Leandro Sanhueza - Althusser y Maquiavelo. Pensar Sobre La Coyuntura

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  • Althusser y Maquiavelo: pensar sobre la coyuntura Leandro Sanhueza

    aceptar la idea de que la teora marxista es finita excluye totalmente que se trate de una teora cerrada. Es la filosofa de la historia la que est cerrada, ya que encierra de antemano en su pensamiento todo el curso de la historia. nicamente una teora finita puede estar realmente abierta a las tendencias contradictorias que descubre en la sociedad capitalista, y abierta sobre su devenir aleatorio. Louis Althusser, El marxismo como teora finita. Maquiavelo es quiz uno de los raros testimonios de lo que denominara acumulacin primitiva poltica, uno de los raros tericos de los inicios del Estado nacional. Louis Althusser, La soledad de Maquiavelo.

    Introduccin

    La empresa filosfica de Louis Althusser hoy en da comienza a ser motivo de debate,

    discusiones y problematizaciones, sobre todo, por la publicacin de varias de sus obras

    pstumamente. As, el trabajo autobiogrfico, El porvenir es largo, y de varias obras posteriores a

    la dcada de los 60, da cuenta de un pensamiento que no ceso de reflexionar, de producir y

    cavilar, que visita crticamente su produccin anterior, que arroja luz sobre ciertos puntos,

    radicalizando varios supuestos. Con ello, sin embargo, no se quiere hablar ni dejar entrever una

    imagen de un primer y un segundo Althusser, divisin esquemtica que no permite visualizar

    las prolongaciones de una obra continuamente en proceso, aunque tambin, hay que decirlo,

    de ruptura y discontinuidad. En consecuencia, se comparte con Yoshihiko Ichida cuando

    reclama: Un, dos, tres, cuatro, diez mil Althusser1. Aunque, por otro lado, esta frase no debe

    de confundirnos o hacernos olvidar que hay ciertas trazas que cruzan la reflexin althusseriana,

    es decir, donde si bien puede haber una pluralidad de temticas ciencia e ideologa, prctica y

    materialismo, sobredeterminacin y aleatoriedad, el vaco y la nada, contingencia y necesidad,

    poltica y filosofa, marxismo y psicoanlisis-, el francs nos intenta proveer de una lnea de

    demarcacin que abre la posibilidad de pensar una nueva practica materialista de la filosofa.

    De esta forma, el objetivo es resaltar un pensamiento altamente productivo, no obstante,

    profundamente problemtico, donde pensadores de la talla de Gramsci, Lenin o Mao,

    1 Ichida,Yoshihiko. Althusser y la cuestin del sujeto. Revista Youkali, n 4, 2007, p. 73.

  • intervienen de una forma singular para pensar la filosofa y las prcticas sociales. Por esta

    razn, la obra del florentino y clsico del pensamiento poltico moderno, Nicols Maquiavelo,

    acompaa a Althusser para explicitar una corriente subterrnea materialista del encuentro.

    Pensadores como Epicuro, Spinoza, Marx, Heidegger, Wittgenstein, y tambin Maquiavelo,

    son parte de esta tradicin subterrnea materialista de la filosofa -segn el filsofo francs.

    Pero donde la especificidad de Maquiavelo toma un relieve que se conecta con puntos

    centrales de su obra: pensar la coyuntura poltica. Nocin central que obliga a explicitar las

    persistencias y cambios de tratamiento que recibe la nocin de coyuntura, en sus conceptos y

    supuestos.

    Nos centraremos en la lectura de Althusser sobre Maquiavelo, pasando revista a ciertas ideas

    importantes que son parte de la constelacin conceptual de los 70, y ms especficamente en el

    libro Maquiavelo y nosotros. Texto gravitante e importante, en la medida de que Maquiavelo

    permite pensar un nuevo dispositivo terico en aras de la prctica poltica, y ms

    especficamente, la coyuntura. No obstante, primeramente, la lectura estar centrada en los 60,

    donde el concepto de coyuntura se hace lugar en relacin con una revitalizadora y nueva forma

    de entender el marxismo y el pensamiento materialista. Bajo este prisma, la continuidad y la

    ruptura, y tambin las ausencias presentes de uno u otro momento, sern parte del nfasis que

    se realizara.

