Lección 69 La Cena Del Señor

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La Cena Del SEOR ___________

(SDQ): -Bosquejo del TemaLA CENA DEL SEOR (1 Cor. 11:26) Pg. A) UN POCO DE HISTORIA BBLICA a) b) -5I) Consideraciones generales acerca de la Cena del Seor - 5 Introduccin Atando versculos y soltando pensamientos sobre la Cena del Seor - Sntesis II) Por qu en Domingo y no en Sbado? 1) El testimonio bblico acerca del sbado a) Desde Adn hasta Moiss b) Desde Moiss hasta Cristo c) El perodo de los Evangelistas -9-9-

2) El testimonio bblico sobre El da del Seor - 11 El sistema mosaico ha cesado a) Dios ha designado un nuevo da, bajo la gracia, en esta Dispensacin de la Iglesia b) Circunstancias clave designan el da del Seor c) El da del Seor ha sido bendecido por Dios 3) En la Dispensacin de la Iglesia, estamos bajo la gracia B) LA DOCTRINA APOSTLICA Y LA CENA - 15 -

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DEL SEOR (1 Cor. 10 y 11)

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I) Un pasaje trascendente (1 Cor. 10:16-22) - 16 a) La mesa del Seor expresa comunin (10:16) b) La mesa del Seor expresa que somos un cuerpo en Cristo (10:17) c) El culto a los dolos es culto a Satans (10:18-20) d) Cuidado!, Porque la copa y la mesa del Seor, no son las de los demonios (10:21) e) El Seor es celoso (10:22) Pg. II) Un pasaje majestuoso y emotivo (1 Cor. 11:17-34) - 26 a) Propsito de nuestro estudio en este pasaje b) Ubicndonos en el contexto c) Qu incluye 1 Corintios 11 d) Introduccin al pasaje central de La Cena del Seor (1 Cor. 11:17-34) III) Muchos abusos y demasiados excesos (11:17-22) a) Congregndose para lo peor (11:17) b) Grupos en lugar de unidad (11:18) c) Con tropiezos pero aprobados (11:19) d) Enemistados, en vez de en comunin (11:20) e) Unos con hambre y otros borrachos (11:21) f)Menospreciando y causando vergenza a la Iglesia de Dios (11:22) g) Una reflexin para nuestros das - 29 -

IV) El orden y el significado de la mesa del Seor (11:23:26) - 38 a) Una reunin, establecida directamente por el Seor (11:23)) b) Acerca del pan (11:23-24) c) Acerca de la copa (11:25) d) Acerca de nuestras almas proclamando la obra de la Cruz (11:26) V) Preparmonos con dignidad (11:27-32) - 54 a) La indignidad nos hace culpables de irreverencia hacia Cristo (11:27) b) Examinmonos, s; pero, no dejemos de comer (11:28) c) No estamos comiendo el pan, ni bebiendo el vino, sino: Juicio (11:29) d) El castigo que acarrea esa afrenta (11:30) e) Si nos examinsemos, no seramos juzgados (11:31) f) Castigados, mas no condenados (11:32)

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VI) Actuemos con templanza (11:33-34) - 64 a) Actuemos con moderacin sin ofender ni a los hermanos, ni al Seor (11:33) b) La Cena del Seor, satisface el hambre del alma, no el apetito terrenal (11:34a) c) Existan tambin, otros problemas (11:34b) Pg. C) MEDITACIONES FINALES SOBRE LA CENA DEL SEOR (1 Cor. 11:26-27) - 66 -

1) Deberes del creyente - en cuanto a una participacin digna - 66 a) El creyente debe participar en santidad b) El creyente debe obedecer c) El creyente debe prepararse d) El creyente debe no dejar de participar e) El creyente debe, nicamente, prestar atencin al Seor f) El creyente debe estar en comunin con sus hermanos en Cristo 2) Dos reflexiones acerca de la mesa del Seor - 69 a) Qu es, entonces, la comunin con Cristo? b) Siendo as, Quines pueden ser admitidos a la mesa del Seor? 3) ltimas consideraciones - 70 a) Significado de la Cena del Seor para La Iglesia de Cristo Qu est implcito y que no lo est en las ordenanzas del Seor? Qu quiso destacar el Seor? Qu significa la muerte del Seor para el creyente? Es la posicin del creyente peor o mejor a la que tendra, si el hombre no hubiese cado en pecado? b) Al hacer memoria de l, qu significa que el Seor se present... para quitar de en medio el pecado? c) La Cruz del Calvario y la Cena del Seor 4) Conclusin ________________________________ - 76 -

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LA CENA DEL SEOR (1 Cor. 11:26) A) UN POCO DE HISTORIA BBLICA I) Consideraciones generales acerca de la Cena del Seor a) Introduccin - Se acepta generalmente que la cena del Seor es la reunin ms solemne e importante de todas cuantas celebra la iglesia. Es un acto que rene los elementos que hacen a la sustancia del creyente, como lo son: la obediencia; la conmemoracin que produce gratitud, y la adoracin y alabanza a Dios por lo que es y por lo que L ha hecho. Nuestro Dios el Padre desea que le adoremos en espritu y en verdad (Jn. 4:24), debiendo esta adoracin ser constante durante nuestra vida cristiana y manifestarse plenamente, cuando nos reunimos en la Cena del Seor, participando del pan y del vino. Los smbolos que exponen la obra vicaria de Cristo (en nuestro lugar) en la CRUZ. En la iglesia primitiva (los Evangelios Hechos) era considerada esta reunin como la ms importante, en ella, adems del partimiento del pan; que era la actividad principal; se practicaban otras como la oracin y la enseanza (Hech. 20:7) (Hech. 2:42; 1 Cor. 11:23-33). El objeto principal y excluyente en la Cena, es la persona de CRISTO; presente en el Espritu; morando en nuestros corazones; ocupando nuestras mentes y llevando nuestros actos a partir el pan en el nombre del Seor. Amn. b) Atando versculos y soltando pensamientos sobre la Cena del Seor

- (Sntesis) -

El propsito de este punto es, es forma breve, brindar un panorama general de los conceptos y pautas fundamentales que hacen a la celebracin de la Cena del Seor. - La Cena del Seor es una reunin de alabanza y adoracin.

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En ella, las alabanzas (himnos) y las acciones de gracias (oraciones), y el hacer mencin de los atributos de Dios y de sus obras y la de Cristo (lecturas y mensajes); todo ello, constituye lo que es adoracin la cual debe ser en verdad (Jn. 4:23-24). Adorarle en verdad, es hacerlo segn la revelacin que Dios ha dado de s mismo. Es decir, nicamente, sobre la base de lo que la Biblia, nos dice de l. La Cena es tambin, una proclamacin; un anuncio (un evangelio) de la muerte del Seor. Por esa razn, en durante su celebracin, todas las miradas deben dirigirse a los smbolos, que proclaman que nuestra salvacin depende nicamente de aquella muerte. All, recibimos bendiciones mediante un acto reverente de comprensin y de fe, por el cual proclamamos su muerte, a nuestro favor, hasta que L venga. - Se la denomina a esta reunin como: La Cena del Seor, o del Partimiento del pan, o Reunin de comunin, o La Mesa del Seor (1 Cor. 11:20; Hech. 2:42; 20:7; 1 Cor. 10:16,21). La expresin la santa cena, No es bblica. - Fue instituida por el mismo Hijo de Dios. - La iglesia apostlica la tena entre sus prcticas fundamentales (Hech. 2:42), por tanto, ningn argumento debe servir de excusa para que el creyente deje de asistir regularmente a esta reunin semanal, que la iglesia primitiva acostumbraba a celebrar el primer da de la semana (Hech. 20:7). - La alabanza en la Cena del Seor, no se limita solamente a los cantos, sino que se integra con ellos; ms las oraciones y la lectura de un pasaje bblico (Efes. 5:19-20). - La cena es una reunin comunitaria, significa que todo el que participa entra en comunin con el resto de todos los hermanos (1 Cor. 10:16-17). - El pan y el vino simbolizan la obra cumplida por el Seor cuando se dio a s mismo por nosotros en la Cruz. Al participar de ellos, ponemos de manifiesto nuestra participacin espiritual, por medio de la fe, en todo el inmenso significado del sacrificio del calvario. Pensemos y meditemos que, fue una vida de valor infinito la que fue ofrendada por nosotros en la CRUZ. - El nfasis en la cena, recae sobre el pan que partimos como smbolo de la entrega del precioso y santo cuerpo, a la muerte. 1. El pan, antes de ser fraccionado, es el smbolo del cuerpo de CRISTO, luego en el transcurso es partido (1 Cor. 10:16); haciendo memoria del sacrificio santo y perfecto. Por tanto nunca debe ser partido con anterioridad a la reunin en s.

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2. Nuestra unin con Cristo como miembros de su cuerpo est, pues, representada en el pan de la cena del Seor; pero tambin se est dando testimonio de nuestra unin o comunin de unos con otros. Por esta razn se la denomina a la cena del Seor, tambin, por costumbre, como el culto de comunin (1 Cor. 10;16). - Al participar expresamos nuestra comunin. Pero al hacerlo con los emblemas (el pan y con el vino) o smbolos, lo hacemos obviamente no con el cuerpo y la sangre real del Seor, por ende, nuestro comer y beber son actos simblicos que representan la fe por la cual esta comunin se efecta. As, en la cena del Seor, estamos compartiendo en nuestra conciencia los efectos de la muerte de Cristo (su sangre) y de su cuerpo ofrendado por nuestros muchos pecados. Estamos participando no el cuerpo y la sangre de CRISTO, sino su sacrificio ofrecido a nuestro favor. Es decir, estamos compartiendo o participando en la EFICACIA del sacrificio del Seor. Es de gran importancia discernir que nuestra participacin, no debe llevarse a cabo con indignidad, ya que el hacerlo trae aparejado gravsimas consecuencias (1 Cor. 11:27-30). - Respecto a la presencia del Seor en la cena: 1. La presencia del Seor, debemos discernirla espiritualmente. l est presente por comunicacin espiritual (en nuestra mente y nuestro corazn), y no porque los elementos materiales (el pan y el vino) experimenten como dice la Iglesia Catlica Romana; una transubstanciacin (se convierten el pan y el vino, en ese momento en el cuerpo y la sangre de CRISTO), que es ajena a la Palabra de Dios. 2. Esta presencia de L es lo ms importante, pues si el Seor no est presente, no existe verdadera conmemoracin. En la Cena no estamos evocando a un Seor distante, sino a un CRISTO presente por fe; y por su Espritu, y que al mismo tiempo, est sentado en el trono del Padre, como siempre lo estuvo (Jn. 1:18; 3:13; Mr. 16:19; Apoc. 3:21). - La Cena del Seor, tiene un carcter conmemorativo, pero no repetitivo, del sacrificio de CRISTO. Ella, no repite el sacrificio del Cordero, pero s lo anuncia. Siendo esto el hacer memoria de l y su obra de la CRUZ (1 Cor. 11:24-26). Tampoco se nos ha ordenado que levantemos los smbolos para la adoracin de los fieles. Este ritual es idoltrico y por tanto est en contra de las Escrituras.

