Las Relaciones de Poder Penetran en Los Cuerpos

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Microfísica del poder.

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  • Genealogadelpoder.. coleccindirigida porJulia Varelay FernandoAlvarez-Ura

    Ttulo original:MiCTophysiquedu pouvoir

    IN DICE

    TERCERA EDICION 1992l. Nietzsche,laGenealoga.laHistoria.. . . . . . . . . . . . . 72. Ms all del Bien y del Mal 313. Sobrela justicia popular. Debatecon losmaos 454. Los intelectualesy el poder. EntrevistaMichel Fou-

    cault-GillesDeleuze. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 775. Entrevistasobrela prisin:el libro y sumtodo ... 876. Poder-Cuerpo 1037. PreguntasaMichelFoucaultsobrelaGeografa.. . , 1118. Curso del 7 de enerode 1976. . . .. . .. . . . . . . . 1259. Curso del 14de enerode 1976. . . . . . . . . . . . . . . . . . 139

    10. Las relacionesde poderpenetranen loscuerpos. . . 15311. Poderesy estrategias.. .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. . 16312. Verdad y poder 175

    Diseodelacubierta:RobertoTurgano

    @delaedicinoriginalMichel Foucault

    @delaedicinparaEspaaLasEdicionesdeLa Piqueta

    @EdicionesEndyminC/. Cruz Verde,22

    28004-MadridISBN: 84-7731-102-1

    DepsitoLegal:M-36.426-1991ImpresoenGrficasGarcaRico

    CI. MaradelCarmen,3028011Madrid

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    principio del derecho.Los avancesde la medicina, la medica-lizacin generaldel comportamiento,de las conductas,de losdiscursos,de losdeseos,etc., tienenlugaren el frenteen el queseencuentranlos dosplanosheterogneosde la disciplina y dela soberana.Por esto,contra las usurpacionesde la mecnicadisciplinaria, contra la exaltacinde un poder ligado al sabercientfico, nos encontramoshoy en una situacinen la que elnico recursoaparentementeslido esprecisamenteel recursode la vueltaa un derechoorganizadoalrededorde la soberanay articuladosobreesteviejoprincipio. Cuandosequiereobjetaralgoen contra de las disciplinasy todoslos efectosde poder yde saberqu implican, qusehaceconcretamenteen la vida,quhacenlossindicatos,la magistraturay otrasinstitucionessino esprecisamenteinvocarestederecho, estefamosoderechoformal, llamadoburgus,y qu en realidadesel derechode lasoberana?Ms an, creoque nosencontramosen una especiede callejn sin salida: no es recurriendo a la soberana encontrade las disciplinascomosepodrn limitar los efectosdelpoder disciplinario, porque soberanay disciplina. derechodesoberanay mecanismosdisciplinariosson las dos caras cons-titutivas de los mecanismosgeneralesdel poder en nuestrasociedad.

    A decirverdad,para luchar contralasdisciplinasen la bs-quedade un poderno disciplinario, no setendra que volveralviejo derechode la soberana,sino ir hacia un nuevo derechoque sera antidisciplinario al mismo tiempo que liberado delprincipio de la soberana.Y aqu encontramosla nocin de re-presinque piensopresentaun doble inconvenienteen el usoquesehacede ella: referirseoscuramentea una ciertateoradela soberanaque sera la de los soberanosderechosdel indi-viduo, y adems, poner en juego, cuando se la utiliza, unsistemade relacionespsicolgicastomado en prstamode lascienciashumanas,esdecir, de los discursosy de las prcticasque pertenecenal dominio disciplinar. Creo que la nocin derepresin,stodava una nocin jurdico-disciplinar sea cualseael sentidocrtico quese le quiera dar. Y en estamedida, lautilizacincomollavecrtica de la nocinde represinsehallaviciada, inutilizada desdeel principio dada la doble relacinjurdica ydisciplin'arque implica respectoa la soberanay a lanormalizacin.

    10.

