACIA FINAlES DEl S. XvI

A lA AlBERCA

MESÓN DEl MARQUÉS

PAGO DE Al-CAÇER

CARRIl O CAMINO CARRETERO DE lORCA A GRANADAERMITA DE lA CONCEPCIÓN

ERAS DE TRIllAR

ENlACE CON El CARRIl

CASTIllICO

PlAzA MAYOR

BAJA

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PAlACIO DE lOS BEICA

A lA FUENTE DE BEOMAR

FATÍN JUEGO DE BARRAS

PAGO DE FETCHE

FUENTE DEl XORDIl

12

3

4

5

6

8

9

10

7

11

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PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRElIMINAR

García Aboaçil y varios corrales cercados de moris-cos y cristianos viejos que lindan con las eras y los carriles.

la vida cotidiana se prolongaba fuera de los límites que marcaba el casco urbano, pues en las cer-canías de las puertas de acceso a la villa se ubicaban diversos servicios relacionados con el agua. Delante de las puertas se hallaban los pilares. En vélez Rubio encontramos tres pilares principales. la fuente del Jordil estaba junto a la Puerta de lorca; la fuente de Omar se situaba cerca del portillo del mismo nom-bre y de la Puerta del Fatín; y la fuente del Moral se hallaba también delante del postigo del Moral, linde con el camino real de lorca y con el río del Badil o río Chico. Rubio de la Serna los describe perfectamente: eran pilares amplios de los que el agua manaba por caños de bronce, estaban construidos con sillares, que eran cóncavos en las piletas para sostener los cántaros al llenarse; las aguas sobrantes iban a parar a un gran pilón que servía de abrevadero para las bestias, además tenían asientos donde las personas podían descansar46 .

Cerca de los manantiales de agua se situaban los lavaderos: el “lavadero de las mujeres” estaba en el camino de la fuente el Jordil, suministrándose del

agua que le venía por la también llamada “acequia del lavador”47 ; en el lado Norte de la villa, junto al mesón, se hallaba el “lavadero de Martín Motarri”, que se surtía por la “acequia del Pueblo”48 , antes de entrar en el lugar, aportando las aguas del Maimón y las de la fuente de Mahón.

II.3. El HÁBITAT MORISCO.

En los años inmediatos a la sublevación de los moriscos, según las declaraciones de los peritos, la villa de vélez Rubio tenía una población de 250 vecinos, de ellos 230 eran moriscos y 20 cristianos viejos. Esta desigual población vivía también en espacios sepa-rados, como hemos visto, los cristianos viejos en los alrededores de la iglesia y los cristianos nuevos en el barrio morisco del Fatín o Fati, formando dos comu-nidades diferenciadas, que no era más que el reflejo de dos estructuras sociales distintas.

Según las diligencias del licenciado Medrano realizadas en 1571, los 230 vecinos moriscos poseían 260 casas, ubicadas casi todas ellas en este sector. En el repartimiento se adjudican a los repobladores las casas de 171 moriscos de los que cinco tenían dos casas: luis Motarri Chinchilla, Juan Martínez Focai, Francisco Alhati el Mozo, luis Abez de Abalos, alpar-gatero, y luis Allora, y solamente García lópez Hixen

poseía tres casas, de modo que en total se reparten 178 casas.

El hábitat morisco giraba en torno a la llamada plaza del Fati, nombre de una de las principales familias moriscas de vélez Rubio, los Fati o Alhati, los hermanos Francisco Alhati el Mayor y García Alhati con toda su parentela tenían cinco casas en esta plaza; la familia de los Abiz o Abez de Abalos poseían otras cinco casas en las que desarrollaban los oficios de hilador y alpargatero; lindando con los Alhati estaba la nu-merosa prole de los Aduçalin o Adulcarin, como se les llama indistintamente, agrupados en torno a los principales patriarcas: Pedro Aduçalin Fajardo el viejo reunía cuatro casas, Alonso Garçía Adulcarin otras cuatro, Ginés Pérez Aduçalin tenía tres y Francisco Aduçalin Morales, una. De este modo, desde la Puerta de lorca donde vivían los Alazaraque, hasta la Puerta del Fati, en que la familia del regidor Ginés Abechica-la disfrutaba de seis casas, se ha-cinaban los hogares mo-riscos en un entresijo de callejuelas y barreras sin salida, lindando entre sí por muchos lados e incluso montando las habitaciones de unas casas sobre los techos de otras.

Este tipo de agrupación sigue la tradicional

organización patriarcal que es uno de los signos de identidad de la familia morisca. A través de las rela-ciones familiares y de vecindario refuerzan la defensa del grupo y resguardan la pervivencia cultural y el arraigo a sus vínculos49 .

El estado de las viviendas, siguiendo la misma información del licenciado Medrano, es “que unas veinte casas de moriscos están caídas y maltratadas que no se pueden habitar, y las demás están buenas para poder vivir en ellas con pocos reparos”50 . Esta situación es casi la misma que muestra el reparto de

se basa en un documento recogido del Archivo de la Catedral de Murcia.

65 PAlANQUES AYÉN, F. (1909, p. 152). 66 FRANCO SIlvA, A. (1978-1979, p. 80). 67 PÉREz BOYERO, E. (1997, pp. 411-457); PASQUAl Y ORBANEJA, Ga-

briel (1975, p. 130); ACA, Títulos y Privilegios, nº 1, doc. 2. 68 FRANCO SIlvA, A. (1978-1979, p. 84). 69 PÉREz BOYERO, E. (1997, pp. 293-294). 70 FRANCO SIlvA, A, (1997, p. 92-93); ACA, Concordias 1. 71 PÉREz BOYERO, E. (1997, pp. 432-433). 72 “Memorial de don Francisco Nuñez Muley” en GARCÍA ARENAl, M.

(1975, pp. 47-56).

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II. DE lA CONQUISTA CRISTIANA A lA SUBlEvACIÓN DE lOS MORISCOS

1488-1568

las casas hecho en 1574 por Bonifaz, en él se indica que siete casas se hayan hechas solar, doce están caídas y tres se hallan descubiertas, en total son veintidós casas destruidas.

la tipología de la casa morisca también está muy bien descrita en el reparti-miento debido a la minu-ciosidad que se observa en la adjudicación de las casas, pues se aportan de-talles sobre si se da una casa completa, un palacio o habitación, un patio, un corral o varias piezas de una casa; asimismo, indi-can con frecuencia la medi-da en pies51 de estos recin-tos, el nombre del antiguo propietario y el del nuevo, los linderos y, a veces, la finalidad a la que se destina. Esta riqueza documental permite conocer el mundo privado de la vivienda morisca y, en parte, su forma de vida.

las dimensiones de las casas son bastante redu-cidas, conforme a la tónica general que se observa en todo el Reino de Granada con las viviendas de los moriscos. Con arreglo a los datos recogidos en vein-tiséis casas que se entregan completas, las medidas oscilan entre 32,61 m2 que tiene una casilla caída de luis Fati, y los 150,92 m2 del solar de la casa de Diego el Negro, superando también los cien metros solamente la casa de García Alhati que mide 122,30 m2. Entre estas dimensiones se encuentran el resto de las casas, siendo la media de la vivienda morisca de 69,76 m2.

En orden a estas proporciones, un cuerpo de casa común, palacio, habitación o cámara que suele tener forma rectangular, mide 7,5 por 5,5 metros; la media hallada entre trece habitaciones es de 16,46 m2. Un corral oscila entre 8 y 72 m2, siendo la media de 24,82 m2. Un patio mide 28,22 m2.

En este espacio se distribuyen las distintas piezas de la casa que suelen ser: el patio, corral, cocina y varias habitaciones, por lo general tienen dos pisos (alto y bajo) o, al menos, alguna cámara o habitación en el piso alto.

El patio, según la descripción más frecuente, solía estar situado “delante” para servir de distribuidor a las distintas estancias de la casa, concretamente se señala su existencia en catorce casas. El corral se cita en trece casas moriscas, generalmente situado “deba-jo” o cubierto por las cámaras altas, estos pequeños corrales servirían para guardar algunos animales, los distintos aperos del campo y de almacenamiento de los productos agrarios, pues fuera del casco urbano, en el cercano pago de Cútar, se hallan los Corrales de la villa donde se encerrarían los rebaños mayores. Esta composición responde a las necesidades agra-rias y ganaderas de un tipo de casa rural.

Un modelo común de casa morisca sería la de Diego Alcaide que es una vivienda mediana. la casa consta de un patio, una cocina, dos piezas y un corral con una poza que mide 30 por 16 pies, equivalente a 9,4 m2. Todos estos compartimentos ocupaban una superficie de 40 por 15 pies, igual a 47,04 m2; además tenía un cuerpo alto y bajo de 33 por 9 pies, o sea 20,79 m2; en conjunto la medida de la casa era de 67,83 m2.

73 DOMÍNGUEz ORTIz A. y vINCENT B. (1978); HURTADO DE MENDO-zA, Diego (1970); MÁRMOl CARvAJAl, luis del (1946).

74 PAlANQUES AYÉN (1909, p. 203-207) y SÁNCHEz RAMOS, v. (1999).

75 DOMÍNGUEz ORTIz, A. y vINCENT, B. (1978, pp. 50-56); TAPIA GA-RRIDO, J. A. (1989, pp. 5-14).

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PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRElIMINAR

II.4. lA POBlACIÓN. EvOlUCIÓN DE-MOGRÁFICA.

los grandes problemas que presentan los es-tudios demográficos en época preestadística han sido ya señalados por todos los estudiosos en el tema. Salvo en algunos lugares concretos para los que se cuenta con padrones fiscales o recuentos de vecinos52 , en general los distintos datos sobre po-blación presentan una gran oscilación en las cifras, que se debe a la movilidad de los habitantes en esta época, causada principalmente por la emigración de muchos mudéjares y por la repoblación consiguiente de residentes en otros lugares. Asimismo, durante la época morisca, los lugares de señorío sobre todo

presentan un desarrollo demográfico irregular, que es consecuencia de la misma política señorial de con-centración de la población y, como ha demostrado Bernard vincent, de distintos factores adversos que tienen una incidencia negativa en los ritmos norma-les de crecimiento. Entre estas causas destacan la epidemia de peste de 1507-1508 y la de 1521-1522; y distintos desastres naturales, así terremotos como inundaciones, periodos de sequía o años de malas cosechas53 .

los primeros datos sobre la población de vélez Rubio confirman estas diferencias. Pérez Boyero, si-guiendo a ladero Quesada, dice que antes de 1500 el número de vecinos era de 150, en 1504 la población había descendido a 114, y según el apeo de 1568 la

villa alcanzaba los 280 vecinos54 .

Tapia Garrido, con arreglo a las nóminas de perso-nas bautizadas en el transcurso de la conversión general de 1501, indica que en la recién consagrada iglesia de vélez Rubio se bautizan 82 familias, es decir, 329 habi-tantes; sin embargo, hay que observar que esta cifra no es determinante, ya que sólo da testimonio de los que tomaron el bautismo en esos días y no del total de la población. En 1530 tenía 150 vecinos, según un códice del archivo de la catedral de Murcia55 .

Alfonso Franco Silva muestra que, en 1503, cuan-do la villa entra en posesión de la familia Fajardo, su población era de 150 vecinos, hacia 1530 apenas llegaba a los 20056 .

Según el libro del Repartimiento, antes del le-vantamiento había 250 vecinos, de éstos sólo veinte eran cristianos viejos; después de la expulsión, en 1571, se cuentan “hasta noventa vecinos, así natura-les como nuevos pobladores”57 .

En conjunto, los estudios sobre los señoríos almerienses inciden en que hay un descenso de la población en el periodo comprendido entre los años 1490 y 1504, iniciándose a partir de esta fecha un lento crecimiento.

los vélez, sin embargo, no debieron de sufrir grandes altibajos de población. Ya desde el gobier-

no de los Abduladines, las favorables relaciones de éstos con la Corona convirtieron a la zona en un refugio para los mudéjares de las tierras cercanas, donde la situación política era más inestable; tam-poco hay noticias de levantamientos ni emigracio-nes importantes provocadas por la ruptura de las capitulaciones o por la forzada conversión. Después de ésta, los señoríos acogieron a muchos moriscos procedentes de las tierras de realengo donde su-frían una mayor explotación.

No obstante, mantener una población estable y tratar de incrementarla fue una preocupación

76 lAR de vélez Rubio, f. 33-36, citado por PAlANQUES AYÉN, F. (1909, p. 227).

77 El regidor Francisco González y Antón lázaro informan que la fa-milia de García González Deque permaneció en vélez Rubio en

lA POBlACIÓN EN vÉlEz RUBIO. S. XvI.

Años vecinos Almas Fuente1500 150 600 Pérez Boyero (1997), p. 159.1501 82 328 Tapia Garrido, (1983), p. 53. Sólo moriscos.1503 150 600 Franco Silva (1980), p. 91.1504 114 456 Pérez Boyero (1997), p. 159. 1530 200 800 Franco Silva (1980), p. 91.1530 150 604 Códice de la Catedral de Murcia.1568 280 1.124 Pérez Boyero (1997), p. 159.1571 270 1.080 lAR. 250 moriscos + 20 castellanos. 1573 146 584 lAR. 126 pobladores + 20 cristianos viejos. 1578 504 visita de Población.1586 800 Censo eclesiástico.1591 844 Castillo Pintado (1961), p. 84.1593 600 visita de Población.

casa del presbítero Martín de Beicar en condición de esclavos; luisa Hernández de Córdoba, viuda de Domingo de Beicar, recogió a dos mujeres: Agueda y María y a un niño llamado luis; Pedro Marín tenía a Isabel y Mencía Riquelme, quienes guardaban un hato valorado en 8 ducados y otros 2 ducados en que se tasaron dos vacas. RUBIO DE lA SERNA, J. (1900, p. 65); lAR, fs. 96-114.

78 Entre ellos Bernardino Alcaguaz y Juan Alhariz de Aragón, mayordo-

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II. DE lA CONQUISTA CRISTIANA A lA SUBlEvACIÓN DE lOS MORISCOS

1488-1568

constante de los titulares de los vélez, pues era la fuente de donde salían las rentas señoriales. El proceso de repoblación de vélez Rubio a partir de 1503 fue semejante al de las otras villas y lugares del Marque-sado. Tapia Garrido apunta una primera repoblación de la villa de vélez Rubio con cuarenta familias murcianas a las que los Reyes hicieron merced de tierras y solares para casas58 ; en los años siguientes son conocidos los intentos del Marqués, con diversa fortuna, para atraer inmigrantes a sus dominios, especialmente a vélez Blan-co, ofreciéndoles tierras, solar para edificar su casa y exención de franquicias. Pero, a pesar de todas las ventajas dadas, tampoco en vélez Rubio parece aumentar la pobla-ción de los cristianos viejos en la primera mitad del siglo XvI, pues, tras la expulsión de los moriscos, sólo permanecen en el lugar 20 vecinos, la mayoría criados del Marqués, que acaparan los principales cargos municipales y eclesiásticos.

la familia de los Beicar es, sin duda, la que os-tenta mayor categoría social en estos años. Domin-go de Beicar fue uno de los primeros repobladores asentados en la villa tras la reconquista, a sus bienes iniciales asignados por los Reyes Católicos, se aña-dieron los 25.000 maravedís de plata procedentes de la dote que el Marqués asignó a su pariente política doña luisa Fernández de Córdoba para su casamiento. Ambos establecieron su morada en el conocido como el palacio de los Beicar, luego casa de los Sernas y finalmente del Sacro-lirio, que era una pequeña huerta cercada de unas tres tahullas y me-dia de extensión con su casa principal, situada entre la fuente de Omar y la puerta del Fatín, en el llamado, curiosamente, pago de Alcázar. Recién conquistada la villa, en 1488, se destinó a capilla una de las salas de este palacio para que los conquistadores pudie-ran realizar los oficios religiosos, y así permaneció durante la época mudéjar hasta que se consagró la primera iglesia parroquial de San Pedro. En 1574 aún vive doña luisa Fernández de Córdoba, quién posee uno de los principales patrimonios de la zona, al igual que los otros miembros de su familia, entre los que se encuentran su hija, Marina de Arriaga, casada con

el poblador Andrés Bermúdez, y su cuñado Martín de Beicar, presbítero.

II.5. ORGANIzACIÓN CONCEJIl.

la primera organización concejil de los vélez después de la conquista estuvo formada por la al-jama mudéjar. las aljamas tenían su principal repre-sentación en los alguaciles, personas de confianza nombradas por los reyes para entender en todos los aspectos de la administración; de tal modo, recaudaban los impuestos, dictaminaban la justicia en los asuntos de primera instancia y asistían como expertos conocedores o seises en las tareas de la repoblación y repartos de las aguas.

los vélez, como la ciudad de Granada, gozaron del privilegio de tener un alguacil mayor y un cadí mayor, encargado de resolver los pleitos civiles que surgiesen entre la población musulmana según las leyes islámicas, tal y como estaba capitulado. Para estos cargos fueron designados los ya citados Abduladines.

El consejo estaba formado por los llamados “buenos e viejos onbres”, constituido por los varo-nes más prestigiosos del lugar. Según Galán Sán-chez, después de la conversión, éstos ocuparon los oficios de regidores en los nuevos consejos59 .

Una vez formado el señorío de los vélez, el Mar-qués dispone el gobierno de sus villas tal y como lo tenía organizado en sus otros lugares de Murcia, y establece una organización concejil que seguía el modelo de las instituciones municipales de Mula.

mo del Marqués, quienes los depositaron en casa de Francisco de Heredia y Martín de Beicar. Ibídem.

79 BIRRIEl SAlCEDO, M., en BARRIOS AGUIlERA, M. y ANDÚJAR CAS-TIllO (1995, pp. 89); SÁNCHEz RAMOS, v. (1998, pp. 435-470); ANDÚJAR CASTIllO, F. (1998, p. 144).

80 GONzÁlEz JIMÉNEz, M. (...., p. 130); lADERO QUESADA, Miguel Ángel (1992, pp. 89-92).

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PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRElIMINAR

Asimismo, su autoridad será indiscutible, pues todos sus representantes eran directamente designados por el Marqués.

El concejo estaba presidido por el alcalde mayor, cargo que recaía siempre entre los miembros apegados a la familia Fajardo, entre sus atribuciones se hallaban las de juez ordinario y justicia mayor. En los años anteriores a la expulsión de los moriscos el alcalde mayor era Alonso Guirao, “avecindado desde hacía largos años” en la villa60 .

El cabildo, según Franco Silva61 , estaba compues-to por dos alcaldes ordinarios y cuatro regidores que constituían los puestos principales del gobierno local, siempre asistidos, supervisados y controlados por el alcalde mayor62 , un alguacil mayor, un pregonero, dos escribanos públicos, un mayordomo de propios y cuatro procuradores.