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- El creyente participa de la Cena porque es salvo, y no para serlo. Lo mismo ocurre con el bautismo por inmersin en el agua: los que recibieron (primero) su palabra fueron (entonces) bautizados (Hech. 2:41). - La Cena tiene carcter eucarstico esto significa que es una reunin cuyo objetivo o fin es dar gracias; agradeciendo a Dios por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo en la Cruz. Esta gratitud en la Cena, debe limitarse a lo que Dios es, y a lo que ha hecho mediante el sacrificio y la obra redentora de CRISTO. No corresponde traer a ella, otros motivos ajenos ni el agradecimiento por otros bienes materiales o espirituales, los cuales deben expresarse en otras circunstancias. - La Cena celebra un triunfo, y no rememora un muerto (la Cruz y la tumba quedaron vacas), sino a un Seor viviente y presente. Es porque est presente que rodeamos al Santo y Sublime Cabeza de la Iglesia, y le adoramos con reverencia y gratitud eterna, para que en todo tenga la preeminencia (Col. 1:18). - Al adorar en la cena del Seor estamos: 1 - Meditando en el infinito bien y salvacin recibida por medio de la muerte de CRISTO. 2 - Meditando en la satisfaccin que el honor y la santidad de Dios recibieron por la obra del Hijo (Jn. 17:4; 19:30). 3 - Meditando en la vindicacin de la justicia de Dios, salpicada por nuestros pecados (2 Cor. 5:21). 4 - Meditando en la obediencia y consagracin que nosotros le debamos al Padre y que, nicamente CRISTO, restaur con la obra de la Cruz. 5 Rindiendo culto de adoracin a Dios; la cual consiste, en el sacrificio espiritual ms elevado que podemos ofrecerle a l (Rom. 12:1-2). Debiendo ser, todo esto, hecho con dignidad (1 Cor. 11:27). Amn. ________________________________ II) Por qu en Domingo y no en Sbado? Estos dos das son smbolos de las dispensaciones a las cuales se relacionan: - El sbado (7 da de la semana) con el reino de la Ley.

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- El domingo (1 da de la semana) con el reino de la Gracia. Estos dos das tpicos de dos principios gubernativos y dos grandes dispensaciones, no tienen ninguna relacin entre s. Fijmonos que el sbado en los diez mandamientos, es considerado en el 4: Acurdate del da de reposo para santificarlo. Seis das trabajars, y hars toda tu obra; ms el sptimo da (el sbado) es reposo para Jehov tu Dios,... ; por tanto, Jehov bendijo el da de reposo y lo santific (Ex. 20:8-11), y sin embargo, no aparece en ninguna manera trasmitido en el reino de la gracia o dispensacin de la Iglesia, y tampoco se podra (Mt- 12:1-8; 19:18-19; Rom. 13:9; Ef. 6:1-2). No debemos confundir un sbado judaico con el da cristiano; el da del Seor, o sea el domingo. Tenemos en las Escrituras tres aspectos mayores sobre este tema: 1) El testimonio bblico acerca del Sbado a) Desde Adn hasta Moiss No hay evidencia, que el sbado existiese como una institucin u observacin, desde la creacin hasta Moiss. Job, que vivi ms de 500 aos antes de Moiss, ni tan siquiera lo menciona aunque hace referencia a la creacin y al diluvio (Job 9:9; 12:15; 38:4,8-11,31). Se concluye, entonces, que el sbado fue impuesto sobre Israel solamente y como una parte de la ley que fue dada a Moiss. b) Desde Moiss hasta Cristo El sbado comenz a observarse por Israel desde cuando fue instituido por Moiss. Fue investido con el carcter de una seal entre Jehov y la nacin juda, en ningn sentido se extendi a los gentiles (Ex. 31:12-17). El sbado era parte de la ley de Israel, y era la posesin de esa ley que distingua a esa nacin de todos los dems pueblos de la tierra. El sbado, con las excepciones necesarias, era el sptimo en una serie de sietes de das o de aos. Hubo por lo menos quince sbados que tenan fechas fijas en el mes determinado, y esos sbados cayeron en esas fechas sin tomar en cuenta el da de la semana en que caan (Lev. 23:36-39); (Dt. 16:9-10); (Lev. 23:15-16); etc. Durante el perodo desde Moiss hasta CRISTO, cuando el sbado obtuvo bajo la sancin divina esa singularidad de ser un da de descanso fsico, como la misma palabra

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sbado indica. Toda la nacin de Israel estaba obligada a obedecer la ley, la pena de muerte era el castigo por la violacin de ella. An la tierra tena que tener sus sbados. La ley del sbado, como toda ella, fue obedecida tan escasamente que Jehov finalmente tuvo que llevar a la nacin al cautiverio con el propsito declarado de permitir a la tierra el gozar reposo (Ex. 31:12-17; 35:3; 16:22-26; Neh. 10:31; 13:15-21; Lev. 25:4; 2 Cr. 36:21). El sbado o da de reposo era una institucin vital bajo el imperio de la ley. Pero esa edad, y todo lo que la caracterizaba, fue suspendida por el reino de la gracia, cuando CRISTO muri, aboliendo (Cristo) en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas,... (Efes. 2:15). c) El perodo de los Evangelistas Cristo naci bajo la ley; y vivi y llev a cabo su obra bajo ella (Mt. 5:17). La ley no ces cuando L naci, sino cuando el Seor muri. Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia (Heb. 7:18). Antes de su muerte, el sbado era uno de los asuntos ms importantes en la experiencia y ministerio de CRISTO, que L mismo observ como una parte ntegra del sistema mosaico. Sin embargo, el Seor, nunca mencion ese da en su discurso en el Aposento Alto, tampoco hizo mencin ni siquiera una vez como una obligacin u observacin en su ministerio posterior a su resurreccin, ya que su lugar ces por medio de su muerte, (Jn. 1:16-17; Rom. 3:1-18; Ef. 2:15; Col. 2:14; Gl. 3:19-25). Concluimos que la ley, como una regla de conducta, no se aplica ni una sola vez al creyente. Las Escrituras abrumadoramente afirman que la ley ha cesado, tanto como un medio de justificacin y como una norma de vida para el que ya ha sido redimido, por la sangre de CRISTO, derramada en su muerte, por los pecados del mundo, en la Cruz (Rom. 7:7-14; 5:1-2,8-11). Las observancias de la ley fueron abolidas en Cristo, ella, fue quitada de en medio, y clavada en la cruz (Col. 2:14). Conviene destacar que, al completarse el propsito divino en la Iglesia en esta, presente dispensacin, el sbado de Israel, SER RESTITUIDO. Esto se afirma tanto para la gran tribulacin que anteceder a la segunda venida de CRISTO, como para la edad del reino que seguir a esa venida (Mt. 24:20; Is. 66:23; Ez. 46:1 Dt. 30:8; Ex. 31:16). ________________________________ 2) El testimonio bblico sobre El da del Seor La Iglesia ha celebrado el da del Seor, como el primer da de la semana, desde la resurreccin de CRISTO hasta el da de hoy.

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A travs de la historia, se ha observado un nuevo da que invalid el da judaico, y este cambio de da, no ha sido contrario a la enseanza de las Escrituras, como algunos insisten; ms bien, ha sido segn el plan revelado y propsito de Dios. Este cambio del sbado por el da del Seor; el domingo, responde a ciertas razones bblicas: a) El sistema mosaico ha cesado Todo el sistema de la ley, incluyendo su da sbado, cedi ante la gracia de Cristo. Adems, respecto a su observancia, hay amonestacin categrica contra el guardar el sbado. Tal lo expresa Pablo en (Gal. 4:9-10), donde califica de dbiles y pobres rudimentos, a los cuales os queris volver a esclavizar, a los requisitos de la ley, como un medio de conseguir conducta moral y espiritual. La ley era dbil ya que su cumplimiento correcto era imposible por cuanto era dbil la carne (Rom. 8:3). b) Dios ha designado un nuevo da, bajo la gracia, en esta Dispensacin de la Iglesia Su designacin divina se halla registrada en un mensaje proftico: la piedra que desecharon los edificadores. Ha venido a ser cabeza de ngulo. De parte de Jehov es esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos. Este es el da que hizo Jehov. Nos gozaremos y alegraremos en l (Sal. 118:22-24) (Hech. 4:10-11). De este pasaje surge que el Seor tena determinado el da cuando tendra lugar la resurreccin, y ese da, el da del Seor, por determinacin divina, los hombres deban celebrarlo con gozo y alegra. Tambin, este es el da de Jesucristo, el cual se relaciona con el momento del arrebatamiento de la Iglesia (1 Cor. 1:8; 3:13; 5:5 2 Tim. 1:12; 4:8) que ocurre al comienzo de otro gran da: el da del Seor (da de Jehov en el A.T.), que es un gran perodo proftico de ms de mil aos que transcurre entre el arrebatamiento y la nueva creacin despus del milenio (Is. 2:12; 13:6,9; Mal. 4:5; Hech. 2:20 2 Ped. 3:10). En nuestro estudio, el da del Seor, es el primer da de cada semana (el domingo), el cual se observa como una conmemoracin de la resurreccin de CRISTO. Los creyentes tenemos un da inmutable. No pudindosele cambiar, dado que ha sido sealado por el mismo Dios, lo mismo como Israel o cualquier otro, que no puede cambiar el sptimo da (sbado), el cual fue apartado por Dios.

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Los dos das no presentan al creyente ninguna libertad de escoger. La opcin para el cristiano, significa nada menos que aceptar o rechazar la relacin ms vital entre CRISTO y el creyente, bajo esta dispensacin de la Iglesia. c) Circunstancias clave designan el da del Seor Comenzando con la resurreccin, y lo que le sigue, todo evento escrito en el N.T. que tena algn significado importante cay en el primer da de la semana, o sea en el da del Seor. Se afirma en la Escritura que no hay ningn mandamiento directo para guardar el da del Seor, pero debe notarse que hay mandamiento explcito contra la observacin del da del sbado (Gl. 4:9-11) (Mr. 2:27-28; Luc,14:1-6) (Jn. 5:16-18). Los grandes eventos que ocurrieron el primer da de la semana son dignos de mencin: - En el primer da de la semana Cristo se levant de los muertos, este es el principal evento de todos. - CRISTO se encontr con sus discpulos, en su vida de resurreccin, en el primer da (Jn. 20:19). - En el primer da CRISTO simboliz la nueva comunin de resurreccin partiendo el pan con sus discpulos (Luc. 24:1,13,28-31,35). - En el primer da L les dio instrucciones a sus discpulos en su nuevo ministerio de resurreccin y de la vida para l (Mt. 28:16-20) (Mr. 16:14). - En el primer da el Seor mand a sus discpulos a predicar el nuevo mensaje a todo el mundo (Mr. 16:14-18). - En el primer da CRISTO ascendi al cielo (Luc. 24:48 Hech. 1:9) como la gavilla mecida; como las primicias; como el primognito de entre los muertos (Lev. 23:10-11) (1 Cor. 15:23; 1 Tes. 4:13-18; Apoc. 1:5). En el cumplimiento de la profeca en el A.T. y el propsito eterno de Dios, era necesario que el Seor apareciera en el cielo como la primicia y garanta de la gran cosecha de almas redimidas por l, quienes resucitaremos con l (Ef. 2:67) para participar de Su vida eterna y de Su gloria (Jn. 17:22,24). - En el primer da l sopl en sus discpulos y les imparti el Espritu Santo (Jn. 20:19,22).

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- En el primer da descendi el Espritu sobre sus discpulos para dar comienzo a su ministerio en este mundo que caracteriza esta edad (Hech. 2:1). - En el primer da Pablo predic a los creyentes reunidos en Troas (Hech. 20:6-7). - El Apstol mand a los creyentes de Corinto, cada primer da de la semana, ponga aparte algo, segn haya prosperado, guardndolo (1 Cor. 16:2). - El primer da de la semana reciba el anciano Juan, la mayor revelacin jams ocurrida para regocijo de nuestras almas y la gloria de Dios (Apoc. 1:10). As tenemos que el primer da de la semana; el domingo es un tipo o modelo de las realidades y relaciones que existen bajo la dispensacin de la Iglesia, mientras que el sptimo da; el sbado, es un modelo de las cosas que ocurran bajo la ley. En el sptimo da descans de todo su trabajo, en armona con la ley del pacto de las obras, que requeran que el hombre hiciese lo bueno para poder recibir las bendiciones de Dios. Por otra parte, el observar el primer da de la semana es tpico de la posicin libre del creyente bajo la gracia no merecida. El creyente comienza con un da de bendiciones; adoracin y alabanza al Seor y Salvador Jesucristo, antes de seis das posteriores de obras, en el poder y bendicin recibidas en ese primer da; el domingo. El da de reposo: por ley El da del Seor: por gracia El da de reposo: por obras El da del Seor: por la obra de CRISTO en la CRUZ El da de reposo: por la carne El da del Seor: por la presencia del Espritu en el corazn. d) El da del Seor ha sido bendecido por Dios El domingo; el da de incesante adoracin y servicio a Dios, le corresponde a un pueblo que est relacionado con l mediante la obra que CRISTO cumpli. Se celebra con la seguridad de que uno ya ha sido aceptado por Dios y lo fomenta el Espritu Santo que mora en el creyente. Es un da slo para los salvos, el da de reposo era para todo el pueblo de Israel. Aunque el da del Seor, no es un da para la Iglesia en general, sino para el creyente en particular.

