Las mujeres de amaranto

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20A } Martes 11 de Noviembre de 2014 NOTICIAS Voz e Imagen de Oaxaca noticiasnet.mx Local L A GUADALUPE, SANTA INÉS DEL MONTE.- Es una ranchería que se lo- caliza apenas a unos seis kilómetros de la cabecera distrital de Zimatlán, pero se encuentra en las peores condiciones de margina- ción; caminos desechos, sin transporte público... y lleno de “sanitarios ecoló- gicos”. Pero es también un pequeño pueblo donde las mujeres han aprendido a valerse por sí mismas; siembran y co- sechan el amaranto, que les permite mejorar su nivel de vida, además de obtener ingresos. Más avanzadas las de El Carmen, agencia también de Santa Inés, entre intransitado camino, otros tres kiló- metros más arriba. Ahí las mujeres ya aprendieron no sólo a sembrar y cose- char, sino también a generar su propio cereal y comenzar a comercializarlo, en forma de “Alegrías” o las conocidas “calaveritas” por el Día de Muertos. Ahí, las personas de la tercera edad también son tomadas en cuenta. Doña Paula, que a sus 70 años se animó a elaborar las piezas del dulce para esta temporada. Su marido, don Víctor, toma la bicicleta periódicamente y vende los productos en La Ciénega; un grupo más de ellas se organiza y va al mercado de Santa María Roaló. GRAN OPCIÓN De acuerdo con el Coordinador de Estrategia “Amaranto” en el valle cen- tral de Oaxaca, Nicandro Vásquez Ruiz, desde hace por lo menos 15 años se inició la lucha por arraigar el cultivo del amaranto en comunidades de alta y muy alta margi- nación. Explica que es un cereal con alto contenido proteí- nico que puede incidir fuertemen- te en la nutrición de la población en general, pero prin- cipalmente de los niños. En por lo menos unas 80 localida- des de distintos municipios se ha logrado incentivar la siembra del ce- real, que además, a diferencia del maíz, tiene mucho mayor contenido nutricional, es re- sistente a las con- diciones climáticas y de suelos; se pue- de desarrollar aún en terrenos pedre- gosos y sólo con lluvia de temporal. “No se trata de eliminar o suplantar al alimento tradicional de los mexicanos, que es el maíz; se trata de que diver- sifiquen sus cultivos, que conozcan el alto potencial del amaranto; que sepan que tienen una alternativa que puede mejorar su nivel de vida, ofrecerles una oportunidad de ingresos y aunado a ello, refrescar o alternar las siembras para cuidar los suelos”, indica. En entrevista, el también represen- tante legal del Centro de Desarrollo Comunitario “Centéotl”, asociación civil, explica que tras más de tres lus- tros, varias localidades han comenzado a generar su propio desarrollo y no se han atenido a las dádivas del gobierno. Para ello, a la par se constituyó “Ama- ranto Mesoamérica para el Mundo”, empresa social que adquiere, a precios de garantía, la producción. Ejemplifica que a diferencia del maíz, que un almud puede costar 20 a 25 pe- sos, un kilo de semilla de amaranto cuesta entre 18 y 20 pesos, pero ya tos- tado y en cereal sube a 35 pesos o más el kilogramo. LOS BENEFICIOS La Guadalupe está relativamente cer- ca, al pie de la montaña. Pero llegar hasta esa localidad implica seis kilóme- tros de brecha, que incluye un tiradero de basura de Zimatlán; cruzar ríos y arroyos que crecen en épocas de llu- vias fuertes; es necesario viajar en una potente camioneta, para subir sin di- ficultad. Sin embargo, el productor no cuenta con medio de transporte y una vez por semana baja un vehículo de transporte a la cabecera distrital. La comunidad es pequeña, con casas alejadas en escarpadas laderas; escaso terreno para siembra, con una milpa enjuta; pocos varones, muchas mujeres en el pueblo. Se distingue por la gran cantidad de “sanitarios ecológicos”, construidos por la Comisión Nacional del Agua, que si bien son de utilidad para evitar enfermedades gastrointestinales y de otro tipo, de ninguna manera resuelven la principal necesidad de los morado- res: comer. Olga Leticia Cruz Rojas es una de las mujeres que ha aprendido a aprovechar