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MÁSTER EN ESTUDIOS DE ASIA ORIENTAL ESTUDIOS JAPONESES TRABAJO DE FIN DE MÁSTER CURSO 2014-2015 LA TRADUCCIÓN DE LA LITERATURA ESPAÑOLA EN EL JAPÓN DE LA ERA MEIJI Alumna: Leire Goikoetxea Lobo ([email protected]) Tutor: Carlos Rubio López de la Llave Fecha de entrega: 7 de septiembre de 2015

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MÁSTER EN ESTUDIOS DE ASIA ORIENTAL

ESTUDIOS JAPONESES

TRABAJO DE FIN DE MÁSTER

CURSO 2014-2015

LA TRADUCCIÓN DE LA LITERATURA ESPAÑOLA

EN EL JAPÓN DE LA ERA MEIJI

Alumna: Leire Goikoetxea Lobo ([email protected])

Tutor: Carlos Rubio López de la Llave

Fecha de entrega: 7 de septiembre de 2015

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TABLA DE CONTENIDOS

I. INTRODUCCIÓN 2

II. ANTECEDENTES 3

a. La literatura cristiana en el siglo XVI 3

b. La traducción de obras literarias europeas en la era Meiji 5

III. LA INTRODUCCIÓN DE LA LITERATURA ESPAÑOLA EN JAPÓN 6

IV. LAS TRES OBRAS DE CERVANTES ADAPTADAS EN LA ERA MEIJI 9

a. El casamiento engañoso – Tamasôbi 9

b. El casamiento engañoso – Bijin no Wana 12

c. La fuerza de la sangre 14

V. EL FLIRTEO DE MORI ÔGAI CON LA LITERATURA ESPAÑOLA 16

VI. DON QUIJOTE LLEGA A JAPÓN 20

a. Los 20 capítulos de Watanabe 20

b. La primera parte de Matsui 23

c. Los seis capítulos de Ojima 25

d. La versión resumida de Sasaki 25

e. La primera traducción completa de Don Quijote 26

VII. CONCLUSIONES 28

APÉNDICES 30

BIBLIOGRAFÍA 31

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LA TRADUCCIÓN DE LA LITERATURA ESPAÑOLA

EN EL JAPÓN DE LA ERA MEIJI

Leire Goikoetxea Lobo

I. INTRODUCCIÓN

Hoy en día el japonés de a pie conoce de sobra la palabra Don Quijote. Uno cabría

esperar que esto significara que los japoneses están familiarizados con una de las obras

maestras más aclamadas en la literatura universal como lo es el Quijote de Cervantes.

Desgraciadamente, no es la obra cervantina a lo que se refieren los japoneses, sino a la cadena

nacional de tiendas de descuento que tomó el nombre del protagonista de la novela y que

abrió sus puertas en 1980.

A pesar de que esta curiosa referencia a una obra española es más conocida en Japón

en la actualidad que la obra propiamente dicha, no se puede negar que la literatura española

cuenta con una larga tradición en Japón, que se remonta hasta el siglo XVI. Al contrario de lo

que pasa en la vida cotidiana, donde la literatura española no juega un papel demasiado

prominente, en el ámbito académico japonés, dentro de las 17 universidades que cuentan con

un departamento de estudios hispánicos, se encuentran un gran número profesores que han

escrito sobre la tradición cervantina en Japón, así como la introducción y la recepción de la

literatura española en tierras japonesas. Sin embargo, existe casi un vacío en el estudio de la

literatura española en Japón escrita en lengua castellana, atribuible en parte a la carencia en el

ámbito de estudios japoneses en España.

Es por ello que este trabajo tiene como objeto de estudio la introducción de la

literatura española, la cual se da a través de la traducción de las obras españolas, aunque no

serán traducciones directas del español en un principio, y que coincide en cierta medida con el

transcurso de la era Meiji en Japón, desde 1868 hasta 1912. Este trabajo se centrará sobre todo

en el contexto de la introducción de las obras, es decir, se tratarán cuestiones como la

identidad del traductor de la obra, qué editorial la publicó, por qué se publicó o cuáles fueron

las circunstancias que llevaron a la traducción de esa obra en específico, más que centrarse en

el análisis de la traducción de las obras en sí. Con ello, se pretende analizar las circunstancias

que llevaron a la traducción de las primeras obras de literatura española en Japón y aclarar

errores en la información existente en lengua castellana sobre este tema, con la esperanza de

ayudar a ampliar los estudios de literatura española en Japón.

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En cuanto a las convenciones ortográficas de este trabajo, los términos especializados,

así como los nombres propios y los títulos de obras en japonés aquí utilizados han sido

transcritos según el sistema de romanización Hepburn, basado en la pronunciación de las

consonantes como en inglés y las vocales como en español, a grandes rasgos. Las vocales que

usen macrón, como la “o” en Shôwa, señalan que la vocal es larga y por lo tanto debería

pronunciarse como si fueran dos vocales seguidas. Los nombres propios de los autores que

datan de la era Meiji o anteriores se dan en el orden tradicionalmente japonés, es decir,

primero el apellido y luego el nombre o pseudónimo literario, y en el caso de los literatos del

siglo XX, los autores son referidos según el orden español, al ser la transcripción más

aceptada en el ámbito académico. También se ha incluido la transcripción en el japonés

original junto con la romanización de términos, homónimos y obras japonesas, con el fin de

ayudar en la búsqueda de referencias en posibles futuras investigaciones. Asimismo, a la hora

de citar obras japonesas a pie de página y en la Bibliografía, se ha optado por obviar la

romanización y aportar solamente la transcripción japonesa, ya que la adición de la

romanización en las entradas con varios autores o títulos largos de obras se extendería

demasiado.

II. ANTECEDENTES

a. La literatura cristiana en el siglo XVI

La literatura española irrumpe en Japón en la era Meiji, es decir, a finales del siglo

XIX. La introducción de la literatura española en Japón no es ninguna casualidad ni ningún

caso aislado, sino que se puede considerar parte de un fenómeno de traducciones a gran escala

de obras occidentales al japonés con el fin de importar información extranjera a Japón, en

particular información procedente de Europa.

Como antecedente podemos mencionar, esta vez sí como caso aislado, las traducciones

al japonés de algunas obras de Luis de Granada durante el siglo XVI. Estas primeras

traducciones de obras españolas al japonés se enmarcan en el contexto de los contactos

históricos entre España y Japón, con la llegada de los primeros europeos a Japón. Durante el

siglo XVI y bajos los auspicios de los reinos de Portugal y de España, se enviaron misiones

jesuitas a toda Asia con la intención de hacer llegar la religión cristiana hasta Asia Oriental y

evangelizar a la población asiática. Parece que los primeros occidentales en pisar tierras

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japonesas fueron unos náufragos portugueses que se desviaron por culpa de una tormenta a la

pequeña isla sureña de Tanegashima en el año 15431. Más adelante, en 1549 el jesuita

Francisco Javier, considerado el introductor oficial del cristianismo en Japón, emprendió una

labor evangelizadora por todo Japón, labor que dio sus frutos, ya que miles de japoneses se

convirtieron al cristianismo al cabo de unos años. A Francisco Javier le siguieron otras

órdenes religiosas como franciscanos, dominicanos y agustinos más adelante.

Japón se vio envuelto rápidamente en un ambiente que nunca había conocido hasta

entonces. Para convertir al pueblo japonés al cristianismo era imprescindible facilitar el

acceso a las obras cristianas que predicaban los misionarios. Por lo tanto, fue en este contexto

en el que se tradujeron por primera vez obras europeas al japonés durante el siglo XVI y

especialmente entre 1592 y 1614, concretamente obras pertenecientes a la literatura cristiana

europea. La nueva imprenta que introdujeron los misionarios jesuitas en Japón facilitó la

impresión de obras religiosas en japonés, aunque fuera en un japonés romanizado, escrito en

el alfabeto romano que desarrollaron los misionarios portuguesas2.

Entre las obras de literatura española publicadas en japonés en esta época, todas ellas

obras religiosas, destacamos Introducción al Símbolo de la Fé de Luis de Granada, escrito en

1583, y publicado en japonés, primero en 1592 bajo el título Fides no Doxi, en Amakusa,

utilizando rômaji o alfabeto latino y publicado en segundo lugar en 1611 bajo el título de

Fides no Quio, esta vez escrito en alfabeto japonés y publicado en Nagasaki; Guía del

Pecador del mismo autor, escrito en 1567 y publicado bajo el título Guia do Pecador en

alfabeto japonés en Nagasaki en 1599; y por último, De Institutione Grammatica por Manuel

Alvarez, publicado en Amakusa en el año 1594 en una edición trilingüe, en latín, portugués y

rômaji.3

Hemos dicho al principio que estas traducciones en el siglo XVI fueron un caso

aislado. La razón se debe a que la iniciativa de los jesuitas de traducir obras extranjeras al

japonés se vería pronto frustrada por el rechazo del sogunato al cristianismo. El sogún

Tokugawa Ieyasu aprobó un decreto en 1613 para desterrar a todos los misioneros cristianos

de Japón. El cristianismo fue prohibido y los misioneros fueron perseguidos y martirizados en

la hoguera.

1 Rubio, Claves y textos, 51. 2 Maruyama, Importância dos estudos recíprocos, 59. 3 Maruyama, Estudo da língua japonesa, 78-79.