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Este da del Seor, no est impuesto por ninguna ley como el da de descanso, ni tampoco se describe como debe observarse. El da del Seor no se estimula a guardarlo como un deber, sino que se espera que el creyente, voluntariamente, lo dedique de todo corazn al Seor. Al creyente, solamente se le ruega por las misericordias de Dios, y se espera que todo lo haga con entera voluntad (Ef. 4:1-3; Rom. 12:1-2). El problema entre Dios y el cristiano carnal, no se resuelve con acciones externas, observando su da, sin voluntad sincera, lo cual no agradar a Dios, sino mediante el rendimiento de la vida a Dios, en una actitud agradecida y fiel haca Aquel que nos salv y vida eterna, nos dio. Finalmente, es necesario destacar que bblicamente, la ordenanza acerca de la Cena del Seor, no especifica el da en el cual debe celebrarse, la evidencia que encontramos en este sentido, es que el mismo Seor se junt con sus discpulos, luego de su resurreccin para compartir, en aqul primer da de la semana, esa reunin con ellos (Luc. 24:1,13,30). Tanto los apstoles, juntamente con los hermanos de aquella iglesia primitiva, tambin se reunan el primer da de la semana, vale decir el domingo; el da del Seor, para partir el pan y tambin para ofrendar (Hech. 20:7; 1 Cor. 16:2). Los detalles de la ordenanza, hacen al modo o las formas, en que el creyente acta y al significado de la reunin como tal, y no al da o la frecuencia en la cual la Cena del Seor, debe celebrarse. Siendo importantsimo, para no tener consecuencias graves, participar con dignidad (1 Cor. 11:27-30). ________________________________

3) En la Dispensacin de la Iglesia, estamos bajo la gracia La palabra de Dios ensea que el creyente no est ahora bajo la ley sino de la gracia (Rom. 6:14). As las cosas, es que hay delicados problemas debido a que algunas iglesias establecen normas y reglas que sujetan al creyente a una obligacin legal de la cual fue sacado por la gracia (Gal. 5:1 Entrad, pues, firmes en la

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libertad con que CRISTO nos hizo libres, y no estis otra vez sujetos al yugo de esclavitud) (Gl. 5:4 ... los que por la ley os justificis; de la gracia habis cado), nos advierte el Apstol. Esto generalmente se debe a: 1) Desconocimiento bblico o interpretacin doctrinal errnea.

2) Se recurre a la tradicin y las costumbres en vez de lo que dice la Palabra de Dios. Sin embargo, la Iglesia de Cristo, s tiene dos ordenanzas: el bautismo y la cena del Seor. Teniendo ambas, enorme importancia por lo que simbolizan y por la obediencia que se expresa en la prctica de ellas. En este estudio, nos referiremos a la segunda de ellas (que tiene como requisito excluyente, la primera: el bautismo), la cual la trataremos con detenimiento y amplitud, en el apartado B).

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B) LA DOCTRINA APOSTLICA Y LA CENA DEL SEOR (1 Cor. 10 y 11) El apstol Pablo, no slo confirma lo instituido por el Seor, sino que lo amplia, en una serie de versculos expuestos en los captulos 10 y 11 de su primera carta a los Corintios. Trataremos el enfoque paulino en seis grandes captulos. I) Un pasaje trascendente - (1 Cor. 10:16-22) Estos versculos, estn comprendidos dentro de las advertencias que dio Pablo acerca de la idolatra, dndonos a entender que el creyente fiel, aquel a quien el Juez corona, es la contrapartida de los dos israelitas fieles (Josu y Caleb), que fueron los nicos a quienes se les permiti entrar a la tierra prometida. Los otros miles de israelitas rebeldes, que en el monte Sina se hicieron un becerro de oro y lo adoraron (Ex. 32:1-6), y que en lugar de adorar a Dios, sirvieron a los dolos

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trados de Egipto (Ams 5:26), no pasaron la prueba de fe, y Pablo nos manifiesta que los corintios que se entregaban a la idolatra tampoco servan a Dios. As tambin nos lo hace saber a nosotros, si lo mismo hacemos. El apstol mediante advertencias, analogas, ejemplos y amonestaciones, plantea el tema y las circunstancias. Y entre ellas establece en los (vss. 16 a 22) de este captulo ciertos conceptos que hacen al tema de la mesa del Seor (1 Cor. 10:16-22) punto de vista hacia el cual, nos habremos de ceir. a) La mesa del Seor expresa comunin La copa de bendicin que bendecimos, no es la comunin de la sangre de Cristo? El pan que partimos, no es la comunin del cuerpo de Cristo? (10:16). Este versculo, nos asevera que: cuando se bebe de la copa y se come del pan durante la Cena, se est teniendo (o se debe tener) comunin con CRISTO, adems de manifestrsenos el simbolismo de la copa y el pan partido. El texto resalta la comunin con CRISTO. - Sobre esta comunin con CRISTO tenemos tres puntos de vista. . El punto de vista catlicoromano, es conocido como el de la transubstanciacin, que infiere que el pan y el vino se cambian en el cuerpo y sangre de Cristo. Segn esta interpretacin errnea y no bblica, al ingerirlos (el sacerdote catlico) se toma realmente (??) el cuerpo y la sangre del Seor, producindose (segn ellos) las virtudes sealadas en (Jn. 6:53-58) comer del pan de la vida. As los catlicos confunden el alimento del alma, que conduce a la salvacin eterna con la conmemoracin de la muerte del Seor por los pecados del mundo, haciendo de la cena del Seor (santa misa para ellos) un sacrilegio doctrinal y conceptual. . Tambin tenemos el punto de vista luterano, mencionado como la consubstanciacin, por el cual, el pan y el vino no se cambian en el cuerpo y la sangre del Seor, pero en ellos est realmente su cuerpo y su sangre, por tanto al tomarlos, se toma realmente el cuerpo y la sangre de Jesucristo. Si bien Lutero atribua la transfiguracin del pan y el vino a la accin de la Palabra de Dios y no a la consagracin del sacerdote, su punto de vista no se cie a la escritura. El concepto luterano obedece a una idea filosfica acerca de la interpretacin de (Heb. 10:12 pero CRISTO, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios), al no distinguir las dos naturalezas de CRISTO y darle a la naturaleza humana las mismas propiedades que a la divina.

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Esto es, que el cuerpo humano de CRISTO estaba al mismo tiempo en todo lugar. . Finalmente tenemos la interpretacin evanglica o reformada, que consiste en la CONMEMORACIN. Esta interpretacin concuerda exegticamente (interpretar fidedignamente) con la Escritura. Por ella se tiene que el pan y la copa son smbolos que expresan todo cuanto ocurri en la CRUZ, cuando el Hijo de Dios fue entregado como expiacin (como pago) por el pecado del mundo. 1 La copa de bendicin que bendecimos - Se trata de la tercera copa de las usadas en la pascua. Es la misma sobre la que el Seor dio gracias, en la institucin de la cena (Luc. 22:17,19; 1 Cor. 11:25). El trmino bendecimos, quiere decir dar gracias por ella (Mt. 26:26; Mr. 14:22; Luc. 22:17,19; 1 Cor. 11:25). Debemos descartar todo aspecto de consagracin, otorgndole a la copa o al vino propiedades o virtudes especiales. - La expresin de bendicin, est referida a las bendiciones del Nuevo Pacto, cuyas glorias en contraste con el viejo; la ley nos expone Pablo en (2 Cor. Cap. 3). El trmino nos revela que el Nuevo Pacto, est implcito en la mesa del Seor. Bblicamente el Nuevo Pacto, cuya esencia son las excelencias de CRISTO, se diferencia del revelado a Moiss, en que: Se escribe en la carne del corazn y en la mente del creyente, no en tablas de piedra (2 Cor. 3:3-7 Heb. 8:10-12; 10:15-17). Es del Espritu y no de la letra (2 Cor. 3:6 Heb. 10:15). Es para vida y no para muerte (2 Cor. 3:6-7). Su gloria es excelente en contraste con la anterior (2 Cor. 3:8-10). Es para justicia y no para condenacin (2 Cor. 3:9). Es permanente en contraste con lo que perece (2 Cor. 3:11). Es revelado en CRISTO y no velado como en el caso de Moiss (2 Cor. 3:12-18). No se expan los pecados con el derramamiento de sangre de animales inocentes, sino que la remisin (cancelacin) de ellos y la eterna redencin de nuestras almas fue por la sangre de Jesucristo; pura, santa, sin mancha, derramada en el calvario, otorgndonos la promesa de la herencia eterna en Cristo Jess, Seor nuestro (Heb. 9:12-15; 10:17-18). Tambin este Nuevo Pacto, supera todo lo contenido en el viejo pacto, con realidades ms excelentes o mejores.

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En l, los creyentes tenemos nuestra parte en: . Un pacto mejor (Heb. 7:22; 8:6); . Un mediador mejor (Heb. 1:4; 3:3); . Un sacrificio mejor (Heb. 9:23; 12:24); . Un sacerdocio mejor (Heb. 8:6; 7:7); . Una posesin mejor (Heb. 6:9; 10:14); . Una promesa mejor (Heb. 8:6; 11:40); . Una esperanza mejor (Heb. 7:19); . Una resurreccin mejor (Heb. 10:35 1 Tes. 4:16); . Una patria mejor (Heb. 11:16). En vista a todas estas excelencias, conviene a la salud de nuestras almas, acercarnos con reverente adoracin a la mesa del Seor, pues todo esto lo debemos a Aquel, en cuya memoria, nos reunimos cada domingo, cuando llega la hora y nos sentamos con L (Luc. 22:14) que desea, y dese esta pascua antes de padecer por nosotros, en la Cruz (Luc. 22:15). 2 no es la comunin de la sangre de Cristo? - Partiendo de la copa (el vino), como smbolo de la sangre de Cristo, tenemos ahora este concepto de comunin con su sangre, que equivale a compartir los beneficios que recibimos por su sacrificio de valor infinito en la CRUZ. La sangre de CRISTO, en sentido del valor de su sacrificio, es aplicada a cada creyente ya que su sangre derramada, nos limpi de todo pecado (1 P. 1:2; 1 Jn. 1:7). La Iglesia fue comprada al precio de la sangre de CRISTO; siendo posible la comunin con Dios, nicamente, por la sangre del SEOR (Hech. 20:28; Efes. 2:13). No slo la paz con Dios es en razn de la sangre de JESUCRISTO, sino que, es por ella, que se obtiene eterna redencin (Col. 1:20; Heb. 9:12). 3 El pan que partimos - Fue el mismo Seor quien estableci el simbolismo (Mt. 26:26; Luc. 22:19; Hech. 2:42; 1 Cor. 11:23-24). As, la Iglesia en cumplimiento de la ordenanza, parte el pan. De all que a este culto se lo denomina, a veces, del partimiento del pan (Hech. 2:24; 20:7). 4 no es la comunin del cuerpo de Cristo?