    LAS RELACIONESDE PODER PENETRANEN LOS CUERPOS*

    Lucette Finas: Michel Foucault, La voluntad de saber,primer volumende'su Historia de la sexualidad,me pareceuntexto asombrosodesdetodoslos puntos de vista. La tesisqueusted defiende, inesperaday a primera vista simple, se haceprogresivamentems compleja. Digamos, resumindola, queentreel poder y el sexono se estableceuna relacin de repre-sin,sinotodo lo contrario. Pero antesde ir ms lejosvolvamosa su leccininauguralenel ColegiodeFrancia en diciembrede1970.Ustedanalizaenella los procedimientosque controlan laproduccindel discurso:la prohibicin, despusla vieja repar-ticin razn-locura,finalmentela voluntadde verdad.Querraprecisarnoslas conexionesentre La voluntad de saber y elOrden del discurso,y decimossi a lo largo de su demostracinsesuperponenvoluntad'desabery voluntadde verdad?

    Michel Foucault: Piensoque en eseOrden del discursohemezcladodos concepcioneso, mejor dicho, he propuestouna

    * Lesrapportsdepouvoirpassenta l'interieurdescorps,Entre-vistarealizadaporL. FinasenLa QuinzaineLittraire,n.o 247, 1-15enero 1977.Pgs. 4-6.

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    respuestainadecuadaa una cuestinque creo legtima(la arti-culacin de los hechosdel discursosobre los mecanismosdepoder). Es un texto que he escrito en un momento de tran-sicin. Hastaesemomentome pareceque aceptabala concep-cin tradicionaldel poder, el poder comomecanismoesencial-mentejurdico, lo quedice la ley, lo que prohbe, lo que diceno, contodauna letanade efectosnegativos:exclusin,recha-zo, barrera, negaciones,ocultaciones,etc. Ahora bien, consi-dero inadecuada esta concepcin. Sin embargo, me habaservidoen la Historia de la locura (lo que no quiere decir.queese libro sea en s mismo satisfactorioo suficiente), pues lalocura es un caso privilegiado: durante el perodo clsico elpoderseejercisin dudasobrela locuraal menosbajo la formaprivilegiadade la exclusin;seasisteentoncesa una gran reac-cin de rechazoen la que la locura se encontr implicada. Detal forma queanalizandoesehechohe podido utilizar sin exce-sivosproblemasuna concepcinpuramentenegativadel poderque a partir de un cierto momentome pareci insuficiente,yestoocurri en el transcursode una experienciaconcretaquehe realizado a partir de los aos 71-72 en relacin con lasprisiones. El caso de la penalidad me convencide que elanlisisno debahacerseen trminosde derechoprecisamente,sinoen trminosde tecnologa,en trminosde tcticay de es-trategia,y esestasustitucinde un esquemajurdico y negativopor otro tcnicoy estratgicolo que he intentadoelaborar enVigz'lary castigary utilizar despusen la Histon'a de la sexua-lidad. De modo que abandonaragustosotodo aquello que enel Orden del discursopuedepresentarlas relacionesde poderyel discursocomomecanismosnegativosde rarefaccin.

    L. F.: El lector que recuerdasu Histona de la locura en lapoca clsica conservala imagen de la gran locura barrocaencerraday reducida al silencio. En toda Europa, a mediadosdel siglo XVII se construyerpidamenteel manicomio. Ha-bra quedecirque la historiamodernaimponiendosilencioa lalocuradesatla lenguadel sexo?,o msbien, queuna mismaobsesin-preocupacinpor la locura, preocupacin por elsexohabra desembocado,en el doble plano de los discursosyde loshechos,en resultadosopuestos,y por qu?

