las casas.torre.

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Ruta de los Castillos, Casas Torre, Caseríos y Mitos L a torre bizkaina tiene su forma peculiar; a veces, modesta si la comparamos con construcciones militares de otros lugares. Se aleja de la grandiosidad de los castillos clásicos castellanos porque su función fue distinta; mientras que aquellos eran fortalezas de carácter ofensivo-defensivo contra pueblos enemigos, la torre vasca era la vivienda de los Parientes Mayores, jefes de un linaje o bando, que defendían su pequeño territorio del bando opuesto. La torre vasca se halla más emparentada, en su origen, con el primitivo Donjón francés o el Keep inglés que con el castillo español. El parecido se difuminará cuando, en el siglo XIV, cons- trucciones francas e inglesas adoptaron su definitiva y característica forma circular. Pero, en torno al XI, fueron de madera y cuadrilongas, pasando en los siglos XII y XIII a construirse en piedra, manteniendo aún su planta cuadrada. Se trata de la misma evolución que podemos suponer para la torre vasca. La distribución de la torre vasca también se asemeja, en líneas generales, a la del Donjón y el Keep. Estaba compuesta por la planta baja, en la que se encontraban las caballerizas, cuadras, armería, etc. La primera planta, destinada a dormitorios y habitaciones; desde ella se accedía a las superiores. La segunda planta, donde hacía vida el señor y su familia y donde se encontraba también la sala de reuniones. La última planta está constituida por almenas y matacanes. En la torre vasca es común la existencia de dos accesos: uno para la planta baja y otro para la primera, a la que se llega por medio de un patín o escalera exterior, defendida por matacanes o ladroneras. De porte similar a la torre vasca son las torres que se extienden por todo el Norte peninsular. La diferencia entre aquella y éstas radica, más que en la forma externa, en la definición de sus moradores y en la relación de éstos con sus vecinos. En el caso vasco, son jefes de linaje con los que sus circundantes tienen relación de parentesco; en el otro, son señores feudales a quienes se paga tributo o "pecho" y con los que mantienen una relación de vasallaje. La torre vasca primitiva fue un edificio netamente militar, situado en lugares estratégicos como altozanos, cruces de caminos, proximidades e interior de las villas o junto a ferrerías o molinos que representaban los medios de producción y de rentas con que contaba su dueño. Al lado de la torre se levantaba una casa llana principal y otras secundarias. La principal era la residencia del heredero del solar, desde que éste contraía matrimonio hasta que pasaba a ocupar la torre a la muerte de sus padres. Las casas secundarias eran habitadas por allegados o criados. El conjunto de éstos edificios, a los que solía añadirse la ferrería o el molino, se denominan "jauregia" , "lugar o casa del señor”. Ninguna de aquellas torres ha llegado hasta nuestros días sin haber sufrido numerosas transformaciones que han desvirtuado, totalmente, su origen guerrero. Los primeros cambios se efectuaron ya en tiempos del rey Enrique IV, pero fueron especialmente notables desde el reinado de los Reyes Católicos en adelante. Según el uso al que se destinarían en el futuro, las reformas efectuadas en las torres tendieron a dotarlas bien de un talante palaciego, bien de un estilo agrícola o, también, de una mezcla de ambos. De ahí que, a veces, las torres vascas parezcan en parte fortaleza, en parte palacio y en parte casa agrícola. Un número considerable de las que aún se mantienen en pie fueron levantadas muy tardíamente, en los siglos XVI y XVII. Muchas personas que se enriquecieron en aquellos años mandaron construir sus casas siguiendo el modelo de las antiguas torres; excluida en aquel tiempo toda necesidad militar, sus propietarios trataban con ellas de imitar o copiar la aureola que daban de "nobleza antigua", buscando más la apariencia externa que una vivienda apropiada a unas necesidades. La torre clásica fue vivienda del Pariente Mayor, a quien no existía la obligación de tributar, y a quien se allegaban varios vecinos unidos por lazos de parentesco (lazos de sangre). Normalmente, la torre es el solar del que derivan todos ellos, origen del clan y al que todos se reconocen ligados. El dueño de la torre es el "mayor", aquel en quien el solar ha recaído en herencia generación tras generación, en forma de mayorazgo. También recae en él la obligación de proteger a los partidarios -allegados- que le reconocen como tal Pariente Mayor. Esto se simbolizaba en las torres antiguas, manteniendo en lo más alto de ellas los siguientes elementos: una caldera, un cuerno que servía para llamar al clan y el pendón familiar. Con ellos describía Pedro de Loredo, en el siglo XVI, cómo fue, en el pasado, su torre familiar en Abanto. Entre las excepciones, se encuentran algunas torres repartidas por casi todo el territorio, que pertenecieron a auténticos señores feudales. Las más significativas fueron las dependientes de las casas de Aiala y de los condes de Oñate, Uda/Treviño y Haro, enclavadas en lugares en los que contaban con vasallos y pecheros sobre los que ejercían evidente poder feudal. Existieron otras torres pertenecientes a Parientes Mayores que detentaban un poder semi-feudal, aunque no pueden, por diversos motivos, llegar a considerarse "señores feudales". Entre ellas mencionamos las torres pertenecientes a las casas tenidas como cabecillas de los dos principales bandos en que se hallaba dividida la sociedad vasca medieval: la casa de Abendaño, al frente de los gamboinos, y las de Salazar-Muñatones y Butrón-Múxica, al frente de los oñacinos. Como es lógico, sus torres sobresalían por su grandiosidad de las del resto de sus convecinos. Con todo, el grueso de las torres vascas está compuesto por edificios menores, que se hallan diseminados por todo el país. Al término del siglo XV y comienzos del XVI, acabaron las guerras de banderías que habían asolado toda Euskal Herría. La pacificación del territorio hizo evolucionar el prototipo de Pariente Mayor, creando una nueva figura: dejaban atrás al guerrero para dedicar sus esfuerzos principalmente al comercio. Nacía un personaje "moderno" , fruto de la "Edad Moderna", que participará en los acontecimientos más importantes de la Europa de los siglos XVI a XVIII. Seguirá definiéndose a sí mismo como "señor de la casa y solar tal o cual"; incluso sumará entre sus títulos el de ser "cabeza del linaje de su apellido o apellidos". Pero pronto dejará de ser una referencia parental, excepto para los estric- tamente inmediatos. Los beneficios que aportaban a los mayorazgos las ferrerías, molinos, caseríos arrendados, tierras, censos, etc. transfor- maron a los señores de las torres en acomodados industriales, que fueron cambiando su torre residencial por palacios en las villas o hicieron modificar la torre hasta convertirla en un palacio campestre siguiendo, en ambos casos, modelos importados. Las Casas Torre Características generales 6

