La revolucion-francesa

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La Revolución Francesa- cronologia La revolución francesa es uno de los acontecimientos de mayor trascendencia en la Historia de la Humanidad. Encierra caracteres de universalidad, no limitada, en espacio, a Francia, que la provocó, ni al tiempo que duró. La fecha que señala su estallido, 1789, es el punto de llegada de un proceso, no surgió por generación espontánea, de un proceso que se venía cocinando desde tiempo atrás. Tampoco terminó, cuando Napoleón, proclamó en 1799: La Révolution est finie, porque no se vio limitada ni por el efímero Imperio Napoleónico, ni la posterior restauración Borbónica. Para la Iglesia al caer el trono al que estaba pegado el pulpito, con la revolución, tuvo a corto plazo consecuencias fatales, pero en el tiempo permitió crear un clima espiritual de ―libertad, igualdad y fraternidad‖, base para un resurgir de la Iglesia, porque este triple principio, no es otra cosa que una síntesis del mismo Evangelio. El conjunto de factores políticos, económicos, sociales e incluso demográficos que desencadenaron la revolución pueden resumirse del modo siguiente: 1. Una estructura tradicional arcaica, minada por la evolución de la economía y el auge de la burguesía, que reclamaba el poder político paralelo al económico que disfrutaba. 2. Exigencias de cambio político, acorde con las renovadoras teorías del liberalismo propuestas por los filósofos ilustrados y racionalistas. 3. El nuevo espíritu, creado a través del renacimiento, la reforma protestante, el jansenismo, el galicanismo, el iluminismo, etc. 4. Descontento del estado llano o Tercer Estado, cada vez más presionado por los impuestos. 5. Tampoco cabe descartar el factor demográfico (el rejuvenecimiento de la población que ansía cambios) 6. Ni los problemas económicos (las malas cosechas de 1788 y 1789 que elevaron el precio del pan). Se había producido, en último término, un desajuste entre las necesidades sociales, políticas y económicas del país y el anquilosamiento de sus gobernantes. Pero la causa desencadenante sería fundamentalmente económica :la crítica situación de la Hacienda pública que lleva a Luis XVI y a sus ministros a intentar solucionarla aumentando los impuestos. En 1787 Calonne choca con laintransigencia de los nobles que se oponen a la reforma fiscal. En 1788 Brienne, el nuevo ministro, tampoco logra hacerles claudicar. Finalmente, Necker , decide convocar los Estados Generales, que no se habían reunido desde hacía siglo y medio. a- La economía del país estaba arruinada. b- Los nobles consecuentemente sufrían dramas financieros. c- El clero no recibía el diezmo por parte del pueblo. d- La burguesía quería acceder a cargos públicos. e- Los campesinos estaban cansados del poder feudal.

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La Revolución Francesa- cronologia La revolución francesa es uno de los acontecimientos de mayor trascendencia en la

Historia de la Humanidad. Encierra caracteres de universalidad, no limitada, en espacio,

a Francia, que la provocó, ni al tiempo que duró.

La fecha que señala su estallido, 1789, es el punto de llegada de un proceso, no surgió

por generación espontánea, de un proceso que se venía cocinando desde tiempo atrás.

Tampoco terminó, cuando Napoleón, proclamó en 1799: La Révolution est finie, porque

no se vio limitada ni por el efímero Imperio Napoleónico, ni la posterior restauración

Borbónica.

Para la Iglesia al caer el trono al que estaba pegado el pulpito, con la revolución, tuvo a

corto plazo consecuencias fatales, pero en el tiempo permitió crear un clima espiritual

de ―libertad, igualdad y fraternidad‖, base para un resurgir de la Iglesia, porque este

triple principio, no es otra cosa que una síntesis del mismo Evangelio.

El conjunto de factores políticos, económicos, sociales e incluso demográficos que

desencadenaron la revolución pueden resumirse del modo siguiente:

1. Una estructura tradicional arcaica, minada por la evolución de la economía y el

auge de la burguesía, que reclamaba el poder político paralelo al económico que

disfrutaba.

2. Exigencias de cambio político, acorde con las renovadoras teorías del

liberalismo propuestas por los filósofos ilustrados y racionalistas.

3. El nuevo espíritu, creado a través del renacimiento, la reforma protestante, el

jansenismo, el galicanismo, el iluminismo, etc.

4. Descontento del estado llano o Tercer Estado, cada vez más presionado por los

impuestos.

5. Tampoco cabe descartar el factor demográfico (el rejuvenecimiento de la

población que ansía cambios)

6. Ni los problemas económicos (las malas cosechas de 1788 y 1789 que elevaron

el precio del pan).

