La Zona Metropolitana y la Aglomeración Urbana de la Ciudad de Mérida a principios del siglo XXI

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La Zona Metropolitana y la Aglomeración Urbana de la Ciudad de Mérida a principios del siglo XXI IntroducciónAntecedentesLa Zona Metropolitana de la Ciudad de Mérida (ZMCM)  Cambios demográficos en la ZMCM  Cambios económicos en la ZMCM  Cambios urbanísticos en la ZMCMLa Aglomeración Urbana de la Ciudad de Mérida (AUCM)Bibliografía          

Introducción El crecimiento y la cada vez mayor complejidad de la estructura y funcionamiento de las zonas urbanas en el mundo y en México, representan un reto tanto para su estudio por parte de la academia, como para la gestión eficaz por parte de las autoridades. Un obstáculo para el manejo de este problema se debe, en parte, a la inconclusa discusión acerca de su delimitación. Este no es un aspecto menor en el estudio o administración de los fenómenos urbanos, sino que representa una de las bases más importantes para su correcta aproximación.

             Se han desarrollado diversos conceptos a partir de los cuales se pretende abordar el fenómeno arriba

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planteado, también llamado metropolización. Uno de ellos es el de Zona Metropolitana (ZM) que hace referencia a un conjunto de unidades político-administrativas que contienen al área urbana de una ciudad y las zonas inmediatas integradas social y económicamente con ella. Su límite es una envolvente del área urbana, formada por los límites de las unidades político-administrativas que se encuentran total o parcialmente ocupadas por la ciudad, como delegaciones y municipios (Ducci, 2001:45). 

Entre otros autores, Pasalacqua (2005) habla de Área Metropolitana (AM)  en una concepción similar a la de ZM, pues la conceptualiza como la ciudad más sus suburbios. Si bien, en algunos momentos describe este mismo concepto como “la continuidad urbana”. También plantea que se puede delimitar una Región Metropolitana (RM), la cual debe tener como aspecto fundamental su integración geográfica y funcional, pudiendo considerar municipios y otros territorios donde se dan interacciones socioeconómicas (Pasalacqua, 2005). 

Esta variedad de conceptos utilizados no es la excepción en México, pues un análisis de recientes estudios metropolitanos de diversa índole (académicos, gestión urbana, etc.) en el país, revela que no hay un criterio único para definir la ZM, porque el establecimiento de un criterio obedece a fines específicos (López, 2003). En este trabajo adoptaremos de aquí en adelante el concepto de ZM, a partir del cual abordaremos a nivel municipal los procesos involucrados en la metropolización que actualmente experimenta la ciudad de Mérida y su periferia, pues es más operativo a la hora de recolectar y manejar información en la mayoría de temas de interés académico. 

Sin embargo, la ZM no siempre es una escala adecuada para estudiar los procesos urbanos, pues, como

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menciona UN-HABITAT (2004), en algunos casos ésta es más grande o más pequeña que la extensión real del fenómeno urbanizador. Un ejemplo del primer caso es París-Región Ile de France, la cual contiene zonas rurales y asentamientos con muy baja densidad de población. En el segundo caso, están algunas ciudades australianas en donde la extensión real del fenómeno urbano ha rebasado la delimitación administrativa de su ZM, la cual fue hecha mucho tiempo atrás cuando las condiciones eran diferentes.

 Ante situaciones muy concretas como las

mencionadas en el párrafo anterior, algunos autores como Lappo (1983) y UN-HABITAT (2004) prefieren hablar de Aglomeraciones Urbanas (AU) –algunas veces llamadas Aglomeraciones Metropolitanas– en vez de ZM, pues permiten el estudio más detallado de las dinámicas urbanizadoras que se dan en una región. Una AU hace referencia a un área construida o densamente poblada que contiene a la ciudad, sus suburbios y zonas de residencia y trabajo (entre las que hay movimiento de población); además, como ya se mencionó, ésta puede ser en extensión mayor o menor a su ZM. También se puede incluir en la lógica de este concepto a asentamientos que a pesar de no estar tan cercanos entre sí, cuentan con vías de comunicación modernas y eficientes que permiten su integración funcional. En algunos casos, una sola AU puede comprender varias ciudades o pueblos y sus suburbios. (UN-HABITAT, 2004). También, en algunos casos estos asentamientos pueden conformar sub-centros con cierta autonomía del centro metropolitano, aunque no necesariamente. 