Según el libro de Apeo y Repartimiento de vélez el Rubio formaban parte del cabildo los regidores: Francisco González, cristiano viejo, y los moriscos Ginés Abechicala y Juan Alharez de Aragón, a este último también se le da el título de alcalde ordinario, y era el que custodiaba el libro de las Aguas llamado Condac, escrito en arábigo; el alguacil mayor era Francisco de Heredia; también se cita un alcalde de la fortaleza: Juan de Helices.

los bienes de propios del concejo eran 11.000 maravedíes cada año en censos; la renta de la al-motacenía, que era la procedente de los mercados y las mercancías, estimada en unos 250 reales cada año; dos tiendas, una de pan y otra de aceite, jabón y saladura, que se arrendaban en 60 ducados al año; y, además, el Marqués les concedió el herbaje de los baldíos que rentaban entre 400 y 500 reales63 .

Estas rentas y posesiones quedaron después del repartimiento entre los bienes no repartidos que eran: la dicha renta de la almotacenía; dos tiendas en la plaza, una para bastimentos y otra tienda de herre-ría con sus herramientas; una almazara; varias eras de pan trillar; treinta y ocho colmenares en la dehesa del Xinte, Fuente Grande, Fuente del Madroño, Fuente el Saiz y Fuente Aceituno; diez y ocho corrales de ga-nado en el pago de Andar Xiquena; y una casa junto a la cárcel que era la morada del alcaide. Además quedan sin repartir: una hila de agua perteneciente a los Pobres, veinticuatro casas de moriscos en la población, treinta y tres casas en el campo, dos casas más sin especificar y dos huertos cerca de la villa que

eran de Bernardino Alcaguaz y Juan Alhariz.

II.6. CONFlICTOS CON lA IGlESIA.

Tras la conquista del Reino Nazarí de Granada, los Reyes Católicos llevan a cabo una primera ordena-ción territorial eclesiástica, contenida en el memorial que éstos envían al Papa Alejandro vI en 1493. En esta distribución los vélez se adjudican a la diócesis de Guadix. Años después, con motivo de la “Erección parroquial de oficios y beneficios” de fray Diego de Deza en 1505, se modifican algunos límites territoria-les, quedando definitivamente adscritas las villas de vélez Blanco, vélez Rubio, Serón, Tíjola y Bacares a la diócesis de Almería.

Uno de los asuntos que va a provocar mayores discordias con los señores temporales será la cons-trucción de las nuevas iglesias. Durante la época mudéjar, por respeto a las capitulaciones, no se construyeron templos cristianos, a lo sumo se con-sagró alguna mezquita en los lugares donde había una población cristiana suficiente. Después de la conversión de los mudéjares en 1500 y 1501, cuando ya de hecho se había logrado la unidad religiosa, todas las mezquitas se consagraron en iglesias, se acometió la empresa de su dotación ornamental y, en los casos necesarios, la reforma o la edificación de nuevos templos que se ajustasen mejor que las viejas mezquitas a la liturgia católica.

Según Tapia Garrido, el “Martes IX días del mes de março de 1501 años se tomó posesyon de la mequita de vélez el Rubio e se puso por nonbre San Pablo e la tal posesyon tomó el venerable Juan Mar-tínez, vicario general del obispado de Cartagena”64 . En los días inmediatos, el 19 y el 21 de marzo, se bautizaron en esta iglesia 82 familias de mudéjares. Según Rubio de la Serna y Palanques, esta primera iglesia estaba dedicada a San Pedro en homenaje a D. Pedro Fajardo65 , advocación a la que, asimismo, se consagrará la iglesia del nuevo lugar.

81 BARRIOS AGUIlERA, M. (1987, p. Xv). 82 Término utilizado por A. MUÑOz BUENDÍA (1992, p. 271). 83 BARRIOS AGUIlERA, M. (1985, pp. 67-92); lENTISCO PUCHE, J. D.

(1991).

84 lAR de vélez Rubio, f. 36-39, citado por PAlANQUES AYÉN, F. (1909, p. 219-220).

85 Toda esta problemática está estudiada en ANDÚJAR CASTIllO, F. (1998 b), basándose en la documentación del Archivo Ducal de Medina Sidonia (ADMS). MARTÍNEz lÓPEz, J. M. (1983).

86 la fanega de regadío en vélez Rubio es de 1.746 m2 y la de secano de 6.987 m2.

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II. DE lA CONQUISTA CRISTIANA A lA SUBlEvACIÓN DE lOS MORISCOS

1488-1568

la primera iglesia de vélez el Rubio el Nuevo estaba situada en el mismo solar en el que después se levantó de nueva planta la actual iglesia de la Encarnación, en la misma explanada o plaza del Castillo. Sus dimensiones eran muy reducidas. Su traza, al uso de las antiguas mezquitas rurales, constaba de una sola nave en la que se habían distribuido siete capillas, exteriormente la distinguía una torre y la portada orientada al me-diodía. Junto a sus muros se acomodó más tarde el primer cementerio cristiano. Su construcción o bien su consagración al culto católico se llevó a cabo, según Palanques, en 1515, fecha ya tardía para la erección de iglesias parroquiales, aunque no es extraña teniendo en cuenta la tenaz oposición del Marqués a edificar iglesias en sus señoríos. Mientras tanto se habilitó al culto una pequeña capilla privada en el palacio de los Beica, como hemos apuntado más atrás.

En esta primera erección se dotaron para la iglesia de vélez Rubio dos beneficios y una sacristía66 , número que se consideró suficiente para la población que entonces había. Según el libro de Apeo y Re-partimiento, los miembros de la iglesia en 1571 eran Martín de Beicar, clérigo presbítero, y dos beneficia-dos: Andrés lópez y Pedro González el Abad.

la oposición de don Pedro Fajardo y de otros muchos señores a edificar y reparar las iglesias de sus señoríos dio lugar a numerosos pleitos con los obispos y con la Iglesia, que se prolongaron durante toda la etapa morisca. En los años de la expulsión aún había lugares que no disponían de una iglesia en condiciones.

las razones son los recursos económicos con los que contaban estas primeras parroquias. los titula-res de los lugares de señorío, por facultad del Papa Alejandro vI concedida en las bulas de 1500 y 1501, confirmadas por doña Juana el 23 de noviembre de 151267 , en reconocimiento a la ayuda prestada por la nobleza en la conquista del Reino de Granada, gozaban del privilegio de percibir los dos novenos de los diezmos, con la condición de edificar y reparar las iglesias de sus señoríos. Sin embargo, esta cláu-sula fue mal acogida por los señores que se niegan a edificar y reparar las iglesias, alegando, como hace don Pedro Fajardo en 1512, que no era competencia de ellos y que para esta finalidad las bulas papales habían destinado la tercia parte de los diezmos.

87 SEGURA DEl PINO, Dolores (2000, p. 151); BEJARANO, F. (1966, pp. 1-46 y 1972, pp. 53-73).

88 PAlANQUES AYÉN, F. (1909, p. 243-244). 89 FERRE BUENO, Emilio (1979, pp. 346-347). 90 Se sigue también en la repoblación del valle del Almanzora. lEN-

Grupo escultórico de la Virgen y San Gabriel en el acto de la Anunciación, remitido de Murcia a Vélez Rubio por D. Juan de Ábalos en el s. XVI, donde se supone se dijo la primera misa en 1488.

Ante la necesidad de nuevas iglesias parro-quiales y la firme oposición de los señores, el rey Fernando pide una averiguación de la situación en que se encontraban las iglesias y sobre la cantidad de dinero que haría falta para aderezarlas. El estado en que se encontraban las iglesias de Almería se redactó en un informe efectuado por el deán don Francisco Ortega y por don Pedro García de Atienza, capellán mayor de la Capilla Real de Granada, en 1513. Según éste, había que construir de nuevo las iglesias de vé-lez Blanco y vélez Rubio, para lo cual, el Marqués de los vélez tenía que pagar 250.000 maravedíes para la primera y 150.000 maravedíes para la segunda68 .

Al mismo tiempo se dirimen otros problemas entre el obispado y don Pedro Fajardo. En 1524, el Marqués se niega a pagar la décima y el sub-sidio que le reclamaba la fábrica de la Catedral de Almería, del mismo modo que al cobro del excusado o diezmo del feligrés más rico de cada parroquia. En 1512, el excusado de vélez Rubio era Gil Abenxecla, morisco, y entre 1516 y 1524 lo era el beneficiado Pedro González el Abad69 .

TISCO PUCHE, J. D. (1991). 91 lHP de vélez Rubio, f. 148.

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PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRElIMINAR

la edificación de las iglesias vuelve a surgir en la Congregación de expertos que tiene lugar en la Capilla Real de Granada en 1526, promulgándose finalmente la Real Provisión de 27 de agosto de 1526, dirigida a los titulares de señoríos, en la que se les exhortaba a iniciar las obras en el plazo de noventa días. Asimismo, una Real Cédula de 7 de di-ciembre de 1526 autorizaba a los obispos a asignar los “sobrantes” de las rentas de la fábrica de las pa-rroquias y beneficiados en cualquier otra necesidad dentro de su diócesis, gestión que correspondía al mayordomo, disposición que también va a provo-car nuevos enfrentamientos entre los obispos y los concejos por el control de las mayordomías.

Ante estas medidas, el Obispo y el Marqués de los vélez llegan a una concordia el 24 de septiembre de 1526, por la que el segundo pagaría 1.000 duca-dos por las rentas de habices y excusados atrasados y se comprometía a dar un excusado por cada parro-quia; asimismo, deja para el señor Obispo las rentas de los habices de sus villas y la libre disposición en las libranzas de clérigos, gastos de ornamentos y de fábricas. Por estos conceptos, entre 1527 y 1537, el Obispo de Almería recibió 1.500 ducados del Mar-qués de los vélez70 .

No obstante, ante la persistente negativa del Marqués a construir las iglesias de su señorío, el Obispo de Almería, don Diego Hernández de villa-lán, hubo de destinar 3.750.000 maravedíes para levantar los templos de Cuevas, vélez Rubio y vélez Blanco, llegándose a un grave enfrentamiento entre el Obispo y el Marqués, quien le acusaba de destinar todos los dineros a la construcción de la catedral de Almería y le denunciaba por malversación de fondos y nepotismo71 .

Un nuevo conflicto se inicia en 1532 a iniciativa del Obispo a causa de la percepción de los siete no-venos de cristianos viejos que hasta ahora cobraba el Marqués por razón de la bula de Inocencio vIII. Este pleito se prolongó hasta 1606, resolviéndose a favor de los señores marqueses.

92 TORRES BAlBÁS, leopoldo (sin año, t. I., p. 135). 93 lHP de vélez Rubio, fs. 29. 56, 109. 94 la fanega de secano en vélez Rubio es de 6.987 m2

95 Citado por PAlANQUES AYÉN (1909, pp. 226-228). 96 Ibídem, pp. 208-211.

97 Término utilizado por M. BARCElÓ (1989, pp. Xv-XlvII). 98 lAR, f. 73. 99 TERÈS, E. (1968, p. 295); MARTÍNEz RUIz, J. (1985, pp. 175-176);

ESPINAR MORENO, M. (1983). 100 GIl OlCINA, A. (1995).

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III. El REPARTO DE PROPIEDADES Y ASENTAMIENTO DE NUEvOS vECINOS

1571-1574

III

El REPARTO DE PROPIEDADES Y ASENTAMIENTO DE NUEvOS vECINOS (1571-1574)

los propósitos de asimilar a la antigua población musulmana del Reino de Granada fueron constantes desde el mismo momento de la conquista y, espe-cialmente, desde la conversión general de 1500 y 1501. las autoridades castellanas intentan por todos los medios borrar cualquier diferenciación externa de raíz islámica mediante sucesivas prohibiciones y represalias, tratando de este modo de dejar caer en el olvido la herencia religiosa y cultural de los moris-cos, diferencias que fueron defendidas por Francisco Nuñez Muley como “costumbres antiguas” de los naturales de esta tierra72 .

No obstante, la pervivencia de los signos de identidad de la población morisca -lengua, onomás-tica, vestidos, religiosidad- es un hecho ineludible en la segunda mitad del siglo XvI y, además, otros muchos problemas latentes, derivados de la difícil coexistencia de los cristianos viejos y de los nuevos, se han agravado a causa de la constante presión fiscal y religiosa, la crisis económica de la industria sedera y el reforzamiento moral que para los moris-cos suponía la creciente presencia en el Mediterráneo de los turcos y berberiscos.

El aumento de las tensiones en la comunidad morisca llega al límite tras las conclusiones del Sí-nodo provincial de Granada y la Comisión del doctor Santiago, cuyas resoluciones provocaron las primeras rebeliones del Albaicín a las que siguieron el levanta-miento de las Alpujarras el 24 de diciembre de 1568, dando lugar a una cruenta guerra que duró año y medio y que dejó un reguero de muertes y destruc-ción que diezmaron la población y la economía del Reino de Granada73 .

la ferocidad de la guerra, sin embargo, no tuvo la misma intensidad en todo el territorio del Reino, en general, los moriscos de las ciudades y los que poblaban muchos de los señoríos no se sublevaron, sino que adoptaron una actitud pasiva ante uno y otro bando, acogiéndose a la protección que les aseguraba la categoría del señor. En esta situación permanecieron los moriscos de Orce y Galera, lugares de don Enrique Enríquez; Huéscar, bajo el señorío del duque de Alba, y otros lugares donde dominaban el marqués de villena y el duque de Medina Sidonia; asimismo, los moriscos del marquesado de los vélez se mantuvieron fieles a la autoridad de don luis Fajardo de la Cueva, pese a las tentativas de aproxi-mación del rebelde Jerónimo el Maleh que no pudo sobrepasar la Boca de Oria74 .

Tras los sangrientos sucesos que provocaron el levantamiento de los moriscos, la Corona ordena la deportación inmediata de éstos del Reino de Gra-nada y, de inmediato, la confiscación de sus bienes. los moriscos del marquesado de los vélez fueron sacados de su territorio en noviembre de 1569 por el licenciado Huerta Sarmiento y trasladados a la tierra de Albacete y Huete en una terrible marcha que duró alrededor de dos meses75 . la población morisca de vélez Rubio antes del levantamiento, según el lAR, era de 230 vecinos76 . Esta medida debió de causar una gran consternación entre la población morisca. Según las declaraciones realizadas por los peritos, algunos de ellos permanecieron errantes por los montes limítrofes durante cierto tiempo hasta que el hambre les empujó a acercarse a la población donde fueron cogidos como esclavos77 ; otros, ante la dudosa situación, dejaron ciertos bienes en po-

101 DIEGO vElASCO, Mª Teresa de (1984, pp. 249-276); DOMÍNGUEz GARCÍA, Manuel (1989, pp. 951-968).

102 RODRÍGUEz MOlINA, José (1991, pp. 144-151). 103 GlICK, T.F. (1988, p. 289). 104 ESPINAR MORENO, M. y MORENO GARzÓN, l. (1988).

105 COTES PORCEl, J. (1985, p. 27-28). 106 Sobre la distinción entre naturales y pobladores véase COTES

PORCEl (1985, p. 23). 107 POCKlINGTON, Robert (1988, pp. 103-114). 108 lAR, fol 32v., citado por PAlANQUES AYÉN, F. (1909, p. 228). 109 PAlANQUES AYÉN, F. (1909, p. 247). 110 ESPEJO, C. (1918, pp. 97-99); GARCÍA GUzMÁN, Mª del Mar (1982

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PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRElIMINAR

der de los cristianos viejos de la villa, que después fueron recogidos por Juan de Helices, alcalde de la fortaleza, y depositados en la casa del Marqués en vélez Blanco78 .

la expulsión de los moriscos del Reino de Gra-nada en la segunda mitad del siglo XvI vino a sellar definitivamente una larga etapa de transición inicia-da con la conquista del Reino Nazarí por los Reyes Católicos. Durante este periodo tan discutido, pues sin duda ya está vinculado a la modernidad, todavía permanecen arraigadas muchas de las viejas estruc-turas medievales, favorecidas por la pervivencia de la antigua población musulmana, que retardaron considerablemente el proceso de castellanización perseguido desde la conquista. Después de la ex-pulsión, la Corona, libre del lastre que suponía la permanencia en esta tierra de la población morisca y ante la perspectiva de una sociedad unificada étnica y religiosamente, puede, por fin, culminar el cambio iniciado a finales del siglo Xv, aprovechando para ello el proceso de la repoblación.

los últimos estudios sobre la repoblación de Felipe II no dudan en destacar el papel organizativo de la Corona79 , dirigido hacia dos objetivos claves:

el reforzamiento de la jurisdicción real en los seño-ríos granadinos y el fortalecimiento de la institución concejil. las medidas adoptadas para alcanzar estos propósitos, recortando de modo sistemático los privilegios que las oligarquías de las ciudades y los señores jurisdiccionales habían venido arrogándose desde sus inicios, siempre bajo el estricto control del Consejo de Población de Granada, trajeron consigo una gran conflictividad, especialmente en los señoríos granadinos, y tanto más cuanto más importante era el señor, alcanzando su punto álgido en el marquesado de los vélez, cuyo poderoso señor va a considerar como una violación de sus derechos jurisdiccionales todos y cada uno de los pasos segui-dos en la repoblación de su territorio.

Estas causas dieron lugar a largas y controverti-das negociaciones que prolongaron en gran manera la repoblación de los vélez y cuyas diligencias y ne-gociaciones quedaron plasmadas en un voluminoso libro de Apeo y Repoblación que se componía de 1.027 hojas.

III.1. El REPARTIMIENTO.

El repartimiento fue la modalidad de repoblación que ya se había adoptado para el Reino de Granada a fines del siglo Xv, según Manuel González Jiménez, “respondía a una planificación consciente y sistemática del poblamiento de los territorios ocupados, al tiempo que evitaba la ruptura con la situación anterior a la conquista”80 . Sin embargo, las circunstancias históricas después de la expulsión de los moriscos eran muy diferentes a las de la primera repoblación, la destruc-ción y despoblación causadas por la guerra y la ex-pulsión tuvieron como consecuencia la “ruptura del equilibrio económico por el abandono del modelo morisco”81 , la inseguridad ante los ataques monfíes y berberiscos, y en los lugares de señorío un abierto enfrentamiento entre la Corona y los señores por las causas ya dichas.

la repoblación de los vélez se inicia al poco tiempo de la expulsión de los moriscos por “iniciativa

señorial”82 . Como ocurrió en otros lugares de señorío, el Marqués de los vélez repuebla con celeridad sus dominios, trayendo cristianos viejos procedentes de sus tierras murcianas para evitar pérdidas irrepa-rables en la producción agraria que, naturalmente, redundaban en los beneficios de sus rentas83 . Esta intervención señorial realizada sin conocimiento real es automáticamente paralizada por el Consejo de Población de Granada, comenzando un largo periodo de conflictos y tensiones.

los trámites oficiales para la repoblación de vélez Rubio se inician en noviembre de 1571 con el nombramiento del licenciado Antonio de Medrano como Comisionado por los señores del Consejo de Hacienda y Población, quien comienza su cometido en 21 de diciembre de 1571 con el apeo y toma de posesión de los bienes moriscos84 . Como conocedo-res o seises son designados García Algazi o García Abixecla el Gazi, como se le llama en el repartimien-

y 1987). los habices “eran un tributo constituido sobre esquil-mos, frutos, rentas de hacienda o mercedes en rentas, otorga-dos como limosnas, y fueron aplicados a mezquitas, rábitas, alfaquíes, almuédanos, fábricas de mezquitas, redención de cautivos, obras pías, etc.”

