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«Cuadernos comarcanos n.º 8» Las minas de la comarca Andorra-Sierra de Arcos

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«Cuadernos comarcanos n.º 8»

Las minasde la comarca Andorra-Sierra de Arcos

Edición: CELAN, Comarca Andorra-Sierra de Arcos

Coordinación:Javier Alquézar Penón

Corrección:M.ª Victoria Benito Morales

Autores de los textos:Javier Alquézar Penón, Josefina Lerma Loscos, Antonio Pizarro Losilla y M.ª Ángeles Tomás Obón

Fotografías:Archivo CELAN (Págs. 2, 14, 18, 22, 24, 26, 34, 40, 43, 53, 54, 56, 61, 62),

archivo Comarca Andorra-Sierra de Arcos (Págs. 1, 4, 38, 48, 49, 50, 55, 64), Archivo López Segura/IET (Pág. 36), Compañía General Minera (Pág.30),

ENDESA (Págs. 32, 12) y SAMCA (Págs. 20, 28).

Fotografía de portada:Archivo CELAN

Diseño y maquetación:Pilara Pinilla estreudes

Imprime: Cometa, S. A.

DL: TE-178-2013

prólogo 5

orígenes y evolución de la actividad minera 7

La minería en españa 9

La minería en teruel 11

La minería en la comarca andorra-Sierra de arcos 13

Las primeras empresas carboneras de la comarca 15

La formación del carbón: el lignito 17

la minería subterránea 19

la minería a cielo abierto 21

El trabajo en la mina: el minero 23

las minas de ENCASO/ENDESA 25

las minas de SAMCA 29

las minas de LA COMPAÑÍA GENERAL MINERA 31

el destino comercial e industrial del carbón 33

El transporte del carbón 35

transformación social y urbanística 37

MWinas, un museo a cielo abierto 39

crisis y contestación minera (epílogo) 41

Apéndice 42

carbón en españa 45

equipo minero / esquema de una mina 47

Pozo San Juan: de mina de carbón a manantial de agua 49

El humedal Corta Alloza 51

la avalancha humana 53

Los economatos laborales 55

Misiones en las minas 57

siniestralidad 59

Alloza y la resistencia a la minería a cielo abierto 61

Bibliografía 63

Índice

Los primeros rastros del hombre minerohay que remontarlos hasta diez mil añosatrás en la historia de la humanidad.Desde entonces el papel jugado por laminería en la sociedad humana ha ido cre-ciendo cada vez más y es imposible diso-ciarlo de la evolución económica en todaslas épocas, pero mucho más desde los ini-cios de la revolución industrial en nuestromundo contemporáneo.

Las herramientas de trabajo, las armas, elsistema monetario, las máquinas, losmedios de transporte, el ferrocarril, losmateriales de construcción…; todo ello,tan ligado a la vida humana y a la idea deprogreso, se ha soportado siempre sobre labase del trabajo minero.

Sin embargo, el trabajo en la mina haestado muy comúnmente estigmatizado,hasta el punto de que en muchas fases dela historia ha sido propio de esclavos, con-denados o desarraigados. Solo su generali-zación por las necesidades industriales, latoma de conciencia de los propios minerosde su condición y la lucha que esta desen-cadenó a base de durísimos conflictossociales consiguieron mejorar su situacióny su consideración social.

La provincia de Teruel es un territorio ricoen yacimientos minerales, algunos de loscuales han proporcionado importantesrendimientos, como el hierro y las arcillas,pero ninguno ha servido tanto de ele-mento distintivo de la provincia como elcarbón, su principal fuente de riqueza.

Dos de las principales cuencas carbonífe-ras turolenses se encuentran en lacomarca Andorra-Sierra de Arcos. Son lasde Val de Ariño y la de Gargallo-Estercuel,que se extienden por casi todo el territoriocomarcal de norte a sur.

Desde principios del siglo XX el lignito delas entrañas de esta comarca iba siendoextraído por pequeñas empresas y enmodestas proporciones hasta la apariciónde la Empresa Nacional Calvo Sotelo en1942. Su instalación en Andorra significótoda una revolución para esta localidad,que vio transformarse su personalidademinentemente agraria –al estilo de cual-quier otra en su vecindad– en otra total-mente volcada en el sector minero y cuyapoblación se llegaría a triplicar. También lapresencia de la empresa SAMCA en Ariñotendría efectos similares.

Las minas, desde mediados del siglopasado, han dado mucho trabajo no solo alas cabeceras donde se instalaban lasempresas mineras sino también a toda lacomarca. El carbón y la electricidad produ-cida en la central térmica de Andorra hanconstituido, por tanto, la columna verte-bral de la sociedad y de la economíacomarcales. Tanto es así que en el procesode comarcalización de Aragón, desde elprimer momento se contó con Andorrapara encabezar una comarca cuya activi-dad económica y vitalidad la hacían dife-renciarse de las vecinas. No tanto, pues,por lo que había significado Andorra his-tóricamente, sino por lo que el carbónhabía hecho de ella, se convirtió en un cen-

tro administrativo de la economía del con-torno y la tercera población provincialtras Teruel y Alcañiz.

Esta posición se reforzaría con los serviciosde atención comarcal que se fueroncreando a partir de los años 70 en educacióny sanidad, mientras se iba formando a lavez un modesto hinterland comercial. Lasalusiones y referencias que se suelen hacerde Andorra-Sierra de Arcos como “comarcaminera” no son, pues, gratuitas.

El carbón generó también toda una seriede actividades económicas auxiliares osubsidiarias que en conjunto pudieronofrecer a lo largo de décadas un tejidolaboral sin paro y con una oferta de tra-bajo constante que permitió recalar en lacomarca a una considerable poblacióninmigrante procedente tanto del con-junto de España como, más reciente-mente, del extranjero.

La crisis del carbón, iniciada a mediados delos 80, ha cambiado el panorama. Losintentos de acabar con el “monocultivodel carbón” a base de planes de reconver-sión industrial y de diversificación econó-mica no han dado todos los frutosdeseados y, lo que es peor, han quedadobarridos en buena medida por la actual cri-sis económica.

El futuro está por ver, pero el pasado estáahí y bien merece que le echemos un vis-tazo a través de estas páginas que nosrecuerdan la deuda contraída con la minay el negro mineral.

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Prólogo

Minero inglés de Yorkshire, grabado de 1814.

La minería se encuentra ya entre las prime-ras actividades de la humanidad sedentariay productora, allá en los pretéritos tiemposdel Neolítico. Tras las primeras prácticasartesanales –cestería, cerámica y textil– elhombre neolítico aprendió a fundir mineralde cobre con el fin de fabricar instrumentosútiles para su vida cotidiana. Sin embargo, elmetal de cobre resultaba muy endeble parala fabricación de armas e instrumentos detrabajo, así que cuando se descubrió que elcobre mezclado con estaño producía unnuevo metal, el bronce, mucho más fuerte ycontundente para esos fines, se impuso lanecesidad de conseguir el preciado mineralde estaño viajando por mar a los confines delo conocido, Galicia e Islas Británicas. Tanfuerte fue el impacto que a la época que seabría con la nueva tecnología metalúrgica se la conoce como la Edad del Bronce (II milenio a. C.), que habría de durar hastaque un nuevo metal, el hierro, se impusieraen Egipto y Oriente Medio, por medio de loshititas, y en Europa, por los dorios en Greciay los celtas en Europa occidental, a lo largodel primer milenio antes de Cristo. La nuevaEdad del Hierro supondría el definitivotriunfo de este metal, más ligero y barato. Junto a la extracción del mineral de hierro,las civilizaciones de la Antigüedad clásica,Grecia y Roma, se centraron en las minas deoro y plata, para usos monetarios y orna-mentales, y en las canteras de mármol, parala construcción y la escultura. El trabajominero era exclusivamente realizado poresclavos de hombres de gran fortuna, quearrendaban los minas al Estado, propietariopor ley del subsuelo.

La Edad Media significó una brutal recesiónde las actividades mineras cuando lasociedad se ruralizó y se sustituyó la eco-nomía de mercado por una de autoabaste-cimiento, de manera que el comercio quedóreducido a una ocasional circulación de hie-rro y sal, procedentes de las pocas minasque malamente sobrevivieron.El descubrimiento de América y la expan-sión de Europa en la Edad Moderna signifi-caron una eclosión de la minería. Lasingentes remesas de metales preciosos (oroy plata) traídos de América proporcionaronel auge de la Corona de España y su hege-monía europea, a la vez que el despegue deun capitalismo mercantil. Fue la épocadorada de la minería americana, pero tam-bién fue el principio de una fuerte activa-ción de la europea, protagonista de unespectacular crecimiento con la revoluciónindustrial iniciada a mediados del sigloXVIII. La revolución tecnológica se basó enla mecanización del trabajo y en el uso delvapor como fuente energética, tanto para laindustria (textil y siderúrgica) como paralos modernos medios de transporte y loco-moción (ferrocarril y navegación a vapor).El hierro, para las máquinas, barcos y loco-motoras, y el carbón, para la producción devapor, hicieron necesarias ingentes inver-siones en el sector minero, motor indispen-sable de la industrialización.Al mismo tiempo, la continua necesidad deoro provocó una nueva búsqueda de ElDorado, despertándose una verdadera “fie-bre del oro” a raíz de su descubrimiento enCalifornia en 1848 y que luego se traslada-

ría a otras partes del planeta (Alaska, Sudá-frica y Australia).La II Revolución Industrial, una verdaderareconversión industrial financiera y empre-sarial del capitalismo a consecuencia de lacrisis de 1873, encaminó sus inversiones anuevos sectores industriales como los de la metalurgia (cobre, zinc, aluminio) y ener-géticos, los del petróleo y de la electricidad,que se tradujeron en una revalorización dela minería del cobre (indispensable para latransmisión de la electricidad) y la del car-bón (como combustible de las centrales tér-micas). Además de los nuevos metales, elhierro –transformado en acero gracias a losaltos hornos Bessemer y Siemens– se con-virtió en el símbolo de la nueva era (“Era delHierro”) gracias a sus nuevas funciones enla construcción de edificios y puentes y,también, en la fabricación de armamentosdemandados por las políticas agresivas,imperialistas y belicistas de las potenciaseuropeas en la segunda mitad del siglo XIXy primera del XX (guerra franco-prusianade 1870, dos guerras mundiales…).La minería siguió siendo, pues, esencial enla economía contemporánea, que continúaabriendo nuevos campos como el de losminerales radiactivos para la industria ató-mica y que sigue creando en el mundo con-flictos armados, como los de la lucha por elcontrol de los yacimientos de diamante enel centro de África, y otros de tipo medio-ambiental causados por las dañinas prácti-cas de las empresas mineras y las nuevastecnologías extractivas.

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orígenes y evolución de la actividad minera

Las primeras culturas mineras reconoci-das en la Península Ibérica son las delBronce denominadas de Los Millares y deEl Argar (Almería y Murcia). Partiendo delbronce final se generó una cultura enAndalucía occidental, conocida como Tar-tessos por los griegos, que alcanzaría uncierto esplendor económico y cultural gra-cias, seguramente, a su continuado con-tacto con los fenicios y también a suposición en la “ruta del estaño” y a laexplotación del cobre de Riotinto. Fue la riqueza mineral de la península la quejustificó en buena medida la presencia decolonizadores griegos, fenicios y cartagi-neses en el sur-sureste peninsular. Los car-tagineses levantaron a mediados delprimer milenio un imperio territorial conbase en Cartago Nova (Cartagena), colo-nia próxima a extraordinarios yacimien-tos de plomo argentífero.La Península se convirtió en escenario de laII Guerra Púnica a finales del siglo III a. C.Tras su victoria sobre los cartagineses, losromanos ya no abandonarían la península,conquistando su territorio y explotandosus recursos agrícolas y mineros. Las acti-vidades mineras de los romanos son bienconocidas y se sabe que extrajeron oro enAlmería y en el noroeste peninsular, plataen Sierra Morena, hierro en el Moncayo,cobre en Riotinto, plomo en Cartagena,mercurio en Almadén y sal en Cardona. Con los visigodos se inicia un retroceso encuanto a la explotación minera, que tendríasu continuación en los reinos cristianosmedievales, no así en Al-Andalus, el territo-