De aquí en adelante usaremos el concepto AU para las localidades urbanas más importantes. La utilización de los dos conceptos, ZM (con el propósito que definimos párrafos arriba) y AU, permitirá prestar atención especial a

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la zona de estudio, dependiendo de las dimensiones de la urbanización. 

Con la profundización de la división geográfica del trabajo la gran ciudad aumenta a tal grado su base económica, que surge la necesidad de otra organización territorial en forma de AU; la cual puede ser el resultado no sólo del crecimiento de las grandes ciudades por las satélites, sino también de la fusión de varias ciudades cuyas zonas suburbanas confluyeron. Las ciudades que componen la AU tienen una zona suburbana común. El paso de ciudad a AU se realiza a causa de que la ciudad compacta, como forma de asentamiento y organización territorial de las fuerzas productivas, agota sus posibilidades (Lappo, 1983). 

Las causas económicas generales del rápido y universal desarrollo de las AU remiten a la posibilidad de utilizar de forma más completa las condiciones favorables, y a la conjugación de las funciones productivas y en ocasiones las improductivas (por ejemplo, casas de descanso) de la población. 

La transformación de la gran ciudad en AU es el resultado de la tendencia objetiva de desarrollo de las fuerzas productivas al logro del mayor efecto económico (Lappo, 1983).

 Según Lappo (1983), se manifiestan tres causas

fundamentales de desarrollo de la gran ciudad hasta llegar a AU: 

1.      La necesidad económica de utilizar al máximo las altamente ventajosas condiciones de la región: la existencia de una red de transporte ramificada, potentes fuentes de abastecimiento de agua y energía, grandes recursos laborales

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fáciles de incorporar a la producción, agrupación de las empresas industriales.

2.      La necesidad de ampliar el complejo industrial existente en la ciudad-centro con industrias que no se pueden ubicar en los límites de la zona urbana por falta de las condiciones necesarias.

3.      La desconcentración de la ciudad-centro, el traslado de algunas empresas y fábricas fuera de sus límites, así como la instalación de personal proveniente de la zona suburbana.

 La gran ciudad asimila el territorio circundante como

su zona suburbana y simultáneamente aumenta las ventajas económicas de la ubicación en este territorio de nuevas empresas. Estos procesos se superponen mutuamente y engendran la AU. En la composición de los poblados urbanos (satelitales) que rodean los grandes centros son típicos los centros científicos, productivos, viviendas, balnearios, refinerías, estaciones de acueductos y estaciones de aeración, centros de producción de energía eléctrica, de metal de calidad, de materiales de construcción, nudos de transporte, en particular, aeropuertos, etc., (Lappo, 1983). 

La AU, al poseer todas las ventajas de la gran ciudad, las multiplica por tener un volumen mayor que la gran ciudad. Al mismo tiempo, la AU crea las condiciones para que las pequeñas ciudades que la componen se liberen de las deficiencias propias de las pequeñas ciudades, pero manteniendo sus peculiaridades positivas (Lappo, 1983).

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Antecedentes

La ciudad de Mérida y la región en torno a ella han jugado un papel estratégico en la Península de Yucatán desde su fundación en 1542. Sin embargo, el crecimiento y

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desarrollo de ambas se consideró lento hasta principios de la década de 1980, cuando se empezaron a experimentar cambios radicales en su proceso de urbanización. Para esa fecha se empieza a delinear claramente la formación de una ZM con una influencia que se sentía en mayor o menor grado hasta los límites de la antigua Zona Henequenera.

 A esta región, Baños (1993) la denomina “el

complejo urbano Mérida-Zona Henequenera”, por los fenómenos de concentración de población y actividades económicas que experimenta. Uno de los factores que impulsó la metropolización de esta región fue la rápida urbanización de Mérida, debido sobre todo a la expansión de fraccionamientos de vivienda de interés social, asentamientos irregulares en la periferia de la ciudad, y la llegada de más empresas al Parque Industrial Felipe Carrillo Puerto, inaugurado en la década anterior.