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- La idea de Pablo con esta pregunta, es manifestarnos, que el Seor se hizo hombre a fin de gustar la muerte, y lo hizo gustndola por todos. Es as, que vemos a Jess, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento (de su absoluta totalidad y dimensin) de la muerte (Heb. 2:9). Para ello fue necesario que el Seor, se vistiese de humanidad, y lo hizo mediante el elemento provisto por Dios para tal fin: el cuerpo de CRISTO (Heb. 10:5). El cuerpo de Cristo entregado, indica el sacrificio voluntario (por medio de s mismo) en pago de nuestros pecados, el cual, nos permite a los creyentes, el acceso a la presencia de Dios, a travs del cuerpo partido de Cristo (Heb. 10:10, 19-20). 5 Implicancias de la comunin con CRISTO - Debemos tener presente que comunin equivale a vinculacin o identificacin, ms que a participacin. As tenemos que la comunin de la sangre y del cuerpo de CRISTO, tiene que ver con la vinculacin y el disfrute de los beneficios de la obra expiatoria de CRISTO, que es aplicada al creyente. No puede tratarse de participacin en su sangre y en su cuerpo como si el vino y el pan, se hubieran cambiado en ellos (dogma catlicoromano). - El concepto de comunin como vinculacin es mucho ms elevado que el de participacin. Ya que cuando alguien participa, disminuye lo participado (al tomar una parte), en proporcin con el nmero de quienes participan. En cambio cuando alguien se vincula, est aumentando lo vinculado, cuanto mayor sea el nmero de los que se vinculan. Esta comunin con CRISTO consiste en una vinculacin con l (1 Cor. 11:1 Efes. 5:1), en su carcter (Filip. 2:5); su sufrimiento (Gl. 2:20) y su gloria (Jn. 17:22). De ah la necesidad de asegurarse, mediante el auto examen, de una limpieza ntima y sin pecados no confesados (1 Jn. 1:9).

b) La mesa del Seor expresa que somos un cuerpo en Cristo Siendo uno slo el pan, nosotros con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan (10:17). 1 Siendo un solo pan, nosotros..., somos un cuerpo

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- Esta expresin significa que la comunin con el Seor deviene en comunin con los hermanos y por consiguiente, en la unidad de la iglesia. Ya que el que se identifica en comunin con el Seor, viene a formar parte del cuerpo de CRISTO, que es la Iglesia (Ef. 1:22-23). As, cada creyente unido a l, viene a estar unido a sus hermanos en CRISTO (Rom. 12:4-5). 2 Pues todos participamos de aquel mismo pan - La parte final del (vs. 17), nos expone el simbolismo del pan, como el vnculo de la unidad de la Iglesia. El pan partido simboliza la obra de salvacin del Seor, por eso primero lo partimos y luego participamos de l. El creyente que participa del pan, expresa que antes ha tenido comunin con el Pan de Vida Eterna que descendi del cielo (Jn. 6:51,56). - Esta unin no es externa, sino espiritual, a consecuencia de la participacin de una vida en CRISTO, o sea segn su voluntad, imitando su forma de pensar de actuar y de amar. Es decir, teniendo el sentir que hubo en Cristo Jess (Filip. 2:5). Esta manera de actuar del creyente trae aparejado: La eliminacin del sectarismo y las divisiones en la Iglesia local. El fiel reflejo de tener comunin verdadera con el Padre y con su Hijo Jesucristo (1 Jn. 1:3), consistiendo en una manifestacin de gozo que no tiene parangn ni puede ser suplantada, por ninguna otra cosa o vivencia (1 Jn. 1:4). La comunin cristiana se vive no se aprende. El sentir que nos exhorta a la participacin en la cena del Seor con un espritu de sincera y verdadera comunin con los hermanos, con el objetivo nico y excluyente de alabar y adorar a Dios por la obra del Seor Jess a favor nuestro; en el Calvario.

c) El culto a los dolos es culto a Satans Mirad a Israel segn la carne; los que comen de los sacrificios, no son partcipes del altar? Qu digo, pues? Qu el dolo es algo, o que sea algo lo que se sacrifica a los dolos?. Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagis partcipes con los demonios. (1 Cor. 10:18-20).

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- En los (vss. 18-20) de este pasaje, Pablo nos dice acerca de lo que ocurra con los judos como nacin, cuando participaban de los sacrificios y estaban en comunin con Dios. Dando a entender que, de la misma manera que Israel se identificaba en la comunin del sacrificio con a quin se le ofreca (es decir, a Dios), tambin los gentiles al ofrecer sacrificios a los dolos, se identificaban con ellos y no con Dios. Siendo la realidad que tras los dolos se escondan los demonios (vs. 20). As, los cristianos no creyentes (los catlicos, por ejemplo) o los gentiles paganos (los musulmanes; los budistas; etc.) en general, cuando ofrecen sacrificios a personas o imgenes o dolos, a sabiendas o no,estn adorando a los demonios. De esta manera ser tambin la adoracin demonaca que caracterizar a los incrdulos impiadosos durante la Gran Tribulacin (Apoc. 9:20). - Pablo expone con firmeza que los dioses paganos, que son seres imaginarios, en realidad, ocultan a los demonios. Resaltando que el sacrificio ofrecido al dolo, es ofrendado realmente al demonio y no a Dios, convirtindose la ceremonia en el culto a Satans por medio de los demonios. La identificacin del creyente con cualquier fiesta idoltrica, constituye una identificacin con el dolo. Lo cual equivale a tener comunin con los demonios, aunque la intencin no fuera esa. Ya que no se trata de lo que el creyente se proponga hacer, sino de lo que realmente hace. O sea la realidad de los hechos independientemente de la voluntad puesta en la accin. No se trata de cual es la intencin del creyente, sino del efecto y alcance de su conducta. Cuando se asiste a un acto idoltrico, se forma una unidad con los otros que participan y se cae en el mismo pecado. No lo olvidemos d) Cuidado! Porque la copa y la mesa del Seor, no son las de los demonios No podis beber la copa del Seor, y la copa de los demonios; no, podis participar de la mesa del Seor, y de la mesa de los demonios (10:21). 1 No podis beber la copa del Seor y la de los demonios - Pablo se refiere aqu a la imposibilidad moralde participar al mismo tiempo en dos cultos opuestos, ya que la Copa del Seor es smbolo de comunin con l, as como la copa de los demonios es smbolo de comunin con ellos.

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Debemos destacar que, en aquellas fiestas paganas tanto el vino como la carne eran bendecidos en el nombre del dolo. As tambin la iglesia popular; las doctrinas orientales, y sus feligreses, erradamente, ofrecen viandas en honor de sus santos y dioses. 2 No podis participar de la mesa del Seor y de la mesa de los demonios - Bblicamente, mesa del Seor, es la que l preside, siendo la de los demonios, la presidida por ellos y aquella de la cual participan los comensales, juntamente, en los actos paganos, aunque se trate de creyentes. Comer de la mesa de los demonios implica ponerse bajo su influencia y poder. Se trata de ... escuchar a espritus engaadores y a doctrina de demonios (1 Tim. 4:1). El medio hermano del Seor en (Stg. 4:4) nos advierte de estar en dos bandos a la vez, al decirnos Oh almas adlteras! No sabis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. - Pero el tema, es an ms amplio, ya que involucra todo lo expresado por Pablo en (2 Cor. 6:14-18), tratndose: De la unin en yugo desigual con los incrdulos; del compaerismo de la justicia con la injusticia; de la comunin de la luz con las tinieblas; de la incompatibilidad entre Cristo y Belial (Satans, el malo y perverso); de la no participacin o asociacin entre el creyente y el incrdulo; del desacuerdo entre el templo de Dios y los dolos. Porque dice el Seor Todopoderoso (el trmino significa: El Shadai Gn. 17:1): Vosotros (los creyentes) sois el templo del Dios viviente, entre quienes habito y ando, siendo, Yo, vuestro Dios. Vosotros sois mi pueblo. Por tanto: Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Seor, Y no toquis lo inmundo; Y yo os recibir Y ser vuestro Padre Y vosotros me seris hijos e hijas. Todas estas demandas y exhortaciones no son circunstanciales sino permanentes e insoslayables durante toda la vida del creyente y hacen, especialmente, a la conducta santa y piadosa que el hijo de Dios debe guardar en su vida para poder participar del partimiento del pan con la dignidad que el Seor requiere de aquel por quien l fue crucificado. e) El Seor es celoso O provocaremos a celos al Seor? Somos ms fuertes que L? (10:22).

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- El ltimo versculo de este pasaje trascendental, nos introduce en dos preguntas que nos llevan - de actuar con idolatra -, a provocar al mismo Dios, siendo as pasibles de su ira. 1 - O provocaremos a celos al Seor? - Celos aqu, se refieren a la manifestacin del odio divino hacia la idolatra. Con ella, se le provoca a ira a Jehov; el Seor (Dt. 32:21). El (Sal. 78:58) nos dice que los dolos y las imgenes de talla provocan el celo; el enojo y el aborrecimiento de Dios. Debemos destacar que el celo de Dios es un celo santo, el cual consiste en el justo deseo de proteger su santidad. Estando este tema, directamente ligado al culto y reverencia que el Altsimo requiere de su pueblo. Ya el profeta Isaas 700 aos a.C. escribi que Dios jams resignar la alabanza y adoracin que Su Gloria, demandan (Is. 42:8). Fijmonos que los dos primeros mandamientos de los diez, resaltan excluyentemente que slo L debe ser adorado. Constituyendo esto, ms que una ley, ya que es mandato de Dios (Ex. 20:3-6). El ejemplo del castigo a Israel (1 Cor. 10:5-10), es tambin a nosotros, de persistir en estas acciones, que Dios detesta. El juicio divino sobre la in conducta del creyente, es una realidad, como lo fue para el pueblo judo debido a su codicia; su idolatra; su adulterio y su tentacin impa hacia Dios. Adems de su murmuracin hacia sus hermanos. As tambin seremos los creyentes juzgados y castigados por el Seor, para que no seamos condenados con el mundo (1 Cor. 11:32). Al ser provocado por su pueblo, Dios derramaba su ira sobre l, tratndose hoy da, de los creyentes en Cristo. Pero, si nos arrepentimos, el amor del Padre se manifestar sobre nosotros sin fronteras ni lmites. Desde los pies de la cruz hasta que estemos en gloria, hermano, para todos los que estamos en Cristo, el amor de Dios resulta insondable y eterno (Jn. 3:16). No lo olvidemos, y adoremos. Pero, ms all de nuestro perdn eterno, los creyentes debemos, con sinceridad de corazn, preguntarnos: Estamos provocando a celos al Seor? Debemos ser conscientes que ya sea entre nuestros hermanos en Cristo; o con respecto al mundo, los creyentes, estamos llamados a caminar por otra escala de valores. Y esto hace a la plena disposicin espiritual que debemos manifestar en la

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Cena del Seor, la cual debe expresar la ausencia de toda raz de amargura que estorbe, en la obtencin de la gracia de Dios (Heb. 12:15). Los celos pueden convertir a un amigo en enemigo, a una persona dulce en un monstruo y a la virtud en un vicio. Adems, el celoso, est violando, bblicamente, el dcimo mandamiento del Declogo, donde se nos prohbe codiciar (Ex. 20:17). Dios instruye a su pueblo, a ti y a m hermano, a que aprendamos a contentarnos. Es por ello que Pablo nos ensea: Pero gran ganancia es la piedad acompaada de contentamiento (1 Tim. 6:6). Es decir: la ganancia en la vida del creyente, se logra, pero slo si uno est satisfecho con lo que tiene. Y el mismo apstol saba lo que era pasar necesidad y tambin, tener en abundancia (Filip. 4:12). Empero, ms all de las dificultades que podamos tener, los creyentes, tenemos la promesa inmutable del Seor, que tan bien nos expresa David en su (Salmo 37:25), Joven fui y he envejecido, y no he visto justo (lase creyente) desamparado, ni su descendencia que mendigue pan. Adems, fue el mismo Dios quien nos prometi no te desamparar, ni te dejar (Heb. 13:5) (Dt. 31:6), qu ms podemos pedir? Esto tambin debe ser motivo de gratitud de nuestras almas, al participar de los smbolos del Seor. 2 - Somos ms fuertes que l? - La pregunta final del Apstol establece el abismo entre la grandeza de Dios y la debilidad del hombre. Aqu l, no es otro que CRISTO. El Seor es Todopoderoso (Filip. 2:9-11) (Apoc. 1:8 el Todopoderoso que ha de venir). Es una temeridad provocar a Dios. El hombre que as acta, no slo se expone imprudentemente, a su aniquilacin eterna, sino que obra sin fundamento ni razn. El creyente que procede de esta manera, se convierte en un necio, o sea una persona que acta sin inteligencia, ni discrecin, ni sentido de responsabilidad. Tratndose de aquel que lleva las cosas a cabo con ignorancia, imprudencia y presuncin arrogante (Prov. 3:35 Ecl. 2:14 Luc. 12:20 Rom. 1:31). Los creyentes debemos comportarnos y andar delante de Dios, permanentemente, no como necios sino como sabios (Efes. 5:15) y as nos alumbrar CRISTO (Efes. 5:14c). El nico modo seguro de vida cristiana es llevarla a cabo con los ojos puestos en Jess (Heb. 12:2). No lo olvidemos. Amn.

