La teoría de los géneros como componente solidario de la teoría de la literatura: actualidad y...

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P' tl*§..,§, C;["§*-r \tl5 '..- l,\*. 6, ;:t :'" 4f 1. Lr TeonÍ¡ oe los GÉurRos corvro coMpo¡.rENTE sorJDARro op t¿ TeoRÍ.{ pr iA LmneruR t: ACTUAUDAD y prnsp¡crnias §1' La teoría de ros sé1grog lirerarios sigue siendo una de ras cuestio- nes v obietos de atención ñ¡ndameno.tí, iara ái;;;.'iJr'¡i"o*_ r3'fetirm" esto irnprica r.;;;;;;*."rr*.n,. er hecho historico de Ia importancia. orincipal qu. fr'.u.rii¿" ds'lgg-géeercs _bajo cualquiera de sus fbrmuiaciori"r ñ"*i."r de tiporogías expresivas, es ril ísticas,. méEicas, erc., relarivas, Ááiá'iia,i; ;;t^"r;"" d ;Lio, I i_ terarios- ha tenido traflicionalmenre en la reflexián ,.0.i., y [i"..p- tiva sobre ta literan¡ra.fta otra rr..t, i_pii;;á;; ñ.; ,rJrii*0, sobre los géneros, afecfada apresuradamént" .n l; ¿lril;r'il;p", r:, :,ii cie rta arpu mRl!§sl! : tg:,_c_o:pr:eryIl9tu a e u " i iupá', u n p!§l§! on nec esariamelt¡ Elgattg_e ?éñrñf ñ I a ?o nn g r rr.Ián a. r, Teoría de ta Literarura (r, rl3rlñfJgzsij iohmann, 1988). \rrJ? . ' .r:.r'}"J :s'I .f r) **d v §2, El esquema de los n .{o r-- *^r-r! j-, _ ggl?Iqs coqlo Baradi a de las clases de textos o de las modalidadá áéi?ñ*Jiñ;,i, exhausdvas y recubrierari tofu*.n," "¿ll.*ü;;"ñff;"J: voyel ii l; il fil trr l l:i ,') 11 La comunicación [tárar iiW

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De Los géneros literarios: sistema e historia.

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1. Lr TeonÍ¡ oe los GÉurRos corvro coMpo¡.rENTE sorJDARro op t¿ TeoRÍ.{ pr iALmneruR t: ACTUAUDAD y prnsp¡crnias

§1' La teoría de ros sé1grog lirerarios sigue siendo una de ras cuestio-nes v obietos de atención ñ¡ndameno.tí, iara ái;;;.'iJr'¡i"o*_r3'fetirm" esto irnprica r.;;;;;;*."rr*.n,. er hecho historicode Ia importancia. orincipal qu. fr'.u.rii¿" ds'lgg-géeercs _bajocualquiera de sus fbrmuiaciori"r ñ"*i."r de tiporogías expresivas,es ril ísticas,. méEicas, erc., relarivas, Ááiá'iia,i; ;;t^"r;"" d ;Lio, I i_terarios- ha tenido traflicionalmenre en la reflexián ,.0.i., y [i"..p-tiva sobre ta literan¡ra.fta otra rr..t, i_pii;;á;; ñ.;

,rJrii*0,sobre los géneros, afecfada apresuradamént" .n l; ¿lril;r'il;p",r:, :,ii cie rta arpu mRl!§sl!

: tg:,_c_o:pr:eryIl9tu a e u " i iupá', u np!§l§! on nec esariamelt¡ Elgattg_e ?éñrñf ñ I a ?o nn g r rr.Ián a. r,Teoría de ta Literarura (r, rl3rlñfJgzsij iohmann, 1988).