111 GlICK, T.F. (1988, p. 333; 1990, pp. 191-221). 112 BOlENS, l. (1989, pp. 69-94). 113 NIDO Y TORRES, M. del (1927, p. 220). 114 SEGURA DEl PINO, Dolores (2000). 115 GARRIDO ATIENzA, Miguel (1990 y 1902); BARRIOS AGUIlERA,

M. (1993, pp. 131-183); HERNÁNDEz BENITO, P. (1995, pp. 293-294).

116 ESPINAR MORENO, M. y ABEllÁN PÉREz, J. (1992). 117 PAlANQUES AYÉN (1909, pp. 243-245). 118 lENTISCO PUCHE, J.D. (1991, p. 142).

119 lENTISCO PUCHE, J.D. (1991, p. 146). 120 Toda la problemática en torno a la repoblación de los vélez ha sido

estudiada por ANDÚJAR CASTIllO, Francisco (1998); FRANCO SIlvA, Alfonso (1982); BARRIOS AGUIlERA, Manuel (1985); CO-TES PORCEl, Josefina (1985).

121 visita de Población de 1593, f. 28.

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III. El REPARTO DE PROPIEDADES Y ASENTAMIENTO DE NUEvOS vECINOS

1571-1574

la medida agraria que se utilizó en el repartimiento fue la fanega, ajustándose, en el caso del regadío,

a sus distintas subdivisiones: celemín, cuartillos y estadales, según la condición de la categoría de la tierra a repartir.

Como en todo repartimiento, había que equi-librar los bienes a repartir y el número de nuevos pobladores que se iban a establecer en la villa, con-siderando la capacidad de producción de la tierra para mantener una población determinada. Según esta norma, a cada repoblador correspondería una unidad base o suerte de población consistente en una morada, una suerte de regadío de cada género

de hacienda y una suerte de secano que se formarían una vez elegidos los pobladores.

En el repartimiento de vélez Rubio la suerte de población que se consideró suficiente para la sub-sistencia de una familia fue 5’89 fanegas de regadío y 17’1 fanegas de secano, equivalentes a 22.230,71 m2 de tierra, cantidad que se aproxima bastante a la utilizada en otros repartimientos87 .

A repoblar vélez Rubio acuden 125 vecinos a los que se añaden dos viudas por orden del licenciado Bonifaz, son, por tanto, 127 los repobladores entre los que se distribuyen las casas y tierras existentes.

Pero como en todo repartimiento, la distribu-ción de tierras y casas no será equitativa, sino que se hará teniendo en cuenta la categoría del desti-

to, y Hernando el Mudo o el Mundo, moriscos, y los pobladores: Alonso Guirao, alcalde; Francisco González, regidor; Pedro Ximénez, alguacil; y otros como Antón lázaro de la vega el viejo y el Mozo, Juanes de Oquendo, importante propietario, y Juan de la Iglesia. Como medidor de las tierras actúa el valenciano Ginés Rodríguez y de todos los actos da fe el escribano Antonio de Quesada. En representación del Marqués interviene Jaime de Santonge, quien irá contradiciendo y protestando todos los actos de posesión del mandatario real.

las dificultades que Antonio de Medrano en-cuentra para realizar la misión encomendada son innumerables. las ocultaciones de bienes y la falta de veracidad en las informaciones hacen imposible concluir su encomienda85 , de tal modo que, por Real Cédula de 6 de octubre de 1572, Felipe II nombra juez comisionado al licenciado Ibáñez de zafra a quien acompañará el escribano Diego de Montalbán. Por otra Real Cédula de 13 de octubre del mismo año designa al licenciado Murga y, finalmente, el presi-dente don Pedro Deza nombra al licenciado Bonifaz a 20 de diciembre de 1572, quien inicia los trámites definitivos en 11 de enero de 1573, actuando junto a él como escribano Alonso de Peñuela.

Todas las trabas con que se enfrentaron los dos

comisionados principales encargados de la repo-blación de vélez Rubio quedaron recogidas en el libro de Población, en dos relaciones de las tierras y haciendas que había en el término, que son muy diferentes entre sí.

las diligencias practicadas por Antonio de Me-drano en 1571 estuvieron plagadas de ocultaciones y falsedades por parte de los peritos, dando como consecuencia una cuantificación de la extensión de la tierra de regadío y secano mínima, que contrasta sensiblemente con las cifras reales del repartimiento efectuado, más tarde, por el licenciado Bonifaz en 1574.

III.2. lA DISTRIBUCIÓN DE lA TIERRA. lAS SUERTES Y vENTAJAS.

la distribución de la tierra que se acordó para el repartimiento de vélez Rubio siguió el mismo modelo ya adoptado desde la primera repoblación en todo el territorio del Reino de Granada, por lo tanto, eran ha-ciendas que ya habían sufrido un primer repartimiento lo que redundaba en una gran parcelación.

la cantidad de tierra a repartir o la superficie agraria útil expropiada a los moriscos se limitaba a 1.025’21 fanegas de tierra de regadío y 3.030 fanegas de tierra de secano86 .

122 COTES PORCEl (1985, p. 25). 123 BRAvO CARO, Juan Jesús (1995, pp. 157-186). 124 AGS, Cámara de Castilla. leg. 2215. 125 MUÑOz BUENDÍA, Antonio (1992, pp. 253-297). los resultados de

la visita de Población de 1593 a vélez Rubio han sido analizados por COTES PORCEl, J (1985).

126 ORIOl CATENA, F. (1987, pp. 26-29). 127 lENTISCO PUCHE (1991, p. 146-152). 128 visita de Población de 1593, f. 31.

129 PAlANQUES AYÉN, F, Apéndices a la Historia de vélez Rubio, 1907, p. 39-40. Ejemplar impreso, pero no distribuido.

130 RUBIO DE lA SERNA, J. (1900, p. vIII).

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PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRElIMINAR

Poblador Riego2 Secano3 viña4 Morales5 Olivos

AlARCÓN, Julián de ............ 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............2 .......... 24AlONSO, Martín ................... 9-5-2 .....39-1 ......162 ..............2 .......... 22AlONSO, Pedro ...................3-11-3 .....17-1 ........ 81 ..............5 .............9ARIAS, Pedro de.................... 5-8-3 .....17-1 ........ 81 ..............2 .............8

BRABO, Juan .......................... 4-2-3 .....20-0 ........ 81 ..............2 .............7BRABO, Juan ........................8-11-0 .....34-1 ......162 ..............2 .......... 23BUSTAMANTE, Diego de ... 9-8-2 .....34-2 ......162 ..............6 .......... 26

CAMPOS, Martín de ............ 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............1 .......... 10CARRASCO, Diego ............... 4-6-3 .....17-1 ........ 81 ..............1 .............4ClEMENTE, Juan ................. 6-1-3 .....16-1 ........ 81 ..............4 .......... 16COBARRUBIAS, Pedro de... 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............3 .............8CRESPO, Rodrigo .................. 4-4-1 .....17-1 ........ 81 ..............0 .......... 25CUEvA, Pedro de la ............ 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............0 .......... 10

DIÁÑEz, Juan......................... 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............6 .......... 12DÍAz, Hernán6 ....................... 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............5 .......... 11

ESPINOSA, Cristóval ..........15-0-1 .....51-3 ......243 ..............9 .......... 25ESTEBAN, Juan ........................2-11 .....17-1 ........ 81 ..............0 .............3

FERNÁNDEz, Martín ........... 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............4 .............7

GARCIA, Bernal ..................... 4-3-3 .....17-1 ........ 81 ..............2 .......... 13GARCÍA, Francisco ............... 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............0 .......... 25GARCÍA, Gonzalo ................. 3-83- .....17-1 ........ 81 ..............4 .............7GARCÍA, Juan ........................ 4-9-3 .....17-0 ........ 81 ..............1 .......... 16GARCÍA, lucas ....................... 7-6-2 .....17-1 ........ 81 ..............2 .......... 30 GARCÍA, luis .......................... 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............2 .......... 11GARCÍA, Martín ...................10-1-0 .....34-2 ......162 ..............0 .......... 18GARCÍA, Martín ...................12-7-1 .....51-3 ......243 ..............4 .......... 40GARCÍA, Martín ...................14-2-1 .....51-3 ......243 ........... 12 .......... 31GARCÍA, Pedro ....................4-10-1 .....17-1 ........ 81 ..............1 .............8GÓMEz CARRIllO ............... 3-3-3 .....17-0 ........ 81 ..............5 .......... 14 GÓMEz, Fabián ...................4-10-3 .....17-0 ........ 81 ..............0 .......... 16GÓMEz, Miguel .................... 3-6-3 .....17-1 ........ 81 ..............5 .............1GÓNGORA, lorenzo de...... 9-7-2 .....34-2 ......162 ..............0 .......... 23

DEMOSTRACIÓN DE lA HACIENDA REPARTIDA A lOS POBlADORES, según la Certificación de 17981

Poblador Riego2 Secano3 viña4 Morales5 Olivos

GUERRERO, Juan .................. 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............6 .......... 14GUIllÉN, Quiteria ................ 4-1-3 ....... 8-6 ........ 40 ..............0 .............5GUIRAO, Andrés ................... 8-5-2 .....34-2 ......162 ..............1 .......... 23GUIRAO, Francisco .............14-5-1 .....51-3 ......243 ..............2 .......... 32GUIRAO, Francisco ............... 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............4 .......... 19GUIRAO, Hernán ................... 4-9-1 .....17-1 ........ 81 ..............0 .............1

HEREDIA, Rodrigo de .... 20-11-0 .....68-4 ......324 ........... 14 .......... 32HERNÁNDEz, Domingo ..... 4-9-3 .....17-1 ........ 82 ..............1 .......... 10HERNÁNDEz, lázaro ........... 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............1 .......... 18HERNÁNDEz, Martín .......... 3-7-3 .....17-1 ........ 81 ..............4 .............5HERNÁNDEz, Martín .......... 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............2 .............3HERNÁNDEz, Pedro ............ 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............6 .............2HERNÁNDEz, Sancho .......13-9-1 .....51-3 ......243 ..............7 .......... 40

lATORRE, Juan ....................4-10-3 .....17-1 ........ 81 ..............3 .......... 13lATORRE, luis de ................. 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............0 .............2lÁzARO, Sebastián ............. 4-5-3 .....17-1 ........ 81 ..............2 .............5lEONÍS, Juan ......................... 4-1-3 .....17-1 ........ 81 ..............0 .......... 30lERMA, Francisco de........... 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............0 .......... 24llERENA, Diego ................... 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............4 .......... 11lÓPEz DE CUÉllAR, Juan 5-7-3 .....17-1 ........ 81 ..............6 .......... 10lÓPEz GUIllÉN, Juan ........ 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............4 .............8lÓPEz, Alonso....................... 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............0 .......... 13 lÓPEz, Garci ........................8-11-0 .....34-2 ......162 ..............2 .......... 25lÓPEz, Gaspar ....................4-10-3 .....17-1 ........ 81 ..............0 .......... 14lÓPEz, Hernando ................ 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............7 .......... 22lÓPEz, Juan de ..................... 8-5-3 .....34-3 ......162 ..............7 .......... 40lÓPEz, Juan ........................... 4-1-3 .....17-1 ........ 81 ..............5 .......... 11 lÓPEz, Juan ........................... 4-5-3 .....17-1 ........ 81 ..............4 .......... 14lÓPEz, Juan ........................... 5-3-3 .....17-0 ........ 81 ........... 10 .......... 10lÓPEz, Marco ......................4-11-3 .....17-1 ........ 81 ..............0 .......... 13lÓPEz, Martín ....................... 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............0 .......... 14lOzANO, Thomás ................ 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............7 .............5

MARQUES, Juan ................... 6-4-3 .....17-0 ........ 81 ..............1 .......... 18MARTEl, Francisco .............. 5-2-0 .....17-1 ........ 81 ..............4 .......... 18MARTÍNEz, Alonso .............. 4-5-1 .....17-1 ........ 81 ..............3 .......... 20MARTÍNEz, Cristóval ........... 5-2-3 .....17-1 ........ 81 ..............0 .............8MARTÍNEz, Felipe ................ 5-6-3 .....17-1 ........ 81 ..............5 .............9MARTÍNEz, Francisco.......... 4-9-1 .....17-1 ........ 81 ..............0 .............4MARTÍNEz, Francisco.......... 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............7 .............8MARTÍNEz, Gil ....................... 4-7-3 .....17-1 ........ 81 ..............0 .............0MARTÍNEz, Ginés ...............18-0-0 .....64-4 ......324 ..............9 .......... 39MARTÍNEz, Ginés ...............8-11-2 .....34-2 ......162 ..............3 .......... 21MARTÍNEz, Juan ................... 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............1 .............8MARTÍNEz, Juan ................... 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............2 .............5MARTÍNEz, luisa .................. 4-1-3 .....17-1 ........ 81 ..............2 .......... 16Poblador Riego2 Secano3 viña4 Morales5 Olivos

1 Certificación librada en Almería a 30 de marzo de 1798 por don luis Cristóbal Ponce. Archivo Histórico Nacional (véase pág. 7). En el original se presenta por orden de aparición en el Repar-timiento de 1574 y con indicación del folio donde constaba; nosotros hemos preferido ordenar la relación alfabéticamente por el apellido.

2 Extensión expresada en fanegas-celemines-cuartillos.

3 Extensión expresada en fanegas-celemines.

4 Extensión expresada en estadales.

5 Y moreras.

6 Sustituido por Francisco Pérez.

7 Sustituido por Francisco de Rosa.

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III. El REPARTO DE PROPIEDADES Y ASENTAMIENTO DE NUEvOS vECINOS

1571-1574

DEMOSTRACIÓN DE lA HACIENDA REPARTIDA A lOS POBlADORES, según la Certificación de 17981

MARTÍNEz, Miguel .............. 3-5-3 .....17-1 ........ 81 ..............1 .......... 35MARTÍNEz, Miguel .............. 4-9-3 .....18-0 ........ 81 ..............0 .......... 13MAzÓN, Alonso .................... 8-6-2 .....34-2 ......162 ..............5 .......... 28MENA, Mari ............................ 3-8-3 ....... 8-6 ........ 40 ..............0 .......... 25MIRABETE, Ginés ................4-10-3 .....17-1 ........ 81 ..............7 .............9MOlINA, luis de ................... 4-3-3 .....18-1 ........ 81 ..............3 .............3MORENO, Cristóval .............. 5-7-3 .....17-1 ........ 81 ..............0 .......... 13MURCIA, Hernando de ....... 3-8-3 .....17-6 ........ 81 ..............1 .......... 29

NAvARRO, Juan7 ................... 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ........... 10 .......... 22NAvARRO, Pedro .................. 4-3-3 .....17-1 ........ 81 ..............1 .............6

PADIllA, Hernando de ....4-10-3 .....17-1 ........ 81 ..............2 .......... 13PAllARÉS, Ana ....................4-10-3 .....17-1 ........ 81 ..............3 .............6PAlOMARES, Francisco ...... 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............1 .............5PÉREz, Andrés ....................... 8-7-2 .....34-2 ......162 ..............5 .......... 15PÉREz, Bartolomé ........... 3-11-23 .....17-1 ........ 81 ..............2 .......... 17PÉREz, Francisco .................. 4-7-3 .....17-1 ........ 81 ..............0 .............9PÉREz, Juan ........................... 4-3-3 .....16-1 ........ 81 ..............5 .......... 15PÉREz, Rodrigo ..................... 3-5-3 .....17-1 ........ 81 ........... 11 .............3PÉREz, Rui.............................11-9-2 .42-8-2 ........ 20 ..............2 .......... 37PINIllA, Pedro ...................... 9-7-2 .....34-1 ......162 ..............2 .......... 30PIQUERAS, Sebastián .......18-2-0 .....68-4 ......324 ..............3 .......... 46POzO, Blas del .....................12-9-3 .....51-3 ......243 ..............6 .......... 31

QUINTANA, Pedro de .......... 5-1-3 .....17-1 ........ 81 ..............3 .............2

RAMÍREz, Pedro.................... 4-9-1 .....17-1 ........ 81 ..............2 .......... 11RAMOS, Juan ............................. 2-5 .....17-1 ........ 81 ..............4 .......... 50RODRÍGUEz, Francisco....... 8-8-2 .....34-2 ......162 ..............7 .......... 10ROMERO, Juan ..................... 4-9-2 .....17-1 ........ 81 ..............3 .......... 15RUIz, Josepe .......................... 4-7-3 .....17-1 ........ 81 ..............0 .............5

Poblador Riego2 Secano3 viña4 Morales5 Olivos

SÁNCHEz el Mozo, Pedro 13-8-1 .....51-3 ......243 ........... 13 .......... 66SÁNCHEz el viejo, Pedro 14-10-1 .....51-3 ......243 ..............7 .......... 45SÁNCHEz, Alonso ................ 4-8-3 .....17-1 ........ 81 ..............0 .............5SÁNCHEz, Alonso ................ 8-2-2 .....34-2 ......162 ..............5 .......... 34SÁNCHEz, Andrés ..............10-8-2 .....34-0 ......162 ..............8 .......... 17SANCHEz, Diego .................. 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............0 .............7SÁNCHEz, Francisco .........10-8-2 .....38-0 ......162 ..............1 .............3SÁNCHEz, Francisco ........... 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............2 .......... 15SÁNCHEz, Juan..................... 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............3 .......... 16SÁNCHEz, Miguel .............12-1-0 .....42-8 ......202 ..............8 .......... 26SÁNCHEz, Pero ..................... 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............1 .......... 12SERNA, Pedro de .................. 4-9-3 .....17-1 ........ 81 ..............2 .............2

TIRUEl MÁRQUEz, Martín 11-3-1 ....51-3 ......243 ..............4 .......... 24TIRUEl, Juan .......................... 9-7-2 .....36-1 ......162 ........... 14 .......... 27TIRUEl, Martín de ................ 4-8-0 .....17-1 ........ 81 ..............0 .......... 12TITOS, Ginés de ..................... 6-8-2 .....35-2 ......162 ........... 14 .......... 21TORRAlBA, Hernando de . 4-3-3 .....17-1 ........ 81 ..............1 .......... 14

vIllAREJO, Juan ................... 4-8-3 .....17-1 ........ 81 ..............1 .......... 12

YÁÑEz, Alonso ...................... 9-9-2 .....34-2 ......162 ..............4 .......... 25YEDRA, Juan de .................... 4-6-3 .....17-1 ........ 81 ..............3 .......... 11

Cura .......................................... 5-7-3 .....17-1 ........ 81 ..............1 .............8

Sacristán ...............................4-11-3 .....17-0 ........ 81 ..............4 .............3

Totales 817-7-3 3.002-8 14.175 423 2.063

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PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRElIMINAR

algunos casos, lleva el nombre o gentilicio de estos linajes, tal es el caso del pago y fuente de Alhariza donde tenían sus tierras los Alhariz.

Aunque, en general, la propiedad de los mo-riscos de vélez Rubio distaba mucho de los bienes que poseían los llamados “naturales” o primeros repobladores cristianos, pues en sus declaraciones, muy a la baja, luisa Fernández de Córdoba declara 335 fanegas de secano sólo en el Chirivel, también existía una pequeña minoría terrateniente integrada, naturalmente, por el grupo de los allegados al Mar-qués de los vélez y que, a su vez, formaban parte del consejo de la villa.