Se había producido, en último término, un desajuste entre las necesidades sociales,

políticas y económicas del país y el anquilosamiento de sus gobernantes. Pero la causa desencadenante sería fundamentalmente económica :la crítica

situación de la Hacienda pública que lleva a Luis XVI y a sus ministros a intentar

solucionarla aumentando los impuestos. En 1787 Calonne choca con

laintransigencia de los nobles que se oponen a la reforma fiscal. En 1788 Brienne, el

nuevo ministro, tampoco logra hacerles claudicar. Finalmente, Necker , decide

convocar los Estados Generales, que no se habían reunido desde hacía siglo y

medio.

a- La economía del país estaba arruinada.

b- Los nobles consecuentemente sufrían dramas financieros.

c- El clero no recibía el diezmo por parte del pueblo.

d- La burguesía quería acceder a cargos públicos.

e- Los campesinos estaban cansados del poder feudal.

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La sociedad estaba compuesta por tres sectores sociales llamados estados.

El primer estado era la Iglesia; sumaba unas 120.000 personas, poseía el 10% de las

berras de Francia y no pagaba impuestos. Recibía de los campesinos el ―diezmo‖, es

Decir la décima parte del producto de sus cosechas. Sólo la Iglesia podía legalizar

casamientos, nacimientos y defunciones, y la educación estaba en sus manos. El

segundo estado era la nobleza, integrada por unas 350.000personas. Dueños del 30%

de las tierras, los nobles estaban eximidos de la mayoría de los impuestos y ocupaban

todos los cargos públicos. Los campesinos les pagaban tributo y sólo podían venderles

sus cosechas a ellos. Tenían tribunales propios, es decir que se juzgaban a sí mismos.

El tercer estado comprendía al 98% de la población, y su composición era muy

variada. Por un lado estaba la burguesía, formada por los ricos financistas y banqueros

que hacían negocios con el estado; los artesanos, funcionarios menores y comerciantes.

Por otra parte, existían campesinos libres, muy pequeños propietarios, arrendatarios y

jornaleros. El proletariado urbano vivía de trabajos artesanales y tareas domésticas.

Finalmente estaban los siervos, que debían trabajo y obediencia a sus señores. El tercer

estado carecía de poder y decisión política, pero pagaba todos los impuestos, hacia los

peores trabajos y no tenía ningún derecho. La burguesía necesitaba tener acceso al

poder y manejar un estado centralizado que protegiera e impulsara sus actividades

económicas, tal como venia ocurriendo en Inglaterra.

Viendo la difícil situación económica que se asomaba, la nobleza exigió que se llamara

a Estados Generales, para el tratamiento de una ley de impuestos. La monarquía

prácticamente arruinada económicamente y sin el apoyo de gran parte de la nobleza,

estaba en la ruina. Cuando se reunieron en los Estados Generales (1789), la situación de

Francia estaba sumamente comprometida, ya que el pueblo no soportaba más tan penosa

vida, y existía un gran descontento social. Como se dijo, las clases sociales existentes en

ese momento eran: la nobleza, el clero y la burguesía, pero al contar los votos de la

nobleza y del clero, que pertenecían a un estamento privilegiado, superaban en número

a la burguesía, y por lo tanto siempre se tomaban las decisiones que a esta sector le

convenía. Solucionado este sistema de conteo, el tercer estamento (la burguesía) pudo

tomar el control de la situación, y comenzó a sesionar como Asamblea Nacional, y

juraron solemnemente que ésta no se disolvería hasta tanto no se logre conformar una

Constitución Nacional.

Cronología de la Revolución 1789

5 de mayo: Apertura de los Estados Generales

20 de junio: Juramento de la Sala del Juego de Pelota.

9 de julio: Comienzo de la asamblea Constituyente (1789-1791)

14 de julio: Toma de la Bastilla.

4 de agosto Nobleza y clero renuncian a sus privilegios feudales

27 de agosto: Declaración de los Derechos del Hombre y el

Ciudadano. Se establece la libertad de culto y el catolicismo pierde

sus privilegios de religión de estado

2-4 de noviembre: secularización de los bienes eclesiáticos. El estado

mantendrá los gastos del culto

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1790

13 de febrero: Supresión de las órdenes religiosas excepto las

dedicadas a la educación y los enfermos.

12 de julio: Constitución civil del clero. Obispos y curas se elegirán

como los demás empleados estatales.

14 de julio: Fiesta Nacional de la federación.

27 de noviembre: Ley que obliga a los sacerdotes a prestar

juramento de fidelidad a la constitución civil del clero. Clero dividido

en sacerdotes juramentados y no-juramentados. Se eligen obispos

según las nuevas normas: Iglesia constitucional.

1791

20-25 de junio: Fracasa intento de huida del rey a Varennes.

3 de septiembre: Los territorios pontificios de Avignon y Condado

venesino son incorporados a Francia

14 de septiembre: El rey jura la Constitución.

1 de octubre: Comienzo de la Asamblea Legislativa (1791-1792).

Dictará las leyes de conformidad a la nueva constitución: Monarquía

constitucional.

29 de noviembre: ley por la que los sacerdotes no juramntados

pierden sus derechos civiles

1792

Abril: Se suprimen los conventos aún existentes y se prohíbe el

hábito religioso

20 de abril: Francia declara la guerra a Austria.