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Con el inicio del sogunato Tokugawa en Japón, comenzó un proceso de unificación

nacional y religiosa, con el sincretismo religioso del shinto como tradición estatal, el budismo

como religión y el confucianismo como ética oficial del estado. En este contexto el

cristianismo no acababa de encajar; era una religión extranjera que no permitía la convivencia

de otras religiones con la suya, mucho menos las creencias tradicionales japonesas. Este

proceso de unificación nacional resultó en la expulsión de los extranjeros del país. En 1624 se

prohibió la entrada de los españoles en Japón y en 1640 se expulsó a todos los extranjeros del

país, dando así final al denominado siglo ibérico en Japón4. Pero esto no sería más que el

comienzo de un aislamiento que duró hasta mediados del siglo XIX y que pondría fin a la

entrada de literatura española y extranjera en Japón.

b. La traducción de obras literarias europeas

Después de dos siglos de aislamiento y de desconexión con lo que pasaba en el resto

del mundo, Japón fue abriéndose poco a poco a partir de la mitad del siglo XIX. Con la caída

del régimen Tokugawa, Japón pasó de ser una oligarquía militar a un país que aspiraba a

ponerse al mismo nivel de las grandes potencias del mundo occidental.

Junto con la apertura de Japón al resto del mundo, la literatura extranjera volvió a

aparecer de nuevo en tierras japonesas, y esta vez vendría de la mano de una avalancha de

traducciones. El propósito de estas primeras traducciones de obras europeas era servir de

fuente de información sobre el extranjero. De hecho, la traducción de obras extranjeras se

convirtió en uno de los puentes más importantes de la época para importar conocimientos

sobre la vida y la ideología del mundo occidental. Un ejemplo curioso es que, además de las

obras de Fukuzawa Yukichi, el académico más importante de esta época y que escribió una

amplia bibliografía sobre sus viajes al extranjero, la obra literaria La vuelta al mundo en

ochenta días de Julio Verne se convirtió en una guía para viajar y conocer el extranjero5.

Estas primeras traducciones solían ser parciales, no se traducía la obra completa, y

tendían a aparecer por entregas en periódicos y revistas literarias, características que marcarán

también a las traducciones de obras españolas. Además, estas primeras traducciones no

estaban hechas de manera que respetaban fielmente la obra original, si no que para los

4 Rodao, La imagen en la historia, 17.

5 Keene, Dawn to the West, 58.

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traductores era más importante transmitir las ideas principales o los rasgos generales de la

historia a los lectores6.

Hay algunos casos de traducción de obras literarias europeas ya desde finales del siglo

XVI, pero no sería hasta finales del siglo XIX cuando aparecería de forma periódica y

sistematizada literatura europea traducida al japonés. Algunos ejemplos de obras traducidas

antes del periodo Meiji incluyen las Fábulas de Esopo, el cual apareció impreso en Amakusa

hacia el año 1593 bajo el título de Esopo no Fabulas y escrito en alfabeto latino, así como

otras muchas obras no literarias del ámbito de la astronomía, geografía, historia y medicina,

entre las cuales se hizo famoso un manual de anatomía holandés titulado Tafel Anatomia,

escrito por el médico alemán Johann Adam Kulmus en 1731 y traducido al japonés bajo el

título de Kaitai shinsho (解体新書) por un grupo de traductores liderado por Sugita Genpaku

en 1774. Parece que la primera novela europea en traducirse al japonés fue Robinson Crusoe

(1719) de Daniel Defoe en 1850, pero no apareció publicado hasta bien entrada la era Meiji,

aunque apareció publicada por otro traductor ya en el año 18577. Una vez entrada la era Meiji

llegarían traducciones de obras más sonadas como Self-Help (1859) de Samuel Smiles,

publicado en 1870, On Liberty (1859) de John Stuart Mill, publicado en 1871, o Ernest

Maltravers (1873) de Bulwer-Lytton, publicada en 18788.

En el espacio de apenas cuarenta años desde la Restauración Meiji hasta la muerte del

emperador en 1912, los japoneses se familiarizan con las traducciones de la literatura de

Occidente, la novela política japonesa, la novela psicológica o moderna y las ramas literarias

del romanticismo y del naturalismo. Toda la literatura que en Occidente se desarrollaría

lentamente durante siglos llegó de golpe a Japón, para la cual tales géneros eran totalmente

desconocidos. Es ésta, por lo tanto, una época caótica de profusión de traducciones de lenguas

europeas que determinará el cauce que tomaría la literatura moderna japonesa.

La introducción de la literatura española en Japón hay que entenderla en un contexto

de introducción a gran escala de literatura occidental en Japón como resultado de la repentina

apertura de Japón al conocimiento exterior del que había estado excluido por un largo periodo

de tiempo. En particular, en las décadas de 1870 y 1880 se da una verdadera avalancha de

traducciones de obras occidentales, dentro de las que recaen las obras españolas.

6 Inamoto, Don Quijote convertido en samurái, 307. 7 Keene, The Japanese Discovery of Europe, 75. 8 Keene, Dawn to the West, 61-62.

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III. LA INTRODUCCIÓN DE LA LITERATURA ESPAÑOLA EN JAPÓN

Como hemos mencionado en la sección anterior, con el comienzo de la era Meiji,

Japón empezó a importar conocimientos extranjeros por doquier, en gran medida a través de

académicos japoneses que viajaban al extranjero becados por el gobierno japonés, como fue el

caso de Fukuzawa Yukichi o el autor Mori Ôgai, pero también a través de la literatura. Las

primeras fuentes de información sobre la literatura occidental procedieron de revistas y

enciclopedias holandesas, por lo que el holandés fue el medio por el que se introdujo el

conocimiento europeo en Japón. Del mismo modo, en el caso de la literatura española, ésta

también sería introducida en tierras japonesas por medio del conocimiento holandés.

La primera mención conocida de obras españolas en un escrito japonés data de finales

de la era Edo y llega de la mano de Koga Sakei (古賀茶渓, 1816-1884)9. Koga fue un

académico versado tanto en los estudios confucianos como en los estudios occidentales.

Abogó por la necesidad de impulsar el estudio y la investigación del conocimiento occidental

para la creación de un Japón moderno y estaba a favor de la apertura de Japón al exterior.

Koga creía firmemente en la necesidad de que el gobierno japonés adoptara una postura activa

hacia el aprendizaje de la cultura occidental para lograr abrirse a la esfera internacional10

. Fue

testigo de la llegada del comodoro Perry en 1853 y además se encargó de las negociaciones

entre los recién llegados diplomáticos norteamericanos. En 1855 Koga fundó y dirigió el

centro de estudios occidentales (洋学所), una organización auspiciada por el sogunato para

estudiar e impulsar el estudio de las obras y las lenguas extranjeras y que sería la impulsora de

la futura Universidad Imperial de Tokio11

.

Koga traducía sobre temas que le interesaban de las revistas y libros holandeses que

leía en su tiempo libre. Recopiló todas sus traducciones en su obra más conocida, Takujitsu

kangen (度日閑言), constituida por 25 volúmenes que empezó a escribir en 1865 y completó

en 1867. La obra nunca se llegó a publicar y hoy en día todos los volúmenes se encuentran

preservados en la Biblioteca Nacional de la Dieta en Japón. El propio título es significativo

del contenido, ya que se puede interpretar como “escrito sobre temas ociosos para sobrellevar

la monotonía del día a día”12

. Curiosamente el país más mencionado en el libro de Koga es

España, posiblemente atribuible al hecho histórico de que Holanda rindió soberanía a España

9 Saitou, 明治期におけるスペイン文学の移入, 347. 10 Yanagida, 古賀茶渓著, 213-214. 11 Kuramoto, Don Quixote and Natsume Sôseki, 64-65. 12 Yanagida, 古賀茶渓著, 213.

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durante largo tiempo. Aparecen mencionados, entre otros, autores españoles como Lope de

Vega y Cervantes, al cual Koga menciona en varias secciones y del cual escribe una biografía

bastante detallada en el volumen nº 24.

Lo que llamó la atención de Koga no fue el hecho de que Cervantes escribiera una

obra maestra como Don Quijote, reconocida internacionalmente, sino las desventuras que

vivió el autor a lo largo de su vida13

. Pero Koga no fue el único que simpatizó con la trágica

vida de Cervantes. Otro conocido traductor japonés, Nakamura Keiu (中村敬宇, 1832-1891),

también mencionaría a Cervantes en años posteriores en el prólogo de la traducción de la obra

On Character (1871) de Samuel Smiles, publicado en Japón en el año 1878. Es interesante

mencionar que tanto Nakamura como Koga eran buenos amigos y que probablemente fue el

propio Nakamura quien le mencionara por primera a Koga la interesante vida de Cervantes,

ya que está documentado que Nakamura había leído la obra de Don Quijote cuando estuvo

estudiando en Londres. Sin embargo, también existe la posibilidad de que Koga leyera la obra

por sí mismo, ya que una versión francesa de Don Quijote se encontraba entre los libros

extranjeros del centro de estudios occidentales que él dirigía14

.

La primera vez que se tradujo una obra de literatura española al japonés fue a finales

de la primera década de la era Meiji, en la década de 1880, en medio de una avalancha de

traducciones de obras occidentales. La mayoría de las primeras obras europeas jamás

traducidas al japonés sufrirían el porvenir de ser traducidas mediante fuentes secundarias, y

no la obra original. Este fenómeno se explica por el desconocimiento de lenguas extranjeras

en el Japón de la era Meiji. Sólo un grupo muy selecto de académicos e intérpretes dominaban

el holandés y algo de inglés, francés, alemán o ruso, lenguas principales que se estudiaban a

principios de la era Meiji. Las obras españolas no serían ninguna excepción. A pesar de que

los misionarios portugueses y españoles tuvieron un papel vital en las relaciones bilaterales

con Japón en el siglo XVI, una vez Japón abrió de nuevo sus puertas al exterior en el siglo

XIX, España ya no jugaba un papel tan marcado en el ámbito internacional, por lo que el

español no estaba considerado como una lengua imprescindible para aprender entre los

académicos japoneses. No fue hasta mediados del siglo XX, en la era Shôwa, cuando los

japoneses empezaron a traducir directamente del español.

