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LAS PROPOSICIONES DEL FMISON INDIGNANTES y DOLOROSAS PERO
INEVITABLES PARA ENFRENTAR LA CRISIS *
Esla primeravezqueVenezuela vaa unaselecciones en elmarcode unacrisis tan profunda. Estehechopor sí solole da a esteproceso un carácterde notablesingularidad.
El paíscomienzaa exigirlea los candidatos presidencialesque le hablenclaro.El pueblocomienzaapresentirqueningunadeesas promesascon las cuales lo halagana diario tienen algún fundamento.
La democracia ha permitido que las ideas se debatan yconfronten libremente. Esto ha hecho madurar la concienciadelpueblo venezolano.
El puebloexigeun debatepolíticoen el cual se contrastenlas grandes ideas y las grandes soluciones para la crisis. El electorado -tal como 10 han puesto de relieve las encuestas- sientedesencanto y frustración porque le han mentidouna y otra vez.
Los electoresquierenconocerlos programas de gobiernoqueofrecencadaunodeloscandidatos. Quierenenterarsemuybiende 10 que cada cual propone. El pueblosabeque esta vez adquiereun compromiso singular: el de elegir, en la más profunda y dra-
* El Nacional, Foro con Alfredo Peña,p. e-1, 18 de julio de 1983.
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mática crisis de todos los tiempos, al venezolano que habrá deconducir la nave del Estado en los próximos cinco aftoso
Hoy el Foro es con Arturo Uslar Pietri, un venezolano insigne, orgullo de nuestras letras y ejemplo de 10 que debe ser laconducta de un hombre responsable.
Alfredo Peña. - El Fondo Monetario Internacional ha hecho una serie de proposiciones que los jefes políticos -del gobiernoy de la oposición- han rechazado. Empero, no hemos visto a lospartidos políticos hacer proposiciones distintas a las presentadaspor el FMI.
Arturo Uslar Pietri. - El problema esencial de Venezuelaes que desde hace tiempo viene gastando mucho más de 10 quepuede gastar. El gasto público se ha desbocado de un modo increíble. Estamos gastando cantidades gigantescas en gastos cadavez menos justificados. Esto provoca desequilibrio entre 10que elEstado recibe y gasta internamente. Venezuela es un país que importa una parte inmensa de 10 que necesita.La presión sobre lasdivisas es muy grande en la medida en que hay más bolívares.Tenemos este gran problema; ¿Cómo poner a circular menosbolívares dentro de Venezuela y cómo disminuir la presión delbolívar sobre el dólar en el mercado interno porque los dólares noaumentan sino que disminuyen?
A.P. - La única manera de disminuir la masa interna debolívares en el mercado venezolano es con una drástica reducciónde gasto público.
A.U.P. - Hay que recortar por donde duele y por donde noduele. De 10que se trata no es solamente de disminuir el gasto sinode reorientar y redefinir el gasto público y el papel del Estado en laeconomía venezolana. Ese es el problema. No se trata de decir "vamos a disminuir 800 mil millones de bolívares". Eso por sí solo noresuelve nada porque la cuestión de fondo está en que la economía
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venezolana sigue estando mal concebida. Tarde o temprano, pormás recortes que se hagan, la situación crítica se volverá a presentar mientras no se hagan correctivos muy serios en la economíanacional.
AP. - El Fondo Monetario ha presentado una serie de proposiciones -repito- y los partidos las han rechazado en forma tajante. Yo creo que quienes se oponen a las recomendaciones delFMI están en la obligación de presentar alternativas concretas. Lacrítica sola, por muy fundamentada que pudiese ser, no es suficiente.El país quiere oír críticas pero sobre todo quiere oír soluciones.
A U.P. - Todo esto es muy gracioso. Ahora resulta que laculpa de la situación que estamos viviendo la tiene el Fondo Monetario. El FMI no tiene ninguna culpa. El Fondo Monetario no havenido aquí a tocar la puerta. El Fondo Monetario se ha hecho presente porque Venezuela le ha pedido auxilio. Ese organismo diceen qué condiciones puede auxiliar a Venezuela y punto.
AP. - Por eso insisto en que si los políticos no están deacuerdo con las proposiciones del FMI tienen que proponer otrasalternativas.
A U.P. - Es que las otras que hay que proponer son las mismas. Se trata de una dieta para un obeso que está comiendo muchoy el médico le dice: "Usted tiene que suprimir esto, esto y esto". Ysi el obeso le dice: "Eso no, porque me gusta mucho", el médico ledírá: "Proponga usted 10que quiera suprimir para adelgazar".
AP. - Eso es 10que yo le estoy preguntandoausted. ¿Cuáles alternativas distintas tendríamos frente a las que propone elFMI?
A U.P. - Yo insisto en que la culpa de todo 10que está ocurriendo es exclusivamente venezolana. En los últimos diez añosVenezuela ha sido un ejemplo incomparable de imprudencia en el
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manejo de sus recursos. En esos años hubo gran imprevisión y secometieron todos los errores posibles y gastamos más de cinco planes Marshall. Y, además, el país adquirió una deuda gigantesca cuyo monto todavía es difícil de apreciar, pero que debe estar por encima de los veintiséis mil millones de dólares. Esto es sencillamenteescandaloso. Y esto ha ocurrido en los últimos diez años porque loshombres que tuvieron en sus manos la administración del país nosupieron 10que tenían que hacer, no hicieron 10que había que hacer y contribuyeron a que se creara esta situación que hoy día hadesembocado donde tenía fatalmente que desembocar. Esto eshecho por nosotros los venezolanos. Esto nos ha retrotraído a la situación lamentable y humillante de tener que llamar y pedir auxilioal FMI para que nos diga 10que tenemos que hacer. Nosotros nofuimos capaces de saber qué hacer con la riqueza petrolera. No había ningún derecho ni ninguna razón para que Venezuela llegara aesto. Esto se veía venir, era inevitable y ha llegado. El Fondo Monetario ha dicho 10que tiene que decir: "Ustedes tienen que gastarmenos y poner orden en su casa. Para cumplir con esto tienen quereducir la burocracia y los subsidios. Tienen que presentar un balance que permita pensar que podrán equilibrar la balanza de pagosy cubrir sus gastos. Pero si ustedes no logran eso no podrán pagary, por lo tanto, yo no los puedo ayudar a seguirse endeudando y aseguirse hundiendo. Si mi receta no les gusta a ustedes, proponganuna alternativa que dé el mismo resultado y yo la acepto".
A.P. - Ya que los políticos no han formulado ningunaproposición concreta, dígale usted al país lo que debería hacer enestas circunstancias.
A.U.P. - Eso lo sabe hasta un niño y me da rubor decirlo:gastar menos, gastar más eficientemente, reducir el gasto públicodrásticamente, poner los pies en el suelo y revisar todo 10que hemos hecho en el vicio de la euforia del aumento de los recursos. Esto se resume en dos cosas: disminuir y reorientar el gasto público.No hacemos nada con disminuir el gasto y continuar con el mal sistema que tenemos, con las empresas del Estado perdiendo veinte
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mil millones de bolívares al afio. Los ingresos en divisas han dísminuído porque estamos vendiendo menos petroleo a más bajoprecio. Pero los ingresos estarán por el orden de los quince mil millones de dólares. Esto, para cualquierpaís con quince millones dehabitantes, sería jauja, pero para Venezuela es la miseria. Noshemos acostumbrado a tirar el dinero de tal manera que quince milmillones de dólares al afiono nos alcanzan ni para la mitad de nuestras necesidades.
AP. - ¿Quiere decir que para usted las recomendacio-nesdel Fondo Monetario son aceptables y practicables?
AU.P. - Yo no digo que sean aceptables ni practicables,son dolorosas, son molestas, son indignantes, pero son inevitablesy no tenemos otro remedio que aceptarlas o proponer unas equivalentes. Lo demás es engañarnos a nosotros mismos y engañar a losdemás, que no se van a dejar engañar,
Era otra situación de U.S.A.
AP. - Algunos líderes muy prominentes de la políticavenezolana han dicho que aquí lo que está planteado no es la contracción del gasto público sino, por el contrario, la expansión delgasto para reactivar la economía. Inclusive han llegado a compararla situación venezolana con la de los Estados Unidos en los años enque primero ejerció la presidencia Hoover y luego Roosevelt.
A U.P. - Eso en teoría puede sonar, pero es un disparate porla siguiente razón. El problema de los Estados Unidos en tiemposde Roosevelt era de mercado interno. El problema de Venezuela esdistinto. Lo que estaba paralizada era una economía poderosísima,la economía interna de los Estados Unidos. Para entonces esanación dependía del exterior en menos del diez por ciento de su vida económica. El noventa por ciento era doméstico. En esa situación era sensato que Roosevelt dijera vamos a reanimarla economía americana inyectándole dinero. El problema no era de cambio,
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de comercio exterior, era de poner a funcionar la economía americana. Roosevelt dió una respuesta correcta; inyectó dinero y pusoa funcionar la máquina. El caso de Venezuela es muy distintoporque depende del comercio exterioren más de la mitad de su vidaeconómica. Y en materias tan fundamentales como la alimentacióndepende en un grado que da grima, da miedo pensarlo. ¿Cómo sele puede inyectar dinero a esta economía complementaria del comercio exterior, sin que eso se refleje en pura inflación? Aquí, nohay internamente qué comprar, ni servicios que pagar con ese dinero. Esto elevaría la presión sobre el dólar. Ninguna de esas medidas de inyectar dinero aumenta en un dólar las posibilidades dedivisas internacionales que tiene Venezuela. Eso aumentaría la inflación y, lejos de tener los resultados que tuvo Roosevelt, nos hundiríamos más.