25 de mayo: Por la acusación de solo 25 ciudadanos, un sacerdote

puede ser desterrado.

10 de agosto: Asalto a las Tullerias. La comuna insurreccional

derriba al rey y preso en la fortaleza del Temple.

2-5 de Septiembre: Matanzas Septembrinas. Ejecutadas por la

comuna de París.

21 de Septiembre: Abolición de la monarquía.

21 de septiembre: Apertura de la Convención (1792-1795). Se

proclama la República

1793

21 de enero: Guillotinado Luis XVI.

Febrero - marzo: Organización de la primera coalición.

Marzo - abril: El primer Terror.

Mayo - junio: Conflicto entre girondinos y jacobinos; la comuna

ordena el arresto de los girondinos.

2 de junio: sublevación de los católicos de la Vandéé, reprimida

cruelmente.

18 de septiembre: los sacerdotes juramentados o constitucionalistas

son privados de sus prerrogativas como empleados estatales

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3 de octubre: Para cancelar todo lo cristiano se sustituye el

calendario gregoriano y la era cristiana por el calendario y la era

republicana. Empieza el 22 de septiembre. Año de doce meses. Mes

de treinta días. Décadas y no semanas. Hasta el nombre de los mese

ses cambia.

16 de octubre: guillotinada María Antonieta

7 de noviembre: Oficialmente abolido el cristianismo

20 de noviembre: entronización de la diosa razón en Notre Dame. El

arzobispo de París, Gobel, abandona los oficios eclesiásticos y se

declara partidario del culto nacional. La organización eclesiástica

desaparece casi por completo.

4 de diciembre: Decreto del 14 de frumario sobre organización del

gobierno.

1794

Unos 1700 sacerdotes se casan para proclamar de este modo su

apostasía.

10 de junio: Ley del 22 de pradial. El gran Terror.

27 de julio: Revolución del 9 de termidor; muerte de Robespierre.

1795

21 de febrero: Se proclama la absoluta separación Estado-Iglesia. Se

concede alguna tolerancia al clero y al culto católico

5 de abril: Tratado de Basilea con Prusia.

26 de octubre: La Convención clausura sus sesiones. Comienzo del

directorio.

El Directorio (1795-1799) Con cinco directores tiene en sus manos el

gobierno. En este intervalo hubo vejaciones pero se pudo celebrar el

culto en más de 40.000 municipios. Se favoreció la secta

teofilántropos, con muchos sacerdotes juramentados, para que hiciese

contrapeso al culto católico.

1796

Pio VI formaba parte de la coalición europea contra Francia.

Napoleón general de los ejércitos republicanos en Italia aprovechó

para apoderarse de los Estados Pontificios. En el armisticio de

Bolonia (23 de junio) el Papa cede a Francia, Avignon y el Condado

venesino, ya usurpados, y las legaciones de Bolonia y Ferrara, así

como 20 millones de francos, objetos preciosos y manuscritos

antiguos.

Marzo - mayo: Bonaparte derrota a los sardos.

Tratado de París. Derrota de los austríacos en Italia.

1797

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19 de Febrero: Bonaparte toma Mantua. Tratado de Tolentino. El

Papa tuvo que ceder ahora la Romaña y pagar otros 15 millones de

francos.

15 de agosto: Se hizo un concilio de la Iglesia constitucional con

resultados nulos

5 de septiembre: Se impone un juramento de odio contra la

monarquía. La mayor parte de los sacerdotes se niega a prestarlo. Se

deportaron 1388 a las Guayanas. Muchos emigraron a otros países.

28 de diciembre: Por la muerte del general Duphot en roma, el

directorio rompe relaciones con la Santa Sede

1798

10 de febrero: Ocupación de Roma por el general Berthier

20 de febrero: proclamada la república romana, Pio VI fue hecho

prisionero y llevado a Florencia.

Julio: Napoleón entra en El Cairo.

1799

Marzo: Comienza la guerra con la segunda coalición

28 de mayo El Directorio ordena llevar a Pio VI a Valence.

28 de agosto: Muere Pio VI en Valence

9 de noviembre: Bonaparte ejecuta el golpe de estado del 18 de

brumario.

11 de noviembre: Consulado provisional.

21 de noviembre: Ley de organización impositiva.

13 de diciembre: Napoleón es elegido como primer cónsul

SIGLO XIX

INTRODUCCIÓN

Entramos en la Edad Contemporánea. En el plano social y económico es el siglo

de la revolución industrial, el siglo de la expansión de los imperialismos y del

capitalismo, de los movimientos obreros, del marxismo. Es el siglo del

romanticismo y del realismo, en el plano cultural. Es el siglo del liberalismo. Es

el siglo del despertar de la conciencia social en la Iglesia. Es el siglo de la

formación de las nacionalidades en Iberoamérica. Es el siglo de la restauración.

Un siglo muy movido que preparará el siglo XX.