    M. F.: Creo, en efecto,que entrela locura y la sexualidadexistenuna seriede relacioneshistricasque son importantesyqueno haba ciertamentepercibidocuandoescribala Historiade la locura. En esemomentotena la idea de hacer doS his-torias paralelas:por un lado la historia de la exclusinde la

    locuray de lasreparticionesque a partir de ella tuvieronlugar;de otro una historia de las limitacionesque se operaron en elcampo de la sexualidad (sexualidad permitida y prohibida,normal y anormal, la de lasmujeresy la de los hombres,la delos adultosy la de los nios); pensabaen toda una serie dereparticionesbinarias que habran imprimido susello particu-lar a la gran reparticin razn-sinrazn",que yo habaintentadoreconstruira propsitode la locura. Pero creo queesinsuficiente:si la locura, al menosdurante un siglo, ha sidoesencialmenteel objetode operacionesnegativas,la sexualidadpor su parte estabadesdeestapoca atravesadapor interesesdistintosy positivos.Pero a partir del siglo XIX tuvo lugar unfenmenoabsolutamentefundamental:el engranaje, la imbri-cacin de dos grandestecnologasde poder: la que teja lasexualidad y la que marginaba la locura. La tecnologaconcernientea la locurapasde la negatividada la positividad,de binaria se convirti en compleja y multiforme. Naceentoncesuna gran tecnologade la psiqueque constituyeunode los rasgosfundamentalesde nuestrosiglo XIX y de nuestrosiglo XX: hace del sexo a la vez la verdad oculta de la con-ciencia razonable, y el sentido descifrable de la locura: susentidocomn, y por tanto permite aprisionar a la una y a laotra segnlasmismasmodalidades.

    L. F.: Probablementehay que eliminar tres posiblesma-lentendidos.Su refutacinde la hiptesisrepresivano consisteni en un simple desplazamientode acento, ni en una consta-tacin de negacino de ignoranciapor parte del poder. En elcaso de la Inquisicin, por ejemplo, en lugar de poner enevidenciala represinque imponeal hereje,sepodra ponerelacentoen lavoluntadde saber>~que encierrala tortura. Ustedno vaen estadireccin.Tampoco afirma queel poderseocultaa s mismosu interspor el sexoni queel sexohabla sin saberlode un poderquedesbordaradiscretamente.

    M. F.: Creo enefectoquemi libro no correspondea ningu-no de esostemas ni de esosobjetivosa los que usted llamamalentendidos.Malentendidosera ademsun trmino dema-siado severopara calificar estasinterpretacioneso mejor estaslimitaciones de mi libro. Valga la primera: he querido, enefecto,desplazarlosacentosy hacer aparecermecanismosposi-tivos all donde, generalmente,se privilegian los mecanismosnegativos.

    As, en lo queconciernea la penitencia,sesubraya.siempreque el cristianismosancionaen ella la sexualidad,no autori-

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    zando as algunasformas, y castigandotodas las otras. 'Peroesprecisosealartambin,creoyo, queenelcoraznde la'peni-tenciacristiana,existela confesin,y en consecuenciala decla-racin de las faltas, el examende conciencia,y medianteestotoda una produccinde sabery de discursossobreel sexoquetuvieron una serie de efectostericos (por ejemplo, el grananlisisde la concupiscenciaen el siglo X VII) Y efectosprc-ticos (una pedagogade la sexualidadque ha sido laicizada ymedicalizada a continuacin). Tambin he hablado de laforma en que las diferentesinstanciasde los diversosresortesdel poder se haban de algn modo instauradoen el placermismodesu ejercicio.Existeen la vigilancia, msexactamenteen la miradade losvigilantes,algoque no esajenoal placerdevigilar y al placer de vigilar el placer, etc. Esto he queridodecirlo, peroestono es toda mi intencin, Igualmentehe insis-tido sobreestosmecanismosde rebotede los que ustedhabla.Es cierto, por ejemplo, que las explosionesde histeria que sehan manifestadoen los hospitalespsiquitricosen la segundamitad del siglo XIX han sido un mecanismode rebote, uncontragolpe del ejercicio mismo del poder psiquitrico: lospsiquiatrashan recibidoel cuerpohistricode susenfermosenplenorostro(quierodecir en plenosabery en plena ignorancia)sin quererlo o incluso sin saber cmo estoocurra. Estos ele-mentosestnefectivamenteen mi libro, pero no constituyenlaparte esencial;sedebe, me parece,comprenderlosa partir dela instauracin de un poder que se ejerce sobre el cuerpomismo. Lo que buscoes intentar mostrar cmo las relacionesde poder puedenpenetrarmaterialmenteen el espesormismode loscuerpossin tenerinclusoque sersustituidospor la repre-sentacinde lossujetos.Si el poderhaceblancoen el cuerponoes porque haya sido con anterioridad interiorizado en la con-cienciade las gentes.Existeuna red de bio-poder, de somato-poderqueesal mismotiempouna red a partir de la cual nacela sexualidadcomo fenmenohistricoy cultural en el interiorde la cual nosreconocemosy nosperdemosa la vez.