13 Kuramoto, 江戸幕末・明治の『ドン・キホーテ』 , 132. 14 Ídem, 133-135.

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Sin embargo, como veremos a continuación, desde finales de la primera década hasta

principios de la tercera década de la era Meiji, en apenas una decena de años, la literatura

española viviría un brote de popularidad en Japón, aunque los propios japoneses no fueran

conscientes de que la literatura traducida que estaban leyendo era española. Aún así, podemos

decir que la literatura española en esta época tuvo una gran acogida en Japón, como lo

evidencian las reediciones de estas primeras obras traducidas y el interés que muestran las

editoriales en publicar obras españolas.

IV. LAS TRES OBRAS DE CERVANTES ADAPTADAS EN LA ERA MEIJI

El panorama de las traducciones de la literatura española en Japón durante el siglo

XIX lo acapararían casi por completo las obras de Cervantes. Tanto su obra maestra Don

Quijote como algunas de sus historias cortas parte de sus Novelas ejemplares fueron las

primeras obras de literatura española en aparecer en lengua japonesa. Es con este nombre, “las

tres obras de Cervantes adaptadas en la era Meiji” (セルバンテスの明治翻案三部作)15

, con

el que se conocen las siguientes obras que vamos a presentar a continuación.

a. El casamiento engañoso - Tamasôbi

La primera obra de literatura española jamás traducida al japonés fue El casamiento

engañoso, una historia corta escrita por Miguel de Cervantes, quien recopiló éste cuento y

otras de sus historias cortas en la colección Novelas ejemplares y las publicó por primera vez

en 1613. El casamiento engañoso fue publicado en japonés bajo del título Ôshû Jôshi

Tamasôbi (欧州情史 玉薔薇, “Historia europea de los amores de una mujer hermosa”) en la

revista Azuma shinshi (吾妻新誌) entre noviembre de 1885 y enero 1886, dividida en siete

entregas.

Azuma shinshi presumía de tener muy buena fama en su época, ya que era una revista

literaria de obras escritas en japonés wakanbun, un estilo de escritura culta. Azuma shinshi fue

la revista sucesora de Tôkyô shinshi, una revista literaria también escrita en wakanbun y

creada por Hattori Bushô (服部撫松, 1841-1908). Hattori estableció la editorial Kyûshinsha

15 Seiro, 『ドン・キホーテ』翻訳史, 116.

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(九春社) en 1876 y empezó a publicar como redactor jefe la revista Tôkyô shinshi en abril del

mismo año. La revista se especializaba en ensayos humorísticos en los que se satirizaba el

ambiente social de la época, pero también publicaba anécdotas amorosas, chismorreos sobre

concubinas y geishas, noticias sobre los barrios de placer, guías turísticas de los lugares más

emblemáticos de Tokio y alrededores, y novelas sobre la vida cotidiana de la gente

pueblerina16

. En definitiva, Tôkyô shinshi era una revista sensacionalista de la época. La

revista fue clausurada en 1883 por publicar un artículo sobre el escándalo de la hija del

Ministro de Exteriores del momento, pero en apenas tres meses la misma editorial abriría otra

revista, Azuma shinshi, que sucedería en espíritu a la anterior. La nueva revista tenía un

contenido similar a su antecesora y seguía estando dirigido a un público sensacionalista.

El casamiento engañoso no es una obra que se tradujera al azar para publicarla en

cualquier revista. Sería acertado pensar que la traducción se eligió por razones específicas

para publicarla en una revista determinada. Seguramente el traductor pensó que el argumento

de El casamiento engañoso era afín a las historias que solía publicar la revista17

. Azuma

shinshi era primordialmente una revista que publicaba obras del género gesaku (戯作) o

“prosa ligera”18

, esto es, un tipo de novela barata, de poca calidad literaria, llena de

chismorreos y cuentos de burdeles. Si tenemos en cuenta el argumento de El casamineto

engañoso, en seguida nos damos cuenta de por qué se podría clasificar como una obra gesaku:

La historia narra la estafa que comete una joven aparentemente rica y de buena

familia al casarse con el protagonista, el alférez Campuzano, quien se enamora de la

muchacha al pensar que tenía una gran dote. El joven, a la vez, pretende engañar a

su esposa con joyas falsas, pero con el tiempo la verdad sale a la luz, y la muchacha

huye, dejando al alférez con una enfermedad venérea que tendrá que padecer en el

hospital.

El hecho de que el argumento se centre en los enredos amorosos de un hombre que se

enamora de una mujer fraudulenta parece que captó la atención de la revista Azuma shinshi. Y

es que a partir de 1877 las historias protagonizadas por mujeres que cometen crímenes

fraudulentos hacia los protagonistas se pusieron de moda en Japón; a estas historias se las

llamaba dokufumono (毒婦物). Estas historias se publicaban principalmente en los periódicos

16 Saitou, 明治期における『模範小説集』, 481. 17 Ídem, 482. 18 Rubio, Claves y textos, 275.

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koshinbun (小新聞), periódicos de corte popular dedicados a un público general o poco culto,

en oposición a los periódicos ôshinbun (大新聞), periódicos políticos de gran tirada dirigidos

a un público educado. También aparecían publicados en un tipo de revista que se puede

clasificar bajo el género gôkan (合巻), es decir, un tipo de literatura ilustrada que, junto con

los periódicos koshinbun, constituían la nueva prensa sensacionalista de la época.

La razón probable por la que los japoneses se interesaron por esta obra concreta de

Cervantes puede haber sido porque consideraban la obra un ejemplo perfecto de dokufumono,

que estaba en plena moda en Japón, y querían hacer conocer el hecho de que la figura de la

femme fatale existía tanto en Japón como en Occidente. De hecho, al final de la traducción de

El casamiento engañoso, el editor hace hincapié en la moraleja de que las femme fatale

existían tanto en Oriente como en Occidente. Por lo tanto, podemos argumentar que el

contenido de la historia corta de Cervantes captó el interés de la revista japonesa por tener

unos elementos parecidos a las obras de género gesaku que ellos publicaban y juzgaron que el

público japonés se sentiría atraída por una obra extranjera que compartiera similitudes con las

obras japonesas de moda en aquella época.

En cuanto a la traducción de la obra, siguiendo el estilo de las primeras traducciones

de la era Meiji, las libertades artísticas del traductor, como abreviaciones, omisiones o la

adición de partes que no conforman la obra original están a la orden del día. Podemos apreciar

estos cambios y licencias en el propio título que se le dio a la obra japonesa, Tamasôbi, que se

puede interpretar como “una rosa hermosa pero llena de espinas”, la cual hace referencia a la

mujer que comete el fraude matrimonial hacia el protagonista. Este tipo de adaptaciones

facilitaban el acercamiento de las obras que contenía conceptos tan lejanos y desconocidos

para la cultura japonesa y que aparecían ante el público japonés por primera vez. Las

adaptaciones de conceptos ajenos a la cultura japonesa hicieron posible aproximar las obras

occidentales al lector promedio japonés que nunca había oído hablar de la cultura occidental.

Tomando el ejemplo de la adaptación de los propios títulos de las obras literarias, los

traductores o más frecuentemente las revistas o las editoriales que publicaban la obra decidían

poner un título afín a una obra escrita en japonés, por lo que los títulos de las traducciones de

la literatura occidental en esta época no tenían nada ver con el título original.

Como ya hemos mencionado anteriormente, las traducciones al japonés en la era Meiji

no utilizaban fuentes primarias, sino secundarias, es decir, una previa traducción de la obra

original. La fuente que se utilizó para traducir El casamiento engañoso fue una traducción

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francesa de la obra de Cervantes. Prueba de ello es que en la traducción japonesa se dan las

unidades monetarias transcritas directamente del francés. Además, en la segunda entrega de la

traducción, se afirma erróneamente que el autor de El casamiento engañoso es de

nacionalidad francesa, por lo que, aunque no se sepa a ciencia cierta cuál es exactamente la

fuente de esta traducción, la probabilidad de que el traductor se sirviera de una traducción

francesa y que por lo tanto tradujera la obra de Cervantes del francés al japonés es

extremadamente alta.

También se suele decir que no se desconoce al traductor de esta obra, pero hay dos

posibles candidatos que se pueden perfilar como traductores de la obra: Miki Aika (三木愛花,

1861-1933) y Nakamura Ryûu (中村柳塢, n. desconocido), los encargados declarados de la

reedición de El casamiento engañoso, de que hablaremos en la siguiente sección. Miki Aika

fue un periodista que trabajó primero para la revista Tôkyô zasshi y más tarde para la revista

Azuma shinshi y se sabe con certeza que fue el revisor de la reedición de El casamiento

engañoso. Miki también era autor de obras de gesaku y traductor de obras como The Tower of

London (1840) del escritor inglés William Harrison Ainsworth, la cual se publicó bajo el

título Rondontô (倫敦塔) en 1889 en Japón. En la mayoría de las traducciones en las que

estuvo envuelto, su papel consistió en corregir el texto final en japonés o en escribir un

prólogo a modo de introducción a la obra. Poco se sabe de Nakamura Ryûu, salvo las

traducciones que dejó a su nombre y que afirma ser el traductor de la segunda edición de El

casamiento engañoso. El dúo Nakamura-Miki fue muy prolífero, ya que alrededor del año

1887 colaboraron en varios proyectos mutuos19

.