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Características generales Ruta de los Castillos, Casas Torre, Caseríos y Mitos 6 Bermeo. Torre de Ertzilla Erandio. Asua. Torresarre. Ruta de los Castillos, Casas Torre, Caseríos y Mitos Etxebarri. Torre Manozka. Karrantza. Torre de San Esteban. 7

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Ruta de los Castillos, Casas Torre, Caseríos y Mitos

La torre bizkaina tiene su formapeculiar; a veces, modesta si lacomparamos con construccionesmilitares de otros lugares. Se aleja de

la grandiosidad de los castillos clásicoscastellanos porque su función fue distinta;mientras que aquellos eran fortalezas decarácter ofensivo-defensivo contra pueblosenemigos, la torre vasca era la vivienda delos Parientes Mayores, jefes de un linaje obando, que defendían su pequeñoterritorio del bando opuesto.

La torre vasca se halla másemparentada, en su origen, con elprimitivo Donjón francés o el Keep inglésque con el castillo español. El parecido sedifuminará cuando, en el siglo XIV, cons-trucciones francas e inglesas adoptaron sudefinitiva y característica forma circular.Pero, en torno al XI, fueron de madera ycuadrilongas, pasando en los siglos XII yXIII a construirse en piedra, manteniendoaún su planta cuadrada. Se trata de lamisma evolución que podemos suponerpara la torre vasca.

La distribución de la torre vascatambién se asemeja, en líneas generales, ala del Donjón y el Keep. Estaba compuestapor la planta baja, en la que seencontraban las caballerizas, cuadras,armería, etc. La primera planta, destinada adormitorios y habitaciones; desde ella seaccedía a las superiores. La segundaplanta, donde hacía vida el señor y sufamilia y donde se encontraba también lasala de reuniones. La última planta estáconstituida por almenas y matacanes.

En la torre vasca es común la existenciade dos accesos: uno para la planta baja yotro para la primera, a la que se llega pormedio de un patín o escalera exterior,defendida por matacanes o ladroneras.

De porte similar a la torre vasca son lastorres que se extienden por todo el Nortepeninsular. La diferencia entre aquella yéstas radica, más que en la forma externa,en la definición de sus moradores y en larelación de éstos con sus vecinos. En elcaso vasco, son jefes de linaje con los quesus circundantes tienen relación deparentesco; en el otro, son señoresfeudales a quienes se paga tributo o"pecho" y con los que mantienen unarelación de vasallaje.

La torre vasca primitiva fue un edificionetamente militar, situado en lugaresestratégicos como altozanos, cruces decaminos, proximidades e interior de lasvillas o junto a ferrerías o molinos querepresentaban los medios de producción yde rentas con que contaba su dueño.

Al lado de la torre se levantaba una casa

llana principal y otras secundarias. Laprincipal era la residencia del heredero delsolar, desde que éste contraía matrimoniohasta que pasaba a ocupar la torre a lamuerte de sus padres. Las casassecundarias eran habitadas por allegados ocriados. El conjunto de éstos edificios, a losque solía añadirse la ferrería o el molino,se denominan "jauregia" , "lugar o casa delseñor”.

Ninguna de aquellas torres ha llegadohasta nuestros días sin haber sufridonumerosas transformaciones que handesvirtuado, totalmente, su origenguerrero. Los primeros cambios seefectuaron ya en tiempos del rey EnriqueIV, pero fueron especialmente notablesdesde el reinado de los Reyes Católicos enadelante.

Según el uso al que se destinarían en elfuturo, las reformas efectuadas en las torrestendieron a dotarlas bien de un talantepalaciego, bien de un estilo agrícola o,también, de una mezcla de ambos. De ahíque, a veces, las torres vascas parezcan enparte fortaleza, en parte palacio y en partecasa agrícola.