no solamente el cereal del amaranto, sino también las hojas, en alimentos y bebidas. Fue una de las primeras que comenzó con el cultivo, con un cuarto de hectá- rea y ahora más de una hectárea. “Preparamos la tierra, sembramos para el consumo y para la venta; yo he visto que sí da resultados, en mi caso empecé poquito, para ahora ya van dos periodos que vendo no toneladas pero sí suficientes kilos, atiendo bien a mis niños, ya estamos más avanzados”, dice. Tercia María Soledad Reyes, quien este año sembró una hectárea, y ha visto los beneficios no sólo para la salud sino para la economía del hogar, que en su caso está compuesta de nueve personas. Pronto podría ser autorizado un pro- yecto y contarían con equipo y maqui- naria suficiente para secar y tostar el grano, con lo que generaría mayores ga- nancias; mientras un kilo de amaranto se vende a 20 pesos, ya listo para alimento, llega a costar hasta 35 pesos o más. En La Guadalupe, son 12 familias has- ta ahora que se dedican a la siembra y tienen garantizada su venta en cada cosecha, además de quedarse con otra cantidad para consumo o preparación propia de golosinas. ¡Alegrías! En Oaxaca se obtiene una producción anual de 68.71 ton de amaranto 44.4% Sola de Vega 30.45 18% Zimatlán de Álvarez 12.41 26.5% Santa Inés del Monte 18.23 6.7% San Francisco Lachigoló 4.60 4.4% Villa Díaz Ordaz 3.02 FUENTE: Anuario Estadístico de Producción Agropecuaria Futuras empresarias E l Carmen también se transforma paulatinamente. Agencia de Santa Inés, se encuentra enclavada en una pequeña cañada, donde abunda el agua. Aquí han avanzado con mayor celeridad. Tienen en comodato una tostadora de amaranto, que maneja y administra Julita Reyes Ortiz, mujer que atiende el lugar, un cuarto acondicionado especialmente para ello, donde recibe y tuesta el grano, con lo cual adquiere un mayor valor. Aquí son al menos 15 familias las que se dedican a la siembra y cosecha del grano, conocido como “alimento de los dioses”, por su alto contenido proteínico; en 11 hectáreas, obtienen periódicamente un número igual de toneladas que además de vender, aprovechan para alimentarse y hasta para preparar sus propios productos, de manera artesanal. Valeria Martínez Morales, doña Paula Santiago y Julita son parte de las cinco personas que comenzaron con el pequeño negocio; las dos primeras, ya de edad avanzada, preparan las “calaveritas” y otros productos del amaranto, que don Víctor Ortiz Cruz lleva a vender. Continuamente, baja con su bicicleta hasta La Ciénega, Zimatlán, para vender lo preparado; casi nunca regresa con mercancía. De precios módicos, que van desde los cinco hasta los 20 pesos por pieza, Las historias de beneficio con el amaranto son muchas. Está el de Gloria García, 15 años trabajando ese y otros productos y verduras. A diferencia de la mayoría de las familias, cuenta con una camioneta que le permite llevar su mercancía a Zimatlán o la ciudad de Oaxaca. Férrea promotora del amaranto, asegura: “Sí, sí nos ha cambiado la vida; tenemos un ingreso seguro, nos alimentamos bien y es una alternativa para la agricultura. Lo voy a seguir promoviendo”. 1.53 toneladas rendimiento por hectárea 543 mdp, valor de la producción 5 municipios productores 1.4% aporte de Oaxaca a producción nacional AMARANTO EN OAXACA EL CEREAL LE CAMBIA LA VIDA A SANTA INÉS DEL MONTE Las mujeres de amaranto DESAFÍAN A LA POBREZA Y MARGINACIÓN; SIEMBRAN EL GRANO Y BRINDAN VALOR AGREGADO A PRODUCTOS ISMAEL GARCÍA MORALES / FOTOS: CARLOS TORRES COMBATEN POBREZA y desnutrición infantil con amaranto. LA ALTA MARGINACIÓN se palpa en comunidades de Santa Inés del Monte. HAY MUCHO POTENCIAL en el amaranto, dice el ingeniero Nicandro Vásquez R. GLORIA GARCÍA, 15 años sembrando y produciendo la benévola semilla. EN LA GUADALUPE, las mujeres cultivan y cosechan el grano. AMARANTO, el “alimento de los dioses” y sustento de miles. TOSTADORA DEL GRANO, herramienta fundamental para mejorar precio de venta. HAY EMPLEO hasta para las personas de la tercera edad, con preparación de alimentos.