En la siguiente sección, en la que comentaremos la reedición de la obra, elaboraremos

más acerca de la identidad del posible traductor de esta primera edición de El casamiento

engañoso.

b. El casamiento engañoso – Bijin no Wana

La edición japonesa de El casamiento engañoso publicada a fascículos tuvo tanto éxito

entre los lectores japoneses y recibió tan buenas críticas por parte de los literatos, que dos

años más tarde, en octubre de 1887, la obra fue publicada en formato libro por la editorial

Kyôryûsha (共隆社). En esta segunda edición, la obra fue totalmente revisada e incluso el

19 Saitou, 明治期における『模範小説集』, 485.

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título en japonés se cambió por el de Ôshû Jôwa Bijin no Wana (欧州情史 美人の罠,

“Historia europea de la trampa de la mujer hermosa”), la cual refleja de forma más fiel el

contenido de la historia. Esta vez, en el prólogo escrito por Nakamura Ryûu se especifica que

él mismo es el traductor mientras que Miki Aika es el encargado de la revisión de la

traducción. En la portada se comete el mismo error que la primera edición con la nacionalidad

de la obra al afirmar que el autor es “el francés Cervanto”20

.

Si se comparan ambas traducciones, Tamasôbi y Bijin no Wana, hay una vasta

evidencia para poder concluir o bien que ambas traducciones usaron la misma fuente francesa

de la obra cervantina o incluso que ambas obras compartieron el mismo traductor. Para

empezar, ambas traducciones tienen las mismas discrepancias en cuanto a la obra original de

Cervantes, los modismos y los juegos de palabras que usan ambas versiones son muy

parecidos e incluso los errores que cometen son similares en algunos pasajes. Además del

ejemplo ya mencionado de las unidades cometarias en francés, que se transcriben exactamente

igual en Bijin no Wana, ambas versiones transcriben de la misma manera la palabra ビエルジ

ユ, del francés Sainte Vierge (“Nuestra señora” en la versión original española)21

.

En cuanto a las diferencias de ambas versiones, la extensión de Bijin no Wana es

mucho que mayor que la de Tamasôbi, debido a las adiciones del traductor, que se toma

grandes licencias y adapta la historia hasta llegar al punto de incluir capítulos enteros que no

están en la obra original y cambiar el final de la historia para que la obra tenga un final feliz.

Por otro lado, mientras que Bijin no Wana no contiene absolutamente ningún signo de

puntuación a lo largo de la obra, Tamasôbi usa signos de puntuación en toda la obra, salvo en

dos capítulos, por lo que el estilo de puntuación no es precisamente regular, achacable al

hecho de que fue una publicación dividida por entregas. El estilo de Tamasôbi consiste en

frases extremadamente cortas y pausas constantes.

Pero la mayor diferencia entre la obra original de Cervantes y la traducción es que

mientras que la historia de Cervantes pretende ser una historia moral sobre el bien y el mal, en

el sentido de que los honrados salen recompensados y los mezquinos acaban siendo

castigados, la traducción cambia radicalmente el final para que todos los personajes salgan

bien parados.

20 Cervantes, 美人の罠, portada. 21 Saitou, 明治期における『模範小説集』, 488.

Page 15: LA TRADUCCIÓN DE LA LITERATURA ESPAÑOLA EN EL JAPÓN DE LA …

14

Volviendo al misterio del traductor de Tamasôbi, está claro que tanto la primera como

la segunda versión de El casamiento engañoso son extremadamente similares, hasta el punto

en el que sólo cabe que pensar que ambas versiones usaron la misma fuente o bien la segunda

versión se valió por completo de la primera. El profesor Kunio Kuramoto sugiere que el

traductor de Tamasôbi pudo ser Miki Aika, dada su relación con la revista Azuma shinshi, y

sobre todo, porque el estilo de la traducción de Tamasôbi se asemeja al tipo de novelas gesaku

que él escribía, pero esto también se puede deber a que Miki Aika sirviera de revisor de la

traducción y le proporcionara ese estilo tan característico suyo22

. También existe constancia

de que en la recopilación Meiji hon’yaku bungaku zenshû (明治翻訳文学全集) se le atribuye

la traducción de Tamasôbi a Miki Aika23

. Por el contrario, el profesor Yanagida Izumi

sostiene que Miki Aika no tenía grandes conocimientos sobre los estudios occidentales, y

aunque es cierto que se manejaba con el inglés, no hay ninguna constancia de que además

supiera francés, por lo que opina que Miki Aika no pudo haber sido el traductor principal de

la obra24

. La profesora Ayako Saitou opina que, independientemente de que Nakamura fuera o

no el traductor de Tamasôbi, es muy probable que Miki Aika estuviera involucrado en la

revisión de la traducción25

. Las pruebas apuntan al hecho de que, efectivamente, fue el propio

Nakamura el traductor de la primera edición de El casamiento engañoso y simplemente revisó

su propia traducción para la reedición de la obra en formato de libro.

c. La fuerza de la sangre

Otra de las historias cortas que forman parte de las Novelas ejemplares de Cervantes

vio la luz en Japón en esta época. Se trata de La fuerza de la sangre, publicado en japonés

bajo el título Ôshû Shinwa Tanima no uguisu (欧州新話 谷間の鶯, “Otra historia europea del

ruiseñor en el valle”) en abril de 1887 y fue reeditada en 1897. La editorial que publicó la

obra fue la misma que publicó la reedición de El casamiento engañoso, la editorial Kyôryûsha

(共隆社). De hecho, en el prólogo de Bijin no Wana, se menciona que la editorial había

publicado unos meses antes otra historia del mismo autor, por lo que hacía referencia a la

publicación apenas unos meses antes de La fuerza de la sangre. Se sabe con certeza que el

22 Kuramoto, 移入史初期の「ドン・キホーテ」をめぐって, 33. 23 Kawatô, 明治翻訳文学全集, 26. 24 Yanagida, 西洋文学の移入, 163. 25 Saitou, 明治期における『模範小説集』, 488.

Page 16: LA TRADUCCIÓN DE LA LITERATURA ESPAÑOLA EN EL JAPÓN DE LA …

15

traductor de la obra fue Saitô Yoshiyasu (斎藤良恭, n. desconocido) y el revisor, una vez más,

Miki Aika, que también se encargó de escribir el prólogo.

En la portada aparece mencionado que la obra es parte de las “Nouvelles de Cervantes”

y que el autor es “el francés Cervanto”, por lo que podemos volver a deducir que la fuente que

utilizaron para traducir la obra fue francesa. Sin embargo, la información que se da en la

portada de la versión japonesa y en el prólogo escrito por Miki Aika se contradice por

completo. Mientras que en la portada se dice acertadamente que La fuerza de la sangre es

parte de las Novelas ejemplares de Cervantes, aunque se dice erróneamente que el autor es

francés, en el prólogo se menciona que La fuerza de la sangre es parte de “la obra española

Don Quijote”. Puede que fuera una decisión editorial la de seguir con la tradición de presentar

a Cervantes como un autor francés para dar continuidad a El casamiento engañoso, que tan

bien fue recibido entre el público japonés, a pesar de que en la portada se contradice esta

información. Independientemente de lo erróneo de los datos proporcionados, es importante

señalar que ésta es la primera vez que una obra de literatura española aparece mencionada y

reconocida como tal en Japón.

Probablemente gracias a la gran acogida que tuvieron ambas ediciones de El

casamiento engañoso, la editorial decidió publicar otra historia del mismo autor. Siguiendo

con la pauta que habían marcado con El casamiento engañoso de presentarlo como un suceso

sensacionalista para llamar la atención de los lectores hacia historias curiosas europeas, en el

prólogo de la traducción japonesa de La fuerza de la sangre se dice erróneamente que la

historia está basada en hechos reales26

.

Al igual que pasa con El casamiento engañoso, la traducción al japonés sufre muchos

cambios respecto al original, y aunque la traducción de esta obra es más fiel que las anteriores,

no cambia el hecho de que se altera el final para acomodar la tradición de las novelas

japonesas de la época. La extensión de la traducción de La fuerza de la sangre es

prácticamente el doble que la obra original española debido a que se añaden capítulos enteros

que no están en la obra original y que son una invención propia del traductor.

Por ejemplo, se vuelve a alterar el final de la historia para que tenga un final feliz, y es

que en la obra original trata de un tema un tanto peliagudo. La historia se podría de la

siguiente manera:

26 Saitou, スペイン文学の受容. 126

Page 17: LA TRADUCCIÓN DE LA LITERATURA ESPAÑOLA EN EL JAPÓN DE LA …

16

La novela trata de una familia humilde que tiene una hija de dieciséis años a

quien raptan una noche unos jóvenes a la orden de su amigo, un caballero de buena

cuna, quien acaba violando a la muchacha. La joven, avergonzada por el

mancillamiento de su honor, se reclusa en su hogar, donde fruto de la violación nace

un niño al cual los padres de la joven hacen pasar por su sobrino para no deshonrar

a su hija. Cuando el niño crece, es arrollado por un caballo y un caballero de buena

familia lo lleva a casa para que reciba cuidados médicos porque el niño le recuerda

a su propio hijo, que resulta ser el violador de la muchacha. Cuando la joven les

cuenta la verdad a los abuelos de su hijo, estos hacen mandar a llamar a su propio

hijo, que estaba estudiando en Italia, para que vuelva a casa. La historia acaba con

los dos jóvenes casándose para remediar la deshonra que éste causó a la joven y

forman una familia junto a su hijo.