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§2, El esquema de losn .{o r-- *^r-r! j-, _ ggl?Iqs coqlo Baradi a de las clases de textoso de las modalidadá áéi?ñ*Jiñ;,i,

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La comunicación [tárar iiW

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épica de Homero o de la representación dramática de Esqulfo a f sivo-genérica y por tanto limitativa en la economía cle la comunica_ción literaria, semejante a los principios de regulación do la e;onomí,

aas <f447a.,7429), c' tura ceft4da del sistema de la comu¡¡caciOn tt¡era¡a, ae base ejácri-!!, vo_expreslva o bien simUOlico-rcfercnctai(l;. c. §tioner 1g78).§3. En Occidente ha circulado hábirualmente desde mediados del

y sobre rodo a partir de

'¿l

-/ -tpldc¡i rler¡do tambtén pcrcept¡b¡e para Aris!ótclcs la existericia cr \, -¡' . < c¡ón ¡ltc¡eñet scmeientc ¿ los princip¡os de Éguleción dc Is econo;ia

crccla da otro bloque dc r¡rodálldcdc6 ñayorlariamer¡rc ñélico- _r J corqunicáüw quc oBenlz¿n l¿ dc;1ás mo¿"i¿¡Ac" áel al*i.o-".r]tedt,4lv B

-at¿létlca, clt^ñs ca, Udca, etc.- que canellzan la €x- v' \C, -

b"l¿::."]! I)g l¡"9.d* (HañburScr), rr,e¡ (Minruño, H.geD o mts taspfeslón l¡nlña, no n¿fiativo-mimé¡ica, de las experiencias coñunica- J, +-il.mooaroaocs 8enérlc¿s pre_supuesBs, todas ellas reclama-n una esrn¿c-

f,;glo§6.I.¿oposiciónradicalacualquierelaborac¡ónyjustificaciónteófica

,|-deunaripolo8ladclosgeneioslieárioshasidorelatit2mentere.;f' ffiffiáae t":-eeli&g,.9.,.q1:!s;, *:y?Y!l?(::

131],1:^".iT^p.li;¡11* dár",,,"".d.nru..¿" -;;.i¡;;;iü;,';;cual nacía en el fondo más bien de un desenrendimi.nrc ffiJúr.l

1." m1 lor .considerarlá "rtári"rr**á lrr.le,rante (B. Croce, 1902). E)el )o( Hegcl forzó la t¡¡onoÍila tear¡aria !Édiclonal de base erprcsM, 1 r ;" ,! Por con¡idera¡lo e6tétlcamente lrrelevalte (8. Croce, lSO2l. Etinlenra¡¡do unlversalfzar dialéclicamc¡le una ttpolo8la de las modalt- \ I ¡",. Tld pl"fipal par¿ tal aclirud reór¡c, provtene det ámbho ¿.¡, .r."-

.¡dadcs de ¡eprcseotaclón refercncial litereria de la rcalidadt ob|etlta ll J i don am§xqt modem¿, mal contentá como en ran¡os otros asDecros;Gesisürtca);$.¡b./r,J!]¿(andreshépt.a)ytnlrra(sínresis_d$mátic"f"v.{t}!,o1,!ualquierfoffiade.rig¡dezdhecüvadelaesré;i*y;;r;;!;;;

^iJNo fueron ciertamenre las Lecciones de Estética de Hegel las primeras - g .* 'a clasicistas, EI cuadroú {E , -ó' i oni las únicas en ensayar ese desplazámienro, abordaáo e., iérminos \d d ., R9rylg"r.ttq y f.5;v §v I iniciales muy próximór por F. ScÉlegel; sin embargo fue la ambiciosa .§(' ^3

siFlo, q-]Tñ"á.ffifi*

los. qéneros es evidentemenre,- desde el

¡1r'*g:Jril;',r,1$n:r¿**'iu$;tri{:ti*r¡'myv'o'círaitemasaeunigloaasentarelcsqucángcnérico'/j¡jl:fs9@;á"ü"i;;;' J f Í:T::,L* ::l de hccho, exrendida a te @E¡idad de principtos

!r §4. A p¿rti! del p¡estitio de Hegel, te tripaticióo genérica se estabilizó comur¡icadvc§ y de estrucNr¿s slmbó¡i"as c"ns¡irrt¡ra" a.: inu tii'eril I- áurarirc ua sietá eorñ t vtsctrá y e, süiger (19¡O, auromarlzáñdose rio iuzgado tr¿dlcional ó1, z*alte,,1984). - --

. '* *'' "

ipeügrosamente en los ñ¿nuáles y tratados escolares de Poétlca y Pre- !