    La coyuntura y la sobredeterminacin

    Reiteradamente se ha insistido en una problemtica de Althusser que ha sido blanco de varias y

    reiteradas crticas, bsicamente en lo que respecta en la distincin entre ciencia e ideologa.

    Distincin que a su vez se acompaa de otra, la de corte o ruptura epistemolgica -nocin de

    Gaston Bachelard trasladada al marxismo por el filsofo francs. Se acusa frecuentemente a

    Althusser de un teoricismo que vendra a desplazar la praxis, el momento de la prctica

    poltica, en pos de un marxismo hipostasiado por el mtodo. De este modo, el marxismo del

    francs sera una reactualizacin de un cierto racionalismo ilustrado, lo que, en trminos

    sociolgicos, tambin podra entenderse como una renovacin de la tradicin positivista

    cientificista: la ciencia que devela la verdad, desmitificando la ideologa. En consecuencia,

  • ciencia e ideologa vendran siendo elementos radicalmente antitticos, sin posibilidad de

    conciliacin posible.

    Bien es cierto, por lo dems, que Althusser realiza una autocritica, por el nfasis realizado en

    el corte o ruptura epistemolgica entre el primer y segundo Marx, entendida como

    ruptura terica. El primero, un Marx humanista asediado por la filosofa idealista de

    Feuerbach, mientras que el segundo, el cientfico, con la publicacin en 1845 de la Ideologa

    Alemana, sentara las bases de una nueva problemtica terica y filosfica. Aunque, como lo ha

    resaltado Natalia Rom, aqu vemos operar una ausencia presente2 que desborda el mismo

    complejo althusseriano. En el artculo Sobre el joven Marx3 , la ruptura no es solo terica y

    filosfica, sino que tambin concierne a la prctica poltica, tomando distancia de los jvenes

    hegelianos que confunden las categoras de Hegel con la realidad, la situacin de Alemania con

    el desenvolvimiento de la Idea. Pero no solo eso, la relacin entre ciencia e ideologa est lejos

    de la mera eliminacin del segundo por el primero, ya que el corte nunca ser definitivo:

    siempre como la tensin de un movimiento inacabado4.

    Ahora bien, esta ruptura permite sentar las bases de una nueva ciencia, fundando as el

    continente Historia 5 . Este acontecimiento que funda la concepcin materialista de la

    historia, al mismo tiempo ser parte de una prctica nueva de la filosofa. Donde esta nueva

    prctica de la filosofa requerir de nuevas bases en las cuales pensar la prctica poltica y la

    practica terica. Con todo, la lectura de Althusser en torno a esa nueva prctica de la filosofa

    debe de criticar las formas de pensar por parte de la filosofa clsica, rechazando tanto el

    2 Rom, Natalia. Hacia una problemtica althuseriana. En: Zeto Borquz y Marcelo Rodrguez (eds.), Louis Althusser: Filiacin y (re)comienzo. Santiago de Chile. Facultad de Artes: Universidad de Chile, p. 29. 3 Althusser, Louis. Sobre el joven Marx (cuestiones de teora). En: La revolucin terica de Marx. Mxico, 1967. pp. 57-70. 4 El acontecimiento de esta ruptura o corte (nunca definitivo, sino siempre como la tensin de un movimiento inacabado) no proviene ni se funda, segn l, en el autor-Marx [] Ms bien, ese corte es uno solo con la emergencia de una nueva prctica [] La teora es una prctica que no depende de una autora intelectual: Marx lejos de ser un autor es, al contrario, el nombre propio de una prctica acontecida y por acontecer, que rompe con los presupuestos ideolgicos sobre los que an se fundaba el joven Marx Casanova, Carlos. Poltica sin redencin. Notas sobre el materialismo del encuentro en Althusser. En Zeto Borquz y Marcelo Rodrguez (eds.), Louis Althusser: Filiacin y (re)comienzo. Santiago de Chile. Facultad de Artes: Universidad de Chile, p. 235 5 Althusser, Louis. Lenin y la filosofa. Mxico. Ediciones Era. p. 32.

