Se dice en un viejo cuentoque, al rendir el Salvadorsu dulce frente al dolorde su amargo sufrimiento,como se rinde una florque troncha al pasar el viento;cantando a la cruz llegaronunas cuantas golondrinas,y dulcemente arrancaronlas zarzas y las espinasque los sayones clavaronsobre las sienes divinas...

Y al ver hoy estas edadesllenas de vanas torpezas,y de mseras ruindadesy mentirosas grandezas,pregunto yo, con dolor,si el mundo falso y traidor,al irse las golondrinas,no ha vuelto a llenar de espinasla frente del Salvador...

De espinas, s, de rencores;de ingratos apartamientos,de hipcritos fingimientos;de mentirosos amores;espinas, ms engaosasporque se ocultan en rosasde mil fingidas virtudes;espinas de ingratitudesque son las ms dolorosas...Que no hay pual que taladrecon tanta fuerza y dolorcomo la espina que a un padrele clava un hijo traidor...!

As el mundo pecadorhiere las sienes divinasdel Divino Redentor...Y no habr ya golondrinaspara arrancar las espinasde la frente del Seor?

S: en esta Casa han odounas almas tus querellas;esta Casa que ha seguido,como una esclava, tus huellas,quiere, Seor, ser un nidode golondrinas de aquellas...

Mientras el mundo, burlandovaya en tu frente clavandosus zarzas y sus espinasnosotras, tus golondrinas,te las iremos quitando!Tendrs por cada escondidopual que tu pecho clava,un pecho de pena herido;un amor por cada olvido;por cada ingrato una esclava;por cada abandono un nido;un bien por cada dolor;por cada infiel pecadorun alma buena y cristiana;y una lgrima de amorpor cada risa mundana.

Y as, cada golondrina,tus heridas al curar,sabr, Seor, despertaren tu alma grande y divina,tanto amor... que aun va a sobraramor para perdonaral que te clave la espina!.

-Jos Mara Pemn-