Las Decepciones en La Vida

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Las decepciones en la vida En la vida los humanos nos decepcionamos, no existe persona en este mundo que no se haya decepcionado alguna vez. La decepción es lo opuesto a la ilusión y podemos afirmar que sin ilusión no habría decepción. Las personas tenemos una inclinación a ilusionarnos y a crear una imagen mental de lo que nos gustaría que suceda. Antes de que suceda algo nuestra mente consciente nos proyecta lo que podría ocurrir y en esa misma proyección están inmersos nuestros propios deseos, lo cual ocasiona que generemos altas expectativas sobre lo que va a pasar. Todo el tiempo me encuentro con personas que hablan de su experiencia de vida como una constante decepción, me refiero a que reclaman y se quejan de cómo les han hecho daño en la vida, y que a causa de ese daño que sufrieron cambiaron y se han convertido en lo que hoy en día son. La mayoría de ellos se desilusionan con sus parejas, con sus hijos, con su padres, sus amistades y mayormente con ellos mismos, y al haber sufrido tantas desilusiones modifican completamente su personalidad para protegerse. Aquellos quienes se consideran víctimas de las desilusiones y decepciones pueden optar por modificar su forma de ser de distintas maneras dependiendo de la situación que les haya tocado vivir por ejemplo una persona que está decepcionada con su pareja porque la han engañado es muy probable que para protegerse y no volver a sentir ese dolor opte por ser más fría, insensible y no demostrar sus sentimientos, sin embargo este cambio que fue producto de una experiencia negativa pasada afecta a las personas que posteriormente aparecen en su vida.

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Las decepciones en la vida

En la vida los humanos nos decepcionamos, no existe persona en este mundo que no se haya decepcionado alguna vez. La decepción es lo opuesto a la ilusión y podemos afirmar que sin ilusión no habría decepción. Las personas tenemos una inclinación a ilusionarnos y a crear una imagen mental de lo que nos gustaría que suceda. Antes de que suceda algo nuestra mente consciente nos proyecta lo que podría ocurrir y en esa misma proyección están inmersos nuestros propios deseos, lo cual ocasiona que generemos altas expectativas sobre lo que va a pasar.

 

Todo el tiempo me encuentro con personas que hablan de su experiencia de vida como una constante decepción, me refiero a que reclaman y se quejan de cómo les han hecho daño en la vida, y que a causa de ese daño que sufrieron cambiaron y se han convertido en lo que hoy en día son. La mayoría de ellos se desilusionan con sus parejas, con sus hijos, con su padres, sus amistades y mayormente con ellos mismos, y al haber sufrido tantas desilusiones modifican completamente su personalidad para protegerse.

 

Aquellos quienes se consideran víctimas de las desilusiones y decepciones pueden optar por modificar su forma de ser de distintas maneras dependiendo de la situación que les haya tocado vivir por ejemplo una persona que está decepcionada con su pareja porque la han engañado es muy probable que para protegerse y no volver a sentir ese dolor opte por ser más fría, insensible y no demostrar sus sentimientos, sin embargo este cambio que fue producto de una experiencia negativa pasada afecta a las personas que posteriormente aparecen en su vida.

Este comportamiento es muy normal en los seres humanos y es un claro producto de la decepción, una experiencia negativa en la vida de una persona puede ser el desencadenante de un cambio drástico en su forma de ser, de pensar y en su percepción con respecto a la vida.  Cada vez que ingreso a Facebook veo una gran cantidad de personas que publican frases relacionadas a la decepción o la traición, en donde explican que ya no volverán a ser los mismos, que nadie los volverá a lastimar y que de ahora en adelante van a ser más fríos y de corazón fuerte.

Adoptar esta posición en la vida no es para nada recomendable, debido a que solo crea resentimiento y rencor en la persona, lo cual hace que generalice una situación debido a una mala experiencia pasada.

La gente tiene tanto miedo de ser lastimada que están constantemente desconfiando y a la defensiva, en una eterna expectativa en la que están pensando que malas intenciones pueden tener las otras persona sobre ellos. El miedo de tener que experimentar nuevamente una experiencia negativa los obliga a comportarse de una manera hostil que no es acorde a su verdadero ser. Cuando establezco una charla con personas que fueron golpeadas por la vida noto un gran resentimiento hacia la humanidad, internamente viven con odio y desprecio hacia las demás personas, generalizan demasiado y consideran que todo el mundo es igual.

Ni siquiera llegan a conocer a la gente y ya se están imaginando su lado negativo y el daño que pueden causarles, por eso deciden no dar mucha confianza. Ellos consideran que esa es una manera de protegerse, sin embargo su constante estado defensivo ocasiona problemas a la hora de relacionarse con los demás. Quienes están decepcionados y resentidos con la vida son como animales heridos en busca de protección, pueden parecer personas muy fuertes exteriormente pero por dentro en realidad son muy débiles, detrás de su imagen de frialdad hay una persona herida que tiene mucho miedo.

La verdadera confianza la tienen aquellas personas que a pesar de que sufrieron experiencias negativos no optaron por protegerse, sino que aprendieron que los riesgos en la vida existen y hay que tomarlos. No se puede ser desconfiado toda la vida porque te hayan traicionado, no tiene sentido dejar de expresar tus emociones porque alguna vez alguien no las haya valorado. La verdadera confianza y valentía no está en aquellos que se defienden todo el tiempo y evitan tomar riesgo sino en aquellos que a pesar de que existen riesgos deciden tomarlos.

Cuando las situaciones te decepcionan

Pero las personas no solo se decepcionan de otras personas, también se decepcionan de situaciones. Cuando alguien comienza con un proyecto siempre inicia con una gran motivación, su motivación viene cargada de ilusiones que lamentablemente cuando se topa con la realidad y se enfrenta a los obstáculos esas ilusiones se transforman en decepciones y cuando se decepcionan muy difícilmente quieran seguir adelante.

Mucha gente me pregunta ¿Y cómo hago para no desilusionarme? Y la respuesta no es tan simple como la pregunta. Tener ilusiones no es malo, al contrario, es algo positivo, el problema en si radica cuando tenemos ilusiones y no somos consciente de la realidad, por

ejemplo, yo puedo amar profundamente a una persona y estar ilusionado con que nos vamos a casar, sin embargo la realidad me anticipa que es posible que esa persona no quiera o que por diversas circunstancias no logre casarme.

Siempre es bueno ver las cosas desde un punto de vista realista, por supuesto que hay que ser optimista y siempre querer que suceda lo mejor, sin embargo como mencioné anteriormente es necesario saber que como puede ser que suceda aquello con lo que estamos ilusionado como puede ser que no. Ser realista no es ser negativo, simplemente es ver de una manera más clara las cosas. Los mayores problemas en la vida de una personas provienen de su falta de claridad para ver las cosas, por eso es necesario estar atento a la realidad y a que la vida no siempre nos da lo que queremos.

Las desilusiones te hacen más fuerte.

La desilusión duele pero la recompensa es un aprendizaje que dura para toda la vida.

A veces no conseguir algo que quieres puede ser lo mejor que te sucede.

No dejes que muchas desilusiones te hagan perder la esperanza en todo.