  • modelo cartesiano mecanicista como el modelo hegeliano-leibniziano expresivo de una esencia

    interior6. En efecto, para Hegel:

    [La] simplicidad de la contradiccin [] no es posible, en efecto, sino a partir de la simplicidad del

    principio interno que constituye la esencia de todo periodo histrico [] esta reduccin no es en s

    posible sino bajo la condicin absoluta de considerar toda la vida concreta de un pueblo como

    exteriorizacin-enajenacin (Entusserung-Entfremdung) de un principio espiritual interno7.

    Precisamente en este punto la nocin que acuara Althusser es el del todo complejo

    estructurado, dilucidando otro concepto de causalidad, distancindose de la causalidad

    expresiva hegeliana8. As, sostiene el filsofo francs que Marx no se hacia la misma idea que

    Hegel de la naturaleza de una formacin social [] Hegel piensa la sociedad como una

    totalidad, mientras que Marx la piensa como un todo complejo9. Entonces, habra una reserva

    conceptual, para lo cual a Hegel le correspondera el de totalidad, mientras que a Marx el del

    todo. Como nos recuerda Vittorio Morfino el nuevo problema estructural del todo yacer en la

    cuestin de la determinacin de los elementos de una estructura y de las relaciones

    estructurales entre estos elementos a travs de la eficacia de esta estructura10, donde las

    relaciones que ocupan los elementos en el seno de la estructura [ser] lo que justifica los

    6 Muy esquemticamente, se puede decir que la filosofa clsica (lo Terico existente) dispona, en todo y para todo, de dos sistemas de conceptos para pensar la eficacia. El sistema mecanicista de origen cartesiano, que reduca la causalidad a una eficacia transitiva y analtica, no poda convenir, sino al precio de extraordinarias distorsiones [] para pensar la eficacia de un todo sobre sus elementos. Se dispona, sin embargo, de un segundo sistema concebido precisamente para dar cuenta de la eficacia de un todo sobre sus elementos: el concepto leibniziano de la expresin. Es este modelo el que domina todo el pensamiento de Hegel. Pero supone en sus ideas generales que el todo del que se trata sea reductible a un principio de interioridad nico, es decir, a una esencia interior, de la que los elementos del todo no son entonces ms que formas de expresin fenomenales [] de manera que a cada instante se pueda escribir la ecuacin, inmediatamente adecuada: tal elemento (econmico, poltico, jurdico, literario, religioso, etc., en Hegel) = la esencia interior del todo. Se posea un modelo que permita pensar la eficacia del todo sobre cada uno de sus elementos, pero esta categora: esencia interior/fenmeno exterior, para ser aplicable en todo lugar y en todo instante a cada uno de los fenmenos dependientes de la totalidad en cuestin, supona una cierta naturaleza del todo, precisamente la naturaleza de un todo "espiritual', donde cada elemento es expresivo de la totalidad entera como pars totalis. Althusser, Louis; Balibar, tienne. Para leer El Capital. Mxico. Siglo XXI editores, pp. 201-202. 7 Althusser, Louis. Contradiccin y sobredeterminacin (notas para una investigacin). En: La revolucin terica de Marx. Mxico, 1967. pp. 83-84 8 Althusser, Louis, op. cit., p. 205. 9 Althusser, Louis. Defensa de Tesis en la Universidad de Amiens. En: La soledad de Maquiavelo. Marx, Maquiavelo, Spinoza, Lenin. Madrid, Akal ediciones, 2008, p.227. 10 Morfino, Vittorio. Relacin y contingencia, citado en Casanova, Carlos, op. Cit., p. 236.