A.P. - Líderes fundamentales de Acción Democrática ydel MAS han propuesto la reforma tributaria, para pechar a quienestienen altos ingresos.
A.U.P. - Eso también es un error. El problema no es fiscal,no es de fondos del Estado. Si así fuera estaría resuelto con el precio del dólar porque el Estado que está recibiendo dólares a4,30 lospodría vender a diez si quisiera. De modo que el Estado venezolano sin crear un solo impuesto podría duplicar sus ingresos simplemente con ponerse a ganar dinero en el mercado cambiario. Lainyección de más bolívares al mercado -aunque el Estado creenuevos impuestos o le saque más provecho al mercado negro de losdólares- agravaría muchísimo más la situación. Se ejercería mayorpresión sobre los dólares y los bolívares valdrían cada vez menos.Hay que reducir el gasto público y disminuir la presión sobre elmercado cambiarlo. Venezuela no puede seguir gastando afueracomo lo venía haciendo porque eso significaría que el bolívar cadadía valdría menos y el dólar se dispararía quien sabe hasta cuánto.
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El FMI propone laverdad económica
AP. - Usteden esencia propone lo mismo que el FMI.
A U.P. - Es que lo que proponeel Fondo Monetarioes laverdad económica. El Fondo propone lo que un pulpero sabe. Lacienciadel FMIes la cienciade los pulperosy de las amasde casa.Si una ama de casa recibe diez bolívares no puede gastar veinte.Todo el que tenga dos dedos de frente tiene que entenderque Venezuelanopuedeseguirgastandoaesteritmoporquesencillamenteno tiene cómo hacerlo.
A.P.- Medidasdrásticas,pormuy necesariasque sean,nose podrían llevar a cabo en el marco que traza el modo de hacerpolítica en nuestro país.
A U.P.- Estamosenel paísenquenadiedicequeel reyestá desnudo. Ningún políticocree que debe decir la verdad porqueen Venezuelaexisteunmitoqueesmuygrave:elmitodel costopolítico.Estoimplicaelmenospreciodelacapacidadmentaldelvenezolano.No se le quierehablarclaro al paísporqueno se cree que elpaís está maduro. Hay una especie de idea despectiva de la capacidaddel venezolano paraenfrentarunasituaciónde crisiscomola queestamosviviendo. Yocreoquelospolíticosdeberíanhablarle al paísclaramentey decirle:"Estamosen estasituacióny ella reclamatalessacrificios. Noes porqueelFMIlosimponga,esporquela necesidadlos impone".Podemosrechazarlas recomendacionesdel Fondo Monetario pero tenemos que reemplazarlas por otrasigualmenteeficaces,propuestas por nosotrosmismos libremente.Lo que no podemos es no tomar ninguna medida y pretenderengañar al país diciéndoleque esto puedecontinuarcomo viene sintomar medidas drásticaspara corregirlo.
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El venezolano noes unpúblico de feria
AP. - Supongamos que usted fuera candidato presidencial y le dijera al pueblo: Es necesario suprimir los subsidios, aumentar las tarifas de los servicios, reducir la burocracia que ahoraestá en un millón doscientos mil personas y liberar los precios. ¿Elpueblo votaría por usted? Es muy probable que vote por el que leofrece pleno empleo y más confort ...
AU.P. - Yo rechazo de plano la suposición sobre mi candidatura porque no soy candidato, no voy a serlo ni quiero serlo.Pero eso de que el pueblo no votaría por quien le hable claro obedece a una triste idea del venezolano. Es creer que es un público demago de feria y que no tiene madurez ninguna, cuando el pueblovenezolano ha dado muestras de mucha madurez. Si un político dijera eso indudablemente tendría muy poco resultado electoral. Peroes que un político que dijera eso 10diría como la primera parte deuna proposición. Diría eso y añadiría que eso estaría acompañadode otras medidas que imponen sacrificios, pero que harían posibleuna Venezuela más sana y más poderosa. Limitarnos a decir vamos a echar gente a la calle, frente a un insensato que diga "yo voya aumentar los gastos, todos tendrían más dinero y las cosas seránmás fáciles", es claro que sería una proposición perdida. Pero siesos sacrificios se exigen en el marco de una plataforma de reconstrucción del país, de hacer una Venezuela mucho más sólida,más justa y pdoerosa en un tiempo razonable, yo creo que el pueblovenezolano responde.
AP. - Si alguno de los candidatos existentes dijera eso yhablara de proposiciones equivalentes a las que propone el Fondo,aunque no sean exactamente las mismas, ¿lograría el apoyo del voto popular?
A U.P. - Yo creo que el pueblo le daría su respaldo.
AP. - y ganaría las elecciones?
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A U.P. - Yo creo que sí. Yo tengo mucha fe en la madurezdel pueblo venezolano. Esa madurez ha sido demostrada en muchas ocasiones. Yo no veo por qué una proposición como esa nopodría funcionar. Sería tener-una triste idea de nuestro país.
AP. -Los políticos no creen en eso.
A.U.P. - Yo no séen qué creen los políticos. Probablementeyo no tengo una mentalidad política, tal vez desgraciada o afortunadamente para mí.
AP. - Los políticos creen que la gente votará por el queofrezca pleno empleo para todos los venezolanos, por el que digaque aquí se vivirá muy bien si se aumenta el gasto público.
A U.P. - ¿y por qué cree usted que la inmensa mayoría delos venezolanos de la más modesta condición dicen que los políticos son mentirosos? ¿Es porque creen en 10que los políticos dicen, es porque esas promesas tienen algún efecto sobre los electores ...?
A.P. - Las encuestas han registrado el desencanto y lasfrustraciones del pueblo.
A.U.P. -Basta hablar con el chofer de un taxi para que lerazone de esta manera yle diga que ya no creen más en engaños, queya no quieren que les sigan diciendo mentiras. ¿Es que hay un paísdistinto en la calle con el que uno habla y otro país ideal de analfabetos tontos que es el que algunos políticos se imaginan queexiste?
AP. - Esas medidas, que al final se tendrán que tomar,quieran o no los políticos, sólo pueden llevarse a cabo con éxito enuna democracia vigorosa y fundamentada en la concertación.
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A U.P. - Sí, pero en una democracia que tiene que ser creíble' que tiene que tener autoridad moral y poder de persuación. Unademocracia que dé el ejemplo. ¿Qué ejemplo ha dado el gobiernode Venezuela de austeridad? No ha dado ninguno. Lo primero quehemos debido hacer era suprimir los Panamericanos. Y rediseñaresta celebración del Bicentenario de Bolívar, una especie de bodasde Camacho en escala internacional que estamos haciendo.
AP. - La verdad es que aquí nadie acepta restricciones.Cuando se habla de reducción del gasto público se queja el sectorempresarial y también el sindical. Vivimos en un país donde tododepende del Estado.
A U.P. - Todo está subsidiado. Pero esta situación hay queenfrentarla. Los países enfrentan las circunstancias. Europa quedóarruinada y liquidada después de la Segunda Guerra Mundial y sereconstruyó. ¿Se reconstruyó a base de mentiras? ¿Se reconstruyóa base de gente que decía que lo que había pasado no tenía importancia? No, se reconstruyó a base de hombres que salieron conla verdad en la mano a pedirle a la gente sangre, sudor y lágrimas.
AP. - Eso mismo me lo dijo usted a mí hace unos años. ¡Yfíjese hasta dónde hemos llegado!
AV.P. - Porque no hemos querido enfrentar la situación,hemos practicado la política del avestruz.
AP. - ¿Cuál cree usted que debería ser la conducta de lospolíticos en este proceso electoral?
A U.P. - Que le hablen claro al país, que enfrenten la situación con sinceridad y que no sigan diciendo mentiras convencionalistas,
AP. - Los políticos, cuando hablan encírculos privados,admiten que la situación es muy grave y que los próximos años se-
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rán más difíciles aún. ¿Por qué no dicen en público lo que sí admiten en privado?
A. U.P. - Porque están presos de la falsa creencia de quehay cosas que no se pueden decir porque tienen un alto costo político.A mí me pareceque es unaequivocaciónfundamental y gravísima.Es probablemente uno de los malespeoresque tienenuestra democracia. El mal de no querernombrar las cosaspor su nombre.El mal de creer que al pueblono hay sino que decirleverdadesa mediasy quelas cosasgraveshayque disimularlas y posponerlaslo más posible.
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"HAY QUE PONER ORDEN..."·
Cuandosecumplíancincomesesdelasmedidas económicasanunciadas el pasado 18 de febrero, Mareel Granier entrevistó él
Arturo UslarPietri.El propósitode la conversaciónfue analizarlaactualsituacióntanto económicacomosocialquepadeceVenezuelaa la luz de esas medidas.
A continuaciónunaversiónresumidade10que sehablóenesa emisión de "Primer Plano".
MarcelGranier.- Ustedha venidoseñalandola necesidadde que se le hable claro al país. ¿Qué entiende usted por hablarleclaro al país?
