La Visitación – Rafael Sanzio de Urbino

En aquellos días se puso en camino María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto oyó Isabel el saludo de María saltó el niño en su vientre; Isabel quedó llena de Espíritu Santo y exclamó a gritos:-Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. ¿Cómo es posible que la madre de mi Señor venga a visitarme? Porque en cuanto oí tu saludo,, el niño empezó a dar saltos de alegría en mi vientre. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor.-Y dijo María:“Alaba mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador, porque ha puesto los ojos en la pequeñez de su esclava.Por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha

hecho en mí cosas grandes el Poderoso, Santo es su nombre, y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen.Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los de corazón altanero; derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes; a los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos con las manos vacías.Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como había anunciado a nuestros padres, a favor de Abrahán y de su linaje por siempre”.María se quedó con ella unos tres meses, y luego s volvió a casa.

Lucas 1,39-56

FICHA TÉCNICAAutor: Rafael Sanzio y taller (Urbino, 1483 – Roma, 1520)Nacionalidad: Italiana.Obra: La Visitación (ca. 1519)Técnica artística: Óleo sobre tabla pasada a lienzo.En esta obra podemos apreciar la sabiduría de la calidad de su lenguaje pictórico, patente en el equilibrio de la composición, en la belleza y serenidad de los rostros, en la perfección del dibujo y en la búsqueda de la realidad pictórica a través de la luz.

ANÁLISIS FORMAL

La composición: Simétrica, armónica y equilibrada, con las figuras moviéndose libremente por el espacio pictórico. No copia de ningún modelo específico, sino que sigue “una cierta idea” que se había formado en su mente

ANÁLISIS FORMAL

Los personajes: Huyen de la frialdad de cierto clasicismo renacentista, expresando su estado de ánimo, de acción o melancolía,

a través del gesto, de la postura, de la mirada, sin que todo ello impida la representación de la serenidad clásica, perfectamente dibujada, apreciándose la influencia de Miguel Ángel en la monumentalidad y tratamiento casi escultórico de los mismos.

ANÁLISIS FORMAL

El movimiento: Las figuras de la Virgen e Isabel son captadas en un movimiento casual, justo en el momento del encuentro.

María tiende su mano derecha para saludar a Isabel y la izquierda la hace reposar suavemente y con dulzura sobre su regazo;

Isabel de perfil, se adelanta emocionada a recibir el saludo.

ANÁLISIS FORMAL

La luz: Su interés por el estudio de la luz provoca contrastes y claroscuros aprendidos de la observación de la obra leonardesca, como en la utilización del esfumato (rostros y manos), que hacen que estos parezcan no tocados por pincel alguno.

Los colores: Paleta riquísima, colores brillantes en ropajes y objetos, magnífico sentido de la suntuosidad.

EL TEMA

*La Visitación es la visita que la Virgen, embarazada de Jesús, hace a su prima Isabel, embarazada de San Juan Bautista.*Por medio del ángel Gabriel, María sabe que su prima está esperando un hijo: la que era estéril se encuentra en el sexto mes de su embarazo y enseguida se dispone a visitarla viajando hasta un pueblo de Judá.

*La intención del autor es hacernos sentir a través de una situación tierna y humana la importancia que tendrán los hijos de ambas: Juan el Bautista, el Precursor y Jesús el Hijo de Dios, y por eso nos los presenta al fondo anacrónicamente en la escena del Bautismo.

*Y en ese momento los cielos se rasgan para que Dios Padre proclame la divinidad de su Hijo

EL AUTOR Y SU ÉPOCA

Nació el 6 de abril de 1483 en Urbino, en el seno de una tradicional familia de comerciantes de especias, en la que su padre, Giovanni di Sante, era pintor al servicio de la corte de Urbino. Su madre era hija de otro comerciante local. Es su padre quien le inicia en el mundo del arte.

A partir de los 16 años se estableció en la ciudad de Perugia donde trabajó en el taller de Perugino y también con Pinturicchio, asimilando las tonalidades claras, las elegantes composiciones y el paisaje espacioso de los maestros.

En 1504 se instala en Florencia, la cuna del Renacimiento y conoce a Miguel Ángel y a Leonardo.

En 1508, el papa Julio II le llamó a Roma para la decoración de sus habitaciones privadas y a Miguel Ángel le encarga la bóveda de la Capilla Sixtina y se entabla una admirable competencia entre ambos artistas.

EL AUTOR Y SU ÉPOCA

El día 6 de abril de 1520, Viernes Santo, aniversario de su nacimiento, Rafael muere en Roma mientras retocaba su última obra de altar. Fue enterrado en el Panteón de Roma. Su amigo Pietro Bembo le escribe el siguiente epitafio: “Este es Rafael Sanzio, en cuya vida la madre Naturaleza temió ser vencida por él y, a cuya muerte, ella también murió”.

Como otras obras tardías de Rafael, La Visitación plantea el tema espinoso de la autoría. Que Rafael la firmara y recibiera por ella 300 escudos avala su paternidad intelectual y permite atribuirle la invención y diseño de la composición, a cuya materialización relegaría al taller.

La obra fue adquirida en 1655 por el virrey de Nápoles, Conde de Castrillo, para Felipe IV, quien la entregó al Escorial, donde permaneció hasta su traslado al Museo del Prado en 1837, salvo los seis años que estuvo en París (1813-1820), durante los cuales fue pasada la tabla a lienzo.

CLAVES BÍBLICAS DEL CUADRO

La escena de la visitación de María a su prima Isabel es exclusiva del evangelio de Lucas 1,39-56.

Desde el punto de vista literario, el evangelista san Lucas organiza el material relativo al nacimiento e infancia de Jesús comparándolo con el de Juan Bautista, a modo de dos tablas, con la intención de destacar l a superioridad del primero con respecto al segundo.

Así cuando las dos futuras madres se encuentran, Isabel dice: ¿Cómo es posible que la madre de mi Señor venga a visitarme? Porque en cuanto oí tu saludo, el niño (Juan Bautista) empezó a dar saltos de alegría en mi seno. Se trata de una proyección al periodo prenatal de ambos personajes de la función precursora del Bautista en relación con Jesús.

Manuel Muñoz Sánchez