El siglo XIX comenzó con la era napoleónica. En 1799 Napoleón Bonaparte da

un golpe de estado y derriba el directorio. En 1800 establece el consulado, en

1802 se nombra cónsul perpetuo y en 1804 se declara emperador. Ejerce un

poder absoluto y reorganiza centralizadamente la política y la administración.

Establece una rígida censura y una todopoderosa policía.

Era una vuelta al orden y a la tranquilidad social –apoyo burgués-. Su

imperialismo era agresivo y le proporcionó la adhesión de todo el pueblo

francés. Se extendió por toda Europa: Prusia, Italia, España, Austria,

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Rusia...toda las grandes potencias van cayendo ante su avance arrollador. Sólo

Inglaterra resiste –Trafalgar-. Sin embargo, la ambición del emperador era

excesiva; la retirada de Rusia y la batalla de Leipzig de 1814 constituyen su

primera derrota, después de la cual es recluido en Elba. La caída definitiva de su

imperio será Waterloo (1815) en la que sería derrotado por un ejército aliado al

mando de Wellington.

Su obra, en cierta medida, aún perdura. El código napoleónico es todavía la base

del derecho en gran parte de Europa. Los concordatos con la Santa Sede, las

instituciones de enseñanza estatales... todo fue ideado y llevado a la práctica por

él y en cierta medida marcó el posterior desarrollo europeo.

Mientras hasta entonces había habido una unión estrecha altar-trono, desde la

revolución francesa prevaleció la distinción entre el orden político y el espiritual,

entre el civil y el religioso, entre el temporal y el sobrenatural. Esta separación

se acució en el siglo XIX. Durante la restauración, la Iglesia quedó marginada

del mundo moderno, y al Papa no se le quiso reconocer el papel de árbitro

internacional. Las grandes potencias no querían que les propusieran criterios

extraños a sus intereses basados sobre la fuerza. ¿Qué criterios eran? Los

criterios morales. ¿A cambio de qué criterios? Lógicamente, los liberales.

I. SUCESOS

Era napoleónica

Napoleón se convirtió en el primer cónsul. El emperador era un hombre no de fe,

pero sí de orden, y el orden en lo religioso era la Iglesia católica. Él necesita unir

a Francia y para eso precisa de la Iglesia; necesita pactar con ella: dar y recibir.

¡Pura conveniencia e interés político! Se llegó a un concordato el 15 de julio de

1801. Dicho concordato trajo la paz religiosa, restableciendo los vínculos con

Roma. Las cláusulas del concordato son éstas:

a) La religión católica, apostólica y romana, no es la oficial, pero sí la de la

mayoría. Se ejercerá libremente en Francia; su culto será público,

conformándose con los reglamentos de policía que el gobierno juzgue necesarios

para la tranquilidad pública.

b) La Santa Sede, de acuerdo con el gobierno, hará una nueva circunscripción de

las diócesis francesas.

c) Todos los obispos de 1789 dimitirán y el gobierno tendrá la facultad de

nombrarlos. Napoleón designaría a dichos obispos y el papa los erigiría

canónicamente.

d) El clero juraría fidelidad al régimen. Los curas casados se reducirán al

laicado.

e) La Santa Sede renunciaría a recobrar los bienes eclesiásticos.

f) De manera subrepticia, Napoleón incluyó otros puntos, los llamados Artículos

Orgánicos: la censura a los documentos pontificios, a los sínodos, a la enseñanza

en los seminarios, a los catecismos y sermones. Sujetó a sueldo estatal al clero.

El galicanismo exacerbado quedó aprobado como ley.

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¿Qué herencia revolucionaria nos dejó el imperio de Napoleón? a manos laicas.

volver a su misión esencial.

digno y fuertemente jerarquizado; obispos, pastores únicos de sus

diócesis.

LA IGLESIA EN EUROPA DURANTE EL SIGLO XIX

I. Italia y el papado

Pío VII (1800-1823). Un papa luchador

Juan Bautista Chiaramonti nació en 1742 en Cesena; estudió con los jesuítas en Ravena;

benedictino. Austero y piadoso, dúctil con el mundo moderno, no se opuso tajantemente

a cuanto suponía la Ilustración ni al significado de la Revolución francesa. En una

homilía de 1797 afirmó que «la forma democrática no repugna al Evangelio», ya que la

democracia, por su misma existencia, postulaba la defensa de las virtudes cristianas,

afirmación que en aquellos difíciles días podía chocar y escandalizar.

El pontificado del primer papa del siglo XIXI quedó marcado por la actuación

prepotente de Napoleón. Durante los primeros quince años tuvo que soportar, ceder o

enfrentarse a la política napoleónica, mientras que los diez siguientes fueron dedicados

a la reconstrucción de los Estados de la Iglesia y a la reorganización de la Iglesia

universal, sobre todo en Europa, donde el vendaval revolucionario la había dañado tan

duramente que, en algunos momentos, se había dudado de su capacidad de

supervivencia.

