LAS COMPAÑÍAS EXTRANJERAS EN EL ECUADOR

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Oswaldo Albornoz Peralta

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Quito2001

Oswaldo Albornoz Peralta

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Quito2001

Oswaldo Albornoz Peralta

LAS COMPAÑÍAS EXTRANJERAS EN EL

ECUADOR

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Escuela de Formación Política Manuel Agustín AguirrePartido Socialista - Frente AmplioEscuela de Sociología y Ciencias Políticasde la Universidad Central del Ecuador

LAS COMPAÑIAS EXTRANJERAS EN EL ECUADOROswaldo Albornoz Peralta

Serie: Escuela de Sociología de la Universidad Central

Dirección: José Juncosa

1ra. edición: Ediciones Abya–Yala. Av. 12 de Octubre 14-30 y WilsonCasilla: 17-12-719Teléfonos: 506-247 / 562-633 Fax: (593-2) 506-255e-mail: [email protected]

[email protected]

Escuela de Sociología y CCPPde la Universidad Central del EcuadorCasilla 17031692Telf: 565-822 / 231814 / 558874Fax: 565882II Piso Facultad de Jurisprudencia,Ciencias Políticas y SocialesUniversidad Central del Ecuador

Levantamiento y correción de texto: César AlbornozDiagramación: Abya–Yala Editing

ISBN: 9978-04-709-3

Impresión: Sistema DocuTechQuito-Ecuador

Impreso en Quito-Ecuador, 2001

Escuela de Formación Política Manuel Agustín AguirrePartido Socialista - Frente AmplioEscuela de Sociología y Ciencias Políticasde la Universidad Central del Ecuador

LAS COMPAÑIAS EXTRANJERAS EN EL ECUADOROswaldo Albornoz Peralta

Serie: Escuela de Sociología de la Universidad Central

Dirección: José Juncosa

1ra. edición: Ediciones Abya–Yala. Av. 12 de Octubre 14-30 y WilsonCasilla: 17-12-719Teléfonos: 506-247 / 562-633 Fax: (593-2) 506-255e-mail: [email protected]

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Levantamiento y correción de texto: César AlbornozDiagramación: Abya–Yala Editing

ISBN: 9978-04-709-3

Impresión: Sistema DocuTechQuito-Ecuador

Impreso en Quito-Ecuador, 2001

Escuela de Formación Política Manuel Agustín AguirrePartido Socialista - Frente AmplioEscuela de Sociología y Ciencias Políticasde la Universidad Central del Ecuador

LAS COMPAÑIAS EXTRANJERAS EN EL ECUADOROswaldo Albornoz Peralta

Serie: Escuela de Sociología de la Universidad Central

Dirección: José Juncosa

1ra. edición: Ediciones Abya–Yala. Av. 12 de Octubre 14-30 y WilsonCasilla: 17-12-719Teléfonos: 506-247 / 562-633 Fax: (593-2) 506-255e-mail: [email protected]

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Escuela de Sociología y CCPPde la Universidad Central del EcuadorCasilla 17031692Telf: 565-822 / 231814 / 558874Fax: 565882II Piso Facultad de Jurisprudencia,Ciencias Políticas y SocialesUniversidad Central del Ecuador

Levantamiento y correción de texto: César AlbornozDiagramación: Abya–Yala Editing

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Impreso en Quito-Ecuador, 2001

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Contenido

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

La “Ecuador Land Company Limited” de Esmeraldas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

La “South American Development Company” de Portovelo . . . . . . . . . . . . . . . . . 68

Historia de la Compañía “Anglo Ecuadorian Oilfields Limited” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95

La Compañía Sueca de Fósforos . . . . . . . . . . 126

La Compañía W. R. Grace y su filial la Grace Line . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151

Historia de la United Fruit . . . . . . . . . . . . . . . 195

La “Empresa Eléctrica del Ecuador Inc.” de Guayaquil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227

Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 283

Contenido

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

La “Ecuador Land Company Limited” de Esmeraldas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

La “South American Development Company” de Portovelo . . . . . . . . . . . . . . . . . 68

Historia de la Compañía “Anglo Ecuadorian Oilfields Limited” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95

La Compañía Sueca de Fósforos . . . . . . . . . . 126

La Compañía W. R. Grace y su filial la Grace Line . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151

Historia de la United Fruit . . . . . . . . . . . . . . . 195

La “Empresa Eléctrica del Ecuador Inc.” de Guayaquil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227

Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 283

Contenido

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

La “Ecuador Land Company Limited” de Esmeraldas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

La “South American Development Company” de Portovelo . . . . . . . . . . . . . . . . . 68

Historia de la Compañía “Anglo Ecuadorian Oilfields Limited” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95

La Compañía Sueca de Fósforos . . . . . . . . . . 126

La Compañía W. R. Grace y su filial la Grace Line . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151

Historia de la United Fruit . . . . . . . . . . . . . . . 195

La “Empresa Eléctrica del Ecuador Inc.” de Guayaquil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227

Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 283

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Introducción

Desde casi el inicio de la etapa imperialista1870- aparece la encendida protesta por sus desma-nes reiterados con que inaugura su ciclo. Y tambiénporque ya antes, como aviso anticipado, el capitalis-mo había explotado y regado de sangre las tierrasamericanas.

Oigamos algunas de estas nobles voces primi-genias.

Una de las primeras, y una de las más puras, esla voz del cubano José Martí. Observando el afán delos norteamericanos de apoderarse de nuestras ri-quezas –dice que en sus narices excesivamente agui-leñas se ve la rapacidad de la casta- tempranamenteadvierte que dependencia económica, es dependen-cia política. Desde La Nación de Buenos Aires, mi-rando los proyectos y maniobras de los delegadosyanquis en ese primer Congreso Panamericano de1889, nos alerta contra los peligros del panamerica-nismo y sus lacayos, a los que califica apropiada-mente de Caínes. Y para que sus palabras tengan elpeso que da la experiencia, en carta escrita la vísperade su muerte, expresa: “Viví en el monstruo y le co-nozco las entrañas. Y mi honda es la de David.” 1

A Martí le sigue el colombiano José María Var-gas Vila, uno de los escritores más leídos de su tiem-po. No comprende bien el fenómeno del imperialis-mo, y por eso soslaya el europeo, enfilando su verboirreverente contra los abusos y las sucesivas ocupa-

Introducción

Desde casi el inicio de la etapa imperialista1870- aparece la encendida protesta por sus desma-nes reiterados con que inaugura su ciclo. Y tambiénporque ya antes, como aviso anticipado, el capitalis-mo había explotado y regado de sangre las tierrasamericanas.

Oigamos algunas de estas nobles voces primi-genias.

Una de las primeras, y una de las más puras, esla voz del cubano José Martí. Observando el afán delos norteamericanos de apoderarse de nuestras ri-quezas –dice que en sus narices excesivamente agui-leñas se ve la rapacidad de la casta- tempranamenteadvierte que dependencia económica, es dependen-cia política. Desde La Nación de Buenos Aires, mi-rando los proyectos y maniobras de los delegadosyanquis en ese primer Congreso Panamericano de1889, nos alerta contra los peligros del panamerica-nismo y sus lacayos, a los que califica apropiada-mente de Caínes. Y para que sus palabras tengan elpeso que da la experiencia, en carta escrita la vísperade su muerte, expresa: “Viví en el monstruo y le co-nozco las entrañas. Y mi honda es la de David.” 1

A Martí le sigue el colombiano José María Var-gas Vila, uno de los escritores más leídos de su tiem-po. No comprende bien el fenómeno del imperialis-mo, y por eso soslaya el europeo, enfilando su verboirreverente contra los abusos y las sucesivas ocupa-

Introducción

Desde casi el inicio de la etapa imperialista1870- aparece la encendida protesta por sus desma-nes reiterados con que inaugura su ciclo. Y tambiénporque ya antes, como aviso anticipado, el capitalis-mo había explotado y regado de sangre las tierrasamericanas.

Oigamos algunas de estas nobles voces primi-genias.

Una de las primeras, y una de las más puras, esla voz del cubano José Martí. Observando el afán delos norteamericanos de apoderarse de nuestras ri-quezas –dice que en sus narices excesivamente agui-leñas se ve la rapacidad de la casta- tempranamenteadvierte que dependencia económica, es dependen-cia política. Desde La Nación de Buenos Aires, mi-rando los proyectos y maniobras de los delegadosyanquis en ese primer Congreso Panamericano de1889, nos alerta contra los peligros del panamerica-nismo y sus lacayos, a los que califica apropiada-mente de Caínes. Y para que sus palabras tengan elpeso que da la experiencia, en carta escrita la vísperade su muerte, expresa: “Viví en el monstruo y le co-nozco las entrañas. Y mi honda es la de David.” 1

A Martí le sigue el colombiano José María Var-gas Vila, uno de los escritores más leídos de su tiem-po. No comprende bien el fenómeno del imperialis-mo, y por eso soslaya el europeo, enfilando su verboirreverente contra los abusos y las sucesivas ocupa-

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ciones yanquis de los países latinoamericanos. Seprecia de haber iniciado el combate anti-yanqui des-de 1893 en su revista Hispano–América publicada enNueva York, en el propio campamento de los bárba-ros, dice. Pero es en su libro Ante los bárbaros dondela denuncia fulgura con fuerza inusitada. Ningúnatentado queda sin condena. Y los lacayos –aquellosque besan el tacón de las botas extranjeras- llevan elinri de la degradación.

Rubén Darío, el astro más brillante del moder-nismo, no es sólo un espigador de estrellas como lollama Blanco Fombona, sino también un poeta cívi-co atento a todas las vicisitudes de los pueblos ameri-canos. Y siendo de Nicaragua, país invadido por lashordas del filibustero Walker, no podía dejar decombatir la rapiña imperialista. Oíd lo que dice en suOda a Roosevelt escrita a raíz del zarpazo de Panamá:

Eres los Estados Unidos,eres el futuro invasor

de la América ingenua que tiene sangre indígena,que aún reza a Jesucristo y aún habla español.

--------------------------------Tened cuidado. ¡Vive la América Española!hay mil cachorros sueltos del León Español.Se necesita Roosevelt, ser, por Dios mismo,

el riflero terrible y el fuerte Cazador,para poder ponernos en vuestras férreas garras.

Y, contáis con todo, falta una cosa: ¡Dios! 2

Otro luchador antimperialista es el pensadorargentino José Ingenieros, que va puliendo sus ideaspaulatinamente hasta llegar a Los tiempos nuevos, vi-ril defensa de la revolución rusa. Condena todas lasintervenciones norteamericanas en Centro Américay el Caribe. Denuncia también sus instrumentos

ciones yanquis de los países latinoamericanos. Seprecia de haber iniciado el combate anti-yanqui des-de 1893 en su revista Hispano–América publicada enNueva York, en el propio campamento de los bárba-ros, dice. Pero es en su libro Ante los bárbaros dondela denuncia fulgura con fuerza inusitada. Ningúnatentado queda sin condena. Y los lacayos –aquellosque besan el tacón de las botas extranjeras- llevan elinri de la degradación.

Rubén Darío, el astro más brillante del moder-nismo, no es sólo un espigador de estrellas como lollama Blanco Fombona, sino también un poeta cívi-co atento a todas las vicisitudes de los pueblos ameri-canos. Y siendo de Nicaragua, país invadido por lashordas del filibustero Walker, no podía dejar decombatir la rapiña imperialista. Oíd lo que dice en suOda a Roosevelt escrita a raíz del zarpazo de Panamá:

Eres los Estados Unidos,eres el futuro invasor

de la América ingenua que tiene sangre indígena,que aún reza a Jesucristo y aún habla español.

--------------------------------Tened cuidado. ¡Vive la América Española!hay mil cachorros sueltos del León Español.Se necesita Roosevelt, ser, por Dios mismo,

el riflero terrible y el fuerte Cazador,para poder ponernos en vuestras férreas garras.

Y, contáis con todo, falta una cosa: ¡Dios! 2

Otro luchador antimperialista es el pensadorargentino José Ingenieros, que va puliendo sus ideaspaulatinamente hasta llegar a Los tiempos nuevos, vi-ril defensa de la revolución rusa. Condena todas lasintervenciones norteamericanas en Centro Américay el Caribe. Denuncia también sus instrumentos

ciones yanquis de los países latinoamericanos. Seprecia de haber iniciado el combate anti-yanqui des-de 1893 en su revista Hispano–América publicada enNueva York, en el propio campamento de los bárba-ros, dice. Pero es en su libro Ante los bárbaros dondela denuncia fulgura con fuerza inusitada. Ningúnatentado queda sin condena. Y los lacayos –aquellosque besan el tacón de las botas extranjeras- llevan elinri de la degradación.

Rubén Darío, el astro más brillante del moder-nismo, no es sólo un espigador de estrellas como lollama Blanco Fombona, sino también un poeta cívi-co atento a todas las vicisitudes de los pueblos ameri-canos. Y siendo de Nicaragua, país invadido por lashordas del filibustero Walker, no podía dejar decombatir la rapiña imperialista. Oíd lo que dice en suOda a Roosevelt escrita a raíz del zarpazo de Panamá:

Eres los Estados Unidos,eres el futuro invasor

de la América ingenua que tiene sangre indígena,que aún reza a Jesucristo y aún habla español.

--------------------------------Tened cuidado. ¡Vive la América Española!hay mil cachorros sueltos del León Español.Se necesita Roosevelt, ser, por Dios mismo,

el riflero terrible y el fuerte Cazador,para poder ponernos en vuestras férreas garras.

Y, contáis con todo, falta una cosa: ¡Dios! 2

Otro luchador antimperialista es el pensadorargentino José Ingenieros, que va puliendo sus ideaspaulatinamente hasta llegar a Los tiempos nuevos, vi-ril defensa de la revolución rusa. Condena todas lasintervenciones norteamericanas en Centro Américay el Caribe. Denuncia también sus instrumentos

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ideológicos de dominación: el monroísmo y el pana-mericanismo sobre el imperialismo yanqui dice que“con la potencia económica ha creado la voracidadde su casta privilegiada, presionado más y más la po-lítica en sentido imperialista, hasta convertir el go-bierno en un instrumento de sindicatos sin otrosprincipios que captar fuentes de riqueza y especularsobre el trabajo de la humanidad, esclavizada ya poruna férrea bancocracia sin patria y sin moral.” 3 Y,por fin, redacta la declaración de principios de laUnión Latino Americana, creada para combatir alimperialismo yanqui.

A Ingenieros, muerto en 1925, le sigue otro ar-gentino, el destacado literato Manuel Ugarte. Se pa-sea por toda América Latina denunciando las suciasintervenciones norteamericanas en nuestros pue-blos. También, en su libro La Nación Latinoamerica-na, nos alerta contra la penetración económica delimperialismo: los empréstitos, las tarifas aduaneras ylos ferrocarriles. Igualmente, nos pone en guardiacontra la penetración cultural, que en su juicio for-man mentalidades coloniales y sumisas. Y al defen-der a Sandino –a quien considera como único repre-sentante de Nicaragua en un artículo publicado en larevista Amauta de Mariátegui- desnuda a los dicta-dores y gobernantes genuflexos que ponen la sobe-ranía de sus patrias a los pies de los dominadores ex-tranjeros.

La lucha de Ugarte contra el imperialismo esvieja. Como representante del Partido Socialista Ar-gentino asiste al Congreso de Stuttgart donde votajunto con Lenin y Rosa Luxemburgo las proposicio-nes anticolonialistas. Más tarde, cuando el socialis-mo de Juan B. Justo adopta posiciones revisionistasy antirrevolucionarias, es expulsado de las filas delpartido por haber protestado por la aprobación del

ideológicos de dominación: el monroísmo y el pana-mericanismo sobre el imperialismo yanqui dice que“con la potencia económica ha creado la voracidadde su casta privilegiada, presionado más y más la po-lítica en sentido imperialista, hasta convertir el go-bierno en un instrumento de sindicatos sin otrosprincipios que captar fuentes de riqueza y especularsobre el trabajo de la humanidad, esclavizada ya poruna férrea bancocracia sin patria y sin moral.” 3 Y,por fin, redacta la declaración de principios de laUnión Latino Americana, creada para combatir alimperialismo yanqui.

A Ingenieros, muerto en 1925, le sigue otro ar-gentino, el destacado literato Manuel Ugarte. Se pa-sea por toda América Latina denunciando las suciasintervenciones norteamericanas en nuestros pue-blos. También, en su libro La Nación Latinoamerica-na, nos alerta contra la penetración económica delimperialismo: los empréstitos, las tarifas aduaneras ylos ferrocarriles. Igualmente, nos pone en guardiacontra la penetración cultural, que en su juicio for-man mentalidades coloniales y sumisas. Y al defen-der a Sandino –a quien considera como único repre-sentante de Nicaragua en un artículo publicado en larevista Amauta de Mariátegui- desnuda a los dicta-dores y gobernantes genuflexos que ponen la sobe-ranía de sus patrias a los pies de los dominadores ex-tranjeros.

La lucha de Ugarte contra el imperialismo esvieja. Como representante del Partido Socialista Ar-gentino asiste al Congreso de Stuttgart donde votajunto con Lenin y Rosa Luxemburgo las proposicio-nes anticolonialistas. Más tarde, cuando el socialis-mo de Juan B. Justo adopta posiciones revisionistasy antirrevolucionarias, es expulsado de las filas delpartido por haber protestado por la aprobación del

ideológicos de dominación: el monroísmo y el pana-mericanismo sobre el imperialismo yanqui dice que“con la potencia económica ha creado la voracidadde su casta privilegiada, presionado más y más la po-lítica en sentido imperialista, hasta convertir el go-bierno en un instrumento de sindicatos sin otrosprincipios que captar fuentes de riqueza y especularsobre el trabajo de la humanidad, esclavizada ya poruna férrea bancocracia sin patria y sin moral.” 3 Y,por fin, redacta la declaración de principios de laUnión Latino Americana, creada para combatir alimperialismo yanqui.

A Ingenieros, muerto en 1925, le sigue otro ar-gentino, el destacado literato Manuel Ugarte. Se pa-sea por toda América Latina denunciando las suciasintervenciones norteamericanas en nuestros pue-blos. También, en su libro La Nación Latinoamerica-na, nos alerta contra la penetración económica delimperialismo: los empréstitos, las tarifas aduaneras ylos ferrocarriles. Igualmente, nos pone en guardiacontra la penetración cultural, que en su juicio for-man mentalidades coloniales y sumisas. Y al defen-der a Sandino –a quien considera como único repre-sentante de Nicaragua en un artículo publicado en larevista Amauta de Mariátegui- desnuda a los dicta-dores y gobernantes genuflexos que ponen la sobe-ranía de sus patrias a los pies de los dominadores ex-tranjeros.

La lucha de Ugarte contra el imperialismo esvieja. Como representante del Partido Socialista Ar-gentino asiste al Congreso de Stuttgart donde votajunto con Lenin y Rosa Luxemburgo las proposicio-nes anticolonialistas. Más tarde, cuando el socialis-mo de Juan B. Justo adopta posiciones revisionistasy antirrevolucionarias, es expulsado de las filas delpartido por haber protestado por la aprobación del

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cercenamiento de Panamá a Colombia por el impe-rialismo yanqui.

Empero, se lucha no sólo contra el imperialis-mo con la pluma y la acción cívica, sino que tam-bién se lo enfrenta con las armas. Varios son loscombatientes que empuñan la espada o el fusil –los“cacos” acaudillados por Charlemagne Péralte en larepública de Haití y los guerrilleros de Ramón Nate-ra en Santo Domingo -por ejemplo- pero es sin du-da el nicaragüense César Augusto Sandino el másdestacado y el que consiguió la mayor solidaridad delos pueblos latinoamericanos, pues hasta existen bri-gadas internacionales que combaten a su lado. “Elpequeño ejército loco”, como lo califica la poetisaGabriela Mistral, o el “Ejército de los Hombres Li-bres” como lo llama el gran escritor comunista Hen-ri Barbusse, después de seis años de heroica luchalogra derrotar a los invasores. Pero la vergonzosa sa-lida de los marines es vengada por uno de sus laca-yos: Anastasio Somoza, jefe de la Guardia Nacional,ordena el asesinato del héroe en 1934.

Oh las cosas del Destinoy el destino de las cosas:

después de Augusto Sandinoy de Rubén el Divino

los Anastasios Somozas.4

A los seis combatientes enunciados se sumanmuchos otros. Están en las filas antimperialistas JoséEnrique Rodó, Rufino Blanco Fombona, EmilioRoig Leuchsenring y Pablo González Casanova, en-tre los más notables, solamente. A ellos se une unabrillante élite comunista: Julio Antonio Mella, JoséCarlos Mariátegui y Aníbal Ponce, por ejemplo, que

cercenamiento de Panamá a Colombia por el impe-rialismo yanqui.

Empero, se lucha no sólo contra el imperialis-mo con la pluma y la acción cívica, sino que tam-bién se lo enfrenta con las armas. Varios son loscombatientes que empuñan la espada o el fusil –los“cacos” acaudillados por Charlemagne Péralte en larepública de Haití y los guerrilleros de Ramón Nate-ra en Santo Domingo -por ejemplo- pero es sin du-da el nicaragüense César Augusto Sandino el másdestacado y el que consiguió la mayor solidaridad delos pueblos latinoamericanos, pues hasta existen bri-gadas internacionales que combaten a su lado. “Elpequeño ejército loco”, como lo califica la poetisaGabriela Mistral, o el “Ejército de los Hombres Li-bres” como lo llama el gran escritor comunista Hen-ri Barbusse, después de seis años de heroica luchalogra derrotar a los invasores. Pero la vergonzosa sa-lida de los marines es vengada por uno de sus laca-yos: Anastasio Somoza, jefe de la Guardia Nacional,ordena el asesinato del héroe en 1934.

Oh las cosas del Destinoy el destino de las cosas:

después de Augusto Sandinoy de Rubén el Divino

los Anastasios Somozas.4

A los seis combatientes enunciados se sumanmuchos otros. Están en las filas antimperialistas JoséEnrique Rodó, Rufino Blanco Fombona, EmilioRoig Leuchsenring y Pablo González Casanova, en-tre los más notables, solamente. A ellos se une unabrillante élite comunista: Julio Antonio Mella, JoséCarlos Mariátegui y Aníbal Ponce, por ejemplo, que

cercenamiento de Panamá a Colombia por el impe-rialismo yanqui.

Empero, se lucha no sólo contra el imperialis-mo con la pluma y la acción cívica, sino que tam-bién se lo enfrenta con las armas. Varios son loscombatientes que empuñan la espada o el fusil –los“cacos” acaudillados por Charlemagne Péralte en larepública de Haití y los guerrilleros de Ramón Nate-ra en Santo Domingo -por ejemplo- pero es sin du-da el nicaragüense César Augusto Sandino el másdestacado y el que consiguió la mayor solidaridad delos pueblos latinoamericanos, pues hasta existen bri-gadas internacionales que combaten a su lado. “Elpequeño ejército loco”, como lo califica la poetisaGabriela Mistral, o el “Ejército de los Hombres Li-bres” como lo llama el gran escritor comunista Hen-ri Barbusse, después de seis años de heroica luchalogra derrotar a los invasores. Pero la vergonzosa sa-lida de los marines es vengada por uno de sus laca-yos: Anastasio Somoza, jefe de la Guardia Nacional,ordena el asesinato del héroe en 1934.

Oh las cosas del Destinoy el destino de las cosas:

después de Augusto Sandinoy de Rubén el Divino

los Anastasios Somozas.4

A los seis combatientes enunciados se sumanmuchos otros. Están en las filas antimperialistas JoséEnrique Rodó, Rufino Blanco Fombona, EmilioRoig Leuchsenring y Pablo González Casanova, en-tre los más notables, solamente. A ellos se une unabrillante élite comunista: Julio Antonio Mella, JoséCarlos Mariátegui y Aníbal Ponce, por ejemplo, que

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dan consistencia científica al antimperialismo con lateoría leninista.

A la denuncia y a la protesta, casi simultánea-mente, se une la lucha de los pueblos latinoamerica-nos por el rescate de las riquezas en manos extranje-ras y por el desarrollo de la industria nacional. A ve-ces se consiguen éxitos, pero también derrotas y fra-casos.

El presidente Balmaceda de Chile, que segúnGonzález Casanova tiene “el proyecto de construc-ción nacional más avanzado de la época”,5 quiererestituir a su patria el salitre conquistado por el im-perialismo británico, pero el noble intento terminacon su derrocamiento y suicidio. Después viene unalarga lucha por la recuperación del cobre, que en sumayor parte está en poder de las compañías yanquisAnaconda y Kennecott. Allende logra la nacionaliza-ción total de su industria cuprera, pero no tarda lavenganza imperialista: es asesinado por los militarestraidores comandados por el sicario Pinochet.

El gobierno nacionalista de Battle Ordóñez em-prende en el Uruguay una amplia tarea liberadora,pues el imperialismo británico es el dueño de unagran cantidad de empresas, sobre todo de serviciospúblicos. Nacionaliza el Banco de la República y elBanco Hipotecario. Crea el Frigorífico Nacional paraimpedir el monopolio de las empresas extranjeras.Con este mismo fin inicia la construcción de una redferroviaria estatal. Monopoliza para el Estado la pro-ducción de energía eléctrica y algunos otros servicios.En fin, entre otras obras parecidas, impone fuertesbarreras arancelarias para proteger las industrias na-cionales. Gracias a todo esto, el desarrollo y el pro-greso de la patria de Artigas, se pone en marcha.

La Argentina crea en 1922 la primera compa-ñía estatal de petróleo de América Latina con el

dan consistencia científica al antimperialismo con lateoría leninista.

A la denuncia y a la protesta, casi simultánea-mente, se une la lucha de los pueblos latinoamerica-nos por el rescate de las riquezas en manos extranje-ras y por el desarrollo de la industria nacional. A ve-ces se consiguen éxitos, pero también derrotas y fra-casos.

El presidente Balmaceda de Chile, que segúnGonzález Casanova tiene “el proyecto de construc-ción nacional más avanzado de la época”,5 quiererestituir a su patria el salitre conquistado por el im-perialismo británico, pero el noble intento terminacon su derrocamiento y suicidio. Después viene unalarga lucha por la recuperación del cobre, que en sumayor parte está en poder de las compañías yanquisAnaconda y Kennecott. Allende logra la nacionaliza-ción total de su industria cuprera, pero no tarda lavenganza imperialista: es asesinado por los militarestraidores comandados por el sicario Pinochet.

El gobierno nacionalista de Battle Ordóñez em-prende en el Uruguay una amplia tarea liberadora,pues el imperialismo británico es el dueño de unagran cantidad de empresas, sobre todo de serviciospúblicos. Nacionaliza el Banco de la República y elBanco Hipotecario. Crea el Frigorífico Nacional paraimpedir el monopolio de las empresas extranjeras.Con este mismo fin inicia la construcción de una redferroviaria estatal. Monopoliza para el Estado la pro-ducción de energía eléctrica y algunos otros servicios.En fin, entre otras obras parecidas, impone fuertesbarreras arancelarias para proteger las industrias na-cionales. Gracias a todo esto, el desarrollo y el pro-greso de la patria de Artigas, se pone en marcha.

La Argentina crea en 1922 la primera compa-ñía estatal de petróleo de América Latina con el

dan consistencia científica al antimperialismo con lateoría leninista.

A la denuncia y a la protesta, casi simultánea-mente, se une la lucha de los pueblos latinoamerica-nos por el rescate de las riquezas en manos extranje-ras y por el desarrollo de la industria nacional. A ve-ces se consiguen éxitos, pero también derrotas y fra-casos.

El presidente Balmaceda de Chile, que segúnGonzález Casanova tiene “el proyecto de construc-ción nacional más avanzado de la época”,5 quiererestituir a su patria el salitre conquistado por el im-perialismo británico, pero el noble intento terminacon su derrocamiento y suicidio. Después viene unalarga lucha por la recuperación del cobre, que en sumayor parte está en poder de las compañías yanquisAnaconda y Kennecott. Allende logra la nacionaliza-ción total de su industria cuprera, pero no tarda lavenganza imperialista: es asesinado por los militarestraidores comandados por el sicario Pinochet.

El gobierno nacionalista de Battle Ordóñez em-prende en el Uruguay una amplia tarea liberadora,pues el imperialismo británico es el dueño de unagran cantidad de empresas, sobre todo de serviciospúblicos. Nacionaliza el Banco de la República y elBanco Hipotecario. Crea el Frigorífico Nacional paraimpedir el monopolio de las empresas extranjeras.Con este mismo fin inicia la construcción de una redferroviaria estatal. Monopoliza para el Estado la pro-ducción de energía eléctrica y algunos otros servicios.En fin, entre otras obras parecidas, impone fuertesbarreras arancelarias para proteger las industrias na-cionales. Gracias a todo esto, el desarrollo y el pro-greso de la patria de Artigas, se pone en marcha.

La Argentina crea en 1922 la primera compa-ñía estatal de petróleo de América Latina con el

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nombre de Yacimientos Petrolíferos Fiscales. Estaconquista, que afirma la soberanía nacional sobreese combustible tan valioso, es conseguida despuésde dura lucha con la compañía yanqui Standard Oil,empeñada en apoderarse de esa fuente de riqueza. Elgeneral Mosconi es el héroe de esta patriótica cam-paña que tiene el apoyo del presidente Irigoyen. Elprecio, empero, es muy caro: los sirvientes de la em-presa extranjera logran desplazarle de su cargo enlos YPF y desterrarle. En nuestro tiempo, el presi-dente neoliberal Menem, ha entregado el petróleoargentino a la voracidad de las compañías transna-cionales.

México sigue el ejemplo. El 23 de marzo de1938 se publica la “Declaración de la soberanía eco-nómica” y se expropian las compañías extranjerasque se habían apoderado del petróleo mexicano. Asíse pone término a los abusos y criminales procedi-mientos: “asesinatos de pequeños propietarios en cu-yos terrenos existían pozos petrolíferos, el sobornode autoridades y el sostenimiento de fuerzas rebeldespara eludir el cumplimiento de obligaciones legales yde pagar los impuestos decretados por la legislacióndel ramo…” 6 Todo esto desaparece según afirma elhistoriador marxista Rafael Ramos Pedrueza.

Bolivia tiene una larga y trágica experienciaminera: durante la colonia la plata del Potosí saleempapada con la sangre de millares de indígenas.Después, el petróleo, cubre los cadáveres en los lla-nos del Chaco: por eso, en 1936 se declaran caduca-das las concesiones de la Standard Oil, responsablecon la Royal Duch Shell, de la sangrienta guerra.Más tarde, en 1952, la minería grande pasa a manosdel Estado, especialmente la usurpada por los baro-nes del estaño: Patiño, Hochschild y Aramayo, liga-dos al capital extranjero y con ingresos fabulosos. Y

nombre de Yacimientos Petrolíferos Fiscales. Estaconquista, que afirma la soberanía nacional sobreese combustible tan valioso, es conseguida despuésde dura lucha con la compañía yanqui Standard Oil,empeñada en apoderarse de esa fuente de riqueza. Elgeneral Mosconi es el héroe de esta patriótica cam-paña que tiene el apoyo del presidente Irigoyen. Elprecio, empero, es muy caro: los sirvientes de la em-presa extranjera logran desplazarle de su cargo enlos YPF y desterrarle. En nuestro tiempo, el presi-dente neoliberal Menem, ha entregado el petróleoargentino a la voracidad de las compañías transna-cionales.

México sigue el ejemplo. El 23 de marzo de1938 se publica la “Declaración de la soberanía eco-nómica” y se expropian las compañías extranjerasque se habían apoderado del petróleo mexicano. Asíse pone término a los abusos y criminales procedi-mientos: “asesinatos de pequeños propietarios en cu-yos terrenos existían pozos petrolíferos, el sobornode autoridades y el sostenimiento de fuerzas rebeldespara eludir el cumplimiento de obligaciones legales yde pagar los impuestos decretados por la legislacióndel ramo…” 6 Todo esto desaparece según afirma elhistoriador marxista Rafael Ramos Pedrueza.

Bolivia tiene una larga y trágica experienciaminera: durante la colonia la plata del Potosí saleempapada con la sangre de millares de indígenas.Después, el petróleo, cubre los cadáveres en los lla-nos del Chaco: por eso, en 1936 se declaran caduca-das las concesiones de la Standard Oil, responsablecon la Royal Duch Shell, de la sangrienta guerra.Más tarde, en 1952, la minería grande pasa a manosdel Estado, especialmente la usurpada por los baro-nes del estaño: Patiño, Hochschild y Aramayo, liga-dos al capital extranjero y con ingresos fabulosos. Y

nombre de Yacimientos Petrolíferos Fiscales. Estaconquista, que afirma la soberanía nacional sobreese combustible tan valioso, es conseguida despuésde dura lucha con la compañía yanqui Standard Oil,empeñada en apoderarse de esa fuente de riqueza. Elgeneral Mosconi es el héroe de esta patriótica cam-paña que tiene el apoyo del presidente Irigoyen. Elprecio, empero, es muy caro: los sirvientes de la em-presa extranjera logran desplazarle de su cargo enlos YPF y desterrarle. En nuestro tiempo, el presi-dente neoliberal Menem, ha entregado el petróleoargentino a la voracidad de las compañías transna-cionales.

México sigue el ejemplo. El 23 de marzo de1938 se publica la “Declaración de la soberanía eco-nómica” y se expropian las compañías extranjerasque se habían apoderado del petróleo mexicano. Asíse pone término a los abusos y criminales procedi-mientos: “asesinatos de pequeños propietarios en cu-yos terrenos existían pozos petrolíferos, el sobornode autoridades y el sostenimiento de fuerzas rebeldespara eludir el cumplimiento de obligaciones legales yde pagar los impuestos decretados por la legislacióndel ramo…” 6 Todo esto desaparece según afirma elhistoriador marxista Rafael Ramos Pedrueza.

Bolivia tiene una larga y trágica experienciaminera: durante la colonia la plata del Potosí saleempapada con la sangre de millares de indígenas.Después, el petróleo, cubre los cadáveres en los lla-nos del Chaco: por eso, en 1936 se declaran caduca-das las concesiones de la Standard Oil, responsablecon la Royal Duch Shell, de la sangrienta guerra.Más tarde, en 1952, la minería grande pasa a manosdel Estado, especialmente la usurpada por los baro-nes del estaño: Patiño, Hochschild y Aramayo, liga-dos al capital extranjero y con ingresos fabulosos. Y

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tras de esos ingresos, las masacres de obreros y la mi-seria del pueblo boliviano, lo cual no ha sido impedi-mento para que los neoliberales de hoy, mediante su-cios negociados, hayan devuelto a las compañíastransnacionales la riqueza que fue recuperada.

Los otros países de Latinoamérica, unos más yotros menos, también siguen la senda nacionaliza-dora. Varios gobiernos nacionalistas bregan sin ce-sar, con éxito unas veces y con reveses otras, para re-conquistar las riquezas perdidas. Y este proceso llegaa la cumbre cuando Cuba –otrora humillada con laEnmienda Platt y convertida en campo de recreo delos magnates de Wall Street- realiza la gloriosa revo-lución liderada por el comandante Fidel Castro.Aquí sí, el rescate es total y justiciero.

El Ecuador también sigue un camino similar altransitado por las naciones hermanas del continente.

Se oye la voz estentórea de Peralta que pasa re-vista y denuncia los desmanes del imperialismo yan-qui en los pueblos latinoamericanos. Revela los mé-todos arteros de que se vale Estados Unidos para in-troducirse en nuestros países y apoderarse de sus ri-quezas. Piensa que es de gran importancia que el Es-tado mantenga el dominio de sus minas y de susfuentes energéticas. Habla sobre el dogal que signifi-ca los empréstitos yanquis y sobre el papel sojuzga-dor que desempeñan sus misiones financieras. Se re-fiere a los vendepatria, a los que llama mesnada que“ha renegado de todo sentimiento nacional y patrió-tico, de toda noción de honradez y dignidad, de todapráctica democrática, de toda libertad ciudadana.” 7

El mejor ejemplar de esta casta de traidores es el pre-sidente nicaragüense Díaz, al que considera como“el felón más digno de la horca, que ha producidoAmérica”.8 Finalmente hace un llamado a la unidadde las naciones latinoamericanas: “es urgente salvar-

tras de esos ingresos, las masacres de obreros y la mi-seria del pueblo boliviano, lo cual no ha sido impedi-mento para que los neoliberales de hoy, mediante su-cios negociados, hayan devuelto a las compañíastransnacionales la riqueza que fue recuperada.

Los otros países de Latinoamérica, unos más yotros menos, también siguen la senda nacionaliza-dora. Varios gobiernos nacionalistas bregan sin ce-sar, con éxito unas veces y con reveses otras, para re-conquistar las riquezas perdidas. Y este proceso llegaa la cumbre cuando Cuba –otrora humillada con laEnmienda Platt y convertida en campo de recreo delos magnates de Wall Street- realiza la gloriosa revo-lución liderada por el comandante Fidel Castro.Aquí sí, el rescate es total y justiciero.

El Ecuador también sigue un camino similar altransitado por las naciones hermanas del continente.

Se oye la voz estentórea de Peralta que pasa re-vista y denuncia los desmanes del imperialismo yan-qui en los pueblos latinoamericanos. Revela los mé-todos arteros de que se vale Estados Unidos para in-troducirse en nuestros países y apoderarse de sus ri-quezas. Piensa que es de gran importancia que el Es-tado mantenga el dominio de sus minas y de susfuentes energéticas. Habla sobre el dogal que signifi-ca los empréstitos yanquis y sobre el papel sojuzga-dor que desempeñan sus misiones financieras. Se re-fiere a los vendepatria, a los que llama mesnada que“ha renegado de todo sentimiento nacional y patrió-tico, de toda noción de honradez y dignidad, de todapráctica democrática, de toda libertad ciudadana.” 7

El mejor ejemplar de esta casta de traidores es el pre-sidente nicaragüense Díaz, al que considera como“el felón más digno de la horca, que ha producidoAmérica”.8 Finalmente hace un llamado a la unidadde las naciones latinoamericanas: “es urgente salvar-

tras de esos ingresos, las masacres de obreros y la mi-seria del pueblo boliviano, lo cual no ha sido impedi-mento para que los neoliberales de hoy, mediante su-cios negociados, hayan devuelto a las compañíastransnacionales la riqueza que fue recuperada.

Los otros países de Latinoamérica, unos más yotros menos, también siguen la senda nacionaliza-dora. Varios gobiernos nacionalistas bregan sin ce-sar, con éxito unas veces y con reveses otras, para re-conquistar las riquezas perdidas. Y este proceso llegaa la cumbre cuando Cuba –otrora humillada con laEnmienda Platt y convertida en campo de recreo delos magnates de Wall Street- realiza la gloriosa revo-lución liderada por el comandante Fidel Castro.Aquí sí, el rescate es total y justiciero.

El Ecuador también sigue un camino similar altransitado por las naciones hermanas del continente.

Se oye la voz estentórea de Peralta que pasa re-vista y denuncia los desmanes del imperialismo yan-qui en los pueblos latinoamericanos. Revela los mé-todos arteros de que se vale Estados Unidos para in-troducirse en nuestros países y apoderarse de sus ri-quezas. Piensa que es de gran importancia que el Es-tado mantenga el dominio de sus minas y de susfuentes energéticas. Habla sobre el dogal que signifi-ca los empréstitos yanquis y sobre el papel sojuzga-dor que desempeñan sus misiones financieras. Se re-fiere a los vendepatria, a los que llama mesnada que“ha renegado de todo sentimiento nacional y patrió-tico, de toda noción de honradez y dignidad, de todapráctica democrática, de toda libertad ciudadana.” 7

El mejor ejemplar de esta casta de traidores es el pre-sidente nicaragüense Díaz, al que considera como“el felón más digno de la horca, que ha producidoAmérica”.8 Finalmente hace un llamado a la unidadde las naciones latinoamericanas: “es urgente salvar-

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nos –dice- y la salvación está en mancomunar nues-tra suerte, en unirnos sinceramente con el fin deprestarnos mutua ayuda, para una defensa eficaz yjusta contra el imperialismo que nos amenaza.” 9

Otro ecuatoriano patriota, Pío Jaramillo Alva-rado, también condena el imperialismo yanqui yenarbola el pendón de la soberanía nacional. Aligual que Peralta denuncia las piráticas intervencio-nes yanquis en los países indo-españoles: Santo Do-mingo, Haití, Nicaragua, Cuba y Panamá. Condenaa Díaz y ensalza la gesta de Sandino: “se agita en es-tos días –dice- una figura que toma los relieves deprócer continental, Sandino, quien, al combatir conlas armas la invasión yanque, no solo lucha por Ni-caragua, su patria, sino por las naciones indo-espa-ñolas. Hoy, Augusto Sandino es un guerrillero indo-mable; mañana, será un símbolo”.10 Denuncia, enfin, el inveterado deseo de Estados Unidos por apo-derarse de nuestro Archipiélago de Galápagos.

Benjamín Carrión, el gran escritor, realza susméritos con un libro publicado póstumamente:América dada al diablo. Lógicamente, el diablo es elimperialismo yanqui. No es un diablo elegante, astu-to e inteligente como el Mefistófeles del Fausto. No,es desgarbado y la fuerza bruta –el big stick, el grangarrote- es su mayor atributo. A su alrededor estánlos sucios diablillos, esos asquerosos vendepatrias,unas veces galonados y otras con frac y corbata delazo. Es un libro apasionado, escrito con ardor comotodo lo suyo, donde los crímenes del imperialismo, alos que revista, son descritos con fuego: “el atracoimperialista, su proceso, su consumación –dice- esun caso típico de asalto de bandidos de camino pú-blico”.11 Y pone en alto la revolución cubana comosímbolo de independencia, como puño cerradofrente al rapaz imperialismo, a ese imperialismo co-

nos –dice- y la salvación está en mancomunar nues-tra suerte, en unirnos sinceramente con el fin deprestarnos mutua ayuda, para una defensa eficaz yjusta contra el imperialismo que nos amenaza.” 9

Otro ecuatoriano patriota, Pío Jaramillo Alva-rado, también condena el imperialismo yanqui yenarbola el pendón de la soberanía nacional. Aligual que Peralta denuncia las piráticas intervencio-nes yanquis en los países indo-españoles: Santo Do-mingo, Haití, Nicaragua, Cuba y Panamá. Condenaa Díaz y ensalza la gesta de Sandino: “se agita en es-tos días –dice- una figura que toma los relieves deprócer continental, Sandino, quien, al combatir conlas armas la invasión yanque, no solo lucha por Ni-caragua, su patria, sino por las naciones indo-espa-ñolas. Hoy, Augusto Sandino es un guerrillero indo-mable; mañana, será un símbolo”.10 Denuncia, enfin, el inveterado deseo de Estados Unidos por apo-derarse de nuestro Archipiélago de Galápagos.

Benjamín Carrión, el gran escritor, realza susméritos con un libro publicado póstumamente:América dada al diablo. Lógicamente, el diablo es elimperialismo yanqui. No es un diablo elegante, astu-to e inteligente como el Mefistófeles del Fausto. No,es desgarbado y la fuerza bruta –el big stick, el grangarrote- es su mayor atributo. A su alrededor estánlos sucios diablillos, esos asquerosos vendepatrias,unas veces galonados y otras con frac y corbata delazo. Es un libro apasionado, escrito con ardor comotodo lo suyo, donde los crímenes del imperialismo, alos que revista, son descritos con fuego: “el atracoimperialista, su proceso, su consumación –dice- esun caso típico de asalto de bandidos de camino pú-blico”.11 Y pone en alto la revolución cubana comosímbolo de independencia, como puño cerradofrente al rapaz imperialismo, a ese imperialismo co-

nos –dice- y la salvación está en mancomunar nues-tra suerte, en unirnos sinceramente con el fin deprestarnos mutua ayuda, para una defensa eficaz yjusta contra el imperialismo que nos amenaza.” 9

Otro ecuatoriano patriota, Pío Jaramillo Alva-rado, también condena el imperialismo yanqui yenarbola el pendón de la soberanía nacional. Aligual que Peralta denuncia las piráticas intervencio-nes yanquis en los países indo-españoles: Santo Do-mingo, Haití, Nicaragua, Cuba y Panamá. Condenaa Díaz y ensalza la gesta de Sandino: “se agita en es-tos días –dice- una figura que toma los relieves deprócer continental, Sandino, quien, al combatir conlas armas la invasión yanque, no solo lucha por Ni-caragua, su patria, sino por las naciones indo-espa-ñolas. Hoy, Augusto Sandino es un guerrillero indo-mable; mañana, será un símbolo”.10 Denuncia, enfin, el inveterado deseo de Estados Unidos por apo-derarse de nuestro Archipiélago de Galápagos.

Benjamín Carrión, el gran escritor, realza susméritos con un libro publicado póstumamente:América dada al diablo. Lógicamente, el diablo es elimperialismo yanqui. No es un diablo elegante, astu-to e inteligente como el Mefistófeles del Fausto. No,es desgarbado y la fuerza bruta –el big stick, el grangarrote- es su mayor atributo. A su alrededor estánlos sucios diablillos, esos asquerosos vendepatrias,unas veces galonados y otras con frac y corbata delazo. Es un libro apasionado, escrito con ardor comotodo lo suyo, donde los crímenes del imperialismo, alos que revista, son descritos con fuego: “el atracoimperialista, su proceso, su consumación –dice- esun caso típico de asalto de bandidos de camino pú-blico”.11 Y pone en alto la revolución cubana comosímbolo de independencia, como puño cerradofrente al rapaz imperialismo, a ese imperialismo co-

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rruptor que ha “jugado con la concupiscencia denuestros caudillos, y particularmente de nuestros es-padones, en los cuales ha hecho nacer ambiciones demando y de rapiña, para tenerlos a merced de susplanes.” 12

Manuel Medina Castro es otra voz condenato-ria. Su primer libro, EE. UU. Y la independencia deAmérica Latina, nos advierte sobre el peligro que secierne sobre la soberanía y la libertad de nuestrospaíses por la desvergonzada intromisión del impe-rialismo yanqui.

El segundo libro, El Guayas, río navegable, ex-pone la oscura historia de la Grace Line, una empre-sa naviera norteamericana.

Otro libro suyo, La responsabilidad del gobiernonorteamericano en el proceso de la mutilación territo-rial del Ecuador, como su título lo indica, denunciala imposición imperialista del injusto Protocolo deRío de Janeiro al pueblo ecuatoriano. En los trabajosdenominados La doctrina y la ley de seguridad nacio-nal y Ecuador país ocupado, analiza ciertos tratados oacuerdos lesivos para la soberanía patria firmadospor gobiernos antinacionales, como por ejemplo elConvenio de Asistencia Militar entre Ecuador y losEstados Unidos, el “modus vivendi” sobre las 200millas marítimas y el Memorándum o Tratado deEntendimiento que permite la ocupación de nuestroOriente por tropas norteamericanas. Su gran obraEstados Unidos y América Latina, siglo XIX, narra elexpansionismo yanqui desde antes de llegar a la eta-pa imperialista y la posterior política de intervencióny abuso que tiene lugar ya en esta fase. El conflicto delas Malvinas y Granada se refieren a los zarpazos da-dos por el imperialismo inglés y el norteamericanocontra la Argentina y la pequeña isla caribeña, res-pectivamente. Esto significa, que la mayoría de las

rruptor que ha “jugado con la concupiscencia denuestros caudillos, y particularmente de nuestros es-padones, en los cuales ha hecho nacer ambiciones demando y de rapiña, para tenerlos a merced de susplanes.” 12

Manuel Medina Castro es otra voz condenato-ria. Su primer libro, EE. UU. Y la independencia deAmérica Latina, nos advierte sobre el peligro que secierne sobre la soberanía y la libertad de nuestrospaíses por la desvergonzada intromisión del impe-rialismo yanqui.

El segundo libro, El Guayas, río navegable, ex-pone la oscura historia de la Grace Line, una empre-sa naviera norteamericana.

Otro libro suyo, La responsabilidad del gobiernonorteamericano en el proceso de la mutilación territo-rial del Ecuador, como su título lo indica, denunciala imposición imperialista del injusto Protocolo deRío de Janeiro al pueblo ecuatoriano. En los trabajosdenominados La doctrina y la ley de seguridad nacio-nal y Ecuador país ocupado, analiza ciertos tratados oacuerdos lesivos para la soberanía patria firmadospor gobiernos antinacionales, como por ejemplo elConvenio de Asistencia Militar entre Ecuador y losEstados Unidos, el “modus vivendi” sobre las 200millas marítimas y el Memorándum o Tratado deEntendimiento que permite la ocupación de nuestroOriente por tropas norteamericanas. Su gran obraEstados Unidos y América Latina, siglo XIX, narra elexpansionismo yanqui desde antes de llegar a la eta-pa imperialista y la posterior política de intervencióny abuso que tiene lugar ya en esta fase. El conflicto delas Malvinas y Granada se refieren a los zarpazos da-dos por el imperialismo inglés y el norteamericanocontra la Argentina y la pequeña isla caribeña, res-pectivamente. Esto significa, que la mayoría de las

rruptor que ha “jugado con la concupiscencia denuestros caudillos, y particularmente de nuestros es-padones, en los cuales ha hecho nacer ambiciones demando y de rapiña, para tenerlos a merced de susplanes.” 12

Manuel Medina Castro es otra voz condenato-ria. Su primer libro, EE. UU. Y la independencia deAmérica Latina, nos advierte sobre el peligro que secierne sobre la soberanía y la libertad de nuestrospaíses por la desvergonzada intromisión del impe-rialismo yanqui.

El segundo libro, El Guayas, río navegable, ex-pone la oscura historia de la Grace Line, una empre-sa naviera norteamericana.

Otro libro suyo, La responsabilidad del gobiernonorteamericano en el proceso de la mutilación territo-rial del Ecuador, como su título lo indica, denunciala imposición imperialista del injusto Protocolo deRío de Janeiro al pueblo ecuatoriano. En los trabajosdenominados La doctrina y la ley de seguridad nacio-nal y Ecuador país ocupado, analiza ciertos tratados oacuerdos lesivos para la soberanía patria firmadospor gobiernos antinacionales, como por ejemplo elConvenio de Asistencia Militar entre Ecuador y losEstados Unidos, el “modus vivendi” sobre las 200millas marítimas y el Memorándum o Tratado deEntendimiento que permite la ocupación de nuestroOriente por tropas norteamericanas. Su gran obraEstados Unidos y América Latina, siglo XIX, narra elexpansionismo yanqui desde antes de llegar a la eta-pa imperialista y la posterior política de intervencióny abuso que tiene lugar ya en esta fase. El conflicto delas Malvinas y Granada se refieren a los zarpazos da-dos por el imperialismo inglés y el norteamericanocontra la Argentina y la pequeña isla caribeña, res-pectivamente. Esto significa, que la mayoría de las

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obras de Medina, están dedicadas a un noble propó-sito: el combate contra los abusos y depredacionesimperialistas. Mérito inmenso, sin ninguna duda.

El historiador Jorge Núñez, en los fascículos ti-tulados La guerra interminable –son cinco los publi-cados- relata también las usurpaciones territoriales ylas intervenciones de los Estados Unidos desde sunacimiento hasta el presente siglo. Todo esto, alprincipio, respaldada por la tonta teoría del “destinomanifiesto”, y más tarde, por la llamada doctrina de“seguridad continental”. Condena con fuerza a losvendepatrias, a los que llama socios del Imperio, esasucia fauna de los Ubico, los Carías, los Trujillo, losSomoza y tantos otros que han reptado a los pies delimperialismo. Es un trabajo bien documentado y quedebe ser leído por todo patriota latinoamericano.

Aunque sin la profundidad de otros países lati-noamericanos, también el Ecuador toma algunasmedidas contra la explotación y abusos de las com-pañías extranjeras. El gobierno del general EnríquezGallo tiene el mérito de haber revisado contratosonerosos y obligado a esas compañías a cumplir lasleyes nacionales y pagar cantidades más justas por elusufructo de nuestras riquezas, esto, sin atemorizar-se por sus amenazas y haciendo respetar la soberaníaecuatoriana. Pero es sin duda la administración delgeneral Rodríguez Lara, que se inicia en marzo de1972, la que realiza importantísimas reformas en uncampo esencial para el país: el campo energético. LaCorporación Estatal Petrolera Ecuatoriana -CEPE-empieza a jugar un papel primordial en la produc-ción y comercialización del petróleo. Se pone en vi-gencia y se da efecto retroactivo por medio del De-creto Especial N° 430 a la Ley de Hidrocarburos dic-tada durante el quinto velasquismo, acción que po-sibilita la revisión de las graciosas concesiones de te-

obras de Medina, están dedicadas a un noble propó-sito: el combate contra los abusos y depredacionesimperialistas. Mérito inmenso, sin ninguna duda.

El historiador Jorge Núñez, en los fascículos ti-tulados La guerra interminable –son cinco los publi-cados- relata también las usurpaciones territoriales ylas intervenciones de los Estados Unidos desde sunacimiento hasta el presente siglo. Todo esto, alprincipio, respaldada por la tonta teoría del “destinomanifiesto”, y más tarde, por la llamada doctrina de“seguridad continental”. Condena con fuerza a losvendepatrias, a los que llama socios del Imperio, esasucia fauna de los Ubico, los Carías, los Trujillo, losSomoza y tantos otros que han reptado a los pies delimperialismo. Es un trabajo bien documentado y quedebe ser leído por todo patriota latinoamericano.

Aunque sin la profundidad de otros países lati-noamericanos, también el Ecuador toma algunasmedidas contra la explotación y abusos de las com-pañías extranjeras. El gobierno del general EnríquezGallo tiene el mérito de haber revisado contratosonerosos y obligado a esas compañías a cumplir lasleyes nacionales y pagar cantidades más justas por elusufructo de nuestras riquezas, esto, sin atemorizar-se por sus amenazas y haciendo respetar la soberaníaecuatoriana. Pero es sin duda la administración delgeneral Rodríguez Lara, que se inicia en marzo de1972, la que realiza importantísimas reformas en uncampo esencial para el país: el campo energético. LaCorporación Estatal Petrolera Ecuatoriana -CEPE-empieza a jugar un papel primordial en la produc-ción y comercialización del petróleo. Se pone en vi-gencia y se da efecto retroactivo por medio del De-creto Especial N° 430 a la Ley de Hidrocarburos dic-tada durante el quinto velasquismo, acción que po-sibilita la revisión de las graciosas concesiones de te-

obras de Medina, están dedicadas a un noble propó-sito: el combate contra los abusos y depredacionesimperialistas. Mérito inmenso, sin ninguna duda.

El historiador Jorge Núñez, en los fascículos ti-tulados La guerra interminable –son cinco los publi-cados- relata también las usurpaciones territoriales ylas intervenciones de los Estados Unidos desde sunacimiento hasta el presente siglo. Todo esto, alprincipio, respaldada por la tonta teoría del “destinomanifiesto”, y más tarde, por la llamada doctrina de“seguridad continental”. Condena con fuerza a losvendepatrias, a los que llama socios del Imperio, esasucia fauna de los Ubico, los Carías, los Trujillo, losSomoza y tantos otros que han reptado a los pies delimperialismo. Es un trabajo bien documentado y quedebe ser leído por todo patriota latinoamericano.

Aunque sin la profundidad de otros países lati-noamericanos, también el Ecuador toma algunasmedidas contra la explotación y abusos de las com-pañías extranjeras. El gobierno del general EnríquezGallo tiene el mérito de haber revisado contratosonerosos y obligado a esas compañías a cumplir lasleyes nacionales y pagar cantidades más justas por elusufructo de nuestras riquezas, esto, sin atemorizar-se por sus amenazas y haciendo respetar la soberaníaecuatoriana. Pero es sin duda la administración delgeneral Rodríguez Lara, que se inicia en marzo de1972, la que realiza importantísimas reformas en uncampo esencial para el país: el campo energético. LaCorporación Estatal Petrolera Ecuatoriana -CEPE-empieza a jugar un papel primordial en la produc-ción y comercialización del petróleo. Se pone en vi-gencia y se da efecto retroactivo por medio del De-creto Especial N° 430 a la Ley de Hidrocarburos dic-tada durante el quinto velasquismo, acción que po-sibilita la revisión de las graciosas concesiones de te-

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rrenos petrolíferos otorgadas por los gobiernos ante-riores, revisión por la que de los 6.5 millones de hec-táreas que están en manos de las compañías extran-jeras sólo quedan 1.4 millones en su poder. Se cons-truye el oleoducto, se edifica la refinería de Esmeral-das y se crea Flopec para el transporte del petróleo.Y, por último, el Ecuador ingresa a la OPEP, organi-zación internacional integrada por los países delTercer Mundo para defender los precios del petróleoy cortar la explotación de las empresas foráneas.

Todo esto, que impulsa el desarrollo de la pro-ducción ecuatoriana como en ningún otro períodode la vida nacional, es el mayor mérito de este go-bierno militar. El contralmirante Jarrín Ampudia, suministro de Recursos Naturales y Energéticos, puededecir con razón que la soberanía y la independenciade un país, “puede hacerse realidad sólo cuando lospueblos deciden ejercer pleno dominio en la explo-tación de sus recursos naturales”.13

La consecución del rescate petrolero no es fá-cil. A la resistencia y presiones de las compañías ex-tranjeras se une la ayuda y el sabotaje de sus aliadosnacionales. Un estudioso del problema petroleroafirma que “las clases dominantes locales apoyaronlos puntos de vista de las compañías y expresaron suposición favorable a la inversión extranjera en el sec-tor petrolero a través, principalmente, de las Cáma-ras de la Producción y los partidos políticos de dere-cha”.14 Esta traba reaccionaria impide mayoresavances. Así, por ejemplo, se obliga a cancelar unconvenio con Rumania porque, según denuncia Ja-rrín Ampudia, eso afectaba al consorcio Texaco-Gulf. La cantaleta anticomunista, como en otrasocasiones, salió a relucir también esta vez.

Todo este avance ha terminado ahora. Los go-biernos neoliberales que han regido el país en los úl-

rrenos petrolíferos otorgadas por los gobiernos ante-riores, revisión por la que de los 6.5 millones de hec-táreas que están en manos de las compañías extran-jeras sólo quedan 1.4 millones en su poder. Se cons-truye el oleoducto, se edifica la refinería de Esmeral-das y se crea Flopec para el transporte del petróleo.Y, por último, el Ecuador ingresa a la OPEP, organi-zación internacional integrada por los países delTercer Mundo para defender los precios del petróleoy cortar la explotación de las empresas foráneas.

Todo esto, que impulsa el desarrollo de la pro-ducción ecuatoriana como en ningún otro períodode la vida nacional, es el mayor mérito de este go-bierno militar. El contralmirante Jarrín Ampudia, suministro de Recursos Naturales y Energéticos, puededecir con razón que la soberanía y la independenciade un país, “puede hacerse realidad sólo cuando lospueblos deciden ejercer pleno dominio en la explo-tación de sus recursos naturales”.13

La consecución del rescate petrolero no es fá-cil. A la resistencia y presiones de las compañías ex-tranjeras se une la ayuda y el sabotaje de sus aliadosnacionales. Un estudioso del problema petroleroafirma que “las clases dominantes locales apoyaronlos puntos de vista de las compañías y expresaron suposición favorable a la inversión extranjera en el sec-tor petrolero a través, principalmente, de las Cáma-ras de la Producción y los partidos políticos de dere-cha”.14 Esta traba reaccionaria impide mayoresavances. Así, por ejemplo, se obliga a cancelar unconvenio con Rumania porque, según denuncia Ja-rrín Ampudia, eso afectaba al consorcio Texaco-Gulf. La cantaleta anticomunista, como en otrasocasiones, salió a relucir también esta vez.

Todo este avance ha terminado ahora. Los go-biernos neoliberales que han regido el país en los úl-

rrenos petrolíferos otorgadas por los gobiernos ante-riores, revisión por la que de los 6.5 millones de hec-táreas que están en manos de las compañías extran-jeras sólo quedan 1.4 millones en su poder. Se cons-truye el oleoducto, se edifica la refinería de Esmeral-das y se crea Flopec para el transporte del petróleo.Y, por último, el Ecuador ingresa a la OPEP, organi-zación internacional integrada por los países delTercer Mundo para defender los precios del petróleoy cortar la explotación de las empresas foráneas.

Todo esto, que impulsa el desarrollo de la pro-ducción ecuatoriana como en ningún otro períodode la vida nacional, es el mayor mérito de este go-bierno militar. El contralmirante Jarrín Ampudia, suministro de Recursos Naturales y Energéticos, puededecir con razón que la soberanía y la independenciade un país, “puede hacerse realidad sólo cuando lospueblos deciden ejercer pleno dominio en la explo-tación de sus recursos naturales”.13

La consecución del rescate petrolero no es fá-cil. A la resistencia y presiones de las compañías ex-tranjeras se une la ayuda y el sabotaje de sus aliadosnacionales. Un estudioso del problema petroleroafirma que “las clases dominantes locales apoyaronlos puntos de vista de las compañías y expresaron suposición favorable a la inversión extranjera en el sec-tor petrolero a través, principalmente, de las Cáma-ras de la Producción y los partidos políticos de dere-cha”.14 Esta traba reaccionaria impide mayoresavances. Así, por ejemplo, se obliga a cancelar unconvenio con Rumania porque, según denuncia Ja-rrín Ampudia, eso afectaba al consorcio Texaco-Gulf. La cantaleta anticomunista, como en otrasocasiones, salió a relucir también esta vez.

Todo este avance ha terminado ahora. Los go-biernos neoliberales que han regido el país en los úl-

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timos tiempos, pretextando una falsa moderniza-ción, pretenden deshacerse de todas las empresas na-cionales y traspasarlas al mejor postor. Con este ne-fasto fin se lleva a cabo una política de sabotaje en sucontra: se disminuyen sus rentas, se miente sobre suineficacia y se calumnia a los sindicatos que se opo-nen a las privatizaciones. Una Asamblea Constitu-yente, ingenuamente solicitada por algunos partidos,ha suprimido un artículo constitucional que impedíala venta de las empresas consideradas estratégicas.

El principal motivo aducido para la venta, laineficacia, es completamente falso. Un solo desmen-tido referente a la explotación petrolera expuestopor el economista Alberto Acosta:

… un estudio entregado en febrero de 1993,por un consultor del Banco Mundial, desde 1986los consorcios internacionales empeñados en la ex-ploración y producción de petróleo, habían inver-tido 500 millones de dólares y habían incorporadoa las reservas nacionales 649 millones de barrilesde crudo, o sea que por cada 77 centavos de dólarañadieron un barril de petróleo, mientras que elente estatal, desde 1988, invirtió 33 millones dedólares para encontrar reservas por 300 millonesde barriles, o sea que cada barril descubierto lecostó apenas 11 centavos de dólar.15

Si alguna ineficacia existe, esta se debe al sabo-taje ya mencionado y a la labor de zapa ejercida poraltos funcionarios del Estado, aliados de las compa-ñías extranjeras empeñadas en la reconquista de lasriquezas perdidas. Desde luego, este sucio contuber-nio, no es gratuito ni desinteresado: persiguen jugo-sas recompensas o sea parte, aunque sea ínfima, delos bienes adquiridos. La compra de conciencias y la

timos tiempos, pretextando una falsa moderniza-ción, pretenden deshacerse de todas las empresas na-cionales y traspasarlas al mejor postor. Con este ne-fasto fin se lleva a cabo una política de sabotaje en sucontra: se disminuyen sus rentas, se miente sobre suineficacia y se calumnia a los sindicatos que se opo-nen a las privatizaciones. Una Asamblea Constitu-yente, ingenuamente solicitada por algunos partidos,ha suprimido un artículo constitucional que impedíala venta de las empresas consideradas estratégicas.

El principal motivo aducido para la venta, laineficacia, es completamente falso. Un solo desmen-tido referente a la explotación petrolera expuestopor el economista Alberto Acosta:

… un estudio entregado en febrero de 1993,por un consultor del Banco Mundial, desde 1986los consorcios internacionales empeñados en la ex-ploración y producción de petróleo, habían inver-tido 500 millones de dólares y habían incorporadoa las reservas nacionales 649 millones de barrilesde crudo, o sea que por cada 77 centavos de dólarañadieron un barril de petróleo, mientras que elente estatal, desde 1988, invirtió 33 millones dedólares para encontrar reservas por 300 millonesde barriles, o sea que cada barril descubierto lecostó apenas 11 centavos de dólar.15

Si alguna ineficacia existe, esta se debe al sabo-taje ya mencionado y a la labor de zapa ejercida poraltos funcionarios del Estado, aliados de las compa-ñías extranjeras empeñadas en la reconquista de lasriquezas perdidas. Desde luego, este sucio contuber-nio, no es gratuito ni desinteresado: persiguen jugo-sas recompensas o sea parte, aunque sea ínfima, delos bienes adquiridos. La compra de conciencias y la

timos tiempos, pretextando una falsa moderniza-ción, pretenden deshacerse de todas las empresas na-cionales y traspasarlas al mejor postor. Con este ne-fasto fin se lleva a cabo una política de sabotaje en sucontra: se disminuyen sus rentas, se miente sobre suineficacia y se calumnia a los sindicatos que se opo-nen a las privatizaciones. Una Asamblea Constitu-yente, ingenuamente solicitada por algunos partidos,ha suprimido un artículo constitucional que impedíala venta de las empresas consideradas estratégicas.

El principal motivo aducido para la venta, laineficacia, es completamente falso. Un solo desmen-tido referente a la explotación petrolera expuestopor el economista Alberto Acosta:

… un estudio entregado en febrero de 1993,por un consultor del Banco Mundial, desde 1986los consorcios internacionales empeñados en la ex-ploración y producción de petróleo, habían inver-tido 500 millones de dólares y habían incorporadoa las reservas nacionales 649 millones de barrilesde crudo, o sea que por cada 77 centavos de dólarañadieron un barril de petróleo, mientras que elente estatal, desde 1988, invirtió 33 millones dedólares para encontrar reservas por 300 millonesde barriles, o sea que cada barril descubierto lecostó apenas 11 centavos de dólar.15

Si alguna ineficacia existe, esta se debe al sabo-taje ya mencionado y a la labor de zapa ejercida poraltos funcionarios del Estado, aliados de las compa-ñías extranjeras empeñadas en la reconquista de lasriquezas perdidas. Desde luego, este sucio contuber-nio, no es gratuito ni desinteresado: persiguen jugo-sas recompensas o sea parte, aunque sea ínfima, delos bienes adquiridos. La compra de conciencias y la

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corrupción, son ingredientes necesarios en las nego-ciaciones de compra.

La prédica de la receta neoliberal –ideologíaeconómica del imperialismo y de las transnaciona-les- es fomentada por los grandes medios de comu-nicación y por periodistas y escritores, más que porconvencimiento de sus bondades, por convenienciaeconómica. Hay unos pocos que se han declaradohasta discípulos de los autores de ese tonto Manualdel perfecto idiota latinoamericano, donde han asimi-lado sin discriminación sus tonterías y burdas men-tiras, al extremo de convertirlo en Biblia. Y otros, sinrastro de patriotismo y con humildad lacayuna, sepronuncian por una soberanía limitada…

Ante la amenaza y ante el servilismo es necesa-rio oponer toda la resistencia posible, porque la pa-sividad y el conformismo nos puede llevar a la pér-dida total de nuestras riquezas naturales y a conver-tirnos en neocolonias del Imperio. Las compañíastransnacionales –esos tentáculos del imperialismo-están alerta y con las fauces abiertas para apoderarsede las empresas estatales, en especial, de las más ren-tables. Su meta es adueñarse del petróleo, la electri-cidad y las telecomunicaciones.

El paso de nuestras empresas a manos extran-jeras, entre otras varias calamidades, significa princi-palmente lo siguiente:

Primero

La pérdida de cuantiosos recursos necesariospara el desarrollo del país, pues conforme han de-mostrado innumerables estudios, las compañías ex-tranjeras, valiéndose de varias tretas, se llevan nues-tras riquezas por precios ínfimos, que constituyen

corrupción, son ingredientes necesarios en las nego-ciaciones de compra.

La prédica de la receta neoliberal –ideologíaeconómica del imperialismo y de las transnaciona-les- es fomentada por los grandes medios de comu-nicación y por periodistas y escritores, más que porconvencimiento de sus bondades, por convenienciaeconómica. Hay unos pocos que se han declaradohasta discípulos de los autores de ese tonto Manualdel perfecto idiota latinoamericano, donde han asimi-lado sin discriminación sus tonterías y burdas men-tiras, al extremo de convertirlo en Biblia. Y otros, sinrastro de patriotismo y con humildad lacayuna, sepronuncian por una soberanía limitada…

Ante la amenaza y ante el servilismo es necesa-rio oponer toda la resistencia posible, porque la pa-sividad y el conformismo nos puede llevar a la pér-dida total de nuestras riquezas naturales y a conver-tirnos en neocolonias del Imperio. Las compañíastransnacionales –esos tentáculos del imperialismo-están alerta y con las fauces abiertas para apoderarsede las empresas estatales, en especial, de las más ren-tables. Su meta es adueñarse del petróleo, la electri-cidad y las telecomunicaciones.

El paso de nuestras empresas a manos extran-jeras, entre otras varias calamidades, significa princi-palmente lo siguiente:

Primero

La pérdida de cuantiosos recursos necesariospara el desarrollo del país, pues conforme han de-mostrado innumerables estudios, las compañías ex-tranjeras, valiéndose de varias tretas, se llevan nues-tras riquezas por precios ínfimos, que constituyen

corrupción, son ingredientes necesarios en las nego-ciaciones de compra.

La prédica de la receta neoliberal –ideologíaeconómica del imperialismo y de las transnaciona-les- es fomentada por los grandes medios de comu-nicación y por periodistas y escritores, más que porconvencimiento de sus bondades, por convenienciaeconómica. Hay unos pocos que se han declaradohasta discípulos de los autores de ese tonto Manualdel perfecto idiota latinoamericano, donde han asimi-lado sin discriminación sus tonterías y burdas men-tiras, al extremo de convertirlo en Biblia. Y otros, sinrastro de patriotismo y con humildad lacayuna, sepronuncian por una soberanía limitada…

Ante la amenaza y ante el servilismo es necesa-rio oponer toda la resistencia posible, porque la pa-sividad y el conformismo nos puede llevar a la pér-dida total de nuestras riquezas naturales y a conver-tirnos en neocolonias del Imperio. Las compañíastransnacionales –esos tentáculos del imperialismo-están alerta y con las fauces abiertas para apoderarsede las empresas estatales, en especial, de las más ren-tables. Su meta es adueñarse del petróleo, la electri-cidad y las telecomunicaciones.

El paso de nuestras empresas a manos extran-jeras, entre otras varias calamidades, significa princi-palmente lo siguiente:

Primero

La pérdida de cuantiosos recursos necesariospara el desarrollo del país, pues conforme han de-mostrado innumerables estudios, las compañías ex-tranjeras, valiéndose de varias tretas, se llevan nues-tras riquezas por precios ínfimos, que constituyen

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una verdadera explotación. Además, al apropiarsede nuestras empresas estatales, primordialmente lasestratégicas, se pone en sus manos la dirección de laeconomía nacional –desgracia que en gran medidaya sucede con las cartas de intención impuestas por elFondo Monetario Internacional- que lógicamenteserá dirigida de acuerdo a sus intereses y no según laconveniencia del país. Esto les permite pisotear lasoberanía nacional y actuar como si se tratara de unEstado propio. Abusos de esa clase son frecuentes ensu brumosa historia.

El afán privatizador, sin que importe nada losintereses ecuatorianos, es desesperado. Se quiere ce-der al capital extranjero los pozos de petróleo másproductivos del Oriente y que son la fuente princi-pal del presupuesto del Estado. Los trabajadores pe-troleros, en un comunicado público dicen esto alrespecto:

… denunciamos al país que el Gobierno deJamil Mahuad y Jaime Nebot se aprestan a subas-tar entre varias empresas extranjeras, los másgrandes campos petroleros de la región amazónica,de donde se extraen 300.000 barriles diarios decrudo (80% de la producción nacional), poniendoen serio peligro la soberanía del Estado y los recur-sos económicos que desde hace 26 años vienen sos-teniendo la economía nacional. Por un bono de100 millones de dólares que recibiría el Gobiernose pretende entregar por 20 años, a manos lavadasy sin ningún riesgo campos como Shushufindi quetiene una producción de 80.000 barriles día y uncosto de producción de 2 dólares por barril.16

una verdadera explotación. Además, al apropiarsede nuestras empresas estatales, primordialmente lasestratégicas, se pone en sus manos la dirección de laeconomía nacional –desgracia que en gran medidaya sucede con las cartas de intención impuestas por elFondo Monetario Internacional- que lógicamenteserá dirigida de acuerdo a sus intereses y no según laconveniencia del país. Esto les permite pisotear lasoberanía nacional y actuar como si se tratara de unEstado propio. Abusos de esa clase son frecuentes ensu brumosa historia.

El afán privatizador, sin que importe nada losintereses ecuatorianos, es desesperado. Se quiere ce-der al capital extranjero los pozos de petróleo másproductivos del Oriente y que son la fuente princi-pal del presupuesto del Estado. Los trabajadores pe-troleros, en un comunicado público dicen esto alrespecto:

… denunciamos al país que el Gobierno deJamil Mahuad y Jaime Nebot se aprestan a subas-tar entre varias empresas extranjeras, los másgrandes campos petroleros de la región amazónica,de donde se extraen 300.000 barriles diarios decrudo (80% de la producción nacional), poniendoen serio peligro la soberanía del Estado y los recur-sos económicos que desde hace 26 años vienen sos-teniendo la economía nacional. Por un bono de100 millones de dólares que recibiría el Gobiernose pretende entregar por 20 años, a manos lavadasy sin ningún riesgo campos como Shushufindi quetiene una producción de 80.000 barriles día y uncosto de producción de 2 dólares por barril.16

una verdadera explotación. Además, al apropiarsede nuestras empresas estatales, primordialmente lasestratégicas, se pone en sus manos la dirección de laeconomía nacional –desgracia que en gran medidaya sucede con las cartas de intención impuestas por elFondo Monetario Internacional- que lógicamenteserá dirigida de acuerdo a sus intereses y no según laconveniencia del país. Esto les permite pisotear lasoberanía nacional y actuar como si se tratara de unEstado propio. Abusos de esa clase son frecuentes ensu brumosa historia.

El afán privatizador, sin que importe nada losintereses ecuatorianos, es desesperado. Se quiere ce-der al capital extranjero los pozos de petróleo másproductivos del Oriente y que son la fuente princi-pal del presupuesto del Estado. Los trabajadores pe-troleros, en un comunicado público dicen esto alrespecto:

… denunciamos al país que el Gobierno deJamil Mahuad y Jaime Nebot se aprestan a subas-tar entre varias empresas extranjeras, los másgrandes campos petroleros de la región amazónica,de donde se extraen 300.000 barriles diarios decrudo (80% de la producción nacional), poniendoen serio peligro la soberanía del Estado y los recur-sos económicos que desde hace 26 años vienen sos-teniendo la economía nacional. Por un bono de100 millones de dólares que recibiría el Gobiernose pretende entregar por 20 años, a manos lavadasy sin ningún riesgo campos como Shushufindi quetiene una producción de 80.000 barriles día y uncosto de producción de 2 dólares por barril.16

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Segundo

Si no todas, la mayoría de las compañías ex-tranjeras fomentan la corrupción en grado sumo.Los contratos y los privilegios que en ellos se inclu-yen, conforme se ha comprobado en muchas ocasio-nes, son conseguidos casi siempre por medio del so-borno, creándose así una casta de funcionarios yabogados corrompidos y serviles, listos para cumplirlas órdenes de sus mandantes. Son los felipillos deque nos habla el economista Acosta.

Desde luego que el oficio, aunque bajo, es lu-crativo. Tan lucrativo que, por este motivo, se llega aechar al canasto de basura una Carta Política. Elabogado Manuel Romero Sánchez en un estudio ju-rídico que reproduce el doctor Gualberto Arcos ensu libro Años de oprobio, expresa lo que se transcribea continuación:

En la Constitución de 1938 constan disposi-ciones que impiden ser elegidos como Diputados ySenadores a los empleados o abogados de compa-ñías extranjeras; existe el inciso 2° del artículo 82que establece: “Que no podrá ser elegido Presiden-te de la República el mandatario, agente o aboga-do defensor de compañías extranjeras.” 17

La anulación de esta Constitución resulta ur-gente y necesaria para que legisladores sobornados ocomplacientes puedan seguir dictando leyes favora-bles a las compañías extranjeras como con frecuen-cia se había hecho antes.

Los gestores de esa sucia maniobra son, cabal-mente, los paniaguados y servidores de estas empre-sas. Pero el principal interesado es Carlos Arroyo delRío –abogado bien pagado de la Sociedad Comercial

Segundo

Si no todas, la mayoría de las compañías ex-tranjeras fomentan la corrupción en grado sumo.Los contratos y los privilegios que en ellos se inclu-yen, conforme se ha comprobado en muchas ocasio-nes, son conseguidos casi siempre por medio del so-borno, creándose así una casta de funcionarios yabogados corrompidos y serviles, listos para cumplirlas órdenes de sus mandantes. Son los felipillos deque nos habla el economista Acosta.

Desde luego que el oficio, aunque bajo, es lu-crativo. Tan lucrativo que, por este motivo, se llega aechar al canasto de basura una Carta Política. Elabogado Manuel Romero Sánchez en un estudio ju-rídico que reproduce el doctor Gualberto Arcos ensu libro Años de oprobio, expresa lo que se transcribea continuación:

En la Constitución de 1938 constan disposi-ciones que impiden ser elegidos como Diputados ySenadores a los empleados o abogados de compa-ñías extranjeras; existe el inciso 2° del artículo 82que establece: “Que no podrá ser elegido Presiden-te de la República el mandatario, agente o aboga-do defensor de compañías extranjeras.” 17

La anulación de esta Constitución resulta ur-gente y necesaria para que legisladores sobornados ocomplacientes puedan seguir dictando leyes favora-bles a las compañías extranjeras como con frecuen-cia se había hecho antes.

Los gestores de esa sucia maniobra son, cabal-mente, los paniaguados y servidores de estas empre-sas. Pero el principal interesado es Carlos Arroyo delRío –abogado bien pagado de la Sociedad Comercial

Segundo

Si no todas, la mayoría de las compañías ex-tranjeras fomentan la corrupción en grado sumo.Los contratos y los privilegios que en ellos se inclu-yen, conforme se ha comprobado en muchas ocasio-nes, son conseguidos casi siempre por medio del so-borno, creándose así una casta de funcionarios yabogados corrompidos y serviles, listos para cumplirlas órdenes de sus mandantes. Son los felipillos deque nos habla el economista Acosta.

Desde luego que el oficio, aunque bajo, es lu-crativo. Tan lucrativo que, por este motivo, se llega aechar al canasto de basura una Carta Política. Elabogado Manuel Romero Sánchez en un estudio ju-rídico que reproduce el doctor Gualberto Arcos ensu libro Años de oprobio, expresa lo que se transcribea continuación:

En la Constitución de 1938 constan disposi-ciones que impiden ser elegidos como Diputados ySenadores a los empleados o abogados de compa-ñías extranjeras; existe el inciso 2° del artículo 82que establece: “Que no podrá ser elegido Presiden-te de la República el mandatario, agente o aboga-do defensor de compañías extranjeras.” 17

La anulación de esta Constitución resulta ur-gente y necesaria para que legisladores sobornados ocomplacientes puedan seguir dictando leyes favora-bles a las compañías extranjeras como con frecuen-cia se había hecho antes.

Los gestores de esa sucia maniobra son, cabal-mente, los paniaguados y servidores de estas empre-sas. Pero el principal interesado es Carlos Arroyo delRío –abogado bien pagado de la Sociedad Comercial

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Anglo-Ecuatoriana, de las compañías Anglo Ecuato-rian Oilfields Limited y South American Develop-ment Company- que ya desde entonces aspira a lapresidencia de la república, cargo al que por desgra-cia llega para seguir sirviendo y favoreciendo a suspatronos.

La corrupción de que ahora tanto se habla, tie-ne entonces un manantial inagotable en las compa-ñías extranjeras.

Tercero

La venta de las empresas nacionales, aparte delos otros males y daños que hemos señalado, consti-tuye también una enorme pérdida económica parala nación, pues nunca se las negocia por un preciojusto Así, los inmensos esfuerzos hechos por el pue-blo para crearlas, resultan vanos y desperdiciados.

Generalmente, para tasar el precio de las em-presas nacionales, se recurre a compañías extranje-ras que siempre se vinculan con los interesados en lacompra y calculan por tanto un valor muy inferioral real. Esto sucede por ejemplo con la compañía ve-nezolana Gerasin –asociada con las empresas nor-teamericanas Ernst & Young y otras- cuyas manio-bras y tretas condena Jaime Galarza en su libro Elfestín del petróleo. Primero, se fija el precio de la tele-fonía ecuatoriana en la suma de 3.000 millones dedólares, y luego, por arte de magia, se rebaja 1.824millones. Entre los magos que presionan para el re-corte, no cabe duda que están también “amigos” depresuntos compradores extranjeros, a los cualesquieren ligarse como socios estratégicos. Galarza daalgunos nombres de estos aspirantes. Felizmente,por milagro, la venta no se realiza.

Anglo-Ecuatoriana, de las compañías Anglo Ecuato-rian Oilfields Limited y South American Develop-ment Company- que ya desde entonces aspira a lapresidencia de la república, cargo al que por desgra-cia llega para seguir sirviendo y favoreciendo a suspatronos.

La corrupción de que ahora tanto se habla, tie-ne entonces un manantial inagotable en las compa-ñías extranjeras.

Tercero

La venta de las empresas nacionales, aparte delos otros males y daños que hemos señalado, consti-tuye también una enorme pérdida económica parala nación, pues nunca se las negocia por un preciojusto Así, los inmensos esfuerzos hechos por el pue-blo para crearlas, resultan vanos y desperdiciados.

Generalmente, para tasar el precio de las em-presas nacionales, se recurre a compañías extranje-ras que siempre se vinculan con los interesados en lacompra y calculan por tanto un valor muy inferioral real. Esto sucede por ejemplo con la compañía ve-nezolana Gerasin –asociada con las empresas nor-teamericanas Ernst & Young y otras- cuyas manio-bras y tretas condena Jaime Galarza en su libro Elfestín del petróleo. Primero, se fija el precio de la tele-fonía ecuatoriana en la suma de 3.000 millones dedólares, y luego, por arte de magia, se rebaja 1.824millones. Entre los magos que presionan para el re-corte, no cabe duda que están también “amigos” depresuntos compradores extranjeros, a los cualesquieren ligarse como socios estratégicos. Galarza daalgunos nombres de estos aspirantes. Felizmente,por milagro, la venta no se realiza.

Anglo-Ecuatoriana, de las compañías Anglo Ecuato-rian Oilfields Limited y South American Develop-ment Company- que ya desde entonces aspira a lapresidencia de la república, cargo al que por desgra-cia llega para seguir sirviendo y favoreciendo a suspatronos.

La corrupción de que ahora tanto se habla, tie-ne entonces un manantial inagotable en las compa-ñías extranjeras.

Tercero

La venta de las empresas nacionales, aparte delos otros males y daños que hemos señalado, consti-tuye también una enorme pérdida económica parala nación, pues nunca se las negocia por un preciojusto Así, los inmensos esfuerzos hechos por el pue-blo para crearlas, resultan vanos y desperdiciados.

Generalmente, para tasar el precio de las em-presas nacionales, se recurre a compañías extranje-ras que siempre se vinculan con los interesados en lacompra y calculan por tanto un valor muy inferioral real. Esto sucede por ejemplo con la compañía ve-nezolana Gerasin –asociada con las empresas nor-teamericanas Ernst & Young y otras- cuyas manio-bras y tretas condena Jaime Galarza en su libro Elfestín del petróleo. Primero, se fija el precio de la tele-fonía ecuatoriana en la suma de 3.000 millones dedólares, y luego, por arte de magia, se rebaja 1.824millones. Entre los magos que presionan para el re-corte, no cabe duda que están también “amigos” depresuntos compradores extranjeros, a los cualesquieren ligarse como socios estratégicos. Galarza daalgunos nombres de estos aspirantes. Felizmente,por milagro, la venta no se realiza.

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Igual cosa se pretende hacer con la electricidady los hidrocarburos. Los trabajadores petroleros de-nuncian esto:

En el sector eléctrico las centrales de genera-ción, el sistema nacional interconectado y demásactivos suman un total de 8 mil millones de dóla-res, que pretenden ser regalados en 480 millonesuna sola vez, siendo una empresa que genera 600millones de dólares al año. En el sector petrolerolas reservas, los campos, los oleoductos, las refine-rías, las terminales, los poliductos son activos delEcuador avaluados en 70 mil millones de dólaresque pretenden ser entregados al sector privado na-cional y extranjero por un bono de 100 millones dedólares.18

Así mismo, para rebajar los precios, se apela aotros medios non sanctos: se destruyen deliberada-mente las empresas nacionales y se les carga de deu-das. Esto se hace –para citar solo dos casos- conEcuatoriana de Aviación y Aztra, vendidas a costosínfimos. Estas ventas, constituyen en suma, un granbaratillo de las empresas públicas, como las calificaAlberto Acosta en su estudio titulado Una propuestaalternativa.

Cuarto

Otro gran perjuicio que causan las empresasextranjeras, especialmente las petroleras, es la des-trucción del medio ambiente, como ha sucedido ennuestra región oriental.

El camino para la penetración de tales compa-ñías en esos territorios es abierto arteramente por el

Igual cosa se pretende hacer con la electricidady los hidrocarburos. Los trabajadores petroleros de-nuncian esto:

En el sector eléctrico las centrales de genera-ción, el sistema nacional interconectado y demásactivos suman un total de 8 mil millones de dóla-res, que pretenden ser regalados en 480 millonesuna sola vez, siendo una empresa que genera 600millones de dólares al año. En el sector petrolerolas reservas, los campos, los oleoductos, las refine-rías, las terminales, los poliductos son activos delEcuador avaluados en 70 mil millones de dólaresque pretenden ser entregados al sector privado na-cional y extranjero por un bono de 100 millones dedólares.18

Así mismo, para rebajar los precios, se apela aotros medios non sanctos: se destruyen deliberada-mente las empresas nacionales y se les carga de deu-das. Esto se hace –para citar solo dos casos- conEcuatoriana de Aviación y Aztra, vendidas a costosínfimos. Estas ventas, constituyen en suma, un granbaratillo de las empresas públicas, como las calificaAlberto Acosta en su estudio titulado Una propuestaalternativa.

Cuarto

Otro gran perjuicio que causan las empresasextranjeras, especialmente las petroleras, es la des-trucción del medio ambiente, como ha sucedido ennuestra región oriental.

El camino para la penetración de tales compa-ñías en esos territorios es abierto arteramente por el

Igual cosa se pretende hacer con la electricidady los hidrocarburos. Los trabajadores petroleros de-nuncian esto:

En el sector eléctrico las centrales de genera-ción, el sistema nacional interconectado y demásactivos suman un total de 8 mil millones de dóla-res, que pretenden ser regalados en 480 millonesuna sola vez, siendo una empresa que genera 600millones de dólares al año. En el sector petrolerolas reservas, los campos, los oleoductos, las refine-rías, las terminales, los poliductos son activos delEcuador avaluados en 70 mil millones de dólaresque pretenden ser entregados al sector privado na-cional y extranjero por un bono de 100 millones dedólares.18

Así mismo, para rebajar los precios, se apela aotros medios non sanctos: se destruyen deliberada-mente las empresas nacionales y se les carga de deu-das. Esto se hace –para citar solo dos casos- conEcuatoriana de Aviación y Aztra, vendidas a costosínfimos. Estas ventas, constituyen en suma, un granbaratillo de las empresas públicas, como las calificaAlberto Acosta en su estudio titulado Una propuestaalternativa.

Cuarto

Otro gran perjuicio que causan las empresasextranjeras, especialmente las petroleras, es la des-trucción del medio ambiente, como ha sucedido ennuestra región oriental.

El camino para la penetración de tales compa-ñías en esos territorios es abierto arteramente por el

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llamado Instituto Lingüístico de Verano, que pre-textando el estudio de los idiomas aborígenes, se de-dica a expulsar de las zonas petrolíferas a las etniasorientales, para cuyo propósito destruyen su econo-mía natural y ocasionan un verdadero etnocidio, se-gún el decir del investigador Jorge Trujillo, quienafirma además esto sobre su colusión con las empre-sas extranjeras:

En el año de 1964 comenzaron las activida-des exploratorias en la región amazónica. Fuecuando se desenmascaró al ILV, pues los geólogosde las compañías petroleras realizaron sus tareascon el apoyo incondicional de los misioneros delILV.19

La compañía Texaco-Gulf es la que más apro-vecha sus servicios. Y también la que más generosa-mente paga a sus colaboradores, como denuncia elperiódico guayaquileño El Universo en 1970.

La alianza colusoria entre el Instituto Lingüís-tico de Verano y las compañías petroleras tambiénes confirmada por varios escritores extranjeros auto-res del libro titulado Los nuevos conquistadores. ElInstituto Lingüístico de Verano en América Latina.

Abierto el camino, las compañías petrolerastransitan por él como en casa propia. La Texaco so-bre todo. Durante los veinte años que permanece enel Oriente, según Iván Narváez –un técnico de Pe-troecuador- se descarga 30 mil millones de galonesde desechos tóxicos y 17 millones de galones de pe-tróleo en la tierra y en los ríos. Se deforestan inmen-sas superficies de bosques. Las aguas contaminadascon hidrocarburos aromáticos causan gran cantidadde muertos entre los pobladores. Se desplaza a las co-munidades aborígenes hacia zonas agrestes y lejanas.

llamado Instituto Lingüístico de Verano, que pre-textando el estudio de los idiomas aborígenes, se de-dica a expulsar de las zonas petrolíferas a las etniasorientales, para cuyo propósito destruyen su econo-mía natural y ocasionan un verdadero etnocidio, se-gún el decir del investigador Jorge Trujillo, quienafirma además esto sobre su colusión con las empre-sas extranjeras:

En el año de 1964 comenzaron las activida-des exploratorias en la región amazónica. Fuecuando se desenmascaró al ILV, pues los geólogosde las compañías petroleras realizaron sus tareascon el apoyo incondicional de los misioneros delILV.19

La compañía Texaco-Gulf es la que más apro-vecha sus servicios. Y también la que más generosa-mente paga a sus colaboradores, como denuncia elperiódico guayaquileño El Universo en 1970.

La alianza colusoria entre el Instituto Lingüís-tico de Verano y las compañías petroleras tambiénes confirmada por varios escritores extranjeros auto-res del libro titulado Los nuevos conquistadores. ElInstituto Lingüístico de Verano en América Latina.

Abierto el camino, las compañías petrolerastransitan por él como en casa propia. La Texaco so-bre todo. Durante los veinte años que permanece enel Oriente, según Iván Narváez –un técnico de Pe-troecuador- se descarga 30 mil millones de galonesde desechos tóxicos y 17 millones de galones de pe-tróleo en la tierra y en los ríos. Se deforestan inmen-sas superficies de bosques. Las aguas contaminadascon hidrocarburos aromáticos causan gran cantidadde muertos entre los pobladores. Se desplaza a las co-munidades aborígenes hacia zonas agrestes y lejanas.

llamado Instituto Lingüístico de Verano, que pre-textando el estudio de los idiomas aborígenes, se de-dica a expulsar de las zonas petrolíferas a las etniasorientales, para cuyo propósito destruyen su econo-mía natural y ocasionan un verdadero etnocidio, se-gún el decir del investigador Jorge Trujillo, quienafirma además esto sobre su colusión con las empre-sas extranjeras:

En el año de 1964 comenzaron las activida-des exploratorias en la región amazónica. Fuecuando se desenmascaró al ILV, pues los geólogosde las compañías petroleras realizaron sus tareascon el apoyo incondicional de los misioneros delILV.19

La compañía Texaco-Gulf es la que más apro-vecha sus servicios. Y también la que más generosa-mente paga a sus colaboradores, como denuncia elperiódico guayaquileño El Universo en 1970.

La alianza colusoria entre el Instituto Lingüís-tico de Verano y las compañías petroleras tambiénes confirmada por varios escritores extranjeros auto-res del libro titulado Los nuevos conquistadores. ElInstituto Lingüístico de Verano en América Latina.

Abierto el camino, las compañías petrolerastransitan por él como en casa propia. La Texaco so-bre todo. Durante los veinte años que permanece enel Oriente, según Iván Narváez –un técnico de Pe-troecuador- se descarga 30 mil millones de galonesde desechos tóxicos y 17 millones de galones de pe-tróleo en la tierra y en los ríos. Se deforestan inmen-sas superficies de bosques. Las aguas contaminadascon hidrocarburos aromáticos causan gran cantidadde muertos entre los pobladores. Se desplaza a las co-munidades aborígenes hacia zonas agrestes y lejanas.

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En fin, “un alto porcentaje de destrucción de la flora,fauna, medio físico, etc. en la actualidad, no son másque el reflejo de una imagen apocalíptica”.20

Los pueblos indios orientales demandaron enlas cortes norteamericanas el pago de mil quinientosmillones de dólares por los daños causados en su te-rritorio. Y aunque no se crea, esa demanda ha sidoobstaculizada en toda forma por el gobierno ecuato-riano para favorecer a la empresa yanqui. Se reali-zan, con ese objeto, una serie de bajas y mezquinasmaniobras. Inclusive, se ofrece negociar bilateral-mente con Texaco, “dejando al margen la demandaindígena por 1.500 millones de dólares, a cambio deun millón de dólares”.21

A inicios del siglo los caucheros desolaron y re-garon con sangre las tierras orientales. Pero esa he-catombe, comparada con la causada por las compa-ñías petroleras actualmente, resulta insignificante.Algunos pueblos amazónicos han desaparecido yotros están en proceso de desaparición.

Quinto

La venta y privatización de las empresas estata-les produce el aumento de las tarifas de los serviciospúblicos y la subida de los precios de sus productos,ya que el beneficio económico, la máxima ganancia,sin que nada importe el detrimento que se ocasionaa la población, es la finalidad primordial de los com-pradores.

Para disimular este objetivo y no subir los pre-cios inmediatamente después de la compra se suelerecurrir a una práctica por demás repetida en estostiempos: producir el alza de precios y tarifas antes dela venta, para que las compañías que adquieren los

En fin, “un alto porcentaje de destrucción de la flora,fauna, medio físico, etc. en la actualidad, no son másque el reflejo de una imagen apocalíptica”.20

Los pueblos indios orientales demandaron enlas cortes norteamericanas el pago de mil quinientosmillones de dólares por los daños causados en su te-rritorio. Y aunque no se crea, esa demanda ha sidoobstaculizada en toda forma por el gobierno ecuato-riano para favorecer a la empresa yanqui. Se reali-zan, con ese objeto, una serie de bajas y mezquinasmaniobras. Inclusive, se ofrece negociar bilateral-mente con Texaco, “dejando al margen la demandaindígena por 1.500 millones de dólares, a cambio deun millón de dólares”.21

A inicios del siglo los caucheros desolaron y re-garon con sangre las tierras orientales. Pero esa he-catombe, comparada con la causada por las compa-ñías petroleras actualmente, resulta insignificante.Algunos pueblos amazónicos han desaparecido yotros están en proceso de desaparición.

Quinto

La venta y privatización de las empresas estata-les produce el aumento de las tarifas de los serviciospúblicos y la subida de los precios de sus productos,ya que el beneficio económico, la máxima ganancia,sin que nada importe el detrimento que se ocasionaa la población, es la finalidad primordial de los com-pradores.

Para disimular este objetivo y no subir los pre-cios inmediatamente después de la compra se suelerecurrir a una práctica por demás repetida en estostiempos: producir el alza de precios y tarifas antes dela venta, para que las compañías que adquieren los

En fin, “un alto porcentaje de destrucción de la flora,fauna, medio físico, etc. en la actualidad, no son másque el reflejo de una imagen apocalíptica”.20

Los pueblos indios orientales demandaron enlas cortes norteamericanas el pago de mil quinientosmillones de dólares por los daños causados en su te-rritorio. Y aunque no se crea, esa demanda ha sidoobstaculizada en toda forma por el gobierno ecuato-riano para favorecer a la empresa yanqui. Se reali-zan, con ese objeto, una serie de bajas y mezquinasmaniobras. Inclusive, se ofrece negociar bilateral-mente con Texaco, “dejando al margen la demandaindígena por 1.500 millones de dólares, a cambio deun millón de dólares”.21

A inicios del siglo los caucheros desolaron y re-garon con sangre las tierras orientales. Pero esa he-catombe, comparada con la causada por las compa-ñías petroleras actualmente, resulta insignificante.Algunos pueblos amazónicos han desaparecido yotros están en proceso de desaparición.

Quinto

La venta y privatización de las empresas estata-les produce el aumento de las tarifas de los serviciospúblicos y la subida de los precios de sus productos,ya que el beneficio económico, la máxima ganancia,sin que nada importe el detrimento que se ocasionaa la población, es la finalidad primordial de los com-pradores.

Para disimular este objetivo y no subir los pre-cios inmediatamente después de la compra se suelerecurrir a una práctica por demás repetida en estostiempos: producir el alza de precios y tarifas antes dela venta, para que las compañías que adquieren los

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bienes nacionales puedan esperar unos pocos mesespara ordenar la elevación y así evitar la protesta delpueblo. Naturalmente, para esto, se tiene que contarcon la venia de los vendedores. Y estos alcahuetes nofaltan. Unos son sobornados y otros actúan así conel afán de ponerse al servicio de los nuevos dueños.Este método ya no es novedoso en nuestro país. Hoymismo, para que el gobierno de Mahuad puedacumplir sus serviles ofrecimientos al Fondo Moneta-rio Internacional, se están subiendo a precios astro-nómicos las tarifas de la electricidad. Y hay que decirque para esto los alcahuetes son ágiles como un gatoy unos pocos hasta vivaces.

La subida de los precios de los bienes subasta-dos por los gobiernos neoliberales no es un inventonuestro. Las tarifas de los teléfonos se han elevadoen varios países americanos, al extremo de quedarsin su servicio grandes sectores poblacionales, espe-cialmente campesinos. por no poder sufragar el nue-vo valor. Hasta los pasajes han subido los precios enla Argentina de Menem. Todas las aereolíneas, conel pretexto de los altos pagos que tienen que hacerpor la utilización de los aeropuertos privatizados,han elevado el precio de los viajes.

Y en el Ecuador, la privatización del ingenioAztra de lo que ya hablamos, ha ocasionado unagran elevación en el precio del azúcar. Antes el Esta-do podía impedir y controlar el precio porque Aztra–hoy se llama “La Troncal”- producía aproximada-mente el tercio de ese producto. Con la venta, o me-jor dicho con el atraco del ingenio, el nuevo dueño,el potentado Antonio Isaías, que hoy vive en un pa-lacete en Miami después de quebrar su banco, formaun oligopolio con los propietarios de los ingeniosmás grandes del país que fija los precios del azúcar asu sabor y gusto. El pueblo, el único perjudicado.

bienes nacionales puedan esperar unos pocos mesespara ordenar la elevación y así evitar la protesta delpueblo. Naturalmente, para esto, se tiene que contarcon la venia de los vendedores. Y estos alcahuetes nofaltan. Unos son sobornados y otros actúan así conel afán de ponerse al servicio de los nuevos dueños.Este método ya no es novedoso en nuestro país. Hoymismo, para que el gobierno de Mahuad puedacumplir sus serviles ofrecimientos al Fondo Moneta-rio Internacional, se están subiendo a precios astro-nómicos las tarifas de la electricidad. Y hay que decirque para esto los alcahuetes son ágiles como un gatoy unos pocos hasta vivaces.

La subida de los precios de los bienes subasta-dos por los gobiernos neoliberales no es un inventonuestro. Las tarifas de los teléfonos se han elevadoen varios países americanos, al extremo de quedarsin su servicio grandes sectores poblacionales, espe-cialmente campesinos. por no poder sufragar el nue-vo valor. Hasta los pasajes han subido los precios enla Argentina de Menem. Todas las aereolíneas, conel pretexto de los altos pagos que tienen que hacerpor la utilización de los aeropuertos privatizados,han elevado el precio de los viajes.

Y en el Ecuador, la privatización del ingenioAztra de lo que ya hablamos, ha ocasionado unagran elevación en el precio del azúcar. Antes el Esta-do podía impedir y controlar el precio porque Aztra–hoy se llama “La Troncal”- producía aproximada-mente el tercio de ese producto. Con la venta, o me-jor dicho con el atraco del ingenio, el nuevo dueño,el potentado Antonio Isaías, que hoy vive en un pa-lacete en Miami después de quebrar su banco, formaun oligopolio con los propietarios de los ingeniosmás grandes del país que fija los precios del azúcar asu sabor y gusto. El pueblo, el único perjudicado.

bienes nacionales puedan esperar unos pocos mesespara ordenar la elevación y así evitar la protesta delpueblo. Naturalmente, para esto, se tiene que contarcon la venia de los vendedores. Y estos alcahuetes nofaltan. Unos son sobornados y otros actúan así conel afán de ponerse al servicio de los nuevos dueños.Este método ya no es novedoso en nuestro país. Hoymismo, para que el gobierno de Mahuad puedacumplir sus serviles ofrecimientos al Fondo Moneta-rio Internacional, se están subiendo a precios astro-nómicos las tarifas de la electricidad. Y hay que decirque para esto los alcahuetes son ágiles como un gatoy unos pocos hasta vivaces.

La subida de los precios de los bienes subasta-dos por los gobiernos neoliberales no es un inventonuestro. Las tarifas de los teléfonos se han elevadoen varios países americanos, al extremo de quedarsin su servicio grandes sectores poblacionales, espe-cialmente campesinos. por no poder sufragar el nue-vo valor. Hasta los pasajes han subido los precios enla Argentina de Menem. Todas las aereolíneas, conel pretexto de los altos pagos que tienen que hacerpor la utilización de los aeropuertos privatizados,han elevado el precio de los viajes.

Y en el Ecuador, la privatización del ingenioAztra de lo que ya hablamos, ha ocasionado unagran elevación en el precio del azúcar. Antes el Esta-do podía impedir y controlar el precio porque Aztra–hoy se llama “La Troncal”- producía aproximada-mente el tercio de ese producto. Con la venta, o me-jor dicho con el atraco del ingenio, el nuevo dueño,el potentado Antonio Isaías, que hoy vive en un pa-lacete en Miami después de quebrar su banco, formaun oligopolio con los propietarios de los ingeniosmás grandes del país que fija los precios del azúcar asu sabor y gusto. El pueblo, el único perjudicado.

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Estos son, como ya se dijo antes, los principa-les males provenientes del paso de los bienes nacio-nales a manos extranjeras y privadas. Males inmen-sos como se ve, que hacen necesaria una férrea opo-sición patriótica para impedir que eso suceda. Paraque la patria no sea vejada ni explotada.

Empero, es de rigor advertir que ahora, esaoposición y lucha se torna difícil y reñida. Las causasmás importantes para que se produzca ese fenóme-no son estos:

a) El imperialismo se ha fortalecido grande-mente con el colapso de la Unión Soviética: sin con-trapeso ni impedimento, su cabeza, Estados Unidos,convertido en potencia hegemónica, hace y deshacea lo largo y ancho del planeta. Dirige a su conve-niencia la economía de los países del Tercer Mundo,unas veces mediante la fuerza y otras valiéndose desus instrumentos principales, el Banco Mundial y elFondo Monetario Internacional. El Ecuador sufreesta dura coyuntura. Anualmente, como se ya dijo,tiene que firmar esas Cartas de Intención, donde sele impone las ventas de empresas y las privatizacio-nes. Y los mandatarios neoliberales, sumisos y do-blegando el lomo, suscriben lo que ordena el amo.

b) Las compañías transnacionales –las que ma-yormente pugnan por apoderarse de las riquezas yde las empresas de los países poco desarrollados-hoy son más poderosas que nunca, pues algunas tie-nen mayor poder económico que muchas nacionesde nuestro continente. José María Vidal Villa dice loque sigue a ese respecto:

Para reflejar el peso real de las empresasmultinacionales, de las grandes corporaciones, en

Estos son, como ya se dijo antes, los principa-les males provenientes del paso de los bienes nacio-nales a manos extranjeras y privadas. Males inmen-sos como se ve, que hacen necesaria una férrea opo-sición patriótica para impedir que eso suceda. Paraque la patria no sea vejada ni explotada.

Empero, es de rigor advertir que ahora, esaoposición y lucha se torna difícil y reñida. Las causasmás importantes para que se produzca ese fenóme-no son estos:

a) El imperialismo se ha fortalecido grande-mente con el colapso de la Unión Soviética: sin con-trapeso ni impedimento, su cabeza, Estados Unidos,convertido en potencia hegemónica, hace y deshacea lo largo y ancho del planeta. Dirige a su conve-niencia la economía de los países del Tercer Mundo,unas veces mediante la fuerza y otras valiéndose desus instrumentos principales, el Banco Mundial y elFondo Monetario Internacional. El Ecuador sufreesta dura coyuntura. Anualmente, como se ya dijo,tiene que firmar esas Cartas de Intención, donde sele impone las ventas de empresas y las privatizacio-nes. Y los mandatarios neoliberales, sumisos y do-blegando el lomo, suscriben lo que ordena el amo.

b) Las compañías transnacionales –las que ma-yormente pugnan por apoderarse de las riquezas yde las empresas de los países poco desarrollados-hoy son más poderosas que nunca, pues algunas tie-nen mayor poder económico que muchas nacionesde nuestro continente. José María Vidal Villa dice loque sigue a ese respecto:

Para reflejar el peso real de las empresasmultinacionales, de las grandes corporaciones, en

Estos son, como ya se dijo antes, los principa-les males provenientes del paso de los bienes nacio-nales a manos extranjeras y privadas. Males inmen-sos como se ve, que hacen necesaria una férrea opo-sición patriótica para impedir que eso suceda. Paraque la patria no sea vejada ni explotada.

Empero, es de rigor advertir que ahora, esaoposición y lucha se torna difícil y reñida. Las causasmás importantes para que se produzca ese fenóme-no son estos:

a) El imperialismo se ha fortalecido grande-mente con el colapso de la Unión Soviética: sin con-trapeso ni impedimento, su cabeza, Estados Unidos,convertido en potencia hegemónica, hace y deshacea lo largo y ancho del planeta. Dirige a su conve-niencia la economía de los países del Tercer Mundo,unas veces mediante la fuerza y otras valiéndose desus instrumentos principales, el Banco Mundial y elFondo Monetario Internacional. El Ecuador sufreesta dura coyuntura. Anualmente, como se ya dijo,tiene que firmar esas Cartas de Intención, donde sele impone las ventas de empresas y las privatizacio-nes. Y los mandatarios neoliberales, sumisos y do-blegando el lomo, suscriben lo que ordena el amo.

b) Las compañías transnacionales –las que ma-yormente pugnan por apoderarse de las riquezas yde las empresas de los países poco desarrollados-hoy son más poderosas que nunca, pues algunas tie-nen mayor poder económico que muchas nacionesde nuestro continente. José María Vidal Villa dice loque sigue a ese respecto:

Para reflejar el peso real de las empresasmultinacionales, de las grandes corporaciones, en

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nuestros días, un buen punto de referencia posiblees el PIB (Producto Interno Bruto) de los diferen-tes países. Es decir, las corporaciones llegan a “mo-ver” tal cantidad de dinero que solo puede sercomparado con el que “mueven” países enteros.22

El autor citado, para probar su aserto, haceconstar en una tabla que elabora con este fin, que elEcuador tiene un Producto Interno Bruto que es su-perado por el valor de las ventas de la empresa suecaVolvo: 11.520.000 millones de dólares y 14.576.000millones respectivamente. Y téngase en cuenta que laempresa Volvo, está por debajo de muchísimas otras.

c) La burguesía proimperialista ecuatoriana,cobijada con el ala de la rapaz águila norteamerica-na, así mismo ha crecido y se ha envalentonado,convirtiéndose en servil herramienta del Imperio,dispuesta a vender por un plato de lentejas los bie-nes y la independencia de nuestra patria.

Incrustada en los partidos políticos de derecha,en las cámaras de la producción y en los altos cargosdel Estado, no desperdicia ocasión para favorecer asus aliados. Elabora leyes privatizadoras. Sabotea lasempresas públicas para desprestigiarlas. Alquila aprivatizadores extranjeros para que ponderen lasmaravillas de la “modernización”. Un Cavallo, unSánchez de Lozada, son sus asesores preferidos.

Muchos de los miembros de esta burguesía,que son ya socios o funcionarios de empresas extran-jeras, llegan con gran facilidad hasta el cargo de mi-nistros, principalmente de ministros de Energía, puesparece que el petróleo es uno de los platos preferidospor las transnacionales.

nuestros días, un buen punto de referencia posiblees el PIB (Producto Interno Bruto) de los diferen-tes países. Es decir, las corporaciones llegan a “mo-ver” tal cantidad de dinero que solo puede sercomparado con el que “mueven” países enteros.22

El autor citado, para probar su aserto, haceconstar en una tabla que elabora con este fin, que elEcuador tiene un Producto Interno Bruto que es su-perado por el valor de las ventas de la empresa suecaVolvo: 11.520.000 millones de dólares y 14.576.000millones respectivamente. Y téngase en cuenta que laempresa Volvo, está por debajo de muchísimas otras.

c) La burguesía proimperialista ecuatoriana,cobijada con el ala de la rapaz águila norteamerica-na, así mismo ha crecido y se ha envalentonado,convirtiéndose en servil herramienta del Imperio,dispuesta a vender por un plato de lentejas los bie-nes y la independencia de nuestra patria.

Incrustada en los partidos políticos de derecha,en las cámaras de la producción y en los altos cargosdel Estado, no desperdicia ocasión para favorecer asus aliados. Elabora leyes privatizadoras. Sabotea lasempresas públicas para desprestigiarlas. Alquila aprivatizadores extranjeros para que ponderen lasmaravillas de la “modernización”. Un Cavallo, unSánchez de Lozada, son sus asesores preferidos.

Muchos de los miembros de esta burguesía,que son ya socios o funcionarios de empresas extran-jeras, llegan con gran facilidad hasta el cargo de mi-nistros, principalmente de ministros de Energía, puesparece que el petróleo es uno de los platos preferidospor las transnacionales.

nuestros días, un buen punto de referencia posiblees el PIB (Producto Interno Bruto) de los diferen-tes países. Es decir, las corporaciones llegan a “mo-ver” tal cantidad de dinero que solo puede sercomparado con el que “mueven” países enteros.22

El autor citado, para probar su aserto, haceconstar en una tabla que elabora con este fin, que elEcuador tiene un Producto Interno Bruto que es su-perado por el valor de las ventas de la empresa suecaVolvo: 11.520.000 millones de dólares y 14.576.000millones respectivamente. Y téngase en cuenta que laempresa Volvo, está por debajo de muchísimas otras.

c) La burguesía proimperialista ecuatoriana,cobijada con el ala de la rapaz águila norteamerica-na, así mismo ha crecido y se ha envalentonado,convirtiéndose en servil herramienta del Imperio,dispuesta a vender por un plato de lentejas los bie-nes y la independencia de nuestra patria.

Incrustada en los partidos políticos de derecha,en las cámaras de la producción y en los altos cargosdel Estado, no desperdicia ocasión para favorecer asus aliados. Elabora leyes privatizadoras. Sabotea lasempresas públicas para desprestigiarlas. Alquila aprivatizadores extranjeros para que ponderen lasmaravillas de la “modernización”. Un Cavallo, unSánchez de Lozada, son sus asesores preferidos.

Muchos de los miembros de esta burguesía,que son ya socios o funcionarios de empresas extran-jeras, llegan con gran facilidad hasta el cargo de mi-nistros, principalmente de ministros de Energía, puesparece que el petróleo es uno de los platos preferidospor las transnacionales.

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Otra parte de esta burguesía está constituidapor dueños y altos funcionarios de bancos y grandesempresas nacionales que se mueven con un subidoporcentaje de capital extranjero, que en la actuali-dad, en nuestro país, son numerosas. Igual que loscomponentes de la burguesía antes señalada ocupantambién ministerios y altos puestos burocráticos queles sirven de palanca para ayudar a sus consocios.

Las fuerzas enemigas de la patria, consiguien-temente, son poderosas. Para vencerlas y abatirlas,entonces, se hace imprescindible reunir en un granfrente patriótico a todos los ecuatorianos que no es-tén dispuestos a soportar el yugo extranjero. A todoslos ciudadanos honestos y dispuestos a defender,con entereza y sacrificio, la soberanía nacional.

De lo que dejamos expuesto, no se desprendaequivocadamente, que se debe ser contrario a todainversión foránea. Países pobres como el nuestro ne-cesitan recursos para desarrollar su producción ypoder servir mejor a todo el pueblo. Pero la inver-sión extranjera, por las razones que hemos señalado,tiene que ser seleccionada y estrictamente controla-da para que no tenga prerrogativas contrarias al in-terés nacional, ni se produzcan los abusos de que he-mos sido víctimas tantas veces. Sobre todo ahora,dado el poderío alcanzado por las corporacionestransnacionales, este control, aunque difícil, se con-vierte en imperativo indispensable. Imperativo cate-górico que no se puede olvidar.

La inversión extranjera sólo debe ser aceptadacuando sea ineludiblemente necesaria. Porque elverdadero camino para el progreso y el fomento dela economía nacional, es el empleo de recursos pro-pios, ya que resultan más eficaces y nos liberan detoda clase de peligros. El economista Alberto Acostaafirma esto sobre este tópico:

Otra parte de esta burguesía está constituidapor dueños y altos funcionarios de bancos y grandesempresas nacionales que se mueven con un subidoporcentaje de capital extranjero, que en la actuali-dad, en nuestro país, son numerosas. Igual que loscomponentes de la burguesía antes señalada ocupantambién ministerios y altos puestos burocráticos queles sirven de palanca para ayudar a sus consocios.

Las fuerzas enemigas de la patria, consiguien-temente, son poderosas. Para vencerlas y abatirlas,entonces, se hace imprescindible reunir en un granfrente patriótico a todos los ecuatorianos que no es-tén dispuestos a soportar el yugo extranjero. A todoslos ciudadanos honestos y dispuestos a defender,con entereza y sacrificio, la soberanía nacional.

De lo que dejamos expuesto, no se desprendaequivocadamente, que se debe ser contrario a todainversión foránea. Países pobres como el nuestro ne-cesitan recursos para desarrollar su producción ypoder servir mejor a todo el pueblo. Pero la inver-sión extranjera, por las razones que hemos señalado,tiene que ser seleccionada y estrictamente controla-da para que no tenga prerrogativas contrarias al in-terés nacional, ni se produzcan los abusos de que he-mos sido víctimas tantas veces. Sobre todo ahora,dado el poderío alcanzado por las corporacionestransnacionales, este control, aunque difícil, se con-vierte en imperativo indispensable. Imperativo cate-górico que no se puede olvidar.

La inversión extranjera sólo debe ser aceptadacuando sea ineludiblemente necesaria. Porque elverdadero camino para el progreso y el fomento dela economía nacional, es el empleo de recursos pro-pios, ya que resultan más eficaces y nos liberan detoda clase de peligros. El economista Alberto Acostaafirma esto sobre este tópico:

Otra parte de esta burguesía está constituidapor dueños y altos funcionarios de bancos y grandesempresas nacionales que se mueven con un subidoporcentaje de capital extranjero, que en la actuali-dad, en nuestro país, son numerosas. Igual que loscomponentes de la burguesía antes señalada ocupantambién ministerios y altos puestos burocráticos queles sirven de palanca para ayudar a sus consocios.

Las fuerzas enemigas de la patria, consiguien-temente, son poderosas. Para vencerlas y abatirlas,entonces, se hace imprescindible reunir en un granfrente patriótico a todos los ecuatorianos que no es-tén dispuestos a soportar el yugo extranjero. A todoslos ciudadanos honestos y dispuestos a defender,con entereza y sacrificio, la soberanía nacional.

De lo que dejamos expuesto, no se desprendaequivocadamente, que se debe ser contrario a todainversión foránea. Países pobres como el nuestro ne-cesitan recursos para desarrollar su producción ypoder servir mejor a todo el pueblo. Pero la inver-sión extranjera, por las razones que hemos señalado,tiene que ser seleccionada y estrictamente controla-da para que no tenga prerrogativas contrarias al in-terés nacional, ni se produzcan los abusos de que he-mos sido víctimas tantas veces. Sobre todo ahora,dado el poderío alcanzado por las corporacionestransnacionales, este control, aunque difícil, se con-vierte en imperativo indispensable. Imperativo cate-górico que no se puede olvidar.

La inversión extranjera sólo debe ser aceptadacuando sea ineludiblemente necesaria. Porque elverdadero camino para el progreso y el fomento dela economía nacional, es el empleo de recursos pro-pios, ya que resultan más eficaces y nos liberan detoda clase de peligros. El economista Alberto Acostaafirma esto sobre este tópico:

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En el Ecuador, sin rechazar el potencial in-greso de recursos externos seleccionados en funciónde las necesidades nacionales, se debe fomentar elahorro doméstico, reducir drásticamente la trans-ferencia neta negativa de recursos al exterior porconcepto de servicio de la deuda externa, hacer ca-da vez menos atractiva la fuga de capitales, incre-mentar la productividad del capital y usar en for-ma racional y planificada las divisas provenientesde las exportaciones.23

Y para subrayar o resaltar su pensamiento,Acosta afirma: “sentar las bases para el financia-miento del desarrollo en el aporte del capital externo–créditos o inversiones- es una grave equivoca-ción”.24 La mañosa y repetida equivocación de lacantaleta neoliberal.

Las breves historias que a continuación cono-cerá el lector no tienen otro objeto que mostrar, re-sumidos, los perjuicios que las compañías extranje-ras han ocasionado al país. Ganancias excesivas ypagos miserables por los productos obtenidos. Esta-fas encubiertas y otras practicadas a la luz del día.Burla y quebrantamiento de las leyes nacionales.Privilegios inconcebibles alcanzados a costa de coi-mas y presiones. Abusos contra poblaciones y traba-jadores. Corrupción de funcionarios y creación deuna casta de sirvientes aptos para las bajezas. Irres-peto a la dignidad y soberanía patria. Prepotencia yamenazas de ingerencia de sus naciones de origen.Todo esto, en casi todos los casos y en proporcióndiferente, han caracterizado el paso de esas compa-ñías por el suelo ecuatoriano, no obstante que todaslas descritas y estudiadas, han laborado en camposdiferentes: minería, agricultura y comercio, trans-portes, electricidad, etc.

En el Ecuador, sin rechazar el potencial in-greso de recursos externos seleccionados en funciónde las necesidades nacionales, se debe fomentar elahorro doméstico, reducir drásticamente la trans-ferencia neta negativa de recursos al exterior porconcepto de servicio de la deuda externa, hacer ca-da vez menos atractiva la fuga de capitales, incre-mentar la productividad del capital y usar en for-ma racional y planificada las divisas provenientesde las exportaciones.23

Y para subrayar o resaltar su pensamiento,Acosta afirma: “sentar las bases para el financia-miento del desarrollo en el aporte del capital externo–créditos o inversiones- es una grave equivoca-ción”.24 La mañosa y repetida equivocación de lacantaleta neoliberal.

Las breves historias que a continuación cono-cerá el lector no tienen otro objeto que mostrar, re-sumidos, los perjuicios que las compañías extranje-ras han ocasionado al país. Ganancias excesivas ypagos miserables por los productos obtenidos. Esta-fas encubiertas y otras practicadas a la luz del día.Burla y quebrantamiento de las leyes nacionales.Privilegios inconcebibles alcanzados a costa de coi-mas y presiones. Abusos contra poblaciones y traba-jadores. Corrupción de funcionarios y creación deuna casta de sirvientes aptos para las bajezas. Irres-peto a la dignidad y soberanía patria. Prepotencia yamenazas de ingerencia de sus naciones de origen.Todo esto, en casi todos los casos y en proporcióndiferente, han caracterizado el paso de esas compa-ñías por el suelo ecuatoriano, no obstante que todaslas descritas y estudiadas, han laborado en camposdiferentes: minería, agricultura y comercio, trans-portes, electricidad, etc.

En el Ecuador, sin rechazar el potencial in-greso de recursos externos seleccionados en funciónde las necesidades nacionales, se debe fomentar elahorro doméstico, reducir drásticamente la trans-ferencia neta negativa de recursos al exterior porconcepto de servicio de la deuda externa, hacer ca-da vez menos atractiva la fuga de capitales, incre-mentar la productividad del capital y usar en for-ma racional y planificada las divisas provenientesde las exportaciones.23

Y para subrayar o resaltar su pensamiento,Acosta afirma: “sentar las bases para el financia-miento del desarrollo en el aporte del capital externo–créditos o inversiones- es una grave equivoca-ción”.24 La mañosa y repetida equivocación de lacantaleta neoliberal.

Las breves historias que a continuación cono-cerá el lector no tienen otro objeto que mostrar, re-sumidos, los perjuicios que las compañías extranje-ras han ocasionado al país. Ganancias excesivas ypagos miserables por los productos obtenidos. Esta-fas encubiertas y otras practicadas a la luz del día.Burla y quebrantamiento de las leyes nacionales.Privilegios inconcebibles alcanzados a costa de coi-mas y presiones. Abusos contra poblaciones y traba-jadores. Corrupción de funcionarios y creación deuna casta de sirvientes aptos para las bajezas. Irres-peto a la dignidad y soberanía patria. Prepotencia yamenazas de ingerencia de sus naciones de origen.Todo esto, en casi todos los casos y en proporcióndiferente, han caracterizado el paso de esas compa-ñías por el suelo ecuatoriano, no obstante que todaslas descritas y estudiadas, han laborado en camposdiferentes: minería, agricultura y comercio, trans-portes, electricidad, etc.

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Si se escribiera la actuación y vida de las otrasempresas extranjeras que se han asentado en nuestrapatria –y en algunos casos ya se ha hecho in extensopor parte de escritores patriotas- es seguro que el ba-lance final, en la mayoría de las ocasiones, sería ne-gativo, altamente negativo. Una plaga de langostassería el símil adecuado para unas tantas.

Desgraciadamente, un trabajo de esta clase,hoy en día, es poco probable. Nuestra intelectuali-dad, antes singularizada por su decisión y enterezapara la crítica social, ahora, entratándose sobre tododel combate contra el imperialismo –las compañíastransnacionales son sus infaltables instrumentos depenetración- ha dado un paso atrás y guarda un si-lencio difícil de calificar. El economista José Monca-da asevera con razón:

Inclusive hoy, en muchos círculos, se niega laexistencia del imperialismo y hasta en los partidospolíticos y en las organizaciones de izquierda, espoco común que se mencione la palabra imperia-lismo –entendida como la penetración económica,tecnológica, social, política y cultural de las gran-des potencias capitalistas en los países atrasados–como un factor de subdesarrollo de todos nuestropueblos.25

Efectivamente, la palabra imperialismo se haconvertido en tabú para ciertos estudiosos de lasciencias sociales, para evitar de esta manera mencio-nar su culpa en el atraso y subdesarrollo de nuestrospueblos. Otros, con el mismo propósito, recurren alridículo subterfugio de escribir entre comillas la pa-labra imperialismo. Y lo extraño es que todo esto su-cede cuando la presencia del imperialismo es máspatente que nunca, cuando su sombra ominosa se

Si se escribiera la actuación y vida de las otrasempresas extranjeras que se han asentado en nuestrapatria –y en algunos casos ya se ha hecho in extensopor parte de escritores patriotas- es seguro que el ba-lance final, en la mayoría de las ocasiones, sería ne-gativo, altamente negativo. Una plaga de langostassería el símil adecuado para unas tantas.

Desgraciadamente, un trabajo de esta clase,hoy en día, es poco probable. Nuestra intelectuali-dad, antes singularizada por su decisión y enterezapara la crítica social, ahora, entratándose sobre tododel combate contra el imperialismo –las compañíastransnacionales son sus infaltables instrumentos depenetración- ha dado un paso atrás y guarda un si-lencio difícil de calificar. El economista José Monca-da asevera con razón:

Inclusive hoy, en muchos círculos, se niega laexistencia del imperialismo y hasta en los partidospolíticos y en las organizaciones de izquierda, espoco común que se mencione la palabra imperia-lismo –entendida como la penetración económica,tecnológica, social, política y cultural de las gran-des potencias capitalistas en los países atrasados–como un factor de subdesarrollo de todos nuestropueblos.25

Efectivamente, la palabra imperialismo se haconvertido en tabú para ciertos estudiosos de lasciencias sociales, para evitar de esta manera mencio-nar su culpa en el atraso y subdesarrollo de nuestrospueblos. Otros, con el mismo propósito, recurren alridículo subterfugio de escribir entre comillas la pa-labra imperialismo. Y lo extraño es que todo esto su-cede cuando la presencia del imperialismo es máspatente que nunca, cuando su sombra ominosa se

Si se escribiera la actuación y vida de las otrasempresas extranjeras que se han asentado en nuestrapatria –y en algunos casos ya se ha hecho in extensopor parte de escritores patriotas- es seguro que el ba-lance final, en la mayoría de las ocasiones, sería ne-gativo, altamente negativo. Una plaga de langostassería el símil adecuado para unas tantas.

Desgraciadamente, un trabajo de esta clase,hoy en día, es poco probable. Nuestra intelectuali-dad, antes singularizada por su decisión y enterezapara la crítica social, ahora, entratándose sobre tododel combate contra el imperialismo –las compañíastransnacionales son sus infaltables instrumentos depenetración- ha dado un paso atrás y guarda un si-lencio difícil de calificar. El economista José Monca-da asevera con razón:

Inclusive hoy, en muchos círculos, se niega laexistencia del imperialismo y hasta en los partidospolíticos y en las organizaciones de izquierda, espoco común que se mencione la palabra imperia-lismo –entendida como la penetración económica,tecnológica, social, política y cultural de las gran-des potencias capitalistas en los países atrasados–como un factor de subdesarrollo de todos nuestropueblos.25

Efectivamente, la palabra imperialismo se haconvertido en tabú para ciertos estudiosos de lasciencias sociales, para evitar de esta manera mencio-nar su culpa en el atraso y subdesarrollo de nuestrospueblos. Otros, con el mismo propósito, recurren alridículo subterfugio de escribir entre comillas la pa-labra imperialismo. Y lo extraño es que todo esto su-cede cuando la presencia del imperialismo es máspatente que nunca, cuando su sombra ominosa se

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extiende por todas partes y sus zarpazos son cadavez más frecuentes y desvergonzados. Sucede, cuan-do su cabeza, Estados Unidos, desempeña el bajooficio de gendarme del universo. La ceguera en estascondiciones, resulta por demás turbia y fingida.

Nuestros libros y textos de historia ecuatoriana– y esto desde mucho tiempo atrás- ignoran en sumayoría el tema de la intromisión imperialista o lopasan como sobre ascuas mencionando algún rasgoo pasaje insignificante. No existe ningún estudio de-tallado y profundo sobre fenómeno tan importante.Ni siquiera la Nueva Historia, que por ser nueva de-bía dedicar por lo menos uno de sus quince tomos aeste espinoso tema, pese a que abunda la documenta-ción al respecto, ha preferido dejarlo de lado y paramejores tiempos. Una verdadera lástima. Quizás enuna próxima edición se enmiende falla tan notable.

Esperamos que este pequeño trabajo contribu-ya en algo para que el tema de la penetración impe-rialista en nuestro país, por ser tan vital para una ca-bal comprensión de la realidad ecuatoriana, sea in-troducida en la historia patria. Para que no se evadael problema con hábiles o tontas estratagemas.

Notas:

1 Emilio Roig de Leuchsenring, Martí, antimperialis-ta, Ministerio de Relaciones Exteriores, La Habana,1961, p. 19.

2 Rubén Darío, Poesías completas, Aguilar S.A., Ma-drid, 1967, p. 641.

3 Héctor P. Agosti, José Ingenieros. Ciudadano de laJuventud, Editorial Futuro, Buenos Aires, 1945, p.184.

extiende por todas partes y sus zarpazos son cadavez más frecuentes y desvergonzados. Sucede, cuan-do su cabeza, Estados Unidos, desempeña el bajooficio de gendarme del universo. La ceguera en estascondiciones, resulta por demás turbia y fingida.

Nuestros libros y textos de historia ecuatoriana– y esto desde mucho tiempo atrás- ignoran en sumayoría el tema de la intromisión imperialista o lopasan como sobre ascuas mencionando algún rasgoo pasaje insignificante. No existe ningún estudio de-tallado y profundo sobre fenómeno tan importante.Ni siquiera la Nueva Historia, que por ser nueva de-bía dedicar por lo menos uno de sus quince tomos aeste espinoso tema, pese a que abunda la documenta-ción al respecto, ha preferido dejarlo de lado y paramejores tiempos. Una verdadera lástima. Quizás enuna próxima edición se enmiende falla tan notable.

Esperamos que este pequeño trabajo contribu-ya en algo para que el tema de la penetración impe-rialista en nuestro país, por ser tan vital para una ca-bal comprensión de la realidad ecuatoriana, sea in-troducida en la historia patria. Para que no se evadael problema con hábiles o tontas estratagemas.

Notas:

1 Emilio Roig de Leuchsenring, Martí, antimperialis-ta, Ministerio de Relaciones Exteriores, La Habana,1961, p. 19.

2 Rubén Darío, Poesías completas, Aguilar S.A., Ma-drid, 1967, p. 641.

3 Héctor P. Agosti, José Ingenieros. Ciudadano de laJuventud, Editorial Futuro, Buenos Aires, 1945, p.184.

extiende por todas partes y sus zarpazos son cadavez más frecuentes y desvergonzados. Sucede, cuan-do su cabeza, Estados Unidos, desempeña el bajooficio de gendarme del universo. La ceguera en estascondiciones, resulta por demás turbia y fingida.

Nuestros libros y textos de historia ecuatoriana– y esto desde mucho tiempo atrás- ignoran en sumayoría el tema de la intromisión imperialista o lopasan como sobre ascuas mencionando algún rasgoo pasaje insignificante. No existe ningún estudio de-tallado y profundo sobre fenómeno tan importante.Ni siquiera la Nueva Historia, que por ser nueva de-bía dedicar por lo menos uno de sus quince tomos aeste espinoso tema, pese a que abunda la documenta-ción al respecto, ha preferido dejarlo de lado y paramejores tiempos. Una verdadera lástima. Quizás enuna próxima edición se enmiende falla tan notable.

Esperamos que este pequeño trabajo contribu-ya en algo para que el tema de la penetración impe-rialista en nuestro país, por ser tan vital para una ca-bal comprensión de la realidad ecuatoriana, sea in-troducida en la historia patria. Para que no se evadael problema con hábiles o tontas estratagemas.

Notas:

1 Emilio Roig de Leuchsenring, Martí, antimperialis-ta, Ministerio de Relaciones Exteriores, La Habana,1961, p. 19.

2 Rubén Darío, Poesías completas, Aguilar S.A., Ma-drid, 1967, p. 641.

3 Héctor P. Agosti, José Ingenieros. Ciudadano de laJuventud, Editorial Futuro, Buenos Aires, 1945, p.184.

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4 Benjamín Carrión, América dada al diablo, MonteAvila Editores, Caracas, 1981, p. 111.

5 Pablo González Casanova, Imperialismo y liberaciónen América Latina, siglo veintiuno editores, México,1978, p. 69.

6 Rafael Ramos Pedrueza, La lucha de clases a travésde la historia de México, t. II, Talleres Gráficos de laNación, México D.F., 1941, p. 383.

7 José Peralta, La esclavitud de la América Latina, Pu-blicación de la Universidad de Cuenca, Cuenca,1961, p. 79.

8 Idem, p. 59.9 Idem, p. 67.10 Pío Jaramillo Alvarado, “Dollar Diplomacy”, en Al-

go más acerca de los Tratados con Colombia, Impren-ta de la Universidad Central, Quito, 1928, p. 68.

11 Benjamín Carrión, op. cit., p. 147.12 Idem, p. 248.13 Jorge Silva L., Nacionalismo y petróleo en el Ecuador

actual, Editorial Universitaria, Quito, 1976, p.222.14 José Vicente Zevallos, El Estado ecuatoriano y las

transnacionales petroleras, Ediciones de la Universi-dad Católica, Quito, 1981, p. 41.

15 Alberto Acosta, El Estado como solución, InstitutoLatinoamericano de Investigaciones Sociales, Qui-to, 1998, p. 99.

16 Diario Hoy, Quito, 5 de marzo de 1999.17 Gualberto Arcos, Años de oprobio, Imprenta Fer-

nández, Quito, 1940, p. 56.18 Diario Hoy, Quito 8 de marzo de 1999.19 Jorge Trujillo, Los oscuros designios de Dios y del

“Imperio”, Ediciones CIESE, Quito, 1981, p. 52.20 Iván Narváez Q., “Reflexión sobre la Amazonía y el

Caso Texaco”, en Petróleo y Sociedad N° 5, ASPEC,Quito, 1996, p. 36.

21 Idem, p. 44.22 José María Vidal Villa, Hacia una economía mun-

dial Norte/Sur: frente a frente, Actualidad y LibrosS.A., Barcelona, 1990, p. 200.

4 Benjamín Carrión, América dada al diablo, MonteAvila Editores, Caracas, 1981, p. 111.

5 Pablo González Casanova, Imperialismo y liberaciónen América Latina, siglo veintiuno editores, México,1978, p. 69.

6 Rafael Ramos Pedrueza, La lucha de clases a travésde la historia de México, t. II, Talleres Gráficos de laNación, México D.F., 1941, p. 383.

7 José Peralta, La esclavitud de la América Latina, Pu-blicación de la Universidad de Cuenca, Cuenca,1961, p. 79.

8 Idem, p. 59.9 Idem, p. 67.10 Pío Jaramillo Alvarado, “Dollar Diplomacy”, en Al-

go más acerca de los Tratados con Colombia, Impren-ta de la Universidad Central, Quito, 1928, p. 68.

11 Benjamín Carrión, op. cit., p. 147.12 Idem, p. 248.13 Jorge Silva L., Nacionalismo y petróleo en el Ecuador

actual, Editorial Universitaria, Quito, 1976, p.222.14 José Vicente Zevallos, El Estado ecuatoriano y las

transnacionales petroleras, Ediciones de la Universi-dad Católica, Quito, 1981, p. 41.

15 Alberto Acosta, El Estado como solución, InstitutoLatinoamericano de Investigaciones Sociales, Qui-to, 1998, p. 99.

16 Diario Hoy, Quito, 5 de marzo de 1999.17 Gualberto Arcos, Años de oprobio, Imprenta Fer-

nández, Quito, 1940, p. 56.18 Diario Hoy, Quito 8 de marzo de 1999.19 Jorge Trujillo, Los oscuros designios de Dios y del

“Imperio”, Ediciones CIESE, Quito, 1981, p. 52.20 Iván Narváez Q., “Reflexión sobre la Amazonía y el

Caso Texaco”, en Petróleo y Sociedad N° 5, ASPEC,Quito, 1996, p. 36.

21 Idem, p. 44.22 José María Vidal Villa, Hacia una economía mun-

dial Norte/Sur: frente a frente, Actualidad y LibrosS.A., Barcelona, 1990, p. 200.

4 Benjamín Carrión, América dada al diablo, MonteAvila Editores, Caracas, 1981, p. 111.

5 Pablo González Casanova, Imperialismo y liberaciónen América Latina, siglo veintiuno editores, México,1978, p. 69.

6 Rafael Ramos Pedrueza, La lucha de clases a travésde la historia de México, t. II, Talleres Gráficos de laNación, México D.F., 1941, p. 383.

7 José Peralta, La esclavitud de la América Latina, Pu-blicación de la Universidad de Cuenca, Cuenca,1961, p. 79.

8 Idem, p. 59.9 Idem, p. 67.10 Pío Jaramillo Alvarado, “Dollar Diplomacy”, en Al-

go más acerca de los Tratados con Colombia, Impren-ta de la Universidad Central, Quito, 1928, p. 68.

11 Benjamín Carrión, op. cit., p. 147.12 Idem, p. 248.13 Jorge Silva L., Nacionalismo y petróleo en el Ecuador

actual, Editorial Universitaria, Quito, 1976, p.222.14 José Vicente Zevallos, El Estado ecuatoriano y las

transnacionales petroleras, Ediciones de la Universi-dad Católica, Quito, 1981, p. 41.

15 Alberto Acosta, El Estado como solución, InstitutoLatinoamericano de Investigaciones Sociales, Qui-to, 1998, p. 99.

16 Diario Hoy, Quito, 5 de marzo de 1999.17 Gualberto Arcos, Años de oprobio, Imprenta Fer-

nández, Quito, 1940, p. 56.18 Diario Hoy, Quito 8 de marzo de 1999.19 Jorge Trujillo, Los oscuros designios de Dios y del

“Imperio”, Ediciones CIESE, Quito, 1981, p. 52.20 Iván Narváez Q., “Reflexión sobre la Amazonía y el

Caso Texaco”, en Petróleo y Sociedad N° 5, ASPEC,Quito, 1996, p. 36.

21 Idem, p. 44.22 José María Vidal Villa, Hacia una economía mun-

dial Norte/Sur: frente a frente, Actualidad y LibrosS.A., Barcelona, 1990, p. 200.

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34 34 34

23 Alberto Acosta, “Una propuesta alternativa”, enPrivatización, Centro de Educación Popular, Quito,1993, p. 120.

24 Idem, p. 120.25 José Moncada S., Desarrollo económico. Pasado y

perspectivas, Ediciones UPS, Quito, 1996, p. 135.

23 Alberto Acosta, “Una propuesta alternativa”, enPrivatización, Centro de Educación Popular, Quito,1993, p. 120.

24 Idem, p. 120.25 José Moncada S., Desarrollo económico. Pasado y

perspectivas, Ediciones UPS, Quito, 1996, p. 135.

23 Alberto Acosta, “Una propuesta alternativa”, enPrivatización, Centro de Educación Popular, Quito,1993, p. 120.

24 Idem, p. 120.25 José Moncada S., Desarrollo económico. Pasado y

perspectivas, Ediciones UPS, Quito, 1996, p. 135.

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La “Ecuador LandCompany Limited”

de Esmeraldas

Vale la pena un pequeño estudio sobre estaempresa extranjera, no por la importancia que tengaen la vida de nuestra nación, sino más bien comotestimonio de una acción negativa y de completaineficacia.

La concesión de tierras en la provincia de Es-meraldas a la compañía inglesa Ecuador Land esconsecuencia de lo dispuesto en el contrato Espinel– Mocatta firmado el 6 de noviembre de 1854, puesen su artículo número 22 se estipula que los bonosecuatorianos de la deuda externa se amortizará conel dinero que el gobierno del Perú adeuda al Ecua-dor y con terrenos baldíos o su producto.

Dando cumplimiento a lo dispuesto en el artí-culo antes mencionado, el 21 de septiembre de 1857,se firma el convenio Icaza – Pritchett, donde se dicelo siguiente:

Art. 1°. En pago del valor de los bonos ecua-torianos provisionales que se hayan emitido enLondres por la Comisión establecida al efecto –ar-tículo 20 y 21 del contrato Espinel – Mocatta- seadjudicarán a los tenedores de dichos bonos, y deconformidad con el art. 24 del convenio de 6 de

La “Ecuador LandCompany Limited”

de Esmeraldas

Vale la pena un pequeño estudio sobre estaempresa extranjera, no por la importancia que tengaen la vida de nuestra nación, sino más bien comotestimonio de una acción negativa y de completaineficacia.

La concesión de tierras en la provincia de Es-meraldas a la compañía inglesa Ecuador Land esconsecuencia de lo dispuesto en el contrato Espinel– Mocatta firmado el 6 de noviembre de 1854, puesen su artículo número 22 se estipula que los bonosecuatorianos de la deuda externa se amortizará conel dinero que el gobierno del Perú adeuda al Ecua-dor y con terrenos baldíos o su producto.

Dando cumplimiento a lo dispuesto en el artí-culo antes mencionado, el 21 de septiembre de 1857,se firma el convenio Icaza – Pritchett, donde se dicelo siguiente:

Art. 1°. En pago del valor de los bonos ecua-torianos provisionales que se hayan emitido enLondres por la Comisión establecida al efecto –ar-tículo 20 y 21 del contrato Espinel – Mocatta- seadjudicarán a los tenedores de dichos bonos, y deconformidad con el art. 24 del convenio de 6 de

La “Ecuador LandCompany Limited”

de Esmeraldas

Vale la pena un pequeño estudio sobre estaempresa extranjera, no por la importancia que tengaen la vida de nuestra nación, sino más bien comotestimonio de una acción negativa y de completaineficacia.

La concesión de tierras en la provincia de Es-meraldas a la compañía inglesa Ecuador Land esconsecuencia de lo dispuesto en el contrato Espinel– Mocatta firmado el 6 de noviembre de 1854, puesen su artículo número 22 se estipula que los bonosecuatorianos de la deuda externa se amortizará conel dinero que el gobierno del Perú adeuda al Ecua-dor y con terrenos baldíos o su producto.

Dando cumplimiento a lo dispuesto en el artí-culo antes mencionado, el 21 de septiembre de 1857,se firma el convenio Icaza – Pritchett, donde se dicelo siguiente:

Art. 1°. En pago del valor de los bonos ecua-torianos provisionales que se hayan emitido enLondres por la Comisión establecida al efecto –ar-tículo 20 y 21 del contrato Espinel – Mocatta- seadjudicarán a los tenedores de dichos bonos, y deconformidad con el art. 24 del convenio de 6 de

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noviembre de 1854, los terrenos baldíos que a con-tinuación se expresan:

Cien mil cuadras cuadradas entre los ríosMataje y la Tola, y cien mil cuadras cuadradassobre los ríos Solima, Atacames y Súa, partiendodesde la confluencia común a los tres ríos, al pre-cio de tres pesos la cuadra.1

Además, en el mismo artículo, se hace constarla adjudicación de un millón de cuadras cuadradas aorillas del río Zamora, otro millón de cuadras cua-dradas en el cantón Canelos de la provincia deOriente y cuatrocientas diez mil doscientas cuadrascuadradas “entre el río Cañar que baja a Jesús María,hacia el Norte y el camino del pueblo de Pucará paraBalao”.2 Ninguno de estos terrenos se llega a adjudi-car. Y, como se sabe, los ubicados en la región orien-tal dan motivo para un conflicto con el Perú quealega que esos territorios son de su propiedad.

Se reconoce la soberanía del Ecuador sobre losterrenos adjudicados y las poblaciones que lleguen aformarse. Se conceden algunos privilegios a los in-migrantes que vengan a establecerse allí. Y se acuer-da, que al tomar posesión de las tierras concedidas,se entregue la cantidad de bonos que corresponda asu valor.

El convenio Espinel – Mocatta y el Icaza – Prit-chett –que es su consecuencia- son evidentementedesventajosos para los intereses de nuestro país, talcomo lo considera el general Eloy Alfaro en su estu-dio titulado Deuda gordiana. En esencia, son simila-res a todos los otros que los voraces acreedores bri-tánicos imponen a las naciones de nuestro continen-te, abusando de su debilidad y escaso desarrollo. To-dos ellos contienen cláusulas lesivas para la econo-mía, y para la independencia nacional. La concesión

noviembre de 1854, los terrenos baldíos que a con-tinuación se expresan:

Cien mil cuadras cuadradas entre los ríosMataje y la Tola, y cien mil cuadras cuadradassobre los ríos Solima, Atacames y Súa, partiendodesde la confluencia común a los tres ríos, al pre-cio de tres pesos la cuadra.1

Además, en el mismo artículo, se hace constarla adjudicación de un millón de cuadras cuadradas aorillas del río Zamora, otro millón de cuadras cua-dradas en el cantón Canelos de la provincia deOriente y cuatrocientas diez mil doscientas cuadrascuadradas “entre el río Cañar que baja a Jesús María,hacia el Norte y el camino del pueblo de Pucará paraBalao”.2 Ninguno de estos terrenos se llega a adjudi-car. Y, como se sabe, los ubicados en la región orien-tal dan motivo para un conflicto con el Perú quealega que esos territorios son de su propiedad.

Se reconoce la soberanía del Ecuador sobre losterrenos adjudicados y las poblaciones que lleguen aformarse. Se conceden algunos privilegios a los in-migrantes que vengan a establecerse allí. Y se acuer-da, que al tomar posesión de las tierras concedidas,se entregue la cantidad de bonos que corresponda asu valor.

El convenio Espinel – Mocatta y el Icaza – Prit-chett –que es su consecuencia- son evidentementedesventajosos para los intereses de nuestro país, talcomo lo considera el general Eloy Alfaro en su estu-dio titulado Deuda gordiana. En esencia, son simila-res a todos los otros que los voraces acreedores bri-tánicos imponen a las naciones de nuestro continen-te, abusando de su debilidad y escaso desarrollo. To-dos ellos contienen cláusulas lesivas para la econo-mía, y para la independencia nacional. La concesión

noviembre de 1854, los terrenos baldíos que a con-tinuación se expresan:

Cien mil cuadras cuadradas entre los ríosMataje y la Tola, y cien mil cuadras cuadradassobre los ríos Solima, Atacames y Súa, partiendodesde la confluencia común a los tres ríos, al pre-cio de tres pesos la cuadra.1

Además, en el mismo artículo, se hace constarla adjudicación de un millón de cuadras cuadradas aorillas del río Zamora, otro millón de cuadras cua-dradas en el cantón Canelos de la provincia deOriente y cuatrocientas diez mil doscientas cuadrascuadradas “entre el río Cañar que baja a Jesús María,hacia el Norte y el camino del pueblo de Pucará paraBalao”.2 Ninguno de estos terrenos se llega a adjudi-car. Y, como se sabe, los ubicados en la región orien-tal dan motivo para un conflicto con el Perú quealega que esos territorios son de su propiedad.

Se reconoce la soberanía del Ecuador sobre losterrenos adjudicados y las poblaciones que lleguen aformarse. Se conceden algunos privilegios a los in-migrantes que vengan a establecerse allí. Y se acuer-da, que al tomar posesión de las tierras concedidas,se entregue la cantidad de bonos que corresponda asu valor.

El convenio Espinel – Mocatta y el Icaza – Prit-chett –que es su consecuencia- son evidentementedesventajosos para los intereses de nuestro país, talcomo lo considera el general Eloy Alfaro en su estu-dio titulado Deuda gordiana. En esencia, son simila-res a todos los otros que los voraces acreedores bri-tánicos imponen a las naciones de nuestro continen-te, abusando de su debilidad y escaso desarrollo. To-dos ellos contienen cláusulas lesivas para la econo-mía, y para la independencia nacional. La concesión

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de terrenos a precios irrisorios, la incautación de lasentradas aduaneras y otras imposiciones onerosas,constituyen su denominador común.

Los políticos y los gobernantes de la época, tanacostumbrados están a esta clase de contratos, quealgunos de buena fe los consideran realistas y hastabeneficiosos. Esto sucede con los nuestros. Así, elhistoriador Pedro Moncayo, contrario a la políticade Urbina y de honestidad indudable, se expresa enesta forma:

El arreglo, según la opinión general, fue muyventajoso y conveniente para el Ecuador. Se de-bían nueve millones de pesos comprendidos el ca-pital y los intereses de un gran número de añosque habían dejado en completo olvido los Gobier-nos anteriores. El Sr. Aguirre consiguió una rebajade dos millones y plazos convenientes para el pagode los nuevos intereses que se estipularon. Ademásla República podía pagar a sus acreedores con losterrenos baldíos que poseía en la parte oriental yoccidental del Estado.3

Manuel Gómez de la Torre Gangotena, políti-co prominente en ese entonces, piensa que el “arre-glo que se celebra con los acreedores nos libertó deuna regla tal vez más grande que la República, de-jando bien puesto el honor nacional y en progresivoaumento su crédito”.4 Lorenzo Rufo Peña, juriscon-sulto y legislador notable, afirma que el convenio nofue impopular y que la opinión pública lo consideróventajoso. El historiador Camilo Destruge –biógrafode Urbina- después de señalar ciertas apreciacioneserróneas del general Emilio Terán, tiene una opi-nión favorable sobre el convenio. Y hasta un hom-bre de nuestra época, de la talla intelectual de Ma-

de terrenos a precios irrisorios, la incautación de lasentradas aduaneras y otras imposiciones onerosas,constituyen su denominador común.

Los políticos y los gobernantes de la época, tanacostumbrados están a esta clase de contratos, quealgunos de buena fe los consideran realistas y hastabeneficiosos. Esto sucede con los nuestros. Así, elhistoriador Pedro Moncayo, contrario a la políticade Urbina y de honestidad indudable, se expresa enesta forma:

El arreglo, según la opinión general, fue muyventajoso y conveniente para el Ecuador. Se de-bían nueve millones de pesos comprendidos el ca-pital y los intereses de un gran número de añosque habían dejado en completo olvido los Gobier-nos anteriores. El Sr. Aguirre consiguió una rebajade dos millones y plazos convenientes para el pagode los nuevos intereses que se estipularon. Ademásla República podía pagar a sus acreedores con losterrenos baldíos que poseía en la parte oriental yoccidental del Estado.3

Manuel Gómez de la Torre Gangotena, políti-co prominente en ese entonces, piensa que el “arre-glo que se celebra con los acreedores nos libertó deuna regla tal vez más grande que la República, de-jando bien puesto el honor nacional y en progresivoaumento su crédito”.4 Lorenzo Rufo Peña, juriscon-sulto y legislador notable, afirma que el convenio nofue impopular y que la opinión pública lo consideróventajoso. El historiador Camilo Destruge –biógrafode Urbina- después de señalar ciertas apreciacioneserróneas del general Emilio Terán, tiene una opi-nión favorable sobre el convenio. Y hasta un hom-bre de nuestra época, de la talla intelectual de Ma-

de terrenos a precios irrisorios, la incautación de lasentradas aduaneras y otras imposiciones onerosas,constituyen su denominador común.

Los políticos y los gobernantes de la época, tanacostumbrados están a esta clase de contratos, quealgunos de buena fe los consideran realistas y hastabeneficiosos. Esto sucede con los nuestros. Así, elhistoriador Pedro Moncayo, contrario a la políticade Urbina y de honestidad indudable, se expresa enesta forma:

El arreglo, según la opinión general, fue muyventajoso y conveniente para el Ecuador. Se de-bían nueve millones de pesos comprendidos el ca-pital y los intereses de un gran número de añosque habían dejado en completo olvido los Gobier-nos anteriores. El Sr. Aguirre consiguió una rebajade dos millones y plazos convenientes para el pagode los nuevos intereses que se estipularon. Ademásla República podía pagar a sus acreedores con losterrenos baldíos que poseía en la parte oriental yoccidental del Estado.3

Manuel Gómez de la Torre Gangotena, políti-co prominente en ese entonces, piensa que el “arre-glo que se celebra con los acreedores nos libertó deuna regla tal vez más grande que la República, de-jando bien puesto el honor nacional y en progresivoaumento su crédito”.4 Lorenzo Rufo Peña, juriscon-sulto y legislador notable, afirma que el convenio nofue impopular y que la opinión pública lo consideróventajoso. El historiador Camilo Destruge –biógrafode Urbina- después de señalar ciertas apreciacioneserróneas del general Emilio Terán, tiene una opi-nión favorable sobre el convenio. Y hasta un hom-bre de nuestra época, de la talla intelectual de Ma-

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nuel Benjamín Carrión, también lo considera positi-vo en su gran libro El Santo del Patíbulo.

Una de las razones para que se consideren losconvenios enunciados como provechosos es la con-cesión de terrenos baldíos, pues que en la época estámuy extendido el criterio de que la inmigración eu-ropea es un instrumento poderoso y eficaz para elprogreso de nuestros países, ya que se cree que seráportadora de técnicas y conocimientos científicosnuevos. Tanto Moncayo como Gómez de la Torrepara dar su apoyo al convenio Espinel- Mocatta sebasan, principalmente, en la concesión de tierras in-cultas para la colonización. El primero dice que lle-garán a la patria inmigrantes industriosos y civiliza-dos, y el segundo, con más entusiasmo todavía, afir-ma que ellos “abrirán caminos y carreteras al inte-rior, harán navegables nuestros ríos y despertarán alos ecuatorianos del largo y profundo letargo en queestán sumergidos”.5 Años antes, en 1835, fundándo-se en igual pensamiento, el presidente Rocafuerte encarta al general Flores expresa esto:

Los agentes que tienen en Bogotá nuestrosacreedores en Londres han dirigido a este gobiernouna representación pidiendo que en pago a estanuestra deuda, les vendamos tierras baldías; yo heelevado a la convención esta solicitud, acompa-ñándola de un informe muy favorable que ha ex-tendido el Ministro. Ojalá la convención no se dejearrastrar del espíritu de partido y adopte a la ma-yor brevedad tan benéfica medida.6

Efectivamente, la convención no se dejó arras-trar por el espíritu de partido y aprobó rápidamentela proposición presidencial. Aprobación y rapidezque demuestran cuan arraigadas están las ideas

nuel Benjamín Carrión, también lo considera positi-vo en su gran libro El Santo del Patíbulo.

Una de las razones para que se consideren losconvenios enunciados como provechosos es la con-cesión de terrenos baldíos, pues que en la época estámuy extendido el criterio de que la inmigración eu-ropea es un instrumento poderoso y eficaz para elprogreso de nuestros países, ya que se cree que seráportadora de técnicas y conocimientos científicosnuevos. Tanto Moncayo como Gómez de la Torrepara dar su apoyo al convenio Espinel- Mocatta sebasan, principalmente, en la concesión de tierras in-cultas para la colonización. El primero dice que lle-garán a la patria inmigrantes industriosos y civiliza-dos, y el segundo, con más entusiasmo todavía, afir-ma que ellos “abrirán caminos y carreteras al inte-rior, harán navegables nuestros ríos y despertarán alos ecuatorianos del largo y profundo letargo en queestán sumergidos”.5 Años antes, en 1835, fundándo-se en igual pensamiento, el presidente Rocafuerte encarta al general Flores expresa esto:

Los agentes que tienen en Bogotá nuestrosacreedores en Londres han dirigido a este gobiernouna representación pidiendo que en pago a estanuestra deuda, les vendamos tierras baldías; yo heelevado a la convención esta solicitud, acompa-ñándola de un informe muy favorable que ha ex-tendido el Ministro. Ojalá la convención no se dejearrastrar del espíritu de partido y adopte a la ma-yor brevedad tan benéfica medida.6

Efectivamente, la convención no se dejó arras-trar por el espíritu de partido y aprobó rápidamentela proposición presidencial. Aprobación y rapidezque demuestran cuan arraigadas están las ideas

nuel Benjamín Carrión, también lo considera positi-vo en su gran libro El Santo del Patíbulo.

Una de las razones para que se consideren losconvenios enunciados como provechosos es la con-cesión de terrenos baldíos, pues que en la época estámuy extendido el criterio de que la inmigración eu-ropea es un instrumento poderoso y eficaz para elprogreso de nuestros países, ya que se cree que seráportadora de técnicas y conocimientos científicosnuevos. Tanto Moncayo como Gómez de la Torrepara dar su apoyo al convenio Espinel- Mocatta sebasan, principalmente, en la concesión de tierras in-cultas para la colonización. El primero dice que lle-garán a la patria inmigrantes industriosos y civiliza-dos, y el segundo, con más entusiasmo todavía, afir-ma que ellos “abrirán caminos y carreteras al inte-rior, harán navegables nuestros ríos y despertarán alos ecuatorianos del largo y profundo letargo en queestán sumergidos”.5 Años antes, en 1835, fundándo-se en igual pensamiento, el presidente Rocafuerte encarta al general Flores expresa esto:

Los agentes que tienen en Bogotá nuestrosacreedores en Londres han dirigido a este gobiernouna representación pidiendo que en pago a estanuestra deuda, les vendamos tierras baldías; yo heelevado a la convención esta solicitud, acompa-ñándola de un informe muy favorable que ha ex-tendido el Ministro. Ojalá la convención no se dejearrastrar del espíritu de partido y adopte a la ma-yor brevedad tan benéfica medida.6

Efectivamente, la convención no se dejó arras-trar por el espíritu de partido y aprobó rápidamentela proposición presidencial. Aprobación y rapidezque demuestran cuan arraigadas están las ideas

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enunciadas, es decir la entrega de terrenos baldíos,tal como se verifica con los contratos de 1854 y 1857.

Y claro, los acreedores ingleses se aprovechanhábilmente de ese arraigado y optimista modo depensar, no sólo fomentando esa creencia sino ofre-ciendo maravillas, a sabiendas de que serán conside-radas como ciertas. Mocatta es un diestro creador deilusiones. En las negociaciones mantenidas en 1852con el general Illingworth –comisionado del gobier-no- ofrece todo lo que puede: inversión de capitalespara el crecimiento de nuestras riquezas, estableci-miento de empresas para la explotación de minera-les de toda especie, exploraciones científicas, cons-trucción de caminos y otros milagros más. Eso sí,todos los implementos, máquinas y herramientasque se traigan estarán libres de todo impuesto. Todoesto consta en el Informe del general Terán sobre ladeuda anglo-ecuatoriana.

Y para que los ofrecimientos sean más creíbles,para que tengan apariencia de verdad, no vacilan enrepresentar una comedia, un auténtico sainete. Elescritor Benigno Malo, criticando la ninguna serie-dad de la empresa extranjera y poniendo de mani-fiesto nuestra credulidad, nos cuenta algo de la farsaexhibida en su estudio titulado Reformas: Hacienda:

Lo jocoso consiste – dice- en que nuestros te-rrenos están hoy tan baldíos, como lo estuvieronantes de la exploración y apropiación de Pritchett;en que la ruidosa expedición colonizadora, se re-dujo a siete individuos, que desembarcaron en elPailón, cuadricularon el plano de la futura ciu-dad; designaron los emplazamientos para casas deaduana, palacio de gobierno, penitenciarías, tea-tros, liceos, etc., quedando todo en croquis; y en

enunciadas, es decir la entrega de terrenos baldíos,tal como se verifica con los contratos de 1854 y 1857.

Y claro, los acreedores ingleses se aprovechanhábilmente de ese arraigado y optimista modo depensar, no sólo fomentando esa creencia sino ofre-ciendo maravillas, a sabiendas de que serán conside-radas como ciertas. Mocatta es un diestro creador deilusiones. En las negociaciones mantenidas en 1852con el general Illingworth –comisionado del gobier-no- ofrece todo lo que puede: inversión de capitalespara el crecimiento de nuestras riquezas, estableci-miento de empresas para la explotación de minera-les de toda especie, exploraciones científicas, cons-trucción de caminos y otros milagros más. Eso sí,todos los implementos, máquinas y herramientasque se traigan estarán libres de todo impuesto. Todoesto consta en el Informe del general Terán sobre ladeuda anglo-ecuatoriana.

Y para que los ofrecimientos sean más creíbles,para que tengan apariencia de verdad, no vacilan enrepresentar una comedia, un auténtico sainete. Elescritor Benigno Malo, criticando la ninguna serie-dad de la empresa extranjera y poniendo de mani-fiesto nuestra credulidad, nos cuenta algo de la farsaexhibida en su estudio titulado Reformas: Hacienda:

Lo jocoso consiste – dice- en que nuestros te-rrenos están hoy tan baldíos, como lo estuvieronantes de la exploración y apropiación de Pritchett;en que la ruidosa expedición colonizadora, se re-dujo a siete individuos, que desembarcaron en elPailón, cuadricularon el plano de la futura ciu-dad; designaron los emplazamientos para casas deaduana, palacio de gobierno, penitenciarías, tea-tros, liceos, etc., quedando todo en croquis; y en

enunciadas, es decir la entrega de terrenos baldíos,tal como se verifica con los contratos de 1854 y 1857.

Y claro, los acreedores ingleses se aprovechanhábilmente de ese arraigado y optimista modo depensar, no sólo fomentando esa creencia sino ofre-ciendo maravillas, a sabiendas de que serán conside-radas como ciertas. Mocatta es un diestro creador deilusiones. En las negociaciones mantenidas en 1852con el general Illingworth –comisionado del gobier-no- ofrece todo lo que puede: inversión de capitalespara el crecimiento de nuestras riquezas, estableci-miento de empresas para la explotación de minera-les de toda especie, exploraciones científicas, cons-trucción de caminos y otros milagros más. Eso sí,todos los implementos, máquinas y herramientasque se traigan estarán libres de todo impuesto. Todoesto consta en el Informe del general Terán sobre ladeuda anglo-ecuatoriana.

Y para que los ofrecimientos sean más creíbles,para que tengan apariencia de verdad, no vacilan enrepresentar una comedia, un auténtico sainete. Elescritor Benigno Malo, criticando la ninguna serie-dad de la empresa extranjera y poniendo de mani-fiesto nuestra credulidad, nos cuenta algo de la farsaexhibida en su estudio titulado Reformas: Hacienda:

Lo jocoso consiste – dice- en que nuestros te-rrenos están hoy tan baldíos, como lo estuvieronantes de la exploración y apropiación de Pritchett;en que la ruidosa expedición colonizadora, se re-dujo a siete individuos, que desembarcaron en elPailón, cuadricularon el plano de la futura ciu-dad; designaron los emplazamientos para casas deaduana, palacio de gobierno, penitenciarías, tea-tros, liceos, etc., quedando todo en croquis; y en

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fin, en que los fastuosos proyectos de la carreteraSmith se redujeron a pompas de jabón.7

Otro asunto.Se dijo, por parte de los enemigos de Urbina,

que el contrato Espinel-Mocatta había sido suscritodolosamente. Estas insinuaciones crecen durante ladictadura garciana, porque así como Montalvo sehabía convertido en la voz vibrante de la oposición,Urbina era espada indoblegable a pesar de sus reve-ses. Nada mejor para desacreditarle, entonces, quepropalar esos malévolos rumores, sin presentarprueba de ninguna clase, que hasta ahora, no haaparecido todavía.

Es de pensar, por tanto, que no hay dolo ni so-borno en el convenio, tanto más que éste se hace deconformidad con las bases establecidas por la Asam-blea Nacional de 1852, y que luego, después de suestudio es aprobado por el Congreso de 1854. Porotro lado, cuando Urbina abandona el suelo patrio,vive pobremente en el destierro, tal como constatanmultitud de personas. Montalvo, uno de sus críticosmás duros, dice que Urbina puede errar, pero queen cambio, sus manos permanecen limpias.

García Moreno es el primero, que dando cum-plimiento a lo dispuesto en el convenio Icaza-Prit-chett, inicia la entrega de las tierras baldías. Su mi-nistro de Hacienda Pablo Bustamante firma el 15 deabril de 1864 un contrato con un ingeniero Wilsonque se dice representante o agente de los tenedoresde bonos, por medio del cual se entregan en el Pai-lón –Esmeraldas- 96.158 cuadras cuadradas de terre-no. El contrato es sui generis. Se tiene la ingenuidadde hacer constar en la escritura que las tierras conce-didas no han sido medidas por peritos como se or-dena en el convenio Icaza-Pritchett, sino por el mis-

fin, en que los fastuosos proyectos de la carreteraSmith se redujeron a pompas de jabón.7

Otro asunto.Se dijo, por parte de los enemigos de Urbina,

que el contrato Espinel-Mocatta había sido suscritodolosamente. Estas insinuaciones crecen durante ladictadura garciana, porque así como Montalvo sehabía convertido en la voz vibrante de la oposición,Urbina era espada indoblegable a pesar de sus reve-ses. Nada mejor para desacreditarle, entonces, quepropalar esos malévolos rumores, sin presentarprueba de ninguna clase, que hasta ahora, no haaparecido todavía.

Es de pensar, por tanto, que no hay dolo ni so-borno en el convenio, tanto más que éste se hace deconformidad con las bases establecidas por la Asam-blea Nacional de 1852, y que luego, después de suestudio es aprobado por el Congreso de 1854. Porotro lado, cuando Urbina abandona el suelo patrio,vive pobremente en el destierro, tal como constatanmultitud de personas. Montalvo, uno de sus críticosmás duros, dice que Urbina puede errar, pero queen cambio, sus manos permanecen limpias.

