las ciencias del hombre son las unicas que hacen ...pel/ecta. Las ruedas y los resortes del hombre...
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las ciencias del hombre son las unicas que hacen inteligible la coherencia interna del circulo
de las ciencias. (,Sera que si? Como sea, mientras persista el calambre mental de los
intelectuales posmodernos, enemistados con el fino rigor intelectual, tamana aseveracion de
Piaget estara apuntalada sobre cimientos de arcilla cruda.
Como cierre de este capitulo, amerita anadir unas cuantas precisiones de Bunge a proposito
de la clasificacion sistematica de las cienciasl5 . En efecto, nos aclara Bunge que existen
ciencias predominantemente consumidoras de leyes y otras que producen y consumen
leyes. Lo anterior, enfatiza dicho autor, implica rechazar la dicofomi.a, propuesta por
Windelballd y Rickert, y', al pm'eeer. admirid.a por Riccardi, entre ciellcias 1I0mOleficas (que
illvolllcrmi leyes) y ciencias idiograficas (0 pllramente descriptivas). No pllede acepfarse
porque en fodas las ciencias hay descripcion y en fOd.as se descubren 0 aplican leyes. 0
sea, fod.as las ciencias 5017 a la l'ez idiograficas (0 i17dividllalistas) y nomofeticas (0
u17il·ersalistas). Las dijerellcias llO SOli cllalifafivas Si170 de grado. Hasta aqui Bunge, cuyas
precisiones, en cierto modo, acarrean la necesidad de hacerle cierto ajuste a la clasificacion
del sistema de las ciencias propuesta por Piaget.
granel sobre el abuso del lenguaje cientifico por parte de tal sector de las ciencias sociales. Para mayores detalles al respecto, puede consultarse la fuente que sigue: SOKAL, Alan )" BRICMONT, Jean. intennezzo: la leoria del caos y la "ciencia posmodema ". En: . imposturas intelectuales. Barcelona: Paid6s. 1999. p 139-150. 15 BUNGE, MMio. La producci6n y el consumo de leyes cientificas. En: inlerciencia. Vol. 16, N° 4 (jul .ago, 1991); p 173.
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16. ;,ES K4CIOX4L EL HOMBRE CONTEMPOR4AEO? ACERCA DEL IDE4L DE LA ARGUMENTA CION EN LAS ACC/OIVES HUAJAIVAS
''Los hombres/ril'olos se dh'ierten con la teoria Ideal, como si sus cOllsecllellciasfllerall bllrlescas; como si esto ajectara la estabilidad de
la naturale=a. Desde luego que 110 es asi. Dios nunca bromea COI1 nosotros. y no comprometera elfin de la llaturaleza permitiendo
ettalquier inconseCllellcia en Sit proceso. Owlqllier deSC01?{!anza en la permanencia de las leyes paralizaria las/acl/ltades del hombre. Su
permanencia es religiosamente respetada, y laje del hombre en esto es pel/ecta. Las ruedas y los resortes del hombre se implantaron a parlir de la hipotesis de la pelmallencia de la naturalea. No juimos hechos como
WI barco para ser sacudidos, sino como lIna ca.m para permallecer firmes. Es ulla conseclIencia natural de esta estructura que mielllras las
juer=as acth'as predominen sobre las re.!7exh·as, recha=aremos indignados cualquier insinuacion de que la naturaleza tiene una \'ida mas corta 0 es mas mutable que el espiritu. AI corredor de bolsa. al calTetero, al carpintero, al cobrador de peaje, les 1110lesta mucho esta Sltgerencia ".
(Ralph Waldo Emerson/.
Racionalidad: ;,indit'idual 0 colectil'a?
La busqueda de comprensi6n en cuanto a Ja ola irracional que embiste, hoy y siempre, a la
sociedad colombiana, cuyo peligro es mayor ahora a causa del auge de la posmodernidad,
dado el saito aI vacio que implica, es conditio sine qua non para la forja de propuestas en
aras de la promoci6n de nuestra calidad educativa. Con Jurgen Habennas como punto de
partida, procuraremos ganar alguna comprensi6n en tal sentido.
I EMERSON, Ralph W. l,'aluraleza. Bogota: Nonna, 2000. p 56.