Pío VII reconoció de nuevo con el breve del 7 de marzo de 1801 a la Compañía de Jesús

en Rusia, y tres años más tarde (30 de julio de 1804) en el reino de las Dos Sicilias.

Finalmente, el 31 de julio de 1814, fiesta de San Ignacio de Loyola, aprobó la

reconstitución de los jesuítas, cuarenta y un años después de su disolución. Cinco días

después prohibió nuevamente a los católicos el pertenecer a la masonería. Éste período

se caracterizó por la intrépida reconstrucción eclesiástica,

León XII (1823-1829). La victoria conservadora

Pío VII murió el 6 de julio de 1823. El cónclave, que duró 25 días, se celebró en Roma

por primera vez después de medio siglo, iniciándose sus reuniones el 2 de septiembre,

en un ambiente enrarecido, tenso y enfrentado. Fue elegido el cardenal Annibale della

Genga, de frágil salud, de sesenta y siete años, antiguo nuncio en Colonia y Munich,

que tomará el nombre de León, que ningún papa había elegido desde 1605, en memoria

de San León Magno.

En 1825 convocó y celebró el Año Santo con la bula de indicción Quod hoc ineunte

saeculo, el único celebrado durante este siglo, en unas condiciones precarias que

demostraban la difícil y confusa situación existente. Anunció que su finalidad era la de

restaurar todas las cosas en Cristo e invitó a los fieles del mundo a acudir a Roma, «la

sede de San Pedro», donde encontrarían abundantes socorros de reconciliación y gracia.

Pío VIII (31 de marzo de 1829-20 de noviembre de 1830).

Pío VIII tenía sesenta y siete años, al momento de su elección y sufría de un herpes en

el cuello, que le obligaba a mantener permanentemente la cabeza inclinada y sufría

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dolores constantes. Fue intransigente en materia política, pero su talante fue cautamente

innovador y prudentemente liberal.

Publicó la primera encíclica programática, Traditi humilitate nostrae (24 de mayo de

1829), trata del indiferentismo, del subjetivismo y de las sociedades secretas,

preocupaciones eclesiales de la época, pero insiste en que su principal objetivo era la

educación. En esta encíclica, su planteamiento doctrinal y eclesiológico se sitúa en la

línea intransigente de su predecesor. Condenó con energía las sociedades bíblicas y el

indiferentismo religioso

Pío VIII gobernó la Iglesia más con la voluntad que con las fuerzas físicas, cada día más

débiles. Con satisfacción alcanzó a ver cómo la Iglesia norteamericana se desarrollaba

con pujanza y siguió con atención la evolución de esta Iglesia y la animó en sus

dificultades, inevitables en un momento de crecimiento rápido.

El 30 de noviembre de 1830, y al cabo de veinte meses de pontificado, murió Pío VIII.

Gregorio XVI (2 de febrero de 1831-1846) Ultimo Papa salido de una orden religiosa, los camaldulenses. Rudo en sus modales yen

sus facciones, frugal en sus necesidades, culto —en el sentido humanista de la

palabra—, bien formado en la teología tradicional y en derecho canónico, de inflexible

rigor teológico, íntegro y trabajador, este papa ha quedado en la historia como modelo

de actitud reaccionaria y de incapacidad de diálogo. En realidad, para una visión más

completa y equilibrada, tendríamos que tener en cuenta, por una parte, los continuos y

despiadados ataques a la Iglesia por parte de los políticos e intelectuales liberales, que

tanto han influido en una historiografía exageradamente distorsionada sobre este papa,

y, por otra, la miopía y cerrazón de los integristas que le rodeaban. El mismo día de su

coronación, tuvo que enfrentarse con una insurrección generalizada en los Estados

Pontificios, que contaban en aquel momento con 2.700.000 habitantes.

En realidad, Gregorio XVI era un monje que había vivido la mayor parte de su vida al

margen de los problemas políticos y sociales del mundo moderno, justo durante los años

en que el movimiento de ideas que debía asegurar el triunfo del «Risorgimento» estaba

en pleno auge y expansión.

A finales de febrero de 1831, el papa prometió reformas, disminuyó los impuestos y

liberó a los detenidos políticos, pero, en realidad, el divorcio entre el pontífice y su

pueblo era ya general. Los tiempos exigían otras actitudes, y las grandes aspiraciones de

los pueblos sólo podían ser comprendidas con otra sensibilidad y con otro

comportamiento político. Desde este momento hasta 1870, el papado necesitará ayuda

extranjera para mantener su independencia. Es decir, se consideraban necesarios los

Estados Pontificios para asegurar la independencia pontificia, pero, por otra parte, no

podían mantener esta independencia sin la ayuda militar de otros Estados y por

consiguiente, sin algún grado de dependencia y sujeción a esos mismos gobiernos.de su

tiempo.