García Moreno es el primero, que dando cum-plimiento a lo dispuesto en el convenio Icaza-Prit-chett, inicia la entrega de las tierras baldías. Su mi-nistro de Hacienda Pablo Bustamante firma el 15 deabril de 1864 un contrato con un ingeniero Wilsonque se dice representante o agente de los tenedoresde bonos, por medio del cual se entregan en el Pai-lón –Esmeraldas- 96.158 cuadras cuadradas de terre-no. El contrato es sui generis. Se tiene la ingenuidadde hacer constar en la escritura que las tierras conce-didas no han sido medidas por peritos como se or-dena en el convenio Icaza-Pritchett, sino por el mis-

fin, en que los fastuosos proyectos de la carreteraSmith se redujeron a pompas de jabón.7

Otro asunto.Se dijo, por parte de los enemigos de Urbina,

que el contrato Espinel-Mocatta había sido suscritodolosamente. Estas insinuaciones crecen durante ladictadura garciana, porque así como Montalvo sehabía convertido en la voz vibrante de la oposición,Urbina era espada indoblegable a pesar de sus reve-ses. Nada mejor para desacreditarle, entonces, quepropalar esos malévolos rumores, sin presentarprueba de ninguna clase, que hasta ahora, no haaparecido todavía.

Es de pensar, por tanto, que no hay dolo ni so-borno en el convenio, tanto más que éste se hace deconformidad con las bases establecidas por la Asam-blea Nacional de 1852, y que luego, después de suestudio es aprobado por el Congreso de 1854. Porotro lado, cuando Urbina abandona el suelo patrio,vive pobremente en el destierro, tal como constatanmultitud de personas. Montalvo, uno de sus críticosmás duros, dice que Urbina puede errar, pero queen cambio, sus manos permanecen limpias.

García Moreno es el primero, que dando cum-plimiento a lo dispuesto en el convenio Icaza-Prit-chett, inicia la entrega de las tierras baldías. Su mi-nistro de Hacienda Pablo Bustamante firma el 15 deabril de 1864 un contrato con un ingeniero Wilsonque se dice representante o agente de los tenedoresde bonos, por medio del cual se entregan en el Pai-lón –Esmeraldas- 96.158 cuadras cuadradas de terre-no. El contrato es sui generis. Se tiene la ingenuidadde hacer constar en la escritura que las tierras conce-didas no han sido medidas por peritos como se or-dena en el convenio Icaza-Pritchett, sino por el mis-

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mo Wilson! Y hasta se equivocan en el precio: se di-ce que el valor de las 96.158 cuadras, a tres pesos ca-da una, es de 298.574 pesos, cuando en realidad sólollega a 288.474 pesos.

La medición de los terrenos hecha por el inge-niero Wilson es arbitraria e inexacta, pues ya antes elgobernador de Esmeraldas, había denunciado el he-cho como oneroso para la nación, sin resultado al-guno de parte del gobierno. No en vano, el generalTerán, que puntualiza los actos narrados, dice queWilson es personaje protegido por García Moreno.

Siguen las incoherencias. A pocos días de fir-mado el contrato anterior, se tiene que declarar sunulidad, pues resulta que para la época de su sus-cripción el señor James Wilson ya no era represen-tante de la compañía formada para la recepción delos terrenos. Consecuentemente, se tiene que firmarotro nuevo.

El nuevo convenio se suscribe el 30 de julio de1864 entre el mismo ministro Bustamante y un se-ñor Parys Moreno, que se presenta como apoderadode la comisión de tenedores de bonos formada en laciudad de Londres. Se entregan las mismas 96.158cuadras cuadradas anteriores y otra vez se haceconstar que son las medidas por el ingeniero Wil-son, teniendo, por consiguiente iguales límites a losseñalados en el contrato anterior, a excepción de untramo del lado sureste, sin que se sepa el porqué deesta modificación. Aquí, se dice que para completar–las 3.843 cuadras cuadradas que faltan para las cienmil acordadas por Icaza- Pritchett, se medirá y adju-dicará ese faltante en el ángulo formado por los ríosMataje y Mira. Y, por último, Parys Moreno se obli-ga a entregar al gobierno del Ecuador la cantidad debonos correspondiente al valor de los terrenos adju-dicados.

mo Wilson! Y hasta se equivocan en el precio: se di-ce que el valor de las 96.158 cuadras, a tres pesos ca-da una, es de 298.574 pesos, cuando en realidad sólollega a 288.474 pesos.

La medición de los terrenos hecha por el inge-niero Wilson es arbitraria e inexacta, pues ya antes elgobernador de Esmeraldas, había denunciado el he-cho como oneroso para la nación, sin resultado al-guno de parte del gobierno. No en vano, el generalTerán, que puntualiza los actos narrados, dice queWilson es personaje protegido por García Moreno.

Siguen las incoherencias. A pocos días de fir-mado el contrato anterior, se tiene que declarar sunulidad, pues resulta que para la época de su sus-cripción el señor James Wilson ya no era represen-tante de la compañía formada para la recepción delos terrenos. Consecuentemente, se tiene que firmarotro nuevo.

El nuevo convenio se suscribe el 30 de julio de1864 entre el mismo ministro Bustamante y un se-ñor Parys Moreno, que se presenta como apoderadode la comisión de tenedores de bonos formada en laciudad de Londres. Se entregan las mismas 96.158cuadras cuadradas anteriores y otra vez se haceconstar que son las medidas por el ingeniero Wil-son, teniendo, por consiguiente iguales límites a losseñalados en el contrato anterior, a excepción de untramo del lado sureste, sin que se sepa el porqué deesta modificación. Aquí, se dice que para completar–las 3.843 cuadras cuadradas que faltan para las cienmil acordadas por Icaza- Pritchett, se medirá y adju-dicará ese faltante en el ángulo formado por los ríosMataje y Mira. Y, por último, Parys Moreno se obli-ga a entregar al gobierno del Ecuador la cantidad debonos correspondiente al valor de los terrenos adju-dicados.

mo Wilson! Y hasta se equivocan en el precio: se di-ce que el valor de las 96.158 cuadras, a tres pesos ca-da una, es de 298.574 pesos, cuando en realidad sólollega a 288.474 pesos.

La medición de los terrenos hecha por el inge-niero Wilson es arbitraria e inexacta, pues ya antes elgobernador de Esmeraldas, había denunciado el he-cho como oneroso para la nación, sin resultado al-guno de parte del gobierno. No en vano, el generalTerán, que puntualiza los actos narrados, dice queWilson es personaje protegido por García Moreno.

Siguen las incoherencias. A pocos días de fir-mado el contrato anterior, se tiene que declarar sunulidad, pues resulta que para la época de su sus-cripción el señor James Wilson ya no era represen-tante de la compañía formada para la recepción delos terrenos. Consecuentemente, se tiene que firmarotro nuevo.

El nuevo convenio se suscribe el 30 de julio de1864 entre el mismo ministro Bustamante y un se-ñor Parys Moreno, que se presenta como apoderadode la comisión de tenedores de bonos formada en laciudad de Londres. Se entregan las mismas 96.158cuadras cuadradas anteriores y otra vez se haceconstar que son las medidas por el ingeniero Wil-son, teniendo, por consiguiente iguales límites a losseñalados en el contrato anterior, a excepción de untramo del lado sureste, sin que se sepa el porqué deesta modificación. Aquí, se dice que para completar–las 3.843 cuadras cuadradas que faltan para las cienmil acordadas por Icaza- Pritchett, se medirá y adju-dicará ese faltante en el ángulo formado por los ríosMataje y Mira. Y, por último, Parys Moreno se obli-ga a entregar al gobierno del Ecuador la cantidad debonos correspondiente al valor de los terrenos adju-dicados.

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Esta escritura se inscribe después de más dedos años de suscrita: el 15 de noviembre de 1866.

No se entregan los bonos, es decir, no se pagael valor de las tierras concedidas.

Alfaro, en su estudio Deuda gordiana, reprodu-ce de una publicación del general Vernaza la decla-ración de Parys Moreno sobre este particular:

Este canje –dice- debía de hacerse entre elGobernador de la provincia y la persona que tu-viese las £ 60.000 en bonos provisionales; ignoran-do yo quien fuese, porque ya había yo renunciadoel poder, y el depositario de ellos Mr. Mocatta,Cónsul inglés, ya había abandonado el país; peroestoy casi seguro que dicho canje (el pago), no seha hecho, y que aun cuando por una casualidad laescritura estuviese en poder de la Compañía, cosaque no creo, no existiría constancia en ningunaoficina de la República de haberse hecho el men-cionado canje.8

El general Terán, en el Informe mencionadovarias veces, también transcribe este testimonio parademostrar que los acreedores no cumplen con laobligación principal del convenio. Como es lógico,por esta omisión, tampoco se entregan los terrenos.

Así pasa mucho tiempo, hasta llegar a 1880 enque se cumplen los veinticinco años del contrato Es-pinel-Mocatta –aprobado por el Poder Ejecutivo el19 de marzo de 1855- cuyo artículo 26 dice esto:

Los tenedores de bonos sólo tienen el términode veinticinco años (desde la aprobación de estearreglo) para pedir y tomar la posesión de los te-rrenos baldíos que se les hipotecan. Si los tenedoresde bonos no toman los terrenos baldíos dentro del

Esta escritura se inscribe después de más dedos años de suscrita: el 15 de noviembre de 1866.

No se entregan los bonos, es decir, no se pagael valor de las tierras concedidas.

Alfaro, en su estudio Deuda gordiana, reprodu-ce de una publicación del general Vernaza la decla-ración de Parys Moreno sobre este particular:

Este canje –dice- debía de hacerse entre elGobernador de la provincia y la persona que tu-viese las £ 60.000 en bonos provisionales; ignoran-do yo quien fuese, porque ya había yo renunciadoel poder, y el depositario de ellos Mr. Mocatta,Cónsul inglés, ya había abandonado el país; peroestoy casi seguro que dicho canje (el pago), no seha hecho, y que aun cuando por una casualidad laescritura estuviese en poder de la Compañía, cosaque no creo, no existiría constancia en ningunaoficina de la República de haberse hecho el men-cionado canje.8

El general Terán, en el Informe mencionadovarias veces, también transcribe este testimonio parademostrar que los acreedores no cumplen con laobligación principal del convenio. Como es lógico,por esta omisión, tampoco se entregan los terrenos.

Así pasa mucho tiempo, hasta llegar a 1880 enque se cumplen los veinticinco años del contrato Es-pinel-Mocatta –aprobado por el Poder Ejecutivo el19 de marzo de 1855- cuyo artículo 26 dice esto:

Los tenedores de bonos sólo tienen el términode veinticinco años (desde la aprobación de estearreglo) para pedir y tomar la posesión de los te-rrenos baldíos que se les hipotecan. Si los tenedoresde bonos no toman los terrenos baldíos dentro del

Esta escritura se inscribe después de más dedos años de suscrita: el 15 de noviembre de 1866.

No se entregan los bonos, es decir, no se pagael valor de las tierras concedidas.

Alfaro, en su estudio Deuda gordiana, reprodu-ce de una publicación del general Vernaza la decla-ración de Parys Moreno sobre este particular:

Este canje –dice- debía de hacerse entre elGobernador de la provincia y la persona que tu-viese las £ 60.000 en bonos provisionales; ignoran-do yo quien fuese, porque ya había yo renunciadoel poder, y el depositario de ellos Mr. Mocatta,Cónsul inglés, ya había abandonado el país; peroestoy casi seguro que dicho canje (el pago), no seha hecho, y que aun cuando por una casualidad laescritura estuviese en poder de la Compañía, cosaque no creo, no existiría constancia en ningunaoficina de la República de haberse hecho el men-cionado canje.8

El general Terán, en el Informe mencionadovarias veces, también transcribe este testimonio parademostrar que los acreedores no cumplen con laobligación principal del convenio. Como es lógico,por esta omisión, tampoco se entregan los terrenos.

Así pasa mucho tiempo, hasta llegar a 1880 enque se cumplen los veinticinco años del contrato Es-pinel-Mocatta –aprobado por el Poder Ejecutivo el19 de marzo de 1855- cuyo artículo 26 dice esto:

Los tenedores de bonos sólo tienen el términode veinticinco años (desde la aprobación de estearreglo) para pedir y tomar la posesión de los te-rrenos baldíos que se les hipotecan. Si los tenedoresde bonos no toman los terrenos baldíos dentro del

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término señalado en este artículo, perderán su de-recho y quedarán cancelados los bonos con los quedebían hacerse estas adquisiciones.9

Los acreedores, por tanto, pierden a partir dela fecha señalada sus derechos a los terrenos baldíosno pedidos y no posesionados, quedando en conse-cuencia cancelada la deuda correspondiente al valorde todos esos terrenos.

Esta pérdida es tan clara y conforme al artículotranscrito, que los acreedores, por intermedio delministro inglés en Quito, C.W. Laurence, se dirigenal ministro de Relaciones Exteriores José ModestoEspinosa, indagando “que oferta de compensaciónestaba dispuesto el Gobierno del Ecuador a propo-ner a la compañía, por la pérdida de las propiedadesque le habían sido otorgadas”.10 Esto, como dice Al-faro, como gracia o favor. Aquella frase de propieda-des otorgadas, se refiere sin duda al artículo primerodel convenio Icaza-Pritchett.

Terán –que además de militar es abogado no-table y autor de estudios jurídicos como Derecho po-lítico inglés por ejemplo- añade a lo que se deja ex-presado, que el convenio de 1864 que adjudica lastierras del Pailón es nulo, porque el ministro Busta-mante no tiene ninguna autorización para intervenircomo representante del gobierno, al igual que ParysMoreno, que tampoco tiene acreditada su persone-ría en debida forma.

Todo esto se deja de lado y no vale nada. Elpresidente Caamaño –futuro beneficiario de la ventade la bandera- convierte a su gobierno en el solícitoservidor de los intereses extranjeros. El Consejo deEstado manifiesta el 4 de octubre de 1886 que se“debe acceder a la reclamación hecha por los tene-dores de bonos provisionales, prorrogando dos años

término señalado en este artículo, perderán su de-recho y quedarán cancelados los bonos con los quedebían hacerse estas adquisiciones.9

Los acreedores, por tanto, pierden a partir dela fecha señalada sus derechos a los terrenos baldíosno pedidos y no posesionados, quedando en conse-cuencia cancelada la deuda correspondiente al valorde todos esos terrenos.

Esta pérdida es tan clara y conforme al artículotranscrito, que los acreedores, por intermedio delministro inglés en Quito, C.W. Laurence, se dirigenal ministro de Relaciones Exteriores José ModestoEspinosa, indagando “que oferta de compensaciónestaba dispuesto el Gobierno del Ecuador a propo-ner a la compañía, por la pérdida de las propiedadesque le habían sido otorgadas”.10 Esto, como dice Al-faro, como gracia o favor. Aquella frase de propieda-des otorgadas, se refiere sin duda al artículo primerodel convenio Icaza-Pritchett.

Terán –que además de militar es abogado no-table y autor de estudios jurídicos como Derecho po-lítico inglés por ejemplo- añade a lo que se deja ex-presado, que el convenio de 1864 que adjudica lastierras del Pailón es nulo, porque el ministro Busta-mante no tiene ninguna autorización para intervenircomo representante del gobierno, al igual que ParysMoreno, que tampoco tiene acreditada su persone-ría en debida forma.

Todo esto se deja de lado y no vale nada. Elpresidente Caamaño –futuro beneficiario de la ventade la bandera- convierte a su gobierno en el solícitoservidor de los intereses extranjeros. El Consejo deEstado manifiesta el 4 de octubre de 1886 que se“debe acceder a la reclamación hecha por los tene-dores de bonos provisionales, prorrogando dos años

término señalado en este artículo, perderán su de-recho y quedarán cancelados los bonos con los quedebían hacerse estas adquisiciones.9

Los acreedores, por tanto, pierden a partir dela fecha señalada sus derechos a los terrenos baldíosno pedidos y no posesionados, quedando en conse-cuencia cancelada la deuda correspondiente al valorde todos esos terrenos.

Esta pérdida es tan clara y conforme al artículotranscrito, que los acreedores, por intermedio delministro inglés en Quito, C.W. Laurence, se dirigenal ministro de Relaciones Exteriores José ModestoEspinosa, indagando “que oferta de compensaciónestaba dispuesto el Gobierno del Ecuador a propo-ner a la compañía, por la pérdida de las propiedadesque le habían sido otorgadas”.10 Esto, como dice Al-faro, como gracia o favor. Aquella frase de propieda-des otorgadas, se refiere sin duda al artículo primerodel convenio Icaza-Pritchett.

Terán –que además de militar es abogado no-table y autor de estudios jurídicos como Derecho po-lítico inglés por ejemplo- añade a lo que se deja ex-presado, que el convenio de 1864 que adjudica lastierras del Pailón es nulo, porque el ministro Busta-mante no tiene ninguna autorización para intervenircomo representante del gobierno, al igual que ParysMoreno, que tampoco tiene acreditada su persone-ría en debida forma.

Todo esto se deja de lado y no vale nada. Elpresidente Caamaño –futuro beneficiario de la ventade la bandera- convierte a su gobierno en el solícitoservidor de los intereses extranjeros. El Consejo deEstado manifiesta el 4 de octubre de 1886 que se“debe acceder a la reclamación hecha por los tene-dores de bonos provisionales, prorrogando dos años

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para espiración del término fijado en el contrato de1854”.11 Este parecer, opuesto a la prescripción dis-puesta en el contrato Espinel-Mocatta, está suscritopor el ministro Vicente Lucio Salazar, el mismo quecomo legislador en 1875, había calificado ese contra-to como ruinoso y fruto del cohecho!

El mismo personaje, en comunicación de 13 deabril de 1887 dirigida al ministro de Relaciones Ex-teriores, anuncia que el presidente está dispuesto acumplir escrupulosamente el convenio Icaza-Prit-chett, para lo cual se debe proceder a la mensura delos lotes de Atacames y Canelos. Y en su alborozo ol-vida que el primer lote es de solo 100.000 cuadrascuadradas y ofrece generosamente la mensura de200.000.

Cuando se ejecuta la medición del lote de Ata-cames se encuentra que varias parcelas están ocupa-das y cultivadas por campesinos pobres, que alcan-zan a 750 cuadras cuadradas más o menos, se acuer-da que esos terrenos permanezcan en su poder, de-biéndose compensar a la compañía con una superfi-cie igual en otro sitio. Este acuerdo consta en escri-tura de 11 de enero de 1889 suscrita en Guayaquilpor el gobernador José María Plácido Caamaño yGeorge Chambers, representante de “Ecuador LandCompany Limited”. Esta escritura es aprobada porAntonio Flores –que ha asumido la presidencia de larepública- el 23 de enero de 1889.

Después de estos preparativos se firma la escri-tura adjudicando a la compañía antes nombrada ellote de Atacames, acto que tiene lugar en la ciudad deQuito el 16 de marzo de 1889. Intervienen el minis-tro de Hacienda José Toribio Noboa como represen-tante del gobierno del Ecuador y el señor Alfredo S.John en representación de la compañía inglesa. Laescritura se inscribe el 18 de mayo de ese mismo año.

para espiración del término fijado en el contrato de1854”.11 Este parecer, opuesto a la prescripción dis-puesta en el contrato Espinel-Mocatta, está suscritopor el ministro Vicente Lucio Salazar, el mismo quecomo legislador en 1875, había calificado ese contra-to como ruinoso y fruto del cohecho!

El mismo personaje, en comunicación de 13 deabril de 1887 dirigida al ministro de Relaciones Ex-teriores, anuncia que el presidente está dispuesto acumplir escrupulosamente el convenio Icaza-Prit-chett, para lo cual se debe proceder a la mensura delos lotes de Atacames y Canelos. Y en su alborozo ol-vida que el primer lote es de solo 100.000 cuadrascuadradas y ofrece generosamente la mensura de200.000.

Cuando se ejecuta la medición del lote de Ata-cames se encuentra que varias parcelas están ocupa-das y cultivadas por campesinos pobres, que alcan-zan a 750 cuadras cuadradas más o menos, se acuer-da que esos terrenos permanezcan en su poder, de-biéndose compensar a la compañía con una superfi-cie igual en otro sitio. Este acuerdo consta en escri-tura de 11 de enero de 1889 suscrita en Guayaquilpor el gobernador José María Plácido Caamaño yGeorge Chambers, representante de “Ecuador LandCompany Limited”. Esta escritura es aprobada porAntonio Flores –que ha asumido la presidencia de larepública- el 23 de enero de 1889.

Después de estos preparativos se firma la escri-tura adjudicando a la compañía antes nombrada ellote de Atacames, acto que tiene lugar en la ciudad deQuito el 16 de marzo de 1889. Intervienen el minis-tro de Hacienda José Toribio Noboa como represen-tante del gobierno del Ecuador y el señor Alfredo S.John en representación de la compañía inglesa. Laescritura se inscribe el 18 de mayo de ese mismo año.

para espiración del término fijado en el contrato de1854”.11 Este parecer, opuesto a la prescripción dis-puesta en el contrato Espinel-Mocatta, está suscritopor el ministro Vicente Lucio Salazar, el mismo quecomo legislador en 1875, había calificado ese contra-to como ruinoso y fruto del cohecho!

El mismo personaje, en comunicación de 13 deabril de 1887 dirigida al ministro de Relaciones Ex-teriores, anuncia que el presidente está dispuesto acumplir escrupulosamente el convenio Icaza-Prit-chett, para lo cual se debe proceder a la mensura delos lotes de Atacames y Canelos. Y en su alborozo ol-vida que el primer lote es de solo 100.000 cuadrascuadradas y ofrece generosamente la mensura de200.000.

Cuando se ejecuta la medición del lote de Ata-cames se encuentra que varias parcelas están ocupa-das y cultivadas por campesinos pobres, que alcan-zan a 750 cuadras cuadradas más o menos, se acuer-da que esos terrenos permanezcan en su poder, de-biéndose compensar a la compañía con una superfi-cie igual en otro sitio. Este acuerdo consta en escri-tura de 11 de enero de 1889 suscrita en Guayaquilpor el gobernador José María Plácido Caamaño yGeorge Chambers, representante de “Ecuador LandCompany Limited”. Esta escritura es aprobada porAntonio Flores –que ha asumido la presidencia de larepública- el 23 de enero de 1889.

Después de estos preparativos se firma la escri-tura adjudicando a la compañía antes nombrada ellote de Atacames, acto que tiene lugar en la ciudad deQuito el 16 de marzo de 1889. Intervienen el minis-tro de Hacienda José Toribio Noboa como represen-tante del gobierno del Ecuador y el señor Alfredo S.John en representación de la compañía inglesa. Laescritura se inscribe el 18 de mayo de ese mismo año.

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Las principales disposiciones y anotacionesque se hacen en la antedicha escritura son estas:

- Se señalan los límites del lote adjudicado de con-formidad con el plano levantado por el ingenie-ro J. Gualberto Pérez.

- Se hace constar la compensación de 750 cuadrascuadradas efectuada anteriormente para no des-pojar de sus parcelas a los campesinos afincadosen el lote.

- Se deja constancia de la aseveración del ministrode Hacienda afirmando que no existe hipotecani gravamen sobre los terrenos concedidos, yque el verdadero valor y precio justo de cada cua-dra, es el de tres pesos.

- Se entrega al representante ecuatoriano la sumade 60.000 libras esterlinas –que equivalen a300.000 pesos de bonos provisionales de la deu-da diferida- suma que corresponde al valor delos terrenos concedidos.

- Se obliga el ministro, a nombre del gobierno a“que esta adjudicación será cierta y segura, y quenadie la inquietará, despojará, ni moverá pleitoalguno sobre su propiedad, posesión, uso y másderechos anexos; y siempre que lo contrario su-cediere, el Gobierno del Ecuador, luego que searequerido conforme a derecho, saldrá a la voz ydefensa del pleito o pleitos que se movieran…”12

- Y, finalmente, se autoriza al representante John aque tome posesión del lote adjudicado y dispon-ga de él “a nombre de la compañía como de cosasuya propia adquirida con legítimo título”.13

Sobre estos tratos y concesiones, el escritor yperiodista que usa el seudónimo de Jecé –José Gó-

Las principales disposiciones y anotacionesque se hacen en la antedicha escritura son estas:

- Se señalan los límites del lote adjudicado de con-formidad con el plano levantado por el ingenie-ro J. Gualberto Pérez.

- Se hace constar la compensación de 750 cuadrascuadradas efectuada anteriormente para no des-pojar de sus parcelas a los campesinos afincadosen el lote.

- Se deja constancia de la aseveración del ministrode Hacienda afirmando que no existe hipotecani gravamen sobre los terrenos concedidos, yque el verdadero valor y precio justo de cada cua-dra, es el de tres pesos.

- Se entrega al representante ecuatoriano la sumade 60.000 libras esterlinas –que equivalen a300.000 pesos de bonos provisionales de la deu-da diferida- suma que corresponde al valor delos terrenos concedidos.

- Se obliga el ministro, a nombre del gobierno a“que esta adjudicación será cierta y segura, y quenadie la inquietará, despojará, ni moverá pleitoalguno sobre su propiedad, posesión, uso y másderechos anexos; y siempre que lo contrario su-cediere, el Gobierno del Ecuador, luego que searequerido conforme a derecho, saldrá a la voz ydefensa del pleito o pleitos que se movieran…”12

- Y, finalmente, se autoriza al representante John aque tome posesión del lote adjudicado y dispon-ga de él “a nombre de la compañía como de cosasuya propia adquirida con legítimo título”.13

Sobre estos tratos y concesiones, el escritor yperiodista que usa el seudónimo de Jecé –José Gó-

Las principales disposiciones y anotacionesque se hacen en la antedicha escritura son estas:

- Se señalan los límites del lote adjudicado de con-formidad con el plano levantado por el ingenie-ro J. Gualberto Pérez.

- Se hace constar la compensación de 750 cuadrascuadradas efectuada anteriormente para no des-pojar de sus parcelas a los campesinos afincadosen el lote.

- Se deja constancia de la aseveración del ministrode Hacienda afirmando que no existe hipotecani gravamen sobre los terrenos concedidos, yque el verdadero valor y precio justo de cada cua-dra, es el de tres pesos.

- Se entrega al representante ecuatoriano la sumade 60.000 libras esterlinas –que equivalen a300.000 pesos de bonos provisionales de la deu-da diferida- suma que corresponde al valor delos terrenos concedidos.

- Se obliga el ministro, a nombre del gobierno a“que esta adjudicación será cierta y segura, y quenadie la inquietará, despojará, ni moverá pleitoalguno sobre su propiedad, posesión, uso y másderechos anexos; y siempre que lo contrario su-cediere, el Gobierno del Ecuador, luego que searequerido conforme a derecho, saldrá a la voz ydefensa del pleito o pleitos que se movieran…”12

- Y, finalmente, se autoriza al representante John aque tome posesión del lote adjudicado y dispon-ga de él “a nombre de la compañía como de cosasuya propia adquirida con legítimo título”.13

Sobre estos tratos y concesiones, el escritor yperiodista que usa el seudónimo de Jecé –José Gó-

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mez Carbo- se expresa en esta forma en su libroAsuntos financieros:

En ese año ya había caducado el derecho delos tenedores de Land-Warrants, y el Ecuador seencontraba de hecho libre de una deuda de más deun millón de libras esterlinas. Sin embargo, comosi todo el arte de administrar y la ciencia de go-bierno de nuestros hombres públicos, consistiese enque el Ecuador deba, en que sin ton ni son elEcuador deba y en que no pueda pagar jamás susdeudas, creyendo talvez que no hay nombradíapara ellos ni existencia mismo para la Nación sineso, los gobernantes de 86 cometieron la insensa-tez, hecho inaudito y sin ejemplo, no sólo en nues-tra historia sino también en la historia del mun-do, de reconocer una deuda finiquitada. El pretex-to alegado para semejante escándalo fue el de ex-plotar y colonizar esas tierras baldías; pero nues-tros administradores olvidaron que hacía 30 añosque los acreedores podían haber acometido esa ex-plotación de los terrenos y esa colonización ofreci-das; olvidaron que hacía 26 años que los acreedo-res tenían en su poder los terrenos de Pailón, enlos cuales apenas existe una insignificante factoría,que puede decirse que no explotan esos terrenos yque en realidad no hay colonos…14

Pío Jaramillo Alvarado también tiene un crite-rio parecido sobre los ofrecimientos de los acreedo-res. Dice “que el anzuelo fue el de la colonización deestas tierras con capitales europeos, que traerían alEcuador todos los elementos imaginables de progre-so, pero luego se comprobó la ninguna seriedad dela negociación”.15 Añade que con la entrega de las

mez Carbo- se expresa en esta forma en su libroAsuntos financieros:

En ese año ya había caducado el derecho delos tenedores de Land-Warrants, y el Ecuador seencontraba de hecho libre de una deuda de más deun millón de libras esterlinas. Sin embargo, comosi todo el arte de administrar y la ciencia de go-bierno de nuestros hombres públicos, consistiese enque el Ecuador deba, en que sin ton ni son elEcuador deba y en que no pueda pagar jamás susdeudas, creyendo talvez que no hay nombradíapara ellos ni existencia mismo para la Nación sineso, los gobernantes de 86 cometieron la insensa-tez, hecho inaudito y sin ejemplo, no sólo en nues-tra historia sino también en la historia del mun-do, de reconocer una deuda finiquitada. El pretex-to alegado para semejante escándalo fue el de ex-plotar y colonizar esas tierras baldías; pero nues-tros administradores olvidaron que hacía 30 añosque los acreedores podían haber acometido esa ex-plotación de los terrenos y esa colonización ofreci-das; olvidaron que hacía 26 años que los acreedo-res tenían en su poder los terrenos de Pailón, enlos cuales apenas existe una insignificante factoría,que puede decirse que no explotan esos terrenos yque en realidad no hay colonos…14

Pío Jaramillo Alvarado también tiene un crite-rio parecido sobre los ofrecimientos de los acreedo-res. Dice “que el anzuelo fue el de la colonización deestas tierras con capitales europeos, que traerían alEcuador todos los elementos imaginables de progre-so, pero luego se comprobó la ninguna seriedad dela negociación”.15 Añade que con la entrega de las

mez Carbo- se expresa en esta forma en su libroAsuntos financieros:

En ese año ya había caducado el derecho delos tenedores de Land-Warrants, y el Ecuador seencontraba de hecho libre de una deuda de más deun millón de libras esterlinas. Sin embargo, comosi todo el arte de administrar y la ciencia de go-bierno de nuestros hombres públicos, consistiese enque el Ecuador deba, en que sin ton ni son elEcuador deba y en que no pueda pagar jamás susdeudas, creyendo talvez que no hay nombradíapara ellos ni existencia mismo para la Nación sineso, los gobernantes de 86 cometieron la insensa-tez, hecho inaudito y sin ejemplo, no sólo en nues-tra historia sino también en la historia del mun-do, de reconocer una deuda finiquitada. El pretex-to alegado para semejante escándalo fue el de ex-plotar y colonizar esas tierras baldías; pero nues-tros administradores olvidaron que hacía 30 añosque los acreedores podían haber acometido esa ex-plotación de los terrenos y esa colonización ofreci-das; olvidaron que hacía 26 años que los acreedo-res tenían en su poder los terrenos de Pailón, enlos cuales apenas existe una insignificante factoría,que puede decirse que no explotan esos terrenos yque en realidad no hay colonos…14

Pío Jaramillo Alvarado también tiene un crite-rio parecido sobre los ofrecimientos de los acreedo-res. Dice “que el anzuelo fue el de la colonización deestas tierras con capitales europeos, que traerían alEcuador todos los elementos imaginables de progre-so, pero luego se comprobó la ninguna seriedad dela negociación”.15 Añade que con la entrega de las

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mejores tierras de Esmeraldas no se restableció elcrédito nacional.

Recuérdese que esto del restablecimiento delcrédito es en la época una especie de enseña blandi-da con destreza para realizar jugosos negocios conese cuento. Todos los informes y mensajes públicos,en especial los de los presidentes Caamaño y Flores,se refieren a la necesidad ineludible y urgente del pa-go de la deuda inglesa para conseguir tan indispen-sable propósito. No importa como. Y así, sin pararseen pelos y con tan eficaz pretexto, se cubren oscurosconvenios y componendas de la célebre Argolla.

Regresemos a la escritura sobre el lote de Ata-cames. Se dijo que se hace constar allí la entrega de60.000 libras esterlinas correspondiente al precio delos terrenos adjudicados. Pero aquí sucede un hechoextraño que demuestra el mezquino proceder de losacreedores. El general Terán descubre que junto conla cantidad indicada también se deposita otras 60.000libras por el valor de las tierras del Pailón concedidasen 1864 por García Moreno. Para esta época, sin pa-gar un solo centavo, ya habían establecido la “insig-nificante factoría” de que habla Gómez Carbo, facto-ría encargada de la administración del lote.

Esto implica posesión, acto que según el artícu-lo quinto del convenio Icaza-Pritchett, sólo podía serejecutado con la cancelación del precio de la conce-sión. Se trata, a ojos vista, de una actuación comple-tamente arbitraria e ilegal.

El Ecuador recibe, hasta aquí, 120.000 librasesterlinas como precio de los dos lotes otorgados, eldel Pailón y el de Atacames.

¿Es este el verdadero precio de los terrenos, esdecir, de las doscientas mil cuadras cuadradas?

El art. 27 del convenio Espinel- Mocatta dice:

mejores tierras de Esmeraldas no se restableció elcrédito nacional.

Recuérdese que esto del restablecimiento delcrédito es en la época una especie de enseña blandi-da con destreza para realizar jugosos negocios conese cuento. Todos los informes y mensajes públicos,en especial los de los presidentes Caamaño y Flores,se refieren a la necesidad ineludible y urgente del pa-go de la deuda inglesa para conseguir tan indispen-sable propósito. No importa como. Y así, sin pararseen pelos y con tan eficaz pretexto, se cubren oscurosconvenios y componendas de la célebre Argolla.

Regresemos a la escritura sobre el lote de Ata-cames. Se dijo que se hace constar allí la entrega de60.000 libras esterlinas correspondiente al precio delos terrenos adjudicados. Pero aquí sucede un hechoextraño que demuestra el mezquino proceder de losacreedores. El general Terán descubre que junto conla cantidad indicada también se deposita otras 60.000libras por el valor de las tierras del Pailón concedidasen 1864 por García Moreno. Para esta época, sin pa-gar un solo centavo, ya habían establecido la “insig-nificante factoría” de que habla Gómez Carbo, facto-ría encargada de la administración del lote.

Esto implica posesión, acto que según el artícu-lo quinto del convenio Icaza-Pritchett, sólo podía serejecutado con la cancelación del precio de la conce-sión. Se trata, a ojos vista, de una actuación comple-tamente arbitraria e ilegal.

El Ecuador recibe, hasta aquí, 120.000 librasesterlinas como precio de los dos lotes otorgados, eldel Pailón y el de Atacames.

¿Es este el verdadero precio de los terrenos, esdecir, de las doscientas mil cuadras cuadradas?

El art. 27 del convenio Espinel- Mocatta dice:

mejores tierras de Esmeraldas no se restableció elcrédito nacional.

Recuérdese que esto del restablecimiento delcrédito es en la época una especie de enseña blandi-da con destreza para realizar jugosos negocios conese cuento. Todos los informes y mensajes públicos,en especial los de los presidentes Caamaño y Flores,se refieren a la necesidad ineludible y urgente del pa-go de la deuda inglesa para conseguir tan indispen-sable propósito. No importa como. Y así, sin pararseen pelos y con tan eficaz pretexto, se cubren oscurosconvenios y componendas de la célebre Argolla.

Regresemos a la escritura sobre el lote de Ata-cames. Se dijo que se hace constar allí la entrega de60.000 libras esterlinas correspondiente al precio delos terrenos adjudicados. Pero aquí sucede un hechoextraño que demuestra el mezquino proceder de losacreedores. El general Terán descubre que junto conla cantidad indicada también se deposita otras 60.000libras por el valor de las tierras del Pailón concedidasen 1864 por García Moreno. Para esta época, sin pa-gar un solo centavo, ya habían establecido la “insig-nificante factoría” de que habla Gómez Carbo, facto-ría encargada de la administración del lote.

Esto implica posesión, acto que según el artícu-lo quinto del convenio Icaza-Pritchett, sólo podía serejecutado con la cancelación del precio de la conce-sión. Se trata, a ojos vista, de una actuación comple-tamente arbitraria e ilegal.

El Ecuador recibe, hasta aquí, 120.000 librasesterlinas como precio de los dos lotes otorgados, eldel Pailón y el de Atacames.

¿Es este el verdadero precio de los terrenos, esdecir, de las doscientas mil cuadras cuadradas?

El art. 27 del convenio Espinel- Mocatta dice:

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Los tenedores de bonos pueden adquirir conellos cualquiera clase de bienes nacionales, cuyaenajenación juzgue conveniente el Congreso, pu-diendo ser admitidos en los términos siguientes:

Los bonos ecuatorianos consolidados en elduplo del valor de la propiedad que se quiere ena-jenar.

Los bonos ecuatorianos provisionales en seistantos más del valor de la propiedad que se quiereenajenar.16

Los terrenos del Pailón y Atacames son adqui-ridos con los llamados bonos provisionales.

El general Terán, basándose en el artículo queacabamos de transcribir, dice que las 60.000 librasesterlinas que vale cada lote debe sextuplicarse, ope-ración que da estos resultados:

Lote del Pailón: £ 60.000 x 6 = 360.000 libras esterlinas

Lote de Atacames: £ 60.000 x 6 = 360.000“ “

Total 720.000“ “

Igual multiplicación realizada con 600.000 pe-sos que valen las 200.000 cuadras de terreno de losdos lotes –a 300.000 cada uno- nos da un total de3.000.000 de pesos.

Entonces, por los dos lotes, los acreedores in-gleses tenían que pagar 720.000 libras esterlinas o3.600.000 pesos.

Mas sucede que la “Ecuador Land CompanyLimited” no tiene la cantidad suficiente en bonospara poder pagar el valor indicado de los dos lotes,según afirma Terán fundamentándose en una co-

Los tenedores de bonos pueden adquirir conellos cualquiera clase de bienes nacionales, cuyaenajenación juzgue conveniente el Congreso, pu-diendo ser admitidos en los términos siguientes:

Los bonos ecuatorianos consolidados en elduplo del valor de la propiedad que se quiere ena-jenar.

Los bonos ecuatorianos provisionales en seistantos más del valor de la propiedad que se quiereenajenar.16

Los terrenos del Pailón y Atacames son adqui-ridos con los llamados bonos provisionales.

El general Terán, basándose en el artículo queacabamos de transcribir, dice que las 60.000 librasesterlinas que vale cada lote debe sextuplicarse, ope-ración que da estos resultados:

Lote del Pailón: £ 60.000 x 6 = 360.000 libras esterlinas

Lote de Atacames: £ 60.000 x 6 = 360.000“ “

Total 720.000“ “

Igual multiplicación realizada con 600.000 pe-sos que valen las 200.000 cuadras de terreno de losdos lotes –a 300.000 cada uno- nos da un total de3.000.000 de pesos.

Entonces, por los dos lotes, los acreedores in-gleses tenían que pagar 720.000 libras esterlinas o3.600.000 pesos.

Mas sucede que la “Ecuador Land CompanyLimited” no tiene la cantidad suficiente en bonospara poder pagar el valor indicado de los dos lotes,según afirma Terán fundamentándose en una co-

Los tenedores de bonos pueden adquirir conellos cualquiera clase de bienes nacionales, cuyaenajenación juzgue conveniente el Congreso, pu-diendo ser admitidos en los términos siguientes:

Los bonos ecuatorianos consolidados en elduplo del valor de la propiedad que se quiere ena-jenar.

Los bonos ecuatorianos provisionales en seistantos más del valor de la propiedad que se quiereenajenar.16

Los terrenos del Pailón y Atacames son adqui-ridos con los llamados bonos provisionales.

El general Terán, basándose en el artículo queacabamos de transcribir, dice que las 60.000 librasesterlinas que vale cada lote debe sextuplicarse, ope-ración que da estos resultados:

Lote del Pailón: £ 60.000 x 6 = 360.000 libras esterlinas

Lote de Atacames: £ 60.000 x 6 = 360.000“ “

Total 720.000“ “

Igual multiplicación realizada con 600.000 pe-sos que valen las 200.000 cuadras de terreno de losdos lotes –a 300.000 cada uno- nos da un total de3.000.000 de pesos.

Entonces, por los dos lotes, los acreedores in-gleses tenían que pagar 720.000 libras esterlinas o3.600.000 pesos.

Mas sucede que la “Ecuador Land CompanyLimited” no tiene la cantidad suficiente en bonospara poder pagar el valor indicado de los dos lotes,según afirma Terán fundamentándose en una co-

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municación que dirige James Cooper al general EloyAlfaro el 31 de marzo de1896, razón por la que ex-pone el siguiente criterio o parecer:

Como tal suma no se ha entregado al Go-bierno del Ecuador, ni puede la Compañía hacer-lo, síguese que la adjudicación de los lotes del Pai-lón y Molleturo está resuelta, conforme a las dis-posiciones de nuestro Código Civil.17

Resuelto, o sea, anulado o invalidado. Al decirMolleturo se refiere al lote de Atacames, equivoca-ción que se repite algunas veces.

Siendo así los hechos, habiendo tantos actosilegales – a la vez que claros e inequívocos- resultacondenable el proceder de los gobernantes de laépoca. Razón tiene el economista Alberto Acosta almanifestar lo siguiente sobre la concesión de las tie-rras baldías a que dan lugar los convenios Espinel-Mocatta e Icaza-Pritchett:

Estos terrenos –dice- no sólo fueron consegui-dos en condiciones escandalosas y sin siquiera cum-plir con los costosos y ofensivos convenios, sino que,además, dos o tres personas se aprovecharon de lasituación para obtener grandes réditos y privilegios,en detrimento de la población de las zonas afecta-das. Naturalmente, estos extranjeros habían conta-do con el respaldo y la complicidad de algunosecuatorianos: los infaltables “felipillos al servicio delos intereses extranjeros y transnacionales”.18

Sí, los “felipillos” de siempre. Se trata de unaalianza estrecha, casi amorosa, entre estos “felipi-llos” y los empresarios extranjeros para perjudicarlos intereses nacionales. Fenómeno frecuente, desde

municación que dirige James Cooper al general EloyAlfaro el 31 de marzo de1896, razón por la que ex-pone el siguiente criterio o parecer:

Como tal suma no se ha entregado al Go-bierno del Ecuador, ni puede la Compañía hacer-lo, síguese que la adjudicación de los lotes del Pai-lón y Molleturo está resuelta, conforme a las dis-posiciones de nuestro Código Civil.17

Resuelto, o sea, anulado o invalidado. Al decirMolleturo se refiere al lote de Atacames, equivoca-ción que se repite algunas veces.

Siendo así los hechos, habiendo tantos actosilegales – a la vez que claros e inequívocos- resultacondenable el proceder de los gobernantes de laépoca. Razón tiene el economista Alberto Acosta almanifestar lo siguiente sobre la concesión de las tie-rras baldías a que dan lugar los convenios Espinel-Mocatta e Icaza-Pritchett:

Estos terrenos –dice- no sólo fueron consegui-dos en condiciones escandalosas y sin siquiera cum-plir con los costosos y ofensivos convenios, sino que,además, dos o tres personas se aprovecharon de lasituación para obtener grandes réditos y privilegios,en detrimento de la población de las zonas afecta-das. Naturalmente, estos extranjeros habían conta-do con el respaldo y la complicidad de algunosecuatorianos: los infaltables “felipillos al servicio delos intereses extranjeros y transnacionales”.18

Sí, los “felipillos” de siempre. Se trata de unaalianza estrecha, casi amorosa, entre estos “felipi-llos” y los empresarios extranjeros para perjudicarlos intereses nacionales. Fenómeno frecuente, desde

municación que dirige James Cooper al general EloyAlfaro el 31 de marzo de1896, razón por la que ex-pone el siguiente criterio o parecer:

Como tal suma no se ha entregado al Go-bierno del Ecuador, ni puede la Compañía hacer-lo, síguese que la adjudicación de los lotes del Pai-lón y Molleturo está resuelta, conforme a las dis-posiciones de nuestro Código Civil.17

Resuelto, o sea, anulado o invalidado. Al decirMolleturo se refiere al lote de Atacames, equivoca-ción que se repite algunas veces.

Siendo así los hechos, habiendo tantos actosilegales – a la vez que claros e inequívocos- resultacondenable el proceder de los gobernantes de laépoca. Razón tiene el economista Alberto Acosta almanifestar lo siguiente sobre la concesión de las tie-rras baldías a que dan lugar los convenios Espinel-Mocatta e Icaza-Pritchett:

Estos terrenos –dice- no sólo fueron consegui-dos en condiciones escandalosas y sin siquiera cum-plir con los costosos y ofensivos convenios, sino que,además, dos o tres personas se aprovecharon de lasituación para obtener grandes réditos y privilegios,en detrimento de la población de las zonas afecta-das. Naturalmente, estos extranjeros habían conta-do con el respaldo y la complicidad de algunosecuatorianos: los infaltables “felipillos al servicio delos intereses extranjeros y transnacionales”.18

Sí, los “felipillos” de siempre. Se trata de unaalianza estrecha, casi amorosa, entre estos “felipi-llos” y los empresarios extranjeros para perjudicarlos intereses nacionales. Fenómeno frecuente, desde

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luego. Porque los unos y los otros, saben que la sim-biosis, produce pingües beneficios.

Hemos tratado hasta aquí sobre la forma omanera en que fueron adquiridos los terrenos. Pase-mos a ver ahora la actuación y conducta de la com-pañía británica durante el tiempo que permanece ennuestra patria.

Empecemos hablando de un tema bastante es-cabroso: la usurpación de tierras.

Ya vimos antes que para la adjudicación del lo-te del Pailón se había procedido dolosamente, puesla medición realizada por el ingeniero Wilson –per-sonero de la compañía- era incorrecta y favorablepara los intereses de los acreedores. Esto era solo unanuncio de una rapacidad futura.

Efectivamente, la rapacidad se presenta decuerpo entero. Terán, en su libro tantas veces citado,saca a luz varias quejas y protestas de los perjudica-dos. Transcribe, por ejemplo, la siguiente denunciade un periódico de Bahía:

Los habitantes de este bellísimo puerto y desu extensa y rica costa –referencia al Pailón- sonhoy víctimas de un monopolio tiránico y opresorpor parte de la casa inglesa “Grindale y Cia” queha convertido dicho lugar en un verdadero feudo,arrojando de sus hogares a familias laboriosas yejerciendo abusos vergonzosos en los pobres.19

Y la tal casa, arrendataria de tierras y represen-tante de la “Ecuador Land Company Limited”, arro-gantemente contesta las denuncias que se presentanen su contra manifestando que “ni una pulgada deterreno en San Lorenzo ni de San Lorenzo al Nada-dero es poseída por nadie sino por nosotros”.20

Agrega que esos terrenos le pertenecen y que nadie

luego. Porque los unos y los otros, saben que la sim-biosis, produce pingües beneficios.

Hemos tratado hasta aquí sobre la forma omanera en que fueron adquiridos los terrenos. Pase-mos a ver ahora la actuación y conducta de la com-pañía británica durante el tiempo que permanece ennuestra patria.

Empecemos hablando de un tema bastante es-cabroso: la usurpación de tierras.

Ya vimos antes que para la adjudicación del lo-te del Pailón se había procedido dolosamente, puesla medición realizada por el ingeniero Wilson –per-sonero de la compañía- era incorrecta y favorablepara los intereses de los acreedores. Esto era solo unanuncio de una rapacidad futura.

Efectivamente, la rapacidad se presenta decuerpo entero. Terán, en su libro tantas veces citado,saca a luz varias quejas y protestas de los perjudica-dos. Transcribe, por ejemplo, la siguiente denunciade un periódico de Bahía:

Los habitantes de este bellísimo puerto y desu extensa y rica costa –referencia al Pailón- sonhoy víctimas de un monopolio tiránico y opresorpor parte de la casa inglesa “Grindale y Cia” queha convertido dicho lugar en un verdadero feudo,arrojando de sus hogares a familias laboriosas yejerciendo abusos vergonzosos en los pobres.19

Y la tal casa, arrendataria de tierras y represen-tante de la “Ecuador Land Company Limited”, arro-gantemente contesta las denuncias que se presentanen su contra manifestando que “ni una pulgada deterreno en San Lorenzo ni de San Lorenzo al Nada-dero es poseída por nadie sino por nosotros”.20

Agrega que esos terrenos le pertenecen y que nadie

luego. Porque los unos y los otros, saben que la sim-biosis, produce pingües beneficios.

Hemos tratado hasta aquí sobre la forma omanera en que fueron adquiridos los terrenos. Pase-mos a ver ahora la actuación y conducta de la com-pañía británica durante el tiempo que permanece ennuestra patria.

Empecemos hablando de un tema bastante es-cabroso: la usurpación de tierras.

Ya vimos antes que para la adjudicación del lo-te del Pailón se había procedido dolosamente, puesla medición realizada por el ingeniero Wilson –per-sonero de la compañía- era incorrecta y favorablepara los intereses de los acreedores. Esto era solo unanuncio de una rapacidad futura.

Efectivamente, la rapacidad se presenta decuerpo entero. Terán, en su libro tantas veces citado,saca a luz varias quejas y protestas de los perjudica-dos. Transcribe, por ejemplo, la siguiente denunciade un periódico de Bahía:

Los habitantes de este bellísimo puerto y desu extensa y rica costa –referencia al Pailón- sonhoy víctimas de un monopolio tiránico y opresorpor parte de la casa inglesa “Grindale y Cia” queha convertido dicho lugar en un verdadero feudo,arrojando de sus hogares a familias laboriosas yejerciendo abusos vergonzosos en los pobres.19

Y la tal casa, arrendataria de tierras y represen-tante de la “Ecuador Land Company Limited”, arro-gantemente contesta las denuncias que se presentanen su contra manifestando que “ni una pulgada deterreno en San Lorenzo ni de San Lorenzo al Nada-dero es poseída por nadie sino por nosotros”.20

Agrega que esos terrenos le pertenecen y que nadie

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tiene derecho a tener ganado en ellos. Más aún: diceque no está sujeta a las órdenes del gobernador enrelación a los arreglos internos de su hacienda!

Esta Casa Grindale también se dedica a la ex-plotación de tagua que recoge de las grandes exten-siones de tierra que arrienda a la Ecuador LandCompany. En 1879, según el escritor Marcel PérezEstupiñán, exporta 28.000 quintales.

Parece que las propiedades del pueblo de SanLorenzo, son de especial interés para la compañía.Años más tarde, ya durante el período liberal, en1897, el gobernador de Esmeraldas coronel CarlosConcha Torres, se dirige al ministro de lo Interiorponiendo en su conocimiento nuevos atentados.Manifiesta que desde años atrás los personeros de laempresa se han valido de todos los medios, inclusivecriminales, para la expulsión de pacíficos ciudada-nos. Dice que hasta se ha recurrido al incendio parala destrucción de sus hogares. Como prueba remitecopia de una sentencia de la Corte contra el jefe dela compañía por ese delito, agregando que con pro-cedimientos de esta clase han querido adueñarse delpueblo.

Estos hechos deben ser tan frecuentes, que yaen 1892, a principios del gobierno del presidenteLuis Cordero, el congreso de la república se ve obli-gado a ordenar una nueva mensura de los terrenospara impedir posteriores usurpaciones y reparar losdespojos cometidos. El artículo cuarto del decretoexpedido dice que realizada “la medición se invitaráa la Compañía para que reduzca su posesión a los te-rrenos que le fueron adjudicados y si la compañía senegara a ello, se entablará el correspondiente jui-cio”.21 El objetivo del decreto es bien claro: ponercoto a la apropiación ilícita de tierras.

tiene derecho a tener ganado en ellos. Más aún: diceque no está sujeta a las órdenes del gobernador enrelación a los arreglos internos de su hacienda!

Esta Casa Grindale también se dedica a la ex-plotación de tagua que recoge de las grandes exten-siones de tierra que arrienda a la Ecuador LandCompany. En 1879, según el escritor Marcel PérezEstupiñán, exporta 28.000 quintales.

Parece que las propiedades del pueblo de SanLorenzo, son de especial interés para la compañía.Años más tarde, ya durante el período liberal, en1897, el gobernador de Esmeraldas coronel CarlosConcha Torres, se dirige al ministro de lo Interiorponiendo en su conocimiento nuevos atentados.Manifiesta que desde años atrás los personeros de laempresa se han valido de todos los medios, inclusivecriminales, para la expulsión de pacíficos ciudada-nos. Dice que hasta se ha recurrido al incendio parala destrucción de sus hogares. Como prueba remitecopia de una sentencia de la Corte contra el jefe dela compañía por ese delito, agregando que con pro-cedimientos de esta clase han querido adueñarse delpueblo.

Estos hechos deben ser tan frecuentes, que yaen 1892, a principios del gobierno del presidenteLuis Cordero, el congreso de la república se ve obli-gado a ordenar una nueva mensura de los terrenospara impedir posteriores usurpaciones y reparar losdespojos cometidos. El artículo cuarto del decretoexpedido dice que realizada “la medición se invitaráa la Compañía para que reduzca su posesión a los te-rrenos que le fueron adjudicados y si la compañía senegara a ello, se entablará el correspondiente jui-cio”.21 El objetivo del decreto es bien claro: ponercoto a la apropiación ilícita de tierras.

tiene derecho a tener ganado en ellos. Más aún: diceque no está sujeta a las órdenes del gobernador enrelación a los arreglos internos de su hacienda!

Esta Casa Grindale también se dedica a la ex-plotación de tagua que recoge de las grandes exten-siones de tierra que arrienda a la Ecuador LandCompany. En 1879, según el escritor Marcel PérezEstupiñán, exporta 28.000 quintales.

Parece que las propiedades del pueblo de SanLorenzo, son de especial interés para la compañía.Años más tarde, ya durante el período liberal, en1897, el gobernador de Esmeraldas coronel CarlosConcha Torres, se dirige al ministro de lo Interiorponiendo en su conocimiento nuevos atentados.Manifiesta que desde años atrás los personeros de laempresa se han valido de todos los medios, inclusivecriminales, para la expulsión de pacíficos ciudada-nos. Dice que hasta se ha recurrido al incendio parala destrucción de sus hogares. Como prueba remitecopia de una sentencia de la Corte contra el jefe dela compañía por ese delito, agregando que con pro-cedimientos de esta clase han querido adueñarse delpueblo.

Estos hechos deben ser tan frecuentes, que yaen 1892, a principios del gobierno del presidenteLuis Cordero, el congreso de la república se ve obli-gado a ordenar una nueva mensura de los terrenospara impedir posteriores usurpaciones y reparar losdespojos cometidos. El artículo cuarto del decretoexpedido dice que realizada “la medición se invitaráa la Compañía para que reduzca su posesión a los te-rrenos que le fueron adjudicados y si la compañía senegara a ello, se entablará el correspondiente jui-cio”.21 El objetivo del decreto es bien claro: ponercoto a la apropiación ilícita de tierras.

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Por desgracia no se hace nada de lo ordenado,seguramente por la influencia que tiene en las esfe-ras públicas la compañía extranjera. El congreso de1901 tiene que dictar una nueva resolución exigien-do “al Poder Ejecutivo el estricto cumplimiento delo dispuesto en el decreto legislativo de 1° de sep-tiembre de 1892 sobre terrenos adjudicados a laCompañía Inglesa, en la provincia de Esmeral-das”.22 También se dice que de no ser posible efec-tuar la medición dispuesta, el gobierno podrá, ensalvaguardia de los intereses nacionales, llegar a unarreglo equitativo ad referendum que luego serápuesto en conocimiento de la próxima Legislatura.

No se hace ni lo uno ni lo otro.El contrabando es otra de las prácticas ilícitas

de la compañía. Práctica reiterada y frecuentementedenunciada. Veamos unos pocos casos.

La Casa Grindale no solamente se dedica aldespojo de la gente pobre como ya vimos, sino queconvierte el contrabando en eficaz instrumento paraincrementar sus ganancias, para lo cual, inclusive,recurre al sucio ejercicio del soborno. El gobernadorde Esmeraldas en una comunicación dirigida al ge-neral Reinaldo Flores, jefe de las fuerzas que comba-ten la revolución alfarista de 1884, dice que el Teso-ro nacional sufre un doble desfalco: el “provenientede los sueldos pagados sin objeto a dichos colectores–los de la Tola y San Lorenzo- y de los contrabandospermitidos o tolerados por estos, quienes por fuerteque sea el sueldo de que gocen no pueden resistir alos alhagos (sic) de la predicha casa”.23 Esto constaen el libro titulado La Campaña de la Costa del cita-do militar, publicado en Guayaquil en 1885.

El escritor esmeraldeño Julio Estupiñán Tello,autor de varias obras sobre su suelo natal, cita otracomunicación del gobernador de Esmeraldas al mi-

Por desgracia no se hace nada de lo ordenado,seguramente por la influencia que tiene en las esfe-ras públicas la compañía extranjera. El congreso de1901 tiene que dictar una nueva resolución exigien-do “al Poder Ejecutivo el estricto cumplimiento delo dispuesto en el decreto legislativo de 1° de sep-tiembre de 1892 sobre terrenos adjudicados a laCompañía Inglesa, en la provincia de Esmeral-das”.22 También se dice que de no ser posible efec-tuar la medición dispuesta, el gobierno podrá, ensalvaguardia de los intereses nacionales, llegar a unarreglo equitativo ad referendum que luego serápuesto en conocimiento de la próxima Legislatura.

No se hace ni lo uno ni lo otro.El contrabando es otra de las prácticas ilícitas

de la compañía. Práctica reiterada y frecuentementedenunciada. Veamos unos pocos casos.

La Casa Grindale no solamente se dedica aldespojo de la gente pobre como ya vimos, sino queconvierte el contrabando en eficaz instrumento paraincrementar sus ganancias, para lo cual, inclusive,recurre al sucio ejercicio del soborno. El gobernadorde Esmeraldas en una comunicación dirigida al ge-neral Reinaldo Flores, jefe de las fuerzas que comba-ten la revolución alfarista de 1884, dice que el Teso-ro nacional sufre un doble desfalco: el “provenientede los sueldos pagados sin objeto a dichos colectores–los de la Tola y San Lorenzo- y de los contrabandospermitidos o tolerados por estos, quienes por fuerteque sea el sueldo de que gocen no pueden resistir alos alhagos (sic) de la predicha casa”.23 Esto constaen el libro titulado La Campaña de la Costa del cita-do militar, publicado en Guayaquil en 1885.

El escritor esmeraldeño Julio Estupiñán Tello,autor de varias obras sobre su suelo natal, cita otracomunicación del gobernador de Esmeraldas al mi-

Por desgracia no se hace nada de lo ordenado,seguramente por la influencia que tiene en las esfe-ras públicas la compañía extranjera. El congreso de1901 tiene que dictar una nueva resolución exigien-do “al Poder Ejecutivo el estricto cumplimiento delo dispuesto en el decreto legislativo de 1° de sep-tiembre de 1892 sobre terrenos adjudicados a laCompañía Inglesa, en la provincia de Esmeral-das”.22 También se dice que de no ser posible efec-tuar la medición dispuesta, el gobierno podrá, ensalvaguardia de los intereses nacionales, llegar a unarreglo equitativo ad referendum que luego serápuesto en conocimiento de la próxima Legislatura.

No se hace ni lo uno ni lo otro.El contrabando es otra de las prácticas ilícitas

de la compañía. Práctica reiterada y frecuentementedenunciada. Veamos unos pocos casos.

La Casa Grindale no solamente se dedica aldespojo de la gente pobre como ya vimos, sino queconvierte el contrabando en eficaz instrumento paraincrementar sus ganancias, para lo cual, inclusive,recurre al sucio ejercicio del soborno. El gobernadorde Esmeraldas en una comunicación dirigida al ge-neral Reinaldo Flores, jefe de las fuerzas que comba-ten la revolución alfarista de 1884, dice que el Teso-ro nacional sufre un doble desfalco: el “provenientede los sueldos pagados sin objeto a dichos colectores–los de la Tola y San Lorenzo- y de los contrabandospermitidos o tolerados por estos, quienes por fuerteque sea el sueldo de que gocen no pueden resistir alos alhagos (sic) de la predicha casa”.23 Esto constaen el libro titulado La Campaña de la Costa del cita-do militar, publicado en Guayaquil en 1885.

El escritor esmeraldeño Julio Estupiñán Tello,autor de varias obras sobre su suelo natal, cita otracomunicación del gobernador de Esmeraldas al mi-

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nistro de lo Interior, fechada en 1895. Manifiestaque la compañía tiene en San Lorenzo un gran esta-blecimiento comercial –seguramente la misma casaGrindale- desde donde distribuye mercancías de to-da clase a sus varias sucursales, de las que se vale pa-ra ejercer el contrabando. Contrabando de dos filos:de importación y de exportación. Trae pólvora yotros productos de Colombia. “Exporta moneda na-cional y la cambia con un fuerte premio en Tumaco,trayendo de allá moneda suficiente que la pone encirculación por medio de numerosos jornaleros”.24

Además nadie, so pena de ser expulsado, puedepracticar el comercio dentro de sus “dominios”!

La costa esmeraldeña en manos de la EcuadorLand Company, durante todo el tiempo que perma-nece en el país, se convierte en puerta abierta para laentrada y salida de toda clase de artículos y produc-tos sin pagar ningún derecho. Entran toda clase demercancías extranjeras, preferentemente de proce-dencia inglesa, pues hasta se da el lujo de utilizarbarcos de esa nacionalidad para el contrabando, co-mo se denuncia ya en La Campaña de la Costa, libroque antes citamos. Y sale al exterior la variada pro-ducción de las fértiles tierras de la provincia, tagua,oro y caucho, principalmente.

Un ilícito más: el uso de moneda propia.El escritor Estupiñán Tello transcribe una co-

municación del gobernador Cornejo al jefe políticodel cantón que dice lo siguiente:

Julio 9 de 1895.- El señor Teniente Políticode San Lorenzo ha impuesto una multa de ciensucres a la Casa de los Ingleses, por haber emitidounas piezas de monedas prohibidas por la Ley, loque transcribo a usted acompañándole un ejem-plar de las fichas o monedas mencionadas, a fin de

nistro de lo Interior, fechada en 1895. Manifiestaque la compañía tiene en San Lorenzo un gran esta-blecimiento comercial –seguramente la misma casaGrindale- desde donde distribuye mercancías de to-da clase a sus varias sucursales, de las que se vale pa-ra ejercer el contrabando. Contrabando de dos filos:de importación y de exportación. Trae pólvora yotros productos de Colombia. “Exporta moneda na-cional y la cambia con un fuerte premio en Tumaco,trayendo de allá moneda suficiente que la pone encirculación por medio de numerosos jornaleros”.24

Además nadie, so pena de ser expulsado, puedepracticar el comercio dentro de sus “dominios”!

La costa esmeraldeña en manos de la EcuadorLand Company, durante todo el tiempo que perma-nece en el país, se convierte en puerta abierta para laentrada y salida de toda clase de artículos y produc-tos sin pagar ningún derecho. Entran toda clase demercancías extranjeras, preferentemente de proce-dencia inglesa, pues hasta se da el lujo de utilizarbarcos de esa nacionalidad para el contrabando, co-mo se denuncia ya en La Campaña de la Costa, libroque antes citamos. Y sale al exterior la variada pro-ducción de las fértiles tierras de la provincia, tagua,oro y caucho, principalmente.

Un ilícito más: el uso de moneda propia.El escritor Estupiñán Tello transcribe una co-

municación del gobernador Cornejo al jefe políticodel cantón que dice lo siguiente:

Julio 9 de 1895.- El señor Teniente Políticode San Lorenzo ha impuesto una multa de ciensucres a la Casa de los Ingleses, por haber emitidounas piezas de monedas prohibidas por la Ley, loque transcribo a usted acompañándole un ejem-plar de las fichas o monedas mencionadas, a fin de

nistro de lo Interior, fechada en 1895. Manifiestaque la compañía tiene en San Lorenzo un gran esta-blecimiento comercial –seguramente la misma casaGrindale- desde donde distribuye mercancías de to-da clase a sus varias sucursales, de las que se vale pa-ra ejercer el contrabando. Contrabando de dos filos:de importación y de exportación. Trae pólvora yotros productos de Colombia. “Exporta moneda na-cional y la cambia con un fuerte premio en Tumaco,trayendo de allá moneda suficiente que la pone encirculación por medio de numerosos jornaleros”.24

Además nadie, so pena de ser expulsado, puedepracticar el comercio dentro de sus “dominios”!

La costa esmeraldeña en manos de la EcuadorLand Company, durante todo el tiempo que perma-nece en el país, se convierte en puerta abierta para laentrada y salida de toda clase de artículos y produc-tos sin pagar ningún derecho. Entran toda clase demercancías extranjeras, preferentemente de proce-dencia inglesa, pues hasta se da el lujo de utilizarbarcos de esa nacionalidad para el contrabando, co-mo se denuncia ya en La Campaña de la Costa, libroque antes citamos. Y sale al exterior la variada pro-ducción de las fértiles tierras de la provincia, tagua,oro y caucho, principalmente.

Un ilícito más: el uso de moneda propia.El escritor Estupiñán Tello transcribe una co-

municación del gobernador Cornejo al jefe políticodel cantón que dice lo siguiente:

Julio 9 de 1895.- El señor Teniente Políticode San Lorenzo ha impuesto una multa de ciensucres a la Casa de los Ingleses, por haber emitidounas piezas de monedas prohibidas por la Ley, loque transcribo a usted acompañándole un ejem-plar de las fichas o monedas mencionadas, a fin de

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que en vista de ellas y atenta a la seria desventajade la infracción, se sirva usted dictar las medidas,etc.….25

Estupiñán comenta que esa ridícula multa decien sucres no se puede hacer efectiva porque da lu-gar a una serie de reclamaciones diplomáticas. Viejay repetida práctica. El general Terán afirma que losacreedores ingleses recurren a la amenaza de la ac-ción del gobierno de su Majestad Británica, a todaslas reclamaciones ecuatorianas.

El uso de moneda propia tampoco es hechoextraordinario tratándose de empresas extranjeras.Recuérdese que la compañía minera de Portovelo, laSouth American, también tiene moneda diferente ala ecuatoriana. Arrogancia inaudita como que se tra-tara de un Estado extranjero!

¿Y cómo se administran y utilizan las tierrasadjudicadas?

Sabemos que la colonización ofrecida y pinta-da con hermosos colores resultó una gran mentira.Tan negligentes y cicateros son que ni siquiera in-vierten en obras que pueden valorizar las tierras quese hallan en sus manos, para que produzcan mayo-res ganancias. Un solo ejemplo: cuando el gobiernoecuatoriano le pide una contribución en 1889 paraconstruir la carretera de Ibarra al Pailón, se contestómanifestando que la compañía carecía de fondos pa-ra una obra de esa magnitud.

De aquí que sea cierto lo que expresan los in-vestigadores Nicanor Jácome y Vicente Martínez enun extenso estudio sobre la provincia de Esmeraldas:

La conformación de la Ecuador Land Co. nopasa de ser una “figura jurídica” utilizada por lostenedores de bonos ingleses para las negociaciones

que en vista de ellas y atenta a la seria desventajade la infracción, se sirva usted dictar las medidas,etc.….25

Estupiñán comenta que esa ridícula multa decien sucres no se puede hacer efectiva porque da lu-gar a una serie de reclamaciones diplomáticas. Viejay repetida práctica. El general Terán afirma que losacreedores ingleses recurren a la amenaza de la ac-ción del gobierno de su Majestad Británica, a todaslas reclamaciones ecuatorianas.

El uso de moneda propia tampoco es hechoextraordinario tratándose de empresas extranjeras.Recuérdese que la compañía minera de Portovelo, laSouth American, también tiene moneda diferente ala ecuatoriana. Arrogancia inaudita como que se tra-tara de un Estado extranjero!

¿Y cómo se administran y utilizan las tierrasadjudicadas?

Sabemos que la colonización ofrecida y pinta-da con hermosos colores resultó una gran mentira.Tan negligentes y cicateros son que ni siquiera in-vierten en obras que pueden valorizar las tierras quese hallan en sus manos, para que produzcan mayo-res ganancias. Un solo ejemplo: cuando el gobiernoecuatoriano le pide una contribución en 1889 paraconstruir la carretera de Ibarra al Pailón, se contestómanifestando que la compañía carecía de fondos pa-ra una obra de esa magnitud.

De aquí que sea cierto lo que expresan los in-vestigadores Nicanor Jácome y Vicente Martínez enun extenso estudio sobre la provincia de Esmeraldas:

La conformación de la Ecuador Land Co. nopasa de ser una “figura jurídica” utilizada por lostenedores de bonos ingleses para las negociaciones

que en vista de ellas y atenta a la seria desventajade la infracción, se sirva usted dictar las medidas,etc.….25

Estupiñán comenta que esa ridícula multa decien sucres no se puede hacer efectiva porque da lu-gar a una serie de reclamaciones diplomáticas. Viejay repetida práctica. El general Terán afirma que losacreedores ingleses recurren a la amenaza de la ac-ción del gobierno de su Majestad Británica, a todaslas reclamaciones ecuatorianas.

El uso de moneda propia tampoco es hechoextraordinario tratándose de empresas extranjeras.Recuérdese que la compañía minera de Portovelo, laSouth American, también tiene moneda diferente ala ecuatoriana. Arrogancia inaudita como que se tra-tara de un Estado extranjero!

¿Y cómo se administran y utilizan las tierrasadjudicadas?

Sabemos que la colonización ofrecida y pinta-da con hermosos colores resultó una gran mentira.Tan negligentes y cicateros son que ni siquiera in-vierten en obras que pueden valorizar las tierras quese hallan en sus manos, para que produzcan mayo-res ganancias. Un solo ejemplo: cuando el gobiernoecuatoriano le pide una contribución en 1889 paraconstruir la carretera de Ibarra al Pailón, se contestómanifestando que la compañía carecía de fondos pa-ra una obra de esa magnitud.

De aquí que sea cierto lo que expresan los in-vestigadores Nicanor Jácome y Vicente Martínez enun extenso estudio sobre la provincia de Esmeraldas:

La conformación de la Ecuador Land Co. nopasa de ser una “figura jurídica” utilizada por lostenedores de bonos ingleses para las negociaciones

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con el gobierno ecuatoriano. En verdad no consti-tuye una empresa o compañía plenamente estable-cida, tan solo existe en el país un representante an-te el gobierno ecuatoriano que se encarga de velarporque se cumplan las obligaciones de la deuda yde administrar los terrenos que respaldan a los bo-nos, puestos en subarriendo a otras compañías oempresas extranjeras.26

Efectivamente, como se dice en la transcrip-ción, gran parte de las tierras son cedidas a empresaso casas comerciales.

Vimos ya la actuación de la casa Grindale, queactúa inclusive como representante de la EcuadorLand Company Limited.

Sin duda la principal casa comercial es la Fer-nand Kugleman Handelsgesellschaft de Hamburgo,que según se dice en la Guía comercial, agrícola e in-dustrial de la República del Ecuador, explota el lotede terreno de San Lorenzo en virtud de un contratode arrendamiento que “terminará en Julio de1911”.27 Esta empresa tiene como filial la Casa Ta-gua S.A., que con su principal, según Jácome “alcan-zan el 26,5% del total del capital en giro de la Pro-vincia y, para 1918, el 33% constituyendo los capita-les más altos en términos absolutos”.28 Aunque nose crea, la sucursal nombrada se encarga de los co-bros de ramos municipales de la parroquia Valdez.Otra filial, otra Casa Tagua, existe en la población deBahía que consta también como una de las principa-les empresas comerciales de la provincia de Manabí.

Marcel Pérez Estupiñán –Historia general deEsmeraldas- manifiesta que por “influjo de EcuadorLand Co. Ltda. se formaron varias compañías paraaprovecharse del oro dentro de la concesión y suslugares de influencia, encontrándose entre ellas la

con el gobierno ecuatoriano. En verdad no consti-tuye una empresa o compañía plenamente estable-cida, tan solo existe en el país un representante an-te el gobierno ecuatoriano que se encarga de velarporque se cumplan las obligaciones de la deuda yde administrar los terrenos que respaldan a los bo-nos, puestos en subarriendo a otras compañías oempresas extranjeras.26

Efectivamente, como se dice en la transcrip-ción, gran parte de las tierras son cedidas a empresaso casas comerciales.

Vimos ya la actuación de la casa Grindale, queactúa inclusive como representante de la EcuadorLand Company Limited.

Sin duda la principal casa comercial es la Fer-nand Kugleman Handelsgesellschaft de Hamburgo,que según se dice en la Guía comercial, agrícola e in-dustrial de la República del Ecuador, explota el lotede terreno de San Lorenzo en virtud de un contratode arrendamiento que “terminará en Julio de1911”.27 Esta empresa tiene como filial la Casa Ta-gua S.A., que con su principal, según Jácome “alcan-zan el 26,5% del total del capital en giro de la Pro-vincia y, para 1918, el 33% constituyendo los capita-les más altos en términos absolutos”.28 Aunque nose crea, la sucursal nombrada se encarga de los co-bros de ramos municipales de la parroquia Valdez.Otra filial, otra Casa Tagua, existe en la población deBahía que consta también como una de las principa-les empresas comerciales de la provincia de Manabí.

Marcel Pérez Estupiñán –Historia general deEsmeraldas- manifiesta que por “influjo de EcuadorLand Co. Ltda. se formaron varias compañías paraaprovecharse del oro dentro de la concesión y suslugares de influencia, encontrándose entre ellas la

con el gobierno ecuatoriano. En verdad no consti-tuye una empresa o compañía plenamente estable-cida, tan solo existe en el país un representante an-te el gobierno ecuatoriano que se encarga de velarporque se cumplan las obligaciones de la deuda yde administrar los terrenos que respaldan a los bo-nos, puestos en subarriendo a otras compañías oempresas extranjeras.26

Efectivamente, como se dice en la transcrip-ción, gran parte de las tierras son cedidas a empresaso casas comerciales.

Vimos ya la actuación de la casa Grindale, queactúa inclusive como representante de la EcuadorLand Company Limited.

Sin duda la principal casa comercial es la Fer-nand Kugleman Handelsgesellschaft de Hamburgo,que según se dice en la Guía comercial, agrícola e in-dustrial de la República del Ecuador, explota el lotede terreno de San Lorenzo en virtud de un contratode arrendamiento que “terminará en Julio de1911”.27 Esta empresa tiene como filial la Casa Ta-gua S.A., que con su principal, según Jácome “alcan-zan el 26,5% del total del capital en giro de la Pro-vincia y, para 1918, el 33% constituyendo los capita-les más altos en términos absolutos”.28 Aunque nose crea, la sucursal nombrada se encarga de los co-bros de ramos municipales de la parroquia Valdez.Otra filial, otra Casa Tagua, existe en la población deBahía que consta también como una de las principa-les empresas comerciales de la provincia de Manabí.

Marcel Pérez Estupiñán –Historia general deEsmeraldas- manifiesta que por “influjo de EcuadorLand Co. Ltda. se formaron varias compañías paraaprovecharse del oro dentro de la concesión y suslugares de influencia, encontrándose entre ellas la

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Cachabi Mining, la West Gold Mining, SantiagoProperties y la Leonard West More”.29

De entre las compañías nombradas, la “Cacha-bí Gold Mining”, es sin duda una de las más impor-tantes. Tiene una concesión de 150.000 hectáreas aorillas del río Cachabí y mantiene un gran númerode trabajadores. Según el libro El Ecuador en Chicago–1894- el oro que explota es de gran calidad y tieneun peso de 22 a 23 quilates.

Las empresas citadas, así como la mayoría delas otras arrendatarias de la Ecuador Land Co., sededican tanto al comercio de importación como deexportación. Traen toda clase de artículos del exte-rior susceptibles de ser comercializados en la pro-vincia y envían a los otros países los productos de lasferaces tierras esmeraldeñas. La Casa Tagua de Li-mones publica un anuncio periodístico donde se di-ce que compra permanentemente –para exportar seentiende- “tagua, cacao, caucho, oro, pieles de res yde nutria, guayacanes, etc.” 30

Se obtienen los productos exportables, tagua,caucho y maderas especialmente, por medio decampesinos recolectores, a los cuales se permite laentrada a los extensos bosques que existen en las tie-rras de la compañía.

La práctica de la recolección de productos co-mo la tagua, caucho, maderas, etc. –según Jácomey Martínez- irá acompañada de un compromisocon el concesionario de las tierras, sea cediendo unaparte de lo recolectado, u obligándose a vender lorecolectado a las casas comerciales pertenecientes ala misma compañía arrendataria de los terrenos.En otros casos, la compañía arrendará pequeñasparcelas a cambio de que el arrendatario trabajepara la compañía o se facilitarán adelantos de di-

Cachabi Mining, la West Gold Mining, SantiagoProperties y la Leonard West More”.29

De entre las compañías nombradas, la “Cacha-bí Gold Mining”, es sin duda una de las más impor-tantes. Tiene una concesión de 150.000 hectáreas aorillas del río Cachabí y mantiene un gran númerode trabajadores. Según el libro El Ecuador en Chicago–1894- el oro que explota es de gran calidad y tieneun peso de 22 a 23 quilates.

Las empresas citadas, así como la mayoría delas otras arrendatarias de la Ecuador Land Co., sededican tanto al comercio de importación como deexportación. Traen toda clase de artículos del exte-rior susceptibles de ser comercializados en la pro-vincia y envían a los otros países los productos de lasferaces tierras esmeraldeñas. La Casa Tagua de Li-mones publica un anuncio periodístico donde se di-ce que compra permanentemente –para exportar seentiende- “tagua, cacao, caucho, oro, pieles de res yde nutria, guayacanes, etc.” 30

Se obtienen los productos exportables, tagua,caucho y maderas especialmente, por medio decampesinos recolectores, a los cuales se permite laentrada a los extensos bosques que existen en las tie-rras de la compañía.

La práctica de la recolección de productos co-mo la tagua, caucho, maderas, etc. –según Jácomey Martínez- irá acompañada de un compromisocon el concesionario de las tierras, sea cediendo unaparte de lo recolectado, u obligándose a vender lorecolectado a las casas comerciales pertenecientes ala misma compañía arrendataria de los terrenos.En otros casos, la compañía arrendará pequeñasparcelas a cambio de que el arrendatario trabajepara la compañía o se facilitarán adelantos de di-

Cachabi Mining, la West Gold Mining, SantiagoProperties y la Leonard West More”.29

De entre las compañías nombradas, la “Cacha-bí Gold Mining”, es sin duda una de las más impor-tantes. Tiene una concesión de 150.000 hectáreas aorillas del río Cachabí y mantiene un gran númerode trabajadores. Según el libro El Ecuador en Chicago–1894- el oro que explota es de gran calidad y tieneun peso de 22 a 23 quilates.

Las empresas citadas, así como la mayoría delas otras arrendatarias de la Ecuador Land Co., sededican tanto al comercio de importación como deexportación. Traen toda clase de artículos del exte-rior susceptibles de ser comercializados en la pro-vincia y envían a los otros países los productos de lasferaces tierras esmeraldeñas. La Casa Tagua de Li-mones publica un anuncio periodístico donde se di-ce que compra permanentemente –para exportar seentiende- “tagua, cacao, caucho, oro, pieles de res yde nutria, guayacanes, etc.” 30

Se obtienen los productos exportables, tagua,caucho y maderas especialmente, por medio decampesinos recolectores, a los cuales se permite laentrada a los extensos bosques que existen en las tie-rras de la compañía.

La práctica de la recolección de productos co-mo la tagua, caucho, maderas, etc. –según Jácomey Martínez- irá acompañada de un compromisocon el concesionario de las tierras, sea cediendo unaparte de lo recolectado, u obligándose a vender lorecolectado a las casas comerciales pertenecientes ala misma compañía arrendataria de los terrenos.En otros casos, la compañía arrendará pequeñasparcelas a cambio de que el arrendatario trabajepara la compañía o se facilitarán adelantos de di-

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nero como forma de mantener a los recolectores enconstante dependencia de la compañía. 31

La forma de adquisición de los productos des-crita arriba constituye una indigna explotación delos trabajadores, pues al obligarles a una venta for-zosa o a adelantarles dinero, tienen que entregar elfruto de su trabajo a los precios que a bien tenganlas empresas arrendatarias de las tierras. También seacostumbra a pagar a los recolectores con mercade-rías –esta es una práctica muy recurrida por la CasaTagua de Bahía- modo de pago igualmente doloso,porque el comerciante fija precios altos y arbitrariosa las mercancías que entrega, abaratando por consi-guiente al producto que recibe.

Los recolectores clandestinos corren inmensospeligros, pues la entrada a los bosques de la compa-ñía está absolutamente prohibida desde el inicio desus actividades. Estupiñán Tello cita una comunica-ción de uno de sus representantes al teniente políti-co de San Lorenzo, con fecha 25 de mayo de 1867,donde se dice esto:

A fin de poner de una vez término a la pre-sente situación de abuso en los terrenos y montesde la Compañía Limitada del Ecuador, cuyos inte-reses represento por encargo y poder del represen-tante de la misma, Don Miguel Pons Moreno, heresuelto prohibir de un modo absoluto las siem-bras, cortes de palos y extracción de productos detodo género, sin que antes hayan llenado los quedeseen, los requisitos del pago por terraje o cual-quier otro concepto.32

Y para que la prohibición sea cumplida no setiene ningún reparo en contratar a criminales como

nero como forma de mantener a los recolectores enconstante dependencia de la compañía. 31

La forma de adquisición de los productos des-crita arriba constituye una indigna explotación delos trabajadores, pues al obligarles a una venta for-zosa o a adelantarles dinero, tienen que entregar elfruto de su trabajo a los precios que a bien tenganlas empresas arrendatarias de las tierras. También seacostumbra a pagar a los recolectores con mercade-rías –esta es una práctica muy recurrida por la CasaTagua de Bahía- modo de pago igualmente doloso,porque el comerciante fija precios altos y arbitrariosa las mercancías que entrega, abaratando por consi-guiente al producto que recibe.

Los recolectores clandestinos corren inmensospeligros, pues la entrada a los bosques de la compa-ñía está absolutamente prohibida desde el inicio desus actividades. Estupiñán Tello cita una comunica-ción de uno de sus representantes al teniente políti-co de San Lorenzo, con fecha 25 de mayo de 1867,donde se dice esto:

A fin de poner de una vez término a la pre-sente situación de abuso en los terrenos y montesde la Compañía Limitada del Ecuador, cuyos inte-reses represento por encargo y poder del represen-tante de la misma, Don Miguel Pons Moreno, heresuelto prohibir de un modo absoluto las siem-bras, cortes de palos y extracción de productos detodo género, sin que antes hayan llenado los quedeseen, los requisitos del pago por terraje o cual-quier otro concepto.32

Y para que la prohibición sea cumplida no setiene ningún reparo en contratar a criminales como

nero como forma de mantener a los recolectores enconstante dependencia de la compañía. 31

La forma de adquisición de los productos des-crita arriba constituye una indigna explotación delos trabajadores, pues al obligarles a una venta for-zosa o a adelantarles dinero, tienen que entregar elfruto de su trabajo a los precios que a bien tenganlas empresas arrendatarias de las tierras. También seacostumbra a pagar a los recolectores con mercade-rías –esta es una práctica muy recurrida por la CasaTagua de Bahía- modo de pago igualmente doloso,porque el comerciante fija precios altos y arbitrariosa las mercancías que entrega, abaratando por consi-guiente al producto que recibe.

Los recolectores clandestinos corren inmensospeligros, pues la entrada a los bosques de la compa-ñía está absolutamente prohibida desde el inicio desus actividades. Estupiñán Tello cita una comunica-ción de uno de sus representantes al teniente políti-co de San Lorenzo, con fecha 25 de mayo de 1867,donde se dice esto:

A fin de poner de una vez término a la pre-sente situación de abuso en los terrenos y montesde la Compañía Limitada del Ecuador, cuyos inte-reses represento por encargo y poder del represen-tante de la misma, Don Miguel Pons Moreno, heresuelto prohibir de un modo absoluto las siem-bras, cortes de palos y extracción de productos detodo género, sin que antes hayan llenado los quedeseen, los requisitos del pago por terraje o cual-quier otro concepto.32

Y para que la prohibición sea cumplida no setiene ningún reparo en contratar a criminales como

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guardabosques, que según afirmación del autor queacabamos de citar, no se detienen ante el asesinatode “infelices campesinos que trataron de extraer delos bosques los productos naturales como tagua,caucho, madera, vainilla, etc., de tan vastas y pródi-gas regiones”33.

Los recolectores de tagua y caucho sobre todo,son muy abundantes, ya que estos dos productosconstituyen más del noventa por ciento del total delvalor de las exportaciones esmeraldeñas en 1911,año en que se exportan 3’.927.678 kilos del primerproducto y 47.196 del segundo, según Jácome yMartínez.

Mas el auge de las exportaciones se derrumbaen los primeros años de la década del diez. La tagua–rey de los artículos de comercio según se dice- tieneuna gran caída en 1915: sólo se exportan 937 mil ki-los. El caucho sufre parecida rebaja: se rinden única-mente 3 mil y pico de kilos. Un quintal de cauchoque en 1898 valía 98 sucres, en 1914, su precio baja a40 sucres. Todo esto obedece a la inmensa disminu-ción de los precios que, como se sabe, es métodoutilizado por los grandes países capitalistas para in-crementar sus ganancias.

Una realidad amarga, triste y dolorosa para loscampesinos recolectores, tal como brota de los ver-sos del gran poeta y novelista esmeraldeño NelsonEstupiñán Bass:

¡Caucho!, -gritaron primero,y fuinos a las entrañas

de las más viejas montañas,para dar al extranjeropor miserable dineroel jebe que nos pedía.

Y al fin de la cauchería,

guardabosques, que según afirmación del autor queacabamos de citar, no se detienen ante el asesinatode “infelices campesinos que trataron de extraer delos bosques los productos naturales como tagua,caucho, madera, vainilla, etc., de tan vastas y pródi-gas regiones”33.

Los recolectores de tagua y caucho sobre todo,son muy abundantes, ya que estos dos productosconstituyen más del noventa por ciento del total delvalor de las exportaciones esmeraldeñas en 1911,año en que se exportan 3’.927.678 kilos del primerproducto y 47.196 del segundo, según Jácome yMartínez.

Mas el auge de las exportaciones se derrumbaen los primeros años de la década del diez. La tagua–rey de los artículos de comercio según se dice- tieneuna gran caída en 1915: sólo se exportan 937 mil ki-los. El caucho sufre parecida rebaja: se rinden única-mente 3 mil y pico de kilos. Un quintal de cauchoque en 1898 valía 98 sucres, en 1914, su precio baja a40 sucres. Todo esto obedece a la inmensa disminu-ción de los precios que, como se sabe, es métodoutilizado por los grandes países capitalistas para in-crementar sus ganancias.

Una realidad amarga, triste y dolorosa para loscampesinos recolectores, tal como brota de los ver-sos del gran poeta y novelista esmeraldeño NelsonEstupiñán Bass:

¡Caucho!, -gritaron primero,y fuinos a las entrañas

de las más viejas montañas,para dar al extranjeropor miserable dineroel jebe que nos pedía.

Y al fin de la cauchería,

guardabosques, que según afirmación del autor queacabamos de citar, no se detienen ante el asesinatode “infelices campesinos que trataron de extraer delos bosques los productos naturales como tagua,caucho, madera, vainilla, etc., de tan vastas y pródi-gas regiones”33.

Los recolectores de tagua y caucho sobre todo,son muy abundantes, ya que estos dos productosconstituyen más del noventa por ciento del total delvalor de las exportaciones esmeraldeñas en 1911,año en que se exportan 3’.927.678 kilos del primerproducto y 47.196 del segundo, según Jácome yMartínez.

Mas el auge de las exportaciones se derrumbaen los primeros años de la década del diez. La tagua–rey de los artículos de comercio según se dice- tieneuna gran caída en 1915: sólo se exportan 937 mil ki-los. El caucho sufre parecida rebaja: se rinden única-mente 3 mil y pico de kilos. Un quintal de cauchoque en 1898 valía 98 sucres, en 1914, su precio baja a40 sucres. Todo esto obedece a la inmensa disminu-ción de los precios que, como se sabe, es métodoutilizado por los grandes países capitalistas para in-crementar sus ganancias.

Una realidad amarga, triste y dolorosa para loscampesinos recolectores, tal como brota de los ver-sos del gran poeta y novelista esmeraldeño NelsonEstupiñán Bass:

¡Caucho!, -gritaron primero,y fuinos a las entrañas

de las más viejas montañas,para dar al extranjeropor miserable dineroel jebe que nos pedía.

Y al fin de la cauchería,

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Que a tanto caimán infló, vi que mi mano quedó

sangrada, enferma y vacía.

¡Tagua!, -fue el grito segundoque nos volvió a la montaña

para realizar la hazañade abotonar todo el mundo.Mas, volvimos al profundo

abismo de la pobrezacuando se acabó la esaque la tagua nos traía,y desde ese negro día

fue aumentando mi tristeza.34

Caucho y tagua, tagua y caucho. Dos produc-tos que no son ningún maná del cielo para el reco-lector, puesto que apenas alcanza para su subsisten-cia. Por eso, cuando adviene la crisis, cuando las ca-sas comerciales compran poco y pagan casi nada, elcampesino sólo tiene por delante el fiero espectrodel hambre y la miseria.

Mas de pronto, para gran parte de ellos, apare-ce una salida: es la revolución del coronel CarlosConcha, protesta ardiente y viril por el asesinato delgeneral Eloy Alfaro. Liberales como son, que conser-van con respeto las tradiciones heroicas de la alfarea-da y Vargas Torres, se alistan con entusiasmo en lasfilas revolucionarias. Otros, simplemente, prefierenmorir combatiendo antes que morirse de hambre.

Cuatro años dura la contienda. Conocedoresde la selva como la palma de sus manos, se burlan yreburlan de tropas bien entrenadas y numéricamen-te superiores. Están en las jornadas del Guayabo,Camarones y La Propicia. Sus armas de combate son

Que a tanto caimán infló, vi que mi mano quedó

sangrada, enferma y vacía.

¡Tagua!, -fue el grito segundoque nos volvió a la montaña

para realizar la hazañade abotonar todo el mundo.Mas, volvimos al profundo

abismo de la pobrezacuando se acabó la esaque la tagua nos traía,y desde ese negro día

fue aumentando mi tristeza.34

Caucho y tagua, tagua y caucho. Dos produc-tos que no son ningún maná del cielo para el reco-lector, puesto que apenas alcanza para su subsisten-cia. Por eso, cuando adviene la crisis, cuando las ca-sas comerciales compran poco y pagan casi nada, elcampesino sólo tiene por delante el fiero espectrodel hambre y la miseria.

Mas de pronto, para gran parte de ellos, apare-ce una salida: es la revolución del coronel CarlosConcha, protesta ardiente y viril por el asesinato delgeneral Eloy Alfaro. Liberales como son, que conser-van con respeto las tradiciones heroicas de la alfarea-da y Vargas Torres, se alistan con entusiasmo en lasfilas revolucionarias. Otros, simplemente, prefierenmorir combatiendo antes que morirse de hambre.

Cuatro años dura la contienda. Conocedoresde la selva como la palma de sus manos, se burlan yreburlan de tropas bien entrenadas y numéricamen-te superiores. Están en las jornadas del Guayabo,Camarones y La Propicia. Sus armas de combate son

Que a tanto caimán infló, vi que mi mano quedó

sangrada, enferma y vacía.

¡Tagua!, -fue el grito segundoque nos volvió a la montaña

para realizar la hazañade abotonar todo el mundo.Mas, volvimos al profundo

abismo de la pobrezacuando se acabó la esaque la tagua nos traía,y desde ese negro día

fue aumentando mi tristeza.34

Caucho y tagua, tagua y caucho. Dos produc-tos que no son ningún maná del cielo para el reco-lector, puesto que apenas alcanza para su subsisten-cia. Por eso, cuando adviene la crisis, cuando las ca-sas comerciales compran poco y pagan casi nada, elcampesino sólo tiene por delante el fiero espectrodel hambre y la miseria.

Mas de pronto, para gran parte de ellos, apare-ce una salida: es la revolución del coronel CarlosConcha, protesta ardiente y viril por el asesinato delgeneral Eloy Alfaro. Liberales como son, que conser-van con respeto las tradiciones heroicas de la alfarea-da y Vargas Torres, se alistan con entusiasmo en lasfilas revolucionarias. Otros, simplemente, prefierenmorir combatiendo antes que morirse de hambre.

Cuatro años dura la contienda. Conocedoresde la selva como la palma de sus manos, se burlan yreburlan de tropas bien entrenadas y numéricamen-te superiores. Están en las jornadas del Guayabo,Camarones y La Propicia. Sus armas de combate son

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únicamente dos: el filoso machete y un heroísmoinagotable.

Terminada la lid, por desgracia, como se diceen los versos de Estupiñán Bass, sus manos tambiénquedan vacías y nuevamente la tristeza aflora en suscabañas. Y en la selva, en la verde y enmarañada ma-nigua, como recuerdo de su hazaña, solo queda elblancor de algunos huesos.

La presencia de la Ecuador Land Company Li-mited, no sólo constituye una fuente de sufrimien-tos e injusticias, sino que se convierte en una granrémora para el progreso de la provincia de Esmeral-das. Esos inmensos lotes, con tierras feraces y llenasde riquezas, en otras manos, se hubieran transfor-mado en motor de desarrollo y hubiera rendidobuena ganancia para sus habitantes. Siendo un feu-do retrasado –eso fue durante toda la tenencia ingle-sa- significó años perdidos, muchos años desaprove-chados para el progreso.

Varias veces, midiendo su propia incapacidadsin duda, los extranjeros habían querido deshacersede sus tierras, a buen precio desde luego. El día de ladeseada venta llega durante la dictadura del ingenie-ro Federico Páez. El dictador se jacta en su escrito ti-tulado Explico de haber rescatado las tierras del Pai-lón. Pero es seguro que el rescate se hizo por deseo ysugerencia de la misma compañía, puesto que él porsu cuenta nunca habría querido su salida del país, yaque es un admirador incondicional de las empresasextranjeras, a las que colma de generosos privilegiosen el lapso de su régimen. Él hubiera anhelado ypropuesto una colonización blanca y rubia, pues ra-cista como es, piensa que la inmigración blanca es lagran panacea para todos los males nacionales. Oídle:

únicamente dos: el filoso machete y un heroísmoinagotable.

Terminada la lid, por desgracia, como se diceen los versos de Estupiñán Bass, sus manos tambiénquedan vacías y nuevamente la tristeza aflora en suscabañas. Y en la selva, en la verde y enmarañada ma-nigua, como recuerdo de su hazaña, solo queda elblancor de algunos huesos.

La presencia de la Ecuador Land Company Li-mited, no sólo constituye una fuente de sufrimien-tos e injusticias, sino que se convierte en una granrémora para el progreso de la provincia de Esmeral-das. Esos inmensos lotes, con tierras feraces y llenasde riquezas, en otras manos, se hubieran transfor-mado en motor de desarrollo y hubiera rendidobuena ganancia para sus habitantes. Siendo un feu-do retrasado –eso fue durante toda la tenencia ingle-sa- significó años perdidos, muchos años desaprove-chados para el progreso.

Varias veces, midiendo su propia incapacidadsin duda, los extranjeros habían querido deshacersede sus tierras, a buen precio desde luego. El día de ladeseada venta llega durante la dictadura del ingenie-ro Federico Páez. El dictador se jacta en su escrito ti-tulado Explico de haber rescatado las tierras del Pai-lón. Pero es seguro que el rescate se hizo por deseo ysugerencia de la misma compañía, puesto que él porsu cuenta nunca habría querido su salida del país, yaque es un admirador incondicional de las empresasextranjeras, a las que colma de generosos privilegiosen el lapso de su régimen. Él hubiera anhelado ypropuesto una colonización blanca y rubia, pues ra-cista como es, piensa que la inmigración blanca es lagran panacea para todos los males nacionales. Oídle:

únicamente dos: el filoso machete y un heroísmoinagotable.

Terminada la lid, por desgracia, como se diceen los versos de Estupiñán Bass, sus manos tambiénquedan vacías y nuevamente la tristeza aflora en suscabañas. Y en la selva, en la verde y enmarañada ma-nigua, como recuerdo de su hazaña, solo queda elblancor de algunos huesos.

La presencia de la Ecuador Land Company Li-mited, no sólo constituye una fuente de sufrimien-tos e injusticias, sino que se convierte en una granrémora para el progreso de la provincia de Esmeral-das. Esos inmensos lotes, con tierras feraces y llenasde riquezas, en otras manos, se hubieran transfor-mado en motor de desarrollo y hubiera rendidobuena ganancia para sus habitantes. Siendo un feu-do retrasado –eso fue durante toda la tenencia ingle-sa- significó años perdidos, muchos años desaprove-chados para el progreso.

Varias veces, midiendo su propia incapacidadsin duda, los extranjeros habían querido deshacersede sus tierras, a buen precio desde luego. El día de ladeseada venta llega durante la dictadura del ingenie-ro Federico Páez. El dictador se jacta en su escrito ti-tulado Explico de haber rescatado las tierras del Pai-lón. Pero es seguro que el rescate se hizo por deseo ysugerencia de la misma compañía, puesto que él porsu cuenta nunca habría querido su salida del país, yaque es un admirador incondicional de las empresasextranjeras, a las que colma de generosos privilegiosen el lapso de su régimen. Él hubiera anhelado ypropuesto una colonización blanca y rubia, pues ra-cista como es, piensa que la inmigración blanca es lagran panacea para todos los males nacionales. Oídle:

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Sólo la inmigración europea en gran escalapuede engrandecernos. La Independencia fue unbien en muchos conceptos; pero nos hizo el dañode cortar la corriente inmigratoria que de España,aunque en pequeña escala, venía al Ecuador. LaIndependencia, la República, todo se debe a losblancos y descendientes de blancos. Los indios noson sino una rémora a todo progreso; y lo propioson quienes aun cuando racialmente blancos, tie-nen mentalidad de indios.35

Para proceder al “rescate” Páez se basa en eldecreto de 14 de octubre de 1901 en que se faculta alEjecutivo a que pueda negociar y llegar a un arregloequitativo conforme se expuso antes. El arreglo aque se arriba está incluido en los decretos N°s 73 y74 de 15 de abril de 1937 publicados en el RegistroOficial N° 467 de 17 del mismo mes y año. El prime-ro se refiere a los terrenos del Pailón y el segundo alos terrenos de Atacames. Ambos decretos están fir-mados por el dictador Federico Páez, el ministro dePrevisión Social Alcides Pesantes y el ministro deHacienda F. Alberto Whiter Navarro.

Veamos, primero, las partes principales delarreglo referente al lote del Pailón.

Se empieza haciendo mención de los contratosde 1854 y 1857, y se transcribe íntegramente el de1864, mediante el cual se adjudican los terrenos delPailón. Se recuerda –cláusula quinta- que el gobier-no ecuatoriano ha venido objetando los derechosalegados por Ecuador Land Company Limited, sien-do conveniente por tanto, llegar a una transacciónpara dar término a las discusiones y evitar todo liti-gio. Y, para cumplir con este objetivo, la compañíarenuncia a favor del gobierno los derechos que tiene opudiere tener sobre el lote mencionado, cesión que se

Sólo la inmigración europea en gran escalapuede engrandecernos. La Independencia fue unbien en muchos conceptos; pero nos hizo el dañode cortar la corriente inmigratoria que de España,aunque en pequeña escala, venía al Ecuador. LaIndependencia, la República, todo se debe a losblancos y descendientes de blancos. Los indios noson sino una rémora a todo progreso; y lo propioson quienes aun cuando racialmente blancos, tie-nen mentalidad de indios.35

Para proceder al “rescate” Páez se basa en eldecreto de 14 de octubre de 1901 en que se faculta alEjecutivo a que pueda negociar y llegar a un arregloequitativo conforme se expuso antes. El arreglo aque se arriba está incluido en los decretos N°s 73 y74 de 15 de abril de 1937 publicados en el RegistroOficial N° 467 de 17 del mismo mes y año. El prime-ro se refiere a los terrenos del Pailón y el segundo alos terrenos de Atacames. Ambos decretos están fir-mados por el dictador Federico Páez, el ministro dePrevisión Social Alcides Pesantes y el ministro deHacienda F. Alberto Whiter Navarro.

Veamos, primero, las partes principales delarreglo referente al lote del Pailón.

Se empieza haciendo mención de los contratosde 1854 y 1857, y se transcribe íntegramente el de1864, mediante el cual se adjudican los terrenos delPailón. Se recuerda –cláusula quinta- que el gobier-no ecuatoriano ha venido objetando los derechosalegados por Ecuador Land Company Limited, sien-do conveniente por tanto, llegar a una transacciónpara dar término a las discusiones y evitar todo liti-gio. Y, para cumplir con este objetivo, la compañíarenuncia a favor del gobierno los derechos que tiene opudiere tener sobre el lote mencionado, cesión que se

Sólo la inmigración europea en gran escalapuede engrandecernos. La Independencia fue unbien en muchos conceptos; pero nos hizo el dañode cortar la corriente inmigratoria que de España,aunque en pequeña escala, venía al Ecuador. LaIndependencia, la República, todo se debe a losblancos y descendientes de blancos. Los indios noson sino una rémora a todo progreso; y lo propioson quienes aun cuando racialmente blancos, tie-nen mentalidad de indios.35

Para proceder al “rescate” Páez se basa en eldecreto de 14 de octubre de 1901 en que se faculta alEjecutivo a que pueda negociar y llegar a un arregloequitativo conforme se expuso antes. El arreglo aque se arriba está incluido en los decretos N°s 73 y74 de 15 de abril de 1937 publicados en el RegistroOficial N° 467 de 17 del mismo mes y año. El prime-ro se refiere a los terrenos del Pailón y el segundo alos terrenos de Atacames. Ambos decretos están fir-mados por el dictador Federico Páez, el ministro dePrevisión Social Alcides Pesantes y el ministro deHacienda F. Alberto Whiter Navarro.

Veamos, primero, las partes principales delarreglo referente al lote del Pailón.

Se empieza haciendo mención de los contratosde 1854 y 1857, y se transcribe íntegramente el de1864, mediante el cual se adjudican los terrenos delPailón. Se recuerda –cláusula quinta- que el gobier-no ecuatoriano ha venido objetando los derechosalegados por Ecuador Land Company Limited, sien-do conveniente por tanto, llegar a una transacciónpara dar término a las discusiones y evitar todo liti-gio. Y, para cumplir con este objetivo, la compañíarenuncia a favor del gobierno los derechos que tiene opudiere tener sobre el lote mencionado, cesión que se

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hace de conformidad con las estipulaciones que seenumeran adelante.

Se acuerda que el gobierno debe responder so-bre los reclamos de terceros sobre la propiedad dealgunos terrenos del lote, “salvo que provengan deventas hechas por la Compañía o de gravámenesconstituidos por la misma a favor de terceros”. Seagrega, que por consiguiente, en la cesión no estáncomprendidos “ni los derechos mencionados alprincipio de esta cláusula –novena- caso de que fue-ren legítimos, ni las minas y aguas legalmente poseí-das por terceros”.36 Y en la cláusula siguiente, la dé-cima, se determina que el gobierno debe respetar losderechos de los colonos y arrendatarios que han ve-nido trabajando en el predio.

La cláusula undécima dice:

El Gobierno paga a la Compañía por la ce-sión o renuncia materia de las cuatro cláusulasque anteceden, o sea por esta transacción, setecien-tos cincuenta mil sucres, de los cuales seiscientosmil sucres se obliga la Compañía a invertirlos en elEcuador dentro del plazo comprendido desde laratificación de este contrato hasta enero de mil no-vecientos cuarenta y ocho, en esta forma: trescien-tos mil sucres en el predio Atacames que tiene enla misma provincia de Esmeraldas y trescientosmil sucres en cualquiera industrias, empresas, et-cétera, lícitas. Con los ciento cincuenta mil sucresrestantes podrá comprar artículos ecuatorianos enla República y exportarlos por uno cualquiera ovarios de los puertos del país, en uno o más em-barques, y libremente, esto es, sin sujetarse a nin-guna de las formalidades y requisitos establecidosen las Leyes y Reglamentos relativos a Control deExportación, Importación y cambio.37

hace de conformidad con las estipulaciones que seenumeran adelante.

Se acuerda que el gobierno debe responder so-bre los reclamos de terceros sobre la propiedad dealgunos terrenos del lote, “salvo que provengan deventas hechas por la Compañía o de gravámenesconstituidos por la misma a favor de terceros”. Seagrega, que por consiguiente, en la cesión no estáncomprendidos “ni los derechos mencionados alprincipio de esta cláusula –novena- caso de que fue-ren legítimos, ni las minas y aguas legalmente poseí-das por terceros”.36 Y en la cláusula siguiente, la dé-cima, se determina que el gobierno debe respetar losderechos de los colonos y arrendatarios que han ve-nido trabajando en el predio.

La cláusula undécima dice:

El Gobierno paga a la Compañía por la ce-sión o renuncia materia de las cuatro cláusulasque anteceden, o sea por esta transacción, setecien-tos cincuenta mil sucres, de los cuales seiscientosmil sucres se obliga la Compañía a invertirlos en elEcuador dentro del plazo comprendido desde laratificación de este contrato hasta enero de mil no-vecientos cuarenta y ocho, en esta forma: trescien-tos mil sucres en el predio Atacames que tiene enla misma provincia de Esmeraldas y trescientosmil sucres en cualquiera industrias, empresas, et-cétera, lícitas. Con los ciento cincuenta mil sucresrestantes podrá comprar artículos ecuatorianos enla República y exportarlos por uno cualquiera ovarios de los puertos del país, en uno o más em-barques, y libremente, esto es, sin sujetarse a nin-guna de las formalidades y requisitos establecidosen las Leyes y Reglamentos relativos a Control deExportación, Importación y cambio.37

hace de conformidad con las estipulaciones que seenumeran adelante.

Se acuerda que el gobierno debe responder so-bre los reclamos de terceros sobre la propiedad dealgunos terrenos del lote, “salvo que provengan deventas hechas por la Compañía o de gravámenesconstituidos por la misma a favor de terceros”. Seagrega, que por consiguiente, en la cesión no estáncomprendidos “ni los derechos mencionados alprincipio de esta cláusula –novena- caso de que fue-ren legítimos, ni las minas y aguas legalmente poseí-das por terceros”.36 Y en la cláusula siguiente, la dé-cima, se determina que el gobierno debe respetar losderechos de los colonos y arrendatarios que han ve-nido trabajando en el predio.

La cláusula undécima dice:

El Gobierno paga a la Compañía por la ce-sión o renuncia materia de las cuatro cláusulasque anteceden, o sea por esta transacción, setecien-tos cincuenta mil sucres, de los cuales seiscientosmil sucres se obliga la Compañía a invertirlos en elEcuador dentro del plazo comprendido desde laratificación de este contrato hasta enero de mil no-vecientos cuarenta y ocho, en esta forma: trescien-tos mil sucres en el predio Atacames que tiene enla misma provincia de Esmeraldas y trescientosmil sucres en cualquiera industrias, empresas, et-cétera, lícitas. Con los ciento cincuenta mil sucresrestantes podrá comprar artículos ecuatorianos enla República y exportarlos por uno cualquiera ovarios de los puertos del país, en uno o más em-barques, y libremente, esto es, sin sujetarse a nin-guna de las formalidades y requisitos establecidosen las Leyes y Reglamentos relativos a Control deExportación, Importación y cambio.37

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Finalmente, para garantizar las inversiones an-tes enunciadas, la compañía hipoteca a favor del go-bierno el lote de Atacames, hipoteca que se conser-vará hasta que se compruebe que se han realizadodichas inversiones conforme a lo establecido.

Pasemos a ver el segundo arreglo sobre el lotede Atacames.

Después de referirse a los convenios de 1854 y1857 como en el arreglo anterior, se transcribe todala escritura suscrita en 1889, por medio de la cual seadjudican los terrenos de Atacames. También semenciona la existencia de divergencias sobre los de-rechos de la compañía sobre el lote y la necesidad deponerlas término.

Las cláusulas séptima y novena son las impor-tantes.

Según la cláusula séptima, el gobierno renun-cia a todo reclamo sobre las tierras de Atacames y lasadjudica como propiedad definitiva de la compañía,adjudicación que se hace de acuerdo con el planotrazado por el ingeniero Gualberto Pérez en 1888.

La cláusula novena trata de la inversión de lostrescientos mil sucres –mencionados ya en el arreglosobre el lote del Pailón- que la compañía debe haceren los terrenos de Atacames, en la forma siguiente:cien mil sucres hasta enero de 1940, cien mil sucreshasta enero de 1944 y cien mil sucres hasta enero de1948. Además, acerca del incumplimiento o cumpli-miento de las antedichas inversiones, se dice lo que acontinuación transcribimos:

Si hasta esta última fecha –enero de 1948-no se hubieran hecho tales inversiones, la Compa-ñía, o quien le sucede en el dominio, no tendrá de-recho sino a un lote de dichos terrenos e instala-ciones, a su elección, equivalente al cuádruplo del

Finalmente, para garantizar las inversiones an-tes enunciadas, la compañía hipoteca a favor del go-bierno el lote de Atacames, hipoteca que se conser-vará hasta que se compruebe que se han realizadodichas inversiones conforme a lo establecido.

Pasemos a ver el segundo arreglo sobre el lotede Atacames.

Después de referirse a los convenios de 1854 y1857 como en el arreglo anterior, se transcribe todala escritura suscrita en 1889, por medio de la cual seadjudican los terrenos de Atacames. También semenciona la existencia de divergencias sobre los de-rechos de la compañía sobre el lote y la necesidad deponerlas término.

Las cláusulas séptima y novena son las impor-tantes.

Según la cláusula séptima, el gobierno renun-cia a todo reclamo sobre las tierras de Atacames y lasadjudica como propiedad definitiva de la compañía,adjudicación que se hace de acuerdo con el planotrazado por el ingeniero Gualberto Pérez en 1888.

La cláusula novena trata de la inversión de lostrescientos mil sucres –mencionados ya en el arreglosobre el lote del Pailón- que la compañía debe haceren los terrenos de Atacames, en la forma siguiente:cien mil sucres hasta enero de 1940, cien mil sucreshasta enero de 1944 y cien mil sucres hasta enero de1948. Además, acerca del incumplimiento o cumpli-miento de las antedichas inversiones, se dice lo que acontinuación transcribimos:

Si hasta esta última fecha –enero de 1948-no se hubieran hecho tales inversiones, la Compa-ñía, o quien le sucede en el dominio, no tendrá de-recho sino a un lote de dichos terrenos e instala-ciones, a su elección, equivalente al cuádruplo del

Finalmente, para garantizar las inversiones an-tes enunciadas, la compañía hipoteca a favor del go-bierno el lote de Atacames, hipoteca que se conser-vará hasta que se compruebe que se han realizadodichas inversiones conforme a lo establecido.

Pasemos a ver el segundo arreglo sobre el lotede Atacames.

Después de referirse a los convenios de 1854 y1857 como en el arreglo anterior, se transcribe todala escritura suscrita en 1889, por medio de la cual seadjudican los terrenos de Atacames. También semenciona la existencia de divergencias sobre los de-rechos de la compañía sobre el lote y la necesidad deponerlas término.

Las cláusulas séptima y novena son las impor-tantes.

Según la cláusula séptima, el gobierno renun-cia a todo reclamo sobre las tierras de Atacames y lasadjudica como propiedad definitiva de la compañía,adjudicación que se hace de acuerdo con el planotrazado por el ingeniero Gualberto Pérez en 1888.

La cláusula novena trata de la inversión de lostrescientos mil sucres –mencionados ya en el arreglosobre el lote del Pailón- que la compañía debe haceren los terrenos de Atacames, en la forma siguiente:cien mil sucres hasta enero de 1940, cien mil sucreshasta enero de 1944 y cien mil sucres hasta enero de1948. Además, acerca del incumplimiento o cumpli-miento de las antedichas inversiones, se dice lo que acontinuación transcribimos:

Si hasta esta última fecha –enero de 1948-no se hubieran hecho tales inversiones, la Compa-ñía, o quien le sucede en el dominio, no tendrá de-recho sino a un lote de dichos terrenos e instala-ciones, a su elección, equivalente al cuádruplo del

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valor de las inversiones realizadas, computándoselos terrenos a razón de tres sucres por cuadra cua-drada; lo demás pasará a ser propiedad del Esta-do. Si nada hubiere invertido de la cantidad fija-da, perderá todo derecho sobre el predio. Pero sihubiere realizado la inversión de los trescientosmil sucres, en la forma o plazos indicados, nadapodrá reclamar el gobierno. Los trescientos mil su-cres deberá tomarlos la compañía de los seiscientosmil sucres del precio de la transacción celebradasobre los terrenos del Pailón y que está obligada ainvertirlos en el Ecuador.38

Como se ve, son dos arreglos diferentes. Por elprimero, el referente al lote del Pailón, la compañía“renuncia a los derechos que pudiera tener” y esastierras pasan al poder del Estado. Y por el segundo,el de Atacames, se adjudica el lote a la compañía ba-jo ciertas condiciones –la inversión de los trescientosmil sucres- dependiendo de su cumplimiento, su ad-quisición definitiva o la pérdida de la propiedad.

No conocemos el desenlace del segundo arre-glo. Pero es de suponer, dada la irresponsabilidad ycorrupción de la compañía, que no cumplieron consus obligaciones y las tierras revertieron al Estado.

¿Son justos los arreglos verificados por el dicta-dor?

Para responder esta pregunta es preciso teneren cuenta algunas particularidades:

1° Según el parecer de la mayoría de autores,son ilegales los contratos de adjudicación de las tie-rras esmeraldeñas. A pesar de esto se paga por la sa-lida del Pailón y se confirma la propiedad de Ataca-mes concedida en 1889 cuando había expirado elplazo para la adquisición de terrenos.

valor de las inversiones realizadas, computándoselos terrenos a razón de tres sucres por cuadra cua-drada; lo demás pasará a ser propiedad del Esta-do. Si nada hubiere invertido de la cantidad fija-da, perderá todo derecho sobre el predio. Pero sihubiere realizado la inversión de los trescientosmil sucres, en la forma o plazos indicados, nadapodrá reclamar el gobierno. Los trescientos mil su-cres deberá tomarlos la compañía de los seiscientosmil sucres del precio de la transacción celebradasobre los terrenos del Pailón y que está obligada ainvertirlos en el Ecuador.38

Como se ve, son dos arreglos diferentes. Por elprimero, el referente al lote del Pailón, la compañía“renuncia a los derechos que pudiera tener” y esastierras pasan al poder del Estado. Y por el segundo,el de Atacames, se adjudica el lote a la compañía ba-jo ciertas condiciones –la inversión de los trescientosmil sucres- dependiendo de su cumplimiento, su ad-quisición definitiva o la pérdida de la propiedad.

No conocemos el desenlace del segundo arre-glo. Pero es de suponer, dada la irresponsabilidad ycorrupción de la compañía, que no cumplieron consus obligaciones y las tierras revertieron al Estado.

¿Son justos los arreglos verificados por el dicta-dor?

Para responder esta pregunta es preciso teneren cuenta algunas particularidades:

1° Según el parecer de la mayoría de autores,son ilegales los contratos de adjudicación de las tie-rras esmeraldeñas. A pesar de esto se paga por la sa-lida del Pailón y se confirma la propiedad de Ataca-mes concedida en 1889 cuando había expirado elplazo para la adquisición de terrenos.

valor de las inversiones realizadas, computándoselos terrenos a razón de tres sucres por cuadra cua-drada; lo demás pasará a ser propiedad del Esta-do. Si nada hubiere invertido de la cantidad fija-da, perderá todo derecho sobre el predio. Pero sihubiere realizado la inversión de los trescientosmil sucres, en la forma o plazos indicados, nadapodrá reclamar el gobierno. Los trescientos mil su-cres deberá tomarlos la compañía de los seiscientosmil sucres del precio de la transacción celebradasobre los terrenos del Pailón y que está obligada ainvertirlos en el Ecuador.38

Como se ve, son dos arreglos diferentes. Por elprimero, el referente al lote del Pailón, la compañía“renuncia a los derechos que pudiera tener” y esastierras pasan al poder del Estado. Y por el segundo,el de Atacames, se adjudica el lote a la compañía ba-jo ciertas condiciones –la inversión de los trescientosmil sucres- dependiendo de su cumplimiento, su ad-quisición definitiva o la pérdida de la propiedad.

No conocemos el desenlace del segundo arre-glo. Pero es de suponer, dada la irresponsabilidad ycorrupción de la compañía, que no cumplieron consus obligaciones y las tierras revertieron al Estado.

¿Son justos los arreglos verificados por el dicta-dor?

Para responder esta pregunta es preciso teneren cuenta algunas particularidades:

1° Según el parecer de la mayoría de autores,son ilegales los contratos de adjudicación de las tie-rras esmeraldeñas. A pesar de esto se paga por la sa-lida del Pailón y se confirma la propiedad de Ataca-mes concedida en 1889 cuando había expirado elplazo para la adquisición de terrenos.

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2° No obstante el ínfimo precio pactado por lastierras –que más que una venta es un regalo- tal co-mo se vio, ni siquiera se llega a pagar la totalidad desu valor.

3° Las tierras concedidas se convierten en unfoco de contrabando. Esto, si se tiene en mientes lalarga permanencia de la compañía en nuestra patria,significa la pérdida de grandes entradas para el Fis-co. A la vez que inmensas entradas, ilegales y frau-dulentas, para la Ecuador Land Company.

4° La explotación desmedida y sin técnica aque se somete las riquezas de la región – caucho, ta-gua, maderas, pieles y oro- por parte de EcuadorLand Company y las otras empresas arrendatarias,constituye así mismo una gran pérdida para el país,sobre todo si se considera que la mayor parte de esariqueza sale de contrabando y sin pagar un solo cen-tavo. Esta forma de explotación, por otra parte, seconvierte en traba para el desarrollo y progreso de laprovincia de Esmeraldas.

5° A lo anterior, se debe agregar los abusos y lainfame explotación a que son sometidos los habitan-tes de la zona, en especial, los campesinos.

Por todo lo que acabamos de exponer, en es-tricta justicia, se debió expulsar a la compañía sinpagar un solo centavo, pues que para eso existían su-ficientes argumentos, tanto jurídicos como morales.Si alguien debía algo, y más que algo mucho, era laEcuador Land Company Limited.

Pero el ingeniero Federico Páez, admirador yservidor de las compañías extranjeras como dijimos,carecía del coraje necesario para un acto de esta na-turaleza. Para ninguna acción patriótica y altiva.

Esta indecorosa actuación de la Ecuador LandCompany viene a ser preludio, advertencia, sobre elfuturo comportamiento de las empresas extranjeras.

2° No obstante el ínfimo precio pactado por lastierras –que más que una venta es un regalo- tal co-mo se vio, ni siquiera se llega a pagar la totalidad desu valor.

3° Las tierras concedidas se convierten en unfoco de contrabando. Esto, si se tiene en mientes lalarga permanencia de la compañía en nuestra patria,significa la pérdida de grandes entradas para el Fis-co. A la vez que inmensas entradas, ilegales y frau-dulentas, para la Ecuador Land Company.

4° La explotación desmedida y sin técnica aque se somete las riquezas de la región – caucho, ta-gua, maderas, pieles y oro- por parte de EcuadorLand Company y las otras empresas arrendatarias,constituye así mismo una gran pérdida para el país,sobre todo si se considera que la mayor parte de esariqueza sale de contrabando y sin pagar un solo cen-tavo. Esta forma de explotación, por otra parte, seconvierte en traba para el desarrollo y progreso de laprovincia de Esmeraldas.

5° A lo anterior, se debe agregar los abusos y lainfame explotación a que son sometidos los habitan-tes de la zona, en especial, los campesinos.

Por todo lo que acabamos de exponer, en es-tricta justicia, se debió expulsar a la compañía sinpagar un solo centavo, pues que para eso existían su-ficientes argumentos, tanto jurídicos como morales.Si alguien debía algo, y más que algo mucho, era laEcuador Land Company Limited.

Pero el ingeniero Federico Páez, admirador yservidor de las compañías extranjeras como dijimos,carecía del coraje necesario para un acto de esta na-turaleza. Para ninguna acción patriótica y altiva.

Esta indecorosa actuación de la Ecuador LandCompany viene a ser preludio, advertencia, sobre elfuturo comportamiento de las empresas extranjeras.

2° No obstante el ínfimo precio pactado por lastierras –que más que una venta es un regalo- tal co-mo se vio, ni siquiera se llega a pagar la totalidad desu valor.

3° Las tierras concedidas se convierten en unfoco de contrabando. Esto, si se tiene en mientes lalarga permanencia de la compañía en nuestra patria,significa la pérdida de grandes entradas para el Fis-co. A la vez que inmensas entradas, ilegales y frau-dulentas, para la Ecuador Land Company.

4° La explotación desmedida y sin técnica aque se somete las riquezas de la región – caucho, ta-gua, maderas, pieles y oro- por parte de EcuadorLand Company y las otras empresas arrendatarias,constituye así mismo una gran pérdida para el país,sobre todo si se considera que la mayor parte de esariqueza sale de contrabando y sin pagar un solo cen-tavo. Esta forma de explotación, por otra parte, seconvierte en traba para el desarrollo y progreso de laprovincia de Esmeraldas.

5° A lo anterior, se debe agregar los abusos y lainfame explotación a que son sometidos los habitan-tes de la zona, en especial, los campesinos.

Por todo lo que acabamos de exponer, en es-tricta justicia, se debió expulsar a la compañía sinpagar un solo centavo, pues que para eso existían su-ficientes argumentos, tanto jurídicos como morales.Si alguien debía algo, y más que algo mucho, era laEcuador Land Company Limited.

Pero el ingeniero Federico Páez, admirador yservidor de las compañías extranjeras como dijimos,carecía del coraje necesario para un acto de esta na-turaleza. Para ninguna acción patriótica y altiva.

Esta indecorosa actuación de la Ecuador LandCompany viene a ser preludio, advertencia, sobre elfuturo comportamiento de las empresas extranjeras.

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Preludio y advertencia, que como hado fatal, secumplen inexorablemente.

Notas:

1 Emilio M. Terán, Informe al Jefe Supremo GeneralEloy Alfaro Sobre la deuda Ango-Ecuatoriana, Im-prenta Nacional, Quito, 1896, pp. 306-307.

2 Idem, p. 307.3 Pedro Moncayo, El Ecuador de 1825 a 1875, sus

hombres, sus instituciones y sus leyes, segunda edi-ción, Imprenta Nacional , Quito, 1906, p. 221.

4 Emilio M. Terán, op. cit., p. 295.5 Idem, p. 296.6 Jaime E. Rodríguez O., Estudios sobre Vicente Roca-

fuerte, Archivo Histórico del Guayas, Guayaquil,1975, p. 218.

7 Benigno Malo, Escritos y discursos, Editorial Ecuato-riana, Quito, 1940, p. 304.

8 Eloy Alfaro, Deuda gordiana, segunda edición, Im-prenta Nacional, 1896, Quito, p. 4.

9 Idem, p. 7.10 Idem.11 Emilio M. Terán, op. cit., p. 577.12 Idem, p. 644.13 Idem.14 Jecé (José Gómez Carbo), Asuntos financieros, Im-

prenta de “El Globo”, Guayaquil, 1890, pp. 24-25.15 Pío Jaramillo Alvarado, Del agro ecuatoriano, Imp.

de la Universidad Central, Quito, 1936, p. 271.16 Emilio Terán, op. cit., p. 228.17 Idem, p. 846.18 Alberto Acosta, La deuda eterna, Alop/Caap/Cecca/

Cerg/Ciudad, Quito, 1990, p. 118.19 Emilio M. Terán, op. cit., p. 858.20 Idem, p. 859.21 Diario Oficial N° 84 de 5 de septiembre de 1892,

Imprenta del Gobierno, Quito, 1892, p. 272.

Preludio y advertencia, que como hado fatal, secumplen inexorablemente.

Notas:

1 Emilio M. Terán, Informe al Jefe Supremo GeneralEloy Alfaro Sobre la deuda Ango-Ecuatoriana, Im-prenta Nacional, Quito, 1896, pp. 306-307.

2 Idem, p. 307.3 Pedro Moncayo, El Ecuador de 1825 a 1875, sus

hombres, sus instituciones y sus leyes, segunda edi-ción, Imprenta Nacional , Quito, 1906, p. 221.

4 Emilio M. Terán, op. cit., p. 295.5 Idem, p. 296.6 Jaime E. Rodríguez O., Estudios sobre Vicente Roca-

fuerte, Archivo Histórico del Guayas, Guayaquil,1975, p. 218.

7 Benigno Malo, Escritos y discursos, Editorial Ecuato-riana, Quito, 1940, p. 304.

8 Eloy Alfaro, Deuda gordiana, segunda edición, Im-prenta Nacional, 1896, Quito, p. 4.

9 Idem, p. 7.10 Idem.11 Emilio M. Terán, op. cit., p. 577.12 Idem, p. 644.13 Idem.14 Jecé (José Gómez Carbo), Asuntos financieros, Im-

prenta de “El Globo”, Guayaquil, 1890, pp. 24-25.15 Pío Jaramillo Alvarado, Del agro ecuatoriano, Imp.

de la Universidad Central, Quito, 1936, p. 271.16 Emilio Terán, op. cit., p. 228.17 Idem, p. 846.18 Alberto Acosta, La deuda eterna, Alop/Caap/Cecca/

Cerg/Ciudad, Quito, 1990, p. 118.19 Emilio M. Terán, op. cit., p. 858.20 Idem, p. 859.21 Diario Oficial N° 84 de 5 de septiembre de 1892,

Imprenta del Gobierno, Quito, 1892, p. 272.

Preludio y advertencia, que como hado fatal, secumplen inexorablemente.

Notas:

1 Emilio M. Terán, Informe al Jefe Supremo GeneralEloy Alfaro Sobre la deuda Ango-Ecuatoriana, Im-prenta Nacional, Quito, 1896, pp. 306-307.

2 Idem, p. 307.3 Pedro Moncayo, El Ecuador de 1825 a 1875, sus

hombres, sus instituciones y sus leyes, segunda edi-ción, Imprenta Nacional , Quito, 1906, p. 221.

4 Emilio M. Terán, op. cit., p. 295.5 Idem, p. 296.6 Jaime E. Rodríguez O., Estudios sobre Vicente Roca-

fuerte, Archivo Histórico del Guayas, Guayaquil,1975, p. 218.

7 Benigno Malo, Escritos y discursos, Editorial Ecuato-riana, Quito, 1940, p. 304.

8 Eloy Alfaro, Deuda gordiana, segunda edición, Im-prenta Nacional, 1896, Quito, p. 4.

9 Idem, p. 7.10 Idem.11 Emilio M. Terán, op. cit., p. 577.12 Idem, p. 644.13 Idem.14 Jecé (José Gómez Carbo), Asuntos financieros, Im-

prenta de “El Globo”, Guayaquil, 1890, pp. 24-25.15 Pío Jaramillo Alvarado, Del agro ecuatoriano, Imp.

de la Universidad Central, Quito, 1936, p. 271.16 Emilio Terán, op. cit., p. 228.17 Idem, p. 846.18 Alberto Acosta, La deuda eterna, Alop/Caap/Cecca/

Cerg/Ciudad, Quito, 1990, p. 118.19 Emilio M. Terán, op. cit., p. 858.20 Idem, p. 859.21 Diario Oficial N° 84 de 5 de septiembre de 1892,

Imprenta del Gobierno, Quito, 1892, p. 272.

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22 Anuario de legislación ecuatoriana correspondiente a1901, Imprenta Nacional, Quito, 1902, pp. 39-40.

23 Reinaldo Flores, La campaña de la Costa, Imprentade Calvo y Ca., Guayaquil, 1885, p. 180.

24 Julio Estupiñán Tello, Historia de Esmeraldas, Edi-torial Gregorio de Portoviejo, Esmeraldas, 1977, p.115.

25 Idem.26 Nicanor Jácome y Vicente Martínez, “La formación

del estrato popular de Esmeraldas en el contexto deldesarrollo provincial”, en Revista Ciencias SocialesN°s 10 – 11, Editorial Universitaria, Quito, 1979, p.100.

27 Guía comercial, agrícola e industrial de la Repúblicadel Ecuador, Compañía “Guía del Ecuador”, Guaya-quil, 1909, p. 542.

28 Nicanor Jácome…, op. cit., p. 101.29 Marcel Pérez Estupiñán, Historia general de Esme-

raldas, Editorial Universitaria “Luis Vargas Torres”,Esmeraldas, 1997, p. 77.

30 Nicanor Jácome, op. cit., p. 110.31 Idem, pp. 113-114.32 Julio Estupiñán Tello, op. cit., p. 114.33 Idem, p. 113.34 Nelson Estupiñán Bass, Timarán y Cuabú, Editorial

de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Quito, 1956,pp. 75-76.

35 Ing. Federico Páez, Explico, Editorial de “El Comer-cio”, Quito, 1939, p. 31.

36 Registro Oficial N° 467 de 17 de abril de 1937, De-creto N° 43, p. 787.

37 Idem, p. 737.38 Idem, p. 739.

22 Anuario de legislación ecuatoriana correspondiente a1901, Imprenta Nacional, Quito, 1902, pp. 39-40.

23 Reinaldo Flores, La campaña de la Costa, Imprentade Calvo y Ca., Guayaquil, 1885, p. 180.

24 Julio Estupiñán Tello, Historia de Esmeraldas, Edi-torial Gregorio de Portoviejo, Esmeraldas, 1977, p.115.

25 Idem.26 Nicanor Jácome y Vicente Martínez, “La formación

del estrato popular de Esmeraldas en el contexto deldesarrollo provincial”, en Revista Ciencias SocialesN°s 10 – 11, Editorial Universitaria, Quito, 1979, p.100.

27 Guía comercial, agrícola e industrial de la Repúblicadel Ecuador, Compañía “Guía del Ecuador”, Guaya-quil, 1909, p. 542.

28 Nicanor Jácome…, op. cit., p. 101.29 Marcel Pérez Estupiñán, Historia general de Esme-

raldas, Editorial Universitaria “Luis Vargas Torres”,Esmeraldas, 1997, p. 77.

30 Nicanor Jácome, op. cit., p. 110.31 Idem, pp. 113-114.32 Julio Estupiñán Tello, op. cit., p. 114.33 Idem, p. 113.34 Nelson Estupiñán Bass, Timarán y Cuabú, Editorial

de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Quito, 1956,pp. 75-76.

35 Ing. Federico Páez, Explico, Editorial de “El Comer-cio”, Quito, 1939, p. 31.

36 Registro Oficial N° 467 de 17 de abril de 1937, De-creto N° 43, p. 787.

37 Idem, p. 737.38 Idem, p. 739.

22 Anuario de legislación ecuatoriana correspondiente a1901, Imprenta Nacional, Quito, 1902, pp. 39-40.

23 Reinaldo Flores, La campaña de la Costa, Imprentade Calvo y Ca., Guayaquil, 1885, p. 180.

24 Julio Estupiñán Tello, Historia de Esmeraldas, Edi-torial Gregorio de Portoviejo, Esmeraldas, 1977, p.115.

25 Idem.26 Nicanor Jácome y Vicente Martínez, “La formación

del estrato popular de Esmeraldas en el contexto deldesarrollo provincial”, en Revista Ciencias SocialesN°s 10 – 11, Editorial Universitaria, Quito, 1979, p.100.

27 Guía comercial, agrícola e industrial de la Repúblicadel Ecuador, Compañía “Guía del Ecuador”, Guaya-quil, 1909, p. 542.

28 Nicanor Jácome…, op. cit., p. 101.29 Marcel Pérez Estupiñán, Historia general de Esme-

raldas, Editorial Universitaria “Luis Vargas Torres”,Esmeraldas, 1997, p. 77.

30 Nicanor Jácome, op. cit., p. 110.31 Idem, pp. 113-114.32 Julio Estupiñán Tello, op. cit., p. 114.33 Idem, p. 113.34 Nelson Estupiñán Bass, Timarán y Cuabú, Editorial

de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Quito, 1956,pp. 75-76.

35 Ing. Federico Páez, Explico, Editorial de “El Comer-cio”, Quito, 1939, p. 31.

36 Registro Oficial N° 467 de 17 de abril de 1937, De-creto N° 43, p. 787.

37 Idem, p. 737.38 Idem, p. 739.

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Historia de la “SouthAmerican DevelopmentCompany” de Portovelo

La fatalidad, con sus agujas de dolor, ha reco-rrido siempre las vetas auríferas de las minas de Por-tovelo. El oro salido de sus entrañas nunca ha dejadode estar mezclado con la sangre de los trabajadores.

Durante la colonia, miles de mitayos, traídosdesde la fría serranía, agotados por los azotes, la ma-la alimentación y el ímprobo trabajo, dejan sus vidasen la oscuridad de sus socavones. El obispo López deSolís, en una carta al rey, dice que esas minas son untraslado del infierno.

Dormimos miles de mitayos,a pura mosca, látigo, fiebres, en galpones,

custodiados por un amo que sólo daba muerte.Pero, después de dos años, ocho meses, salí.

Salimos seiscientos mitayos, de veinte mil que entramos.1

Así, tal como dice César Dávila Andrade en sucélebre poema de las mitas.

Nada importa, sin embargo, cuando los bene-ficios son cuantiosos. Los mineros llenan la bolsa yel erario español se nutre con los quintos reales. Yeso basta.

Historia de la “SouthAmerican DevelopmentCompany” de Portovelo

La fatalidad, con sus agujas de dolor, ha reco-rrido siempre las vetas auríferas de las minas de Por-tovelo. El oro salido de sus entrañas nunca ha dejadode estar mezclado con la sangre de los trabajadores.

Durante la colonia, miles de mitayos, traídosdesde la fría serranía, agotados por los azotes, la ma-la alimentación y el ímprobo trabajo, dejan sus vidasen la oscuridad de sus socavones. El obispo López deSolís, en una carta al rey, dice que esas minas son untraslado del infierno.

Dormimos miles de mitayos,a pura mosca, látigo, fiebres, en galpones,

custodiados por un amo que sólo daba muerte.Pero, después de dos años, ocho meses, salí.

Salimos seiscientos mitayos, de veinte mil que entramos.1

Así, tal como dice César Dávila Andrade en sucélebre poema de las mitas.

Nada importa, sin embargo, cuando los bene-ficios son cuantiosos. Los mineros llenan la bolsa yel erario español se nutre con los quintos reales. Yeso basta.

Historia de la “SouthAmerican DevelopmentCompany” de Portovelo

La fatalidad, con sus agujas de dolor, ha reco-rrido siempre las vetas auríferas de las minas de Por-tovelo. El oro salido de sus entrañas nunca ha dejadode estar mezclado con la sangre de los trabajadores.

Durante la colonia, miles de mitayos, traídosdesde la fría serranía, agotados por los azotes, la ma-la alimentación y el ímprobo trabajo, dejan sus vidasen la oscuridad de sus socavones. El obispo López deSolís, en una carta al rey, dice que esas minas son untraslado del infierno.

Dormimos miles de mitayos,a pura mosca, látigo, fiebres, en galpones,

custodiados por un amo que sólo daba muerte.Pero, después de dos años, ocho meses, salí.

Salimos seiscientos mitayos, de veinte mil que entramos.1

Así, tal como dice César Dávila Andrade en sucélebre poema de las mitas.

Nada importa, sin embargo, cuando los bene-ficios son cuantiosos. Los mineros llenan la bolsa yel erario español se nutre con los quintos reales. Yeso basta.

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Después, cuando la rudimentaria técnica de laépoca impide proseguir la explotación, las minasquedan abandonadas y sus galerías convertidas enosario por larguísimos años.

Pero nuevamente, en las últimas décadas delsiglo pasado, las minas adquieren vida. El científicoTeodoro Wolf, basándose en un estudio del ingenie-ro español Tito Sáenz de Tejada, nos informa sobreuna serie de compañías, tanto nacionales como ex-tranjeras, que se forman para la extracción del orode sus filones. El gerente de una de ellas -la inglesa“Great Zaruma Gold Mining Ca. Limited”- un talPeiger, como en casa propia, interviene en la revolu-ción contra Veintemilla y encuentra la muerte. Yotro gerente, cuyo nombre ignoramos, huye del paísadeudando una fuerte cantidad de dinero por con-cepto de salarios y compra de madera.

Siguiendo al sabio Wolf y dejando a un lado alguerrillero Peiger y al gerente tramposo, vamos a na-rrar brevemente la historia de la compañía inglesaque acabamos de nombrar, por ser el origen y el ci-miento de la empresa materia de nuestro estudio.Wolf dice que la compañía se forma en Londres conun capital de 250.000 libras y con las minas negocia-das por M.F. Muñoz. Esas minas, situadas en Zaru-ma, son estas: Sesmo, Portovelo o Mina Grande, Jo-rupe, Bomba de Vizcaya, Bomba de Pacchabamba,Toscón Blanco y Curipamba. Total siete.

M. F. Muñoz es Manuel Federico Muñoz. Porcasualidad tenemos a la vista un raro documento enque Muñoz, en su nombre y en los de los miembrosde la sociedad “Federico Muñoz y Compañía”, pidecopia autorizada de las denuncias de las minas antescitadas –a excepción de la Jorupe que aquí se reem-plaza por la de Tostada, por lo que se puede creer,que sólo se trata de un cambio de nombre- así como

Después, cuando la rudimentaria técnica de laépoca impide proseguir la explotación, las minasquedan abandonadas y sus galerías convertidas enosario por larguísimos años.

Pero nuevamente, en las últimas décadas delsiglo pasado, las minas adquieren vida. El científicoTeodoro Wolf, basándose en un estudio del ingenie-ro español Tito Sáenz de Tejada, nos informa sobreuna serie de compañías, tanto nacionales como ex-tranjeras, que se forman para la extracción del orode sus filones. El gerente de una de ellas -la inglesa“Great Zaruma Gold Mining Ca. Limited”- un talPeiger, como en casa propia, interviene en la revolu-ción contra Veintemilla y encuentra la muerte. Yotro gerente, cuyo nombre ignoramos, huye del paísadeudando una fuerte cantidad de dinero por con-cepto de salarios y compra de madera.

Siguiendo al sabio Wolf y dejando a un lado alguerrillero Peiger y al gerente tramposo, vamos a na-rrar brevemente la historia de la compañía inglesaque acabamos de nombrar, por ser el origen y el ci-miento de la empresa materia de nuestro estudio.Wolf dice que la compañía se forma en Londres conun capital de 250.000 libras y con las minas negocia-das por M.F. Muñoz. Esas minas, situadas en Zaru-ma, son estas: Sesmo, Portovelo o Mina Grande, Jo-rupe, Bomba de Vizcaya, Bomba de Pacchabamba,Toscón Blanco y Curipamba. Total siete.

M. F. Muñoz es Manuel Federico Muñoz. Porcasualidad tenemos a la vista un raro documento enque Muñoz, en su nombre y en los de los miembrosde la sociedad “Federico Muñoz y Compañía”, pidecopia autorizada de las denuncias de las minas antescitadas –a excepción de la Jorupe que aquí se reem-plaza por la de Tostada, por lo que se puede creer,que sólo se trata de un cambio de nombre- así como

Después, cuando la rudimentaria técnica de laépoca impide proseguir la explotación, las minasquedan abandonadas y sus galerías convertidas enosario por larguísimos años.

Pero nuevamente, en las últimas décadas delsiglo pasado, las minas adquieren vida. El científicoTeodoro Wolf, basándose en un estudio del ingenie-ro español Tito Sáenz de Tejada, nos informa sobreuna serie de compañías, tanto nacionales como ex-tranjeras, que se forman para la extracción del orode sus filones. El gerente de una de ellas -la inglesa“Great Zaruma Gold Mining Ca. Limited”- un talPeiger, como en casa propia, interviene en la revolu-ción contra Veintemilla y encuentra la muerte. Yotro gerente, cuyo nombre ignoramos, huye del paísadeudando una fuerte cantidad de dinero por con-cepto de salarios y compra de madera.

Siguiendo al sabio Wolf y dejando a un lado alguerrillero Peiger y al gerente tramposo, vamos a na-rrar brevemente la historia de la compañía inglesaque acabamos de nombrar, por ser el origen y el ci-miento de la empresa materia de nuestro estudio.Wolf dice que la compañía se forma en Londres conun capital de 250.000 libras y con las minas negocia-das por M.F. Muñoz. Esas minas, situadas en Zaru-ma, son estas: Sesmo, Portovelo o Mina Grande, Jo-rupe, Bomba de Vizcaya, Bomba de Pacchabamba,Toscón Blanco y Curipamba. Total siete.

M. F. Muñoz es Manuel Federico Muñoz. Porcasualidad tenemos a la vista un raro documento enque Muñoz, en su nombre y en los de los miembrosde la sociedad “Federico Muñoz y Compañía”, pidecopia autorizada de las denuncias de las minas antescitadas –a excepción de la Jorupe que aquí se reem-plaza por la de Tostada, por lo que se puede creer,que sólo se trata de un cambio de nombre- así como

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el decreto de adjudicación de las mismas. De las co-pias que son conferidas al pie del pedimento, se co-noce que dichas denuncias han sido hechas en 1878y tramitadas de conformidad con lo dispuesto en unviejo decreto de 1829. El decreto de adjudicación esel siguiente:

Zaruma, Enero diez y siete de mil ochocien-tos setenta y nueve.- Constando de las diligenciasprecedentes que no ha habido oposición sobre eldenuncio de las minas constantes del escrito queprecede, sin embargo de haberse publicado pormedio de pregones, adjudícase dichas minas al se-ñor Manuel Federico Muñoz y socios; en conse-cuencia procédase desde el día de hoy a las doce, adarse la correspondiente mensura…2

El decreto está firmado por un señor DavidGuzmán, juez de minas del asiento de Zaruma.

El señor Manuel Federico Muñoz parece habersido un empresario acaudalado y emprendedor.Otro documento, así mismo curioso, contiene unconvenio privado para la formación de una “Com-pañía de agricultura y explotación de madera” en lasmontañas aledañas a la línea del ferrocarril de Yagua-chi. El documento es de 1891 y está suscrito en Gua-yaquil por varios accionistas. Se dice que las accio-nes son trescientas, correspondiendo las ciento cin-cuenta al señor Muñoz, por ser el dueño de las mon-tañas. Y se pretende levantar sembríos de cacao, caféy caucho en la selva descuajada.

Volviendo a la compañía inglesa tenemos quedecir que se constituye en 1880 y que sus principiosno son muy halagüeños que digamos. Esto sucedepor una pésima administración. Se compra maqui-naria que luego se abandona y se hacen gastos dis-

el decreto de adjudicación de las mismas. De las co-pias que son conferidas al pie del pedimento, se co-noce que dichas denuncias han sido hechas en 1878y tramitadas de conformidad con lo dispuesto en unviejo decreto de 1829. El decreto de adjudicación esel siguiente:

Zaruma, Enero diez y siete de mil ochocien-tos setenta y nueve.- Constando de las diligenciasprecedentes que no ha habido oposición sobre eldenuncio de las minas constantes del escrito queprecede, sin embargo de haberse publicado pormedio de pregones, adjudícase dichas minas al se-ñor Manuel Federico Muñoz y socios; en conse-cuencia procédase desde el día de hoy a las doce, adarse la correspondiente mensura…2

El decreto está firmado por un señor DavidGuzmán, juez de minas del asiento de Zaruma.

El señor Manuel Federico Muñoz parece habersido un empresario acaudalado y emprendedor.Otro documento, así mismo curioso, contiene unconvenio privado para la formación de una “Com-pañía de agricultura y explotación de madera” en lasmontañas aledañas a la línea del ferrocarril de Yagua-chi. El documento es de 1891 y está suscrito en Gua-yaquil por varios accionistas. Se dice que las accio-nes son trescientas, correspondiendo las ciento cin-cuenta al señor Muñoz, por ser el dueño de las mon-tañas. Y se pretende levantar sembríos de cacao, caféy caucho en la selva descuajada.

Volviendo a la compañía inglesa tenemos quedecir que se constituye en 1880 y que sus principiosno son muy halagüeños que digamos. Esto sucedepor una pésima administración. Se compra maqui-naria que luego se abandona y se hacen gastos dis-

el decreto de adjudicación de las mismas. De las co-pias que son conferidas al pie del pedimento, se co-noce que dichas denuncias han sido hechas en 1878y tramitadas de conformidad con lo dispuesto en unviejo decreto de 1829. El decreto de adjudicación esel siguiente:

Zaruma, Enero diez y siete de mil ochocien-tos setenta y nueve.- Constando de las diligenciasprecedentes que no ha habido oposición sobre eldenuncio de las minas constantes del escrito queprecede, sin embargo de haberse publicado pormedio de pregones, adjudícase dichas minas al se-ñor Manuel Federico Muñoz y socios; en conse-cuencia procédase desde el día de hoy a las doce, adarse la correspondiente mensura…2

El decreto está firmado por un señor DavidGuzmán, juez de minas del asiento de Zaruma.

El señor Manuel Federico Muñoz parece habersido un empresario acaudalado y emprendedor.Otro documento, así mismo curioso, contiene unconvenio privado para la formación de una “Com-pañía de agricultura y explotación de madera” en lasmontañas aledañas a la línea del ferrocarril de Yagua-chi. El documento es de 1891 y está suscrito en Gua-yaquil por varios accionistas. Se dice que las accio-nes son trescientas, correspondiendo las ciento cin-cuenta al señor Muñoz, por ser el dueño de las mon-tañas. Y se pretende levantar sembríos de cacao, caféy caucho en la selva descuajada.

Volviendo a la compañía inglesa tenemos quedecir que se constituye en 1880 y que sus principiosno son muy halagüeños que digamos. Esto sucedepor una pésima administración. Se compra maqui-naria que luego se abandona y se hacen gastos dis-

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pendiosos e innecesarios, que agotan el capital yobligan a que se recurra a un empréstito de 30.000libras. Es decir, que se demuestra de manera feha-ciente la falsedad de la eficiencia de toda empresaprivada, que ahora es tesis y bandera de los “privati-zadores” que se están apoderando de los bienes delEstado. Y se trata de una empresa extranjera, quepara ellos, es el modelo máximo.

Al final, para remediar la crisis, se tiene quebuscar nuevos recursos para lo cual se hizo necesa-rio transformar la primitiva empresa en otra, que to-ma el nombre de “Zaruma Gold Mining CompanyLimited”. Con esto, más el cambio de gerentes máscapaces y eficientes, se logra salir adelante. Dada lariqueza de las minas, el porvenir de la compañíaqueda asegurado.

Wolf dice lo siguiente sobre esa riqueza:

La mina “Portovelo”, en la veta de estenombre y en la “Abundancia”, tiene mineral paraalimentar más de sesenta pisones constantemente;esto es, puede extraer y beneficiar como 80 tonela-das diarias. El costo total, incluyendo todo gasto,no excede de media onza de oro por tonelada. Elproducto medio actual de los cuarzos es de unaonza de oro por tonelada; de modo que, trabajan-do la maquinaria con 60 pisones y beneficiando 80toneladas por día, con ese costo y esa ley, la ganan-cia líquida llegará a unas 40 onzas de oro diarias,esto es doce mil onzas, o sean doscientos cuarentamil sucres al año. 3

Para esa época, y para principiar, esto no espelo de cochino. Y téngase en cuenta que Wolf sólose refiere a una sola mina y no a las otras seis que

pendiosos e innecesarios, que agotan el capital yobligan a que se recurra a un empréstito de 30.000libras. Es decir, que se demuestra de manera feha-ciente la falsedad de la eficiencia de toda empresaprivada, que ahora es tesis y bandera de los “privati-zadores” que se están apoderando de los bienes delEstado. Y se trata de una empresa extranjera, quepara ellos, es el modelo máximo.

Al final, para remediar la crisis, se tiene quebuscar nuevos recursos para lo cual se hizo necesa-rio transformar la primitiva empresa en otra, que to-ma el nombre de “Zaruma Gold Mining CompanyLimited”. Con esto, más el cambio de gerentes máscapaces y eficientes, se logra salir adelante. Dada lariqueza de las minas, el porvenir de la compañíaqueda asegurado.

Wolf dice lo siguiente sobre esa riqueza:

La mina “Portovelo”, en la veta de estenombre y en la “Abundancia”, tiene mineral paraalimentar más de sesenta pisones constantemente;esto es, puede extraer y beneficiar como 80 tonela-das diarias. El costo total, incluyendo todo gasto,no excede de media onza de oro por tonelada. Elproducto medio actual de los cuarzos es de unaonza de oro por tonelada; de modo que, trabajan-do la maquinaria con 60 pisones y beneficiando 80toneladas por día, con ese costo y esa ley, la ganan-cia líquida llegará a unas 40 onzas de oro diarias,esto es doce mil onzas, o sean doscientos cuarentamil sucres al año. 3

Para esa época, y para principiar, esto no espelo de cochino. Y téngase en cuenta que Wolf sólose refiere a una sola mina y no a las otras seis que

pendiosos e innecesarios, que agotan el capital yobligan a que se recurra a un empréstito de 30.000libras. Es decir, que se demuestra de manera feha-ciente la falsedad de la eficiencia de toda empresaprivada, que ahora es tesis y bandera de los “privati-zadores” que se están apoderando de los bienes delEstado. Y se trata de una empresa extranjera, quepara ellos, es el modelo máximo.

Al final, para remediar la crisis, se tiene quebuscar nuevos recursos para lo cual se hizo necesa-rio transformar la primitiva empresa en otra, que to-ma el nombre de “Zaruma Gold Mining CompanyLimited”. Con esto, más el cambio de gerentes máscapaces y eficientes, se logra salir adelante. Dada lariqueza de las minas, el porvenir de la compañíaqueda asegurado.

Wolf dice lo siguiente sobre esa riqueza:

La mina “Portovelo”, en la veta de estenombre y en la “Abundancia”, tiene mineral paraalimentar más de sesenta pisones constantemente;esto es, puede extraer y beneficiar como 80 tonela-das diarias. El costo total, incluyendo todo gasto,no excede de media onza de oro por tonelada. Elproducto medio actual de los cuarzos es de unaonza de oro por tonelada; de modo que, trabajan-do la maquinaria con 60 pisones y beneficiando 80toneladas por día, con ese costo y esa ley, la ganan-cia líquida llegará a unas 40 onzas de oro diarias,esto es doce mil onzas, o sean doscientos cuarentamil sucres al año. 3

Para esa época, y para principiar, esto no espelo de cochino. Y téngase en cuenta que Wolf sólose refiere a una sola mina y no a las otras seis que

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posee la compañía. No se puede sino augurar unbrillante futuro.

A la compañía inglesa, en 1896, le sucede laSouth American Development Company -SADC-que en remate público adquiere todas sus minas ypertenencias.

Así, comienza su historia.Y entra a trabajar con pie derecho. De acuerdo

al generoso Código de Minería de 1886 vigente enese entonces, no tiene que pagar absolutamente na-da, a no ser una insignificante suma por patentes deminas. Su art. 188 le exonera por 20 años de todoimpuesto fiscal o municipal, de todo gravamen a suspropiedades mineras y todo derecho aduanero parala introducción de maquinarias, herramientas, útilesy explosivos para la explotación de sus minas y be-neficio de sus productos.

Todo gratuito, en suma. Tal como se dice en elMemorándum que en 1938 enviará a la compañía elgobierno del general Enríquez:

...es necesario anotar que desde dicho año desu establecimiento, hasta el de 1910, la Compañíano había pagado al Gobierno un solo centavo porningún concepto, habiendo si aprovechado de to-das las concesiones y exoneraciones acordadas porlas leyes de la época, dándose el caso extraño de ig-norarse totalmente durante este lapso, del curso desus negocios y operaciones en el país.4

14 años sin pagar un solo centavo por el oroque se lleva. ¡14 años sin dar cuenta de nada como siestuviera afincada en una de sus colonias!

En 1910 el gobierno del general Alfaro, con laaprobación del Congreso de ese año, a fin de que lacompañía pague algo, celebra un contrato en el que

posee la compañía. No se puede sino augurar unbrillante futuro.

A la compañía inglesa, en 1896, le sucede laSouth American Development Company -SADC-que en remate público adquiere todas sus minas ypertenencias.

Así, comienza su historia.Y entra a trabajar con pie derecho. De acuerdo

al generoso Código de Minería de 1886 vigente enese entonces, no tiene que pagar absolutamente na-da, a no ser una insignificante suma por patentes deminas. Su art. 188 le exonera por 20 años de todoimpuesto fiscal o municipal, de todo gravamen a suspropiedades mineras y todo derecho aduanero parala introducción de maquinarias, herramientas, útilesy explosivos para la explotación de sus minas y be-neficio de sus productos.

Todo gratuito, en suma. Tal como se dice en elMemorándum que en 1938 enviará a la compañía elgobierno del general Enríquez:

...es necesario anotar que desde dicho año desu establecimiento, hasta el de 1910, la Compañíano había pagado al Gobierno un solo centavo porningún concepto, habiendo si aprovechado de to-das las concesiones y exoneraciones acordadas porlas leyes de la época, dándose el caso extraño de ig-norarse totalmente durante este lapso, del curso desus negocios y operaciones en el país.4

14 años sin pagar un solo centavo por el oroque se lleva. ¡14 años sin dar cuenta de nada como siestuviera afincada en una de sus colonias!

En 1910 el gobierno del general Alfaro, con laaprobación del Congreso de ese año, a fin de que lacompañía pague algo, celebra un contrato en el que

posee la compañía. No se puede sino augurar unbrillante futuro.

A la compañía inglesa, en 1896, le sucede laSouth American Development Company -SADC-que en remate público adquiere todas sus minas ypertenencias.

Así, comienza su historia.Y entra a trabajar con pie derecho. De acuerdo

al generoso Código de Minería de 1886 vigente enese entonces, no tiene que pagar absolutamente na-da, a no ser una insignificante suma por patentes deminas. Su art. 188 le exonera por 20 años de todoimpuesto fiscal o municipal, de todo gravamen a suspropiedades mineras y todo derecho aduanero parala introducción de maquinarias, herramientas, útilesy explosivos para la explotación de sus minas y be-neficio de sus productos.

Todo gratuito, en suma. Tal como se dice en elMemorándum que en 1938 enviará a la compañía elgobierno del general Enríquez:

...es necesario anotar que desde dicho año desu establecimiento, hasta el de 1910, la Compañíano había pagado al Gobierno un solo centavo porningún concepto, habiendo si aprovechado de to-das las concesiones y exoneraciones acordadas porlas leyes de la época, dándose el caso extraño de ig-norarse totalmente durante este lapso, del curso desus negocios y operaciones en el país.4

14 años sin pagar un solo centavo por el oroque se lleva. ¡14 años sin dar cuenta de nada como siestuviera afincada en una de sus colonias!

En 1910 el gobierno del general Alfaro, con laaprobación del Congreso de ese año, a fin de que lacompañía pague algo, celebra un contrato en el que

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se le impone la construcción de un camino de herra-dura de Santa Rosa a Zaruma, que como se puedecomprender sin dificultad, le beneficia prácticamen-te a ella, puesto que le facilita el traslado de sus pro-ductos y toda clase de materiales necesarios para sutrabajo.

Mas, a decir verdad, este contrato no deja deser lesivo para los intereses nacionales. En la cláusulasegunda, numeral tercero, se dice:

No se gravarán las propiedades y productosmineros de la Compañía, en las provincias de ElOro y Loja con ninguna contribución fiscal ni mu-nicipal, ni aún el de patentes mineras por el tér-mino de cincuenta años. La Compañía podrá ad-quirir en adelante, y con la misma excepción, has-ta mil pertenencias más, sobre las que actualmen-te posee. Por el mismo término de cincuenta años,no pagará la Compañía impuestos fiscales o mu-nicipales, por la introducción de máquinas, herra-mientas, útiles y explosivos para la explotación delas minas y beneficio de sus productos.5

Es decir, las exoneraciones se extienden porcincuenta años por un simple camino de herradurade 75 kilómetros de extensión. Inclusive, de acuer-do al numeral noveno de la misma cláusula citada,todos los privilegios concedidos se hacen extensivosa los sucesores, cesionarios y subsidiarias de la com-pañía.

Que se haya firmado un contrato de esta clase,solo se puede explicar por la situación internacionalque en ese año atraviesa el Ecuador, pues se debe re-cordar que mantiene un conflicto limítrofe con lavecina república del Perú, conflicto en el cual Esta-dos Unidos tiene el papel de Mediador. Decimos es-

se le impone la construcción de un camino de herra-dura de Santa Rosa a Zaruma, que como se puedecomprender sin dificultad, le beneficia prácticamen-te a ella, puesto que le facilita el traslado de sus pro-ductos y toda clase de materiales necesarios para sutrabajo.

Mas, a decir verdad, este contrato no deja deser lesivo para los intereses nacionales. En la cláusulasegunda, numeral tercero, se dice:

No se gravarán las propiedades y productosmineros de la Compañía, en las provincias de ElOro y Loja con ninguna contribución fiscal ni mu-nicipal, ni aún el de patentes mineras por el tér-mino de cincuenta años. La Compañía podrá ad-quirir en adelante, y con la misma excepción, has-ta mil pertenencias más, sobre las que actualmen-te posee. Por el mismo término de cincuenta años,no pagará la Compañía impuestos fiscales o mu-nicipales, por la introducción de máquinas, herra-mientas, útiles y explosivos para la explotación delas minas y beneficio de sus productos.5

Es decir, las exoneraciones se extienden porcincuenta años por un simple camino de herradurade 75 kilómetros de extensión. Inclusive, de acuer-do al numeral noveno de la misma cláusula citada,todos los privilegios concedidos se hacen extensivosa los sucesores, cesionarios y subsidiarias de la com-pañía.

Que se haya firmado un contrato de esta clase,solo se puede explicar por la situación internacionalque en ese año atraviesa el Ecuador, pues se debe re-cordar que mantiene un conflicto limítrofe con lavecina república del Perú, conflicto en el cual Esta-dos Unidos tiene el papel de Mediador. Decimos es-

se le impone la construcción de un camino de herra-dura de Santa Rosa a Zaruma, que como se puedecomprender sin dificultad, le beneficia prácticamen-te a ella, puesto que le facilita el traslado de sus pro-ductos y toda clase de materiales necesarios para sutrabajo.

Mas, a decir verdad, este contrato no deja deser lesivo para los intereses nacionales. En la cláusulasegunda, numeral tercero, se dice:

No se gravarán las propiedades y productosmineros de la Compañía, en las provincias de ElOro y Loja con ninguna contribución fiscal ni mu-nicipal, ni aún el de patentes mineras por el tér-mino de cincuenta años. La Compañía podrá ad-quirir en adelante, y con la misma excepción, has-ta mil pertenencias más, sobre las que actualmen-te posee. Por el mismo término de cincuenta años,no pagará la Compañía impuestos fiscales o mu-nicipales, por la introducción de máquinas, herra-mientas, útiles y explosivos para la explotación delas minas y beneficio de sus productos.5

Es decir, las exoneraciones se extienden porcincuenta años por un simple camino de herradurade 75 kilómetros de extensión. Inclusive, de acuer-do al numeral noveno de la misma cláusula citada,todos los privilegios concedidos se hacen extensivosa los sucesores, cesionarios y subsidiarias de la com-pañía.

Que se haya firmado un contrato de esta clase,solo se puede explicar por la situación internacionalque en ese año atraviesa el Ecuador, pues se debe re-cordar que mantiene un conflicto limítrofe con lavecina república del Perú, conflicto en el cual Esta-dos Unidos tiene el papel de Mediador. Decimos es-

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to, porque se sabe que Alfaro es un decidido defen-sor de la soberanía y de los intereses nacionales,prendas que nadie puede negar. El año anterior nomás -1909- había manifestado en el Congreso que elEstado debía reservarse la explotación del petróleo yotras sustancias fósiles, ya que las empresas privadas,a pesar de las facilidades concedidas por la ley, nohabían dado buenos resultados para el país. Esto,como se ve, entraña una crítica a los explotadores denuestras riquezas.

Este contrato, sin embargo de ser tan ventajo-so y de tanta utilidad para la compañía, ni siquieraes cumplido. El camino debía estar terminado en1917, pues tenía el plazo de 2 años para la presenta-ción de los planos y 5 para la construcción. Pero elCongreso concede una prórroga por 6 años más porcuanto “la guerra civil que estalló en el país en 1914impidió a la compañía continuar los trabajos del ca-mino en referencia”,6 según consta en el conside-rando segundo del decreto de 1 de octubre de 1917.El considerando citado se basa en un ingenuo incisoinserto en la primera cláusula del contrato de 1910.

Así pues, la revolución de Esmeraldas que tie-ne lugar en el otro extremo del país, increíblemente,impide la construcción de un simple camino de he-rradura. Con razón, en el Memorándum que antesmencionamos, se considera como fútiles y artificio-sos los pretextos utilizados para la prolongación delos plazos. Más aún, se dice que tales plazos “fueronconcedidos, mediante gestiones subrepticias en in-fluencias desarrolladas por la misma Compañía, enforma que no queremos calificar...” 7

Tampoco, a pesar de la prórroga concedida, secumple el nuevo contrato.

Ahora, aprovechando de que en el país existeuna corriente favorable para la construcción de vías

to, porque se sabe que Alfaro es un decidido defen-sor de la soberanía y de los intereses nacionales,prendas que nadie puede negar. El año anterior nomás -1909- había manifestado en el Congreso que elEstado debía reservarse la explotación del petróleo yotras sustancias fósiles, ya que las empresas privadas,a pesar de las facilidades concedidas por la ley, nohabían dado buenos resultados para el país. Esto,como se ve, entraña una crítica a los explotadores denuestras riquezas.

Este contrato, sin embargo de ser tan ventajo-so y de tanta utilidad para la compañía, ni siquieraes cumplido. El camino debía estar terminado en1917, pues tenía el plazo de 2 años para la presenta-ción de los planos y 5 para la construcción. Pero elCongreso concede una prórroga por 6 años más porcuanto “la guerra civil que estalló en el país en 1914impidió a la compañía continuar los trabajos del ca-mino en referencia”,6 según consta en el conside-rando segundo del decreto de 1 de octubre de 1917.El considerando citado se basa en un ingenuo incisoinserto en la primera cláusula del contrato de 1910.

Así pues, la revolución de Esmeraldas que tie-ne lugar en el otro extremo del país, increíblemente,impide la construcción de un simple camino de he-rradura. Con razón, en el Memorándum que antesmencionamos, se considera como fútiles y artificio-sos los pretextos utilizados para la prolongación delos plazos. Más aún, se dice que tales plazos “fueronconcedidos, mediante gestiones subrepticias en in-fluencias desarrolladas por la misma Compañía, enforma que no queremos calificar...” 7

Tampoco, a pesar de la prórroga concedida, secumple el nuevo contrato.

Ahora, aprovechando de que en el país existeuna corriente favorable para la construcción de vías

to, porque se sabe que Alfaro es un decidido defen-sor de la soberanía y de los intereses nacionales,prendas que nadie puede negar. El año anterior nomás -1909- había manifestado en el Congreso que elEstado debía reservarse la explotación del petróleo yotras sustancias fósiles, ya que las empresas privadas,a pesar de las facilidades concedidas por la ley, nohabían dado buenos resultados para el país. Esto,como se ve, entraña una crítica a los explotadores denuestras riquezas.

Este contrato, sin embargo de ser tan ventajo-so y de tanta utilidad para la compañía, ni siquieraes cumplido. El camino debía estar terminado en1917, pues tenía el plazo de 2 años para la presenta-ción de los planos y 5 para la construcción. Pero elCongreso concede una prórroga por 6 años más porcuanto “la guerra civil que estalló en el país en 1914impidió a la compañía continuar los trabajos del ca-mino en referencia”,6 según consta en el conside-rando segundo del decreto de 1 de octubre de 1917.El considerando citado se basa en un ingenuo incisoinserto en la primera cláusula del contrato de 1910.