 Otro factor conductor de la metropolización de la

región en la década de 1980 (tal vez el más importante), fue el colapso definitivo de la principal actividad económica de la región: la producción de henequén; lo cual dejó en situación precaria a los pobladores rurales de la zona, quienes tuvieron que buscar empleo en la capital del estado o emigraron a Quintana Roo u otras partes, pues las medidas correctoras estatales para brindarles alternativas de trabajo no sólo no fueron efectivas, sino que se llegaron a generar fricciones entre los ejidatarios y el gobierno por el tema de los subsidios.

 El colapso de la actividad henequenera vino a

significar la modificación de las relaciones entre la población rural y urbana de la región, que tradicionalmente habían llevado caminos separados en lo social y laboral, pero relacionados en lo económico (Baños, 1993). Más recientemente, se han ido sumando otros factores que han reforzado la metropolización de la región de diversas

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formas; entre ellos destacan: la aparición de la industria maquiladora de exportación en otros municipios cercanos a la capital, la modernización de las vías terrestres de comunicación, el crecimiento hegemónico del sector terciario de la economía y la globalización (Bolio, 2004). A esto agregamos las ampliaciones tanto en la década de 1980 como 1990 del muelle fiscal en Progreso. 

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La Zona Metropolitana de la Ciudad de Mérida (ZMCM)

La extensión de la ZMCM (aunque bajo el erróneo concepto de zona conurbada[1]) ha sido delimitada por el Ayuntamiento de Mérida (2001) como la región comprendida por los municipios de Mérida, Kanasín, Conkal, Ucú, Umán, Tixpéhual y Progreso, pues estos municipios en torno a la capital reportaron la mayor concentración de población residente en el estado en el año 2000, con el 51.7% (857,557 hab.) del total estatal. Sin embargo, esta propuesta de delimitación de la ZMCM no es la única, habiendo al menos otras dos. Una desarrollada por Baños (1993), quien estima que ésta se extiende hasta un radio de 50 km desde la ciudad Mérida, es decir, que cubre la antigua zona henequenera, con el argumento de que esta región conforma funcionalmente el amplio y disperso territorio residencial y de actividad comercial de la ciudad capital, aunque no de manera homogénea. Y la otra, desarrollada en 2004 de manera conjunta por la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), el Consejo Nacional de Población (CONAPO) y el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI), que conceptualiza a la ZMCM como el territorio comprendido por los municipios de Conkal, Kanasín, Mérida, Ucú y Umán. Esta última delimitación tiene dos deficiencias: 1) la ausencia del municipio de Progreso, que es fundamental para explicar el funcionamiento de Mérida, sobre todo, en la actual etapa

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de globalización; y 2) la inclusión del municipio de Ucú, el cual apenas contaba con una población total de 2,909 habitantes en el año 2000.

 El hecho de que existan tres propuestas de

delimitación no debe sorprendernos, pues, como ya referimos citando a López (2003), “el análisis de recientes delimitaciones metropolitanas utilizadas en México... revela, en general, que cada una obedece a fines específicos”. Lo mismo sucede a nivel internacional, pues no existe un único criterio para delimitar zonas metropolitanas.

 En este trabajo, se define la ZMCM como el territorio

comprendido por los municipios de Conkal, Kanasín, Mérida, Progreso y Umán; lo cual no niega la evidente relación funcional entre la ciudad de Mérida y otros municipios cercanos, pero aquí consideramos la ZMCM como el territorio comprendido por los 5 municipios señalados, debido a que es en éstos donde se han registrado los cambios demográficos, económicos y urbanísticos más significativos del estado de Yucatán en los últimos 25 años. Para la delimitación de la ZMCM (ver figura 1) se aplicaron los siguientes criterios: 

1.      El crecimiento y la densidad poblacional a nivel de las unidades político administrativas.

2.      La presencia de corredores urbanos y sub-centros urbanos, ya sean especializados y/o dormitorio. A este respecto, Aguilar y Ward (2003) utilizan el criterio de población mínima de 10,000 hab. para considerar a una localidad como sub-centro, sin embargo, no hay que olvidar que su objeto de estudio, la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, representa una escala totalmente distinta a la ZMCM (18 veces más pequeña). Una alternativa es utilizar el criterio del INEGI, el cual considera a una localidad como urbana si cuenta

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con una población = > a 2,500 hab. 

