POLÍTICA MORAL

George Lakoff.Lingüista Cognitivo, UC Berkeley

En mi libro, Política moral: cómo piensan los liberales y los conservadores,

señalé que la política conservadora y liberal se basa en dos sistemas

morales opuestos derivados de modelos de familia opuestos: una familia de

padre estricto en el caso de los conservadores y una familia parental

nutricia(o que nutre) en el caso de los liberales1. Estas son las diferencias

básicas (en una versión excesivamente abreviada):

La familia de padre estricto

Se supone que el mundo es peligroso y que los niños son naturalmente

malos y tienen que volverse buenos. La tarea del padre es proteger y

mantener a la familia. Él es la autoridad moral, y sus hijos deben respetarlo

y obedecerlo, y hablar cuando se les habla. Su deber moral es enseñarle a

sus hijos lo que es bueno y lo que es malo (hay reglas que hacen clara la

distinción) castigándolos físicamente cuando obran mal, suponiendo que la

disciplina física en la infancia desarrollará la disciplina interna que los

adultos necesitan para ser personas morales y tener éxito. Esto se llama

“amor severo”. La tarea del hijo es obedecer. El castigo es necesario para

balancear los códigos morales; sólo funciona el castigo. Los niños se

vuelven autosuficientes a través de la disciplina y la búsqueda del interés

propio. La competencia es necesaria para un mundo moral; sin ella, las

personas no podrían desarrollar la disciplina y no se convertirían en seres

1 Lakoff, G. Moral Politics: How Liberals and Conservatives Think, 2nd ed., Chicago, University of Chicago Press, 2002.

morales. El éxito en el mundo es un indicador de suficiente fortaleza moral;

la falta de éxito sugiere una falta de suficiente disciplina. Cuando los niños

son maduros, deben ser capaces de actuar por sí mismos, y los padres no

deben entrometerse en su vida. Los que no tienen éxito no deberían ser

mimados, sino que deberían ser obligados a ser más disciplinados por sí

mismos.

Política conservadora

Cuando se traduce a la política, el gobierno se convierte en el padre

estricto cuya tarea es mantener (maximizar la riqueza) y proteger

(maximizar la fuerza militar). Los ciudadanos son de dos clases: hijos

maduros, disciplinados y autosuficientes, con los que no hay que

entrometerse; e hijos quejumbrosos, indisciplinados y dependientes, que

nunca deben ser mimados Esto implica (entre otras cosas) favorecer a los

que controlan el poder y la riqueza corporativa, a quienes se consideran

mejores personas, frente a los que son víctimas, a quienes se consideran

moralmente débiles. También favorece la supresión de las

reglamentaciones del gobierno, que son impedimentos para quienes son

disciplinados y buscan su interés propio para volverse autosuficientes. La

naturaleza se considera como un recurso que se debe explotar. La

comunicación en una sola dirección se traduce en secretismo

gubernamental. El valor moral superior de la moralidad estricta es

preservar y extender el dominio de la moralidad estricta en sí misma, lo

cual se traduce en la imposición de los valores de la moralidad paterna

estricta en todos los aspectos de la vida, tanto públicos como privados.

La familia parental nutricia(que nutre)

Se supone que el mundo debe ser un lugar formativo y que los niños nacen

buenos, y que se deben mantener de ese modo. Ambos padres son

igualmente responsables de dirigir el hogar y criar a los hijos. Su tarea es

criar a sus hijos y educarlos para que sean nutricios. Para ser nutricios se

tiene que ser (1) empático y (2) responsable (con uno mismo y con los

demás). La responsabilidad implica competencia, educación, trabajo duro,

protección y conexión social. La empatía requiere (a) justicia, (b)

comunicación abierta en ambas direcciones, (c) una vida feliz y

satisfactoria (es menos probable que las personas infelices deseen que las

demás sean felices) y (d) restitución en vez de retribución para balancear

los códigos morales. La responsabilidad social requiere cooperación más

que competencia, y construcción de comunidad. En vez de reglas

específicas estrictas, hay una ética general de cuidado que dice “Ayuda, no

hagas daño”. Ser de buen carácter es ser empático y responsable.

La política progresista

En política progresista, esto se traduce en una moral basada en la empatía

y la responsabilidad; responsabilidad por uno mismo y responsabilidad

social. La tarea del gobierno es cuidar y proteger a la población,

especialmente a los desvalidos, para promover el bienestar de todos y

garantizar la justicia. Debe haber apertura en el gobierno. La naturaleza se

considera una fuente de educación que se debe respetar y conservar. La

empatía y la responsabilidad deben ser promovidas en todos los campos de

la vida, públicos y privados.

En general, los conservadores son más conscientes que los liberales acerca

de cuáles son sus puntos de vista morales y cómo se relacionan con su

política. Hoy los liberales tienden a ser incapaces de expresar claramente

sus opiniones morales o de traducirlos eficazmente en políticas.