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Habennas2 esboza los dos grandes metodos que el ser humane ha forjado a fin de acceder al
conocimiento, esto es, el divino y el racional. En principio, la filosofia esta centrada en el
estudio del segundo, mas la complejidad del conocirniento humane actual menoscaba la
pretensi6n prirnitiva de la filosofia de abarcar al conjunto compuesto por mundo,
naturaleza, historia y sociedad en un saber totalizador. De esta manera, Habermas vincula
en todo su ensayo la teoria de la argumentaci6n con la razon. He aqui una tesis que encaja
bien con la percepcion de Wagensberg, que dice asi : La verdad ell ciencia, necesariamente,
cambia. La verdad el1 ar/e, aunque 110 necesariamenle, cambia. La verdad re velada,
necesariamellle. 110 cambia-' . Segun esto, la argumentacion va de la mane con la mutacion
de las ideas en tanto via de elaboraci6n del conocirniento humano. Por otto lado, al aclarar
Habermas que, en 10 que a la filosofia actual atane, el inleres se cenn'a en las condiciones
formales de la raciol1alidad del cOllocimiel110, del e171elldimiell10 lingiifslico y de la acciol1,
ya sea ell la "ida cotidimw 0 en el plal10 de las experiel1cias orgal1i::adas melodicamellle 0
de los discllrsos orga71izados sislemalicamenle", se insinua la convergencia, a juicio de
quien esto escribe, entre conocirniento cientifico y mundo de la vida, cuestion clave que
mal se comprende en la cultura hispana merced a su caracteristico desden por la ciencia y la
tecnologia a 10 largo de su historia, 10 que se traduce en una irracionalidad atavica. En
cualquier caso, al insistir Habennas en el plano de 10 cotidiano, amen de otros pIanos mas
restringidos, se ve en la necesidad de abordar sus analisis sobre teoria de la argumentacion
segiln la optica de la sociologia., maxime cuando se trata de entender los nexos entre
racionalidad, argumentaci6n y lenguaje. (,Por que se decide dicho autor por la sociologia?
En suma, estima que, de entre las ciencias humanas, la sociologia es la que menos evade la
problemiltica de la racionalidad al tomar en cuenta 10 que otras de tales ciencias evitan en
su afan de aplicar con exito el metodo cientifico a un objeto de conocimiento delirnitado de
acuerdo con sus fines. En otras palabras, la sociologia afronta dicha problematica al no
especializarse en eXtremo. Significa esto, a juicio del suscrito, que el fenomeno de la
especializacion de las disciplinas impide captar en su esencia la rica y compleja polisernia
: HABERMAS, Ji.irgen. Accesos a la problel1uitica de la racionalidad. En: . Teoria de la accion comunicariva: Torno I: Raeionalidad de la accion y raciona/izacion socia/. lv1adrid: Taurus, 1981. p 15..(i9. 3 WAGENSBERG, Jorge. Ideas para fa imaginacion impura: 53 reflexiones en su propia sus(ancia. 2 ed. Barcelona: Tusque~ 1999. p 36. 4 HABERMAS, op. cit.. p 16.
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inherente al concepto de racionalidad. En palabras de Hemleben5, conocida es la desdicha
del especialista, que toscamente se ha Ilamado el problema del "especialista-idiota '.'
