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LAS OCHO VIDAS DE UN GATO DE PAPEL

(Breve historia para imaginadores)

Dibujos de Aranza María Ortiz Gómez

y

Textos de José Manuel Ortiz Soto

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BREVE EXPLICACIÓN

Para Ixchel, Abigail, Leo,

Gabriel, Fabrizzio, Edu,

Manolito y nombres

que faltan…

Queridos amigos de 0 a 100 años y alguno que otro colado, la

historia que leerán a continuación apareció en mi mente en forma

de imágenes antes que en forma de palabras; era como si estuviera

viendo una película o un álbum fotográfico. Como no sé dibujar,

pedí a mi hija Aranza María que me ayudara.

Así nació Las ocho vidas de un gato de papel, una historia

con muy pocas palabras y sí mucho de imaginación colorida, para

que los lectores no se sientan abrumados por páginas y páginas

sin fin.

Espero que lean y disfruten este microlibro tanto como

nosotros,

Manolo.

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—I— EN EL PRINCIPIO

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Si prestas atención, escucharás el sonido del papel en blanco.

Cada vez que la goma se desliza sobre un trazo y lo borra, se oye

un maullido lejano, como a través de una gruesa pared.

Debe ser un gatito que se rebela en contra de su dibujante, y

a gritos pide salir de su inexistencia.

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—II— MAMÁ GATA FUE A COMER

Mamá Gatina no está con sus pequeños. Seguramente anda por la

casa en busca de comida, pues lleva varios días sin tomar

alimento. Para cubrirse del frío de su ausencia, los gatitos se

acurrucan dentro de una caja de cartón. “Miauuuuuuuuu”, la

llaman. ¡Se necesitan tanto!

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—III— ¡JUGUETONES Y TRAVIESOS!

Juguetones, que no hambrientos, los mininos mordisquean un

libro y prueban las palabras. Hacen gestos: saben a sueños, a

tiempo, a poesía... Luego, como sorprendidos de sus propias

travesuras, echan a correr.

Solo para comenzar de nuevo…

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—IV— OTOÑO

Ha llegado el otoño. La puerta que da al jardín se abre y entra un

ventarrón de polvo y hojas secas. Adentro todo se estremece.

Tomado por sorpresa, el gato de papel se eleva y revolotea cual

extraña mariposa gris y blanca que viene y va, que sube y baja y

vuelve a subir…

Cuando al fin llega la calma, el gato de papel descansa junto

a la barda del jardín. “¡Miauuuuuuuffff!”, suspira aliviado. Por un

momento creyó que volaría hasta el cielo.

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—V— UN RIACHUELO DENTRO DE CASA

Hace rato que llueve. “Blop, blop, blop, blop…”, se escuchan las

goteras en el silencio de la casa. Nadie duerme. Hay un río que

corre debajo de la mesa, que rodea a las sillas y sillones; aunque

sabe que su tímida corriente nunca llegará hasta el mar, humedece

todo a su paso.

Los gatos se andan con cuidado, pues saben que podrían

mojarse.

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—VI— CURIOSOS

El fuego crepita en la chimenea. Los gatitos corren por la sala,

pequeñas y peludas bolas curiosas. Cautivado por el misterio del

fuego, el gato de papel contempla la danza de las llamas desde su

sitio en la mesa. Algo en su instinto le dice que jamás debe

acercarse.

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—VII— AMANECER

Los días y las noches han sido largos, muy largos. Al lado de la

mesa, el cesto de basura rebosa de papeles arrugados. ¡No cabe

uno más!

En algún lugar, debe haber cientos —quizá miles— de

gatitos que esperan ansiosos el momento de nacer, aunque sea

apenas unos cuantos segundos.

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—VIII— EL NACIMIENTO DE UN GATO DE PAPEL

Con los primeros rayos del sol, la joven dibujante se fue a dormir.

Todo parece en calma. Sobre el escritorio, el gato de papel

bosteza y abre los ojos.

“¡Miauuuu! ¡Miauuuu! ¡Miauuújule!”, maúlla emocionado.

“Estoy listo para ir a conocer el mundo. ¿Tú vienes conmigo?”.

FIN