- i.pt* Itererle, y moiivando cón esa reiteración aproblerná¡ica un §7 Esta prirnera causa, mayor y general, que afecra al descr¿dro z,o"riv- fervor rc!,¡isionirtá dcaa¡rollado dcada pri¡pipios de los años cincueo- poPuEr oc le noción tradlcior¡al de género. se ha ex¡endido -v ¡.-- '.' ' '- ]

.' ta cn h cddca Ureralle (P, Hemadt, 1972).Fn csa llflca, una fiSurá ca- p-licado, ¿-l rncldir en un á¡nblro difarcnrG- at aorni"¡o prni.,llriá. ," ri""-' ta cn h cddca ureralle (P, Hemadt, lrD.F; csa [flca, una figurá ca- pllcado, a-l incldir en un ámblro difárcnte- ar aorni"io "r"r.,1l,ii" .;

( r'.t"-.r pital dc los csnrdtG llEr¿rlos coño !'¡oEliop'EfeJe movió cofl vlsi- ros c6nrd¡os lobrc la l¡ter¿iura. Aproxiñtdam¿n(e ¿¡1 ¡6 6¡,j-^.I..r{

}l - ble6 Drob¡er¡aj de holcur¿ en el rigldo corsé de los lres géñeros, al trelnta año§, y sobrc iodo en ¡os diei o onin.e inmé.1i".,-.^,; ;"-- -l¡ ¡f n !i.J p-ut.-* + t otg"ra e" a 'i.giaoi6Iáilio" t ""

génu'*, .l trelnta año§, v sobrc iod. ., i.; d;á-;;,;;;;;';;;:A.¡|;;,$:;:: ,".J\C ad cnsaier su aÚacrlva upáo$a g¡nétiia de las esrructuras y -les modal! dos. sé ha Serrcralizado dogrháricamenre el prejuicto conÚa las '¡¿2e- _r ' I

,rt it dedcs ltte¡¿rtas (N. Frye, 195r;rí¡lenües quc K¿i! Ék¡q!.grgcr promo- nes * neccsided naturel, lim¡tarlvo-econó.i."., a" U ..,^.aru"l¿-n' 5 üa un razon¿b¡a rcajusle nunférico de la tripar¡icrón, asimllando las geneñca de lat modálidades del dlscurso lirerario. En contra acrúa I;

ii V ., bles problemas de holgura en el rígido corsé de los ues géneros, alr\f ó- ensayar su atractiva tipología ggnética de las estrucruras y las modali-

dos rnoda.lidades íúÁéúcas, qka y dmmática, pata matet sv co- imPr€sión- ¡rnPre§ta por unas prcsunras eviaencias nacidai ae iarnún distlnción referenciel y expresiva respecto de las ñodelldades con§latac¡on histórico_l¡¡erer¡a de la tcndencia pÉgrnálico-indtviduai¡ltuic¿s dc la simbolizacióo ltter¿ria esocéot¡ica «. Hamburger, 1e57). ffi::":tltr :üJT,f:Hf:o;Tsl,,:iJs J.,ff::::i:"ffi#§5. Pero nt Frye ni Ha¡nburge¡, o incluso el caso aún fnás ext¡emoso 9e.9:,1:},n9*y teórico-pragmárica es perceprible en g.aáo,ra-áumé¡ramenl ac ¡¡¿*-L!!sc (t930), suponen en el foodo una riablc de r¡8idez cn la rnayorÍi de-las ouras dL mayo¡ ditusió; declica-oposición r¿drcal e¡Srinclpio de universáliz¡dón Górica que funda ¡a.- :4, rEc¡enlemÉo¡e al estudio de los génerosj deide le escuela fran-reorl¡ y las tlpología§, t¡iparriia y. oúas, de los 8éneros l¡rerarios.' ces¿, mucno má8 sensible a la maflzaclón

-Todoroy, Genetre y, rTodos csros inrcntoc presuponen que exiÁle unz base l^tural exp¡e- tlasta cieno Puolo, Schaeffe¡* a h anglosajona, que sobre todo co'ri

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rica), dramá,tica (featro) y rntxta (narración épica y novelesca). En

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AJastair Fowler ha asumido con exclusividad el carnpo de observa-ción y de i¡rrereses abarcable por la constatación hisrórica más estric-tamente empfrica y pragmática (A, Fowler, 1992),