rio peninsular musulmán, donde se reac-tivó la minería sobre la base de los ricos yaci-mientos ya explotados por Roma. En lossiglos XVI y XVII la producción mineraalcanzó unas cifras exorbitantes gracias a laexplotación de los yacimientos americanos,especialmente los de oro y plata (Potosí,Zacatecas, Guanajuato).Habría que esperar hasta la segunda décadadel siglo XIX para asistir al comienzo de larecuperación de la actividad minera graciasa los estudios y las leyes que se fueron lle-vando a cabo. Los gobiernos liberales cam-biaron de signo la legislación minera, hastaentonces muy regalista, enfocando laexplotación de los recursos minerales haciala iniciativa privada. Serían la Ley de Minasde 1868 y los aranceles librecambistas de1869 los que abrieron las puertas al capitalextranjero que acabaría por dominar elpanorama empresarial de la minería a lolargo del último tercio del siglo XIX, laépoca de mayor esplendor de la minería enEspaña. En 1877 España era el primer paísproductor europeo de plomo (Cartagena yLinares), cobre (Riotinto), mercurio (Alma-dén) y hierro (Vizcaya).Debido a la debilidad de la economía indus-trial española decimonónica, los mineralesextraídos tenían como fin principal suexportación a países más industrializados.Precisamente, las exportaciones del hierrovizcaíno permitieron la acumulación decapital que daría lugar a la banca y siderur-gia vascas. El carbón asturiano, que seempezó a explotar a principios del XIX, notuvo la misma fortuna pues su problema

fue siempre el del transporte, con unasredes viarias muy deficientes, que encare-cían enormemente los precios finales.Tanto es así que, a pesar de los arancelesproteccionistas de los que gozaba, en algu-nos puertos españoles seguía siendo másbarata la hulla británica que la asturiana.El panorama no cambió especialmente enlas primeras décadas del siglo XX. Pero trasla Guerra Civil, la política autárquica deFranco pretendió una recuperación econó-mica a partir casi exclusivamente de losrecursos económicos propios. Estos habríande explotarse con una intervención deci-dida del Estado mediante la creación deempresas nacionales mineras. El objetivoera el de aumentar la producción carboní-fera nacional y así procurarse una autosufi-ciencia energética con la que superar elaislamiento internacional que se habíaimpuesto al régimen franquista y quehabría de durar hasta mediados de los cin-cuenta. Los bajos precios del petróleocomercializado internacionalmente hicie-ron entrar en crisis al sector minero en losaños 60, registrándose un elevado cierre depequeñas explotaciones y empresas carbo-níferas, pero la crisis de 1973 –la denomi-nada “crisis del petróleo”, secuela de laguerra árabe israelí de ese año– rescataría alsector minero al hacer más competitivo el carbón en la producción energética por elalza de los precios petrolíferos. El fin desiglo devolvería al sector minero a unasituación de crisis, la profunda crisis actual.

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La minería en españa

< Vista y corte de una mina. Acuarela de Gaspar Sabugo, siglo XVI, Archivo de Indias, Sevilla.

La actividad minera a gran escala en la pro-vincia de Teruel es cosa del siglo XX. Se hacentrado sobre todo en la minería del hie-rro, en la del carbón y, en menor medida, enla de arcillas y caolines.En 1900 se fundó la compañía minera deSierra Menera para explotar los mineralesde hierro de la cuenca de Ojos Negros parasu exportación a Gran Bretaña, lo cualrequirió la construcción de un ferrocarrilpropio de Ojos Negros a Sagunto. La crisisde demanda que significó la Primera Gue-rra Mundial favoreció la fundación de laCompañía Siderúrgica del Mediterráneo,que instaló sus altos hornos en el puertode Sagunto para consumir la producciónde Sierra Menera. En los años 70 cuando seredujo drásticamente la demanda de hie-rro, al entrar en crisis el sector siderúrgico,quedó en entredicho la viabilidad de SierraMenera, que acabaría por cerrar en 1987.El carbón de la provincia, el lignito, se con-centra en tres cuencas principales: la deVal de Ariño, la de Escucha-Utrillas y la deGargallo-Estercuel.Fue en 1900, también, cuando un grupo deempresarios zaragozanos, que queríanasegurar la incipiente industrialización desu ciudad con el carbón de Teruel, decidiófundar la Compañía de Minas y Ferroca-rril de Utrillas (MFU). Esta empresa com-pró concesiones en toda la cuenca centraly construyó una línea de ferrocarril, la deUtrillas-Montalbán a Zaragoza (1904). En1910 la mayor parte de las 74600 t de car-bón que se producían en la provinciacorrespondían a MFU.La Primera Guerra Mundial hizo crecer elvalor del lignito turolense, provocando laatención de algunos empresarios en busca

de buenas inversiones, como se com-prueba por la apertura de un buen númerode pozos en las distintas cuencas y con lallegada de la Sociedad General Azucarerade España a Val de Ariño en 1920.Durante los primeros años de la GuerraCivil las minas pasaron a formar parte delas colectividades, pero al acabar la expe-riencia revolucionaria en 1938 se volvie-ron a privatizar: Cloratita S. A. se instalóen Andorra y SGAE regresó a Ariño, aun-que luego sus instalaciones pasaron a pro-piedad de la Sociedad Anónima MineraCataloaragonesa (SAMCA).El gobierno español –siguiendo la filosofíaautárquica que practicó en posguerra–decidió asegurar una amplia explotacióndel carbón turolense expropiando buenaparte de las minas particulares de Val de Ariño para que fueran explotadas por la empresa Nacional Calvo Sotelo(ENCASO), que se instaló en Andorra. Elproyecto minero lo completaba ENCASOcon la construcción de una central tér-mica en Escatrón y de un ferrocarrilminero, el Andorra-Escatrón, inaugura-dos por Franco en 1953. Otra central tér-mica, propiedad de Eléctricas Reunidas deZaragoza (ERZ), había entrado en funcio-namiento el año anterior en Aliaga paraquemar los carbones locales.Fueron buenos años para el carbón y eso senotó en las localidades mineras, que expe-rimentaron un importante crecimiento alo largo de los años 40-50. Pero la décadasiguiente supuso la caída en una crisis delsector al no resistir el carbón la competen-cia de los bajos precios petrolíferos. Situa-ción de la que se saldría en los años setentaal revalorizarse el lignito a consecuencia

de la crisis del petróleo iniciada en 1973 ya la construcción de las centrales térmicasde Escucha (1970) y de Andorra (1979),que sustituyeron a las obsoletas centralesde Escatrón y Aliaga, cerradas en losochenta.La central térmica de Andorra fue cons-truida por la Empresa Nacional de Electri-cidad (ENDESA), que se hizo cargo delgrupo minero de ENCASO en Andorrapor decisión gubernamental en 1972.SAMCA dio un giro al sistema de explota-ción del carbón con la apertura de la pri-mera mina a cielo abierto en 1975 por sumayor rentabilidad económica, inaugu-rándose un proceso que seguirían otrasempresas en detrimento de la minería sub-terránea. A mediados de los 80 y durantelos 90 los efectos del Plan EnergéticoNacional, que contemplaba grandesrecortes al carbón, se empezaron a notar yla producción fue cayendo paulatina-mente. Proceso que se remató con la rees-tructuración del sector minero del Plan1998-2005 de la Minería del Carbón,cuyos coletazos llegan hasta nuestrosdías, en que la minería del carbón agonizatras los cierres de la mayor parte de lasexplotaciones y de la central de Escucha(2001), así como por la desaparición o reti-rada del sector minero de empresas comoMFU y ENDESA.El sector extractivo de arcillas y caolinesalcanzó un gran auge con las políticas deexpansión constructiva de finales del sigloXX y principios del actual, pero la “crisis delladrillo” iniciada en 2008 ha frenado de raízsus expectativas.

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La minería en teruel

Las explotaciones mineras están tan vin-culadas a la historia y a la economía deesta comarca que han configurado engran medida su identidad colectiva.Desde tiempos remotos, científicos y via-jeros admiraron la amplia depresión deterreno conocida con el nombre de Val de Ariño, donde la erosión había dejado aldescubierto capas de distintos colores.Esa diversidad de estratos geológicos permitió a los pobladores de varias épocasaprovechar tres riquezas minerales: alum-bre*, arcillas y lignito.

Desde al menos el siglo XVI, Alloza,Ariño, Andorra y Estercuel destacaron porelaborar y comercializar alumbre y capa-rrós, unos acreditados minerales que seutilizaban, sobre todo, como mordientesen los tintes textiles. La producción eravendida principalmente en Zaragoza,algunas ciudades de Cataluña y el puertode Vinaroz, y dio fama y prosperidad eco-nómica a la zona durante el siglo XVIII.

En cuanto a la arcilla, hay que recordarque se usaba ya en poblados íberos comoEl Castelillo (Alloza), donde se hanhallado piezas cerámicas de gran valorpara el conocimiento de esta antigua cul-tura. Y desde hace siglos, ha servido en lafabricación de baldosas, ladrillos y tejaspara el consumo local. En el siglo XIX, lasentonces denominadas sustancias térreo-alcalinas de Ariño y Oliete llamaban laatención de los investigadores. En los años

1960 se empezaron a explotar arcillascomunes, refractarias y caolín en variospuntos de Oliete, Crivillén, Gargallo yEstercuel. Hasta fechas recientes no seinstalaron fábricas de gres y otras cerámi-cas en algunos municipios de la zona, y lamateria prima se transformaba en otrasregiones.

La minería por excelencia en la comarcahace referencia al lignito, cuyo consumocomenzó a popularizarse en el siglo XIX.Hacia 1860 las labores de extracción eranbien visibles a lo largo de Val de Ariño y elcombustible era aprovechado por herre-ros y pequeñas fábricas. En las primerasdécadas del siglo XX, se suministraba alas industrias regionales y a partir de losaños 50 la producción se destinó en por-centaje cada vez mayor a abastecer a lascentrales térmicas de Aliaga y Escatrón.Había comenzado la explotación a granescala del lignito de esta cuenca, caracte-rizada por poseer importantes reservas ymás facilidad de obtención que otrosyacimientos de la provincia.

Desde finales de los años 70 se produjo uncambio tecnológico en la extracción delcarbón: apareció la minería a cielo abierto,más productiva y rentable que la subterrá-nea, pero con dos impactos negativosmuy evidentes: empleo de mucha menosmano de obra y destrucción del paisajenatural. Dos nuevas centrales, la de Escu-cha desde 1970 y la de Andorra –llamada

“Teruel”– desde 1981, consumían más del90 % de la producción minera. La depen-dencia estructural de la economía comar-cal respecto a la minería del lignito y suconversión en energía eléctrica ha llegadoa ser casi total.

En el pasado existieron también otras acti-vidades mineras, algunas apenas recorda-das. Entre ellas destacan las explotacionesde manganeso en Crivillén (hay excava-das más de 80 bocaminas en su término);las canteras de yeso en la partida Albari-zas, entre Oliete y Alloza; los estudios ypequeñas extracciones de hierro en Oliete,Gargallo y Ejulve (documentado en 1878);o la investigación para obtener bauxita enAlacón, en 1952.

ALUMBRE* (sulfato hidratado de alumi-nio y potasio): mineral de aspecto frágily transparente que se obtenía a partir delas arcillas y lignitos más superficiales.Durante mucho tiempo se usó comomordiente, ya que era el único productoconocido capaz de fijar los colores en lastelas sin dañarlas y de curtir las pieles;también resultaba muy útil en determi-nados preparados de farmacia. Las pri-meras noticias conocidas sobre laexplotación de minas de alumbre y capa-rrós en la comarca Andorra-Sierra deArcos datan del siglo XVI, época de desa-rrollo de la industria textil aragonesa.

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La minería en la comarca andorra-Sierra de arcos

< Vista aérea de Corta Barrabasa, Alloza.

Las primeras concesiones para explotar ellignito de la comarca estuvieron reparti-das entre pequeños propietarios. Era fre-cuente que esos registros mineros noprosperaran o que a lo sumo se extrajerande ellos escasas producciones destinadasal consumo local. Los más remotos surgie-ron hacia 1855 en las cuencas de Gargalloy Estercuel, mientras que para Val deAriño los primeros empresarios aparecie-ron citados en Miscelánea Turolense, entrelos años 1891 y 1901. En 1900 la Agenciade Negocios de Domingo Gascón contabaen esta cuenca con cuatro minas, quetransfirió un año más tarde a la SociedadGeneral de Carbones de Teruel. Su pesodentro de la aún débil minería turolenseera inapreciable.

La apertura de explotaciones mineras decierta relevancia comenzó a principios de siglo, como una consecuencia más de laexpansión económica de la época y delproceso industrializador que vivía laregión. Varios empresarios abrieron cotosmineros en distintos puntos de Val deAriño. Entre ellos destacaron los andorra-nos Manuel y Macario Sauras, y ManuelCañada, que en el año 1898 había iniciadouno de los trabajos de explotación másantiguos de la zona, en la concesión Barra-basa, en tierras de Alloza, y producía entre4000 y 9000 toneladas al año. Por otrolado, en 1920, unos industriales catalanesapellidados Tayá fundaron la Sociedad

Anónima Minera Catalano-Aragonesa(SAMCA), que iba a tener gran relevanciaen la zona. En esos años, la Sociedad Gene-ral Azucarera de España, propietaria entreotras de una fábrica azucarera en La Pue-bla de Híjar desde 1912, también empezóa extraer entre 5000 y 8000 toneladasanuales de lignito para autoabastecerse.