  • efectos que se producen en ella11.Y es a partir de este punto de arranque crtico, en el que

    Althusser har intervenir el todo complejo estructurado, dejando en un mismo movimiento

    la posibilidad de una nueva teora de la temporalidad histrica de instancias y/o niveles

    diferenciales12.

    El todo marxista concibe los niveles y contradicciones como tiempos propios y diferentes en

    una formacin social particular, donde cada temporalidad tiene una autonoma relativa

    respecto al todo, pero como cada nivel es semiautnomo, permite pensar la determinacin

    en ltima instancia de lo econmico en relacin con otras regiones estructurales (polticas,

    ideolgicas, etc.). Precisamente, esto es lo que nos pone en guardia para no sacrificar la

    unidad sobre el altar del pluralismo13. Y como nos recuerda Althusser: [ni] en el primer

    instante ni el ltimo, suena jams la hora de la ltima instancia14. Esta es la razn por el que

    el todo marxista no sea jams simple vale decir, como una historia lineal, continua y

    expresiva-, sino que complejo, o en otras palabras, sobredeterminado.

    En Contradiccin y sobredeterminacin se posiciona un concepto distinto para pensar la

    contradiccin desde una matriz no hegeliana de la inversin y del aufgehoben, como se

    viene planteando: el de la sobredeterminacin. No obstante, para llegar a este punto

    encontramos un gesto no menor: el de hacer intervenir la prctica terica en una coyuntura de

    la prctica poltica especfica: en la revolucin de octubre del 17. De esta manera, la ruptura

    revolucionaria provee, en este artculo, un ejemplo privilegiado de las relaciones entre prctica

    poltica y terica, y asimismo, de la sobredeterminacin. En efecto, se observa en Lenin a un

    11 Ramrez, Jos Antonio. El Problema de la Historia en la Filosofa de Louis Althusser. En: Zeto Borquz y Marcelo Rodrguez (eds.), Louis Althusser: Filiacin y (re)comienzo. Santiago de Chile. Facultad de Artes: Universidad de Chile, p.211. 12 El tipo de existencia histrica de estos diferentes niveles no es el mismo. Por el contrario, a cada nivel debemos asignarle un tiempo propio, relativamente autnomo, por lo tanto, relativamente independiente en su dependencia, de los tiempos de los otros niveles [] Cada una de estas historias tiene: cadencias propias y slo

    puede ser conocida con la condicin de haber determinado el concepto de la especificidad de su temporalidad histrica, y de sus cadencias (desarrollo continuo, revoluciones, rupturas, etc.). El que cada uno de estos tiempos y cada una de estas historias sea relativamente autnomo no quiere decir que existan dominios independientes del todo: la especificidad de cada uno de estos tiempos, de cada una de estas historias, dicho de otra forma, su autonoma e independencia relativas, estn fundadas sobre un cierto tipo de dependencia con respecto al todo. Althusser, Louis, op. cit., p. 110. 13 Althusser, Louis, op. cit., p. 167 14 Althusser, Louis, op. cit., 93.

  • poltico del momento actual15 en relacin al tema del eslabn ms dbil16, que Althusser

    reconceptualizara como la del eslabn decisivo17. Justamente, se juzgara la coraza de una

    cadena a partir del elemento ms frgil que lo compone. Concretamente -siguiendo el ejemplo

    que suministra Althusser relativo al momento revolucionario ruso- la debilidad de la cadena se

    deba a una acumulacin de contradicciones en un solo Estado, pertenecientes a una

    coyuntura especifica, entre contradicciones interiores y exteriores a Rusia, y tambin, a

    circunstancias excepcionales del proceso18: lo que da como resultado un retardo de por lo menos

    un siglo en relacin con el mundo imperialista y, al mismo tiempo, a su cabeza 19 . As, Rusia se

    encontraba en retardo frente a la revolucin burguesa y a la vspera de la revolucin proletaria;

    gestando, por lo tanto, dos revoluciones, incapaz, aun postergando una, de contener la otra20.