(ldios: el (mico, el peculiar), es decir, su incapacidad para entender el lellgllaje de
cllalquier ofro considerado especialista ell 511 respectiva disciplilla . Asi, no hay un patron
universal en 10 atinente a la forma como procede la argumentacion en el seno de las
diversas comunidades humanas, aunque puede pensarse en generalizar el concepto de
racionalidad seglin la optica adoptada por Habermas, pero habida cuenta de la real
inexistencia de universales cuIturales, cuestion demo strada por el sociologo estadounidense
Clifford Geertz6 . Ahora bien; (,de donde surge la polisemia antedicha? En tal optica, no es
facil desembarazarse de la dimension simbolica de las acciones humanas, por 10 que, al
analizar el variopinto diapason de sociedades humanas, aflora una rica gama en 10 que
atafie al concepto de racionalidad y la parafemalia de la argumentacion. He aqui el nucJeo
del discurso habermasiano. Eso sl, dicho discurso exhibe sus fisuras, sobre todo a causa de
la confusion, por momentos, entre hechos jehacielltes y creencias consensliales,
caracteristica propia de la Iiteratura posmodema, y que ha puesto en evidencia la reciente
parodia del profesor Alan Sokal7. Sobre esta cuestion habremos de detenemos mas en 10
que sigue con motivo de la distorsion que introduce en cuanto a la comprension de la
ciencia se refiere y sus repercusiones educativas. Boton de muestra, el siguiente pasaje de
Habermas evoca la perspectiva de la racionalidad en tanto convencion social: .. , basta con
des/igar los procesos de model71i=acioll del concepto de raciollalizacioll Y sitllarlos bc?jo
ofro punto de vista para que, por 1111 lado, los jll11damentos de teoria de la accion qlleden
exentos de connotaciones de la racionalidad de la accion, y. por o fro. la metodologia de la
comprension se l'ea libre de ese problematico entrelazamie17to de cuestiones de significado
con cllestiones de ralidez8. i,Es realmente consensual la racionalidad? De momento,
dejemos abierta esta cuestion. Segun parece, Habermas considera que el estudio de la
sociedad no es susceptible de racionalizacion, al menos en el estadio presente de desarrollo
de la teoria de la argumentacion, aun inmadura, pese a sus primeros balbuceos en los dias
5 HEtviLEBEN. Johannes. Gali/eo. Barcelona: Sah·at. 1985. p 180. 6 GEERTZ, Clifford EI impaclO del col1cepto de culrura en el concepto de hombre. En: . La inrerpretaci6n de las culturas. Barcelona: Gedisa 1996. P 43-59. 7 SOKAL, Alan y BRICMONT, Jean. lntroduccion. En: . lmposturas il1lelectuales. Barcelona: PaidOs, 1999. p 19-34. 8 HABERMAS, op. cit.. p 23.
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de Aristoteles. En fin, 10 consensual aflora con frecuencia en Habermas a fuer de su
insistencia en la necesidad de una teona de la accion comunicativa para el buen abordaje de
la problematica de la racionalizacion social. Claro que dicho aut or, a juicio de quien estas
lineas escribe, se excede al meter a la ciencia en el mismo costal, esto es, al concebir a la
ClenCla como empresa, \'e los frutos de la misma bajo la optica de las convenciones
sociales9 . En una palabra, Habermas entiende las leyes de la naturaleza en tanto creencias
consensuales, no como hechos fehacientes. He aqui un equivoco de tal autor que hemos de
clarificar a fin de ubicar en su debido punto la racionalidad cientifica.
A1 entrar en materia, Habermas postula la necesidad de definir el concepto de racionalidad
como conditio sine qlla 11011 para la forja de una teona de la argumentacion. i\hora bien, la
elaboracion de un concepto tal implica el dar respuesta a las dos cuestiones siguientes, que
compendian la esencia de est a tesis del autor que nos ocupa10: i,QlIe signijica que las
personas se COl71pOrlen racionalmellle ell IIna determinada siluacion? (:Que sigll~fica que
S7lS emisiones 0 sus mall~feslaciones deban cOlJsiderarse "raciollales ,.? Estas cuestiones
conllevan el problema de Ja fiabilidad del saber, puesto que esta, encarnada en las
enuslOnes y manifestaciones de una persona, es la que sustenta, en ultima instancia, su
racionalidad. En taJ sentido, converge la postura de Sagan a fuer de su enfasis constante en
el pensamiento esceptico y critico, amen de la consecuente necesidad de mantener a la
mane una caja de herramientas para la deteccion de camelos. En efecto, Sagan insiste en
que ef pensamie11l0 esceplico es simplemenle ef medio de cOIIstrllir, y comprel1der, 7111
argume11l0 razonado y -especialmel11e il71portante- recol1ocer 7In argllmento falaz 0
fraudllle11l0. La cuesli6n 110 es si nos gusta fa conclusion que surge de lIna \'fa de
ra=onamiel1lo, sillo si la conclusion se deriva de la premi~a 0 punlo de partida y si eSla
premisa es cierla ll . He aqui el quid de Ja fiabilidad del saber, sobre todo del cientifico.
i,Que significa esto en la pnictica? Dejemos que Wagensberg nos brinde una respuesta 12: La
9 Stricto sensu, como senala con tino Bunge. la investigacion cientifica. sea \e6rica 0 e\.1X!rimental. es una en/presa intelectual, desinteresada por completo. puesto que su meta es el entendimiento del mundo. Fuente: BUNGE. Mario. La investigacion cientifica como empresa. En: lnterciencia. Vol. 16, N~ 6 (nO\·-dic. 1991): p 297. 10 HABERMAS, op. ciL p 24. 11 SAGAN, Carl. EI mundo y sus demonios: La ciencia como una luz en la oscuridad. Bogota: PJaneta. 1997. p232. 12 WAGENSBERG, op. cit.. p 243.