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________________________________ II) Un pasaje majestuoso y emotivo (1 Cor. 11:17-34) - Vamos a continuar desarrollando nuestro estudio bblico, tan cercano a nuestros corazones, sobre la base de este gran pasaje del apstol Pablo, como porcin central del tema. Esta carta es la exposicin bblica ms temprana, escrita sobre la cena del Seor, ya que el relato de los Evangelios Sinpticos (Mateo, Marcos y Lucas se los llama as, porque se los puede escribir y comparar en tres columnas paralelas; o sinopsis) fueron escritos entre los aos 57 a 63, y el de Juan fue escrito entre los aos 94 a 96 d.C.. En cambio la primera carta a los Corintios fue escrita aproximadamente entre los aos 54-56 de nuestra era. Y, aunque as no fuera, su riqueza y profundidad doctrinal, resulta excluyente con referencia a los otros pasajes que la mencionan (Mt. 26:26-28; Mr. 14:22-26; Luc. 22:19-20), an incluyendo nuestro punto anterior de (1 Cor. 10:16-22). Iremos con la dulce ayuda y gracia del Seor, siguiendo el pasaje de (1 Cor. 11:17 al 34), versculo a versculo, hasta agotarlo, complementando su contenido, con todo otro aspecto escritural que se relacione con cada uno de ellos, para que en todo adornemos la doctrina de Dios nuestro Salvador (Tito 2:10), en este tema tan caro a nuestros afectos e intereses espirituales, y tambin al corazn de Dios. a) Propsito de nuestro estudio en este pasaje Primeramente conocer los fundamentos bblicos de esta ordenanza del Seor. Considerar los problemas que tuvieron los corintios en la celebracin de la Cena del Seor, para no caer nosotros, hoy da, en ellos. Recapacitar acerca de las consecuencias que devienen de una participacin indigna en la Cena. Instarnos a auto examinarnos, con relacin a nuestra conducta y sentir, cual lo hubo en Cristo Jess (Filip. 2:5), en el cumplimiento de este mandato del Seor de celebrar esta reunin en memoria de l y obrar, de acuerdo a Su voluntad.

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b) Ubicndonos en el contexto El pasaje est inmerso en (1 Cor. 11) que es uno de los 4 captulos (11 a 14) donde Pablo analiza ciertos desrdenes en cuanto al culto pblico en Corinto, debido a que sus reuniones eran improcedentes y contrarias a las Escrituras; las mujeres estaban ocupando el liderazgo sobre los hombres; por su parte, varios miembros competan por la preeminencia y la oportunidad de hablar (igual que en nuestros das, verdad?); adems haba un pobre y lnguido testimonio. En este contexto, el captulo (11) tiene que ver con el desorden en la Cena del Seor en particular, mientras que los captulos (12 a 14) se refieren al ministerio y la adoracin pblica en la iglesia y los principios que deben gobernar nuestros cultos. c) Qu incluye 1 Corintios 11 Un bosquejo del captulo, podra ser: I) Las causas del desorden en la Cena del Seor (11:1-22) a El problema de la no subordinacin de las mujeres en la iglesia (11:1-16) b Las divisiones en la iglesia (11:17-19) c Egosmo en vez de amor (11:20-22) II) Las consecuencias de su pecado (11:23-30) a Reciban juicio en vez de bendicin (11:23-29) b Sufran castigo (11:30) III) La correccin del desorden (11:31-34) a Juzgndose a s mismo (11:31-32) b Esperndose (amndose) los unos a los otros (11:33) c Es necesario el discernimiento espiritual (11:34) Como podemos observar, el nfasis est dado en el desorden y la indignidad del creyente, que en el significado en s del culto, y del simbolismo del pan y de la copa. d) Introduccin al pasaje central de La Cena del Seor (1 Cor. 11:17-34)

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1 - El problema, entre otros, en este caso, en la Iglesia de Corinto, consista en el modo incorrecto e irreverente de celebrar la Cena del Seor. Ellos continuaban con la costumbre de reunirse antes de su celebracin, para una comida fraternal que reciba el nombre de gape, trayendo cada familia lo que poda de su casa, y se participaba de todo, en una mesa comn, sin distincin social. Se trata de las reuniones que Judas menciona en su carta en el (vs. 12). 2 - Lo que molestaba a Pablo era que esa comida comunitaria o gape ya no se caracterizaba por el amor entre los creyentes, sino por la satisfaccin egosta e indulgente de sus deseos carnales, dejndose de lado todo deseo espiritual que agradase al Seor. Este comportamiento irreverente, estaba produciendo la disciplina divina sobre aquellos creyentes, por lo que estaban viviendo en su propia experiencia los castigos advertidos en el (captulo 10), que si bien histricamente afectaron a los israelitas, su ejemplo fue vlido y aplicable a los desrdenes producidos por los corintios en sus iglesias.

3 - Desde ya, todas estas circunstancias, son de una actualidad y similitud notorias, respecto a la problemtica con que la Iglesia del Seor, se encuentra, en estos tiempos peligrosos, de los postreros das (2 Tim. 3:1).

- Comencemos, pues, a desgranar este racimo de versculos que nos describen la institucin de La Cena del Seor en (1ra. Corintios 11:17-34).

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III) Muchos abusos y demasiados excesos (11:17-22) a) Congregndose para lo peor

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Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque no os congregis para lo mejor, sino para lo peor (11:17). 1 Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo - Pablo comienza aqu, un nuevo tema, con un pero adversativo, debido a las reuniones desordenadas de los corintios cuando celebraban la Cena del Seor y otras reuniones. El apstol no los alaba, en contraste con la alabanza que les dio en el (vs. 2 os alabo hermanos...), debido a la irreverencia en cuanto a tres problemas que resaltaban en sus cultos y no eran dignos de alabanza: a Las hermanas aparecan sin cubrir la cabeza y detentaban el liderazgo que deberan ejercer los varones (11:3-16) b Se creaban divisiones y disensiones (11:18-19) c No celebraban correctamente la Cena del Seor (11:20-22) 2 Porque no os congregis para lo mejor, sino para lo peor - Pablo, en estas palabras, sintetiza lo que haba odo sobre el mal comportamiento de sus lectores, quienes con desorden despreciaban a la iglesia y humillaban a los hermanos(vs. 22). Lo cual constitua, adems, un pecado contra el cuerpo y la sangre del Seor(vs. 27). As, las reuniones en lugar de resultar para bien, eran para mal. Y, en vez de ser para bendicin, incurran en juicio (vs. 29). b) Grupos, en lugar de unidad Pues en primer lugar, cuando os reuns como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo (11:18). 1 Pues en primer lugar - Al no haber un segundo lugar, debemos tomar la frase, como la intencin del apstol, de subrayar la importancia de su amonestacin, que sera lo mismo que decirles porque principalmente. Sobre esta particularidad, podemos ver que no es la primera vez que Pablo no entrega una secuencia ordenada de sus pensamientos. En (Rom. 3:2) respecto a la responsabilidad del judo, por haber recibido primero que el gentil la palabra de Jehov), tambin empieza enumerando lo que va a decir, pero nunca llega ms all de aquel primero ... primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios

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2 Cuando os reuns como Iglesia - La expresin literal es: cuando os reuns en iglesia. Tratndose de una reunin para culto que, en este caso, tena que ver con la Cena del Seor (vss. 17,18,20,33, y 34), debiendo, por tanto, hacerse todo (en ella) para edificacin (1 Cor. 14:23,26). Por otros textos del N.T. sabemos que los creyentes de aquel entonces se reunan en casas particulares o a veces al aire libre, para poder acomodar a la congregacin entera. Estas viviendas particulares, destinadas al culto se conocan como casa iglesia (Rom. 16:5; 1 Cor. 16:19; Col. 4:15; Flm. 2) Notemos que no haba un lugar sagrado, pero s una reunin sagrada: en Iglesia. 3 Oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo a Oigo que..... y en parte lo creo - La epstola, si bien no revela el nombre del informante, nos dice que las noticias llegaban a Pablo desde corinto, por parte de los miembros de la familia de Clo, pudiendo tratarse de uno de ellos (1 Cor. 1:10-12). Tambin en (16:17) el apstol manifiesta haber recibido un informe verbal por parte de hermanos de corinto. - En la parte final sin embargo dice en parte lo creo. Cuidndose quiz, porque lo que dice dependa de lo odo, procediendo con cautela para no ser acusado, tal vez, de hablar precipitadamente. Tambin es posible que siendo el informe tan malo, lo considerase excesivo. Pablo no daba crdito a todo, pero s discerna espiritualmente que haba gravedad en el asunto, ya que all se destacaban las diferencias sociales y culturales entre hermanos en CRISTO (los ricos contra los pobres por un lado, y los doctos, los intelectuales y los Don, respecto a los no profesionales, o con poca instruccin por el otro), y lo pona de manifiesto, sin arrebatos pero con firmeza. All, ser servidores de Cristo (1 Cor. 4:1), ya no era importante. La reconvencin del apstol nos demuestra que era tambin ejemplo de la grey (1 Ped. 5:3), en otras iglesias locales, adems de la habitual a la cual concurra. Un ejemplo tambin en este sentido para nuestros ancianos y sobreveedores. b Hay entre vosotros divisiones - Literalmente expresa cismas o grupos. Ya con anterioridad el apstol menciona problemas similares, pero diferentes a estos (1 Cor. 1:10-13 y 3:1-4). All se trataba de ensalzar a ciertos siervos de Dios (Apolos - Pablo Cefas) para convertirlos en cabezas de grupo.