La traducción al japonés describe fielmente el episodio de la violación, pero es

entonces cuando se añaden extensos capítulos sobre la vida del violador en Italia y se narra

cómo pasa de ser un hombre arrogante y salvaje a una persona de buen corazón y amable. En

definitiva, la versión japonesa redime al joven para hacer más llevadero el hecho de que al

final de la obra original el violador y la víctima acaban casándose. Debido a que en la

tradición japonesa no existía el mismo concepto del mancillamiento del honor en el sentido

que lo usa la tradición española, la traducción japonesa adapta la historia para asemejarla a la

cultura japonesa y le intenta dar una sensación de final feliz a la obra.

V. EL FLIRTEO DE MORI ÔGAI CON LA LITERATURA ESPAÑOLA

Aunque es cierto que las obras de Cervantes monopolizaron casi por completo las

primeras traducciones de literatura española al japonés, hay una excepción con El alcalde de

Zalamea de Calderón de la Barca. Esta obra apareció traducida al japonés nada menos que por

uno de los escritores más emblemáticos de la era Meiji, Mori Ôgai (森 鴎外, 1862-1922),

quien tradujo la obra de Calderón junto con su hermano menor, Miki Takeji (三木 竹二,

1867-1908). La obra se publicó bajo el título Shirabe wa takashi gitarura no hitofushi (音調

高洋筝一曲, “Una melodía de guitarra”) en el célebre periódico Yomiuri (読売新聞) desde el

3 de enero hasta el 14 de febrero de 1889 dividido en 12 entregas. Parece que la traducción de

Ôgai tuvo más repercusión que las Novelas ejemplares publicadas con anterioridad por

Page 18: LA TRADUCCIÓN DE LA LITERATURA ESPAÑOLA EN EL JAPÓN DE LA …

17

haberse publicado en un periódico y no en una revista27

. En 1892 volvió a aparecer dentro de

la recopilación de las primeras traducciones y obras escritas por Mori Ôgai, Minawashû (水沫

集), en el que se modificó los caracteres del título japonés a 調高洋筝一曲. Más tarde se

publicaría la edición revisada de esta recopilación en 1906 y una versión de formato reducido

en 1916. El propio Ôgai hizo pequeñas modificaciones cada vez que su traducción se publicó

en estas distintas recopilaciones28

.

La razón por la que Ôgai decidió traducir esta obra de literatura española es muy

diferente del porqué de la traducción de las obras cervantinas anteriormente traducidas en esta

época. En el caso de las historias cortas de las Novelas ejemplares de Cervantes, lo que

motivó su traducción fue la cercanía del argumento a la sociedad japonesa de la era Meiji,

mientras que lo que motivó la traducción de la obra de Calderón fue simplemente la

curiosidad del traductor por una situación en particular. Tal y como narra Ôgai en prólogo de

la traducción29

, en la época en la que estaba estudiando en Alemania, un día se encontró en

una taberna cerca del palacio imperial de Sajonia en la ciudad de Dresde con unos amigos

sudamericanos y tomaron unas bebidas mientras leían literatura española. Cuando empezaron

a leer en alto El alcalde de Zalamea, en particular el pasaje donde raptan a Isabela, una joven

española que estaba trabajando en la taberna, alterada, les pidió que pararan de leer. Fue por

esta simple razón que Mori Ôgai se interesó por esta novela en particular y decidió traducirla

al japonés. Ôgai empezó a traducir la obra por sí sólo en Munich, pero tuvo que apartar el

proyecto durante algún tiempo y no fue hasta que volvió a Japón cuando reemprendió la

traducción, esta vez ayudado por su hermano. Además, también quería dar a conocer a

Calderón de la Barca al público japonés, autor al que consideraba de la misma talla que

Shakespeare y Goethe, ya que por aquella época el autor español estaba viviendo una nueva

época dorada de renovadas buenas críticas en Alemania, con motivo de la celebración del

segundo centenario de la muerte del escritor en 188130

.

Aunque Ôgai no menciona directamente cuál es la fuente que utilizó para traducir la

obra de Calderón, es lógico pensar que sería una traducción alemana, idioma que Ôgai

dominaba por completo. Ôgai fue uno de los académicos de la época Meiji en viajar al

extranjero para estudiar becados por el gobierno japonés. En el caso de Ôgai, su destino fue

27 Kuramoto, 移入史初期の「ドン・キホーテ」をめぐって, 32 28 Fujita, 森鷗外初期翻訳戯曲の言語について , 83. 29 Calderón de la Barca, 調高矣洋絃一曲, 395. 30 Yoshida, Una traducción temprana, 427.

Page 19: LA TRADUCCIÓN DE LA LITERATURA ESPAÑOLA EN EL JAPÓN DE LA …

18

Alemania, un país que lo marcaría de por vida, ya que el idioma alemán y la literatura europea

lo influirían durante el resto de su vida como escritor y traductor. El alcalde de Zalamea fue

la primera obra literaria que Ôgai tradujo después de volver de Alemania, apenas cuatro

meses después de que regresara a Japón.

Si bien es cierto que Ôgai aprendió español mientras estudiaba en Alemania, parece

que no dominaba el idioma tanto como para poder traducir la obra directamente del español.

Otra de las razones que apuntan a que utilizó una traducción alemana de El alcalde de

Zalamea es que en la antigua biblioteca de Ôgai están incluidos traducciones alemanas de

diez obras españolas, entre ellas la versión alemana de J.D. Gries de El alcalde de Zalamea31

,

con varias partes subrayadas por el propio Ôgai, y el libro Die Spanische National-Literatur

(un extenso compendio sobre literatura española publicado en 1867 y atribuida a Ernst Dohm,

pero que en realidad había escrito su mujer, Hedwig Dohm) en el que se incluyen comentarios

y explicaciones de las traducciones alemanas de La vida es un sueño y El alcalde de Zalamea

de Calderón, también subrayados por Ôgai, por lo que seguramente los consultó a la hora de

traducir la obra de Calderón32

.

A sabiendas de que El alcalde de Zalamea era una obra dramática, Ôgai buscó un

estilo similar a la hora de adaptarlo al idioma japonés, por lo que lo tradujo al estilo de una

obra de kabuki, teatro japonés. El estilo del discurso lo hace parecer una obra de kabuki, por

lo que le da cierto aire arcaico, con expresiones dramatizadas y un lenguaje elegante y a veces

excesivamente pomposo. Las expresiones que usa son principalmente propias del japonés de

la era Meiji, pero también intercala de vez en cuando expresiones arcaicas de la era Edo.

Aunque la obra está traducida con el propósito de convertirse en una obra de teatro, nunca

pasó de la página escrita al escenario. Se piensa que o bien Ôgai usó algún manual de

expresiones de kabuki como referencia a la hora de traducir la obra o bien que fue su hermano

el que introdujo el ambiente de kabuki a la traducción33

, y es que Miki Takeji fue un

aclamado crítico de teatro en su tiempo. Takeji investigó las características del kabuki a fondo

y se dedicó a la crítica de obras teatrales durante toda su vida. Ya que él fue el co-traductor de

la obra, es más que posible que fuera decisión suya infundirle el estilo kabuki a la obra teatral

de Calderón.

31 Ídem, 428. 32 Saitou, 明治期におけるスペイン文学の移入, 355. 33 Fujita, 森鷗外初期翻訳戯曲の言語について , 86.

Page 20: LA TRADUCCIÓN DE LA LITERATURA ESPAÑOLA EN EL JAPÓN DE LA …

19

Dentro del estilo de lenguaje teatral japonés que usa Ôgai, destaca la excelente

diferenciación que hace entre el habla de los personajes de clase alta, como la monarquía, los

nobles o la milicia, y los personajes de clase baja, principalmente la gente del campo. Usa un

lenguaje barriobajero en las conversaciones entre campesinos o en las conversaciones entre

parientes e hijos de clase baja, mientras que utiliza un lenguaje de lo más formal cuando

personajes de la alta nobleza interactúan entre sí. Lo más llamativo es que incluso en las

escenas en las que un campesino se dirige a un noble, Ôgai no se olvida de los rangos sociales

y hace que el campesino utilice un lenguaje vulgar hacia el noble34

. Gracias a este lenguaje

tan cuidado y elaborado, se puede decir que la traducción de El alcalde de Zalamea de Ôgai

es una adaptación al japonés muy lograda para la época.

Efectivamente, Ôgai cambia la dicción teatral, acercándola a la cultura japonesa a

través del kabuki, pero no altera de manera significativa los fundamentos de la historia,

incluso las partes que hacen referencia a Cervantes o a Don Quijote las traduce al completo

sin omitirlas. Sin embargo, cabe mencionar que uno de los cambios que hace en el argumento

de la obra es muy similar al cambio que se puede observar en La fuerza de la sangre.

En El Alcalde de Zalamea hay un episodio en el que Isabela, la hija del protagonista,

es secuestrada y violada por un capitán de buena familia, y la joven se lamenta de que no

puede volver a casa porque llevaría la deshonra a su padre y a toda su familia. Este episodio,

que recuerda en cierto sentido al episodio de la violación de la joven protagonista de La

fuerza de la sangre, habla del concepto del honor y de la pérdida de la misma en la familia a

través de la despoja de la castidad de la hija. Sin embargo, Ôgai cambia el llanto de la joven y

tergiversa el discurso de la pérdida de honor a un fuerte deseo de la joven de volver a casa y

ver a su padre35

.