Un número considerable de las que aúnse mantienen en pie fueron levantadasmuy tardíamente, en los siglos XVI y XVII.Muchas personas que se enriquecieron enaquellos años mandaron construir suscasas siguiendo el modelo de las antiguastorres; excluida en aquel tiempo todanecesidad militar, sus propietarios tratabancon ellas de imitar o copiar la aureola quedaban de "nobleza antigua", buscandomás la apariencia externa que unavivienda apropiada a unas necesidades.

La torre clásica fue vivienda delPariente Mayor, a quien no existía laobligación de tributar, y a quien seallegaban varios vecinos unidos por lazosde parentesco (lazos de sangre).Normalmente, la torre es el solar del quederivan todos ellos, origen del clan y alque todos se reconocen ligados. El dueñode la torre es el "mayor", aquel en quien elsolar ha recaído en herencia generacióntras generación, en forma de mayorazgo.También recae en él la obligación deproteger a los partidarios -allegados- que lereconocen como tal Pariente Mayor. Estose simbolizaba en las torres antiguas,manteniendo en lo más alto de ellas lossiguientes elementos: una caldera, uncuerno que servía para llamar al clan y elpendón familiar. Con ellos describía Pedrode Loredo, en el siglo XVI, cómo fue, en elpasado, su torre familiar en Abanto.

Entre las excepciones, se encuentranalgunas torres repartidas por casi todo elterritorio, que pertenecieron a auténticos

señores feudales. Las más significativasfueron las dependientes de las casas deAiala y de los condes de Oñate,Uda/Treviño y Haro, enclavadas en lugaresen los que contaban con vasallos ypecheros sobre los que ejercían evidentepoder feudal.

Existieron otras torres pertenecientes aParientes Mayores que detentaban unpoder semi-feudal, aunque no pueden, pordiversos motivos, llegar a considerarse"señores feudales". Entre ellasmencionamos las torres pertenecientes alas casas tenidas como cabecillas de losdos principales bandos en que se hallabadividida la sociedad vasca medieval: lacasa de Abendaño, al frente de losgamboinos, y las de Salazar-Muñatones yButrón-Múxica, al frente de los oñacinos.

Como es lógico, sus torres sobresalíanpor su grandiosidad de las del resto de susconvecinos.

Con todo, el grueso de las torres vascasestá compuesto por edificios menores, quese hallan diseminados por todo el país.

Al término del siglo XV y comienzos delXVI, acabaron las guerras de banderías quehabían asolado toda Euskal Herría. Lapacificación del territorio hizo evolucionarel prototipo de Pariente Mayor, creandouna nueva figura: dejaban atrás al guerreropara dedicar sus esfuerzos principalmenteal comercio. Nacía un personaje"moderno" , fruto de la "Edad Moderna",que participará en los acontecimientosmás importantes de la Europa de los siglosXVI a XVIII. Seguirá definiéndose a símismo como "señor de la casa y solar tal ocual"; incluso sumará entre sus títulos el deser "cabeza del linaje de su apellido oapellidos". Pero pronto dejará de ser unareferencia parental, excepto para los estric-tamente inmediatos.

Los beneficios que aportaban a losmayorazgos las ferrerías, molinos, caseríosarrendados, tierras, censos, etc. transfor-maron a los señores de las torres enacomodados industriales, que fueroncambiando su torre residencial porpalacios en las villas o hicieron modificarla torre hasta convertirla en un palaciocampestre siguiendo, en ambos casos,modelos importados.

Las Casas TorreCaracterísticas generales

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La existencia de tantas casas-torre enEuskal Herria solo puede explicarse porlas guerras banderizas en las queparticiparon sus moradores, y en lanecesidad de defensa de estos.

Durante muchos siglos, los clanesvascos estuvieron divididos en dosgrandes bandos; el oñacino y elgamboino, cuyas continuas guerrastenían dividido el País y habían sembradoel pánico entre los campesinos.

¿A qué fue debida esta situación?.Lope García de Salazar, uno de aquellosbanderizos, escribió en el siglo XV unconjunto de libros a los que tituló "LasBienandanzas e Fortunas" en los querelata numerosos episodios relacionadoscon las banderías. Este autor,seguramente recogiendo la tradiciónpopular, remonta el origen al tiempo enque Araba y Gipuzkoa eran del Reino deNafarroa, cuando la tierra se gobernabapor "Hermandades", y relata quehabiéndose juntado éstas Hermandadescomo todos los años, el primero deMayo, para hacer sus cofradías, debieronrealizar el rito de llevar grandes candelasde cera, de 100 o 150 kilos de peso, aciertas iglesias. Surgió una discusiónporque unos querían llevarlas a hombrosy otros a pie, bajo mano. El alboroto fue

a más, convirtiéndose en tumulto; losprimeros, gritando que a hombros, "quedecían en vascuence gamboa que quieredecir por lo alto" y los otros "decían envascuence oñas, que quiere decir a pie".Tanto porfiaron los unos y los otros quellegaron a pelear, muriendo mucha gentede unos y otros.