    L. F.: En la pgina 121de la Voluntad de saber, respon-diendo,parecea la expectativadel lector; distinguedel Poder- comoconjuntode institucionesy de aparatos- el podercomo multiplicidad de relaciones de fuerza inmanentes aldominioen el queseinscriben.Estepoder, estepoder-juego,lorepresentaproducindosecontinuamente,en todas partes, entoda relacin de un extremo al otro. Y eseste poder, si seentiende bien, el que no sera exterior al sexo sino todo locontrario?

    M. F.: Para m, lo esencialdel trabajoesuna reelaboracinde la teora del poder y no estoyseguroque el solo placer deescribirsobrela sexualidadfuesemotivosuficientepara comen-zar estaserie de seisvolmenes(al menos), si no me sintieseempujadopor la necesidadde replantearun poco estacuestindel poder. Me pareceque con demasiadofrecuencia,segnelmodeloque ha sido impuestopor el pensamientojurdico-filo-.sficode lossiglosX VI y X VII, sereduceel problemadel poderal problema de la soberana: Qu es el soberano?Cmopuedeconstituirse?Queslo que une los individuosal sobera-no? Este problema, planteadopor los juristas monrquicosoanti-monrquicosdesdeel siglo XIII al XIX, contina obsesio-nndonosy meparecedescalificartoda una seriede camposdeanlisis;s que pueden parecermuy empricosy secundarios,pero despusde todo conciernena nuestroscuerpos, nuestrasexistencias,nuestravida cotidiana. En contrade esteprivilegiodel poder soberanohe intentadohacer un anlisisque ira enotra direccin. Entre caqa punto del cuerpo social, entre unhombre y una mujer, en una .familia, entre un maestroy sualumno,entreel quesabey el queno sabe,pasanrelacionesdepoderqueno sonla proyeccinpura y simpledel gran poderdelsoberanosobrelos individuos;sonmsbien el suelomovedizoyconcretosobreel queesepoderseincardina, las condicionesdeposibilidad de su funcionamiento, La familia, incluso hastanuestrosdas, no es el simple reflejo, el prolongamientodelpoder de Estado; no es la representantedel Estado respectoalosnios,del mismomodo que el machono esel representantedel Estado para la mujer. Para que el Estado funcione comofunciona es necesarioque haya del hombre a la mujer o deladulto al nio relacionesde dominacin bien especficasquetienensuconfiguracinpropia y surelativaautonoma.

    Piensoque convienedesconfiarde toda una temtica'de larepresentacinque obstaculizalos anlisisdel poder, que con-sistidurantelargo tiempoen preguntarsecmo las voluntadesindividualespodan estarrepresentadasen la voluntadgeneral.y actualmentees la afirmacin, repetidaconstantemente,queel padre, el marido, el patrn, el adulto, el profesor, repre-sentaun poder de Estado, el cual, a su vez, representalosinteresesde una clase.Esto no explicani la complejidadde los'mecanismos,ni su especificidad,ni los apoyos,complementari-dades,ya vecesbloques,queestadiversidadimplica.

    En general, creo que el poder no se construyea partir devoluntades(individualeso colectivas),ni tampocosederivade

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    intereses.El poderseconstruyey funciona a partir de poderes,de multitud de cuestionesy de efectos de poder. Es estedominiocomplejoel quehay queestudiar.Estono quieredecirque el poder es independiente,y que se podra descifrar sinteneren cuentael procesoeconmicoy las relacionesde pro.duccin.