A mediados de la década de 1940, casi elsetenta por ciento de la superficie regis-trada en Val de Ariño permanecía impro-ductiva. Además de algunos pequeñospropietarios individuales, había cuatroempresas mineras de relativa importan-cia: Cañada S. L., Cloratita S. A., Compa-ñía Española de Investigación y FomentoMinero, S. A. (CEIFM S. A.) y SAMCA.Las cuatro en conjunto no alcanzaban las100 000 toneladas de producción anual,una cifra muy baja si se tiene en cuenta lagran superficie que controlaban. SAMCA,que por entonces pertenecía, al igual queCloratita, S. A., al grupo químico Cros,fue la única que continúo las labores car-boníferas. En los años 40 ya desarrollabalabores en la concesión Santa María yestaba construyendo viviendas para tra-bajadores en la localidad de Ariño, dondehabía emprendido también otras iniciati-vas sociales.

En 1942 se constituyó la denominadaEmpresa Nacional Calvo Sotelo (ENCASO),una nueva sociedad estatal que contaba

entre sus proyectos con la extracción de lig-nito de la cuenca de Alloza-Ariño-Andorra.Dado que la parte más productiva estabacomo vemos en manos privadas, comenzóun largo y complicado proceso de negocia-ción con los propietarios mineros, algunosde los cuales se resistían a vender sus con-cesiones. En junio de 1946 se publicó laexpropiación forzosa de un conjunto depertenencias** mineras enclavadas en lostérminos de Alloza, Ariño, Andorra yOliete. La superficie superaba las ocho milhectáreas y entre los afectados figurabanlas citadas cuatro principales empresas de lazona. Desde finales de la década de los 40ENCASO abordó ya una intensa actividadminera en la cuenca.

PERTENENCIA**: en la ley minera de 1825se denominó pertenencia a la unidad demedida de las propiedades, que se estable-ció en 200 por 100 varas, algo menos de 14000 metros cuadrados, un tamaño dema-siado reducido para productos como elcarbón.

DENUNCIA: figura legal introducida poresa misma ley para que los particulares sevigilasen entre sí. Permitía a cualquier per-sona acusar a una empresa minera deincumplimiento de los requisitos legales y,probada la veracidad, el denunciante obte-nía las pertenencias que figuraban en ladenuncia.

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Las primeras empresas carboneras de la comarca

< Haciendo la guardia en el polvorín, Andorra.

El carbón es una roca sedimentaria –formacapas o estratos– del grupo de las orgáni-cas –en su formación han intervenidodirectamente los seres vivos–. Se origina apartir de la transformación de masas vege-tales acumuladas en zonas pantanosas,lagunares o deltaicas, que se caracterizanpor estar inundadas durante largos perio-dos de tiempo. Otra condición decisivapara la formación de los yacimientos esque la acumulación vegetal no sea des-compuesta antes de ser enterrada y quealternen períodos de hundimiento o sub-sidencia rápida, en los cuales los restosvegetales son depositados, inundados ydestruidos, y períodos de subsidencialenta, en los que la cuenca se va relle-nando de sedimentos donde se inicia unanueva colonización vegetal.

Uno de los rasgos más característicos delos yacimientos de carbón es la frecuenterepetición de capas individuales interca-ladas entre capas de otra naturaleza, quetambién se repiten de forma cíclica a lolargo de series que pueden alcanzar enor-mes espesores. Cada ciclo de estas suce-siones suele estar constituido por untramo de areniscas y conglomerados, otrode arcillas o pizarras, una o varias capas decarbón y nuevo tramo de arcillas, a vecesintercaladas con calizas y fósiles marinos.Aunque los carbones más antiguos datande hace unos 450 millones de años(cuando las plantas empezaron a coloni-

zar los continentes), los períodos en losque el registro geológico muestra unamayor cantidad de carbón correspondena los de hace 300 y 50 millones de años,dos etapas orogénicas o de formación derelieves de gran actividad tectónica.

Los yacimientos de lignito turolense seencuentran en el centro-norte de la pro-vincia. Durante buena parte de la EraSecundaria o Mesozoico (hace 250 millo-nes de años), que se divide en los períodosTriásico, Jurásico y Cretácico, casi toda la actual provincia turolense estuvocubierta por las aguas de un gran golfomarino de aguas cálidas. La línea de costano era estable, sufría retiradas y avancesque dieron lugar a una alternancia deambientes continentales con ambientesde plataforma marina desde finales delperíodo Jurásico hasta mediados del Cre-tácico. Los restos de una densa vegeta-ción, que quedaron enterrados en losfangos y arenas aportados por los cursosfluviales, dieron origen a la formación delas capas de carbón, que alternaban conotras rocas sedimentarias (arenas, mar-gas, limos, lutitas, areniscas) y quedarondispuestas en sucesivas capas o estratos.Además, como consecuencia de conti-nuos procesos geológicos, dichas capas nose encuentran en posición horizontal,sino que presentan pliegues y fracturas,penetran en el subsuelo y vuelven a aflo-rar en zonas alejadas entre sí. No es

extraño, por tanto, que la explotación deminas haya sido posible en distintos luga-res de la provincia. Los estratos de carbón,arcillas, areniscas y calizas se intercalan yforman series de gran potencia. Los yaci-mientos carboníferos se encuentran enlas formaciones del Cretácico inferior(entre el Aptiense y el Albiense), que reci-ben la denominación universalmenteaceptada de “Formación de Escucha” y“Formación de Utrillas”, por encontrarsesobre ellas estas poblaciones donde desdeantiguo se explotaba el carbón. Los carbo-nes explotados pertenecen todos a la For-mación Escucha, aunque presentancaracterísticas distintas según el ambientesedimentario en que se formaron. Se dife-rencian dos subzonas: la norte (Val deAriño, Estercuel) y la sur (Utrillas, Escu-cha, Castellote), con mayor grado de car-bonificación***.

CARBONIFICACIÓN***: proceso físico-químico y biológico de formación del car-bón a partir de la celulosa y la lignina de lamateria vegetal, que consiste en el incre-mento del contenido de carbono frente aotros elementos. En los primeros estadiosla materia vegetal se transforma en turba,pero a medida que el proceso de pérdidade agua y expulsión de volátiles continúapasa a convertirse sucesivamente en car-bones cada vez con mayor grado de carbo-nización: lignito, hulla y antracita.

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La formación del carbón: el lignito

< Formación del carbón a partir de materia vegetal (Simón, J. L. et al., 1998).

Las labores mineras tienen la misión deponer a disposición de la humanidad losminerales que necesita; es decir, los bus-can en la parte accesible de la cortezaterrestre y los explotan, mediante técni-cas de laboreo y beneficio. Para valorar unyacimiento se efectúan trabajos de reco-nocimiento, exploración e investigaciónque permiten conocer las característicasgeológicas, la rentabilidad económica(mediante la evaluación de las reservas) ylos condicionantes sociales y medioam-bientales, y elegir el tipo de minería que seva a desarrollar.

Existen dos métodos de extracción clara-mente distintos. El tradicional, la mineríasubterránea, accede a las capas de carbónsin mover los materiales que se sitúan porencima (los estériles, según la terminolo-gía minera), a diferencia de las explotacio-nes a cielo abierto. En nuestra comarca hasido subterránea hasta mediados de losaños 70. Con este método hay que realizarun conjunto de labores de acceso –que endefinitiva son huecos practicados en elterreno por diferentes medios y técnicas–para llegar al mineral, enlazarlo con lasuperficie y estructurarlo en secciones ytamaños normalizados, que permiten pro-ceder al arranque de una manera ordenada,segura y económica.

Esas labores son de distintos tipos. La fun-damental es el pozo principal de extrac-

ción, que se excava tras el estudio de suubicación ideal y pone en contacto el exte-rior con el interior; de él partirán todas lasgalerías. Un caso especial es el plano incli-nado principal, que cumple las mismasfunciones y se realiza cuando las caracte-rísticas geológicas lo aconsejan. Por otrolado, se pueden diferenciar las llamadaslabores auxiliares (pozos, planos inclina-dos o chimeneas de ventilación), de prepa-ración (galerías generales, transversales,recortes, etc.), y las de arranque o explota-ción, propias de cada método. Dadas suscaracterísticas geológicas (capas de car-bón potentes, con una inclinación quesuele ser inferior a los 30 grados de pen-diente), el modelo de preparación mineramás usual en la cuenca de Val de Ariño erael de la llamada mina horizontal o deexplotación por plantas, de forma quecada una de ellas es una franja delyacimiento comprendida entre dos gale-rías horizontales. En el subsuelo quedaexcavada toda una red de galerías, que secomunicaba con el exterior a través delpozo principal de extracción.

El método de explotación viene definidopor el conjunto de todas las normas yreglas prácticas mineras, modernas tecno-logías y descubrimientos de la investiga-ción empleados en el aprovechamientoóptimo de un yacimiento desde los pun-tos de vista económico y de seguridad.Hay dos partes fundamentales: la geome-

tría del método, donde se incluye el diseñode la forma normalizada de las labores deacceso, preparación y explotación de cadalabor de arranque; y la tecnología aplicadapara arrancar, cargar y transportar elmineral.

En nuestra comarca, se empleó en princi-pio el sistema llamado de cámaras y pila-res, muy antiguo y clásico en la provincia.Tanto el arranque del carbón como sucarga eran labores manuales, que obliga-ban a dejar macizos de protección entrelas cámaras y en las galerías; las pérdidasde carbón podían llegar al 50 % en cadacapa. Además, propiciaba incendios espon-táneos, que a menudo obligaban a abando-nar unidades de explotación completas. Apartir de los años 60 se fueron implan-tando procedimientos cada vez más ade-cuados, con un índice de aprovechamientosuperior y mayor seguridad en el trabajo.Sin embargo, la posibilidad de avance tecnológico en el interior se ve limitadaporque las herramientas y máquinas nece-sarias son muy específicas, condicionadaspor la falta de espacio, la escasa ventila-ción y las peculiares condiciones ambien-tales. En la actualidad, este tipo deminería se considera excepcional y solo seutiliza para extraer minerales de granvalor o cuando se pueden aplicar sistemasmuy tecnificados que prescinden casi porcompleto de mano de obra.

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la minería subterránea

< Rozadora de tambor.

La minería a cielo abierto consiste en unaexcavación realizada desde la superficiedel terreno con el fin de llegar a extraer elmineral sin labores subterráneas. Paralograrlo se realizan varias operaciones:arranque mecánico de los materiales roco-sos, carga en los medios de transporte,traslado del mineral al punto de tra-tamiento o uso, acarreo del estéril a laescombrera y vertido o descarga de ambosmateriales. Para que este tipo de mineríasea posible se necesita que el espesor de losestériles no sea excesivo en comparacióncon el mineral a extraer. Por ello, la rela-ción entre ambos es determinante en laelección de esta técnica.

Dependiendo de los diferentes tipos deyacimientos, hay tres métodos de excava-ción básicos, aunque en algunos casos laexplotación sea una combinación de ellos:

• Canteras: caracterizadas por unaextracción lenta y cuidada (en blo-ques o losas) de diferentes tipos derocas que se utilizan para la construc-ción.

• Cortas: consisten en labores tridi-mensionales en las que se arrancagran volumen de minerales. Los tra-bajos mineros profundizan al mismotiempo que se extienden en longitudy anchura.

• Minería de transferencia: tienenlugar labores bidimensionales con

profundización casi fija, de capas deminerales horizontales o de pocapendiente, con o sin recubrimientode estéril.

El sistema de minería a cielo abierto quese generalizó en nuestra comarca se deno-mina transferencia entre paneles; perte-nece, por tanto, a este último tipo.Mediante el uso de maquinaria pesada, laslabores se inician con la apertura de unhueco y una escombrera exterior, y conti-núan abriendo sucesivos paneles en elyacimiento y rellenando los anteriorescon los estériles del siguiente panel. Alelegirlo, la principal empresa minera(ENDESA) consideró que minimizaba laafección medioambiental. El objetivofinal es realizar un proceso de restauraciónde terrenos integrado con la propia opera-ción minera. En concreto, a través devarias fases, se repueblan con especiesforestales los taludes de escombrera y lasplataformas se ponen en marcha para usoagrícola.

La minería a cielo abierto surgió en Aragónen los años 70, cuando se hizo patente quela subterránea no era capaz de satisfacer lademanda de las centrales térmicas de laregión. Varias empresas comenzaron a rea-lizar estudios de viabilidad y SAMCA fue lapionera al introducir esta tecnología en lamina Santa María (en el término munici-pal de Ariño) a principios de 1975. Las

explotaciones a cielo abierto se revelabancapaces de recuperar más del 90 % del car-bón desperdiciado en viejas explotacionessubterráneas.