Para Julio Caro Baroja "es probable quela división quedara condicionada por laenemistad de dos grandes linajes en suorigen. Uno el de los Mendoza que, en unaépoca en que el condado de Álava andabarevuelto, parecen haberse inclinado haciaCastilla, y el otro el de los Guevara, que seinclinaban más hacia Navarra".

La adhesión a bandos fue tardía enBizkaia y tuvo lugar cuando los Butrón ylos Abendaño se definieron comooñacinos y gamboinos, respectivamente.Tal vez debido a la tardanza, semantuvieron las luchas aquí durante mástiempo que en el resto de Euskal Herria.

En el XV, los campesinos y lasHermandades, temorosos de laspendencias y desmanes de los ParientesMayores -los únicos interesados enmantener las discordias- acudieron aEnrique IV en busca de ayuda. El reyhizo derribar o quemar numerosas torreso privarlas de sus elementos guerreros.

Según Lope García de Salazar, enGipuzkoa solamente quedaron intactas lade Olaso y la de Unzueta. Muchos de susdueños fueron desterrados. El reinado delos Reyes Católicos y las medidasordenadas por estos, recortando drástica-mente el poder de los Parientes Mayores,potenciando las Hermandades y dictandonuevas ordenanzas en los pueblos y villaspara que no se siguiese "voz ni apellido"de Pariente Mayor, significaron ladefinitiva desaparición de los banderizosy de sus fortalezas (Fernando el Católicoprohibió, en 1498, que en adelante seconstruyesen en Bizkaia nuevas casasfuertes). Los últimos conflictos armadosde importancia se dieron poco antes de laGuerra de las Comunidades.

Los Parientes Mayores desaparecieronen aquel tiempo porque su funcióntambién desaparecerá, aunque siguierondenominándose durante algún tiempo.Su existencia formal se dilató en eltiempo, mientras pervivieron susmayorazgos, pero no serán el referente desu linaje ni tampoco encabezarán huestesarmadas, a pesar de que sigandetentando títulos y, como en el pasado,esté en sus manos la mayor parte delpoder económico.

Oñacinos y gamboinos

Bermeo. Torre de Ertzilla Erandio. Asua. Torresarre.

Karrantza. Torre de San Esteban.

Etxebarri. Torre Manozka.

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Una de las instituciones más "populares"de Euskal Herria es el mayorazgo. Gracias aesta institución muchos caseríos se hanconservado generación tras generación enuna misma familia, evitando que seperdiesen o arruinasen, si hubiese sidonecesario dividirlos. Así mismo losmayorazgos se demostraron necesarios paraque las cuatro a seis hectáreas de terrenoagrícola con que contaba la media de loscaseríos, necesarios para el sustento de unafamilia, no se dividiesen, provocando lapobreza de las generaciones posteriores.

Por el contrario, los grandesmayorazgos, aquellos que acumulabantítulos, casas, medios de producción(ferrerías, molinos...), rentas, capellanías,etc. se demostraron como una de lasmayores calamidades que hayan existido.Los grandes mayorazgos se trasladaronfuera de Euskal Herria, arrendando suspropiedades, sin que su producto revertieranuevamente allí donde crecía. Dejaronperder los mejores terrenos por abandono,manteniéndolos improductivos, al cuidadode mayordomos y capataces. Y, cuando sequedaban, acaparaban todos los puestos derepresentación, exigiendo reconocimien-tos, muchas veces, no por su merecimientossino por su poder económico.

El mayorazgo puede explicarse así: "Esuna institución vincular de bienes sujetos aperpetuo dominio en una familia, conprohibición de enajenar, o sea, unaamortización civil perpetua dedeterminados bienes en los cuales había desucederse con arreglo a la voluntad delfundador." (MARTÍNEZ-ALCUBILLA,MARCELO. "Diccionario de la administra-ción española. 1923.)

El mayorazgo podía fundarse de formaexpresa o incluyendo su creación en laúltima voluntad o testamento del otorgante.La fórmula era sencilla. Primero se especifi-caban una serie de consideraciones orazones que movían al fundador delmayorazgo a su creación. Éstas iban desdeser una respuesta a la "demanda divina yhumana" hasta otras más reales como elengrandecimiento de la casa y linaje dequien lo creaba.

A continuación se efectuaba unarelación de los bienes que se deseabasometer a éste vínculo, y se terminaba esta-bleciendo una línea de sucesión en laspropiedades vinculadas.

Los mayorazgos sometidos a fórmulas desucesión semejantes a las que regían para lasucesión Real se llamaban "regulares", y losque atendían únicamente al capricho delfundador se llamaban "irregulares".

"Entre los mayorazgos irregulares, tancaprichosos como podía serlo la voluntadde los instituidores, se conocían principal-mente las clases siguientes: De agnaciónverdadera, a cuya sucesión eran solamenteadmitidos los varones hijos de poseedoresvarones con exclusión absoluta de lashembras. De agnación fingida, que sólo sediferenciaba de la anterior en que el primerllamamiento podía recaer en un extraño, oen un cognado, o en una hembra. Demasculinidad, en que sólo se admitían losvarones, sin atender a si procedían dehembras. De elección, porque se elegíasucesor por el poseedor en parientes delfundador o con arreglo a las cláusulas de lafundación. De segundogenitura, en el quesucedía el segundogénito. Incompatible, elque no podía poseerse a la vez que otro poruna misma persona. Saltuarios, a queestaban llamados, alternando, los descen-dientes de dos o más líneas, etc".