Juan Alhariz de Aragón, regidor, alcalde ordinario y guarda del libro de las Aguas, tenía en distintas par-celas 14’69 fanegas de tierra de regadío y 120 fanegas de secano, sus tierras y las de sus hermanos Diego y Gil Alhariz, siempre linderas entre sí, sumaban una propiedad concentrada de 11 fanegas de tierra blanca en el pago del Xinte. Otro regidor, luis Dami, poseía 29 celemines y una casica en el Chirivelico junto a la fuente Alnaydira donde, junto a sus hermanos García,

Diego y Hernando, reunían 4’66 fanegas de tierra con frutales y morales. Asimismo, al regidor Ginés Abechicala se le expropian 25 fanegas de regadío y 8’5 de secano, pero unido a sus hermanos superaban las 44 fanegas de regadío diseminadas por los pagos de Alhandach, Jarea, Retamar y Albaçia, y más de 38 fanegas de secano. los Abenbiz juntaban 2 fanegas y media de regadío en el pago de Tadenas y más de 79 fanegas de secano en el Chirivel, y el alguacil mayor Bernardino Alcaguaz tenía 14’69 fanegas de regadío y 29 fanegas y media de secano.

Esta misma estructura de la propiedad se repetía en las demás familias moriscas de vélez Rubio, así los Mula y los Abeaçiba cultivaban secano princi-palmente y los Coraxi tierra blanca. En resumen, se mantenía la estructura propia de la organización patriarcal morisca.

la parcelación de la tierra –entendiendo como tal el tamaño de cada una de las haciendas- puede definirse antes y después del repartimiento como de una auténtica atomización, especialmente en el regadío, siendo la tónica general el fraccionamiento

natario, los intereses particulares de la Corona o del Señor o, como se dice en las condiciones de pobla-ción, “que en cada diez vecinos aya quatro ventajas para que se puedan dar a las de mas posibilidad”88 . Con esta finalidad se reserva un 25% de los bienes a repartir para su adjudicación como ventajas o dona-ciones extraordinarias, con lo que se establecen 175 suertes de población que se distribuirán entre los 127 pobladores, quedando finalmente el repartimiento de la manera siguiente:

Pobladores Suertes Regadío* Secano* 2 Media 2’94 8’05 92 1 5’89 17’1 19 2 11’78 34’2 2 2 y media 14’72 43’25 9 3 17’67 51’3 3 4 23’56 68’4

* (fanegas)

Del mismo modo, un 25% de los repo-bladores, es decir 33, son los que reciben las ventajas y resul-tan más favorecidos en el repartimiento. El criterio seguido para la adjudicación de estas ventajas o bien las “posibilidades” de los vecinos que resultan aventa-jados no se define exactamente en el repartimiento,

pues sólo se especifica la profesión de 18 repobla-dores, que son 3 labradores y 15 oficiales, entre los que se cuentan: 5 sastres, 2 herreros, 2 herradores, 1 calcetero, 1 albañil, 1 albañil y cantero, 1 tintorero, 1 alpargatero y 1 carpintero, además de 2 viudas. A todos estos se les da una suerte de población.

III.3. CAMBIOS EN lA ESTRUCTURA Y PARCElACIÓN DE lA PROPIEDAD.

la estructura de la propiedad después del repar-timiento, en teoría, resulta ser más ventajosa para los nuevos pobladores, que la que tenían los 230 veci-nos moriscos expulsados, a los que correspondería en un reparto igualitario 4’45 fanegas de regadío y 13’17 fanegas de secano. Sin embargo, la distribu-ción de la propiedad entre los moriscos tampoco era uniforme, existiendo marcadas diferencias tanto en la propiedad individualizada de los hacendados como en el conjunto de la organización patriarcal o grupos de familias y linajes propios de la estructura social musulmana, pues del mismo modo que vivían agrupados en clanes familiares, también intentaban concentrar sus haciendas, formando agrupaciones asociadas a un determinado pago o lugar que, en

131 PAlANQUES (1909, p. 219) lo transcribe así: “l.º de la Povlación de la vª de Belez el rubio, y demás Instrumentos de dcha Povlación”.

132 la estructura completa del lAR y su correspondencia con transcrip-ciones posteriores puede verse en el cuadro de la página 69.

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III. El REPARTO DE PROPIEDADES Y ASENTAMIENTO DE NUEvOS vECINOS

1571-1574

nían de Almazarrón, los Alumbres, Murcia ciudad, Cehegín, Moratalla, Alhama, Aledo y Mula. Esta aplastante afluencia de la vecina provincia de Murcia no es extraña en la zona, pues además de la cercanía a su tierra de

origen y las antiguas relaciones políticas y comercia-les con el marquesado de los vélez que favorecían la existencia de costumbres similares, ahora se les ofrecía una buena ocasión de poseer tierras cuyo sis-tema de explotación les era conocido. Estas razones bien merecían aventurarse a probar fortuna o bien volver a sus lugares de origen si los resultados no respondían a sus expectativas.

De tierras manchegas procede un 21’26% de los repobladores. De los nuevos vecinos, quince son oriundos de la provincia de Albacete, principalmente de los lugares de Yeste, Almansa, Albacete ciudad y letur; de Cuenca acuden nueve, seis de Fuentes Buenas y Beteta y los otros tres de Foncaya, Iniesta y Buidel; de Guadalajara: Alcarria, Cereceda, Torrubia, villanueva y Yebra vienen cinco.

El resto de los repobladores son de sitios diversos: dos de la provincia de Soria, dos de Extremadura, 2 de Madrid, 2 de Andalucía y otros de sitios más lejanos como Burgos, Alava, valencia o zaragoza. Asimismo,

como ocurre en otras zonas a repoblar, también hay una excepción a la normativa dada por el Monarca y un repoblador es natural del Reino de Granada, con-cretamente de la cercana Baza; y otro de Bolteruela (Puebla de D. Fadrique).

Como es usual en todas las repoblaciones, a vé-lez Rubio también llegan agrupados varios miembros de una misma familia: padres, hijos, cuñados, yernos, que, a su vez, reciben varias suertes de población, aumentando de este modo sus posibilidades de supervivencia en el nuevo lugar elegido. En realidad, estos grupos familiares son los más favorecidos en el reparto de las suertes de población, pues, según el libro de las Haciendas de Población, la adjudicación de las ventajas recae de forma significativa en ellos, ya que, prácticamente, la mitad de las 33 ventajas establecidas se entregan a los distintos miembros de estos grupos familiares. De tal modo, los tres miembros de la familia de Martín de Teruel, de lor-ca, reciben seis suertes; el grupo encabezado por Francisco Guirao el viejo, de Totana, que son cuatro varones, además de su suegro Bartolomé Pérez de Tudela, de lorca, llega a juntar ocho suertes; aún más favorecidos son los tres miembros de los Martín Gar-

parcelario y la división de la propiedad en diversas huertas o simplemente parcelas abancaladas o ár-boles sueltos que se hayan diseminadas por toda la superficie cultivada.

la extensión media de la parcela de regadío entre los bienes expropiados a los moriscos es de 11 celemines, oscilando su tamaño entre 1 celemín y los 61 que tiene Diego Abenbiz en el pago de Tadenas. No obstante, esta medida varía en relación con el tipo de cultivo, siendo el tamaño medio de la parcela de tierra blanca del Xinte y Espain de 2 fanegas y media y la parcela de viña de 124 estadales o 2 celemines y medio aproximadamente. En cuanto al secano, la superficie media viene a ser de 17’87 fanegas, ligera-mente superior a la establecida en el repartimiento, aunque existen mayores desproporciones entre las tierras que tienen los propietarios, pues fluctúan entre las 3 y las 112 fanegas que tenía Juan Alhariz en el Chirivel.

Este fraccionamiento parcelario se aumenta tras el repartimiento, al dividirse en las distintas suertes de población las tierras que habían ido concentrando

las familias moriscas.

III.4. lOS NUEvOS POBlADORES.

la repoblación de vélez Rubio se llevó a cabo tal y como estaba ordenado para todo el Reino de Granada por el decreto de Felipe II, otorgado en 27 de septiembre de 1571 y ratificado en 31 de mayo y 7 de octubre de 1572, con cristianos viejos oriundos de otras comarcas españolas. No obstante, es significativo que, el origen de los 127 repobladores nombrados por Bonifaz para llenar el vacío de población causado por la expulsión de los moriscos va a continuar la misma pauta general de las otras repoblaciones llevadas a cabo en la propia comarca de los vélez y en el valle del Almanzora89 y, del mismo modo, la mayor parte de los que acuden a vélez Rubio proceden de la parte Oriental del Reino, especialmente de la región mur-ciana y manchega.

A poblar vélez Rubio concurren principalmente familias murcianas, de esta provincia provienen 79 repobladores, es decir, un 62’2%. De éstos, 31 eran de lorca, 18 de Caravaca y 14 de Totana, el resto, ve-

133 Según consta en los ficheros del AHP.

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PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRElIMINAR

REPOBlADORES DE 1574 SEGÚN lUGAR DE ORIGEN.

MURCIA. lorca: Juan Ramos, sastre; Francisco Pérez; Ruiz Pérez; Fran-

cisco de Palomara; Martín de Tiruel; Martín de Tiruel “el Moço”; Juan de Tiruel; Francisco Martel; Juan Bravo “el Biejo”; Juan Bravo “el Moço”; Juan Bravo de Moratana; lázaro Hernández, calçetero; Martín Hernández; Juan Márquez; Andrés Pérez de Meca; Pedro Sánchez; tinto-rero; Francisco Garçía, herrador; Hernando de Padilla; Juan Garçía de Riopal; Alonso Martínez; Ginés Martínez; Ginés Martínez de Blázquez; Pedro de Quintana; Rodri-go de Crespo; luis Garçía; Pedro de Arias; Marco lópez; Juan lópez de Cuéllar; Bartolomé Pérez de Tudela; Xaime de Guaita, carpintero; Martín de Campos.

Caravaca: Juan Esteban; Martín Alonso; Pedro Ximénez; Diego de Bustamante; Martín Garçía, regidor; Martín Garçía “el Moço”; Martín Garçía de Ortega; Jinés Mi-rabete; Garçía lópez; Hernán lópez; Gaspar lópez; Francisco de lerma, sastre; Francisco Rodríguez; Juan de Yedra; Martín Fernández, labrador; luis de Molina; Hernando de Murçia; Alonso Sánchez.

Totana: Alonso Yañez; Ana Pallarés, mujer que fue de Françisco Martínez; Françisco Martínez, labrador; Juan Martínez; luis de la Torre, albañil y cantero; Françisco Guirao; Françisco Guirao “el Moço”; Andrés Guirao; Hernando Guirao; Juan de la Torre; Françisco de la Rosa; Jhoan Clemente, herrero; Blas del Pozo; Alonso Mazón de Otazo.

Almazarrón: Alonso Sánchez; Andrés Sánchez; Françisco Sánchez; Sebastián de Piqueras.

los Alumbres: Pedro Sánchez “el Biexo”; Pero Sánchez “el Moço”; Juan lópez, albañil.

Cehegín: Juan lópez Guillén; Rodrigo Pérez.Moratalla: Gil Martínez; lorenço de Gongora.Murcia: Gómez Carrillo; Jhoan Sánchez.Aledo: Sancho Hernández.Alhama: Pedro Hernández Guirao.Mula: Jusepe Ruiz.

AlBACETE.Yeste: Juan Pérez; Alonso lópez; Juan Guerrero; Bernal Ga-

rçía; Gonçalo Garçía; Gonçalo Garçía; Hernando Yañez; Juan Martínez; luçía Martínez, biuda, mujer que fue de Pedro Martínez; Pedro Navarro.

Albacete: Francisco Pérez; Sebastián lorenço.Almansa: Julián de Alarcón; Hernando de Torralba. letur: Pedro Alonso.

CUENCA.

Beteta: Ginés de Titos; Pedro de Serna; Cristóbal Moreno.Fuentes Buenas: Juan lópez del Pozo; Francisco Sánchez;

Pedro de la Cueva.Foncaya: Juan Romero, sastre.Buidel: Pedro de Covarrubias.Iniesta: Martín Hernández, herrero.

GUADAlAJARA.Alcarria: Tomás lozano.Cereceda: Francisco Martínez.Torrubia: Pedro de la Torre.villanueva: Juan villarejo.Yebra: Fabián Gómez.

ANDAlUCÍA.Baeza (Jaén): lucas Garçía, labrador.Constantina (Sevilla): Cristóval Despinosa.Baza (Granada): Juan lópez.Bolteruela: Cristóbal Martínez, herrador.

EXTREMADURA.llerena (Badajoz): Diego de llerena.Cadahaldo (Cáceres): Pedro Ramírez.

MADRID.Ribatejada: Miguel Martínez.San Agustín: Diego Carrasco.

SORIA.Agreda: Miguel Sánchez de Agreda.Oncala: Diego Sánchez, alpargatero.

OTROS.

Alava: Rodrigo de Heredia.Bocairen (valencia): Felipe Martínez de Alcaraz. Aranda de Duero (Burgos): Pedro Pinilla.zaragoza: Juan leonis.Sin especificar: Domingo Fernández, sastre; Cura; Sacristán;

Mari Mena, viuda de Anechexa; Quiteria Guillén.

cía, de Caravaca, que también reúnen ocho suertes; o las cuatro familias procedentes de Almazarrón que acaparan nueve suertes.

Este sistema de adjudicación de las ventajas a familias extensas estaba previsto en la condiciones de población de otros lugares90 y, por tanto, incenti-

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III. El REPARTO DE PROPIEDADES Y ASENTAMIENTO DE NUEvOS vECINOS

1571-1574

ba el corral comunal; en el pago del Daya había una almazara; en Jarea y en Alcaçar una casica donde se hilaba la seda; y en Alfaharín, como su nombre indica, estaba el lozar donde los alfareros fabricaban sus vasijas.

Como dice Torres Balbás, “la España musulmana era un país agrícola y los habitantes de sus ciudades sentían la necesidad de alejarse de tiempo en tiempo del apretado núcleo urbano para vivir en sus alrede-dores, en casas entre huertos y jardines, en contacto íntimo con la naturaleza”92 .

En los extremos más alejados del término de vé-lez Rubio se hallaban otras dos alquerías o unidades de poblamiento agrícola importantes que, a pequeña escala, reproducían el esquema del lugar principal. En el límite occidental del territorio y sobre la ribera del río se encontraba Chirivel, donde se cuentan treinta y una casas, de ellas sólo tres pertenecían a cristianos viejos; al Sureste, en el camino de lorca, estaba la alquería de Biotar93 , donde tan sólo había seis casas de moriscos. Ambas alquerías tenían a su vez una pequeña huerta de regadío: en Chirivel se reparten 10 fanegas de tierra de riego sin árboles, y en Biotar 13 celemines de tierra y olivar, el resto de sus tierras eran secanos.

Fuera del alfoz de la villa, los cultivos de regadío se extendían también por las tierras llanas y bien irrigadas de las riberas del río Chirivel, formando una hilera de vega verde y arbolada que se prolongaba por los distintos pagos que lo bordeaban: Río de Mula, Chirivelico, Raçif, Alhara, Retamar, Montroi.

Asimismo, en los pagos ubicados en los bordes de las ramblas o en las inmediaciones de algún ma-nantial surgían regadíos más o menos extensos que iban derivando a secanos en orden al alcance de las aguas: Tablas, Tonosa, Cantaroya, Fuente el Piar, Fuente el Pino.

Por el contrario, las tierras altas y montañosas que circundan el término de vélez Rubio estaban dedicadas a los cultivos de secano y a los múltiples aprovechamientos del monte.

Como declaran los lugareños años después en las respuestas generales del Catastro de Ensenada, la extensión de las tierras regadas dependía de la abundancia de las aguas de riego en cada año, factor que aumentaba o disminuía no sólo la categoría de las tierras de regadío, sino también la proporción del regadío y el secano.

Por otra parte, existe una gran fragmentación del paisaje agrario como consecuencia de la accidentada geografía del término de vélez Rubio que está total-mente dividido por los numerosos barrancos o Han-dac, en árabe, que surcan las vertientes montañosas, y por una multitud de cerros o cabezos que dan lugar a islotes estériles en medio de las tierras de cultivo. Esta fragmentación física se agrava con una enrevesada red de caminos, veredas, carriles, sendas y cañadas

vados por la Corona y los señores territoriales ya que eran indudablemente los que tenían más capacidad y medios de producción para adaptarse a la nueva tierra.

III.5. El PAISAJE RURAl.

III.5.1. lA ORGANIzACIÓN DEl ESPACIO.

En el siglo XvI, la villa de vélez Rubio fue crecien-do en la zona central y más al norte de su término, en medio de una llanura situada por encima de la rambla de Chirivel, donde el afloramiento de varias fuentes y las aportaciones de las aguas del Maimón que venían desde el término de vélez Blanco con-vertían esta tierra en la más fértil de su territorio,

asegurando el suministro de los vecinos y el aprove-chamiento agrario de una huerta suficiente para el autoabastecimiento de éstos.

la vega o alfoz rodeaba a la villa y por cada uno de sus pagos se había ido estableciendo una especia-lización de cultivos, las pequeñas industrias artesana-les y otras servidumbres y esparcimientos necesarios en un medio eminentemente rural, logrando una es-trecha conexión de intercambios productivos entre la vega y la villa que era el centro agrícola y comercial. De tal modo, la antigua Almuçara era ahora un pago dedicado casi exclusivamente al cultivo de las viñas y también allí se hallaba una almazara de cera91 ; las aguas de las fuentes del Jordil, del Moral y de Omar, además de cubrir el suministro doméstico, regaban las tierras de sus pagos; en el pago de Cútar se halla-

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III. El REPARTO DE PROPIEDADES Y ASENTAMIENTO DE NUEvOS vECINOS

1571-1574

que el hombre fue abriendo para comunicarse entre unos lugares y otros.

De tal modo, lo quebrado de la tierra y el óptimo aprovechamiento de las aguas disponibles ocasiona una morfología del paisaje agrario muy parcelada en bancales y paratas, especialmente en el regadío, y una distribución dispersa de la propiedad por todos los pagos que conforman su campo.

El repartimiento de la tierra y los cultivos de vé-lez Rubio se planifica, como en otros lugares, tenien-do en cuenta el polivalente aprovechamiento agrario que ofrecía el conjunto territorial, a fin de lograr la mayor equidad posible entre los 127 repobladores a los que se reparten las 175 suertes establecidas.

Según las declaraciones de los medidores, ha-bía:

- 250 marjales de viña, cada suerte de 81 estadal y cada estadal de 11 tercias.

- 1.025 fanegas y media de tierra blanca de riego y huerta, de 333 estadales la fanega y cada estadal de 11 tercias.

- 2.990 fanegas de tierra de secano, cada una de 500 estadales.

Según los datos extraídos del repartimiento, se distribuyen entre los repobladores:

Tierra blanca de riego y huerta: 1.025’21 fa-negas de tierra de regadío, de la siguiente manera:

- 24’56 fanegas de viña - 355’95 fanegas de huerta, lo mejor de

ella. - 225’70 fanegas de huerta, tierra y olivar. - 244 fanegas de tierra de riego sin árboles - 175 fanegas de tierra blanca del Xinte y

Espain Tierra de secano: 3.030 fanegas.