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20A }Martes 11 de Noviembre de 2014 N O T I C I A S Vo z e I m a g e n d e O a x a c anoticiasnet .mx

Local

LA GUADALUPE, SANTA INÉS DEL MONTE.- Es una ranchería que se lo-caliza apenas a unos seis kilómetros de la cabecera

distrital de Zimatlán, pero se encuentra en las peores condiciones de margina-ción; caminos desechos, sin transporte público... y lleno de “sanitarios ecoló-gicos”.

Pero es también un pequeño pueblo donde las mujeres han aprendido a valerse por sí mismas; siembran y co-sechan el amaranto, que les permite mejorar su nivel de vida, además de obtener ingresos.

Más avanzadas las de El Carmen, agencia también de Santa Inés, entre intransitado camino, otros tres kiló-metros más arriba. Ahí las mujeres ya aprendieron no sólo a sembrar y cose-char, sino también a generar su propio cereal y comenzar a comercializarlo, en forma de “Alegrías” o las conocidas “calaveritas” por el Día de Muertos.

Ahí, las personas de la tercera edad también son tomadas en cuenta. Doña Paula, que a sus 70 años se animó a elaborar las piezas del dulce para esta temporada. Su marido, don Víctor, toma la bicicleta periódicamente y vende los productos en La Ciénega; un grupo más de ellas se organiza y va al mercado de Santa María Roaló.

GRAN OPCIÓNDe acuerdo con el Coordinador de

Estrategia “Amaranto” en el valle cen-tral de Oaxaca, Nicandro Vásquez Ruiz, desde hace por lo menos 15 años se inició la lucha por arraigar el cultivo del amaranto en comunidades de alta

y muy alta margi-nación.

Explica que es un cereal con alto contenido proteí-nico que puede incidir fuertemen-te en la nutrición de la población en general, pero prin-cipalmente de los niños.

En por lo menos unas 80 localida-des de distintos municipios se ha logrado incentivar la siembra del ce-real, que además, a diferencia del maíz, tiene mucho mayor contenido nutricional, es re-sistente a las con-diciones climáticas y de suelos; se pue-

de desarrollar aún en terrenos pedre-gosos y sólo con lluvia de temporal.

“No se trata de eliminar o suplantar al alimento tradicional de los mexicanos, que es el maíz; se trata de que diver-sifiquen sus cultivos, que conozcan el alto potencial del amaranto; que sepan que tienen una alternativa que puede mejorar su nivel de vida, ofrecerles una oportunidad de ingresos y aunado a ello, refrescar o alternar las siembras para cuidar los suelos”, indica.

En entrevista, el también represen-tante legal del Centro de Desarrollo Comunitario “Centéotl”, asociación civil, explica que tras más de tres lus-tros, varias localidades han comenzado a generar su propio desarrollo y no se han atenido a las dádivas del gobierno.

Para ello, a la par se constituyó “Ama-ranto Mesoamérica para el Mundo”, empresa social que adquiere, a precios de garantía, la producción.

Ejemplifica que a diferencia del maíz, que un almud puede costar 20 a 25 pe-sos, un kilo de semilla de amaranto cuesta entre 18 y 20 pesos, pero ya tos-tado y en cereal sube a 35 pesos o más el kilogramo.

LOS BENEFICIOSLa Guadalupe está relativamente cer-

ca, al pie de la montaña. Pero llegar hasta esa localidad implica seis kilóme-tros de brecha, que incluye un tiradero de basura de Zimatlán; cruzar ríos y arroyos que crecen en épocas de llu-vias fuertes; es necesario viajar en una potente camioneta, para subir sin di-ficultad. Sin embargo, el productor no cuenta con medio de transporte y una

vez por semana baja un vehículo de transporte a la cabecera distrital.

La comunidad es pequeña, con casas alejadas en escarpadas laderas; escaso terreno para siembra, con una milpa enjuta; pocos varones, muchas mujeres en el pueblo.

Se distingue por la gran cantidad de “sanitarios ecológicos”, construidos por la Comisión Nacional del Agua, que si bien son de utilidad para evitar enfermedades gastrointestinales y de otro tipo, de ninguna manera resuelven la principal necesidad de los morado-res: comer.

Olga Leticia Cruz Rojas es una de las mujeres que ha aprendido a aprovechar no solamente el cereal del amaranto, sino también las hojas, en alimentos y bebidas.

Fue una de las primeras que comenzó con el cultivo, con un cuarto de hectá-rea y ahora más de una hectárea.