De nuevo, la tragedia del mancillamiento del honor a través del despojo de la hija se

cambia y se le da otra forma; en este caso, la de un discurso de amor filial entre padre e hija.

Puede que Ôgai no entendiera el sentido de honor típico de las obras de teatro españolas de la

época, o puede que pensara que el público japonés no lo entendería e intentó convertirlo en un

episodio más sencillo.

34 Fujita, 森鷗外訳「調高矣洋絃一曲」, 37. 35 Saitou, 明治期におけるスペイン文学の移入, 359.

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20

VI. DON QUIJOTE LLEGA A JAPÓN

Después de las traducciones sueltas de algunas de las historias cortas de Cervantes, los

japoneses no tardaron demasiado en dar con la obra maestra del autor. De hecho, se puede

decir que Don Quijote fue una obra particularmente prolífera si observamos la cantidad de

traducciones japonesas que aparecieron en el mercado japonés en los siguientes años, ya que

nada más aparecer la primera traducción parcial de la obra, otro traductor diferente le seguía

sucesivamente con una versión propia.

Sin embargo, todas las versiones de Don Quijote que se tradujeron durante la era Meiji,

ya fueran traducciones parciales, adaptaciones o traducciones de la obra completa, fueron

hechas, al igual que la literatura española traducida anteriormente, a través de fuentes

secundarias, principalmente inglesas. La época de las traducciones indirectas al japonés de

Don Quijote duraría desde 1887 hasta 1948.

La popularidad de Don Quijote siempre ha estado presente en Japón. Prueba de ello es

un estudio que realizó el departamento de estudios hispánicos de la Universidad de Estudios

Extranjeros de Kioto, en el que se calcula que hasta el año 1997 habían aparecido en total 116

traducciones o adaptaciones de Don Quijote en japonés, incluyendo la obra completa o parcial,

adaptaciones infantiles o adaptaciones en formato comic36

.

a. Los 20 capítulos de Watanabe

La primera versión en japonés de Don Quijote apareció en Japón el 5 de julio de 1887,

el mismo año en el que aparecieron publicados La fuerza de la sangre y la segunda edición de

El casamiento engañoso. El traductor firmó sólo con las iniciales W.S., por lo que durante

muchos años esta primera traducción al japonés de Don Quijote se consideró anónima, hasta

que la investigación del profesor Izumi Yanagida reveló que se trataba de Watanabe Shûjirô

(渡辺修二郎, 1855- n. desconocido). La obra fue publicada bajo el título Donkiô kikôden (鈍

喜翁奇行伝, "Historia de las conductas extrañas de un viejo gracioso de poco ingenio") en la

columna literaria de la revista Kyôiku zasshi (教育雑誌, revista de la educación), de la

editorial San’ikusha (賛育社), dividido en ocho entregas, desde el nº 39 de la revista hasta el

nº 46.

36 Saitou, 『ドン・キホーテ』最初の邦訳と渡邊修次郎, 115.

Page 22: LA TRADUCCIÓN DE LA LITERATURA ESPAÑOLA EN EL JAPÓN DE LA …

21

Sin embargo, esta primera versión japonesa no se trata de la obra completa, si no que

es una traducción de los primeros 20 capítulos de la primera parte del original. La obra

original de Don Quijote consta de dos partes. La primera parte está dividida en 52 capítulos y

la segunda parte en otros 74 capítulos. De hecho, esta primera traducción japonesa sólo consta

de 5 capítulos, con un total de 22 páginas37

, por lo que se trata de una versión extremadamente

resumida de Don Quijote. Por poner un ejemplo, en el primer capítulo de la versión traducida

se resume el argumento de los primeros 3 capítulos de la obra original y en el segundo

capítulo de la traducción se resume hasta el capítulo 7 de la novela original38

. Si bien esta

versión de Don Quijote cesó de publicarse repentinamente en la revista Kyôiku zasshi en

septiembre de 1887, en agosto ya se había empezado a publicar la misma versión en otra

revista, Nihon Taikaronshû (日本大家論集) de la editorial Hakubunkan (博文館), aunque no

aparecía mencionado en ninguna parte el nombre del traductor, por lo que probablemente ni

siquera contaran con su visto bueno.

Kyôiku zasshi era una revista dedicada principalmente a ilustrar a la juventud. Según

explica el redactor jefe, Nakajima Katsuyoshi, en el primer número de la revista, las revistas

educacionales de la época o bien eran demasiado refinadas, estaban dirigidas a gente culta

como profesores en vez de alumnos, sólo se distribuían entre los miembros de la editorial, o

básicamente conformaban un espacio donde ejercitar la escritura de los autores que

publicaban en la revista, por lo que sólo llegaban a un número limitado de lectores. Este tipo

de revistas no eran más que un lugar de encuentro e intercambio para académicos y

entendidos en la materia, por lo que no tenían cabida estudiantes recién licenciados sin apenas

experiencia o conocimientos especializados. Por este motivo, Kyôiku zasshi buscaba suplir

este vacío educacional y aspiraba a convertirse en una revista que pudieran leer y donde

pudieron participar incluso jóvenes estudiantes. Efectivamente, Kyôiku zasshi tuvo muy

buenas críticas y fue aclamado entre los lectores, y aunque no se sabe exactamente la tirada

que tenía, llegó a competir temporalmente con la revista Nihon Taikaronshû de la editorial

Hakubunkan39

, una de las editoriales más importantes del país en su momento y en la que,

irónicamente, se publicaría esta traducción posteriormente. A partir del número 28, en

conmemoración del primer aniversario de la revista, empezaron a presentar traducciones de

obras literarias.

37 Kuramoto, Don Quixote and Natsume Sôseki, 60. 38 Higuchi, 『ドン・キホーテ』翻訳の変遷, 386. 39 Saitou, 『ドン・キホーテ』最初の邦訳と渡邊修次郎, 122-123.

Page 23: LA TRADUCCIÓN DE LA LITERATURA ESPAÑOLA EN EL JAPÓN DE LA …

22

Es en este contexto en el que se enmarca la primera traducción, aunque fuera parcial y

resumida, de Don Quijote al japonés. Parece que la razón por la que la revista decidió publicar

una novela como Don Quijote es que reconocieron su valor como obra clásica y literaria.

Poco antes de publicar la obra cervantina, la revista publicó un listado de obras maestras de

los autores más estimados del mundo, en el que el Don Quijote de Cervantes figuraba a la par

de la Iliada de Homero, Paradise Lost de Milton, el Inferno de Dante, The Canterbury Tales

de Chaucer o Robinson Crusoe de Defoe40

. Este razonamiento contrasta con la decisión de

traducir las obras cortas de Cervantes, que lejos de valorarse como obras maestras, se vieron

como poco más que chismorreos amorosos para pasar el tiempo.

Así pues, la obra de Cervantes había pasado a considerarse una obra maestra digna de

publicarse en una revista dirigida a ilustrar a la juventud, y el redactor jefe de Kyôiku zasshi

encargó la traducción a Watanabe Shûjirô, uno de los principales periodistas que trabajaban

para la revista y que dominaba el inglés lo suficiente como para traducir obras clásicas.

Watanabe era profesor de inglés, traductor y escritor, y más tarde obtendría el puesto de

funcionario dentro del Ministerio de Finanzas. Vivió en Inglaterra y Alemania por un tiempo,

por lo que se manejaba en inglés y tenía conocimientos de alemán, aunque se desconoce hasta

qué punto. La razón por la que esta primera traducción de Don Quijote abarque sólo los

primeros 20 capítulos de la primera parte es que Watanabe estaba demasiado ocupado con su

trabajo y se vió abrumado por la extensión de la obra original, por lo que la traducción de la

novela se vio repentinamente cancelada, al igual que ocurriría con la siguiente traducción que

emprendería para la misma revista41

.

Aunque no se sabe con certeza qué fuente utilizó Watanabe para traducir la obra, hay

un número de evidencias que apuntan a que fue una traducción inglesa. Para empezar, tal y

como lo manifiesta el hecho de que Watanabe fuera profesor de inglés, estaba versado en el

idioma, y se desconoce si el propio traductor conocía algún otro idioma que no fuera el inglés

o el alemán. Además, durante todo el texto en japonés hay ciertas palabras con anotaciones en

katakana de la “palabra original”; aunque, en realidad, se trata de la transcripción fonética de

la palabra en inglés. Por último, es interesante mencionar que esta versión en japonés venía

con cuatro grabados en xilografía, una gran pista para intentar averiguar cuál fue la fuente que

utilizó Watanabe, ya que no hay muchas traducciones del Quijote que contengan las mismas

exactas xilografías. Recientemente, las investigaciones del profesor Kuramoto apuntan a que

40 Ídem, 132. 41 Ídem, 131.

Page 24: LA TRADUCCIÓN DE LA LITERATURA ESPAÑOLA EN EL JAPÓN DE LA …

23

la fuente podría ser una edición publicada por la editorial George Routledge & Sons de

Londres, pero se desconoce tanto el traductor como el año de publicación. Esta versión

inglesa es precisamente una abreviación de la obra original española y sólo cuenta con los

mismos cinco capítulos que la versión japonesa42

.

b. La primera parte de Matsui

Entre octubre y noviembre de 1893 apareció otra traducción de Don Quijote, y esta

vez consistía en el primero de los dos volúmenes de la obra original. El título que se le dio es

Donkiô bôkentan (鈍喜翁冒険譚, "Historia de las aventuras de un viejo de poco ingenio"43

) y

apareció publicado por la editorial Hakubunkan, dentro de la serie Sekai bunkô (世界文庫),

entre el volumen nº 9 y el nº 10. Esta traducción fue reeditada en un solo volumen y fue

publicada por la misma editorial en noviembre de 1896. El traductor fue Matsui Shôyô (松居

松葉, 1870-1933), que trabajaba principalmente como escritor de gesaku bajo la tutela de

Tsubouchi Shôyô (坪内 逍遥, 1869-1935), el crítico literario más aclamado de su época y el

creador de la novela moderna japonesa, y como guionista de obras de teatro, especialmente

las relacionadas con el actor de kabuki Ichikawa Sadanji I (初代目市川左團次, 1842-1904).