El prototipo de mayorazgo era elgobernado por una persona con un oficiode realce social: capitán, maestre, notario,militar,... incluso cura. En su defecto, podíaser miembro de alguna Orden Militar, olucir algún título que nunca o muy pocasveces ejerciese, como coronel, alférez,criado del rey... El mayorazgo ideal estuvoformado por una casa torre con su solar yhuertas, residencia habitual de su dueño.Alguna casa secundaria y una fuente deingresos o rentas que permitiese una vidaacomodada.

Generalmente las rentas se obtenían delas ganancias conseguidas con una herreríao un molino. Pero no siempre fue así. Enocasiones, provenían de alguna concesiónde la Corona en pago por algún servicioprestado. O eran ingresos que se extraíande las contribuciones hechas por algunasvillas o entidades al rey. O a veces fueronréditos producidos por una inversión enhipotecas o censos. También el mayorazgoobtenía rentas de sus mismas propiedadesagrícolas.

Hasta su desaparición, y por las caracte-rísticas apuntadas, los mayorazgosotorgaron a sus dueños un notorio prestigiosocial. A fin de cuentas, sus podereseconómicos no estaban al alcance de lamayoría.

Las prebendas legales de los mayorazgosdesparecieron a manos de los liberales, porDecreto de las Cortes de fecha 11 deoctubre de 1820 y su confirmación por RealDecreto de fecha 30 de agosto de 1836. Alperder su carácter jurídico, tambiéndecayeron socialmente.

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Martzana. Acceso gótico de la torre deMartzana, uno de los escasos elementosmantenidos por la remodelación efectuada acomienzos del siglo XX (debajo).

Artzentales. Torre de Traslaviña.

Erandio. Torre de Martiartu.

Los mayorazgos

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Las primeras torres, pensadas comoedificio militar, supeditaron por completosu forma a la función. Ninguna de lastorres que han perdurado hasta hoyconserva totalmente la forma que tuvieronlas más antiguas, con lo cual debemoslimitarnos a imaginar su aspecto a travésde referencias documentales sobre ellas.

En el libro “La villa de Arceniega”, deEduardo Escarzaga, se halla undocumento histórico que recoge ladiferencia entre las primitivas torres deguerra y las de estilo más palaciego,surgidas a partir del siglo XVI. Así mismo,perfila cuáles fueron los elementos quedotaban de carácter guerrero a una torre.Se trata de las protestas de los vecinos deArtziniega ante la torre que, en 1503, donPedro de Aiala estaba construyendo ensustitución de otra anterior. Comienzadescribiendo la reacción de la villa ante eledificio: "...acá en la tierra se llamantorres las semejantes, e hay muchas otrasal derredor, e todas se dicen torres, e éstaes una torre hecha a la manera que a V.A.constará por lo que dicen los canteros queyo de mi oficio tomé, que ésta es una torrebien fuerte según que está edificada e ami parecer, algo escandalosa contra lavilla, que a parecer de los que la venparece que se escandalizan e ponetemor..." la descripción del aspectoexterior de la torre que se estabaconstruyendo es como sigue: "con quehube mi acuerdo que se le quiten lastroneras, saeteras e arquetas e almenastotalmente, que de tronera e saetera noquede forma ni metad alguna, salvo todala pared sea rasa, así dentro como defuera, todo cerrado rasamente demampostería, como lo otro está, que noquede tronera ninguna, ni se pueda haceren tiempo alguno tronera ni saetera en ladicha torre". Finalmente detalla la formaque tenía con anterioridad: "antiguamentela dicha torre era bien recia, así de cal ecanto como la madera, tenía más texaspara pirámides para defender del pie de ladicha torre, e encima de su chapitel,donde podían caber más de seis o sietehombres con sus ballestas o espingardaspara tirar; y en lo que era para lanza oescudo y ballestas, porque en elmaderamiento de la dicha torre tenía susventanas para tirar, e que no teníatroneras...".

Según esta descripción, debemosimaginarnos a las torres más antiguascomo un edificio trabajado a cal y canto,con numerosos voladizos de madera enforma de matacanes y cadahalsosampliamente aspillerados y con cubos yalmenas, aunque a faltas de troneras (queaparecerían con el uso de las armas defuego).

Markina. Torre de Barroeta. A la derecha se ha recreado el aspecto que ofrecería la mismatorre con sus cadahalsos.

Izurtza. Torre de Etxaburu. Su antigüedad se sumerge en la leyenda, que la lleva a tiempos del emperador romano AntonioPío, para ser más tarde demolida por el visigodo Ataulfo. Tras ser levantada nuevamente, laterminó destruyendo la Hermandad de Bizkaia. La última reedificación debió ser la realizada enel siglo XVI por Sancho López de Ibarguen y su mujer Estíbalitz de Etxaburu.

Güeñes.Torre de la Quadra.

Izurtza. Torre de Etxaburu.Dominando desde su privilegiadasituación el camino que lleva desdeUrkiola a Durango, en otro tiempomás cercano a ella. También protegíaa las ferrerías existentes en las orillasdel río Mañaria.