    Con esto el filsofo francs nos proveer las luces, en relacin con Lenin y luego Mao, para

    entender la estructura de la coyuntura, vale decir, el momento decisivo mismo de la

    intervencin de la prctica poltica y terica en el eslabn dbil para desmembrar la unidad

    existente21. Para este efecto, pues, es necesario tener en consideracin la acumulacin de

    circunstancias y contradicciones desiguales, la condensacin de los procesos y su fusin crtica

    que abre paso a la mutacin revolucionaria, o dicho de otro modo, al momento de ruptura. Y

    con ello tambin reconocer el carcter motor de la contradiccin, en efecto, tomando en

    15 Althusser, Louis. Sobre la dialctica materialista (sobre la desigualdad de los orgenes). En: Althusser, Louis, op. Cit., pp. 146-147 16 Lenin daba antes que nada un sentido prctico a esta metfora. Una cadena vale lo que vale su eslabn ms dbil. Quien quiera, en general, controlar una situacin dada, se preocupar de que ningn punto dbil haga vulnerable el conjunto del sistema. A quien quiera por el contrario atacarlo, aun si las apariencias del poder estn en su contra, le basta descubrir la nica debilidad, que hace precaria toda esa fuerza. Nada hasta aqu que parezca algo nuevo, cuando se ha ledo a Maquiavelo o a Vauban, que conocan tanto el arte de defender como de destruir un lugar, juzgando toda coraza en su aspecto dbil. Althusser, Louis, op. cit., p. 76. 17 Althusser, Louis, op. cit., p. 175. 18 Contradicciones de un rgimen de explotacin feudal reinante [] Contradicciones de la explotacin capitalista e imperialista desarrolladas en gran escala en las grandes ciudades y en los barrios suburbanos, las regiones mineras, petroleras, etc. Contradicciones de la explotacin y de las guerras coloniales, impuestas a pueblos enteros. Contradiccin gigantesca entre el grado de desarrollo de los mtodos de la produccin capitalista [] Exasperacin de la lucha de clases en todo el pas, no solamente entre explotadores y explotados, sino aun en el seno de las clases dominantes mismas [] A lo que fueron agregndose, en el detalle de los acontecimientos,

    otras circunstancias excepcionales [] el carcter avanzado de la lite revolucionaria rusa [] la leccin general de la revolucin de 1905 [] Finalmente [] la tregua inesperada que el agotamiento de las naciones imperialistas ofreci a los bolcheviques para abrirse paso en la historia, el apoyo involuntario pero eficaz de la

    burguesa franco-inglesa, que queriendo desembarazarse del zar, hizo, en el momento decisivo, el juego a la revolucin. Althusser, Louis, op. cit., pp. 77-78. 19 Ibd., 78. 20 Id. 21 Althusser, Louis, op. cit., p. 179.

  • consideracin los distintos momentos e instancias de la lucha de clases en la coyuntura. Por

    esto mismo sealar que la contradiccin cumple un papel motor es plantear que:

    implica una lucha real, afrontamientos reales situados en lugares precisos de la estructura del todo complejo [] que el

    lugar del afrontamiento puede variar segn la relacin actual de las contradicciones en la estructura

    dominante; es decir, que la condensacin de la lucha en un lugar estratgico es inseparable del

    desplazamiento de la dominante entre las contradicciones22

    De esta forma se distinguen tres momentos vitales en aras de la prctica poltica y del proceso

    de transformacin poltica de la unidad: no-antagnico, antagnico y explosivo.

    Correspondiendo el primero al momento de desplazamiento; el segundo a la condensacin

    del antagonismo; y al tercero, el momento explosivo mismo, como la ruptura, que

    desarticula lo unitario existente, dando lugar a una articulacin de la unidad, y por ende, nueva

    y distinta23.