ArturoUslarPietri.- Yoentiendoporhablarleclaroalpaísel presentarleuncuadrofidedignodela situaciónqueestáviviendo,de los rasgos que la caracterizan,de las circunstancias que la determinany de 10que habría que hacer paraenfrentarlay para salirairosamentede ella. Eso es 10que yo llamo hablar claro.
M.G.- ¿Yquiéncree ustedque deberíahablarleclaro y enesos términos?
A.U.P. - En primer lugar, los hombresque tienen la responsabilidadde gobernarloy, en segundolugar, los hombres queaspirangobernarlo.Me parecequeellossonlos queestánllamados
• Diario de Caracas, p. 24, 25 de julio de 1983.Entrevista por Mareel Granier en el Programa "Primer Plano".
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a decirle al país qué es lo que está pasando y qué es lo que ellosproponen para sacarlo de esa situación, esa situación a la que lamentablemente ha llegado.
M.G. - A su manera de ver, ¿cuál es esa situación que viveel país actualmente?
A.U'P, - La situación la veíamos venir mucha gente en Venezuela. Creo que una gran parte de los venezolanos la han visto.Yo tengo mucho tiempo diciendo, repitiendo e insistiendo en el camino de desastre que habíamos emprendido con, efectivamente,muy poco resultado. Nunca nos han hecho caso ni a mí ni a los quedecíamos eso. Más bien se nos veía como una especie de casandrasque estábamos allí predicando tragedias sin necesidad ninguna. Eraevidente que el país no podía mantener un nivel de gastos como elque traía y mucho menos una orientación del gasto como la quetraía. El país venía gastando, no de acuerdo con una capacidad deinversión determinada, con unos proyectos determinados, sino quegastaba dinero en la misma medida de la capacidad de producirdólares petroleros. Aún más, nosotros nos ingeniamos para quesobre el país cayeran -en los últimos diez años- un torrente de dólares gigantescos que creo equivale a cuatro veces el Plan Marshall,-con el cual se reconstruyó a Europa- en un paisito de 15 millonesde habitantes y, para encima, endeudarnos. Esto conforma uncuadro de locura. Era evidente que un país en ese nivel de gastos (unnivel de gastos que en su mayor parte era improductivo y estéril, ungasto que no contribuía en nada ni a aumentar nuestra capacidadproductiva ni a mejorar nuestra situación económica) tenía quellegar un día a encontrarse con el tope, ¿por qué?, porque los precios del petróleo no iban a seguir doblando cada cuatro años; porque no iba a seguir creciendo la demanda petrolera en el mundo;porque frente a nosotros teníamos los países más organizados delmundo -que son los países desarrollados- que no querían depender del capricho de los países petroleros y que empezaron muytemprano, y gritándolo públicamente, a reorganizar sus economíaspara consumir menos petróleo a fin de depender menos del pe-
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tróleoimportado,a buscarsustitutos de todasclasesy era evidente-además lo mostraban lasestadísticas-queel consumodepetroleoen esos países empezó a bajar dramáticamente.
De modo que no había un mercadoabierto,como se pensaba al comienzo, que se estaba trabajandocon sustitutosy simultáneamente huboun aumentode la producciónpetrolera.Esas doscosas trabajaronpara cambiarlas perspectivas del mercado. ¿Quépasócuandocambióla estructurade ese mercado, cuandoen lugarde ser un mercadoen el que todoslos días se pedíamás petróleoyse pagabaa mayorprecio, al convertirse en un mercadoque ya noestaba dispuesto a comprar tanto petróleo ni a pagarlo a ese precio?, pues, que un país como Venezuelacuyo plan de vida dependía de que se vendieratodos los días más petróleoy a mayor precio, se encontróde prontocon que no teníacon qué cubriresas necesidades que se habían creado y cayó en esa situación de crisisdonde está.
M.G. - Sin embargo, a pesar de esa reducción que haocurridoen los ingresos,no se notaningunatendenciaal ahorroenelgastopúblico.ElGobierno siguegastandoigual,lasempresasdelEstadosiguenperdiendomásdeloqueperdíanantes.¿Haciadóndevamos?
A.U.P.- Evidentemente hay una reacción que...desdequeyo recuerdoque comenzóa sentirseestasituación -antes del 18defebrero- ya el afio pasadolas condiciones estabanplanteadas paraque se viera que esto iba a ocurrir,y con ese motivo se hicieronreuniones, se hicieronplanteamientos y se pidieronopiniones....yaen ese momentoeravisiblequeno se tratabasimplemente de reducir una determinada suma de bolívares del gasto público. Porqueesa es otra cosamuyimportante, aquíse dijo de pronto y recuerdoque se dijo alegremente "Hay que reducir ocho mil millones debolívares".Nosédedóndesalieronesos8milmillonesdebolívaresporque-y perdóname quemedistraigaenesto- sedice"En cuántovaa reducirla rentapetrolerade Venezuela" yesoesestimablepor-
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que se dice "en este afio se van a vender tanto millones de barrilesde petróleo menos a tantos dólares menos yeso da tanto ..." pero esono es verdad, eso no es lo que va a disminuir porque todo este paísgira en tomo a la producción petrolera y, entonces la renta aduanera, el Impuesto sobre la Renta, todas las otras formas de ingreso quetiene el Estado venezolano están condicionadas por la produccióny por el flujo petrolero, porque si el flujo petrolero baja bajan lasimportaciones, tal como han bajado a la vista de todo el mundo....están los puertos vacíos; y si bajan las importaciones va a bajardrásticamente la renta aduanera; y lo mismo va a ocurrir con elImpuesto sobre la Renta.
La renta declarada de las personas va a disminuir porqueesas personas ganaban dinero debido a que había un gasto petrolero elevado que alimentaba todo un mecanismo económicoaéreo y falso. De modo que no es verdad que la disminución eraexactamente el pedacito de disminución que representaba en elcampo petrolero la menos venta o el menor precio sino el reflejo detodo eso en una economía que depende del petróleo en una maneta completa. Entonces ¿de dónde se sacan los 8 mil millones o diezmil millones que hay que economizar y que duela menos? .. entonces se empiezan a hacer unos malabarismos muy graciosos para ver cómo se eliminan los gastos que menos molesten, los gastosque menos repercusión social caucen y se llega a una cosa absurda, que lo más fácil de eliminar es la inversión. Lo que es más fácil de eliminar son los gastos que precisamente son más importantes, los gastos que van a asegurar un desarrollo económico porquelos gastos de personal no disminuyen y entonces la normalidad dela economía se agrava porque disminuímos la inversión pero nodisminuímos la gente que tenemos; de modo que cada día tenemosuna gente más parásita y más improductiva en nada porque la inversión y la producción se reducen y desaparecen.
No se ha querido "cortar por lo sano", como dice nuestragente en su lengua popular. Es decir, el país lo que necesita no eseconomizar al capricho 8 mil millones de bolívares sino reducir y
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reorientar el gasto público, darle otro sentido al gasto público: unsentido de estímulo a la economía, un sentido de disciplina del gasto, un sentido de planificación para un desarrollo posible del paísy no simplemente, ver de dónde se eliminan 8 mil millones para seguir gastando lo mismo en todo lo demás que es lo que hemos hecho, hasta ahora.
M.G. - Este silencio de los candidatos presidenciales entomo a este problema, ¿qué consecuencias cree usted que pueda tener?
A.V.P. -Mala, en primer lugar porque el país no sabe quées lo que tiene frente a sí para escoger. Aquí se repite mucho unafrase que siempre.me ha causado mala impresión y que es la frasede "el costo político" ... "eso tiene un costo político". ¿Qué es lo quetiene un costo político? ¿La verdad? .. si la verdad es un costo político, quiere decir que la política está concebida muy mal porque,algo a lo que la verdad le hace daño es porque ínsitamente está malplanteado... la verdad no puede hacerle daño a nadie o no puedehacerle daño a nada que realmente valga la pena... puede hacerledaño a la mentira, puede hacerle daño a la falsificación, puede hacerle daño al engaño pero no le puede hacer daño a la realidadexcenta, clara y verdadera... Se dice "hay costo político" y yo nocreo que haya porque eso presupone muchas cosas: lo primero quepresupone es que el país es tonto, que la gente no siente ... y la genteestá sintiendo porque los malestares económicos, desgraciadamente, no son simples cuestiones de convicción sino que son cuestiones de estómago que están afectando a la gente en lo que gana yen lo que debe gastar en su vida diaria. De modo que lo estánsintiendo y si no se les habla claro y se les dice por qué está ocurriendo eso y, además decirle qué se puede hacer para curar y revertir eso de otra manera, pues, la gente terminará pordesesperarseporque, sin duda alguna, no tienen cómo reaccionar, no tienenquien los dirija en esa dirección, no tiene quien les planifique esareacción, no tiene quien les trace un rumbo y me parece que esa esuna carencia muy peligrosa que está ocurriendo en este momento.
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M.G. - Ese mismo señalamiento que usted acaba de hacerlo ha hecho el Presidente de la República. El le ha pedido a lospartidos que le hablen más claro al país, que le presenten programas de gobierno.