Esta modalidad de explotación supone unlogro desde el punto de vista de la produc-tividad (los rendimientos medidos entonelada extraída por trabajador son casi10 veces mayores que en la subterránea),de la rentabilidad y de la mejora en las con-diciones de trabajo. Sin embargo, lamenor necesidad de puestos de trabajo esuna de las razones principales que expli-can el declive demográfico que comienzaen la provincia en la década de los años 80y se agudiza en las décadas siguientes.Otros aspectos negativos de las explota-ciones a cielo abierto son la destrucción depaisajes, sus efectos sobre la agricultura yla alteración del marco ecológico, cuestio-nes que provocaron tensiones entre ayun-tamientos y empresas explotadoras. Hayque tener en cuenta, sin embargo, la des-tacable labor de restauración realizada enla comarca. Además de recuperar terrenospara las tareas agrícolas, se llevó a cabo uninnovador proyecto en la superficie deCorta Alloza, con la creación de un hume-dal en el hueco final de la explotación, queha permitido el crecimiento de floraautóctona y la proliferación de faunadiversa; además sirve de lugar de descansoa distintas aves migratorias.

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la minería a cielo abierto

< Corta Santa María, Ariño.

La mina se compone de un entramadosubterráneo de galerías oscuras y polvo-rientas, siempre revestidas de cierta dosisde peligro, en las que los mineros desem-peñaban tareas de gran dureza física. Enlos primeros años cuarenta, para entrar aformar parte de la plantilla solo era nece-sario superar una revisión médica. El tra-bajador se incorporaba al procesoproductivo desde el escalón más bajo deayudante-minero y adquiría la pericia en eltajo, en contacto directo con el carbón. Lossalarios eran míseros y las condiciones enque se extraía el carbón, muy difíciles. Losmineros acudían a las explotaciones de Valde Ariño, casi siempre a pie, desde los pue-blos cercanos. El encargado anotaba losnombres, les entregaba la ración de car-buro (que debía pagar el minero) y la rudi-mentaria herramienta, y ellos dejaban suropa en un cuarto y bajaban al lugar de tra-bajo. El arranque del mineral se hacía agolpe de pico y con ayuda de la explosiónde barrenos de dinamita, para a continua-ción afrontar la penosa labor de sacarlo alexterior, con vagonetas manuales o tira-das por caballerías. La mayoría de losmineros trabajaban casi desnudos ybebían agua que un pinche repartía por lostajos. Sin duchas, apenas se lavaban a lasalida. La seguridad de las labores se com-probaba con métodos elementales, comoel de recorrer las galerías con un candil

encendido para asegurarse de la calidad dela atmósfera.

En las décadas siguientes, la moderniza-ción de los métodos significó un cambiomuy importante en las condiciones detrabajo (e incluso en la consideraciónsocial) de los mineros. Se trasladaban encamiones adaptados para viajeros, queseguían rutas establecidas. Al principio,vehículos anticuados y carreteras en malestado provocaban frecuentes retrasos enel comienzo de la jornada. El mineroencontraba ahora en los vestuarios guan-tes e indumentaria de trabajo (el equipofue evolucionando: mono completo otraje de pantalón y chaqueta, botas degoma), que era utilizada según las varia-bles condiciones del interior: a veces frío,y a veces mucho calor. A continuación sepasaba por la lampistería, donde se cogíanla lámpara y una ficha que se colocaba enun tablón, lo que mostraba así el númerode obreros disponibles y su categoría. Elvigilante comunicaba la labor que corres-pondía realizar ese día y los mineros baja-ban a la planta.

La organización de los trabajos y las cate-gorías laborales estaban relacionadas conlos métodos de explotación y con elgrado de mecanización aplicado en cadamomento. Durante los años sesenta,cuando comenzó a utilizarse el método detajos convencionales de pasadas sucesi-vas, el personal de interior se distribuía en

cuatro grandes secciones: arranque o fren-tes de explotación (a cargo de picadores ybarrenistas), preparación o avance de gale-rías (ayudantes, vagoneros, entibadores),mantenimiento mecánico y eléctrico, yservicios generales, como el transporte y elsuministro de materiales. Cada relevo(había tres) tenía un responsable o vigi-lante, que revisaba los tajos y controlabael estado de las labores.

La atmósfera polvorienta, una impor-tante humedad y las corrientes de airepara ventilación, con sus bruscos cambiosde temperatura, provocaban frecuentesenfermedades respiratorias. Podían sufrirlesiones como consecuencia del esfuerzo ya menudo accidentes leves, golpes con lasherramientas o maquinaria y caídas. Lalabor más peligrosa era la de avance, por eluso de explosivos y porque nada sosteníael hueco recién abierto; el temor a losderrumbes era casi constante, hasta quelos entibadores fijaban el techo y las pare-des de la galería por medio de cuadros (enlos primeros tiempos, de madera; luego,metálicos). Existía también el peligro rei-terado de sufrir avenidas de agua e incen-dios producidos por la autocombustióndel mineral. En los años 70 comenzó unaauténtica revolución en cuanto a medidasde seguridad e higiene, que mejoraron sus-tancialmente las condiciones laborales.

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El trabajo en la mina: el minero

< Entibado con cuadros metálicos.

La Empresa Nacional Calvo Sotelo deCombustibles Líquidos y Lubricantes(ENCASO) se constituyó en 1942 para ges-tionar el proyecto autárquico de abasteceral país de los carburantes y lubricantes quenecesitaba la actividad industrial. La nuevasociedad puso en marcha un conjunto defactorías entre las que figuró el Grupo Ebro,que levantó una central térmica en Esca-trón, extrajo lignito en la cuenca de Alloza-Ariño-Andorra y construyó un ferrocarrilpara unir las zonas industrial y minera.Desde finales de la década de 1940ENCASO abordó una intensa actividadminera en dicha cuenca, con labores en elPozo San Juan, Andorrana, La Oportuna eInnominada. En 1972, el Estado decidiótraspasar este complejo minero a ENDESAy el cambio de titularidad vino acompa-ñado de un potente proceso de mecaniza-ción y modernización de las minasInnominada y La Oportuna, así como deuna serie de nuevos beneficios sociales parasus empleados. En los años 80 se produjoun radical cambio tecnológico con la apari-ción de la minería a cielo abierto, quecomenzó en 1981 con la apertura de CortaAlloza y se intensificó en los años siguien-tes en Corta Barrabasa y Corta Gargallo.

AndorranaSituación. Aproximadamente a 1 kilómetrode Andorra, en el comienzo de Val de Ariño.Cronología. El primer plan de labores datade 1950 y la producción comenzó en 1952,

con 4850 toneladas. Cerró en 1967, portres motivos: fallas, agua y poca potenciade las capas explotadas.Personal. Unos 370 trabajadores.Infraestructura. Se accedía a las explotacio-nes mediante dos planos inclinados, quealcanzaron una longitud de entre 600 y 700metros. El número de plantas fue el de tres,aunque tan solo se explotaron dos. Lasgalerías realizadas llegaron a alcanzar 4 km.Sistemas de explotación. Cámaras y pila-res. Tajo francés, entibación de fricción ypique a mano.Producción. La suma obtenida en sus añosde explotación fue 785 487 toneladas. Lamáxima se alcanzó en 1966, año anterioral cierre, cuando se extrajeron 124 704toneladas.

La OportunaSituación. En Val de Ariño, dentro del tér-mino municipal de Alloza, a 7 km deAndorra.Cronología. Las tareas de preparacióncomenzaron en 1949, aunque la primerazona donde se ubicó se tuvo que abando-nar; ya en 1951 dio la primera producción,de 16929 toneladas. Se cerró en verano de2005, por terminarse las reservas.Personal. La época en que más trabajado-res tuvo fue hacia 1978; cifrados en unos780, de los cuales 730 eran personal deinterior y 50 estaban en administración,talleres y exteriores. En cuanto a personal

técnico, responsable del laboreo, llegó atener 4 ingenieros superiores y 15 ingenie-ros técnicos de minas.Infraestructura. El acceso a las labores deinterior se realizaba mediante cuatro pla-nos inclinados, conocidos como plano n.º 1, n.º 2, n.º 3 y plano General. Se cons-truyeron 12 plantas, quedando la másprofunda a 559 metros de la superficie. Lainfraestructura de galerías llegó a tener 45 km de huecos abiertos.Sistemas de explotación. Cámaras y pila-res. Tajos franceses con pique a mano.Tajo mecanizado con entibación autodes-plazable, de origen ruso. Tajo mecanizadoalemán con entibación autodesplazable,arranque con cepillo. Sutiraje por subni-veles con minador de ataque puntual, ori-gen ruso (PK-3).Producción. Aunque esta explotación notuvo una producción regular, debido a losproblemas surgidos en el laboreo, ello noimpidió obtener un gran resultado total:11 380 639 toneladas.

InnominadaSituación. En Val de Ariño, dentro del tér-mino municipal de Ariño, a 11 km deAndorra.Cronología. Las labores preparatoriascomenzaron en 1955 y los trabajos dearranque a finales de 1956, en cuyo año seextrajo una producción simbólica de 580toneladas. Se cerró, una vez agotado elyacimiento, en mayo de 1995.

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las minas de ENCASO/ENDESA

< Mina Andorrana, Andorra.

Personal. En 1978, uno de los años demayor actividad, había unos 900 trabaja-dores, de los cuales 750 eran personal deinterior y los 150 restantes era personal deadministración, talleres y exteriores. Enlos niveles técnicos hubo un número muysimilar al de La Oportuna, con 4 ingenie-ros y 15 ingenieros técnicos.Infraestructura. Tuvo dos pozos verticalesde acceso al interior con sus correspon-dientes castilletes metálicos, San Fer-nando y San Joaquín, y además un planoinclinado (contraplano). En la última fasede explotación, para explotar los macizosde protección del Pozo San Joaquín seaccedía a él mediante un plano inclinado.Se construyeron 8 plantas y tuvo una pro-fundidad máxima de 500 metros. La infra-estructura de galerías fue de unos 30 km.Sistemas de explotación. Cámaras y pila-res. Tajos franceses con pique a mano. Tajosmecanizados con entibación autodespla-zable, de origen ruso, arranque con roza-dora de doble tambor. Tajo mecanizado desutiraje con entibación autodesplazable, deorigen alemán. Sutiraje por subniveles conminadores de ataque puntual, PK-3.Producción. Los niveles anuales de produc-ción en esta explotación fueron más regula-res que los de La Oportuna, debido a que elterreno encajante de las capas de carbónofrecía un mejor comportamiento. En totalse extrajeron 11 064249 toneladas.

Corta AllozaSituación. En Val de Ariño, entre las minasLa Oportuna e Innominada, dentro deltérmino municipal de Alloza, a 10 km deAndorra.

Cronología. Comenzó a dar producción,concretamente 476 622 toneladas, en elaño 1981 y finalizaron las labores deextracción en 1991.Personal. El personal directo de ENDESAen esta explotación lo conformaron el stafftécnico y algún encargado, el resto del per-sonal fue una agrupación de empresasdenominada CADA.Sistemas de explotación. Minería a cieloabierto, explotación por transferenciaentre paneles.Producción. Se extrajeron un total de 6 518 231 de toneladas durante toda la vida de la explotación, el máximo seobtuvo en 1984 con un total de 996 841toneladas.

Corta BarrabasaSituación. En Val de Ariño, la explotacióncomenzó muy próxima a La Oportuna yfinalizó a unos 2 km de Andorra.Cronología. Los trabajos de preparacióncomenzaron en 1986, con una producciónde 123 254 t, y finalizaron a comienzos de2002.Personal. Sin apenas variaciones, la planti-lla estaba formada por unos 66 producto-res, incluidos técnicos y especialistas (datode 1999); a partir de este año, afectada porprejubilaciones, el número fue bajando a 56en el año 2000 y 45 en el año 2001.Sistemas de explotación. Minería a cieloabierto, explotación por transferenciaentre paneles.Producción. En la vida de la explotación seobtuvieron 7 464 076 t, siendo máxima en1992 con 600 247 toneladas.

Corta GargalloSituación. En el término municipal de Gar-gallo, en la subcuenca Gargallo-Estercuel.Cronología. La explotación comenzó amediados de los 90, con una producciónde 241 857 t; su cierre tuvo lugar en 2007.Personal. El personal propio de ENDESAfluctuó, pero con pequeñas variaciones;en 1999 había 44 trabajadores, incluyendotécnicos y especialistas; en 2000 bajó a 38y en el año 2001 había 37. En la explota-ción intervino también personal deempresas subcontratadas, cuyo númerodependía de los trabajos a realizar.Sistemas de explotación. Minería a cieloabierto, explotación por transferenciaentre paneles.Producción. En total, 5 000 000 toneladas.