Gregorio XVI murió de repente el 1 de junio de 1846. Al reunirse los cardenales en

cónclave, uno de ellos sugerirá que el futuro papa no sea «un fraile ni forastero», es

decir, debía ser oriundo de los Estados Pontificios..

El largo pontificado de Pío IX (1846-1878)

A mediados de siglo la Iglesia se encontraba con dos problemas de desigual importancia

objetiva, pero que marcaron de manera decisiva su desarrollo y su pastoral: las causas

de la progresiva descristianización, el conflicto entre incredulidad y fe, y la

problemática existencia de los Estados eclesiásticos a causa de la imparable formación

del reino de Italia.

El papa que de alguna manera representa esta época, participa activamente en la

problemática existente e influye decisivamente en la marcha de la Iglesia, fue Pío IX,

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elegido en el cónclave de 1846. Tenía fama de hombre virtuoso y de tendencias

liberales. Durante su juventud sufrió de epilepsia, enfermedad que no sólo no ocultó,

sino que en más de una ocasión utilizó como argumento para rechazar cargos y honores,

pero que dejó señales permanentes en su personalidad: una emotividad muy fuerte, una

sensibilidad a flor de piel difícil de controlar, un cierto estado de ansiedad y, al mismo

tiempo, una cordialidad viva y un humorismo presente hasta el final de su vida.

Su formación teológica fue muy somera, tal como lo admitió él mismo, y este hecho sí

pudo resultar decisivo en un pontificado que tuvo que habérselas con debates y

decisiones de claro contenido teológico.

El 9 de noviembre de 1846 publicó su primera encíclica, Quipluribus, donde condenó el

racionalismo, el indiferentismo, la teoría del progreso de la revelación, y donde afirma

que la regla inmediata de la fe es el magisterio vivo e infalible del papa.

Uno de los papas que más han tenido que batallar con cuestiones políticas era, en

realidad, muy poco político, de carácter emotivo, muy religioso, con una formación

teológica muy sumaria, insensible al mensaje de los grandes escritores y pensadores de

su tiempo, dotado de un sentido providencialista absoluto. Fue profundamente indeciso

en los temas políticos, pero decidido en los problemas más difíciles y complejos, los

religiosos y eclesiales. Esta actitud le llevó en el campo político a actuar a salto de mata,

avanzando, pero con permanentes retrocesos, con disposiciones contradictorias, influido

por los humores de la masa popular, por los zigzagueantes juicios de sus colaboradores,

por la incertidumbre ante las medidas que había que tomar. Por el contrario, en el

campo eclesiástico actuó más siguiendo sus intuiciones, sin tener en cuenta la opinión

de los obispos ni de los entendidos. «La Iglesia soy yo», afirmó en una ocasión y,

amparado en esta equivocada opinión, actuó, a menudo, con inflexiva determinación.

El fracaso en los temas políticos facilitó su mayor dedicación a los temas eclesiásticos a

los que espontáneamente se volcó con mayor determinación. Mantuvo hasta el final su

confianza en un milagro de la Providencia que le restituyese cuanto le habían despojado,

convencimiento que explica su rechazo a cuantos compromisos le ofrecieron las

potencias católicas. Después del exilio en Gaeta con motivo de la revolución y la

proclamación de la República romana, mostrará un rechazo neto de los principios

fundamentales del liberalismo político. Estaba absolutamente convencido de la

sacralidad de su función y se mostraba dispuesto a defenderla contra toda

contaminación y limitación, actitud que le llevó a un aislamiento que no era

exclusivamente político, pero que, por otra parte, favoreció la concentración de energías

en su función universal de centro eclesial.

Pío IX ha quedado en la historia de la Iglesia como el fundador del papado moderno. A

causa de su intransigencia, de su confianza en la futura derrota de los enemigos de

Cristo, del rechazo de la Ley de las Garantías, de sus imponentes protestas contra las

sucesivas violaciones de los concordatos, el papado llegó a imponerse y a penetrar en la

conciencia de los pueblos en función de su capacidad espiritual, y poco a poco, en

medio de contradicciones y dificultades, se erigió en una instancia moral admirada y

respetada. Mientras tanto, la Iglesia católica continuaba siendo una comunidad

fundamentalmente latina, aunque es en estos años cuando comienza a desarrollarse con

más intensidad su universalidad. En 1860, de una población de 1.324 millones de

habitantes, 210 millones eran católicos, de los cuales unos 60 millones no eran latinos.

Pío IX fue el papa de la definición de la Inmaculada Concepción y del Concilio

Vaticano I (se reafirmó la fe católica en contra de los errores; y se proclamó el dogma

de la infalibilidad del Papa) y favoreció de manera determinante el ultramontanismo y

la consecuente centralización eclesial, en parte, gracias al apoyo de las órdenes

religiosas, sobre todo jesuitas, dominicos y benedictinos. Concedió numerosas y

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masivas audiencias, y mantuvo un permanente contacto con el pueblo cristiano, fomentó

la devoción mariana y propagó las doctrinas de Alfonso María de Ligorio.