AU.P. - El problema no es presentar programas de gobierno, Marce!. Tú conoces los programas de gobierno que nuestrospartidos han presentado en los últimos tiempos: son unas enciclopedias, son unos "planes ómnibus" en los que sale desde las alcantarillas que van a hacer en un barrio de una ciudad de Venezuelahasta el número de becas que se van a otorgar para estudiar ecología. A mí me parece que no tiene interés ni importancia para nadieel que se hagan esos planes detallados de las obras públicas que vana realizar, de las pequeñas cosas que van a atender. .. 10que importano es ese catálogo inconexo que va a darle satisfacción a pequeñosgrupos humanos dispersos en la geografía de Venezuela... que alpueblito tal se le prometa que se le va a componer la plaza y vana estar contentos... no, lo que hay que hacer es replantear todo elproblema de la economía venezolana, todo el problema de cómoconvertir este país parásito en un país productivo, ahí es donde estála cuestión central y esa cuestión no la contestan esos programas.Ahora, ¿Por qué, Marcel? por una razón que también es muyimportante, y es porque en realidad los partidos en Venezuela no leprestan alternativas al país. Si tú coges los programas -no hablemosde esta elección porque no han salido todavía-... vamos a hablar dela última elección o de las anteriores... si coges los programas de lospartidos políticos y los colocas uno al lado de otro, se necesitaría unentomólogo, verdaderamente una máquina de precisión perfectapara detectar las diferencias. Las diferencias son solamente dedetalles: que unos van a gastar unos millones más en una cosa yotros unos millones menos en aquella misma cosa pero, conceptualmente no son alternativas, no son cosas que te dicen a ti "aquílo que hay que hacer es esto" y otro que te diga "No, aquí lo que hayque hacer no es esto sino esto otro" eso no lo dicen. Fíjate, en unasituación como esta que vive Venezuela debería haber alternativas.
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M.G. - Si uno analiza la política venezolana de los últimosaños se encuentraque los últimos gobiernos han tenido un marcadotinte socializante. O sea, hay un denominadorcomún en la política,podríamos decir, por 10menos que los dos o tres últimos gobiernosde que el Estado es quien 10sabe todo, de que los individuos sonincapaces de tomar decisiones por sí mismos y que por 10 tantodeben ser sustituidos por el gobierno. Todas las decisiones económicas se toman a nivel central. Está el caso de los famosos IV yV Planes de la Nación que, por supuesto, han sido un fracaso estruendoso y no se han cumplido en nada pero sí ha habido unaorientación fundamental, tanto por parte de Copei como por partede AD, como por parte del Movimiento Al Socialismo, todosquieren una economía socializada, todos quieren una intervencióncada vez mayor del Estado, todos quieren cada vez menos respetopor las decisiones individuales.
A.V.P. - Yo no creo que es una política socializante, es unapolítica intervencionista. No es socializante por esa misma razónporque de pronto, gobiernos que aparentemente vienen con unatuendo de fraseología socializante toman medidas de derecha.Este gobierno que nos está gobernando en este momento comenzópor qué, por tomar unas medidas de la economía de derecha: porliberar precios, por suprimir subsidios ... todo un plan de 10que podría ser un programa económico de 10que llamaríamos un partidoconservador.
M.G. - y simultáneamente un V Plan de la Nación...
A.V.P. - Sí, porque eso es intervencionismo y el Estadovenezolano de los partidos políticos venezolanos, en los 25 años dedemocraciaque llevamos, descubrieronque la intervención era unamina de poder político, que en la medida que el Estado estabametido en más cosas había más clientela política y, por lo tanto, había mayor influencia posible para tener adherentes y para tener votantes y seguidores, cosa que sería muy discutible si es o no verdadeso, pero en fin, eso 10han creído ellos yeso ha hecho que cada vez
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se extiendan más, metan la mano en más cosas porque es unamanera de adquirir más poder y más fácil clientela política. De modo que ellos no son intervencionistas por convicción socializante,porque si no, no darían los bandazos que dan; ellos son intervencionistas porque creen que tienen un buen procedimiento para crearclientela electoral, para crear poder de influencia, para tener lamano metida en muchas partes y poder influir política y electoralmente y afirmar su poder. De manera que hay una distinción en eso,no es que ellos sean socialistas, yo no lo creo, porque si no, no darían los bandazos que dan.
M.G. - ¿Usted cree que lo que el FMI propone es distintode lo que usted ha propuesto o de lo que también propuso Pérez Alfonzo hace muchos años, o lo que tanta gente sensata ha planteadoen este país... o usted cree que realmente es una aberración lo quepropone el Fondo?
AU.P. - No, de ninguna manera es una aberración. Enprimer lugar, hay una idea muy graciosa, al Fondo Monetario Internacional la gente lo ve como un intruso que se ha metido aquí a dictar leyes. El Fondo no se ha metido aquí, lo hemos llamado y lo hemos llamado porque lo necesitamos. Es un poco esa reacción quetienen algunos enfermos de que cuando el médico viene a recetarlosy curarlos es el que le hace mal porque les impone un tratamientodesagradable, porque les impone suprimir cosas a las cuales estánhabituados...entonces el médico es el culpable y no la enfermedady, desde luego, eso falsea toda la relación... nosotros estamos unpoco en ese caso. El FMI es una institución creada por todos lospaíses, entre los cuales está Venezuela. Venezuela es uno de losfundadores del FMI y uno de los miembros del FMI y uno de lospaíses que ha hecho aportes al FMI. El FMI es simplemente unaespecie de policía monetaria que crearon todos los países, a raíz dela última guerra mundial, para ver la manera de sanear las finanzasmundiales y establecer unos mecanismos que impidieron aquellosgrandes dramas monetarios que ocurrieronen el anteriorperíodo delas dos guerras. Es todo lo que tenía, el FMI no tiene ninguna au-
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toridad distinta de la que le dan y ningún otro objetivo distinto y élno se mete en los países, 10llaman. Y ¿cuándo10llaman los países?10 llaman cuando los países están metidos en el foso, cuando notienen con qué hacerle frente a sus obligaciones, cuando estánendeudados... es entonces cuando llaman al FMI. También 10llaman los acreedores, desde luego, porque cuando éstos se encuentran con un país que tiene unas deudas que no puede pagar yque están creciendo quieren que alguien diga "ahora el país si 10vaa poder pagar porque se va a someter a un plan que le va a permitir pagar" y ese papel 10desempeña el Fondo.
De modo que el Fondo no ha venido aquí de intruso, él havenido porque Venezuela se metió con sus pasos muy contados enuna situación en la cual no ha debido meterse nunca y a la cual nohabía ninguna razón para que llegara, y porque estando en ese foso en que se metió ha llamado al FMI para que la ayude a salir deél y el Fondo viene y cumple con su deber. Dice "Como no, ustedespara salir de este foso tienen que hacer las siguientes cosas ..." y entonces da una serie de recomendaciones elementales: tienen quegastar menos, tienen que reducir las importaciones, tienen que establecer una disciplina fiscal que garantice que ustedes van a tenerentonces las divisas con qué hacerle frente a esas obligaciones yustedes con esas medidas van a poder salir. Ahora, no es que elFondo llegó aquí con unos tanques e invadió a Venezuela y dictóun ucase de qué era 10que había que hacerni 10ha pretendido dictar.Ahora ¿qué propone el Fondo? que pongamos orden, que hagamoslo que no supimos hacer por nuestra cuenta. Aquí hubo épocaspeores, Marcel, lo que pasa es que los venezolanos tenemos -talvez, desgraciada o afortunadamente- mala memoria histórica.
A principios de este siglo Venezuela se encontraba en unasituaciónde deudas impagadasmuy altas yeso trajo una intervenciónarmada. Aquí vinieron acorazados alemanes y de otros países europeos y bloquearon los puertos venezolanos. Los bloquearon para.que Venezuela pagara sus deudas, por que no pagaba, y se llegó ala humillación, a la horrible humillación de que esos países se en-
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cargaron de la principal renta que el país tenía (entonces no era unpaís petrolero, era un pobre país con unos ingresos muy chiquitos)y se encargaron de la administración de las aduanas. Cogieron laadministración de las aduanas para asegurar que la deuda se pagaría. Entonces, pagaban los intereses y la amortización y el restose lo entregaban al gobierno de Venezuela para que éste hiciera conél lo que quisiera. A eso llegamos nosotros, a esa humillación. Lotrágico es que después del torrente petrolero hayamos vuelto a caeren esa humillación. Y los autores de esa humillación no son los delFMI, somos los venezolanos.
M.G. - Alguna gente ha venido planteando que lo que Venezuela debe hacer es no pagar. ¿Qué consecuencias tendría esto?
AV.P. - Las consecuencias que tiene todo maula. Venezuela podría quedar como que no paga ¿quién la obligó a endeudarse? ¿Tiene alguna explicación que un paisito de 15 millones de habitantes haya tirado la montaña de millones que tiró, gastó y encimase endeudó? ¿Tiene alguna responsabilidad distinta a la de los venezolanos que les pareció bueno hacer eso y que les pareció magnífica esa gran fiesta, esa gran "kermese" de millones? Eso es lo queha ocurrido. Ahora, podríamos decirle al mundo entero "Nosotrostuvimos una riqueza inmensa, la despilfarramos, la botamos, nosendeudamos y ahora no les pagamos", bueno, Venezuela quedaríacon una gloria inmarcesible y sería de trágico que esa sea la manerade celebrar el segundo centenario del nacimiento de Bolívar.