§!, Tal vez las actih¡des de mediación, como las de Todorov (1970;1978), Hempfer (t973), o Genene (1g79), sean las que cuenraá, a

lue§tlo juicio, con más posibilidades de perperuación útil en los esru-dios literarios. Y no se trata tanto de adhéri¡ie, en este caso, a un pro-grama táctico de converüencla eclécrica, sino de adaptarsá a hs'de-mandas complejas-y plurales de la cuesüón (G. Genene, t97g, pág.7il.creemos que no debe ¿bandonarse apresuradamente, porqu. respon-de a una observación penetranre de lá ambivalencia iál dé perspecri-vas reclamadas por el problema, la brillante distinción invocáda opor_rl¡narnente por Todorov entre gén*os naturales o teóricos, y géni,erosbistórlcos, emplricos o reales; o bien, si se quiere, la diferán"claciónentre géneros corespondientes a estructuras-configurativas mayoresy_generaliza§lgs

-"6¿¡sgorías universales y por tinto del discurso,,

(T, Todorov, t971t pag. 5o)-, y ripos o moáaiidades lirerarias afecta-das ya por los rnecanismos de la-diferenciación individualizante, Lo1t-rrr*o- que juzgamos clarificadora la separación iniciada por KlausHempfer, efrtre "formas de escritura" relacionadas con las modaltdade'sde.la enunciación, los. "tipos" o especificaciones de los modos, y lcis

.'q,flur.or.", correspondientes a las réa[zacioneé históricas, con ú posi-bilidad de diferenciar dentro del único tipo narrativo, por ejempio, laepopeya, la novela y el cuento (K. Hempfer,l9Z3: pesi, Z6-dD..

§9'.Lo que las actih¡des de mediación invocadas vienen a representar

Después de tanbs años de reiteracjón polémica, el principio deacuerdo más razonable queoa pori"iüi"rt..ramenre trazado, r,artasólo -y no es Doco, r"br. i"áá'.1lJr",,"*pos er1 que est,mos_realizar, o reacrualizar, .l progr"mr-'¿'J"arucutación histórico-teórícaen este punto, es deci¡comptá"r pro ia-cuestión de los géneros lite_rarios el ideal temático-formal d. ";" p;é;ca Histórica.. Así es, a nuesrro juicio, .*;;á;errte c"rrito"a,como cones_ponde al esquinami.r,lo poiemi;;.;;t ü;lema, pero al misn¡o riem_

s:¿T|'ár,::r,§:ü?r.l*i*:í:*ie.í1ffi ;;,sa:,"0..(..,) A cuatqu:j-:if1de generalidad que se sjr.úe, 9l hecho gené-rico mezcra inextricab¡erñ;;-ü-"iol.óoor,

"l ñulñ..r"_*I"i y .rde culrura. eue las propor"ionlr- y ;.ij,f? de_ relación misma. pue_ctan variar es. defde luágo, unr-áJ¡d-.n"r", pero ninguna instanciaesrá toulmen'te a"aqq"iiJ ;;;";.r...por el espíriru, como nin_

ffi:7!t: totalmente áererminuaa-püta hisroria (c. Genere, r979:

mrcosse , y en,atención a lo que se es tan verdad que cadaobra -y sobre todo las naciáas con votación radicalmente moder-na- e6 finalmente única en su formulación texn¡al definitiva, comoque considerado en su génesis estructural cada texto empieza si-n¡ándose en unas encn:cijadas expresivas y de modalidad referencialbastante sirnilares a muchos otros y, a su vez, bien diferenciadas deotros, La constatación del primer extremo es un aliciente para el enru-siasmo empÍrico de los a{rugos de registrar sólo lo más conc¡eto y evi-dente, mientras que el deséubrimieruo de la parrilla genérica radicalfomenta el cálculo de quienes propenden más bien á arriesgarse enespeculaciones más universalistas y menos constatables. sf se nospermite formularlo en otros térrninos, salvados todo-s los distlngos, k>que g-e opone es la actiu

1.4

ff i[ffi :*::',:*i"J::ri"J';l::T,,á3H:H::i;:';";;iJff::l:ri:YÍ"",?':1'y9-;r'*;i;'§"ui.,,#ñ$ñA§.!X,§ffi:.::,-jl*t?.;ii,."íi"ldtl;.::Ij;:#:,:*":;;lr:H?#souna¡nro.maci¿nii.li,'aiill?ü.";il:."i:ffii,?;u;:págs. 26-46).