    La coyuntura y lo aleatorio

    El trabajo filosfico de Althusser dar un giro crucial en torno a varios puntos concernientes a lo

    que denominara la corriente subterrnea del materialismo del encuentro o materialismo de la

    lluvia. Esta corriente ya no estar basada en la primaca de la relacin sobre sus elementos -lo

    que caracterizara, ms bien, a la produccin de los 60-, ya que ahora el acento estar puesto en

    la primaca del encuentro sobre la forma. Justamente, esta ltima es la que se hace lugar en la

    figura de Epicuro del clinamen:

    El clinamen es una desviacin infinitesimal, lo ms pequea posible, que tiene lugar no se sabe dnde

    ni cundo ni cmo, y que hace que un tomo se desve de su cada en picado en el vaco y,

    rompiendo de manera casi nula el paralelismo en un punto, provoque un encuentro con el tomo que est

    al lado y de encuentro en encuentro una carambola y el nacimiento de un mundo, es decir, del agregado

    de tomos que provocan en cadena la primera desviacin y el primer encuentro24

    22 Id. 23 Althusser, Louis, op. cit., pp. 179-180. 24Althusser, Louis. La corriente subterrnea del materialismo del encuentro. En: Para un materialismo aleatorio. Madrid. Arena libros, 2002, p. 33.

  • Lo que indica, al mismo tiempo, que antes del encuentro no haba nada, solo hay vacio, y por

    tanto, no hay ningn sentido, ni causa, ni fin, ni razn, ni sin razn. Empero, sino hay ningn

    origen o gnesis que preceda al encuentro, tampoco abra teleologa alguna. El encuentro, as

    concebido, es la apertura de un materialismo de la contingencia radical, no dejando lugar a

    trascendente alguno. Con ello, el mundo no es algo que preceda a los efectos del encuentro, ya

    que el mundo es producto y efecto del mismo encuentro, as como tambin del sentido, la

    necesidad y la razn. En consecuencia, el mundo es el hecho consumado [donde] la propia

    consumacin del hecho no es ms que puro efecto de la contingencia, ya que depende del

    encuentro aleatorio de los tomos debido a la desviacin del clinamen25. Con todo, esto no es

    suficiente, porque el encuentro puede no tener lugar, o tenindolo, podra ser solo transitorio

    un encuentro breve-, no resultando como efecto ningn mundo; pues, as, es necesario un

    encuentro que dure, que sea duradero, y que se mantenga como base del mundo y sus

    efectos. Precisamente, este es uno de los aspectos que permite conectar y situar a Maquiavelo

    segn Althusser- en la corriente materialista del encuentro.

    Ahora bien, Althusser encuentra en Maquiavelo a un pensador de la prctica poltica y de la

    coyuntura. Pero tambin, y esto es un gesto no menor, halla asidero en Gramsci, desarrollando

    una lectura distinta de lo que fue en Para leer El Capital (particularmente rotulndolo de

    historicista). De esta forma Maquiavelo acompaa a Gramsci para pensar en la coyuntura la

    impronta de un problema poltico especifico, que pertenece a la singularidad de su caso, vale

    decir, a la verit effectuale della cosa. Maquiavelo habla a Gramsci, por tanto, del presente

    concreto -lo que est a la orden del da (Lenin)-, o ms precisamente, de la posibilidad de

    intervenir en la coyuntura en el seno del presente para el futuro. Por ello, el poltico comunista

    italiano observara en el Prncipe Nuevo de Maquiavelo al Prncipe Moderno: la forma que

    adquirir este Prncipe ser la del partido poltico marxista-leninista que agrupara a las masas

    populares en aras de la revolucin proletaria y el socialismo26.