M.G. - Bueno, pareciera que lo vamos a celebrar con ladevaluación y con algunas otras maravillas más por el estilo.
AV.P. - Ya estamos devaluados.
M.G. - ¿Qué salida tiene el país?
A V.P. - Poner orden...
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M.O. - y quién va a poner orden?, ¿usted cree que quienes pusieron el desorden van a poner orden?
A.U.P. - Es que no hay otra. El orden lo tienen que ponerlos venezolanos. Sería muy triste que nosotros llegáramos a la conclusión de que tiene que venir alguien de fuera a enseñamos a vivirya manejar nuestras cosas. Yo no creo que hayamos llegado a eso.Creo que en Venezuela hay todavía reservas de sensatez. Creo queen Venezuela hay gente capaz. Creo que en Venezuela hay gentecon un criterio suficientemente sano para saber qué es lo que hayque hacer y, ¿qué es lo que hay que hacer?, gastar menos, ponerorden en los recursos que tenemos. Los recursos que tenemos soninmensos. Nosotros tenemos en este momento -con la producciónque tenemos disminuída, con la exportación que tenemos, disminuída; con los precios del petróleo rebajados- tenemos, repito, uningreso fijo -por petróleo- que debe estar en el orden de los 15 milmillones de dólares al año para un paisito de 15 millones dehabitantes. Si a cualquier país de 15 millones de habitantes en elmundo hoy en día, se le dijera que se le va a asignar una renta llovidadel ciclo de 15 mil millones de dólares por año, declararía fiestanacional por un año.
M.O. - Eso es lo que estamos haciendo nosotros... estamosdeclarando fiesta nacional todo un año ...
A.U.P. - No, aquí estamos declarando miseria. Aquílos 15mil millones de dólares significan miseria. ¿Por qué? porque noshemos ingeniado para gastarcl doble. Ahora, nosotros pretendemoscontinuar gastando eso sin tener con qué hacerle frente y a quienvenga y nos diga "Ustedes tienen que poner orden", le decimos"Usted es un intruso, usted es una persona inaceptable y nosotrosnos endeudamos y botamos lo que tenemos y usted verá qué haceporque no le vamos a pagar". Bueno, yo creo que eso es absolutamente inadmisible. Eso no lo puede decir nadie que no sea uninsensato. El país ha contraído esa deuda, el país ha despilfarradotodo ese dinero y el país, -si es que tiene responsabilidad y yo creo
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que la tiene- tiene que hacerle frente aesomuy seriamente y decirlea los demás países "Yo voy a pagar. Voy a pagar, voy a hacer elesfuerzo de pagar. Voy a poner orden en mi casa". Y no solamente"voy a pagar" sino "voy a salir favorecido de esta coyuntura. Voya salir con una economía mucho más sana y mucho más sólida queme va a permitir ver el futuro con mejores ojos que aquel carnavalde dólares en que estuve viviendo de una manera inconsciente".
M.G. - Sin embargo, en los 5 meses que hemos vividodespués del 18 de febrero, nadie ha planteado eso, nadie ha dichoeso. Uno ve a los candidatos haciendo planteamientos de otro tipoy ve al gobierno haciendo planteamientos muy distintos. Personalmente, yo no veo que haya nadie a nivel de gobierno, de dirigenciapolítica del país verdadera y sinceramente interesado en que seponga orden en la situación, Como usted decía antes, el costo político es muy alto. El costo político de-reconocer que el sistema cambiario que tenemos es absurdo, es monstruoso oo. es un costo muyalto y "mejor no hablemos de eso". El costo político de establecerun presupuesto de divisas de manera de que las que tenemos ahora -que son mucho menos de las que nos hacen falta- se orientena donde son más necesarias es un costo muy alto.
A.U.P. - Sí, porque desgraciadamente esta situación hacoincidido con un proceso electoral. Hay que reconocer que esa esuna circunstancia infortunada y que requeriría un gran valor paraque un dirigente político y mucho más un dirigente político que aspire a ser Presidente de la República y un partido que aspire a ganarlas elecciones, corra el riesgo de decir "la situación es muy mala.Yo pido que hagamos un sacrificio" si él piensa que el otro que estáenfrente va a decir "No, la situación no es mala, yo no les pido sacrificio, yo les voy a hacer un milagro nuevamente y ustedes vana ver que todo va a marchar muy bien...". De modo que hay una especie de inhibición, de tabú, que hace imposible el que se puedanplantear las cosas en ese terreno. Yo creo que es un error. Creo quesi un candidato saliera a la plaza pública y le dijera a los venezolanos "Estamos en una situación difícil-desde luego, no estamos
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en una situación que ha llegado al apocalipsis estamos en una situación difícil que puede empeorar pero de la cual podemos salir sitodos y cada uno de nosotros hacemos lo que tenemos que hacer...y el gobierno el primero... Vamos entonces a establecer un plan deausteridad, de austeridad seria; vamos a dirigir ese inmenso torrente, que todavía tenemos, de riqueza petrolera hacia los fines quedebemos dirigirlo para aumentar la fortaleza económica del país ysu capacidad productiva; vamos a prescindir de una serie de tonterías en que hemos estado malbaratando los recursos hasta hoy..."y creo que el país le respondería. Yo no soy tan pesimista sobre lamadurez política del venezolano. Yo creo que la gente comprendería y aceptaría que es verdad, que hay que hacerle frente a esto,porque una de las cosas que la gente repite y dice es "la pérdida decredibilidad en las promesas de los políticos".
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LA INFLACION NACIONAL *
Hube de decir yo hace poco, en el artículo "Los Bolívaresde Hielo", algunas de esas verdades que ponen al desnudo el fracaso del actual régimen. Dije allí que Venezuela estaba atravesandopor un grave período de inflación monetana, que el bolívar se seguía desvalorizando de manera contínua y rápida, que nada se estaba haciendo paracontenerel mal y que la principal responsabilidadde esa amenazante situación la tenía el Gobierno.
Muchos salieron por allí a ponerse las manos en la cabeza,a desmentinne, a lIamanne resentido y alarmista, y a tratar de refutanne con pintorescos disparates. Como argumento extremo aigunos han llegado a escribir que no puede concebirse que un Gobierno tan "democrático" como el actual, que tanto ha hecho por elbienestar popular, fuera voluntariamente a tomar el camino delcaos y del suicidio. El caos económico y el suicidio administrativo.
Yo no sé si voluntariamente lo está haciendo. Lo que meimporta saber es que lo está haciendo. Que a tontas o a sabiendaslleva a Venezuela por el camino de la catástrofe económica. Yesoes lo que importa que la gente sepa.
Pero ahora, en unas tardías declaraciones, difíciles de leer,el Doctor Manuel Pérez Guerrero, Ministro de Hacienda del actualGobierno, viene a darme la razón plenamente.
* El Nacional, p. A-4, 1º de setiembre de 1948.
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En esas declaraciones el Doctor Pérez Guerrero ha dichoque en Venezuela hay inflación (..... en Venezuela ha seguidoimperando en forma ascendente...ese fenómeno inflacionario.,");que el poder adquisitivo del bolívar ha disminuído; que el alzade los precios nacionales ha sido superior a la de los importados(... "últimamente los precios de los artículos nacionales han tendidoa aumentar un poco más rápidamente que los precios de los artículos importados.."); y que el Gobierno no está haciendo nadapara combatir esa grave enfermedad económica (... "como paísdébil económicamente no podemos en forma aislada pretendercontrarrestar solos ese fenómeno.....).
No es otra cosa 10que yo he dicho y sostenido y 10que vengo a corroborar aquí con las propias declaraciones del Ministro deHacienda del régimen.
Esto basta para que toda la nación pueda abrir los ojos anteuna situación tan amenazante que puede aflorar en cualquier momento en forma trágica desarticulando toda la vida económica y social del país que cada día más está reposando sobre bases artificiales y frágiles.
La inflaciónque sufre Venezuela tiene dos aspectos distintospero concomitantes.
El primero es el que pudiéramos llamar de la inflación importada. Hay una situación inflacionaria creada por la guerra en losEstados Unidos y en los países europeos. Venezuela es un país quedepende cada día más de importaciones. Esas importaciones traenprecios inflados. Venezuela está importando fatalmente la inflación.
Este sucinto razonamiento es verdadero. Hay una situaciónmundial que se refleja en nosotros. Y que se viene reflejando desdehace años. Los precios de los artículos de importación, entre 1941y 1945, subieron 40,45 puntos. Es diffcilluchar contra esa situa-
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ción, pero eso no quiere decir que haya algunos modos de contrarrestarla. Hay sin duda el más simplista e inmediato. Si estamosimportando la inflación, importemos menos y produzcamos más.Pero en todo caso, cuando este fenómeno ocurría se podía decir queVenezuela estaba sufriendo los efectos reflejos de una inflaciónajena. y la comprobación más clara la daba el hecho de que losprecios de los productos nacionales habían subido mucho menosque los importados. Tan solo 25,92 puntos durante el mismo período.
Esta situación es laque ha sufrido un cambiomuyimportantea partir de la revolución de octubre. O para ser más preciso, a partirde la iniciación de la política de despilfarro de la famosa revolución.