Corta Gargallo OesteSituación. En las inmediaciones de Ester-cuel y, por lo tanto, dentro de su términomunicipal.Cronología. Comenzó la extracción decarbón en el año 2001, con 84 802 tonela-das; finalizó en verano de 2012. En 2013está en fase de restauración.Personal. Comenzó con unos 40 trabaja-dores procedentes de Corta Barrabasa.Más adelante se complementó con perso-nal de empresas subcontratadas.Sistemas de explotación. Minería a cieloabierto, explotación por transferenciaentre paneles.Producción. Hasta final de 2004 se obtu-vieron 1 862 814 t, con una media anualmuy cercana a las 600 000 t/año, excep-tuando el primero.

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< Mina La Oportuna, Alloza.

La Sociedad Anónima Minera Catalano-Aragonesa, que venía extrayendo lignitoen el término municipal de Ariño desdelos años 1920, atravesó serias dificultadesdurante la década de los 60, la más críticapara la minería del carbón. Problemaslaborales (accidentes y conflictos inter-nos), técnicos y comerciales repercutieronnegativamente en la marcha de la socie-dad, que en 1972 fue adquirida por el ara-gonés Ángel Luengo, un empresario quecontaba con gran trayectoria minera enesta cuenca. La nueva dirección técnicamecanizó los sistemas de excavación, queno han dejado de avanzar hasta la actuali-dad en la mina Sierra de Arcos y comenzóa trabajar en Val de Ariño, a principios de1975, en la primera mina a cielo abierto deAragón. También cobraron impulso lasmejoras sociales en la localidad de Ariño,donde se instaló, por ejemplo, un colegiocon profesores salesianos (el edificioalberga en la actualidad el Centro de Inter-pretación del Arte Rupestre Antonio Bel-trán). En 1982 SAMCA producía el 34 %del lignito turolense.

Coto Minero AriñoEsta denominación comprendía un grupode minas unidas entre sí por medio de gale-rías para facilitar la extracción del carbón yla ventilación, así como la evacuación de lostrabajadores en caso de emergencia. Estasminas, entre las que se encontraban CorralNegro, Santa Rosa y Plano del Este, no eran

independientes, por lo que las cifras de pro-ducción y empleo se contabilizaban demanera global. Situación. En Val de Ariño, ocupando partede los términos de Alloza y Ariño.Cronología. A partir de 1940 se fueron aco-metiendo labores de acceso con distintasdenominaciones: El Juncial, Pozo SantaRosa, Pozo Santa Bárbara, Pozo Regina.Con el tiempo las labores se concentraronen un único pozo de extracción, el denomi-nado Corral Negro, que cerró en 1985,mientras los restantes quedaron comolabores auxiliares de ventilación.Personal. La plantilla inicial fue de 137obreros, pero alcanzó, en algunas épocas,450. Cuando finalizó la explotación, los245 trabajadores que la componían pasa-ron a otras explotaciones del grupo.Infraestructura. El acceso a las labores deinterior se realizaba mediante planosinclinados en algunos casos y mediantepozos verticales, en otros. Sistemas de explotación. Cámaras y pila-res. Cámaras y pilares con scraper. Tajosfranceses con pique a mano. Niveles enretirada con minador de ataque puntual.Producción. Durante su período de pro-ducción, condicionada por muchos fac-tores, las cifras partieron de las 40 000toneladas iniciales, subieron a 60 000 en1950, y siguieron ascendiendo hasta supe-rar las 300000 toneladas a comienzos de la

década de los 70; esta cifra se mantuvohasta su cierre.

MaríaSituación. En Val de Ariño, dentro del tér-mino municipal de Ariño.Cronología. Las labores de acceso comen-zaron en 1973, y ya ese mismo año se extra-jeron 31 000 toneladas; cerró en mayo de2009.Personal. Hubo muchas oscilaciones en elnúmero de trabajadores. La explotaciónacogía personal proveniente de otrasminas del grupo, afectadas por reestructu-raciones. En los primeros años, tuvo unaplantilla media de 65 trabajadores; en1993, 117; y en 1996, alcanzó los 130.Infraestructura. Constaba de dos planosinclinados, separados unos 30 metros,para acceder a las labores de explotación.Desde sus inicios hasta 1986 todas laslabores se realizaron por medio de rozado-ras de ataque puntual PK-7 de origen rusoy a partir de este año se sustituyeron porotras similares denominadas PK-3. Tuvo 7plantas. La profundidad alcanzada desdela cota de entrada es de 347 metros.Sistemas de explotación. El método utili-zado fue el de sutiraje de niveles con mina-dor de ataque puntual.Producción. A partir de 1986, la produc-ción anual osciló entre 260 000 y 300 000toneladas; la cifra récord se obtuvo en1994 con 306 047 toneladas.

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las minas de SAMCA

< Mina Corral Negro en los años 60, Ariño.

Sierra de ArcosSituación. Muy próxima a Ariño, en Valde Ariño.Cronología. Las labores preparatoriascomenzaron en 1983 y la primera produc-ción se extrajo en julio de 1985. En laactualidad sigue activa. Personal. Se ha mantenido muy estable;en 1993 había 210 trabajadores y en 1996,190 trabajadores.Infraestructura. Muy similar a la anterior,el acceso al interior es mediante dos pla-nos inclinados paralelos; la profundidaddesde la cota de entrada es de 559 metros.

Sistemas de explotación. Es el mismo quese ha generalizado en toda la zona, aunquehay variables en cuanto a la concepción delos cuarteles de explotación. En lo funda-mental, consiste en el sutiraje de nivelesde carbón con minador de ataque puntual.

Producción. En el año 1993 se extrajeron326 470 toneladas; en 1996, 306 825 tone-ladas.

Corta Santa MaríaSituación. Dentro de la concesión SantaMaría, muy próxima a Ariño, en Val deAriño.

Cronología. Las labores preparatorias demina se comenzaron hacia el año 1978. Suorigen se remonta a una explotación de ladenominada Corta n.º 2; en la actualidadsigue en actividad.Personal. Ha ido fluctuando según lasnecesidades de explotación, con personalpropio de la empresa y algunas tareas sub-contratadas.Sistemas de explotación. Minería a cieloabierto, explotación por transferenciaentre paneles.Producción. Las cifras han ido aumentandoalrededor de un millón de toneladas al año,desde las 52 000 toneladas iniciales.

La Compañía General Minera de Teruel,S. A. se creó en 1978 con el objetivo deobtener carbón aplicando las entoncesincipientes técnicas de minería a cieloabierto. Su actividad se desarrolla princi-palmente en el término municipal deEstercuel, aunque también la ha desempe-ñado en el de Cañizar del Olivar. En unaprimera fase, la empresa explotó la minaMi viña, con una plantilla que osciló entre30 y 54 trabajadores. Hasta 1987, la pro-ducción total fue de casi dos millones detoneladas. Las labores con este sistema de explotación continuaron en la minaElvira, entre 1990 y 2005 (con una produc-ción media anual en torno a 165 000 tone-ladas), y desde 2006 hasta la actualidad se

han retomado los trabajos productivos enMi viña.

Ante las dificultades que atravesaba laminería subterránea, esta empresa se hizocargo de algunas antiguas explotaciones.Desde principios de siglo XX, existíanlabores como las minas Luisa, Indiferente,Carlos o Mi Viña en tierras de Estercuel.La Compañía General Minera emprendiótrabajos subterráneos en la mina Luisa en1987; los mantuvo hasta 1992, con unaplantilla de más de 90 obreros. En 1993reabrió la mina Carlos-Indiferente, concasi medio centenar de trabajadores, aun-que la plantilla fue disminuyendo; se cerróen 2007 y fue la penúltima mina subterrá-nea que se mantuvo operativa en la pro-

vincia de Teruel (la última es Sierra deArcos, de SAMCA).

El sistema de explotación fue el de cáma-ras y pilares con sutiraje en retirada. Elavance de las galerías se hacía con tresminadores de arranque continuo de ori-gen ruso. El transporte interno del mine-ral se hacía con transportadores blindadosy con cintas transportadoras. A las capasde carbón se accedía mediante planosinclinados desde el exterior.

El carbón obtenido es tratado en un lava-dero neumático que, discriminado pordensidad, consigue mejorar la calidad delcarbón eliminando parte del azufre quecontiene.

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las minas de LA COMPAÑÍA GENERAL MINERA

< Explotación a cielo abierto de Compañía General Minera, Estercuel.

Desde las últimas décadas del sigloXVIII, los ilustrados aragoneses trata-ron de alentar el consumo del carbónturolense, que parecía capaz de resolverla delicada situación de escasez de leña ycarbón vegetal que sufría la ciudad deZaragoza y buena parte de la región.Una de las dificultades que se oponían aque el carbón mineral fuese de usocomún era la creencia generalizada deque su combustión producía vaporesmalolientes y muy perjudiciales para lasalud. La otra era la del transporte, queencarecía tremendamente el precio delmineral. A finales del siglo XVIII, en elpuerto de Barcelona resultaba casi tresveces más barato el carbón inglés que elturolense.

Estas trabas han estado presentes en todala historia de la comercialización de loslignitos. La primera hace referencia a laslimitaciones calóricas y a los componen-tes contaminantes, como el azufre, quedesprende el lignito al quemarse, y que esel principal punto de debate en la crisisque vive el sector a comienzos del sigloXXI; y la segunda, a la falta de mediosrentables para el traslado de la produc-ción, que como se sabe es una constantecarencia en la industrialización de estastierras.

Los comienzos de la explotación carboní-fera en España fueron precedidos por el

nacimiento de una demanda específicaque provenía principalmente de astille-ros, herrerías, hornos de cal, refinerías deazúcar, fábricas de gas, etc. En la primeramitad del siglo XIX el consumo aumentóen una medida desconocida hasta enton-ces en las metalurgias de hierro y plomo,y al generalizarse el uso de las máquinasde vapor en industrias y medios de trans-porte.

El lignito de la cuenca de Val de Ariñoabasteció en las primeras décadas del sigloXX a particulares, pequeños estableci-mientos locales y una variedad de indus-trias. En algunos casos, las fábricasconsumidoras de carbón se hacían cargotambién de la extracción arrendandocotos mineros en la zona. Fue el caso de laSociedad General Azucarera de España,propietaria de una fábrica en La Puebla deHíjar desde 1912, que abastecía a esta y asus otras azucareras de Alagón, Calata-yud, Casetas o Monzón con lignito obte-nido en explotaciones propias. Hasta losaños 40, la empresa Cloratita S. A. tam-bién extraía carbón para su consumo endiferentes industrias levantinas y catala-nas del grupo químico Cros. Las cifras deproducción eran modestas: las explotacio-nes mineras de la Sociedad General extra-ían entre 5000 y 8000 toneladas, cifrasmuy inferiores, por ejemplo, a las obteni-das por la empresa Minas y Ferrocarril de

Utrillas, que extrajo durante algunos delos años veinte más de 100 000.

En los años 50 este panorama empezó acambiar con la decadencia y crisis de lasindustrias consumidoras del combusti-ble y el rápido relevo del carbón por elpetróleo como principal fuente de ener-gía primaria. Los crudos de petróleo eranmás baratos que el carbón y aportabanotras ventajas, como su comodidad y limpieza de uso. Como resultado, eldestino del carbón quedó totalmenteasociado a la termoelectricidad. Las cen-trales térmicas de Aliaga y Escatrón,recién construidas, eran las principalesconsumidoras del carbón turolense. LaEmpresa Nacional Calvo Sotelo, propie-taria de esta última central, destinaba laproducción minera de Val de Ariño aabastecerla. Esa dependencia hizo que eltrabajo en las minas se acomodara al con-sumo de la central, muy variable, irregu-lar y supeditado a la producción obtenidaen las centrales hidroeléctricas. Desdeque a principios de los 70 se inauguróotra central en Escucha, y en 1979 entróen funcionamiento el primer grupo deuna nueva instalación en Andorra, lacentral denominada Teruel, el destino dela minería del carbón de la comarca estáexclusivamente ligado a la producción deelectricidad.

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el destino comercial e industrial del carbón

< Central Térmica Teruel, Andorra.

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Uno de los mayores obstáculos para eldesarrollo del sector carbonífero turolensefue la ausencia de buenos medios para sutransporte. Solo había dos sistemas eco-nómicamente eficientes para el carbón: elferrocarril y la navegación de cabotaje. Adiferencia de la ciudad de Zaragoza, que sebenefició de una rápida comunicaciónferroviaria, la provincia de Teruel iba aquedar excluida de las grandes líneasnacionales, a pesar de que en el siglo XIXrelevantes personajes idearon proyectospara tratar de trasladar el carbón hastadeterminados puntos neurálgicos. Comoen aquella época se consideraba viable lanavegación por el río Ebro desde Escatrónhasta la desembocadura, varios trazadostenían como destino esta población, desdela que el mineral podría alcanzar el Medi-terráneo. Esta idea resultó casi profética,puesto que un siglo después Escatrón seconvirtió en destino del combustible, pro-cedente de Andorra, que debía alimentarla central térmica.