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Aqu en cambio, las divisiones son a causa de la falta de amor y comunin de unos hacia otros. No se trataba de asuntos teolgicos o de doctrina (como los anteriores) sino de problemas sociales y econmicos que eran evidentes en los cultos de iglesia de corinto (vss. 20-22). Esas mltiples divisiones se caracterizaban por: 1 Judos convertidos que se separaban de los gentiles para comer. (Actitudes caracterizadas por la falta de amor y de comunin). 2 Los hermanos con dones ms visibles, se enaltecan sobre los otros. (Acciones vanidosas; soberbias y orgullosas). 3 Los ricos despreciaban a los pobres. (Actos de egosmo e inmisericordia). c) Con tropiezos pero aprobados Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados (11:19). 1 Porque es preciso que entre vosotros haya divisiones - Debemos recordar que se trataba de problemas entre creyentes, entre hermanos en Cristo que, debido a su carnalidad (sentimientos naturales), producan estas disensiones (Gal. 5:20). La misma afirmacin, nos la da Cristo en sus enseanzas y ministerio, acerca de los nios (los pequeos y los espirituales) en (Mt. 18:7) - cuando les dice a sus discpulos - ... porque es necesario que vengan tropiezos) y tambin en su enseanza tocante al perdn en (Luc. 17:1), cuando nos afirma: imposible es que no vengan tropiezos...). Pero, debemos ser conscientes de nuestra responsabilidad y recordar que, en ambos casos, el mismo Seor advierte del gran castigo que cae sobre el que causa los tropiezos independientemente de su necesidad, en el sentido para que los que sean aprobados (los creyentes-verdaderos) se hagan manifiestos (evidentes) entre el pueblo de Dios. - Este despropsito de las divisiones, es una manifestacin de los tiempos finales de la Iglesia (2 Tim. 3:1-2), por parte de aquellos aparentes hermanos que tendrn apariencia de piedad pero negarn (con sus hechos) la eficacia de ella (2 Tim. 3:5). 2 Para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados

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- Pablo les dice a los lectores de su epstola que es necesario que ocurran disensiones entre ellos (falta de acuerdo entre las opiniones y propsitos), pues ellas habrn de revelar lo mejor de cada creyente verdadero. Lo que quiere significar el apstol, es que Dios lleva a cabo sus propsitos para fortalecer a los cristianos en tiempo de prueba, y al mismo tiempo, para castigar a los incrdulos (aqu tenemos la vigencia de Rom. 8:28 Ec. 2:26; Prov. 13:22; 28:8; Job. 27:16-17), y tambin a los apstatas (que tergiversan su doctrina) por sus obras impas. De esta manera, habrn de manifestarse, los creyentes verdaderos (espirituales) que mantengan los vnculos de amor y de comunin con el resto de sus hermanos en CRISTO. - El castigo del Seor resultar inevitable para el creyente rebelde. Pablo lo advierte cuando nos dice: muchos son los que corren, pero no todos reciben el premio o galardn, siendo eliminados o reprobados (no aceptada su obra o servicio) (1 Cor. 9:27). Siendo otros, tambin, castigados con debilidad; enfermedad y hasta muerte (1 Cor. 11:30) (1 Cor. 3:17). - Los creyentes carnales (son aquellos que no tienen sentimientos cristianos genuinos, y se caracterizan por la falta de discernimiento o entendimiento espiritual) se distinguen claramente del resto de los hermanos, por las consecuencias que acarrean a la Iglesia del Seor. Ellos forman grupos y dividen, porque no tienen amor ni al Seor, ni a los hermanos (1 Jn. 4:20). Debemos ser conscientes que, para Dios, no es suficiente con la apariencia sino con la realidad de las actitudes del corazn y las acciones que llevamos a cabo (1 Jn. 2:9,19) (Jer. 17:10; Apoc. 22:12). Gracias a nuestro Padre celestial, la buena obra y el buen proceder, tienen asignada la corona incorruptible (1 Cor. 9:25) y as poder, luego, en aquel anhelado da echrsela a sus pies, porque slo para L ser la gloria (Apoc. 4:4,10). Amn. d) Enemistados, en vez de en comunin Cuando, pues, os reuns vosotros, esto no es comer la cena del Seor (11:20). 1 Cuando, pues, os reuns vosotros - La expresin en el texto griego dice: juntarse en uno, subrayando el aspecto de comunin en toda reunin de la Iglesia. Esta reunin como dijimos era el gape y consista en un festn de amor, donde partiendo el pan en las casas, coman juntos con alegra y sencillez de corazn (Hech. 2:46), en comunin hermanable. Y los corintios esto, lo haban cambiado en un festn

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de vanidades y enemistades en desmerecimiento y desdn haca los hermanos ms humildes y carenciados, no slo all, sino en otras iglesias tambin, como lo ponen de manifiesto Pedro y Judas en sus epstolas (2 Ped. 2:13; Jud. 12). Desvirtundose as el principal distingo del gape cristiano que era la comunin. 2 Esto no es comer la cena del Seor - Los corintios ya no honraban al Seor cuando se reunan para comer o para el culto de comunin. Pablo as lo afirma con esta frase. Las manifestaciones de incomprensin entre ellos, contrarrestaban con el significado de unidad y comunin de la Cena del Seor y que vimos en detalle al considerar (1 Cor. 10:17 Pgs. 20-21). e) Unos con hambre y otros borrachos Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga (11:21). 1 Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena - Esta frase destaca lo negativo de aquellas reuniones y manifiesta el egosmo que en ellas reinaba. La falta de comunin cristiana y de amistad se ponan de manifiesto en el hecho de no esperarse unos a otros (vs. 33) para iniciar juntos, la comida fraternal. Tambin se manifestaban las divisiones, en el egosmo de comer su propia cena, o sea la que haba trado cada uno para s. Haban convertido en una mera apariencia de comunin, lo que era exactamente lo opuesto. 2 Y uno tiene hambre, y otro se embriaga - El hambre la pasaban obviamente los hermanos pobres y otros esclavos que no podan traer nada. Cuando ellos llegaban, ya haban cenado los que haban trado en abundancia y los carenciados quedaban hambrientos. La comida fraternal se haba convertido en un acto de inmisericordia ante Dios y ante los hermanos. - La frase y otro se embriaga indica que los ricos coman y beban en exceso, ya que traan ms de lo necesario, pero slo para su satisfaccin propia, realizando una manifestacin de gula y egosmo ante Dios y su iglesia.

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Recibiendo los miembros prominentes trato preferencial (como en nuestros das verdad?) mientras coman y beban hasta quedar borrachos, y sus hermanos indigentes volvan a sus casas hambrientos y afligidos. Se aplicaba all la frase de hoy da hay amores que matan, siendo este un caso. Como quiera que fuere, la realidad era que predominaba all lo carnal y no lo espiritual. El creyente espiritual no permite que su hermano pase necesidad, sino que comparte con l sus alimentos y bienes, cuando es posible (1 Jn. 3:17), y dejando de lado el egosmo, practica la verdadera comunin con los otros creyentes (Hech. 2:44-45). f) Menospreciando y causando vergenza a la Iglesia de Dios Pues qu, no tenis casas en que comis y bebis? O menospreciis la Iglesia de Dios, y avergonzis a los que no tienen nada? Qu os dir? Os alabar? En esto no os alabo (11:22). 1 Pues qu no tenis casas en que comis y bebis? - Las preguntas del apstol implican la amonestacin del Seor para nosotros, exigindonos una respuesta a cada creyente en particular. Cuando la Iglesia del Seor se rene, debe hacerlo para adorar a Dios y edificarse, y no para comer y beber. All en Corinto, hasta la Cena se haba convertido en un festn familiar, ni tan siquiera era una comida comunitaria aunque este no es el motivo escritural de la mesa del Seor. Es importante discernir en este punto que la Iglesia no debe reunirse para actividades personales o familiares, las cuales deben hacerse en la casa de cada uno o en un saln privado, pero no en el templo de Dios (1 Cor. 3:17). Debemos, en este sentido, actuar en la casa del Seor, no como Belsasar, que ...contra el Seor del cielo se ensorbebeci,... ; y al Dios en cuya mano estaba su vida, y cuyos eran todos sus caminos, nunca haba honrado. Y, habiendo sido pesado en balanza, fue hallado falto (Dn. 5:1-6,17, 23,27,30), sino como el Seor Jess, quien por el celo de su casa que lo consuma, entrando en el templo echo fuera a todos aquellos que haban convertido su casa de oracin, en cueva de ladrones - o como dice Juan - la casa de su Padre, en casa de mercado (Mt. 21:12-13; Mr. 11:18-19; Luc. 19:45-46; Jn.2:16-17). La Iglesia (lugar de reunin) es casa de Dios y puerta del cielo (Gn. 28:17). En ella habita el Seor, morando en el Espritu (2 Cor. 6:16; Efes. 2:22). Por tanto, en ella

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debemos, nicamente, adorar; alabar y honrar a Dios, hacindose todo, para edificacin,... decentemente y con orden (1 Cor. 14:26,40 Col. 2:5). 2 O menospreciis la Iglesia de Dios, y avergonzis a los que no tienen nada? - Pablo reprende a los ricos por menospreciar a los pobres que son sus hermanos y hermanas espirituales. Los ricos estaban despreciando, a la iglesia, que es el cuerpo al que pertenecen, es decir, se estaban despreciando a ellos mismos, disminuyendo su vala ante Dios, no teniendo el concepto de s mismo que el que se debe tener (Rom. 12:3), comportndose como necios, debiendo por tanto desechar tales actitudes insensatas, que engendran contiendas (2 Tim. 2:23), las cuales desagradan a Dios. El creyente debe darse cuenta que el Seor Jesucristo, que es cabeza del cuerpo, ama y estima, a cada miembro sin distincin y en gran manera (Is. 43:1,3-5 ...as dice Jehov, creador tuyo,...No temas porque yo te redim; te puse nombre, mo eres t...Porque yo Jehov, Dios tuyo,..., soy tu Salvador;...Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te am;...No temas, porque yo estoy contigo...). Este pasaje es tan infinito en gracia y tan dulce en misericordia que nos exime de comentarios. Dejemos que nuestras almas lo saboreen y adoremos a Jehov. - El creyente cuando desprecia a un hermano pobre est despreciando a la Iglesia de CRISTO. Y, de seguir persistiendo en esa actitud ruin, en el Tribunal de Cristo, para su propia vergenza, y delante de Dios, tendr que admitir que esto es as (1 Jn. 2:28). Pienso que, una de las aspiraciones espirituales del creyente rico, debe ser el servir de alivio a las necesidades y avatares de los hermanos pobres, en una actitud humilde que nicamente exalte a Dios quien es el dueo absoluto de todo lo que tenemos y tendremos. No lo olvidemos. All en corinto los ricos humillaban y avergonzaban a los pobres. No a los que no tenan casa sino a los que no tenan nada, en una actitud que de menosprecio y ofensa no slo hacia ellos, sino hacia la Iglesia de Cristo. Fijmonos que a aquellos que haban sido elegidos y constituidos, por Dios, como reyessacerdotes (1 Ped. 1:2; 2:9 Apoc. 1:6); a aquellos tan altamente honrados por el mismo Dios, los ricos de corinto, trataban con desprecio. Quiera Jehov el Seor que esa no sea nuestra actitud. El creyente nunca debe olvidar que al que aborrece a su hermano en Cristo, el Seor le califica de homicida (1 Jn. 3:15). Habra que preguntarse si el que as acta, es verdaderamente salvo ya que ... sabis que ningn homicida tiene vida eterna en L.

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En la misma epstola, Juan agrega: Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra l su corazn, cmo mora el amor de Dios en l? (1 Jn. 3:17). Todo un tema que da para pensar verdad hermano?. 3 Qu os dir? os alabar? En esto no os alabo - El apstol mediante estas dos ltimas preguntas, pone de relieve su desaprobacin por lo que all hacan, repitiendo lo ya dicho anteriormente - no os alabo (vs. 17). Obviamente el Seor tampoco aprueba al creyente que as acte, ni ahora, ni cuando estemos frente al Seor en Su Tribunal. Adems, Dios en su infinita misericordia, nunca, dejar de recompensarnos, y lo har, segn la escala y medida de sus riquezas en gloria, en Cristo Jess (Filip. 4:19). g) Una reflexin para nuestros das - Los creyentes, en la actualidad, tendemos a pensar que: el adulterio; o la fornicacin; o la in conducta moral grave; o el robo; o el crimen, son los pecados que pueden determinar que un hermano en Cristo, hasta sea excomulgado. Y si bien todo esto, es cierto y procedente segn la Biblia (1 Cor. 5:11), no nos percatamos que el egosmo; la vanidad; la soberbia; y la falta de amor y la inmisericordia son actitudes y pecados tan horrendos para el Seor como los mencionados en primer trmino, los cuales, pareceran ser los nicos indeseables para los creyentes de hoy da. Sin embargo son estos ltimos, los que caracterizaban las divisiones all en Corinto (ver Pg. 31). No en vano nos advierte el Seor de la tibieza de nuestro comportamiento y ya sabemos su calificativo al respecto (Apoc. 3:15-18). La solicitud amorosa de nuestro Padre celestial, como en aquel entonces, es: yo reprendo y castigo a todos los que amo, por tanto... arrepintete (Apoc. 3:19), siendo esta una manera - como dice Pablo - de no contristar al Espritu Santo de Dios (Efes. 4:30). - Es una habilidad notable de Satans, el confundir u ocultar del discernimiento del creyente, el hecho de no considerar como muy graves estos ltimos pecados, que tienen un denominador comn: la codicia y su manifestacin ms notoria que es el orgullo. De los cuales el demonio, es gran experto y conocedor, ya que, fue ese el motivo de su rebelin y ofensa haca el Dios Creador (Ez. 28:2,5,13-19), de all su horroroso final, espanto sers (es decir, algo terrorfico y horroroso), y para siempre dejars de ser (Ez. 28:19).