§11' Desde la base uni-ve1sa-l genérica es como el examen históricodescub¡e los perfires m¿s tlt,es'J;il;;;., der proceso de singurari-zación de ras obras concretas, A "ra

lrz cooran relieve sistemático

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c o nt um i c a c i ó n en trE?iñ6i

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hechos como el que permite medir, con.mejor rendimiento, el alcan-

iá ác tas modtftiaciónes histórica§. gue determinaron hacia el siglo

:W la evtdcncia'unitaria de una modalidad métrica, temátic,a y argu-

áentatlva, que transformaba la flucruación de los clásicos dltlrambo,

epinicio, peor, @ltalamio, etc..,, en una modalidad unitaria lírica' re-

conocibié en la áxpansión de un tematismo -y no de un argumento

como la narrativa- muy variado: amoroso, religioso, corunemora-

tivo, satírico, etc,., (G. Genene, 7979: yfg. 3il' De manera semeiante

rr.éa. án rb¿or los demás fenómenos históricos de renovación y

iÑá""i0" de modalidades del enfoque genérico: como laespeciali-

iiii¡A"de la novela desde la narración épica y la amarización de esta

úlürna, el nacimiento y el desuso del dráma satírico antiguo o del en-

uernés y tas demás fórmulas dramá¡icas menores en el leatro rena-

".Átirt 'y rnodemo, el surgimiento del drama- y de la ragicomedia,

etc. (8. Colie, 1973i A. Garcla Berrio, 1977'1980)'

§12. Sin embargo, en Punto a esta revisión de la e§trucrura y Ia histo-

i" ¿" la rransíoimación de las modalidades genéricas en el marco

l"n"*t de la reoría de los géneros, conviene no perder de vista la

diferenclación inicial jerárqulca pará nó caer en errores.habiruales de

á;ñ; ge irnplican ár, .si. tipó de discusiones, pzra la mejor clari-

dad y orden en l, enposición, conviene mantener lo más restrictiva e

ineqülvoCam"nt. qrrá se pueda el concepto y los nombres de los-g!neros mavor",

"orrr"rrt.rádo" (F. Cabo Aseguinolaza,lgg2l pág' 175),-gffiEFéñGn

a actiudes básicas de enunciación, o más PI9!19!qe!i-

"L-"rrtl de referenci?t lírica, éptcay drarultica' Antes que nada' re-

" ; la que Provoca el

.ánfurionismo de hacer coincidi¡ sobre el mismo pie de unidad esos

concepto§ canónicos con denominaciones que se refie¡en, a clases

históricas'mucho menos universales y comprehensivas (|'-M' Schaef'

fer, por ejemplo, a propósiro de relato y parodia en Don Quijote' o en

el iáramie¡tb in¿Écri*l"adamente genérico de modalidades texn¡a-

ies m¿trtco-estróficas como,el soneto, 198q. págs' 7a y 168'69 respec-

iira*"nte) y no digamos ya con la de nuevas valgdade.s te$lliqas o

formales : ióueta pÉares c a' o qis t o lar, d.rama. s mffi:en t a l, auto biogra'

ffi:ráato de uii¡es, etc., o Ia de simples co!§!?glg!§§¡i§léi§etgllo-nolóeicas: drana isabelino, nouela §ótico,erc. (f. Harnburger, 1957),

--.-§13. La tarea de ilusrar Ia articulación y acrualieaciÓn histÓrica de ias

il"r.r expresivo-referenciales fund¿das en presupuesros de universa-

iiOUO *ü*l gen(rica es la que nos parece más necesariai o tal vezlarlnica relaüvamente nueva y no putrmente reP€titiva y ociosa entre el

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conjunro de la relativamente bien elaborada teoria de los géneros lite-. rarios. No pocas de las recientes impaciencias y condenai en btoque