Así pues, la revolución de Esmeraldas que tie-ne lugar en el otro extremo del país, increíblemente,impide la construcción de un simple camino de he-rradura. Con razón, en el Memorándum que antesmencionamos, se considera como fútiles y artificio-sos los pretextos utilizados para la prolongación delos plazos. Más aún, se dice que tales plazos “fueronconcedidos, mediante gestiones subrepticias en in-fluencias desarrolladas por la misma Compañía, enforma que no queremos calificar...” 7

Tampoco, a pesar de la prórroga concedida, secumple el nuevo contrato.

Ahora, aprovechando de que en el país existeuna corriente favorable para la construcción de vías

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férreas, la compañía, para saldar el compromiso in-cumplido, propone la celebración de un nuevo con-trato igualmente oneroso para nuestros intereses.Efectivamente, en 1923, durante la presidencia deTamayo, mandatario servil de las potencias extranje-ras, por intermedio de su ministro de Gobierno, sefirma un contrato según el cual la compañía debíaentregar 130 kilómetros de rieles para el ferrocarrilde Puerto Bolívar a Río Amarillo. La vía, incluyendola colocación de durmientes, sería construida por elEcuador, para lo cual se contrata con el ingenieroManuel Adrián Navarro y un señor de apellidoBrown.8

Además, se exonera nuevamente a la compañíade impuestos y derechos por cincuenta años, atribu-ción que únicamente tiene el Poder Legislativo, porlo cual, como se alegará más tarde, el contrato estáviciado de nulidad.

Del ingeniero Navarro, el periodista K. vonFriede -Clotario Paz- traza una linda silueta. Diceque es un camaleón político que se aviene con todoslos gobiernos. Que es educado en los Estados Uni-dos y que ocupa un “alto cargo en una empresa pri-vada confiada a su pericia por el directorio de NewYork”. Y concluye con esta frase admirativa: “¡Quéhombre tan fresco ante el incumplimiento de suscontratos de obras!” 9

No cabe duda de su reincidencia en el incum-plimiento de sus contratos de obras públicas, pues laconstrucción de la vía Puerto Bolívar - Río Amarilloqueda sin terminarse, problema del que le salva laJunta Juliana según el decir de Clotario Paz. De estose vale la SADC para evadir sus obligaciones. Entre-ga 92 kilómetros de rieles y coloca solo 76 alegandoque los terraplenes no estaban listos para los otros.

Dos tramposos, entonces, se coaligan para no

férreas, la compañía, para saldar el compromiso in-cumplido, propone la celebración de un nuevo con-trato igualmente oneroso para nuestros intereses.Efectivamente, en 1923, durante la presidencia deTamayo, mandatario servil de las potencias extranje-ras, por intermedio de su ministro de Gobierno, sefirma un contrato según el cual la compañía debíaentregar 130 kilómetros de rieles para el ferrocarrilde Puerto Bolívar a Río Amarillo. La vía, incluyendola colocación de durmientes, sería construida por elEcuador, para lo cual se contrata con el ingenieroManuel Adrián Navarro y un señor de apellidoBrown.8

Además, se exonera nuevamente a la compañíade impuestos y derechos por cincuenta años, atribu-ción que únicamente tiene el Poder Legislativo, porlo cual, como se alegará más tarde, el contrato estáviciado de nulidad.

Del ingeniero Navarro, el periodista K. vonFriede -Clotario Paz- traza una linda silueta. Diceque es un camaleón político que se aviene con todoslos gobiernos. Que es educado en los Estados Uni-dos y que ocupa un “alto cargo en una empresa pri-vada confiada a su pericia por el directorio de NewYork”. Y concluye con esta frase admirativa: “¡Quéhombre tan fresco ante el incumplimiento de suscontratos de obras!” 9

No cabe duda de su reincidencia en el incum-plimiento de sus contratos de obras públicas, pues laconstrucción de la vía Puerto Bolívar - Río Amarilloqueda sin terminarse, problema del que le salva laJunta Juliana según el decir de Clotario Paz. De estose vale la SADC para evadir sus obligaciones. Entre-ga 92 kilómetros de rieles y coloca solo 76 alegandoque los terraplenes no estaban listos para los otros.

Dos tramposos, entonces, se coaligan para no

férreas, la compañía, para saldar el compromiso in-cumplido, propone la celebración de un nuevo con-trato igualmente oneroso para nuestros intereses.Efectivamente, en 1923, durante la presidencia deTamayo, mandatario servil de las potencias extranje-ras, por intermedio de su ministro de Gobierno, sefirma un contrato según el cual la compañía debíaentregar 130 kilómetros de rieles para el ferrocarrilde Puerto Bolívar a Río Amarillo. La vía, incluyendola colocación de durmientes, sería construida por elEcuador, para lo cual se contrata con el ingenieroManuel Adrián Navarro y un señor de apellidoBrown.8

Además, se exonera nuevamente a la compañíade impuestos y derechos por cincuenta años, atribu-ción que únicamente tiene el Poder Legislativo, porlo cual, como se alegará más tarde, el contrato estáviciado de nulidad.

Del ingeniero Navarro, el periodista K. vonFriede -Clotario Paz- traza una linda silueta. Diceque es un camaleón político que se aviene con todoslos gobiernos. Que es educado en los Estados Uni-dos y que ocupa un “alto cargo en una empresa pri-vada confiada a su pericia por el directorio de NewYork”. Y concluye con esta frase admirativa: “¡Quéhombre tan fresco ante el incumplimiento de suscontratos de obras!” 9

No cabe duda de su reincidencia en el incum-plimiento de sus contratos de obras públicas, pues laconstrucción de la vía Puerto Bolívar - Río Amarilloqueda sin terminarse, problema del que le salva laJunta Juliana según el decir de Clotario Paz. De estose vale la SADC para evadir sus obligaciones. Entre-ga 92 kilómetros de rieles y coloca solo 76 alegandoque los terraplenes no estaban listos para los otros.

Dos tramposos, entonces, se coaligan para no

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cumplir a cabalidad el célebre contrato del doctorOchoa Ortiz, uno de los astros más rutilantes de laabogacía ecuatoriana.

¿Cuánto gasta la compañía minera en el cum-plimiento de los contratos de 1910, 1917 y 1923?

Desde 1910 a 1928 desembolsa la ridícula su-ma de S/.861.074,32. En cambio, en el lapso de 1914a 1928, recibe del Ecuador en concepto de liberacio-nes aduaneras la cantidad de S/. 1.701.865,35 a laque hay que agregar S/. 60.000 -cifra calculada porla misma compañía- por la exoneración de dere-chos de patente, que da un total de S/. 1.761.865,35.La diferencia entre lo que se da y lo que se recibe,deja un saldo de S/.900.791,03 en favor de la com-pañía extranjera.

Las cifras que acabamos de indicar son sumi-nistradas por el Ministerio de Obras Públicas yconstan en el libro del doctor Ricardo Paredes, Oro ysangre en Portovelo.10

De lo expuesto se desprende que a la compañíale resulta gratis el oro y los demás minerales que sacade las minas de Zaruma, pues la generosidad denuestros gobiernos, permite que las riquezas denuestro pueblo vayan a parar a manos extranjeras.

Ante esto, como era de esperarse, empiezan aoírse voces de protesta. En la Asamblea Nacional de1928-1929, los diputados por la provincia de El Orocoronel Luis Larrea Alba y doctor Manuel IgnacioCarrión, hacen una serie de denuncias sobre la ex-plotación de parte de la SADC y proponen se declarenulo e ilegal el contrato de 1923. Pero dadas lasgrandes influencias que tiene, solo se consigue lapromulgación del decreto de 26 de junio de 1929, enel que consta lo siguiente:

Art. 1° Las Compañías Mineras, inclusive la

cumplir a cabalidad el célebre contrato del doctorOchoa Ortiz, uno de los astros más rutilantes de laabogacía ecuatoriana.

¿Cuánto gasta la compañía minera en el cum-plimiento de los contratos de 1910, 1917 y 1923?

Desde 1910 a 1928 desembolsa la ridícula su-ma de S/.861.074,32. En cambio, en el lapso de 1914a 1928, recibe del Ecuador en concepto de liberacio-nes aduaneras la cantidad de S/. 1.701.865,35 a laque hay que agregar S/. 60.000 -cifra calculada porla misma compañía- por la exoneración de dere-chos de patente, que da un total de S/. 1.761.865,35.La diferencia entre lo que se da y lo que se recibe,deja un saldo de S/.900.791,03 en favor de la com-pañía extranjera.

Las cifras que acabamos de indicar son sumi-nistradas por el Ministerio de Obras Públicas yconstan en el libro del doctor Ricardo Paredes, Oro ysangre en Portovelo.10

De lo expuesto se desprende que a la compañíale resulta gratis el oro y los demás minerales que sacade las minas de Zaruma, pues la generosidad denuestros gobiernos, permite que las riquezas denuestro pueblo vayan a parar a manos extranjeras.

Ante esto, como era de esperarse, empiezan aoírse voces de protesta. En la Asamblea Nacional de1928-1929, los diputados por la provincia de El Orocoronel Luis Larrea Alba y doctor Manuel IgnacioCarrión, hacen una serie de denuncias sobre la ex-plotación de parte de la SADC y proponen se declarenulo e ilegal el contrato de 1923. Pero dadas lasgrandes influencias que tiene, solo se consigue lapromulgación del decreto de 26 de junio de 1929, enel que consta lo siguiente:

Art. 1° Las Compañías Mineras, inclusive la

cumplir a cabalidad el célebre contrato del doctorOchoa Ortiz, uno de los astros más rutilantes de laabogacía ecuatoriana.

¿Cuánto gasta la compañía minera en el cum-plimiento de los contratos de 1910, 1917 y 1923?

Desde 1910 a 1928 desembolsa la ridícula su-ma de S/.861.074,32. En cambio, en el lapso de 1914a 1928, recibe del Ecuador en concepto de liberacio-nes aduaneras la cantidad de S/. 1.701.865,35 a laque hay que agregar S/. 60.000 -cifra calculada porla misma compañía- por la exoneración de dere-chos de patente, que da un total de S/. 1.761.865,35.La diferencia entre lo que se da y lo que se recibe,deja un saldo de S/.900.791,03 en favor de la com-pañía extranjera.

Las cifras que acabamos de indicar son sumi-nistradas por el Ministerio de Obras Públicas yconstan en el libro del doctor Ricardo Paredes, Oro ysangre en Portovelo.10

De lo expuesto se desprende que a la compañíale resulta gratis el oro y los demás minerales que sacade las minas de Zaruma, pues la generosidad denuestros gobiernos, permite que las riquezas denuestro pueblo vayan a parar a manos extranjeras.

Ante esto, como era de esperarse, empiezan aoírse voces de protesta. En la Asamblea Nacional de1928-1929, los diputados por la provincia de El Orocoronel Luis Larrea Alba y doctor Manuel IgnacioCarrión, hacen una serie de denuncias sobre la ex-plotación de parte de la SADC y proponen se declarenulo e ilegal el contrato de 1923. Pero dadas lasgrandes influencias que tiene, solo se consigue lapromulgación del decreto de 26 de junio de 1929, enel que consta lo siguiente:

Art. 1° Las Compañías Mineras, inclusive la

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South American Development Company, pagaránlos impuestos a la Renta y a las Ventas que esta-blecen las leyes sobre la materia.

Art. 2° Mientras se justifiquen debidamentelas utilidades, las ventas y más particulares de losnegocios, pagará la South American DevelopmentCompany, como impuesto, una cantidad global,que en el primer año no será menos de quinientosmil sucres y de seiscientos mil sucres, en el segun-do.11

Del lobo un pelo, como se dice. Pero la com-pañía, tratando de burlar las disposiciones anterio-res, mediante sus abogados sostiene tozudamente lavalidez del contrato de 1923, logrando mantener poralgún tiempo el anterior estado de cosas.

Siendo esto ya intolerable, en el Congreso de1932, las protestas y denuncias son más fuertes. Ellegislador doctor Barzallo, dice que la CompañíaSouth American es la que manda y resuelve: “oca-siones ha habido en que acá al Congreso se ha teni-do la audacia de mandar al propio abogado de laCompañía, naturalmente este ha obtenido privile-gios y prórrogas para su cliente...”.12 Otro, hastaafirma haber visto partidas de la compañía por fuer-tes cantidades de dinero para conseguir un contratofavorable.

Los abogados de la compañía doctores N. Cle-mente Ponce, Víctor Peñaherrera, Augusto Velascoy Luis Felipe Borja -todos lumbreras de la ciencia ju-rídica- comparecen ante el Congreso y hacen lo im-posible por defender los intereses de su dadivosocliente, pero, sin lograr su cometido, pese a toda susabiduría.

Neruda, con el fuego de sus versos, fulmina asía los abogados del dólar:

South American Development Company, pagaránlos impuestos a la Renta y a las Ventas que esta-blecen las leyes sobre la materia.

Art. 2° Mientras se justifiquen debidamentelas utilidades, las ventas y más particulares de losnegocios, pagará la South American DevelopmentCompany, como impuesto, una cantidad global,que en el primer año no será menos de quinientosmil sucres y de seiscientos mil sucres, en el segun-do.11

Del lobo un pelo, como se dice. Pero la com-pañía, tratando de burlar las disposiciones anterio-res, mediante sus abogados sostiene tozudamente lavalidez del contrato de 1923, logrando mantener poralgún tiempo el anterior estado de cosas.

Siendo esto ya intolerable, en el Congreso de1932, las protestas y denuncias son más fuertes. Ellegislador doctor Barzallo, dice que la CompañíaSouth American es la que manda y resuelve: “oca-siones ha habido en que acá al Congreso se ha teni-do la audacia de mandar al propio abogado de laCompañía, naturalmente este ha obtenido privile-gios y prórrogas para su cliente...”.12 Otro, hastaafirma haber visto partidas de la compañía por fuer-tes cantidades de dinero para conseguir un contratofavorable.

Los abogados de la compañía doctores N. Cle-mente Ponce, Víctor Peñaherrera, Augusto Velascoy Luis Felipe Borja -todos lumbreras de la ciencia ju-rídica- comparecen ante el Congreso y hacen lo im-posible por defender los intereses de su dadivosocliente, pero, sin lograr su cometido, pese a toda susabiduría.

Neruda, con el fuego de sus versos, fulmina asía los abogados del dólar:

South American Development Company, pagaránlos impuestos a la Renta y a las Ventas que esta-blecen las leyes sobre la materia.

Art. 2° Mientras se justifiquen debidamentelas utilidades, las ventas y más particulares de losnegocios, pagará la South American DevelopmentCompany, como impuesto, una cantidad global,que en el primer año no será menos de quinientosmil sucres y de seiscientos mil sucres, en el segun-do.11

Del lobo un pelo, como se dice. Pero la com-pañía, tratando de burlar las disposiciones anterio-res, mediante sus abogados sostiene tozudamente lavalidez del contrato de 1923, logrando mantener poralgún tiempo el anterior estado de cosas.

Siendo esto ya intolerable, en el Congreso de1932, las protestas y denuncias son más fuertes. Ellegislador doctor Barzallo, dice que la CompañíaSouth American es la que manda y resuelve: “oca-siones ha habido en que acá al Congreso se ha teni-do la audacia de mandar al propio abogado de laCompañía, naturalmente este ha obtenido privile-gios y prórrogas para su cliente...”.12 Otro, hastaafirma haber visto partidas de la compañía por fuer-tes cantidades de dinero para conseguir un contratofavorable.

Los abogados de la compañía doctores N. Cle-mente Ponce, Víctor Peñaherrera, Augusto Velascoy Luis Felipe Borja -todos lumbreras de la ciencia ju-rídica- comparecen ante el Congreso y hacen lo im-posible por defender los intereses de su dadivosocliente, pero, sin lograr su cometido, pese a toda susabiduría.

Neruda, con el fuego de sus versos, fulmina asía los abogados del dólar:

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Infierno americano, pan nuestroempapado en veneno, hay otra

lengua en tu pérfida fogata:es el abogado criollo

de la compañía extranjera.

Es el que remacha los grillosde la esclavitud en su patria,

y desdeñoso se paseacon la casta de los gerentesmirando con aire supremo

nuestras banderas harapientas.13

El Congreso a que nos venimos refiriendo, consolo los votos en contra del legislador Barrera y desu presidente doctor Velasco Ibarra, resuelve decla-rar nulo el contrato de 1923 y ordena al Ejecutivo lasuscripción de otro nuevo que sería conocido yaprobado por la próxima legislatura, para lo cual seseñalan las bases sobre las que debía ser efectuado,entre las que sobresalen las siguientes: el pago anualdel 4% de la utilidad bruta de la producción de lasminas, limitación de la exoneración de derechosaduaneros y cumplimiento de las leyes de trabajo.

En efecto, puesto el contrato ad-referendum aconsideración del Congreso de 1933 es aprobadocon algunas modificaciones, siendo firmado por laspartes el 8 de mayo de 1934.

Las principales estipulaciones de este contratotransnacional -que debe caducar en 1960- son lasque siguen:

1° La compañía debe pagar el 4% de su produc-ción bruta mientras subsista la Ley de Incauta-

Infierno americano, pan nuestroempapado en veneno, hay otra

lengua en tu pérfida fogata:es el abogado criollo

de la compañía extranjera.

Es el que remacha los grillosde la esclavitud en su patria,

y desdeñoso se paseacon la casta de los gerentesmirando con aire supremo

nuestras banderas harapientas.13

El Congreso a que nos venimos refiriendo, consolo los votos en contra del legislador Barrera y desu presidente doctor Velasco Ibarra, resuelve decla-rar nulo el contrato de 1923 y ordena al Ejecutivo lasuscripción de otro nuevo que sería conocido yaprobado por la próxima legislatura, para lo cual seseñalan las bases sobre las que debía ser efectuado,entre las que sobresalen las siguientes: el pago anualdel 4% de la utilidad bruta de la producción de lasminas, limitación de la exoneración de derechosaduaneros y cumplimiento de las leyes de trabajo.

En efecto, puesto el contrato ad-referendum aconsideración del Congreso de 1933 es aprobadocon algunas modificaciones, siendo firmado por laspartes el 8 de mayo de 1934.

Las principales estipulaciones de este contratotransnacional -que debe caducar en 1960- son lasque siguen:

1° La compañía debe pagar el 4% de su produc-ción bruta mientras subsista la Ley de Incauta-

Infierno americano, pan nuestroempapado en veneno, hay otra

lengua en tu pérfida fogata:es el abogado criollo

de la compañía extranjera.

Es el que remacha los grillosde la esclavitud en su patria,

y desdeñoso se paseacon la casta de los gerentesmirando con aire supremo

nuestras banderas harapientas.13

El Congreso a que nos venimos refiriendo, consolo los votos en contra del legislador Barrera y desu presidente doctor Velasco Ibarra, resuelve decla-rar nulo el contrato de 1923 y ordena al Ejecutivo lasuscripción de otro nuevo que sería conocido yaprobado por la próxima legislatura, para lo cual seseñalan las bases sobre las que debía ser efectuado,entre las que sobresalen las siguientes: el pago anualdel 4% de la utilidad bruta de la producción de lasminas, limitación de la exoneración de derechosaduaneros y cumplimiento de las leyes de trabajo.

En efecto, puesto el contrato ad-referendum aconsideración del Congreso de 1933 es aprobadocon algunas modificaciones, siendo firmado por laspartes el 8 de mayo de 1934.

Las principales estipulaciones de este contratotransnacional -que debe caducar en 1960- son lasque siguen:

1° La compañía debe pagar el 4% de su produc-ción bruta mientras subsista la Ley de Incauta-

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ción de Giros, debiendo elevarse al 6% cuandocese su vigencia.

2° Como garantía del cumplimiento de sus obliga-ciones, la compañía debe constituir hipoteca afavor del Estado sobre los bienes inmuebles queposee en el país.

3° Se mantienen los privilegios constantes en loscontratos anteriores, pero la compañía tiene laobligación de pagar los impuestos de la Venta ya la Renta.

4° Se exonera el pago de derechos aduaneros paralas exportaciones de tierra mineral.

Otro pelo del lobo, pues.Mas no se crea que con ocasión de este contra-

to la compañía deja de practicar sus malas artes. Se-gún el Memorándum del gobierno del general Enrí-quez, logra burlar hábilmente el criterio que tuvo laAsamblea de 1928-1929 para la revisión de los con-venios anteriores, pues no se hacen constar disposi-ciones precisas y esenciales para precautelar los inte-reses nacionales. Sobre todo -dice el documento- seconsigue que no se grave la exportación del produc-to de las minas, que constituye un privilegio grande-mente lesivo para la economía del país. También, fi-nalmente, que la exportación se haga mediante la re-misión de tierra mineral y no de barras de oro comose hacía anteriormente, “tratando de eludir de estamanera la legítima producción de sus minas”.14

Esto del envío de la tierra mineral merece unbreve comentario.

La SADC, al contestar el Memorándum, diceque no refina el oro en el país por razones técnicas yeconómicas, ya que la instalación de una refineríasería muy costosa. Mentira de bulto, pues como yase dijo, antes se exportaban barras de oro. La verda-

ción de Giros, debiendo elevarse al 6% cuandocese su vigencia.

2° Como garantía del cumplimiento de sus obliga-ciones, la compañía debe constituir hipoteca afavor del Estado sobre los bienes inmuebles queposee en el país.

3° Se mantienen los privilegios constantes en loscontratos anteriores, pero la compañía tiene laobligación de pagar los impuestos de la Venta ya la Renta.

4° Se exonera el pago de derechos aduaneros paralas exportaciones de tierra mineral.

Otro pelo del lobo, pues.Mas no se crea que con ocasión de este contra-

to la compañía deja de practicar sus malas artes. Se-gún el Memorándum del gobierno del general Enrí-quez, logra burlar hábilmente el criterio que tuvo laAsamblea de 1928-1929 para la revisión de los con-venios anteriores, pues no se hacen constar disposi-ciones precisas y esenciales para precautelar los inte-reses nacionales. Sobre todo -dice el documento- seconsigue que no se grave la exportación del produc-to de las minas, que constituye un privilegio grande-mente lesivo para la economía del país. También, fi-nalmente, que la exportación se haga mediante la re-misión de tierra mineral y no de barras de oro comose hacía anteriormente, “tratando de eludir de estamanera la legítima producción de sus minas”.14

Esto del envío de la tierra mineral merece unbreve comentario.

La SADC, al contestar el Memorándum, diceque no refina el oro en el país por razones técnicas yeconómicas, ya que la instalación de una refineríasería muy costosa. Mentira de bulto, pues como yase dijo, antes se exportaban barras de oro. La verda-

ción de Giros, debiendo elevarse al 6% cuandocese su vigencia.

2° Como garantía del cumplimiento de sus obliga-ciones, la compañía debe constituir hipoteca afavor del Estado sobre los bienes inmuebles queposee en el país.

3° Se mantienen los privilegios constantes en loscontratos anteriores, pero la compañía tiene laobligación de pagar los impuestos de la Venta ya la Renta.

4° Se exonera el pago de derechos aduaneros paralas exportaciones de tierra mineral.

Otro pelo del lobo, pues.Mas no se crea que con ocasión de este contra-

to la compañía deja de practicar sus malas artes. Se-gún el Memorándum del gobierno del general Enrí-quez, logra burlar hábilmente el criterio que tuvo laAsamblea de 1928-1929 para la revisión de los con-venios anteriores, pues no se hacen constar disposi-ciones precisas y esenciales para precautelar los inte-reses nacionales. Sobre todo -dice el documento- seconsigue que no se grave la exportación del produc-to de las minas, que constituye un privilegio grande-mente lesivo para la economía del país. También, fi-nalmente, que la exportación se haga mediante la re-misión de tierra mineral y no de barras de oro comose hacía anteriormente, “tratando de eludir de estamanera la legítima producción de sus minas”.14

Esto del envío de la tierra mineral merece unbreve comentario.

La SADC, al contestar el Memorándum, diceque no refina el oro en el país por razones técnicas yeconómicas, ya que la instalación de una refineríasería muy costosa. Mentira de bulto, pues como yase dijo, antes se exportaban barras de oro. La verda-

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dera razón para el cambio de sistema, es que me-diante la exportación de tierra mineral, se puede en-cubrir más fácilmente la producción real de las mi-nas y así incrementar sus ganancias. Basta para estocon sobornar a los inspectores, y si alguno resultapoco accesible a sus exigencias, se consigue su can-celación ejerciendo las influencias de que goza en lasaltas esferas del gobierno. Esto sucede, aunque nocon mucha frecuencia, porque los que ocupan esecargo saben de antemano a que atenenerse. Porejemplo un ingeniero de apellido Bueno, que de-nuncia que la compañía está perjudicando al Fiscoen el pago del impuesto a la producción, “queda ce-sante de inmediato”. Y como es natural, la compa-ñía consigna la suma que le conviene.

Angel Felicísimo Rojas, en su novela Curipam-ba -escrita cuando todavía no se había aburguesadosegún su propia confesión- narra con mucha sal losconsejos que da un inspector de minas saliente alque le va a reemplazar. Le dice que se puede pasaruna gran vida, comiendo y bebiendo gratis, si accedea los requerimientos de la compañía. Al novato le daesta receta:

¿A cambio de qué? Ah, cholito. A cambio deque... uno deje que el informe al gobierno lo re-dacten ellos mismos. Una ganga como no hayotra, hermano. Ni siquiera tiene uno que ponersea redactar, ni estar poniendo en limpio los resulta-dos. A usted le traen, mensualmente, unos cuantospapeles escritos a máquina, lleno de numeritos, yle dicen: firme. Y usted firma.15

Lo que dice la novela no es novelesco: es untestimonio auténtico, extraído de la realidad. Así, decorruptora, es esta empresa yanqui.

dera razón para el cambio de sistema, es que me-diante la exportación de tierra mineral, se puede en-cubrir más fácilmente la producción real de las mi-nas y así incrementar sus ganancias. Basta para estocon sobornar a los inspectores, y si alguno resultapoco accesible a sus exigencias, se consigue su can-celación ejerciendo las influencias de que goza en lasaltas esferas del gobierno. Esto sucede, aunque nocon mucha frecuencia, porque los que ocupan esecargo saben de antemano a que atenenerse. Porejemplo un ingeniero de apellido Bueno, que de-nuncia que la compañía está perjudicando al Fiscoen el pago del impuesto a la producción, “queda ce-sante de inmediato”. Y como es natural, la compa-ñía consigna la suma que le conviene.

Angel Felicísimo Rojas, en su novela Curipam-ba -escrita cuando todavía no se había aburguesadosegún su propia confesión- narra con mucha sal losconsejos que da un inspector de minas saliente alque le va a reemplazar. Le dice que se puede pasaruna gran vida, comiendo y bebiendo gratis, si accedea los requerimientos de la compañía. Al novato le daesta receta:

¿A cambio de qué? Ah, cholito. A cambio deque... uno deje que el informe al gobierno lo re-dacten ellos mismos. Una ganga como no hayotra, hermano. Ni siquiera tiene uno que ponersea redactar, ni estar poniendo en limpio los resulta-dos. A usted le traen, mensualmente, unos cuantospapeles escritos a máquina, lleno de numeritos, yle dicen: firme. Y usted firma.15

Lo que dice la novela no es novelesco: es untestimonio auténtico, extraído de la realidad. Así, decorruptora, es esta empresa yanqui.

dera razón para el cambio de sistema, es que me-diante la exportación de tierra mineral, se puede en-cubrir más fácilmente la producción real de las mi-nas y así incrementar sus ganancias. Basta para estocon sobornar a los inspectores, y si alguno resultapoco accesible a sus exigencias, se consigue su can-celación ejerciendo las influencias de que goza en lasaltas esferas del gobierno. Esto sucede, aunque nocon mucha frecuencia, porque los que ocupan esecargo saben de antemano a que atenenerse. Porejemplo un ingeniero de apellido Bueno, que de-nuncia que la compañía está perjudicando al Fiscoen el pago del impuesto a la producción, “queda ce-sante de inmediato”. Y como es natural, la compa-ñía consigna la suma que le conviene.

Angel Felicísimo Rojas, en su novela Curipam-ba -escrita cuando todavía no se había aburguesadosegún su propia confesión- narra con mucha sal losconsejos que da un inspector de minas saliente alque le va a reemplazar. Le dice que se puede pasaruna gran vida, comiendo y bebiendo gratis, si accedea los requerimientos de la compañía. Al novato le daesta receta:

¿A cambio de qué? Ah, cholito. A cambio deque... uno deje que el informe al gobierno lo re-dacten ellos mismos. Una ganga como no hayotra, hermano. Ni siquiera tiene uno que ponersea redactar, ni estar poniendo en limpio los resulta-dos. A usted le traen, mensualmente, unos cuantospapeles escritos a máquina, lleno de numeritos, yle dicen: firme. Y usted firma.15

Lo que dice la novela no es novelesco: es untestimonio auténtico, extraído de la realidad. Así, decorruptora, es esta empresa yanqui.

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Adviene, poco después de lo relatado, la tétricadictadura del ingeniero Federico Páez.

El dictador es un fervoroso amigo y admiradorde las compañías extranjeras. Racista a la par, En suescrito titulado Explico, dice que el Ecuador necesitamás que nadie la “inmigración de capital extranjeroy de hombres de raza blanca”. Y en cuanto se refierea la condición de los trabajadores afirma, con unaconvicción que pasma, nada menos que esto:

Buscando siempre mejorar la suerte delobrero ecuatoriano, protegí en todo lo que a misalcances estuvo las llamadas “Grandes CompañíasExtranjeras”. Qué diferencia entre la suerte delque trabaja para una de esas instituciones, y la deaquel que lo hace para una Cía. o patrón nacio-nal. Es el absurdo de los absurdos que el partidosocialista ecuatoriano combata a las Cías. extran-jeras.16

Lo que afirma el ingeniero Páez es absoluta-mente falso. Si bien es cierto que los salarios son unpoco más elevados que los que se perciben en el alti-plano, en cambio el costo de la vida en el campa-mento de Portovelo es sumamente caro, razón porla que el mismo doctor Pablo Arturo Suárez, a pesarde ser un defensor de la compañía, tiene que confe-sar en un informe oficial “que con un ingreso mayorlas familias no alcanzan a cubrir los gastos de vi-da”.17 Ya en 1919 los obreros se declararon en huel-ga reclamando el aumento de las bajísimas remune-raciones existentes en ese entonces.

A lo dicho arriba hay que agregar las infamescondiciones de trabajo que ocasionan múltiples en-fermedades, sobre todo la tuberculosis que campeaallí como en casa propia, porque los mineros tienen

Adviene, poco después de lo relatado, la tétricadictadura del ingeniero Federico Páez.

El dictador es un fervoroso amigo y admiradorde las compañías extranjeras. Racista a la par, En suescrito titulado Explico, dice que el Ecuador necesitamás que nadie la “inmigración de capital extranjeroy de hombres de raza blanca”. Y en cuanto se refierea la condición de los trabajadores afirma, con unaconvicción que pasma, nada menos que esto:

Buscando siempre mejorar la suerte delobrero ecuatoriano, protegí en todo lo que a misalcances estuvo las llamadas “Grandes CompañíasExtranjeras”. Qué diferencia entre la suerte delque trabaja para una de esas instituciones, y la deaquel que lo hace para una Cía. o patrón nacio-nal. Es el absurdo de los absurdos que el partidosocialista ecuatoriano combata a las Cías. extran-jeras.16

Lo que afirma el ingeniero Páez es absoluta-mente falso. Si bien es cierto que los salarios son unpoco más elevados que los que se perciben en el alti-plano, en cambio el costo de la vida en el campa-mento de Portovelo es sumamente caro, razón porla que el mismo doctor Pablo Arturo Suárez, a pesarde ser un defensor de la compañía, tiene que confe-sar en un informe oficial “que con un ingreso mayorlas familias no alcanzan a cubrir los gastos de vi-da”.17 Ya en 1919 los obreros se declararon en huel-ga reclamando el aumento de las bajísimas remune-raciones existentes en ese entonces.

A lo dicho arriba hay que agregar las infamescondiciones de trabajo que ocasionan múltiples en-fermedades, sobre todo la tuberculosis que campeaallí como en casa propia, porque los mineros tienen

Adviene, poco después de lo relatado, la tétricadictadura del ingeniero Federico Páez.

El dictador es un fervoroso amigo y admiradorde las compañías extranjeras. Racista a la par, En suescrito titulado Explico, dice que el Ecuador necesitamás que nadie la “inmigración de capital extranjeroy de hombres de raza blanca”. Y en cuanto se refierea la condición de los trabajadores afirma, con unaconvicción que pasma, nada menos que esto:

Buscando siempre mejorar la suerte delobrero ecuatoriano, protegí en todo lo que a misalcances estuvo las llamadas “Grandes CompañíasExtranjeras”. Qué diferencia entre la suerte delque trabaja para una de esas instituciones, y la deaquel que lo hace para una Cía. o patrón nacio-nal. Es el absurdo de los absurdos que el partidosocialista ecuatoriano combata a las Cías. extran-jeras.16

Lo que afirma el ingeniero Páez es absoluta-mente falso. Si bien es cierto que los salarios son unpoco más elevados que los que se perciben en el alti-plano, en cambio el costo de la vida en el campa-mento de Portovelo es sumamente caro, razón porla que el mismo doctor Pablo Arturo Suárez, a pesarde ser un defensor de la compañía, tiene que confe-sar en un informe oficial “que con un ingreso mayorlas familias no alcanzan a cubrir los gastos de vi-da”.17 Ya en 1919 los obreros se declararon en huel-ga reclamando el aumento de las bajísimas remune-raciones existentes en ese entonces.

A lo dicho arriba hay que agregar las infamescondiciones de trabajo que ocasionan múltiples en-fermedades, sobre todo la tuberculosis que campeaallí como en casa propia, porque los mineros tienen

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que laborar entre el aire viciado de las galerías, sinninguna protección técnica. Por esta causa muchosobreros pierden la vida o son arrojados inhumana-mente cuando ya no pueden proporcionar gananciasa la compañía. Su “ciclo vital baja a la terrorífica cifrade 30 años”.18 ¡Otra confesión del doctor Suárez!

Además, en Portovelo se hace caso omiso delas leyes de trabajo y los abusos y maltratos por partede los altos empleados y capataces de la compañíason diarios. Se procede como si fuera un Estado in-dependiente. La moneda nacional es reemplazadapor vales. Y, para cortar cualquier protesta, se man-tiene una policía propia, adecuadamente armada pa-ra ese fin tan necesario...

El economista Alberto Acosta, en página reple-ta de verdad, añade y corrobora así lo que dejamosexpuesto:

Una y otra vez se sucedieron los accidentes.El oro se mezclaba con la sangre. El minero queprendió la mecha y no alcanzó a fugar de la explo-sión. Los barreneros que acababan con sus pulmo-nes destrozados. Los enmaderadores con hernias.Los motoristas y las mulas -esqueletizadas y semi-ciegas como sus conductores- acarreando el mine-ral. Y al salir, con los cambios bruscos de tempera-tura: gripes y neumonías. Tuberculosis y anemia,eran los mayores enemigos de los obreros. Hastaque, por enfermedad, sin indemnización alguna,eran echados a la calle. Durante ocho horas cadadía. Seis días a la semana. Al amanecer, pelotonesde mineros, ennegrecidos y agotados, desfilaban,como una interminable procesión de luciérnagas,hacia sus míseras viviendas. Policía interior, unbien organizado servicio de espionaje y la banderade las estrellas con las barras controlaban en el

que laborar entre el aire viciado de las galerías, sinninguna protección técnica. Por esta causa muchosobreros pierden la vida o son arrojados inhumana-mente cuando ya no pueden proporcionar gananciasa la compañía. Su “ciclo vital baja a la terrorífica cifrade 30 años”.18 ¡Otra confesión del doctor Suárez!

Además, en Portovelo se hace caso omiso delas leyes de trabajo y los abusos y maltratos por partede los altos empleados y capataces de la compañíason diarios. Se procede como si fuera un Estado in-dependiente. La moneda nacional es reemplazadapor vales. Y, para cortar cualquier protesta, se man-tiene una policía propia, adecuadamente armada pa-ra ese fin tan necesario...

El economista Alberto Acosta, en página reple-ta de verdad, añade y corrobora así lo que dejamosexpuesto:

Una y otra vez se sucedieron los accidentes.El oro se mezclaba con la sangre. El minero queprendió la mecha y no alcanzó a fugar de la explo-sión. Los barreneros que acababan con sus pulmo-nes destrozados. Los enmaderadores con hernias.Los motoristas y las mulas -esqueletizadas y semi-ciegas como sus conductores- acarreando el mine-ral. Y al salir, con los cambios bruscos de tempera-tura: gripes y neumonías. Tuberculosis y anemia,eran los mayores enemigos de los obreros. Hastaque, por enfermedad, sin indemnización alguna,eran echados a la calle. Durante ocho horas cadadía. Seis días a la semana. Al amanecer, pelotonesde mineros, ennegrecidos y agotados, desfilaban,como una interminable procesión de luciérnagas,hacia sus míseras viviendas. Policía interior, unbien organizado servicio de espionaje y la banderade las estrellas con las barras controlaban en el

que laborar entre el aire viciado de las galerías, sinninguna protección técnica. Por esta causa muchosobreros pierden la vida o son arrojados inhumana-mente cuando ya no pueden proporcionar gananciasa la compañía. Su “ciclo vital baja a la terrorífica cifrade 30 años”.18 ¡Otra confesión del doctor Suárez!

Además, en Portovelo se hace caso omiso delas leyes de trabajo y los abusos y maltratos por partede los altos empleados y capataces de la compañíason diarios. Se procede como si fuera un Estado in-dependiente. La moneda nacional es reemplazadapor vales. Y, para cortar cualquier protesta, se man-tiene una policía propia, adecuadamente armada pa-ra ese fin tan necesario...

El economista Alberto Acosta, en página reple-ta de verdad, añade y corrobora así lo que dejamosexpuesto:

Una y otra vez se sucedieron los accidentes.El oro se mezclaba con la sangre. El minero queprendió la mecha y no alcanzó a fugar de la explo-sión. Los barreneros que acababan con sus pulmo-nes destrozados. Los enmaderadores con hernias.Los motoristas y las mulas -esqueletizadas y semi-ciegas como sus conductores- acarreando el mine-ral. Y al salir, con los cambios bruscos de tempera-tura: gripes y neumonías. Tuberculosis y anemia,eran los mayores enemigos de los obreros. Hastaque, por enfermedad, sin indemnización alguna,eran echados a la calle. Durante ocho horas cadadía. Seis días a la semana. Al amanecer, pelotonesde mineros, ennegrecidos y agotados, desfilaban,como una interminable procesión de luciérnagas,hacia sus míseras viviendas. Policía interior, unbien organizado servicio de espionaje y la banderade las estrellas con las barras controlaban en el

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campamento. Insuficiente alimentación, proble-mas sexuales y alcoholismo, completaban la vidade los mineros.19

Todo esto, al fin, llega a sus límites. El 10 denoviembre de 1935 la Asociación Sindical Obrera yel Sindicato de Madereros declaran la huelga. En lar-gos pliegos de peticiones, ambas organizaciones, re-claman sus más sentidas reivindicaciones, siendo es-tas las principales: aumento de salarios, que los mi-neros trabajen solo 7 horas diarias, que se pague unciento por ciento más por el trabajo de los días do-mingos y de fiestas cívicas, que se sancione los abu-sos de los empleados, que se cumplan las leyes y quese declare enfermedad profesional a la tuberculosis.Los pliegos, en suma, como en la superficie de unespejo, reflejan la vida miserable de los trabajadores.

Mediante una transacción, por la cual la com-pañía acepta unos pocos pedidos de los obreros, sesuspende la huelga. Mas los explotadores yanquis,temerosos de que crezca el prestigio de las organiza-ciones sindicales, se arrepienten de lo pactado y tra-man una infame provocación que da lugar a la ma-sacre del 18 de enero de 1936. El oro, como diceAcosta, se mezcla con la sangre, pues el saldo de larefriega es de algunos muertos y varios heridos. Sesiembra el terror y se saquea el local de la AsociaciónSindical Obrera. Para enmienda, se arroja a la calle acentenares de trabajadores, entre ellos a los enfer-mos, para no pagar indemnizaciones. Escarmiento ynegocio, al mismo tiempo.

No hay ahora otro lenguaje que el de las ba-las. Las fuerzas de línea, en ataque combinado conla policía, están haciendo lo que suele llamarse“operaciones de limpieza”.20

campamento. Insuficiente alimentación, proble-mas sexuales y alcoholismo, completaban la vidade los mineros.19

Todo esto, al fin, llega a sus límites. El 10 denoviembre de 1935 la Asociación Sindical Obrera yel Sindicato de Madereros declaran la huelga. En lar-gos pliegos de peticiones, ambas organizaciones, re-claman sus más sentidas reivindicaciones, siendo es-tas las principales: aumento de salarios, que los mi-neros trabajen solo 7 horas diarias, que se pague unciento por ciento más por el trabajo de los días do-mingos y de fiestas cívicas, que se sancione los abu-sos de los empleados, que se cumplan las leyes y quese declare enfermedad profesional a la tuberculosis.Los pliegos, en suma, como en la superficie de unespejo, reflejan la vida miserable de los trabajadores.

Mediante una transacción, por la cual la com-pañía acepta unos pocos pedidos de los obreros, sesuspende la huelga. Mas los explotadores yanquis,temerosos de que crezca el prestigio de las organiza-ciones sindicales, se arrepienten de lo pactado y tra-man una infame provocación que da lugar a la ma-sacre del 18 de enero de 1936. El oro, como diceAcosta, se mezcla con la sangre, pues el saldo de larefriega es de algunos muertos y varios heridos. Sesiembra el terror y se saquea el local de la AsociaciónSindical Obrera. Para enmienda, se arroja a la calle acentenares de trabajadores, entre ellos a los enfer-mos, para no pagar indemnizaciones. Escarmiento ynegocio, al mismo tiempo.

No hay ahora otro lenguaje que el de las ba-las. Las fuerzas de línea, en ataque combinado conla policía, están haciendo lo que suele llamarse“operaciones de limpieza”.20

campamento. Insuficiente alimentación, proble-mas sexuales y alcoholismo, completaban la vidade los mineros.19

Todo esto, al fin, llega a sus límites. El 10 denoviembre de 1935 la Asociación Sindical Obrera yel Sindicato de Madereros declaran la huelga. En lar-gos pliegos de peticiones, ambas organizaciones, re-claman sus más sentidas reivindicaciones, siendo es-tas las principales: aumento de salarios, que los mi-neros trabajen solo 7 horas diarias, que se pague unciento por ciento más por el trabajo de los días do-mingos y de fiestas cívicas, que se sancione los abu-sos de los empleados, que se cumplan las leyes y quese declare enfermedad profesional a la tuberculosis.Los pliegos, en suma, como en la superficie de unespejo, reflejan la vida miserable de los trabajadores.

Mediante una transacción, por la cual la com-pañía acepta unos pocos pedidos de los obreros, sesuspende la huelga. Mas los explotadores yanquis,temerosos de que crezca el prestigio de las organiza-ciones sindicales, se arrepienten de lo pactado y tra-man una infame provocación que da lugar a la ma-sacre del 18 de enero de 1936. El oro, como diceAcosta, se mezcla con la sangre, pues el saldo de larefriega es de algunos muertos y varios heridos. Sesiembra el terror y se saquea el local de la AsociaciónSindical Obrera. Para enmienda, se arroja a la calle acentenares de trabajadores, entre ellos a los enfer-mos, para no pagar indemnizaciones. Escarmiento ynegocio, al mismo tiempo.

No hay ahora otro lenguaje que el de las ba-las. Las fuerzas de línea, en ataque combinado conla policía, están haciendo lo que suele llamarse“operaciones de limpieza”.20

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Son los soldados del batallón “Febres Corde-ro” -parece que este nombre trae mala suerte- losencargados de la “limpieza”. Y claro, este encargo,no podía ser cumplido sin la aquiescencia del go-bierno, que no en vano está dirigido por el ingenieroPáez, solícito servidor de las empresas extranjerascomo ya se dijo.

El abogado de la SADC en esta etapa es nadamenos que el futuro presidente Carlos Arroyo delRío que gana S/. 1.000 mensuales por su ímprobotrabajo. Este sueldo se redondea con muchos otrosprovenientes igualmente de empresas extranjeras,pues son varias las que solicitan sus valiosos servi-cios, entre ellas la Anglo, la Sociedad Comercial An-glo – Ecuatoriana y la Standard Oil por ejemplo.Sus honorarios son tan jugosos que no acepta elcargo de embajador en Colombia que le ofrece elgeneral Enríquez, porque manifiesta que nadie lepuede indemnizar los S/. 15.000 que recibe cadames de parte de esas compañías, según consta en ellibro Años de oprobio del doctor Gualberto Arcos.Tanta generosidad, naturalmente, tiene que ser re-compensada. Y hay que reconocer que en esto,Arroyo no es mezquino. Con mano pródiga les con-cede los privilegios que piden. Introduce a sus re-presentantes y funcionarios en las instituciones quepuede. Así, cuando crea durante su gobierno laCorporación Ecuatoriana de Fomento, la pone,prácticamente, bajo su dirección. Allí está, comoCodirector, William H. M. Burden, vicepresidentede South American Mines Company, matriz de laSouth American Development Company que tandesinteresadamente le gratifica mensualmente conmil sucres. Está también, un representante de laUnited Fruit, que ya entonces tiene múltiples inte-

Son los soldados del batallón “Febres Corde-ro” -parece que este nombre trae mala suerte- losencargados de la “limpieza”. Y claro, este encargo,no podía ser cumplido sin la aquiescencia del go-bierno, que no en vano está dirigido por el ingenieroPáez, solícito servidor de las empresas extranjerascomo ya se dijo.

El abogado de la SADC en esta etapa es nadamenos que el futuro presidente Carlos Arroyo delRío que gana S/. 1.000 mensuales por su ímprobotrabajo. Este sueldo se redondea con muchos otrosprovenientes igualmente de empresas extranjeras,pues son varias las que solicitan sus valiosos servi-cios, entre ellas la Anglo, la Sociedad Comercial An-glo – Ecuatoriana y la Standard Oil por ejemplo.Sus honorarios son tan jugosos que no acepta elcargo de embajador en Colombia que le ofrece elgeneral Enríquez, porque manifiesta que nadie lepuede indemnizar los S/. 15.000 que recibe cadames de parte de esas compañías, según consta en ellibro Años de oprobio del doctor Gualberto Arcos.Tanta generosidad, naturalmente, tiene que ser re-compensada. Y hay que reconocer que en esto,Arroyo no es mezquino. Con mano pródiga les con-cede los privilegios que piden. Introduce a sus re-presentantes y funcionarios en las instituciones quepuede. Así, cuando crea durante su gobierno laCorporación Ecuatoriana de Fomento, la pone,prácticamente, bajo su dirección. Allí está, comoCodirector, William H. M. Burden, vicepresidentede South American Mines Company, matriz de laSouth American Development Company que tandesinteresadamente le gratifica mensualmente conmil sucres. Está también, un representante de laUnited Fruit, que ya entonces tiene múltiples inte-

Son los soldados del batallón “Febres Corde-ro” -parece que este nombre trae mala suerte- losencargados de la “limpieza”. Y claro, este encargo,no podía ser cumplido sin la aquiescencia del go-bierno, que no en vano está dirigido por el ingenieroPáez, solícito servidor de las empresas extranjerascomo ya se dijo.

El abogado de la SADC en esta etapa es nadamenos que el futuro presidente Carlos Arroyo delRío que gana S/. 1.000 mensuales por su ímprobotrabajo. Este sueldo se redondea con muchos otrosprovenientes igualmente de empresas extranjeras,pues son varias las que solicitan sus valiosos servi-cios, entre ellas la Anglo, la Sociedad Comercial An-glo – Ecuatoriana y la Standard Oil por ejemplo.Sus honorarios son tan jugosos que no acepta elcargo de embajador en Colombia que le ofrece elgeneral Enríquez, porque manifiesta que nadie lepuede indemnizar los S/. 15.000 que recibe cadames de parte de esas compañías, según consta en ellibro Años de oprobio del doctor Gualberto Arcos.Tanta generosidad, naturalmente, tiene que ser re-compensada. Y hay que reconocer que en esto,Arroyo no es mezquino. Con mano pródiga les con-cede los privilegios que piden. Introduce a sus re-presentantes y funcionarios en las instituciones quepuede. Así, cuando crea durante su gobierno laCorporación Ecuatoriana de Fomento, la pone,prácticamente, bajo su dirección. Allí está, comoCodirector, William H. M. Burden, vicepresidentede South American Mines Company, matriz de laSouth American Development Company que tandesinteresadamente le gratifica mensualmente conmil sucres. Está también, un representante de laUnited Fruit, que ya entonces tiene múltiples inte-

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reses en nuestra patria. En suma, total comprensióny plena reciprocidad entre las partes.

Sigamos.La dictadura de Páez, felizmente, cae empuja-

da por sus propias culpas el 23 de octubre de 1937.El gobierno que le sucede, el del general Alber-

to Enríquez Gallo, es de naturaleza diferente. Apartede su generalizada tendencia progresista, se caracte-riza por su patriótico deseo de suprimir los abusos ylimitar las excesivas ganancias de las compañías ex-tranjeras. Un gobierno, en suma, dispuesto a velarpor el respeto a la soberanía nacional.

Primero, mediante decreto de 16 de febrero de1938, se declara que los contratos verificados con lascompañías que explotan cualquier ramo de la rique-za de nuestro país, son meras concesiones del Esta-do, el que, por lo mismo, tiene la facultad de revisar-los en cualquier tiempo si se considera que son lesi-vos para la nación. Y luego, en decreto de 2 de mar-zo, se dictan normas para la revisión anteriormenteestablecida. En el inciso a) de su Art. 2° se dice: “Lasconcesiones otorgadas en forma de contrato con an-terioridad al 16 de febrero del corriente año, estánsujetas a revisión para ajustar sus estipulaciones a lasque dispone en cada caso las Leyes vigentes, y, prin-cipalmente, para amoldarse a las disposiciones de lapresente Ley y a las conveniencias del país”.21

Sobre la base legal sentada por los decretos an-teriores se realizarán entonces, las revisiones necesa-rias para proteger los intereses del pueblo ecuatoria-no.

Antes de la revisión del contrato vigente con laSouth American, el 5 de enero de 1938, el gobiernopropone cuatro modificaciones substanciales:1° Que el impuesto a la producción se eleve del

6% al 12%, debiendo pagar el 10% anualmente

reses en nuestra patria. En suma, total comprensióny plena reciprocidad entre las partes.

Sigamos.La dictadura de Páez, felizmente, cae empuja-

da por sus propias culpas el 23 de octubre de 1937.El gobierno que le sucede, el del general Alber-

to Enríquez Gallo, es de naturaleza diferente. Apartede su generalizada tendencia progresista, se caracte-riza por su patriótico deseo de suprimir los abusos ylimitar las excesivas ganancias de las compañías ex-tranjeras. Un gobierno, en suma, dispuesto a velarpor el respeto a la soberanía nacional.

Primero, mediante decreto de 16 de febrero de1938, se declara que los contratos verificados con lascompañías que explotan cualquier ramo de la rique-za de nuestro país, son meras concesiones del Esta-do, el que, por lo mismo, tiene la facultad de revisar-los en cualquier tiempo si se considera que son lesi-vos para la nación. Y luego, en decreto de 2 de mar-zo, se dictan normas para la revisión anteriormenteestablecida. En el inciso a) de su Art. 2° se dice: “Lasconcesiones otorgadas en forma de contrato con an-terioridad al 16 de febrero del corriente año, estánsujetas a revisión para ajustar sus estipulaciones a lasque dispone en cada caso las Leyes vigentes, y, prin-cipalmente, para amoldarse a las disposiciones de lapresente Ley y a las conveniencias del país”.21

Sobre la base legal sentada por los decretos an-teriores se realizarán entonces, las revisiones necesa-rias para proteger los intereses del pueblo ecuatoria-no.

Antes de la revisión del contrato vigente con laSouth American, el 5 de enero de 1938, el gobiernopropone cuatro modificaciones substanciales:1° Que el impuesto a la producción se eleve del

6% al 12%, debiendo pagar el 10% anualmente

reses en nuestra patria. En suma, total comprensióny plena reciprocidad entre las partes.

Sigamos.La dictadura de Páez, felizmente, cae empuja-

da por sus propias culpas el 23 de octubre de 1937.El gobierno que le sucede, el del general Alber-

to Enríquez Gallo, es de naturaleza diferente. Apartede su generalizada tendencia progresista, se caracte-riza por su patriótico deseo de suprimir los abusos ylimitar las excesivas ganancias de las compañías ex-tranjeras. Un gobierno, en suma, dispuesto a velarpor el respeto a la soberanía nacional.

Primero, mediante decreto de 16 de febrero de1938, se declara que los contratos verificados con lascompañías que explotan cualquier ramo de la rique-za de nuestro país, son meras concesiones del Esta-do, el que, por lo mismo, tiene la facultad de revisar-los en cualquier tiempo si se considera que son lesi-vos para la nación. Y luego, en decreto de 2 de mar-zo, se dictan normas para la revisión anteriormenteestablecida. En el inciso a) de su Art. 2° se dice: “Lasconcesiones otorgadas en forma de contrato con an-terioridad al 16 de febrero del corriente año, estánsujetas a revisión para ajustar sus estipulaciones a lasque dispone en cada caso las Leyes vigentes, y, prin-cipalmente, para amoldarse a las disposiciones de lapresente Ley y a las conveniencias del país”.21

Sobre la base legal sentada por los decretos an-teriores se realizarán entonces, las revisiones necesa-rias para proteger los intereses del pueblo ecuatoria-no.

Antes de la revisión del contrato vigente con laSouth American, el 5 de enero de 1938, el gobiernopropone cuatro modificaciones substanciales:1° Que el impuesto a la producción se eleve del

6% al 12%, debiendo pagar el 10% anualmente

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y adelantar el 2% restante por el lapso de 15años.

2° Que se pague un impuesto de S/.50 por la ex-portación de cada kilo de tierra mineral.

3° Que seguirá rigiendo el impuesto a la renta.4° Que se elimina la exoneración de derechos

aduaneros para todos los artículos que se in-troduzcan al país para la explotación de susminas.

La compañía, por intermedio de su gerente ge-neral A.M. Tweedy, después de una extensa autoloaen que enumera los supuestos servicios otorgados alpaís, manifiesta que la compañía está en la imposibi-lidad de prescindir del actual contrato, pero... que sudeseo es seguir cooperando “y continuar el desarro-llo de la industria minera para beneficio mutuo delGobierno y de la Compañía”.22

La respuesta de Enríquez a ese sarcástico docu-mento tiene la dureza que merece. Se hace la historiade todos los contratos lesivos para el país y los me-dios non sanctos empleados para conseguirlos. Se re-cuerda la burla constante de los compromisos con-traídos. Se señala las ganancias excesivas obtenidasen perjuicio de nuestro pueblo. Y, por último,

se deja especial constancia que la Compañía,bajo ningún título podrá suspender los trabajos desus asientos mineros, ya que, de suceder esto, el Es-tado procederá a la inmediata nacionalización delas explotaciones, hoy a cargo de dicha empresa,sin perjuicio de hacer efectivas a ésta las responsa-bilidades legales que le conciernen a los subsidios aque tienen derecho los trabajadores que tuvieren otengan que permanecer desocupados.23

y adelantar el 2% restante por el lapso de 15años.

2° Que se pague un impuesto de S/.50 por la ex-portación de cada kilo de tierra mineral.

3° Que seguirá rigiendo el impuesto a la renta.4° Que se elimina la exoneración de derechos

aduaneros para todos los artículos que se in-troduzcan al país para la explotación de susminas.

La compañía, por intermedio de su gerente ge-neral A.M. Tweedy, después de una extensa autoloaen que enumera los supuestos servicios otorgados alpaís, manifiesta que la compañía está en la imposibi-lidad de prescindir del actual contrato, pero... que sudeseo es seguir cooperando “y continuar el desarro-llo de la industria minera para beneficio mutuo delGobierno y de la Compañía”.22

La respuesta de Enríquez a ese sarcástico docu-mento tiene la dureza que merece. Se hace la historiade todos los contratos lesivos para el país y los me-dios non sanctos empleados para conseguirlos. Se re-cuerda la burla constante de los compromisos con-traídos. Se señala las ganancias excesivas obtenidasen perjuicio de nuestro pueblo. Y, por último,

se deja especial constancia que la Compañía,bajo ningún título podrá suspender los trabajos desus asientos mineros, ya que, de suceder esto, el Es-tado procederá a la inmediata nacionalización delas explotaciones, hoy a cargo de dicha empresa,sin perjuicio de hacer efectivas a ésta las responsa-bilidades legales que le conciernen a los subsidios aque tienen derecho los trabajadores que tuvieren otengan que permanecer desocupados.23

y adelantar el 2% restante por el lapso de 15años.

2° Que se pague un impuesto de S/.50 por la ex-portación de cada kilo de tierra mineral.

3° Que seguirá rigiendo el impuesto a la renta.4° Que se elimina la exoneración de derechos

aduaneros para todos los artículos que se in-troduzcan al país para la explotación de susminas.

La compañía, por intermedio de su gerente ge-neral A.M. Tweedy, después de una extensa autoloaen que enumera los supuestos servicios otorgados alpaís, manifiesta que la compañía está en la imposibi-lidad de prescindir del actual contrato, pero... que sudeseo es seguir cooperando “y continuar el desarro-llo de la industria minera para beneficio mutuo delGobierno y de la Compañía”.22

La respuesta de Enríquez a ese sarcástico docu-mento tiene la dureza que merece. Se hace la historiade todos los contratos lesivos para el país y los me-dios non sanctos empleados para conseguirlos. Se re-cuerda la burla constante de los compromisos con-traídos. Se señala las ganancias excesivas obtenidasen perjuicio de nuestro pueblo. Y, por último,

se deja especial constancia que la Compañía,bajo ningún título podrá suspender los trabajos desus asientos mineros, ya que, de suceder esto, el Es-tado procederá a la inmediata nacionalización delas explotaciones, hoy a cargo de dicha empresa,sin perjuicio de hacer efectivas a ésta las responsa-bilidades legales que le conciernen a los subsidios aque tienen derecho los trabajadores que tuvieren otengan que permanecer desocupados.23

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Luego, como es costumbre de las compañíasextranjeras, la SADC pide ayuda a su gobierno. Este,en documento fechado en enero 28, manifiesta quese ha visto obligado a tomar cartas en el asunto por-que las acciones emprendidas empañan nuestra po-lítica, aunque comprende -se agrega melosamente-que ellas tienen por objeto aliviar la difícil situaciónfinanciera del país. Al final, calificando de drásticaslas modificaciones propuestas, se nos amenaza conla suspensión de las operaciones mineras.

Esta atrevida comunicación, suscrita por el Se-cretario de Estado Wells, tiene también la merecidaréplica. Se aclara, en primer lugar, que la revisión decontratos con las empresas foráneas no están origi-nadas por necesidades económicas, sino por gozar deprivilegios insoportables y atentatorios a los interesesnacionales. Y, seguidamente, se expresa que nuestrogobierno, “ni oficial ni oficiosamente acepta recla-maciones o intervenciones diplomáticas, porque laRepública ecuatoriana es soberana, libre e indepen-diente y porque las compañías extranjeras que se es-tablecen en el país lo hacen bajo el imperio de sus le-yes y a ellas se sujetan de acuerdo con las mismas”.24

Esta digna postura del gobierno del generalEnríquez contrasta con el servilismo de otros. Deaquellos incapaces de hacer respetar la soberanía pa-tria, dispuestos siempre a obedecer, humildemente,las imposiciones extranjeras. De aquéllos afectadosde ese tic, que obliga a la inclinación constante.

Esta pugna, al no haberse podido llegar a unarreglo debido a la tenaz resistencia ofrecida por laSADC, tiene su desenlace con la promulgación deldecreto dictado el 18 de febrero de 1938.

En sus considerandos se pone de manifiestoque el contrato de 1934 es lesivo para la economíadel país y que las utilidades que percibe la compañía

Luego, como es costumbre de las compañíasextranjeras, la SADC pide ayuda a su gobierno. Este,en documento fechado en enero 28, manifiesta quese ha visto obligado a tomar cartas en el asunto por-que las acciones emprendidas empañan nuestra po-lítica, aunque comprende -se agrega melosamente-que ellas tienen por objeto aliviar la difícil situaciónfinanciera del país. Al final, calificando de drásticaslas modificaciones propuestas, se nos amenaza conla suspensión de las operaciones mineras.

Esta atrevida comunicación, suscrita por el Se-cretario de Estado Wells, tiene también la merecidaréplica. Se aclara, en primer lugar, que la revisión decontratos con las empresas foráneas no están origi-nadas por necesidades económicas, sino por gozar deprivilegios insoportables y atentatorios a los interesesnacionales. Y, seguidamente, se expresa que nuestrogobierno, “ni oficial ni oficiosamente acepta recla-maciones o intervenciones diplomáticas, porque laRepública ecuatoriana es soberana, libre e indepen-diente y porque las compañías extranjeras que se es-tablecen en el país lo hacen bajo el imperio de sus le-yes y a ellas se sujetan de acuerdo con las mismas”.24

Esta digna postura del gobierno del generalEnríquez contrasta con el servilismo de otros. Deaquellos incapaces de hacer respetar la soberanía pa-tria, dispuestos siempre a obedecer, humildemente,las imposiciones extranjeras. De aquéllos afectadosde ese tic, que obliga a la inclinación constante.

Esta pugna, al no haberse podido llegar a unarreglo debido a la tenaz resistencia ofrecida por laSADC, tiene su desenlace con la promulgación deldecreto dictado el 18 de febrero de 1938.

En sus considerandos se pone de manifiestoque el contrato de 1934 es lesivo para la economíadel país y que las utilidades que percibe la compañía

Luego, como es costumbre de las compañíasextranjeras, la SADC pide ayuda a su gobierno. Este,en documento fechado en enero 28, manifiesta quese ha visto obligado a tomar cartas en el asunto por-que las acciones emprendidas empañan nuestra po-lítica, aunque comprende -se agrega melosamente-que ellas tienen por objeto aliviar la difícil situaciónfinanciera del país. Al final, calificando de drásticaslas modificaciones propuestas, se nos amenaza conla suspensión de las operaciones mineras.

Esta atrevida comunicación, suscrita por el Se-cretario de Estado Wells, tiene también la merecidaréplica. Se aclara, en primer lugar, que la revisión decontratos con las empresas foráneas no están origi-nadas por necesidades económicas, sino por gozar deprivilegios insoportables y atentatorios a los interesesnacionales. Y, seguidamente, se expresa que nuestrogobierno, “ni oficial ni oficiosamente acepta recla-maciones o intervenciones diplomáticas, porque laRepública ecuatoriana es soberana, libre e indepen-diente y porque las compañías extranjeras que se es-tablecen en el país lo hacen bajo el imperio de sus le-yes y a ellas se sujetan de acuerdo con las mismas”.24

Esta digna postura del gobierno del generalEnríquez contrasta con el servilismo de otros. Deaquellos incapaces de hacer respetar la soberanía pa-tria, dispuestos siempre a obedecer, humildemente,las imposiciones extranjeras. De aquéllos afectadosde ese tic, que obliga a la inclinación constante.

Esta pugna, al no haberse podido llegar a unarreglo debido a la tenaz resistencia ofrecida por laSADC, tiene su desenlace con la promulgación deldecreto dictado el 18 de febrero de 1938.

En sus considerandos se pone de manifiestoque el contrato de 1934 es lesivo para la economíadel país y que las utilidades que percibe la compañía

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no guardan una relación de equidad con lo que re-cauda el Estado.

La parte resolutiva contiene estas dos disposi-ciones principales:

Art. 1° La contribución que pagará la SouthAmerican Development Company será el doce porciento sobre el producto bruto de las minas, a par-tir del primer trimestre de este año.

Art. 3° En todo lo demás, la Compañía esta-rá sujeta a las normas de la concesión de 8 de ma-yo de 1934 y a las disposiciones del Decreto supre-mo N° 124, de 30 de diciembre de 1937, sobre libe-raciones aduaneras.25

También se multa a la compañía por hacer cir-cular en sus campamentos letras de cambio “que sir-ven como moneda contra las terminantes prohibi-ciones de las Leyes de Monedas de 4 de marzo de1927 y de 30 de diciembre de 1937”.26 Esto significa,que durante diez años por lo menos, se venía burlan-do las leyes ecuatorianas relacionadas con la moneda.

Lo conseguido, -que no es mucho desde luego-tiene sin embargo una enorme importancia, puesaparte del beneficio económico que entrañan las re-formas, ellas ponen coto a la arbitrariedad y prepo-tencia de las compañías extranjeras. Antes, segúnconsta en un manifiesto de la Asociación SindicalObrera de Portovelo de 30 de junio de 1935, el ge-rente de la SADC se expresaba así: “fuera del Ecua-dor me habría visto obligado a respetar sus leyes ycumplir el contrato celebrado... en territorio ecuato-riano es otra cosa, aquí hago y deshago con un pu-ñado de oro”.27 Este insolente lenguaje, difícilmentepodrá repetirse.

no guardan una relación de equidad con lo que re-cauda el Estado.

La parte resolutiva contiene estas dos disposi-ciones principales:

Art. 1° La contribución que pagará la SouthAmerican Development Company será el doce porciento sobre el producto bruto de las minas, a par-tir del primer trimestre de este año.

Art. 3° En todo lo demás, la Compañía esta-rá sujeta a las normas de la concesión de 8 de ma-yo de 1934 y a las disposiciones del Decreto supre-mo N° 124, de 30 de diciembre de 1937, sobre libe-raciones aduaneras.25

También se multa a la compañía por hacer cir-cular en sus campamentos letras de cambio “que sir-ven como moneda contra las terminantes prohibi-ciones de las Leyes de Monedas de 4 de marzo de1927 y de 30 de diciembre de 1937”.26 Esto significa,que durante diez años por lo menos, se venía burlan-do las leyes ecuatorianas relacionadas con la moneda.

Lo conseguido, -que no es mucho desde luego-tiene sin embargo una enorme importancia, puesaparte del beneficio económico que entrañan las re-formas, ellas ponen coto a la arbitrariedad y prepo-tencia de las compañías extranjeras. Antes, segúnconsta en un manifiesto de la Asociación SindicalObrera de Portovelo de 30 de junio de 1935, el ge-rente de la SADC se expresaba así: “fuera del Ecua-dor me habría visto obligado a respetar sus leyes ycumplir el contrato celebrado... en territorio ecuato-riano es otra cosa, aquí hago y deshago con un pu-ñado de oro”.27 Este insolente lenguaje, difícilmentepodrá repetirse.

no guardan una relación de equidad con lo que re-cauda el Estado.

La parte resolutiva contiene estas dos disposi-ciones principales:

Art. 1° La contribución que pagará la SouthAmerican Development Company será el doce porciento sobre el producto bruto de las minas, a par-tir del primer trimestre de este año.

Art. 3° En todo lo demás, la Compañía esta-rá sujeta a las normas de la concesión de 8 de ma-yo de 1934 y a las disposiciones del Decreto supre-mo N° 124, de 30 de diciembre de 1937, sobre libe-raciones aduaneras.25

También se multa a la compañía por hacer cir-cular en sus campamentos letras de cambio “que sir-ven como moneda contra las terminantes prohibi-ciones de las Leyes de Monedas de 4 de marzo de1927 y de 30 de diciembre de 1937”.26 Esto significa,que durante diez años por lo menos, se venía burlan-do las leyes ecuatorianas relacionadas con la moneda.

Lo conseguido, -que no es mucho desde luego-tiene sin embargo una enorme importancia, puesaparte del beneficio económico que entrañan las re-formas, ellas ponen coto a la arbitrariedad y prepo-tencia de las compañías extranjeras. Antes, segúnconsta en un manifiesto de la Asociación SindicalObrera de Portovelo de 30 de junio de 1935, el ge-rente de la SADC se expresaba así: “fuera del Ecua-dor me habría visto obligado a respetar sus leyes ycumplir el contrato celebrado... en territorio ecuato-riano es otra cosa, aquí hago y deshago con un pu-ñado de oro”.27 Este insolente lenguaje, difícilmentepodrá repetirse.

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No se crea, empero, que fue fácil alcanzar estasconquistas. Ya hablamos de la intervención del go-bierno yanqui. A esto se suma la terca oposición dela compañía, que mueve toda clase de influenciaspara mantener sus injustos privilegios, hasta talpunto, que se tiene que movilizar fuerza armada a lapoblación de Zaruma. Ahora, nuestros soldados, yano están a disposición de la compañía como en laépoca de Páez.

El pueblo juega un papel fundamental en estapatriótica batalla. Movilizado por los partidos de iz-quierda -Socialista, Comunista y Vanguardia Revo-lucionaria- se hace presente en las calles y plazas pa-ra apoyar las medidas del gobierno. Sin su aliento vi-brante, sin su puño levantado, es seguro que la em-presa extranjera y sus aliados criollos habrían burla-do una vez más nuestros derechos.

Las ventajas económicas que se consiguen conla revisión de los contratos, son notorias. En la Me-moria que presenta el general Enríquez a la Asam-blea Constituyente de 1938, 28 se dice:

Se calcula que, aproximadamente, las diferen-cias favorables que los nuevos impuestos que paga-rán este año las Compañías Mineras “Anglo Ecuado-rian Oilfields Limited” y South American Develop-ment Company” con relación a lo que pagaban enaños anteriores, son las siguientes:

Anglo Ecuadorian Oilfields Limited S/.5.282.851,39South American Development Company. S/.1.989.341,31Total S/.7.272.198,70

A la suma indicada, habría que añadir lo quese obtiene de la revisión de los contratos de varias

No se crea, empero, que fue fácil alcanzar estasconquistas. Ya hablamos de la intervención del go-bierno yanqui. A esto se suma la terca oposición dela compañía, que mueve toda clase de influenciaspara mantener sus injustos privilegios, hasta talpunto, que se tiene que movilizar fuerza armada a lapoblación de Zaruma. Ahora, nuestros soldados, yano están a disposición de la compañía como en laépoca de Páez.

El pueblo juega un papel fundamental en estapatriótica batalla. Movilizado por los partidos de iz-quierda -Socialista, Comunista y Vanguardia Revo-lucionaria- se hace presente en las calles y plazas pa-ra apoyar las medidas del gobierno. Sin su aliento vi-brante, sin su puño levantado, es seguro que la em-presa extranjera y sus aliados criollos habrían burla-do una vez más nuestros derechos.

Las ventajas económicas que se consiguen conla revisión de los contratos, son notorias. En la Me-moria que presenta el general Enríquez a la Asam-blea Constituyente de 1938, 28 se dice:

Se calcula que, aproximadamente, las diferen-cias favorables que los nuevos impuestos que paga-rán este año las Compañías Mineras “Anglo Ecuado-rian Oilfields Limited” y South American Develop-ment Company” con relación a lo que pagaban enaños anteriores, son las siguientes:

Anglo Ecuadorian Oilfields Limited S/.5.282.851,39South American Development Company. S/.1.989.341,31Total S/.7.272.198,70

A la suma indicada, habría que añadir lo quese obtiene de la revisión de los contratos de varias

No se crea, empero, que fue fácil alcanzar estasconquistas. Ya hablamos de la intervención del go-bierno yanqui. A esto se suma la terca oposición dela compañía, que mueve toda clase de influenciaspara mantener sus injustos privilegios, hasta talpunto, que se tiene que movilizar fuerza armada a lapoblación de Zaruma. Ahora, nuestros soldados, yano están a disposición de la compañía como en laépoca de Páez.

El pueblo juega un papel fundamental en estapatriótica batalla. Movilizado por los partidos de iz-quierda -Socialista, Comunista y Vanguardia Revo-lucionaria- se hace presente en las calles y plazas pa-ra apoyar las medidas del gobierno. Sin su aliento vi-brante, sin su puño levantado, es seguro que la em-presa extranjera y sus aliados criollos habrían burla-do una vez más nuestros derechos.

Las ventajas económicas que se consiguen conla revisión de los contratos, son notorias. En la Me-moria que presenta el general Enríquez a la Asam-blea Constituyente de 1938, 28 se dice:

Se calcula que, aproximadamente, las diferen-cias favorables que los nuevos impuestos que paga-rán este año las Compañías Mineras “Anglo Ecuado-rian Oilfields Limited” y South American Develop-ment Company” con relación a lo que pagaban enaños anteriores, son las siguientes:

Anglo Ecuadorian Oilfields Limited S/.5.282.851,39South American Development Company. S/.1.989.341,31Total S/.7.272.198,70

A la suma indicada, habría que añadir lo quese obtiene de la revisión de los contratos de varias

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otras compañías extranjeras. Así mismo, aparte delos ingresos provenientes de los nuevos impuestos,se tiene que agregar también aquellos generados porla supresión de las liberaciones aduaneras, que sonsignificativas.

Desgraciadamente, a este gobierno le sucedeotro dominado por sirvientes de esas empresas que,sin perder tiempo, emprenden en la tarea de la res-titución de algunos privilegios por lo menos. El ge-neral Enríquez, en un manifiesto A la Nación publi-cado el 19 de setiembre de 1939, denuncia así estoshechos:

El país debe recordar que en mi administra-ción se derogaron las disposiciones legales que exo-neraban de derechos aduaneros a las Compañíasextranjeras; y esto acrecentó en catorce millones desucres los ingresos fiscales por ese concepto. ElCongreso Extraordinario de Febrero de este añootorgó nuevamente esta prerrogativa; y para enga-ñar a la ciudadanía y conquistar simpatías paraCompañías defendidas por el doctor Arroyo delRío, estas concedieron un empréstito por cuatromillones de sucres que hay que pagarlos.29

Otra vez Arroyo del Río. Él es el que manda enesta época, y como presidente de la Cámara del Se-nado, aprovecha de ese cargo para legislar en favorde sus clientes, de los que recibe, según afirma Enrí-quez en el manifiesto mencionado, la pingüe sumade quince mil sucres mensuales.

En 1950 -diez años antes del término del con-trato- La South American abandona el país. Las mi-nas agotadas, ya no producen lo que su voracidadrequiere. 1.300 obreros quedan en la desocupación

otras compañías extranjeras. Así mismo, aparte delos ingresos provenientes de los nuevos impuestos,se tiene que agregar también aquellos generados porla supresión de las liberaciones aduaneras, que sonsignificativas.

Desgraciadamente, a este gobierno le sucedeotro dominado por sirvientes de esas empresas que,sin perder tiempo, emprenden en la tarea de la res-titución de algunos privilegios por lo menos. El ge-neral Enríquez, en un manifiesto A la Nación publi-cado el 19 de setiembre de 1939, denuncia así estoshechos:

El país debe recordar que en mi administra-ción se derogaron las disposiciones legales que exo-neraban de derechos aduaneros a las Compañíasextranjeras; y esto acrecentó en catorce millones desucres los ingresos fiscales por ese concepto. ElCongreso Extraordinario de Febrero de este añootorgó nuevamente esta prerrogativa; y para enga-ñar a la ciudadanía y conquistar simpatías paraCompañías defendidas por el doctor Arroyo delRío, estas concedieron un empréstito por cuatromillones de sucres que hay que pagarlos.29

Otra vez Arroyo del Río. Él es el que manda enesta época, y como presidente de la Cámara del Se-nado, aprovecha de ese cargo para legislar en favorde sus clientes, de los que recibe, según afirma Enrí-quez en el manifiesto mencionado, la pingüe sumade quince mil sucres mensuales.

En 1950 -diez años antes del término del con-trato- La South American abandona el país. Las mi-nas agotadas, ya no producen lo que su voracidadrequiere. 1.300 obreros quedan en la desocupación

otras compañías extranjeras. Así mismo, aparte delos ingresos provenientes de los nuevos impuestos,se tiene que agregar también aquellos generados porla supresión de las liberaciones aduaneras, que sonsignificativas.

Desgraciadamente, a este gobierno le sucedeotro dominado por sirvientes de esas empresas que,sin perder tiempo, emprenden en la tarea de la res-titución de algunos privilegios por lo menos. El ge-neral Enríquez, en un manifiesto A la Nación publi-cado el 19 de setiembre de 1939, denuncia así estoshechos:

El país debe recordar que en mi administra-ción se derogaron las disposiciones legales que exo-neraban de derechos aduaneros a las Compañíasextranjeras; y esto acrecentó en catorce millones desucres los ingresos fiscales por ese concepto. ElCongreso Extraordinario de Febrero de este añootorgó nuevamente esta prerrogativa; y para enga-ñar a la ciudadanía y conquistar simpatías paraCompañías defendidas por el doctor Arroyo delRío, estas concedieron un empréstito por cuatromillones de sucres que hay que pagarlos.29

Otra vez Arroyo del Río. Él es el que manda enesta época, y como presidente de la Cámara del Se-nado, aprovecha de ese cargo para legislar en favorde sus clientes, de los que recibe, según afirma Enrí-quez en el manifiesto mencionado, la pingüe sumade quince mil sucres mensuales.

En 1950 -diez años antes del término del con-trato- La South American abandona el país. Las mi-nas agotadas, ya no producen lo que su voracidadrequiere. 1.300 obreros quedan en la desocupación

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para ser víctimas del hambre, junto a sus familiares.Para la nación, nada de beneficio.

Si, para la nación, nada de beneficio. Y esto nolo decimos solo nosotros, sino también un ex –ge-rente general del Banco Central, el señor EduardoLarrea Stacey. En su libro Evolución política del Ban-co Central del Ecuador apunta lo siguiente:

Había petróleo y había explotación de oro.La primera actividad concentrada en La Libertadpor la Compañía Anglo Ecuatoriana y la segundaconcentrada en Zaruma. Pero ni la una ni la otratenían necesidad de crédito. Sus relaciones con elBanco Central casi eran nulas, pues la explotaciónde petróleo apenas vendía una bajísima suma degiros oro procedentes de venta del crudo en el exte-rior. Las minas de oro, ni siquiera eso ofrecía alBanco Central. En definitiva, la explotación deesos dos recursos naturales no daban provecho al-guno para el país, excepto el trabajo que propor-cionaban a trabajadores y mineros.30

Hoy, en la prieta entraña de la tierra, sólo que-dan oscuras y largas galerías que amenazan, comonueva espada de Damocles, sepultar entre escom-bros, la bella ciudad de Zaruma. Quedan todavía losdescendientes de los antiguos mineros, que buscanpara subsistir, algún residuo del precioso metal olvi-dado en recónditas cavernas o esparcido en las are-nas del río. Todo, a riesgo de sus propias vidas, en-venenadas paulatinamente con las emanaciones delmercurio.

Esta es -pasando por alto muchos latrocinios yatropellos en aras de la brevedad- la negra historiade la South American Development Company, sub-

para ser víctimas del hambre, junto a sus familiares.Para la nación, nada de beneficio.

Si, para la nación, nada de beneficio. Y esto nolo decimos solo nosotros, sino también un ex –ge-rente general del Banco Central, el señor EduardoLarrea Stacey. En su libro Evolución política del Ban-co Central del Ecuador apunta lo siguiente:

Había petróleo y había explotación de oro.La primera actividad concentrada en La Libertadpor la Compañía Anglo Ecuatoriana y la segundaconcentrada en Zaruma. Pero ni la una ni la otratenían necesidad de crédito. Sus relaciones con elBanco Central casi eran nulas, pues la explotaciónde petróleo apenas vendía una bajísima suma degiros oro procedentes de venta del crudo en el exte-rior. Las minas de oro, ni siquiera eso ofrecía alBanco Central. En definitiva, la explotación deesos dos recursos naturales no daban provecho al-guno para el país, excepto el trabajo que propor-cionaban a trabajadores y mineros.30

Hoy, en la prieta entraña de la tierra, sólo que-dan oscuras y largas galerías que amenazan, comonueva espada de Damocles, sepultar entre escom-bros, la bella ciudad de Zaruma. Quedan todavía losdescendientes de los antiguos mineros, que buscanpara subsistir, algún residuo del precioso metal olvi-dado en recónditas cavernas o esparcido en las are-nas del río. Todo, a riesgo de sus propias vidas, en-venenadas paulatinamente con las emanaciones delmercurio.

Esta es -pasando por alto muchos latrocinios yatropellos en aras de la brevedad- la negra historiade la South American Development Company, sub-

para ser víctimas del hambre, junto a sus familiares.Para la nación, nada de beneficio.

Si, para la nación, nada de beneficio. Y esto nolo decimos solo nosotros, sino también un ex –ge-rente general del Banco Central, el señor EduardoLarrea Stacey. En su libro Evolución política del Ban-co Central del Ecuador apunta lo siguiente:

Había petróleo y había explotación de oro.La primera actividad concentrada en La Libertadpor la Compañía Anglo Ecuatoriana y la segundaconcentrada en Zaruma. Pero ni la una ni la otratenían necesidad de crédito. Sus relaciones con elBanco Central casi eran nulas, pues la explotaciónde petróleo apenas vendía una bajísima suma degiros oro procedentes de venta del crudo en el exte-rior. Las minas de oro, ni siquiera eso ofrecía alBanco Central. En definitiva, la explotación deesos dos recursos naturales no daban provecho al-guno para el país, excepto el trabajo que propor-cionaban a trabajadores y mineros.30

Hoy, en la prieta entraña de la tierra, sólo que-dan oscuras y largas galerías que amenazan, comonueva espada de Damocles, sepultar entre escom-bros, la bella ciudad de Zaruma. Quedan todavía losdescendientes de los antiguos mineros, que buscanpara subsistir, algún residuo del precioso metal olvi-dado en recónditas cavernas o esparcido en las are-nas del río. Todo, a riesgo de sus propias vidas, en-venenadas paulatinamente con las emanaciones delmercurio.

Esta es -pasando por alto muchos latrocinios yatropellos en aras de la brevedad- la negra historiade la South American Development Company, sub-

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sidiaria de la Vandervild, tentáculo poderoso del im-perialismo yanqui.

Ahora, cuando los neoliberales de alma libane-sa pregonan a tambor batiente las excelencias del ca-pital extranjero, conviene recordar esta historia.

Ahora, cuando se quiere entregar las empresaspúblicas a los consorcios internacionales concedién-doles parecidos privilegios a los de antaño, convienerecordar esta historia.

Ahora, en fin, cuando a pretexto de moderni-zación, se quiere remachar las cadenas del coloniajesobre el cuerpo exhausto de la patria, conviene re-cordar esta historia.

El olvido, la desmemoria, sería traición a nues-tro pueblo. Complicidad en el atraco y el saqueo.

Notas:

1 César Dávila Andrade, Boletín y Elegía de las mitas,Casa de Cultura Núcleo del Azuay, Cuenca, 1960,p.26.

2 Archivo del autor.3 Teodoro Wolf, Geografía y Geología del Ecuador,

Editorial de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Qui-to, 1975, p. 689.

4 Memorandum. El Gobierno del Ecuador y la SouthAmerican Development Company, Imprenta del Mi-nisterio de Gobierno, Quito, 1938, p. 23.

5 Anuario de legislación ecuatoriana. 1910, Imprenta yEncuadernación Nacionales, Quito, 1911, p.43.

6 Documentos relativos a los contratos celebrados por elGobierno del Ecuador con The South American De-velopment Company para la construcción de un Ca-mino de herradura desde Portovelo a Santa Rosa,Imprenta Municipal, Quito, s. f., p. 15.

7 Memorandum...,op. cit., pp. 24-25.

sidiaria de la Vandervild, tentáculo poderoso del im-perialismo yanqui.

Ahora, cuando los neoliberales de alma libane-sa pregonan a tambor batiente las excelencias del ca-pital extranjero, conviene recordar esta historia.

Ahora, cuando se quiere entregar las empresaspúblicas a los consorcios internacionales concedién-doles parecidos privilegios a los de antaño, convienerecordar esta historia.

Ahora, en fin, cuando a pretexto de moderni-zación, se quiere remachar las cadenas del coloniajesobre el cuerpo exhausto de la patria, conviene re-cordar esta historia.

El olvido, la desmemoria, sería traición a nues-tro pueblo. Complicidad en el atraco y el saqueo.

Notas:

1 César Dávila Andrade, Boletín y Elegía de las mitas,Casa de Cultura Núcleo del Azuay, Cuenca, 1960,p.26.

2 Archivo del autor.3 Teodoro Wolf, Geografía y Geología del Ecuador,

Editorial de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Qui-to, 1975, p. 689.

4 Memorandum. El Gobierno del Ecuador y la SouthAmerican Development Company, Imprenta del Mi-nisterio de Gobierno, Quito, 1938, p. 23.

5 Anuario de legislación ecuatoriana. 1910, Imprenta yEncuadernación Nacionales, Quito, 1911, p.43.

6 Documentos relativos a los contratos celebrados por elGobierno del Ecuador con The South American De-velopment Company para la construcción de un Ca-mino de herradura desde Portovelo a Santa Rosa,Imprenta Municipal, Quito, s. f., p. 15.

7 Memorandum...,op. cit., pp. 24-25.

sidiaria de la Vandervild, tentáculo poderoso del im-perialismo yanqui.

Ahora, cuando los neoliberales de alma libane-sa pregonan a tambor batiente las excelencias del ca-pital extranjero, conviene recordar esta historia.

Ahora, cuando se quiere entregar las empresaspúblicas a los consorcios internacionales concedién-doles parecidos privilegios a los de antaño, convienerecordar esta historia.

Ahora, en fin, cuando a pretexto de moderni-zación, se quiere remachar las cadenas del coloniajesobre el cuerpo exhausto de la patria, conviene re-cordar esta historia.

El olvido, la desmemoria, sería traición a nues-tro pueblo. Complicidad en el atraco y el saqueo.

Notas:

1 César Dávila Andrade, Boletín y Elegía de las mitas,Casa de Cultura Núcleo del Azuay, Cuenca, 1960,p.26.

2 Archivo del autor.3 Teodoro Wolf, Geografía y Geología del Ecuador,

Editorial de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Qui-to, 1975, p. 689.

4 Memorandum. El Gobierno del Ecuador y la SouthAmerican Development Company, Imprenta del Mi-nisterio de Gobierno, Quito, 1938, p. 23.

5 Anuario de legislación ecuatoriana. 1910, Imprenta yEncuadernación Nacionales, Quito, 1911, p.43.

6 Documentos relativos a los contratos celebrados por elGobierno del Ecuador con The South American De-velopment Company para la construcción de un Ca-mino de herradura desde Portovelo a Santa Rosa,Imprenta Municipal, Quito, s. f., p. 15.

7 Memorandum...,op. cit., pp. 24-25.

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8 Informe que presenta a la Nación el Dr. FranciscoOchoa Ortiz, Ministro de lo Interior, Policía, Munici-palidades, Obras Públicas, Correos, Telégrafos, Telé-fonos, etc., Talleres Tipográficos Nacionales, Quito,1924, p. 109.

9 K. von Friede (Clotario Paz), Crónicas fugaces, Im-prenta La Reforma, Guayaquil, 1930, p. 28.

10 Ricardo A. Paredes, Oro y sangre en Portovelo, Edi-torial Artes Gráficas, Quito, 1938, p. 164.

11 Anuario de Legislación Ecuatoriana. Volumen 27.Primera Parte, Imprenta Nacional, Quito, 1931, p.334.

12 Ricardo Paredes, op. cit., p. 156.13 Pablo Neruda, Canto General, Editorial Bruguera

S.A., Barcelona, 1980, p. 176.14 Memorandum...,op. cit., p. 29.15 Angel F. Rojas, Curipamba, Publicaciones del Cole-

gio Nacional “Bernardo Valdivieso”, Loja, 1983,p.31.

16 Ing. Federico Páez, Explico, Editorial de El Comer-cio, Quito, 1939, p. 30.

17 Instituto Nacional de Previsión, Boletín del Depar-tamento Médico-Social N° 2, Quito, Julio de 1937,p.23.

18 Idem, p.33.19 Alberto Acosta, Lautaro Ojeda, Privatización, Cen-

tro de Educación Popular, Quito, 1993, pp. 39-40.20 Angel F. Rojas, op. cit., p. 366.21 Registro Oficial No. 110 , Quito, 9 de marzo de

1938.22 Memorandum..., op. cit., pp. 19-20.23 Idem, p. 33.24 Ricardo A. Paredes, op. cit., p. 179.25 Registro Oficial N° 109, Quito, 8 de marzo de 1938.26 Registro Oficial N°s 78-79, Quito, 28 y 29 de enero

de 1938.27 Luis Maldonado E., Socialismo Ecuatoriano, Edito-

rial “Páginas Selectas”, Guayaquil, 1935, p. 7.

8 Informe que presenta a la Nación el Dr. FranciscoOchoa Ortiz, Ministro de lo Interior, Policía, Munici-palidades, Obras Públicas, Correos, Telégrafos, Telé-fonos, etc., Talleres Tipográficos Nacionales, Quito,1924, p. 109.

9 K. von Friede (Clotario Paz), Crónicas fugaces, Im-prenta La Reforma, Guayaquil, 1930, p. 28.

10 Ricardo A. Paredes, Oro y sangre en Portovelo, Edi-torial Artes Gráficas, Quito, 1938, p. 164.

11 Anuario de Legislación Ecuatoriana. Volumen 27.Primera Parte, Imprenta Nacional, Quito, 1931, p.334.

12 Ricardo Paredes, op. cit., p. 156.13 Pablo Neruda, Canto General, Editorial Bruguera

S.A., Barcelona, 1980, p. 176.14 Memorandum...,op. cit., p. 29.15 Angel F. Rojas, Curipamba, Publicaciones del Cole-

gio Nacional “Bernardo Valdivieso”, Loja, 1983,p.31.

16 Ing. Federico Páez, Explico, Editorial de El Comer-cio, Quito, 1939, p. 30.

17 Instituto Nacional de Previsión, Boletín del Depar-tamento Médico-Social N° 2, Quito, Julio de 1937,p.23.

18 Idem, p.33.19 Alberto Acosta, Lautaro Ojeda, Privatización, Cen-

tro de Educación Popular, Quito, 1993, pp. 39-40.20 Angel F. Rojas, op. cit., p. 366.21 Registro Oficial No. 110 , Quito, 9 de marzo de

1938.22 Memorandum..., op. cit., pp. 19-20.23 Idem, p. 33.24 Ricardo A. Paredes, op. cit., p. 179.25 Registro Oficial N° 109, Quito, 8 de marzo de 1938.26 Registro Oficial N°s 78-79, Quito, 28 y 29 de enero

de 1938.27 Luis Maldonado E., Socialismo Ecuatoriano, Edito-

rial “Páginas Selectas”, Guayaquil, 1935, p. 7.

8 Informe que presenta a la Nación el Dr. FranciscoOchoa Ortiz, Ministro de lo Interior, Policía, Munici-palidades, Obras Públicas, Correos, Telégrafos, Telé-fonos, etc., Talleres Tipográficos Nacionales, Quito,1924, p. 109.

9 K. von Friede (Clotario Paz), Crónicas fugaces, Im-prenta La Reforma, Guayaquil, 1930, p. 28.

10 Ricardo A. Paredes, Oro y sangre en Portovelo, Edi-torial Artes Gráficas, Quito, 1938, p. 164.

11 Anuario de Legislación Ecuatoriana. Volumen 27.Primera Parte, Imprenta Nacional, Quito, 1931, p.334.

12 Ricardo Paredes, op. cit., p. 156.13 Pablo Neruda, Canto General, Editorial Bruguera

S.A., Barcelona, 1980, p. 176.14 Memorandum...,op. cit., p. 29.15 Angel F. Rojas, Curipamba, Publicaciones del Cole-

gio Nacional “Bernardo Valdivieso”, Loja, 1983,p.31.

16 Ing. Federico Páez, Explico, Editorial de El Comer-cio, Quito, 1939, p. 30.

17 Instituto Nacional de Previsión, Boletín del Depar-tamento Médico-Social N° 2, Quito, Julio de 1937,p.23.

18 Idem, p.33.19 Alberto Acosta, Lautaro Ojeda, Privatización, Cen-

tro de Educación Popular, Quito, 1993, pp. 39-40.20 Angel F. Rojas, op. cit., p. 366.21 Registro Oficial No. 110 , Quito, 9 de marzo de

1938.22 Memorandum..., op. cit., pp. 19-20.23 Idem, p. 33.24 Ricardo A. Paredes, op. cit., p. 179.25 Registro Oficial N° 109, Quito, 8 de marzo de 1938.26 Registro Oficial N°s 78-79, Quito, 28 y 29 de enero

de 1938.27 Luis Maldonado E., Socialismo Ecuatoriano, Edito-

rial “Páginas Selectas”, Guayaquil, 1935, p. 7.

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28 Memoria que el Señor General G. Alberto EnríquezG., Jefe Supremo de la República presenta a la Hono-rable Asamblea Nacional Constituyente sobre las la-bores desarrolladas en su administración, Imprentadel Ministerio de Gobierno, Quito, 1938, p. 17.

29 Gualberto Arcos, Años de oprobio, Imprenta Fer-nández, Quito, 1940, p. 32.

30 Eduardo Larrea Stacey, Evolución de la política delBanco Central Del Ecuador. 1927 – 1987, BancoCentral del Ecuador, Quito, 1990, p. 43.

28 Memoria que el Señor General G. Alberto EnríquezG., Jefe Supremo de la República presenta a la Hono-rable Asamblea Nacional Constituyente sobre las la-bores desarrolladas en su administración, Imprentadel Ministerio de Gobierno, Quito, 1938, p. 17.

29 Gualberto Arcos, Años de oprobio, Imprenta Fer-nández, Quito, 1940, p. 32.

30 Eduardo Larrea Stacey, Evolución de la política delBanco Central Del Ecuador. 1927 – 1987, BancoCentral del Ecuador, Quito, 1990, p. 43.

28 Memoria que el Señor General G. Alberto EnríquezG., Jefe Supremo de la República presenta a la Hono-rable Asamblea Nacional Constituyente sobre las la-bores desarrolladas en su administración, Imprentadel Ministerio de Gobierno, Quito, 1938, p. 17.

29 Gualberto Arcos, Años de oprobio, Imprenta Fer-nández, Quito, 1940, p. 32.

30 Eduardo Larrea Stacey, Evolución de la política delBanco Central Del Ecuador. 1927 – 1987, BancoCentral del Ecuador, Quito, 1990, p. 43.

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Historia de la Compañía“Anglo Ecuadorian Oilfields Limited”

La historia del petróleo -el oro negro- es unahistoria salpicada con la sangre de innumerablespueblos. Las grandes compañías, a lo largo y a lo an-cho de los continentes, se han disputado a dentella-das las tierras petrolíferas, sin que siquiera el crimenpueda detener su codicia desmedida. Todo, por unasimple razón: las inmensas ganancias que produce,objetivo primordial del capitalismo.

El grandor de esas ganancias proviene de la ne-cesidad indispensable de este singular producto. Nose puede concebir la vida moderna sin los artículosprocedentes del petróleo: fibras textiles, una infinitavariedad de plásticos, abonos, insecticidas, cauchosintético, aceites, barnices, tintas, cremas de belleza yhasta alimentos... Se calcula en cerca de 300.000 losproductos extraídos de este oro negro, más valiosoquizás que el oro auténtico.

Y a lado de todo lo anterior, otra fuente por-tentosa de riqueza: la energía producida por sus de-rivados. Gran cantidad de máquinas funcionan conella. Todos los medios de transporte -terrestres, ma-rítimos y aéreos- ahora se mueven con su fuerza.Ford sin petróleo jamás hubiera podido crear su im-perio automovilístico.

Historia de la Compañía“Anglo Ecuadorian Oilfields Limited”

La historia del petróleo -el oro negro- es unahistoria salpicada con la sangre de innumerablespueblos. Las grandes compañías, a lo largo y a lo an-cho de los continentes, se han disputado a dentella-das las tierras petrolíferas, sin que siquiera el crimenpueda detener su codicia desmedida. Todo, por unasimple razón: las inmensas ganancias que produce,objetivo primordial del capitalismo.

El grandor de esas ganancias proviene de la ne-cesidad indispensable de este singular producto. Nose puede concebir la vida moderna sin los artículosprocedentes del petróleo: fibras textiles, una infinitavariedad de plásticos, abonos, insecticidas, cauchosintético, aceites, barnices, tintas, cremas de belleza yhasta alimentos... Se calcula en cerca de 300.000 losproductos extraídos de este oro negro, más valiosoquizás que el oro auténtico.

Y a lado de todo lo anterior, otra fuente por-tentosa de riqueza: la energía producida por sus de-rivados. Gran cantidad de máquinas funcionan conella. Todos los medios de transporte -terrestres, ma-rítimos y aéreos- ahora se mueven con su fuerza.Ford sin petróleo jamás hubiera podido crear su im-perio automovilístico.

Historia de la Compañía“Anglo Ecuadorian Oilfields Limited”

La historia del petróleo -el oro negro- es unahistoria salpicada con la sangre de innumerablespueblos. Las grandes compañías, a lo largo y a lo an-cho de los continentes, se han disputado a dentella-das las tierras petrolíferas, sin que siquiera el crimenpueda detener su codicia desmedida. Todo, por unasimple razón: las inmensas ganancias que produce,objetivo primordial del capitalismo.

El grandor de esas ganancias proviene de la ne-cesidad indispensable de este singular producto. Nose puede concebir la vida moderna sin los artículosprocedentes del petróleo: fibras textiles, una infinitavariedad de plásticos, abonos, insecticidas, cauchosintético, aceites, barnices, tintas, cremas de belleza yhasta alimentos... Se calcula en cerca de 300.000 losproductos extraídos de este oro negro, más valiosoquizás que el oro auténtico.

Y a lado de todo lo anterior, otra fuente por-tentosa de riqueza: la energía producida por sus de-rivados. Gran cantidad de máquinas funcionan conella. Todos los medios de transporte -terrestres, ma-rítimos y aéreos- ahora se mueven con su fuerza.Ford sin petróleo jamás hubiera podido crear su im-perio automovilístico.

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No es de extrañar, siendo esto así, la pugna amuerte de las compañías petroleras, sobre todo en-tre las inglesas y norteamericanas, adueñadas de lamayoría del petróleo existente en la tierra. Están di-rigidas por dos grandes capitanes de la industria:Deterding y Rockefeller. Las ambiciones de ambosson ilímites. Ambos son magos en el arte de ganardinero y ninguno tiene escrúpulos para obtenerlo.

Empero, grandes financistas como son, prontocomprenden que la guerra que mantienen disminu-ye las ganancias. Para evitar esta dispendiosa pérdidallegan a un acuerdo en el castillo de Achnacarry -Es-cocia- entre la Royal Dutch Shell, la Esso Standard yla Anglo-Persian, al que luego se suman la Gulf, laTexaco, la Socony y la Standard de California. Elacuerdo estriba principalmente en dos puntos: pre-cios fijados en común por las partes y unidad férreacontra los países que pretenden liberarse de su de-pendencia. Una especie de Versalles petrolero, pues.

En lo demás, aunque solapadamente, prosiguela pugna, ya que es difícil una plena armonía entretiburones voraces. Sobre todo, sin detenerse antenada, continúan disputándose las fuentes de petró-leo. Deponen gobiernos y fomentan la guerra entrenaciones para apoderarse de ellas. No hay barril depetróleo, que no contenga sangre.

Los países que cuentan con campos de hidro-carburos, uno a uno, caen bajo su férula. Los deAmérica no podían librarse de este otro destino ma-nifiesto. Aquí, a manera de ejemplo, no queremos ci-tar sino los casos de México y Venezuela.

México

Esta nación es teatro de la rivalidad entre in-gleses y norteamericanos. Los primeros logran la su-

No es de extrañar, siendo esto así, la pugna amuerte de las compañías petroleras, sobre todo en-tre las inglesas y norteamericanas, adueñadas de lamayoría del petróleo existente en la tierra. Están di-rigidas por dos grandes capitanes de la industria:Deterding y Rockefeller. Las ambiciones de ambosson ilímites. Ambos son magos en el arte de ganardinero y ninguno tiene escrúpulos para obtenerlo.

Empero, grandes financistas como son, prontocomprenden que la guerra que mantienen disminu-ye las ganancias. Para evitar esta dispendiosa pérdidallegan a un acuerdo en el castillo de Achnacarry -Es-cocia- entre la Royal Dutch Shell, la Esso Standard yla Anglo-Persian, al que luego se suman la Gulf, laTexaco, la Socony y la Standard de California. Elacuerdo estriba principalmente en dos puntos: pre-cios fijados en común por las partes y unidad férreacontra los países que pretenden liberarse de su de-pendencia. Una especie de Versalles petrolero, pues.

En lo demás, aunque solapadamente, prosiguela pugna, ya que es difícil una plena armonía entretiburones voraces. Sobre todo, sin detenerse antenada, continúan disputándose las fuentes de petró-leo. Deponen gobiernos y fomentan la guerra entrenaciones para apoderarse de ellas. No hay barril depetróleo, que no contenga sangre.

Los países que cuentan con campos de hidro-carburos, uno a uno, caen bajo su férula. Los deAmérica no podían librarse de este otro destino ma-nifiesto. Aquí, a manera de ejemplo, no queremos ci-tar sino los casos de México y Venezuela.

México

Esta nación es teatro de la rivalidad entre in-gleses y norteamericanos. Los primeros logran la su-

No es de extrañar, siendo esto así, la pugna amuerte de las compañías petroleras, sobre todo en-tre las inglesas y norteamericanas, adueñadas de lamayoría del petróleo existente en la tierra. Están di-rigidas por dos grandes capitanes de la industria:Deterding y Rockefeller. Las ambiciones de ambosson ilímites. Ambos son magos en el arte de ganardinero y ninguno tiene escrúpulos para obtenerlo.

Empero, grandes financistas como son, prontocomprenden que la guerra que mantienen disminu-ye las ganancias. Para evitar esta dispendiosa pérdidallegan a un acuerdo en el castillo de Achnacarry -Es-cocia- entre la Royal Dutch Shell, la Esso Standard yla Anglo-Persian, al que luego se suman la Gulf, laTexaco, la Socony y la Standard de California. Elacuerdo estriba principalmente en dos puntos: pre-cios fijados en común por las partes y unidad férreacontra los países que pretenden liberarse de su de-pendencia. Una especie de Versalles petrolero, pues.

En lo demás, aunque solapadamente, prosiguela pugna, ya que es difícil una plena armonía entretiburones voraces. Sobre todo, sin detenerse antenada, continúan disputándose las fuentes de petró-leo. Deponen gobiernos y fomentan la guerra entrenaciones para apoderarse de ellas. No hay barril depetróleo, que no contenga sangre.

Los países que cuentan con campos de hidro-carburos, uno a uno, caen bajo su férula. Los deAmérica no podían librarse de este otro destino ma-nifiesto. Aquí, a manera de ejemplo, no queremos ci-tar sino los casos de México y Venezuela.

México

Esta nación es teatro de la rivalidad entre in-gleses y norteamericanos. Los primeros logran la su-

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premacía, pues “ya en 1910, la firma inglesa Pear-son, propietaria de la empresa petrolera El Aguila,controlaba el 58% de la producción de petróleo me-xicano”.1 El gobierno de Porfirio Díaz otorga unaserie de privilegios a esta compañía, como la conce-sión del ferrocarril de Tehuantepec, por ejemplo.Desde luego, esto tiene su razón de ser: la empresa,sabia en esta clase de manejos, “había dado una par-ticipación a los más cercanos colaboradores y hastafamiliares” 2 de ese presidente!

No obstante la rivalidad, están plenamente deacuerdo en obtener las máximas utilidades sin dete-nerse ante ningún obstáculo, tal como al respectoaseguran Jacques Bergier y Bernard Thomas:

Americanos e ingleses -dicen- no coincidenmás que en un punto: someter el país bajo una fé-rula reglamentada. Esto no es explotación: es sa-queo. Agotan los yacimientos, echando a perder lamitad de las bolsas de petróleo en su afán de irmás de prisa y ni siquiera tapan los pozos despuésde haberlos abandonado, de modo que el agua sa-lada se desparrama sobre las tierras fértiles, des-pués de su marcha, arruinando a los ya míseroscampesinos. Hay que decir que los beneficios estánen relación con el rendimiento: los millones de to-neladas extraídas cada día se transforman en pa-letadas de dólares. Esta es la verdadera alquimia.3

Para no pagar impuestos, a pesar de que estosson mínimos, recurren al contrabando para sacarfuera del país buena parte del producto. Se apoderana la fuerza de las tierras que contienen petróleo. Yaunque no se crea, sus derivados se venden en elmercado interno -es decir a sus propios dueños- aprecios más altos que en el extranjero. La bencina y

premacía, pues “ya en 1910, la firma inglesa Pear-son, propietaria de la empresa petrolera El Aguila,controlaba el 58% de la producción de petróleo me-xicano”.1 El gobierno de Porfirio Díaz otorga unaserie de privilegios a esta compañía, como la conce-sión del ferrocarril de Tehuantepec, por ejemplo.Desde luego, esto tiene su razón de ser: la empresa,sabia en esta clase de manejos, “había dado una par-ticipación a los más cercanos colaboradores y hastafamiliares” 2 de ese presidente!

No obstante la rivalidad, están plenamente deacuerdo en obtener las máximas utilidades sin dete-nerse ante ningún obstáculo, tal como al respectoaseguran Jacques Bergier y Bernard Thomas:

Americanos e ingleses -dicen- no coincidenmás que en un punto: someter el país bajo una fé-rula reglamentada. Esto no es explotación: es sa-queo. Agotan los yacimientos, echando a perder lamitad de las bolsas de petróleo en su afán de irmás de prisa y ni siquiera tapan los pozos despuésde haberlos abandonado, de modo que el agua sa-lada se desparrama sobre las tierras fértiles, des-pués de su marcha, arruinando a los ya míseroscampesinos. Hay que decir que los beneficios estánen relación con el rendimiento: los millones de to-neladas extraídas cada día se transforman en pa-letadas de dólares. Esta es la verdadera alquimia.3

Para no pagar impuestos, a pesar de que estosson mínimos, recurren al contrabando para sacarfuera del país buena parte del producto. Se apoderana la fuerza de las tierras que contienen petróleo. Yaunque no se crea, sus derivados se venden en elmercado interno -es decir a sus propios dueños- aprecios más altos que en el extranjero. La bencina y

premacía, pues “ya en 1910, la firma inglesa Pear-son, propietaria de la empresa petrolera El Aguila,controlaba el 58% de la producción de petróleo me-xicano”.1 El gobierno de Porfirio Díaz otorga unaserie de privilegios a esta compañía, como la conce-sión del ferrocarril de Tehuantepec, por ejemplo.Desde luego, esto tiene su razón de ser: la empresa,sabia en esta clase de manejos, “había dado una par-ticipación a los más cercanos colaboradores y hastafamiliares” 2 de ese presidente!

No obstante la rivalidad, están plenamente deacuerdo en obtener las máximas utilidades sin dete-nerse ante ningún obstáculo, tal como al respectoaseguran Jacques Bergier y Bernard Thomas:

Americanos e ingleses -dicen- no coincidenmás que en un punto: someter el país bajo una fé-rula reglamentada. Esto no es explotación: es sa-queo. Agotan los yacimientos, echando a perder lamitad de las bolsas de petróleo en su afán de irmás de prisa y ni siquiera tapan los pozos despuésde haberlos abandonado, de modo que el agua sa-lada se desparrama sobre las tierras fértiles, des-pués de su marcha, arruinando a los ya míseroscampesinos. Hay que decir que los beneficios estánen relación con el rendimiento: los millones de to-neladas extraídas cada día se transforman en pa-letadas de dólares. Esta es la verdadera alquimia.3

Para no pagar impuestos, a pesar de que estosson mínimos, recurren al contrabando para sacarfuera del país buena parte del producto. Se apoderana la fuerza de las tierras que contienen petróleo. Yaunque no se crea, sus derivados se venden en elmercado interno -es decir a sus propios dueños- aprecios más altos que en el extranjero. La bencina y

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el kerosene son un 193% y un 341%, respectivamen-te, más caros que en otros países.

El pueblo mexicano, mientras tanto, vegeta enla miseria. Según una estadística del tercer deceniode este siglo -a la que se refieren los autores arribacitados- sus 17 millones de habitantes tienen menoscapitales que los 160.000 extranjeros que viven en susuelo. Y el 79% del capital de estos últimos están in-vertidos en petróleo! 4

No es sin motivo, entonces, que eleven el gritoa los cielos las compañías petroleras cuando el presi-dente Lázaro Cárdenas inicia el proceso de naciona-lización de esta fuente de riqueza. Desesperadamen-te, atacan por todos los lados y se valen de todos losmedios para crear un caos económico en el país. Re-tiran los dineros de los bancos y tratan de fomentarrebeliones militares. Y claro está, no olvidan pedirauxilio a sus gobiernos.

Felizmente, nada da resultado. Por primera vezen América, y sólo después de la Unión Soviética, elpetróleo es nacionalizado.

El gran escritor mexicano, José Mancisidor, enuna de las páginas de su novela Nuestro petróleo, dice:

Dantesca la historia de aquellos pueblos queaparecían y desaparecían, obedientes al interés delas empresas petroleras. Hoy un incendio y maña-na un asesinato... Piromanía y criminalidad: elimperio del terror por la posesión de los mantospetroleros.5

Si, dantesca y entenebrecida por el terror, es lahistoria del petróleo mexicano. O, como manifiestael novelista, un tétrico “martirologio sin cruces nisepulturas escrito con la tinta negra del petróleo”.6

el kerosene son un 193% y un 341%, respectivamen-te, más caros que en otros países.

El pueblo mexicano, mientras tanto, vegeta enla miseria. Según una estadística del tercer deceniode este siglo -a la que se refieren los autores arribacitados- sus 17 millones de habitantes tienen menoscapitales que los 160.000 extranjeros que viven en susuelo. Y el 79% del capital de estos últimos están in-vertidos en petróleo! 4

No es sin motivo, entonces, que eleven el gritoa los cielos las compañías petroleras cuando el presi-dente Lázaro Cárdenas inicia el proceso de naciona-lización de esta fuente de riqueza. Desesperadamen-te, atacan por todos los lados y se valen de todos losmedios para crear un caos económico en el país. Re-tiran los dineros de los bancos y tratan de fomentarrebeliones militares. Y claro está, no olvidan pedirauxilio a sus gobiernos.

Felizmente, nada da resultado. Por primera vezen América, y sólo después de la Unión Soviética, elpetróleo es nacionalizado.

El gran escritor mexicano, José Mancisidor, enuna de las páginas de su novela Nuestro petróleo, dice:

Dantesca la historia de aquellos pueblos queaparecían y desaparecían, obedientes al interés delas empresas petroleras. Hoy un incendio y maña-na un asesinato... Piromanía y criminalidad: elimperio del terror por la posesión de los mantospetroleros.5

Si, dantesca y entenebrecida por el terror, es lahistoria del petróleo mexicano. O, como manifiestael novelista, un tétrico “martirologio sin cruces nisepulturas escrito con la tinta negra del petróleo”.6

el kerosene son un 193% y un 341%, respectivamen-te, más caros que en otros países.

El pueblo mexicano, mientras tanto, vegeta enla miseria. Según una estadística del tercer deceniode este siglo -a la que se refieren los autores arribacitados- sus 17 millones de habitantes tienen menoscapitales que los 160.000 extranjeros que viven en susuelo. Y el 79% del capital de estos últimos están in-vertidos en petróleo! 4

No es sin motivo, entonces, que eleven el gritoa los cielos las compañías petroleras cuando el presi-dente Lázaro Cárdenas inicia el proceso de naciona-lización de esta fuente de riqueza. Desesperadamen-te, atacan por todos los lados y se valen de todos losmedios para crear un caos económico en el país. Re-tiran los dineros de los bancos y tratan de fomentarrebeliones militares. Y claro está, no olvidan pedirauxilio a sus gobiernos.

Felizmente, nada da resultado. Por primera vezen América, y sólo después de la Unión Soviética, elpetróleo es nacionalizado.

El gran escritor mexicano, José Mancisidor, enuna de las páginas de su novela Nuestro petróleo, dice:

Dantesca la historia de aquellos pueblos queaparecían y desaparecían, obedientes al interés delas empresas petroleras. Hoy un incendio y maña-na un asesinato... Piromanía y criminalidad: elimperio del terror por la posesión de los mantospetroleros.5

Si, dantesca y entenebrecida por el terror, es lahistoria del petróleo mexicano. O, como manifiestael novelista, un tétrico “martirologio sin cruces nisepulturas escrito con la tinta negra del petróleo”.6

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Venezuela

Juan Uslar-Pietri afirma que las grandes com-pañías, viendo “que Venezuela era la tierra ideal pa-ra sus intereses, descuidaron la exploración en otrospaíses hispanoamericanos, donde regímenes másconcientes y patrióticos presentaban mayores trabasa sus leoninas aspiraciones”.7

Quizás no sea cierto que las empresas petrole-ras hayan tenido ese descuido, pero si es exacto queVenezuela fue tierra de promisión, verdadera Jaujapara ellas. Sobre todo, durante la larga, larguísimadictadura de 27 años del general Gómez. Tanto esasí que Deterding -ese feroz anticomunista y gran fi-nanciador del fascismo- se expresa así de Venezuelay de ese mandatario:

Me siento satisfecho... de que el gobierno delgeneral Gómez aparezca sólido y constructivo y ca-paz de ser justo con los capitales extranjeros inver-tidos en su país. Y ahora que conozco mejor Vene-zuela puedo testimoniar que en sus veintiséis añosde dictadura virtual, el general Gómez ha sidoconsecuente en su proceder leal con el capital ex-tranjero... Mediante su política, Venezuela ha ad-quirido un prestigio y un poder financiero que noha sido afectado por la depresión mundial.8

Deterding y todos los grandes empresarios pe-troleros sólo elogian a los incondicionales servidoresque llenan sus bolsillos. Y desde este punto de vista,nadie más que Juan Vicente Gómez es merecedor decálido homenaje. El, pone a su patria a los pies de lascompañías extranjeras que, para que puedan medrarmejor y a sus anchas, hasta les concede la atribución

Venezuela

Juan Uslar-Pietri afirma que las grandes com-pañías, viendo “que Venezuela era la tierra ideal pa-ra sus intereses, descuidaron la exploración en otrospaíses hispanoamericanos, donde regímenes másconcientes y patrióticos presentaban mayores trabasa sus leoninas aspiraciones”.7

Quizás no sea cierto que las empresas petrole-ras hayan tenido ese descuido, pero si es exacto queVenezuela fue tierra de promisión, verdadera Jaujapara ellas. Sobre todo, durante la larga, larguísimadictadura de 27 años del general Gómez. Tanto esasí que Deterding -ese feroz anticomunista y gran fi-nanciador del fascismo- se expresa así de Venezuelay de ese mandatario:

Me siento satisfecho... de que el gobierno delgeneral Gómez aparezca sólido y constructivo y ca-paz de ser justo con los capitales extranjeros inver-tidos en su país. Y ahora que conozco mejor Vene-zuela puedo testimoniar que en sus veintiséis añosde dictadura virtual, el general Gómez ha sidoconsecuente en su proceder leal con el capital ex-tranjero... Mediante su política, Venezuela ha ad-quirido un prestigio y un poder financiero que noha sido afectado por la depresión mundial.8

Deterding y todos los grandes empresarios pe-troleros sólo elogian a los incondicionales servidoresque llenan sus bolsillos. Y desde este punto de vista,nadie más que Juan Vicente Gómez es merecedor decálido homenaje. El, pone a su patria a los pies de lascompañías extranjeras que, para que puedan medrarmejor y a sus anchas, hasta les concede la atribución

Venezuela

Juan Uslar-Pietri afirma que las grandes com-pañías, viendo “que Venezuela era la tierra ideal pa-ra sus intereses, descuidaron la exploración en otrospaíses hispanoamericanos, donde regímenes másconcientes y patrióticos presentaban mayores trabasa sus leoninas aspiraciones”.7

Quizás no sea cierto que las empresas petrole-ras hayan tenido ese descuido, pero si es exacto queVenezuela fue tierra de promisión, verdadera Jaujapara ellas. Sobre todo, durante la larga, larguísimadictadura de 27 años del general Gómez. Tanto esasí que Deterding -ese feroz anticomunista y gran fi-nanciador del fascismo- se expresa así de Venezuelay de ese mandatario:

Me siento satisfecho... de que el gobierno delgeneral Gómez aparezca sólido y constructivo y ca-paz de ser justo con los capitales extranjeros inver-tidos en su país. Y ahora que conozco mejor Vene-zuela puedo testimoniar que en sus veintiséis añosde dictadura virtual, el general Gómez ha sidoconsecuente en su proceder leal con el capital ex-tranjero... Mediante su política, Venezuela ha ad-quirido un prestigio y un poder financiero que noha sido afectado por la depresión mundial.8

Deterding y todos los grandes empresarios pe-troleros sólo elogian a los incondicionales servidoresque llenan sus bolsillos. Y desde este punto de vista,nadie más que Juan Vicente Gómez es merecedor decálido homenaje. El, pone a su patria a los pies de lascompañías extranjeras que, para que puedan medrarmejor y a sus anchas, hasta les concede la atribución

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de redactar por su propia cuenta las leyes sobre pe-tróleo!

Claro que esto -como sucede siempre con loslacayos del capital extranjero- es bien pagado por losamos. “Con la posible excepción del magnate del es-taño, Patiño, de Bolivia, aquel era el hombre más ri-co de Sudamérica, calculándose que su fortuna as-cendía a más de veinte millones de libras. La mayorparte de esta suma provenía de regalías pagadas porlos trusts extranjeros de petróleo, ya sea por lascompañías de la Royal Dutch-Shell, o por la Stan-dard y sus aliadas, la Gulf Oil y la Texaco. Todos es-tos trusts lo sobornaban para que mantuviera quietaa Venezuela”.9 Tal como esos otros sirvientes delCercano Oriente, Gómez es el mayor beneficiariodel petróleo venezolano.

Con servidores de esta clase, al igual de lo quesucede en México, las empresas petroleras se empe-ñan en explotar al máximo esta riqueza, al extremode convertir a Venezuela en uno de los mayores pro-ductores de petróleo en el mundo. Se calcula que enla tercera década de este siglo las inversiones extran-jeras llegan a la suma de 636.030 millones de dólaresrepartidos, casi mitad a mitad, por las compañías in-glesas y norteamericanas. Son más de cincuentacompañías -más de cincuenta pulpos- las que sa-quean la patria de Bolívar.

El pueblo venezolano, que tan generosamentenutre a estas insaciables empresas, vegeta en el anal-fabetismo y la miseria. Las cárceles donde la muertey la tortura reinan están repletas de opositores deGómez y del saqueo del petróleo venezolano. Mien-tras esto sucede, los domésticos de las compañíasimperialistas, derrochan los dineros provenientesdel soborno y levantan insolentes palacios en Cara-

de redactar por su propia cuenta las leyes sobre pe-tróleo!

Claro que esto -como sucede siempre con loslacayos del capital extranjero- es bien pagado por losamos. “Con la posible excepción del magnate del es-taño, Patiño, de Bolivia, aquel era el hombre más ri-co de Sudamérica, calculándose que su fortuna as-cendía a más de veinte millones de libras. La mayorparte de esta suma provenía de regalías pagadas porlos trusts extranjeros de petróleo, ya sea por lascompañías de la Royal Dutch-Shell, o por la Stan-dard y sus aliadas, la Gulf Oil y la Texaco. Todos es-tos trusts lo sobornaban para que mantuviera quietaa Venezuela”.9 Tal como esos otros sirvientes delCercano Oriente, Gómez es el mayor beneficiariodel petróleo venezolano.

Con servidores de esta clase, al igual de lo quesucede en México, las empresas petroleras se empe-ñan en explotar al máximo esta riqueza, al extremode convertir a Venezuela en uno de los mayores pro-ductores de petróleo en el mundo. Se calcula que enla tercera década de este siglo las inversiones extran-jeras llegan a la suma de 636.030 millones de dólaresrepartidos, casi mitad a mitad, por las compañías in-glesas y norteamericanas. Son más de cincuentacompañías -más de cincuenta pulpos- las que sa-quean la patria de Bolívar.

El pueblo venezolano, que tan generosamentenutre a estas insaciables empresas, vegeta en el anal-fabetismo y la miseria. Las cárceles donde la muertey la tortura reinan están repletas de opositores deGómez y del saqueo del petróleo venezolano. Mien-tras esto sucede, los domésticos de las compañíasimperialistas, derrochan los dineros provenientesdel soborno y levantan insolentes palacios en Cara-

de redactar por su propia cuenta las leyes sobre pe-tróleo!

Claro que esto -como sucede siempre con loslacayos del capital extranjero- es bien pagado por losamos. “Con la posible excepción del magnate del es-taño, Patiño, de Bolivia, aquel era el hombre más ri-co de Sudamérica, calculándose que su fortuna as-cendía a más de veinte millones de libras. La mayorparte de esta suma provenía de regalías pagadas porlos trusts extranjeros de petróleo, ya sea por lascompañías de la Royal Dutch-Shell, o por la Stan-dard y sus aliadas, la Gulf Oil y la Texaco. Todos es-tos trusts lo sobornaban para que mantuviera quietaa Venezuela”.9 Tal como esos otros sirvientes delCercano Oriente, Gómez es el mayor beneficiariodel petróleo venezolano.

Con servidores de esta clase, al igual de lo quesucede en México, las empresas petroleras se empe-ñan en explotar al máximo esta riqueza, al extremode convertir a Venezuela en uno de los mayores pro-ductores de petróleo en el mundo. Se calcula que enla tercera década de este siglo las inversiones extran-jeras llegan a la suma de 636.030 millones de dólaresrepartidos, casi mitad a mitad, por las compañías in-glesas y norteamericanas. Son más de cincuentacompañías -más de cincuenta pulpos- las que sa-quean la patria de Bolívar.

El pueblo venezolano, que tan generosamentenutre a estas insaciables empresas, vegeta en el anal-fabetismo y la miseria. Las cárceles donde la muertey la tortura reinan están repletas de opositores deGómez y del saqueo del petróleo venezolano. Mien-tras esto sucede, los domésticos de las compañíasimperialistas, derrochan los dineros provenientesdel soborno y levantan insolentes palacios en Cara-

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cas. Ellos, de cuclillas, recogen las migajas del festínde las empresas extranjeras.

Y llegamos al Ecuador, otra víctima de lascompañías petroleras.

Pero antes de referirnos a la empresa objeto deeste trabajo, conviene señalar unos pocos antece-dentes.

En la Guía comercial, agrícola e industrial de laRepública, publicada en 1909, se dice:

En la provincia del Guayas, (cantón de San-ta Elena) existen grandes depósitos de Petróleo,cuyo valor se desconocía hasta hace poco. Sólo sehabía extraído la brea y aún se la había exportadodesde 1870 aunque en pequeña escala. Hace pocosaños se inició la explotación del aceite crudo; peroen proporción que podía llamarse sólo experimen-tal. Sólo en el último quinquenio, es que varios in-dustriales avanzados y cuya energía y actividadson tan recomendables, han dado a esta industriaun impulso eficaz, y en la actualidad extraen unos25.000 a 30.000 barriles al año.10

La existencia de hidrocarburos en nuestro te-rritorio es conocida desde muy antiguo. Jorge Juan yAntonio de Ulloa nos hablan de la brea de Santa Ele-na que se usa durante la colonia para calafatear losbarcos. También se utiliza para impermeabilizar va-sijas, pues se conoce que un comerciante guayaqui-leño, Francisco Sánchez, arrienda en 1767 las minasde “cope” de Santa Elena con el objeto de exportareste producto al Perú donde se manufacturan las lla-madas “vasijas peruleras” para guardar el vino yotros líquidos, arrendamiento que le reporta muybuenas ganancias. Y más tarde, en 1869, a cambio dehacerse cargo del pago de la deuda inglesa, entre va-

cas. Ellos, de cuclillas, recogen las migajas del festínde las empresas extranjeras.

Y llegamos al Ecuador, otra víctima de lascompañías petroleras.

Pero antes de referirnos a la empresa objeto deeste trabajo, conviene señalar unos pocos antece-dentes.

En la Guía comercial, agrícola e industrial de laRepública, publicada en 1909, se dice:

En la provincia del Guayas, (cantón de San-ta Elena) existen grandes depósitos de Petróleo,cuyo valor se desconocía hasta hace poco. Sólo sehabía extraído la brea y aún se la había exportadodesde 1870 aunque en pequeña escala. Hace pocosaños se inició la explotación del aceite crudo; peroen proporción que podía llamarse sólo experimen-tal. Sólo en el último quinquenio, es que varios in-dustriales avanzados y cuya energía y actividadson tan recomendables, han dado a esta industriaun impulso eficaz, y en la actualidad extraen unos25.000 a 30.000 barriles al año.10

La existencia de hidrocarburos en nuestro te-rritorio es conocida desde muy antiguo. Jorge Juan yAntonio de Ulloa nos hablan de la brea de Santa Ele-na que se usa durante la colonia para calafatear losbarcos. También se utiliza para impermeabilizar va-sijas, pues se conoce que un comerciante guayaqui-leño, Francisco Sánchez, arrienda en 1767 las minasde “cope” de Santa Elena con el objeto de exportareste producto al Perú donde se manufacturan las lla-madas “vasijas peruleras” para guardar el vino yotros líquidos, arrendamiento que le reporta muybuenas ganancias. Y más tarde, en 1869, a cambio dehacerse cargo del pago de la deuda inglesa, entre va-

cas. Ellos, de cuclillas, recogen las migajas del festínde las empresas extranjeras.

Y llegamos al Ecuador, otra víctima de lascompañías petroleras.

Pero antes de referirnos a la empresa objeto deeste trabajo, conviene señalar unos pocos antece-dentes.

En la Guía comercial, agrícola e industrial de laRepública, publicada en 1909, se dice:

En la provincia del Guayas, (cantón de San-ta Elena) existen grandes depósitos de Petróleo,cuyo valor se desconocía hasta hace poco. Sólo sehabía extraído la brea y aún se la había exportadodesde 1870 aunque en pequeña escala. Hace pocosaños se inició la explotación del aceite crudo; peroen proporción que podía llamarse sólo experimen-tal. Sólo en el último quinquenio, es que varios in-dustriales avanzados y cuya energía y actividadson tan recomendables, han dado a esta industriaun impulso eficaz, y en la actualidad extraen unos25.000 a 30.000 barriles al año.10

La existencia de hidrocarburos en nuestro te-rritorio es conocida desde muy antiguo. Jorge Juan yAntonio de Ulloa nos hablan de la brea de Santa Ele-na que se usa durante la colonia para calafatear losbarcos. También se utiliza para impermeabilizar va-sijas, pues se conoce que un comerciante guayaqui-leño, Francisco Sánchez, arrienda en 1767 las minasde “cope” de Santa Elena con el objeto de exportareste producto al Perú donde se manufacturan las lla-madas “vasijas peruleras” para guardar el vino yotros líquidos, arrendamiento que le reporta muybuenas ganancias. Y más tarde, en 1869, a cambio dehacerse cargo del pago de la deuda inglesa, entre va-

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rias otras concesiones, el doctor Benigno Malo pro-pone que el gobierno le entregue en arrendamientolas minas de petreolo de las costas de Santa Elena ylas otras que él descubra y denuncie, con las siguien-tes condiciones:

1°. El término de esta concesión durará porcincuenta años, contados desde la celebración deesta contrata, concluidos los cuales volverán lasminas de petreolo al dominio del Gobierno Ecua-toriano, y quedarán a su favor todas las máqui-nas, aparatos, enseres, casas y demás útiles quehubiesen servido para la explotación de este acei-te.- 2°. Las minas de brea que están ubicadas en laregión minera del petreolo y que el Gobierno ecua-toriano las tiene en arriendo, pertenecerán a Be-nigno Malo desde el día en que termine dichoarriendo hasta que se concluya el contrato sobrepetreolo.- 3°. Benigno Malo pagará al Gobiernodel Ecuador por las minas de brea la misma pen-sión conductiva que el arrendatario actual y milpesos más cada año.11

Villavicencio, en su Geografía de la Repúblicadel Ecuador, se refiere a las “minas de brea mineral”que existen en la región oriental. Pero se puede decir,que en verdad, una explotación real y efectiva sólo seinicia a principios de este siglo. Desde allí, entonces,arranca la historia del petróleo ecuatoriano.

El general Eloy Alfaro en un mensaje al Con-greso, dice en 1909 que la actividad particular no hadado buenos resultados en la explotación del petró-leo y otras sustancias fósiles, razón por la cual debeser el Estado, el encargado de esa explotación. Es elprimero, pues, en propugnar la nacionalización deesta riqueza. Tiene plena razón el ex-vicepresidente

rias otras concesiones, el doctor Benigno Malo pro-pone que el gobierno le entregue en arrendamientolas minas de petreolo de las costas de Santa Elena ylas otras que él descubra y denuncie, con las siguien-tes condiciones:

1°. El término de esta concesión durará porcincuenta años, contados desde la celebración deesta contrata, concluidos los cuales volverán lasminas de petreolo al dominio del Gobierno Ecua-toriano, y quedarán a su favor todas las máqui-nas, aparatos, enseres, casas y demás útiles quehubiesen servido para la explotación de este acei-te.- 2°. Las minas de brea que están ubicadas en laregión minera del petreolo y que el Gobierno ecua-toriano las tiene en arriendo, pertenecerán a Be-nigno Malo desde el día en que termine dichoarriendo hasta que se concluya el contrato sobrepetreolo.- 3°. Benigno Malo pagará al Gobiernodel Ecuador por las minas de brea la misma pen-sión conductiva que el arrendatario actual y milpesos más cada año.11

Villavicencio, en su Geografía de la Repúblicadel Ecuador, se refiere a las “minas de brea mineral”que existen en la región oriental. Pero se puede decir,que en verdad, una explotación real y efectiva sólo seinicia a principios de este siglo. Desde allí, entonces,arranca la historia del petróleo ecuatoriano.

El general Eloy Alfaro en un mensaje al Con-greso, dice en 1909 que la actividad particular no hadado buenos resultados en la explotación del petró-leo y otras sustancias fósiles, razón por la cual debeser el Estado, el encargado de esa explotación. Es elprimero, pues, en propugnar la nacionalización deesta riqueza. Tiene plena razón el ex-vicepresidente

rias otras concesiones, el doctor Benigno Malo pro-pone que el gobierno le entregue en arrendamientolas minas de petreolo de las costas de Santa Elena ylas otras que él descubra y denuncie, con las siguien-tes condiciones:

1°. El término de esta concesión durará porcincuenta años, contados desde la celebración deesta contrata, concluidos los cuales volverán lasminas de petreolo al dominio del Gobierno Ecua-toriano, y quedarán a su favor todas las máqui-nas, aparatos, enseres, casas y demás útiles quehubiesen servido para la explotación de este acei-te.- 2°. Las minas de brea que están ubicadas en laregión minera del petreolo y que el Gobierno ecua-toriano las tiene en arriendo, pertenecerán a Be-nigno Malo desde el día en que termine dichoarriendo hasta que se concluya el contrato sobrepetreolo.- 3°. Benigno Malo pagará al Gobiernodel Ecuador por las minas de brea la misma pen-sión conductiva que el arrendatario actual y milpesos más cada año.11

Villavicencio, en su Geografía de la Repúblicadel Ecuador, se refiere a las “minas de brea mineral”que existen en la región oriental. Pero se puede decir,que en verdad, una explotación real y efectiva sólo seinicia a principios de este siglo. Desde allí, entonces,arranca la historia del petróleo ecuatoriano.

El general Eloy Alfaro en un mensaje al Con-greso, dice en 1909 que la actividad particular no hadado buenos resultados en la explotación del petró-leo y otras sustancias fósiles, razón por la cual debeser el Estado, el encargado de esa explotación. Es elprimero, pues, en propugnar la nacionalización deesta riqueza. Tiene plena razón el ex-vicepresidente

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León Roldós, cuando manifiesta que ese pensamien-to entraña el deseo de “crear las condiciones parauna mejor y más soberana explotación de las minas,sobre todo en relación con la presencia de las com-pañías foráneas”.12

De conformidad con el criterio anterior, en esemismo año se firma el contrato ad-referendum conel súbdito británico Carlton Grandville Dunne, queuna vez conocido por el Congreso, es aprobado confecha 4 de noviembre. Por el interés que tienentranscribiremos a continuación las partes más sa-lientes de algunas de sus cláusulas:

11.- La Compañía... entregará al Gobiernodel Ecuador sin gravamen alguno para éste y den-tro de los seis meses contados como se expresa enlas cláusulas anteriores, la suma de cien mil librasesterlinas, en acciones liberadas de dicha Compa-ñía, sin perjuicio del tanto por ciento sobre las uti-lidades que corresponden al Ecuador, de confor-midad con lo que se estipula en la cláusula décimacuarta.

14.- La Compañía... cederá y entregará alGobierno del Ecuador, durante el tiempo de la vi-gencia de este contrato, el quince por ciento de lasutilidades netas sobre todos los productos que ob-tuviere, lo mismo que de todas las demás utilida-des que provengan del resultado de cualquiera desus negociaciones, sin perjuicio de las utilidades co-rrespondientes o las acciones cedidas a la Nación.

17.- El Gobierno del Ecuador tendrá derechode nombrar dos de los Directores de la Compañíaanualmente, con residencia en Londres, los cualesserán los encargados de vigilar y custodiar los de-rechos del Estado en los negocios de la Compañía.

León Roldós, cuando manifiesta que ese pensamien-to entraña el deseo de “crear las condiciones parauna mejor y más soberana explotación de las minas,sobre todo en relación con la presencia de las com-pañías foráneas”.12

De conformidad con el criterio anterior, en esemismo año se firma el contrato ad-referendum conel súbdito británico Carlton Grandville Dunne, queuna vez conocido por el Congreso, es aprobado confecha 4 de noviembre. Por el interés que tienentranscribiremos a continuación las partes más sa-lientes de algunas de sus cláusulas:

11.- La Compañía... entregará al Gobiernodel Ecuador sin gravamen alguno para éste y den-tro de los seis meses contados como se expresa enlas cláusulas anteriores, la suma de cien mil librasesterlinas, en acciones liberadas de dicha Compa-ñía, sin perjuicio del tanto por ciento sobre las uti-lidades que corresponden al Ecuador, de confor-midad con lo que se estipula en la cláusula décimacuarta.

14.- La Compañía... cederá y entregará alGobierno del Ecuador, durante el tiempo de la vi-gencia de este contrato, el quince por ciento de lasutilidades netas sobre todos los productos que ob-tuviere, lo mismo que de todas las demás utilida-des que provengan del resultado de cualquiera desus negociaciones, sin perjuicio de las utilidades co-rrespondientes o las acciones cedidas a la Nación.

17.- El Gobierno del Ecuador tendrá derechode nombrar dos de los Directores de la Compañíaanualmente, con residencia en Londres, los cualesserán los encargados de vigilar y custodiar los de-rechos del Estado en los negocios de la Compañía.

León Roldós, cuando manifiesta que ese pensamien-to entraña el deseo de “crear las condiciones parauna mejor y más soberana explotación de las minas,sobre todo en relación con la presencia de las com-pañías foráneas”.12

De conformidad con el criterio anterior, en esemismo año se firma el contrato ad-referendum conel súbdito británico Carlton Grandville Dunne, queuna vez conocido por el Congreso, es aprobado confecha 4 de noviembre. Por el interés que tienentranscribiremos a continuación las partes más sa-lientes de algunas de sus cláusulas:

11.- La Compañía... entregará al Gobiernodel Ecuador sin gravamen alguno para éste y den-tro de los seis meses contados como se expresa enlas cláusulas anteriores, la suma de cien mil librasesterlinas, en acciones liberadas de dicha Compa-ñía, sin perjuicio del tanto por ciento sobre las uti-lidades que corresponden al Ecuador, de confor-midad con lo que se estipula en la cláusula décimacuarta.

14.- La Compañía... cederá y entregará alGobierno del Ecuador, durante el tiempo de la vi-gencia de este contrato, el quince por ciento de lasutilidades netas sobre todos los productos que ob-tuviere, lo mismo que de todas las demás utilida-des que provengan del resultado de cualquiera desus negociaciones, sin perjuicio de las utilidades co-rrespondientes o las acciones cedidas a la Nación.

17.- El Gobierno del Ecuador tendrá derechode nombrar dos de los Directores de la Compañíaanualmente, con residencia en Londres, los cualesserán los encargados de vigilar y custodiar los de-rechos del Estado en los negocios de la Compañía.

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18.- Los dos tercios de los empleados y tra-bajadores de la empresa serán ecuatorianos.

20.- La Compañía se compromete a proveera los habitantes del Ecuador al precio que fije parala exportación del petróleo, gas natural y asfaltoque necesiten para usos domésticos e industriales,así como también de todos los productos que ela-bore la Compañía, de esas sustancias.

Para el Gobierno y las Municipalidades seráel precio de costo.13

Como se puede ver se trata de una compañíamixta, en la que el Estado tiene plena participación.El control de los negocios está asegurado con elnombramiento de los dos directores, aparte de quecomo se estatuye en la cláusula décima quinta- tam-bién tiene derecho el gobierno para designar comisa-rios fiscales con el derecho de examinar los libros dela compañía tanto en Londres como en el Ecuador.

Las regalías establecidas son altas para la época,puesto que son muy superiores a las que se fijan encontratos posteriores, tanto para la extracción de pe-tróleo como de otros minerales.

El punto relativo a los empleados y trabajado-res tiene su importancia, porque las compañías ex-tranjeras acostumbran utilizar la mano de obra desúbditos de otros países para pagar menores salariosy para asegurarse una mayor sumisión al mismotiempo. Se recurre también al empleo de personal desu misma nación, sobre todo para los altos cargos, afin de tener una mayor libertad para los negocios onegociados.

Se garantiza el abastecimiento nacional a pre-cios iguales a los fijados para la venta en el exterior,evitando así que suceda como en México, donde,como ya se dijo, los productos de su propio petróleo

18.- Los dos tercios de los empleados y tra-bajadores de la empresa serán ecuatorianos.

20.- La Compañía se compromete a proveera los habitantes del Ecuador al precio que fije parala exportación del petróleo, gas natural y asfaltoque necesiten para usos domésticos e industriales,así como también de todos los productos que ela-bore la Compañía, de esas sustancias.

Para el Gobierno y las Municipalidades seráel precio de costo.13

Como se puede ver se trata de una compañíamixta, en la que el Estado tiene plena participación.El control de los negocios está asegurado con elnombramiento de los dos directores, aparte de quecomo se estatuye en la cláusula décima quinta- tam-bién tiene derecho el gobierno para designar comisa-rios fiscales con el derecho de examinar los libros dela compañía tanto en Londres como en el Ecuador.

Las regalías establecidas son altas para la época,puesto que son muy superiores a las que se fijan encontratos posteriores, tanto para la extracción de pe-tróleo como de otros minerales.

El punto relativo a los empleados y trabajado-res tiene su importancia, porque las compañías ex-tranjeras acostumbran utilizar la mano de obra desúbditos de otros países para pagar menores salariosy para asegurarse una mayor sumisión al mismotiempo. Se recurre también al empleo de personal desu misma nación, sobre todo para los altos cargos, afin de tener una mayor libertad para los negocios onegociados.

Se garantiza el abastecimiento nacional a pre-cios iguales a los fijados para la venta en el exterior,evitando así que suceda como en México, donde,como ya se dijo, los productos de su propio petróleo

18.- Los dos tercios de los empleados y tra-bajadores de la empresa serán ecuatorianos.

20.- La Compañía se compromete a proveera los habitantes del Ecuador al precio que fije parala exportación del petróleo, gas natural y asfaltoque necesiten para usos domésticos e industriales,así como también de todos los productos que ela-bore la Compañía, de esas sustancias.

Para el Gobierno y las Municipalidades seráel precio de costo.13

Como se puede ver se trata de una compañíamixta, en la que el Estado tiene plena participación.El control de los negocios está asegurado con elnombramiento de los dos directores, aparte de quecomo se estatuye en la cláusula décima quinta- tam-bién tiene derecho el gobierno para designar comisa-rios fiscales con el derecho de examinar los libros dela compañía tanto en Londres como en el Ecuador.

Las regalías establecidas son altas para la época,puesto que son muy superiores a las que se fijan encontratos posteriores, tanto para la extracción de pe-tróleo como de otros minerales.

El punto relativo a los empleados y trabajado-res tiene su importancia, porque las compañías ex-tranjeras acostumbran utilizar la mano de obra desúbditos de otros países para pagar menores salariosy para asegurarse una mayor sumisión al mismotiempo. Se recurre también al empleo de personal desu misma nación, sobre todo para los altos cargos, afin de tener una mayor libertad para los negocios onegociados.

Se garantiza el abastecimiento nacional a pre-cios iguales a los fijados para la venta en el exterior,evitando así que suceda como en México, donde,como ya se dijo, los productos de su propio petróleo

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tienen un valor mucho mayor que en los países a losque son exportados. Y, para el gobierno y los muni-cipios, se determina que el precio sea el de costo.

Además de lo que se deja indicado, se obliga ala compañía a someterse a las leyes ecuatorianas y arenunciar a toda reclamación diplomática, recursoéste último muy utilizado y causante de innúmerosconflictos. También se señala que el gobierno podráutilizar, sin pago alguno, las líneas férreas, telegráfi-cas y telefónicas, así como los diques y muelles cons-truidos por la empresa. Al finalizar el contrato, el50% del valor de todas sus pertenencias, en buen es-tado pasará a ser propiedad de la nación sin grava-men alguno.14

Por las concesiones hechas en el contrato, elseñor Carlton Grandville Dunne debe pagar al mo-mento de firmarlo treinta mil libras esterlinas, y sefija un plazo de seis meses para la organización de lacompañía y la entrega del valor de las acciones quecorresponden al Estado. Sin duda estos requisitos nose cumplen y el contrato queda sin efecto, pues nadase sabe de actividades posteriores de este personaje.Es de pensar que los capitalistas ingleses, acostum-brados a suscribir contratos coloniales solamente, senegaron a aceptar uno como éste, que pese a defec-tos que puede contener, procuraba defender al má-ximo posible en ese tiempo, los intereses nacionales.

Empero, pronto se firmarán contratos al gustoy sabor de las empresas extranjeras.

El escritor y científico inglés Reginald Enock,afirma en una de sus obras que en 1913 se hace unagran concesión a la poderosa compañía británica S.Pearson and Son para el descubrimiento y explota-ción de los depósitos de petróleo y sustancias mine-rales semejantes que existan en el país. Según una delas cláusulas que transcribe, la empresa tiene “el de-

tienen un valor mucho mayor que en los países a losque son exportados. Y, para el gobierno y los muni-cipios, se determina que el precio sea el de costo.

Además de lo que se deja indicado, se obliga ala compañía a someterse a las leyes ecuatorianas y arenunciar a toda reclamación diplomática, recursoéste último muy utilizado y causante de innúmerosconflictos. También se señala que el gobierno podráutilizar, sin pago alguno, las líneas férreas, telegráfi-cas y telefónicas, así como los diques y muelles cons-truidos por la empresa. Al finalizar el contrato, el50% del valor de todas sus pertenencias, en buen es-tado pasará a ser propiedad de la nación sin grava-men alguno.14

Por las concesiones hechas en el contrato, elseñor Carlton Grandville Dunne debe pagar al mo-mento de firmarlo treinta mil libras esterlinas, y sefija un plazo de seis meses para la organización de lacompañía y la entrega del valor de las acciones quecorresponden al Estado. Sin duda estos requisitos nose cumplen y el contrato queda sin efecto, pues nadase sabe de actividades posteriores de este personaje.Es de pensar que los capitalistas ingleses, acostum-brados a suscribir contratos coloniales solamente, senegaron a aceptar uno como éste, que pese a defec-tos que puede contener, procuraba defender al má-ximo posible en ese tiempo, los intereses nacionales.

Empero, pronto se firmarán contratos al gustoy sabor de las empresas extranjeras.

El escritor y científico inglés Reginald Enock,afirma en una de sus obras que en 1913 se hace unagran concesión a la poderosa compañía británica S.Pearson and Son para el descubrimiento y explota-ción de los depósitos de petróleo y sustancias mine-rales semejantes que existan en el país. Según una delas cláusulas que transcribe, la empresa tiene “el de-

tienen un valor mucho mayor que en los países a losque son exportados. Y, para el gobierno y los muni-cipios, se determina que el precio sea el de costo.

Además de lo que se deja indicado, se obliga ala compañía a someterse a las leyes ecuatorianas y arenunciar a toda reclamación diplomática, recursoéste último muy utilizado y causante de innúmerosconflictos. También se señala que el gobierno podráutilizar, sin pago alguno, las líneas férreas, telegráfi-cas y telefónicas, así como los diques y muelles cons-truidos por la empresa. Al finalizar el contrato, el50% del valor de todas sus pertenencias, en buen es-tado pasará a ser propiedad de la nación sin grava-men alguno.14

Por las concesiones hechas en el contrato, elseñor Carlton Grandville Dunne debe pagar al mo-mento de firmarlo treinta mil libras esterlinas, y sefija un plazo de seis meses para la organización de lacompañía y la entrega del valor de las acciones quecorresponden al Estado. Sin duda estos requisitos nose cumplen y el contrato queda sin efecto, pues nadase sabe de actividades posteriores de este personaje.Es de pensar que los capitalistas ingleses, acostum-brados a suscribir contratos coloniales solamente, senegaron a aceptar uno como éste, que pese a defec-tos que puede contener, procuraba defender al má-ximo posible en ese tiempo, los intereses nacionales.

Empero, pronto se firmarán contratos al gustoy sabor de las empresas extranjeras.

El escritor y científico inglés Reginald Enock,afirma en una de sus obras que en 1913 se hace unagran concesión a la poderosa compañía británica S.Pearson and Son para el descubrimiento y explota-ción de los depósitos de petróleo y sustancias mine-rales semejantes que existan en el país. Según una delas cláusulas que transcribe, la empresa tiene “el de-

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recho de expropiar, en las condiciones que determi-nará un ingeniero elegido por el Gobierno, por unaparte, y el concesionario, por otra, cualquiera tie-rras, fincas o propiedades de pertenencia particularen cualquiera parte de la república y tendrá, además,derecho para tomar a su cargo y explotar otros po-zos de petróleo, tierras y minas que pudieran ser dela propiedad del Gobierno”.15 La compañía debe in-vertir la suma de 100.000 libras esterlinas en el lapsode diez años en los trabajos de explotación.

La prensa de Londres, añade Enock, consideracomo un triunfo de la Gran Bretaña la concesiónanterior. En cambio, dice que la prensa guayaquile-ña la “denunció con términos fuertes, como un sa-crificio de los derechos nacionales, en compensaciónde lo cual nada se le daba al país”.16 El Congreso, enun principio, rechaza la concesión, pero más tarde lamodifica.

Pocos años después de lo narrado -una vez ter-minada la Primera Guerra Mundial- se inicia la his-toria de la empresa motivo de este trabajo. DelfínOrellana, basándose en fuentes oficiales, manifiesta:“La Compañía “Anglo Ecuadorian Oilfield Ltda.”, seestableció en Londres el 9 de Abril de 1919, con uncapital de 1.000.000 de libras esterlinas, habiéndoseregistrado en el Ecuador el día 20 de Noviembre de1923”.17 Agrega, a continuación, que obtiene laconcesión de 98 minas que ocupan un área de38.842 hectáreas en la península de Santa Elena, más405 tomadas en arrendamiento.

La Anglo es subsidiaria de la transnacional Bri-tish Petroleum a través de empresas dependientes.Sus acciones según Bergier y Thomas, están reparti-das así: el 40% pertenecen al gobierno inglés, el 40%a firmas norteamericanas, el 14% a la Royal DutchShell y el 16% a los franceses. Es decir, que se trata

recho de expropiar, en las condiciones que determi-nará un ingeniero elegido por el Gobierno, por unaparte, y el concesionario, por otra, cualquiera tie-rras, fincas o propiedades de pertenencia particularen cualquiera parte de la república y tendrá, además,derecho para tomar a su cargo y explotar otros po-zos de petróleo, tierras y minas que pudieran ser dela propiedad del Gobierno”.15 La compañía debe in-vertir la suma de 100.000 libras esterlinas en el lapsode diez años en los trabajos de explotación.

La prensa de Londres, añade Enock, consideracomo un triunfo de la Gran Bretaña la concesiónanterior. En cambio, dice que la prensa guayaquile-ña la “denunció con términos fuertes, como un sa-crificio de los derechos nacionales, en compensaciónde lo cual nada se le daba al país”.16 El Congreso, enun principio, rechaza la concesión, pero más tarde lamodifica.

Pocos años después de lo narrado -una vez ter-minada la Primera Guerra Mundial- se inicia la his-toria de la empresa motivo de este trabajo. DelfínOrellana, basándose en fuentes oficiales, manifiesta:“La Compañía “Anglo Ecuadorian Oilfield Ltda.”, seestableció en Londres el 9 de Abril de 1919, con uncapital de 1.000.000 de libras esterlinas, habiéndoseregistrado en el Ecuador el día 20 de Noviembre de1923”.17 Agrega, a continuación, que obtiene laconcesión de 98 minas que ocupan un área de38.842 hectáreas en la península de Santa Elena, más405 tomadas en arrendamiento.

La Anglo es subsidiaria de la transnacional Bri-tish Petroleum a través de empresas dependientes.Sus acciones según Bergier y Thomas, están reparti-das así: el 40% pertenecen al gobierno inglés, el 40%a firmas norteamericanas, el 14% a la Royal DutchShell y el 16% a los franceses. Es decir, que se trata

recho de expropiar, en las condiciones que determi-nará un ingeniero elegido por el Gobierno, por unaparte, y el concesionario, por otra, cualquiera tie-rras, fincas o propiedades de pertenencia particularen cualquiera parte de la república y tendrá, además,derecho para tomar a su cargo y explotar otros po-zos de petróleo, tierras y minas que pudieran ser dela propiedad del Gobierno”.15 La compañía debe in-vertir la suma de 100.000 libras esterlinas en el lapsode diez años en los trabajos de explotación.

La prensa de Londres, añade Enock, consideracomo un triunfo de la Gran Bretaña la concesiónanterior. En cambio, dice que la prensa guayaquile-ña la “denunció con términos fuertes, como un sa-crificio de los derechos nacionales, en compensaciónde lo cual nada se le daba al país”.16 El Congreso, enun principio, rechaza la concesión, pero más tarde lamodifica.

Pocos años después de lo narrado -una vez ter-minada la Primera Guerra Mundial- se inicia la his-toria de la empresa motivo de este trabajo. DelfínOrellana, basándose en fuentes oficiales, manifiesta:“La Compañía “Anglo Ecuadorian Oilfield Ltda.”, seestableció en Londres el 9 de Abril de 1919, con uncapital de 1.000.000 de libras esterlinas, habiéndoseregistrado en el Ecuador el día 20 de Noviembre de1923”.17 Agrega, a continuación, que obtiene laconcesión de 98 minas que ocupan un área de38.842 hectáreas en la península de Santa Elena, más405 tomadas en arrendamiento.

La Anglo es subsidiaria de la transnacional Bri-tish Petroleum a través de empresas dependientes.Sus acciones según Bergier y Thomas, están reparti-das así: el 40% pertenecen al gobierno inglés, el 40%a firmas norteamericanas, el 14% a la Royal DutchShell y el 16% a los franceses. Es decir, que se trata

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de la confluencia de capitales británico-yanquis, pa-ra conjuntamente explotar a los pueblos débiles.

La producción de petróleo ecuatoriano, deconformidad con un cuadro elaborado por la Ins-pección General de Minas, en 1928 es la siguiente:

Anglo Ecuadorian Oilfields Ltd 21’394.182 galonesM.H. Oil Exploration 566.191 “Concesionarias Nacionales 174.050 “

————-Total 22’134.423 18

Además, de 1925 a 1928, la Anglo exporta152.704.28 de toneladas de petróleo crudo y4.655.13 de toneladas de residuo.

Esto significa, que ya en ese entonces, estacompañía es la mayor productora de petróleo en elEcuador. También se han incrementado sus posesio-nes, pues pronto absorbe a otras menos poderosascomo sucede por ejemplo con la Sociedad Comer-cial Anglo Ecuatoriana que en 1927 le transfiere lasconcesiones que tiene en Santa Elena. Igual hacenalgunos patricios guayaquileños, que gracias a su in-fluencia en los diferentes gobiernos, han obtenidoderechos sobre terrenos petrolíferos para traspasar-los al mejor postor.

El historiador Oscar Efrén Reyes, en su libroLos últimos siete años, publicado en 1933, dice:

La explotación de hidrocarburos en SantaElena y Ancón, seguía a merced de los grandestrusts mundiales. Los hidrocarburos eran -y son-un oro que emigra. Aunque se consuma petróleo

de la confluencia de capitales británico-yanquis, pa-ra conjuntamente explotar a los pueblos débiles.

La producción de petróleo ecuatoriano, deconformidad con un cuadro elaborado por la Ins-pección General de Minas, en 1928 es la siguiente:

Anglo Ecuadorian Oilfields Ltd 21’394.182 galonesM.H. Oil Exploration 566.191 “Concesionarias Nacionales 174.050 “

————-Total 22’134.423 18

Además, de 1925 a 1928, la Anglo exporta152.704.28 de toneladas de petróleo crudo y4.655.13 de toneladas de residuo.

Esto significa, que ya en ese entonces, estacompañía es la mayor productora de petróleo en elEcuador. También se han incrementado sus posesio-nes, pues pronto absorbe a otras menos poderosascomo sucede por ejemplo con la Sociedad Comer-cial Anglo Ecuatoriana que en 1927 le transfiere lasconcesiones que tiene en Santa Elena. Igual hacenalgunos patricios guayaquileños, que gracias a su in-fluencia en los diferentes gobiernos, han obtenidoderechos sobre terrenos petrolíferos para traspasar-los al mejor postor.

El historiador Oscar Efrén Reyes, en su libroLos últimos siete años, publicado en 1933, dice:

La explotación de hidrocarburos en SantaElena y Ancón, seguía a merced de los grandestrusts mundiales. Los hidrocarburos eran -y son-un oro que emigra. Aunque se consuma petróleo

de la confluencia de capitales británico-yanquis, pa-ra conjuntamente explotar a los pueblos débiles.

La producción de petróleo ecuatoriano, deconformidad con un cuadro elaborado por la Ins-pección General de Minas, en 1928 es la siguiente:

Anglo Ecuadorian Oilfields Ltd 21’394.182 galonesM.H. Oil Exploration 566.191 “Concesionarias Nacionales 174.050 “

————-Total 22’134.423 18

Además, de 1925 a 1928, la Anglo exporta152.704.28 de toneladas de petróleo crudo y4.655.13 de toneladas de residuo.

Esto significa, que ya en ese entonces, estacompañía es la mayor productora de petróleo en elEcuador. También se han incrementado sus posesio-nes, pues pronto absorbe a otras menos poderosascomo sucede por ejemplo con la Sociedad Comer-cial Anglo Ecuatoriana que en 1927 le transfiere lasconcesiones que tiene en Santa Elena. Igual hacenalgunos patricios guayaquileños, que gracias a su in-fluencia en los diferentes gobiernos, han obtenidoderechos sobre terrenos petrolíferos para traspasar-los al mejor postor.

El historiador Oscar Efrén Reyes, en su libroLos últimos siete años, publicado en 1933, dice:

La explotación de hidrocarburos en SantaElena y Ancón, seguía a merced de los grandestrusts mundiales. Los hidrocarburos eran -y son-un oro que emigra. Aunque se consuma petróleo

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en el Ecuador; porque se lo paga al capitalismo ex-tranjero.19

Esto es completamente cierto. Nuestro petró-leo ha caído ya en las garras de las dos naciones im-perialistas más poderosas, Inglaterra y Estados Uni-dos, que pugnan con tenacidad, valiéndose de testa-ferros criollos y gobiernos condescendientes, paraadquirir mayores concesiones. Los ingleses, más feli-ces en un principio, dominan en la península deSanta Elena como ya sabemos. Los norteamericanos,en cambio, mediante un contrato leonino celebradoen 1931 con la Leonard Exploration Company -ca-reta de la Standard Oil de Nueva Jersey- consigueuna concesión de 25.000 kilómetros cuadrados parala búsqueda de petróleo en el Oriente.

Está en vigencia la “Ley sobre yacimientos odepósitos de hidrocarburos” promulgada por el pre-sidente José Luis Tamayo en 1921, la misma que ha-bía sido elaborada con inspiración extranjera, tal co-mo sucede en la Venezuela de Gómez. Y no hay porqué extrañarse de esa actuación: Tamayo -el respon-sable de la masacre del 15 de Noviembre- era aboga-do de la Anglo, sinecura que cedió a Arroyo del Ríopara posesionarse de la presidencia.20

La ley anterior es reemplazada por otra expedi-da por el dictador Federico Páez en 1937, la Ley dePetróleos redactada por Enrique Coloma Silva, queluego pasaría a ser gerente vitalicio de la compañíaAnglo como premio a su adicción petrolera. El nue-vo estatuto legal, como bien anota el almirante Ja-rrín Ampudia, “facilita la apertura ilimitada del paísa las compañías extranjeras”.21 El cambio, entonces,tiene un solo significado: significa que el Ecuador yano necesita de inspiradores extranjeros, por haberconseguido propios, y quizás de mejor casta...

en el Ecuador; porque se lo paga al capitalismo ex-tranjero.19

Esto es completamente cierto. Nuestro petró-leo ha caído ya en las garras de las dos naciones im-perialistas más poderosas, Inglaterra y Estados Uni-dos, que pugnan con tenacidad, valiéndose de testa-ferros criollos y gobiernos condescendientes, paraadquirir mayores concesiones. Los ingleses, más feli-ces en un principio, dominan en la península deSanta Elena como ya sabemos. Los norteamericanos,en cambio, mediante un contrato leonino celebradoen 1931 con la Leonard Exploration Company -ca-reta de la Standard Oil de Nueva Jersey- consigueuna concesión de 25.000 kilómetros cuadrados parala búsqueda de petróleo en el Oriente.

Está en vigencia la “Ley sobre yacimientos odepósitos de hidrocarburos” promulgada por el pre-sidente José Luis Tamayo en 1921, la misma que ha-bía sido elaborada con inspiración extranjera, tal co-mo sucede en la Venezuela de Gómez. Y no hay porqué extrañarse de esa actuación: Tamayo -el respon-sable de la masacre del 15 de Noviembre- era aboga-do de la Anglo, sinecura que cedió a Arroyo del Ríopara posesionarse de la presidencia.20

La ley anterior es reemplazada por otra expedi-da por el dictador Federico Páez en 1937, la Ley dePetróleos redactada por Enrique Coloma Silva, queluego pasaría a ser gerente vitalicio de la compañíaAnglo como premio a su adicción petrolera. El nue-vo estatuto legal, como bien anota el almirante Ja-rrín Ampudia, “facilita la apertura ilimitada del paísa las compañías extranjeras”.21 El cambio, entonces,tiene un solo significado: significa que el Ecuador yano necesita de inspiradores extranjeros, por haberconseguido propios, y quizás de mejor casta...

en el Ecuador; porque se lo paga al capitalismo ex-tranjero.19

Esto es completamente cierto. Nuestro petró-leo ha caído ya en las garras de las dos naciones im-perialistas más poderosas, Inglaterra y Estados Uni-dos, que pugnan con tenacidad, valiéndose de testa-ferros criollos y gobiernos condescendientes, paraadquirir mayores concesiones. Los ingleses, más feli-ces en un principio, dominan en la península deSanta Elena como ya sabemos. Los norteamericanos,en cambio, mediante un contrato leonino celebradoen 1931 con la Leonard Exploration Company -ca-reta de la Standard Oil de Nueva Jersey- consigueuna concesión de 25.000 kilómetros cuadrados parala búsqueda de petróleo en el Oriente.

Está en vigencia la “Ley sobre yacimientos odepósitos de hidrocarburos” promulgada por el pre-sidente José Luis Tamayo en 1921, la misma que ha-bía sido elaborada con inspiración extranjera, tal co-mo sucede en la Venezuela de Gómez. Y no hay porqué extrañarse de esa actuación: Tamayo -el respon-sable de la masacre del 15 de Noviembre- era aboga-do de la Anglo, sinecura que cedió a Arroyo del Ríopara posesionarse de la presidencia.20

La ley anterior es reemplazada por otra expedi-da por el dictador Federico Páez en 1937, la Ley dePetróleos redactada por Enrique Coloma Silva, queluego pasaría a ser gerente vitalicio de la compañíaAnglo como premio a su adicción petrolera. El nue-vo estatuto legal, como bien anota el almirante Ja-rrín Ampudia, “facilita la apertura ilimitada del paísa las compañías extranjeras”.21 El cambio, entonces,tiene un solo significado: significa que el Ecuador yano necesita de inspiradores extranjeros, por haberconseguido propios, y quizás de mejor casta...

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El gobierno del general Enríquez -que sucedeal de Páez- tiene el mérito de cortar los excesivosprivilegios de las compañías extranjeras y obligarlasal cumplimiento de las leyes ecuatorianas burladasconstantemente por ellas.

Manifiesta el nuevo mandatario “que las com-pañías explotadoras de oro y petróleo jamás han sa-tisfecho el porcentaje justo que correspondía, apro-vechándose para su propósito de ciertos elementosnacionales de fácil cotización, que por un puñado demonedas no tenían rubor para defender interesesextranjeros y para ayudarles a eludir el pago debidoal Estado ecuatoriano”.22

Venciendo las presiones de los gobiernos ex-tranjeros -que en algunos momentos lindan con laamenaza- procede a la revisión de los onerosos con-tratos vigentes. Y, en lo que respecta a la empresaAnglo Ecuadorian, dicta el decreto de 5 de marzo de1938, en cuyo artículo primero se especifican las si-guientes contribuciones:

a) El 10% sobre la producción de petróleo crudo,cuyo precio determinará el Gobierno por Acuer-do especial, y de conformidad con alguna de lasbases optativas señaladas por la Ley de Petróleo,que prefiera, según las reglas de la técnica.

b) El 8% sobre la producción de la gasolina natu-ral.

c) El doble de los derechos superficiales que regíanhasta el 31 de diciembre de 1937, para los mu-nicipios de Santa Elena y Salinas, sin perjuiciodel pago de los derechos superficiales fiscales.23

Se determina además, que el cobro de las otrascontribuciones que debe pagar la compañía, se haráde conformidad con las leyes respectivas.

El gobierno del general Enríquez -que sucedeal de Páez- tiene el mérito de cortar los excesivosprivilegios de las compañías extranjeras y obligarlasal cumplimiento de las leyes ecuatorianas burladasconstantemente por ellas.

Manifiesta el nuevo mandatario “que las com-pañías explotadoras de oro y petróleo jamás han sa-tisfecho el porcentaje justo que correspondía, apro-vechándose para su propósito de ciertos elementosnacionales de fácil cotización, que por un puñado demonedas no tenían rubor para defender interesesextranjeros y para ayudarles a eludir el pago debidoal Estado ecuatoriano”.22

Venciendo las presiones de los gobiernos ex-tranjeros -que en algunos momentos lindan con laamenaza- procede a la revisión de los onerosos con-tratos vigentes. Y, en lo que respecta a la empresaAnglo Ecuadorian, dicta el decreto de 5 de marzo de1938, en cuyo artículo primero se especifican las si-guientes contribuciones:

a) El 10% sobre la producción de petróleo crudo,cuyo precio determinará el Gobierno por Acuer-do especial, y de conformidad con alguna de lasbases optativas señaladas por la Ley de Petróleo,que prefiera, según las reglas de la técnica.

b) El 8% sobre la producción de la gasolina natu-ral.

c) El doble de los derechos superficiales que regíanhasta el 31 de diciembre de 1937, para los mu-nicipios de Santa Elena y Salinas, sin perjuiciodel pago de los derechos superficiales fiscales.23

Se determina además, que el cobro de las otrascontribuciones que debe pagar la compañía, se haráde conformidad con las leyes respectivas.

El gobierno del general Enríquez -que sucedeal de Páez- tiene el mérito de cortar los excesivosprivilegios de las compañías extranjeras y obligarlasal cumplimiento de las leyes ecuatorianas burladasconstantemente por ellas.