A principios de los años 1940 el problemadel transporte se hizo más evidente quenunca en las explotaciones carboníferasde la provincia. El lignito de la cuenca deVal de Ariño recorría a lomo de mulos o encarros más de 30 kilómetros, que incluíanelevadas pendientes en las que era precisodoblar el tiro y donde en los días de lluviala tierra de los caminos se convertía en un

gran barrizal. El objetivo era la estaciónferroviaria de La Puebla de Híjar, donde secargaba en vagones con destino a Zara-goza o Barcelona, o era consumido en laazucarera de la localidad. Sin embargo,con la relativa mejora de las infraestructu-ras, el transporte por carretera fueganando terreno: en 1950, en Andorrahabía once camiones dedicados al carbóncomo mercancía principal y una décadadespués eran más de cincuenta.

Pero el gran protagonista de los viajes delcarbón de la cuenca de Val de Ariño desde1953 fue el ferrocarril minero construidoentre las poblaciones de Andorra y Esca-trón por la Empresa Nacional CalvoSotelo. El trazado, de más de 45 kilóme-tros, se iniciaba en Escatrón en los terrenosde la zona destinada a las fábricas, quedeterminaban la cota más baja de todo eltrayecto (128 metros de altura sobre elnivel del mar). Empezaba, por tanto, a ori-llas del Ebro, continuaba por la margenizquierda del río Martín, atravesaba elarroyo de Val Primera y los ferrocarriles deMadrid a Barcelona y de Val de Zafán hastaSamper de Calanda, y a partir de aquí, porla zona denominada Cabeza Gorda, lle-gaba hasta Andorra, donde alcanzaba 680metros de altitud. La circulación ferrovia-ria evolucionó de forma paralela a las nece-sidades de carbón de la central térmica deEscatrón. En los años cincuenta, cada con-

voy llevaba unos 14 vagones de 36 tonela-das y se realizaban tres viajes diarios. Unhito en la historia de estos convoyes lomarcó la fuelización desde 1966 de lasmáquinas que hasta entonces consumíangran cantidad de carbón. La competenciade nuevas fuentes de energía no podía que-dar más patente.

En el interior del entramado minero, en1959 empezó a funcionar un cable o ferro-carril aéreo para transportar el carbónextraído de las explotaciones Innominada(distante unos ocho kilómetros) y LaOportuna (a unos cuatro kilómetros)hasta las tolvas de la mina Andorrana.Tenía 7308 metros de longitud total, des-cansaba sobre 83 caballetes metálicos, sal-vaba un desnivel de 118 metros y teníauna capacidad de transporte de 120 000kilos por hora. Los vagones del ferrocarrilse cargaban en las inmediaciones de estaúltima y llegaban hasta la estación deAndorra a través de un ramal de un kiló-metro de longitud. Cuando aumentaronlas necesidades de carbón para abastecer lanueva Central Térmica Teruel, el cableaéreo fue sustituido por una red de cintastransportadoras que incrementaban lacapacidad de transporte hasta 500 tonela-das por hora. Este nuevo procedimientotambién fue definitivamente reempla-zado desde 1984 por el transporte concamiones por carretera.

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El transporte del carbón

< 1. Camión para transportar carbón. 2. Cable aéreo, tramo intermedio. 3. Tren minero.

El auge de las explotaciones de carbón pro-dujo una clara revitalización demográficaen la comarca. Ariño pasó de contar con1224 habitantes en 1940, a 1656 en 1960.Y Andorra creció de 2978 a 7795 en esemismo intervalo. En esta localidad losnuevos habitantes procedían casi en un 70 % de Andalucía y también llegó unnúmero importante de Badajoz y CiudadReal. La primera y muy evidente conse-cuencia del aluvión demográfico fue elhacinamiento de las familias y toda unaserie de problemas urbanísticos, sanita-rios y sociales. En muy poco tiempo lasviviendas y todos los servicios municipa-les resultaron insuficientes.

En esas décadas, en un contexto de esca-sez general, algunas grandes empresasdesarrollaron una política social orien-tada a solucionar ese tipo de problemas.En los centros industriales se construíanedificios de usos diversos con un peculiartrazado y estilo arquitectónico, que res-pondía a la tipología de la cuadrícula utili-zada en los ensanches de las ciudadesdesde el siglo XIX. Este diseño se repro-dujo en pequeños municipios turolenses,en barriadas junto a las explotacionesmineras. Ese iba a ser el caso de Ariño yAndorra en nuestra comarca, pero tam-bién, por ejemplo, el de Aliaga (los barriosde Santa Bárbara y de la Aldehuela) o el deUtrillas (Barriada Obrera del Sur).

En Ariño, la empresa SAMCA empezó aprincipios de los años 40 a construir ungrupo de 110 viviendas, a unos doscientosmetros del pueblo, para alojar a los mine-ros. La iniciativa, que se consolidó en lasdécadas siguientes, constaba de residen-cias para técnicos, una clínica, una zonarecreativa (con bar, cine, peluquería, cam-pos de deporte, etc.), economato laboral,escuela (a cargo de los Hermanos de laSalle) y centro de formación profesional.

ENCASO desarrolló este modelo, a mayorescala, en Andorra. La construcción delpoblado minero comenzó en octubre de1950 en un cerro próximo al pueblo. En1953 se disponía ya de 240 viviendas y seproyectaban 100 casas más. Tenían aguacorriente, luz eléctrica, cocinilla de car-bón, servicio y ducha o bañera, y su dis-frute estaba vinculado al contrato detrabajo. Las destinadas a los mineros selevantaron en la parte baja del montículo,eran casas unifamiliares de una solaplanta, con una pequeña zona verde. Unascalles más arriba, se construyeron otrasalgo mayores (algunas eran de dos pisos)para los vigilantes y empleados con cate-gorías similares, y en la parte más elevadade la loma, varios edificios para directivos.Por otra parte, junto a la estación del ferro-carril se construyó un grupo destinado alos empleados ferroviarios. Además, seprepararon residencias para trabajadoresy para las congregaciones de los PP. Sale-sianos y las Hermanas Hijas de la Caridad

de San Vicente de Paúl, que se encargaronde labores educativas. Las calles adopta-ron nombres de pueblos de la provincia yel nuevo poblado, que en principio apare-cía separado del núcleo tradicional, contócon capilla, hospital, escuelas, econo-mato, oficinas, instalaciones deportivas,recogida de basuras, guardas jurados y ser-vicios de reparaciones gratuitas para lasviviendas.

La gran transformación socioeconómicade la zona se reflejaba en 1970 en las cifrasde algunos indicadores sobre Andorra,citamos tres: ocupaba la tercera posicióndentro de la provincia en población (trasTeruel y Alcañiz), el nivel medio de rentaera de 137 608 pesetas mientras la mediadel país era de 129 000 y había un 67% másde televisores que en el resto del territorioespañol. Contaba además con servicio deautobuses a Zaragoza y Teruel, excelentespiscinas, campos de baloncesto, un par-que infantil de recreo y tráfico, peñasrecreativas y el segundo mejor club de fút-bol de Aragón. Pero la presencia de unagran empresa era también causa de la dis-minución de población agrícola, de laausencia de dinamismo empresarial y decuestiones más difíciles de cuantificar,como la pérdida de identidad local. Trasasumir el traspaso de las explotaciones,ENDESA siguió diseñando beneficiossociales para los empleados, aunque estapráctica fue disminuyendo a medida quecrecían los servicios públicos estatales.

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transformación social y urbanística

< Poblado minero de Andorra, 1958.

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El Parque Minero MWINAS, puesto enmarcha en mayo de 2005, tiene entre susobjetivos conseguir un desarrollo sosteni-ble de nuestro territorio, a través de la recu-peración de la memoria histórica y del usoinnovador de los viejos espacios mineros. ElMWINAS brinda al visitante un espacioúnico y vivo, en constante evolución, cuyoeje vertebrador es la minería del carbón. Supropuesta, que lo diferencia de otrosmuseos mineros, es mostrar la comarcaentera como un museo a cielo abierto. Esehilo conductor –la minería– tiene puntos dereferencia repartidos por el territorio, quenos ofrecen una visión completa de la histo-ria comarcal de este sector clave de nuestraeconomía.

El Parque consta de dos espacios principa-les: el Pozo San Juan –donde se encuentrala sede, el centro de visitantes y la princi-pal área expositiva– y un Espacio de Inter-pretación, que corresponde a la superficierestaurada de dos minas a cielo abierto.

El Pozo San Juan se localiza en Andorra,muy próximo al casco urbano. Fue una anti-gua instalación minera, abandonada comotal hacia 1960, que conserva todas sus señasde identidad: el castillete de extracción, elpozo minero, la sala de máquinas, los alma-cenes, la carpintería, etc. Esto permite quelas colecciones se muestren en su contextoy sea mucho más fácil comprender el con-junto de trabajos propios de la minería.Consta de los siguientes sectores:

Espacio museístico

Un antiguo almacén se convirtió en cen-tro expositivo sobre el oficio y la vida delminero. Dispone de una rica colección defotografías, planos, maquetas, útiles yherramientas que muestran el duro y des-conocido oficio minero. También se repro-ducen espacios de su vida cotidiana: eleconomato, la enfermería, la oficina, lalampistería, etc. Esta colección se va incre-mentando día a día gracias al trabajo de ungrupo de voluntarios, mineros retirados,que se encargan de la localización y res-tauración de las piezas.

Castillete de extracción minera

Es el emblema físico y sentimental del Par-que. Una esbelta estructura de hierro,recientemente restaurada, de 44 metrosde altura; nuestra particular torre Eiffel,construida además con el mismo sistemaque esta, mediante remaches calientes, sinnecesidad de utilizar tornillos.

Parque Escultórico

Exposición al aire libre de grandes máqui-nas, mudos testigos del duro trabajo entúneles y galerías que ayudan a compren-der los distintos métodos de explotacióndel carbón en el interior de una mina,desde los más antiguos a las últimas incor-poraciones tecnológicas.

Edificio de máquinas

Se puede visitar el edificio donde se cobijala máquina de extracción que hacía fun-

cionar las poleas del castillete, una Robeyinglesa de principios de los años 50.

El Espacio de Interpretación “Restau-ración Ecológica de Zonas Mineras” selocaliza en Val de Ariño, entre los munici-pios de Andorra y Alloza, y comprendeCorta Alloza y Corta Barrabasa, explota-ciones mineras a cielo abierto realizadaspor Endesa.

El carbón ha grabado su impronta en elpaisaje, y las minas, sobre todo las explo-taciones a cielo abierto, dibujan esceno-grafías que contrastan vivamente con losdecorados agrarios de nuestro entorno. Sia ello añadimos el interesante proceso derestauración de las explotaciones, nosencontramos ante un panorama que nodeja indiferente a nadie. La visita nos per-mite conocer de primera mano todo elproceso de explotación de una mina decarbón por este método: los distintos sis-temas de laboreo, la evolución de lasmetodologías de restauración, los usos delos terrenos ya restaurados y las relacionesentre minería y medio ambiente.

HORARIO DE VERANO: fines de semana y fes-tivos de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00Horario de invierno: fines de semana y festi-vos de 12:00 a 14:00 y de 16:00 a 17:30Pueden concertarse visitas fuera del horarioprevisto. Todas las visitas son guiadas.Más información en la Oficina Comarcal deTurismoPaseo de las minas s/n978 880 927 www.turismoandorrasierradearcos.com

MWinas, un museo a cielo abierto

< Rozadora de ataque puntual, una de las máquinas expuestas en el Pozo San Juan.