Aparece entonces la que podemos llamar la inflación nacional, la inflación propia. La revolución de octubre que se proponíanacionalizar tantas cosas, logro por lo menos una: nacionalizar lainflación. A partir de entonces se ha venido desarrollando en Venezuela, no solo con independenciade la inflación internacional, sino cubriéndola y superándola, una inflación creada por la políticafiscal y monetaria del Gobierno. La señal evidente de ese hechonuevo y que tanto importa destacar, es el hecho también nuevo deque por primera vez, a partir de 1945, el alza de los precios nacionales sobrepasa el de los precios importados. Es decir: 29,87 puntos los productos nacionales, y 20,29 los importados. Lo que revelaclaramente que, además e independientemente de la inflación internacional, hay una inflación propia de Venezuela, que sobrepasaaquélla, que dependen de la política de gastos del Gobierno y quetiende a incrementarse en la misma forma en que esa política degastos se incrementa.
Por eso se comete un error cuando se habla de inflación enVenezuela, como un fenómeno homogéneo y fundamental dependiente de la situación mundial. Hay dos inflaciones. Y una depende de la situación mundial y la otra depende del Gobierno venezolano. Y no se debe confundirlas sin incurrir en muy graves
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errores de apreciación. Dos inflaciones que, a los ojos del público,se sobreponen y confunden en un solo efecto: la carestía crecientede la vida, y la pérdida continua de valor del bolívar.
Ante esa situación tan grave, reconocida por el mismo Ministro de Hacienda del régimen, el Gobierno está cruzado de brazos, si nos atenemos a las palabras del Ministro el Gobierno no sepercata que su política fiscal tenga nada que ver con el fenómeno.El Ministro se limita a aconsejar paternalmente a los obreros queproduzcan más y gasten menos, a las empresas a aumentar su rendimiento, y a todos a gastar menos en bienes de consumo y a invertir más en bienes productivos. En cuanto al Gobierno apenas diceruborosamente: "El Gobierno debe llevar una política sana; no podemos decir que nosotros hemos logrado a completa satisfacciónese objetivo...".
Todas esas tibias medidas que el Ministro aconseja nopueden ser sino el complemento de una enérgica e inteligente acción gubernamental. Y esa acción no existe, ni asoma por ningunaparte. Bonita cosa es decirle a los obreros que no gasten, decirle alos capitalistas que inviertan en producción, cuando el Gobiernocon su política da el ejemplo del más desaforado despilfarro y creacostos de vida crecientes que hacen indispensables mayores gastosde subsistencia. Es como si Noé se hubiera puesto a aconsejarle alas mujeres de la casa que no arrojaran el agua al patio porque ibaa aumentar el diluvio.
Hay maneras de defenderse de la inflación internacional.Hay modos eficaces de defender la inflación nacional. El Gobiernopuede y debe tomarlas. Pero no solo no está luchando contra la inflación importada, sino que está creando la inflación nacional.
No solo no se hace nada en contra, sino que se hace todo porfavorecer la inflación. ¿Qué otra cosa significa que un Gobiernoque confronta un problema tan grave de inflación interna, aumenteen una tercera parte, sin ninguna razón plausible, y sin ninguna mo-
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dificacién esencial en la manera de invertir, un presupuesto que esla fuente principal de esa nación?
Si el Gobierno no sabe, no quiere o no puede combatir lainflación, hay en Venezuela muchos hombres que saben, quieren ypueden defenderla.
Nada es más grave que ésto en la presente hora nacional.Nada amenaza con más turbios presagios el porvenir del país.
Ese bolívar de hielo, ya no de oro ni siquiera de petróleo,que se está derritiendo en las manos de quienes tienen que recibirloes el síntoma de una mortal enfermedad del organismo nacional.y esa enfermedad no solo no ha sido combatida, sino que cada díaestá siendo más incrementada por la política fiscal del Gobierno.
Puede que los más de los venezolanos no se den cuenta dela tremenda gravedad de estos hechos. Un día, tarde o temprano,habrán de darse trágica cuenta de ellos. Pero ya será el inexorabledía del arrepentimiento tardío y del crujir de dientes.
Nueva York, agosto de 1948.
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LA INFLACION *
Vivimos un proceso inflacionario, en escala casi mundial,que afecta seriamente todos los aspectos de la dinámica social. Esto cs evidente no solo en el orden económico sino que influye, enforma determinante, en la problemática familiar, en la salud mentaly en cl ordenamiento de nuestra sociedad.
Arturo Uslar Pietri posee una larga experiencia en el campo de la economía, que se remonta al afio 1939 cuando fue fundadorde la Escuela de Ciencias Económicas en la Universidad Central,yen el afio 1943 cuando desempeñó el cargo de Ministro de Hacienda.
En este capítulo analiza, en forma muy somera, un fenómeno que a todos nos preocupa.
"En elmundo, queparecía tanseguro, de las computadoras,la estadística y las previsiones, estamos descubriendo con pavorque nadie sabe cuanto valen las cosas. "
Arturo Uslar Pietri, 1974.
- El fenámeno inflacionario es relativamente reciente enVenezuela. Sin embargo, desde hace muchos años usted viene señalando los desaciertos que en su criterio conducirían, inevitablemente a una espiral inflacionaria con todas sus consecuencias. Las
* Eskenazí, Margarita. Uslar Pietri, Muchos hombres en un solo nombre.Caracas, 1988.
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informaciones oficiales no concordaban con su apreciación delproblema. ¿A qué se debe esto?
- Una de las más viejas y respetadas reglas de la políticauniversal consiste en no decir nunca, claramente, las verdades desagradables, por ejemplo, precisarla derrota como una casi victoria,la pobreza como una virtud, y los males como la culpade algún enemigo foráneo. Esto nos permite a todos continuar en el error, peroaliviados del sentimiento de culpa. Es decir, impedidos de conocerel mal y encararlo razonablemente.
- Vivimos un alza contínua de los precios y del costo de lavida, que afecta a muchos países y que al mismo tiempo, provocaserias perturbaciones en el orden no sólo económico sino tambiénpolítico y social. ¿Esto sucedió siempre?
- Hasta ayer la inflación era un fenómeno ocasional queacompañaba o seguía a las guerras por causa de los gastos deficitarios'y excesivos que los gobiernos se veían obligados a hacer para financiarlas. En los últimos tiempos en el escenario político delos grandes países está en alguna forma decisiva la presencia delciego, continuo e incontrolable proceso de la inflación.
El alza de los precios se ha desencadenado porque en todos los países la circulación monetaria ha crecido desmesuradamente con respecto a la capacidad productiva real. Los decretos decongelación de precios, aún en los casos en que se han acompañadode congelaciones similares de salarios, han sido de poco efectoporque el volumen creciente de la masa monetaria sigue ejerciendouna presión incontenible sobre la demanda de bienes y servicios enel mercado. Y, por otra parte, en un mundo tan conectado y tan interdependiente es imposible detener eficazmente la inflación ajenaen las fronteras.
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- Cada nuevo gobierno, cada nuevo movimiento politicoque llega al poder promete infructuosamente detener la inflación.¿Cuál es la causa de esta importancia?
- Esto es debido a que los gobiernos de todos los paíseslanzanproclamas de lucha contrala inflación, pero simultáneamentehacen todo lo que contribuye a estimularla y acelerarla. Gastan másde lo que recaudan y ponen a circular cada vez más dinero, porqueesperan de este modo complacer y halagar el ansia de bienestar dela mayoría pero simultáneamente decretan que los precios no hande subir, en una postura de contradicción insalvable.
- Si como muchos economistas aseguran, el mal inflacionario esproducto del bienestary el crecimiento del consumo entérminos mundiales, ¿cuál sería la solución?
- Nunca en la historia se ha producido más de todo y nunca los niveles medios de consumo por habitante han sido más altos,no sólo en los países industriales sino aún en aquellos que todavíaocupan una posición baja en la escala del crecimiento. Nunca se hanpagado más altos salarios ni las empresas han hecho mayores beneficios. Sin embargo, todo esto que parecería bueno y deseable enel más alto grado, parece ser la causa principal del alza de losprecios y de la devaluación de la moneda. El remedio lógico seríapeor que la enfermedad y no hay, seguramente, ningún gobiernocapaz de aplicarlo. Tendría que consistir en una reducción drásticade la capacidad de consumo y de gasto, lo que, a su vez, significaríaabandonar el ideal de pleno empleo y de remuneraciones altas. Ensemejantes términos, el único freno eficaz de la inflación sería alguna forma de crisis económica mundial provocada. La sola perspectiva de las consecuencias de esta alternativa, que significaríainmensos desajustes sociales y económicos mucho más dramáticosy violentos que los que causa la propia inflación, hace imposibledarle alguna consideración seria.
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- ¿Se podria aspirar a una estabilización de los precios?
- Pretender que los precios puedan permanecer establesen algún país del mundo es una pretensión absurda y condenada alfracaso. Todo ha venido subiendo de una manera continua y enalgunos casos en forma espectacular. Las cosas no pueden valermenos de 10que cuesta producirlas y la tendencia es a que cada díalos costos de producción sean más elevados. Si los precios no responden a esta realidad la producción disminuye o desaparece otendrá que ser compensada con alguna forma de subsidio, 10 que nosignifica que los precios no hayan subido sino que en una formaindirecta, a través del dinero del Estado que es fmalmente el de todos, se está pagando la diferencia.