En los aspectos positivos y en los negativos de la historia de la comunidad católica del

siglo pasado, las posturas, las palabras y la actuación de este pontífice fueron decisivas.

Este papa luchó con coraje y constancia contra el jansenismo, el galicanismo en sus

diferentes versiones, y el laicismo, a veces, con talante discutible. Fue una lucha

infatigable en favor de la independencia de la Iglesia en un siglo en el que,

paradójicamente, regímenes absolutistas y gobiernos liberales de Europa y América

coincidían en la pretensión de dominar y gobernar la Iglesia. El estilo de su vida devota

y su incansable esfuerzo en favor de devociones e instituciones reflejan su

determinación de acabar con el jansenismo. La lucha contra el laicismo representa,

también, una línea de acción constante en su pontificado.

El 8 de diciembre de 1864, diez años después de la proclamación del dogma de la

Inmaculada, publica el catálogo, denominado Syllabus errorum, en el que se condenan

los principales errores de su tiempo y la encíclica Quanta cura.

Rodeado de la devoción de todos los cristianos que se ganó con sus dolores y

sufrimientos por la Iglesia, murió el 7 de febrero de 1878.

León XIII (1878-1903)

Último papa de este siglo, el cardenal Pecci, prisionero en el Vaticano y destituido de

poder temporal fue un guía espiritual de la humanidad. Hábil diplomático, mantuvo

muy buenas relaciones con las Cortes europeas y especial simpatía con los pueblos

orientales. Falló en su intento de reunión con la Iglesia cismática oriental por la

hostilidad del Patriarca Antimo de Constantinopla.

Ha marcado un hito en la historia de la Iglesia y pasado a la posteridad por su

preocupación social. Combatió el comunismo y el socialismo en una encíclica (Quod

Apostolici Muneris, 1878), sobre la libertad humana (Libertas Praestantissimum, 1888)

y sobre las condiciones sociales de los obreros (Rerum Novarum, 1891) = Doctrina

Social de la Iglesia.

II. La Iglesia y el Estado, en Francia

-- La monarquía Borbónica se restableció con Luis XVIII (1814-1824), quien firmó

nuevo concordato con la Sta. Sede y abolió el napoleónico y restituyó los bienes a la

Iglesia. Hubo libertad religiosa

-- Le sucede Carlos X (1824-1830) y hay la revolución de julio (1830), hostil a la

Iglesia y que llevó al trono a Luis Felipe (1830-1848).

-- Hay fuerte movimiento de restauración católica y poco a poco triunfó en toda Francia

-- La revolución de 1848 derrocó a Luis Felipe y respetó los interese de la Iglesia. La

segunda república, presidida por Napoleón III, hijo de Luis Bonaparte, pasó a ser

Imperio y se volvió contra los intereses de la Iglesia.

-- Napoleón III, se ganó el odió de los católicos y los revolucionarios y con la derrota de

Sedan cayó el segundo Imperio. Terror en las calles y asesinatos del arzobispo de París

y 40 sacerdotes. Se instaló la tercera república con Mac-Mahon como presidente.

Opresión a los católicos, expulsión de los Jesuitas (1880) y luego las demás ordenes,

excepto cartujos y trapenses. Se quitó crucifijo de escuelas y sitios públicos, la escuela

se hizo laica y con los siguientes presidentes la Iglesia fue perseguida.

-- La separación de la Iglesia y el Estado se da con una ley del 9 de diciembre de 1905

que declaró nulo el concordato de 1801, pasó los bienes muebles e inmuebles de las

asociaciones católicas a las Asociaciones cultuales. El episcopado francés, a pesar de

todo, se mantuvo obediente al la Iglesia.

III. La Iglesia y el Estado, en Alemania

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-- Por insinuación de Napoleón o en forma natural, en general todos los Estados

alemanes decretaron el libre ejercicio del culto y la equiparación civil de los católicos.

-- Después de la secularización, la situación empeora. El Congreso de Viena (1814-

1815) estableció la igualdad de derechos para todas las confesiones religiosas dentro de

la confederación alemana.

La Santa Alianza (Rusia, Austria, Prusia) se comprometía a ordenar sus gobiernos

según los «Santos mandamientos del cristianismo» y a pesar de la adhesión de casi

todos los Soberanos Europeos nunca se actuó bajo esos principios.

-- No se logró una Iglesia nacional alemana y la reorganización eclesiástica se hizo de

acuerdo con cada príncipe en particular:

**Baviera: Concordato y dividida en dos arquidiócesis: Munich-Freissing y Bamberg

**Prusia: Una convención (1821) que Federico Guillermo III (1797-1840) publicó

como ley estatal, instituyó dos arquidiócesis con obispados sufragáneos y dos obispados

dependientes de la Santa Sede. El gobierno dotaba las sedes como compensación a la

secularización y a los obispos los elegían las capitales catedrales.