3.      La presencia de infraestructura vial moderna y eficiente, así como el mejoramiento de los servicios urbanos, en particular, el agua entubada.

 4.      La existencia del fenómeno de cambios de usos

del suelo al pasar de usos rurales a urbanos. 

5.      Cambios en la composición sectorial de la población económicamente activa a nivel municipal y de los sub-centros urbanos de la zona, en particular, el incremento de las actividades terciarias y secundarias sobre las primarias.

 6.      La distancia entre las cabeceras municipales y la

ciudad de Mérida. 

La ZMCM tiene una estructura (ver figura 1) que se explica a partir de sus características demográficas, económicas y urbanísticas (las cuales se revisan más adelante). Esta estructura es: 

1.      Municipio central: Mérida.2.      Municipios conurbados: Kanasín y Umán.3.      Municipio portuario: Progreso.4.      Municipio periférico: Conkal.

 

 Figura 1

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Cambios demográficos recientes en la ZMCM

Considerando que la ciudad de Mérida ha sido

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tradicionalmente, y por mucho, el asentamiento poblacional más grande del estado de Yucatán e incluso de la península del mismo nombre, y tomando como referencia su crecimiento demográfico de 1950 a 1960, cuando su población pasó de 142,858 a 170,834 hab., con una tasa de crecimiento anual de 1.8; así como de 1960 a 1970, cuando su población alcanzó los 212,097 hab., con una tasa de crecimiento anual de 2.19 (Baños, 1993), se puede apreciar que su tendencia de crecimiento y por ende la de la actual ZMCM se había mantenido estable. En los siguientes diez años, el municipio de Mérida alcanzó el crecimiento más alto de su historia, llegando a los 424,529 hab., con una tasa de crecimiento anual de 5.78. A nivel ZMCM se reportó un crecimiento similar, pasando de 263,316 hab. en 1970 a 479,101 hab. en 1980, lo que representó una tasa de crecimiento anual de 5.36 (ver tabla 1).

 Como se puede apreciar en las tablas 1 y 2, el

crecimiento poblacional en la región no fue homogéneo, aunque el Municipio de Mérida siguió siendo el mayor en número de habitantes de la ZMCM. Muy por debajo de éste, le siguieron en orden descendente: Progreso con el 6.30%, aunque perdió un 1.81% de su representatividad respecto a 1970; Umán con el 3.61%; y Kanasín con el 1.48%. Conkal no se consideró para este año por no tener una carga poblacional significativa en relación a la dinámica de crecimiento urbano general. Esta redistribución de la población con destino a la ciudad de Mérida es explicada, en parte, por la crisis que se experimentaba en el campo, la cual expulsó población a la capital y a otras regiones en la búsqueda de un trabajo urbano asalariado.

 Tabla 1

  Tabla 2

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 Entre los años 1980 y 1990, la ZMCM siguió

aumentando su población de manera más lenta hasta llegar a 664,882 hab., lo que representó una tasa de crecimiento de 3.21 (ver tabla 1). Sin embargo, la tabla 2 muestra que la redistribución de la población en la región cambia de tendencia respecto a la década pasada, pues los municipios de Umán y Kanasín incrementaron su participación demográfica, mientras Conkal y Progreso la disminuyeron. A pesar de que el Municipio de Mérida pierde participación, esta situación es poco significativa, pues sigue siendo el más grande de la ZMCM con el 83.75% de la población, además de que ya experimentaba el fenómeno de la conurbación con los municipios de Umán y Kanasín; fenómeno que se incrementó entre otros aspectos por el surgimiento de asentamientos irregulares (sobre todo en la zona de Kanasín) de personas que provenían en su mayoría del interior del estado. Esta migración continúa siendo impulsada en parte por la búsqueda de nuevas estrategias de supervivencia de la población rural, la cual perdió definitivamente los subsidios gubernamentales que funcionaban como paliativos ante la agonía de la actividad henequenera. 