Manifiesta el nuevo mandatario “que las com-pañías explotadoras de oro y petróleo jamás han sa-tisfecho el porcentaje justo que correspondía, apro-vechándose para su propósito de ciertos elementosnacionales de fácil cotización, que por un puñado demonedas no tenían rubor para defender interesesextranjeros y para ayudarles a eludir el pago debidoal Estado ecuatoriano”.22

Venciendo las presiones de los gobiernos ex-tranjeros -que en algunos momentos lindan con laamenaza- procede a la revisión de los onerosos con-tratos vigentes. Y, en lo que respecta a la empresaAnglo Ecuadorian, dicta el decreto de 5 de marzo de1938, en cuyo artículo primero se especifican las si-guientes contribuciones:

a) El 10% sobre la producción de petróleo crudo,cuyo precio determinará el Gobierno por Acuer-do especial, y de conformidad con alguna de lasbases optativas señaladas por la Ley de Petróleo,que prefiera, según las reglas de la técnica.

b) El 8% sobre la producción de la gasolina natu-ral.

c) El doble de los derechos superficiales que regíanhasta el 31 de diciembre de 1937, para los mu-nicipios de Santa Elena y Salinas, sin perjuiciodel pago de los derechos superficiales fiscales.23

Se determina además, que el cobro de las otrascontribuciones que debe pagar la compañía, se haráde conformidad con las leyes respectivas.

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También se ordena que la Anglo pague elmonto del impuesto a la renta que adeuda por losaños de 1935, 1936 y 1937.

Según consta en la Memoria que el general En-ríquez presenta a la Asamblea Constituyente de 1938,se calcula que el fisco se beneficiará ese año con la su-ma de 5’282.851 de sucres, merced al incremento delas contribuciones impuesto a esa compañía.

Es una lástima que no se haya tratado de ela-borar una nueva ley de hidrocarburos -sin duda porinfluencia del señor Coloma Silva que por desgraciacontinúa como subsecretario del ministerio deObras Públicas y Minas- pues que así se hubiera ce-rrado la puerta a toda clase de abusos y privilegiosexcesivos. El funcionario nombrado es enemigo acé-rrimo de la revisión de contratos emprendida por elgobierno al que sirve, pues afirma que sólo puedenser modificados por mutuo acuerdo de las partes, te-sis esgrimida por las compañías extranjeras. En1940, desde el mismo cargo, publica un estudio titu-lado La minería y el petróleo en el Ecuador, donde pi-de con vehemencia la reforma de los decretos de1938 sobre minería y petróleos, para dar mayor se-guridad, dizque, al capital foráneo.

Después de Enríquez, advienen nuevamenteregímenes condescendientes con las compañías ex-tranjeras.

Velasco Ibarra, mediante contrato de 24 deenero de 1945, concede a la Anglo 42.000 hectáreasde nuevos terrenos petrolíferos en la península deSanta Elena para su exploración y explotación, ade-más de una serie de prerrogativas contrarias al inte-rés nacional. Pero lo que más resalta en el tal contra-to es la facultad que se da a la compañía para reducirsu producción hasta en una tercera parte, a fin deque pueda la empresa, conforme a su conveniencia,

También se ordena que la Anglo pague elmonto del impuesto a la renta que adeuda por losaños de 1935, 1936 y 1937.

Según consta en la Memoria que el general En-ríquez presenta a la Asamblea Constituyente de 1938,se calcula que el fisco se beneficiará ese año con la su-ma de 5’282.851 de sucres, merced al incremento delas contribuciones impuesto a esa compañía.

Es una lástima que no se haya tratado de ela-borar una nueva ley de hidrocarburos -sin duda porinfluencia del señor Coloma Silva que por desgraciacontinúa como subsecretario del ministerio deObras Públicas y Minas- pues que así se hubiera ce-rrado la puerta a toda clase de abusos y privilegiosexcesivos. El funcionario nombrado es enemigo acé-rrimo de la revisión de contratos emprendida por elgobierno al que sirve, pues afirma que sólo puedenser modificados por mutuo acuerdo de las partes, te-sis esgrimida por las compañías extranjeras. En1940, desde el mismo cargo, publica un estudio titu-lado La minería y el petróleo en el Ecuador, donde pi-de con vehemencia la reforma de los decretos de1938 sobre minería y petróleos, para dar mayor se-guridad, dizque, al capital foráneo.

Después de Enríquez, advienen nuevamenteregímenes condescendientes con las compañías ex-tranjeras.

Velasco Ibarra, mediante contrato de 24 deenero de 1945, concede a la Anglo 42.000 hectáreasde nuevos terrenos petrolíferos en la península deSanta Elena para su exploración y explotación, ade-más de una serie de prerrogativas contrarias al inte-rés nacional. Pero lo que más resalta en el tal contra-to es la facultad que se da a la compañía para reducirsu producción hasta en una tercera parte, a fin deque pueda la empresa, conforme a su conveniencia,

También se ordena que la Anglo pague elmonto del impuesto a la renta que adeuda por losaños de 1935, 1936 y 1937.

Según consta en la Memoria que el general En-ríquez presenta a la Asamblea Constituyente de 1938,se calcula que el fisco se beneficiará ese año con la su-ma de 5’282.851 de sucres, merced al incremento delas contribuciones impuesto a esa compañía.

Es una lástima que no se haya tratado de ela-borar una nueva ley de hidrocarburos -sin duda porinfluencia del señor Coloma Silva que por desgraciacontinúa como subsecretario del ministerio deObras Públicas y Minas- pues que así se hubiera ce-rrado la puerta a toda clase de abusos y privilegiosexcesivos. El funcionario nombrado es enemigo acé-rrimo de la revisión de contratos emprendida por elgobierno al que sirve, pues afirma que sólo puedenser modificados por mutuo acuerdo de las partes, te-sis esgrimida por las compañías extranjeras. En1940, desde el mismo cargo, publica un estudio titu-lado La minería y el petróleo en el Ecuador, donde pi-de con vehemencia la reforma de los decretos de1938 sobre minería y petróleos, para dar mayor se-guridad, dizque, al capital foráneo.

Después de Enríquez, advienen nuevamenteregímenes condescendientes con las compañías ex-tranjeras.

Velasco Ibarra, mediante contrato de 24 deenero de 1945, concede a la Anglo 42.000 hectáreasde nuevos terrenos petrolíferos en la península deSanta Elena para su exploración y explotación, ade-más de una serie de prerrogativas contrarias al inte-rés nacional. Pero lo que más resalta en el tal contra-to es la facultad que se da a la compañía para reducirsu producción hasta en una tercera parte, a fin deque pueda la empresa, conforme a su conveniencia,

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transformarse en importadora de crudos y derivadosde petróleo, como efectivamente sucede. “Así -dicecon toda razón Jaime Galarza- vendrá a operarseaquel proceso por el cual nuestro país se convirtióen importador de petróleo, habiendo sido exporta-dor. El principal agente de la importación, natural-mente, iba a ser la Anglo”.24

Mejor se debería decir que el Ecuador se con-vierte -curiosa dualidad- en importador-exportadorde petróleo. Para nuestro consumo se elabora unapésima gasolina con mezclas reconstruidas importa-das, mientras el crudo de Santa Elena, debido a sugran calidad, es exportado al exterior para la obten-ción de cosméticos y otros productos finos. Era “de-masiado bueno para desperdiciarlo en los ecuatoria-nos, era materia prima buena sólo para exporta-ción”,25 como dice el almirante Jarrín Ampudia conuna dosis de ironía.

Sobre la exportación de nuestro petróleo se de-be decir que las compañías no pagan en esta épocaun solo centavo de impuesto por tal concepto. Maseso no es lo fundamental. Según la ley, como rega-lías, la Anglo debe pagar al Estado el 10% del pro-ducto de las ventas que realice. Sucede, sin embargo,que para no pagar en su totalidad esas regalías, acos-tumbra fijar el valor del galón de petróleo en una su-ma muy inferior al verdadero precio de venta que,por descuido o complicidad, nunca es averiguado niconstatado por nuestras autoridades. El ingenieroGranja denuncia que en 1944 se vende al Uruguay a62 centavos el galón, con viveza sin par, se hace apa-recer ante el fisco como si solamente se hubiera ven-dido a 35 centavos. “Si sabemos -añade- que desde1947 hasta 1957 se han exportado 500.000.000 galo-nes de petróleo, y si el 10 por ciento era del gobierno

transformarse en importadora de crudos y derivadosde petróleo, como efectivamente sucede. “Así -dicecon toda razón Jaime Galarza- vendrá a operarseaquel proceso por el cual nuestro país se convirtióen importador de petróleo, habiendo sido exporta-dor. El principal agente de la importación, natural-mente, iba a ser la Anglo”.24

Mejor se debería decir que el Ecuador se con-vierte -curiosa dualidad- en importador-exportadorde petróleo. Para nuestro consumo se elabora unapésima gasolina con mezclas reconstruidas importa-das, mientras el crudo de Santa Elena, debido a sugran calidad, es exportado al exterior para la obten-ción de cosméticos y otros productos finos. Era “de-masiado bueno para desperdiciarlo en los ecuatoria-nos, era materia prima buena sólo para exporta-ción”,25 como dice el almirante Jarrín Ampudia conuna dosis de ironía.

Sobre la exportación de nuestro petróleo se de-be decir que las compañías no pagan en esta épocaun solo centavo de impuesto por tal concepto. Maseso no es lo fundamental. Según la ley, como rega-lías, la Anglo debe pagar al Estado el 10% del pro-ducto de las ventas que realice. Sucede, sin embargo,que para no pagar en su totalidad esas regalías, acos-tumbra fijar el valor del galón de petróleo en una su-ma muy inferior al verdadero precio de venta que,por descuido o complicidad, nunca es averiguado niconstatado por nuestras autoridades. El ingenieroGranja denuncia que en 1944 se vende al Uruguay a62 centavos el galón, con viveza sin par, se hace apa-recer ante el fisco como si solamente se hubiera ven-dido a 35 centavos. “Si sabemos -añade- que desde1947 hasta 1957 se han exportado 500.000.000 galo-nes de petróleo, y si el 10 por ciento era del gobierno

transformarse en importadora de crudos y derivadosde petróleo, como efectivamente sucede. “Así -dicecon toda razón Jaime Galarza- vendrá a operarseaquel proceso por el cual nuestro país se convirtióen importador de petróleo, habiendo sido exporta-dor. El principal agente de la importación, natural-mente, iba a ser la Anglo”.24

Mejor se debería decir que el Ecuador se con-vierte -curiosa dualidad- en importador-exportadorde petróleo. Para nuestro consumo se elabora unapésima gasolina con mezclas reconstruidas importa-das, mientras el crudo de Santa Elena, debido a sugran calidad, es exportado al exterior para la obten-ción de cosméticos y otros productos finos. Era “de-masiado bueno para desperdiciarlo en los ecuatoria-nos, era materia prima buena sólo para exporta-ción”,25 como dice el almirante Jarrín Ampudia conuna dosis de ironía.

Sobre la exportación de nuestro petróleo se de-be decir que las compañías no pagan en esta épocaun solo centavo de impuesto por tal concepto. Maseso no es lo fundamental. Según la ley, como rega-lías, la Anglo debe pagar al Estado el 10% del pro-ducto de las ventas que realice. Sucede, sin embargo,que para no pagar en su totalidad esas regalías, acos-tumbra fijar el valor del galón de petróleo en una su-ma muy inferior al verdadero precio de venta que,por descuido o complicidad, nunca es averiguado niconstatado por nuestras autoridades. El ingenieroGranja denuncia que en 1944 se vende al Uruguay a62 centavos el galón, con viveza sin par, se hace apa-recer ante el fisco como si solamente se hubiera ven-dido a 35 centavos. “Si sabemos -añade- que desde1947 hasta 1957 se han exportado 500.000.000 galo-nes de petróleo, y si el 10 por ciento era del gobierno

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ecuatoriano, los perjuicios al Fisco, en ese tiempo,han sido de más de S/.13.000.000”.26

Otras estafas denunciadas por el mismo técnico.De acuerdo a la Ley de Petróleos la Anglo debe

proporcionar al precio de costo el combustible paralos ferrocarriles del Estado. Según decreto dictadoen 1944, el precio del galón de residuo es de 40 cen-tavos, de los cuales 5 corresponden al Fisco. Por lotanto, el galón debía ser vendido a 35 centavos, perosin que ningún funcionario diga nada, la venta serealiza por 50 centavos, es decir, con un aumento de15 centavos sobre el precio legal. Como consecuen-cia de este sobreprecio los ferrocarriles pierden en1945 S/.1.132.027,50, pues el consumo en ese año esde 7.546.850 de galones de residuo. Y resulta, quelos balances de ese mismo año, el Ferrocarril del Surtiene una pérdida de S/.137.665,20, cuando pudohaber tenido una ganancia de S/.994.361,30 de nohaber existido este sucio negociado.

Más tarde, durante el gobierno socialcristianode Ponce Enríquez, volverá a ocurrir un atraco simi-lar. En esta ocasión la víctima será la Fuerza AéreaEcuatoriana, a la que se le vende a S/.2,32 el galón decombustible para sus aviones, siendo el precio legalde solamente S/.1,35. Para disimular el fraude, alcombustible vendido se le da el pomposo nombre deDerd 2482!

La constante alza del precio de los derivadosdel petróleo es el método más usado por la compa-ñía para aumentar sus ganancias y perjudicar al pue-blo ecuatoriano. Los pretextos no faltan. Empero, elmás habitual es la necesidad de aumentar la produc-ción y ampliar las plantas refinadoras para dejar deimportar. No hay para que decir que tales ofreci-mientos nunca se cumplen, puesto que, como ya sedijo, tanto la importación como la exportación están

ecuatoriano, los perjuicios al Fisco, en ese tiempo,han sido de más de S/.13.000.000”.26

Otras estafas denunciadas por el mismo técnico.De acuerdo a la Ley de Petróleos la Anglo debe

proporcionar al precio de costo el combustible paralos ferrocarriles del Estado. Según decreto dictadoen 1944, el precio del galón de residuo es de 40 cen-tavos, de los cuales 5 corresponden al Fisco. Por lotanto, el galón debía ser vendido a 35 centavos, perosin que ningún funcionario diga nada, la venta serealiza por 50 centavos, es decir, con un aumento de15 centavos sobre el precio legal. Como consecuen-cia de este sobreprecio los ferrocarriles pierden en1945 S/.1.132.027,50, pues el consumo en ese año esde 7.546.850 de galones de residuo. Y resulta, quelos balances de ese mismo año, el Ferrocarril del Surtiene una pérdida de S/.137.665,20, cuando pudohaber tenido una ganancia de S/.994.361,30 de nohaber existido este sucio negociado.

Más tarde, durante el gobierno socialcristianode Ponce Enríquez, volverá a ocurrir un atraco simi-lar. En esta ocasión la víctima será la Fuerza AéreaEcuatoriana, a la que se le vende a S/.2,32 el galón decombustible para sus aviones, siendo el precio legalde solamente S/.1,35. Para disimular el fraude, alcombustible vendido se le da el pomposo nombre deDerd 2482!

La constante alza del precio de los derivadosdel petróleo es el método más usado por la compa-ñía para aumentar sus ganancias y perjudicar al pue-blo ecuatoriano. Los pretextos no faltan. Empero, elmás habitual es la necesidad de aumentar la produc-ción y ampliar las plantas refinadoras para dejar deimportar. No hay para que decir que tales ofreci-mientos nunca se cumplen, puesto que, como ya sedijo, tanto la importación como la exportación están

ecuatoriano, los perjuicios al Fisco, en ese tiempo,han sido de más de S/.13.000.000”.26

Otras estafas denunciadas por el mismo técnico.De acuerdo a la Ley de Petróleos la Anglo debe

proporcionar al precio de costo el combustible paralos ferrocarriles del Estado. Según decreto dictadoen 1944, el precio del galón de residuo es de 40 cen-tavos, de los cuales 5 corresponden al Fisco. Por lotanto, el galón debía ser vendido a 35 centavos, perosin que ningún funcionario diga nada, la venta serealiza por 50 centavos, es decir, con un aumento de15 centavos sobre el precio legal. Como consecuen-cia de este sobreprecio los ferrocarriles pierden en1945 S/.1.132.027,50, pues el consumo en ese año esde 7.546.850 de galones de residuo. Y resulta, quelos balances de ese mismo año, el Ferrocarril del Surtiene una pérdida de S/.137.665,20, cuando pudohaber tenido una ganancia de S/.994.361,30 de nohaber existido este sucio negociado.

Más tarde, durante el gobierno socialcristianode Ponce Enríquez, volverá a ocurrir un atraco simi-lar. En esta ocasión la víctima será la Fuerza AéreaEcuatoriana, a la que se le vende a S/.2,32 el galón decombustible para sus aviones, siendo el precio legalde solamente S/.1,35. Para disimular el fraude, alcombustible vendido se le da el pomposo nombre deDerd 2482!

La constante alza del precio de los derivadosdel petróleo es el método más usado por la compa-ñía para aumentar sus ganancias y perjudicar al pue-blo ecuatoriano. Los pretextos no faltan. Empero, elmás habitual es la necesidad de aumentar la produc-ción y ampliar las plantas refinadoras para dejar deimportar. No hay para que decir que tales ofreci-mientos nunca se cumplen, puesto que, como ya sedijo, tanto la importación como la exportación están

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supeditadas a las conveniencias de la empresa y no alos intereses nacionales. Sin embargo de esto, el pre-texto siempre surte efecto.

Velasco, en 1944, sube el galón de gasolina deS/.1,40 a S/.1,80, el de diesel oil de S/.0,35 a S/.0,47 yel de residuo de S/.0,50 a S/.0,65. En el decreto res-pectivo se dice que la subida obedece a “la ineludiblenecesidad de apoyar a las Empresas Petroleras paraque puedan aumentar la producción que necesita elpaís, para asegurar en lo posible el permanente nor-mal aprovisionamiento de combustibles”.27

Durante el gobierno de Galo Plaza, esgrimien-do el mismo pretexto, la Anglo logra otra substan-ciosa subida de precios: 40 centavos más para el ga-lón de gasolina, 12 centavos más para el galón dediesel y 15 centavos más para el galón de residuo. Elartífice de este aumento es el señor Coloma Silva,ahora alto funcionario de este gobierno.

Y para no seguir enumerando este eterno subirde precios, solo indicaremos que en 1956 -tercer ve-lasquismo- se produce una nueva alza. Esta vez, eldecreto habla del montaje de grandes instalaciones.Dice que las compañías petroleras voluntariamente,se esforzarán para ampliar su capacidad de refina-ción. Nada de esto se hace realidad. En cambio, en elperíodo comprendido entre 1956 y 1959, esa subidasignifica un sacrificio de más de veinte millones desucres de nuestro pueblo, según afirma el ingenieroGranja. Sacrificio vano, repetimos.

Para justificar estas repetidas alzas de precios, ala par que presentarlas como necesarias y honestas,se recurre al nombramiento de comisiones que seencargan de estudiar el problema y emitir el informecorrespondiente. Mañosamente, y gracias a la in-fluencia que tiene la Anglo en los gobiernos de tur-no, siempre se introduce en ellas a personas de su

supeditadas a las conveniencias de la empresa y no alos intereses nacionales. Sin embargo de esto, el pre-texto siempre surte efecto.

Velasco, en 1944, sube el galón de gasolina deS/.1,40 a S/.1,80, el de diesel oil de S/.0,35 a S/.0,47 yel de residuo de S/.0,50 a S/.0,65. En el decreto res-pectivo se dice que la subida obedece a “la ineludiblenecesidad de apoyar a las Empresas Petroleras paraque puedan aumentar la producción que necesita elpaís, para asegurar en lo posible el permanente nor-mal aprovisionamiento de combustibles”.27

Durante el gobierno de Galo Plaza, esgrimien-do el mismo pretexto, la Anglo logra otra substan-ciosa subida de precios: 40 centavos más para el ga-lón de gasolina, 12 centavos más para el galón dediesel y 15 centavos más para el galón de residuo. Elartífice de este aumento es el señor Coloma Silva,ahora alto funcionario de este gobierno.

Y para no seguir enumerando este eterno subirde precios, solo indicaremos que en 1956 -tercer ve-lasquismo- se produce una nueva alza. Esta vez, eldecreto habla del montaje de grandes instalaciones.Dice que las compañías petroleras voluntariamente,se esforzarán para ampliar su capacidad de refina-ción. Nada de esto se hace realidad. En cambio, en elperíodo comprendido entre 1956 y 1959, esa subidasignifica un sacrificio de más de veinte millones desucres de nuestro pueblo, según afirma el ingenieroGranja. Sacrificio vano, repetimos.

Para justificar estas repetidas alzas de precios, ala par que presentarlas como necesarias y honestas,se recurre al nombramiento de comisiones que seencargan de estudiar el problema y emitir el informecorrespondiente. Mañosamente, y gracias a la in-fluencia que tiene la Anglo en los gobiernos de tur-no, siempre se introduce en ellas a personas de su

supeditadas a las conveniencias de la empresa y no alos intereses nacionales. Sin embargo de esto, el pre-texto siempre surte efecto.

Velasco, en 1944, sube el galón de gasolina deS/.1,40 a S/.1,80, el de diesel oil de S/.0,35 a S/.0,47 yel de residuo de S/.0,50 a S/.0,65. En el decreto res-pectivo se dice que la subida obedece a “la ineludiblenecesidad de apoyar a las Empresas Petroleras paraque puedan aumentar la producción que necesita elpaís, para asegurar en lo posible el permanente nor-mal aprovisionamiento de combustibles”.27

Durante el gobierno de Galo Plaza, esgrimien-do el mismo pretexto, la Anglo logra otra substan-ciosa subida de precios: 40 centavos más para el ga-lón de gasolina, 12 centavos más para el galón dediesel y 15 centavos más para el galón de residuo. Elartífice de este aumento es el señor Coloma Silva,ahora alto funcionario de este gobierno.

Y para no seguir enumerando este eterno subirde precios, solo indicaremos que en 1956 -tercer ve-lasquismo- se produce una nueva alza. Esta vez, eldecreto habla del montaje de grandes instalaciones.Dice que las compañías petroleras voluntariamente,se esforzarán para ampliar su capacidad de refina-ción. Nada de esto se hace realidad. En cambio, en elperíodo comprendido entre 1956 y 1959, esa subidasignifica un sacrificio de más de veinte millones desucres de nuestro pueblo, según afirma el ingenieroGranja. Sacrificio vano, repetimos.

Para justificar estas repetidas alzas de precios, ala par que presentarlas como necesarias y honestas,se recurre al nombramiento de comisiones que seencargan de estudiar el problema y emitir el informecorrespondiente. Mañosamente, y gracias a la in-fluencia que tiene la Anglo en los gobiernos de tur-no, siempre se introduce en ellas a personas de su

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plena confianza, a las que se agrega uno o dos figu-rones que nada saben del asunto, para aparentar se-riedad e imparcialidad. En 1953, por ejemplo, se for-ma la siguiente comisión para que dé su dictamensobre un aumento de precios solicitada por la com-pañía:Gonzalo Toro, director General de Minería y Petró-leosEnrique Coloma SilvaPedro Pinto GuzmánPadre Alberto SemanateR.A. Macdonald, Gerente de la AngloG. Grim, Gerente de la Manabí Exploration Co.

Una comisión de esa categoría -con tan vistosoy adecuado relleno- no podía menos que presentarun informe por demás sesudo. En efecto, remitién-dose al parecer de comisiones anteriores -de confor-mación similar- ponderan las penurias de las com-pañías petroleras, la mayoría con pérdidas y otrascon ganancias paupérrimas. Se pone en alto, muy enalto, sus infinitos sacrificios. Y después de este llori-queo, como es obvio, se sugiere la única salida posi-ble para tantas penalidades: “Revisar inmediatamen-te el régimen vigente de los precios básicos oficialesde los productos derivados del petróleo, como me-dio de solucionar la crisis que afecta al país y a la in-dustria petrolera en particular...” 28

También, con el mismo objeto -la subida deprecios- se recurre al dictamen de compañías ex-tranjeras especializadas en auditoría y calificadas deserias y competentes. Así, Ponce Enríquez contrata ala empresa denominada Price Waterhause que nohace otra cosa que solicitar un alza para los deriva-dos del petróleo absolutamente igual, sin variar si-quiera un centavo, a la que el gerente de la Anglo,

plena confianza, a las que se agrega uno o dos figu-rones que nada saben del asunto, para aparentar se-riedad e imparcialidad. En 1953, por ejemplo, se for-ma la siguiente comisión para que dé su dictamensobre un aumento de precios solicitada por la com-pañía:Gonzalo Toro, director General de Minería y Petró-leosEnrique Coloma SilvaPedro Pinto GuzmánPadre Alberto SemanateR.A. Macdonald, Gerente de la AngloG. Grim, Gerente de la Manabí Exploration Co.

Una comisión de esa categoría -con tan vistosoy adecuado relleno- no podía menos que presentarun informe por demás sesudo. En efecto, remitién-dose al parecer de comisiones anteriores -de confor-mación similar- ponderan las penurias de las com-pañías petroleras, la mayoría con pérdidas y otrascon ganancias paupérrimas. Se pone en alto, muy enalto, sus infinitos sacrificios. Y después de este llori-queo, como es obvio, se sugiere la única salida posi-ble para tantas penalidades: “Revisar inmediatamen-te el régimen vigente de los precios básicos oficialesde los productos derivados del petróleo, como me-dio de solucionar la crisis que afecta al país y a la in-dustria petrolera en particular...” 28

También, con el mismo objeto -la subida deprecios- se recurre al dictamen de compañías ex-tranjeras especializadas en auditoría y calificadas deserias y competentes. Así, Ponce Enríquez contrata ala empresa denominada Price Waterhause que nohace otra cosa que solicitar un alza para los deriva-dos del petróleo absolutamente igual, sin variar si-quiera un centavo, a la que el gerente de la Anglo,

plena confianza, a las que se agrega uno o dos figu-rones que nada saben del asunto, para aparentar se-riedad e imparcialidad. En 1953, por ejemplo, se for-ma la siguiente comisión para que dé su dictamensobre un aumento de precios solicitada por la com-pañía:Gonzalo Toro, director General de Minería y Petró-leosEnrique Coloma SilvaPedro Pinto GuzmánPadre Alberto SemanateR.A. Macdonald, Gerente de la AngloG. Grim, Gerente de la Manabí Exploration Co.

Una comisión de esa categoría -con tan vistosoy adecuado relleno- no podía menos que presentarun informe por demás sesudo. En efecto, remitién-dose al parecer de comisiones anteriores -de confor-mación similar- ponderan las penurias de las com-pañías petroleras, la mayoría con pérdidas y otrascon ganancias paupérrimas. Se pone en alto, muy enalto, sus infinitos sacrificios. Y después de este llori-queo, como es obvio, se sugiere la única salida posi-ble para tantas penalidades: “Revisar inmediatamen-te el régimen vigente de los precios básicos oficialesde los productos derivados del petróleo, como me-dio de solucionar la crisis que afecta al país y a la in-dustria petrolera en particular...” 28

También, con el mismo objeto -la subida deprecios- se recurre al dictamen de compañías ex-tranjeras especializadas en auditoría y calificadas deserias y competentes. Así, Ponce Enríquez contrata ala empresa denominada Price Waterhause que nohace otra cosa que solicitar un alza para los deriva-dos del petróleo absolutamente igual, sin variar si-quiera un centavo, a la que el gerente de la Anglo,

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W.G. Rumble, había pedido en una carta a su repre-sentante George L. Mc.Calla.

Y aquí viene lo bueno. El gobierno de Ponceconsidera que el similar pedido de la Price Water-hause y de la Anglo Ecuadorian Oilfields Ltd. no essuficiente y decreta un aumento más elevado. Paradorar el golpe al bolsillo del pueblo ecuatoriano sedice que la subida de precios obedece al mayor octa-naje de la gasolina, palabra que por primera vez apa-rece en nuestro léxico petrolero. Y con tono docto-ral -como el que ahora usan los neoliberales- se con-cluye en forma tajante: a mejor calidad, un mejorprecio y asunto terminado.

“El gobierno del doctor Ponce -dice el ingenie-ro Granja- ignorando o simulando ignorar todoello, entregó más, mucho más de lo pedido por la fa-vorecida, la Compañía Anglo Ecuadorian”.29

Esta generosidad que caracteriza a las conti-nuas elevaciones de precios, como es lógico, aumen-ta desproporcionadamente las ganancias de la com-pañía. En un decenio, de 1950 a 1959, según propiasdeclaraciones, que nunca son verdaderas, obtiene unbeneficio de S/.268.514.013,12. No obstante, siem-pre se queja de baja rentabilidad, aunque paradóji-camente, el valor de su acciones sube en las bolsasdel exterior.

La Junta Militar que gobierna el país de 1963 a1966, no se queda atrás en largueza y desprendi-miento. Considera que es muy corto el tiempo deveinticinco años que la Anglo debe gozar de exone-raciones aduaneras de conformidad a la Ley de Pe-tróleos. A este respecto, Jaime Galarza dice:

La Junta Militar vino a embellecer el edén dela Anglo dictando el Decreto 2840 de 31 de diciem-bre de 1965, regalo de Año Nuevo para las petrole-

W.G. Rumble, había pedido en una carta a su repre-sentante George L. Mc.Calla.

Y aquí viene lo bueno. El gobierno de Ponceconsidera que el similar pedido de la Price Water-hause y de la Anglo Ecuadorian Oilfields Ltd. no essuficiente y decreta un aumento más elevado. Paradorar el golpe al bolsillo del pueblo ecuatoriano sedice que la subida de precios obedece al mayor octa-naje de la gasolina, palabra que por primera vez apa-rece en nuestro léxico petrolero. Y con tono docto-ral -como el que ahora usan los neoliberales- se con-cluye en forma tajante: a mejor calidad, un mejorprecio y asunto terminado.

“El gobierno del doctor Ponce -dice el ingenie-ro Granja- ignorando o simulando ignorar todoello, entregó más, mucho más de lo pedido por la fa-vorecida, la Compañía Anglo Ecuadorian”.29

Esta generosidad que caracteriza a las conti-nuas elevaciones de precios, como es lógico, aumen-ta desproporcionadamente las ganancias de la com-pañía. En un decenio, de 1950 a 1959, según propiasdeclaraciones, que nunca son verdaderas, obtiene unbeneficio de S/.268.514.013,12. No obstante, siem-pre se queja de baja rentabilidad, aunque paradóji-camente, el valor de su acciones sube en las bolsasdel exterior.

La Junta Militar que gobierna el país de 1963 a1966, no se queda atrás en largueza y desprendi-miento. Considera que es muy corto el tiempo deveinticinco años que la Anglo debe gozar de exone-raciones aduaneras de conformidad a la Ley de Pe-tróleos. A este respecto, Jaime Galarza dice:

La Junta Militar vino a embellecer el edén dela Anglo dictando el Decreto 2840 de 31 de diciem-bre de 1965, regalo de Año Nuevo para las petrole-

W.G. Rumble, había pedido en una carta a su repre-sentante George L. Mc.Calla.

Y aquí viene lo bueno. El gobierno de Ponceconsidera que el similar pedido de la Price Water-hause y de la Anglo Ecuadorian Oilfields Ltd. no essuficiente y decreta un aumento más elevado. Paradorar el golpe al bolsillo del pueblo ecuatoriano sedice que la subida de precios obedece al mayor octa-naje de la gasolina, palabra que por primera vez apa-rece en nuestro léxico petrolero. Y con tono docto-ral -como el que ahora usan los neoliberales- se con-cluye en forma tajante: a mejor calidad, un mejorprecio y asunto terminado.

“El gobierno del doctor Ponce -dice el ingenie-ro Granja- ignorando o simulando ignorar todoello, entregó más, mucho más de lo pedido por la fa-vorecida, la Compañía Anglo Ecuadorian”.29

Esta generosidad que caracteriza a las conti-nuas elevaciones de precios, como es lógico, aumen-ta desproporcionadamente las ganancias de la com-pañía. En un decenio, de 1950 a 1959, según propiasdeclaraciones, que nunca son verdaderas, obtiene unbeneficio de S/.268.514.013,12. No obstante, siem-pre se queja de baja rentabilidad, aunque paradóji-camente, el valor de su acciones sube en las bolsasdel exterior.

La Junta Militar que gobierna el país de 1963 a1966, no se queda atrás en largueza y desprendi-miento. Considera que es muy corto el tiempo deveinticinco años que la Anglo debe gozar de exone-raciones aduaneras de conformidad a la Ley de Pe-tróleos. A este respecto, Jaime Galarza dice:

La Junta Militar vino a embellecer el edén dela Anglo dictando el Decreto 2840 de 31 de diciem-bre de 1965, regalo de Año Nuevo para las petrole-

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ras. Según el decreto, se amplió el disfrute de libe-raciones aduaneras a todo el tiempo de duraciónde los contratos -cosa de 50 años-, con el pretextode fomentar la inversión de capitales extranjerosdestinados a promover el desarrollo del país.30

La dadivosidad prosigue. De acuerdo a un De-creto de Emergencia dictado durante la administra-ción del doctor Carlos Julio Arosemena, en caso deser más barato el precio del barril importado que elde producción nacional, la diferencia existente debíaser entregada al Estado. Calculada esa diferencia en1964, la Anglo resulta deudora de 17 millones de su-cres. Para no pagar recurre ante el Tribunal Fiscal yallí alega, a fin de que no haya diferencia, que el pre-cio del barril producido aquí es menor al de 40 su-cres que cuesta el importado. Pero resulta que antes,con el objeto de defraudar al Fisco, había declaradoen una comunicación que el costo de produccióndel barril de petróleo crudo nacional era de 50 su-cres, según lo cual había una diferencia de 10 sucrespor cada barril en beneficio del país. Así la estafa co-metida con esa declaración falsa ahora se volvía ensu contra, pues confesión de parte es relevo de prue-ba. Entonces, no queda sino un remedio: hacer desa-parecer del proceso ese oficio inoportuno, y a eso serecurre con audacia inaudita. El Tribunal se lava lasmanos como Pilatos y sentencia en favor de la An-glo. El Ecuador pierde 17 millones de sucres, másotros 18 millones de yapa -dice Galarza- provenien-tes de las importaciones hechas durante la tramita-ción del juicio.

El magnate Nelson Rockefeller afirma: “Noexiste mejor sistema de someter a los pueblos bajo eldominio de las compañías petroleras, que asociarsecon las fuerzas militares dictatoriales”.31 En este ca-

ras. Según el decreto, se amplió el disfrute de libe-raciones aduaneras a todo el tiempo de duraciónde los contratos -cosa de 50 años-, con el pretextode fomentar la inversión de capitales extranjerosdestinados a promover el desarrollo del país.30

La dadivosidad prosigue. De acuerdo a un De-creto de Emergencia dictado durante la administra-ción del doctor Carlos Julio Arosemena, en caso deser más barato el precio del barril importado que elde producción nacional, la diferencia existente debíaser entregada al Estado. Calculada esa diferencia en1964, la Anglo resulta deudora de 17 millones de su-cres. Para no pagar recurre ante el Tribunal Fiscal yallí alega, a fin de que no haya diferencia, que el pre-cio del barril producido aquí es menor al de 40 su-cres que cuesta el importado. Pero resulta que antes,con el objeto de defraudar al Fisco, había declaradoen una comunicación que el costo de produccióndel barril de petróleo crudo nacional era de 50 su-cres, según lo cual había una diferencia de 10 sucrespor cada barril en beneficio del país. Así la estafa co-metida con esa declaración falsa ahora se volvía ensu contra, pues confesión de parte es relevo de prue-ba. Entonces, no queda sino un remedio: hacer desa-parecer del proceso ese oficio inoportuno, y a eso serecurre con audacia inaudita. El Tribunal se lava lasmanos como Pilatos y sentencia en favor de la An-glo. El Ecuador pierde 17 millones de sucres, másotros 18 millones de yapa -dice Galarza- provenien-tes de las importaciones hechas durante la tramita-ción del juicio.

El magnate Nelson Rockefeller afirma: “Noexiste mejor sistema de someter a los pueblos bajo eldominio de las compañías petroleras, que asociarsecon las fuerzas militares dictatoriales”.31 En este ca-

ras. Según el decreto, se amplió el disfrute de libe-raciones aduaneras a todo el tiempo de duraciónde los contratos -cosa de 50 años-, con el pretextode fomentar la inversión de capitales extranjerosdestinados a promover el desarrollo del país.30

La dadivosidad prosigue. De acuerdo a un De-creto de Emergencia dictado durante la administra-ción del doctor Carlos Julio Arosemena, en caso deser más barato el precio del barril importado que elde producción nacional, la diferencia existente debíaser entregada al Estado. Calculada esa diferencia en1964, la Anglo resulta deudora de 17 millones de su-cres. Para no pagar recurre ante el Tribunal Fiscal yallí alega, a fin de que no haya diferencia, que el pre-cio del barril producido aquí es menor al de 40 su-cres que cuesta el importado. Pero resulta que antes,con el objeto de defraudar al Fisco, había declaradoen una comunicación que el costo de produccióndel barril de petróleo crudo nacional era de 50 su-cres, según lo cual había una diferencia de 10 sucrespor cada barril en beneficio del país. Así la estafa co-metida con esa declaración falsa ahora se volvía ensu contra, pues confesión de parte es relevo de prue-ba. Entonces, no queda sino un remedio: hacer desa-parecer del proceso ese oficio inoportuno, y a eso serecurre con audacia inaudita. El Tribunal se lava lasmanos como Pilatos y sentencia en favor de la An-glo. El Ecuador pierde 17 millones de sucres, másotros 18 millones de yapa -dice Galarza- provenien-tes de las importaciones hechas durante la tramita-ción del juicio.

El magnate Nelson Rockefeller afirma: “Noexiste mejor sistema de someter a los pueblos bajo eldominio de las compañías petroleras, que asociarsecon las fuerzas militares dictatoriales”.31 En este ca-

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so -pues también existen dictaduras militares decen-tes como la de Enríquez por ejemplo- la aseveraciónresulta completamente justa, como anillo al dedo.Porque en verdad, esta dictadura zoológica, se dis-tingue como pocas por su entreguismo al imperialis-mo norteamericano. Vale decir, por su traición a losintereses nacionales.

Caída la dictadura y después de un breve inte-rinazgo de Yerovi Indaburo, merced a una suciacomponenda parlamentaria, llega al poder OttoArosemena Gómez. Y aunque parezca imposible, encuanto a generosidad con las compañías petroleras,supera a la Junta Militar. Mediante unos “contratosmodelos” que inventa, reparte los terrenos petrolífe-ros ecuatorianos con una largueza sin límites, comopara que nadie se quede sin parte del botín. Y claro,la Anglo, es espléndidamente favorecida.

Primero, en 1967, recibe una nueva concesiónen la península de Santa Elena, como todas, con po-cas obligaciones y bastantes privilegios. Y al año si-guiente, mediante los decretos 1101 y 1102 publica-dos en el Registro Oficial Nº 411 de 2 de julio de1968, se introduce en la región oriental que para eseentonces ya no es un mito. Las empresas extranjerashan resuelto explotar su riqueza hidrocarburífera,conocida por ellas desde mucho antes, pero mante-nida en reserva para mejores tiempos. Y, con la in-valorable ayuda de un gobierno servil, afanosamen-te, han puesto manos a la obra.

Los decretos arriba mencionados son absoluta-mente iguales, variando sólo en los límites de las dosconcesiones como es lógico, cada una de las cualestiene una “superficie aproximada” de 400.000 hectá-reas. El período de exploración es de cinco años pro-rrogables por dos, y el de explotación de cuarentaaños prorrogables por diez. Los derechos superficia-

so -pues también existen dictaduras militares decen-tes como la de Enríquez por ejemplo- la aseveraciónresulta completamente justa, como anillo al dedo.Porque en verdad, esta dictadura zoológica, se dis-tingue como pocas por su entreguismo al imperialis-mo norteamericano. Vale decir, por su traición a losintereses nacionales.

Caída la dictadura y después de un breve inte-rinazgo de Yerovi Indaburo, merced a una suciacomponenda parlamentaria, llega al poder OttoArosemena Gómez. Y aunque parezca imposible, encuanto a generosidad con las compañías petroleras,supera a la Junta Militar. Mediante unos “contratosmodelos” que inventa, reparte los terrenos petrolífe-ros ecuatorianos con una largueza sin límites, comopara que nadie se quede sin parte del botín. Y claro,la Anglo, es espléndidamente favorecida.

Primero, en 1967, recibe una nueva concesiónen la península de Santa Elena, como todas, con po-cas obligaciones y bastantes privilegios. Y al año si-guiente, mediante los decretos 1101 y 1102 publica-dos en el Registro Oficial Nº 411 de 2 de julio de1968, se introduce en la región oriental que para eseentonces ya no es un mito. Las empresas extranjerashan resuelto explotar su riqueza hidrocarburífera,conocida por ellas desde mucho antes, pero mante-nida en reserva para mejores tiempos. Y, con la in-valorable ayuda de un gobierno servil, afanosamen-te, han puesto manos a la obra.

Los decretos arriba mencionados son absoluta-mente iguales, variando sólo en los límites de las dosconcesiones como es lógico, cada una de las cualestiene una “superficie aproximada” de 400.000 hectá-reas. El período de exploración es de cinco años pro-rrogables por dos, y el de explotación de cuarentaaños prorrogables por diez. Los derechos superficia-

so -pues también existen dictaduras militares decen-tes como la de Enríquez por ejemplo- la aseveraciónresulta completamente justa, como anillo al dedo.Porque en verdad, esta dictadura zoológica, se dis-tingue como pocas por su entreguismo al imperialis-mo norteamericano. Vale decir, por su traición a losintereses nacionales.

Caída la dictadura y después de un breve inte-rinazgo de Yerovi Indaburo, merced a una suciacomponenda parlamentaria, llega al poder OttoArosemena Gómez. Y aunque parezca imposible, encuanto a generosidad con las compañías petroleras,supera a la Junta Militar. Mediante unos “contratosmodelos” que inventa, reparte los terrenos petrolífe-ros ecuatorianos con una largueza sin límites, comopara que nadie se quede sin parte del botín. Y claro,la Anglo, es espléndidamente favorecida.

Primero, en 1967, recibe una nueva concesiónen la península de Santa Elena, como todas, con po-cas obligaciones y bastantes privilegios. Y al año si-guiente, mediante los decretos 1101 y 1102 publica-dos en el Registro Oficial Nº 411 de 2 de julio de1968, se introduce en la región oriental que para eseentonces ya no es un mito. Las empresas extranjerashan resuelto explotar su riqueza hidrocarburífera,conocida por ellas desde mucho antes, pero mante-nida en reserva para mejores tiempos. Y, con la in-valorable ayuda de un gobierno servil, afanosamen-te, han puesto manos a la obra.

Los decretos arriba mencionados son absoluta-mente iguales, variando sólo en los límites de las dosconcesiones como es lógico, cada una de las cualestiene una “superficie aproximada” de 400.000 hectá-reas. El período de exploración es de cinco años pro-rrogables por dos, y el de explotación de cuarentaaños prorrogables por diez. Los derechos superficia-

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rios son de un sucre por hectárea en el primer añode exploración, subiendo unos cuantos sucres másen cada uno de los años que dura este trabajo. Du-rante la etapa de explotación esos derechos son decinco sucres en los diez primeros años, seis en losdiez siguientes, siete en los otros diez y ocho en losdiez restantes. La concesionaria debe pagar además“una regalía especial y única del 10% de la produc-ción bruta del petróleo en el centro de recolección”.Se exonera a la compañía de toda clase de derechosaduaneros, según se dice, de conformidad con la Leyde Petróleos y otras disposiciones legales pertinentes.Y por fin, para no extendernos más en generosos pri-vilegios, se le autoriza para que pueda exportar libre-mente “gas natural, petróleo y sus derivados, a dondea bien tuviere y al precio y condiciones que la conce-sionaria pactare a su arbitrio”, exceptuando a los paí-ses con los cuales estemos “en guerra o a los que elEcuador no puede efectuar exportaciones o ventas encumplimiento de convenios internacionales”.32

Los “contratos modelos” de Otto Arosemena -en verdad modelos de entreguismo- son acrementecriticados y combatidos. Aunque tarde, en 1973,aparece su defensa en un libro titulado Infamia yverdad, cuyo texto, con todo descoco, va precedidopor una frase de Emilio Zola: “La Verdad está enmarcha y nadie la puede detener”. Y luego, para jus-tificar esos contratos, demuestra con cifras que en loque se refiere al pago de derechos superficiarios y re-galías, así como por otros pocos conceptos más, lossuyos son mejores que los suscritos por Páez, GaloPlaza, Ponce Enríquez y la Junta Militar. Después delo cual manifiesta en tono que no admite réplica: “elContrato Modelo era un paso extraordinariamenteamplio y positivo en beneficio del Ecuador y loprueba el hecho de que el nuevo Gobierno que suce-

rios son de un sucre por hectárea en el primer añode exploración, subiendo unos cuantos sucres másen cada uno de los años que dura este trabajo. Du-rante la etapa de explotación esos derechos son decinco sucres en los diez primeros años, seis en losdiez siguientes, siete en los otros diez y ocho en losdiez restantes. La concesionaria debe pagar además“una regalía especial y única del 10% de la produc-ción bruta del petróleo en el centro de recolección”.Se exonera a la compañía de toda clase de derechosaduaneros, según se dice, de conformidad con la Leyde Petróleos y otras disposiciones legales pertinentes.Y por fin, para no extendernos más en generosos pri-vilegios, se le autoriza para que pueda exportar libre-mente “gas natural, petróleo y sus derivados, a dondea bien tuviere y al precio y condiciones que la conce-sionaria pactare a su arbitrio”, exceptuando a los paí-ses con los cuales estemos “en guerra o a los que elEcuador no puede efectuar exportaciones o ventas encumplimiento de convenios internacionales”.32

Los “contratos modelos” de Otto Arosemena -en verdad modelos de entreguismo- son acrementecriticados y combatidos. Aunque tarde, en 1973,aparece su defensa en un libro titulado Infamia yverdad, cuyo texto, con todo descoco, va precedidopor una frase de Emilio Zola: “La Verdad está enmarcha y nadie la puede detener”. Y luego, para jus-tificar esos contratos, demuestra con cifras que en loque se refiere al pago de derechos superficiarios y re-galías, así como por otros pocos conceptos más, lossuyos son mejores que los suscritos por Páez, GaloPlaza, Ponce Enríquez y la Junta Militar. Después delo cual manifiesta en tono que no admite réplica: “elContrato Modelo era un paso extraordinariamenteamplio y positivo en beneficio del Ecuador y loprueba el hecho de que el nuevo Gobierno que suce-

rios son de un sucre por hectárea en el primer añode exploración, subiendo unos cuantos sucres másen cada uno de los años que dura este trabajo. Du-rante la etapa de explotación esos derechos son decinco sucres en los diez primeros años, seis en losdiez siguientes, siete en los otros diez y ocho en losdiez restantes. La concesionaria debe pagar además“una regalía especial y única del 10% de la produc-ción bruta del petróleo en el centro de recolección”.Se exonera a la compañía de toda clase de derechosaduaneros, según se dice, de conformidad con la Leyde Petróleos y otras disposiciones legales pertinentes.Y por fin, para no extendernos más en generosos pri-vilegios, se le autoriza para que pueda exportar libre-mente “gas natural, petróleo y sus derivados, a dondea bien tuviere y al precio y condiciones que la conce-sionaria pactare a su arbitrio”, exceptuando a los paí-ses con los cuales estemos “en guerra o a los que elEcuador no puede efectuar exportaciones o ventas encumplimiento de convenios internacionales”.32

Los “contratos modelos” de Otto Arosemena -en verdad modelos de entreguismo- son acrementecriticados y combatidos. Aunque tarde, en 1973,aparece su defensa en un libro titulado Infamia yverdad, cuyo texto, con todo descoco, va precedidopor una frase de Emilio Zola: “La Verdad está enmarcha y nadie la puede detener”. Y luego, para jus-tificar esos contratos, demuestra con cifras que en loque se refiere al pago de derechos superficiarios y re-galías, así como por otros pocos conceptos más, lossuyos son mejores que los suscritos por Páez, GaloPlaza, Ponce Enríquez y la Junta Militar. Después delo cual manifiesta en tono que no admite réplica: “elContrato Modelo era un paso extraordinariamenteamplio y positivo en beneficio del Ecuador y loprueba el hecho de que el nuevo Gobierno que suce-

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dió al mío suscribió tres contratos utilizando el mis-mo texto que mi Gobierno impuso”.33

Mas lo que ciertamente se prueba, es que tantosus “contratos modelos” como los otros que cita sonigualmente malos y lesivos para los intereses nacio-nales. Y, en última instancia, no probaría otra cosasino que él, por unos cuantos sucres menos, no estan entreguista como los anteriores que menciona.

Con las concesiones orientales otorgadas, laAnglo Ecuadorian forma un poderoso consorciocon varias compañías yanquis que según una publi-cación de la Standard Oil de California citada porGalarza, controla nada menos que dos millones cua-trocientas mil hectáreas. Así, para medrar, como porobra de magia desaparece la rivalidad anglo-nortea-mericana. La hermandad establecida con tan benéfi-ca finalidad, es verdaderamente enternecedora.

Ahora, el imperio hidrocarburífero de la Anglose divide en dos partes de acuerdo a su situacióngeográfica, una oriental y otra occidental. El objetivode esta división es explicada así por el almirante Ja-rrín Ampudia:

...se ha inventado -dice- esa sui géneris Divi-sión de la Compañía en “Anglo Occidental” y“Anglo Oriente” con el propósito de evadir im-puestos, lo que no obsta para cargar todos los gas-tos de exploración en la Región Oriental. a laspingües ganancias que obtiene Anglo Occidentecon el negocio de la importación de mezclas y cru-dos, y sobre todo con la refinación y el monopoliode la distribución de las gasolinas de 64 y 80 octa-nos, de tal manera que al Gobierno siempre pre-sentaba un Estado de Pérdidas, por lo que aquel,condolido, le concedía Abonos Tributarios. Estosfueron suprimidos sólo en 1972.34

dió al mío suscribió tres contratos utilizando el mis-mo texto que mi Gobierno impuso”.33

Mas lo que ciertamente se prueba, es que tantosus “contratos modelos” como los otros que cita sonigualmente malos y lesivos para los intereses nacio-nales. Y, en última instancia, no probaría otra cosasino que él, por unos cuantos sucres menos, no estan entreguista como los anteriores que menciona.

Con las concesiones orientales otorgadas, laAnglo Ecuadorian forma un poderoso consorciocon varias compañías yanquis que según una publi-cación de la Standard Oil de California citada porGalarza, controla nada menos que dos millones cua-trocientas mil hectáreas. Así, para medrar, como porobra de magia desaparece la rivalidad anglo-nortea-mericana. La hermandad establecida con tan benéfi-ca finalidad, es verdaderamente enternecedora.

Ahora, el imperio hidrocarburífero de la Anglose divide en dos partes de acuerdo a su situacióngeográfica, una oriental y otra occidental. El objetivode esta división es explicada así por el almirante Ja-rrín Ampudia:

...se ha inventado -dice- esa sui géneris Divi-sión de la Compañía en “Anglo Occidental” y“Anglo Oriente” con el propósito de evadir im-puestos, lo que no obsta para cargar todos los gas-tos de exploración en la Región Oriental. a laspingües ganancias que obtiene Anglo Occidentecon el negocio de la importación de mezclas y cru-dos, y sobre todo con la refinación y el monopoliode la distribución de las gasolinas de 64 y 80 octa-nos, de tal manera que al Gobierno siempre pre-sentaba un Estado de Pérdidas, por lo que aquel,condolido, le concedía Abonos Tributarios. Estosfueron suprimidos sólo en 1972.34

dió al mío suscribió tres contratos utilizando el mis-mo texto que mi Gobierno impuso”.33

Mas lo que ciertamente se prueba, es que tantosus “contratos modelos” como los otros que cita sonigualmente malos y lesivos para los intereses nacio-nales. Y, en última instancia, no probaría otra cosasino que él, por unos cuantos sucres menos, no estan entreguista como los anteriores que menciona.

Con las concesiones orientales otorgadas, laAnglo Ecuadorian forma un poderoso consorciocon varias compañías yanquis que según una publi-cación de la Standard Oil de California citada porGalarza, controla nada menos que dos millones cua-trocientas mil hectáreas. Así, para medrar, como porobra de magia desaparece la rivalidad anglo-nortea-mericana. La hermandad establecida con tan benéfi-ca finalidad, es verdaderamente enternecedora.

Ahora, el imperio hidrocarburífero de la Anglose divide en dos partes de acuerdo a su situacióngeográfica, una oriental y otra occidental. El objetivode esta división es explicada así por el almirante Ja-rrín Ampudia:

...se ha inventado -dice- esa sui géneris Divi-sión de la Compañía en “Anglo Occidental” y“Anglo Oriente” con el propósito de evadir im-puestos, lo que no obsta para cargar todos los gas-tos de exploración en la Región Oriental. a laspingües ganancias que obtiene Anglo Occidentecon el negocio de la importación de mezclas y cru-dos, y sobre todo con la refinación y el monopoliode la distribución de las gasolinas de 64 y 80 octa-nos, de tal manera que al Gobierno siempre pre-sentaba un Estado de Pérdidas, por lo que aquel,condolido, le concedía Abonos Tributarios. Estosfueron suprimidos sólo en 1972.34

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Y en verdad que es pingüe el negocio de la im-portación de mezclas y crudos, sobre todo, cuandohay quien socape las estafas. A principios del últimovelasquismo -en 1968- el ministro de Finanzas Guz-mán Vanegas denuncia que por ese concepto la An-glo ha perjudicado al Estado en 800 millones de su-cres, y ofrece, como es su obligación, proceder a sucobro. Pero antes, el ministro tiene que marcharse acasa. El poderío de la empresa es incontrastable.

Unas pocas palabras sobre los trabajadores dela Anglo.

Los salarios que perciben los obreros son muybajos, razón por la que se suscitan varios movimien-tos huelguísticos, única forma que puede obligar a laempresa explotadora para conseguir cualquier au-mento, como sucede por ejemplo en la huelga de1948 que dura casi un mes. Las viviendas son defi-cientes, pues las familias, sobre todo las de numero-sos miembros, tienen que vivir en locales por demásestrechos. Igual ocurre con la alimentación que sedistribuye en los campamentos.

Existe una odiosa discriminación con los traba-jadores ecuatorianos, tal como acontecía en las colo-nias asiáticas, donde los “nativos” estaban estricta-mente separados de las lujosas residencias de los se-ñores ingleses. Los extranjeros tienen clubs, casinos,campos deportivos, clínicas, absolutamente exclusi-vos. Se dice, que en un principio, hasta habían letre-ros que decían “Prohibido para nacionales”.

Vieja costumbre de las compañías extranjeras,para que impere el “orden”, la Anglo dispone de unapolicía propia. Su principal cometido es amedrentara los obreros e impedir cualquier intento de protes-ta. Y los abusos que comete para cumplir ese objeti-vo, siempre con la mirada benevolente de la empre-sa, son francamente repugnantes.

Y en verdad que es pingüe el negocio de la im-portación de mezclas y crudos, sobre todo, cuandohay quien socape las estafas. A principios del últimovelasquismo -en 1968- el ministro de Finanzas Guz-mán Vanegas denuncia que por ese concepto la An-glo ha perjudicado al Estado en 800 millones de su-cres, y ofrece, como es su obligación, proceder a sucobro. Pero antes, el ministro tiene que marcharse acasa. El poderío de la empresa es incontrastable.

Unas pocas palabras sobre los trabajadores dela Anglo.

Los salarios que perciben los obreros son muybajos, razón por la que se suscitan varios movimien-tos huelguísticos, única forma que puede obligar a laempresa explotadora para conseguir cualquier au-mento, como sucede por ejemplo en la huelga de1948 que dura casi un mes. Las viviendas son defi-cientes, pues las familias, sobre todo las de numero-sos miembros, tienen que vivir en locales por demásestrechos. Igual ocurre con la alimentación que sedistribuye en los campamentos.

Existe una odiosa discriminación con los traba-jadores ecuatorianos, tal como acontecía en las colo-nias asiáticas, donde los “nativos” estaban estricta-mente separados de las lujosas residencias de los se-ñores ingleses. Los extranjeros tienen clubs, casinos,campos deportivos, clínicas, absolutamente exclusi-vos. Se dice, que en un principio, hasta habían letre-ros que decían “Prohibido para nacionales”.

Vieja costumbre de las compañías extranjeras,para que impere el “orden”, la Anglo dispone de unapolicía propia. Su principal cometido es amedrentara los obreros e impedir cualquier intento de protes-ta. Y los abusos que comete para cumplir ese objeti-vo, siempre con la mirada benevolente de la empre-sa, son francamente repugnantes.

Y en verdad que es pingüe el negocio de la im-portación de mezclas y crudos, sobre todo, cuandohay quien socape las estafas. A principios del últimovelasquismo -en 1968- el ministro de Finanzas Guz-mán Vanegas denuncia que por ese concepto la An-glo ha perjudicado al Estado en 800 millones de su-cres, y ofrece, como es su obligación, proceder a sucobro. Pero antes, el ministro tiene que marcharse acasa. El poderío de la empresa es incontrastable.

Unas pocas palabras sobre los trabajadores dela Anglo.

Los salarios que perciben los obreros son muybajos, razón por la que se suscitan varios movimien-tos huelguísticos, única forma que puede obligar a laempresa explotadora para conseguir cualquier au-mento, como sucede por ejemplo en la huelga de1948 que dura casi un mes. Las viviendas son defi-cientes, pues las familias, sobre todo las de numero-sos miembros, tienen que vivir en locales por demásestrechos. Igual ocurre con la alimentación que sedistribuye en los campamentos.

Existe una odiosa discriminación con los traba-jadores ecuatorianos, tal como acontecía en las colo-nias asiáticas, donde los “nativos” estaban estricta-mente separados de las lujosas residencias de los se-ñores ingleses. Los extranjeros tienen clubs, casinos,campos deportivos, clínicas, absolutamente exclusi-vos. Se dice, que en un principio, hasta habían letre-ros que decían “Prohibido para nacionales”.

Vieja costumbre de las compañías extranjeras,para que impere el “orden”, la Anglo dispone de unapolicía propia. Su principal cometido es amedrentara los obreros e impedir cualquier intento de protes-ta. Y los abusos que comete para cumplir ese objeti-vo, siempre con la mirada benevolente de la empre-sa, son francamente repugnantes.

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Después de todo lo que dejamos dicho -y que-da todavía mucho por decir- en la década del 70, alcabo de más de cincuenta años de explotación, laAnglo abandona los campos de Santa Elena, deján-dolos casi completamente agotados y sin ningúnmantenimiento.

Para el Ecuador, dueño de esa riqueza esfuma-da, no queda nada. “Las instalaciones que recibió elpaís cuando estas compañías se marcharon -dice eleconomista Alberto Acosta- quedaron en condicio-nes lamentables y, es más, muchos de los fierros vie-jos no pudieron ser aprovechados por los problemasjurídicos que generaron dichas empresas, orquesta-das por sus fieles recaderos y tinterillos criollos”.35

No queda ninguna obra de infraestructura para elrecuerdo: no olvidemos que hasta el poliducto Du-rán-Quito utilizado para el transporte de su gasoli-na, fue construido por la Empresa Nacional de Fe-rrocarriles del Estado. Tecnología, tampoco, porquepodía servir para una futura nacionalización del pe-tróleo, que ya se veía en perspectiva.

Si algo deja la Anglo como herencia, no es otraque una numerosa legión de corrompidos o corrup-tos, oscuros y pringosos, como recién salidos de unpozo de petróleo. Allí están:- Presidentes, dictadores y legisladores que

aprueban, con venia servil, contratos leoninos.- Ministros que claman por mayores privilegios

para la empresa, mientras cierran los ojos, bea-tíficamente, ante atracos descarados.

- Miembros de esas comisiones ad hoc que fir-man informes sugeridos o elaborados por losfuncionarios de la propia empresa.

- Abogados -los tinterillos de que habla Acosta-que defienden como cosa propia las causas másinnobles, y ponen al servicio de la compañía to-

Después de todo lo que dejamos dicho -y que-da todavía mucho por decir- en la década del 70, alcabo de más de cincuenta años de explotación, laAnglo abandona los campos de Santa Elena, deján-dolos casi completamente agotados y sin ningúnmantenimiento.

Para el Ecuador, dueño de esa riqueza esfuma-da, no queda nada. “Las instalaciones que recibió elpaís cuando estas compañías se marcharon -dice eleconomista Alberto Acosta- quedaron en condicio-nes lamentables y, es más, muchos de los fierros vie-jos no pudieron ser aprovechados por los problemasjurídicos que generaron dichas empresas, orquesta-das por sus fieles recaderos y tinterillos criollos”.35

No queda ninguna obra de infraestructura para elrecuerdo: no olvidemos que hasta el poliducto Du-rán-Quito utilizado para el transporte de su gasoli-na, fue construido por la Empresa Nacional de Fe-rrocarriles del Estado. Tecnología, tampoco, porquepodía servir para una futura nacionalización del pe-tróleo, que ya se veía en perspectiva.

Si algo deja la Anglo como herencia, no es otraque una numerosa legión de corrompidos o corrup-tos, oscuros y pringosos, como recién salidos de unpozo de petróleo. Allí están:- Presidentes, dictadores y legisladores que

aprueban, con venia servil, contratos leoninos.- Ministros que claman por mayores privilegios

para la empresa, mientras cierran los ojos, bea-tíficamente, ante atracos descarados.

- Miembros de esas comisiones ad hoc que fir-man informes sugeridos o elaborados por losfuncionarios de la propia empresa.

- Abogados -los tinterillos de que habla Acosta-que defienden como cosa propia las causas másinnobles, y ponen al servicio de la compañía to-

Después de todo lo que dejamos dicho -y que-da todavía mucho por decir- en la década del 70, alcabo de más de cincuenta años de explotación, laAnglo abandona los campos de Santa Elena, deján-dolos casi completamente agotados y sin ningúnmantenimiento.

Para el Ecuador, dueño de esa riqueza esfuma-da, no queda nada. “Las instalaciones que recibió elpaís cuando estas compañías se marcharon -dice eleconomista Alberto Acosta- quedaron en condicio-nes lamentables y, es más, muchos de los fierros vie-jos no pudieron ser aprovechados por los problemasjurídicos que generaron dichas empresas, orquesta-das por sus fieles recaderos y tinterillos criollos”.35

No queda ninguna obra de infraestructura para elrecuerdo: no olvidemos que hasta el poliducto Du-rán-Quito utilizado para el transporte de su gasoli-na, fue construido por la Empresa Nacional de Fe-rrocarriles del Estado. Tecnología, tampoco, porquepodía servir para una futura nacionalización del pe-tróleo, que ya se veía en perspectiva.

Si algo deja la Anglo como herencia, no es otraque una numerosa legión de corrompidos o corrup-tos, oscuros y pringosos, como recién salidos de unpozo de petróleo. Allí están:- Presidentes, dictadores y legisladores que

aprueban, con venia servil, contratos leoninos.- Ministros que claman por mayores privilegios

para la empresa, mientras cierran los ojos, bea-tíficamente, ante atracos descarados.

- Miembros de esas comisiones ad hoc que fir-man informes sugeridos o elaborados por losfuncionarios de la propia empresa.

- Abogados -los tinterillos de que habla Acosta-que defienden como cosa propia las causas másinnobles, y ponen al servicio de la compañía to-

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da su sabiduría para ayudarla a burlar las leyesy evadir los impuestos.

- Y, para no citar a los corruptos de menor cuan-tía, periodistas venales -con tarifa fija o a desta-jo- que en nombre del progreso ensalzan a lacompañía, o que, en nombre de la convenien-cia silencian los abusos y las defraudaciones.

Eso si, hay que reconocer que la Anglo es gene-rosa con sus servidores. Los más encopetados llegana ser gerentes o miembros del directorio de la com-pañía y cuando faltan vacantes en esos cargos, se fi-nancia su elección para una curul de senador o di-putado. Y para los de segunda categoría -funciona-rios menores de los ministerios, contadores o audi-tores, etc.- dinero sonante y contante, ese poderosocaballero.

Esta, resumida, la escabrosa historia de la An-glo Ecuadorian Oilfields Limited.

Teniendo esta experiencia triste -incrustadacomo espina en la vida de la patria- asombra que sequiera nuevamente entregar nuestro petróleo a lascompañías transnacionales, riqueza rescatada de susfauces después de dura lucha.

La legión de vendepatria, ahora acrecida, esgri-me como bandera el foráneo neoliberalismo, ideolo-gía imperialista que persigue, sobre todo, la subordi-nación de los pueblos latinoamericanos a la égidadel imperio.

Y para conseguir ese objetivo, la reconquistadel petróleo le resulta imprescindible, porque apartede engullir las ingentes ganancias que produce, po-dría controlar toda la economía del país, cuyos re-cursos provienen de esa riqueza principalmente. Laenergía, esencial para el desarrollo y defensa de la

da su sabiduría para ayudarla a burlar las leyesy evadir los impuestos.

- Y, para no citar a los corruptos de menor cuan-tía, periodistas venales -con tarifa fija o a desta-jo- que en nombre del progreso ensalzan a lacompañía, o que, en nombre de la convenien-cia silencian los abusos y las defraudaciones.

Eso si, hay que reconocer que la Anglo es gene-rosa con sus servidores. Los más encopetados llegana ser gerentes o miembros del directorio de la com-pañía y cuando faltan vacantes en esos cargos, se fi-nancia su elección para una curul de senador o di-putado. Y para los de segunda categoría -funciona-rios menores de los ministerios, contadores o audi-tores, etc.- dinero sonante y contante, ese poderosocaballero.

Esta, resumida, la escabrosa historia de la An-glo Ecuadorian Oilfields Limited.

Teniendo esta experiencia triste -incrustadacomo espina en la vida de la patria- asombra que sequiera nuevamente entregar nuestro petróleo a lascompañías transnacionales, riqueza rescatada de susfauces después de dura lucha.

La legión de vendepatria, ahora acrecida, esgri-me como bandera el foráneo neoliberalismo, ideolo-gía imperialista que persigue, sobre todo, la subordi-nación de los pueblos latinoamericanos a la égidadel imperio.

Y para conseguir ese objetivo, la reconquistadel petróleo le resulta imprescindible, porque apartede engullir las ingentes ganancias que produce, po-dría controlar toda la economía del país, cuyos re-cursos provienen de esa riqueza principalmente. Laenergía, esencial para el desarrollo y defensa de la

da su sabiduría para ayudarla a burlar las leyesy evadir los impuestos.

- Y, para no citar a los corruptos de menor cuan-tía, periodistas venales -con tarifa fija o a desta-jo- que en nombre del progreso ensalzan a lacompañía, o que, en nombre de la convenien-cia silencian los abusos y las defraudaciones.

Eso si, hay que reconocer que la Anglo es gene-rosa con sus servidores. Los más encopetados llegana ser gerentes o miembros del directorio de la com-pañía y cuando faltan vacantes en esos cargos, se fi-nancia su elección para una curul de senador o di-putado. Y para los de segunda categoría -funciona-rios menores de los ministerios, contadores o audi-tores, etc.- dinero sonante y contante, ese poderosocaballero.

Esta, resumida, la escabrosa historia de la An-glo Ecuadorian Oilfields Limited.

Teniendo esta experiencia triste -incrustadacomo espina en la vida de la patria- asombra que sequiera nuevamente entregar nuestro petróleo a lascompañías transnacionales, riqueza rescatada de susfauces después de dura lucha.

La legión de vendepatria, ahora acrecida, esgri-me como bandera el foráneo neoliberalismo, ideolo-gía imperialista que persigue, sobre todo, la subordi-nación de los pueblos latinoamericanos a la égidadel imperio.

Y para conseguir ese objetivo, la reconquistadel petróleo le resulta imprescindible, porque apartede engullir las ingentes ganancias que produce, po-dría controlar toda la economía del país, cuyos re-cursos provienen de esa riqueza principalmente. Laenergía, esencial para el desarrollo y defensa de la

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patria, quedaría a merced de la voluntad de los amosextranjeros.

Economía subordinada, significa soberaníaperdida. Por tanto, luchar por la defensa del petró-leo ecuatoriano hoy en peligro, es luchar por la in-dependencia nacional, para lo cual todos los patrio-tas debemos formar un solo frente para vencer alenemigo extranjero y a sus lacayos criollos. LasFuerzas Armadas que jugaron un papel importanteen el combate por la nacionalización del petróleo,tienen allí un sitio que no debe ser abandonado.

¡Todos unidos para la defensa de nuestro pe-tróleo!

Notas:

1 Omar Díaz de Arce y Armando Pérez Pino, Méjico:Revolución y Reforma, 1910-1940, Editorial de Cien-cias Sociales, La Habana, 1982, p. 18.

2 Idem, p. 18.3 Jaques Bergier y Bernard Thomas, La guerra secreta

del petróleo, Plaza Janes S.A. Editores, Barcelona,1971, p. 61.

4 Idem, p. 63.5 José Mancisidor, Nuestro petróleo, Editorial Platina,

Buenos Aires, 1958, p. 68.6 Idem, p. 68.7 Juan Uslar-Pietri, Historia política de Venezuela,

Editorial Mediterráneo, Madrid, 1975, pp. 191-192.8 Glyn Roberts, Deterding. El hombre más poderoso

del mundo, Editorial Claridad, Buenos Aires, 1944,p. 359.

9 Idem, p. 257.10 Guía comercial, agrícola e industrial de la República,

Talleres de Artes Gráficas de E. Rodenas, Guaya-quil, 1909, p. 985.

patria, quedaría a merced de la voluntad de los amosextranjeros.

Economía subordinada, significa soberaníaperdida. Por tanto, luchar por la defensa del petró-leo ecuatoriano hoy en peligro, es luchar por la in-dependencia nacional, para lo cual todos los patrio-tas debemos formar un solo frente para vencer alenemigo extranjero y a sus lacayos criollos. LasFuerzas Armadas que jugaron un papel importanteen el combate por la nacionalización del petróleo,tienen allí un sitio que no debe ser abandonado.

¡Todos unidos para la defensa de nuestro pe-tróleo!

Notas:

1 Omar Díaz de Arce y Armando Pérez Pino, Méjico:Revolución y Reforma, 1910-1940, Editorial de Cien-cias Sociales, La Habana, 1982, p. 18.

2 Idem, p. 18.3 Jaques Bergier y Bernard Thomas, La guerra secreta

del petróleo, Plaza Janes S.A. Editores, Barcelona,1971, p. 61.

4 Idem, p. 63.5 José Mancisidor, Nuestro petróleo, Editorial Platina,

Buenos Aires, 1958, p. 68.6 Idem, p. 68.7 Juan Uslar-Pietri, Historia política de Venezuela,

Editorial Mediterráneo, Madrid, 1975, pp. 191-192.8 Glyn Roberts, Deterding. El hombre más poderoso

del mundo, Editorial Claridad, Buenos Aires, 1944,p. 359.

9 Idem, p. 257.10 Guía comercial, agrícola e industrial de la República,

Talleres de Artes Gráficas de E. Rodenas, Guaya-quil, 1909, p. 985.

patria, quedaría a merced de la voluntad de los amosextranjeros.

Economía subordinada, significa soberaníaperdida. Por tanto, luchar por la defensa del petró-leo ecuatoriano hoy en peligro, es luchar por la in-dependencia nacional, para lo cual todos los patrio-tas debemos formar un solo frente para vencer alenemigo extranjero y a sus lacayos criollos. LasFuerzas Armadas que jugaron un papel importanteen el combate por la nacionalización del petróleo,tienen allí un sitio que no debe ser abandonado.

¡Todos unidos para la defensa de nuestro pe-tróleo!

Notas:

1 Omar Díaz de Arce y Armando Pérez Pino, Méjico:Revolución y Reforma, 1910-1940, Editorial de Cien-cias Sociales, La Habana, 1982, p. 18.

2 Idem, p. 18.3 Jaques Bergier y Bernard Thomas, La guerra secreta

del petróleo, Plaza Janes S.A. Editores, Barcelona,1971, p. 61.

4 Idem, p. 63.5 José Mancisidor, Nuestro petróleo, Editorial Platina,

Buenos Aires, 1958, p. 68.6 Idem, p. 68.7 Juan Uslar-Pietri, Historia política de Venezuela,

Editorial Mediterráneo, Madrid, 1975, pp. 191-192.8 Glyn Roberts, Deterding. El hombre más poderoso

del mundo, Editorial Claridad, Buenos Aires, 1944,p. 359.

9 Idem, p. 257.10 Guía comercial, agrícola e industrial de la República,

Talleres de Artes Gráficas de E. Rodenas, Guaya-quil, 1909, p. 985.

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11 Emilio M. Terán, Informe al Jefe Supremo GeneralEloy Alfaro sobre la deuda anglo – ecuatoriana, Im-prenta Nacional, Quito, 1896, pp. 473-474.

12 León Roldós Aguilera, El abuso del poder, EditorialEl Conejo, Quito, 1986, p. 63.

13 Anuario de legislación ecuatoriana. 1909, Imprenta yEncuadernación Nacionales, Quito, 1911, pp. 36-37.

14 Idem, p. 3515 Reginald Enock, Ecuador. Su Historia Antigua y Mo-

derna, Su Topografía y Recursos Naturales, Sus In-dustrias y Su Desarrollo Social, Empresa Editora “ElComercio”, segunda edición, Quito, 1947, p. 324.

16 Idem, p. 324.17 Delfín Orellana, Estudios monográficos del Ecuador,

t. I, Escuela Tipográfica Salesiana, Quito, 1929, p.89.

18 Idem, p. 80.19 Oscar Efrén Reyes, Los últimos siete años, Talleres

Gráficos Nacionales, Quito, 1933, p. 192.20 Varios autores, El 15 de Noviembre de 1922, t. II,

Corporación Editora Nacional, Quito, 1982, p. 192.21 Varios autores, Realidad Nacional. Petróleo. Desa-

rrollo Industrial, Departamento de Publicaciones dela Facultad de Ciencias Económicas, Quito, 1978, p.171.

22 Héctor Coral Patiño, Vida y obra del Señor GeneralAlberto Enríquez Gallo, Banco Central del Ecuador,Quito, 1988, p. 206.

23 Registro Oficial Nºs118 y 119, Quito, 18 y 19 demarzo de 1938.

24 Jaime Galarza, El festín del petróleo, Impreso por Ci-tronic Cía. Ltda., Quito, 1972, p. 223.

25 Realidad Nacional. Petróleo. Desarrollo Industrial,op. cit., p. 168.

26 Julio C.Granja, El petróleo ecuatoriano y la miserianacional, Editorial Universitaria, Quito, 1960, p. 12.

27 Idem, p. 46.28 Idem, p. 26.29 Idem.

11 Emilio M. Terán, Informe al Jefe Supremo GeneralEloy Alfaro sobre la deuda anglo – ecuatoriana, Im-prenta Nacional, Quito, 1896, pp. 473-474.

12 León Roldós Aguilera, El abuso del poder, EditorialEl Conejo, Quito, 1986, p. 63.

13 Anuario de legislación ecuatoriana. 1909, Imprenta yEncuadernación Nacionales, Quito, 1911, pp. 36-37.

14 Idem, p. 3515 Reginald Enock, Ecuador. Su Historia Antigua y Mo-

derna, Su Topografía y Recursos Naturales, Sus In-dustrias y Su Desarrollo Social, Empresa Editora “ElComercio”, segunda edición, Quito, 1947, p. 324.

16 Idem, p. 324.17 Delfín Orellana, Estudios monográficos del Ecuador,

t. I, Escuela Tipográfica Salesiana, Quito, 1929, p.89.

18 Idem, p. 80.19 Oscar Efrén Reyes, Los últimos siete años, Talleres

Gráficos Nacionales, Quito, 1933, p. 192.20 Varios autores, El 15 de Noviembre de 1922, t. II,

Corporación Editora Nacional, Quito, 1982, p. 192.21 Varios autores, Realidad Nacional. Petróleo. Desa-

rrollo Industrial, Departamento de Publicaciones dela Facultad de Ciencias Económicas, Quito, 1978, p.171.

22 Héctor Coral Patiño, Vida y obra del Señor GeneralAlberto Enríquez Gallo, Banco Central del Ecuador,Quito, 1988, p. 206.

23 Registro Oficial Nºs118 y 119, Quito, 18 y 19 demarzo de 1938.

24 Jaime Galarza, El festín del petróleo, Impreso por Ci-tronic Cía. Ltda., Quito, 1972, p. 223.

25 Realidad Nacional. Petróleo. Desarrollo Industrial,op. cit., p. 168.

26 Julio C.Granja, El petróleo ecuatoriano y la miserianacional, Editorial Universitaria, Quito, 1960, p. 12.

27 Idem, p. 46.28 Idem, p. 26.29 Idem.

11 Emilio M. Terán, Informe al Jefe Supremo GeneralEloy Alfaro sobre la deuda anglo – ecuatoriana, Im-prenta Nacional, Quito, 1896, pp. 473-474.

12 León Roldós Aguilera, El abuso del poder, EditorialEl Conejo, Quito, 1986, p. 63.

13 Anuario de legislación ecuatoriana. 1909, Imprenta yEncuadernación Nacionales, Quito, 1911, pp. 36-37.

14 Idem, p. 3515 Reginald Enock, Ecuador. Su Historia Antigua y Mo-

derna, Su Topografía y Recursos Naturales, Sus In-dustrias y Su Desarrollo Social, Empresa Editora “ElComercio”, segunda edición, Quito, 1947, p. 324.

16 Idem, p. 324.17 Delfín Orellana, Estudios monográficos del Ecuador,

t. I, Escuela Tipográfica Salesiana, Quito, 1929, p.89.

18 Idem, p. 80.19 Oscar Efrén Reyes, Los últimos siete años, Talleres

Gráficos Nacionales, Quito, 1933, p. 192.20 Varios autores, El 15 de Noviembre de 1922, t. II,

Corporación Editora Nacional, Quito, 1982, p. 192.21 Varios autores, Realidad Nacional. Petróleo. Desa-

rrollo Industrial, Departamento de Publicaciones dela Facultad de Ciencias Económicas, Quito, 1978, p.171.

22 Héctor Coral Patiño, Vida y obra del Señor GeneralAlberto Enríquez Gallo, Banco Central del Ecuador,Quito, 1988, p. 206.

23 Registro Oficial Nºs118 y 119, Quito, 18 y 19 demarzo de 1938.

24 Jaime Galarza, El festín del petróleo, Impreso por Ci-tronic Cía. Ltda., Quito, 1972, p. 223.

25 Realidad Nacional. Petróleo. Desarrollo Industrial,op. cit., p. 168.

26 Julio C.Granja, El petróleo ecuatoriano y la miserianacional, Editorial Universitaria, Quito, 1960, p. 12.

27 Idem, p. 46.28 Idem, p. 26.29 Idem.

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30 Jaime Galarza, op. cit., p. 224.31 Cyrano Tama Paz, Escándalos petroleros ecuatoria-

nos, Departamento de Publicaciones de la Universi-dad de Guayaquil, Guayaquil, 1979, p. 314.

32 Registro Oficial Nº 411, Quito, 2 de Julio de 1968.33 Otto Arosemena Gómez, Infamia y verdad, Cromos

Cía. Ltda., Guayaquil, 1973, p. 104.34 Realidad Nacional. Petróleo. Desarrollo Industrial,

op. cit., p.175.35 Alberto Acosta y Lautaro Ojeda, Privatización, Cen-

tro de Educación Popular, Quito, p, 104.

30 Jaime Galarza, op. cit., p. 224.31 Cyrano Tama Paz, Escándalos petroleros ecuatoria-

nos, Departamento de Publicaciones de la Universi-dad de Guayaquil, Guayaquil, 1979, p. 314.

32 Registro Oficial Nº 411, Quito, 2 de Julio de 1968.33 Otto Arosemena Gómez, Infamia y verdad, Cromos

Cía. Ltda., Guayaquil, 1973, p. 104.34 Realidad Nacional. Petróleo. Desarrollo Industrial,

op. cit., p.175.35 Alberto Acosta y Lautaro Ojeda, Privatización, Cen-

tro de Educación Popular, Quito, p, 104.

30 Jaime Galarza, op. cit., p. 224.31 Cyrano Tama Paz, Escándalos petroleros ecuatoria-

nos, Departamento de Publicaciones de la Universi-dad de Guayaquil, Guayaquil, 1979, p. 314.

32 Registro Oficial Nº 411, Quito, 2 de Julio de 1968.33 Otto Arosemena Gómez, Infamia y verdad, Cromos

Cía. Ltda., Guayaquil, 1973, p. 104.34 Realidad Nacional. Petróleo. Desarrollo Industrial,

op. cit., p.175.35 Alberto Acosta y Lautaro Ojeda, Privatización, Cen-

tro de Educación Popular, Quito, p, 104.

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La Compañía Sueca deFósforos

Desde que fue robado a los dioses por Prome-teo el fuego se convierte en indispensable para la vi-da humana.

Por esto, cuando el fósforo -del vocablo griegoque significa portador de luz- es obtenido por prime-ra vez en estado puro en 1669 por el alquimista ale-mán Hennig Brandt que buscaba la piedra filosofalpara transformar el plomo en oro, pronto es aprove-chado para producir el fuego.

Y como todo lo indispensable y útil en el mun-do capitalista puede ser convertido en dinero -pie-dra filosofal mejor que la buscada por los alquimis-tas- ya a principios del siglo pasado empiezan ausarse fósforos o cerillas. No importa que los vapo-res del fósforo blanco que en principio se empleaproduzca necrosis endémica entre los obreros de lasfábricas. Sólo después es reemplazado por el fósfororojo que ya no es peligroso.

A principios de este siglo aparece el primermagnate de los fósforos. Un rey -así se lo denomina-que puede codearse con los otros reyes, con los reyesdel petróleo o del acero. El nuevo monarca se llamaIván Kreuger.

Nace en Suecia, ese país de paisajes blancos ygalanos, estampados como diamantes en los librosde Selma Lagerloff. Ingeniero joven, después de ha-cer fortuna en los Estados Unidos, regresa a su pa-

La Compañía Sueca deFósforos

Desde que fue robado a los dioses por Prome-teo el fuego se convierte en indispensable para la vi-da humana.

Por esto, cuando el fósforo -del vocablo griegoque significa portador de luz- es obtenido por prime-ra vez en estado puro en 1669 por el alquimista ale-mán Hennig Brandt que buscaba la piedra filosofalpara transformar el plomo en oro, pronto es aprove-chado para producir el fuego.

Y como todo lo indispensable y útil en el mun-do capitalista puede ser convertido en dinero -pie-dra filosofal mejor que la buscada por los alquimis-tas- ya a principios del siglo pasado empiezan ausarse fósforos o cerillas. No importa que los vapo-res del fósforo blanco que en principio se empleaproduzca necrosis endémica entre los obreros de lasfábricas. Sólo después es reemplazado por el fósfororojo que ya no es peligroso.

A principios de este siglo aparece el primermagnate de los fósforos. Un rey -así se lo denomina-que puede codearse con los otros reyes, con los reyesdel petróleo o del acero. El nuevo monarca se llamaIván Kreuger.

Nace en Suecia, ese país de paisajes blancos ygalanos, estampados como diamantes en los librosde Selma Lagerloff. Ingeniero joven, después de ha-cer fortuna en los Estados Unidos, regresa a su pa-

La Compañía Sueca deFósforos

Desde que fue robado a los dioses por Prome-teo el fuego se convierte en indispensable para la vi-da humana.

Por esto, cuando el fósforo -del vocablo griegoque significa portador de luz- es obtenido por prime-ra vez en estado puro en 1669 por el alquimista ale-mán Hennig Brandt que buscaba la piedra filosofalpara transformar el plomo en oro, pronto es aprove-chado para producir el fuego.

Y como todo lo indispensable y útil en el mun-do capitalista puede ser convertido en dinero -pie-dra filosofal mejor que la buscada por los alquimis-tas- ya a principios del siglo pasado empiezan ausarse fósforos o cerillas. No importa que los vapo-res del fósforo blanco que en principio se empleaproduzca necrosis endémica entre los obreros de lasfábricas. Sólo después es reemplazado por el fósfororojo que ya no es peligroso.

A principios de este siglo aparece el primermagnate de los fósforos. Un rey -así se lo denomina-que puede codearse con los otros reyes, con los reyesdel petróleo o del acero. El nuevo monarca se llamaIván Kreuger.

Nace en Suecia, ese país de paisajes blancos ygalanos, estampados como diamantes en los librosde Selma Lagerloff. Ingeniero joven, después de ha-cer fortuna en los Estados Unidos, regresa a su pa-

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tria para iniciar su rutilante carrera financiera. Sunegocio, simple e ingenioso, es uno solo: hacer em-préstitos a los gobiernos -siempre en condicionesventajosas- a cambio del monopolio de los fósforos.Todo le va bien. Según uno de sus biógrafos, en1930, es el abastecedor de fósforos del 39% de la po-blación europea. No contento con esto, emprende enla conquista de América y logra atrapar en sus redesunas cuantas naciones, entre ellas la nuestra, comoveremos luego. Se calcula que el monto de los crédi-tos concedidos a los gobiernos llegaba a los 100 mi-llones de libras esterlinas.

Como todo magnate que se precia, vive rodea-do de una corte de aúlicos y aduladores. Goza delinmenso prestigio entre los líderes políticos de laépoca, sobre todo, claro está, entre aquellos que hanrecibido sus favores. Y no falta quien se lamente “deque Europa y el mundo no contasen con un estadis-ta de su talla”.1

Empero, como todo tiene su fin, su imperio seviene al suelo con la crisis de los años 30. Gran partede sus cuentas quedan congeladas y se ve en la im-posibilidad de solventar sus onerosos gastos. Anteesta realidad -buen financista al fin y al cabo- em-pieza a falsificar obligaciones para conseguir em-préstitos, con la intención de hacerlas desaparecercuando la situación mejorase. Y como tal milagro nosucede, a más de hallarse carcomido por la sífilis,pone fin a sus días en 1932 con un disparo al cora-zón. Tras de él queda una quiebra fraudulenta gigan-tesca y la leyenda brumosa de su vida. Quedan tam-bién las manos vacías de modestos inversionistas queconfiaron en la solvencia y honradez del magnate.

Pasemos, ahora, a tratar del caso ecuatoriano.Ante todo, debemos decir, que es muy poco

conocida la historia de nuestra industria fosforera.

tria para iniciar su rutilante carrera financiera. Sunegocio, simple e ingenioso, es uno solo: hacer em-préstitos a los gobiernos -siempre en condicionesventajosas- a cambio del monopolio de los fósforos.Todo le va bien. Según uno de sus biógrafos, en1930, es el abastecedor de fósforos del 39% de la po-blación europea. No contento con esto, emprende enla conquista de América y logra atrapar en sus redesunas cuantas naciones, entre ellas la nuestra, comoveremos luego. Se calcula que el monto de los crédi-tos concedidos a los gobiernos llegaba a los 100 mi-llones de libras esterlinas.

Como todo magnate que se precia, vive rodea-do de una corte de aúlicos y aduladores. Goza delinmenso prestigio entre los líderes políticos de laépoca, sobre todo, claro está, entre aquellos que hanrecibido sus favores. Y no falta quien se lamente “deque Europa y el mundo no contasen con un estadis-ta de su talla”.1

Empero, como todo tiene su fin, su imperio seviene al suelo con la crisis de los años 30. Gran partede sus cuentas quedan congeladas y se ve en la im-posibilidad de solventar sus onerosos gastos. Anteesta realidad -buen financista al fin y al cabo- em-pieza a falsificar obligaciones para conseguir em-préstitos, con la intención de hacerlas desaparecercuando la situación mejorase. Y como tal milagro nosucede, a más de hallarse carcomido por la sífilis,pone fin a sus días en 1932 con un disparo al cora-zón. Tras de él queda una quiebra fraudulenta gigan-tesca y la leyenda brumosa de su vida. Quedan tam-bién las manos vacías de modestos inversionistas queconfiaron en la solvencia y honradez del magnate.

Pasemos, ahora, a tratar del caso ecuatoriano.Ante todo, debemos decir, que es muy poco

conocida la historia de nuestra industria fosforera.

tria para iniciar su rutilante carrera financiera. Sunegocio, simple e ingenioso, es uno solo: hacer em-préstitos a los gobiernos -siempre en condicionesventajosas- a cambio del monopolio de los fósforos.Todo le va bien. Según uno de sus biógrafos, en1930, es el abastecedor de fósforos del 39% de la po-blación europea. No contento con esto, emprende enla conquista de América y logra atrapar en sus redesunas cuantas naciones, entre ellas la nuestra, comoveremos luego. Se calcula que el monto de los crédi-tos concedidos a los gobiernos llegaba a los 100 mi-llones de libras esterlinas.

Como todo magnate que se precia, vive rodea-do de una corte de aúlicos y aduladores. Goza delinmenso prestigio entre los líderes políticos de laépoca, sobre todo, claro está, entre aquellos que hanrecibido sus favores. Y no falta quien se lamente “deque Europa y el mundo no contasen con un estadis-ta de su talla”.1

Empero, como todo tiene su fin, su imperio seviene al suelo con la crisis de los años 30. Gran partede sus cuentas quedan congeladas y se ve en la im-posibilidad de solventar sus onerosos gastos. Anteesta realidad -buen financista al fin y al cabo- em-pieza a falsificar obligaciones para conseguir em-préstitos, con la intención de hacerlas desaparecercuando la situación mejorase. Y como tal milagro nosucede, a más de hallarse carcomido por la sífilis,pone fin a sus días en 1932 con un disparo al cora-zón. Tras de él queda una quiebra fraudulenta gigan-tesca y la leyenda brumosa de su vida. Quedan tam-bién las manos vacías de modestos inversionistas queconfiaron en la solvencia y honradez del magnate.

Pasemos, ahora, a tratar del caso ecuatoriano.Ante todo, debemos decir, que es muy poco

conocida la historia de nuestra industria fosforera.

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Sin embargo, vamos a proporcionar algunos datosque hemos podido conseguir.

En 1906 se forma en la ciudad de Guayaquil laempresa denominada “Fábrica Nacional de Fósfo-ros” con un capital de s/.140.000. Dos años después,luego de la importación de la respectiva maquinaria,empieza “a poner a la venta sus productos que hanresultado de muy buena calidad”,2 según se afirmaen la Guía Comercial, Agrícola e Industrial de la Re-pública. El 27 de febrero de 1909, mediante decretoejecutivo, se concede a la compañía la exclusiva, porel término de seis años, “para la elaboración de di-cho producto -los fósforos- en la ciudad de Guaya-quil, bien entendido de que el Gobierno no garanti-za la realidad, el mérito, ni los provechos del pro-ducto elaborado en la precitada fábrica”.3 Su presi-dente, en 1911, es Carlos Gómez Rendón.

Esta es la primera fábrica de fósforos que se es-tablece en el Ecuador.

Sin duda porque la producción nacional no sa-tisface las necesidades del país, como antes, se sigueimportando fósforos del extranjero. Eduardo Vásco-nez, Jefe de Estadística del Ministerio de Hacienda,afirma que en la década comprendida entre 1913 y1922 se importa este artículo por el valor deS/.262.188. Además, con la finalidad de ampliar suproducción, propugna la subida de los aranceles ymanifiesta al respecto lo siguiente: “Opino debe re-cargarse el actual derecho con algunos centavos más,con el objeto de proteger y estabilizar completamen-te las Fábricas Nacionales, de este artículo actual-mente existente”.4

Nótese que habla en plural de fábricas nacio-nales. Empero, en el año de 1927 en que se estableceel estanco de los fósforos, se dice que solo existe lafábrica situada en la población de Sangolquí de pro-

Sin embargo, vamos a proporcionar algunos datosque hemos podido conseguir.

En 1906 se forma en la ciudad de Guayaquil laempresa denominada “Fábrica Nacional de Fósfo-ros” con un capital de s/.140.000. Dos años después,luego de la importación de la respectiva maquinaria,empieza “a poner a la venta sus productos que hanresultado de muy buena calidad”,2 según se afirmaen la Guía Comercial, Agrícola e Industrial de la Re-pública. El 27 de febrero de 1909, mediante decretoejecutivo, se concede a la compañía la exclusiva, porel término de seis años, “para la elaboración de di-cho producto -los fósforos- en la ciudad de Guaya-quil, bien entendido de que el Gobierno no garanti-za la realidad, el mérito, ni los provechos del pro-ducto elaborado en la precitada fábrica”.3 Su presi-dente, en 1911, es Carlos Gómez Rendón.

Esta es la primera fábrica de fósforos que se es-tablece en el Ecuador.

Sin duda porque la producción nacional no sa-tisface las necesidades del país, como antes, se sigueimportando fósforos del extranjero. Eduardo Vásco-nez, Jefe de Estadística del Ministerio de Hacienda,afirma que en la década comprendida entre 1913 y1922 se importa este artículo por el valor deS/.262.188. Además, con la finalidad de ampliar suproducción, propugna la subida de los aranceles ymanifiesta al respecto lo siguiente: “Opino debe re-cargarse el actual derecho con algunos centavos más,con el objeto de proteger y estabilizar completamen-te las Fábricas Nacionales, de este artículo actual-mente existente”.4

Nótese que habla en plural de fábricas nacio-nales. Empero, en el año de 1927 en que se estableceel estanco de los fósforos, se dice que solo existe lafábrica situada en la población de Sangolquí de pro-

Sin embargo, vamos a proporcionar algunos datosque hemos podido conseguir.

En 1906 se forma en la ciudad de Guayaquil laempresa denominada “Fábrica Nacional de Fósfo-ros” con un capital de s/.140.000. Dos años después,luego de la importación de la respectiva maquinaria,empieza “a poner a la venta sus productos que hanresultado de muy buena calidad”,2 según se afirmaen la Guía Comercial, Agrícola e Industrial de la Re-pública. El 27 de febrero de 1909, mediante decretoejecutivo, se concede a la compañía la exclusiva, porel término de seis años, “para la elaboración de di-cho producto -los fósforos- en la ciudad de Guaya-quil, bien entendido de que el Gobierno no garanti-za la realidad, el mérito, ni los provechos del pro-ducto elaborado en la precitada fábrica”.3 Su presi-dente, en 1911, es Carlos Gómez Rendón.

Esta es la primera fábrica de fósforos que se es-tablece en el Ecuador.

Sin duda porque la producción nacional no sa-tisface las necesidades del país, como antes, se sigueimportando fósforos del extranjero. Eduardo Vásco-nez, Jefe de Estadística del Ministerio de Hacienda,afirma que en la década comprendida entre 1913 y1922 se importa este artículo por el valor deS/.262.188. Además, con la finalidad de ampliar suproducción, propugna la subida de los aranceles ymanifiesta al respecto lo siguiente: “Opino debe re-cargarse el actual derecho con algunos centavos más,con el objeto de proteger y estabilizar completamen-te las Fábricas Nacionales, de este artículo actual-mente existente”.4

Nótese que habla en plural de fábricas nacio-nales. Empero, en el año de 1927 en que se estableceel estanco de los fósforos, se dice que solo existe lafábrica situada en la población de Sangolquí de pro-

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piedad del señor Leopoldo Mercado, antiguo accio-nista y directivo de la empresa guayaquileña denuestra anterior referencia. Desconocemos los moti-vos para la desaparición de las otras fábricas a quealude Vásconez.

El Estanco de Fósforos.El doctor Isidro Ayora, que rige el país con el

título de Presidente Provisional, establece el estancode fósforos mediante decreto de 25 de noviembre de1927 publicado en el Registro Oficial N° 496 de esamisma fecha.

El art. 1° de ese decreto, dice:

Establécese el Estanco de la producción y co-mercio de fósforos y sus similares en todo el país:sólo el Estado, sus agentes o cesionarios podránproducir, vender, exportar o reexportar dicho artí-culo.

El art. 2° es de mucha enjundia:

El Estado -dice- administrará el Estanco pormedio de sus empleados, o por medio de agentes omandatarios, o cederá, por contrato, los derechosque del monopolio se derivan. Caso de que el ce-sionario hiciere un empréstito al Gobierno de laRepública, la cesión podrá durar por todo el plazodel empréstito, y no habrá licitación. El Gobiernopodrá contratar con el cesionario un empréstito dedos millones de dólares, oro, de los Estados Unidosde América, en las condiciones que acordare, y ha-cer la emisión correspondiente de bonos, pagaderosasimismo en dóllars oro de los Estados Unidos deAmérica, con el interés del ocho por ciento anual,amortizables en veinticinco años, de acuerdo conlas tablas usuales de amortización.5

piedad del señor Leopoldo Mercado, antiguo accio-nista y directivo de la empresa guayaquileña denuestra anterior referencia. Desconocemos los moti-vos para la desaparición de las otras fábricas a quealude Vásconez.

El Estanco de Fósforos.El doctor Isidro Ayora, que rige el país con el

título de Presidente Provisional, establece el estancode fósforos mediante decreto de 25 de noviembre de1927 publicado en el Registro Oficial N° 496 de esamisma fecha.

El art. 1° de ese decreto, dice:

Establécese el Estanco de la producción y co-mercio de fósforos y sus similares en todo el país:sólo el Estado, sus agentes o cesionarios podránproducir, vender, exportar o reexportar dicho artí-culo.

El art. 2° es de mucha enjundia:

El Estado -dice- administrará el Estanco pormedio de sus empleados, o por medio de agentes omandatarios, o cederá, por contrato, los derechosque del monopolio se derivan. Caso de que el ce-sionario hiciere un empréstito al Gobierno de laRepública, la cesión podrá durar por todo el plazodel empréstito, y no habrá licitación. El Gobiernopodrá contratar con el cesionario un empréstito dedos millones de dólares, oro, de los Estados Unidosde América, en las condiciones que acordare, y ha-cer la emisión correspondiente de bonos, pagaderosasimismo en dóllars oro de los Estados Unidos deAmérica, con el interés del ocho por ciento anual,amortizables en veinticinco años, de acuerdo conlas tablas usuales de amortización.5

piedad del señor Leopoldo Mercado, antiguo accio-nista y directivo de la empresa guayaquileña denuestra anterior referencia. Desconocemos los moti-vos para la desaparición de las otras fábricas a quealude Vásconez.

El Estanco de Fósforos.El doctor Isidro Ayora, que rige el país con el

título de Presidente Provisional, establece el estancode fósforos mediante decreto de 25 de noviembre de1927 publicado en el Registro Oficial N° 496 de esamisma fecha.

El art. 1° de ese decreto, dice:

Establécese el Estanco de la producción y co-mercio de fósforos y sus similares en todo el país:sólo el Estado, sus agentes o cesionarios podránproducir, vender, exportar o reexportar dicho artí-culo.

El art. 2° es de mucha enjundia:

El Estado -dice- administrará el Estanco pormedio de sus empleados, o por medio de agentes omandatarios, o cederá, por contrato, los derechosque del monopolio se derivan. Caso de que el ce-sionario hiciere un empréstito al Gobierno de laRepública, la cesión podrá durar por todo el plazodel empréstito, y no habrá licitación. El Gobiernopodrá contratar con el cesionario un empréstito dedos millones de dólares, oro, de los Estados Unidosde América, en las condiciones que acordare, y ha-cer la emisión correspondiente de bonos, pagaderosasimismo en dóllars oro de los Estados Unidos deAmérica, con el interés del ocho por ciento anual,amortizables en veinticinco años, de acuerdo conlas tablas usuales de amortización.5

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Los otros artículos se refieren al contrabandoprincipalmente. Se define lo que constituye este deli-to, las autoridades encargadas de perseguirlo, las pe-nas que se debe imponer al infractor, etc.. El afán deproteger el estanco, o a sus cesionarios, linda con loridículo: se prohibe, en forma absoluta, que los pa-sajeros desembarquen “llevando consigo encende-dores de cualquier clase o sistema, o fósforos y sussimilares no provenientes del Estanco”.6 Esta prohi-bición debe ser advertida en grandes carteles y endos idiomas: en castellano y en el de la nacionalidaddel barco!

De la transcripción del art. 2° se advierte fácil-mente que el estancamiento de los fósforos tiene co-mo principal objeto la cesión a la compañía sueca.Allí se anuncia ya, con toda exactitud, lo que consti-tuiría la esencia del futuro contrato: la cantidad delpréstamo y la clase de moneda, el interés y el plazopara el pago. Es decir, que todo ha sido preparadode antemano, meticulosamente, entre gallos y medianoche.

En efecto, el artífice del contrato es el agentedel trust sueco, un señor de apellido Bovet, pero quenada tiene de bobo. Llegado al país a mediados delaño 27, según afirma el historiador Oscar Efrén Re-yes, se presenta como millonario y aficionado al ar-te, que paga con esplendidez y sin regateos antigüe-dades coloniales. Con esta credencial de marajá, ágilcomo una ardilla, pronto se introduce en los altoscírculos sociales y gubernamentales, y empieza acumplir su cometido. De experiencia sin duda en es-ta clase de lides, quiere caminar sobre suelo firme, ypara eso estudia por varios días en el Archivo delPoder Legislativo las leyes ecuatorianas, en especialaquéllas que se refieren a artículos y productos es-tancados o susceptibles de estancamiento -aguar-

Los otros artículos se refieren al contrabandoprincipalmente. Se define lo que constituye este deli-to, las autoridades encargadas de perseguirlo, las pe-nas que se debe imponer al infractor, etc.. El afán deproteger el estanco, o a sus cesionarios, linda con loridículo: se prohibe, en forma absoluta, que los pa-sajeros desembarquen “llevando consigo encende-dores de cualquier clase o sistema, o fósforos y sussimilares no provenientes del Estanco”.6 Esta prohi-bición debe ser advertida en grandes carteles y endos idiomas: en castellano y en el de la nacionalidaddel barco!

De la transcripción del art. 2° se advierte fácil-mente que el estancamiento de los fósforos tiene co-mo principal objeto la cesión a la compañía sueca.Allí se anuncia ya, con toda exactitud, lo que consti-tuiría la esencia del futuro contrato: la cantidad delpréstamo y la clase de moneda, el interés y el plazopara el pago. Es decir, que todo ha sido preparadode antemano, meticulosamente, entre gallos y medianoche.

En efecto, el artífice del contrato es el agentedel trust sueco, un señor de apellido Bovet, pero quenada tiene de bobo. Llegado al país a mediados delaño 27, según afirma el historiador Oscar Efrén Re-yes, se presenta como millonario y aficionado al ar-te, que paga con esplendidez y sin regateos antigüe-dades coloniales. Con esta credencial de marajá, ágilcomo una ardilla, pronto se introduce en los altoscírculos sociales y gubernamentales, y empieza acumplir su cometido. De experiencia sin duda en es-ta clase de lides, quiere caminar sobre suelo firme, ypara eso estudia por varios días en el Archivo delPoder Legislativo las leyes ecuatorianas, en especialaquéllas que se refieren a artículos y productos es-tancados o susceptibles de estancamiento -aguar-

Los otros artículos se refieren al contrabandoprincipalmente. Se define lo que constituye este deli-to, las autoridades encargadas de perseguirlo, las pe-nas que se debe imponer al infractor, etc.. El afán deproteger el estanco, o a sus cesionarios, linda con loridículo: se prohibe, en forma absoluta, que los pa-sajeros desembarquen “llevando consigo encende-dores de cualquier clase o sistema, o fósforos y sussimilares no provenientes del Estanco”.6 Esta prohi-bición debe ser advertida en grandes carteles y endos idiomas: en castellano y en el de la nacionalidaddel barco!

De la transcripción del art. 2° se advierte fácil-mente que el estancamiento de los fósforos tiene co-mo principal objeto la cesión a la compañía sueca.Allí se anuncia ya, con toda exactitud, lo que consti-tuiría la esencia del futuro contrato: la cantidad delpréstamo y la clase de moneda, el interés y el plazopara el pago. Es decir, que todo ha sido preparadode antemano, meticulosamente, entre gallos y medianoche.

En efecto, el artífice del contrato es el agentedel trust sueco, un señor de apellido Bovet, pero quenada tiene de bobo. Llegado al país a mediados delaño 27, según afirma el historiador Oscar Efrén Re-yes, se presenta como millonario y aficionado al ar-te, que paga con esplendidez y sin regateos antigüe-dades coloniales. Con esta credencial de marajá, ágilcomo una ardilla, pronto se introduce en los altoscírculos sociales y gubernamentales, y empieza acumplir su cometido. De experiencia sin duda en es-ta clase de lides, quiere caminar sobre suelo firme, ypara eso estudia por varios días en el Archivo delPoder Legislativo las leyes ecuatorianas, en especialaquéllas que se refieren a artículos y productos es-tancados o susceptibles de estancamiento -aguar-

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diente, tabaco, sal, fósforos, etc.- tal como afirma elseñor Manuel Yépez, jefe del archivo mencionado. Yaunque no lo digan los historiadores, es seguro quedebe haber investigado, y con mucho empeño, sobrelas posibilidades de soborno.

A más llega la minuciosidad del señor ClaudioJ. Bovet. Como el país no se halla bajo un régimenconstitucional, busca medios para que aparezca anteel público como legal el establecimiento del estancoy la suscripción del empréstito por parte de un go-bierno de tal naturaleza. Y para esto, nada mejor queacudir a los oráculos jurídicos de la época, siempre ycuando, desde luego, estén dispuestos a decir lo quedesea el cliente. Los escogidos son N. Clemente Pon-ce, Pablo Mariano Borja y Carlos Arroyo del Río, to-dos amigos y asesores de empresas extranjeras. Co-mo era de esperarse, apoyándose en códigos y leyes,contestan afirmativamente a las preguntas formula-das al respecto. De adehala, dicen que el gobierno deAyora, por hallarse investido de todos los poderes,puede fijar el precio de los fósforos y dictar leyes yreglamentos relacionados con el contrato.

A pesar de tanto preparativo, triste y acongoja-do, manifiesta al archivero que sus ofertas habían si-do rechazadas por el presidente de la república. Sinembargo, después de algunas semanas, muy satisfe-cho, dice que ya han sido aceptadas y que se va a fir-mar el contrato. “Casi dudando de lo que acababade oir”, Yépez interroga a Bovet: “¿pero cómo es eso,no fue desechada ya su proposición?”.7 El pregun-tante, no sabemos si por prudencia o vergüenza,omite la respuesta y en su lugar pone puntos sus-pensivos...

Es de aclarar, empero, que el viaje y los ajetreosde Bovet no son tan desorientados como parecen.Ya antes la compañía sueca, previsiva como son es-

diente, tabaco, sal, fósforos, etc.- tal como afirma elseñor Manuel Yépez, jefe del archivo mencionado. Yaunque no lo digan los historiadores, es seguro quedebe haber investigado, y con mucho empeño, sobrelas posibilidades de soborno.

A más llega la minuciosidad del señor ClaudioJ. Bovet. Como el país no se halla bajo un régimenconstitucional, busca medios para que aparezca anteel público como legal el establecimiento del estancoy la suscripción del empréstito por parte de un go-bierno de tal naturaleza. Y para esto, nada mejor queacudir a los oráculos jurídicos de la época, siempre ycuando, desde luego, estén dispuestos a decir lo quedesea el cliente. Los escogidos son N. Clemente Pon-ce, Pablo Mariano Borja y Carlos Arroyo del Río, to-dos amigos y asesores de empresas extranjeras. Co-mo era de esperarse, apoyándose en códigos y leyes,contestan afirmativamente a las preguntas formula-das al respecto. De adehala, dicen que el gobierno deAyora, por hallarse investido de todos los poderes,puede fijar el precio de los fósforos y dictar leyes yreglamentos relacionados con el contrato.

A pesar de tanto preparativo, triste y acongoja-do, manifiesta al archivero que sus ofertas habían si-do rechazadas por el presidente de la república. Sinembargo, después de algunas semanas, muy satisfe-cho, dice que ya han sido aceptadas y que se va a fir-mar el contrato. “Casi dudando de lo que acababade oir”, Yépez interroga a Bovet: “¿pero cómo es eso,no fue desechada ya su proposición?”.7 El pregun-tante, no sabemos si por prudencia o vergüenza,omite la respuesta y en su lugar pone puntos sus-pensivos...

Es de aclarar, empero, que el viaje y los ajetreosde Bovet no son tan desorientados como parecen.Ya antes la compañía sueca, previsiva como son es-

diente, tabaco, sal, fósforos, etc.- tal como afirma elseñor Manuel Yépez, jefe del archivo mencionado. Yaunque no lo digan los historiadores, es seguro quedebe haber investigado, y con mucho empeño, sobrelas posibilidades de soborno.

A más llega la minuciosidad del señor ClaudioJ. Bovet. Como el país no se halla bajo un régimenconstitucional, busca medios para que aparezca anteel público como legal el establecimiento del estancoy la suscripción del empréstito por parte de un go-bierno de tal naturaleza. Y para esto, nada mejor queacudir a los oráculos jurídicos de la época, siempre ycuando, desde luego, estén dispuestos a decir lo quedesea el cliente. Los escogidos son N. Clemente Pon-ce, Pablo Mariano Borja y Carlos Arroyo del Río, to-dos amigos y asesores de empresas extranjeras. Co-mo era de esperarse, apoyándose en códigos y leyes,contestan afirmativamente a las preguntas formula-das al respecto. De adehala, dicen que el gobierno deAyora, por hallarse investido de todos los poderes,puede fijar el precio de los fósforos y dictar leyes yreglamentos relacionados con el contrato.

A pesar de tanto preparativo, triste y acongoja-do, manifiesta al archivero que sus ofertas habían si-do rechazadas por el presidente de la república. Sinembargo, después de algunas semanas, muy satisfe-cho, dice que ya han sido aceptadas y que se va a fir-mar el contrato. “Casi dudando de lo que acababade oir”, Yépez interroga a Bovet: “¿pero cómo es eso,no fue desechada ya su proposición?”.7 El pregun-tante, no sabemos si por prudencia o vergüenza,omite la respuesta y en su lugar pone puntos sus-pensivos...

Es de aclarar, empero, que el viaje y los ajetreosde Bovet no son tan desorientados como parecen.Ya antes la compañía sueca, previsiva como son es-

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tas grandes empresas, para conceder el crédito acambio del monopolio de los fósforos, había consul-tado y obtenido el visto bueno del doctor EdwinWalter Kemmerer, en ese entonces lumbrera de laciencia económica y vinculado a varios gobiernossudamericanos. Pero más que esto, dirigente de lamisión de su nombre, que sirve de instrumento parala intromisión del imperialismo norteamericano enlos países de nuestro continente.

Tal como estaba previsto, unos días después -el28 de noviembre- se cede el Estanco de Fósforos a lacompañía sueca “Svenska Tandstick Aktiebolagef” deEstocolmo mediante el respectivo contrato al que serefiere Oscar Efrén Reyes en los siguientes términos:

Los principales detalles de la negociación eranestos: establecimiento y cesión del estanco de fósfo-ros durante 25 años; se vendería cada cajita de eseartículo al doble de su costo de entonces (S/.0.05),o sea a S/.0,10; la Compañía Sueca de Fósforos en-tregaría al Gobierno ecuatoriano los 2.000.000 dedólares en empréstito, al 88% de colaboración y el8% de interés; Y pagaría, como contribuyente, alEstado, la suma de un millón de sucres anuales, ymás cien mil por cada quinquenio.8

A lo que anota el historiador antes citado hayque agregar unos pocos aspectos más de ese contrato.

El dinero del préstamo -al tipo de ochenta yocho por ciento neto- debe ser entregado al gobier-no por intermedio de los banqueros Lee, Higginsonand Company de Nueva York el primero de enerode 1928.

El precio de venta de la caja de fósforos -claú-sula décima- será de diez centavos, pero solamenteen las capitales de provincia. Para todas las demás

tas grandes empresas, para conceder el crédito acambio del monopolio de los fósforos, había consul-tado y obtenido el visto bueno del doctor EdwinWalter Kemmerer, en ese entonces lumbrera de laciencia económica y vinculado a varios gobiernossudamericanos. Pero más que esto, dirigente de lamisión de su nombre, que sirve de instrumento parala intromisión del imperialismo norteamericano enlos países de nuestro continente.

Tal como estaba previsto, unos días después -el28 de noviembre- se cede el Estanco de Fósforos a lacompañía sueca “Svenska Tandstick Aktiebolagef” deEstocolmo mediante el respectivo contrato al que serefiere Oscar Efrén Reyes en los siguientes términos:

Los principales detalles de la negociación eranestos: establecimiento y cesión del estanco de fósfo-ros durante 25 años; se vendería cada cajita de eseartículo al doble de su costo de entonces (S/.0.05),o sea a S/.0,10; la Compañía Sueca de Fósforos en-tregaría al Gobierno ecuatoriano los 2.000.000 dedólares en empréstito, al 88% de colaboración y el8% de interés; Y pagaría, como contribuyente, alEstado, la suma de un millón de sucres anuales, ymás cien mil por cada quinquenio.8

A lo que anota el historiador antes citado hayque agregar unos pocos aspectos más de ese contrato.

El dinero del préstamo -al tipo de ochenta yocho por ciento neto- debe ser entregado al gobier-no por intermedio de los banqueros Lee, Higginsonand Company de Nueva York el primero de enerode 1928.

El precio de venta de la caja de fósforos -claú-sula décima- será de diez centavos, pero solamenteen las capitales de provincia. Para todas las demás

tas grandes empresas, para conceder el crédito acambio del monopolio de los fósforos, había consul-tado y obtenido el visto bueno del doctor EdwinWalter Kemmerer, en ese entonces lumbrera de laciencia económica y vinculado a varios gobiernossudamericanos. Pero más que esto, dirigente de lamisión de su nombre, que sirve de instrumento parala intromisión del imperialismo norteamericano enlos países de nuestro continente.

Tal como estaba previsto, unos días después -el28 de noviembre- se cede el Estanco de Fósforos a lacompañía sueca “Svenska Tandstick Aktiebolagef” deEstocolmo mediante el respectivo contrato al que serefiere Oscar Efrén Reyes en los siguientes términos:

Los principales detalles de la negociación eranestos: establecimiento y cesión del estanco de fósfo-ros durante 25 años; se vendería cada cajita de eseartículo al doble de su costo de entonces (S/.0.05),o sea a S/.0,10; la Compañía Sueca de Fósforos en-tregaría al Gobierno ecuatoriano los 2.000.000 dedólares en empréstito, al 88% de colaboración y el8% de interés; Y pagaría, como contribuyente, alEstado, la suma de un millón de sucres anuales, ymás cien mil por cada quinquenio.8

A lo que anota el historiador antes citado hayque agregar unos pocos aspectos más de ese contrato.

El dinero del préstamo -al tipo de ochenta yocho por ciento neto- debe ser entregado al gobier-no por intermedio de los banqueros Lee, Higginsonand Company de Nueva York el primero de enerode 1928.

El precio de venta de la caja de fósforos -claú-sula décima- será de diez centavos, pero solamenteen las capitales de provincia. Para todas las demás

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poblaciones de la república, a este precio se debe au-mentar el valor de todos los gastos ocasionados porel transporte “desde la estación del ferrocarril, carre-tera de automóvil o puertos habilitados para el co-mercio con el exterior, más próximos”.9 Además, seautoriza a la compañía para subir el precio de ventaen caso de una devaluación del sucre en más de un5% durante más de noventa días en el mismo año.La subida será en proporción a la depreciación quetenga nuestra moneda.

Sobre el precio de venta de la caja de fósforosantes del establecimiento del estanco hay versionesque no concuerdan con el de S/. 0,05 señalado porOscar Efrén Reyes. Tanto Pareja Diezcanseco, comoManuel Yépez dicen que era de S/.0,025, o sea un ca-lé, conforme se denominaba al cuarto de real. Y enalgunas publicaciones de ese entonces se afirma quela fábrica de Leopoldo Mercado vendía tres cajas porun real, esto es, por diez centavos. Por tanto, el alzacausada por el estanco, sería mayor al indicado.

La compañía queda exenta de toda clase degravámenes nacionales, provinciales o municipales.Está liberada del pago de derechos de importaciónde todo cuanto sea necesario, directa o indirecta-mente, para su servicio. Tampoco debe pagar paten-tes ni los impuestos sobre las ventas y la renta. Todoesto, y más, consta en la cláusula décima octava.

El gobierno se obliga a cerrar y expropiar lasfábricas de fósforos existentes en el país, comprome-tiéndose además, a entregar a la compañía, sin cargoalguno, todas las maquinarias y materias primas des-tinadas a la elaboración de ese producto. Así, se dejaen la calle, sin trabajo, a centenares de obreros. Co-mo gran cosa, y a título de obsequio -así consta en elcontrato- la empresa se compromete a pagar a los

poblaciones de la república, a este precio se debe au-mentar el valor de todos los gastos ocasionados porel transporte “desde la estación del ferrocarril, carre-tera de automóvil o puertos habilitados para el co-mercio con el exterior, más próximos”.9 Además, seautoriza a la compañía para subir el precio de ventaen caso de una devaluación del sucre en más de un5% durante más de noventa días en el mismo año.La subida será en proporción a la depreciación quetenga nuestra moneda.

Sobre el precio de venta de la caja de fósforosantes del establecimiento del estanco hay versionesque no concuerdan con el de S/. 0,05 señalado porOscar Efrén Reyes. Tanto Pareja Diezcanseco, comoManuel Yépez dicen que era de S/.0,025, o sea un ca-lé, conforme se denominaba al cuarto de real. Y enalgunas publicaciones de ese entonces se afirma quela fábrica de Leopoldo Mercado vendía tres cajas porun real, esto es, por diez centavos. Por tanto, el alzacausada por el estanco, sería mayor al indicado.

La compañía queda exenta de toda clase degravámenes nacionales, provinciales o municipales.Está liberada del pago de derechos de importaciónde todo cuanto sea necesario, directa o indirecta-mente, para su servicio. Tampoco debe pagar paten-tes ni los impuestos sobre las ventas y la renta. Todoesto, y más, consta en la cláusula décima octava.

El gobierno se obliga a cerrar y expropiar lasfábricas de fósforos existentes en el país, comprome-tiéndose además, a entregar a la compañía, sin cargoalguno, todas las maquinarias y materias primas des-tinadas a la elaboración de ese producto. Así, se dejaen la calle, sin trabajo, a centenares de obreros. Co-mo gran cosa, y a título de obsequio -así consta en elcontrato- la empresa se compromete a pagar a los

poblaciones de la república, a este precio se debe au-mentar el valor de todos los gastos ocasionados porel transporte “desde la estación del ferrocarril, carre-tera de automóvil o puertos habilitados para el co-mercio con el exterior, más próximos”.9 Además, seautoriza a la compañía para subir el precio de ventaen caso de una devaluación del sucre en más de un5% durante más de noventa días en el mismo año.La subida será en proporción a la depreciación quetenga nuestra moneda.

Sobre el precio de venta de la caja de fósforosantes del establecimiento del estanco hay versionesque no concuerdan con el de S/. 0,05 señalado porOscar Efrén Reyes. Tanto Pareja Diezcanseco, comoManuel Yépez dicen que era de S/.0,025, o sea un ca-lé, conforme se denominaba al cuarto de real. Y enalgunas publicaciones de ese entonces se afirma quela fábrica de Leopoldo Mercado vendía tres cajas porun real, esto es, por diez centavos. Por tanto, el alzacausada por el estanco, sería mayor al indicado.

La compañía queda exenta de toda clase degravámenes nacionales, provinciales o municipales.Está liberada del pago de derechos de importaciónde todo cuanto sea necesario, directa o indirecta-mente, para su servicio. Tampoco debe pagar paten-tes ni los impuestos sobre las ventas y la renta. Todoesto, y más, consta en la cláusula décima octava.

El gobierno se obliga a cerrar y expropiar lasfábricas de fósforos existentes en el país, comprome-tiéndose además, a entregar a la compañía, sin cargoalguno, todas las maquinarias y materias primas des-tinadas a la elaboración de ese producto. Así, se dejaen la calle, sin trabajo, a centenares de obreros. Co-mo gran cosa, y a título de obsequio -así consta en elcontrato- la empresa se compromete a pagar a los

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trabajadores cesantes una suma equivalente a cincomeses de jornales.

No obstante la clausura ordenada, la compañíano tiene ninguna obligación de establecer fábricasen el Ecuador. Eso queda a su arbitrio.

A los empleados de la empresa, con autoriza-ción previa del gobierno, hasta se les autoriza paraque puedan entrar a cualquier clase de estableci-mientos “para comprobar la existencia de fósforos ypara vigilar y asegurar el cumplimiento de este con-trato”.10

Para dar cumplimiento a la obligación de ce-rrar y expropiar las fábricas de fósforos existentes–artículo tercero, sección vigésima quinta- el gobier-no compra la fábrica del señor Leopoldo Mercadomediante escritura pública suscrita el 7 de enero de1928 y publicada en el Registro Oficial N° 579 de 29de febrero del año citado. La cláusula cuarta de la es-critura dice esto:

El precio convenido es el siguiente: veinticin-co mil libras esterlinas por las maquinarias; cientotreinta y cuatro mil setecientos noventa sucres,ochenta centavos por los materiales de elaboraciónexistentes en la fábrica de Sangolquí; y treinta milnovecientos veintisiete sucres ochenta y dos centa-vos por los materiales en tránsito, según avalúo delmencionado Perito.11

El contrato de cesión del Estanco de Fósforos ala compañía sueca está firmado por el presidenteAyora y todo su gabinete, siendo elevado a escriturapública el día 30 de noviembre, para lo cual compa-recen ante el escribano Luis Paredes el ministro deHacienda Alberto Gómez Jaramillo en nombre del

trabajadores cesantes una suma equivalente a cincomeses de jornales.

No obstante la clausura ordenada, la compañíano tiene ninguna obligación de establecer fábricasen el Ecuador. Eso queda a su arbitrio.

A los empleados de la empresa, con autoriza-ción previa del gobierno, hasta se les autoriza paraque puedan entrar a cualquier clase de estableci-mientos “para comprobar la existencia de fósforos ypara vigilar y asegurar el cumplimiento de este con-trato”.10

Para dar cumplimiento a la obligación de ce-rrar y expropiar las fábricas de fósforos existentes–artículo tercero, sección vigésima quinta- el gobier-no compra la fábrica del señor Leopoldo Mercadomediante escritura pública suscrita el 7 de enero de1928 y publicada en el Registro Oficial N° 579 de 29de febrero del año citado. La cláusula cuarta de la es-critura dice esto:

El precio convenido es el siguiente: veinticin-co mil libras esterlinas por las maquinarias; cientotreinta y cuatro mil setecientos noventa sucres,ochenta centavos por los materiales de elaboraciónexistentes en la fábrica de Sangolquí; y treinta milnovecientos veintisiete sucres ochenta y dos centa-vos por los materiales en tránsito, según avalúo delmencionado Perito.11

El contrato de cesión del Estanco de Fósforos ala compañía sueca está firmado por el presidenteAyora y todo su gabinete, siendo elevado a escriturapública el día 30 de noviembre, para lo cual compa-recen ante el escribano Luis Paredes el ministro deHacienda Alberto Gómez Jaramillo en nombre del

trabajadores cesantes una suma equivalente a cincomeses de jornales.

No obstante la clausura ordenada, la compañíano tiene ninguna obligación de establecer fábricasen el Ecuador. Eso queda a su arbitrio.

A los empleados de la empresa, con autoriza-ción previa del gobierno, hasta se les autoriza paraque puedan entrar a cualquier clase de estableci-mientos “para comprobar la existencia de fósforos ypara vigilar y asegurar el cumplimiento de este con-trato”.10

Para dar cumplimiento a la obligación de ce-rrar y expropiar las fábricas de fósforos existentes–artículo tercero, sección vigésima quinta- el gobier-no compra la fábrica del señor Leopoldo Mercadomediante escritura pública suscrita el 7 de enero de1928 y publicada en el Registro Oficial N° 579 de 29de febrero del año citado. La cláusula cuarta de la es-critura dice esto:

El precio convenido es el siguiente: veinticin-co mil libras esterlinas por las maquinarias; cientotreinta y cuatro mil setecientos noventa sucres,ochenta centavos por los materiales de elaboraciónexistentes en la fábrica de Sangolquí; y treinta milnovecientos veintisiete sucres ochenta y dos centa-vos por los materiales en tránsito, según avalúo delmencionado Perito.11

El contrato de cesión del Estanco de Fósforos ala compañía sueca está firmado por el presidenteAyora y todo su gabinete, siendo elevado a escriturapública el día 30 de noviembre, para lo cual compa-recen ante el escribano Luis Paredes el ministro deHacienda Alberto Gómez Jaramillo en nombre del

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gobierno y Claudio Bovet en nombre de la Compa-ñía Sueca de Fósforos.

¿Y qué significa ese 88% de “colocación” deque habla Oscar Efrén Reyes, u 88% “neto”, como sedice en el contrato?

Transcribimos a continuación lo que dice elprócer Luis Fernando Vivero en su libro Lecciones depolítica -escrito hace más de siglo y medio- refirién-dose al tema de los préstamos extranjeros:

¿Cuáles son los modos de contraer un emprés-tito?

Varían a lo infinito; mas todos los que sehan negociado en los tiempos modernos se han he-cho sobre la base de reconocer un capital mayorque el que efectivamente se recibe, y pagar sobre élun interés anual: así, por ejemplo, un empréstitode un millón de pesos negociado al descuento deveinte por ciento, daría al que lo solicitara sola-mente ochocientos mil pesos en numerario, y elque da el dinero percibiría un millón de pesos enobligaciones que ganasen un interés supondremosde cinco por ciento anual.

¿Cuál es el objeto de este descuento?

El de burlar las leyes de la usura, pues esti-pulando el interés de cinco por ciento sobre losdoscientos mil pesos que no se entregan, se hacesubir a seis y cuarto por ciento, y este viene a ser elinterés que efectivamente se pagará sobre los ocho-cientos mil pesos que hemos supuesto haberse reci-bido en numerario.12

El préstamo de la empresa sueca sólo difieredel ejemplo dado por Vivero en la proporción del

gobierno y Claudio Bovet en nombre de la Compa-ñía Sueca de Fósforos.

¿Y qué significa ese 88% de “colocación” deque habla Oscar Efrén Reyes, u 88% “neto”, como sedice en el contrato?

Transcribimos a continuación lo que dice elprócer Luis Fernando Vivero en su libro Lecciones depolítica -escrito hace más de siglo y medio- refirién-dose al tema de los préstamos extranjeros:

¿Cuáles son los modos de contraer un emprés-tito?

Varían a lo infinito; mas todos los que sehan negociado en los tiempos modernos se han he-cho sobre la base de reconocer un capital mayorque el que efectivamente se recibe, y pagar sobre élun interés anual: así, por ejemplo, un empréstitode un millón de pesos negociado al descuento deveinte por ciento, daría al que lo solicitara sola-mente ochocientos mil pesos en numerario, y elque da el dinero percibiría un millón de pesos enobligaciones que ganasen un interés supondremosde cinco por ciento anual.

¿Cuál es el objeto de este descuento?

El de burlar las leyes de la usura, pues esti-pulando el interés de cinco por ciento sobre losdoscientos mil pesos que no se entregan, se hacesubir a seis y cuarto por ciento, y este viene a ser elinterés que efectivamente se pagará sobre los ocho-cientos mil pesos que hemos supuesto haberse reci-bido en numerario.12

El préstamo de la empresa sueca sólo difieredel ejemplo dado por Vivero en la proporción del

gobierno y Claudio Bovet en nombre de la Compa-ñía Sueca de Fósforos.

¿Y qué significa ese 88% de “colocación” deque habla Oscar Efrén Reyes, u 88% “neto”, como sedice en el contrato?

Transcribimos a continuación lo que dice elprócer Luis Fernando Vivero en su libro Lecciones depolítica -escrito hace más de siglo y medio- refirién-dose al tema de los préstamos extranjeros:

¿Cuáles son los modos de contraer un emprés-tito?

Varían a lo infinito; mas todos los que sehan negociado en los tiempos modernos se han he-cho sobre la base de reconocer un capital mayorque el que efectivamente se recibe, y pagar sobre élun interés anual: así, por ejemplo, un empréstitode un millón de pesos negociado al descuento deveinte por ciento, daría al que lo solicitara sola-mente ochocientos mil pesos en numerario, y elque da el dinero percibiría un millón de pesos enobligaciones que ganasen un interés supondremosde cinco por ciento anual.

¿Cuál es el objeto de este descuento?

El de burlar las leyes de la usura, pues esti-pulando el interés de cinco por ciento sobre losdoscientos mil pesos que no se entregan, se hacesubir a seis y cuarto por ciento, y este viene a ser elinterés que efectivamente se pagará sobre los ocho-cientos mil pesos que hemos supuesto haberse reci-bido en numerario.12

El préstamo de la empresa sueca sólo difieredel ejemplo dado por Vivero en la proporción del

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descuento, que no es del 20% como él supone, sinodel 12. Entonces, de los S/.10’000.000 -equivalenciade los 2’000.000 de dólares al cambio de ese enton-ces- se recibe únicamente S/.8’800.000, pues se des-cuenta S/.1’200.000, suma que el país pierde de en-trada junto con la ganancia o beneficio que hubierapodido producir. Y el interés que se pagará sobre losS/.8’800.000 efectivamente recibidos, sube del 8% al9,1%, cifra esta última, que viene a ser el verdaderointerés.

Esta clase de descuentos injustificados e inmo-rales, en porcentajes desmesurados casi siempre,eran norma de los prestamistas extranjeros en laépoca de Vivero. Los prestamistas suecos, un siglodespués, prosiguen con esta práctica nada decorosa.

La finalidad del empréstito, conforme constaen el contrato, es la fundación de un Banco Hipote-cario aconsejada por la Misión Kemmerer, instru-mento de la política financiera del imperialismonorteamericano. En efecto, esa institución se inau-gura, con bombos y platillos, el 4 de marzo de 1928.Uno de sus directores es un representante de laCompañía Sueca de Fósforos.

El país no obtiene mayor beneficio con ese ban-co. Como dice el historiador Oscar Efrén Reyes, “susfondos, en vez de alentar y vigorizar la producciónagrícola verdadera y de dar estímulos al pequeño te-rrateniente, se agotaban en operaciones que no tar-darán en arrancar las censuras hasta del propio Ban-co Central”.13 Sin duda, los que agotan sus fondos,como sucede siempre en esta clase de institucionesbancarias, no son otros que los grandes latifundistas.

Desde un principio, no sólo por ser claramentelesivo para los intereses nacionales, sino porque secomprende que se trata de un oscuro negociado, elempréstito es rechazado y combatido por el pueblo

descuento, que no es del 20% como él supone, sinodel 12. Entonces, de los S/.10’000.000 -equivalenciade los 2’000.000 de dólares al cambio de ese enton-ces- se recibe únicamente S/.8’800.000, pues se des-cuenta S/.1’200.000, suma que el país pierde de en-trada junto con la ganancia o beneficio que hubierapodido producir. Y el interés que se pagará sobre losS/.8’800.000 efectivamente recibidos, sube del 8% al9,1%, cifra esta última, que viene a ser el verdaderointerés.

Esta clase de descuentos injustificados e inmo-rales, en porcentajes desmesurados casi siempre,eran norma de los prestamistas extranjeros en laépoca de Vivero. Los prestamistas suecos, un siglodespués, prosiguen con esta práctica nada decorosa.

La finalidad del empréstito, conforme constaen el contrato, es la fundación de un Banco Hipote-cario aconsejada por la Misión Kemmerer, instru-mento de la política financiera del imperialismonorteamericano. En efecto, esa institución se inau-gura, con bombos y platillos, el 4 de marzo de 1928.Uno de sus directores es un representante de laCompañía Sueca de Fósforos.

El país no obtiene mayor beneficio con ese ban-co. Como dice el historiador Oscar Efrén Reyes, “susfondos, en vez de alentar y vigorizar la producciónagrícola verdadera y de dar estímulos al pequeño te-rrateniente, se agotaban en operaciones que no tar-darán en arrancar las censuras hasta del propio Ban-co Central”.13 Sin duda, los que agotan sus fondos,como sucede siempre en esta clase de institucionesbancarias, no son otros que los grandes latifundistas.

Desde un principio, no sólo por ser claramentelesivo para los intereses nacionales, sino porque secomprende que se trata de un oscuro negociado, elempréstito es rechazado y combatido por el pueblo

descuento, que no es del 20% como él supone, sinodel 12. Entonces, de los S/.10’000.000 -equivalenciade los 2’000.000 de dólares al cambio de ese enton-ces- se recibe únicamente S/.8’800.000, pues se des-cuenta S/.1’200.000, suma que el país pierde de en-trada junto con la ganancia o beneficio que hubierapodido producir. Y el interés que se pagará sobre losS/.8’800.000 efectivamente recibidos, sube del 8% al9,1%, cifra esta última, que viene a ser el verdaderointerés.

Esta clase de descuentos injustificados e inmo-rales, en porcentajes desmesurados casi siempre,eran norma de los prestamistas extranjeros en laépoca de Vivero. Los prestamistas suecos, un siglodespués, prosiguen con esta práctica nada decorosa.

La finalidad del empréstito, conforme constaen el contrato, es la fundación de un Banco Hipote-cario aconsejada por la Misión Kemmerer, instru-mento de la política financiera del imperialismonorteamericano. En efecto, esa institución se inau-gura, con bombos y platillos, el 4 de marzo de 1928.Uno de sus directores es un representante de laCompañía Sueca de Fósforos.

El país no obtiene mayor beneficio con ese ban-co. Como dice el historiador Oscar Efrén Reyes, “susfondos, en vez de alentar y vigorizar la producciónagrícola verdadera y de dar estímulos al pequeño te-rrateniente, se agotaban en operaciones que no tar-darán en arrancar las censuras hasta del propio Ban-co Central”.13 Sin duda, los que agotan sus fondos,como sucede siempre en esta clase de institucionesbancarias, no son otros que los grandes latifundistas.

Desde un principio, no sólo por ser claramentelesivo para los intereses nacionales, sino porque secomprende que se trata de un oscuro negociado, elempréstito es rechazado y combatido por el pueblo

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y la mayoría de las fuerzas políticas del país. Unica-mente sus beneficiarios y los abogados patrocinado-res ponderan, eso si con fervor digno de mejor cau-sa, sus presuntas bondades.

Ante el clamor popular el gobierno se ve obli-gado a defender el préstamo otorgado y la cesión delestanco de fósforos. El encargado de cumplir esta di-fícil tarea es el ministro de Hacienda don SecundinoSáenz de Tejada y Darquea, que en noviembre de1928, en el diario El Comercio de Quito, publica unalarga exposición al respecto. Veamos algunos de sussesudos argumentos.

Dice que no tiene razón de ser la crítica porhaber gravado a las futuras generaciones, porque esjusto que ellas también paguen un tributo, ya quevan a ser beneficiadas con el aumento de la riquezanacional que de seguro se producirá en el porvenir.Manifiesta que hubo que aumentar el precio de losfósforos “atenta la necesidad de respaldar el emprés-tito con una renta saneada, segura y de fácil cobro, ypor la necesidad de proporcionar al público un artí-culo de superior calidad”.14 Además, demostrandoun agudo don adivinatorio, afirma que el aumentodel precio de los fósforos no es gravoso, ya que esprobable que en los próximos diez años se hubieraduplicado y vuelto a duplicar en los diez siguientes,mientras que el contrato asegura un precio de diezcentavos durante los veinticinco años de su vigencia.No se atreve a pronosticar, en cambio, una probabledevaluación del sucre, que haría variar quien sabe encuanto el precio que él considera tan estable. Y cla-ro, se abstiene de explicar la mayoría de los otros as-pectos espinosos del convenio.

A lo dicho por el ministro, el escritor J. Gonza-lo Orellana -defensor del contrato- sin duda para darmayor peso a su exposición, añade datos sobre el po-

y la mayoría de las fuerzas políticas del país. Unica-mente sus beneficiarios y los abogados patrocinado-res ponderan, eso si con fervor digno de mejor cau-sa, sus presuntas bondades.

Ante el clamor popular el gobierno se ve obli-gado a defender el préstamo otorgado y la cesión delestanco de fósforos. El encargado de cumplir esta di-fícil tarea es el ministro de Hacienda don SecundinoSáenz de Tejada y Darquea, que en noviembre de1928, en el diario El Comercio de Quito, publica unalarga exposición al respecto. Veamos algunos de sussesudos argumentos.

Dice que no tiene razón de ser la crítica porhaber gravado a las futuras generaciones, porque esjusto que ellas también paguen un tributo, ya quevan a ser beneficiadas con el aumento de la riquezanacional que de seguro se producirá en el porvenir.Manifiesta que hubo que aumentar el precio de losfósforos “atenta la necesidad de respaldar el emprés-tito con una renta saneada, segura y de fácil cobro, ypor la necesidad de proporcionar al público un artí-culo de superior calidad”.14 Además, demostrandoun agudo don adivinatorio, afirma que el aumentodel precio de los fósforos no es gravoso, ya que esprobable que en los próximos diez años se hubieraduplicado y vuelto a duplicar en los diez siguientes,mientras que el contrato asegura un precio de diezcentavos durante los veinticinco años de su vigencia.No se atreve a pronosticar, en cambio, una probabledevaluación del sucre, que haría variar quien sabe encuanto el precio que él considera tan estable. Y cla-ro, se abstiene de explicar la mayoría de los otros as-pectos espinosos del convenio.

A lo dicho por el ministro, el escritor J. Gonza-lo Orellana -defensor del contrato- sin duda para darmayor peso a su exposición, añade datos sobre el po-

y la mayoría de las fuerzas políticas del país. Unica-mente sus beneficiarios y los abogados patrocinado-res ponderan, eso si con fervor digno de mejor cau-sa, sus presuntas bondades.

Ante el clamor popular el gobierno se ve obli-gado a defender el préstamo otorgado y la cesión delestanco de fósforos. El encargado de cumplir esta di-fícil tarea es el ministro de Hacienda don SecundinoSáenz de Tejada y Darquea, que en noviembre de1928, en el diario El Comercio de Quito, publica unalarga exposición al respecto. Veamos algunos de sussesudos argumentos.

Dice que no tiene razón de ser la crítica porhaber gravado a las futuras generaciones, porque esjusto que ellas también paguen un tributo, ya quevan a ser beneficiadas con el aumento de la riquezanacional que de seguro se producirá en el porvenir.Manifiesta que hubo que aumentar el precio de losfósforos “atenta la necesidad de respaldar el emprés-tito con una renta saneada, segura y de fácil cobro, ypor la necesidad de proporcionar al público un artí-culo de superior calidad”.14 Además, demostrandoun agudo don adivinatorio, afirma que el aumentodel precio de los fósforos no es gravoso, ya que esprobable que en los próximos diez años se hubieraduplicado y vuelto a duplicar en los diez siguientes,mientras que el contrato asegura un precio de diezcentavos durante los veinticinco años de su vigencia.No se atreve a pronosticar, en cambio, una probabledevaluación del sucre, que haría variar quien sabe encuanto el precio que él considera tan estable. Y cla-ro, se abstiene de explicar la mayoría de los otros as-pectos espinosos del convenio.

A lo dicho por el ministro, el escritor J. Gonza-lo Orellana -defensor del contrato- sin duda para darmayor peso a su exposición, añade datos sobre el po-

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derío económico de la empresa sueca provenientesdel periódico Berliner - Boersen - Courier de la Bolsade Comercio de Berlín, que vale la pena transcribirporque amplía los que dimos anteriormente sobre elRey de los Fósforos y su célebre compañía. Dice así:

La Swedish Mateh Company fue fundada en1927 por el ingeniero Kreuger, con el objeto de en-globar todos los intereses de la Industria Sueca deFósforos y velar por ellos. Fundada por un capitalde 45 millones de coronas, el cual, merced al rápidocrecimiento de la sociedad, fue luego elevado a 270millones de coronas. La Compañía Sueca que enun principio controlaba los intereses de la industriafosforera de Suecia, es una continuación de la anti-gua Compañía “Jonkoping” fundada el año de1845 y ha llegado a poseer por si y por intermediode sus sucursales independientes, 20 fábricas de fós-foros en Suecia y 150 empresas de la misma índoleen más de treinta países, en Norte y Sud-América,Africa, India, Japón, China y en la mayoría de lanaciones europeas. Es enorme el progreso de estaCompañía alcanzando en Alemania, donde poseeel Trust Sueco más de veinte fábricas de fósforos,habiendo sido dirigente su papel en el monopoliode fósforos de Francia, y teniendo en al industriafosforera de Suiza una participación del 60 porciento sobre la capacidad total de producción.15

Los esfuerzos gubernamentales no logranatemperar la oposición desatada por el escandalosocontrato. En todos los ámbitos del país se oyen vocesde condena, y la chispa y sal, que a veces es la únicaarma de que dispone el pueblo, en esta ocasión semanifiestan de múltiples maneras. Pedro Jorge Veracuenta en sus Memorias que “las cajitas traían las

derío económico de la empresa sueca provenientesdel periódico Berliner - Boersen - Courier de la Bolsade Comercio de Berlín, que vale la pena transcribirporque amplía los que dimos anteriormente sobre elRey de los Fósforos y su célebre compañía. Dice así:

La Swedish Mateh Company fue fundada en1927 por el ingeniero Kreuger, con el objeto de en-globar todos los intereses de la Industria Sueca deFósforos y velar por ellos. Fundada por un capitalde 45 millones de coronas, el cual, merced al rápidocrecimiento de la sociedad, fue luego elevado a 270millones de coronas. La Compañía Sueca que enun principio controlaba los intereses de la industriafosforera de Suecia, es una continuación de la anti-gua Compañía “Jonkoping” fundada el año de1845 y ha llegado a poseer por si y por intermediode sus sucursales independientes, 20 fábricas de fós-foros en Suecia y 150 empresas de la misma índoleen más de treinta países, en Norte y Sud-América,Africa, India, Japón, China y en la mayoría de lanaciones europeas. Es enorme el progreso de estaCompañía alcanzando en Alemania, donde poseeel Trust Sueco más de veinte fábricas de fósforos,habiendo sido dirigente su papel en el monopoliode fósforos de Francia, y teniendo en al industriafosforera de Suiza una participación del 60 porciento sobre la capacidad total de producción.15

Los esfuerzos gubernamentales no logranatemperar la oposición desatada por el escandalosocontrato. En todos los ámbitos del país se oyen vocesde condena, y la chispa y sal, que a veces es la únicaarma de que dispone el pueblo, en esta ocasión semanifiestan de múltiples maneras. Pedro Jorge Veracuenta en sus Memorias que “las cajitas traían las

derío económico de la empresa sueca provenientesdel periódico Berliner - Boersen - Courier de la Bolsade Comercio de Berlín, que vale la pena transcribirporque amplía los que dimos anteriormente sobre elRey de los Fósforos y su célebre compañía. Dice así:

La Swedish Mateh Company fue fundada en1927 por el ingeniero Kreuger, con el objeto de en-globar todos los intereses de la Industria Sueca deFósforos y velar por ellos. Fundada por un capitalde 45 millones de coronas, el cual, merced al rápidocrecimiento de la sociedad, fue luego elevado a 270millones de coronas. La Compañía Sueca que enun principio controlaba los intereses de la industriafosforera de Suecia, es una continuación de la anti-gua Compañía “Jonkoping” fundada el año de1845 y ha llegado a poseer por si y por intermediode sus sucursales independientes, 20 fábricas de fós-foros en Suecia y 150 empresas de la misma índoleen más de treinta países, en Norte y Sud-América,Africa, India, Japón, China y en la mayoría de lanaciones europeas. Es enorme el progreso de estaCompañía alcanzando en Alemania, donde poseeel Trust Sueco más de veinte fábricas de fósforos,habiendo sido dirigente su papel en el monopoliode fósforos de Francia, y teniendo en al industriafosforera de Suiza una participación del 60 porciento sobre la capacidad total de producción.15

Los esfuerzos gubernamentales no logranatemperar la oposición desatada por el escandalosocontrato. En todos los ámbitos del país se oyen vocesde condena, y la chispa y sal, que a veces es la únicaarma de que dispone el pueblo, en esta ocasión semanifiestan de múltiples maneras. Pedro Jorge Veracuenta en sus Memorias que “las cajitas traían las

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iniciales S.M.C.C.S. de F., las tres últimas obviamen-te significaban Compañía Sueca de Fósforos, perolos humoristas guayaquileños le dieron al conjuntoestas dos interpretaciones: Si me compras, cojudoserás de fijo; Seis ministros comprados con Secundi-no de frente (la segunda con referencia a SecundinoSáenz de Tejada, Ministro de Hacienda, lo que hoyes Finanzas)”.16

¿Quién es este ministro de apellidos tan rim-bombantes?

Es nieto del general Secundino Darquea Itu-rralde, en cuyo recuerdo lleva su nombre. Este mili-tar -uno de los sabuesos de García Moreno- es el en-cargado de dar cumplimiento a la orden del tiranode que “sean pasados desde luego por las armas enlos lugares donde fueren tomados” 17 todos los par-tidarios de Urbina después de la derrota de Jambelí.Así, donde fueren aprehendidos, sin ninguna fór-mula de juicio. Más tarde juega papel principal en elasesinato del general José Veintemilla, hermano delfuturo dictador. Y por último, en premio a sus servi-cios, es nombrado ministro de Guerra en la segundaadministración de ese presidente.

Su padre es el ingeniero español Tito Sáenz deQuesada que contrae matrimonio con Ana Darqueay Luque, hija del general antes mencionado. Prime-ro se dedica a la formación de compañías mineraspara la explotación de oro en la zona de Zaruma, yluego, radicado en Guayaquil, se convierte en im-portante hombre de negocios. En América Libre, lu-josa edición que se publica con ocasión del primercentenario de la independencia de Guayaquil, se di-ce de él lo siguiente: “Señor Don Tito G. Sáenz deTejada, Gerente de la Asociación de Agricultores, ca-ballero español de prestigio social y financiero, resi-dente en el país desde el año 1885 y que ha desem-

iniciales S.M.C.C.S. de F., las tres últimas obviamen-te significaban Compañía Sueca de Fósforos, perolos humoristas guayaquileños le dieron al conjuntoestas dos interpretaciones: Si me compras, cojudoserás de fijo; Seis ministros comprados con Secundi-no de frente (la segunda con referencia a SecundinoSáenz de Tejada, Ministro de Hacienda, lo que hoyes Finanzas)”.16

¿Quién es este ministro de apellidos tan rim-bombantes?

Es nieto del general Secundino Darquea Itu-rralde, en cuyo recuerdo lleva su nombre. Este mili-tar -uno de los sabuesos de García Moreno- es el en-cargado de dar cumplimiento a la orden del tiranode que “sean pasados desde luego por las armas enlos lugares donde fueren tomados” 17 todos los par-tidarios de Urbina después de la derrota de Jambelí.Así, donde fueren aprehendidos, sin ninguna fór-mula de juicio. Más tarde juega papel principal en elasesinato del general José Veintemilla, hermano delfuturo dictador. Y por último, en premio a sus servi-cios, es nombrado ministro de Guerra en la segundaadministración de ese presidente.

Su padre es el ingeniero español Tito Sáenz deQuesada que contrae matrimonio con Ana Darqueay Luque, hija del general antes mencionado. Prime-ro se dedica a la formación de compañías mineraspara la explotación de oro en la zona de Zaruma, yluego, radicado en Guayaquil, se convierte en im-portante hombre de negocios. En América Libre, lu-josa edición que se publica con ocasión del primercentenario de la independencia de Guayaquil, se di-ce de él lo siguiente: “Señor Don Tito G. Sáenz deTejada, Gerente de la Asociación de Agricultores, ca-ballero español de prestigio social y financiero, resi-dente en el país desde el año 1885 y que ha desem-

iniciales S.M.C.C.S. de F., las tres últimas obviamen-te significaban Compañía Sueca de Fósforos, perolos humoristas guayaquileños le dieron al conjuntoestas dos interpretaciones: Si me compras, cojudoserás de fijo; Seis ministros comprados con Secundi-no de frente (la segunda con referencia a SecundinoSáenz de Tejada, Ministro de Hacienda, lo que hoyes Finanzas)”.16

¿Quién es este ministro de apellidos tan rim-bombantes?

Es nieto del general Secundino Darquea Itu-rralde, en cuyo recuerdo lleva su nombre. Este mili-tar -uno de los sabuesos de García Moreno- es el en-cargado de dar cumplimiento a la orden del tiranode que “sean pasados desde luego por las armas enlos lugares donde fueren tomados” 17 todos los par-tidarios de Urbina después de la derrota de Jambelí.Así, donde fueren aprehendidos, sin ninguna fór-mula de juicio. Más tarde juega papel principal en elasesinato del general José Veintemilla, hermano delfuturo dictador. Y por último, en premio a sus servi-cios, es nombrado ministro de Guerra en la segundaadministración de ese presidente.

Su padre es el ingeniero español Tito Sáenz deQuesada que contrae matrimonio con Ana Darqueay Luque, hija del general antes mencionado. Prime-ro se dedica a la formación de compañías mineraspara la explotación de oro en la zona de Zaruma, yluego, radicado en Guayaquil, se convierte en im-portante hombre de negocios. En América Libre, lu-josa edición que se publica con ocasión del primercentenario de la independencia de Guayaquil, se di-ce de él lo siguiente: “Señor Don Tito G. Sáenz deTejada, Gerente de la Asociación de Agricultores, ca-ballero español de prestigio social y financiero, resi-dente en el país desde el año 1885 y que ha desem-

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peñado importantes cargos en el alto Comercio y enla Banca”.18

Secundino Sáenz -nuestro ministro- alterna suvida entre el periodismo y los negocios. Funda y di-rige varias publicaciones: El Independiente, Cultura,El Diario Ilustrado, por ejemplo. En el campo econó-mico se desempeña como corresponsal o contadorde algunas casas comerciales y llega a ser, según afir-ma el escritor Rodolfo Pérez Pimentel, presidente dela Asociación de Agricultores, donde se halla toda laélite terrateniente y cacaotera de las provincias delGuayas y Los Ríos. Después de ocupar el ministeriode Hacienda, en el año 1929, pasa a formar parte deldirectorio del Banco Central. Tiene una página muyhonrosa en su haber: su destierro por haber protes-tado por la matanza del 15 de Noviembre de 1922.19

Este, brevemente esbozado, el ministro zaheri-do por el pueblo guayaquileño.

No obstante la oposición desatada, los poderespúblicos se empecinan en mantener el lesivo contra-to, pues sus abogados y partidarios tienen gran in-fluencia en la política ecuatoriana. Así, la AsambleaNacional reunida en Quito en los años 28-29, conalgunas voces de protesta, dicta el decreto de 26 dejunio de 1929 que en su artículo 1° dice:

La cesión del Estanco de Fósforos a la Com-pañía Sueca y que garantiza el empréstito de dosmillones de dólares hecho al Gobierno del Ecuador,subsistirá hasta que el préstamo sea pagado en sutotalidad, conforme el contrato respectivo.20

El 12 de julio del año citado, el presidente Ayo-ra y su ministro de Hacienda Juan de Dios MartínezMera, ponen el ejecútese a ese decreto que sanciona

peñado importantes cargos en el alto Comercio y enla Banca”.18

Secundino Sáenz -nuestro ministro- alterna suvida entre el periodismo y los negocios. Funda y di-rige varias publicaciones: El Independiente, Cultura,El Diario Ilustrado, por ejemplo. En el campo econó-mico se desempeña como corresponsal o contadorde algunas casas comerciales y llega a ser, según afir-ma el escritor Rodolfo Pérez Pimentel, presidente dela Asociación de Agricultores, donde se halla toda laélite terrateniente y cacaotera de las provincias delGuayas y Los Ríos. Después de ocupar el ministeriode Hacienda, en el año 1929, pasa a formar parte deldirectorio del Banco Central. Tiene una página muyhonrosa en su haber: su destierro por haber protes-tado por la matanza del 15 de Noviembre de 1922.19

Este, brevemente esbozado, el ministro zaheri-do por el pueblo guayaquileño.

No obstante la oposición desatada, los poderespúblicos se empecinan en mantener el lesivo contra-to, pues sus abogados y partidarios tienen gran in-fluencia en la política ecuatoriana. Así, la AsambleaNacional reunida en Quito en los años 28-29, conalgunas voces de protesta, dicta el decreto de 26 dejunio de 1929 que en su artículo 1° dice:

La cesión del Estanco de Fósforos a la Com-pañía Sueca y que garantiza el empréstito de dosmillones de dólares hecho al Gobierno del Ecuador,subsistirá hasta que el préstamo sea pagado en sutotalidad, conforme el contrato respectivo.20

El 12 de julio del año citado, el presidente Ayo-ra y su ministro de Hacienda Juan de Dios MartínezMera, ponen el ejecútese a ese decreto que sanciona

peñado importantes cargos en el alto Comercio y enla Banca”.18

Secundino Sáenz -nuestro ministro- alterna suvida entre el periodismo y los negocios. Funda y di-rige varias publicaciones: El Independiente, Cultura,El Diario Ilustrado, por ejemplo. En el campo econó-mico se desempeña como corresponsal o contadorde algunas casas comerciales y llega a ser, según afir-ma el escritor Rodolfo Pérez Pimentel, presidente dela Asociación de Agricultores, donde se halla toda laélite terrateniente y cacaotera de las provincias delGuayas y Los Ríos. Después de ocupar el ministeriode Hacienda, en el año 1929, pasa a formar parte deldirectorio del Banco Central. Tiene una página muyhonrosa en su haber: su destierro por haber protes-tado por la matanza del 15 de Noviembre de 1922.19

Este, brevemente esbozado, el ministro zaheri-do por el pueblo guayaquileño.

No obstante la oposición desatada, los poderespúblicos se empecinan en mantener el lesivo contra-to, pues sus abogados y partidarios tienen gran in-fluencia en la política ecuatoriana. Así, la AsambleaNacional reunida en Quito en los años 28-29, conalgunas voces de protesta, dicta el decreto de 26 dejunio de 1929 que en su artículo 1° dice:

La cesión del Estanco de Fósforos a la Com-pañía Sueca y que garantiza el empréstito de dosmillones de dólares hecho al Gobierno del Ecuador,subsistirá hasta que el préstamo sea pagado en sutotalidad, conforme el contrato respectivo.20

El 12 de julio del año citado, el presidente Ayo-ra y su ministro de Hacienda Juan de Dios MartínezMera, ponen el ejecútese a ese decreto que sanciona

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la constitucionalidad del contrato. Al parecer, todoestá terminado.

Al parecer únicamente. Porque en la realidad,ese decreto legislativo, lejos de atemperar la oposi-ción al régimen, no hace otra cosa que incrementar-la en grandes proporciones. El contrato con la com-pañía sueca se convierte en el leit motiv de los oposi-tores, que junto con los otras inmoralidades de estemal gobierno, al final, como tenía que suceder, seviene abajo el 24 de agosto de 1931. De acuerdo conla constitución vigente se encarga del poder el mi-nistro de Gobierno, coronel Luis Larrea Alba.

Pocos días después de la caída de Ayora, el pri-mero de septiembre, se produce en Quito una granmanifestación pidiendo la anulación del lesivo con-trato. El núcleo principal de los manifestantes estáconstituído por trabajadores que salen de la Casa delObrero y al que se une luego una gran masa popu-lar, que según versión del capitán Alejandro Alvear,forma una “ola humana de más de 6.000 almas”.21

La muchedumbre, luego de ser arengada por algu-nos oradores -entre ellos el senador Luis Maldona-do- se dirige al edificio del diario El Comercio -pe-riódico que se ha distinguido por su defensa a lacompañía sueca- siendo duramente reprimida porcontingentes policiales que protegen el local. De allíse encamina hacia el norte con ánimo de atacar lacasa del doctor Luis Felipe Borja, que el día anterior,31 de agosto, había publicado un largo alegato jurí-dico con el fin de demostrar la legalidad del contratoy los beneficios que según su parecer ha obtenido elpaís. Empero, antes de llegar a ese objetivo es deteni-da por la fuerza pública en la entrada de la Alameda,donde la multitud desarmada que se defiende a pe-dradas, es repelida a bala y a sablazos, destacándoseen esta drástica tarea los soldados de caballería del

la constitucionalidad del contrato. Al parecer, todoestá terminado.

Al parecer únicamente. Porque en la realidad,ese decreto legislativo, lejos de atemperar la oposi-ción al régimen, no hace otra cosa que incrementar-la en grandes proporciones. El contrato con la com-pañía sueca se convierte en el leit motiv de los oposi-tores, que junto con los otras inmoralidades de estemal gobierno, al final, como tenía que suceder, seviene abajo el 24 de agosto de 1931. De acuerdo conla constitución vigente se encarga del poder el mi-nistro de Gobierno, coronel Luis Larrea Alba.

Pocos días después de la caída de Ayora, el pri-mero de septiembre, se produce en Quito una granmanifestación pidiendo la anulación del lesivo con-trato. El núcleo principal de los manifestantes estáconstituído por trabajadores que salen de la Casa delObrero y al que se une luego una gran masa popu-lar, que según versión del capitán Alejandro Alvear,forma una “ola humana de más de 6.000 almas”.21

La muchedumbre, luego de ser arengada por algu-nos oradores -entre ellos el senador Luis Maldona-do- se dirige al edificio del diario El Comercio -pe-riódico que se ha distinguido por su defensa a lacompañía sueca- siendo duramente reprimida porcontingentes policiales que protegen el local. De allíse encamina hacia el norte con ánimo de atacar lacasa del doctor Luis Felipe Borja, que el día anterior,31 de agosto, había publicado un largo alegato jurí-dico con el fin de demostrar la legalidad del contratoy los beneficios que según su parecer ha obtenido elpaís. Empero, antes de llegar a ese objetivo es deteni-da por la fuerza pública en la entrada de la Alameda,donde la multitud desarmada que se defiende a pe-dradas, es repelida a bala y a sablazos, destacándoseen esta drástica tarea los soldados de caballería del

la constitucionalidad del contrato. Al parecer, todoestá terminado.

Al parecer únicamente. Porque en la realidad,ese decreto legislativo, lejos de atemperar la oposi-ción al régimen, no hace otra cosa que incrementar-la en grandes proporciones. El contrato con la com-pañía sueca se convierte en el leit motiv de los oposi-tores, que junto con los otras inmoralidades de estemal gobierno, al final, como tenía que suceder, seviene abajo el 24 de agosto de 1931. De acuerdo conla constitución vigente se encarga del poder el mi-nistro de Gobierno, coronel Luis Larrea Alba.

Pocos días después de la caída de Ayora, el pri-mero de septiembre, se produce en Quito una granmanifestación pidiendo la anulación del lesivo con-trato. El núcleo principal de los manifestantes estáconstituído por trabajadores que salen de la Casa delObrero y al que se une luego una gran masa popu-lar, que según versión del capitán Alejandro Alvear,forma una “ola humana de más de 6.000 almas”.21

La muchedumbre, luego de ser arengada por algu-nos oradores -entre ellos el senador Luis Maldona-do- se dirige al edificio del diario El Comercio -pe-riódico que se ha distinguido por su defensa a lacompañía sueca- siendo duramente reprimida porcontingentes policiales que protegen el local. De allíse encamina hacia el norte con ánimo de atacar lacasa del doctor Luis Felipe Borja, que el día anterior,31 de agosto, había publicado un largo alegato jurí-dico con el fin de demostrar la legalidad del contratoy los beneficios que según su parecer ha obtenido elpaís. Empero, antes de llegar a ese objetivo es deteni-da por la fuerza pública en la entrada de la Alameda,donde la multitud desarmada que se defiende a pe-dradas, es repelida a bala y a sablazos, destacándoseen esta drástica tarea los soldados de caballería del

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batallón “Yaguachi”. La indignación popular es in-mensa por la brutalidad del ataque. Desde el centrode la ciudad -como consta en un informe del inten-dente de policía- una gran masa de gente acude allugar del enfrentamiento para reforzar la lucha quedura largas horas, pues solo a las doce de la noche,aproximadamente, se restablece la calma. El resulta-do de la contienda es sangriento: seis muertos y nu-merosos heridos. Todos, humildes hijos del pueblo.

Los culpables de los luctuosos acontecimien-tos, no son los autores de la represión, menos losotorgantes y beneficiarios del inmoral contrato, sinolos comunistas... Eso se dice en una serie de remiti-dos y artículos que aparecen en los periódicos. Esodice el doctor Borja en un escrito titulado “Deberineludible” publicado en El Comercio el día 6 de sep-tiembre. Eso se dice en un editorial del diario quite-ño El Día que lleva por título “Los responsables de latragedia”. Y El Telégrafo, diario guayaquileño, saca arelucir la tonta cantaleta del oro de Moscú!

Nada extraña desde luego esa baja campaña,pues mientras comunistas y socialistas se han puestoal lado del pueblo para luchar por la anulación delcontrato, la gran prensa del país, casi sin excepción,se ha alineado al lado de la compañía extranjera paradefender sus intereses. Según esa prensa, el contratoha salvado al Ecuador de la miseria, y revocarlo, porconsiguiente, sería uno de los mayores desaciertos.Sólo como ejemplo de lo expuesto, transcribimos elsiguiente párrafo del artículo titulado “Esclareciendola cuestión fósforos” que publica El Telégrafo:

Habría que pensar cuál hubiera sido la suer-te del país en estos momentos, sin el concurso eco-nómico del Estanco de Fósforos, que ha dado unarenta segura y saneada al Estado para solventar

batallón “Yaguachi”. La indignación popular es in-mensa por la brutalidad del ataque. Desde el centrode la ciudad -como consta en un informe del inten-dente de policía- una gran masa de gente acude allugar del enfrentamiento para reforzar la lucha quedura largas horas, pues solo a las doce de la noche,aproximadamente, se restablece la calma. El resulta-do de la contienda es sangriento: seis muertos y nu-merosos heridos. Todos, humildes hijos del pueblo.

Los culpables de los luctuosos acontecimien-tos, no son los autores de la represión, menos losotorgantes y beneficiarios del inmoral contrato, sinolos comunistas... Eso se dice en una serie de remiti-dos y artículos que aparecen en los periódicos. Esodice el doctor Borja en un escrito titulado “Deberineludible” publicado en El Comercio el día 6 de sep-tiembre. Eso se dice en un editorial del diario quite-ño El Día que lleva por título “Los responsables de latragedia”. Y El Telégrafo, diario guayaquileño, saca arelucir la tonta cantaleta del oro de Moscú!

Nada extraña desde luego esa baja campaña,pues mientras comunistas y socialistas se han puestoal lado del pueblo para luchar por la anulación delcontrato, la gran prensa del país, casi sin excepción,se ha alineado al lado de la compañía extranjera paradefender sus intereses. Según esa prensa, el contratoha salvado al Ecuador de la miseria, y revocarlo, porconsiguiente, sería uno de los mayores desaciertos.Sólo como ejemplo de lo expuesto, transcribimos elsiguiente párrafo del artículo titulado “Esclareciendola cuestión fósforos” que publica El Telégrafo:

Habría que pensar cuál hubiera sido la suer-te del país en estos momentos, sin el concurso eco-nómico del Estanco de Fósforos, que ha dado unarenta segura y saneada al Estado para solventar

batallón “Yaguachi”. La indignación popular es in-mensa por la brutalidad del ataque. Desde el centrode la ciudad -como consta en un informe del inten-dente de policía- una gran masa de gente acude allugar del enfrentamiento para reforzar la lucha quedura largas horas, pues solo a las doce de la noche,aproximadamente, se restablece la calma. El resulta-do de la contienda es sangriento: seis muertos y nu-merosos heridos. Todos, humildes hijos del pueblo.

Los culpables de los luctuosos acontecimien-tos, no son los autores de la represión, menos losotorgantes y beneficiarios del inmoral contrato, sinolos comunistas... Eso se dice en una serie de remiti-dos y artículos que aparecen en los periódicos. Esodice el doctor Borja en un escrito titulado “Deberineludible” publicado en El Comercio el día 6 de sep-tiembre. Eso se dice en un editorial del diario quite-ño El Día que lleva por título “Los responsables de latragedia”. Y El Telégrafo, diario guayaquileño, saca arelucir la tonta cantaleta del oro de Moscú!