'de las categorías genéricas encuentrán su verda'dera explicaclón en el

r desatiento cte los autores ante las escasas posibilidades crlücas de ha-llazgo de novedades de gran calrbre en esté aparrado ya tan bien cons-truido de la Poética;-] sin eqrbargo los ejemplos de Todorov (1970;1976), de Gutllén (197\.1985) y soU.e toáo áe cenene (r9Zl) prue_ban que la lucidez del buen sentido seguirá siendo ,r...rrri" prrureorganizar y acn¡alizar una masa docrinal irremediablemente próti¡r.Por-lo demás, una Teoría de la Literarura no puede amputarse ni des-cuidar la Teorla de los géneros literarios, es decir la tipología de lasclases de textos artísticos. No solamente en consid"rr"ión a-que ésuhaya sido una de sus partes tradicionalei, sino porque todo rea¡usregeneral de la Teorla literaria, en cuanro teoría rálatiia ala esrrucn¡rade los te{os y los acontecirnientos literarios, implica necesariamenteel reacondicionamiento correspondienre de la reórÍa de los tén.ror,

- Por supueslo qu-g planreamos esta propuesra desde preí.rpr.rros,

métodos e incluso finalidades muy diferenres de los mis ceiebrados

-y acrualmente desacreditados- determinismos históricos del pasa-do, tal y como fueron habttuales en la Filosofía romántica de Ia histo-ria desde vico y schilier a Hegel, y que empeoraron en la rigidez delos programas posirivistas como el-de Taine y sobre todJ con latamosa reoría evolucionista de Brunetiére (|,-M, schaeffer, 19g9rpágs' 47'63) sintetizada en el preámbulo de sü obra La euoluL¡ón delos géneros. No apunta ala ngidez de una sistematización cerrada im-puesta a la história el interés de un análisis como el que aquí propo-nemos:Jaconfirgación de las relaciones enrre tos géneros'nururoi.s,resurtado§ en una serie "cerrada" por su propia nafuraleza de econo-mía comunicariva, y su despliegué en la serii ,,abierta,' de sus combi-naciones históricas. Por el contrario, partiendo de la constancia delas actitudes iniciales expresivas y reierenciales que consdruyen elfundamento de la regularidad hisiorica y n. meramente convencio-nal-preceptiva. del sistema de géneros, ei análisis poetológico,hisróri-co cuya necesidad furgra defendemos, asume el hecho dé las rensio-nes históricas innovadoras que determinan la variación de tipos,incluso como vía de prueba de la exhausrividacisuficienre del.esque-ma narural de partida.

. En tal sentido, podemos concordar incluso con schaeffer en sudemanda contra el doble juego de caregorías genéricas de Todorov(197ü,las cuales no han de séguir nece*sariaménte elorden ,,deduc-tivo" narural-histórico.(|,-M. scñaeffer, rgggt pág, 6s), pero discrepa-mos absolutamente aé el al afirmar cáregoricámenre, a conrinua-

I

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ción, la "i¡reductibilidad" de los géneros históricos " 'o' Utn"'*

teóricos.

§14. Desde la vertiente de la Historia literaria, la tarea proPuesta Pue-áe acrualizar y perfeccionar en parte el programa de innovación for-

malista consiitáte en reforrnulár Ia historia de la literarura como el

desarrollo de transformación de un sistema de formas (8. Tomachevs- '

ki, i928). siendo por lo demás la del sistema de géneros una macro-

estructura que define sus consecuencias t¿nto en los aspectos.sintácti-.o-rrg,.rmen¡¿tivos de la forma de expresiÓn corno, inseparablemen-t",

"ri l" semántica de la sustancia temática. En esto, la actualizaciÓn

histórica de la Teofa de los géneros que proPonerno§, no se diferen-cia del tenor bajo el cual puede encontrar la Teoría literaria, en su

desarrollo globai, una salida muy enriquecedora que le permita reno-var la 'tndole de sus rnateriales de reflexión.