Torres guerreras

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La transformación de las torres essimultánea a los cambios sociales que semanifiestan con claridad desde fines delXV. Vino dada por el cambio deocupación de sus moradores, que fueronobligados a renunciar a cualquiertentación guerrera, tanto por laautoridad real, como por la fuerza de las"Hermandades" y por los propiosvecinos, antes aliados, que ahora ven enla torre una amenaza. Pero, fundamen-talmente, por la inercia de los tiempos yde las circunstancias que exigían laretirada de los "Parientes Mayoresguerreros" como líderes de la sociedadpara que la dirección de la dinámicasocial se entregase a la actividad de loscomerciantes, mercaderes, militares,navegantes, empleados públicos, etc.

Algunos Parientes Mayoresconvertidos en mercaderes abandonaronel campo y se trasladaron a las villas,viviendo del producto que les proporcio-naba el arrendamiento de suspropiedades -caseríos, molinos yferrerías- y de sus inversionesmercantiles. Los que permanecieron ensus torres sometieron a estas a grandescambios, modificándolas de una formamás acorde con las nuevas necesidades,transformándolas en residenciasseñoriales, eliminando elementosguerreros y dotándolas de mayor númerode luces. A otras las convirtieron en casasde labor, cuyas funciones no diferirán enabsoluto de las del caserío.

En el siglo XVI, algunas torres, comolas de Muntsaraz o la de Oxirando,introducen paseos o solanas en losúltimos pisos, lo que prestará un aspectomás ligero y menos compacto a las cons-trucciones.

Una fórmula aplicada en ocasionesconsiste en mantener la torre adosándo aésta un palacio.

Debe distinguirse entre la torremodificada y el palacio gótico del quenos ocuparemos más adelante.

Abadiño. Torre de Muntsaraz. El edificio se divide en dos partes claramente diferenciadas. De unlado la torre original, gótica, con muros de sillería que alcanzan los 2,70 metros de grosor, claraexpresión de las necesidades defensivas existentes al tiempo de su construcción. La partesuperior, resultado de reformas posteriores, constrasta poderosamente por su aspecto, mucho másairoso gracias a su "loggia" o solana de gusto renacentista italiano, con arcos de medio puntosobre columnas tosacanas de basa ática. Sobre ella se apoya un tejado a cuatro vertientes. El escudo sobre el dintel de la entrada es de una época posterior a la torre primitiva. Coincide,posiblemente, con la reforma de los pisos superiores. La puerta conserva una aldaba gótica.

Berriz. Torre de Laritz. La torre se transformóen el siglo XVII dotándosele del aspectopalaciego que muestra. El resto de torres delmunicipio (Berriz, Zengoitia, Ereinaga,Arriaga...), fueron desapareciendo al no seractualizadas sus estructuras conforme a lasnuevas necesidades impuestas por lostiempos modernos, que dejaban atrás lasluchas de banderías.

Mungia. Torre Villela. La actual torre deVillela, hoy habilitada como casa decultura, poco tiene que ver con el antiguobaluarte militar que fue en el pasado.Cuando los marqueses de Canceladadecidieron su restauración, a finales delsiglo XIX, solo quedaba una torre almenaday un muro exterior casi derruido. De esta casa descendió Luis de Villela,primer presidente de Méjico..

Galdakao. Torre de Lekue. En las imágenes,se han simulado las sucesivas transformacio-

nes sufridas por la torre primitiva. Debedestacarse que aunque a simple vista la

disposición de los dos pares de ventanassorprendan por su acusada asimetría con

respecto a la puerta -dando la sensación dese debido a la impericia del cantero-, están,

sin embargo, perfectamente situadas conrespecto al eje de simetría del edificio y,desde un punto de vista constructivo, de

forma totalmente correcta para que las cargasse repartan uniformemente.

Torres modificadas

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Plentzia. Torreón deGoienkale. Construido en1562 por el doctor MartínPérez de Placencia, sirviócomo Ayuntamiento; más

tarde se habilitó comoJuzgado y Correos. Es, en laactualidad, sede del Museodel Mar. En su fachada luce

el escudo de la villa y lainscripción que hace

referencia a su primerdueño: "Esta casa mando

azer el dotor Martin Perez dePlazencya. I para hazerla

dexo de renta perpetuacinquenta y tres i treszyentos

e nobenta i seys maravedyspara echarlos en trigo sobre

las villas de uzeda imecolabradas. 27 de mayo

de 1562 años". En un lateralse halla el escudo de los

Reyes Católicos, con lainscripción "Tanto Monta...".

Portugalete. Torre de Salazar. Latorre actual es una reconstrucciónllevada a cabo por el arquitectoJoaquín de Yrizar, sobre los restosde la antigua torre, que se habíaincendiado en Octubre de 1934;ya, anteriormente, se hallaba muymodificada. La torre es especial-mente significativa por tratarse deuna de las torres urbanas quemejor definen el estatus social desus dueños con respecto al restode habitantes de la villa. Sehallaba situada en la mismamuralla de la villa y muy cercanaa la iglesia parroquial, gozando deun extenso huerto, tapiado, y unpatio de armas. Desde su situacióndomina perfectamente tanto eldiscurrir diario de la villa como eltráfico marítimo que llega a Bilbaoo al mismo Portugalete (Debetenerse en cuenta que sus dueños,como prebostes de la villa,cobraban una tasa sobre losproductos desembarcados). Lekeitio. Torre de Leniz.

