La Vida en Mexico
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[1415. La imagen que dice;: aposento de la casa del padre suarez en Granada]. [1416. En nuestros días. La ciencia Tomista de mayo y junio de 1917][del tino exegético de suarez podría tambien citarse testimonios y ejemplos notables] [1417. Aislamiento doctrinal para seguir a santo Tomás. Merece oirse..] (2014-05-26-12.55.50) De Gratia, que seguía preparando aun poco tiempo antes de su muerte, hace esta
declaración “en las materias de la gracia, el primer guía es san Agustín: después de él sigue
santo Tomás, que casi le iguala, según es lo estrechamente que se adhirió a él. Por eso,
después de haber yo tomado siempre en mis obras y estudios teológicos a santo Tomás por
guía y principal maestro, y de haberme esforzado en entender su doctrina, defenderla y
seguirla, ahora más que nunca estoy resuelto a hacerlo así, con más cuidado aun y con más
afecto a este doctor.”.
La denominación, pues, de suarismo, como sistema filosófico diferente del tomismo, carece
absolutamente de fundamento, si con tal nombre se designa la concepción filosófica
personal de Suarez, porque los tres o cuatro puntos en que se separa de santo Tomás, y que
son de importancia secundaria desde el punto de vista puramente filosófico, no justifican
semejante denominación.
De este breve paralelo entre Suarez y santo Tomás se puede deducir que el eclecticismo del
gran metafísico español, fundado en un examen personal y penetrante de las doctrinas
escolásticas, no quiere en manera alguna socavar las convicciones, los juicios esenciales, el
<<bien común>> de la alta escolástica, en particular los fundamentos de la metafísica
realista y teísta de santo Tomás:
Dr. Angelico.
[el dr. Grabmann, tomista tan significado, despues de señalar como caracteritica metodicas] [1418. Bibliografías. No valen.] De la Barca Calderón Madame, La vida en México, durante una residencia de dos
años en ese país, trad. Y prólogo Felipe Teixidor, ed. Porrúa, col. “sepan cuantos núm. 74”, decimotercera ed. México, 2003.
Carta XXXI. P. 261-266.
ATLACOMULCO, 2 DE FEBRERO 1841. Una escolta del gobierno, compuesta de cuatro hombres y un cabo, la que tuvo cuatro relevos, nos acompañó hasta Cuernavaca, que está a unas dieciocho leguas de México, y que es la entrada de tierra caliente. Al timepo de llegar a San Agustín, donde remundamos caballos, era completamente de deía y pudimos darnos cuenta de todos los horrores del camino que, al dejar aquella hermosa población con sus arboles y jardines, va rodeando la montaña en agria subida a través de rocas volcánicas y pasa por Ajusco, poblado pobrísimo y nido de ladrones. Sin embargo, el panorama que se dilataba frente a nosotros, al darle las espaldas a este inculto paraje, era gransioso. El sol se asomaba sobre las crestas de los montes, p.261 /y en una amalgama de lo fétil con lo salvaje, contemplábamos la extensión de los llanos y pueblos engrazados en vegetales y el lotananza, a la misma ciudad de mexico, blanca y resplandeciente. P. 262
CARTA XXXII p. 267-272.
Carta XXXIII P. 273- 280.
CARTA XXXIV. P. 281-289.