En el paso de la década de 1990 a 2000, el ritmo de crecimiento de la ZMCM siguió desacelerándose al pasar a una tasa de crecimiento medio anual de 2.48, que representa menos de la mitad que experimentó entre 1970 y 1980 (ver tabla 1). A pesar de esta desaceleración, la ZMCM alcanza 849,808 hab. en el censo del año 2000. Al analizar para el año 2000 los factores de cambio total por separado de los cinco municipios integrantes de la ZMCM (ver tabla 2), se puede apreciar que, a pesar de su crecimiento, los municipios de Mérida, Progreso y Conkal mantienen un comportamiento similar con ligeras variaciones al de la década anterior. Por su parte, aunque siguen ganando población, los municipios de Umán y

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Kanasín desaceleran considerablemente su crecimiento. 

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Cambios económicos recientes en la ZMCM

La ZMCM ha sido la más importante en términos de fuerza laboral desde hace muchas décadas. En 1970 la población total ocupada de esta región representó el 38% del total del estado, y en la actualidad llega al 55%. No obstante, esta concentración de población ha experimentado fuertes presiones y cambios, pues, como ya vimos, el final del colapso de la industria henequenera generó profundos cambios en la región, siendo los más significativos los ocurridos en la esfera de la economía, como queda de manifiesto en la tabla 3. En 1970 el esquema económico de la región seguía el mismo comportamiento de las décadas anteriores, siendo tres de los cinco municipios totalmente rurales, mientras Progreso tenía un significativo porcentaje de población empleada en labores pesqueras. En otras palabras, en 1970 sólo se pudo considerar como urbano el Municipio de Mérida, y en particular su ciudad capital. Treinta años después, los cinco municipios de la ZMCM son eminentemente urbanos, con apenas el 3% de su población ocupada en actividades del sector primario.

 Tabla 3

 

Los cambios en la economía de la ZMCM se han acentuado en un punto específico del territorio, aunque es innegable que también se ha generado una dispersión de las actividades productivas y de la fuerza laboral. La figura 2 nos muestra que en 30 años, las cinco localidades más importantes de cada uno de los municipios que forman la actual ZMCM han experimentado importantes cambios: Mérida centrada en las actividades terciarias (57% y 71%

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en 1970 y 2000 respectivamente); y Progreso con un importante sector de su población dedicada a actividades pesqueras (28% y 17% en 1970 y 2000 respectivamente).

 Las dos localidades que han experimentado los

cambios más radicales en el comportamiento de su población ocupada son Kanasín y Umán, debido a su conurbación con la ciudad de Mérida. Kanasín pasó de tener el 80% de su población ocupada en el sector primario en 1970 a sólo el 5% en el 2000; mientras que Umán pasó de un 78% a apenas un 7% respectivamente. En estas dos localidades el cambio fue redireccionado a las actividades secundarias y terciarias. La ciudad de Conkal también experimentó cambios similares a los de Kanasín y Umán, pero sigue manteniendo un 12% de población ocupada en actividades agrícolas.

Figura 2

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Cambios urbanísticos recientes en la ZMCM

Los cambios demográficos y económicos mencionados en los apartados anteriores se han plasmado físicamente en las transformaciones del paisaje que se vuelve eminentemente urbano en la región, con contrastes de concentración y dispersión de población y servicios urbanos, entre otros. La aparición del fenómeno de conurbación entre diversas localidades, de manera más significativa entre Kanasín, Mérida y Umán, ha generado problemas jurisdiccionales y de falta de infraestructura. También se ha consolidado un esquema poli-céntrico de ocupación del territorio, en el cual se han afirmado las localidades de Kanasín, Umán, Progreso y Conkal como sub-centros urbanos, que en conjunto conforman una red

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de ciudades. Hoy son evidentes los corredores urbanos que se proyectan de manera radio-céntrica desde la ciudad de Mérida en todas las direcciones; los más importantes son Mérida-Progreso, Mérida-Umán y Mérida-Xmatkuil.