Para el reparto de cada una de estas categorías se utiliza una medida agraria diferente, que son, de menor a mayor: estadales, celemines, fanegas de re-gadío y fanegas de secano. Esta graduación responde principalmente a la cantidad de tierra asignada a cada suerte según la categoría de la tierra y al distin-to aprovechamiento agrario de ésta.

III.5.2. DISTRIBUCIÓN DE TIERRAS Y CUlTI-vOS.

Tierra blanca de riego y huerta: el regadío.

la acusada fragmentación del paisaje agrario de vélez Rubio y las distintas estructuras del regadío en la zona ocasionan que las tierras de riego también

se hallen, en gran parte, diseminadas por todo el término territorial.

Asimismo, la calidad de la tierra y el distinto aprovechamiento agrario determinaron una división de la tierra de regadío en cuatro categorías: “Huerta, lo mejor de ella”, “Huerta, tierra de riego y olivar”, “Tierra de riego sin árboles” y “Tierra blanca del Xinte y Espain”.

Huerta, lo mejor de ella.

lo mejor de la huerta de vélez Rubio ocupaba, según el repartimiento, una superficie de 4.271 celemines y medio, que equivale a 356 fanegas de regadío. la cantidad de tierra asignada a cada suerte es de 25 celemines, que es una extensión bastante pequeña aunque proporcional a su alta rentabilidad. Estas suertes, además, no se reparten en huertas completas a cada repoblador, sino divididas en pe-queñas parcelas de varios celemines diseminadas por los distintos pagos, del mismo modo que los morales y los olivos.

la huerta la formaban pequeños espacios de tierra o huertos parcelados en bancales y paratas donde se cultivaba todo tipo de árboles frutales, parras, higueras, nogueras y, especialmente, morales y moreras -de las que se cuentan 449-, y olivos -629-, que eran los productos de mayor rentabilidad en el mercado; intercalados con el arbolado se sembraban

Vista aérea (década de los 80) de una zona de huerta inmediata al casco urbano y centrada por el Río Chico (antes Badil), lindando con la Fuente del Moral y el pago de la Albacía.

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PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRElIMINAR

cereales, hortalizas y plantas de forraje de manera prácticamente ininterrumpida.

Este cultivo intensivo requería las tierras más llanas y con mayores posibilidades de agua, que eran principalmente las situadas entre la villa y la rambla. En este espacio, junto a los campos de viñas, las huertas arboladas se extendían por los pagos de Alfaguara, Robi, Cútar, Fetche, Michar, Aldaya, Jarea y Alfaharin, continuando en la ribera opuesta del río por los pagos

de Chirivelico, Raçif, Alhara, Montroi y Maçehe, don-de las huertas crecían en las algualejas fronteras a la rambla. Fuera de este núcleo más o menos uniforme surgían espacios regados en las riberas de las ramblas de Mula y de Tablas y algo más pequeños e inciertos aprovechando las aguas de algún manantial, como la fuente de Alhariza.

Pagos Celemines Olivos Morales

Tadenas 768,0 Chirivelico 739,0 133 51Badil 584,0 54 1Albaçia 510,0 Almoçara 456,5 3 5Cutar 439,0 137 26Alfaharin 421,5 66 73Raçif 377,0 116 25Montroi 353,5 14 7Tablas 329,5 Maçehe 311,5 68 9Fetche 303,5 42 64Alhandach 297,0 142 6Handach Belil 294,0 104 8Robi 251,0 99 36Jarea 250,5 14 20Alfaguara 217,0 28 44Gaidar 204,0 170 Fuente el Piar 186,0 Harad Beder 179,5 219 1Alhara la Grande 178,0 223 1Querded 177,0 63 1Alares 167,0 18 23Alcaçar 159,5 10 22

Espain 144,0 4Pagos Celemines Olivos Morales

Jordil 140,5 117 3Daya 133,0 17 40Chirivel 120,0 Tomon 118,0 13Quilar 111,0 4 Retamar 102,0 Fuente Grande 102,0 Azmin 96,0 2 21Bahal 95,0 21 4Alhariza 94,0 11 9Harataçoque 66,0 16 3Bena 64,0 52 2Fuente el Moral 61,0 1Tonosa 48,0 Cantaroya 48,0 Haratalaf 40,0 33 Río de Mula 39,0 3Nichar 38,0 7Fuente el Pino 36,0 Xinte 19,0 17Chaimat 15,0 2 29Biotar 13,0 8 Jali 12,0 4

Distribución del regadío, con olivos y morales, por los distintos pagos

DISTRIBUCIÓN PROPORCIONAl ENTRE RIEGO Y SECANO

1.025 fanegas3.030 fanegas

Riego 25,3%Secano 74%

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III. El REPARTO DE PROPIEDADES Y ASENTAMIENTO DE NUEvOS vECINOS

1571-1574

Huerta, tierra de riego y olivar.

Otra categoría de la huerta de vélez Rubio es la designada como “Tierra de riego y olivar”, por ser en estas suertes donde se adjudican de forma dominan-te los olivos. En total, se reparten 2.708 celemines y medio de tierra que son 225’70 fanegas de regadío. En ellas se cuentan el equivalente a 1.470 olivos buenos y 148 morales, además de otros muchos árboles frutales.

la cantidad de tierra asignada a cada suerte es de 16 celemines, es decir, 1 fanega y 4 celemines, y, al igual que todo el regadío, se reparte en diversas parcelas distribuidas por los distintos pagos.

El reparto del arbolado –olivos y morales- tam-bién se aprecia bastante complejo en el libro de de las Haciendas de Población, pues, además de repartirse de forma dispersa, el número de olivos que corresponden a cada suerte es muy variable. En general, parece ser que a cada suerte corresponden 11 olivos en buenas condiciones de productividad, pues a este número se reducen tanto los plantones de olivos chicos que se dan en mayor cantidad, como las oliveras grandes que se dan en número inferior, de aquí que la cuantificación de los olivos sea muy complicada. En cuanto al moral se reparte un árbol por cada suerte, aunque en ocasiones no se indique claramente en el repartimiento.

la tierra de riego y olivar se hallaba principal-mente en la huerta o alfoz de la villa de vélez Rubio. El 50% de la tierra y árboles repartidos en esta cate-goría se encontraba en los pagos situados al Oeste del lugar, es decir, en los pagos de Almoçara, Cútar y Handac Belil, desde donde se prolongaba hacia el Este rodeando totalmente la villa por los pagos de Alhandach, Jordil, Harad Beder y Fuente el Moral. Como el resto de las tierras regadas, estas suertes también se asignan en lugares más alejados del Cam-po de la villa, como Harataçoque, donde se reparten 66 celemines-, Haratalaf –40 celemines-, y Biotar –13 celemines-.

Tierra blanca de regadío.

la abundancia de ríos, ramblas, fuentes o cual-quier otro tipo de caudal de agua susceptible de ser captada o almacenada para después ser distribuida de modo regular hace posible en vélez Rubio la existencia de tierras regadas fuera de los márgenes de la huerta.

la tierra blanca de regadío está dedicada prin-cipalmente al cultivo de cereales: trigo, cebada y

Pagos Celemin

Chirivelico 739,00Alfaharin 413,50Raçif 362,00Montroi 353,50Tablas 329,50Maçehe 311,50Jarea 250,50Fetche 237,50Alfaguara 217,00Alares 167,00Alcaçar 159,50Daya 133,00

Pagos Celemin

Azmin 96,00Bahal 95,00Alhariza 94,00Gaidar 91,00Tomon 80,00Río de Mula 39,00Nichar 38,00Robi 19,00Xinte 19,00Chaimat 15,00Jali 12,00 4271,50

Distribución de la huerta por pagos

Pagos Celemines

Almoçara 456,50Cutar 439,00Alhandach 297,00Handach Belil 294,00Robi 232,00Harad Beder 179,50Alhara 178,00Jordil 140,50Gaidar 113,00Harataçoque 66,00Bena 64,00

Pagos Celemines

Fuente el Moral 61,00Querded 45,00Haratalaf 40,00Tomon 38,00Badil 26,00Raçif 15,00Biotar 13,00Alfaharin 8,00Quilar 3,00Total 2708,50

Distribución de la huerta con olivar

1.025 fanegas

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PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRElIMINAR

centeno sobre todo. En general, son tierras llanas que están parceladas en bancales para retener mejor el agua y se encuentran en zonas situadas entre el cauce de la rambla más cercana -Piar, Badil, Chirivel, Biotar, Xinte- y los montes, lindando, por lo tanto, con tierras de secano, con tierra inútil o con montes por romper, en los que únicamente crecen los arbustos propios del monte bajo, como los lentiscos, tomillos, coscojas, retamas, carrascas y pinares.

la “tierra de riego sin árboles” se concentra ma-yoritariamente en una zona situada al Nordeste de la villa, distribuida por los pagos de Albacía, Badil, Tadenas y Cantaroya, donde se reparte el 65 % de este tipo de suertes de población. A cada suerte corresponde 1 fanega, 4 celemines y 3 cuartillos de tierra, que equivalen a 16 celemines y 3 cuartillos. El resto del reparto de este tipo de tierra se lleva a cabo en un número reducido de fanegas en los diferentes pagos del término de vélez Rubio.

la “tierra blanca del Xinte y Espain” se reparte, concretamente en estos dos pagos, a razón de un bancal por suerte con una medida aproximada de una fanega. Esta extensión, aunque no se indica en el repartimiento, se deduce del total de la tierra de regadío repartida en su momento por Medrano, pues faltan 175 fanegas que es exactamente el número de suertes de población a repartir entre los nuevos vecinos.

El secano.

Además de las cinco suertes diferentes de tierra blanca de riego y huerta que se asigna a cada uno de los nuevos vecinos, también se sortea entre ellos una parte de tierra de secano, con lo que se completa la suerte de población de cada repoblador de vélez Rubio. De igual modo que en el regadío, se reparten 175 suertes de secano a razón de 17 fanegas y 1 celemín de 500 estadales por suerte94 , que hacen un total de 3.030 fanegas.

los secanos constituían, por lo tanto, la mayor par-te de la tierra de cultivo de vélez Rubio. Su superficie, generalmente llana, se extendía desde los límites de los campos regados hasta las faldas de las sierras y los mojones que señalaban el término de la villa.

la mayor parte de la tierra de secano se repar-tió en Chirivel, donde se asignaron 1.835 fanegas. Estas tierras limitaban con los montes por abrir y los atochares, la fuente Alta, el Puerto del Chirivel y la cañada (sic) de la fuente de Fraxan; en el pago

de los Almaxixeres se repartieron 199 fanegas que llegaban hasta los montes de la Sierra de María po-blados de pinares y carrascas; otras 172 fanegas se dieron en Biotar en las tierras situadas entre el río y las casas, y 147 en el Campillo de Olías, de monte a monte y en tierras por romper; entre 91 y 50 fanegas se distribuyeron en los pagos de Buznegra, Tadenas, Hoya de loter, Río de Mula y Alfohayar, y entre 1 y 2 suertes fueron concedidas en tierras marginales de distintos pagos.

Todas estas tierras, que a menudo se las califica de estériles o inútiles, contaban con algunos recursos hidráulicos. De tal modo, había un pozo en Chirivel, en el Campillo de Olías y en Buznegra; y también brotaban algunos manantiales y fuentes diseminadas por los otros pagos. Estos puntos de agua esporádicos serían el

Pagos Fanegas

Tadenas 64,0Badil 46,5Albaçia 42,5Fuente el Piar 15,5Espain 12,0Querded 11,0Chirivel 10,0Quilar 9,0Retamar 8,5Fuente Grande 8,5Fetche 5,5Tonosa 4,0Cantaroya 4,0Fuente el Pino 3,0 244,0

Distribución del riego sin árboles(tierra blanca de riego)

único abastecimiento de las personas y los ganados que circulaban por las numerosas cañadas que atravesaban los secanos hacia los montes.

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III. El REPARTO DE PROPIEDADES Y ASENTAMIENTO DE NUEvOS vECINOS

1571-1574

las viñas.

El cultivo de la viña fue siempre muy apreciado por los musulmanes, ya que era uno de los productos principales de su alimentación, tanto en su consumo como uva fresca o en la modalidad de uva pasa que constituía una gran reserva de azúcares. No obstante, después de la conquista, la viña tuvo una expansión considerable, puesto que fue potenciada por la nue-va sociedad cristiana y el estamento religioso para cubrir las necesidades culturales de la nueva pobla-ción, especialmente para la producción de vino.

Pagos Fanegas Celemínes

Chirivel 1835 Almaxixeres 199 10Biotar 172 Campillo de Olias 147 7Buznegra 91 1Tadenas 74 Hoya de Loter 68 4Río de Mula 51 3Alfohayar 51 3Bidez 40 Montroi 34 2Canete 34 2Berid 34 2Cantaroya 27 2Retamar 17 1Hoya Çirguelos 17 1Bihar 17 1Fago 17 1Fuente Grande 17 1Fuente el Pino 17 1Nichar 17 1Tonosa 17 1Andar Xiquena 17 1Alcaçar 17 1Total 3027 46

Distribución del secano por pagos

En las distintas huertas hispanomusulmanas la viña se cultivaba en zonas muy concretas, ocupando, generalmente, una pequeña superficie en tierras bien irrigadas. En vélez Rubio la zona de huerta dedicada al cultivo de las viñas tenía una extensión de 24 fanegas y media. las pequeñas dimensiones de tierra asignada a cada suerte de viña obligaron a utilizar una medida agraria menor, el estadal, corres-pondiendo a cada suerte 81 estadales que equivalen aproximadamente a un celemín y tres cuartillos.

la tierra dedicada al cultivo de las viñas se halla-ba situada en uno de los mejores lugares de la huer-ta, en los pagos que se extendían inmediatamente al Oeste de la villa. El pago de la Almuçara, con un 74 % de las viñas repartidas, concentraba la mayor parte de esta plantación; continuaban los sembrados por el pago del Tomón con un 18%, por el de Cútar, donde se reparte un 6%, y por los limítrofes de Robi y Raçif, junto al río, con un 1% respectivamente.

III.6. EXPlOTACIÓN Y DISTRIBUCIÓN DE lAS AGUAS DE RIEGO.

El sistema de regadío de vélez Rubio se describe sucintamente en los folios 30 al 32 del lAR, respon-diendo a la información testifical practicada en 20 de diciembre de 1571 por el licenciado Medrano95 . Esta breve relación la completa Palanques con otros datos relativos a las ordenanzas redactadas en 1575 por Pedro Marín, procurador de la villa después de la expulsión de los moriscos, que tituló libro del

Pagos Suertes Estadales

Almuçara 128 10.368Tomon 31 2.511Cutar 10 810Robi 2 162Raçif 1 81Total 172 13.932

Distribución de la viña por pagos

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PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRElIMINAR

de la producción. Estas características determinan, asimismo, una específica unidad tecnológica, la selección de cultivos más idónea y el ritmo del trabajo comunitario.

la organización del regadío de vélez Rubio es el de una estructura hidráulica pequeña y, como todos los regadíos del Sureste peninsular, es bastante compleja y variada, pues su elemento fundamental, que es el agua, procede de distintas captaciones, tanto su-bálveas como superficiales. De tal modo, el espacio irrigado se sirve de todas las aguas disponibles, ya sean de fuentes, manantiales y pozos, cuyo caudal es producto de las filtraciones de las aguas superficiales, como de las aguas superficiales de origen pluvial que recogen los cauces de los ríos, ramblas y barrancos de forma más o menos eventual.

la propia fragmentación del terreno y la diversi-dad de los puntos de captación de las aguas da lugar a un sistema de regadío principal que constituye la vega o Huerta de la villa y a otros regadíos más pe-queños que, a pequeña escala del principal, confor-man las vegas de las entonces alquerías de Chirivel, Biotar y pago de Tablas.

III.6.1. lAS AGUAS DEl MAIMÓN.

El sistema hidráulico de la vega de vélez Rubio se estructura sobre la base de las aguas de las fuen-tes del Maimón. Según la declaración de los testigos en la prueba realizada por el licenciado Medrano “el agua que tiene y pertenece a dicha villa es de la fuente de Argan, por otro nombre fuente Negra, de la qual salen siete hilas de agua, que por cada una se entiende lo que un hombre puede regar con una azada de agua; y de la fuente de Mahon, que sale otra

Alporchón y que supone una modificación evidente en el reparto de las aguas y en los derechos de los regantes con respecto a la situación que existía con anterioridad96 . Finalmente, el mismo autor recoge en su obra parte del reglamento redactado por don Julián Ballesteros Carrasco y presentado por don Fernando Guirao Rubio, que entró en vigor el 14 de octubre de 1908.

Desde la primera descripción a esta última, la transformación que ha sufrido el sistema de regadío, la distribución de las aguas y la regulación de éstas es bastante significativa. El crecimiento de la población y la puesta en cultivo de nuevas tierras hizo necesario la expansión de la red hidráulica y la aplicación de las

nuevas tecnologías para aumentar la captación de las aguas. Por otra parte, el inevitable paso del tiem-po ha ido dejando caer en el olvido muchos de los nombres primitivos de las fuentes, acequias y pagos, hasta el punto de hacer casi irreconocibles algunos de ellos. Todas estas variaciones, sin embargo, están en estrecha consonancia con el concepto de todo sistema irrigado, pues, como modo de producción que es, está inmerso en la sociedad que lo gestiona y ambos evolucionan conjuntamente.

No obstante, todo regadío se organiza según un original “diseño”97 del sistema hidráulico y del espacio irrigado, que está motivado por unas características físicas determinadas, intrínsecamente ligadas a la disponibilidad y régimen de las aguas, a la estructura del terreno a regar y los objetivos en la organización

Una de las extraordinarias surgencias del acuífero del Maimón: los Caños de Caravaca en Vélez Blanco.

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III. El REPARTO DE PROPIEDADES Y ASENTAMIENTO DE NUEvOS vECINOS

1571-1574

hila, y con que se completan ocho”.

las aguas del Maimón son una serie de manan-tiales naturales que emergen en la falda oriental de la sierra del mismo nombre en término de vélez Blanco y a una distancia aproximada de 4-5 kilómetros al Norte del lugar de vélez Rubio. la fuente de Mahón también nace en la misma ladera, aunque algo más abajo, a unos 2 kilómetros de la villa. la abundancia y regularidad de su caudal permitió desde tiempos remotos regar por la simple ley de la gravedad un espacio determinado de tierras, situadas tanto en término de vélez Blanco como en el de vélez Rubio. En la época morisca, el espacio hidráulico que con-forma el regadío de las aguas del Maimón está per-fectamente delimitado y regulado, correspondiendo un tercio del caudal total de las aguas a vélez Blanco y dos tercios a vélez Rubio.

El reparto y distribución de las aguas se rige, como es habitual en el Este de España, por el sis-tema proporcional, que consiste en una unidad de medida abstracta, en este caso “lo que un hombre puede regar con una azada de agua”, llamada “hilo” o “hila”, por la que cada regante recibe el agua en proporción a la cantidad de tierra que posee, inde-pendientemente del mayor o menor caudal, según sean épocas de abundancia o de sequía. Este sistema de distribución proporcional se llevaba a la práctica por medio de los partidores y los turnos de riego que garantizaban la repartición equitativa de todos los lugares de la vega.