Nada extraña desde luego esa baja campaña,pues mientras comunistas y socialistas se han puestoal lado del pueblo para luchar por la anulación delcontrato, la gran prensa del país, casi sin excepción,se ha alineado al lado de la compañía extranjera paradefender sus intereses. Según esa prensa, el contratoha salvado al Ecuador de la miseria, y revocarlo, porconsiguiente, sería uno de los mayores desaciertos.Sólo como ejemplo de lo expuesto, transcribimos elsiguiente párrafo del artículo titulado “Esclareciendola cuestión fósforos” que publica El Telégrafo:

Habría que pensar cuál hubiera sido la suer-te del país en estos momentos, sin el concurso eco-nómico del Estanco de Fósforos, que ha dado unarenta segura y saneada al Estado para solventar

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graves problemas económicos los que para los im-pugnadores de este contrato han pasado desaperci-bidos.22

Añade que los senadores y diputados que porhacer oposición al gobierno combaten contra elcontrato, “sin quererlo, han levantado la bandera delcomunismo provocando el desconcierto en el traba-jo patriótico y fecundo de los ecuatorianos”.23

Los acontecimientos de Quito tienen gran re-percusión en toda la república y son causa para quecrezca aún más el repudio al Estanco de Fósforos.Así por ejemplo, al día siguiente de la represión en lacapital, el pueblo de la ciudad de Riobamba condenael ataque y una asamblea pública de obreros censuraduramente a los defensores de la compañía sueca. Yen Guayaquil, el 13 de septiembre, se efectúa unagran manifestación de trabajadores encabezada porsus dirigentes. Los periodistas Carlos Altamirano yErnesto Campos dicen al respecto lo que sigue:

Una turba de jóvenes comunistas avanzabapor la Avenida 9 de Octubre, enarbolando bande-ras rojas. Presidían la marcha: Ermel Quevedo.Delfín González, Julio Víter, Carlos Vásquez, Ro-sendo Naula. Max Andrade, Luis Montoya y otrosrevolucionarios afiliados a la Confederación Obre-ra y Campesina del Guayas.24

Los participantes de la manifestación son ata-cados por las caballadas de la Policía Nacional y delbatallón “Cazadores de los Ríos” en diversos lugaresde la ciudad. Los agredidos se defienden con piedrasy con palos. Felizmente, en esta ocasión, los inciden-tes terminan sin derramamiento de sangre.

graves problemas económicos los que para los im-pugnadores de este contrato han pasado desaperci-bidos.22

Añade que los senadores y diputados que porhacer oposición al gobierno combaten contra elcontrato, “sin quererlo, han levantado la bandera delcomunismo provocando el desconcierto en el traba-jo patriótico y fecundo de los ecuatorianos”.23

Los acontecimientos de Quito tienen gran re-percusión en toda la república y son causa para quecrezca aún más el repudio al Estanco de Fósforos.Así por ejemplo, al día siguiente de la represión en lacapital, el pueblo de la ciudad de Riobamba condenael ataque y una asamblea pública de obreros censuraduramente a los defensores de la compañía sueca. Yen Guayaquil, el 13 de septiembre, se efectúa unagran manifestación de trabajadores encabezada porsus dirigentes. Los periodistas Carlos Altamirano yErnesto Campos dicen al respecto lo que sigue:

Una turba de jóvenes comunistas avanzabapor la Avenida 9 de Octubre, enarbolando bande-ras rojas. Presidían la marcha: Ermel Quevedo.Delfín González, Julio Víter, Carlos Vásquez, Ro-sendo Naula. Max Andrade, Luis Montoya y otrosrevolucionarios afiliados a la Confederación Obre-ra y Campesina del Guayas.24

Los participantes de la manifestación son ata-cados por las caballadas de la Policía Nacional y delbatallón “Cazadores de los Ríos” en diversos lugaresde la ciudad. Los agredidos se defienden con piedrasy con palos. Felizmente, en esta ocasión, los inciden-tes terminan sin derramamiento de sangre.

graves problemas económicos los que para los im-pugnadores de este contrato han pasado desaperci-bidos.22

Añade que los senadores y diputados que porhacer oposición al gobierno combaten contra elcontrato, “sin quererlo, han levantado la bandera delcomunismo provocando el desconcierto en el traba-jo patriótico y fecundo de los ecuatorianos”.23

Los acontecimientos de Quito tienen gran re-percusión en toda la república y son causa para quecrezca aún más el repudio al Estanco de Fósforos.Así por ejemplo, al día siguiente de la represión en lacapital, el pueblo de la ciudad de Riobamba condenael ataque y una asamblea pública de obreros censuraduramente a los defensores de la compañía sueca. Yen Guayaquil, el 13 de septiembre, se efectúa unagran manifestación de trabajadores encabezada porsus dirigentes. Los periodistas Carlos Altamirano yErnesto Campos dicen al respecto lo que sigue:

Una turba de jóvenes comunistas avanzabapor la Avenida 9 de Octubre, enarbolando bande-ras rojas. Presidían la marcha: Ermel Quevedo.Delfín González, Julio Víter, Carlos Vásquez, Ro-sendo Naula. Max Andrade, Luis Montoya y otrosrevolucionarios afiliados a la Confederación Obre-ra y Campesina del Guayas.24

Los participantes de la manifestación son ata-cados por las caballadas de la Policía Nacional y delbatallón “Cazadores de los Ríos” en diversos lugaresde la ciudad. Los agredidos se defienden con piedrasy con palos. Felizmente, en esta ocasión, los inciden-tes terminan sin derramamiento de sangre.

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El batallón “Cazadores de los Ríos” tiene unatriste historia. Una vez terminada la revolución es-meraldeña acaudillada por el coronel Concha, parasolaz y sosiego de los latifundistas, sembró con osa-mentas de campesinos indóciles la verde jungla cos-tanera. Después, como nos cuenta Jorge Carrera An-drade en su libro autobiográfico El volcán y el coli-brí,25 con el acero de los sables, y el plomo de las ba-las, el célebre 15 de noviembre, derramó sangre enlas calles de Guayaquil para acallar el grito de justi-cia de los trabajadores.

Como corolario de lo sucedido se inicia un jui-cio penal y se ordena la detención de los principalesactores de la protesta, disposición que posterior-mente es revocada por el juez Segundo SavinovichBravo por falta de pruebas. Todo, pues, termina demanera favorable para los varios sindicados.

Se debe añadir a lo relatado, como hecho cu-rioso y digno de mencionarse, que en la manifesta-ción se hallan presentes varios de los participantesen el trágico 15 de Noviembre de 1922.

También, como es obvio, los sucesos de Quitoy la condena general que ocasionan, tienen una in-fluencia decisiva en los debates que sobre el contratocon la compañía sueca se realizan en el congreso quese halla reunido. Sólo gracias a ellos, y a la presenciacombativa del pueblo en las barras del recinto legis-lativo, se aprueba el decreto de 17 de septiembre de1931 que declara su inconstitucionalidad y, por con-siguiente, su finalización. Los principales artículosde la resolución dicen lo siguiente:

Art. 1° Declárase inconstitucional y, en con-secuencia, derogado el Decreto del Presidente Pro-visional, de 28 de noviembre de 1927, por el que se

El batallón “Cazadores de los Ríos” tiene unatriste historia. Una vez terminada la revolución es-meraldeña acaudillada por el coronel Concha, parasolaz y sosiego de los latifundistas, sembró con osa-mentas de campesinos indóciles la verde jungla cos-tanera. Después, como nos cuenta Jorge Carrera An-drade en su libro autobiográfico El volcán y el coli-brí,25 con el acero de los sables, y el plomo de las ba-las, el célebre 15 de noviembre, derramó sangre enlas calles de Guayaquil para acallar el grito de justi-cia de los trabajadores.

Como corolario de lo sucedido se inicia un jui-cio penal y se ordena la detención de los principalesactores de la protesta, disposición que posterior-mente es revocada por el juez Segundo SavinovichBravo por falta de pruebas. Todo, pues, termina demanera favorable para los varios sindicados.

Se debe añadir a lo relatado, como hecho cu-rioso y digno de mencionarse, que en la manifesta-ción se hallan presentes varios de los participantesen el trágico 15 de Noviembre de 1922.

También, como es obvio, los sucesos de Quitoy la condena general que ocasionan, tienen una in-fluencia decisiva en los debates que sobre el contratocon la compañía sueca se realizan en el congreso quese halla reunido. Sólo gracias a ellos, y a la presenciacombativa del pueblo en las barras del recinto legis-lativo, se aprueba el decreto de 17 de septiembre de1931 que declara su inconstitucionalidad y, por con-siguiente, su finalización. Los principales artículosde la resolución dicen lo siguiente:

Art. 1° Declárase inconstitucional y, en con-secuencia, derogado el Decreto del Presidente Pro-visional, de 28 de noviembre de 1927, por el que se

El batallón “Cazadores de los Ríos” tiene unatriste historia. Una vez terminada la revolución es-meraldeña acaudillada por el coronel Concha, parasolaz y sosiego de los latifundistas, sembró con osa-mentas de campesinos indóciles la verde jungla cos-tanera. Después, como nos cuenta Jorge Carrera An-drade en su libro autobiográfico El volcán y el coli-brí,25 con el acero de los sables, y el plomo de las ba-las, el célebre 15 de noviembre, derramó sangre enlas calles de Guayaquil para acallar el grito de justi-cia de los trabajadores.

Como corolario de lo sucedido se inicia un jui-cio penal y se ordena la detención de los principalesactores de la protesta, disposición que posterior-mente es revocada por el juez Segundo SavinovichBravo por falta de pruebas. Todo, pues, termina demanera favorable para los varios sindicados.

Se debe añadir a lo relatado, como hecho cu-rioso y digno de mencionarse, que en la manifesta-ción se hallan presentes varios de los participantesen el trágico 15 de Noviembre de 1922.

También, como es obvio, los sucesos de Quitoy la condena general que ocasionan, tienen una in-fluencia decisiva en los debates que sobre el contratocon la compañía sueca se realizan en el congreso quese halla reunido. Sólo gracias a ellos, y a la presenciacombativa del pueblo en las barras del recinto legis-lativo, se aprueba el decreto de 17 de septiembre de1931 que declara su inconstitucionalidad y, por con-siguiente, su finalización. Los principales artículosde la resolución dicen lo siguiente:

Art. 1° Declárase inconstitucional y, en con-secuencia, derogado el Decreto del Presidente Pro-visional, de 28 de noviembre de 1927, por el que se

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cedió la organización y administración del Estancode Fósforos a la Compañía Sueca.

Art. 2° Derógase el Decreto de la AsambleaNacional, sancionado el 12 de Julio de 1929 y pro-mulgado el 15 de los mismos mes y año, que decla-ró subsistente la mencionada cesión.

Art. 4° Queda facultado el Poder Ejecutivo,para los pagos, transacciones y liquidaciones, conla Compañía Sueca, a que diere lugar la ejecuciónde este Decreto.

Art. 6° Refórmase la Ley del Banco Hipote-cario del Ecuador, suprimiendo la representaciónque tiene la Compañía Sueca de Fósforos en el Di-rectorio de la referida institución bancaria.26

Aunque no se crea, el contrato tiene todavía al-gunos ardientes defensores en las cámaras del con-greso. Uno de ellos, para citar un solo ejemplo, es elingeniero Manuel Adrián Navarro, presidente de laCámara de Diputados. En una larga intervención,después de ponderar sus bondades, manifiesta quesu terminación sólo puede ser dictaminada por elPoder Judicial, tesis esgrimida por todos los servido-res de la compañía. Dice, en fin, que aprobar su in-constitucionalidad, sería “violar la fe pública paraherir de muerte al crédito nacional y condenar a laRepública a vivir en aislamiento suicida, privada dela cooperación internacional, fuente fecunda de pro-greso y bienestar de los pueblos”.27 Una catástrofe,una hecatombe, nada menos. Prédica agorera, vati-cinio siniestro, que por desgracia, hoy tiene conti-nuadores de parecida laya...

Otro hecho que se debe mencionar, es la nega-tiva para que la Corte Suprema de Justicia instruyaun sumario para investigar las responsabilidades delas personas que intervinieron en la suscripción del

cedió la organización y administración del Estancode Fósforos a la Compañía Sueca.

Art. 2° Derógase el Decreto de la AsambleaNacional, sancionado el 12 de Julio de 1929 y pro-mulgado el 15 de los mismos mes y año, que decla-ró subsistente la mencionada cesión.

Art. 4° Queda facultado el Poder Ejecutivo,para los pagos, transacciones y liquidaciones, conla Compañía Sueca, a que diere lugar la ejecuciónde este Decreto.

Art. 6° Refórmase la Ley del Banco Hipote-cario del Ecuador, suprimiendo la representaciónque tiene la Compañía Sueca de Fósforos en el Di-rectorio de la referida institución bancaria.26

Aunque no se crea, el contrato tiene todavía al-gunos ardientes defensores en las cámaras del con-greso. Uno de ellos, para citar un solo ejemplo, es elingeniero Manuel Adrián Navarro, presidente de laCámara de Diputados. En una larga intervención,después de ponderar sus bondades, manifiesta quesu terminación sólo puede ser dictaminada por elPoder Judicial, tesis esgrimida por todos los servido-res de la compañía. Dice, en fin, que aprobar su in-constitucionalidad, sería “violar la fe pública paraherir de muerte al crédito nacional y condenar a laRepública a vivir en aislamiento suicida, privada dela cooperación internacional, fuente fecunda de pro-greso y bienestar de los pueblos”.27 Una catástrofe,una hecatombe, nada menos. Prédica agorera, vati-cinio siniestro, que por desgracia, hoy tiene conti-nuadores de parecida laya...

Otro hecho que se debe mencionar, es la nega-tiva para que la Corte Suprema de Justicia instruyaun sumario para investigar las responsabilidades delas personas que intervinieron en la suscripción del

cedió la organización y administración del Estancode Fósforos a la Compañía Sueca.

Art. 2° Derógase el Decreto de la AsambleaNacional, sancionado el 12 de Julio de 1929 y pro-mulgado el 15 de los mismos mes y año, que decla-ró subsistente la mencionada cesión.

Art. 4° Queda facultado el Poder Ejecutivo,para los pagos, transacciones y liquidaciones, conla Compañía Sueca, a que diere lugar la ejecuciónde este Decreto.

Art. 6° Refórmase la Ley del Banco Hipote-cario del Ecuador, suprimiendo la representaciónque tiene la Compañía Sueca de Fósforos en el Di-rectorio de la referida institución bancaria.26

Aunque no se crea, el contrato tiene todavía al-gunos ardientes defensores en las cámaras del con-greso. Uno de ellos, para citar un solo ejemplo, es elingeniero Manuel Adrián Navarro, presidente de laCámara de Diputados. En una larga intervención,después de ponderar sus bondades, manifiesta quesu terminación sólo puede ser dictaminada por elPoder Judicial, tesis esgrimida por todos los servido-res de la compañía. Dice, en fin, que aprobar su in-constitucionalidad, sería “violar la fe pública paraherir de muerte al crédito nacional y condenar a laRepública a vivir en aislamiento suicida, privada dela cooperación internacional, fuente fecunda de pro-greso y bienestar de los pueblos”.27 Una catástrofe,una hecatombe, nada menos. Prédica agorera, vati-cinio siniestro, que por desgracia, hoy tiene conti-nuadores de parecida laya...

Otro hecho que se debe mencionar, es la nega-tiva para que la Corte Suprema de Justicia instruyaun sumario para investigar las responsabilidades delas personas que intervinieron en la suscripción del

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contrato. Cuando se presenta una moción en estesentido en la cámara del Senado, la mayoría de susmiembros vota en contra. En esta ocasión, el mayorimpugnador es José Rafael Bustamante, senadorfuncional por la Agricultura del Interior. Afirma“que la única sanción posible es la destrucción de laobra hecha; habla de la psicología de la fuerza; de lapresión ejercida sobre quienes negociaron con laCompañía Sueca, que creían hacer una obra benefi-ciosa al País; dice que no está por la moción que en-cierra una responsabilidad indecente y poco caballe-rosa”.28 Así de sesuda y magnánima, su interven-ción. En la actualidad, imitando la caballerosidaddel autor de la novela Para matar al gusano, los cul-pables, pobres víctimas de la ingenuidad y las pre-siones, quedan librados de sanción y más inmacula-dos que doncella!

Se niega también otra petición absolutamentejusta. La comisión de la Cámara de Diputados en-cargada de estudiar el proyecto de decreto aprobadoen el senado, propone que únicamente se pague lasuma efectivamente recibida, es decir, que de losdiez millones de sucres a que asciende el préstamosueco se descuente el 12% y las cantidades concer-nientes a la amortización de la deuda. La deduccióntotal llega al 17%, debiéndose pagar por consiguien-te solo el 83%, o sea, S/. 8’300.000. Ahora se argu-menta que por decencia, por decoro y pudor, se de-be devolver la suma íntegra, sin ninguna alteración.Véase, como para ser decente, se requiere combinarel desprendimiento con la bobería!...

Pero, sea como sea, se pone término al vergon-zoso contrato.

El Consejo de Estado, procediendo de acuerdocon la facultad que le concede el numeral 1° del artí-culo 119 de la Constitución vigente -la de 1929- en

contrato. Cuando se presenta una moción en estesentido en la cámara del Senado, la mayoría de susmiembros vota en contra. En esta ocasión, el mayorimpugnador es José Rafael Bustamante, senadorfuncional por la Agricultura del Interior. Afirma“que la única sanción posible es la destrucción de laobra hecha; habla de la psicología de la fuerza; de lapresión ejercida sobre quienes negociaron con laCompañía Sueca, que creían hacer una obra benefi-ciosa al País; dice que no está por la moción que en-cierra una responsabilidad indecente y poco caballe-rosa”.28 Así de sesuda y magnánima, su interven-ción. En la actualidad, imitando la caballerosidaddel autor de la novela Para matar al gusano, los cul-pables, pobres víctimas de la ingenuidad y las pre-siones, quedan librados de sanción y más inmacula-dos que doncella!

Se niega también otra petición absolutamentejusta. La comisión de la Cámara de Diputados en-cargada de estudiar el proyecto de decreto aprobadoen el senado, propone que únicamente se pague lasuma efectivamente recibida, es decir, que de losdiez millones de sucres a que asciende el préstamosueco se descuente el 12% y las cantidades concer-nientes a la amortización de la deuda. La deduccióntotal llega al 17%, debiéndose pagar por consiguien-te solo el 83%, o sea, S/. 8’300.000. Ahora se argu-menta que por decencia, por decoro y pudor, se de-be devolver la suma íntegra, sin ninguna alteración.Véase, como para ser decente, se requiere combinarel desprendimiento con la bobería!...

Pero, sea como sea, se pone término al vergon-zoso contrato.

El Consejo de Estado, procediendo de acuerdocon la facultad que le concede el numeral 1° del artí-culo 119 de la Constitución vigente -la de 1929- en

contrato. Cuando se presenta una moción en estesentido en la cámara del Senado, la mayoría de susmiembros vota en contra. En esta ocasión, el mayorimpugnador es José Rafael Bustamante, senadorfuncional por la Agricultura del Interior. Afirma“que la única sanción posible es la destrucción de laobra hecha; habla de la psicología de la fuerza; de lapresión ejercida sobre quienes negociaron con laCompañía Sueca, que creían hacer una obra benefi-ciosa al País; dice que no está por la moción que en-cierra una responsabilidad indecente y poco caballe-rosa”.28 Así de sesuda y magnánima, su interven-ción. En la actualidad, imitando la caballerosidaddel autor de la novela Para matar al gusano, los cul-pables, pobres víctimas de la ingenuidad y las pre-siones, quedan librados de sanción y más inmacula-dos que doncella!

Se niega también otra petición absolutamentejusta. La comisión de la Cámara de Diputados en-cargada de estudiar el proyecto de decreto aprobadoen el senado, propone que únicamente se pague lasuma efectivamente recibida, es decir, que de losdiez millones de sucres a que asciende el préstamosueco se descuente el 12% y las cantidades concer-nientes a la amortización de la deuda. La deduccióntotal llega al 17%, debiéndose pagar por consiguien-te solo el 83%, o sea, S/. 8’300.000. Ahora se argu-menta que por decencia, por decoro y pudor, se de-be devolver la suma íntegra, sin ninguna alteración.Véase, como para ser decente, se requiere combinarel desprendimiento con la bobería!...

Pero, sea como sea, se pone término al vergon-zoso contrato.

El Consejo de Estado, procediendo de acuerdocon la facultad que le concede el numeral 1° del artí-culo 119 de la Constitución vigente -la de 1929- en

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sesión de 22 de septiembre declara que el decretoaprobado por el Congreso sobre el contrato suscritocon la Compañía Sueca de Fósforos es constitucio-nal, y que por lo tanto debe ser sancionado por elPoder Ejecutivo.29

El mismo día, el Encargado del Poder, coronelLuis Larrea Alba, pone el “Ejecútese” en el antedichodecreto, pues dadas las circunstancias, no podía ac-tuar de otra manera.

Antes de terminar es conveniente referirnos aotro episodio que tiene que ver con nuestro tema: laacusación presentada por el diputado José ModestoRivadeneira contra el ex-presidente Ayora por mal-versación de fondos del Estado y concusión en elcontrato con la compañía sueca.

La comisión designada para dictaminar en elcaso, procediendo de acuerdo con una vieja ley dic-tada en 1835 para el juzgamiento de los funcionariospúblicos, en el informe que emite manifiesta que lamalversación de fondos es de responsabilidad delministro de Hacienda y del Contralor y que la con-cusión no ha sido probada, razón por la que es delparecer de que no existe fundamento legal para lacontinuación del juicio propuesto. Empero, añade losiguiente:

La Comisión declara que sólo ha consideradohasta este momento el aspecto puramente legal dela cuestión, único fundamento de derecho que enconcepto de ella, debe considerar la Cámara. Perodeja a salvo el aspecto moral de la acusación, yaque siendo innegable que hubo derroche de los fon-dos del Tesoro Nacional, es verdaderamente incon-gruente el que la carta fundamental no consultedisposiciones terminantes de responsabilidad legal

sesión de 22 de septiembre declara que el decretoaprobado por el Congreso sobre el contrato suscritocon la Compañía Sueca de Fósforos es constitucio-nal, y que por lo tanto debe ser sancionado por elPoder Ejecutivo.29

El mismo día, el Encargado del Poder, coronelLuis Larrea Alba, pone el “Ejecútese” en el antedichodecreto, pues dadas las circunstancias, no podía ac-tuar de otra manera.

Antes de terminar es conveniente referirnos aotro episodio que tiene que ver con nuestro tema: laacusación presentada por el diputado José ModestoRivadeneira contra el ex-presidente Ayora por mal-versación de fondos del Estado y concusión en elcontrato con la compañía sueca.

La comisión designada para dictaminar en elcaso, procediendo de acuerdo con una vieja ley dic-tada en 1835 para el juzgamiento de los funcionariospúblicos, en el informe que emite manifiesta que lamalversación de fondos es de responsabilidad delministro de Hacienda y del Contralor y que la con-cusión no ha sido probada, razón por la que es delparecer de que no existe fundamento legal para lacontinuación del juicio propuesto. Empero, añade losiguiente:

La Comisión declara que sólo ha consideradohasta este momento el aspecto puramente legal dela cuestión, único fundamento de derecho que enconcepto de ella, debe considerar la Cámara. Perodeja a salvo el aspecto moral de la acusación, yaque siendo innegable que hubo derroche de los fon-dos del Tesoro Nacional, es verdaderamente incon-gruente el que la carta fundamental no consultedisposiciones terminantes de responsabilidad legal

sesión de 22 de septiembre declara que el decretoaprobado por el Congreso sobre el contrato suscritocon la Compañía Sueca de Fósforos es constitucio-nal, y que por lo tanto debe ser sancionado por elPoder Ejecutivo.29

El mismo día, el Encargado del Poder, coronelLuis Larrea Alba, pone el “Ejecútese” en el antedichodecreto, pues dadas las circunstancias, no podía ac-tuar de otra manera.

Antes de terminar es conveniente referirnos aotro episodio que tiene que ver con nuestro tema: laacusación presentada por el diputado José ModestoRivadeneira contra el ex-presidente Ayora por mal-versación de fondos del Estado y concusión en elcontrato con la compañía sueca.

La comisión designada para dictaminar en elcaso, procediendo de acuerdo con una vieja ley dic-tada en 1835 para el juzgamiento de los funcionariospúblicos, en el informe que emite manifiesta que lamalversación de fondos es de responsabilidad delministro de Hacienda y del Contralor y que la con-cusión no ha sido probada, razón por la que es delparecer de que no existe fundamento legal para lacontinuación del juicio propuesto. Empero, añade losiguiente:

La Comisión declara que sólo ha consideradohasta este momento el aspecto puramente legal dela cuestión, único fundamento de derecho que enconcepto de ella, debe considerar la Cámara. Perodeja a salvo el aspecto moral de la acusación, yaque siendo innegable que hubo derroche de los fon-dos del Tesoro Nacional, es verdaderamente incon-gruente el que la carta fundamental no consultedisposiciones terminantes de responsabilidad legal

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del Jefe de Estado al respecto, y sólo las haga efecti-vas para los Ministros y el Contralor General.30

Después de una larga discusión, basándose enel informe anterior, la Cámara de Diputados se abs-tiene de llevar la acusación propuesta a la Cámara delSenado conforme establecía la caduca ley de 1835.

Era de preverse este desenlace, pues es casinorma entre nosotros, echar tierra sobre la respon-sabilidad de los peces gordos. Nunca faltan argu-mentos para eso. La misma ley, como en este caso,les abre las puertas de la impunidad.

Esto es lo lamentable en esta historia. Pero encambio tiene un lado luminoso y merecedor de ad-miración: la valiente y constante lucha del pueblopara conseguir la desaparición del oneroso contrato.Sin su bregar, y sin la sangre derramada en las callesde Quito, de seguro hubiera subsistido los veinticin-co años convenidos, y quizás, con la ayuda de abo-gados y funcionarios corruptos, hasta se habría re-novado. Las masas trabajadoras, en esta ocasión, de-mostraron como se debe defender los intereses na-cionales. Y eso, no se puede olvidar.

Ojalá, el combate de ayer, pueda servir deejemplo en los días oscuros que vivimos. Esa tradi-ción de lucha debe ser recogida por las organizacio-nes sindicales, por desgracia, hoy pacatas y dormi-das. Sólo así se puede poner término al festín de losbienes públicos y a la paulatina desaparición de losderechos de los trabajadores conquistados con tantoesfuerzo por las generaciones pasadas. Ojalá, no sesiga con la tonta consigna del diálogo -esgrimida poralgunos prudentes dirigentes- como medio de alcan-zar justicia. Ojalá.

No nos resta sino decir, que tiempo después determinado el contrato, se conoce la quiebra escanda-

del Jefe de Estado al respecto, y sólo las haga efecti-vas para los Ministros y el Contralor General.30

Después de una larga discusión, basándose enel informe anterior, la Cámara de Diputados se abs-tiene de llevar la acusación propuesta a la Cámara delSenado conforme establecía la caduca ley de 1835.

Era de preverse este desenlace, pues es casinorma entre nosotros, echar tierra sobre la respon-sabilidad de los peces gordos. Nunca faltan argu-mentos para eso. La misma ley, como en este caso,les abre las puertas de la impunidad.

Esto es lo lamentable en esta historia. Pero encambio tiene un lado luminoso y merecedor de ad-miración: la valiente y constante lucha del pueblopara conseguir la desaparición del oneroso contrato.Sin su bregar, y sin la sangre derramada en las callesde Quito, de seguro hubiera subsistido los veinticin-co años convenidos, y quizás, con la ayuda de abo-gados y funcionarios corruptos, hasta se habría re-novado. Las masas trabajadoras, en esta ocasión, de-mostraron como se debe defender los intereses na-cionales. Y eso, no se puede olvidar.

Ojalá, el combate de ayer, pueda servir deejemplo en los días oscuros que vivimos. Esa tradi-ción de lucha debe ser recogida por las organizacio-nes sindicales, por desgracia, hoy pacatas y dormi-das. Sólo así se puede poner término al festín de losbienes públicos y a la paulatina desaparición de losderechos de los trabajadores conquistados con tantoesfuerzo por las generaciones pasadas. Ojalá, no sesiga con la tonta consigna del diálogo -esgrimida poralgunos prudentes dirigentes- como medio de alcan-zar justicia. Ojalá.

No nos resta sino decir, que tiempo después determinado el contrato, se conoce la quiebra escanda-

del Jefe de Estado al respecto, y sólo las haga efecti-vas para los Ministros y el Contralor General.30

Después de una larga discusión, basándose enel informe anterior, la Cámara de Diputados se abs-tiene de llevar la acusación propuesta a la Cámara delSenado conforme establecía la caduca ley de 1835.

Era de preverse este desenlace, pues es casinorma entre nosotros, echar tierra sobre la respon-sabilidad de los peces gordos. Nunca faltan argu-mentos para eso. La misma ley, como en este caso,les abre las puertas de la impunidad.

Esto es lo lamentable en esta historia. Pero encambio tiene un lado luminoso y merecedor de ad-miración: la valiente y constante lucha del pueblopara conseguir la desaparición del oneroso contrato.Sin su bregar, y sin la sangre derramada en las callesde Quito, de seguro hubiera subsistido los veinticin-co años convenidos, y quizás, con la ayuda de abo-gados y funcionarios corruptos, hasta se habría re-novado. Las masas trabajadoras, en esta ocasión, de-mostraron como se debe defender los intereses na-cionales. Y eso, no se puede olvidar.

Ojalá, el combate de ayer, pueda servir deejemplo en los días oscuros que vivimos. Esa tradi-ción de lucha debe ser recogida por las organizacio-nes sindicales, por desgracia, hoy pacatas y dormi-das. Sólo así se puede poner término al festín de losbienes públicos y a la paulatina desaparición de losderechos de los trabajadores conquistados con tantoesfuerzo por las generaciones pasadas. Ojalá, no sesiga con la tonta consigna del diálogo -esgrimida poralgunos prudentes dirigentes- como medio de alcan-zar justicia. Ojalá.

No nos resta sino decir, que tiempo después determinado el contrato, se conoce la quiebra escanda-

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losa de la compañía sueca y el suicidio del “rey de losfósforos”. Así, el incienso echado a sus pies por nues-tros lacayos criollos, que no se cansaron de ponderarla solvencia y honorabilidad del trust extranjero,quedó desvanecida. Ojalá que eso también -aunquees difícil- pudiera servir de contención por lo menos,para los actuales alcahuetes del capital foráneo.

Notas:

1 Varios, Historia mundial del siglo XX, Vergara S.A.,Barcelona, 1971, p. 49.

2 Guía Comercial, Agrícola e Industrial de la República,Talleres de Artes Gráficas de E. Rodenas, Guayaquil,1909, p. 853.

3 Anuario de legislación ecuatoriana. 1909, Imprenta yEncuadernación Nacionales, Quito, 1910, pp. 322-323.

4 Eduardo Vásconez, Resumen Estadístico Comercial delEcuador, Talleres Tipográficos Nacionales, Quito,1923, p. 36.

5 Registro Oficial N° 496 de 25 de noviembre de 1927.6 Idem, art. 4°.7 Manuel A. Yépez, Capítulos - Apuntes Varios. 1830-

1942, Talleres Gráficos Nacionales, Quito, 1945, p.341.

8 Oscar Efrén Reyes, Los últimos siete años, TalleresGráficos Nacionales, Quito, 1933, p. 199.

9 Registro Oficial N° 515, Quito, 17 de diciembre de1927.

10 Idem, cláusula 33.11 Registro Oficial N° 579, Quito, 29 de febrero de 1928.

12 Luis Fernando Vivero, Lecciones de política, según losprincipios del sistema popular representativo, adoptadopor las naciones americanas, Imprenta de Gaultier -Laguionie, París, 1827, p. 451.

losa de la compañía sueca y el suicidio del “rey de losfósforos”. Así, el incienso echado a sus pies por nues-tros lacayos criollos, que no se cansaron de ponderarla solvencia y honorabilidad del trust extranjero,quedó desvanecida. Ojalá que eso también -aunquees difícil- pudiera servir de contención por lo menos,para los actuales alcahuetes del capital foráneo.

Notas:

1 Varios, Historia mundial del siglo XX, Vergara S.A.,Barcelona, 1971, p. 49.

2 Guía Comercial, Agrícola e Industrial de la República,Talleres de Artes Gráficas de E. Rodenas, Guayaquil,1909, p. 853.

3 Anuario de legislación ecuatoriana. 1909, Imprenta yEncuadernación Nacionales, Quito, 1910, pp. 322-323.

4 Eduardo Vásconez, Resumen Estadístico Comercial delEcuador, Talleres Tipográficos Nacionales, Quito,1923, p. 36.

5 Registro Oficial N° 496 de 25 de noviembre de 1927.6 Idem, art. 4°.7 Manuel A. Yépez, Capítulos - Apuntes Varios. 1830-

1942, Talleres Gráficos Nacionales, Quito, 1945, p.341.

8 Oscar Efrén Reyes, Los últimos siete años, TalleresGráficos Nacionales, Quito, 1933, p. 199.

9 Registro Oficial N° 515, Quito, 17 de diciembre de1927.

10 Idem, cláusula 33.11 Registro Oficial N° 579, Quito, 29 de febrero de 1928.

12 Luis Fernando Vivero, Lecciones de política, según losprincipios del sistema popular representativo, adoptadopor las naciones americanas, Imprenta de Gaultier -Laguionie, París, 1827, p. 451.

losa de la compañía sueca y el suicidio del “rey de losfósforos”. Así, el incienso echado a sus pies por nues-tros lacayos criollos, que no se cansaron de ponderarla solvencia y honorabilidad del trust extranjero,quedó desvanecida. Ojalá que eso también -aunquees difícil- pudiera servir de contención por lo menos,para los actuales alcahuetes del capital foráneo.

Notas:

1 Varios, Historia mundial del siglo XX, Vergara S.A.,Barcelona, 1971, p. 49.

2 Guía Comercial, Agrícola e Industrial de la República,Talleres de Artes Gráficas de E. Rodenas, Guayaquil,1909, p. 853.

3 Anuario de legislación ecuatoriana. 1909, Imprenta yEncuadernación Nacionales, Quito, 1910, pp. 322-323.

4 Eduardo Vásconez, Resumen Estadístico Comercial delEcuador, Talleres Tipográficos Nacionales, Quito,1923, p. 36.

5 Registro Oficial N° 496 de 25 de noviembre de 1927.6 Idem, art. 4°.7 Manuel A. Yépez, Capítulos - Apuntes Varios. 1830-

1942, Talleres Gráficos Nacionales, Quito, 1945, p.341.

8 Oscar Efrén Reyes, Los últimos siete años, TalleresGráficos Nacionales, Quito, 1933, p. 199.

9 Registro Oficial N° 515, Quito, 17 de diciembre de1927.

10 Idem, cláusula 33.11 Registro Oficial N° 579, Quito, 29 de febrero de 1928.

12 Luis Fernando Vivero, Lecciones de política, según losprincipios del sistema popular representativo, adoptadopor las naciones americanas, Imprenta de Gaultier -Laguionie, París, 1827, p. 451.

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13 Oscar Efrén Reyes, op. cit., p. 200.14 En J. Gonzalo Orellana, El Ecuador en cien años de in-

dependencia, t. I, Escuela Tipográfica Salesiana, Qui-to, 1930, p. 441.

15 Idem, p. 441.16 Pedro Jorge Vera, Gracias a la vida. Memorias, Edito-

rial Voluntad, Quito, 1993, p. 33.17 Camilo Destruge, Urbina. El Presidente, Banco Cen-

tral del Ecuador, Quito, 1992, p. 262.18 América Libre, Prensa Ecuatoriana, Guayaquil, 1920,

p. 286.19 Rodolfo Pérez Pimentel, Diccionario Biográfico del

Ecuador, t. V, Editorial de la Universidad de Guaya-quil, Guayaquil, 1988, p. 275.

20 Registro Oficial N° 75,Quito, 15 de julio de 1929.21 El Comercio, Quito, 5 de septiembre de 1931.22 El Telégrafo, Guayaquil, 11 de septiembre de 1931.23 Idem.24 C. Altamirano Sánchez y E. Campos Plaza, Hombres

y sucesos. Exhumación, Editorial Claridad, Guayaquil,s.f., p. 57.

25 Jorge Carrera Andrade, El volcán y el colibrí (Autobio-grafía), Corporación Editora Nacional, segunda edi-ción, Quito, 1989, p. 48.

26 Registro Oficial N° 28, Quito, 25 de septiembre de1931.

27 El Comercio, Quito, 15 de septiembre de 1931.28 El Comercio, Quito 3 de septiembre de 1931.29 Registro Oficial N° 25, Quito, 22 de septiembre de

1931.30 Manuel A. Yépez, op. cit., p. 349.

13 Oscar Efrén Reyes, op. cit., p. 200.14 En J. Gonzalo Orellana, El Ecuador en cien años de in-

dependencia, t. I, Escuela Tipográfica Salesiana, Qui-to, 1930, p. 441.

15 Idem, p. 441.16 Pedro Jorge Vera, Gracias a la vida. Memorias, Edito-

rial Voluntad, Quito, 1993, p. 33.17 Camilo Destruge, Urbina. El Presidente, Banco Cen-

tral del Ecuador, Quito, 1992, p. 262.18 América Libre, Prensa Ecuatoriana, Guayaquil, 1920,

p. 286.19 Rodolfo Pérez Pimentel, Diccionario Biográfico del

Ecuador, t. V, Editorial de la Universidad de Guaya-quil, Guayaquil, 1988, p. 275.

20 Registro Oficial N° 75,Quito, 15 de julio de 1929.21 El Comercio, Quito, 5 de septiembre de 1931.22 El Telégrafo, Guayaquil, 11 de septiembre de 1931.23 Idem.24 C. Altamirano Sánchez y E. Campos Plaza, Hombres

y sucesos. Exhumación, Editorial Claridad, Guayaquil,s.f., p. 57.

25 Jorge Carrera Andrade, El volcán y el colibrí (Autobio-grafía), Corporación Editora Nacional, segunda edi-ción, Quito, 1989, p. 48.

26 Registro Oficial N° 28, Quito, 25 de septiembre de1931.

27 El Comercio, Quito, 15 de septiembre de 1931.28 El Comercio, Quito 3 de septiembre de 1931.29 Registro Oficial N° 25, Quito, 22 de septiembre de

1931.30 Manuel A. Yépez, op. cit., p. 349.

13 Oscar Efrén Reyes, op. cit., p. 200.14 En J. Gonzalo Orellana, El Ecuador en cien años de in-

dependencia, t. I, Escuela Tipográfica Salesiana, Qui-to, 1930, p. 441.

15 Idem, p. 441.16 Pedro Jorge Vera, Gracias a la vida. Memorias, Edito-

rial Voluntad, Quito, 1993, p. 33.17 Camilo Destruge, Urbina. El Presidente, Banco Cen-

tral del Ecuador, Quito, 1992, p. 262.18 América Libre, Prensa Ecuatoriana, Guayaquil, 1920,

p. 286.19 Rodolfo Pérez Pimentel, Diccionario Biográfico del

Ecuador, t. V, Editorial de la Universidad de Guaya-quil, Guayaquil, 1988, p. 275.

20 Registro Oficial N° 75,Quito, 15 de julio de 1929.21 El Comercio, Quito, 5 de septiembre de 1931.22 El Telégrafo, Guayaquil, 11 de septiembre de 1931.23 Idem.24 C. Altamirano Sánchez y E. Campos Plaza, Hombres

y sucesos. Exhumación, Editorial Claridad, Guayaquil,s.f., p. 57.

25 Jorge Carrera Andrade, El volcán y el colibrí (Autobio-grafía), Corporación Editora Nacional, segunda edi-ción, Quito, 1989, p. 48.

26 Registro Oficial N° 28, Quito, 25 de septiembre de1931.

27 El Comercio, Quito, 15 de septiembre de 1931.28 El Comercio, Quito 3 de septiembre de 1931.29 Registro Oficial N° 25, Quito, 22 de septiembre de

1931.30 Manuel A. Yépez, op. cit., p. 349.

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La Compañía W. R. Grace y su filial,

Grace Line

“...su puerto es Guayaquil, que circundadode un monte excelso, de árboles sombrío,

de naves astillero, está ilustradocon un profundo y navegable río…” 1

Así describe Guayaquil -puerto de Quito,“provincia en el Pirú famosa, de temple grato y fa-vorable cielo”- Juan de Miramontes Zuázola en supoema Armas Antárticas2 publicado por Jacinto Ji-jón y Caamaño en una reducida edición de 200ejemplares.

Siempre, desde la época de los aguerridoshuancavilcas, Guayaquil está vinculado a su río y atodo lo que atañe a la navegación. Su historia cuentaluchas heroicas contra piratas rapaces, que espadaen mano, bregan por sus riquezas. Los marinos es-pañoles Jorge Juan y Antonio de Ulloa, ponderan elvalor de su astillero y las excelencias de sus maderaspara la construcción de naves...

Puerto principal en el Pacífico, el comercio flo-rece día a día. Por allí salen los productos de nuestratierra y entran las manufacturas extranjeras. AbelVictorino Brandin, cirujano de los ejércitos napo-leónicos y luego de nuestras tropas libertadoras, en1826, vaticina así su porvenir:

La Compañía W. R. Grace y su filial,

Grace Line

“...su puerto es Guayaquil, que circundadode un monte excelso, de árboles sombrío,

de naves astillero, está ilustradocon un profundo y navegable río…” 1

Así describe Guayaquil -puerto de Quito,“provincia en el Pirú famosa, de temple grato y fa-vorable cielo”- Juan de Miramontes Zuázola en supoema Armas Antárticas2 publicado por Jacinto Ji-jón y Caamaño en una reducida edición de 200ejemplares.

Siempre, desde la época de los aguerridoshuancavilcas, Guayaquil está vinculado a su río y atodo lo que atañe a la navegación. Su historia cuentaluchas heroicas contra piratas rapaces, que espadaen mano, bregan por sus riquezas. Los marinos es-pañoles Jorge Juan y Antonio de Ulloa, ponderan elvalor de su astillero y las excelencias de sus maderaspara la construcción de naves...

Puerto principal en el Pacífico, el comercio flo-rece día a día. Por allí salen los productos de nuestratierra y entran las manufacturas extranjeras. AbelVictorino Brandin, cirujano de los ejércitos napo-leónicos y luego de nuestras tropas libertadoras, en1826, vaticina así su porvenir:

La Compañía W. R. Grace y su filial,

Grace Line

“...su puerto es Guayaquil, que circundadode un monte excelso, de árboles sombrío,

de naves astillero, está ilustradocon un profundo y navegable río…” 1

Así describe Guayaquil -puerto de Quito,“provincia en el Pirú famosa, de temple grato y fa-vorable cielo”- Juan de Miramontes Zuázola en supoema Armas Antárticas2 publicado por Jacinto Ji-jón y Caamaño en una reducida edición de 200ejemplares.

Siempre, desde la época de los aguerridoshuancavilcas, Guayaquil está vinculado a su río y atodo lo que atañe a la navegación. Su historia cuentaluchas heroicas contra piratas rapaces, que espadaen mano, bregan por sus riquezas. Los marinos es-pañoles Jorge Juan y Antonio de Ulloa, ponderan elvalor de su astillero y las excelencias de sus maderaspara la construcción de naves...

Puerto principal en el Pacífico, el comercio flo-rece día a día. Por allí salen los productos de nuestratierra y entran las manufacturas extranjeras. AbelVictorino Brandin, cirujano de los ejércitos napo-leónicos y luego de nuestras tropas libertadoras, en1826, vaticina así su porvenir:

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La situación de Guayaquil es demasiadoagradable y dichosa, y tal, que algún día será unanueva Tiro o Albión, por la extensión y riqueza desu comercio. La naturaleza ha hecho todo por sufeliz posición, el río de Guayaquil, la abundanciade su madera de construcción para sus navíos ypara sus casas, la abundancia de víveres, carne debueyes, pescado, legumbres, frutas, etc. Un sabiogobierno, una administración local, paternal, de-rechos de aduana moderados, mucha facilidad, yla mayor libertad para los buques y para el comer-cio, y por lo que en breve prosperará.3

Efectivamente, pasando por alto alguna exage-ración, todo favorece para su desarrollo económicoy comercial. Y sus habitantes, también favorecidospor la naturaleza para tales menesteres, no son tar-dos para aprovechar oportunidades y menos paradisfrutar riquezas tan a mano.

Apenas proclamada su independencia, en1820, se dicta una ley fundamental, donde se diceque el “comercio será libre por mar y tierra, con to-dos los pueblos que no se opongan a la forma librede nuestro gobierno”.4 Y se ordena elaborar regla-mentos para el comercio nacional y extranjero. Pocodespués -30 de abril de 1823- se forma la SociedadEconómica de Amigos del País para fomentar las ac-tividades comerciales, industriales y agrícolas de laregión. En 1825 se organiza la Junta de SeguridadMutua, que el historiador Michael Hamerly consi-dera como la primera compañía de seguros delpuerto.5 Ambas entidades contienen en su seno a laflor y nata de la aristocracia guayaquileña, y más quede la aristocracia, a la flor y nata de la fortuna. Allíestán, por ejemplo, Vicente Ramón Roca, Diego No-boa, José Villamil, Martín Icaza, Gabriel García Gó-

La situación de Guayaquil es demasiadoagradable y dichosa, y tal, que algún día será unanueva Tiro o Albión, por la extensión y riqueza desu comercio. La naturaleza ha hecho todo por sufeliz posición, el río de Guayaquil, la abundanciade su madera de construcción para sus navíos ypara sus casas, la abundancia de víveres, carne debueyes, pescado, legumbres, frutas, etc. Un sabiogobierno, una administración local, paternal, de-rechos de aduana moderados, mucha facilidad, yla mayor libertad para los buques y para el comer-cio, y por lo que en breve prosperará.3

Efectivamente, pasando por alto alguna exage-ración, todo favorece para su desarrollo económicoy comercial. Y sus habitantes, también favorecidospor la naturaleza para tales menesteres, no son tar-dos para aprovechar oportunidades y menos paradisfrutar riquezas tan a mano.

Apenas proclamada su independencia, en1820, se dicta una ley fundamental, donde se diceque el “comercio será libre por mar y tierra, con to-dos los pueblos que no se opongan a la forma librede nuestro gobierno”.4 Y se ordena elaborar regla-mentos para el comercio nacional y extranjero. Pocodespués -30 de abril de 1823- se forma la SociedadEconómica de Amigos del País para fomentar las ac-tividades comerciales, industriales y agrícolas de laregión. En 1825 se organiza la Junta de SeguridadMutua, que el historiador Michael Hamerly consi-dera como la primera compañía de seguros delpuerto.5 Ambas entidades contienen en su seno a laflor y nata de la aristocracia guayaquileña, y más quede la aristocracia, a la flor y nata de la fortuna. Allíestán, por ejemplo, Vicente Ramón Roca, Diego No-boa, José Villamil, Martín Icaza, Gabriel García Gó-

La situación de Guayaquil es demasiadoagradable y dichosa, y tal, que algún día será unanueva Tiro o Albión, por la extensión y riqueza desu comercio. La naturaleza ha hecho todo por sufeliz posición, el río de Guayaquil, la abundanciade su madera de construcción para sus navíos ypara sus casas, la abundancia de víveres, carne debueyes, pescado, legumbres, frutas, etc. Un sabiogobierno, una administración local, paternal, de-rechos de aduana moderados, mucha facilidad, yla mayor libertad para los buques y para el comer-cio, y por lo que en breve prosperará.3

Efectivamente, pasando por alto alguna exage-ración, todo favorece para su desarrollo económicoy comercial. Y sus habitantes, también favorecidospor la naturaleza para tales menesteres, no son tar-dos para aprovechar oportunidades y menos paradisfrutar riquezas tan a mano.

Apenas proclamada su independencia, en1820, se dicta una ley fundamental, donde se diceque el “comercio será libre por mar y tierra, con to-dos los pueblos que no se opongan a la forma librede nuestro gobierno”.4 Y se ordena elaborar regla-mentos para el comercio nacional y extranjero. Pocodespués -30 de abril de 1823- se forma la SociedadEconómica de Amigos del País para fomentar las ac-tividades comerciales, industriales y agrícolas de laregión. En 1825 se organiza la Junta de SeguridadMutua, que el historiador Michael Hamerly consi-dera como la primera compañía de seguros delpuerto.5 Ambas entidades contienen en su seno a laflor y nata de la aristocracia guayaquileña, y más quede la aristocracia, a la flor y nata de la fortuna. Allíestán, por ejemplo, Vicente Ramón Roca, Diego No-boa, José Villamil, Martín Icaza, Gabriel García Gó-

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mez, Manuel Antonio Luzarraga y el general Anto-nio Morales, todos de larga figuración en la historiaeconómica y política de nuestro país.

Se fundan, así mismo, empresas nacionales denavegación. El potentado Luzarraga -casado conuna sobrina de Vicente Rocafuerte- propietario dericas haciendas cacaoteras, es también prominentecomerciante, tanto exportador como importador,para lo cual cuenta con una flota propia que recorrelos mares. La “Casa Luzarraga” -dice Pérez Pimen-tel- representaba y resumía el comercio y el créditodel país”.6

Otro destacado comerciante es el presidenteVicente Rocafuerte, propietario de buques de altobordo. En 1840 emprende en la organización de laCompañía Ecuatoriana de Vapores, en la que inter-vienen como socios los más acaudalados mercaderesde Guayaquil, entre los cuales son de citar el infalta-ble Luzarraga, José Joaquín Olmedo, Vicente Gaínzay los hermanos Juan Francisco y Manuel de IcazaSilva, hijos de Martín de Icaza Caporroso, armadorde barcos y gran exportador de cacao. Esta empresaconstruye el vapor “Guayas” -con máquina impor-tada de los Estados Unidos- que es vendida a nues-tro gobierno. La Convención Nacional reunida enCuenca en 1845, incorpora ese barco al escudo na-cional que crea.

Los dos Icazas arriba nombrados integran lafirma “Icaza, Sweetser y Cia.” que en la década de1830-40, según asevera su descendiente Julio EstradaIcaza en su libro El Puerto de Guayaquil, es “la mayory más importante agencia de buques de alto bordo.”7

No se puede pasar por alto tampoco el intensomovimiento de barcos y lanchas que tiene lugar enla extensa red fluvial de las provincias del Guayas yLos Ríos, cuyos propietarios, en su mayor parte, son

mez, Manuel Antonio Luzarraga y el general Anto-nio Morales, todos de larga figuración en la historiaeconómica y política de nuestro país.

Se fundan, así mismo, empresas nacionales denavegación. El potentado Luzarraga -casado conuna sobrina de Vicente Rocafuerte- propietario dericas haciendas cacaoteras, es también prominentecomerciante, tanto exportador como importador,para lo cual cuenta con una flota propia que recorrelos mares. La “Casa Luzarraga” -dice Pérez Pimen-tel- representaba y resumía el comercio y el créditodel país”.6

Otro destacado comerciante es el presidenteVicente Rocafuerte, propietario de buques de altobordo. En 1840 emprende en la organización de laCompañía Ecuatoriana de Vapores, en la que inter-vienen como socios los más acaudalados mercaderesde Guayaquil, entre los cuales son de citar el infalta-ble Luzarraga, José Joaquín Olmedo, Vicente Gaínzay los hermanos Juan Francisco y Manuel de IcazaSilva, hijos de Martín de Icaza Caporroso, armadorde barcos y gran exportador de cacao. Esta empresaconstruye el vapor “Guayas” -con máquina impor-tada de los Estados Unidos- que es vendida a nues-tro gobierno. La Convención Nacional reunida enCuenca en 1845, incorpora ese barco al escudo na-cional que crea.

Los dos Icazas arriba nombrados integran lafirma “Icaza, Sweetser y Cia.” que en la década de1830-40, según asevera su descendiente Julio EstradaIcaza en su libro El Puerto de Guayaquil, es “la mayory más importante agencia de buques de alto bordo.”7

No se puede pasar por alto tampoco el intensomovimiento de barcos y lanchas que tiene lugar enla extensa red fluvial de las provincias del Guayas yLos Ríos, cuyos propietarios, en su mayor parte, son

mez, Manuel Antonio Luzarraga y el general Anto-nio Morales, todos de larga figuración en la historiaeconómica y política de nuestro país.

Se fundan, así mismo, empresas nacionales denavegación. El potentado Luzarraga -casado conuna sobrina de Vicente Rocafuerte- propietario dericas haciendas cacaoteras, es también prominentecomerciante, tanto exportador como importador,para lo cual cuenta con una flota propia que recorrelos mares. La “Casa Luzarraga” -dice Pérez Pimen-tel- representaba y resumía el comercio y el créditodel país”.6

Otro destacado comerciante es el presidenteVicente Rocafuerte, propietario de buques de altobordo. En 1840 emprende en la organización de laCompañía Ecuatoriana de Vapores, en la que inter-vienen como socios los más acaudalados mercaderesde Guayaquil, entre los cuales son de citar el infalta-ble Luzarraga, José Joaquín Olmedo, Vicente Gaínzay los hermanos Juan Francisco y Manuel de IcazaSilva, hijos de Martín de Icaza Caporroso, armadorde barcos y gran exportador de cacao. Esta empresaconstruye el vapor “Guayas” -con máquina impor-tada de los Estados Unidos- que es vendida a nues-tro gobierno. La Convención Nacional reunida enCuenca en 1845, incorpora ese barco al escudo na-cional que crea.

Los dos Icazas arriba nombrados integran lafirma “Icaza, Sweetser y Cia.” que en la década de1830-40, según asevera su descendiente Julio EstradaIcaza en su libro El Puerto de Guayaquil, es “la mayory más importante agencia de buques de alto bordo.”7

No se puede pasar por alto tampoco el intensomovimiento de barcos y lanchas que tiene lugar enla extensa red fluvial de las provincias del Guayas yLos Ríos, cuyos propietarios, en su mayor parte, son

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los hacendados cacaoteros y los más destacadosmiembros de la burguesía comercial guayaquileña.Como se ve, entonces, la ciudad progresa rápida-mente impulsada por la navegación y el comercio. Elgeneral Juan Illingworth, en una comunicación diri-gida al Gobierno Provisorio instaurado a raíz de larevolución del 6 de marzo de 1845, dice lo siguienteal respecto:

En la provincia de Guayaquil existen ya cin-co clases de empresas cuyo poder motriz es la ma-quinaria de vapor; a saber, la navegación, el ase-rrío de maderas, los molinos o ingenio de azúcarde los señores Camba y Gallegos, y las desmotado-ras de algodón de Chonana. Además, el Sr. Vicen-te Ramón Roca aguarda una maquinaria que de-be aplicar igualmente a la industria azucarera.8

Siendo esto así, es fácil comprender que lascompañías extranjeras de navegación, cuya principalfinalidad es la fácil ganancia mediante el comerciodesigual impuesto a los países de menor desarrollopor las grandes potencias de la época, se hayan in-troducido tempranamente en nuestra patria. Tantomás que las transacciones mercantiles que ellas reali-zan están aseguradas por esos célebres Tratados deAmistad y Comercio, pero que de lo primero tienennada, y mucho, muchísimo, de lo segundo. En esosinstrumentos de sojuzgación se incluye siempre laconocida cláusula de nación más favorecida y de re-ciprocidad comercial, que dada la diferencia de de-sarrollo económico, resulta una farsa para nosotrosy solo favorece los intereses de los pueblos más ade-lantados. El lucro, por tanto, está bien resguardado.

La compañía inglesa Pacific Navegation Com-pany, gracias a las gestiones realizadas por Vicente

los hacendados cacaoteros y los más destacadosmiembros de la burguesía comercial guayaquileña.Como se ve, entonces, la ciudad progresa rápida-mente impulsada por la navegación y el comercio. Elgeneral Juan Illingworth, en una comunicación diri-gida al Gobierno Provisorio instaurado a raíz de larevolución del 6 de marzo de 1845, dice lo siguienteal respecto:

En la provincia de Guayaquil existen ya cin-co clases de empresas cuyo poder motriz es la ma-quinaria de vapor; a saber, la navegación, el ase-rrío de maderas, los molinos o ingenio de azúcarde los señores Camba y Gallegos, y las desmotado-ras de algodón de Chonana. Además, el Sr. Vicen-te Ramón Roca aguarda una maquinaria que de-be aplicar igualmente a la industria azucarera.8

Siendo esto así, es fácil comprender que lascompañías extranjeras de navegación, cuya principalfinalidad es la fácil ganancia mediante el comerciodesigual impuesto a los países de menor desarrollopor las grandes potencias de la época, se hayan in-troducido tempranamente en nuestra patria. Tantomás que las transacciones mercantiles que ellas reali-zan están aseguradas por esos célebres Tratados deAmistad y Comercio, pero que de lo primero tienennada, y mucho, muchísimo, de lo segundo. En esosinstrumentos de sojuzgación se incluye siempre laconocida cláusula de nación más favorecida y de re-ciprocidad comercial, que dada la diferencia de de-sarrollo económico, resulta una farsa para nosotrosy solo favorece los intereses de los pueblos más ade-lantados. El lucro, por tanto, está bien resguardado.

La compañía inglesa Pacific Navegation Com-pany, gracias a las gestiones realizadas por Vicente

los hacendados cacaoteros y los más destacadosmiembros de la burguesía comercial guayaquileña.Como se ve, entonces, la ciudad progresa rápida-mente impulsada por la navegación y el comercio. Elgeneral Juan Illingworth, en una comunicación diri-gida al Gobierno Provisorio instaurado a raíz de larevolución del 6 de marzo de 1845, dice lo siguienteal respecto:

En la provincia de Guayaquil existen ya cin-co clases de empresas cuyo poder motriz es la ma-quinaria de vapor; a saber, la navegación, el ase-rrío de maderas, los molinos o ingenio de azúcarde los señores Camba y Gallegos, y las desmotado-ras de algodón de Chonana. Además, el Sr. Vicen-te Ramón Roca aguarda una maquinaria que de-be aplicar igualmente a la industria azucarera.8

Siendo esto así, es fácil comprender que lascompañías extranjeras de navegación, cuya principalfinalidad es la fácil ganancia mediante el comerciodesigual impuesto a los países de menor desarrollopor las grandes potencias de la época, se hayan in-troducido tempranamente en nuestra patria. Tantomás que las transacciones mercantiles que ellas reali-zan están aseguradas por esos célebres Tratados deAmistad y Comercio, pero que de lo primero tienennada, y mucho, muchísimo, de lo segundo. En esosinstrumentos de sojuzgación se incluye siempre laconocida cláusula de nación más favorecida y de re-ciprocidad comercial, que dada la diferencia de de-sarrollo económico, resulta una farsa para nosotrosy solo favorece los intereses de los pueblos más ade-lantados. El lucro, por tanto, está bien resguardado.

La compañía inglesa Pacific Navegation Com-pany, gracias a las gestiones realizadas por Vicente

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Rocafuerte, obtiene el privilegio para la navegacióninternacional en buques de vapor. Inicia sus servi-cios en los primeros años de la década del cuarentadel siglo pasado y su agente en el país es Manuel An-tonio Luzarraga. Y hasta 1880, según informaciónde Estrada Icaza, el cabotaje en nuestras costas se ha-lla en sus manos.

También es de anotar la presencia de otras em-presas extranjeras importantes, como la CompañíaSudamericana de Vapores por ejemplo, que consigueun contrato para el transporte de valijas. Está repre-sentada por la firma guayaquileña Seminario Hnos.-así consta en el libro Jornaleros y Gran Propietariosen 135 años de Exportación Cacaotera de ManuelChiriboga- que también es dueña de inmensas ha-ciendas cacaoteras en las provincias de Los Ríos,Guayas y El Oro. Junto con los Aspiazu, los Semina-rio son conocidos como los Reyes del Cacao. Una Se-minario también, doña Adela, regenta la poderosacompañía de vapores fundado por su esposo PabloAgustín Indaburu.

En 1879 aparece en nuestro país la empresanaviera Grace Line, objeto de este trabajo. La prime-ra noticia sobre ella la encontramos en el elegante li-bro titulado El Ecuador en Chicago publicado en1894 por el Diario de Avisos de Guayaquil con moti-vo de la Exposición Universal realizada el año ante-rior en esa ciudad yanqui. Dice así:

Como hemos dicho, a los puertos ecuatoria-nos arriban las naves de todas las naciones. El ser-vicio permanente está hecho por la Compañía deNavegación, por Vapores del Pacífico y por laCompañía Sud-Americana de Vapores. Ademásde los buques de vela de Europa y América, variasotras compañías de vapores directos que van por el

Rocafuerte, obtiene el privilegio para la navegacióninternacional en buques de vapor. Inicia sus servi-cios en los primeros años de la década del cuarentadel siglo pasado y su agente en el país es Manuel An-tonio Luzarraga. Y hasta 1880, según informaciónde Estrada Icaza, el cabotaje en nuestras costas se ha-lla en sus manos.

También es de anotar la presencia de otras em-presas extranjeras importantes, como la CompañíaSudamericana de Vapores por ejemplo, que consigueun contrato para el transporte de valijas. Está repre-sentada por la firma guayaquileña Seminario Hnos.-así consta en el libro Jornaleros y Gran Propietariosen 135 años de Exportación Cacaotera de ManuelChiriboga- que también es dueña de inmensas ha-ciendas cacaoteras en las provincias de Los Ríos,Guayas y El Oro. Junto con los Aspiazu, los Semina-rio son conocidos como los Reyes del Cacao. Una Se-minario también, doña Adela, regenta la poderosacompañía de vapores fundado por su esposo PabloAgustín Indaburu.

En 1879 aparece en nuestro país la empresanaviera Grace Line, objeto de este trabajo. La prime-ra noticia sobre ella la encontramos en el elegante li-bro titulado El Ecuador en Chicago publicado en1894 por el Diario de Avisos de Guayaquil con moti-vo de la Exposición Universal realizada el año ante-rior en esa ciudad yanqui. Dice así:

Como hemos dicho, a los puertos ecuatoria-nos arriban las naves de todas las naciones. El ser-vicio permanente está hecho por la Compañía deNavegación, por Vapores del Pacífico y por laCompañía Sud-Americana de Vapores. Ademásde los buques de vela de Europa y América, variasotras compañías de vapores directos que van por el

Rocafuerte, obtiene el privilegio para la navegacióninternacional en buques de vapor. Inicia sus servi-cios en los primeros años de la década del cuarentadel siglo pasado y su agente en el país es Manuel An-tonio Luzarraga. Y hasta 1880, según informaciónde Estrada Icaza, el cabotaje en nuestras costas se ha-lla en sus manos.

También es de anotar la presencia de otras em-presas extranjeras importantes, como la CompañíaSudamericana de Vapores por ejemplo, que consigueun contrato para el transporte de valijas. Está repre-sentada por la firma guayaquileña Seminario Hnos.-así consta en el libro Jornaleros y Gran Propietariosen 135 años de Exportación Cacaotera de ManuelChiriboga- que también es dueña de inmensas ha-ciendas cacaoteras en las provincias de Los Ríos,Guayas y El Oro. Junto con los Aspiazu, los Semina-rio son conocidos como los Reyes del Cacao. Una Se-minario también, doña Adela, regenta la poderosacompañía de vapores fundado por su esposo PabloAgustín Indaburu.

En 1879 aparece en nuestro país la empresanaviera Grace Line, objeto de este trabajo. La prime-ra noticia sobre ella la encontramos en el elegante li-bro titulado El Ecuador en Chicago publicado en1894 por el Diario de Avisos de Guayaquil con moti-vo de la Exposición Universal realizada el año ante-rior en esa ciudad yanqui. Dice así:

Como hemos dicho, a los puertos ecuatoria-nos arriban las naves de todas las naciones. El ser-vicio permanente está hecho por la Compañía deNavegación, por Vapores del Pacífico y por laCompañía Sud-Americana de Vapores. Ademásde los buques de vela de Europa y América, variasotras compañías de vapores directos que van por el

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Estrecho de Magallanes llevan mercaderías alEcuador y embarcan, en retorno, la producciónagrícola de la República. La poderosa casa comer-cial de los Sres. W. R. Grace & Co., de New York,ha establecido también, una línea directa entreNew York y Guayaquil.9

Se añade que en 1892 entraron al puerto deGuayaquil 261 embarcaciones con un tonelaje de219.712 y salieron 244 con un tonelaje de 218.513.

Los abusos que cometen las compañías extran-jeras son manifiestos. Burlan con frecuencia las leyesecuatorianas e imponen los fletes y las condicionespara la conducción de las mercaderías. Julio Estrada,refiriéndose a la Pacific Steam Navegation Company,extracta párrafos de un escrito de un viajero alemán,donde se dice esto:

Como trabaja en conjunto con la línea chile-na -Compañía Sudamericana de Vapores- que asímismo hace el recorrido hasta Panamá, y comotiene contratos ventajosos con el ferrocarril de Pa-namá, que otras líneas de vapores (por ejemplo lalínea alemana Kosmos) no pueden obtener, no tie-ne competencia en toda la región que se extiendeentre el Perú y Panamá. Por eso puede ofrecer alpúblico lo que le dé la gana. Si alguien se queja sele dice: “Si no te acomoda, viaja por tierra”. Y poresta infame explotación, se paga un precio de pa-saje que por lo regular es más elevado que el de losgrandes vapores rápidos europeos. 10

Afirma Estrada a continuación, que este malservicio de esa empresa, persiste hasta la tercera dé-cada de este siglo. Gran número de las compañías denavegación extranjeras, ya en este siglo XIX, tienen

Estrecho de Magallanes llevan mercaderías alEcuador y embarcan, en retorno, la producciónagrícola de la República. La poderosa casa comer-cial de los Sres. W. R. Grace & Co., de New York,ha establecido también, una línea directa entreNew York y Guayaquil.9

Se añade que en 1892 entraron al puerto deGuayaquil 261 embarcaciones con un tonelaje de219.712 y salieron 244 con un tonelaje de 218.513.

Los abusos que cometen las compañías extran-jeras son manifiestos. Burlan con frecuencia las leyesecuatorianas e imponen los fletes y las condicionespara la conducción de las mercaderías. Julio Estrada,refiriéndose a la Pacific Steam Navegation Company,extracta párrafos de un escrito de un viajero alemán,donde se dice esto:

Como trabaja en conjunto con la línea chile-na -Compañía Sudamericana de Vapores- que asímismo hace el recorrido hasta Panamá, y comotiene contratos ventajosos con el ferrocarril de Pa-namá, que otras líneas de vapores (por ejemplo lalínea alemana Kosmos) no pueden obtener, no tie-ne competencia en toda la región que se extiendeentre el Perú y Panamá. Por eso puede ofrecer alpúblico lo que le dé la gana. Si alguien se queja sele dice: “Si no te acomoda, viaja por tierra”. Y poresta infame explotación, se paga un precio de pa-saje que por lo regular es más elevado que el de losgrandes vapores rápidos europeos. 10

Afirma Estrada a continuación, que este malservicio de esa empresa, persiste hasta la tercera dé-cada de este siglo. Gran número de las compañías denavegación extranjeras, ya en este siglo XIX, tienen

Estrecho de Magallanes llevan mercaderías alEcuador y embarcan, en retorno, la producciónagrícola de la República. La poderosa casa comer-cial de los Sres. W. R. Grace & Co., de New York,ha establecido también, una línea directa entreNew York y Guayaquil.9

Se añade que en 1892 entraron al puerto deGuayaquil 261 embarcaciones con un tonelaje de219.712 y salieron 244 con un tonelaje de 218.513.

Los abusos que cometen las compañías extran-jeras son manifiestos. Burlan con frecuencia las leyesecuatorianas e imponen los fletes y las condicionespara la conducción de las mercaderías. Julio Estrada,refiriéndose a la Pacific Steam Navegation Company,extracta párrafos de un escrito de un viajero alemán,donde se dice esto:

Como trabaja en conjunto con la línea chile-na -Compañía Sudamericana de Vapores- que asímismo hace el recorrido hasta Panamá, y comotiene contratos ventajosos con el ferrocarril de Pa-namá, que otras líneas de vapores (por ejemplo lalínea alemana Kosmos) no pueden obtener, no tie-ne competencia en toda la región que se extiendeentre el Perú y Panamá. Por eso puede ofrecer alpúblico lo que le dé la gana. Si alguien se queja sele dice: “Si no te acomoda, viaja por tierra”. Y poresta infame explotación, se paga un precio de pa-saje que por lo regular es más elevado que el de losgrandes vapores rápidos europeos. 10

Afirma Estrada a continuación, que este malservicio de esa empresa, persiste hasta la tercera dé-cada de este siglo. Gran número de las compañías denavegación extranjeras, ya en este siglo XIX, tienen

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agentes en Guayaquil, cuyo establecimiento de-muestra la importancia comercial de la ciudad. Va-rios de los agentes y representantes de estas compa-ñías son ecuatorianos, escogidos siempre entre losmás destacados hombres de negocios, y por ende,con gran influencia política en el gobierno. Así, conestos aliados, sus intereses están mejor protegidos.

La Casa W. R. Grace & Co., de la que dependeGrace Line, como ya se dijo, también tiene su agen-cia en la ciudad: The Agencies Company. En AméricaLibre, publicación aparecida con motivo del primercentenario del 9 de Octubre, se dice que la actividadde esa Casa “alcanza a todos los países del mundo,principalmente a la América Latina, donde se hallaprofusamente representada”.11 La agencia citada re-presenta además a varias fábricas de Estados Unidose Inglaterra y a otras compañías de vapores. La sub-gerencia está ejercida por un ciudadano ecuatoriano,Carlos Arrarte Ousby, a quien se le augura un bri-llante porvenir en el mundo de los negocios.

Una vez terminada la primera guerra mundialEstados Unidos se fija como meta vencer a sus riva-les y apoderarse del comercio de Centro y Sudamé-rica, para lo cual cuenta con el apoyo de empresas ybancos poderosos, entre ellas la casa W.R. Grace,que se convierten en instrumentos de esta políticacomercial. Lois Crawford de Roberts, escritora nor-teamericana, dice esto al respecto:

El MBA –el Mercantil Bank of Americas- es-taba actuando en conformidad con la política nor-teamericana de post-guerra, que auspiciaba quelos negocios fuesen a la cabeza del comercio conSudamérica. Sus planes eran compartidos por elNational City Bank of New York, la InternationalMercantile Corporation y W. R. Grace. Sus activi-

agentes en Guayaquil, cuyo establecimiento de-muestra la importancia comercial de la ciudad. Va-rios de los agentes y representantes de estas compa-ñías son ecuatorianos, escogidos siempre entre losmás destacados hombres de negocios, y por ende,con gran influencia política en el gobierno. Así, conestos aliados, sus intereses están mejor protegidos.

La Casa W. R. Grace & Co., de la que dependeGrace Line, como ya se dijo, también tiene su agen-cia en la ciudad: The Agencies Company. En AméricaLibre, publicación aparecida con motivo del primercentenario del 9 de Octubre, se dice que la actividadde esa Casa “alcanza a todos los países del mundo,principalmente a la América Latina, donde se hallaprofusamente representada”.11 La agencia citada re-presenta además a varias fábricas de Estados Unidose Inglaterra y a otras compañías de vapores. La sub-gerencia está ejercida por un ciudadano ecuatoriano,Carlos Arrarte Ousby, a quien se le augura un bri-llante porvenir en el mundo de los negocios.

Una vez terminada la primera guerra mundialEstados Unidos se fija como meta vencer a sus riva-les y apoderarse del comercio de Centro y Sudamé-rica, para lo cual cuenta con el apoyo de empresas ybancos poderosos, entre ellas la casa W.R. Grace,que se convierten en instrumentos de esta políticacomercial. Lois Crawford de Roberts, escritora nor-teamericana, dice esto al respecto:

El MBA –el Mercantil Bank of Americas- es-taba actuando en conformidad con la política nor-teamericana de post-guerra, que auspiciaba quelos negocios fuesen a la cabeza del comercio conSudamérica. Sus planes eran compartidos por elNational City Bank of New York, la InternationalMercantile Corporation y W. R. Grace. Sus activi-

agentes en Guayaquil, cuyo establecimiento de-muestra la importancia comercial de la ciudad. Va-rios de los agentes y representantes de estas compa-ñías son ecuatorianos, escogidos siempre entre losmás destacados hombres de negocios, y por ende,con gran influencia política en el gobierno. Así, conestos aliados, sus intereses están mejor protegidos.

La Casa W. R. Grace & Co., de la que dependeGrace Line, como ya se dijo, también tiene su agen-cia en la ciudad: The Agencies Company. En AméricaLibre, publicación aparecida con motivo del primercentenario del 9 de Octubre, se dice que la actividadde esa Casa “alcanza a todos los países del mundo,principalmente a la América Latina, donde se hallaprofusamente representada”.11 La agencia citada re-presenta además a varias fábricas de Estados Unidose Inglaterra y a otras compañías de vapores. La sub-gerencia está ejercida por un ciudadano ecuatoriano,Carlos Arrarte Ousby, a quien se le augura un bri-llante porvenir en el mundo de los negocios.

Una vez terminada la primera guerra mundialEstados Unidos se fija como meta vencer a sus riva-les y apoderarse del comercio de Centro y Sudamé-rica, para lo cual cuenta con el apoyo de empresas ybancos poderosos, entre ellas la casa W.R. Grace,que se convierten en instrumentos de esta políticacomercial. Lois Crawford de Roberts, escritora nor-teamericana, dice esto al respecto:

El MBA –el Mercantil Bank of Americas- es-taba actuando en conformidad con la política nor-teamericana de post-guerra, que auspiciaba quelos negocios fuesen a la cabeza del comercio conSudamérica. Sus planes eran compartidos por elNational City Bank of New York, la InternationalMercantile Corporation y W. R. Grace. Sus activi-

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dades incluían la apertura de sucursales a lo largode la Costa occidental de América Central y Sudá-merica y la absorción de los bancos locales tam-bién.12

La Grace, empero, no se dedica solamente alnegocio naviero. Guiada por su fino olfato, más po-deroso quizás que el de Jean-Baptiste Grenouille eseextraño personaje de la novela El perfume de PatrickSüskind- busca nuevas ganancias en suelo ecuatoria-no. Y así, olfatea que olfatea con su prodigiosa nariz,pronto emprende en el negocio del cacao, verdaderapepa de oro para la empresa. El doctor GuillermoArosemena Arosemena dice que en 1916 se encon-traban en el exterior las siguientes cantidades de eseproducto vendidas a consignación:

Fuente: Memoria de la Asociación de Agricultura del Ecua-

dor. 1923.13

No está por demás decir que este comercio aconsignación es una de las formas que utilizan lasempresas extranjeras para explotar a los comercian-tes nacionales. La Asociación de Agricultores delEcuador, que firma contratos de esta clase, es una delas principales víctimas. Algunos contratos son ver-daderamente leoninos, como por ejemplo, el suscri-to con el Mercantile Bank of Americas.

Además de los intereses navieros, la Gracetambién es propietaria de tierras en el Ecuador. En

dades incluían la apertura de sucursales a lo largode la Costa occidental de América Central y Sudá-merica y la absorción de los bancos locales tam-bién.12

La Grace, empero, no se dedica solamente alnegocio naviero. Guiada por su fino olfato, más po-deroso quizás que el de Jean-Baptiste Grenouille eseextraño personaje de la novela El perfume de PatrickSüskind- busca nuevas ganancias en suelo ecuatoria-no. Y así, olfatea que olfatea con su prodigiosa nariz,pronto emprende en el negocio del cacao, verdaderapepa de oro para la empresa. El doctor GuillermoArosemena Arosemena dice que en 1916 se encon-traban en el exterior las siguientes cantidades de eseproducto vendidas a consignación:

Fuente: Memoria de la Asociación de Agricultura del Ecua-

dor. 1923.13

No está por demás decir que este comercio aconsignación es una de las formas que utilizan lasempresas extranjeras para explotar a los comercian-tes nacionales. La Asociación de Agricultores delEcuador, que firma contratos de esta clase, es una delas principales víctimas. Algunos contratos son ver-daderamente leoninos, como por ejemplo, el suscri-to con el Mercantile Bank of Americas.

Además de los intereses navieros, la Gracetambién es propietaria de tierras en el Ecuador. En

dades incluían la apertura de sucursales a lo largode la Costa occidental de América Central y Sudá-merica y la absorción de los bancos locales tam-bién.12

La Grace, empero, no se dedica solamente alnegocio naviero. Guiada por su fino olfato, más po-deroso quizás que el de Jean-Baptiste Grenouille eseextraño personaje de la novela El perfume de PatrickSüskind- busca nuevas ganancias en suelo ecuatoria-no. Y así, olfatea que olfatea con su prodigiosa nariz,pronto emprende en el negocio del cacao, verdaderapepa de oro para la empresa. El doctor GuillermoArosemena Arosemena dice que en 1916 se encon-traban en el exterior las siguientes cantidades de eseproducto vendidas a consignación:

Fuente: Memoria de la Asociación de Agricultura del Ecua-

dor. 1923.13

No está por demás decir que este comercio aconsignación es una de las formas que utilizan lasempresas extranjeras para explotar a los comercian-tes nacionales. La Asociación de Agricultores delEcuador, que firma contratos de esta clase, es una delas principales víctimas. Algunos contratos son ver-daderamente leoninos, como por ejemplo, el suscri-to con el Mercantile Bank of Americas.

Además de los intereses navieros, la Gracetambién es propietaria de tierras en el Ecuador. En

Compañía Cantidad

Fred, Hrith & Co. 174.545 quintalesW. R. Grace & Co. 129.389 quintalesMercantile Bank 129.387 quintales

Total 433.321 quintales

Compañía Cantidad

Fred, Hrith & Co. 174.545 quintalesW. R. Grace & Co. 129.389 quintalesMercantile Bank 129.387 quintales

Total 433.321 quintales

Compañía Cantidad

Fred, Hrith & Co. 174.545 quintalesW. R. Grace & Co. 129.389 quintalesMercantile Bank 129.387 quintales

Total 433.321 quintales

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la década del cuarenta, cuando se inicia el auge ba-nanero en nuestro país, compra el latifundio del in-genio Rocafuerte, sin duda con la intención de em-prender en ese negocio y encargarse del traslado dela fruta a los mercados extranjeros. Trabajo que, enperspectiva, aparece como una fuente de buenas ga-nancias. Al respecto, el escritor norteamericanoJohn F. Uggen, dice esto:

En ese año -1944- la Grace compró el anti-guo ingenio Rocafuerte de los herederos de JuanAmadeo Parodi, pagando $2.634.279,56 al conta-do, precio que incluía $465.720 para cancelar unpréstamo hipotecario al banco La Previsora. Lapropiedad que la Grace adquirió tenía una cabidade 5.197 hectáreas, con dos kilómetros de frente ala línea del ferrocarril.14

Pero diez años después, siguiendo el ejemplode la United Fruit, con la cual mantiene estrechosvínculos, vende la propiedad antes mencionada. Suvicepresidente, el cuencano Fausto Moscoso Ordó-ñez, realiza un negocio por demás sui-géneris, puesla venta se hace por un millón y medio de sucresmenos del valor de la compra, es decir, por una can-tidad que no llega a la mitad. Este señor Moscosopronto se convierte en gran terrateniente, pues esuno de los beneficiarios de las ventas realizadas porlas empresas norteamericanas, cuando estas decidendeshacerse de sus tierras. Estos, algunos datos rela-cionados con la Grace, encontrados en publicacio-nes ecuatorianas.

Pero ¿cuál es la historia de esta poderosa em-presa?

la década del cuarenta, cuando se inicia el auge ba-nanero en nuestro país, compra el latifundio del in-genio Rocafuerte, sin duda con la intención de em-prender en ese negocio y encargarse del traslado dela fruta a los mercados extranjeros. Trabajo que, enperspectiva, aparece como una fuente de buenas ga-nancias. Al respecto, el escritor norteamericanoJohn F. Uggen, dice esto:

En ese año -1944- la Grace compró el anti-guo ingenio Rocafuerte de los herederos de JuanAmadeo Parodi, pagando $2.634.279,56 al conta-do, precio que incluía $465.720 para cancelar unpréstamo hipotecario al banco La Previsora. Lapropiedad que la Grace adquirió tenía una cabidade 5.197 hectáreas, con dos kilómetros de frente ala línea del ferrocarril.14

Pero diez años después, siguiendo el ejemplode la United Fruit, con la cual mantiene estrechosvínculos, vende la propiedad antes mencionada. Suvicepresidente, el cuencano Fausto Moscoso Ordó-ñez, realiza un negocio por demás sui-géneris, puesla venta se hace por un millón y medio de sucresmenos del valor de la compra, es decir, por una can-tidad que no llega a la mitad. Este señor Moscosopronto se convierte en gran terrateniente, pues esuno de los beneficiarios de las ventas realizadas porlas empresas norteamericanas, cuando estas decidendeshacerse de sus tierras. Estos, algunos datos rela-cionados con la Grace, encontrados en publicacio-nes ecuatorianas.

Pero ¿cuál es la historia de esta poderosa em-presa?

la década del cuarenta, cuando se inicia el auge ba-nanero en nuestro país, compra el latifundio del in-genio Rocafuerte, sin duda con la intención de em-prender en ese negocio y encargarse del traslado dela fruta a los mercados extranjeros. Trabajo que, enperspectiva, aparece como una fuente de buenas ga-nancias. Al respecto, el escritor norteamericanoJohn F. Uggen, dice esto:

En ese año -1944- la Grace compró el anti-guo ingenio Rocafuerte de los herederos de JuanAmadeo Parodi, pagando $2.634.279,56 al conta-do, precio que incluía $465.720 para cancelar unpréstamo hipotecario al banco La Previsora. Lapropiedad que la Grace adquirió tenía una cabidade 5.197 hectáreas, con dos kilómetros de frente ala línea del ferrocarril.14

Pero diez años después, siguiendo el ejemplode la United Fruit, con la cual mantiene estrechosvínculos, vende la propiedad antes mencionada. Suvicepresidente, el cuencano Fausto Moscoso Ordó-ñez, realiza un negocio por demás sui-géneris, puesla venta se hace por un millón y medio de sucresmenos del valor de la compra, es decir, por una can-tidad que no llega a la mitad. Este señor Moscosopronto se convierte en gran terrateniente, pues esuno de los beneficiarios de las ventas realizadas porlas empresas norteamericanas, cuando estas decidendeshacerse de sus tierras. Estos, algunos datos rela-cionados con la Grace, encontrados en publicacio-nes ecuatorianas.

Pero ¿cuál es la historia de esta poderosa em-presa?

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Carlos Malpica -investigador peruano- en sulibro El mito de la ayuda exterior, nos dice lo siguien-te con relación al interrogante arriba formulado:

William Russell Grace fue un irlandés quevivió algunos años en el Perú y se enriqueció co-merciando entre la costa y las islas guaneras. Pos-teriormente, alrededor de los años 1850, se estable-ce en Nueva York y 10 años después se asocia consu hermano Miguel, formando una compañía pa-ra negociar el guano peruano. En 1868, ambos,con el ciudadano inglés John Bryce, la compañíacambia de razón social denominándose GraceBrothers y más tarde se transforma en W. R. Gra-ce and Company, nombre con el que figura hastala actualidad.15

Esta temprana vinculación con la Grace resultanociva para el Perú, pues esto les permite apoderarsede sus mejores riquezas. Aquí no queremos citar si-no algunos hechos que prueban esta aseveración. LaCasa Grace llega a poseer importantes empresas in-dustriales, azucareras y algodoneras, que, como diceMariátegui en sus Siete Ensayos, son subordinadastempranamente a los intereses británicos y nortea-mericanos. Son de su propiedad valiosas tierras delos valles de la costa y controla dos de las principalesplantaciones de caña de azúcar: la Compañía Agríco-la Carabayllo y la Sociedad Agrícola Paramonga.Igualmente son suyas las fábricas de algodón CottonMili Inca, Vitarte y Victoria, adquiridas en las prime-ras décadas de este siglo.

Mediante el llamado Contrato Grace, cínico yleonino, se apodera de inmensas riquezas del paísvecino. Heraclio Bonilla, en su libro Guano y bur-guesía en el Perú, dice que “resultado de estas presio-

Carlos Malpica -investigador peruano- en sulibro El mito de la ayuda exterior, nos dice lo siguien-te con relación al interrogante arriba formulado:

William Russell Grace fue un irlandés quevivió algunos años en el Perú y se enriqueció co-merciando entre la costa y las islas guaneras. Pos-teriormente, alrededor de los años 1850, se estable-ce en Nueva York y 10 años después se asocia consu hermano Miguel, formando una compañía pa-ra negociar el guano peruano. En 1868, ambos,con el ciudadano inglés John Bryce, la compañíacambia de razón social denominándose GraceBrothers y más tarde se transforma en W. R. Gra-ce and Company, nombre con el que figura hastala actualidad.15

Esta temprana vinculación con la Grace resultanociva para el Perú, pues esto les permite apoderarsede sus mejores riquezas. Aquí no queremos citar si-no algunos hechos que prueban esta aseveración. LaCasa Grace llega a poseer importantes empresas in-dustriales, azucareras y algodoneras, que, como diceMariátegui en sus Siete Ensayos, son subordinadastempranamente a los intereses británicos y nortea-mericanos. Son de su propiedad valiosas tierras delos valles de la costa y controla dos de las principalesplantaciones de caña de azúcar: la Compañía Agríco-la Carabayllo y la Sociedad Agrícola Paramonga.Igualmente son suyas las fábricas de algodón CottonMili Inca, Vitarte y Victoria, adquiridas en las prime-ras décadas de este siglo.

Mediante el llamado Contrato Grace, cínico yleonino, se apodera de inmensas riquezas del paísvecino. Heraclio Bonilla, en su libro Guano y bur-guesía en el Perú, dice que “resultado de estas presio-

Carlos Malpica -investigador peruano- en sulibro El mito de la ayuda exterior, nos dice lo siguien-te con relación al interrogante arriba formulado:

William Russell Grace fue un irlandés quevivió algunos años en el Perú y se enriqueció co-merciando entre la costa y las islas guaneras. Pos-teriormente, alrededor de los años 1850, se estable-ce en Nueva York y 10 años después se asocia consu hermano Miguel, formando una compañía pa-ra negociar el guano peruano. En 1868, ambos,con el ciudadano inglés John Bryce, la compañíacambia de razón social denominándose GraceBrothers y más tarde se transforma en W. R. Gra-ce and Company, nombre con el que figura hastala actualidad.15

Esta temprana vinculación con la Grace resultanociva para el Perú, pues esto les permite apoderarsede sus mejores riquezas. Aquí no queremos citar si-no algunos hechos que prueban esta aseveración. LaCasa Grace llega a poseer importantes empresas in-dustriales, azucareras y algodoneras, que, como diceMariátegui en sus Siete Ensayos, son subordinadastempranamente a los intereses británicos y nortea-mericanos. Son de su propiedad valiosas tierras delos valles de la costa y controla dos de las principalesplantaciones de caña de azúcar: la Compañía Agríco-la Carabayllo y la Sociedad Agrícola Paramonga.Igualmente son suyas las fábricas de algodón CottonMili Inca, Vitarte y Victoria, adquiridas en las prime-ras décadas de este siglo.

Mediante el llamado Contrato Grace, cínico yleonino, se apodera de inmensas riquezas del paísvecino. Heraclio Bonilla, en su libro Guano y bur-guesía en el Perú, dice que “resultado de estas presio-

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nes y discusiones -las ejercidas por los tenedores debonos de la deuda- fue el conocido Contrato Grace,por el cual el Estado peruano, a cambio de la extin-ción de su deuda externa, entregó a los antiguos te-nedores de bonos, convertidos ahora en accionistasde la Peruvian Corporation, ferrocarriles, guano, tie-rras y gran parte de la renta de la aduana perua-na.”16 El contrato se firma en 1889.

Aparte de lo indicado antes -que no es poco- elya citado escritor Malpica, indica que hasta 1929 erala mayor accionista de Cerro de Pasco InvestmentCompany, empresa constituida en 1902 en la ciudadde Nueva York para explotar los yacimientos de co-bre de ese cerro. Indica también que es fuerte accio-nista del Banco Internacional del Perú, de la Compa-ñía de Seguros Rimac y de la Compañía de Seguros yReaseguros Peruano-Suiza. En fin, fábricas de papel,pinturas, licores y múltiples negocios más. No hayduda de que el Perú es el país más penetrado por laGrace.

También en Chile sienta sus reales, donde tie-ne negocios relacionados con el comercio y la nave-gación. Y es en esta nación donde Charles Flint, elpoderoso empresario que induce a Caamaño para laventa de nuestra bandera, se relaciona con la Grace yse convierte en poderoso socio. De lo cual resaltaque es un accionista de la W. R..Grace uno de losprincipales protagonistas de ese vergonzoso episodiode nuestra historia. Y con seguridad, el protagonistamás pícaro.

El café es una de las riquezas de Colombia. LaGrace, que nada desperdicia, no podía olvidar nego-cio tan suculento. En la década del treinta se dedicacon frenesí a la exportación de este producto, esta-bleciendo agencias en los principales puertos colom-bianos tanto del Atlántico como del Pacífico. Y

nes y discusiones -las ejercidas por los tenedores debonos de la deuda- fue el conocido Contrato Grace,por el cual el Estado peruano, a cambio de la extin-ción de su deuda externa, entregó a los antiguos te-nedores de bonos, convertidos ahora en accionistasde la Peruvian Corporation, ferrocarriles, guano, tie-rras y gran parte de la renta de la aduana perua-na.”16 El contrato se firma en 1889.

Aparte de lo indicado antes -que no es poco- elya citado escritor Malpica, indica que hasta 1929 erala mayor accionista de Cerro de Pasco InvestmentCompany, empresa constituida en 1902 en la ciudadde Nueva York para explotar los yacimientos de co-bre de ese cerro. Indica también que es fuerte accio-nista del Banco Internacional del Perú, de la Compa-ñía de Seguros Rimac y de la Compañía de Seguros yReaseguros Peruano-Suiza. En fin, fábricas de papel,pinturas, licores y múltiples negocios más. No hayduda de que el Perú es el país más penetrado por laGrace.

También en Chile sienta sus reales, donde tie-ne negocios relacionados con el comercio y la nave-gación. Y es en esta nación donde Charles Flint, elpoderoso empresario que induce a Caamaño para laventa de nuestra bandera, se relaciona con la Grace yse convierte en poderoso socio. De lo cual resaltaque es un accionista de la W. R..Grace uno de losprincipales protagonistas de ese vergonzoso episodiode nuestra historia. Y con seguridad, el protagonistamás pícaro.

El café es una de las riquezas de Colombia. LaGrace, que nada desperdicia, no podía olvidar nego-cio tan suculento. En la década del treinta se dedicacon frenesí a la exportación de este producto, esta-bleciendo agencias en los principales puertos colom-bianos tanto del Atlántico como del Pacífico. Y

nes y discusiones -las ejercidas por los tenedores debonos de la deuda- fue el conocido Contrato Grace,por el cual el Estado peruano, a cambio de la extin-ción de su deuda externa, entregó a los antiguos te-nedores de bonos, convertidos ahora en accionistasde la Peruvian Corporation, ferrocarriles, guano, tie-rras y gran parte de la renta de la aduana perua-na.”16 El contrato se firma en 1889.

Aparte de lo indicado antes -que no es poco- elya citado escritor Malpica, indica que hasta 1929 erala mayor accionista de Cerro de Pasco InvestmentCompany, empresa constituida en 1902 en la ciudadde Nueva York para explotar los yacimientos de co-bre de ese cerro. Indica también que es fuerte accio-nista del Banco Internacional del Perú, de la Compa-ñía de Seguros Rimac y de la Compañía de Seguros yReaseguros Peruano-Suiza. En fin, fábricas de papel,pinturas, licores y múltiples negocios más. No hayduda de que el Perú es el país más penetrado por laGrace.

También en Chile sienta sus reales, donde tie-ne negocios relacionados con el comercio y la nave-gación. Y es en esta nación donde Charles Flint, elpoderoso empresario que induce a Caamaño para laventa de nuestra bandera, se relaciona con la Grace yse convierte en poderoso socio. De lo cual resaltaque es un accionista de la W. R..Grace uno de losprincipales protagonistas de ese vergonzoso episodiode nuestra historia. Y con seguridad, el protagonistamás pícaro.

El café es una de las riquezas de Colombia. LaGrace, que nada desperdicia, no podía olvidar nego-cio tan suculento. En la década del treinta se dedicacon frenesí a la exportación de este producto, esta-bleciendo agencias en los principales puertos colom-bianos tanto del Atlántico como del Pacífico. Y

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pronto, junto con la American Coffee Corp., llega acontrolar gran parte de su comercio. Esto, natural-mente, en perjuicio de los productores y comercian-tes nacionales. Sobre esto, Absalón Machado, dice losiguiente:

La presencia del capital extranjero en el mer-cado interno y externo del café afectó a los caficul-tores de muy diversas maneras y es necesario em-prender un estudio al respecto para vislumbrar lascontradicciones que ello generó entre la burguesíanacional compradora, la burguesía cafetaleraagraria, los caficultores pequeños, el Estado y laFederación de Cafeteros.17

Como el café colombiano sigue produciendobuenos dividendos, seguirá en el negocio.

Y en Bolivia es el estaño -el metal del diablo pa-ra el gran novelista boliviano Augusto Céspedes-hasta hace poco la riqueza más codiciada. Para usu-fructuarla los Patiño y los Aramayo, en conjuncióncon las empresas extranjeras, regaron con sangreproletaria todos los socavones de sus minas.

El olfato de la Grace, olfato de sabueso, no po-día estar ausente de este festín. Una de sus tantasempresas, la Internacional Mining, explota el mineraldesde 1918 hasta 1973, tiempo suficiente para es-quilmar y engordar. También explota otros produc-tos, el cemento por ejemplo.

A la breve visión que hemos dado sobre la Gra-ce en la primera mitad de este siglo, no tenemos sinoque añadir que este monopolio -uno de los princi-pales instrumentos de penetración imperialista enAmérica Latina- hasta antes de la primera guerramundial figura como empresa inglesa y solo despuésadopta la nacionalidad norteamericana. Cosa rara,

pronto, junto con la American Coffee Corp., llega acontrolar gran parte de su comercio. Esto, natural-mente, en perjuicio de los productores y comercian-tes nacionales. Sobre esto, Absalón Machado, dice losiguiente:

La presencia del capital extranjero en el mer-cado interno y externo del café afectó a los caficul-tores de muy diversas maneras y es necesario em-prender un estudio al respecto para vislumbrar lascontradicciones que ello generó entre la burguesíanacional compradora, la burguesía cafetaleraagraria, los caficultores pequeños, el Estado y laFederación de Cafeteros.17

Como el café colombiano sigue produciendobuenos dividendos, seguirá en el negocio.

Y en Bolivia es el estaño -el metal del diablo pa-ra el gran novelista boliviano Augusto Céspedes-hasta hace poco la riqueza más codiciada. Para usu-fructuarla los Patiño y los Aramayo, en conjuncióncon las empresas extranjeras, regaron con sangreproletaria todos los socavones de sus minas.

El olfato de la Grace, olfato de sabueso, no po-día estar ausente de este festín. Una de sus tantasempresas, la Internacional Mining, explota el mineraldesde 1918 hasta 1973, tiempo suficiente para es-quilmar y engordar. También explota otros produc-tos, el cemento por ejemplo.

A la breve visión que hemos dado sobre la Gra-ce en la primera mitad de este siglo, no tenemos sinoque añadir que este monopolio -uno de los princi-pales instrumentos de penetración imperialista enAmérica Latina- hasta antes de la primera guerramundial figura como empresa inglesa y solo despuésadopta la nacionalidad norteamericana. Cosa rara,

pronto, junto con la American Coffee Corp., llega acontrolar gran parte de su comercio. Esto, natural-mente, en perjuicio de los productores y comercian-tes nacionales. Sobre esto, Absalón Machado, dice losiguiente:

La presencia del capital extranjero en el mer-cado interno y externo del café afectó a los caficul-tores de muy diversas maneras y es necesario em-prender un estudio al respecto para vislumbrar lascontradicciones que ello generó entre la burguesíanacional compradora, la burguesía cafetaleraagraria, los caficultores pequeños, el Estado y laFederación de Cafeteros.17

Como el café colombiano sigue produciendobuenos dividendos, seguirá en el negocio.

Y en Bolivia es el estaño -el metal del diablo pa-ra el gran novelista boliviano Augusto Céspedes-hasta hace poco la riqueza más codiciada. Para usu-fructuarla los Patiño y los Aramayo, en conjuncióncon las empresas extranjeras, regaron con sangreproletaria todos los socavones de sus minas.

El olfato de la Grace, olfato de sabueso, no po-día estar ausente de este festín. Una de sus tantasempresas, la Internacional Mining, explota el mineraldesde 1918 hasta 1973, tiempo suficiente para es-quilmar y engordar. También explota otros produc-tos, el cemento por ejemplo.

A la breve visión que hemos dado sobre la Gra-ce en la primera mitad de este siglo, no tenemos sinoque añadir que este monopolio -uno de los princi-pales instrumentos de penetración imperialista enAmérica Latina- hasta antes de la primera guerramundial figura como empresa inglesa y solo despuésadopta la nacionalidad norteamericana. Cosa rara,

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pues ya en 1881 y 1885, su principal accionista Wi-lliam R. Grace llega a ser alcalde de la ciudad deNueva York. Cuestión de negocios, sin duda, pues laganancia es el alfa y omega de estas compañías.

* * *

Entremos ahora al estudio –uno de los motivosde este trabajo- de un singular contrato celebradoentre la Grace Line y nuestro gobierno. Nos basare-mos, fundamentalmente en el estudio de ManuelMedina Castro El Guayas, río navegable, no solo porser el único que existe al respecto sino, sobre todo,por ceñirse a la verdad. El contrato se firma el 11 dediciembre de 1944. Está suscrito por el Ministro deHacienda Vicente Illingworth Icaza y por el manda-tario de la Grace Fausto Moscoso Ordóñez, ese per-sonaje que como se dijo antes, interviene en la ventade tierras de la compañía.

¿Cuál es la situación del Ecuador en ese enton-ces?

El país se halla invadido por tropas peruanas.Para dar término a esta injusta guerra se nos imponeel ominoso Tratado de Río de Janeiro, firmado el 29de Enero de 1942, que mutila nuestro territorio enmiles de kilómetros cuadrados. Esta infamia se co-mete en nombre de la “solidaridad americana”. Suprincipal promotor en la Conferencia de Río es elrepresentante yanqui Summer Welles. Y el gobiernoecuatoriano, más preocupado de su estabilidad queen la defensa de la patria, sumisamente se doblega yacepta la imposición.

A la invasión peruana se suma la invasión nor-teamericana. Sin ninguna justificación, a no ser labendita solidaridad continental de que el imperialis-mo yanqui abusa, sus tropas desembarcan en Salinas

pues ya en 1881 y 1885, su principal accionista Wi-lliam R. Grace llega a ser alcalde de la ciudad deNueva York. Cuestión de negocios, sin duda, pues laganancia es el alfa y omega de estas compañías.

* * *

Entremos ahora al estudio –uno de los motivosde este trabajo- de un singular contrato celebradoentre la Grace Line y nuestro gobierno. Nos basare-mos, fundamentalmente en el estudio de ManuelMedina Castro El Guayas, río navegable, no solo porser el único que existe al respecto sino, sobre todo,por ceñirse a la verdad. El contrato se firma el 11 dediciembre de 1944. Está suscrito por el Ministro deHacienda Vicente Illingworth Icaza y por el manda-tario de la Grace Fausto Moscoso Ordóñez, ese per-sonaje que como se dijo antes, interviene en la ventade tierras de la compañía.

¿Cuál es la situación del Ecuador en ese enton-ces?

El país se halla invadido por tropas peruanas.Para dar término a esta injusta guerra se nos imponeel ominoso Tratado de Río de Janeiro, firmado el 29de Enero de 1942, que mutila nuestro territorio enmiles de kilómetros cuadrados. Esta infamia se co-mete en nombre de la “solidaridad americana”. Suprincipal promotor en la Conferencia de Río es elrepresentante yanqui Summer Welles. Y el gobiernoecuatoriano, más preocupado de su estabilidad queen la defensa de la patria, sumisamente se doblega yacepta la imposición.

A la invasión peruana se suma la invasión nor-teamericana. Sin ninguna justificación, a no ser labendita solidaridad continental de que el imperialis-mo yanqui abusa, sus tropas desembarcan en Salinas

pues ya en 1881 y 1885, su principal accionista Wi-lliam R. Grace llega a ser alcalde de la ciudad deNueva York. Cuestión de negocios, sin duda, pues laganancia es el alfa y omega de estas compañías.

* * *

Entremos ahora al estudio –uno de los motivosde este trabajo- de un singular contrato celebradoentre la Grace Line y nuestro gobierno. Nos basare-mos, fundamentalmente en el estudio de ManuelMedina Castro El Guayas, río navegable, no solo porser el único que existe al respecto sino, sobre todo,por ceñirse a la verdad. El contrato se firma el 11 dediciembre de 1944. Está suscrito por el Ministro deHacienda Vicente Illingworth Icaza y por el manda-tario de la Grace Fausto Moscoso Ordóñez, ese per-sonaje que como se dijo antes, interviene en la ventade tierras de la compañía.

¿Cuál es la situación del Ecuador en ese enton-ces?

El país se halla invadido por tropas peruanas.Para dar término a esta injusta guerra se nos imponeel ominoso Tratado de Río de Janeiro, firmado el 29de Enero de 1942, que mutila nuestro territorio enmiles de kilómetros cuadrados. Esta infamia se co-mete en nombre de la “solidaridad americana”. Suprincipal promotor en la Conferencia de Río es elrepresentante yanqui Summer Welles. Y el gobiernoecuatoriano, más preocupado de su estabilidad queen la defensa de la patria, sumisamente se doblega yacepta la imposición.

A la invasión peruana se suma la invasión nor-teamericana. Sin ninguna justificación, a no ser labendita solidaridad continental de que el imperialis-mo yanqui abusa, sus tropas desembarcan en Salinas

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y en las islas de Galápagos. El historiador Jorge Vi-llacrés Moscoso nos relata así este negro episodio:

El Comando de las Fuerzas Armadas de losEstados Unidos, una vez que se perpetró el ataquejaponés a Pearl Harbor, en las islas Hawai(EE.UU.) y como hasta esa fecha, en el mes de Di-ciembre de 1941, el Gobierno ecuatoriano no leshabía concedido la autorización para ocupar lasbases de Salinas y la de Seymur en el Archipiélagode Galápagos, dio la orden para que contingentesde la marina y del ejército desembarcaran en lascostas ecuatorianas y ocuparan manu militari lasmencionadas zonas estratégicas, como en efecto asíocurrió.18

Así, manu militari. Y otra vez, sumisamente,para esconder y justificar el alevoso desembarco, elgobierno suscribe unos convenios castrenses luegode los hechos consumados. Después, terminada lasegunda guerra mundial, el imperialismo yanqui, es-ta ocasión con la complicidad de Velasco Ibarra yGalo Plaza, quiso aprovecharse de esta ocupaciónmanu militari para quedarse en Galápagos a cambiode miserables dólares. El hecho no se consumó debi-do a la decidida oposición de los diputados patriotasde la Asamblea Nacional de 1945 y a la valiente lu-cha desplegada por nuestro pueblo.

El gobierno sumiso a que nos venimos refi-riendo, como el lector lo habrá adivinado, no es otroque el del doctor Carlos Arroyo del Río.

Nacido del fraude electoral, su paso por la his-toria nacional es una página trágica que desgraciada-mente no se puede borrar. Arroyo es personaje si-nuoso que desde años atrás ha venido preparando elcamino para su ascenso al poder. Es abogado defen-

y en las islas de Galápagos. El historiador Jorge Vi-llacrés Moscoso nos relata así este negro episodio:

El Comando de las Fuerzas Armadas de losEstados Unidos, una vez que se perpetró el ataquejaponés a Pearl Harbor, en las islas Hawai(EE.UU.) y como hasta esa fecha, en el mes de Di-ciembre de 1941, el Gobierno ecuatoriano no leshabía concedido la autorización para ocupar lasbases de Salinas y la de Seymur en el Archipiélagode Galápagos, dio la orden para que contingentesde la marina y del ejército desembarcaran en lascostas ecuatorianas y ocuparan manu militari lasmencionadas zonas estratégicas, como en efecto asíocurrió.18

Así, manu militari. Y otra vez, sumisamente,para esconder y justificar el alevoso desembarco, elgobierno suscribe unos convenios castrenses luegode los hechos consumados. Después, terminada lasegunda guerra mundial, el imperialismo yanqui, es-ta ocasión con la complicidad de Velasco Ibarra yGalo Plaza, quiso aprovecharse de esta ocupaciónmanu militari para quedarse en Galápagos a cambiode miserables dólares. El hecho no se consumó debi-do a la decidida oposición de los diputados patriotasde la Asamblea Nacional de 1945 y a la valiente lu-cha desplegada por nuestro pueblo.

El gobierno sumiso a que nos venimos refi-riendo, como el lector lo habrá adivinado, no es otroque el del doctor Carlos Arroyo del Río.

Nacido del fraude electoral, su paso por la his-toria nacional es una página trágica que desgraciada-mente no se puede borrar. Arroyo es personaje si-nuoso que desde años atrás ha venido preparando elcamino para su ascenso al poder. Es abogado defen-

y en las islas de Galápagos. El historiador Jorge Vi-llacrés Moscoso nos relata así este negro episodio:

El Comando de las Fuerzas Armadas de losEstados Unidos, una vez que se perpetró el ataquejaponés a Pearl Harbor, en las islas Hawai(EE.UU.) y como hasta esa fecha, en el mes de Di-ciembre de 1941, el Gobierno ecuatoriano no leshabía concedido la autorización para ocupar lasbases de Salinas y la de Seymur en el Archipiélagode Galápagos, dio la orden para que contingentesde la marina y del ejército desembarcaran en lascostas ecuatorianas y ocuparan manu militari lasmencionadas zonas estratégicas, como en efecto asíocurrió.18

Así, manu militari. Y otra vez, sumisamente,para esconder y justificar el alevoso desembarco, elgobierno suscribe unos convenios castrenses luegode los hechos consumados. Después, terminada lasegunda guerra mundial, el imperialismo yanqui, es-ta ocasión con la complicidad de Velasco Ibarra yGalo Plaza, quiso aprovecharse de esta ocupaciónmanu militari para quedarse en Galápagos a cambiode miserables dólares. El hecho no se consumó debi-do a la decidida oposición de los diputados patriotasde la Asamblea Nacional de 1945 y a la valiente lu-cha desplegada por nuestro pueblo.

El gobierno sumiso a que nos venimos refi-riendo, como el lector lo habrá adivinado, no es otroque el del doctor Carlos Arroyo del Río.

Nacido del fraude electoral, su paso por la his-toria nacional es una página trágica que desgraciada-mente no se puede borrar. Arroyo es personaje si-nuoso que desde años atrás ha venido preparando elcamino para su ascenso al poder. Es abogado defen-

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sor de las más grandes empresas extranjeras queoperan en el país y, por lo mismo, aparte de ganarjugosos honorarios, tiene su pleno apoyo. La Consti-tución dictada por la Asamblea de 1938 prohibe quelos mandatarios, agentes o abogados de esas compa-ñías puedan ser elegidos presidente de la república.Esa Constitución no entra en vigencia. Es arrojada altarro de basura por los interesados. Y con esto, claroestá, el camino para Arroyo queda expedito para quepueda alcanzar su más grande ambición.

Si desde un principio el gobierno de Arroyo esmal visto por el pueblo, la oposición crece inmensa-mente después del desastre de Río de Janeiro. Paracontenerla recurre a drásticas medidas que convier-ten a su administración en una de las más odiadas ydespóticas de este siglo. Y el principal instrumentopara el ejercicio de este despotismo es un decretodictado por el Congreso que concede al ejecutivo fa-cultades extraordinarias. El pueblo, con razón, cali-fica a esta ley con un nombre por demás significati-vo: el decreto de las facultades omnímodas.

Y quien lo creyera, así como este decreto om-nímodo sirve para la represión, esta vez, aunque seaen forma ilógica y arbitraria, sirve también para jus-tificar el Contrato Grace. En efecto, el presidenteArroyo autoriza al ministro de Hacienda VicenteIllingworth para que suscriba el contrato con la Gra-ce, “en uso de las facultades extraordinarias de quese halla investido, conferidas por el Decreto Legisla-tivo de 26 de septiembre del año en curso”.19 El taldocumento -artículos primero, segundo y tercero- lepermiten dictar acuerdos o decretos de carácter eco-nómico y militar para el mantenimiento del ordenpúblico y para remover y nombrar empleados. Elcontrato que se firma no tiene, aunque se lo exami-ne con lupa, ninguno de los fines señalados.

sor de las más grandes empresas extranjeras queoperan en el país y, por lo mismo, aparte de ganarjugosos honorarios, tiene su pleno apoyo. La Consti-tución dictada por la Asamblea de 1938 prohibe quelos mandatarios, agentes o abogados de esas compa-ñías puedan ser elegidos presidente de la república.Esa Constitución no entra en vigencia. Es arrojada altarro de basura por los interesados. Y con esto, claroestá, el camino para Arroyo queda expedito para quepueda alcanzar su más grande ambición.

Si desde un principio el gobierno de Arroyo esmal visto por el pueblo, la oposición crece inmensa-mente después del desastre de Río de Janeiro. Paracontenerla recurre a drásticas medidas que convier-ten a su administración en una de las más odiadas ydespóticas de este siglo. Y el principal instrumentopara el ejercicio de este despotismo es un decretodictado por el Congreso que concede al ejecutivo fa-cultades extraordinarias. El pueblo, con razón, cali-fica a esta ley con un nombre por demás significati-vo: el decreto de las facultades omnímodas.

Y quien lo creyera, así como este decreto om-nímodo sirve para la represión, esta vez, aunque seaen forma ilógica y arbitraria, sirve también para jus-tificar el Contrato Grace. En efecto, el presidenteArroyo autoriza al ministro de Hacienda VicenteIllingworth para que suscriba el contrato con la Gra-ce, “en uso de las facultades extraordinarias de quese halla investido, conferidas por el Decreto Legisla-tivo de 26 de septiembre del año en curso”.19 El taldocumento -artículos primero, segundo y tercero- lepermiten dictar acuerdos o decretos de carácter eco-nómico y militar para el mantenimiento del ordenpúblico y para remover y nombrar empleados. Elcontrato que se firma no tiene, aunque se lo exami-ne con lupa, ninguno de los fines señalados.

sor de las más grandes empresas extranjeras queoperan en el país y, por lo mismo, aparte de ganarjugosos honorarios, tiene su pleno apoyo. La Consti-tución dictada por la Asamblea de 1938 prohibe quelos mandatarios, agentes o abogados de esas compa-ñías puedan ser elegidos presidente de la república.Esa Constitución no entra en vigencia. Es arrojada altarro de basura por los interesados. Y con esto, claroestá, el camino para Arroyo queda expedito para quepueda alcanzar su más grande ambición.

Si desde un principio el gobierno de Arroyo esmal visto por el pueblo, la oposición crece inmensa-mente después del desastre de Río de Janeiro. Paracontenerla recurre a drásticas medidas que convier-ten a su administración en una de las más odiadas ydespóticas de este siglo. Y el principal instrumentopara el ejercicio de este despotismo es un decretodictado por el Congreso que concede al ejecutivo fa-cultades extraordinarias. El pueblo, con razón, cali-fica a esta ley con un nombre por demás significati-vo: el decreto de las facultades omnímodas.

Y quien lo creyera, así como este decreto om-nímodo sirve para la represión, esta vez, aunque seaen forma ilógica y arbitraria, sirve también para jus-tificar el Contrato Grace. En efecto, el presidenteArroyo autoriza al ministro de Hacienda VicenteIllingworth para que suscriba el contrato con la Gra-ce, “en uso de las facultades extraordinarias de quese halla investido, conferidas por el Decreto Legisla-tivo de 26 de septiembre del año en curso”.19 El taldocumento -artículos primero, segundo y tercero- lepermiten dictar acuerdos o decretos de carácter eco-nómico y militar para el mantenimiento del ordenpúblico y para remover y nombrar empleados. Elcontrato que se firma no tiene, aunque se lo exami-ne con lupa, ninguno de los fines señalados.

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Por consiguiente, el basamento del contrato, esfalso y por demás mañoso.

No solo esto. También se miente al decir quetiene el informe favorable del procurador de la na-ción. Este funcionario manifiesta que el decreto nonecesita de su aprobación por tratarse de un decre-to-ley expedido en uso de las facultades extraordina-rias concedidas por el Congreso. De no ser así, aña-de, que serías motivo de observación porque “solo alCongreso le corresponde segregar una parte o el to-do de un servicio público, como el del muelle paraentregarlo, por contrato, a una entidad particu-lar”.20 Antes que una aprobación, esto parece un ve-lado reproche.

Dos mentiras, pues, una sobre otra, para lasuscripción del bendito contrato.

¿Y cual es la naturaleza y finalidad del contratomateria de nuestro estudio?

El contrato tiene por objeto conceder a la Gra-ce el derecho de trasladar la carga hasta la ciudad deGuayaquil de los barcos que lleguen a Puná, y vice-versa, desde este puerto hasta los barcos que esperanen esa isla para llevar productos de exportación.

Para esto, naturalmente, se necesita que losbarcos no avancen hasta Guayaquil, que como todossabemos es uno de los más importantes puertos delPacífico, con vieja trayectoria, tanto que los marinosJorge Juan y Antonio de Ulloa ya celebran sus bon-dades en el célebre libro Noticias Secretas de Améri-ca. No se olvidan de recomendar su defensa por laimportancia de su comercio y de sus renombradosastilleros. “Guayaquil -dicen- es uno de los puertosprincipales en el Perú, así por ser donde se fabricany carenan casi todos los navíos que navegan el Mardel Sur, como porque el crecido comercio que se ha-

Por consiguiente, el basamento del contrato, esfalso y por demás mañoso.

No solo esto. También se miente al decir quetiene el informe favorable del procurador de la na-ción. Este funcionario manifiesta que el decreto nonecesita de su aprobación por tratarse de un decre-to-ley expedido en uso de las facultades extraordina-rias concedidas por el Congreso. De no ser así, aña-de, que serías motivo de observación porque “solo alCongreso le corresponde segregar una parte o el to-do de un servicio público, como el del muelle paraentregarlo, por contrato, a una entidad particu-lar”.20 Antes que una aprobación, esto parece un ve-lado reproche.

Dos mentiras, pues, una sobre otra, para lasuscripción del bendito contrato.

¿Y cual es la naturaleza y finalidad del contratomateria de nuestro estudio?

El contrato tiene por objeto conceder a la Gra-ce el derecho de trasladar la carga hasta la ciudad deGuayaquil de los barcos que lleguen a Puná, y vice-versa, desde este puerto hasta los barcos que esperanen esa isla para llevar productos de exportación.

Para esto, naturalmente, se necesita que losbarcos no avancen hasta Guayaquil, que como todossabemos es uno de los más importantes puertos delPacífico, con vieja trayectoria, tanto que los marinosJorge Juan y Antonio de Ulloa ya celebran sus bon-dades en el célebre libro Noticias Secretas de Améri-ca. No se olvidan de recomendar su defensa por laimportancia de su comercio y de sus renombradosastilleros. “Guayaquil -dicen- es uno de los puertosprincipales en el Perú, así por ser donde se fabricany carenan casi todos los navíos que navegan el Mardel Sur, como porque el crecido comercio que se ha-

Por consiguiente, el basamento del contrato, esfalso y por demás mañoso.

No solo esto. También se miente al decir quetiene el informe favorable del procurador de la na-ción. Este funcionario manifiesta que el decreto nonecesita de su aprobación por tratarse de un decre-to-ley expedido en uso de las facultades extraordina-rias concedidas por el Congreso. De no ser así, aña-de, que serías motivo de observación porque “solo alCongreso le corresponde segregar una parte o el to-do de un servicio público, como el del muelle paraentregarlo, por contrato, a una entidad particu-lar”.20 Antes que una aprobación, esto parece un ve-lado reproche.

Dos mentiras, pues, una sobre otra, para lasuscripción del bendito contrato.

¿Y cual es la naturaleza y finalidad del contratomateria de nuestro estudio?

El contrato tiene por objeto conceder a la Gra-ce el derecho de trasladar la carga hasta la ciudad deGuayaquil de los barcos que lleguen a Puná, y vice-versa, desde este puerto hasta los barcos que esperanen esa isla para llevar productos de exportación.

Para esto, naturalmente, se necesita que losbarcos no avancen hasta Guayaquil, que como todossabemos es uno de los más importantes puertos delPacífico, con vieja trayectoria, tanto que los marinosJorge Juan y Antonio de Ulloa ya celebran sus bon-dades en el célebre libro Noticias Secretas de Améri-ca. No se olvidan de recomendar su defensa por laimportancia de su comercio y de sus renombradosastilleros. “Guayaquil -dicen- es uno de los puertosprincipales en el Perú, así por ser donde se fabricany carenan casi todos los navíos que navegan el Mardel Sur, como porque el crecido comercio que se ha-

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ce en él de maderas, que llevan al Perú, y de cacao aPanamá”.21

A fin de conseguir el objetivo antes indicado,pretextando dificultades para su arribo a Guayaquil,se establece en la cláusula novena “que los buquesque tengan calado de registro mayor de veintitréspies y medio medido del centro del círculo de segu-ro, tendrán derecho a cargar y descargar en Puná,previo permiso otorgado por la Dirección de Adua-nas”.22 Esto de calado de registro, según denunciaMedina, entraña una hábil treta, pues el tal caladoestá dado por la estructura del barco, mientras queel calado real -el que debería haber sido tomado encuenta- depende de la carga que lleve, correspon-diendo a mayor carga un mayor calado y a menorcarga un menor calado. Por tanto, barcos con caladode registro mayor a los 23 y medio pies establecidos,pueden tener un calado real de menos, de muchomenos, que la medida señalada, puesto que estas ca-si nunca llevan la carga de que son capaces, pudien-do por consiguiente entrar sin ninguna dificultad alpuerto de Guayaquil. Esta aseveración fue confir-mada por informaciones de las mismas empresasnavieras.

Pero no se trata solo de esto. Para obligar a quelos barcos no lleguen a Guayaquil, y que su carga-mento sea transportado solo por la Grace, se les po-ne toda clase de obstáculos. Y los obstáculos y lastrabas, como para que sean estrictamente cumplidosy no puedan ser burlados, están señalados, y másque señalados ordenados, en las mismas cláusulasdel contrato. Son la séptima, la décima y la decimo-novena. Veamos.

La cláusula séptima dice que la compañía“atenderá de preferencia a los vapores de itinerariofijo”,23 es decir a los barcos de su propia empresa,

ce en él de maderas, que llevan al Perú, y de cacao aPanamá”.21

A fin de conseguir el objetivo antes indicado,pretextando dificultades para su arribo a Guayaquil,se establece en la cláusula novena “que los buquesque tengan calado de registro mayor de veintitréspies y medio medido del centro del círculo de segu-ro, tendrán derecho a cargar y descargar en Puná,previo permiso otorgado por la Dirección de Adua-nas”.22 Esto de calado de registro, según denunciaMedina, entraña una hábil treta, pues el tal caladoestá dado por la estructura del barco, mientras queel calado real -el que debería haber sido tomado encuenta- depende de la carga que lleve, correspon-diendo a mayor carga un mayor calado y a menorcarga un menor calado. Por tanto, barcos con caladode registro mayor a los 23 y medio pies establecidos,pueden tener un calado real de menos, de muchomenos, que la medida señalada, puesto que estas ca-si nunca llevan la carga de que son capaces, pudien-do por consiguiente entrar sin ninguna dificultad alpuerto de Guayaquil. Esta aseveración fue confir-mada por informaciones de las mismas empresasnavieras.

Pero no se trata solo de esto. Para obligar a quelos barcos no lleguen a Guayaquil, y que su carga-mento sea transportado solo por la Grace, se les po-ne toda clase de obstáculos. Y los obstáculos y lastrabas, como para que sean estrictamente cumplidosy no puedan ser burlados, están señalados, y másque señalados ordenados, en las mismas cláusulasdel contrato. Son la séptima, la décima y la decimo-novena. Veamos.

La cláusula séptima dice que la compañía“atenderá de preferencia a los vapores de itinerariofijo”,23 es decir a los barcos de su propia empresa,

ce en él de maderas, que llevan al Perú, y de cacao aPanamá”.21

A fin de conseguir el objetivo antes indicado,pretextando dificultades para su arribo a Guayaquil,se establece en la cláusula novena “que los buquesque tengan calado de registro mayor de veintitréspies y medio medido del centro del círculo de segu-ro, tendrán derecho a cargar y descargar en Puná,previo permiso otorgado por la Dirección de Adua-nas”.22 Esto de calado de registro, según denunciaMedina, entraña una hábil treta, pues el tal caladoestá dado por la estructura del barco, mientras queel calado real -el que debería haber sido tomado encuenta- depende de la carga que lleve, correspon-diendo a mayor carga un mayor calado y a menorcarga un menor calado. Por tanto, barcos con caladode registro mayor a los 23 y medio pies establecidos,pueden tener un calado real de menos, de muchomenos, que la medida señalada, puesto que estas ca-si nunca llevan la carga de que son capaces, pudien-do por consiguiente entrar sin ninguna dificultad alpuerto de Guayaquil. Esta aseveración fue confir-mada por informaciones de las mismas empresasnavieras.

Pero no se trata solo de esto. Para obligar a quelos barcos no lleguen a Guayaquil, y que su carga-mento sea transportado solo por la Grace, se les po-ne toda clase de obstáculos. Y los obstáculos y lastrabas, como para que sean estrictamente cumplidosy no puedan ser burlados, están señalados, y másque señalados ordenados, en las mismas cláusulasdel contrato. Son la séptima, la décima y la decimo-novena. Veamos.

La cláusula séptima dice que la compañía“atenderá de preferencia a los vapores de itinerariofijo”,23 es decir a los barcos de su propia empresa,

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pues resulta -aunque no se crea en tanta audacia oviveza- que los únicos de este género que navegan enlas costas del Pacífico son los de la Grace Line. Lacláusula décima indica que nuestro gobierno se“compromete a descargar de preferencia y sin recar-gos de sobretiempo, en su muelle de Guayaquil, to-das las lanchas que vengan con carga recibida en Pu-ná por la compañía”.24 Y la cláusula decimonovenaadscribe todo un tren burocrático de empleadosecuatorianos para el servicio de esa empresa!

Preferencia graciosa e incomprensible, como sise tratara de una novia, de parte del gobierno arro-yista. Y esta insólita preferencia, como cualquierapuede deducir, va en perjuicio de todas las empresasnavieras que llegan a Guayaquil. Y esto sucede enefecto. Sus barcos, para ser atendidos en las laboresde carga y descarga, tienen que esperar varios díascon mengua de sus beneficios.

La bendita preferencia, entonces, obliga a lamayoría de los barcos a quedarse en Puná, porquesaben que si llegan a Guayaquil no serán atendidos ytendrán que sufrir una serie de contrariedades. Esto,en definitiva, no significa otra cosa sino el abandonodel puerto de Guayaquil, lesionando inmensamentesu comercio y sus justos intereses. La “perla del Pa-cífico”, gracias al Contrato Grace, pierde así granparte de sus atributos.

Y otra particularidad -otra ganga diríamos- enesto de la carga. Según reza la última parte de lacláusula primera, la Grace no se compromete atransportar “líquidos a granel, frutos de exportacióny otras mercaderías que no correspondan a los equi-pos disponibles, cosas que podían ser transportadaspor otras personas”.25 Esa excepción contenida en lacláusula en referencia le da atribuciones a la compa-ñía para escoger la clase de carga, para transportar

pues resulta -aunque no se crea en tanta audacia oviveza- que los únicos de este género que navegan enlas costas del Pacífico son los de la Grace Line. Lacláusula décima indica que nuestro gobierno se“compromete a descargar de preferencia y sin recar-gos de sobretiempo, en su muelle de Guayaquil, to-das las lanchas que vengan con carga recibida en Pu-ná por la compañía”.24 Y la cláusula decimonovenaadscribe todo un tren burocrático de empleadosecuatorianos para el servicio de esa empresa!

Preferencia graciosa e incomprensible, como sise tratara de una novia, de parte del gobierno arro-yista. Y esta insólita preferencia, como cualquierapuede deducir, va en perjuicio de todas las empresasnavieras que llegan a Guayaquil. Y esto sucede enefecto. Sus barcos, para ser atendidos en las laboresde carga y descarga, tienen que esperar varios díascon mengua de sus beneficios.

La bendita preferencia, entonces, obliga a lamayoría de los barcos a quedarse en Puná, porquesaben que si llegan a Guayaquil no serán atendidos ytendrán que sufrir una serie de contrariedades. Esto,en definitiva, no significa otra cosa sino el abandonodel puerto de Guayaquil, lesionando inmensamentesu comercio y sus justos intereses. La “perla del Pa-cífico”, gracias al Contrato Grace, pierde así granparte de sus atributos.

Y otra particularidad -otra ganga diríamos- enesto de la carga. Según reza la última parte de lacláusula primera, la Grace no se compromete atransportar “líquidos a granel, frutos de exportacióny otras mercaderías que no correspondan a los equi-pos disponibles, cosas que podían ser transportadaspor otras personas”.25 Esa excepción contenida en lacláusula en referencia le da atribuciones a la compa-ñía para escoger la clase de carga, para transportar

pues resulta -aunque no se crea en tanta audacia oviveza- que los únicos de este género que navegan enlas costas del Pacífico son los de la Grace Line. Lacláusula décima indica que nuestro gobierno se“compromete a descargar de preferencia y sin recar-gos de sobretiempo, en su muelle de Guayaquil, to-das las lanchas que vengan con carga recibida en Pu-ná por la compañía”.24 Y la cláusula decimonovenaadscribe todo un tren burocrático de empleadosecuatorianos para el servicio de esa empresa!

Preferencia graciosa e incomprensible, como sise tratara de una novia, de parte del gobierno arro-yista. Y esta insólita preferencia, como cualquierapuede deducir, va en perjuicio de todas las empresasnavieras que llegan a Guayaquil. Y esto sucede enefecto. Sus barcos, para ser atendidos en las laboresde carga y descarga, tienen que esperar varios díascon mengua de sus beneficios.

La bendita preferencia, entonces, obliga a lamayoría de los barcos a quedarse en Puná, porquesaben que si llegan a Guayaquil no serán atendidos ytendrán que sufrir una serie de contrariedades. Esto,en definitiva, no significa otra cosa sino el abandonodel puerto de Guayaquil, lesionando inmensamentesu comercio y sus justos intereses. La “perla del Pa-cífico”, gracias al Contrato Grace, pierde así granparte de sus atributos.

Y otra particularidad -otra ganga diríamos- enesto de la carga. Según reza la última parte de lacláusula primera, la Grace no se compromete atransportar “líquidos a granel, frutos de exportacióny otras mercaderías que no correspondan a los equi-pos disponibles, cosas que podían ser transportadaspor otras personas”.25 Esa excepción contenida en lacláusula en referencia le da atribuciones a la compa-ñía para escoger la clase de carga, para transportar

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únicamente lo que conviene a su negocio, haciendocaso omiso de los intereses ecuatorianos, como su-cede con las frutas de exportación por ejemplo. Ensuma, la Grace carga, tal como diría un conocidopolítico populista, solo lo que le da la regalada gana.

Pasemos ahora a otro aspecto del contrato: losequipos de servicio.

La cláusula tercera dice:

La compañía conservará para atender di-chos servicios, los siguientes equipos, cuyos valoresse puntualizan para efectos de la cláusula vigési-mo segunda:

a) Quince lanchas a $ 4.000 cada una $ 60.000b) Dos lanchas (ya de su propiedad) 6.000c) Los remolcadores conocidos con los nombres San Blas, Burica ySalinas, $ 6.000, $ 11.000 y $ 7.000, respectivamente 24.000d) Cinco aparatos de radiotelefonía,$ 600 c/u. 3.000e) Una balsa en Puná, con caseta para materiales, etc. 3.000f) Quince boyas para la misma isla, para amarrar lanchas 4.000g) Diez y siete lonas para tapar lanchas

SUMAN $ 100.000 26

Esta cláusula que enumera los equipos que laGrace utilizará para cumplir con su cometido, secomplementa con otras, principalmente con la déci-ma segunda, décima tercera y vigésima primera, cu-yo contenido pasamos a resumir.

únicamente lo que conviene a su negocio, haciendocaso omiso de los intereses ecuatorianos, como su-cede con las frutas de exportación por ejemplo. Ensuma, la Grace carga, tal como diría un conocidopolítico populista, solo lo que le da la regalada gana.

Pasemos ahora a otro aspecto del contrato: losequipos de servicio.

La cláusula tercera dice:

La compañía conservará para atender di-chos servicios, los siguientes equipos, cuyos valoresse puntualizan para efectos de la cláusula vigési-mo segunda:

a) Quince lanchas a $ 4.000 cada una $ 60.000b) Dos lanchas (ya de su propiedad) 6.000c) Los remolcadores conocidos con los nombres San Blas, Burica ySalinas, $ 6.000, $ 11.000 y $ 7.000, respectivamente 24.000d) Cinco aparatos de radiotelefonía,$ 600 c/u. 3.000e) Una balsa en Puná, con caseta para materiales, etc. 3.000f) Quince boyas para la misma isla, para amarrar lanchas 4.000g) Diez y siete lonas para tapar lanchas

SUMAN $ 100.000 26

Esta cláusula que enumera los equipos que laGrace utilizará para cumplir con su cometido, secomplementa con otras, principalmente con la déci-ma segunda, décima tercera y vigésima primera, cu-yo contenido pasamos a resumir.

únicamente lo que conviene a su negocio, haciendocaso omiso de los intereses ecuatorianos, como su-cede con las frutas de exportación por ejemplo. Ensuma, la Grace carga, tal como diría un conocidopolítico populista, solo lo que le da la regalada gana.

Pasemos ahora a otro aspecto del contrato: losequipos de servicio.

La cláusula tercera dice:

La compañía conservará para atender di-chos servicios, los siguientes equipos, cuyos valoresse puntualizan para efectos de la cláusula vigési-mo segunda:

a) Quince lanchas a $ 4.000 cada una $ 60.000b) Dos lanchas (ya de su propiedad) 6.000c) Los remolcadores conocidos con los nombres San Blas, Burica ySalinas, $ 6.000, $ 11.000 y $ 7.000, respectivamente 24.000d) Cinco aparatos de radiotelefonía,$ 600 c/u. 3.000e) Una balsa en Puná, con caseta para materiales, etc. 3.000f) Quince boyas para la misma isla, para amarrar lanchas 4.000g) Diez y siete lonas para tapar lanchas

SUMAN $ 100.000 26

Esta cláusula que enumera los equipos que laGrace utilizará para cumplir con su cometido, secomplementa con otras, principalmente con la déci-ma segunda, décima tercera y vigésima primera, cu-yo contenido pasamos a resumir.

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Mediante la cláusula décima segunda la Gracecompra a nuestro gobierno diez lanchas para reunirlas quince indicadas en la cláusula que acabamos decopiar, lanchas que deben ser puestas en buen esta-do de servicio por cuenta del vendedor y usando losmateriales que éste proporcione, para lo cual lacompañía retendrá en su poder el precio de la com-pra. No se podrá gastar más de cuatro mil dólares enla reparación de cada lancha, es decir más del preciode la misma. Y si al concluirse las reparaciones que-da algún saldo a favor del gobierno, este seguirá re-tenido para la reparación de otras lanchas de propie-dad del Estado.

La cláusula décima tercera establece que mien-tras estén en reparación las lanchas compradas, el go-bierno debe proveer a la compañía, gratuitamente,un número igual a las que se hallen en compostura.

Y, por fin, la cláusula vigésimo primera, diceque la Grace entregará al gobierno los equipos cons-tantes en la cláusula tercera, sin ningún pago, a la fi-nalización del contrato. Pero la compañía, si lo quie-re, puede retenerlos mediante compra.

El lector se habrá dado cuenta que esta compra-por la cual se deja sin lanchas al Estado- es la másdesigual del mundo, que ningún genio de los nego-cios, ni siquiera esos de Wall Street, se habría nuncaimaginado. Una compra sin erogar un solo centavo,una adquisición verdaderamente milagrosa. Peromejor dejemos a Manuel Medina, autor de la obraque venimos citando, que con su sagacidad y saberpolítico, comente este engorroso negocio.

Entre varias apropiadas argumentaciones -queno es posible transcribirlas aquí- dice:

Grace, en ningún caso, desembolsa ni un solocentavo. Pues el contrato cuida celosamente que

Mediante la cláusula décima segunda la Gracecompra a nuestro gobierno diez lanchas para reunirlas quince indicadas en la cláusula que acabamos decopiar, lanchas que deben ser puestas en buen esta-do de servicio por cuenta del vendedor y usando losmateriales que éste proporcione, para lo cual lacompañía retendrá en su poder el precio de la com-pra. No se podrá gastar más de cuatro mil dólares enla reparación de cada lancha, es decir más del preciode la misma. Y si al concluirse las reparaciones que-da algún saldo a favor del gobierno, este seguirá re-tenido para la reparación de otras lanchas de propie-dad del Estado.

La cláusula décima tercera establece que mien-tras estén en reparación las lanchas compradas, el go-bierno debe proveer a la compañía, gratuitamente,un número igual a las que se hallen en compostura.

Y, por fin, la cláusula vigésimo primera, diceque la Grace entregará al gobierno los equipos cons-tantes en la cláusula tercera, sin ningún pago, a la fi-nalización del contrato. Pero la compañía, si lo quie-re, puede retenerlos mediante compra.

El lector se habrá dado cuenta que esta compra-por la cual se deja sin lanchas al Estado- es la másdesigual del mundo, que ningún genio de los nego-cios, ni siquiera esos de Wall Street, se habría nuncaimaginado. Una compra sin erogar un solo centavo,una adquisición verdaderamente milagrosa. Peromejor dejemos a Manuel Medina, autor de la obraque venimos citando, que con su sagacidad y saberpolítico, comente este engorroso negocio.

Entre varias apropiadas argumentaciones -queno es posible transcribirlas aquí- dice:

Grace, en ningún caso, desembolsa ni un solocentavo. Pues el contrato cuida celosamente que

Mediante la cláusula décima segunda la Gracecompra a nuestro gobierno diez lanchas para reunirlas quince indicadas en la cláusula que acabamos decopiar, lanchas que deben ser puestas en buen esta-do de servicio por cuenta del vendedor y usando losmateriales que éste proporcione, para lo cual lacompañía retendrá en su poder el precio de la com-pra. No se podrá gastar más de cuatro mil dólares enla reparación de cada lancha, es decir más del preciode la misma. Y si al concluirse las reparaciones que-da algún saldo a favor del gobierno, este seguirá re-tenido para la reparación de otras lanchas de propie-dad del Estado.

La cláusula décima tercera establece que mien-tras estén en reparación las lanchas compradas, el go-bierno debe proveer a la compañía, gratuitamente,un número igual a las que se hallen en compostura.

Y, por fin, la cláusula vigésimo primera, diceque la Grace entregará al gobierno los equipos cons-tantes en la cláusula tercera, sin ningún pago, a la fi-nalización del contrato. Pero la compañía, si lo quie-re, puede retenerlos mediante compra.

El lector se habrá dado cuenta que esta compra-por la cual se deja sin lanchas al Estado- es la másdesigual del mundo, que ningún genio de los nego-cios, ni siquiera esos de Wall Street, se habría nuncaimaginado. Una compra sin erogar un solo centavo,una adquisición verdaderamente milagrosa. Peromejor dejemos a Manuel Medina, autor de la obraque venimos citando, que con su sagacidad y saberpolítico, comente este engorroso negocio.

Entre varias apropiadas argumentaciones -queno es posible transcribirlas aquí- dice:

Grace, en ningún caso, desembolsa ni un solocentavo. Pues el contrato cuida celosamente que

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Grace no se vea en el caso de pagar, por ningunarazón. Aún cuando el pago parece ya inevitable, elcontrato dispone que el saldo quede siempre en po-der de Grace. Indudablemente no han podido pre-servarse de mejor manera los intereses de la Grace.Y a la vez, no ha podido elaborarse mejor un do-cumento tan lesivo a los intereses nacionales...

Según la cláusula décima tercera, si Gracecompra lanchas de Gobierno, mientras estas se ha-llan en reparación, el Gobierno dará a Grace igualnúmero de lanchas a las que estén reparándose,sin pago alguno.

Tal como antes, Grace no paga jamás. Por nin-gún concepto.

Antes, Grace compra, pero compra y no pa-ga.

Ahora, Grace adquiere el derecho de usarotras lanchas, pero tampoco paga por su uso, lasusa gratuitamente...

La cláusula vigésimo primera estipula que ala expiración del contrato, Grace entregará al go-bierno los equipos especificados en la cláusula ter-cera, sin pago alguno.

Después de diez años de usar gratuitamentelos equipos que le cede el Gobierno, Grace los de-vuelve al Gobierno, y los devuelve sin reclamarnada.

Menos mal, aunque sea después de una dé-cada, Grace devuelve gratuitamente lo que recibiótambién gratuitamente.27

Tal como dijimos. Las lanchas ecuatorianas,prácticamente, son expropiadas por la Grace para suexclusivo beneficio. El Estado renuncia gratuitamen-

Grace no se vea en el caso de pagar, por ningunarazón. Aún cuando el pago parece ya inevitable, elcontrato dispone que el saldo quede siempre en po-der de Grace. Indudablemente no han podido pre-servarse de mejor manera los intereses de la Grace.Y a la vez, no ha podido elaborarse mejor un do-cumento tan lesivo a los intereses nacionales...

Según la cláusula décima tercera, si Gracecompra lanchas de Gobierno, mientras estas se ha-llan en reparación, el Gobierno dará a Grace igualnúmero de lanchas a las que estén reparándose,sin pago alguno.

Tal como antes, Grace no paga jamás. Por nin-gún concepto.

Antes, Grace compra, pero compra y no pa-ga.

Ahora, Grace adquiere el derecho de usarotras lanchas, pero tampoco paga por su uso, lasusa gratuitamente...

La cláusula vigésimo primera estipula que ala expiración del contrato, Grace entregará al go-bierno los equipos especificados en la cláusula ter-cera, sin pago alguno.

Después de diez años de usar gratuitamentelos equipos que le cede el Gobierno, Grace los de-vuelve al Gobierno, y los devuelve sin reclamarnada.

Menos mal, aunque sea después de una dé-cada, Grace devuelve gratuitamente lo que recibiótambién gratuitamente.27

Tal como dijimos. Las lanchas ecuatorianas,prácticamente, son expropiadas por la Grace para suexclusivo beneficio. El Estado renuncia gratuitamen-

Grace no se vea en el caso de pagar, por ningunarazón. Aún cuando el pago parece ya inevitable, elcontrato dispone que el saldo quede siempre en po-der de Grace. Indudablemente no han podido pre-servarse de mejor manera los intereses de la Grace.Y a la vez, no ha podido elaborarse mejor un do-cumento tan lesivo a los intereses nacionales...

Según la cláusula décima tercera, si Gracecompra lanchas de Gobierno, mientras estas se ha-llan en reparación, el Gobierno dará a Grace igualnúmero de lanchas a las que estén reparándose,sin pago alguno.

Tal como antes, Grace no paga jamás. Por nin-gún concepto.

Antes, Grace compra, pero compra y no pa-ga.

Ahora, Grace adquiere el derecho de usarotras lanchas, pero tampoco paga por su uso, lasusa gratuitamente...

La cláusula vigésimo primera estipula que ala expiración del contrato, Grace entregará al go-bierno los equipos especificados en la cláusula ter-cera, sin pago alguno.

Después de diez años de usar gratuitamentelos equipos que le cede el Gobierno, Grace los de-vuelve al Gobierno, y los devuelve sin reclamarnada.

Menos mal, aunque sea después de una dé-cada, Grace devuelve gratuitamente lo que recibiótambién gratuitamente.27

Tal como dijimos. Las lanchas ecuatorianas,prácticamente, son expropiadas por la Grace para suexclusivo beneficio. El Estado renuncia gratuitamen-

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te a sus servicios para que la Grace pueda tener elmonopolio del transporte de la carga entre Puná yGuayaquil, mientras el puerto de esta ciudad quedacasi abandonado.

¿Y cual es el beneficio que obtiene la Grace?La cláusula quinta de contrato dice:

Por los mencionados servicios -por el trans-porte- la compañía tendrá derecho a cobrar lo si-guiente:a) Veinte sucres por cada tonelada (1.000 kilos)

de cosas importadas y transportadas desde Pu-ná que entregue a la Aduana de Guayaquil.Dicha Aduana pagará a la Compañía la sumarespectiva a más tardar sesenta días después dela llegada del vapor respectivo a Puná.

b) Quince sucres de los dueños, representantes yagentes, de los vapores que lleguen a Puná, porcada tonelada de peso o medida, a elección dela Compañía que embarquen o desembarquenen Puná.

c) Nueve sucres de los embarcadores, por cada to-nelada (1.000 kilos) de mercaderías destinadasa la exportación.28

La Grace Line, entonces, gana treinta y cincosucres por cada tonelada de carga proveniente de laimportación y veinticuatro sucres por tonelada decarga para la exportación, pagadas por la Aduana ylas personas que se indican en cada literal de la cláu-sula transcrita. Las ganancias, en diez años que laGrace monopoliza el transporte de carga, con todaslas facilidades y preferencias que quedan menciona-das, no pueden ser menos que pingües y elevadas.Desgraciadamente no conocemos el monto total deellas y estamos casi seguros que nunca se ha hecho

te a sus servicios para que la Grace pueda tener elmonopolio del transporte de la carga entre Puná yGuayaquil, mientras el puerto de esta ciudad quedacasi abandonado.

¿Y cual es el beneficio que obtiene la Grace?La cláusula quinta de contrato dice:

Por los mencionados servicios -por el trans-porte- la compañía tendrá derecho a cobrar lo si-guiente:a) Veinte sucres por cada tonelada (1.000 kilos)

de cosas importadas y transportadas desde Pu-ná que entregue a la Aduana de Guayaquil.Dicha Aduana pagará a la Compañía la sumarespectiva a más tardar sesenta días después dela llegada del vapor respectivo a Puná.

b) Quince sucres de los dueños, representantes yagentes, de los vapores que lleguen a Puná, porcada tonelada de peso o medida, a elección dela Compañía que embarquen o desembarquenen Puná.

c) Nueve sucres de los embarcadores, por cada to-nelada (1.000 kilos) de mercaderías destinadasa la exportación.28

La Grace Line, entonces, gana treinta y cincosucres por cada tonelada de carga proveniente de laimportación y veinticuatro sucres por tonelada decarga para la exportación, pagadas por la Aduana ylas personas que se indican en cada literal de la cláu-sula transcrita. Las ganancias, en diez años que laGrace monopoliza el transporte de carga, con todaslas facilidades y preferencias que quedan menciona-das, no pueden ser menos que pingües y elevadas.Desgraciadamente no conocemos el monto total deellas y estamos casi seguros que nunca se ha hecho

te a sus servicios para que la Grace pueda tener elmonopolio del transporte de la carga entre Puná yGuayaquil, mientras el puerto de esta ciudad quedacasi abandonado.

¿Y cual es el beneficio que obtiene la Grace?La cláusula quinta de contrato dice:

Por los mencionados servicios -por el trans-porte- la compañía tendrá derecho a cobrar lo si-guiente:a) Veinte sucres por cada tonelada (1.000 kilos)

de cosas importadas y transportadas desde Pu-ná que entregue a la Aduana de Guayaquil.Dicha Aduana pagará a la Compañía la sumarespectiva a más tardar sesenta días después dela llegada del vapor respectivo a Puná.

b) Quince sucres de los dueños, representantes yagentes, de los vapores que lleguen a Puná, porcada tonelada de peso o medida, a elección dela Compañía que embarquen o desembarquenen Puná.

c) Nueve sucres de los embarcadores, por cada to-nelada (1.000 kilos) de mercaderías destinadasa la exportación.28

La Grace Line, entonces, gana treinta y cincosucres por cada tonelada de carga proveniente de laimportación y veinticuatro sucres por tonelada decarga para la exportación, pagadas por la Aduana ylas personas que se indican en cada literal de la cláu-sula transcrita. Las ganancias, en diez años que laGrace monopoliza el transporte de carga, con todaslas facilidades y preferencias que quedan menciona-das, no pueden ser menos que pingües y elevadas.Desgraciadamente no conocemos el monto total deellas y estamos casi seguros que nunca se ha hecho

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ese cálculo que hubiera sido por demás revelador einstructivo. Pero con las cifras que se citan en el li-bro de Medina, relativas solamente a las utilidadesobtenidas por la flota Santa de la Grace Line en losaños de 1946 y 1947, nuestra aseveración está másque confirmada.

Empero, así como los beneficios son grandespara la Grace, así también los perjuicios causados anuestro país por el oneroso contrato.

El pago del transporte de carga desde Puná aGuayaquil o desde Guayaquil a Puná implica un do-ble flete. El costo de los productos importados se pa-gan hasta su llegada a Guayaquil -CIF Guayaquil-resultando por consiguiente nueva paga la que sehace de Puná hasta el puerto. Igual sucede con losproductos que se exportan, pues se paga el flete des-de Guayaquil hasta el lugar de su destino. Las conse-cuencias de este doble pago son fáciles de compren-der. Necesariamente el valor de los productos im-portados suben de precio, causando así un inmensoperjuicio al consumidor, que no es otro que el pue-blo ecuatoriano. El exportador, que generalmente esel agricultor, tiene que restar de su ganancia el valorde este injustificado nuevo flete.

También se perjudica al país con la disminu-ción de las entradas provenientes del turismo. Estosucede porque la mayoría de los pasajeros que llegana Puná prefieren quedarse en ese lugar antes que su-frir las molestias de una larga travesía hasta la ciu-dad. Son cuatro o cinco horas de viaje soportando elcalor tropical y los disgustos causados por una malae incómoda transportación.

Y, por último, según se deja constancia en in-formes de instituciones como la Cámara de Comer-cio de Guayaquil por ejemplo, el traslado de cargaque se verifica entre Puná y la ciudad de Guayaquil

ese cálculo que hubiera sido por demás revelador einstructivo. Pero con las cifras que se citan en el li-bro de Medina, relativas solamente a las utilidadesobtenidas por la flota Santa de la Grace Line en losaños de 1946 y 1947, nuestra aseveración está másque confirmada.

Empero, así como los beneficios son grandespara la Grace, así también los perjuicios causados anuestro país por el oneroso contrato.

El pago del transporte de carga desde Puná aGuayaquil o desde Guayaquil a Puná implica un do-ble flete. El costo de los productos importados se pa-gan hasta su llegada a Guayaquil -CIF Guayaquil-resultando por consiguiente nueva paga la que sehace de Puná hasta el puerto. Igual sucede con losproductos que se exportan, pues se paga el flete des-de Guayaquil hasta el lugar de su destino. Las conse-cuencias de este doble pago son fáciles de compren-der. Necesariamente el valor de los productos im-portados suben de precio, causando así un inmensoperjuicio al consumidor, que no es otro que el pue-blo ecuatoriano. El exportador, que generalmente esel agricultor, tiene que restar de su ganancia el valorde este injustificado nuevo flete.

También se perjudica al país con la disminu-ción de las entradas provenientes del turismo. Estosucede porque la mayoría de los pasajeros que llegana Puná prefieren quedarse en ese lugar antes que su-frir las molestias de una larga travesía hasta la ciu-dad. Son cuatro o cinco horas de viaje soportando elcalor tropical y los disgustos causados por una malae incómoda transportación.

Y, por último, según se deja constancia en in-formes de instituciones como la Cámara de Comer-cio de Guayaquil por ejemplo, el traslado de cargaque se verifica entre Puná y la ciudad de Guayaquil

ese cálculo que hubiera sido por demás revelador einstructivo. Pero con las cifras que se citan en el li-bro de Medina, relativas solamente a las utilidadesobtenidas por la flota Santa de la Grace Line en losaños de 1946 y 1947, nuestra aseveración está másque confirmada.

Empero, así como los beneficios son grandespara la Grace, así también los perjuicios causados anuestro país por el oneroso contrato.

El pago del transporte de carga desde Puná aGuayaquil o desde Guayaquil a Puná implica un do-ble flete. El costo de los productos importados se pa-gan hasta su llegada a Guayaquil -CIF Guayaquil-resultando por consiguiente nueva paga la que sehace de Puná hasta el puerto. Igual sucede con losproductos que se exportan, pues se paga el flete des-de Guayaquil hasta el lugar de su destino. Las conse-cuencias de este doble pago son fáciles de compren-der. Necesariamente el valor de los productos im-portados suben de precio, causando así un inmensoperjuicio al consumidor, que no es otro que el pue-blo ecuatoriano. El exportador, que generalmente esel agricultor, tiene que restar de su ganancia el valorde este injustificado nuevo flete.

También se perjudica al país con la disminu-ción de las entradas provenientes del turismo. Estosucede porque la mayoría de los pasajeros que llegana Puná prefieren quedarse en ese lugar antes que su-frir las molestias de una larga travesía hasta la ciu-dad. Son cuatro o cinco horas de viaje soportando elcalor tropical y los disgustos causados por una malae incómoda transportación.

Y, por último, según se deja constancia en in-formes de instituciones como la Cámara de Comer-cio de Guayaquil por ejemplo, el traslado de cargaque se verifica entre Puná y la ciudad de Guayaquil

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fomenta el contrabando y el robo. Mercaderías cuyaimportación se halla prohibida -se dice en una co-municación de la entidad antes mencionada- circu-lan y se expenden libremente. El robo está a la ordendel día pues nadie controla el trasbordo de los bar-cos a los lanchones. Pero ¿qué le puede importar es-tas minucias a la poderosa Grace Line? Al fin y al ca-bo nada pierde la compañía.

Más, mucho más se podría decir sobre los be-neficios de la Grace y los perjuicios causados al pue-blo ecuatoriano por este nocivo contrato. Todas suscláusulas dan constancia de esta verdad inverosímil.El resumen hecho, empero, nos parece demostra-ción suficiente.

Ahora pasemos a ver, brevemente, la oposiciónque ocasiona el contrato.

Desde un principio la firma del contrato con laGrace causa gran malestar en el pueblo, en el guaya-quileño, principalmente. Pero ese malestar, debido alas condiciones políticas de la época, demora enconvertirse en un enfrentamiento organizado. Es enel año 48 cuando este se manifiesta con fuerza y elcombate alcanza un alto nivel.

Efectivamente, en el año que acabamos de in-dicar, Manuel Medina Castro presenta un proyectopara que el Consejo Provincial del Guayas pida laextinción del contrato, proyecto aprobado por una-nimidad. En su parte resolutiva dice esto:

Solicitar al Poder Central, que en uso de lasfacultades que le concede la Constitución de la Re-pública y la decisión del H. Congreso Nacional,proceda a resolver el contrato señalado, a fin de li-berar a la provincia del Guayas y a su capital, elpuerto de Guayaquil de los incalculables perjuiciosque ese instrumento le ocasiona.29

fomenta el contrabando y el robo. Mercaderías cuyaimportación se halla prohibida -se dice en una co-municación de la entidad antes mencionada- circu-lan y se expenden libremente. El robo está a la ordendel día pues nadie controla el trasbordo de los bar-cos a los lanchones. Pero ¿qué le puede importar es-tas minucias a la poderosa Grace Line? Al fin y al ca-bo nada pierde la compañía.

Más, mucho más se podría decir sobre los be-neficios de la Grace y los perjuicios causados al pue-blo ecuatoriano por este nocivo contrato. Todas suscláusulas dan constancia de esta verdad inverosímil.El resumen hecho, empero, nos parece demostra-ción suficiente.

Ahora pasemos a ver, brevemente, la oposiciónque ocasiona el contrato.

Desde un principio la firma del contrato con laGrace causa gran malestar en el pueblo, en el guaya-quileño, principalmente. Pero ese malestar, debido alas condiciones políticas de la época, demora enconvertirse en un enfrentamiento organizado. Es enel año 48 cuando este se manifiesta con fuerza y elcombate alcanza un alto nivel.

Efectivamente, en el año que acabamos de in-dicar, Manuel Medina Castro presenta un proyectopara que el Consejo Provincial del Guayas pida laextinción del contrato, proyecto aprobado por una-nimidad. En su parte resolutiva dice esto:

Solicitar al Poder Central, que en uso de lasfacultades que le concede la Constitución de la Re-pública y la decisión del H. Congreso Nacional,proceda a resolver el contrato señalado, a fin de li-berar a la provincia del Guayas y a su capital, elpuerto de Guayaquil de los incalculables perjuiciosque ese instrumento le ocasiona.29

fomenta el contrabando y el robo. Mercaderías cuyaimportación se halla prohibida -se dice en una co-municación de la entidad antes mencionada- circu-lan y se expenden libremente. El robo está a la ordendel día pues nadie controla el trasbordo de los bar-cos a los lanchones. Pero ¿qué le puede importar es-tas minucias a la poderosa Grace Line? Al fin y al ca-bo nada pierde la compañía.

Más, mucho más se podría decir sobre los be-neficios de la Grace y los perjuicios causados al pue-blo ecuatoriano por este nocivo contrato. Todas suscláusulas dan constancia de esta verdad inverosímil.El resumen hecho, empero, nos parece demostra-ción suficiente.

Ahora pasemos a ver, brevemente, la oposiciónque ocasiona el contrato.

Desde un principio la firma del contrato con laGrace causa gran malestar en el pueblo, en el guaya-quileño, principalmente. Pero ese malestar, debido alas condiciones políticas de la época, demora enconvertirse en un enfrentamiento organizado. Es enel año 48 cuando este se manifiesta con fuerza y elcombate alcanza un alto nivel.

Efectivamente, en el año que acabamos de in-dicar, Manuel Medina Castro presenta un proyectopara que el Consejo Provincial del Guayas pida laextinción del contrato, proyecto aprobado por una-nimidad. En su parte resolutiva dice esto:

Solicitar al Poder Central, que en uso de lasfacultades que le concede la Constitución de la Re-pública y la decisión del H. Congreso Nacional,proceda a resolver el contrato señalado, a fin de li-berar a la provincia del Guayas y a su capital, elpuerto de Guayaquil de los incalculables perjuiciosque ese instrumento le ocasiona.29

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La petición es echada al canasto por el presi-dente Galo Plaza que, como se conoce, es tan pro-yanqui y ligado a las compañías extranjeras como elmismo Arroyo del Río. Únicamente se consigue laformación de una Comisión para que estudie el pro-blema.

En el año de 1950 el primer Congreso de Con-sejos Provinciales, reunido en la capital de la repú-blica, respalda a su homólogo del Guayas y pide alEjecutivo la resolución del contrato por ser altamen-te lesivo a los intereses nacionales. Nuevamente el si-lencio, nuevamente las dilatorias cómplices.

El Consejo Provincial del Guayas, sin desani-marse, prosigue la campaña emprendida. En enerode 1951 envía un memorándum al presidente Plazaponiendo nuevamente de manifiesto los perjuiciosque causa el contrato Grace, especialmente los deri-vados de su cláusula novena. Y el 16 de febrero delmismo año se envía una Carta Abierta donde se dice,entre otras cosas bastante duras, que el Consejo “sa-be que está enfrentando intereses prepotentes, perosabe también que esta lucha de trascendencia históri-ca, constituye apenas un capítulo del gran esfuerzopor la afirmación de la soberanía nacional”.30

La lucha, a estas alturas, a pocos meses de ter-minar el contrato, más que a su resolución se enca-mina a que no sea prorrogado, conforme se preten-de en base a lo estatuido en la cláusula vigésimoquinta.

Como era de esperarse, la compañía extranjerano se cruza de brazos. A la campaña emprendida porel Consejo Provincial responde con la publicación deun lujoso libro titulado Setenta años de servicio alEcuador. Allí, con el cinismo propio de esta clase deempresas, se pondera los beneficios y bondades quenuestro país ha recibido de su generosidad.

La petición es echada al canasto por el presi-dente Galo Plaza que, como se conoce, es tan pro-yanqui y ligado a las compañías extranjeras como elmismo Arroyo del Río. Únicamente se consigue laformación de una Comisión para que estudie el pro-blema.

En el año de 1950 el primer Congreso de Con-sejos Provinciales, reunido en la capital de la repú-blica, respalda a su homólogo del Guayas y pide alEjecutivo la resolución del contrato por ser altamen-te lesivo a los intereses nacionales. Nuevamente el si-lencio, nuevamente las dilatorias cómplices.

El Consejo Provincial del Guayas, sin desani-marse, prosigue la campaña emprendida. En enerode 1951 envía un memorándum al presidente Plazaponiendo nuevamente de manifiesto los perjuiciosque causa el contrato Grace, especialmente los deri-vados de su cláusula novena. Y el 16 de febrero delmismo año se envía una Carta Abierta donde se dice,entre otras cosas bastante duras, que el Consejo “sa-be que está enfrentando intereses prepotentes, perosabe también que esta lucha de trascendencia históri-ca, constituye apenas un capítulo del gran esfuerzopor la afirmación de la soberanía nacional”.30

La lucha, a estas alturas, a pocos meses de ter-minar el contrato, más que a su resolución se enca-mina a que no sea prorrogado, conforme se preten-de en base a lo estatuido en la cláusula vigésimoquinta.

Como era de esperarse, la compañía extranjerano se cruza de brazos. A la campaña emprendida porel Consejo Provincial responde con la publicación deun lujoso libro titulado Setenta años de servicio alEcuador. Allí, con el cinismo propio de esta clase deempresas, se pondera los beneficios y bondades quenuestro país ha recibido de su generosidad.

La petición es echada al canasto por el presi-dente Galo Plaza que, como se conoce, es tan pro-yanqui y ligado a las compañías extranjeras como elmismo Arroyo del Río. Únicamente se consigue laformación de una Comisión para que estudie el pro-blema.

En el año de 1950 el primer Congreso de Con-sejos Provinciales, reunido en la capital de la repú-blica, respalda a su homólogo del Guayas y pide alEjecutivo la resolución del contrato por ser altamen-te lesivo a los intereses nacionales. Nuevamente el si-lencio, nuevamente las dilatorias cómplices.

El Consejo Provincial del Guayas, sin desani-marse, prosigue la campaña emprendida. En enerode 1951 envía un memorándum al presidente Plazaponiendo nuevamente de manifiesto los perjuiciosque causa el contrato Grace, especialmente los deri-vados de su cláusula novena. Y el 16 de febrero delmismo año se envía una Carta Abierta donde se dice,entre otras cosas bastante duras, que el Consejo “sa-be que está enfrentando intereses prepotentes, perosabe también que esta lucha de trascendencia históri-ca, constituye apenas un capítulo del gran esfuerzopor la afirmación de la soberanía nacional”.30

La lucha, a estas alturas, a pocos meses de ter-minar el contrato, más que a su resolución se enca-mina a que no sea prorrogado, conforme se preten-de en base a lo estatuido en la cláusula vigésimoquinta.

Como era de esperarse, la compañía extranjerano se cruza de brazos. A la campaña emprendida porel Consejo Provincial responde con la publicación deun lujoso libro titulado Setenta años de servicio alEcuador. Allí, con el cinismo propio de esta clase deempresas, se pondera los beneficios y bondades quenuestro país ha recibido de su generosidad.

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Entre tales servicios o mercedes, por ejemplo,asevera que ha contribuido al desarrollo de las ex-portaciones ecuatorianas, especialmente del banano,gracias a la instalación de modernas refrigeradorasen sus barcos. Medina, en su libro, dice que esto esabsolutamente falso y que constituye sangrienta iro-nía. Denuncia que todo el espacio refrigerado de susbarcos es monopolizado por las compañías nortea-mericanas que, de esta manera, impiden la exporta-ción por parte de empresas nacionales.

También afirma, así mismo con una gran do-sis de desvergüenza, que ha cooperado, que ha favo-recido y ha colaborado, para el fomento del turis-mo. Ya dejamos anotado como el Contrato Graceimpide o dificulta la entrada de turistas a la ciudadde Guayaquil.

Y por último -¡quién lo creyera!- manifiestaque la vigencia del contrato le ha ocasionado consi-derables perjuicios económicos, pues que las remu-neraciones que recibe no cubren el precio de sus ser-vicios. Que ha soportado esto por filantropía y amora nuestro país. Como se ve, la tergiversación y lamentira, pueden llegar hasta este extremo.

Felizmente el libro de la Grace no logra los ob-jetivos que persigue y el contrato no es prorrogado.

¿Cómo se consigue esta victoria?Se debe, ante todo, a la gran movilización po-

pular en contra del oneroso contrato. Primero porobtener su resolución y, luego, para impedir su pró-rroga.

Pero, en honor a la verdad, se debe tambiéndecir que este triunfo no se hubiera conseguido sinel apoyo prestado por una gran parte de la burguesíaguayaquileña cuyos intereses, comerciales esencial-mente, son lesionados por el contrato. Esto explicaque varios de sus prominentes miembros, que la

Entre tales servicios o mercedes, por ejemplo,asevera que ha contribuido al desarrollo de las ex-portaciones ecuatorianas, especialmente del banano,gracias a la instalación de modernas refrigeradorasen sus barcos. Medina, en su libro, dice que esto esabsolutamente falso y que constituye sangrienta iro-nía. Denuncia que todo el espacio refrigerado de susbarcos es monopolizado por las compañías nortea-mericanas que, de esta manera, impiden la exporta-ción por parte de empresas nacionales.

También afirma, así mismo con una gran do-sis de desvergüenza, que ha cooperado, que ha favo-recido y ha colaborado, para el fomento del turis-mo. Ya dejamos anotado como el Contrato Graceimpide o dificulta la entrada de turistas a la ciudadde Guayaquil.

Y por último -¡quién lo creyera!- manifiestaque la vigencia del contrato le ha ocasionado consi-derables perjuicios económicos, pues que las remu-neraciones que recibe no cubren el precio de sus ser-vicios. Que ha soportado esto por filantropía y amora nuestro país. Como se ve, la tergiversación y lamentira, pueden llegar hasta este extremo.

Felizmente el libro de la Grace no logra los ob-jetivos que persigue y el contrato no es prorrogado.

¿Cómo se consigue esta victoria?Se debe, ante todo, a la gran movilización po-

pular en contra del oneroso contrato. Primero porobtener su resolución y, luego, para impedir su pró-rroga.

Pero, en honor a la verdad, se debe tambiéndecir que este triunfo no se hubiera conseguido sinel apoyo prestado por una gran parte de la burguesíaguayaquileña cuyos intereses, comerciales esencial-mente, son lesionados por el contrato. Esto explicaque varios de sus prominentes miembros, que la

Entre tales servicios o mercedes, por ejemplo,asevera que ha contribuido al desarrollo de las ex-portaciones ecuatorianas, especialmente del banano,gracias a la instalación de modernas refrigeradorasen sus barcos. Medina, en su libro, dice que esto esabsolutamente falso y que constituye sangrienta iro-nía. Denuncia que todo el espacio refrigerado de susbarcos es monopolizado por las compañías nortea-mericanas que, de esta manera, impiden la exporta-ción por parte de empresas nacionales.

También afirma, así mismo con una gran do-sis de desvergüenza, que ha cooperado, que ha favo-recido y ha colaborado, para el fomento del turis-mo. Ya dejamos anotado como el Contrato Graceimpide o dificulta la entrada de turistas a la ciudadde Guayaquil.

Y por último -¡quién lo creyera!- manifiestaque la vigencia del contrato le ha ocasionado consi-derables perjuicios económicos, pues que las remu-neraciones que recibe no cubren el precio de sus ser-vicios. Que ha soportado esto por filantropía y amora nuestro país. Como se ve, la tergiversación y lamentira, pueden llegar hasta este extremo.

Felizmente el libro de la Grace no logra los ob-jetivos que persigue y el contrato no es prorrogado.

¿Cómo se consigue esta victoria?Se debe, ante todo, a la gran movilización po-

pular en contra del oneroso contrato. Primero porobtener su resolución y, luego, para impedir su pró-rroga.