    25 Ibd., p. 34. 26 Althusser, Louis. Maquiavelo y nosotros. Madrid. Akal ediciones, 2004, p. 52.

  • El dispositivo terico abierto por Maquiavelo, pues, reclama no pensar meramente la

    naturaleza de las cosas o las leyes de la poltica. Este nuevo dispositivo reflexiona en las

    relaciones particulares entre el discurso y su objeto, entre el discurso y su sujeto27. Ahora

    bien, cul ser el objeto y el sujeto que segn Althusser- esbozara Maquiavelo? Pero no

    solo eso, Cmo se relaciona la definicin del objeto y el sujeto en la prctica poltica y en

    la coyuntura? Althusser prestara particular atencin a la relacin entre practica terica y

    prctica poltica, donde la verit effectuale della cosa se impone como un hecho consumado

    en tanto problema poltico: como objeto/objetivo de la poltica. El problema poltico

    requiere analizar la singularidad en su caso concreto, y ese caso ser tambin la causa de la tarea

    a plantearse y resolver, donde intervendr la prctica poltica; lo que, a su vez, permite

    reflexionar sobre la misma prctica de la poltica: la coyuntura singular. Es precisamente, en

    este mismo sentido, que Althusser se interroga y responde: Qu significa pensar dentro de la

    coyuntura?, pensar un problema poltico bajo la categora de coyuntura? Ante todo significa

    tener en cuenta todas las determinaciones, todas las circunstancias concretas existentes,

    enumerarlas, detallarlas y compararlas 28 . No obstante, dir Althusser, que aquello no es

    suficiente, evidentemente, no se rebasa de la simple descripcin del caso: pensar bajo la

    coyuntura no es pensar sobre la coyuntura. Pensar sobre la coyuntura es pensar en relacin al

    problema poltico que impone el caso singular: lo que para Maquiavelo ser el problema de la

    unidad nacional italiana, el Estado nacional. Por ende, la misma coyuntura es la que exige

    pensar la especificidad de la misma 29 . Y adems, porque el mismo problema ya ha sido

    sealado y resuelto, la miseria y la divisin ha sido solucionada (Espaa y Francia). Entonces

    pensar sobre la coyuntura est ms all de la descripcin del caso, esto es, de los elementos que

    lo componen, hechos y circunstancias; y por esto hay que enfatizar el carcter o sistema

    contradictorio de la composicin, lo que indica el problema y la posibilidad de la solucin, o,

    en otras palabras, transitar de plantearse el problema poltico al objetivo poltico.

    27 Id. 28 Ibd., p. 56. 29 Es necesario aqu invertir los trminos: Maquiavelo no piensa el problema de la unidad nacional en trminos de coyuntura; es la propia coyuntura la que plantea negativa pero objetivamente el problema de la unidad nacional italiana. Maquiavelo no hace ms que registrar en su posicin terica un problema que est objetivamente, histricamente planteado por el caso de la coyuntura: no por simples comparaciones intelectuales, sino por el enfrentamiento de las fuerzas de clase existentes y su relacin de desarrollo desigual. En definitiva, por su futuro aleatorio. Id.

  • A partir de ah, en el mismo instante y movimiento, todos los elementos de la coyuntura cambian de

    sentido: se convierten en fuerzas reales o virtuales en el combate por el objetivo histrico, y sus

    relaciones se convierten en relaciones de fuerza. Son apreciados como relaciones de fuerza en funcin de

    su compromiso, con la mirada puesta en el objetivo poltico que se quiere alcanzar30

    El objetivo poltico circula, entonces, por el problema poltico que impone la coyuntura: la

    constitucin de un Estado nacional. Pero no solo eso, adems, por la posicin que toma

    Maquiavelo en miras al objetivo, ser necesario igualmente posicionar la forma en cmo se

    agruparan las relaciones de fuerza: el Prncipe Nuevo, el nuevo agente de la poltica. De este

    modo, Prncipe Nuevo y Estado Nacional sern, como comprender Althusser, la forma de

    intervencin de la prctica poltica en la coyuntura y, en un mismo movimiento, es la que exige

    que todos los elementos en juego en la misma prctica terica estn en funcin de la poltica.