El reparto de las aguas del Maimón, según el libro de Población era “que todos los días de la se-mana desde que anochece hasta otro día a vísperas, toda el agua de las dichas fuentes va a la dicha villa de vélez Rubio y a sus términos y pagos para su

Algunas de las fuentes aprovechadas durante el s. XVI: Jordil (A. Sánchez 2004), Fuente Grande (1995), Omar (1979) y Moral (1996). El aspecto de todas ellas ha sufrido importantes altera-ciones a lo largo del tiempo, los más atrevidos y nefastos en los últimos años. El estado de conservación es, en general, deficien-te, sucio y abandonado; pero, quizás, el caso más grave sea el de la antigua fuente del Moral que, milagrosamente, mantiene aún su diseño del s. XVIII, aunque sufre actos vandálicos y un acelerado deterioro que requeriría, cuando menos, la actuación urgente de los poderes públicos por su gran valor sentimental e histórico-artístico.

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PRIMERA PARTE

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aprovechamiento, y desde vísperas hasta la noche la goza la villa de vélez Blanco, teniendo la de vélez Rubio la preheminencia, que desde el viernes en la noche, y otro día sábado todo él gozaba por entero toda la dicha agua”

Este sistema de reparto, que ha continuado inal-terable a lo largo del tiempo, es claramente significa-tivo. El riego lo comenzaba vélez Rubio al anochecer del viernes, principio de la semana musulmana, hasta el mediodía siguiente que lo tomaba vélez Blanco, de modo que correspondían 16 horas cada día de la semana a vélez Rubio, salvo los sábados que tomaba las 24 horas, que son un total de 120 horas semanales, mientras que a vélez Blanco solamente le correspondían 48 horas a la semana. Ambos repartos suman 168 horas que son las que corresponden a los siete días de la semana, coincidiendo plenamente la equivalencia de la hora y la hila con otros sistemas de regadío en los que el agua se divide en hilos.

Esta misma equivalencia se repite en la partición de las hilas que pertenecían a los 8 hilos o azarbes principales que distribuían las aguas a vélez Rubio.

A través del texto del repartimiento se van enu-merando una serie de acequias y brazales que, a veces con distintos nombres, coinciden básicamente con las acequias existentes a principios de siglo.

la acequia Madre o Principal recoge los hilos que pertenecen a vélez Rubio hasta un primer partidor en que se separan las aguas de la llamada Acequia de Arriba, que más tarde se llama “brazal del Molino para el llano”, su caudal es de 4 hilas. Un poco más abajo se segrega la Acequia principal de Albacia que conduce las aguas hasta los pagos de Tadenas y Cantaroya, su caudal también es de 4 hilas. A continuación, otras 4 hilas se toman por la Acequia Grande o Mayor del Tomón, llamada después “De la Higuera a la Balsa”, y continua la acequia madre hasta la Balsa Mayor, que es un sistema de almacenamiento y acumulación necesario antes de iniciar el riego de la propiamente llamada vega o Huerta de la villa, donde se concentran las mejores tierras y los cultivos más intensivos.

A la salida de la Balsa Mayor otro partidor divide las aguas en dos partes iguales que se toman por dos acequias principales que llevan 6 hilas cada una, abriéndose el espacio irrigado en abanico gracias a la subdivisión de estas dos acequias principales en otros brazales. la Acequia Mayor o Grande continua la misma dirección longitudinal que llevaba la Ace-

quia Madre, conduciendo las aguas por el Oeste de la población hasta el pago de Jarea, a su paso riega los pagos de Almuçara, del Bena, Fech y Cútar. la Acequia del Mesón se dirige hacia el Este, bordeando a la villa por el Norte; de las 6 hilas que conduce se toman 2 por la Acequia del Pueblo o del lavador, también llamado brazal de las Cantarerías, que atra-viesa la Puerta de Granada y penetra en el interior de la villa hasta el Hospital; las restantes 4 hilas llevan las aguas hasta el pago del Jordil y los demás pagos adyacentes.

En total, la suma de todas estas hilas son 24, que corresponden a las 24 horas de agua que cada día beneficiaba la vega y villa de vélez Rubio.

III.6.2. AGUAS SUPERFICIAlES: BOQUERAS.

Este sistema hidráulico se completa con el apro-vechamiento de las aguas superficiales que, de modo

Arriba, el impresionante e histórico manantial de los Molinos, recurso básico de ambos Vélez (D. Gea); abajo, la alcantarilla (acueducto) de Argán (V. Blanco) antes de ser rebozado literal-mente en cemento (1988).

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Iv. EvOlUCIÓN DEl PROCESO REPOBlADOR, 1574-1595

más o menos eventual, discurren por los ríos, ramblas y barrancos y de otras aguas privadas procedentes de pozos y fuentes particulares, como la fuente de Alhariza o de Juan Alhariz98 , morisco, alcalde ordina-rio de la villa, que estaba situada en sus tierras en lo mejor de la huerta.

las aguas “turbias” o de aluvión son recogidas por medio de presas o boqueras, proporcionando un riego extraordinario a las tierras como alternativa a las tandas de aguas claras. Por otra parte, las aguas turbias, debido a la alta concentración de materiales sólidos, son muy beneficiosas para las tierras pues los tarquines que transportan son un estimado ferti-lizante. Además, el estancamiento repetido de estas aguas entre caballones y albarradas permite a los dueños ribereños ampliar las tierras de cultivo, lo que se conoce como “criar tierras nuevas” o algualejas en esta zona. Esta utilización es común en la región; en la comarca del Almanzora99 a estas tierras nuevas se las

denomina con el término “arbolejas”. legalmente se conoce por el término “accesión” o acrecentamiento que reciben paulatinamente las tierras por la sedi-mentación de las aguas. Este derecho de los ribere-ños está reconocido desde la antigüedad, pues ya fue consignado en la legislación romana y afianzado y difundido por los musulmanes.

los regadíos de aguas turbias constituyen, según Gil Olcina, “un insuperable testimonio de la secular y sabia adaptación a un régimen de precipitaciones escasas, proporcionadas, además, en gran medida, por aguaceros de elevada intensidad horaria”100 .

III.6.3. GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN.

Todo este sistema se regulaba por una serie de normativas u ordenanzas escritas en arábigo en el libro de las Aguas llamado Condac, que custodiaba el alcalde Juan Alhariz de Aragón.

Red básica de distribución de las aguas procedentes del manantial de los Molinos con destino a la balsa de Mesón y, posteriormente, limitando el casco urbano, distribuidas por la vega velezana.

TRAzADO Y DIRECCIÓN DE lAS PRINCIPAlES ACEQUIAS PARA El

RIEGO DE lA vEGA

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PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRElIMINAR

las Ordenanzas de aguas constituyen la regla fun-damental para la defensa de todo el sistema hidráulico y la del común de los regantes. Generalmente presen-tan caracteres y reglas muy similares en las diferentes comunidades que se rigen por ellas. Esta semejanza, en ocasiones, aparece incluso en el uso de los mismos o muy análogos vocablos para definir o referirse a mate-rias, técnicas, instrumentos y otros aspectos específicos de la agricultura de regadío101 .

las Ordenanzas de aguas previenen las diversas eventualidades susceptibles de afectar al sistema de riegos que regulan, con el fin de evitar y, en su caso, resolver los conflictos que aquellas provoquen entre los usuarios contemplan, pues, por razones lógicas, las diferencias de regulación exigidas por la necesidad de adaptación a las circunstancias concretas de cada comunidad y, entre ellas, al medio geográfico y a las características climáticas de la zona a que se extiende su específico ámbito de aplicación.

El gobierno y administración de las aguas estaba al cargo de un Alcalde de Aguas que cuidaba del correcto funcionamiento y mantenimiento de todo el sistema, ejerciendo, por lo tanto, un estricto control administrati-vo, jurídico y económico. De tal modo, se encargaba de la limpieza y arreglo de las acequias y los brazales comunes, de la exacta distribución de los turnos de riego, de la administración de los gastos ordinarios y extraordinarios que las aguas requerían y de penar a cualquiera que quebrantase las ordenanzas, aunque sus sentencias no eran definitivas, sino que los regantes podían apelar a la justicia ordinaria de la villa.

El cargo de “Alcaldes de agua” pervivía en otras regiones, como lorca, Granada, vélez Málaga, Berja, Alcalá la Real, Iruela, Cazorla y Baena, Jaén, donde existían los oficios de “Alcalde del oficio del alarifadgo”, “Alcalde de las acequias” en Quesada y Bédmar, y “Alcaldes del río” en Ecija102 .

las ciudades de Guadix y Baza gozaban, por una carta de privilegio concedida por los Reyes Ca-tólicos en 20 de noviembre de 1494, de la facultad de nombrar y elegir dos Alcaldes de aguas anuales para la administración de justicia en los asuntos to-cantes al riego, oficio que era similar al de los fieles ejecutores de la ciudad de Almería, variando sólo en la duración del cargo; tampoco sus sentencias eran

definitivas, pudiendo apelar la parte agraviada ante el corregidor o alcalde.

Este cargo es, al parecer, una continuación del “qadí de las aguas” o “qadí al-miyah” de al-Andalus, oficial municipal subordinado al qada’, que comple-taba la jurisdicción de éste en los diversos aspectos de la justicia ordinaria103 y, aunque sus funciones sobrevivieron a la conquista castellana del Reino de Granada, es evidente que la administración de justicia presenta ciertas diferencias de unas regiones a otras, siendo ejercida por los Alcaldes de aguas en Guadix y Baza, Fieles ejecutores en Almería o Tribunal de las Aguas en Granada104 .

III.6.4. lA vENTA DEl AGUA. El AlPOR-CHÓN.

la expulsión de los moriscos y la repoblación significó un duro golpe para el regadío de la zona. los intereses particulares de naturales y pobladores y la pérdida de las antiguas ordenanzas se apro-vecharon para modificar el derecho tradicional y consuetudinario de las instituciones del riego que habían regido hasta esos momentos105 .

El acueducto de la acequia del brazal Chirivelico que transporta aguas de nacimiento y superficiales de la Rambla de Chirivel (1989).

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Iv. EvOlUCIÓN DEl PROCESO REPOBlADOR, 1574-1595

El procurador de la villa, Pedro Marín, perte-neciente al grupo de “los naturales” de la tierra106 , redacta unas nuevas ordenanzas que llama libro del Alporchón, en las que, a los usos y costumbres de la cercana lorca de donde eran gran parte de los repobladores, el agua se adjudicaba al mejor postor por medio de una subasta llamada, propiamente, el Alporchón107 .

la venta del agua no es incompatible con el siste-ma de distribución proporcional, de hecho, existía en vélez Rubio en la época morisca, pues “Preguntados los testigos si sabían que algunas de esta agua fuesen de la propiedad particular de algunos moriscos y si esta propiedad era enajenable, dixeron que saven que algunos moriscos tenían agua de propiedad para regar sus tierras y heredades, y esta creen e tienen por cierto que la podían muy bien vender, pero que no saben que ninguno la oviese vendido”108 . También se declara entre los bienes propios del concejo “una hila de agua correspondiente a los pobres”109 , que procedería de los bienes habices musulmanes110 .

la práctica de la venta del agua ha existido siempre en los regadíos islámicos y suele ir asociada a un tipo cultural propio de los lugares donde ésta es escasa. Es, según Glick, característico del sistema de distribución “tipo yemenita, típico de las pequeñas huertas, como oasis, del sur del reino de valencia (Alicante, Elche, Novelda), basado en unidades de medida fija y asociado con la venta del agua”. En estos sistemas el objetivo prioritario es la eficiencia, en el sentido económico, en detrimento de la equi-

dad de los regantes en el reparto de las aguas111 . Igualmente, la venta de las aguas ex-cedentarias de los habices está prevista en las fatwas o respuestas jurídicas de los cadíes, puesto que aumenta la renta de estos bienes112 , pudiendo invertirse en otras ne-cesidades públicas.

De otra parte, el aumento de las aguas permite la privatización de éstas, hecho también previsto en la legislación musulmana. El dominio de las aguas cuenta con una base legal y jurídica en la escuela malekí, al considerarla como elemento indispensa-ble para la vida. El que controla el agua tiene poder económico puesto que el agua revaloriza las tierras, de ahí que fiscalidad y regadío sean afines para los musulmanes. El derecho de propiedad del agua fue contemplado en el Haditz, recogido en la Muatta de Malek cuando dijo: “El agua se hereda también cuando existe otra”113 . De tal manera, existen en el derecho malekita dos clases de aguas: las de todos y las particulares; es decir, las generales o públicas y las particulares o privadas o descubiertas por el hombre.

En la Almería musulmana, los cadíes y alfaquíes de la mezquita mayor vendían cada viernes, por pregón, una tercera parte de las aguas de las fuentes de Alhadra, que eran las que regaban la vega y abas-tecían a la ciudad, con la condición de que los años secos todas las aguas fuesen para el abastecimiento de los vecinos y el uso de la mezquita mayor114 . Su venta producía unas rentas que eran específicamente destinadas al reparo de los muros y de la Alcazaba. Esta renta o tributo, instituida como bienes habices, existe en otros lugares, como en Granada, donde es conocida como la renta de los “cadaes”, que definió Garrido Atienza como “diputada desde el tiempo de los moros para adovo y reparo de los adarves o muros, de las azacayas y puentes”115 , y, del mismo modo que en Almería, en Granada se aplicaba so-bre las aguas de riego de la acequia de Alfacar o de Ainadamar, que era la que abastecía a la ciudad. En Guadix los derechos del agua dependían también de la mezquita mayor que, además de tener prioridad en el abastecimiento urbano, controlaba a través de sus ministros la ordenación de los riegos y el nom-bramiento de los oficiales de las aguas116 .

Portada de los dos reglamentos conocidos de la Comunidad de Aguas del Maimón de Vélez Rubio, impresos en 1925 y 1930 respectivamente.

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PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRElIMINAR

Fachada del Alporchón, lugar donde se subasta el agua de riego de la vega desde hace varios siglos (A. Sánchez, 2004).

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III. El REPARTO DE PROPIEDADES Y ASENTAMIENTO DE NUEvOS vECINOS

1571-1574

Iv

EvOlUCIÓN DEl PROCESO REPOBlADOR, 1574-1595

Iv.1. El CAMBIO DE RENTA DE ESPECIES A DINERO Y lAS MODIFICACIONES DE lA NORMATIvA.

Una vez asentados los nuevos pobladores de vélez Rubio se formalizan las condiciones de población es-tipuladas por la Corona en 6 de octubre de 1572. Para realizar este acto, todos los repo-bladores se reúnen en la iglesia parroquial el día 9 de marzo de 1574 y, ante el escribano del repartimiento Alonso Peñuela, otorgan una escritura de censo real a favor del rey Felipe II, impuesta sobre las casas y las tierras que se les había repartido. En ella se dan por contentos con los lotes recibidos, aceptan las condiciones de población y se obligan a pagar un tributo perpetuo anual al Monar-ca que, por cada suerte de población, ascendía a 24 maravedíes y medio por la casa y por las heredades “de todos los frutos que cogieren en las dichas tierras y heredades, además del diezmo que están obligados a pagar, otra décima parte pagado en los mismos frutos al tiempo que se cogieren, que se han de coger en su tiempo y sazón, excepto los morales y olivares, porque de estos los diez años primeros contados desde esta presente de setenta y dos han de pagar el quinto de ello y, de allí adelante, el tercio; y de la paga de los morales ha de ser en el valor de la haza de ellos, esto como derecho real impuesto sobre los mismos bienes”117 .

En el mismo texto legal, además, se recuerdan algunas de sus obligaciones por la concesión real: mantener la casa enhiesta y reparada, pagar a la Corona por cada traspaso con la imprescindible licencia del concejo y la pertinente anotación en el libro de Población, mantener limpias las acequias y guardar las ordenanzas de riego, labrar y cultivar cada año la tierra, no abandonar la casa sin licencia, no arrancar árboles en fruto, disponer de armas de defensa y acudir a los rebatos de la costa, acudir necesariamente al Consejo de Población de Granada en caso de pleitos y diferencias, etc. El documento es firmado por dos testigos en nombre del resto porque no sabían escribir.

Este censo real de población se mantiene sólo durante tres años, pues, una vez puesto en vigor el

reglamento de 1577, por Real Provisión otorgada en 2 de agosto de dicho año, el impuesto particu-lar sobre las casas y heredades se conmutó por un censo común anual en dinero fijado en la cantidad de 194.480 maravedíes, pagaderos el día de San Juan (una parte) y el día de los Santos (dos partes), “puestos y pagados en la ciudad de Granada”. Pero, además, se aprovecha este cambio de renta para dictar normas que ratifican condiciones anteriores y garantizan el cobro del censo: el lugar deberá estar siempre habitado por 126 vecinos; la obligación del censo se hacía extensiva a ellos mismos y sus descendientes; tras dos años sin pagar se perdería la hacienda; que no haya excusa en satisfacer la cuota como consecuencia de inclemencias na-turales (fuego, hielo, nieve, lluvia, plaga, etc), sin aplazamiento, demoras o descuentos; traspasada la hacienda en otro poblador (con los requisitos citados: asentamiento en libro, licencia del concejo, poblador útil de fuera del Reino, etc), los nuevos beneficiarios estarían obligados a las mismas condi-ciones; posibilidad de embargar bienes de aquellos pobladores morosos; etc; pero, especialmente ase-gurar el cobro del censo de manera que, “aunque cada poblador en particular ha de estar obligado al censo que le tocare (en función de la extensión de su propiedad), ha de quedar asimismo el concejo de cada lugar obligado de mancomún, a manera de encabezamiento, de pagar todo lo que montare el dicho censo a los plazos y de la forma que de ahí viene advertido..., para que la hacienda quede más segura y la cobranza menos dificultosa...”. De esta manera, la villa quedaba obligada a mantener el número de repobla-dores, a desposeer a quien no labre o beneficie su suerte, a quitar la tierra de difuntos sin herederos y darla a otro poblador útil, a admitir o rechazar el traspaso de suertes, etc. Pode-mos afirmar, por tanto, que una de las consecuencias más importantes de estas nuevas disposiciones de

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PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRElIMINAR

1577 como de otras posteriores (p.e. Instrucción de 1595), sería la instrumentalización del “concejo como órgano al servicio de los intereses de la administra-ción de la monarquía absoluta, de manera que, sin perder su carácter de gestor local, se utilizará como garante de las nuevas disposiciones y, en definitiva, del buen éxito de la repoblación”118 .

El 7 de agosto, Cristóbal Espinosa (Xptóbal Des-pinosa), vecino de vélez Rubio (en sustitución de Andrés Guirao) comparece en la ciudad de Granada y, en nombre de los demás, acepta las condiciones, obligando los bienes y personas de él mismo y del resto de los pobladores; pero, además, aprovecha la ocasión para presentar un documento aprobado en concejo abierto por los vecinos el 7 de julio anterior, solicitando al Consejo de Población una serie de “gra-cias, franquicias y libertades que ahora nuevamente S. Magestad ha concedido a los vecinos nuevos po-bladores de los lugares de sierras y marinas”: no pa-gar alcabala, que pasen a propios del concejo bienes no repartidos (almazara, casas, bancales y huertos), cazar libremente con toda clase de “armadixos”, po-der ensanchar las labores y cortar madera para cons-truir casas y hacer aperos, levantar boqueras, rozar y cortar pinos, carrascas y otras matas, elegir (mudar) concejos cada año, repartir corrales y colmenares entre los vecinos.