Es la primera vez que la primera parte de Don Quijote aparece en japonés en total

integridad, aunque los 52 capítulos originales de la obra española se reducen a 43 capítulos en

la versión japonesa, repartidos a su vez en dos volúmenes. En el primer volumen de la

traducción japonesa se narra la historia hasta el capítulo 27 de la obra original y el resto

aparece en el segundo volumen44

. Parece que la razón por la que el traductor no concluyó la

segunda parte de la obra fue que se vio abrumado por la extensión de la obra y se sintió

incapaz de acabar la traducción de la segunda parte del Quijote, tan larga como la primera45

.

Se desconoce cuál fue la fuente de la que se valió Matsui, pero probablemente fue una

traducción inglesa. Prueba de ello es que la traducción incluye una breve biografía detallada

sobre Cervantes, la primera en aparecer en la era Meiji, en el que aparecen citadas

42 Kuramoto, 移入史初期の「ドン・キホーテ」をめぐって, 35-36. 43 Inamoto, Don Quijote convertido en samurái, 308. 44 Higuchi, 『ドン・キホーテ』翻訳の変遷, 387. 45 Seiro, 日本における『ドン・キホーテ』翻訳史, 375.

Page 25: LA TRADUCCIÓN DE LA LITERATURA ESPAÑOLA EN EL JAPÓN DE LA …

24

constantemente las palabras del poeta y crítico literario inglés del siglo XIX Samuel

Coleridge46

.

Si lo comparamos con la traducción anterior de Watanabe, el argumento de esta

versión está narrado de una manera mucho más precisa y detallada. Sin embargo, el mismo

Matsui admite que debido a decisiones editoriales tuvo que hacer numerosas omisiones y que

no es una traducción totalmente fiel al original. Esta actitud de dar importancia a la obra

original y oponerse a las convenciones de traducción de la época es algo que no se veía muy a

menudo hasta entonces en las traducciones liberales, teniendo en cuenta que se ocultaba el

hecho de que fuera una traducción de una fuente secundaria o que se modificaba un alto

porcentaje de la historia original. Ya bien entrada la era Meiji, los traductores se empezaron a

preocupar por cómo traducían las obras, por la calidad de las traducciones y por respetar la

obra original.

La importancia de esta traducción consiste en que, además de ser la primera traducción

que completa la primera parte de la obra original del Quijote, la seriedad del traductor en

cuanto a la calidad de la traducción y a subrayar la importancia de respetar la obra original

ayudó a elevar la imagen de Don Quijote y de Cervantes en Japón y lo puso al nivel de uno de

los clásicos más grandes en la historia de la literatura universal47

. Por lo tanto, esta versión se

puede considerar la primera toma de conciencia en Japón del valor literario de una obra

maestra como Don Quijote. Muestra de ello es que esta edición fue reeditada en varias

ocasiones en años posteriores48

. Es también curioso y relevante mencionar que esta edición

llegó a ser conocida incluso en el extranjero, si tenemos en cuenta la mención que se le hace

en una carta escrita por el hispanista escocés James Fitzmaurice-Kelly (1858-1923) al erudito

español Marcelino Menéndez Pelayo (1856-1912), datada del 11 de noviembre de 1899:

(...) He oído decir que V. acabará la bibliografía del malogrado Sr. Rius, tan

valiosa para todos los Cervantófilos, y á propósito de esto me atrevo llamar la atención

de V. á una traducción poco conocida. Es una traducción del Quijote en lengua

japonesa que fué publicada en Tokyo el año de 1896. Es un tomo en 8vo, contiene

ambas partes de la obra, y va precedido por una vida (muy corta) del autor. El

traductor se llama Matsui Shoyo49

.

46 Ídem, 376. 47 Seiro, 『ドン・キホーテ』翻訳史, 118. 48 Kuramoto, Don Quixote and Natsume Sôseki, 60. 49 Cid, Llegada y recepción del Quijote, 217-218.

Page 26: LA TRADUCCIÓN DE LA LITERATURA ESPAÑOLA EN EL JAPÓN DE LA …

25

Aunque Kelly se equivoca al mencionar que la traducción consiste en ambas partes de

la obra, esta información es de gran interés a la hora de valorar la importancia de la recepción

de la propia traducción. Desgraciadamente, aún se desconoce cómo Kelly pudo conseguir

información tan detallada de dicha traducción.

c) Los seis capítulos de Ojima

En 1901 aparece traducido el primer capítulo de Don Quijote bajo el título de Don

kihôte chû no isshô (ドン・キホーテ中の一章, “Un capítulo de Don Quijote”) en la revista

Teikoku Bungaku (帝国文学) y más tarde, en abril de 1902, el mismo traductor publicó los

primeros seis capítulos de la primera parte, bajo el título de Sekai kisho don kihôte (世界奇書

ドン・キホーテ, “Un libro singular en el mundo: Don Quijote”). El traductor fue Ojima

Hamatarô (雄島浜太郎) y ambas obras fueron publicadas por la editorial Ikuseikai (育成会).

Según menciona el traductor en el prólogo de la obra50

, la fuente que utilizó para

traducir los capítulos al japonés fue una versión inglesa desconocida; sólo se sabe que fue

publicada por la editorial George Manro. También hace referencia a la naturaleza humorística

y satírica de la obra y reconoce el valor literario de Don Quijote, y dice que está clasificado

como una de las diez mejores novelas del mundo. La traducción japonesa es muy fiel a la

fuente inglesa, por lo que puede que fuera la intención del traductor completar la traducción

de la obra, aunque finalmente no pudo51

.

d) La versión resumida de Sasaki

En 1909 se publicó una versión parcial de la obra bajo el nombre de Don kihôte

monogatari (ドン・キホーテ物語) en Naigai shuppan kyôkai (内外出版協会) y traducido

por Sasaki Kuni (佐々木 邦, 1883-1964). En el prólogo52

, el traductor afirma que está en

proceso de terminar de traducir la obra completa. Efectivamente, en 1914, la editorial Tôandô

shobô (東亜堂) publica la que sería la primera traducción de la obra completa de Don Quijote

con el título Zen’yaku don kihôte (全訳ドン・キホーテ), pero que en realidad no es más que 50 Cervantes, 世界奇書ドン・キホーテ, 13. 51 Seiro, 『ドン・キホーテ』翻訳史, 117. 52 Cervantes, ドン・キホーテ物語, I.

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26

una versión extremadamente resumida, por lo que oficialmente no se considera la primera

versión completa del Quijote en japonés. El traductor escoge las partes que le resultan

interesantes y las compila en apenas 30 capítulos. Más tarde, esta versión se reedita en el año

1925 como edición de bolsillo en la editorial Daibunkan shoten (大文館書店), en el año 1936

por la misma editorial y en 1941 por la editorial Shôbunsha (昭文社)53

.

Sasaki fue un personaje bastante célebre en el sentido que es conocido por haber

introducido en Japón las obras de Mark Twain. Traductor, escritor, profesor de inglés y

humorista, Sasaki tradujo esta primera adaptación completa de Don Quijote desde el inglés,

aunque se desconoce qué fuente utilizó exactamente.

La versión de Sasaki es una traducción de lo más liberal. Según el prólogo, la

intención del traductor era hacer la obra lo más accesible y entendible posible al lector

japonés. Una de las características de esta obra es que exagera mucho la comicidad, hasta el

punto en el que más que una novela se podría considerar un cuentacuentos54

.

e) La primera traducción completa de Don Quijote

Aunque es cierto que esta versión se publicó en la era Taishô, concretamente en

noviembre de 1915, dado que las circunstancias que llevaron a la traducción de esta obra

están relacionadas con sucesos propios de la era Meiji y que los propios traductores

comenzaron su labor unos años antes, también vamos a mencionar esta particular edición, que

además constituye, ni más ni menos, la primera traducción de la obra completa del Quijote,

desde el primer hasta el último capítulo de la segunda parte.

La obra fue publicada por la editorial Uetake shoin (植竹書院) en dos tomos, bajo el

título de Kôfu ni tomeru shinshi la mancha no don kihôte (工夫に富める紳士ラ・マンチャ

のドン・キホーテ, "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha"). Esta vez fueron dos

traductores los que colaboraron para publicar la obra, Shimamura Hôgetsu (島村抱月, 1871-

1918) y Katagami Noboru (片上伸, 1884-1928). Shimamura explica en el prólogo las

circunstancias que llevaron a la traducción de la obra55

. En 1911, durante el segundo gabinete

53 Seiro, 日本における『ドン・キホーテ』翻訳史, 375. 54 Higuchi, 『ドン・キホーテ』翻訳の変遷, 388. 55 Cervantes, 工夫に富める紳士ラ・マンチャのドン・キホーテ, I.

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27

del Primer Ministro Katsura Tarô (桂 太郎, 1848-1913), se estableció una comisión literaria

en el Ministerio de Cultura, en el que se planeó la traducción de obras clásicas como la Divina

Comedia de Dante, el Fausto de Goethe y el Don Quijote de Cervantes. El encargo de traducir

Don Quijote recayó en Shimamura, quien empezó con la labor antes de finales de la era Meiji

y más tarde reclutó a Katagami para que le ayudara en el proyecto. Según Shimamura, aunque

para la época ya había algunos especialistas en idioma español, no había ningún especialista

en literatura española y se lamenta de ello. El Ministro de Educación y Cultura del momento,

Takata Sanae (高田 早苗, 1860-1938), también contribuyó al prólogo enfatizando que en

1916 se cumpliría el 300º aniversario de la muerte de Cervantes.