**Hannover: anexado por Prusia, en convención con León XII, dos antiguas diócesis

dependientes de la Santa Sede con posibilidad de veto a los elegibles por parte del

gobierno.

-- Por bula de Pio VII (1821) y otra de León XII (1827) se creó la provincia eclesiástica

de Renania superior con arzobispado y cuatro obispados sufragáneos.

-- También hubo una renovación interior del catolicismo con raíces en el movimiento

romántico, como reacción al iluminismo, formándose diferentes grupos. La Escuela

católica de Tubinga contribuyó eficazmente a terminar con el influjo de las ideas

racionalistas del iluminismo alemán entre los católicos.

--El Suceso de Colonia

En 1825 el gobierno Prusiano extendió su legislación sobre los matrimonios mixtos a las

provincias de Westfalia y el Rhin, católicas e incorporadas a Prusia. Un breve de

Gregorio XVI obligaba a los obispos alemanes exigir garantías de educar la prole en la

religión católica. El arzobispo de Colonia, Von Spiegel por acuerdo secreto lo hacía por

ley prusiana. Ganó tres obispos para su causa pero la mayor parte de los párrocos se

opuso. En 1836 se eligió para Colonia como arzobispo Clemente Augusto Droste-

Vischering quien se opuso al gobierno Prusiano y fue encarcelado. José Görres, escribió

en su defensa el famoso opúsculo Athanasius que conmocionó a la opinión pública

alemana a favor del arzobispo. También protestaron los obispos de las provincias del

sur de Prusia y el mismo Gregorio XVI, inútilmente.

La situación mejoró al subir al trono prusiano Guillermo IV (1840-1861) quien dió

libertad a los detenidos.

Kulturkamph

Con este nombre se conoció la vigorosa resistencia de los católicos, realizada por varias

organizaciones, que luchaban por la libertad católica:

···Asociación de oficiales y de aprendices, fundada por Kolping (1845)

···Asociación de San Bonifacio como ayuda a católicos emigrados y dispersos en países

protestantes.

···Asociación de San Rafael mismo fin que la anterior

···Plus-Verein fundada (1848) por el canónigo de Maguncia, Lennig, para defender la

libertad eclesiástica.

En 1870 los diputados católicos de Prusia formaron el Partido del Centro.

El nuevo canciller Prusiano, Otto Bismarck, el canciller de hierro, después de haber

vencido a Francia (1870) y a Austria (1866), dando origen al nuevo Imperio alemán

(1871) quiso completar su triunfo sujetando la Iglesia romana al estado, independizarse

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del papa. Por eso censuró la predicación, reguló la aprobación de nombramientos, y

quiso hacer de los sacerdotes meros funcionarios de su régimen. Expulsó a los jesuitas,

redentoristas, paulinos. Se consideró a los obispos como rebeldes y a los católicos como

enemigos. Se suprimieron todas las órdenes que no se ocuparan del cuidado de los

enfermos.

Al subir León XIII (1878) se llegó a un acuerdo. Cesó la intromisión del Estado en los

asuntos de la Iglesia y desapareció el temor a la interferencia de ésta en los asuntos

imperiales; el gobierno suavizó las disposiciones anticlericales, al ver que por ese

camino no lograba la sumisión de los católicos. Las leyes vejatorias sirvieron para que

los católicos se unieran más estrechamente completando su organización eclesiástica e

incluso política.

IV. La Iglesia y el Estado, en España

--España también se vio envuelta en la revolución francesa. Nombrado rey, José

Bonaparte, en Madrid, suprimió la Inquisición, expulso las órdenes religiosas y

confiscó los bienes eclesiásticos.

-- Con la restauración de Fernando VII la Iglesia obtuvo de nuevo sus antiguos

privilegios, lo cual provocó la ira de las sociedades secretas, que en 1820, obligaron a

Fernando a aceptar la Constitución de 1812.

Los cien mil hijos de San Luis, restablecieron la monarquía absoluta de Fernando VII y

los obispos desterrados pudieron regresar.

-- Al morir Fernando, las guerras carlistas ensangrentaron el país durante todo el siglo

XIX.

-- La situación religioso empeoró en el territorio dominado por los revolucionarios,

liberales o isabelinos, se culpó a los frailes del cólera (1840) y se produjo una matanza

de frailes en Madrid. Bajo la regencia de Espartero (1840) aumentaron aún más las

vejaciones y se confiscaron y vendieron los bienes eclesiásticos (Desamortización de

Mendizábal)

-- Gregorio XVI dirigió una encíclica (1842) protestando por los atropellos a la Iglesia.

La regencia de Espartero terminó al subir el general Narváez al poder (1873) y hubo un

periodo de paz.

En 1851 se firmó un Concordato. En 1868 Isabel II fue destronada y la revolución dio

una nueva Constitución republicana netamente anticristiana.

-- En 1875 se restauró la monarquía con Alfonso XII. La constitución de 1876 declaró a

la religión católica como oficial. Hubo paz hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII

(1902)- Regencia de María Cristina.