§15. El punto de partida que pr€vemo§ en este programa de..redistrl-

tución histórica tiene su lineadi¡ecüva en el estudio de la solidaridadiecipiocá enüe las unídades de contenido temático y las modalidades

de realización expresiva que seleccionan. En ese encuenuo nace y se

plasma el género como eitrrrCtura conformativa y comunicativa. Y de

|a modificación de las circUnst¿ncias históricas arrancan, a su vez' yse explican, las transformaciones históricas: hibridaclone§ en unos

.asou, Contaminaciones más parciales en otfos y más faramente susti-

ruciones completas o tnclusó implantaciones etc nouo y desalojos /ttrolq los cualei, por lo demás, créemos que son todavla meras casillas

u^"i^" a disposiélOn de la pasión por innovar del arte vanguardista de

nuestro tiempo.

§16. eueremos aclarar, sin embargo, que el programa diseñado en

ást piopuesta aspira a ser solarnente, Por afrgra, el fruto de nuestra

,oluntaá de ofreier una jusüficación razonable para la permanencia

-no §e olvide- de una Teorla de los géneros como pafte de una

Teoría de la Literatura, efl un rnornento tan crítico que §e imagina vi-

vir la pesadilla o la ilusiÓn -§egún

los bandos- nada menos que del,,final de la historia,,. obviamente la'grdole de este libro no permite,

ni anirna, el desarrollo de un programá tan exten§o y arnbicioso,

cuya fisonomla y alcance funrrós permtten columbrar sln embargo

enire nosotroS apgrtaciones de detáUe cqncfeto como la reciente de

f. óabo Áeguinblaza (t9g¿), o las ya clásicas de F. Lázaro Qg76) y

de C, Guillén (1988).

2. GÉrves¡s cús¡c¿ DE LAs DocrRrNAs soBRE ros cÉt¡ERos: r¡por.oci.q DE M.DAUDA-DES E(PRESTVAS

dos_y con poder di¿crítico verdaderamente significativo, - --i-'

un¿ l'rne¿ de demarcación esencial y verdáderamenre úril e ilusrra-tiva es, a nuestro juicio, la que distingúe ras concepciones expresivas1]1 r;fer;nciales a propósilo de h Jiferenciación de tos gánlros, nsdecir' la diversidad de las a*irudqs enunciarivas y de hí clases deenunciados literarios gue dererminan, puede siruaráe .r, áó, á*g"n.,diferentes. En primer luga¡ el modo áá e¡ercer la enunciación vlrbalrslntomático-expositivo,

-na*arivo _y dramático; en segundo iug"r, ysiendo. superponible sólo parcialmente con el antertr, ra reLciónsimbolizadora que se estabiece entre la idenddad del autor-enuncia-dor y la alteridad objetiva del mundo diferenciado en el rext<¡.

§18. Dos precisiones sobre lo anterior: la primera, que no es doctrinanueva sino observación- anügua. sobre eilo, insistúnos simplementeen nuestro interés de subrayar sobre todo la condición deciiiva de ladiferencia fundamental que'introduce. En segundo t.rg"t, qrre r, oife-:"":]":,gn conceptual de que se parte coneJponde uT"icriirini.

"onla división histórica de las ideas sobre los -géneros en dos grandesépoc31 gSrrdiemár a:

"clasicism" yffimo. Adviértase que consideramos la mencionada correspondencia entérmlnos.generale-: y absolutos --"§ásicamente", Es muy posible queun análisis rnenudo y muy matizado de cleterminaaas tipoiogÍas clasi-cistas, sobre todo de Ia de Horacio, pueda aporrar argún tesiimo.io afavor de una conciencia cruzadamunt. e*pr.rivo-referenciar en ra di-visión de géneros (A. García Berio, tgZT:'págs, gt_lt4)..Sin embargo,esas posibles contaminaciones, razonablei siémpr. pero global*an,.inconscientes y con escasa actividad y rendimiento histoñco

"n a.r¡-

nitiva, no desvi¡túan la realidad global del carácter inmensamenteabsoluto_y m.alo¡itarjo de la divisién consrarada por edader. i'u.tomenos aún el valor ilustrativo. qu-e esa diferenciaóion mayor instaura,::T: pu":o de parti'da muy clarificador, en el seno de la rupida histo-fla cle las tipologías genéricas (§f. V. Rurtkovski, 196gr págs. 26 y ss.).

Al ser una'cuestión tan en ciertos momentos intensa-

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