La fuente principal que utilizaron para traducir la obra fue la versión inglesa de John

Ormsby, considerada la mejor traducción inglesa de Don Quijote de toda su época. Además,

consultaron durante medio año fuentes inglesas (la versión de Thomas Shelton y la versión de

Charles Jarvis), francesas (la versión de Louis Viardot) y alemanas (la versión de Ludwig

Tieck) 56

. También hubo una tercera persona involucrada en la traducción, Ebina Kisuke (海

老名毅介, n. desconocido), que entendía el español y contrastó la traducción con la obra

original y con un diccionario de español-japonés en el que él mismo estaba trabajando.

Debido a que se encontraron con todo tipo de imprevistos que retrasaron la publicación de la

obra, como el hecho de que la comisión literaria se desmantelara en apenas dos años desde su

creación, o que Ebina muriera de improvisto por enfermedad, tardaron un total de cuatro años

en dar por finalizada la traducción completa de Don Quijote. Aún así, hoy en día ésta se sigue

considerando una traducción muy lograda para la época.

A pesar de ser una traducción indirecta a través de una traducción previa, hay que

tener en cuenta de que la versión inglesa de Ormsby en la que se basaron los traductores está

considerada una de las mejores traducciones inglesas de Don Quijote de todos los tiempos, y

que la traducción de Shimamura y Katagami es muy fiel a la inglesa, por lo que,

sorprendentemente, la traducción japonesa es de lo más fiel al original español,

salvaguardando distancias57

. De manera que, teniendo en cuenta que esta versión significa la

primera traducción del Quijote en su total integridad y que la calidad de la traducción es

excelente y de lo más detallada, podemos concluir que es en 1915 cuando aparece por primera

vez la traducción más lograda de la época de una obra de literatura española al japonés.

56 Seiro, 『ドン・キホーテ』翻訳史, 119. 57 Higuchi, 『ドン・キホーテ』翻訳の変遷, 390.

Page 29: LA TRADUCCIÓN DE LA LITERATURA ESPAÑOLA EN EL JAPÓN DE LA …

28

CONCLUSIONES

Durante las siguientes décadas seguirían apareciendo un gran número de traducciones

indirectas del Quijote en japonés, así como de otras obras de literatura española. Pero habría

que esperar hasta 1948 para presenciar la primera traducción directa del español al japonés del

Quijote, que también supondría la primera traducción directa de literatura española al japonés

de toda la historia. El encargado de la traducción fue Hirosada Nagata (永田寛定, 1885-

1973), profesor de la Universidad de Estudios Extranjeros de Tokio. En 1948 publicó en la

editorial Iwanami shoten (岩波書店) el primero de los seis volúmenes de los que consta la

traducción completa, y que irían apareciendo de manera progresiva hasta el año 1977, si bien

el proyecto de la traducción lo finalizaría su discípulo Masatake Takahashi (高橋正武, 1908-

1984) después de que Nagata falleciera sin haber finalizado la traducción de la obra completa.

Debido a que Nagata se demoró más de 30 años en completar la traducción de la obra

íntegra, otro traductor se adelantó en publicar por primera vez la traducción directa del

español al japonés de las dos partes de la obra. Yû Aida (会田由, 1903-1971), profesor de la

misma universidad que Nagata, publicó su propia traducción del Quijote desde el castellano

original en 1962 en la editorial Chikuma Shobô (筑摩書房). Por lo que, aunque Nagata fue el

primer en publicar la primera parte completa del Quijote traducido desde el castellano, fue

Aida el primero en publicar la traducción directa de la versión íntegra del Quijote58

.

Una de las características más destacables que rodean la introducción de la literatura

española en el Japón de la era Meiji es que, a diferencia del resto de la literatura europea que

se introdujo en la misma época, especialmente la literatura inglesa, francesa, alemana y rusa,

la literatura española se infiltró en Japón como literatura popular o de entretenimiento. Se

puede decir que la obra de Cervantes fue introducida en Japón como literatura gesaku,

recalcando más en el contenido amoroso y en los amoríos de los personajes de la historia, más

que la calidad del argumento de la novela en sí. Estas historias estaban dirigidas a un público

literato, pero no especialmente culto, acostumbrado a leer prensa de contenido sensacionalista.

En contraste, el Quijote se presentó como la polaridad de la prensa sensacionalista,

publicada en una revista educativa. De hecho, en las primeras versiones del Quijote traducidas

al japonés las omisiones y la censura del contenido están relacionadas precisamente con los

episodios de tinte amoroso como lo son la mención de Dulcinea, la relación amorosa de

58 Cid, Llegada y recepción del Quijote, 218.

Page 30: LA TRADUCCIÓN DE LA LITERATURA ESPAÑOLA EN EL JAPÓN DE LA …

29

personajes secundarios como Grisóstomo y Marcela, o todo lo referente a las relaciones

carnales. Es irónico que en ambas obras, tanto en las Novelas ejemplares, como en el Quijote,

aunque fueran escritas por el mismo autor y publicadas casi al mismo tiempo en Japón, los

traductores alteraron el contenido según el tipo de lectores al que estaban dirigidas para

satisfacer las necesidades literarias del público, presentando a una como literatura popular y a

la otra como literatura clásica. Más adelante, El alcalde de Zalamea, aunque traducido por

motivación personal del traductor, también se presentó como literatura clásica digna de ser

comparada con los grandes clásicos de la literatura inglesa y alemana que se estaban

traduciendo en el momento en Japón.

También es curioso señalar que una de las omisiones que tienen en común todas las

obras de literatura española traducidas al japonés en la era Meiji es el concepto del honor

asociado a la pureza de sangre y a la virtud, tan característico de la literatura española del

Siglo de Oro. El concepto más cercano en la cultura japonesa, asociada con la cultura samurái,

podría ser el concepto de haji (恥, vergüenza, deshonra). Parece que a los traductores de la

literatura española en la era Meiji no se les ocurrió asociar ambos conceptos en el momento,

pero sería interesante estudiar hoy en día hasta qué punto son ambos conceptos culturales

equivalentes.

Asimismo, aunque la literatura española en Japón apareciera casualmente en un

principio, al cabo del tiempo fue reconocida entre los grandes clásicos de la literatura

universal, recibiendo excelentes valoraciones de parte de los mejores críticos y escritores del

momento como Tsubouchi Shôyô, Natsume Sôseki y Ueda Bin59

, quien más tarde se animaría

a estudiar castellano e hizo sus propias aportaciones en el ámbito de la traducción de literatura

española al japonés. Gracias en parte a la popularidad del Quijote en Japón, la literatura

española tuvo una acogida muy entusiasta entre los japoneses, por lo que la era Meiji sería

testigo del florecer de obras españolas que irían apareciendo sucesivamente hasta hoy en día.

59Kawato, 日本における翻訳文学, 254.

Page 31: LA TRADUCCIÓN DE LA LITERATURA ESPAÑOLA EN EL JAPÓN DE LA …

30

APÉNDICES

Cuadro 1:

Listado de las obras analizadas disponibles en bases de datos electrónicas.

Obra Enlace

Takujitsu kangen

(度日閑言)

http://dl.ndl.go.jp/info:ndljp/pid/2608011?tocOpened=1

Tamasôbi

(玉薔薇)

Versión electrónica no disponible.

El casamiento engañoso -

Bijin no Wana (美人の罠)

http://kindai.ndl.go.jp/info:ndljp/pid/874152

La fuerza de la sangre

(谷間の鶯)

http://kindai.ndl.go.jp/info:ndljp/pid/894128

El alcalde de Zalamea

(調高洋筝一曲)

http://kindai.ndl.go.jp/info:ndljp/pid/876658

Don Quijote de Watanabe

(鈍喜翁奇行伝)

Versión electrónica no disponible.

Don Quijote de Matsui

(鈍喜翁冒険譚)

http://kindai.ndl.go.jp/info:ndljp/pid/871599 (vol nº1);

http://kindai.ndl.go.jp/info:ndljp/pid/871600 (vol nº2)

Don Quijote de Ojima

(世界奇書ドン・キホーテ)

http://kindai.ndl.go.jp/info:ndljp/pid/871721/29

Don Quijote de Sasaki

(ドン・キホーテ物語)

http://kindai.ndl.go.jp/info:ndljp/pid/871723

Don Quijote de Shimamura y

Katagami (工夫に富める紳士

ラ・マンチャのドン・キホーテ)

http://kindai.ndl.go.jp/info:ndljp/pid/945515 (vol nº1);

http://kindai.ndl.go.jp/info:ndljp/pid/945516 (vol nº2)

Fuente: Elaboración propia a partir de los recursos electrónicos disponibles en la Biblioteca

Nacional de la Dieta en Japón y la Biblioteca Digital de la Era Meiji.

Page 32: LA TRADUCCIÓN DE LA LITERATURA ESPAÑOLA EN EL JAPÓN DE LA …

31

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