    L. F.: Leyendolo quesepuedeconsideraren su textocomouna tentativade elaborar una nuevaconcepcindel poder, seencuentrauno dividido entre la imagendel ordenadory la delindividuo aisladoo pretendidotal, detentorl tambin de unpoderespecfico.

    M. F.: La ideade que la fuente,o el punto de acumulacindel poderestaraen el Estadoy esa l a quien hay que pregun-tar sobretodoslos dispositivosde poder, me parecesin muchafecundidadhistricao digamosque su fecundidad histricaseha agotadoactualmente.El procesoinversopareceactualmentemsrico: pienso,por ejemplo,en estudioscomo el de JacquesDonzelotsobre la familia (muestracmo las formas absoluta.menteespecficasde poder que seejercenen el interior de lasfamiliashan sido penetradaspor mecanismosmsgeneralesdetipo estatalgraciasa la escolarizacin,pero como poderesdetipo estataly poderesde tipo familiar han conservadosu espe.cificidad y no han podido ensamblarsems que en la medidaen quecadauno de susmecanismosera respetado.)Del mismomodo Franc;oisEwald haceun estudiosobre las minas, la ins-tauracin de sistemasde control patronal y la maneraen quedicho control patronal ha sido relevado, pero sin perder sueficacidadenlas~randes~estionesestatales.

    L. F.: Es posible, a partir de esteplanteamientode lo quese llama poder,adoptar respectoa l un punto de vista pol-tico? Puestoque ustedhabla de la sexualidadcomo de un dis-positivopoltico, querra definimos la acepcinque usted daa poltica?

    M. F.: Si esciertoqueel conjuntode las relacionesde fue"'.za existentesen una sociedaddada constituyeel dominio de l'poltica, y que una poltica es una estrategiams o meno~global que intenta coordinar y darles un.sentidoa estasrela,.cionesde fuerza, piensoque -sepodrfa-rlt6pondera sus cueS.tionesde la manerasiguimte':

    - La poltica no es lo que determinaen ltima instancia(o lo que sobredetermina)las relacioneselementalesy por naoturaleza neutras.Toda relacin de fuerza implica en todomomentounarelacindepoder(queesenciertomodosu forma

    momentnea)y cada relacin de poder reenva, como a suefecto,pero tambincomo a su condicin de posibilidad, a uncampo poltico del que forma parte. Decir que todoes pol:tico>;-quieredecirestaomnipresenciade lasrelacionesde fuerza 'y su inmanencia en un campo poltico; pero adems es'plantearse la tarea hasta ahora esbozada de desembrollarIestamadeja indefinida. Un anlisisde este tipo convienenodiluirlo en una culpabilizacinde tipo individual (como la queseha practicadosobretodohacealgunasdecenasde aos,en elexistencialismode autoflagelacin:todossomosresponsablesdetodo, no existeuna injusticiaen el mundode la queenel fondono seamoscmplices),tampococonvieneesquivarlomedianteuno deesosdesplazamientosquesoncorrienteshoyenda: todoestoderiva de una economade mercado,o de la explotacincapitalista,o simplemente,de estasociedadpodrida (entonceslosproblemasdelsexo,de la delincuencia,de la locura sereen-van a otrasociedad).El anlisisy la crtica polticosestnengran medidapor inventar.

    -- Pero tambin estn por inventar las estrategiasquepermitirna la vezmodificar estasrelacionesde fuerzay coor-dinarlas de forma tal que esta modificacin sea posible y seinscribaen la realidad. Es decir, el problemano esexactamen-,te definir una posturapoltica 1(10que nos reenva a unaeleccindentrode una clasificacinya hecha),sino imaginaryhacer que existannuevosesquemasde politizacin. Si politi.zarsignificaconducir a posturas,a organizacionesya hechas,ftodasestas_relacionesde fuerza y estosmecanismosde podefque el anlisismuestra, entoncesno merece la pena..A lasJgrandestcnicasnuevasde poder!(que correspondena econo-mas multinacionaleso a Estadosburocrticos)debe oponerseJuna politizacinqueterlqrformasnuevas

    L. F.: Una de las fasesy de las consecuenciasde su inves-ti~acinconsisteendistin~ir demaneramuysorprendentesexoysexualidad.Podra precisarestadistinciny decimoscmo,enlo sucesivo,tendramosque leer el ttulo de su Historiade lasexualidad?