Pero, en honor a la verdad, se debe tambiéndecir que este triunfo no se hubiera conseguido sinel apoyo prestado por una gran parte de la burguesíaguayaquileña cuyos intereses, comerciales esencial-mente, son lesionados por el contrato. Esto explicaque varios de sus prominentes miembros, que la

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gran prensa, se pronuncien y con fuerza, en su con-tra. Entre estos están -para citar unos pocos nom-bres solamente- personajes de apellidos sonoros co-mo Alejandro Ponce Luque, Eduardo Roca Molesti-na, Simón Zevallos Menéndez y Eduardo Puig Aro-semena, este último, Presidente de la Cámara de Co-mercio de Guayaquil. Y el diario El Universo de la fa-milia Castillo califica al contrato de documento de-sastroso, cuyas disposiciones sólo “envuelven benefi-cios para la compañía y perjuicios, explícitos o táci-tos, para el País”.31

Sin este apoyo -que pone de relieve las contra-dicciones de la burguesía- es seguro que el gobiernopro-yanqui de Plaza se hubiera inclinado al lado dela Grace que, como ya se dijo, está íntimamente vin-culada con el amor de sus amores: la United FruitCompany.

Desde luego, la Grace también tiene aliados, yaliados poderosos. Junto a ella está esa burguesíaproimperialista que desde principios del siglo habíaadquirido fuerza, y que ahora, era ya un sector muypoderoso. Ella y sus voceros, franca o solapadamen-te, luchan en favor de sus intereses. Pero -milagromanifiesto- en esta ocasión es derrotada.

* * *

Sin embargo de la derrota sufrida, para nuestradesgracia, la presencia de la Grace sigue gravitandosobre el cielo de nuestra patria.

Y su presencia aquí como en la de otros pue-blos de América Latina, tiene su explicación en elgran poderío de esta empresa transnacional, poderíoque la convierte en brazo imprescindible del impe-rialismo, para el sometimiento de las naciones de es-te continente.

gran prensa, se pronuncien y con fuerza, en su con-tra. Entre estos están -para citar unos pocos nom-bres solamente- personajes de apellidos sonoros co-mo Alejandro Ponce Luque, Eduardo Roca Molesti-na, Simón Zevallos Menéndez y Eduardo Puig Aro-semena, este último, Presidente de la Cámara de Co-mercio de Guayaquil. Y el diario El Universo de la fa-milia Castillo califica al contrato de documento de-sastroso, cuyas disposiciones sólo “envuelven benefi-cios para la compañía y perjuicios, explícitos o táci-tos, para el País”.31

Sin este apoyo -que pone de relieve las contra-dicciones de la burguesía- es seguro que el gobiernopro-yanqui de Plaza se hubiera inclinado al lado dela Grace que, como ya se dijo, está íntimamente vin-culada con el amor de sus amores: la United FruitCompany.

Desde luego, la Grace también tiene aliados, yaliados poderosos. Junto a ella está esa burguesíaproimperialista que desde principios del siglo habíaadquirido fuerza, y que ahora, era ya un sector muypoderoso. Ella y sus voceros, franca o solapadamen-te, luchan en favor de sus intereses. Pero -milagromanifiesto- en esta ocasión es derrotada.

* * *

Sin embargo de la derrota sufrida, para nuestradesgracia, la presencia de la Grace sigue gravitandosobre el cielo de nuestra patria.

Y su presencia aquí como en la de otros pue-blos de América Latina, tiene su explicación en elgran poderío de esta empresa transnacional, poderíoque la convierte en brazo imprescindible del impe-rialismo, para el sometimiento de las naciones de es-te continente.

gran prensa, se pronuncien y con fuerza, en su con-tra. Entre estos están -para citar unos pocos nom-bres solamente- personajes de apellidos sonoros co-mo Alejandro Ponce Luque, Eduardo Roca Molesti-na, Simón Zevallos Menéndez y Eduardo Puig Aro-semena, este último, Presidente de la Cámara de Co-mercio de Guayaquil. Y el diario El Universo de la fa-milia Castillo califica al contrato de documento de-sastroso, cuyas disposiciones sólo “envuelven benefi-cios para la compañía y perjuicios, explícitos o táci-tos, para el País”.31

Sin este apoyo -que pone de relieve las contra-dicciones de la burguesía- es seguro que el gobiernopro-yanqui de Plaza se hubiera inclinado al lado dela Grace que, como ya se dijo, está íntimamente vin-culada con el amor de sus amores: la United FruitCompany.

Desde luego, la Grace también tiene aliados, yaliados poderosos. Junto a ella está esa burguesíaproimperialista que desde principios del siglo habíaadquirido fuerza, y que ahora, era ya un sector muypoderoso. Ella y sus voceros, franca o solapadamen-te, luchan en favor de sus intereses. Pero -milagromanifiesto- en esta ocasión es derrotada.

* * *

Sin embargo de la derrota sufrida, para nuestradesgracia, la presencia de la Grace sigue gravitandosobre el cielo de nuestra patria.

Y su presencia aquí como en la de otros pue-blos de América Latina, tiene su explicación en elgran poderío de esta empresa transnacional, poderíoque la convierte en brazo imprescindible del impe-rialismo, para el sometimiento de las naciones de es-te continente.

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El imperialismo implica la fusión de los capita-les industriales con los financieros. Y la W. R. GraceCo. y sus múltiples empresas integran el grupo deFirst National City Bank. Víctor Perlo, el conocidoescritor progresista norteamericano, dice lo siguien-te sobre este coloso de la banca internacional:

Cuando la infantería norteamericana ocupóHaití durante la primera guerra mundial, el Na-tional City Bank siguió a sus bayonetas para diri-gir las finanzas de Haití. Cuba y Puerto Rico, losprimeros países ocupados por EE.UU. en el hemis-ferio occidental, tienen la mayor cantidad de su-cursales del First National City (diecisiete respec-tivamente). Después de la elevación de los intere-ses norteamericanos al predominio del MedioOriente, el First National City Bank estableció allítodas sus actuales sucursales, y en Africa lo hizodurante 1955 (Egipto, Líbano, Arabia Saudita yLiberia).32

La vinculación de la Grace con este banco esmuy antigua. El escritor soviético S. Ménshikov, ensu libro Millonarios y Managers, dice esto:

El viejo “National City Bank” -el First Na-tional Bank fue absorbido por el primero en 1955-constituía ya desde fines del siglo XIX una uniónde diversas familias e intereses financieros. A prin-cipios del presente siglo y hasta la primera guerramundial vemos en su consejo de directores a losSchiff (“Kuhn, Loeb”), los Harriman, los Frick, losDodge (metales no ferrosos), los Harvemeyer yMcCormick, los Grace y Armour. La direcciónoperativa del banco se hallaba en manos de losStillman, que se emparentaron con la familia de

El imperialismo implica la fusión de los capita-les industriales con los financieros. Y la W. R. GraceCo. y sus múltiples empresas integran el grupo deFirst National City Bank. Víctor Perlo, el conocidoescritor progresista norteamericano, dice lo siguien-te sobre este coloso de la banca internacional:

Cuando la infantería norteamericana ocupóHaití durante la primera guerra mundial, el Na-tional City Bank siguió a sus bayonetas para diri-gir las finanzas de Haití. Cuba y Puerto Rico, losprimeros países ocupados por EE.UU. en el hemis-ferio occidental, tienen la mayor cantidad de su-cursales del First National City (diecisiete respec-tivamente). Después de la elevación de los intere-ses norteamericanos al predominio del MedioOriente, el First National City Bank estableció allítodas sus actuales sucursales, y en Africa lo hizodurante 1955 (Egipto, Líbano, Arabia Saudita yLiberia).32

La vinculación de la Grace con este banco esmuy antigua. El escritor soviético S. Ménshikov, ensu libro Millonarios y Managers, dice esto:

El viejo “National City Bank” -el First Na-tional Bank fue absorbido por el primero en 1955-constituía ya desde fines del siglo XIX una uniónde diversas familias e intereses financieros. A prin-cipios del presente siglo y hasta la primera guerramundial vemos en su consejo de directores a losSchiff (“Kuhn, Loeb”), los Harriman, los Frick, losDodge (metales no ferrosos), los Harvemeyer yMcCormick, los Grace y Armour. La direcciónoperativa del banco se hallaba en manos de losStillman, que se emparentaron con la familia de

El imperialismo implica la fusión de los capita-les industriales con los financieros. Y la W. R. GraceCo. y sus múltiples empresas integran el grupo deFirst National City Bank. Víctor Perlo, el conocidoescritor progresista norteamericano, dice lo siguien-te sobre este coloso de la banca internacional:

Cuando la infantería norteamericana ocupóHaití durante la primera guerra mundial, el Na-tional City Bank siguió a sus bayonetas para diri-gir las finanzas de Haití. Cuba y Puerto Rico, losprimeros países ocupados por EE.UU. en el hemis-ferio occidental, tienen la mayor cantidad de su-cursales del First National City (diecisiete respec-tivamente). Después de la elevación de los intere-ses norteamericanos al predominio del MedioOriente, el First National City Bank estableció allítodas sus actuales sucursales, y en Africa lo hizodurante 1955 (Egipto, Líbano, Arabia Saudita yLiberia).32

La vinculación de la Grace con este banco esmuy antigua. El escritor soviético S. Ménshikov, ensu libro Millonarios y Managers, dice esto:

El viejo “National City Bank” -el First Na-tional Bank fue absorbido por el primero en 1955-constituía ya desde fines del siglo XIX una uniónde diversas familias e intereses financieros. A prin-cipios del presente siglo y hasta la primera guerramundial vemos en su consejo de directores a losSchiff (“Kuhn, Loeb”), los Harriman, los Frick, losDodge (metales no ferrosos), los Harvemeyer yMcCormick, los Grace y Armour. La direcciónoperativa del banco se hallaba en manos de losStillman, que se emparentaron con la familia de

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William, hermano de John D. Rockefeller I. Wi-lliam se encontraba desde entonces en la direcciónde la Standard Oil. 33

Al grupo del First National City Bank pertene-cen empresas tan poderosas como Boeing AirplaneCo., United Aircraft Corp., Saint Regis Paper,Owens-Corning Fiberglass, Corning Glass Works,Pan American Word Airways y Anaconda CooperCorp., señaladas por los dos autores que acabamosde nombrar. Son monopolios inmensos y conocidos.Y algunos, como la Anaconda, propietaria principaldel cobre chileno, con historia por demás obscura.

Las actividades de la Grace son muy diversifi-cadas, pero, quizás, son los productos químicos suespecialidad en el día. Está, en los Estados Unidos,entre los mayores fabricantes de fertilizantes segúnafirman Roger Burbach y Patricia Flynn en su libroAgroindustrias transnacionales: Estados Unidos yAmérica Latina. La elaboración de pinturas tambiénentra en su campo de acción.

Aquí, en el Ecuador, tiene inversiones en com-pañías que producen pinturas y cajas corrugadas, se-gún indican los autores arriba nombrados, aunquesin dar su nombre. En la revista de la Cámara de Co-mercio de Guayaquil -Nº 12, 1950- consta la Graceand Cia entre las empresas exportadoras de produc-tos ecuatorianos, con agencias en Guayaquil y Man-ta. La compañía de aviación Panagra, que durantelargos años voló por nuestro cielo, estaba controladapor la Grace que tenía el 50% de sus acciones, lasque tuvo que vender por estar “incursas dentro delos prohibido por la ley antitruts o ley Sherman”.34

El economista José Moncada -Ecuador: economía ysociedad- cita a Servamenia C. A. como pertenecientea la transnacional de nuestra referencia. Y claro, la

William, hermano de John D. Rockefeller I. Wi-lliam se encontraba desde entonces en la direcciónde la Standard Oil. 33

Al grupo del First National City Bank pertene-cen empresas tan poderosas como Boeing AirplaneCo., United Aircraft Corp., Saint Regis Paper,Owens-Corning Fiberglass, Corning Glass Works,Pan American Word Airways y Anaconda CooperCorp., señaladas por los dos autores que acabamosde nombrar. Son monopolios inmensos y conocidos.Y algunos, como la Anaconda, propietaria principaldel cobre chileno, con historia por demás obscura.

Las actividades de la Grace son muy diversifi-cadas, pero, quizás, son los productos químicos suespecialidad en el día. Está, en los Estados Unidos,entre los mayores fabricantes de fertilizantes segúnafirman Roger Burbach y Patricia Flynn en su libroAgroindustrias transnacionales: Estados Unidos yAmérica Latina. La elaboración de pinturas tambiénentra en su campo de acción.

Aquí, en el Ecuador, tiene inversiones en com-pañías que producen pinturas y cajas corrugadas, se-gún indican los autores arriba nombrados, aunquesin dar su nombre. En la revista de la Cámara de Co-mercio de Guayaquil -Nº 12, 1950- consta la Graceand Cia entre las empresas exportadoras de produc-tos ecuatorianos, con agencias en Guayaquil y Man-ta. La compañía de aviación Panagra, que durantelargos años voló por nuestro cielo, estaba controladapor la Grace que tenía el 50% de sus acciones, lasque tuvo que vender por estar “incursas dentro delos prohibido por la ley antitruts o ley Sherman”.34

El economista José Moncada -Ecuador: economía ysociedad- cita a Servamenia C. A. como pertenecientea la transnacional de nuestra referencia. Y claro, la

William, hermano de John D. Rockefeller I. Wi-lliam se encontraba desde entonces en la direcciónde la Standard Oil. 33

Al grupo del First National City Bank pertene-cen empresas tan poderosas como Boeing AirplaneCo., United Aircraft Corp., Saint Regis Paper,Owens-Corning Fiberglass, Corning Glass Works,Pan American Word Airways y Anaconda CooperCorp., señaladas por los dos autores que acabamosde nombrar. Son monopolios inmensos y conocidos.Y algunos, como la Anaconda, propietaria principaldel cobre chileno, con historia por demás obscura.

Las actividades de la Grace son muy diversifi-cadas, pero, quizás, son los productos químicos suespecialidad en el día. Está, en los Estados Unidos,entre los mayores fabricantes de fertilizantes segúnafirman Roger Burbach y Patricia Flynn en su libroAgroindustrias transnacionales: Estados Unidos yAmérica Latina. La elaboración de pinturas tambiénentra en su campo de acción.

Aquí, en el Ecuador, tiene inversiones en com-pañías que producen pinturas y cajas corrugadas, se-gún indican los autores arriba nombrados, aunquesin dar su nombre. En la revista de la Cámara de Co-mercio de Guayaquil -Nº 12, 1950- consta la Graceand Cia entre las empresas exportadoras de produc-tos ecuatorianos, con agencias en Guayaquil y Man-ta. La compañía de aviación Panagra, que durantelargos años voló por nuestro cielo, estaba controladapor la Grace que tenía el 50% de sus acciones, lasque tuvo que vender por estar “incursas dentro delos prohibido por la ley antitruts o ley Sherman”.34

El economista José Moncada -Ecuador: economía ysociedad- cita a Servamenia C. A. como pertenecientea la transnacional de nuestra referencia. Y claro, la

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compañía naviera Grace Line, ya sin contrato, siguenavegando por aguas ecuatorianas. Igual sigue ennuestro cielo: allí está la Pan American-Grace Air-ways, que tiene como gerente en Quito a un agentede la CIA: Miguel Burbano de Lara.

Es seguro que está muy incompleta la lista desus empresas.

Su presencia sigue siendo indeseable, puesahora, junto con otros poderosos monopolios trans-nacionales, interviene en la política interna del país.Tal en los casos de la Alianza para el Progreso y en lalabor divisionista del movimiento obrero, mediantela acción de zapa del llamado “sindicalismo libre”.

La Alianza para el Progreso.La revolución cubana, que tanta alegría produ-

ce en nuestros pueblos, obliga a los Estados Unidos aelaborar un plan de reformas sociales y de ayuda eco-nómica para las naciones de este continente tituladoAlianza para el Progreso. Y, en 1961, en la ciudaduruguaya de Punta del Este, se aprueban los Estatu-tos de la Alianza, documento en el cual, entre variosotros propósitos, se citan la realización de una refor-ma agraria, la adopción de medidas para establecersalarios justos, la erradicación del analfabetismo y laconstrucción de viviendas para las familias pobres.

Es claro que se trata de un programa publicita-rio y demagógico, tal como lo denuncia el delegadocubano Ernesto Guevara, pero, de todas maneras,resulta un documento sin ningún antecedente en laturbia historia del panamericanismo. Sólo el sustocausado por la revolución podía ocasionar un fenó-meno inusitado y de esa magnitud. Las tibias refor-mas que se verifican y las grandes promesas que nose realizan, no tienen otro objeto que el señalado porLenin: contener y debilitar la lucha revolucionaria.

compañía naviera Grace Line, ya sin contrato, siguenavegando por aguas ecuatorianas. Igual sigue ennuestro cielo: allí está la Pan American-Grace Air-ways, que tiene como gerente en Quito a un agentede la CIA: Miguel Burbano de Lara.

Es seguro que está muy incompleta la lista desus empresas.

Su presencia sigue siendo indeseable, puesahora, junto con otros poderosos monopolios trans-nacionales, interviene en la política interna del país.Tal en los casos de la Alianza para el Progreso y en lalabor divisionista del movimiento obrero, mediantela acción de zapa del llamado “sindicalismo libre”.

La Alianza para el Progreso.La revolución cubana, que tanta alegría produ-

ce en nuestros pueblos, obliga a los Estados Unidos aelaborar un plan de reformas sociales y de ayuda eco-nómica para las naciones de este continente tituladoAlianza para el Progreso. Y, en 1961, en la ciudaduruguaya de Punta del Este, se aprueban los Estatu-tos de la Alianza, documento en el cual, entre variosotros propósitos, se citan la realización de una refor-ma agraria, la adopción de medidas para establecersalarios justos, la erradicación del analfabetismo y laconstrucción de viviendas para las familias pobres.

Es claro que se trata de un programa publicita-rio y demagógico, tal como lo denuncia el delegadocubano Ernesto Guevara, pero, de todas maneras,resulta un documento sin ningún antecedente en laturbia historia del panamericanismo. Sólo el sustocausado por la revolución podía ocasionar un fenó-meno inusitado y de esa magnitud. Las tibias refor-mas que se verifican y las grandes promesas que nose realizan, no tienen otro objeto que el señalado porLenin: contener y debilitar la lucha revolucionaria.

compañía naviera Grace Line, ya sin contrato, siguenavegando por aguas ecuatorianas. Igual sigue ennuestro cielo: allí está la Pan American-Grace Air-ways, que tiene como gerente en Quito a un agentede la CIA: Miguel Burbano de Lara.

Es seguro que está muy incompleta la lista desus empresas.

Su presencia sigue siendo indeseable, puesahora, junto con otros poderosos monopolios trans-nacionales, interviene en la política interna del país.Tal en los casos de la Alianza para el Progreso y en lalabor divisionista del movimiento obrero, mediantela acción de zapa del llamado “sindicalismo libre”.

La Alianza para el Progreso.La revolución cubana, que tanta alegría produ-

ce en nuestros pueblos, obliga a los Estados Unidos aelaborar un plan de reformas sociales y de ayuda eco-nómica para las naciones de este continente tituladoAlianza para el Progreso. Y, en 1961, en la ciudaduruguaya de Punta del Este, se aprueban los Estatu-tos de la Alianza, documento en el cual, entre variosotros propósitos, se citan la realización de una refor-ma agraria, la adopción de medidas para establecersalarios justos, la erradicación del analfabetismo y laconstrucción de viviendas para las familias pobres.

Es claro que se trata de un programa publicita-rio y demagógico, tal como lo denuncia el delegadocubano Ernesto Guevara, pero, de todas maneras,resulta un documento sin ningún antecedente en laturbia historia del panamericanismo. Sólo el sustocausado por la revolución podía ocasionar un fenó-meno inusitado y de esa magnitud. Las tibias refor-mas que se verifican y las grandes promesas que nose realizan, no tienen otro objeto que el señalado porLenin: contener y debilitar la lucha revolucionaria.

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La ayuda económica prometida por los EstadosUnidos no es solo gubernamental. Tratándose comose trata de defender y estabilizar al capitalismo, nopodían quedar fuera de este sacrosanto empeño lasempresas transnacionales. Efectivamente, el presi-dente Kennedy, argumentando que los fondos parala Alianza debían provenir fundamentalmente defuentes privadas, crea con este fin un Comité de Em-presas donde constan, entre varias otras, las siguien-tes, según información del escritor Pablo Franco:

Grace Line Caterpillar Tractor Co.The Anaconda Co. Standard OilCoppers Co University of North Willis Motors CarolinaFord Motors Co. Aluminium Co.Chase Manhattan Bank General Foods Co.American Machines Pan American World

AirwaysFirst National City BankN.Y. 35

Nuestra Grace Line a la cabeza, a su lado ban-cos y empresas gigantescas, casi siempre de ingratamemoria en la historia de los pueblos latinoameri-canos.

Con la ayuda de esas empresas -con la Grace ala cabeza- y en cumplimiento de lo aprobado enPunta del Este, como se dice en sus considerandos, sedicta en 1964 nuestra famosa Ley de Reforma Agra-ria y Colonización. Nada o casi nada beneficia a loscampesinos, pues más que para ellos, está confeccio-nada a medida de los intereses de los terratenientes.Y esto es lógico que suceda, porque en la comisiónque la elabora están presentes las Cámaras de Agri-cultura y otros organismos favorables a los latifun-

La ayuda económica prometida por los EstadosUnidos no es solo gubernamental. Tratándose comose trata de defender y estabilizar al capitalismo, nopodían quedar fuera de este sacrosanto empeño lasempresas transnacionales. Efectivamente, el presi-dente Kennedy, argumentando que los fondos parala Alianza debían provenir fundamentalmente defuentes privadas, crea con este fin un Comité de Em-presas donde constan, entre varias otras, las siguien-tes, según información del escritor Pablo Franco:

Grace Line Caterpillar Tractor Co.The Anaconda Co. Standard OilCoppers Co University of North Willis Motors CarolinaFord Motors Co. Aluminium Co.Chase Manhattan Bank General Foods Co.American Machines Pan American World

AirwaysFirst National City BankN.Y. 35

Nuestra Grace Line a la cabeza, a su lado ban-cos y empresas gigantescas, casi siempre de ingratamemoria en la historia de los pueblos latinoameri-canos.

Con la ayuda de esas empresas -con la Grace ala cabeza- y en cumplimiento de lo aprobado enPunta del Este, como se dice en sus considerandos, sedicta en 1964 nuestra famosa Ley de Reforma Agra-ria y Colonización. Nada o casi nada beneficia a loscampesinos, pues más que para ellos, está confeccio-nada a medida de los intereses de los terratenientes.Y esto es lógico que suceda, porque en la comisiónque la elabora están presentes las Cámaras de Agri-cultura y otros organismos favorables a los latifun-

La ayuda económica prometida por los EstadosUnidos no es solo gubernamental. Tratándose comose trata de defender y estabilizar al capitalismo, nopodían quedar fuera de este sacrosanto empeño lasempresas transnacionales. Efectivamente, el presi-dente Kennedy, argumentando que los fondos parala Alianza debían provenir fundamentalmente defuentes privadas, crea con este fin un Comité de Em-presas donde constan, entre varias otras, las siguien-tes, según información del escritor Pablo Franco:

Grace Line Caterpillar Tractor Co.The Anaconda Co. Standard OilCoppers Co University of North Willis Motors CarolinaFord Motors Co. Aluminium Co.Chase Manhattan Bank General Foods Co.American Machines Pan American World

AirwaysFirst National City BankN.Y. 35

Nuestra Grace Line a la cabeza, a su lado ban-cos y empresas gigantescas, casi siempre de ingratamemoria en la historia de los pueblos latinoameri-canos.

Con la ayuda de esas empresas -con la Grace ala cabeza- y en cumplimiento de lo aprobado enPunta del Este, como se dice en sus considerandos, sedicta en 1964 nuestra famosa Ley de Reforma Agra-ria y Colonización. Nada o casi nada beneficia a loscampesinos, pues más que para ellos, está confeccio-nada a medida de los intereses de los terratenientes.Y esto es lógico que suceda, porque en la comisiónque la elabora están presentes las Cámaras de Agri-cultura y otros organismos favorables a los latifun-

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distas y, sobre todo, un representante de la Alianzapara el Progreso que tiene la voz decisiva.

La ley se la expide antecedida de una Exposi-ción de Motivos, tanto o más demagógicos que losEstatutos de la Alianza. Se dice que se quiere cam-biar la estructura colonial de la tenencia de la tierrapor ser anacrónica y fuente de extrema desigualdaden la distribución de los ingresos”. Se dice -¡óigasebien!- que se quiere crear “un marco institucionalmenos rígido en las relaciones de tenencia de la tie-rra, eliminando toda forma de explotación del hom-bre por el hombre”.36

Eslabones de una sola cadena, entonces, laGrace, Alianza para el Progreso y la Ley de ReformaAgraria.

El “sindicalismo libre”.El capitalismo considera trabajo indispensable

penetrar en los sindicatos de la clase obrera -la claserevolucionaria- para sembrar la división e introduciren ellos las tesis sindicales burguesas, especialmentela relacionada con la colaboración entre empresariosy obreros, es decir, entre explotadores y explotados.

Con este fin se crea en 1962 el llamado Institu-to Norteamericano para el desarrollo del Sindicalis-mo Libre bajo el patrocinio de la AFL-CIO. Su mi-sión específica, en América Latina, es formar diri-gentes que lleven al movimiento sindical las concep-ciones burguesas para contrarrestar las ideas revolu-cionarias de las organizaciones de trabajadores denuestros países que, en esa época, habían alcanzadoun alto nivel y adquirido una fuerza política consi-derable. Realidad, que naturalmente, no conviene alimperialismo yanqui.

El Instituto extiende su ámbito de acción portoda América Latina y son miles los dirigentes obre-ros que se forman en sus escuelas. Está auspiciado y

distas y, sobre todo, un representante de la Alianzapara el Progreso que tiene la voz decisiva.

La ley se la expide antecedida de una Exposi-ción de Motivos, tanto o más demagógicos que losEstatutos de la Alianza. Se dice que se quiere cam-biar la estructura colonial de la tenencia de la tierrapor ser anacrónica y fuente de extrema desigualdaden la distribución de los ingresos”. Se dice -¡óigasebien!- que se quiere crear “un marco institucionalmenos rígido en las relaciones de tenencia de la tie-rra, eliminando toda forma de explotación del hom-bre por el hombre”.36

Eslabones de una sola cadena, entonces, laGrace, Alianza para el Progreso y la Ley de ReformaAgraria.

El “sindicalismo libre”.El capitalismo considera trabajo indispensable

penetrar en los sindicatos de la clase obrera -la claserevolucionaria- para sembrar la división e introduciren ellos las tesis sindicales burguesas, especialmentela relacionada con la colaboración entre empresariosy obreros, es decir, entre explotadores y explotados.

Con este fin se crea en 1962 el llamado Institu-to Norteamericano para el desarrollo del Sindicalis-mo Libre bajo el patrocinio de la AFL-CIO. Su mi-sión específica, en América Latina, es formar diri-gentes que lleven al movimiento sindical las concep-ciones burguesas para contrarrestar las ideas revolu-cionarias de las organizaciones de trabajadores denuestros países que, en esa época, habían alcanzadoun alto nivel y adquirido una fuerza política consi-derable. Realidad, que naturalmente, no conviene alimperialismo yanqui.

El Instituto extiende su ámbito de acción portoda América Latina y son miles los dirigentes obre-ros que se forman en sus escuelas. Está auspiciado y

distas y, sobre todo, un representante de la Alianzapara el Progreso que tiene la voz decisiva.

La ley se la expide antecedida de una Exposi-ción de Motivos, tanto o más demagógicos que losEstatutos de la Alianza. Se dice que se quiere cam-biar la estructura colonial de la tenencia de la tierrapor ser anacrónica y fuente de extrema desigualdaden la distribución de los ingresos”. Se dice -¡óigasebien!- que se quiere crear “un marco institucionalmenos rígido en las relaciones de tenencia de la tie-rra, eliminando toda forma de explotación del hom-bre por el hombre”.36

Eslabones de una sola cadena, entonces, laGrace, Alianza para el Progreso y la Ley de ReformaAgraria.

El “sindicalismo libre”.El capitalismo considera trabajo indispensable

penetrar en los sindicatos de la clase obrera -la claserevolucionaria- para sembrar la división e introduciren ellos las tesis sindicales burguesas, especialmentela relacionada con la colaboración entre empresariosy obreros, es decir, entre explotadores y explotados.

Con este fin se crea en 1962 el llamado Institu-to Norteamericano para el desarrollo del Sindicalis-mo Libre bajo el patrocinio de la AFL-CIO. Su mi-sión específica, en América Latina, es formar diri-gentes que lleven al movimiento sindical las concep-ciones burguesas para contrarrestar las ideas revolu-cionarias de las organizaciones de trabajadores denuestros países que, en esa época, habían alcanzadoun alto nivel y adquirido una fuerza política consi-derable. Realidad, que naturalmente, no conviene alimperialismo yanqui.

El Instituto extiende su ámbito de acción portoda América Latina y son miles los dirigentes obre-ros que se forman en sus escuelas. Está auspiciado y

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financiado por más de 90 empresas, sobre todotransnacionales, expresión máxima del capitalismo.Las principales son estas:

W. R. Grace Corp. American InternacionalKennecott Cooper Co. Oil Co.First National City Bank Mobil Oil Co.Sheraton Corp. GilletteChase Manhattan Bank Standard Fruit Co.Pan American David RockefellerRockefeller Fundation Coca ColaStandart Oil Co. de Shell PetroleumNueva Jersey Reader’s DigestAnaconda Cooper ITT

Otra vez aquí la Grace con la consabida com-pañía. Pero ahora no solo esto, sino que la junta di-rectiva del Instituto formada por 30 miembros, estábajo el mando de su jefe ejecutivo J. Peter Grace,que con el énfasis propio de los grandes monopolis-tas pone de relieve la principal finalidad de la orga-nización:

Necesitamos entender que hoy en AméricaLatina la alternativa es entre democracia y comu-nismo. Debemos tener en mente que no podemospermitir que la propaganda comunista nos dividaen liberales y conservadores o en patronos y traba-jadores o en pueblo norteamericano por un lado ysu gobierno por otro...37

Con los antecedentes que se acaba de dar, pa-semos a ver cual es la actuación del Instituto ennuestro país, donde trabaja en mancomún nada me-nos que con la Agencia de Inteligencia de losEE.UU.: la famosa CIA.

financiado por más de 90 empresas, sobre todotransnacionales, expresión máxima del capitalismo.Las principales son estas:

W. R. Grace Corp. American InternacionalKennecott Cooper Co. Oil Co.First National City Bank Mobil Oil Co.Sheraton Corp. GilletteChase Manhattan Bank Standard Fruit Co.Pan American David RockefellerRockefeller Fundation Coca ColaStandart Oil Co. de Shell PetroleumNueva Jersey Reader’s DigestAnaconda Cooper ITT

Otra vez aquí la Grace con la consabida com-pañía. Pero ahora no solo esto, sino que la junta di-rectiva del Instituto formada por 30 miembros, estábajo el mando de su jefe ejecutivo J. Peter Grace,que con el énfasis propio de los grandes monopolis-tas pone de relieve la principal finalidad de la orga-nización:

Necesitamos entender que hoy en AméricaLatina la alternativa es entre democracia y comu-nismo. Debemos tener en mente que no podemospermitir que la propaganda comunista nos dividaen liberales y conservadores o en patronos y traba-jadores o en pueblo norteamericano por un lado ysu gobierno por otro...37

Con los antecedentes que se acaba de dar, pa-semos a ver cual es la actuación del Instituto ennuestro país, donde trabaja en mancomún nada me-nos que con la Agencia de Inteligencia de losEE.UU.: la famosa CIA.

financiado por más de 90 empresas, sobre todotransnacionales, expresión máxima del capitalismo.Las principales son estas:

W. R. Grace Corp. American InternacionalKennecott Cooper Co. Oil Co.First National City Bank Mobil Oil Co.Sheraton Corp. GilletteChase Manhattan Bank Standard Fruit Co.Pan American David RockefellerRockefeller Fundation Coca ColaStandart Oil Co. de Shell PetroleumNueva Jersey Reader’s DigestAnaconda Cooper ITT

Otra vez aquí la Grace con la consabida com-pañía. Pero ahora no solo esto, sino que la junta di-rectiva del Instituto formada por 30 miembros, estábajo el mando de su jefe ejecutivo J. Peter Grace,que con el énfasis propio de los grandes monopolis-tas pone de relieve la principal finalidad de la orga-nización:

Necesitamos entender que hoy en AméricaLatina la alternativa es entre democracia y comu-nismo. Debemos tener en mente que no podemospermitir que la propaganda comunista nos dividaen liberales y conservadores o en patronos y traba-jadores o en pueblo norteamericano por un lado ysu gobierno por otro...37

Con los antecedentes que se acaba de dar, pa-semos a ver cual es la actuación del Instituto ennuestro país, donde trabaja en mancomún nada me-nos que con la Agencia de Inteligencia de losEE.UU.: la famosa CIA.

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Aquí, el Instituto para el Desarrollo del Sindi-calismo Libre y la CIA, tienen como principal metadividir y debilitar a la Confederación de Trabajado-res del Ecuador, organización sindical de izquierdaen escala nacional.

Su primer golpe es bajo y sucio. Mediante lailícita descalificación de sindicatos progresistas y laintervención de clubes sociales de las empresas co-mo organizaciones sindicales, consiguen elegir comosenador por los trabajadores a uno de los agentes dela CIA, Adalberto Miranda Girón, empleado de laCompañía Bananera del Ecuador, subsidiaria de laUnited Fruit Company. Intervienen en la mezquinamaniobra, según atestigua el ex-agente Philip Agee,el banquero Emilio Estrada Icaza y el empresarioEnrique Amador Márquez, ambos, de la gran oligar-quía guayaquileña.

Luego se crea la Confederación Regional deSindicatos Ecuatorianos de la Costa (CROCLE) endiciembre de 1960. Es “un mecanismo permanentepara combatir a la CTE en la Costa, principalmenteen la provincia del Guayas”.38 Se esmera en hacerpropaganda anticomunista y anticubana. Allí estáninfiltrados varios agentes de la CIA.

Y finalmente, en 1962 se forma la llamadaConfederación Ecuatoriana de Organizaciones Sin-dicales Libres -CEOSL- que tiene alcance nacional.“Ya está formalmente establecida la CEOSL con elcontrol de varios agentes: Víctor Contreras Zúñigaes Presidente, Matías Ulloa Coppiano es Secretariode Relaciones Exteriores y Ricardo Vázquez Díaz esSecretario de Educación”,39 manifiesta Agee en suDiario. Se afilia a la Organización Regional Intera-mericana de Trabajo (ORIT) y a la ConfederaciónInternacional de Organizaciones Sindicales Libres

Aquí, el Instituto para el Desarrollo del Sindi-calismo Libre y la CIA, tienen como principal metadividir y debilitar a la Confederación de Trabajado-res del Ecuador, organización sindical de izquierdaen escala nacional.

Su primer golpe es bajo y sucio. Mediante lailícita descalificación de sindicatos progresistas y laintervención de clubes sociales de las empresas co-mo organizaciones sindicales, consiguen elegir comosenador por los trabajadores a uno de los agentes dela CIA, Adalberto Miranda Girón, empleado de laCompañía Bananera del Ecuador, subsidiaria de laUnited Fruit Company. Intervienen en la mezquinamaniobra, según atestigua el ex-agente Philip Agee,el banquero Emilio Estrada Icaza y el empresarioEnrique Amador Márquez, ambos, de la gran oligar-quía guayaquileña.

Luego se crea la Confederación Regional deSindicatos Ecuatorianos de la Costa (CROCLE) endiciembre de 1960. Es “un mecanismo permanentepara combatir a la CTE en la Costa, principalmenteen la provincia del Guayas”.38 Se esmera en hacerpropaganda anticomunista y anticubana. Allí estáninfiltrados varios agentes de la CIA.

Y finalmente, en 1962 se forma la llamadaConfederación Ecuatoriana de Organizaciones Sin-dicales Libres -CEOSL- que tiene alcance nacional.“Ya está formalmente establecida la CEOSL con elcontrol de varios agentes: Víctor Contreras Zúñigaes Presidente, Matías Ulloa Coppiano es Secretariode Relaciones Exteriores y Ricardo Vázquez Díaz esSecretario de Educación”,39 manifiesta Agee en suDiario. Se afilia a la Organización Regional Intera-mericana de Trabajo (ORIT) y a la ConfederaciónInternacional de Organizaciones Sindicales Libres

Aquí, el Instituto para el Desarrollo del Sindi-calismo Libre y la CIA, tienen como principal metadividir y debilitar a la Confederación de Trabajado-res del Ecuador, organización sindical de izquierdaen escala nacional.

Su primer golpe es bajo y sucio. Mediante lailícita descalificación de sindicatos progresistas y laintervención de clubes sociales de las empresas co-mo organizaciones sindicales, consiguen elegir comosenador por los trabajadores a uno de los agentes dela CIA, Adalberto Miranda Girón, empleado de laCompañía Bananera del Ecuador, subsidiaria de laUnited Fruit Company. Intervienen en la mezquinamaniobra, según atestigua el ex-agente Philip Agee,el banquero Emilio Estrada Icaza y el empresarioEnrique Amador Márquez, ambos, de la gran oligar-quía guayaquileña.

Luego se crea la Confederación Regional deSindicatos Ecuatorianos de la Costa (CROCLE) endiciembre de 1960. Es “un mecanismo permanentepara combatir a la CTE en la Costa, principalmenteen la provincia del Guayas”.38 Se esmera en hacerpropaganda anticomunista y anticubana. Allí estáninfiltrados varios agentes de la CIA.

Y finalmente, en 1962 se forma la llamadaConfederación Ecuatoriana de Organizaciones Sin-dicales Libres -CEOSL- que tiene alcance nacional.“Ya está formalmente establecida la CEOSL con elcontrol de varios agentes: Víctor Contreras Zúñigaes Presidente, Matías Ulloa Coppiano es Secretariode Relaciones Exteriores y Ricardo Vázquez Díaz esSecretario de Educación”,39 manifiesta Agee en suDiario. Se afilia a la Organización Regional Intera-mericana de Trabajo (ORIT) y a la ConfederaciónInternacional de Organizaciones Sindicales Libres

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(CIOSL), conocidos instrumentos del imperialismonorteamericano.

Ahora los eslabones de la cadena son estos: LaGrace, el “sindicalismo libre” y la CIA.

Todavía, sin embargo, sigue gravitando la pre-sencia de la Grace en nuestra patria. Así como ayerse vinculó por medio del negociante Charles Flint aldeshonesto episodio de la venta de la bandera, aho-ra, por medio del almirante Wilfried J. McNeil -Pre-sidente de la Grace Line- se liga a otro aconteci-miento de nuestra historia: el derrocamiento delpresidente de la república Carlos Julio ArosemenaMonroy.

Pasemos a los hechos.Empezaremos diciendo que el gobierno del

doctor Arosemena se halla al borde de la catástrofe.Está cercado por una furibunda reacción asesoradapor la CIA y la embajada de los Estados Unidos. Se-gún Agee, Varea Donoso, vicepresidente de la repú-blica y presidente de la Cámara del Senado, es unagente con 700 dólares de sueldo mensual, estipen-dio alto pero justificado por “su acceso a datos deinteligencia cruciales sobre política gubernamental yestabilidad de la misma”.40 También es agente elPresidente de la Cámara de Diputados Aurelio Dávi-la Cajas. Inclusive en su gabinete tiene agentes in-crustados.

En este estado de cosas -del que sin duda estábien informado- llega el almirante McNeil. El moti-vo es el viaje inaugural de la nave de la Grace “SantaMariana”, nombre puesto con propósitos de propa-ganda, que efectivamente se consigue con la ayudaincondicional de la gran prensa. El cardenal viaja aGuayaquil para bendecir el barco. Igual los miem-bros del gabinete. Todo un suceso memorable, ensuma.

(CIOSL), conocidos instrumentos del imperialismonorteamericano.

Ahora los eslabones de la cadena son estos: LaGrace, el “sindicalismo libre” y la CIA.

Todavía, sin embargo, sigue gravitando la pre-sencia de la Grace en nuestra patria. Así como ayerse vinculó por medio del negociante Charles Flint aldeshonesto episodio de la venta de la bandera, aho-ra, por medio del almirante Wilfried J. McNeil -Pre-sidente de la Grace Line- se liga a otro aconteci-miento de nuestra historia: el derrocamiento delpresidente de la república Carlos Julio ArosemenaMonroy.

Pasemos a los hechos.Empezaremos diciendo que el gobierno del

doctor Arosemena se halla al borde de la catástrofe.Está cercado por una furibunda reacción asesoradapor la CIA y la embajada de los Estados Unidos. Se-gún Agee, Varea Donoso, vicepresidente de la repú-blica y presidente de la Cámara del Senado, es unagente con 700 dólares de sueldo mensual, estipen-dio alto pero justificado por “su acceso a datos deinteligencia cruciales sobre política gubernamental yestabilidad de la misma”.40 También es agente elPresidente de la Cámara de Diputados Aurelio Dávi-la Cajas. Inclusive en su gabinete tiene agentes in-crustados.

En este estado de cosas -del que sin duda estábien informado- llega el almirante McNeil. El moti-vo es el viaje inaugural de la nave de la Grace “SantaMariana”, nombre puesto con propósitos de propa-ganda, que efectivamente se consigue con la ayudaincondicional de la gran prensa. El cardenal viaja aGuayaquil para bendecir el barco. Igual los miem-bros del gabinete. Todo un suceso memorable, ensuma.

(CIOSL), conocidos instrumentos del imperialismonorteamericano.

Ahora los eslabones de la cadena son estos: LaGrace, el “sindicalismo libre” y la CIA.

Todavía, sin embargo, sigue gravitando la pre-sencia de la Grace en nuestra patria. Así como ayerse vinculó por medio del negociante Charles Flint aldeshonesto episodio de la venta de la bandera, aho-ra, por medio del almirante Wilfried J. McNeil -Pre-sidente de la Grace Line- se liga a otro aconteci-miento de nuestra historia: el derrocamiento delpresidente de la república Carlos Julio ArosemenaMonroy.

Pasemos a los hechos.Empezaremos diciendo que el gobierno del

doctor Arosemena se halla al borde de la catástrofe.Está cercado por una furibunda reacción asesoradapor la CIA y la embajada de los Estados Unidos. Se-gún Agee, Varea Donoso, vicepresidente de la repú-blica y presidente de la Cámara del Senado, es unagente con 700 dólares de sueldo mensual, estipen-dio alto pero justificado por “su acceso a datos deinteligencia cruciales sobre política gubernamental yestabilidad de la misma”.40 También es agente elPresidente de la Cámara de Diputados Aurelio Dávi-la Cajas. Inclusive en su gabinete tiene agentes in-crustados.

En este estado de cosas -del que sin duda estábien informado- llega el almirante McNeil. El moti-vo es el viaje inaugural de la nave de la Grace “SantaMariana”, nombre puesto con propósitos de propa-ganda, que efectivamente se consigue con la ayudaincondicional de la gran prensa. El cardenal viaja aGuayaquil para bendecir el barco. Igual los miem-bros del gabinete. Todo un suceso memorable, ensuma.

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Después el almirante viaja a Quito para sercondecorado. Está acompañado del gerente generalde la Grace en el Ecuador Robert Stratton, del ge-rente en Quito Carlos Roca Carbo y de varios otrospersonajes de menor cuantía.

¿Quién es este almirante tan celebrado?No es poca cosa, desde luego. En su país ha

ocupado elevados cargos. Entre otros, los de asisten-te del Secretario de Defensa de los Estados Unidosen varias ocasiones. Y sobre todo, asistente especialdel Secretario de Defensa James Forrestal, aquel altofuncionario con manía persecutoria, que terminósus días arrojándose de una ventana. Por seguir sus“ideales” -dice el diario El Universo- recibe el premioJames Forrestal.

Iguales altos cargos desempeña en la vida civil.Al respecto el diario El Comercio de Quito, nos in-forma lo siguiente:

En la vida civil el señor McNeil ha tenido ex-periencia como banquero, industrial en el ramoautomovilístico y como periodista. Sirve a la GraceLine tanto como Presidente y Director. Es igual-mente Director de W. R. Grace y Co., Presidentede la Gulf and South American Steamship Co.;Director de Fairchild Statos Corporation; Miem-bro del Cuerpo de Directores del Instituto de Mari-na de los Estados Unidos; Vicepresidente de la Jun-ta de Compañías Navieras Americanas y Presiden-te del Consejo de la Liga de la Armada de los Esta-dos Unidos de Nueva York.41

Este gran empresario es objeto de homenajes.El presidente Arosemena, en el acto de condecora-ción y en presencia del embajador yanqui MauriceBernbaun, manifiesta en su discurso que nuestros

Después el almirante viaja a Quito para sercondecorado. Está acompañado del gerente generalde la Grace en el Ecuador Robert Stratton, del ge-rente en Quito Carlos Roca Carbo y de varios otrospersonajes de menor cuantía.

¿Quién es este almirante tan celebrado?No es poca cosa, desde luego. En su país ha

ocupado elevados cargos. Entre otros, los de asisten-te del Secretario de Defensa de los Estados Unidosen varias ocasiones. Y sobre todo, asistente especialdel Secretario de Defensa James Forrestal, aquel altofuncionario con manía persecutoria, que terminósus días arrojándose de una ventana. Por seguir sus“ideales” -dice el diario El Universo- recibe el premioJames Forrestal.

Iguales altos cargos desempeña en la vida civil.Al respecto el diario El Comercio de Quito, nos in-forma lo siguiente:

En la vida civil el señor McNeil ha tenido ex-periencia como banquero, industrial en el ramoautomovilístico y como periodista. Sirve a la GraceLine tanto como Presidente y Director. Es igual-mente Director de W. R. Grace y Co., Presidentede la Gulf and South American Steamship Co.;Director de Fairchild Statos Corporation; Miem-bro del Cuerpo de Directores del Instituto de Mari-na de los Estados Unidos; Vicepresidente de la Jun-ta de Compañías Navieras Americanas y Presiden-te del Consejo de la Liga de la Armada de los Esta-dos Unidos de Nueva York.41

Este gran empresario es objeto de homenajes.El presidente Arosemena, en el acto de condecora-ción y en presencia del embajador yanqui MauriceBernbaun, manifiesta en su discurso que nuestros

Después el almirante viaja a Quito para sercondecorado. Está acompañado del gerente generalde la Grace en el Ecuador Robert Stratton, del ge-rente en Quito Carlos Roca Carbo y de varios otrospersonajes de menor cuantía.

¿Quién es este almirante tan celebrado?No es poca cosa, desde luego. En su país ha

ocupado elevados cargos. Entre otros, los de asisten-te del Secretario de Defensa de los Estados Unidosen varias ocasiones. Y sobre todo, asistente especialdel Secretario de Defensa James Forrestal, aquel altofuncionario con manía persecutoria, que terminósus días arrojándose de una ventana. Por seguir sus“ideales” -dice el diario El Universo- recibe el premioJames Forrestal.

Iguales altos cargos desempeña en la vida civil.Al respecto el diario El Comercio de Quito, nos in-forma lo siguiente:

En la vida civil el señor McNeil ha tenido ex-periencia como banquero, industrial en el ramoautomovilístico y como periodista. Sirve a la GraceLine tanto como Presidente y Director. Es igual-mente Director de W. R. Grace y Co., Presidentede la Gulf and South American Steamship Co.;Director de Fairchild Statos Corporation; Miem-bro del Cuerpo de Directores del Instituto de Mari-na de los Estados Unidos; Vicepresidente de la Jun-ta de Compañías Navieras Americanas y Presiden-te del Consejo de la Liga de la Armada de los Esta-dos Unidos de Nueva York.41

Este gran empresario es objeto de homenajes.El presidente Arosemena, en el acto de condecora-ción y en presencia del embajador yanqui MauriceBernbaun, manifiesta en su discurso que nuestros

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dos pueblos guardan cordiales relaciones, mas no asílos gobiernos, pues el gobierno de los Estados Uni-dos explota a América Latina y explota al Ecuador. Yexpresa, además, su deseo de que esto cambie parapoder vivir con independencia y dignidad.

El discurso, que no se ciñe al acostumbrado pa-negírico del amo norteamericano, es aprovechadopor el ejército -también infiltrado por la CIA- paraderrocar al presidente. “En realidad -dice AgustínCueva- este golpe no fue sino una de las tantas medi-das “contra-insurreccionales” acordadas por el Pen-tágono y los monopolios en defensa de los interesesimperiales”.42 Así es en verdad, pero realizado con laayuda y en contubernio con la reacción interna.

Siendo tal la situación, la política de la JuntaMilitar que el 11 de julio de 1963 usurpa el poder,no puede sino estar totalmente supeditada a los inte-reses de Washington, como efectivamente sucede.Yavimos como la Ley de Reforma Agraria es obra delos asesores de la Alianza para el Progreso. El petró-leo de nuestro Oriente se pone en las fauces de laTexaco-Gulf. Otros pulpos petroleros, igualmente,reciben jugosas concesiones. Se convierte al BancoInteramericano de Desarrollo en agente financierointernacional del gobierno. Y, finalmente, medianteun modus vivendi, el Ecuador renuncia a su derechosobre las 200 millas de mar territorial. Sin ningúndecoro, en suma, esa “junta” de coroneles traidoresentrega al amo extranjero bandera y soberanía.

Después de la caída de los dictadores -29 demarzo de 1966- prosigue el festín del petróleo.Nuestro oro negro es repartido con gran generosi-dad a los monopolios extranjeros, destacándose eneste menester el presidente Otto Arosemena, que re-dacta unos “contratos modelo” para que la filantro-pía sea amplia y efectiva. En diez de estos contratos,

dos pueblos guardan cordiales relaciones, mas no asílos gobiernos, pues el gobierno de los Estados Uni-dos explota a América Latina y explota al Ecuador. Yexpresa, además, su deseo de que esto cambie parapoder vivir con independencia y dignidad.

El discurso, que no se ciñe al acostumbrado pa-negírico del amo norteamericano, es aprovechadopor el ejército -también infiltrado por la CIA- paraderrocar al presidente. “En realidad -dice AgustínCueva- este golpe no fue sino una de las tantas medi-das “contra-insurreccionales” acordadas por el Pen-tágono y los monopolios en defensa de los interesesimperiales”.42 Así es en verdad, pero realizado con laayuda y en contubernio con la reacción interna.

Siendo tal la situación, la política de la JuntaMilitar que el 11 de julio de 1963 usurpa el poder,no puede sino estar totalmente supeditada a los inte-reses de Washington, como efectivamente sucede.Yavimos como la Ley de Reforma Agraria es obra delos asesores de la Alianza para el Progreso. El petró-leo de nuestro Oriente se pone en las fauces de laTexaco-Gulf. Otros pulpos petroleros, igualmente,reciben jugosas concesiones. Se convierte al BancoInteramericano de Desarrollo en agente financierointernacional del gobierno. Y, finalmente, medianteun modus vivendi, el Ecuador renuncia a su derechosobre las 200 millas de mar territorial. Sin ningúndecoro, en suma, esa “junta” de coroneles traidoresentrega al amo extranjero bandera y soberanía.

Después de la caída de los dictadores -29 demarzo de 1966- prosigue el festín del petróleo.Nuestro oro negro es repartido con gran generosi-dad a los monopolios extranjeros, destacándose eneste menester el presidente Otto Arosemena, que re-dacta unos “contratos modelo” para que la filantro-pía sea amplia y efectiva. En diez de estos contratos,

dos pueblos guardan cordiales relaciones, mas no asílos gobiernos, pues el gobierno de los Estados Uni-dos explota a América Latina y explota al Ecuador. Yexpresa, además, su deseo de que esto cambie parapoder vivir con independencia y dignidad.

El discurso, que no se ciñe al acostumbrado pa-negírico del amo norteamericano, es aprovechadopor el ejército -también infiltrado por la CIA- paraderrocar al presidente. “En realidad -dice AgustínCueva- este golpe no fue sino una de las tantas medi-das “contra-insurreccionales” acordadas por el Pen-tágono y los monopolios en defensa de los interesesimperiales”.42 Así es en verdad, pero realizado con laayuda y en contubernio con la reacción interna.

Siendo tal la situación, la política de la JuntaMilitar que el 11 de julio de 1963 usurpa el poder,no puede sino estar totalmente supeditada a los inte-reses de Washington, como efectivamente sucede.Yavimos como la Ley de Reforma Agraria es obra delos asesores de la Alianza para el Progreso. El petró-leo de nuestro Oriente se pone en las fauces de laTexaco-Gulf. Otros pulpos petroleros, igualmente,reciben jugosas concesiones. Se convierte al BancoInteramericano de Desarrollo en agente financierointernacional del gobierno. Y, finalmente, medianteun modus vivendi, el Ecuador renuncia a su derechosobre las 200 millas de mar territorial. Sin ningúndecoro, en suma, esa “junta” de coroneles traidoresentrega al amo extranjero bandera y soberanía.

Después de la caída de los dictadores -29 demarzo de 1966- prosigue el festín del petróleo.Nuestro oro negro es repartido con gran generosi-dad a los monopolios extranjeros, destacándose eneste menester el presidente Otto Arosemena, que re-dacta unos “contratos modelo” para que la filantro-pía sea amplia y efectiva. En diez de estos contratos,

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firmados la víspera de la terminación de su mando,entrega nada menos que tres millones ochocientasochenta mil hectáreas.

Entre las compañías favorecidas, como no po-día ser de otra manera, está una de las empresas dela rama petrolífera de la Grace: la Pacific Grace Oilque recibe 332.000 hectáreas. Esta concesión es obje-to de una rápida y beneficiosa negociación. “La Gra-ce Oil -dice Jaime Galarza- en acto de espléndida de-mostración del respeto que los monopolios sientenpor el país concedente, vendió sus derechos a otrafirma norteamericana -la Sun Oil- sin dignarse si-quiera comunicarlo al gobierno ecuatoriano, menosobtener su autorización, como exige el contrato res-pectivo”.43 El apoderado de la Grace, entonces, es eldoctor Jorge Pérez Serrano.

Nosotros sabemos que respeto y cortesía noson virtudes que practica la Grace.

Y ahora, para terminar este trabajo, nos vamosa referir a los doctores Carlos Roca Carbo, gerentede la Grace en Quito, y a Jorge Pérez Serrano, apo-derado de la Pacific Grace Oil, porque a nuestromodo de ver, conviene conocer de cerca a los fun-cionarios y abogados de los monopolios.

Carlos Roca Carbo.Pertenece a la flor y nata de la “aristocracia”

guayaquileña y, por esta condición social, él y susantecesores están vinculados al poder. Su padre, co-ronel Octavio Roca Marcos, es nieto del presidenteRoca. Su hermana -tía de Carlos- Piedad Roca Mar-cos, está casada con el presidente Alfredo BaquerizoMoreno. Su esposa Gloria Marcos Icaza, es hija delministro de Alfaro, Jorge Marcos Aguirre. Y la ma-dre de esta, Delia Icaza Overweg, tiene una parentelaque se remonta hasta el prócer José Joaquín Olme-do, vicepresidente de la república. Y su hermano

firmados la víspera de la terminación de su mando,entrega nada menos que tres millones ochocientasochenta mil hectáreas.

Entre las compañías favorecidas, como no po-día ser de otra manera, está una de las empresas dela rama petrolífera de la Grace: la Pacific Grace Oilque recibe 332.000 hectáreas. Esta concesión es obje-to de una rápida y beneficiosa negociación. “La Gra-ce Oil -dice Jaime Galarza- en acto de espléndida de-mostración del respeto que los monopolios sientenpor el país concedente, vendió sus derechos a otrafirma norteamericana -la Sun Oil- sin dignarse si-quiera comunicarlo al gobierno ecuatoriano, menosobtener su autorización, como exige el contrato res-pectivo”.43 El apoderado de la Grace, entonces, es eldoctor Jorge Pérez Serrano.

Nosotros sabemos que respeto y cortesía noson virtudes que practica la Grace.

Y ahora, para terminar este trabajo, nos vamosa referir a los doctores Carlos Roca Carbo, gerentede la Grace en Quito, y a Jorge Pérez Serrano, apo-derado de la Pacific Grace Oil, porque a nuestromodo de ver, conviene conocer de cerca a los fun-cionarios y abogados de los monopolios.

Carlos Roca Carbo.Pertenece a la flor y nata de la “aristocracia”

guayaquileña y, por esta condición social, él y susantecesores están vinculados al poder. Su padre, co-ronel Octavio Roca Marcos, es nieto del presidenteRoca. Su hermana -tía de Carlos- Piedad Roca Mar-cos, está casada con el presidente Alfredo BaquerizoMoreno. Su esposa Gloria Marcos Icaza, es hija delministro de Alfaro, Jorge Marcos Aguirre. Y la ma-dre de esta, Delia Icaza Overweg, tiene una parentelaque se remonta hasta el prócer José Joaquín Olme-do, vicepresidente de la república. Y su hermano

firmados la víspera de la terminación de su mando,entrega nada menos que tres millones ochocientasochenta mil hectáreas.

Entre las compañías favorecidas, como no po-día ser de otra manera, está una de las empresas dela rama petrolífera de la Grace: la Pacific Grace Oilque recibe 332.000 hectáreas. Esta concesión es obje-to de una rápida y beneficiosa negociación. “La Gra-ce Oil -dice Jaime Galarza- en acto de espléndida de-mostración del respeto que los monopolios sientenpor el país concedente, vendió sus derechos a otrafirma norteamericana -la Sun Oil- sin dignarse si-quiera comunicarlo al gobierno ecuatoriano, menosobtener su autorización, como exige el contrato res-pectivo”.43 El apoderado de la Grace, entonces, es eldoctor Jorge Pérez Serrano.

Nosotros sabemos que respeto y cortesía noson virtudes que practica la Grace.

Y ahora, para terminar este trabajo, nos vamosa referir a los doctores Carlos Roca Carbo, gerentede la Grace en Quito, y a Jorge Pérez Serrano, apo-derado de la Pacific Grace Oil, porque a nuestromodo de ver, conviene conocer de cerca a los fun-cionarios y abogados de los monopolios.

Carlos Roca Carbo.Pertenece a la flor y nata de la “aristocracia”

guayaquileña y, por esta condición social, él y susantecesores están vinculados al poder. Su padre, co-ronel Octavio Roca Marcos, es nieto del presidenteRoca. Su hermana -tía de Carlos- Piedad Roca Mar-cos, está casada con el presidente Alfredo BaquerizoMoreno. Su esposa Gloria Marcos Icaza, es hija delministro de Alfaro, Jorge Marcos Aguirre. Y la ma-dre de esta, Delia Icaza Overweg, tiene una parentelaque se remonta hasta el prócer José Joaquín Olme-do, vicepresidente de la república. Y su hermano

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Juan Emilio Roca Carbo está casado con FranciscaGuarderas Pérez, su compañero en el gabinete deArroyo del Río, donde sin duda se vincula con laGrace con motivo del contrato tema de este trabajo.

Como el poder va unido con la fortuna casisiempre, Roca Carbo es un gran potentado. Solounos pocos datos para probar esta afirmación: es ac-cionista de COFIEC, vocal de la Cámara de Indus-trias de Guayaquil, apoderado de Industria Cartone-ra Ecuatoriana, apoderado general de Papelería Na-cional S. A., accionista de Recursos Nacionales S.A. ydueño de la fábrica “Roca”. Y téngase en cuenta queestos son datos incompletos.

Igual de ricos y poderosos todos sus familiares.Solo dos ejemplos para que no se diga que menti-mos. Su hermano Octavio es miembro de la Cámarade Industrias de Guayaquil, director de La UniónCia Nacional de Seguros S.A., gerente de JaboneríaNacional y de la Fábrica de Aceites La Favorita S. A.Su hermano Jorge es vicepresidente del ingenio Azu-carero Valdez.

Jorge Pérez Serrano.Este abogado pertenece a la “aristocracia” qui-

teña. Los nexos de su familia con el poder y la fortu-na son igualmente viejos, pues se extienden hasta unseñor Pérez Pareja, miembro del Pentavirato de1883. Su padre es el doctor José María Pérez Echani-que, Ministro de Martínez Mera. Su tía María ElenaPérez Echanique, casada con Alberto Bustamante, esmadre del ministro de Ponce Enríquez Carlos Busta-mante Pérez. Su otra tía, Rosario Pérez Echanique,es esposa de Alfredo Icaza García, hermano del mi-nistro de Tamayo coronel Octavio Icaza García, y deJulio Icaza García, padre de Isabel y Laura Icaza Ma-rín, esposas de los ministros Víctor Emilio Estrada yAdolfo Gómez Santiestevan, respectivamente. Tam-

Juan Emilio Roca Carbo está casado con FranciscaGuarderas Pérez, su compañero en el gabinete deArroyo del Río, donde sin duda se vincula con laGrace con motivo del contrato tema de este trabajo.

Como el poder va unido con la fortuna casisiempre, Roca Carbo es un gran potentado. Solounos pocos datos para probar esta afirmación: es ac-cionista de COFIEC, vocal de la Cámara de Indus-trias de Guayaquil, apoderado de Industria Cartone-ra Ecuatoriana, apoderado general de Papelería Na-cional S. A., accionista de Recursos Nacionales S.A. ydueño de la fábrica “Roca”. Y téngase en cuenta queestos son datos incompletos.

Igual de ricos y poderosos todos sus familiares.Solo dos ejemplos para que no se diga que menti-mos. Su hermano Octavio es miembro de la Cámarade Industrias de Guayaquil, director de La UniónCia Nacional de Seguros S.A., gerente de JaboneríaNacional y de la Fábrica de Aceites La Favorita S. A.Su hermano Jorge es vicepresidente del ingenio Azu-carero Valdez.

Jorge Pérez Serrano.Este abogado pertenece a la “aristocracia” qui-

teña. Los nexos de su familia con el poder y la fortu-na son igualmente viejos, pues se extienden hasta unseñor Pérez Pareja, miembro del Pentavirato de1883. Su padre es el doctor José María Pérez Echani-que, Ministro de Martínez Mera. Su tía María ElenaPérez Echanique, casada con Alberto Bustamante, esmadre del ministro de Ponce Enríquez Carlos Busta-mante Pérez. Su otra tía, Rosario Pérez Echanique,es esposa de Alfredo Icaza García, hermano del mi-nistro de Tamayo coronel Octavio Icaza García, y deJulio Icaza García, padre de Isabel y Laura Icaza Ma-rín, esposas de los ministros Víctor Emilio Estrada yAdolfo Gómez Santiestevan, respectivamente. Tam-

Juan Emilio Roca Carbo está casado con FranciscaGuarderas Pérez, su compañero en el gabinete deArroyo del Río, donde sin duda se vincula con laGrace con motivo del contrato tema de este trabajo.

Como el poder va unido con la fortuna casisiempre, Roca Carbo es un gran potentado. Solounos pocos datos para probar esta afirmación: es ac-cionista de COFIEC, vocal de la Cámara de Indus-trias de Guayaquil, apoderado de Industria Cartone-ra Ecuatoriana, apoderado general de Papelería Na-cional S. A., accionista de Recursos Nacionales S.A. ydueño de la fábrica “Roca”. Y téngase en cuenta queestos son datos incompletos.

Igual de ricos y poderosos todos sus familiares.Solo dos ejemplos para que no se diga que menti-mos. Su hermano Octavio es miembro de la Cámarade Industrias de Guayaquil, director de La UniónCia Nacional de Seguros S.A., gerente de JaboneríaNacional y de la Fábrica de Aceites La Favorita S. A.Su hermano Jorge es vicepresidente del ingenio Azu-carero Valdez.

Jorge Pérez Serrano.Este abogado pertenece a la “aristocracia” qui-

teña. Los nexos de su familia con el poder y la fortu-na son igualmente viejos, pues se extienden hasta unseñor Pérez Pareja, miembro del Pentavirato de1883. Su padre es el doctor José María Pérez Echani-que, Ministro de Martínez Mera. Su tía María ElenaPérez Echanique, casada con Alberto Bustamante, esmadre del ministro de Ponce Enríquez Carlos Busta-mante Pérez. Su otra tía, Rosario Pérez Echanique,es esposa de Alfredo Icaza García, hermano del mi-nistro de Tamayo coronel Octavio Icaza García, y deJulio Icaza García, padre de Isabel y Laura Icaza Ma-rín, esposas de los ministros Víctor Emilio Estrada yAdolfo Gómez Santiestevan, respectivamente. Tam-

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bién es sobrino nieto de Carlos Pérez Quiñónez mi-nistro del presidente Cordero y primo del ministroGuarderas Pérez que ya mencionamos. Y aquí para-mos, para no alargarnos más.

Pérez Serrano tiene una especialidad meritoriaa la par que lucrativa: es abogado de compañías ex-tranjeras. Algunas pruebas a continuación:

Apoderado de Grace Oil and Minerals.Apoderado de la compañía francesa S. PIE-Batigno-lis.Mandatario de Shenandoah Oil Corporation.Representante de Aminoil del Ecuador.Representante de ADA.Representante de Golden Eagle Ecuador C. A.Representante de South American Export and Deve-lopment Corporation.Representante de Union Carbide Exploration andMining Corporation.

No obstante tan altas responsabilidades, se datiempo para atender otros asuntos y otros negocios.Es socio de la Asociación de Ganaderos de la Sierra ydueño de la hacienda San Antonio del cantón Mejía,es accionista de Tabacalera Andina, de Fina Compa-ñía Financiera S. A. y de la Bolsa de Valores. Perte-nece al directorio del Banco Internacional y es vice-presidente de Fosforera del Ecuador S. A.

Todos sus familiares, como se puede suponer,no son pintados en la pared. Su hijo, el doctor JoséMaría Pérez Arteta, también es abogado de podero-sas empresas foráneas. Al parecer, esta especialidades hereditaria.

De lo que acabamos de exponer se saca unaconclusión irrebatible: que los monopolios extranje-

bién es sobrino nieto de Carlos Pérez Quiñónez mi-nistro del presidente Cordero y primo del ministroGuarderas Pérez que ya mencionamos. Y aquí para-mos, para no alargarnos más.

Pérez Serrano tiene una especialidad meritoriaa la par que lucrativa: es abogado de compañías ex-tranjeras. Algunas pruebas a continuación:

Apoderado de Grace Oil and Minerals.Apoderado de la compañía francesa S. PIE-Batigno-lis.Mandatario de Shenandoah Oil Corporation.Representante de Aminoil del Ecuador.Representante de ADA.Representante de Golden Eagle Ecuador C. A.Representante de South American Export and Deve-lopment Corporation.Representante de Union Carbide Exploration andMining Corporation.

No obstante tan altas responsabilidades, se datiempo para atender otros asuntos y otros negocios.Es socio de la Asociación de Ganaderos de la Sierra ydueño de la hacienda San Antonio del cantón Mejía,es accionista de Tabacalera Andina, de Fina Compa-ñía Financiera S. A. y de la Bolsa de Valores. Perte-nece al directorio del Banco Internacional y es vice-presidente de Fosforera del Ecuador S. A.

Todos sus familiares, como se puede suponer,no son pintados en la pared. Su hijo, el doctor JoséMaría Pérez Arteta, también es abogado de podero-sas empresas foráneas. Al parecer, esta especialidades hereditaria.

De lo que acabamos de exponer se saca unaconclusión irrebatible: que los monopolios extranje-

bién es sobrino nieto de Carlos Pérez Quiñónez mi-nistro del presidente Cordero y primo del ministroGuarderas Pérez que ya mencionamos. Y aquí para-mos, para no alargarnos más.

Pérez Serrano tiene una especialidad meritoriaa la par que lucrativa: es abogado de compañías ex-tranjeras. Algunas pruebas a continuación:

Apoderado de Grace Oil and Minerals.Apoderado de la compañía francesa S. PIE-Batigno-lis.Mandatario de Shenandoah Oil Corporation.Representante de Aminoil del Ecuador.Representante de ADA.Representante de Golden Eagle Ecuador C. A.Representante de South American Export and Deve-lopment Corporation.Representante de Union Carbide Exploration andMining Corporation.

No obstante tan altas responsabilidades, se datiempo para atender otros asuntos y otros negocios.Es socio de la Asociación de Ganaderos de la Sierra ydueño de la hacienda San Antonio del cantón Mejía,es accionista de Tabacalera Andina, de Fina Compa-ñía Financiera S. A. y de la Bolsa de Valores. Perte-nece al directorio del Banco Internacional y es vice-presidente de Fosforera del Ecuador S. A.

Todos sus familiares, como se puede suponer,no son pintados en la pared. Su hijo, el doctor JoséMaría Pérez Arteta, también es abogado de podero-sas empresas foráneas. Al parecer, esta especialidades hereditaria.

De lo que acabamos de exponer se saca unaconclusión irrebatible: que los monopolios extranje-

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ros saben escoger, y escogen bien, a todos sus aboga-dos y funcionarios.

Es esencial que tengan pedigree. Esto significaque deben poseer relaciones muy altas en el camposocial, político y económico. Tal calidad asegura quesus empleados y subalternos no sean simples figuro-nes, sino que sirvan en verdad a sus intereses, aún enmengua de los intereses nacionales. El talento im-porta poco.

Hábiles para maniobrar y domesticar, consi-guen sus propósitos a maravilla. Sus abogados re-dactan contratos a medida de sus necesidades. Susgerentes y más funcionarios, con agilidad felina,consiguen de congresos y gobiernos toda clase deprivilegios y favores. Son respetuosos con sus man-dantes y estrictos cumplidores de sus obligaciones.Son, no cabe duda, dignos representantes de la bur-guesía entreguista y proimperialista.

Dice la copla:

Los gerentes y abogadosson idólatras del dólar:

cuando esta moneda brilla,ellos caen de rodillas!

Notas:

1 Juan de Miramontes Zuázola, Armas Antárticas, Im-preso en casa de Julio Sánchez Rebolledo, Quito,1921, p. 182.

2 Idem, p. 182.3 Eliecer Enríquez B., Guayaquil a través de los siglos, t.

I, Talleres Gráficos Nacionales, Quito, 1946, p. 89.4 D’Amecourt (Destruge), Historia de la Revolución de

Octubre y Campaña Libertadora de 1820-22, ImprentaElzeviriana de Borrás, Mestres y Co., Guayaquil,

ros saben escoger, y escogen bien, a todos sus aboga-dos y funcionarios.

Es esencial que tengan pedigree. Esto significaque deben poseer relaciones muy altas en el camposocial, político y económico. Tal calidad asegura quesus empleados y subalternos no sean simples figuro-nes, sino que sirvan en verdad a sus intereses, aún enmengua de los intereses nacionales. El talento im-porta poco.

Hábiles para maniobrar y domesticar, consi-guen sus propósitos a maravilla. Sus abogados re-dactan contratos a medida de sus necesidades. Susgerentes y más funcionarios, con agilidad felina,consiguen de congresos y gobiernos toda clase deprivilegios y favores. Son respetuosos con sus man-dantes y estrictos cumplidores de sus obligaciones.Son, no cabe duda, dignos representantes de la bur-guesía entreguista y proimperialista.

Dice la copla:

Los gerentes y abogadosson idólatras del dólar:

cuando esta moneda brilla,ellos caen de rodillas!

Notas:

1 Juan de Miramontes Zuázola, Armas Antárticas, Im-preso en casa de Julio Sánchez Rebolledo, Quito,1921, p. 182.

2 Idem, p. 182.3 Eliecer Enríquez B., Guayaquil a través de los siglos, t.

I, Talleres Gráficos Nacionales, Quito, 1946, p. 89.4 D’Amecourt (Destruge), Historia de la Revolución de

Octubre y Campaña Libertadora de 1820-22, ImprentaElzeviriana de Borrás, Mestres y Co., Guayaquil,

ros saben escoger, y escogen bien, a todos sus aboga-dos y funcionarios.

Es esencial que tengan pedigree. Esto significaque deben poseer relaciones muy altas en el camposocial, político y económico. Tal calidad asegura quesus empleados y subalternos no sean simples figuro-nes, sino que sirvan en verdad a sus intereses, aún enmengua de los intereses nacionales. El talento im-porta poco.

Hábiles para maniobrar y domesticar, consi-guen sus propósitos a maravilla. Sus abogados re-dactan contratos a medida de sus necesidades. Susgerentes y más funcionarios, con agilidad felina,consiguen de congresos y gobiernos toda clase deprivilegios y favores. Son respetuosos con sus man-dantes y estrictos cumplidores de sus obligaciones.Son, no cabe duda, dignos representantes de la bur-guesía entreguista y proimperialista.

Dice la copla:

Los gerentes y abogadosson idólatras del dólar:

cuando esta moneda brilla,ellos caen de rodillas!

Notas:

1 Juan de Miramontes Zuázola, Armas Antárticas, Im-preso en casa de Julio Sánchez Rebolledo, Quito,1921, p. 182.

2 Idem, p. 182.3 Eliecer Enríquez B., Guayaquil a través de los siglos, t.

I, Talleres Gráficos Nacionales, Quito, 1946, p. 89.4 D’Amecourt (Destruge), Historia de la Revolución de

Octubre y Campaña Libertadora de 1820-22, ImprentaElzeviriana de Borrás, Mestres y Co., Guayaquil,

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192 192 192

1920, p. 205.5 Michael T. Hamerly, Documentos Inéditos sobre e Im-

presos raros de la Sociedad Económica de Amigos delPaís, de Guayaquil, Cuadernos de Historia y Arqueo-logía N° 37, Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleodel Guayas, Guayaquil, 1970, p. 5.

6 Rodolfo Pérez Pimentel, Diccionario Biográfico delEcuador, t. III, Editorial de la Universidad de Guaya-quil, Guayaquil, 1987, p. 251.

7 Julio Estrada Icaza, El Puerto de Guayaquil. t. II, Pu-blicaciones del Archivo Histórico del Guayas, Guaya-quil, 1973, p. 227.

8 Camilo Destruge, Biografía del General Juan Illing-worth, Archivo Histórico del Guayas y Banco Centraldel Ecuador, Guayaquil, 1986, p. 243.

9 El Ecuador en Chicago, Imprenta de A. E. Chasmar yCía, New York, 1894, p. 325.

10 Julio Estrada Icaza, El Puerto de Guayaquil. t. II., op.cit., pp. 219-220.

11 Empresa Periodística Prensa Ecuatoriana, AméricaLibre. Guayaquil en 1920, Guayaquil, 1920. p. 204.

12 Lois Crawford de Roberts, El Ecuador en la época ca-caotera, Editorial Universitaria, Quito, 1980, p. 204.

13 Ver Dr. Guillermo Arosemena. Ecuador. Evolución ybúsqueda del despegue económico, Banco Central delEcuador - Región 2, Guayaquil, 1990, p. 215.

14 John F. Uggen, Tenencia de la tierra y movilizacionescampesinas. Zona de Milagro. ACLAS, Quito, 1993,p.39.

15 Carlos Malpica S. S., El mito de la ayuda exterior,Francisco Moncloa Editores S. A. Lima,1967, p. 15.

16 Heraclio Bonilla, Guano y burguesía en el Perú, Insti-tuto de Estudios Peruanos, Lima, 1974, pp. 137-138.

17 Absalón Machado C., El café. De la aparcería al capi-talismo, Punta de Lanza, Bogotá, 1977, p. 227.

18 Jorge W. Villacrés Moscoso, Historia Diplomática dela República del Ecuador, t. V, Departamento de Pu-blicaciones de la Universidad de Guayaquil, Guaya-quil, 1978, p. 46.

1920, p. 205.5 Michael T. Hamerly, Documentos Inéditos sobre e Im-

presos raros de la Sociedad Económica de Amigos delPaís, de Guayaquil, Cuadernos de Historia y Arqueo-logía N° 37, Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleodel Guayas, Guayaquil, 1970, p. 5.

6 Rodolfo Pérez Pimentel, Diccionario Biográfico delEcuador, t. III, Editorial de la Universidad de Guaya-quil, Guayaquil, 1987, p. 251.

7 Julio Estrada Icaza, El Puerto de Guayaquil. t. II, Pu-blicaciones del Archivo Histórico del Guayas, Guaya-quil, 1973, p. 227.

8 Camilo Destruge, Biografía del General Juan Illing-worth, Archivo Histórico del Guayas y Banco Centraldel Ecuador, Guayaquil, 1986, p. 243.

9 El Ecuador en Chicago, Imprenta de A. E. Chasmar yCía, New York, 1894, p. 325.

10 Julio Estrada Icaza, El Puerto de Guayaquil. t. II., op.cit., pp. 219-220.

11 Empresa Periodística Prensa Ecuatoriana, AméricaLibre. Guayaquil en 1920, Guayaquil, 1920. p. 204.

12 Lois Crawford de Roberts, El Ecuador en la época ca-caotera, Editorial Universitaria, Quito, 1980, p. 204.

13 Ver Dr. Guillermo Arosemena. Ecuador. Evolución ybúsqueda del despegue económico, Banco Central delEcuador - Región 2, Guayaquil, 1990, p. 215.

14 John F. Uggen, Tenencia de la tierra y movilizacionescampesinas. Zona de Milagro. ACLAS, Quito, 1993,p.39.

15 Carlos Malpica S. S., El mito de la ayuda exterior,Francisco Moncloa Editores S. A. Lima,1967, p. 15.

16 Heraclio Bonilla, Guano y burguesía en el Perú, Insti-tuto de Estudios Peruanos, Lima, 1974, pp. 137-138.

17 Absalón Machado C., El café. De la aparcería al capi-talismo, Punta de Lanza, Bogotá, 1977, p. 227.

18 Jorge W. Villacrés Moscoso, Historia Diplomática dela República del Ecuador, t. V, Departamento de Pu-blicaciones de la Universidad de Guayaquil, Guaya-quil, 1978, p. 46.

1920, p. 205.5 Michael T. Hamerly, Documentos Inéditos sobre e Im-

presos raros de la Sociedad Económica de Amigos delPaís, de Guayaquil, Cuadernos de Historia y Arqueo-logía N° 37, Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleodel Guayas, Guayaquil, 1970, p. 5.

6 Rodolfo Pérez Pimentel, Diccionario Biográfico delEcuador, t. III, Editorial de la Universidad de Guaya-quil, Guayaquil, 1987, p. 251.

7 Julio Estrada Icaza, El Puerto de Guayaquil. t. II, Pu-blicaciones del Archivo Histórico del Guayas, Guaya-quil, 1973, p. 227.

8 Camilo Destruge, Biografía del General Juan Illing-worth, Archivo Histórico del Guayas y Banco Centraldel Ecuador, Guayaquil, 1986, p. 243.

9 El Ecuador en Chicago, Imprenta de A. E. Chasmar yCía, New York, 1894, p. 325.

10 Julio Estrada Icaza, El Puerto de Guayaquil. t. II., op.cit., pp. 219-220.

11 Empresa Periodística Prensa Ecuatoriana, AméricaLibre. Guayaquil en 1920, Guayaquil, 1920. p. 204.

12 Lois Crawford de Roberts, El Ecuador en la época ca-caotera, Editorial Universitaria, Quito, 1980, p. 204.

13 Ver Dr. Guillermo Arosemena. Ecuador. Evolución ybúsqueda del despegue económico, Banco Central delEcuador - Región 2, Guayaquil, 1990, p. 215.

14 John F. Uggen, Tenencia de la tierra y movilizacionescampesinas. Zona de Milagro. ACLAS, Quito, 1993,p.39.

15 Carlos Malpica S. S., El mito de la ayuda exterior,Francisco Moncloa Editores S. A. Lima,1967, p. 15.

16 Heraclio Bonilla, Guano y burguesía en el Perú, Insti-tuto de Estudios Peruanos, Lima, 1974, pp. 137-138.

17 Absalón Machado C., El café. De la aparcería al capi-talismo, Punta de Lanza, Bogotá, 1977, p. 227.

18 Jorge W. Villacrés Moscoso, Historia Diplomática dela República del Ecuador, t. V, Departamento de Pu-blicaciones de la Universidad de Guayaquil, Guaya-quil, 1978, p. 46.

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19 Registro Oficial Nº 407, Quito, 3 de enero de 1942.20 Manuel Medina Castro, El Guayas, río navegable, Im-

prenta de la Universidad. Guayaquil Guayaquil,1951. p. 77.

21 Jorge Juan, y Antonio de Ulloa, Noticias Secretas deAmérica, Ediciones Mar Océano, Buenos Aires, 1953,p. 120.

22 Registro Oficial Nº 407 citado.23 Idem.24 Idem.25 Idem.26 Idem.27 Manuel Medina Castro, El Guayas, río navegable, op.

cit., pp. 100-101.28 Registro Oficial Nº 407 citado.29 Manuel Medina Castro, El Guayas, río navegable, op.

cit., p 179.30 Idem. p. 196.31 Idem. pp. 28-29.32 Víctor Perlo, El imperio de las altas finanzas, Editorial

Platina, Buenos Aires, 1974, p. 205.33 S. Ménshikov, Millonarios y Managers. Estructura

moderna de la oligarquía financiera de los EE.UU. Edi-torial Progreso, Moscú, s.f., p. 310.

34 Carlos Malpica, El mito de la ayuda exterior.op. cit.,p.16.

35 Pablo Franco, La influencia de los Estados Unidos enAmérica Latina, Ediciones Tauro, Montevideo, s.f., p.76.

36 Ley de Reforma Agraria y Colonización, en RegistroOficial, s.f., p. 17.

37 Germán Marín, Una historia fantástica y calculada, si-glo veintiuno editores, México, 1976, p. 30.

38 Philip Agee, Objetivo Ecuador. Diario de la CIA, AEP,Quito, 1977, p. 117.

39 Idem. p. 262.40 Idem. p. 88.41 El Comercio, Quito, 9 de julio de 1963.

19 Registro Oficial Nº 407, Quito, 3 de enero de 1942.20 Manuel Medina Castro, El Guayas, río navegable, Im-

prenta de la Universidad. Guayaquil Guayaquil,1951. p. 77.

21 Jorge Juan, y Antonio de Ulloa, Noticias Secretas deAmérica, Ediciones Mar Océano, Buenos Aires, 1953,p. 120.

22 Registro Oficial Nº 407 citado.23 Idem.24 Idem.25 Idem.26 Idem.27 Manuel Medina Castro, El Guayas, río navegable, op.

cit., pp. 100-101.28 Registro Oficial Nº 407 citado.29 Manuel Medina Castro, El Guayas, río navegable, op.

cit., p 179.30 Idem. p. 196.31 Idem. pp. 28-29.32 Víctor Perlo, El imperio de las altas finanzas, Editorial

Platina, Buenos Aires, 1974, p. 205.33 S. Ménshikov, Millonarios y Managers. Estructura

moderna de la oligarquía financiera de los EE.UU. Edi-torial Progreso, Moscú, s.f., p. 310.

34 Carlos Malpica, El mito de la ayuda exterior.op. cit.,p.16.

35 Pablo Franco, La influencia de los Estados Unidos enAmérica Latina, Ediciones Tauro, Montevideo, s.f., p.76.

36 Ley de Reforma Agraria y Colonización, en RegistroOficial, s.f., p. 17.

37 Germán Marín, Una historia fantástica y calculada, si-glo veintiuno editores, México, 1976, p. 30.

38 Philip Agee, Objetivo Ecuador. Diario de la CIA, AEP,Quito, 1977, p. 117.

39 Idem. p. 262.40 Idem. p. 88.41 El Comercio, Quito, 9 de julio de 1963.

19 Registro Oficial Nº 407, Quito, 3 de enero de 1942.20 Manuel Medina Castro, El Guayas, río navegable, Im-

prenta de la Universidad. Guayaquil Guayaquil,1951. p. 77.

21 Jorge Juan, y Antonio de Ulloa, Noticias Secretas deAmérica, Ediciones Mar Océano, Buenos Aires, 1953,p. 120.

22 Registro Oficial Nº 407 citado.23 Idem.24 Idem.25 Idem.26 Idem.27 Manuel Medina Castro, El Guayas, río navegable, op.

cit., pp. 100-101.28 Registro Oficial Nº 407 citado.29 Manuel Medina Castro, El Guayas, río navegable, op.

cit., p 179.30 Idem. p. 196.31 Idem. pp. 28-29.32 Víctor Perlo, El imperio de las altas finanzas, Editorial

Platina, Buenos Aires, 1974, p. 205.33 S. Ménshikov, Millonarios y Managers. Estructura

moderna de la oligarquía financiera de los EE.UU. Edi-torial Progreso, Moscú, s.f., p. 310.

34 Carlos Malpica, El mito de la ayuda exterior.op. cit.,p.16.

35 Pablo Franco, La influencia de los Estados Unidos enAmérica Latina, Ediciones Tauro, Montevideo, s.f., p.76.

36 Ley de Reforma Agraria y Colonización, en RegistroOficial, s.f., p. 17.

37 Germán Marín, Una historia fantástica y calculada, si-glo veintiuno editores, México, 1976, p. 30.

38 Philip Agee, Objetivo Ecuador. Diario de la CIA, AEP,Quito, 1977, p. 117.

39 Idem. p. 262.40 Idem. p. 88.41 El Comercio, Quito, 9 de julio de 1963.

Page 194: LAS COMPAÑÍAS EXTRANJERAS EN EL ECUADOR

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42 Agustín Cueva, El proceso de dominación política en elEcuador, Ediciones “Crítica”, Quito, 1972, p. 64.

43 Jaime Galarza, El festín del petróleo, segunda edición,Impreso por Cicetronic Cia Ltda. de Papelería Mo-derna. Quito, 1972, p. 152.

42 Agustín Cueva, El proceso de dominación política en elEcuador, Ediciones “Crítica”, Quito, 1972, p. 64.

43 Jaime Galarza, El festín del petróleo, segunda edición,Impreso por Cicetronic Cia Ltda. de Papelería Mo-derna. Quito, 1972, p. 152.

42 Agustín Cueva, El proceso de dominación política en elEcuador, Ediciones “Crítica”, Quito, 1972, p. 64.

43 Jaime Galarza, El festín del petróleo, segunda edición,Impreso por Cicetronic Cia Ltda. de Papelería Mo-derna. Quito, 1972, p. 152.

Page 195: LAS COMPAÑÍAS EXTRANJERAS EN EL ECUADOR

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Historia de la United Fruit

Mediante la fusión de los capitales de la BostonFruit Co. y los de los hermanos Keith, el 10 de enerode l899, nace, o mal nace, la United Fruit Company.El banano, esa deliciosa fruta de nuestros países tro-picales, es el eje de sus negocios. Es el oro verde, quellena sin cesar, el voraz estómago de esa boa cons-trictor.

Todo cae bajo su poder. Se apodera de exten-siones ilímites de tierra. Controla la mayoría de lasvías ferroviarias. Tiene el monopolio del transportemarítimo en varias partes. Posee puertos propios ygoza de innumerables privilegios. Pone y depone go-biernos. Su dominio, en suma, es casi absoluto, casionnímodo y total.

Las consecuencias de esa dominación son ne-fastas para nosotros:

Las tierras quedaban tan exhaustas como lostrabajadores, a las tierras le robaban el humus y alos trabajadores los pulmones, pero siempre ha-bían nuevas tierras para explotar y más trabaja-dores para exterminar. Los dictadores, próceres deopereta, velaban por el bienestar de la UnitedFruit con el cuchillo entre los dientes.1

También, se debe decir, que al amparo de esosdictadores de opereta, se agrega el amparo del pode-

Historia de la United Fruit

Mediante la fusión de los capitales de la BostonFruit Co. y los de los hermanos Keith, el 10 de enerode l899, nace, o mal nace, la United Fruit Company.El banano, esa deliciosa fruta de nuestros países tro-picales, es el eje de sus negocios. Es el oro verde, quellena sin cesar, el voraz estómago de esa boa cons-trictor.

Todo cae bajo su poder. Se apodera de exten-siones ilímites de tierra. Controla la mayoría de lasvías ferroviarias. Tiene el monopolio del transportemarítimo en varias partes. Posee puertos propios ygoza de innumerables privilegios. Pone y depone go-biernos. Su dominio, en suma, es casi absoluto, casionnímodo y total.

Las consecuencias de esa dominación son ne-fastas para nosotros:

Las tierras quedaban tan exhaustas como lostrabajadores, a las tierras le robaban el humus y alos trabajadores los pulmones, pero siempre ha-bían nuevas tierras para explotar y más trabaja-dores para exterminar. Los dictadores, próceres deopereta, velaban por el bienestar de la UnitedFruit con el cuchillo entre los dientes.1

También, se debe decir, que al amparo de esosdictadores de opereta, se agrega el amparo del pode-

Historia de la United Fruit

Mediante la fusión de los capitales de la BostonFruit Co. y los de los hermanos Keith, el 10 de enerode l899, nace, o mal nace, la United Fruit Company.El banano, esa deliciosa fruta de nuestros países tro-picales, es el eje de sus negocios. Es el oro verde, quellena sin cesar, el voraz estómago de esa boa cons-trictor.

Todo cae bajo su poder. Se apodera de exten-siones ilímites de tierra. Controla la mayoría de lasvías ferroviarias. Tiene el monopolio del transportemarítimo en varias partes. Posee puertos propios ygoza de innumerables privilegios. Pone y depone go-biernos. Su dominio, en suma, es casi absoluto, casionnímodo y total.

Las consecuencias de esa dominación son ne-fastas para nosotros:

Las tierras quedaban tan exhaustas como lostrabajadores, a las tierras le robaban el humus y alos trabajadores los pulmones, pero siempre ha-bían nuevas tierras para explotar y más trabaja-dores para exterminar. Los dictadores, próceres deopereta, velaban por el bienestar de la UnitedFruit con el cuchillo entre los dientes.1

También, se debe decir, que al amparo de esosdictadores de opereta, se agrega el amparo del pode-

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roso Tío Sam. Con sus cruceros y marines, ojo avi-zor, vigila celosamente los intereses de la empresa,hija preferida de sus amores, ya que varios de susmás altos funcionarios son accionistas o abogadosde ella.

Pero veamos, a manera de ejemplo y en pocaslíneas, lo que sucede con el paso del cartel bananeropor algunos países solamente.

Guatemala

El pueblo del quetzal, igual que otros centroa-mericanos, es tierra de promisión para la UnitedFruit. Apenas llegada, el dictador Estrada Cabrerarepresentante de los terratenientes- le abre de par enpar sus puertas. Mediante un infame contrato, acambio de la construcción de un tercio de vía férrea,se le obsequia los dos tercios construidos con todassus líneas telegráficas. Se le asegura el monopolio deltransporte marítimo a través de Puerto Barrios y sele entrega todo su equipamiento portuario. Se le exi-me, prácticamente, de toda clase de tributaciones. Y,por último, como si lo anterior fuera de poca mon-ta, se le concede cerca de 70 mil hectáreas de las me-jores tierras, a elección de la propia compañía.

Después, el tirano Ubico -ese bufonesco y trá-gico Señor Presidente retratado por Miguel Angel As-turias en su célebre novela- concede nuevas tierras ymás privilegios a la empresa extranjera. Incluso, ab-yectamente, pide que se rebaje el salario de los traba-jadores. De 60 centavos de dólar diarios, se reduce a30 en la plantación de Tiquisate.

Pero, en medio de esta dolce vita, adviene elgobierno patriótico de Arbenz que, por medio de laLey de Reforma Agraria, expropia a la United Fruit

roso Tío Sam. Con sus cruceros y marines, ojo avi-zor, vigila celosamente los intereses de la empresa,hija preferida de sus amores, ya que varios de susmás altos funcionarios son accionistas o abogadosde ella.

Pero veamos, a manera de ejemplo y en pocaslíneas, lo que sucede con el paso del cartel bananeropor algunos países solamente.

Guatemala

El pueblo del quetzal, igual que otros centroa-mericanos, es tierra de promisión para la UnitedFruit. Apenas llegada, el dictador Estrada Cabrerarepresentante de los terratenientes- le abre de par enpar sus puertas. Mediante un infame contrato, acambio de la construcción de un tercio de vía férrea,se le obsequia los dos tercios construidos con todassus líneas telegráficas. Se le asegura el monopolio deltransporte marítimo a través de Puerto Barrios y sele entrega todo su equipamiento portuario. Se le exi-me, prácticamente, de toda clase de tributaciones. Y,por último, como si lo anterior fuera de poca mon-ta, se le concede cerca de 70 mil hectáreas de las me-jores tierras, a elección de la propia compañía.

Después, el tirano Ubico -ese bufonesco y trá-gico Señor Presidente retratado por Miguel Angel As-turias en su célebre novela- concede nuevas tierras ymás privilegios a la empresa extranjera. Incluso, ab-yectamente, pide que se rebaje el salario de los traba-jadores. De 60 centavos de dólar diarios, se reduce a30 en la plantación de Tiquisate.

Pero, en medio de esta dolce vita, adviene elgobierno patriótico de Arbenz que, por medio de laLey de Reforma Agraria, expropia a la United Fruit

roso Tío Sam. Con sus cruceros y marines, ojo avi-zor, vigila celosamente los intereses de la empresa,hija preferida de sus amores, ya que varios de susmás altos funcionarios son accionistas o abogadosde ella.

Pero veamos, a manera de ejemplo y en pocaslíneas, lo que sucede con el paso del cartel bananeropor algunos países solamente.

Guatemala

El pueblo del quetzal, igual que otros centroa-mericanos, es tierra de promisión para la UnitedFruit. Apenas llegada, el dictador Estrada Cabrerarepresentante de los terratenientes- le abre de par enpar sus puertas. Mediante un infame contrato, acambio de la construcción de un tercio de vía férrea,se le obsequia los dos tercios construidos con todassus líneas telegráficas. Se le asegura el monopolio deltransporte marítimo a través de Puerto Barrios y sele entrega todo su equipamiento portuario. Se le exi-me, prácticamente, de toda clase de tributaciones. Y,por último, como si lo anterior fuera de poca mon-ta, se le concede cerca de 70 mil hectáreas de las me-jores tierras, a elección de la propia compañía.

Después, el tirano Ubico -ese bufonesco y trá-gico Señor Presidente retratado por Miguel Angel As-turias en su célebre novela- concede nuevas tierras ymás privilegios a la empresa extranjera. Incluso, ab-yectamente, pide que se rebaje el salario de los traba-jadores. De 60 centavos de dólar diarios, se reduce a30 en la plantación de Tiquisate.

Pero, en medio de esta dolce vita, adviene elgobierno patriótico de Arbenz que, por medio de laLey de Reforma Agraria, expropia a la United Fruit

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83.929 hectáreas de tierra no cultivada de las250.000 que en ese entonces posee.2 El precio se de-termina de acuerdo al valor fijado por la misma em-presa... para evadir impuestos. Y viene la furibundaprotesta. “El gobierno de los Estados Unidos consi-dera un atropello que el gobierno de Guatemala setome en serio los libros de contabilidad de la UnitedFruit”.3 El Secretario de Estado John Foster Dullesantiguo abogado de la compañía- exige un pagoveinticinco veces mayor!

Desde este momento Arbenz está perdido. LaCIA y los vende-patria nacionales derrocan su go-bierno y la United Fruit recupera sus tierras y susfueros. No en vano el director de la CIA Allen Dulles-hermano del Secretario de Estado- es ex-presidentede la empresa.

Cuba

No contenta con el dulzor del banano, la Uni-ted Fruit quiere conocer el dulzor de la caña de azú-car.

Al fusionarse con la Boston Fruit Co. -que yatenía plantaciones bananeras en Cuba- emprende enel negocio cañero, que aquí, sin olvidarse del bana-no, pasa a ser su principal fuente de entradas.

Su prosperidad está asegurada, puesto que suentrada coincide con la ocupación de las tropas nor-teamericanas primero y, luego, con la vigencia de laoprobiosa Enmienda Platt.

Bajo este amparo, su actividad inicial es el aca-paramiento de tierras:

El latifundio de la UFC en Cuba se consolidóen menos de 20 años. Este proceso se realizó en un

83.929 hectáreas de tierra no cultivada de las250.000 que en ese entonces posee.2 El precio se de-termina de acuerdo al valor fijado por la misma em-presa... para evadir impuestos. Y viene la furibundaprotesta. “El gobierno de los Estados Unidos consi-dera un atropello que el gobierno de Guatemala setome en serio los libros de contabilidad de la UnitedFruit”.3 El Secretario de Estado John Foster Dullesantiguo abogado de la compañía- exige un pagoveinticinco veces mayor!

Desde este momento Arbenz está perdido. LaCIA y los vende-patria nacionales derrocan su go-bierno y la United Fruit recupera sus tierras y susfueros. No en vano el director de la CIA Allen Dulles-hermano del Secretario de Estado- es ex-presidentede la empresa.

Cuba

No contenta con el dulzor del banano, la Uni-ted Fruit quiere conocer el dulzor de la caña de azú-car.

Al fusionarse con la Boston Fruit Co. -que yatenía plantaciones bananeras en Cuba- emprende enel negocio cañero, que aquí, sin olvidarse del bana-no, pasa a ser su principal fuente de entradas.

Su prosperidad está asegurada, puesto que suentrada coincide con la ocupación de las tropas nor-teamericanas primero y, luego, con la vigencia de laoprobiosa Enmienda Platt.

Bajo este amparo, su actividad inicial es el aca-paramiento de tierras:

El latifundio de la UFC en Cuba se consolidóen menos de 20 años. Este proceso se realizó en un

83.929 hectáreas de tierra no cultivada de las250.000 que en ese entonces posee.2 El precio se de-termina de acuerdo al valor fijado por la misma em-presa... para evadir impuestos. Y viene la furibundaprotesta. “El gobierno de los Estados Unidos consi-dera un atropello que el gobierno de Guatemala setome en serio los libros de contabilidad de la UnitedFruit”.3 El Secretario de Estado John Foster Dullesantiguo abogado de la compañía- exige un pagoveinticinco veces mayor!

Desde este momento Arbenz está perdido. LaCIA y los vende-patria nacionales derrocan su go-bierno y la United Fruit recupera sus tierras y susfueros. No en vano el director de la CIA Allen Dulles-hermano del Secretario de Estado- es ex-presidentede la empresa.

Cuba

No contenta con el dulzor del banano, la Uni-ted Fruit quiere conocer el dulzor de la caña de azú-car.

Al fusionarse con la Boston Fruit Co. -que yatenía plantaciones bananeras en Cuba- emprende enel negocio cañero, que aquí, sin olvidarse del bana-no, pasa a ser su principal fuente de entradas.

Su prosperidad está asegurada, puesto que suentrada coincide con la ocupación de las tropas nor-teamericanas primero y, luego, con la vigencia de laoprobiosa Enmienda Platt.

Bajo este amparo, su actividad inicial es el aca-paramiento de tierras:

El latifundio de la UFC en Cuba se consolidóen menos de 20 años. Este proceso se realizó en un

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tiempo relativamente corto mediante fraudes, in-justicias y uso de la fuerza. Para la aplicación deestos procedimientos, la Compañía contó con lacomplicidad de negociantes y profesionales.4

En 1959 posee 8.153 caballerías de tierra conun valor de 8.500.000 de dólares.

Las ganancias provenientes del banano y de lacaña de azúcar se redondean con las obtenidas deuna extensa red comercial que organiza para la ven-ta de artículos de consumo general, pues donde haylucro, no falta su presencia.

La explotación de los trabajadores es máxima,ya que aquí, como en todas partes, los salarios quepaga son miserables. Para acrecentar más la explota-ción, contrata gran cantidad de braceros antillanos,mano de obra que por ser negra y extranjera, resultapor demás barata.

La revolución cubana pone término a este in-fame estado de cosas. El 6 de agosto de 1960, juntocon las demás empresas yanquis, la United Fruit esnacionalizada y tiene que salir de Cuba.

Hoy, añorando el paraíso perdido, forma partede esas negras fuerzas que por los medios más vilesquieren doblegar al heroico pueblo cubano, paradig-ma de dignidad americana. Está, entonces, en laavanzada de ese bloqueo criminal y cobarde.

Ya antes, en 1961, según consta en la revistaneoliberal América Economía, la United Fruit pro-porciona dos barcos para la invasión a Cuba que ter-mina con la vergonzosa derrota de Bahía de Cochi-nos.

tiempo relativamente corto mediante fraudes, in-justicias y uso de la fuerza. Para la aplicación deestos procedimientos, la Compañía contó con lacomplicidad de negociantes y profesionales.4

En 1959 posee 8.153 caballerías de tierra conun valor de 8.500.000 de dólares.

Las ganancias provenientes del banano y de lacaña de azúcar se redondean con las obtenidas deuna extensa red comercial que organiza para la ven-ta de artículos de consumo general, pues donde haylucro, no falta su presencia.

La explotación de los trabajadores es máxima,ya que aquí, como en todas partes, los salarios quepaga son miserables. Para acrecentar más la explota-ción, contrata gran cantidad de braceros antillanos,mano de obra que por ser negra y extranjera, resultapor demás barata.

La revolución cubana pone término a este in-fame estado de cosas. El 6 de agosto de 1960, juntocon las demás empresas yanquis, la United Fruit esnacionalizada y tiene que salir de Cuba.

Hoy, añorando el paraíso perdido, forma partede esas negras fuerzas que por los medios más vilesquieren doblegar al heroico pueblo cubano, paradig-ma de dignidad americana. Está, entonces, en laavanzada de ese bloqueo criminal y cobarde.

Ya antes, en 1961, según consta en la revistaneoliberal América Economía, la United Fruit pro-porciona dos barcos para la invasión a Cuba que ter-mina con la vergonzosa derrota de Bahía de Cochi-nos.

tiempo relativamente corto mediante fraudes, in-justicias y uso de la fuerza. Para la aplicación deestos procedimientos, la Compañía contó con lacomplicidad de negociantes y profesionales.4

En 1959 posee 8.153 caballerías de tierra conun valor de 8.500.000 de dólares.

Las ganancias provenientes del banano y de lacaña de azúcar se redondean con las obtenidas deuna extensa red comercial que organiza para la ven-ta de artículos de consumo general, pues donde haylucro, no falta su presencia.

La explotación de los trabajadores es máxima,ya que aquí, como en todas partes, los salarios quepaga son miserables. Para acrecentar más la explota-ción, contrata gran cantidad de braceros antillanos,mano de obra que por ser negra y extranjera, resultapor demás barata.

La revolución cubana pone término a este in-fame estado de cosas. El 6 de agosto de 1960, juntocon las demás empresas yanquis, la United Fruit esnacionalizada y tiene que salir de Cuba.

Hoy, añorando el paraíso perdido, forma partede esas negras fuerzas que por los medios más vilesquieren doblegar al heroico pueblo cubano, paradig-ma de dignidad americana. Está, entonces, en laavanzada de ese bloqueo criminal y cobarde.

Ya antes, en 1961, según consta en la revistaneoliberal América Economía, la United Fruit pro-porciona dos barcos para la invasión a Cuba que ter-mina con la vergonzosa derrota de Bahía de Cochi-nos.

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Costa Rica

Minor Keith, uno de los reyes del banano, em-pieza su exitosa carrera en esta pequeña nación cen-troamericana. Ya antes de la creación de la UnitedFruit, como encargado de la ejecución de un contra-to ferrocarrilero, para salvar de una crisis financieraa los contratistas, emprende en la plantación de ba-naneras. El negocio resulta espléndido, razón por laque decide proseguir en esa actividad, “hasta llegar aproducir, a fines de los noventa, casi el 40% de todaslas bananas del área del Caribe”.5 Por eso, cuando serealiza la fusión con la Boston Fruit Co., es elegidocomo uno de los vice-presidentes de la nueva em-presa.

Esto significa, que cuando nace la United, yaestá asentada sólidamente en la región caribeña. Na-ce de pie, como se dice.

Las tierras aportadas por Keith, y las que pos-teriormente adquiere son, casi siempre, fruto de larapiña. Esto sucede por ejemplo en el valle de Tala-manca, donde se destruyen los sembríos y se despojade sus tierras a los indios del lugar. Unos huyen a lasmontañas, otros son esclavizados en las plantacionesy los más son aniquilados.

La vida de los trabajadores es trágica. Percibensalarios miserables, carecen de servicios médicos yhabitan en verdaderas pocilgas. Los “comisariatos”de la compañía -que monopoliza el comercio de to-da la región- venden sus artículos a los precios másescandalosos, acrecentando así la explotación. Ycréase, por la importación de esos artículos no se pa-ga ningún impuesto.

Sin poder soportar tanta opresión, en 1934, losobreros declaran una larga huelga. Pero, como esfrecuente, siempre pierden los humildes:

Costa Rica

Minor Keith, uno de los reyes del banano, em-pieza su exitosa carrera en esta pequeña nación cen-troamericana. Ya antes de la creación de la UnitedFruit, como encargado de la ejecución de un contra-to ferrocarrilero, para salvar de una crisis financieraa los contratistas, emprende en la plantación de ba-naneras. El negocio resulta espléndido, razón por laque decide proseguir en esa actividad, “hasta llegar aproducir, a fines de los noventa, casi el 40% de todaslas bananas del área del Caribe”.5 Por eso, cuando serealiza la fusión con la Boston Fruit Co., es elegidocomo uno de los vice-presidentes de la nueva em-presa.

Esto significa, que cuando nace la United, yaestá asentada sólidamente en la región caribeña. Na-ce de pie, como se dice.

Las tierras aportadas por Keith, y las que pos-teriormente adquiere son, casi siempre, fruto de larapiña. Esto sucede por ejemplo en el valle de Tala-manca, donde se destruyen los sembríos y se despojade sus tierras a los indios del lugar. Unos huyen a lasmontañas, otros son esclavizados en las plantacionesy los más son aniquilados.

La vida de los trabajadores es trágica. Percibensalarios miserables, carecen de servicios médicos yhabitan en verdaderas pocilgas. Los “comisariatos”de la compañía -que monopoliza el comercio de to-da la región- venden sus artículos a los precios másescandalosos, acrecentando así la explotación. Ycréase, por la importación de esos artículos no se pa-ga ningún impuesto.

Sin poder soportar tanta opresión, en 1934, losobreros declaran una larga huelga. Pero, como esfrecuente, siempre pierden los humildes:

Costa Rica

Minor Keith, uno de los reyes del banano, em-pieza su exitosa carrera en esta pequeña nación cen-troamericana. Ya antes de la creación de la UnitedFruit, como encargado de la ejecución de un contra-to ferrocarrilero, para salvar de una crisis financieraa los contratistas, emprende en la plantación de ba-naneras. El negocio resulta espléndido, razón por laque decide proseguir en esa actividad, “hasta llegar aproducir, a fines de los noventa, casi el 40% de todaslas bananas del área del Caribe”.5 Por eso, cuando serealiza la fusión con la Boston Fruit Co., es elegidocomo uno de los vice-presidentes de la nueva em-presa.

Esto significa, que cuando nace la United, yaestá asentada sólidamente en la región caribeña. Na-ce de pie, como se dice.

Las tierras aportadas por Keith, y las que pos-teriormente adquiere son, casi siempre, fruto de larapiña. Esto sucede por ejemplo en el valle de Tala-manca, donde se destruyen los sembríos y se despojade sus tierras a los indios del lugar. Unos huyen a lasmontañas, otros son esclavizados en las plantacionesy los más son aniquilados.

La vida de los trabajadores es trágica. Percibensalarios miserables, carecen de servicios médicos yhabitan en verdaderas pocilgas. Los “comisariatos”de la compañía -que monopoliza el comercio de to-da la región- venden sus artículos a los precios másescandalosos, acrecentando así la explotación. Ycréase, por la importación de esos artículos no se pa-ga ningún impuesto.

Sin poder soportar tanta opresión, en 1934, losobreros declaran una larga huelga. Pero, como esfrecuente, siempre pierden los humildes:

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El coronel Gallegos, bajo el pretexto de quelos trabajadores habían quebrantado el arreglo, ycon el aplauso entusiasta de la prensa burguesa, seechó brutalmente sobre los trabajadores. Crepita-ron los fusiles y las ametralladoras en las sombríasbananeras del Atlántico; centenares de hombresfueron maltratados y encarcelados; centenares detrabajadores nicaragüenses fueron echados del paíscon solo los harapos que llevaban encima; y cente-nares de mujeres y de niños quedaron desampara-dos.6

Así describe el desenlace de la huelga CarlosLuis Fallas en su verídica novela Mamita Yunai. Fa-llas, como uno de sus dirigentes, es testigo presencialde esos luctuosos hechos.

Cuando las tierras del lado del Atlántico que-dan exhaustas -sin perder la propiedad de ellas- laUnited Fruit las abandona y se traslada a la costa delPacífico. Tiene libertad para escoger lo que quiera.Libertad para seguir explotando.

Colombia

Su historia no se diferencia en nada de las queacabamos de referir.

Su zona de acción es el departamento del Mag-dalena y tiene como centro económico la poblaciónde Ciénega. Es poseedora de 58.000 hectáreas de tie-rra, “la mayoría usurpada a sus legítimos propieta-rios”.7 Tiene 25.000 trabajadores, cuyos salarios mi-serables son pagados con vales que solo pueden serdescontados en su “comisariato”, del cual son deu-dores invariablemente. Impone un régimen despóti-co en las relaciones obrero-patronales.

El coronel Gallegos, bajo el pretexto de quelos trabajadores habían quebrantado el arreglo, ycon el aplauso entusiasta de la prensa burguesa, seechó brutalmente sobre los trabajadores. Crepita-ron los fusiles y las ametralladoras en las sombríasbananeras del Atlántico; centenares de hombresfueron maltratados y encarcelados; centenares detrabajadores nicaragüenses fueron echados del paíscon solo los harapos que llevaban encima; y cente-nares de mujeres y de niños quedaron desampara-dos.6

Así describe el desenlace de la huelga CarlosLuis Fallas en su verídica novela Mamita Yunai. Fa-llas, como uno de sus dirigentes, es testigo presencialde esos luctuosos hechos.

Cuando las tierras del lado del Atlántico que-dan exhaustas -sin perder la propiedad de ellas- laUnited Fruit las abandona y se traslada a la costa delPacífico. Tiene libertad para escoger lo que quiera.Libertad para seguir explotando.

Colombia

Su historia no se diferencia en nada de las queacabamos de referir.

Su zona de acción es el departamento del Mag-dalena y tiene como centro económico la poblaciónde Ciénega. Es poseedora de 58.000 hectáreas de tie-rra, “la mayoría usurpada a sus legítimos propieta-rios”.7 Tiene 25.000 trabajadores, cuyos salarios mi-serables son pagados con vales que solo pueden serdescontados en su “comisariato”, del cual son deu-dores invariablemente. Impone un régimen despóti-co en las relaciones obrero-patronales.

El coronel Gallegos, bajo el pretexto de quelos trabajadores habían quebrantado el arreglo, ycon el aplauso entusiasta de la prensa burguesa, seechó brutalmente sobre los trabajadores. Crepita-ron los fusiles y las ametralladoras en las sombríasbananeras del Atlántico; centenares de hombresfueron maltratados y encarcelados; centenares detrabajadores nicaragüenses fueron echados del paíscon solo los harapos que llevaban encima; y cente-nares de mujeres y de niños quedaron desampara-dos.6

Así describe el desenlace de la huelga CarlosLuis Fallas en su verídica novela Mamita Yunai. Fa-llas, como uno de sus dirigentes, es testigo presencialde esos luctuosos hechos.

Cuando las tierras del lado del Atlántico que-dan exhaustas -sin perder la propiedad de ellas- laUnited Fruit las abandona y se traslada a la costa delPacífico. Tiene libertad para escoger lo que quiera.Libertad para seguir explotando.

Colombia

Su historia no se diferencia en nada de las queacabamos de referir.

Su zona de acción es el departamento del Mag-dalena y tiene como centro económico la poblaciónde Ciénega. Es poseedora de 58.000 hectáreas de tie-rra, “la mayoría usurpada a sus legítimos propieta-rios”.7 Tiene 25.000 trabajadores, cuyos salarios mi-serables son pagados con vales que solo pueden serdescontados en su “comisariato”, del cual son deu-dores invariablemente. Impone un régimen despóti-co en las relaciones obrero-patronales.

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Se vive, en toda la región bananera, un climadenso, proclive a las confrontaciones.

En efecto, el conflicto latente estalla en 1928.La Unión de Trabajadores del Magdalena reclamamodestas reivindicaciones que son rechazadas alta-neramente por el gerente de la United Fruit, un talThomas Bradshaw. Seguro del apoyo del presidenteconservador Miguel Abadía Méndez, solicita la in-tervención del gobierno. Y éste, servilmente, milita-riza la región e implanta el estado de sitio. Un sica-rio, el coronel Cortés Vargas es nombrado jefe civil ymilitar. Todo está listo para la masacre. Y en la ma-ñana del 6 de diciembre los trabajadores congrega-dos en la playa de Ciénega, junto con sus esposas ysus hijos, son asesinados con toda saña. Más de milmuertos es el saldo de esta jornada sangrienta.

Jorge Eliécer Gaitán, en el parlamento colom-biano, denuncia así el horrendo crimen:

Los heridos son rematados con las bayonetas.Ni el llanto ni la imploración, ni el correr de lasangre conmueve a estas hienas humanas...Losmuertos son luego transportados en camiones paraarrojarlos al mar y otros son enterrados en fosaspreviamente abiertas. Pero digo mal: se entierrano solo a los muertos, se entierra también a los vi-vos que estaban heridos. No basta la imploraciónpara que no se les entierre vivos. Estos monstruosebrios de sangre, estos fugados de la selva, no tie-nen compasión. Para ellos la humanidad no exis-te. Existe solo la necesidad de complacer al oroamericano.8

A los que huyen de la furia desatada se les per-sigue con las tropas -algunas comandadas por em-pleados de la United Fruit- por todos los lugares.

Se vive, en toda la región bananera, un climadenso, proclive a las confrontaciones.

En efecto, el conflicto latente estalla en 1928.La Unión de Trabajadores del Magdalena reclamamodestas reivindicaciones que son rechazadas alta-neramente por el gerente de la United Fruit, un talThomas Bradshaw. Seguro del apoyo del presidenteconservador Miguel Abadía Méndez, solicita la in-tervención del gobierno. Y éste, servilmente, milita-riza la región e implanta el estado de sitio. Un sica-rio, el coronel Cortés Vargas es nombrado jefe civil ymilitar. Todo está listo para la masacre. Y en la ma-ñana del 6 de diciembre los trabajadores congrega-dos en la playa de Ciénega, junto con sus esposas ysus hijos, son asesinados con toda saña. Más de milmuertos es el saldo de esta jornada sangrienta.

Jorge Eliécer Gaitán, en el parlamento colom-biano, denuncia así el horrendo crimen:

Los heridos son rematados con las bayonetas.Ni el llanto ni la imploración, ni el correr de lasangre conmueve a estas hienas humanas...Losmuertos son luego transportados en camiones paraarrojarlos al mar y otros son enterrados en fosaspreviamente abiertas. Pero digo mal: se entierrano solo a los muertos, se entierra también a los vi-vos que estaban heridos. No basta la imploraciónpara que no se les entierre vivos. Estos monstruosebrios de sangre, estos fugados de la selva, no tie-nen compasión. Para ellos la humanidad no exis-te. Existe solo la necesidad de complacer al oroamericano.8

A los que huyen de la furia desatada se les per-sigue con las tropas -algunas comandadas por em-pleados de la United Fruit- por todos los lugares.

Se vive, en toda la región bananera, un climadenso, proclive a las confrontaciones.

En efecto, el conflicto latente estalla en 1928.La Unión de Trabajadores del Magdalena reclamamodestas reivindicaciones que son rechazadas alta-neramente por el gerente de la United Fruit, un talThomas Bradshaw. Seguro del apoyo del presidenteconservador Miguel Abadía Méndez, solicita la in-tervención del gobierno. Y éste, servilmente, milita-riza la región e implanta el estado de sitio. Un sica-rio, el coronel Cortés Vargas es nombrado jefe civil ymilitar. Todo está listo para la masacre. Y en la ma-ñana del 6 de diciembre los trabajadores congrega-dos en la playa de Ciénega, junto con sus esposas ysus hijos, son asesinados con toda saña. Más de milmuertos es el saldo de esta jornada sangrienta.

Jorge Eliécer Gaitán, en el parlamento colom-biano, denuncia así el horrendo crimen:

Los heridos son rematados con las bayonetas.Ni el llanto ni la imploración, ni el correr de lasangre conmueve a estas hienas humanas...Losmuertos son luego transportados en camiones paraarrojarlos al mar y otros son enterrados en fosaspreviamente abiertas. Pero digo mal: se entierrano solo a los muertos, se entierra también a los vi-vos que estaban heridos. No basta la imploraciónpara que no se les entierre vivos. Estos monstruosebrios de sangre, estos fugados de la selva, no tie-nen compasión. Para ellos la humanidad no exis-te. Existe solo la necesidad de complacer al oroamericano.8

A los que huyen de la furia desatada se les per-sigue con las tropas -algunas comandadas por em-pleados de la United Fruit- por todos los lugares.

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Cientos de obreros y pequeños finqueros son victi-mados. Los de más suerte son apresados y juzgadospor consejos de guerra que les imponen largas penasde prisión. Justicia yanqui, bien administrada por la-cayos criollos.

Después de la matanza, la soledad y el abando-no. “Las casas paradas con tanta urgencia durante lafiebre del banano habían sido abandonadas. Lacompañía bananera desmanteló sus instalaciones.De la contigua ciudad alambrada sólo quedaban susescombros”.9

Por donde quiera que va, lleva dolor y muerte.Lo narrado -con las lógicas variantes impuestas porel medio y la tradición- se repite en todos los otrospaíses de Centro América. Igual, bajo el cielo del Ca-ribe.

Con estas credenciales, con este curriculum vi-tae, la United Fruit penetra en el Ecuador.

Naturalmente, esos negros antecedentes no lepermiten ostentar su propio nombre. Como acos-tumbran todas las compañías extranjeras de similarhistoria, cambia su apelativo por otro, para taparcon esta hoja de parra sus lacerías y vergüenzas. Me-jor dicho, con tres hojas de parra, pues a nuestropaís entra dividida en tres empresas: Bananera delEcuador, Compañía Agrícola del Guayas y Ecuato-rian Cacao Co.

La adquisición de tierras es la primera tareaque emprende la United Fruit. Tampoco se hace di-rectamente, sino por intermedio de un testaferro, lallamada Comunidad Echeverría, la que compra unaserie de haciendas aprovechando la baratura de susprecios debido a la crisis del cacao, propiedades queinmediatamente son trasladadas a las empresas queantes mencionamos. Sólo a poder de la CompañíaAgrícola del Guayas pasan las siguientes haciendas:

Cientos de obreros y pequeños finqueros son victi-mados. Los de más suerte son apresados y juzgadospor consejos de guerra que les imponen largas penasde prisión. Justicia yanqui, bien administrada por la-cayos criollos.

Después de la matanza, la soledad y el abando-no. “Las casas paradas con tanta urgencia durante lafiebre del banano habían sido abandonadas. Lacompañía bananera desmanteló sus instalaciones.De la contigua ciudad alambrada sólo quedaban susescombros”.9

Por donde quiera que va, lleva dolor y muerte.Lo narrado -con las lógicas variantes impuestas porel medio y la tradición- se repite en todos los otrospaíses de Centro América. Igual, bajo el cielo del Ca-ribe.

Con estas credenciales, con este curriculum vi-tae, la United Fruit penetra en el Ecuador.

Naturalmente, esos negros antecedentes no lepermiten ostentar su propio nombre. Como acos-tumbran todas las compañías extranjeras de similarhistoria, cambia su apelativo por otro, para taparcon esta hoja de parra sus lacerías y vergüenzas. Me-jor dicho, con tres hojas de parra, pues a nuestropaís entra dividida en tres empresas: Bananera delEcuador, Compañía Agrícola del Guayas y Ecuato-rian Cacao Co.

La adquisición de tierras es la primera tareaque emprende la United Fruit. Tampoco se hace di-rectamente, sino por intermedio de un testaferro, lallamada Comunidad Echeverría, la que compra unaserie de haciendas aprovechando la baratura de susprecios debido a la crisis del cacao, propiedades queinmediatamente son trasladadas a las empresas queantes mencionamos. Sólo a poder de la CompañíaAgrícola del Guayas pasan las siguientes haciendas:

Cientos de obreros y pequeños finqueros son victi-mados. Los de más suerte son apresados y juzgadospor consejos de guerra que les imponen largas penasde prisión. Justicia yanqui, bien administrada por la-cayos criollos.

Después de la matanza, la soledad y el abando-no. “Las casas paradas con tanta urgencia durante lafiebre del banano habían sido abandonadas. Lacompañía bananera desmanteló sus instalaciones.De la contigua ciudad alambrada sólo quedaban susescombros”.9

Por donde quiera que va, lleva dolor y muerte.Lo narrado -con las lógicas variantes impuestas porel medio y la tradición- se repite en todos los otrospaíses de Centro América. Igual, bajo el cielo del Ca-ribe.

Con estas credenciales, con este curriculum vi-tae, la United Fruit penetra en el Ecuador.

Naturalmente, esos negros antecedentes no lepermiten ostentar su propio nombre. Como acos-tumbran todas las compañías extranjeras de similarhistoria, cambia su apelativo por otro, para taparcon esta hoja de parra sus lacerías y vergüenzas. Me-jor dicho, con tres hojas de parra, pues a nuestropaís entra dividida en tres empresas: Bananera delEcuador, Compañía Agrícola del Guayas y Ecuato-rian Cacao Co.

La adquisición de tierras es la primera tareaque emprende la United Fruit. Tampoco se hace di-rectamente, sino por intermedio de un testaferro, lallamada Comunidad Echeverría, la que compra unaserie de haciendas aprovechando la baratura de susprecios debido a la crisis del cacao, propiedades queinmediatamente son trasladadas a las empresas queantes mencionamos. Sólo a poder de la CompañíaAgrícola del Guayas pasan las siguientes haciendas:

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Desde luego, los precios pagados por la Com-pañía Agrícola del Guayas son ficticios, pues comodijimos, la Comunidad Echeverría es solo un agentede la United Fruit.

Un estudioso norteamericano, John F. Uggen,afirma que sólo los fundos de Taura y Vainillo te-nían una extensión de más de 30.000 hectáreas, aña-diendo además que la Comunidad Echeverría erapropietaria también de Papayal -entre Guayas y Ca-ñar- que “tenía una cabida de 52.000 hectáreas antesde su partición en 1942”.11

En 1933, la United Fruit compra al Banco Te-rritorial por la miserable suma de S/.80.000 el in-menso latifundio de Tenguel, otrora la plantacióncacaotera más grande del mundo.

Tenguel está marcado por la mala suerte. Estainmensa hacienda de 50.000 hectáreas de extensión,durante el siglo pasado y las primeras décadas de és-te pertenece a la poderosa familia de los Caamaño,uno de los cuales, el presidente José María PlácidoCaamaño, pasa a la historia como vendedor denuestra bandera. Los conciertos que la trabajan, vigi-lados por policía propia, son explotados y maltrata-

Desde luego, los precios pagados por la Com-pañía Agrícola del Guayas son ficticios, pues comodijimos, la Comunidad Echeverría es solo un agentede la United Fruit.

Un estudioso norteamericano, John F. Uggen,afirma que sólo los fundos de Taura y Vainillo te-nían una extensión de más de 30.000 hectáreas, aña-diendo además que la Comunidad Echeverría erapropietaria también de Papayal -entre Guayas y Ca-ñar- que “tenía una cabida de 52.000 hectáreas antesde su partición en 1942”.11

En 1933, la United Fruit compra al Banco Te-rritorial por la miserable suma de S/.80.000 el in-menso latifundio de Tenguel, otrora la plantacióncacaotera más grande del mundo.

Tenguel está marcado por la mala suerte. Estainmensa hacienda de 50.000 hectáreas de extensión,durante el siglo pasado y las primeras décadas de és-te pertenece a la poderosa familia de los Caamaño,uno de los cuales, el presidente José María PlácidoCaamaño, pasa a la historia como vendedor denuestra bandera. Los conciertos que la trabajan, vigi-lados por policía propia, son explotados y maltrata-

Desde luego, los precios pagados por la Com-pañía Agrícola del Guayas son ficticios, pues comodijimos, la Comunidad Echeverría es solo un agentede la United Fruit.

Un estudioso norteamericano, John F. Uggen,afirma que sólo los fundos de Taura y Vainillo te-nían una extensión de más de 30.000 hectáreas, aña-diendo además que la Comunidad Echeverría erapropietaria también de Papayal -entre Guayas y Ca-ñar- que “tenía una cabida de 52.000 hectáreas antesde su partición en 1942”.11

En 1933, la United Fruit compra al Banco Te-rritorial por la miserable suma de S/.80.000 el in-menso latifundio de Tenguel, otrora la plantacióncacaotera más grande del mundo.

Tenguel está marcado por la mala suerte. Estainmensa hacienda de 50.000 hectáreas de extensión,durante el siglo pasado y las primeras décadas de és-te pertenece a la poderosa familia de los Caamaño,uno de los cuales, el presidente José María PlácidoCaamaño, pasa a la historia como vendedor denuestra bandera. Los conciertos que la trabajan, vigi-lados por policía propia, son explotados y maltrata-

PREDIO PROPIETARIO PRECIO AÑO

ANTERIOR PAGADO

La Isla Beneficencia de Señoras S/.230.039,00 1933Vainillo Hnos. López Morán 347.827,44 1933Taura - “ - 139.930,37 1933San Judas de Joseph H. Kumelis 99.023,37 1934OcañayFlor del Bosque Carmelina Vicuña, vda. 107.501,88 1934y Capricho de Muñoz CorderoSan Ramón ——————— 74.542,21 1934TargeliaCadellán Paz Santos Maridueñay Restauración 26.716,06 1935Total pagado por la Cía Agrícola del Guayas S/.1.075.297,81

PREDIO PROPIETARIO PRECIO AÑO

ANTERIOR PAGADO

La Isla Beneficencia de Señoras S/.230.039,00 1933Vainillo Hnos. López Morán 347.827,44 1933Taura - “ - 139.930,37 1933San Judas de Joseph H. Kumelis 99.023,37 1934OcañayFlor del Bosque Carmelina Vicuña, vda. 107.501,88 1934y Capricho de Muñoz CorderoSan Ramón ——————— 74.542,21 1934TargeliaCadellán Paz Santos Maridueñay Restauración 26.716,06 1935Total pagado por la Cía Agrícola del Guayas S/.1.075.297,81

PREDIO PROPIETARIO PRECIO AÑO

ANTERIOR PAGADO

La Isla Beneficencia de Señoras S/.230.039,00 1933Vainillo Hnos. López Morán 347.827,44 1933Taura - “ - 139.930,37 1933San Judas de Joseph H. Kumelis 99.023,37 1934OcañayFlor del Bosque Carmelina Vicuña, vda. 107.501,88 1934y Capricho de Muñoz CorderoSan Ramón ——————— 74.542,21 1934TargeliaCadellán Paz Santos Maridueñay Restauración 26.716,06 1935Total pagado por la Cía Agrícola del Guayas S/.1.075.297,81

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dos inhumanamente, razón por la que es teatro deconstantes amotinamientos y protestas reprimidospor la fuerza. Luego, en 1910, por acuerdo entre lospropietarios y negociantes europeos, se forma lacompañía Caamaño Tenguel Estate Limited que lle-ga a cultivar 3.000.000 de árboles de cacao medianteel esfuerzo de cientos de trabajadores mal pagados ypésimamente tratados. “Los financistas londinenses-dice el investigador Manuel Chiriboga- señalabanlos niveles de producción, contrataban expertos ex-tranjeros para administrarla, trajeron mano de obracolombiana y exigían altos porcentajes de gananciassobre sus inversiones”.12 Esas inversiones son sus-pendidas cuando las enfermedades del cacao amino-ran los beneficios y se tiene que recurrir a préstamosdel Banco Territorial, que embarga el latifundio en1926 en virtud de las deudas contraídas, para ven-derlo más tarde -como ya se dijo- a la United Fruit.Como se ve: ¡todo un largo calvario!

Y si retrocedemos en el tiempo y llegamos a lacolonia, veremos que Tenguel proviene del feo deli-to de la usurpación. Cuando Carlos III facilita hastacierto punto la exportación de cacao guayaquileñoen el último cuarto del siglo XVIII –el llamado “librecomercio”- los comerciantes del puerto, con unaprontitud y agilidad admirables, proceden a la ad-quisición de tierras. El método más fácil para esemenester no es otro que el robo de las tierras de lascomunidades indígenas que, así mismo con rapidezinusitada, son legalizadas por el arbitrio milagrosode la “composición”. De las tierras de esa zona, per-judicando a los campesinos indios, se apodera un talSilvestre Gorostiza, que según nos informa el histo-riador Jorge Núñez en su libro Guayaquil, una ciu-dad colonial del trópico, para pagar menos por la“composición” de las tierras usurpadas, miente que

dos inhumanamente, razón por la que es teatro deconstantes amotinamientos y protestas reprimidospor la fuerza. Luego, en 1910, por acuerdo entre lospropietarios y negociantes europeos, se forma lacompañía Caamaño Tenguel Estate Limited que lle-ga a cultivar 3.000.000 de árboles de cacao medianteel esfuerzo de cientos de trabajadores mal pagados ypésimamente tratados. “Los financistas londinenses-dice el investigador Manuel Chiriboga- señalabanlos niveles de producción, contrataban expertos ex-tranjeros para administrarla, trajeron mano de obracolombiana y exigían altos porcentajes de gananciassobre sus inversiones”.12 Esas inversiones son sus-pendidas cuando las enfermedades del cacao amino-ran los beneficios y se tiene que recurrir a préstamosdel Banco Territorial, que embarga el latifundio en1926 en virtud de las deudas contraídas, para ven-derlo más tarde -como ya se dijo- a la United Fruit.Como se ve: ¡todo un largo calvario!

Y si retrocedemos en el tiempo y llegamos a lacolonia, veremos que Tenguel proviene del feo deli-to de la usurpación. Cuando Carlos III facilita hastacierto punto la exportación de cacao guayaquileñoen el último cuarto del siglo XVIII –el llamado “librecomercio”- los comerciantes del puerto, con unaprontitud y agilidad admirables, proceden a la ad-quisición de tierras. El método más fácil para esemenester no es otro que el robo de las tierras de lascomunidades indígenas que, así mismo con rapidezinusitada, son legalizadas por el arbitrio milagrosode la “composición”. De las tierras de esa zona, per-judicando a los campesinos indios, se apodera un talSilvestre Gorostiza, que según nos informa el histo-riador Jorge Núñez en su libro Guayaquil, una ciu-dad colonial del trópico, para pagar menos por la“composición” de las tierras usurpadas, miente que

dos inhumanamente, razón por la que es teatro deconstantes amotinamientos y protestas reprimidospor la fuerza. Luego, en 1910, por acuerdo entre lospropietarios y negociantes europeos, se forma lacompañía Caamaño Tenguel Estate Limited que lle-ga a cultivar 3.000.000 de árboles de cacao medianteel esfuerzo de cientos de trabajadores mal pagados ypésimamente tratados. “Los financistas londinenses-dice el investigador Manuel Chiriboga- señalabanlos niveles de producción, contrataban expertos ex-tranjeros para administrarla, trajeron mano de obracolombiana y exigían altos porcentajes de gananciassobre sus inversiones”.12 Esas inversiones son sus-pendidas cuando las enfermedades del cacao amino-ran los beneficios y se tiene que recurrir a préstamosdel Banco Territorial, que embarga el latifundio en1926 en virtud de las deudas contraídas, para ven-derlo más tarde -como ya se dijo- a la United Fruit.Como se ve: ¡todo un largo calvario!

Y si retrocedemos en el tiempo y llegamos a lacolonia, veremos que Tenguel proviene del feo deli-to de la usurpación. Cuando Carlos III facilita hastacierto punto la exportación de cacao guayaquileñoen el último cuarto del siglo XVIII –el llamado “librecomercio”- los comerciantes del puerto, con unaprontitud y agilidad admirables, proceden a la ad-quisición de tierras. El método más fácil para esemenester no es otro que el robo de las tierras de lascomunidades indígenas que, así mismo con rapidezinusitada, son legalizadas por el arbitrio milagrosode la “composición”. De las tierras de esa zona, per-judicando a los campesinos indios, se apodera un talSilvestre Gorostiza, que según nos informa el histo-riador Jorge Núñez en su libro Guayaquil, una ciu-dad colonial del trópico, para pagar menos por la“composición” de las tierras usurpadas, miente que

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se trata de terrenos inservibles: pantanos y mangla-res. Y en esos pantanos y manglares descubre muypronto 60.000 árboles de cacao y puede sembrarotros 32.310 según el mismo confiesa en un informeal gobernador de Guayaquil, que el autor citadomenciona.

¡Véase, como las uñas largas, pueden rendirpingues ganancias!

Las tierras de la provincia del Guayas están in-mensamente concentradas en pocas manos, puesdesde el siglo pasado los grandes terratenientes ca-caoteros habían venido despojando de las tierras co-munales a los campesinos que, caídos bajo su férula,se transformaron en peones explotados. Esa concen-tración crece con la llegada de la United Fruit, peroen su beneficio, ya que con los grandes predios queacapara se convierte en el mayor latifundista delpaís. Solo en la región de Balao llega a controlar, di-recta o indirectamente, “un patrimonio agrícola de225.000 hectáreas”.13

José de la Cuadra, nuestro gran escritor, de-nuncia así esta nueva situación:

Calamitosamente, las haciendas frutaleshan pasado a ser, en su mayor parte, propiedad decompañías extranjeras, que las explotan directa-mente y sin control fiscal efectivo, utilizando tra-bajadores nacionales con el cebo de un salario unpoquitín más alto que el normal en el agro. A lospequeños trabajadores independientes, las compa-ñías extranjeras para absorberlos, se niegan acomprarles frutas, como no sea a precios misera-bles, y esto amarrándoles previamente con contra-tos leoninos. De esta suerte, los compelen a vendersus haciendas a las compañías, las mismas que lasadquieren de barato.14

se trata de terrenos inservibles: pantanos y mangla-res. Y en esos pantanos y manglares descubre muypronto 60.000 árboles de cacao y puede sembrarotros 32.310 según el mismo confiesa en un informeal gobernador de Guayaquil, que el autor citadomenciona.

¡Véase, como las uñas largas, pueden rendirpingues ganancias!

Las tierras de la provincia del Guayas están in-mensamente concentradas en pocas manos, puesdesde el siglo pasado los grandes terratenientes ca-caoteros habían venido despojando de las tierras co-munales a los campesinos que, caídos bajo su férula,se transformaron en peones explotados. Esa concen-tración crece con la llegada de la United Fruit, peroen su beneficio, ya que con los grandes predios queacapara se convierte en el mayor latifundista delpaís. Solo en la región de Balao llega a controlar, di-recta o indirectamente, “un patrimonio agrícola de225.000 hectáreas”.13

José de la Cuadra, nuestro gran escritor, de-nuncia así esta nueva situación:

Calamitosamente, las haciendas frutaleshan pasado a ser, en su mayor parte, propiedad decompañías extranjeras, que las explotan directa-mente y sin control fiscal efectivo, utilizando tra-bajadores nacionales con el cebo de un salario unpoquitín más alto que el normal en el agro. A lospequeños trabajadores independientes, las compa-ñías extranjeras para absorberlos, se niegan acomprarles frutas, como no sea a precios misera-bles, y esto amarrándoles previamente con contra-tos leoninos. De esta suerte, los compelen a vendersus haciendas a las compañías, las mismas que lasadquieren de barato.14

se trata de terrenos inservibles: pantanos y mangla-res. Y en esos pantanos y manglares descubre muypronto 60.000 árboles de cacao y puede sembrarotros 32.310 según el mismo confiesa en un informeal gobernador de Guayaquil, que el autor citadomenciona.

¡Véase, como las uñas largas, pueden rendirpingues ganancias!

Las tierras de la provincia del Guayas están in-mensamente concentradas en pocas manos, puesdesde el siglo pasado los grandes terratenientes ca-caoteros habían venido despojando de las tierras co-munales a los campesinos que, caídos bajo su férula,se transformaron en peones explotados. Esa concen-tración crece con la llegada de la United Fruit, peroen su beneficio, ya que con los grandes predios queacapara se convierte en el mayor latifundista delpaís. Solo en la región de Balao llega a controlar, di-recta o indirectamente, “un patrimonio agrícola de225.000 hectáreas”.13

José de la Cuadra, nuestro gran escritor, de-nuncia así esta nueva situación:

Calamitosamente, las haciendas frutaleshan pasado a ser, en su mayor parte, propiedad decompañías extranjeras, que las explotan directa-mente y sin control fiscal efectivo, utilizando tra-bajadores nacionales con el cebo de un salario unpoquitín más alto que el normal en el agro. A lospequeños trabajadores independientes, las compa-ñías extranjeras para absorberlos, se niegan acomprarles frutas, como no sea a precios misera-bles, y esto amarrándoles previamente con contra-tos leoninos. De esta suerte, los compelen a vendersus haciendas a las compañías, las mismas que lasadquieren de barato.14

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Empero, no sólo es esto. Se trata, además, delcontrol y dependencia de la economía ecuatorianapor parte de las compañías extranjeras. De la pene-tración del imperialismo y el consiguiente peligropara la soberanía nacional. Y es el joven Partido Co-munista, apoyado por otras fuerzas populares y de-mocráticas, el primero en alertar al pueblo ante talamenaza.

El avance y la consolidación de la United Fruiten nuestro suelo es facilitado por el servilismo de losgobiernos de esa época, representantes de una oli-garquía que desde antaño se había aliado y subordi-nado al capital extranjero.

El dictador Páez, sobre todo, se distingue eneste bajo menester. Primero, en 1937, dicta un de-creto fijando normas a las que deben sujetarse loscontratos que se suscriban con las compañías ex-tranjeras, con varias concesiones en favor de esasempresas. Y luego, en el mismo año, basándose enese camino abierto, firma un contrato con las trescompañías que conforman o encubren a la UnitedFruit, donde se hacen constar, como era de esperar-se, singulares privilegios. Entre otros, se legaliza to-das las adquisiciones de tierras y se les concede el li-bre uso de las aguas. Se renuncia a la imposición decualquier nuevo impuesto. Y, por último, hasta seles exonera del impuesto a la renta.

Esta situación, que menoscaba nuestros intere-ses, cambia con el derrocamiento de Páez y la ascen-sión al poder del general Enriquez Gallo. Siguiendouna política nacionalista, ampliamente apoyada porel pueblo, al igual de lo que hace con otras empresasforáneas, revisa los contratos suscritos anteriormen-te con las bananeras a fin de frenar su explotación.

Para impedir que prosiga esa explotación, asícomo para evitar una mayor concentración de tie-

Empero, no sólo es esto. Se trata, además, delcontrol y dependencia de la economía ecuatorianapor parte de las compañías extranjeras. De la pene-tración del imperialismo y el consiguiente peligropara la soberanía nacional. Y es el joven Partido Co-munista, apoyado por otras fuerzas populares y de-mocráticas, el primero en alertar al pueblo ante talamenaza.

El avance y la consolidación de la United Fruiten nuestro suelo es facilitado por el servilismo de losgobiernos de esa época, representantes de una oli-garquía que desde antaño se había aliado y subordi-nado al capital extranjero.

El dictador Páez, sobre todo, se distingue eneste bajo menester. Primero, en 1937, dicta un de-creto fijando normas a las que deben sujetarse loscontratos que se suscriban con las compañías ex-tranjeras, con varias concesiones en favor de esasempresas. Y luego, en el mismo año, basándose enese camino abierto, firma un contrato con las trescompañías que conforman o encubren a la UnitedFruit, donde se hacen constar, como era de esperar-se, singulares privilegios. Entre otros, se legaliza to-das las adquisiciones de tierras y se les concede el li-bre uso de las aguas. Se renuncia a la imposición decualquier nuevo impuesto. Y, por último, hasta seles exonera del impuesto a la renta.

Esta situación, que menoscaba nuestros intere-ses, cambia con el derrocamiento de Páez y la ascen-sión al poder del general Enriquez Gallo. Siguiendouna política nacionalista, ampliamente apoyada porel pueblo, al igual de lo que hace con otras empresasforáneas, revisa los contratos suscritos anteriormen-te con las bananeras a fin de frenar su explotación.

Para impedir que prosiga esa explotación, asícomo para evitar una mayor concentración de tie-

Empero, no sólo es esto. Se trata, además, delcontrol y dependencia de la economía ecuatorianapor parte de las compañías extranjeras. De la pene-tración del imperialismo y el consiguiente peligropara la soberanía nacional. Y es el joven Partido Co-munista, apoyado por otras fuerzas populares y de-mocráticas, el primero en alertar al pueblo ante talamenaza.

El avance y la consolidación de la United Fruiten nuestro suelo es facilitado por el servilismo de losgobiernos de esa época, representantes de una oli-garquía que desde antaño se había aliado y subordi-nado al capital extranjero.

El dictador Páez, sobre todo, se distingue eneste bajo menester. Primero, en 1937, dicta un de-creto fijando normas a las que deben sujetarse loscontratos que se suscriban con las compañías ex-tranjeras, con varias concesiones en favor de esasempresas. Y luego, en el mismo año, basándose enese camino abierto, firma un contrato con las trescompañías que conforman o encubren a la UnitedFruit, donde se hacen constar, como era de esperar-se, singulares privilegios. Entre otros, se legaliza to-das las adquisiciones de tierras y se les concede el li-bre uso de las aguas. Se renuncia a la imposición decualquier nuevo impuesto. Y, por último, hasta seles exonera del impuesto a la renta.

Esta situación, que menoscaba nuestros intere-ses, cambia con el derrocamiento de Páez y la ascen-sión al poder del general Enriquez Gallo. Siguiendouna política nacionalista, ampliamente apoyada porel pueblo, al igual de lo que hace con otras empresasforáneas, revisa los contratos suscritos anteriormen-te con las bananeras a fin de frenar su explotación.

Para impedir que prosiga esa explotación, asícomo para evitar una mayor concentración de tie-

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rras y cortar las injusticias que se cometen con losproductores nacionales de que habla José de la Cua-dra -que ahora es Secretario General del gobierno-,se dicta el decreto de 8 de Julio de 1938, donde cons-tan estas principales disposiciones:

Art.1° Todas las Compañías establecidas oque posteriormente se establecieren en el país paracultivar y exportar banano por su cuenta, no po-drán adquirir en propiedad tierras ecuatorianassino hasta la extensión de ochenta mil hectáreascomo máximo.

Art.2° Las Compañías Bananeras que estu-vieren antes de la vigencia de esta Ley, en propie-dad de mayor extensión de terreno del indicado enel artículo anterior, quedan obligadas a vender enparcelas no mayores de doscientas hectáreas, a ciu-dadanos ecuatorianos, el excedente de terreno so-bre el límite señalado, en el plazo de cinco años acontarse de la fecha de promulgación de esta Ley.

Art.3° Para que las Compañías puedan ex-portar banano, están obligadas a comprar a pro-ductores ecuatorianos una cantidad igual a la queellas quisieran exportar de su producto, de suerteque, en cada embarque, el cincuenta por ciento delo exportado corresponda a productores naciona-les.15

En caso de no cumplirse la venta de terrenosordenada en el término señalado, se dispone que elexcedente de las 80.000 hectáreas pase a propiedaddel Estado sin ninguna indemnización.

El control de los embarques y de las adquisi-ciones que se hagan a los productores nacionales es-tará a cargo de un Interventor nombrado por el Mi-nisterio de Previsión Social. Este mismo funcionario

rras y cortar las injusticias que se cometen con losproductores nacionales de que habla José de la Cua-dra -que ahora es Secretario General del gobierno-,se dicta el decreto de 8 de Julio de 1938, donde cons-tan estas principales disposiciones:

Art.1° Todas las Compañías establecidas oque posteriormente se establecieren en el país paracultivar y exportar banano por su cuenta, no po-drán adquirir en propiedad tierras ecuatorianassino hasta la extensión de ochenta mil hectáreascomo máximo.

Art.2° Las Compañías Bananeras que estu-vieren antes de la vigencia de esta Ley, en propie-dad de mayor extensión de terreno del indicado enel artículo anterior, quedan obligadas a vender enparcelas no mayores de doscientas hectáreas, a ciu-dadanos ecuatorianos, el excedente de terreno so-bre el límite señalado, en el plazo de cinco años acontarse de la fecha de promulgación de esta Ley.

Art.3° Para que las Compañías puedan ex-portar banano, están obligadas a comprar a pro-ductores ecuatorianos una cantidad igual a la queellas quisieran exportar de su producto, de suerteque, en cada embarque, el cincuenta por ciento delo exportado corresponda a productores naciona-les.15

En caso de no cumplirse la venta de terrenosordenada en el término señalado, se dispone que elexcedente de las 80.000 hectáreas pase a propiedaddel Estado sin ninguna indemnización.

El control de los embarques y de las adquisi-ciones que se hagan a los productores nacionales es-tará a cargo de un Interventor nombrado por el Mi-nisterio de Previsión Social. Este mismo funcionario

rras y cortar las injusticias que se cometen con losproductores nacionales de que habla José de la Cua-dra -que ahora es Secretario General del gobierno-,se dicta el decreto de 8 de Julio de 1938, donde cons-tan estas principales disposiciones:

Art.1° Todas las Compañías establecidas oque posteriormente se establecieren en el país paracultivar y exportar banano por su cuenta, no po-drán adquirir en propiedad tierras ecuatorianassino hasta la extensión de ochenta mil hectáreascomo máximo.

Art.2° Las Compañías Bananeras que estu-vieren antes de la vigencia de esta Ley, en propie-dad de mayor extensión de terreno del indicado enel artículo anterior, quedan obligadas a vender enparcelas no mayores de doscientas hectáreas, a ciu-dadanos ecuatorianos, el excedente de terreno so-bre el límite señalado, en el plazo de cinco años acontarse de la fecha de promulgación de esta Ley.

Art.3° Para que las Compañías puedan ex-portar banano, están obligadas a comprar a pro-ductores ecuatorianos una cantidad igual a la queellas quisieran exportar de su producto, de suerteque, en cada embarque, el cincuenta por ciento delo exportado corresponda a productores naciona-les.15

En caso de no cumplirse la venta de terrenosordenada en el término señalado, se dispone que elexcedente de las 80.000 hectáreas pase a propiedaddel Estado sin ninguna indemnización.

El control de los embarques y de las adquisi-ciones que se hagan a los productores nacionales es-tará a cargo de un Interventor nombrado por el Mi-nisterio de Previsión Social. Este mismo funcionario

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se encargará también de solucionar las discrepanciasque se produjeran entre las partes en relación al pre-cio del banano. Su resolución será obligatoria, perolos contendientes podrán apelar a ella ante el presi-dente de la Cámara de Comercio de Guayaquil.

Se ordena que todas las compañías bananerasdeberán sujetarse a las leyes vigentes en lo referentea impuestos, tasas o cualquier otra obligación con elfisco o las municipalidades, sin que pueda haber ex-cepción, exoneración o privilegio alguno. Toda cláu-sula o disposición contractual violatoria a lo prescri-to, no tendrá valor y quedará de hecho derogada.

Y, finalmente, se manda que se revisen todoslos contratos firmados anteriormente con tales em-presas, a fin de que los nuevos que se suscriban, esténen consonancia con las disposiciones de este decreto.

En efecto, en acatamiento estricto a lo dispues-to, se firman los nuevos contratos con diez años deplazo en agosto de 1938, debiendo por consiguientecaducar en 1948.

Desgraciadamente, cuando el general Enríquezentrega el poder, la United Fruit hace caso omiso deleyes y contratos. Para esto, con cinismo y prepoten-cia, alega la vigencia del contrato de 1937 firmadodurante la dictadura de Federico Páez, ignorandopor completo la existencia del de 1938 que anulabaal anterior. Sosteniendo esta peregrina tesis se niegaa entregar al Banco Central un solo centavo de lasdivisas provenientes de sus exportaciones, razón porla que el Congreso de 1950, en sesión plenaria y porunanimidad, tiene que declarar la caducidad delcontrato alegado.

Pero esto de nada sirve.Y no sirve de nada, porque gobierna el país el

señor Galo Plaza, mandatario entregado al imperia-lismo norteamericano y solícito servidor de las em-

se encargará también de solucionar las discrepanciasque se produjeran entre las partes en relación al pre-cio del banano. Su resolución será obligatoria, perolos contendientes podrán apelar a ella ante el presi-dente de la Cámara de Comercio de Guayaquil.

Se ordena que todas las compañías bananerasdeberán sujetarse a las leyes vigentes en lo referentea impuestos, tasas o cualquier otra obligación con elfisco o las municipalidades, sin que pueda haber ex-cepción, exoneración o privilegio alguno. Toda cláu-sula o disposición contractual violatoria a lo prescri-to, no tendrá valor y quedará de hecho derogada.

Y, finalmente, se manda que se revisen todoslos contratos firmados anteriormente con tales em-presas, a fin de que los nuevos que se suscriban, esténen consonancia con las disposiciones de este decreto.

En efecto, en acatamiento estricto a lo dispues-to, se firman los nuevos contratos con diez años deplazo en agosto de 1938, debiendo por consiguientecaducar en 1948.

Desgraciadamente, cuando el general Enríquezentrega el poder, la United Fruit hace caso omiso deleyes y contratos. Para esto, con cinismo y prepoten-cia, alega la vigencia del contrato de 1937 firmadodurante la dictadura de Federico Páez, ignorandopor completo la existencia del de 1938 que anulabaal anterior. Sosteniendo esta peregrina tesis se niegaa entregar al Banco Central un solo centavo de lasdivisas provenientes de sus exportaciones, razón porla que el Congreso de 1950, en sesión plenaria y porunanimidad, tiene que declarar la caducidad delcontrato alegado.

Pero esto de nada sirve.Y no sirve de nada, porque gobierna el país el

señor Galo Plaza, mandatario entregado al imperia-lismo norteamericano y solícito servidor de las em-

se encargará también de solucionar las discrepanciasque se produjeran entre las partes en relación al pre-cio del banano. Su resolución será obligatoria, perolos contendientes podrán apelar a ella ante el presi-dente de la Cámara de Comercio de Guayaquil.

Se ordena que todas las compañías bananerasdeberán sujetarse a las leyes vigentes en lo referentea impuestos, tasas o cualquier otra obligación con elfisco o las municipalidades, sin que pueda haber ex-cepción, exoneración o privilegio alguno. Toda cláu-sula o disposición contractual violatoria a lo prescri-to, no tendrá valor y quedará de hecho derogada.

Y, finalmente, se manda que se revisen todoslos contratos firmados anteriormente con tales em-presas, a fin de que los nuevos que se suscriban, esténen consonancia con las disposiciones de este decreto.

En efecto, en acatamiento estricto a lo dispues-to, se firman los nuevos contratos con diez años deplazo en agosto de 1938, debiendo por consiguientecaducar en 1948.

Desgraciadamente, cuando el general Enríquezentrega el poder, la United Fruit hace caso omiso deleyes y contratos. Para esto, con cinismo y prepoten-cia, alega la vigencia del contrato de 1937 firmadodurante la dictadura de Federico Páez, ignorandopor completo la existencia del de 1938 que anulabaal anterior. Sosteniendo esta peregrina tesis se niegaa entregar al Banco Central un solo centavo de lasdivisas provenientes de sus exportaciones, razón porla que el Congreso de 1950, en sesión plenaria y porunanimidad, tiene que declarar la caducidad delcontrato alegado.

Pero esto de nada sirve.Y no sirve de nada, porque gobierna el país el

señor Galo Plaza, mandatario entregado al imperia-lismo norteamericano y solícito servidor de las em-

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presas extranjeras. Está asesorado por una legión detécnicos yanquis que elaboran los principales pro-yectos de ley. Así sucede -para citar un solo ejemplo-con el arancel de aduanas, que al disminuir los dere-chos arancelarios, tal como lo denuncia el senadorPedro Saad en el Congreso de 1956, no tiene otra fi-nalidad que mantener al Ecuador como productorde materias primas e impedir nuestro desarrollo in-dustrial.16

La United Fruit, entonces, está como el pez enel agua.

Plaza Lasso, olvidando la resolución del Con-greso de 1950, celebra un nuevo contrato en el quese declara válido el de 1937 y, consiguientemente,todos los privilegios en el pago de impuestos que allíse conceden. Según esto, no tiene que entregar sinoel 60% de las divisas que las otras compañías bana-neras, incluyendo las nacionales, entregan al BancoCentral. Mientras que un exportador ecuatorianoentrega $ 1,60 por cada racimo de banano, la UnitedFruit sólo tiene que entregar 0,90 centavos de dó-lar.17

Una prerrogativa, como se ve, por demás gra-ciosa.

Los productores nacionales siguen supeditadosa sus intereses. Cuando el mercado exterior se con-trae o cuando la producción de sus plantaciones deCentro América que están más cercanas a los centrosde consumo pueden abastecerlo, rebaja el nivel de sucompras a nuestros agricultores causándoles ingentespérdidas. Y de paso, dejando en la desocupación a ungran número de trabajadores asalariados.

Practica una competencia desleal con los ex-portadores ecuatorianos valiéndose de medios inca-lificables. Para impedir el traslado de la fruta al mer-cado norteamericano, acapara, sin necesitarlos, to-

presas extranjeras. Está asesorado por una legión detécnicos yanquis que elaboran los principales pro-yectos de ley. Así sucede -para citar un solo ejemplo-con el arancel de aduanas, que al disminuir los dere-chos arancelarios, tal como lo denuncia el senadorPedro Saad en el Congreso de 1956, no tiene otra fi-nalidad que mantener al Ecuador como productorde materias primas e impedir nuestro desarrollo in-dustrial.16

La United Fruit, entonces, está como el pez enel agua.

Plaza Lasso, olvidando la resolución del Con-greso de 1950, celebra un nuevo contrato en el quese declara válido el de 1937 y, consiguientemente,todos los privilegios en el pago de impuestos que allíse conceden. Según esto, no tiene que entregar sinoel 60% de las divisas que las otras compañías bana-neras, incluyendo las nacionales, entregan al BancoCentral. Mientras que un exportador ecuatorianoentrega $ 1,60 por cada racimo de banano, la UnitedFruit sólo tiene que entregar 0,90 centavos de dó-lar.17

Una prerrogativa, como se ve, por demás gra-ciosa.

Los productores nacionales siguen supeditadosa sus intereses. Cuando el mercado exterior se con-trae o cuando la producción de sus plantaciones deCentro América que están más cercanas a los centrosde consumo pueden abastecerlo, rebaja el nivel de sucompras a nuestros agricultores causándoles ingentespérdidas. Y de paso, dejando en la desocupación a ungran número de trabajadores asalariados.

Practica una competencia desleal con los ex-portadores ecuatorianos valiéndose de medios inca-lificables. Para impedir el traslado de la fruta al mer-cado norteamericano, acapara, sin necesitarlos, to-

presas extranjeras. Está asesorado por una legión detécnicos yanquis que elaboran los principales pro-yectos de ley. Así sucede -para citar un solo ejemplo-con el arancel de aduanas, que al disminuir los dere-chos arancelarios, tal como lo denuncia el senadorPedro Saad en el Congreso de 1956, no tiene otra fi-nalidad que mantener al Ecuador como productorde materias primas e impedir nuestro desarrollo in-dustrial.16

La United Fruit, entonces, está como el pez enel agua.

Plaza Lasso, olvidando la resolución del Con-greso de 1950, celebra un nuevo contrato en el quese declara válido el de 1937 y, consiguientemente,todos los privilegios en el pago de impuestos que allíse conceden. Según esto, no tiene que entregar sinoel 60% de las divisas que las otras compañías bana-neras, incluyendo las nacionales, entregan al BancoCentral. Mientras que un exportador ecuatorianoentrega $ 1,60 por cada racimo de banano, la UnitedFruit sólo tiene que entregar 0,90 centavos de dó-lar.17

Una prerrogativa, como se ve, por demás gra-ciosa.

Los productores nacionales siguen supeditadosa sus intereses. Cuando el mercado exterior se con-trae o cuando la producción de sus plantaciones deCentro América que están más cercanas a los centrosde consumo pueden abastecerlo, rebaja el nivel de sucompras a nuestros agricultores causándoles ingentespérdidas. Y de paso, dejando en la desocupación a ungran número de trabajadores asalariados.

Practica una competencia desleal con los ex-portadores ecuatorianos valiéndose de medios inca-lificables. Para impedir el traslado de la fruta al mer-cado norteamericano, acapara, sin necesitarlos, to-

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dos los cupos navieros disponibles. Y cuando algúncargamento puede llegar venciendo toda clase deobstáculos, recurre al dumping y vende su banano aprecios ínfimos, ocasionando la ruina del atrevidocompetidor. Es dueña del mercado y nadie puedepenetrar en su dominio.

¿Y qué sucede con las tierras de la UnitedFruit?

A principios de la década de los 60 procede a laventa de sus propiedades. La enajenación no le oca-siona pérdidas, ya que la mayor parte de ellas habíanpermanecido sin cultivo, habiéndolas mantenidoúnicamente como reserva para el caso de destruc-ción de sus plantaciones centroamericanas por en-fermedades o catástrofes naturales. El grueso de susexportaciones provenía de la compra de banano alos agricultores nacionales, pues había descubiertoque esta sencilla operación comercial dejaba grandesganancias, a la par que le ahorraba las inversionesnecesarias para el mantenimiento de las bananeras yle evitaba conflictos con sus trabajadores, estos últi-mos suscitados con frecuencia debido a la explota-ción de que son víctimas. De otro lado, la amenazade una reforma agraria -que flota en el ambiente araíz de la revolución cubana- también obliga al cesede su actividad productora para dedicarse tan sólo ala exportación. A este respecto es necesario indicartambién varias de las invasiones a sus tierras porparte de los campesinos desalojados de las hacien-das, como por ejemplo, las que tienen lugar en Tau-ra, Vainillo y Tenguel en varias ocasiones.

Para preservar el control del comercio delbanano ecuatoriano en el exterior -dice John Ag-gen- la Bananera adoptó un sistema de “producto-res asociados”, que venderían su producto directa-

dos los cupos navieros disponibles. Y cuando algúncargamento puede llegar venciendo toda clase deobstáculos, recurre al dumping y vende su banano aprecios ínfimos, ocasionando la ruina del atrevidocompetidor. Es dueña del mercado y nadie puedepenetrar en su dominio.

¿Y qué sucede con las tierras de la UnitedFruit?

A principios de la década de los 60 procede a laventa de sus propiedades. La enajenación no le oca-siona pérdidas, ya que la mayor parte de ellas habíanpermanecido sin cultivo, habiéndolas mantenidoúnicamente como reserva para el caso de destruc-ción de sus plantaciones centroamericanas por en-fermedades o catástrofes naturales. El grueso de susexportaciones provenía de la compra de banano alos agricultores nacionales, pues había descubiertoque esta sencilla operación comercial dejaba grandesganancias, a la par que le ahorraba las inversionesnecesarias para el mantenimiento de las bananeras yle evitaba conflictos con sus trabajadores, estos últi-mos suscitados con frecuencia debido a la explota-ción de que son víctimas. De otro lado, la amenazade una reforma agraria -que flota en el ambiente araíz de la revolución cubana- también obliga al cesede su actividad productora para dedicarse tan sólo ala exportación. A este respecto es necesario indicartambién varias de las invasiones a sus tierras porparte de los campesinos desalojados de las hacien-das, como por ejemplo, las que tienen lugar en Tau-ra, Vainillo y Tenguel en varias ocasiones.

Para preservar el control del comercio delbanano ecuatoriano en el exterior -dice John Ag-gen- la Bananera adoptó un sistema de “producto-res asociados”, que venderían su producto directa-

dos los cupos navieros disponibles. Y cuando algúncargamento puede llegar venciendo toda clase deobstáculos, recurre al dumping y vende su banano aprecios ínfimos, ocasionando la ruina del atrevidocompetidor. Es dueña del mercado y nadie puedepenetrar en su dominio.

¿Y qué sucede con las tierras de la UnitedFruit?

A principios de la década de los 60 procede a laventa de sus propiedades. La enajenación no le oca-siona pérdidas, ya que la mayor parte de ellas habíanpermanecido sin cultivo, habiéndolas mantenidoúnicamente como reserva para el caso de destruc-ción de sus plantaciones centroamericanas por en-fermedades o catástrofes naturales. El grueso de susexportaciones provenía de la compra de banano alos agricultores nacionales, pues había descubiertoque esta sencilla operación comercial dejaba grandesganancias, a la par que le ahorraba las inversionesnecesarias para el mantenimiento de las bananeras yle evitaba conflictos con sus trabajadores, estos últi-mos suscitados con frecuencia debido a la explota-ción de que son víctimas. De otro lado, la amenazade una reforma agraria -que flota en el ambiente araíz de la revolución cubana- también obliga al cesede su actividad productora para dedicarse tan sólo ala exportación. A este respecto es necesario indicartambién varias de las invasiones a sus tierras porparte de los campesinos desalojados de las hacien-das, como por ejemplo, las que tienen lugar en Tau-ra, Vainillo y Tenguel en varias ocasiones.

Para preservar el control del comercio delbanano ecuatoriano en el exterior -dice John Ag-gen- la Bananera adoptó un sistema de “producto-res asociados”, que venderían su producto directa-

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mente a la United, a cambio del derecho de com-prar las propiedades de la compañía en el Guayas.De acuerdo con este nuevo arreglo, las haciendasde Taura y Vainillo fueron parceladas y vendidasa productores nacionales.18

Los agraciados con la parcelación de esas in-mensas haciendas son, naturalmente, ricos terrate-nientes, poderosos negociantes, políticos influyentesy los servidores y abogados de la empresa. Uggen dasus nombres en un largo cuadro. De ellos merecenser citados siquiera estos pocos:

Esteban Quirola, uno de los mayores exporta-dores de banano de la provincia de El Oro y fuerteaccionista del Banco de Machala.

José Jalil Montesdeoca, ministro de Galo Plazay presidente de la Cámara de Agricultura de la Se-gunda Zona en 1966.

Aparicio Plaza Luque, miembro de las familiasoligárquicas de Guayaquil y poderoso comerciante.

Luis Plaza Dañín, político guayaquileño que haocupado importantes cargos: legislador, alcalde deGuayaquil, ministro de la Corte Superior del Gua-yas, etc..

José Aray Marín, ministro de la Junta Militar,miembro de la Asociación de Ganaderos del Litoral,presidente de la Asociación Nacional de bananeros ydueño de la Compañía Agrícola Aray. Es cuñado dePlaza Dañín y tío de Carlos Plaza Aray, hijo políticode Raul Clemente Huerta y presidente de la Federa-ción Nacional de las Cámaras de Agricultura en1985.

Leopoldo Amador Navarro, abogado de laUnited Fruit y gran comerciante guayaquileño.

Isaac Santos, presidente de la Asociación Na-cional de Bananeros.

mente a la United, a cambio del derecho de com-prar las propiedades de la compañía en el Guayas.De acuerdo con este nuevo arreglo, las haciendasde Taura y Vainillo fueron parceladas y vendidasa productores nacionales.18

Los agraciados con la parcelación de esas in-mensas haciendas son, naturalmente, ricos terrate-nientes, poderosos negociantes, políticos influyentesy los servidores y abogados de la empresa. Uggen dasus nombres en un largo cuadro. De ellos merecenser citados siquiera estos pocos:

Esteban Quirola, uno de los mayores exporta-dores de banano de la provincia de El Oro y fuerteaccionista del Banco de Machala.

José Jalil Montesdeoca, ministro de Galo Plazay presidente de la Cámara de Agricultura de la Se-gunda Zona en 1966.

Aparicio Plaza Luque, miembro de las familiasoligárquicas de Guayaquil y poderoso comerciante.

Luis Plaza Dañín, político guayaquileño que haocupado importantes cargos: legislador, alcalde deGuayaquil, ministro de la Corte Superior del Gua-yas, etc..

José Aray Marín, ministro de la Junta Militar,miembro de la Asociación de Ganaderos del Litoral,presidente de la Asociación Nacional de bananeros ydueño de la Compañía Agrícola Aray. Es cuñado dePlaza Dañín y tío de Carlos Plaza Aray, hijo políticode Raul Clemente Huerta y presidente de la Federa-ción Nacional de las Cámaras de Agricultura en1985.

Leopoldo Amador Navarro, abogado de laUnited Fruit y gran comerciante guayaquileño.