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Las minas de la comarca Andorra-Sierra deArcos dieron trabajo pero no grandes suel-dos durante todo el período de la dicta-dura. Es verdad que ciertos beneficiossociales (vivienda, economato, formación,ocio…) compensaban algo los bajos sala-rios. Esta política paternalista de lasempresas mineras, sumada al aislamientode la zona respecto a los grandes núcleos deconcentración obrera, hizo que durante esaépoca no hubiera movilizaciones reseñablessalvo las de la huelga de solidaridad conAsturias de 1962 y la de bajo rendimientoen Innominada de 1973. Sin embargo, a par-tir de 1975 –al igual que pasó en el resto deEspaña– la situación laboral y social entróen un clima de agitación reiterada que daríacomo fruto la organización de los minerosen fuertes sindicatos y unos convenioscolectivos que mejoraron decisivamente lascondiciones laborales, así como los aspectossalariales y sociales. Hitos fundamentalesen este proceso fueron la constitución de loscomités de empresa, la huelga de 1976 en lasminas de ENDESA y las elecciones sindica-les de 1978. La unidad sindical favoreció eléxito para los mineros de los términos delSegundo Convenio en Endesa en 1978. Sinembargo, la intransigencia empresarial en lanegociación del Tercer Convenio –en mediode la dura huelga de 1979– precipitó unaruptura de la unidad sindical que tardaríamucho en recobrarse.El nivel de vida de los mineros se elevónotablemente y esta coyuntura de buenossalarios y crecimiento demográfico por lainmigración laboral arrastraría a los demássectores, tanto los industriales como los deservicios. El bienestar y el pleno empleo

se instalaron a lo largo de dos décadas en lacomarca, sin que se modificara de formaimportante la situación hasta finales delsiglo pasado, cuando se pusieron en mar-cha los Planes de la Minería -nacidos de laspolíticas económicas europeas procedentesde la CECA– que habrían de cambiar nota-blemente el panorama general.El plan 1998-2005, desarrollado para redu-cir y modernizar la producción de carbón,pretendía declaradamente el desarrolloalternativo de las comarcas mineras. Paraello, se involucró a las organizaciones sin-dicales y empresariales, a las administra-ciones locales y al Gobierno de Aragón yse invirtieron cuantiosas sumas en infra-estructuras, sobre todo, en ayudas aempresas y en líneas de formación. Entrelos proyectos aprobados para nuestracomarca cabe destacar los del gasoductoAriño-Alloza-Andorra, el malogrado pro-yecto Ítaca y la todavía no realizada eleva-ción de aguas del Ebro, amén de lasinversiones en carreteras y suelo indus-trial. Los resultados en este sentido fueron“razonablemente satisfactorios” según laDGA. Pero en materia de empleo lo ciertoes que la reducción supuso un golpe deci-sivo para el sector: de los 22 840 minerosque había en España en 1997 se pasó a los8290 de 2005, casi 15 000 empleos menosliquidados a base de prejubilaciones, bajasincentivadas y recolocaciones.El plan 2006-2012 ha sido una continua-ción del proceso con algunas novedades: laDGA aportaría un 25 % de los nuevos pro-yectos y se podrían financiar empresas sinánimos de lucro y proyectos que no fuerande infraestructuras. Aragón recibió algo

más del 3 % de la financiación total y ladestinada a nuestra comarca se concentróen Andorra (polígono industrial, parqueempresarial y matadero comarcal).Las consecuencias de estos planes no hanafectado solo al sector minero, el motoreconómico de la comarca, sino al resto delos sectores. La destrucción de empleo sig-nificó un inmediato fenómeno de éxodopoblacional y el estancamiento demográ-fico. La incertidumbre suscitada por loscambios que se producen con los sucesivosplanes retrae las inversiones y provocainseguridad entre la población, en especialentre las familias mineras, que ven peligrarsus empleos y su nivel de vida. Por estarazón ha sido este sector social el que másfrecuentemente ha reaccionado contra losefectos de los planes, si bien ha contado conel apoyo de las instituciones políticas loca-les y ha sido secundado por buena parte delresto de la población, que se siente ligado dealguna forma a la suerte de sus convecinosmineros y al sector del carbón.Procesos de protesta se han ido regis-trando con cierta frecuencia en todo esteperíodo, como el de 1985 ante el anunciodel primero de los planes citados, como elmotivado por la privatización de Endesa ocomo las más recientes respuestas a losplazos anunciados para el fin de la explo-tación del carbón y ante la crisis colateral,que están ensombreciendo el futuro de lacomarca, sumida en el amargo trance de laagonía empresarial y el desempleo galo-pante (entre 900 y 1000 parados de mediaen los tres primeros trimestres de 2013 enuna población comarcal total que apenassupera los 11 000 habitantes).

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Crisis y contestación social (epílogo)

< 1 y 2. Dos de las manifestaciones que tuvieron lugar a principios de los años 80. 3 y 4. Salida de la marcha minera a Madrid y apoyo ciudadano en una marcha nocturna, junio 2012.

apéndice

Los rostros del carbón.

Producción de carbón

Producción, importación y consumo de carbón (t)

Fuente: Estadística Minera.

Fuente: Estadística Minera. Estadística de Comercio Exterior de España.

1• Tineo. (A)2• Cangas del Narcea. (A)3• Carballo. (A)4• Rengos. (A)5• Tormaleo. (A)6• Cerredo, Villablino. (H)7• San Emiliano. (H)8• Fabero, Toreno, Bembibre. (A)9• Central y marginales. (H)

10• Cármenes, Villamanín. (H) 11• La Magdalena. (H)

12• Ciñera, Matallana de Torío. (H) 13• Sabero. (H)14• Guardo. (A)15• Barruelo, San Cebrián, Casavegas. (H) 16• Villamayor, La Marea, Belaño. (H) 17• Llerandi, Sabarga. (H) 18• Cabrales. (H)19• Cofiño, Ribadesella. (H) 20• Fresnedo, Libardón. (H) 21• Viñón. (H) 22• La Camocha. (H)

23• Amao. (H)24• Santo, Firme, Ferroñes. (H) 25• Naranco. (H) 26• Meirama. (L)27• As Pontes de García Rodríguez. (L) 28• Vera de Bidasoa.(H) 29• Sallent de Gállego. (H) 30• Tamajón. (H)31• El Pont de Suert. (H)32• La Seu d’Urgell. (H)33• Sant Joan de les Abadesses. (H) 34• Bisaurri. (L)35• Cajigar. (L)36• Capella, Laguarres. (L) 37• La Pobla de Segur. (L) 38• Tremp. (L) 39• Calaf. (L) 40• Prats Alp. (L) 41• Berga, Truixent. (L) 42• La Demanda. (H) 43• Mequinenza. (L)44• Oliete, Andorra, Estercuel. (L) 45• Utrillas, Aliaga. (L) 46• Castellote. (L) 47• Foz-Calanda. (L) 48• La Ginebrosa, Beceite. (L) 49• Los Santos de Maimona. (H)50• Bienvenida, Casas de Reina,

Berlanga.(H) 51• Guadalcanal, Alanís, S. Nicolás del

Puerto. (H) 52• Valdeinfierno. (H)53• Couce, Benajarafe. (H) 54• Guadiato. (H)55• Villanueva del Río y Minas, Viar. (H) 56• Puertollano. (H) 57• Arenas del Rey. (L) 58• Henarejos. (L)59• Baleares. (L)

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carbón en españa

Fuente: IGME, 1985Historia de la tecnología española, Barcelona, Valatenea, 2001

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equipo minero / esquema de una mina

Esta página y la anterior: La mina en Asturias. Colección La aventura del saber. Ediciones MADU, 2009. Dibujante: Neto.

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En los años 40, la explotación minera de la cuenca deVal de Ariño planeaba utilizar el denominado Pozo SanJuan como único punto de extracción del carbón pro-ducido en las minas Andorrana y La Oportuna. La pre-visión era optimista, pues se esperaba que constituyerala principal fuente de combustible durante los prime-ros veinte años. Las reservas calculadas eran superioresa los 34 millones de toneladas y su capacidad de pro-ducción se había fijado en 2000 toneladas por día.

Era un detallado plan de producción en el que casi todosalió mal. En 1951 se comenzó a excavar el pozo verti-cal con intención de alcanzar una profundidadmáxima de 320 metros y a lo sumo, 4,5 metros de diá-metro. Pero en septiembre de ese año, cuando se lleva-ban profundizados y revestidos 178 metros, las obrasde perforación toparon con una vena de agua de consi-derable caudal. Fue el primero de la importante serie deobstáculos que finalmente provocarían el abandonode la explotación. El manto acuífero (comprendidoentre las cotas -178 y -196) paralizó las obras durantealgún tiempo, aunque en 1956 las labores de inyeccióny profundización lograron atravesarlo y se llegó a lacota -213. En ese momento se realizó una captación deagua para el poblado con un caudal de 35 metros cúbi-cos por hora. Un año después se siguió excavando y semontaron el castillete, las poleas y tornapuntas del sis-tema de extracción en el exterior, que han permane-cido en pie y se han convertido en símbolo del actualmuseo minero de Andorra. Aunque a 386 metros deprofundidad se llegaron a efectuar labores para enlazarcon la mina Andorrana, en 1960 se decidió abandonarel proyecto y el Pozo San Juan no alcanzó nunca la con-sideración de mina en explotación.

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La máquina de extracción Robey

La sala de máquinas del Pozo San Juan alberga uno de los artefactos másespectaculares del museo y el único que puede verse en funcionamiento:la máquina de extracción Robey, de la que dependería la entrada y salidade materiales, mineros, carbón y escombros del interior de la mina. Estáintegrada por diversos elementos como el puente grúa, un armario eléc-trico, la cabina del maquinista, etc., y funciona mediante un sistema decabrestantes y enormes poleas situadas en el castillete. Pero lo másextraordinario de la misma es su azarosa historia.

Esta máquina, de factura inglesa, se instaló en el Pozo San Juan en ladécada de los cincuenta pero, como ya se ha explicado, este pozo nuncallegó a utilizarse como una mina, así que a principios de los años 60 setrasladó a la mina La Oportuna y allí estuvo funcionando hasta el año2005, fecha en la que se cerró dicha mina.

Coincidiendo con el cierre de la mina, se celebraron en mayo de 2005unas jornadas de homenaje al minero que significaron el inicio de los tra-bajos de recuperación de piezas, herramientas, máquinas…, y el montajede una exposición permanente en las instalaciones del Pozo San Juan.Fue el principio de la puesta en marcha de toda una serie de proyectospara recuperar el patrimonio minero de la comarca y convertir el PozoSan Juan en la sede del Parque Minero MWINAS. Una de las primerasactuaciones en llevarse a cabo fue precisamente el desmontaje, trasladoy nuevo montaje –un trabajo de gran precisión realizado por unaempresa especializada, que concluyó en 2006– de la máquina Robeydesde la mina La Oportuna hasta su ubicación originaria en el Pozo SanJuan, donde ahora luce como uno de los elementos más interesantes delParque Minero, medio siglo después de su primera instalación.

Pozo San Juan: de mina de carbón a manantial de agua

< 1. Castillete del Pozo San Juan. 2. Máquina de extracción Robeyrecien montada en el pozo San Juan. 3 y 4. Diferentes momentosdel desmontaje.

Endesa inició sus explotaciones a cieloabierto en Val de Ariño en 1981 con laapertura de Corta Alloza, y continuó conla puesta en marcha en 1986 de CortaBarrabasa. Los trabajos de restauraciónse inician prácticamente en el mismomomento en el que comienza la explota-ción y continúan hasta unos años des-pués de finalizada la extracción delcarbón. Si bien todo el proceso de restau-ración es de gran interés, destaca, por lonovedoso en su momento y por los bue-nos resultados obtenidos, la restauraciónecológica del hueco final de Corta Alloza,transformado en un humedal que enpocos años ha alcanzado un alto grado dedesarrollo como ecosistema. Lo que en sudía fue el vaso de la gran cubeta mineraabierta para extraer el lignito y sobre laque posteriormente se vertieron en sulabor de restauración millones de tonela-das de rocas y otros materiales estérileshasta conseguir de nuevo su rellenado seha transformado en un paisaje total-mente distinto, antropizado y renaturali-zado. Dichos trabajos supusieron paraEndesa el Premio Medio Ambiente Empre-sas 2005 otorgado por la DiputaciónGeneral de Aragón.

El hueco final –de 130 m de profundidadcon una base superior de unos 500 m deanchura por 300 m de longitud– dejado

por la extracción del carbón en CortaAlloza (1981-1991) fue rellenado (1991-1998) por estériles mineros y por resi-duos del uso industrial del carbón hastaalcanzar la cota original del terreno. Unavez cubierto el cráter, se definió el relievey el modelado de la depresión, creandodos cubetas con sus respectivas zonas deinundación, que recogen las aguas plu-viales y de escorrentía de una cuenca de202 hectáreas. Posteriormente se inicia-ron los trabajos para recuperar la cubiertavegetal del suelo plantándose, en funciónde sus características topográficas y de sudisponibilidad de agua, un amplio catá-logo de comunidades vegetales caracte-rísticas del entorno natural. De estamanera se logró, pese a las difíciles condi-ciones iniciales del suelo (arcilloso, ácidoy pobre en materia orgánica) que se desa-rrollara artificialmente una secuenciaincipiente y gradual de paisajes vegeta-les. La maquia –pino carrasco, coscoja,lentisco, sabina negra, enebro…– en lasladeras del borde del humedal y en lostaludes y plataformas de la escombrera;el prado sabanoide –herbáceas como gra-míneas, leguminosas y otras, retamas,hinojos y espartal– en el espacio de tran-sición entre la zona inundable y los talu-des; y la orla de vegetación acuática entorno a las lagunas.

Estas comunidades vegetales posterior-mente se han desarrollado de forma desi-gual en los distintos hábitats del humedal,siendo en las zonas inundables donde losprocesos de colonización están ocurriendoespontáneamente a mayor velocidad ycon gran naturalidad. Por ejemplo hanaparecido numerosas frondosas, comochopos, en la desembocadura de los cana-les de drenaje.