    Por esta razn, Althusser dir de Maquiavelo que es el terico de las condiciones polticas de la

    constitucin de un Estado nacional 31 , haciendo el vacio de toda tradicin terica (Aristteles,

    contractualistas, etc.) y de las formas de gobiernos antiguas existentes (republicas o estados

    papales), y con ello, fundando una nueva tradicin terica de la prctica poltica. Empero, el

    Prncipe Nuevo, no es un agente fijado a priori, en tanto que este interviene en la coyuntura,

    solo tiene sentido si hay vacio:

    digamos que el espacio presente de un anlisis de coyuntura, en su propia contextura, hecho de fuerzas

    opuestas y entremezcladas, slo tiene sentido si procura o contiene algn sitio, algn lugar vaco: vaco

    para llenarlo, vaco para insertar en l la accin del individuo o del grupo de seres humanos que

    vendrn a posicionarse y apoyarse en l, para reunir las fuerzas capaces, para constituir las fuerzas

    capaces de cumplir la tarea poltica asignada por la historia; vaco para el futuro32

    30 Ibd., pp. 56-57. 31 Althusser, Louis. La soledad de Maquiavelo. En: La soledad de Maquiavelo. Marx, Maquiavelo, Spinoza, Lenin. Madrid, Akal ediciones, 2008. p. 338. 32 Althusser, Louis. Maquiavelo y nosotros, op. cit., p. 58.

  • Tanto el espacio por llenar como el agente poltico (Prncipe Nuevo) que viene a llenarlo debe

    estar vacio, no fijado, son un hecho que hay que consumar33 en el encuentro de la Fortuna

    y Virt. El ejemplo que Althusser entrega sobre Csar Borgia, siguiendo a Maquiavelo, es

    ilustrativo respecto a este punto.34

    Por lo anterior, el libro El Prncipe de Maquiavelo tambin se le puede considerar, al igual que

    Gramsci, un Manifiesto poltico, como una toma de partido, como un acto poltico. De esta

    forma, El Prncipe como Manifiesto, viene a figurar un redoblamiento poltico que es al mismo

    tiempo terico, es decir, de un anlisis de coyuntura de un caso singular en el cual inscribe la

    posicin misma que viene a llamar el Manifiesto de Maquiavelo, o en las palabras del mismo

    Althusser: la voluntad de marcar netamente el gnero de eficacia que puede esperarse de la

    teora, que se somete as a las condiciones de existencia de la teora en el sistema social, y la

    voluntad de cualificar el sentido de la misma por la posicin que ella ocupa en los conflictos de

    clase35. No obstante, el Manifiesto es una toma de partido por el pueblo, donde Maquiavelo se

    hace pueblo, habla al Prncipe deviniendo pueblo, proclamando su posicin de clase. Es al

    pueblo, por ende, a quien se dirige36.

    33 Althusser, Louis. La soledad de Maquiavelo, op. cit., p. 341. 34 La aventura de Csar Borgia le ofreca la prueba de que ello era necesario y posible: haba logrado fundar un principado nuevo, pero precisamente porque l no era nada cuando inicio su aventura, porque no era prncipe de ningn Estado, porque no era prisionero de las formas polticas estatales antiguas como el feudalismo y el Papado haban cubierto una Italia desgarrada por las invasiones. Convencido de la urgencia de la tarea poltica y de los medios que le sobraban a Italia, Maquiavelo se hallaba igualmente convencido de que el prncipe que haba de nacer deba estar liberado de las ataduras feudales, y acometer esta tarea a partir de nada, es decir, sin someterse a las formas polticas existentes. Por esta razn habla en general del prncipe nuevo en un principado nuevo, en general, abstractamente, sin dar ni nombres ni lugar. Ibd., p. 337. 35 Ibd., p. 344. 36 Althusser, Louis. Maquiavelo y nosotros, op. cit., pp. 60-61.