Efectivamente, en este año de 1577 se conce-den otras muchas franquicias y privilegios a favor de los repobladores, hasta diez y ocho provisiones son otorgadas por la Corona a fin de favorecer el establecimiento de los nuevos pobladores, aunque muchas de ellas o no se aplican en la práctica por la oposición del Marqués o se pospone su aplicación durante muchos años.

las inspecciones realizadas por los enviados del Consejo de Población pondrían de relieve el desajus-te entre las Condiciones primitivas de población y la realidad cotidiana, de manera que, como consecuen-cia de esta información se redactaron nuevas norma-tivas que, en cierto modo, anulaban, desarrollaban o modificaban aspectos de la legislación de 1571, intentando mantener la población original y evitar el progresivo deterioro de los lugares repartidos. Fruto de ello serían las normativas de 1577-78, que aca-bamos de ver, y las Instrucciones de 1595, dictadas a consecuencia del pesimista panorama que ofrecía la gran visita de 1593. En síntesis, “podemos apreciar

que la postura de la administración en 1595, tenien-do conciencia de la falta de pobladores, se hace más permisiva, ofreciendo unos plazos de tiempo para legalizar situaciones irregulares, facilitando el asen-tamiento de familias que no tendrían porqué cumplir escrupulosamente con los requisitos de 1571, pu-diendo poseer más de una suerte, etc. Por otro lado, intenta hacer frente a las nuevas situaciones creadas en el transcurso del tiempo, como son la existencia de censos, hipotecas y memorias que ahogaban al campesinado, y a los abusos de la iglesia, burocracia y nobles, que entorpecían la labor repobladora y despojaban a los vecinos de bienes individuales y comunales. Siguiendo la línea de los reglamentos de 1577-78, dan una mayor potenciación al papel de los concejos locales: posesión y despojo de tierras, registro de traspasos, facultad de desposesión de pobladores, responsabilidad en el buen estado de la infraestructura del riego, embargo de frutos, licencia para tala de árboles, manada del concejo, etc”119 .

Esta Instrucción de 1595 fue recibida en el concejo de vélez Rubio, leída y discutida el 19 de diciembre del mismo año y, finalmente, se decidió difundirla y pregonarla públicamente, e iniciar una vista local para comprobar lo ordenado por Su Magestad y adoptar las medidas oportunas.

Iv.2. DIFERENCIAS CON lA CASA SEÑO-

RIAl.

En realidad, a partir la anulación de la primera repoblación señorial realizada por Bonifaz comienza el enfrentamiento entre la Corona y el Marqués. Se impone la repoblación estatal, entendida como una empresa fiscal en la que el Señor es el Estado, lo que supone una pérdida de derechos jurisdiccionales para el Marqués de los vélez. En esta lucha de fuerzas, los repobladores, que se hallan en medio, son los que padecen todas las presiones que se derivan de las aspiraciones de ambos poderes.

la sucesión de medidas concedidas por la Coro-na en favor de los repobladores va progresivamente reduciendo los derechos jurisdiccionales del Marques de los vélez en dos prerrogativas fundamentales que él había gozado hasta ahora: el control local y el

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Iv. EvOlUCIÓN DEl PROCESO REPOBlADOR, 1574-1595

poder económico, que eran las bases de su poder.

la transformación del concejo de la villa auto-rizada por Real Provisión dada en agosto de 1577 y ratificada por otra dada en 17 de diciembre de 1580, ante su falta de cumplimiento, trae consigo una limi-tación del control local y de la administración de jus-ticia que hasta entonces habían ejercido el Marqués y los naturales de vélez Rubio. Con estas provisiones se concede a los repobladores su solicitud de repar-tirse el poder local entre las dos comunidades por el procedimiento de “personas dobladas”, es decir, el nombramiento de la mitad de los oficios del concejo con una duración anual y la elección de un procura-dor síndico que defendiera a los nuevos vecinos de cualquier agravio en sus personas o en sus bienes.

la concesión de ciertas franquicias y privilegios, especialmente la exención del pago de las alcabalas, derecho señorial que gozaba el Marqués de los vélez desde 1503 por el trueque de estas villas por Carta-gena, supone la pérdida del poder económico ante la falta de estos ingresos. A dicha medida se añade la donación a los propios de la villa de los bienes mo-riscos que estaban sin repartir y el aprovechamiento de otros bienes comunales como el arrendamiento de las yerbas de las dehesas, la roturación de nuevas tierras y la autorización para cortar madera de los montes120 .

En el transcurso de la visita de 1593, a través de las denuncias de los pobladores, se ponen de manifiesto, una vez más, los perjuicios ocasionados a las familias repobladoras por la actitud de la casa señorial. Así, to-das las arbitrariedades que se venían sucediendo en la villa de vélez Rubio los nuevos vecinos las achacaban al Marqués de los vélez, quién, disconforme con la repoblación realizada en su villa y en abierto conflicto con la Corona, se negaba a acatar cualquier privilegio concedido a los repobladores que mermara de alguna manera sus derechos señoriales.

En esta actitud, la principal fuente de conflic-tos radicaba en el concejo de la villa, pues según las declaraciones de los vecinos, el Marqués y su gobernador, Pedro de Urrutia, en contra de las pro-visiones y del Consejo de Población “no guarda ni ha guardado después acá ni consiente ni cumple la dicha orden y elección, aunque se le ha pedido mu-chas veces acerca de la dicha elección del concejo,

antes a su voluntad libre y absoluta elije y nombra a quien quiere”121 . Esta obstinación en seguir conser-vando de modo absoluto la jurisdicción señorial en la elección de los oficiales, que no siempre eran las personas convenientes, traía consigo muchos malos tratamientos a los nuevos vecinos que se veían im-potentes ante los excesos de los oficios públicos y la administración de justicia.

Esta misma oposición a las normas establecidas por la Corona impedía el funcionamiento democrá-tico del concejo, en “concejo abierto y a campana tañida”, para acordar los traspasos de las suertes de población y su escritura en el libro del Concejo, y, del mismo modo, se negaba a pagar de los propios del concejo los reparos de las aguas.

Un claro ejemplo de este despotismo señorial era la prohibición de cazar. Recuérdese que, en julio del 77, aprovechando el cambio de renta de especies

Puerta del castillo de los Fajardo en Vélez Blanco con el escudo de la familia, una guirnalda, la cruz de Santiago y una inscripción en la que se pedía a Dios guardase siempre la entrada y salida del primogénito, esto es, de D. Luis Fajardo de la Cueva, II marqués de los Vélez, protagonista y coetáneo de los años de la repoblación en Vélez Rubio.

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PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRElIMINAR

a dinero, los pobladores habían solicitado al Consejo de Población de Granada una serie de franquicias y libertades, entre las que se encontraba la de poder dedicarse a la caza mayor y menor, de pelo y pluma, con cualquier género de armas y sin que por ello fueran denunciados y sancionados por la clientela del marqués. Pues bien, en los últimos años el número de conejos, perdices y liebres había crecido tanto que habían invadido los campos de la villa, “de manera que las labores del dicho campo en muchas partes no se labra ni siembra ni cultiva e beneficia por temor de que todo lo come y destruye la dicha caza antes de llegar a dar fruto”, y por miedo a las continuas ve-jaciones y condenaciones de la justicia no las podían cazar ni matar, mientras que veían impasibles cómo disminuían sus haciendas.

Todo este conjunto de contrariedades, en opi-nión de J. Cotes Porcel, “deriva de las relaciones que los pobladores en la explotación del suelo han de mantener con el señor de la zona, entra en contra-dicción con lo prometido por el rey, produciéndose situaciones de ruptura que son motivo suficiente para abandonar unas tierras que no van a ser tan lu-

crativas como pensaron cuando vinieron a instalarse en ellas”122 .

Iv.3. ESTADO GENERAl DE lA POBlA-CIÓN.

la detallada organización de la Corona en la repoblación del Reino de Granada tras la expulsión de los moriscos no podía alcanzar los objetivos per-seguidos sin un posterior seguimiento del estado de la misma. Con esta finalidad, Felipe II ordena una serie de inspecciones o visitas a los distintos lugares a partir de 1574, para averiguar, a través de los comi-sionados regios o visitadores, las condiciones demo-gráficas y económicas de los lugares repoblados.

la tardía repoblación de vélez Rubio retrasó también la realización de las visitas y, por esto, sólo se llevaron a cabo dos de ellas: la de 1578 y la de 1593.

la visita de 1578 se decretó específicamente para inspeccionar los lugares nuevamente pobla-

dos de sierras y marinas, y tenía como objetivo prioritario comprobar el resultado de la puesta en vigor del reglamento de 1577 en la nueva población y el cumplimiento de las condiciones de población123 . Esta mi-sión se encomendó a Arévalo de zuazo, antiguo corregidor de Málaga. Para efectuar su cometido, Arévalo de

Suazo se instala en la villa de las Cuevas del Marque-sado de los vélez y, a 6 de febrero de 1578, manda comparecer a Sancho Hernández, alcalde ordinario, a Ginés Montesinos, regidor, y a Pedro de ledesma, escribano, quienes, tras prestar juramento, hacen la declaración pertinente124 .

El número de los vecinos pobladores de vélez Rubio continúa siendo de 126, tal y como se esta-bleció en el repartimiento de 1574, y, asimismo, las haciendas estaban bien labradas y las tierras culti-vadas, pero en esos cuatro años tanto los nuevos vecinos como sus suertes de población han corrido diversa fortuna. De tal manera, quince de los origina-rios pobladores no se nombran entre los vecinos de vélez Rubio y en su lugar aparecen los nombres de otros quince, de los cuales uno también se había ido y seis, a su vez, traspasaron sus suertes y se marcha-ron; de otros dos pobladores, Hernando de Torralba y Juan villarejo, los testigos declaran que se fueron y dejaron sus suertes al hijo del regidor Martín García

Aspecto de Vélez Rubio dibujado por el redactor del Catastro del Marqués de la Ensenada en 1753. Aunque con dos siglos de diferencia, éste podía ser el aspecto que presentara Vélez el Rubio durante el s. XVI.

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Iv. EvOlUCIÓN DEl PROCESO REPOBlADOR, 1574-1595

y a un natural de la villa, por lo que Arévalo de zuazo ordena que se provean de nuevo; diez y seis habían traspasado sus suertes, dos las habían trocado, uno estaba ausente y cinco habían muerto y las tenían sus herederos.

Este inicial trasiego de pobladores y de suertes no había cesado de aumentar en 1593, como de-muestra la visita realizada el 13 de mayo de este año por Jorge de Baeza Haro, veinticuatro de la ciudad de Granada.

la visita de 1593 tiene un carácter general para todo el Reino de Granada y había sido largamente solicitada al rey por el Consejo de Población ante las muchas irregularidades que se venían observando en las condiciones estipuladas de la repoblación, puesto que, de modo evidente, incidían en el des-censo del número de pobladores, en el menoscabo de las haciendas, en la percepción de la renta y en la desprotección de la costa asaltada de vez en cuando por los piratas berberiscos. Por este motivo se re-dacta una instrucción que constaba de diez puntos principales, de cuyas respuestas se obtendría toda la información necesaria relativa a cualquier infracción cometida tanto por las autoridades locales como por los particulares.

En cumplimiento de esta normativa, el visita-dor, Jorge de Baeza Haro, solicita a Juan Martínez y Juan Bravo, alcaldes ordinarios de vélez Rubio, y a los regidores de la villa que presenten la escritura de censo perpetuo y el libro del Concejo en el que estaban obligados a anotar cualquier transacción de tierras y casas, y, del mismo modo, mandó pregonar el edicto real en la plaza pública para que cualquier vecino pudiera hacer las alegaciones pertinentes ante cualquier agravio.

El resultado de la inspección llevada a cabo en vélez Rubio llega a unas conclusiones muy parecidas a las de las otras visitas efectuadas en las distintas localidades del Reino de Granada125 .

la población de vélez Rubio estaba formada por repobladores, naturales y otros habitantes sin suertes llegados después de asignadas éstas. El número de habitantes que residía en vélez Rubio y poseía las suertes de población había disminuido en los quince años transcurridos desde la última visita

a 118 vecinos, y, por lo tanto, las suertes de los ocho que faltaban habían recaído por compras o herencias en manos de otros pobladores. Sólo una suerte de población estaba vacante por ausencia. los vecinos que conformaban el grupo de los naturales habían ascendido a 32. los allegados después de asentada la población eran 64.

Sin embargo, ese pequeño descenso en el nú-mero de los repobladores desvela en su análisis una enorme complejidad. las distintas transacciones de pobladores, tierras y casas que ya se observaron en 1578 se habían multiplicado de forma considera-ble, hasta el punto que, en este año de 1593, sólo 33 suertes de población continuaban estando en manos de los primeros repobladores o de sus he-rederos y, por lo tanto, 93 suertes de población con sus correspondientes ventajas habían sido objeto de traspasos, trueques, compraventas, usurpaciones o apropiaciones indebidas, sin olvidar las múltiples desmembraciones de casas y heredades.

la declaración de los testigos a los capítulos de la instrucción (Sebastián de Piqueras, repoblador a quien se asignaron 4 suertes y aún las conservaba; Alonso Sánchez, que también mantenía sus dos suertes originarias; y Francisco González, poblador llegado después de 1578) demostraron que muchos trueques de pedazos de suertes se habían hecho con la intención de juntar las haciendas, pues se repartieron muy divididas en diversos pagos y esto dificultaba su explotación. Con respecto a las com-praventas confirmaron que efectivamente se habían vendido muchos trozos de tierras y casas –hasta 78 según la investigación de 1593- libres de censo y que algunos vecinos habían desmembrado sus suertes de población en tal manera que se hallaban muy empobrecidos. Asimismo, los traspasos de suertes también se habían realizado, en la mayoría de los casos, libres de censo y, por lo general, a personas de fuera del Reino y casadas como estaba establecido, pero, además, algunas tierras habían ido a manos de naturales del lugar, como doña Mencía Fajardo, e incluso a un mozo soltero. En todos los casos confir-maron que las transferencias no se habían aprobado en concejo abierto ni se habían inscrito en el libro del Concejo.

El resultado de esta inspección quedó registra-

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PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRElIMINAR

do en la Instrucción de 1595126 y en ella se regula de nuevo la repoblación de 24 suertes por las siguientes razones: 6 por ausencias y falta de pobladores, 3 es-taban consumidas y perdidas, 2 habían sido tomadas por justicia contra las órdenes establecidas y 13 había que poner en cabeza de poblador por acumulación de suertes en poder de ocho vecinos: Juan lozano, regidor, Francisco Cavallero, Pedro de Eguino, Miguel Pérez, Jerónimo de Urrieta, Juan lópez Amador, Gregorio lópez, regidor, y Juan Martínez, vecino de María.

Sin embargo, por más que las autoridades dic-taban ordenanzas y reglamentos que prohibían la acumulación excesiva o la dispersión de suertes y diseñaban el proceso a seguir en caso de sucesiones y cambios, desde el mismo momento en que las ha-ciendas son repartidas se inicia un proceso de cam-bios, desmembraciones, sucesiones, trueques, etc, que frustrarían los objetivos repobladores iniciales en el sentido de establecer y mantener una sociedad de medianos labradores con recursos suficientes para permitir una vida autosuficiente a las familias. la consecuencia más transcendental de este proceso de movilidad de la tierra sería la profunda y progresiva diferenciación social y económica que se produjo en la “igualitaria” sociedad campesina de la década de los 70: muchas suertes quedaron excesivamente desmembradas, mientras que otras familias acumu-laron bolsas de riqueza127 .

El resto de la investigación continuaba en los

mismos términos. El estado de las casas de la villa era aceptable, pues había 107 casas en buenas condiciones de habitabilidad y sólo 19 necesitaban reparos, cuyo coste total se tasó en 200 ducados. A estos propietarios se les ordenó que repararan sus casas en los próximos cuatro meses o en caso contrario lo harían los alcaldes ordinarios a su costa. Pero, igual que en las haciendas, en las casas tam-bién se hallaron ilegalidades y acumulación de unos vecinos contra otros. Así, Mase Gaspar, herrador, hizo una reclamación judicial contra el testigo Francisco González, alegando que “yo compré una suerte de vecindad de Pedro Sánchez y el suso dicho vendió las ventajas a Francisco González, vecino desta villa, y siendo la casa de la dicha suerte y no de las venta-jas la dió al dicho Francisco González y me dejó mi suerte de vecindad sin casa”128 .

las aguas de riego, pese a ser suficientes, fal-taban a las haciendas de los nuevos pobladores, llegando a perderse los panes, árboles y huertas por no regarlos. De esta situación culpaban los vecinos a los alcaldes de las aguas, acusándoles de vender el agua que de derecho le pertenecía a cada hacienda con la excusa de la reparación de las balsas, acequias y comunes, aparte del salario de los balseros, que eran gastos asignados a los propios de la villa. Asi-mismo, les vendían las aguas si alguno se demoraba en la limpieza de sus acequias particulares y faltaban partidores de piedra para dividir las aguas de cada vecino.

Estos abusos de autoridad por parte de los encargados del control de las aguas derivaban de la reforma de las ordenanzas tradicionales y la instau-ración del libro del Alporchón por los naturales de la villa, arrogándose los más poderosos el derecho a la expropiación de las aguas de riego de los más desfavorecidos, que era el principal elemento de producción de las tierras.

Pero el conflicto, lejos de solucionarse, se agudi-zaría: mientras que los naturales (vecinos instalados en la villa antes de la rebelión de los moriscos, algu-nos incluso llegados a finales del s. Xv) defendían las Ordenanzas nuevamente redactadas por Pedro Marín en marzo 1575 que, según ellos, seguían fielmente el sistema árabe del extraviado libro Condac, y alegaban derechos inme-moriales para justificar su posesión y venta del agua; los nuevos pobladores desconfiaban de la nueva copia de las citadas Ordenanzas del agua, defendían que cuando les repartieron las haciendas el agua iba junto a la tierra y que, por lo tanto, no se podía separar y/o vender a terceros. Así las cosas, los agraviados pobladores pusieron pleito ante la justicia que se solventaría nada menos que en 1677, lo que demuestra que las recomendaciones del juez visitador, Jorge de Baeza Haro, en 1593, en el sentido de que los alcaldes de aguas no vendan agua, que los pobladores gocen libremente de ellas a cambio de mantener limpias las acequias y que los reparos se hagan por cuenta del concejo, no se cumplieron en absoluto.

Por lo demás, la situación de la villa era la si-guiente:

la iglesia estaba buena y bien reparada. El pósi-

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Iv. EvOlUCIÓN DEl PROCESO REPOBlADOR, 1574-1595

to tenía de caudal 382 fanegas de trigo y 264 reales en dinero. la ganadería del lugar la constituían 78 reses vacunas de ganado de labor y 530 cabezas de ganado cabrío y lanar.

las acequias y el arbolado estaba bueno y bien aderezado.