Isaac Santos, presidente de la Asociación Na-cional de Bananeros.

mente a la United, a cambio del derecho de com-prar las propiedades de la compañía en el Guayas.De acuerdo con este nuevo arreglo, las haciendasde Taura y Vainillo fueron parceladas y vendidasa productores nacionales.18

Los agraciados con la parcelación de esas in-mensas haciendas son, naturalmente, ricos terrate-nientes, poderosos negociantes, políticos influyentesy los servidores y abogados de la empresa. Uggen dasus nombres en un largo cuadro. De ellos merecenser citados siquiera estos pocos:

Esteban Quirola, uno de los mayores exporta-dores de banano de la provincia de El Oro y fuerteaccionista del Banco de Machala.

José Jalil Montesdeoca, ministro de Galo Plazay presidente de la Cámara de Agricultura de la Se-gunda Zona en 1966.

Aparicio Plaza Luque, miembro de las familiasoligárquicas de Guayaquil y poderoso comerciante.

Luis Plaza Dañín, político guayaquileño que haocupado importantes cargos: legislador, alcalde deGuayaquil, ministro de la Corte Superior del Gua-yas, etc..

José Aray Marín, ministro de la Junta Militar,miembro de la Asociación de Ganaderos del Litoral,presidente de la Asociación Nacional de bananeros ydueño de la Compañía Agrícola Aray. Es cuñado dePlaza Dañín y tío de Carlos Plaza Aray, hijo políticode Raul Clemente Huerta y presidente de la Federa-ción Nacional de las Cámaras de Agricultura en1985.

Leopoldo Amador Navarro, abogado de laUnited Fruit y gran comerciante guayaquileño.

Isaac Santos, presidente de la Asociación Na-cional de Bananeros.

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Tenguel, ahora, se salva de caer en sus manos.A mediados de la década de los 50 la produc-

ción de este latifundio decae notablemente debido,sobre todo, a las enfermedades que azotan las plan-taciones de banano. Los perjudicados, como siem-pre, son los trabajadores. Según Uggen, en el lapso1955-1960, son arrojados a la desocupación 1.800.Este hecho, como es natural, causa indignación en-tre los afectados que desde entonces inician una lu-cha tesonera para hacer suyas las tierras laboradascon su sudor y sacrificios. La lucha emprendida, quecuenta con el apoyo decidido de las organizacionesobreras y campesinas afiliadas a la CTE, culmina enmarzo de 1962 con la toma de la hacienda, queconstituye, al decir del escritor antes citado, el éxitomás espectacular del Partido Comunista.19 La Uni-ted Fruit se ve obligada a vender su propiedad al Es-tado, que luego, ante la firme actitud de los ex-jor-naleros, procede a su parcelación.

El Ecuador, para la época a que nos venimosrefiriendo, se había convertido en el primer país ex-portador de banano del mundo. De 4.000.000 de to-neladas métricas que constituye la exportaciónmundial en 1963, nosotros exportamos 1.200.000, osea el 30% de ese total. El área sembrada alcanza a161.000 hectáreas.20

Pero la producción de banano de la superficiearriba indicada es infinitamente superior a la que seexporta. Pedro Saad -cuyos estudios sobre la explo-tación a nuestro país por las compañías extranjerasson silenciados mezquinamente por parte de soció-logos e historiadores que temen sin duda ser califi-cados como marxistas- manifiesta que las 161.000hectáreas producen 80.000.000 de racimos de bana-no según cálculos del Banco Central, de los cuales seexportan únicamente 41.000.000 en 1964, perdién-

Tenguel, ahora, se salva de caer en sus manos.A mediados de la década de los 50 la produc-

ción de este latifundio decae notablemente debido,sobre todo, a las enfermedades que azotan las plan-taciones de banano. Los perjudicados, como siem-pre, son los trabajadores. Según Uggen, en el lapso1955-1960, son arrojados a la desocupación 1.800.Este hecho, como es natural, causa indignación en-tre los afectados que desde entonces inician una lu-cha tesonera para hacer suyas las tierras laboradascon su sudor y sacrificios. La lucha emprendida, quecuenta con el apoyo decidido de las organizacionesobreras y campesinas afiliadas a la CTE, culmina enmarzo de 1962 con la toma de la hacienda, queconstituye, al decir del escritor antes citado, el éxitomás espectacular del Partido Comunista.19 La Uni-ted Fruit se ve obligada a vender su propiedad al Es-tado, que luego, ante la firme actitud de los ex-jor-naleros, procede a su parcelación.

El Ecuador, para la época a que nos venimosrefiriendo, se había convertido en el primer país ex-portador de banano del mundo. De 4.000.000 de to-neladas métricas que constituye la exportaciónmundial en 1963, nosotros exportamos 1.200.000, osea el 30% de ese total. El área sembrada alcanza a161.000 hectáreas.20

Pero la producción de banano de la superficiearriba indicada es infinitamente superior a la que seexporta. Pedro Saad -cuyos estudios sobre la explo-tación a nuestro país por las compañías extranjerasson silenciados mezquinamente por parte de soció-logos e historiadores que temen sin duda ser califi-cados como marxistas- manifiesta que las 161.000hectáreas producen 80.000.000 de racimos de bana-no según cálculos del Banco Central, de los cuales seexportan únicamente 41.000.000 en 1964, perdién-

Tenguel, ahora, se salva de caer en sus manos.A mediados de la década de los 50 la produc-

ción de este latifundio decae notablemente debido,sobre todo, a las enfermedades que azotan las plan-taciones de banano. Los perjudicados, como siem-pre, son los trabajadores. Según Uggen, en el lapso1955-1960, son arrojados a la desocupación 1.800.Este hecho, como es natural, causa indignación en-tre los afectados que desde entonces inician una lu-cha tesonera para hacer suyas las tierras laboradascon su sudor y sacrificios. La lucha emprendida, quecuenta con el apoyo decidido de las organizacionesobreras y campesinas afiliadas a la CTE, culmina enmarzo de 1962 con la toma de la hacienda, queconstituye, al decir del escritor antes citado, el éxitomás espectacular del Partido Comunista.19 La Uni-ted Fruit se ve obligada a vender su propiedad al Es-tado, que luego, ante la firme actitud de los ex-jor-naleros, procede a su parcelación.

El Ecuador, para la época a que nos venimosrefiriendo, se había convertido en el primer país ex-portador de banano del mundo. De 4.000.000 de to-neladas métricas que constituye la exportaciónmundial en 1963, nosotros exportamos 1.200.000, osea el 30% de ese total. El área sembrada alcanza a161.000 hectáreas.20

Pero la producción de banano de la superficiearriba indicada es infinitamente superior a la que seexporta. Pedro Saad -cuyos estudios sobre la explo-tación a nuestro país por las compañías extranjerasson silenciados mezquinamente por parte de soció-logos e historiadores que temen sin duda ser califi-cados como marxistas- manifiesta que las 161.000hectáreas producen 80.000.000 de racimos de bana-no según cálculos del Banco Central, de los cuales seexportan únicamente 41.000.000 en 1964, perdién-

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dose por lo menos 25.000.000 si a los 39.000.000 so-brantes se les resta 3.000.000 por consumo interno y11.000.000 que se pierden por plagas y enfermeda-des. Jean Paul Deler confirma la afirmación anterior,pues dice que por “más de un decenio la producciónmedia representó más del doble de la capacidad me-dia de exportación”.21

Este desperdicio, como se puede suponer, sig-nifica ingentes pérdidas para los productores nacio-nales, en especial para los pequeños, ya que son elloslos que juegan un papel fundamental en la amplia-ción de las siembras bananeras, a lo que se suma laspérdidas que sufren por la imposición del cultivo dela variedad “cavendish” que exige una tecnología su-mamente cara que no están en capacidad de sufra-gar. También son afectados los trabajadores, porquela contracción del mercado, es causa para que seandespedidos en gran cantidad, como ocurre porejemplo en los años 64-65, al respecto de los cualesel diario El Universo dice esto: “La escasa demandade bananos por parte de los países que nos compranla fruta, ha hecho que un 30% de campesinos estédesocupado y se las vean negra para subsistir”.22 Ypor supuesto el Estado, por merma de divisas, esotro de los perjudicados.

¿Por qué sucede esto? Simplemente, porque laUnited Fruit -al igual que las otras compañías nor-teamericanas- sólo recurren al banano ecuatorianocuando su producción centroamericana mengua ocuando el mercado consumidor se expande, que-dando nuestro país al vaivén de estas contingencias.Tal como afirma Fernando Velasco: “De esta suerteel Ecuador quedó en calidad de zona marginal, osea, de área productora a la cual se apelaba eventual-mente y según las fluctuaciones de la demanda y dela producción mundiales”.23

dose por lo menos 25.000.000 si a los 39.000.000 so-brantes se les resta 3.000.000 por consumo interno y11.000.000 que se pierden por plagas y enfermeda-des. Jean Paul Deler confirma la afirmación anterior,pues dice que por “más de un decenio la producciónmedia representó más del doble de la capacidad me-dia de exportación”.21

Este desperdicio, como se puede suponer, sig-nifica ingentes pérdidas para los productores nacio-nales, en especial para los pequeños, ya que son elloslos que juegan un papel fundamental en la amplia-ción de las siembras bananeras, a lo que se suma laspérdidas que sufren por la imposición del cultivo dela variedad “cavendish” que exige una tecnología su-mamente cara que no están en capacidad de sufra-gar. También son afectados los trabajadores, porquela contracción del mercado, es causa para que seandespedidos en gran cantidad, como ocurre porejemplo en los años 64-65, al respecto de los cualesel diario El Universo dice esto: “La escasa demandade bananos por parte de los países que nos compranla fruta, ha hecho que un 30% de campesinos estédesocupado y se las vean negra para subsistir”.22 Ypor supuesto el Estado, por merma de divisas, esotro de los perjudicados.

¿Por qué sucede esto? Simplemente, porque laUnited Fruit -al igual que las otras compañías nor-teamericanas- sólo recurren al banano ecuatorianocuando su producción centroamericana mengua ocuando el mercado consumidor se expande, que-dando nuestro país al vaivén de estas contingencias.Tal como afirma Fernando Velasco: “De esta suerteel Ecuador quedó en calidad de zona marginal, osea, de área productora a la cual se apelaba eventual-mente y según las fluctuaciones de la demanda y dela producción mundiales”.23

dose por lo menos 25.000.000 si a los 39.000.000 so-brantes se les resta 3.000.000 por consumo interno y11.000.000 que se pierden por plagas y enfermeda-des. Jean Paul Deler confirma la afirmación anterior,pues dice que por “más de un decenio la producciónmedia representó más del doble de la capacidad me-dia de exportación”.21

Este desperdicio, como se puede suponer, sig-nifica ingentes pérdidas para los productores nacio-nales, en especial para los pequeños, ya que son elloslos que juegan un papel fundamental en la amplia-ción de las siembras bananeras, a lo que se suma laspérdidas que sufren por la imposición del cultivo dela variedad “cavendish” que exige una tecnología su-mamente cara que no están en capacidad de sufra-gar. También son afectados los trabajadores, porquela contracción del mercado, es causa para que seandespedidos en gran cantidad, como ocurre porejemplo en los años 64-65, al respecto de los cualesel diario El Universo dice esto: “La escasa demandade bananos por parte de los países que nos compranla fruta, ha hecho que un 30% de campesinos estédesocupado y se las vean negra para subsistir”.22 Ypor supuesto el Estado, por merma de divisas, esotro de los perjudicados.

¿Por qué sucede esto? Simplemente, porque laUnited Fruit -al igual que las otras compañías nor-teamericanas- sólo recurren al banano ecuatorianocuando su producción centroamericana mengua ocuando el mercado consumidor se expande, que-dando nuestro país al vaivén de estas contingencias.Tal como afirma Fernando Velasco: “De esta suerteel Ecuador quedó en calidad de zona marginal, osea, de área productora a la cual se apelaba eventual-mente y según las fluctuaciones de la demanda y dela producción mundiales”.23

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Otro medio de explotación es la rebaja de losprecios a que apelan las compañías exportadorascuando conviene a sus intereses. Esta operaciónpuede ser realizada gracias a que dominan y contro-lan los mercados consumidores. Un Consejero Co-mercial del Ecuador en EE.UU., Jaime Durango, en1971, dice a este respecto lo siguiente:

Uno de los factores que influye en el mercadodel banano y quizás el más fuerte, es que tres em-presas grandes como son la United Fruit, la Stan-dard y Del Monte controlan el mercado de los Es-tados Unidos y el Canadá. Estas tres compañíasabarcan el 95 por ciento del mercado, dejando el 5por ciento restante a pequeñas empresas indepen-dientes que no pueden competir en precios, sobretodo, con los precios impuestos por la UnitedFruit.24

Así se dan casos paradójicos: el Ecuador expor-ta más y recibe menos. Un solo ejemplo que está amano: en 1963 se exportan 39 millones de racimospor los que se paga 74 millones de dólares, mientrasque en el año siguiente se exportan 41 millones y só-lo se recibe 70 millones de dólares.25 Esto, se dice,obedece a la sabia ley de la oferta y la demanda, queno sabemos por qué, siempre está en nuestra con-tra...

La devaluación de nuestra moneda es tambiéninstrumento de explotación. Con cualquier pretexto-la necesidad de fomentar las exportaciones y darcompetitividad a nuestros productos sobre todo- sepide la elevación del precio del dólar, petición que esacogida por la mayoría de nuestros gobiernos, siem-pre con las orejas bien abiertas para oír el canto de

Otro medio de explotación es la rebaja de losprecios a que apelan las compañías exportadorascuando conviene a sus intereses. Esta operaciónpuede ser realizada gracias a que dominan y contro-lan los mercados consumidores. Un Consejero Co-mercial del Ecuador en EE.UU., Jaime Durango, en1971, dice a este respecto lo siguiente:

Uno de los factores que influye en el mercadodel banano y quizás el más fuerte, es que tres em-presas grandes como son la United Fruit, la Stan-dard y Del Monte controlan el mercado de los Es-tados Unidos y el Canadá. Estas tres compañíasabarcan el 95 por ciento del mercado, dejando el 5por ciento restante a pequeñas empresas indepen-dientes que no pueden competir en precios, sobretodo, con los precios impuestos por la UnitedFruit.24

Así se dan casos paradójicos: el Ecuador expor-ta más y recibe menos. Un solo ejemplo que está amano: en 1963 se exportan 39 millones de racimospor los que se paga 74 millones de dólares, mientrasque en el año siguiente se exportan 41 millones y só-lo se recibe 70 millones de dólares.25 Esto, se dice,obedece a la sabia ley de la oferta y la demanda, queno sabemos por qué, siempre está en nuestra con-tra...

La devaluación de nuestra moneda es tambiéninstrumento de explotación. Con cualquier pretexto-la necesidad de fomentar las exportaciones y darcompetitividad a nuestros productos sobre todo- sepide la elevación del precio del dólar, petición que esacogida por la mayoría de nuestros gobiernos, siem-pre con las orejas bien abiertas para oír el canto de

Otro medio de explotación es la rebaja de losprecios a que apelan las compañías exportadorascuando conviene a sus intereses. Esta operaciónpuede ser realizada gracias a que dominan y contro-lan los mercados consumidores. Un Consejero Co-mercial del Ecuador en EE.UU., Jaime Durango, en1971, dice a este respecto lo siguiente:

Uno de los factores que influye en el mercadodel banano y quizás el más fuerte, es que tres em-presas grandes como son la United Fruit, la Stan-dard y Del Monte controlan el mercado de los Es-tados Unidos y el Canadá. Estas tres compañíasabarcan el 95 por ciento del mercado, dejando el 5por ciento restante a pequeñas empresas indepen-dientes que no pueden competir en precios, sobretodo, con los precios impuestos por la UnitedFruit.24

Así se dan casos paradójicos: el Ecuador expor-ta más y recibe menos. Un solo ejemplo que está amano: en 1963 se exportan 39 millones de racimospor los que se paga 74 millones de dólares, mientrasque en el año siguiente se exportan 41 millones y só-lo se recibe 70 millones de dólares.25 Esto, se dice,obedece a la sabia ley de la oferta y la demanda, queno sabemos por qué, siempre está en nuestra con-tra...

La devaluación de nuestra moneda es tambiéninstrumento de explotación. Con cualquier pretexto-la necesidad de fomentar las exportaciones y darcompetitividad a nuestros productos sobre todo- sepide la elevación del precio del dólar, petición que esacogida por la mayoría de nuestros gobiernos, siem-pre con las orejas bien abiertas para oír el canto de

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sirena de las transnacionales y de sus servidores crio-llos.

El pueblo es el que sufre las consecuencias delas devaluaciones. Todos los precios de los artículosse elevan, en especial los de primera necesidad. Sereduce la capacidad adquisitiva de los salarios de lostrabajadores y de todas las personas que percibensueldos o pensiones fijas. En cambio, para los expor-tadores, el negocio es redondo: compran nuestrosproductos por menos dólares y siguen pagando losmismos salarios con sucres devaluados.

Respecto a los resultados del deterioro salarial-consecuencia inevitable de toda devaluación- Car-los Larrea Maldonado dice:

Se ha demostrado que los principales benefi-ciarios de la desvalorización de los salarios de lostrabajadores ecuatorianos han sido las empresasexportadoras, ya que el productor no puede rete-ner estas ventajas, debido a la estructura oligopsó-nica del mercado. Esto significa que al reducir lossalarios de los trabajadores, parte del excedente esentregado a las transnacionales sin beneficio algu-no para el país.26

A lo dicho hay que agregar una serie de arti-mañas empleadas por las compañías exportadorasen contra de los trabajadores y productores naciona-les, artimañas propias de novela picaresca, cuyospersonajes son ampliamente superados. Alfredo Ve-ra Arrata en su Historia de un triste banano narracon detalle los métodos empleados con ese propósi-to. Allí se habla de la expoliación que entrañan los“cupos” y los célebres “contratos de asociación”. So-bresale, empero, la obligación de poner un exceden-

sirena de las transnacionales y de sus servidores crio-llos.

El pueblo es el que sufre las consecuencias delas devaluaciones. Todos los precios de los artículosse elevan, en especial los de primera necesidad. Sereduce la capacidad adquisitiva de los salarios de lostrabajadores y de todas las personas que percibensueldos o pensiones fijas. En cambio, para los expor-tadores, el negocio es redondo: compran nuestrosproductos por menos dólares y siguen pagando losmismos salarios con sucres devaluados.

Respecto a los resultados del deterioro salarial-consecuencia inevitable de toda devaluación- Car-los Larrea Maldonado dice:

Se ha demostrado que los principales benefi-ciarios de la desvalorización de los salarios de lostrabajadores ecuatorianos han sido las empresasexportadoras, ya que el productor no puede rete-ner estas ventajas, debido a la estructura oligopsó-nica del mercado. Esto significa que al reducir lossalarios de los trabajadores, parte del excedente esentregado a las transnacionales sin beneficio algu-no para el país.26

A lo dicho hay que agregar una serie de arti-mañas empleadas por las compañías exportadorasen contra de los trabajadores y productores naciona-les, artimañas propias de novela picaresca, cuyospersonajes son ampliamente superados. Alfredo Ve-ra Arrata en su Historia de un triste banano narracon detalle los métodos empleados con ese propósi-to. Allí se habla de la expoliación que entrañan los“cupos” y los célebres “contratos de asociación”. So-bresale, empero, la obligación de poner un exceden-

sirena de las transnacionales y de sus servidores crio-llos.

El pueblo es el que sufre las consecuencias delas devaluaciones. Todos los precios de los artículosse elevan, en especial los de primera necesidad. Sereduce la capacidad adquisitiva de los salarios de lostrabajadores y de todas las personas que percibensueldos o pensiones fijas. En cambio, para los expor-tadores, el negocio es redondo: compran nuestrosproductos por menos dólares y siguen pagando losmismos salarios con sucres devaluados.

Respecto a los resultados del deterioro salarial-consecuencia inevitable de toda devaluación- Car-los Larrea Maldonado dice:

Se ha demostrado que los principales benefi-ciarios de la desvalorización de los salarios de lostrabajadores ecuatorianos han sido las empresasexportadoras, ya que el productor no puede rete-ner estas ventajas, debido a la estructura oligopsó-nica del mercado. Esto significa que al reducir lossalarios de los trabajadores, parte del excedente esentregado a las transnacionales sin beneficio algu-no para el país.26

A lo dicho hay que agregar una serie de arti-mañas empleadas por las compañías exportadorasen contra de los trabajadores y productores naciona-les, artimañas propias de novela picaresca, cuyospersonajes son ampliamente superados. Alfredo Ve-ra Arrata en su Historia de un triste banano narracon detalle los métodos empleados con ese propósi-to. Allí se habla de la expoliación que entrañan los“cupos” y los célebres “contratos de asociación”. So-bresale, empero, la obligación de poner un exceden-

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te de libras en cada caja de la fruta. Sobre este parti-cular se expresa así:

Si el Ecuador exporta anualmente un pro-medio de 100.000.000 de cajas y cajitas y en cadauna de ellas han estado llevando, robadas, dos li-bras de exceso, los exportadores han estado sa-queándole a los productores y al país entero200.000.000 millones de libras por año; a grosomodo a los productores les han robado, calculandoa S/.0,40 por libra la suma de S/.80.000.000 y alEstado S/. 36.000.000 por impuestos; en total cercade 120 millones de sucres.27

Para las compañías exportadoras que por eseexcedente no pagan nada, según Vera, esa sencillaoperación “financiera” les significa una ganancia ex-tra de 425 millones de sucres aproximadamente.

El Don Pablos de Quevedo y el Guzmán de Al-farache de Alemán, como se puede ver, quedan co-mo aprendices.

Es que en realidad, el banano constituye ungran negocio solo para las empresas exportadorasque se llevan la parte del león, quedando poco parael agricultor, poquísimo para el Estado y casi nadapara los trabajadores.

El reparto de cada 100 sucres de banano vendi-do en el mercado de Nueva York en 1988 es el si-guiente según el analista Fidel Jaramillo:

59.50 exportador17.00 agricultor3.50 peones agrícolas20.00 otros gastos (fletes, transporte

interno, seguros, etc.) 28

te de libras en cada caja de la fruta. Sobre este parti-cular se expresa así:

Si el Ecuador exporta anualmente un pro-medio de 100.000.000 de cajas y cajitas y en cadauna de ellas han estado llevando, robadas, dos li-bras de exceso, los exportadores han estado sa-queándole a los productores y al país entero200.000.000 millones de libras por año; a grosomodo a los productores les han robado, calculandoa S/.0,40 por libra la suma de S/.80.000.000 y alEstado S/. 36.000.000 por impuestos; en total cercade 120 millones de sucres.27

Para las compañías exportadoras que por eseexcedente no pagan nada, según Vera, esa sencillaoperación “financiera” les significa una ganancia ex-tra de 425 millones de sucres aproximadamente.

El Don Pablos de Quevedo y el Guzmán de Al-farache de Alemán, como se puede ver, quedan co-mo aprendices.

Es que en realidad, el banano constituye ungran negocio solo para las empresas exportadorasque se llevan la parte del león, quedando poco parael agricultor, poquísimo para el Estado y casi nadapara los trabajadores.

El reparto de cada 100 sucres de banano vendi-do en el mercado de Nueva York en 1988 es el si-guiente según el analista Fidel Jaramillo:

59.50 exportador17.00 agricultor3.50 peones agrícolas20.00 otros gastos (fletes, transporte

interno, seguros, etc.) 28

te de libras en cada caja de la fruta. Sobre este parti-cular se expresa así:

Si el Ecuador exporta anualmente un pro-medio de 100.000.000 de cajas y cajitas y en cadauna de ellas han estado llevando, robadas, dos li-bras de exceso, los exportadores han estado sa-queándole a los productores y al país entero200.000.000 millones de libras por año; a grosomodo a los productores les han robado, calculandoa S/.0,40 por libra la suma de S/.80.000.000 y alEstado S/. 36.000.000 por impuestos; en total cercade 120 millones de sucres.27

Para las compañías exportadoras que por eseexcedente no pagan nada, según Vera, esa sencillaoperación “financiera” les significa una ganancia ex-tra de 425 millones de sucres aproximadamente.

El Don Pablos de Quevedo y el Guzmán de Al-farache de Alemán, como se puede ver, quedan co-mo aprendices.

Es que en realidad, el banano constituye ungran negocio solo para las empresas exportadorasque se llevan la parte del león, quedando poco parael agricultor, poquísimo para el Estado y casi nadapara los trabajadores.

El reparto de cada 100 sucres de banano vendi-do en el mercado de Nueva York en 1988 es el si-guiente según el analista Fidel Jaramillo:

59.50 exportador17.00 agricultor3.50 peones agrícolas20.00 otros gastos (fletes, transporte

interno, seguros, etc.) 28

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La ganancia para los países bananeros es míni-ma. El diario El Universo de Guayaquil, basándoseen datos proporcionados por Latin American Reportde Londres, publica esto:

1990 fue el año más positivo del siglo paralos exportadores de banano, ya que los precios mi-noristas llegaron a 23,17 dólares por caja de 18,14kilos en Alemania y Estados Unidos; sin embargo,los países productores recibieron una cuarta parteen el mejor de los casos, que son Panamá y CostaRica, mientras que el mayor productor y exporta-dor mundial, Ecuador, recibió apenas la sextaparte.29

El Ecuador menos aún que los otros países.¡De cada caja vendida a 23,17 dólares, apenas recibe3,86!

Actualmente, y desde hace varios años, lascompañías extranjeras, incluyendo a la United Fruit,han sido superadas en el volumen de exportaciónpor la empresa “nacional” denominada ExportadoraBananera Noboa, que hoy ocupa en su rama el cuar-to lugar en el mundo. Conviene, por lo tanto, decirsiquiera unas pocas palabras sobre ella, recomen-dando, eso si, a quien quiera mayores referencias, ellibro de Fierro Carrión: Los grupos financieros en elEcuador.

Hemos puesto “nacional” entre comillas por-que esa compañía, al igual que la mayoría de lasotras que conforman el Grupo Noboa, se han trans-nacionalizado completamente. “El holding Core In-vestment Limited, domiciliado en el paraíso fiscal deBahamas, figura como accionista mayoritario, denueve plantaciones de banano” 30 de la ExportadoraNoboa. La Agrícola Bananera Clementina S.A. -de la

La ganancia para los países bananeros es míni-ma. El diario El Universo de Guayaquil, basándoseen datos proporcionados por Latin American Reportde Londres, publica esto:

1990 fue el año más positivo del siglo paralos exportadores de banano, ya que los precios mi-noristas llegaron a 23,17 dólares por caja de 18,14kilos en Alemania y Estados Unidos; sin embargo,los países productores recibieron una cuarta parteen el mejor de los casos, que son Panamá y CostaRica, mientras que el mayor productor y exporta-dor mundial, Ecuador, recibió apenas la sextaparte.29

El Ecuador menos aún que los otros países.¡De cada caja vendida a 23,17 dólares, apenas recibe3,86!

Actualmente, y desde hace varios años, lascompañías extranjeras, incluyendo a la United Fruit,han sido superadas en el volumen de exportaciónpor la empresa “nacional” denominada ExportadoraBananera Noboa, que hoy ocupa en su rama el cuar-to lugar en el mundo. Conviene, por lo tanto, decirsiquiera unas pocas palabras sobre ella, recomen-dando, eso si, a quien quiera mayores referencias, ellibro de Fierro Carrión: Los grupos financieros en elEcuador.

Hemos puesto “nacional” entre comillas por-que esa compañía, al igual que la mayoría de lasotras que conforman el Grupo Noboa, se han trans-nacionalizado completamente. “El holding Core In-vestment Limited, domiciliado en el paraíso fiscal deBahamas, figura como accionista mayoritario, denueve plantaciones de banano” 30 de la ExportadoraNoboa. La Agrícola Bananera Clementina S.A. -de la

La ganancia para los países bananeros es míni-ma. El diario El Universo de Guayaquil, basándoseen datos proporcionados por Latin American Reportde Londres, publica esto:

1990 fue el año más positivo del siglo paralos exportadores de banano, ya que los precios mi-noristas llegaron a 23,17 dólares por caja de 18,14kilos en Alemania y Estados Unidos; sin embargo,los países productores recibieron una cuarta parteen el mejor de los casos, que son Panamá y CostaRica, mientras que el mayor productor y exporta-dor mundial, Ecuador, recibió apenas la sextaparte.29

El Ecuador menos aún que los otros países.¡De cada caja vendida a 23,17 dólares, apenas recibe3,86!

Actualmente, y desde hace varios años, lascompañías extranjeras, incluyendo a la United Fruit,han sido superadas en el volumen de exportaciónpor la empresa “nacional” denominada ExportadoraBananera Noboa, que hoy ocupa en su rama el cuar-to lugar en el mundo. Conviene, por lo tanto, decirsiquiera unas pocas palabras sobre ella, recomen-dando, eso si, a quien quiera mayores referencias, ellibro de Fierro Carrión: Los grupos financieros en elEcuador.

Hemos puesto “nacional” entre comillas por-que esa compañía, al igual que la mayoría de lasotras que conforman el Grupo Noboa, se han trans-nacionalizado completamente. “El holding Core In-vestment Limited, domiciliado en el paraíso fiscal deBahamas, figura como accionista mayoritario, denueve plantaciones de banano” 30 de la ExportadoraNoboa. La Agrícola Bananera Clementina S.A. -de la

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misma empresa- consta como subsidiaria de PacificFruit Limited de las Islas Bermudas.

Mas no se crea que la Exportadora BananeraNoboa es competidora de las compañías extranjeras.Todo lo contrario. Trabajan mancomunadamente, yclaro está, mancomunadamente se reparten merca-dos y beneficios. Y tiene que ser así, pues el señorNoboa Naranjo se inició trabajando con la UnitedFruit como intermediario en la comercialización dela fruta, compañía con la cual sigue manteniendo re-laciones estrechas. También operó a través de UBE-SA según Vera Arrata. De 1946 a 1956 fue exporta-dor exclusivo de la Standard Fruit Co., a la cual debeseguir vinculado, ya que su Apoderado General en elEcuador es Alejandro Ponce Luque, hermano de En-rique Ponce Luque, su cuñado y Vice-presidente dela Exportadora de su propiedad.

Sus métodos de explotación, como cumple aun exportador transnacionalizado, son iguales a losde las compañías extranjeras, quizá, con un pocomás de inventiva. Es el inventor de los “contratos deasociación”. Al parecer de algunos analistas, el envíode capitales al exterior, “podría servir para subfactu-rar exportaciones y sobrefacturar importaciones, asícomo para evadir el pago de impuestos... Por otro la-do, según las normas legales, el capital extranjero estásujeto a menores imposiciones que el nacional”.31

Todo esto ha sido posible gracias a la influen-cia que tiene y ha tenido Noboa sobre los diferentesgobiernos, los que le han colmado de prerrogativas yhan cerrado los ojos para no ver sus actos ilegales.Como Urbina Jado durante el período de la “domi-nación bancaria”, ha escogido legisladores y minis-tros entre sus áulicos y empleados. El ex-presidenteFebres Cordero fue gerente de algunas de sus em-presas.

misma empresa- consta como subsidiaria de PacificFruit Limited de las Islas Bermudas.

Mas no se crea que la Exportadora BananeraNoboa es competidora de las compañías extranjeras.Todo lo contrario. Trabajan mancomunadamente, yclaro está, mancomunadamente se reparten merca-dos y beneficios. Y tiene que ser así, pues el señorNoboa Naranjo se inició trabajando con la UnitedFruit como intermediario en la comercialización dela fruta, compañía con la cual sigue manteniendo re-laciones estrechas. También operó a través de UBE-SA según Vera Arrata. De 1946 a 1956 fue exporta-dor exclusivo de la Standard Fruit Co., a la cual debeseguir vinculado, ya que su Apoderado General en elEcuador es Alejandro Ponce Luque, hermano de En-rique Ponce Luque, su cuñado y Vice-presidente dela Exportadora de su propiedad.

Sus métodos de explotación, como cumple aun exportador transnacionalizado, son iguales a losde las compañías extranjeras, quizá, con un pocomás de inventiva. Es el inventor de los “contratos deasociación”. Al parecer de algunos analistas, el envíode capitales al exterior, “podría servir para subfactu-rar exportaciones y sobrefacturar importaciones, asícomo para evadir el pago de impuestos... Por otro la-do, según las normas legales, el capital extranjero estásujeto a menores imposiciones que el nacional”.31

Todo esto ha sido posible gracias a la influen-cia que tiene y ha tenido Noboa sobre los diferentesgobiernos, los que le han colmado de prerrogativas yhan cerrado los ojos para no ver sus actos ilegales.Como Urbina Jado durante el período de la “domi-nación bancaria”, ha escogido legisladores y minis-tros entre sus áulicos y empleados. El ex-presidenteFebres Cordero fue gerente de algunas de sus em-presas.

misma empresa- consta como subsidiaria de PacificFruit Limited de las Islas Bermudas.

Mas no se crea que la Exportadora BananeraNoboa es competidora de las compañías extranjeras.Todo lo contrario. Trabajan mancomunadamente, yclaro está, mancomunadamente se reparten merca-dos y beneficios. Y tiene que ser así, pues el señorNoboa Naranjo se inició trabajando con la UnitedFruit como intermediario en la comercialización dela fruta, compañía con la cual sigue manteniendo re-laciones estrechas. También operó a través de UBE-SA según Vera Arrata. De 1946 a 1956 fue exporta-dor exclusivo de la Standard Fruit Co., a la cual debeseguir vinculado, ya que su Apoderado General en elEcuador es Alejandro Ponce Luque, hermano de En-rique Ponce Luque, su cuñado y Vice-presidente dela Exportadora de su propiedad.

Sus métodos de explotación, como cumple aun exportador transnacionalizado, son iguales a losde las compañías extranjeras, quizá, con un pocomás de inventiva. Es el inventor de los “contratos deasociación”. Al parecer de algunos analistas, el envíode capitales al exterior, “podría servir para subfactu-rar exportaciones y sobrefacturar importaciones, asícomo para evadir el pago de impuestos... Por otro la-do, según las normas legales, el capital extranjero estásujeto a menores imposiciones que el nacional”.31

Todo esto ha sido posible gracias a la influen-cia que tiene y ha tenido Noboa sobre los diferentesgobiernos, los que le han colmado de prerrogativas yhan cerrado los ojos para no ver sus actos ilegales.Como Urbina Jado durante el período de la “domi-nación bancaria”, ha escogido legisladores y minis-tros entre sus áulicos y empleados. El ex-presidenteFebres Cordero fue gerente de algunas de sus em-presas.

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Sin embargo es ciudadano ejemplar. El ex-mi-nistro censurado Andrés Barreiro Vivas, con vivezaempresarial, al condecorarle en nombre de la Cáma-ra de Comercio de Guayaquil, dijo nada menos queesto: “Ojalá el Ecuador tuviera hoy 200 Luis NoboaNaranjo que pudieran recibir esta presea, si así fuera,Ecuador dejaría de ser un país del tercer mundo”.32

Más ceñido a la verdad hubiera sido decir queesos 200 Noboas sobran y bastan para llevar al país aese cuarto mundo de que nos habla René Báez enuna de sus obras.

Desde luego, el panegírico transcrito no es sinola acostumbrada loanza de los admiradores del diosdinero. Y la loanza está en relación con la fortunadel gran magnate. El analista Luis Fierro Carriónocupa cuatro páginas de su libro Los grupos financie-ros en el Ecuador solo para enumerar las 87 empresasdel grupo Noboa, cuyos subgrupos corresponden alos principales empresarios y políticos del país, co-mo los Febres Cordero, los Noboa Bejarano, los Es-trada, los Arosemena y los Nebot, por ejemplo. Unagran parte de las empresas que Fierro Carrión men-ciona están penetradas por el capital extranjero.

Entre las apologías a la United Fruit, es necesa-rio mencionar un libro único, La empresa Estadouni-dense en el extranjero, donde se afirma que toda lamala fama de esa compañía proviene de una malé-vola propaganda:

La compañía -se dice- no ha tenido éxito enhacer conocer a las comunidades donde trabaja, yal mundo en general, su verdadera historia. Porlos cargos que por lo general son falsos y exagera-dos y que provienen de sus enemigos, casi nunca sepueden apreciar los múltiples aspectos de las con-

Sin embargo es ciudadano ejemplar. El ex-mi-nistro censurado Andrés Barreiro Vivas, con vivezaempresarial, al condecorarle en nombre de la Cáma-ra de Comercio de Guayaquil, dijo nada menos queesto: “Ojalá el Ecuador tuviera hoy 200 Luis NoboaNaranjo que pudieran recibir esta presea, si así fuera,Ecuador dejaría de ser un país del tercer mundo”.32

Más ceñido a la verdad hubiera sido decir queesos 200 Noboas sobran y bastan para llevar al país aese cuarto mundo de que nos habla René Báez enuna de sus obras.

Desde luego, el panegírico transcrito no es sinola acostumbrada loanza de los admiradores del diosdinero. Y la loanza está en relación con la fortunadel gran magnate. El analista Luis Fierro Carriónocupa cuatro páginas de su libro Los grupos financie-ros en el Ecuador solo para enumerar las 87 empresasdel grupo Noboa, cuyos subgrupos corresponden alos principales empresarios y políticos del país, co-mo los Febres Cordero, los Noboa Bejarano, los Es-trada, los Arosemena y los Nebot, por ejemplo. Unagran parte de las empresas que Fierro Carrión men-ciona están penetradas por el capital extranjero.

Entre las apologías a la United Fruit, es necesa-rio mencionar un libro único, La empresa Estadouni-dense en el extranjero, donde se afirma que toda lamala fama de esa compañía proviene de una malé-vola propaganda:

La compañía -se dice- no ha tenido éxito enhacer conocer a las comunidades donde trabaja, yal mundo en general, su verdadera historia. Porlos cargos que por lo general son falsos y exagera-dos y que provienen de sus enemigos, casi nunca sepueden apreciar los múltiples aspectos de las con-

Sin embargo es ciudadano ejemplar. El ex-mi-nistro censurado Andrés Barreiro Vivas, con vivezaempresarial, al condecorarle en nombre de la Cáma-ra de Comercio de Guayaquil, dijo nada menos queesto: “Ojalá el Ecuador tuviera hoy 200 Luis NoboaNaranjo que pudieran recibir esta presea, si así fuera,Ecuador dejaría de ser un país del tercer mundo”.32

Más ceñido a la verdad hubiera sido decir queesos 200 Noboas sobran y bastan para llevar al país aese cuarto mundo de que nos habla René Báez enuna de sus obras.

Desde luego, el panegírico transcrito no es sinola acostumbrada loanza de los admiradores del diosdinero. Y la loanza está en relación con la fortunadel gran magnate. El analista Luis Fierro Carriónocupa cuatro páginas de su libro Los grupos financie-ros en el Ecuador solo para enumerar las 87 empresasdel grupo Noboa, cuyos subgrupos corresponden alos principales empresarios y políticos del país, co-mo los Febres Cordero, los Noboa Bejarano, los Es-trada, los Arosemena y los Nebot, por ejemplo. Unagran parte de las empresas que Fierro Carrión men-ciona están penetradas por el capital extranjero.

Entre las apologías a la United Fruit, es necesa-rio mencionar un libro único, La empresa Estadouni-dense en el extranjero, donde se afirma que toda lamala fama de esa compañía proviene de una malé-vola propaganda:

La compañía -se dice- no ha tenido éxito enhacer conocer a las comunidades donde trabaja, yal mundo en general, su verdadera historia. Porlos cargos que por lo general son falsos y exagera-dos y que provienen de sus enemigos, casi nunca sepueden apreciar los múltiples aspectos de las con-

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tribuciones que la compañía hace a los países don-de opera.33

La United Fruit, según el libro, convierte anuestros países en un verdadero paraíso. Regala tie-rras en Centro América. Paga salarios elevadísimos yen Tenguel alimenta a sus trabajadores casi gratuita-mente. Es motor de nuestro desarrollo y nos pro-porciona montones de divisas. Es, en suma, manácaído del cielo.

Así, sin rubor, se reemplaza la verdad por laapología mentirosa. Todos los crímenes y desmanesson silenciados, pasados por alto, como que jamáshubieran existido.

Los autores de esta singular versión históricason Galo Plaza y Stacy May. El primero -ya lo sabe-mos- es obsecuente servidor de la United Fruit, y elsegundo, uno de sus distinguidos funcionarios.

El señor Stacy May merece un poco de aten-ción. Viene al Ecuador como supervisor de la Inter-national Basic Economic Corporation, compañíaconsultora de Nelson Rockefeller llamada por el pre-sidente Plaza para planificar nuestra economía, omás francamente, para supeditarla a los intereses delimperialismo yanqui. La consultora presenta un in-forme titulado El desarrollo Económico del Ecuador,que propugna la adopción de un modelo basado enla agricultura y en la exportación de productos pri-marios únicamente, dejando de lado por tanto todoprograma de industrialización, para convertir al paísen importador de artículos manufacturados extran-jeros. Y, como es obvio, se recomienda de maneraespecial el cultivo del banano, indispensable en esemomento -como ya se dijo- para recompensar la ba-ja producción de las plantaciones centroamericanasinfestadas de plagas.

tribuciones que la compañía hace a los países don-de opera.33

La United Fruit, según el libro, convierte anuestros países en un verdadero paraíso. Regala tie-rras en Centro América. Paga salarios elevadísimos yen Tenguel alimenta a sus trabajadores casi gratuita-mente. Es motor de nuestro desarrollo y nos pro-porciona montones de divisas. Es, en suma, manácaído del cielo.

Así, sin rubor, se reemplaza la verdad por laapología mentirosa. Todos los crímenes y desmanesson silenciados, pasados por alto, como que jamáshubieran existido.

Los autores de esta singular versión históricason Galo Plaza y Stacy May. El primero -ya lo sabe-mos- es obsecuente servidor de la United Fruit, y elsegundo, uno de sus distinguidos funcionarios.

El señor Stacy May merece un poco de aten-ción. Viene al Ecuador como supervisor de la Inter-national Basic Economic Corporation, compañíaconsultora de Nelson Rockefeller llamada por el pre-sidente Plaza para planificar nuestra economía, omás francamente, para supeditarla a los intereses delimperialismo yanqui. La consultora presenta un in-forme titulado El desarrollo Económico del Ecuador,que propugna la adopción de un modelo basado enla agricultura y en la exportación de productos pri-marios únicamente, dejando de lado por tanto todoprograma de industrialización, para convertir al paísen importador de artículos manufacturados extran-jeros. Y, como es obvio, se recomienda de maneraespecial el cultivo del banano, indispensable en esemomento -como ya se dijo- para recompensar la ba-ja producción de las plantaciones centroamericanasinfestadas de plagas.

tribuciones que la compañía hace a los países don-de opera.33

La United Fruit, según el libro, convierte anuestros países en un verdadero paraíso. Regala tie-rras en Centro América. Paga salarios elevadísimos yen Tenguel alimenta a sus trabajadores casi gratuita-mente. Es motor de nuestro desarrollo y nos pro-porciona montones de divisas. Es, en suma, manácaído del cielo.

Así, sin rubor, se reemplaza la verdad por laapología mentirosa. Todos los crímenes y desmanesson silenciados, pasados por alto, como que jamáshubieran existido.

Los autores de esta singular versión históricason Galo Plaza y Stacy May. El primero -ya lo sabe-mos- es obsecuente servidor de la United Fruit, y elsegundo, uno de sus distinguidos funcionarios.

El señor Stacy May merece un poco de aten-ción. Viene al Ecuador como supervisor de la Inter-national Basic Economic Corporation, compañíaconsultora de Nelson Rockefeller llamada por el pre-sidente Plaza para planificar nuestra economía, omás francamente, para supeditarla a los intereses delimperialismo yanqui. La consultora presenta un in-forme titulado El desarrollo Económico del Ecuador,que propugna la adopción de un modelo basado enla agricultura y en la exportación de productos pri-marios únicamente, dejando de lado por tanto todoprograma de industrialización, para convertir al paísen importador de artículos manufacturados extran-jeros. Y, como es obvio, se recomienda de maneraespecial el cultivo del banano, indispensable en esemomento -como ya se dijo- para recompensar la ba-ja producción de las plantaciones centroamericanasinfestadas de plagas.

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El Plan Rockefeller, como instrumento de sub-yugación, resulta corto frente al proyecto neoliberalaupado por los “modernizadores” de hoy. Ya no setrata sólo de concesiones traidoras, sino de la subas-ta de todas las empresas del Estado, de la entrega to-tal de nuestras riquezas a las compañías transnacio-nales. De borrar todo vestigio de independencia, pa-ra poner sobre las espaldas del pueblo ecuatoriano,el oprobioso yugo colonial.

A cambio, los vende-patria, sumisos y cabizba-jos, esperan recibir las sobras del festín de los coloni-zadores. Sí, solo las sobras, ni siquiera las treintamonedas de la leyenda bíblica.

Desde luego, es suficiente para ellos. Pero volvamos a la United Fruit.Durante un tiempo desaparece del suelo pa-

trio. Empero, sin poder resistir el olor de la ganan-cia, pronto regresa al país con otro nombre, pues elanterior está suficientemente desacreditado por susmúltiples desmanes, tanto aquí como en escala in-ternacional. Ahora se llama Chiquita Brands o Chi-quita Banana como también se la denomina.

Y la vuelta es exitosa. Hoy es una de las empre-sas bananeras que más exporta, principalmente a losEstados Unidos, donde coloca el 63% de sus expor-taciones, según se afirma en un artículo del diario ElComercio de Quito publicado en 1998.

Emulando la anterior experiencia de la Unitedque resultó beneficiosa, la Chiquita Brands no tienecultivos propios, sino que compra la fruta a los pro-ductores nacionales, con los cuales suscribe contra-tos que muchas veces son incumplidos y rotos unila-teralmente. Por este motivo varios productores hantenido que enjuiciarla.

Sigue, sobre todo, la antigua tradición de abu-sos que cada día se multiplican.

El Plan Rockefeller, como instrumento de sub-yugación, resulta corto frente al proyecto neoliberalaupado por los “modernizadores” de hoy. Ya no setrata sólo de concesiones traidoras, sino de la subas-ta de todas las empresas del Estado, de la entrega to-tal de nuestras riquezas a las compañías transnacio-nales. De borrar todo vestigio de independencia, pa-ra poner sobre las espaldas del pueblo ecuatoriano,el oprobioso yugo colonial.

A cambio, los vende-patria, sumisos y cabizba-jos, esperan recibir las sobras del festín de los coloni-zadores. Sí, solo las sobras, ni siquiera las treintamonedas de la leyenda bíblica.

Desde luego, es suficiente para ellos. Pero volvamos a la United Fruit.Durante un tiempo desaparece del suelo pa-

trio. Empero, sin poder resistir el olor de la ganan-cia, pronto regresa al país con otro nombre, pues elanterior está suficientemente desacreditado por susmúltiples desmanes, tanto aquí como en escala in-ternacional. Ahora se llama Chiquita Brands o Chi-quita Banana como también se la denomina.

Y la vuelta es exitosa. Hoy es una de las empre-sas bananeras que más exporta, principalmente a losEstados Unidos, donde coloca el 63% de sus expor-taciones, según se afirma en un artículo del diario ElComercio de Quito publicado en 1998.

Emulando la anterior experiencia de la Unitedque resultó beneficiosa, la Chiquita Brands no tienecultivos propios, sino que compra la fruta a los pro-ductores nacionales, con los cuales suscribe contra-tos que muchas veces son incumplidos y rotos unila-teralmente. Por este motivo varios productores hantenido que enjuiciarla.

Sigue, sobre todo, la antigua tradición de abu-sos que cada día se multiplican.

El Plan Rockefeller, como instrumento de sub-yugación, resulta corto frente al proyecto neoliberalaupado por los “modernizadores” de hoy. Ya no setrata sólo de concesiones traidoras, sino de la subas-ta de todas las empresas del Estado, de la entrega to-tal de nuestras riquezas a las compañías transnacio-nales. De borrar todo vestigio de independencia, pa-ra poner sobre las espaldas del pueblo ecuatoriano,el oprobioso yugo colonial.

A cambio, los vende-patria, sumisos y cabizba-jos, esperan recibir las sobras del festín de los coloni-zadores. Sí, solo las sobras, ni siquiera las treintamonedas de la leyenda bíblica.

Desde luego, es suficiente para ellos. Pero volvamos a la United Fruit.Durante un tiempo desaparece del suelo pa-

trio. Empero, sin poder resistir el olor de la ganan-cia, pronto regresa al país con otro nombre, pues elanterior está suficientemente desacreditado por susmúltiples desmanes, tanto aquí como en escala in-ternacional. Ahora se llama Chiquita Brands o Chi-quita Banana como también se la denomina.

Y la vuelta es exitosa. Hoy es una de las empre-sas bananeras que más exporta, principalmente a losEstados Unidos, donde coloca el 63% de sus expor-taciones, según se afirma en un artículo del diario ElComercio de Quito publicado en 1998.

Emulando la anterior experiencia de la Unitedque resultó beneficiosa, la Chiquita Brands no tienecultivos propios, sino que compra la fruta a los pro-ductores nacionales, con los cuales suscribe contra-tos que muchas veces son incumplidos y rotos unila-teralmente. Por este motivo varios productores hantenido que enjuiciarla.

Sigue, sobre todo, la antigua tradición de abu-sos que cada día se multiplican.

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Un informe del periódico estadounidense Cin-cinati – Enquirer denuncia las precarias condicionesde vida de los trabajadores de la compañía y el uso depesticidas perjudiciales para la salud. Afirma que“quienes se tragan los pesticidas son los costarricen-ses, hondureños y ecuatorianos que trabajan en lasplantaciones, mientras se fumiga. Sus reservas deagua se contaminan y sus hijos juegan en la contami-nación”.34 Se añade que tales pesticidas no puedenser usados en los Estados Unidos, Canadá y Europa.

El mismo informe también acusa que la em-presa ayuda a ciertos bananeros ecuatorianos a eva-dir impuestos, detallando las transacciones comer-ciales realizadas con este propósito por su subsidia-ria “Agrícola del Guayas”, actualmente reemplazadapor la denominada “Brundicorp”. Para esto se valede diferentes tretas. Se dice que en la sección deno-minada “Propósito de los libros off shore”, cuentaMiami, consta lo que sigue:

Presiones de la competencia. Los cultivadoresquieren dólares off shore para evadir los impuestosy evitar convertirlos a sucres a la tasa oficial que es8 por ciento más baja que la tasa del mercado li-bre.35

Las denuncias anteriores, a todas luces verda-deras, tienen un desenlace inesperado como sucedesiempre cuando van dirigidas contra los poderosos.El periódico cobardemente se retracta y despide alperiodista Mike Gallegher, autor del reportaje. Ade-más, el impreso debe pagar la suma de diez millonesde dólares como indemnización por daños y prejui-cios, ya que se dice que las informaciones han sidorecibidas en forma ilegal. La Chiquita Brands Inter-national felicita al periódico por la valentía de la re-

Un informe del periódico estadounidense Cin-cinati – Enquirer denuncia las precarias condicionesde vida de los trabajadores de la compañía y el uso depesticidas perjudiciales para la salud. Afirma que“quienes se tragan los pesticidas son los costarricen-ses, hondureños y ecuatorianos que trabajan en lasplantaciones, mientras se fumiga. Sus reservas deagua se contaminan y sus hijos juegan en la contami-nación”.34 Se añade que tales pesticidas no puedenser usados en los Estados Unidos, Canadá y Europa.

El mismo informe también acusa que la em-presa ayuda a ciertos bananeros ecuatorianos a eva-dir impuestos, detallando las transacciones comer-ciales realizadas con este propósito por su subsidia-ria “Agrícola del Guayas”, actualmente reemplazadapor la denominada “Brundicorp”. Para esto se valede diferentes tretas. Se dice que en la sección deno-minada “Propósito de los libros off shore”, cuentaMiami, consta lo que sigue:

Presiones de la competencia. Los cultivadoresquieren dólares off shore para evadir los impuestosy evitar convertirlos a sucres a la tasa oficial que es8 por ciento más baja que la tasa del mercado li-bre.35

Las denuncias anteriores, a todas luces verda-deras, tienen un desenlace inesperado como sucedesiempre cuando van dirigidas contra los poderosos.El periódico cobardemente se retracta y despide alperiodista Mike Gallegher, autor del reportaje. Ade-más, el impreso debe pagar la suma de diez millonesde dólares como indemnización por daños y prejui-cios, ya que se dice que las informaciones han sidorecibidas en forma ilegal. La Chiquita Brands Inter-national felicita al periódico por la valentía de la re-

Un informe del periódico estadounidense Cin-cinati – Enquirer denuncia las precarias condicionesde vida de los trabajadores de la compañía y el uso depesticidas perjudiciales para la salud. Afirma que“quienes se tragan los pesticidas son los costarricen-ses, hondureños y ecuatorianos que trabajan en lasplantaciones, mientras se fumiga. Sus reservas deagua se contaminan y sus hijos juegan en la contami-nación”.34 Se añade que tales pesticidas no puedenser usados en los Estados Unidos, Canadá y Europa.

El mismo informe también acusa que la em-presa ayuda a ciertos bananeros ecuatorianos a eva-dir impuestos, detallando las transacciones comer-ciales realizadas con este propósito por su subsidia-ria “Agrícola del Guayas”, actualmente reemplazadapor la denominada “Brundicorp”. Para esto se valede diferentes tretas. Se dice que en la sección deno-minada “Propósito de los libros off shore”, cuentaMiami, consta lo que sigue:

Presiones de la competencia. Los cultivadoresquieren dólares off shore para evadir los impuestosy evitar convertirlos a sucres a la tasa oficial que es8 por ciento más baja que la tasa del mercado li-bre.35

Las denuncias anteriores, a todas luces verda-deras, tienen un desenlace inesperado como sucedesiempre cuando van dirigidas contra los poderosos.El periódico cobardemente se retracta y despide alperiodista Mike Gallegher, autor del reportaje. Ade-más, el impreso debe pagar la suma de diez millonesde dólares como indemnización por daños y prejui-cios, ya que se dice que las informaciones han sidorecibidas en forma ilegal. La Chiquita Brands Inter-national felicita al periódico por la valentía de la re-

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tractación. Es de presumir, que por la valentía, tam-bién le perdona la cuantiosa suma de la indemniza-ción… Y así, todo queda terminado y en santa paz.

Otro abuso. Nicolás Castro Benítez, presidentede la Asociación Nacional de Bananeros, después demanifestar que los productores de banano debenmás de 800 millones de dólares, se expresa de estamanera:

Cómo vamos a pagar si los exportadores norespetan un precio oficial que al momento está so-bre los tres dólares la caja. Pagan de 13 a siete milsucres por una caja que cuesta producir 2.3 dóla-res. No existe autoridad que imponga ningunasanción.36

Esto consta en la revista guayaquileña Vistazo.Y ya sabemos que es una de las principales compa-ñías exportadoras, que según Castro Benítez contro-la el 21 % de las exportaciones ecuatorianas, ocu-pando el segundo lugar después de la exportadoraNoboa que controla el 31%. En escala internacionalfigura como la mayor distribuidora de banano en elmundo.

Tal como la antigua United Fruit, también enlos otros países americanos, sigue abusando y usan-do los mismos métodos dolosos. Un solo ejemploreferente a Honduras:

La última guerra bananera se produjo en1974, cuando se enfrentaron United Brands –hoyChiquita Brands- y Standard Fruit. UnitedBrands pagó US $ 1,25 millón a funcionarios delgobierno hondureño, para que bajaran el impues-to a las exportaciones de bananas. Cuando los so-bornos quedaron al descubierto, el presidente de

tractación. Es de presumir, que por la valentía, tam-bién le perdona la cuantiosa suma de la indemniza-ción… Y así, todo queda terminado y en santa paz.

Otro abuso. Nicolás Castro Benítez, presidentede la Asociación Nacional de Bananeros, después demanifestar que los productores de banano debenmás de 800 millones de dólares, se expresa de estamanera:

Cómo vamos a pagar si los exportadores norespetan un precio oficial que al momento está so-bre los tres dólares la caja. Pagan de 13 a siete milsucres por una caja que cuesta producir 2.3 dóla-res. No existe autoridad que imponga ningunasanción.36

Esto consta en la revista guayaquileña Vistazo.Y ya sabemos que es una de las principales compa-ñías exportadoras, que según Castro Benítez contro-la el 21 % de las exportaciones ecuatorianas, ocu-pando el segundo lugar después de la exportadoraNoboa que controla el 31%. En escala internacionalfigura como la mayor distribuidora de banano en elmundo.

Tal como la antigua United Fruit, también enlos otros países americanos, sigue abusando y usan-do los mismos métodos dolosos. Un solo ejemploreferente a Honduras:

La última guerra bananera se produjo en1974, cuando se enfrentaron United Brands –hoyChiquita Brands- y Standard Fruit. UnitedBrands pagó US $ 1,25 millón a funcionarios delgobierno hondureño, para que bajaran el impues-to a las exportaciones de bananas. Cuando los so-bornos quedaron al descubierto, el presidente de

tractación. Es de presumir, que por la valentía, tam-bién le perdona la cuantiosa suma de la indemniza-ción… Y así, todo queda terminado y en santa paz.

Otro abuso. Nicolás Castro Benítez, presidentede la Asociación Nacional de Bananeros, después demanifestar que los productores de banano debenmás de 800 millones de dólares, se expresa de estamanera:

Cómo vamos a pagar si los exportadores norespetan un precio oficial que al momento está so-bre los tres dólares la caja. Pagan de 13 a siete milsucres por una caja que cuesta producir 2.3 dóla-res. No existe autoridad que imponga ningunasanción.36

Esto consta en la revista guayaquileña Vistazo.Y ya sabemos que es una de las principales compa-ñías exportadoras, que según Castro Benítez contro-la el 21 % de las exportaciones ecuatorianas, ocu-pando el segundo lugar después de la exportadoraNoboa que controla el 31%. En escala internacionalfigura como la mayor distribuidora de banano en elmundo.

Tal como la antigua United Fruit, también enlos otros países americanos, sigue abusando y usan-do los mismos métodos dolosos. Un solo ejemploreferente a Honduras:

La última guerra bananera se produjo en1974, cuando se enfrentaron United Brands –hoyChiquita Brands- y Standard Fruit. UnitedBrands pagó US $ 1,25 millón a funcionarios delgobierno hondureño, para que bajaran el impues-to a las exportaciones de bananas. Cuando los so-bornos quedaron al descubierto, el presidente de

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United Brands se suicidó lanzándose desde la ven-tana de su oficina en Manhattan. Y al poco tiem-po cayó el gobierno hondureño. 37

Y en la misma nación hondureña, cuando lasplantaciones de banano son arrasadas por el hura-cán Nitch, la compañía Tela Railroad, subsidiaria dela Chiquita Brands, dando muestras de total inhu-manidad, manifiesta “que despedirá 7.782 emplea-dos, sumándose a los casi 10.000 que cesará la Stan-dard Fruit Company, subsidiaria de la Castle andCoke”.38 A estas empresas fenicias, como se ve, po-co importa arrojar a la miseria a miles de trabajado-res. El dios dinero está sobre todas las cosas.

Ahora que se habla tanto de corrupción y co-rruptores, pocos, sin embargo, se atreven a hablar deestas compañías extranjeras corruptas.

Y en lo que respecta a la Chiquita Brands, losabusos y la corrupción proseguirán, puesto que lavieja tradición se impone con toda su fuerza.

Notas:

1 Eduardo Galeano, Las venas abiertas de América La-tina, Siglo XXI Editores S.A., México, 1971, p. 168.

2 Angel Colleoni, Breve historia de las agresiones de losEE. UU., Agencia de Prensa Orbis, Praga, 1983, p.112.

3 Eduardo Galeano, Memorias del fuego, Siglo XXIEditores, México, 1987, p. 182.

4 Varios autores, United Fruit Company: un caso deldominio imperialista en Cuba, Editorial de CienciasSociales, La Habana, 1976, p. 53.

5 Idem, p. 45.6 Carlos Luis Fallas, Mamita Yunai, Fondo de Cultu-

ra Popular A.C., México, 1957, p. 221.

United Brands se suicidó lanzándose desde la ven-tana de su oficina en Manhattan. Y al poco tiem-po cayó el gobierno hondureño. 37

Y en la misma nación hondureña, cuando lasplantaciones de banano son arrasadas por el hura-cán Nitch, la compañía Tela Railroad, subsidiaria dela Chiquita Brands, dando muestras de total inhu-manidad, manifiesta “que despedirá 7.782 emplea-dos, sumándose a los casi 10.000 que cesará la Stan-dard Fruit Company, subsidiaria de la Castle andCoke”.38 A estas empresas fenicias, como se ve, po-co importa arrojar a la miseria a miles de trabajado-res. El dios dinero está sobre todas las cosas.

Ahora que se habla tanto de corrupción y co-rruptores, pocos, sin embargo, se atreven a hablar deestas compañías extranjeras corruptas.

Y en lo que respecta a la Chiquita Brands, losabusos y la corrupción proseguirán, puesto que lavieja tradición se impone con toda su fuerza.

Notas:

1 Eduardo Galeano, Las venas abiertas de América La-tina, Siglo XXI Editores S.A., México, 1971, p. 168.

2 Angel Colleoni, Breve historia de las agresiones de losEE. UU., Agencia de Prensa Orbis, Praga, 1983, p.112.

3 Eduardo Galeano, Memorias del fuego, Siglo XXIEditores, México, 1987, p. 182.

4 Varios autores, United Fruit Company: un caso deldominio imperialista en Cuba, Editorial de CienciasSociales, La Habana, 1976, p. 53.

5 Idem, p. 45.6 Carlos Luis Fallas, Mamita Yunai, Fondo de Cultu-

ra Popular A.C., México, 1957, p. 221.

United Brands se suicidó lanzándose desde la ven-tana de su oficina en Manhattan. Y al poco tiem-po cayó el gobierno hondureño. 37

Y en la misma nación hondureña, cuando lasplantaciones de banano son arrasadas por el hura-cán Nitch, la compañía Tela Railroad, subsidiaria dela Chiquita Brands, dando muestras de total inhu-manidad, manifiesta “que despedirá 7.782 emplea-dos, sumándose a los casi 10.000 que cesará la Stan-dard Fruit Company, subsidiaria de la Castle andCoke”.38 A estas empresas fenicias, como se ve, po-co importa arrojar a la miseria a miles de trabajado-res. El dios dinero está sobre todas las cosas.

Ahora que se habla tanto de corrupción y co-rruptores, pocos, sin embargo, se atreven a hablar deestas compañías extranjeras corruptas.

Y en lo que respecta a la Chiquita Brands, losabusos y la corrupción proseguirán, puesto que lavieja tradición se impone con toda su fuerza.

Notas:

1 Eduardo Galeano, Las venas abiertas de América La-tina, Siglo XXI Editores S.A., México, 1971, p. 168.

2 Angel Colleoni, Breve historia de las agresiones de losEE. UU., Agencia de Prensa Orbis, Praga, 1983, p.112.

3 Eduardo Galeano, Memorias del fuego, Siglo XXIEditores, México, 1987, p. 182.

4 Varios autores, United Fruit Company: un caso deldominio imperialista en Cuba, Editorial de CienciasSociales, La Habana, 1976, p. 53.

5 Idem, p. 45.6 Carlos Luis Fallas, Mamita Yunai, Fondo de Cultu-

ra Popular A.C., México, 1957, p. 221.

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7 Edgar Caicedo, Conflictos sociales del siglo XX enColombia, Ediciones Colombia Ltda., p. 8.

8 Idem, pp. 14-15. 9 Gabriel García Márquez, Cien años de soledad, Edi-

torial Sudamericana, Buenos Aires, 1968, p. 280.10 John F. Uggen, Tenencia de la tierra y movilizaciones

campesinas. Zona de Milagro, ACLAS, Quito, 1993,p. 41.

11 Idem, p. 41.12 Manuel Chiriboga, Jornaleros y gran propietarios en

135 años de exportación cacaotera, Consejo Provin-cial de Pichincha, Quito, 1980, p. 240.

13 Jean Paul Deler, Ecuador. Del espacio al Estado Na-cional, Banco Central del Ecuador, Quito, 1987,p.254.

14 José de la Cuadra, El montuvio ecuatoriano, Edicio-nes IMAN, Buenos Aires, 1937, p. 27.

15 Registro Oficial N° 223, Quito, 23 de Julio de 1938.16 Pedro Saad, La Crisis Financiera Fiscal. El problema

bananero y la United Fruit, Imprenta Voz Popular,Guayaquil, 1956, p. 4.

17 Idem, p. 4.18 John F. Uggen, op. cit., p. 77.19 Idem, p. 85.20 Pedro Saad, La verdad de la crisis bananera. Miseria

para el Ecuador riqueza para los monopolios, ObrasEscogidas, t. V, Guayaquil, p. 268.

21 Jean Paul Deler, op. cit., p. 258.22 El Universo, Guayaquil, 7 de enero de 1965.23 Fernando Velasco, Ecuador: subdesarrollo y depen-

dencia, Corporación Editorial El Conejo, Quito,1981, p. 200.

24 Alfredo Vera Arrata, Historia de un triste banano,Imprenta Abad, Guayaquil, 1972, p. 15.

25 Pedro Saad, La verdad de la crisis bananera, op. cit.,p. 269.

26 Carlos Larrea M., Malve Espinosa, Paola Silva, ElBanano en el Ecuador, Corporación Editora Nacio-nal, Quito, 1987, p.275.

7 Edgar Caicedo, Conflictos sociales del siglo XX enColombia, Ediciones Colombia Ltda., p. 8.

8 Idem, pp. 14-15. 9 Gabriel García Márquez, Cien años de soledad, Edi-

torial Sudamericana, Buenos Aires, 1968, p. 280.10 John F. Uggen, Tenencia de la tierra y movilizaciones

campesinas. Zona de Milagro, ACLAS, Quito, 1993,p. 41.

11 Idem, p. 41.12 Manuel Chiriboga, Jornaleros y gran propietarios en

135 años de exportación cacaotera, Consejo Provin-cial de Pichincha, Quito, 1980, p. 240.

13 Jean Paul Deler, Ecuador. Del espacio al Estado Na-cional, Banco Central del Ecuador, Quito, 1987,p.254.

14 José de la Cuadra, El montuvio ecuatoriano, Edicio-nes IMAN, Buenos Aires, 1937, p. 27.

15 Registro Oficial N° 223, Quito, 23 de Julio de 1938.16 Pedro Saad, La Crisis Financiera Fiscal. El problema

bananero y la United Fruit, Imprenta Voz Popular,Guayaquil, 1956, p. 4.

17 Idem, p. 4.18 John F. Uggen, op. cit., p. 77.19 Idem, p. 85.20 Pedro Saad, La verdad de la crisis bananera. Miseria

para el Ecuador riqueza para los monopolios, ObrasEscogidas, t. V, Guayaquil, p. 268.

21 Jean Paul Deler, op. cit., p. 258.22 El Universo, Guayaquil, 7 de enero de 1965.23 Fernando Velasco, Ecuador: subdesarrollo y depen-

dencia, Corporación Editorial El Conejo, Quito,1981, p. 200.

24 Alfredo Vera Arrata, Historia de un triste banano,Imprenta Abad, Guayaquil, 1972, p. 15.

25 Pedro Saad, La verdad de la crisis bananera, op. cit.,p. 269.

26 Carlos Larrea M., Malve Espinosa, Paola Silva, ElBanano en el Ecuador, Corporación Editora Nacio-nal, Quito, 1987, p.275.

7 Edgar Caicedo, Conflictos sociales del siglo XX enColombia, Ediciones Colombia Ltda., p. 8.

8 Idem, pp. 14-15. 9 Gabriel García Márquez, Cien años de soledad, Edi-

torial Sudamericana, Buenos Aires, 1968, p. 280.10 John F. Uggen, Tenencia de la tierra y movilizaciones

campesinas. Zona de Milagro, ACLAS, Quito, 1993,p. 41.

11 Idem, p. 41.12 Manuel Chiriboga, Jornaleros y gran propietarios en

135 años de exportación cacaotera, Consejo Provin-cial de Pichincha, Quito, 1980, p. 240.

13 Jean Paul Deler, Ecuador. Del espacio al Estado Na-cional, Banco Central del Ecuador, Quito, 1987,p.254.

14 José de la Cuadra, El montuvio ecuatoriano, Edicio-nes IMAN, Buenos Aires, 1937, p. 27.

15 Registro Oficial N° 223, Quito, 23 de Julio de 1938.16 Pedro Saad, La Crisis Financiera Fiscal. El problema

bananero y la United Fruit, Imprenta Voz Popular,Guayaquil, 1956, p. 4.

17 Idem, p. 4.18 John F. Uggen, op. cit., p. 77.19 Idem, p. 85.20 Pedro Saad, La verdad de la crisis bananera. Miseria

para el Ecuador riqueza para los monopolios, ObrasEscogidas, t. V, Guayaquil, p. 268.

21 Jean Paul Deler, op. cit., p. 258.22 El Universo, Guayaquil, 7 de enero de 1965.23 Fernando Velasco, Ecuador: subdesarrollo y depen-

dencia, Corporación Editorial El Conejo, Quito,1981, p. 200.

24 Alfredo Vera Arrata, Historia de un triste banano,Imprenta Abad, Guayaquil, 1972, p. 15.

25 Pedro Saad, La verdad de la crisis bananera, op. cit.,p. 269.

26 Carlos Larrea M., Malve Espinosa, Paola Silva, ElBanano en el Ecuador, Corporación Editora Nacio-nal, Quito, 1987, p.275.

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27 Alfredo Vera Arrata, op. cit., p. 36.28 Diario Hoy, Quito, 8 de junio de 1988.29 El Universo, Guayaquil, 28 de julio de 1991.30 Luis Fierro Carrión, Los grupos financieros en el

Ecuador, Centro de Educación Popular, Quito,1991, p. 261.

31 Idem, p. 262.32 Diario Hoy, Quito, 25 de junio de 1991.33 Stacy May, Galo Plaza, La empresa estadounidense

en el extranjero. La United Fruit Company en Améri-ca Latina, Imprenta Nuevo Mundo S.A., México,1959, p. 235.

34 El Comercio, Quito, 12 de mayo de 1998.35 Idem.36 Revista Vistazo, Guayaquil, 27 de mayo de 1999.37 Revista América Economía N° 4, 2 de agosto de

1990, p. 29.38 El Comercio, Quito, 9 de noviembre de 1998.

27 Alfredo Vera Arrata, op. cit., p. 36.28 Diario Hoy, Quito, 8 de junio de 1988.29 El Universo, Guayaquil, 28 de julio de 1991.30 Luis Fierro Carrión, Los grupos financieros en el

Ecuador, Centro de Educación Popular, Quito,1991, p. 261.

31 Idem, p. 262.32 Diario Hoy, Quito, 25 de junio de 1991.33 Stacy May, Galo Plaza, La empresa estadounidense

en el extranjero. La United Fruit Company en Améri-ca Latina, Imprenta Nuevo Mundo S.A., México,1959, p. 235.

34 El Comercio, Quito, 12 de mayo de 1998.35 Idem.36 Revista Vistazo, Guayaquil, 27 de mayo de 1999.37 Revista América Economía N° 4, 2 de agosto de

1990, p. 29.38 El Comercio, Quito, 9 de noviembre de 1998.

27 Alfredo Vera Arrata, op. cit., p. 36.28 Diario Hoy, Quito, 8 de junio de 1988.29 El Universo, Guayaquil, 28 de julio de 1991.30 Luis Fierro Carrión, Los grupos financieros en el

Ecuador, Centro de Educación Popular, Quito,1991, p. 261.

31 Idem, p. 262.32 Diario Hoy, Quito, 25 de junio de 1991.33 Stacy May, Galo Plaza, La empresa estadounidense

en el extranjero. La United Fruit Company en Améri-ca Latina, Imprenta Nuevo Mundo S.A., México,1959, p. 235.

34 El Comercio, Quito, 12 de mayo de 1998.35 Idem.36 Revista Vistazo, Guayaquil, 27 de mayo de 1999.37 Revista América Economía N° 4, 2 de agosto de

1990, p. 29.38 El Comercio, Quito, 9 de noviembre de 1998.

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La “Empresa Eléctricadel Ecuador INC.”

de Guayaquil

Antes de adentrarnos en nuestro tema, no nosparece impropio incursionar brevemente en la histo-ria del alumbrado en nuestras principales ciudades,en especial, en la de Guayaquil. Así nuestro estudioresultará un poco más ameno y más ilustrativo.

La historia empieza, propiamente, en el últimosiglo colonial. Antes, cuando no aparece la generosaluz de la luna llena, reinan por completo las tinie-blas. Las estrechas y retorcidas calles son oscuras co-mo boca de lobo. Y de esa oscuridad, surgen por do-quier las leyendas de duendes y aparecidos.

El escritor Modesto Chávez Franco, tan sabe-dor de cosas añejas y enmohecidas por el paso de losaños, nos da preciosos datos en sus Crónicas delGuayaquil antiguo sobre la historia del alumbradode la ciudad porteña. Nos dice que las calles sealumbran con lámparas de aceite en forma igual oparecida a lo que sucede en otras urbes del conti-nente. Añade también que los cirios y velones de ce-ra traídos por los frailes dominicos, por su alto va-lor, únicamente son usados para alumbrar las casasde los ricos, eso sí, previo permiso eclesiástico, portratarse de materia sagrada. De todas maneras, laclaridad es insuficiente, y por esto, los asaltos y ro-bos son pan de cada día. Sabemos que los señorones–los padres de lo que pronto será una oligarquía rica

La “Empresa Eléctricadel Ecuador INC.”

de Guayaquil

Antes de adentrarnos en nuestro tema, no nosparece impropio incursionar brevemente en la histo-ria del alumbrado en nuestras principales ciudades,en especial, en la de Guayaquil. Así nuestro estudioresultará un poco más ameno y más ilustrativo.

La historia empieza, propiamente, en el últimosiglo colonial. Antes, cuando no aparece la generosaluz de la luna llena, reinan por completo las tinie-blas. Las estrechas y retorcidas calles son oscuras co-mo boca de lobo. Y de esa oscuridad, surgen por do-quier las leyendas de duendes y aparecidos.

El escritor Modesto Chávez Franco, tan sabe-dor de cosas añejas y enmohecidas por el paso de losaños, nos da preciosos datos en sus Crónicas delGuayaquil antiguo sobre la historia del alumbradode la ciudad porteña. Nos dice que las calles sealumbran con lámparas de aceite en forma igual oparecida a lo que sucede en otras urbes del conti-nente. Añade también que los cirios y velones de ce-ra traídos por los frailes dominicos, por su alto va-lor, únicamente son usados para alumbrar las casasde los ricos, eso sí, previo permiso eclesiástico, portratarse de materia sagrada. De todas maneras, laclaridad es insuficiente, y por esto, los asaltos y ro-bos son pan de cada día. Sabemos que los señorones–los padres de lo que pronto será una oligarquía rica

La “Empresa Eléctricadel Ecuador INC.”

de Guayaquil

Antes de adentrarnos en nuestro tema, no nosparece impropio incursionar brevemente en la histo-ria del alumbrado en nuestras principales ciudades,en especial, en la de Guayaquil. Así nuestro estudioresultará un poco más ameno y más ilustrativo.

La historia empieza, propiamente, en el últimosiglo colonial. Antes, cuando no aparece la generosaluz de la luna llena, reinan por completo las tinie-blas. Las estrechas y retorcidas calles son oscuras co-mo boca de lobo. Y de esa oscuridad, surgen por do-quier las leyendas de duendes y aparecidos.

El escritor Modesto Chávez Franco, tan sabe-dor de cosas añejas y enmohecidas por el paso de losaños, nos da preciosos datos en sus Crónicas delGuayaquil antiguo sobre la historia del alumbradode la ciudad porteña. Nos dice que las calles sealumbran con lámparas de aceite en forma igual oparecida a lo que sucede en otras urbes del conti-nente. Añade también que los cirios y velones de ce-ra traídos por los frailes dominicos, por su alto va-lor, únicamente son usados para alumbrar las casasde los ricos, eso sí, previo permiso eclesiástico, portratarse de materia sagrada. De todas maneras, laclaridad es insuficiente, y por esto, los asaltos y ro-bos son pan de cada día. Sabemos que los señorones–los padres de lo que pronto será una oligarquía rica

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y poderosa- tienen que caminar acompañados desirvientes o esclavos que les alumbran con farolesportátiles y les sirven de custodia.

El escritor soviético M. Ilin, con la acuciosidady el cúmulo de conocimientos que le caracterizan,nos enseña todos los pasos que el hombre da, enmuchísimos años, para conquistar la luz y ampliarsu utilidad. Por ejemplo, en su libro titulado Histo-ria del alumbrado, nos hace ver, citando los nombresde todos los inventores, los múltiples cambios quetienen lugar en la humilde lámpara para que alum-bre mejor y se adapte al género de combustible utili-zado. Esto requiere tiempo, arduo trabajo y sutil in-genio. A nosotros, que vivimos en la periferia delmundo, las cosas nos llegan hechas y poco nos dejanpara inventar. Quizás lo único autóctono sea esaslámparas de arcilla llenas de agujeros para dar salidaa los haces de luz, que aparecen en la ciudad de Gua-yaquil. Al respecto, Chávez Franco dice esto:

Vasijas de barro sobran, pues es especialidadhuancavilca la cerámica. A torcer, pues, una me-cha, aunque sea con hilachas de nuestras ropas,embeberle en aceite de ballena o de tortuga, o engrasa de vaca o cerdo, o en alquitrán o brea, quede todo esto tienen los conquistadores en sus navesy colocando convenientemente de trecho en trechoestos botecitos ya podremos tener un alumbradococullesco siquiera, con tal de que ni llueva ni ven-tee.1

Lograda la independencia, el municipio deGuayaquil recurre a rentistas para mantener el alum-brado de la ciudad. Debe ser buen negocio, puesquienes lo obtienen, son generalmente ricos comer-ciantes. Y algunos, con apellidos un tanto sonoros.

y poderosa- tienen que caminar acompañados desirvientes o esclavos que les alumbran con farolesportátiles y les sirven de custodia.

El escritor soviético M. Ilin, con la acuciosidady el cúmulo de conocimientos que le caracterizan,nos enseña todos los pasos que el hombre da, enmuchísimos años, para conquistar la luz y ampliarsu utilidad. Por ejemplo, en su libro titulado Histo-ria del alumbrado, nos hace ver, citando los nombresde todos los inventores, los múltiples cambios quetienen lugar en la humilde lámpara para que alum-bre mejor y se adapte al género de combustible utili-zado. Esto requiere tiempo, arduo trabajo y sutil in-genio. A nosotros, que vivimos en la periferia delmundo, las cosas nos llegan hechas y poco nos dejanpara inventar. Quizás lo único autóctono sea esaslámparas de arcilla llenas de agujeros para dar salidaa los haces de luz, que aparecen en la ciudad de Gua-yaquil. Al respecto, Chávez Franco dice esto:

Vasijas de barro sobran, pues es especialidadhuancavilca la cerámica. A torcer, pues, una me-cha, aunque sea con hilachas de nuestras ropas,embeberle en aceite de ballena o de tortuga, o engrasa de vaca o cerdo, o en alquitrán o brea, quede todo esto tienen los conquistadores en sus navesy colocando convenientemente de trecho en trechoestos botecitos ya podremos tener un alumbradococullesco siquiera, con tal de que ni llueva ni ven-tee.1

Lograda la independencia, el municipio deGuayaquil recurre a rentistas para mantener el alum-brado de la ciudad. Debe ser buen negocio, puesquienes lo obtienen, son generalmente ricos comer-ciantes. Y algunos, con apellidos un tanto sonoros.

y poderosa- tienen que caminar acompañados desirvientes o esclavos que les alumbran con farolesportátiles y les sirven de custodia.

El escritor soviético M. Ilin, con la acuciosidady el cúmulo de conocimientos que le caracterizan,nos enseña todos los pasos que el hombre da, enmuchísimos años, para conquistar la luz y ampliarsu utilidad. Por ejemplo, en su libro titulado Histo-ria del alumbrado, nos hace ver, citando los nombresde todos los inventores, los múltiples cambios quetienen lugar en la humilde lámpara para que alum-bre mejor y se adapte al género de combustible utili-zado. Esto requiere tiempo, arduo trabajo y sutil in-genio. A nosotros, que vivimos en la periferia delmundo, las cosas nos llegan hechas y poco nos dejanpara inventar. Quizás lo único autóctono sea esaslámparas de arcilla llenas de agujeros para dar salidaa los haces de luz, que aparecen en la ciudad de Gua-yaquil. Al respecto, Chávez Franco dice esto:

Vasijas de barro sobran, pues es especialidadhuancavilca la cerámica. A torcer, pues, una me-cha, aunque sea con hilachas de nuestras ropas,embeberle en aceite de ballena o de tortuga, o engrasa de vaca o cerdo, o en alquitrán o brea, quede todo esto tienen los conquistadores en sus navesy colocando convenientemente de trecho en trechoestos botecitos ya podremos tener un alumbradococullesco siquiera, con tal de que ni llueva ni ven-tee.1

Lograda la independencia, el municipio deGuayaquil recurre a rentistas para mantener el alum-brado de la ciudad. Debe ser buen negocio, puesquienes lo obtienen, son generalmente ricos comer-ciantes. Y algunos, con apellidos un tanto sonoros.

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Para el cuidado de este alumbrado se requiereun personal encargado de su custodia y vigilancia.Son los serenos. Rodolfo Pérez Pimentel, otro cro-nista guayaquileño, así mismo erudito y amante delas historias escondidas o un tanto relegadas, nos di-ce esto al respecto en el tercer tomo de su obra titu-lada El Ecuador profundo:

Los serenos se turnaban para desempeñar sucometido y dividieron la ciudad en sectores. Cadasereno está encargado de controlar de 15 a 20 fa-roles y por 8 serenos existía un Jefe o Guardiánque recorría las calles con el exclusivo propósito dedespertar a los remolones o impedir que se em-briagaran los menos juiciosos.2

Es, pues, el sereno de nuestras viejas historias.El testigo de lances escabrosos en noches oscuras ycalles desoladas. Personaje de habladurías y consejas.

El progreso del alumbrado es un tanto lentopero paulatino. Luzarraga, el conocido potentadoeconómico de la primera mitad del siglo pasado,trae al país las velas estearinas según asegura ChávezFranco. También llegan las cerillas. Y poco después–en la década sexta del siglo que acabamos de citar-llega el kerosene desde los Estados Unidos, quereemplaza con ventaja al aceite de las lámparas.

Y en este mismo tiempo, en 1860, se da un pa-so más grande e importante: se conoce el alumbradode gas.

El escritor Ilin que antes mencionamos, nosinforma esto sobre el hombre que inventó e instalóla primera fábrica de gas proveniente del carbón:

Para el cuidado de este alumbrado se requiereun personal encargado de su custodia y vigilancia.Son los serenos. Rodolfo Pérez Pimentel, otro cro-nista guayaquileño, así mismo erudito y amante delas historias escondidas o un tanto relegadas, nos di-ce esto al respecto en el tercer tomo de su obra titu-lada El Ecuador profundo:

Los serenos se turnaban para desempeñar sucometido y dividieron la ciudad en sectores. Cadasereno está encargado de controlar de 15 a 20 fa-roles y por 8 serenos existía un Jefe o Guardiánque recorría las calles con el exclusivo propósito dedespertar a los remolones o impedir que se em-briagaran los menos juiciosos.2

Es, pues, el sereno de nuestras viejas historias.El testigo de lances escabrosos en noches oscuras ycalles desoladas. Personaje de habladurías y consejas.

El progreso del alumbrado es un tanto lentopero paulatino. Luzarraga, el conocido potentadoeconómico de la primera mitad del siglo pasado,trae al país las velas estearinas según asegura ChávezFranco. También llegan las cerillas. Y poco después–en la década sexta del siglo que acabamos de citar-llega el kerosene desde los Estados Unidos, quereemplaza con ventaja al aceite de las lámparas.

Y en este mismo tiempo, en 1860, se da un pa-so más grande e importante: se conoce el alumbradode gas.

El escritor Ilin que antes mencionamos, nosinforma esto sobre el hombre que inventó e instalóla primera fábrica de gas proveniente del carbón:

Para el cuidado de este alumbrado se requiereun personal encargado de su custodia y vigilancia.Son los serenos. Rodolfo Pérez Pimentel, otro cro-nista guayaquileño, así mismo erudito y amante delas historias escondidas o un tanto relegadas, nos di-ce esto al respecto en el tercer tomo de su obra titu-lada El Ecuador profundo:

Los serenos se turnaban para desempeñar sucometido y dividieron la ciudad en sectores. Cadasereno está encargado de controlar de 15 a 20 fa-roles y por 8 serenos existía un Jefe o Guardiánque recorría las calles con el exclusivo propósito dedespertar a los remolones o impedir que se em-briagaran los menos juiciosos.2

Es, pues, el sereno de nuestras viejas historias.El testigo de lances escabrosos en noches oscuras ycalles desoladas. Personaje de habladurías y consejas.

El progreso del alumbrado es un tanto lentopero paulatino. Luzarraga, el conocido potentadoeconómico de la primera mitad del siglo pasado,trae al país las velas estearinas según asegura ChávezFranco. También llegan las cerillas. Y poco después–en la década sexta del siglo que acabamos de citar-llega el kerosene desde los Estados Unidos, quereemplaza con ventaja al aceite de las lámparas.

Y en este mismo tiempo, en 1860, se da un pa-so más grande e importante: se conoce el alumbradode gas.

El escritor Ilin que antes mencionamos, nosinforma esto sobre el hombre que inventó e instalóla primera fábrica de gas proveniente del carbón:

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Aquel hombre se llamaba Guillermo Mör-dok. El mismo que construyó la primera locomo-tora en Inglaterra

Mördok era un obrero que luego ascendió aingeniero de la fábrica Boulton y Watt, la primeradestinada a la construcción de máquinas de vapor.

Junto a aquella famosa máquina, Mördokorganizó la fábrica de gas.

Era una empresa sumamente difícil.3

Esto sucede a principios del siglo XIX.La primera fábrica de gas guayaquileña es ins-

talada por el extranjero E. R. Sprague, que se com-promete, por contrato con el Municipio de la ciu-dad, a colocar 200 faroles para alumbrar el Malecóny unas pocas calles más. Se da luz de 6½ p.m. a 5½

a.m., menos las noches de luna clara. El servicio sesuspende cuando se acaba el carbón de piedra quellega de Inglaterra.

Para remediar la falta del carbón inglés, el sa-bio Teodoro Wolf –que dirige una fábrica de gasguayaquileña- afirma que el cope de Santa Elena po-dría reemplazarlo con ventaja, ya que según ensayosrealizados por él, se ha podido conseguir un gas deluz muy blanca. Esto consta en su Geografía y Geolo-gía del Ecuador, su célebre obra publicada en Leipzigen 1892.

Esta fábrica se incendia el 24 de julio de 1879 yla ciudad tiene que recurrir a los faroles de aceite oesperma. Felizmente, esto dura poco, pues según Pé-rez Pimentel se instala una nueva fábrica pocos me-ses después, ubicada en las calles Olmedo y Boyacá.

Pasan los años. En 1887 se organiza la sociedadanónima denominada Compañía de Alumbrado deGuayaquil. La Guía comercial agrícola e industrial de

Aquel hombre se llamaba Guillermo Mör-dok. El mismo que construyó la primera locomo-tora en Inglaterra

Mördok era un obrero que luego ascendió aingeniero de la fábrica Boulton y Watt, la primeradestinada a la construcción de máquinas de vapor.

Junto a aquella famosa máquina, Mördokorganizó la fábrica de gas.

Era una empresa sumamente difícil.3

Esto sucede a principios del siglo XIX.La primera fábrica de gas guayaquileña es ins-

talada por el extranjero E. R. Sprague, que se com-promete, por contrato con el Municipio de la ciu-dad, a colocar 200 faroles para alumbrar el Malecóny unas pocas calles más. Se da luz de 6½ p.m. a 5½

a.m., menos las noches de luna clara. El servicio sesuspende cuando se acaba el carbón de piedra quellega de Inglaterra.

Para remediar la falta del carbón inglés, el sa-bio Teodoro Wolf –que dirige una fábrica de gasguayaquileña- afirma que el cope de Santa Elena po-dría reemplazarlo con ventaja, ya que según ensayosrealizados por él, se ha podido conseguir un gas deluz muy blanca. Esto consta en su Geografía y Geolo-gía del Ecuador, su célebre obra publicada en Leipzigen 1892.

Esta fábrica se incendia el 24 de julio de 1879 yla ciudad tiene que recurrir a los faroles de aceite oesperma. Felizmente, esto dura poco, pues según Pé-rez Pimentel se instala una nueva fábrica pocos me-ses después, ubicada en las calles Olmedo y Boyacá.

Pasan los años. En 1887 se organiza la sociedadanónima denominada Compañía de Alumbrado deGuayaquil. La Guía comercial agrícola e industrial de

Aquel hombre se llamaba Guillermo Mör-dok. El mismo que construyó la primera locomo-tora en Inglaterra

Mördok era un obrero que luego ascendió aingeniero de la fábrica Boulton y Watt, la primeradestinada a la construcción de máquinas de vapor.

Junto a aquella famosa máquina, Mördokorganizó la fábrica de gas.

Era una empresa sumamente difícil.3

Esto sucede a principios del siglo XIX.La primera fábrica de gas guayaquileña es ins-

talada por el extranjero E. R. Sprague, que se com-promete, por contrato con el Municipio de la ciu-dad, a colocar 200 faroles para alumbrar el Malecóny unas pocas calles más. Se da luz de 6½ p.m. a 5½

a.m., menos las noches de luna clara. El servicio sesuspende cuando se acaba el carbón de piedra quellega de Inglaterra.

Para remediar la falta del carbón inglés, el sa-bio Teodoro Wolf –que dirige una fábrica de gasguayaquileña- afirma que el cope de Santa Elena po-dría reemplazarlo con ventaja, ya que según ensayosrealizados por él, se ha podido conseguir un gas deluz muy blanca. Esto consta en su Geografía y Geolo-gía del Ecuador, su célebre obra publicada en Leipzigen 1892.

Esta fábrica se incendia el 24 de julio de 1879 yla ciudad tiene que recurrir a los faroles de aceite oesperma. Felizmente, esto dura poco, pues según Pé-rez Pimentel se instala una nueva fábrica pocos me-ses después, ubicada en las calles Olmedo y Boyacá.

Pasan los años. En 1887 se organiza la sociedadanónima denominada Compañía de Alumbrado deGuayaquil. La Guía comercial agrícola e industrial de

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la república, que aparece en 1909, publica el siguien-te aviso de la empresa:

Ofrece constantemente a sus favorecedores, alos precios más ínfimos, un completo surtido delámparas, brazos, candelabros, etc. Para gas, tantopara la luz corriente de abanico cuanto para la in-candescente; así como una variedad de fogones agas de inmejorable calidad y sencillo manejo al al-cance de las personas menos expertas.4

El balance de la compañía, según se especificaen la misma Guía, arroja un Activo de 566.577,86 su-cres en el segundo semestre de 1910. El Directoriopara el año 1911 es el siguiente:

Principales Suplentes

Max Muller, Presidente J. Enrique Stagg O.Lautaro Rodríguez Guillermo KaiserLuis Scaicaluga, Gerente Secretario

Comisarios

Principales Suplentes

Rodrigo Arrarte Miguel E. SeminarioJuan Marcos Arcadio Arosemena5

Todos son señorones de alta estirpe financiera,lo que significa, que las ganancias deben ser suculen-tas.

Esta compañía se extingue en el año 1920, esdecir convive con la luz eléctrica que, para ese en-tonces, tiene ya varios años de aparecida en nuestrapatria.

la república, que aparece en 1909, publica el siguien-te aviso de la empresa:

Ofrece constantemente a sus favorecedores, alos precios más ínfimos, un completo surtido delámparas, brazos, candelabros, etc. Para gas, tantopara la luz corriente de abanico cuanto para la in-candescente; así como una variedad de fogones agas de inmejorable calidad y sencillo manejo al al-cance de las personas menos expertas.4

El balance de la compañía, según se especificaen la misma Guía, arroja un Activo de 566.577,86 su-cres en el segundo semestre de 1910. El Directoriopara el año 1911 es el siguiente:

Principales Suplentes

Max Muller, Presidente J. Enrique Stagg O.Lautaro Rodríguez Guillermo KaiserLuis Scaicaluga, Gerente Secretario

Comisarios

Principales Suplentes

Rodrigo Arrarte Miguel E. SeminarioJuan Marcos Arcadio Arosemena5

Todos son señorones de alta estirpe financiera,lo que significa, que las ganancias deben ser suculen-tas.

Esta compañía se extingue en el año 1920, esdecir convive con la luz eléctrica que, para ese en-tonces, tiene ya varios años de aparecida en nuestrapatria.

la república, que aparece en 1909, publica el siguien-te aviso de la empresa:

Ofrece constantemente a sus favorecedores, alos precios más ínfimos, un completo surtido delámparas, brazos, candelabros, etc. Para gas, tantopara la luz corriente de abanico cuanto para la in-candescente; así como una variedad de fogones agas de inmejorable calidad y sencillo manejo al al-cance de las personas menos expertas.4

El balance de la compañía, según se especificaen la misma Guía, arroja un Activo de 566.577,86 su-cres en el segundo semestre de 1910. El Directoriopara el año 1911 es el siguiente:

Principales Suplentes

Max Muller, Presidente J. Enrique Stagg O.Lautaro Rodríguez Guillermo KaiserLuis Scaicaluga, Gerente Secretario

Comisarios

Principales Suplentes

Rodrigo Arrarte Miguel E. SeminarioJuan Marcos Arcadio Arosemena5

Todos son señorones de alta estirpe financiera,lo que significa, que las ganancias deben ser suculen-tas.

Esta compañía se extingue en el año 1920, esdecir convive con la luz eléctrica que, para ese en-tonces, tiene ya varios años de aparecida en nuestrapatria.

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Efectivamente, la luz eléctrica –el bombillo in-ventado por Edison- llega al Ecuador a fines del siglopasado. Menester es, por lo tanto, para tener unamejor visión del suceso, consignar siquiera unas bre-ves notas sobre la instalación de las primeras plantaseléctricas en las principales ciudades del país. Empe-cemos por el puerto de Guayaquil.

Aunque no se crea, la primera planta no se em-plaza en la capital de la provincia, sino en el cantónMilagro. Es el ibarreño Rafael Valdez Cervantes,fundador del conocido Ingenio Valdez, el que im-porta una pequeña planta eléctrica que proporcionaa los edificios de la empresa, casas aledañas y hasta ala población de Milagro, luz según nos informa Pé-rez Pimentel. Esto sucede en 1888.

El mismo historiador arriba citado, nos diceque el capitalista lojano Manuel Alvarado Cueva en1895 inaugura la primera planta eléctrica guayaqui-leña. Después se asocia con otro próspero capitalis-ta, Ulpiano Bejarano Aguirre, y forman la empresa“Alvarado Bejarano”, que en 1904 vende su conce-sión a la “Empresa de luz y fuerza eléctrica”.

La Guía indica sobre esta última empresa loque a continuación transcribimos:

Se estableció el año de 1904 con el objeto deexplotar el privilegio concedido a favor del señorM. de J. Alvarado (y traspasado a los señores Al-varado y Bejarano), por ocho años para el alum-brado eléctrico de Guayaquil. Empezó sus negociosen dicho año, instalando su maquinaria respectivay desde entonces hace este servicio en muy buenascondiciones. Poco después tomó en traspaso uncontrato celebrado por varias personas del lugarcon la Municipalidad de Guayaquil para el esta-blecimiento de otras líneas de tranvías, las que en

Efectivamente, la luz eléctrica –el bombillo in-ventado por Edison- llega al Ecuador a fines del siglopasado. Menester es, por lo tanto, para tener unamejor visión del suceso, consignar siquiera unas bre-ves notas sobre la instalación de las primeras plantaseléctricas en las principales ciudades del país. Empe-cemos por el puerto de Guayaquil.

Aunque no se crea, la primera planta no se em-plaza en la capital de la provincia, sino en el cantónMilagro. Es el ibarreño Rafael Valdez Cervantes,fundador del conocido Ingenio Valdez, el que im-porta una pequeña planta eléctrica que proporcionaa los edificios de la empresa, casas aledañas y hasta ala población de Milagro, luz según nos informa Pé-rez Pimentel. Esto sucede en 1888.

El mismo historiador arriba citado, nos diceque el capitalista lojano Manuel Alvarado Cueva en1895 inaugura la primera planta eléctrica guayaqui-leña. Después se asocia con otro próspero capitalis-ta, Ulpiano Bejarano Aguirre, y forman la empresa“Alvarado Bejarano”, que en 1904 vende su conce-sión a la “Empresa de luz y fuerza eléctrica”.

La Guía indica sobre esta última empresa loque a continuación transcribimos:

Se estableció el año de 1904 con el objeto deexplotar el privilegio concedido a favor del señorM. de J. Alvarado (y traspasado a los señores Al-varado y Bejarano), por ocho años para el alum-brado eléctrico de Guayaquil. Empezó sus negociosen dicho año, instalando su maquinaria respectivay desde entonces hace este servicio en muy buenascondiciones. Poco después tomó en traspaso uncontrato celebrado por varias personas del lugarcon la Municipalidad de Guayaquil para el esta-blecimiento de otras líneas de tranvías, las que en

Efectivamente, la luz eléctrica –el bombillo in-ventado por Edison- llega al Ecuador a fines del siglopasado. Menester es, por lo tanto, para tener unamejor visión del suceso, consignar siquiera unas bre-ves notas sobre la instalación de las primeras plantaseléctricas en las principales ciudades del país. Empe-cemos por el puerto de Guayaquil.

Aunque no se crea, la primera planta no se em-plaza en la capital de la provincia, sino en el cantónMilagro. Es el ibarreño Rafael Valdez Cervantes,fundador del conocido Ingenio Valdez, el que im-porta una pequeña planta eléctrica que proporcionaa los edificios de la empresa, casas aledañas y hasta ala población de Milagro, luz según nos informa Pé-rez Pimentel. Esto sucede en 1888.

El mismo historiador arriba citado, nos diceque el capitalista lojano Manuel Alvarado Cueva en1895 inaugura la primera planta eléctrica guayaqui-leña. Después se asocia con otro próspero capitalis-ta, Ulpiano Bejarano Aguirre, y forman la empresa“Alvarado Bejarano”, que en 1904 vende su conce-sión a la “Empresa de luz y fuerza eléctrica”.

La Guía indica sobre esta última empresa loque a continuación transcribimos:

Se estableció el año de 1904 con el objeto deexplotar el privilegio concedido a favor del señorM. de J. Alvarado (y traspasado a los señores Al-varado y Bejarano), por ocho años para el alum-brado eléctrico de Guayaquil. Empezó sus negociosen dicho año, instalando su maquinaria respectivay desde entonces hace este servicio en muy buenascondiciones. Poco después tomó en traspaso uncontrato celebrado por varias personas del lugarcon la Municipalidad de Guayaquil para el esta-blecimiento de otras líneas de tranvías, las que en

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la actualidad se ocupa de instalar, como es natu-ral, con su tracción propia.6

Se añade que tiene la concesión de aguas delrío Chimbo para instalar generadores y trasmitirfuerza eléctrica hasta la ciudad. Se dice, también,que con este motivo se ha elevado el capital de laempresa a 1.500.000 sucres. Su Directorio, para elaño 1911, es este:

Principales SuplentesLisímaco Guzmán, Enrique Rhode,presidente Vicepresidente

VocalesJuan Illingworth , Eduardo Game, Ulpiano BejaranoP. Miller, Gerente

Sección alumbrado Sección carros

Gonzalo Jíménez A., Angel Tola C.,Administrador Administrador 7

Los nombrados son más potentados que los dela compañía de gas que antes mencionamos. Estángrandes comerciantes, prósperos empresarios y ban-queros de renombre. Alguno hasta llega a ser minis-tro.

Esta compañía instala las líneas para los tran-vías eléctricos de Guayaquil, que, al igual de lo quesucede con el gas, conviven por algunos años con lostranvías movidos con tracción animal, según constaen el libro de historia del Ecuador escrito por Regi-nald Enock.

Veamos lo que sucede en Quito.

la actualidad se ocupa de instalar, como es natu-ral, con su tracción propia.6

Se añade que tiene la concesión de aguas delrío Chimbo para instalar generadores y trasmitirfuerza eléctrica hasta la ciudad. Se dice, también,que con este motivo se ha elevado el capital de laempresa a 1.500.000 sucres. Su Directorio, para elaño 1911, es este:

Principales SuplentesLisímaco Guzmán, Enrique Rhode,presidente Vicepresidente

VocalesJuan Illingworth , Eduardo Game, Ulpiano BejaranoP. Miller, Gerente

Sección alumbrado Sección carros

Gonzalo Jíménez A., Angel Tola C.,Administrador Administrador 7

Los nombrados son más potentados que los dela compañía de gas que antes mencionamos. Estángrandes comerciantes, prósperos empresarios y ban-queros de renombre. Alguno hasta llega a ser minis-tro.

Esta compañía instala las líneas para los tran-vías eléctricos de Guayaquil, que, al igual de lo quesucede con el gas, conviven por algunos años con lostranvías movidos con tracción animal, según constaen el libro de historia del Ecuador escrito por Regi-nald Enock.

Veamos lo que sucede en Quito.

la actualidad se ocupa de instalar, como es natu-ral, con su tracción propia.6

Se añade que tiene la concesión de aguas delrío Chimbo para instalar generadores y trasmitirfuerza eléctrica hasta la ciudad. Se dice, también,que con este motivo se ha elevado el capital de laempresa a 1.500.000 sucres. Su Directorio, para elaño 1911, es este:

Principales SuplentesLisímaco Guzmán, Enrique Rhode,presidente Vicepresidente

VocalesJuan Illingworth , Eduardo Game, Ulpiano BejaranoP. Miller, Gerente

Sección alumbrado Sección carros

Gonzalo Jíménez A., Angel Tola C.,Administrador Administrador 7

Los nombrados son más potentados que los dela compañía de gas que antes mencionamos. Estángrandes comerciantes, prósperos empresarios y ban-queros de renombre. Alguno hasta llega a ser minis-tro.

Esta compañía instala las líneas para los tran-vías eléctricos de Guayaquil, que, al igual de lo quesucede con el gas, conviven por algunos años con lostranvías movidos con tracción animal, según constaen el libro de historia del Ecuador escrito por Regi-nald Enock.

Veamos lo que sucede en Quito.

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Se dice –sin dar mayores datos- que el conven-to de los jesuitas de Pifo tiene luz eléctrica un pocoantes de la revolución liberal. En la ciudad, en el añode 1905, Manuel Jijón Larrea, rico terrateniente des-cendiente de los condes de Casa Jijón, también utili-za esta luz para su domicilio y una botica de su pro-piedad situados en la calle Sucre, entre García More-no y Venezuela, según afirma el escritor Julio Tron-coso en su Vida anecdótica del General Eloy Alfaro.Más tarde se hace llegar este servicio hasta la plazade la Independencia, donde se instalan, en cada unade sus esquinas, los primeros cuatro focos de arco.

El año de 1897 los señores Jijón, Gangotena yUrrutia forman la compañía “La Eléctrica”, que conla entusiasta cooperación del Concejo Municipal,extiende el servicio de luz a otras calles y casas de laciudad. Para esto, según Troncoso, se utiliza “el dí-namo de los molinos de El Censo que tiene un gene-rador de 60 Kw” 8 de potencia.

Esta empresa se asocia con capitales extranje-ros y pasa a formar parte de la compañía “The QuitoElectric Light and Power Company”, sobre la cualrecogemos las siguientes informaciones que constanen la Guía comercial, agrícola e industrial, por consi-derarlas más exactas que las proporcionadas en otrasfuentes:

Capital S/. 450.000 (en oro) dividido en20.000 acciones de S/. 20 oro cada una, comunes y2.500 acciones de S/. 20 oro cada una, preferidas,gran parte de las cuales pertenecen a un SindicatoInglés. Las demás son de propiedad de diversaspersonas de la capital de la república.

Esta compañía se estableció a fines de 1905 yadquirió la planta eléctrica de la Compañía “LaEléctrica”, que fue de propiedad de los señores

Se dice –sin dar mayores datos- que el conven-to de los jesuitas de Pifo tiene luz eléctrica un pocoantes de la revolución liberal. En la ciudad, en el añode 1905, Manuel Jijón Larrea, rico terrateniente des-cendiente de los condes de Casa Jijón, también utili-za esta luz para su domicilio y una botica de su pro-piedad situados en la calle Sucre, entre García More-no y Venezuela, según afirma el escritor Julio Tron-coso en su Vida anecdótica del General Eloy Alfaro.Más tarde se hace llegar este servicio hasta la plazade la Independencia, donde se instalan, en cada unade sus esquinas, los primeros cuatro focos de arco.

El año de 1897 los señores Jijón, Gangotena yUrrutia forman la compañía “La Eléctrica”, que conla entusiasta cooperación del Concejo Municipal,extiende el servicio de luz a otras calles y casas de laciudad. Para esto, según Troncoso, se utiliza “el dí-namo de los molinos de El Censo que tiene un gene-rador de 60 Kw” 8 de potencia.

Esta empresa se asocia con capitales extranje-ros y pasa a formar parte de la compañía “The QuitoElectric Light and Power Company”, sobre la cualrecogemos las siguientes informaciones que constanen la Guía comercial, agrícola e industrial, por consi-derarlas más exactas que las proporcionadas en otrasfuentes:

Capital S/. 450.000 (en oro) dividido en20.000 acciones de S/. 20 oro cada una, comunes y2.500 acciones de S/. 20 oro cada una, preferidas,gran parte de las cuales pertenecen a un SindicatoInglés. Las demás son de propiedad de diversaspersonas de la capital de la república.

Esta compañía se estableció a fines de 1905 yadquirió la planta eléctrica de la Compañía “LaEléctrica”, que fue de propiedad de los señores

Se dice –sin dar mayores datos- que el conven-to de los jesuitas de Pifo tiene luz eléctrica un pocoantes de la revolución liberal. En la ciudad, en el añode 1905, Manuel Jijón Larrea, rico terrateniente des-cendiente de los condes de Casa Jijón, también utili-za esta luz para su domicilio y una botica de su pro-piedad situados en la calle Sucre, entre García More-no y Venezuela, según afirma el escritor Julio Tron-coso en su Vida anecdótica del General Eloy Alfaro.Más tarde se hace llegar este servicio hasta la plazade la Independencia, donde se instalan, en cada unade sus esquinas, los primeros cuatro focos de arco.

El año de 1897 los señores Jijón, Gangotena yUrrutia forman la compañía “La Eléctrica”, que conla entusiasta cooperación del Concejo Municipal,extiende el servicio de luz a otras calles y casas de laciudad. Para esto, según Troncoso, se utiliza “el dí-namo de los molinos de El Censo que tiene un gene-rador de 60 Kw” 8 de potencia.

Esta empresa se asocia con capitales extranje-ros y pasa a formar parte de la compañía “The QuitoElectric Light and Power Company”, sobre la cualrecogemos las siguientes informaciones que constanen la Guía comercial, agrícola e industrial, por consi-derarlas más exactas que las proporcionadas en otrasfuentes:

Capital S/. 450.000 (en oro) dividido en20.000 acciones de S/. 20 oro cada una, comunes y2.500 acciones de S/. 20 oro cada una, preferidas,gran parte de las cuales pertenecen a un SindicatoInglés. Las demás son de propiedad de diversaspersonas de la capital de la república.

Esta compañía se estableció a fines de 1905 yadquirió la planta eléctrica de la Compañía “LaEléctrica”, que fue de propiedad de los señores

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Urrutia y Jijón. Estableció a la vez una poderosamaquinaria en el sitio denominado El Infiernilloen Guápulo, contando en la actualidad con unafuerza efectiva de 750 a 800 caballos.

Suministra por contrato el alumbrado pú-blico de la ciudad y además provee de igual servi-cio a los particulares.

Su instalación completa está provista de loselementos más modernos.

Las utilidades de la compañía no han sidotodavía muy cuantiosas; pues la mayor parte deellas han sido invertidas en terminar su instala-ción.

Es una compañía incorporada a los EstadosUnidos (New Jersey) el 15 de noviembre de 1905.9

El Directorio para 1911 es este:Loudovico Soderstrom, PresidenteEnrique Gangotena, VicepresidenteCristóbal Gangotena, TesoreroAparicio RivadeneiraJ. Federico SteffanWilliams C. SherwoodVicente Urrutia V, GerenteNorman V. Wray, Ingeniero.10

La empresa, paulatinamente, va adquiriendomás maquinaria y aumenta el campo de sus servi-cios. Años más tarde, con la empresa municipal deluz eléctrica que se crea, las dos, abastecen el alum-brado de la capital.

Urrutia y Jijón. Estableció a la vez una poderosamaquinaria en el sitio denominado El Infiernilloen Guápulo, contando en la actualidad con unafuerza efectiva de 750 a 800 caballos.

Suministra por contrato el alumbrado pú-blico de la ciudad y además provee de igual servi-cio a los particulares.

Su instalación completa está provista de loselementos más modernos.

Las utilidades de la compañía no han sidotodavía muy cuantiosas; pues la mayor parte deellas han sido invertidas en terminar su instala-ción.

Es una compañía incorporada a los EstadosUnidos (New Jersey) el 15 de noviembre de 1905.9

El Directorio para 1911 es este:Loudovico Soderstrom, PresidenteEnrique Gangotena, VicepresidenteCristóbal Gangotena, TesoreroAparicio RivadeneiraJ. Federico SteffanWilliams C. SherwoodVicente Urrutia V, GerenteNorman V. Wray, Ingeniero.10

La empresa, paulatinamente, va adquiriendomás maquinaria y aumenta el campo de sus servi-cios. Años más tarde, con la empresa municipal deluz eléctrica que se crea, las dos, abastecen el alum-brado de la capital.

Urrutia y Jijón. Estableció a la vez una poderosamaquinaria en el sitio denominado El Infiernilloen Guápulo, contando en la actualidad con unafuerza efectiva de 750 a 800 caballos.

Suministra por contrato el alumbrado pú-blico de la ciudad y además provee de igual servi-cio a los particulares.

Su instalación completa está provista de loselementos más modernos.

Las utilidades de la compañía no han sidotodavía muy cuantiosas; pues la mayor parte deellas han sido invertidas en terminar su instala-ción.

Es una compañía incorporada a los EstadosUnidos (New Jersey) el 15 de noviembre de 1905.9

El Directorio para 1911 es este:Loudovico Soderstrom, PresidenteEnrique Gangotena, VicepresidenteCristóbal Gangotena, TesoreroAparicio RivadeneiraJ. Federico SteffanWilliams C. SherwoodVicente Urrutia V, GerenteNorman V. Wray, Ingeniero.10

La empresa, paulatinamente, va adquiriendomás maquinaria y aumenta el campo de sus servi-cios. Años más tarde, con la empresa municipal deluz eléctrica que se crea, las dos, abastecen el alum-brado de la capital.

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Cuenca

A la ciudad de Cuenca, a pesar de ser llamadala Atenas del Ecuador por ser centro de poetas egló-gicos y místicos –cantores de campiñas con ríos cris-talinos y de los beatíficos sábados de mayo- el alum-brado eléctrico, sin duda para no competir con susbellas noches estrelladas, llega bastante tarde: 1912.

Y no llega primero a la ciudad sino a la man-sión de uno de los magnates, para mover un molinoy un aserrío de su propiedad situados en la localidaddenominada Cashapata, donde más tarde se realiza-rá por primera vez la fiesta de La Lira, creada paraque no se desbanden los poetas citadinos. El magna-te es el señor Roberto Crespo Toral. Magnate portodos los lados como suele ocurrir con varios mag-nates de nuestra tierra. Es rico terrateniente al igualque su esposa Hortensia Ordóñez Mata. Es comer-ciante, dueño de la “Casa Roberto Crespo Toral yCía”. Es industrial y banquero, fundador del Bancodel Azuay. Dos de sus hijos, como corresponde a to-do magnate, llegarán a ser ministros: Ricardo y Ni-colás Crespo Ordóñez. El primero de Arroyo del Ríoy el segundo de Camilo Ponce Enríquez.

Según nos dice Rodolfo Pérez Pimentel en unabreve biografía de Roberto Crespo, se importa deInglaterra “una turbina marca “Francis Pelton”, congrandes correas de acero, correaje, ejes y las máqui-nas para la industria de aserrío y molinería”.11 Granparte de la instalación corre a cargo de su hijo Fran-cisco Crespo Ordóñez, quien más tarde, tambiénmontará la planta eléctrica de Machala, capital de laprovincia de El Oro.

La luz llega a la ciudad dos años después, en1914, con el sobrante de la fuerza hidráulica de lasindustrias del señor Crespo Toral. Los trabajos se

Cuenca

A la ciudad de Cuenca, a pesar de ser llamadala Atenas del Ecuador por ser centro de poetas egló-gicos y místicos –cantores de campiñas con ríos cris-talinos y de los beatíficos sábados de mayo- el alum-brado eléctrico, sin duda para no competir con susbellas noches estrelladas, llega bastante tarde: 1912.

Y no llega primero a la ciudad sino a la man-sión de uno de los magnates, para mover un molinoy un aserrío de su propiedad situados en la localidaddenominada Cashapata, donde más tarde se realiza-rá por primera vez la fiesta de La Lira, creada paraque no se desbanden los poetas citadinos. El magna-te es el señor Roberto Crespo Toral. Magnate portodos los lados como suele ocurrir con varios mag-nates de nuestra tierra. Es rico terrateniente al igualque su esposa Hortensia Ordóñez Mata. Es comer-ciante, dueño de la “Casa Roberto Crespo Toral yCía”. Es industrial y banquero, fundador del Bancodel Azuay. Dos de sus hijos, como corresponde a to-do magnate, llegarán a ser ministros: Ricardo y Ni-colás Crespo Ordóñez. El primero de Arroyo del Ríoy el segundo de Camilo Ponce Enríquez.

Según nos dice Rodolfo Pérez Pimentel en unabreve biografía de Roberto Crespo, se importa deInglaterra “una turbina marca “Francis Pelton”, congrandes correas de acero, correaje, ejes y las máqui-nas para la industria de aserrío y molinería”.11 Granparte de la instalación corre a cargo de su hijo Fran-cisco Crespo Ordóñez, quien más tarde, tambiénmontará la planta eléctrica de Machala, capital de laprovincia de El Oro.

La luz llega a la ciudad dos años después, en1914, con el sobrante de la fuerza hidráulica de lasindustrias del señor Crespo Toral. Los trabajos se

Cuenca

A la ciudad de Cuenca, a pesar de ser llamadala Atenas del Ecuador por ser centro de poetas egló-gicos y místicos –cantores de campiñas con ríos cris-talinos y de los beatíficos sábados de mayo- el alum-brado eléctrico, sin duda para no competir con susbellas noches estrelladas, llega bastante tarde: 1912.

Y no llega primero a la ciudad sino a la man-sión de uno de los magnates, para mover un molinoy un aserrío de su propiedad situados en la localidaddenominada Cashapata, donde más tarde se realiza-rá por primera vez la fiesta de La Lira, creada paraque no se desbanden los poetas citadinos. El magna-te es el señor Roberto Crespo Toral. Magnate portodos los lados como suele ocurrir con varios mag-nates de nuestra tierra. Es rico terrateniente al igualque su esposa Hortensia Ordóñez Mata. Es comer-ciante, dueño de la “Casa Roberto Crespo Toral yCía”. Es industrial y banquero, fundador del Bancodel Azuay. Dos de sus hijos, como corresponde a to-do magnate, llegarán a ser ministros: Ricardo y Ni-colás Crespo Ordóñez. El primero de Arroyo del Ríoy el segundo de Camilo Ponce Enríquez.

Según nos dice Rodolfo Pérez Pimentel en unabreve biografía de Roberto Crespo, se importa deInglaterra “una turbina marca “Francis Pelton”, congrandes correas de acero, correaje, ejes y las máqui-nas para la industria de aserrío y molinería”.11 Granparte de la instalación corre a cargo de su hijo Fran-cisco Crespo Ordóñez, quien más tarde, tambiénmontará la planta eléctrica de Machala, capital de laprovincia de El Oro.

La luz llega a la ciudad dos años después, en1914, con el sobrante de la fuerza hidráulica de lasindustrias del señor Crespo Toral. Los trabajos se

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realizan con el asesoramiento de la General ElectricCo. Y la instalación de las máquinas son obra deFrancisco Crespo y del ingeniero Carlos CordovezBorja.

El año siguiente, el Concejo Municipal deCuenca, resuelve adquirir una planta eléctrica pro-pia. Para la conducción de la pesada maquinaria queimporta, engancha tres mil guanderos en las hacien-das de la provincia, pues la preciosa carga no seadapta al lomo de las mulas, pero si –y cuesta me-nos- al hombro de los indios. El diario El Comerciode Quito -15 de octubre de 1915- da esta noticia:

El Boletín Oficial N° 1 de Cuenca, avisa quehoy salían de Huigra, con destino a esta ciudad,41 “guandos” al cuidado de los señores Luis Cor-dero y Antonio Barsallo. Luego, 22 más con los úl-timos ochocientos peones llegados hasta entonces.Todo el cargamento se compone de la maquinariaimportada para la instalación de la planta eléctri-ca municipal.12

El recorrido, por caminos inaccesibles, es dolo-roso. Se atraviesan ríos y quebradas peligrosas, pára-mos interminables, donde se alberga el frío y true-nan con furor los vientos. Quedan cadáveres entrelas breñas para recuerdo de la hazaña, pero se llegaal fin, aunque sea con espaldas desolladas y trayendoinválidos para toda la vida. Y la recompensa es dignade mención: discursos elogiosos y floridos para loshacendados que han proporcionado generosamentela mano de obra… También para no ser mezquinos,se acuerda dejar constancia en un álbum los nom-bres de los indígenas cargadores de los guandos!

No hay para que decir que las máquinas del se-ñor Roberto Crespo Toral llegaron a la ciudad en la

realizan con el asesoramiento de la General ElectricCo. Y la instalación de las máquinas son obra deFrancisco Crespo y del ingeniero Carlos CordovezBorja.

El año siguiente, el Concejo Municipal deCuenca, resuelve adquirir una planta eléctrica pro-pia. Para la conducción de la pesada maquinaria queimporta, engancha tres mil guanderos en las hacien-das de la provincia, pues la preciosa carga no seadapta al lomo de las mulas, pero si –y cuesta me-nos- al hombro de los indios. El diario El Comerciode Quito -15 de octubre de 1915- da esta noticia:

El Boletín Oficial N° 1 de Cuenca, avisa quehoy salían de Huigra, con destino a esta ciudad,41 “guandos” al cuidado de los señores Luis Cor-dero y Antonio Barsallo. Luego, 22 más con los úl-timos ochocientos peones llegados hasta entonces.Todo el cargamento se compone de la maquinariaimportada para la instalación de la planta eléctri-ca municipal.12

El recorrido, por caminos inaccesibles, es dolo-roso. Se atraviesan ríos y quebradas peligrosas, pára-mos interminables, donde se alberga el frío y true-nan con furor los vientos. Quedan cadáveres entrelas breñas para recuerdo de la hazaña, pero se llegaal fin, aunque sea con espaldas desolladas y trayendoinválidos para toda la vida. Y la recompensa es dignade mención: discursos elogiosos y floridos para loshacendados que han proporcionado generosamentela mano de obra… También para no ser mezquinos,se acuerda dejar constancia en un álbum los nom-bres de los indígenas cargadores de los guandos!

No hay para que decir que las máquinas del se-ñor Roberto Crespo Toral llegaron a la ciudad en la

realizan con el asesoramiento de la General ElectricCo. Y la instalación de las máquinas son obra deFrancisco Crespo y del ingeniero Carlos CordovezBorja.

El año siguiente, el Concejo Municipal deCuenca, resuelve adquirir una planta eléctrica pro-pia. Para la conducción de la pesada maquinaria queimporta, engancha tres mil guanderos en las hacien-das de la provincia, pues la preciosa carga no seadapta al lomo de las mulas, pero si –y cuesta me-nos- al hombro de los indios. El diario El Comerciode Quito -15 de octubre de 1915- da esta noticia:

El Boletín Oficial N° 1 de Cuenca, avisa quehoy salían de Huigra, con destino a esta ciudad,41 “guandos” al cuidado de los señores Luis Cor-dero y Antonio Barsallo. Luego, 22 más con los úl-timos ochocientos peones llegados hasta entonces.Todo el cargamento se compone de la maquinariaimportada para la instalación de la planta eléctri-ca municipal.12

El recorrido, por caminos inaccesibles, es dolo-roso. Se atraviesan ríos y quebradas peligrosas, pára-mos interminables, donde se alberga el frío y true-nan con furor los vientos. Quedan cadáveres entrelas breñas para recuerdo de la hazaña, pero se llegaal fin, aunque sea con espaldas desolladas y trayendoinválidos para toda la vida. Y la recompensa es dignade mención: discursos elogiosos y floridos para loshacendados que han proporcionado generosamentela mano de obra… También para no ser mezquinos,se acuerda dejar constancia en un álbum los nom-bres de los indígenas cargadores de los guandos!

No hay para que decir que las máquinas del se-ñor Roberto Crespo Toral llegaron a la ciudad en la

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misma forma, pues entonces, la mejor bestia de car-ga es el indio concierto.

Joaquín Gallegos Lara –el de Las Cruces sobre elagua- empezó a escribir la trágica historia de losguandos, pero la muerte, siempre inoportuna, trun-có la obra y su deseo. Felizmente, Nela Martínez Es-pinosa, con su espíritu delicado y enemigo de todaslas injusticias, ha dado cima al libro inconcluso. Allíestá la bella novela Los guandos, donde como en co-fre cincelado, ha quedado grabado el dolor, la an-gustia y miseria de los indios. El penar con el pesode los siglos.

Volvemos a la luz de Cuenca. El mismo señorCrespo Toral instala en 1919 una nueva planta eléc-trica más potente en Monay. Su empresa y la muni-cipal, como es común en el capitalismo, entablanuna ardorosa competencia.

Ambato

Esta ciudad tan industriosa logra tener luzeléctrica en 1915. Pero las gestiones para obtenerlaempiezan mucho antes, pues de acuerdo a los datosconsignados por Horacio Sevilla Carrasco en su li-bro El prócer Tomás Sevilla. El Ambato de antaño, en1911 se forma una compañía anónima con S/.41.000 de capital, que constituye el sustento econó-mico para el inicio de los trabajos. Sin embargo, laluz llega un poco tarde, después de cuatro años. Se-villa dice que ese día –el 30 de septiembre de 1915-se celebra la inauguración de la planta con cinco díasde toros públicos. Así muestra su alborozo la ciudadde las flores.

La planta se instala en el Batán, en la puerta deMiraflores, ese hermoso rincón, sin duda campestre

misma forma, pues entonces, la mejor bestia de car-ga es el indio concierto.

Joaquín Gallegos Lara –el de Las Cruces sobre elagua- empezó a escribir la trágica historia de losguandos, pero la muerte, siempre inoportuna, trun-có la obra y su deseo. Felizmente, Nela Martínez Es-pinosa, con su espíritu delicado y enemigo de todaslas injusticias, ha dado cima al libro inconcluso. Allíestá la bella novela Los guandos, donde como en co-fre cincelado, ha quedado grabado el dolor, la an-gustia y miseria de los indios. El penar con el pesode los siglos.

Volvemos a la luz de Cuenca. El mismo señorCrespo Toral instala en 1919 una nueva planta eléc-trica más potente en Monay. Su empresa y la muni-cipal, como es común en el capitalismo, entablanuna ardorosa competencia.

Ambato

Esta ciudad tan industriosa logra tener luzeléctrica en 1915. Pero las gestiones para obtenerlaempiezan mucho antes, pues de acuerdo a los datosconsignados por Horacio Sevilla Carrasco en su li-bro El prócer Tomás Sevilla. El Ambato de antaño, en1911 se forma una compañía anónima con S/.41.000 de capital, que constituye el sustento econó-mico para el inicio de los trabajos. Sin embargo, laluz llega un poco tarde, después de cuatro años. Se-villa dice que ese día –el 30 de septiembre de 1915-se celebra la inauguración de la planta con cinco díasde toros públicos. Así muestra su alborozo la ciudadde las flores.

La planta se instala en el Batán, en la puerta deMiraflores, ese hermoso rincón, sin duda campestre

misma forma, pues entonces, la mejor bestia de car-ga es el indio concierto.

Joaquín Gallegos Lara –el de Las Cruces sobre elagua- empezó a escribir la trágica historia de losguandos, pero la muerte, siempre inoportuna, trun-có la obra y su deseo. Felizmente, Nela Martínez Es-pinosa, con su espíritu delicado y enemigo de todaslas injusticias, ha dado cima al libro inconcluso. Allíestá la bella novela Los guandos, donde como en co-fre cincelado, ha quedado grabado el dolor, la an-gustia y miseria de los indios. El penar con el pesode los siglos.

Volvemos a la luz de Cuenca. El mismo señorCrespo Toral instala en 1919 una nueva planta eléc-trica más potente en Monay. Su empresa y la muni-cipal, como es común en el capitalismo, entablanuna ardorosa competencia.

Ambato

Esta ciudad tan industriosa logra tener luzeléctrica en 1915. Pero las gestiones para obtenerlaempiezan mucho antes, pues de acuerdo a los datosconsignados por Horacio Sevilla Carrasco en su li-bro El prócer Tomás Sevilla. El Ambato de antaño, en1911 se forma una compañía anónima con S/.41.000 de capital, que constituye el sustento econó-mico para el inicio de los trabajos. Sin embargo, laluz llega un poco tarde, después de cuatro años. Se-villa dice que ese día –el 30 de septiembre de 1915-se celebra la inauguración de la planta con cinco díasde toros públicos. Así muestra su alborozo la ciudadde las flores.

La planta se instala en el Batán, en la puerta deMiraflores, ese hermoso rincón, sin duda campestre

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todavía, en ese lejano entonces. La turbina de laplanta se mueve con la fuerza del río Ambato. Laenergía eléctrica en una ciudad trabajadora y de há-biles artesanos como Ambato –tal como dice Sevilla-se convierte en corriente de progreso. La pequeñaindustria sobre todo, empieza a mostrar el ingenio yla pujanza del trabajador ambateño.

Hemos terminado nuestro recorrido sobre lashuellas de la luz. Nos falta decir solamente, que enforma paulatina, ciudades y pueblos conquistan losbeneficios de la luz eléctrica. Unos con más suerteque otros, consiguen su claridad más tempranamen-te. Loja, por ejemplo, a pesar de su lejanía y australi-dad, es una de las primeras poblaciones del Ecuadorque goza del alumbrado eléctrico.

Ahora, vamos a concretarnos a nuestro tema:Emelec.

* * *

Al hablar del alumbrado de la ciudad de Gua-yaquil nos quedamos en la “Empresa de luz y fuerzaeléctrica”.

Pues bien, esa empresa guayaquileña es adqui-rida por la “Empresa Eléctrica del Ecuador Inc.” So-bre esta compañía se expresa lo siguiente en el libroEl Ecuador en cien años de independencia del histo-riador J. Gonzalo Orellana:

La Empresa Eléctrica del Ecuador Inc., origi-naria de los Estados Unidos, se estableció en estaciudad, adquiriendo las propiedades de la antiguaEmpresa de Luz y Fuera Eléctrica, importandocon este motivo un buen capital con el que pro-pende al desarrollo de la electricidad tanto en

todavía, en ese lejano entonces. La turbina de laplanta se mueve con la fuerza del río Ambato. Laenergía eléctrica en una ciudad trabajadora y de há-biles artesanos como Ambato –tal como dice Sevilla-se convierte en corriente de progreso. La pequeñaindustria sobre todo, empieza a mostrar el ingenio yla pujanza del trabajador ambateño.

Hemos terminado nuestro recorrido sobre lashuellas de la luz. Nos falta decir solamente, que enforma paulatina, ciudades y pueblos conquistan losbeneficios de la luz eléctrica. Unos con más suerteque otros, consiguen su claridad más tempranamen-te. Loja, por ejemplo, a pesar de su lejanía y australi-dad, es una de las primeras poblaciones del Ecuadorque goza del alumbrado eléctrico.

Ahora, vamos a concretarnos a nuestro tema:Emelec.

* * *

Al hablar del alumbrado de la ciudad de Gua-yaquil nos quedamos en la “Empresa de luz y fuerzaeléctrica”.

Pues bien, esa empresa guayaquileña es adqui-rida por la “Empresa Eléctrica del Ecuador Inc.” So-bre esta compañía se expresa lo siguiente en el libroEl Ecuador en cien años de independencia del histo-riador J. Gonzalo Orellana:

La Empresa Eléctrica del Ecuador Inc., origi-naria de los Estados Unidos, se estableció en estaciudad, adquiriendo las propiedades de la antiguaEmpresa de Luz y Fuera Eléctrica, importandocon este motivo un buen capital con el que pro-pende al desarrollo de la electricidad tanto en

todavía, en ese lejano entonces. La turbina de laplanta se mueve con la fuerza del río Ambato. Laenergía eléctrica en una ciudad trabajadora y de há-biles artesanos como Ambato –tal como dice Sevilla-se convierte en corriente de progreso. La pequeñaindustria sobre todo, empieza a mostrar el ingenio yla pujanza del trabajador ambateño.

Hemos terminado nuestro recorrido sobre lashuellas de la luz. Nos falta decir solamente, que enforma paulatina, ciudades y pueblos conquistan losbeneficios de la luz eléctrica. Unos con más suerteque otros, consiguen su claridad más tempranamen-te. Loja, por ejemplo, a pesar de su lejanía y australi-dad, es una de las primeras poblaciones del Ecuadorque goza del alumbrado eléctrico.

Ahora, vamos a concretarnos a nuestro tema:Emelec.

* * *

Al hablar del alumbrado de la ciudad de Gua-yaquil nos quedamos en la “Empresa de luz y fuerzaeléctrica”.

Pues bien, esa empresa guayaquileña es adqui-rida por la “Empresa Eléctrica del Ecuador Inc.” So-bre esta compañía se expresa lo siguiente en el libroEl Ecuador en cien años de independencia del histo-riador J. Gonzalo Orellana:

La Empresa Eléctrica del Ecuador Inc., origi-naria de los Estados Unidos, se estableció en estaciudad, adquiriendo las propiedades de la antiguaEmpresa de Luz y Fuera Eléctrica, importandocon este motivo un buen capital con el que pro-pende al desarrollo de la electricidad tanto en

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Guayaquil como en Riobamba, ciudad en la quetiene establecida también una División.13

Se agregan varios otros datos. Se informa quela antigua planta con maquinaria a vapor ha sidoreemplazada por una moderna de acero con moto-res Diesel “con una capacidad total de 5.500 HP”.14

Tiene un Departamento de Ventas, donde se ofrece,al contado, o a plazo, toda clase de artefactos eléctri-cos –cocinas, lavadoras, motores, etc.- que se dicehan tenido gran acogida tanto en Guayaquil comoen Riobamba. Los viejos postes de madera, en fin,han sido sustituidos por otros nuevos de acero.

Todo esto debe referirse al año 1930 en que sepublica la obra de Orellana.

La Empresa Eléctrica Ecuador Inc. –Emelec- essubsidiaria de la poderosa compañía norteamericanaElectric Bond and Share Company, por lo cual con-viene decir unas pocas palabras sobre su historia,porque en la mayoría de países de América Latinadonde ha sentado sus plantas, no ha dejado recuer-dos que sean gratos.

La Electric Bond and Share Company surge en1905 como subsidiaria de la General Electric Com-pany –resultado de la fusión realizada en 1892 de lascompañías Edison Electric Company y de su compe-tidora Thompson Houston International Company-que resuelve crear concesionarias de luz eléctrica pa-ra que utilicen sus equipos y artefactos eléctricos desu producción, aunque esta condición no se impon-ga oficialmente. Pero en la práctica las cosas sucedencomo deben suceder: las compras que hace la Elec-tric Bond and Share siempre, en su gran mayoría,provienen de la General Electric, controlada, comose sabe, por la casa Morgan. Y el imperio Morgan esinmenso y todopoderoso: giran en su torno las más

Guayaquil como en Riobamba, ciudad en la quetiene establecida también una División.13

Se agregan varios otros datos. Se informa quela antigua planta con maquinaria a vapor ha sidoreemplazada por una moderna de acero con moto-res Diesel “con una capacidad total de 5.500 HP”.14

Tiene un Departamento de Ventas, donde se ofrece,al contado, o a plazo, toda clase de artefactos eléctri-cos –cocinas, lavadoras, motores, etc.- que se dicehan tenido gran acogida tanto en Guayaquil comoen Riobamba. Los viejos postes de madera, en fin,han sido sustituidos por otros nuevos de acero.

Todo esto debe referirse al año 1930 en que sepublica la obra de Orellana.

La Empresa Eléctrica Ecuador Inc. –Emelec- essubsidiaria de la poderosa compañía norteamericanaElectric Bond and Share Company, por lo cual con-viene decir unas pocas palabras sobre su historia,porque en la mayoría de países de América Latinadonde ha sentado sus plantas, no ha dejado recuer-dos que sean gratos.

La Electric Bond and Share Company surge en1905 como subsidiaria de la General Electric Com-pany –resultado de la fusión realizada en 1892 de lascompañías Edison Electric Company y de su compe-tidora Thompson Houston International Company-que resuelve crear concesionarias de luz eléctrica pa-ra que utilicen sus equipos y artefactos eléctricos desu producción, aunque esta condición no se impon-ga oficialmente. Pero en la práctica las cosas sucedencomo deben suceder: las compras que hace la Elec-tric Bond and Share siempre, en su gran mayoría,provienen de la General Electric, controlada, comose sabe, por la casa Morgan. Y el imperio Morgan esinmenso y todopoderoso: giran en su torno las más

Guayaquil como en Riobamba, ciudad en la quetiene establecida también una División.13

Se agregan varios otros datos. Se informa quela antigua planta con maquinaria a vapor ha sidoreemplazada por una moderna de acero con moto-res Diesel “con una capacidad total de 5.500 HP”.14

Tiene un Departamento de Ventas, donde se ofrece,al contado, o a plazo, toda clase de artefactos eléctri-cos –cocinas, lavadoras, motores, etc.- que se dicehan tenido gran acogida tanto en Guayaquil comoen Riobamba. Los viejos postes de madera, en fin,han sido sustituidos por otros nuevos de acero.

Todo esto debe referirse al año 1930 en que sepublica la obra de Orellana.

La Empresa Eléctrica Ecuador Inc. –Emelec- essubsidiaria de la poderosa compañía norteamericanaElectric Bond and Share Company, por lo cual con-viene decir unas pocas palabras sobre su historia,porque en la mayoría de países de América Latinadonde ha sentado sus plantas, no ha dejado recuer-dos que sean gratos.

La Electric Bond and Share Company surge en1905 como subsidiaria de la General Electric Com-pany –resultado de la fusión realizada en 1892 de lascompañías Edison Electric Company y de su compe-tidora Thompson Houston International Company-que resuelve crear concesionarias de luz eléctrica pa-ra que utilicen sus equipos y artefactos eléctricos desu producción, aunque esta condición no se impon-ga oficialmente. Pero en la práctica las cosas sucedencomo deben suceder: las compras que hace la Elec-tric Bond and Share siempre, en su gran mayoría,provienen de la General Electric, controlada, comose sabe, por la casa Morgan. Y el imperio Morgan esinmenso y todopoderoso: giran en su torno las más

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grandes corporaciones financieras e industriales delos Estados Unidos.

La Electric Bond and Share Company se separaformalmente de la General Electric en 1925, a la queasegura, como ya se dijo, un amplio mercado parasu producción.

La Electric Bond and Share adquiere un granpoderío en América Latina conforme demuestranlos siguientes datos que entresacamos del libro A. L.en marcha que Rubén Iscaro publica en 1967:

La Bond and Share y la Light and Powerdisponen de la producción de energía eléctrica enla mayoría de los países latinoamericanos: el 90por ciento en Brasil, el 68 por ciento en México, ydel 50 al 100 por ciento en Chile, Venezuela, Gua-temala, Costa Rica y Panamá. La American andForeign Power Co., subsidiaria de la Bond andShare, abastece la electricidad a 1.190 ciudadesdel continente, y a muchas de ellas también deagua, gas, teléfonos y transportes. 15

Al poderío y a la prepotencia, como sucedesiempre, se une la rapacidad y el abuso constante. Yesto en todos los lugares donde logra asentarse.

Así en el Brasil, durante el gobierno de J. Gou-lart, por ejemplo, una de sus subsidiarias, la AM-FORP, “ante la inminencia de la expropiación o in-cluso de la venta de sus instalaciones actuó comoempresario, extrayendo la máxima ganancia, utili-zando las instalaciones por encima de la capacidadnominal, sin gastar un solo cruzeiro en manteni-miento”. Uno de sus directores, cuando se le pre-gunta porqué la compañía abandona el país, contes-ta cínicamente que eso es necesario, porque la em-presa al saber que “sería comprada o expropiada,

grandes corporaciones financieras e industriales delos Estados Unidos.

La Electric Bond and Share Company se separaformalmente de la General Electric en 1925, a la queasegura, como ya se dijo, un amplio mercado parasu producción.

La Electric Bond and Share adquiere un granpoderío en América Latina conforme demuestranlos siguientes datos que entresacamos del libro A. L.en marcha que Rubén Iscaro publica en 1967:

La Bond and Share y la Light and Powerdisponen de la producción de energía eléctrica enla mayoría de los países latinoamericanos: el 90por ciento en Brasil, el 68 por ciento en México, ydel 50 al 100 por ciento en Chile, Venezuela, Gua-temala, Costa Rica y Panamá. La American andForeign Power Co., subsidiaria de la Bond andShare, abastece la electricidad a 1.190 ciudadesdel continente, y a muchas de ellas también deagua, gas, teléfonos y transportes. 15

Al poderío y a la prepotencia, como sucedesiempre, se une la rapacidad y el abuso constante. Yesto en todos los lugares donde logra asentarse.

Así en el Brasil, durante el gobierno de J. Gou-lart, por ejemplo, una de sus subsidiarias, la AM-FORP, “ante la inminencia de la expropiación o in-cluso de la venta de sus instalaciones actuó comoempresario, extrayendo la máxima ganancia, utili-zando las instalaciones por encima de la capacidadnominal, sin gastar un solo cruzeiro en manteni-miento”. Uno de sus directores, cuando se le pre-gunta porqué la compañía abandona el país, contes-ta cínicamente que eso es necesario, porque la em-presa al saber que “sería comprada o expropiada,

grandes corporaciones financieras e industriales delos Estados Unidos.

La Electric Bond and Share Company se separaformalmente de la General Electric en 1925, a la queasegura, como ya se dijo, un amplio mercado parasu producción.

La Electric Bond and Share adquiere un granpoderío en América Latina conforme demuestranlos siguientes datos que entresacamos del libro A. L.en marcha que Rubén Iscaro publica en 1967:

La Bond and Share y la Light and Powerdisponen de la producción de energía eléctrica enla mayoría de los países latinoamericanos: el 90por ciento en Brasil, el 68 por ciento en México, ydel 50 al 100 por ciento en Chile, Venezuela, Gua-temala, Costa Rica y Panamá. La American andForeign Power Co., subsidiaria de la Bond andShare, abastece la electricidad a 1.190 ciudadesdel continente, y a muchas de ellas también deagua, gas, teléfonos y transportes. 15

Al poderío y a la prepotencia, como sucedesiempre, se une la rapacidad y el abuso constante. Yesto en todos los lugares donde logra asentarse.

Así en el Brasil, durante el gobierno de J. Gou-lart, por ejemplo, una de sus subsidiarias, la AM-FORP, “ante la inminencia de la expropiación o in-cluso de la venta de sus instalaciones actuó comoempresario, extrayendo la máxima ganancia, utili-zando las instalaciones por encima de la capacidadnominal, sin gastar un solo cruzeiro en manteni-miento”. Uno de sus directores, cuando se le pre-gunta porqué la compañía abandona el país, contes-ta cínicamente que eso es necesario, porque la em-presa al saber que “sería comprada o expropiada,

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dejó que todo su sistema de generación y distribu-ción se deteriorara y ahora está al borde del colapsototal”.16

Todo esto, y mucho más, consta en el libro Ladictadura de los carteles de Kurt Rudolf Mirow, uncopropietario de la empresa brasilera.

Igual, o cosa parecida, sucede en Panamá.Allí logra introducirse en 1917 por medio de la

“Compañía Panameña de Luz y Fuerza” que lograun contrato leonino sin ninguna regulación y sin se-ñalar término para su finalización. Para poner fin aesa situación, en 1968, el gobierno de Torrijos inicianegociaciones para la nacionalización de la empresa,que aunque parezca imposible, duran cuatro largosaños por la serie de trabas que pone la corporaciónextranjera. Y durante este tiempo, mañosamente, seaprovecha para acumular crecidas deudas y parasuspender toda clase de inversiones.

Ante estos hechos el gobierno ocupa las insta-laciones de la compañía en mayo de1972, y solo gra-cias a este acto de fuerza y a la firmeza del generalTorrijos, se puede llegar a un convenio razonable.

Entre los cuatro negociadores de la “CompañíaPanameña de Luz y Fuerza” está John Scopetta, fu-turo comprador de Emelec y especialista en transac-ciones turbias.

Cuba también cae en manos de la Bond andShare por intermedio de sus subsidiarias Americanand Foreign Power y Compañía Cubana de Electri-cidad.

Las centrales de la última empresa nombrada–dependiente de las dos primeras- producen el 90%de la energía del país, es decir, está totalmente bajosu control. Y junto a este control monopólico losabusos y la expoliación, cometidos casi siempre, conla complicidad de autoridades corruptas. González

dejó que todo su sistema de generación y distribu-ción se deteriorara y ahora está al borde del colapsototal”.16

Todo esto, y mucho más, consta en el libro Ladictadura de los carteles de Kurt Rudolf Mirow, uncopropietario de la empresa brasilera.

Igual, o cosa parecida, sucede en Panamá.Allí logra introducirse en 1917 por medio de la

“Compañía Panameña de Luz y Fuerza” que lograun contrato leonino sin ninguna regulación y sin se-ñalar término para su finalización. Para poner fin aesa situación, en 1968, el gobierno de Torrijos inicianegociaciones para la nacionalización de la empresa,que aunque parezca imposible, duran cuatro largosaños por la serie de trabas que pone la corporaciónextranjera. Y durante este tiempo, mañosamente, seaprovecha para acumular crecidas deudas y parasuspender toda clase de inversiones.

Ante estos hechos el gobierno ocupa las insta-laciones de la compañía en mayo de1972, y solo gra-cias a este acto de fuerza y a la firmeza del generalTorrijos, se puede llegar a un convenio razonable.

Entre los cuatro negociadores de la “CompañíaPanameña de Luz y Fuerza” está John Scopetta, fu-turo comprador de Emelec y especialista en transac-ciones turbias.

Cuba también cae en manos de la Bond andShare por intermedio de sus subsidiarias Americanand Foreign Power y Compañía Cubana de Electri-cidad.

Las centrales de la última empresa nombrada–dependiente de las dos primeras- producen el 90%de la energía del país, es decir, está totalmente bajosu control. Y junto a este control monopólico losabusos y la expoliación, cometidos casi siempre, conla complicidad de autoridades corruptas. González

dejó que todo su sistema de generación y distribu-ción se deteriorara y ahora está al borde del colapsototal”.16

Todo esto, y mucho más, consta en el libro Ladictadura de los carteles de Kurt Rudolf Mirow, uncopropietario de la empresa brasilera.

Igual, o cosa parecida, sucede en Panamá.Allí logra introducirse en 1917 por medio de la

“Compañía Panameña de Luz y Fuerza” que lograun contrato leonino sin ninguna regulación y sin se-ñalar término para su finalización. Para poner fin aesa situación, en 1968, el gobierno de Torrijos inicianegociaciones para la nacionalización de la empresa,que aunque parezca imposible, duran cuatro largosaños por la serie de trabas que pone la corporaciónextranjera. Y durante este tiempo, mañosamente, seaprovecha para acumular crecidas deudas y parasuspender toda clase de inversiones.

Ante estos hechos el gobierno ocupa las insta-laciones de la compañía en mayo de1972, y solo gra-cias a este acto de fuerza y a la firmeza del generalTorrijos, se puede llegar a un convenio razonable.

Entre los cuatro negociadores de la “CompañíaPanameña de Luz y Fuerza” está John Scopetta, fu-turo comprador de Emelec y especialista en transac-ciones turbias.

Cuba también cae en manos de la Bond andShare por intermedio de sus subsidiarias Americanand Foreign Power y Compañía Cubana de Electri-cidad.

Las centrales de la última empresa nombrada–dependiente de las dos primeras- producen el 90%de la energía del país, es decir, está totalmente bajosu control. Y junto a este control monopólico losabusos y la expoliación, cometidos casi siempre, conla complicidad de autoridades corruptas. González

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Pedrero, en su libro La revolución cubana, afirmaque el tirano Batista destina 44 millones de dólarespara fortalecer la economía de la pobrecita Ameri-can and Foreign Power, cuyo activo –dice- es de657.2 millones de dólares en 1955. Esto, mientras elpueblo cubano padece necesidades impostergables.

Felizmente la nacionalización decretada porFidel Castro el 5 de agosto de 1960, termina con esteoprobioso estado de cosas.

La mayoría de abusos de esta transnacional secometen con la complicidad y apoyo del BancoMundial, ese eficaz instrumento de dominación im-perialista. Eduardo Galeano en su conocido y de-nunciador libro Las venas abiertas de América Latinanos da estos dos casos:

Casualmente, el Banco Mundial obligó aGuatemala, en 1966, a aceptar un acuerdo honro-so con la Electric Bond and Share como condiciónprevia para la puesta en práctica del proyecto hi-droeléctrico de Jurún – Marinalá: el acuerdo hon-roso consistía en el pago de una indemnizaciónabultada por los daños que la empresa pudiera su-frir en una cuenca que le ha sido gratuitamenteotorgada pocos años atrás, y además, incluía uncompromiso del Estado en el sentido de no impedirque la Bond and Share continuara fijando libre-mente las tarifas de la electricidad en el país. Ca-sualmente también, el Banco Mundial impuso aColombia, en 1967, el pago de treinta y seis millo-nes de dólares de indemnización a la CompañíaColombiana de Electricidad, filial de la Bond andShare, por sus envejecidas maquinarias recién na-cionalizadas. El estado colombiano compró así loque le pertenecía, porque la concesión a la empresahabía vencido en 1944.17

Pedrero, en su libro La revolución cubana, afirmaque el tirano Batista destina 44 millones de dólarespara fortalecer la economía de la pobrecita Ameri-can and Foreign Power, cuyo activo –dice- es de657.2 millones de dólares en 1955. Esto, mientras elpueblo cubano padece necesidades impostergables.

Felizmente la nacionalización decretada porFidel Castro el 5 de agosto de 1960, termina con esteoprobioso estado de cosas.

La mayoría de abusos de esta transnacional secometen con la complicidad y apoyo del BancoMundial, ese eficaz instrumento de dominación im-perialista. Eduardo Galeano en su conocido y de-nunciador libro Las venas abiertas de América Latinanos da estos dos casos:

Casualmente, el Banco Mundial obligó aGuatemala, en 1966, a aceptar un acuerdo honro-so con la Electric Bond and Share como condiciónprevia para la puesta en práctica del proyecto hi-droeléctrico de Jurún – Marinalá: el acuerdo hon-roso consistía en el pago de una indemnizaciónabultada por los daños que la empresa pudiera su-frir en una cuenca que le ha sido gratuitamenteotorgada pocos años atrás, y además, incluía uncompromiso del Estado en el sentido de no impedirque la Bond and Share continuara fijando libre-mente las tarifas de la electricidad en el país. Ca-sualmente también, el Banco Mundial impuso aColombia, en 1967, el pago de treinta y seis millo-nes de dólares de indemnización a la CompañíaColombiana de Electricidad, filial de la Bond andShare, por sus envejecidas maquinarias recién na-cionalizadas. El estado colombiano compró así loque le pertenecía, porque la concesión a la empresahabía vencido en 1944.17

Pedrero, en su libro La revolución cubana, afirmaque el tirano Batista destina 44 millones de dólarespara fortalecer la economía de la pobrecita Ameri-can and Foreign Power, cuyo activo –dice- es de657.2 millones de dólares en 1955. Esto, mientras elpueblo cubano padece necesidades impostergables.

Felizmente la nacionalización decretada porFidel Castro el 5 de agosto de 1960, termina con esteoprobioso estado de cosas.

La mayoría de abusos de esta transnacional secometen con la complicidad y apoyo del BancoMundial, ese eficaz instrumento de dominación im-perialista. Eduardo Galeano en su conocido y de-nunciador libro Las venas abiertas de América Latinanos da estos dos casos:

Casualmente, el Banco Mundial obligó aGuatemala, en 1966, a aceptar un acuerdo honro-so con la Electric Bond and Share como condiciónprevia para la puesta en práctica del proyecto hi-droeléctrico de Jurún – Marinalá: el acuerdo hon-roso consistía en el pago de una indemnizaciónabultada por los daños que la empresa pudiera su-frir en una cuenca que le ha sido gratuitamenteotorgada pocos años atrás, y además, incluía uncompromiso del Estado en el sentido de no impedirque la Bond and Share continuara fijando libre-mente las tarifas de la electricidad en el país. Ca-sualmente también, el Banco Mundial impuso aColombia, en 1967, el pago de treinta y seis millo-nes de dólares de indemnización a la CompañíaColombiana de Electricidad, filial de la Bond andShare, por sus envejecidas maquinarias recién na-cionalizadas. El estado colombiano compró así loque le pertenecía, porque la concesión a la empresahabía vencido en 1944.17

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Son solo ejemplos, pues sus negociados y atro-pellos, están regados por todo el continente.

El Banco Mundial – al igual que otros consor-cios financieros internacionales- hace jugosos prés-tamos a las subsidiarias de la Bond and Share, queacrecientan su fuerza y su capacidad de presión antelos gobiernos latinoamericanos. Desde luego, estosservicios son pagados. Es el caso de Eugene R. Black,dirigente del Banco Mundial por varios años, queluego pasa a formar parte del directorio de la Bondand Share.

Esta es, entonces, la compañía que en 1925 pe-netra en nuestro país por intermedio de la “EmpresaEléctrica Ecuador Inc.”

Y entra, como acostumbra, con pie derecho. El29 de octubre de 1925 se eleva a escritura pública elcontrato celebrado entre Emelec y la Municipalidadde Guayaquil para la provisión de alumbrado y fuer-za eléctrica, contrato al que se adjunta otro nuevodenominado aclaratorio y adicional. Este último,donde se hacen adiciones y aclaraciones de pocamonta, tiene por objeto disimular la serie de pre-bendas y exoneraciones contenidas en el primero,sin que la empresa extranjera adquiriera ningunaobligación. Por esto, en su artículo octavo se le im-pone un mínimo compromiso: instalar una plantahidroeléctrica en Bucay y motores diesel en la ciu-dad. Simple compromiso que nunca se cumplió.

Este contrato, totalmente lesivo para los inte-reses ecuatorianos, es aprobado por un ConcejoMunicipal integrado por una burguesía entreguista.Su presidente, Luis Orrantia, es fundador de la casaexportadora de cacao “Orrantia y Co.”, gran hacen-dado y miembro de la Asociación de Agricultores,accionista del Banco del Ecuador y dueño de una fá-brica de sacos. Su vicepresidente, Eleodoro Avilés

Son solo ejemplos, pues sus negociados y atro-pellos, están regados por todo el continente.

El Banco Mundial – al igual que otros consor-cios financieros internacionales- hace jugosos prés-tamos a las subsidiarias de la Bond and Share, queacrecientan su fuerza y su capacidad de presión antelos gobiernos latinoamericanos. Desde luego, estosservicios son pagados. Es el caso de Eugene R. Black,dirigente del Banco Mundial por varios años, queluego pasa a formar parte del directorio de la Bondand Share.

Esta es, entonces, la compañía que en 1925 pe-netra en nuestro país por intermedio de la “EmpresaEléctrica Ecuador Inc.”

Y entra, como acostumbra, con pie derecho. El29 de octubre de 1925 se eleva a escritura pública elcontrato celebrado entre Emelec y la Municipalidadde Guayaquil para la provisión de alumbrado y fuer-za eléctrica, contrato al que se adjunta otro nuevodenominado aclaratorio y adicional. Este último,donde se hacen adiciones y aclaraciones de pocamonta, tiene por objeto disimular la serie de pre-bendas y exoneraciones contenidas en el primero,sin que la empresa extranjera adquiriera ningunaobligación. Por esto, en su artículo octavo se le im-pone un mínimo compromiso: instalar una plantahidroeléctrica en Bucay y motores diesel en la ciu-dad. Simple compromiso que nunca se cumplió.

Este contrato, totalmente lesivo para los inte-reses ecuatorianos, es aprobado por un ConcejoMunicipal integrado por una burguesía entreguista.Su presidente, Luis Orrantia, es fundador de la casaexportadora de cacao “Orrantia y Co.”, gran hacen-dado y miembro de la Asociación de Agricultores,accionista del Banco del Ecuador y dueño de una fá-brica de sacos. Su vicepresidente, Eleodoro Avilés

Son solo ejemplos, pues sus negociados y atro-pellos, están regados por todo el continente.

El Banco Mundial – al igual que otros consor-cios financieros internacionales- hace jugosos prés-tamos a las subsidiarias de la Bond and Share, queacrecientan su fuerza y su capacidad de presión antelos gobiernos latinoamericanos. Desde luego, estosservicios son pagados. Es el caso de Eugene R. Black,dirigente del Banco Mundial por varios años, queluego pasa a formar parte del directorio de la Bondand Share.

Esta es, entonces, la compañía que en 1925 pe-netra en nuestro país por intermedio de la “EmpresaEléctrica Ecuador Inc.”

Y entra, como acostumbra, con pie derecho. El29 de octubre de 1925 se eleva a escritura pública elcontrato celebrado entre Emelec y la Municipalidadde Guayaquil para la provisión de alumbrado y fuer-za eléctrica, contrato al que se adjunta otro nuevodenominado aclaratorio y adicional. Este último,donde se hacen adiciones y aclaraciones de pocamonta, tiene por objeto disimular la serie de pre-bendas y exoneraciones contenidas en el primero,sin que la empresa extranjera adquiriera ningunaobligación. Por esto, en su artículo octavo se le im-pone un mínimo compromiso: instalar una plantahidroeléctrica en Bucay y motores diesel en la ciu-dad. Simple compromiso que nunca se cumplió.

Este contrato, totalmente lesivo para los inte-reses ecuatorianos, es aprobado por un ConcejoMunicipal integrado por una burguesía entreguista.Su presidente, Luis Orrantia, es fundador de la casaexportadora de cacao “Orrantia y Co.”, gran hacen-dado y miembro de la Asociación de Agricultores,accionista del Banco del Ecuador y dueño de una fá-brica de sacos. Su vicepresidente, Eleodoro Avilés

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Minuche, es un periodista y poeta de la gran oligar-quía. Y uno de los síndicos, Aparicio Plaza Sotoma-yor, es un gran latifundista costeño que llega a mi-nistro en el segundo velasquismo. Su hermano Mar-co, durante la administración de Guerrero Martínez,también había llegado a ese cargo.

Veamos ahora los vicios y defectos de ese con-trato, advirtiendo que solo señalaremos los más no-tables, pues un estudio sintético como este, no pue-de abarcar a todos.

Empezamos.Toda compañía extranjera que se precie – y

desgraciadamente todas se precian en demasía- loprimero que hacen es exigir la exoneración de todaclase de impuestos y obligaciones económicas, talcomo prueban los múltiples contratos firmados conellas.

La Electric Bond and Share –que más tardecambia este nombre por el Boise Cascade Corpora-tion- no podía pasar por alto esta suculenta y tradi-cional prerrogativa.

Así, en el Art. 5° del contrato firmado por sussubsidiaria Emelec, se dice:

Ni el Concejo ni ninguna otra entidad dele-gatoria de él o subordinada a él cobrarán porcuenta de ellas ninguna clase de impuestos, decontribuciones, de cargas, de servicios ni de hono-rarios por las propiedades, rentas, libros, papeles,documentos, ventas, compras, gravámenes, obliga-ciones, emisión, transferencia, gravamen o cance-lación de bonos, otorgamiento o cancelación de hi-potecas de acuerdo con la aclaración contenida enel artículo primero.18

Minuche, es un periodista y poeta de la gran oligar-quía. Y uno de los síndicos, Aparicio Plaza Sotoma-yor, es un gran latifundista costeño que llega a mi-nistro en el segundo velasquismo. Su hermano Mar-co, durante la administración de Guerrero Martínez,también había llegado a ese cargo.

Veamos ahora los vicios y defectos de ese con-trato, advirtiendo que solo señalaremos los más no-tables, pues un estudio sintético como este, no pue-de abarcar a todos.

Empezamos.Toda compañía extranjera que se precie – y

desgraciadamente todas se precian en demasía- loprimero que hacen es exigir la exoneración de todaclase de impuestos y obligaciones económicas, talcomo prueban los múltiples contratos firmados conellas.

La Electric Bond and Share –que más tardecambia este nombre por el Boise Cascade Corpora-tion- no podía pasar por alto esta suculenta y tradi-cional prerrogativa.

Así, en el Art. 5° del contrato firmado por sussubsidiaria Emelec, se dice:

Ni el Concejo ni ninguna otra entidad dele-gatoria de él o subordinada a él cobrarán porcuenta de ellas ninguna clase de impuestos, decontribuciones, de cargas, de servicios ni de hono-rarios por las propiedades, rentas, libros, papeles,documentos, ventas, compras, gravámenes, obliga-ciones, emisión, transferencia, gravamen o cance-lación de bonos, otorgamiento o cancelación de hi-potecas de acuerdo con la aclaración contenida enel artículo primero.18

Minuche, es un periodista y poeta de la gran oligar-quía. Y uno de los síndicos, Aparicio Plaza Sotoma-yor, es un gran latifundista costeño que llega a mi-nistro en el segundo velasquismo. Su hermano Mar-co, durante la administración de Guerrero Martínez,también había llegado a ese cargo.

Veamos ahora los vicios y defectos de ese con-trato, advirtiendo que solo señalaremos los más no-tables, pues un estudio sintético como este, no pue-de abarcar a todos.

Empezamos.Toda compañía extranjera que se precie – y

desgraciadamente todas se precian en demasía- loprimero que hacen es exigir la exoneración de todaclase de impuestos y obligaciones económicas, talcomo prueban los múltiples contratos firmados conellas.

La Electric Bond and Share –que más tardecambia este nombre por el Boise Cascade Corpora-tion- no podía pasar por alto esta suculenta y tradi-cional prerrogativa.

Así, en el Art. 5° del contrato firmado por sussubsidiaria Emelec, se dice:

Ni el Concejo ni ninguna otra entidad dele-gatoria de él o subordinada a él cobrarán porcuenta de ellas ninguna clase de impuestos, decontribuciones, de cargas, de servicios ni de hono-rarios por las propiedades, rentas, libros, papeles,documentos, ventas, compras, gravámenes, obliga-ciones, emisión, transferencia, gravamen o cance-lación de bonos, otorgamiento o cancelación de hi-potecas de acuerdo con la aclaración contenida enel artículo primero.18

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El artículo primero citado aclara que en los ne-gocios particulares, “que no sean los de produccióneléctrica explotados por Emelec o por las compañíasque establezca o a las que ceda sus derechos, el pagode impuestos y más gravámenes será el que rige paralas industrias similares.

Empero, estas exoneraciones, por referirse so-lamente a las municipales, resultan insuficientes pa-ra la empresa extranjera, pues en el mismo artículoquinto, convirtiendo al Concejo guayaquileño enagente de sus intereses, se pide que este organismosolicite al gobierno que se le conceda iguales conce-siones respecto a los impuestos y rentas que no seande competencia municipal.

Esta exigencia tiene el especial propósito deque se exonere a la empresa de los derechos de adua-na y consulares conforme se especifica expresamen-te. La exención que se pide es para toda clase de ma-teriales de construcción, maquinarias, instrumentosy cualquier otro objeto o artículo que se empleenpara la edificación y explotación de las plantas eléc-tricas. Todo esto, según se solicita, puede ser impor-tado sin ningún pago y con la simple presentaciónde la factura respectiva.

No está por demás decir que la exoneración dederechos aduaneros es otro de los privilegios –unaespecie de derecho adquirido- de las compañías ex-tranjeras. La mayoría de las que actúan en el Ecua-dor, por lo que se sabe, nunca han olvidado de exigiresta graciosa concesión.

Prosiguen las graciosas concesiones.El artículo tercero dice esto:

El Concejo concede a la Empresa, exclusiva-mente para la producción, trasmisión, distribu-ción, uso y suministro de electricidad, enumerados

El artículo primero citado aclara que en los ne-gocios particulares, “que no sean los de produccióneléctrica explotados por Emelec o por las compañíasque establezca o a las que ceda sus derechos, el pagode impuestos y más gravámenes será el que rige paralas industrias similares.

Empero, estas exoneraciones, por referirse so-lamente a las municipales, resultan insuficientes pa-ra la empresa extranjera, pues en el mismo artículoquinto, convirtiendo al Concejo guayaquileño enagente de sus intereses, se pide que este organismosolicite al gobierno que se le conceda iguales conce-siones respecto a los impuestos y rentas que no seande competencia municipal.

Esta exigencia tiene el especial propósito deque se exonere a la empresa de los derechos de adua-na y consulares conforme se especifica expresamen-te. La exención que se pide es para toda clase de ma-teriales de construcción, maquinarias, instrumentosy cualquier otro objeto o artículo que se empleenpara la edificación y explotación de las plantas eléc-tricas. Todo esto, según se solicita, puede ser impor-tado sin ningún pago y con la simple presentaciónde la factura respectiva.

No está por demás decir que la exoneración dederechos aduaneros es otro de los privilegios –unaespecie de derecho adquirido- de las compañías ex-tranjeras. La mayoría de las que actúan en el Ecua-dor, por lo que se sabe, nunca han olvidado de exigiresta graciosa concesión.

Prosiguen las graciosas concesiones.El artículo tercero dice esto:

El Concejo concede a la Empresa, exclusiva-mente para la producción, trasmisión, distribu-ción, uso y suministro de electricidad, enumerados

El artículo primero citado aclara que en los ne-gocios particulares, “que no sean los de produccióneléctrica explotados por Emelec o por las compañíasque establezca o a las que ceda sus derechos, el pagode impuestos y más gravámenes será el que rige paralas industrias similares.

Empero, estas exoneraciones, por referirse so-lamente a las municipales, resultan insuficientes pa-ra la empresa extranjera, pues en el mismo artículoquinto, convirtiendo al Concejo guayaquileño enagente de sus intereses, se pide que este organismosolicite al gobierno que se le conceda iguales conce-siones respecto a los impuestos y rentas que no seande competencia municipal.

Esta exigencia tiene el especial propósito deque se exonere a la empresa de los derechos de adua-na y consulares conforme se especifica expresamen-te. La exención que se pide es para toda clase de ma-teriales de construcción, maquinarias, instrumentosy cualquier otro objeto o artículo que se empleenpara la edificación y explotación de las plantas eléc-tricas. Todo esto, según se solicita, puede ser impor-tado sin ningún pago y con la simple presentaciónde la factura respectiva.

No está por demás decir que la exoneración dederechos aduaneros es otro de los privilegios –unaespecie de derecho adquirido- de las compañías ex-tranjeras. La mayoría de las que actúan en el Ecua-dor, por lo que se sabe, nunca han olvidado de exigiresta graciosa concesión.