Con el paso del tiempo la zona ha sidocolonizada también por la fauna, pues seha convertido en un punto de relativaimportancia para el acceso a agua dulce yde calidad. Los anfibios fueron los prime-ros en colonizar el humedal. Entre losmamíferos las especies más frecuentesson el jabalí, el zorro, el conejo, el corzo yla garduña. Pero son las aves acuáticas elgrupo más abundante. El porrón común,la focha, la polla de agua, el pato coloradoo el zampullín no son difíciles de obser-var, aunque se encuentran normalmentede paso, principalmente en el verano.

Hoy podemos afirmar que se trata de unazona de gran valor ecológico, muy valiosacomo ejemplo de una actividad pioneraen materia de restauración ambiental. Ennoviembre de 2010 fue incluida en elInventario de Humedales Singulares deAragón.

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El humedal Corta Alloza

< Detalle del humedal Corta Alloza.

En la década de los cuarenta se produce enAndorra una primera expansión urbanaparalela a la llegada de la Empresa NacionalCalvo Sotelo. Antes de la guerra eran la agri-cultura y la ganadería las actividades econó-micas básicas que empleaban a la mayoríade los habitantes, junto con algunas fábricasde jabón, molinos de harina y aceite. Losandorranos vivían del campo y para elcampo. Desde mediados de los años cua-renta, una nueva actividad económica, la

minera, supone una brusca ruptura con lavilla heredada por la llegada masiva de nue-vos habitantes. Se pasa de 3 199 habitantesen 1945, a 4 485 en 1950 y 7 105 en 1955.

Este numeroso contingente de inmigrantes,que conlleva la consolidación de la minería,implica una nueva dinámica urbana ymuchísimos problemas, tal y como serecoge en este escrito del Ayuntamientofechado en octubre de 1954 y depositado enel archivo municipal. Reproducimos en

esta página la primera parte del documentoy en la siguiente se transcribe el resto deltexto en el que se destacan las necesidadesderivadas del incremento poblacional.

Es de suponer que fue escrito por el secreta-rio del Ayuntamiento, pues era habitualque cada año elaboraran unas estadísticascon los datos económicos y de poblacióndel municipio que aprovechaban para reali-zar una serie de peticiones amparadas enlas mismas, aunque no está firmado.

“(…)

El continúo afluimiento de personal a estalocalidad ha convertido en inservible laCasa-Ayuntamiento, para los serviciosprecisos, siendo de urgencia la construc-ción de nuevo edificio que se adapte a lasnecesidades actuales y asimismo tambiénal aumento de funcionarios que en laactualidad responde a los siguientes: unSecretario-Interventor; dos auxiliares; un Alguacil; otro Voz pública y Dos Vigi-lantes nocturnos.

Se precisa asimismo la construcción denuevo Cuartel de la Guardia Civil ya queel existente es insuficiente para alo-jamiento de la fuerza que ha sido aumen-tada y en la actualidad reside en doslocales independientes.

Aun cuando se cuenta con un buen GrupoEscolar de seis Escuelas, tres para cadasexo y dos Escuelas de párvulos, ha habidonecesidad de solicitar de la DirecciónGeneral de 1ª enseñanza la creación dedos nuevas Escuelas para lo que se ha ofre-cido local y material, todo ello indepen-dientemente de las creadas por la EmpresaNacional “Calvo Sotelo” por lo que enplazo breve habrá que solicitar la creaciónde otro Grupo Escolar, ya que en la actua-lidad hay Escuelas a la que asisten ochentaalumnos.

Otra de las necesidades apremiantes conlas que se encuentra el Ayuntamiento es elde la ampliación del cementerio munici-pal católico para lo que se está haciendo el

oportuno expediente deseando ampliarloen 4.560 metros cuadrados y para lo que secalcula se precisarán unas 150.000 pts.

La situación sanitaria en lo referente aabastecimiento de aguas es de sumaurgencia resolverla; se precisa abastecer deagua a domicilios particulares, estable-cimiento de alcantarillado y cubrimientode un regallo que cruza la localidad y quees un foco de infección, en principio seeleva a la Superioridad, en breve, proyectode captación, elevación y depósito deaguas y sucesivamente se desea continuarcon los demás ya que es de suma urgenciasu resolución.

El matadero también resulta ya insufi-ciente por lo que habrá necesidad de pro-ceder a construir otro nuevo ya que elemplazamiento del actual, debido alaumento de la población, no se encuentraen lugar adecuado.

El estado de las calles es malo y se precisadesde luego proceder a su pavimentaciónsi bien ante los otros problemas plantea-dos y que son más perentorios puededecirse se deja a un lado.

Otra de las necesidades que se notan es lacreación de estafeta de correos habiendorecibido oferta de la Dirección de crearla siel Ayuntamiento contribuía a poner localpara la misma y vivienda para el Oficial,oferta que se desestimó por la prohibiciónde contribuir los Ayuntamientos a servi-cios de las Direcciones generales aparte de

no emitir la hacienda municipal talesdesembolsos.

Aún cuando la Empresa “Calvo Sotelo”sigue en la construcción del nuevopoblado y los vecinos se afanan tambiénen construir viviendas sigue el haci-namiento del personal y para solucionarlose han solicitado cuatrocientas viviendasdel Plan general.

Los servicios de comunicaciones, mediantelos coches del Bajo Aragón, son en ciertomodo, aceptables y aún cuando se ha soli-citado de la Dirección de dicha Empresamodificación de algún servicio, con salidadirecta desde esta, se precisa que los servi-cios establecidos se realicen diariamente,incluidos los domingos.

Lo expuesto anteriormente responde a larealidad y no existe ánimo de agravar la situación ya que repetidas veces se hahecho constar así.

Andorra 20 de octubre de 1954”

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la avalancha humana

Poblado minero, Andorra.

Los poblados mineros de Andorra y Ariñocontaron entre sus servicios con economatolaboral. Este tipo de establecimientos, legis-lados en 1941, pretendían abaratar los pre-cios de los artículos básicos de consumo yasegurar su abastecimiento en una época deescasez. Todas las empresas de más de 500trabajadores estaban obligadas a implantar-los. El de Andorra se instaló en su edificiodefinitivo en 1953, dividido en secciones:comestibles y licores, tejidos y mercería, des-pachos de pan, carne, pescados y verdura,peluquería y tienda de electrodomésticos.Las listas de productos disponibles en dife-rentes años son un elocuente indicador delcambio en las condiciones económicas del país, pues la venta derivó hacia bienes demayor lujo. Los beneficiarios de los econo-matos eran todos los trabajadores de laempresa (y sus familiares), que podían hacersus compras a través de vales que luego sedescontaban de su nómina. Esta prácticaayudaba por ejemplo a cubrir las necesidadesde los recién llegados, pero hubo voces críti-cas que alertaban de que el sistema incitabaal consumo e incorporaba un modo de vidaurbano en el entorno rural. También se admi-tía a los miembros de los ayuntamientos delos pueblos próximos, a los números de laGuardia Civil de la zona, a los médicos y aotros profesionales liberales.

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Los economatos laborales

< Edificio que albergaba el economato laboral de Ariño.

Economato laboral de Andorra. >

Durante los años 40 y 50, los mineros recibían charlas pastorales impartidas por religiosos, misioneros y párrocos en las propias explo-taciones. Tras la conferencia, los trabajadores confesaban y comulgaban, y a veces recogían un vale para intercambiar por un bocadi-llo. En esta carta podemos leer la respuesta del propietario de la mina Barrabasa (Manuel Cañada) a la propuesta del párroco de Allozade realizar una semana misional en primavera de 1949. En la fotografía, vemos a los obreros de Barrabasa con el sacerdote en 1950.

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Misiones en las minas

Uno de los principales inconvenientes del lignito deesta cuenca es la facilidad con que se produce su com-bustión espontánea cuando entra en contacto conoxígeno. En la mina Andorrana tuvo lugar un dramá-tico accidente laboral relacionado con este problema.El 17 de enero de 1956 siete trabajadores perdieron lavida al tratar de recuperar una maquinaria atrapada enuna galería en la que se había originado un incendiomeses atrás. Cuando los mineros entraron en ella seprodujo una nueva explosión de fuego. Tres de ellosfallecieron en el acto, tres más al poco de recibir ayuday el séptimo al día siguiente. Este fue el accidente másgrave de toda la historia minera de la cuenca. Aunquecausó una fuerte conmoción entre los trabajadores, nohubo reacciones colectivas ante el suceso. La Jefaturade Minas de Teruel facilitó la noticia al periódicoHeraldo de Aragón, que informó del suceso en primerapágina. Se afirmaba que los fallecidos componían unequipo especializado que tomó todo tipo de precau-ciones. Sin embargo, sus compañeros opinaban quesolo uno de ellos era un “verdadero minero” y que ladecisión de penetrar de nuevo en la galería había sidoprecipitada.

En la mina Sierra de Arcos (propiedad de SAMCA, entérmino de Ariño) el 30 de octubre de 2001 también sedeclaró un fuego en el interior del pozo, a 300 metrosde profundidad. En ese momento trabajaban dentro28 mineros, pero el plan de emergencia permitió suevacuación sin que sufrieran daños. Los sistemas deventilación invertida extrajeron el humo, la megafo-nía orientó a los trabajadores hacia una galería seguray desde ella a las dos vías de escape previstas para saliral exterior. Dos horas después del accidente una bri-gada del equipo de seguridad sofocó las llamas y logrócontrolar el incendio. Uno de los titulares de prensadecía “La tecnología ha evitado la tragedia”.

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Siniestralidad

La explotación a cielo abierto lleva con-sigo considerables daños al entorno natu-ral y a las tradicionales explotacionesganaderas y agrícolas, pues se pierdenextensiones de terreno cultivable y recur-sos hídricos. Estos problemas deben sercompensados por las empresas minerascon inversiones y mejoras en los serviciosrurales, y con la restauración simultánea oposterior a los trabajos de extracción. Aprincipios de los años 80, diversos proyec-tos afectaban a los municipios turolensesde Andorra, Ariño, Utrillas, Montalbán yAlloza. Esta última localidad protagonizóla oposición más contundente a estenuevo tipo de minería, que provocabagran incertidumbre.

ENDESA había inaugurado en 1981 susexplotaciones a cielo abierto con la minaCorta Alloza. En 1986 iba a empezar a tra-bajar en la Corta Barrabasa, una nuevaexplotación junto a la anterior. El expe-diente de expropiación de Corta Barra-basa abarcaba 300 ha y suponía ladesaparición de unos 4000 olivos, entreotros cultivos; 255 ha se encontraban entérmino municipal de Alloza, y de ellas120 pertenecían a su Ayuntamiento y el resto se dividía entre unos 75 peque-ños propietarios. Además de la pérdidade producción agraria, se temía el dañomedioambiental que iba a provocar laescombrera, una futura montaña for-mada por toneladas de residuos que que-darían depositados a solo tres kilómetrosde Alloza. Se dudaba de la eficacia de una

hipotética restauración, mientras resul-taba evidente la amenaza de degradaciónpaisajística y era muy probable la conta-minación de las aguas subterráneas.

Un grupo de propietarios se opuso a laexpropiación y emprendió una serie deprotestas, apoyadas por grupos ecologis-tas de Aragón y recogidas en numerosasocasiones por la prensa regional. El Ayun-tamiento, que en principio mantuvo unaactitud crítica, finalmente pactó la ventade los terrenos municipales en diciembrede 1985. Esta decisión fue desaprobadapor una parte del vecindario que, sobretodo durante marzo y abril de 1986, prota-gonizó varios actos de protesta en losterrenos donde iban a ser iniciados los tra-bajos para la instalación de la escombrerae impidió en alguna ocasión la entrada alas fincas de los representantes de la

Administración. Mesas redondas, sesio-nes informativas y recogidas de firmasculminaron en la manifestación del 23 de marzo de 1986 en Zaragoza. A finalesde abril, las posturas se acercaron y laempresa aceptó alguna de las exigenciasque se planteaban.

Unos años después, durante la alcaldía deSantiago Baeta, se denunciaba el escasogrado de cumplimiento por parte deENDESA de algunos compromisos; almismo tiempo, se abría un expedientesancionador contra la empresa por supe-rar las cantidades de vertidos acordadas yse precintó temporalmente la escombrerade Corta Barrabasa. Además, se denun-ciaba la presencia de sustancias tóxicas,tales como los residuos del lavado del car-bón y las escorias de la central térmica, enla Corta Alloza.

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Alloza y la resistencia a la minería a cielo abierto

Olivos antes del desmonte.

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Bibliografía

Este cuaderno comarcano se terminó de imprimir

el 3 de diciembre de 2013, víspera de Santa Bárbara, patrona de los mineros,

como colofón de las jornadas 60 aniversario del ferrocarril minero Andorra-Escatrón.