Todos tenemos la tendencia a engañamos favorablemente.Pensamos que podemos disponer de más dinero y que al mismotiempo el resto de las gentes estén dispuestas a dar lo suyo por menos dinero. Queremos que 10nuestro, trabajo o productos, valganmás pero que al mismo tiempo, 10ajeno se mantenga indefinidamente en un mismo precio. Es una actitud pueril que la realidad desmiente continuamente y en todas las formas.
- ¿Entonces estamos condenados a una inflación permanente?
- Hay quienes piensan que el mundo industrial tiene queaprender a vivir con la inflación, como los diabéticos aprenden a vivir con su enfermedad. Ni detener la inflación, ni lograr vivir conella va a ser fácil. En un sistema de alza continua de precios nadiesabe cuanto tiene ni cuanto gana. Desde el trabajador, cuyo ahorrotiende a desaparecer, hasta las grandes empresas cuyos beneficiosmonetarios pudieran reposar sobre un engaño ruinoso. En efecto,algunos analistas han estimado que los beneficios de las grandesempresas no corresponden a la realidad, porque los valores de depreciación no han sido ajustados a la inflación y al precio real dereemplazo. Lo mismo ocurre con los inventarios.
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El hombre de la calle, para su desagradable asombro, parece haber descubierto, a su vez, que la inflación le hace perder dinero a todas horas, haga lo que haga.
En el mundo, que parecía tan seguro, de las computadoras,la estadística y las previsiones, estamos descubriendo con pavorque nadie sabe cuanto valen las cosas.
-A la inflación hay que temerle porque, indudablemente,un incremento significativo de ella podría incidir sobre la pazsocial. Desde Adam Smith hasta hoy, se ha repetido que la riquezade una nación está constituida por lo que produce con su trabajo.Hemos sido un país monoproductor con ingresos petroleros que,hasta hace poco, desbordaban las necesidades, creando con ellouna riquezaficticia. ¿Esusted optimistaacercadelfuturo económicode Venezuela?
- Yo no soy optimista, pero tampoco soy pesimista en elsentido de que Venezuela está en un camino de catástrofe. En unpaís con inmensos recursos, con grandes posibilidades de desarrolloeconómico, con la energía eléctrica más barata del mundo, y deacuerdo a las estadísticas del BID, continua siendo el país con ingreso per cápita más alto en toda latinoamérica. Creo que lo queVenezuela necesita es una rectificación en la política económica ysocial. No se puede seguirmalbaratando el dinero en nombre de unpopulismo desenfrenado, que se pudo mantener gracias a un torrente petrolero creciente.
Todo gobierno quiere gastar más, y la única ciencia que necesita un Ministro de Hacienda, es saber decir: ¡NO!
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LA MONEDA COMO ENIGMA *
En buena parte de la extendida y dura crisis económica quesacude al mundo actual está la profunda transformación de lanoción misma de lo que es la riqueza y de lo que es la moneda. ¿Quées la riqueza? ¿Qué es la moneda?; son preguntas muy difíciles deresponder hoy. La mayoría de las gentes ya no saben con suficientecerteza lo que significan estos nombres y aún los especialistasvacilan y tropiezan con grandes dificultades para dar algunadefmición generalmente abstracta y medianamente satisfactoria.
No fue así en ninguna otra época del mundo. Desde la máslejana antigüedad la riqueza y la moneda se confundían y eran nociones concretas y precisas. Rico era el que tenía tierras, animales,plantaciones u objetos de valor seguro y reconocido y esa riquezase medía en monedas de valor casi exacto. En monedas de oro ofácilmente convertibles en oro. Riqueza y oro eran sinónimos. Lamoneda era la representación misma de la riqueza y estaba encarnada en bellas piezas de metal noble, que eran a la vez preciosasmedallas. El avaro de Balzac volcaba sobre la mesa el oro de subolsa, manoseaba con deleite las relumbrantes piezas doradas ymurmuraba: "Esto me reconforta el corazón". El avaro de Moliere,al recuperar la bolsa substraída, se abrazaba a ella sollozando yexclamaba: "Mi dinero, mi pobre dinero", con la trémula ternuracon que un padre recupera a un hijo que creía perdido.
* El Nacional, p. A4,4 de setiembre de 1982.
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Cuando comenzó el divorcio entre el metal y la moneda seaceleró el proceso que iba a alterar profundamente estas nociones.La cosa comenzó con los primeros establecimientos bancarios. Yael dinero no consistía solamente en las piezas de moneda que unoposeyera sino en las que aparecían anotadas en la cuenta del banco. La cuenta del banco comenzó a no coincidir con el número delas monedas. El banco descubrió pronto que podía prestar más dinero del que realmente tenía en sus cajas, y de este modo fabricardinero de la nada. Se comenzó a trabajar sobre valores psicológicos.Había aparecido el crédito que, como su nombre la indica, era lacreencia en la capacidad de pagar de alguien y la moneda fiduciariaque era la fe en un papel que debía representar una moneda queexistía en alguna parte.
Uno de los grandes iniciadores del sistema ha quedado reducido a la crónica escandalosa y a la novela folletinesca y no gozade buena fama. El escocés JoOO Law, que se interesaba por los mecanismos de la economía y que había adquirido en Amsterdam lapráctica del manejo bancario, se dió cuenta de las inmensas posibilidades que el sistema de crédito contenía. Era la posibilidad decrear dinero prácticamente de la nada.
En la descocada y alegre Francia del Regente logró que leoyeran y fundó una gran banca nacional que comenzó a operar en1716. Inició sus funciones con un capital en parte nominal de 6 millones de libras francesas y pronto emitió billetes por más de diezveces aquel capital. Law creía, y no sin razón, que había hallado elsistema mágico de creardinero y riqueza a base de la pura buena feque los demás podían poner en sus cuentas. El negocio prosperóesplendorosamente, los compradores se disputaban a cambio deverdadero oro las acciones y todo parecía avanzar hacia un ilimitado porvenir de riqueza creciente a base de crédito contra créditoy sobre crédito, como en un juego de espejos multiplicadores deapariencias. Más tarde, en el calor del entusiasmo sin límites, inicióel gigantesco proyecto de especular con el valor supuesto y futurode las tierras inmensas del Mississippi. Convertir la esperanza de
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riqueza futura en riqueza monetaria inmediata. El plan colapsó enestruendoso fracaso, se cerró el banco yLaw, execradoyperseguido,tuvo que huir.
Law desapareció dejando mucha gente en la ruina, pero nosu ejemplo y su enseñanza. Había demostrado las posibilidades decrear crédito sobre crédito de una manera ilimitada.
Había logrado convertir la moneda en un símbolo mu1tiplicable a voluntad y la riqueza en una noción abstracta de compensación de cuentas y de juego de créditos, de futuro contra presente y de esperanzas contra realidades.
Poco pudieron entender las víctimas del fracaso de Law yde sus alucinantes planes 10que había pasado. No concebían cómohabía podido evaporarse en horas 10 que parecía una riqueza inmensa. Aquella nueva moneda que no se tocaba y se pesaba enpiezas de oro podía esfumarse sin que quedara nada real que la representara.
Si John Law resucitara vería con inmensa satisfacción elmundo financiero de hoy que, en más de un aspecto, es la realización de sus más ambiciosos sueños, vería con asombro complacido la inmensacreación de monedas de contabilidad yla separaciónde las nociones de moneda y riqueza llevada a sus últimos extremos. Vería los déficits, gigantescos, el crecimiento prácticamenteilimitado del crédito, la conversión creciente de la moneda y la riqueza en nociones abstractas difíciles de comprender para la inmensa mayoría y la presencia avasalladora de la inflación.
Cada día resulta más difícil, sino imposible, conciliar elmundo de la moneda abstracta y creciente con el de la riqueza real.
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LOS REMEDIOS PARAEL DESEMPLEO *
La última estimación del desempleo en los países europeosse sitúa alrededor de 19 millones de trabajadores sin trabajo. La cifra es muy alta y, lo que es peor, lleva todos los visos de aumentaren el futuro próximo. Esta grave cuestión, que afecta todas las formas de la vida nacional, constituye la mayor preocupación de losgobernantes, de los planificadores políticos y sociales y, desde luego, también de los economistas. Hasta ahora, los remedios que sehan ensayado han resultado contraproducentes. Ante la inflación,es decir, el aumento continuo y general de los precios, se ha tratadode buscar compensaciones para los trabajadores, por medio delmantenimiento de lo que los especialistas llaman el salario real. Esta política, apoyada por los sindicatos de trabajadores y los partidosha tenido por resultado inexorable encarecer la mano de obra y, porlo tanto, reducir el empleo en todas las formas posibles por parte delas empresas.
Es, ciertamente, una herencia de las doctrinas de Keynes,que dominaron el pensamiento y la política económica del mundo,desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. El aumento artificial delos salarios debía servir de estímulo a la demanda de bienes y, porconsiguiente, al crecimiento económico y a la oferta de empleos.
No ha resultado así, ha sido más bien contraproducenteeste estímulo artificial y lo que ha significado es que cada vez me-
* El Nacional, p. A-4, 26 de agosto de 1984.
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nos trabajadores pueden obtener aumentos artificiales de salarios,porquepor unainevitable reaccióndefensivalas empresasprocuranaligerar el peso del costo de los salarios.