             A lo largo de los últimos 25 años han aparecido nuevas modalidades de ocupación habitacional en la zona como son: 1) Centros de población construidos como enclaves habitacionales cerrados para la población de estratos económicos altos; un ejemplo es el fraccionamiento La Ceiba; y 2) Nuevos fraccionamientos habitacionales que son prácticamente pequeños poblados, totalmente separados de las manchas urbanas; un ejemplo es el fraccionamiento Campestre Flamboyanes en el corredor urbano Mérida-Progreso. En sólo 30 años, la mancha urbana de la ciudad de Mérida duplicó el tamaño que tenía hasta 1970. Según cálculos del INEGI, en el año 2000 la ZMCM cubría una superficie de 159.6 km2. En lo que respecta a la oferta de vivienda en la ZMCM, la población de menores ingresos tiene problemas de acceso a ella, lo que ha hecho que en algunas zonas permanezca el problema de la autoconstrucción con materiales precarios o de desecho. Al igual que muchas ciudades alrededor del mundo, la ciudad emergente de Mérida constituye la expresión de una sociedad organizada según un modelo estructurado sobre la base de nodos y redes. 

El uso residencial se ha desplazado del centro a la periferia y se ha deteriorado la infraestructura del centro, al tiempo que cada vez es más costoso dotar de servicios a las nuevas zonas habitacionales, las cuales normalmente son de baja densidad de población, además de que no siempre están anexadas de manera continua a la mancha urbana de la ciudad. Esta expansión urbana de la ZMCM ha sido posible en buena medida por la presencia de infraestructura de comunicaciones, el uso masivo del transporte urbano (tanto público como privado), así como la

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inmigración de población del interior del estado y otras zonas del país producto de la crisis económica, entre otros motivos. Otros fenómenos que se dieron en la década de 1980 fueron la intensificación de la actividad inmobiliaria (construcción de vivienda y venta de terrenos) y la aparición de asentamientos irregulares.

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La Aglomeración Urbana de la Ciudad de Mérida (AUCM)

Pese a que el proceso de urbanización está presente en toda la ZMCM, éste no se ha desarrollado de manera homogénea y, por ende, no se puede considerar a todas las localidades de estos municipios (386 en total, en el año 2000) como parte de la Aglomeración Urbana de la Ciudad de Mérida (AUCM). Sin negar la relación funcional e influencia que la ciudad de Mérida ejerce sobre todas las localidades de la ZMCM, así como de otras más distantes, sólo el 4% de las localidades de la ZMCM (mencionadas en la tabla 4) se pueden considerar parte de la AUCM. Tabla 4

 

Las localidades identificadas como la AUCM conforman una constelación de asentamientos urbanos con características urbanísticas, económicas y demográficas determinadas. Dentro de los aspectos demográficos, una de las razones que le confieren a estas localidades su calidad de AU es el hecho de que en ellas habitaba el 96% de la población de la ZMCM en el año 2000, y el 49% de todo el estado. Otros aspectos considerados para definir las localidades de la AUCM, en su mayoría recomendados por UN-HABITAT (2004), fueron: 

1.      Estar dentro de la ZMCM.

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2.      Densidad mínima de población => a 847 hab/km2.3.      Tamaño mínimo de población => a 2,500 hab.4.      Tamaño mínimo de la zona urbana => a 20 ha. (20

cuadras de 100 x 100 m o 200,000 m2 o 0.20 km2).5.      Estar a una distancia de no más de 2 km entre

una localidad y otra o contar con buena accesibilidad e infraestructura vial mejorada.

6.      Tener una relación funcional en cuanto a empleo y servicios entre la localidad y las partes que conforman la AU, y buenos medios y sistemas de comunicación y transporte.

7.      El comportamiento de su PEA. 

La conformación de la actual AUCM ha sido un proceso paralelo y consecuente a la consolidación de la ZMCM como la conocemos hoy. Sin embargo, es importante mencionar que este no ha sido un proceso homogéneo ni continuo, pues a lo largo de este tiempo se han ido modificando constantemente las condiciones que favorecen su desarrollo.