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Satans quiso ser semejante al Altsimo (Is. 14:14), pero terminar en el Seol, a los lados del abismo, y ser lanzado vivo en el lago de fuego y azufre donde estarn la bestia y el falso profeta, juntamente con todos los incrdulos; y todos sern atormentados da y noche por los siglos de los siglos (Is. 14:15 Apoc. 20:10-15). Los creyentes en Cristo parecemos olvidar que Dios en su misericordia, ha dispuesto que seamos aquello por lo que Satans se rebel y cay, esto es: ser semejantes a L; hechos conforme a la imagen de su Hijo (1 Jn. 3:2; Rom. 8:29). Es aqu donde caen nuestras rodillas y adoran al Altsimo, con gozo y gratitud eterna, por tanto bien, no merecido. Verdad hermano? Comportmonos, pues, como hijos de Dios, como herederos de Dios y coherederos con CRISTO (Rom. 8:14,17). Y cumplamos fielmente el ruego que nos hace nuestro Amado Salvador en (Ef. 4:1-3): ....os ruego (nos dice Dios por boca de Pablo) que andis como es digno de la vocacin con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportndoos con paciencia los unos a los otros en amor, solcitos en guardar la unidad del Espritu (Espritu Santo) en el vnculo de la paz - Recordemos por el bien de nuestras almas, y el regocijo del Padre y del Espritu Santo que mora en nosotros (1 Cor. 3:16; 6:19) que, la Altivez de ojos, y orgullo de corazn, y pensamientos de impos, son pecado (Prov. 21:4). Nuestro objetivo como creyentes, en nuestro diario vivir, deber ser glorificar, pues, a Dios en nuestro cuerpo y en nuestro espritu, los cuales (no son nuestros sino que) son de Dios (1 Cor. 6:20). Roguemos al Seor, nos d el discernimiento espiritual para que as lo hagamos y seamos creyentes dignos, en Su santa presencia. No lo olvidemos, hermano. Amn. _______________________ IV) El orden y el significado de la mesa del Seor (11:23-26) - Cuando los creyentes celebramos la Cena del Seor, escuchamos las palabras que Pablo recibi del Seor y nos pas a travs de las Sagradas Escrituras. Ellas - reveladas en este pasaje de (1 Cor. 11) desde los versculos (23) al (26) constituyen la norma usada para observar la reunin del partimiento del pan. No es que difieran de lo que dicen los Evangelios acerca de este grato culto a los corazones de los creyentes, pero ningn otro pasaje de corrido, incluye por s slo, la secuencia; armona y lgica espiritual, que ste.

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No hay duda que Dios nos lo brinda, para que lo sigamos en el camino de la adoracin y la alabanza a L, por la obra de CRISTO en la Cruz y sus resultados de salvacin para nuestras almas, hasta que l venga. - Tenemos ya desde la introduccin al tema, no mandamientos pero s, instrucciones precisas, dadas por el mismo Seor Jesucristo. La revelacin subraya el propsito de la Cena y la manera de celebrarla. Y, dado que son divinas, estas instrucciones tienen carcter permanente y universal; es decir, son aplicables en todos los tiempos de la iglesia y a toda la iglesia. Es notable que el Seor instituy la Cena en el tiempo de su humillacin pero los detalles que aporta Pablo provienen del Seor en el trono de gloria. El se acuerda de nosotros, a pesar de lo que somos, aun estando all. Qu maravilla! Gracias, oh Dios! a) Una reunin establecida directamente por el Seor Porque yo recib del Seor lo que tambin os he enseado: Que el Seor Jess, la noche que fue entregado, tom pan; (11:23). 1 Porque yo recib del Seor - Pablo nos afirma que la enseanza la recibi personalmente del Seor. Si el hecho se tratase de una tradicin recibida de los apstoles que estuvieron presentes en la institucin de la ordenanza por parte del Seor, en el cenculo de Jerusaln, usara el pronombre nosotros. Pero, el uso del pronombre personal yo exige sin duda, una revelacin directa del Seor Jesucristo. Fue tambin el Seor Jess quien dio, directamente, al apstol, el evangelio (Gl. 1:11-12, ... por revelacin de Jesucristo); posiblemente, durante los aproximadamente tres aos, pasados en Arabia (Gl. 1:17-18). . Recordemos que CRISTO habl con Pablo: a En el camino a Damasco (Hech. 9:4-6) b En visin de noche en Corinto (Hech. 18:9-10) c Finalmente, dos veces en Jerusaln (Hech. 22:17-18; 23:11); una advirtindole que saliese de all, y la otra confortndole y animndole para que testificase de l en Roma, de la misma manera que ya lo haba hecho en Jerusaln.

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. Pablo no slo, vio y oy al Seor, sino que tambin fue arrebatado (2 Cor. 12:2-4) a Fue arrebatado; o sea trasladado, al tercer cielo vale decir el lugar donde se manifiesta la gloria y la presencia de Dios. Es el cielo eterno, que nunca ser removido, lo cual debe llevarnos a tener gratitud, y mediante ella, servirle, agradndole con temor y reverencia (Heb. 12:28). b Pablo no sabe si fue trasladado ntegramente o solo en espritu. El mismo revela que, nicamente, Dios lo sabe. Lo que s queda claro, es que en el hecho queda descartada toda accin humana. Se trata de una accin soberana de Dios. Todas las otras revelaciones que tuvo Pablo, quedan pequeas al lado de sta. El apstol fue llevado a la misma gloria, sacndolo para ello, Dios mismo, de este mundo. c El tercer cielo es ubicado o descrito por Pablo, como el paraso, vale decir ambos son sinnimos. Este paraso es: 1 El lugar donde est el creyente, con el Seor, despus de su muerte (Filip. 1:23). Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; l nos guiar aun ms all de la muerte (Sal. 48:14). Gracias Seor. 2 Es un lugar limpio y exento de contaminacin y pecado, ya que en medio de l est el rbol de la vida (Gn. 3:24; Apoc. 2:7; 22:2). 3 Es el lugar donde el creyente en Cristo que ya parti, est aguardando el arrebatamiento del resto de sus hermanos en CRISTO y la resurreccin corporal, con cuerpo de gloria (Filip. 3:21) d Pablo en su arrebatamiento, recibi revelaciones, inexpresables en el lenguaje humano. No significa que no hubiese palabras para expresarlo, sino que ellas, no eran para nosotros en esta dispensacin de la Iglesia. Se trata de una expresa prohibicin divina de revelar lo que Pablo vio. Lo nico que Pablo dice acerca del hecho, es que eran cosas variadas y grandiosas (2 Cor. 12:7). Debemos meditar en que, a veces, el Seor revela sus cosas nicamente a uno slo, limitndolas al que las recibe, como en el caso de Juan, segn nos narra en (Apoc. 10:4) - cuando iba a escribir lo que haba odo, una voz del cielo, le dice al apstol - sella las cosas que los siete truenos han dicho, y no las escribas.

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e Algunos historiadores, sitan esta experiencia de Pablo en su apedreamiento en Listra (Hech. 14:10), hecho ocurrido en el ao 49 d.C. aproximadamente. Sin embargo esta experiencia de Pablo unido a Cristo, dice l que ocurri 14 aos atrs. Esto lo sita en los aos 42-43, ya que fue en los aos 5657 que Pablo escribi esta epstola de (2 Corintios). Y esta fecha lo ubica en: - Tarso (Hech. 11:25); o en - Antioquia (Hech. 11:25; 13:1); o en - Jerusaln (Hech. 11:30). Es decir, no fue una percepcin ambigua de un moribundo, sino una manifestacin gloriosa del Seor, hacia su siervo y apstol. f Nosotros los creyentes, habremos de recibir en el cielo, nuevas revelaciones de Dios. Ahora, debemos contentarnos por la revelacin que la Escritura nos provee. - Todas estas revelacionesvisiones del apstol eran la causa por la cual, no poda alabar a los corintios. Porque el modo de celebrar la Cena del Seor, no se ajustaba a lo que Pablo haba recibido de L. 2 Lo que tambin os he enseado - Literalmente quiere decir: lo que os transmit o entregu. El verbo en su idioma original expresa aqu, s, una tradicin, tratndose en este caso la que los apstoles le haban comunicado. No olvidemos que en aquel entonces la trasmisin era oral, hasta el momento que fue escrita, tornndose la tradicin en norma o dogma o doctrina. 3 Que el Seor Jess - Es el Seor Jess, no slo quien estableci la ordenanza, sino quien tiene toda la autoridad para establecer mandamientos para su iglesia. l, como Seor, es cabeza y autoridad suprema y excluyente, sobre ella (Ef. 1:22-23). Tambin, como Salvador, la compr al precio de su sangre y tiene todo derecho sobre ella (1 Cor. 6:20a). Debemos notar que, al ser establecida por el mismo Seor, la ordenanza adquiere rango de doctrina. La esencia de ella est indicada por el aditamento que hace Pablo de Seor al nombre de Jess, dirigiendo con ello la atencin de sus lectores hacia la vida terrenal de Jess, y a la humillacin extrema que l experiment por amor a nosotros.

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4 La noche que fue entregado - La frase destaca el momento y la circunstancia en el cual fue establecida la Cena del Seor: fue la noche de su entrega. La expresin literalmente dice: la noche en que era entregado y expone el tremendo contraste entre las intrigas que tramaban los adversarios de Jess para arrestarlo y matarlo y la sublime accin que mientras tanto el Seor llevaba a cabo instituyendo la reunin del partimiento del pan. El verbo utilizado por Pablo indica que la ordenanza se estableci en el mismo momento o mientras el Seor Jess era entregado. Recordemos que Judas, ya haba salido para cometer su traicin contra su Maestro (nunca le dijo Seor a Jess). Los pasajes de (Jn. 13:30 Mt. 27:3-5) relatan y sintetizan la traicin infame del hijo de perdicin (Jn. 17:12). - Surge entonces la pregunta: Quin entreg a Jess? . En el plano terrenal: a Judas, que lo traicion y vendi a los judos (Luc. 22:48), no fue el nico. b Tambin fueron los judos que lo entregaron a Pilato (Luc. 23:1) y (Hech. 2:23), pero hubo otro. c Pilato que lo entreg a la muerte de Cruz (Luc. 23:24). . Hubo tambin una entrega en el plano celestial, y esto sobrecoge nuestras almas y desquicia nuestra razn, debido a que excede la capacidad de nuestra mente finita e imperfecta: a El Padre lo entreg, por amor a nosotros, perdidos pecadores sin esperanza ni posibilidad (Jn. 3:16; Gl. 4:4). Aqu se acallan nuestras voces y le glorificamos con reverencia y gratitud, hacia Aquel que nos dio lo mejor y ms preciado que tena su Hijo amado (Rom. 8:32). Fue sobre Cristo donde se manifest el brazo de Jehov (Is. 53:1). b El Seor mismo se entreg voluntariamente, por amor a nosotros. Por eso le ama el Padre, porque muri por aquellos a quienes el Padre ms amaba, por m y por ti, hermano, y por toda la Iglesia de CRISTO, cuando el Seor, amndola, se entreg a s mismo por ella (Jn. 10:17-18 Efes. 5:25). Aqu callan nuestras almas y cesan nuestros pensamientos; inclinndose en adoracin hacia Aquel que nos am y se entreg a s mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante (Efes. 5:2).