    M. F.: Esta cuestinha constituidola dificultad central demi libro; haba comenzadoa escribirlocomouna historiade lamanera en que se haba recubierto y disfrazado el sexomedianteuna especiede fauna, devegetacinextraaqueserala sexualidad. Ahora bien, pienso que esta oposicin sexo ysexualidadreenviabaa una concepcindel poder como ley yprohibicin: el poder habra instaurado un dispositivo de

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    sexualidadpara decir no al sexo. Mi anlisisestaba todavaprisionerode la concepcinjurdica del poder. Fue necesariorealizaruna inversin:supuseque la ideade sexoera interior aldispositivode la sexualidady que en consecuencialo que debeencontrarseensu raz no esel sexorechazado,esuna economapositivadel cuerpoy del placer.

    Ahora bien, existeun rasgofundamentalen la economadelosplacerestal comofunciona en Occidente:el sexole sirvedeprincipio de inteligibilidad y de medida. Desdehace milenios,se nos intenta hacer creer que la ley de todo placer es, secre-tamenteal menos,el sexo:y queesestolo que justifica la nece-sidadde su moderacin,y ofrecela posibilidad de su control.Estosdos temas,que en el fondo de todo placer estel sexo,yque la naturalezadel sexorequierequesedirija y se limite a laprocreacin,no son temasinicialmentecristianossino estoicos;y el cristianismose ha visto obligado a retomarloscuando haquerido integrarse en las estructuras estatalesdel imperioromano en el cual el estoicismoera la filosofa prcticamenteuniversal.El sexoseha convertidoasen el cdigodel placer.En Occidente (mientrasque en las sociedadesque poseenunarte ertica la intensificacindel placer tiende a desexualizarel cuerpo)estacodificacin del placer por las leyes,;del sexoha dado lugar finalmentea todoel dispositivode la sexualidad.y ste nos hace creer que nos liberamoscuando descodi-ficamostodo placer en trminos de sexo al fin descubierto.Mientrasqueseraconvenientetendermsbien a una desexua-lizacin,a una economageneraldel placer que no estsexual-mentenormativizada.

    L. F.: Su anlisis hace aparecer el psicoanlisisen unaarqueologaun tanto sospechosay vergonzante.El psicoanlisisdesvelasu doble pertenencia, al m~n'osprimordial, de unapartea la confesininquisitorial, de la otra a la medicalizacinpsiquitrica.Esstesupunto devista?

    M. F.: Se puededecir, efectivamente,que el psicoanlisisemergedeesteformidablecrecimientoe institucionalizacindelosprocedimientosde la confesintan caractersticade nuestradvilizacin. Forma parte, a mscorto plazo, de estamedicali-zacinde la sexualidadque es tambin un fenmenoextrao:mientrasque en el arte ertica, lo que se medicalizanson msbien los medios (farmacuticoso somticos)que sirven paraintensificarel placer, en Occidentetenemosuna medicalizacinde la sexualidaden s misma, como si ella fueseuna zona defragilidad patolgicaparticularen la existenciahumana. Toda

    sexualidadcorrea la vezel riesgodeestarenfermay de inducira enfermedadessin cuento.No sepuedenegarque el psicoan-lisis se encuentraen el punto de cruce de estosdos procesos.Cmo pudo formarseel psicoanlisisen la fecha en que haaparecido,intentarverloen volmenesposteriores.Temo sim-plementeque respectoal psicoanlisissuceda lo mismo quesucedicon la psiquiatracuandointenthacerla Historiadela locura; haba intentadocontar lo que haba pasadohastacomienzosdel sigloXIX; pero lospsiquiatrashan entendidomianlisiscomoun ataquea la psiquiatra. No squ pasarconlos psicoanalistas,pero temo que entiendan como antipsico-anlisisalgoqueno sermsqueuna genealoga.