 La ciudad de Mérida, entre las décadas de 1970 y

1980, agotó sus posibilidades de desarrollo urbano con el tamaño y estructura urbana que poseía en ese momento. En esa época se construye el Parque Industrial Felipe Carrillo Puerto, que a la postre se convertiría en el corredor industrial Mérida-Umán, mejor conocido como la Ciudad Industrial. Aunado a este factor, la crisis económica, la falta de trabajo bien remunerado y la ausencia de mecanismos adecuados de adquisición de vivienda para familias de escasos recursos, generaron la ocupación ilegal de terrenos cercanos a la ciudad, pero sin urbanización, y cuya jurisdicción, junto con partes de la Ciudad Industrial, ha estado en disputa por parte de los municipios de Mérida y Umán desde entonces. Algunas de estas colonias conocidas como la Zona de Traslape Mérida-Umán, son en la actualidad las zonas más deprimidas de la ciudad y en

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algunos sentidos de la AUCM. Con el paso del tiempo, aparecieron fraccionamientos de interés social en la zona, como es el caso de Itzincab que se construyó junto al asentamiento humano de la antigua hacienda henequenera del mismo nombre.

Con todo, la problemática del crecimiento urbano a través de la ocupación de terrenos irregulares y la construcción de fraccionamientos, no es exclusiva de la zona de conurbación con Umán. En la zona de Kanasín, donde también se asientan sectores de bajos ingresos de la ciudad, se dio un fenómeno similar al de Umán entre las décadas de 1980 y 1990, el cual dio paso a la posterior conurbación de las dos localidades. Desde entonces, en esta zona existen muchas deficiencias en la prestación de servicios públicos urbanos, pues las dos municipalidades no han arreglado sus discrepancias de jurisdicción.

 Las demás localidades de la AUCM que se

encuentran despegadas de la ciudad de Mérida tienen una fuerte relación con ésta, pues en ella se generan la mayoría de los ingresos económicos de gran parte de sus pobladores. En la actualidad, éstos se dedican principalmente a las actividades terciarias y secundarias (como obreros en las industrias de la zona o como trabajadores de la construcción). Es decir, la población ocupada de las restantes localidades de la AUCM tiene un comportamiento similar al de la población de las cinco localidades mencionadas en la figura 2.

 El papel que juega la localidad de Progreso en la

AUCM es particular, pues además de ser actualmente el lugar de trabajo de muchas personas, y la puerta de entrada y salida de muchas de las mercancías y productos que se consumen o manufacturan en la región, ha sido tradicionalmente el sitio de veraneo de las familias de la ciudad de Mérida y en general de la región.

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 Existe una gran cantidad de asentamientos

suburbanos, que a pesar de no ser contabilizados por los censos como parte de las localidades de la AUCM, están sujetos tanto a la dinámica de relación funcional de su economía con la ciudad de Mérida, como también a cambios de uso del suelo o conurbación con la mancha urbana por las ventajas que les confiere su ubicación. En este sentido, la misma dinámica de formación de la AUCM, ayuda a su propia consolidación. 

A partir de sus características demográficas, económicas y urbanísticas, la AUCM está estructurada de la siguiente manera (ver figura 3):

 1.      Ciudad central: Mérida.2.      Zona conurbada: Caucel, Cholul, Itzincab,

Kanasín, Umán, Zona de Traslape Mérida-Umán.

3.      Ciudad portuaria: Progreso.4.      Zona no conurbada: Conkal, Chablekal,

Komchén, San José Tzal. 

De manera adicional se identificó como “zona rural” al resto de los asentamientos de la ZMCM, los cuales, a pesar de no cumplir con todas las características de la definición de la AUCM, mantienen una relación funcional con la ciudad de Mérida. Figura 3

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Bibliografía

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[1] Una zona conurbada se genera cuando una ciudad, al crecer, anexa localidades que eran físicamente independientes, con lo cual forma un área urbana mayor que la original (Ducci, 2001:45).