“Preparamos la tierra, sembramos para el consumo y para la venta; yo he visto que sí da resultados, en mi caso empecé poquito, para ahora ya van dos periodos que vendo no toneladas pero sí suficientes kilos, atiendo bien a mis niños, ya estamos más avanzados”, dice.

Tercia María Soledad Reyes, quien este año sembró una hectárea, y ha visto los beneficios no sólo para la salud sino para la economía del hogar, que en su caso está compuesta de nueve personas.

Pronto podría ser autorizado un pro-yecto y contarían con equipo y maqui-naria suficiente para secar y tostar el grano, con lo que generaría mayores ga-nancias; mientras un kilo de amaranto se

vende a 20 pesos, ya listo para alimento, llega a costar hasta 35 pesos o más.

En La Guadalupe, son 12 familias has-ta ahora que se dedican a la siembra

y tienen garantizada su venta en cada cosecha, además de quedarse con otra cantidad para consumo o preparación propia de golosinas.

¡Alegrías!En Oaxaca se obtiene una producción anual de 68.71 ton de amaranto

44.4% Sola de Vega

30.45

18%Zimatlán

de Álvarez12.41

26.5%Santa Inés del Monte

18.23

6.7%San Francisco Lachigoló

4.60

4.4%Villa Díaz Ordaz

3.02

FUENTE: Anuario Estadístico deProducción Agropecuaria

Futuras empresarias

El Carmen también se transforma paulatinamente. Agencia de Santa Inés, se

encuentra enclavada en una pequeña cañada, donde abunda el agua. Aquí han avanzado con mayor celeridad.

Tienen en comodato una tostadora de amaranto, que maneja y administra Julita Reyes Ortiz, mujer que atiende el lugar, un cuarto acondicionado especialmente para ello, donde recibe y tuesta el grano, con lo cual adquiere un mayor valor.

Aquí son al menos 15 familias las que se dedican a la siembra y cosecha del grano, conocido como “alimento de los dioses”, por su alto contenido proteínico; en 11 hectáreas, obtienen periódicamente un número igual de toneladas que además de vender, aprovechan para alimentarse y hasta para preparar sus propios productos, de manera artesanal.

Valeria Martínez Morales, doña Paula Santiago y Julita son parte de

las cinco personas que comenzaron con el pequeño negocio; las dos primeras, ya de edad avanzada, preparan las “calaveritas” y otros productos del amaranto, que don Víctor Ortiz Cruz lleva a vender.

Continuamente, baja con su bicicleta hasta La Ciénega, Zimatlán, para vender lo preparado; casi nunca regresa con mercancía. De precios módicos, que van desde los cinco hasta los 20 pesos por pieza,

Las historias de beneficio con el amaranto son muchas. Está el de Gloria García, 15 años trabajando ese y otros productos y verduras. A diferencia de la mayoría de las familias, cuenta con una camioneta que le permite llevar su mercancía a Zimatlán o la ciudad de Oaxaca.

Férrea promotora del amaranto, asegura: “Sí, sí nos ha cambiado la vida; tenemos un ingreso seguro, nos alimentamos bien y es una alternativa para la agricultura. Lo voy a seguir promoviendo”.

1.53toneladas

rendimiento por hectárea

543mdp, valor de la producción

5municipios

productores

1.4%aporte de Oaxaca

a producción nacional

AMARANTO EN OAXACA

EL CEREAL LE CAMBIA LA VIDA A SANTA INÉS DEL MONTE

Las mujeres de amaranto

DESAFÍAN A LA POBREZA Y MARGINACIÓN; SIEMBRAN EL GRANO Y BRINDAN VALOR AGREGADO A PRODUCTOS

I S M A E L G A R C Í A M O R A L E S / F O T O S : C A R L O S T O R R E S

COMBATEN POBREZA y desnutrición infantil con amaranto.LA ALTA MARGINACIÓN se palpa en comunidades de Santa Inés del Monte.

HAY MUCHO POTENCIAL en el amaranto, dice el ingeniero Nicandro Vásquez R.

GLORIA GARCÍA, 15 años sembrando y produciendo la benévola semilla.EN LA GUADALUPE, las mujeres cultivan y cosechan el grano.

AMARANTO, el “alimento de los dioses” y sustento de miles.

TOSTADORA DEL GRANO, herramienta fundamental para mejorar precio de venta.

HAY EMPLEO hasta para las personas de la tercera edad, con preparación de alimentos.