La torre urbana copia, en sus primerostiempos, los modelos existentes en elcampo, integrándose, sin grandesesfuerzos, en el conjunto urbano. Enocasiones, forma parte de las murallasque rodean la villa, ejerciendo el papelde torreones encajados en ellas.

Durango. Torrede Lariz. En ellase aposentó lareina Isabel laCatólica cuandovisitó la villa enel año 1483, loque hacesuponer quefuese la másimportante ygallarda decuantas sehallaban en lavilla y susalrededores.

Markina. Torres de Antxia y Ansotegi. Incrustadas en pleno casco urbano salta a la vista sucarácter residencial, resaltado por la amplia galería de ventanas que tienen dispuestas a lolargo de toda su fachada. Son palacios urbanos del XVI, a los que el balcón que sobresalíade la fachada a la altura del tercer piso, trabajado en madera en su momento, prestaríaligereza y colorido. Las ménsulas servían, precisamente, como apoyos para los jabalconesque debían sustentar la balconada.

Torres urbanas

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El palacio gótico aparece en Bizkaia afinales del siglo XV, coincidiendo con elfinal de las luchas banderizas, comoresidencia sustitutiva de la torre, tanto en laurbe como en el campo, de los ParientesMayores, comerciantes y granjerosacomodados.

La fiebre constructiva del siglo XVI -rebasado ya el primer cuarto de siglo-, sedebió a los momentos de prosperidadalcanzados por las nuevas clases socialesque habían emergido, ocupando puestosde relieve, y que, enriquecidos, hacíanconstruir sus casas palaciegas tanto en lasciudades como en el campo.

La nueva vivienda, construida por elantiguo guerrero y el nuevo burgués,mantendrá reminiscencias de la antigua.Sin embargo, dejará atrás muchos defectos-la falta de luces- y le añadirá otras formas,destinadas a cubrir nuevas necesidades(granero superior sustituto del almenado).

Pero tampoco querrá que su vivienda seasemeje a la de un labrador común; y paraello la quiso diferenciar del caserío típico;algunas formas de diferenciarse son: pocamadera, mantenimiento de viejosesquemas (patín, arcos) que añadanimpronta señorial, utilización de elementoscultos, considerable grosor en los muros(mayor que el de un caserío, aunque sinalcanzar el de las torres), alguna aspillera,escudo de armas...

Se trata de un edificio nuevo, queexperimenta con varias formas, tomadas,fundamentalmente, de la arquitecturaexistente en el entorno (torres, casa urbana,caserío), sin que consiga desembarazarsede los estereotipos existentes. El ejemplomás claro de este tipo de construcciones loencontramos en la "casa-palacio-torre" deAranguren.

Este tipo de construcciones no tuvotiempo para evolucionar porque, de los

modelos góticos que utilizaba, derivó unedificio anacrónico que será, inmediata-mente, reemplazado por otros importados,con formas castellanas o extranjerizantes.

Precisamente el siglo XVI coincide conel de máxima expansión y prosperidad dela cultura y de la burguesía castellana. Enaquel siglo se vivió en Castilla unaauténtica fiebre constructiva, cuyo eco,aunque con cierto retraso, se hace sentir enBizkaia. El primer resultado es una mezclade estilos, gótico y renacentista, cuyo mejorexponente es el palacio de Ubilla.

En la arquitectura civil, lo renacentistatriunfó con rotundidad impresionante, másen un país normalmente tan pocopermeable a los cambios.

Los nuevos usos supusieron, tanto en loarquitectónico como en lo social, uncambio respecto a la etapa anterior, muchomás manifiesto en la arquitectura palaciegaque en la religiosa o la rural.

Orozko. Casa-palacio de Aranguren.

Zeberio. Torre de Areiltza. Gaztelu-Elexabeitia. Torre de Castillo.

Casa palaciega gótica y renacentista

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Ondarroa. Urberuaga. Casa palacio de Ubilla. Es un ejemplo de las construcciones solariegas en el campo, de comienzos del siglo XVI, frutodel deseo de buscar la belleza constructiva en tiempos de prosperidad. Posee una de las fachadas palaciegas más bellas de cuantas existieronen Bizkaia, aunque ha llegado a tal estado de deterioro que resulta prácticamente irreconocible. Estaba realizada en sillería, dispuesta enhaces horizontales de distinto grosor, y mampostería trasdosada. La entrada, se abre en arco de medio punto, con enormes dovelas. Lasventanas están dispuestas dos a dos a ambos lados de la entrada. Tres son gemelas, adornadas con arcos trilobulados y bellas canaladuras. Lacuarta ventana presenta los mismos motivos decorativos que las anteriores, aunque carece de arco.El conjunto de la fachada presenta una asimetría pronunciada, obviamente provocada. La puerta está desplazada del centro, y los macizosentre ventanas no guardan la misma distancia entre sí. Ni siquiera las aspilleras de ambos lados de la entrada se encuentran equidistantes y,contribuye sobre todo a romper la simetría, la distinta factura de una de las ventanas con respecto a las otras tres.