En la villa se hallaron 50 bagajes mayores y me-nores y 17 escopetas.

Analizadas y valoradas todas las circunstancias anteriores, es evidente que la repoblación de vélez Rubio fue tremendamente conflictiva. Si comparamos los resultados de la visita con la situación de 1574 nos encontramos con un panorama que arroja más som-bras que luces. los repobladores, pese a los múltiples privilegios otorgados para limitar las prerrogativas señoriales y proporcionarles los medios jurídicos y económicos que garantizaran una permanencia estable en la nueva vecindad, se vieron sometidos a todo tipo de presiones por parte de los grupos domi-nantes. Por una parte la reacción señorial de don luis Fajardo, Marqués de los vélez, en franca oposición a la repoblación estatal; por otra, los naturales de la tierra que constituían una oligarquía local y mono-polizaban las instituciones concejiles y los principales medios de producción; y, finalmente, la ambición de algunos repobladores más favorecidos y deseosos de poder. la visita de 1593 reflejó que, como en otros muchos lugares repoblados del Reino de Granada, y especialmente de señorío, la repoblación no había conseguido los objetivos que se pretendían, sino que, por el contrario, los repobladores estaban ago-biados por todo tipo de corrupciones encaminadas a reducirles a la situación feudovasallática anterior a la expulsión de los moriscos o simplemente empo-brecerles y forzar su abandono y sustitución por otra

repoblación señorial.

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PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRElIMINAR

v

lAS FUENTES DE INFORMACIÓN

v.1. DOCUMENTACIÓN.

v.1.1. lA INFORMACIÓN DE lOS ERUDITOS lOCAlES: J. RUBIO DE lA SERNA Y F. PAlAN-QUES.

El viejo libro de Población de vélez Rubio (lAR) era conocido y cuidado con gran esmero por los responsables del Concejo desde muy antiguo, es-pecialmente por su valor testimonial, hoy diríamos administrativo; tengamos en cuenta que el Censo de Población de aquellos concejos que no se redimie-ron con el pago de una cantidad de dinero, estuvo pagándose a la corona hasta comienzos del s. XIX. Su vigencia perduró a lo largo de varios siglos hasta que, en la década de los 30 del s. XIX, los gobiernos liberales procedieron a la abolición del régimen señorial y otras costumbres del antiguo régimen.

Este valiosísimo documento de 1.027 hojas manuscritas (copia del s. XvIII) y forrado de badana encarnada se dio muchas veces por perdido: en 1844, ante la reclamación del Intendente de Hacienda, el alcalde la localidad alega (quizás en un ardid para evitar la contribución) que no puede proporcionarle la información requerida porque el libro de Población y demás papeles referentes a la repoblación del s. XvI habían “desapareció de esta Archivo, así por la incuria de los que en el dilatado espacio de tres siglos y medio le han manejado, como por las vicisitudes de la guerra de la Independencia, en un punto de línea de los Egér-citos veligerantes como fue éste... y, por consiguiente, los papeles casi en su totalidad extraviados”129 . Pero no era cierto porque, a finales del citado siglo, el ilustrado presbítero D. Miguel Serrabona y Fernández extrajo unas notas del citado documento titulado lº de la población de la villa de vélez Rubio y demás instrumentos de la dicha población, y se las facilitó a D. Juan Rubio de la Serna. Éste, impresionado por la importancia histórica del citado libro decidió estu-

diarlo a fondo hasta el punto que constituiría el prin-cipal acicate para redactar una obra de su localidad natal: “Al emprender yo este modesto trabajo y darlo a la estampa lo hago movido por el interés de salvar una posible pérdida y del olvido lo que en las Notas referidas se contiene referente a la repoblación de vélez Rubio...”130 . Concretamente, en su Monografía de la villa de vélez Rubio y su comarca trata el tema entre las páginas 64 a 68. De las distintas comisiones, actos y diligencias, el autor transcribe lo que le pare-ce más interesante y sin sujetarse al orden del lAR: Averiguaciones del Juez de Comisión, ldo Medrano (3-v-1571), sobre esclavos y bienes de moriscos en poder de cristianos; toma de posesión de los bienes moriscos por el ldo. Medrano (22 y 23-XII-1571); lími-tes, aguas y fuentes del término; población existente en marzo de 1572; orden del rey, Felipe II, para repar-tir bienes y asentar a la nueva población (6-X-1572); conflictos, diferencias con el Marqués y atrasos en el proceso repoblador por el ldo. Bonifaz; asentamiento de 125 pobladores (relación de los mismos) por el ldo. Bonifaz en marzo de 1574.

Pocos años después, el cronista oficial de la villa, Fernando Palanques Ayén, aborda el tema en tres de sus libros: para su famosa Historia de la villa de vélez Rubio (1909) utiliza el libro de Población131 al redac-tar los capítulos X “vélez Rubio en la segunda mitad del s. XvI” (p. 218-232), XI “los repobladores cristia-nos” (p. 233-242) y XII “El censo real de población” (p. 243-256). En los otros dos libros, Apéndices a la His-toria de vélez Rubio (1907) y Apuntes Genealógicos y Heráldicos (1911), transcribe una gran cantidad de documentos que son, precisamente, los que nosotros hemos aprovechado para reconstruir el tantas veces citado lAR. En efecto, del cotejo de ambas transcrip-ciones (Rubio de la Serna y Palanques) nos ha pareci-

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v. lAS FUENTES DE INFORMACIÓN

do más completa y fiable la realizada por el cronista local y publicada en sus monumentales obras citadas; de manera que casi todos textos secundarios que incluimos en la segunda parte de esta obra se han extraído de las obras de F. Palanques.

v.1.2. El lIBRO DE POBlACIÓN DE vÉlEz RUBIO.

Contenidos.

En el Archivo Histórico Provincial de Almería, bajo la signatura Sueltos 2.5, se encuentra depositado un volumen que responde al lIBRO DE POBlACIÓN DE vÉlEz RUBIO. En él se recogen distintos documentos que están encuadernados en este orden:

- Despacho dado por Ramón Portocarrero y Silva,

protector de la Real Hacienda de Población de Granada, ordenando que se cumpla lo dispuesto, como resultado de la visita de población, realizada en el año 1595, en diferentes cédulas y provisiones reales que se incluyen. Está fechado en Granada a 10 de febrero de 1699 y escrito en cuatro folios en letra impresa.

- visita de población, vélez Rubio, 25 de diciembre de 1595.

- Notificaciones a diversos vecinos para que cumplan lo dispuesto en una Real Provisión (25, octubre, 1595) sobre los nuevos pobladores, vélez Rubio, 3 de enero y 4 de marzo de 1596.

- Acuerdo del Ayuntamiento para efectuar la visita de población de esta villa, vélez Rubio, 19 de diciembre de 1595

- libro de las haciendas de población desta villa de vélez el Rubio. Sin fecha

Todos estos documentos y otros muchos cons-tituían el original libro de Apeo y Repartimiento de vélez Rubio132 . Hoy, a la vista de las fuentes editadas del mismo, podemos contrastar la autenticidad del nuevo documento que ahora se aporta y poder re-construir lo más fielmente posible el texto del libro Becerro o de la Población de vélez Rubio.

Estudio documental. El manuscrito, como se indica al principio, se

encuentra incluido al final de un libro que está

encuadernado en pergamino liso cuyo color se ha oscurecido por el paso del tiempo. En el reverso tiene pegados, a manera de refuerzo, unos folios escritos en letra impresa en los que aparece la fecha de 1768, pero su contenido no tiene en absoluto relación con el resto del libro, por lo que se deduce que son pastas aprovechadas de otro códice. Exteriormente presenta restos de cinco pequeñas perforaciones, tres pegadas al lomo y dos en la parte exterior, que contienen restos de cintas o correillas que servirían para atar todo el volumen. Sus dimensiones son treinta por veintiún centímetros y se halla en buen estado de conservación.

Interiormente el soporte del manuscrito son folios de papel de las mismas dimensiones que las pastas, estando todos los documentos que al prin-cipio se enumeran cosidos entre sí y también a la cubierta, de tal modo que forman una sola unidad, aunque cada uno de ellos tiene foliación diferente y, tanto por su fecha como por su contenido, son expedientes distintos. Por tales razones, vamos a centrarnos en el manuscrito del repartimiento, objeto de este estudio.

El libro de las Haciendas de Población de la villa de vélez Rubio es un documento constitutivo del municipio de vélez. Contiene exclusivamente el repartimiento de las diversas suertes de población en tierras y casas que se dieron a cada vecino que vino a repoblar esta zona después de la expulsión de los moriscos.

Todo el cuaderno tiene dos numeraciones en cifras actuales, ordenadas desde el folio 1 hasta el 152 y por la grafía parecen ser de la misma época o muy próximas en el tiempo e incluso escritas por la misma mano, las dos se sitúan en el margen superior del folio. Una de ellas, seguramente la primera, se encuentra en el ángulo superior dere-cho y, a causa del desgaste o rotura del papel en esta zona tan sensible, a veces, se ha perdido o su lectura es borrosa; junto a ella, pero más centrada y clara, se halla la segunda numeración. Ambas se mantienen a lo largo de todo el documento y en las dos falta el folio 14, pues al parecer se lo han saltado al numerar el texto, ya que su contenido no presenta ninguna interrupción desde el folio 13 vuelto al 15 recto.

El estado de conservación del manuscrito es desigual, estando mucho más deteriorada la primera mitad que la segunda, sobre todo a causa de la hu-medad y la acción corrosiva de las tintas, faltando a veces trozos enteros del papel. De tal manera, al folio

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PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRElIMINAR

1 y 2 les falta la parte central y ángulo inferior izquier-do, hallándose casi perdidos; el folio 15 también está perdido en gran parte, faltando la mitad exterior del papel, sólo permanecen íntegros unos diez renglones del final; el folio 52 está roto en el centro de la mitad inferior; asimismo, hasta el folio 68 el papel se halla en muy mal estado, la acción corrosiva de las tintas ha quemado el papel por la oxidación causada y en muchos folios todo él está completamente negro; a este daño hay que unir tintas emborronadas por la humedad, grietas y trozos de papel desprendidos, motivos que hacen casi imposible la lectura, especial-mente desde el folio 10 al 45. El resto del manuscrito, aunque también está dañado por las causas ya apun-tadas, se encuentra en un estado de conservación mucho más aceptable.

la gran dificultad de lectura que el estado general del documento entraña han determinado que ésta sea lenta y difícil, a veces imposible. Por tal causa, la transcripción no se puede limitar a la lectura sino que se han intentado reconstruir las palabras imposibles de leer, así como las ausencias que se ob-servan en algunos epígrafes de los márgenes y otros menoscabos, tratando de recobrar su estado original, siempre manteniendo una estricta rigurosidad con el resto del texto.

Todo el documento está escrito en hojas de plie-go entero sin grandes márgenes, con una media de treinta y seis renglones por plana y entre seis y ocho palabras por renglón. El tipo de letra es procesal en su transformación a la encadenada, evolución que se acentúa en los folios 101 a 107 en que la amplitud de rasgos hace que salga un promedio de cuatro o cinco palabras por renglón. las variaciones que se aprecian en los trazos de la letra, rasgos más o menos gruesos y cambios de tinta e incluso características dialectales diferentes -uso continuado de la G, la J o la X para un mismo sonido-, indican la intervención de varias manos en la escritura, seguramente varios ama-nuenses. En general, la escritura, aunque es clara, no es lo cuidada que correspondería a un do-cumento oficial.

los epígrafes se sitúan siempre en el margen izquierdo, en una letra algo más cuidada que el resto de la escritura. las abreviaturas son abundantes, tan-to en las palabras usuales en este tipo de letra -dicho, que- como en los nombres propios en los que se usan letras sobrepuestas -Dº = Diego, Gª = Garçía- .

Otros aspectos formales del manuscrito son la cancelación de cada párrafo o suerte con una línea recta, no hallándose, por el contrario, línea ni rúbri-

ca que señale el final del folio. Tampoco aparece en todo el manuscrito ninguna firma ni fecha indicativa de cuando se escribió, aunque sí son numerosas las anotaciones marginales, en distinta letra, correspon-dientes a traslados o testimonios sacados en fecha posterior, firmadas y rubricadas por los escribanos correspondientes.

Todas estas características del manuscrito llevan a la conclusión de que se trata de una copia coetá-nea del documento original o uno de los “originales múltiples” que a veces se hacían de este tipo de do-cumentos, destinados a distintos usos. la referencia en el folio 150 al alcalde Bonifaz, Juez Comisionado por Real Orden de 26 de agosto de 1573 para hacer de nuevo la Población de vélez Rubio y el testimonio de Alonso Peñuela, escribano de Su Majestad, quien refrenda todas las actas realizadas por el licenciado Bonifaz, y que en ésta confirma que lo escribió en 164 hojas de pliego entero, -doce hojas de diferencia con este manuscrito que explicarían el mayor apro-vechamiento del papel- determinan a considerar este documento como una copia de la escritura del Repartimiento de las suertes de Población hecha a los vecinos de vélez Rubio, otorgada en dicho lugar a 9 de marzo de 1574.

El motivo por el que este manuscrito se en-cuentra en Almería es totalmente desconocido. las anotaciones marginales están firmadas y rubricadas por los siguientes escribanos: Cano, a 13 de enero de 1631, debe de ser Francisco Fernández Cano, escri-bano de vélez Rubio de 1626 a 1649133 ; villacorta, 29 de noviembre de 1650, sería Francisco de la Cuesta villacorta, escribano de vélez Rubio de 1650 a 1657; Pedro Molina Salazar, quien firma a 21 de octubre de 1675 y 1 de agosto de 1676, es escribano en Cuevas y vélez Rubio de 1659 a 1677; Sebastián de la Rosa

Detalle del Libro de las Hacienda (repartimiento) de Vélez Ru-

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v. lAS FUENTES DE INFORMACIÓN

Izquierdo, escribano de vélez Rubio, a 16 de diciem-bre de 1684 y 12 de septiembre de 1689; Antonio Caparrós García, a 14 de octubre de 1702 y 8 de no-viembre de 1702, es escribano de vélez Rubio en esta fecha. Estas anotaciones son de suma importancia ya que muestran que este manuscrito permaneció en el Ayuntamiento de vélez Rubio al menos hasta principios del siglo XvIII y, además, que se usó como acta oficial del repartimiento de 1574, pues en ella se anotaron las variaciones posteriores que corrieron las suertes y las peticiones de traslados realizadas por los vecinos y otros interesados.

la importancia del documento radica en que es fundamental para conocer la identidad y origen de los primeros vecinos que poblaron este lugar después que la comarca quedara despoblada por la expulsión de los moriscos, lo que lleva implícito el conocimiento de sus costumbres, tradiciones e idiosincrasia que conforman una población. Por tales razones, creemos que ha merecido la pena recuperar este ejemplar -el único original que ha llegado hasta nosotros- del libro del Repartimiento de vélez Rubio (lAR) del deterioro en que se hallaba y darlo a cono-cer a todos los interesados en el tema.

v.1.3. lAS vISITAS DE POBlACIÓN.

Repartidas las haciendas entre unas 12.000 fami-

lias en todo el Reino de Granada, la Corona, a través del todopoderoso Consejo de Población de Granada, vigila muy de cerca el proceso posterior, seguramente, por el interés que para la nación tenía esta monu-mental operación desde distintos puntos de vista: la defensa del territorio frente a los frecuentes ataques berberiscos, el asentamiento de una población esta-ble, la percepción de importantes recursos monetarios para la deficitaria hacienda real, el resurgimiento de la actividad productiva maltrecha tras la guerra y ex-pulsión de los moriscos, las debilitadas rentas de los concejos y grupos privilegiados: nobles e iglesias. De manera que, durante años, se sucedieron las visitas de inspección para conocer la situación a pie de obra y adoptar las medidas pertinentes. Conocemos tres momentos de máxima actividad: 1573, 1576 y 1593, pero no fueron los únicos y variaron de una a otra población. En el caso de vélez Rubio disponemos de la información de dos realizadas en 1578 y 1593.

la de 1578 se hizo el 6 de febrero de 1578 desde la villa de las Cuevas del Marqués, el encargado fue Arévalo de zuazo y, en ella, sólo se nos proporciona la identidad de los pobladores en ese momento: 126, los mismos con que se mandó poblar, aunque se habían producido muchos cambios de personas. Mucho más amplia, precisa y completa fue la visita de 1593, por ello vamos a resumir sus características más destacadas. Designado el juez visitador y el escribano que debía recorrer varios pueblos, se les daban instrucciones precisas para que averiguase las siguientes cuestiones: número de vecinos, suertes y ventajas que disfrutan, cuantía del censo, número y aspecto de las viviendas, estado de la infraestruc-tura de riego, cultivos e industrias locales (molinos, almazaras, hornos, etc), cantidad de ganado y armas que posee cada poblador, posibles agravios por los poderosos, administración de bienes comunales y quejas de los vecinos.

De acuerdo con lo anterior, el 13 de mayo de 1593 se presentó en vélez Rubio Jorge de Baeza Haro, juez visitador, acompañado del escribano, ordenando al concejo le presente la escritura de censo y el libro de población, y comunicando a los vecinos, mediante pregón y edicto en la puerta de la iglesia, que, quien estuviese agraviado, lo ma-nifieste ante su autoridad. Respecto a lo primero, encontró los pagos y documentos en orden; la arboleda y la iglesia en buenas estado; el pósito, capaz y solvente; y 118 vecinos presentes. visto lo cual, dicta una auto conminando al concejo para que cumpla con sus obligaciones respecto a los vecinos, y toma declaración a tres vecinos sobre distintos aspectos de la nueva población. Insiste con

Firma de Jorge Haro de Baeza, juez visitador en la inspección de 1593.

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PRIMERA PARTE

ESTUDIO PRElIMINAR

un nuevo auto recordando los incumplimientos de los vecinos y excitando el celo del concejo. Segui-damente se presentan algunas quejas: Juan lozano y Gregorio lópez, regidores, sobre nombramiento de cargos; Pedro García, solicitando una hacienda; Mase Gaspar Sampere, reclamando la casa de su suerte; Antonio Oliver, beneficiado, pide licencia para comprar una suerte y ponerla en cabeza de su padre; Juan lozano y Gregorio lópez, regidores, acerca de la injusta prohibición de cazar que pesa sobre los pobladores. Finalmente concluye su in-forme con una “relación sumaria” en la que hace recuento de todo lo anterior (vecinos, casas, iglesia, ganados, bagajes, escopetas, pósito, etc) y apunta los principales problemas observados: traspasos no reglamentados, nuevos pobladores que no se han obligado oficialmente con las condiciones, falta de agua y venta de la misma, intromisión de la casa señorial tanto en la elección de representantes en el concejo como en las denuncias por caza.

El documento completo se halla en buen estado

en el AGS y consta de 38 páginas en distintos tipos de letra. Concretamente la visita de 1578, que se hace desde las Cuevas del Marqués, sólo 9 páginas y el res-to corresponde a la extensa y minuciosa inspección de 1593 que hemos comentado más arriba.

v.2. BIBlIOGRAFÍA.

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PRIMERA PARTE

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