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ciencia pasa por ser, y sin duda 10 es, la forma mas objetiva, mas infeligible, mas
dia/ectica, mas rigllTOsa y, por 10 tanto, mas universal de conocimiento. Conjimnos en la
ciencia en muchos de s1Is dominios de aplicaciol1. Para volar sobre el Atltimico, pOl'
ejemplo, 5011 pocos 105 que dudaria7l entre el avian diseilado por 1111 ciel1tijico y otras
altematil'as ideadas. digamoslo COil todo respeto, pOl' lin mistico 0 por 7111 ar/isla. Asi, la
fiabilidad del saber es antin6mica frente al relativismo epistemico, en el cual no incurre
Habem1as por fortuna.
~C6mo se mide la racionalidad de emisiones y manifestaciones? Habennas la plantea segun
las relaciones internas existentes entre contenido semantico, condiciones de validez y
razones alegadas a favor de la validez de emisiones y manifestaciones, 0 de la verdad de un
enunciado, 0 de la eficacia de una regIa de acci6n. Asi, una emisi6n 0 una manifestaci6n
cumple los presupuestos de racionalidad si, y s610 si, encarna un saber falible, 10 que
entrana una relaci6n con el mundo objetivo, es decir, con los hechos, dando cab ida a un
enjuiciamiento objetivo. No obstante, hay una trampa en esta 6ptica habennasiana. De
facto, tal autor alega que 1171 elljllicial17iento solo pllede ser 0~je/i1'O si se Iwce pOI" la \'Ia de
1Il1a pretellsion tral1slIbje/i1'a de valide= que para cllalquier obserrador 0 destilla/ario tellga
el misl170 siglli.ficado que para el sl~jeto age17te. Ahora bien, la ciencia, uno de los ejemplos
predilectos de Habennas, no se ajusta precisamente a esto. Es justo la esencia del reciente
Affaire Sokal: a diferencia de 10 sugerido por Habennas, las verdades cientificas no nacen
de creencias consensuales en el sene de las comunidades cientificas, sino de la supremacia
del experimento cual juez irrecusable. En palabras de Wagensberg13: Hacer ciellcia es
proponer reducciones a la naturaleza. Ofra cosa, claro, es que la llatllrale::.a se deje.
Significa esto que una hip6tesis es una pregunta que el investigador Ie hace a la naturaleza,
y esta Ie responde si 0 no. Entonces, i.por que Habennas mete a la ciencia en el costal de las
creencias consensuales? Segun quien esto escribe, tal autor no comprende a cabalidad 10
que es una ley de la naturaleza, de la que Einstein brinda una buena metafora14 : EI paisaje
es la ley natural y el panorama desde la cima de una montana su representaci6n. AI
respecto, acota \Vagensberg I5: EI cOllocimiento es una mOIl/mia sin cumbre recollocible a
13 Ibid. P 23. 14 Ibid. P 20 . . 15 Ibid
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la que, sin embargo, nos acercamos lanlo como queramos. Y la posibilidad de
aproximacion indefinida a algo sugiere, con fuer=a irresistible, que ese algo existe. Esa es
la Ley de la Naturale=a. Es una idea parecida a la idea de perfeccion: la perfeccion exisle
(pOl·que es imaginable), pero 110 es pelfecta (porqlle es inalcal7Zable) . En otras palabras, el
metodo cientifico es teleoforme, en marcado contraste con la insinuacion de Habermas, al
meterlo en el costal de las afi.rmaciones y acciones teleologicas. De todas formas, pese a tal
discrepancia, aun cabe conciliar ambas posiciones al pensar que una persona, al menos en
10 ideal, es racional si, y solo si, evita el dogma y el principio de autoridad, 0, en palabras
de Habermas, no es refract aria a la posibilidad de critica de sus emisiones y
manifestaciones. En fin, que quede claro, por 10 pronto, que las leyes naturales son hechos,
no creencias consensuales, de indole teleoforme. Es este un error frecuente en la literatura
posmoderna.