Muskiz. Palacios de Santelizes. Históricamente unidos a lacasa de Muñatones. A pesar de su carácter claramenteresidencial estuvo rodeado de un muro almenado del queaún se conserva gran parte.

Deusto. Torre de Sarriko. Fue trasladada a su actual emplazamientodesde la Ribera de Deusto. Muestra en su fachada marcas demercader. Tal vez aprovechase su proximidad a Bilbao paraintervenir en el tráfico de mercancías generado por el Consulado deBilbao o por los astilleros de Olabeaga.

Dima. Biteriño. Palacio de Etxeandi. Un ejemplo más de ladiversidad de formas existentes en el palacio gótico renacentista. Afalta de tiempo para desarrollar un estilo propio, acabarondesplazados por las propuestas importadas de Castilla.

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Los elementos decorativos de las torresson muy escasos, centrándose con mayorprofusión en la fachada, donde se sitúa elescudo familiar y en la que puertas yventanas se adornan con diversas molduras.Algunas torres aún conservan la crestería;otras, el antiguo adarve con el queculminaba el edificio junto a las almenas ydonde la principal decoración se centra enlos cubos de los extremos que, enocasiones, se adornan con gárgolas por lasque se arroja al exterior el agua de laslluvias.

De todos los elementos decorativos delas torres, el más representativo es, sin duda,el escudo familiar. Estaba en casi todas lastorres, situado en el lugar más visible; por logeneral, sobre la clave de la puertaprincipal, cumpliendo el fin de informaracerca de la identidad de sus moradores.

El escudo de armas, entendido comodivisa que pasa de una generación a otra,data de principios del siglo XII, aunque enel siglo X ya existían blasones que servíanpara identificar a los caballeros queparticipaban en los torneos. Según elgenealogista Juan Carlos Guerra, el escudonació con la terminación de la PrimeraCruzada, en la que los cruzados se distin-guieron por el color de sus cruces, según lasnaciones a las que pertenecían. Losespañoles lucían cruz roja, los francesesblanca, los italianos azul, los alemanesnegra, los sajones verde y los inglesesdorada o amarilla. Cuando en 1239Teobaldo I y en 1270 Teobaldo II, reyes deNavarra, acudieron a las cruzadas junto alas tropas del rey San Luis de Francia con lomás escogido de la hidalguía vascona, es desuponer que adoptasen la habitualcostumbre de añadir al escudo leones,conchas de peregrino... y por ende queintrodujesen esa costumbre en Euskalherria.

Poco a poco, por todo el país fue exten-diéndose el hábito de colocar el escudo enel lugar más visible de la torre o caserío. Losmás ricos lo hacían esculpir en piedra,mientras que los menos poderosos lotallaban en madera o se limitaban a pintarlodirectamente en la fachada.

Al comienzo debieron ser de pequeñotamaño, sin mayores accesorios que lapropia divisa o cuartel, ya que los primerosescudos se limitaban a una cruz o unasimple figura. En las torres más antiguas, elescudo carece de yelmos u otros elementosque lo adornen; con el paso del tiempo serecargó cada vez más, modificándose en lamisma medida que lo hizo la torre, quepasó de escueto torreón a ser una torre-palacio. En algunos casos, el tamañodesmesurado del escudo y la importanciaque adquiere en el conjunto del edificioindica bien a las claras la fatua pretensiónde sus dueños de mostrar, a través de suexageración, su privilegiada posiciónsocial.

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Artzentales. Torre de Traslaviña. Uno de losmotivos decorativos más frecuentes es elformado por estelas discoideas.

Sestao. La desaparecida torre de Sestaoenmarcaba entre sus cubos la crestería, únicapor su belleza entre las torres bizkainas.

Galdames. Escudo sobre el acceso a la torrede Ibarruri.

Karrantza. Ahedo. Escudo del Palacio-colegiodel arzobispo Diego de Ahedo. Construido apartir de la primera mitad del XVII.

Plentzia. El escudo de la villa labrado en unade las paredes del Torreón.

Zalla. Torre de Murga. Algunos escudosllevan labrado un lema o leyenda,generalmente exaltando el apellido con unarima, en ocasiones, muy forzada. El deMurga dice: “Sauces y panelas son / estasarmas sin eduvio / hijas del conde donRubio / nietas del Rey de León”.

Elementos decorativos.Los escudos

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El futuro de las casas torrebizkainas no es prometedor. Setrata de edificios que, comovivienda, resultan difíciles ycostosos de adaptar a lasnecesidades actuales. En pocos

años es altísimo el número detorres que se han perdido frentea las que han sido rehabilitadas.1, 2 y 3 Gordexola. Torres deZubiete, Ibarguen y Torre Negra.4 Gueñes. Ruinas de la torre de

Santxosolo. 5 Pobeña. Torre dePobeña. 6 y 7 Markina. Torres deErdoza y Ugarte. 8 Torre de LaHerrera. 9 Muskiz. Torre deMontaño. 10 Lezama. Torre deLezama. 11 Orozko. Torrelanda.

12 Zalla. Torre de Urrutia. 13Karrantza. Torre de Sangrices. 14y 15 Muxika. Torres de Oka yMuxika. 16 Sopuerta. Torre deVilla. 17 Zamudio. Torre deZamudio.

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