Prosiguen las graciosas concesiones.El artículo tercero dice esto:

El Concejo concede a la Empresa, exclusiva-mente para la producción, trasmisión, distribu-ción, uso y suministro de electricidad, enumerados

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en el artículo primero, el uso libre y gratuito decualesquiera terrenos, hasta quince mil metroscuadrados, caminos, calles, plazas, lugares públi-cos, aguas corrientes, caídas de aguas, raudales, la-gos y lagunas naturales o artificiales sin perjudicarservicios municipales ya establecidos y siempre quetales bienes sean de propiedad municipal y cuyouso le toque conceder al Concejo.19

Como las propiedades que puede donar el Mu-nicipio no son suficientes para la voracidad de laempresa extranjera nuevamente se le convierte enagente ante el gobierno para la concesión, así mismogratuita, de iguales bienes que pertenezcan o esténbajo la jurisdicción del Estado. A este cometido, quenos parece servilismo o alcahuetería, se lo calificacomo cooperación municipal.

Tampoco los bienes municipales y estatales re-sultan suficientes. Por tanto hay que poner la miraen los bienes particulares. Y para que estos puedanpasar a sus manos –o a sus fauces- se recurre a la ex-propiación.

Se establece en el mismo artículo tercero, enpárrafo largo y detallado, que el Concejo se obliga aexpropiar cualquier propiedad o derecho de dominioparticular que Emelec indique, en caso de que la ad-quisición no haya podido hacerse por convenio delas partes. Y óigase bien: los peritos que el Munici-pio debe nombrar para tasar el valor del bien expro-piado, serán los indicados por la empresa! Además,para los casos que le convenga, se reserva el derechode prescindir del aparato municipal y expropiar porpropia cuenta o cualquier otro medio, si para estotuviere derecho legal, o conferido por contrato ocualquier otra causa… Las propiedades expropiadaspasan a formar parte de los activos de Emelec.

en el artículo primero, el uso libre y gratuito decualesquiera terrenos, hasta quince mil metroscuadrados, caminos, calles, plazas, lugares públi-cos, aguas corrientes, caídas de aguas, raudales, la-gos y lagunas naturales o artificiales sin perjudicarservicios municipales ya establecidos y siempre quetales bienes sean de propiedad municipal y cuyouso le toque conceder al Concejo.19

Como las propiedades que puede donar el Mu-nicipio no son suficientes para la voracidad de laempresa extranjera nuevamente se le convierte enagente ante el gobierno para la concesión, así mismogratuita, de iguales bienes que pertenezcan o esténbajo la jurisdicción del Estado. A este cometido, quenos parece servilismo o alcahuetería, se lo calificacomo cooperación municipal.

Tampoco los bienes municipales y estatales re-sultan suficientes. Por tanto hay que poner la miraen los bienes particulares. Y para que estos puedanpasar a sus manos –o a sus fauces- se recurre a la ex-propiación.

Se establece en el mismo artículo tercero, enpárrafo largo y detallado, que el Concejo se obliga aexpropiar cualquier propiedad o derecho de dominioparticular que Emelec indique, en caso de que la ad-quisición no haya podido hacerse por convenio delas partes. Y óigase bien: los peritos que el Munici-pio debe nombrar para tasar el valor del bien expro-piado, serán los indicados por la empresa! Además,para los casos que le convenga, se reserva el derechode prescindir del aparato municipal y expropiar porpropia cuenta o cualquier otro medio, si para estotuviere derecho legal, o conferido por contrato ocualquier otra causa… Las propiedades expropiadaspasan a formar parte de los activos de Emelec.

en el artículo primero, el uso libre y gratuito decualesquiera terrenos, hasta quince mil metroscuadrados, caminos, calles, plazas, lugares públi-cos, aguas corrientes, caídas de aguas, raudales, la-gos y lagunas naturales o artificiales sin perjudicarservicios municipales ya establecidos y siempre quetales bienes sean de propiedad municipal y cuyouso le toque conceder al Concejo.19

Como las propiedades que puede donar el Mu-nicipio no son suficientes para la voracidad de laempresa extranjera nuevamente se le convierte enagente ante el gobierno para la concesión, así mismogratuita, de iguales bienes que pertenezcan o esténbajo la jurisdicción del Estado. A este cometido, quenos parece servilismo o alcahuetería, se lo calificacomo cooperación municipal.

Tampoco los bienes municipales y estatales re-sultan suficientes. Por tanto hay que poner la miraen los bienes particulares. Y para que estos puedanpasar a sus manos –o a sus fauces- se recurre a la ex-propiación.

Se establece en el mismo artículo tercero, enpárrafo largo y detallado, que el Concejo se obliga aexpropiar cualquier propiedad o derecho de dominioparticular que Emelec indique, en caso de que la ad-quisición no haya podido hacerse por convenio delas partes. Y óigase bien: los peritos que el Munici-pio debe nombrar para tasar el valor del bien expro-piado, serán los indicados por la empresa! Además,para los casos que le convenga, se reserva el derechode prescindir del aparato municipal y expropiar porpropia cuenta o cualquier otro medio, si para estotuviere derecho legal, o conferido por contrato ocualquier otra causa… Las propiedades expropiadaspasan a formar parte de los activos de Emelec.

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Una vez más, en aras de la cooperación, el Esta-do entra en función. Se determina que el Concejointervenga para que “el Estado declare de utilidadpública todas las empresas, obras, trabajos y activi-dades de la Empresa a que se refiere el artículo pri-mero de este contrato, confiriéndole la facultad de ex-propiar propiedades y derechos con un procedimientorápido y equitativo, y todos los derechos que sonconsecuencia de aquella declaratoria”.20

Son francamente inconcebibles las concesionesy poderes otorgados a esta empresa en el campo delas expropiaciones, que convierten al Concejo, comocon toda razón afirma el abogado Alejandro Idrovo–De transnacional a estatal. Ninguna indemnizacióna Emelec- en un innoble instrumento de despojo delos bienes particulares.

Todos esos célebres Tratados de Amistad y Co-mercio que se firmaban entre los países latinoameri-canos y las grandes potencias tenían una cláusulaobligada: aquella que imponía que las concesiones yventajas que se otorgaran a otra nación, obligatoria-mente, tenían que extenderse a ellas. Así se asegura-ban que ningún privilegio marítimo o comercial pu-diera estar fuera de sus manos. Igual sucede conEmelec y el Concejo de Guayaquil:

…queda así mismo convenido –se dice en elartículo segundo- que si por medio de ordenanzageneral o especial, resolución o contrato, o de cual-quier otro modo, otorgar (el Concejo) a favor deotras personas o Compañías, derechos en relacióncon negocios análogos, que confieran a tales perso-nas o Compañías mayores ventajas de las que seconfieren por los términos de este contrato o apro-bare su otorgamiento, tales derechos y mayoresventajas se considerarán concedidas también desde

Una vez más, en aras de la cooperación, el Esta-do entra en función. Se determina que el Concejointervenga para que “el Estado declare de utilidadpública todas las empresas, obras, trabajos y activi-dades de la Empresa a que se refiere el artículo pri-mero de este contrato, confiriéndole la facultad de ex-propiar propiedades y derechos con un procedimientorápido y equitativo, y todos los derechos que sonconsecuencia de aquella declaratoria”.20

Son francamente inconcebibles las concesionesy poderes otorgados a esta empresa en el campo delas expropiaciones, que convierten al Concejo, comocon toda razón afirma el abogado Alejandro Idrovo–De transnacional a estatal. Ninguna indemnizacióna Emelec- en un innoble instrumento de despojo delos bienes particulares.

Todos esos célebres Tratados de Amistad y Co-mercio que se firmaban entre los países latinoameri-canos y las grandes potencias tenían una cláusulaobligada: aquella que imponía que las concesiones yventajas que se otorgaran a otra nación, obligatoria-mente, tenían que extenderse a ellas. Así se asegura-ban que ningún privilegio marítimo o comercial pu-diera estar fuera de sus manos. Igual sucede conEmelec y el Concejo de Guayaquil:

…queda así mismo convenido –se dice en elartículo segundo- que si por medio de ordenanzageneral o especial, resolución o contrato, o de cual-quier otro modo, otorgar (el Concejo) a favor deotras personas o Compañías, derechos en relacióncon negocios análogos, que confieran a tales perso-nas o Compañías mayores ventajas de las que seconfieren por los términos de este contrato o apro-bare su otorgamiento, tales derechos y mayoresventajas se considerarán concedidas también desde

Una vez más, en aras de la cooperación, el Esta-do entra en función. Se determina que el Concejointervenga para que “el Estado declare de utilidadpública todas las empresas, obras, trabajos y activi-dades de la Empresa a que se refiere el artículo pri-mero de este contrato, confiriéndole la facultad de ex-propiar propiedades y derechos con un procedimientorápido y equitativo, y todos los derechos que sonconsecuencia de aquella declaratoria”.20

Son francamente inconcebibles las concesionesy poderes otorgados a esta empresa en el campo delas expropiaciones, que convierten al Concejo, comocon toda razón afirma el abogado Alejandro Idrovo–De transnacional a estatal. Ninguna indemnizacióna Emelec- en un innoble instrumento de despojo delos bienes particulares.

Todos esos célebres Tratados de Amistad y Co-mercio que se firmaban entre los países latinoameri-canos y las grandes potencias tenían una cláusulaobligada: aquella que imponía que las concesiones yventajas que se otorgaran a otra nación, obligatoria-mente, tenían que extenderse a ellas. Así se asegura-ban que ningún privilegio marítimo o comercial pu-diera estar fuera de sus manos. Igual sucede conEmelec y el Concejo de Guayaquil:

…queda así mismo convenido –se dice en elartículo segundo- que si por medio de ordenanzageneral o especial, resolución o contrato, o de cual-quier otro modo, otorgar (el Concejo) a favor deotras personas o Compañías, derechos en relacióncon negocios análogos, que confieran a tales perso-nas o Compañías mayores ventajas de las que seconfieren por los términos de este contrato o apro-bare su otorgamiento, tales derechos y mayoresventajas se considerarán concedidas también desde

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el mismo momento a la Empresa, quien podrá ha-cer uso de ellos en cualquier tiempo posterior, peroquedando sujeta la empresa a igualarse a las mis-mas obligaciones que se estableciere para los terce-ros cuyos derechos y ventajas quiere aprovechar.21

Se aclara en el Contrato adicional que sola-mente se sujetaría a las obligaciones mencionadas enel artículo anterior en caso de que la Empresa decideaprovechar de los derechos o ventajas concedidas aotros, pues ese aprovechamiento puede o no seraceptado de acuerdo a sus conveniencias, ya que setrata de una facultad y no de una obligación. Todo esde su libre arbitrio.

El Concejo, en cambio, si tiene la obligación deextender todas sus concesiones a Emelec, coartandoen esta forma su libertad y poder de negociación conotras empresas. Las ventajas para la compañía ex-tranjera son obvias. Dados los privilegios adquiridosse elimina toda posibilidad de competencia y se esta-blece su monopolio en el campo de la produccióneléctrica.

Otras disposiciones y otros favores.Vimos antes que un historiador se refería al

Departamento de Ventas de artefactos eléctricos deEmelec. Este derecho para comerciar está estableci-do en el contrato. En el artículo quinto se dice quepuede fabricar, arrendar y vender toda clase de artí-culos, máquinas y aparatos susceptibles de ser utili-zados por sus clientes, puntualizando que aquellosque sean importados y puestos a la venta, pagarániguales derechos a los que están sujetos los demáscomerciantes importadores de la república. A esto seagrega una amenaza: se manifiesta que si el Estadono le concede lo que solicita, si la concesión es sóloparcial o se exige alguna retribución por ella, la

el mismo momento a la Empresa, quien podrá ha-cer uso de ellos en cualquier tiempo posterior, peroquedando sujeta la empresa a igualarse a las mis-mas obligaciones que se estableciere para los terce-ros cuyos derechos y ventajas quiere aprovechar.21

Se aclara en el Contrato adicional que sola-mente se sujetaría a las obligaciones mencionadas enel artículo anterior en caso de que la Empresa decideaprovechar de los derechos o ventajas concedidas aotros, pues ese aprovechamiento puede o no seraceptado de acuerdo a sus conveniencias, ya que setrata de una facultad y no de una obligación. Todo esde su libre arbitrio.

El Concejo, en cambio, si tiene la obligación deextender todas sus concesiones a Emelec, coartandoen esta forma su libertad y poder de negociación conotras empresas. Las ventajas para la compañía ex-tranjera son obvias. Dados los privilegios adquiridosse elimina toda posibilidad de competencia y se esta-blece su monopolio en el campo de la produccióneléctrica.

Otras disposiciones y otros favores.Vimos antes que un historiador se refería al

Departamento de Ventas de artefactos eléctricos deEmelec. Este derecho para comerciar está estableci-do en el contrato. En el artículo quinto se dice quepuede fabricar, arrendar y vender toda clase de artí-culos, máquinas y aparatos susceptibles de ser utili-zados por sus clientes, puntualizando que aquellosque sean importados y puestos a la venta, pagarániguales derechos a los que están sujetos los demáscomerciantes importadores de la república. A esto seagrega una amenaza: se manifiesta que si el Estadono le concede lo que solicita, si la concesión es sóloparcial o se exige alguna retribución por ella, la

el mismo momento a la Empresa, quien podrá ha-cer uso de ellos en cualquier tiempo posterior, peroquedando sujeta la empresa a igualarse a las mis-mas obligaciones que se estableciere para los terce-ros cuyos derechos y ventajas quiere aprovechar.21

Se aclara en el Contrato adicional que sola-mente se sujetaría a las obligaciones mencionadas enel artículo anterior en caso de que la Empresa decideaprovechar de los derechos o ventajas concedidas aotros, pues ese aprovechamiento puede o no seraceptado de acuerdo a sus conveniencias, ya que setrata de una facultad y no de una obligación. Todo esde su libre arbitrio.

El Concejo, en cambio, si tiene la obligación deextender todas sus concesiones a Emelec, coartandoen esta forma su libertad y poder de negociación conotras empresas. Las ventajas para la compañía ex-tranjera son obvias. Dados los privilegios adquiridosse elimina toda posibilidad de competencia y se esta-blece su monopolio en el campo de la produccióneléctrica.

Otras disposiciones y otros favores.Vimos antes que un historiador se refería al

Departamento de Ventas de artefactos eléctricos deEmelec. Este derecho para comerciar está estableci-do en el contrato. En el artículo quinto se dice quepuede fabricar, arrendar y vender toda clase de artí-culos, máquinas y aparatos susceptibles de ser utili-zados por sus clientes, puntualizando que aquellosque sean importados y puestos a la venta, pagarániguales derechos a los que están sujetos los demáscomerciantes importadores de la república. A esto seagrega una amenaza: se manifiesta que si el Estadono le concede lo que solicita, si la concesión es sóloparcial o se exige alguna retribución por ella, la

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compañía tendrá potestad para obtener la resolu-ción del contrato en el término de tres años. Y ex-profesamente se añade, que si esto sucede, Guaya-quil quedará privado “de los servicios, concesiones yventajas que este mismo contrato tiene por objetoprocurarle”.22

¡Véase, como por arte de magia, las concesio-nes y ventajas no son las que nosotros concedemos,sino las que generosamente, haciendo gala de desin-teresada filantropía, nos dispense Emelec a los ecua-torianos!

¿Qué es lo que en realidad recibe el Municipiode Guayaquil de la generosidad de Emelec?

El artículo quinto dice que la Empresa “pagaráal Concejo durante la vigencia de este contrato, dospor ciento sobre las sumas que recibe como produc-to bruto de los suministros de energía eléctrica efec-tuados dentro de su jurisdicción a particulares, perosin incluir ni el producto ni los servicios prestados algobierno o al Municipio o a cualquier Junta o dele-gación o subdivisión o Agencia del Gobierno o de laMunicipalidad”.23

Dos por ciento sobre la entrada bruta. Y de es-to se resta mezquinamente las entradas provenientesde los servicios prestados al gobierno, ya que todaslas dependencias municipales, al decir de Idrovo,son las mayores de la época. Y este ínfimo desem-bolso se califica de compensación –así consta- por to-das las concesiones otorgadas a la compañía.

Al lado de esta “compensación”, dos pequeñoscompromisos o promesas.

Según el artículo cuarto Emelec se comprome-te a emplear sistemas modernos para “la construc-ción, conservación, explotación y medios de seguri-dad de sus instalaciones”.24

compañía tendrá potestad para obtener la resolu-ción del contrato en el término de tres años. Y ex-profesamente se añade, que si esto sucede, Guaya-quil quedará privado “de los servicios, concesiones yventajas que este mismo contrato tiene por objetoprocurarle”.22

¡Véase, como por arte de magia, las concesio-nes y ventajas no son las que nosotros concedemos,sino las que generosamente, haciendo gala de desin-teresada filantropía, nos dispense Emelec a los ecua-torianos!

¿Qué es lo que en realidad recibe el Municipiode Guayaquil de la generosidad de Emelec?

El artículo quinto dice que la Empresa “pagaráal Concejo durante la vigencia de este contrato, dospor ciento sobre las sumas que recibe como produc-to bruto de los suministros de energía eléctrica efec-tuados dentro de su jurisdicción a particulares, perosin incluir ni el producto ni los servicios prestados algobierno o al Municipio o a cualquier Junta o dele-gación o subdivisión o Agencia del Gobierno o de laMunicipalidad”.23

Dos por ciento sobre la entrada bruta. Y de es-to se resta mezquinamente las entradas provenientesde los servicios prestados al gobierno, ya que todaslas dependencias municipales, al decir de Idrovo,son las mayores de la época. Y este ínfimo desem-bolso se califica de compensación –así consta- por to-das las concesiones otorgadas a la compañía.

Al lado de esta “compensación”, dos pequeñoscompromisos o promesas.

Según el artículo cuarto Emelec se comprome-te a emplear sistemas modernos para “la construc-ción, conservación, explotación y medios de seguri-dad de sus instalaciones”.24

compañía tendrá potestad para obtener la resolu-ción del contrato en el término de tres años. Y ex-profesamente se añade, que si esto sucede, Guaya-quil quedará privado “de los servicios, concesiones yventajas que este mismo contrato tiene por objetoprocurarle”.22

¡Véase, como por arte de magia, las concesio-nes y ventajas no son las que nosotros concedemos,sino las que generosamente, haciendo gala de desin-teresada filantropía, nos dispense Emelec a los ecua-torianos!

¿Qué es lo que en realidad recibe el Municipiode Guayaquil de la generosidad de Emelec?

El artículo quinto dice que la Empresa “pagaráal Concejo durante la vigencia de este contrato, dospor ciento sobre las sumas que recibe como produc-to bruto de los suministros de energía eléctrica efec-tuados dentro de su jurisdicción a particulares, perosin incluir ni el producto ni los servicios prestados algobierno o al Municipio o a cualquier Junta o dele-gación o subdivisión o Agencia del Gobierno o de laMunicipalidad”.23

Dos por ciento sobre la entrada bruta. Y de es-to se resta mezquinamente las entradas provenientesde los servicios prestados al gobierno, ya que todaslas dependencias municipales, al decir de Idrovo,son las mayores de la época. Y este ínfimo desem-bolso se califica de compensación –así consta- por to-das las concesiones otorgadas a la compañía.

Al lado de esta “compensación”, dos pequeñoscompromisos o promesas.

Según el artículo cuarto Emelec se comprome-te a emplear sistemas modernos para “la construc-ción, conservación, explotación y medios de seguri-dad de sus instalaciones”.24

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Raúl Vallejo Corral en su estudio tituladoEmelec: cuando la luz es muerte, se pregunta con todarazón:

Pero, ¿es compromiso que le exijan a unaempresa –en definitiva- ser eficiente? Se entiendeque la voluntad de todo aquel que monta un nego-cio es ser eficiente, porque será la única maneracomo podrá salir adelante; pero aún esto, como ve-remos más adelante, ha sido en los últimos añosincumplido –y podría decirse que de mala fe- porparte de la empresa.25

Un compromiso que no es compromiso, yademás de eso, incumplido con mala fe.

Y para que el “compromiso” adquiera tintesmás cómicos, también se añade que en este punto, laempresa se compromete sujetarse a lo dispuesto en laOrdenanza Municipal para instalaciones eléctricas.

El otro compromiso es el constante en el artí-culo octavo del contrato aclaratorio. De esto ya ha-blamos antes. Se trata del compromiso no cumplidode instalar una planta hidroeléctrica de una capaci-dad no menor de 3.000 caballos de fuerza en Bucayy motores diesel con capacidad no inferior a los 500caballos de fuerza en la ciudad de Guayaquil en casode que la empresa no pueda proveerse de energíapor otro medio.

Dijimos a este respecto, que tales ofrecimien-tos no tenían otro fin, sino disimular y velar los pri-vilegios obtenidos en el contrato principal.

A este objetivo se debe agregar, tal como afir-ma el abogado Idrovo, el de conseguir que los mili-tares progresistas que toman el poder el 9 de julio de1925 den su aprobación al convenio, finalidad des-

Raúl Vallejo Corral en su estudio tituladoEmelec: cuando la luz es muerte, se pregunta con todarazón:

Pero, ¿es compromiso que le exijan a unaempresa –en definitiva- ser eficiente? Se entiendeque la voluntad de todo aquel que monta un nego-cio es ser eficiente, porque será la única maneracomo podrá salir adelante; pero aún esto, como ve-remos más adelante, ha sido en los últimos añosincumplido –y podría decirse que de mala fe- porparte de la empresa.25

Un compromiso que no es compromiso, yademás de eso, incumplido con mala fe.

Y para que el “compromiso” adquiera tintesmás cómicos, también se añade que en este punto, laempresa se compromete sujetarse a lo dispuesto en laOrdenanza Municipal para instalaciones eléctricas.

El otro compromiso es el constante en el artí-culo octavo del contrato aclaratorio. De esto ya ha-blamos antes. Se trata del compromiso no cumplidode instalar una planta hidroeléctrica de una capaci-dad no menor de 3.000 caballos de fuerza en Bucayy motores diesel con capacidad no inferior a los 500caballos de fuerza en la ciudad de Guayaquil en casode que la empresa no pueda proveerse de energíapor otro medio.

Dijimos a este respecto, que tales ofrecimien-tos no tenían otro fin, sino disimular y velar los pri-vilegios obtenidos en el contrato principal.

A este objetivo se debe agregar, tal como afir-ma el abogado Idrovo, el de conseguir que los mili-tares progresistas que toman el poder el 9 de julio de1925 den su aprobación al convenio, finalidad des-

Raúl Vallejo Corral en su estudio tituladoEmelec: cuando la luz es muerte, se pregunta con todarazón:

Pero, ¿es compromiso que le exijan a unaempresa –en definitiva- ser eficiente? Se entiendeque la voluntad de todo aquel que monta un nego-cio es ser eficiente, porque será la única maneracomo podrá salir adelante; pero aún esto, como ve-remos más adelante, ha sido en los últimos añosincumplido –y podría decirse que de mala fe- porparte de la empresa.25

Un compromiso que no es compromiso, yademás de eso, incumplido con mala fe.

Y para que el “compromiso” adquiera tintesmás cómicos, también se añade que en este punto, laempresa se compromete sujetarse a lo dispuesto en laOrdenanza Municipal para instalaciones eléctricas.

El otro compromiso es el constante en el artí-culo octavo del contrato aclaratorio. De esto ya ha-blamos antes. Se trata del compromiso no cumplidode instalar una planta hidroeléctrica de una capaci-dad no menor de 3.000 caballos de fuerza en Bucayy motores diesel con capacidad no inferior a los 500caballos de fuerza en la ciudad de Guayaquil en casode que la empresa no pueda proveerse de energíapor otro medio.

Dijimos a este respecto, que tales ofrecimien-tos no tenían otro fin, sino disimular y velar los pri-vilegios obtenidos en el contrato principal.

A este objetivo se debe agregar, tal como afir-ma el abogado Idrovo, el de conseguir que los mili-tares progresistas que toman el poder el 9 de julio de1925 den su aprobación al convenio, finalidad des-

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graciadamente lograda mediante el decreto del go-bierno provisional de 8 de septiembre de ese año.

Estos son, en suma, los “compromisos” queadquiere Emelec. Compromisos que, como hemosvisto, se reducen a cero. A nada. A cambio de innu-merables prebendas. Todo gratis, entonces.

Otras disposiciones del contrato.El contrato tiene una duración de sesenta años,

esto es, hasta 1985. Para su terminación se debe no-tificar a la empresa con tres años de anticipación, re-quisito que se cumple en 1982 por parte del ingenie-ro Gustavo Galindo, ministro de Energía de ese en-tonces.

Se dice en el artículo noveno que las propieda-des de Emelec solo podrán ser adquiridas en su tota-lidad y no por partes. Además, para la compra, tieneque establecerse un justo precio, cuyo significado severá posteriormente, junto con las implicaciones aque da lugar.

La fijación del justo precio estará a cargo de tresárbitros, dos de los cuales serán nombrados por cadaparte, los que a la vez, designarán el tercero. Y parael caso en que dichos dos árbitros no lleguen a unacuerdo para nominar a ese tercero, se dispone en elcontrato aclaratorio, que se debe recurrir al presi-dente de la Corte Suprema de Justicia y a un Jefe dela Misión Diplomática para que hagan tal nombra-miento.

Hasta aquí, el contrato de 1925.

* * *

Hasta 1966 la “Empresa Eléctrica del EcuadorInc.” goza tranquilamente de todos los privilegios yprebendas conseguidas con el contrato de 1925. Pe-ro como que no fueran suficientes se hace otorgar

graciadamente lograda mediante el decreto del go-bierno provisional de 8 de septiembre de ese año.

Estos son, en suma, los “compromisos” queadquiere Emelec. Compromisos que, como hemosvisto, se reducen a cero. A nada. A cambio de innu-merables prebendas. Todo gratis, entonces.

Otras disposiciones del contrato.El contrato tiene una duración de sesenta años,

esto es, hasta 1985. Para su terminación se debe no-tificar a la empresa con tres años de anticipación, re-quisito que se cumple en 1982 por parte del ingenie-ro Gustavo Galindo, ministro de Energía de ese en-tonces.

Se dice en el artículo noveno que las propieda-des de Emelec solo podrán ser adquiridas en su tota-lidad y no por partes. Además, para la compra, tieneque establecerse un justo precio, cuyo significado severá posteriormente, junto con las implicaciones aque da lugar.

La fijación del justo precio estará a cargo de tresárbitros, dos de los cuales serán nombrados por cadaparte, los que a la vez, designarán el tercero. Y parael caso en que dichos dos árbitros no lleguen a unacuerdo para nominar a ese tercero, se dispone en elcontrato aclaratorio, que se debe recurrir al presi-dente de la Corte Suprema de Justicia y a un Jefe dela Misión Diplomática para que hagan tal nombra-miento.

Hasta aquí, el contrato de 1925.

* * *

Hasta 1966 la “Empresa Eléctrica del EcuadorInc.” goza tranquilamente de todos los privilegios yprebendas conseguidas con el contrato de 1925. Pe-ro como que no fueran suficientes se hace otorgar

graciadamente lograda mediante el decreto del go-bierno provisional de 8 de septiembre de ese año.

Estos son, en suma, los “compromisos” queadquiere Emelec. Compromisos que, como hemosvisto, se reducen a cero. A nada. A cambio de innu-merables prebendas. Todo gratis, entonces.

Otras disposiciones del contrato.El contrato tiene una duración de sesenta años,

esto es, hasta 1985. Para su terminación se debe no-tificar a la empresa con tres años de anticipación, re-quisito que se cumple en 1982 por parte del ingenie-ro Gustavo Galindo, ministro de Energía de ese en-tonces.

Se dice en el artículo noveno que las propieda-des de Emelec solo podrán ser adquiridas en su tota-lidad y no por partes. Además, para la compra, tieneque establecerse un justo precio, cuyo significado severá posteriormente, junto con las implicaciones aque da lugar.

La fijación del justo precio estará a cargo de tresárbitros, dos de los cuales serán nombrados por cadaparte, los que a la vez, designarán el tercero. Y parael caso en que dichos dos árbitros no lleguen a unacuerdo para nominar a ese tercero, se dispone en elcontrato aclaratorio, que se debe recurrir al presi-dente de la Corte Suprema de Justicia y a un Jefe dela Misión Diplomática para que hagan tal nombra-miento.

Hasta aquí, el contrato de 1925.

* * *

Hasta 1966 la “Empresa Eléctrica del EcuadorInc.” goza tranquilamente de todos los privilegios yprebendas conseguidas con el contrato de 1925. Pe-ro como que no fueran suficientes se hace otorgar

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otros nuevos en 1966 por la Junta Militar presididapor Ramón Castro Jijón. Esto sucede pocos días an-tes de la caída de ese gobierno nefasto y entregadopor completo al servicio del imperialismo norteame-ricano. Y en forma por demás dolosa, Vallejo Corralpiensa que el contrato es una traducción literal delinglés por su tortuosa redacción, es decir, que fue es-crito por sus dueños extranjeros.

Además, el contrato, tan apresuradamenteaprobado, peca de ilegalidad, entre otras razones,por las siguientes:a) Porque cualquier modificación o extensión del

contrato debía hacerse con la otra parte, esto escon el Municipio de Guayaquil, ya que hasta eseentonces no existe ninguna ley que permita queel gobierno reemplace o subrogue a esa corpo-ración.

b) Porque se permite que la empresa lleve la conta-bilidad en dólares –cuentas de memorándum endólares- caso expresamente prohibido por la Leyde Compañías cuando se firmó el contrato,pues se ordena que sea llevada en moneda na-cional, es decir en sucres.

c) Porque se conceden exenciones tributarias –ar-tículo segundo del Reglamento, literal p- encontraposición a lo dispuesto a la Ley de Im-puesto a la renta vigente en ese entonces.

Sin embargo de existir estos y otros motivos denulidad, ninguno de los gobiernos que suceden a laJunta Militar que firma ese leonino contrato se atre-ve a plantear su anulación, por temor sin duda a lasrepresalias de parte de los Estados Unidos, francoprotector de la Empresa.

Tal como sucede en 1925, para justificar elcontrato, se recurre a la introducción de vanos y en-

otros nuevos en 1966 por la Junta Militar presididapor Ramón Castro Jijón. Esto sucede pocos días an-tes de la caída de ese gobierno nefasto y entregadopor completo al servicio del imperialismo norteame-ricano. Y en forma por demás dolosa, Vallejo Corralpiensa que el contrato es una traducción literal delinglés por su tortuosa redacción, es decir, que fue es-crito por sus dueños extranjeros.

Además, el contrato, tan apresuradamenteaprobado, peca de ilegalidad, entre otras razones,por las siguientes:a) Porque cualquier modificación o extensión del

contrato debía hacerse con la otra parte, esto escon el Municipio de Guayaquil, ya que hasta eseentonces no existe ninguna ley que permita queel gobierno reemplace o subrogue a esa corpo-ración.

b) Porque se permite que la empresa lleve la conta-bilidad en dólares –cuentas de memorándum endólares- caso expresamente prohibido por la Leyde Compañías cuando se firmó el contrato,pues se ordena que sea llevada en moneda na-cional, es decir en sucres.

c) Porque se conceden exenciones tributarias –ar-tículo segundo del Reglamento, literal p- encontraposición a lo dispuesto a la Ley de Im-puesto a la renta vigente en ese entonces.

Sin embargo de existir estos y otros motivos denulidad, ninguno de los gobiernos que suceden a laJunta Militar que firma ese leonino contrato se atre-ve a plantear su anulación, por temor sin duda a lasrepresalias de parte de los Estados Unidos, francoprotector de la Empresa.

Tal como sucede en 1925, para justificar elcontrato, se recurre a la introducción de vanos y en-

otros nuevos en 1966 por la Junta Militar presididapor Ramón Castro Jijón. Esto sucede pocos días an-tes de la caída de ese gobierno nefasto y entregadopor completo al servicio del imperialismo norteame-ricano. Y en forma por demás dolosa, Vallejo Corralpiensa que el contrato es una traducción literal delinglés por su tortuosa redacción, es decir, que fue es-crito por sus dueños extranjeros.

Además, el contrato, tan apresuradamenteaprobado, peca de ilegalidad, entre otras razones,por las siguientes:a) Porque cualquier modificación o extensión del

contrato debía hacerse con la otra parte, esto escon el Municipio de Guayaquil, ya que hasta eseentonces no existe ninguna ley que permita queel gobierno reemplace o subrogue a esa corpo-ración.

b) Porque se permite que la empresa lleve la conta-bilidad en dólares –cuentas de memorándum endólares- caso expresamente prohibido por la Leyde Compañías cuando se firmó el contrato,pues se ordena que sea llevada en moneda na-cional, es decir en sucres.

c) Porque se conceden exenciones tributarias –ar-tículo segundo del Reglamento, literal p- encontraposición a lo dispuesto a la Ley de Im-puesto a la renta vigente en ese entonces.

Sin embargo de existir estos y otros motivos denulidad, ninguno de los gobiernos que suceden a laJunta Militar que firma ese leonino contrato se atre-ve a plantear su anulación, por temor sin duda a lasrepresalias de parte de los Estados Unidos, francoprotector de la Empresa.

Tal como sucede en 1925, para justificar elcontrato, se recurre a la introducción de vanos y en-

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gañosos compromisos, como son los que constan enlas cláusulas décima segunda y décima tercera.

Allí se compromete, primero, a aumentar sucapacidad generadora cercana a los 34.000 kilovatiosdurante el tiempo de cinco años y a un costo aproxi-mado de 13.050.000 dólares. Pero esto, aunque no secrea, está supeditado a la condición de que la “em-presa pueda obtener un financiamiento adecuado, aun interés de aproximadamente el 6% anual y en unplazo de 15 a 20 años de una institución de créditointernacional.”.26 Y más todavía, para que el finan-ciamiento sea debidamente adecuado, es el gobier-no, otra vez, el encargado de la consecución de lospréstamos.

También se compromete, en segundo lugar, ainvertir dos millones de dólares como accionista parala construcción de la planta hidroeléctrica de Ushcu-rrumi en el río Jubones, cantidad pagadera “parte enefectivo y parte con los estudios que la empresa harealizado tanto en la fase de factibilidad como de di-seño definitivo del proyecto”.27 Esto, así mismo, conotra condición: si el gobierno construye otra plantapara el suministro de energía eléctrica a Guayaquil ono inicia la construcción de la planta de Ushcurrumien el término de diez años, la empresa se reserva elderecho de cumplir o no su compromiso.

Veamos ahora lo que obtiene Emelec en pago alos “compromisos” adquiridos que acabamos demencionar.

Sin duda, la principal y más suculenta conce-sión, por las implicaciones que tiene, es la que cons-ta en la cláusula segunda del contrato y que aseguraa la compañía un “rendimiento neto garantizado deno menos del 9.5% y no más del 10% anual sobre su“capital neto invertido en Dólares”.28

gañosos compromisos, como son los que constan enlas cláusulas décima segunda y décima tercera.

Allí se compromete, primero, a aumentar sucapacidad generadora cercana a los 34.000 kilovatiosdurante el tiempo de cinco años y a un costo aproxi-mado de 13.050.000 dólares. Pero esto, aunque no secrea, está supeditado a la condición de que la “em-presa pueda obtener un financiamiento adecuado, aun interés de aproximadamente el 6% anual y en unplazo de 15 a 20 años de una institución de créditointernacional.”.26 Y más todavía, para que el finan-ciamiento sea debidamente adecuado, es el gobier-no, otra vez, el encargado de la consecución de lospréstamos.

También se compromete, en segundo lugar, ainvertir dos millones de dólares como accionista parala construcción de la planta hidroeléctrica de Ushcu-rrumi en el río Jubones, cantidad pagadera “parte enefectivo y parte con los estudios que la empresa harealizado tanto en la fase de factibilidad como de di-seño definitivo del proyecto”.27 Esto, así mismo, conotra condición: si el gobierno construye otra plantapara el suministro de energía eléctrica a Guayaquil ono inicia la construcción de la planta de Ushcurrumien el término de diez años, la empresa se reserva elderecho de cumplir o no su compromiso.

Veamos ahora lo que obtiene Emelec en pago alos “compromisos” adquiridos que acabamos demencionar.

Sin duda, la principal y más suculenta conce-sión, por las implicaciones que tiene, es la que cons-ta en la cláusula segunda del contrato y que aseguraa la compañía un “rendimiento neto garantizado deno menos del 9.5% y no más del 10% anual sobre su“capital neto invertido en Dólares”.28

gañosos compromisos, como son los que constan enlas cláusulas décima segunda y décima tercera.

Allí se compromete, primero, a aumentar sucapacidad generadora cercana a los 34.000 kilovatiosdurante el tiempo de cinco años y a un costo aproxi-mado de 13.050.000 dólares. Pero esto, aunque no secrea, está supeditado a la condición de que la “em-presa pueda obtener un financiamiento adecuado, aun interés de aproximadamente el 6% anual y en unplazo de 15 a 20 años de una institución de créditointernacional.”.26 Y más todavía, para que el finan-ciamiento sea debidamente adecuado, es el gobier-no, otra vez, el encargado de la consecución de lospréstamos.

También se compromete, en segundo lugar, ainvertir dos millones de dólares como accionista parala construcción de la planta hidroeléctrica de Ushcu-rrumi en el río Jubones, cantidad pagadera “parte enefectivo y parte con los estudios que la empresa harealizado tanto en la fase de factibilidad como de di-seño definitivo del proyecto”.27 Esto, así mismo, conotra condición: si el gobierno construye otra plantapara el suministro de energía eléctrica a Guayaquil ono inicia la construcción de la planta de Ushcurrumien el término de diez años, la empresa se reserva elderecho de cumplir o no su compromiso.

Veamos ahora lo que obtiene Emelec en pago alos “compromisos” adquiridos que acabamos demencionar.

Sin duda, la principal y más suculenta conce-sión, por las implicaciones que tiene, es la que cons-ta en la cláusula segunda del contrato y que aseguraa la compañía un “rendimiento neto garantizado deno menos del 9.5% y no más del 10% anual sobre su“capital neto invertido en Dólares”.28

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Esta singular prebenda de ganancia garantiza-da, conforme todos han notado, hace que los benefi-cios o pérdidas de una empresa no dependan, comoes de pensar, de su eficiencia o ineficiencia. Por tan-to, esto la pone por encima de todas las otras que nogozan de este privilegio, rompiendo esa sagrada re-gla de la libre competencia, que según se dice, es unade las cualidades más preciadas del capitalismo.Cualidad, además –así se pregona- justiciera y de-mocrática…

Y para que no haya equívocos o confusiones,se hace constar en el artículo segundo del reglamen-to -literal p)- que este rendimiento neto garantizadodel 9.5% “será de libre disposición de la Empresapara su beneficio y el de sus propietarios y accionis-tas, sin que pueda afectarlo reducción o deducciónalguna que lo perjudique o menoscabe”.29 Se tieneespecial cuidado, así mismo, en dejar aclarado queno puede incluirse entre las reducciones, ni siquierael tributario, tanto actualmente como en el futuro!

Como es obvio, esto perjudica al fisco y a lostrabajadores, ya que de esta rentabilidad garantizadano pueden percibir un solo centavo, aunque eso secontraponga a las leyes vigentes.

El economista Alberto Acosta, en su libro Pri-vatización, dice lo siguiente sobre la ganancia garan-tizada:

Posteriormente, en 1966, el triunvirato mili-tar expidió un decreto, por el cual se garantizó aEMELEC, adicionalmente, un rendimiento netode 9.5% sobre su capital invertido en dólares. Esteporcentaje no podía ser afectado por concepto al-guno, ni siquiera por razones tributarias.

En los años 70, cuando se dieron pasos signi-ficativos para garantizar el manejo nacional de la

Esta singular prebenda de ganancia garantiza-da, conforme todos han notado, hace que los benefi-cios o pérdidas de una empresa no dependan, comoes de pensar, de su eficiencia o ineficiencia. Por tan-to, esto la pone por encima de todas las otras que nogozan de este privilegio, rompiendo esa sagrada re-gla de la libre competencia, que según se dice, es unade las cualidades más preciadas del capitalismo.Cualidad, además –así se pregona- justiciera y de-mocrática…

Y para que no haya equívocos o confusiones,se hace constar en el artículo segundo del reglamen-to -literal p)- que este rendimiento neto garantizadodel 9.5% “será de libre disposición de la Empresapara su beneficio y el de sus propietarios y accionis-tas, sin que pueda afectarlo reducción o deducciónalguna que lo perjudique o menoscabe”.29 Se tieneespecial cuidado, así mismo, en dejar aclarado queno puede incluirse entre las reducciones, ni siquierael tributario, tanto actualmente como en el futuro!

Como es obvio, esto perjudica al fisco y a lostrabajadores, ya que de esta rentabilidad garantizadano pueden percibir un solo centavo, aunque eso secontraponga a las leyes vigentes.

El economista Alberto Acosta, en su libro Pri-vatización, dice lo siguiente sobre la ganancia garan-tizada:

Posteriormente, en 1966, el triunvirato mili-tar expidió un decreto, por el cual se garantizó aEMELEC, adicionalmente, un rendimiento netode 9.5% sobre su capital invertido en dólares. Esteporcentaje no podía ser afectado por concepto al-guno, ni siquiera por razones tributarias.

En los años 70, cuando se dieron pasos signi-ficativos para garantizar el manejo nacional de la

Esta singular prebenda de ganancia garantiza-da, conforme todos han notado, hace que los benefi-cios o pérdidas de una empresa no dependan, comoes de pensar, de su eficiencia o ineficiencia. Por tan-to, esto la pone por encima de todas las otras que nogozan de este privilegio, rompiendo esa sagrada re-gla de la libre competencia, que según se dice, es unade las cualidades más preciadas del capitalismo.Cualidad, además –así se pregona- justiciera y de-mocrática…

Y para que no haya equívocos o confusiones,se hace constar en el artículo segundo del reglamen-to -literal p)- que este rendimiento neto garantizadodel 9.5% “será de libre disposición de la Empresapara su beneficio y el de sus propietarios y accionis-tas, sin que pueda afectarlo reducción o deducciónalguna que lo perjudique o menoscabe”.29 Se tieneespecial cuidado, así mismo, en dejar aclarado queno puede incluirse entre las reducciones, ni siquierael tributario, tanto actualmente como en el futuro!

Como es obvio, esto perjudica al fisco y a lostrabajadores, ya que de esta rentabilidad garantizadano pueden percibir un solo centavo, aunque eso secontraponga a las leyes vigentes.

El economista Alberto Acosta, en su libro Pri-vatización, dice lo siguiente sobre la ganancia garan-tizada:

Posteriormente, en 1966, el triunvirato mili-tar expidió un decreto, por el cual se garantizó aEMELEC, adicionalmente, un rendimiento netode 9.5% sobre su capital invertido en dólares. Esteporcentaje no podía ser afectado por concepto al-guno, ni siquiera por razones tributarias.

En los años 70, cuando se dieron pasos signi-ficativos para garantizar el manejo nacional de la

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riqueza petrolera, la empresa EMELEC consiguióque estas disposiciones excepcionales se incluyeraen la Ley Básica de Electrificación, expedida en1974. Con ello se le exoneró del pago del impuestoa las transacciones mercantiles y servicios, mante-niendo el porcentaje establecido de rentabilidadmínima.30

Nada, como se ve, puede afectar la rentabilidadestablecida. Es intocable. Y para que se mantenga fi-ja, inmóvil, las leyes ecuatorianas –en este caso laLey Básica de Electrificación- tienen que ajustarse yacomodarse a los intereses de la poderosa empresa.

¿Y cómo se asegura el mantenimiento de esarentabilidad mínima?

Mediante un mecanismo muy sencillo: el rea-juste anual de tarifas. La cláusula segunda del con-trato dice que las “tarifas de los consumidores sereajustarán solamente una vez cada año… siempreque sea necesario para que anualmente rindan el in-greso bruto indispensable”.31 Y nótese la generosi-dad: ¡solamente una vez al año!

Este reajuste anual de tarifas no lo hace el Mu-nicipio, ni siquiera se establece alguna forma de in-tervención de su parte, sino que es la compañía ex-tranjera la encargada de cumplir esa tarea, que en lapráctica no puede ser revisada por ningún ente gu-bernamental debido a la existencia de una serie deobstáculos hábilmente incluidos en el contrato.

La ganancia de la empresa, la rentabilidad ga-rantizada, tal como se acaba de ver, sale de los bolsi-llos de los ciudadanos guayaquileños que utilizansus servicios. Y también de la serie de impuestos ycargas que no se pagan al Estado. De las utilidadesque no se pagan a los trabajadores.

Pero esto no es todo.

riqueza petrolera, la empresa EMELEC consiguióque estas disposiciones excepcionales se incluyeraen la Ley Básica de Electrificación, expedida en1974. Con ello se le exoneró del pago del impuestoa las transacciones mercantiles y servicios, mante-niendo el porcentaje establecido de rentabilidadmínima.30

Nada, como se ve, puede afectar la rentabilidadestablecida. Es intocable. Y para que se mantenga fi-ja, inmóvil, las leyes ecuatorianas –en este caso laLey Básica de Electrificación- tienen que ajustarse yacomodarse a los intereses de la poderosa empresa.

¿Y cómo se asegura el mantenimiento de esarentabilidad mínima?

Mediante un mecanismo muy sencillo: el rea-juste anual de tarifas. La cláusula segunda del con-trato dice que las “tarifas de los consumidores sereajustarán solamente una vez cada año… siempreque sea necesario para que anualmente rindan el in-greso bruto indispensable”.31 Y nótese la generosi-dad: ¡solamente una vez al año!

Este reajuste anual de tarifas no lo hace el Mu-nicipio, ni siquiera se establece alguna forma de in-tervención de su parte, sino que es la compañía ex-tranjera la encargada de cumplir esa tarea, que en lapráctica no puede ser revisada por ningún ente gu-bernamental debido a la existencia de una serie deobstáculos hábilmente incluidos en el contrato.

La ganancia de la empresa, la rentabilidad ga-rantizada, tal como se acaba de ver, sale de los bolsi-llos de los ciudadanos guayaquileños que utilizansus servicios. Y también de la serie de impuestos ycargas que no se pagan al Estado. De las utilidadesque no se pagan a los trabajadores.

Pero esto no es todo.

riqueza petrolera, la empresa EMELEC consiguióque estas disposiciones excepcionales se incluyeraen la Ley Básica de Electrificación, expedida en1974. Con ello se le exoneró del pago del impuestoa las transacciones mercantiles y servicios, mante-niendo el porcentaje establecido de rentabilidadmínima.30

Nada, como se ve, puede afectar la rentabilidadestablecida. Es intocable. Y para que se mantenga fi-ja, inmóvil, las leyes ecuatorianas –en este caso laLey Básica de Electrificación- tienen que ajustarse yacomodarse a los intereses de la poderosa empresa.

¿Y cómo se asegura el mantenimiento de esarentabilidad mínima?

Mediante un mecanismo muy sencillo: el rea-juste anual de tarifas. La cláusula segunda del con-trato dice que las “tarifas de los consumidores sereajustarán solamente una vez cada año… siempreque sea necesario para que anualmente rindan el in-greso bruto indispensable”.31 Y nótese la generosi-dad: ¡solamente una vez al año!

Este reajuste anual de tarifas no lo hace el Mu-nicipio, ni siquiera se establece alguna forma de in-tervención de su parte, sino que es la compañía ex-tranjera la encargada de cumplir esa tarea, que en lapráctica no puede ser revisada por ningún ente gu-bernamental debido a la existencia de una serie deobstáculos hábilmente incluidos en el contrato.

La ganancia de la empresa, la rentabilidad ga-rantizada, tal como se acaba de ver, sale de los bolsi-llos de los ciudadanos guayaquileños que utilizansus servicios. Y también de la serie de impuestos ycargas que no se pagan al Estado. De las utilidadesque no se pagan a los trabajadores.

Pero esto no es todo.

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El abogado Alejandro Idrovo Rosales y el eco-nomista Amaro Aguirre Chávez que pueden realizaruna fiscalización de Emelec en 1975 en representa-ción de los trabajadores después de tres años de difí-ciles gestiones, demuestran de manera fehacienteque el “rendimiento garantizado” no se calcula so-bre el capital-acciones de la compañía, que según sudecir produciría una ganancia aceptable, sino sobresu activo fijo, operación que ocasiona un rendimien-to exorbitante.

Según este cálculo, Emelec obtiene una ganan-cia de $81’202.572 en el año de1972. Los fiscalizado-res antes nombrados dicen:

Que si comparamos la utilidad de$81’202.572,11 con el capital-acciones de la em-presa que en el año 1972 era de $95’555.590,00,ocurre que la utilidad garantizada a la empresapor el contrato, es nada menos que del 85,1% dedicho capital-acciones, es decir del capital neto in-vertido en sucres. Esta utilidad fabulosa garanti-zada por el Estado a la empresa transnacional dela EMELEC, significó que ella, en el cortísimo lap-so de UN AÑO DIEZ MESES recuperó todo loque había invertido a lo largo de 50 años que vie-ne operando en nuestro país. ¿Cuántas veces harecuperado el capital en los 9 años de aplicacióndel contrato, aparte de todo lo que ha “ganado”por contar con el “derecho de ajustar” la contabi-lidad en sucres a los resultados de las CUENTASDE MEMORANDUM EN DOLARES?32

En cambio, si la utilidad proviene del capital-acciones -$95’555.590- el “rendimiento neto garan-tizado” del 10% sólo llegaría a $9’555.559, cantidadque puede ser considerada como normal.

El abogado Alejandro Idrovo Rosales y el eco-nomista Amaro Aguirre Chávez que pueden realizaruna fiscalización de Emelec en 1975 en representa-ción de los trabajadores después de tres años de difí-ciles gestiones, demuestran de manera fehacienteque el “rendimiento garantizado” no se calcula so-bre el capital-acciones de la compañía, que según sudecir produciría una ganancia aceptable, sino sobresu activo fijo, operación que ocasiona un rendimien-to exorbitante.

Según este cálculo, Emelec obtiene una ganan-cia de $81’202.572 en el año de1972. Los fiscalizado-res antes nombrados dicen:

Que si comparamos la utilidad de$81’202.572,11 con el capital-acciones de la em-presa que en el año 1972 era de $95’555.590,00,ocurre que la utilidad garantizada a la empresapor el contrato, es nada menos que del 85,1% dedicho capital-acciones, es decir del capital neto in-vertido en sucres. Esta utilidad fabulosa garanti-zada por el Estado a la empresa transnacional dela EMELEC, significó que ella, en el cortísimo lap-so de UN AÑO DIEZ MESES recuperó todo loque había invertido a lo largo de 50 años que vie-ne operando en nuestro país. ¿Cuántas veces harecuperado el capital en los 9 años de aplicacióndel contrato, aparte de todo lo que ha “ganado”por contar con el “derecho de ajustar” la contabi-lidad en sucres a los resultados de las CUENTASDE MEMORANDUM EN DOLARES?32

En cambio, si la utilidad proviene del capital-acciones -$95’555.590- el “rendimiento neto garan-tizado” del 10% sólo llegaría a $9’555.559, cantidadque puede ser considerada como normal.

El abogado Alejandro Idrovo Rosales y el eco-nomista Amaro Aguirre Chávez que pueden realizaruna fiscalización de Emelec en 1975 en representa-ción de los trabajadores después de tres años de difí-ciles gestiones, demuestran de manera fehacienteque el “rendimiento garantizado” no se calcula so-bre el capital-acciones de la compañía, que según sudecir produciría una ganancia aceptable, sino sobresu activo fijo, operación que ocasiona un rendimien-to exorbitante.

Según este cálculo, Emelec obtiene una ganan-cia de $81’202.572 en el año de1972. Los fiscalizado-res antes nombrados dicen:

Que si comparamos la utilidad de$81’202.572,11 con el capital-acciones de la em-presa que en el año 1972 era de $95’555.590,00,ocurre que la utilidad garantizada a la empresapor el contrato, es nada menos que del 85,1% dedicho capital-acciones, es decir del capital neto in-vertido en sucres. Esta utilidad fabulosa garanti-zada por el Estado a la empresa transnacional dela EMELEC, significó que ella, en el cortísimo lap-so de UN AÑO DIEZ MESES recuperó todo loque había invertido a lo largo de 50 años que vie-ne operando en nuestro país. ¿Cuántas veces harecuperado el capital en los 9 años de aplicacióndel contrato, aparte de todo lo que ha “ganado”por contar con el “derecho de ajustar” la contabi-lidad en sucres a los resultados de las CUENTASDE MEMORANDUM EN DOLARES?32

En cambio, si la utilidad proviene del capital-acciones -$95’555.590- el “rendimiento neto garan-tizado” del 10% sólo llegaría a $9’555.559, cantidadque puede ser considerada como normal.

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Además, como las ganancias dependen del ac-tivo fijo, es lógico que la empresa se empeñe en au-mentar ese activo por todos los medios posibles.

Este incremento tan deseado se consigue fácil-mente mediante la subida del valor del dólar, puescomo se tiene un activo en dólares, este se revalorizaautomáticamente en la proporción de la elevaciónefectuada. Idrovo y Aguirre calculan que con el alzade la cotización de S/.18,18 a S/.25,25 verificada en1970, el activo-fijo señalado en el contrato llega a lainmensa suma de S/.138’ 799.866,00, que “reporta ala EMELEC un aumento de sus utilidades garantiza-das (entre el 9.5 y el 10% de esta suma) por un valorsuperior a los TRECE MILLONES DE SUCRES PORUN AÑO”.33

Todos sabemos que las devaluaciones del sucreson constantes en nuestro país, ya que la poderosaburguesía exportadora, siempre pugna y consigue taldevaluación, porque eso aumenta sus ganancias. Así,lo que para nosotros es un mal, para la compañía esmaná caído del cielo.

También, aunque parezca paradoja, las deudasy los empréstitos resultan un bien apetecido. Losmismos fiscalizadores citan el caso de la compra deunas turbinas adquiridas mediante un préstamo ex-terno por la suma de trescientos millones de sucresque, como no podía ser de otra manera, fueron a in-crementar el activo fijo de la empresa. Desde esemomento –agregan- el “rendimiento neto garantiza-do” en un mínimo del 9.5% sobre esos trescientosmillones, significó para Emelec una utilidad de vein-tiocho millones y medio de sucres.

Véase, como las deudas que a todo el mundohacen estremecer, sean para Emelec otra fuente delucro. Y esto explica, en parte siquiera, el por qué desu rápido y constante endeudamiento.

Además, como las ganancias dependen del ac-tivo fijo, es lógico que la empresa se empeñe en au-mentar ese activo por todos los medios posibles.

Este incremento tan deseado se consigue fácil-mente mediante la subida del valor del dólar, puescomo se tiene un activo en dólares, este se revalorizaautomáticamente en la proporción de la elevaciónefectuada. Idrovo y Aguirre calculan que con el alzade la cotización de S/.18,18 a S/.25,25 verificada en1970, el activo-fijo señalado en el contrato llega a lainmensa suma de S/.138’ 799.866,00, que “reporta ala EMELEC un aumento de sus utilidades garantiza-das (entre el 9.5 y el 10% de esta suma) por un valorsuperior a los TRECE MILLONES DE SUCRES PORUN AÑO”.33

Todos sabemos que las devaluaciones del sucreson constantes en nuestro país, ya que la poderosaburguesía exportadora, siempre pugna y consigue taldevaluación, porque eso aumenta sus ganancias. Así,lo que para nosotros es un mal, para la compañía esmaná caído del cielo.

También, aunque parezca paradoja, las deudasy los empréstitos resultan un bien apetecido. Losmismos fiscalizadores citan el caso de la compra deunas turbinas adquiridas mediante un préstamo ex-terno por la suma de trescientos millones de sucresque, como no podía ser de otra manera, fueron a in-crementar el activo fijo de la empresa. Desde esemomento –agregan- el “rendimiento neto garantiza-do” en un mínimo del 9.5% sobre esos trescientosmillones, significó para Emelec una utilidad de vein-tiocho millones y medio de sucres.

Véase, como las deudas que a todo el mundohacen estremecer, sean para Emelec otra fuente delucro. Y esto explica, en parte siquiera, el por qué desu rápido y constante endeudamiento.

Además, como las ganancias dependen del ac-tivo fijo, es lógico que la empresa se empeñe en au-mentar ese activo por todos los medios posibles.

Este incremento tan deseado se consigue fácil-mente mediante la subida del valor del dólar, puescomo se tiene un activo en dólares, este se revalorizaautomáticamente en la proporción de la elevaciónefectuada. Idrovo y Aguirre calculan que con el alzade la cotización de S/.18,18 a S/.25,25 verificada en1970, el activo-fijo señalado en el contrato llega a lainmensa suma de S/.138’ 799.866,00, que “reporta ala EMELEC un aumento de sus utilidades garantiza-das (entre el 9.5 y el 10% de esta suma) por un valorsuperior a los TRECE MILLONES DE SUCRES PORUN AÑO”.33

Todos sabemos que las devaluaciones del sucreson constantes en nuestro país, ya que la poderosaburguesía exportadora, siempre pugna y consigue taldevaluación, porque eso aumenta sus ganancias. Así,lo que para nosotros es un mal, para la compañía esmaná caído del cielo.

También, aunque parezca paradoja, las deudasy los empréstitos resultan un bien apetecido. Losmismos fiscalizadores citan el caso de la compra deunas turbinas adquiridas mediante un préstamo ex-terno por la suma de trescientos millones de sucresque, como no podía ser de otra manera, fueron a in-crementar el activo fijo de la empresa. Desde esemomento –agregan- el “rendimiento neto garantiza-do” en un mínimo del 9.5% sobre esos trescientosmillones, significó para Emelec una utilidad de vein-tiocho millones y medio de sucres.

Véase, como las deudas que a todo el mundohacen estremecer, sean para Emelec otra fuente delucro. Y esto explica, en parte siquiera, el por qué desu rápido y constante endeudamiento.

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Pasemos a otros temas.Vimos como en el contrato de 1925 las contro-

versias se resolvían mediante un mecanismo favora-ble a la empresa. Ahora la cosa es peor. Los desa-cuerdos sobre la aplicación del contrato y la contabi-lidad de la empresa –cláusula novena- deben ser re-sueltos por dos árbitros nombrados por las partes, ysi estos no pueden llegar a un acuerdo, se designaráun dirimente conforme lo establecido en el artículonoveno del reglamento. Tal artículo dice:

Si los árbitros no convinieren en la seleccióndel dirimente, el Banco Interamericano de Desa-rrollo (BID), a petición de una de las partes for-mulará una terna para la designación del diri-mente, y de la cual el Ministro escogerá o seleccio-nará a la persona del designado. Si el Ministro nolo escogiere dentro del plazo de quince días, conta-dos a partir de la notificación de la terna, la Em-presa escogerá el dirimente dentro de los compren-didos en la terna.34

Un banco ligado a los intereses de los mono-polios norteamericanos, nada menos, es el que nom-bra dirimentes para resolver los desacuerdos mante-nidos por un gran monopolio norteamericano comoes la Electric Bond and Share o Boise Cascade Cor-poration, de la cual depende la empresa EléctricaEcuador Inc. De un jaez de esta condición, nadapuede esperar nuestro gobierno. Todo fallo será ad-verso y todo reclamo desechado.

Pero no solo tiene árbitros propios, sino tam-bién funcionarios del gobierno de su entera propie-dad.

Los fiscalizadores tantas veces mencionados lo-gran descubrir parte de una nómina reservada de

Pasemos a otros temas.Vimos como en el contrato de 1925 las contro-

versias se resolvían mediante un mecanismo favora-ble a la empresa. Ahora la cosa es peor. Los desa-cuerdos sobre la aplicación del contrato y la contabi-lidad de la empresa –cláusula novena- deben ser re-sueltos por dos árbitros nombrados por las partes, ysi estos no pueden llegar a un acuerdo, se designaráun dirimente conforme lo establecido en el artículonoveno del reglamento. Tal artículo dice:

Si los árbitros no convinieren en la seleccióndel dirimente, el Banco Interamericano de Desa-rrollo (BID), a petición de una de las partes for-mulará una terna para la designación del diri-mente, y de la cual el Ministro escogerá o seleccio-nará a la persona del designado. Si el Ministro nolo escogiere dentro del plazo de quince días, conta-dos a partir de la notificación de la terna, la Em-presa escogerá el dirimente dentro de los compren-didos en la terna.34

Un banco ligado a los intereses de los mono-polios norteamericanos, nada menos, es el que nom-bra dirimentes para resolver los desacuerdos mante-nidos por un gran monopolio norteamericano comoes la Electric Bond and Share o Boise Cascade Cor-poration, de la cual depende la empresa EléctricaEcuador Inc. De un jaez de esta condición, nadapuede esperar nuestro gobierno. Todo fallo será ad-verso y todo reclamo desechado.

Pero no solo tiene árbitros propios, sino tam-bién funcionarios del gobierno de su entera propie-dad.

Los fiscalizadores tantas veces mencionados lo-gran descubrir parte de una nómina reservada de

Pasemos a otros temas.Vimos como en el contrato de 1925 las contro-

versias se resolvían mediante un mecanismo favora-ble a la empresa. Ahora la cosa es peor. Los desa-cuerdos sobre la aplicación del contrato y la contabi-lidad de la empresa –cláusula novena- deben ser re-sueltos por dos árbitros nombrados por las partes, ysi estos no pueden llegar a un acuerdo, se designaráun dirimente conforme lo establecido en el artículonoveno del reglamento. Tal artículo dice:

Si los árbitros no convinieren en la seleccióndel dirimente, el Banco Interamericano de Desa-rrollo (BID), a petición de una de las partes for-mulará una terna para la designación del diri-mente, y de la cual el Ministro escogerá o seleccio-nará a la persona del designado. Si el Ministro nolo escogiere dentro del plazo de quince días, conta-dos a partir de la notificación de la terna, la Em-presa escogerá el dirimente dentro de los compren-didos en la terna.34

Un banco ligado a los intereses de los mono-polios norteamericanos, nada menos, es el que nom-bra dirimentes para resolver los desacuerdos mante-nidos por un gran monopolio norteamericano comoes la Electric Bond and Share o Boise Cascade Cor-poration, de la cual depende la empresa EléctricaEcuador Inc. De un jaez de esta condición, nadapuede esperar nuestro gobierno. Todo fallo será ad-verso y todo reclamo desechado.

Pero no solo tiene árbitros propios, sino tam-bién funcionarios del gobierno de su entera propie-dad.

Los fiscalizadores tantas veces mencionados lo-gran descubrir parte de una nómina reservada de

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funcionarios de la compañía, sin que puedan cono-cer el resto de los nombres porque se les niega acce-so a la Gerencia donde se guarda con el mayor sigiloesa valiosa lista. Los nombres descubiertos son:

Gustavo de Janón V.Luis A. Espinosa V.Gilberto Fabara T.Agustín Ferrero P.Miguel Hidalgo G.Carlos Oberti I.Aldo L. Péndola A.Ing. Rafael Robles NeiraIng. Nicolás E. Romero SangsterJaime Solórzano V.Alvaro Tinajero M.Roberto Yanuzelly C.Ignacio Cordero R.Gabriel Roldós G.James W. Mc. Pherson 35

Estas personas son los niños mimados de Eme-lec. Y bien mimados. Pues gozan de envidiables pri-vilegios y de emolumentos extras cobrados por me-dio de una nómina también reservada. Sin embargo,esto no es lo más importante, sino lo que dicen acontinuación los fiscalizadores:

Es importante destacar –expresan- que deesta nómina reservada de altos empleados de laEMELEC salen funcionarios para el gobierno delEstado ecuatoriano, que desempeñan cargos detrascendental importancia para nuestra patria yque no deberían estar nunca en manos de servido-res de confianza de los monopolios transnacionalesque saquean el país.36

funcionarios de la compañía, sin que puedan cono-cer el resto de los nombres porque se les niega acce-so a la Gerencia donde se guarda con el mayor sigiloesa valiosa lista. Los nombres descubiertos son:

Gustavo de Janón V.Luis A. Espinosa V.Gilberto Fabara T.Agustín Ferrero P.Miguel Hidalgo G.Carlos Oberti I.Aldo L. Péndola A.Ing. Rafael Robles NeiraIng. Nicolás E. Romero SangsterJaime Solórzano V.Alvaro Tinajero M.Roberto Yanuzelly C.Ignacio Cordero R.Gabriel Roldós G.James W. Mc. Pherson 35

Estas personas son los niños mimados de Eme-lec. Y bien mimados. Pues gozan de envidiables pri-vilegios y de emolumentos extras cobrados por me-dio de una nómina también reservada. Sin embargo,esto no es lo más importante, sino lo que dicen acontinuación los fiscalizadores:

Es importante destacar –expresan- que deesta nómina reservada de altos empleados de laEMELEC salen funcionarios para el gobierno delEstado ecuatoriano, que desempeñan cargos detrascendental importancia para nuestra patria yque no deberían estar nunca en manos de servido-res de confianza de los monopolios transnacionalesque saquean el país.36

funcionarios de la compañía, sin que puedan cono-cer el resto de los nombres porque se les niega acce-so a la Gerencia donde se guarda con el mayor sigiloesa valiosa lista. Los nombres descubiertos son:

Gustavo de Janón V.Luis A. Espinosa V.Gilberto Fabara T.Agustín Ferrero P.Miguel Hidalgo G.Carlos Oberti I.Aldo L. Péndola A.Ing. Rafael Robles NeiraIng. Nicolás E. Romero SangsterJaime Solórzano V.Alvaro Tinajero M.Roberto Yanuzelly C.Ignacio Cordero R.Gabriel Roldós G.James W. Mc. Pherson 35

Estas personas son los niños mimados de Eme-lec. Y bien mimados. Pues gozan de envidiables pri-vilegios y de emolumentos extras cobrados por me-dio de una nómina también reservada. Sin embargo,esto no es lo más importante, sino lo que dicen acontinuación los fiscalizadores:

Es importante destacar –expresan- que deesta nómina reservada de altos empleados de laEMELEC salen funcionarios para el gobierno delEstado ecuatoriano, que desempeñan cargos detrascendental importancia para nuestra patria yque no deberían estar nunca en manos de servido-res de confianza de los monopolios transnacionalesque saquean el país.36

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Y prueban lo que afirman. Señalan, por ejem-plo, que los ingenieros Nicolás Romero y Miguel Hi-dalgo llegan a ser gerentes de INECEL. El ingenieroRafael Robles Neira obtiene el cargo de subsecreta-rio del ministerio de Recursos Naturales. Cargos, co-mo se ve, de donde se pueden dispensar favores.

Además, los constantes en la nómina citada,son escogidos con gran inteligencia o astucia, puesson personas influyentes unas por su apellido y otraspor su fortuna. Un solo caso: Gabriel Roldós Garcés–hermano de Alfonso, ministro del presidente Yero-vi Indaburo- ocupa la gerencia de varias empresas yes director del Banco de Guayaquil y de Cofiec.

Muchos de nuestros políticos, sobre todo gua-yaquileños, inician su carrera en esa filantrópica em-presa. Y con pie derecho, pues la mayoría llega alto.Verbigracia, es el caso del ex – presidente León Fe-bres Cordero que inicia su leonina carrera bajo el alade esta empresa extranjera.

Emelec, no solo tiene poderosos padrinos ennuestro suelo, sino que se da el lujo de tener protec-tores en su misma matriz, es decir, en la ElectricBond and Share y de sus filiales. Este valedor es eldoctor Salazar Gómez. En la publicación oficial titu-lada El Gobierno del Señor Galo Plaza. 1948-1949 semencionan los siguientes cargos ocupados por él:

Consejero legal de la Electric Bond and Share Co.Director de la Costa Rica Electric Light and Tractor.Director de las Empresas Eléctricas Mexicanas Inc.Director y Presidente de la Compañía Cubana deElectricidad.Director de la Habana Electric Utilities Corp.Vice-Presidente de la South American Power Com-pany.

Y prueban lo que afirman. Señalan, por ejem-plo, que los ingenieros Nicolás Romero y Miguel Hi-dalgo llegan a ser gerentes de INECEL. El ingenieroRafael Robles Neira obtiene el cargo de subsecreta-rio del ministerio de Recursos Naturales. Cargos, co-mo se ve, de donde se pueden dispensar favores.

Además, los constantes en la nómina citada,son escogidos con gran inteligencia o astucia, puesson personas influyentes unas por su apellido y otraspor su fortuna. Un solo caso: Gabriel Roldós Garcés–hermano de Alfonso, ministro del presidente Yero-vi Indaburo- ocupa la gerencia de varias empresas yes director del Banco de Guayaquil y de Cofiec.

Muchos de nuestros políticos, sobre todo gua-yaquileños, inician su carrera en esa filantrópica em-presa. Y con pie derecho, pues la mayoría llega alto.Verbigracia, es el caso del ex – presidente León Fe-bres Cordero que inicia su leonina carrera bajo el alade esta empresa extranjera.

Emelec, no solo tiene poderosos padrinos ennuestro suelo, sino que se da el lujo de tener protec-tores en su misma matriz, es decir, en la ElectricBond and Share y de sus filiales. Este valedor es eldoctor Salazar Gómez. En la publicación oficial titu-lada El Gobierno del Señor Galo Plaza. 1948-1949 semencionan los siguientes cargos ocupados por él:

Consejero legal de la Electric Bond and Share Co.Director de la Costa Rica Electric Light and Tractor.Director de las Empresas Eléctricas Mexicanas Inc.Director y Presidente de la Compañía Cubana deElectricidad.Director de la Habana Electric Utilities Corp.Vice-Presidente de la South American Power Com-pany.

Y prueban lo que afirman. Señalan, por ejem-plo, que los ingenieros Nicolás Romero y Miguel Hi-dalgo llegan a ser gerentes de INECEL. El ingenieroRafael Robles Neira obtiene el cargo de subsecreta-rio del ministerio de Recursos Naturales. Cargos, co-mo se ve, de donde se pueden dispensar favores.

Además, los constantes en la nómina citada,son escogidos con gran inteligencia o astucia, puesson personas influyentes unas por su apellido y otraspor su fortuna. Un solo caso: Gabriel Roldós Garcés–hermano de Alfonso, ministro del presidente Yero-vi Indaburo- ocupa la gerencia de varias empresas yes director del Banco de Guayaquil y de Cofiec.

Muchos de nuestros políticos, sobre todo gua-yaquileños, inician su carrera en esa filantrópica em-presa. Y con pie derecho, pues la mayoría llega alto.Verbigracia, es el caso del ex – presidente León Fe-bres Cordero que inicia su leonina carrera bajo el alade esta empresa extranjera.

Emelec, no solo tiene poderosos padrinos ennuestro suelo, sino que se da el lujo de tener protec-tores en su misma matriz, es decir, en la ElectricBond and Share y de sus filiales. Este valedor es eldoctor Salazar Gómez. En la publicación oficial titu-lada El Gobierno del Señor Galo Plaza. 1948-1949 semencionan los siguientes cargos ocupados por él:

Consejero legal de la Electric Bond and Share Co.Director de la Costa Rica Electric Light and Tractor.Director de las Empresas Eléctricas Mexicanas Inc.Director y Presidente de la Compañía Cubana deElectricidad.Director de la Habana Electric Utilities Corp.Vice-Presidente de la South American Power Com-pany.

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Su biógrafo y pariente Francisco Salazar Alva-rado, en su libro La vida y el pensamiento de EduardoSalazar Gómez, dice que en 1926 escribe un folletosobre el contrato realizado el año anterior por laEmpresa Eléctrica del Ecuador Inc. Por desgracia nohemos podido dar con ese trabajo. Pero es seguroque con eso se inicia su rápida y larga carrera en lasdirectivas de las compañías eléctricas extranjeras. Ytenía que ser así –rápida y larga- pues tiene el auspi-cio de la Electric Bond and Share.

También, como sucede siempre en nuestropaís, esos cargos y ese auspicio le sirven de platafor-ma para su carrera política en el ámbito nacional.Gran parte de su vida pasa en el exterior con pingüesempleos diplomáticos. Ocupa el ministerio de Go-bierno durante la administración de Galo Plaza. Yfinalmente se le candidatiza para ocupar la presiden-cia de la república.

Pero a este sitial no puede llegar. Pronto, por laindiferencia ciudadana, su candidatura se desbarata.El biógrafo antes nombrado señala como factor ne-gativo el hecho que para “el público la candidaturadel Dr. Eduardo Salazar Gómez era la candidaturamillonaria, pues correspondía a un hombre inmen-samente rico que había hecho su fortuna con traba-jo, pero en forma relativamente fácil, pues ganabaen buenos dólares”.37 Esto es cierto, pero tambiéngana en buenos sucres, pues como miembro de unavieja familia de terratenientes, también aquí poseeuna gran fortuna. Como prueba, basta citar el in-menso latifundio de Piganta. Mas no es sólo la rique-za lo que le aleja del pueblo, sino quizás más que es-to, su vinculación con las empresas transnacionales.

Hemos terminado este apartado correspon-diente a la etapa de la pertenencia de la EmpresaEléctrica del Ecuador Inc. a la Electric Bond and

Su biógrafo y pariente Francisco Salazar Alva-rado, en su libro La vida y el pensamiento de EduardoSalazar Gómez, dice que en 1926 escribe un folletosobre el contrato realizado el año anterior por laEmpresa Eléctrica del Ecuador Inc. Por desgracia nohemos podido dar con ese trabajo. Pero es seguroque con eso se inicia su rápida y larga carrera en lasdirectivas de las compañías eléctricas extranjeras. Ytenía que ser así –rápida y larga- pues tiene el auspi-cio de la Electric Bond and Share.

También, como sucede siempre en nuestropaís, esos cargos y ese auspicio le sirven de platafor-ma para su carrera política en el ámbito nacional.Gran parte de su vida pasa en el exterior con pingüesempleos diplomáticos. Ocupa el ministerio de Go-bierno durante la administración de Galo Plaza. Yfinalmente se le candidatiza para ocupar la presiden-cia de la república.

Pero a este sitial no puede llegar. Pronto, por laindiferencia ciudadana, su candidatura se desbarata.El biógrafo antes nombrado señala como factor ne-gativo el hecho que para “el público la candidaturadel Dr. Eduardo Salazar Gómez era la candidaturamillonaria, pues correspondía a un hombre inmen-samente rico que había hecho su fortuna con traba-jo, pero en forma relativamente fácil, pues ganabaen buenos dólares”.37 Esto es cierto, pero tambiéngana en buenos sucres, pues como miembro de unavieja familia de terratenientes, también aquí poseeuna gran fortuna. Como prueba, basta citar el in-menso latifundio de Piganta. Mas no es sólo la rique-za lo que le aleja del pueblo, sino quizás más que es-to, su vinculación con las empresas transnacionales.

Hemos terminado este apartado correspon-diente a la etapa de la pertenencia de la EmpresaEléctrica del Ecuador Inc. a la Electric Bond and

Su biógrafo y pariente Francisco Salazar Alva-rado, en su libro La vida y el pensamiento de EduardoSalazar Gómez, dice que en 1926 escribe un folletosobre el contrato realizado el año anterior por laEmpresa Eléctrica del Ecuador Inc. Por desgracia nohemos podido dar con ese trabajo. Pero es seguroque con eso se inicia su rápida y larga carrera en lasdirectivas de las compañías eléctricas extranjeras. Ytenía que ser así –rápida y larga- pues tiene el auspi-cio de la Electric Bond and Share.

También, como sucede siempre en nuestropaís, esos cargos y ese auspicio le sirven de platafor-ma para su carrera política en el ámbito nacional.Gran parte de su vida pasa en el exterior con pingüesempleos diplomáticos. Ocupa el ministerio de Go-bierno durante la administración de Galo Plaza. Yfinalmente se le candidatiza para ocupar la presiden-cia de la república.

Pero a este sitial no puede llegar. Pronto, por laindiferencia ciudadana, su candidatura se desbarata.El biógrafo antes nombrado señala como factor ne-gativo el hecho que para “el público la candidaturadel Dr. Eduardo Salazar Gómez era la candidaturamillonaria, pues correspondía a un hombre inmen-samente rico que había hecho su fortuna con traba-jo, pero en forma relativamente fácil, pues ganabaen buenos dólares”.37 Esto es cierto, pero tambiéngana en buenos sucres, pues como miembro de unavieja familia de terratenientes, también aquí poseeuna gran fortuna. Como prueba, basta citar el in-menso latifundio de Piganta. Mas no es sólo la rique-za lo que le aleja del pueblo, sino quizás más que es-to, su vinculación con las empresas transnacionales.

Hemos terminado este apartado correspon-diente a la etapa de la pertenencia de la EmpresaEléctrica del Ecuador Inc. a la Electric Bond and

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Share. Mucho más se habría podido decir sobre lasprebendas, abusos e irregularidades de esta compa-ñía –v.g., el ilegal y sucio contrato que forma con laEbasco International Corporation, las utilidades queoculta, el fraude a sus trabajadores, etc., etc.- peronos vemos obligados a dejarlos de lado en aras de labrevedad de este trabajo. Quien quiera conocer losaspectos omitidos, puede reabrir el libro de Idrovo yAguirre que tanto hemos citado y utilizado.

* * *

La Compañía Boise Cascade –dueña de Eme-lec- el 4 de enero de 1977 comunica al general RenéVargas, ministro de Recursos Naturales y Energéti-cos, la venta de la empresa guayaquileña a la ScoparInternational Inc. de Estados Unidos, agregando queentre sus principales accionistas se halla el señorJohn Scopetta.

El Colegio de Ingenieros Eléctricos y Electróni-cos de Pichincha dice lo siguiente respecto a la com-pra por Scopetta:

…para el señor Scopetta, propietario actualde Emelec, el gran incentivo que con seguridad tu-vo al adquirir la empresa, fue el “precio de oportu-nidad bajo”, que debió haber pagado por ella, lasventajas del contrato –ley del año 1966, autoriza-do por la Junta Militar de Gobierno garantizandouna rentabilidad del 9 al 10%, con alzas indeter-minadas de tarifas, el pago aparente y no efectivodel impuesto a la renta, la libertad en los gastos deexplotación, y el precio que seguramente ha de ha-ber aspirado por la venta de Emelec al gobiernoecuatoriano, basado en su amplia experiencia ennegociaciones de este tipo al haber actuado como

Share. Mucho más se habría podido decir sobre lasprebendas, abusos e irregularidades de esta compa-ñía –v.g., el ilegal y sucio contrato que forma con laEbasco International Corporation, las utilidades queoculta, el fraude a sus trabajadores, etc., etc.- peronos vemos obligados a dejarlos de lado en aras de labrevedad de este trabajo. Quien quiera conocer losaspectos omitidos, puede reabrir el libro de Idrovo yAguirre que tanto hemos citado y utilizado.

* * *

La Compañía Boise Cascade –dueña de Eme-lec- el 4 de enero de 1977 comunica al general RenéVargas, ministro de Recursos Naturales y Energéti-cos, la venta de la empresa guayaquileña a la ScoparInternational Inc. de Estados Unidos, agregando queentre sus principales accionistas se halla el señorJohn Scopetta.

El Colegio de Ingenieros Eléctricos y Electróni-cos de Pichincha dice lo siguiente respecto a la com-pra por Scopetta:

…para el señor Scopetta, propietario actualde Emelec, el gran incentivo que con seguridad tu-vo al adquirir la empresa, fue el “precio de oportu-nidad bajo”, que debió haber pagado por ella, lasventajas del contrato –ley del año 1966, autoriza-do por la Junta Militar de Gobierno garantizandouna rentabilidad del 9 al 10%, con alzas indeter-minadas de tarifas, el pago aparente y no efectivodel impuesto a la renta, la libertad en los gastos deexplotación, y el precio que seguramente ha de ha-ber aspirado por la venta de Emelec al gobiernoecuatoriano, basado en su amplia experiencia ennegociaciones de este tipo al haber actuado como

Share. Mucho más se habría podido decir sobre lasprebendas, abusos e irregularidades de esta compa-ñía –v.g., el ilegal y sucio contrato que forma con laEbasco International Corporation, las utilidades queoculta, el fraude a sus trabajadores, etc., etc.- peronos vemos obligados a dejarlos de lado en aras de labrevedad de este trabajo. Quien quiera conocer losaspectos omitidos, puede reabrir el libro de Idrovo yAguirre que tanto hemos citado y utilizado.

* * *

La Compañía Boise Cascade –dueña de Eme-lec- el 4 de enero de 1977 comunica al general RenéVargas, ministro de Recursos Naturales y Energéti-cos, la venta de la empresa guayaquileña a la ScoparInternational Inc. de Estados Unidos, agregando queentre sus principales accionistas se halla el señorJohn Scopetta.

El Colegio de Ingenieros Eléctricos y Electróni-cos de Pichincha dice lo siguiente respecto a la com-pra por Scopetta:

…para el señor Scopetta, propietario actualde Emelec, el gran incentivo que con seguridad tu-vo al adquirir la empresa, fue el “precio de oportu-nidad bajo”, que debió haber pagado por ella, lasventajas del contrato –ley del año 1966, autoriza-do por la Junta Militar de Gobierno garantizandouna rentabilidad del 9 al 10%, con alzas indeter-minadas de tarifas, el pago aparente y no efectivodel impuesto a la renta, la libertad en los gastos deexplotación, y el precio que seguramente ha de ha-ber aspirado por la venta de Emelec al gobiernoecuatoriano, basado en su amplia experiencia ennegociaciones de este tipo al haber actuado como

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representante de la Boise Cascade Co. En 1972 pa-ra la venta de Chilectra en Chile y como represen-tante de la Boise Cascade Co. en 1972 para la ven-ta de la Compañía Panameña de Luz y Fuerza.38

Tal como creen los técnicos del Colegio citado,Scopetta, que conocía al dedillo la situación de Eme-lec por haber actuado allí como asesor de la BoiseCascade, debe haber tenido en cuenta todos esosfactores para realizar la compra.

Pero, como los hechos prueban, el factor quemás pesa en la decisión del hábil negociante, es elirrestricto apoyo a sus aspiraciones por parte de losEstado Unidos. No se puede negar esto. El embaja-dor de ese país, Paul Lambert, en entrevista a la re-vista Vistazo dice que el Ecuador podría ser excluidode los beneficios de la ley sobre preferencias arance-larias, si no se da una compensación adecuada a losinversionistas yanquis de Emelec. Esto sucede a finesde 1991. Y un año después –noviembre de 1992- elembajador encargado James Mack, refiriéndose a laley denominada Plan de Preferencias Andinas quepermite la exportación libre de impuestos por diezaños, afirma “que aunque hasta ahora no exista unpronunciamiento del gobierno de los Estados Uni-dos sobre la exclusión del Ecuador, hasta que no ha-ya una respuesta de solución definitiva al problemade Emelec, el país no tendría acceso…” 39 Afirma,que el Ecuador no podrá ser favorecido por ese Planmientras no cumpla el írrito laudo arbitral dictadopoco antes. Tan seguro está Scopetta del apoyo y laprotección americana, que en un contrato de com-praventa firmado con la compañía venezolana She-tan, dice nada menos que esto:

representante de la Boise Cascade Co. En 1972 pa-ra la venta de Chilectra en Chile y como represen-tante de la Boise Cascade Co. en 1972 para la ven-ta de la Compañía Panameña de Luz y Fuerza.38

Tal como creen los técnicos del Colegio citado,Scopetta, que conocía al dedillo la situación de Eme-lec por haber actuado allí como asesor de la BoiseCascade, debe haber tenido en cuenta todos esosfactores para realizar la compra.

Pero, como los hechos prueban, el factor quemás pesa en la decisión del hábil negociante, es elirrestricto apoyo a sus aspiraciones por parte de losEstado Unidos. No se puede negar esto. El embaja-dor de ese país, Paul Lambert, en entrevista a la re-vista Vistazo dice que el Ecuador podría ser excluidode los beneficios de la ley sobre preferencias arance-larias, si no se da una compensación adecuada a losinversionistas yanquis de Emelec. Esto sucede a finesde 1991. Y un año después –noviembre de 1992- elembajador encargado James Mack, refiriéndose a laley denominada Plan de Preferencias Andinas quepermite la exportación libre de impuestos por diezaños, afirma “que aunque hasta ahora no exista unpronunciamiento del gobierno de los Estados Uni-dos sobre la exclusión del Ecuador, hasta que no ha-ya una respuesta de solución definitiva al problemade Emelec, el país no tendría acceso…” 39 Afirma,que el Ecuador no podrá ser favorecido por ese Planmientras no cumpla el írrito laudo arbitral dictadopoco antes. Tan seguro está Scopetta del apoyo y laprotección americana, que en un contrato de com-praventa firmado con la compañía venezolana She-tan, dice nada menos que esto:

representante de la Boise Cascade Co. En 1972 pa-ra la venta de Chilectra en Chile y como represen-tante de la Boise Cascade Co. en 1972 para la ven-ta de la Compañía Panameña de Luz y Fuerza.38

Tal como creen los técnicos del Colegio citado,Scopetta, que conocía al dedillo la situación de Eme-lec por haber actuado allí como asesor de la BoiseCascade, debe haber tenido en cuenta todos esosfactores para realizar la compra.

Pero, como los hechos prueban, el factor quemás pesa en la decisión del hábil negociante, es elirrestricto apoyo a sus aspiraciones por parte de losEstado Unidos. No se puede negar esto. El embaja-dor de ese país, Paul Lambert, en entrevista a la re-vista Vistazo dice que el Ecuador podría ser excluidode los beneficios de la ley sobre preferencias arance-larias, si no se da una compensación adecuada a losinversionistas yanquis de Emelec. Esto sucede a finesde 1991. Y un año después –noviembre de 1992- elembajador encargado James Mack, refiriéndose a laley denominada Plan de Preferencias Andinas quepermite la exportación libre de impuestos por diezaños, afirma “que aunque hasta ahora no exista unpronunciamiento del gobierno de los Estados Uni-dos sobre la exclusión del Ecuador, hasta que no ha-ya una respuesta de solución definitiva al problemade Emelec, el país no tendría acceso…” 39 Afirma,que el Ecuador no podrá ser favorecido por ese Planmientras no cumpla el írrito laudo arbitral dictadopoco antes. Tan seguro está Scopetta del apoyo y laprotección americana, que en un contrato de com-praventa firmado con la compañía venezolana She-tan, dice nada menos que esto:

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Cláusula 8: Scopar se obliga a hacer los me-jores esfuerzos para que el gobierno de los EE.UU.solicite al ecuatoriano el cumplimiento de lo esta-blecido en los contratos, laudos y resoluciones querigen o han regido las relaciones entre EMELEC yel Estado ecuatoriano.40

Scopetta compra para vender. Y las perspecti-vas de una buena venta son enormes, puesto quecuenta con un padrino poderoso y sin ninguna clasede escrúpulos, tal como se ve por las actuaciones quequedan anotadas.

¿Y qué es lo que vende Emelec?Desde mucho antes, cuando todavía era pro-

piedad de la Boise Cascade, ante la cercanía de laterminación del contrato, tal como hace en Panamá,adquiere deudas y suspende toda clase de inversio-nes con el propósito de vender al Estado – en unprincipio el único comprador en potencia- instala-ciones sin ninguna renovación y completamentedestartaladas.

Aquí la prueba del aserto.

Las maquinarias de Emelec son obsoletas yen un futuro inmediato no presentan garantíaspara la ciudad de Guayaquil coincidieron en seña-lar los diputados que viajaron al puerto principalpara investigar el estado de la planta de energíaeléctrica.41

El Instituto Superior de Economía, después deexaminar los principales equipos e instalaciones,concluye su informe manifestando que son obsole-tos y que tienen poco tiempo de vida útil.

Igual es la opinión del Colegio de IngenierosEléctricos y Electrónicos de Pichincha:

Cláusula 8: Scopar se obliga a hacer los me-jores esfuerzos para que el gobierno de los EE.UU.solicite al ecuatoriano el cumplimiento de lo esta-blecido en los contratos, laudos y resoluciones querigen o han regido las relaciones entre EMELEC yel Estado ecuatoriano.40

Scopetta compra para vender. Y las perspecti-vas de una buena venta son enormes, puesto quecuenta con un padrino poderoso y sin ninguna clasede escrúpulos, tal como se ve por las actuaciones quequedan anotadas.

¿Y qué es lo que vende Emelec?Desde mucho antes, cuando todavía era pro-

piedad de la Boise Cascade, ante la cercanía de laterminación del contrato, tal como hace en Panamá,adquiere deudas y suspende toda clase de inversio-nes con el propósito de vender al Estado – en unprincipio el único comprador en potencia- instala-ciones sin ninguna renovación y completamentedestartaladas.

Aquí la prueba del aserto.

Las maquinarias de Emelec son obsoletas yen un futuro inmediato no presentan garantíaspara la ciudad de Guayaquil coincidieron en seña-lar los diputados que viajaron al puerto principalpara investigar el estado de la planta de energíaeléctrica.41

El Instituto Superior de Economía, después deexaminar los principales equipos e instalaciones,concluye su informe manifestando que son obsole-tos y que tienen poco tiempo de vida útil.

Igual es la opinión del Colegio de IngenierosEléctricos y Electrónicos de Pichincha:

Cláusula 8: Scopar se obliga a hacer los me-jores esfuerzos para que el gobierno de los EE.UU.solicite al ecuatoriano el cumplimiento de lo esta-blecido en los contratos, laudos y resoluciones querigen o han regido las relaciones entre EMELEC yel Estado ecuatoriano.40

Scopetta compra para vender. Y las perspecti-vas de una buena venta son enormes, puesto quecuenta con un padrino poderoso y sin ninguna clasede escrúpulos, tal como se ve por las actuaciones quequedan anotadas.

¿Y qué es lo que vende Emelec?Desde mucho antes, cuando todavía era pro-

piedad de la Boise Cascade, ante la cercanía de laterminación del contrato, tal como hace en Panamá,adquiere deudas y suspende toda clase de inversio-nes con el propósito de vender al Estado – en unprincipio el único comprador en potencia- instala-ciones sin ninguna renovación y completamentedestartaladas.

Aquí la prueba del aserto.

Las maquinarias de Emelec son obsoletas yen un futuro inmediato no presentan garantíaspara la ciudad de Guayaquil coincidieron en seña-lar los diputados que viajaron al puerto principalpara investigar el estado de la planta de energíaeléctrica.41

El Instituto Superior de Economía, después deexaminar los principales equipos e instalaciones,concluye su informe manifestando que son obsole-tos y que tienen poco tiempo de vida útil.

Igual es la opinión del Colegio de IngenierosEléctricos y Electrónicos de Pichincha:

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EMELEC dispone de pequeñas plantas tér-micas a vapor, instaladas desde 1954 hasta 1970,que tienen una alta obsolescencia y son muy inefi-cientes pues necesitan un 33% de combustible paraproducir un kilovatio – hora en relación a lasplantas modernas de vapor que tiene instaladasINECEL.

Adicionalmente dispone de 6 turbinas a gasinstaladas desde 1968 hasta 1978, unidades quetécnicamente son previstas para un funcionamien-to limitado, u operación estrictamente de reserva yque contrariamente EMELEC, solamente por lamínima inversión requerida, las ha hecho funcio-nar en forma casi continua, con un altísimo costode mantenimiento que, automáticamente lo teníareconocido por el gobierno y lo más grave, em-pleando combustibles livianos altamente subsidia-dos que han drenado en forma irresponsable los re-cursos del país, debido a la bajísima eficiencia deesas máquinas, ya que normalmente requieren un50% más de combustible para producir un kilova-tio – hora.42

Este, pues, el Estado de Emelec en lo que res-pecta a sus maquinarias e instalaciones.

Sobre tal chatarra, además, están las cuantiosasdeudas de la compañía. Digamos algunas palabrassobre ellas.

Antes, hay que decir, que la empresa ya nocumple la tarea de producción de electricidad con-forme consta en el contrato de 1925, pues ahora casitoda la energía es la que compra al Instituto Ecuato-riano de Electrificación -INECEL- y que luego ladistribuye y la vende a los consumidores.

Este reparto o distribución de energía se con-vierte en un suculento negocio para Emelec. Argu-

EMELEC dispone de pequeñas plantas tér-micas a vapor, instaladas desde 1954 hasta 1970,que tienen una alta obsolescencia y son muy inefi-cientes pues necesitan un 33% de combustible paraproducir un kilovatio – hora en relación a lasplantas modernas de vapor que tiene instaladasINECEL.

Adicionalmente dispone de 6 turbinas a gasinstaladas desde 1968 hasta 1978, unidades quetécnicamente son previstas para un funcionamien-to limitado, u operación estrictamente de reserva yque contrariamente EMELEC, solamente por lamínima inversión requerida, las ha hecho funcio-nar en forma casi continua, con un altísimo costode mantenimiento que, automáticamente lo teníareconocido por el gobierno y lo más grave, em-pleando combustibles livianos altamente subsidia-dos que han drenado en forma irresponsable los re-cursos del país, debido a la bajísima eficiencia deesas máquinas, ya que normalmente requieren un50% más de combustible para producir un kilova-tio – hora.42

Este, pues, el Estado de Emelec en lo que res-pecta a sus maquinarias e instalaciones.

Sobre tal chatarra, además, están las cuantiosasdeudas de la compañía. Digamos algunas palabrassobre ellas.

Antes, hay que decir, que la empresa ya nocumple la tarea de producción de electricidad con-forme consta en el contrato de 1925, pues ahora casitoda la energía es la que compra al Instituto Ecuato-riano de Electrificación -INECEL- y que luego ladistribuye y la vende a los consumidores.

Este reparto o distribución de energía se con-vierte en un suculento negocio para Emelec. Argu-

EMELEC dispone de pequeñas plantas tér-micas a vapor, instaladas desde 1954 hasta 1970,que tienen una alta obsolescencia y son muy inefi-cientes pues necesitan un 33% de combustible paraproducir un kilovatio – hora en relación a lasplantas modernas de vapor que tiene instaladasINECEL.

Adicionalmente dispone de 6 turbinas a gasinstaladas desde 1968 hasta 1978, unidades quetécnicamente son previstas para un funcionamien-to limitado, u operación estrictamente de reserva yque contrariamente EMELEC, solamente por lamínima inversión requerida, las ha hecho funcio-nar en forma casi continua, con un altísimo costode mantenimiento que, automáticamente lo teníareconocido por el gobierno y lo más grave, em-pleando combustibles livianos altamente subsidia-dos que han drenado en forma irresponsable los re-cursos del país, debido a la bajísima eficiencia deesas máquinas, ya que normalmente requieren un50% más de combustible para producir un kilova-tio – hora.42

Este, pues, el Estado de Emelec en lo que res-pecta a sus maquinarias e instalaciones.

Sobre tal chatarra, además, están las cuantiosasdeudas de la compañía. Digamos algunas palabrassobre ellas.

Antes, hay que decir, que la empresa ya nocumple la tarea de producción de electricidad con-forme consta en el contrato de 1925, pues ahora casitoda la energía es la que compra al Instituto Ecuato-riano de Electrificación -INECEL- y que luego ladistribuye y la vende a los consumidores.

Este reparto o distribución de energía se con-vierte en un suculento negocio para Emelec. Argu-

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mentando que no ha recibido todas las utilidadesmínimas concedidas en el contrato de 1966, paga aINECEL 92 centavos de sucre por el kilovatio – ho-ra, mientras cobra 15 sucres a los usuarios de la ciu-dad de Guayaquil por esa cantidad de energía, pro-ducida en su mayor parte por el Instituto Ecuatoria-no de Electrificación. Un periodista del diario capi-talino Hoy –7 de agosto de 1989- calcula que esa ta-rifa produce a Emelec más de 3 mil millones de su-cres mensuales, de los cuales pasan al Estado, apenas198 millones.

Por obra de magia, las cuentas de Emelec conINECEL se transforman en un verdadero embrollo,pues el monto de la deuda varía según sean las fuen-tes. Según los analistas, esto sucede principalmente,porque mientras las instituciones oficiales contabili-zan las deudas con los intereses y los intereses capi-talizados, estos rubros no constan en la contabilidadde la compañía. Olvido u omisión, que más parecemañosería.

No obstante lo que acabamos de decir, convie-ne dar algunos datos, para tener siquiera una ideaaproximada de la embrollada deuda.

El ingeniero Rodrigo Cabezas, el 17 de julio de1987, en su columna que mantiene en el diario qui-teño El Comercio –columna que ha convertido entrinchera de defensa de los intereses nacionales- dicelo siguiente:

Pero el colmo de EMELEC es que a pretextode que tiene que reembolsarse utilidades garanti-zadas por el pícaro contrato de 1966, ha acumula-do una deuda al Estado que supera los diez milmillones de sucres cuando finalizó el contrato en1985, apenas estrenado el gobierno reconstructor,la deuda era del orden de dos mil millones de su-

mentando que no ha recibido todas las utilidadesmínimas concedidas en el contrato de 1966, paga aINECEL 92 centavos de sucre por el kilovatio – ho-ra, mientras cobra 15 sucres a los usuarios de la ciu-dad de Guayaquil por esa cantidad de energía, pro-ducida en su mayor parte por el Instituto Ecuatoria-no de Electrificación. Un periodista del diario capi-talino Hoy –7 de agosto de 1989- calcula que esa ta-rifa produce a Emelec más de 3 mil millones de su-cres mensuales, de los cuales pasan al Estado, apenas198 millones.

Por obra de magia, las cuentas de Emelec conINECEL se transforman en un verdadero embrollo,pues el monto de la deuda varía según sean las fuen-tes. Según los analistas, esto sucede principalmente,porque mientras las instituciones oficiales contabili-zan las deudas con los intereses y los intereses capi-talizados, estos rubros no constan en la contabilidadde la compañía. Olvido u omisión, que más parecemañosería.

No obstante lo que acabamos de decir, convie-ne dar algunos datos, para tener siquiera una ideaaproximada de la embrollada deuda.

El ingeniero Rodrigo Cabezas, el 17 de julio de1987, en su columna que mantiene en el diario qui-teño El Comercio –columna que ha convertido entrinchera de defensa de los intereses nacionales- dicelo siguiente:

Pero el colmo de EMELEC es que a pretextode que tiene que reembolsarse utilidades garanti-zadas por el pícaro contrato de 1966, ha acumula-do una deuda al Estado que supera los diez milmillones de sucres cuando finalizó el contrato en1985, apenas estrenado el gobierno reconstructor,la deuda era del orden de dos mil millones de su-

mentando que no ha recibido todas las utilidadesmínimas concedidas en el contrato de 1966, paga aINECEL 92 centavos de sucre por el kilovatio – ho-ra, mientras cobra 15 sucres a los usuarios de la ciu-dad de Guayaquil por esa cantidad de energía, pro-ducida en su mayor parte por el Instituto Ecuatoria-no de Electrificación. Un periodista del diario capi-talino Hoy –7 de agosto de 1989- calcula que esa ta-rifa produce a Emelec más de 3 mil millones de su-cres mensuales, de los cuales pasan al Estado, apenas198 millones.

Por obra de magia, las cuentas de Emelec conINECEL se transforman en un verdadero embrollo,pues el monto de la deuda varía según sean las fuen-tes. Según los analistas, esto sucede principalmente,porque mientras las instituciones oficiales contabili-zan las deudas con los intereses y los intereses capi-talizados, estos rubros no constan en la contabilidadde la compañía. Olvido u omisión, que más parecemañosería.

No obstante lo que acabamos de decir, convie-ne dar algunos datos, para tener siquiera una ideaaproximada de la embrollada deuda.

El ingeniero Rodrigo Cabezas, el 17 de julio de1987, en su columna que mantiene en el diario qui-teño El Comercio –columna que ha convertido entrinchera de defensa de los intereses nacionales- dicelo siguiente:

Pero el colmo de EMELEC es que a pretextode que tiene que reembolsarse utilidades garanti-zadas por el pícaro contrato de 1966, ha acumula-do una deuda al Estado que supera los diez milmillones de sucres cuando finalizó el contrato en1985, apenas estrenado el gobierno reconstructor,la deuda era del orden de dos mil millones de su-

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cres. Es decir que en estos tres años y pico, EME-LEC ha tenido la audacia de llevarse una sumacinco veces mayor, perjudicando a las desfinancia-das empresas del Estado, INECEL y CEPE.43

Añade el ingeniero Cabezas, con toda razón,que Emelec sólo podía embolsarse esa inmensa su-ma con la complicidad del gobierno “reconstructor”de Febres Cordero. Recuérdese que este presidentefue empleado de esa empresa.

Emelec tiene además varias otras deudas. Debea Petroecuador por compra de combustible. Debe elimpuesto a la renta que no ha pagado al Estado. Ydebe a sus trabajadores por varios conceptos: pagodel 15% de las utilidades, aportes al seguro social,jubilación, etc.

Todas estas deudas han crecido desmesurada-mente al llegar al 31 de mayo de 1992 en que se dictaun laudo arbitral fijando el “justoprecio” de Emelec,cometido que habían intentado varias comisionesconformadas anteriormente sin que el valor señala-do por ellas haya logrado la aceptación de las partes.

Por desgracia, el laudo dictado por EdmundoDurán Díaz, Gustavo Galindo y Carlos Loor Gil, re-sulta el parto de los montes. Se basa, como los mis-mos árbitros confiesan ingenuamente, en los libros yen la contabilidad mantenida por Emelec. Por tanto,la diferencia entre el monto de la deuda que recla-man los organismos estatales a la compañía y el queestá en el laudo, reconocen, es inmensa y totalmentedivergente. Y tenía que ser así, pues ya indicamos ladiversa forma en que se lleva la contabilidad en cadaparte. Además, se debe agregar a lo que sobre esto sedijo antes, tal como piensa el ministro de Energía enese entonces –Rafael Almeida- que la rentabilidad de

cres. Es decir que en estos tres años y pico, EME-LEC ha tenido la audacia de llevarse una sumacinco veces mayor, perjudicando a las desfinancia-das empresas del Estado, INECEL y CEPE.43

Añade el ingeniero Cabezas, con toda razón,que Emelec sólo podía embolsarse esa inmensa su-ma con la complicidad del gobierno “reconstructor”de Febres Cordero. Recuérdese que este presidentefue empleado de esa empresa.

Emelec tiene además varias otras deudas. Debea Petroecuador por compra de combustible. Debe elimpuesto a la renta que no ha pagado al Estado. Ydebe a sus trabajadores por varios conceptos: pagodel 15% de las utilidades, aportes al seguro social,jubilación, etc.

Todas estas deudas han crecido desmesurada-mente al llegar al 31 de mayo de 1992 en que se dictaun laudo arbitral fijando el “justoprecio” de Emelec,cometido que habían intentado varias comisionesconformadas anteriormente sin que el valor señala-do por ellas haya logrado la aceptación de las partes.

Por desgracia, el laudo dictado por EdmundoDurán Díaz, Gustavo Galindo y Carlos Loor Gil, re-sulta el parto de los montes. Se basa, como los mis-mos árbitros confiesan ingenuamente, en los libros yen la contabilidad mantenida por Emelec. Por tanto,la diferencia entre el monto de la deuda que recla-man los organismos estatales a la compañía y el queestá en el laudo, reconocen, es inmensa y totalmentedivergente. Y tenía que ser así, pues ya indicamos ladiversa forma en que se lleva la contabilidad en cadaparte. Además, se debe agregar a lo que sobre esto sedijo antes, tal como piensa el ministro de Energía enese entonces –Rafael Almeida- que la rentabilidad de

cres. Es decir que en estos tres años y pico, EME-LEC ha tenido la audacia de llevarse una sumacinco veces mayor, perjudicando a las desfinancia-das empresas del Estado, INECEL y CEPE.43

Añade el ingeniero Cabezas, con toda razón,que Emelec sólo podía embolsarse esa inmensa su-ma con la complicidad del gobierno “reconstructor”de Febres Cordero. Recuérdese que este presidentefue empleado de esa empresa.

Emelec tiene además varias otras deudas. Debea Petroecuador por compra de combustible. Debe elimpuesto a la renta que no ha pagado al Estado. Ydebe a sus trabajadores por varios conceptos: pagodel 15% de las utilidades, aportes al seguro social,jubilación, etc.

Todas estas deudas han crecido desmesurada-mente al llegar al 31 de mayo de 1992 en que se dictaun laudo arbitral fijando el “justoprecio” de Emelec,cometido que habían intentado varias comisionesconformadas anteriormente sin que el valor señala-do por ellas haya logrado la aceptación de las partes.

Por desgracia, el laudo dictado por EdmundoDurán Díaz, Gustavo Galindo y Carlos Loor Gil, re-sulta el parto de los montes. Se basa, como los mis-mos árbitros confiesan ingenuamente, en los libros yen la contabilidad mantenida por Emelec. Por tanto,la diferencia entre el monto de la deuda que recla-man los organismos estatales a la compañía y el queestá en el laudo, reconocen, es inmensa y totalmentedivergente. Y tenía que ser así, pues ya indicamos ladiversa forma en que se lleva la contabilidad en cadaparte. Además, se debe agregar a lo que sobre esto sedijo antes, tal como piensa el ministro de Energía enese entonces –Rafael Almeida- que la rentabilidad de

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Emelec se dolariza siempre, sus deudas en cambio,siempre quedan sucretizadas y sin ningún interés.

El periódico Hoy de 30 de agosto de 1992, ba-sándose en el laudo dictado y en los datos y cifras re-cogidas en fuentes oficiales, establece la diferencia aque nos hemos referido, siendo por lo mismo creíbley valedera. Nosotros, tomando esa base, hemos ela-borado este cuadro:

Deudas en dólares

Inecel Emelec Diferencia342.000.000 43.831.100 298.168.894

Petroecuador Emelec Diferencia84.000.000 8.760.710 75.239.240

Impuestosno pagados Emelec Diferencia3.530.960 393.076 3.137.884

Deuda aTrabajadores Emelec Diferencia10.000.000 3.222.840 6.777.160

Una cifra parecida es la que señala el econo-mista Alberto Acosta en un artículo aparecido en eldiario Hoy, donde dice que los árbitros “multiplica-ron las deudas del Estado para EMELEC en dólarescon sus respectivos intereses, mientras que los adeu-dos de la empresa con los entes estatales apenas lossumaron en sucres sin intereses, derritiendo especta-cularmente la deuda real que supera los 420 millo-nes de dólares”.44 Así, con estas mañosas proezascontables, se perjudica al pueblo ecuatoriano!

Emelec se dolariza siempre, sus deudas en cambio,siempre quedan sucretizadas y sin ningún interés.

El periódico Hoy de 30 de agosto de 1992, ba-sándose en el laudo dictado y en los datos y cifras re-cogidas en fuentes oficiales, establece la diferencia aque nos hemos referido, siendo por lo mismo creíbley valedera. Nosotros, tomando esa base, hemos ela-borado este cuadro:

Deudas en dólares

Inecel Emelec Diferencia342.000.000 43.831.100 298.168.894

Petroecuador Emelec Diferencia84.000.000 8.760.710 75.239.240

Impuestosno pagados Emelec Diferencia3.530.960 393.076 3.137.884

Deuda aTrabajadores Emelec Diferencia10.000.000 3.222.840 6.777.160

Una cifra parecida es la que señala el econo-mista Alberto Acosta en un artículo aparecido en eldiario Hoy, donde dice que los árbitros “multiplica-ron las deudas del Estado para EMELEC en dólarescon sus respectivos intereses, mientras que los adeu-dos de la empresa con los entes estatales apenas lossumaron en sucres sin intereses, derritiendo especta-cularmente la deuda real que supera los 420 millo-nes de dólares”.44 Así, con estas mañosas proezascontables, se perjudica al pueblo ecuatoriano!

Emelec se dolariza siempre, sus deudas en cambio,siempre quedan sucretizadas y sin ningún interés.

El periódico Hoy de 30 de agosto de 1992, ba-sándose en el laudo dictado y en los datos y cifras re-cogidas en fuentes oficiales, establece la diferencia aque nos hemos referido, siendo por lo mismo creíbley valedera. Nosotros, tomando esa base, hemos ela-borado este cuadro:

Deudas en dólares

Inecel Emelec Diferencia342.000.000 43.831.100 298.168.894

Petroecuador Emelec Diferencia84.000.000 8.760.710 75.239.240

Impuestosno pagados Emelec Diferencia3.530.960 393.076 3.137.884

Deuda aTrabajadores Emelec Diferencia10.000.000 3.222.840 6.777.160

Una cifra parecida es la que señala el econo-mista Alberto Acosta en un artículo aparecido en eldiario Hoy, donde dice que los árbitros “multiplica-ron las deudas del Estado para EMELEC en dólarescon sus respectivos intereses, mientras que los adeu-dos de la empresa con los entes estatales apenas lossumaron en sucres sin intereses, derritiendo especta-cularmente la deuda real que supera los 420 millo-nes de dólares”.44 Así, con estas mañosas proezascontables, se perjudica al pueblo ecuatoriano!

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Y ahora viene lo bueno –¡Eureka!- el “preciojusto” descubierto por la salomónica sabiduría delos tres árbitros. Estas las conclusiones del laudo:

Saldo neto a favor de Emelec: 43.888.695.Pasivos que adeuda el Estado: 56.207.731. (por9.5% de rentabilidad garantizada en dólares y nosatisfechos por el Estado con las alzas de tarifas).Total a favor de Emelec: 100.096.426.45

Son dólares las sumas que constan en la trans-cripción anterior.

El “justo precio” de 43 millones de dólarescausa especial sorpresa. Quizás ni el mismo Scopettase imaginó un valor tan subido, pues su misma em-presa, en algunas ocasiones, había ofrecido en ventaa un costo muy inferior. Un poderoso empresarioguayaquileño, el señor Enrique Ponce Luque, porejemplo, en carta al presidente Durán Ballén denun-cia indignado que a un grupo empresarial importan-te del que forma parte, se aceptó un precio total de18 millones de dólares por parte de los dueños de laempresa. Esta carta se hace pública y aparece en va-rios periódicos del país.

Pero esto no es lo peor. Es más grave todavíaque se libere a Emelec de las millonarias deudas quemantiene con las empresas del Estado. El árbitroDurán Díaz, sin ningún embarazo dice:

Las deudas de EMELEC con Petroecuador eINECEL deben ser pagadas por el Estado, puestoque jamás los gobiernos de turno autorizaron aEMELEC el incremento de tarifas eléctricas, con-dición necesaria para que EMELEC aceptase losincrementos de precio en los combustibles y laenergía eléctrica que requería.46

Y ahora viene lo bueno –¡Eureka!- el “preciojusto” descubierto por la salomónica sabiduría delos tres árbitros. Estas las conclusiones del laudo:

Saldo neto a favor de Emelec: 43.888.695.Pasivos que adeuda el Estado: 56.207.731. (por9.5% de rentabilidad garantizada en dólares y nosatisfechos por el Estado con las alzas de tarifas).Total a favor de Emelec: 100.096.426.45

Son dólares las sumas que constan en la trans-cripción anterior.

El “justo precio” de 43 millones de dólarescausa especial sorpresa. Quizás ni el mismo Scopettase imaginó un valor tan subido, pues su misma em-presa, en algunas ocasiones, había ofrecido en ventaa un costo muy inferior. Un poderoso empresarioguayaquileño, el señor Enrique Ponce Luque, porejemplo, en carta al presidente Durán Ballén denun-cia indignado que a un grupo empresarial importan-te del que forma parte, se aceptó un precio total de18 millones de dólares por parte de los dueños de laempresa. Esta carta se hace pública y aparece en va-rios periódicos del país.

Pero esto no es lo peor. Es más grave todavíaque se libere a Emelec de las millonarias deudas quemantiene con las empresas del Estado. El árbitroDurán Díaz, sin ningún embarazo dice:

Las deudas de EMELEC con Petroecuador eINECEL deben ser pagadas por el Estado, puestoque jamás los gobiernos de turno autorizaron aEMELEC el incremento de tarifas eléctricas, con-dición necesaria para que EMELEC aceptase losincrementos de precio en los combustibles y laenergía eléctrica que requería.46

Y ahora viene lo bueno –¡Eureka!- el “preciojusto” descubierto por la salomónica sabiduría delos tres árbitros. Estas las conclusiones del laudo:

Saldo neto a favor de Emelec: 43.888.695.Pasivos que adeuda el Estado: 56.207.731. (por9.5% de rentabilidad garantizada en dólares y nosatisfechos por el Estado con las alzas de tarifas).Total a favor de Emelec: 100.096.426.45

Son dólares las sumas que constan en la trans-cripción anterior.

El “justo precio” de 43 millones de dólarescausa especial sorpresa. Quizás ni el mismo Scopettase imaginó un valor tan subido, pues su misma em-presa, en algunas ocasiones, había ofrecido en ventaa un costo muy inferior. Un poderoso empresarioguayaquileño, el señor Enrique Ponce Luque, porejemplo, en carta al presidente Durán Ballén denun-cia indignado que a un grupo empresarial importan-te del que forma parte, se aceptó un precio total de18 millones de dólares por parte de los dueños de laempresa. Esta carta se hace pública y aparece en va-rios periódicos del país.

Pero esto no es lo peor. Es más grave todavíaque se libere a Emelec de las millonarias deudas quemantiene con las empresas del Estado. El árbitroDurán Díaz, sin ningún embarazo dice:

Las deudas de EMELEC con Petroecuador eINECEL deben ser pagadas por el Estado, puestoque jamás los gobiernos de turno autorizaron aEMELEC el incremento de tarifas eléctricas, con-dición necesaria para que EMELEC aceptase losincrementos de precio en los combustibles y laenergía eléctrica que requería.46

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Durán Díaz no dice todo. También inexplica-blemente, las deudas a los trabajadores y por im-puestos no pagados, son trasladados al Estado.

Tratando de justificar lo injustificable, afirmaque este laudo está basado en otro dictado en 1991por un ingeniero de Costa Rica, Dengo Obregón,que según él tiene fuerza de cosa juzgada. Tambiénalega que el inconstitucional decreto 580 de 1966,no ha sido derogado por nadie. Tampoco dice que ellaudo de Dengo había sido calificado de parcial a fa-vor de Emelec.

Como era de esperarse, la mayoría de la ciuda-danía y numerosos gremios profesionales, protestancontra el laudo dictado, al que se lo califica, muyapropiadamente como el atraco del siglo. Ante la gri-ta generalizada, el gobierno se ve obligado a apelar.

Desgraciadamente, el presidente de la CorteSuperior de Guayaquil, desecha la apelación inter-puesta aduciendo que no es apelable y que por estono procede ni siquiera la consulta a la Corte Supre-ma como se pide. Nada vale que se demuestre, comolo hace el diputado alterno Alfredo Vera, la existen-cia de vínculos de dos de los árbitros -Gil y Galindo-entre si y con funcionarios de Emelec. Nada importaque el Tribunal de Garantías Constitucionales hayadeclarado la inconstitucionalidad del decreto–ley580 e impugnado la validez del laudo. El atraco delsiglo queda consumado. O como dice Vera, el “esco-petazo” dado al país.

Aunque pocos, como siempre, no faltan tam-bién sujetos que se alegran con el laudo y que pidensu inmediato cumplimiento.

Claro, los primeros en adoptar esta posiciónson los dueños y funcionarios de Emelec. Su gerenteRicardo Estrada Estrada, que antes de la expedicióndel laudo había pedido a los árbitros que sólo se to-

Durán Díaz no dice todo. También inexplica-blemente, las deudas a los trabajadores y por im-puestos no pagados, son trasladados al Estado.

Tratando de justificar lo injustificable, afirmaque este laudo está basado en otro dictado en 1991por un ingeniero de Costa Rica, Dengo Obregón,que según él tiene fuerza de cosa juzgada. Tambiénalega que el inconstitucional decreto 580 de 1966,no ha sido derogado por nadie. Tampoco dice que ellaudo de Dengo había sido calificado de parcial a fa-vor de Emelec.

Como era de esperarse, la mayoría de la ciuda-danía y numerosos gremios profesionales, protestancontra el laudo dictado, al que se lo califica, muyapropiadamente como el atraco del siglo. Ante la gri-ta generalizada, el gobierno se ve obligado a apelar.

Desgraciadamente, el presidente de la CorteSuperior de Guayaquil, desecha la apelación inter-puesta aduciendo que no es apelable y que por estono procede ni siquiera la consulta a la Corte Supre-ma como se pide. Nada vale que se demuestre, comolo hace el diputado alterno Alfredo Vera, la existen-cia de vínculos de dos de los árbitros -Gil y Galindo-entre si y con funcionarios de Emelec. Nada importaque el Tribunal de Garantías Constitucionales hayadeclarado la inconstitucionalidad del decreto–ley580 e impugnado la validez del laudo. El atraco delsiglo queda consumado. O como dice Vera, el “esco-petazo” dado al país.

Aunque pocos, como siempre, no faltan tam-bién sujetos que se alegran con el laudo y que pidensu inmediato cumplimiento.

Claro, los primeros en adoptar esta posiciónson los dueños y funcionarios de Emelec. Su gerenteRicardo Estrada Estrada, que antes de la expedicióndel laudo había pedido a los árbitros que sólo se to-

Durán Díaz no dice todo. También inexplica-blemente, las deudas a los trabajadores y por im-puestos no pagados, son trasladados al Estado.

Tratando de justificar lo injustificable, afirmaque este laudo está basado en otro dictado en 1991por un ingeniero de Costa Rica, Dengo Obregón,que según él tiene fuerza de cosa juzgada. Tambiénalega que el inconstitucional decreto 580 de 1966,no ha sido derogado por nadie. Tampoco dice que ellaudo de Dengo había sido calificado de parcial a fa-vor de Emelec.

Como era de esperarse, la mayoría de la ciuda-danía y numerosos gremios profesionales, protestancontra el laudo dictado, al que se lo califica, muyapropiadamente como el atraco del siglo. Ante la gri-ta generalizada, el gobierno se ve obligado a apelar.

Desgraciadamente, el presidente de la CorteSuperior de Guayaquil, desecha la apelación inter-puesta aduciendo que no es apelable y que por estono procede ni siquiera la consulta a la Corte Supre-ma como se pide. Nada vale que se demuestre, comolo hace el diputado alterno Alfredo Vera, la existen-cia de vínculos de dos de los árbitros -Gil y Galindo-entre si y con funcionarios de Emelec. Nada importaque el Tribunal de Garantías Constitucionales hayadeclarado la inconstitucionalidad del decreto–ley580 e impugnado la validez del laudo. El atraco delsiglo queda consumado. O como dice Vera, el “esco-petazo” dado al país.

Aunque pocos, como siempre, no faltan tam-bién sujetos que se alegran con el laudo y que pidensu inmediato cumplimiento.

Claro, los primeros en adoptar esta posiciónson los dueños y funcionarios de Emelec. Su gerenteRicardo Estrada Estrada, que antes de la expedicióndel laudo había pedido a los árbitros que sólo se to-

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me en cuenta todo lo que favorece a la compañía,ahora, cuando sus deseos se han cumplido, exige quesea acatado al pie de la letra. Eso si, agregando sinninguna vergüenza, que Emelec pierde con ese fallo.

No se puede negar que este funcionario es unfiel servidor de sus patronos, en especial de su socio,el señor Scopetta. Poco después, siguiendo la viejatradición de ocupar cargos del Estado para defenderlos intereses de la empresa, consigue el nombramien-to de Presidente de Petroecuador -uno de los acree-dores de Emelec- y lo primero que hace es declararque el laudo le libera de todas las deudas y que por lotanto no puede demandar ningún pago. Y viene locómico y lo folclórico. Cuando se duda de su impar-cialidad en una comisión legislativa que estudia elproblema de su antigua compañía, se siente ofendidoy manifiesta que se le permita presentar pruebas desu total e innegable honradez. Las pruebas sacadas ala luz del día son contundentes. Exhibiendo el árbolgenealógico de su familia sostiene que por varias ge-neraciones sus antepasados han servido con honra-dez a la patria, razón por la que no se puede descon-fiar de la suya. De lo que se colige –y esto si es nove-doso- que su honradez es hereditaria…

También hay otro sector que pide que se cum-pla el laudo. El economista Acosta dice que “hayotros fulanos que, sobre la base de hechos consuma-dos, están empeñados en heredar el negocio emele-cista”.47 Se trata de un poderoso grupo de financis-tas de Guayaquil, que apoyados por las Cámaras dela Producción de esa ciudad, piden a grito heridoque el Estado deje a un lado su opción de compra dela empresa, y que siguiendo la orientación ideológicaque en lo económico domina actualmente en el mundo–carta abierta de las Cámaras guayaquileñas al presi-dente Durán Ballén- se ceda ese negocio a inversio-

me en cuenta todo lo que favorece a la compañía,ahora, cuando sus deseos se han cumplido, exige quesea acatado al pie de la letra. Eso si, agregando sinninguna vergüenza, que Emelec pierde con ese fallo.

No se puede negar que este funcionario es unfiel servidor de sus patronos, en especial de su socio,el señor Scopetta. Poco después, siguiendo la viejatradición de ocupar cargos del Estado para defenderlos intereses de la empresa, consigue el nombramien-to de Presidente de Petroecuador -uno de los acree-dores de Emelec- y lo primero que hace es declararque el laudo le libera de todas las deudas y que por lotanto no puede demandar ningún pago. Y viene locómico y lo folclórico. Cuando se duda de su impar-cialidad en una comisión legislativa que estudia elproblema de su antigua compañía, se siente ofendidoy manifiesta que se le permita presentar pruebas desu total e innegable honradez. Las pruebas sacadas ala luz del día son contundentes. Exhibiendo el árbolgenealógico de su familia sostiene que por varias ge-neraciones sus antepasados han servido con honra-dez a la patria, razón por la que no se puede descon-fiar de la suya. De lo que se colige –y esto si es nove-doso- que su honradez es hereditaria…

También hay otro sector que pide que se cum-pla el laudo. El economista Acosta dice que “hayotros fulanos que, sobre la base de hechos consuma-dos, están empeñados en heredar el negocio emele-cista”.47 Se trata de un poderoso grupo de financis-tas de Guayaquil, que apoyados por las Cámaras dela Producción de esa ciudad, piden a grito heridoque el Estado deje a un lado su opción de compra dela empresa, y que siguiendo la orientación ideológicaque en lo económico domina actualmente en el mundo–carta abierta de las Cámaras guayaquileñas al presi-dente Durán Ballén- se ceda ese negocio a inversio-

me en cuenta todo lo que favorece a la compañía,ahora, cuando sus deseos se han cumplido, exige quesea acatado al pie de la letra. Eso si, agregando sinninguna vergüenza, que Emelec pierde con ese fallo.

No se puede negar que este funcionario es unfiel servidor de sus patronos, en especial de su socio,el señor Scopetta. Poco después, siguiendo la viejatradición de ocupar cargos del Estado para defenderlos intereses de la empresa, consigue el nombramien-to de Presidente de Petroecuador -uno de los acree-dores de Emelec- y lo primero que hace es declararque el laudo le libera de todas las deudas y que por lotanto no puede demandar ningún pago. Y viene locómico y lo folclórico. Cuando se duda de su impar-cialidad en una comisión legislativa que estudia elproblema de su antigua compañía, se siente ofendidoy manifiesta que se le permita presentar pruebas desu total e innegable honradez. Las pruebas sacadas ala luz del día son contundentes. Exhibiendo el árbolgenealógico de su familia sostiene que por varias ge-neraciones sus antepasados han servido con honra-dez a la patria, razón por la que no se puede descon-fiar de la suya. De lo que se colige –y esto si es nove-doso- que su honradez es hereditaria…

También hay otro sector que pide que se cum-pla el laudo. El economista Acosta dice que “hayotros fulanos que, sobre la base de hechos consuma-dos, están empeñados en heredar el negocio emele-cista”.47 Se trata de un poderoso grupo de financis-tas de Guayaquil, que apoyados por las Cámaras dela Producción de esa ciudad, piden a grito heridoque el Estado deje a un lado su opción de compra dela empresa, y que siguiendo la orientación ideológicaque en lo económico domina actualmente en el mundo–carta abierta de las Cámaras guayaquileñas al presi-dente Durán Ballén- se ceda ese negocio a inversio-

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nistas privados. Naturalmente, el gobierno conser-vador y neoliberal de Durán Ballén, no podía desoírese pedido. Así, el 5 de enero de 1993, Scopetta ven-de Emelec a una agrupación empresarial presididapor el señor Fernando Aspiazu.

Por lo que se ve, ese laudo es beneficioso tantopara los vendedores como para los compradores.Los primeros pueden negociar la empresa en condi-ciones favorables y los segundos pueden apropiarsede un negocio a precio asequible y saneado milagro-samente. Para ambos, por tanto, motivo de alboro-zo. Alborozo compartido por los funcionarios de laEmbajada Americana, ya que uno de ellos había di-cho con toda desfachatez y de manera terminante,que el contento de Scopetta también sería de ellos.

Unas pocas palabras sobre las relaciones deEmelec con sus trabajadores.

Ya hemos visto, aunque sea de pasada, como lacompañía perjudicaba económicamente a emplea-dos y obreros. Pero a más de esto, las represalias nose hacían esperar contra quienes se atrevían a pro-testar por sus abusos, motivo por los cuales se susci-taron varios conflictos. Aquí no queremos señalarsino dos que tienen lugar en los últimos años: el unoen 1976 y el otro en 1984. El primero tiene comocausa la arbitraria prisión del secretario general delComité de Empresa y el visto bueno para el despidode otros dirigentes, razón por la que declaran lahuelga que tiene la solidaridad de los trabajadores dela Empresa Eléctrica de Esmeraldas y de algunos sin-dicatos. La segunda huelga que dura casi un mes –del8 de mayo al 5 de junio- es motivada por el reclamodel pago de utilidades garantizadas, exigencia que “laempresa lo reconoció a regañadientes y utilizó la fór-mula de bonificación para pagarlas”48. Durante todoel transcurso de la huelga el suministro de energía

nistas privados. Naturalmente, el gobierno conser-vador y neoliberal de Durán Ballén, no podía desoírese pedido. Así, el 5 de enero de 1993, Scopetta ven-de Emelec a una agrupación empresarial presididapor el señor Fernando Aspiazu.

Por lo que se ve, ese laudo es beneficioso tantopara los vendedores como para los compradores.Los primeros pueden negociar la empresa en condi-ciones favorables y los segundos pueden apropiarsede un negocio a precio asequible y saneado milagro-samente. Para ambos, por tanto, motivo de alboro-zo. Alborozo compartido por los funcionarios de laEmbajada Americana, ya que uno de ellos había di-cho con toda desfachatez y de manera terminante,que el contento de Scopetta también sería de ellos.

Unas pocas palabras sobre las relaciones deEmelec con sus trabajadores.

Ya hemos visto, aunque sea de pasada, como lacompañía perjudicaba económicamente a emplea-dos y obreros. Pero a más de esto, las represalias nose hacían esperar contra quienes se atrevían a pro-testar por sus abusos, motivo por los cuales se susci-taron varios conflictos. Aquí no queremos señalarsino dos que tienen lugar en los últimos años: el unoen 1976 y el otro en 1984. El primero tiene comocausa la arbitraria prisión del secretario general delComité de Empresa y el visto bueno para el despidode otros dirigentes, razón por la que declaran lahuelga que tiene la solidaridad de los trabajadores dela Empresa Eléctrica de Esmeraldas y de algunos sin-dicatos. La segunda huelga que dura casi un mes –del8 de mayo al 5 de junio- es motivada por el reclamodel pago de utilidades garantizadas, exigencia que “laempresa lo reconoció a regañadientes y utilizó la fór-mula de bonificación para pagarlas”48. Durante todoel transcurso de la huelga el suministro de energía

nistas privados. Naturalmente, el gobierno conser-vador y neoliberal de Durán Ballén, no podía desoírese pedido. Así, el 5 de enero de 1993, Scopetta ven-de Emelec a una agrupación empresarial presididapor el señor Fernando Aspiazu.

Por lo que se ve, ese laudo es beneficioso tantopara los vendedores como para los compradores.Los primeros pueden negociar la empresa en condi-ciones favorables y los segundos pueden apropiarsede un negocio a precio asequible y saneado milagro-samente. Para ambos, por tanto, motivo de alboro-zo. Alborozo compartido por los funcionarios de laEmbajada Americana, ya que uno de ellos había di-cho con toda desfachatez y de manera terminante,que el contento de Scopetta también sería de ellos.

Unas pocas palabras sobre las relaciones deEmelec con sus trabajadores.

Ya hemos visto, aunque sea de pasada, como lacompañía perjudicaba económicamente a emplea-dos y obreros. Pero a más de esto, las represalias nose hacían esperar contra quienes se atrevían a pro-testar por sus abusos, motivo por los cuales se susci-taron varios conflictos. Aquí no queremos señalarsino dos que tienen lugar en los últimos años: el unoen 1976 y el otro en 1984. El primero tiene comocausa la arbitraria prisión del secretario general delComité de Empresa y el visto bueno para el despidode otros dirigentes, razón por la que declaran lahuelga que tiene la solidaridad de los trabajadores dela Empresa Eléctrica de Esmeraldas y de algunos sin-dicatos. La segunda huelga que dura casi un mes –del8 de mayo al 5 de junio- es motivada por el reclamodel pago de utilidades garantizadas, exigencia que “laempresa lo reconoció a regañadientes y utilizó la fór-mula de bonificación para pagarlas”48. Durante todoel transcurso de la huelga el suministro de energía

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eléctrica para la ciudad de Guayaquil, estuvo a cargoy bajo la responsabilidad de los trabajadores.

* * *

Con el último acápite de arriba debía terminareste trabajo por estar dedicado únicamente a las em-presas extranjeras, pues con la venta realizada porScopetta deja de ser tal y se convierte en nacional, omejor, en semi-nacional ya que tiene –al parecer-una fuerte dosis de capital extranjero: inclusive algu-nos, como el contralmirante Jarrín Ampudia, sostu-vieron en un seminario organizado por la Facultadde Economía de la Universidad Central –6 al 9 demarzo de 1997- que sigue siendo norteamericana yde propiedad de un “cubano americano”, siendoúnicamente testaferro el señor Aspiazu. Sin embar-go, hasta que esto sea claro, legalmente es ecuatoria-na. Por esto, nos alargaremos sólo en algunas pági-nas más, a fin de que el lector conozca algunos deta-lles importantes sobre el cambio verificado.

Empezaremos dando algunos datos sobre Fer-nando Aspiazu Seminario, jefe o cabeza de los com-pradores de Emelec.

Su familia, tanto por el lado paterno como porel lado materno, proviene de grandes latifundistas.Todos son “gran cacaos”, denominados así por susgrandes haciendas cacaoteras. El escritor ManuelChiriboga, en su libro Jornaleros y gran propietariosen 135 años de exportación cacaotera, dice que “la fa-milia Aspiazu para fines de siglo poseía 29 propieda-des en Palenque y al menos 3 en el cantón Baba yconstituía, junto con la familia Seminario, la familiamás rica del Ecuador”.49 Los latifundios de los Semi-nario son más extensos todavía. Según el autor cita-do podían rebasar fácilmente las 100. 000 hectáreas.

eléctrica para la ciudad de Guayaquil, estuvo a cargoy bajo la responsabilidad de los trabajadores.

* * *

Con el último acápite de arriba debía terminareste trabajo por estar dedicado únicamente a las em-presas extranjeras, pues con la venta realizada porScopetta deja de ser tal y se convierte en nacional, omejor, en semi-nacional ya que tiene –al parecer-una fuerte dosis de capital extranjero: inclusive algu-nos, como el contralmirante Jarrín Ampudia, sostu-vieron en un seminario organizado por la Facultadde Economía de la Universidad Central –6 al 9 demarzo de 1997- que sigue siendo norteamericana yde propiedad de un “cubano americano”, siendoúnicamente testaferro el señor Aspiazu. Sin embar-go, hasta que esto sea claro, legalmente es ecuatoria-na. Por esto, nos alargaremos sólo en algunas pági-nas más, a fin de que el lector conozca algunos deta-lles importantes sobre el cambio verificado.

Empezaremos dando algunos datos sobre Fer-nando Aspiazu Seminario, jefe o cabeza de los com-pradores de Emelec.

Su familia, tanto por el lado paterno como porel lado materno, proviene de grandes latifundistas.Todos son “gran cacaos”, denominados así por susgrandes haciendas cacaoteras. El escritor ManuelChiriboga, en su libro Jornaleros y gran propietariosen 135 años de exportación cacaotera, dice que “la fa-milia Aspiazu para fines de siglo poseía 29 propieda-des en Palenque y al menos 3 en el cantón Baba yconstituía, junto con la familia Seminario, la familiamás rica del Ecuador”.49 Los latifundios de los Semi-nario son más extensos todavía. Según el autor cita-do podían rebasar fácilmente las 100. 000 hectáreas.

eléctrica para la ciudad de Guayaquil, estuvo a cargoy bajo la responsabilidad de los trabajadores.

* * *

Con el último acápite de arriba debía terminareste trabajo por estar dedicado únicamente a las em-presas extranjeras, pues con la venta realizada porScopetta deja de ser tal y se convierte en nacional, omejor, en semi-nacional ya que tiene –al parecer-una fuerte dosis de capital extranjero: inclusive algu-nos, como el contralmirante Jarrín Ampudia, sostu-vieron en un seminario organizado por la Facultadde Economía de la Universidad Central –6 al 9 demarzo de 1997- que sigue siendo norteamericana yde propiedad de un “cubano americano”, siendoúnicamente testaferro el señor Aspiazu. Sin embar-go, hasta que esto sea claro, legalmente es ecuatoria-na. Por esto, nos alargaremos sólo en algunas pági-nas más, a fin de que el lector conozca algunos deta-lles importantes sobre el cambio verificado.

Empezaremos dando algunos datos sobre Fer-nando Aspiazu Seminario, jefe o cabeza de los com-pradores de Emelec.

Su familia, tanto por el lado paterno como porel lado materno, proviene de grandes latifundistas.Todos son “gran cacaos”, denominados así por susgrandes haciendas cacaoteras. El escritor ManuelChiriboga, en su libro Jornaleros y gran propietariosen 135 años de exportación cacaotera, dice que “la fa-milia Aspiazu para fines de siglo poseía 29 propieda-des en Palenque y al menos 3 en el cantón Baba yconstituía, junto con la familia Seminario, la familiamás rica del Ecuador”.49 Los latifundios de los Semi-nario son más extensos todavía. Según el autor cita-do podían rebasar fácilmente las 100. 000 hectáreas.

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Las propiedades de los unos y de los otros ha-bían crecido por compras voluntarias o forzadas y,sobre todo, por ese artificioso mecanismo tan coste-ño de “hacer correr las cercas” en perjuicio de lospequeños propietarios.

Fernando Aspiazu es accionista o directivo delos siguientes negocios:- Gerente General del Banco del Progreso.- Del directorio del Banco Amazonas.- Presidente Ejecutivo de la Financiera

Nacional S. A.- Gerente General de la Financiera

Iberoamericana.- Accionista de Administración Sembríos.- Del directorio de Balanceados Vigor S. A.- Accionista de NAFINSA.- Ejecutivo del grupo Volner de Venezuela.- Accionista de Electroecuador.- Accionista de la compañía exportadora Costa

Trading.- Dueño de CRE Televisión.- Director y accionista del diario El Telégrafo.- Accionista de Radio El Telégrafo en Amplitud

Modulada.- Accionista de Radio La Prensa en Frecuencia

Modulada.

Además, ha ocupado cargos de director su-plente de la Asociación de Bancos Privados, directordel Cofiec y de Aztra.

El presidente Jaime Roldós, en 1979, le confie-re el cargo de ministro de Finanzas.

Su hermano Jaime, recientemente fallecido,tiene un curriculum vitae más brillante todavía. Fuegran hacendado, gran banquero y gran empresarioEn el campo político fue senador, por la Agricultura

Las propiedades de los unos y de los otros ha-bían crecido por compras voluntarias o forzadas y,sobre todo, por ese artificioso mecanismo tan coste-ño de “hacer correr las cercas” en perjuicio de lospequeños propietarios.

Fernando Aspiazu es accionista o directivo delos siguientes negocios:- Gerente General del Banco del Progreso.- Del directorio del Banco Amazonas.- Presidente Ejecutivo de la Financiera

Nacional S. A.- Gerente General de la Financiera

Iberoamericana.- Accionista de Administración Sembríos.- Del directorio de Balanceados Vigor S. A.- Accionista de NAFINSA.- Ejecutivo del grupo Volner de Venezuela.- Accionista de Electroecuador.- Accionista de la compañía exportadora Costa

Trading.- Dueño de CRE Televisión.- Director y accionista del diario El Telégrafo.- Accionista de Radio El Telégrafo en Amplitud

Modulada.- Accionista de Radio La Prensa en Frecuencia

Modulada.

Además, ha ocupado cargos de director su-plente de la Asociación de Bancos Privados, directordel Cofiec y de Aztra.

El presidente Jaime Roldós, en 1979, le confie-re el cargo de ministro de Finanzas.

Su hermano Jaime, recientemente fallecido,tiene un curriculum vitae más brillante todavía. Fuegran hacendado, gran banquero y gran empresarioEn el campo político fue senador, por la Agricultura

Las propiedades de los unos y de los otros ha-bían crecido por compras voluntarias o forzadas y,sobre todo, por ese artificioso mecanismo tan coste-ño de “hacer correr las cercas” en perjuicio de lospequeños propietarios.

Fernando Aspiazu es accionista o directivo delos siguientes negocios:- Gerente General del Banco del Progreso.- Del directorio del Banco Amazonas.- Presidente Ejecutivo de la Financiera

Nacional S. A.- Gerente General de la Financiera

Iberoamericana.- Accionista de Administración Sembríos.- Del directorio de Balanceados Vigor S. A.- Accionista de NAFINSA.- Ejecutivo del grupo Volner de Venezuela.- Accionista de Electroecuador.- Accionista de la compañía exportadora Costa

Trading.- Dueño de CRE Televisión.- Director y accionista del diario El Telégrafo.- Accionista de Radio El Telégrafo en Amplitud

Modulada.- Accionista de Radio La Prensa en Frecuencia

Modulada.

Además, ha ocupado cargos de director su-plente de la Asociación de Bancos Privados, directordel Cofiec y de Aztra.

El presidente Jaime Roldós, en 1979, le confie-re el cargo de ministro de Finanzas.

Su hermano Jaime, recientemente fallecido,tiene un curriculum vitae más brillante todavía. Fuegran hacendado, gran banquero y gran empresarioEn el campo político fue senador, por la Agricultura

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de la Costa, ministro en el quinto velasquismo ycandidato a la presidencia de la república hace poco.

El comprador de Emelec, en suma, perteneceal grupo de los potentados y de la burguesía dorada.

Veamos lo que el señor Aspiazu dice sobre lacompra realizada en una entrevista concedida al dia-rio Hoy:

Preguntas y respuestas.

¿Ha servido en algo en la negociación con us-tedes el laudo arbitral?

El laudo del Justo Precio (del 21 de mayo de1992) ha sido un elemento determinante para quese fije un precio por EMELEC, y estamos concien-tes del deseo del gobierno de respetar este laudoarbitral, como en efecto lo está haciendo.

En definitiva ¿los nuevos dueños de EME-LEC no reconocen la deuda de la empresa con elEstado?

De acuerdo con lo expresado por el presiden-te de la República, existe el propósito del gobiernode respetar en su integridad el laudo; laudo quecompensa deudas y acreencias.50

Tal como dijimos antes: el laudo, el generosolaudo del “justo precio” que libera a Emelec de todassus cuantiosas deudas, hace posible la compra. Má-gicamente, de una difícil venta de chatarra, el laudoconvierte la venta y la compra de Emelec en negociosuculento.

Las declaraciones de Aspiazu, por otra parte,nos revela que el presidente Durán Ballén no sóloque renuncia a la opción de compra que tiene el Es-tado, sino que es partidario del cumplimiento total,íntegro, del milagroso laudo. Y tenía que ser así,pues como ya se dijo, es un consumado neoliberal.

de la Costa, ministro en el quinto velasquismo ycandidato a la presidencia de la república hace poco.

El comprador de Emelec, en suma, perteneceal grupo de los potentados y de la burguesía dorada.

Veamos lo que el señor Aspiazu dice sobre lacompra realizada en una entrevista concedida al dia-rio Hoy:

Preguntas y respuestas.

¿Ha servido en algo en la negociación con us-tedes el laudo arbitral?

El laudo del Justo Precio (del 21 de mayo de1992) ha sido un elemento determinante para quese fije un precio por EMELEC, y estamos concien-tes del deseo del gobierno de respetar este laudoarbitral, como en efecto lo está haciendo.

En definitiva ¿los nuevos dueños de EME-LEC no reconocen la deuda de la empresa con elEstado?

De acuerdo con lo expresado por el presiden-te de la República, existe el propósito del gobiernode respetar en su integridad el laudo; laudo quecompensa deudas y acreencias.50

Tal como dijimos antes: el laudo, el generosolaudo del “justo precio” que libera a Emelec de todassus cuantiosas deudas, hace posible la compra. Má-gicamente, de una difícil venta de chatarra, el laudoconvierte la venta y la compra de Emelec en negociosuculento.

Las declaraciones de Aspiazu, por otra parte,nos revela que el presidente Durán Ballén no sóloque renuncia a la opción de compra que tiene el Es-tado, sino que es partidario del cumplimiento total,íntegro, del milagroso laudo. Y tenía que ser así,pues como ya se dijo, es un consumado neoliberal.

de la Costa, ministro en el quinto velasquismo ycandidato a la presidencia de la república hace poco.

El comprador de Emelec, en suma, perteneceal grupo de los potentados y de la burguesía dorada.

Veamos lo que el señor Aspiazu dice sobre lacompra realizada en una entrevista concedida al dia-rio Hoy:

Preguntas y respuestas.

¿Ha servido en algo en la negociación con us-tedes el laudo arbitral?

El laudo del Justo Precio (del 21 de mayo de1992) ha sido un elemento determinante para quese fije un precio por EMELEC, y estamos concien-tes del deseo del gobierno de respetar este laudoarbitral, como en efecto lo está haciendo.

En definitiva ¿los nuevos dueños de EME-LEC no reconocen la deuda de la empresa con elEstado?

De acuerdo con lo expresado por el presiden-te de la República, existe el propósito del gobiernode respetar en su integridad el laudo; laudo quecompensa deudas y acreencias.50

Tal como dijimos antes: el laudo, el generosolaudo del “justo precio” que libera a Emelec de todassus cuantiosas deudas, hace posible la compra. Má-gicamente, de una difícil venta de chatarra, el laudoconvierte la venta y la compra de Emelec en negociosuculento.

Las declaraciones de Aspiazu, por otra parte,nos revela que el presidente Durán Ballén no sóloque renuncia a la opción de compra que tiene el Es-tado, sino que es partidario del cumplimiento total,íntegro, del milagroso laudo. Y tenía que ser así,pues como ya se dijo, es un consumado neoliberal.

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Y la validez del laudo es defendida por Emelecpor todos los medios. Inclusive, en mayo de 1995,dizque para defender los intereses de su empresa,Fernando Aspiazu, como presidente de Emelec, seatreve a demandar al Estado ecuatoriano en unacorte de los Estados Unidos exigiendo el reconoci-miento y la aplicación del laudo arbitral dictado en1992. La demanda es acogida por un juez de Colum-bia, que basándose en convenciones internacionalessuscritas por ambos países, alega jurisdicción y com-petencia. Los abogados del demandante pertenecena la firma Morgan, Lewis y Bockins.

Los intereses de Emelec, como se desprende deeste triste episodio judicial, están por encima de lasoberanía nacional.

No es esto todo, sin embargo.También quedan vigentes, con todas las conce-

siones que contienen, los famosos contratos de 1925y 1966.

En un “acta transaccional” que se firma el 29de agosto de 1995, se dice:

Seis. Hasta que se suscriba el nuevo contratode concesión de distribución y comercialización deenergía eléctrica a que se refiere el numeral ante-rior, la Empresa Eléctrica del Ecuador Inc. (Eme-lec) seguirá prestando el servicio publico de distri-bución y comercialización dentro del marco con-tractual y legal con que ha venido haciéndolo has-ta la presente fecha. Con la suscripción del nuevocontrato de concesión para la distribución y co-mercialización dicho marco contractual y legalquedará extinguido.51

Como se ve, todo queda igual que antes. Sobretodo, y esto es lo que más defienden los nuevos pro-

Y la validez del laudo es defendida por Emelecpor todos los medios. Inclusive, en mayo de 1995,dizque para defender los intereses de su empresa,Fernando Aspiazu, como presidente de Emelec, seatreve a demandar al Estado ecuatoriano en unacorte de los Estados Unidos exigiendo el reconoci-miento y la aplicación del laudo arbitral dictado en1992. La demanda es acogida por un juez de Colum-bia, que basándose en convenciones internacionalessuscritas por ambos países, alega jurisdicción y com-petencia. Los abogados del demandante pertenecena la firma Morgan, Lewis y Bockins.

Los intereses de Emelec, como se desprende deeste triste episodio judicial, están por encima de lasoberanía nacional.

No es esto todo, sin embargo.También quedan vigentes, con todas las conce-

siones que contienen, los famosos contratos de 1925y 1966.

En un “acta transaccional” que se firma el 29de agosto de 1995, se dice:

Seis. Hasta que se suscriba el nuevo contratode concesión de distribución y comercialización deenergía eléctrica a que se refiere el numeral ante-rior, la Empresa Eléctrica del Ecuador Inc. (Eme-lec) seguirá prestando el servicio publico de distri-bución y comercialización dentro del marco con-tractual y legal con que ha venido haciéndolo has-ta la presente fecha. Con la suscripción del nuevocontrato de concesión para la distribución y co-mercialización dicho marco contractual y legalquedará extinguido.51

Como se ve, todo queda igual que antes. Sobretodo, y esto es lo que más defienden los nuevos pro-

Y la validez del laudo es defendida por Emelecpor todos los medios. Inclusive, en mayo de 1995,dizque para defender los intereses de su empresa,Fernando Aspiazu, como presidente de Emelec, seatreve a demandar al Estado ecuatoriano en unacorte de los Estados Unidos exigiendo el reconoci-miento y la aplicación del laudo arbitral dictado en1992. La demanda es acogida por un juez de Colum-bia, que basándose en convenciones internacionalessuscritas por ambos países, alega jurisdicción y com-petencia. Los abogados del demandante pertenecena la firma Morgan, Lewis y Bockins.

Los intereses de Emelec, como se desprende deeste triste episodio judicial, están por encima de lasoberanía nacional.

No es esto todo, sin embargo.También quedan vigentes, con todas las conce-

siones que contienen, los famosos contratos de 1925y 1966.

En un “acta transaccional” que se firma el 29de agosto de 1995, se dice:

Seis. Hasta que se suscriba el nuevo contratode concesión de distribución y comercialización deenergía eléctrica a que se refiere el numeral ante-rior, la Empresa Eléctrica del Ecuador Inc. (Eme-lec) seguirá prestando el servicio publico de distri-bución y comercialización dentro del marco con-tractual y legal con que ha venido haciéndolo has-ta la presente fecha. Con la suscripción del nuevocontrato de concesión para la distribución y co-mercialización dicho marco contractual y legalquedará extinguido.51

Como se ve, todo queda igual que antes. Sobretodo, y esto es lo que más defienden los nuevos pro-

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pietarios, es la rentabilidad garantizada del 9.5%,concedida entre gallos de media noche por una dic-tadura antinacional. El firmante del convenio tran-saccional anotado es el ministro de Energía de ape-llido Abril, obsecuente servidor del vicepresidenteDahik, hoy prófugo por haberse ordenado su deten-ción en un juicio que se le sigue en la Corte Supremade Justicia por peculado.

Además, otra singularidad del acta: se firmacuando todavía la Corte Suprema no ha dictadoningún fallo sobre la demanda de nulidad del laudoarbitral interpuesta por el procurador de la nacióndel mismo gobierno.

El engorroso problema de las deudas, por otrolado, sigue en pie y tan oscuro como antes.

Emelec, que prosigue comprando energía aInecel, con la vieja táctica de no pagar y enredar lascuentas, acumula una enorme deuda que según elingeniero Iván Rodríguez –gerente de la empresa es-tatal- pasa de los 250 mil millones de sucres.

El no pago de una suma tan grande, como esfácil comprender, impide que Inecel pueda construirlas obras necesarias para aumentar su capacidadenergética y así poder abastecer las necesidades pú-blicas. En especial, por esto, se hace imposible laconstrucción de la presa de Mazar, que hubiera su-primido los apagones de luz que sufre el país en de-terminadas épocas.

Empero, lo más grave es que la estrechez eco-nómica causada por Emelec, se agrega la campañadescarada contra Inecel por parte de los funciona-rios gubernamentales empeñados en desprestigiar ala empresa estatal para conseguir su privatización,medida exigida por el Fondo Monetario Internacio-nal y el Banco Mundial que, desgraciadamente, sonlos que ahora dirigen la política económica del país.

pietarios, es la rentabilidad garantizada del 9.5%,concedida entre gallos de media noche por una dic-tadura antinacional. El firmante del convenio tran-saccional anotado es el ministro de Energía de ape-llido Abril, obsecuente servidor del vicepresidenteDahik, hoy prófugo por haberse ordenado su deten-ción en un juicio que se le sigue en la Corte Supremade Justicia por peculado.

Además, otra singularidad del acta: se firmacuando todavía la Corte Suprema no ha dictadoningún fallo sobre la demanda de nulidad del laudoarbitral interpuesta por el procurador de la nacióndel mismo gobierno.

El engorroso problema de las deudas, por otrolado, sigue en pie y tan oscuro como antes.

Emelec, que prosigue comprando energía aInecel, con la vieja táctica de no pagar y enredar lascuentas, acumula una enorme deuda que según elingeniero Iván Rodríguez –gerente de la empresa es-tatal- pasa de los 250 mil millones de sucres.

El no pago de una suma tan grande, como esfácil comprender, impide que Inecel pueda construirlas obras necesarias para aumentar su capacidadenergética y así poder abastecer las necesidades pú-blicas. En especial, por esto, se hace imposible laconstrucción de la presa de Mazar, que hubiera su-primido los apagones de luz que sufre el país en de-terminadas épocas.

Empero, lo más grave es que la estrechez eco-nómica causada por Emelec, se agrega la campañadescarada contra Inecel por parte de los funciona-rios gubernamentales empeñados en desprestigiar ala empresa estatal para conseguir su privatización,medida exigida por el Fondo Monetario Internacio-nal y el Banco Mundial que, desgraciadamente, sonlos que ahora dirigen la política económica del país.

pietarios, es la rentabilidad garantizada del 9.5%,concedida entre gallos de media noche por una dic-tadura antinacional. El firmante del convenio tran-saccional anotado es el ministro de Energía de ape-llido Abril, obsecuente servidor del vicepresidenteDahik, hoy prófugo por haberse ordenado su deten-ción en un juicio que se le sigue en la Corte Supremade Justicia por peculado.

Además, otra singularidad del acta: se firmacuando todavía la Corte Suprema no ha dictadoningún fallo sobre la demanda de nulidad del laudoarbitral interpuesta por el procurador de la nacióndel mismo gobierno.

El engorroso problema de las deudas, por otrolado, sigue en pie y tan oscuro como antes.

Emelec, que prosigue comprando energía aInecel, con la vieja táctica de no pagar y enredar lascuentas, acumula una enorme deuda que según elingeniero Iván Rodríguez –gerente de la empresa es-tatal- pasa de los 250 mil millones de sucres.

El no pago de una suma tan grande, como esfácil comprender, impide que Inecel pueda construirlas obras necesarias para aumentar su capacidadenergética y así poder abastecer las necesidades pú-blicas. En especial, por esto, se hace imposible laconstrucción de la presa de Mazar, que hubiera su-primido los apagones de luz que sufre el país en de-terminadas épocas.

Empero, lo más grave es que la estrechez eco-nómica causada por Emelec, se agrega la campañadescarada contra Inecel por parte de los funciona-rios gubernamentales empeñados en desprestigiar ala empresa estatal para conseguir su privatización,medida exigida por el Fondo Monetario Internacio-nal y el Banco Mundial que, desgraciadamente, sonlos que ahora dirigen la política económica del país.

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El sabotaje es el instrumento fundamental para con-seguir este objetivo. Se suspenden obras primordia-les y se descuida el mantenimiento de los equipos.Es que, como dice Alberto Acosta,

Un servicio malo con tarifas altas es la mejorgarantía para el descontento de los usuarios. Y depaso impulsa a los diputados para que procesenatropelladamente la ley de electrificación enviadapor los gestores del sabotaje, empeñados en entre-gar las instalaciones existentes a la iniciativa pri-vada.52

Efectivamente, la ley de electrificación privati-zadora, ya está aprobada. De nada ha servido la opo-sición de las Fuerzas Armadas a la privatización delas áreas consideradas estratégicas. De nada, la ter-minante oposición de nuestro pueblo puesta de ma-nifiesto en el último referéndum convocado por elpresidente Durán Ballén.

El nuevo gobierno, el de Abdalá Bucaram, trai-cionando a las gentes humildes de nuestro pueblo, alas que juró defender en su campaña electoral, unavez llegado al poder se convierte también en fervo-roso neoliberal. El neoliberalismo ha sido llevado asu apogeo en su programa económico. Las empresasestatales más rentables –teléfonos, electricidad y pe-tróleo- están ya en la mira de los privatizadores,pues saben que su venta es negocio gordo y produc-tivo. Esa tendencia privatizadora, en los siguientesgobiernos, se ha acentuado.

Emelec, empresa privada mimada, es seguroque encuentre nuevos árbitros que hagan desapare-cer sus deudas o, por lo menos, las reduzcan al míni-mo. La empresa privada, no por nada, es la base delneoliberalismo.

El sabotaje es el instrumento fundamental para con-seguir este objetivo. Se suspenden obras primordia-les y se descuida el mantenimiento de los equipos.Es que, como dice Alberto Acosta,

Un servicio malo con tarifas altas es la mejorgarantía para el descontento de los usuarios. Y depaso impulsa a los diputados para que procesenatropelladamente la ley de electrificación enviadapor los gestores del sabotaje, empeñados en entre-gar las instalaciones existentes a la iniciativa pri-vada.52

Efectivamente, la ley de electrificación privati-zadora, ya está aprobada. De nada ha servido la opo-sición de las Fuerzas Armadas a la privatización delas áreas consideradas estratégicas. De nada, la ter-minante oposición de nuestro pueblo puesta de ma-nifiesto en el último referéndum convocado por elpresidente Durán Ballén.

El nuevo gobierno, el de Abdalá Bucaram, trai-cionando a las gentes humildes de nuestro pueblo, alas que juró defender en su campaña electoral, unavez llegado al poder se convierte también en fervo-roso neoliberal. El neoliberalismo ha sido llevado asu apogeo en su programa económico. Las empresasestatales más rentables –teléfonos, electricidad y pe-tróleo- están ya en la mira de los privatizadores,pues saben que su venta es negocio gordo y produc-tivo. Esa tendencia privatizadora, en los siguientesgobiernos, se ha acentuado.

Emelec, empresa privada mimada, es seguroque encuentre nuevos árbitros que hagan desapare-cer sus deudas o, por lo menos, las reduzcan al míni-mo. La empresa privada, no por nada, es la base delneoliberalismo.

El sabotaje es el instrumento fundamental para con-seguir este objetivo. Se suspenden obras primordia-les y se descuida el mantenimiento de los equipos.Es que, como dice Alberto Acosta,

Un servicio malo con tarifas altas es la mejorgarantía para el descontento de los usuarios. Y depaso impulsa a los diputados para que procesenatropelladamente la ley de electrificación enviadapor los gestores del sabotaje, empeñados en entre-gar las instalaciones existentes a la iniciativa pri-vada.52

Efectivamente, la ley de electrificación privati-zadora, ya está aprobada. De nada ha servido la opo-sición de las Fuerzas Armadas a la privatización delas áreas consideradas estratégicas. De nada, la ter-minante oposición de nuestro pueblo puesta de ma-nifiesto en el último referéndum convocado por elpresidente Durán Ballén.

El nuevo gobierno, el de Abdalá Bucaram, trai-cionando a las gentes humildes de nuestro pueblo, alas que juró defender en su campaña electoral, unavez llegado al poder se convierte también en fervo-roso neoliberal. El neoliberalismo ha sido llevado asu apogeo en su programa económico. Las empresasestatales más rentables –teléfonos, electricidad y pe-tróleo- están ya en la mira de los privatizadores,pues saben que su venta es negocio gordo y produc-tivo. Esa tendencia privatizadora, en los siguientesgobiernos, se ha acentuado.

Emelec, empresa privada mimada, es seguroque encuentre nuevos árbitros que hagan desapare-cer sus deudas o, por lo menos, las reduzcan al míni-mo. La empresa privada, no por nada, es la base delneoliberalismo.

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Después del descalabro del Banco del Progresodel señor Aspiazu –ocasionado por manejos dolo-sos- es de pensar que los conflictos y artimañas se-guirán de largo. Y no es difícil que Emelec vuelva amanos extranjeras, pues hoy, por disposición de supropietario, ya se halla administrada por una em-presa norteamericana.

Notas:

1 Modesto Chávez Franco, Crónicas del Guayaquil an-tiguo, segunda edición, t. I, Imprenta y Talleres Mu-nicipales, Guayaquil, s.f., p. 102.

2 Rodolfo Pérez Pimentel, El Ecuador profundo, t. III,Editorial de la Universidad de Guayaquil, Guaya-quil, 1988, p. 101.

3 M. Ilin, Historia del reloj e historia del alumbrado,Editorial Calomino, La Plata, Argentina, 1945, p.134.

4 Guía comercial, agrícola e industrial de la república,Compañía “Guía del Ecuador”, Guayaquil, 1909, p.828.

5 Idem, p. 849.6 Idem.7 Idem, p. 851.8 Julio C. Troncoso, Vida anecdótica del General Eloy

Alfaro, Empresa Periodística “El Año Ecuatoriano”,Quito, 1966, p. 155.

9 Guía comercial…, op. cit., pp. 855, 857.10 Idem, p. 587.11 Rodolfo Pérez Pimentel, Diccionario biográfico del

Ecuador, t. IX, Editorial de la Universidad de Guaya-quil, Guayaquil, 1995, p. 61.

12 El Comercio, Quito, 15 de octubre de 1915.13 J. Gonzalo Orellana, El Ecuador en cien años de inde-

pendencia, t. I, Escuela Tipográfica Salesiana, quito,1930, p. 317.

Después del descalabro del Banco del Progresodel señor Aspiazu –ocasionado por manejos dolo-sos- es de pensar que los conflictos y artimañas se-guirán de largo. Y no es difícil que Emelec vuelva amanos extranjeras, pues hoy, por disposición de supropietario, ya se halla administrada por una em-presa norteamericana.

Notas:

1 Modesto Chávez Franco, Crónicas del Guayaquil an-tiguo, segunda edición, t. I, Imprenta y Talleres Mu-nicipales, Guayaquil, s.f., p. 102.

2 Rodolfo Pérez Pimentel, El Ecuador profundo, t. III,Editorial de la Universidad de Guayaquil, Guaya-quil, 1988, p. 101.

3 M. Ilin, Historia del reloj e historia del alumbrado,Editorial Calomino, La Plata, Argentina, 1945, p.134.

4 Guía comercial, agrícola e industrial de la república,Compañía “Guía del Ecuador”, Guayaquil, 1909, p.828.

5 Idem, p. 849.6 Idem.7 Idem, p. 851.8 Julio C. Troncoso, Vida anecdótica del General Eloy

Alfaro, Empresa Periodística “El Año Ecuatoriano”,Quito, 1966, p. 155.

9 Guía comercial…, op. cit., pp. 855, 857.10 Idem, p. 587.11 Rodolfo Pérez Pimentel, Diccionario biográfico del

Ecuador, t. IX, Editorial de la Universidad de Guaya-quil, Guayaquil, 1995, p. 61.

12 El Comercio, Quito, 15 de octubre de 1915.13 J. Gonzalo Orellana, El Ecuador en cien años de inde-

pendencia, t. I, Escuela Tipográfica Salesiana, quito,1930, p. 317.

Después del descalabro del Banco del Progresodel señor Aspiazu –ocasionado por manejos dolo-sos- es de pensar que los conflictos y artimañas se-guirán de largo. Y no es difícil que Emelec vuelva amanos extranjeras, pues hoy, por disposición de supropietario, ya se halla administrada por una em-presa norteamericana.

Notas:

1 Modesto Chávez Franco, Crónicas del Guayaquil an-tiguo, segunda edición, t. I, Imprenta y Talleres Mu-nicipales, Guayaquil, s.f., p. 102.

2 Rodolfo Pérez Pimentel, El Ecuador profundo, t. III,Editorial de la Universidad de Guayaquil, Guaya-quil, 1988, p. 101.

3 M. Ilin, Historia del reloj e historia del alumbrado,Editorial Calomino, La Plata, Argentina, 1945, p.134.

4 Guía comercial, agrícola e industrial de la república,Compañía “Guía del Ecuador”, Guayaquil, 1909, p.828.

5 Idem, p. 849.6 Idem.7 Idem, p. 851.8 Julio C. Troncoso, Vida anecdótica del General Eloy

Alfaro, Empresa Periodística “El Año Ecuatoriano”,Quito, 1966, p. 155.

9 Guía comercial…, op. cit., pp. 855, 857.10 Idem, p. 587.11 Rodolfo Pérez Pimentel, Diccionario biográfico del

Ecuador, t. IX, Editorial de la Universidad de Guaya-quil, Guayaquil, 1995, p. 61.

12 El Comercio, Quito, 15 de octubre de 1915.13 J. Gonzalo Orellana, El Ecuador en cien años de inde-

pendencia, t. I, Escuela Tipográfica Salesiana, quito,1930, p. 317.

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281 281 281

14 Idem, p. 318.15 Rubén Iscaro, A. L. en marcha, Grupo Editor de

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3 de septiembre de 1931.5 de septiembre de 1931.15 de septiembre de 1931.9 de julio de 1963.17 de julio de 1987.12 de mayo de 1998.9 de noviembre de 1998.

El Telégrafo (Guayaquil):11 de septiembre de 1931.1º de noviembre de 1992.

El Universo (Guayaquil)7 de enero de 1965.28 de julio de 1991.

Hoy (Quito):1º de abril de 1988.8 de junio de 1988.25 de junio de 1991.30 de agosto de 1992.22 de diciembre de 1992.30 de diciembre de 1992.15 de enero de 1993.8 de febrero de 1993.7 de septiembre de 1994.1º de agosto de 1996.5 de marzo de 1999.8 de marzo de 1999.

Registro Oficial (Quito) :

Nº 496, 25 de noviembre de 1927.Nº 515, 17 de diciembre de 1927.Nº 579, 29 de febrero de 1928.Nº 75, 15 de julio de 1929.Nº 25, 22 de septiembre de 1931.Nº 28, 25 de septiembre de 1931.Nº 467, 17 de abril de 1937.

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El Telégrafo (Guayaquil):11 de septiembre de 1931.1º de noviembre de 1992.

El Universo (Guayaquil)7 de enero de 1965.28 de julio de 1991.

Hoy (Quito):1º de abril de 1988.8 de junio de 1988.25 de junio de 1991.30 de agosto de 1992.22 de diciembre de 1992.30 de diciembre de 1992.15 de enero de 1993.8 de febrero de 1993.7 de septiembre de 1994.1º de agosto de 1996.5 de marzo de 1999.8 de marzo de 1999.

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3 de septiembre de 1931.5 de septiembre de 1931.15 de septiembre de 1931.9 de julio de 1963.17 de julio de 1987.12 de mayo de 1998.9 de noviembre de 1998.

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El Universo (Guayaquil)7 de enero de 1965.28 de julio de 1991.

Hoy (Quito):1º de abril de 1988.8 de junio de 1988.25 de junio de 1991.30 de agosto de 1992.22 de diciembre de 1992.30 de diciembre de 1992.15 de enero de 1993.8 de febrero de 1993.7 de septiembre de 1994.1º de agosto de 1996.5 de marzo de 1999.8 de marzo de 1999.

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Nº 78-79, 28/29 de enero de 1938.Nº 109, 8 de marzo de 1938.Nº 110, 9 de marzo de 1938.Nº 118 y 119, 18/19 de marzo de 1938.Nº 223, 23 de julio de 1938.Nº 407, 3 de enero de 1942.Nº 716, 22 de marzo de 1966.Nº 411, 2 de julio de 1968.

Nº 78-79, 28/29 de enero de 1938.Nº 109, 8 de marzo de 1938.Nº 110, 9 de marzo de 1938.Nº 118 y 119, 18/19 de marzo de 1938.Nº 223, 23 de julio de 1938.Nº 407, 3 de enero de 1942.Nº 716, 22 de marzo de 1966.Nº 411, 2 de julio de 1968.

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