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c Todo esto obedeca a la profundidad espiritual que emana de los designios de Dios, cuya soberana dispone los tiempos y las circunstancias de todo lo creado (Dn. 2:21). Todo se cumpli de acuerdo al plan establecido anticipadamente por Dios (Hech. 2:23a; 4:27-28), para nuestra redencin eterna. - El hecho de establecerse la Cena del Seor, en momentos tan aciagos como aquellos, reviste a este culto de comunin, de una enorme solemnidad. Es el culto en memoria de l (vs. 24), a quien Dios le ha hecho Seor y CRISTO (Hech. 2:36); porque nos imparte seoro y filiacin divina, a quien Dios ha exaltado con su diestra por Prncipe y Salvador (Hech. 5:31); porque nos imparte realeza y salvacin eterna (Gl. 4:5; Apoc. 5:10). Amn. 5 Tom pan - El versculo termina describiendo la accin del Seor, durante la cena que celebr con sus discpulos (Mt. 26:26). Se trataba del pan que habitualmente estaba sobre la mesa en aquel cenculo, y que por ser el tiempo de la pascua juda, eran panes sin levadura. Pero la ordenanza no establece ese pan o un pan especial, sino el pan comn. Conviene aclarar ya desde el principio que el pan de la Cena no es el pan de vida (Jn. 6:48). De la misma forma que el cuerpo fsico se sostiene por medio del comer, as se sostiene el cuerpo espiritual del creyente, al alimentarse por fe del pan vivo. Aqu, se torna imprescindible aclarar que el pan vivo (Jn. 6:51), es Cristo mismo, y no el pan del que participamos en la Cena del Seor. No debe confundir el smbolo con la realidad. En este sentido, el muy conocido corito Padre Benigno, que en el cielo ests, gracias hoy te damos..., no corresponde al momento de la Cena, y cantarlo en ella, es un error. El corito se refiere a dos panes: a El pan que habitualmente comemos, por el cual a l diariamente le damos gracias b El pan del cielo (Jn. 6:51), que es Cristo el Seor. El pan que partimos en la mesa del Seor no es ninguna de las dos cosas. Con l, no nos alimentamos fsicamente, ni se trata del pan de vida. El pan de la cena simboliza el cuerpo de CRISTO, pero no es su cuerpo. As, tenemos que el pan de la Cena del Seor, tiene un significado doble: 1 Simboliza, la unidad de todos los creyentes (1 Cor. 10:16-17) 2 Simboliza, tambin, a Cristo mismo, su cuerpo santo y sin mancha entregado en sacrificio. Pero es el propio Seor Jesucristo, y no el pan de la cena,

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quien es el pan de vida (Jn. 6:35) - El pan, como smbolo, tiene por finalidad tambin, traer delante de la visin de los creyentes reunidos alrededor de su mesa, el misterio insondable de la cruz. All, hace casi 2000 aos, en Jerusaln, a una cierta altura de la celebracin de la Pascua, el Seor instituy la Cena. En aquel entonces la Pascua sealaba adelante hacia el sacrificio de la Cruz; ahora la Cena del Seor seala hacia atrs, hacia L. Cuando el Seor Jess nos dice esto es mi cuerpo (1 Cor. 11:24), en el sentido original es: esto es mi morir por la multitud. Solo nos resta adorar y agradecer, exclusivamente, por lo que Dios es, y a lo que ha hecho mediante el sacrificio y la obra redentora de CRISTO. El agradecimiento por otros bienes materiales o espirituales no corresponde hacerlo en la cena. b) Acerca del pan y habiendo dado gracias, lo parti, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de m (11:23-24). 1 Y habiendo dado gracias - La frase da a entender que el Seor or dando gracias al Padre por los beneficios y liberacin de su pueblo. Nosotros los creyentes, en la mesa del Seor, expresamos nuestro agradecimiento por los beneficios de la obra redentora de CRISTO. 2 Lo parti - Es decir, lo troz y distribuy entre los once que haban quedado con L. As el pan debe ser partido el momento antes de ser distribuido entre los hermanos en la cena. Cuando el creyente parte el pan, est hacindolo como expresin de la obediencia al Seor. 3 Y dijo: Tomad, comed - La frase sintetiza la ordenanza del Seor. En muchos MSS (manuscritos), no figura el Tomad, comed, y se lee, y dijo: Este es mi cuerpo que por...

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Si hacemos una comparacin del mandato entre los Evangelios y 1 Corintios; resulta: (Mateo 26:26) Tomad y comed Este es mi cuerpo (Marcos 14:22) (Lucas 22:19) (1 Corintios 11:24) Tomad Tomad Comed Esto es mi cuerpo Este es mi cuerpo Este es mi cuerpo que por vosotros que por vosotros es dado es partido haced esto en haced esto en memoria de m. memoria de m.

Podemos apreciar que la frase: Tomad, comed, aparece, en el Evangelio segn San Mateo (Mt. 26:26). Y tambin parcialmente en (Mr. 14:22). Sin embargo no aparece en Lucas (Luc. 22:19) que por otro lado, sigue a pie juntillas la narracin de Pablo, excepto el es dado; por el es partido. Aunque literalmente, la frase que por vosotros es partido de (11:24), se lee: a favor vuestro. Debe destacarse que la expresin es dado, de (Luc. 22:19), en el original se lee: que est siendo dado y su tiempo verbal expresa que el Seor Jesucristo, ve, en este smbolo (el pan), como si su cuerpo estuviese ya pendiendo de la cruz a causa de nuestros pecados. Cunto amor y solemnidad, envuelven nuestras almas en la Cena del Seor! Cunto nos am el Seor y qu dbiles somos! verdad hermano? - No cabe ninguna duda que el mandato tomad, comed implicaba que el pan partido y distribuido era para que lo comieran los creyentes, recordando su cuerpo desfigurado y torturado en la cruz (totalmente descoyuntado, segn Sal. 22:14 o sea, todos sus huesos sacados de lugar). Sin embargo, nuestro Amado Salvador enmudeci y no abri su boca, pero s lo hizo, el Seor de la Gloria, cuando fue hecho pecado por ti y por m, clamando a gran voz, diciendo: Dios mo, Dios mo, para qu me has desamparado? (Is. 53:7; 2 Cor. 5:21) (Mt. 27:46; Mr. 15:34). Pensemos en nuestros pecados, y que de aquel sufrimiento y horror, surgieron nuestra salvacin y vida eterna. Cunto padeci el Seor por nosotros! 4 Esto es mi cuerpo que por vosotros es partido o a favor vuestro - Fijmonos que no se trata de una transubstanciacin (o sea que se convierta totalmente una cosa en otra, en este caso el pan; en el cuerpo de CRISTO), como alega la

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ICAR, ya que el cuerpo del Seor en el relato de los Evangelios, de la cena Pascual, estaba presente. El comienzo de la frase, con Esto es... equivale a: simboliza o representa. Tratndose aqu del cuerpo de CRISTO, de la misma manera que lo tenemos como: la roca espiritual; y la luz del mundo o de la vida; y la puerta (1 Cor. 10:4; Jn. 8:12; 10:9), entre otros versculos, los cuales simbolizan al Seor Jesucristo o alguna de sus santas virtudes. El pan representa el cuerpo de CRISTO, ofrecido en sacrificio expiatorio por el pecado (2 Cor. 5:21). As, la obra de salvacin fue ejecutada primero a favor de once discpulos y luego a favor de todos los que cremos en l (Jn. 17:11-12,20), o sea los que seramos salvados de la muerte eterna. 5 Haced esto en memoria de m - El Seor al final de este versculo establece para nuestra meditacin, estos sublimes recuerdos: a Un recuerdo de Su muerte a nuestro favor; b Tambin, un recuerdo permanente, de Su gran amor; cuando nos am hasta el fin (Gl. 2:20b; Jn. 13:1) y c Finalmente, un recuerdo perpetuo del costo de nuestra salvacin y vida eterna (1 Ped. 1:18-20). - Fijmonos que el Seor, dijo: haced no ofreced. Esto elimina, la afirmacin de la ICAR que la Cena del Seor (santa misa para ellos) es un acto de sacrificio. La Biblia descarta absolutamente todo aspecto sacrificial, de la Cena del Seor. Este sacrificio de CRISTO, se produjo en la Cruz, una sola vez para siempre (Heb. 9:11-12,28). c) Acerca de la copa Asimismo tom tambin la copa, despus de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de m (11:25). 1 Asimismo tom tambin la copa - Pablo quiere decir que el Seor tom la copa, en forma semejante como lo hizo con el pan, formando as un paralelismo entre ambos procedimientos en la administracin del pan y de la copa.

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2 Despus de haber cenado - Cuando el apstol escribe: Despus de haber cenado, da a entender que despus de que se distribuy y se comi el pan, se llen la copa por tercera vez, como era la costumbre, pasndose despus la copa a los discpulos. Este momento de la Cena del Seor, all en Jerusaln, durante la ltima Pascua de nuestro Salvador, merece una explicacin acerca de las copas y la comida pascual: a En la cena de la Pascua juda, a intervalos los participantes beban de cuatro copas, sirvindose la primera de ellas, con la oracin y santificacin de la cena. b Luego se serva el primer plato que consista de legumbres, hierbas amargas y salsa hasoret. En ese momento tambin se llenaba la segunda copa, pero todava no se beba. c Segua entonces, la liturgia o culto pascual. . Primeramente haba una oracin por parte del padre de familia, en nuestro caso, ella fue hecha por el Seor Jess. . A continuacin se entonaba la primera parte de la Hallel pascual (Salmos 113 al 118). . Luego se beba la segunda copa. d Se servia a continuacin el plato principal . El padre de familia oraba esta vez sobre el pan cimo. . Se coma la comida, ahora compuesta por el cordero pascual, hierbas amargas y vino. . Llegado este momento, se daba la accin de gracias sobre la tercera copa, llamada la copa de bendicin. Fue en esta circunstancia, el de la tercera copa o copa de bendicin (1 Cor. 10:16), cuando Jess la tom y la bendijo (dio gracias orando al Padre) Mt. 26:-27, instituyendo as la segunda parte de la Cena del Seor. e Finalmente conclua la comida pascual. . Se servia la cuarta copa . Se cantaba a continuacin la segunda parte del Hallel . Concluyndose con una plegaria de alabanza sobre la ltima copa. 3 Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre

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- Esta frase pone de manifiesto el significado de la copa: El Nuevo Pacto, cuyos conceptos, adems de lo comentado cuando tratamos (1 Cor. 10:16 ver Pgs. 17-18), lo podramos sintetizar como sigue: a El Nuevo Pacto sustituy definitivamente las obras (Jer. 31:31-34; Is. 61:8), como resultado de haber sido aceptado por Dios. b Es mejor que el mosaico, no moralmente, sino en cuanto a su eficacia (Heb. 7:19; Rom. 8:3-4) c Sus mejores promesas lo hacen incondicional . En el pacto de la Ley, Dios deca: si guardarais... (Jehov entonces)... (Ex. 19:5-6). . En cambio en el pacto de la gracia, Dios dice: Yo har.... y nunca ms me acordar de vuestros pecados y transgresiones (Heb. 8:10-12; 10:14-17). d En el pacto mosaico, la