    Por qu una arqueologade la psiquiatra funciona comoantipsiquiatra,mientrasque una arqueologade la biologano funcionacomoantibiologa?Sedebeal carcterparcial delanlisis?O sedebermsbiena una malarelacinde la psi-quiatra con su propia historia, a una cierta incapacidaden laque sehalla la psiquiatra,dado lo queella es, para recibir supropia historia?Ya severcmorecibeel psicoanlisisla cues-tin desu historia.

    L. F.: Tiene usted la sensacinde que su Historia de lasexualidadhar progresar.la cuestinfemenina?Sueo con loque ustedva a decir sobrela histerizaciny la psiquiatrizacindel cuerpode la mujer.

    M. F.: Algunas ideasimprecisas,no definitivas. La discu-sin y las crticas posterioresa la aparicin de cada volumenpermitirn posiblemente.delimitarlas. Pero yo no soy nadiepara fijar reglasdeutilizacin.

    L. F.: En la Voluntaddesaberse.trata de hechosy de dis-cursos,hechosy discursosque seencuentranellos mismosen-garzadosen su propio discurso, en el orden de su propiodiscursoquesepresentamsbien comoun des-orden,a condi-cin de separarbien el prefijo. Ustedva de un extremoal otrode su demostracin,suscita usted mismo sus contradictores,comosi el lugar de su anlisisle precediesey le molestase.Suescriturapor otrapartetiendea adoptara losojosdel lectorrela-cionesde larga distanciay abstraccin.Estde acuerdosobrela dramatizacinde su anlisisy su carcterde ficcin?

    M. F.: Este libro no tieneuna funcin demostrativa.Existe"como preludio, para explorar el tecladoy esbozarun poco lostemasy vercmola genteva a reaccionar,dndevan a situarselas crticas. dnde las incomprensiones,dnde las cleras;hepscritoesteprimer volumenprecisamentepara hacer los otros

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    volmenesen cierta medida permeablesa todas estasreaccio-nes. En cuanto al problema de la ficcin, es para mi unproblema muy importante; me doy cuenta que no he escritomsqueficciones.No quiero, sin embargo,decir queestfuerade verdad. Me pareceque existela posibilidad de hacer fun-cionar la ficcin en la verdad;de inducir efectosde verdadconun discursode ficcin, y hacerde tal suerteque el discursodeverdadsuscite,..fabriquealgo que no existetodavia, es decir,ficcione.Se ficcionahistoria a partir de una realidad poli-tica que la hace verdadera,se ficcionauna politica que noexistetodaviaa partir de una realidadhistrica.

  • GENEALOGIA DEL PO-DER. "La genealoga esgris; es meticulosay pa-cientementedocumentalis-ta:' Medianteella "lavene-racinde los monumentosse convierteen parodia;elrespetode las viejasconti-nuidadesendisociacinsis-temtica".Su finalidad eshostigary subvertirel po-der all dondestese ejer-ce. Proyectonecesariamen-te histrico que trata-almismo tiempo de desen-mascararun tipo de histo-ria universitariaqueescon-de bajo el rtUlodel mar-xismo su carcterliberal-conciliadory queslo pue-de justificarsu progresismotraslos ataquesa la oligar-qua. GENEALOGIA DELPODER presentar obrasque se siten en la rbitade los anlisisabiertosporel Grupo de Michel Fou-cault. Obras deliberada-mentedestructivasdestina-dasa servircomo piquetasde derribocontralos pode-resfcticos.Lostextosy lasintervencionespolticasdeocasin contenidos en laMICROFISICA DEL PODERindicancon suficientecla-ridad la perspectivaa se-

    1 guir que, por supuesto,queda abierta para todosaquellos que estnde al-gm modo comprometidosen lasdistintasluchas. .

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