AI avanzar en el concepto de racionalidad, Habermas distingue dos tipos de la misma, a
saber: la cognitivo-instrumental y la comunicativa. Esta es la que pone el enfasis en 10
consensual , con la paradoja que se acabo de seiialar a proposito del caso de la ciencia. La
primera exhibe un tinte marcadamente individualista y realista, pero realismo a tono con
fines y eficacia en el mundo como escenario . Es un realismo que no debe confundirse con
el principio de realidad propio del discurso de Freud 16 En la optica comunicativa, una
afirmacion es racional si el hablante lIena las condiciones necesarias para lograr el fin de
entenderse sobre algo en el mundo con al menos otro participante en la comunicacion.
Ademas, una accion teleologica es racional si el actor cumple las condiciones necesarias a
fin de realizar su designio de inter;enir eficazmente en el mundo. Pero la ciencia no se
ajusta a esto por 10 que se acaba de ver, por 10 que en ciencia, y de esto responde la historia
respectiva, las acciones no son teleologicas, esto es, la falta de consenso no equivale a
fracaso . Boton de muestra, el rechazo inicial de las reacciones quimicas oscilantes,
descubiertas por Belousov, no se corresponde con el auge actual. Este es el quid de la
nocion kuhniana de revolucion cientifica, es decir, los grandes avances de la ciencia
acaecen en los periodos revolucionarios, no en los de ciencia normal, en los que estorba
16 FREUD, Sigmund EI maleslar en fa culrura. En: ____. EI malestar en la cultura. Madrid: Alianza. 1988. p 7-88.
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mas bien el espiritu de escuela proplO de las comunidades cientificas. Ahora bien, la
racionalidad inherente a las acciones encaminadas a un fin es parad6jica. SegUn esta, el
nacionalsocialismo y la inquisici6n tendrian un trasfondo de racionalidad . Mas, i,quien que
se precie de pensar catalogaria de racionales tamanos desmanes del ser humano? ./\si, tal
racionalidad se remite a un marco ideal (que Haberrnas, de todos modos, no pierde de
vista) . Por 10 pronto, quedemos en que un sujeto es racional si esta en posici6n de dar
razones para apoyar emisiones y manifestaciones suyas. En esencia, Haberrnas define asi a
un sujeto racional, al menos en 10 ideal. (,Por que ideal? Bueno, la denominaci6n slfjeto
meiona! presupone como adjeti\'o eA"1ra la inteligencia. (,Es este el caso del hombre
contemporimeo? La etologia pone tal cosa en duda. En efecto, Konrad Lorenz dijo cierta
vez que habia descubierto el eslab6n perdido entre el mono y el ser inteligente l7 . jY ese
eslab6n era, ni mas ni menos, el hombre contempO[(3.neo i
La 6ptica comunicati\'a de la racionalidad es fenomenol6gica al presuponer la construcci6n
de mundos por parte de comunidades. He aqui la paradoja aludida cuando se intenta mirar
con esta lente el modus operalldi de las comunidades cientificas, esto es, las mismas usan
un metodo que respeta tres principios: el de objetil'idad, el de illleligibilidad y el
diatectico l8 . Por ende, las comunidades cientificas parten de la existencia de un mundo
objetivo, no 10 construyen a su amano, por 10 que la racionalidad cientifica no cabe en el
mismo costal en que la mete Haberrnas . Vimos antes el porque. La naturaleza no se pliega a
los caprichos de las comunidades intelectuales. Si dicho autor estuviese en 10 cierto, la
verdad objetiva estaria amarrada a estructuras de plausibilidad, entendidas en el sentido de
Berger y Luckrnann 19 Empero, a guisa de ejemplo, la ley de la gravedad no debe su
existencia a consensos nacidos de tales estructuras, sino a una realidad fisica. Si no fuera
as!, no faltaria el tonto que se arrojase de 10 alto de la Torre Eiffel confiado en que un
consenso que negase la ex.istencia de tal ley Ie salvaguardaria la vida. Significa esto,
entonces, que el saber de fondo que sustenta las condiciones de \'alidez de las expresiones
simb61icas de las comunidades cientificas es de un tenor distinto al del saber precientifico
!7 S.a. 2001, odisea ... en rierrafimle. En: EI Colombiano, Lilerario Dominical, "\1edellin: (7, ene, 200 I): p 5. 18 WAGENSBERG, op. cit.. p 15-16. 19 BERGER. peter L. y LUCKMAN'N, Thomas. La sociedad como realidad subjetiva. En: . La construccion social de la realidad Buenos lures: Amorrortu., 1999. p 164-227.