Como contraste elocuente los Estados Unidos, en los últimos años, han puesto en práctica una política fiscal y económicaque no sigue esas líneas establecidas en Europa. Se hizo muchaburla dela falta de base teórica y de la mezcla incongruente y simplista de medidas pocoadmitidas. Es 10que se ha llamado en inglés,para darle un nombre, "reagonomics", es decir, la elemental ypocobrillantepolíticaque ha patrocinadola administracióndel presidente Reagan. El resultado ha sido sorprendente y desconcertante. Laprestigiosa revista inglesa "The Economist" recientemente (28 dejulio de 1984) pública en forma de editorial una seria reflexión sobre este significativo contraste. "Entre 1975 y 1983 Europa Occidental aumentó su producción casi tanto como los Estados Unidos.El número de los norteamericanos empleados subió en una sextaparte, mientras que en Europa el empleo se mantuvo estacionario.La principal razón consistió en que los salarios reales en Europaexperimentaron aumentos, mientras que, en los Estados Unidos, nosubieron. Entre 1973 y 198210s obreros industriales ingleses tuvieronun aumento del salario real por ahora de más de 1oporcientomientras el empleo total descendió en un 7 por ciento. Simultáneamente los obreros industriales de los Estados Unidos experimentaron una disminución del salario real del orden del 11 porciento, mientras el total de los trabajadores empleados subió en un16 por ciento".
Semejante comparación no puede pasar inadvertida portodos los que se ocupan por el esencial problema del empleo y dela prosperidad social. Mientras las políticas europeas provocaban,al mismo tiempo, un descenso del empleo y un aumento de la inflación, los Estados Unidos lograban, con su política sin ideología,mantener la inflación bajo control y elevar espectacularmente elnúmero de los trabajadores activos.
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Muchas reflexiones sugiere este impresionante contraste.La primera, sin duda, es que la fluidez y multiplicidad de losfactores de toda índole que afectan la vida económica no puedenreducirse a una doctrina ni mucho menos a una política rígida, enmateria económica y social, porque le quita toda posibilidad deadaptarse a las circunstancias cambiantes y alos resultados prácticos.
Si lo que se quiere es aumentar la capacidad real de empleoel sistema de hecho puesto en práctica por los Estados Unidos enlos últimos años revela resultados notablemente mejores, en frenarla inflación y crear menos empleos, que las doctrinas dominantesen política económica y la rigidez de la posibilidad de negociarentre empleadores y posibles empleados que ha prevalecido enEuropa.
Habría que realizar muy concienzudamente una revisiónde esos principios y de esas situaciones rígidas que se han idocreando, a lo largo de años, por una política de intervención paternalista y que ha llegado a formar parte de las plataformas de lospartidos políticos y de las convicciones determinantes de los electores.
No es fácil pero es necesario. La comparación de los resultados entre las dos formas de proceder no permite dudas. No quiere esto decir, tampoco, que la fórmula práctica aplicada con tanbuen resultadoen los Estados Unidos puede ser imitada ciegamenteen cualquier país. En los mismos Estados Unidos, en medio de estos resultados, aparentemente tan favorables hasta ahora, hay analistas de la economía que temen que un descenso demasiado grandedel desempleo pudiera convertirse en un nuevo factor de intlación.
Esto revela lo complejo de estas materias y la imposibilidadde adoptar criterios fijos e inmutables en materia tan cambiante.Pero sería imperdonable y torpe que los países afligidos con una alta rata de inflación, acompañada de creciente desempleo, no prestaran atención a esta experiencia real que tanto puede enseñar.
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PROFECIAS DE LO OBVIO *
Con tristeza y frustración veo a Venezuela caer en estagrave crisis que hoy la afecta en todas sus formas de vida. La negativa situación que ahora se afronta con alarma y precipitación ha sido el resultado previsible y previsto de la forma en que el país usóde la inmensa riqueza que el petróleo derramó sobre él. Desde elprimer momento se hizo evidente que no se estaba haciendo conaquella abundancia de medios lo que era razonable, sino que se ibaa gastar de un modo que iba a crear inmensos peligros para el futuro. El Estado se hizo increíblemente dispendioso y creó una clientela burocrática innumerable y creciente. En la misma medida enque aumentaban los feligreses fiscales aumentaba la pasión degastar. Aún en una medida mayor, porque cuando los presupuestosnacionales alcanzaron cifra que parecían astronómicas y pasaronen galopante ascenso de la magnitud de diez mil millones de bolívares, a cincuenta mil y a noventa mil, hubo todavía el deseo degastar más y se contrajo una deuda tan grande como injustificadaque hoy, por cabeza de habitante, debe ser una de las mayores delmundo.
No era difícil prever lo que tenía que ocurrir. Muchos lovieron con claridad y lo dijeron en repetidas alertas. Yo tuve ladesgracia de contarme entre ellos.
Eran meras profecías de lo obvio. Se estaba gastando sinninguna consideración de la inversión y del resultado, se estaba
* El Nacional, p. A-4, 13 de marzo de 1983.
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gastando al nivel máximo de los ingresos petroleros y aún más allágracias al endeudamiento. Cualquier baja de volumen o precios dela producción petrolera tenía que significar una grave crisis parauna vida económica tan artificial y subsidiada.
Cuando comenzaba a asomar en el horizonte el potencialde la riqueza petrolera, en 1936, cuando actuaba en el país una generación ya desaparecida, yo me lancé a decir "Si hubiéramos deproponer una divisa para nuestra política económica, lanzaríamosla siguiente, que nos parece resumir dramáticamente esa necesidadde invertirla riqueza producida porel sistema destructivo de las minas, en crear riqueza agrícola, reproductiva y progresiva: sembrarel petróleo". (Ahora. 14-6-1936)
Más de una década más tarde, ya apartado del gobierno porel golpe de Estado de 1945, insistí muchas veces en la mismacuestión: Veía crecer peligrosamente el gasto corriente y crearse unambiente de facilismo e imprevisión. "¿Hasta cuándo podrá durareste festín", me preguntaba. Hasta que dure el auge de la explotación petrolera. El día en que ella disminuya o decaiga, si continuamos en las condiciones actuales, habrá sonado para Venezuela elmomento de una de las más pavorosas catástrofes económicas ysociales. El sistema de los precios se desajustará violentamente. Laimportación disminuirá junto con las divisas. La escasa producciónno permitirá resolver el problema del hambre y del desempleo. Esacatástrofe puede tardar mucho o puede estar muy próxima. No esfácil prever el momento en que va a reventar esta tremenda ola contra la artificial y fragilísima estructura de nuestra vida económica".("De una a otra Venezuela". Caracas, 1949).
En los treinta años que siguieron no cambió la naturalezade la amenaza pero si las dimensiones de los factores que llegarona alcanzar magnitudes gigantescas. La dependencia del petróleo nohabía cesado de crecer y nuestra tendencia a gastar en el límitemáximo de la capacidad de producir petrodólares continuaba enexpansión. El 9 de febrero de 1981 tuve que decir en unas declara-
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ciones dadas a El Universal: "la fiesta no puede seguir porque vamos a desembocar en una catástrofe. Venezuela vive desde hacetiempo una situación crítica. La fiesta no puede seguir porque,fatalmente, si no la modificamos nosotros voluntariamente en estemomento un buen día se va a acabar la manera de seguir la fiesta yvamos a desembocar en una catástrofe". Señalaba entonces la necesidad perentoria de una toma de conciencia por parte del país. "enprimer lugar la toma de conciencia debe ser del Gobierno, perotambién de los partidos políticos, de los sindicatos ydel venezolano.La impresión que yo tengo es que el problema creado por la riquezapetrolera nos ha desbordado. Y entonces los que pretendemos serdirigentes de Venezuela, en muchos sentidos lo que estamos eshuyendo hacia adelante, lo que estamos es corriendo para que nonos alcance la ola y no nos arrope, pero nos va a alcanzar porque lafuga hacia adelante la estamos fmanciando con riqueza petrolera ycada día ella está más comprometida, más estrangulada".
Cuando se produjeron, a comienzos de 1982, las primerasdificultades en el mercado petrolero mundial, volví a repetir: "Estees el anuncio de una crisis que tenía que venir, que era previsible yhabía sido prevista pormucha gente en Venezuela", (El Universal,28-2-1982).
El mismo año le declaré, entre otras cosas a Alfredo Peñaen "El Nacional" (El Nacional 2-8-1982); "¿Qué tienen que hacerlos partidos políticos que son los que mandan en este país? Lo quetienen que hacer es impopular. Anunciar sangre, sudor y lágrimas.Hablar con sinceridad a un país al que se le sigue hablando comoa un menor y no como a un adulto. El deseo de engañar y de ocultares muy grande. Siempre se trata de minimizar el daño, el peligro yel riesgo. La conducta correcta sería revelar la realidad en toda sumagnitud para que los venezolanos actuaran de acuerdo a las exigencias".
Podría llenar un libro con todo lo que he dicho en tantosaftoso No he tenido la necesidad de rectificar porque la realidad no
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hasidorectificada. Erafácilpreverla situaciónenquenoshallamos,hubiera sido posibletomara tiempomedidasparaevitarlay no nosencontraríamos tan amenazados y desconcertados como hoy. Aveces resulta triste y doloroso haber tenido razón.
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Se terminó de imprimir en losTalleres de
Fundación Editorial UniversitariaCaracas, Octubre de 1990